Buscando una historia en el tiempo

2
Relojería Industrial: Una historia del tiempo El tiempo nos acompaña desde tiempos inmemorables. Nos inventamos el reloj para poder controlar con mayor precisión la hora, minuto y segundo que nos encontramos en un determinado momento. De tamaño deseado, color escogido y de forma comúnmente aceptada, el tic tac no nos deja indiferentes. Agobiados porque “aún falta” y nostálgicos porque “pasó”, la realidad es que el reloj se ha convertido en un compañero inseparable. La concepción del tiempo varía dependiendo de las necesidades que tengamos. Seguramente que en ningún momento nadie habrá pensado en un famoso reloj de torre, un reloj monumental. Casi que, a veces, pasan desapercibidos, pero tiene la misma importancia que el propio reloj. Si paseamos por las calles de alguna ciudad descubriremos que, seguramente, en el casco antiguo haya un edificio antiguo que incorpora un reloj, ¿Por qué? Para controlar el paso del tiempo. A día de hoy, los relojes monumentales se encuentran en lugares estratégicos. Podría asegurar que el más conocido es el reloj de la puerta del sol que marca el tiempo en España, la hora por la que nos tenemos que guiar. Si alguien va a deshora sólo tiene que poner su reloj a punto tras las campanadas, el último día del año. Todos y cada uno tienen su valor. Nos fiamos de ellos y nos gusta que formen parte de nuestras vidas. Nos suelen decir que hay que ser puntuales, que no podemos llegar tarde. Nos fiamos para viajar, para coger un tren o simplemente para ir a recoger a nuestros seres queridos. Incluso algunos se han convertido en un lugar de encuentro, como el del boulevar de San Sebastian. Otros, sin embargo son un referente. Por poner otro ejemplo, El reloj del ayuntamiento de Pamplona, creado por Bodet, también tiene su función. El ayuntamiento situado casco histórico de la ciudad y reconstruido en 1951 es uno los lugares más emblemáticos de la ciudad. Su reloj marca el inicio y fin de los San Fermines. Sin este, ¿Cómo sabríamos a qué hora empiezan y acaban? Nadie le presta atención y nadie le mira con admiración. Pero si un día se apagase para siempre, contemplaríamos y miraríamos de

Transcript of Buscando una historia en el tiempo

Relojería Industrial: Una historia del tiempo

El tiempo nos acompaña desde tiempos inmemorables. Nos inventamos el reloj para poder controlar con mayor precisión la hora, minuto y segundo que nos encontramos en un determinado momento. De tamaño deseado, color escogido y de forma comúnmente aceptada, el tic tac no nos deja indiferentes. Agobiados porque “aún falta” y nostálgicos porque “pasó”, la realidad es que el reloj se ha convertido en un compañero inseparable.

La concepción del tiempo varía dependiendo de las necesidades que tengamos. Seguramente que en ningún momento nadie habrá pensado en un famoso reloj de torre, un reloj monumental. Casi que, a veces, pasan desapercibidos, pero tiene la misma importancia que el propio reloj. Si paseamos por las calles de alguna ciudad descubriremos que, seguramente, en el casco antiguo haya un edificio antiguo que incorpora un reloj, ¿Por qué? Para controlar el paso del tiempo.

A día de hoy, los relojes monumentales se encuentran en lugares estratégicos. Podría asegurar que el más conocido es el reloj de la puerta del sol que marca el tiempo en España, la hora por la que nos tenemos que guiar. Si alguien va a deshora sólo tiene que poner su reloj a punto tras las campanadas, el último día del año.

Todos y cada uno tienen su valor. Nos fiamos de ellos y nos gusta que formen parte de nuestras vidas. Nos suelen decir que hay que ser puntuales, que no podemos llegar tarde. Nos fiamos para viajar, para coger un tren o simplemente para ir a recoger a nuestros seres queridos. Incluso algunos se han convertido en un lugar de encuentro, como el del boulevar de San Sebastian.

Otros, sin embargo son un referente. Por poner otro ejemplo, El reloj del ayuntamiento de Pamplona, creado por Bodet, también tiene su función. El ayuntamiento situado casco histórico de la ciudad y reconstruido en 1951 es uno los lugares más emblemáticos de la ciudad. Su reloj marca el inicio y fin de los San Fermines. Sin este, ¿Cómo sabríamos a qué hora empiezan y acaban?

Nadie le presta atención y nadie le mira con admiración. Pero si un día se apagase para siempre, contemplaríamos y miraríamos de un modo diferente. Al fin y al cabo tiene una gran función dentro de nuestra sociedad.