Breve Historia de Tucuman

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MANUEL LIZONDO BORDADE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA

BREVE HISTORIADE TUCUMAN

DEL SIGLO XVI AL SIGLO XX

9^^

MANUEL LIZO NDO BORDA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN

DEL SIGLO XVI AL SIGLO XX

EDICION OFICIAL

TUCUMAN ARGBNTINA

1 9 6 5

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fhzoe el depós!o ue Ijala ley No. 11.723

Impreso en La ArgenitnaCopyright by Gobierno de Tucuznán

Impreso en la Argentina COPYright by Gobterno de Tucumán

Hlzose el depósito :¡ue ftja la ley No, 11.723

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AD VERTEN CIA

Esta obra escrita por encargo del Gobierno de nuestra Pro-vmncia, y puesta a su disposición en abril de 1961, estuvo cuatroaflos sin darse a la imprenta. Hasta que, ahora, en ocasión decelebrarse el IV Centenario de la primitiva fundación de SanMiguel de Tucumán, ci gobernador, profesor Lázaro Barbieri,ha dispuesto —muy acertadamente— que ella salga a luz. Por-que acaso ni.nca, como en este aflo de tal celebración, será másoportuna —por muchos motivos— la publicación de esta Breve

Ilistoria de Tucvmán en sus ya largos cuatro siglos.

M.L.B.

Tucumán, 1965.

ADVER TENCIA

Esta obra escrita por encargo del Gobierno de nuestra Pro­vincia, y puesta a su disposición en abril de 1961, estuvo cuatro años s'in darse a la imprenta. Hasta que, ahora, en ocasión de c81ebrarse el IV Centenario de la primitiva fundación de San Miguel de Tucumán, el gobernador, profesor Lázaro Barbieri, ha dispuesto -muy acertadamente- que eIua salga a luz. Por­que acaso nunca, como en este año de tal celebración, será más

I

oportuna -por muchos motivos- la publicación de esta Breve Historia de Tucumán en sus ya largos cuatro siglos.

M. L. B.

Tucumán, 1965.

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PROLOGO

El Gobernador de Tvcurndn, Dr. Celestino Gelsi, por decre-tol) de 11 de octubre de 1960, tuvo a bien encornendarnos la re-dacción del presente trabajo. Pero nada es esto; lo que debernosdestacar son los elevados propósitos del Gobierno tucumano, ex-rrcsaclos en los fundamentos de dicho decreto, cuando dice:

"Careciéndose de una pub licación que ponga al alcance dcniños, de adultos de mediana instrucciOn y an de extraños anuestro medio, los conoci?nientos básicos sobre la his toria de Tn-c'umán, donde scan narrados con lenguaje sencillo y breve losprincipales aconteimientos que prornovieron la formación y de-sarrollo de nuestra Provincia, desde sus orIgenes hasta princi-pios del siglo XX, destacando su significacion dentro del ámbitolocal y 'nacional; y

Considerando: Que corresponde al Gobierno de la Provinciailenar este vaclo, para que los hijos de esta tierra y q'uienes lahabitan puedan conocerla mejor, y compenetrados asi de las Lu-c has y sacrificios eon que se amasó su pasado, aprendan a querena más, a través de sus honrosas tradiciones, y a servinla conaesinterés y patriotismo"..

Unico antecede'nte de este encomiable decreto es acaso unde mayo de 18972), que dictara. ci Gobierno t'ucumano, disponien-cose que el 25 de mayo del 99 se celebre "vu concurso pthiico enque se discernirá por una comisión de historiadores y geografosargentinos, que serd oportunamente designada, un premio de unaniedaila de oro y diez mil pesos monedct nacional al autor de laolna de Historia de Tucumán, que corn prenda desde las épocas

L1va 0 NO 1246, G, y etii refreiulado Jor ri Sr. Mhitrc de Gobieriw,e Tnstru' i'1Ii( ])r. Bu' V. E11

I (!er I (6rThI:.

, , PROLOGO

El Gobernador de Tucumán, Dr. Celestino Gelsi, por decre­tol) de 11 de octubre de 1960, tuvo a bien encomendarnos la re­dacción del presente trabajo. Pero nada es esto; lo que debemos destacar son los elevados propósitos d@l Gobierno tucumano, ex­presados en los fundamentos de dicho dec'1'eto, cuando dice:

"Careciéndose de una publicación que ponga al alcance de niños, de adultos de mediana instr-ucción y aún de extraños !l.

nuestro medio" los conocimientos básicos sobre la historia de Tu­cumán, donde sean narrados con lenguaje sencillo y breve los principales aconte{Jimientos que promovieron la formación y de­sar'rollo de nuestra Provincia, desde sus orígenes hasta p?"Ínci­pios del siglo XX, destacando su significación dentro del ámbito local y nacional; y

Considerando: Que corresponde al Gobierno de la Provincia llenar este vamo, para ,Que los hilos de esta tierra y qt'u,ienes la habitan puedan conocerla mejor, y compenetrados así de las lu­e has y sacrificios con que se amasó su pasado, aprendan a que¡-1"erla más, a través de sus honrosas tradiciones, y a servirla con áesinterés y patriotismo" . ..

Unico antecedente de este encomiable decreto es acaso unQ de mayo de 18972 ) , que dictara el Gobierno tucwmano, disponien­~~ose que el 25 de mayo del 99 se celebre "un concurso público en que se discernirá por una comisión de historiadores y geógrafos argentinos, que será oportunamente designada, un premio de una medJalla de oro y diez mil pesos moneda nacional al autor de l(1; obra de Historia de Tucumán, que comprenda desde las épocas

1) Lleva el NI> 1246, G, Y está refrendado por -el Sr . Ministro de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública, Dr . Roque V . P ondal .

2) Bajo el Gobierno de Don Lucas Córdoba.

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más re'inotas hasta la organización definitiva de la Repblica yjve por su fondo y forma sea acreedora a esaA distincion; y otropremio de una medalla de oro y cinco 1 mil pesos moneda nacionalal tratado de Geografja de Tucumán, que Ilenase igualmente igua-les condiciones".

El propósito de este decreto, —comerttábamos en otro lu-rr—, no pudo ser más loable: dotar a Tucumán, pa entonces,

de una Historia p de una Geografia, escritas por estucliosos es-pecializados. Pero desgraciadamente el cOncurso no se hizo, sinduda por que nadie puclo o no quiso acorneter la empresa. AsI

quedó el decreto sin realización. Y después, ni en este siglo —no.sabemos porqué— hubo otro Gobierno que lenov(ise tan iinpor-iante liamado a con curso.

Sin embargo, en cuanto a la historia tucumana, nosotros laelaboramos por nuestra pro piai cuenta, p ella tue pub licada por elInstituto de Historia de la Universidad Nacional de Tucumán.Pero la realizamos dividida en cinco obras 1 ), hoy casi tod'cts ago-tadas. Faltaba pues 'una Historia de Tucuman, compendiada enen volumen, y ci alcance de estudiantes, maestros p gran pblico.Y esto es precisamente lo que ha resuelto el Gobierno de Tucu-ien al encargarnos su redacción, para lue'go publicarla of i-:i7ezente y distribuirla entre aquéllos.

Ante lo emil, nosotros aceptamos corn placidos tan. honroso(/cargo. Y nos pusimos de inmediato a la tarea de redactar estaDreve Historia de Tucumán (del siglo XVI al siglo XX), en un

nclensado volumen, poniendo a con tribución qrincipa.lmente loee in extenso tenlamos escrito, publicado o ine'dito, sobre ella. Aunon esta ventaja, nuestra labor de sIntesis, aunque grata, no fueiel todo fácil, menos dentro del corto plazo que nos fuera asig-nado. Pero al fin, a Dios gracias, la obra ha sido hecha, y queda-mos a la espera de que ella cumpla, en lo posible, con los tlto.propósitos del Gobierno de TucumOn al eneargarla. Y si resultapor lo menos Oil para chicos y grandes, tucumanos p no tucuma-II OS, nosotros también quedarernos satisf echos. Que cvi sea.

T'cumán, abril de 1961.

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más remotas hasta la organización definUiva de la República y ~ue por su fondo y forma sea acreedora a esa. 'distinción; y otro . prremio de una medalla de oro y cinc 01 mil pesos moneda nacional al tratado de Geografía de Tucumán, que llenase igualmente igua­les condiciones" .

El propósito de este decreto, -comentábamos en otro lu­jinr-, no pudo ser más boable: dotar a Tucumán, ya entonces, de una Historia y de una Geografia, escritas por estudiosos es­pecializados. Pero desgmciadamente el concurso no se hizo, sin duda por que nadie pudo o no quiso acometer la empresa. Así

quecM el decreto sin realización. Y después, ni en este siglo -no sabemos porqué- hubo otro Gobierno que renovase tan impor­wnte llamado a concurso.

Sin embargo, en cuanto a la historia tucumana, nosotros la elaboramos por nuestra pro~ cuenta, y ella fue publicada por d Instituto de Historia de la Universidad Nacional de Tucumán. Pero la realizamos dividida en cinco obras1 ), hoy casi tod,a,s ago­tadas. FaUaba pues -una Historia de Tucumán, compendiada en un volumen, y aZ alcance de estudiantes, maestros y g1'an público. y esto es precisamente lo .que ha resuelto lel Gobierno de Tucu­mí,n al encargarnos su redacción, para luego publiJco/rla ofi­cialmente y distribuirla entre aquéllos.

Ante lo cual, nosotros aceptamos complacidos tan honroso encargo. y nos pusimos de inmediato a la tarea de redactar esta Breve Historia de Tucumán (del siglo XVI al siglo XX), en un condensado volumen, poniendo 'a contribución !principalmente lo q'ue in extenso teníamos escrito, publicado o inédito, sobre ella. Aun con esfJa ventaja, nuestra labor de síntesis, aunque grata, no fue del todo fácil, menos dentro del corto plazo que nos fuera asig­nado. PerO' al fin, a Dios gracias, la obra ha sido hecha, y queda­mos a la espera de que ella cumPla, en lo posible, con los alto-~

propósitos del Gobierno de Tucumán al en.cargarla. Y si resulta por lo menos útil para chicos y grandes, tucumanos y no tucum(j,­nos, nosot1'OS también quedaremos satisfechos. Que así sea.

T1((,umán, abril de 1961.

1) V. la Bibliografía.

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I N T R 0 D U C C I 0 N

Presentacjón - La Provincia de Tucumán está situada enel Noroeste argentino, entre los 26 y 28 grados de latitud sur,y los 64 y 66 grados (con minutos) de longitud occidental. Porsu extension, que no pasa de 27.000 kilómetros cuadrados, es larnás pequefla de todas sus hermana.s. Y viéndola en el mapa,por su lugar y por su forma, parece un corazón: en este caso elcorazón de la Repüblica.

La estrechan por el norte la provincia de Salta, por el naciente la de Santiago del Estero y por el sur y el poniente lade Catamarca: sus tres vecinas colinclantes. Y ella participa,desde Iuego, de los caracteres naturales de las tes. Pero no secontenta con eso: Tucumán compensa su pequeñez con su riquezaY con su variedad. Y ella es como un compendio, o mejor, unflorilegio de la naturaleza de toda la Argentina. Tiene, asI, susfracciones de pampa, de selva chaquense o santiaguena, de mon-Lecillos áridos, catarnarquenos o riojanos, de bosques misionerosy sallteños, de valles calchaquIes, de sierras andinas y de cerroscordilleranos con lagos y nieves eternas. Y tiene, además, lo quees suyo solamente: su portentosa zona subtropical compuesta deilanos fértiles, pastosos, y mara:villosas faldas arboladas.

Por ültimo, el que viene del sur por Santiago del Estero,ye en seguida por la vegetacion cuándo ha entrado en Tucumán.Y al estar en ella sahe ya, de antemano, lo que son Salta y Ca-tamarca porque Tucumán es su anticipo. Tucumán es, por otraparte, la provincia en que acalan los Ilanos argentinos del Sury empiezan las serranIas del Norte. Y asI ella está, como ningu-na —de manera más clara—, con un pie en Ia Ilanura y el otroen la montana.

INTRODUCCION

Presenfiadón. - La Provincia de Tucumán está situada en el Noroeste argentino, entre los 26 y 28 grados de latitud sur, y .los 64 y 66 grados (con minutos) de longitud occidental. Por su extensión, que no pasa de 27.000 kilómetros cuadrados, es la más pequeña de todas sus hermanas. Y viéndola en el mapa, por su lugar y por su forma, parece un corazón: en este caso el coraz6n de la República.

La estrechan por el norte la provincia de S:aJlta, por el na­ciente, la de Santiago del Estero y por el sur y el poniente, la de Catamarca: sus tres vecinas colindantes. Y ella participa, desde luego, de los caracteres naturales de Ilas ttres. Pero no se contenta con eso: Tucumán compens,a su pequeñez con su riqueza y con su variedad. Y ella es como un compendio, o mejor, un florilegio de la naturaleza de toda la Argentina. Tiene, así, sus fracciones de pampa, de selva chaquense o santiagueña, de mon­tecillos áridos, catamarqueños o riojanos, de bosques misioneros y sa!lteños, de valles, calchaquíes, de sierras andinas y de cerros cordilleranos con lagos y nieves eternas. Y tiene, además, lo que es suyo solamente: su portentosa zona subtropical compuesta de llanos fértiles, pastosos, y maravillosas faldas arboladas.

P,or último, el que viene del sur por Santiago del Estero, ve eH seguida por la vegetación cuándo ha entrado en Tucumán. y al estar en ella sabe ya, de antemano, lo 'quei son Salta y Ca­iamarca porque, Tucumán es su anticipo. Tucumán es, por otra I

p.arte, la provincia en que acaban los llanos argentinos del Sur y empiezan las Iserranías del Norte. Y así ella está, como ningu­na -d.e manera más clara-, con un pie en: la llanura y el otro en la montaña.

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I. LIZONDO BOIRIJA

El escenario. - Para tener una idea de lo que era, hace cua-tro siglos (cuando empieza su historia) esta pequefla region deTucumán, bastarIa quitar de ella con la imaginación to!do lo quees obra del hombre moderno, reemplazar esto por poblados deindios que aquI y allá la salpicaban... y dejar todo lo démás.Pero en cuanto al suelo y la vegetación natural de hoy, habriaque recargar mucho las tintas: viendo casi todos sus rIos crccidos, multiplicados los arroyos, con vertientes y bañados porvarios lugares; y sobre todo, aumentados los pastos, los arbustosy montes en los lianos y el prodigioso boscaje en las faldas delas sierras. Y por fin, habrIa que poblar también este escenarijprimitivo con ayes de toda especie, que Vivian aquI como en unparalso, con animales salvajes, entre ellos tigres y leones que ru-gIan en los montes; y con muchas tropillas de llamas, guanacosy venados que desde la montafla bajaban a pastar en el ilano.

La vegetación. - Pero de la vegetación tucurnana habrIaque decir algo rnás; porque el primer puesto en la historia de unlugar es de ella, siendo la primera en presentarse y hasta la ülti-ma en irse de sobre Ia tierra; y porque ella compone la aratriste o el rostro alegre de las varias comarcas, y aunque rota oajada por la acción de los hombres, en sus restos dispersos re-vive el pasado... Y lo que ésta era ayer, recordando la de boy,de un modo más preciso, es esto:

En las fronteras llanas del naciente, del s.ur al norte, haypueblos inmensos de quebrachos gigantes, de grandes algarro-bos, de tuscas soberbias, de pomposas talas, de redondos mistoles,de molles, de chañares, de guayacanes, de quimiles y otros va-rios cactos. Acompañan a éstos ejércitos de árboles menores; seapeñuscan arbustos, entre los cuales están el quilin, el vinal, eltintitaco, el quillay, el garabato negro y otros más. Hay abraspeludas de aibales; y después la selva se extenüa, queda atrás, yaparecen bosquecillos de algarrobos, de tuscas, de chaflares ymatorrales de poleos, de sunchos, de atamisquis; y luego se muestran abiertos carrnpos de aibe, salpicados de nb. Y hacia el sur,aparecen Ia retama, la jarilla, el jume; y se multiplican lostunales.

Más adentro, a todo lo largo entre los rIos, ya en la region1 paique, pióxima a las faldas s1ianas Ia vegetaeion es Va-

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El escenario. - Para tener una jdea de Jo que era, hace cua­tro siglos (cuando empieza su historia) esta pequeña región de Tucumán, bastaría quitar de ella con la imaginación todo lo que es obra del hombre moderno, reem,plazar esto por poblados de indios que aquí y allá la salpicaban ... y dejar todo lo demás. Pero en cuanto al suelo y la vegetación natural de hoy, habría que recargar mucho las tintas: viendo casi todos sus ríos cre·· cidos, multiplieados los arroyos, con vertientes y bañado·s por varios lugares; y sobre todo, aumentados los pas.tos, los arbustos y montes en lo's llanos y el prodigioso boscaje en las faldas de las sierras. Y por fin, habría que poblar también este escenariv primitivo con aves de toda especie, que viVÍan aquí como en un paraíso, con animales salvajes, entre ellos tigres y leones que ru­gían en los montes; y con muchas tropillas de Uamas, guanacos y venados que desde la montaña bajaban a pastar en el llano.

La vegetación. - Pero de la vegetación tucumana habría que decir algo más; porque el pnimer puestO' en la historia de un lugar es de ella, siendo la primera en presentarse y hasta la últi­ma en irse de sobre la tierra; y porque ella compone la C:~a

triste o el rostro alegre de las varias comarcas, y aunque rota o ajada por la acción de los hombres, en sus restos dispersos re­vive el pasado ... y lo que ésta era ayer, recordando la de hoy, de un modo más preciso, es esto:

En las fronteras llanas del naciente, del sur a,l norte, hay pueblos inmensos de quebrachos gigantes, de ,grandes algarro­bos, de tuscas soberbias, de pomposas talas, de redondos mistoles, de mO'lles, de ohañares, de guayacanes, de quimiles y otros va­rios cactos. Acompañan a éstos ejércitos de árboles menores; se apeñuscan arbustos, entre los cuales' están el quilín, el vinal, el tintitaco, el quiblay, el garabato negro y otros más. Hay abras peludas de aibales; y después la selva 'Se extenúa, queda atrás, y aparecen bosquecmos de algarrobos, de tuscas, de chañares y matorrales de poleos, de sunchos, de atamisquis; y ,luego se mues., tran abiertos cannpos de aibe, salpicados de nío. Y hacia el sur, aparecen la retama, la j arilla, el j ume ; y se multipliean los tunales.

Más adentro, a todo lo largo entre los ríos, ya en la región cíel parque, próxima a las faldas serranas la vegetación es va-

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BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 13

riada y pintoresca. Hay lindas praderas hámedas, tejidas de gm-ma; matorrales de sunehos y pequeflos tuscales, con talas, co-ehuchos y algunos lecherones. Enredaderas varias envuelven ár-boles y arbustos y los embozan de foilaje. Abajo tapizan elsuelo multitudes de yerbas distintas; y lo borcian florecitas azu-les, rojas, lilas, biancas y amarillas.

Cerca ya y en las faldas de la sierra, desde las quebradashasta ]as cumbres mismas que dan al naciente, se desenvuelve elmagnIfico bosque del sub trópico. Viven allI desde el minüsculohelecho, que apenas se levanta del suelo, hasta el cedro gigan eque se pierde en las nubes. AllI están el alto y elegante horco-molle, Ia hermosa tipa, que de noche liora, y entre otros varios,ci panzón yuchán. Los cebiles hacen grupors aislados, para queresalte su verde especial. El lapacho y ci tarco, sin decIrselo jue-gan a cual sabe florecer mejor; y mientras ci uno, como un rosalenonne, se enciende todo en rosa, el otro delicadamente se des-vanece en lila.

La mora, el arrayán y el inato, dan su fruta riquIsima. Arbo-les menores ocupan los cJaros de los otros mayores; y enredade-ras y trepadoras infinitas se prenden y enlazan de unos y otrosen infinitas formas: lianas colosales se enroilan o estiran porlos troncos arriba, como las cuerdas de un navIo; pelusas de mus-go visten sus cortezas; hongos, subidos en los gajos más gruesos,miran a las flores del aire que se balancean, femeninamente, enlos otros más altos. Por ültimo la barba del monte, —verde porser del monte—, emboza los árbales y se entretiene en tender, deunos a otros, delicadas cortinas y finos encajes.

Y al final, casi en las mismas cumbres, montecillos de au-sos, guarecidos en las hondas quebradas, o empinados sobre losabismos, viven solitarios. Y más arriba todavIa, en los üfflmosfibs dc los cerros, la quéflua se descascara y se retuerce pelean-do con el viento furioso de las cumbres.

La p'rimitiva provincia de Tucumán. - Dentro del escenariodescripto estuvo la primitiva provincia de Tucumán, deseubiertahace cuatro siglos por los conquistadores espanoles. Estos Ila-maron provincia a cada comarca o region, chica o grande, habi-tada por una nación indIgena o indiada de clase distinta. Por logeneral, distinguIan una provincia de otra, agregando a cada una

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riada y pintoresca. Hay lindas praderas húmedas, tejidas de gra­ma; matorrales de sunchos y pequeños tuscales, con talas, co­cpuchos y algunos lecherones'. Enredaderas varias envuelven ár­boles y arbustos y los embozan de follaje ... Abajo tapizan el suelo multitudes de yerbas distintas; y ,lo bordan florecitas azu­les, rojas, lilas, hlancas y amarillas.

Oerca ya y en las faldas de la sierra, desde las quebradas hasta las cumbres mismas que dan al naciente, se desenvuelve el magnífico bosque del sub trópico. Viven allí desde el minúsculo helecho, que apenas se levanta del suelo, hasta el cedro gigante que se pierde en las nubes. Allí están el alto y elegante horco­molle, aa hermosa tipa, que de noche llo,ra, y entre otros varios, el panzón yuchán. Los cebiles hacen grupos aislados, pam que resalte su verde especial. El lapacho y el ,tarco, sin decírselo jue­gan a cual sabe florecer mejor; y mientras el uno, como un rosal enornne, se enci~mde todo en rosa, el otro delicadamente se des­vanece en liTta . ..

La mora, el arrayán y el mato, dan. su fruta riquísima. Arbo­les menores ocupan los claros. de los OtIlOS mayores; y enredade­ras y trepadoras infinitas se prenden y enlazan de unos y otros en infinitas formas: lianas colosa'les se enrollan o estiran por los troncos arriba, como Jas c.uerdas de un navío; pelusas de mus­go visten sus cortezas; hongos, subidos en los gajos más gruesos, miran a las flores del aire que se balancean, femeninamente, en los otros más altos. Por último la barba del monte, -verde p.or ser del monte-, emboza los árboles y se entretiene en tender, de unos a otros, delicadas cortinas y finos encajes.

y al final, casi en Jas mismas, cumbres, montecillos de aii­sos, guarecidos en las hondas quebradas, () empinados sobre los abismos, viven solitarios. Y más arriba todavía, en los últimos filos de los cerros, la quéñua se descascara y se retuerce pelean­do con el viento furioso de las cumbres.

La primitiva provincia de Tucumán. - Dentro del escenario -descripto estuvo la primitiva provincia de Tucumán, descubierta hace cuatro siglos por los conquistadores españoles. Estos Ha,· maron provincia a cada comarca {) región, chica o grande, habi­tada por una nación indígena o indiada de clase distinta. Por lo general, distinguían una prov1incia de otra, agregando a cada lUna

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14 \1. L[ZONL)O BoRI:)A

el nombre de la nación indIgena que en ella tenIa su asiento. PeroIa de Tucumán es de las pocas, a que no le agregaron el nombrede sus indios, sino el del pueblo principal que en ésta desoubrie.ron. Tucuma primero y después Tucumán ilamaron a ese pueblo,oyéndolo asI de sus indIgenas. Estaha situado en ci ilano del sur,entre el rio Seco y el Gastona, por donde está el poblado de Beli-cIa actual o en sus alredec'ores. Y por est2 pueblo, al empezar laconquista, denominaron Provincia de Tvcumán a la pequefla co-marca del liano, sembrada, eso si, de muchos pueblos de indios,por donde hoy están los departamentos de Monteros y de Chicli.gasta, desde ci Sail hasta las faidas de la sierra. Pero, poco des-pués, se extendió dicha denominación, a la region de más al northy más al sur, y al poniente hasta los Vailes CaichaquIes; y al finse llamó Provincia de Tucumán propiamente dicha, a toda laregion que, más o menos, comprende hoy la nuestra.

La designación de "provincia de Tucurnán", con aiusión aIa pequefla comarca antedicha, duró poco sola, pues en seguida nomás empezó a usarse la de Provi'iwias de Tucumán, Juries yDiaguitas, cuando se conquistaron las provincias de los indiosjuries (de Santiago del Estero) y de 'los indios diaguitas (deCatamarca y La Rioja). Y cuando luego se c:onquistó la provin-cia de los indios cornechingones (de Córdoba), las cuatro se ha-maron Provincias de Tucumán, Juries, Diaguitas y Comechingo-nes. Mas, para abreviar, se dio después en sustituir esa hargadenominación por ha más breve de Provincias de Tvcurnán '0 Pro-vincia de Tucumán, o del Tuclkrn4n, cambiándose a veces ho deFrovincia por Gobernación. Y esta designación, que fue la máspropia y duradera, acabó por comprender igualmente a Salta yJujuy y una parte del Chaco: y asl, en toda ella, más de sieteprovincias argentinas de hoy.

Pero, lo más interesante es que, con ci andar del tiempo, vol-vieron a salir de lo comprendido por Provincia o Gobernación deTucumán todos sus agregados; y ella, lo mismo que la designa-don "Tucvmán", ha quedado reducida a lo que fue primero, cua-tro siglos hace, la primitiva Provincia de Tucurnán, que es, comoojin1os, la moderna nuestra.

Los indios del primitivo Tuowmán. - Cuando a mediadosdel siglo XVI los españoies entraron por primera vez en la tierra

L

14 Al. 1, 1 Z O N D U B O R D A

el nombre de la nación indígena que en ella tenía su asiento. Pero la de Tucumán es de las pocas, a que no le agregaron el nombre de sus i~di,os, sino el del pueblo principal que en ésta descubrie­r on. Tucuma primero y desp'ués Tucumán llamaron a ese; pueblo, oyéndolo así de sus indígenas. Estaba situado en el llano del sur, entre el río Seco y el Gastona, por donde está el poblado de Beli­cha actual o en sus alrededores. Y por este pueblo, al empezar la conquista, denominaron Provincia de Tucumán a la pequeña¡ co­marca del llano, sembrada, eso sí, de muchos pueblos de indios, por .donde hoy están los departamentos de Monteros y de Chicli­gasta, desde el Salí hasta las faldas de la sierra. Pero, poco des­pués, se extendió dicha denominación , a la región de más al norte y más al sur, y al poniente hasta los Valles Calchaquíes; y al fin se llamó Provincia de Tucumán propiamente dicha, a toda la región que, más o menos, compr,ende hoy la nuestra.

La designación de "provincia de Tucumán", con aJusión a la pequeña comarca antedicha, duró poco sola, pues en seguida no más empezó a usarse la de Provincias de Tucumán, Juríes y Diaguitas, cuando se conquistaron las provincias de los indios juríes (de Santiago del Estero) y de Ilos indios diaguitas (de Catamarca y La Rioja). Y cuando luego se oonquistó la proviu­da de los indios comechingones (de Córdoba), las cuatro se lla­maron Provincias de T·ucumán, Juríes, Diaguitas y Comechingo­nes. Mas, p,ara abreviar, se dio después en sustituir esa larga denominación por !la más breve de Provincias de TucU'mán o Pro­vincia de Tucumán, o del Tucu'ntán, cambiándose a veces lo de Provincia por Gobernación. Y esta designación, que fue la más propia y duradera, acabó por comprender igualmente a Salta y Jujuy y una parte del Cha.co: y así, en toda ella, más de siete provincias argentinas de hoy.

Pero, lo más interesante es que, con el andar del tiempo, vol­vieron a ,saJir de lo comprendido por Provincia o Gobernación de Tucumán todos sus agregados; y ella, lo mismo que la designa­ción "Tucumán", ha quedado reducida a lo 'que fue primero, cua­tro siglos hace, la primitiva Provincia de Tucumán, que es, como áiiimos, la moderna nuestra.

Los indios del primitivo Tuoumán. - Cuando a mediados del siglo XVI los españoles entraron por primera vez en Ja tierra

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Hii:vf; 1I1]jRI DI i'[L\iA\

del Tucumn rnoclei'no, ya estaba ella poblada por indios de ti'esnaciones diferentes: por diaguitas, por lules, y por tonocotés.Los diaguitas y los tonocotés se hallaban asentados en numerosospueblos de la montafla y la ilariura. Y si los tides, por ser nórna-des o andariegos, no estaban entonces asentados, ya transitabande continuo por dicha region y tenIan en ella campameritos y talvez poblados, aunque transitorios. Pero poco después, o en eseinismo siglo, al igual que los otros fueron reducidos, y en la ju-risdicción de San Miguel de Tucumán tuvieron sus pueblos yhasta su "proviiicia".

Los indios diaguitas. - Estos indios, aun antes de ser redu-cidos por los espafloles no ha :bitaban ünicamente las quebradas yvalles de las serranIas del noroeste argentino: vivIan tambiénentre los algarrobales de los Ilanos de Catamarca, La Rioja y San-tiago del Estero. Moraban igualmente en las maravillosas faldasarboladas del lado oriental de las montañas tucumanas y hastamás lejos, en su lianura boscosa y pastosa, veteada de rios yarroyos.

Tal vez, al principio, todos fueron serranos; pero despuésmachas tribus se hicieron llaneras. Lo cual nada tiene de extrañoy es bien explicable para el que conoce los Valles CalchaquIes,donde estuvo el gran hormiguero de los indios diaguitas. Porque,quitando a esos vaNes la vision de sus dos cordilleras que los en-marcan en todo lo largo, contempla uno el mismo suelo árido, pa-iicidos aibales y los mismos bosques de algarrobos, chañares ycactos de ciertas Ilanuras de Santiago, Catamarca y La Rioja.Poco o nada podIan extrafiar, por lo tanto, las tribus diaguitasque fueron a poblar esas nuevas regiones, donde, por otra parte,vivieron sin duda, antes de la conquista espaflola, más en paz ya sus anchas.

Segün cuenta un conquistador (Sotelo Narváez), ioIa-guitas serranos del siglo XVI, en especial los de los VaNes Cal-chaqules, eran gente, fuera de peleadora, "vestida, y de más ra-zón que la de los llarios". VestIan "camisetas muy largas"; perono tenIan mantas "por hallarse rnás sueltos para la guerra". Eran"grandes corredores y trabajadores"; pero "sembraban poco'pal andar de peleas entre ellos. Cosechaban "zapallos, papas,quInua, maIz y frijoles". Lo., calchaquIes, sabre todo, tenian su

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del Tucumán moderno, ya estaba ella poblada por indios de tres naciones diferentes : por diaguitas, por lules, y por tonocotés. Los diaguitas y los tonocotés se halJaban asentados en numerosos pueblos de la mont~ña y la llanura. Y si los' lules, por ser nóma­des o andariegos, no estaban entonces asentados, ya transitaban de oontinuo por dicha región y tenían en ella campamentos y tal yez poblados, aunque transitorios. Pero poco después, o en es'e mismo siglo, al igu~l que .los otros fueron reducidos, y en la ju­risdicción de San Miguel de Tucumán tuvieron sus pueblos y hasta su "provincia".

Los indios diaguitas . - Estos indios, aun antes de ser redu­cidos por los españoles no haJbitaban únicamente las quebradas y valles de las serranías del noroeste argentino: vivían también entre los algarrobales de Jos lJanos de Catamarca, La Rioja y San­tiago del Estero. Moraban igualmente en las maravillosas faldas arboladas del lado oriental de las montañas tucumanas y hasta más lejos, en su llanura boscosa y pastosa, veteada de ríos y arroyos .

Tal vez, al principio, todos fueron serranos; pero después muchas tribus e hicieron llaneras. Lo cuaJ nada tiene de extraño y es bien explicable para el que conoce los Valles Calchaquíes~ donde estuvo el gran hormiguero de los indios diaguitas. Porque. quitando a esos vaIaes la visión de SUB dos cor dilleras que los en­marcan en t odo lo' largo, contem¡pla IUno el mismo suelo, árido, pa~ r scidos aibales y los mismos bosques de algarrobos, chañares y cactos de oiertas llanuras de Santiago, Catamarca y La Rioja. Poco o nada podían extrañar, por lo tanto, Jas tribus diaguitas que fueron a poblar esas nuevas regiones, donde, por otra parte~ vivieron sin duda, antes de la oonquista española, más en paz y a sus anchas.

Según cuenta un conquistador (Sotelo Narváez) ,- Jos dia­guitas serranos del siglo XVI, en especial los de los VaLles Cal­chaquíes, eran gente, fuera de peleadora, "vestida, y de más ra-'" zón que la de los llanos". Vestían "camisetas muy largas"; pero' no t enían mantas "por haJlarse más sueltos para la guerra". Eran "grandes cor redores y trabajadores"; pero "sembraban poco'~

por andar de p-eleas ent re ellos. Cosechaban "zalPallos, papas. quínua, maíz y fríjoles". Los caJchaquíes, sobre todo, tenían su

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M. L[ZODO BOliIJA

"idolatria y ritos" y en general "maneras de vivir como los delPorn". TenIan caciques a quienes respetaban, con varios señores"en cada pueblo o vale", siendo "muchos valles y pueblos peque-nos". Estaban, en fin, repartidos "en muchas parcialidades" otribus, asentadas las más en ocultas y fragosas quebradas de Ce-rros muy ásperos. Y el Padre Barzana, por su parte, nos da doios esta noticia interesante: Dice que los caichaquIes 'se casa-

ban muy hombres" y comIan poca came; porque el casarse jó-venes "y el corner came envejecen presto; y asI ellos teniangrandes fuerzas".

Cuanto al idioma de los indies diaguitas, muerto desde elsiglo XVIII, era la lengua kakana, de pronunciación muy difi-cil, mucho más que la quIchua. El Padre Barzana, a fines delsiglo XVI, hizo de ella una gramática y un vocabulario; pero,habiéndose perdido. sin Ilegar a nosotros, nada sabIamos hastahoy de dicha lengua. Solo podIarnos afirmar que muchos nombresde lugares serranos, que habitaran los diaguitas, pertenecen sinduda al idioma kakano. Sin embargo, como nosotros descubri-mos, hace años, que varios de esos nombres tienen su explicaciOny sentido en la antigua lengua aimara (de los coFlas de Bolivia),hemos Ilegado a la conclusion de que el kakano fue una deriva-ción o dialecto del aimara. Come prueba de esto daremos aquI elsignificado indudable, en aimara, de algunos de los nombres re-feridos: Diaguita (de thia4cita) quiere decir hombre cimarrón

c una region lejana; Amaicha (de aynacha), cuesta abajo; Tctfi,,de thaa-ui), l.ugar de mucho trio; Soico (de sallca), indio cima-iron; Guacra (de huacora) cimarrOn, fugitivo; Yucuco (dehucco-hucco), ciénagas eontinuad.as; Cacha —rio— (de ccacha),saCi() o rio turbio; Pissigasta (de pisi-hatha), pueblo de POCUS,

j;equeño; Titaquin (de tata-auqui), señor de señores; y como és-tos, otros.

Diremos, per ültimo, que fuera de estos restos de su lengua,los indios diaguitas, en especial los calchaquIes, nos han dej adoruinas de algunos de sus pueblos y en ellas enterratorios dondese han descubierto urnas, vasos, platos de arcilla y hasta objetosdo cobre y ore fabricados por ellos. Y de éstos, algunas urnasson notables por su forma y sus dibujos, viéndose en algunas unainfluencia peruana.

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"idolatría y ritos" y en general "maneras de vivir como los del Perú". Tenían caciques a quienes r espetaban, con varios señores "en cada pueblo o valle", siendo "muchos valles y puebIos peque­ños". Estaban, en fin, repartidos "en muchas parcialidades" o tribus, asentadas las más en ocultas y fragosas quebradas de ce­rros muy ásperos. Y el Padre Barzana, por su parte, nos da de enos esta noticia interesante: Dice que los cakhaquíes "se casa­ban muy hombres" y comían poca carne; porque el casarse jó­venes "y el comer carne envejecen. presto; y as,í ellos tentan grandes fuerzas".

Cuanto al idioma de los indios diaguitas, muerto desde el s iglo XVIII, era la lengua kakana, de pronunCÍ'ación muy d'ifí­eH, mucho más que la qufJphua. EJ Padre Barzana, a fines del siglo XVI, hizo de ella una gramática y un vocabulario; pero, habiéndose ¡perdido, sin llegar a nosotros, nada sabíamos hasta hoy de dicha lengua. Sólo podíamos afirmar que muchos nombres de lugares serranos, que habitaran los diaguitas, pertenecen sin duda al idiOlIlla kakano. S'in embargo, como nosotros descubri­mos, hace años, que varios de esos nombres tienen su explicación y sentido en la antigua lengua aimara; (de los coBas de Bolivia), hemos llegado a la conclusión de que el kakano fue una deriva­ción o dialecto del aimara. Como prueba de esto daremos aquí el significado indudable, en aimara, de ailgunos de los nombres re­feridos: Diag'uita (de thia-Ikita) quiere decir hombre cimarrón de una región lejana; Amaicha (de aynacha), cuesta abajo; TaJí \ ue thaa- ui), lugar de mucho frío; Solco (de sallca), indio cima­rrón; Guacra (de huaco'ra) cimarrón, fugitivo; Yucuco ('<'le hucco-hucco), ciénagas continuadas; Cacha -río- (de ccacha) ,

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sucio o río turbio; Pissigasta (de pisi-hatha), pueblo de pocos, Jj equeño; Titaquin (de tata·,auqui), señor de señores ; y como és­tos, otros.

Diremos, por último, que fue.ra de estos restos de su lengua, los indios diaguitas, en especial los calchaquíes, nos han dejado ruinas de aJgunos de sus pueblos y en ellas enterratorios donde se han descUlbierto urnas, vasos, platos de arciUa y hasta objetos de cobre y oro fabricados por ellos. Y de éstos, algunas urnas son notables por su forma y sus dibujos, viéndose en algunas una influencia peruana.

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Los indios lules. - De los antiguos iules solo recordaremosque, segi'in dicen evangelizadores y conquistadores del siglo XVI,fue una nación compuesta de tribus dispersas, todas o casi todasguerreras, feroces y andariegas; las cuales vivian de la caza, dola pesca. .. y especialmente de lo que pillaban en sus frecuente.asaltos a mansos pueblos de tonocotés y diaguitas de los llanosantiagueños. Y por otras noticias sabemos también que los lules,antes de la Entrada de Diego de Rojas, hast invaclIaii v saqueaban los pueblos de los calchaquIes.

Fernández de Oviedo, por otra parte, nos ioif(1111a quo losindios lules que él pinta "eran muy altos de cuerpo", delgados,valientes, y hábiles flecheros; que comIan came humana (10 quoes dudoso), que andaban desnudos y en grupos "de diez en diez"y "veinte en veinte"; y en fin, que eran tan ligeros como los suri.o avestruces (por lo que los diaguitas los liamaban juries). Mas,parece que no todo era fiereza y maldad en los lules. TenIan, porlo pronto una gran afición, desde chicos a una cosa delicada: ala mdsica. AsI nos cuenta el Padre Barzana que en •su tiempo(fines del siglo XVI), entre las naciones indIgenas del Tucumán,dadas todas "a bailar y cantar", los lules eran "los mayores mu-sicos, desde nines, y con rnás graciosos sones y cantares"; quosus fiestas no eran más que cantar, y hasta "sus muertes. .. lascantaban, amaneciéndose cantando..., llorando y bebiendo"(Esto es, como hacen todavIa, en fiestas de La Telesita y veloriosde angelitos, los criollos de algunos rincones del Norte.)

Los luies primitivos, siendo en general andariegos, "sin casani heredades", segdn dice el Padre Barzana, no tenIan asientoso pueblos permanentes. Pero es indudable que, aun cuando va-gaban por toda la region del norte argentino, a mediados delsiglo XVI ya tenjan lugares en donde con frecuencia acampabany en los cuales eran absolutos señores. Asi sabemos que cuandolos compañeros de Diego de Rojas volvian del rio Paraná, des-pues de toparse, cerca de la actual ciudad de Santiago, con unosinvasores y saqueadores "escuadrones de lules", fueron hastauna region o provincia de los lules (o de los Nunies, como diceCieza de LeOn), la cual estaba, al parecer, en las orillas del rIoSalado. Y como en uno de sus pueblos habIa "maizales", aunqueno eran muchos, resulta que los lules en esa provincia se encon-

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Los indios lules. - De los antiguos lules sólo recordaremos que, según dicen evangelizadores y conquistadores del siglo XVI, fue una nación compuesta de tribus diSipersas, todas o casi todas guerreras, feroces y andariegas; las cuales vivían de la caza, de la pesca. .. y especialmente de lo que piJlaban en sus frecuentes asaltos a mansos pueblos de tonocotés y diaguitas de los llanos santiagueños. Y por .otras noticias sabemos también que los lules, antes de la Entrada d€ Diego de Roj as, hasta invadían y sa­queaban :los pueblos de los cakhaquíes.

Fernández de Oviedo, por otra parte, nos informa que los indios lules que él pinta "eran muy altos de cuerpo", del!gados, valientes, y hábiles flecher.os; que comían carn€ humana (lo que es dudoso), que andaban desnudos y en grupos "de diez en diez" y "veinte en veint€"; y en fin, que eran tan ligeros como los suris o avestruces (por 10 que los diaguitas los llamaban jou1-ies). Mas, parece que no todo era fiereza y maldad en los lules. Tenían, por lo pronto una gran afición, desde chicos a una COsa delicada: a la música. Así nos cuenta el Padre Bar:oana que en 'su tiempo (fines del siglo XVI), entre las naciones indígenas del T1ucumán, dadas todas "a bailar y cantar", 10Si lules eran "los mayores mú­sic,os, desde niños, y ,con :más graciosos sones y cantares"; que sus fiestas no eran más que cantar, y hasta "sus muertes. " las cantaban, amaneciéndose cantando ... , llorando y bebiendo". (Esto es, como hacen todavía, en fiestas d€ La Telesita y velorios de angelitos, los criollos de algunos rinoones del Norte.)

Los lules primitivos, siendo en general andariegos, "sin casa ni h€redades", según dice el Padre Barzana, no tenían asientos o pueblos permanentes. Pero es indudable que, aun ouando va­gruban por toda la región del norte argentino', a mediados del siglo XVI ya tenían lugares en donde con frecuencia acampaban y en los cuales eran absolutos señores. Así sabemos que cuando los compañeros de Diego de Rojas volvían del río Paraná, des­pués de toparse, cerca de la actual ciudad de Santiago, con unos invasores y saqueadores "escuadrones de lules", fueron hasta una región o provincia de los lules (o de los Nunies, como dice Cieza de León), la cual estaba, al parecer, en las orillas del río Salado. Y como e·n uno de sus pueblos había "maizales", aunque no eran muchos, resulta que los lules en esa provincia se encon-

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traban entonces como pobladores más o menos estables. Lo que,

por otra parte, es lógico. Porque no es de creer que estos indiosell sus incursiones guerreras anduviesen con sus mujeres y sushijos pequeños a cuestas: algunos paraderos o sitios debieron te-ner donde dejarlos.

Después, ya empezadas la conquista y la colonización de losespañoles, y reducidos por ellos los lules, hacia 1583, Sotelo Nar-váez nos habia: de lules de Salta, 'sin asiento" y que sembraban"muy poco" por ser "indios de guerra"; de luies de Esteco, queservian en esa ciudad y estaban a orilias del Salado; y de luiesde San Miguel de Tucumán, que "no tienen asiento y se sustentande cazas y pesquerias, por lo que no están del todo de paz'.

Refiriéndonos ahora solo a estos lules de San Miguel deTucumán, diremos que hacia 1566 el oidor Matienzo cita unvado o "pasaje de los lules" sobre el rio Grande o Sali, por el sur.Y agregaremos que a fines del siglo XVI en dicha region habiapueblos reducidos de indios lules y hasta una "provincia de loslules" (que antes fue "la provincia de SalI"), cuyo centro parecehaber sido la zona que atraviesa el rio Luies, desde la montanahasta su desembocadura en el Grande o Sail. Diremos, ;por fin,que en un documento del año 1600 encontramos una noticia degran importancia; y es que el rio de La Calera, afluente del Sail,cerca de nuestra ciudad, pero en Burruyacu, se Ilamaba antesNone. Porque este nombre no puede ser otro que la forma primi-tiva de lule, ya registrada por Cieza de Leon; y porque siendoasI, ese nombre probaria que los luies, en el siglo XVI, pasabany acampaban por alli, cuando iban a atacar a los pueblos de dia-guitas y tonocotés de Santiago; y que hasta poblaban ya enton-ces la zona comprendida entre la montana y el Sali, desde Fa-maiilá para el norte, incluyendo los valUes y Ilanos de Trancas yBurruyacu.

Sobre Ia lengua que hablaban los lules antiguos, el dato prin-cipal nos ha dado el Padre Barzana, cuando dice: "Saben mu-

chos dellos la lengua tonocoté, y por ella han sido catequizadostodos. La suya sola no se ha reducido a preceptos (o reglas), por-que con ser uria misma gente toda, tienen diversas lenguas, por-que no todos residen en la misma tierra". A lo cual agregaremosla noticia del Padre Techo, sobre que el Padre Viana, en 1601,

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traban entonces como pobladores más o menos estables. Lo qu~, por otra parte, es lógico. Porque no es de creer que estos indios en sus incursiones guerreras anduvies~m con sus mujeres y sus hijos pequeños a cuestas: algunos paraderos o sitios debieron te­ner donde dejarlos.

Después, ya empezadas la conquista y la colonización de los españoles, y reducidos por ellos los lules, hacia 1583, Sotelo Nar­váez HOS habla: de lules de Salta, "sin asiento" y que sembraban "muy poco" por ser "indios de guerra"; de lules d~ Esteco, que servían en esa ciudad y estaban a orillas del Salado; y de lules de San Miguel de Tucumán, que "no tienen asiento y se sustentan de cazas y pesqtuerías, por .lo que no están del todo de paz" .

Refiriéndonos ahora sólo a estos lules de San Miguel de l'ucumán, diremos que hacia 1566 e.l oidor Matienzo cita un

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vado o "pasaje de los lules" sobre el río Grande o Salí, por el sur. y agregaremos que a fines del sigJo XVI en dicha región había pueblos reducidos de indios lules y hasta una "provincia de los lules" (que antes fue "la provincia de Salí"), cuyo centro parece haber sido la zona que atraviesa el río Lules, desde la montaña hasta su desembocadura en el Grande o Salí. Diremos, ¡por fin, que en un documento del año 1600 encontramos una noticia de gran importancia; y es que el río de La Calera, afluente del Salí, cerca de nuestra ciudad, pero en Burruyacu, se llamaba antes Nune. Porque este nombre no puede ser otro que la forma primi­tiva de lule, ya registrada por Cieza de León; y porque siendo así, ese nombre probada que los lules, en el siglo XVI, pasalban y aeampaban por allí, cuando iban a ataear a los pueblos de dia­guitas y tonocotés de Santiago; y que hasta poblaban ya enton­ces la zona comprendida entre la montaña y el Salí, desde Fa­maillá para el norte, incluyendo los valles y llanos de Trancas y Burruyaeu.

Sobre la lengua que hablaban los lules antiguos, el dato prin­cipal nos ha dado el Padre Barzana, cuando dice: "Saben mu­chos dellos la lengua tonocoté, y .por ella han sido catequizados todos. La suya sola no se ha reducido a preceptos (o reglas), por­que con ser una misma gente toda, tienen diversas lenguas, por­que no todos residen en la misma tierra". A lo oual agregaremos la noticia del Padre Techo, sobre que el Padre Viana, en 1601,

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se valió de las lenguas quichua y tonocoté para adoctrinar a losJules, y de intérpretes para Jos que hablaban cacán (o kakano).Noticia que ci Padre Lozano comentó diciendo: "Dos lenguas eranusuales entre esta gente: la quichua que hablaba comünmente lajuventud, y la tonocot que entendlan los ancianos, fuera de lasuya lule, que era vulgar entre todos". De acuerdo a estos datos,se puede concluir lo siguiente: Los antiguos Jules , como dice Bar-zana, debieron hablar varias lenguas —o dialectos distintos_—.no solo por andar sus tribus repartidas por diversas regiones,sino porque en éstas tenIan contacto ( pacIfico o guerrero) conindios que hablabran otras lenguas; —y entre éstos estaban losdiaguitas y Jos tOflOCOtS_. Y asI, vagando por valles y porsierras de los indios diaguitas, cuyos pueblos asaltaban antes dela entrada de Diego de Rojas, esos Jules debieron aprender elidioma kakano, liegando a tenerlo como suyo, si de origen no lofue. Después, cuando a medjados del sigkj XVI los Jules se dedi-caron a invadir pueblos diaguitas y tonocotés de los ilanos san-tiagueflos, aprendjeron sin duda la lengua dc estos Ultimos, o seaci tonocoté. Lo que es natural; pues los lules no a todos Jos ma-taban: se ilevaban sus hijos, y a ]as hijas por lo menos las con -servarlan Además, sabemos que a veces, para atacar a éstos, sealiaban o unIan con los tonocotés de otras regiones. De manerque su contacto fue estrecho, y esto los llevó a hablar también elidioma de los tonocotés. Por ültimo, a fines del siglo XVI, cuandolos lules estuvjeron reducidos, empezaron a hablar Ia lenguaquichua, por la ensefianza de sus doctrineros y por su relacióncon otros indigenas que ya lo sabIan. Por eso nos dice Loznoque solo la juventud hablaba el quichua, y los viejos el tonocoté.Cuanto a la suya Jule, "vulgar entre todos" —que aflade Loza-no—, esta Iengua bien pudo ser la kakana, o un dialecto de ella,de acuerdo a la notieja del Padre Techo; y asI lo han pensadoiIervás, Lafone y otros estudiosos Mas, sea como fuere, lo ciertoes que en ci siglo XVI Jos indios lules de San Miguel de Tucumanhabjaban con preferencja el kakano y el tonocoté, y al tiltimo snpoco de quichua.

Mucho se ha disutido sobre si, como lenguas, el Jule y eltonocoté del siglo XVI son o no son el Jule y €1 tonocoté dc prin--cipios del siglo XVIII, que estudjo y recogjó, —en grarntjca v

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se valió de las lenguas quichua y tonocoté para adoctrinar a los lules, y de intérpretes para los que hablaban cacán (o kakano). Noticia que el Padre! Lozano comentó diciendo: "Dos lenguas eran usuales entre esta gente: Ja quichua que hablaba comúnmente la juventud, y la tonocoté que entendían los ancianos, fuera de la suya lule, que era vul,gar entre todos". De acuerdo a estos datos, se puede concluir lo siguiente: Los anti,guos lules, como dice Bar­zana, debieron hablar varias ~eng:uas -o dialectos distintos-, no sólo por andar sus tribus repar.tidas por diversas regiones, sino porque en éstas tenían contacto (pacífico o guerrero) con indios que hablaban otras lenguas; -y entre éstos estaJban los diaguitas y los tonocotés-. Y así, vagando por valles y por sierras de los indios diaguitas" cuyos pueblos asaltaban antes de la entrada de Diego de Rojas, esos l1ules debieron a¡prender el idioma kakano, llegando a tenerlo como suyo, si de origen no lo fue. Después, cuando a mediados del siglo XVI los lules se dedi­caron a invadir pueblos diaguitas y tonocotés de los llanos san­tiagueños, aprendieron sin duda la lengua de estos últimos, o sea ~l tonocoté. Lo que es natural; pues los lules no a todos' los ma­taban: se lleva:ban sus hijos, y a las hija's por lo menos las con­servarían. Además, sabemos que a veces, para atacar a éstos, se aliaban o unian con los tonocotés de otras regiones. De manera que 'su contacto fue estrecho, y esto los llevó a hablar también el idioma de los tonocotés. Por último, a fines del siglo XVI, cuando los lules estuvieron reducidos, empezaron a hablar la leng.ua quichua, por la enseñanza de sus doctrineros y por su relación con otros indígenas que ya lo sabían. Por eso nos dice Loziano que sólo la juventud hablaba el quiohua, y los. viejo,s el tonocoté. Cuanto a la suya Jule, "vulgar entre todos" --que añade Loza­no--, esta lengua bien pudo ser la kakana, o un dialecto de ella, de acuerdo a la noticia del Padr,e Techo,; y así 10 han pensado Hervás, Lafone y otros estudiosos. Mas, se.a como fuere, lo cierto es que en el siglo XVI los indios lules de San Miguel de Tuoumán hablaban con preferencia el kakano y el tonocoté, y al último su poco de quichua.

Mucho se ha discutido sobre si, como lenguas, el lule y el tonocoté del siglo XVI son o no son el llule y el tonocoté deprin­ci¡;ios del siglo XVIII, que estudiO' y recogió, -en gramática y

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vhcabulario— el misionero Padre Antonio Machoni en la Misiónde Miraflores. Mas, para Monseñor Pablo Cabrera esa obra deMachoni corresponde a una lengua formada, o resultante, de dos:una ly le y otra tonocoté; siendo esta ültima, con algunas varian-tes, la misma de los tonocotés del siglo XVI; y la otra, el lulepropio, distinto del kakano, de los lules "solisitas" de San Miguelde Tucumán. Y nosotros estamos en todo con Monseñor Cabrera,menos en una cosa: en que la parte de lule que hay en dicha obrasea solo el lule de los solisitas; esto es de los lules del Sail. Porquenada autoriza tal afirmación. Y, por otra parte, careciendo detoda noticia sobre la existencia en esa comarca de una lengua luleoriginal, el lule recogido por Machoni bien puede ser un simpledialeeto del kakano, como ya lo hacen sospechar varias voces deorigen aimara que hemos hallado nosotros en su vocabulario.

Dicho esto, valiéndonos de este vobulario lule-Imocoté deMachoni, daremos el significado de alg os nombres lules, o quepueden tenerse por tales, del distrito de San Miguel de TucuMán.Empezando por la propia voz "lule", diremos que sU forma on-ginaria, segün antes dijimos, fue "nune" y que esta deriva deenunup (de enu, pueblo y nup, otro) y asI quiere decir de otropueblo, lo que para el indio era igual que enemigo. Y, ëomo el in-dio lule era el gran enemigo de los tonocotés, se ye qu' ' k éstos fue-ron los que dieron tab nombre. Otra voz lube es Stli, que vienede Zoly, y significa ileno, crecido, como era nuestro gran rio enlos sigbos pasados. Ulumprnampa se ilamaba en el siglo XVI elrIo Lules, y esa voz proviene de utump, "oorrer haciendo ruido"y mampa, agua, rio: significa, por tanto, rio que corre ruidoso,o rio sonador, •como antes era dicho rio. Podriamos dar otrosejempbos; pero no los daremos, por tratarse de nombres que handesaparecido.

Los indios tonocotés. - La verdadera Provincia de Tucurnao Tucumán, cuya parte central descubrió Don Diego de Rojasen 1543, se extendla, a nuestro juicio, más o menos desde el RioColorado hasta el rio Marapa, comprendiendo tan solo la fértillianacla pastosa y boscosa, rayada de rlos y arroyos, que va descielas himedas faldas de la sierra hasta las secas orillas del rIoGrande o Sail. Y en tan pequeña zona habIa un semillero de pue-

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blos que, fuera de aigunos de diaguitas, perteneclan a indios

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v0cabulario- el misionero Padre Antonio Machoni en la Misión de Miraflores. Mas, para Monseñor Pablo Cabrera esa obra de Machoni corresponde a una lengua formada, o resultante, de dos: una lule y otra tonocoté; siendo esta última, con algunas varian­tes, la misma de los tonoootés del siglo XVI; Y la otra, el lule propio, distintO' de~ kakano, de los lules "solisitas" de San Miguel de Tucumán. Y nosotros estamos en todo con Monseñor Cwbrera, menOS en una cosa: en que la parte de lule que hay en dicha obra sea sola el lule de los solisitas; esto es de los lules del Salí. Porque nada autoriza tal afirmación. Y, por otra parte, careciendo de toda noticia sobre ,la existencia en esa comarca de 'Una lengua lule original, ei lule recogido por Machoni bien puede ser 'Un s-imple dialecto del kakano, como ya lo- hacen sospechar varias voces de origen aimara que hemos hallado nosotros en su voc bulario. '

Di,cho esto, valiéndonos de este o abulario lule~ onocoté de Machoni, daremos el significado de alg: , 'os nombres lules, o que pueden tenerse por tales, del distrito de San Miguél de ucuman. Empezando por la 'Propia voz "lule", diremos que sü forma ori­ginaria, según antes dijimos, fue "nune" y que esta deriva de enunup (de enu, pueblo y nup, otro) y así quiere decir de otro pueblo, lo que para el indio era igual qlue enemigo. Y como el in­dio lule era el gran enemigo dé los tonocotés, se ve q éstos fue­¡'on los que dieron tal nombre. Otra voz lule es SrJi, que viene <le Zoly, y significa lleno, crecido, como era nuestro gran río en los siglos pasados. Ulumpmampa se llamaba en el siglo XVI el do Lules, y esa voz proviene de u¿ump, "oorrer h~ciendo ruido" y mampa, agua, río: significa, por tanto, no que C01're ruidoso, o río sonador, como antes era dioho río. Podríwmos dar otros ejemplos; pero no los daremos, ¡por tratarse de nombres que han desa parecido-o

Los indios tonocotés, - La verdadera Provincia de Tucuma o Tucumán, ,cuya p.arte central descubrió Don Diego de Rojas en 154'3, se extendía, a nuestro j1uicio, más o menos desde el Río Colorado hasta el río Marapa, comprendiendo tan solo la fértil Manada pastosa y boscosa, rayada de ríos y arroyos, que va desde las húmedas' faldas de la sierra hasta las secas orillas del río Grande o Salí. Y en tan pequeña zona había un semillero de pue­blos que, fuera de algunos de diaguitas, pertenecían a indios

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tonocotés. En su mayor parte eran naturales de dicha provincia,porque estando en ella asentados —i quién sabe desde cuándo !-en ella tenlan sus casas y sus sementeras.

No haremos aquI la pintura en general de los tonocotés deotras regiones. Solo daremos algunas interesantes noticias quenos han dejado antiguos cronistas sobre los tonocotés de Ja Pro-vincia de Tucuma, que es lo qe aqul nos interesa. Gutiérrez deSanta Clara, —confirmado en esto por Fernández, el Palenti-no—, nos presenta a estos indios, vistos ipor Diego de Rojas, co-mo "altos de cuerpo y bien dispuestos, que parecen medio gigan-tes y traen los arcos más altos que ellos un palmo": datos que nopueden referirse a indios Wes solamente, porque de éstos, biendistintos, sOlo se habla más tarde, lejos de Tucuma. Sabemos tam-bién, por los cronistas referidos —y por los mismos compaflerosde Rojas—, que las flechas que los indios de Tucuma arrojabanIlevaban "ponzofla que mataba rabiando en ocho o diez dIas",segün expresa. el Palentino.

Por su parte, Cieza de Leon cuenta que "habIa en algunaspartes de esta provincia montaflas espesas (es decir bosques):lo demás era campo raso"; y que en "éste tenlan los indios he-chas sus casas redondas, -de gran enmaderamiento e la cobija (ot(-eflo) de ellas, de paja". Luego, el mismo cronista, aunque alu-diendo al parecer a diaguitas de la falda serrana, y hasta de Cal-chaquI, dice que estos naturales de Tucuma "fueron señoreadospor los Ingas, e muchos de ellos andaban vestidos". A lo cualañade, con la misma alusión, que "en tiempo del Inga Yupangue"éste mandó orej ones a Tucuma para atraerse a sus habitantes"con rescates", lo que consiguió, y que asI "concertaron que Suamistad fuese perpetua, y ellos (los de Tucurna) obligados a nomás de a guardar aquella frontera, que no entrase nenguna gentepor alil a dar guerra a su Seflor, como esta paz fue hecha". Y de-bido tal vez a esta antigua alianza, segOn el mismo cronista, "enTucuma creIan e tenIan por Dios al Sol; todos, unos y otros, tenIan(o creIan) que las cosas tuvieron principio y que uno sOlo fuéHaccdor, al cual haclan sus sacrificios"..

De todo lo expuesto resulta bien claro que los tonocotés deTucuma, tal vez por estar desde tiemipos remotos en contacto condiaguitas y lules, eran altivos y guerreros y no sOlo se hacIan

BREVE HI TORIA DE TUCU~IAN 21

tonocotés. En su mayor parte eran naturales de dicha provincia, porque estando en ella asentados -j quién sabe desde cuándo!­en ella tenían sus casaS! y sus sementeras.

No haremos aquí la pintura en general de los tonocotés de otras regiones. Sólo daremos algunas interesantes notkias que nos han dejado antiguos cronistas sobre los tonocotés de la Pro­vincia de Tucuma, que es lo que aquí nos interesa. Gutiérrez de

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Santa Clara, --confirmado en esto por Fernández, el Palenti-no-, nos presenta a estos indios, vistos ¡por Diego de Rojas, co­mo "altos de cuerpo y bien dispuestos, que parecen lIDedio gigan­tes y traen los arcos más altos que ellos un palmo"; datos que no pueden referirse a indios lules solamente, porque de éstos, bien distintos, sólo se habla más tarde, lejos de Tucuma. Sabemos tam­bién, por los cronistas referidos -y por los mismos compañeros ue Rojas-, que las flechas que los indios de Tucuma arrojaban llevaban "ponzoña que mataba rabiando en ocho o diez días", según expresa el PaJentino.

Por su parte, Cieza de León cuenta que "había en algunas partes de esta provincia montañas espesas (es decir bosques) ; lo demás era campo raso"; y que en "éste tenían los indios he­chas sus casas redondas, de gran enmaderamiento e la cobija (o tf.:cho) de el.1as, de paja". Luego, el mismo cronista, aunque alu­diendo al parecer a diaguitas de la falda serrana, y hasta de Cal­chaquí, dice que estos naturales de Tucuma "fueron señoreados por los rngas, e muchos de ellos andaban vestidos". A lo cual añade, con la misma al.usión, que "en tiemp'Ü del rnga Yupangue" éste mandó orejones a Tucuma para atraerse a sus habitantes "con rescates", lo que consiguió, y que as'Í "concertaron que su amistad fuese perpetua, y ellos (los de Tucuma) obligados a no más de a guardar aquella frontera, que no entrase nenguna gente por allí a dar guerra a ·su Señor, como esta paz fue hecha". Y de­bido tal vez a esta antigua alianza, según el tmismo cronista, "en 'I'~lcuma creían e tenían por Dios al Sol; todos, unos y otros, tepían (o creían) que las cosas tuvieron principio y que uno sólo fué Hacedor, al cual hacían sus sacrificios" ...

De todo lo expuesto resulta bien claro que los tonocotés de Tucuma, tal vez por estar desde tiem¡pos remotos en contacto con diaguitas y lules, eran altivos y guerreros' y no SÓ1lo se hacían

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I I2E. M. LIZONDO BORDA

respetar de los mismos lules, sino que, al parecer, a veces se alia-ban con ellos para ir contra los tonocotés de Santiago —que eranmansos de más—. Y por ültimo, cuanto a su manera de vivir, sa-bemos que eran agricultores. Pues, segün nos informa Juan Nü-nez de Prado, cuando él entró en Tucumán, a mediados del sigloXVI, estos indios cultivaban el maIz, haciendo dos sementerasanuales, una entre agosto y setienibre, y otra por enero. Y de-mãs, igual que los diaguitas, cosechaban quInua, frIsoles y za-pallos.

Cuanto a la antigua lengua tonocoté de estos indios de Tu-cu'mán, sabemoi por el Padre Barzana que él habIa hecho tambiénarte, o gramática, y vo:cabulario, que se han perdido, como losdel kakano.

Pero nosotros, gracias al moderno tonocoté que recogió elPadre Machoni, junto con el tide, en su obra ya citada, hemospodido hallar el significado de varios nombres de lugares tucu-manos, tales como los siguientes: Ybatmn, el lugar donde se fun-d6 la primitiva ciudad de San Miguel de Tucuman, viene de eatim,"chacra" o sitio de sembradio. Capstine o Caustine (de cap y destine) es "pueblo de la orilla". Guajastiné (de uahap y de stifle),"pueblo del cazadero de fieras". Cimpmampa (hoy degeneradoen Siambón) deriva de Cimp y mam'pa y quiere decir "rio chico".iInfama se origina de ay y uapma, y significa 'atrás del cerro".4nconquija (de ay, coomquep y ha) es tierra o "lugar del cerroblanco", esto es del nevado. Famaylla (de uapma y yahu) signi-fica "pueblo de atrás". Y asI como estos nombres, otros ya desaparecidos, cuyo indudable sentido hemos encontrado nosotros enel tonocoté recogido por el Padre Machoni.

La voz "Tucumán". - Casi todas las interpretacione.s que sehan dao de la voz "Tucumán" la atribuyen al quichua. Pero notienen otro fundamento que la semejanza del sonido de esta vozcon otras varias de esa lengua. Entre las interpretaciones másconocidas, que en ella se han dado están: la de Nicolás Avella-neda, que traduce Tucumán por "cabeza luminosa"; la de Grous-sac, por "pais del algodón"; la de Adán Quiroga, por "pals delos tucus" (luciernagas) ; y la de Horacio Carrillo, que a su jui-do es la mejor, por "donde concluye, donde termina" (el dominioincaico). Pero nada de esto es cierto. Porque, en primer término,

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respetar de los: mismos lules, sino que, al parecer, a veces se alia­ban .con ellos par8: ir contra los tonocotés de Santiago -que eran mansos de máF-. y por último, cuanto a su manera de vivir, sa­bemos que er n agricultores. Pues, según nos informa Juan Nú­ñez de Pra o, cuando él entró en Tucumán, a mediados del siglo XVI, estos ind'lOs ultivaban el m~íz, haciendo dos sementeras anuales, una entre agosto y setiembre, y otra por enero. Y ¡ade­más, igual que los diaguitas, cosechaban quínua, frísoles y za­pallos.

Cuanto a la antigua lengua tono coté de estos indios de Tu­cumán, sabemoSi por el Padre. Barzana que él habia hecho también arte, o gramática, y vo¡cabulario, que se han ,perdido, como los del kakano.

Pero nosotros, gracias al moderno tono coté que recogió el Padre Machoni, junto .con el lule, en su obra ya citada, hemos podido hallar el significado de varios nombres de lugares tucu­manos, tales como los siguientes: Ybattn, el lugar¡ donde se fun­dó la primitiva ciudad de San Miguel de Tucumán, viene de eatim, "chacra" o sitio de sembradío. Capstine o Caustitne (de cap y de stine) es "pueblo de la orilla". Guajastiné (de uahap y de stine) , "pueblo del cazadero de fieras". Cimpmampa (hoy degenerado en Siambón) deriva de Cimp y mampa y quiere decir "río chico". ~lnfama se origina de ay y uapma, y significa "atrás del cerro" . . Anconquija (de ay, coomquep y há) es tierra o "lugar del cerro

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blanco", esto es del nevado. Famayllá (de uapma y yahu) signi-fka "pueblo de atrás". Y así como estos nombres, otros ya desa., parecidos, cuyo indudable sentido hemos encontrado nosotros en el tonocoté recogido por el Padre Machoni. .

La voz "Tucumán". - Casi todas las interpretaciones que se han daito de la voz "T·ucumán" la atribuyen al quichua. Pero no tienen otro fundamento que la semejanza del sonido de esta voz con otras varias de esa lengua. Entre las in~rpretaciones más conocidas, que en ella se han dado están: la de Nicolás Avella­neda, que traduce Tu.cumán por "cabeza luminosa"; la de Grous­sac, por "país del algodón"; la de Adán Quiroga, por "¡país de los tucuS" (luciérnagas); y Ja de Horacio Canillo, que a su jui­cio es la mejor, por "donde ,concluye, donde termina" (el dominio incaico). Pero nada de esto es cierto. Povque, en primer término,

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BREVE HISTORIA DE TIJCUMAN 23

los peruanos no pudieron haber bautizado a un pueblo de indiostonocotés, como era el de Tucuma o Tueumán,"que ya existió ensu region desde siglos atrás, antes que por allI ilegasen las incur-siones de la tropas incaicas; y luego, también, porque (segándijeron compañeros de Rojas) fue una provincia que, al ültimo,Huayna-kapac, señor natural del Peru, no llegó a sojuzgar. Y porfin, dicho nombre no puede ser quichua, porque su forma pri-mitiva original no fue Tucumán sino Sucuma o "Y'ucuman", Se-gtn los documentos más antiguos. Por lo cual, nosotros vamos adar, en lenguas del lugar, el origen y el significado más proba-bles de esa voz.

A nuestro juicio "Tucuma", como liamaron los primeros cro-nistas al pueblo y la provincia del llano que descubrió Diegode Rojas (forma que luego paso a ser "Tucuimán") se originóde "cucuma" o 'Sucurna", nombre de un pueblo indigena queen 1573 figura en documentos tucumanos como situado entre elrio Seco y el Gastona, cerca de Belicha actual, junto a uii rIo,que después fué simple arroyo, ilamado çuc'uma también. Y comodespués de la entrada de Rojas (1543) no vuelve a hablarse delpueblo de Tucuma, este pueblo, ya sin importancia, no puede serotro que ese de cucuma de 1573. Lo cual significa que el cu deçucuma, lo pronunciaban los indios en una forma tal que podiaconfundirse con Tit; y asi los e.spafloles de la Entrada de Rojas10 oyeron y pronunciaron como Tv, y de ahi Tucuma. Además,los indigenas debian acentuar un poco el ma final, por lo cualel nombre quedó al fin "Tucumán". Pero, lo curioso es que, aflosmás tarde, hacia 1590, ya no figura el pueblo cucuma, y apareceen cambio, por el mismo lugar, el pueblo Yucuman-'ita (o xita),el cual para nosotros es el mismo cucuma, pronunciado "Yncz-man" por los indios de entonces, con mayor 0 menor funda-mento. Y ante estas conclusiones, nosotros creemos firmementeque el origen y el significado de la voz "Tucumán" solo debebuscarse en las indigenas "cucuma" y "Yucuman".

Pues bien; Si Tucuma o Tucumán deriva de Qucuma o Su-cuma, que es la forma más antigua, como nombre del pueblo ydel rio citados, tendriamos, primero, que si el pueblo diO elnombre al rio, junto al cual estaba, Sucuma, (por las razones quedimos en nuestro "Tucumán indIgena"), puede ser voz tonocoté

BREVE HISTORIA DE rUOUMAN 23

los peruanos no pudieron haber bautizado a un pueblo de indios tonocotés, CO!IIlO era el de Tucuma o Tucumán, que ya existió en su región desde siglos atrás, antes que por allí negasen las incur­siones de las tropas incaicas; y luego, también, porque (según dijeron compañeros de Rojas) fue una provincia que, al último, Huayna-kapac, señor natural del Perú, no llegó a sojuzgar. Y por fin, dicho nombre no puede ser quichua, porque su forma pri­mitiva origina;} no fue Tucumán sino S·ucuma {) "Yucuman", se­gún los documentos más antiguos .. Por lo cual, nosotros vamos· a dar, en lenguas del lugar, el origen y el significado más proba­bles de esa voz.

A nuestro juicio "Tucum"a", como llamaron los primeros cro­nistas al pueblo y la provincia del llano que desC:Uibrió Diego de Roja~ (forma que luego pasó a ser "TucUlIllán") se ongmo de "<;:ucuma" o . 'Sucuma" , nombre de un pueblo indígena que en 1573 figura en documentos tucumanos como situado entre el río Seco y el Gastona, cerca de Belicha a;ctual, junto a un río, que después fué simple arroyo, llamado <;:uc-uma también. Y como después de la entrada de Rojas. (1543) no vuelve a hablarse del pueblo de Tucuma, -este pueblo, ya sin importancia, no puede ser otro que ese de <;:ucuma de 1573. Lo cual significa que el <;:u de Qucuma, lo pronunciab,an los indios en una forma tal que podía confundirse con Tu; y así los españoleS' de la Entrada de Rojas l(¡ oyeron y pronunciaron como Tu, y de ahí Tucuma. Además, los indígenas debían acentua.r un poco el ma final, por lo cual el nombre quedó al fin "Ttucumán". Pero, lo curioso es que, años más tarde, hacia 1590, ya no figura el puehlo Qucuma, y 3.lparece en cambio, por el mismo lugar, el pueblo Yucuman-ita (o xita) , el cual para nosotros es el mismo <;:ucuma, pronuncia;do "Yuc'U­man" por los indios de entonces, con mayor o menor funda­mento. Y ante estas conclusiones, nosotros creemos firmemente que el origen y el significado de la voz "T·ucumán" sólo debe buscarse en las indígenas "<;:ucuma" y "Yucuman".

Pues bien; si Tucuma o Tucumán deriva de Qucuma o Su­cuma, que es la forma más antigua, como nO!IIlbre del pueblo y del río citados, tendríamos, primero, que si el pueblo dió el nombre al río, junto al cual estaba, Su cuma, (por las razones que

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dimos en nuestro "Tucumán indígena"), puede ser voz tonocoté

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M. LIZONDO BORDA

ue 5igriifica grande Si no por el valle; 1 por el pueblo primitivo

que era grande; o por un cacique grande —en todo sentido— ypoderoso, como afirmara el Padre Lozano. Pero, si tal nombreicne del rio çncuma puede ser voz kakana de significado dis-

tinto; pues derivarIa de hucco-uma —con la h muy aspirada—,

que en lengua aimara significa agua o rIo de ciénaga o bañado

(de hucco, ciénaga y uma, agua o rIo): precisamente como era

el rio o arroyo çucuma, segdn ya dijimos en la obra antes cita1da. Como lo comprueba ci arroyo de bañad•os, Human Suma, queadn figura en mapas de Tucumán, como continuación —hacia cinaciente— del primitivo (uouma. Por todo lo cual, fundado co-mu está en hechos comprobados, hoy nosotros consideramos máseguro que ci pueblo de Tucuma, que dió el nombre a su pro-

vincia, lo tomó a su vez del rio çucuma, sdbre el cual estaba,

y asI significa simplemente: pueblo del Rio del Bañaclo; o bien

del Rio Grande.En cuanto a "Yucumanita", descompuesta esta voz en Yucu-

man e ita (por xita, que es pueblo en lengua lule), Yucuman no

es más que çucuma, con ci significado de "rio de ciénaga o ba^ñado"; la diferencia solo está en que después ci çu se pronun-

ciaba Yu, debido a la singular aspiración del hu kakano. Y esto

iIltimo resulta comprobado con el nombre Yncuco, que adn existe,

el cual en kakano significa ciéna gas continuadas pues viene de

Ivucco-hucco, que en aimara tiene ese sentido.No estamos seguros de que se acepte asI no más este sig

nificado de la voz Tucumán. Pero consideramoS que hasta ahoraes el más prcbable, por estar fundado en lenguas indIgenas de laregion y en los documentos más antiguos. No es, pues, fruto desuposiciofles caprichosas ni de puras fantasias.

1) 0 aeso por el rio Grande o Sail, que antes pudo llaivarse Sucuina, y qua

despuês so lianiaba tambldn Gvaiao (que en aimara significa ''grande'')

hasta el cual se exteiidIa la 1jrovineia de Sucuna o Tucuma.

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~ ue significa grande: si nO' pür el valle ;1 ) pür el pueblO' primitivO' que era grande; O' pür un ,cacique grande --en tüdü sentidü- y pliderüsü, cümü afirmara el Padre Lüzano. Pero, si tal nümbre "iene del río Qucuma puede ser vüz kakana de significadO' dis­tintO'; pues derivaría de hucco-uma --cün Ja h muy aspirada-, que en lengua aimara significa agua O' ríO' de ciénaga o bañado (de hucc,o, ciénaga y uma, agua O' ríO') : precisamente cümü era el dO' O' arrüyü Qucuma, según ya dijimüs en la übra antes cita~ da. CümÜ' lO' cümprueba el arrüyü de bañados, Human Suma, que aún figura en maJpas de Tucumán, cornO' cüntinuación -hacia el naciente- del primitivO' Quouma. Pür tüdü lO' cual, fundadO' cü­TilO está en heohüs cümprübadüs, hüy nüsütrüs cünsideramos más segurO' que el pueblO' de Tucuma, que dió el nümbre a su prü-

I .

vincia, JO' tümó a su vez del ríO' Qucuma, sübre el cual estaba, j así significa simplemente: pueblO' del Río del Bañado; O' bien del Río Grande.

En cuantO' a "Yucumanita", descümpuesta esta voz en Yucu­man e ita (pür a,;it,a, que es ¡pueblO' en lengua, lule), Yucuman nO' es más que Qucuma, cün el s ignificadO' de "ríO' de ciéna:ga¡ O' ha,.. fl8do"; la diferencia sólO' está en que después el Qu se pronun­ciaba Yu, debidO' a la singular aspiración del hu kakano,. y ' estO' últimO' resulta comprübadü cün el nümbre Yrucuco, que aún existe, el cual en kakanü significa ciénagas continuadas pues viene de hueco-hueco, que en aimara tiene ese sentidO'.

NO' estamos segurüs de que se acepte así nO' más este sig~ nificadü de la vüz Tucumán. PerO' cünsideramos que hasta ahora €S el más prcbab1e, pür estar fundadO' en lenguas indígenas de la región y en lüs dücumentüS más antiguüs. NO' es, pues, frutO' de , suposiciünes caprichüsas ni de puras fantasías .

..

1) o acu,so por el río Grande o Salí, que antes pudo llamarse SUCU'/lUl, y que después se llamaba t:l!mbién Gualan (que en aimara significa" grande"); hasta el cual se extendía la provincia de Sucuma o TUCU1na.

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SIGLO XVISIGLO XVI

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I

EL DESCUBRIMIENTO

La provision dada a Rojas. - A fines de 1542, Vaca deCastro, pacificador del Perd, escribIa al rey de España, CarlosV, comunicándole haber resuelto que el capitán Diego de Rojas,"rCOfl muy buena compaflIa ide gentes" saliese al descubrimientoy conquista de una provincia de que tenIa noticia: la cual estabaentre la de Chile y el nacimiento del rio de la Plata, "hacia laparte de la mar del Norte, de aquel cabo de las sierras nevadas";de una provincia —agrega— "que diz que era muy poblada yrica. Y algunos han creIdo que dicha provincia, cuyo nombre nose lee en la carta de Vaca de Castro, era la de Tucumán. Pero,lo más probable es que, por la situación que se le da, no fueseotra que la famosa Trapalanda, ya imaginada por entonces enlas regiones del Nahuel Huapi.

La meta de la expediciOn. - Sea como fuere, Jo cierto esque cuando Rojas y sus compañeros salieron del Cuzco, no ye-nIan para Tucumdn ni para ninguna Trapatanda de este lado dela Cordillera: ellos venian para el sur de Chile, a la region delrio Arauco, ide que se tenIa también "gran noticia" por los con-quistadores que con Pedro de Valdivia ya se hallaban en el centtro de Chile. Rojas venIa, pues, al descubriimi•ento y conquistade lo cierto, y no de lo dudoso: aunque después, en el camino,dejarIa :lo cierto por lo dudoso.

Los expedicionariOs. - Vaca de Castro, a fines de 1542,habIa nombrado tres jefes de la expedición: a Diego de Rojas,el principal, como justicia mayor y gobernador de las tierras pordcscubrir; a Felipe Gutiérrez, el segundo, como capitán gene-ral; y a Nicolás de Heredia, el tercero, como maestre de campo

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EL DESOUBRIMIENTO

La provisión dada a Rojas. - A fines de 1542, Vaca de Castro, pacificador del Perú, escribía al rey de España, Carlos V, comunicándole haber resuelto que el capitán Diego de Rojas, "ron muy buena 'compañía de gentes" saliese al descubrimiento y conquista de una provincia de que tenía noticia: la cu~r estaba entre la de Chiae y el nadmiento del río de la P1lata, "hacia la parte de la mar del Norte, de aq:uel cabo de las' sierras nevadas"; de una provincia -agrega- "que diz que era muy poblada y rica. Y alg:unos han creído que dicha provincia, cuyo, nombre no se lee en la carta de Vaca de Castro, era la de Tucumán. Pero, lo más probable es que, por la situación que se ¡le da, no fuese otra que la famosa Trapalanda, ya imaginada por entonces en las regiones del Nahuel Huapi.

La meta de ~a expedición. - Sea como fuere, Jo ciertO' es que cuando Rojas y sus compañeros salieron del Cuzco, no ve­nían 'P'ara Tucumán ni para ninguna Trapalanda de este lado de la Oordillera: ellos venían ,para el sur de Chile, a la reg,ión del río Arauco, de ,que se tenía también "gran noticia" por los con­quistadores que con Pedro de Valdivia ya se hallaban en el cen., tro de Chile. Roj as venía, pues, al des'cubrinniento y conquista de lo cierto, y no de lo dudoso: aunque después, en el camino, d.ejaría :lo cierto por lo dudoso.

Los expedicionariOs. - Vaca de Castro, a fines de 1542, había nombrado tres jefes de la expedición: a Diego de Rojas, el principal, como justicia mayor y gobernador de las tierras por descubrir; a Felipe Gutiérrez, el segundo, como capitán gene­ral; y a Nicolás de Heredia, el tercero, como maestre de . camp'o

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de la tropa. V en esta expedición se enrolaron de 200 a 300 es-pañoles, muchos ricos como sus jefes, y todos "valientes y ani1mosos", los cuales, segün dice un cronista, vinieron bien equipa-dos, con "muchas armas, caballos y gran servicio de negros, ne-gras... y muchos indios amigos". Con Rojas entraron tambiéndos sacerdotes: fray Francisco Galán, y el presbItero Juan Ce-ron. Y además, —como algo no comün—, los acompañaban, conindias de servicio, algqnas mujeres valerosas, como Catalina deEnciso, amiga de Felipe Gutiérrez, Mari,Lopez, amiga de Ber-naldino de Balboa, y Leonor de Guzmán, esposà de HernandoCarmona. Diremos, por ültimo, que en esta expedición vinieronsoldados 1principales (segün el P. Lozano unos 28) que volvie-ron en 1550 con Nüñez de Prado y aquI se quedaron y fueronvecinos de Tucumán y Santiago: tales como Miguel de Ardiles,Juan Bautista Bernio, Nicolás Carrizo, Alonso Diaz Caballero,Juan Perez Moreno y Gonzalo Sanchez Garzón.

La partida de Rojas. - La expedición salió del Cuzco, es-calonada en tres partidas, bajo el mando de los tres jefes refe-ridos. Rojas, al frente de la primera, compuesta de unos 60 so!-dados y demás comitiva, con caballos de tiro y otros animalescargados, lo hizo a mediados de 1543. El abrió, pues el •camino;y por donde él vino, hasta juntarse en Santiago, vinieron losotros: primero Gutiérrez, y el ültimo, Heredia. Hasta liegar ala Puna de Jujuy, poco interés tiene para nosotros la ruta orecorrido: basta decir que en la parte de Bolivia debieron tran-sitar por Un camino incaico, siguiendo el derrotero de Don Diegode Almagro, cuando vino al descubrimiento de Chile, siete aflosatrás.

El cruce de la Puna jujeña. - No dicen los cronistas pardOnde cruzó Rojas la region de Jujuy hasta Ilegar a Chicoana.Pero es seguro que vino hasta allI como Almagro por la caizadaincaica, descripta 22 aflos después por el oidor Matienzo. Esdecir, que entró por Calahoyo y paso por Moreta, por Casabindoy por el Rincón de las Salinas, hasta dar en el tambo de Moreno,casi al final de la Puna. Y en todo ese trayecto es de imaginarque empezaron los padecimientos. Porque no es para menos esatriste planicie desolada, de grandes salinas y movedizos méda,nos, de bañados salobres, de escasa vegetación raquItica, sin

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de la tropa. Y en esta expedición se enrolaron de 200 a 300 es­pañoles, muchos ricos eomo sus j·efes, y todos "valientes y ani., m'Os'Os", los cuales, según dice un cronista, vinieron bien equi'P·a­dos, con "muoh~ armas, caballos y gran servido de negros, ne­gras ... y muchos indios amig'Os". C'On Rojas entrar'On también d'Os' sacerdotes: fray Francisc'O Galán, y el presbítero Juan Ce­rón. y además, ---com'O allg'O no c'Omún-, l'Os ac'Ompañaban, con mdias de servici'O, algqnas mujeres valer'Osas, c'Omo Catalina de Encis'O, amiga de Felipe Gutiérrez, Mari.,López, amiga de Ber­naldjn'O de Balboa, y Leonor de Guzmán, esp'Osa de Hernand'O Garmona. Direm'Os, p'Or último, que. en esta expedición vinieron soldad'Os principales (según el P. L'Ozano unos 28) que v'Olyje­r'On en 1550 con Núñez de Prado y aquí se quedaron y fuer'On vecin'Os de Tucumán y Santiago: tales com'O Miguel de Ardiles, Juan Ba'utista Bernio, Nic'Olás Carriz'O, Al'Onso Díaz Caballer'O, Juan Pérez M'Oreno y G'Onzal'O Sánchez GarzÓn.

La partida de Rojas. - La expedición saHó del Ouzco, es~

calonada en tres partidas, baj'O el mando de l'Os tres jefes refe-, ridos. R'Ojas, al frente de la primera, c'Ompuesta de un'Os 60 s'Ol­dados y demás comitiva, c'On caball'Os de tiro y 'Otros animales cargados, 1'0 hizo a mediados de 1543. Él abrió, pues el camino; y p'Or d'Onde él yjn'O, hasta juntarse en Santiag'O, vinier'On los 'Otros: primer'O Gutiérrez, y el últim'O, Heredia. Hasta llegar a la Puna de Jujuy, poc'O interés tiene par·a nosotrros la ruta 'O

recorrido: basta decir que en la parte de Bolivia debieron tran­sitar por un camin'O incaic'O, siguiend'O el derr'Oter'O de D'On Diego de Almagro, cuand'O vin'O al descubrimiento de Chile, siete añ'Os atrás.

El cruce de la puna jujeña. - N'O dicen los cr'Onistas par dónde cruzó R'Ojas la región de Jujuy hasta llegar a Chicoa'na. Pero es segur'O que vino hasta allí c'Om'O Almagr'Ol por la calzada incaica, descripta 22 años después por el 'Oidor Matienzo. Es decir, que entró p'Or Calahoy'O y pasó por M'Oreta, p'Or Casabind'O y por el Rincón de las Salinas, hasta dar en el tamb'O de M'Oren'O, casi al final de la Puna. Y en t'Odo ese trayecto es de imaginar que empezaron los padecimient'Os. Porque n'O es para men'Os esa ~ triste planicie desolada, de grandes salinas y movediz'Os méda., n'Os, de bañados sal'Obres, de escasa vegetación raquítica, sin

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BREVE HISTORIA DE TTTCUMAN

pasto Para las cabalgaduras, casi sin agua dulce para apagarla sed, y sin lena para hacer fuego, a no ser de tola o de yareta;

bajo una temperatura helada con aire enrarecido apenas respi-rable, cargado de electricidad, y en una atmósfera reseca quecurte la piel, quiebra las uñas y agrieta los labios...

For los valles de Salta. - De Moreno, bajando siempre alsur, Rojas debió pasar por los tambos de Buena Yerba en losprincipios de la Quebrada del Toro, Para entrar en la region deSalta, ladeándose un poco al oeste hasta dar, por Incahuasi, alnorte del Nevado de Acay, en lo que Matienzo liamara "el piedel Puerto que se pasa Para entrar en el Valle de Calchaqui".Y asi, por el despoblado y la cuesta del Acay, continuó ya porese Valle siguiendo el curso del rio CalchaquI, hasta ilegar a laprovincia de Chicoana, en que hizo alto. El pueblo de Chicoanase hallaba entonces, no donde hoy está el poblado de ese nom-bre, sino en el Valle de CalchaquI, entre los lugares actuales deCachi y de Molinos.

La estada en Chicoana. - En Chicoana, Rojas plantó un"real" o campamento con ánimo de esperar la liegada de laspartidas de Gutiérrez y Heredia, antes de seguir hacia la Cor,dillera y a Chile. Pero allI ocurre lo imprevisto, lo providencial,que torció el rumbo de su expedición. Y es que estando en Chi-coana, indios del Valle le contaron que más adelante —en elIlano—, "pasadas las montaflas, habia gran poblado" donde losnaturales "poseian muchas gallinas de Castilla". Y ante esa no-vedad, después de consultar a su gente, decidió dejar el caminode Chile por la Cordillera Para seguir directamente hacia el sur.De modo que, como duo un cronista, "las gallinas fueron causade torcer el camino, creyendo Diego de Rojas hallar mejor tie-rra". Pues. debieron pensar que donde habIa gallinas habrIacristianos que "estaban muy prósperos", si la tierra era "muyrica" de oro y Plata, segdn entendió de los indies.

Principio de la Entrada de Rojas. - Resuelto a la nuevaaventura, sin esperar la liegada de Gutiérrez, Pero dejando genteen el real, Para avisar, Rojas con unos 40 españoles siguieronpor el Valle central hacia abajo, siempre por el camino incaice.Y transitándolo, debieron pasar por Angastaco y por los actua-les lugares de San Carlos, de Anirnaná y Cafayate, hasta dar

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 29

pasto para las cabalgaduras, casi sin agua dulce para apagar

la sed, y sin leña p'ara hacer fuego, a no ser de tolaJ o de yareta;

bajo una temperatura helada con aire enrarecido apenas respi­

raJble, cargado de eleotricidad, y en una atmósfera reseca que

curte la piel, quiebra las uñas y agrieta los labios ...

Por los valles de Salta. - De Moreno, Ibajando siempre al

sur, Rojas debió pasar por ;los tambos de Buena Y érba en los

principios de la Quebrada del Toro, para entrar en la región: de

Salta, ladeándose un poco al oeste hasta dar, por Incahuasi, al

norte del Nevado de Acay, en lo que Matienzo llamara "el pie

del puerto que se pasa para entrar en el Valle de Cakhaquí".

y así, por el despoblado y la cuesta pel Acay, continuó~ ya por

ese Valle siguiendo el curso del río Calchaquí, hasta llegar a la

provincia de Chicoana, en que hizo alto. El pueblo de Chicoana

se hallaba entonces, no donde hoy está el poblado de ese nom­

bre, sino en el Valle de Calchaquí, entre los .lugares actuales de

Cachi y de Molinos.

La _ estada en Chicoana. - En Chkoana, Roj as plantó un

"real" o campamento con ánimo de esperar la JIegada de las

partidas de Gutiérrez y Heredia, antes de seguir hada ;la Cor.,

dillera y a Chile. Pero allí ocurre lo imprevisto, lo :providencial,

que torció el rumbo de su expedición. Y es que estando en Chi­

coana, indios del Valle :le contaron que más adelante --en el

llano-, "pasadas las montañas, había gran poblado" donde los

naturales "poseían muchas gallinas de Castilla". Y ante esa no­

vedad, después de consu:ltar a su gente, decidió dejar el camino

de Chile por la Cordillera para seguir directamente hacia el sur.

De modo que, como dijo Un cronista, "las gallinas fueron causa

de torlCer el camino, creyendo Diego de Rojas hallar mejor tie­

rra". Pues. debieron pensar que donde había gallinas habría

cristianos que "estaban muy prósperos", si la tierra era "muy

rica" de oro y plata, según entendió d~ los indios.

Principio de la Entrada de Rojas. - Resuelto a la nueva

aventura, sin esperar la llegada de Gutiérrez, pero dejando gente

en el real, para avisar, Rojas con unos 40 eSIP'año:les siguieron

por el Valle central hada abajo, siempre por el camino incaico.

y transitándolo, debieron pasar por Angastaco y por los actua­

les lugares de San Carlos, de Animaná y Cafayate, hasta dar

Page 27: Breve Historia de Tucuman

30 AL LJZOND 0 IOEDA

en Toiombón, trayecto rnuy poblaclo por indios de guerra, dia-guitas que si no los molestaron a ellos, atosigaron bastante alas partidas de Gutiérrez y Heredia. De allI Rojas, por el caminoindicado que se recostaba por la falda oriental de los cerros del 0.,sin pasar el rIo Santa Maria (como antes creIamos), vino a daren los tambos de la Cienaga, que debieron estar por los alrededores de El Banado de hoy (ya en Tucumán). Y en este punto,segün afirmamos ahora, es donde Rojas dejando el camino realincaico, que •continuaba al sur, torció al naciente por un ramaldel mismo, descrirpto también por el oidor Matienzo, paso el rioy siguió por Amaicha y el Infiernillo hasta liegar al Valle deTall, donde al parecer ese camino del Inca terminaba.

La bajada al ilano tucumano. - Cruzado el Valle de TafI,hasta La Ventanita, Rojas debió entrar por la boca de la Que-brada del Portugués, para bajar por ella y no por otra, pues esla ünica que tenia lo que dice Matienzo: que "en todas partehay buena dormida". Pero entonces ésta se hlarIa paraellos muy cerrada con su maravilloso boscaje tropical; puesmientras venIan "abajando por un arroyo abajo", segimn cuen-tan soldados de la expedición, tuvieron que abrirse el camino"con hachas e picos e hazadones".

En la "provjncja de Tucuma" o Tucumdn. - De esta suerte,en la primavera de 1543 vino Rojas a salir con su gente, cercade Monteros de hoy, por donde sale el rio del Pueblo Viejo. YasI entró en la primitiva provincia indIgena de Tucuma o Tucu-man, la primera que habIa en el liano, pasadas las montañas,Ia cual ya conocemos. Y al entrar en ella, volviendo los Ojos asu alrededor, debieron quedar todos pasmados; pues nunca talvez vieron una naturaleza imis hermosa: de un ]ado, hacia lasfaldas, el azulado hervidero de copas de los árboles, y del otro,el alegre verdor de la Ilanura boscosa y pastosa, encintada derIos y arroyos viboreantes. iAl fin, después de tanto andar,ilegaban a un pargue o a un jardin!

En los pueblos de T'ucuma y Ca papa. - Pero Rojas siguióadelante por el Ilano, hacia donde, segün los gulas, se hallabael pueblo de T'ucuma o Tucumán, que daba su nombre a la pro-vincia y estaba a nuestro juicio entre Belicha y Gastona, seginya dijimos. Llego a él, y no halló más que ranchos vacios (re-

30 M. L 1 Z O N J) O B O R D A

en Tolombón, trayecto muy poblado por indios de guerra, dia­guitas que si no los molestaron a ellos, atosigaron bastante a las partidas de Gutiérrez y Heredia. De allí Rojas, por el camino ir!dicado que se recostaba por la falda oriental de los eerros del O., sin pasar el río Santa María (como antes creíamos), vino a dar en los tambos de la Ciénaga, que debieron estar por los alrede., dores de El Bañado de hoy (ya en Tucumán). Y en este punto, según afirmamos ahora, es donde Rojas dejando el eamino real incako, que continuaba al sur, tordó al naciente ¡por un ramal del mismo, descrÍlpto también por el oidor Matienoo, pasó el río y siguió por Amaicha y el Infiernillo hasta llegar al Valle de Tafí, donde al parecer ese camino del Inca terminaba.

La bajada al l~ano Ducumano. - Cruzado el Valle de Tafí, hasta La Ventan ita, Rojas debió entrar por la boca de la Que­brada del Portugués, ,para bajar por ella y no por otra, pues es la única que tenía lo que dice Matienzo: que "en todas partes hay buena dormida". Pero entonces ésta se hailaría para ellos muy cerrada cO'n su maravilloso boscaje tropical; pues mientras venían "abajando por un arroyo abajo", según euen­tan soldados de la expedición, tuvieron que abrirse el camino "con hachas e picos' e hazadones".

En la "provinc~a de Tucuma" o Tucumán. - De esta suerte, en la primavera de 1543 vino Rojas a salir con su gente, cerca de Monteros de hoy, ipor donde sale el río del Pueblo Viejo. Y así entró en la primitiva provincia indíg,ena de Tucuma o T,ucu­mán, la primera que había en el llano, pasadas las montañas, la cual ya conocemos. Y al entrar en ella, volviendO' los ojos a su alrededor, debieron quedar todos pasmados; pues nunca tal vez vieron una naturaleza más hermosa: de un lado, hacia las faldas, el azulado hervidero de ·copas de los árboles, y del otro, el alegre verdor de la llanura boscosa y pastosa, encintada de ríos y arroyos viboreantes. i Al fin, después de tanto andar, llegaban a un parque o a un jardín!

En los pueblos de Tucuma y Capaya. - Pew Rojas siguió adelante por el llano, hacia donde, según los guías, se hallaba el !pueblo de T'ucuma o Tucumán, que daba su nombre a la pro­vincia y 'estaba a nuestro juicio entre Belicha y Gastona, según ya dijimos. Llegó a él, y no halló más que ranehos vacios (re\-

Page 28: Breve Historia de Tucuman

BREVE HISTORIA DE TUCTJ1AN 31

F dondos, de madera, con techo de paja) : pues sus habitantes alsaber que ilegaban esos hombres extraflos, con relucientes ar-maduras, montados en raros animales, los habIan abandonadoganando los montes. Ante esta so;ledad, Rojas paso de largo,hacia el sur, hasta avistar otro pueblo, Ilamado Capaya o Ca pa-yam, que no era el del mismo nombre que figura después enCatamarca, sino uno situado en Tucumán sobre el rio Medinas,Ilamado más tarde A.-capaya-nta o Acapianta. Pero antes de lie-gar se dieron con que su cacique o Señor y una junta de más demil indios estaban allI para enfrentarlos o impedirles el paso. Locurioso de dicho señor, de nombre Canamico, era que "venia enunas andas por tener una pierna cortada". Y este hecho, y el deentender el quichua (como parece que entendia), hace pensarque era un prIncipe u "orejón incaico", de los que se dice queya señoreaban por estas regiones. 1 Por otra parte, esos indioseran hombres semidesnudos, tan altos y bien proporcionados queparecIan "medio gigantes", armados de arcos tan grandes queeran "más altos que ellos un palmo". jUna verdadera escoltade rey!

El encuentro de Capaya. - Al erifrentarse con ellos, ci caci-que Canamico —segün cuenta Cieza de Leon— ordenó que in-dios que venIan "cargados de paja" hiciesen seflal de pararse alos invasores extranjeros, avisándoles que no pasasen adelanteporque "serIan muertos". Mandó entonces Rojas al Padre Ga-lan, con un intérprete peruano, a parlamentar con el cacique, ycomo éste le mostró mala cara, se asustó y se volvió gritando...Rojas, que era valiente, avanzó a su vez para ver de apaciguaral cacique; pero como los indios intentasen rodearlo, hizo cara-colear a su caballo y em.pezó a atropellar por todas partes, es-pantando a los indios. Viendo esto, los soldados espafloles, quoestaban atrás avanzaron 'empuflando las lanzas" y empezaron alancear "en aquellos desnudos cuerpos". Los indios trataron dedefenderse con sus mazas y sus flechas; mas nada pudieron ha-cer contra el torbellino de la caballeria espanola, y se desbanda-ron, dejando solo a su Seflor. Y asI éste, para que le perdonarala vida, hizo la paz con Rojas: lo que cumplió a los pocos dIas,

1) Hoy peilsanlos que fué solo un autOetono Señor de Señores (Cama-niayco)de la provincia de Tucuaw.

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 31

don dos, de madera, con techo de paja) : ;pues sus habitantes al saber que llegaban esos hombres extraños, con relucientes ar-, maduras, montados en raros animales, los habían- abandonado ganando los montes. Ante esta soledad, Rojas pasó de largo, hacia el sur, hasta avis,tar otro pueblo, llamado Capaya o Capa­yan, que no era el del mismo nombre que figura después en Catamarca, sino uno situado en Tucumán sobre el río Medinas, llaJIllado más tarde A,·capaya-nta o Acapianta. Pero antes de lle­gar se dieron con que su' cacique o Señor y una junta de más de mil indios estaban allí para enfrentarlos o impedirles el paso. Lo curioso de dicho señor, de nombre Canamico, era que "venía en unas andas por tener una pierna cortada". Y este hecho, y el de entender el quichua (como parece que entendía), hace pensar que era un ;prínciip€ u "orejón incaico", de los que se dice que ya señoreaban por estas regiones.1 ) Por otra parte, esos indios eran hombres semidesnudos, tan altos y bien proporcionados que parecían "medio gigantes", armados de arcos tan grandes que eran "más altos que ellos un palmo". i Una verdadera escolta de rey!

El encuentro de Capaya. - Al enfrentarse COn ellos, el caci­que Canamico -según cuenta Cieza de León- ordenó que in~

dios que venían "cargados de paj a" hiciesen señal de pararse a los invasores extranjeros, avisándoles que no pasasen adelante porque "serían muertos". Mandó entonces Rojas al Padre Ga­lán, con 'Un intérprete peruano, a parlamentar con el cacique, y como éste le mostró mala cara, se asustó y se volvió gritando ... Rojas, que era valiente, avanzó a su vez para ver de apaciguar al cacique; pero como los indios intentasen rodearlo, hizo cara­colear a su caballo y empezó a atropellar por todas partes, es­pantando a los indios. Viendo esto, los soldados españo,les, que estaban atrás avanzaron "empuñando las lanzas" y empezaron a lancear "en aquellos desnudos cuerpos". Los indios trataron de defenderse con sus mazas y sus flechas; mas nada pudieron ha­cer contra el torbellino de la caballería española, y se desbanda­ron, dejando solo a su Señor. Y así éste, para que le perdonara la vida, hizo la rpaz con Rojas: lo que cumip1ió a los pocos días,

1) H oy pensamos que fué sólo un autóctono Señor de Señores (CMlla-mayeo) de la provincia de T~iCUql1a .

Page 29: Breve Historia de Tucuman

T\1 l!/)\DO 1,01i\

—dice el cronista Santa Clara—; pues dió "todo lo que pi'ornetioy asosegO toda su gente".

La estada de Rojas en Tucnma. - Rojas y su gente volvie-

ron después al pueblo de Tucuma, donde ya encontraron "grancantidad de bastimentOS" o sea de provisiofleS, sin duda porquesus pobladores habIan regresado a sus viviendas con sus anima-les y sus cosas. AllI, segün cuenta Cieza de Leon, "gallinas máshabIa que en tierras de Campos (en Espafia), e bien gordas, emucha cantidad de patos". De manera que aquI, en Tucumãll,encontrarOfl las primeras gallinas que venIan buscando: gallinasverdaderas, segün dicho cronista, descendienteS de las que entró alRio de la Plata Don Pedro de Mendoza en 1536, y que, traldaspor '.os indios, se habrIan propagado hasta esta region.

En este pueblo asentó Rojas su nuevo campanlefltO, a la es-1;era de Felipe GutiérreZ y los suyoS. Liegaron españoles cnmensajes de él; y ya aumentada su gente, "con algunos de a ca-ballo anduvo descubriefldO alrededor de esta proviflcia". Descu-

brirIa asI Jos pueblos tonocotés de Gstona, Eldete, Capstiné,

ChiquiligaSta, Mahala y otros vecinos del pueblo de Tucuma oTucumáfi. Pero andando en esto, como viesen los indios que losextranjeroS no se iban, para obligarlos por hambre a salir de sutierra, volvieron a aizar sus provisiofleS, y lo hicieron con talprontitud que "en pocos dIas —dice Cieza de Leon— no se ha-ilaba ninguna comida ni otra cosa que Jos maizales que estabanen berza", esto es verdes o poco crecidos. Lo que significa queesto era por octubre o noviembre (de 1543), que es cuando aqulJos maizaleS están recién brotados.

Las andanzas fuera de Tucumáfl. - Falto de comida, Rojas

se dedicó a buscarla por todas partes, dentro de la provincia sinhallarla; tan bien la habIan escondido los indios. Hasta que tuvonoticiaS de que al sureste, en el corazOfl de Jos llanos, que hoy sonde Santiago del Estero habla una gran provincia de mucha abun-

dancia, llamada Soconcho y hacia ella se fué con su partida.Salió, de este modo, de la de Tucumán; por lo cual nosotros novamos a seguirlo, contando al pormenor todas sus andanzas; yasI sOlo diremos que flegó a Soconcho (en Atamisqui de hoy)donde halló comida y donde luego lo alcanzó la partida de FelipeGutiérrez que de all1 paso a otra provificia más provista, que

32 M. L 1 Z O N J) O B O R D A

-dICe el cronista Santa Clara-; pues dió "todo lo que prometió

y :lsosegó toda su gente".

La estada de R,ojas en Tucuma. - Rojas y su gentEl' volvie­

ron después al pueblo de Tucuma, donde ya encontraron "gran

cantidad de bastimentos" o sea de provisiones, sin duda porque

sus pobladores habían regresado a sus viviendas con sus anima­

les y sus cosas. Allí, según cuenta Cieza de León, "gallinas: más

había que en tierras de Campos (en España), e bien gordas, e

mucha cantidad de patos". De manera que aquí, en Tucumán,

enc·ontraron las primeras gallinas que venían bus'cando: gallinas

yerdaderas, según dicho cronista, desce.ndientes de ,las que entró al

Río de la Plata Don Pedro de Mendoza en 1536, y que, traídas

por los indios, se habrían propagado hasta esta región.

En este (pueblo asentó Rojas su nuevo campamento, a la es­

pera de Felipe Gutiérrez y los suyos. Llegaron españoles con

mensajes de él; Y ya aumentada su gente, "c.on algunos de a ca.,

baIlo anduvo descubriendo alrededor de esta pr.ovincia". Descu­

briría así los puebl.os tonocotés de GAstona, Eldete, Capstiné,

Chiquiligasta, Mahala y otros vecinos del pueblo de Tucuma .o

'l'ucumán. Pero andand.o en esto, C.omo viesen los indios' que los

extranjeros no se iban, para obligarlos por hambre a salir de su

tierra, volvieron a alzar sus provisiones, y lo hicieron con tal

prontitud que "en p.ocos días -dice Cieza de León- no se ha­

llaba ninguna comida ni .otra cosa que los maizales que estaban

en berza", esto es verdes o poco creddos. Lo que significa que

esto era ip'or octubre o noviembre (de 1543), que es cuand.o aquí

los maizales están recién brotados.

Las andanzas fuera de Tucumán. - Falto de comida, R.oj as

se dedicó a buscarla por todas partes, dentro de la provincia sin

hallarla; tan bien la habían escondido los indios. Hasta que tuv.o

noticias de que al sureste, en el corazón de los llanos, que hoy son

de Santiago del Estero había una gran pr.ovincia de mucha abun­

dancia, llamada Soconcho; y hacia ella se fué con su partida.

Salió, de este m.odo, de la de Tucumán; por 1.0 cual nos.otr.os n.o

vamos a seguirlo, contando al pormenor todas sus andanzas; y (

así sólo diremos: que llegó a Soconcho (en Atamisqui de h.oy)

donde halló comida y donde luego lo alcanzó la partida de Felipe

Gutiérrez; que de allí pasó a .otra provincia más provista, que

Page 30: Breve Historia de Tucuman

BREVE HISTORIA DE rUUU1AN 3:

debió ser Salavina, citada por el cronista Santa Clara; que des-pues yendo hacia el naciente fué a dar en el pueblo de Mocaquaxao Maquijata, que estaba al pie de la sierra de Guasayán, dondepeleando con los indios recibió una herida de flecha envenenada,de Ia cual murió; pero que antes de morir, por intrigas que hubs,nombró a Francisco de Mendoza, un joven a quien mucho queria,como su sucesor en el mando de la expedición, cuando por dere-cho correspondIa a Gutiérrez y a Heredia; y por fin que Mendoza,'oIviendo a Soconcho, mandó al capitán Juan Garcia con 30 sol-

dados para Tucumán, llevando prisionero a Gutiérrez, para des-pacharlo al Peru y hacer igual cosa con Heredia, si como jefe lodsconocIa. Dicho esto, podemos volver a Tucumán.

La estada de Heredia en Tucnrnán. - La partida de Nicolásde Heredia, que vino por atrás de las otras, habia extraviado elcamino de la Puna, pues segün Santa Clara llegó "por otra via",tal vez por Atacama, a los Valles CalchaquIes donde tuvo queluchar bravamente con indios de guerra en todo ese trayecto,hasta salir a la provincia de Tucumán, sobre el rastro de lasotras partidas. Y una vez aquI, probablemente cerca, si no juntoat pueblo de Tucuma, Heredia y su gente levantaron un "poble-zuelo" o reducto con empalizadas, donde estuvieron como "cua-tro meses en grandIsirno riesgo", pues los indios alzados del con-tomb los atacaban a toda hora, hasta que una noche lo hicieronen gran muchedumbre; pero ellos, sin dejarse sorprender, des-pues de una lucha sangrienta, los desbarataron. Estando en estasituación peligrosa, el 25 de abril de 1544 (dia de San Marcos),después de realizar una procesión, cantando letanias, los centi-nelas vieron "gente de a caballo que venIan derecho a sus casi-i 1 as". Era Juan Garcia, que con algunos soldados se habIa ade-lantado a su escolta. Este habló con Heredia, enterándolo de lamuerte de Rojas y de que el jefe era Mendoza. Luego, cuandollego toda su gente, no viendo muy conforme a Heredia, lo hizoprcnder, y despojó de sus armas a los más sospechosos. 1-lecholo cual, haciendo primero salir a Gutiérrez (con su amiga la En-ciso) hasta dejarlos en camino al PerCi, regresó a Soconcho, lle-vándose a Heredia y demás compañeros. Y desde entonces, nm-guno de los expedicionarios de la Entrada de Rojas') volvió a pi-

1) Salvo algunos eon Nâiiez de Prado después.

BREVE HISTORIA. DE TUCUMAN 33

debió ser Salavina, citada por el ~ronista Santa Clara; que des­pués yendo l¡acia el naciente fué a dar en el ipueblo de M ocaquaxa o Maquij ata, que estaba al ;pie de :la sierra de Guasayán, donde peleando con los indios recibió una herida de flecha envenenada, de la cual murió; pero que antes de morir, por intrigas que hubo, nombró a Francisco de Mendoza, un joven a quien mucho quería, como su sucesor en el mando de ·la expedición, cuando por derei­cho correspondía a Gutiérrez y a Heredia; y por fin que Mendoza, \'olviendo a Soconcho, mandó al capitán Juan García con 30 sol­dados para Tucumán, llevando prisionero a Gutiérrez, para des­pacharlo al Perú y hacer igual cosa con Heredia, si como jefe lo desconocía. Dicho esto, podemos volver a Tucumán.

La estada de Heredia en TuC'Umán. - La :partida de Nicolás de Heredia, que vino por atrás de las otras, había extraviado el ca:mino de la Puna, pues según Santa CJara negó "por otra vía", ' tal vez por Atacama, a los Valles Calchaquíes donde tuvo que luchar bravamente con indios de guerra en todo ese trayecto, hasta salir a la provincia de Tucurrnán, sobre el rastro de las otras .partidas. Y una vez aquí, probablemente cerca, si no junto r.1 pueblo de Tucuma, Heredia y su gente 'levantaron un "poble­zuelo" o reduct~ con empalizadas, donde estuvieron como "cua­tro meses en grandís1mo riesgo", pues los indios alzados· del con­torno los atacaban a toda hora, haJsta que una noche lo hicieron en gran muchedumbre; pero ellos, sin dejarse sorprender, des­pués de una lucha sangrienta, los desbarataron. Estando en esta situación peligrosa, el 25 de abril de 1544 (día de San Marcos), después de realizar una procesión, cantando letanías, los centi­nelas vieron "gente de a caballo q'Ue venían derecho a su!:] casi-11as".Era Juan García, que con algunos soldados se había ade­lantado a su escolta. Este habló con Heredia, enterándolo de la muerte de Rojas y de que el jefe era Mendoza. Luego, cuando llegó toda su gente, no viendo muy conforme a Heredia, lo hizo prE.l1der, y despojó de sus' armas a los más sospechosos. Hecho lo cual, haciendo primero salir a Gutiérrez (con su a:miga la En­ciso) hasta dejarlos en camino al Perú, regresó a Soooncho, lle­vándose a Heredia y demás compañeros. Y desde entonces, nin­guno de los expedicionarios de la Entrada de Roj as1 ) volvió a pi-

1) Salvo algunos con Núüe-z de Prado después.

Page 31: Breve Historia de Tucuman

34 M. LIZONDO BORDA

sar tierras de Tucumán: porque, después de sus largas andan-zas, al regresar al Peru, lo hicieron desde Santiago por caminode Salta. Podriamos, pues, terminar aquI con el descubrirnientode T'ucumdn. Sin embargo, algo diremos en pocas palabras detales andanzas.

Andanzas finales de la expedición. - Lo más importanteque debenio:s decir sobre esto es lo siguiente: que en SoconchoMendoza hizo jurar obediencia a Nicolás die Heredia, y ya todosjuntos siguieron explorando las nuevas tierras; que por Socon-cho, Mendoza habIa fundado "una buena poblazón", que llamóMedellin, aunque duró muy poco; que luego diescubrieron la pro-vincia de los Yugitas o Diaguitas, muy rica de comidas, que seextendIa, a nuestro juicio, a todo lo largo de la margen derechadel rIo Dulce, por donde anduvieron más de Un aflo sin necesida-des, esto •es hasta mediados de 1545; que después, busando unasalida hacia el Rio de la Plata, siguiendo hacia ci sun, pasadascon gran trabajo las Salinas, sin duda por Sumampa y Ojo deAgua, liegaron a tierras de Córdoba; que por alli se dieron conuna gran provincia de indios Comechingones —barbudos—, don,delevantaron un real o campamento; que Mendoza, dejando enél un fuert1e (que se llamó Malaventura) con mitad de su gente,siguió con los demás hacia el naciente, tal vez siguiendo el cursodel rio Tercero o Carcaraflá, hasta que, pasando mil penurias,ilegaron a donde, sobre el rio Paraná, estaban las ruinas delf3uerte de Sancti Spiritus, que levantara Gaboto en 1527; que aliflos indios, algunos de los cuales :hablaban espafiol, Ic dieron unacarta de Irala, que estaba en la Asunción; y que, por fin, trasde andar recorriendo la tierra "de una parte a otra", sin hallarriquezas, regresaron a Córdoba por el mismo camino.

Por ültimo, diremos: que en el camino, cerca ya del fuertede Malaventura un soldado, Diego Alvarez, vengando una inju-na, apuflaleó a Mendoza, y por eilo se entregó el mando de laexpedición a Nicolás de Heredia; que hasta Ia provincia de los}ugitas, en Santiago, la ruta fué la misma de la ida; pero que,desde alli fué otra, pues siguieron a la derecha por el Ilano san-tiagueño, hasta dar en las orillas del rio Salado, donde descu-brieran la provincia de los Nunies o Lules; que orillando ese riodebieron Ilegar al de ]as Piedras, para continuar hacia el norte,

34 M. L 1 Z O N D O B O R D A

sar tierras de Tucumán: porque, después de sus largas andan­zas, al regresar al Perú, lo hicieron desde Santiago por camino. de Salta. Podríamos, pues, terminar aquí con el descubTi1niento de Tucumán. Sin embargo, algo diremos en pocas palabras de tales andanzas.

Andanzas finales de la expedición. - Lo más importante que debemos decir sobre esto es lo siguiente: que en Soconcho Mendoza hizo jurar obediencia a Nicolás dr Heredia, y ya todos juntos siguieron eXiplorando las nuevas tierras; que por Socón­cho, Mendoza había fundado "una buena poblazón", que llamó Medellín, aunque, duró muy poco; que luego dJescubrierol~ la pro­vincia de los Yugitas o Diaguitas, muy rica de comidas, que se extendía, a nuestro juicio, a todo lo. largo de Ia margen derecha d¡el río Dulce, por donde anduvieron más de un año sin necesida­des, esto ,es hasta mediados de 1545; que des'putés, bus::ando una salida hacia el Río de la Puata, siguiendo hacia el sur, pasadas con gran trabajo las Salinas, sin duda POi" Sumampa y Ojo de Agua, llegaron a tierras de Córdoba; que por allí s,e dieron con una gran provincia de indios Comechingones -barbudos-, don~ de levantaron un real o campamento; que Mendo.za, dejando en él un fuerue (que se llamó MClilavent'lira) con mitad de su gente,

I

siguió con los demás hacia el naciente, tal vez siguiendo el curso I

del río Tercero o Carcarañá, hasta que, pasando mil penurias, llegaron a donde, sobre el río Paran'á, estaban las ruinas del tBuerte de Sane ti Spíritus, que levantara G&boto en 1527; que allí los indios, algunos de los cuales hablaban español, le dieron unia carta de Irala, que estaba en la Asunción; y que, por fin, tras de andar recorriendo la tierra "de una parte a otra", sin hallar

, I

riquezas, regresaron a Córdoba por el mismo. camino.

Por último, diremos: que en el camino, cerca ya del fuerte de Malaventura un soldado, Diego Alvarez, vengando una inju­ria, apuñaleó a Mendoza, y por ello se entregó el mando de la expedición a Nicolás de Heredia; que hasta la provinda de los Yugitas, en Santiago, la ruta fué la misma de la ida; pero que, desde allí fué otra, pues siguieron a la derecha por el llano san­tiagueño, hasta dar en la¡s orillas del río Salado, donde descu­brieran la provincia de los Nunies o Lules; q,ue orillando ese río. debieron llegar al de las Piedras, para c<mtinuar hacia el norte,

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BREVE HISTORJA DE TUCTJMAN 35

en dirección del Valle de Salta; y que ya en éste, siguiendo hastaJujuy, por la Quebrada de Humahuaca (en 1546) entraron enBolivia y luego en el Per. Y allI, a pco, viarios de los heroicosexpedicioriarjos, como el mismo Heredia, Juan Garcia y otros,murieron en las luchas de lcs leales del Rey contra el rebeldeGonzalo Pizarro Pero la gloria de Rojas y sus famosos soldadosde Ia Entrada quedó para siempre inolvidable: por haber sido losdescubridores de nuestro Tucqmán, de Santiago del Estero y deCórdoba; y los que unieron en 1545 las dos corrientes conquis-,tadoras espafiolas del Peru y el Rio, de la Plata por el interior dela Argentina.

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 35

en dirección del Valle de Salta; y que ya en éste, 'siguiendo hasta Jujuy, ,por la Quebrada de Humahuaca (en 1546) entraron en Bolivia y luego en el Perú. Y allí, a poco, VIarios de los heroicos expedicionarios, como el mismo Heredia, Juan García y otros, murieron en las luchas de lo¡s leales del Rey contra el rebelde Gonzalo Pizarro. Pero la gloria de Rojas y ¡sus famosos soldados de la Entrada quedó para siempre inolvidable: por haber sido los descubridores de nuestro Tucttmán, de Santiago del Estero y de Córdoba; y los que unieron en 1545 las dos corrientes conquis, tadoras españolas del Perú y el Río de la Plata por el interior de la Argentina.

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LA CONQTJISTA

Preliminar. - El descubrimiento de Tucumán y de todo elTucumán no tuvo al principio consecuencias. Pues desde lavuelta de los descubridores al Perd, pasaron cuatro años sin quenadie viniese a conquistar y colonizar estas vastas y ricas re-giones. Sus pobladores indIgenas debieron, por Ia tanto, pensai'que ya no serIan molestados por invasores extranjeros y conti-nuaron viviendo como antes. Pero estaba de Dios que ilegabaa su fin la vida de siglos que a su manera natural hasta entonces habIan Ilevado. Porque los soldados de la Entrada de Rojas,nunca olvidaron su descubrimiento y muchos, con otros, desea-ban volver, para conquistar y poblar. Por lo cual, sin duda,entre las conquistas que el Presidente de la Audiencia de Lima,Pedro de la Gasca, resolvió autorizar, a fin de calmar el descon-tento de algunos ociosos capitanes, se encuentra la del Tucumáu.Y el elegido para ello fué el español Don Juan Nuflez de Prado.

La "Carta" de la Audie'ncia. - La Carta-'iombramiento,dada a Nuflez de Prado, Ileva la fecha 19 de junio de 1549, y estáexpedida en nombre del Rey. En ella se dice que su nombramien-to es para conquistar Ia provincia que está "adelante de villade Plata", o sea de Chuquisaca (en Bolivia), la que se llama enlengua del pals T'ucumán, donde hay "mucha copia de indios".Quiere decir, pues, que sq conquista, al principio, se limitaba aa esta provincia indlgena, o sea a la nuestra actual. Luego se leordena fundar en ella un pueblo de cristianos (o de españoles),"en la parte y sitio que le pareciere más conveniente"; que nom-bre para él "regidores y otros oficios de cabildo; y que reparta,entre sus pobladores y vecinos, "solares y tierras en que edifi-

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LA CONQUISTA

Preliminar. - El descubrimiento de Tucumán y de todo el Tucumán no tuvo al principio consecuencias. Pues desde la vuelta de los descubridores al Perú, pasaron cuatro años sin que nadie viniese a conquistar y colonizar estas vastas y ricas re-­giones. Sus pobladores indígenas debieron, por lo tanto, pensar que ya no serían molestados por invasores extranjeros y conti­nuaron viviendo como antes. Pero estaba de Dios que llegaba a su fin Ja vida de siglos que a :su manera natural haSlta enOOnr"l ces habían llevado. Porque :los soldados de la Entrada de Rojas, nunca olvidaron su descubrimiento y muchos, con otros, desea­ban volver, para conquistar y poblar. Por lo cual, sin duda, entre las conquistas que el Presidente de la Audiencia de Lima, Pedro de la Gasea, resolvió autorizar, a fin de calmar el descon­tento de algunos ociosos capitanes, se elllCuentra la del Tucumán. y el elegido para ello fué el e$pañol Don Juan Nuñez de PTado.

La "Carta" de la Audiencia. - La Carta-nombramiento, dada a Nuñez de Prado, llev:a la fecha 19 de junio, de 1549, y está expedida en nombre del Rey. En ella se dice que .su nombramien­to es para conquistar la provincia que está ",adelante de villa de Plata", o sea de Ohuquisaca (en Bolivia), la que se llama en lengua del país Tucumán, donde hay "mucha copia de indios". Quiere deci.r, ¡pues, que Isq conquista, al principio, se limitaba a a esta provincia indígena, o sea a la nuestra actual. Luego se le ordena fundar en ella un pueblo de IClristianos (o de españoles), "en la parte y sitio que le pareciere más conveniente"; que nom­bre para él "regidore~ y otros oficios de cabildo; y que reparta, entre sus pobladores y vecinos, "solares y tierras en que edifi-

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quen, y para sus labranzas y granjerlas y cabailerIas... a cadaino conforme a la calidad de sus personas".

Después, la Carta expresa que la fundación de ese puebloera para que, desde éi se procure traer a los indios "a que oiganla :predicacjón y enseñamjento de nuestra santa fe católica"; yque, ademãs de ser convertidos a la religion, debian ser sometidosa obedienicia y repartidos en encomiendas, tasándose de antema-ii "los tributos y servicios que los dichos indios han de dar".Pero, se manda también que sean "tratados con humildad y man-tenidos en justicia y razón"; que la division y e.ntrega de tierrasa los pobladores espafloles se hagá "sin perjuicio de los naturales"; y que se disponga lo más conveniente al buen estado y con-servaciOn de los mismos. Por lo cual la Carta merece nuestroaplauso. Mas, por desgracia, como en toda America, aquI inuncase exigiO más y se consiguiO menos!

Por ültimo "para que mejor y con más reputacion puedahacer y efectuar todo lo sobre dicho", la Carta da a Náflez dePrado el cargo de "capitán e justicia mayor" en el pueblo quefundare y los términos del mismo: lo que importaba la facultadde gobernar por un lado y por otro juzgar y sentenciar en todaslas causas civiles y criminales qu.e allI hubieren; debiendo reci-bir obediencia de 'todos los caballeros, escudros, oficiales ehombres buenos que fueren a la dicha población e pacificación. .

Los soldacios de la con quista. - Segán el P. Lozano, 84 fue-.ron los espafloles que se alistaron en la expedición de NiThez dePrado a Tucumán, muchos de los cuales aquI se quedaron a vivir y dejaron descendencia. Y de entre ellos, fuer de los quecitamos como descubridores venidos con Rojas, podemos men-cionar a otros, de los inás notorios, como los siguientes: JuanGregorio Bazán, Hernán MejIa de Mirabal, Gaspar Garcia, Mar-tin de RenterIa, Juan Nüñez Juárez, Jun Perez Bautista, Ju-han Sedefio, LUis de Torres, Ahonso de Contreras, Bias de Rosales, Aion;so de Salazar y Diego de Villarroel. .., machos de loscuales eran caballeros principales: como por ejemplo, Juan Gre-gorjo Bazán, soldado de la Entrada, un noble de Talavera deIa Reina.

Pero todos, por igual —cuenta Lozano— "padecieron enadelante mucha hambre, desnudez, fries, y miseria, de manera

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quen, y para sus labranzas y granj erías y caballerías. . . a cada qno conforme a la ,calidad de sus pe.rsonas".

Después, la Carta expresa que la fundación de ese pueblo era para que, desde él 'Se ~rocure traer a los indios "a que oigan la ¡predicación y enseñamiento de nuestra santa fe católica"; y que, además de ser convertidos a la religión, ' debían ser sometidos a obedienlCia y repartidos en encomiendas, ta:sándose de antema­nú "los tributos' y servicios que los dichos indios han de dar". Pero, se manda también que sean "tratados con humildad y man­tenidos en justicia y razón"; que la división y entrega de tierras I a los poblador~ españoles se hag'a "sin perjuido de los natura~ les"; y que se disponga lo más conveniente al buen estado y con­servadón de los mismos. Por lo cual la Carta merece nuestro aplauso. Mas, por desgracia, como en toda AmériiCa, aquí i nunca se exigió más y se consiguió menos!

Por último "para que mejor y' con más reputación pueda hacer y efectuar todo 10 sobre dicho", la Carta da a Núñez de Prado el cargo de "crupitán e justicia mayor" en el pueblo que fundare y los términos del mismo: lo que importaba la facultad de gobernar por un :lado y por otro juzgar y sentenciar en todas las causas civiles y criminales que allí hubieren; debiendo reci­bir obediencia de "todos los caballeros, escud.,eros, oficiales e hombres buenos que fueren a la dicha población e pacificación ... "

Los soldados de la conquista. - Según el P. Lozano, 84 fue­ron los españoles que se alistaron en la expedición de Núñez de Prado a Tucumán, muchos de los cuales aquí e quedaron a vi., vir y dejaron descendencia. Y de ,entre ellos, fuerta de los qqe citamos como descubridores venidos con Rojas, podemos men­cionar a otros, de los más notorios, como los siguientes: Juan Gregorio Bazán, Hernán Mejía de Mirabal, Gaspar Gareía, Mar­tín de Rentería, Juan Núñez Juárez, Ju¡an Pérez Bautista, Ju­lián Sedeño, Luis de Torres, Alonso de Contreras, BIas de Rosa., les, Alonso de Salazar y Diego de Villarroel ... , mulehos de. los cuales eran caballeros princiipales: como por ejemplo, Juan Gre­gorio Bazán, ,soldado de la Entrada, un noble de Talavera de la Reina.

Pero todos, por igual --cuenta Lozano- "¡padecieron en adelante much.a hambre, desnudez, fríos, y miseria, de manera

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IflEVE I-[P-T OI1A DE TU(UMXX

que llegó tiempo en que les fué forzoso vestirse de cueros de y e-nado sin género alguno de capa, porque les faltó totalmente ropay estaban viejos y rotos los vestidos que de vergüenza no se losponIan... "Si.endo lo más admirable —nos dice— 'que habiendosufrido tanto estos campeones españoles, padecido continuos riesgosde la vida, por caminos nunca vistos ni usados, por tierras mon-tuosas, ásperas y fragosIsimas, con sobresaltos continuos, convigilias incesantes, sin soltar a veces por muchos dIas las armasde ]as manos, transidos de hambre, expuestos a rIgidas inclemen-cias de lluvias, o nieves, o soles ardentIsimos. .., sin embargo,muchos de ello.s liegaron a muy avanzada edad, y aun hubo quien,como Juan Perez Moreno, paso de los cien años, viendo gozososel fruto de sus trahajos, y fatigas, desvelos, sudores y sarigrederrarnada en servicio de Dios y de su Rey".

De Chuquisaca a Tucumán. - Hecho el alistamiento de sutropa en la ciudad de la Plata, o Chuquisaca (Bolivia), partióNüflez de Prado para Potosi, donde debIa practicarse el registroy reseña de la expedición (para ver Si se lievaba indios cargados,lo que estaba prohibido). Y aill dispuso luego que Miguel deArdiles, con 30 soldados y algunos indios, viniese adelante. Esteentró asI el primero en la region de Jujuy, por la quebrada de1-lumahuaca donde, a la espera de los demás, estuvo cerca de tresmeses. Y el 8 de octubre —de 1549—, dejando a su maestre decampo Juan de Santa Cruz, para que le reclutase más gente, a-ho Niñez de Prado para Tucumán. Penetró en Jujuy por laPuna, transitando el camimo del Inca, por donde vinieron losdescubridores; y por allI fué a caer en los Valles CalchaquIes,donde se le ineorporó con los suyos Miguel de Ardiles, "a quienpor medio de algunos yanaconas (indies de servicio) hizo ilamary venir de Homaguaca". Y asI, ya juntos, liegaron a Chicoana,desde donde Nuñez de Prado resolvió que el incansable Ardiles,con 12 soldados y más indios se volviese a Chuquisaca por ciertosnegocios, mientras él, con solo 60 espafloles seguIa camino ade-lante. Gamma que debió ser el mismo que trajo Don Diego deRojas en su Entrada; hasta que por él, ya en el llano, fué a daren el pueblo de Tucurna o Tucumán, a mediados de 1550.

- Liegada a Tuournán. - Junto a ese pueblo, a donde HerediahabIa hecho su fuerte años atrás, Nuñez de Prado, segün dice el

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que llegó tiempo en que les fué forzoso vestirse de cueros de ve~ I

nado sin género alguno de ~apa, 'porque les fa1tó totalmente ropa y estaban viejos y roto,s los vestidos que de vergüenza no se los ponían. .. "Siendo lo más admirable -nos dice- "que habiendo sufrido tanto estos campeones españoles, padecido continuos riesgos de la vida, por caminos nunca vistos ni usados', por tierras mon­tuosas, ásperas y f;ragosísimas, con sobresaltos lcontinuos, con vigilias incesantes , sin 'soltar a veces por muchos días l~s armas de las manos, transidos de hambre, expuestos a rígidas inclemen­cias de lluvias, o nieves, o soles ardentís imos ... , 'Sin embargo, mucJhos de ello,s llegaron a muy avanzada edad, y aun hubo quien, como Juan Pérez Moreno, pasó de los cien años, viendo gozosos

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el fruto de sus trabajos , y fatigas, desvelos, s udores lY sangre derramada en servicio de Dios y de su Rey".

De Chuquisaca a Tucumán . - HeClho el alistamiento de su t ropa en la ciudad de la Plata, o Chuquisaca (Bolivia), partió Núñez de Prado para Potosí, donde debía practilcarse el registro y reseña de la eX!pedición (para ver si se nevaba indios cargados, lo que estaba prohibido). Y allí dispuso luego que .Miguel de Ardiles, con 30 soldados y algunos indios, viniese adelante. E¡ste entró así el primero ,en la región de Jujuy, por la quebrada de

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Humahuaca donde, a la espera de los demás, estuvo cerca de tres meses. y el 8 de octubre ~de 1549-, dejando a su maestre de campo Juan de Sant a Cruz, para que le reclutase más gente, jSa­lió Núñez de Prado para Tucumán. Penetró en Jujuy por la Puna, transitando el oamirw del Inca, por donde vinieron los descubridores. ; y por allí fué a caer en los Valles Calchaquíes, donde se le irucorporó con los suyos Miguel de Ardiles, "a quien

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por medio de algunos yanaconas (indios de servicio) hizo llamar y venir de H omaguaca". Y a.sí, ya juntos, lleg¡aron a Chicoana, desde donde Nuñez de Prado resolvió que el incansable Ardiles, con 12 soldados y más indios se volviese a Chuquisaca por ciertos negocios, mientras él, con solo 60 españoles seguía camino ade-

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lante. Camino que debió ser el mismo que traj o Don Diego de Rojas en su Entrada; hasta que por él, ya en el llano, fué a dar en el pueblo de Tucuma o Tucumán, a mediados de 1550.

Llegada a Tucumán. - Junto a ese pueblo, o donde Heredia :había hecho su fuerte años atrás, N uñez de Prado, según dice el

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P. Lozano, "Se determinó a dar principio a la, primera poblaciónaunque con ánimo de trasladarla a sitio más cómodo en registrandomejor la tierra"... Si esto se hizo, pues no tenem:os otro dato,debió ser un simple campamento cercado de madera, con chozasadentro semejantes a las de los indios, para servir de defensa yabrigo: porque estaban a principios de invierno, cuando ya la nieveblanqueaba en los cerros y el viento frIo que corrIa por el Ilanocortaba las carnes. Y allI estuvieron, unos dos meses a lo sumo,a la espera de Ardiles y demás gente que él pudiera traer. Luego,sin esperar más, Nuñez de Prado decidió trasladarse a otra parte,para echar las bases de una verdadera y estable fundación. Y és-ta fué la famosa del Barco, la primera ciudad que, como tal, sefundó en Tucumán y en el Tucumán de la conquista.

La ciudad dal Barco. - , Dónde mismo se fundó esta ciu-dad? Mucho se ha discutido sobre esto. Pero nuestra conlclusióri,fundada en documentos, es que ella fue asentada, no en el mismo

sitio donde se 1und6 más tarde la de San Miguel de Tucumán,sino en la misma comarca, aunque un poco más abajo, tal vez aorillas del rio Medina de la actualidad. 1 Y hecha la elección deeste asiento Nuñez de Prado hizo fabricar un fuerte para de-fenderse de los indios, y repartió los solares de estilo entre susccmpafleros. El fuerte, rodeado de palo a pique, debió estar enla plaza; y en los solares de la vuelta los soldados debieron cons-tiuir sus casas, como hoy nuestros paisanos, plantando cua-tro horcones y haciendo el techo de ramas y tierra, o quizás depaja, con paredes de quincha o de palos, como el fuerbe. Ahora,el Ilamarse esta planta "ciudad", significa quo en la plaza seplantó una cruz y el árbol de ju.sticia y se tomó posesión del lu-gar, segñn era costumbre; que se nombraron sus autoridades yse levantó un acta de la fundación (que so ha perdido, priván-donos de noticias preciosas).

La suerte de Ardiles y de Santa Cruz. - Entre tanto Ar-dues habIa regresado a la Plata, donde consiguió que algunossoldados distinguidos, como Luis de Torres, Pedro de Villarreal,Juan Gregorio Bazán y otros, lo acompaflasen a la conquista de

1) Pues aiitiguarneate, ell la falda de la sierra, diclio rio se Ilainaba E.scaba;

y seglin el P. Lozano junto a un rio de este nombre Se fundó Deli Barco.

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P. Lozano, "se determinó a dar principio a la primera población aunque con ánimo de trasladarla a sitio máis cómodo en registrando mejor la tierra" . " Si esto 'se hizo, pues. no tenemos otro dato, debió ser un simple campaJIllento cercado de madera, con chozas adentro semejantes a las de los indios, para servir de defensa y ubrigo: porque estaban a principios de invierno, cuando ya la nieve blanqueaba en lqs. cerros y el viento frío que corría po·r el llano

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cortaba las carnes. Y allí estuvieron, unos dos meses a lo sumo, a la espera de Ardiles y demáis gente que él ,pudiera traer. Luego, sin esperar más, Nuñez de PIrado decidió trasladarse a otra parte, para echar las bases de una verdadera y estable fundación. Y és­ta fué la famosa del Barco, la primera ciudad que, como tal , se fundó en Tucumán y en el Tucumán de la conquista.

La ciudad \1Ial Barco. - ¿Dónde mismo se fundó esta ciu­dad? Muoho se ha discutido sobre esto. Pero nuestra conJclusión, fundada en documentos, es que ella fue asentada, no en el mismo sitio donde se f!undó más tarde la de San Miguel de Tucumán, Bino en la misma comarca, aunque un poco más abajo, tal vez a orillas del río Medina de la actualidad'! ) Y hecha la elección de este asiento N uñez de Prado hizo fabricar un fuerte para de~

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fenderse de los indios, y repartió los solar·es de estilo entre sus compañeros. El fuerte, rodeado de palo a. pique, debió estar en la plaza; y en los solare,s de la vuelta los soldados debieron cons­truir sus casas, como hoy nuestros paisanos, plantando cua­tro horcones y haciendo el techo de ramas y tierra, o quizás de paja, con pared'es de quincha o de palos, como el fuerte. I Ahorra, el llamarse esta planta "ciudad", significa que en la plaza ~e plantó una cruz y el ár bol de justicia y se tomó posesión del Iu ...

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gar, según ·era costumbre; que se nombraron sus autoridades y se levantó un acta de la fundación (que se ha perdido, priván­donos de noticias p reciosas).

La suerte de Ardiles y de Santa. Cruz . - Entre tanto Ar­diles había regresado a la Plata, donde consiguió que algunos soldados distinguidos, como Luis' de Tor res, Pedro de Villarreal, Jqan Gregario Bazán y otros, lo acompañasen a la conquista de

1) Pues antiguamente, en la falda de la sier.ra, dicbo río se ll amaba Escaba; y según el p, Lozano junto a un río de este nombre se fundó DeD Barco . , •

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1ucumán. Y por su parte en Potosi, segün ya dijimos, estabareclutando también gente para Nuñez de Prado, su maestre decampo Juan de Santa Cruz: cuando hacIan lo mismo, para Pedrode Valdivia, conquistador de Chile, los herinanos Francisco yGabriel Villagrán. De manera que cuando Santa Cruz, con 30hombres, partió para el sur, por detrás venIan con más tropa losdos Villagranes; y al llegar a Cotagaita, ya uniclo con Ardilesy sus 'hombres, allI los alcanzó Gabriel Villagran con 60 soldadosy en tren de pelea. Y asI, valido de sus fuerzas, prendió a SantaCruz y Ardiles, les quito su gente y los despojó de sus armas y decuanto traIan, dejando a los dos —y a Nicolás Carrizo,— a pieo en unos pobres mancarrones. Fue un despojo en regla, un sa-queo también y una burla. Y lo que estos tres abandonados de-bieron sufrir en el cainino es indecible. Basta decir que solo doso tres meses después estaban cayendo a Ia ciudad del Barco, queacababa de fundarse; ilegaban a pie y hechos luno5 mendigos.

Exploraciones y conquista. - Fundada la ciudad del Barco,ya con sus autoridades y Cabildo, cuyo primer alcalde fue DonMartin de RenterIa, Ndflez de Prado habIa enviado a éste, conuna partida de 25 a 30 hombres, a recorrer la tierra, en misiónde exploración y de conquista. Y sabemos que RenterIa, al pa-recer por el naciente, anduvo cerca de un mes sometiendo pad-ficamente varios pueblos indigenas, primero de Tucumán, y luegode Ia provincia de los juries (en Santiago) ; pasando por los pue-blos de Chiqueligasta y Thoamagasta, para llegar a los de Colla-gasta y Maquexasta, o Maquijata (donde habIa muerto Don Die-go de Rojas).

Nñez de Prado y Villagrán. - Pocos dIas después partióNuflez de Prado con otros soldados, a proseguir la conquista.Y saliéndose también de la provincia de Tucuinán, entró en laregion de los juries; y al Ilegar a Tipiro (cerca de donde hoyestá la ciudad de Santiago) supo que más adelante, por Thoa-magasta (o Tuama) andaban unos soldados extranjeros matan-do y saqueando a los iridios,qne era un gusto... Pensó él que,sin duda, era gente de los Villagranes, —como era en efecto—;y resuelto a vengarse decidió atacarlos, creyendo que no eransino 'once cristianos". Y en la noche del 10 de noviembre (de1550) antes del amariecer, cayó sobre el real de Francisco Villa-

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T,ucumán. Y por su parte en Potosí, según ya dijimQs, estaba reclutando también gente para Nuñez de Prado, sú maestre de campo Juan de Santa Cruz: cuando hacían lo mismo, 'para Pedro de Valdivia, conquistador de Chile, los hermanos Francisco y Gabriel VilIagrán. De manera que cuando Santa Cruz, Con 30 hombres, partió para el sur, ¡por detrás venían con más tropa los dos Villa granes ; y aJ llegar a CQtagaita, ya unido con Ardiles y sus 'hombres, allí los alcanzó Gabriel VilIagrán con 60 soldados y en tren de pelea. Y así, valido de sus fuerzas, prendió a Santa Cruz y Ardiles, les quitó su gente y los despojó de sus armas y de cuanto tr·aían, dejando a los dos -y a Nicolás Carrizo',- a pie o en unos pobres mancarrones. Flue un despojo en regla, un sa-. queo también y una burla. Y lo que estos tres abandonados de­bieron sufrir en el camino es indecible. Basta decir que solo dos o tres meses después estaban cayendo a la ciudad del Barco, que , acababa de fundarse; llegaban a pie y hechos, IUno,s mendigos.

Exploraciones y conquista. - Fundada la ciudad del Barco, ya con sus autoridades y Cabildo, ouyo primer alcalde fue Don Martín de Rentería, Núñez de Prado había enviado a éste, con una partida de 25 a 30 hombres, a recorrer la tierra, en misión de exploración y de conquista. Y sabemos que Rentería, al pa­recer por el naciente, anduvo cerca de un mes sometiendo pací­ficamente varios pueblos indígenas, primero de Tucumán, y luego

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de la provincia de los juríes (en Santiago) ; 'Pasando por los pue-blos de Chiqueligasta y Thoamagasta, para llegar a los de Colla­gasta y Maquew.,asta, o MaquijatCá (donde había muerto Don Die­go de Rojas).

Núñez de Prado y Villagrán. - Pocos días después partió Nuñez de Prado con otros soldados, a proseguir la conquista. y saliéndose también de la provincia de Tucumán, entró en la región de lo,s juríes; y al llegar a Tipiro (~rca de donde hoy está la ciudad de Santiago) supo que más adelante, por Thoa-

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magasta (o Tuama) andaban unos soldados extranjeros matan-do y saqueando a los indios,' que era un gusto. .. Pensó él que, sin duda, era gente de los Villagranes, -como era en efecto-; y resuelto a vengarse decidió atacarlo,'>, creyendo que no eran sino "once cristianos". Y en la noche del 10 de noviembre (de 1550) antes del amanecer, cayó sobre el real de Francisco Villa-

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grán. Pero los once cristianos resultaron ser cien... y tuvo queescapar. Enfurecido Villagrán lo siguió, ya de dIa; y a! saberlo,3 leguas antes de liegar a del Barco, —mientras Nuñez de Pradose escondla—. salieron las aqtoridades y vecinos a pedirle discul-pa. Y Villagrán, para no castigar a Nüflez de Prado, exigió queé3te reconociese la jurisdicción de Chile sobre Tucurnán, alegan-do que su ciudad estaba dentro de la gobernación asignada a DonPedro de Valdivia (desde 200 leguas del Peru, para el sur). Sebuscó a Náñez de Prado, y en la ciudad del Barco, sin otro reme-dio, éste tuvo que ceder a la injusta exigencia, firmándose ataspor las que se reconocIa que dicha ciudad estaba dentro de lagobernación de Valdivia, en cuyo nombre Villagrán dejaba aNuñez de Prado solo la tenencia de gobernador de Tucumân,quedando esta provincia dependiente de Chile. Conseguido ésto,Villagrán se Iue llevándose otros 13 soldados, con cabalgaduras,municiones y viveres, destruyendo también parte de las semen-teras... Pero, un mes más tarde, lejos ya Villagráii, Nuñez dePrado y el Cabildo, por actos pcthlicos solemnes dejaron sin efec-to todo lo acordado con aquel caudillo y revalidaron el tItulo dadopor La Gasca: todo lo cqal aprobaron los 90 españoles que, segtiinLozano, quedaban en del Barco.

Prosecución de kt con quista. - Tranquilo otra vez, Nuñezde Prado prosiguiO su conquista. Llamó a su provincia Nuevo

Maestrazgo de Santiwgo; hizo incursiones por la tierra: despa-chó a Juan Gregorio Bazán por una parte, y él saliO por otra; yasI, descubriO y sometió —segün icuenta Lozano—, "todo el vallede Catamarca", lo que estaba entre los rIos Dulce y Salado, "yla mayor parte de la jurisdicción que es hoy de Santiago". Y co-mo su conquista the pacIfica y suave, numerosos caciques de tn-bus y naciones diversas —al decir del mismo cronista— leofrecieron gustosos su amistad. (A lo cual él agrega que sometiótambién a los guerreros lules.) De manera que a Nüñez de Pradose debe la conquista no solo de toda la primitiva provincia mdi-gena de Tucunu1n, en el Ilano, sino de casi toda la provincia de

los Juries, esto es de Santiago del Estero y adernás de una parte

de la de los Diaguitas, en el Valle de Catamarca.

Traslados de la ciudaki. del Barco. - Casi al aho, esto es pormayo o jun10 de 1551, resolvió Nuñez de Prado trasladar la ciu-

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g¡rán. Pero los once cristianos resultaron ser cien ... y tuvo que escapar. Enfurecido Villagrán lo siguió, ya de día; y al saberlo, 3 leguas antes de llegar a del Barco, -m.ientr~s Nuñez de Prado se escondía-o salieron las a1.ftoridades y vecinos a pedirle discul~ pa. y Villagrán, para no castigar a Núñez de Prado, exigió que é3te reconociese la jurisdicción de Ohile sobre Tucumán, alegan-

I do que su ciudad estaba dentro de la gobernación asignada a Don Pedro de Valdivia (desde 200 leguas del Perú, para el sur). Se buscó a Núñez de Prado, y en la ciudad del Barco, sin otro reme­dio, éste tuvo que ceder a la injusta exigencia, firmándose aJCtas por las que se reconocía que dicha ciudad estaba dentro de la

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gobernación de Valdivia, en cuyo nombre Villagrán deja:ba a N uñez de Prado sólo la tenencia de gobernador de Tucumán, quedando esta provincia dependiente de Chile. Conseguido ésto, Villagrán se tt1ue llevándose otros 13 soldados, con cabalgaduras, municiones y víveres, destruyendo también parte de las semen­teras ... Pero, un mes más tarde, lejos ya Villagrán, Nuñez de Prado y el Cabildo, 'por actos públicos solemnes dejaron sin ef~~ to todo lo acordado con aquel caudillo y revalidaron el título dado por La Gasea: todo lo c1.fal aprobaron los 90 españoles que, según Lozano, queda.ban en del Barco.

P'rosecución de o/L conquista. - Tranquilo otra vez, Nuñez de Prado prosiguió 'Su conquista. Llamó a su provincia Nuevo Maestrazgo de Santiwgo; hizo incursiones por la tierra: despa­ehó a Juan Gregorio Bazán por una parte, y él salió por otra; y así, descubrió y sometió -según Icuenta Lozano-, "todo el valle de Gatamarca", lo que estaba entr·e los ríos Dulce y Salado, "y la mayor parte de la jurisdkción que es hoy de Santiago". Y co-

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mo su conquista fuá pacífka y suave, numerosos caciques de tri-bus y naciones diversas -al decir del mismo cronista- le ofrecieron gustosos su amistad. (A lo cual él agrega que sometió también a los guerreros lules.) De manera que a Núñez de Prado se debe la conquista no Bolo de toda la primitiva provincia indí­gena de Tucumán, en el llano, sino de casi toda la provincia de los Juríes, esto es de Santiago del Estero y además de una parte de la de los Diaguitas, en el Valle de Catamarca.

Traslados de l.a ciudaU. del Barco. - Casi al año, esto es por mayo o junio de 1551, resolvió Nuñez de Prado trasladar la ciu-

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riquiri, al sur del valle de Caichaqul, en un sitio que estaba Oj

parecer entre Quilmes y Santa Maria. No creemos que el trasladallI fuese, como algunos han dieho, por ser lugar más rico, pucno lo era, sino simplemente para salir de la jurisdicción de ChiloPero el heeho es que en ese nuevo asiento estuvo otro aflo má,sin duda explorando y conquistando los pueblos del contorno, dlos calchaquIes o diaguita.s..., cuando, por mandato de la Audiencia de Lima, que no querIa se desamparase la conquista em-pezada de los ilanos de Tucumán, tuvo Nuñez de Prado que vol-ver a ellos con su ciudad al hombro. Sin embargo, esta vez noquiso ponerla por donde antes estuvo, sino que, en junio o juliode 1552, la plantó en la provincia de los juries, en la orilla dere-cha del rio Dulce, como a unas diez cuadras al sureste de la ac-tual ciudad de Santiago.

La lie gada de Francisco de Aguirre. - Don Pedro de Val-divia gobernador de Chile, ante lo hecho por los Villagranes, con-sideraba que la provincia de Tueumán era de su dependencia.Y en vista del silencio de Nuflez de Prado resolvió destituirlo,nombrando en su lugar, para gobernador de esta provincia, aFrancisco de Aguirre. Y Aste se vino, con 60 hombres, en noviem-bre de 1552, en viaje tan rápido, que al mes siguiente (de no-che para más seguridad) cayó sobre la desprevenida ciudad delBarco, y se apoderó de ella, sin hallar resistencia. Prendid a losalcaldes, regidores y gentes principales y desarmó a los dems.Y cuando llegó Nuñez de Prado, que andaba afuera, lo aprisionótambién y lo despaehó a Chile con otros ccmpafleros. No contentocon esto, mandó, como devueltos al Peru, a Fray Gaspar de C-ravajal, viicario foráneo, al Padre Alonso Trueno y otras 20personas amigas de Nuflez de Prado. Luego, ante nuevas autoridades riombradas, leyó sus poderes de Chile y se hizo procla-mar gobernador, como legal sustituto de Nuflez de Prado.

Con lo cual nosotros podemos dar por terminada la con quistaprincipal de Tucumdn, para seguir con su colonización en su fazinicial, dejando ya de lado lo que sale de los lImites de nuestraprovincia, salvo lo que está relacionado intimamente con ella:porque aquI no hacemos ya la historia de todo ci Tucumáu, sino

de Tucuman.

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 43

dad del Barco a otro lugar. Y fué a asentarla en el valle de Qui­riquiri, al sur del valle de Calchaquí, en un sitio que estaba al parecer entre Quilmes y Santa Maria. N o oreemos que ,el traslado allí f~ese, como algunos han didho, por ser lugar más rico, pues no lo era, sino 'simplemente !para salir de la jurisdicción de Chile. Pero , el h~cho es que· en ese nuevo asiento estuvo otro año, más, sin duda explorando y conquistando los pueblos del contorno, de los ca,lchaquíes o diaguitas . .. , cuando, por mandat'Ü de la A'u~ diencia de Lima, que no quería se desamparase la conquista em­pezada de los llanos de Tucumán, tuvo Nuñez de Prado que vol~

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ver a ellos con su ciudad al hombro. Sin embargo, esta vez no quiso ponerla por donde antes estuvo, sino que, en junio o julio de 1552, la plantó en la provincia de los juríes, en la orilla dere­cha del río Dulce, ,como a unas diez cuadras al sureste de la a¡c.-. tual ciudad de Santiago.

La llegada de Francisco de Aguitrre. - Don Pedro de Val­divia gobernador de Chile, ante lo hecho por los Villagranes, con­sideraba que la provincia de Tucumán era de su dependencia. y en vista del silenci'Ü de Nuñez. de Prado resolvió destituirlo, nombrando ,en su lugar, para gobernador de esta provincia, a FranciSlco de Aguirre. Y éste se vino , con 60 hombres, en noviem­bre de 1552, en viaje tan rápido, que al mes siguiente (de no­che para más seguridad) cayó sobre la desprevenida ciudad del Barco, y se ap-oderó de ella, sin hallar resistencia. Prendió a los alcaldes, regidores y gentes principales y desarmó a los demáls. y cuando llegó Nuñez de Prado, que ,andaba afuera, lo aprisionó también y lo despachó a Chile con otros compañeros. N o contento con es<to, mandó, como devueltos al Perú, a Fray Gaspar de Ca-

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ravajal, vilCario foráneo, al Padre Alons'O Trueno y otras 20 personas amigas de Nuñez de Prado. Luego, ante nuevas auto .. ridades nombradas, leyó sus poderes de Ohile y se hizo procla­mar gobernador, como legal sustituto de Nuñez de Prado.

Con 10 cual nosotros podemos dar por terminada la conquista principal de T'ucumán, para seguir con su colonización en su faz inkial, dej-ando ya de lado lo que ;sale de los límites de nuestra provincia, salvo 10 que está relacionado íntimamente con I ella: porque aquí no hac,emos ya la historia de todo el Tucumán, sino de Tuoo,mán.

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III

LA COLONIZACION

La colonización en los juries. - Hecha la conquista de la"provincia" de Tucumán (1550-1552), desde el idtimo trasladode la ciudad del Barco a las orillas del rio Dulce, en la 'pro-vincia" de los juries, quedó la riuestra otra vez abandonada!.lnos 8 aflos; pues la colonización, desde 1553 va a4 iniciarse enla zona de Santiago del Estero, donde estaba la nueva oiudad.Pero como ella tiene Intima relación con la que en Tucumnviene después, tenemos que icontarla, aunque sea brevemente.

Dueño ya de la ciudad del Barco en el rio Dulce, lo primeroque hizo Francisco de Aguirre fué trasladarla al cuarto de le-guadonde hoy está la de Santiago del Estero, nombre que enlugar del anterior él le puso. En cuanto al motivo del trasladoy al cambio de nombre, fueron —a nuestro juicio— para quepareciese nueva fundación, bajo la dependencia de Chile, y pa-ra tener ocasión de hacer nuevo reparto de los rnej ores "sola-res" o sitios entre sus amigos que lo acompanaban. Y despuésse dedicarla a recorrer la tierra y conquistar pueblos de indios,juries y diaguitas, que eran muchIsimos.

De esta manera paso un año, hasta que en marzo de 1554llegó la noticia de la muerte de Pedro de Valdivia en Chile. Yentonces Aguirre, dejando en Santiago, como teniente de gober-nador a Juan Gregorio Bazán, partió para allI con gran partede los caballeros y soldados que habIa en la ciudad. Esta quedoasI como abandonada, ipor espacio de 4 años, careciendo de todo,hasta de lo más indispensable, y sin un sacerdote para decirmisas. A;lgo se remedió la afligente situación cuando unos Va-lerosos vecinos, a fines de 1555 viajaron a Chile, y volvieron a

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III

LA COLONIZACION ,

La colonización en los juríes. - Hec.ha la conquista de la ",provincia" de Tucumán (1550-1552), desde el último traslado de la ciudad del Barco a las orillas del río Dulce, en la ",pro­vincia" de los juríes, quedó la nuestra, otra 'vez abandonada unos 8 años; pues la cOlorliÍzac'ÍJón, desde 1553 va ai iniciarse en la zona de Santiago del Estero, donde esta:ba la nueva Cliudad. Pero como ella tiene íntima relación con la que en Tucumán viene después, tenemos que contar:la, aunque sea brevemente.

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Dueño ya de la ciudad del Barco en el río DUilce, lo primero ._ que hizo Francisco de A'guirre fué trasladarla al cuarto de le.­gua donde hoy está la de Santiago del Este'ro, nombre que en lugar del anterior él le puso. En cuanto al motivo del traslado y al cambio de nombre, fueron -a nuestro juicio- .para que pa~eciese nueva fundación, bajo la dependencia de Chile, y pa-ra tener ocasión de hacer nuevo reparto de los mejores "sola ... res" o sitios entre sus amigos que lo acompañaban. Y después se dedi,caría a recorrer la tierra y conquistar pueblos de indios, iuríes y diaguit-as, que eran muchísimos.

De esta manera pasó un año, hasta que en marzo de 1554 I

llegó la noticia de la muerte de Pedro de VaI.divia en Chile. Y entonces Aguirre, dejando en Santiago, como teniente de gober­nador a Juan Gregorio Bazán, partió para allí COn gran ip·arle de los caballeros y soldados que había 'en la ciudad. Esta quedó así como abandonada, ¡por espacio de 4 años, careciendo de todo, hasta de lo más indispensable, y sin un sa'cerdo'te p.ara decir misas. Algo se remedió la afHgente situación cuando unos va­lerosos vecinos, a fines de 1555 viajaron a Chile, y volviel"on a

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M. LTZOYD() B0111)A

principios de 1556, trayendo entre otras cosas semillas de al-godón y plantas de vifla y de otros árboles frutales. Pero lospobladores españoles continuaron en su desamparo, hasta queen mayo de 1558 vino de Chile, con gente, Juan Perez de Zurita,nombrado gobernador de la "provincia" de Tucumán (incluIdaen ella la de los juries)

Fundaciones de Zu'rita. - Contado esto, diremos que elgobernador Zurita vió en seguida que la colonización de tanvasta region no podia hacerse desde la sola ciudad de Santiago,exLraviada en la se;lva, tan lejos de Chile como del Peru. Y asi,ccnsiderando conveniente la fundación de otras tres ciudadesen otros lugares estratégicos, fundó primero, en 1558 a poco deIlegar, la de Londres en el valle de Quinmivil, a unas "cuatrolcguas al sudoeste de la moderna Villa de Belén" —dice el P.Iarrouy—, esto es en plena "provincia" de los diaguitas (Ca-tamarca). Después, en 1560, una tras de la otra, fundó las ciu-(lades de Córclobcv y Cañete: ubicando la primera en el Valle deCalchaquI, 5 leguas más arriba :de los Tolombones, :por donde!oy está el pueblo de San Carlos (Salta) ; y la segunda, Cañete,in el centro de la "provincia" de Tucumán. Segñn el conquista-dor Diaz Caballero, cada una de estas tres ciudades tuvo unniantel de 20 hombres o de 20 familias de españoles, y se hicie.ion las designaciones de autoridades, los repartos de solares yoemás actos acostumbrados como los citados al hablar de la pri-mera Del Barco. Y por su parte, Lozano nos ha dado los nom-bres de sus principales fundadores.

La cindad de Cañete en Tucumán. - Algunos estudiososhan afirmado, fundándose en testimonios de conquistadores, quela ciudad de Caflete fué asentada en el mismo sitio que tuvo despues la primitiva ciudad de San Miguel de Tucumán, es decir,en Ybatin. Pero, nuestra conclusiOn, fundada también en docu-mentos, es que Caflete se fundó, no en el mismo sitio, sino enla misma comarca, un poco más abajo, más o menos por VillaQuinteros o Rio Seco de hoy: en un punto del valle ilamado deGualan, porque era grande.

La fundación de Cañete, fué encargda a Juan Gregorio B&-zán, siendo sus primeros pobladores, —entre otros que cita Lo-zano—, Diego Hernández, Juan Méndez de Guevara, Gaspar

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'!ti M. L 1 Z O N D O B O R D A

princlpIOs de 1556, trayendo entre otras cosas semillas de al­godón y plantas de viña y de otros árbdles frutal:es. Pero [ds pobladores españoles continuaron en su desamparo, hasta que en mayo de 1558 vino de Chile, con gente, Juan Pérez de Zurita, nombrado gobernador de la "provincia" de Tucumán (incIuída en ella la de los juríes).

Fundaciones de Zurita. Contado esto, diremos que el gobernador Zurita vió en seguida que la colonización de tan vasta región no podía hacerse desde la sola dudad de Santiago, extraviada en la selva, tan lejos de Chile como del Perú. Y así, considerando conveniente la fundación de otras tres ciudades €n otros' lugares estratégicos, fundó primero, en 1558 a poco de llegar, la de Londres en el valle de Quinmivil, a unas "cuatro leguas al ,sudoeste de la moderna Villa de Belén" -dice el P. Lf..rrouy-, esto es en !plena "provincia" de los diaguitas (Ca­tamarca). Después, en 1~60, una tras de la otra, fundó .las ciu­dades de Córdoba!. y Cañete: ubicando la primera en el Valle de Calchaquí, 5 leguas más arriba de los Tolombones, :por donde hoy está el pueblo de San Carlos (Salta); y la segunda, Cañete, en el centro de la "provincia" de Tucumán. Según el conquista­dor Díaz Caballer·o, cada una de estas tres ciudades tuvo un plantel de 20 hombres o de 20 familias de españoles., y se hiciel­Ion laS' designaciones de autoridades, los repartos de solares y . demás actos acostumbrados como los citados al hablar de la pri-mera Del Barco. Y por su parte, Lozano nos ha dado los nOI!ll­brE:.!" de sus principales fundadores.

La ciudad de Cañete en Tucumán. - Algunos estudiosos han afirma:do, fundándose en testimonios de conquistadores, que la ciudad de Cañete fué asentada en el mismo sitio que tuvo des-. pués la primitiva ciudad de San Miguel de Tucumán, es decir, en YbG!tín. Pero, nuestra conclusión, fundada también en docU­mentos, es que Cañete se fundó, no en el mismo sitio, sino en la misma comarca, un poco más abajo, más o menos por Villa Quinteros o Río Seco de hoy: en un punto del valle llamado de Gualan, porque era grande.

La fundadón de Cañete, fué encargda a Juan Gregorio Ba­zán, siendo sus primeros pobladores', --entre otros que dta Lo­zano--, Diego Hernández, Juan Méndez de Guevara, Gas.par

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ul:\r: ill.-F(i)Il\ J1 I't(l'\L\N 47

11 erntndez, Hernando de Retamoso, Pedro Albañes (el griego),Pedro Lopez Centeno y Rodrigo de Sosa. Y de esta ciudad, Iasegunda fundada en nuestra provincia, diremos que no duróniás de dos afios: porque a fines de 1562, por negligencia deCastañeda (sucesor de Zurita) y por el maltrato que di6 alcacique principal del Valle CalchaquI, 1 ) se alzaron los dia-guitas y atacaron y asolaron ]as tres ciudades referidas, tocán-dole a Caflete el ser también quemada. Pero aun asI, ipensamosque esta ciudad debe ser recordada de alguna manera en Tucu-man, 'por haber sido la antecesora inmediata de la de San MI-.guel, y por haberse cumplido el 49 centenario del aflo de su fun-.dación.

Nuevo gobierno de Francisco 'de Aguirre. - Zurita habIaimpezado un buen gobierno, ganándose hasta la buena voluntadde todos los indIgenas. Pero Gregorio de Castañeda, mal nom-brado gobernador de Tucumán por Villagran de Chile, lo echotodo a rper.der. Pues sin saber que su designacion fué revocada,llegó a Tucumán, aprisionó a Zurita y se puso a gobernar ma-laniente, enen-iistándose con los españoles y tratando aün peora los indIgenas, que al fin se rebelaron, con los resultados queheinos dicho. Y esto ocurrió cuando ya una Real Cédula de Fe-

l ipe II, habIa creado la Gobernación de Tvcumán, otra vez in-dependiente de Chile... A poco de lo cual, el Virrey del Peridesigna a Francisco de Aguirre gobernador de esta provincia.Y éste a principios de 1564 Ilega a Santiago por los Valies, don-de en encuentros sangrientos con los indios le mataron, entreotros compafleros a uno de sus hijos.

Una de las primeras medidas de Aguirre fué mandar enseguida a Gaspar de Medina hasta Chile para traerle más gen-te; el cual al regresar trajo unos 22 soldados, "nueve doncellasbien nacidas" (que aquI se casaron) y además a su familia: suesposa, una hija y dos hijos, Don Luis y Don Garcia, que comosu padre fueron encomenderos en nuestra provincia. Y parapremiar por esto a Don Gaspar, Aguirre lo hizo su tenientegeneral en la Gobernación. Después de lo cual, establecido enIa ciudad de Santiago del Estero, (cabeza por muchos años deIa Gobernación), Aguirre mandó hacer una nueva fundación.

1) El famoso Don Juan CalchaquI, que diO su nomhre al V11I1

BREV E HISTORIA DE TUCUMAN 47

H éfnández, Hernando de Retamoso, Pedro Albañes (el griego), P€dro López Centeno y; Rodrigo de Sosa. Y de esta ciudad, la segunda fundada en nuestra provincia, diremos que no duró más de dos años: porque a fines de 1562, por negligencia de Castañeda (sucesor de Zurita) y pO'r el maltrato que dió al

cucique principal del Valle Calchaquí,l) se alzaron los di a-guitas y atacaron y asolaron las tres ciudades referidas, tocán­oole a Cañete ' el ser también quemada. Pero aun así, i~ensamos que esta ciudad debe ser recordada de alguna manera en Tucu­mán, ip'Ür haber sido la antecesora inmediata de la de San Mi­guel, y por haberse cumplidO' el 49 centenariO' del año de su; fun­dación.

Nuevo Igobierno de Francisco \loe Aguirre. - Zurita había I

~mpezado un buen gobierno, ganándose hasta la buena voluntad de todos l'Üs indígenas. Pero Gregorio de Castañeda, mal nom­brado gobernador de Tucumán por Villagrán de Chile, 10 echó todo a iperder. Pues sin saber que su desi'gnaOÍón fué reN'ocada, llegó a Tucumán, aprisionó a Zurita y se puso a gobernar ma­lamente, enemistándose cO'n los españoles y tratando aún peor a los indígenas, que al fin se rebelaron, con los r esultados que hemos dicho. Y esto ocurrió cuando ya una Real Cédula de Fe­lipe II, había creado la Gobernación de Tucumán, otra vez in­dependiente de Chile... A pOCO' de lo cual, el Virrey del Perú designa a Francisco de Aguirre gobernador de esta provincia. y éste a principios de 1564 llega a SantiagO' por los Valles, don­de en encuentros sangrientos con los indios le mataron, entre otros compañeroS' a uno de sus hijos.

Una de las -primeras medidas de A!guirre¡ fué mandar en ~eguida a Gaspar de Medina hasta Ohile para traerle más gen­tE'; el cual al regresar trajo unos 22 soldados, "nueve doncellas bIen nacidas" (que aquí se casar'Ün) y además a su familia: su eSlJosa, una hija y dos hijos, Don Luis y Don García, que como su padre fueron encomenderos en nuestra iprovincia. Y para premiar por esto a Don GaSipar, Aguirre lo hi1JO su teniente general en la Gobernación. Después de lo cual, establecido en la dudad de Santiago del Estero, (cab eza por muchos años de la GO'bernación), Aguirre mandó hacer una nueva fundación.

1) El famoso Don Juan Calchaqui, que dió su nombre al Valle .

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48 Al. LIZONDO BORDA

La ciudad de San Miguel de Tucumán. - Esta fundación,tal vez la más importante de esos años, fue la de San Miguelde Tucumán, nuestra primitiva ciudad capital. En mayo de1565 Aguirre la encomendó a su sobrino Don Diego de Villa-rroel. En el tItulo, que para ello le dió el 10 tde mayo le dide:

"En nombre de su magestad e mb, por el tiemqx que mi ye-luntad fuere, nombro, elijo e proveo a vos el dicho capitán Diegode Villarroel por mi teniente de gebernador e capitán en la ciu-dad de San Miguel de Tncumdn e sus términos, para que comotal mi teniente de gobernador e capitán podáis poblar e pobléisIa dudad e pueblo de San Miguel de Tucumdrt en el campo IqueHaman en la lengua de los naturales EbatIn, ribera del rio quesale la quebrada o el sitio que os pareciere, rigiendoos entodo por la instrucción que mba lleváis".

En virtud de este mandato, se trasladó Villarroel a Tucu-man con la gente necesaria; y el 31 de mayo de ese año (1565)hizo la fundación de San Miguel de Tucumán en el sitio indicadode Ebatin o IbatIn, cuya ubicación y significado ya dimes. Elacta entonces levantada estuvo extraviada por siglos; pero en-contrada al fin, hoy conocemos no solo la fecha de esta funda-ción, sino otros detalles de la misma. AsI sabemos que en el cen-tro de la 'plaza se cavó un hoyo y en él "fué hincado y puestoen alto un rollo y picota", esto es un poste grueso y elevado,con gajos o cuñas arriba, para colgar de éstos a los malhecho-res, ejecutándose "justicia püblicamente" de ellos. Hecho locual, luego de tomar posesión del lugar, duo Villarroel que ennombre del Rey Don Felipe II y del "Sefior Francisco de Agui-mc, gobernador y capitán general de estas provincias de Tu-tumdn, Juries y Diaguitas, por su magestad, poblada y poblóen este asiento en lengua de los naturales ilamado YbatIn estaciudad de San Miguel de Tucumá'-n y Nueva Tierra de Promi-sión"... Lo que fué pregonado püblicamente "por voz de Fran-cisco mulato", un negro, segün era de estilo en esos tiempos.

Acto seguido, Villarroel hizo la designaciOn de los miem-bros de su primer Cabildo, para regir la ciudad. Y asI nombróa Pedro de Villalba y Juan Nüflez de Guevara come alcaldesordinarios, de 1 9 y 29 voto; como regidores a Antonio Berru,Diego Saldafla, Bartolomé Hernández, Francisco Diaz Picón,Pedro Lorique y Diego de Vera; y a Alonso Martin del Arroyo

6116--

48 M. L IZO N D O B O R D A

La ciudad de San Miguel de Tucumán. - Esta fundación, tal vez :la más importante de esos años, fue la de San M.iguel de Tucumán, nuestra primitiva ciudad capital. En mayo de 1565 Aguirre la encomendó a su sobrino Don Diego de Villa­rroel. En el título, que para ello le dió ellO de mayo le dide: ... "En nombre de su magestad e mío, por el tiempo que mi vo­luntad fuere, nombro, elijo e proveo a vos el dicho capitán Diego de Villarroel por mi teniente de gobernador e ~apitán en la ciu­dad de San Miguel de Tucumán e sus términos, para que como tal mi teniente de gobernador e capitán podáis poblar e pobléis la ciudllid e pueblo de San Miguel de Tucumán: en el campo :que llaman en la lengua de los naturales E batín, ribera del río que sal-e de la quebrada o el sitio que os pareciere, rigiéndoos en todo por la instrucción que mía lleváis".

En virtud de este mandato, se trasladó Villarroel a Tucu­mán con la gente necesaria; y el 31 de mayo de ese año (1565) hizo la fundación de San Mi,guel de Tucumán en el sitio indicado de Ebatin o lbatín, cuya ubica;ción y significado ya d~m{)'8. El Q,cta entonces levantada estuvo ' extraviada por siglos; pero en­contrada al fin , hoy conocemos no sólo la fecha de esta funda­dón, sino otros detalles de la misma. Así sabemos que en el cen­tro de la ip'laza se cavó un hoyo y¡ en él ''fué hincado y puesto en alto un 1'ollo y picota." , esto es un poste grueso y elevado, con gajos o cuñas arriba, para colgar de éstos a los malhecho­res, ejecutándose "justicia públicamente" de ellos. Hecho lo cual, luego de tomar ,posesión del lugar, dijo Villarroel que en nombre del Rey Don Felipe II y del "Señor Francisco de Agui­rr e, gobernador y capitán general de estas provincias de Tu­wm,án, Juríes y Diaguitas, por su magestad, poblada y pobló en E:ste asiento en lengua de los naturales llamado Ybatín esta ciudad de San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Pr omi ­sión" . .. Lo que fué pregonado públicamente "por voz de Fran­cisco mulato", un negro, según era de estilo en esos tiempos .

Acto seguido, Villarroel hiZlo la designadón de los miem­bros de su primer Cabildo, ip·ara regir la ciudad. Y así nombró a Pedro de Villalba y Juan Núñez de Guevara como alcaldes ordinarios, de 1 Q Y 2Q voto; como regidores a Antonio Berru, Diego Saldaña, Bartolomé Hernández, Francisco Díaz Picón, Pedro Lorique y Diego de Vera; y a Alonso Martín del Arroyo

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BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 49

cumo procurador. Luego debió hacer el reparto acostumbrado,entre los fundadores, de "solares, huertas, chacras, estancias yctballerIas". Y después, segün Lozano, "hIzose padrón de losir.dios pacIfi.cos que se hallaban en el distrito adjudicado a laciudad, y se hallaron diez mu, los cuales se repartieron en n-comiendas a los vecinos.. .": los cuales, fuera de los nombradosconio autoridades, fueron entre otros, Diego de Zabala, JuanBautista Bernio, Pedro Lopez, Juan de Artaza y Garcia y Luisde Medina (hijos de Gaspar de Medina).

Por ültimo, como comentario al margen de esta fundaciónobservaremos que en el acta citada se dice ya que Aguirre eragobernador de las provirtcias de Tucumán, Juries y Diaguitas,y no de la de Tucumdn solamente oomo fué Nüñez de Prado: lagobernacion ya se habIa extendido a las provincias de los juries(Santiago) y de los Diaguitas (Catamarca), como nuevas re-giones conquistadas. Y en cuanto a la provincia de Tuc'umán,no estará demás advertir que el distrito asignado a su ciudadera toda su "provincia"; pero ya más extendida, por lo menosal poniente hasta donde estuvo la 24 Del Barco en el Valle deCalchaquI, y 'por el sur hasta el valle de Catamarca, que habIaconquistado Juan Nüñez de Prado.

Los gobiernos siguientes. - De lo que ocurrió en Ia go-hernaciOn, después de la fundaciOn de San Miguel de Tucumán,poco hablaremos, por estar fuera de la historia de nuestra pro-.vincia. Solo diremos, por tanto, lo siguiente: que Aguirre noterminó su gobierno, porque en 1565, al volver de una cortaexpedición al sur, se le sublevaron dos cabecillas que, con otros,lo aprisionaron y se adueflaron del gobierno, enviando a él ala Plata (Chuquisaca); que los usurpadores fundaron la ciudadtie Esteco sobre el rio Salado ese mismo año; que en 1566, Gas-par de Medina, ayudado por otros leales, yendo de Tucumán aSantiago se apoderó de los rebeldes y ajusticiO a los dos cabe-cillas, partiendo luego a dar cuenta tie lo sucedido en la Au-diencia de Charcas; que ésta nombró a Diego Pacheco gober-nador interino; que Pacheco gobernO tres años, y entre otrascosas mandó hacer nueva ceremonia de la fundación de Esteco,poniéndole el nombre de Nuestra Señora de Talavera; que afines de 1569 volvió de gobernador Francisco de Aguirre, libreya de los procesos que le hicieron; pero en seguida cometió

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 49

CUIDO procurador. Luego debió hacer' el reparto acostumbrado, entre los fundadores, de "solares, huertas, chacras, estancias y cu,ballerías". Y después, según Lozano, "hízose padrón de los indios pacíficos que se hallaban en el distrito adjudicado a la ciudad, y se hallaron diez mil, los cuales se repartieron en en­comiendas a los vecinos . .. ": los cuales, fuera de los nombrados como autoridades, fueron entre otros, Diego de Zabala, Juan Bautista Bernio, Pedro López, Juan de Artaza y García y Luis de Medina (hijos de Gaspar de Medina) .

Por último, como comentario al margen de esta fundación observaremos que en el acta citada se dice ya que Aguirre era gobernador de las provincias de Tucumán, Juríes y Diaguitas, y f.O de la de Tucumán solamente como fué Núñez de Prado: la gobernación ya se había extendido a las provincias de los juríes (S8.ntiago) y de ,los Diaguitas (Catamarca), como nuevas re­giones conquistadas. Y en cuanto a la provincia de Tucumán, no estará demás advertir que el distrito asignado a su ciudad era toda su "provincia"; pero ya más extendida, por lo menos nI poniente hasta donde estuvo la 2~ Del Barco en el Valle de Calchaquí, y ip'Ür el sur hasta el valle de Catamar.ca, que había conquistado Juan Núñez de Prado.

Los gobiernos siguientes. - De lo que ocurrió en la go­bernación, después de la fundación de San Miguel de Tucuman, poco hablaremos, por estar fuera de la historia de nuestra pro­vincia. Sólo diremos, por tanto, lo siguiente: que Aguirre no terminó su gobierno, ;porque en 1565, al volver de una cOl1;a expedición al sur, se le sublevaron dos cabecill3Js que, con otros, lo aprisionaron y se adueñaron del gobierno, enviando a él a la Plata (Chuquisaca); que los usurpadores' fundaron la ciudad de Esteco sobre el río Salado ese mismo año; que en 1566, Gas­par de Medina, ayudado por otros leales, yendo de Tucumán a Santiago se apoderó de los rebeldes y ajustició a los dos cabe­cillas, partiendo luego a dar cuenta de lo sucedido en la f\.u­diencia de Charcas ; que ésta nombró a Diego Pacheco gober­nador interino; que Pacheco gobernó tres años, y entre otras cosas mandó hacer nueva ceremonia de la fundación de E stec.o, poniéndole el nombre de Nuestra Señora de Talavera; que a fines d.e 1569 volvió de gobernador Francisco de Aguirre, libre ya de los procesos que le hideron; pero en seguida cometió

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CU M. LIZONDO BORDA

crueldades con los conquistadores, y ante las quejas de éstostuvo que venir un enviado del Virrey del Peru, y lo envió pre-so a Lima, por ditima vez, en noviembre de 1570; que dichoenviado (Arana) dejó de gobernador interino a Nicolás Carri-.zo, quien gobernó en paz un año y medio; que en julio de 1572llegó como nuevo gobernador Gerónimo Luis de Cabrera, el cualconquistó la provincia de los comech*ngones, donde en 1573fundô la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucia; que en 1574Ono Gonzalo de Abreu como gobernador, paso a Córdoba, pren-dió a Cabrera y lo remitió a Santiago, donde lo hizo matar; qLie

Abreu maltrató a los pobladores y dió lugar a aizamientos de,-los indios en varias partes, —como en Tucumán, donde liega-

ron a incendiar la ciudad, segün ya diremos—; que a Abreusucedió en el gobierno Hernando de Lerma, quien llegó a San-tiago a mediados de 1580, y luego de prender a Abreu, lo hizoatormentar hasta matarlo; que después fué cruel con los con-quistadores afrentándolos de diversas maneras, segiin cuentaLozano; pero salvo su nombre con la fundación de la ciudad tie

Lema, que es hoy la de Salta, hecha en Abril de 1582; y que alültimo por sus excesos, denunciado a la Audiencia de Charcas,ésta en 1584 mandó a prenderlo y despacharlo al Peru; y que,par fin, en junio de 1584 llegO a Santiago Juan Ramirez de Ye-lasco, nuevo gobernador, con el cual damos por termindaos losgobiernos del siglo XVI.

Gobierno de Ramirez de Vetasco. - Este gobierno merece unrnención aparte, por más tie un motivo. Porque, fuera de gran go-bernante, Ramirez de Velasco fué el ültimo coflquistador y ii

primer colonizador verdadero en el Tucumán. Como conquistador,

sujetó todo el Valle de CalchaquI, haciendo servir a sus muchosindios en San Miguel de Tucumán y en Salta; conquistó la regiontie La Rioja, que era de Diaguitas, donde en mayo de 1591 fundóla ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja (hoy de La-

Rioja) ; y en 1593 hizo la fundación de otras dos ciudades: la de

Son Salvador do Jujuy en abril, y la de Nueva, Madrid o Madrid'

(le las Juntas, en donde el rio Piedras se une con el rio Juramento(hoy en Salta). Y coma colonizador, tomó numerosas medidas dobuen gobierno, para hacer prosperar la gobernaci.ón, adminis-trndola muy bien, segün ya se vera cuando volvamos a nuestraprovcia. Y s i a vece foe cvei'o con SOS gobeinads, tiC justo.

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crueldades con los conquistadores, y ante las quejas de éstos tuvo que venir un enviado del Virrey del Perú, y lo envió ip're­so a Lima, por última vez, en noviembre de 1570; que dioho enviado (Arana) dejó de gobernador interino a Nicolás Carri­zo, quien gobernó en paz un año y medio; que en julio de ,1572. llegó como nuevo gobernador Gerónimo Luis de Calbrera, el cual conquistó la provincia de los comechingones, donde en 1573 fundó la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía; que en 1574 vino Gonzalo de Abreu como gobernador, pasó a Córdoba, pren­dió a Cabrera y lo remitió a Santiago, donde lo 'hizo matar; ~e Abreu maltrató a los :pobladores y dió lugar a alzamientos de­los indios en varias partes, -como en Tucumán, donde llega­ron a incendiar la ciudad, seg~n ya diremos-; que a Abreu sucedió en el gobierno Rernando de Lerma, quien llegó a San­tiago a mediados de 1580, y luego de :prender a Abreu, lo hizo atormentar hasta matarlo; que después fué cruel con los con­quistadores afrentándolos de diversas maneras, según cuenta Lozano; pero salvó su nombre con la fundación de la ciudad de Lerma, que es hoy la de Salta, hecha en Abril de 1582; y que al último por sus excesos, denunciado a la Audiencia de Charcas. ésta en 1584 mandó a prenderlo y despacharlo al Perú; y que, por fin, en junio de 1584 llegó a Santi3igo Juan Ramírez de Ve­lasco, nuevo gobernador, con el cual damos por termindaos los gobiernos del siglo XVI.

Gobierno de Ramírez de Velasco. - Este gobierno merece una mención aparte, por más de un motivo. Porque, fuera de gran go­bernante, Ramírez de Velasco fué el · último conquistador y el primer colonizador verdadero en el Tucumán. Como conquistador. sujetó todo el Valle de Calchaquí, haciendo servir a sus muchos i~dios en San Miguel de Tucumán y en Salta; conquistó la región de La Rioja, que era de Diaguitas, donde en mayo de 1591 fundó la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja (hoy de La Rioja) ; y en 1593 hizo la fundación de otras dos ciudades: la de San Salvador de Jujuy en abril, y la de Nuevd; Madrid o Madrid; de las Juntas, en donde el río Piedras se une con el río Juramento (hoy en Salta). Y como colonizador, tomó numerosas medidas de buen gobierno, para hacer prosperar la gobernaJCÍ.ón, adminis-

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trándola muy bien, según ya se verá cuando volvamos a nue8tra provincia. Y si a veces fué severo con sus> gobernados, flué justo.

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BREVE HTSTORIA 1)E TL'CUMAX

En nada se parecIa a sus antecesores. Finalmente diremos que,por obra 0 acción suya al terminar el siglo XVI, la gobernacionde Tucurnán o del Tucumán, que ya comprendla las "provinRias"de Tucumán, Juries, Diaguitas y Comechingones, llego a tenerla verdadera extension que tuvo desde entonces, es decir —sincontar parte del Chaco— la de siete .provincias argentinas dehoy (Jujuy, Salta, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago delEstero y Córdoba). Dicho lo cual, podemos volver a ocuparnosde San Miguel de Tucumán y su distrito, o sea de lo que es hoynuestra provinicia.

San Miguel de Tucumán y sit distrito. - La ciudad de SanMiguel en Ibatin era, segün el cronista Herrera un 'buen asien-to" y segán Lozano, un sitio de grandes comodidades para enri-quecer con el comerejo. Pero, por desgracia, en seguida no másquedo a trasmano o fuera del camino que venIa del Perá por Hu-mahuaca, pasaba por Salta y segula por el norte de Tucumán di-rectamente a la ciudad de Santiago, cabeza o capital de la go-bernación; pues el camino de La Puna y los Valles, por ser peli-groso dejO de transitarse. Con todo, San Miguel de Tucumán,por estar próxima a Santiago y en especial por sus riquezas na-turales, pronto empezó a prosperar. Pero situada inmediata a lamontafla, estuvo al principjo expuesta a los ataques, no solo delos indjos do ]as faldas sino del otro lado, de los Valles Caldha-quIes, donde estabari los pe.leadores diaguitas. AsI en octubre de1578, bajo el gobierno arbitrario de Abreu, todos esos indiosunidos, al mando del cacique Gualan, atacaron y prendieron fue-go a Ia ciudad. y como los teehos de las casas eran de paja, fuéfácil el incendio y sus vecinos estuvieron en serio peligro de mo-rir. Mas los salvo Ia actitud decidida y heroica de Gaspar doMedina, teniente de gobernador de Ia ciudad y al decir de veci-nos Ia intervención providencjal de sus vice-patronos San Simony San Judas (el patron era San Miguel).

Segán cuenta Lozano, Medina mató en Ia pelea con los in-dios al cacique Gualan. Y entre los que estuvieron a su lado,defendjendo la ciudad, cita a sus dos hijos, Garcia y Luis y a Juande Arana, Domingo Galván, Tomás Diaz, Juan de Espinosa, JuanMuñoz, Nuflo Rodriguez Beltrán y Pedro de Lorique. Sin embar-go, como los hombres de armas eran solo 18 (pues los demás

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En nada se parecía a sus antecesores. Finalmente diremos que, por obra o acción suya al terminar el siglo XVI, la gobernación de Tucumán o del Tucttmán, que ya comprendía la<s "provinlcias" de Tucumán, Juríes, Diagru;,itas y Comechimgones, llegó a tener la verdadera extensión que tuvo desde entonces, es decir -sin contar parte del Chaco- la de siete .provincias argentinas de hoy (Jujuy, Salta, La Rioja, Gatamarca, Tucurnán, Santiago del Estero y Córdoba). Dicho lo cual, podemos volver a ocuparnos de San Miguel de T-ucumán y su distrito, o sea de lo que es hoy nuestra provinlcia.

San Miguel de Tucumán y su distrito. - La ciudad de San Miguel en ¡batín era, según el cronista Herrera un "buen asien­to" y según Lozano, un sitio de grandes comodidades para enri­quecer con el comercio. P.ero, por desgr·acia, en seguida no más quedó a trasmano o fuera del camino ·que venía del Perú por Hu­mahuaca, pasaba por Salta y seguía por el norte de Tucumán di­rectamente a la ciudad de Santiago, cabeza o ca:p'ital de la Igo­lJHnación; pues el camino de La Puna y los Valles, por el' peli­groso dejó de transitarse. Con todo, San Miguel de Tucumán, por estar próxima a Santiago y en especial por sus riquezas na­turales, pronto empezó a prosperar. Pero situada inmediata a la montaña, estuvo al principio expuesta a lo.s ataques, no sólo de los indios de las faldas sino del otro lado, de los Valles Caldha­quíes, donde ·estaban los peleadores diaguitas. Así en octubre de 1578, bajo el gobierno arbitrario de Abreu, todos esos indios unidos, ·al mando del cacique Gualan, atacaron y 'Prendieron fue., go a la ciudad. Y como los tecJhos de las casas eran de paja, fué fácil el incendio y sus vecinos estuvieron enl serio peligro de mo­rir. Mas los salvó la octitud decidida y heroka de Gaspar de Medina, teniente de gobernador de la ciudad y al decir de veci-. no,s. la intervención providencial de sus vice-patronos San Simón y San Judas (el patrón era San Miguel).

Según cuenta Lozano, Medina mató en la pelea con los in­dios al cacique Gualan. Y entre los que estuvieron a su lado, defendiendo la ciudad, cita a sus dos hijos, García y Luis y a Juan de Arana, Domingo Galván, Tomás Díaz, Juan de Espinosa, Juan Muñoz, Nuño Rodríguez Beltrán y Pedro de Lorique. Sin embar­go, como los hombres de armas eran sólo 18 (pues los demás

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fueron Ilevados por Abreu), los pobladores seguIan en sumopeligro, hasta que habiendo pedido socorro a Santiago, vino aampararlos Hernán MexIa Mirabal icon 30 hombres. Llegó en viajerelámpago de un dIa y una noche, corrió a los indios atacantesque andaban por el liano, dejó alguna gente y se volvió.

Hacia 1582, segdn Sotelo Narváez, San Miguel de TucumántcnIa unos "25 vecinos encomenderos" y "tres mil indios deservicio de los Diaguitas, Tonocotés y Lutes". Y al finalizar elel siglo XVI la población era de unos 30 vecinos españoles afin-cados, y de unos 1.000 indios en paz, repartidos entre aquellos.Lo cual significa que la disminución de esto indios de serviciobajaba en proporciones alarmantes, de unos porque se aizaron yde los más porque murieron cuando no los Ilevaron a otras partes.

El cuadro que ofrecla la ciudad hacia 1600 serIa como el deSantiago, con algunas variantes. Circundando la plaza habrIala agrupación de unas 40 casas, de paredes de adobes y techosde paja, al estilo de muchos ranchos campesinos de hoy. Y entodos los fondos habla sin duda, árboles frutales que serian na-ranjos, duraznos, higueras, parras y otros, más verdes y frondosos que los de Santiago. Además, vista de lejos, era desde lue-go muoho más pintoresca con su verde fondo montañoso alponiente.

Los airededores de la ciudad eran lindos y alegres. El aguaclara y fresca de una acequia, derivada del rIo, corrIa mansa,mente junto al caserIo y regaba, afuera, las huertas, viñas y he-redades. Habla, cerca, pequenas sementeras de trigo, de maIz, decebada; algunos algodonales y campos de lino y en las huertascrecIan lozanos árboles frutales, como ser —fuera de los nom,brados—, membrillos, manzanos, granados, limoneros ... Menosvisibles aparecIan, al pie de éstos, melones, sandIas, garbanzos,habas, ajos, cebollas y otras legumbres y hortalizas. Y cerca delas casas ya habla un obraje (donde se tejIa y curtIa) y dos mo-linos de agua.

El temple o clima de la ciudad de San Miguel era "el me-jor que de los otros Pueblos de la Gobernación" dice Antonio deHerrera. Y segdn Sotelo Narváez, era "de buen temple y apaci-ble recreación". Por ültimo, mucho tiempo después, decIa el go-,bernador Mercado y Villacorta, 'que solo por tener el invierno

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fueron llevados por Abreu), los pobladores seguían en sumo peligro, hasta que habiendo pedido socorro a Santiago, vino a ampararlos Hernán Mexía MiraballCon 30 hombres. Llegó en viaje relámpago de un día y una noche, corrió a los indios atacantes que andaban por el llano, dejÓ! alguna gente y se vo,lvió.

Hacia 1582, según Sotelo N arváez, San Miguel de Tucumán I

tenía unos "25 vecinos encomenderos" y "tres mil indios de servicio de los Diaguitas, Tonocotés y Lules". Y al finalizar el el siglo XVI la población era de unos 30 vecinos españoles afin­cados, y de unos 1.000 indios en paz, repartidos entre aquellos. Lo cual significa que la disminución de esto,s :indios de servicio baj aba en propor1ciones alarmantes, de unos porque se alzaron y de los más porque murieron cuando no los llevaron a otras partes.

El cuadro que ofrecía la ciudad hacia 1600 sería como el de I

Santiago, con algunas variantes. Circundando la plaza habría la agrupación de unas 40 casas, de paredes de adobes y techos de paja, al estilo de muchos ranohos campesinos de hoy. Y en todos los fondos había sin duda, árboles frutales que serían na­ranjos, duraznos, higueras, parras y otros, más verdes y fron~ dosos que los de Santiago. Además, vista de lejos, era desde lue­go, mudho más pintoresca con su verde flondo montañoso al poniente.

Los al.rededores de la ciudad eran lindos y alegres. El agua I

clara y fresca de una acequia, derivada del río, corría mansa ... mente junto al caserío y ~egaba, afuera, las huertas, viñas y he­redades. Había, cerca, pequeñas sementeras de trigo, de maíz, de cebada; algunos algodonales y campos de lino y en las huertas crecían lozanos árboles frutales, como ser -fuera de los nom. brados-, membrillos, manzanos, granados, limoneros... Menos visibles aparecían, al pie de éstos, melones, sandías, garbanzos, habas, ajos, 'Cebollas y otras legumbres ;y hortalizas. Y cerca de las casas ya había un obraje (donde se tejía y curtía) y dos mo­linos de agua.

El temple o clima de la ciudad de s'an Miguel era "el m~ jor que de los otros Pueblos de la Gobernación" dice Antonio de Iíerre~a. Y según Sotelo N arváez, era "de buen temple y apaci­ble recreación". Por último, mucho tiempo después, decía el go-, bernador Mercado y Villacorta, "que sólo por tener el invierno

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de esta ciudad se podia venir de partes muy remotas a ella". Y loque dijeron sobre esto sus vecinos en 1684 al oponerse al trasladode la ciudad, ya se vera más adelante. Pero no queremos dejarde citar también lo que expresó en 1594 el Padre Barzana: y esque, por lo demás, "San Miguel de Tucumn era un vergel".

Cuanto a 'trabajos de industria y comercio, que habIa en laciudad, diremos que en los molinos mencionados se molia el trigode la localidad y se hacIa la harina de que se abastecia el pueblo.Se utilizaba el algodón cosechado, y del lino, que abundaba, sesacaba buen lienzo. En el obraje citado se hacian "paflos y fra-zadas, sombreros y cordobanes". Pero, el principal comercio con-sistIa en maderas, sobre todo de cedros y nogales que se sacaban"para todos los pueblos" de la gobernacion. Por ültimo, empezabaa ser ya famosa su industria de fabricacion de carretas; las cua-les eran, más o menos, como las que hubo hasta hace poco enTucumán: todo hecho de madera, rio Ilevaban "una punta de hie-rro" segün Fray Reginaldo de Lizárraga. Y en 1596 contabaRamirez de Velaso, que en San Miguel se haclan 'todas las Ca-rretas que se gastaban" en esta gobernacion y en la del Rio dela Plata.

Los indios repartidos entre los vecinos en el distrito de SanMiguel de Tucumán eran, como ya sabemos, diaguitas, lules ytonocotés. Los que estaban en pueblos próximos a Ia sierra, erancontinuamente molestados y asaltados por los caichaqules fero-ces y guerreros. Los lutes, que no tenIan asientos fijos, "se sus-tentaban de cazas y pesquerias" y no estaban enteramente enpaz. Y muchos de estos indios eran tan pobres que no tenian"más de unas plumas con que se cobijaban las carnes", y susamos tenian que sustentarlos y vestirlos. Pero eran ellos los queJo hacIan todo: los que atendian los cultivo's, los que icuidabanlos ganados, los que limpiaban la acequia y regaban con ella, losque cortaban y sacaban las maderas del monte, los que tejian enel obraje y los qie hacIan las carretas.

En 1588 componIan el Ayuritamiento o Cabildo de San Mi-guel de Tucumán, Melián de Leguisamo, Pedro de Lorique y Juande Artaza, fundadores del pueblo, y Andrés Suárez de Hinojosa,Hernando de Beltrán, Juan de Espinosa, Cristó•bal Picón, Lázarode Morales... Escribano p(iblico y de Cabildo era Juan de Ara-

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de esta ciudad se podía venir de partes muy remotas a ella". Y lo que dijeron sobre esto sus vecinos en 1684 al oponerse al traslado de la ciudad, ya se verá más adelante. Pero no queremos dejar de citar también lo que expresó en 1594 el Padre Barzana: y es que, por lo demás, "San Miguel de Tucumán era un vergel".

Cuanto a !trabajos de industria y comerci!o, que había en la ciudad, diremos que en los molinos mencionados se molía el trigo de la localidad y se hacía la harina de que se abastecía el pueblo. Se utilizaba el algodón cosechado, y del lino, que abundaba, se sacaba buen lienzo. En el obraje citado se hacían "paños, y f,ra­zadas, sombreros y cordobanes". Pero, el principal comerlCio con­sistía en maderas, sobre todo de cedros y nogales que se sacaban "par.a todos los pueblos" de la gobernación. Por último, empezaba a ser ya famosa su industria de fabricación de carretas; las cua­les eran, más o menos, como las que ihubo hasta hace poco en Tucumán: todo heclJ.o de madera, no llevaban "una ·punta de hie- " rro'" segú~ Fray Reginaldo de Lizárraga. Y en 1596 contaba Ramírez de VelaSk!O, que en San Miguel se hacían "todas las ca­rretas que se 'gastaban" en esta gobernación y en la del Río de la Plata.

Los indios repartidos entre los vecinos en el distrito de San Miguel de Tucumán eran, como ya sabemos, diaguitas, lules y tonocotés. Los que estaban en pueblos próximos a la sierra, eran continuamente molestados y asaltados por lOos calchaquíes fero~ ces y guerreros. Los lules, que no tenían asientos fijos, "se sus­tentaban de cazas y pesquerías" y no estaban enteramente en paz. Y muchos de estos indios eran tan pobres que no tenían "más de unas plumas con que se cobijaban las carnes", y sus amos tenían que sustentarlos y vestirlos. Pero eran ellos los que lo hacían todo: los que atendían los cultivos, los que cuidaban los ganados, los que limpiaban la acequía y regaban con ella, los que cortaban y sacaban "las maderas del monte, los que tejían en el obraje y lOoS que hacían las carretas.

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En 1588 componían el Ayuntamiento o Cabildo de San Mi­guel de Tucumán, Melián de Leguisamo, Pedro de Lorique y Juan de AI1taza, fundadores del pueblo, y Andrés Suárez de Hinojosa, Hernanqo de Beltrán, Juan de Espinosa, Cristóbal Picón, Lázaro de Morales" "' Escribano ,público y de Cabildo era Juan de Ara-

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na. Y hacia esta rnisma época el teniente de gobernador de laciudad era un vecino de Córdoba, y el de ésta, uno de San Miguel:lo que habla dispuesto el gobernador Ramirez de Velasco, porquesiendo uno de la misma ciudad "no dejarIa de hacer por sus deu-dos" o amigos..

Desde 1578 el pueblo de San Miguel pasaba una vida máso menos tranquila, en trabajo y en paz... Hasta que en 1586ocurrió un suceso memorable que dió lugar, por mucho tiempo,sin duda, a las habladurIas del vecindario, no solo de Tucumánsino de otros de la gobernación. Y es que el joven Juan BautistaMuñoz, hijo del acaudalado vecino y venerable conquistador JuanBautista Bernio, de aburrido o por otro motivo, dejando a sumujer y su casa, se fué a vivir al campo, 'con tres o Icuatro indias de los pueblos de su padre"... Sabedor de esto, el goberna-dor Ramirez de Velasco, que en eso era severo, mandó a buscarlo;y Muñoz, por no dejarse "quitar sus mancebas", huyO a los mon-tes con una partida corno de 50 indios, para defenderse. Enton-ces el gobernador enviO soldados de varias ciudades a prenderlo,y él mismo se vino a San Miguel. Pero Mufloz se fué a los indiosde los cerros de atrás, guerreros que "confinaban con los de Chi-le". (Se habIa parapetado al parecer en el cerro, que hoy —poreso— se llama Muñoz, al fondo de TafI del Valle.) Y hasta allIfueron a perseguirlo, y tras de resistirse dos o tres veces, tuvoque rendirse. De Tu'cumán lo pasaron a Santiago, "para hacerjusticia del con los demás culpados". .. Mas, como después siguió viviendo en Tucumán, se ye que Ramirez de Velasco al finlo perdonó. Tales eran aquellos tiempos y esos hombres.

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na: Y hacia esta misma época el teniente de gobernador de la ciudad era un vecino de Córdoba, y el de ésta, uno de San Miguel: lo que había dispuesto el goberna:dor Ramírez de Velasco, porque

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siendo uno de la misma ciudad "no dejaría de hacer por sus deu-dos" o amigos . ..

Desde 1578 el pueblo de San Miguel pasaba una vida más o menos tranquila, en trabajo y en paz. . . Hasta que en 1586 ocurrió un suceso memorable que dió lugar, por mucho tiempo, sin duda, a las habladurías del vecindario, no sólo de Tucumán

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sino de otros de l'a gobernación. Y es que el joven Juan Bautista Muñoz, hijo del acaudalado vecino y venerable conquistador Juan Bautista Bernio, de a:burrido o por otro motivo, dejando a su mujer y su casa, se fué a vivir al campo, "con tres o Icuatro in~ dias de los pueblos de ~u padre". .. Sabedor de esto, el goberna­dor Ramírez de Velasco, que en eso era severo, mandó a buscarlo;

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Y Muñoz, por no dejarse "quitar sus mancebas", huyó a los mon-tes con una partida COIl1;O de 5'0 indios, 'Para defenderse. Enton­ces el gobernador envió soldados de varias ciudades a pre.nderlo, y él mismo se vino a San Miguel. Pero Muñoz se fué a los indios de los cerros de atrás, guerreros que "confinaban con los de Chi .. le". (Se había parapetado al parecer en el cerro, que hoy -por eSo- se Bama Muñoz, al fondo de Tafí del Valle.) Y hasta allí fueron a perseguirlo, y tras de resistirse dos o tres veces, tuvo que rendirse. De TUlClumán lo pasaron a Santiago" "para ha:cer

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justicia dél con los demás culpados" ... Mas, como después si~

guió viviendo en Tucumán, se ve que. Ramírez de Velrusco al fin lo perdonó. Tales eran aquellos tiempos yesos hombres.

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LA VIDA COLONIAL

La ciudad. - La ciudad de San Miguel de Tucumán, en suasicnto de IbatIn, era un cuadrado de 49 manzanas, siete de cadalado, con la de la plaza en el centro. Divididas por calles, no to-vdas estaban edificadas desde luego. Pero, durante el siglo XVII,siguió progresando, y ya muchas casas, que estaban alrededorde la plaza, eran de techos de teja: como el edificio del Cabildoque ocupaba su esquina noreste, y serIa el mejor. Las manzanasmás alejadas del ceritro estaban, sin duda, ocupadas por huertasy árboles frutales, que antes mencionamos.

Las iglesias y conventos eran la Iglesia Matriz, frente a laplaza (en el sitio que en nuestra ciudad tiene La Catedral) ; elCole gio de la CompañIa de JesTts (donde en la nuestra se hallaSan Francisco); La Merced (en donde aquI tenemos La Merced);

San Francisco (en la manzana de S. Domingo en la nuestra).Más afuera estaba la Capilla o ermita de los Santos Apóstoles SanSimon y San Jvx1s, vicepatrones de la ciudad. Y algunos de estostemplos, después del medio siglo, eran tan buenos que, por ejem-plo,al decir de sus vecinos, la Iglesia Matriz era 'grande y capaz,y de tan hermosa arquitectura" que en toda la gobernación nohabIa otra "semejante". Y decIan también, que el Colegio de IaCompañia de Jesus tenIa "una iglesia tan curiosa, que sacada lade Córdoba, era la mejor" de la CompaflIa en el Tucimán. Estostemplos fueron de los primeros. En cuanto a la iglesia y conventode San Francisco, después de muchos años, no hacIa 20 (en 1684)que se habIan terminado de edificar, "habiéndose gastado gransuma de dinero" en ellos. Y esos mismos vecinos hablan tambiénde "obras püblicas" y de muchas "casas y edificios. .. de particu-lares", que por entonces habIa en la ciudad.

LA VIDA COLONIAL

La ciudad. - La ciudad de San Miguel de Tucumán, en su asiento de Ibatín, era un cuadrado de 49 manzanas, siete de cada lado, con la de la plaza en el centro. Divididas por calles, no to .. das estaban edificadas desde luego. Pero, durante el siglo XVII,

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siguió progresando, y ya muchas ICasas, que estaban alrededor de la plaza, eran de techos de teja: como el edificio del C)abildo que ocupaba su esquina noreste, y sería el mejor. Las manzanas más alejadas del centro estaban, sin duda, ocupadas por huertas y árboles frutales, que an.tes mencionamos.

Las iglesias y conv·entos eran la IgleS'ÍXJ, Matriz, frente a la plaza (en el sitio que en nuestra ciudad tiene La Catedral) ; el Colegio de la Compañía de Jesús (donde en la nuestra se halla San Francisco) ; La Merced (en donde aquí tenemos La Merced) ;

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Y San Franaisco (en la manzana de S. Domingo en la nuestra). Más afuera estaba la Capilla o ermita de los Santos Apóstoles San Simón y San Jwdtas, vicepatrones de la dudad. Y algunos de estos templos, después del medio siglo, eran tan buenos que, por ejem­plo, . al decir de sus vecinos, J'a Iglesia Matriz era "grande y capaz, y de tan hermosa arquitectura" que en toda la gobernación no había otra "semejante". Y decían también, que el Colegio de la Compañia de Jesús' tenía "una iglesia tan curiosa, que sacada la de Córdoba, era la mejor" de la Compañía en el Tucumán. Estos

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t emplo's fueron de los primeros. En cuanto a la iglesia y convento de San Francisco, después de muohos años, no hacía 2.0 (en 1684) que se habían terminado de edificar, "habiéndose gastado gran suma de dinero" en ellos. Yesos mismos ve/cinos hablan también de "obras públicas" y de muchas "casas y edificios . . . de particu­lares", que por entonces había en la ciudad.

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Los españoles. - De los espafloies que viven en Tucumán—como en toda la Gobernación—, los importantes son los vecinosde la ciudad de San Miguel (en IbatIn), que por ser descendientesde los conquistadores, o por sus servicios, tienen feudos o enco-mendas de pueblos indIgenas. Los demás, simples moradoreso negociantes, son los que desempeñan algunos cargos páblicos,están de paso o colaboran y comercian con los e.ncomenderos. Perotodos ellos forman la clase dirigente, ninguno es clase baja.Y unos por ser nobles, otros por parecerlo, y todos por conside-rase señores, —desde que Ilegaron de España—, tienen por hu-millante el descender a trabajos prácticos, tales como cultivarla tierra, cuidar de los ganados, elaborar sus productos y ejercermodestos oficios. Para eso estaban los negros esciavos —que yahabIa— y los indios yanaconas en la ciudad, y los encomendadosen la campaña. Y asI estos españoles encomenderos, en particu-lar, ilevan una vida de verdaderos patrones o señores aunquemuehos, de señores pobres. Algunos, ni van a dirigir sus hacien-das del campo y encargan de esto a los 9bleros (espafloles 0mestizos sin mayores pretensiones), que hacen como de admi-nistradores de las estancias y de mayordomos de los indios. Y to-dos ellos, o andan de viaje por la gobernacion o están en la ciu-dad con cargos o funciones püblicas, cuando no simplemente intrigando o discutiendo: es decir holgando.

Los primeros criollos. - Con tales ejemplos y con la liber-tad que gozaban algunos hijos de estos españoles principales yotros mozos pobres, especialmente mestizos —pues sus madreseran indias— salieron grandes vagabundos (tanto en Tucumáncomo en otras partes de la gobernación) ; y asI, despreocupan-dose de todo andaban por los pueblos indIgenas de la campana,"hechos a sus costumbres y modo de vivir". Por lo cual, podemosdecir que esos fueron nuestros primeros gauchos. Pues a ellosya no les interesa el seflorIo, ni la riqueza: sOlo les atrae la vidafácil y ociosa de los campos, en medio de los indios sometidos.

Pero también hay otros criollos, casi todos puros, hijos deespañoles aspirantes, cuya vida sigue por otros caminos: 0 Sepreparan para ser hombres de acción como sus padres, tenerencomiendas y aspirar a los icargos püblicos; o se dedican a es-tudiar para ser sacerdotes. Y asI, varios —de Tucumán y otras

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Los españoles. - De los españoles que viven en Tucumán -como en toda la Gobernación-, los importantes son los vecinos de la ciudad de San Miguel (en [batín), que por ser descendientes de los conquistadores, o por sus servilCios, tienen feudos o enco­miendas de pueblos indígenas. Los demás, simples moradores o negociantes, son los que desempeñan algunos cargos públicos, están de paso o colaboran y comercian con los encomenderos. Pero todos ellos forman la clase dirigente, ning:uno es clase baja. y unos por ser nobles, otros por parecerlo, y todos por conside­rCl"Cse señores, -desde que llegaron de España-, tienen por hu-

1 millante el descender a trabajos prácticos, tales como Icultivar la tierra, cuidar de los g!3.nados, elaborar sus productos y ejercer modestos oficios. Para eso estaban los negros escl'avos -que ya había- y los indios yanaconas en la ciudad, y los encomendados en la campaña. Y así estos españoles encomenderos, en particu­lar, llevan una vida de ve,rdaderos patrones o señores aunque

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muohos, de señores pobres. Algunos, ni van a dirigir sus hacien-das del lCampo y encargan de esto a 10ls (p"Jbleros (españolles o mestizos sin mayor,es pretensiones), que hacen como de admi­nistradores de las estancias y de mayordomos de los indios. Y to­dos ellos, o andan de viaje pOl" la gobernación o están en la ciu­dad con cargos o funciones públicas, cuando no simplemente in~ trigando o discutiendo: es decir holgando ...

Los primeros criollos. - Con tales ejemplos y con la liber­tad que gozaban algunos hijos de estos españoles principales y otros mozos pobres, especialmente mestizos -pues sus madres eran indias- salieron grandes vagabundos (tanto en Tucumán como en otras partes de la gobernación) ; ,y así, despreocupán­dose de todo andaban por los pueblos indígenas de la cam,paña" "hechos a sus costumbres y modo de vivir". Por lo cual, podemos

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decir que esos fueron nuestros primeros gauchos. Pues a ellos ya no les interesa el señorío, ni la riqueza: sólo les atrae la vida fácil y ociosa de los campos, en medio de los indios sometidos.

Pero también hay otros criollos, casi todos puro's, hijos de españoles aspirantes, cuya vida sigue por otros caminos: o se preparan para ser hombres de acción como sus padres, tener encomiendas y aspirar a l'Os Icargos ,públicos; o se dedican a es­tudiar para ser sacerdotes. Y así, varios ~e Tucumán y otras

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iREVI HIST()IIX DE 'l'[C[MAX

ciudades—, hacen esto ültimo, yéndose a Córdoba a estudiar"Artes y TeologIa en la CompañIa de Jesñs", para salir buenosy 3xpertos sacerdotes. De éstos, segün el P. Torres, habla en eseColegio de los JesuItas, hacia 1614, unos 20 novicios. Y como losprimeros sacerdotes, salidos de entre ellos, podemos citar dos:al licenciado Gaspar de Medina y Castro, "clérigo criollo de latierra, naicido y criado en la ciudad de San Miguel de Tucumán"nieto de Gaspar de Medina, el cual en 1620,predicó en La Rioja,y por 'su doctrina y letras, dio mucho consuelo a sus oyentes";y al licenciado Juan Serrano, hijo de conquistadores, que en 1634era "cura y vicario" de esta misma ciudad de San Miguel.

Los pueblos indIgenas de la campaña. - Los indios encomcndados del distrito de San Miguel de Tucumán eran, sc-gunya sabemos, diaguitas, lules y tonocotés, cuyos pueblos tenIan ladistribución que antes indicamos. A fines del siglo XVII, perte-necIan a tres curatos: al de Colalao, en los Valles; al de Chiqui-ligasta al naciente; y al de Marapa al sur. El de Colalao, menosantiguo, comprendIa pocos pueblos indIgenas: el de Go-£aiao, que era la cabeza y tenIa su iglésia, perteneciente a dosfeudos (uno de los cuales pudo estar por San Pedro de Colalaoactual) ; Tolornbón, valle arriba próximo a Colalao (dentro denuc-stro Tucumán entonces) ; Chugchagasta (que debió estar porcionde hoy está Chusclia en Trancas) ; y Colpes a 4 leguas deColalao, en los Valles.

El curato de Chiquiligasta, sin duda el más antiguo, por es-tar en el centro, icerca de San Miguel, abarcaba los pueblos si-guientes (que estaban en poblados que atin existen con los mis-rnos nombres) : Chiquiligasta, que era la cabeza, con iglesia yaruinosa; Ampata, con capilla pobre; Ampatilla, no lejos de Am-pata; Ayaiapa o Yalapa.; Simoca, con un ramadón por Igilesia;Belicha, ya casi sin indios; y Amaiciw, (del Llano) con una ca-pilla en ruinas.

El curato y partido de Marapa era el que tenIa más pue-blos indIgenas, muchos de ellos de los más antiguos. Estos eran:Marapa, la cabeza, con "igle.sia y ornamento razonable'; Lac-quime y Silipioa, juntos, a tres leguas de Marapa, al naciente;Santa Ana (donde hoy está Santa Ana) ; Escaba y Tocpo, veci-nos, a dos leguas del anterior, al forte, en la falda de la sierra;

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ciudades-, hacen esto último, yéndose a Córdoba a estudiar "Artes y Teología en la Compañía de Jesús", para salir buenos y expertos sacerdotes. De éstos, según el P. Torres, había en ese Colegio de los Jesuítas, hacia 1614, unos 20 novicios. Y como los

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primeros sacerdotes, salidos de entre ellos, podemos citar dos: al licenciado Gaspar de Medina y Castro, "dérigo criollo de la tierra, naJcido y criado en la ciudad de San Miguel de Tucumán" nieto de Gaspar de Medina, el cual en 162Q predioó en La Rioja, y por "su doctrina y letras, dio muoho consuelo a sus oyentes"; y al' licenciado Juan Serrano, hijo de conquistadores, que en 1634 era "cura y vicario" de esta misma ciudad de San Miguel.

Los pueblos indígenas de la campaña. - Los indios enco~

m~ndados del distrito de San Miguel de Tucumán eran, ségún ya sabemos, diaguitas, lules y tonocotés, cuyos pueblos. tenían la distribución que antes indilcamos. A fines del si'glo XVII, ?erte­nacían a tres curatos: al de Colalao, en los Valles; al de Chiquic. ligasta al naciente; y al de M.arapa al sur. El de Co lalao , menos a!1tiguo, comprendía pocos pueblos indígenas : el de Co­lu,lao, que era la cabeza y tenía su igl.esia, perteneciente a dos feudos (uno de los cuales pudo estar por San Pedro de Colalao actqal); Tolombón, valle arriba próximo a Colalao (dentro de nuestro Tucumán entonces); Chugchagasta (que debió estar por donde hoy está Chusch.a en Trancas); y Golpes a 4 leguas de Colalao, en los Valles.

El curato de Chiquüigasta., sin duda el más antiguo, por es­tar en el centro, [Cerca de San Miguel, abarcaba los pueblos si­guientes (que estaban en poblados que aún existen con los mis­mos nombres): Chiq1Jfiligasta, qqe era la cabeza, con igles.ia ya ruinosa; A mpata, con capilla pobre; A mpatilla, no lej os de A m­pata; Ayala!pa o Yalapa; Simoca,con un ramadón por Iglesia; IJelicha, ya casi sin indios ; y Amaicha (del Llano) con una ca­pilla en ruinas.

El curato y partido de Mampa era el que tenía más pue­blos indígenas, muchos de ellos de los más antiguos. Estos eran: Marapa, la cabeza, con "igles ia y ornamento razonable'; Lac­quime y Silipioa, j untos, a tres leguas de Marapa, al naciente; Santa Ana (donde hovr está Santa Ana) ; Escaba y TO Cl¡;Q, veci­nos, a dos leguas del anterior, al norte, en la falda de la sierra;

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Nacche (en Naschi de Rio Chico) ; Anchacpa, dos leguas al naciente de Nacehe; Acapianta, a una legua del anterior, (sobre elrio qqe es hoy el Medina), pueblo antiguo grande, ya casi singente; Eldete, en la falda de la sierra, sobre €1 rio Guaycombo(hoy Gastona) ; Yweumanita, también de los más antiguos, conpoquisimos indios; Anconquija, de indios del Nevado, traldos alIlano, sobre la banda izquierda del Guaycombo; Gastona y Gas-tonilla, vecinos, de los cuales el más importante era el primero,que antes fué renombrado; TafI, de indios sacados del Valle deTafI, y puestos a seis leguas de Gastona, al norte; San Antoniode Buena Vista y Famayllau a una y otra banda del rio de Ze-bulbs (hoy de Famaillá), formados con indios traIdos de la sie-rra. Y en el pueblo de Famayllau terminaba por el forte el par-tido y curato de Marapa.

Todos estos pueblos indIgenas de los tres curatos, hacia 1685,año del traslado de la ciudad de San Miguel, estaban ya acabadoscon excepción de los indios de los Valles: tanto que algunos deellos no contaban más que con tres o cuatro indios de servicio,cuando a principios de este siglo tenIan centenares cada uno. Ytodos ellos estaban encomendados y repartidos en estancias deespañoles, dadas por los gobernadores en nombre del Rey. Pero,como no las atendIan personalmente y sus indios eran ya tan p0-

cos, ellos mismos, en su mayor parte, se hallaban muy pobres.Por ültimo diremos, que de Fama'yllau para el Norte dentro

de Tucumán, hacia 1688, figuran en un padrón de ese año algu-nos poblados con indios de nuevas encomiendas, como éstos: Los1anantales (en el actual Manantial); La Chacra, a media legua

de Ia nueva ciudad) ; Quilmes, de indios traIdos del Valle, en el ha-na (donde hoy está Quilmes de Leales) ; y La Limpia Concepeiónen el valle de Choromoros. Y para el Sur, Mandojitas, inmediatoa Nasche; Niogasta (en Rio Chico); Balderrama; y Alijilán, enAmberes, a dos leguas del pueblo viejo.

Los indios como pueblo trabajador. - Pues bien; los indios(10 Ia mayor parte de los pueblos mencionados, después de vivirmás de un siglo reducidos, al servicio de los e.spanoles, no eranya salvajes, no eran indios puros —algunos ni de sangre— sinoeriolbos indios, con actividades, costumbres y maneras de sercumo las do los eriollos esanuIe de entouces. Y estanclo todos

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Kacche (en Naschi de Río Chico) ; Anchacpa, dos leguas al na-ciente de N acche; Acapianta,a una legua del anterior, (sobre el río qqe es hoy el Medina), pueblo antiguo grande, ya casi sin gente; Eldete, en la Lalda de la sierra, sobre el río Guaycombo

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(hoy Gastona); Yucumaruita, también de los más antiguos, con poquísimos indios; Anconquija, de indios del Nevado, traídos al llano, sobre la banda izquierda del Guay¡combo; Gastona y Gas­tonilla, vecinos, de los cuales el más importante era el primero, que antes fué renombrado; Tafí, de indios sacados del Valle de Tafí, y puestos a seis leguas de Gastona, al norte; San Antonio de Buena Vi'sta y Famayllalu a una y otra banda del río de Ze­ballos (hoy de Famaillá), formados con indios traídos de la sie­rra. y en el pueblo de Famayll!au te.rminaba por el nome el par­tido y curato de Marapa.

Todos estos pueblos indígenas de los tres curatos, hacia 1685, año del traslado de la ciudad de San Miguel, estaban ya acabados con excepción de los indios de los VaI.les: tanto que algunos de ellos no contaban más que con tres o cuatro indios de servicio, cuando a principios de este siglo tenían centenares cada uno. Y todos ellos estaban encomendados y repartidos en estancias de españoles, dadas por los gobernadores en nombre del Rey. Pero, como no las atendían ,personalmente y sus indios eran ya tan po­cos, ellos mirsmos, en su mayor parte, se hallaban muy pobres.

Por último diremos, que de Fama?JrUau para el Norte dentro de Tucumán, hacia 1688, figuran en un padrón de ese año algu­nos poblados con indios de nuevas encomiendas, como éstos: Los Manantiales (en el actual Manantial) ; La Chacra, a media legua de la nueva ciudad) ; Quilmes, de indios traídos' del Valle, en ellla­no (donde hoy está Quilmes de Leales) ; y La Limpia ConcepC1ÍÓn en el valle de Choromoros. y !para el Sur, Mandojitas, inmedi3ito a Nasche; Niogasta (en Río Chico) ; Balderrama; y Alijilán, en Amberes, a dos leguas del pu~b10 viejo.

Los indios como pueblo trabajador. - Plues bien; los, indios de la mayor parte de los pueblos mencionados, después de vivir más de un siglo reducidos, al serviICio de los españoles, no eran ya salvajes, no eran indios puros -algunos ni de sangre- sino criollos indios, con ,3iCtividades, costumbres y maneras de ser como las de los criollos es'pañoles de entonces. Y estando todos

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bautizados, sus nombres de pila eran ya los comunes de los es-pafloles; y solo sus apellidos —cuando los tenIan— eran indIge-nas. Estaban casados en su mayorIa por los curas de sus doctri-nas, y éstos los confesaban a menudo. Hablaban la lengua gene-ral, o sea el quIchua, que les habIan enseñado desde el siglo antenor para adoctrinarlos; solamente los originarios de la sierra

los Valles CalchaquIes hablaban también el kakano, especial-mente las mujeres; y habIa indios tonocotés del Ilano como losde Gastona, tan ladinos que no querIan hablar quIchua sino cas-tellano. Muchos, por otra parte, vestIan ya como los espafloles,aunque siendo pobres andaban descalzos. Y por lo demás, eranen general dóciles, de buen natural; pero todos amigos de em-briagarse.

En cuanto a sus actividades al servicio de los espafloles,todos los indios grandes eran trabajadores y tenIan sus oficios.Unos eran hombres de campo, ocupados en cuidar de los ganados de sus encomenderos; otros eran agrieultores que con gustocultivaban la tierra, sembraban y recogIan para los amos susbuenas cosechas de maIz y trigo. Otros, con sus mujeres hilabanlana y el algodón —que también cultivaban— para tejerse susvestidos. Y habIa algunos con oficios menudos, como un viejocuraca de Gastonilla que era buen zapatero. Pero el oficio prin-cipal de estos indios era la carpinterIa; lo que se explica por laabundancia de finas maderas que habIa en las faldas bososas dela sierra; y por la fabricación de carretas que venIa siendo, des-de el siglo pasado, la industria más rica y extendida de SanMiguel de Tucumán. En tal oficio se destacaban entre otros, losindies de Marapa, cuya afición a la carpinteria era tan grandeque, —segcin el P. Verdugo Garnica—, hasta los chicos de 10 y12 afios andaban manejando hábilmente la azuela, el serrucho yel hacha. Los de Famaill6 eran buenos para hacer icarretas; comolo eran también los de TafI y Amaicha trasladados al pueblo delos Lules, los que eran tan hábiles, que entre otras cosas abri-cahan una carreta por seinana. (Los soicos y Wes de este pueblo,hacIan además grandes sementeras que daban por año cerca demil fanegas de trigo y maIz.

Los indios que iban de mita a la ciudad, es decir a realizartrabajos pblicos obligaclos, se ocupaban en ella de albañiles, de

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bautizados, sus nombres de pila eran ya los comunes de los es-I

pañoles; y sólo sus apellidos -cuando 10'8 tenían- eran indi'ge-nas. Estaban casados en su mayoría por los curas de sus doctri­nas, y éstos los confesaban a menudo. Hablaban la lengua gene­,ral, o sea el quíehua, que les habían enseñado desde el 'sig.lo an~ terior para adoctrinarlos; solamente los originarios de la sierra )- los Valles Calchaquíes hablaban también el kakano, especial­mente las mujeres; y había indios tonoeotés del llano como los de Gastona, tan ladinos que no querían hablar quíchua sino cas-, tellano. Muohos, por otra parte, vestían ya como los españoles, aunque siendo pobres andaban descalzos. Y por lo demás, eran

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en general dóciles, de buen natural; pero todos amigos de em-briagarse.

En cuanto a :sus actividade~ ,al servicio de los españoles, todos los indios grandes eran trabajadores y tenían sus oficios. Unos eran hombres de campo, ocupados en cuidar de los gana~ dos de sus encomenderos; otros eran agrilcultores que con gusto cultivaban la tierra, sembraban y recogían para los amos sus buenas cosechas de maíz y trigo. Otros, con sus mujeres hilaban lana y el algodón -que también cultivaban- para tejerse sqs vestido's. Y había algunos con oficios menudos, como un viejo cura ca de Gastonilla que era buen zapatero. Pero el ofkio prin­cipal de estos indios era la carpintería; lo que se explica por la abundancia de finas maderas que había en las falda'8 boscosas de la sierra; y por la fabricación de carretas que venía siendo, des­de el siglo pasado, la industria más rica y extendida de San Miguel de Tucumán. En tal oficio se destacaban entre otros, los indios de Marapa, cuya afición a la carpintería era tan grande que, -según el P. Verdugo Garni.ca-, hasta los chicos de 10 y

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12 años andaban manej ando hábilmente la azuela, el serrucho y el hacha. Los de Famaillá eran buenos para hacer Icarretas; como lo eran también los de Tafí y Amaieha trasladados al pueblo de los Lules, los que eran tan hábiles, que entre otras cosas Lflabri­caban una carreta por semana. (Los soleos y lules de este pueblo, hacían además grandes sementeras que daban por año cerca de mil fanegas de trigo y maíz.

Los indios que i,ban de mita a la ciudad, es decir a realizar trabajos públicos obligados, se ocupaban en ella de albañiles, de

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avadores y limptlores de acequias, de ayudantes del molino, yen cien cosas más. A otros los sacaban sus amos para hacerlosviajar al Peru y otras partes, como carreteros o troperos ("fle-tados —dice el P. Garnica—, como si fueran mulas o machos deaiquiler"). Y lo peor era, que en estos viajes y trajines, muchosde estos indios, sobre todo los que iban al Peru, se perdIan o nolos devolvIan a sus pagos tucumanos, y éstos se iban quedando(lesiertos.

Como se ye, pues, eran estos indios humildes y desconocidosde nuestras campañas lo que en el siglo XVII aguantaban sobresus espaldas todo el peso material del trabajo. Y asI, descon-tando el gran aporte de la naturaleza, a ellos se debIa la famaU2 industrioso y de rico que tenia ya entonces el pequeflo distritodo San Miguel de Tucumán. De ellos era, pues, el mérito princi-pal de aquellas "cosechas grandiosas" que lleno de orguflo men-uionaba el Cabildo de la vieja ciudad, al tiempo del traslado; co-schas que no solo alcanzan para el abasto de toda ella, sino tam-

:ien para el de. sus vecinas. Y fueron estos indios los que en lamdad ayudaron a levantar ]as hermosas iglesias de que ese Ca-ildo tanto se vanagloriaba; y ellos, en fin, los que trabajandosignados, y hasta sacrificándose, permitieron a sus amos es-

;ñoles de la ciudad holgar, hacerse algunos ricos y dar ilustra-a sus hijos para aspirar a una vida mejor.

Los aizamientos diaguitas. - Diremos ahora que en esteXVII no todo fué tranquilidad pOblica en la gobernación,

aes su segundo tercio fué de rebeliones y alzamientos generaleslos indios diaguitas de ]as sierras y los valles, especialmente

alchaquIes. Y San Miguel de Tuumán y su distrito, como otrasudades vecinas pasaron aprietos y peligros. Dichos indios, quean bravos y libres, se rebelaron por estar descontentos y hartos

do los trabajos excesivos a que los sometIan los españoles. Y unaz alzados cometieron, como es lógico, excesos y crueldades contra

us amos y sus familiares: lo que dió lugar a que el gobernadorAlbornoz saliese con los encomenderos de toda la gobernacion acastigarlos. Cinco años duraron las luhas con los indies, hasta

ue un 1635 acabaron de reducirlos y volvió la paz.Pero unos aflos después, en 1657, hay un nuevo alzamiento

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{avadores y limp ores de acequias, de ayudantes del molino, y I

en cien teosas más. A otros los sacaban sus amos para hacerlos viaj ar al P.erú y otras partes, como carreteros o troperos ("fle­tados -dice el P. Garnica-, como si fueran mulas o machos de

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alquiler"). Y lo peor era, que n estos viajes y trajines, mucnos de estos indios, sobre todo los que iban al Perú, se perdían o no los devolvían a sus pagos tucumanos, y éstos se iban quedando desiertos.

Como se ve, pues, eran estos indios humildes y desconocidos de nuestras campañas lo que en el siglo XVII aguantaban sobre sus espaldas todo el peso material del trabajo. Y así, descon­tando el gran aporte de la naturaleza, a ellos se debía la fama de industrioso y de rico que tenía ya entonces el pequeño distrito de San Miguel de. Tucumán. De ellos era, pues, el mérito princi­pal de aquellas "cosechas grandiosas" que lleno de orgullo men-

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cionaba el Cabildo de la vieja ciudad, al tiempo del traslado; co-sechas que no sólo alcanzan para el abasto de toda ella, 'sino tam­biénpara el de sus vecinas. Y fueron estos indios los que en la ciudad ayudaron a levantar las herm,osas iglesias de que ese Ca­bildo tanto se vanagloriaba; y ellos, en fin, los que trabajando resignados, y hasta sacrificándose, permitieron a sus amos es­pañoles de la ciudad holgar, hacerse algunos ricos y dar ilustra­ción a sus hijos para a'spirar a una vida mejor.

Los alzamientos diagwitas. - Diremos ahora que en este siglo XVII no todo fué tranquilidad pública en la g~bernación, pues su segundo tercio fué de rebeliones y alzamientos generales de los indios diaguitas de las sierras y los valles, especialmente Calchaquíes. y San Miguel de TUI~umán y su distrito, como otras ciudades vecinas pasaron aprietos y peligros. Dichos indios, que eran bravos y libres, se rebelaron por estar descontentos y hartos de los trabajos excesivos a que los sometían los españoles. Y una n:z alzados cometieron, como es lógico, excesos y crueldades contra sus amos y sus familiares: lo que dió lugar a que el gobernador Albornoz saliese con los encomenderos de toda la gobernación a castigarlos. Oinco años duraron las lUl~has con los indios, hasta que en 1635 acabaron de reducirlos y volvió la paz.

Pero unos años después, en 1657, hay un nuevo alzamiento de los calchaquíe·s, aunque esta vez por otra causa. Fué porque

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un español, Pedro Bohórquez, prófugo de Chile, se metió en losValles y engañó a los indios, diciéndoles que él era descendientede Jos Incas y les ayudarIa a recobrar su independencia: y ellosle creyeron, lo rodearon y le obedecieron como a un rey. El go-bernador Mercado, que al principio icreyó también en los cuentosde tesoros ocultos, que le hiciera Bohórquez, desenganado al finsalió a combatirlo; y en Salta lo venció, entregándolo a un en-viado de la Audiencia de Charcas. Sin embargo, siguieron aiza-dos varios pueblos del Valle., iiasta que Mercado, en una nuevacampafla acabó reduciéndolos, y repartiendo a muchos indios consus familias en lugares del ilano. Y de éstos, los más desgraciados,sin duda, fueron los Quilmes, que. no solo fueron desarraigadosde sus cerros, sino sacados del Tu.cumán, para lievar 150 fami-has de ellos a Buenos Aires y asentarlas allI.

El traslado de San Miguel de Tucumán. - En 1685, uno odos años después de fundada la ciudad de San Fernando en elValle de Catamarca, se hace el traslado de la San Miguel de Tu-cumán a su lugar actual. Costó más de cinco aflos hacer estetraslado. Porque muchos vecinos no querian dejar sus propieda-des del asiento de IbatIn ni alejarse de sus estancias que estabancerca de él. Estos eran, sin duda, sus motivos mayores; peroellos alegaban razones de orden pdblico: dei.Ian que con €1 tras-lado se perderIan las cosechas 'grandiosas" que abastecian nosolo a su comarca, sino a las de "Santiago del Estero, Valle deCatamarca y Nueva Rioja"; que en la ciudad se arruinarian sush±rmosas iglesias y los demás edificios valiosos que alII habIa; yen fin que se abandonaria la region más sana y fértil, para lIe-var la ciudad a otra que no lo era.

Pero, la necesidad de las cosas venció la oposición de loshombres. Las inundaciones contInuas de parte de la ciudad porel rio de la Quebrada, que se habIa desviado hasta Ilegar juntoa ella; las fiebres paiddilcas ocasionadas por los baflados prOxi-mos; y más que todo el h.aberse quedado a trasmano del dnicocamino ya usado para ir y venir del Perd, obligaron al traslado.Y asi, por fin, el 27 de Septienibre de 1685, el teniente de gober-nador, Miguel de Salas y Valdez, por orderi del gobernador Men-doza Mate de Luna —autorizado a su vez por el rey—, plantóen el nuevo sitio, llamado La Toma, el árbol de justicia traido

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN Gil

un español, Pedro Bohórquez, prófugo de Chile, se metió en los Valles y engañó a los indios, diciéndoles que él era descendiente de los Incas y les ayudaría a recobrar su independencia: y ellos le creyeron, lo rodearon y le obedecie-ron como a un rey. El go­bernador Mercado, que al principio ICreyó también en los cuentos de tesoros ocultos, que le hiciera Bohórquez, des'engañado al fin salió a combatirlo; y en Salta lo venció, entregándolo a un en­viado de la Audiencia de Charcas. Sin embargo, siguieron alza-, dos varios pueblos del Valle, hasta que Mercado, en una nueva campaña acabó reduciéndolos, y repartiendo a muchos indios con ~us familias en lugares del llano. Y de éstos, los más desgraciados, sin duda, fueron los Quilmes, que. no sólo fueron desarraigado·s de sus cerros, sino sacados del Tucumán, para llevar 150 fami­lias de ellos a Buenos Aires y asentarlas allí.

El traslado de San Miguel de Tucumán. - En 1685, uno o dos años después de fundada la ciudad de San Fernando en el Valle de Catamarca, se hace el traslado de la San Miguel de Tu­cumán a su lugar actual. Costó más de ci.nco años hacer este traslado. Porque muchos vecinos no querían dejar sus propieda­des del a'siento de Ibatín ni alejarse de sus estancias que estaban ct:>rca de él. Estos eran, sin duda, sus motivos mayores; pero ellos alegaban razones de orden público: dedan que con el tras­lado se perderían las cosechas "grandiosas" que 'aba'stecían no sólo a su comarca, sino a las de "Santiago del E stero, Valle de Catamarca y Nueva Rioja"; que en la ciudad se arruinarían sus hermosas iglesias y los demás edificios valiosos' que allí había; y en fin que se abandonaría la región más sana y fértil, para lle­var la ciudad a otra que no lo era.

Pero, la necesidad de las cosas venció la oposición de los hombres. Las inundaciones contínuas de parte de la ciudad por el río de la Quebrada, que se había desviado hasta llegar junto a ella; las fiebres palúd~cas ocasionadas por los bañados próxi­mos; y más que todo el haberse· quedado a trasmano del único camino ya usado para ir y venir del Perú, obligaron al traslado. y así, por fin, el 27 de Septiembre de 1685, el teniente de gober­nador, Miguel de Salas y Valdez, por orden del gobernador Men­doza Mate de Luna -autorizado a su vez por el rey-, plantó en el nuevo sitio, llamado La Toma, el ál"bol de justicia traído

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de la vieja ciudad y realizó las demás ceremonias propias de todafundación. La distribución de las iglesias y conventos, fué lamisma que en Ia otra tenIa, segün ya dijimos. Solo al Cabildo sele dió nueva ubicaciOn: donde hoy está nuestra Casa de Gobierno.Y otra novedad fué, que se le dió —pensando en el mañana— untrazado mayor: nueve manzanas de cada lado, o sea un cuadrocompuesto do 81 manzanas, con la do Ta plaza en el centro.

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de la vieja ciudad y realizó las demás ceremonias propias de toda fundación. La distribución de las iglesias y conventos, fué la misma que en la otra tenía; según ya dijimos. Sólo al Cabildo se le dió nueva ubicación: donde hoy' está nuestra Casa de Gobierno. y otra novedad fué, que se le dió -pensando en el mañana- un

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trazado mayor: nueve manzanas de cada lado, o sea un cuadro compuesto de 81 manzanas, con la de la plaza en el ce.ntro.

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MAX MOTS

SIGLO XVIII

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LA VIDA COLONIAL

Preliminar. - Antes del traslado de San Miguel de Tucu-man, pacificados los caichaqules, en seguida no más habIan em-pezado las incursiones guerreras de los indios mocovIes del Chacoen el Tucu'mán. ,Por qué lo hicieron? No lo sabemos bien. Elhecho es que en 1673 el gobernador Peredo, sucesor de Mercado,realiza la primera campana del Chaco, para castigarlos. Fué congente de toda la goiernacion; llega hasta el rio Grande o Berme-Jo; ataca a los indios; los reduce y se vuelve trayendo más de2.000 con sus familias; los que reparte entre las ciudades: es de-cir, hace lo que Mercado con los calchaquIes. Y desde entoncesqueda declarada la guerra con los mocovIes, los que, como yen-ganza, no cesan de hacer entradas con despojos y destruccionesen los poblados y estancias fronterizas, sobre todo por la partede Esteco. Y de esta suerte, después de otras campañas llevadasal Chaco, en junio de 1690, Jos mocovIes vienen hasta la nuevaciudad de San Miguel de Tucumán, la sorpreden y ocasionan lapérdida de 40 a 50 personas entre los que deguellan y1 los quecautivan.

El distrito. - Al fundarse la ciudad de San Fernando en elValle de Catamarca, éste le fué quitado, de hecho, al distrito deSan Miguel de Tucumán, dentro del cual estuvo comprendidodesde fines del siglo XVI. Y a principios del XVIII, un gober-nador lo adjudicó por su cuenta a Catamarca. De modo que, des-de entonces, el distrito de San Miguel de Tucumán quedó más omenos reducido a lo que es hoy nuestra provincia; y la nuevaciudad vino a quedar casi en su centro. Pero, como hemos visto,las estancias y poblados más numerosos estaban en el sur; y enel norte se haflaban solo campos, bosques y valles de las sierras,con algunas estancias, hacia donde en el siglo XVIII se asenta-rI an nuevas poblaciones.

LA VIDA COLONIAL

Preliminar. - Antes del traslado de San Miguel de Tucu­mán, pacificados los calchaqouíes, en seguida no más haibían em­pezado las incursiones guerreras de los indios mocovíes del Chaco en el Tucumán. ¿Por qué 10 hicieron? No lo sabemos bien. El hecho es que en 1673 el gobernador Peredo, sucesor de Mercado, realiza la primera campaña del Chaco, para castigarlos. Fué con gente de toda la gobernación; llega hasta el río Grande o Berme­jo; ataca a Jos indios; los reduce y se 'Vuelve trayendo más de 2.000 con sus familias; los que reparte entre las ciudades: es de­cir , hace lo que Mercado con los calchaquíes. Y desde entonces

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queda declarada la guerra con los mocovíes, los que, COIIllO ven-ganza, no cesan de hacer entradas con despojos y destrucciones en los poblados y estancias fronterizas, !Sobre todo por la parte de Esteco. Y de esta suerte, después de otras campañas llevadas al Chaco, en junio de 1690, los mocovíes vienen hasta la nueva ciudad de San Miguel de Tucumán, la sorpreden y ocasionan la pérdida de 40 a 50 :personas entre los que degüellan yI los que cautivan.

El distrito. - Al fundarse la ciudad de San Fernando en el Valle de Catamarca, éste le fué quitado, de hecho, al distrito de San Miguel de Tucumán, dentro del cual estuvo comprendido desde fines del tsiglo XVI. Y a principios del XVIII, un gober­nador lo adjudicó ,por su cuenta a Catamarca. De modo que, des>­de entonces, el distrito de San Miguel de Tucumán quedó más o menos reducido a lo que es hoy nuestra provincia ; y la nueva ciudad vino a quedar casi en su centro. Pero, como hemos visto, l~s estancias y poblados más numerosos estaban en el sur; y en el norte se hallaban sólo campos, -bosques y valles de las sierras, con algunas estancias, hacia donde en el siglo XVIII se ~senta­rían nuevas poblaciones.

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Con el correr del tiempo, los tres partidos y curatos que ha-bIa en el distrito, y que ya conocemos, se fueron subdividiendopara la mejor atención de lo g poblados de españoles y criollos.Y asI a fines del siglo XVIII en vez de tres hay seis partidos ycuratos rurales: los de Trancas, Burroyacu, Los Juárez (o LosLeales después), lo g Monteros, Chiquiligasta y El Rio Chico; alos cuales debe añadirse el curato Rectoral o de la Capital. Par-tidos que en el siglo XIX serIan otros tantos departameotos pri-meros de nuestra provincia, con esos mismos nombres.

La nueva czudad. - Desde su traslado a su lugar actualnuestra ciudad fué creciendo y progresando, lenta pero firme-mente: hasta liegar a ser, después de un siglo, la hermosa aldea,que con el nombre de ciudad fué al entrar el siglo XIX, como ladescribiremos después. Aqui solo daremos algunos testimonios so-bre ella; éstos: que en 1708, detrás o al lado del Convento deNuestra Señora de las Mercedes, habIa una "plazuela" donde secongregathan la guardia y vecinos para defender la ciudad de ata-ques de log indios del Chaco; que hacia 1732 ya habla en ella unhospital; que el gobernador Fernndez Campero, por los aflos1764 a 1769, hizo realizar diligencias para que "log vecino deesta ciudad lograsen agua dentro de la plaza" y para que "sedorase el retablo mayor de su iglesia" (la Matriz, sin duda)que hacia 1770, segán Concolorcorvo, la ciudad edificada estabareducida "a cinco cuadras perfectas, pero no estaha poblada acorrespondencia"; que, segün el mismo, "la Parroquia o Matrizestá adornada como casa rural y los conventos de San Franciscoy Santo Domingo, mucho menos".

Las cam pañas. - En este siglo nuestras campaflas empiezana poblarse de españoles y criollos. Lo que se explica, porque logindios de las encomiendas se están acabando; y sus amos, ya em-pobrecidos, tienen que irse a vivir a sus estancias para atenderpersonalmente sus haciendas y sus chacras con la ayuda de unospocos indios y algunos negros: lo que hacIan "por los ahorros ycomodidades del campo", para vivir con menos. Segán dice elobispo Sarricolea en 1729 este fenómeno social ocurrIa especial-mente en ciudades pobres de la gobernación, como Catamarca yLa Rioja; pero Santiago y San Miguel padecIan "el mismo defec-to, aunque no en tanto grado de disminución". En Tucumán, porlo tanto, nuestra ciudad no perdió su importancia; sin embargo,

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Con el correr del tiempo, los tres partidos y curatos que ha­bía en el distrito, y que ya conocemos, se fueron /Subdividiendo para la mejor atención de los poblados de españoles y criollos. y así a fines del siglo XVIII en vez de tres hay seis partidos y curatos rurales: los de Trancas, Burroyacu, Los Juárez (o Los Leales desip'ués), los Monteros, Chiquiligasta y El Río Chico; a los cuales debe añadirse el curato Rectoral o de la Capital. Par­tidos que en el siglo XIX serían otros tantos departamentos pri­meros de nuestra provincia, con esoo mismos nombres.

La nueva cvudad. - Desde su traslado a su lugar actual nuestra ciudad fué creci'endo y progresando, lenta pero firme­mente: hasta llegar a ser, después de un siglo, la hermo,sa aldea, que con el nombre de ciudad fué al entrar el siglo XIX, como la describiremos después. Aquí sólo daremos algunos testimonios so­bre ella; éstos: que en 1708, detrás o al lado del Convento de Nuestra Señora de las Mercedes, había una "plazuela" donde se congregaJban la guardia y vecinos !para defender la ciudad de ata­ques de lo,s indios del Chaco; que hacia 1732 ya había en ella un hospital; que el gobernador Fernáindez Campero, por los años 1764 a 1769, hizo realizar diligencias para que "los vecinos de esta ciudad lograsen agua dent ro de la plaza" y para que "se dorase el retablo mayor de su iglesia" (la Matriz, sin duda); qUé hacia 1770, según Concolor,corvo, la ciudad edificada estaba reducida "a cinco cuadras :perfectas, pero no estaba poblada a correspondencia"; que, según el mismo, "la Parroquia o Matriz está adornada como casa rural y los conventos de San Francisco y Santo Domingo, mucho menos".

Las campañas. - En este siglo nuestras campañas empiezan a poblarse de españoles y criollos . Lo que se explica, ,porque los indios de las encomiendas se están acabando; y sus amos, ya em­pobrecidos, tienen que irse a vivir a sus estancias para atender personalmente sus haciendas y sus chacras con la ayuda de unos pocos indios y algunos negros: lo que hacían "por los ahorros y comodidades del campo", para vivir con menos. Según dice el obispo Sarricolea en 1729 este fenómeno social ocurría especial­mente en ciudades pobres de la gobernación, como Catamarca y La Rioja; pero Santiago y San Miguel padecían "el mismo defec­to, aunque no en tanto grado de disminución". En Tucumán, por 10 tanto, nuestra ciudad no perdió su importancia; sin embargo,

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por dicho fenómeno, su crecimiento y progresos fueron lentos.Pero, en cambio, empiezan a aparecer y a formarse en nuestrascampañas poblados nuevos y hasta algunas villas, como las deTrancas y Monteros, que fueron las primeras.

Los indios. - Los indios encomendados de nuestra region,segün el Padre Larrouy, a principios del siglo XVIII apenas lie-gaban a 257, pertenecientes a 21 encomenderos. Y a mediadosde ese siglo, ya no contarIan por haberse acabado, a no ser losotros indios traIdos del Chaco. Pero todos ellos, segün nos infor-ma el obispo Sarricolea en 1729, seguIan trabajando como antes,y acaso más que antes, dándoies sus amos el mismo maltraloque en el siglo anterior. AsI, éstos, más que encomenderos erandueflos absolutos de estos indios y los tenIan fuera de sus pueblosnativos: ya laborando en las "estancias y haciendas", a veces le-janas; ya ejerciendo "oficios mecánicos de carpinterIa, carrete-rIa, curtidurIa y semejantes"; o ya de "arrieros y peones de ca-rretas, cargas y mulas" con que "traficaban dentro y fuera" dela gobernación.

La guerra con los indios del Chaco. - Casi todo el segundotercio de este siglo estuvo la gobernación ocupada en guerrearcon los indios del Chaco: tal como en el mismo perlodo del sigloanterior, lo estuviera con las sublevaciones de los calchaquIes ydiaguitas. Para San Miguel de Tucumán y su distrito, en el norte,los más encarnizados y odiados enemigos fueron los mocovIes,segün ya dijimos; pero a ellos se fueron agregando otras nacionesguerreras, como las de los tobas, vilelas, malvalás y avipones. Susincursiones y depredaciones por las regiones fronterizas de lagobernación recrudecen y se hacen peligrosas en 1730; respondenlos espafloles con sus campanas del Chaco en 1731; queda la gue-rra declarada entre ambas partes; y ésta dura, con cortos inter-valos de paz, hasta el gobierno de Espinosa y Dávalos (1757-1764)quien logra reducir y aquietar, casi del todo, a estos indios ene-migos.

Ahora bien; Tucumán, como region fronteriza por el norte,es una de las ciudades que más sufre y peligra durante esa gue-.rra (como las de Salta y Jujuy, Santiago y Córdoba al final).Y asi, nuestra ciudad no solo envia soldados a la lucha, sino quepasa por serios contrastes, como ocurre en 1734, cuando dospartidas que iban al fuerte de Balbuena fueron sorprendidas y

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por dicho fenómeno, su crecimiento y progresos fueron lentos. Pero, en cambio, empiezan a aparecer y a formarse en nuestras campañas poblados nuevos y hasta algunas villas, como las de Trancas y Monteros, que fueron las primeras.

Los indios. - Los indios encomendados de nuestra región, según el Padre Larrouy, a principios del siglo XVIII ~penas lle­gaban a 257, pertenecientes a 21 encomenderos. Y a mediados de ese siglo, ya no .contarían por haberse 3!Cabado, a no ser los otros indios traídos del Chaco. Pero todos ellos, según nos infor­ma el obispo Sarricolea en 1729, seguían trabajando como antes, y acaso más que antes, dándoles' sus amos el mismo maltrato que en el siglo anterior. Así, éstos, más que encomenderos eran dueños absolutos de estos indios y los tenían fuera de sus puéblos nativos: ya laborando en las "estancias y haciendas", a veces le­janas; ya ejerciendo "oficios mecánicos de carpintería, carrete­ría, curtiduría y semejantes"; o ya de "arrieros y peones de ca:.. rretas, cargas y mulas" COn que "traficaban dentro y fuera" de la gobernación.

La guerra con los indios del Chaco. - Casi todo el segundo tercio de este siglo estuvo la gobernación ocupada en guerrear con los indios del Ohaco: tal como en el mismo período del siglo anterior, lo estuviera con las sublevaciones de los calchaquíes y diaguitas. Para San Miguel de Tucumán y su distrito, en el norte, los más encarnizados y odiados enemigos fueron los mocovíes, según ya dijimos; pero a ellos se fueron agregando otras naciones guerreras, como las de los tobas, vilelas, malvalás y avipones. Sus incursiones y depredaciones por las regiones fronterizas de la gobernación recrudecen y se hacen peligrosas en 1730; responden los españoles con sus campañas del Chaco en 1731; queda la gue­rra declarada entre ambas partes; y ésta dura, con cortos inter­valos de paz, hasta el gobierno de Espinosa y Dávalos (1757-1764) quien logra reducir y aquietar, casi del todo, a estos indios ene­migos.

Ahora bien; 1'ucumán, como región fronteriza por el norte, es una de las ciudades que más sufre y peligra durante esa gue., rr~ (como las de Salta y Jujuy, Santiago y Córdoba al final). y así, nuestra ciudad no Sól¿ enVÍa soldados a la lucha, sino que pasa por 'serios contrastes, como ocurre en 1734, cuando dos partidas que iban al fuerte de Balbuena fueron sorprendidas y

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aniquiladas por loi indios. Y en 1735 sucede lo mismo con otrapartida. Pero, nada es esto: en 1739, llegó a tanto la audaciade los mocovIes, que estando sin soldados nuestra ciudad, lieganhasta ella, sitian el templo de San Francisco, saquean algunascasas, deguellan a unos, cautivan a otros y se van. Y, por suparte, como en venganza, o para hacerse de esciavos, los espa-floles en sus incursiones militares al Chaco, —liamadas malo-cas—, se traIan todos los indios que p-odIan, para repartIrselosen las varias ciudades.

Expulsion de los jesuItas. - A mediados de 1767 se realizaen la gobernación del Tucumán la expulsion de los Padres Je-suItas, ordenada para toda la America española por la RealCédula del 27 de febrero de ese año. Con tal medida perdió mucho esta gobernación, y de sus ciudades, después de la de COr-.doba, nuestra ciudad con su distrito. Porque entre nosotros, des-de el siglo XVII, la CompañIa de Jesus, fuera de su Iglesia yCulegio en San Miguel, donde enseñaba e ilustraba a los criollos,tuvo estancias valiosas y reducciones de indios en las campañas,que fueron de gran beneficio no solo para la CompañIa sino pa-ra nuestro Tucumán. Porque los jesuitas, con mucha inteligen-cia, fueron los primeros en adquirir tierras para estancias enlos lugares y valles más hermosos de nuestras montaflas, lascuales han sido el origen de poblados conocidos de hoy dIa. Bastacitar las que figuran en una orden pasada para su yenta y arrien-do en Tucumán, y que son éstas: "La Hacienda de los Lules confas tierras pertenecientes a ella, la Estancia del Rio Colorado, lade San Pablo, la de Taficito, la de San Javier, San Jenuario,Saly y Raco". Y en la hacienda de los Lules, estaba su gran re-.ducción de estos indios (en la Reducción de hoy), donde teniangrandes sementeras, obrajes y hasta plantlos de caña, al ültimo,con trapiches para fabricar azücar.

La acción de la Iglesia. - Desde el siglo anterior, la ac-ción de la Iglesia en Tucumán (como en las otras 'ciudades ydistritos de la gobernaciOn) fué benéfica y vasta. Y aün másque en la ciudad, en las campaflas, donde en los curatos y en mu-chos pueblos de indios, con capillas, habla sacerdotes de variasórdenes que adoctrinaban y enseñaban las buenas costumbres.Pero lo que nunca alabarexnos bastante son la prédi-ca y la ac-ción de los obispos, que recorrIan todos los lugares, y entre nos-

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aniquiladas por los indios. Y en 1735 sucede lo mismo con otra partida. Pero, nada es esto: en 1739, llegó a tanto la audacia de los mocovíes, que estando sin soldados nuestra ciudad, llegan hasta ella, sitian el templo de San Francisco, saquean algunas casas, degüellan a unos, cautivan a otros y se van. Y, por su parte, como en venganza, o para hll!Cerse de esclavos, los espa­ñoles en sus incursiones militares al Ohaco, -llamadas malo,· cas-, se traían todos los indios que podían, para repartírselos en las varias ciudades.

Expulsión de los jesuítas. - A mediados de 1767 se realiz.a en la gobernación del Tucumán la eXJpulsión de los Padres J e­suítas, ordenada para toda la América española por la Real Cédula del 27 de febrero de ese año. Con tal medida perdió mu ... cho ·esta ,gobernación, y de ISUS ciudades, después de la de Cór~ doba, nuestra ciudad con su distrito. Porque entre nosotros, des­de el siglo XVII, la Compañía de Jesús, fuera de su Iglesia ty; Golegio en San Mi.guel, donde enseñaba e ilustraba a los criollos, tuvo estancias valiosas y reducciones de indios en las campañas, que fueron de -gran beneficio no sólo para la Compañía sino pa­ra nuestro Tucurnán. Porque los jesuítas, con mucha inteligen­cia. fueron los primeros en adquirir tierras para estancias en los lugares y valles más hermosos de nuestras montañas, las cuales han sido el origen de poblados ·conocidos de hoy día. Basta citar las que figuran en una orden pasada ip'ara 'su venta y arrien­do en Tucumán, y que son éstas: "La Hacienda de los Lules con laS tierras pertenecientes a ella, la Estancia del Río Colorado, la de San Pablo, la de Taficito, la de San Javier, San Jenuario, Saly y Raco". Y eH la hacienda de los Lules, estaba su gran re.­ducción de estos indios (en la Reducción de hoy), donde tenían grandes sementeras, obrajes y hasta plantíos de caña, al último, con trapiches para fabricar azúcar.

La ·adción de la Iglesia. - Desde el siglo anterior, la ac­ción de la Iglesia en Tucumán (como en las otras ciudades y distritos de la gobernación) fué benéfica y vasta. Y aún más que en la ciudad, en las campañas, donde en los curatos y en mu­chos ¡pueblos de indios, con capillas, había sacerdotes de varias órdenes que adoctrinaban y enseñaban las buenas costumbres. Pero lo que nunca alabaremos bastante son la prédica y la ac­ción de los obispos, que recorrían todos los lugares, y entre nos-

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otros hasta las sierras y los valles enseñando y eorrigiendo demanera ejemplar: sobre todo, defendiendo a Jos indios de los exce-sos y crueldades de los españoles, sus encomenderos y sus amos.Basta leer las cartas dirigidas al Rey, sobre esto, por Fray Mel-chor Maldonado y Doctor Julián de Cortázar, en el siglo XVII,, por Manuel Abad Illana en el siglo XVIII, para e,altar sus

nombres; y para reconocer que nunca la Iglesia, estuvo másgrande en su acción religiosa y moral como entonces lo estuvocon ellos.

Posesión de las tierras. - Desde la segunda mitad de estesiglo empieza a ocurrir otro fenómeno social, derivado del queantes expusimos. Y es que, con la disminución de los indios, losespafloles empiezan a dar más importancia a sus tierras que aellos mismos. Lo que se explica: porque siendo ya pocos los in-dios, y más los españoles, éstos yen que su porvenir está ya enlas tierras, no en los indios. Y comienzan a hacerles pleitos paraquitarles aquellas. Y asI sucedIa que cuando los indios de un pue-blo, Ilevados a otras partes, volvIan a él, ya enccntraban sus tie-rras ocupadas por los españoles. Como ejemplo de esto, cuentael obispo Abad Illana que, cuando a los indios de Alijilán les pre-guntase porqué no sembraban, le contestaron los indios: "Por-que no sornos ya dueños de las tierras".

Nuevos españoles. - Otro hecho importante es que desdede mediados del sigloXVIII la población española en Tucmán(y demás pueblos de la gobernacidii) se está renovando, congente que ilegaba de Espafla. Y estos son los que empiezan a ac-tuar en la ciudad, a comerciar y hacerse ricos. Raros son ya losdescendientes de los primeros conquistadores, que se cuentan enella, pues en su mayor parte están empobrecidos y viven en elcampo. Lo confirma el obispo Abad Illana cuando dice: "Muyraro nieto se conoce de aquellos que ayudaron a conquistar esteReyno: easi todos son recién venidos de España". Y estos "reciénvenidos' (chapetones, como se les decIa), no son nobles y aven-t4reros como muchos de los conquistadores: son gente modesta,de espiritu práctico, que ilega simplemente a hacer plata. Y loconsigue. ,Cómo? Lo cuenta el obispo citado: "Viene un espa-fiolito. Pone su pulperIa de cosas comestibles y de licores; ganaalgunos pesos con que surte una lonja (o almacén), icompra uria

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otros hasta las sierras y los valles enseñando y corrigiendo de manera ejemplar: sobre todo, defendiendo a los indios de los exce­sos y crueldadeS' de los españoles, sus encomenderos y sus amos. Basta leer la's cartas dirigidas al Rey. sobre esto, por Fray Mel­chor Maldonado y Doctor Julián de Cortázar, en el siglo XVII, :vi, por Manuel Abad Illana en el siglo XVIII, ;para e:lru.ltar. sus nombres; y para reconocer que nunca la Iglesia. estuvo más grande en su acción religiosa y moral como entonces lo estuvo con ellos.

Posesión de las tierras. - Desde la segunda mitad de este siglo empieza a OIcurrir otro fenómeno social, derivado del que &ntes expusimos. Y es que, con la disminución de los indios, los españoles empiezan a dar más importancia a s'us tierras que a ellos mismos. Lo que se explica: porque siendo ya pocos los in­dios, y más los españoles, éstos ven que su porvenir está ya en las tierraS', no en los indios. Y comienzan a hacerles pleitos para quitarles aquellas. Y así sucedía que cuando los indios de un pue-

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blo, llevados a otras partes, volvían a él, ya encontraban sus tie · rras ocupadas por los españoles. Como ejemplo de esto, cuenta el obispo Abad Illana que, cuando a los indioS' de Alijilán les pre­guntase porqué no sembraban, le contestaron los indios: "Por­que no somos ya dueños de las tierras".

Nuevos españoles. - Otro hecho importante es que desde de mediados del sigloXVIII la población española en Tucqmán (y demás' pueblos de la gobernalción) se está renovando, con gente que llegaba de España. Y estos son los que empiezan a ac­tuar en la ciudad, a comerciar y hacerse ricos. Raros son ya los descendientes de los primeros conquistadores, que se cuentan en ella, pues en su mayor parte 'están empobrecidos' y viven en el campo. Lo confirma el obispo Abad Illana cuando dice: "Muy raro nieto se conoce de aquellos que ayudaron a conquistar este Reyno: casi todos 'Son recién venidos de España". Y estos "recién venidos' (chapetones, como se les decía), no son nobles' y aven­tqreros como muchos de los conquistadores: son ,gente modesta, -de espíritu práctico, que. llega simplemente a hacer plata. Y lo consigue. ¿ Cómo? Lo cuenta el obispo citado: "Viene un espa­ñolito. Pone su pulpería de cosas comestibles' y de licores; gana algunos pesos con que surte una lonja (o alma>cén), !Compra una

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estancia, o hace un gran empleo de mulas para revendei'Ias en ciPeru". Y ya es hombre rico; y el hijo, "con lo que bien o malganó su padre", tiene posiciOn, vive ocioso y derrocha la fortunaheredada. "Y tras él viene Un nieto que por mucho que se esfuerceviene a parar en pedir limosna", con lo cual se cumple el refriiicorriente en esa época: El padre pulpero, el hijo caballero y elnieto pordiosero".

La victa en la ciudad. - TodavIa hasta fines del siglo XVIII,nuestra ciudad carecIa de muchIsimas cosas. AsI, por ejemplo,en Córdoba, la más adelantada, en 1729 no habIa "un medico deprofesión, cirujano ni barbero de oficio, ni más botica que laque tienen los Padres de la CompanIa"... Los medicos solian serlos curanderos y los simples curiosos. Y asI tenemos que en SanMiguel de Tucumán, el año 1742, un fraile franciscano curiosono solo curaba publicamente a un español importante que se ha-

it bia vuelto loco, sino que hace, para las autoridades un interesantediagnóstico sobre su demencia. En cuanto a sastres, zapateros,plateros y hombres de otros oficios, habIa muy pocos; por cuantolos españoles consideraban himillante dedicarse a ellos, y tenIanque ejercerlos los negros y mulatos y algdn portugués.

Por su lado, los hijos de los españoles pudientes, o criollosricos solo aspiraban a ser doctores. Lo afirma el obispo Abndillana, cuando cuenta: "Pregunté recién venido a un chicuelo (T

cuatro o cinco años: ,qué quieres ser niflo?. Y me respondió:doctor". Y con las mujeres espaflolas pasaba lo mismo: todas seconsideraban señoras; y por ello, —segdn dice el obispo de men-cion—, aun siendo pobres y necesitadas, ninguna querIa descen-der "a conhabarse". Y esto, que ocurrIa en todas las ciudade.sucedIa también en nuestra iudad de San Miguel de Tucumán.

Diremos, por ültimo, que el gobernador Pestaña y Chuma-cero, entre varias medidas de buen gobierno, que dicta para todaslas ciudades en 1754, tiene éstas: que "todas las personas quese cogieren en la calle después de la queda, sin farol, o sin quevayan a casas precisas, sean presas"; que "ninguna personaande de dIa ni de noche al galope por las calles"...; que "no seabran las tiendas ni puiperIas, ni se venda los dIas de fiesta hastadespués de dicha la misa mayor de la Catedral"; etc. Lo cual da

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estancia, "o hace un gran empleo de mulas para revenderlas en el Perú". Y ya es hombre rico; y el hijo, "con lo que bien o mal ganó su padre", tiene posición, vive ocioso y derrocha la fortuna heredada. "Y tras él viene un nieto que por mucho que se. esfuerce

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viene a parar en pedir limosna", con lo cual se cumple el refrán corriente en esa época: El padre p'lilpero, el hiio caballero y el nieto pordiosero".

La vida en la, ,aitudad. - Todavía hasta fines del siglo XVIII, nuestra ciudad carecía de muchísimas cosas. Así, por ejemplo, en Córdoba, la más adelantada, en 1729 no halbía "un médico de profesión, cirujano ni barbero de oficio, ni más botica que la que tienen los Padres de la Compañía". " Los médicos solían ser los curanderos' y los simples curiosos. Y así tenemos que en San Miguel de Tucumán,el año 1742, un fraile franciscano curioso no sólo curaba públi1camente a un español importante que se ha­bía vuelto loco, sino que ihace, para las autoridades un interesante diagnóstico sobre su demencia. En cuanto a sastres, zapateros, plateros y hombres de otros oficios', había muy pocos; por cuanto los españoles consider~ban humillante dedicarse a ellos, y tenían

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que ejercerlos los negros y mulatos y algún portugués.

Por su lado, los hijos de los españoles pudientes', o criollos ricos sólo aspiraban a ser doctores. Lo afirma ,el obispo Abad lilana, cuando cuenta: "Pregunté recién venido a un chicuelo de cuatro o cinco años: ¿ qué quieres ser niño? Y me respondió: doctor". Y con las mujeres españolas pas'aba lo mismo: todas se consideraban señoras; y por ello, -según dice el obispo de meu­ción-, aun siendo pobres y necesitadas, ninguna quería descen-, der "a conchabarse". Y esto, que ocurría en toda·s las ciudades, sucedía también en nuestra lciudad de San Miguel de Tucumán.

Diremos, por último, que el gobernador Pestaña y Chuma­cero, entre varias medidas de buen gobierno, que dicta para todas las ciudades en 1754, tiene éstas: que "todas las personas que

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se cogieren en la calle después de la queda, ,sin farol, o sin que vayan a casas' precisas, sean presas"; que "ninguna persona ande de día ni de noche al galope 'Por las calles" ... ; que "no se c:~bran las tiendas ni pulperías, ni se venda los días de fiesta hasta después de. dicha la misa mayor de la Catedral"; etc. Lo cual da

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una idea, en parte, de cómo se vivIa en nuestra ciudad (al igualque en las otras) por esa época.

La población. - Segün un padrón levantado por los curas,en sus curatos, por orden del rey . hacia 1778, de 126.000 habi-tantes, entre hombres, mujeres y ninos, que tenfa la gobernación de Tucumán, correspondlan a San Miguel de Tucumán ysu distrito, 20.104. De esta stma 17 eran religiosos y 13 clérigosespañoles y criollos; 4.069, indios y mestizos; 11.793 negros, zam-bos y mulatos libres; y 1.076, negros y mulatos esciavos. El cu-rato Rectoral, de la cudad, tenIa 17 religiosos y 6 clérigos; 1.276espafloles y criollos; 971 indios y mestizos; 1.246 negros y mu-latos libres; y 571 negros y mulatos esciavos: en total, 4.087 ha-bitantes. El partido —y curato— de Chiquiligasta tenIa 6.997, queeran: 3 clérigos; 500 españoles y criollos; 740 indies y mestizos;5.549 negros y mulatos libres; y 205 negros y mulatos esclavos.El partido y curato de Choromoros, de 2.405 habitantes, tenIa2 clérigos; 566 españoles y criollos; 440 indios y mestizos; 1.293negros y mulatos libres; y 104 negros y mulatos esclavos. Y perültimo, el —partido— y curato de Marapa tenIa 6.615 habitan-tes, que eran 2 clérigos; 794 espanoles y criollos; 1.918 indios ymestizos; 3.705 negros y mulatos libres; y 196 negros y mula-tos esciavos.

Estas cifras nos revelan, por lo pronto, un hecho sorpren-dente: que desde fines del siglo anterior se hablan introducidotaritos negros esclavos, que en 1778 eran ya más los libres (porhaher conseguido su libertad) que los mismos esclavos; que lamayor parte de estos iiegros y mulatos, libres y esclavos, se en-contraban en el partido de Chiquiligasta y después en el de Ma-rapa, donde muchos de los libres serIan jornaleros a sueldo, ylos esclaVos, trabajadores gratuitos de sus amos. Vemos luegoque a esa fecha, los indios y mestizos de Tucumán eran la ter-cera parte de los negros y mulatos, libres y esciavos: lo cual sig-nifica que eran ya éstos y no aquéllos los que formaban la mayorIa del pueblo trabajador dentro de esta provincia. Y por ül-timo, vemos que los espafioles y criollos (más o menos puros)eran aün menos que los indios y mestizos.

Anexión al Virrei'nato. - Por Cédula Real de 1 9 de agostode 1776 se crea el Virreinato del Rio de la Plata. Y se hace en-

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una idea, en parte, de cómo se vivía en nuestra ciudad (al igual que en las otras ) por es.a época.

La población. - Según un padrón levantado por los Icqras', en sus curatos, por orden del rey, hacia 1778, de 126.000 habi­tantes, entre hombres, mujeres y niños, que tenía la goberna~ ción de Tucumán, correspondían a San Miguel de Tucumán y su distrito, 20.104. De esta sqma 17 eran religiosos y 13 clérigos españoles y criollos; 4.069, indios y mestizos; 11.793 negros, zam­bos y mulatos libres; y 1.076, negros y mul3Jtos esclavos. El cu­l'ato Rectoral, de la cirudad, tenía 17 religiosos y 6 clérigos; 1.276 españoles y criollos; 971 indios y mestizos; 1.246 negros' y mu­latos libres; y 571 negros y mulatos esclavos: en total, 4.087 ha-

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bitantes. El partido -y curato- de Chiquiligasta tenía 6.997, que eran: 3 clérigos; 500 españoles y criollos; 740 indios y mestizos'; 5.549 negros y mulatos libres; y 205 negros y mulatos esclavos. El partido y curato de Choromoros, de 2.405 'habitantes, tenía 2 clérigos; 566 españoles y criollos; 440 indios y mestizos; 1.293 negros y mulatos libres; y 104 negros y mulatos esclavos. Y por último, el - partido- y curato de Marapa tenía 6.615 habitan­tes, que eran 2 clérigos; 794 españoles y criollos; 1.918 indios y mestizos; 3.705 negros' y mulatos libres; y 196 negros y mula­tos esclavos.

Estas cifras nos revelan, por lo pronto, un hecho sorpren­dente: que desde fines del siglo anterior se habían introducido tantos negros escla:vos, que en 1778 eran ya más lo's libres' (por haber conseguido su libertad) que los mismos esclavos; que la mayor parte de estos negros y mulatos, libres y esclavos, se en­contraban en el partido de Chiquilig3Jsta y después en el de Ma­rapa, donde mUiChos de los libres serían jornaleros a sueldo, y los esclavos, trabajadores gratuitos de sus amos. Vemos luego que a esa fecha, los indios y mestizos de Tucumán eran la ter­cp.ra parte de los ne,gros y mulatos, libres y esclavos: lo cual sig­nifica que eran ya éstos y no aquéllos los que formaban la ma yoría del pueblo trabajador dentro de eSlta provincia. Y por úl-, timo, vemos que los españoles y criollos (más o mlenos puros) eran aún menos que los indios y mestizos.

A nexión al Virreinato. - Por Oédula Real de lQ de agosto de 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata. Y se hace en-

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trar en su jurisdicción, junto con otras gobernaciones, la delTucumán. Después, por la Ordenanza de Intendentes, de. 1782,esta gobernación pasa a ser provincia-intendencia, con nuestraciudad y su distrito como capital, por lo cual se llama de SanMiguel de Tucumán. Pero al aflo siguiente —1783—, al hacersenueva distribución de intendencias en el Virreinato, se divide laantigua gobernacion del Tucumán en dos: la provincia intenden-cia de Córdoba, como capital, con La Rioja y su distrito; y la deSalta, ya como capital, con Jujuy, San Miguel de Tucumán, Ca-tamarca y Santiago del Estero y sus distritos. Y asi, dsde esenno hasta principios del siglo XIX, San Miguel de Tucumán consu distrito depende, dentro del Virreinato, de la provincia inten-dencia de Salta.

En consecuencia, hacia fines del siglo XVIII, Tucumán, co-mo distrito y el Tucumán, como gobernación, salen de la juris-dicción del Virreinato del Peru y de la Audiencia de Charcas, enla que estuvieron desde el siglo XV1, para entrar en la jurisdic-ción del Virreinato del Rio de la Plata. Y desde entonces, flues-tra ciudad de San Miguel de Tucumán, con su distrito, esto esnuestra provincia de hoy, empieza a estrechar sus vinculos, nosolo históricos, sino sociales y económicos, con las demás ciudadesdel actual territorio argentino: a tal punto que, al iniciarse elsiglo XIX, y ocurrir la Revolución de Mayo, se sintiese ideal-mente, a la par de las otras, una de las provincias unidas paraintegrar más tarde una nueva nación.

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trar en su jurisdicción, junto con otras gobernaciones, la del Tucumán. Después, por la Ordenanza de Intendentes, de 1782, esta gobernación pasa a ser provine.ia-intendencia" con nuestra ciudad y su distrito como capital, por lo cual se llama de San Miguel de Tucumán. Pero al año siguiente -1783-, al hacerse nueva distribución de intendencias en el Virreinato, se divide la antigua gobernación del Tucumán en dos: la provincia intenden­cia de Córdoba, como capital, con La Rioja y su distrito; y la de Salta, ya como capital, con Jujuy, San Miguel de Tucumán, Ca-

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tamarca y Santiago del Estero y sus distrittos. Y así, <llisde ese año hasta principios del siglo XIX, San Miguel de Tucumán con su distrito depende, dentro del Virreinato, de la provincia inten­dencia de Salta.

En consecuencia, hacia fines del siglo XVIII, Tucumán, co­mo distrito y el Tucumán, como gobernación, salen de la juris­dkción del Virreinato del Perú y de la Audiencia de Charcas, en la que estuvieron desde el siglo XVI, para entrar en la jurisdic-

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ción del Virreinato del Río de la Plata. Y desde entonces, nues-tra ciudad de San Miguel de Tucumán, con su distrito, esto es nuestra provirucia de hoy, empieza a estrechar sus vínculos, no sólo históricos, ,sino sociales y económicos, con las demás ciudades del actual territorio argentino: a tal punto que, al iniciars'e el siglo XIX, y ocurrir la Revolución de Mayo, se sintiese ideal­mente, a la par de las otras, una de las provincias unidas para integrar más tarde una nueva nación.

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PRIMERA EPOCA (1801-1852)

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HISTORIA POLITICA

Epocas y perlodos. - La historia de Tucumán en el sigloXIX, como la de todo el Pals, está politicamente dividida en dosépocas; la primera, que viene desde principios de ese siglo hasta1852, año de la caIda de Rosas y de los preliminares de la orga-nización nacional o, mejor hasta el 53, fecha de la sanción dela Constitución que nos rige; y la segunda, desde entonces, comopartida o comienzo de una nueva época, hasta 1900.

Estudiada ahora la historia tucumana de la primera época,nosotros vemos que puede dividirse a su vez, bajo el aspe.cto odentro de la vida poiltica de nuestro pueblo, en varios perIodosdistintos. Porque siempre algdn hcho importante provincial onacional, marca de.sde luego el principio o el fin de esos perlodos.Y lo que acontece en ci espacio de uno es, por supuesto, diferentede lo que pasa en otro. Pero lo que caracteriza a cada uno y leda su fisonomIa especial no son, a nuestro juicio, sus hechos ex-teriores sino el comportamiento diverso que en cada uno tieneel espiritu del pueblo, del cual son frutos esos hechos.

Los perlodos o lapsos tucumanos que, con ese criterio, nos-otros distinguimos en la primera época y vamos a historiar sonéstos: el primero, de 1801 a 1810; el segundo, de 1810 a 1819; eltercero, de 1820 a 1831; le cuarto, de 1832 a 1841; y el quintode 1841 a 1852.

1801-1810. - Esta década se distingue especialmente en lopolitico: en el sentido de que, durante esos aflos, aün dependla-mos del gobierno español,, no tenIamos un "gobierno propio",

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PRIMERA EPOCA (1801-1852)

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HISTORIA POLITICA

Epocas y períodos. - La historia de Tucumán en el siglo XIX, como la de todo el País, está políticamente. dividida en dos épocas; la primera, que viene desde principios de ese siglo hasta 1852, año de la caída de' Rosas y de los preliminares de la orga­nización nacional o, mejor hasta el 53, fecha de la sanción de la Constitución que nos rige; y la segunda, desde entonces, como partida o comienzo de una nuev;a época, hasta 1900.

Estudiada a!hora la historia tuoumana de la primera época, nosotros vemos que puede dividirse a su vez, bajo el aspecto o

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dentro de la vida política de nuestro pueblo, en varios períodos distintos. Porque siempre algún helcho importante provincial o nacional, marca desde luego el principio o el fin de esos períodos. y lo que acontece en el espacio de uno es, por supuesto, dilfurente de lo que pasa en otro. Pero lo que caracteriza a cada uno y fe da su fisonomía especial no son, a nuestro juicio, sus hechos ex­teriores sino el comportamiento diverso que en cada uno tiene el espíritu del pueblo, del cual son frutos esos hechos.

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Los períodos o lapsos tucumanos que, con ese criterio, nos-otros distinguimos en la primera época y vamos' a historiar son éstos : el primero, de 1801 a 1810; el segundo, de 1810 a 1819; el tercero, de 1820 a 1831; le Icuarto, de 1832 a 1841; Y el quinto de 1841 a 1852.

1801-1810. - Esta década se distingue especialmente en lo político: en el sentido de que, durante esos años, aún dependía­mos del gobierno español" no tení.amos un "gobierno propio",

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que solo aparece el año 10 con la Revolución de Mayo. Perotambién, bajo otros aspectos —que estudiamos en su lugar corres-pondiente.—, tiene diferencias sustanciales con el perIodo quele sigue.

Hasta 1806, el espIritu del pueblo tucumano no se manifies-ta por hechos püblicos notorios: tanto españoles como criollos si-guen viviendo la vida colonial de fines del siglo XVIII; continüanvegetando... Pero, en dicho año, al recibirse la noticia de laprimera invasion inglesa en Buenos Aires, hay en todo el pueblocomo un despertar . Espafloles y criollos se sienten solidarios conlos porteños en la defensa del suelo nativo contra el extranjeroinvasor. Y los vecinos de toda la jurisdiccjón de San Miguel deTucumán se aprontan a alistarse para ir al socorro de la ciudadvirreinal. En 1807, al saberse la Ilegada de la segunda invasioninglesa, ocurre lo mismo; y se hacen además suscripciones pa-.blicas con el mismo objeto, en las cuales participan, lienas deentusiasmo, hasta ]as mujeres de Jos más apartados lugares denuestra campafla.

Pero pasa el peligro de Ia invasion extranjera, y mientras elespIritu püblico de los criollos porteflos se agita y aspira al corn-pas de Jos sucesos de Espafla, el de los criollos tucumanos no daseñales de vida: éstos, conlo los espafloles, tornan püblicamentha dormitar... Y eso ocurre otra vez desde 1808 hasta principiosde 1810, fecha en que finaliza este perlodo.

Por todo esto, con Ia sola excepción de los aflos 18064807,podernos calificar en general esta década, cuanto al espIritu pü-blico de los tucumanos, como de paralización y letargo.

1810-1819. - Este perIodo no empieza propiamente paraTucumán el 25 de mayo, sino el 11 de junio de 1810. Porque esen este dIa cuando su Ayuntamiento considera por Ia primeravez, en un Cabildo abierto, la revolución de Buenos Aires; y elpueblo tucumano sabe oficialmente que está bajo el GobiernoSuperior, no ya de un Virrey español, sino de una Junta provi-soria portefla.

Cuando esto ocurre, Tucumán era, polIticamente —segün yadijimos—., un distrito de la Provincia-Intendencia de Salta.Y continua en esta situación, hasta el 8 de octubre de 1814, enque —entre otros rnotivos_ para distinguir a su 'glorioso pue-blo" por sus "señalados servicios a Ia patria", el Directorio eleva

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que sólo aparece el año 10 con la Revolución de May'O. Pero también, bajo otros aspectos --que estudiamos en su lugar c'Orres­pondiente·-, tiene diferencias sustanciales con el períod'O que le sigue.

Hasta 1806, el espíritu del pueblo tucumano no se manifies­ta por hechos públicos not'Orios: tanto españ'Oles c'Omo criollos si ... guen viviendo la vida 'Colonial de fines del sigl'O XVIII; continúan vegetando. .. Pero, en dioho año, al recÍ!birse la noticia de la primera invasión inglesa en Buenos Aires, hay en todo el pueblo como un despertar. Españ'Oles y criollos se sienten solidarios con los porteños en la defensa del suelo nativo contra el extranjero invasor. Y los vecinos de toda la jurisdicción de San Miguel de Tucumán s'e aprontan a alistarse para ir al ,socorro de la ciudad virreina!. En 1807, al saberse la llegada de la segunda inva~ión inglesa, 'Ocurre lo mism¡o; y se hacen además suscripciones pú­bli'cas con el mismo objeto, en las cuales participan, nenas de entusiasmo, hasta las mujeres de l'Os más apartados lugares de nuestra campaña.

Pero pasa el peligr'O de la invasión extranjera, y mientras el espíritu público de los criollos porteños se agita y aspira al com­pás de los sucesos de España, el de l'Os' criollos tucumanos no da señales de vida: éstos, como los españoles, tornan públicamente a dormitar. " Yeso ocurre 'Otra vez desde 1808 hasta principios de 1810, fecha en que finaliza este período.

Por todo esto, con la sola excepción de los' años 1806·;1807, podemos calificar en general esta década, cuanto al espíritu pú-blico de los tucumanos, como de para.}ización y letargo. J

1810-1819. - Este perí'Odo no empieza propiamente para Tucumán el 25 de mayo" sino el 11 de junio de 1810. Porque es en este día cuando su Ayuntamiento considera por la primera vez, en un Cabildo abierto, la revolución de Buenos Aires; y el pueblo tucumano ,sabe oficialmente que está bajo el Gobierno Superior, no ya de un Virrey español, sino de una Junta provi­so~ia porteña.

Cuando esto ocurre, Tucumán era, políticamente --según ya dijimos-, un distrito de la Provincia-Intendencia de Salta. y 'continúa en esta situación, hasta el 8 de 'Octubre de 1814, en que -entre otros motivos- para distinguir a su "glorioso pue­blo" por sus ",señalados servicios a la patria", ell Dire.ctorio eleva

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su ciudad a la categorIa de Capital de Provincia: de la Provinciadel Tucumán, con jurisdicción sobre Santiago y Catamarca

Tucumán pasa a ser entonces otra de las Provincias Unidasdel Estado Argentino provisorio. Y, como tal, su ciudad se con-vierte en asiento de gobernador: lo que imprimirá, poco después,un nuevo rumbo a su historia polItica. (Aunque en este periodono es todavIa el gobernador sino el Cabildo el que sigue dandotono y fisonomIa —de tipo colonial— a la vida püblica de estanueva Provincia).

Pero éstas son simplemente situaciones de hecho en que sedesarrolla la nueva historia tucumana dentro de este perIodo.Y, volviendo a ella desde su iniciación, apuntaremos desde luegoaJgo importante y trascendente. Esto: que al empezar1a, el pue-blo tucumano va provisto de dos grandes resortes, dos resortesideales que ya en esos aflos dan resultados sorprendentes. Uno,de origen colonial, es el convencimiento, dos veces secular, de estepueblo, de que en cuanto a su gobierno inmediato y a su admi-nistración interior, dentro de su jurisdicción, siempre fué au-tónomo, rigiéndose a sI mismo por medio de la instituciOn de suCabildo; y que su ciudad, desde su fundación, era en derechosy privilegios, pareja o igual a cualquier otra, aunque fuese asien-to de gobernadore,s o lo hubiese sido de virreyes. El otro resorte,surgido de la Revolución, por lo tanto reciente, es el convenci-miento de que la soberanIa radica en el pueblo, que el pueblo esel verdadero soberano, y quienes ejercen autoridad o mando sonsimplemente sus representantes.

Pues bien, podemos afirmar que de estos dos convencimien-tos, que Ilegan a hacerse conciencia en el pueblo tuicumano (comoen los demás argentinos) deriva casi toda su historia polItica;puesto que de ellos provienen su ideal federal y su organizacióndemocrática: y en una palabra, su amor y sus luchas por lalibertad.

El primer efecto importante del convencimiento de su auto-nomIa está en las notables instrucciones que expide Tucurnánpara sus diputados a la Asamblea del año 13. Pues ya expone enellas su clara aspiración a que se dé una estructura federal alEstado provisorio. Pide asI "que se reformen los estatutos pro-visionales... en consideración a que atacan Ia libertad y dere-

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su ciudad a la categoría de Capital de Provincia: de la Pr.ol/Jincia del Tucumán, con jurisdicción sobre Santiago y Catamarca.

Tucumán pasa a s'er entonces otra de las Provincias Unidas del Estado Argentino provisorio. Y, como tal, su ciudad se con­vierte en asiento de gobernador: lo que imprimirá, pOlco después, un nuevo rumbo a su historia política. (Aunque en este período no es todavía el gobernador s ino el Cabildo el que sigue dando tono y fisonomía -de tipo colonial- a la vida pública de esta nueva Provincia).

Pero éstas son simplemente situaciones de hecho en que se desarrolla la nueva historia tucumana dentro de este período . Y, volviendo a ,ella desde su iniciación, apuntaremos desde luego algo importante y trascendente. Esto: que al eIll1Pezarla, el pue­blo tucumano va provisto de dos grandes resortes, dos resortes ideales que ya en ,esos años dan resultados sorprendentes. Uno, de origen colonial, es el convencimiento, dos veces secular, de este pueblo, de que en cuanto a su gobierno inmediato y a su admi­nistralción interior, dentro de ' su jurisdicción, siempre fué au­tónomo, rigiéndose a sí mismo por medio de la institución de su Cabildo; y que su ciudad, desde su fundación, era en derechos y privilegios, pareja o igual a cualquier oltra, aunque fuese asien­to de gobernadores o lo hubiese sido de virreyes. El otro res'orte, surgido de !la Revolución, por lo tanto reciente, es el convenci­miento de que la soberaní'a radica en el pueblo, que el pueblo es el verdadero soberano, y quienes ejercen autoridad o mando son simplemente sus representantes.

Pues bien, podemos afirmar que de estos dos convencimien­tos, que llegan a hacerse conciencia en el pueblo tucumano (como en los demás argentinos) deriva casi toda su historia política; puesto que de ellos provienen su ideall federal y su organización democrática: y en una palabra, su amor y sus luchas por la libertad.

El primer efecto importante del convencimiento de su auto­nomía está en las notables inst r ucciones que expide Tucumán para, sus diputados a la Asamblea del año 13. Pues ya ex pone en ellas su c;lara aspirrución a que se dé una estructura federal al Estado provisorio. Pide así "que se reformen los estatutos pro­yisionales . .. en consideración a que atacan la libertad y de.re-

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chos de los pueblos"; y que "para formar la Constitución pro-visional se tenga presente la del Norte America". Lo que co-rrobora su docto diputado Nicolás Laguna, cuando escribe a!Cabildo tucumano diciendo que 'siempre tratará de sostener !amajestad de su pueblo y no dará lugar sino a la Confederación......

La conciencia de su soberanIa, y con ella el sentimiento desu libertad, prestan sin duda al pueblo tucumano una fuerza mo-ral antes desconocida que le lieva bien pronto a prepararse, lenode entusiasmo y de fe, para actuar y trazarse el camino de supropio destino menor.

Fruto de esta fuerza moral es, en cierto modo, la batalla del24 de Septiembre de 1812, afrontada sobre todo por la decisiony el coraje de este pueblo, en ia gue él recibe su giorioso bautis-mo de sangre en las luchas por la independencia; y con la victo-ria que salva la causa de la R•evolueión, adquiere el derecho degrabar en su escudo que fué el sepuicro de la tiranIa.

Mas, la prirnera manifestaón expresa, realmente extra,ordinaria, de esa misma conciencia, 11a hace Tucumán el 30 dejunio de 1815, cuando en el Campo del Honor o Ciudadela sereünen más de cuatro mil ciudadanos, de la ciudad y la campaña,y aprueban "todos los pasos que ha dado la Capital de BuenosAires en las marehas de la suspirada libertad, más particular-mente desde la deposiciOn de don Carlos Alvear"; ratifican "elnombramiento de Supremo Director en la persona" de don Josede Rondeau, y el "de Gobernador Intendente de esta Provinciaen la muy digna y meritoria persona" de don Bernabé Aráoz; yratifican igualmente"la rep resentaciOn del Ilustre. Cabildo": todopara calmar la opinion en cuanto "al error de haber caducadolas Autoridades". Y eligen directamente tres diputados ai pro-ximo "augusto Congreso" que debIa reunirse en su ciudad. Re-soluciones que aprueba en general un Cabildo abierto de esemismo dIa.

Otro efecto de esa conciencia de su soberanIa, de más tras-cendencia por su significado nacional, está en ]as "instrucciones"que meses después (en enero de 1816) da esta vez Tucumán asus diputados al Congreso aludido. Está en cuanto allI se exige"la absoluta independencia de Espafla y de sus Reyes", como 'elfundamento y objeto principal sobre que se afiance el pedestail

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chos de los pueblos"; y que "para formar la Constituci,ón pro­visional se tenga presente la del Norte América". .. Lo que co­rrobora su docto diputado Nicolás Laguna, cuando escribe al Cabildo tucumano dieiendo que "siempre tratará de S'ostener aa majestad de su pueblo y no dará lugar sino a la Confederación ... ".

La concienlcia de 'su soberanía, y con ella el sentimiento de su libertad, prestan sin duda al pueblo tucumano una fuerza mo­ral antes desconocida que le lleva bien pronto a prepararse, Neno de entusiasmo y de fe, para actuar y trazarse el camino de su propio destino menor.

Fruto de esta fuerza moral es', en cierto modo, la batalla del 24 de Septiembre de 1812, afrontada sobre todo por la decisión y el coraje de este pueblo, en ~a que él recibe su glorioso bautis­mo de sangre en las luchas por la independencia; y con la victo­ria que salva la causa de la Revolución, adquiere el derecho de

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grabar en su escudo que fué el sepulcro de la tiranía.

MaS', la primera manifestaq1ón expresa, rellllmente eXltra,.. ordinaria, de esa misma conciencia, Ila hace Tucumán el 30 de junio de 1815, cuando en el Campo 'del Honor o Ciudadela se reúnen más de cuatro mil ciudadanos, de la ciudad y la campaña, y aprueban "todos 'los pasos que ha dado la Capital de Buenos

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Aires en las marchas de la suspirada libertad, más particular-mente desde la deposiJdón de don Carlos Alvear"; ratifican '''ell nombramiento de Supremo Director en la persona" de don José de Rondeau, y el "de Gobernador Intendente de esta Provincia en la muy digna y meritoria persona" de don Bernabé Aráoz; y ratifican igualmente "la representación del Ilustre. Cabildo": todo para calmar la opinión en cuanto "al error de haber caducado las Autoridades". Y eligen directamente tres diputados IDI pró­ximo "augusto Congreso" que debía reunirse en su ciudad. R·e­soluciones que aprueba en general un Cabildo abierto de ese mismo día.

Otro efecto de esa conci,encia de su soberanía, de más' tras­cendencia por su significado nacional, está en las "instrucciones" que meses después (en enero de 1816) da esta vez Tucumán a sus diputados' al Congreso aludido. Está ·en cuanto allí se exige

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"la absoluta independencia de España y de sus Reyes", como "el fundamento y objeto principal sobre que se afiance el pedestall

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de nLlestra libertad.. -" ' De manera que, como en las ins-trucciones de 1812 Tucumán no consentja, por considerarla "pre-matura", en la declaración de nuestra independencia, esta vezla reclama de un modo categórico. Y asj vemos cómo nuestropueblo, antes de la declaración inmortal, ya quiere ser sin vueltaprovincia, no de un Estado provisorio, sino de una Nación de-finitiva, independiente, jurada y declarada como tad ante ci mun-do. j,Y qué expresión más rotunda y magnIfica que ésta de lasoberanIa de un pueblo? Por lo cual, y por haber sido ci hogardel giorioso Congreso, bien mereció Tucumán agregar en suescudo que fué la cuna de la libertad.

Volviendo al magno piebiscito del 30 de junio de 1815, di-remos que éste tuvo sus insospechadas y graves consecuencias.Una: que el Cabildo tucumano em'picza a considerarse desde en-tonces como ci verdadero representante del pueblo, actuando ental carácter, polIticamente. al lado y a veces por encima de losgobernadores ...hasta que se crea la auténtica representaciónde la Legisiatura. En lo que se afirma sin duda ci Cabildo desdefines de 1818, cuando sus coniponentes —para 1819— son dc-gidos ya popudarmente, aunque de manera indirecta, conformeal Reglamento nacional de. 1817.

Otra corisecuencia, si no manifiesta ya entroncada con laconciencia de la autonomIa tucumana, es a nuestro juicio ci aeon-tecimiento que por su significado y trascendencja pone fin a esteperiodo: la asonada thilitar del 11 de noviembre de 1819, quedepone al gobernador de la Mota Boteilo y prepara ci caminopara ci nuevo gobierno de Bernabé Aráoz.

Dejanclo dc lado 1los efectos nacionales —no bien interpre-tados—, que los historiadores han atribuIdo a esta asonada, noreferirernos a su significado y trascendencia en ci orden provin-cial: quc es lo que aquI nos interesa y lo que hasta hoy no hasjdo dieho.

El Cabildo abierto del 30 de junio de 1815, al aprobar lasresoluciones del pueblo, sobre ci punto de la ratificación de Ber-nabé Aráoz como gobernador, dió a entender, por sus términos,

1) e ix gii tarnbién ''clue la Constitueión que se salicione sea adapt:ihIc'I'lestra situación local y Iolitiea ; a la Indole v habitudes de los cal;-di nos y (clue) dé en fin a los Pueblos In carta de sics derechos v iii(b;bi- ci la lie sus obligaciones " : lo quo significa quo debia sec fi-leral

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de nuestra libertad ... " 1 ) De manera que, como en las ins­trucciones de 1812 Tucumán no consentía, por considerarla "pre­matura", en la declaración de nuestra independencia, esta vez la reclama de un modo categórico. Y así vemos cómo nuestro pueblo, antes de la declaración inmortal, ya quiere ser sin vuelta provincia, no de un Estado provisorio, sino de una N ación' de­finitiva, independiente, jurada y declarada como tall ante el mun­do. ¿ y qué expres'ión más rotunda y magnífica que ésta de la soberanía de un pueblo? Por lo cual, y por haber sido el hogar del glorioso Congreso, bien mereció Tucumán agregar en su escudo que fqé la cuna de la libertad.

Volviendo al magno plebiscito del 30 de junio de 1815, di­remos que éste tuvo sus insospechadas y graves conselcuencias. Una: que el Cabilldo tucumano empieza a considerarse desde en­tonces' como el verdadero representante del pueblo, actuando en tal carácter, políticamente, al lado y a veces por encima de los gobernadores . .. hasta que se crea la auténtica representación de la Legislatura. En lo que se afirma sin duda el Cabildo desde fines de 1818, cuando sus Icomponentes -para 1819- son ele­gidos ya pOPUllar'mente, aunque de manera indirecta, conforme al Reglamento nacional de. 1817.

Otra consecuencia, si no manifiesta ya entroncada ,con la conciencia de la autonomía tucumana, es a nuestro juicio el acon­tecimiento que por su signifilcado y trascendencia pone fin a est e período: la asonada ;militar del 11 de noviembre de 1819, que depone al gobernador de la Mota Botello y prepara el camino para el nuevo gobierno de Bernabé Aráoz.

Dejando de lado Ilos efectos nacionales -no bien interpre" tados-, que los historiadores han atribuído a esta asonada, nos referiremos a su significado y trascendencia en e.l orden provin­cial: que es lo que aquí nos interesa y lo que has,ta hoy no ha ¡:;ido dicho. '

El Cabildo abierto del 30 de junio de 1815, al aprobar las resoluciones del pueblo, sobre el punto de la ratificación de Ber­nabé Aráoz como gobernador, dió a entender, por sus términos,

1 ) Se exigía también" que la Constit ución que se sancione sea adaptabll' a nuestra situación local y polí tica.; a la índole y habitudes de los tiuda­danos. " y (que) dé en fi.n a los puehlos la carta de sus derechos y al Gobipl'1lo la de sus obligaciones ": lo que significa que debía ser fede ral.

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como que lo reelegIa o nombraba de nuevo. Y asI lo consideróéste, cuando duo que ese Cabildo lo habla "llamado por segundavez" al cargo de Gobernador. Por lo cual, cuando en octubre de1817 lo sustituyó de la Mota Botello, designado directarnente pJrci Gobierno Superior, Aráoz pudo pensar lógicamente que habIasido desposeIdo de su cargo por un avance unitario de dichoGobierno, que avasallaba la autonomIa provincial y la soberanIadel pueblo. La masa o ci partido popular de Tucumán, que veIaen Aráoz su primer caudillo, debió pensar lo mismo. Y de ahI atramarse el derrocamiento del gobernador impuesto, para cuan-do Ilegase la oportunidad ... no habIa más que un paso. Estaoportunidad se presenta hacia fines de 1819, cuando en el Lito-ral estalla la rebelión federalista contra ci Poder Centra l y en elInterior empieza a fraguarse un movimiento análogo. Y asI,cuando se ausenta el Ejército del Norte,') ocurre la asonada del11 de noviembre, que aunque encabezada por oficiales de la Guar-nición de ese ejército —por Abraham Gonzalez, Felipe Herediay Manue CaInzo, éstos dos tucumanos—, fué sin duda inspiradapor Bernabé Aráoz y su partido y sirvió a sus propósitos. Y deeste mode Tucumán, antes que las demás del Interior, recuperasu autonomIa provincial e impone la soberania popular.

1820-1831. - Este lapso comienza a principios de 1820,cuando ante la renuncia del Director Supremo y la disolución delCongreso General, la Provincia de Tucumán —como las demás-queda en libertad de acción. Porque en esta situación la historiatncumana toma un giro distinto, aparecen instituciones nuevasy ocurren hechos que son ya productos dc un espIritu colectivodiverso.

Lo primero que hace ci Gobernador Bernabé Aráoz, en cipropio aflo 20, es convocar a un Congreso Provincial para "fijarci destino provisorio" que debIa regirnos. Se reiiinen los dipu-tados de Tucumán y Catamarca (pues en ese entretanto se habIaseparado Santiago) y em.pieza por crear un Poder EjecutivoSupreme designando a Aráoz, Presiderite del mismo. Luego, el 6de septiembre, sancionan la Constitución de la Provncia doncieésta "se deciai'a por su representación legItirna una flpiblica

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como que lo reelegía o nombraba de nuevo. Y así lo consideró éste, cuando dijo que ese Cabildo lo había '''llamado por segunda vez" al lCargo de Gobernador. Por lo cual, cuando en octubre de 1817 lo sustituyó de la Mota Botello, designado diredamente par el Gobierno Superior, Aráoz pudo pensar lógicamente que había :::ido desposeído de su cargo por un avance unitario de dicho Gobierno, que avasallaba la autonomía provincial y la soberanía del pueblo. La masa o el partido popular de Tucumán, que veía en Aráoz su primer caudillo, debió pensar lo mismo. Y de ahí a tramarse el derrocamiento del gobernador impuesto, para cuan­do llegase la oportunidad. .. no había más que un paso. Esta

oportunidad se presenta hacia fines de 1819, cuando en el Lito­ral estalla la rebelión federalista contra el Poder Centralj y en el Interior empieza a fraguars'e un movimiento análogo. Y así, cuando 'se ausenta el Ejército del Norte,!) ocurre la asonada del 11 de noviembre, que aunqu€ encabezada por oficiales de la Guar­nidón de ese ejército -por Abraham González, Felipe Heredia y Manuel1 Caínzo, éstos dos tucumanos-, fué sin duda inspirada por Bernabé Aráoz y su partido y sirvió a sus propósitos. Y de este modo Tucumán, antes que las demás del Interior, recupera su autonomía provincial e impone la soberanía popular.

1820-1831. - Este lapso comienza a principios ' de 1820, cuando ante la renuncia del Director Supremo y la disolución del Congreso General, la Provincia de Tucumán -como las demás­queda en libertad de acción. Porque en esta situadón la historia tncumana toma un giro distinto, aparecen instituciones nuevas y- ocurren hechos que son ya productos de un espíritu colectivo diverso.

Lo primero que hace el Gobernador Bernabé Ará0z, en el propio año 20, es conVOlcar a un Congreso Provincial para "fijar el destino provisorio" que debía regirnos. Se reúnen los dipu­tados de Tucumán y Catamarca (pues en ese entretanto se había separado Santiago) y empieza por crear un Poder Ejecutivo Supremo designando a Aráoz, Presidente del mismo. Lue.go, el 6 de s'eptiembre, sancionan la Constitución de la Provincia donde ésta "se declara por su representación legí,tima una República

1) Lla mado a Buenos Aires por el di rector Rondeau,

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libre e independiente, unida sI con las demás que componen laNación Americana del Sud": nunca, pues, otra riación aparte.

Tulcumán es, la primera Si no la ünica Provincia de tipovirreinal, formada de dos pueblos, con Cabildos y distritos dis-tintos, que se da una organización constitucional. Y esto (quelos estudiosos no han notado o no han tenido en cuenta) hizoque en ella se llamase "Repüblica" a la Provincia, para distin-guirla de las otras formadas con un solo pueblo. Pues, en esesentido, era realmente tna repáblica en el verdadero sentido deltérmino; pero una repñblica dentro de la Nación. Debido a locual, dicha Constitución era una novedad o algo sin precedentes:lo que llevó a copiar, dentro de lo posible, la iiacional de 1819y hasta a adoptar su terminologIa.

Por esta Constitu'ción tucumana quedaba abolido el Cabildodentro de i1a Provincia y creado en su reemplazo lo que se llamó"Corte primera de Justicia". Mas, sus componentes (ministrosde los antiguos cargos del Ayuntamiento), resultaron en el hecholos viejos cabildantes con nuevas etiquetas.

Pero la "Repüblica de Tucumán" solo dura un año, ya queen agosto de 1821 otra asonada de Abraham Gonzalez depone. alPresidente Aráoz, y al caer éste queda sin efecto la Constitucióncon todas sus creaciones. Y la Provincia, el Gobernador, el Ca-bildo... vuelve.n a sus nombres de tales. Pero ya icon razón, por-que al ocurrir esto, aprovechando la oportunidad, se separatambién Catamarca; y Tucumán, al igual que las demás, quedaen su moderna situación de provinca argentina, con su ciudad ysu sola jurisdicción de campaña, de acuerdo a Ia ley dc su histo-na colonial.

La Repüblica de Tucumán, sin embargo, no fué estéril. Fueradel antecedente singular de su constituión, ella dejó el primerensayo de Congreso Constituyente y Poder Legislativo que tuvola Provincia. Y si no estableció la costumbre de dicho Poder,debiO crear por lo menos su necesidad, pues poco después, a finesdo Abril de 1822, empieza a funcionar la Junta de Representan-tes, que toma las riendas dc la scberanIa popular y desde enton-ces no las deja más. Con lo cual el Cabildo, que en varias ocasio-nes habia hecho sus veces, cercenado ya por el Eje:utivo en mu-.

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libre e independiente, unida sí con las demás que componen la Nación Americana deJl Sud": nunca, pues, otra nación aparte.

TUlcumán es, la primera si no la única Provincia de tipo virreinal, formada de dos pueblos, con Cabildos y distritos dis­tintos, que se da una organización constitucional. Y esto (que los' estudiosos no han notado o no ,han tenido en cuenta) hizo que en ella se llamase "República" a la Provincia, para distin ·· guirla de las otras formadas con un solo puebilo. Pues, en ese sentido, era realmente una república en el verdadero sentido del

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término; pero una república dentro de la Nación. Debido a lo cual, di,cha Constitución era una novedad o algo sin precedentes : lo que llevó a copiar, dentro de lo posib~e, la nacional de 1819 y hasta a adoptar su terminoIogía.

Por esta Constitución tucumana quedaba aobolido el Cabildo dentro de Qa Provincia y creado en su reemplazo lo que se llamó "Corte primera de Justicia". Mas, sus componentes (ministros de los antiguos cargos del Ayuntamiento), resultaron en el hecho los viejos cabildantes con nuevas etiquetas.

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Pero la "República de Tucumán" sólo dura un año, ya que en agosto de 1821 otra asonada de Abraham González depone, al Presidente Aráoz, y al caer éste queda sin efecto la Constitución 'con todas sus creaciones. Y la Provincia, el Gobernador , el Ca­bildo .. . vuelven a sus nombres de tales . Pero ya Icon razón, por­que al ocurrir esto, aprovechando la oport unidad, se separa también Catamarca; y Tucumán, al igual que las demás, queda en su moderna situación de provinca argent ina, con su ciudad y su sola jurisdicción de campaña, de acuer do a la ley de su h isto­ria colonial.

La República de Tucumán, sin embargo, no f ué estéril. Fuera del antecedente singular de su constitul::ión, ella dej ó eq primer

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f:11sayo de Congreso Constituyente y Poder Legislativo que t uvo la Provincia. Y si no estableció la costumbre de dicho P oder , debió crear por lo menos su necesidad, pues poco después, a fines de Abril de 1822, empieza a fun cionar la J unta de Repr esentan­tes, que t oma las riendas de, la soberanía popular y desde enton­ces no las deja más. Con lo cuall el Cabildo, que en varias ocasio­nes había hecho sus veces, cercenado ya por el Eje'2utivo en mu··

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chas de sus atribuciones, 1) queda del todo clisminuIdo y empieza adecaer. Hasta que la misma Junta de Representantes (en mayode 1824) sanciona su extinción.

Podemos decir, en consecuencia, que en la faz institucionales la Sala de Representantes, actuando al lado del Ejecutivo, i1aque 'caraeteriza este segundo perIodo y le da fisonomIa que puedeIlamarse moderna.

Pero en ese tiempo hay otros hechos nuevos, de carácter po-Iftico principalmente, que por su significado no debemos olvidar.Los más notorios, desde iqego, son las luchas civiles, internas einterprovinci ales, que tienen su teatro sangriento en Tucumn ycorren a todo ilo largo del perIodo. De éstas, las internas no tie-flnen más que una explicación: que con la falta de gob iern cen-tral y con la establecida autonomia provincial, la ambición, lapasión de mando se habia despertado en otros caudilbos miii-tares al lado de Bernabé Aráoz. Y cada uno, por la popularidadde que gozaba y por las fuerzas de que disponIa se arrogaba ma-yores derechos que el otro. Y ninguno comprendia ni ceclia. Mas,nacla era que ambicionasen y luchasen: lo malo fué que no am-bicionaban ni luchaban por convencimientos o ideales genei'osos,sino por ci simple interés del Poder y sus ventajas. Por lo cual,bien podemos decir que con relación al anterior, y en su aspetoPolitico, éste perIodo es de decadencia.

Cuanto a las luchas interprovinciales, observarernos que nofueron sino consecuencjas de las anteriores: salvo las excepcio-nes. Y entre éstas hay aigunas de trascendencia nacional: lasque sostiene Aráoz de la Madrid con Facundo Quiroga en 1826y 1827.

Otro hecho nuevo de significacion es cuando ante la consultahecha a las provincias Para la organización constitucional 'delPais, la Sal a de Representantes, a fines de 1825, bajo ci gobiernode Javier Lopez, sanciona una ley, por la que cree que la formade gobierno Para la Nación "más conforme a la vc'luntacl gene-ral" de la Provincia es 'la representatjva republicana de unidad".Era esto verdad? Nosotros jereemos que no. De gobernar Ber-

nabé Aráoz (fusilado hacia poco) otro hubiera sido sin duda elpronunciamjento de la Junta. Pero ya empezaba a primar en Ia

1) El eu:tl asunhió Ia alta y lujt lIiia

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chas de sus atribuciones, 1 ) queda del todo disminuído y empieza a decaer. Hasta que la misma Junta de Representantes (en mayo de 1824) sanciona su extinción.

Podemos decir, en consecuencia, que. en la faz institucional es la Sala de Representantes, actuando al lado del Ejecutivo, ·la que Icaraoteriza este segundo período y le da fisonomía que puede llamarse moderna.

Pero en ese tiempo hay otros hechos nuevos', de carácter po­litico principalmente, que. por su significado no debemos olvidar. Los más notorios, desde lttego, son las lUClhas civiles, internas e interprovinciales, que tienen su teatro sangriento en Tucumán y corren a todo uo largo del período. De éstas, las' internas no tie~ nen más que una explicación: que con la falta de gobierno cen-. tral y con la establecida autonomía proviI1lcial, la ambición, la pasión, de mando se había despertado en otros caudillos mili­tares al lado de Bernabé Aráoz. Y cada uno, por la popularidad de que gozaba y por ¡las fuerzas de que disponía se arrogaba ma­yores derechos que el otro. Y ninguno comprendía ni cedía. Mas, nada era que ambicionasen y luchasen: lo malo fué que 110 am-

• bicionaban ni luchaban por convencimientos o ideales generosos, sino por el simple interés del Poder y sus ventajas. Por lo cual, bien podemos decir que con relación al anterior, y en su aspecto político, éste período es de decadencia.

Cuanto a las luchas interprovinci~les, observaremos que no fueron sino consecuencias de las' anteriores: salvo las excepcio­nes. y ·entre éstas hay algunas de trascendencia nacional: las que sostiene Aráoz de la Madrid con Fatcundo Quiroga en 1826 y 1827.

Otro hecho nuevo de significación es cuando ante la consulta • hecha a las provincias para la organización constitucional del

país, la Salla de Representantes, a fines de 1825, bajo el gobierno de Javier López, sanciona una ley, por la que cree que la forma de gobierno para la Nación "más conforme a la voluntad gene­ral" de la Provincia es "la representativa republicana de unidad". ¿ Era esto verdad? Nosotros tcreemos que no. De gobernar Ber­nabé Aráoz (fusilado hacía poco) otro hubiera sido sin duda el pronunciamiento de la Junta. Pero ya empezaba a primar en la

1) El cual asumió la alta y baja policía .

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ciudad la olase conservadora de tendencia unitaria, por sus afi-nidades sociales con la de Buenos Aires; actuaba en el gobiernoy en Ia Legislatura... y el resultado no podia ser dudoso. Aun-que en la ley de mención se hace una salvedad extraordinaria:"la conservación de una Junta de Representantes". Y ésto ,quésignifica? Que Tucumán solo aceptaba un sistema unitario cu-rioso en el fondo, que la Nación nombrase sus gobernadores; yen 110 demás querIa seguir siendo federal o autónoma. De otromodo, no tiene explicación Ia salvedad.

Diremos por ültimo que, sin desearlo, a fines de 1831 Tu-cmnán vino a ser escenario de un hecho de consecuencias nacio-nales, con el cual termina este perIodo: el combate que dió eltriunfo definitivo a los caudillos federales en todo el Pais. Nosreferimos a la batalla de La Ciudadela, en que Quiroga se des-quita de sus revese.s con Paz, después de caer éste prisionero,venciendo a los restos de su ejército que con La Madrid se ha-Wan dirigido a Tucurnán.

Por lo cual, como por hechos posteriores, de igual trascen-dencia, que tienen también su escenario en la Provincia, Juan B.Terán pudo obs'ervar con razón que "las grandes luchas que fra-guaron la unidad del Pals no se definIan si no se sellaban entierra de Tucumán".

1832-1841. - Politicamente este perlodo está dividido endos partes distintas. Una, que va de 1832 a 1838, correspondien-te al gobierno de Alejandro Heredia, durante el cual Tucumánestá dentro del sistema de Ia Confederación que responde a lapolItica de Rosas. Y la otra, que corre de 1839 a 1841, desvincu-lada y hasta pronunciada y opuesta contra dicha polItica. Por locual podria decirse que son dos cicbos diferentes, federal el unoy unitario el otro. Pero, de 1832 a 1841, hay ailgo más profundoque dentro de opuestas apariencias da unidad histórica a esteperiodo y lo configura en uno solo. Y es la acción de los gober-nantes y el espIritu del pueblo, de una misma elevación y fuerzamoral en todos esos' afios.

De Alejandro Heredia, como gobernante tucumano entre1832 y 1838, hernos hablado con cierta detención en otra parte.1)Y aqui s6lo vamos a recordar alguno de los juicios que expresa-

1) In nuestra obra Gob i en o de A frja n dro He rcdia

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ciudad la clase conservadora de tendencia unitaria, por sus afi-1

nidades socialeS' con la de Buenos Aires; actuaba en el gobierno y en la Legislatura. " y el resultado no podía ser dudoso. Aun­que en la ley de mención se hace una salvedad extraordinaria: "la conservación de una Junta de Representantes". Y ésto ¿ qué significa? Que TUlcumán sólo aceptaba un sistema unitario cu-

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rioso en el fondo, que la Nación nombrase sus gobernadores; y en 110 demás quería seguir siendo federal o autónoma. De otro modo, no tiene explicación la salvedad.

Diremos por último que, sin desearlo, a fines de 1831 Tu­cl1mán vino a ser escenario de un hecho de consecuencias nacio­nales, con 'el cual termina este período: el combate que dió el triunfo definitivo a los caudillos federales en todo el País. Nos referimos a la bataHa de La Ciudadela, en que Quiroga se des­quita de 'sus reveses con Paz, después de caer éste prisionero, venciendo a los restos de su ejército que con La Madrid se ha­bían dirigido a Tucumán.

Por lo cual, como por hechos posteriores, de igual trascen­dencia, que tienen también su escenario en la Provincia, Juan B. Terán pudo obs'ervar con razón que "las grandes luchas que fra­guaron la unidad del País no se 1 definían si no se sellaban en tierra de Tucumán".

1832-1841. - Políticamente este período está dividido en dos partes distintas. Una, que va de 1832 a 1838, correspondien­te al gobierno de Alej andro Heredia, durante el cual! Tucumán está dentro del sistema de la Confederación que responde a la política de Rosas. Y la otra, que !Corre de 1839 a 1841, desvincu-< lada y hasta pronunciada y opuesta contra dicha política. Por lo cual podría decirse que son dos ciclos diferentes, federal el uno y unitario el otro. P'ero, de 1832 a 1841, hay alIgo más profundo que dentro de opuestas apariencias da unidad histórica a este período y lo configura. en uno solo. Y es la acción de los gober­nantes y el espíritu del pueblo, de una misma elevación y fuerza moral en todos esos' años.

De Alejandro Heredia, como gobernante, tucumano entre 1832 y 1838, hemos hablado 'con cierta detención en otra parte.1 )

y aquí sólo vamos a recordar alguno de los juicios que expresa-1

1) En llUestra obra Gobierno ele Ale j andro H ereel ia.

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mos allI. Estos: que Heredia "fué el mandatarjo más culto y pro-gresista de cuantos hubo entre nosotros desde 1:810 hasta el 53";qe 'fué el hombre más importante e influyente en el Norte ar-gentino durante su gobierno"; y que "dió a Tucumán en eseentonces el rango más alto entre todas sus vecinas, haciendo queejerciese además una verdadera supremacla sobre las de Jujuy,Salta y Catamarca: hecho extraordinarjo que nunca ocurrieraantes de él y que no ha vuelto a repetirse después". Dijimos tam-bién que Heredia tiene entre otros méritos el de ser "el verdaderoiniciador e impulsor de la instrucción püblica" en nuestra Provin-cia. Y, como juicio final de este Señor del Norte, expresamos que"fué un creador y un precursor"; pues cuando se hizo cargo delgobierno tucumano "éste era todavIa primitivo, rudimentarjo yorganizado al modo colonial", y él fué el primero "que implantóentre nosotros normas nuevas, propias de una organizacjon pill-blica modrena".

Todo eso dii imos, e hicimos ver claras otras cosas omo és-tas: que Heredia dentro de la Provincia, logro imponer una Pazduradera acabando con los caudillos levantiscos; que bajo estaPaz y sus iniciativas, Tucumán acusó entonces un notable ade-anto material y cultural; y que esto solo pudo conseguir aquél

con una eficaz colaboración de su pueblo: Indice de Progreso mo-ral colectivo.

A todo lo cual agregaremos ahora que Heredia no solo seimpuso en el Norte, liegando a ser Protector oficial de Jujuy,Salta y Catamarca, sino que se hizo respetar de. Rosas, a quiennunca aduló. El estuvo con éste y su polItica como un convencido federal, Pero no con su modo de entender la acción fedora-lista a base de injuiias y de odios implauables. Y por eso tuvodurante su gobierno una situación singular: que, de un lado,Rosas no lo quiso en el fondo, y de otro, tampoco lo quisieron losdirigentes tucumanos de la clase unitaria, que no le perdonaronel ser federal. (De mode que su asesinato —en noviem,bre de1838— tanto pudo ser inspirado por el uno como por los otros.)Pero él amó a su pueblo, y por su bien hizo un gobierno admira-ble. Y eso basta. Porque es eso lo que importa en la historia deun pueblo.

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mos aLlí. Estos: que Heredia "fué el mandatario más culto y pro­gresista de cuantos hubo entre nosotros desde }810 hasta el 53"; qne "fué el hombre más importante e influyente en el Norte ar­gentino durante su gobierno"; y que "dió a Tucumán en ese entonces el rang.o más alto entre todas sus vecinas, haciendo que ejerciese además una verdadera supremacía sobre las de Jujuy, I Salta y Catamarca: hecho extraordinario que nunca ocurriera antes de él y que no ha vuelto a repetirse después". Dijimos tam­bién que Heredia tiene entre otros méritos el de ser "el verdadero inidador e impulsor de la instrucción pública" en nuestra Provin­cia. Y, como juicio final! de este Señor del Norte, expresamos que "fué un creador y un precursor"; pues cuando se hizo cargo del I gobierno tucumano "éste era todavía primitivo, rudimentario y organizado al modo colonial", y él fué el primero "que implantó entre nosotros normas nuevas, propias de una organización pú­blica modrena".

Todo eso dijimos, e hicimos ver claras otras cosas ,como és'­tas : que Heredia dentro de la Provincia, logró imponer una paz duradera acabando con los caudillos levantiscos ; que bajo esta paz y sus iniciativas, Tucumán acusó entonces un notable ade~ I "anto material y cultural; y que esto sólo pudo conseguir aquél con una eficaz iColaboración de su pueblo: índice de progreso mo­ral colectivo.

A todo lo cual agregaremos ahora que Heredia no sólo se impuso en el Norte, llegando a ser Protector of icial de Jujuy, Salta y Catamarca, sino que se hizo respetar de Rosas, a quien nunca aduló. El estuvo con éste y su política como un conven., I

ciclo federal, pero no con su modo de entender ¡a acción federa-lista a base de injut.ias' y de odios implalcables . Y por eso tuvo durante su gobierno una situación singular: que, de un lado, Rosas no lo quiso 'en el fondo, y de otro, tampoco lo quisieron los dirigentes tucumanos de la clase unitaria, que no le perdonaron el ser federal. (De modo que su asesinato -en noviembre de I 1838- tanto pudo ser inspirado por el uno como por los otros.) Pero él amó a su pueblo, y por .su bien hizo un gobierno admira~ ble. Yeso basta. Porque es eso lo que importa en la historia de un pueblo.

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Cuanto al final de este perIodo, esto es a los años que vande 1839 a 1841, observaremos que habienclo sido objeto de otroestudio especial,') bien podemos dispensarnos de volver sobre eltema. Recordaremcs, si, que en esos aflos que son los de la gesta-ción y la aparición de ilos Pronunciamientos y la Liga del Norte,y de la acción de ésta contra Rosas, Tucumán es la cabeza y elalma de estos movimientos Sigue, pues, deseinpeflando en todoel Norte su papel destacado del tiempo de Heredia. Lo que quieredecir que sus hombres dirigentes y el pueblo contindan en el mis-mo tren de elevación moral que caracteriza este perIodo. Que suacción polItica ya estuviese orientada en dirección distinta... noimporta: lo que vale es aquella.

Ahora Tucumán lucha ciertamerite por la libe.rtad contra ladictadura. Pero no puede decirse que en los años de Heredia lu-chase por todo lo contrario: estuvo implemente con la polIticade Rosas por ser federal, y en lo demás Tucumán luchó por en-grandecerse a sí mismo, por hacerse más fuerte y más culto, yen todo sentido mejor: 110 cual es también una forma de luchapor la libertad.

A lo recordado solo agregaremos que el fin de este perIodoes el 19 de setiembre de 1841, cuando en la batalla de Famaillálas fuerzas de la Liga, unidas con las de Lavalle, son derrotadaspor el ejército de Oribe. Pues con esto la Coalición del Norte sedeshace, Tucumán se apaga, y Rosas queda como el Arno y Señor,ya indiscutido, de toda la Repüblica. Por lo cual podemos decircon Terán que vuelve a sellarse en Tucumán otra de ]as grandesluchas que definen la suerte del Pals.

1841-1852. - Principia este tiempo hacia fines de 1841,cuando no bien pasada la batalla de Famail!lá, Celedonio Gutié-rr(,.z, que secundó a Oribe para sojuzgar a su Provincia, se apo-dera del Gobierno y se hace nombrar Gobernador. Y termina en1852 cuando despuds de 11 aflos de mando ininterrumpido (porelecciones sucesivas) al caer Rosas, Gutiérrez es destituido porprimera vez.

Este perIodo que es en todo el Pals el de la dictadura afian-zada y consentida, es en Tucumán, por reflejo, el del señorlo deGptiérrez, mansamente aceptado y soportado. El pueblo tucu-

1) En miestra publieac.ión ''Tucu mon y la Liga del Norte- 1930-1940.

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Cuanto al final de este período, esto es a los años que van de 1839 a 1841, observaremos que habiendo sido objeto de otro estudio especial,l) bien podemos dispensarnos de volver sobre el tema. Recordaremcs, sí, que en esos años que son los de la gesta­ción y la aparición de Ilos Pronunciamientos y la Liga del Norte, y de la acción de ésta contra Rosas, Tucumán es la cabeza y el alma de estos movimientos . Sigue, pues, desempeñando en todo el Norte su papel destacado del tiempo de Heredia. Lo que quiere dedr que sus hombres dirigentes y el pueblo 'continúan en el mis­mo tren de elevación moral que caracteriza este período. Que su acción política ya estuviese orientada en dirección distinta. .. no importa: lo que vale es aquella.

Ahora Tucumán lucha ciertamente por la libertad. contra la dictadura. Pero no puede decirse que en los años' de Heredia lu­chase por todo lo contrario: estuvo ~implemente /Con la política de Rosas por ser federal, y en lo demás Tucumán luchó por en­grandecerse a sí mismo, por hacerse más fuerte y más culto, y -en todo sentido mejor: Ho cual es también una forma de lucha por la libertad.

A lo recordado sólo agregaremos que el fin de este período es el 19 de setiembre de 1841, cuando en la batalla de Famaillá la.s fuerzas de la Liga, unidas con las de Lavalle, son derrotadas por el ejército de Oribe. Pues con esto la Coalición del Norte se deshace, Tucumán se apaga, y Rosas queda como el Amo y Señor, ya indiscutido, de toda la República. Por lo cual podemos decir con Terán que vuelve a sellarse en Tucumán otra de las grandes luchas que definen la suerte del País.

1841-1852. - Principia este tiempo hacia fines de 1841, cuando no bien pasada la batalla de FamaHIá, Celedonio Gutié­rrez, que secundó a Oribe para sojuzgar a su Provincia, se apo­dera del Gobierno y se hace nombrar Gobernador. Y termina en 1852 cuando después de 11 años de mando ininterrumpido (por €l('c·ciones sucesivas) al caer Rosas', Gutiérrez es destituí do por primera vez.

Este período que es en todo el País el de la dictadura afian­zada y consentida, es en Tucumán, por reflejo, el del señorío de Gl'tiérrez, mansamente aceptado y soportado. El pueblo tucu-

1) En nuestra publicación "T1tCIl1l1án y la L iga deL Nod e " J939-1940.

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rnano, harto de luchar, estaba acobardado; y se queda como ae-targado, recogido en sj mismo. Y bien pudiéramos decir que,como buen criollo perdido en noche oscura, desensilla hasta queaclare.

Gutiérrez por 10 tanto, ha'ce en esos aflos lo que quiere, me-jor dicho lo que quiere Rosas o lo que él cree que éste puede que-rer. AsI lo imita humildemente en todo, hasta en la morbosamania de injuriar con malas palabras a sus enemigos. Pero end eso podia explicarse. Lo que no nos explicamos muy bien es laactuación pareja de la Sala de Representantes, compuesta de losapellidos de más tradición de Tucumán. Bien es cie.rto que ellos,a] otro dIa de Caseros, quisieron disculparse diciendo en una leyque ]as otras de grave adulación rosista, "contrarias al voto deIa Provincia", les habIan sido "arrancadas por el inmenso podeque ha ejercido sobre estos pueblos el tirano Juan Manuel doRosas". Mas, nadie los habIa obligado a ser representante doIa soberanIa tucumana bajo ese poder.

Fuera de esto, de este periodo poco hay que (lee r. A no socque es de completa decadencia, en lo moral como en lo material.AsI, nada ha dejado de valioso como herencia histórica. Por Incual sin duda, él no ha despertado mayor interés entre los estu-ciiosos. Ya que, como Goethe dijera, 'nadir so ato-meiir viun-tanamente pci In que es estéril".

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mano, harto de luchar, estaba acobardado; y se queda como a!le­Largado, recogido en sí mismo. Y bien pudiéramos decir que, como buen criollo perdido en noche oscura, desensilla hasta que aclare ...

Gutiérrez por lo tanto, ha1ce en esos años lo que quiere, me­jor dicho lo que quiere Rosas o lo que él cree que éste puede que­rer. Así lo imita hum.ildemente en todo, hasta en la morbosa manía de injuriar con malas palabras a sus enemigos. Pero en fl eso podía explicarse. Lo que no nos explicamos muy bie.n es la aduación pareja de la Sala de Representantes, compuesta de los apellidos de más tradición de T~cumán. Bien es cierto que ellos, al otro día de Caseros, quisieron disculparse diciendo en una ley que las otras de grave adulación rosista, '¡contrarias al voto de la Provincia", les habían sido "arrancadas por el inmenso poder que ha ejercido sobre estos pueblos el tirano Juan Manuel de Rosas". Mas, nadie los había obligado a ser representantes de la soberanía tucumana bajo ese poder.

Fuera de esto, de este perípdo poco hay que decir .. A no ser que es de completa decadencia, en lo moral como en lo material. Así, nada ha dejado de valioso como herencia histórica. Por lo cual sin duda, él no ha despertado mayor interés entre los estu­diosos. Ya que, como Goethe dijera, "nadie se atormenta volun­tariamente por lo que es estéril" ...

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NOTICIAS COMPLEMENTARIAS

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PANORAMA GENERAL

La Pi'ovincia moderna. - Ocurrida la Revoluión de Mayo,n'iestra ciudad con su jurisdicción de campafla continua comoDistrito o "Partido de San Miguel de Tucumán de la Provinciade Salta". Hasta que el Director de las Provincias Unidas delRio de la Plata, Posadas, por decreto del 8 de octubre de 1814crea Ia "Provincia del Tucumán" dividiendo en dos la de Salta.El decreto se funda en la necesidad de remediar los quebrantosde esta ültima, sufridos como "teatro de la guerra". Y con estaidea 'y la de distinguir en algün modo al glorioso pueblo de Tucumán que ha rendido tan señalados servicios a la Patria, re-suelve en su art. 1 9 : "El territorio que comprehenden los Pueblosdel Tucumán, Santiago del Estero y Valle de Catamarca formarádsde hoy una Provincia del Estado con la denominación de Pro-vincia del Tucumán; (y) sus ilmites serán las respectivas juris-dicciones de los referidos pueblos". En el 2 9, establece que laProvincia de Salta quedaba con su Capital y Jujuy, Orán, Ta-rija y Santa Maria. En el 39, dispone que ambas Provincias scanregidas por Gobernadores Intendentes, con las mismas faculta-des, derechos, prerrogativas y dependencias que las otras delEstado; y en el 49, que las ciudades de Salta y Tucumán seránlas capitales de las Provincias de su nombre, y tendrán en ellassu residencia ordinaria los Gobernadores Intendentes. Con lo

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NOTICIAS COMPLEMENTARIAS

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PANORAMA GENERAL

La Provincia moderna. - Ocurrida da RevolUlción de Mayo, 11l1estra ciudad con su jurisdicción de campaña continúa como Distrito o "Partido de San Miguel de Tucumán de la Provincia de Salta". Hasta que el Director de las' Provincias Unidas del Río de la Plata, Posadas, por decreto del 8 de octubre de. 1814 crea la "Provincia del Tucumán" dividiendo en dos la de Salta. El decreto se funda en la necesidad de remediar los quebrantos de esta última, sufridos como "teatro de la guerra". Y Con esta idea "y la de distinguir en algún modo al glorioso pueblo de Tu., cumán que ha rendido tan señalados servicios a la Patria, re­suelve en su arto 19 : "El territorio que comprehenden los Pueblos del Tucumán, Santiago del Estero y Valle de Catamarca formará dpsde hoy una Provincia del Estado con qa denominación de Pro­vincia del Tucumán; (y) sus límites serán las respectivas juris~ dicciones de los referidos pueblos". En el 29, establece que la P1:'ovincia de Salta quedaba con su Capital y Jujuy, Orán, Ta­rija y Santa María. En el 39, dispone que ambas' Provincias sean regidas por Gobernadores Inte.ndentes, con las mismas faculta­des, derechos, prerrogativas y dependencias que las otras del ERtado; y en eI 49, que las ciudades de Salta y Tucumán serán las capitales de las' Provincias de su nombre, y tendrán en ellas su .residencia ordinaria los Gobernadores Intendentes. Con lo

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cual Tucumán vuelve a tener ci rango de "Provincia" y una ju-risdicción mayor que la actual.

Pero al ilegar el famoso año 20, en abril, representantes detodas las comunidades de Santiago del Estero, alegando agraviosdd gobierno tucumano, declaran la independencia de su ciudady su distrito como "uno de los territorios unidos de la Confede-iación del Rio de la Plata". Y nuestra Provincia, en el mismoaflo, se erige en ila ilamada Repithlica del Tucuman, con juris-dicción sobre su distrito y ci de Catamarca solamente. 'Repñ-blica" —de nombre—, que apenas dura un afio, hasta agosto de1821, en que es depuesto su Presidente Bernabé Aráoz, circuns-tancia en que Catamarca declara también su separación y auto-nnmIa. Y de este modo, desde entonces, Tucumán vuelve a ha-marse "Provincia", pero ya reducida a los lImites propios de lajurisdicción antigua del distrito de San Miguel de Tucumán.Puede decirse, pues, que en esa fecha aparece la moderna "Pro-vincia de Tucumán", autónoma dentro de la Nación.

Limites provinc1iales. - Hacia 1813, tenemos una noticainteresante sobre los iImites de Tucumán con Catamarca. Estáen un informe del doctor Nicolás Laguna, a raIz de una solicituddel curato de Belén. Dice en éi que, "aun después de erigido enciudad ci pueblo de Catamarca, dicho Curato estuvo adicto comode antaño a la jurisdicción de Tucumán y que posteriormente alaflo 1770 se adjudicó por ci Gobernador don Estevan de lJrizary Arespacochaga a ha jurisdicción de Catamarca por medio deorrepción y surrepción", es decir arbitrariamente. Luego agregaque lo mismo ocurrIa con el 'Curato de Santa Maria, que conmayor razón corresponde a Tucumán, pues sus lImites con Ca-Lamarca son éstos: desde ci camino de Alijilán por ci Alto deColpes, Pucará y Pozo de Penitentes. Estos forman una linearecta hacia el occidente. Todo el territorio que hay desde dichailnea, que divide el sur de nuestra jurisdiccIón hacia el norte,corresponde a nuestra ciudad desde su antiguo establecimiento".

Departamentos. - Hasta el 20, el territorio de ha Provinciasigiiió dividido en sus 6 partidos del tiempo colonial. Solo que aéstos, por entonces, se les cambia su designación de "partidos"por la de departamentos, que conservan todavIa. Pero a fines de1823, ci Cabildo ya elige dos aicaides partidarios en vez de uno,

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cual Tucumán vuelve a tener el rango de "Provincia" y una ju­risdicción mayor que la actual.

Pero al llegar el famoso año 20, en abril, representantes de todas las comunidades de Santiago del Estero, alegando agravios dd gobierno tucumano, declaran la independencia de su ciudad -y su distrito como "uno de los territorios' unidos de la Confede­l'ación del Río de la Plata". Y nuestra Provincia, en el mismo año, se erige en Ila llamada República del Tucuman, con juris­dicción sobre su distrito y el de üatamarca solamente. "Repú­blica" -de nombre-, que apenas dura un año, hasta agosto de

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1821, en que es depuesto su Presidente Bernabé Aráoz, 'ctlrcuns-tancia en que Catamarca declara también su s'eparación y auto­n0mía. Y de este modo, desde entonces, Tucumán vuelve a lla­marse "Provincia", pero ya reducida a los límites propios de la j I.lrisdicción antigua del d,istrito de San Miguel de Tucumán. Puede decirse, pues, que en esa fecha aparece la moderna ¡'Pro_ vincia de Tucumán", autónoma dentro de la Nación.

Limites provina:iales. - Hacia 1813, tenemos una noticj.a interesante sobre los ilímites de Tucumán con Catamarca. Está en un informe del doctor Nicolás Laguna, a raíz de una solicitud

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del curato de Belén. Dice en él que, "aun después de erigido en ciudad el pueblo de Catamarca, dicho Curato estuvo adicto como de antaño a la jurisdicción de Tucumán y que posteriormente al año 1770 se adjudicó por el Gobernador don Estevan de Urizar y Arespalcochaga a la jurisdicción de Catamarca por medio de

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orrepción y surrepción", es decir arbitrariamente. Luego agrega que lo mismo ocurría con el "Curato de Santa María, que con mayor razón corres'Ponde a Tucumán, pues sus límites con Ga­Lamarca son éstos: desde ell camino de Alijilán por el Alto de Col pes, Pucará y Po·zo de Penitentes. Estos forman una línea recta hacia el occidente·. Todo- el territorio que hay desde dicha iínea, qqe divide el sur de nuestra jurisdicción hacia el norte, corresponde a nuestra ciudad desde su antiguo establecimiento" . .

Departamentos. - Hasta el 20, el territorio de la Provincia siguió dividido en sus 6 partidos del tiempo colonial. Sólo que a -éstos, por entonces, se les cambia su designación de "partidos" por la de departamentos, que conservan todavía. Pero a fines de 1823, el Cabildo ya elige dos alcaldes partidarios en vez de uno,

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para el departamento de Rio Chico: uno de la seción que iba"desde el rio de Marapa hasta la jurisdicción de Catamarca", yel otro de la sección restante, desde Marapa hasta la jurisdicciónde Chiquiligasta. Y esa primera sección, que hoy corresponde aldepartamento de Graneros, fue sin duda el origen de éste, aun-que todavIa no es tal: io ünico que hace la Sala de Representantesen 1826 es autorizar esa division del Rio Chico. Solo en 1832 fi-guran ya como "departamentos" politicos de la campana, sincontar el de la Capital, estos 7: Graneros, Rio Chico, Chiquili-gasta, Monteros, Leales, Trancas y Burruyacu. Y su importanciase puede calcular por la distribución de diputados a la Legislatu-ra que les da la Constitución provincial de 1835; ésta: por la Ca-pital 5, por Monteros 4, por Rio Chico 3, y por cada uno delos otros 2.

Igual que el de Rio Chico, el departamento de Monteros apa-rece a fines de 1823 dividido eidos secciones, una de las cualeses desde el rio de Aranilla para el forte, que es precis'amente lazona actual del departamento de Famaillá: cuyo origen está,pues, en esa division. Pero sOlo en setiembre de 1843, al consti-tuirse la nueva Legislatura, está ya re.presentado dicho depar-tamento de 'Famayá" o Famaillá, que debió ser creado en 1841c 1842, —aflos sin actas de la Sala—.

Población. De la población de Tucumán en esta época,diremos que en 1812 se levantó un censo de la ciudad en dos delos cuatro cuarteles en que estaba dividida, ci cual dió un totalde 2.137 almas: de las cuales 862 eran de criollos, 38 de espano-les, 884 de indios, 353 de negros y mulatos. Y doblando estascifras, para tener la población de los 4 cuarteles, se puede calcu-lar que la ciudad tenia por entonces, poco más de 4.000 habitan-tes en las proporciones dobladas también, de las clases referidas.Otro censo fué levantado en 1816, pero ya de la ciudad y la cam-paña por disposición del Congreso de Tucumán, para hacer la&ecciOn de nuestros diputados al mismo. No tenemos sus datos;rnas, por los diputados que e.ligio Tucumán, podemos deducir quecI total de su población era entonces de 48.000 habitantes, dR loscuales puédense asignar a nuestra ciudad más o menos 5.000.Y por üitimo apuntaremos que en 1845 el gobernaclor CeiedonioGutiérrez mandO levantar un censo de habitantes y viviencla,s de

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para el departamento de Río Chico: uno de la seC'Clon que iba "desde el río de Marapa hasta la jurisdicción de Catamarca", y el otro de la sección restante, desde, Marapa hasta la jurisdicción de Chiquiligasta. y esa primera sección, que hoy corresponde al departamento de Graneros, fue sin duda el origen de éste, aun­que toqavia no es tal: ~o único que hace la Sala de Representantes ey- 1826 es autorizar esa división d'el Río Chico, Sólo en 1832 fi­guran ya como "departamentos" políticos de la campaña, sin contar el de la Capital, estos 7: Graneros, Río Chico, Chiquili­gasta, Monteros, LBales, Trancas y Burruyacu. Y su importancia se puede calcular por la distribución de diputados a la Legislatu­ra que les da 'la Constitución pr~vincial de 1835; ésta: por la Ca­pital 5, por Monteros 4, por Río Chico 3, y por cada uno de los otro's 2.

Igual que el de Río Chico, el departamento de Monteros apa­r,f'ce a fines de 1823 dividido ~dos sec'Ciones, una de las cuales es desde el río de Aranilla para el norte, que es precis'amente la zona actual del departamento de FamaiBá: cuyo ori.gen está, pues, en esa división. Pero sólo en setiembre de 1\843, al consti­tuirse la nueva Legislatura, está ya representado dicho depar-

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tamento de "Famayá" o Famaillá, que debió ser creado en 1841 e 1842, -años sin actas de la Sala-o

Población. - De la población de Tucumán en esta época, diremos que en 1812 s'e levantó un censo de la ciudad en dos de [os cuatro cuarteles en que estaba dividida, el 'cual dió un total de 2.137 almas: de las cuales 862 eran de criollos, 38 de españo­les, 884 de indios, 353 de negros y mulatos. Y doblando estas cifras, para tener la población de los 4 cuarteles, se puede calcu-,

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ll!r que la ciudad tenía por entonces, poco más' de 4.000 habitan-tes en las proporciones dobladas también, de las clases referidas. Otro censo fué levantado en 1816, pero ya de la ciudad y la cam-

, paña : por disposi'Ción del Congreso de Tucumán, para hacer la elección de nuestros diputados al :rriismo .. No tenemos sus d~tos'; mas, por los diputados que eligió Tucumán, podemos deducir que

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el total de su población era entonces de 48.000 habitantes, de los cuales puédense asignar a nuestra ciudad más o menoS' 5.000. y por último apuntaremos que en 1845 611 gobernador Ce.Iedonio Gutiérrez mandó levantar un censo de habitantes y viviendas de

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toda la Provincia, del cutl se dió el siguiente resumen: "Hay enla Provincia de Tucumán ocho mil treinta y seis casas. Quincemil trescientos dos varones de catorce años para arriba. Trecemil cuatrocientos cuarenta y seis varones do catorce afios paraabajo. Veinte y nueve mil ciento veinte y ocho mujeres de todasedades. Total de habitantes, cincuenta y siete nil ochocientos se-,tenta y seis".

Pueblos de la Provincia. - El pueblo que seguIa en impor-tancia al de nuestra ciudad era el de Los Monteros, y luego el doLas Trancas; por lo cual ya en 1819 se habIa propuesto al So-berario Congreso su elevación al rango de villas. Después, en lad&ada siguiente, nuestra Sala do Representantes habIa autori-zado all Gobierno para hacer esto con Monteros. Por lo cual en1832, el gobernador, general Alejandro Heredia, dicta un decretoestabiecieido esa villa, pero cambiándole la situación y el norn-bre: ordena su traslado al Campo de los Romanos, lugar próxi-mo, exponiendo qie su sitio viejo era malsano; y en cuanto alnombre, le da el de Ale janciria —en lugar de Monteros_– (talvez por Ia famosa AlejandrIa -de la Antigüedad, y porque sunombre era Alejandro). Pero esto no se realizó.

La ciudad de Tucumán. - De nuestra ciudad, airededor del)aflo 16, en vez de dar de ella noticias muertas, vamos a evocarlade manera viva, como sigue. Vista en el centro, parecIa ya en-tonces verdadera ciudad: por las torres de sus cuatro iglesias- -La Matriz, San Francisco, La Merced y Santo Domingo—; porel ed'ificio del Cabildo, de dos pisos (aunque todavIa sin torre)y por las enlucidas fachadas de sus casas coloniales que circun-daban la plaza y se corrIan por las bocacalles hasta una o doscuadras. Pero más allá, en el contorno, solo era una aldea de Ca-lIcs terrosas, casi sin veredas, orilladas de viviendas intermiten-tes y pobres, donde el techo de teja se codeaba con el techo depsi a, y eon tapias y aberturas que dejaban ver huertas y pese-breras en los foridos. Y toda ella solo, ocuparIa unas 12 manza-nas en torno de la plaza; pues, más lejos, solo eran trazados decles con casitas y ranchos aislados, y quintas con sembrados yarboledas frutales.

Saliendo a las afueras, al naciente estaba el Bajo, anegadizoy agreste, de donde partIa, atravesando el rio SalI, el camino

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. toda la Provincia, del cual se dió el siguiente resumen: "Hay en la Provincia de Tucumán ocho mil treinta y seis casas. Quince mil trescientos dos varones de 'Catorce años' para arriba. Trece mil cuatrocientos cuarenta y seis varones de catorce años para abajo. Veinte y nueve mil ciento veinte y ooho m)ujeres de todas edades. Total de habitantes, cincuenta y siete mil ochocientos se~ tenta y seis".

Pueblos de la Provincia. - El puebilo que seguí,a en impor­tancia al de nuestra ciudad era el de Los Monteros, y luego el de Las Trancas; por lo cua:l ya en 1819 se había propuesto al So­berano Congreso su elevación al rango d€ villas. Después, en la dé~ada siguiente, nuestra Sala d€ R€presentantes había autori­zado ail Gobierno para hacer esto con Monteros. Por lo cual en 1832, el gobernador, general Alejandro Heredia, dicta un decr€to €dtaLleclelldo esa villa, pero cambiándole la situación y el nom­bre: ordena su traslado al Campo de los' Roma~os, lugar próxi­mo, exponiendo qlfe su sitio viejo era malsano; y en cuanto al nombre, le da el de Alejandría -en lugar de Monteros- (ta:l vez por la famosa Alejandría de la Antigüedad, y porque su nombre era Alejandro). Pero esto no se realizó.

La ciudad de Tucumán. - De nuestra ciudad, alrededor del, año 16, en vez de dar de ella noticias muertas, vamos a evocarla oe manera viva, como sigue. Viista en ~} centro, parecía ya en­tonces verdadera ciudad: por las torres de s'us cuatro iglesias --La Matriz, San Francisco, La Merced y Santo Domingo-; por el edificio del Cabildo, de dos pisos (aunqlfe todavía ~\in torre) ; y por las enlucidas :5achadas de sus casas coloniales que circun­daban la plaza y se corrían por las boc3icalles hasta una o doS' cuadras. Pero más allá, en ell contorno, sólo era una aldea de ca­lIes terrosas, casi sin veredas, orilladas de viviendas intermiten­teR y pobres, donde el techo de teja se codeaba con el techo de paja, y con tapias y aberturas que dejaban ver huertas' y pese­breras en los fondos. Y toda ella solo, ocuparía unas 12 manza­na~ en torno de la plaza; pues, más lejos, sólo eran trazados de ca Hes con casitas y ranchos aislados, y quintas con sembrados y arboledas frutales.

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Saliendo a las afueras, al naciente estaba el Bajo, anegadizo y agreste, de donde partía, atravesando el río Salí, el camino

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Para Santiago del Estero por campos y montecitos ralos' . Alnorte y al noroeste, por el camino a Salta, empezaban las cafla-das, los altos pajonales y luego las ilanadas con montes de cevi-les y quebrachos. Al suroeste se abrIan hondonadas, y trasellas como una pampa grande de bajos pastizales. Y más al po-niente ya decoraban el paisaje coposos árboles d€ sombra, quill-tas de alegres naranjales y montes que so perdIan a lo lejosfrente al pie del azul murallón gigantesco —boscoso también-do Ia montana.

La vida exterior en la ciudad. - En la ciudad vivIa supueblo una vida sencilla. Temprano, de mañana, ilamaban amisa las iglesias, tañenclo sus campanas; y acudlan a oirla losvecinos, entre ellos señores con sombreros de copa, do levita ode frac, con calzas, medias y zapatos de grandes hebillas; ydamas de negro con mantillas en la cabeza, tapando sus altospeinetones, seguidas de negritas con alfombras enrolladas deba-jo del brazo.

Luego, antes del mediodIa, por el centro ya el pueblo hormi-gueaba. Carretillas y carretas tiradas por bueyes recorrIan lascalles levantando poivaredas, o estaban paradas: vendiendourias, car, lena, past.o; y las otras, frutos de la campafla, cuan-do no descargando, frente a las pulperIas y tiendas, mercaderiastraldas del sur. Criollos y criollas del campo, en briosos caballos,pasaban al Paso o se detenIan en las esquinas de las casas decomercio; ataban sus montados en las argoilas de hierro que ha-bIa en las veredas y entraban a comprar. • , Transitaban peato-nes de distintas layas. Y en la plaza, mujeres sentadas sobre es-teras tenian cajones y tipas con velas de sebo, jabones, quesillosy frutas diversas Para vender al pithlico.

Al caer la oración empezaban a prenderse las lucecitas delpueblo; y en el centro so hacIa la iluminación püblica si era ya"noche de menguante de la luna". Para ello, varios peones conescalerillas y mechas liameantes, iban por las calles y las esqui-nas del centro encendiendo las velas de los pocos faroles decristal y armaduras de hierro que habIa por entonces: unos,fijos en alto, sobre las Paredes, y otros "que podIan sacars2con gancho corto". Y asI, con tal iluminación, habIá cierta viclaen el contorno do la plaza. Sonaba algün piano, y más de unaguitarra ... Pero, a las diez de la noche, la campana del Cabili[o

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para Santiago del Estero por ,campos y montecitos ralos' . Al norte y al noroeste, por el camino a Salta, empezalban las caña­das, los altos pajonales y luego las llanadas con montes de cevi­les y ,quebrachos. Al suroeste se abrían hondonadas, y tras ellas como una pampa grande de bajos pastizales. Y más al po­niente ya decoraban el paisaj e coposos árboles d~ sombra, quin­t3iS de alegres naranjales y montes que se perdían a lo lejos frente al ¡pie del azul murallón gigantesco -boscoso tambi,én­de la montaña.

La vida exterior en La ciudad. En la ciudad vivía su pueblo una vida sencilla. Temprano, de mañana, llamaban a misa las iglesias, tañendo sus campanas; y acudían a oirla los vecinos, entre ellos señores con sombreros de copa, de- levita o de frac, con calzas, medias y zapatos de grandes hebillas; y damas de negro con mantillas en la cabeza, tapando sus altos peinetones, seguidas de negritas con alfombras enrolladas deba­jo del brazo.

Luego, antes del mediodía, por el centro ya el ~pueblo hormi­gueaba. Carretillas y carretas tiradas por bueyes recorrían las calles levantando polvaredas, o estaban paradas: vendiendo unas, carne, leña, pasto; y las otras, frutos de la campaña, cuan­do no descargando, frente a las pulperías y tiendas, mercaderías traídas del sur. Criollos y criollas del camp'o, en briosos caballos, pasaban al paso o se detenían en las esquinas de las casas de comercio; ataban sus mentados en las argollas de hierro que ha­bía en las veredas y entraban a comprar. .. Transitaban peato­nes de distintas layas. Y en la plaza, mujeres sentadas sobre es­teras tenían cajones y tipas con velas de sebo, jabones, quesillos y frutas diversas para vender al .público.

Al caer la oración empezaban a prenderse las lucecitas del pueblo; y en el centro se hacía la iluminación pública si era ya "noche de menguante de la luna". Para ello, varios peones con es:calerillas y mechas llameantes, iban por las calles y las esqui­nas del centro encendiendo las velas de los pocos faroles de cristal y armaduras de hierro que había por entonces: unos, fijos en alto, sobre las paredes, y otros "que podían sacarse con gancho corto". Y así, con tal iluminación, habíá cierta vida en el contorno de la plaza. Sonaba algún piano, y más de una guitarra ... Pero, a las diez de la noche, la campana del Cabildo

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daba la señal de la "queda", y ya nadie circulaba: se cerraban- ]as pesadas puertas y todos se iban a dormir...

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ADMINISTRACION Y ECONOMIA

Preliminar. - En esta época, por las guerras de la inde-pendencia y después por las luchas civiles, que quitaron la pazy la seguridad en Ia Provincia, no hubo desarrollo importantede la gartaderla, de la agricultura ni de las industrias. Toda lariqueza püblica se asentaba en el cornercio, casi exciusivo denuestra ciudad. Esta actividad era ejercida al principio por es-pañoles y criollos distinguidos, que con sus pulperIas y tiendasganaron fortuna y posición social. AsI en 1807, de "ocho clasesde pudientes" que se forman (para ayudar a Buenos Aires por]as invasiones inglesas), toda la 1a es de comerciantes de laciudad. Y en 1813, la contribución principal para un empréstitola hace una lista del "Gremio de Mercaderes", que consta de34 personas, cuyos caudales suman un total de 320.000 pesos,a los cuales corresponden 6.000 del empréstito. 1) Por lo cual,como ya se vera, losgobiernos tucumanos tenian en el comerciode esos años su principal sostén.

Impuestos y patentes. - En la prirnera décacla de estesiglo, bajo ci gobierno del Cabildo, sus principales entradas eran]as de los ramos de pro pios, sisa y carretillas. El de propioscorrespondIa a la adrninistración de los bienes comunales, parael bien y provecho de todo el vecindario. Y los ramos de sisay carretillas eran los impuestos a la yenta püblica de cornestjbles y a la circulación comercial de las carretas chicas; impues-tos que se remataban anualmente. HahIa también patentes mu-nicipales, entre las cuales estaban las de ciertos juegos, como cide un billar que habIa en la ciudad y el de bolas, muy difundicloen toda la jurisdicción (desde fines del siglo XVIII)

Por disposición de la Junta Provisional de Buenos Aires.nuestro Cabildo tiene que arbitrar los medios para costear las

1) El nieiad1r nts euda]ido era Doll Manuel Posse. eon 011.100 jrsev 1 ii li sgi0;i, Do VeIudc'

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daba la señal de la "queda", y ya nadie circulaba: se 'cerraban 1&s pesadas puertas y todos se iban a dormir . . .

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ADMINISTRACION y ECONOMIA

Preliminar. - En esta época, por las guerras de la inde­pendencia y después por las luchas civiles, que quitaron la paz y la seguridad en la Provincia, no hubo desarrollo importante de la ganadería, de la agricultura ni de las industrias. Toda la riqueza pública se asentaba en el comercio, casi exclusivo de nuestra ciudad. Esta actividad era ejercida al principio por es­pañoles y criollos distinguidos, que con sus pulperías y tiendas ganaron fortuna y posición social. Así en 1807, de "ocho clases de pudientes" que se forman (para ay'udar a Buenos Aires por las invasiones inglesas), toda la 1 ~ es de comerciantes de la ciudad. Y en 1813, la contribución Iprincipal para un empréstito la hace una Hsia del "Gremio de Mercaderes", que consta de 34 personas, cuyos caudales suman un total de 320.000 pesos, a los cuales corresponden 6.000 del empréstito. 1 ) Por lo cual, como ya se verá, los gobiernos tucumanos tenían en el comercio de esos años su principal sostén.

Impuestos y patentes. - En la primera década de es'te siglo, bajo el gobierno del Cabildo, sus principales entradas eran las de los ramos de propios, sisa y carretillas. El de propios correspondía a la administración de los bienes comunales, para el bien y :provecho de todo el vecindario. Y los ramos de sisa y carretillas eran los impuestos a la venta pública de comesti­bles y a la circulación comercial de las carretas chicas; impues­tos que se remataban anualmente. Había también patentes muo llicipales, entre las cuales estaban las de ciertos juegos, como el de un billar que había en la ciudad y el de bolas, muy difundido en toda la jurisdicción (desde fines del siglo XVIII).

Por disposición de la Junta Provisional de Buenos Aires, nuestro Cabildo tiene que arbitrar los medios para costear las

1) El mel'cader más acaudalado el'a Don :1-Ianuel Posse. con 60.000 pesos; j

y el que le seguía, Don José Vclarde, con 35.000.

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BREVE HISTORIA DE TIJCIJMAN 9$

dietas del diputado tucumano, Dr. Molina, con que "ha de sos-iener su privilegiada subsistencia conservando el decoro de srepresentación y rango". Y para ello resuelve que, sin perjuiciode los derechos establecidos, debe pagarse: 1 peso por cada car-ga de vino, 4 reales por cada una de aji, algodón y "demásfrutas secas que dentren a la ciudad"; 1 peso por cada carretade suelas que salga, como a cada una de "tropa que gire a la deBuenos Aires, con exclusion de las que pasan a Jujuy, aten-diendo a que es uno de los ramos de industria de esta ciudad yde los aprovechamientos de los montes por las maderas, de loscampos y aguadas por las invernadas"... Y se grava, en fin,hasta la yerba que entrase, porque "los consumidores vienen enrealidad a satisfacer este impuesto por el más valor que car-gan (los introductores) sobre las ventas".

En la década siguiente, al ramo de propios, —fuera de lasrentas de los inmuebles comunales—, están asignados tambiénlos impuestos o derechos de invernadas y molinos. Y para lomismo habia la elección de diez pulperIas, que debIan pagar 30pesos por año. Y en 1816, si bien se concede licencia a don MateoVelarde "para abrir un Café, Fonda péblica y Juego de loterIa",considerando que este juego "rinde utilidades conocidas, y entodo caso puede perjudicar al pdblico, se le impone como pa-tente "un peso diarlo desde que principió. . . el juego de loteriahasta que cese".

Después, en 1827, la Sala de Representantes dicta una leysobre patentes, de acuerdo a un proyecto del gobierno, que esinteresante por lo que nos ilustra acerca de las actividades eco-nómicas —y los j uegos— en nuestra Provincia por entonces.Establece que de las tres clases de patentes que fija, "corres-ponde la 1 4 de ocho pesos, a los molinos, aserraderos, máquinasde moler arroz y establecimientos fijos de curtiembres, tantoen la ciudad como en la campafia". La 2, de quince pesos, o-rresponde "a ]as tiendas, canchas, casas de gallos, tanto en laciudad como en la campaña y pulperIas fijas y volantes en elcampo"; y la 3, de treinta pesos, "a todo almacén, tanto de cal-dos como de efectos extranjeros, a los pulperos en la ciudad,cafeteros, y billaristas, asI en la ciudad como en la campafla".Y dispone, en fin, que "los troperos al salir de la Provincia sa-carán una patente al respecto de dos pesos por carreta.

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dietas del diputado tucumano, Dr . Molina, con que "ha de sos­tener su privilegiada subsistencia conservando el decoro de Su

representación y rango". Y para ello resuelve que, sin perjuicio de los derechos establecidos, debe pagarse: 1 peso 'por cada car­ga de vino, 4 reales por cada una de ají, algodón y "demás frutas secas que tlentren a la ciudad"; 1 peso por cada carreta de Isuelas que salga, como a cada una de "tropa que gire a la de Buenos Aires, con exclusión de las que pasan a Jujuy, aten­¡.hendo a que es uno de los ramos de industria de esta ciudad y

de los aprovechamientos de los montes por las maderas, de los campos y aguadas por las invernadas"... y se grava, en fin, hasta la yerba que entrase, porque "los consumidores vienen en realidad a 'satisfacer este impuesto por el más valor que car­gan (los introductores) sobre las ventas".

En la década siguiente, al ramo de propios, -fuera de las rentas de los inmuebles comunales-, están a::lignados también los impuestos o derechos de invernadas y molinos. Y para lo mismo había la elección de diez pulperías, que debían pagar 30 pesos por año. Y en 1816J si bien se concede licencia a don Mateo Velarde "para abrir un Café, Fonda pública y Juego de lotería", cvnsiderando que este juego "rinde utilidades conocidas, y en todo caso puede perjudicar al público, se le impone wmo pa­tente "un peso diario desde que principió ... el juego de lotería hasta que cese".

Después, en 1827, la Sala de Representantes dicta una ley sobre patentes, de acuerdo a un proyect o del gobierno, que es interesante por lo que nos ilustra acerca de las actividades eco­nómicas -y los juego~ en nuestra Provincia por entonces. Establece que de las tres clases de patentes que fija , "corres­ponde la 1l,l de ocho pesos, a los molinos, aserraderos, máquinas de moler arroz y establecimientos fijos de curtiembres, tanto en la ciudad como en la campaña" . La 2l,l, de quince pesos, co­rresponde "a las tiendas, canchas, casas de gallos, t anto en la. ciudad como en la ca:mpaña y pulperías fijas y volantes en el campo"; y la 3l,l, de t reinta pesos, "a todo almaoén, tanto de cal­dos como de efectos extranjeros, a los pulperos en la ciudad, cafeteros, y billaristas, así en la ciudad como en la campaña". y dispone, en fin, que "los troperos al salir de la Provincia sa­carán una patente al respecto de dos pesos por carreta.

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A fines de 1846 la Sala de Itepresentantes aprueba articu-los sueltos de un "Reglamento de Aduanas", sornetidos a sii con-sideración por el Gobierno. Y entre elios están: "Art. 153.Aun cuando por ahora está prohibicla la extracción de cahallosy yeguas, cuando ella sea permitida pagarán los potros 4 rea-Ies, los caballos 3 y las yeguas 5... - Art. 116. Por las cargasde fruta seca que vengan de otras provincias para el consumede ésta, se pagará 3 reales por cacla una siendo éste el ünicoderecho que los grave. - Art. 186. Los que •tienen alambiquepara la destila:ción de aguardiente pagarán 15 pesos anuales. -Art. 174. Son libres de todo derecho los costales de comesti-bles o cargas tie lo mismo que vienen de la campaña a la Ca-pital".

Por tiltimo, en julio de 1849, la Sala considera y aprueba unproyecto de ley en esta forma: "Art. 1. Los cueros vacunosy suelas de Salta y Jujuy o de cualesquiera otra Provincia quopasen por ésta pagarán un mediô real por cada uno de derechode tránsito... 39• Por los cueros al pelo que vengan a la Pro-vincia o para curtirse en ésta se pagará un medic, real por cadauno; lo mismo pagarán las suelas... 49• Por las mulas y bu-rros de esta Provincia, en su exportación, y por los que vengande tránsito, se •pagará por Unico derecho dos reales por cabe-za... 59 . Por las mulas y burros nada se pagará en su intro-.ducción a la Provincia.. ." (Se ye, pues, que aquI ya se estima-ban las mulas y los burros)

Derechos de importación. - A principios de 1848 se san-ciona una ley por la cual se establece que todos los efectos ex-tranjeros que no procedan de los puertos de la Repñblica Ar-gentina pagarán en su importación a esta Provincia el 20 %sobre los derechos que les asigne el "Reglamento de Hacienda"del aflo anterior. Y esto se funda, con razón o sin ella, en losonsiderandos siguientes: "1 9, que la introducción de efectos

extranjeros procedentes de Chile o Bolivia ha causado hastaahora un notable den-iérito en los frutos del Pals, por cuantoéstos no se exportan para aquellos destinos; 2 9, que del mismoorigen proviene la afligente escase de moneda metálica quetiene paralizado el comercio; 39, que no es conveniente fomen-tar merados extranjeros habiéndolos en la Reptiiblica super-abundantemente abastecidos para hacer frente a toda clase de

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A fines de 1846 la Sala de ltepresentantes aprueba artícu­los sueltos de un "Reglamento de Aduanas", sometidos a su con­sideración por el Gobierno. Y entre ellos están: "Art. 153. Aun cuando por ahora está prohibida la extracción de caballos y yeguas, cuando ella sea permitida pagarán los potros 4 rea­les, los caballos 3 y las yeguas 5 ... - Art. 116. Por las cargas de fruta seca que vengan de otras provincias para el consumó de ésta, se pagará 3 reales por cada una siendo éste el único derecho que los grave. - Art. 186. Los que "tienen alambique para la destilaiCión de aguardiente pagarán 15 pesos anuales. -Art. 174. Son libres de todo derecho los costales de comestI­bles o cargas de lo mismo que vienen de la campaña a la Ca­pital" .

Por último, en julio de 1849, la Sala considera y aprueba un proyecto de ley en esta forma: "Art. 19 • Los cueros vacunos y suelas de Salta y Jnjuy o de cualesquiera otra Provincia que pasen por ésta pagarán un medio real por cada uno de derecho de tránsito. .. 39• Por los cueros al pelo que vengan a la Pro­vincia o para curtirse en ésta 'se pagará un medio real por cada uno; lo mismo pagarán las suelas... 49. Por las mulas y bu­rros de esta Provincia, en su exportación, y por los que vengan de tránsito, se pagará por único derecho dos reales 'por cabe­za. .. 59. Por las mulas y burros nada se pagará en su intro­ducción a la Provincia ... " (Se ve, pues, que aquí ya se estima­ban las mulas y los burros).

Derechos de importación. - A principios de 1848 se san­ciona una ley por la cual se establece que todos los efectos ex­tranjeros que no procedan de los puertos de la República Ar­gentina pagarán en su importación a esta Provincia el 20 % sobre los derechos que les a:signe el "Reglamento de Hacienda" del año anterior. Y esto se funda, con razón o sin ella, en los considerandos siguientes: "19, que la introducción de ef,ectos extranjeros procedentes de Chile o Bolivia ha causado hasta ahora un notable demérito en los frutos del País, por cuanto éstos no se exportan para aquellos destinos; 29, que del mismo origen ,proviene la afligente escasezl de moneda metálica que tiene paralizado el comercio; 39, que no es conveniente fomen­tar mercados extranjeros habiéndolos en la RepÚ!blica super-) abundantemente abastecidos para hacer frente a toda clase de

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£speculaciones comerciales; 49, que además está en ci bien en-tendido interés del comercio de Tucumán cultivar frecuentemen-te sus relaciones, no con el de Chile o Bolivia, sino con el deBuenos Aires donde está el mercado general de la Confedera-ción Argentina y donde tienen un valioso consurno los productosde esta Provincia". Por lo que se ye, esta ley debió ser inspi-rada por Rosas.

Empréstitos. - El primer empréstito que se hace en Tu-cumán, es uno patriótico, que en 1813 dispone el Cabildo entrlos comerciantes, y ci cual ya mencionamos al principio. E1815, el gobernador Bernabé Aráoz p'ide otro por el mismo e-tilo: "Para subvenir a las atenciones precisas que demanda excutivamente la salvación del Pals, la cantidad de cuatro mpesos con cargo de devoiución en la Capital de Buenos Airmediante los libramientos que se franquearan a los interesadosY asi, desde esos años, comienza la serie de empréstitos, pri-mero patrióticos y después de otra Indole —fuera de las entre-gas forzosas— que soportó pacientemente Tucumán en diferen-tes épocas.

A principios de marzo de 1821 el Poder Legislativo de laRepüblica de Tucumán se dirige a la Corte Primera de Justicia 1) para que haga "efectiva la exacción de ocho a diez mipesos en calidad de empréstito forzoso, para subvenir a las ui-gencias y necesidades püblicas"; y la Corte llego a reunir epocos dIas "la suma total de 7.553 pesos con tres reales". En1829, por ley de la Sala, se reconoce "la deuda de los 17.000pesos que el comercio de esta plaza entregó en cajas para elpago del cargo que formó a la Provincia el General Quir-ga". Por otra icy de 1831 se exige "de los tres conventos Jereligiosos de esta Capital un empréstito de 10.000 pesos en vain-res. . . 4.000 al convento de San Francisco, 4.000 al deSanto Domingo, y 2.000 al de la Merced, pagando anualmentede Ia Caja de la Provincia el interés de un 5 "; se exige"igualmente del Clero en clase de empréstito 1.000 pesos y delos propietarios toclos de in Provincia 2.000 pesos"; y se asienta

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-especulaciones comerciales; 4Q, que además está en el bien en­tendido interés del comercio de Tucumán cultivar frecuentemen­te sus relaciones, no con el de Chile o Bolivia, sino con el de Buenos Aires donde está el mercado general de la Confedera­ción Argentina y donde tienen un valioso consumo los productos de esta Provincia". Por lo que se ve, esta ley debió ser inspi­rada por Rosas.

EmpTéstitos. - El primer empréstito que se hace en Tu­cumán, es uno patTiótico, que en 1813 dispone el Cabildo entre los comerciantes, y el cual ya m-encionamos al principio. En 1815, el gobernador Bernabé Aráoz pide otro por el mismo es­tilo : "Para subvenir a las atenciones precisas que demanda exe­cutivamente la salvación del País, la cantidad de cuatro mil pesos con cargo de devolución en la Capital de Buenos Aires mediante los libramientos que se franquearán a los interesados". y así, desde esos años, comienza la serie de empréstitos, pri­mero patrióticos y después de otra índole -fuera de las entre­gas forzosas- que soportó pacientemente Tucumán en diferen­tes épocas.

A principios de marzo de 1821 el Poder Legislativo de la República de Tucumán se dirige a la Corte Primera de Justi­cia 1 ) para que haga "efectiva la exacción de ocho a diez mil pesos en calidad de empréstito forzoso, para subvenir a las ur­gencias y necesidades públicas"; y la Corte llegó a reunir en pocos días "la suma total de 7.553 pesos con tres reales". En 1829, por ley de la Sala, se reconoce "la deuda de los 17 .000 pesos que el comercio de esta plaza entregó en cajas para el pago del cargo que formó a la Provincia el General Quiro­ga" ... 2) Por otra ley de 1831 se exige "de los tres conventos de religiosos de esta Capital un empréstito de 10.000 p·esos en valo­res ... : 4.000 al convento de San Francisco, 4 . 000 al de Santo Domingo, y 2.000 al de la Merced, pagando anualmente de la Caja de la Provincia el interés de un 5 %"; se exige "igualmente del Clero en clase de empréstito 1.000 pesos y de los ,propietarios todos de la Provincia 2.000 pesos"; y se asienta

1) que I,n hía sllstituído al Cabild o . 2) lbar ra . ele Ran t.iago, que andaba con Quiro¡ra (c ua ndo derrotaron a L .l

Mad r id en El Rincón ) , t ambién exigió ind emn ización ; pero al últ imo s,} con ten t ú con em ha rga r tro pas de ca n etns .

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al final que el monto total de estas cantidades se invertirá "ilenar los compromisos que afectan a la Provincia en virtud delTratado del 31 de Agosto del año pasado y de los peligros deque está amenazada la seguridad del Pals". (Fué cuando seestableció en Córdoba el Gobierno militar del General Paz, bajoel cual se puso Tucumán).

Por fin, en abril de 1840, bajo el gobierno de Piedrabuena,la Sala de Representantes sanciona una ley, que lo autoriza anegociar "un empréstito de 5.000 pesos para el interesante ob-jeto de poner a la Provincia en estado de defensa". (Fué cuan-do el pronanciamieflto contra Rosas) . Y para ello se disponepagar "a los prestamistas el 1 % mensual"; y se asigna "parael pago de la expresada cantidad la masa decimal, deduciendode ella la cuarta de los señores Curas; agregándose que "losprestamistas obtendrán del Gobierno el dIa del remate de dichosdiezmos el endoso a su favor en las mismas escrituras o con-tratos celebrados".

Moneda. - Cuando se hizo el empréstito de 1821 resultóque no toda la plata recaudada fué buena, pues en un acuerdode la Corte de Jusicia se dice que "se habIan encontrado 218pesos con 2 reales de moneda falsa" (los cuales tuvo que repo-nerlos ella). Se ye que habla por entonces circuladores demoneda falsa; porque también en 1823 varios vecinos se que-jan de esto ante el Gobierno, diciendo: "Aqul, lo que se ye esque el tendero, el pulpero, la panadera, escogen de la plata delcomprador la menos mala, y de ésta ya hay muy poca, siendoexcesiva la que un volcán de cobre acuñado con accidente obaflo de plata, que ha reventado casi bajo nuestros pies, arrojapara enriquecerse unos pocos a costa de la ruina de los mu-chos." Y por este, o por otro motivo, en febrero de 1825 sesanciona una ley sobre la total extinción de toda moneda quese llame federal, para el cIrculo de la Provincia; disponiendoque se avise al Poder Ejecutivo para su puntual y debido cum-plimiento.

Presupuestos. En 1827 aparece por iprimera vez una leyde presupuesto general de la Provincia. Se sancion, para eseaño, el 23 de enero. Lleva las siguientes secciones: Gobierno,Ministerio, Representación Provincial, Ad'ministración de Jus-ticia, Departamento de Hacienda, Departamento de Policia e

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al final que el monto total de estas cantidades se invertirá " r llenar los compromisos que afectan a la Provincia en virtud del Tratado del 31 de Agosto del año pasado y de los p-eligro-s de que está amenazada la seguridad del País". (Fué cuando se estableció en Córdoba el Gobierno militar del General Paz, bajo el cual se puso Tucumán) .

Por fin, en abril de 1840, bajo el gobierno de Piedrabuena, la Sala de Representantes sanciona una ley, que lo auto-riza a negociar "un empréstito de 5.000 pesos para el interesante ob­jeto de poner a la Provincia en estado de defensa". (Fué cuan­do el pronunciamiento contra Rosas). y para ello se dispone pagar "a los prestamistas el 1 % mensual"; y se asigna "para el pago de la expresada cantidad la 1nasa decimal, deduciendo de ella la cuarta de los señores Curas; agregándose que "los prestamistas obtendrán del Gobierno el día del remate de dichos diezmos el endoso a su favor en las mismas escrituras o con­tratos celebrados".

Moneda. - Cuando se hizo el empréstito de 1821 resultó que no toda la plata recaudada fué buena, pues en un acuerdo de la Corte de Justicia se dice que "se habían encontrado 218 pesos con 2 reales de moneda falsa" (los cuales tuvo que repo­nerlos ella). Se ve que había por entonces circuladores de moneda falsa; porque también en 1823 varios vecinos se que­jan de esto ante el Gobierno, diciendo: "Aquí, lo que se ve es que el tendero, el pulpero, la panadera, escogen de la plata del comprador la menos mala, y de ésta ya hay muy poca, siendo excesiva la que un volcán de cobre acuñado con accidente o baño de plata, que ha reventado casi bajo nuestros pies, arroja para enriquecerse unos pocos a costa de la ruina de los mu­chos." y por este, o por otro motivo, en febrero de 1825 s,e sanciona una ley sobre la total extinción de toda moneda que se llame federal, para el círculo de la Provincia; disponiendo que se avise al Poder Ejecutivo para su puntual y debido cum­plimiento.

Pres-upuestos. - En 1827 aparece por v'rimera vez una ley de presupuesto general de la Provincia. Se sancion, para ese año, el 23 de enero. Lleva las siguientes secciones: Gobierno, Ministerio, Representación Provincial, Administración de J us­ticia, Departamento de Hacienda, Departamento de Policía e

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Instrucción Péblica. El total del presupuesto asciende a 22.321pesos siendo el item más alto el de la PolicIa, de 5.300 pesos; yluego el del Gobierno, de 5.208 pesos (donde está el sueldo delGobernador, de 3.000 pesos anuales). Después, solo conocemosel presupuesto general de gastos, sancionado por la Legislatura,para el año 1834, cuyo monto asciende a "la cantidad de 31.879pesos", sobrepasando, por tanto, en 9.558 pesos al de 1827.

Industrias. - Por ültimo para terminar, agregando algosobre nuestras industrias en esta época, diremos que en sesio-nes reservadas de 1825 la Sala de Representantes aprueba conalgunas reforrrias un contrato celebrado por el Gobierno conel capitán Andrews (el famoso viajero) como socio y represen-tante de la CompañIa Sud-Americana de Londres, para la "ex-plotación de minas en la Provincia". Y en otra sesión posteriorde la Sala se dice que "quedo establecida una compañia denomi-nada Minera de Tucumán para la explotación de toda clase deminerales existentes en el territorio de la Provincia". Peronada se hizo al final, que nosotros sepamos, sobre esta industriatan interesante para Tucumán.

Sobre la industria azucarera, sin importancia todavia eneste tiempo, diremos que a principios de 1834 la Sala de Repre-sentantes trata un proyecto del Gobierno (de fines del año an-terior) sobre la protección del azticar de la Provincia; sobrelo cual hay discusión, alegando algunos que con ello habriamonopolio; hasta que al fin se aprueba, imponiendo —ademásdel impuesto ordinario— "Un peso por arroba de azticar intro-ducida de afuera"... Y en mayo de 1839 la sala declara, porley, al doctor don José Colombres ciudadano benemérito, comopropulsor de nuestra incipiente industria azucarera, por lo cualexime "por 20 aflos del pago de diezmos su hacienda de cañadulce en la extension de diez cuadras, pudiendo trasmitir esteprivilegio a un tercero afecto a la finca" (donde hoy está laCasa del Obispo Colombres, en el Parque).

Sobre otras industrias tucumanas antiguas, como la curti-d'r1a, la ialabarteria, fabricación de muebles y otras cosas, sehabla en dos leyes de 1834 que sanciona Ia Sala de Representan -tes, relativas a impuestos y patentes (como la ya citada de1827). Una se ref iere a las curtiembres, que son clasificadas entres categorlas, entrando en la 1 4 aquellas que curtIan, de sue-

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Instrucción Pública. El total del presupuesto asciende a 22.321 pesos siendo el item má;s alto el de la Policía, de 5.300 pesos; y luego el del Gobierno, de 5.208 pesos (donde está el sueldo del Gobernador, de 3.000 pesos anuales). Después, sólo conocemos el presupuesto general de gastos, sancionado por la Legislatura, para el año 1834, cuyo monto asciende a "la cantidad de 31.879 pesos", sobrepasando, por tanto, en 9.558 pesos al de 1827.

Industrias. - Por último para terminar, agregando algo sobre nuestras industrias en esta época, diremos que en sesio­nes reservadas de 1825 la Sala de Representantes aprueba con algunas reformas, un contrato celebrado por el Gobierno con el capitán Andrews (el famoso viajero) como ,socio y represen­tante de la Compañía Sud-Americana de Londres, para la "ex­plotación de minas en la Provincia". Y en otra sesión posterior de la Sala se dice que "quedó establecida una compañía denomi­nada Minera de Tuoumán para la explotación de toda clase de minerales existentes en el territorio de la Provincia". Pero nada se hizo al final, que nosotros sepamós, sobre esta industria tan interesante para Tucumán.

Sobre la industria azucarera, sin importancia todavía en este tiempo, diremos que a principios de 1834 la Sala de Repre­sentantes trata un proyecto del Gobierno (de fines del año an­terior) sobre la protección del azúcar de la Provincia; sobre lo cual hay discusión, alegando algunos que con ello habría monopolio; hasta que al fin se aprueba, imponiendo -además del impuesto ordinario- "un peso ;por arroba de azúcar intro­ducida de afuera"... y en mayo de 1839 la sala declara, por ley, al doctor don José Colombres ciudadano benemérito, como propulsor de nuestra incipiente industria azucar er a, por 10 cual exime "por 20 años del pago de diezmos su hacienda de caña dulce en la extensión de diez cuadras, pudiendo t r asmitir este privilegio a un tercero afecto a la finca" (donde hoy est á la Casa del Obispo Colombres, en el Parque) .

Sobre otras industrias tucumanas antiguas, co mo la curti~

a,wia, la talabartería, fabricación de muebles y otras cosas, se habla en dos leyes de 1834 que sanciona la Sala de Representan­tes, relativas a impuestos y patentes (como la ya citada de 1827). Una se refiere a las curtiemb1·es, que son clasificadas en tres categorías, entrando en la 1~. aquellas que curtían, de sue-

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las y becerros, más de 500 piezas por año. Y la otra es de im-puestos sobre manufacturas que se introduzcan en Ia Provinciay perjudiquen las suiyas, coma las de muebles, sombreros, botasy zapatos, ropa hecha y monturas, que pagarIan un 30 por den-to; y sobre los cueros al pelo y curtidos que salgan de la Pro-vincia, los que serIan marchamados (es decir señalaclos o mar-cados).

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ORGANIZACION E INSTITUCIONES

Organizacion colonial. - En la primera década de estaépoca, que es aUn del gobierno colonial, la ciudad de San Mi-guel de Tucumán —con su distrito de campaña— está gober-nada interiormente por el Cabildo, Justicia y Regimiento, susecular institución con funciones administrativas, judiciales ymunicipales. Se componIa de dos alcaldes, UflO de 1 9 y otro de29 voto (para las funciones judiciales) ; y de cuatro regidores:el fiel ejecutor, al alcalde mayor provincial, el regidor veinti-cuatro y el alguacil mayor. Autoridad inmediata era el procu-iador general de la ciudad (llamado después sIndico procura-dor) Luego estaba un defensor de menores y pobres en locivil y criminal, y un fiscal en esto Ultimo. HabIa, par fin,tres alcaldes de barrio correspond ientes a los tres cuarteles enque se dividIa la ciudad (después fueron cuatro) Y para lacampaña habIa ocho alcaldes de hermandad (para reprimir losdelitos y excesos del campo) dos del curato rectoral y uno paracada curato o partido rural, que eran 6. Y en cuanto a la elecciónde estas autoridades, diremos que era hecha cada aflo par loscabildantes salientes, que par votación elegIan a los nuevos al-caldes, regidores y demás "oficios concejiles", y otros funcio-narios menores como el tasador de costas y el mayordomo depropios; hecha esta elección la elevaban al gobernador-intendente, de Salta, para su aprobación. Luego, venia el juramento yrecepción de las nuevas autoridades, que desde 1803 se hacIa el1 9 de enero de cada año.

De estas autoridades, en 1802 desaparece el regidor algua-cil mayor; en 1803 el fiscal, y en 1805 —por resolución del Vi-

lO" M. L 1 Z O N D O 13 O R D A

las y becerros, más de 500 piezas 'p-or año. Y la otra es de im­puestos sobre manufacturas que se introduzcan en la Provincia y pe'rjudiquen las SUJyas, como las de muebles, sombreros, botas y zapatos, ropa hecha y monturas, que pagarían un 30 por cien­to; y sobre los cueros al pelo y curtidos que salgan de la Pro­vincia, los que serían marchamados (es decir señalados o mar­cados) .

3

ORGANIZACION E INSTITUCIONES

O'rganización colonial. En la primera década de esta época, que es aún del gobierno colonial, la ciudad de San Mi­guel de Tucumán -con su distrito de campaña- está gober­nada interiormente por el Cabildo, Justicia y Regimiento, su secular institución con funciones administrativas, judiciales y municipales. Se componía de dos alcaldes, uno de 19 y otro de 29 voto (para las funciones judiciales); y de cuatro regidores: el fiel ejecutor, al alcalde mayor provincial, el regidor veinti­cuatro y el alguacil mayor. Autoridad inmediata era el procu­rador general de la ciudad (llamado después síndico procura­dor). Luego estaba un defensor de menores y pobres en lo civil y criminal, y un fiscal en esto último. Había, por fin, tres alcaldes de barrio correspondientes a los tres cuarteles en que se dividía la ciudad (después fueron cuatro). y para la campaña había ocho alcaldes de hermandad (para reprimir los delitos y excesos del campo) : dos del curato rectoral y uno para cada curato o partido rural, que eran 6. Y en cuanto a la elección de estas autoridades, diremos que era hecha cada año por los cabildantes salientes, que por votación elegían a los nuevos al­caldes, regidores y demás "oficios concejiles", y otros fundo­naríos menores como el tasador de costas y el mayordomo de prop'ios; hecha esta elección la elevaban al gobernador-intenden­te, de Salta, para su aprobación. Luego, venía el .i uramento y

recepción de las nuevas autoridades, que desde 1803 se hacía el 19 de enero de cada año.

De estas autoridades, en 1802 desaparece el regidor algua­cil mayor; en 1803 el fiscal, y en 1805 -por resolución del Vi-

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BI1EV1-: 11 HTOBIA DEE I [M.\ y101

rrey—, los dos alcaldes de hermandad del curato rectoral. Yen 1803 aparece un cargo independiente, antes ejercido por uncabildante: el alferez real, encargado de enarbolar en las fies-tas el estandarte del rey (el cual más adelante se llamará "al-ferez de la patria"). Y estas autoridades aün después de la Re-volución y la Independencia, coritinüan como antes, salvo estasvariantes: que desde 1811, los regidores ya son cinco, porqueestán en Ia categorIa de tales el defensor de menores y pobresy el alférez real; y que el sIndico procurador de la ciudad lievael titulo de caballero y tiene la facultad de presenciar las elec-ciones de cada aflo y opinar sobre ellas.

Organizacion pro pia. - Comunicada a Tucumán la insta-lación en Buenos Aires de la Junta Provisional de Mayo, comogobierno propio en lugar del Virrey, nuestro Cabildo ejerce yafunciones politicas, como cuerpo representante del pueblo y rea-liza dos reuniones extraordinarias, con Ia asistencia de los ye-cmos más distinguidos de la ciudad: una el 11 de junio (de1810) en la que, antes de dar el reconocimiento pedido por aque-ha Junta, resuelve consultar al gobernador intendente de Salta,del cual Tucumán dependIa; y Ia otra, el 25 de ese mes, en cuyoacuerdo prevalece el criterio del doctor Nicolás Laguna, sobre"que se difiriese la resolución principal sobre el sistema de go-bierno" de la Junta, "hasta que la ciudad, villas y lugares deesta jurisdiccjón se reünan fisica o moral, o legalmente, es de-cir todas las clases". . . Después de lo cual, y ante la contesta-ción del Gobierno de Salta, p'resta su reconocimiento a la JuntaProvisional y con el vecindario elige el diputado pedido tambiénpor aquélla.

Con la creación de juntas provinciales que hizo la SuperiorGubernativa (en febrero de 1811), Tucumán tuvo su juntasubctlterna de gobierno (subalterna de Ia principal, establecidaen Salta como Capital) . Lo que trajo conflictos de ella con elCabildo, el cual la vió como una intrusa; mas, por suerte, dichajunta no duró, pues en seguida fué suprimida su creación. Yen su lugar el Superior Gobierno nombró teniente de goberna-dor para la ciudad de Tucumán (que fué don Clemente Zava-leta), al cual reciben en fbrero de 1812 el Cabildo con el cleroY vecinos más calificados. Y creada en 1814 la Provincia delTucumãn, y nombrado su primer gobernador intendente (Do:'.

BREVE III ST ORIA DE TU 1nL\¡.;f IOI

rrey-, los dos alcaldes de hel'mandad del curato rectoral. Y en 1803 aparece un cargo independiente, antes ejercido por un cabildante: el alferez real, encargado de enarbolar en las fies­tas el estandarte del rey (el cual más adelante se llamará "al­ferez de la patria"). Y estas autoridades aún después de la Re­volución y la Independencia, continúan como antes, salvo estas variantes: que desde 1811, los regidores ya son cinco, porque están en la categoría de tales el defensor de menores y pobres y el alférez real; y que el síndico procurador de la ciudad lleva el título de caballero y tiene la facultad de .presenciar las elec­ciones de cada año y opinar sobre ellas.

Organización propia. - Comunicada a Tucumán la insta­lación en Buenos Aires de la Junta Provisional de Mayo, como gobierno propio en lugar del Virrey, nuestro Cabildo ejerce ya funciones políticas, como cuerpo representante del pueblo y rea­liza dos reuniones extraordinarias, con la asistencia de los ve­cinos más distinguidos de la ciudad: una el 11 de junio (de 1810) en la que, antes de dar el reconocimiento pedido por aque­lla Junta, resuelve consultar al gobernador intendente de Salta, del cual Tucumán dependía; y la otra, el 25 de ese mes, en cuyo acuerdo prevalece el criterio del doctor Nicolás Laguna, sobre "que se difiriese la resolución principal sobre el sistema de go­bierno" de la Junta, "hasta que la ciudad, villas y lugares de esta jurisdicción se reúnan f ísica o moral, o legalmente, es de­cir todas las clases" . .. Después de lo cual, y ante la contesta­ción del Gobierno de Salta, v·resta su reconocimiento a la Junta Provisional y con el vecindario elige el diputado pedido también por aquélla.

Con la creación de juntas provinciales que hizo la Superior Gubernativa (en febr ero de 1811), Tucumán. tuvo su j unta subalterna de gobierno (subalt erna de la principal, est ablecida en Salta como Capital). Lo que trajo conflictos de ella con el Cabildo, el cual la vió como una intrusa ; mas, por suerte, dicha j unta no duró, pues en seguida fué suprimida su creación. Y en su lugar el Superior Gobierno nombró teniente de goberna­dor para la ciudad de Tucumán (que f ué don Clemente Zava­leta ) , al cual reciben en fabrer o de 1812 el Cabildo con el clero y vecinos más calif icados . Y creada en 1814 la Provincia del Tucumán, y nombrado su primer gobernador intendente (Don

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Bernabé Aráoz), éste presta juramento ante el Cabildo el 1 9 dediciembre de ese aiio: y con él se inicia la serie de Goberna-dores de esta nueva Provincia.

Organizacion indepencliente. - Ante la disolución del Con-greso General y la renuncia del Diretor Supremo, en febrerode 1820 al quedar las provincias en libertad de acción, el go-bernador de Tucumán, Aráoz, dispone que el Cabildo de Tucu-man y los de Catamarca y Santiago (que formaban la Provin -cia) hicieran nombrar popularmente electores de diputados, pa-ra que, reunidos éstos, fijasen "el destino provisorio que debIaregirnos". Y asI lo hace nuestro Cabildo, al fin de elegir "dosrepresentantes por el pueblo y la campana, con poderes ampliospara tratar y resolver, y en union con los que deben despacharlos pueblos de Santiago y Catamarca, todo cuanto conduzca ala felicidad, orden y arreglo de esta Provincia hasta Ia reuniondel Congreso".. . Realizada la elección, el 17 de mayo (del 20)los diputados electos de Tucumán y Catamarca (pues ya se ha-bla separado Santiago) se reOnen en nuestra ciudad "a efecto deinugurar y poner en ejercicio la Representacjón de la Provin-cia Federal y formar la Constitución que debIa regirla en losucesivo". Y el 19 de ese mes dicho Cuerpo, que se llama tam-bién "Congreso de la Provincia de Tucumán", crea un PoderEjecutivo Supremo; y el 20 elige Presidente del mismo al co-ronel mayor don Bernabé Aráoz, "con el trataniiento de Exce-lencia". Después, en 6 de setiembre, sanciona la ConstituciOn,la primera que tuvo Tucumán en esta época.

La Constitución del año 20. - El texto de esta Constitu-ción estuvo perdido mucho tiempo hasta su hallazgo y reimpre-sión facsimilar en 1930. Y a su desconocimiento fué debido elalcance polItivo equivocado que se dió a la RepIthlica de Tucu-man, que ella creaba. Porque si bien es cierto que por ella sedeclara a la Provincia de Tucumán "una RepOblica libre e in-dependiente", esto es en el sentido de pueblo o comunidad, o seacasi en el mismo sentido que entendIan los cabildantes del sigloXVIII, al hablar del "pro y bien de la RepOblica". Tan es asIque en la Constitución, con excepción de dos veces, no vuelvea figurar lo de "Repciblica": en cambio siempre se dice "Pro-vincia".

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Bernabé Aráoz), éste presta juramento ante el Cabildo el 1 Q de diciembre de ese año: y con él se inicia la serie de Goberna­dores de esta nueva Provincia .

Organización independiente. - Ante la disolución del Con­greso General y la renuncia del Dirctor SU'P'remo, en febrero de 1820 al quedar las provincias en libertad de acción, el go­bernador de Tucumán, Aráoz, dispone que el Cabildo de Tucu­mán y los de Catamarca y Santiago (que formaban la Provin­cia) hicieran nombrar popularmente electores de diputados, pa­ra que, reunidos éstos, fijasen "el destino provisorio que debía regirnos". Y así lo hace nuestro Cabildo, al fin de elegir "dos representantes por el pueblo y la campaña, con poderes amplios para tratar y resolver, y en unión con los que deben despachar los pueblos de Santiago y Catamar,ca, todo cuanto conduzca a la felicidad, orden y arreglo de esta Provincia hasta la reunión del Congreso"... Realizada la elección, el 17 de mayo (del 20) los diputados electos de Tucumán y Catamarca (pues ya se ha­bía separado Santiago) se reúnen en nuestra ciudad "a efecto de inugurar y poner en ejercicio la Representación de la Provin­cia Federal y formar la Constitución que debía regirla en lo sucesivo". Y el 19 de ese mes dicho Cuerpo, que se llama tam­bién "Congreso de la Provincia de Tucumán", crea un Poder Ejecutivo Supremo; y el 20 elige Presidente del mismo al co­ronel mayor don Bernabé Aráoz, "con el tratamiento de Exce­lencia". Después, en 6 de setiembre, sanciona la Constitución, la primera que tuvo Tucumán en esta época.

La Constitución del año 20. - El texto de esta Constitu­ción estuvo perdido mucho tiempo hasta su hallazgo y reimpre­sión facsimilar en 1930. Y a su desconocimiento fué debido el alcance polítivo equivocado que se dió a la República de Tucu.­mán, que ella creaba. Porque si bien es cierto que por ella se declara a la Provincia de Tucumán "una República libre e in­dependiente", esto es en el sentido de pueblo o comunidad, o sea casi en el mismo sentido que entendían los cabildantes del siglo XVIII, al hablar del "pro y bien de la República". Tan es así que en la Constitución, con excepción de dos veces, no vuelve a figurar lo de "República": en cambio siempre se dice "Pro­vincia" .

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Por dicha Constitución se crea un Pocler Legislativo; peroéste será un simple "Congreso Provincial compuesto de un di-putado del fuero comn por cada pueblo, y un eclesiástico queiiombrará la Representación de la Provincia". El Poder Eje-cutivo es ejercido por un "Presidente Supremo"; pero éste, enel hecho, no es más que el gobernador de una iprovincia federal,que solo puede hacer pactos "con las demás provincias, siempreque no estén en oposición con los generales de la Nación". ComoPoder Judicial se establece una Alta Corte de Justicia, "corn-puesta de tres jueces y un fiscal de lo civil y criminal"; y una"Corte Primera de Justicia" en lugar de los Cabildos, que que-dan "suprirnidos o enteramente abolidos". Pero los Magistra-dos de esta Corte Primera de Justicia no son más que los al-

+ caldes y regidores antiguos, mal disfrazados con los nombresde "primero y segundo ministros ordinarios de Justicia", deSIndico promotor de los derechos del pueblo, de ministro fiel exe-cutor, de ministro de policIa y ministro defensor de menores ypobres. Tan es asI que, constituIda esta Corte, sigue actuandoexactamente como el viejo Cabildo, en su Sala de Acuerdos; esto esresolviendo sobre alumbrado, pulperIas, abastos de came y otrasmunicipales menudencias...

El proyecto constitucional de 1835. - Después de esta Cons-tituciOn, que apenas dura un año y que fué para una comunidaddo dos pueblos o provincias, en esta época no hubo más que unintento de organización constitucional de Tucumán: el proyectode Constitución, del cual la Sala de Representantes (bajo el go-bierno de Heredia) sOlo llegó a sanionar, entre el 19 de eneroy el 6 de marzo de 1835, sus primeros 33 artIculos, correspon-dientes a Declaraciones generales, a la Ciudadanla y al PoderLegislativo. Por el Art. 1 9 se declara que: "La Provincia de Tu-cumán tiene derechos exclusivos e inalienables de gobernarse asI misma en lo perteneciente a su regimen interior, como un Es-tado libre e indeperidiente y ejercerá por sI todo pocler, jurisdic-ciOn y derecho hasta que el futuro Congreso General de todas lasProvincias de la Repdbiica sancione y declare la forma de Go-bierno quc deba regirla". Declaración importante, pero peligro-sa la tiranIa de Rosas.

Otra declaración de este proyecto de constitución es que enlugar del Art. 30, se ponen los dos de la Ley de 1825 sobre religion

BREVE HISTORIA DE TUaUMA~ 103

Por dicha Constitución se crea un Poder Legislativo.. pero éste será un simple "Congreso Provincial compuesto de un di­putado del fuero común por cada pueblo, y un eclesiástico que nombrará la Representación de la Provincia". El Poder Eje­cutivo es ejercido por un "Presidente Supremo"; pero éste, en , el hecho, no es más que el gobernador de una ,provincia federal, que sólo puede hacer pactos "con las demás provincias, siempre que no estén en oposición con los generales de la N ación". Como Poder Judicial se establece una Alta Corte de Justicia, "com­puesta de tres jueces y un fiscal de lo civil y criminal"; y una "Corte Primera de Justicia" en lugar de los Cabildos, que que­dan "suprimidos o enteramente abolidos". Pero los Magistra­dos de esta Corte Primera de Justicia no son más que los al­caldes y regidores antiguos, mal disfrazados con los nombres

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de '·primero y segundo ministros ordinarios de Justicia", de Síndico promotor de los derechos del pueblo, de ministro fiel exe­cutor, de ministro de policía y ministro defensor de menores y pobres. Tan es así que, constituída esta Corte, sigue actuando exactamente como el viejo Cabildo, en su Sala de Acuerdos; esto es resolviendo sobre alumbrado, pulperías, abastos de carne y otras municipales menudencias ...

El proy~cto constitucional de 1835. - Después de esta Cons­titución, que apenas dura un año y que fué para una comunidad de dos pueblos o provincias, en esta época no hubo más que un intento de organización constitucional de Tucumán: el proyecto

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de Constitución, del cual la Sala de Representantes (bajo el go-bierno de Heredia) sólo llegó a san<tionar, entre e.l 19 de enero y ell 6 de marzo de 1835, sus primeros 33 artículos, correspon­o'ientes a Declaraciones generales, a la Ciudadanía y al Pode·r Legislativo. Por el Art. 19 se declara que: "La Provincia de Tu­cumán tiene derechos exclusivos e inalienables de gobernarse a f,í misma en lo perteneciente a su régimen interior, como un Es­tado iibre e independiente y ejercerá por sí todo poder, jurisdic­ción y derecho hasta que el futuro Congreso General de todas las Provincias de la RepúbiUca sancione y declare la forma de Go­bierno que deba regirla". Declaración importante, pero peligrc­M bajo la tiranía de Rosas.

Otra declaración de este proyecto de constitución es que en lugar del Art. 39, se ponen los dos de la Ley de 1825 sobre religión

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pero luego se suprime el que prohibIa la libertad de concienciay toierancia de cultos. Y después se declara: "Art . 8 9 El Gobiernotic la Provincia del Tucumán es popular representatjvo Art. 90

La soberanla del pueblo reside originariamente en el mismo; yu ejercicio es delegado en los tres altos Poderes, Legislativo,

Ejecutivo y Judicial. Art. 10. Cada Poder ejercerá por silas atri-buciones que le seflala esta Constitución, sin excederse en suslIrnites respectivos".

Sobre la ciudwrknIa, el art 69 dispone: "Los ciudadanos deIa Provincia son naturales o legales: son naturales todos loshombres libres nacidos en su territorio; son legales: 1, los hijosde éstos en cualesquiera parte que nazean, los que entrarán enel ejercicio de la ciudadanla desde el acto de pisar la Provinciacon ánimo de permanecer en ella; 29, los hijos de las demás pro-vincias que componen el territorio de la Reptiblica.. . 39, los ex-tranjeros que han combatido y combatieron en los ejércitos yarmadas de la Repitb1ica; 49, los extranjeros casaclos con hijasdel Pais, que profesen alguna ciencia, arte, o industria, o poseanagtin capital en giro o propiedad raIz. . ." etc. Luego se danIns circunstancias en que Ia ciudadania se suspende o se pierde.

Cuanto al PoZ'er Legislativo, los artIculos sancionados deeste proyecto de Constitución establecen: 'Art. 11. El Congresotie Representantes se compondrá de diputados elegidos directa-incnte por los departamentos que componen la Provincia. .. Art.13. Tendrán voz activa en las elecciones de Representantes todosIts ciudadanos expeditos en el ejercicio de sus derechos. . . 17.Es de competencia del Congreso de Representantes: 1 9, tener ex-ciusivarnente la iniciativa en la imposición de contribuciones ydrrechos indispensables para ocurrir a los gastos del Estado...20, el orden exciusivo de acusar al Gobernador de la Provinciay sus ministros, y a ley del Superior Tribunal de Justicia, pordelitos de traición, concusión, malversación o dilapidación delErario ptiblico, violación de la Constitucióri, principalmente conrespecto a los derechos primarios de los ciudadanos y otros cr1-nienes que merezcan pena infamante o de mue.rie... ", etc.

aquI, en lo más importante, concluye lo que fué sancionado deeta Constitución; sobre la cual diremos que fue calcada en granparte sobre la nacional de 1826 y que quedó inconclusa y no rigió.

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pero luego se suprime el que prohibía la libertad de conciencia y tolerancia de cultos. Y después se declara: "Art. 89 El Gobierno de la Provincia del Tucumán es popular representativo. Art. 99

La soberanía del pueblo reside originariamente en el mismo; y bU ejercicio es dei~egado en los tres altos Poderes, Legislativo. Ejecutivo y Judicial. Art. 10. Cada Poder ejercerá por sí las atri­buciones que le señala esta Constitución, sin excederse en sus limites respectivos".

Sobre la ciudadunía, el art 69 dispone: "Los ciudadanos de la Provincia son naturales o legales: son naturales todos los hombres libres nacidos en su territorio; son legales: 19, los hijos de éstos en cualesquiera parte que nazcan, los que entrarán en el ejercicio de la ciudadanía desde al acto de pisar la Provincia con ánimo de permanecer en ella; 29, los hijos de las demás pro­vincias que componen el territorio de la República. . . 39, los ex­tranjeros que han combatido y combatieron en los ejércitos y armadas de la República; 49, los extranjeros casados con hijas del País, que profesen alguna ciencia, arte, o industria, o posean

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a~gún capital en giro o propiedad raíz ... " etc. Luego se dan las circunstancias en que la <Ciudadanía se suspende o se pierde.

Cuanto al Po;1.3r Legislativo, los artículos sancionados de este proyecto de Constitución establecen: "Art. 11. El Congreso de Representantes se compondrá de diputados elegidos directa­mente por los departamentos que componen la Provincia. " Art. 13. Tendrán voz activa en las' elecciones de Representantes todos ks ciudadanos expeditos en el ejercicio de sus derechos ... 17.

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Es de competencia del Congreso de Representantes: 19, tener ex-clusivamente la iniciativa en la imposición de contri.buciones y

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drrechos indispensables para ocurrir a los gastos del Estado ... ; 29, el orden exclusivo de acusar al Gobernador de la Provincia y sus ministros, y a ley del Superior Tribunal de Justicia, por ~e1itos de traición, concusión, malversación o dilapidación del Erario público, violación de ¡la Constitución, principalmente con respecto a los derechos' primar~os de los ciudadanos y otros crí­menes que merezcan pena infamante o de muerte ... ", etc. y aquí, en 10 más importante, concluye 10 que fué sancionado de e:sta Constitución; sobre la 'Cual diremos que fue calcada en gran parte sobre la nacional de 1826 y que quedó inconclusa y no rigió.

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El Poder Legislativo moderno. - Nuestro Cabildo, estuvohaciendo como de Cuerpo representatj,o de in Provineja en Va-iias circunstancias, desde 1810 hasta 1820: fecha, esta 61tima,en que la Constjtucjón de. la Repáblica de Tucumán crea, por pri-incra vez el Poder Legisla.tivo. Cierto es que éste caduca con IaConstitucjón en el 21; pero al año siguiente, vista su necesidadp'r el Gobierno debió disponer su formación otra vez ya con sudcsignación conocida de Sala de Representantes, compuesta decliputados solamente: porque ésta, segün un documento, apareceiristalada desde el 30 de abril (1822). Y asI, desde entonces, conel funcionamjento de este Poder —que ya no cesa—, puede de-C; rse que empieza una nueva era en la historia institucjonai deTucuman; pues de él emarlan en seguida disposjcjones legales yde otro orden que comienzan a cambiar notoriamente la faz de]as irlstjtucjones tucumanas Y una de las primeras, fué la deresolver (Como en Buenos Aires) en marzo de 1824, Ia extincióndel Cabildo; considerando que, como "Cuerpo Municipal era in-significante y sin objeto a quien consagrar sus funciones por ha-berse ci Gobierno reasumido Ia alta y baja policIa". Con lo cualdesaparece ci Ayuntamjento o Cabildo colonial, después de habercumplido dignamente su histórica misión. Pero una cosa era queci Cabildo cesase en sus funciones j udiciales y más en ]as polIticas que llego a tener en el pasado; y otra suprimirlo totaimente:lo cual fué un error como ya lo hiciera notar alguna vez nuestroeminente Alberdj

El Poder Judicial. - Sobre este Poder, en diciembre de 1823Ia nueva Sala de Representantes considera y aprueba un pro-yecto de formación de. tribunales "para la adminjstracjón deJusticia, que al Paso de salvar los derechos de los cudadanos Joslihre de la arbitrarjedad e injustieja" Y entre los articulos prin-cipales que sanciona están: que "la Aizada') de la Provincia Iafrrmarán tres vecirios nombrados por ci Gobierno con notjcia yconsentimicilto de la Sala de Representantes, señalándoles unAsesor Letrado"; que 'dc la Alzada de Ia Provincia se apelaráE -11 Ciltimo grado al Tribunal Superior de Justicia"; y que "for-marán este Tribunal el Gobernador de la Provincia y dos mdi-viduos" de una lista presentada por las partes. Por su lado el 30

1) 0 Tribunal Inferior, del eual so puede ape1r.

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El Poder Legislativo modet"no. - Nuestro Cabildo, estuvo haciendo como de Cuerpo representativo de :la Provincia en va­rias circunstancias, desde 1810 hasta 1820: feoha, esta última. en que la Constitución de la República de Tucumán crea, por pri-I

mera vez el Poder Legislativo. Cierto es que éste caduca con la Constitución en el 21; pero al año siguiente, vista su necesidad pr,r el Gobierno debió disponer su formación otra vez ya con su ciesignación conocida de Sala de Representantes, compuesta de diputados solamente: porque ésta, según un documento, aparece instalada desde el 30 de abril (1822). Y así, desde entonces, con el funcionamiento de este Poder - que ya no cesa-, puede de­cirse que empieza una nueva era en la historia instituciona;l de Tucumán; pues de él emanan en seguida disposiciones legales y de otro orden que comienzan a cambiar notoriamente la faz de las instituciones tucumanas. Y una de las primeras, fué la de resolver (como en Buenos Aires) en marzo de 1824, la extinción del Cabildo: considerando que, como "Cuerpo Municipal era in­significante y sin objeto a quien consagrar sus funciones por ha­berse el Gobierno reasumido la alta y baja poHcía". Con lo cual desaparece el Ayuntamiento o Cabildo colonial, después de haber cumplido dignamente su histórica misión. Pero una cosa era que el Cabildo cesase en sus funciones judiciales y más en las polí­ticas que llegó a tener en el pasado; y otra suprimir:lo totalmente: lo cual fué un error como ya 10 hiciera notar alguna vez nuestro I

eminente Alberdi. El Poder Judicial. - Sobre este Poder, en diciembre de 1823

la nueva Sala de Representantes considera y aprueba un pro­yecto de formación de tribunales "para la administración de Justicia, que al paso de salvar ·los derechos de los ciudadanos los líbre de la arbitrariedad e injusticia". Y entre los artículos prin­cipales que sanciona están: que "la Alzada1 ) de la Provincia la f0rmarán tres vecinos' nombrados por el Gobierno con noticia y consentimiento de la Sala de Representantes, señalándoles un Asesor Letrado" ; que "de Ila Alzada de la Provincia se apelará en último grado al Tribunal Superior de Justicia" ; y que "for­marán este Tribunal el Gobernador de la Provincia y dos indi­viduos" de una lista presentada por las partes. Por su lado el 30

1) O Tribunal Inferior, del cual se puede apebr.

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de ese mes, el gobernador doctor Nicolás Laguna dicta un deere-to sobre lo mismo, en el cual se dice: "De la sentencia de un Al-calde se apelará ante otro, y asI viceversa y ésta será la Alzadade la Provincia, que se arreglará a las Leyes de Partida y Cas-tilla y práctica. . .". Como se ye, los jueces ordinarios todavia.e Haman aicaldes; pero poco después serán simplemente "juecesde primera instancia". Después, a principios de 1825, la Salade Representantes empieza a considerar un "Reglamento de Jus-ticia", del cual sanciona un tItulo que dice: 'Poder Judicial.Art. 1. El Poder Judicial reside originariamente en la Provincia... 29 . No tendrá dependencia del Poder Legislativo ni delExecutivo. .". Y otro que trata "del Juez del Crimen", cargocreado con anterioridad. Con todo lo cual, queda también organizado, ya en forma moderna, el Poder Judicial de Tucumán.

En 1835, bajo el gobierno de Heredia, se hacen algunas mo-duficaciones en la organización de la Justicia. Primero la Salacia Representantes sanciona un proyecto del Ejecutivo, que su-prime el Juzgado del Crimen y dispone que "los jueces de 1 4 y 2nominación de la ciudad conocerán indistintamente en lo civil ycriminal". Luego aprueba otro que autoriza al Poder Ejecutivopara que forme un Tribunal de Aizada y un Supremo Tribunalcon estas bases principales: que el Juez de Aizada tendrIa "lacalidad de letrado" y despacharla "por si solo las apelacionesque se interpongan en lo civil y criminal de las sentencias defi-riitivas e interlocutorias dobles o simples, de los jueces de 19,instancia. . .". Y al fin resuelve la creación del Supremo Tri-bunal en esta forma: "Art. 1. Habrá un Presidente con las mis-mas calidades que se exigen para el Juez de Alzada. .. Art. 30y 49• El Tribunal se formará "con 'los alcaldes" (o jueces de la

y 24 instancia). Art. 10. "El Superior Tribunal reconsiderarálos' autos en grado de revista en los casos que por las leyes gene-rales tenga lugar este grado".

Diremos, por ültimo, que en marzo de 1840, cuando gober-naba Piedrabuena, la Sala de Representantes sanciona una leyde procedimientos y organización de la justicia. Habla especial-rnentee la Cámara de Justicia, compuesta de un Presidente--Letrado— y dos vocales o conjueces; y dice que ella "es el Tri-bunal Superior y sus atribuciones son las de las Aud'iencias ex-

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d.E ese mes, el gobernador doctor NicoláS' Laguna dicta un decre­to sobre lo mismo, en el 'Cual se dice: "De la sentencia! de un Al­calde se apelará ante otro, y así viceversa y ésta será la Alzada de la Provincia, que se arreglará a las Leyes de Partida y Cas­tilla y práctica ... ". Como se ve, los jueces ordinarios todavía 6e llaman alcaldes; pero poco después serán simpleme.nte "jueces ae primera instancia". Después, a principios de 1825, la Sala 00 Representantes empieza a considerar un "Reglamento de Jus­ticia", del cual sanciona un título que dice: "Poder Judkial. Art. 1<>. El Poder Judicial reside ori.ginariamente en la Provin., cia ... 2<>. No tendrá dependencia del Poder Legislativo ni del Executivo ... ". y otro que trata "del Juez del Crimen", cargo creado con anterioridad. Con todo lo cual, queda también orga­nizado, ya en forma moderna, el Poder Judicial de Tucumán.

En 1835, bajo el gobierno de Heredia, se hacen algunas mo­dificaciones en la organizaJción de la Justicia. Primero la Sala de Representantes sanciona un proyecto del Ejecutivo, que su­prime el Juzgado del Crimen y dispone que "los jueces de 11}. y 21}.

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nominación de la ciudad conocerán indistintamente en lo civil y criminal". Luego aprueba otro que autoriza al Poder Ejecutivo pnra que forme. un Tribunal de Alzada y un Supremo Tribunal con estas bases principales: que el Juez de Alzada tendría "la cd.lidad de letrado" y despacharía "por sí solo las apelaciones que se interpongan en lo civill y criminal de las sentencias defli­n!~ivas e interlocutorias dobles o simples, de los' jueces de 11}. , instancia ... ". y al fin resuelve la creación del Supremo Tri-bunal en esta forma: "Art. 1<>. Habrá un Presidente con las mis­mas calidades que se exigen para el Juez de Alzada. " Art. 3<> y 4<>. El Tribunal se formará "con Ilos alcaldes" (o jueces de 11}. y 21}. instancia). Art. 10. "El Superior Tribunal reconsiderará loS' autos en grado de revista en los 'casos que por las leyes gene­rales tenga lugar este grado".

Diremos, por último, que en marzo de 1840, cuando gober­naba Piedrabuena, la Sala de Representantes sanciona una ley , de procedimientos y organización de la justicia. Habla especiaJ-mente e la Cámara de Justicia, compuesta de un Presidente -- Letrado- y dos vocales o conjueces; y dice que ella "es el Tri­bunal Superior y sus atribuciones son las' de las Audiencias ex-

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tinguidas en lo que sean adaptables". Luego dispone sobre,as atribuciones del Presidente de la Cámara. Y al final prescribeque la Cámara "hard indefectiblemente cada mes visita de car-ccl, fuera de las visitas de Pascua de Navidad y Resurrección ylas del 24 de Mayo, 8 de Julio y 23 de Septiembre que serán ge-ncrales, porque deberán concurrir a ellas todos los jueces, algua-ci!es, escribanos y abogados de pobres encarcelados; (y) que elGobernador de la Provincia coricurrirá a estas visitas y presi-dirá el acto, siempre, que sus ocupaciones se lo permitan".

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PROGRESO Y CULTURA

Instrucción pi'thlica. - El Cabildo de San Miguel de Tucu-man, desde antes de la Revolución, demostró su preocupación porel establecimiento de escuelas para la educación de los nnos yjóvenes de nuestra ciudad. AsI en 1806, su sIndico procuradorpide que, "por cuanto tenIa noticia que ci Colegio de Jos Je3uitas,expuisos de esta ciudad, se donó a los Reverendos Padres dela Religion Franciscana, que hoy habitan en él, con el cargo dernantener escuelas püblicas para la instrucción y mejor educa-ciOn de la juventud, —que se le these vista del expediente que sehailare formado sobre este particular, para promover las accio-nes correspondientes. . ." Y ci Cabildo le da dicha vista.

Después, en julio de 1813 considera ci Cabildo un oficio delgeneral Beigrano (datado en Jujuy) haciendo saber que el pro-mio de 40.000 pesos que le habIa acordado la SoberanA Asam-blea, él lo distribuIa para cuatro escuelas, una en esta ciudad, afin de 'que con el rédito de diez mil pesos que a cada una co-rrcsponde se estableciese una escuela de enseflar a leer, a escri-bir y contar: la gramática casteilana, los fundamentos de nuestraReligion Cristiana por ci Catecismo de Astete, Fleuri y el corn-pendio de Pouget; los primeros rudimentos sobre ci origen y ciobjeto de la sociedad, los derechos del hombre, en ésta y sus obli-gaciones hacia ella y el gobierno que la rige": todo bajo el ordeny método prescripto en el Reglamento que también remitIa. Y loscabildantes aplauden "tan piadosa determinación que presenta

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tingUldas en lo que sean adaptables". Luego dispone sobre las atribuciones del Presidente de la Cámara. Y al final] prescribe que la Cámara "hará indefectiblemente 'cada mes visita de cár-, c81, fuera de las visitas de Pascua de Navidad y Resurrección y las' del 24 de Mayo, 8 de Julio y 23 de Septiembre que serán ge­nerales, po·rque deberán concurrir a ellas todos los jueces, algua­ci~es, escribanos y abogados de pobres encarcelados; (y) que el Gobernador de la Provincia concurrirá a estas visitas y presi­dirá el acto, siempre que sus ocupalCiones se lo permitan".

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PROGRESO Y CULTURA

Instrucción púbLica. - El Cabildo de San Miguel de Tucu-I

m{m, desde antes de la Revolución, demostró su preocupación por el establecimiento de escuelas para la educación de los niños y jóvenes de nuestra ciudad. Así en 1806, su síndico procurador l'ide que, "por cuanto tenía noticia que el Colegio de los J esuitai3, cxpq180S de esta ciudad, se donó a los Reverendos Padres de la Religión Franciscana, que hoy habitan en él, con e.I cargo de mantener escuelas públicas para la instrucción y mejor educa­ción de la juventud, -que se le diese vista del expediente que se hallare formado sobre este particular, para promover las accio­nes correspondientes ... " y el Cabildo le da dicha vista.

Después, en julio de 1813 'Considera el Cabildo un oficio del genel'al Belgrano (datado en Jujuy) haciendo saber que el pre­mio de 40.000 pesos que le había acordado la Soberan;a Asam­blea, él lo distribuía para cuatro escuelas, una en esta ciudad, a fin de "que, con el rédito de diez mil pesos que a cada una co­rresponde se estableciese una escuela de enseñar a leer, a escri­bir y contar: la gramática caste}¡Jana, los fundamentos de nuestra Religión Cristiana por el Catecismo de Astete, Fleuri y el com-

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pendio de Pouget; los primeros rudimentos sobre el origen y el objeto de la sociedad, los derechos del hombre, en ésta y sus obli­gaciones hacia ella y el gobierno que ,la rige": todo bajo el orden y método prescripto en el Reglamento que también remitía. Y los cabildantes aplauden "tan piadosa determinación que presenta

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ci noble carácter, que debe animar al verdadero patriota, des-prendiéndose de todo particular aunque haga sacrificios y home-naje de su vida, de su sangre y bienes en obsequio de la libertadde la Patria, debiendo quedar im:primida en el corazón de los no-bles ciudadanos de e.sta ciudad semejante cesión para que, trasmitida a las más remotas generaciones, se eternice el nombre delgeneroso bienhechor. .". Luego se dispone anunciar al püblicola fundación de la escuela para los que quisieren inscribirse pre-via presentacióri de documentos calificativos de idoneidad, con-ducta y costumbres".

Otro acuerdo importante del Cabildo, presidido por ci Go-bernador, se hace en enero de 1815, en ci cual se trata de "la ne-cesidad de establecer en esta Capital, cabeza de Provincia, unacsuela de primeras letras y gramática latina, para la educacióne ilustración de la juventud, cuya enseñanza demanda la másbreve y ejecutiva consideración del magistrado civil, para atajaren tiempo la prostitución y conseguir los deliciosos frutos quevuelan a la prosperidad y utilidad püblica". Mas, por la escasezde los foildos municipales para dotar una, se resuelve oficiar"a los Reverendos Prelados de Santo Domingo y San Francisco,recor(iálldoles €1 deber que les impone su instituto para abrir,establecer y continuar intra claustra la Escuela y Gramática,dirigidas estas Artes por medio de los respectivos religiosos.Y se dispone que cada individuo de este Ayuntamiento por suturno visite "una vez en Ia semana dichas escuelas informandolas mejoras, vicios o defectos que adviertan para ocurrir al re-roedio". Por ültimo diremos que en 1818 ci Cabildo resuelve do-ilar un terreno al capitán de ingenieros don Felipe Bertrés, comopremio por los adelantamientos de sus alumnos, segün se advir-ti'ron en ci examen piiblico tie Aritmética, celebrado" en su opor-twiidad.

En las atribuciones que la Constitución tucumana de 1820confere al Congreso provincial (o Poder Legislativo) están latic "formar planes de educación püblica y proporcionar los fon-aus para su subsistencia". Por su parte, la Corte Primera deJusticia (que en lugar del Cabildo creó dicha Constitución) en1821 manda fundar una escaela, dándole ci regilamento parae1 orden, formalidad y circunstancias que se hall de observar

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el noble caráder, que debe animar al verdadero patriota, des.., prendiéndos'e de todo particular aunque haga sacrificios y home­naje de su vida, de su sangre y bienes en obsequio de la libertad de la Patria, debiendo quedar im'Primida en el corazón de Ilos no­bles ciudadanos de esta ciudad semejante cesión para que, tras ..

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mitida a las más remotas generaciones, se eternice el nombre del generoso bienhechor ... ". Luego se dispone, anunciar al público la fundación de la escuela para los que quisieren inscribirse pre­via presentación de documentos calificativos de idoneidad, con­ducta y costumbres",

, Otro acuerdo importante del Cabildo, presidido por el Go­bernador, se hace en enero de 1815, en ell cual se trata de "la ne­cf.!sidad de establecer en esta Ca.pital, cabeza de Provincia, una (o"cuela de primeras letras y gramática latina, para la educación e ilustración de la juventud, cuya enseñanza demanda la más

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breve y ejecutiva consideración del magistrado civil, para atajar en tiempo la prostitución y conseguir los' deliciosos frutos que vuelan a la prosperidad y utilida.d pública". Mas, 'Por la escasez de los fondos municipales para dotar una, se resuelve oficiar "<t los ReverendoS' Prelados de Santo Domingo y San Francisco, recordándoles el deber que les impone su instituto para abrir, €'siablecer y continuar intra claustr,a la Escuela y Gramática, dirigidas estas Artes por medio de los respectivos religiosos ... " y se dispone que cada individuo de este Ayuntamiento por su

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turno visite "una vez en ¡la semana dichas escuelas informando laS' mejoras, vicios o defeotos que adviertan para ocurrir al re­medio". Por último diremos que en 1818 el Cabildo resuelve do­nar un terreno al capitán de ingenieros don Felipe Bertrés, como premio por los adelantamientos de sus' alumnos, según se advir­ti~ron i~en el examen público de Aritmética, celebrado" en su opor­tunidad.

En las atribuciones que la Constitución tucumana de 1820 confiere al Congreso provincial (o Poder Legislativo) están la dé "formar planes de educación pública y proporcionar los fon­aos para su subsistencia". Por su parte, la Corte Primera de Jllsticia (que en lugar del Cabildo creó dicha Constitución) en 1821 manda fundar una escuela, dándole el regUamento para

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"el orden, formalidad y circunstancias que se han de observar

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en ella. Y al año siguiente restablecido el Cabildo resuelve quesiendo "protector de la escuela de primeras letras existente en elConvento de San Francisco, a cargo del Padre Fray Juan de losDolores, se le pase oficio... para que a la mayor brevedad re-mita nómina de todos los jóvenes que se hallan en enseñanza conexpresión individual de su calidad, edad y principalrnente delestado en que se halla la instrucción de cada uno, remitiendo unapiana de los que escriben con sus nombres para inteligencia delCabildo.. . ". Y antes, el general Abraham Gonzalez se habla di-rigido a este Ayuntamiento, pidiéndole que gesione en BuenosAires la satisfacción de los réditos devengados hasta entonces,correspondientes a los fondos donados por Beigrano: "de modo—dice— que fuese posible impetrar de aquel Gobierno mil pesosal menos, con que poder costear hasta ésta un maestro que puedaabrir la escuela y enseflar las primeras letras por (el) ventajo-sisimo método de Lancaster". Para gestinar lo cual el Cabilciodesigna como su apoderaclo en Buenc Arc l D" . Dnnj•eDiaz Vélez.

Por su parte, la Sala do Repi'eentaiite vota en 1 2Gma de 500 pesos para la composición del edificio destinado a laescuela de primeras letras por el método de Lancaster", autori-zando al Gobierno para hacer entrega de ella al Director del es-tablecimiento. Y poco después destina la suma de 1.000 pesospara la escuela de ninos estabiecida.. . "y de niñas que debenplantificarse" (es decir fundarse), disponienclo que esa surna"como los 500 pesos donados por ci General Belgrano, reconoci-dos ior el Gobierno de Buenos Aires y los que resulten de lasubscripción de los ciudadanos ordenada por ci GoJoierno, queclenxclusivamente afectos al sostén de dichas escuelas". Por su Ia-

dn, a ditimos de ese año el Gobierno, a cargo entnces del Gen'-ral Aráoz de Ia Madrid, dicta un decreto donde dice que, notainio"los inconvenientes que presenta a la organización de la Escuelapdblica Ia concurrencia de jóvenes de distintos sexos o de edadmay tierna", resuelve que tanto en dicha escuela como en las quedrspués se plantifiquen, sostenidas por los fondos pdblicos", nose admitan "jóvenes de menos de 6 aflos de edad" ni de 'distintosexo". Pero, como para consolar a las jóvenes anuncia que ci Go-oiorno iba a acloptar medidas para abi'ir en breve 1 nt "E Cue!a

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en ella. Y al año siguiente restablecido el Cabildo resuelve que siendo "protector de la escuela de primeras letras existente en el Convento de San Francisco, a cargo del Padre Fray Juan de los Dolores, se le pase oficio. .. para que a la mayor brevedad re­mita nómina de todos los jóvenes que se hallan en enseñanza con expresión individual de su calidad, edad y principalmente del estado en que se hal,Ja la instrucción de cada uno, remitiendo una plana de los que escriben con sus nombres para inteligencia del Cabildo . . . " . y antes, el general Abraham González se había di­rigido a este Ayuntamie.nto, ,pidiéndole que gestione en Buenos A íres la satisfacción de los réditos devengados hasta entonces, correspondientes a los fondos donados por Belgrano: "de modo -dice- que fuese posible impetrar de aquel Gobierno mil pesos al menos, con que poder costear hasta ésta un maestro que pueda abrir la escuela y enseñar las primeras 1etras por (el) ventajo­dsimo método de Lancaster". Para gestrnar lo cual el Cabildo designa camo su apoderado en Buenos Aires al Dr. Don José Díaz Vélez.

Por su parte, la Sala de Representantes vota en 1826 ";Ja su­ma de 500 pes'os para la composición del edificio destinado a la escuela de primeras letras por el método de Lancaster", autori­zando al Gobierno para hacer entre.ga de ella al Director del es­tablecimiento. Y poco después destina la suma de 1.000 pesos para -la escuela de niños establecida.. . "y de niñas que deben plantificarse" (es decir fundarse), disponiendo que esa suma "como los 500 pesos donados por el General Belgrano, reconoci­dos por el Gobierno de Buenos Aires y los que resulten de la subscripción de los ciudadanos ordenada por el Gübierno, queden .:xclusivamente afectos al sostén de dichas escuelas". Por su la­Uf), a últimos de ese año el Gobierno, a cargo ent:;nces del Gene­ral Aráoz de la Madrid, dicta un decreto donde dice que, notando "los inconvenientes q~e presenta a la organización de la Escuela pública la 'concurrencia de jóvenes de distintos sexo o de, edad muy tierna", resuelve que tanto en dicha escuela como en las que después se plantifiquen, soste,nidas por los' fondos públicos", no se admitan "jóvenes de menos de 6 años de edad" ni de "distinto bE'XO". Pero, como para consolar a las jóvenes anuncia que el Go­oicrno iba a adoptar me,didas para abrir en breve una "Escueia

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dc Niñas en la que podrIan educarse tan ventajosamente como€n la que se hallaba establecida en el dIa'. Y en cuanto a la ins-trucción en Ia campafla, en e1 mismo aflo la Sala de Representan-tes sanciona un impuesto (de 2 pesos por cabeza) a los mercadoso corrales para el abasto püblico, al objeto particular del "sosténde escuelas de primeras letras de su respectivo Departamento".

En el segundo bienio de su gobierno, el general AlejandroHeredia se ocupa especialmente de la instrucción ptlblica en Tu-cumán. Asi en febrero de 1834 dicta un interesante Reglamentopara la Escuela de San Francisco, entre cuyas disposiciones es-On: que "el ejercicio de la mañana será reglar una cara de mediopliego y escribirla, en seguida el preceptor corregirá en cuentas,leer y dar lección. . ."; y, "par la tarde, lo mismo que por la ma-ñana, omitiendo solo el ejercicio de las cuentas'; que "el sábadopar la tarde solo se empleará en enseflar a ios ninos la Doctrinacristiana, segiTin el Catecismo de Astete, desde el principio hasta1 fin"; que "enseñará el preceptor con las palabras y el ejem-

plo del respeto y amor que los niños deben tener a sus padres ymaestros, a los ancianos y a las autoridades del Pals"; que el usadel azote queda absolutamnete prohibido. . ."; y que el preceptorcuidará "que los niflos no viertan palabras descompuestas u obs-c'as", y "no griten en la escuela. .. pues de lo contrario hacenque la escuela se parezca a un mercado". Admirable: un gober-nador que en esos aflos enseflaba, como un padre y un maestro,todas esas cosas!

Por su parte, también en 1834, sobre la instrucción en lacampaña, la Sala de Represeritantes, haciendo como de inspec-tora en una sesión hablaba del placer con que los representantesvieron 'las planas de los alumnos de la escuela e.stablecida enRio Seco (Monteros). Y en marzo de dicho aflo, esa Sala san-ciofla una ley, por la que queda autorizado el Gobie.rno (de He-redia) "para establecer un Cologio de Ciencias, en el Conventoperteneciente a los regulares de San Francisco", disponiéndoseal mismo tiempo que "todos los principales censos y réclitcs de-vtngados se apliquen a los fondos del Establecimiento". A 19 queagregaremos que al discutirse la sanción de esta ley se dijo enIa Sala que esa fundación "no era una quimera en una provinciaahundante y fecunda coma la de Tucumán"; y que ella traerla

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OC Niñas en la que podrían educarse tan ventajosamente como €.n la que s'e hallaba establecida en el día'. Y en cuanto a la ins-

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tl'ucción en la campaña, en el mismo año la Sala de Representan-tes sanciona un impuesto (de 2 pesos por 'cabeza) a los mercados o corrales para el abasto público, al objeto particular del "sostén de escuelas de primeras ,letras de su respectivo Departamento".

En el segundo bienio de su gobierno, el general Alejandro Heredia se ocupa especialmente de la instrucción pública en Tu­cumán. Así en febrero de 1834 dicta un interesante Reglamento para la Escuela de San Francisco, entre cuyas disposkiones es-

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tán: que "el ejercicio de la mañana será reglar una cara de medio pliego y escribirla, en seguida el preceptor corregirá en cuentas, lep.r y dar lección ... "; y, "po·r la tarde, lo mismo que por la ma­ñana, omitiendo sólo el eje.reicio de las cuentaS'''; que "el sábado por la tarde sólo se empleará en enseñar a los niños la Doctrina crü,tiana, según el Catecismo de Astete, desde el principio hasta €l fin"; que "enseñará el preceptor con las palabras y el ejem­plo del respeto y amor que los niños deben tener a suS' padres y maestros, a los ancianos y a las autoridades del País"; que el uso del azote queda absolutamnete prohibido ... "; y que. el preceptor , cuidará "que los niños no viertan pwlabras descompuestas u obs-c'.:?1aS", y "no griten en la escuela .. , pues de lo contrario hacen qüf> la escuela se parezca a un mercado". j Admirable: un gober­nador que en esos años enseñaba, como un padre y un maestro, todas esas cosas!

Por su parte, también en 1834, sobre la instrucción en la I

campaña, la Sala de Representantes, haciendo como de inspec-tora en una sesión hablaba del placer con que loS' representantes vieron "las p.lanas de los alumnos de la escuela establecida en Río Seco (Monteros), Y en marzo de di.cho año, esa Sala san­ciona una ley, por la que queda autorizado el Gobierno (de He­redia) "para establecer un Cologio de Cienci·as, en el Convento perteneciente a los regulares de San Francisco", disponiéndose al mismo tiempo que "todos loS' principales censos y réditos de­vt;ngados se apliquen a los fondos del Establecimiento", A lo que agregaremos que al discutirse la sanción de esta ley se dijo en ia Sala que esa fundadón' "no era una quimera en una provincia abundante y fecunda como la de Tucumán"; y que ella traería

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BREVE HISTOHIA BE TUCTJMAN in

"ventajas morales y fIsicas, pues que no solo se disiparla el fa-natismo y la incre.dulidad, sino que teniendo tino en la elecciónde los preceptores el Colegio adquirirIa tal crédito que concurri-rIan a él jóvenes de las Provincias y Repáblicas vecinas trayendoconsigo alguna fortuna que aumentase la riqueza" de Tucumán.Pero, aün no era el tiempo de Ilevar a realidad un prcyecto tanambicioso de esa naturaleza. Lo que por entonces más se nece-sitaba eran escuelas de primeras letras; y éstas se multiplicaronIajo el gobierno de Heredia: tanto que en su mensaje de 1836,l tuvo la satisfacción de decir que habIa "establecido catorce

escuelas püblicas en la ciudad y campafia, sostenidas con los fon-c'os del Estado". jLo que ya era mucho, muchIsimo, bastandopara engrandecerlo!

Beneficencja pübika. - El Cabildo de San Miguel de Tu-cumán, siempre celoso del bien püblico, ya en 1806, antes de laRevolución, quiso realizar algo hermoso y avanzado para la épo-Ca. Resuelve en Cabildo abierto la erección de una casa parahospital en la ciudad, por colecta püblica, a fin de proveer "alsustento y curación de tantos pobres enfermos" que habIa en lajurisdicción y que se morIan "de pura necesidad". Se decidesolicitar "la correspondiente licencia del soberano" para estaerección; y con todo entusiasmo ya se prevé que su edificio sea"espacioso, cómodo y con las necesarias viviendas para los ha-bitantes de la Casa, dexando un huerto que sirva de JardIn Ba-tánico y de recreo a los convalecientes. . ." Y en seguida sehace entre los presentes una lista de contribuciOn voluntariaque casi Ilega a 1.700 pesos. Pero esta gran obra, como se pro-yectaba, desgraciadamente no se realizó.

Otras medidas de este orden, dignas de ser recordadas, sonlas que en 1834 (bajo el gobierno de Heredia) toma la Sala deRepresentantes; cuando autoriza al Poder Ejecutivo para re-formar "el Arancel que designó los derechos parroquiales, dadoel 4 de enero de 1775, vigente en Ia Provincia". Y asI se losreduce a la mitad, "a excepción del estipendio de misa y res-ponso rezados"; se dispone que los pobres sean "sepultados gra-tis, segün su calidad con arreglo al derecho comn", y se in-cluye" a los esclavos entre los pobres de solemnidad''; y porültimo se declara que los matrimonios celebrados entre perso-nas asalariadas, que 110 tienen otro media de vivir, cleben ser

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"ventajas morales y físicas, pues que no sólo s'e disiparía el fa­natismo y la incredulidad, sino que teniendo tino en 'la elección de los preceptores el Colegio adquiriría tal crédito que concurri-

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rÍ:ln a él jóvenes de las Provincias y Repúblicas vecinas trayendo consigo alguna fortuna que aumentase la riqueza" de Tucumán. Pero, aún no era el tiempo de llevar a realidad un proyecto tan ambidoso de esa naturaleza. Lo que por entonces máS' se nece­sitaba eran escue1as de primeras letras; y éstas se multiplicaron Lajo el gobierno de Heredia: tanto que en su mensaje de 1836, ~J tuvo la satisfacción de decir que había "establecido catorce e~cuelas públicas en la ciudad y ca~paña, sostenidas con los fon~ dos del Estado". j Lo que ya era mucho, muchísimo, bastando ¡;ara engrandecerlo!

Beneficencia púb'l'ka. - El Cabildo de San Miguel de Tu­cumán, siempre celoso del bien público, ya en 1806, antes de la Revolución, quiso realizar algo hermoso y avanzado para la épo­ca. Resuelve en Cabildo abierto la erección de una casa para hospital en la ciudad, por colecta pública, a fin de proveer "al sustento y curación de tantos pobres enfermos" que había en la jurisdicción y que se morían "de pura necesidad". Se decide solicitar "la correspondiente licencia del soberano" para esta erección; y con todo entusiasmo ya se prevé que su edificio sea "espacioso, cómodo y con las necesarias viviendas para los ha­bitantes de la Casa, dexando un huerto que sirva de Jardín Bo­tánico y de recreo a los convalecientes ... " y en seguida se hace entre los presentes una lista de contribución voluntaria que cas'i llega a 1.700 peso,s. Pero esta gran obra, como se pro­yectaba, desgraciadamente no se realizó.

Otras medidas de este orden, dignas de ser recordadas, son las -que en 1834 (bajo el gobierno de Heredia) toma la Sala de Representantes ; cuando autoriza al Poder Ejecutivo para re­formar "el Arancel que designó los derechos parroquiales, dado el 4 de ~mero de 1775, vigente en la Provincia". Y así se los reduce a la mitad, "a excepción del estipendio de misa y res­ponso rezados"; se dispone que los pobres sean "sepultados gra­tis, según su calidad con arreglo al derecho común", y se in­cluye" a los esclavos entre los pobres de solemnidad"; y por último se declara que los matrimonios celebrados entre perso­nas asalariadas, que no tienen otro medio de vivir, deben ser

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del mismo modo gratis. (Más tarde se declara que pobres son"aquellas personas que dejan a su fallecimiento más de dos hi-jos pequeflos y menos de cien pesos en plata o en valores")

Medidas moralizadoras. - Entre varias mediclas moraliza-doras tomadas por el gobernador Heredia, es interesante el de-creto de Julio de 1832, contra las mujeres oeiosas, en el cual sedispone: "Art. 1 9 . Toda mujer que no tenga de qué vivir ho-nesiamente buscará conchabo dentro de ocho dIas. Art. 2°.Toda la que no acredite con papeleta su conchabo, no teniendopüblicamente otro modo más honesto de vivir, será reputada ytenida por ociosa y vaga. Art. 39 . La policIa cuidará de obli-gar a esta clase de mujeres a buscar conchabo o dárselo si seproporciona. Art. 49• La policIa en la investigación de las ca-lidades que clasifican las personas que deben conchabarse, obra-rá con discreción y pulso sin mezclarse en el regimen y ordendoméstico interior de las familias".

Esciavitud y lihertaci. - Memorables son las palabras queen 1813 se vierten en el Cabildo abierto extraordinario que conasistencia del gobernador intendente de Salta se realiza para ju-rar fidelidad y reconocimiento solemne a la Asamblea GeneralConstituyente, mientras el pueblo afuera ovaciona a la Patriay a dicha Asamblea. Son, cuando resuelve •dar gracias a Dios"por el incomparable beneficio que ha recibido de manos de sualta Providencia la America del Sur y Provincias Unidas delRio de la Plata, por haberse puesto la piedra angular y funda-mental de la nueva Institución que redimiendo a los infelicesamericanos de la larga y dura esclavitud que han sufrido, —vi-viendo en su prop.io suelo sin patria y sin honor, destinados aser el vii ludibrio de sus opresores y tiranos—, puedan ser porpmpio esfuerzo conducidos a la perfección moral y civil a quoestá destinada la naturaleza humana y al goce de sus impres-criptibles derechos. .

Y no ya como juicio sobre nuestro pasado, emitido el año13, sino como decision práctica entre la libertad y la esciavi-tud, citaremos el caso resuelto por la Sala de Representanten el año 24: cuando, —ante la consulta de un alcalde sobre Iacuestión de una esclava que "pedia la libertad por cierta canti-dad de dinero, y el amo alegaba el ataque que sufrIa su prr

ple(70d por la fracción o reduceión de su valor"—, la Sala san-

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del mismo modo gratis. (Más tarde se declara que pobres son "aquellas personas que d·ejan a 'su fallecimiento más de dos hi­jos pequeños y menos de cien pesos en ;plata o en valores") .

Medidas moralizadoras. - Entre varias medidas moraliza­doras tomadas por el gobernador Heredia, es interesante el de­creto de julio de 1832, contra las mujeres ociosas, en el cual se dispone: "Art. 19 . Toda mujer que no tenga de qué vivir ho­nestamente buscará conchabo dentro de ocho días. Art. 29 .

Toda la que no acredite con papeleta su conchabo, no teniendo públicamente otro modo más honesto de vivir, será reputada y tenida por ociosa y vaga. Art. 39 . La policía cuidará de obli­gar a esta clase de mujeres a buscar conchabo o dárselo si se proporciona. Art. 49 . La policía en la investigación de las ca­lidades que clasifican las personas que deben conchabarse, obra­r á con discreción y pulso sin mezclarse en el régimen y orden doméstico interior de las familias".

Esclavi tud y libertad. - Memorables son las palabras que en 1&13 se vierten en el Cabildo abierto extraordinario que con asistencia del gobernador intendente de Salta se realiza para ju­rar fidelidad y reconocimiento solemne a la Asamblea General Constituyente, mientras el pueblo afuera ovaciona a la Patria y a dicha Asamblea. Son, cuando resuelve dar gracias a Dios "por el incomparable beneficio que ha recibido de manos de su alta Providencia la AmérÍ<Ca del Sur y Provincias Unidas del Río de la Plata, por haberse puesto la piedra angular y funda­mental de la nueva Institución que redimiendo a los infelices amer icanos de la larga y dura esclavitud que han sufrido, -vi­viendo en su prop.io suelo sin patria y sin honor, destinados a ser el vil ludibrio de sus opresores y tiranos-, puedan ser por propio esfuerzo conducidos a la perfección moral y civil a que está destinada la naturaleza humana y al goce de sus impres­criptibles derechos .. . "

y no ya como juicio sobre nuestro pasado, emitido el año 13, sino como decisión p'ráctica entre la libertad y la esclavi­tud, citaremos el caso resuelto por la Sala de Representantes en el año 24: cuando, -ante la consulta de un alcalde sobre la cuestión de una esclava que "pedía la libertad por cierta 'canti­dad de dinero, y el amo alegaba el ataque que sufría su pro­piedad por la fracción o reducción de su valor" -, la Sala san-

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ciona, en la contraposición de esos dos privilegios, "la prefe-rencia por la libertad".

Libertad civil. - Consecuente con estos principios y her-moso exponente de cultura moral, es el viril pronunciamientotucumano de 1840 contra Rosas: Cuando bajo el gobierno deBernabé Piedrabuena, la Sala de Representantes, presidida porel Doctor Marco Avellaneda, sanciona la ley de 7 de abril, encuyos considerandos se dice: "1 9 . Que la existencia en el pri-mer pueblo de la Repblica de un gobierno investido con todala suma de los poderes constitucionales es un esc&mndalo a losojos de la America y del mundo... 39 Que abusando de lasfacultades que se le habIa conferido para conservar y mantenerlas relaciones de buena armonla existentes con las potencias ex-tranj eras, se ha servido de ellas para arrogarse el peligrosoderecho de hacer la paz y declarar la guerra. 49• Que tambiénpor un abuso, aün más odioso de estas mismas facultades, seha creldo autorizado para ingerirse en la administración inte-rior de las provincias de la Repüblica, estableciendo sobre ella:su ominosa dictadura. 59• Que desconoce y pretende disputara los pueblos de Ia Repüblica (entre ellos el de Tucumán) elderecho sagrado e imprescriptible que les asisten para darse leyesy mandar conforme a ellas a los depositarios de su autori-uad. . .' Por lo cual decreta: '1 9 No se conoce en el carácterde Gobernador de Buenos Aires al dictador don Juan Manuelde Rosas. 29 Se le retira la autorización que por parte de estaProvincia se le habIa conferido para mantener y conservar lasrelaciones de amistad y buena armonla con las potencias ex-tranjeras. . ." etc.

Libertad de imprenta. - La Constitución tucumana de1820 declara que —para el ciudadano—, "la libertad de publi-car sus ideas por la prensa es un derecho tan apreciable comoesencial para la conservación de la libertad civil del Estado";y manda observar al respecto el Reglamento Provisorio del Con-grese Nacional. Y por su parte, en 1824 la Sala de Represen-tantes sanciona: "que la prensa fuese libre para que todo ciu-dadano explique por medio de ella sus ideas y conceptos; y queen todo se arregle al Reglamento Provisorio del aflo 17 en laparte que habla de esta libertad".

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ciona, en la contraposición de esos dos privilegios, "la prefe­. rencia por la libertad".

Líbe?"iad civil. - Consecuente con estos principios y her­moso exponente de cultura moral, es el viril pronunciamiento tucumano de 1840 contra Rosas: Cuando bajo el gobierno de Bernabé Piedrabuena, la Sala de Representantes, presidida por t:! Doctor Marco Avellaneda, sanciona la ley de 7 de abril, en cuyos considerandos se dice: "1 Q. Que la existencia en el pri­mer pueblo de la República de un gobierno investido con toda la suma de los poderes constitucionales es un escándalo a los ojos de la América y del mundo. .. 3Q • Que abusando de las facultades que se le había conferido para conservar y mantener las relaciones de buena armonía existentes con las potencias ex­tranjeras, se .ha servido de ellas para arrogarse el peligroso derecho de ha,cer la paz y declarar la guerra. 4Q• Que también por un abuso, aún más odioso de estas mismas facultades, se ha creído autorizado para ingerirse en la administración inte­rior de las provincias de la República, estableciendo sobre ella .­su ominosa dictadura. 5Q • Que desconoce y pretende disputar a los pueblos de la República (entre ellos el de Tucumán) el uerecho sagrado e impres'criptible que les asisten para darse leye3 y mandar conforme a ellas a los depositarios de su autori­a<ld .. . " Por lo cual decreta: " 1 Q N o se conoce en el car ácter de Gobernador de Buenos Aires al dictador don Juan Manuel de Rosas . 2Q Se le retira la autorización que por parte de esta Provincia se le había conferido para mantener y conservar las relaciones de amistad y buena armonía con las potencias ex­tranjeras .. ." etc.

Libertad de i·mprenta. La Constitución tucumana de 1820 declara que -para el ciudadano-, "la libertad de publi­car sus ideas por la prensa es un derecho tan apreciable como esencial para la conservación de la libertad civil del Estado"; y manda observar al respecto el Reglamento Provisorio del Con­greso Nacional. y por su parte, en 1824 la Sala de Represen-

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tan tes sanciona: "·que la prensa fuese libre para que todo ciu-dadano explique por medio de ella sus ideas y conceptos ; y que en todo se arregle al Reglamento Provisorio del año 17 en la parte que habla de esta libertad".

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£14 Al. LIZ ONDO I3ORDA

Periódicos e imprentas. - Los periódicos de Tucumán queaparecieron en esta época fueron: en 1817, el Diario Militar.del general Beigrano, publicado por su pequeña imprenta delEjército; en 1820, El Tuournano Imparcial, por la misma im-prenta, liamada ya "Imprenta del Tucumán", del cual fue di-rector el cura de la Catedral, Dr. Pedro Miguel Aráoz; El Res-taurador T.uc'umano, redactado por Juan José Dauxión Lavayssepor la imprenta citada; y en 1826, Los Amigos del Orden, se-gun Zinny. Después hasta el tiempo de Rosas no aparecen pe-riódicos, y nuestra imprenta mencionada, la (mica que habIa,solo Se usa para imprimir algunos documentos ofi:iales —unaque otra ley y unos pocos decretos—. Y los que se publicanbajo la tiranIa rosista son éstos: en 1841, La Estrella Federal,redactado por don Fabian Ledesma; en 1842, El Monitor Fe-deral, redactado —segün Zinny— por el Dr. Adeodato de Gon-dra, •ministro de Gutiérrez; y en 1847, El Conservador que erasemanal y lo redactaba don José Posse (el gran amigo de Sar-miento) : el mejor de esa época, tanto que fué elogiado por Flo-rencio Varela en su Comercio del Plata desde Montevideo; perono fué libre. 1)

Otras manifestaciones de cultura. - Durante su gobiernoel general Heredia fundó en Tucumán una Esouela de Mi'isica, aIa que proveyó del personal necesario, dándole su reglamento,en el cual disponIa que la concurrencia a ]as clases serIa "des-de las 6 de la mañana hasta las 7, y desde las 8 de Ia nochehasta las 10, para no impedir el trabajo de los artesanos apren-dices de müsica". Y después, en 1838 (el aflo de su asesinato)el mismo gobernador nos dió el primer teatro, el cual se inau-guró —segün recordaban gentes de ese tiempo— con la piezacOmica, o dramática, titulada "La posadera feliz".

1) Sobre esto punto VOsO ''La Impretn v ol Priodisoi n Fu ::n " Onnuestia. obra J ino A iq I iia (7(7 XI X.

íH M. L 1 Z O N D O B O R D A

Periódicos e imprentas. - Los periódicos de Tucumán que aparecieron en esta época fueron: en 181-7, el Diario Militar . .. del general Belgrano, publicado por su pequeña imprenta del Ejército; e,n 1820, El Tuoumano Impa1·cial, por la misma im­prenta, llamada ya "Imprenta del Tucumán", del cual fue di­rector el cura de la Catedral, Dr. Pedro Miguel Aráoz; El R es­taurador T·ucumano, redactado por Juan José Dauxión Lavaysse por la imprenta citada; y en 1826, Los Amigos del 0 1'Clen, se~

gún Zinny. Después hasta el tiempo de Rosas no aparecen pe­riódicos, y nuestra imprenta mencionada, la única que había, ¡,ólo se usa para imprimir algunos documentos ofi ~iales -una que otra ley y unos pocos decretos-o Y los que se publican bajo la tiranía rosista son éstos: en 1841, La Estrella Federal, redactado por don Fabián Ledesma; en 1842, El Monitor Fe.­deral, redactado -según Zinny- por el Dr. Adeodato de Gon­dra, ministro de Gutiérrez; y en 1847, El Conservador que era semanal y lo redactaba don José Posse (el gran amigo de Sar­miento) : el mejor de esa época, tanto que fué elogiado por Flo­rencio Varela en su Comercio del Plata desde Montevideo; pero no fué libre. .. 1)

Otras manifestaciones de cultw·a. - Durante su gobierno el general Heredia fundó en Tucumán una Es()Uela de Música" a la que proveyó del personal necesario, dándole su reglamento, en el cual disponía que la concurrencia a las clases sería "des­de las 6 de la mañana hasta las 7, y desde las 8 de la noche hasta las 10, para no impedir el trabajo de los artesanos apren­dices de música". Y después, en 1838 (el año de su asesinato) el mismo gobernador nos dió el primer teatro, el cual se inau­guró -según recordaban gentes. de ese tiempo- con la pieza cómica, o dramática, titulada "La posadem feliz".

1) Sobre este punto véase "La Im prenta y el P eriodismo en Tu, ull, fl n" en nuestra obl~a T e'mas .4¡'gentinos del S iglo XIX .

. .

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BREVE IIISI TORIA DE, 1"1 [\T\N 1115

5

GOBERNANTE S

DEL DJSTRJTO DE SAN MIGLT EL DL TUCUMAN

(AUTORIDADES SUPERIORES)

Cabildo, Justicia y Regimieto, titular: 1801-1811.Junta Subalterna y el Gabildo, titz6lares: 1811-febrero, 1812.

(TENIENTES DE GOBERNADORES)

D. Clemente Zavaleta, titular: febrero - marzo, 1812 (sinejercicio)

D. Francisco Figueroa y Ugarte, interino: marzo-octubre,1812 (por designacion superior).

D. Antonio Luis Beruti, titular: junio, 1813-octubre, 1814.D. Hilarión de la Quintana, titular: octubre - noviembre,

1814.

DE LA PROVINCIA DEL TUCUMAN

(GOBERNADORES INTENDENTES)

D. Bernabé Aráoz, titular: noviembre, 1814-octubre, 1817(sustituIdo)

D. Feliciano de la Mota Botello, titular: octubre, 1817-no-viembre, 1819 (depuesto).

Gctbildo de Tucumá'n, provisorio: 12-14 noviembre, 1819(por designación de la guarnición militar):

D. Bernabé Aráoz, interino: 14, noviembre, 1819-20, mayo,1820 (por designacion del Cabildo).

DE LA REPUBLICA DEL TUCUMAN

(PRESIDENTE)

D. Bernabé Aráoz, titular: 20, mayo, 1820-28, agosto, 1821(depuesto)

BREVE HISTORIA DE TUCU~AN 115

5

GOBERNANTES

DEL DISTRITO DE SAN MIGUEL DE TUCUMAN

(AUTORIDADES SUPERIORES)

Cabildo, Justicia y Regimiento, titular: 1801-1811. Junta Subalterna y el Cabildo, titulares: 1811-febrero, 1812.

(TENIENTES DE GOBERNADORES)

r D. Clemente Zavaleta, titular: febrero - marzo, 1812 (sin

ej ercicio) . D. Francisco Figueroa y U garte, interino: marzo-octubre,

1812 (por designación superior) . D. Antonio Luis Beruti, titular: junio, 1813-octubre, 1814. D. Hilarión de la Quintana, titular: octubre - noviembre.

1814.

DE LA PROVINCIA DEL TUCUMAN

(GOBERNADORES INTENDENTES)

D. Bernabé Aráoz, t itular: noviembre, 1814-()ctubre, 1817 (sustituído) .

D. Feliciano de la Mota Botello, titular: oct ubre, 1817-no­viembre, 1819 (depuesto).

Cabildo de T·ucumán, provisorio: 12-14 noviembre, 1819 (por designación de la guarnición militar) "

D. Bernabé Aráoz, inter ino: 14, noviembre, 1819-20, mayo, 1820 (por designación del Cabildo) .

~~~'r. .. ~'43~ t:

DE LA REPUBLICA DEL TUCUMAN

(PRESIDENTE)

D. BM'nabé Aráoz, titular: 20, mayo, 1820-28, agosto, 1821 (depuesto) .

Page 108: Breve Historia de Tucuman

hG M. LIZONDO BORDA

DE LA PROVINCIA DE TUCUMAN

(GOBERNADORES)

D. Abraham Gonzalez, titular: 29, agosto, 1821 . 10, enero,1822 (depuesto).

D. Jose Victor Posse, provisorio: 10, enero-9, febrero, 1822(por designación del Cabildo).

D. Diego Aráoz, interino: 9, febrero-marzo, 1822 (por de-signación del Cabildo).

D. Bernabé Aráoz, interino: marzo-abril, 1822 (por desig-nación del Cabildo).

D. Clemente Zavaleta, interino: abril-mayo, 1822 (por de-•signación del Cabildo).

D. Pedro José Velarde (alealde), provisorio: mayo-julio,1822 (por encargo del Cabildo).

D. Javier Lopez, de hecho: julio, 1822-principios, 1823 (de-puesto)

D. Bernabé Aráoz, de hecho: principios-agosto, 1823 (de-puesto).

D. Javier Lopez, de hecho: agosto-noviembre, 1823 (ale-jado).

D. Diego Ardoz, de hecho: principios-18, noviembre, 1823(renunciante).

Dr. Nicols Laguna, titular: 18, noviembre, 1823-19, fe-brero, 1824 (renunciante).

D. Javier Lopez, provisorio: 19, febrero-4, mayo, 1824 (po::designación de la Sala de R.R.

D. Javier Lopez, titular: 4 mayo, 1824-26, noviembre, 1825(depuesto)

D. Gre gorio Aráoz de la Madrid, interino, 26, noviembre,1925, 4, marzo, 1826 (por designación de la Sala).

D. Gregorio Aráoz de la Madrid, titular: marzo, 1826-agos-to, 1827 (con intermitencias).

D. Manuel Berdia, delegado: octubre-noviembre, 1826 (pordesignación del titular).

Dr. Nicolds Laguna, interino: noviembre-diciembre, 1826(por designación popular).

D. Manuel Berdia, sustituto: enero-agosto, 1827 (a pediclodel titular)

116 M. L 1 Z O N D O B O R D A

DE LA PROVINCIA DE TUCUMAN

(GOBERNADORES)

D. Abraham González, titular: 29, agosto, 1821··10, enero, 1822 (depuesto).

D. José Víctor Posse, provisorio: 10, enero-9, febrero, 1822 (por designación del Cabildo).

D. Diego Aráoz, interino: 9, febrero-marzo, 1822 (por de­signación del Cabildo).

D. Bernabé Aráoz, interino: marzo-abril, 1822 (por desig­nación del Cabildo).

D. Clemente Zavaleta, interino: abril-mayo, 1822 (por de­lSignación del Cabildo).

D. Pedro José Velarde (alc;alde), provisorio: mayo-Julio, 1822 (por encargo del Cabildo).

, D. Javier López, de hecho: julio, 1822-principios, 1823 (de­puesto) .

D. Bernabé Aráoz, de hecho: principios-agosto, 1823 (de­puesto) .

. D. Javier López, de hecho: agosto-noviembre, 1823 (ale­jado) .

D. Diego Aráoz, de hecho: principios-18, noviembre, 1823 (renunciante) .

Dr. Nicoléqs Laguna, titular: 18, noviembre, 1823-19, fe­brero, 1824 (renunciante).

, D. Javier López, provisorio: 19, febrero-4, mayo, 1824 (po:' designación de la Sala de R. R .

D. Javier López, titular: '4 mayo, 1824-26, noviembre, 1825 (depuesto) .

D. Gregorio Aráoz de la Madrid, interino, 26, noviembre, 1'325, 4, marzo, 1826 (por designación de la Sala).

D. Gregario Aráoz de ~a Madrid, titular: marzo, 1826-agos­to, 1827 (con intermitencias).

D. Manuel Berdia, delegado: octubre-noviembre, 1826 (por designación del titular).

Dr. NicoláJs Laguna, interino: noviembre-di"iembre, 1826 (por designación popular) .

D. Manuel Berdia, sustituto: enero--agosto, 1827 (a pedido del titular) .

Page 109: Breve Historia de Tucuman

BREVE IIJs'rORIA DE 'ITCFM\N 117

Dr. Nicolás Laguna, titular: agosto, 1827-abril, 1828 (re-nuriciante).

D. Manuel Silva, provisorio: abril-noviembre, 1828 (de-puesto).

D. Javier Lopez, interino: noviembre, 1828-febrero, 1829(por designaeión de la Sala).

D. Javier Lopez, titular: 1829-febrero-1831.D. Javier Paz, interino: mayo, 1829-marzo, 1830 (por au-

sencia del titular).D. José FrIas, titular: febrero, 1831-enero, 1832 (depuesto).Dr. D. Alejandro Heredia, titular reelegido: enero, 1832-

noviembre, 1838 (asesinado).D. Juan Bautista Bergeire, provisorio: 12-16 noviembre,

1838 (por desigiiación de la Sala).D. Joé Maria Valladares, provisorio: 16-20 noviembre,

1838 (por designación de la Sala).D. Bernabé Piedrabuena, titular: noviembre, 1837-noviem-

bre, 1840 (renunciante).Dr. Marco M. AveUaneda, delegado: setiembre-noviembre

1840 (por designación del titular).Dr. Pedro Garmendia, titular: diciembre, 1840-setiembre,

1841 (depuesto)D. Gre gorio Aráoz de la Madrid, delegado: enero-marzo,

1841 (por designacion del titular)Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: marzo-abril, 1841

(por delegacion del delegado).D. Gre gorio ArOoz de la Madrid, delegado: abril-mayo,

1841 (en ejercicio de su delegacion).Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: mayo-julio, 1841 (por

delegaciOn del clelegado).D. José Martin Ferreyra, delegado: julio-setiembre, 1841

(por delegación del anterior)Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: 2-27, setiembre, 1841

(en ejercicio de su delegación)D. Celedonio Gutiérrez, de hecho: 27, setiembre-5, octubre,

1841.D. Celedonjo Gutiérre:, titular reelegido: octubre, 1841-

junio 1852 (depuesto)

BREVE HISTORIA DE TUCU~IAN 117

Dr. Nicolás Laguna, titular: agosto, 1827-abril, 1828 (re­nunciante) .

D. Manuel Silva, provisorio: abril-noviembre, 1828 (d~

puesto) . , D. Javier López, interino: noviembre, 1828-febrero, 1829

(por designación de la Sala) . . D. Javier López, titular: 1829-febrero-1831.

D. Javier Paz, interino: mayo, 1829-marzo, 1830 (por au­sencia del titular).

D. José Frías, titular: febrero, 1831-enero, 1832 (depuesto). Dr. D. Alejandro H eredia, titular reelegido: enero, 1832-

noviembre, 1838 (asesinado). V. Juan Bautista Be'r'geire, provisorio: 12-16 noviembre,

1838 (por designación de la Sala) . D. Jo~é María Valladares, provisorio: 16-20 noviembre,

1838 (por designación de la Sala). D. Bernabé Piedrabuena, titular: noviembre, 1837-noviem­

bre, 1840 (renunciante). Dr. Marco M. Avelilaneda, delegado: setiembre-noviembre

1840 (por designación del titular). Dr. Pedro Garmendia, titular: diciembre, 1840-setiembre,

1841 (depuesto). D. Gregorio Aráoz de la Madrid, delegado: enero-marzo,

1841 (por designación del titular) . Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: marzo-abril, 1841

(por delegación del delegado). D. Gregorio Aráoz de la Madrid, delegado: abril-mayo,

1841 (en ejercicio de su delegación). Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: mayo-julio, 1841 (por

delegación del delegado). D. José Martín Ferreyra, delegado: julio-setiembre, 1841

(por delegación del anterior). Dr. Marco M. Avellaneda, delegado: 2-27, setiembre, 1841

(en ejercicio de su delegación). D. Celedonio Gutiérrez, de hecho: 27, setiembre-5, octubre,

1841. D. Celedonio G·utiérrez, titular reelegido: octubre, 1841-

junio 1852 (depuesto) .

Page 110: Breve Historia de Tucuman

SEGUNDA. EPOCA. (1852 -1900)

I

HISTORIA POLITICA

PerIodos. Esta segunda época de la historia tucumana,al igual que la primera, bajo el aspecto politico puede dividirseen cinco perlodos distintos. El primero, de 1852 a 1860; el se-gundo, de 1861 a 1869; el tercero, de 1870 a 1880; el cuarto,de 1881 a 1890; y el quinto, de 1890 a 1900.

1852-1860. - Este periodo tiene su iniciación para Tucu-man el 14 de junio de 1852, cuando el gobernador CeledonioGutiérrez, que habia partido para el Acuerdo de San Nicolás,es destituido por una ley y por otra nombrado en su lugar Ma-nuel Alejandro Espinosa. Porque desde entonces comienza laalborada de una nueva época para Tucumán. Aunque ésta solobrilla como dia claro, con la salida del sol el 9 de julio de 1853,cuando aquI se jura la ConstituciOn que al fin sella la organi-zación federal del pals.

Poco sabemos de Espinosa, el primer gobernador de estanueva época, que no liega a actuar sino UflOS meses, hasta prin-cipios del 53. Mas, por las medidas de administración y de cul-tura que dicta, entre ellas la iniciación de ordenados presupues-.tos, y por los proyectos de leyes que presenta a la Sala de Re-presentantes, vemos que era un hombre ya digno de los nuevostiempos. Y basta un hecho para tenerlo por bueno: el que bajosu breve gobierno se sancionase el Estauto Provincial del 20 desetiembre (del 52), que contiene —segOn él dice con nobles pa-labras— "las bases de nuestra asociación libre y democráticarepresentativa"; y por el cual ya su gobierno podia llamarse,1con orgullo, constitucional".

SEGUNDA EPOCA (1852 -1900)

1

HISTORIA POLITICA

Períodos. - Esta segunda época de la historia tucumana, al igual que la primera, bajo el aspecto político puede dividirse en cinco períodos distintos. El primero, de 1852 a 1860; el se­gundo, de 1861 a 1869; el tercero, de 1870 a 1880; el cuarto, de 1881 a 1890; y el quinto, de 1890 a 1900.

1852-1860. - Este período tiene su iniciación para Tucu­mán el 14 de junio de 1852, cuando el gobernador Celedonio Gutiérrez, que había partido para el Acuerdo de San Nicolás, es destituído por una ley y por otra nombrado en . su lugar Ma­nuel Alejandro Espinosa. Porque desde entonces comienza la .alborada de una nueva época para Tucumán. Aunque ésta sólo brilla como dí.a claro, con la salida del sol el 9 de julio de 1853, cuando aquí se jura la Constitución que al fin sella la organi­zación federal del país.

Poco sabemos de Espinosa, el primer gobernador de esta nueva época, que no llega a actuar sino unos meses, hasta prin­cipios del 53. Mas, por las medidas de administración y de cul­tura que dicta, entre ellas la iniciación de ordenados presupues­tos, y por los proyectos de leyes que presenta a la Sala de Re­presentantes, vemos que era un hombre ya digno de los nuevos tiempos. Y basta un hecho para tenerlo .por bueno: el que bajo su breve gobierno se sancionase el Estauto Provincial del 20 de setiembre (del 52), que contiene -según él dice con nobles pa­labras- "las bases de nuestra asociación libre y democrática representativa"; y por el cual ya su gobierno podía llamarse, "con orgullo, constitucional".

Page 111: Breve Historia de Tucuman

120 M. LIZONDO BOBDA

Entre los graves cargos que hiciera la Sala a Gutiérrezpara destituirlo y luego para desterrarlo de Tucumán, estabcomo principal el de que "acostumbrado a marchar con Ia sumadel podr p'üblico, por once años", era un obstáculo para la im-plantación de las instituciones que demandaba. la nueva épocay para la marcha legal en que se habIa encauzado la Provincia.

Pero Celedonio Gutiérrez, incapaz de adaptarse a la nuevaépoca, no iba a resignarse a dejar de mandar en Tucumán;dando plena razón a la Sala va a desarrollar una acción per-turbadora y nociva para la Provincia, invadiéndola en más deun ocasión —a veces con ayudas extrañas—, ensangretando vdañando su hermoso territorio. AsI, al volver de San Nicoláy encontrarse depuesto, empieza de inmediato a conspirar a finde derrocar a Espinosa. Busca primero el apoyo del gobierno deCatamarca; pero, debido al convenio de Guacra, fracasa. Apelaentonces a otros medios. Y a principios del 53 (el 16 de enero),consigue que sus partidarios, al parecer por medio de un motinmilitar, triunfen sorpresivamente en nuestra ciudad y depon-gan al gobernador Espinosa. Estos labran un acta, donde dicenque el pueblo en masa se habIa levantado para derrocar Ia ad-ministración de Espinosa, como "gobierno retrógrado", y res-tablecer el "legal" de Gutiérrez, "haciendo justicia a su méritoy al acendrado patriotismo con que ha gobernado y enriquecidoeste pals con la paz y con su administración paternal". Todo locual es tan opuesto a la realidad de los hechos que más pareceuna ironla. 1Decir que el gobierno de Espinosa fué retrógrado yque el de Gutiérrez habia enriquecido al pals "con la paz y consii administración paternal"! Y si hubo esto ültimo —observa-remos nosotros— lo que Tucumán requerla, al alborear esta flue-va época, no era esa paz ni esa administración paternal: nece-sitaba simplemente hombres nuevos con un nuevo espiritu, comolos que gobernaron después.

Vuelve de esta manera Gutiérrez al gobierno tucumano. Yse afianza en éI del todo cuando el 21 de febrero (del 53) de-rrota a las tropas santiaguenas que al mando de Antonino Ta-boada habian venido para apoyar a Espinosa. El encuentro essobre el Arroyo del Rey (cerca de Bella Vista), donde quedan"pulverizados" los santiaguenos —al decir de Gutiérrez— ymuerto en el campo el general Espinosa, digno de mejor suerte.

120 hl. L 1 Z O N D O B O R D A

Entre los graves cargos que hiciera la Sala a Gutiérrez para destituirlo y luego para desterrarlo de Tucumán, estab ' como principal el de que "acostumbrado a marchar con la suma del podr público, por once años", era un obstáculo para la im­plantación de las instituciones que demandaba la nueva época y para la marcha legal en que se había encauzado la Provincia.

Pero Celedonio Gutiérrez, incapaz de adaptarse a la nueva época, no iba a resignarse a dejar de mandar en Tucumán; y dando plena razón a la Sala, va a desarrollar una acción per­turbadora y nociva para la Provincia, invadiéndola en más de un ocasión -a veces con ayudas extrañas-, ensangretando y dañando su he~moso territorio. Así, al volver de San Nicolás y encontrarse depuesto, empieza de inmediato a conspirar a fin de derrocar a Espinosa. Busca primero el apoyo del gobierno de Catamarca; pero, debido al convenio de Guacra, fracasa. Apela entonces a otros medios'. Y a principios del 53 (el 16 de enero), consigue que sus partidarios, al parecer por medio de un motín militar, triunfen sorpresivamente en nuestra ciudad y depon­gan al gobernador Espinosa. Estos labran un acta, donde dicen que el pueblo en masa se había levantado para derrocar la ad­ministración de Espinosa, como "gobierno retrógrado", y res­tablecer el "legal" de Gutiérrez, "haciendo justicia a su mérito y al acendrado patriotismo con que ha gobernado y enriquecido este país con la paz y con su administración paternal". Todo lo cual es tan opuesto a la realidad de los hechos que más parece una ironía. i Decir que el gobierno de Espinosa fué retrógrado y que el de Gutiérrez había enriquecido al paí,s "con la paz y con su administración paternal"! Y si hubo esto último --observa­remos nosotros- lo que Tucumán requería, al alborear esta nue­va época, no era esa paz ni esa administración paternal: nece­s itaba simplemente hombres nuevos con un nuevo espíritu, como

. los que gobernaron después.

Vuelve de esta manera Gutiérrez al gobierno tucumano. Y se afianza en él del todo cuando el 21 de febrero (del 53) de­rrota a las tropas santiagueñas que al mando de Antonino Ta­boada habían venido para apoyar a E-spinosa. El encuentro es \Sobre el Arroyo del Rey (cerca de Bella Vista), donde quedan "pulverizados" los santiagueños -al dec:jr de GlUtiérrez- y muerto en el campo el general Espinosa, digno de mejor suerte.

Page 112: Breve Historia de Tucuman

BREVE 111TOIIA DE T[ U1AX 121

Después de este triunfo, Ia obsecuencia torna a rendir pleitesiaGutiérrez, pues hasta la Sala de Representantes aparece p0-

ni6ndose, como en el pasado, incondicionalmente a sus órdenes.Asi, por leyes del 3 de abril declara nulos e injustos tanto sudestierro como su destitución anteriores, y lo restablece y reco-noce como legItimo gobernador de la Provincia. No contentacon esto, la Sala —sin duda a pedido de Gutiérrez— en 10 deabril por otra ley deroga y declara sin valor el Estatuto Provin-cial del 53, considerándolo "extemporáneo, impracticable.. . yun obstáculo a la marcha del Gobierno". Claro: iGuti6rrez nopodia gobernar con normas de un estatuto constitucional! Nun-ca él habIa gobernado asl!

Pero los Taboadas, el Gobernador y su hermano el Gene-ral, dueños del poder en Santiago, no lo dejan tranquilo. Entremayo y agosto del 53 realizan incursiones de invasion por Tu-cumán. Y esto da lugar a que la Sala de Representantes autoriceal P. E. para hacer "la guerra defensiva" a Santiago, y motivaluego un mensaje de Gutiérrez donde éste hace inculpacionesgraves al gobierno de aquella provincia y cargos velados al deIa Nación.

Juzgando estos sucesos anormales, posteriores a la organi-zación del pals, diremos que, como insinüa Gutiérrez, pueden seratribuIdos en parte a la desorientación que ocasionaba la luchadeclarada entre la Confederación y Buenos Aires y a la polIticaque, como conscuencia, dicha provincia desarrollaba en las de-más del Interior. Pero en el caso tucumano habIa otro factor:Ia profunda ojeriza que, por más de un motivo, tenlan los Ta-boadas a Gutiérrez. Sin embargo, nada de esto podia justificarlas agresiones de Santiago a Tucumán. Porque el gobierno san-tiagueflo no solo no respeta la autonomla de la provincia her-mana sino que al ültimo la invade por su propia cuenta, cuan-do ya regia la ConstituciOn Nacional. En esto tenemos, portanto, que dar la razón a Gutiérrez que, sea como fuere, estabaotra vez al frente del gobierno tucumano y hacia muy bien entratar de repeler, con todas ]as de la ley, tan injustificadasagresiones.

Una nueva deposición de Gutiérrez ocurre el 21 de octubredel 53. Y se debe a un alzamiento de oficiales y tropas que seimponen sobre los partidarios del depuesto en el Campo de laCiudadela. El dia 23 se labra una acta popular por el mismo

BREVE HISTORI A DE TUCU~IA_ 121

Después de este triunfo, la obsecuencia torna a rendir pleitesía 4 Gutiérrez, pues hasta la Sala de Representantes aparece po­niéndose, como en el pasado, incondicionalmente a sus órdenes. Así, por leyes del 3 de abril declara nulos e injustos tanto su destierro como su destitución anteriores, y lo restablece y reco­noce como legítimo gobernador de la Provincia. No contenta con esto, la Sala -sin duda a pedido de Gutiérrez- en 10 de abril por otra ley deroga y declara sin valor el Estatuto Provin­cial del 53, considerándolo "extemporáneo, impracticable... y un obstáculo a la marcha del Gobierno". Claro: i Gutiérrez no podía gobernar con normas de un estatuto constitucional! i Nun­ca él había gobernado a,sí!

Pero los Taboadas, el Gobernador y su hermano el Gene­ral, dueños del p'oder en Santiago, no lo dejan tranquilo. Entre mayo y agosto del 53 realizan incursiones de invasión por Tu­cumán. Y esto da lugar a que la Sala de Representantes autorice al P. E. para hacer "la guerra defensiva" a Santiago, y motiva luego un mensaje de Gutiérrez donde éste hace inculpaciones graves al gobierno de aquella provincia y cargos velados al de la Nación. -

Juzgando estos sucesos anormales, posteriores a la organi­zación del país, diremos que, como insinúa Guíiérrez, pueden ser atribuídos en parte a la desorientación que ocasionaba la lucha declarada entre la Confederación y Buenos Aires y a la política que, como conscuencia, dicha provincia desarrollaba en las de­más del Interior. Pero en el caso tucumano había otro factor: !a profunda ojeriza 'que, por más de un motivo, tenían los Ta­boadas a Gutiérrez. Sin embargo, nada de esto podía justificar las agresiones de Santiago a Tucumán. Porque el gobierno san­tiagueño no sólo no respeta la autonomía de la provincia her­mana sino que al último la invade por su propia cuenta, cuan­do ya regía la Constitución Nacional. En esto tenemos, por tanto, que dar la razón a Gutiérrez que, sea como fuere, estaba otra vez al frente del gobierno tucumano y hacia muy bien en tratar de repeler, con todas las de la ley, tan injustificadas agresiones.

Una nueva deposición de Gutiérrez ocurre el 21 de octubre del 53. Y se debe a un alzamiento de oficiales y tropas que se imponen sobre los partidarios del " depuesto en el Campo de la Ciudadela. El día 23 se labra una acta popular por el mismo

Page 113: Breve Historia de Tucuman

122 M. LIZONDO I3ORDA

estilo de la del 16 de enero que exaltara a Gutiérrez. Pero enella ahora se habla del "déspota" y de su "tiranIa"; se declara,como un deber de todos, que su administracjón habla caducado"no solo de hecho sino también de derecho, por esta segundavez", y se expresa que se hizo la elección del gobernador pro-visorio resultando electo el "benemérjto patriota, el Sr. Cura D.José Maria del Campo".

Vinieron delegados del Gobierno Nacional, el Dr. BenjaminS. Lavaisse y el coronel D. Marcos Paz, nombracjos €1 11 denoviembre del 53, "cerca de los gobiernos de COrdoba, Santiago,Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy, y de los Jefes de campafiaque manden las armas en sus territorios"; a quienes se envia"teniendo en cuenta la situación alarmante" en que se encon-traban dichas provincjas con motivo de la guerra que habIa"estallado entre ellas". Y en las "instrucciones" que traIan me-rece citarse un párrafo interesante que dice: "No más guerrasintestinas, plaga hedionda y vergonzosa para los pueblos argen-tinos, no más partidos, no más venganzas: fusion, paz y con-cordia entre todos, obediencia a la ley y respeto religioso a laConstjtucjón jurada". Pero habIan de pasar muchos años an-tes de que esta exhortacjón evangélica tuviese realidad.

Después de algunas tramitacjones de arreglo, Gutiérrez noacepta las exigencias de la Comisión Nacional que, segán éI, nofué imparcial y querIa entregarlo desarmado y aun maniatadoa sus enemigos irreconejijables. Por lo cual, casi en presencjade dicha Comisjón, al margen de la Autoridad Nacional, pro-siguen las hostilidades. Hasta que el 25 de diciembre (del 53)tropas combinadas de Tucumán y Santiago, al mando de JoséMaria del Campo y Antonino Taboada se encaran con las fuer-zas de Gutiérrez en "Los Laureles" (cerca de Lules), libranbatalla, y Gutiérrez es completamente derrotado. Al recibir estanoticia, lo Onico que hace el Gobierno Nacional es dictar un de-creto, el 9 de febrero del 54, entre cuyos considerandos expresa:"que la paz reinante en las Provincias del Norte ha sido con-quistada por un suceso de armas sangriento y costoso"; y "quela marcha administrativa del Gobierno Nacional estaba dete-nida por las discordias que terminaron en Los Laureles". Y asi,"con el objeto de prevenir y evitar la repetición de iguales acon-tecimientos", etc., "prohIbese al Gral. Dn. Celedonio Gutiérrezresidir en ningün punto del territorio de la Confederación si

í22 M. L IZO N D O B O R D A

estilo de la del 16 de enero que exaltara a Gutiérrez. Pero en ella ahora se habla del "déspota" y de su "tiranía"; se declara, como un deber de todos, que su administración había caducado "no sólo de hecho sino también de derecho, por esta segunda vez", y se expresa que se hizo la elocción del gobernador pro­visorio resultando electo el "benemérito patriota, el Sr. Cura D. José María del Campo".

Vinieron delegados del Gobierno Nacional, el Dr. Benjamín S. Lavaisse y el coronel D. Marcos Paz, nombrados el 11 de noviembre del 53, "cerca de los gobiernos de Córdoba, Santiago, Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy, y de los Jefes de campaña que manden las armas en sus territorios"; a quienes se envía ·'teniendo en cuenta la situación alarmante" en que se encon­traban dichas provincirus con motivo de la guerra que había "estallado enJre ellas". Y en las "instrucciones" que traían me­rece citarse un párrafo interesante que dice: "No más guerras intestinas, plaga hedionda y vergonzosa para los pueblos argen­tinos, no más paJ;tidos, no más venganzas: fusión, paz y con­eordia entre todos, obediencia a la ley y respeto religioso a la Constitución jurada". Pero habían de pasar muchos años an­tes de que esta exhortación evangélica tuviese realidad.

Después de algunas tramitaciones de arreglo, Gutiérrez no acepta las exigencias de la Comisión Nacional que, según él, no fué imparcial y quería entregarlo desarmado y aun maniatado a sus enemigos irreconciliables. Por 10 cual, casi en presencia de dicha Comisión, al margen de la Autoridad Nacional, pro­siguen las hostilidades. Hasta que el 25 de diciembre (del 53) tropas combinadas de Tucumán y Santiago, al mando de José María del Campo y Antonino Taboada se encaran con las fuer­zas de Gutiérrez en "Los Laureles" (cerca de Lules), libran batalla, y Gutiérrez es completamente derrotado. Al recibir esta noticia, lo único que hace el Gobierno Nacional es dictar un de­creto, el 9 de febrero del 54, entre cuyos considerandos expresa: "que la paz reinante en las Provincias del Norte ha sido con­quistada por un suceso de armas sangriento y costoso"; y "que la marcha administrativa del Gobierno Nacional esta-ba dete­nida por las discordias que terminaron en Los Laureles". Y' así, "con el objeto de prevenir y evitar la repetición de iguales acon­tecimientos", etc., "prohíbes e al Gral. Dn. Celedonio Gutiérrez residir en ningún punto del territorio de la Confederación si

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BREVE HISTORIA DE TUTXMAN 123

no es en la Capital en donde tenga su asiento la Autoridad nacio-nal, bajo la caución de su palabra de honor". Y ante esta me-dida Gutiérrez opta por confinarse en Bolivia (donde escribesu "Vindicación"). Con esto dicho personaje deja de ser Un

obstáculo para Tucumán; pues, aunque torna más tarde, en el61 y 62, y pelea otra vez contra las fuerzas y las autoridadesde esta Provincia, ya lo hace en otras condiciones y no vuelvea triunfar.

Terminada la lucha, una de las primeras medidas de laSala de Representantes es dictar una resolución, el 3 de marzodel 54, declarando "en todo su valor y fuerza el Estatuto Pro-vincial", sancionado el 52, del cual se dice —entre otros con-siderandos de interés— que "es el más inexpugnable baluartecontra la tiranIa, porque contiene las verdaderas garantIas delciudadano, y como tal fue jurado en la capital y su campaña".La medida siguiente, del dIa 4, es la sanción de una ley quenombra en propiedad "Go}5ernador y Capitán General de laProvincia" al ciudadano, "PresbItero D. José Maria del Campo"(que hasta entonces habIa sido provisorio). Y, por fin, otraresolución de la Sala, de carácter politico, es la ley del 5 dejLfl1G, que revoca el artIculo 10 de la del 3 de abril del 53, enque se declaraba "ley suprema de la Provincia" el acta del 16de enero de dicho año.

Diremos ahora que desde el 54 hasta el 60, durante la Pry-sidencia de ljrquiza, bajo las gararitIas, ya efectivas, de la Cons--Utución Nacional, en Tucumán hay paz, hay progreso y e.mpiezaa haber cultura. En este tiempo con libertad, con orden y congarantIas, ha aclarado otra vez para el pueblo tucumano; y éteprosigue su camino histórico con la fe y la alegrIa que le infundeel nuevo horizonte moral que se abre frente a él.

En el orden institucional, este perIodo tiene una importan-cia extraordinaria. Y lo tiene, primero por el Estatuto Provincial del 52, y después por la Constitución tucumana del 56, dic-tada en concordancia con la nacional del 53: sobre todo por dichaConstitución que consagra para su pueblo "todos los principio,derechos y garantIas" que la nacional establece; que fija con cia-ridad la órbita de los tres Poderes, crea el Regimen municipal ymanda dar Ieyes fundamentales que eran su complemento. Por-que de acuerdo a estas normas y bajo estos mandatos, en esos

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no ee en la Capital en donde tenga su asiento la Autoridad nacio­nal, bajo la caución de su palabra de honor". Y ante esta me­dida Gutiérrez opta por confinarse en Bolivia (donde escribe su "Vindicación"). Con esto dicho personaje deja de ser un obstáculo para Tucumán; pues, aunque torna más tarde, en el

61 y 62, Y pelea otra vez contra las fuerzas y las autoridades de esta Provincia, ya lo hace en otras condiciones y no vuelve a triunfar.

Terminada la lucha, una de las primeras medidas de la Sala de Representantes es dictar una resolución, el 3 de marzo del 54, declarando "en todo su valor y fuerza el Estatuto Pro­vincial", sancionado el 52, del cual se dice -entre otros con­siáerandos de interés- que "es el más inexpugnable baluarte contra la tiranía, porque contiene las verdaderas garantías del ciudadano, y como tal fue jurado en la capital y su campaña". La. medida siguiente, del día 4, es la sanción de una ley que nombra en propiedad "Gooernador y Capitán General de la Provincia" al ciudadano, "Presbítero D. José María del Campo" (que hasta entonces había sido provisorio). Y, por fin, otra resolución de la Sala, de carácter político, es la ley del 5 de j lmio, que revoca el artículo 1 Q de la del 3 de abril del 53, en

I que ,se declaraba "ley suprema de la Pr00ncia" el acta del 16 de enero de dicho año.

Diremos ahora que desde el 54 hasta el 60, durante la Pre­sidencia de Urquiza, bajo las garantías, ya efectivas, de la Cons­¡,itución Nacional, en Tucumán hay paz, hay progreso y empieza a haber cultura. En este tiempo con libertad, con orden y con garantías, ha aclarado otra vez para el pueblo tucumano; y éste

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prosigu:e su camino histórico con la fe y la alegría que le infunde el nuevo horizonte moral que se abre frente a él.

En el orden institucional, este período tiene una importan­cia extraordinaria. Y lo tiene, primero por el Estatuto Proviri~ dal del 52, y después por Ila Constitución tucumana del 56, dic­té'.da en concordancia con la nacional del 53: sobre todo por dicha Constitución que consagra para su pueblo "todos los principios,

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derechos y garantías" que la nacional establece; que fija con cla-ridad la órbita de los tres Poderes, ,crea el Régimen municipal y manda dar leyes' fundamenta'les que eran su complemento. Por­que de acuerdo a estas normas y bajo estos mandatos, en esos

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auios se establecen, por la primera vez en Tucumán, institucionesnuevas y se organiza en general su gobierno de tipo moderno.

Como una conseciencia de todo esto, en el orden económicola Provincia da en ese tiempo verdaderos saltos: la agricultura,ci comercio, las industrias, en especial la azucarera, se mueven yadelantan vertiginosamente. Esto lo vemos especialmente por losrecursos que empiezan a acusar los presupuestos. Conocemos enespecial que ci apogeo de la prosperidad comienza en el 56, cuan-.do Tucumán, segUn el periódico El Guardia Nacional, "parecetin puerto de mar por la actividad de las transacciones, y las co-sas valen "más del doble" y hasta ci triple de lo que antes valIan:de.biéndose todo ello a uria "polItica de fusion, de indulgencia ycontemporización", imperante en esos años.1

Dentro de la actividad y ci progreso cultural ocurre lo mis-nio. La instrucción pübiica en forma sistemática y moderna em-iieza realmente en ese tiempo y logra tomar un gran impulso.

Liegan a ila Provincia, recomendados por Urquiza, los pri-,nieros educadores franceses: Buessard, Labougle, Pelissot y cigran Amadeo Jacques. Este ültimo, en ci 58, se encarga del flue-vo Coiegio San Miguel, establecido por los anteriores; Ic agregauna sección de Letras y Humanidades, que da espléndidos resul-tados; y dirige en él la primera biblioteca pdblica, fundada enese mismo año por ci gobernador Marcos Paz.

A principios del 56 hubo dos intentos de derrocar las auto-ridades; pero sofocados a tiempo no ilegaron a perturbar gra-vemente la tranquilidad de la Provincia. El primero, del 2 demarzo (cuando estaba por terminar su mandato ci gobernadorDel Campo), es ci de "una fuerza armada compuesta de enemigosasilados en Catamarca", a cuyo frente ya andaba al parecer Gu-tiérrez, la cuai sOlo consigue Ilegar hasta ci pueblito dc Grane-ros. Y ci otro intento, pero ya de otro origen, fué ci 16 de abril,al iniciarse ci gobierno del coronei Anseimo Rojo, cuando a me-dia noche de ese dIa estalia en la ciudad una revoluciOn encabe-zada por Jose, Ramón, Benjamin y Manuel Posse y Durval Vás-q'iez, con la complicidad del PresbItero Del Campo, que acababade dejar ci marido. Los revolucionarios ilegaron a apoderarse departe del Cabildo; pero fueron desalojados y al fin derrotados

1) Cita de Zinny: Hisoria de los Gobernadores.

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años se establecen, por la primera vez en Tucumán, instituciones nuevas y se organiza en general su gobierno de tipo moderno.

Como una consecuencia de todo esto, en el orden económico I

la Provincia da en ese tiempo verdaderos saltos: la agricultura, el r.omercio, las industrias, en especial la azucarera, se mueven y adelantan vertiginosamente. Esto lo vemús especialmente por Ilos r.ecursos que empiezan a acusar los presupuestos. Conocemús en especial que el apogeo de la prosperidad comienza en el 56, cuan~ do Tucumán, según el periódico El Guardia Nacional, "parece ¡¡n puerto de mar por la actividad de las transacciones, y las co­sas valen "más del doble" y hasta el triple de lo que antes valían: debiéndose todo ello a una "política de fusión, de indulgencia y contemporizadón", imperante en esos años,l l

Dentro de la actividad y el progreso cultural ocurre lo mis~ mo. La instrucción pública en forma sistemática y moderna em­pieza realmente en ese tiempo y logra tomar un gran impulso.

Llegan a 'la Provincia, recomendados por Urquiza, los pri~

meros educadores franceses: Buessard, Labougle, Pelissot y el I

gran Amadeo Jacques. Este último, en el 58, se encarga del nue-vo Colegio San Miguel, establecido por los anteriores; le agrega una sección de Letras y Humanidades, que da espléndidos' resul­tados; y dirige en él la primera biblioteca pública, fundada en ese mismo año por el gobernador Marcos Paz.

A principios del 56 hubo dos intentos de derrocar las auto­ridades; pero sofocados a tiempo no llegaron a perturbar gra­vemente la tranquilidad de la Provincia. El primero, del 2 de

. marzo (cuando estaba por terminar su mandato el gobernador Del CaIIl¡po), es el de "una f1uerza armada compuesta de enemigos asilados en Catamarca", a cuyo frente ya andaba al parecer Gu­tiérrez, la cual sólo consigue llegar 'hasta el pueblito de Grane­ros. y el otro intento, pero ya de otro origen, fué el 16 de abril, al iniciarse el gobierno del coronel Anselmo Rojo, cuando a me­dia noche de ese día esta/lla en la ciudad una revolución encabe­zada por José, Ramón, Benjamín y Manuel Posse y Durval Vás­q'1ez, con la complicidad del Presbítero Del Campo, que acababa de dejar el mando. Los revolucionarios llegaron a apoderarse de

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parte del Cabildo; pero fueron desalojados y al fin derrotados

1) Cita de ZinlJy: Histol'ia de los Gobernadores,

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pr Rojo con fuerzas de la Guardia Nacional y un piquete delEjército.

Salvados estos amagos de una vieja fiebre, estas recaIdasei males del pasado,' Tucumán sigue adelante y se afana y pros-pera como nunca hasta el aflo 60. En ese tiempo son los primerosgobiernos de los hombres ilustrados y de ley: del Dr. AgustinJ. de la Vega, del Dr. Uladislao FrIas (interino) y del Dr. Mar-cos Paz; de los cuales, por las medidas de progreso y cultura, esespecialmente memorable el gobierno del Dr. Marcos Paz.

Con dicha administración y los comienzos del gobierno delDr. Salustiano ZavalIa hasta fines del año 60, puede darse porterminado este periodo; pues con el aflo 61 principian los sInto-mas de una grave crisis polItica, la cual, arrancando de los nue-vo resquemores suscitados entre Buenos Aires y el GobiernoNacional, va a provocar focos de fuego en algunas provincias,hasta desembocar en el incendio general de Pavón.

De este perIodo 18524860 diremos, como conclusion, que apcsar de sus agitaciones y zozobras primeras, es en general,cuanto al espIritu püblico, renovador y fecundo, de ascenso enprogreso y en cultura.

1861 - 1869. - Se ha dicho que en el 62 se sella la organiza-ciOn definitiva de nuestra Nación. ,En qué se funda tal aserto?No lo sabemos bien; y si lo sospechamos, de ningdn modo nosconvence. Porque, para nosotros la orgarnZaCióu con.stitzwionalde la Repáblica se hizo en el 53; y su jute gracrión histórica, conBuenos Aires, en el año 60. En cambio en €1 62, con la elevaciónde Mitre a! Gobierno nacional, lo ünico real que se consuma es loque se vino operando desde el 61 con la batalla de Pavón: elvuelco o cambio de la politica oficial argentina, que de manos delviejo part ido fed-eral pasa en todo el Pals a las manos del nuevopartido nacional o liberal de Mitre.

Este cambio de los gobiernos provinciales en el interior,iinpuesto en algunos de ellos por la fuerza, no contentó a todos;y hubo caudillos federales que se aizaron: por ejemplo, el general

1) Ei; una nota del Gobierno Nacional al do Tucunidii, do junia 5 del 57, Seexpresa que en esta Provincia pareelan suscitarse toda via ''(sac odiosascalificaciones de federal y vs ilario que el Gobierno Nacional ha provurado

ha.cer olvidar... ''.

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pnr Rojo con fuerzas de la Guardia Nacional y un piquete del Ejército.

Salvados' estos amagos de una vieja fiebre, estas recaídas e 11 nlales del pasado,! ) Tucumán sigue adelante y se afana y pros-

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rera como nunca hasta el año 60. En ese tiempo son los primeros gobiernos de los hombres ilustrados y de ley: del Dr. Agustín J. de la Vega, del Dr. Uladislao Frías (interino) y dell Dr. Mar­cos Paz; de los cuales', por las medidas de progreso y cultura, es e3pecialmente memorable el gobi€rno del Dr. Marcos Paz.

Con dicha admini stración y los comienzos del gobierno del Dr. Salustiano Zava·lía hasta fines del año 60, puede darse por , terminado €ste período; pues Con el año 61 principian los sínto-mas de una grave crisis política, la cual, arrancando de los nue­VO~ res'quemores suscitados entre Buenos Aires y el Gobierno Nacional, va a provocar focos de fuego en algunas provincias, hasta desembocar en el incendio general de Pav ón .

De este período 1852-.1860 diremos, como 'conclusión, que a pesar de sus agitaciones y zozobras primeras, es en ge,neral, CLianto al espíritu público, renovador y fecundo, de ascenso en progreso y en cultura.

1861 - 1869. - S€ ha dicho que en el 62 se sella la organiza­ción definit iva de nuestra N ación. ¿ En qué se funda tal aserto? N o lo sabemos bien; y si lo sospechamos, d€ ningún modo nos convence. Porque, para nosotros la or ganización const i tucional de la República se hizo en el 53; Y su int eg1'acrión histórica, con Buenos Aires, en el año 60. En cambio en €l 62, con la elevación rie Mitre al Gobierno nacional, lo único r eal que se consuma es lo que se vino operando desde €l 61 con la batalla de P avón: el vuelco o cambio de la polí t ica ofi cial argentina, que de manos del viejo partido f ea-eral pasa en todo el País a las manos del nuevo part i do naci onal o liberal de Mitre.

Este cambio de los gobiernos provinciales en el interior, impuesto en algunos de ellos por la fuerza, no contentó a todos; y hubo caudillos federales que se alzaron: por ejemplo, el general

1) Ero una nota del Gobierno Kacional al de 'l'ueumi'tn, de junio 5 del 57, se expresa que en esta Provincia parecíau suseitarse toda.vía " esas odiosas eal if.ica,c,iolle8 de f ederal y unitario que el Gobierno Nacional ha procurado ha.eer olvidar .. . " .

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Peñaloza o El Chacho, el más notorio. Aludiendo al cual, dire-ii-. ,)s que en el 63, el gobernador tucumano Del Campo, del partidolib eral, sale por su cuenta a defender a Catamarca, invadida porllerzas de La Rioja. Pero nada es esto: lo interesante son susexpresiones sobre los federales, a los que llama "enemigos de lasinstituciones del Pals", mientras que él, como liberal, querIaprestar sus servicios "a la causa de la libertad y civilización deIa RepUblica". Pues aquI Del Campo hablaba como los unitariosde épocas pasadas; y no decIa la verdad, porque no era ciertoque los federales de la situación anterior fueron enemigos de lasinstituciones, como no es exacto que solo con los liberales de lanueva estaban la libertad y la civilización. Y en el caso especialde El Chacho y de sus partidarios, no basta decir que se aizaronpara anatematizarlos: antes hay que esciarecer bien contra quiénen realidad se aizaron y porqué se alzaron...

Del 64 al 65, bajo ci gcbierno de D. José Posse, un hombreculto, Tucumán está en calma aparente; pero nada notorio seiealiza, sin duda porque la guerra con el Paraguay, en que elgohierno nacional está embarcado desde el 65, intranquiliza aljjueblo, y Posse tiene que atender al envio de contingentes paraci ejército argentino, como las demás prcvincias. Y a este res-pccto diremos solamente que, aunque en el interior pocos o nm-gunos fueron gustosos a esa guerra contra ci Paraguay, los pri-meros contingentes tucumanos lievados a través del Chaco, re-signados y heroicos, no se desbandaron —como otros— y lie-garon intactos adonde iban.

A principios del 67, otro gobernador Posse (D. Wenceslao)mis dice que Tucumán era 'una de las excepciones honrosas delPals en esta época de crisis por que atraviesa la Repóblica".Pero agrega que ya apareclan nubarrones que anunciaban tern-pestad; porque —dice---- "el partido federal nos hace oir otravez sus brarnidos de reacción y ci liberal está dividido: la enseñade Mayo que empuflara antes está rota". Y él es ci primeroen sufrir ci vendaval que liega; pues en junio de ese año sele hace una revolución que ocasiona su renuncia. Pero es dignode citarse el motivo en que la funda. Expresa que fué "wit mo-'nento popular" contra su autoridad; y que "una manifes-

tación tan general y espontánea de la voluntad del pueblo" leiinpoIa, "come buen ciucladano, el deber de acatarla". Hermoso

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Peñailoza O El Chacho, el más notorio. Aludiendo al cual, dire-11:08' que en el 63, el gobernador tucumano Del Campo, del partido libi?ral, sale por su cuenta a defender a Catamarca, invadida por igerzas de La Rioja. Pero nada es esto: lo interesante son sus expresiones sobre los federales, a los que llama "enemigos de las mstituciones del País", mie.ntras que él, como liberal, quería pi'estar sus servicios "a la causa de la libertad y civilización de la República". Pues aquí Del Campo hablaba como los unitarios de épocas pasadas; y no decía la verdad, porque no era cierto que los federales de la situación anterior fueron enemigos de las ini:.<tituciones, como no es exacto que sólo con los liberales de la llüeva estaban la libertad y la civilización. Y en el caso especial

I ae El Chacho y de sus partidarios, no basta decir que se alzaron l1ara anatematizarlos: antes hay que esclarecer bien contra quién en realidad se alzaron y porqué se alzaron ...

Del 64 al 65, bajo el gobierno de D. José Posse, un hombre wlto, Tucumán está en calma aparente; pero nada notorio se 1 ealiza, sin duda porque la guerra con el Paraguay, en que el gchierno nacional está embarcado desde el 65, intranquiliza al pueblo, y Posse tiene que atender al envío de contingentes para

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el ejército argentino, como ,las demás provincias. Y a este res-pecto diremos solamente que, aunque en el interior pocos o nin­gU:10S fueron gustosos a esa guerra contra el Paraguay, los pri­meros contingentes tucumanos llevados a través del Chaco, re­signados y heroicos, no se desbandaron --eomo otros- y lle­garon intactos adonde iban.

A principios del 67, otro gobernador Posse (D. Wenceslao) n'lS dice que Tucumán era "una de las excepciones honrosas del País en esta épo~a de crisis por que atraviesa la República". Pero agrega que ya aparecían nubarrones que anunciaban tem­pestad; porque -dice- "el partido feclet'al nos hace oir otra vez sus bramidos de reacción y el libe1'al está dividido: la enseña de Mayo que empuñara antes está rota". Y él es el primero en sufrir el vendaval que llega; pues en junio de ese año se le hace una revolución que ocasiona su renuncia. Pero es digno de citarse el motivo en que la funda . Expresa que fué "·un mo­vimiento popular" contra su autoridad; y que "una manifes­tación tan general y espontánea de la voluntad del pueblo" le imponía, "como buen ciudadano, el deber de acatarla". HermoRo

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ejemplo que no han imitado otros gobernantes de entonces, nide ahora.

El nuevo gobernador, D. Octavio Luna, en septiembre deese año toma extremas medidas para reunir fuerzas e ir endefensa de la Provincia de Salta, amenazada por Felipe Varelay sus huestes, a los que llama "traidores a la Nación Argentina".Antes de esto, en abril, cuando pasO Varela por La Rioja, ya unadivision tucumana peleó bravamente, a la par de las tropas san-tiagueflas, contra las de aquel caudillo, derrotándolas en el Pozode Vargas. Y en cuanto a Varela referiremos de paso lo quedice Zinny: que se habIa alzado contra el Gobierno nacionalpar su negativa a entrar en una alianza americana a que lo in-vito Chile y por la Guerra contra el Paraguay. Lo que en ciertomodo confirma la leyenda de una bandera del caudillo; éstaque cita dicho autor: ";Constit'ución o Muerte! - Viva laUnion Americana ! - Viva el Jiustre General D. Justo José deL rquza! - ;Abajo los negreros traidores a la Patria!". Por locual, y por otras razones, nosotros pensamos: que el aizamientode Varela, como empresa loca, nunca fué un serio peligro parala situación oficial; que Varela, aunque cruel como desesperado,no fué un bandolero: solo fué el ültimo caudillo federal que enel interior se hizo expresión de un profundo descontento populary se rebelO contra el Gobierno nacional por su polItica de cuñounitario y porteflista, impuesta sobre todo el Pals.

Vuelto a su cargo, el gobernador Luna expresa en su men-saje del 69 que Tucumán se habia librado felizmente de dos fla-gelos, sufridos también por sus vecinas: el cólera inorbus y laguerra civil; que en cuanto al segundo, "la paz y el orden pü-Lilco, tan obstinada y temerariamente combatidos", se hablancnservado incólumes sin emplearse "medidas de severidad"contra los sediciosos. Pero, al referirse a la revolución del 67,dice, que "fué glorioso y expedito volcar la dinastla usurpadoraque humilló esta sociedad por 6 años, violanclo todos los dere-chos politicos y tornando el pals (tucumano) en feudo suyo".Y como aqui aludia al gobierno de los Posses (José y Wences-lao), se ye que en la division del partido liberal Luna perteneclaal sector democrdtico que hizo dicha revolución; y que las pos-teriores "conspiraciones abortadas", de que también habla, fue-r'n del sector aristocrático, de la "dinastIa usurpaclora".

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ejemplo que no han imitado otros gobernantes de entonces, ni de ahora.

El nuevo gobernador, D. Octavio Luna, en septiembre de ese año toma extremas medidas para reunir fuerzas e ir en defensa de la Provincia de Salta, amenazada por Felipe Varela y sus' huestes, a los que llama "traidores a la Nación Argentina". Antes de esto, en abril, cuando pasó Varela por La Rioja, ya una división tucumana pelleó bravamente, a la par de las tropas san­tiagueñas, contra las de aquel caudillo, derrotándolas en el Pozo

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de Vargas. Y en cuanto a Varela referiremos de paso lo que dice Zinny: que se había alzado contra el Gobierno nacional p~r f¡U negativa a entrar en una alianza americana a que lo in­vitó Chile y por la Guerra contra el Paraguay. Lo que en ciertO' modo confirma la leyenda de una bandera del caudillo; ésta que cita dioho autor: "¡Constit'ución o Muerte! ¡Viva la Unión Americana! - ¡Viva el Ilustre General D. Justo José de 'Crquíza! - ¡Abajo los negreros traidores a la Pat1"Ía!". Por lo cual, y por otras razones, nosotros pensamos: que el alzamientO' de Varela, como empresa loca, nunca fué un serio peligro para la situación oficial; que Varela, aunque cruel como desesperado, no fué un bandolero: sólo fué el último caudiUo fede1~l que en el interior se hizo expresión de un profundo descontento popular y se rebeló contra el Gobierno nacional por su política de cuñO' unitario y porteñista, impuesta sobre todo el País.

Vuelto a su cargo, el gobernador Luna expresa en su men­saje del 69 que Tucumán se había librado felizmente de dos fla­gelos, sufridos también por sus vecinas: el cóler-a mor-bus y la guerra civil; que en cuanto al segundo, "la paz y el orden pú­blico, tan obstinada y temerariamente combatidos", se habían clnservado incólumes sin emplearse "medidas de severidad" contra los sediciosos. Pero, al referirse a la revolución del 67, dice, que "fué glorioso y expedito volcar la dinastía usurpadora que humilló esta sociedad por 6 años, violando todos los dere­chos políticos y tornando el país (tucumano) en feudo suyo". y como aquí aludía al gobierno de los Posses (José y Wences­lao), se ve que en la división del partido lib eral Luna pertenecía al sector democrá,tico que hizo dicha revolución; y que las pos­teriores "conspiraciones abortadas", de que también habla, fue­r\'n del sector aristocrático, de la "dinastía usurpadora".

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Diremos ahora, como conclusion sobre este breve perIodo,que fué en general improductivo. Ambiciones y luchas de par-tidos, movidas por los hombres dirigentes, de dentro y fuera denuestra Provincia, llevan tras si a este pueblo tucumano; en-conan a unos contra otros, los hacen pelearse y los desangran.Y este pueblo sufrido, el ünico que en esos aflos demuestra en-tueza, sin paz duradera y sin otro trabajo que el de las armas,no puede ocuparse de otra cosa... Y asi son las consecuencias.

1870-1880. - Esta década, que transcurre bajo las Presi-dencias de Sarmiento y Avellaneda, fué de paz, de trabajo yprogreso para Tucumán, como lo hacen notar en sus mensajeslos goberriadores. A lo cual agrega uno de ellos que era ya "latransmisión pacIfica del poder un acontecimiento enteramentenormal en nuestra vida pdblica". Solo algunos sucesos politicosnacionales, en especial el aizamiento de Mitre y su partido,cuando el triunfo de Avellaneda en la elección presidencial, lle-garon a sacudir con sus colazos la tranquilidad de esta Provin-cia. Sobre lo cual dice el gobernador Belisario Lopez, a finesdel 74, que si Tucumán con su Guardia nacional no participóactivamente en la lucha, contribuyó decididamente con su re-suelta actitud a que "la rebelión no se difundiese en el Nortede la Repdblica". Luego expresa que, cuando la lucha "tocabaa su conclusion, un partido que se veIa sin elementos de triunfoen la contienda pacIfica de los comicios, apeló primero a la co-rrupción, tentando en seguida algunos actos de violencia con elpropósito de cambiar la situación politica en algunas provincias,para utilizar sus elementos". Alude, sin duda, al partido de-rrotado que, desde Buenos Aires, envió a Tucumán un "agenterevolucionario", el cual desde su ilegada "se ocupó en conspirary sobornar"; hasta que, perseguido aquI, se fugó a Santiagodonde estableció "el centro de los trabajos revolucionarios, quedebIa producir en el Norte de la Repñblica una conflagracióngeneral". A lo cual agrega que una partida armada de RioHondo, que invadió la Provincia, cometiendo "depredaciones ymales de entidad", ya habIa sido rechazada; y que esto originóuna cuestión enojosa con Santiago.

Después, hasta el 79, sigue una paz fecunda en Tucumán.Pero, en ese año, hubo un conflicto entre el P. E. y la Legis-latura, por cuestiones electorales, el que "hubo de dirimir" el

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Diremos ahora, como conclusión sobre este breve período, que fué en general improductivo. Ambiciones y luchas de par­tidos, movidas por los hombres dirigentes, de dentro y fuera de nuestra Provincia, llevan tras sí a este pueblo tucumano; en­conan a unos contra otros, los hacen pelearse y los desangran . y este pueblo sufrido, el único que en esos años demuestra en­tE-reza, sin paz duradera y sin otro trabajo que el de las armas,

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no puede ocuparse de otra cosa. .. y así son las consecuencias . 1870-1880. - Esta década, que transcurre bajo las Presi­

dencias de Sarmiento y Avellaneda, fué de paz, de trabajo y progreso para Tucumán, como lo hacen notar en sus mensajes los gobernadores. A lo cual agrega uno de ellos que era ya "la t ransmisión pacífica del poder un acontecimiento enteramente normal en nuestra vida pública" . Sólo algunos sucesos políticos nacionales, en especial el alzamiento de Mitre y su partido, cuando el tri unfo de Avellaneda en la elección presidencial, lle­garon a sacudir con sus colazos la tranquilidad de esta Provin­cia. Sobre lo cual dice el gobernador BeHsario López, a fines del 74, que si Tucumán con su Guardia nacional no participó activamente en la lucha, contribuyó decididamente con su re­suelta actitud a que "la rebelión no se difundiese en el Norte de la República". Luego expresa que, cuando la lucha "tocaba a su conclusión, un partido que se veía sin elementos de triunfo en la contienda pacífica de los comicios, apeló primero a la co­rrupción, tentando en seguida algunos actos de violencia con el propósito de cambiar la situación p-olítica en algunas provincias, para utilizar sus elementos". Alude, sin duda, al partido de­rrotado que, desde Buenos Aires, envió a Tucumán un "agente revolucionario", el cual desde su llegada "se ocupó en conspirar y sobornar"; hasta que, perseguido aquí, se fugó a Santiago donde estableció "el centro de los trabajos revolucionarios, que debía producir en el Norte de la República una conflagra·ción general". A 10 cual agrega que una partida armada de Río . Hondo, que invadió la Provincia, cometiendo "depredaciones y males de entidad", ya había sido rechazada; y que esto originó una cuestión enojosa con Santiago.

Después, hasta el 79, sigue una paz fecunda en Tucumán. Pero, en ese año, hubo un conflicto entre el P. E. y la Legis­latura, por cuestiones electorales, el que . "hubo de dirimir" el

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Presidente de la Repüblica, no con una intervención sino conuna interpretación amistosa. Esto cuenta el gobernador delega-do Astigueta, quien de paso habla también del "drama sombrIode la Concepción" (pueblo del sur), donde "una turba ebria",—no el pueblo que acudió a los comicios—, "derramó sangre desus hermanos, quemó edificios, y se hizo dueña del fruto delargos años de trabajo honrado". Y en cuanto al aflo 80, conel que termina este perIodo, solo diremos que la revolución por-teña no tuvo repercusión en Tucumán, aunque el Gobierno tomósus medidas militares; y que vencida aquella, se festejó aqul, demanera oficial, la federalización de la ciudad de Buenos Airesel dIa 8 de diciembre. Acontecimiento sobre el cual, en su men-saje de enero del 81, el gobernador expresa su satisfacción: porver "definitivamente establecida la Capital de la Repiiblica, queha sido una de las cuestiones de más trascendental importanciaen nuestra organización constitucional y que significa para nos-otros Ia más sólida garantIa de paz y prosperidad".

P. Groussac, en el 81, dice de este lapso hitórico, en laMernoria conocida sobre Tucumán: "La sucesión ininterrumpidaen el Gobierno de ciudadanos igualmente Integros, respetuososde la ley y animados del más puro patriotismo, es un hecho con-siderable y cuya consecuencia ha .sido la prosperidad constantede la Provincia. Los gobernadores FrIas, Helguera (elegido dosveces en seis aflos), Lopez, Padilla, Muñecas, Nougués, al llevardurante doce aflos el mismo camino de rectitud en este suelofecundo, han cavado una huella tan fecunda que sus sucesores,aun cuando no poseyesen su elevación de miras y patriotismo,tendrán forzosamente que marchar a su imitación. Y es quizásel resultaclo más bello y provechoso de esa larga tradiciOn demoraljdad administrativa, el comprometer la conducta generalde los que vinieren después, y hacer buenos gobiernos aun conmalos gobernadores. El inventario de las riquezas industrialese intelectuales de esta Provincia, aumentadas sin cesar bajo losauspicios de la paz y de la libertad, y en via de decuplicarse enun porvenir cercano, forma la verdadera historia contemporá-nea de Tucumán. Los pueblos felices no tienen historia".

Todo lo cual es, en general, exacto. Tucumán, en esos años,con Ia paz, la buena administración y el espIritu p(iblico, pro-gresa como nunca hasta entonces. En lo económico, sobre todo,

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 129

Presidente de la República, no con una intervención sino con una interpretación amistosa. Esto cuenta el gobernador delega­do Astigueta, quien de paso habla también del "drama sombrío de la Concepción" (pueblo del sur), donde "una turba ebria", -no el pueblo que acudió a los comirCios-, "derramó sangre de sus hermanos, quemó edificios, y se hizo dueña del fruto de largos años de trabajo honrado". Y en cuanto al año 80, con el que termina este período, sólo diremos que la revolución por­teña no tuvo repercusión en Tucumán, aunque el Gobierno tomó sus medidas militares; y que vencida aquélla, se festejó aquí, de manera oficial, la federalización de la ciudad de Buenos Aires el día 8 de diciembre. Acontecimiento sobre el cual, en su men­saje de enero del 81, el gobernador expresa su satisfacción: por ver "definitivamente establecida la Capital de la República, que ha sido una de las cuestiones de más trascendental importancia en nuestra organización constitucional y que significa para nos­otros la más sólida garantía de paz y prosperidad".

P. Groussac, en el 81, dice de este lapso hitórico, en la Memoria conocida sobre Tucumán: "La sucesión ininterrump-ida en el Gobierno de ciudadanos igualmente íntegros, respetuosos de la ley y animados del más puro patriotismo, es un hecho con­siderable y cuya consecuencia ha .sido la prosperidad constante de la Provincia. Los gobernadores Frías, Helguera (elegido dos veces en seis años), López, Padilla, Muñecas, Nougués, al llevar durante doce años el mismo camino de rectitud en este suelo fecundo, han cavado una huella tan fecunda que sus sucesores, aun cuando no poseyesen su elevación de miras y patriotismo, tendrán forzosamente que marchar a su imitación. Y es quizás el resultado más bello y provechoso de esa larga tradición de moralidad administrativa, el comprometer la conducta general de los que vinieren después, y hacer buenos gobiernos aun con malos gobernadores. El inventario de las riquezas industriales e intelectuales de esta Provincia, aumentadas sin cesar bajo los auspicios de la paz y de la libertad, y en vía de decuplicarse en un porvenir cercano, forma la verdadera historia contemporá­nea de Tucumán. Los pueblos felices no tienen historia".

Todo lo cual eH, en general, exacto. 'Tucumán, en esos años, con la paz, la buena administración y el espíritu público, pro­gresa como nunca hasta entonces. En lo económico, sobre todo,

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el ascenso es grande; aunque, segün los presupuestos, la lIneaascendente es solo hasta el 76, aflo que marca la cumbre de lariqueza material, pues desde el 77 hasta el 80 hay en ella ciertoestancamiento. En el orden cultural pasa lo mismo: hasta el 76la instrucción püblica va a pasos de gigante; pero desde el 77no solo se detiene sino que aun desciende, por atrasos en Ia sub-vención nacional. Fuera de esto, desde el 75 la Provincia tiene,—además del Colegio Nacional anterior—, una Escuela Normaly una Facultad Provincial de Derecho y Ciencias Sociales. Sepublica en este perIodo el libro de Granillo, que es la primeraobra informativa sobre Tucumán; y se prepara la materia deotro, que es la Memoria de Groussac y sus colaboradores. Porotra parte, en esta década han desaparecido no solo las "odiosascalificaciones de federal y unitario" sino los viejos partidos apa-sionados que ellas designaban, quedando ñnicamente sus distin-tas tendencias sociales o de clases. Lo que entonces han apren-dido y se han superado en sentido ético-politico son los hombresdirigentes, que fueron los verdaderos culpables tie los erroresdci pasado. Y esta curación de una antigua dolencia, es la másvaliosa conquista de ese tiempo. Se mira ya tan alto y contanta justicia, que este simple hecho sintomático lo prueb: elhacer venir del destierro a Juan Bautista Alberdi eligiudolodiputado nacional con beneplácito de todos.

1981-1890. - Esta década, que se desarrolla bajo las Pre-sidencias de Roca y Juárez Celman, es movida y de inquietudesen cuanto a sucesos politicos y de otro orden. En el 82, al ha-cerse elecciones municipales en la Capital, los partidos concu-rrentes Ilegan al extremo de luchar no solo con los votos siriocon las armas. Intervienen las fuerzas policiales y al final, Se-gUn un mensaje del Gobierno, hay ci saldo de un muerto y cercade 30 heridos y contusos. Y meses después, en enero del 83, du-rante la elección de diputados y electores provinciales, vuelve ahaber disturbios; pero en la campafla: en Medinas (Graneros),donde peonadas que aclamaban al partido liberal atacaron a lapolicIa; y también en Concepción, donde los enemigos de la si-tuación estaban fuertes y parecIan resistirse a la autoridad, enespecial "un Murga y cabecillas" que tenIan fuerza armada ensu casa, aunque —segUn un telegrama policial— se encontraban"rodeados".. . Por todo esto se ye: que al iniciarse este perIodo

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el ascenso -es grande; aunque, según los presupuestos, la línea ascendente es sólo hasta el 76, año que marca la cumbre de la riqueza material, pues desde el 77 hasta el 80 hay en ella cierto estancamiento. En el orden cultural pasa lo mismo: hasta el 76 la instrucción pública va a pasos de gigante; pero desde el 77 no sólo se detiene sino que aun desciende, por atrasos en la sub­vención nacional. Fuera de esto, desde el 75 la Provincia tiene, -además del Colegio Nacional anterior- , una Escuela Normal y una Facultad Provincial de Derecho y Ciencias Sociales . Se publica en este período el libro de Granillo, que es la primera obra informativa sobre Tucumán; y se prepara la materia de otro, que es la Me-mo?"ia de Groussac y sus colaboradores. Por otra parte, en esta década han desaparecido no sólo las "odiosas calificaciones de fede?'al y unitario" sino los viejos partidos apa­sionados que ellas designaban, quedando únicamente sus distin­tas tendencias sociales o de clases. Lo que entonces han apren­dido y se han superado en sentido ético-político son los hombres dirigentes, que fueron los verdaderos culpables de los errores del pasado. Y esta curación de una antigua dolencia, es la más valiosa conquista de ese tiempo. Se mira ya tan alto y con tanta jm;ticia, que este simple hecho sintomático lo prueba: el hacer venir del destierro a Juan Bautista Alberdi eligifndolo diputado rUf,cional con beneplácito de todos.

1881-1890. - Esta década, que s-e desarro1ia bajo lus Pre­kidencias de Roca y J uárez Celman, es movida y de inquiet.udes en cuanto a sucesos políticos y de otro orden. En el 82, al ha­cerse elecciones municipales en la Capital, los partidos concu­!"rentes llegan al extremo de luohar no sólo con los voto" sino con las armas. Intervienen las fuerzas policiales y al final, se­gún un mensaje del Gobierno, hay el saldo de un muerto y cerca. de 30 heridos y contusos. Y meses después, en enero del 83, du­rante la elección de diputados y electores provinciales, vuelve a haber di,sturbios; pero en la campaña: en Medinas (Graneros), donde peonadas que aclamaban al partido liberal atacaron a la policía; y también en Concepción, donde los enemigos de la si­tuación estaban fuertes y parecían resistirse a la autoridad, en especial "un Murga y cabecillas" que tenían fuerza armada en su casa, aunque -según un telegrama policial- se encontraban "rodeados" . .. Por todo esto se ve: que al iniciarse este período

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vuelven a aparecer y recrudecer los enconos politicos de añosanteriores; que el partido liberal "mitrista" aün tenIa su genterebelde en Tucumán; y que la policIa, —segün otro telegramacursado al Gobiertio—, al hablar de elecciones totalmente gana-das, actuaba en favor de uno de los partidos actuantes, que erasin duda el oficial o "roquista".

Pero vuelve la tranquilidad a la provincia, hasta el 87, añoen que revienta de nuevo la pasión polItica y algo más. Enenero ocurre también un hecho grave y hasta raro, como uncolazo de la peste del cólera que hacia fines del 87 ocasionómuchas vIctimas. Informando sobre él al Gobernador dice elAgente Consular de Espafia: que en Sarmiento (Rio Chico), "algrito de mueran los gringos", habian sido asesinados dos sub-ditos espafloles, "cuando estaban ejerciendo el bien para sus se-mejantes, en comisión para combatir el flagelo"; y que los de-más espafloles del lugar solicitaban garantIas... Sin mayoresinformes sobre este hecho, la ünica explicación de esas muertes,para nosotros, es ésta: que algunos de los criollos de aquel lugarfailecieron mientras eran atendidos por esos dos españoles, yotros eriollos, en su ignorancia, culpándolos de esas muertesics mataron. Pudo ser por otra causa; pero es ésta la más ye-rosimil. 1)

Luego, a mediados del 87 (bajo la Presidencia de JuárezCelman), pasado el azote del cólera morbus estalla en Tucumánun ataque de cólera distinto: la revolución que depone al Gober-nador Juan Posse y motiva una intervención nacional. Segünexpone el Gobierno, un periodista español, Rodriguez Marquina,de esta Ciudad, habia publicado un "libelo" contra las autori-dades provinciales, titulado La Porra, que el Director de laEscuela Normal, Silvano Bores, reprodujo en su periódico ElDeber; y cuando se trató de aprehender al autor, éste se acogióal Cuerpo de Enganchados, cuyo jefe se negó a entregarlo. Sedetuvo a Bores; y luego también, como implicado, a! Gerente dela sucursal del Banco Hipotecario, LIdoro Quinteros. Y tras estosurge el conflicto, que tiene repercusión nacional, pues por elloen la Cámara de Diputados se interpela al Ministro del Inte-

1) Lo que en gran partc nos eonfirmó ci Dr. Grcgorio AraOZ Aifaro, quasiendo estuthante de medicina, estuvo en Tueuinhn, iresti b srviCioscontra ci cólera.

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vuelven a aparecer y recrudecer los enconos políticos de años anteriores; que el partido libe'tal "mitrista" aún tenía su gente rebelde en Tucumán; y que la policía, -según otro telegrama cursado al Gobierho-, al hablar de elecciones totalmente gana­das, actuaba en favor de uno de los partidos actuantes, que era sin duda el oficial o "roquista".

Pero vuelve la tranquilidad a la provincia, hasta el 87, año en que revienta de nuevo la pasión política y algo más. En enero ocurre también un hecho grave y hasta raro, como un colazo de la peste del cólera que hacia fines del 87 ocasionó muchas víctimas. Informando sobre él al Gobernador dice el Agente Consular de España: que en Sarmiento (Río Chico), "al grito de mueran los gringos", habían sido asesinados dos súb­ditos españoles, "cuando estaban ejerciendo el bien para sus se­mejantes, en comisión para combatir el flagelo"; y que los de­más españoles del lugar solicitaban garantías... Sin mayores informes sobre este hecho, la única explicación de esas muertes, para nosotros, es ésta: que algunos de los criollos de aquel lugar fallecieron mientras eran atendidos por esos dos españoles, y otros criollos, en su ignorancia, culpándolos de esas muertes l(¡s mataron. Pudo ser por otra causa; pero es ésta la más ve­rosímil. , 1 )

Luego, a mediados del 87 (bajo la Presidencia de Juárez Celman), pasado el azote del cólera morb,u8 estalla en Tucumán un ataque de cólera distinto: la revolución que depone al Gober­nador Juan Posse y motiva una intervención nacional. Según expone el Gobierno, un periodista español, Rodríguez Marquina, de esta Ciudad, había publkado un "libelo" contra las autori­dades provinciales, titulado La Porra, que el Director de la Escuela Normal, Silvano Bores, reprodujo en su periódico El Deber; y cuando se trató de aprehender al autor, éste se acogió al Cuerpo de Enganchados, cuyo jefe se negó a entregarlo . Se detuvo a Bores; y luego también, como implicado, al Gerente de la sucursal del Banco Hipotecario, Lídoro Quinteros. Y tras esto surge el conflicto, que tiene repercusión nadonal, pues por ello en la Cámara de Diputados se interpela al Ministro del Inte-

1) Lo que en gran parte nos confirmó el Dr. Gregario Aráoz Alfara, que siendo estudiante de medicina, estuvo en 'I'ucul11ún , prestando se-rvicios con tra el cóler!l.

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nor; y al fin de una larga discusión, de varias sesiones, —cuan-do entre tanto sobreviene la revolución aludida, a principios dejunio—, se acaba por votar una ley de intervención a Tucumán.

En la discusión del Congreso, el diputado DelfIn Gab de-fiende con calor y con logica al gobierno tucumano y demuestraen cierto modo que el grupo que tanto lo atacaba tenIa, Si 110 elapoyo decidido la condescendencia del Gobierno nacional. Porotra parte, el diputado general Mansilla dice que el Gobernadorde Tucumán era federal y que cometió tropelias. Y cuando es-talla la revolución, los diputados tucurnanos Colombres y Galloinculpan directamente al Gobierno nacional de querer derrocaral de nuestra Provincia: el primero, exponiendo que de Córdo-ha, segün era voz püblica, habIan partido fuerzas de lInea, dela PolicIa y los empleados del F. C. Central Norte, para hacer0 respaldar dicho movimiento; y el segundo, afirmando que susjefes eran los altos empleados nacionales, como el Director dela Escuela Normal, el Gerente del Banco Hipotecario, ya nom-brados, y el Gerente del Banco Nacional de esta ciudad, el cualahorcaba "a todos los deudores" que no pertenecIan "al partidooficial": a lo que agregaba, como hecho sugestivo, que la re-volución se hizo en presencia del Dr. Salustiano J. ZavalIa,enviado por €1 Presidente de la Repiblica para ver lo que ocu-rrIa en Tucumán.

El 16 de junio el Dr. ZavalIa informa telegráficamente ala Cámara de Diputados sobre sucesos de la revolución: diceque hubo muertos y al ültirno se aprisionó al Gobernador y avarias personas conocidas. Y por su parte, el diputado Galloen la misma sesión lee párrafos de cartas de Tucurnán, dondese dice que los revolucionarios hicieron cosas increIbles: que asal-taron la casa del Gobernador y destrozaron sus muebles; quetornado el edificio del Cabildo, donde hubo resistencia hasta elültirno, fueron a la imprenta de El Orden y la empastelaron,destruyendo lo demás; que asaltaron y saquearon la casa de sudirector; y que aprisionaron a muchas personas notorias (másde las que citaba el Dr. ZavalIa). Ante lo cual el Congreso votay aprueba una ley de intervención en Tucurnán "para restable-cer las autoridades legalmente constituldas".. . El PresidenteJuárez Celman designa interventor al Dr. ZavalIa, su veedor,que aün estaba en Tucumán; el cual convoca, para el 24 de ju-

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rior; y al fin de una larga discusión, de varias sesiones, --cuan­do entre tanto sobreviene la revolución aludida, a principios de junio-, se acaba por votar una ley de intervención a Tucumán.

En la discusión del Congreso, el diputado Delfín Gallo de­fiende con calor y 'Con lógica al gobierno tucumano y demuestra en cierto modo que el grupo que tanto lo atacaba tenía, si no el apoyo decidido la condescendencia del Gobierno nacional. Por otra parte, el diputado general Mansilla dice que el Gobernador de Tucumán era f ederal y que cometió tropelías. Y cuando es­talla la revolución, los diputados tucumanos Colombres y Gallo inculpan directamente al Gobierno nacional de querer derrocar al de nuestra Provincia: el primero, exponiendo que de Córdo­ba, según era voz pública, habían partido fuerzas de línea, de la Policía y los empleados del F. C. Central Norte, para hacer o respaldar dicho movimiento; y el segundo, afirmando que sus jefes eran los altos empleados nacionales, corno el Director de la Escuela Normal, el Gerente del Banco Hipotecario, ya nom- -brados, y el Gerente del Banco Nacional de esta ciudad, el cual ahorcaba "a todos los deudores" que no pertenecían "al partido oficial": a lo que agregaba, corno hecho sugestivo, que la re­volución se hizo en presencia del Dr. Salustiano J. Zavalía, enviado por el Presidente de la República para ver lo que ocu­rría en Tucumán.

El 16 de junio el Dr. Zavalía informa telegráficamente a la Cámara de Diputados sobre sucesos de la revolución: dice que hubo muertos y al último ,se aprisionó al Gobernador y a varias personas conocidas. Y por su parte, el diputado Gallo en la misma sesión lee párrafos de cartas de Tucumán, donde se dice que los revolucionarios hicieron cosas .increíbles: que asal­taron la casa del Gobernador y destrozaron sus muebles ; que tornado el edificio del Cabildo, donde hubo resistencia hasta el último, fueron a la imprenta de El 01"den y la empastelaron, destruyendo lo demás; que asaltaron y saquearon la casa de su director; y que aprisionaron a muchas personas notorias (más de las que citaba el Dr. Zavalía). Ante lo cual el Congreso vota y aprueba una ley de intervención en Tucumán "para restable­cer las autoridades legalmente constituídas"... El Presidente Juárez Celman designa interventor al Dr. Zavalía, su veedor, que aún estaba en Tucumán; el cual convoca, para el 24 de ju-

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ho, a elecciones para renovar totalmente nuestros Poderes Eje-cutivo y Legislativo. ConstituIdas ambas Cámaras el 31, el In-terventor entrega el mando al Presidente del Senado, D. Am-brosio Nougués, quien el mismo dIa nombra Ministro de Go-bierno a D. Silvano Bores, uno de los jefes revolucionarios; ypoco después, el 10 de agosto, la Asamblea Electoral elige Go-bernador cje la Provincia a D. LIdoro Quinteros, el otro jefeprincipal de la revolución.

De todos estos hechos resulta que D. Juan Posse, al revésde los Posses anteriores, era al parecer de la filiación polIticade los federates de la época de Urquiza; y que sus enemigos del87 no son propiamente los liberates sino los juaristas, esto es,los del partido oficialista que se forma alrededor del nuevo Pre-sidente de la Nación, jefe del Gobierno y jefe de dicho partido,y asI de lo que entonces se Ilamara el Unicato. El gobierno deD. Juan Posse era, se ye, tal vez el ünico que no respondla aese totalitarismo juarista: por lo tanto tenIa que ser depuesto.Fuera de esto, Posse no era querido en Tucumán por aquellosde las otras familias principales que habIan sido, o aCm eran,del bando liberal. AsI dijo, entre chistes, el diputado generalMansilla, que el suyo fué "un gobierno paternal, un gobierno defamilia, un gobierno aristocrático", y luego que no dió "satis-facción legItima a ninguna de las chases populares de la Pro-vincia". No sabemos si esto ültimo era exacto; nias lo ciertoes que a D. Juan he ocurrió lo que a D. Wenceslao: era PosseIII, y no podia durar. Aqul ya se deseaba que el gobierno es-tuviese repartido entre varias y nuevas dinastias..

Por dltimo, para terminar con esta década, diremos que elsucesor, D. LIdoro Quinteros, mientras fué gobernador de Tu-cumán hizo varios viajes a Buenos Aires y Córdoba, alejándosedel mando, más de una vez, por meses. Podemos, pues cahifi-carlo de gobernante inquieto y andariego. Pero debemos recorio-cer que, aun asI, se dió tiempo para llegar a ser uno de los másprogresistas y renovadores entre todos los de su época... Has-ta que hallándose por dltima vez en Buenos Aires, en 12 deJulio del 90, poco antes de tener que entregar el mando al electopara un nuevo periodo, D. Silvano Bores, presenta su renuncia;por ho cual la Asamblea Electoral se anticipa a entregar a Bo-res el gobierno (el 18) . Luego éste se va también a Buenos

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lio, a elecciones para renovar totalmente nuestros Poderes Eje­cutivo y Legislativo. Constituí das ambas Cámaras el 31, el In­terventor entrega el mando al Presidente del Senado, D. Am­brosio Nougués, quien el mismo día nombra Ministro de Go­bierno a D. S.ilvano Bores, uno de los jefes revolucionarios; y poco después, ellO de agosto, la Asamblea Electoral elige Go­bernador de la Provincia a D. Lídoro Quinteros, el otro jefe principal de la revolución.

-De todos estos hechos resulta que D. Juan Posse, al revés de los Posses anteriores, era al parecer de la filiación política de los federales de la época de Urquiza; y que sus enemigos del 87 no son propiamente los liberales sino los juaristas, esto es, los del partido oficialista que se forma alrededor del nuevo Pre­sidente de la Nación, jefe del Gobierno y jefe de dicho partido, y así de lo que entonces se llamara el Unioato. El -gobierno de D. Juan Posse era, se ve, tal ve:a el único que no respondía a ese totalitarismo jUG/Y'is-ta: por lo tanto tenía que ser depuesto. Fuera de esto, Posse no era querido en Tucumán por aquellos de las otras familias principales que habían sido, o aún eran, del bando liberal. Así dijo, entre chistes, el diputado general Mansilla, que el suyo fué "un gobierno paternal, un gobierno de familia, un gobierno aristocrático", y luego que no dió "satis­facción legítima a ninguna de las clases populares de la Pro­vinda". No sabemos si esto último era exacto; mas lo cierto es que a D. Juan le ocurrió lo que a D. Wenceslao: era Posse 111, y no podía durar. Aquí ya se deseaba que el gobierno es­tuviese repartido entre varias y nuevas dinastías .. .

Por último, para terminar con esta década, diremos que el sucesor, D. Lídoro Quinteros, mientras fué gobernador de Tu­cumán hizo varios viajes a Buenos Aires y Córdoba, alejándose del mando, más de una vez, por meses . Podemos, pues califi­carlo de gobernante inquieto y andariego. P ero debemos recono­cer que, aun a.sí, se dió tiempo para llegar a ser uno de los más progresistas y renovadores entre todos los de su época... Has­ta que hallándose por última vez en Buenos Aires, en 12 de julio del 90, poco antes de tener que entregar el mando al electo para un nuevo período, D. Silvano Bores, presenta su renuncia; por lo cual la Asamblea Electoral se anticipa a entregar a Bo­res el gobierno (el 18). Luego éste se va t ambién a Buenos

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Aires, donde lo sorprende la revolución conocida del 26 de ju-lio, contra Juárez Celman. Regresa a Tucumán; y en 16 desetiembre, cuando ya el Presidente ha dimitido, renuncia él asu vez, diciendo que era "para salvar, deritro de la marcha re-gular de lo que se ilaman las nuevas tendencias nacionales, in-terpretaciones más o menos dudosas" sobre su acción de go-bernante.

Ahora, nuestro jui•cio sobre este perIodo tiene sus distin-gos. En el orden adninistrativo, y hasta institucional, edudablemente un tiempo renovador y fecundR, siendo a esterespecto, lo primero y principal, la nueva Constitución que seda Tucumán en el 84, la cual rige hasta 1907, aflo en que sesanciona otra, introduciendo solo algunas modificaciones nece-sarias en aquélla. Pero en lo ético-politico, que es lo que aquIestudiamos, nuestra conclusiOn es ya diversa. Ante esta apa-rente contradicción, vienen bien las palabras de José NicolásMatienzo, la juzgar ese mismo perlodo en la esfera nacional.Dice: "Lo singular es que, a la vez que la moralidad polIticadescendIa, el gobierno fomentaba el progreso jurIdico de la Na-ción... El derecho privado y aun el derecho penal son compa-tibles con el despotismo y con el gobierno personal, como lo de-muestra el ejemplo de la legislaciOn romana y napoleónica. Nofaltaban, pues, leyes para los casos ordinarios de la vida social.Lo que faltaba era libertad polItica y dignidad cIvica". Y estoes lo que ocurre también entre nosotros. Esta década es, portanto, en el sentido del espIritu püblico, que demuestran espe-cialmente gobernantes y hombres dirigentes, un perIodo de cri-sis y descenso.

1890-1900. - Este perIodo, que hacemos terminar con elsiglo, empieza con el gobierno del mandatario que sucede a Bo-res, el Dr. Próspero Garcia, que responde a una nueva tenden-cia. Asume el mando el 16 de octubre del 90 y designa minis-tros: de Gobierno al Dr. Servando Viafia; y de Hacienda eInstrucción Püblica al Dr. Martin S. Berho, que pertenecia ala Union CIvica (Radical, más tarde) que hizo la revolución;pero ambos renuncian en ese año. Y las consideraciones de ca-rácter politico que, por eso o por otros motivos, hace el gober-nador en su primer mensaje, de setiembre del 91, son intere-santes. Dice, por ejemplo: "Después de la revolución de julio,

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Aires, donde lo sorprende la revolución conocida del 26 de ju­lio, contra Juárez Celman. Regresa a Tucumán; y en 16 de setiembre, cuando ya el Presidente ha dimitido, renuncia él a su vez, diciendo que era "para salvar, dentro de la marcha re­gular de lo que se llaman las nuevas tendencias nacionales, in­terpretadones más o menos dudosas" sobre su acción de go­bernante.

Ahora, nuestro juicio sobre este período tiene sus distin­gos. En el orden adminig.f,mtivo, y hasta institucional, e3 '. dudablemente un tiempo renovador y fecu:nd,o, \Siendo a este respecto, lo primero y principal, la nueva Constitución que se da Tucumán en el 84, la cual rige hasta 1907, año en que se sanciona otra, introduciendo sólo algunas modificaciones nece­sarias en aquélla. Pero en lo ético-político, que es lo que aquí estudiamos, nuestra conclusión es ya diversa. Ante esta apa­rente contradicción, vienen bien las palabras de José Nicolás Matienzo, la juzgar ese mismo período en la esfera nacionat. Dice: "Lo singular es que, a la vez que la moralidad política descendía, el gobierno fomentaba el progreso jurídico de la Na­ciÓn. .. El derecho privado y aun el derecho penal son compa­tibles con el despotismo y con el gobierno personal, como lo de­muestra el ejemplo de la legislación romana y napoleónica . No faltaban, pues, leyes para los casos ordinarios de la vida social. Lo que faltaba era libertad política y dignidad cívica". Y esto es lo que ocurre también entre nosotros. Esta década es, por tanto, en el sentido del espíritu público, que demuestran espe­cialmente gobernantes y hombres dirigentes, un período de cri­sis y descenso.

1890-1900. - Este período, que hacemos terminar con el siglo, empieza con el gobierno del mandatario que sucede a Bo­res, el Dr. Próspero García, que responde a una nueva tenden­cia. Asume el mando el 16 de octubre del 90 y designa minis­tros: de Gobierno al Dr. Servando Viaña; y de Hacienda e Instrucción Pública al Dr. Martín S. Berho, que pertenecía a la Unión Cívica (R·adical, más tarde) que hizo la revolución; pero ambos renuncian en ese año. Y las consideraciones de ca­rácter político que, por eso o por otros motivos, hace el gober­nador en su primer mensaje, de setiembre del 91, son intere­<santes. Dice, por ejemplo: "Después de la revolución de julio,

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la situación general del pals se resentla de las circunstanciasque rodearon a aquel aconteimiento y de las que surgieroncomo consecuencia ineludible del propósito de fundar una épocade reparación, de honradez administrativa y de justicia". Y acontinuación expresa: "La acción de la Union CIvica, ilamadapor sus tendencias a practicar esta obra delicada y laboriosa,no pudo sustraerse a la ley fatal de esas agrupaciones que en-cierran en sj el gérmen de la descomposición, llámense partidos,cIrculos y hombres, cuyos medios y tendencias obran en descon-cierto". Luego agrega: "Unos querIan destruir, otros querlanedificar, para concurrir a aquella nueva y ardua tarea, cuyabandera se habIa levantado. Pero sobre todo esto se notan, sinembargo, los efectos benéficos que ha producido el movimientopolitico surgido de la revolución, movimiento que avanza y tien-cle a moralizar situaciones sobre la base de sanos principios degobierno. Tucumán, como las demás provincias, no ha podidosustraerse a la anarquia de ideas y tendencias que ann existen,aunque con menor intensidad".

Después, en su mensaje de octubre del 92, el gobernadorGarcia expresa: "En punto a teorlas o prácticas de gobierno,poco o nada hemos avanzado. Se dice y se pretende hasta ahoraque los elementos oficiales deben intervenir en favor de un par-tido. Y Si no se dice esto con franqueza, las exigencias no de-Jan duda al respecto". Más adelante manifiesta, que "en honora la verdad y para tranquilidad de los ánimos" debIa decir que"en nuestra provincia no hay un solo partido ni cIrculo queesté siquiera en condiciones de intentar subvertir al orden pü-blico"... Y, sin embargo, al año siguiente no más se le haceIa revolución que lo derriba. Esta ocurrió con motivo de la elec-ción de gdbernador que se debIa realizar en agosto del 93 y queno se hace porque el gobernador se opone alegando que la Re-püblica se hallaba en estado de sitio. Ante lo cual, miembrosdel Colegio Electoral solicitan la intervención nacional en laProvincia, inculpando también al Gobierno de que habIa encar-clado a otros de sus componentes y habIa disuelto su cuerpo"por medio de la fuerza püblica". El gobierno nacional pideinformes y el provincial los da explicando los hechos a su mo-do: dice entre otras cosas que la elección se harIa a su tiempo,que "la libertad que se gozaba en Tucurnán raya en la licencia

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la situación general del país se resentía de las circunstancias que ro.dearo.n a aqu€l aco.nte.cimiento. y de las que surgiero.n

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co.mo. Co.nsecuencia ineludible del pro.pósito. de fundar una épo.ca de reparación, de ho.nradez administrativa y de justicia". Y a co.ntinuación expresa: "La acción de la Unión Cívica, llamada po.r sus tendencias a practicar esta o.bra delicada y labo.rio.sa, no. pudo. sustraerse a la ley fatal de esas agrupacio.nes que en­cierran en sí el gérmen de la desco.mpo.sición, llámense partido.s, círculo.S y ho.mbres, cuyo.s medios y tendencias o.bran en desco.n­cierto.". Luego. agrega: "Uno.s querían destruir, o.tro.s querían edificar, para Co.ncurrir a aquella nueva y ardua tarea, cuya bandera se había levantado.. Pero. so.bre to.do. esto. se no.tan, sin €mbargo., lo.s efectos benéfico.s que ha pro.ducido. el mo.vimiento. :po.lítico. surgido. de la revo.lución, mo.vimiento. que avanza y tien­de a mo.ralizar situacio.nes so.bre la base de sano.s principio.s de go.bierno.. Tucumán, co.mo. las demás pro.vincias, no. ha po.dido. sustraerse a la anarquía de ideas y tendencias que aún existen, aunque co.n meno.r intensidad".

Después, en su mensaje de o.ctubre del 92, el go.bernado.r Garda expresa: "En punto. a teo.rías o. prádicas de go.bierno., po.co. o. nada hemo.s avanzado.. Se dice y se pretende hasta aho.ra -que lo.s elemento.s o.ficiales deben intervenir en favo.r de un par­tido.. Y si no. se dice esto. co.n franqueza, las exigencias no. de­jan duda al respecto.". Más adelante manifiesta, que "en ho.no.r .a la verdad y para tranquilidad de lo.s ánimo.s" debía decir que "en nuestra pro.vincia no. hay un so.lo. partido. ni círculo. que esté siquiera en co.ndicio.nes de intentar subvertir al o.rden pú­bUco." . .. Y, sin embargo., al año. siguiente no. más se le hace la revo.lución que lo. derriba. Esta o.currió co.n mo.tivo. de la elec­ción de gdbernado.r que se debía realizar en ago.sto. del 93 y que no. se hace po.rque el go.bernado.r se o.po.ne alegando. que la Re­pública se hallaba en estado. de sitio.. Ante lo. cual, miembro.s del Co.legio. Electo.ral so.licitan la intervención nacio.nal en la Pro.vincia, inculpando. también al Go.bierno. de que había encar­'Celado. a o.tro.s de sus co.mpo.nentes y había disuelto. su cuerpo. ''po.r medio. de la fuerza pública". El go.bierno. nacio.nal pide info.rmes y el pro.vincial lo.s da explicando. lo.s hecho.s a su mo.­do.: dice entre o.tras co.sas que la elección se haría a su tiempo., que "la libertad que se go.zaba en Tucumán raya en la licencia

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más desenfrenada" y que ni el Gobierno nacional podia inter-venir en el asunto de los detenidos por estar procesados antejuez competente".

En esta situación, la Union CIvica Radical hace la revo-lución del 93, que estalla el 7 de setiembre. Fué su jefe elComandante Tomás Bello; y el golpe se inicia con un ataque aIa Penitenciaria por revolucionarios que encabezaba el tenienteLódolo. Resisten las fuerzas del gobierno, hay peleas entre am-bas partes, y al fin es tomada la Penitenciaria. Pero la Xuchacontinua en otros puntos de la ciudad, donde los revolucionarioslevantan cantones, hasta el dIa 20 en que la resistencia cesa ytriunfan los revolucionarios, que se adueflan del Poder. Esta-blecen una Junta de varios, y ésta designa un gobierno proviso-rio compuesto del Dr. Eugenio Méndez como gobernador y delos Dres. Martin S. Berho y Manuel Paz como ministros. Lue-go el jefe revolucionario expide una proclama, haciendo cargosgraves al Gobernador depuesto: se dice que fué despótico, queno dejó votar al pueblo, que encarcelO a muchos, etc. ; y el dIa21 se le formulan cargos más graves todavIa. Por su parte elDr. Garcia, en una nota-renuncia a la Asamblea Legislativa,atribuye la derrota del gobierno a la sublevación del 11 de in-fanteria de lInea, destacado en la Provincia, a lo que agrega:que por su aviso llegó el general Bosch con unos batallones delInea, y sometió al sublevado; pero que luego hizo de interven-tor, sin serb, y "mandado con un objeto... vino a engrosarlas filas de los revolucionarios"; y después se ausentó "dejanórdenes al coronel Tula para que impida, a todo trance, el ejer-cio de la administración provincial"...; por lo cual renuncia-ba indeclinablemente. Frente a esto, se establece un gobiernomilitar que dura hasta el 30 de diciembre, dia en que asume elgobierno el Interventor nacional Domingo T. Perez, designadopor el Ejecutivo nacional en virtud de una ley de intervención,que en 16 de ese mes sancionara el Congreso.

En la discusión de esta ley ante la Cámara de Diputadosde la Nación se emitieron conceptos y juicios interesantes, al-gunos de los cuales merecen citarse. El diputado tucumano J.A. Garcia, por ejemplo, dijo que la Legislatura de Tucumánestaba compuesta por acuerdistas y que esta Provincia "desdeel 90 no tenIa presupuestos". Luego apuntó: "Yo no pertenezco al

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más desenfrenada" y que ni el Gobierno nacional podía inter­venir en el asunto de los detenidos por estar procesados ante juez competente" ...

En esta situación, la Unión Cívica Radical hace la revo­lución del 93, que estalla el 7 de setiembre. Fué su jefe el Comandante Tomás Bello; y el golpe se inicia con un ataque a la Penitenciaría por revolucionarios ,que encabezaba el teniente Lódolo. Resisten las fuerzas del gobierno, hay p-eleas entre am­bas partes, y al fin es tomada la Penitenciaría. Pero la Kucha continúa en otros puntos de la ciudad, donde los revolucionarios levantan cantones, hasta el día 20 en que la resistencia cesa y triunfan los revolucionarios, que se adueñan del Poder. E ta­blecen una Junta de varios, y ésta designa un gobierno proviso­rio compuesto del Dr. Eugenio Méndez como gobernador y de los Dres. Martín S. Berho y Manuel Paz como ministros. Lue­go el jefe revolucionario expide una proclama, haciendo cargos graves al Gobernador depuesto: se dice que fué despótico, que no dejó votar al pueblo, que encarceló a muchos, etc.; y el día 21 se le formulan cargos más graves todavía. Por su parte el Dr. García, en una nota-renuncia a la Asamblea Legislativa, atribuye la derrota del gobierno a la sublevación del 11 de in­fantería de línea, destacado en la Provincia, a lo que agrega: que por su aviso llegó el general Bosch con unos batallones de línea, y sometió al sublevado; pero que luego hizo de interven~ tor, sin serlo, y "mandado con un objeto ... vino a engrosar las filas de los revolucionarios"; y después se ausentó "dej anQt órdenes al coronel Tula para que impida, a todo trance, el ejer­ckio de la administración provincial" ... ; por lo cual renuncia­ba indeclinablemente. Frente a esto, se establece un gobierno militar que dura hasta el 30 de diciembre, día en que asume el gobierno el Interventor nacional Domingo T. Pérez, designado por el Ejecutivo nacional en virtud de una ley de intervención, que en 16 de ese mes sancionara el Congreso.

En la discusión de esta ley ante la Cámara de Diputados de la Nación se emitieron conceptos y juicios interesantes, al­gunos de los cuales merecen citarse. El diputado tucumano J. A. García, por ejemplo, dijo que la Legislatura de Tucumán estaba compuesta por (1¡cuerdístas y que esta Provincia "desde el 90 no tenía presupuestos". Luego apuntó: "Yo no pertenezco al

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BREVE HISTOBLA 1)f: TD tM\\

Partido Nacional; yo no soy mitrista; yo he pertenecido siem-pre al Partido Liberal de Tucumán; soy esencialmente acuerdista, y tan acuerdista en mis opiniones que considero que misopiniones politicas... tienen su punto de contacto con todos loscIrculos politicos, cualquiera sea su denominación. Por Jo tanto,el ñltimo radical, siempre que sea honrado en polItica como social-mente, ese está cerca de ml. . . ". Más adelarite duo que "obstruIdoel Colegio Electoral por intereses de cIrculos, salió frustrada laelección del... Dr. Benjamin Aráoz, elegido por los elementosdel Partido Acuerctista, Unico que ha defendido al Dr. Garciacontra la rebelión". Por su parte el diputado Dr. Magnasco,aludiendo al gobierno militar establecido en Tucumán, expresócon verdad: "Los gobiernos del Centro se han habituado dema-siado. .. a manejar desde aquI las situaciones de provincia; yporque una de ellas, cuaiquiera que sea, es desafecta a la po-lItica central, se busca el pretexto de una intervención federal".Y el diputado Beracochea hizo esta observación también inte-resante: "Después del 90, señor, la Repiiblica se ha encontracloagitada por dos fuerzas: de un lado la fuerza de los gobiernoque pretendlan mantener sus posiciones, y de otro la fuerza delos pueblos que, creyendo que sus derechos estaban usurpados,arihelaban desalojar a aquéllos de sus posiciones". Y luego, re-firiéndose al caso •de Tucumán, dice que la revolución fué con-tra los tres poderes, porque hasta ci judicial "participaba de lapolItica del Poder Ejecutivo", y secundando sus planes "era ciinstrumento de los planes subversivos inconstitucionales del Go-bernador".

Y jqué se desprende de todo esto? Que en el caso de Tu-cumán, Ia revolución del 93 tiene su justificación; aunque acasofué tardla, cuando casi no tenIa objeto, pues ci gobernadorGarcia ya terminaba su mandato, y asi lo ünico que consiguiófué traer primero la intromisión militar del Gobierno nacionaly luego, —para rematar— su intromisión constitucional. 10 esque esto se quiso provocar? Sin embargo, si el objetivo poli-tico no es grande, esa revolución del Partido Radical es signi-ficativa como el primer movimiento realmente popular de unafuerza social nueva que estallaba contra un gobernante quedesvirtuaba —como tantos otros del pasado— la forma repre-sentativa y republicana de gobierno...

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Partido Nacional; yo no soy mitrista; yo he pertenecido siem­pre al Partido Liberal de Tucumán; soy esencialmente acuer­dista, y tan acuerdista en mis opiniones que considero que mis opiniones políticas. .. tienen su punto de contacto con todos los círculos políticos, cualquiera sea su denominación. Por lo tanto, el último radical, siempre que sea honrado en política como social­mente, ese está cerca de mí ... ". Más· adelante dijo que "obstruído

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el Colegio Electoral por intereses de círculos, salió frustrada la elección del. .. Dr. Benjamín Aráoz, elegido por los elementos del Partido Acuerdista, único que ha defendido al Dr. García contra la rebelión". Por su parte el diputado Dr. Magnasco, aludiendo al gobierno militar establecido en Tucumán, expresó con verdad: "Los gobiernos del Centro se han habituado dema­siado. .. a manejar desde aquí las situaciones de provincia; y porque una de ellas, cualquiera que sea, es desafecta a la po­lítica central, se busca el pretexto de una intervención federal". y el diputado Beracochea hizo esta observación también inte­resante: "Después del 90, señor, la República se ha encontrado agitada por dos fuerzas: de un lado la fuerza de los gobiernos que pretendían mantener sus posiciones, y de otro la fuerza de los pueblos que, creyendo que sus derechos estaban usurpados, anhelaban desalojar a aquéllos de sus posiciones". Y luego, re­firiéndose al caso de Tucumán, dice que la revolución fué con­tra los tres poderes, porque hasta el judicial "participaba de la política del Poder Ejecutivo", y secundando sus planes "era el instrumento de los planes subversivos inconstitucionales del Go­bernador".

y ¿ qué se desprende :de todo esto? Que en el caso de Tu­cumán, la revolución del 93 tiene su justificación; aunque acaso fué tardía, cuando casi no tenía objeto, pues el ! gobernador García ya terminaba su mandato, y así lo único que consiguió fué traer primero 'la intromisión militar del Gobierno nacional y luego, -para rematar- su intromisión constitucional. ¿ O es que esto se quiso provocar? Sin embargo, si el objetivo polí­tico IllO es grande, esa revolución del Partido Radical es signi­ficativa como el primer movimiento realmente popular de una fuerza social nueva que estallaba contra un gobernante que desvirtuaba -como tantos otros del íPasado- la forma repre­sentativa y republicana de gobierno ...

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iS M. LIZONDO BORDA

Dirernos ahora que el interventor Perez coflvocó a eleccionesde legisiadores y electores de gobernador, y que el 11 de febrerodel 94, ya instaladas ambas Cámaras, el Colegio Electoral de-signó por unanimidad gobernador de la Provincia al Dr. Ben-jamin Aráoz, que asumió el mando el dIa, 20. Y de este man-datario, justo es recordar que acaso ninguno hasta entonces fuétan popular y estimado de todos como lo fuera él, segün es tra-diciOn en Tucumán. Se dice que, como medico, ejercIa una es-pecie de apostolado entre los pobres. Pudo haber hecho un grangobierno, sin resistencias, con el beneplácito de todas las clasesy todos los partidos. Pero cosas tan buenas "nunca pueden du-rar", ihabria que comentar con el poeta, pues al año siguiente,en 28 de noviembre, el Dr. Aráoz falleció repentinamente du-rante los actos conmemorativos del centenario del general Aráozde la Madrid, —cuyos restos fueron entonces traIdos a Tucu-man desde Buenos Aires—. Gobernó, asI, solo un aflo y meses,y poco hay que decir de su administración. Pero en sus men-sajes enuncia algunos conceptos de interés. En el de setiembredel 94 dice, por ejemplo:"Después de los trastornos politicosque conmovieron la Provincia... (la revolución y otros hechosposteriores) ban sido -de aquellos que, siendo inherentes a lavida republicana, se repiten con frecuencia en las luchas denuestra incipiente vida institucional. For desgracia, tendremosque soportar todavIa por mucho tiempo los inconvenientes de lafalta de educación cIvica, que no es peculiar a tnuestro pueblo,sino ley constante de las democracias nuevas, casi siempre tur-bulentas, impacientes, que si bien abrigan sincero amor a la ii-bertad equivocan a menudo los medios de practicarla dentro dela legalidad y de las conveniencias püblicas". Y en el mensajedel 95, expone que en el orden politico, por su actitud justa,firme y discreta en gran parte, advertIa ya "el fenórneno con-solador y nuevo... de verdadera temperancia en las pasionesde los partidos tradicionalmente antagónicos, y el mutuo respetoeiitre adversarios cultos y civilizados".

En cuanto a los gobernantes que siguieron al Dr. Aráo-z,fueron, como se sabe, D. Lucas A. Córdoba y el Dr. PrósperoMena —con el cual termina el siglo XIX—. Y sus gobiernospueden caliuicarse de 'paz y administración, de acuerdo a la as-piración del Presidente Roca. AsI, durante ellos, Tucumán se

HS M. L 1 Z O N D O B O R D A

Diremos ahora que el interventor Pérez convocó a elecciones de legislaGores y electores de gobernador, y que el 11 de febrero del 94, ya instaladas ambas Cámaras, el Colegio Electoral de­signó por unanimidad gob€rnador de la Provincia al Dr. Ben­jamín Aráoz, que asumió el mando el día 20. Y de este man­datario, justo es recordar que acaso ninguno hasta entonces fué tan popular y estimado de todos como 'lo fuera él, ,según es tra­dición en Tucumán. Se dice que, como médico, ejercía una es­pecie de ,apostolado entre los pobres. Pudo haber hecho un gran gobierno, sin resistencias, con el beneplácito de todas las clases y todos los partidos. Pero cosas tan buenas "nunca pueden du­rar", ¡habría que comentar con el poeta, pues al año siguiente, en 28 de noviembre, el Dr. Aráoz falleció repentinamente du­rante los actos conmemorativos del centenario del general Aráoz de la Madrid, --cuyos ¡restos fueron entonces traídos a Tucu­mán desde Buenos Aires-. Gobernó, así, sólo un año y meses, y poco hay que decir de su administración. ¡Pero en sus men­sajes enuncia algunos conceptos de interés. En el de setiembre del 94 dice, por ejemplo: \~'Después de los trastornos políticos que conmovieron la Provincia.;. (la revolución y otros hechos posteriores) han sido de aquellos que, siendo inherentes a la vida republicana, se repiten con frecuencia en las luchas dJe nuestra incipiente vida institucional. por desgracia, tendremos que soportar todavía por mucho tiempo los inconvenientes de la falta de educación cívica, que no es peculiar a ¡nuestro pueblo, sino ley constante de las democracias nuevas, casi .siempre tur­bulentas, impacientes, que si bien abrigan sincero amor a la li­bertad equivocan a menudo , los medios de practicarla dentro de la legalidad y de las conveniencias públicas". y en 'el mensaje del 95, expone que en el orden político, por su actitud justa, firme y discreta en gran parte, advertía ya "el fenómeno con­solador y nuevo ... de verdadera temperancia en las pasiones de los partidos tradicionalmente antagónicos, y el mutuo respeto entre adversarios cultos y civilizados".

En cuanto a los gobernantes que siguieron al Dr. Aráo¡¡:, fueron, como se sabe, D. Lucas A. Córdoba y :el Dr. Próspero Mena --con el cual termina el siglo XIX-. y sus gobiernos pueden calificarse de ;paz y administración, de acuerdo a la as. piración del Presidente Roca. Así, durante ellos, Tucumán se

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BREVE IItSTORIA DE TUCUMAN 13

moderniza y progresa como nunca. Sobre todo en el 97, bajo Jaadministración del gobernador Córdoba, nuestra Provincia lie-ga, en todos los órdenes, a la cuiminación, al punto más altoaicanzado en el siglo. Y sobre el juicio que nos merece esteperIodo, en el aspecto ético-politico, diremos ique es tambiénfecundo, de superación y ascenso, Si no por obra de todos losgobernantes, por el espIritu pübiico de uria gran parte de nues-tra sociedad. Porque entonces los anhelos de libertad y justiciasocial van siendo cada vez más fuertes en el pueblo —ya másagrandado y consciente— y son cada vez más respetables; yestán además respaldados por un nuevo y creciente partido po-litico —la Union Civica Radical—, cuyos ideales por lo menosson éticos y puros...

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 139

moderniza y progresa como nunca. Sobre todo en el 97, bajo la administración del gobernador Córdoba, nuestra Provincia lle­ga, en tpdos los. órdenes, ·a la culminación, al punto más alto alcanzado en el siglo. Y sobre el juicio que nos merece este período, en el aspecto étko-político, diremos Ique es tamhién fecundo, de superación y ascenso, si no por obra de todos los gobernantes, por el espíritu público de una gran parte de nues­tra sociedad. Porque entonces los anhelos de libertad y justicia social van siendo cada vez más fuertes en el pueblo -ya más agrandado y consciente- y son cada vez más respetables; y están además respaldados por un nuevo y creciente partido po­lítico -la Unión Cívica Radical-, cuyos ideales por lo menos son éticos y puros ...

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II

NOTICIAS COMPLEMENTARTAS

PANORAMA GENERAL

LImites provinciales. - En esta nueva épua Ticumtii L-

tá no solo reducida a lImites anteriores estrechos, sino que seye cada vez más ceñida, dentro de ellos, por sus vecinas delcontorno. El gobierno de la provincia defiende su jurisdiccióne inicia, en forma seria la investigación de sus lImites histórico.

En diciembre del 62 se designa una comisión, compuestapor el Dr. Uladislao Frias, D. José Posse y D. Pedro Etche-verry, "para que, bajo la presidencia del primero, recoja todanoticia o documentos" acerca de los lImites de nuestra Provin-cia; la cual al año siguiente se expide en un informe erudito,fundado en documentos de nuestro Archivo. En él se hace porla primera vez la historia de los lImites de Tucumán con Salta,Catamarca y Santiago; y se demuestra que ellos estaban másafuera de las lIneas que entonces se reconocIan.

Después, en su mensaje del 88, el gobernador Quinteros ha-bla de la necesidad de arreglar nuestros lImites interprovincia-les y menciona uii proyecto presentado al Congreso Nacionalpara solucionarlos. Anuncia también que acababa de aparecerel primer mapa de Tucumán, preparado por D. Antonio M.Correa, donde se consignaban no solo sus lImites actuales sinolos históricos, de acuerdo a sus tItulos y a las conclusiones dela Comisión —ya referida— del 63.

Por ültimo, en 1896 el Gobierno designa una nueva comi-sión, integrada por el Dr. Rufino Cossio, el Ing. José Mariño

II

NOTICIAS COMPLE'MENTARIAS

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PANORAMA GENERAL

Límites provinciales. - En -esta nueva época Tucumán es­tá no sólo reducida a límites anteriores estrechos, sino que se ve cada vez más ceñida, dentro de -ellos, por sus vecinas del contorno. El gobierno de la provincia defiende su jurisdicdón e inicia, en forma seria, la investigación de sus límites históricos.

En diciembre del 62 se designa una comisión, compuesta por el Dr. Uladislao Frías, D. José Posse y D. Pedro Etche­verry, "para que, bajo la presidencia del primero, recoja toda noticia o documentos" acerca de los límites de nuestra Provin­cia; la cual al año siguiente se expide en un informe erudito, fundado en documentos de nuestro Archivo . En él se hace por la primera vez la historia de los límites de Tucumán con Salta, Catamarca y Santiago; y se demuestra que ellos estaban más afuera de las líneas que entonces se reconocían.

Después, en su mensaje del 88, el gobernador Quinteros ha­bla de la necesidad de arreglar nuestros límites interprovincia­les y menciona un proyecto presentado al Congreso Nacional para solucionarlos. Anuncia también que acababa de aparecer el primer mapa de Tucumán, preparado por D. Antonio M. Correa, donde se consignaban no sólo sus límites actuales sino los históricos, de acuerdo a sus títulos y a las conclusiones de la Comisión -ya referida- del 63.

Por último, en 1896 el Gobierno designa una nueva comi­sión, integrada por el Dr. Rufino Cossio, el Ing. José Mariño

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y D. Jorge Paverini, para que "efectüe la recopilación y estu-dio de todos los documentos y antecedentes que se refieran alos limites de la Provincia". Esta Comisión se expide a finesdel 99 en un informe extenso, donde con más antecedentes his-tóricos se estudian nuestros lIneas de frontera con Salta, Cata-marca y Santiago, y se Ilega a las mismas o parecidas conclu-siones de la Comisión anterior en cuanto al derecho de nuestraProvincia sobre una mayor extension de sus ilmites.

Posteriormente, hasta la actualidad, nuestros gobiernos hannombrado otras comisiones con el mismo objeto, las cuales handado sus informes; pero con éstos aün no hemos obtenido nm-guna solución provechosa para Tucumán. Porque lo cierto esque, como ya observara Granillo en el 72, distintas causas, enque hay mucha culpa de los tucumanos, "han privado a la Pro-vincia de una gran parte de su territorio"; la que sin duda"será restituIda por el Congreso cuando se ocupe de tan im-portante asunto". 1) Pero, mientras tanto, la Provincia de Tu-cumán que antes fuera tan grande y después tan pequeña, vaquedando cada vez más pequeña...

Departameittos. - Al comienzo de estos años todavIa nohan sido creados los departamentos de TafI y Cruz Alta. Perohay un principio de creación del primero cuando, en 1857, sedicta una ley (sobre jueces de distrito) que establece "un juezen cada uno de los lugares de TafI, Encalilla y Colalao, quequedan separados del departamento de Monteros" (al cual per-tenecIan). Cuanto al de Cruz Alta, por otra disposición de di-cha Icy, se ye que estaba entonces comprendido en el departa-mento Rectoral o de la Capital (como otra parte del actual deTafI).

Este departamento de la Capital Ilegaba por el norte hastaTapia. Y ante los inconvenientes que ocasionaba, "en lo civil ymilitar", la larga distancia que habIa desde la ciudad hasta di-cho lugar, el Gobierno dicta en 1864 un decreto por el cual sebaja dos leguas, hasta el Saladillo, la IInea divisoria del depar-tamento de Trancas, para dejar a Tapia dentro de su jurisdic-ción. Pero, si esto se cumplió no debió durar mucho; pues hoydicha linea sigue corriendo por el rio Tapia.

1) TIov etst{t 1:1 toluciii de ( . S t(' piio raitd: ell ti Co u g' I . , o caioiiii

1-42 ~L L 1 Z O N D O B O R D A

y D. Jorge Paverini, para que "efectúe la recopilación y estu­dio de todos los documentos y antecedentes que se refieran a los límites de la Provincia". Esta Comisión se expide a fines ael ~9 en un informe extenso, donde con más' antecedentes his­tóricos se estudian nuestros líneas de frontera con Salta, Cata­marca y Santiago, y se llega a las mismas o parecidas conclu­siones de la Comisión anterior en cuanto al derecho de nuestra Provincia sobre una mayor extensión de sus límites.

Posteriormente, hasta la actualidad, nuestros gobiernos han nombrado otras comisiones con el mismo objeto, las cuales han dado sus informes; pero con éstos aún no hemos obtenido nin­guna solución provechosa para Tucumán. Porque lo cierto es que, como ya observara Granillo en el 72, distintas causas, en que hay mucha culpa de los tucumanos, "han privado a la Pro­vincia de una gran parte de su territorio"; la que sin duda "será restituída por el Congreso cuandq se ocupe de tan im­portante asunto". 1) Pero, mientras tanto, la Provincia de Tu­cumán que antes fuera tan grande y después tan pequeña, va quedando cada vez más pequeña ...

Departamentos. - Al comienzo de estos años todavía no han sido creados los departamentos de Tafí y Cruz Alta. Pero hay un principio de creación del primero cuando, en 1857, se dicta una ley (sobre jueces de distrito) que establece "un juez en cada uno de los lugares de Tafí, Encalilla y Colalao, que quedan separados del departamento de Monteros" (al cual per­tenecían)" Cuanto al de Cruz Alta, por otra disposición de di­cha ley, se ve que estaba entonces comprendido en el departa­mento Rectoral o de la Capital (como otra parte del actual de Tafí) .

Este departamento de la Capital llegaba por el norte hasta Tapia. Y ante los inconvenientes que ocasionaba, "en lo civil y militar", la larga distancia que había desde la ciudad hasta di­cho lugar, el Gobierno dicta en 1864 un decreto por el cual se baj a dos leguas, hasta el Saladillo, la línea divisoria del depar­tamento de Trancas, para dejar a Tapia dentro de su jurisdic­ClOn. Pero, si ' esto se cumplió no debió durar mucho; pues hoy dicha linea sigue corriendo por el río Tapia . .

1) Hoy está la solución de est e pleito radicada en el Congl'e o Nacional .

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BREVE 1IISTORIA DE TIJcTJMAN 143

El gobernador LIdoro Quinteros, en su mensaje del 88, ha-ce notar la necesidad de limitar el enorme departamento de laCapital, creando con él otros dos más, uno al E., desde el Sail,lindante con Santiago, y el otro al 0., desde el Ojo de Aguahasta dar en Catamarca. Habla también de que el departamen-to de Chiquiligasta era "una verdadera anormalidad", por te-ner su capital y parroquia "en un verdadero desierto" del ex-tremo E. (sobre el Sail), lejos de las "florecientes poblaciones"del 0. Y observa, en fin, que "los mismos departamentos ac-tuales con la subdivision en dos distritos presentan ya gravesinconvenientes.. ."

Como anunciaba en su mensaje, el gobernador Quinterosremite ese mismo afio a Ia Legislatura un proyecto de ley sobrela division anunciada del departamento de la Capital. Y al messiguiente se sanciona la ley que deja a éste reducido a sus ii-mites actuales y crea los de Cruz Alta y Tafi con sus demarca-ciones conocidas de hoy dla. Con lo cual, en 1888, termina elproceso de creación de los once departamentos que constituyenla Provincia de Tucumán moderna.

Población. - A mediados de 1858 se levanta un censo ge-neral de la Provincia, el que arroja la cifra de 83.545 habi-tantes. Pero Ia Comisión encargada de hacer el estudio y loscómputos del caso, por razones que da, calcula que la poblaciónreal pasaba de 90.000 almas, suma respetable para esa épocaDe ésta, 26.126 correspondIan al Curato Rectoral, y al de Mon-teros —que segula en importancia—, 12.593, aunque debIan sermás, segün los informantes. Estos observan también que en elCenso faltaban Amaicha y Colalao, poblados de los Valles Cal-chaqules, "compuestos de indios —dicen— que conservaban lapureza de su raza indIgena", y cuyo nñmero no bajarIa de 600habitantes.

Segün el primer Censo nacional, de 1869, los departamen-tos de Tucumán tenIan entonces las siguientes cifras de pobla-ción en nñmeros redondos: La Capital, 37.500; Monteros,14.100; Chiquiligasta, 12.150; Famaillá, 10.200; Rio Chico,8.700; Graneros, 8.500; Leales, 7.200; Burruyacu, 5.500;Trancas, 3.650 y Encalilla, TafI y Colalao, 1.450. Lo que dala suma de 108.950 habitantes para toda la Provincia. Lapoblación de la ciudad de Tucumán era de 17.400 individuos y

BREVE HISTORIA DE 'rUCUMAN 143

El gobernador Lídoro Quinteros, en su mensaje del 88, ha­ce notar la necesidad de limitar el enorme departamento de la Capital, creando con él otros dos más, uno al E., desde el Salí, lindante con Santiago, y el otro al O., desde el Ojo de Agua hasta dar en Catamarca. Habla también de que el departamen­to de Chiquiligasta era "una verdadera anormalidad", por te­ner su capital y parroquia "en un verdadero desierto" del ex­tremQ E. (sobre el Salí), lejos de las "florecientes poblaciones" del O. Y observa, en f in, que "los mismos departamentos ac­tuales con la subdivisión en dos distritos presentan ya graves inconvenientes ... "

Como anunciaba en su mensaje, el gobernador Quinteros remite ese mismo año a la Legislatura un proyecto de ley sobre la división anunciada del departamento de la Capital. Y al mes siguiente se sanciona la ley que deja a éste reducido a sus lí­mites actuales y crea los de Cruz Alta y Tafí con sus demarca­ciones conocidas de hoy día. Con lo cual, en 1888, termina el proceso de creación de los once departamentos que constituyen la Provincia de Tucumán moderna.

Población. - A mediados de 1858 se levanta un censo ge­neral de la Provincia, el que arroj a la cifra de 83 ~ 545 habi­tantes. Pero la Comisión encargada de hacer el estudio y los cómputos del caso, por razones que da, calcula que la población real pasaba de 90.000 almas, suma respetable para esa época. De ésta, 26. 126 correspondían al Curato Rectoral, y al de Mon­teros --<Iue seguía en importancia-, 12.593, aunque debían ser~ más, según los informantes. Estos observan también que en el Censo faltaban Amaicha y Colalao, poblados de los Valles Cal­chaquíes, "compuestos de indios -dicen- que conservaban la pureza de su raza indígena", y cuyo número no bajaría de 600 habitantes.

Según el primer Censo nacional, de 1869, los departamen­tos de Tucumán tenían entonces las siguientes cifras de pobla­ClOn en números redondos: La Capital, 37. :500; Monteros, 14.100; Chiquiligasta, 12.150; Famaillá, 10.200; Río Chico, 8.700; Graneros, 8.500; Leales, 7.200; Burruyacu, 5.500; Trancas, 3. ,650 y Encalilla, Tafí y Colalao, 1.450 . Lo que da la suma de 108.950 habitantes para toda la Provincia. La población de la ciudad de Tucumán era de 17.400 iñdividuos y

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ill L III Z 0 N Do 0 () 0 0 A

la rural, de su departarnento Rectoral, do 20 100. Pero, eneste ültimo estaba comprendida, como ya se ha visto, la exten-sión de Cruz Alta y gran parte de TafI.

En su mensaje del 80 el P. E., suporiiendo el crecimientode la población tucumana por década en un 25%, calcula ésta,para ese año, en 136.191 habitantes. Por ültimo, conforme a!segundo Censo nacional, de 1895, Tucumán tiene estas cantida-des de habitantes en nümeros redondos: toda la Provincia,21.750; el departamento de la Capital, 49.350; Cruz Alta,28.800; Famaillá, 27.000; Monteros, 25.500; Chiquiligasta,23.000; Rio Chico, 20.00; Graneros, 10.400; Leales, 8.800:I'uriuyacu, 8.600; TaIl, 8.400 y Trancas 5.900. Como se ver,pues, en los 26 años que van del 69 al 95 la población de Tu-cumin resulta duplicada. Y finalmente observaremos que enesta población no cuentan mayormente los extranjeros. De és-tcis, eomo inmigrantes, solo en 1891 entraron en la Provinciade golpe en nümero considerable: 2.476 (segün dice el mensajede un gobernador).

Las cam pañas. - En setiembre del 58 se sanciona una leyque divide "las tierras de la Provincia en terreno.s de pastoreoy de pan llevar". Declara de pan ilevar "las que se encuentranclentro de legua y media, medida a todos los vientos, desde laplaza principal de esta Capital"; los de la "circunferencia delpueblo de Monteros hasta la distancia de una legua de la pinzy los demás de los pueblos de campaña "hasta la distancia demedia legua", medida de la misma manera. Y establece en finque son tierras de pastoreo "todas las que no se declaran depan llevar", es decir las demás.

En 1859 hay en la Provincia una gran sequla, que ileva ala reglamentación de las aguas del rio Sail para los pobladoresribereflos. El 61 debió ocurrir lo mismo, por el incendio generalque el 23 de junio asoló las campaflas tucumanas; 1) el cual, ajuzgar por la ayuda oficial a los más perjudicados, debió co-rrer principaimente por los actuales departamentos de Cruz Al-ta, Leales y Famaillá. Por el contrario, en febrero del 63 de-bió Hover tanto, sobre todo en el Norte, que hubo vastas inun-daQiones por los desbordes del rio Sail, lois ue ocasionaron

1) ''El asIa 61, principlo de tods males. . . esitre llamas pavorosas -ardió 01 snelo en Tucunsiin ' ' : - dice on cactar popilar.

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la rural, de su departamento Rectoral, de 20.100. Pero, en este último estaba comprendida, como ya se ha visto, la exten­sión de Cruz Alta y gran parte de Tafí.

En su mensaje del 80 el P . E., suponiendo el crecimiento de la población tucumana por década en un 25 %, calcula ésta, para ese año, en 136.191 habitantes. Por último, conforme al segundo Censo nacional, de 1895, Tucumán tiene estas cantida­des de habitantes en números redondos: toda la Provincia, 21~. 75,0; el departamento de la Capital, 49.350; Cruz Afta, 28.800; Famaillá, 27.000; , Monteros, 25.500; Chiquiligasta, 23.000; Río Chico, 20.00; Graneros, 10.400; Leales, 8.800 ; rurruyacu, 8.600; Tafí, 8.400 Y Trancas 5.900. Como se verá, pues, en los 26 años que van del 69 al 95 la poblaJCión de Tu­cumám resulta duplicada. Y finalmente observaremos que en esta población no cuentan mayormente los extranjeros. De és­tos, como inmigrantes, sólo en 1891 entraron en la Provincia de golpe en número considerable: 2.476 (según dice el mensaje de un gobernador) .

Las campañas. - En setiembre del 58 se sanciona una ley que divide "las tierras de la Provincia en terreno.s de pastoreo y de pan llevar". Declara de pan llevar "las que se encuentran dentro de legua y media, medida a todos los vientos, desde la plaza principal de esta Capital"; los de la "circunferencia del pueblo de Monteros hasta la distancia de una legua de la plaz o ' y los demás de los pueblos de campaña "hasta la distancia d,e media legua", medida de la misma manera. Y establece en fin que son tierras de pastoreo "todas las que no se declaran de pan llevar", es decir las demás .

En 1859 hay en la Provincia una gran sequía, que lleva a la reglamentación de las aguas del río Salí para los pobladores ribereños. El 61 debió ocurrir lo mismo, por el incendio general que el 23 de junio asoló las campañas tucumanas; 1 ) el cual, a juzgar por la ayuda oficial a los más perjudicados, debió co­rrer principalmente por los actuales departamentos de Cruz Al­ta, Leales y Famaillá. Por el contrario, en febrero del 63 de­bió llover tanto, sobre todo en el Norte, que hubo vastas inun­daaíones por los desbordes del río Salí, 10tS ¡que ocasionaron

1 ) "El año 61, - princ,ipio de todos ma les . . . - ent re llamas pavorosas -ardió el suelo en Tu cumán ": - dice un car. ta r popular .

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cuantiosos daflos a los pobladores de sus márgenes; tantfl queel gobierno nacional destinó 10.000 pesos para indemnizarlosen parte. El crecimiento de este rio fué de tal magnitud que,segün Graniflo, se inundó todo el Bajo "hasta una cuadra delalto" de nuestra ciudad. Y diez años después, a principios del73, hubo otras inundaciones producidas, segün dice el goberna-uor, por 1a iluvia casi no interrumpida de 33 dias". Con locual se perdieron —nos informa— las "sementeras de tabaco,maiz, arroz, muchas casas y algunas vidas..

Caminos y puentes. - En su mensaje del 66 nos dice elgobernador Posse lo siguiente: "Los caminos interiores de laProvincia son inferiores a su objeto, muy inferiores a lo quedeberia esperarse de un pals (en) que todo su tráfico y su cc-mercio se hace en carretas. El egoismo de los particulares con-serva el mal. Nadie se interesa en allanar una dificultad, enmejorar un camino en provecho propio, menos en utilidad delvecino. El Estado no tiene rentas creadas para suplir la inerciadel vecindario". A lo cual agrega: "Sucede con los puentes inmismo que con los caminos. TJn particular Ileva una acequiaatravesando las vlas püblicas, poniendo puentes lo peor quepueda, allá donde ha suprimido la tierra firme, dejando pam€1 vecino y para él mismo un peligro en el tránsito". Muchode lo cual ocurre hoy todavIa.

El camino nacional de Tucumán a Guacra, para ir a Ca-tamarca, al empezar el año 74 ya se hallaba "abierto yarre-glado en su mayor extension". Y estando por arreglar la Na-ción el camino de esta ciudad a Salta, nuestro Gobierno dictaese año un decreto en que ordena a los propietarios de las ace-quias del trayecto la construcción de "puentes cómodos de ma-dera" sobre ellas, de 6 varas de largo por lo menos. Y en ci78 se trata de estudiar un riuevo camino hacia los Valles, quedebla pasar "por el lugar Cuchilla Larga". Y el 80 el Gobiernotoma medidas sobre apertura del camino nacional a Burruyacu,obstruido por vecinos.

El puente carretero del Este, sobre el rio Sall, empezadopor la Nación en 1873, se abandonó luego porque el rio dió enpasar por un lado; y su reconstrucción solo se inició en el 80,terrninándose en el 83, fecha de su entrega a la Municipalidadde Tucim'tn. Después, en el 94, el Gobiemno ordena la con*-

BREVE HISTORIA DE TU01JMAN l ió

cuantiosos daños a los pobladores de sus márgenes; tantEf que el gobierno nacional destinó 10.000 pesos para indemnizar-los en parte. El crecimiento de este río fué de tal magnitud que, según Granillo, se inundó todo el Bajo "hasta una cuadra del alto" de nuestra ciudad. Y diez años después, a principios del 73, hubo otras inundaciones producidas, [según dice el goberna­uur, por 'la lluvia casi no interrumpida de 33 días". Con lo cual se perdieron -nos informa- las "sementeras de tabaco, maíz, arroz, muchas casas y algunas vidas ... "

CCLminos y puentes. - En su mensaje del 66 nos dice el gobernador Posse lo siguiente: "Los caminos interiores de la Provincia son inferiores a su objeto, muy inferiores a lo que debería esperarse de un país (en) que todo su tráfico y su co­mercio se hace en carretas. El egoísmo de los particulares con­serva el mal. Nadie se interesa en allanar una dificultad, en mejorar un camino en provecho propio, menos en utilidad del vecino. El EiStado no tiene rentas creadas para suplir la inercia del vecindario". A lo cual agrega: "Sucede con los pu,entes lo mismo que con los caminos. Un particular lleva una acequia atravesando las 'vías públicas, poniendo puentes lo peor que pueda, allá donde ha suprimido la tierra firme, dejando para el vecino y para él mismo un peligro en el tránsito". Mucho de lo cual ocurre hoy todavía.

El camino nacional de Tucumán a Guacra, para ir a Ca­tamarca, al empezar el año 74 ya se hallaba "abierto y rre­glado en su mayor extensión". Y estando por arreglar la Na­ción el 'camino de esta ciudad a Salta, nuestro Gobierno dicta ese año un decreto en que ordena a los propietarios de las ace­quias del trayecto la construcción de "puentes cómodos de ma­dera" sobre ellas, de 6 varas de largo por lo menos. Y en el 78 se trata de estudiar un nuevo camino hacia los Valles, que debía pasar "por el lugar Cuchilla Larga". Y el 80 el Gobierno toma medidas sobre apertura del camino nacional a Burruyacu, obstruído por vecinos.

El puente ,carretero del Este, sobre el río Salí, empezado por la Nación en 1873, se abandonó luego por,que el río dió en pasar por un lado; y su reconstrucción sólo se inició en el 80, terminándose en el 83, fecha de su entrega a la Municipalidad de Tucumán. Después, ep el 94, el Gobierno ordena la con s-

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PPM

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trucción de varios puentes, por sus propietarios, en los depar-tamentos de Cruz Alta, Leales, Rio Chico y Graneros; el 96dispone la reparación del camino de San Rafael a Tall del Va-lle por Mala-Mala; y el 99 designa comisiones en tocla la Pro-vincia para el cuidado de los caminos püblicos: anticipo, sirduda, de nuestras modernas Comisiones de Higiene y Fomento.

Correos y telegrafos. - A principios de 1864 la Legisla-tura concede al P. E. la autorización que éste pedIa "para es-tablecer correos en el territorio de la Provincia en el nümeroque juzgue conveniente para el servicio de correspondencia ofi-cial y particular". El gobierno fundaba el pedido en que laspostas militares que hasta entonces se utilizaban para el ser-vicio de la correspondencia oficial eran ya insuficientes. Yagregaba que se podIan establecer 4 correos mensuales a! sur,2 a Burruyacu y 2 a Trancas. Mas solo sabemos que en el 71el P.E. establece "correos provinciales para la conducción dela corrcspondencia oficial entre esta ciudad y los departamen-tos de campaña". Dispone la salida de 4 correos por semanadesde esta ciudad: "uno para el S. por los departamentos de

F Lules (sic), Famaillá, Monteros, Chicligasta, Rio Chico y Gra-neros; otro para el departamento de Leales, que pasando porla villa de Mercedes vaya por la parte.. . de Chicligasta en queno toque el correo anterior; otro para el departamento de Bu-ruyacu; y otro para el N. hasta Colalao y Trancas, debiendoIlegar a Rearte cuanclo se establezca escuela en ese lugar". Yresuelve en fin la salida de otro "cada 15 dIas para el 0. hastaColalao de los Valles".

En 1874 fueron nacionalizados estos correos provinciales ydesde agosto de ese aflo quedaron bajo la dirección de la Ad-ministración Nacional de Correos.

Hacia el 81, segün Bousquet, la Administración Nacionalde Correos tenIa establecidas en la Capital "14 estafetas y co-rreIstas a caballo"; y la correspondencia de Córdoba y del Li-toral se recibia y despachaba tres veces por semana, a la lie-gada y salida de cada tren; la de Santiago y Catamarca, unavez; y la de Salta por mensajerIa, dos veces. Dicho autor nosinforma también que entonces salla cada semana un correo acaballo para Leales y Chicligasta, y otro para Trancas, SanPedro de Colalao y Burruyacu; tres veces para el Sur de la pro-

},f. LIZONDO BORDA

trucción de varios puentes, por sus propietarios, en los depar­tamentos de Cruz Alta, Leales, Río Chico y Graneros; el 9& dispone la reparación del camino de San Rafael a Tafí del Va­lle por Mala-Mala; y el 99 designa comisiones en toda la Pro­vincia para el cuidado de los caminos públicos: anticipo, sin duda, de nuestras modernas Comisiones de Higiene y Fomento.

Correos y telégt'afos. - A principios de 1864 la Legisla­tura concede al P. E. la autorización que éste pedía "para es­tablecer correos en el territorio de la Provincia en el número que juzgue conveniente para el servicio de correspondencia ofi­cial y particular". El gobierno fundaba el pedido en que las postas militares que hasta entonces se utilizaban para el ser­vicio de la correspondencia oficial eran ya insuficientes. Y agregaba que se podían establecer 4 correos mensuales al sur, 2 a Burruyacu y 2 a Trancas. Mas sólo sabemos que en el 71 el P. E. establece "correos provinciales para la conducción de la cúrrcspondencia oficial entre esta ciudad y los departamen­tos de campaña". Dispone la salida de 4 correos por semana Gesde esta ciudad: "uno para el S. por los departamentos de Lules (sic), Famaillá, Monteros, Chidigasta, Río Chico y Gra­neros; otro para el departamento de Leales, que pasando por la villa de Mercedes vaya por la parte. .. de Chicligasta en que no toque el correo anterior; otro para el departamento de Bu­ruyacu; y otro para el N. hasta Colalao y Trancas, debiendo llegar a Rearte cuando se establezca escuela en ese lugar". Y resuelve en fin la salida de otro "cada 15 días para el O. hasta Colalao de los Valles".

En 1874 fueron nacionalizados estos correos provinciales y desde agosto de ese año quedaron bajo la dirección de la Ad­ministración Nacional de Correos.

Hacia el 81, según Bousquet, la Administración Nacional de Correos tenía establecidas en la Capital "14 estafetas y co­rreístas a caballo"; y la correspondencia de Córdoba y del Li­toral se recibía y despachaba tres veces por semana, a la lle­gada y salida de cada tren; la de Santiago y Catamarca, una vez; y la de Salta por mensajería, dos veces. Dicho autor nos informa también que entonces salía cada semana un correo a caballo para Leales y Chicligasta, y otro para Trancas, San Pedro de Colalao y Burruyacu; tres veces para el Sur de la pro-

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vincia; y dos veces al mes para TafI, Encalilla, Colalao delValle, Santa Maria de Catamarca y Cafayate de Salta.

En el 72, fueron terminadas e inauguradas las lmneas tele-gráficas de la Nación que, segün anuncia el P . E. (en febrerodel 73), empezaron a comunicar a Tucumán "con las provinciashermanas y las repñblicas de Chile y Oriental del Uruguay".Y segiin el citado Bousquet, en el 81 ya habIa en la Provincia4 lineas telegráficas: la nacional a Córdoba, pasando por San-tiago; la del Ferrocarril Central Norte que unIa a Tucumáncon Córdoba; la naciorial a Catamarca; y la nacional a Saltay Jujuy; y existIan en total 12 oficinas telegráficas.

Mensajerlas y ferrocarriles. - Sabemos por Granillo quehacia el 72 habIa en la Provincia dos servicios de mensajerIasque realizaban "el transporte de pasajeros y caudales para elLitoral y Provincias del Norte"; y que las diligencias ilegabana Tucumán, de Córdoba, "cuatro o seis veces por mes, lo mismoque del Norte, partiendo otras tantas para los mismos puntos".Y el transporte de mercaderlas, antes de la Ilegada del ferro-carril, se efectuaba por tropas de carretas que, pasando porSantiago y Córdoba, Ilegaban hasta el Rosario, en el Litoral.Pero en 1874, al Ilegar a Quilino la via férrea que venIa deCórdoba, esas tropas dejaron de andar. Este medio de trans-porte, hasta Quilino, se sustituyó con otro algo más rápido:con tropas de carros.

En 1876 llegó por fin a nuestra Capital el Ferrocarril"Córdoba a Tucurnári". Para su inauguración llego el presi-dente Dr. Nicolás Avellaneda. Y hablando (en su mensaje deenero del 77) de este acontecimiento y de su gran significadosocial y económico, nos dice el gobernador de la Provincia: que"el dIa 31 de octubre del próximo pasado, el Excmo. Sr. Pre-sidente de la Repñblica, acompañado del Sr. Ministro del In-terior, de algunos gobernadores de provincia, del cuerpo diplo-mático y de un gran nümero de ciudadanos de importancia,inauguró la extensa lInea férrea que nos une con Córdoba, acer-cándonos considerablemente al Litoral". Y agregaba que, desdeese momento, quedaron "abiertos a la producción, a la indus-tria y al capital, iiuevas fuentes de riqueza y nuevos horizon-tes de prosperidad". Lo que era exacto.

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vincia; y dos veces al mes para Tafí, Encalilla, Colalao del Valle, Santa María de Catamarea y Cafayate de Salta. ,

En el 72, fueron terminadas e inauguradas las líneas tele­gráficas de la Nación que, según anundael P. E . (en febrero del 73), empezaron a comunicar a Tucumán "con las provincias hermanas y las repúblicas de Chile y Oriental del Uruguay". y según el citado Bousquet, en el 81 ya había en la Provincia 4 líneas telegráficas: la nacional a Córdoba, pasando por San­tiago; la del Ferrocarril Central Norte que unía a Tucumán con Córdoba; la nacional a Catamarca; y la nacional a Salta y Jujuy; y existían en total 12 oficinas telegráfieas.

Mensajerías y fer1"OCarriles. - Sabemos por Granillo que hacia el 72 había en la Provincia dos servicios de mensajerías que realizaban "el transporte de pasajeros y caudales para el Litoral y Provincias del Norte"; y que las diligencias llegaban a Tucumán, de Córdoba, "cuatro o seis veces por mes, 10 mismo que del Norte, partiendo otras tantas para los mismos puntos". y el transporte de mercaderías, antes de la llegada del ferro­carril, se efectuaba por tropas de carretas que, pasando por Santiago y Córdoba, llegaban hasta el Rosario, en el Litoral. Pero en 1874, al llegar a Quilino la vía férrea que venía de Córdoba, esas tropas dejaron de andar. Este medio de trans­porte, hasta Qui1ino, se sustituyó con otro algo más rápido: con tropas de carros.

En 1876 negó por fin a nuestra Capital el Ferrocarril "Córdoba a Tucumán". Para su inauguración negó el presi­dente Dr. Nicolás Avellaneda. Y hablando (en su mensaje de enero del 77) de este acontecimiento y de su gran significado social y económico, nos dice el gobernador de la Provincia: que "el día 31 de octubre del próximo pasado, el Excmo. Sr. Pre­sidente de la República, acompañado del Sr. Ministro del In­terior, de algunos gobernadores de provincia, del cuerpo diplo­mático y de un gran número de ciudadanos de importancia, inauguró la extensa línea férrea que nos une con Córdoba, acer­cándonos considerablemente al Litoral"'. Y agregaba que, desde ese momento, quedaron "abiertos a la producción, a la indus­tria y al capital, nuevas fuentes de riqueza y nuevos horizon­tes de prosperidad". Lo que era exacto.

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El transporte a Santiago se hacIa por clicho ferrocarril has-ta la estación San Pedro; y desde alli segulan los pasajeros enmensajerIa (una vez por semana), y las mercaderIas en tropasde carros. Desde esa estación se hacIa el transporte a Cata-marca de la misma manera. A Salta, en ci 81, salIan las men-sajerIas dos veces por semana, haciendo la carrera, segün cuen-ta Bousquet, en 4 6 5 dIas. El transporte de mercaderIas —queera importante por el comercio con Bolivia .—, se hacIa con tro-pas de carros, que demoraban en ilegar a Salta 12 dIas. Peroen el 82 comienza la construcción del ferrocarril de Tucumána Salta como continua:ción de la lInea ya existente que venIade Córdoba. En nuestra provincia hubo que construir, pasandoTafI Viejo, el tünei y viaducto conocidos. Y asI en ci aflo 85esta via férrea solo pudo inaugurarse hasta Chiicas, hoy Jura-merito, en la provincia de Salta.

También en ci 85 D. Samuel Kiiton obtiene autorización,por icy, para construir un ferrocarrii ptiblico de La Madrid aesta Capital. Fué ci que después serIa ci Noroeste Argentino,liamado "Provincial". Y ci 88 ya tenemos la noticia de que ciGobierno autoriza al F.C.N.O. para explotar la iInea termi-nada de La Madrid a Santa Ana, en ci Sur. Y por fin ci Go-bernador de la Provincia nos dice en un mensaje de setiembredel 89, que ci 8 de ese mismo año "penetró hasta esta ciudad laprimera iocomotora del Ferrocarril Noroeste Argentino"; yanuncia que el dia 23 serIa ci de su inauguración oficial.

En ci mensaje referido ci gobierno anunciaba también queestaban en construcción otras dos lineas importantes: "la deSunchales y de San Cristóbai"; y que la primera quedarIa ter-minada en ci año siguiente, habiéndose empezado a construirsu estación "Sunchales" en esta ciudad. Esta iInea es, como sesabe, la del Ferrocarrii "Buenos Aires y Rosario", liamado alñitimo "Central Argentino". La otra iInea era la de trocha an-gosta, —que fué iuego del Estado—, cuya estación construIdaen ci Bajo se Ilamó "San Cristobal". Y de este modo, como yase adelantaba en ci mensaje jaludido, pocos aflos más tarde,antes de terminar el siglo, la Provincia de Tucumán quedó "ser-vida por ferrocarriies en todas direcciones".

Pueblos de la Provincia. - Hacia ci 72 ya habIa en Tu-cumán, fuera de la capital, varios pueblos de cierta importancia.

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El transporte a Santiago se hacía por dicho ferrocarril has­ta la estación San Pedro; y desde allí seguían los pasaj eros en mensajería (una vez por semana), y las mercaderías en tropas de carros. Desde esa estación se hacía el transporte a Cata- . mar,ca de la misma manera. A Salta, en el 81, salían las men­sajerías dos veces por semana, haciendo la carrera, según cuen­ta Bousquet, en 4 ó 5 días. El transporte de mer,caderías -que era importante por el comercio con Bolivia-, se hacía con tro­pas de carros, que demoraban en llegar a Salta 12 días. Pero en el 82 comienza la construcción del ferrocarril de Tucumán a Salta como continuación de la línea ya existente que venía de Córdoba. En nuestra provincia hubo que construir, pasando Tafí Viejo, el túnel y viaducto conocidos. Y así en el año 85 esta vía férrea sólo pudo inaugurarse hasta Chilcas, hoy J ura­mento, en la provincia de Salta.

También en el 85 D. Samuel Kilton obtiene autorización, por ley, para construir un ferrocarril público de La Madrid a esta Capital. Fué el que despues sería el Noroeste Argentino, llamado "Provincial". Y el 88 ya tenemos la noticia de que el Gobierno autoriza al F. C. N. O. para explotar la línea t ermi­nada de La Madrid a Santa Ana, en el Sur. Y por fin el Go­bernador de la Provincia nos dice en un mensaj e de setiembre del 89, que el 8 de ese mismo año "penetró hasta esta ciudad la primera locomotora del Ferrocarril N oroeste Argentino"; y anuncia que el día 23 sería el de su inauguración oficial.

En el mensaje referido el gobierno anunciaba también que estaban en construcción otras dos líneas importantes: "la de Sunchales y de San Cristóbal"; y que la primera quedaría ter­minada en el año siguiente, habiéndose empezado a construir su estación "Sunchales" en esta ciudad. Esta línea es, como se sabe, la del Ferrocarril "Buenos Aires y Rosario", llamado al último "Central Argentino". La otra línea era la de trocha an­gosta, -que fué luego del Estado-, cuya estación construída en el Bajo se llamó "San Cristobal". y de este modo, como ya se adelantaba en el mensaje ¡aludido, pocos años más tarde, antes de terminar el siglo, la Provincia de Tucumán quedó "ser­vida por ferrocarriles en todas direcciones".

P·ueb.los de la Provincia. - Hacia el 72 ya había en Tu­cumán, fuera de la capital, varios pueblos de cierta importancia.

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BREVE 11] FO11A DE 1U(TM\N 149

Esos pueblos, que aqul citaremos con datos y hasta con pala-bras de Granillo, eran: Lules, que adelantaba "rápidamente" yque ostentaba "una linda iglesia y muy buenos edificios en suscalles y plaza", recientemente trazados; Monteros, el más an-tiguo sin duda, y que entonces era "por sus edificios y movi-miento mercantil, el principal de la campana; Medinas, pueblo"pequeño aün, pero con buenos edificios y una bonita iglesiaen la plaza"; Concepción, pequeno también, que se estaba for-mando y ya tenIa "una regular iglesia y algunas casas de azo-tea"; Rio Chico y Graneros, igualmente con sus correspondien-tes iglesias y "muy regulares casas particulares"; La Cocha,trazado el 70 6 71, que era un pueblo "improvisado en pocosaflos con Ia fuerte inmigración catamarquef'ia" que allI se con-gregaba; y por fin, al Norte, Trancas, pueblo viejo, con unaantigua iglesia y caserIo "por lo general de teja".

Diez alias después, esto es hacia el 81, sabemos que algu-nos de estos pueblos habIan progresado bastante; y que habIanempezado a destacarse otros. El Dr. Javier F. FrIas en uncapitulo de la "Memoria histórica y descriptiva de Tucumán"nos proporciona sobre ellos los datos siguientes: Monteros tenia"una escuela de varones, una de mujeres y otra mista, Munici-palidad, Cabildo, un hospital misto, una botica, oficina telegra-fica, 23 almacenes y 3 casas introductoras"; Concepción teniauna bonita plaza" con asientos de madera y un kiosko en el cen-tro; en Medinas habIa escuelay 20 casas •de negocio que gira-ban con un capital que oscilaba "entre diez y veinte mil pesosbolivianos"; La Cocha era ya de importancia: tenIa 10 casasde negocio, una escuela, una iglesia (aUn no terminada) y unaoficina telegráfica; en Graneros habIa 18 casas de comercio,una iglesia, una escuela y dos capillas; Rio Chico contaba tam-bién con "escuela y varias casas de negocio"; Trancas era "lavilla más pobre de toda la Provincia", que "en vez de adelari-tar" retrocedja, aunque tenia entonces "una escuela mista, of i -cina telegráfica, Juzgado de Paz, 10 casas de negocio y unacurtiembre"; y Leales estaba en la misma situación. Entre lospueblos nuevos y los que surgIan se encontraban: Simoca, quetenIa 2 escuelas, una de varones y otra de mujeres; Famailló,donde habIa "una iglesia, dos escuelas del Estado con sus edi-ficios propios v 16 ca.sas de neg'ocio"; San Ignacio, cerca dc La

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Esos pueblos, que aquí citaremos con datos y hasta con pala­bras de Granillo, eran: Lules, que adelantaba "rápidamente" y que ostentaba "una linda iglesia y muy buenos edificios en sus calles y plaza", recientemente trazados; Monteros, el más an­tiguo sin duda, y que entonces era "por sus edifieios y movi­miento mercantil, el principal de la campaña ; M edinas, pueblo "pequeño aún, pero con bttenos edificios y una bonita iglesia en la plaza"; Concepción, pequeño también, que se estaoa for­mando y ya tenía "una regular iglesia y algunas casas de azo­tea"; Río Chico y Graneros, igualmente con sus correspondien­tes iglesias y "muy regulares casas particulares"; La Cocha, trazado el 70 ó 71, que era un pueblo "improvisado en pocos años con la fuerte inmigración catamarqueña" que allí se con­gregaba; y por fin, al Norte, T1'ancas, pueblo viejo, cOon una antigua iglesia y caseríOo "pOor lOo general de teja".

Diez años después, esto es hacia el 81, sabemOos que algu­nOos de estOos pueblos habían prOogresadOo bastante; y que habían empezadOo a destacarse OotrOos. El Dr. Javier F. Frías en un capítulo de la "MemOoria histórica y descriptirva de Tucumán" nOos prOopOorciOona sOobre ellOos lOos datOoS siguientes: Monteros tenía "una escuela de varOones, una de mujeres y Ootra mista, Munici­y.,alidad, .CabildOo, un hOospital mistOo, una botica, Ooficina telegrá­fica, 23 almacenes y 3 casas intrOoductOoras"; Concepción tenía una bonita plaza" cOon asientOos de madera y un kiOoskOo en el cen­trOo; en M edinas había escuela y 20 casas de negOociOo que gira­ban con un capital que Ooscilaba "entre diez y veinte mil pesOos bOolivianOos"; La Cocha era ya de impOortancia: tenía 10 casas de negOociOo, una escuela, una iglesia (aún nOo terminada) y una oficina telegráfica; en G1"anerOs había 18 casas de cOomerdo, una iglesia, una escuela y dOos capillas; Río Chico cOontaba tam­bién cOon "escuela y varias casas de negOocio"; Trancas era "la villa más pobre de toda la PrOovincia", que "en vez de adelan­tar" retrOocedía, aunque tenía entOonces "una escuela mista, Oofi­cina telegráfica, JuzgadOo de Paz, 10 casas de negociOo y una curtiembre"; y Leales estaba en la misma situación. Entre lOos pueblOos nuevOoS y lOos que surgían se encOontraban: Simoca, que tenía 2 escuelas, una de varOones y Ootra de mujeres; Famaillá, dOonde había "una iglesia, dos escuelas del EstadOo cOon sus edi­ficios prOopiOos y 16 casas de negocio"; San Ignacio, cerca de La

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FRW

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Cocha, con una capilla y varias casas de negocio, "y con 3 mo-lino movidos por agua"; Santa Ana, que poseIa una iglesia,escuela y varias casas de comercio; San Pedro de Colalao, quelenla su iglesia, comisarIa, juzgado de paz, una escuela, un mo-lino, una herrerIa y hasta zapaterla; Burruyacu, contaba tam-bién una iglesia, comisarIa, juzgado de paz, escuela y variascasas de negocio; y Tafi y Amaicha en los Valles, que ya teniansus escuelas y el primero además una iglesia que databa deltiempo "de los jesultas".

Desde ci 83 en adelante hay decretos del Gobierno tucu-mano disponiendo la delineación de las villas de Simoca (el 83),San Isidro de L'ules y Monteros (el 87), Concepción y Mediiias(el 88), Aguilares, Graneros y Famaillá y La Madrid (el 89),y nuevamente Simoca, La Cocha, Santa Ana, San Pedro deColalao, Trances y Bella Vista (el 90). En ci 88 ci P. E.autoriza la fundación de la Villa Judrez Celman "en Pozo delAlto" (Cruz Alta), que no llegó a fundarse; de la "Villa Quin.-teros", en Rio Seco, y la Villa Alberdi, que si se fundaron. Yen el 97 un decreto del Gobierno dispone que la población dePuesto de San Benito (en Burruyacu) se deriomine "Villa Ben-jamin Aráoz". Y por ültimo diremos que en 1900 se dictan dosleyes: una que erige en Municipio a la Villa de Concepción; yotra que manda expropiar terrenos para la formación del centrourbano de la Villa de Tafi Viejo.

Ciudad de Tucumán. - En esta época la ciudad empiezasu modernización. AsI en 1855 el gobierno resuelve por un de-creto que se haga "la nominación de las calles" y la numera-ción "de todas las puertas exteriores", encargando al jefe depolicIa "de dar el iiombre a cada una de las cailes, cuidando deelegir para el efecto el de los argentinos más ilustres y el delos lugares que conmemoran los grandes hechos de armas dela Patria". Por otro decreto, en ci 57 se dispone la delineaciónde las calles. Y al año siguiente el P. E. crea dos plazas pd-blicas: la Plaza General Beigrano en la Cudadela y la PlazaGonstituciOn en ci Bajo (la que hoy se llama La Madrid).

En el 64 la Legislatura autoriza al P. E. para contratardirectamente con empresas particulares el empedrado de la ciu-dad, que en el 63 se habIa empezado por cuenta de los vecinosmás pudientes. Y en el 66 dice ci gobernador en su mensaje

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Cocha, con una capilla y varias casas de negocio, "y con 3 mo­lino.:. movidos por agua"; Santa Ana, que poseía una iglesia, escuela y varias casas de comercio; San Pedro de Colalao, que Lenía su iglesia, comisaría, juzgado de paz, una escuela, un mo­lino, una herrería y hasta zapatería; Burruyacu, contaba tam­bién una iglesia, comisaría, juzgado de paz, eseuela y varias casas de negodo; y Tafí y Amaicha en los Valles, que ya tenían sus escuelas y el primero además una iglesia que databa del tiempo ·"de los j esuítas".

Desde el 83 en adelante hay decretos del Gobierno tucu­mano disponiendo la delineación de las villas de Simoca (el 83), San Isidro de úules y Monteros (el 87), Concepción y Medinas (el 88), Aguilares, Graneros y Famaillá y La Madrid (el 89),

Y nuevamente Simoca, La Cocha, Santa Ana, San Pedro de Colalao, Trancas y Bella Vista (el 90). En el 88 el P. E. autoriza la fundación de la Villa Juárez Celman "en Pozo del Alto" (Cruz Alta), que no llegó a fundarse; de la "Villa Quin­teros", en Río Seco, y la Vilba Alberdi, que sí se fundaron. Y en el " 97 un decreto del Gobierno dispone que la población de Puesto de San Benito (en Burruyacu) se denomine "Villa B en­jamín Aráoz". Y por último diremos que en 1900 se dictan dos leyes: una que erige en Municipio a la Villa de Concepción; y otra que manda expropiar terrenos para la formación del centro urbano de la Villa de Tafí Viejo.

Ciudad de T1.tcumán. - En esta época la ciudad empieza su modernización. Así en 1855 el gobierno resuelve por un de­creto que se haga "la nominación de las calles" y la numera­ción "de todas las puertas exteriores", encargando al jefe de policía "de dar el Hombre a cada una de las calles, cuidando de elegir para el efecto el de los argentinos más ilustres y el de los lugares que conmemoran los grandes hechos de armas de la Patria". Por otro decreto, en el 57 se dispone la delineación de las calles. Y al año siguiente el P. E. crea dos plazas pú­blicas: la Plaza General Belgr"ano en la Ciludadela y la Plaza Constitución en el Bajo (la que hoy se llama La Madrid).

En el 64 la Legislatura autoriza al P. E. para contratar directamente con empresas particulares el empedrado de la ciu­da á, que én el 63 se había empezado por cuenta de los vecinos más pudientes. Y en el 66 dice el gobernador en su mensaje

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a la Legislatura que este empedrado no habIa avanzado porcausas expuestas por él en el aflo anterior. Pero agregaba: "Sinembargo, se ha hecho algo más ütil en lo existente: reparar loque estaba malo en las 60 cuadras empedradas de la ciudad,trabajo encomendado a un empresario".

Hacia el 72 la ciudad se habIa modernizado bastante, co-brando importancia en todos sus aspectos. Podemos ver esto porlos datos que nos da Granillo y por las fotografIas que exponeen su obra. Sabemos asI que entonces las manzanas edificadasno bajarIan de 75. Y que la plaza de la Libertad (hoy de laIndependencia) ocupaba "casi el centro", con una "cadena yuna fila de naranjos con bancos" sobre los cuatro costados.En medio de la plaza estaba una "hermosa columria" conme-morativa de nuestra independencia, mandada levantar por elgobernador José Maria del Campo, en el 63, en sustitución dela pirámide "de pésimo gusto y de peor recuerdo" que erigierael gobernador Gutiérrez en memoria de la victoria alcanzadapor Rosas sobre la Liga del Norte, en Famaillá.

Los edificios pUblicos más notables que habIa en la ciudadhacia el 72, segün Granillo eran: el Cabildo, "gran edificio dedos pisos con galerIas bajas y altas, exteriores e interiores",que tenIa una torre elevada en el centro, "con reloj de tres es-feras", y que daba a la plaza (en el sitio de nuestra Casa deGobierno actual); la iglesia Matriz (la misma de hoy dia), cu-ya reedificación fue iniciada y casi terminada durante el go-bierno de Celedonio Gutiérrez, bajo la dirección del ingenierofrances D. Pedro Etcheverry (y que fué decorada después porP. Felix Revol) ; los templos de los conventos de Sam Francisco

y Santo Domingo (éste ci antiguo) ; el Teatro, que se construIapor entonces a dos cuadras de la plaza (hacia el 0.) y que yatenIa una fachada "majestuosa", de dos pisos; pero que en esemismo aflo 72 o en el siguiente fué desechado como tal, cam-biándose su destino; la Esoaela Central de Varones, edificio

construldo el 66 "en el antiguo Mercado"; y el Colegio Nacio-

nal que, desde su fundación en el 64, ocupaba el hermoso edi-ficio que fuera el convento de La Merced; a cuyo lado estabaci viejo templo de esta Orden y junto al cual se estaba edificandootro nuevo (el que conocimos nosotros, hey también demolido).

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a la Legislatura que este empedrado no había avanzado por causas expuestas por él en el año anterior. Pero agregaba: "Sin embargo, se ha hecho algo más útil en lo existente: reparar lo que estaba malo en las 60 cuadras empedradas de la ciudad, trabajo encomendado a un empresario".

Hacia el 72 la ciudad se había modernizado bastante, co­brando importancia en todos sus aspectos. Podemos ver esto por los datos que nos da Granillo y por las fotografías que expone en su obra . Sabemos así que entonces las manzanas edificadas no bajarían de 75. Y que la plaza de la Libertad (hoy de la Independencia) ocupaba "casi el centro", con una "cadena y una fil a de naranjos con bancos" sobre los cuatro costados'. E.n medio de la plaza estaba una "hermosa columna" conme­morativa de nuestra independencia, mandada levantar por el gobernador José María del Campo, en el 63, en sustitución de la pirámide "de pésimo gusto y de peor recuerdo" que erigiera el gobernador Gutiérrez en memoria de la victoria alcanzada por Rosas sobre la Liga del Norte, en Famaillá .

Los edificios públicos más notables que había en la ciudad hacia el 72, según Granillo eran: el Oabildo, "gran edificio de dos pisos con galerías bajas y altas, exteriores e interiores", que tenía una torre elevada en el centro, "con reloj de tres es­feras", y que daba a la plaza (en el sitio de nuestra Casa de Gobierno actual); la iglesia Matriz (la misma de hoy día), cu­ya reedificación fue iniciada y casi terminada durante el go­bierno de Celedonio Gutiérrez, bajo la dirección del ingeniero francés D. Pedro Etcheverry (y que fué decorada después por D. Félix Revol) ; los templos de los conventos de San Francisco y Santo Domingo (éste el antiguo) ; el Teatro, que se construía por entonces a dos cuadras de la plaza (hacia el O.) y que ya tenía una fachada "majestuosa", de dos pisos; pero que en ese mismo año 72 o en el siguiente fué desechado como tal, cam­biándose su destino; la Esouela Central de Varones, edificio construído el 66 "en el a:ntiguo Mercado"; y el Colegio Nacio· nal que, desde su fundación en el 64, ocupaba el hermoso edi­ficio que fuera el convento de La Merced; a cuyo lado estaba el viejo templo de esta Orden y junto al cual se estaba edificando otro nuevo (el que conocimos nosotros, hoy también demolido).

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Airededor de a plaza principal, a una y dos cuadras deésta habIa también en el 72 edificios particulares valiosos deuno y dos pisos. Granillo cita como más importantes las casasde D. Juan Manuel Méndez, D. Felipe Posse, D. WenceslaoPosse y D. Crisóstomo Méndez, sobre todo la de este ditimo,con una decoración interior "lujosIsima" y de una arquitecturaque excedIa "en buen gusto y elegancia a todas las demás'. YGranillo en esta parte observa que habIa por entonces entrelos vecinos "un verdadero furor por edificar casas y casas ele-gantes" (cosa que hoy en general no ocurre)

El alumbrado pdblico, mejorado en los ditimos años, en el72 era ya a kerosene; y para su atención por las noches estaha"la institución de los serenos" que, segdn Granillo, tenia "15años de existencia". Contaba la ciudad con "tres hoteles y doscafés", de los cuales el hotel del "Progreso" y los cafés "Colon"y "Casino", situados en la plaza principal estaban "a la alturade los de Buenos Aires". Por otra parte, segdn Javier F. FrIas,en el 79 circulaban en la ciudad 26 carruajes particulares, 2tIlburis, 18 carruajes de aiquiler, 10 carros changadores en-Ilantados y 4 sin llantas (tipo carreta, sin duda) ; y en el 80 yalos carros changadores enliantados eran 109, y habIa 22 Ca-rruajes particulares y 15 de aiquiler.

Por fin, hacia el 82, segdn el mismo autor la ciudad yatenIa: un nuevo cementerio, el del Oeste; 3 mercados, uno alNO., otro al S. y otro al E., siendo más importante el prime-ro, construIdo dos años atrás; 3 hoteles (a 2 pesos bolivianospor dIa) ; 4 cafés, 10 confiterIas; 5 boticas; 56 tiendas y 270almacenes. Y contaba con 4 peluquerIas montadas como "lasmejores de Buenos Aires".

Otros adeatos de la capital. - En el 73 anuncia el go-bierno que ya estaban "terminadas las dos cárceles para hom-bres y mujeres, con la correspondiente capilla", y que eran dosedificios sólidos, ventilados y cOmodos. Informa también que sehabIa concluido la acequia del Norte, que ya daba agua "a losheimsoos 1errenos del N. y del P." y que de ella partIan lasaguas corrientes para las fuentes instaladas en la plaza princi-pal. Y cuenta, por ñltimo, que la Sociedad de Beneficencia yaestaba construyendo un edificio para hospital de mujeres.

M. L 1 Z O N D O B O R D <\.

Alrededor de la plaza principal, a una y dos cuadras de ésta había también en el 72 edificios particulares valiosos de uno y dos pisos. Granillo cita como más importantes las casas de D. Juan Manuel Méndez, D. Felipe Posse, D. Wenceslao Posse y D. Crisóstomo Méndez, sobre todo la de este último, con una decoración interior "lujosísima" y de una arquitectura que excedía "en buen gusto y elegancia a todas las demás". Y Granillo en esta parte observa que había por entonces entre los vecinos "un verdadero furor por edificar casas y casas ele­gantes" (cosa que hoy en general no ocurre).

~l alumbrado público, mejorado en los últimos años, en el 72 era ya a kerosene; y para su atención por las noches estaba "la institución de los serenos" que, según Granillo, tenía "15 años de existencia". Contaba la ciudad con "tres hoteles y dos cafés", de los cuales el hotel del "Progreso" y los cafés "Colón" y "Casino", situados en la plaza principal estaban "a la altura de los de Buenos Aires". Por otra parte, según Javier F. Frías, en el 79 circulaban en la ciudad 26 carruajes particulares, 2 tílburis, 18 carru3Jjes de alquiler, 10 carros changadores en­llantados y 4 sin llantas (tipo carreta, sin duda) ; y en el 80 ya los carros changadores enllantados eran 109, y había 22 ca­rruajes particulares y 15 de alquiler.

Por fin, hacia el 82, según el mismo autor la ciudad ya tenía: un nuevo cementerio, el del Oeste; 3 mercados, uno al NO., otro al S. y otro al E., siendo más importante el prime­ro, construído dos años atrás; 3 hoteles (a 2 pesos bolivianos por día) ; 4 cafés, 10 confiterías; 5 boticas; 56 tiendas y 270 almacenes. Y contaba con 4 peluquerías montadas como "las mejores de Buenos Aires".

Otros adelantos de la capital. - En el 73 anuncia el go­bierno que ya estaban "terminadas las dos cárceles para hom­bres y mujeres, con la correspondiente capilla", y que eran dos edificios sólidos, ventilados y cómodos. Informa también que se había concluído la acequia del Norte, que ya daba agua "a los herms'Oos terrenos del N. Y del P." y que de ella partían las aguas corrientes para las fuentes instaladas en la plaza princi­pal. Y cuenta, por último, que la Sociedad de Beneficencia ya estaba construyendo un edificio para hospital de mujeres.

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Del 77 son las primeras noticias que tenemos sobre la ins-talación de tranvIas en nuestra ciudad; pues entonces se dictauna icy que autoriza al P. E. para celebrar con D. Adolfo ECarranza un contrato "al objeto de establecer en la Provinciaun tranvIa a vapor o sangre que, partiendo de la estacfón delferrocarril "fuese por las cailes hasta el rio Sail, y pasandopor el puente liegase hasta ci departamento de Burruyacu. Esemismo año una ordenanza municipal concede a Carlos S. To-mas un derecho análogo dentro de la ciudad. Pero solo en ci80 llegóse a fundar una "Asociación Tranways de Tucumán",cuyos estatutos aprueba el gobierno. Sin embargo, solamenteen diciembre del 82 (segün consigna complacido el gobernadoren un mensaje) "los coches tranway" recorrieron 'las caiie p'rprimera vez". Eran tranvlas a sangre que por via circulabanen nuestra ciudad hasta entrado el siglo XX.

Sobre aguas corrientes, diremos que ya en ci 78 se hicie-ron estudios para proveer de agua potable a la ciudad. Des-pués, en ci 85 se autoriza por icy la renovaciOn de esos estudios:y en el 89 una ley autoriza al P.E. para contratar con WilliamH. Meiggs la provision de referencia. Por fin en el 97 ci P.E.dispone que se hagan riuevos estudios al respecto y designa cidia 15 de agosto para la colocación de la piedra fundamentalde las obras... Pero en el 98 el gohierno dicta nuevas medidassobre provision de agua a la población de la ciudad, y designauan "Ccrnisión de Aguas Potables". Y en el 99 una Icy declaraobligatorio ci uso del agua potable para todo el Municipio; puesal principio de ese año se empezaron a hacer las conexionesdomiciliarias de las caflerIas.

Para terminar este capltulo, diremos que en su mensajede cctubre del 88 el gobernador de la Provincia anunca quese habla trazado ci piano de la ciudad con sus bulevares y sehabla hecho la delineación de la edificación. Dice también queel empedraclo se habla aumentado embelleciéndose las plazas,los cementerios, etc. Y agrega que el alumbrado pdblico se cx-tendió más, pues de 502 faroles con que contaba el año anteriortenIa ya 976 que ilurninaban 152 cuadras. Sobre lo cual, enotro mensaje, de setiembre del 89, nos dice que desde el 19de mayo de ese aflo la ciudad se haiiaba iluminada a iuz eléctrica.

BREVE HIS'rORIA DE TUCU11AN 153

Del 77 son las primeras noticias que tenemos sobre la ins­talación de tranvías en nuestra ciudad; pues entonces se dicta una ley que autoriza al P. E. para celebrar con D. Adolfo E. Carranza un contrato "al objeto de establecer en la Provincia un tranvía a vapor o sangre que, partiendo de la estacIón del ferrocarril "fuese por las calles hasta el río Salí, y pasando por el puente llegase hasta el departamento de Burruyacu. Ese mismo año una ordenanza municipal concede a Carlos S. To­mas un derecho análogo dentro de la ciudad. Pero sólo en el 80 llegóse a fundar una "Asociación Tranways de Tucumán", cuyos estatutos aprueba el gobierno. Sin embargo, solamente en diciembre del 82 (según consigna complacido el gobernador en un mensaje) "los coches tranway" recorrieron "las cane~ per primera vez". Eran tranvías a sangre que por vía circulaban en nuestra ciudad hasta entrado el siglo XX.

Sobre aguas corrientes, diremos que ya en el 78 se hicie­ron estudios para proveer de agua potable a la ciudad. Des­pués, en el 85 se autoriza por ley la renovación de esos estudios: y en el 89 una ley autoriza al P. E. para contratar con William H. Meiggs la provisión de referencia. Por fin en el 97 el P. E. dIspone que se hagan nuevos estudios al respecto y designa el día 15 de agosto para la colocación de la piedra fundamental de las obras ... Pero en el 98 el gobierno dicta nuevas medidas sobre provisión de agua a la población de la ciudad, y designa uan "Cc.misión de Aguas Potables". Y en el 99 una ley dec lara obligatorio el uso del agua potable para todo el Municipio; pues al principio de ese año se empezaron a hacer las conexiones domiciliarias de las cañerías.

Para terminar este capítulo, diremos que en su mensaje de (,ctubre del 88 el gobernador de la Provincia anuncIa que se había trazado el plano de la ciudad con sus bulevares y se había hecho la delineación de la edificación. Dice también que el empedrado se había aumentado embelleciéndose las plazas, los cementerios, etc. Y agrega que el alumbrado público se ex­tendió más, pues de 502 faroles con que contaba el año anterior tenía ya 976 que iluminaban 152 cuadras. Sobre lo cual, en otro mensaje, de setiembre del 89, nos dice que desde el 1<'>

<le mayo de ese año la ciudad se hallaba iluminada a luz eléctrica.

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Por ültimo, en ese mismo mensaje nos anuncia que se estabanpreparando y arreglando nuevas plazas püblicas como la plazaUrquiza y la plaza Alberdi donde se erigiria la estatua delprócer.

2

DESARROLLO ECONOMICO

Ganaclerz'a. - D. Juan M. Terán nos da en el 81 datossobre ganaderIa con observaciones generales muy interesantesque transcribiremos, por referirse a algo que ya lo hemos per-dido. Dice: La ganaderIa, "aunque de poca importancia en laprovincia es tal vez la que más contribuye a mantener en lapoblación ese bienestar de que goza Tucumán. Puede decirsecon toda verdad que no hay en la campafla una sola farniliaque no sea propietaria de un pedazo de terreno y de unas cuan-tas cabezas de ganado vacuno o lanar que les asegure la sub-sistencia. De aquI proviene, sin duda alguna, que nuestras gen-tes de campo sean tan aficionadas a sus hogares, lo que ocasio-na a veces perjuicios a nuestros industriales ... porque la genteama ante todo su independencia y se contrae a cuidar su haciendacon todo esmero, y los trabajos de agricultura se establecen comoaccesorios. La crIa de ganado vacuno es la más numerosa... yestá tan repartida entre todos los habitantes de la campaña,que son contados los hacendados que tengan 6.000 cabezas deganado".

Por ültimo diremos que en su mensaje del 92 el gobernadorde la Provincia da como correspondientes al 91 las siguientescifras de cabezas de ganado: vacuno, 241.848; yeguarizo,36.258; bovino (bueyes y novillos), 34.633; caballar, 22.352;rnular, 19.741; lanar, 80.153; cabrIo, 65.887; asnal, 11.097 yporcino, 5.637.

Agric'u2tura. - Por el 72 la agricultura estaba muy de-sarrollada en la provincia. Granillo reproduce en su obra co-nocida un artIculo interesante de César Mur sobre ella, del cualy del propio Granillo tomamos los datos de mayor importancia.

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Por último, en ese mismo mensaje nos anuncia que se estaban preparando y arreglando nuevas plazas públicas como la plaza Urquiza y la plaza Alberdi donde se erigiría la estatua del prócer.

2

DESARROLLO ECON.oMICO

Ganadería. - D. Juan M. Terán nos da en el 81 datos sobre ganadería con observaciones generales muy interesantes que transcribiremos, por referirse a algo que ya lo hemos per­dido. Dice: La ganadería, "aunque de poca importancia en la provincia es tal vez la que más contribuye a mantener en la población ese bienestar de que goza Tucumán. Puede decirse con toda verdad que no hay en la campaña una sola familia que no sea propietaria de un pedazo de terreno y de unas cuan­tas cabezas de ganado vacuno o lanar que les asegure la sub­sistencia. De aquí proviene, sin duda alguna, que nuestras gen­tes de campo sean tan aficionadas a sus hogares, lo que ocasio­na a veces perjuicios' a nuestros industriales ... porque la gente

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ama ante todo su independencia y se contrae a cuidar su hacienda C0n todo esmero, y los trabajos de agricultura se establecen como accesorios. La cría de ganado vacuno es la más numerosa ... y está tan repartida entre todos los habitantes de la campaña, que son contados los hacendados que tengan 6.000 cabezas de ganado".

Por último diremos que en su mensaje del 92 el gobernador de la Provincia da como correspondientes al 91 las siguientes cifras de cabezas de ganado: vacuno, 241.848; yeguarizo, 36.258; bovino (bueyes y novillos), 34.633; caballar, 22.352 ; mular, 19.741; lanar, 80.153; cabrío, 65.887; asnal, 11.097 y porcino, 5.637.

AgriC1JJltura. - Por el 72 la agricultura estaba muy de­sarrollada en la provincia. Granillo reproduce en su obra co­nocida un artículo interesante de César Mur sobre ella, del cual y del propio Granillo tomamos los datos de mayor importancia.

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BREVE IIISTORIA DETULUMAX iM

El cultivo de la caña de azücar estaba ya extendido dentro deTucumán, y él se hacIa más o menos como en la actualidad,segün la descripción de Granillo. El maIz, cultivado por el la-brador pobre, daba muy buenos beneficios; lo mismo que elarroz y el trigo. El tabaco ya se cultivaba en el sur. El culti-vo de la alfalfa, segün Mur, no estaba aün generalizado y sepodia decir que empezaba. Y del algodón nos dice que no sehabIa hecho ningün ensayo serio. Cuanto al cultivo de los fru-tales cItricos, vaticinaba Granillo que estaba liamado "a ilenaruna vasta extension del territorio de la provincia". Y obser-vaba que si por entonces "su exquisito fruto" solo se exportabaa Santiago, después se lievarIa a Córdoba y Buenos Aires, unavez que el ferrocarril ofreciese un medio rápido y barato detransporte". Tal como ha sucedido.

En el 73 dice ci gobernador en su mensaje a la Legislatura:"Nuestra provincia va dejando de ser pastoril para ser agricul-tora; porque la abundancia de sus rIos, la peculiaridad- de susproductos y la proverbial feracidad de su suelo, la ponen en es-tas condiciones ventajosas". Para contribuir a lo cual habialuego de la necesidad de una ley que reglamente "la distribucióndel agua" a fin de "evitar las cuestiones odiosas que todos losafios" se presentaban sobre riego.

Sobre nuestra agricultura hacia el 81, D. Alfredo Bous-quet nos proporciona datos interesantes y precisos. Segin él,se cultivaban en Tucumán "anualmente 51.600 hectáreas detierras que divididas por naturaleza de sus productos se repar-tIan como sigue: caña de azücar, 7.000 hs. ; maiz, 20.500; tn-go, 14.000; cebada, 1.800; arroz, 3.500; tabaco, 1.000; alfal-fa, 3.500; zapallos, sandIas, batatas, etc., 300". Estas hectá-reas cultivadas estaban distribuldas asi: en la Capital (enton-ces con Cruz Alta y parte de TafI); 8.300; en Famaillá, 7.100;en Monteros, 5.150; en Chicligasta, 10.100; en Rio Chico,5.435; en Graneros, 3.135; en Leales, 1.590; en Burruyacu,4.560; en Trancas, 3.500; en TafI, 860; en Encalilla, 770; yen Colalao 1.100.

Segün el autor citado, hacia ci 81 habIa en la Capital 270cultivadores de cafla con 3.954 y 112 hectáreas; en Famaillá,44, con 870 hs.; en Monteros, 20, con 34 hs.; en Chicligasta,38, con 452 hs.; en Rio Chico, 12, con 62 y 112 hs.; en Gra-

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 1;;5

El cultivo de la caña de azúcar estaba ya extendido dentro de Tucumán, y él se hacía más o menos como en la actualidad, según la descripción de Granillo. El maíz, cultivado por el la­brador pobre, daba muy buenos beneficios; lo mismo que el arroz y el trigo. El tabaco ya se cultivaba en el sur. El culti­vo de la alfalfa, según Mur, no estaba aún generalizado y se podía decir que empezaba. Y del algodón nos dice que no se había hecho ningún ensayo serio. Cuanto al cultivo de los fru­tales cítricos, vaticinaba Granillo que estaba llamado "a llenar tUna vasta extensión del territorio de la provincia". Y obser­vaba que si por entonces "su exquisito fruto" sólo se exportaba a Santiago, después se llevaría a Córdoba y Buenos Aires, una vez que el ferrocarril ofreciese un medio rápido y barato de transporte". Tal como ha sucedido.

En el 73 dice el gobernador en su mensaje a la Legislatura: "Nuestra provincia va dejando de ser pastoril para ser agricul­tora; porque la abundancia de sus ríos, la peculiaridad- de sus productos y la proverbial feracidad de su suelo, la ponen en es­tas condiciones ventajosas". Para contribuir a lo cual habla

IUE.go de la necesidad de una ley que reglamente "la distribución del agua" a fin de "evitar las cuestiones odiosas que todos los anos" se presentaban sobre riego.

Sobre nuestra agricultura hacia el 81, D. Alfredo Bous­quet nos proporciona datos interesantes y precisos. Según él, !Se cultivaban en 'fucumán "anualmente 51.600 hectáreas de tierras que divididas por naturaleza de sus productos se repar­tían como sigue: caña de azú,car, 7.000 hs. ; maíz, 20.500; tri­go, 14 . 000; cebada, 1. 800; arroz, 3 . 500; tabaco, 1. 000; alfal­fa, 3.500; zapallos, sandías, batatas, etc., 300". Estas hectá­reas cumvadas estaban distribuídas así: en la Capital (enton­ces con Cruz Alta y parte de Tafí) ; 8.300; en Famaillá, 7 .100; en Monteros, 5.150; en Chicligasta, 10.100; en Río Chico, 5 .435; en Graneros, 3.135; en Leales, 1.590; en Burruyacu, 4 . 560; en Trancas, 3 . 500; en Tafí, 860; en Encalilla, 770; y en Colalao 1.100.

Según el autor citado, hacia el 81 había en la Capital 270 cultivadores de caña con 3.954 y 1 \2 hectáreas; en F'amaillá, 44, con 870 hs.; en Monteros, 20, con 34 hs . ; en Chicligasta, 38, con 452 hs.; en Río Chico, 12, con 62 y 1 \2 hs.; en Gra-

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rieros, 5, con 20 hs.; en Leales, 3 con 6 y 112 hs.; y en Burru-yacu, 2, con 4 hs. Cultivadas con maiz, generalizado en todala provincia, habIa en 1874 (y más o menos hacia el 81) : en laen la Capital, 877 cuadras; en Famaillá, 1.426; en Monteros,1.150; en Chicligasta, 1.924; en Rio Chico, 1.150; en Graneros,650; en Leales, 469; en Burruyacu, 1.700; en Trancas, 350; enEncalilla, 50; y en Colalao, 100. Lo que hacIa un total de 9.846cuadras cuadradas, o sea alrededor de las 20.500 hts. apuntadas.Y hacia los mismos afios estaban cultivadas con trigo: en la Ca-pital, 200 cuadras; en Famaillá, 600; en Monteros, 575; en Chi-cligasta, 1.875; en Rio Chico, 900; en Graneros, 725; en Leales,200; en Burruyacu, 500; en Trancas, 1 . 100; en TafI, 20; enEncalilla, 100; y en Colalao, 150. Total, 6.945 cuadras, o más omenos 14.000 hectáreas.

Algunos datos de interés sobre cultivos en el 91 nos da elgobernador en su mensaje de septiembre de ese aflo. Dice que elcultivo de la caña de azücar se estimaba entonces en 16.000 hec-táreas y que se calculaba para el 92 un aumento de 6.000. Nosinforma también que el cultivo del café se iniciaba "con buenossIntomas"; y que a solicitud de D. Exequiel Bravo Bazán, quetenIa en Leales unas 10.000 plantas, se habIa designado una co-misión para estudiar este cultivo. Y del tabaco expresa que tuvoen ese aflo "un desarrollo prodigioso, sin duda por el espléndidoresultado que este producto habIa obtenido en los mercados. .Y por su parte, la Legislatura sanciona en el 94 una ley queacuerda, por una vez, una prima de 50 centavos por planta a lasplantaciones de café por un lado y de naranjos y limoneros porotro (dentro de ciertas condiciones).

Jrrigacion. - Acequias para riego tuvieron nuestros agri-cultores desde épocas pasadas; las cuales con el tiempo se fue-ron aumentando. Segün Groussac, en el 81 estas acequias, saa-das de los 20 rIos y arroyos de nuestra provincia eran las si-guientes: en Monteros, 18; en Famaillá, 24; en Chicligasta, 12;en Graneros, 8; y en Burruyacu, 11. Después, del 83 en adelante,empiezan a aparecer ]eyes y decretos sobre canales de riego ydistrihución de las aguas de nuestros rIos para el fomento de laagricultura. La primera ley es, sin duda, la del aflo citado, queautoriza al P. E. para hacer construir "Un canal de irrigaciónen la margen oriental del rio Sail con arreglo a los pIanos y

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neros, 5, 'Con 20 hs. i en uales, 3 con 6 y 112 hs. i y en Burru­yacu, 2, con 4 hs. Cultivadas con maíz, generalizado en toda la provincia, había en 1874 (y más o menos hacia el 81) : en la en la Capital, 877 cuadras ien Famaillá, 1.426 i en Monteros, 1.150 i en Chicligasta, 1.924 i en Río Chico, 1.150 i en Graneros, 650 i en uales, 469 i en Burruyacu, 1.700 i en Trancas, 350 i en Encalilla, 50 i Y en Colalao, 100. Lo que hacía un total de 9.846

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cuadras cuadradas, o sea alrededor de las 20.500 hts. apuntadas. y hacia los mismos años estaban cultivadas con trigo: en la Ca­pital, 200 cuadras i en Famaillá, 600 i en Monteros, 575 i en Chi­cligasta, 1.875 i en Río Chico, 900 i en Graneros, 725 i en Leales, 200 i en Burruyacu, 500 i en Trancas, 1.100; en Tafí, 20; en Encalilla, 100; y en Colalao, 150. Total, 6.945 cuadras, o más o menos 14.000 hectáreas.

Algunos datos de interés sobre cultivos en el 91 nos da el gobernador en su mensaje de septiembre de ese año. Dice que el cultivo de la caña de azúcar se estimaba entonces en 16.000 hec­táreas y que se calculaba para el 92 un aumento de 6.000. Nos informa también que el cultivo del café se iniciaba "con buenos síntomas"; y que a solicitud de D. Exequiel Bravo Bazán, que tenía en uales unas 10.000 plantas, se había designado una co­misión para estudiar este 'Cultivo. Y del tabaco expresa que tuvo en ese año "un desarrollo prodigioso, sin duda por el espléndido resultado que este producto había obtenido en los mercados ... " y por su parte, la Legislatura sanciona en el 94 una ley que acuerda, por una vez, una prima de 50 centavos por planta a las plantaciones de café por un lado y de naranjos y limoneros por otro (dentro de ciertas condiciones).

Irrigación. - Acequias para riego tuvieron nuestros agri­cultores desde épocas pasadas; las cuales con el tiempo se fue­ron aumentando. Según Groussac, en el 81 estas acequias, sa'Ca­das de los 20 ríos y arroyos de nuestra provincia eran las si­guientes: en Monteros, 18; en Famaillá, 24; en Chicligasta, 12; en Graneros, 8; Y en Burruyacu, 11. Después, del 83 en adelante, empiezan a aparecer leyes y decretos sobre canales de riego y distribución de las aguas de nuestros ríos para el fomento de la agricultura. La primera leyes, sin duda, la del año citado, que autoriza al P. E. para hacer construir "un canal de irrigación en la margen oriental del río Salí con arreglo a los planos y

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BREVE HISTORIA 1)E TUCTJMAX 157

presupuestos. .. confeccionados en el 81 por el ingeniero nacio-nal, Sr. Lana y Sarto, comprendiéndose en la obra, además delcanal principal, las acequias" a derivarse del mismo. Fue el Ca-nal del Este; pero empezada su construcción se suspendió en el85; y solo más tarde pudo realizarse, con modificaciones. Porültimo en el 94 el P. E. dicta un reglamento que modifica y am-plIa otro anterior sobre distribución del agua de los rIos" "con-sultando las necesidades de las fábricas, agricultura y ganade-rIa". Y en el 97 se sanciona por fin la primera ley general deriego para Tucumán.1>

Cornercio. - En esta época, que es de renovaciOn en todo,se derogan leyes y disposiciones varias, relativas a la economIa,provenientes no solo de la época anterior sino también del tiem-

0 colonial. AsI una ley de mayo del 52 (después de la caIda deRosas) deroga la del 48 que imponia un derecho extraordinarioa las mercaderias importadas de puertos extranjeros. Y entreias rzones que daba el P. E. para pedir esta medida estaba en quehablan desaparecido las causas que motivaron esa ley, exigiendola nueva situación de la Repüblica "que desaparezcan las trabasimpuestas al comercio".

Hacia el 71, nos dice Granillo que Tucumán mantenIa uncomercio activo "con las provincia vecinas, a las que proveIa deazücar, aguardiente, arroz, etc.; con el Litoral, adonde enviabatabaco, suelas, pellones, etc.; y con Chile y Bolivia, adonde ex-portaba ganados y tabaco. En cambio, recibIa de ultramar, porel Litoral, artIculos de tienda, almacén y mercerIa, por valor de2 millones de pesos anuales, cuyas dos terceras partes pagabacon sus productos, y el resto con lo que recibIa en dinero de suexportación a Chile y a Bolivia y de sus ventas en las provinciasvecinas. Y, agrega dicho autor, que las ganancias por aflo denuestra provincia no bajarIan "de ochocientos mil pesos a unmillón"; en cuya suma debla contarse el producido por los fletesde las carretas y los carros tucumanos, que constitulan como"una industria más", de 'considerables rendimientos".

En el 81 encontramos el comercio tucumano mucho más in-tensificado y más variado. Segün Bousquet, la importaciOn deproductos a las provincias vecinas era de "harinas, vino, anIs,

1) Proyectada por el Jog. César (ipolleti.

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presupuestos. .. confeccionados en el 81 por el ingeniero nacio­nal, Sr. Lana y Sarto, comprendiéndose en la obra, además del canal principal, las acequias" a derivarse del mismo. Fue el ca­nal del Este; pero empezada su construcción se suspendió en el 85; Y sólo más tarde pudo realizarse, con modificaciones. Por último en el 94 el P. E. dicta un reglamento que modifica y am­plía otro anterior sobre distribución del agua de los ríos" "con­sultando las necesidades de las fábricas, agricultura y ganade­ría". Y en el 97 se sanciona por fin la primera ley g,eneral de riego para Tucumán.1 )

Comercio. - En esta época, que es de renovación en todo, se derogan leyes y disposiciones varias, relativas a la economía, provenientes no sólo de la época anterior sino también del tiem­po colonial. Así una ley de mayo del 52 (después de la caída de Rosas) deroga la del 48 que imponía un derecho extraordinario a la.:; mercaderías importadas de puertos extranjeros. Y entre ias razones que daba el P . E. para pedir esta medida estaba en que habían desaparecido las causas que motivaron esa ley, exigiendo la nueva situación de la República "que desaparezcan las trabas impuestas al comercio".

Hacia el 71, nos dice Granillo que Tucumán mantenía un comercio activo "con las provincia vecinas, a las que proveía de azúcar, aguardiente, arroz, etc.; con el Litoral, adonde enviaba tabaco, suelas, pellones, etc. ; y con Chile y Bolivia, adonde ex­portaba ganados y tabaco. En cambio, recibía de ultramar, por el Litoral, artículos de tienda, almacén y mercería, por valor de 2 millones de pesos anuales, cuyas dos terceras partes pagaba con sus productos, y el resto con lo que recibía en dinero de su exportación a Chile y a Bolivia y de sus ventas en las provincias vecinas. Y, agrega dicho autor, que las ganancias por año de nuestra provincia no bajarían "de ochocientos mil pesos a un millón"; en cuya suma debía contarse el producido por los fletes de las carretas y los carros tucumanos, que constituían como "una industria más", de "considerables rendimientos" .

En el 81 encontramos el comercio tucumano mucho más in­ÍC':nsificado y más variado. Según Bousquet, la importación de ¡:n'oductos a las provincias vecinas era de "harinas, vino, anís,

1) Proyectada por el Ing. Césa,r Cipolleti.

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pasas, semillas de alfalfa, sal, cal, tejidos comunes", etc. Lasharinas hasta en cantidad de 100.000 arrobas anuales se intro-ducIan de Santiago, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendozay Córdoba. El vino se traIa de Catamarca, La Rioja y de losValles. Santiago nos enviaba frazadas, ponchos, jergas y jergo-lies. Y del extranjero, generalmente por el Litoral, se importa-ban vinos, licores, cerveza, ferreteria e instrumentos do agricul-tura, ütiles dc librerIa y papeleria, etc., fuera de maquinariaspara los ingenios. Nuestra exportctción, en cambio consistIa enIn que ya dijimos. Cuanto a sus cifras, dice Bousquet que en el80 se exportaron 550.000 arrobas de azücar, equivalentes a 2miflones de pesos bolivianos; y que anualmente se exportaban23.000 barriles de aguardiente, por un valor de 250.000 pesos,35.000 piezas de suelas, vaquetas y becerros, por 300.000 pesos;iiasta 120.000 arrobas de tabaco por 300.000 pesos; maderas par100.000; tablones por 60.000; quesos de TafI por 30.000; naran-jas (para Córdoba) por 8.000; ganado en pie (para San Juany de allI para Chile) por valor de 100.000 pesos. Y asI el total deIa exportación anual podia calcularse en 4 millones de pesosbolivianos. Y en lo que se refiere a nuestro comercio con Bolivia,h.icia el 81, segtin el autor citado habIa aquI dos casas fuertesque recibIan y pasaban de Bolivia para el Litoral, y viceversa,poductos por valor de 7 miliones de pesos bolivianos. Y el trans-porte de este intercambio se hacia entonces en carros hasta Jujuy,habiéndose despachado, el 77, "22 carros directamente a Boli-ia". Para lo cual Tucumán contaba "de 100 a 120 carros".

Industrias. - Sobre la industria azucarera, que por su im -portancia en esta época merece más de un párrafo aparte, Al-fredo Bousquet nos proporciona en el 81 datos y detalles inte-resantes. Refiere quo el primer ensayo de una reforma modernaen la fabricación del azi.car Ia hizo en 1858 D. Baltazar Aguirre,'comanditado por el General Urquiza", al hacer traer "con mu-

cho costo, de los talleres de la casa Fawcett Preston, do Liver-pool, una maquinaria completa para Ia época", cuya colocación fuéencargada a dos frariceses, Luis Dode y Julio Delacroix. Peroagrega que por inexperiencia y falta de fondos fracasó el ensayodo esa fabricación (y Aguirre murió en la miseria). Cuanto almimero de ingenios existentes en Ia provincia hasta el 81, Bous-

(luetEli 18estosen la16 de3 deGrancualen'adeacerecita I

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pasas, semillas de alfalfa, sal, cal, tejidos comunes", etc. LaS' harinas hasta en -cantidad de 100.000 arrobas anu3!les se intro­ducían de Santiago, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Córdoba. El vino se traía de Catamarca, La Rioja y de los Valles. Santiago nos enviaba frazadas, ponchos, jergas y jergo­nes. Y del extranjero, generalmente por el Litoral, se importa­(wn vinos, licores, cerveza, ferretería e instrumentos de agricul­tura, útiles de librería y papelería, etc., fuera de maquinarias

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para los ingenios. Nuestra exportación, en cambio consistía en lo que ya dijimos. Cuanto a sus cifras, dice Bousquet que en el 80 se exportaron 550.000 arrobas de azúcar, equivalentes a 2 millones de pesos' ,bolivianos; y que anualmente se exportaban 2.>.000 barriles de aguardiente, por un valor de 250.000 pesos, 35.000 piezas de suelas, vaquetas y be<:erros, por 300.000 pesos; hasta 120.000 arrobas de tabaco por 300.000 pesos; maderas por 100.000; tablones por 60.000; quesos de Tafí por 30.000; naran-

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jas (para Córdoba) por 8.000; ganado en pie (para San Juan y de allí para Ohile) por valor de 100.000 pesos. Y así el total de la exportadón anual podía calcularse en 4 millones de pesos bolivianos. Y en lo que se refiere a nuestro comercio con Bolivia, h;tcia el 81, según el autor citado había aquí dos casas fuertes l1ue recibían y pasaban de Bolivia para el Litoral, y viceversa, productos por valor de 7 millones de pesos bolivianos. Y el trans­pGrte de este intercambio S'e hacía entonces en carros hasta Jujuy, habiéndose despachado, el 77, "22 carros directamente a Bo.}i­via". Para lo cual Tucumán ·contaba "de 100 a 120 carros".

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Industrias. - Sobre la industria azucarera, que por su im­portancia en esta época merece más de un párrafo aparte, Al­fredo Bousquet nos proporciona en el 81 datos y detalles inte­rtsantes. Refiere que el primer ensayo de una reforma moderna €n la fabricación del azúcar la hizo en 1858 D. Baltazar Aguirre, "comanditado por el General Urquiza", al hacer traer "con mq­cho costo, de los talleres de la casa Fawcett Prestan, de Liver­pool, ana maquinaria completa para la época", cuya colocación fué E:ncargada a dos franceses, Luis Dode y Julio' Delacroix. Pero agrega que por inexperiencia y falta de fondos fracasó el ensayo de esa fabricación (y Aguirre murió en la miseria). Cuanto al número de ingenios existentes en la provincia hasta el 81, Bous-

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BREVE HISTORIA DR TUCMAN 15

(luet nos da estas cifras: 13 en 1850, 24 en 1860, 54 en 1870, 73en 1874 . 82, en 1877, y 34 en 1881. Pero hace la salvedad de queestos 34 de 1881 eran de trapiches de acero, de los cuales habla:en la Capital (con Cruz Alta y parte de TafI) 3 de 1 a categorIa,

16 de 2?, 3 de 3?, 5 de 4?, 3 de 5? y 4 de 6?; en Famaiflá, 1 de 14,

3 de 34 y 1 de 44; y en Chicligasta, solo 1 de V. Por su parte,Granillo cita en el 71, esto es 10 años atrás, 46 ingenios, de loscuales 27 eran de "trapiche de fierro" o acero y los demás deniadera. Y segün Bousquet, en el 74 solo 30 eran de trapiche deacero, y en el 77 solo 35. Dentro de estas dos especies, Granillocita estas variedades: trapiches de fierro por agua y centrIfugaa vapor, trapiches de fierro por mulas y centrIfuga a vapor;trapiches de fierro por agua y centrIfuga por agua, trapichesde fierro por mulas y trapiches de madera por mulas y porbueyes.

Las curtidurjas, como dice Bousquet, constiuyeron 'en otrotiempo la industria más importante de la provincia, antes deldesarrollo de la industria azucarera. En 1873, por ejemplo, epo-ca en que esta ültima industria empezó recién a tomar su vuelo--agrega el autor citado—, se calculaba en 95.000 el nimero depiezas curtidas, a saber 70.000 suelas y 10.000 vaquetas". Paraesta elaboración de los cueros, habia en la provincia, segim}Jousquet: 21 curtiembres en el afio 60, 35 en el 70, 43 en el 74,40 en el 76, 34 en el 77, 32 en el 80. Segün Grariillo, en el 71 y72 habIa unos "50 establecimientos de este género", —años, como

se ye, del mayor auge—. Y en ellos se curtIan no solo "]as pielesde la provincia sino mucha cantidad de las de Santiago, Cata-inarca, y frontera de Salta". Por ültimo, nos dice Bousquet quela curtiduria estaba entonces ejercida casi exciusivamente por-ascos franceses", algunos de los cuales en el 81 ann la ejercIan,habiéndose labrado con ella una regular fortuna, a pesar de la

crisis del 75.La indnstria harinera tuvo también su importancia. Pues,

segün apunta Bousquet, habIa en Tucumán: 55 molinos en el 74,41 en el 76 y 26 en el 80. Pero, ya en este año, esos molinos noeran bastantes para moler todo el trigo tucumano; y para elconsumo anual, que era por entonces de 500.000 arrobas de ha-

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quet nos da estas cifras: 13 en 1850, 24 en 1860, 54 en 1870, 73 01 1874" 82, en 1877, y 34 en 1881. Pero hace la salvedad de que estos 34 de 1881 eran de trapiches de acero, de los cuales había:

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en la Capital (con Cruz Alta y parte de Tafí) 3 de 1:¡l categoría, lG de 2:¡l, 3 de 3:¡l, 5 de 4:¡l, 3 de 5:¡l y 4 de 6:¡l; en Famai.llá, 1 de l:¡l, 3 de 3:¡l Y 1 de 4:¡l; Y en Chicligasta, sólo 1 de 1:¡l. Por su parte, Granillo cita en el 71, esto es 10 años atrás, 46 ingenios, de los cuales 27 eran de "trapiche de fierro" o acero y los demás de lpadera. Y según Bousquet, en el 74 sólo 30 eran de trapiche de acero, y en el 77 sólo 35. Dentro de estas dos especies, Granillo cita estas variedades: trapiches de fierro por agua y centrífuga a vapor, trapiches de fierro por mulas y centrífuga a vapor; trapiches de fierro por agua y centrífuga por agua, trapiches de fierro por mulas y trapiches de madera por ~ulas y por bueyes.

Las curtidurías, como dice Bousquet, constitiuyeron "en otro tiempo la industria más importante de la pro~incia, antes del desarrollo de la industria azucarera. En 1873, por ejemplo, épo­ca en que esta última industria empezó recién a tomar su vuelo

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--agrega el autor citado-, se calculaba en 95.000 el número de piezas curtidas, a saber 70.000 suelas y 10.000 vaquetas". Para esta elaboración de los cueros, había en la provincia, según Bousquet: 21 curtiembres en el año 60, 35 en el 70, 43 en el 74, 40 en el 76, 34 en el 77, 32 en el 80. Según Granillo, en el 71 y

72 había unos "50 establecimientos de este género", -años, como se ve, del mayor auge-o Y en ellos se curtían no sólo "las pieles de la , provincia sino mucha cantidad de las de Santiago, Cata­marca, y frontera de Salta". Por últ imo, nos dice Bousquet que la curtiduría estaba entonces ejercida casi exclusiva~ente por -. ascos franceses", algunos de los cuales en el 81 aún la ejercían, habiéndose labrado con ella una regular fortuna, a pesar de la crisis del 75.

La industria harinera tuvo también su importancia. Pues, según apunta Bousquet, había en Tucumán: 55 molinos en el' 74,

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4-1 en el 76 y 26 en el 80. Pero, ya en este año, esos molinoS' no eran bastantes para moler todo el trigo tucumano; y para el consumo anual, que era por entonces de 500.000 arrobas de ha-

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lina, se tenIa que importar de las provincias vecinas unas 10.000airobas.

Hacia el 81, segün Bousquet, se trabajaba bastante en "tala-barterIa, haciéndose anualmente de 12 a 14.000 aperos; 10.000sillas de montar; y 800 a 1.000 docenas de tiradores y caronas.En esta industria se ocupaban unos 1.000 individuos que gana-ban 15 pesos mensuales. En zapaterIa trabajaban unas 2.000personas, produciendo al año 15.000 docenas de botas y de 1.600a 1.800 docenas de botines. Y la confección de pellones, segcin eliflismo autor, era obra exciusiva de las mujeres, ocupándose eneto de 800 a 1.000 de ellas; las que producian de 16.000 a 18.000pellones por año, y ganaban 3 pesos bolivianos por cada pellónfino y 10 reales por los ordinarios.

HabIa también, hacia el 81, varios aserraderos "provistosde máquinas perfeccionadas, movidas unas por vapor y otrasp'r agua". Las maderas empleadas en ellas, de nuestros bosques,ei qn el cedro, el nogal, la tipa, el laurel, el cochucho, el tare'), elpacará, el virará, el ramo, etc. Y en cuanto a otras industrias, enores Bousquet cita: la extracción de sal y especialmente de

Cal que ya se sacaba de Burruyacu, la elaboración de cigarrosy cigarrillos en 5 cigarrerIas provistas de máquinas para picare tabaco, 4 movidas a mano y una a vapor; y la fabricación delaririllos, tejas, tejuelas, baldosas y otros materiales de construe-cón. Y observa que entonces —como ahora— la mejor tierrapara tejas y baldosas era la de Yerba Buena.

Sobre el establecimiento de diversas fábricas en la Provin-cia, del 85 en adelante, diremos que en ese año una ley exoneraa Manuel Zavaleta del pago de impuestos, por 2 años, corres-pundientes a una fábrica de hielo que estaba por fundar, (yaen el 75 hubo una disposición legislativa análoga sobre una"Sociedad Fábrica de hielo"). En el 86 fué fundada una desti-brIa y fábrica de licores, elaborados "dnicamente" con "las ma-trias primas que produce esta provincia", segdn expresan susdueños, los Sres. Rimbaut y CIa., en el 91, cuando tienen una in-cidencia interesante con la Oficina QuImica Provincial sobre eluso de marcas de su fábrica. En el 94 una ley exonera, por 6años, del pago de todo impuesto municipal y provincial a lasfábricas de aceites vegetales que se establezcan en Tucurnán y a

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rina, se tenía que importar de las provincias vecinas unas 10.000 anobas.

Hacia el 81, según Bousquet, se trabajaba bastante en "tala­bartería, haciéndose anualmente de 12 a 14.000 aperos; 10.000 sillas de montar; y 800 a 1.000 docenas de tiradores y caronas. En esta industria se ocupaban unos 1.000 individuos que gana­b::m 15 pesos mensuales. En zapatería trabajaban unas 2.000 personas, produciendo al año 15.000 docenas de botas y de 1.600 a 1.800 docenas de botines. Y la confección de pellones, según el mismo autor, era obra exclusiva de laS' mujeres, ocupándose en esto de 800 a 1.0000 de ellas; las que producían de 16.000 a 18.000 pellones por año, y ganaban 3 pesos bolivianos por cada pellón fino y 10 reales por los ordinarios.

Había también, hacia el 81, varios aserraderos "provistos de máquinas perfeccionadas, movidas unas por vapor y otras pcr agua". Las maderas empleadas en ellas, de nuestros bosques, O'lln el cedro, el nogal, la tipa, el ' laurel, el cochu~ho, el tarco, el pucará, el virarú, el ramo, etc. Y en cuanto a otras industrias n,enores Bousquet cita: la extracción de sal y especialmente de cal que ya se sacaba de Burruyacu, la elaboración de cigarroS' y cigarrillos en 5 cigarrerías provistas de máquinas para picar el tabaco, 4 movidas a mano y una a vapor; y la. fabricación de larlrilíos, tej as, tejuelas, baldosas y otros materiales de construc­ción. Y obs'erva que entonces --como ahora- la mejor tierra para tejas y baldosas era la de Yerba Buena.

Sobre el establecimiento de diversas fábricas en la Provin­cia, del 85 en adelante, diremos que en ese año una ley exonera ~ Manuel Zavaleta del pago de impuestos, por 2 años, corres­pondientes . a una fábrica de hielo que estaba por fundar, (ya

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en el 75 hubo una disposición legislativa análoga sobre una "Sociedad Fábrica de hielo"). En el 86 fué fundada una desti­lería y fábrica de licores, elaboradoS' "únicamente" con "las ma­krias primas que produce esta provincia", según expresan sus dueños, los Sres. Rimbaut y Cía., en el 91, cuando tienen una in­cidencia interesante con la Oficina Quimica Provincial s~bre el URO de marcas de su fábrica. En el 94 una ley exonera, por 6 años, del pago de todo impuesto municipal y provincia.l a las fábricas de aceites vegetales' que se establezcan en Tucumán y a

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BHEvI: I[IS'F OIU \ i)I TU( UMAN 161

a

ia, materias primas necesarias para ellos. Otra ley, del 95, con-cede a los Sres. Casalás y CIa., privilegio exciusivo par 5 añospara el establecimiento de una fábrica de vidrio en ese año; perocomo no la instalaban, la Legislatura en el 97 declara caducodicho privilegio. Por ültimo citaremos otra ley, del 96, que con-cede un privilegio análogo por 10 aflos al inglés Abraham Wilkes"para el establecimiento de fábricas y elaboración del algodón yrus tejidos"; pero tampoco estas fábricas ilegaron a fundarse.

Cuanto a las fá,bricas azcareras de estos ültimos años delSiglo XIX, merecen consignarse algunos de los datos que da elgobernador Quinteros en su importante mensaje del 89. Par ellosvernos, desde luego, que los ingenios, ya de tipo moclerno, sumanentoiiees 33, y que muchas de las firmas propietarias subsistentoclavia. Y estos ingenios, segün el mensaje citado, necesitaban,"como materia prima para elaborar", 80 miflones de arrobas decafla que podIan producir 5 millones y media de arrobas de azii-car y 100.000 hectólitros de alcohol, que a los precios de entoncesrepresentaban 20 millones de pesos.

Exposiciones. - En esta época Tucumán eoncurrió con susproducciones a las diversas exposiciones que se realizaron tantodentro coma fuera del Pals. Concurre primero a la ExposiciónNacional de Córdoba, en el 71. Y, coma dice Granillo, su trabajosabre la "Provincia de Tucumán" fué ejecutado para hacerlaonocer 'en todas sus faces, al mismo tiempo que en la Expa-

sic ion se exhibieran sus valiosas producciones". De éstas, la Go-misión provincial encargada hizo varias remesas de caj ones y bul-t.s con distintos productos y artIculos elaborados y sin elaborar,dignos de ser expuestos.

En el 75, Tucumán concurrió también con remesas pareci-das, y acaso con productos y articulos más variados, a las Expo-siciones de Filadelfia y Chile. Y en el 77, a ralz de una nota delGobierno nacional, el nuestro y la Legislatura dictan medidaspara la concurrencia de la provincia a la Exposición Universalde Paris, a realizarse en el 78. Y poco después, en el mismo aflo,se reciben de Buenos Aires las medallas otorgadas par la Expa-sición de Filadelfia a los expositores tucumanos.

Después, del 81 en adelante, con la ayuda of icial provincial,Tucumán concurre: a la Exposición Continental de Buenos Ai-

BREVE HISTORIA DE TUC'UMAN 161

la:; materias primas necesarias para ellos. Otra ley, del 95, con­eede a los Sres. Casalás y Cía., privilegio exclusivo por 5 años para el establecimiento de una fábrica de vidrio en ese año; .pero como no la instalaban, la Legislatura en el 97 declara caduco

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dicho privilegio. Por último citaremos otra ley, del 96, que con-cede un privilegio análogo por 10 años al inglés Abraham Wi1kes "para el est ablecimiento de fábricas y elaboración del algodón y ?us tejidos"; pero tampoco estas fábricas llegaron a fundarse.

Cuanto a las fábricas azwcareras de estos últimos años del Siglo XIX, merecen consignarse algunos de loS' datos que da el gobernador Quinteros en su import ante mensaje del 89 . Por ellos vemos, desde luego, que los ingenios, ya de tipo moderno, suman entonces 33, y que muchas de las firmas propietarias subsisten

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todavía. Y estos' ingenios, según el mensaje citado, necesitaban. "como mater ia prima para elaborar", 80 millones de arrobas de caña que podían pr oducir 5 millones y medio de arrobas de azú­car y 100.000 hectólitros de alcohol, que a los precios de entonces representaban 20 millones de pesos.

E xposiciones. - En esta época Tucumán concurrió con SU3

producciones a las diversas' exposiciones que se realizaron t anto dentro como fuera del País. Concurre primero a la E xposición ~acional de Córdoba, en el 71. Y, como dice Granillo, su trabajo súbre la "Provincia de Tucumán" fué ejecutado para hacerla wnocer "en todas sus faces, I al mismo tiempo que en la Expo­sición se exhibieran sus valiosas producciones" . De éstas, la Co­misión provincial encargada hizo varias remesas de cajones y bul­t es con distintos productos y artículos elaborados y sin elaborar, dignos de ser expuestos.

En el 75, Tucumán concurrió t ambién con r emesas pareci­das, y acaso con productos y artículos más variados, a las Expo­siciones de Filadelfia y Chile. Y en el 77, a raíz de una nota del Gobierno nacional, el nuest ro y la Legislatura dictan medidas para la concurrencia de la provincia a la Exposición Universal de París, a realizarse en el 78. Y poco después, en el mismo año, se reciben de Buenos Aires las medallas otorgadas por la Expo­sición de Filade1:6ia a los expositores tucumanos.

Después, del 81 en adelante, con la ayuda oficial provincial, Tucumánconcurre: a la Exposición Continental de BuenoS' Ai -

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res (en el 81) ; a la Exposición interprovincial de Mendoza (enel 85); a la Exposición de Agricultura y GanaderIa de BuenosAires (en el 90) ; y a la Exposición de Chicago (en el 93).

Pesos y medidas. - Sabemos que una ley nacional del 77ieclaraba obligatorio para toda la Repiiblica, a partir del 78,"ci sistema métrico decimal de pesos y medidas", adoptadode el 63. Sin embargo, hasta el 81 y ann más adeiante, hosLa el83 las medidas y pesos usados comünmente en Tucurnán y enci Interior fueron los aritiguos españoies, que Bousquet detaliadel modo siguiente: La unidad de medida lineal era la vara; y166 varas hacIan una cuadra y 5.000 varas, una legua. La unidadde superficie era la vara cuadrada, y para los terrenos la ciadracuacirada. La unidad de medida para iIquidos era el barril equi-valenie a 61.75 litros; de éste derivaba Ia cRartilla, de 11.87 ii-tros; ci frasco, de 2.37; y la cuarta, de 0,59 partes de litro. Paralos granos se usaba Ta fanega, que equivalIa a 376.23 Titros; y elalmud, a 31.35. Para los pesos existIan la tonelada, de 918.80kilogramos; el quintal, de 45.94 ks.; la arroba, de 11.48 ks.; lalLbra, de 459 grarnos; la onza, de 28 gramos; y ci adarme, de1 gramo.

Monedas. - En To referente a monedas, dirernos que en el76 ci Gobierno dicta un decreto por ci cual ordena que, no obs-tante la depresión de la moneda boliviaria liamada "meigarejo",se la reciba en las oficinas fiscales por ci valor de 5 reales (a finde ayudar y no perjudicar al comercio).

La moneda circulante hasta ci 81 y adn después, corno dicoBousquet, era la boliviana y la chilena (ésta en poca cantidad)."La unidad era ci peso boliviano, compuesto de 4 chirolas de di-cha moneda"; y su valor, con relación al peso fuerte nacionalera: en ci 74, dc 1.35 a 1.38 ci peso fuerte; y en ci 81, de 1.70 a1.75. A lo cual agregaremos nosotros que la moneda menuda delos reales veriIa corriendo desde épocas pasadas, y que ci pesotcnIa 8 reales; de donde resulta que un real valIa 12 céotimos yined'io con relación al peso.

Patentes. - Son de interés los fundamentos que ci Gobiernoda en ci 54 al elevar a la Sala de Representantes un proyeoto deIcy sobre patentes. Dice por ejemplo: "La supresión de Aduanay Ta abolición de los diezmos ha disminuIdo en las rentas 50.000 C

lO:) M. L 1 Z O N D O E O R D A

res (en el 81) ; a la Exposición interprovincial de Mendoza (en el 83) ; a la Exposición de Agricultura y Ganadería de Buenos Aire~ (en el 90) ; y a la Exposición de Chicago (en el 93). '

Pesos y medidas. - Sabemos que una ley nacional del 77 C:eclaraba obligatorio para toda la República, a partir del 78, "el sistema métrico decimal de pesos y medidas", adoptado (';.'eq­

de el 63. Sil? embargo, hasta el 81 y aún más adelante, hasta el 8~j la~ medidas y pesos usados comúnmente en Tucumán y en tI Interior fueron los antiguos españoles, que Bousquet detalla

~ del modo siguiente: La unidad de medida lineal era la vara; y 106 varas hacían una cuadra y 5.000 varas, una legua. La unidad de superficie era la var~ cuadrada, y para los terrenos la cuadra. t:uadrada. La unidad de medida para líquidos era el ba1"ril equi­Valente a 61.75 litros; de éste derivaba la cuartilla, de 11.87 li­tras; el frasco, de 2.37; 'Y la cuarta, de 0,59 partes de litro. Para los granos se usaba la fanega, que equivalía a 376.23 litros; y el almud, a 31.35. Para los pesos existían la tonelada, de 918.80 kilogramos; el quintal, de 45.94 ks.; la arroba, de 11.48 ks.; la Ubm, de 459 gramos; la onza, de 28 gramos; y el ada1"me, de 1 gramo.

Monedas. - En lo referente a monedas, diremos que en el 7G el Gobierno dicta un decreto por el cual ordena que, no obs­tante la depresión de la moneda boliviana llamada "melgarej o", be la reciba en las oficinas fiscales por el valor de 5 reales (a fin ue ayudar y no perj udicar al comercio).

La moneda circulante hasta el 81 y aún después, como dice Bousquet, era la boliviana y la chilena (ésta en poca cantidad). '"La unidad era el peso boliviano, compuesto de 4 chirolas de di­:::ha moneda"; y su valor, con relación al peso fuerte nacional era: en el 74, de 1.'35 a 1.38 el peso fuerte; y en el 81, de 1.70 a 1.75. A lo cual agregaremos nosotros que la moneda menuda de los 1'eales venía corriendo desde épocas pasadas, y que el peso tenía 8 reales; de donde resulta que un real valía 12 céntimos y

moo,io con relación al peso.

Patentes. - Son de interés los fundamentos que el G::J bierno da en el 54 al elevar a la Sala de Representantes un proye~to de ley sobre patentes. Dice por ejemplo: "La supresión de Aduana y la abolidón de los diezmos ha disminuído en las rentas 50.000

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BREVE HIT ORIA BE TL'lUMAN

pesos o lo que es lo mismo las siete octavas partes de las entra-das generales de la provinCia; en cambio ha ganado el puebloconsumidor un 16 % que pagan hoy de menos las mercaderIasextranjeas, comparando los derechos de internación por laAduana de Rosario con lo que se pagaba antes en Buenos Airesy Ia Aduana interior de la provincia; y libertádose del odiadoimpuesto del diezmo el hacendado, en provecho de la industriapastora. . . ".

Después, todos los aflos, hasta el 900, se sancionan leyes de'patentes e impuestos" cada vez con éstos más variados y con

rnnntos mayores, como es natural; puesto que la riqueza de Iaprovincia va con los años aumentando lo mismo que las riecesi-dades de la Administración.

Impuestos. Decreto curioso es el que dicta el P. E., en el5, sobre "los deudores morosos al fisco por contribución directay patentes", pues consiste en conminarlos al pago dentro de 24horas, bajo pena de arresto; en arrestarlos por el mismo tiempo,si no pagaban, y en soltarlos después Si pagaban al final de suarresto; o si no en continuar arrestados hasta hacerse ejecuciónde sus bienes y pagarse al fisco. Y en el misnio año hay tambiénuna ley interesante, que se sanciona a pedido del P. E., fundadoen "el principio de igualdad en la distribución de los derechos yde las obligaciones". Por dicha ley "Se declara que las nieves sonde propiedad püblica" y que debIa pagarse un impuesto de "4r€ales por cada carga de nieve que se introduzca a la ciudad condestino al consumo pñblico".')

Contribuciones. - En el 56 se sancinan dos leyes: unasobr 'contribución mobiliaria", y otra sobre "contribución te-rritoial", que sustituyen con reformas a dos anteriores del 55•2)N5s tarde, en el 61, a pedido de Gertrudis de ZavalIa, la Salatie Represnetantes sanciona una ley que dice: "Queda exoneradapara siempre del pago de la contribución directa Ia casa que sir-vió para las sesiones del Congreso Nacional que declaró la Inde-ptndencia de Ia Repüblica". La solicitante, una de las dueñas,

1) SerIa cosa de averiguar de dónde y come so tra:t Ii:ista nuestra (-iudud

t

2) Be éstas decla el P. E., clue no daba cOlculos extictos pocque erm ''sintradiciones en el Pals'', a no ser el diezno, lore (ste telila en en favorpar recaudarse in conciencia religiosa de los coot ril,uventes ' '.

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 163

péSOS O lo que es lo mismo las siete octavas partes de las entra­das generales de la provincia; €n cambio ha ganado el Plfeblo consumidor un 16 % que pagan hoy de menos las mercaderías extranjeras, comparando los d€rechos de internación 'por la Aduana de Rosario con lo que se pagaba antes €n Buenos Aires y la Aduana interior de la provincia; y libertádose del odiado impuesto del diezmo el hacendado, en provecho de la industria pastora ... ".

Después, todos los años, hasta el 900, S€ sancionan leyes de "patentes e impuestos" cada vez con éstos más variados y con mnntos mayores, como es natural; puesto que la riqueza de la provincia va con los años alfmentando lo mismo que las necesi­dades de la Administración.

Impuestos. - Decreto curioso es el que dicta el P. E., en el 58, sobre "los d€udores morosos al fisco por contribución directa y patentes", pues' consiste en conminarlos al pago dentro de 24 horas, bajo pena de arresto; en arrestarlos por el mismo tiempo, ~i no pagaban, y en soltarlos d€spués si pagaban al final de su arresto; o si no €n continuar arrestados hasta hacerse ejecución de sus bienes' y pagarse al fisco. Y en el mismo año hay también una ley interesante, que S€ sanciona a pedido del P. E ., fundado en "el principio de igualdad en la distribución de los derechos y de las obligaciones". Por dicha ley "se declara que las nieves son <le propiedad pública" y que debía pagarse un impuesto de "4 r€ales por cada carga de nieve qU€ se introduzca a la ciudad con ciestino al consumo público".! )

Cont1'ibuciones. - En el 56 s'e sancionan dos leyes : una 8obn: "contribución mobiliaria", y otra sobre "contribución te­rritorial", que sustituyen con reformas a dos anteriores del 55.2 )

Más t arde, en el 61,' a pedido de Gertrudis de Zavalía, la Sala de Represnetantes sanciona una ley que dic€: "Queda exonerada vara siempre del pago de la contribución dir€cta la casa que sir­vió para las sesiones del Congreso Nacional que declaró la Ind€­pendencia de la República", La solicitante, una de las dueñas,

1) Sería cosa de averigua r de dónde y cómo se tra ía In sta nuestra ciudad. 2) De éstas decía el P . E. , que no daba cálculos exactos porque erall « sin

tradiciones en el País " , a n o el' el diezmo, pero éste tenía en su fayor para recaudarse la conciencia religiosa de los contribuyentes " .

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IGI M. LIZONDO BOnDA

fundO su pedido en que por la ley de Contribucjóii directa lostemplos estaban exceptuados de pago, y que era "un Santuarjo"de Ia Patria la Casa mencionada.

Con Ia contrjbucjón en los aflos que siguen hasta 1900, pasalo mismo que con los impuestos y patentes; es decir que cadaaño Ia Legislatura dicta una nueva Icy de "Contrjbución DirectaY Mobiliaria", o "territorial" solamente, cuando no pone en vi-gncia la anterior. Y, por supuesto, que con los años la contri-bución va también en aumento

Presupuestos - En esta época conocemos bien los gastosgenerales de la administracjón piblica y los recursos calculadospara atender aquélios dentro de cada aflo. Y los conocemos por-que desde 1852 en adelante ya existen presupuestos No habla-ImoS de todos ellos; pero si expondremos las observacjones demás interés que nos sugieren sus conparacjones

El primer presupuesto, elaborado por el gobernador Espi-nosa, después de la caIda de Rosas, es el de mayo del 52 (paraci resto del año). En los gastos ilega a 28.578 pesos y 5 reaies;y en los recursos alcanza a 26.666 pesos, provenientes de 'exis-tencih de dinero y deudas exigibles" y de "ahorros" que deblanhacerse. Y el presupuesto del 54, primero de la era constitucjobal, es ya detallado: suma en los gastos 45.393 ps con 6 rs. yer, "cI cálculo de entradas, 17.957 ps. con 1 real y medio, resul-tando el deficit de 26.436 Ps. con 4 rs. y medio"; lo que atribuyeen so mensaje el gobernador Del Campo a que "las rentas deAduana, centralizadas por la Icy nacional y abolidos los diezmos,iniportaban para la Provjncia de Tucumán de 50 a 60 mil pesosae menos en sus entradas ordinarjas. . .

Del 63 en adelante, las cifras de los presupuestos siguen as-cendiendo; y ]as partidas de gastos como ]as de recursos vansendo cada vez más variadas o diversas. Observaremos,

CSO SI,que hasta ci 80 hay años de descensos en las cifras de gastos yrecursos con relacjón a los aflos inmediatos anteriores. Después,empiezan otra vez a subir, ya sin bajas notables, y a veces a sal-ts I asi, por esos barómetros de los presupuestos vemos queantes del 80 hubo afios de crisis o pobreza; y que, más tarde,hubo otros de gran prosperjdad o de riqueza. Indicaremos algu-nos de esas bajas y ascensos que surgen de los presupuestos

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lC1 hl. L 1 Z O N D O B O R D A

fundó su pedido en que por la ley de Contribución directa los te1nplvs estaban exceptuados de pago, y que era "un Santuario" I

ae la Patria la Casa mencionada. Con la contribución, en los años que siguen hasta 1900, pasa

lo mismo que con los impuestos y patentes; es decir que cada afio la Legislatura dicta una nueva ley de "Contribución Directa y Mobiliaria", o "territorial" solamente, cuando no pone en vi­g2ncia la anterior. Y, por supuesto, que con loS' años la contri­bución va también en aumento.

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Presupuestos. - En esta época conocemos bien los gastos generales de la administración pública y los recursos calculados para atender aquéllos dentro de cada año. Y los conocemos por­que desde 1852 en adelante ya existen presupuestos. No habla-1 emos de todos ellos; pero sí expondremos las observaciones de más interés que nos sugieren sus com,paraciones.

El primer presupuesto, elaborado por el gobernador Espi­nosa, después de la caída de Rosas, es el de mayo del 52 (para el resto del año). En los gastos llega a 28.578 pesos y 5 reales; y en los recursos alcanza a 26.666 pesos, provenientes de "exis-I tencih de dinero y deudas exigibles" y de "ahorros" que debían hacerse. Y el presupuesto del 54, primero de la era constitucio­IJal, es ya detallado: suma en los gastos 45.393 ps. con 6 rs. y en "'21 cálculo de entradas, 17.957 ps. con 1 real y medio, resul­tandr) el déficit de 26.436 ps. con 4 rs. y medio"; lo que atribuye en su mensaje el gobernador Del Campo a que "las rentas de Aduana, centralizadas por la ley nacional y abolidos los diezmos. importaban para la Provincia de Tucumán de 50 a 60 mil pesos ae menos en sus entradas ordinarias ... ". I

Del 63 en adelante, las cifras de los presupuestos siguen as-cendiendo; y las partidas de gastos como las' de r ecursos van blendo cada vez más variadas o diversas. Observarem.os, eso sí, que hasta el 80 hay años de descensos en las cifras de gastos y l'el!ursos con relación a los años inmediatos anteriores. Después, empiezan otra vez a subir, ya sin bajas notables, y a veces a s'al­bs. Y así, por esos barómetros de los presupuestos vemos que a 1', tes del 80 hubo años de crisis o pobreza; y que, más tarde, hubo otros de gran prosperidad o de riqueza. Indicaremos algu-

I nos de esas bajas y ascensos que surgen de los presupuestos.

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BREVE HISTORIA DE TULUMAN 165

En el calculado para el 65 hay una baja en los gastos, pues€1 monto de éstos es de 77.992 pesos con 3 y 1,4 rs., mientras queel del 64 fué de 82.350 ps. y 1 r.; los recursos alcanzaron en el65 a 77.200 ps. y en el 64 a 76.200. Y en el presupuesto del 68hay un descenso brusco, tanto en las cifras de gastos como derecursos; pues en el 67 los gastos suman 97.373 Ps. y los recursos88.300; y en cambio, en el 68, los primeros solo liegan a 70.105ps. y los segundos a 66.644. Y en el 69 aCm no se alcanza a lascifras del 67. En el 70 se cia un salto, al pasar el presupuesto delos 100.000 pesos. Siguen después ]as cifras en ascenso conside-raole, hasta que en el 74, el presupuesto de gastos por primeravu pasa de los 200.000 ps.; éstos suman pesos 224.019 y los re-cursos, 190.870. En el 76, el cálculo de gastos alcanza a 280.289.25pesos y el de recursos a 228.688. Pero en el 77 hay otro descenso,csta vez enorme, pues el presupuesto de gastos solo ilega a163131.04 ps. y el de recursos, a pesos 155.6660.33; aunque enrealidad solamente la reducción en los gastos fué la enorme. Enel 78 y 79 el presupuesto es el mismo y aün menor que el del 77pues los gastos son de 159.905.20 Ps. y los recursos, 133.745.76.1 en el del 80, Ia reducción liega al colmo, al bajar los gastos a17.033.93 Ps. y los recursos a 122.954.31: es decir que ese añoci presupuesto es, más o menos, como el del 72.

Desde el 81 empieza otra vez el ascenso en las cifras de lospresupuestos, aunque paulatinamente, pues solo en el 82 pasanan poco de los 200.000 pesos: los gastos se elevan a 231.359.69Ps. y los recursos, a 211.491. En el 85 ünicamente, el presupuestopasa de los 300.000 pesos: los gastos alcanzan a 367.214.36 PS.y los recursos, a 348.057.54. Y desde entonces hasta el 88 hayaumentos considerables, de unos 100.000 ps. por aflo. Y en el 89,qie es el afio de mayor euforia en la historia de nuestra provin-cia, las cifras del presupuesto dan un salto memorable, pasandodel millOn de pesos. Es además uno de los pocos años en que losrecursos son mayores que los gastos, arrojando un superávit;p'cs los primeros suman 1.378.655.27 Ps. y los segundos, 1.376.627.

Por ültimo diremos que el presupuesto del 97 es el más altoen recursos de toda esta época; pues ellos alcanzan a pesos2525.730. Los gastos llegan a 2.556.156 ps. Y los recursos prin-cipales provienen: 350.000 ps., de contribución directa; 350.000,

BREVE HISTORIA DE TUC'UMAN 165

En el calculado para e'l 65 hay una baja en los gasto;:;, pues tI monto de éstos es de 77.992 pesos' con 3 y 1f2 rs., mientras que el del 64 fué de 82.350 ps. y 1 r.; los r€cursos alcanzar~n en el 65 a 77.200 ps. y €n el 64 a 76.200. Y en el presupuesto del 68 hay un descenso brusco, tanto €n las cifras de gastos como de I rtcursos; pues en el 67 loS' gastos suman 97.373 ps. y los recursos 88.300; Y €n cambio, en el 68, los primeros sólo llegan a 70.105 ps. y los segundos a 66.644. Y en el 69 aún no se alcanza a las cifras del 67. En el 70 se da un salto, al pasar el presupuesto de los 100.000 pesos. Siguen des'pués las cifras en ascenso conside­raDIe, hasta que en €l 74, el presupuesto de gastos por primera VE.Z pasa de los 200.000 pS.; éstos suman pesos 224.019 y los re­cursos, 190.870. En el 76, el cálculo de gastos alcanza a 280.289.25 I

péS'OS y el de recursos a 228.688. Pero en el 77 hay otro descenso, c~ta V€Z enorme, pues el presupuesto de gastos sólo llega a 163 .. 131.04 ps. y el d€ recursos, a pesos 155.660.33; ,aunque en realidad solamente la reducción en los gastos fué la enorme. En el 78 y 79 el presupuesto es el mismo y aún m€nor que el del 77; pues loS' gastos son de 159.905.20 ps. y los r€cursos, 133.745.76. y en el del 80, la reducción llega al colmo, al bajar los gastos a 1ó7.033.93 ps. y los recursos a 122.954.31: es decir que ese año I el presupuesto es, más o menos, como el del 72.

Desde el 81 empieza otra vez el ascenso en las cifras de los pre8'upuestos, aunque paulatinamente, pues sólo en el 82 pasan Ull poco de los 200.000 pesos : los gastos se elevan a 231.359.69 ps. y los recursos, a 211.491. En el 85 únicamente, el presupuesto pr·sa d€ los 300.000 pesos: los gastos alcanzan a 367.214.36 ps. y loS' recursos, a 348.057.54. Y desde entonces hasta el 88 hay aumentos considerables, d€ unos 100.000 ps. por año. Y en el 89, qtte e~ el año de mayor euforia en la historia de nuestra provin­cia, las cifras del presupuesto dan un salto memorable, pasando del millón de pesos. Es además uno de los pocos años en que los' re<,ursos son mayores que los gastos, arrojando un superávit ; p" 'es los primeros suman 1.378.655 .. 27 ps. y los' segundos, 1.376.627.

Por último diremos que el presupuesto del 97 es el más alto € ll rec~rsos de toda esta época; pues ellos alcanzan a pesos 2.525.730. Los gastos llegan a 2.556.156 ps. Y los recursos prin­cipa les pr ovienen: 350.000 ps., de contr ibución di recta ; 350.000,

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de patentes; 500.000, de impuestos al azücar; 200.000, de papelseilado; y 200.000, de subvención nacional de escuelas. En el año98 se aplica el presupuesto del 97. El del 99 es en ios gastos de2581.303.19 ps. y en los recursos, de 2.496.39:7.88. Y el de 1900,baja en los gastos a 2.336.396 y en los recursos, a 2.210.830 ps.I .s recursos principales en este año se atribuyen: 350.000 ps.,a contribución directa; 400.000 a patentes; 375.000, a impuestosa azticar; 150.000, a papel sellado y estampillas; 110.000, a im-puestos municipales; 80.000, a análisis quImicos; y 168.000, asubveiición nacional de escuelas. Agregaremos que ci ci de 1901es poco diferente del presupuesto de 1900.

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PROGRESO INSTITUCIONAL

Oganizacion con.stitucional. - Ocurrida la caIda de Rosas,ci 18 de junio de 1852 la Sala de Representantes sanciona unaicy que "aprueba y ratifica, por parte de la Provincia de Tucu-man, el Pacto celebrado por los ExcelentIsimos Gobernaclores delas demás de la Confederación en la ciudad de San Nicolás delos Arroyos". En agosto se decreta"la elección de dos diputa-dos11 para el Congreso General Constituyente" (conforme a laIcy de elecciones de 1826). Y el 4 de octubre la Sala por otraley declara: que ratifica ci Pacto de San Nicolás y renueva poreste acto todas las facultades en él conferidas y que "la Provin-cia está dispuesta con decision a cooperar eficazmente al gran-dioso empeño de organizar la Nación, sin omitir esfuerzo ni sa-crificio aiguno para conseguir tan sagrado fin".

Para Ia organización interior, provisoria diremos, antes decue apareciese la Constitución Nacional, la Legislatura sancio-na, ci 27 de octubre del 52, un Estatuto Provincial, que por causas polIticas sobrevinientes se deroga el 10 de abril del 53; peroci 3 de marzo del 54 se lo vuelve a dejar en todo su valor y fuer-za, considerándose que "ningán pueblo, a no ser que se avengaa vivir sumido en la barbaric, puede existir sin una icy funda-mental que deslinde los derechos y deberes entre ci gobernante

1) Que fueron el Dr. Salustiano Zavalia y Fray Manuel Perez.

]% M. L 1 Z O N D O B O R D A

dE: patentes; 500.000, de impuestos al azúcar; 200.000, de papel 5,eUado; y 200.000, de subvención nacional de escuelas. En el año 98 se aplica el presupuesto del 97. El del 99 es en los gastos de 2 ,581.303.19 ps. y en los' recursos, de 2.496.39,7.88. Y el de 1900, baja en los gastos a 2.336.396 y en los recursos, a 2.2-10.830 ps. 1.>8 recursos principales en este año se atribuyen: 350.000 ps ., a contribución directa; 400.000 a patentes; 375.000, a impuestos al azúcar; 150.000, a papel sellado y estampillas; 110.000, a im­puestos municipales; 80.000, a análisis químicos; y 168.000, a , subvención nacional de escuelas. Agregaremos que el el de 1901 es poco diferente del presupuesto de 1900.

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PROGRESO INSTITUCIONAL

01'ganización con.stitucional. - Ocurrida la caída de Rosas, el 18 de junio de 1852 la Sala de Representantes sanciona una ley que "aprueba y ratifica, por parte de la Provincia ' de Tucu­lllán, el Pacto celebrado por los Ex,celentísimos Gobernadores de las demás de la Confederación en la ciudad de San Nicolás de los' Arroyos'''. En agosto se decreta "la elección de dos diputa­dos!) para el Congreso General Constituyente" (conforme a la Icy de elecciones de 1826). Y el 4 de octubre la Sala por otra ley declara: que ratifica el Pacto de San Nicolás y renueva por este acto todas las facultades en él conferidas y que "la Provin­cia está dispuesta con decisión a cooperar ef.icazmente al gran­dioso empeño de organizar la Nación, sin omitir esfuerzo ni sa­cnficio alguno para conseguir tan sagrado fin".

Para la organización interior, provisoria diremos, antes de que apareciese la Constitución Nacional, la Legislatura sancio­na, el 27 de octubre del 52, un Estatuto Provincial, que por cau~ ¡;as políticas sobrevinientes se deroga ellO de abril del 53; pero el 3 de marzo del 54 se lo vuelve a dejar en todo su valor y fuer­za, considerándose que "ningún pueblo, a no ser que se avenga a vÍ\'ir sumido en la barbarie, puede existir sin una ley funda-, mental que deslinde los' derechos y deberes entre el gobernante

1) Que fueron el Dr . Sa.lustiano Zavalía y F,ray Manuel Pérez .

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1I1TOH1X 1)E 'I'U(UMAN 1137

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UIIEVE

y los gobernadoS" Ahora, en lo que respecta a sus disposiciones,este Estatuto Provincial de1ara: "Art. 1 0 El Gobierno de laProvncia es republicano popular representativo. 2° La sobera-nia reside en la Provincia y se ejerce por medio de tres Poderes,LegisiatiVO, Ejecutivo y Judicial. 39 Cada Poder ejercerá susfuncioneS con independencia de los otros, con arreglo a los lImi-tes piescriptos en este Estatuto". En la sección del Poder Le-gisiativo establece que "este Poder reside en la Sala de Repre-sentantcs, iiornbrados con arreglo a la Ley de ëleciones"; y que'a el pertenece exclusivamente la potestad de dar leyes, inter-

pretarlas 0 derogarlas". Y entre sus atribuciones, fuera de laslegislativas comunes, se pane la de nombrar "el Gobernador yCapitán General de la Provincia". Cuanto al Poder Ejecutivo,aice que reside en el Gobernador, que dura dos años, y en eliViinistro Secretario general, que aquél nombra. Por fin, sobree Poder Judicial, deciara que él está "en los jueces" que esta-Liecia 'el Reglarnento de Justicia" vigente.

El 19 de marzo de 1856, en lugar del Estatuto Provincial"y, cumpliendo con ci art. 59 de la Constitución Nacional", laSala de Representantes sanciona la primera Gonstit.ción de lo

Provncia de Tucumán dentro de la nueva organización argenti-na. Empieza esta Carta con declaraciones generales en que estánls siguientes: "Art. 1 9 La Provincia de Tucumán es parte in-tcgrante de la Nación Argentina. 2 9 Reconoce como tal par suicy suprema la Constitución polItica de la Confederación, pro-mulgada a 25 de mayo de 1853 y jurada por los pueblos. 3 9 Adop-ta. par su regimen interior, el gobierno representativo republi-cano. 40 Las autoridades de la Provincia deben especial protec-don a la Religion CatOlica apostólica romana, que profesa cipueblo, sin perjuicio de la libertad de cultos establecida en laConstitución Nacional... 79 La Provincia de Tucumán consagrapara su territorio todos los principios, derechos y garantIas queIa Constitución General establece en favor de los individuos,eiudadaiios o habitantes de la Confederación... 12. La sobera-riia, no delegada a la Nación por la ConstituciOn General, resideen la Provincia y se ejerce por medio de los tres Poderes, Legis-

tativo, Ejecutivo y Judicial".Fuera de estos Poderes, esta Constitución crea por primera

vez el Regimen Municipal, en un capItulo aparte donde dispone

BHEVE HISTORIA DE TU(,'U~IAN 1G7

y los gobernados", Ahora, en lo que respecta a sus disposiciones, e:;~e Estatuto Provincial dedara: "Art. 19 El Gobierno de la Prov'incia es republicano popular representativo. 29 La sobera­nía reside en la Provincia y se ejerce por medio de tres Poder-es, Legislativo, Ejecutivo y Judicial. 39 Cada Poder ejercerá sus funciones' con indep·endencia de los otros, con arreglo a los lími­tes frescriptos en este Estatuto" . En la sección del Poder Le­gi51ativo establece que "este Poder reside en la Sala d-e Repre­sentantes, nombrados con arreglo a la Ley de ele ~ciones"; y que "a él perten-ece exclusivamente la potestad de dar leyes, inter­vrctarlas o derogarlas". Y entre sus atribuciones, fuera de las legislativas comunes, se pone la de' nombrar "el Gobernador y Capitán General de la Provincia". Cuanto al Poder Ejecutivo, dice que reside en el Gobernador, que dura dos años, y en el l\limstro Secretario general, que aquél nombra. Por fin, sobre el Poder Judicial, declara que él está "en los jueces" que esta­blecía ' "el Reglamento de Justicia" vig-ente.

El 19 de marzo de 1856, en lugar del Estatuto Provincial "y, c~mpliendo con el arto 59 de la Constitución Nacional", la Sala de Representantes sanciona la primera Constitución de la Provincia de Tucumán dentro d-e la nueva organización argenti­tia. Empieza esta Carta con declaraciones generales en que están leS siguientes : ·'Art. 19 La Provincia de Tucumán es parte in­tegrante de la N ación Argentina. 29 R-econoce como tal por su ley ~ uprema la Constitución política de la Confederación, pro­ffiulgada a 25 de mayo de 1853 y jurada por los pueblos. 39 Adop­ta.. para su régimen interior, el gobierno representativo republi-

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cano. 40 Las autoridades de la Provincia deben especial protec-ción a la Religión Católica apostólica romana, que profesa el pueblo, sin perjuicio de la libertad de cultos establecida en la t:onstitución Nacional. .. 79 La Provincia de Tucumán consagra para su territorio todos los principios, derechos y garantías que la Constitución General establece en favor de los individuos, ciudadanos o habitantes de la Confederación... 12. La sobera­nía, 110 delegada a la Nación por la Constitución General, reside en la Provincia y se ejerce por medio de los tres Poderes, Legis­lativo, Ejecutivo y Judicial",

Fuera de estos Poderes, esta Constitución crea por primera vez el. Régimen Municipal, en un capítulo aparte donde dispone.

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18 M. LIZONDO BORDA

que "una ley erigirá en municipio las poblaciones que pasen de2 000 habitantes, demarcando su extension territorial...; y que"en cada municipio los intereses morales y materiales de carác-ter local serán confiados a la administración de un nümero devciiios que serán elegidos directamente por el pueblo, y forma-ran un cuerpo denominado Municipalidad". Y por áltimo, entresus "disposiciones transitorias" la Constitución del 56 disponeque antes de tres años debian darse ]as siguientes leye3: "Leyorgánica de Ia Administración de Justicia, ley del Regimen mu-iJcipal, ley sobre las Responsabilidades y Juicio de los funcio-narios pilolicos, ley de Elecciones provinciales, ley de Educaciónprirnaria y gratuita". Con todo lo cual, y con las leyes comple-i1ientarias de otro orden dictadas poco después, queda organi-zada institucionalmente la Provincia: organizada en un sentMoniodrno, bien lejos ya del modo colonial.

El 30 de marzo de 1870, a petición fundada del P. E. laLegislatura declara por ley 'la necesidad de la reforma de laConstituciOn de la Provincia a los efectos del art. 79 de la mis-ma". Este artIculo decIa: "Dada esta ley, la refbrma se discutiráy sancionará en la Legislatura del año siguierite". Pero solo enci 72 se convoca, por otra ley, al pueblo para elegir los diputadoscouvenionales que habIan de hacer la reforma de mención; loscuales, Si empezaron su cometido no lo terminaron. Porque, ensu niensaje del 1 9 de enero del 84, el gobernador hace notarotraez la neeesidad de reformar la Constitución del 56, acomodán-

cola a la nacional reformada el 60 y sobre todo "a los adelantos"del Pals. Agrega que todas las provincias, menos Tucumán, )á-Wan reformado sus Constituciones; pues la ConvenciOn elegidaci 72 por varios motivos no se habIa expedido todavIa. Por estercclamo, sin duda, en marzo de ese aflo la Legislatura resuelveen una ley la cesantIa de la Convención del 72 y convoca a elec-ción de nuevos convencionales. Estos son elegidos, estudian lasrformas y el 16 de septiembre (del 84) sancionan Ia nuevaC'onsiitución, que fué promulgada el 22 de dicho mes.

En las decictraciones, derechos y garautlas, la Coristitucióndi 34 dice: "Art. 1 9 La Provincia de Tucumán como parte in-tegrante de Ia Nación Argentina, y con los Ilmites que por clere-cho Ie corresponden, constituida bajo la forma represeritativa

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q'Je "una ley erigirá en municipio las poblaciones que pasen de 2 000 habitantes, demarcando su extensión territorial ... ; y que "en cada municipio los intereses morales y materiales de carác­ter local serán confiados a la administración de un número de YLcinos que serán elegidos directamente por el pueblo, y forma­rán un cuerpo denominado Municipalidad". Y por último, entre

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sus "disposiciones transitorias" la Constitución del 56 dispone que antes de tres años debían darse las siguientes leyes: "Ley orgánica de la Administración de Justicia, ley del Régimen mu­lIicipal, ley sobre las Responsabilidades y Juicio de los funcio­narios públicos, ley de Elecciones provinciales, ley de Educación primaria y gratuita". Con todo lo cual, y con las leyes comple­raentarias de otro orden dictadas poco después, queda organi­zada institucionalmente la Provincia: organizada en un sent~ moderno, bien lejos ya del modo colonial.

El 30 de marzo de 1870, a petición fundada del P. E. la I

Legislatura declara por ley "la neces'idad de la reforma de la Constitución de la Provincia a los efectos del arto 79 de la IlJis­ma". Este artículo decía: "Dada esta ley, la refurma se discutirá y sancionará en la Legislatura del año siguiente". Pero sólo en el 72 se convoca, por otra ley, al pueblo para elegir los diputados c()~1VE.n~ionales que habían de hacer la reforma de mención; los cuales, si empezaron su cometido no lo terminaron. Porque, en su mensaje del 19 de enero del 84, el gobernador hace notar-Qtra vez la necesidad de reformar la Constitución del 56, acomodán­Gala a la nacional reformada el 60 y sobre todo "a los adelantos"

" c;el País. Agrega que todas las provincias, menos Tucumán, á-bían reformado sus Constituciones; pues la Conven~ión elegida el 72 por varios motivos no se había expedido todavía. Por este H:clamo, sin duda, en marzo de ese año la Legislatura resuelve en una ley la cesantía de la Convención del 72 'Y convoca a elec­ción de nuevos convencionales. Estos son elegidos, estudian las I('formas y el 16 de septiembre (del 84) sancionan la nueva Constitución, que fué prom~lgada el 22 de dicho mes.

En las declaraciones, derechos y garantías, la Constitución del 34 dice: "Art. 19 La Provinoia de Tucumán como parte in­tegrante de la N ación Argentina, y con los' límites que por dere­.::ho le corresponden, constituída bajo la forma representativa

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BREVE HISTORTA DE TTJCIJMAN 169

iepuUlicana federal, tiene todos los poderes y derechos que porfa Constitijción General no hayan sido atribuIdos al GobiernoNacional. 2. Es inviolable en el territorio de la Provincia el de-recho quc todo hombre tiene para rendir culto a Dios, libre ypübiicarnente, segn los dictados de su conciericia y con sujecióna lo que prescriben la moral y el orden püblico. Luego, en estaparte, repite más o menos las disposiciones generales de laConLitución Nacional. En la sección II, trata del Regimen elec-toral; on la III, del Poder Legislativo; en la IV, del Poder Eje-cutivo; en Ia V, del Poder Judicial; en la VI, de las "Bases para elprocedirniento en el Juicio politico; en la VII, del Regimen Mu-nicipal; en Ia VIII, de la Educación comñn; y en Ia IX, de ]as"Pisposiciones transitorias".

Poder Legislativo. - La Constitución tucumana del 56establece en el art. 14 que "el Poder Legislativo reside en unaSala de Representantes", la cual, hasta que se hiciese el censo dela población, estarIa compuesta de 22 diputados: 5 por la Capi-tal; 3 por Monteros; y 2 por cada uno de los departamentos res-tantcs. El art. 15 dispone que "desde la segunda Legislatura enadelante" los departamentos elegirian sus diputados, "a razón deuno por cada 4 mil de sus habitantes"; el 16, que los diputadosdurarán 2 aflos en sus funciones; pero que la Sala debIa reno-'parse 'todos los aflos por mitad, haciéndose las elecciones de losdputados 20 dIas antes de fenecer su perIodo"; y el 17, que paraser diputado se requerian estas condiciones: "ciudadanIa argen-tina, domicilio en la Provincia, la edad do 25 años, y una profe-sión, industria o propiedad que le asegure una subsistencia in-dependiente. Las sesiones de la Sala debian abrirse todos los años"precisamente el 10 de enero, convocada por el P. E.", que pre-sidia el acto de apertura; y "en caso de omisión", la convocarIae ini,talarIa su Presidente (art. 20). Y las sesiones ordinariasdebian durar 80 dIas y si hubiese necesidad, la Sala podia "pro-rrogarlas hasta 100" (art. 21).

Cuanto a la acción legislativa de esta Sala de Representante,cisde el 56 hasta el 84, podemos citar las leyes siguientes, con-inmas importantes: la de marzo del 59 que aprueba el tratado Cclimites celebrado por nuestro Gobierno con el de Santiago; ia(h fliarzo del 61 que dcclaa 1)1igatoma la coacurrcicia (Ic iO

BREVE HISTORIA DE 'l.'UCUMAN 169

l'epulJlicana federal, tiene todos los poderes y derechos que por la Constitución General no hayan sido atribuídos al Gobierno Nacional. 2. Es inviolable en el territorio de la Provincia el de­recho que todo hombre tiene para rendir culto a Dios, libre y públicamente, según los dictados de su conciencia y con sujeción

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a 10 que prescriben la moral y el orden público. Luego, en esta parte, repite más o menos las' disposiciones generales de la Con3litución Nacional. En la sección II, trata del Régimen el,ec­toral; en la III, del Poder Legislativo; en la IV, del Poder Eje­cutivo; en la V, del Poder Judicial; en la VI, de las "Bases para el procedimiento en el Juicio político; en la VII, del Régimen Mu­uicipal; en la VIII, de la Educación común; y en la IX, de las "Disposiciones transitorias".

Poder Legislativo. - La Constitución tucumana del 56 establece en el arto 14 que "el Poder Legislativo reside en una Sala de Representantes", la cual, hasta que se hiciese el censo de la población, estaría compuesta de 22 diputados: 5 por la Capi­tal; 3 por Monteros; y 2 por cada uno de los departamentos res­tantes. El arto 15 dispone que "desde la segunda Legislatura en adelante" los departamentos elegirían sus diputados, "a razón de uno por cada 4 mil de sus habitantes"; el 16, que los' diputados durarán 2 años en sus funciones; pero que la Sala debía reno-

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varse "todos los años por mitad, haciéndose las elecciones de los di pULados 20 días' antes de fenecer su período"; y el 17, que para ser diputado se requerían estas condiciones: "ciudadanía argen­tina, domicilio en la Provincia, la edad de 25 años, y una profe­sión, industria o propiedad que le asegure una subsistencia in­dependiente. Las sesiones de la Sala debían abrirse todos los años "precisamente el 19 de enero, convocada por el P. E.", que pre­sidía el acto de apertura; y "en caso de omisión", la convocaría e in¿;talaría su Presidente (art. 20). Y las sesiones ordinarias debían durar 80 días y si hubiese necesidad, la Sala podía "pro-

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nogarlas hasta 100" (art. 21).

Cuanto a la acción legislativa de esta Sala de Representantes, I

d~sde el 56 hasta el 84, podemos citar las leyes siguientes, como mas importantes: la de marzo del 59 que aprueba el tratado de límites celebrado por nuestro Gobierno con el de Santiago; la de marzo del 61 que declara obligatoria la concurrencia de los

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PPPW

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i1iflos, de 6 a 12 años de edad, a las 'escuelas de primeras letrascosteadas por el Estaclo"; la ley de Imprenta, de Octubre del 66;in de noviembre del mismo aflo, que consolida la deuda de laProvincia desde 1820 hasta el 53; la ley de Municipalidades, denoviembre del 67; la de Expropiaciones en general, do septiem-bre del 71; la del "Código de Procedimientos", de noviembre del73; la de setiembre del 75, que crea "una Facultad de Jurispru-aencia y Ciencias PolIticas", como plantel de una UniversidadProvincial a fundarse; la de Educación comn, de agosto delniismo año; y la de Elecciones provinciales, de otubre de di-cho año.

Establece la Constitución del 84, en su artIculo 62, que elPoder Legislativo de la Provincia serIa "ejercido por una asam-blea compuesta de dos cámaras, una de dipztados y otra de.sonadores elegidos directamente por el pueblo". Nuestro sistemade dos cámaras es creado, pues, por la Constitución de 1884.Sobre la Cámara de Diputados, establece ésta que debIa compo-nersc de "ciudadanos elegidos en razón do uno por cada 6.000habitantes o de una fracción que no baje de 3.000". Agrega quoIc's diputados durarIan 3 años y serIan reelegibles; y que estaCámara debIa renovarse 'por terceras partes cada aflo". En lodemis, sobre ella, las disposiciones son parecidas o iguales a lasde la Constitución actual (de 1907). Cuanto al Senado dice:

• .se compondrá de ciudadarios elegidos en razón de uno porcada 12.000 habitantes o de una fracción que no baje de 6.000.La Legislatura determinará, después de cada censo, el nümerode habitantes que ha de representar cada senador, a fin de queea ningün caso el nümero de éstos exceda de 20" (art. 68). Elatt. 70 dispone que los senadores deblan durar 4 aflos, pudiendoser reelegidos; pero que el Senado se renovarIa "por cuartaspartes cada año". Luego, sobre este cuerpo, siguen disposicionescorno las de nuestra Constitución vigente.

En lo que respecta a la acción de este Poder Legislativo,desde el 85 hasta 1900, citaremos las leyes principales que,fuera de las de presupuestos e impositivas anuales, sancionó enesos años. Son éstas: la de octubre del 87, quo suprime el in-tiguo "impuesto de alcaba en los contratos de trasmisión deinmuebles"; la de octubre del mismo año, que crea un Consejo

170 M. L 1 Z O N D O B O R D A

111n05, de 6 a 12 años de edad, a las "escuelas de primeras letras costeadas por el Estado"; la ley de Imprenta, de Octubre del 66; la d¿ noviembre del mismo año, que consolida la deuda de la Provincia desde 1820 hasta el 53; la ley de Municipalidades, de noviembre dei 67; la de Expropiaciones en general, de septiem­b:e del 71; la del "Código de Procedimientos", de noviembre del 73; la de setiembre del 75, que crea "una Facultad de Jurispru­dencia y Ciencias Políticas", como plantel de una Universidad Provincial a fundarse; la de Educación común, de agosto del mismo año; y la de Elecciones provinciales, de octubre de di­cho año.

Establece la Constitución del 84, en su artículo 62, que el Poder Legislativo de la Provincia sería "ejercido por una asam­blea compuesta de doS' cámaras, una de diputados y otra de senadores elegidos directamente por el pueblo". Nuestro sistema de dos cámaras es creado, pues, por la Constitución de 1884.

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Sobre la Cámara de Diputados, establece ésta que debía compo-nerse de "ciudadanos elegidos en razón de uno por cada 6.000 habitantes o de una fracción que nO baje de 3.000". Agrega que 1"8 dipütados durarían 3 años' y serían reelegibles; y que esta Cámara debía renovarse "por terceras partes cada año". En lo riemis, sohre ella, las disposiciones son parecidas o iguales a las Ge la Constitución actual (de 1907). Cuanto al Senado dice: " . .. se compondrá de ciudadanos elegidos en razón de uno por cada 12.000 habitantes o de una fracdón que no baje die 6.000. La Legislatura determinará, después de cada censo, el número de habitantes que ha de representar cada senador, a fin de que ea ningún ,caso el número de éstos exceda de 20" (art. 68). El atto 70 dispone que los senadores debían durar 4 años, pudiendo ser reelegidos; pero que el Senado se renovaría "por cuartas partes cada año". Luego, sobre este cuerpo, siguen dispos"iciones como las de nuestra Constitución vigente.

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En lo que respecta a la acción de este Poder Legislativo, desde el 85 hasta 1900, citaremos, las leyes principales que, fuera de las de presupuestos e impositivas anuales, sandonó en esos años. Son éstas: la de octubre del 87, que suprime el !an­tiguo "impuesto de alcabciJ,la en los contratos de trasmisión de inmuebles"; la de octubre del mismo año, que crea un Consejo

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BREVE lIST UIdX i)ET LCLMA 1-

de Higiene Pdblica; la de noviembre del 88, que declara "de ut.-lidad pdblica la expropiación de las Escribanlas, RegistrosArchivos de propiedad particular existentes en la Provincia"una ley de "Conchabos", de diciembre del 88 (derogada mtarde) ; la de febrero del 89, sobre "formación y organizacid.de centros urbanos de población en las estaciones de los fern.carriles que atraviesan la Provincia"; la del "Código de Proc -dimientos Civiles", de abril del 89; la de julio del 89, que aut-riza al P. E. para erigir una estatua al Dr. Juan Bautista Al-berdi en la plaza de esta ciudad que lievaba su nombre; la deenero del mismo año, que crea el "Archivo General de la Pro-vincia"; la "Ley orgánica de los Tribunales de Justicia", de f e-brero del 93; la de setiembre del 96, que aprueba un decreto delP . E., por el cual el Gobierno "Se hace cargo de las escuelas co-munes de las Municipalidades de la Capital y Monteros"; la defebrero del 97, sobre Registro Civil y creación de oficinas en laiampaña; la ley del "Código Rural", de marzo del mismo año;la de "Procedimientos de Justicia de Paz", de abril del 97; vla "ley de Jubilaciones", de enero de 1900.

Poder Ejecutivo. - La Constitución del 56 dice en su an-

tIvulo 35: "El Poder Ejecutivo será desempeñado por un ciu-dadano con titulo de Gobernador de la Provincia y por un Mi-nistro General del despacho". "Para ser gobernador", el art.36 exige: "Ser ciudadano argentino; tener 30 años de edad; yuna fortuna, profesión o industria que lo haga independiente".El Gobernador debIa durar "dos años en su cargo" y no podiaser reelegido "sino después de dos perIodos legales" (art. 38)En caso de enfermedad o accidente o de ausencia dentro de 1a

Provincia, de cardcter temporario, el Gobernador debIa ser re-emplazado por el Ministro General o en su defècto por el Pre-sidente de la Sala de Representantes; pero en caso de ausencia,fuera de la Proviricia, que no pasase de 6 meses, la Sala nom-brarIa el Gobernador interino (art. 41 y 42). Cuanto a laelección de Gobernador propietario era facultad de la Sala enunion de "diputados electores" ad hoc.

La Constitución del 84 introduce modificaciones en lo querespecta a la "naturaleza y duración" del Poder Ejecutivo. Eneste punto, es más o menos como la vigente. AsI, en cuanto a!as condiciories para ser gobernador no figura ya la exigencia

BREVE HISTORIA DE TUGUMAN 171

de Higiene Pública; la de noviembre del 88, que declara "de uti­lidad pública la expropiación de las Escribanías, Registros y Archivos de propiedad particular existentes en la Provincia"; una ley de "Conchabos", de diciembre del 88 (derogada más tarde) ; la de febrero del 89, sobre "formación y organización de centros urbanos de pobla'Ción en las estaciones de los ferro­carriles que atraviesan la Provincia"; la del "Código de Proce­dimientos Civiles", de abril del 89; la de julio del 89, que auto­riza al P. E. para erigir una estatua al Dr. Juan Bautista Al­berdi en la plaza de esta ciudad que llevaba su nombre; la de enero del mismo año, que crea el "Archivo General de la Pro­vincia"; la "Ley orgánica de los Tribunales de Justicia", de fe­brero del 93; la de setiembre del 96, que apruena un decreto del

P . E ., por el cual el Gobierno "se hace cargo de las es'cuelas co­munes de las Municipalidades de la Capital y Monteros"; la de febrero del 97, sobre Registro Civil y crealCÍón de oficinas en la ~ampaña; la ley del "Código Rural", de marzo del mismo año; la de "Procedimientos de Justicia de Paz", de abril del 97; Y la "ley de Jubilaciones", de enero de 1900.

Poder Ejecutivo. - La Constitución del 56 dice en su ar­tívulo 35: "El Poder Ejecutivo será desempeñado por un ciu­dadano con título de Gobernador de la Provincia y por un Mi­nistro General del despacho". "Para ser gobernador", el art. 36 exige: "Ser ciudadano argentino; tener 30 años de edad; y una fortuna, profesión o industria que lo haga independiente". El Gobernador debía durar "dos años en su cargo" y no podía ser reelegido "sino después de dos períodos legales" (art. 38). Ro caSQ de enfermedad o accidente o de ausencia dentro de la Provincia, de carácter temporario, el Gobernador debía ser re­emplazado por el Ministro General o en su defecto por el Pre­sidente de la Sala de Representantes; pero en caso de ausencia, fuera de la Provincia, que no pasase de 6 meses, la Sala nom­braría el Gobernador interino (art. 41 y 42). Cuanto a la elección de Gobernador propietario era facultad de la Sala en u1lÍón de "diputados electores" ad hoc.

La Constitución del 84 introduce modificaciones en lo que respecta a la "naturaleza y duración" del Poder Ejecutivo. En este punto, es más o menos como la vigente. Así, en cuanto a

las condiciones para ser gobernador no figura ya la exigencia

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II

172 'Al. LIZ ONDO BOHDA

de "una fortuna, profesión o industria que lo haga indepen-diente"; pero si la nueva de tener dos aflos "de residencia in-mediata en la Provincia" y "ciudadanIa en ejercicio". Además,debIa durar "tres años" en sus funciones, no pudiendo "ser re-electo sno con intervalo de un perIodo"; en lo cual esta Constitu-ción difiere de la del 56, y solo en la reelección es igual a la ac-tual. Sobre su reemplazo, el art. 111 dispone: "En caso demuerte del Gobernador o de su destitución, dimisión o suspen-sión, las funciones de su cargo serán ejercidas por el Presidel Senado, y en defecto de éste, por el Presidente de la Cámarade Diputados, quien salvo el caso de suspension, convocará alColegio Electoral, a los 3 dIas de producida la vacante, para ye-rificar el nombramiento de Gobernador propietario, no pudien-do postergarse dicha elección por más de 30 dIas contados des-de la convocatoria".

Cuanto a la ele•cción del Gobernador, la Constitución del84 establece que debIa practicarse "por un Colegio Electoralpermanente", cuyos miembros serIan "elegidos directamente porel pueblo" y en un nümero "igual a la totalidad de Senadorey Diputados". Estos electores durarIan 3 años, siendo reelegi-bles; y con asistencia por lo menos de dos tercios deblan elegirgobernador —por mayorIa absoluta— 2 meses antes de termi-nar su antecesor.

Ahora, entre ]as "atribuciones y deberes del P. E.", soloobservaremos que son las mismas 24 disposiciones que están enla Constitución de hoy. Con una modificación interesante: queen la del 84 el Gobernador podia "conmutar la pena capitaldespués de la condena definitiva de los Tribunales previo in-forme del Superior de Justicia sobre Ia oportunidad y conve-niencia de la conmutación"; pero si éste "Se pronunciara encontra", el P.E. no podrIa "ejercer dicha facultad' (art. 130,inc. 10).

Administración pithlica. - Sobre las distintas reparticio-nes de la Administración Püblica, dependientes del Poder Eje-.cutivo, diremos que ellas, al principio de esta época, son esca-sas y poco menos que rudimentarias, y que solo en los ültimosaflos se van aumentando, enriqueciendo y perfeccionando, hastaque, al llegar al 900, ya están casi completas todas las actuales.

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de "una fortuna, profesión o industria que lo haga indepen­diente"; pero sí la nueva de tener dos años "de residencia in­mediata en la Provincia" y "ciudadanía en ejercicio". Además, debía durar "tres años" en sus funciones, no pudiendo "ser re­

electo sino con intervalo de un período"; en lo cual esta Constitu-ción difiere de la del 56, y sólo en la reelección es igual a la ac­tual. Sobre su reemplazo, el art. 111 dispone: "En caso de muerte del Gobernador o de su destitución, dimisión o suspen­sión, las funciones de su cargo serán ejercidas por el Presi. del Senado, y en defecto de éste, por el Presidente de la Cámara de Diputados, quien salvo el caso de suspensión, convocará al Colegio Electoral, a los 3 días de producida la vacante, para ve­rificar el nombramiento de Gobernador propietario, no pudien­do postergarse dicha elección por más de 30 días contados des­de la convocatoria".

Cuanto a la elección del Gobernador, la Constitución del 84 establece que debía practicarse "por un Colegio Electoral permanente", cuyos miembros serían "elegidos directamente por el pueblo" y en un número "igual a la totalidad de Senadore-.; y .Diputados". Estos electores durarían 3 años, siendo reelegi­bIes; y con asistencia por lo menos de dos tercios debían elegir gobernador -por mayoría absoluta- 2 meses antes de termi­nar su antecesor.

1\hora, entre las "atribuciones y deberes deí P. E. ", sólo observaremos que son las mismas 24 disposiciones que están en la Constitución de hoy. Con una modificación interesante: que en la del 84 el Gobernador podía "conmutar la pena capital después de la condena definitiva de los Tribunales previo in­forme del Superior -de Justicia sobre la oportunidad y conve­niencia de la conmutación"; pero si éste "se pronunciara en contra", el P. E. no podría "ejercer dicha facultad" (art. 130, inc. 10).

Administración púb,lica. - Sobre las distintas reparticio­nes de la Administración Pública, dependientes del Poder Eje­,cutivo, diremos que ellas, al principio de esta época, son esca­sas y poco menos que rudimentarias, y que sólo en los últimos años se van aumentando, enriqueciendo y perfeccionando, hasta que, al llegar al 900, ya están casi completas todas las actuales.

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BREVE II ISTORIA DE ']'U( UMAX 173

Poder Judicial. - La Constitución del 56, sobre este Poderdice expresamente: "Art. 54. El Poder Judicial será ejercidopor un Tibunani de Justicia, que conocerá la ültima instanciade las causas sujetas a la jurisdicción provincial, por un Juezde Alzadas y por los juzgados inferiores establecidos por ley".Luego determina cuáles son las causas "propias de la jurisdie-ción provincial" y cuáles las exceptuadas de la misma. Sobre elTribunal de Justicia establece que "puede componerse de voca-les de tres a cinco provincias vecinas, en que se incluye a Tu-cumán con jurisdicción sobre el territorio de todas ellas, siempreque preceda acuerdo de las que se unan a este fin, y se haga conconocimiento del Congreso Federal". Los miembros del Tribu-nal debIan ser nombrados por el P. E., "a propuesta en ternade la Sala de Representantes, y los demás jueces exciusivamen-te por aquél". Todos, con excepción de los "inferiores a la ju-dicatura de primera instancia", son "inamovibles" y solo pue-den ser destituIdos "por sentencia de juez competente".

Sobre el Tribunal de Justicia interprovincial, que autorizaesta Constitución, diremos que poco después, en agosto del 56,la Sala aprueba un Tratado celebrado —en 3 de mayo— "porel Gobierno de esta Provincia con los de Salta, Jujuy y San-tiago del Estero, para el establecimiento de un Tribunal Su-premo de Justicia, comün a las provincias del Norte. . ."; elcual tendrIa su asiento en Tucumán y entenderia y fallarIa enültima instancia "todas las causas contenciosas, tanto civilescomo criminales", propias de la jurisdicción de dichas pro-vincias.

Después, en 8 de mayo del 60, la Sala convierte en ley uncompleto y orgánico Reglamento de Justicia, sornetido a su con-sideración por el P. E. Y de este Reglamento el ültimo capI-

tub, sobre el orden que ha de guardarse en la ohservaneia de loscódigos", es interesante, y aün más, importante, en cuanto yadispone que la resolución de los juicios, tanto civiles como en-minales, por los jueces, habia de hacerse aplicando las leyes eneste orden: 1, las Constituciones General y Provincial; 2 9, lasleyes nacionales y provinciales; 39, las cédulas pertinentes dela Audiencia de Buenos Aires; 49, las leyes de Indias; y des-pués solamente las viejas leyes españolas.

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 173

Poder Judicial. - La Constitución del 56, sobre este Poder dice expresamente: "Art. 54. El Poder Judicial será ejercido por un Tibunanl de Justicia, que conocerá la última instancia de las causas sujetas a la jurisdicción provincial, por un Juez de Alzadas y por los juzgados inferiores establecidos por ley".

Luego determina cuáles son las causas "propias de la jurisdic­ciÓn provincial" y cuáles las exceptuadas de la misma. Sobre el Tribunal de Justicia establece que "puede componerse de voca­les de tres a cinco provincias vecinas, en que se incluye a Tu­-cumán con jurisdicción sobre el territorio de todas ellas, siempre que preceda-acuerdo de las que se unan a este fin, y se haga con conocimiento del Congreso Federal". Los miembros del Tribu­nal debían ser nombrados por el P. E., "a propuesta en terna de la Sala de Representantes, y los demás jueces exclusivamen­te por aquél". Todos, con excepción de los "inferiores a la ju­dicatura de primera instancia", son "inamovibles" y sólo pue­den ser destituídos "por sentencia de juez competente".

Sobre el Tribunal de Justicia interprovincial, que autoriza esta Constitución, diremos que poco después, en agosto del 56, la Sala aprueba un Tratado celebrado --en 3 de mayo- "por el Gobierno de esta Provincia con los de Salta, Jujuy y San­tiago del Estero, para el establecimiento de un Tribunal Su­premo de Justicia, común a las provincias del Norte ... "; el cual tendría su asiento en Tucumán y entendería y fallaría en última instancia "todas las causas contenciosas, tanto civiles

como criminales", propias de la jurisdicción de dichas pro­vincias.

Después, en 8 de mayo del 60, la Sala convierte en ley un completo y orgánico Reglamento de Justicia, sometido a su con­'sideración por el P. E. Y de este Reglamento el último capí­tulo, s'obre el orden que ha de guardarse en la observancia de los códigos", es interesante, y aún más, importante, en cuanto ya dispone que la resolución de los juicios, tanto civiles como cri­minales, por los jueces, había de hacerse aplicando las leyes en este orden: 19, las Constituciones General y Provincial; 29, las leyes nacionales y provinciales; 39, las cédulas pertinentes de 'la Audiencia de Buenos Aires; 49, las leyes de Indias; y des­pués solamente las viejas leyes españolas.

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174 M. LIZONDO BORDA

En julio del 62, a pedido del P. E. la Legislatura autoriza"al Superior Tribunal de Justicia para que habilite de aboga-dos, sin el examen previo que exige el Reglamento, las perso-nas que juzgase rnás competentes, con la obligacion de rendirdicho examen en el término de un año.. ."; y dispone ademásque todo individuo que fuese "capaz de defenderse por si mis-mo" podrIa hacerlo "con sOlo su firma, en causa propia". Porlo cual se ye que entonces los letrados eran escasIsimos.

Desde el 1 9 de enero del 71, de acuerdo a la ley nacionaldel 24 de setiembre del 69, empieza a aplicarse en toda la Re-pOblica, y por tanto en Tucumán, el Código Civil redactado porel Dr. Vélez Sársfield. Y, para acomodarlo a sus disposiciones,en enero del 71 una ley autoriza al P. E. para "nombrar unacomisión de tres abogados, al objeto de redactar un proyecto.de Código de Procedimientos Judiciales para la Provincia". LaComisión redactora en noviembre del 73 entregó su proyecto alP. E.; y elevado a la Legislatura, ésta lo convierte en ley el27 de ese mismo mes. Este Código, el primero de Procedimien-tos Civiles que ha tenido Tucumán, es completo y orgánico, yconsta de 1.301 artIculos. Es ya, con las reformas lógicas, and-logo al actual. Pero Ileva, eso 51, un titulo preliminar intere-sante, que en los siguientes se quito: "De las reglas generalesde jurisprudencia en materia de procedimientos".

Sobre materia criminal, por ley de mayo del 81 se declaraque, hasta tanto el Congreso sancionase el Código Penal de laRepUblica, debIa aplicarse en la Provincia el proyecto de eseCódigo redactado por el Dr. Carlos Tejedor, con ]as reformashechas por ley de la Provincia de Buenos Aires, el 29 de oc-tubre del 79.

En mayo del 89, considerando el P. E. que desde el 1 9 deabril de dicho año, debIa empezar a regir la Ley de MatrimonioCivil (sancionada por el Congreso el 12 de noviembre del 88),encarga a los jueces de Paz y a los Jueces de Distrito, como ofi-ciales püblicos, para ilevar el Registro de Matrimonios Civilesdentro de nuestra Provincia. Y en marzo 29 del 90 la Legisla-tura sanciona nuestra Ley de Registro Civil (promulgada el 10

de abril) : ley que, con las reformas introducidas por la de fe-brero del 97, está aOn en vigencia.

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En julio del 62, a pedido del P. E. la Legislatura autoriza "al Superior Tribunal de Justicia para que habilite de aboga­dos, sin el examen previo que exige el Reglamento, las perso­nas que juzgase más competentes, con la obligación de rendir dicho examen en el término de un año ... "; y dispone además que todo individuo que fuese "capaz de defenderse por sí mis­mo" podría hacerlo "con sólo su firma, en causa propia". Por lo cual se ve que entonces los letrados eran escasísimos.

Desde el 1 Q de enero del 71, de acuerdo a la ley nacional del 24 de setiembre del 69, empieza a aplicarse en toda la Re­pública, y por tanto en Tucumán, el Código Civil redactado por el Dr. Vélez Sársfield. Y, para acomodarlo a sus disposiciones, en enero del 71 una ley autoriza al P. E. para "nombrar una comisión de tres abogados, al objeto de redactar un proyecto

.de Código de Procedimientos Judiciales para la Provincia". La Comisión redactora en noviembre del 73 entregó su proyecto al P. E.; y elevado a la Legislatura, ésta lo convierte en ley el 27 de ese mismo mes. Este Código, el primero de Procedimien­tos Civiles que ha tenido Tucumán, es completo y orgánico, y consta de 1.301 artículos. Es ya, con las reformas lógicas, aná­logo al actual. Pero lleva, eso sí, un título preliminar intere­sante, que en los siguientes se quitó: "De las reglas generales de jurisprudencia en materia de procedimientos".

Sobre materia criminal, por ley de mayo del 81 se declara que, hasta tanto el Congreso sancionase el Código Penal de la República, debía aplicarse en la Provincia el proyecto de ese Código redactado por el Dr. Carlos Tejedor, con las reformas hechas por ley de la Provincia de Buenos Aires, el 29 de oc­tubre del 79.

En mayo del 89, considerando el P. E. que desde el 1 Q de abril de dicho año, debía empezar a regir la Ley de Matrimonio Civil (sancionada por el Congreso el 12 de noviembre del 88), encarga a los jueces de Paz y a los Jueces de Distrito, como ofi­ciales públicos, para llevar el Registro de Matrimonios Civiles dentro de nuestra Provincia. Y en marzo 29 del 90 la Legisla­tura sanciona nuestra Ley de Registro Civil (promulgada el 1 Q

de abril) : ley que, con las reformas introducidas por la de fe­brero del 97, está aún en vigencia.

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BREVE HISTORTA DE TUCUMAN

En 10 de lebrero del 93 Ia Legislatura sanciona, con algu-nas modificaciones, el proyecto de Ley Orgánica de los Tribu-nales elevado a su consideración por el P.E. y dispone qudebIa empezar a regir desde el 1 9 de marzo de ese año. Y deesta ley, que es extensa y completa (consta de 208 artIculos),diremos que, con pocas reformas, rigió hasta 1908, año de lasanción de la actual.

Cuatro aflos más tarde, el 18 de marzo del 97, se sancioriacomo ley, con las reformas que le hace el Senado, el proyectode Código Rural redactado por una Comisión especial. EsteCódigo, interesante y valioso en más de un aspecto, es el ünicode esta clase que ha tenido hasta ahora la Provincia. Está aünvigente, aunque no se lo cita ni aplica como corresponde.

Poder Municipal. - En agosto del 54 el gobernador JoséMaria del Campo dicta un decreto creando por la primera vezuna Junta Municipal para la ciudad, aunque con funciones res-tringidas, por ser solamente al objeto de "colectar y adminis-trar los fondos que se reuniesen para el empedrado de las ca-Iles y veredas".

Después, la Constitución del 56, segiin ya dijimos, crea elRegimen Municipal con la erección de municipios en las pobla-ciones que pasasen de 2.000 habitantes, donde el cuerpo encar-gado de velar por los intereses "morales y materiales" de ca-rácter local se IlamarIa Municipalidad. Luego establece que los"ramos del poder municipal" debIan ser: "El establecimientode escuelas primaiias, hospitales y obras de beneficencia; laapertura y mejoramiento de caminos vecinales y la construc-ción de puentes y caizadas; la policIa de salubridad y ornato;las plazas de abasto y vIveres; y la distribución de aguas pñ-blicas para uso doméstico y labranza". Declara, por ültimo,entre otras disposiciones secundarias, que las Municipalidadescomb nuestros antiguos Cabildos serIan 'independientes en elejercicio de su cargo", de modo que sus resoluciones, en la es-fera de sus facultades, no podIan "ser revocadas por otra au-toridad".

En noviembre del 67 la Legislatura, sobre la base de unproyecto del P. E. (del 58), sanciona una ley sobre Municipa-lidades, de acuerdo a las disposiciones de la Constitución del 5Y más tarde, en abril del 83, la Legislatura convierte en ley

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 175

En 10 de febrero del 93 la Legislatura sanciona, con algu­nas modificaciones, el proyecto de Ley Orgánica de los Tribu­nales elevado a su consideración por el P. E. y dispone qUA debía empezar a regir desde el 1 Q de marzo de ese año. Y de esta ley, que es extensa y completa (consta de 208 artículos) , diremos que, con pocas reformas, rigió hasta 1908, año de la sanción de la actual.

Cuatro años más tarde, el 18 de marzo del 97, se sanciona como ley, con las reformas que le hace el Senado, el proyecto de Código Rural redactado por una Comisión especial. Este Código, interesante y valioso en más de un aspecto, es el único de esta clase que ha tenido hasta ahora la Provincia. Está aún vigente, aunque no se lo cita ni aplica como corresponde.

Poder Munici pal. - En agosto del 54 el gobernador José María del Campo dicta un decreto creando por la primera vez una Junta Municipal para la ciudad, aunque con funciones res­tringidas, por ser solamente al objeto de "colectar y adminis­trar los fondos que se reuniesen para el empedrado de las ca­lles y veredas". . Después, la Constitución del 56, según ya dijimos, crea el Régimen Municipal con la erección de municipios en las pobla­cjones que pasasen de 2.000 habitantes, donde el cuerpo encar­gado de velar por los intereses "morales y materiales" de ca­rácter local se llamaría Municipalidad. Luego establece que los "ramos del poder municipal" debían ser: "El establecir:niento de escuelas primarias, hospitales y obras de beneficencia; la apertura y mejoramiento de caminos vecinales y la construc­ción de puentes y calzadas; la policia de salubridad y ornato; las plazas de abasto y víveres ; y la distribución de aguas pú­blicas para uso doméstico y labranza". Declara, por último, entre otras disposiciones secundarias, que las Municipalidades co~mo nuestros antiguos Cabildos serían "independientes en el ejercicio de su cargo", de modo que sus resoluciones, en la es­fera de sus facultades, no podían "ser r evocadas por otra au­toridad" .

En noviembre del 67 la Legislatura, sobre la base de un proyecto del P. E. (del 58), sanciona una ley sobre Municipa­lidades, de acuerdo a las disposiciones de la Constitución del 5r

y más tarde, en abril del 83, la Legislatura convierte en ley

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176 M. LIZONDO BORDA

otro proyecto sobre Municipalidades elevado a su consideraciónpor el P. E. Esta ley, que deroga la anterior, es completa sobreel tema y organiza las Municipalidades de la Provincia en for-ma más o menos moderna.

Por iltimo, la Constitución del 84, en su seccióñ sobre elRgimen Municipal, repite las disposiciones principales esta-blecidas por la Constitución del 56. Solo varIa en cuanto, to-mándolos de la Ley sobre Municipalidades anterior, declara ta-xativamente cuáles son "los impuestos y rentas municipales";los que, por otra parte, son los mismos que están en la Cons-titución actual de Tucumán.

4

DESENVOLVIMIENTO CULTURAL

Instr?wción pithlica.. - La instrucción püblica, en formasistemática y moderna, empieza realmente en esta época. Bienes cierto que, como ya lo apuntamos, el verdadero creador o Si

se quiere precursor de la instrucciOn püblica en Tucumán fuéel gobernador Alejandro Heredia, de la época anterior. Pero,después, lo que él hizo desapareciO; pues segün dice el gober-nador Espinosa, en su mensaje de fines del 52, "una sola es-cuela pThlica ni tuvo ni dejó el ex gobernador don CeledonioGutiérrez"; a consecuencia de lo cual, agrega, "en los 10 añosde su gobierno la juventud de segunda clase se ha presentadoal teatro de la vida con algunas maneras que se conservan des-de sus mayores: ignorantes y sin medios de entretenimientoshonestos se entregan los jóvenes a desórdenes para no sentir lapobreza y miserias de un alma tan ilena de deseos como vacIade nobles satisfacciories".

Para remediar este mal, el gobernador Espinosa comunicaen su mensaje que habia nombrado una Junta Inspectora deEscuelas, encargada de sistematizar la enseñanza, plantearla ycontinuar en su inspección; la cual ya habia presentado un es-pléndido trabajo sobre "la educación, y la instrucción moral ycivil", que haclan esperar un resultado ventajoso que reempla-zase "el oscurantismo de la época de Rosas". Y por su partela Sala de Representantes aprueba por ley el proyecto presen-

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otro proyecto sobre Municipalidades elevado a su consideración por el P. E. Esta ley, que deroga la anterior, es completa sobre el tema y organiza las Municipalidades de la Provincia en for­ma más o menos moderna.

Por último, la Constitución del 84, en su sección sobre el Roégimen Municipal, repite las Idisposiciones princ)pales esta­blecidas por la Constitución del 56 . Sólo varía en cuanto, to­mándolos de la Ley sobre Municipalidades anterior, declara ta­xativamente cuáles son "los impuestos y rentas municipales"; los que, por otra parte, son los mismos que están en la Cons­titución actual de Tucumán.

4

DESENVOLVIMIENTO CULTURAL

InstTu;cción pública. - La instrucción pública, en forma ' sistemática y moderna, empieza realmente en esta época. Bien es cierto que, como ya lo apuntamos, el verdadero creador o si se quiere precursor de la instrucción pública en Tucumán fué el gobernador Alejandro Heredia, de la época anterior. Pero, después, lo que él hizo desapareció; pues según dice el gober­nador Espinosa, en su mensaje de fines del 52, "una sola es­cuela pública ni tuvo ni dejó el ex gobernador don Celedonio Gutiérrez"; a corisecuencia de lo cual, agrega, "en los 10 años de su gobierno la juventud de segunda clase se ha presentado al teatro de la vida con algunas maneras que se conservan des­de sus mayores: ignorantes y sin medios de entretenimientos honestos se entregan los jóvenes a desórdenes para no sentir la pobreza y miserias de un alma tan llena de deseos como vacía de nobles satisfacciones".

Para remediar este mal, el gobernador Espinosa comunica en su mensaje que había nombrado una Junta Inspectora de Escuelas, encargada de sistematizar la enseñanza, plantearla y continuar en su inspección; la cual ya había presentado un es­pléndido trabajo sobre "la educación, y la instrucción moral y dvil" , que hacían esperar un resultado ventajoso que reempla­zase "el oscurantismo de la época de Rosas" . Y por su parte la Sala de Representantes aprueba por ley el proyecto presen-

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BREVE 1-IISTORIA DE TU(UMAY

tado por dicha Junta, disponiendo que el P.E. lo haga exten-sivo "a dos escuelas por Departamento permitiéndolo los fon-dos püblicos", y a "una o dos escuelas de niñas en esta ciudady en los lugares poblados de la campafla, si fuere posible"; yque aclemás sea "de cuenta del Estado la provision de libros,tinta y papel a todos los niños pobres".

Con este principio, en el presupuesto de 1854 ya figurauna partida de 4.000 pesos "para fundar escuelas en la ciudady departamentos de campafla, pagando directores, aiquileres decasa y ütiles, con concepto a la enseñanza gratuita"; y otra de1.000 pesos como "sueldo del Colegio fundado en esta ciudad.con la obligación de enseflar a 25 jóvenes en todos los ramosue eseñanza que se cursan en el Establecirniento'. Este Co-legio, debemos advertir, fué fundado a mediados de ese año, asolicitud del ciudadano frances don Edmundo Buessard, su pri-mer director, y a instancia del gobernador Posse; quien hizonotar su utilidad, pues por falta de una casa de educación deesa clase ("ensefianza comercial y literaria"), los padres defamilia —observaba— ilevan a sus hijos afuera, "buscando enprovincias lejanas los medios de abastecer a las necesidades in-telectuales", perdiendo asI nuestra provincia esos jóvenes "por-que otras afecciones en una larga ausencia los desligaban de latierra natal".

En el 55, el gobernador José Maria del Campo establecepor decreto, en el edificio del Colegio de la Merced, para laenseñanza de 80 niños pobres, una escuela de primeras letra,gratuita con denominación de "Escuela de la Patria"; y dis-pone que su enseñanza se reducirIa por entonces "a leer, es-cribir, contar y doctrina cristiana bajo los métodos más senci-lbs y conocidos bajo los buenos resultados".

Hacia el 57, por el presupuesto de ese año vemos que hayya una escuela en Monteros y otra en Medinas; por el del 60,que hay entonces otras en Trancas, Rio Chico y Graneros (unaen cada lugar); y por el del 62, que hay, de la misma manera,escuellas en Famaillá, Burruyacu, Leales, Simoca, Sueldos, Tim-b6, Tall Viejo, Alderetes, Ranchillos y Yerba Buena; estandocalculada, para ese aflo, en 7.322 pesos la suma desitnada ainstrucción püblica.

BREVE H I STORIA DE 'l'UCUMAN 177

tado por dicha J'unta, disponiendo que el P. E. lo haga exten­sivo "a dos escuelas por Departamento permitiéndolo los fon­dos públicos", y a "una o dos escuelas de niñas en esta ciudad y en los lugares poblados de la campaña, si fuere posible"; y

que además sea "de cuenta del Estado la provisión de libros, tinta y papel a todos los niños pobres".

Con este principio, en el presupuesto de 1854 ya figura una partida de 4.000 pesos "para fundar escuelas en la ciudad y departamentos de campaña, pagando directores, alquileres de casa y útiles, con concepto a la enseñanza gratuita"; y otra de 1.000 pesos como "sueldo del Colegio fundado en esta ciudad, con la obligación de enseñar a 25 jóvenes en todos los ramos

de enseñanza que se cursan en el E stablecimiento', Este Co­legio, debemos advertir, fué fundado a mediados de ese año, a solicitud del ciudadano francés don Edmundo Buessard, su pri­mer director, y a instancia del gobernador Posse; quien hizo notar su utilidad, pues por falta de una casa de educación de esa clase ("enseñanza comercial y liter:aria"), los padres de familia -observaba- llevan a sus hij os afuera, "buscando en provincias lejanas los medios de abastecer a las necesidades in­telectuales", perdiendo así nuestra provincia esos jóvenes "por­que otras afecciones en una larga ausencia los desligaban de la tierra natal".

En el 55, el gobernador José María del Campo establece por decreto, en el edificio del Colegio de la Merced, para la enseñanza de 80 niños pobres, una escuela de primeras letras, gratuita con denominación de "Escuela de la Patria"; y dis­pone que su enseñanza se reduciría por entonces "a leer, es­cribir, contar y doctrina cristiana bajo los métodos más senci­llos y conocidos bajo los buenos resultaaos".

Hacia el 57, por el presupuesto de ese año vemos que hay ya una escuela en Monteros y otra en Medinas; por el del 60, que hay entonces otras en Trancas, Río Chico y Graneros (una en cada lugar) ; y por el del 62, que hay, de la misma manera, escuelas en Famaillá, Burruyacu, Leales, Simoca, Sueldos, Tim­bó, Tafí Viejo, Alderetes, Ranchillos y Yerba Buena; estando calculada, para ese año, en 7.322 pesos la suma desitnada a instrucción pública.

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17S Al. LIZOXI)() flO ill IJA

Sobre colegios particulares, diremos que en el 57 Ia Salade Reprsentantes autoriza al P. E. para subvencionar a losseñores Labougle y Pelissot a fin de establecer un colegio enesta ciudad; y que en el 58 el gobierno resuelve que don Ama-d€o Jacques se encargue "del estabiecimiento y dirección del(2olegio de San Miguel", bajo el interesante programa de ei-:eñanza que éste presentara (en el cual hay una sección de Le-tras y Humanidades, con "gramática y literatura latina" y"elementos de filosofIa y derecho constitucional argentino",fuera de historia general, literatura casteilana, etc.)

Otras medidas sobre instrucción püblica en esos aflos sin:una ley del 57 que regiamenta ci funcionamiento y la enseñanzaen ]as escuelas püblicas; en el 58, la aprobación por ci P. E.del "Regiamento para la Escuela de Niñas", presentado por laPresidenta de la Sociedad de Beneficencia; la creación, en el59 de una cátedra gratuita de inglés en el Coiegio de San Mi-guel; una ley del 60, que autoriza al P. E. "para establecer unaa Ia de dibujo lineal con aplicación a las artes, destinada a la,enseñanza gratuita a los pobres"; y otra de dicho aflo, quedeclara obligatoria la asistencia a las escuelas piThlicas de losniños de 6 a 12 años.

En su mensaje del 60 dice el Gobernador: "Las escuelas deprimeras letras se ban aumentado, considerablemente en todala provincia. No hay ya un solo curato que no tenga una es-cuela gratuita costeada por €1 Estado, y en ci de Monteros haydos. Verdad es que todas ellas son para varones, pero en ade-lite pensará el Gobierno en establecerlas para ci sexo ferne-nino". Y en el mensaje del 63 el Gobernador informa que laprovincia ya contaba con "20 escuelas pagadas por el Estado",donde se educaban "600 niños". Pero observa que, a pesar delos establecimientos en los principales centros de población,"los niños de la campaña no concurrIan en la proporción aspi-rada, debido sobre todo a la ignorancia de los padres, o a supobreza que los obligaba a dedicar sus hijos a otras ocupacio-nes, distrayéndolos del cuitivo de su inteligencia". Sobre ciColegio de San Miguel, de la ciudad, ci mismo Mensaje expresaque ya solo se enseñaba en éi "primeras letras por haberse re-tirado a Buenos Aires su inteligente Director, Mr. Amadeo Jac-ques"; pero que se esperaba ver "muy pronto restablecido esteestablecimiento con todas sus aulas".

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Sobre colegios particulares, diremos que en el 57 la Sala de Reprsentantes autoriza al P. E. para subvencfonar a los señores Labougle y Peiissot a fin de establecer un colegio en esta ciudad; y que en el 58 el gobierno resuelve que don Ama­dfO J acques se encargue "del establecimiento y dirección del Colegio de San Miguel", bajo el interesante programa de e:1.­;;eñanza que éste presentara (en el cual hay una sección de Le­tras y Humanidades, con "gramática y literatura latina" y "elementos de filosofía y derecho constitucional argentino", fuera de historia general, literatura castellana, etc.)

Otras medidas sobre instrucción pública en esos años son: una ley del 57 que reglamenta el funcionamiento y la enseñanza en las escuelas públicas; en el 58, la aprobación por el P. E. del "Reglamento para la Escuela de Niñas", presentado por la Presidenta de la Sociedad de Beneficencia; la creación, en el 59 de una cátedra gratuita de inglés en el Colegio de San Mi­guel; una ley del 60, que autoriza al P . E. "para establecer una

<:t 'l la de dibujo lineal con aplicación a las artes, destinada a la e~señanza gratuita a los pobres"; y otra de dicho año, que declara obligatoria la asistencia a las escuelas públicas de los niños de 6 a 12 años .

En su mensaje del 60 dice el Gobernador: "Las escuelas de primeras letras se han aumentado, considerablemente en toda la provincia. N o hay ya un solo curato que no tenga una es­cuela gratuita costeada por el Estado, y en el de Monteros hay dos. Verdad es que todas ellas son para varones, pero en ade­l,,:1te pensará el Gobierno en establecerlas para el sexo feme­nino". Y en el mensaje del 63 el Gobernador informa que la provincia ya contaba con "20 escuelas pagadas por el Estado", donde se educaban "600 niños". Pero observa que, a pesar de los establecimientos en los principales centros de población, " los niños de la campaña no concurrían en la proporción aspi­rada, debido sobre todo a la ignorancia de los padres, o a su pobreza ,que los obligaba a dedicar sus hijos a otras ocupacio­nes, distrayéndolos del cultivo de su inteligencia". Sobre el Colegio de San Miguel, de la ciudad, el mismo Mensaje expresa que ya sólo se enseñaba en él "primeras letras por haberse re­tirado a Buenos Aires su inteligente Director, Mr. Amadeo Jac­ques"; pero que se esperaba ver "muy pronto restablecido este establecimiento con todas sus aulas".

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F BREVE IIISTORIA DE TUCCMAN

A principios del 65, con un subsidio de 2. 000 pesos fuertesacordados por el Gobierno Nacional para enseñanza primaria,el P. E. establece dos nuevas escuelas de primeras letras paranifios pobres: una en la villa de Famaillá y otra en la de Con-cepción. Nombra preceptor de la primera al frances don San-tiago Hipólito Lalane y de Ia segunda a don Juan Pedro Esco-bar. Y fija como sus ramos de enseñanza: lectura, escritura,aritmética, gramática castellana y doctrina cristiana. Y en Se-tiembre del mismo año dicta un decreto importante declarando"gratuita Ia ensefianza primaria en las escuelas costeadas por

el Estado para todos los niflos que cursen en ella de cualquiercondición que fuesen"; par lo cual prohibe a los preceptores,bajo pena de destitución el cobrar por su erlsefianza (como ha-clan hasta entonces con algunos alumnos).

En el 66, a pedido del P. E. se crea por ley "el empleo deInspector de Escuelas de la Provincia". Y el Gobierno le fijael reglamento de sus obligaciones. Y en el mismo año se esta-blecen 12 escuelas más; con lo cual, segün dice el Gobernador,ya habIa en la Provincia un total de 29 escuelas püblicas conuna inscripción de 1.794 alumnos.

Datos interesantes sobre la instrucción püblica en Tucu-man, hacia el 70, nos suministra la obra de Granillo. Següncilos, en el Colegio Sarmiento de la ciudad, que era de niflas,se enseñaba lectura, escritura, espanol, frances, ingles, historia,geografia, aritmética, religion, costura, bordado, müsica y cli-bujo. Sus alumnas internas eran 15, las "a medio pupilo", 20 ylas externas, 125.

Las escuelas municipales del departamento de Ia Capitaleran ]as siguientes: en la ciudad, la "Avellaneda" con 355 alum-nos varones; la "Monteagudo", con 278; la "Uttinger > ', con 30;Ia "Maria", con 30 varones y 150 mujeres; la "Mercedes", con30 varones y 243 mujeres; en Ia campafla, la de Alderetes, con59 varones y 28 mujeres; la de La Banda, con 66 varones; lade los Vallistos, con 61; la de Ranchillos, con 80; la de Los Pe-reiras, con 30; la de Los Garcias, con 40; Ia de Los Aguirres,con 54; la de Cebil Redondo, con 42; la de Yerba Buena, con25; y la de TafI Viejo, con 25. Las escQelas del Estado en losdeniás departamentos de la Provincia eran: 5 en FamailI, con237 varones y 109 mujeres; 6 en CliicIigata, con 270 varones

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN lí9

A principios del 65, con un subsidio de 2.000 pesos fuertes acordados por el Gobierno Nacional para enseñanza primaria, el P. E. establece dos nuevas escuelas de primeras letras para niños pobres: una en la villa de Famaillá y otra en la de Con­cepción. Nombra preceptor de la primera al fran<:és don San­tiago Hipólito Lalane y de la segunda a don Juan Pedro Esco­bar. Y fija como sus ramos de enseñanza: lectura, escritura,

aritmética, gramática castellana y doctrina cristiana. Y en se­tiembre del mismo año dicta un decreto importante declarando "gratuita la enseñanza primaria en las escuelas costeadas por

ei Estado para todos los niños' que cursen en ella de cualquier <:ondición que fuesen"; por lo <:ual prohibe a los preceptores, bajo pena de destitución el cobrar por su enseñanza (como ha­cían hasta entonces con algunos al umnos) .

En el 66, a pedido del P. E. se crea por ley "el empleo de Inspector de Escuelas de la Provincia". Y el Gobierno le fija el reglamento de sus obIlgaciones. Y en el mismo año se esta­blecen 12 escuelas más; con lo cual, según dice el Gobernador, ya había en la Provincia un total de 29 escuelas públicas <:on una inscripción de 1.794 alumnos.

Datos interesantes sobre la instrucción pública en Tucu­mán, hacia el 70, nos suministra la obra de Granillo. Según ellos, en el Colegio Sarmiento de la ciudad, que era de mnas, se enseñaba lectura, escritura, español, francés, inglés, historia, geografía, aritmética, religión, costura, bordado, música y di­bujo. Sus alumnas internas eran 15, las "a medio pupilo", 2'0 y las externas, 125.

Las escuelas municipales del departamento de la Capital eran las siguientes: en la dudad, la "Avellaneda" con 355 alum­nos varones; la "Monteagudo", con 278; la "Uttinger", con 30; la "María", con 30 varones y 150 mujeres; la "Mercedes", con 30 varones y 243 mujeres; en la campaña, la de Alderetes, con 59 varones y 28 mujeres; la de La Banda, con 66 varones; la de los Vallistos, con 61; la de RanchilIos, con 80; la de Los Pe­reiras, con 30; la de Los Garcías, con 40; la de Los Aguirres, con 54; la de Cebil Redondo, con 42; la de Yerba Buena, con 25; Y la de Tafí Viejo, con 25 . Las esclJelas del Estado en los demás departamentos de la Provinda eran: 5 en Famaillá, con 237 varones y 109 mujeres; 6 en Chidigasta, con 270 varones

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y 80 mujeres; 5 en Rio Chico, con 238 varones y 61 mujeres;2 en Graneros, con 53 varones y 8 mujeres; 5 en Leales, con240 varones y 52 mujeres; 6 en Burruyacu, con 220 varones y40 mujeres; 3 en Trancas, con 69 varones y 50 mujeres: y 2en TafI y Colalao, con 68 varones y 6 mujeres. Cuanto a lasescuelas particulares de la ciudad eran éstas: la de S. Morenocon 14 varones y 20 mujeres; la de M. Escobar, con 40 varo-nes y 20 mujeres; la de M. Alderete, con 10 varones; la deSanto Domingo, con 12 varones; la de San Francisco, con 93varones; la de R. Augier, con 39 varones y 35 mujeres; la delPbro. Zavaleta, con 75 varones; y la de N. Angel, con 33 varones y 9 mujeres. A estos datos, agrega Granillo que las es-cuelas municipales de Monteros eran 3, educándose en ellas 174alumnos de ambos sexos. Y concluye diciendo que el ndmerode establecimientos de educación con que contaba la Provincia—incluyerido el Colegio Nacional— eran 61; los niflos de am-bos sexos que se educaban en los Colegios, 266; los asistentes alas escuelas primarias costeadas por las Municipalidades, 1.740;y los concurrentes a las Escuelas del Estado y las particulares,2.189. De modo que en toda la Provincia se educaban enton-ces 4.195 ninos de ambos sexos. Finalmente nos cuenta queen las escuelas del Estado, en las municipales y en las particu-lares se enseñanban "los siguientes ramos; lectura, escritura,aritmética, castellano, historia argentina, geografia argentinay constitución de la Reptiblica".

En el 71, segtin nota de Granillo, de acuerdo al informeoficial pasado al Gobierno por la Inspección de Escuelas, las dela Provincia habIan ascendido a 96, de las cuales 49 eran delGobierno; 19 de la Municipalidad de la Capital; 5, de la deMonteros y 23 particulares; el ndmero de alumnos habIa ile-gado a 5.865; y la renta destinada a escuelas sumaba un totalde 49.606 pesos.

En el 74 el P. E. designa a Pablo Groussac Jefe deJnspección y Consejo de Instrucción Pdblica. Y segdn el men-saje del Gobernador, de enero del 75, las escuelas costeadas porla Provincia en el 74 eran ya 63, con una asistencia de 4.582alumnos y un pl'esupuesto de 56.500 pesos. A lo que agregael mensaje que para mejorar la enseñanza el Gobierno se ha-Ma dirigido a la Comisión de Inmigracion, "solicitando pre-

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y 80 mujeres; 5 en Río Chico, con 238 varones y 61 mujeres ; 2 en Graneros, con 53 varones y 8 mujeres; 5 en Leales, con 240 varones y 52 mujeres; 6 en Burruyacu, con 220 varones y 40 mujeres; 3 en Trancas, con 69 varones y 50 mujeres: y 2 en Tafí y Colalao, con 68 varones y 6 muj eres. Cuanto a las escuelas particulares de la ciudad eran éstas: la de S. Moreno con 14 varones y 20 mujeres; la de M. Escobar, con 40 varo­nes y 20 mujeres; la de M. Alderete, con 10 varones; la de Santo Domingo, con 12 varones; la de San Francisco, con 93 varones; la de R. Augier, con 39 varones y 35 muj eres; la del Pbro . Zavaleta, con 75 varones; y la de N. Angel, con 33 va­rones y 9 mujeres. A estos datos, agrega Granillo que las es­cuelas municipales de Monteros eran 3, educándose en ellas 174 alumnos de ambos sexos. Y concluye diciendo que el número de establecimientos de educación con que contaba la Provincia - incluyendo el Colegio Nacional- eran 61; los niños de am­bos sexos que se educaban en los Colegios, 266; los asistentes a las escuelas primarias costeaaas por las Municipaliaades, 1.740; y los concurrentes a las Escuelas del Estado y las particulares, 2.189. De modo que en toda la Provincia se educaban enton­ces 4 .195 niños de ambos sexos. Finalmente nos cuenta que en las escuelas del Estado, en las municipales y en las particu­lares se enseñanoan "los siguientes ramos: lectura, escritura, aritmética, castellano, historia argentina, geografía argentina y constitución de la República".

En el 71, según nota de Granillo, de acuerdo al informe oficial pasado al Gobierno por la Inspección de Escuelas, las de la Provincia habían ascendido a 96, de las cuales 49 eran del Gobierno; 19 de la Municipalidad de la Capital; 5, de la de Monteros y 23 particulares; el número de alumnos había lle­gado a 5 .865; y la renta destinada a escuelas sumaba un total de 49 . 606 pesos.

En el 74 el P. E. designa a Pablo Groussac Jefe de Inspección y Consejo de Instrucción Pública . y según el men­saje del Gobernador, de enero del 75, las escuelas ,costeadas por la Provincia en el 74 eran ya 63,con una asistencia de 4.582 alumnos y un presupuesto de 56.500 pesos . A lo que agrega el mensaje que para mejorar la enseñanza el Gobierno se ha­bía dirigido a la Comisión de Inmigración, "solicitando pre-

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ceptores europeos y exarninados previarnente en Buenos Aires";y que este paso fué coronado por el éxito, pudiendo asI contarseIt 20 escuelas de enseñanza primaria, verdaderamente dig-nas de su nombre".

En enero del 77 el Gobernador comunica en su mensaje q'epor atrasos de la subvención nacional, a raIz de la crisis, sohabian suprimido partidas para instrucción pUblica, como lodestinada a construcción de edificios, suprimiéndose tambieoaigunas escuelas. Y por eso, sin duda, en ci mensaje delluego de observar el Gobernador que habia en la Provincia40.000 niflos de edad escolar para los cuales se necesitaban 3(Hi

escuelas, declara que no habIa sino 27, dándose instrucción solamente a 1.992 ninos. Lo que quiere decir que en instrucciànpüblica se habIa dado por entonces un gran salto hacia atrh'Interesante es ci fenomeno; y trata de explicarlo, en un infornde fines del 80, el Inspector General de Escuelas, Don DelfiJijena, en la parte que dice: "Apenas se conserva un poco nii-de la tercera parte de ]as escuelas que se sostenlan en 1875, veste movimiento retrogrado obedece a principios generales, ccs'Ierados ya como axiomas, cuyo olvido tiene resultados iógioe inmediatos. Se creaba una obra grande, elevada, y se la hcia a toda prisa, sin un plan determinado, al calor de los sotimientos nobles y generosos que despertó la cruzada emprodida contra la ignorancia en toda la Repüblica. Se fundalescuelas y bibliotecas en todas partes, llevando la luz radiarde la enseñanza hasta las aldeas más remotas; pero no se pcicon madurez en el sostenimiento de aquéllas porque no se Isupo dar la ünica base indispensable para el desarrollo graduy seguro mantenimiento de cualquier sistema de educaciónpular, que consiste en crear fondos propios para las escuehasI Ia vida de éstas queda garantida, desligándolas de la adni1nistración polItica, para no dejar librada su suerte a las even-tuaiidades de los presupuestos nacional y provincial, que subeno bajan a merced de los vaivenes de la pol.Itica y a las capri-chosas pasiones de los partidos.. ." Tal dice con razón el ins-pector Jijena. Pero en ci caso tucumano influirla su poco tam-bién, en la disminución de los alumnos, y con ella de ]as escue-las, la ocupación de los chicos del campo en las cosechas de lacafla que toman un gran incremento entre ci 77 y ci 80.

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ceptores europeos y examinados previamente en Buenos Aires"; y que este paso fué coronado por el éxito, pudiendo así contarse "con 20 escuelas de enseñanza primaria, verdaderamente dig­nas de su nombre".

En enero del 77 el Gobernador comunica en su mensaje que por atrasos de la subvención nacional, a raíz de la crisis, se habían suprimido partidas para instrucción pública, como la destinada a construcción de edificios, suprimiéndose también algunas escuelas. Y por eso, sin duda, en el mensaje del 80, luego de observar el Gobernador que habJa en la ¡Provincia 40.000 niños de edad escolar para los cuales se necesitaban 800 escuelas, declara que no había sino 27, dándose instrucción so­lamente al. 992 niños. Lo que quiere decir que en instrucción pública se había dado por entonces un gran salto hacia atrás. Interesante es el fenómeno; y trata de explicarlo, en un informe de fines del 80, el Inspector General de Escuelas, Don Delfín Jijena, en la parte que dice: "Apenas se conserva un poco más de la tercera parte de las escuelas que se sostenían en 1875, y este movimiento retrógrado obedece a principios generales, con­

slderados ya como axiomas, cuyo olvido tiene resultados lógicos e inmediatos. Se creaba una obra grande, elevada, y se la ha­cía a toda prisa, sin un plan determinado, al calor de los sen­timientos nobles y generosos que despertó la cruzada empren­dida contra la ignorancia en toda la República. Se fundaban escuelas y bibliotecas en todas partes, llevando la luz radiante de la enseñanza hasta las aldeas más remotas; pero no se pensó

con madurez en el sostenimiento de aquéllas porque no se les supo dar la única base indispensable para el desarrollo gradual y seguro mantenimiento de cualquier sistema de educación po­pular, que consiste en crear fondos propios para las escuelas;

a5Í la vida de éstas queda garantida, desligándolas de la admi-nistración política, para no dejar librada su suerte a las even­

tualidades de los presupuestos nacional y provincial, que suben o bajan a merced de los vaivenes de la política y a las capri­chosas pasiones de los partidos ... " Tal dic.e con razón el ins­pector Jijena. Pero en el caso tucumano influiría su poco tam­bién, en la disminución de los alumnos, y con ella de las escue­las, la ocupación de los chicos del campo en las cosechas de la caña que toman un gran incremento entre el 77 y el 80.

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Pero desde ci 82 empieza otra vez a elevarse, con rapidez,el nümero de las escuelas provinciales. Tenemos asI que en eseaño éstas pasan de 28 a 48, y los escolares, de 1.992 a 3.205.En el 83 ya son aquéilas 61 y éstos 3.645; y en el 84, las pri-meras, 68, y los segundos, 4.367. Esto es lo correspondjentea la iiistrucción püblica costeada. por la Provincja. Cuanto alas cifras de escuelas provinejales y municjpales y a sus res-pectivos escolares, desde el 76 hasta el 84 el Inpector Jijena,en un informe de este Ultimo año, presenta un cuadro compa-rativo interesante, por el cual vemos que, en efecto, desde el76 al 80 fué "la decadeneja rápida y asombrosa" de la ins-.trucción piblica en la Provincia, segUn dice Jijena; y que ella"Se coritiene" en el 82, para seguir en una "relaci6n progresjvamejor que la que determinara su decaimiento". De tal modo, queen el 84 el námero de escuelas provinciajes y municipales sonya 89 y sus escolares 7.857, cifras no superadas hasta entonces.

Dentro de las directivas constitucion ales del 84 y bajo laLey de Educación Comñn sancionada en el año anterior, lainstruccjón püblica avanza en forma más moderna, aunque tam-bién con sus caIdas, en los años siguientes. Vemos asI que enel 85 las escuelas fiscales son ya 99 con 8.412 alumnos; y elpresupuesto para costearlas, de 66.914.53 pesos, para el cualdebla contribuir el Gobierno Nacional —por la ley de subven-ciones— con 12.625.14 pesos. (A Ia Municpalidad de la Capi-tal debIa subvencionar entonces con 10.139.13 pesos; y a lade Monteros, con 1.957.55 pesos). Más tarde, en ci 88, segiinel mensaje del Gobernador habIa en la Capital 20 escuelas fis-cales con 2.486 alumnos, 10 particulares con 1.081, 2 anexasa Ia Normal con 672; en Monteros, 19 escuelas con 1.622 alum-nos; y en el resto de la Provincia, 79 escuelas con 5.850 esco-lares; lo que hacIa un total de 130 escuelas con 11.711 escola-res. Y estas escuelas se haliaban atendidas por 268 maestros,de los cuales 9 eran dipiomados o "con la preparación sufi-ciente para dirigir una escuela gradñada".

En el 89 el Gobierno regiamenta las escuelas graduadas dela Provincia; y crea una Escuela Nocturna de Ayudantes en laEscuela Normal de Maestros. Por otra parte, en su mensaje deese año, anuncia que funcionaban 157 escuelas, do las cuales115 eran costeadas por el Fisco; y que los maestros de toda laProvincja eran 322: 162 varones y 160 mujeres. Y agrega que

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Pero desde el 82 empieza otra vez a elevarse, con rapidez, el número de las escuelas provinciales. Tenemos así que en ese año éstas pasan de 28 a 48, y los escolares, de 1.992 a 3.205. En el 83 ya son aquéllas 61 y éstos 3. 645; y en el 84, las pri­meras, 68, y los segundos, 4.367. Esto es lo correspondiente a la instrucción pública costeada por la Provincia. Cuanto a las dfras de escuelas provin~iales y municipales y a sus res­pectivos escolares, desde el 76 hasta el 84 el Inpector Jijena, en un informe de este último año, presenta un cuadro compa­rativo interesante, por el cual vemos que, en efecto, desde el 76 al 80 fué "la decadencia rápida y asombrosa" de la ins­trucción pública en la Provincia, según dice Jijena; y que ella "se contiene" en el 82, para seguir en una "relación progresiva mejor que la que determinara su decaimiento". De tal modo, que en el 84 el número de escuelas provinciales y municipales son ya 89 y sus escolares 7.857, cifras no superadas hasta entonces.

Dentro de las directivas constitucionales del 84 y bajo la Ley de Educación Común sancionada en el año anterior, la instrucción pública avanza en forma más moderna, aunque tam­bién con sus caídas, en los años siguientes. Vemos así que en el 85 las escuelas fiscales son ya 99 con 8.412 alumnos; y el presupuesto para 'Costearlas, de 66.914.53 pesos, para el cual debía contribuir el Gobierno Nacional -por la ley de subven­ciones- con 12.625.14 pesos. (A la Municpalidad de la Capi­tal debía subvencionar entonces con 10.139.13 pesos; y a la de Monteros, con 1.957.55 pesos). Más tarde, en el 88, según el mensaj e del Gobernador había en la Capital 20 escuelas fis­cales con 2.486 alumnos, 10 particulares con 1.081, 2 anexas a la Normal con 672; en Monteros, 19 escuelas con 1. ·622 alum­nos; y en el resto de la Provincia, 79 escuelas con 5.850 esco­lares; lo que hacía un total de 130 escuelas con 11.711 escola­res . Y estas es·cuelas se hallaban atendidas por 268 maestros, de los cuales 9 eran diplomados o "con la preparación sufi­ciente para dirigir una escuela graduada".

En el 89 el Gobierno reglamenta las escuelas graduadas de la Provincia; y crea una Escuela Nocturna de Ayudantes en la Escuela Normal de Maestros. Por otra parte, en su mensaje de ese año, anuncia que funcionaban 157 escuelas, de las cuales 115 eran costeadas por el Fisco; y que los maestros de toda la Provincia eran 322: 1<62 varones y 160 mujeres. Y agrega que

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Tucumán educaba "algo más de un 50 por ciento de su pobla-cion escolar, considerada ésta en su cifra del curso del 84, yaun del aumento progresivo de la población", hasta ese mo-mento.

Sin embargo, en ci mensaje del 91, el Gobernador de en-tonces dice que "la educación comün ernpezó a decrecer a prin-cipios del año 1889", debido al "retardo en el pago de la sub-v•ención nacional y la sensible decadencia de los recursos pro-vinciales". Expresa también que contribuyó a eso "la escasezde ütiles que el Consejo Nacional debió mandar" y no mandó,como "la gran epidemia de viruela que asurnió proporcionesalarmantes en toda la Provincia"; por todo lo cual el P. E.tuvo que 'clausurar varias escuelas en los distintos departa-mentos de la carnpaña". Luego informa que en el 90 funciona-ion "161 escuelas de instrucción primaria en toda la Provincia,siendo de varones 22, de mujeres 22 y de ambos sexos 117';quo en ellas "Se inscribieron 16.880 niños; y que estuvieron ser-vidos por 416 maestros, 197 varones y 219 mujeres, siendo di-plornados tan solo 48". Y por ültimo llama la atención sobre lanecesidad de aumentar los sueldos a los maestros, por ser ellosmuy bajos. Sobre el año 1891, dice al final que habIa "13 es-cuelas menos en el tercer distrito", y que la matrIcula habIadisminuldo en un 19 % y la asistencia en un 22 %. En el 96 elGobierno crea dos escuelas superiores en la Capital: una devarones y otra de mujeres; transforma en 10 elementales y 4infantiles, 8 de las graduadas de la Capital y de otros depar-tamentos; y crea 25 puestos de ayudantes con sueldo de 60 pesosmensuales cada uno. En setiembre de ese año se sanciona tam-bién una icy que aprueba el decreto del P . E. del año anterior,por el cual se hacIa cargo la Provincia de las escuelas c -nes de las Municipalidades de la Capital y Monteros.

Otro decreto importante del Gobierno es de enero del 97,disponiendo que las vacantes en el Magisterio debIan ser ile-nadas por concursos pñblicos. Y otro más de diciembre, sobreconferencias pedaglógicas). En ese año 97 e1 prcjsupuesto deinstrucción püblica llega a la suma de 399.320 pesos; pero los•directores de escuelas superiores ganan solo 130 pesos mensua-les, los subdirectores, 110; y sus maestros, 100; los directoresde escuelas elementales, 80; sus maestros, 60; y los directores

EnE VE HISTORIA DE TUC"UMAN

Tucumán educaba "algo más de un 50 por ciento de su pobla­ción escolar, considerada ésta en su cifra del ,curso del 84, y aun del aumento progresivo de la población", hasta ese mo­mento.

Sin embargo, en el mensaje del 91, el Gobernador de en­tonces dice que "la educación común empezó a decrecer a prin­cipios del año 1889", debido al "retardo en el pago de la sub­vención nacional y la sensible decadencia de los recursos pro­vinciales". Expresa también que contribuyó a eso "la escasez de útiles que el Consejo Nacional de15ió mandar" y no mandó, como "la gran epidemia de viruela que asumió proporciones alarmantes en toda la Provincia"; por todo lo cual el P. E. tuvo que 'clausurar varias escuelas en los distintos departa­m entos de la campaña". Luego informa que en el 90 funciona­ron "161 escuela8 de instrucción primaria en toda la Provincia, siendo de varones 22, de mujeres 22 y de ambos sexos 117"; que en ellas "se inscribieron 16.880 niños; y que estuvieron ser ­vidos por 416 maestros, 197 varones y 219 mujeres, siendo di­plomados tan sólo 48". Y por último llama la atención sobre la necesidad de aumentar los sueldos a los maestros, por ser ellos muy bajos. Sobre el año 1891, dice al final que había "13 es­cuelas menos en el tercer distrito", y que la matrícula había disminuí do en un 19 % y la asistencia en un 22 %. En el 96 el Gobierno crea dos escuelas superiores en la Capital: una ele varones y otra de mujeres; transforma en 10 elementales y 4 infantiles, 8 de las graduadas de la Capital y de otros depar­tamentos; y crea 25 puestos de ayudantes con sueldo de 60 pesos mensuales cada uno. En setiembre de ese año se sanciona t am­bién una ley que aprueba el decreto del P. E. del año anterior, por el cual se hacía cargo la Provincia de las escuelas c': _ nes de las Municipalidades de la Capital y Monteros.

Otro decreto importante del Gobierno es de enero del 97, disponiendo que las vacantes en el Magisterio debían ser lle­nadas por concursos públicos. y otro más de diciembre, sobre conferencias pedag~ógica;s). En ese año 97 !el ~'r$upuesto de instrucción pública llega a la suma de 399.320 pesos; pero los directores de escuelas superiores ganan sólo 130 pesos mensua­les, los subdirectores, 110; y sus maestros, 100; los directores de escuelas elementales, 80; sus maestros, 60; Y los directores

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do escuelas infantiles, 75. Cuanto al nñmero de escuelas, al em-pzar dicho aflo son ya 217, de las cuales 198 son fiscales, 17particulares y 2 nacionales, anexas a las normales. Los alum-nos inscriptos son 21.816.

Por ültimo, en 1900 las escuelas Ilegan a 240, siendo deellas 221 fiscales, 17 particulares y 2 nacionales. Los alumnosinscriptos en las escuelas püblicas suman 28.271; y los maes-tros, 424, de los cuales son diplomados 141. Y el presupuestopara instrucción püblica asciende a 441.480 pesos. Buena par-te de esta suma se destina a alquiler de 201 locales particularespara escuelas; pues los edificios fiscales solo alcanzan a 23.Cuanto a los sueldos de los maestros, son más o menos como losdel 97. Pero en junio de ese año, el P. E. dicta un decretodeclarando por lo menos su estabilidad.

Colegio Nacional. - El Colegio Nacional, que funcionabadesOc 1865, tenIa hasta el 72, segün dice Granillo, los siguientes"ramos de enseflanza: latin, espafiol, frances, inglés, alemán,dibujo lineal, müsica, matemática, fIsica, geografIa, historia,1iioofIa; y desde el 72: quImica, derecho natural de gentes,canónico y civil, derecho constitucional, economia politica, di-bujo natural y agronomIa. Sus alumnos internos y externosilegaban a 176 en ese año.

Escnela Normal. - La Escuela Normal nacional de Tucu-man fué fundada en mayo del 75. Hacia el 82 estaba dirigidapor don Pablo Groussac; y por entonces, a los 6 años de exis-tencia, segOn apunta Juan M. Terán, "habia dado ya 36 pro-fesores diplomados, entre los cuales 6 mujeres".

Facuitad de Jurisprudencia. - Es interesante y hasta im-portante la creación de esta Facultad, más que todo como ante-cedente y anuncio de la actual Universidad de Tucumán. Fuécreada el 27 de setiembre del 75 por una ley de la Legislaturatucumana, cuyo articulo 1 Q dice: "Crease una Facultad deJtrisprudeneja y Ciencias PolIticas, que servirá de plantel a laUniversidad Provincial que se fundará después en esta Capi-tal". El 69 expresa "Son atrihuciones del Directoria de la Fa-

lS.,¡ M. L 1 Z O N D O B O R D A

de escuelus infantiles, 75. Cuanto al número de escuelas, al em­p~zar r!icho año son ya 217, de las cuales 198 son fiscales, 17 particulares y 2 nacionales, anexas a las normales. Los alum­nos inscriptos son 21. 816.

Por último, en 1900 las escuelas llegan a 240, siendo de ellas 221 fiscales, 17 particulares y 2 nacionales. Los alumnos inscriptos en las escuelas públicas suman 28.271; Y los maes­tros, 424, de los cuales son diplomados 141 . Y el presupuesto para instrucción pública asciende a 441.480 pesos. Buena par­te de esta suma se destina a alquiler de 201 locales particulares para escuelas; pues los edificios fiscales sólo alcanzan a 23. Cuanto a los sueldos de los maestros, son más o menos como los del 97. Pero en junio de ese año, . el P. E. dicta un decreto declarando por lo menos su estabilidad.

Colegio Nacional. - El Colegio Nacional, que funcionaba (lesa€; 1865, tenía hasta el 72, según dice Granillo, los siguientes "ramos de enseñanza: latín, español, francés, inglés, alemán, dibujo lineal, música, matemática, física, geografía, historia,

tilosofía; y desde el 72: química, dereoho natural de gentes, canónico y civil, derecho constitucional, economía política, di­bujo natural y agronomía. Sus alumnos internos y externos llegaban a 176 en ese año.

Escuela Normal. - La Escuela Normal nacional de Tucu­mán fué fundada en mayo del 75. Hacia el 82 estaba dirigida por don Pablo Groussac; y por entonces, a los 6 años de exis­tencia, según apunta Juan M. Terán, "había dado ya 36 pro­fesores diplomados, entre los cuales 6 mujeres".

FaCtultad de Jurisprudencia. - Es interesante y hasta im­portante la creación de esta Facultad, más que todo como ante­cedente y anuncio de la actual Universidad de Tucumán. Fué creada el 27 de setiembre del 75 por una ley de la Legislatura tucumana, cuyo artículo 19 dice: "Créase una Facultad de Ju­risprudencia y Ciencias Políticas, que servirá de plantel a la Universidad Provincial que se fundará después en esta Capi­tal". El 69 expresa: "Son atribuciones del Directorio de la Fa-

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1II\ E III i'Of \ OF T1 TiN is;

em- cultad: P, conferir grados de Licenciado y Doctor en Juris-

17 prudencia, previas las formalidades y pruebas de suficienciarum- que, segdn los casos, se prescribirán en el Reglamerito... a los

alumnos de la Repdblica, o provinciales y particulares, cuyoplan de estudio fuese aceptado por dichas Universidades (las

de del Pals), al efecto de la colación de grados en jurispruden-

flOS cia ... ; 29, recibir como miembros de la Facultad, previo exa-

aes- men de reválida, a los que presentaren diplomas de grados uni-

esto versitarios expedidos en el extranjero; 39, aceptar, en retribu-

par- ción, al mismo objeto, los diplomas expedidos por las ljniversi-

ares dades de la Repüblica. .

23. En el mismo aflo se forma el Directorio de la Facultad y

los se designa Rector de la misma a! Dr. Benjamin Paz, Presidente

reto del Superior Tribunal de Justicia. Y en abril del 77 el P.E.aprueba el Reglamento de la Facultad, redactado por su Di-

iaba rector, cuo articulo 29 establece como "ramos profesionales arites lo menos los siguientes": derecho civil, derecho mercantil, de-

recho criminal, derecho pdblico internacional, derecho interna-cional privado, derecho canónico, derecho romano, derecho cons-

ria, titucional, procedimiento forense y economla politica. Por otra

ites, parte, en setiembre de dicho aflo, se dirige a los rectores de Uni-

di- versidades una circular firmada por el Dr. Angel M. Gordillo,flOS censor titular de la Casa, y por ausencia del Rector, comuni-

cando la organización y la instalación de la Facultad de Juris-prudencia y Ciericias Sociales de Tucumán. Enuncia las ma-

icU- terias, ya referidas, de su enseflanza; y agrega que envla ejem-

ida plares de las dos primeras tesis presentadas para el grado deX1S Licenciado, anunciando otras que se preparaban "para el de

pro- Doctor por los mismos alumrios".La Facultad, por lo tanto, empezó a funcionar y a dar sus

"frutos", contando en su seno —segdn dice el Fiscal Barrenecheaa fines del 81 —Un ndmero considerable de jóvenes estudiosos

nte- qae acudlan hasta de las provincias vecinas... Pero, desgracia-

Fue damciite, poco después tropezó con tales dificultades que acabd

;ura (F morir. Primero, al decir del Fiscal mencionado, "el Gobierno

JU- Nacional, en atención a la crItica situación por que atravesaba

i la la Repdblica en 1876, retiró el sueldo que pagaba a los profesores

api- de Derecho". Luego, aunque los profesores siguieron enseflando

Fa- ''gratuitafliente", en ci 81 la Facultaci deja de funcionar, debido

BREVE HISTORIA DE TUGU~AN 185

cuItad : 19, conferir grados de Licenciado y Doctor en Juris­prudencia, previas las fonnalidades y pruebas de suficiencia que, según los casos, se prescribirán en el Reglamento... a los alumnos de la República, o provinciales y particulares, cuyo

plan de estudio fuese aceptado por dichas Universidades (las del País), al efecto de la colación de grados en jurispruden­cia ... ; 29, recibir como miembros de la Facultad, previo exa­men de reválida, a los que presentaren diplomas de grados uni­versitarios expedidos en el extranjero; 39, aceptar, en retribu­ción, al mismo objeto, los diplomas expedidos por las Universi­dades de la República ... "

En el mismo año se forma el Directorio de la Facultad y se designa Rector de la misma al Dr. Benjamín Paz, Presidente del Superior Tribunal de Justicia. Y en abril del 77 el P. E. aprueba el Reglamento de la Facultad, redactado por su Di­rt~ctor, cuyo artículo 29 establece como "ramos profesionales a lo menos los siguientes": derecho civil, derecho mercantil, de­rechocriminal, derecho público internacional, derecho interna­cional privado, derecho canónico, derecho romano, derecho cons­titucional, procedimiento forense y economía "política. Por otra parte, en setiembre de dicho , año, se dirige a los rectores de Uni­versidades una circular firmada por el Dr. Angel M. Gordillo, censor titular de la Casa, y por ausencia del Rector, comuni­cando la organización y la instalación de la Facultad de J uris­prudencia y Ciencias Sociales de Tucumán. Enuncia las ma­terias, ya referidas, de su enseñanza; y agrega que envía ejem­vlares de las dos primeras tesis presentadas para el grado de Licenciado, anunciando otras que se preparaban "para el de Doctor por los mismos alumnos".

La Facultad, por lo tanto, empezó a funcionar y a dar sus "frutos", contando en su seno -s'egún dice el Fiscal Barrenechea a fines del 81 -un número considerable de jóvenes estudiosos que acudían hasta de las provincias vecinas . . . Pero, desgracia­damente, poco después tropezó con tales dificultades que acabó !Jor morir. Primero, al decir del Fiscal mencionado, "el Gobierno N'aci0nal, en atención a la crítica situación por que atravesaba la República en 1876, retiró el sueldo que pagaba a los profesores de DerEcho". Luego, aunque los ' profesores siguieron enseñando "gratuitamente", en el 81 la Facultad deja de funcionar, debid-o

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1S6 Al. LIZONJ)O BORDA

'en gran parte", segán cuenta el Fiscal, a que el Gobierno Na-cicnal le retiró "del todo su protección, declarando posterior-mente a la Facultad fuera del regimen interno del Colegio Na-cional, en uno de cuyos departamentos funcionaba". Y asI, enabrii del 82, vistos los antecedentes remitidos por el P. E., laLegislatura sanciona una ley que deroga la del 27 de septiembrec€l 75 'por la que se creaba una Facultad de Derecho y Cien-cias Sociales".

Bibliotecas y libros. - En julio del 58 el gobernador Dr.1). Marcos Paz, "deseando facilitar los medios de propagar lailustración en todas las clases de la sociedad", funda por decretouna Biblioteca Pdblica en el Colegio San Miguel, poniendo altrente de ella al Director de éste, don Amadeo Jacques; y la do-ta con su primer plantel de libros entre los cuales figuran: Oeu-vres completes de J. J. Rousseau, ed. de Paris, 1817; ClassiquesF,Lancais, 17 voidmenes; Ensayos sobre las costumbres, por Vol-taire, traducido al castellano por E. J. J., ed. de Paris, 1827; Lesvies de hommes iflustres, de Plutarque, trad. en francais porM. Dacier, ed. de Paris, 1778; etc.

En el 69, el Gobierno designa una comisión integrada porel Rector del Colegio Nacional, como Presidente, y por variosvcaies, para prornover "una donación de libros" a la Bibliotecae dicho Colegio. En el 70 nombra comisiones para que propen-

dan a - la formación de asociaciones" con el fin de establecer"bibliotecas populares" en todas las localidades importantes dela Provincja. Y, por fin, en el 73 habla el Gobernador en su men-saje de las bibliotecas populares que habIan "empezado a fun-darse en la Provincia bajo el amparo de ]eyes protectoras, tantode la Nación como de la Provincia". Y anuncia que ya se habIanestabiecido tres: una en esta ciudad, otra en Concepción y otraen Graneros.

Pero la verdadera Biblioteca Popular, que se funda mástarde, y que tiene importancia y trascendencja en la historiacultural de Tucumán, fué la Biblioteca de la Sociedad Sarmiento,que subsiste todavIa. Creada en el 82, unos meses después de lafundación de la Sociedad, fué a! principio "exelusivamente delos socios"; mas, a mediados del 84, se resolvió que fuese emi-nentemente popular, esto es pdblica. Para ello se gestiona y ob-

186 M. L 1 Z O N D O B O R D A

"en gran parte", según cuenta el Fi,scal, a que el Gobierno Na­cIOnal le retiró "del todo su protección, declarando posterior­mente a la Facultad fuera del régimen interno del Colegio Na­donal, en uno de cuyos departamentos funcionaba". Y así, en abrii del 82, vistos los antecedentes remitidos por el P. E., la Legislatura sanciona una ley que deroga la del 27 de septiembre

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ot.l 75 "por la que se creaba una Facultad de Derecho y Cien-cias' Sociales".

Bibliotecas y libros. - En julio del 58 el gobernador Dr. 1) . Marcos Paz, "deseando facilitar los medios ·de propagar la ilustración en todas las clases de la sociedad", funda por decreto Ulla Biblioteca Pública en el Colegio San Miguel, poniendo al frente de ella al Director de éste, don Amadeo J acques ; y la do­ta con su primer plantel de libros entre los cuales figuran: Oeu­vres complétes de J. J. Rouss'eau, ed. de París, 1817; Classiques Fl ancais, 17 volúmenes; Ensayos sobre las costumbres, por V~l­taire, traducido al castellano por E. J. J., ed. de París, 1827; Les vles de~ hommes illustres, de Plutarque, trad. en francais por 1\<1. Dacier, ed. de París, 171.8; etc.

En el 69, el Gobierno designa una comisión integrada por ~) Rector del Colegio N acional, como Presidente, y por varios v0caies, para promover "una donación de libros" a la Biblioteca cíe dicho Colegio. En el 70 nombra comisiones para que propen­dan a " la formación de asociaciones" con el fin de establecer "bibiiotecas populares" en todas las localidades importantes de la Provincia. Y, por fin, en el 73 habla el -Gobernador en su men­sf.je de las bibliotecas populares que habían "empezado a fun­darse en la Provincia bajo el amparo de leyes' protectoras, tanto de la Nación como de la Provincia". Y anuncia que ya se habían establecido tres: una en esta ciudad, otra I en Concepción y otra en Graneros.

Pero la verdadp.ra Biblioteca Popular, que se funda más tarde, y que tiene importancia y trascendencia en la hi storia cultural de Tucumán, fué la Biblioteca de la Sociedad Sarmiento, que subsiste todavía. Creada en el 82, unos meses después de la

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fundación de la Sociedad, fué al principio "exclusivamente de los socios"'; mas, a mediados del 84, se resolvió que fuese emi­nentemente popular, esto es pública. Para ello se gestiona y ob-

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tiene, en el mismo año, la donación o entrega de la Biblioteca delà Municipalidad, que ya existIa con una dotación de 335 volC-nienes. Y asI, como Biblioteca pübiica, en el 85 tiene ya '734cbras en 1,253 volümenes encuadernados".

En el 90, ci Presidente de la Sociedad, D. Nicolás Ayala, in-forma en su memoria: "El námero de volimenes con que cuentahoy nuestra Biblioteca, la ünica popular que existe en toda lapruvincia, es de 1.836, cornprendjéndose en este nUmero lasobras literarias, filosóficas, de historia, etc., que posee. . .1 agrega: "Han circulado durante el aflo de mi administración1.576 volürnenes, pudiéndose decir que casi todas las obras de lab:blioteca han tenido movimiento y han sido leIdas por los aman-tcs a eilriquecer su espIritu y su inteligencia".

Citra memoria, del 93, del presidente saliente D. José R.I ierro dice: "El nrnero de obras que circula mensualmenteluera de la Biblioteca varla airededor de 90, lo que no es pocoSi se tiene en cuenta lo escaso de nuestro capital en libros" y cipoco nümero de aficionados a las lecturas serias. Y ya en el 900e; Director de la Biblioteca, Don Ramón V. Lopez, informa: 'Elano que acaba de terminar se caracteriza por uii notable aumentoen la Biblioteca. Sobre 6.657 volámenes que tenIa el 1 (de ene-i) de 1809, tiene ahora 8.851. . .". Y el Presidente de la Socie-dad, Don Emilio Carmona, en su nlemoria de ese mismo aflo€.xpresa: 'Ha habido también especial cuidado en la selecciOn delas obras adquiridas, poseyendo hoy nuestra Biblioteca las mãsnotables en ciencias y literatura contemporánea. Siguiendo unplan metódico, hemos adquirido tarnbién las rnás importantess olecciones de clásicos espafloles y franceses, como las edicionesde Rivadeneira (71 voIiimenes) y la de Hachette (113 volcime-ns) que son las más completas publicadas hasta ahora... Elsalon de lectura, cada vez más concurrido, recibe actualmente67 publicaciones, diarios y periódicos. .. El námero de concu-rrentes durante ci año pasado ha sido de 9.721. Los libros IeIdosa dcrniciiio han sido 5.858".

i)flprentas y periódicos. - Hacia el 54, la Provincia tenIa,descie 30 aflos atrás, una vieja imprenta que estaba ya pocoiflencs que inservible. Por lo cual el Gobierno con la ayuda na-cional adquiere en ese afio una nueva, "importada de ValparaI-

BREVE HISTORIA DE TUGUMAN 187

ti.pne, en ei mismo año, la donación o entrega de la Bibliote ~ a de ia Municipalidad, que ya existía con una dotación de 335 volú-I menes. y así, como Biblioteca pública, en el 85 tiene ya "734 obra& en 1,253 volúmenes encuadernados'''.

I~n el 90, el Presidente de la Sociedad, D. Nicolás Ayala, in­f0rma en su memoria: "El número de volúmenes con que cuenta hoy nuestra Biblioteca, la única popular que existe en toda la provincia, es de 1.836, comprendiéndose en este número las obras literarias, filosóficas, de historia, etc., que posee ... ". y agrega: '!Han circulado durante el año de mi administración 1.576 volúmenes, pudiéndose decir que casi todas las obras de la biblioteca han tenido movimiento y han sido leídas por los aman­tes a ei1riquecer su espíritu y su inteligencia".

ütra memoria, del 93, del presidente saliente D. José R . .f. ¡erro dice: "El número de obras que circula mensualmente fuera de la Biblioteca varía alrededor de 90, lo que no es poco si 3E:; ticne en cuenta lo escaso de nuestro capital en libros" y el poco número de afkionados a las lecturas serias. Y ya en el 900 el Director de la Biblioteca, Don Ramón V. López, informa: "El año que acaba de terminar se caracteriza por un notable aumento en la Biblioteca. Sobre 6.657 volúmenes que tenía el 1 Q (de ene-1 J) de 1839, tiene ahora 8.851. .. ". y el Presidente de la Socie­¿arl, Don Emilio Carmona, en su memoria de ese mismo año E.xprcsa: "Ha habido también especial cuidado en la selección de las obras adquiridas, poseyendo hoy nuestra Biblioteca las más notables en ciencias y literatura contemporánea. Siguiendo un :¡..lan metódico, hemos adquirido también las más importantes' 51-'Jecciones de clásicos españoles y franceses, como las ediciones de Rivadeneira (71 volúmenes) y la de Hachette (113 volúme­]1t'lS) que son las más completas publicadas hasta ahora. .. El salón de lectura, cada vez más' concurrido, recibe actualmente jI, publicaciones, diarios y periódicos... El número de concu­rrentes durante el año pasado ha sido de 9.721. Los libros leídos a domicilio han sido 5.858".

Imprentas y periódicos. - Hacia el 54, la Provincia tenía, desde 30 años atrás, una vieja imprenta que estaba ya poco menos que inservible. Por lo cual el Gobierno con la ayuda na­CÍoná.l adquiere en ese año una nueva, "importada de Valparaí-

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o'; y con autorización de la Legisiatura vende la vieja al go-birno de Santiago.

En el 55 ya existIa un periódico, sobre el cual dice el Go-iiernador José Maria del Campo en su mensaje de fin de año:"El Argentino Independiente, periódioo fundado por empresaparticular, ha recibido no obstante protección del Gobierno, su•rninistrándole la imprenta, ci papel que habIa ailI depositado yconcurriendo con ci sueldo que paga la Provincia al impresor...En cambio ailI se registran los documentos oficiales, aunque no,egün las necesidades del despacho... El periódico no es oficialiii órgano de las ideas del Gobierno: ha sido especiaimente fun-dado para estimular a los hombres que se sientan con deseo depropagar buenas doctrinas e ideas dtiles, y al mismo tiempo paraque los ciudadanos pudieran defenderse por la prensa cuando secreyesen atacados en sus derechos".

En el 57, segdn Zinny, habIa en Tucumán otro periódico:€' Eco del Norte. Y en ci presupuesto del 59 figura una partidade 1.284 pesos como subvención del periódico que se publicabaen la ciudad, para gastos de imprenta y demás; el cual, si aimexistla, debió ser El Argentino Independiente.

Un artIcuio de 1916, sobre "La Prensa en Tucumán", dicelo siguiente: "A partir del aflo 1860 se inicia un laborioso pe-rIcdo periodIstico. Se muitiplican las publicaciones y aparecen,si'nultánea o sucesivamente, periódicos cuyas piataformas con-cretan Ia mimitipie caracterIstica polItica, literaria y social. Deesta Indole son el Aconquija, el Chismoso, La Juventud, ci Tucu-nián Literario y la Mariposa, escrita esta imitima publicación porniflas de la más distinguida sociedad".

Después en el 66, por la existencia de esos y de otros perió-aicos, y sin duda por abusos de algunos, la Legislatura, despuésde un animado debate sanciona una ley de imprenta, que en loprincipal dice: Art. 1°: "Los abusos de la libertad de la prensaserán juzgados por ci Juez de 1a instancia en lo criminal". Art.2 9 : 'El Juez... resolverá previamente si hay o no injuria en lapublicación acusada, que ha dado origen a la demanda". Art. 69:"El editor o administrador de la imprenta será responsable delcontenido dc la pubiicación injuriosa" (siempre que no presenteal autor). Art. 13: "Las publicaciones anónimas en hojas sneltas

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l:>O"; y con autorización de la Legis1atul'a vende la vieja al go­bierúo de Santiago.

En el 55 ya existía un periódico, sobre el cual dice el Go-I

Lernador José María del Campo en su mensaje de fin de año: "El Argentino Indep,endien'te, ,periódico fundado por empiresa vartkular, ha recibido no obstante protección del Gobierno, su· rnilllsir~ndole la imprenta, el papel que había allí depositado y cOTI<!urriendo con el sueldo que paga la Provincia al impresor ... En cambio allí se registran los documentos oficiales, aunque no "egún las necesidades del despacho. .. El periódico no es oficial ni órgano de las ideas del Gobierno: ha sido especialmente fun­dado para estimular a los hombres que se sientan con deseo de propagar buenas doctrinas e ideas útiles, y al mismo tiempo para yue los ciudadanos pudieran defenderse por la prens'a cuando se

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creyesen atacados en sus derechos".

En el 57, según Zinny, había en Tucumán otro periódico: él Eco del Norte. Y en el presupuesto del 59 figura una partida ue 1.284 pesos como subvención del periódico que se publicaba en la ciudad, para gastos de imprenta y demás; el cual, si aún E:xlstía, debió ser El Argentino Independiente.

Un artículo de 1916, sobre "La Prensa en Tucumán", dice lo siguiente: "A partir del año 1860 se inicia un laborioso pe-

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ríod.u periodístico. Se multiplican las publicaciones y aparecen, simultánea o sucesivamente, periódicos cuyas plataformas con­cretan la múltiple característica política, literaria y social. De esta índole son el Aconquija, el Chismoso, La Juventud, el Tucu-

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mán Literario y la Mariposa, escrita esta última publicación por niñas de la más distinguida sociedad".

Después en el 66, por la existencia de esos y de otros perió­dICOS, y sin duda por abusos de algunos, la Legislatura, después

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de un animado debate sanciona una ley de imprenta, que en lo principal dice: Art. 19 : "Los abusos de la libertad de la prensa serán juzgados por el Juez de 1 ¡;t. instancia en lo criminal". Art. 29 : HEl Juez ... resolverá previamente si hayo no injuria en la publicación acusada, que ha dado origen a la demanda". Art. 69 :

"El editor o administrador de la imprenta será responsable del contenido de la publicación injuriosa" (siempre que no presente al alftor). Art. 13: "Las publicaciones anónimas en hojas sueltas

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BREVE HISTORIA DE TUTIMAN 189

en qoe se injuria a un tercero serán consideradas como libelosinfamatorios. .

En el 71 la Legislatura, a pedido del P. E. lo autoriza parainvertir la cantidad de 1.500 pesos en la compra de la imprentade 'La Victoria". El Gobierno fundaba su pedido en que la im-prdna del Estado, se hallaba deteriorada y sin tipos. Luego enen ci aflo siguiente el P. E. dispone que la publicación 1e los do-cumentos oficiales se hiciese en ci periódico El Telégrafo delNorte. Y a principios del 73 dice el Gobernador en su mensajea la LgAs1atura: "La libertad de la prensa, que es un hecho prk-tico por rrimera vez entre nosotros, como lo prueba la existenciade los dos periódicos que hace algunos meses se publican en estaciudad, reclama urgente la reforma dela ley que rige para losjuicios de imprenta.. .". Y uno de esos dos periódicos a que sealude s, sin duda, La Razón, acaso el más important3 uesdeentonces.

Hacia el 82, segiin refiere el Dr. Javier F. FrIas aparecianen la ciudad 4 periódicos: La Razón, ya citado; Los Debates,Iuiidado el año anterior por Dn. Emilio Carmona; El Rupu-blicano; y El Católico; de los cuales los dos primeros sallan icesvecs por semana, dos veces el tercero, y una vez el cuarto Enel 83 aparece El Orden, fundado por el Dr. Eduardo Colombres:dnico periódico de esa época que ha subsistido hasta hace muypoco tiempo. Después, en el 91, sale La Opinion y más tarde ElNorte: ambos fundados también por Carmona; y no sabemos siposteriormente La Provincia, que ya figura en el 96. Pero obser-varemos que los citados son solamente los más importantes; pueshubo otros menores.

Finalmente sobre imprentas y tipografIas, diremos quefiiera de la Imprenta del Estado, cuyas inipresiones oficiales he-mos visto hasta el 82, hubo otras importantes que figuran enpublicaciones también of iciales. Ellas son: en ci 70 la Imprentacc 'La Victoria"; desde el 72 la Imprenta de La Razón, es decirdcl periddico de este nombre; desde el 83 el Establecimiento ti-pogiafico de El Orden, el otro periódico importante; en el 90 laImpienta de Gil Bias, sin duda otro periódico; desde el 94 la Im-prerita "La Velocidad"; en el 96 la Imprenta y Encuadernaciónitaliana (de Del Frate e Mariani) ; en el mismo año los Talieres

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en qUE: se injuria a un tercero serán consideradaS' como libelos infamatorios ... " .

En el 71 la Legislatura, a pedido del P. E. lo autoriza para invertir la cantidad de 1.500 pesos en la compra de la imprenta de "La. Victoria". El Gobierno fundaba su pedido en que la im­pren~a del Estado, se hallaba deteriorada y sin tipos. Luego en en el año siguiente el P . E. dispone que la publkación de los do­cumentos oficiales se hiciese en el periódico El Telégrafo del Norte. Y a principios del 73 dice el Gobernador en su mensa.le a la L,~g; slatura : "La libertad de la prensa, que es un hecho pr ác-

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tico por pr Imera vez entre nosotros, como lo prueba la exi:, tencia de los dos periódicos que hace algunos meses se publican en esta ciudad, reclama urgente la refor.ma de la ley que. rige par !l.. los juiciQS de imprenta ... ". y uno de esos dos periódico& a que 3e alude f ~, SIn duda, La Razón, acaso el más important.:; desde entonces.

Hacia el 82, según refiere el Dr. Javier F. Frías aparecían en la ciudad 4 periódicos : La Razón, ya citado; Los Dehat·:s, fundado el año anterior por Dn. Emilio Carmona; El Rc;pq­blicdno; y El Católico; de los cuales los dos primeros salían t res vec.:.s por semana, dos veces el tercero, y una vez el cuarto . En el 83 aparece El Orden, fundado por el Dr. Eduardo Colombi'e~' :

único periódico de esa época que ·ha subsistido hasta hace ma~'

poco tiempo. Después, en el 91, sale La Opinión y más tarde El Norte: ambos fundados' también por Carmona; y no sabemos si p'Jsteriorment e La Provincia, que ya figura en el 96. Pero obser­varemos que los citados son solamente los más importantes ; pues hubo otros menores .

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Finalmente sobre imprentas y tipografías, diremos que fuera de la Imprenta del Estado, cuyas impresiones' oficiales he­mos visto hasta el 82, hubo otras importantes que figuran en pu blicaciones también oficiales. Ellas son: en el 70 la Imprenta de "La Victoria"; desde el 72 la Imprenta de La Razón, es decir del periódico de este nombre; desde el 83 el E stablecimiento ti­pográfico de El Orden, el otro periódico importante; en el 90 la Implenta de Gil BIas, sin duda otro periódico; desde el 94 la Im­prenta "La Velocidad"; en el 96 la Imprenta y Encuadernación italid.na (de Del Frate e Mariani) ; en el mismo año los' Talleres

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M. LIZONDO BOIIDA

de La Provincia, el periódico ya citado; y en 1900, la Tipografla"La Argentina".

Publicaciones vanes. - En septiembre del 63 el P. E. dictaun decreto que dispone la publicación trimestral de "un libro que

ntenga !as leyes, decretos, acuerdos y resoluciones generalescie los Poderes Ptblicos de la Provincia", cuyo tItulo serIa: Re-gistro Oficial de Tucurnán; y que debIa repartirse 'a todas lasautoridades". En el 70, por otra parte, el Gobierno ordena la pu-blicación del Registro Oficial desde 1852 hasta 1862, y tambiénél de los aflos 67, 68 y 69, en dos volürnenes. Y por tiltirno, en el72 se dispone por decreto que "todo documento inserto en elBletIn Oficial" debIa tenerse "por oficialmente comunicado".

En el 72, durante el Gobierno de Federico Helguera y bajosus auspicios, se publica por la Imprenta de La Razón la obrade Arsenio Granillo titulada Provincia de Tucumán: "serie deartIculos descriptivos y noticiosos", como reza el subtItulo. Estetrabajo, aunque no se publicó a tiempo, fué realizado, segün diceGranillo, para ser presentado en la Exposición de Córdoba, alfin de hacer conocer a Tucumán en todas sus manifestacionescuando se exhibieran 'sus valiosas producciones". En este sen-tido es una obra importante, y Ia primera de su género, apare-cida en Tucumán.

La segunda obra por el mismo estilo de la de Grariillo, aun-que más completa y realizada por varios, es Ia Memora histórica37 descrptiva de Tucumán, que se prepara y publica pr ordendel gobierno tucumano en el 82, y cuya in-lpresión Ia hace M.Bdrna de Buenos Aires. La primera parte de esta obra, relativaa la historia de Tucurnán, fué escrita por P. Groussac; y la se-gunQa parte, que consta de varios capItulos, por Groussac, Al-freth Bousquet, Inocencio Liberani, Juan M. Terán y Javier F.FrIas. Es una obra valiosa, que honra al Tucurnán de ese tiempoy que no fue superada en esa época.

En el 95, considerando que la familia del Dr. Andrés Lama.poedora de las Memorias inéditas del general don GregorioAráoz de la Madrid, estaba dispuesta a facilitarlas para SU pu-blicación por cuenta de la Provincia, el gobernador Dr. BenjaminAráoz dicta un decreto que autoriza "al Señor Director del MuseoHitórico Nacional, Don Adolfo P. Carranza, para que proceda

M. L 1 Z O N D O B O R D A

de La Provincia, el periódico ya citado; y en 1900, la Tipografía "La Argentina".

Publtcaciones va?·ias. - En septiembre del 63 el P. E. dicta un decreto que dispone la publicación trimestral de "un libro que 'cnt€;nga las leyes, decretos, acuerdos y resoluciones generales

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rie 105 Poderes Públicos de la Provincia", cuyo título sería : Re-gIstro Oficial de Tucumán; y que debía repartirse "a todas las autoridadeg". En el 70, por otra parte, el Gobierno ordena la pu­blicación del Registro Oficial desde 1852 hasta 1862, y también (:1 de los años 67, 68 y 69, en dos volúmenes. Y por último, en el '¡2 se dispone por decreto que "todo documento inserto en el Boletín Oficial" debía tenerse "por oficialmente comunicado".

En el 72, durante el Gobierno de Federico Helguera y bajo sus auspicios, se publica por la Imprenta de La Razón la obra dE: Arsenio Granillo titulada Provincia de Tucumán: "serie de artíc;.¡los descriptivos y ;10ticiosos", como reza el subtítulo. Este trabajo, aunque no se publicó a tiempo, fué rea lizado, según dice Granillo, para ser presentado en la Exposición de Córdoba, al 1in ae hacer conocer a Tucumán en todas sus manifestaciones cuando se exhibieran "sus valiosas producciones". En este sen­tido es' una obra importante, y la primera de su género, apare­cida en Tucumán.

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La segunda obra por el mismo estilo de la de Granillo, aun-qUe l11ás completa y realizada por varios, es la Memoria histórica y descriptiva de Tucumán, que se prepara y publica por orden del gobierno tucumano en el 82, y cuya impresión la hace M. BiE.drna de Buenos Aires. La primera parte de esta obra, relativa a la historia de Tucumán, fué escrita por P. Groussac; y la se­guno.a parte, que consta de varios capítulos, por Groussac, AI­fr~d(¡ Bousquet, Inocencio Liberani, Juan M. Terán y Javier F. Frías. Es una obra valiosa, que honra al Tucumán de ese tiE:mpo y que no fue superada en esa época.

En el 95, considerando que la familia del Dr. Andrés Lama3 . pO ':: t edora de las Memorias inéditas del general don Grtgorio A.cáoz de la Madrid, estaba dispuesta a facilitarlas para su pu­blicación por cuenta de la Provincia, el gobernador Dr. Benjamín Aráoz dicta un decreto que autoriza "al Señor Director del Museo Hi.::;tórico Nacional, Don Adolfo P. Carranza, para que proceda

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BREVE BISTORIA DE TUUUMAN

a la impresión, por cuenta de este Gobierno, de mil ejemplares"de las Memorias mencionadas. Y asi, en dicho año se hace lairnpresión por el Establecimiento de Guillermo Kraft, de Bue-nos Aires. Esta publicación consta, como se sabe, de dos tomos;y es de una importancia extraordinaria no solamente corno relatohistórico sino hasta como obra literaria de un tucumano prócer.

Por fin debemos citar un decreto, de febrero de 1900, pore l cual el Gobierno, luego de interesantes consideraridos, encarga al Dr. Ernesto Padilla la preparación de la "edición de lasActas del Cabildo de Tucumán, desde la fundación de Ia ciudadhasta l' extinci5n del mismo". Pero esa edición no pudo hacerseentonces, ni se hizo después... hasta este siglo (1940) en quela incimcs nosotros.

SoCiekLd de Ben eficencia. - En el 58 el P. E. expide Undecreto creando 'una sociedad compuesta de las matronas másdisthiguidas por su moral, virtud, capacidad y bienestar hajo ladencminación de Sociedad de Beneficencia, "a cuya inción ydireción i.ntrega la educación de las niñas, hospital y todo otroestablecimiento püblico dirigido al bien de todos los individuosde su sexo y demás que puedan establecerse por la caridaci p'blica". Esta sociedad empieza a funcioriar desde entonces; democlo tje, segün dice Granillo, en ci 72 era "ya una iittuióninco'inovible en el pals". En ese mismo aflo el P. E. uprueba ciinteresante Reglamento de Ia Sociedad que ésta sornetera a Su

coii.ideraciOn. Dicha institución instala en ci 77 Un Asilo dc

Mendigos on "todas las comodidades necesarias"; y el P. E. alurohibir por un decreto de ese aflo la mendicidad callejera (us-;.crie qte los pobres comprobados se recojan en ese Asilo. I'crdtirno, en el 88, el Gobierno cede a la Sociedad de Beneficencia

el edificio que habIa sido el Lazareto para instalación de la Casade Corrección y Asilo de Mendigos, dependierites de la Sociedau,los que se inauguraron al aflo siguiente.

Sociedad Sarniiento. - Entre ]as sociedades particulares decaractEr cininentemente cultural, la ünica de importancia es laSociedaci Sarmiento, que adn subsiste. Fundada en el 82, a mi-ciativa de un grupo de alumnos y ex alumnos de la Escuela Nor-mal, se afianza enseguida y empieza a tomar incremento contan-do con el apoyo y entusiasmo de todos los jóvenes que en la ciu-

BREVE HISTORIA DE TUCU:llA~ In

a la impresión, por cuenta de este Gobierno, de mil ejemplares" de las Memorias mencionadas. Y así, en dicho año se hace la iffil-resión por el Establecimiento de Guillermo Kraft, de Bue­nos Aires. Esta publicación consta, como se sabe, de dos tomos; y es de una importancia extraordinaria no solamente como relato histórico sino hasta como obra literaria de un tucumano prócer.

Por fin debemos citar un decreto, de febrero de 1900, por el cual el Gobierno, luego de interes'antes considerandos, en­carga al Dr. Ernesto Padilla la preparación de la "edición de las Actas del Cabildo de Tucumán, desde la fundación de la ciudad hasta l~ extinción del mismo". Pero esa edición no pudo hacerse entonces, ni se hizo después ... hasta este siglo (1940) en que !a ü¡,iciam'Js nosotros.

Soci¡j\:¡ad de Beneficencia. - En el 58 el P. E. expide un deueto creando "una sociedad compuesta de las matrona>; más disiil1guidas por su moral, virtud, capacidad y bienestar hc:l.j o la

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denominación de Sociedad de Beneficencia, "a cuya imp.'cción y dire,,:-clón f.ntl'ega la educación de las niñas, hospital y i¡)(IO otro establGcimiE:mto público dirigido al bien de todos los inclividuos de su sexo y demás que puedan establecerse por la caridarl p(¡ .. blica". Esta sociedad empieza a funcionar desde entunc\~s; de modo 4;Je, según dice Granillo, en el 72 era "ya una iu,.;t:tu(;Íón inC0"11110viole en el país". En ese mismo año el P. E. :.tprueba el interesante Reglamento de la Sociedad que ésta somet:t'!l'a a m conúderaCÍón. Dicha institución instala en el 77 un Asil\) de Mendigos :.:on ~'todas las comodidades necesarias"; y el P. E. al urohibir por un decreto de ese año la mendicidad callejera c1is­¡.ene que los pobres comprobados se recojan en ese Asilo. Por ¿tlbmo, en el 88, el Gobierno cede a la Sociedad de BeneficeIlcia el edificio que había sido el Lazareto para instalación de la Ca.5a de Corrección y Asilo de Mendigos, dependientes de la Soeiedaa, ios que se inauguraron al año siguiente.

Soc,iedad Sat·rniento. - Entre las sociedades particulares de carádtl" eminentemente cultural, la única de importancia es la So("iedad Sarmiento, que aún subsiste. Fundada en el 82, a ini­ciativa de un grupo de alumnos yex alumnos de la Escuela Nor-

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mal, s'e afianza enseguida y empieza a tomar incremento contan-do con el apoyo y entusiasmo de todos los jóvenes que en la ciu-

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uad tenIan sus aficiones literarias y sus espirituales inquietudes.Entie los fundadores y componentes de su primera ComisiónDiretiva, que siguen con ella hasta el iiltimo, no podernos dejarde citar a José R. Fierro, Manuel Perez, Nicolás Ayala y RomanF. Torres. Es una Sociedad literaria, la primera de esta especieque tuvo Tucumán. En sus sesiones los socios leIan trabajos, al -gunos de caracter cientIfico, y se los discutIa. Tuvo también susorganos de publicidad: primero El Porvenir, desde el 82 al 84;y después el Tucumán literario que, con intermitencias, durahasta fines del siglo, y que es —como dijéramos en otro lugar-'d 'cumento precioso de la vida cultural y hasta social de enton-ces". Diremos finalmente que en esta sociedad benemérita está,si no toda, casi toda la historia de la literatura tucumana desdeel 82 hasta 1900 (y hasta más adelante) ; y, aün más, que conella empieza realmente esta literatura.1)

Otras sociedades. - Cuanto a las demás sociedades particu-larcs que no son comerciales sino de finalidades preferenLementepoliticas, sociales o deportivas, fundadas en esta época, diremosque unas son argentinas, otras extranj eras. Entre las primerascitaremos las siguientes, (por las fechas en que aparecen reco-iiocidas como personas jurIdicas por el Gobierno de la Provincia)la "Sociedad Argentina de Socorros Mutuos", la mãs antigua delas que aün subsisten; el "Club Social", reconocida en el 87; la"Asociación Hijas de Maria", en el 88; la "Sociedad Protectoraue Socorros Mutuos de Pariaderos", en el 89; la "Asociación Clubdel Progreso", en el 89; el "Club Social de Monteros", en el 91;el "Club de Gimnasia, Esgrima y Tiro" en el 92; la "Union Ti-pigráfica de Socorros Mutuos", en el 94; la "Socieclad de Bene-ticencia de Aguilares", en el 95; el "Club Social de Concepción",en el 95; el 'Centro Social de Medinas", en el 95; el "CentroC')smopolita de Concepción", en el 95; la "La Sociedad Protec-tora de Animales" en el 97; el "Sport Club de Tucumán", en el98; y el Instituto de las Hnas. Dominicas del S. S. Nombre deiesüs", en el 99.

1) Véase ''La Sociedad Sarmiento en so Oineuenteni 110 ", tiabajo preparadoP' nosotros para esta institueión, en 1932; donde eon detalles y noticiasrnuy interesantes, se comprueba cuanto aqul decimos

M. L 1 Z O N D O B O R D A

uad tenían sus aficiones literarias y sus espirituales inquietudes. Bntle los fundadores y componentes de su primera Comisión Díre.:·tiva, que siguen con ella hasta el último, no podemos dej ar de citar a Jo"é R. Fierro, Manuel Pérez, Nicolás Ayala y Román 1<'. Torres. E s una Sociedad literaria, la primera de esta especie

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que tuvo l'uc,umán. En sus sesiones los socios leían trabajos, al-g!lnos de carácter científico, y se los discutía. Tuvo también sus órganos de publicidad: primero El Porvenir, desde el 82 al 84; Y después el Tucumán literario que, con intermitencias, dura hasta fines del siglo, y que es -como dijéramos en otro lugar­'dllcLLmento precioso de l~ vida cultural y hasta social de enton­ces". Diremos finalmente que en esta sociedad benemérita está, si no toda, casi toda la historia de la literatura tucumana desde el 82 hasta 1900 (y hasta más adelante) ; y, aún más, que con eJla empieza realmente esta literatura.l)

Otras sociedades. - Cuanto a las demás sociedades particu­iares que no son comerciales sino de finalidades preferen temente políticas, sociales o deportivas, fundadas en esta época, diremos que unas son argentinas, otras extranjeras. Entre las primeras

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citaremos las siguientes, (por las fechas en que aparecen reco-nocidas como personas jurídlcas' por el Gobierno de la Provincia) : la "Sociedad Argentina de Socorros Mutuos", la más antigua de las que aún subsisten; el "Club Social", reconocida en el 87; la "Asociación Hijas de María", en el 88; la "Sociedad Protectora ~e Socorros Mutuos de Panaderos", en el 89; la "Asociación Club tle1 Progreso", en el 89; el "Club Social de Monteros", en el 91; el "Club de Gimnasia, Esgrima y Tiro" en el 92; la "Unión Ti­lJigráfica de Socorros M~tuos", en el 94; la "Sociedad de Bene­ficencia de Aguilares''', en el 95; el "Club Social de Concepción", e;:J, el 95; el "Centro Social de Medinas", en el 95; el "Centro C')smopolita de Com:epción", en el 95; la "La Sociedad Protec­türa de Animales" en el 97; el "Sport Club de Tucumán", en el 98; Y el Instituto de las Hnas. Dominicas del S. S . Nombre de Jesús", en el 99.

1) Véase" La Sociedad Sarmiento en su Cincuentena rio", trabajo preparado por nosotros paf\a esta institución, en 1932; donde con detalles y noticias muy interesantes, se comprueba cuanto aquí decimos.

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BREVE HISTORIA DE TUC'TjMAN 193

Entre las sociedades extranj eras, citaremos también, porlas fechas en que son reconocidas como personas juridicas, o apro-bados sus estatutos: la "Sociedad Helvetica de Socorros Mutuos",en el 86; la "Sociedad de Socorros Mutuos y Beneficencia Españoia', en el 86; la 'Sociedad Italiana Union e Mutuo Socorro",en el 87; la "Societe Francaise de Socorros Mutuos", en el 93; yla Sciedad de Socorros Mutuos "Estrella de Tucumán" (masO-nica) en el 99. La Sociedad Helvetica fué autorizada en el 94para establecer en el Manantial el tiro al blanco: esto es ci cono-cido Tiro Suizo de la estación Ovanta.

Iglesias y Culto. - La Provincia tenIa, desde Cpocas pasa-das, no solo en la ciudad sino en los centros principales de lacarnpaña, sus iglesias y capilias, machas de las cuales ya hemosc:tacio en el panorama general. Damos ahora sobre ellas y el cuito

otros datos concretos.En el 64 la Legisiatura autoriza al P. E. para transar con

ci representante del Convento de Predicadores ci pleito iniciadosbre reivindicación de la Estancia de Lules, sobre las siguientesbases: que la Provincia "renuncie las acciones y derechos quecrea tener" sobre esta estancia; que ci Convento (de Santo Do-mingo) 'se obliga a vender dicha estancia por parciaiidades deterreno, reservándose solamente la cuarta parte donde está laiglesia y que ci producto de la yenta se invertirá precisamenteen edificar la nueva iglesia en esta ciudad. . .". Y en ci mismoaim el Gobierno designa una Comisión para recoiectar y admi-mstfar los fondos destinados a la construcciOn de la iglesia deNuestra Señora de las Mercedes.

En su mensaje del 67 comunica ci Gobernador: "El culto(ledicado a la Majestad Divina es servido en toda la Provinciacon la posible dignidad. Los curatos de la Capital y campañason atendidos por eclesiásticos de irreprensible conducta yacreedores a la confianza del Gobierno por su patriotismo yvirtudes. Cuando se presenta la ocasión de hacer alguna pro-visión, la efectüa ci Ilmo. Diocesano 1) con ci acuerdo de esteGobierno.. . En ci corriente año, ci Gobierno ha socorrido alos Conventos y muy especialmente a San Francisco que se

I 1) El Obispo de Salta, a cuya jurisdicción e1esstiea pertenecIa Tucunthn.Aqut en la ciudu1 eonio autoxidad superior estabi el Vicrio loi rn€o

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 193

~ntre las. sociedades extranj eras, citaremos también, por

las fechas en que son reconocidas como personas jurídicas, o apro­

bados sus estatutos: la "Sociedad Helvética de Socorros Mutuos",

en el 86; la "Sociedad de Socorros Mutuos y Benef icencia Es~

pañola', en el 86; la "Sociedad Italiana Unión e Mutuo Socorro",

tn el 87; la "Societé Francaise de Socorros Mutuos", I en el 93; Y

la Sociedad de Socorros Mutuos "Estrella de Tucumán" (masó­

nica) en el 99. La Sociedad Helvética fué autorizada en el 94

para establecer en el Manantial el tiro al blanco: esto es el cono­

cido Tiro Suizo de la estación Ovanta.

19lesias y Culto. - La Provincia tenía, desde épocas pasa­

das, no sólo en la ciudad sino en los centros principales de la

campaña, su~ iglesias· y capillas, muchas de las cuales ya hemos

c:iaoQ en el panorama general. Damos ahora sobre ellas y el cqlto

otros datos concretos. En el 64 la Legislatura autoriza al P. E. para transar con

el representante del Convento de Predicadores el pleito iniciado

~;( bre reivindicación de la Estancia de Lules, sobre las siguientes

bases·: que la Provincia "renuncie las acciones y derechos que

crea tener" sobre esta estancia; que el Convento (de Santo Do­

mingo) "se obliga a vender dicha estancia por parcialidades de

itrreno, reservándose solamente la cuarta parte donde está la

igle¡:;ia y que el producto de la venta se invertirá precisamente

E;.!1 edificar la nueva iglesia en esta ciudad ... ". y en el mismo I

s.ño el Gobierno designa una Comisión para recolectar y admi-

nist.car los fondos destinados a la construcción de la iglesia de

Nuestra Señúra de las Mercedes.

En su mensaje del 67 comunica el Gobernador: "El culto

dedicado a la Majestad Divina es servido en toda la Provincia

con la posible dignidad. Los curatos de la Capital y campaña

son atendidos por eclesiásticos de irreprensible -conducta y

<tcreedores a la confianza del Gobierno por su patriotismo y

virtudes. Cuando se presenta la ocasión de hacer alguna pro­

visión, la efectúa el Ilmo. Diocesano 1) con el acuerdo dt' este

Gobierno. .. En el corriente año, el Gobierno ha socorrido a

los Conventos y muy especialmente a San Francisco que SH

1) E l Obispo de alta, a cuya jurisdicción eclesi.ústica pertenecía 'l.'llcumán.

Aquí, en la ciudad, como autoridad superior estaba el Vicario Foráneo.

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14 Al. LIZ ONDO BORDA

considera más pobre, conforme lo ha permitido el Tesoro pC-blico".

Hacia el 72, segün Grariillo, fuera de los antiguos templosconocidos, habIa en la ciudad la Capilla de Jesis, la Capilladel Señor de la Paciencia y 11 capillas más pertenecientes alCurato Rectoral. Y en los demás departamentos, entre iglesiasy capilias las siguientes: 4 en Famaillá, 4 en Monteros, 5 enChicligasta, 5 en Rio Chico, 5 en Graneros, 6 en Leales, 3 en

Burruyacu y 2 en Trancas. Cuanto a los sacerdotes, dice Gra-nillo que habIa en la Provincia unos 46 del clero regular y se-cular: en la ciudad 14 del clero secular (4 de Santo Domingoy 10 de San Francisco) ; y en la campaña, los restantes, delclero regular, "repartidos de curas, auxiliares y excusadores".

Anuncia el Gobierno, en el 73, que estaban "en obra", estoes en construcción o reconstrucción, 11 templos: en Ia ciudad,los de Santo Domingo y la Merced; y en la campafla, los deBurruyacu, Medinas, Villa Sarmiento, Famaillá, Monteros, San-ta Cruz, Santa Rosa, Santa Ana y La Cocha. Y en el 74, apedido del Obispo de Salta y del P. E. de Tucumán, nuestraLegislatura sanciona una Icy que concede "6 becas para la edu-cación de 6 jóvenes de esta Provincia en el Seminario Concilarde San Buenaventura de Salta", que acababa dc fundarse. Yen el 81, se sanciona otra ley que subvenciona con cien pesosfuertes mensuales, por dos años, a cada uno de los templos deSanto Domingo, San Francisco y la Matriz.

El Obispado de Tucumán fué creado, con otros, en ci 97,aflo en que el Gobierno Nacional otorga el pase a la Bula Pon-tificia de ereccióri de esta Diócesis, cuya jurisdicción comprendelas provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.Y en el 98 se hace aquI la recepción solemne, oficial, del primerObispo Diocesano, Dr. Pablo Padilla, a quien S. S. Leon XIII,de acuerdo a la presentación hecha por el Gobierno argentino,trasladaba de la Diócesis de Salta a la de Tucumán.

Teatro. - El primer teatro de Tucumán databa de 1838,y debióse al Gobernador General Alejandro Heredia, segün yadijimos. Pero con los años el edificio quedó tan en ruinas, queel gobernador José Maria del Campo dice en el 54 que no po-dia permitirse "reunion alguna en éi, ni para representaci ones,ni para ningün otro acto de concurrencia pCibiica". Por lo cual,

194 M. L 1 Z O N D O B O R D A

considera más pobre, conforme lo ha permitido el Tesoro pú­blico" .

Hacia el 72, según Granillo, fuera de los antiguos templos conocidos, había en la ciudad la Capilla de Jesús, la Capilla del Señor de la Paciencia y 11 capillas más pertenecientes al Curato Rectoral. Y en los demás departamentos, entre iglesias

y capillas las siguientes: 4 en Famaillá, 4 en Monteros, 5 en Chicligasta, 5 en Río Chico, 5 en Graneros, 6 en Leales, 3 en

Burruyacu y 2 en Trancas. Cuanto a los sacerdotes, dice Gra­nillo que había en la Provincia unos 46 del clero regular y se­cular: en la ciudad 14 del clero secular (4 de Santo Domingo y 10 de San Francisco); y en la campaña, los restantes, del clero regular, "repartidos de curas, auxiliares y excusadores".

Anuncia el Gobierno, en el 73, que estaban "en obra", esto es en construcción o reconstrucción, 11 templos: en la ciudad, los de Santo Domingo y la Merced; y en la campaña, los de Burruyacu, Medinas, Villa Sarmiento, Famaillá, Monteros, San­ta Cruz, Santa Rosa, Santa Ana y La Cocha. y en el 74, a pedido del Obispo de Salta y del P. E. de Tucumán, nuestra Legislatura sanciona una ley que concede "6 becas para la edu­cación de 6 jóvenes de esta Provincia en el Seminario Concilar de San Buenaventura de Salta", que acababa de fundarse. Y en el 81, se sanciona otra ley que subvenciona con cien pesos fuertes mensuales, por dos años, a cada uno de los templos de Santo Domingo, San Francisco y la Matriz.

El Obispado de Tucumán fué creado, con otros, en el 97, año en que el Gobierno Nacional otorga el pase a la Bula Pon­tificia de erección de esta Diócesis, cuya jurisdicción comprende las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. y en el 98 se hace aquí la recepción solemne, oficial, del primer Obispo Diocesano, Dr. Pablo Padilla, a quien S. S. León XIII, de acuerdo a la presentación hecha por el Gobierno argentino, trasladaba de la Diócesis de Salta a la de Tucumán.

Teatro. - El primer teatro de Tucumán databa de 1838, y debióse al Gobernador General Alej andro Heredia, según ya dijimos. Pero con los años el edificio quedó tan en ruinas, que el gobernador José María del Campo dice en el 54 que no po­día permitirse "reunión alguna en él, ni para representaciones, ni para ningún otro acto de concurrencia pública". Por lo cual,

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BREVE HISTORIA DE TUCFMAN 195

en el 58, la Sala de Representantes autoriza al P. E. "parainvertir en la construcción de un teatro, ubicado en paraje con-veniente, el producto de la yenta de 44 varas del terreno queocupaba el antiguo edificio de aquel nombre". Y asI empezó aconstruirse el nuevo, que antes mencionamos, el que fué dese-chado, casi al terminarse por informes desfavorable sobre suconstrucción, segün cuenta Granillo. De este modo, se elijeotro sitio y se construye y termina, poco antes del 82, el edifi-cio del "Teatro Belgrano", que llego a este siglo.

Müsica. - La ciudad tenIa una banda de müsica, organi-zada y costeada por el Gobierno con una partida que figura enles presupuestos desde el 54 en adelante. Después, en el 66, laLegislatura autoriza al P. E. "para establecer una Academiade Müsica y Dibujo, para la enseñanza gratuita de 20 jóvenesde los que se educan en ci Colegio Nacional". Y el P. E. haceeste pedido, porque en el Coiegio Nacional no habIa entoncesenseñanza de müsica y dibujo. Y por ültimo, a pedido del Maes-tro de Müsjca y Director de la Banda, D. Antonio Malvagni, IaLegislatura sanciona, a fines de 1900, una Icy que destina lasuma de 3.000 pesos para la formación de un Conservatorjode Müsica en la ciudad.

Literatura. - Desde principios de esta época acttIa cultu-ralmente en nuestra campafla del sur un celebrado y verdaderopoeta popular, ci catamarqueno José Domingo Diaz que corn-pone glosas, —algunas preciosas y castizas— sobre temas (toda indole, hasta sobre acontecimientos de ese tiempo.

Cuando a la poesIa culta, diremos que en torno a Ia So-ciedad Sarmiento, desde el 83 hasta el 900, hay jóvenes que Itcultivan, sobresaljendo algunos por composiciones de mérto.Entre éstos citaremos a Santiago Vallejo, Josefa Diaz, SilvanoBores y Patricio Gallo —el más destacado y acaso ci más poe-ta—.. En prosa escriben muchos, pero no hay todavIa verclderos prosistas Dc los colaboradores del Tucumán Literariade la Sociedad Sarmiento, €1 ünico entre tantos que a nuestrojuicio puede ya caljfjcarse de verdadero literato, Cs Ri-urdoMendióroz

JMstoria y Geografla de Tucumán. - En mayo 19 d(I 97ci Gobierno dicta un decreto en el cual dispone: que el 25 (10mayo del 99 se celebre "ui-i conc1rso piThlico en que se discei--

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 195

en el 58, la Sala de Representantes autoriza al P. E. "para invertir en la construcción de un teatro, ubicado en paraje con­veniente, el producto de la venta de 44 varas del terreno que ocupaba el antiguo edificio de aquel nombre". Y así empezó a construirse el nuevo, que antes mencionamos, el que fué dese­chado, casi al terminarse por informes desfavorable sobre su construcción, ¡según cuenta Gr·anillo. De este modo, se ~lije otro sitio y se construye y termina, poco antes del 82, el edifi­cio del "Teatro Belgrano", que llegó a este siglo.

Música. - La ciudad tenía una banda de música, organi­zada y -costeada por el Gobierno con una partida que figura en k s presupuestos desde el 54 en adelante. Después, en el 66, la Legislatura autoriza al P. E. "para establecer una Academia de Música 'Y Dibujo, para la enseñanza gratuita de 20 jóvenes de los que se educan en el Colegio Nacional". Y el P. E. hace este pedido, porque en el Colegio Nacional no había entonces enseñanza de música y dibujo. Y por último, a pedido del Maes­tro de Música y Director de la Banda, D. Antonio Malvagni, la Legislatura sanciona, a fines de 1900, una ley que destina la suma de 3.000 pesos para la formación de un Conservatorio de Música en la ciudad.

Literatura. - Desde principios de esta época actúa cultu­ralmente en nuestra campaña del sur un celebrado y verdadero poeta popular, el catamarqueño José Domingo Díaz que com­pone glosas, -algunas preciosas y castizas- sobre temas el toda índole, hasta sobre acontecimientos de ese tiempo.

Cuando a la poesía culta, diremos que en torno a la So­ciedad Sarmiento, desde el 83 hasta el 900, hay jóvenes que la cultivan, sobresaliendo algunos por composiciones de mél~to. Entre éstos citaremos a Santiago Vallejo, Josefa Díaz, Silvano Bores y Patricio Gallo - el más destacado y acaso el más poe­ta-. En prosa escriben muchos, pero no hay todavía verda.· deros prosistas. De los colaboradores del Tucumán Literario de la Sociedad Sarmiento, el único entre tantos que a nuestro juicio puede ya calificarse de verdadero liter ato, es Ricardo Mendióroz.

Historia y Geografía de T·ucttmán. - En mayo 19 del 97 el Gobierno dicta un decreto en el cual dispone: que el 25 de mayo del 99 se celebre "un concurso público en que se discer-

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1J M. LIZONDO BORDA

nirá por una cornisión de historiadores y geografos argentinosque será oportunamente designada, un premio de una medallade oro y diez mil pesos moneda nacional al autor de la obra deHistoria de Tucumán, que comprenda de7sde las épocas más re-motas hasta la organizaciOn definitiva de la Repüblica y que,por su forma y fondo, sea acreedora a esa distinción; y otropremio de una medalla de oro y cinco mil pesos moneda nacio-nal al tratado de geografIa de la Provincia de Tucumán, queIlenase igualmente iguales condiciones". El propósito de estedecreto no pudo ser más loable: dotar a Tucumán, ya enton-ces, de una Historia y de una GeografIa, escritas por estudio-SOS especializados. Pero, desgraciadamente, el concurso no sehizo, sin duda porque nadie pudo o no quiso acometer la em-p'esa. Asi quedó el decreto sin realización. Y después, ni eneste siglo, —no sabemos por qué— ningdn otro Gobierno re-novó ese importante liamado a concurso.

Casa Histórica. - Antes mencionamos la Casa Históricapor haber sido exonerada, como Santuario de la Patria, delpago de contribución directa. Ahora diremos que en marzo del74 otra ley de la Legislatura exonera a las Señoras Zavalia ySr. Fernando ZavalIa, "del pago del derecho de alcabala porla Casa doncle se juró la Independencia", la cual debla ser yen-dida al Gobierno Nacional. Y en efecto, el 25 de abril de dichoaño se hace la escritura de esta yenta, quedando desde entoncesla Casa Histórica como propiedad de la Nación.

Después, en ocasión de la fiesta del 9 de julio del 88, elP. E. tucumano, de acuerdo a un decreto del Gobierno Nacio-nal dictado en el 84, designa una Comisión para correr contodo lo necesario al efecto de dotar a la Casa llistórica de unagalerIa de los Constituyentes del año 16. Y sobre las grandesconmemoraciones del 9 de julio, visitas solemnes a la Casa His-tórica, de autoridades y pueblo, diremos que en el 78 recor-daba D. José R. Fierro una de ellas, otra en el 88, y otra enel 93. En este año ültimo citado, por primera vez vienen jó-venes universitarios de Buenos Aires y Córdoba a rendir ho-nienaje a los próceres del aflo 16 en el histórico Salon dondese declaró nuestra Independencia.

Monumentos y estatuas. - En el centro de la Plaza prin-cipal de nuestra ciudad hubo hasta el 62 una pirámide que Se-

M. L 1 Z O N D O 13 O .R D A

nirá por una comisión de historiadores y geógrafos argentinos que será oportunamente designada, un premio de una medalla de oro y diez mil pesos moneda nacional al autor de la obra de Historia de Tucumán, que comprenda desde las épocas más re­motas hasta la organización definitiva de la República y que, por su forma y fondo, sea acreedora a esa distinción; y otro premio de una medalla de oro y cinco mil pesos moneda nacio­nal al tratado de geografía de la Provincia de Tucumán, que llenase igualmente iguales condiciones". El propósito de este decreto no pudo ser más loable: dotar a Tucumán, ya enton­ces, de una Historia y de una Geografía, escritas por estudio­sos especializado~. Pero, desgraciadamente, el concurso no se hizo, sin duda porque nadie pudo o no quiso acometer la em­pl'esa. Así quedó el decreto sin realización. Y después, ni en este siglo, -no sabemos por qué- ningún otro Gobierno re-novó ese importante llamado a concurso.

Casa Histórica. - Antes mencionamos la Casa Histórica por haber sido exonerada, como Santuario de la Patria, del pago de contribución directa. Ahora diremos que en marzo del 74 otra ley de la Legislatura exonera a las Señoras Zavalía y Sr. Fernando Zavalía, "del pago del derecho de alcabala por

1<. Casa donde se juró la Independencia", la cual debía ser ven­dida al Gobierno Nacional. Y en efecto, el 25 de abril de dicho año se hace la escritura de esta venta, quedando desde entonces la Casa Histórica como propiedad de la Nación.

Después, en ocasión de la fiesta del 9 de julio del 88, el P. E. tucumano, de acuerdo a un decreto del Gobierno N acio­nal dictado en el 84, designa una Comisión para correr con todo lo necesario al efecto de dotar a la Casa Histórica de una galería de los Constituyentes del año 16. Y sobre las grandes .conmemoraciones del 9 de julio, visitas solemnes a la Casa His­tórica, de autoridades y pueblo, diremos que en el 78 recor­daba D. José R. Fierro una de ellas, otra en el 88, y otra en el 93. En este año último citado, por primera vez vienen jó­venes universitarios de Buenos Aires y Córdoba a rendir ho­menaje a los próceres del año 16 en el histórico Salón donde se declaró nuestra Independencia.

Monumentos y estat.uas. - En el centro de la Plaza prin­cipal de nuestra ciudad hubo hasta el 62 una pirámide que se-

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BREVE HISTORIA DE TIJcIJMAN 197

gun dijo el gobernador José Maria del Campo "fué mandadalevantar por el gobierno de don Celedonio Gutiérrez para per-petuar la memoria de las victorias del ejército de Oribe sobrelos ill restos de los soldados de la libertad". . . Por lo cual,on 9 de julio de ese aflo, considerando Del Campo, "que seme-jante monumento es un recuerdo de oprobio, cuya permanencialastima el honor de Tucumán.. . ", ordena su demolición y laerección en su lugar de "un monumento consagrado al recuerdode las vIctimas del aflo 40". Poco después dispone que paraeste monumento se levante una suscripción püblica; y asI seerige en el 83 la columna que allI estuvo después hasta el 84.Pero en febrero 3 del 64 el mismo gobernador Del Campo cam-,bia el significado de dicha columna por un decreto que, consi-derando que no habIa ningün monumento que recuerde el 9 deJulio de 1816, de la declaración de nuestra Independencia enTucumán, dispone dedicar "a tan memorable dIa la columnaerigida en la Plaza Libertad de esta ciudad..

En el 83, ci Presidente de la Repüblica, general Roca, hacedonación a Tucumán de una estatua del general Manuel Bel-grano que un artista argentino le enviara en yeso desde Europa,y la cual él mandó fundir en bronce por los talleres del ParqueNacional de .ArtillerIa. El Presidente al dirigirse al Goberna-dor de la Provincia, dice que se podrIa demoler la columna "dela Plaza Independencia", para colocar allI la estatua, "donde—agrega— estará mejor colocada que en ninguna parte". Porello, a pedido de la Municipalidad y del P. E. la Legislaturaautoriza por ley a la primera "para erigir en la Plaza Indepen-dencia de esta ciudad la estatua del General D. Manuel Bel-grano, donada por el Exmo. Sr. Presidente de la Repüblica".Y el 25 de mayo del 84 se hace la solemne inauguración deesa estatua.

Poco después de la llegada de los restos de Alberdi a Bue-nos Aires, acto en que se hace representar el Gobierno de Tu-cumán, en julio del 89 la Legislatura autoriza al P. E. porotra ley para erigir una estatua al Dr. Juan Bautista Alberdien la plaza que ya lievaba su nombre; y meses más tarde san-ciona otra ley que destina la suma de 10.000 pesos para cos-tear dicha estatua. En el 95 el P. E. encarga a la Sociedad

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 197

gún dijo el gobernador José María del Campo "fué mandada levantar por el gobierno de don Celedonio Gutiérrez para per­petuar la memoria de las victorias del ejército de Oribe sobre

los último;::: restos de los soldados de la libertad". " Por lo cual, ~n 9 de julio de ese año, considerando Del Campo, "que seme­jante monumento es un recuerdo de oprobio, cuya permanencia lastima el honor de Tucumán ... ", ordena su demolición y la erección en su lugar de "un monumento consagrado al recuerdo de las víctimas del año 40". Poco después dispone que para este monumento se levante una suscripción pública; y así se erige en el 63 la columna que allí estuvo después hasta el 84. Pero en febrero 3 del 64 el mismo gobernador Del Campo cam­bia el significado de dicha columna por un decreto que, consi­derando que no había ningún monumento que recuerde el 9 de Julio de 1816, de la declaración de nuestra Independencia en Tucumán, dispone dedicar "a tan memorable día la collumna erigida en la Plaza Libertad de esta ciudad ... "

En el 83, el Presidente de la República, general Roca, hace donación a Tucumán de una estatua del general Manuel Bel­grano que un artista argentino le enviara en yeso desde Europa, y la cual él mandó fundir en bronce por los talleres del Parque Nacional de Artillería. El Presidente al dirigirse al Goberna­dor de la Provincia, dice que se .podría demoler la colümna "de la Plaza Independencia", para colocar allí la estatua, "donde -agrega- estará mejor colocada que en ninguna parte". Por ello, a pedido de la Municipalidad y del P. E. la Legislatura autoriza por ley a la primera "para erigir en la Plaza Indepen­dencia de esta ciudad la estatua del General D. Manuel Bel­grano, donada por el Exmo. Sr. Presidente de la República". y el 25 de maY'o del 84 se hace la solemne inauguración de esa estatua.

Poco después de la llegada de los restos de Alberdi a Bue­nos Aires, acto en que se hace representar el Gobierno de Tu-.. cumán, en julio del 89 la Legislatura autoriza' al P. E. por

I

otra ley para erigir una estatua al Dr. Juan Bautista Alberdi en la plaza que ya llevaba su nombre; y meses más tarde san­ciona otra ley que destina la suma de 10.000 pesos para cos­tear dicha estatua. En el 95 el P. E. encarga a la Sociedad

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M. LIZONDO BO1DA

Sarmiento para recibir suscripciones del püblico con el mismoobjeto; y por fin en 1900 el P.E. nombra una comisión paracorrer con todo lo necesario relativo a la erección de la esta-tua de Alberdi. Esta fué encargada, como se sabe, a la es-cultora tucumana Lola Mora. Pero su inauguración solo pudohacerse en 1904. (Se hizo el dIa 24 de setiembre, aniversariode la Batalla de la Ciudadela, en un acto memorable).

En octubre del 95 la Legislatura autoriza por ley al P.E.para invertir hasta 10.000 pesos en la conmemoración del cen-tenario "del benemérito e ilustre General D. Gregorio Aráozde la Madrid". Por su parte el P. E. dispone todo lo necesariopara hacer trasladar do Buenos Aires los restos del prócer ydepositarlos en la ciudad el dia de su centenario, el 28 de no-viembre de ese aflo. Luego decreta que, con parada de tropas,so depositen los restos en la Iglesia Matriz y se rece "una misade requiem en sufragio del alma del ilustre extinto". Y esemismo dIa, 26 de noviembre, la Legislatura declara por una leyferiados en toda la Provincia el 27 y 28 "en conmemoracjón delcentenario del prócer de la Independencia, Don Gregorio Aráozde la Madrid".

Por ültimo, para dar un final adecuado a este capItulo ycon él a esta parte informativa do la Historia de Tucumá (si-gb XIX), diremos que el P.E. por decreto del 28 de diciembrede 1900, declara "feriado en todo el territorio de la Provincia"el dia 31 de ese mes. Y en un considerando al respecto, expresael gobernador Dr. Próspero Mena, que dicta este decreto deacuerdo con el del Gobierno Nacional que declaraba feriado entoda la Repüblica el 31 de diciembre, "ültimo dIa del siglo XIX,en cuyo transcurso —dice el Gobernador repitiendo palabras delPresidente Roca— ha colmado Dios a la Nación Argentina degrandes beneficios, tales como la emancipación y organizaciónpolItica del pals sobre la base de las instituciones más libera-les, la posesión real de sus vastos dominios territoriales, laprosperidad econOmica y la cultura intelectual y moral, y lapaz externa e interna que constituyen una de las grandes con-quistas de nuestra civilización ".

I

]9S M. L 1 Z O N D O B O R D A

Sarmiento para recibir suscripciones del público con el mismo obj eto; y por fin en 1900 el P. E. nombra una comisión para correr con todo lo necesario relativo a la erección de la esta­tua de Alberdi. Esta fué enqargada, como;se sabe, 'oa la es­cultora tucumana Lola Mora. Pero su inauguración sólo -pudo hacerse en 1904. (Se hizo el día 24 de setiembre, aniversario de la Batalla de la Ciudadela, en un acto memorable).

En octubre del 95 la Legislatura autoriza por ley al P. E. para invertir hasta 10.000 pesos en la conmemoración del cen­tenario "del benemérito e ilustre General D. Gregorio Aráoz de la Madrid". Por su parte el P. E. dispone todo lo necesario para hacer trasladar de Buenos Aires los restos del prócer y depositarlos en la ciudad el día de su centenario, el 28 de no­viembre de ese año. Luego decreta que, ,con parada de tropas, se depositen los restos en la Iglesia Matriz y se rece "una misa de réquiem en sufragio del alma del ilustre extinto". Y ese mismo día, 26 de noviembre, la Legislatura declara por una ley feriados en toda la Provincia el 27 y 28 "en conmemoración del centenario del prócer de la Independencia, Don Gregorio Aráoz de la Madrid".

Por último, para dar un final adecuado a este capítulo y con él a esta -parte informativa de la Historia de Tucumán (si­glo XIX), diremos que el P. E. por decreto del 28 de diciembre de 1900, declara "feriado en todo el territorio de la Provincia" el día 31 de ese mes. Y en un considerando al respecto, expresa el gobernador Dr. Próspero Mena, que dicta este decreto de acuerdo con el del Gobierno Nacional que declaraba feriado en toda la República el 31 de diciembre, "último día del siglo XIX, en cuyo transcurso -dice el Gobernador repitiendo palabras del Presidente Roca- ha colmado Dios a la N ación Argentina de grandes beneficios, tales como la emancipación y organización política del país sobre la base de las instituciones más libera­les, la posesión real de sus vastos dominios territoriales, la prosperidad económica y la cultura intelectual y moral, y la paz externa e interna que constituyen una de las grandes con­quistas de nuestra civilización".

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BlflVE HI4'roRIx DE TUUMAN

5

GOBERNANTES

D. Manuel Alejan.ro Espinosa, interino: mayo-junio, 1852(por destitución del titular)

D. Manuel Alejandro Espinosa, titular: junio, 1852-enero,1853 (depuesto).

D. Agustin Alurralde, provisorio: enero-febrero, 1853 (pordeposición del titular).

D. Miguel Carranza, delegado: febrero-abril, 1853 (por au-sencia del provisorio).

D. Celedonio Gutiérrez, titular: abril-octubre, 1853 (de-puesto).

D. José Maria del Campo, provisorio: octubre, 1853-marzo,1854 (por deposición del titular).

D. José Maria del Campo, titular: 1854-marzo-1856.D. Anselmo Rojo, titular: marzo-setiembre, 1856 (renun-

ciante).Th'. Salustiano Zavalia, provisorio: abril-setitmbre, 1856

(por alejamiento del titular).Dr. Agustin Justo de la Vega, titular: setiembre, 1856-

mayo, 1858.D. Ula.dislao FrIas, provisorio: setiembre-noviembre, 1856

(por ausencia del titular)Dr. Marcos Paz, titular: 1858-mayo-1860.Dr. Salustiano ZavaiIa, titular: mayo, 1860-agosto, '1861

(renunciante)Dr. Benjamin Villafane, interino: agosto-setiembre, 1861

(por renuncia del titular)Dr. Benjamin Vitlafane, .itu,lar: setiembre, 1841-abiil,

1862 (renunciante).Dr. Próspero Garcia, delegado: setiembre-octubre, 1861

(por ausencia del titular)D. Juan Manuel Terán, interino: octubre-diciembre, 1861

(por ausencia del titular)D. José Maria del Campo, interino: diciembre, 1861-abril,

1862 (por ausencia del titular) ; titular: 1862-abril-1864.Dr. Arsenio Granillo, interino: en meses del 63 (por au-

sencia del titular)

BREVE HISTORIA DE TUOUMAN

5

GOBERNANTES

199

D. Manuel Alejar¡J;l.ro E spinosa, interino: mayo-junio, 1852 (por destitución del titular) .

D. Manuel Alej-andro Espinosa, titular: junio, 1852-enero, 1853 (depuesto).

D. Ag·ustín Alurralde, provisorio: enero-febrero, 1853 (por deposición del titular).

D. M'tguel Ca1'ranza, delegado: febrero-abril, 1853 (por au­sencia del provisorio).

D. Celedonio G'tdiérrez, titular: abril-octubre, 1853 (de­puesto) .

D. José María del Campo, provisorio: octubre, 1853-marzo, 1854 (por deposición del titular).

D. José María del Campo, titular: 1854-marzo-1856. D. Anselmo Rojo, titular: marzo-setiembre, 1856 (renun­

ciante) . D1'. Salustiano Zavalía, provisorio: abril-seti<imhre, 1856

(por alejamiento del titular) . D1". Ag.ustín Justo de la Vega, titular: setiembre, 1856-

mayo, 1858. D J". Uladislao F1'ías, provisorio: setiembre-noviembre, 1856

(por ausencia del titular) . Dr. Mar cos Paz, titular: 1858-mayo-1860. D1' . Salustiano Zavalía, titular: mayo, 1860-agosto, ·1861

(renunciante) . Dr. B enjamín VillafMíe, interino: agosto-setiembre, 1861

(por renuncia del titular) . Dr . Benjarruín ! Vi llafañe, JUitu.lar: setiembl~e, 1841-!abr'il,

1862 (renunciante). Dr. Próspero Garcia, delegado: setiembre-octubre, 1861

(por ausencia del titular) . D. Juan Mamlel Terán, interino: octubre-diciembre, 1861

(por ausencia del titular). D. José María del Campo, interino: diciembre, 1861-abril,

1862 (por ausencia del titular); titular: 1862-abril-1864. . DT. Arsenio Grani llo, interino: en meses del 63 (por au-sencia del titular) .

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I

I200 M. tIZONDO BORDA

D. Jose' Posse, titular: 1864-febrero-1866.D. Wenceslao Posse, titular, febrero, 1866-julio, 1864 (re-

nunciante).D. Arcadio Talavera, interino: febrero-abril, 1867 (por au-

sencia del titular).D. Octavio Luna, interino, julio-agosto, 1867 (por renuncia

del titular)D. Octavio Dana, titular: 1867-setiembre-1869.Dr. David Zavalla, interino: desde setiembre, 1867 (p

ausencia del titular)D. Belisario Lopez, titular: setiembre-diciembre, 1869 (re-

nunciante)Dr. Uladislao FrIas, titular: 1869-diciembre-1871.D. Eu.sebio Rodriguez, interino: diciembre, 1870-f ebrerc

1871 (por ausencia del titular).D. Federico Heiguera, titular: 1871-octubre-1873.D. Belisarlo Lopez, titular: 1873-octubre-1875.Dr. Tiburcio Padilla, titular: 1875-octubre-1877.D. Pedro Alurralde, interino: en octubre, 1876 (por licen-

cia del titular)D. Federico Helguera, titular: agosto, 1877-setiembre, 1878

(renunciante).D. Domingo Martinez Muñecas, titular: 1878-setiembre-1880.

D. Miguel M. Nougués, titular: 1880-setiembre-1 882.D. Sisto Terán, interino: febrero-marzo, 1881 (por licencia

del titular)Dr. Benjamin Paz, titular: 1882-setiembre-1884.

D. Santiago Gallo, titular: 1884-setiembre-1886 (renun-

ciante).D. Juan Posse, titular: setiembre, 1886-junlo, 1887 (de-

puesto)D. Ambrosio Nougués, interino: julio-agosto, 1887 (por

falta de titular).D. LIdoro J. Quinteros, titular: agosto, 1887-junio, 1890

(renunciante).Dr. Silvano Bores, delegado: en 1889 y 1890 (por ausen-

cia del titular).Dr. Silvano Bores, titular: junio, 1890-octubre, 1890 (re-

nunciante)

200 M. t. 1 Z O N D O B O R D A

D. José Posse, titular: 1864-febrero-1866. D. Wenceslao Posse, titular, febrero, 1866-julio, 1864 (re­

nunciante) . D. Arcadio Talavera, interino: febrero-abril, 1867 (por au­

sencia del titular). D. Octavio Luna, interino, julio-agosto, 1867 (por renuncia

del titular) . D. Octavio Luna, titular: 1867-setiembre-1869. Dr. David Zavalía, interino: desde setiembre, 1867 (p

ausencia del titular). D. Belisario López, titular: setiembre-diciembre, 1869 (re­

nunciante) . Dr. Uladislao Frías, titular: 1869-diciembre-1871. D. Eusebio Rodríguez, interino: diciembre, 1870-febrero

1871 (por ausencia del titular). D. Federico Helguera, titular: 1871-octubre-1873. D. Belisario López, titular: 1873-octubre-1875. Dr. Tibu1'cio Padilla, titular: 1875-octubre-1877. D. Pedro Alurralde, interino: en octubre, 1876 (por licen­

cia del titular) . D. Fede't"ico Helguera, titular: agosto, 1877-setiembre, 1878

(renunciante) . D. Domingo Martínez Muñecas, titular: 1878-setiembre-1880. D. Miguel M. Nougués, titular: 1880-setiembre-1882. D. Sisto Te't"án, interino: febrero-marzo, 1881 (por licencia

del titular) . Dr. Benjamín Paz, titular: 1882-setiembre-1884. D. Santiago GaUo, titular: 1884-setiembre-1886 (renun­

ciante) . D. J·uan Posse, titular: setiembre, 1886-junio, 1887 (de­

puesto) . D. Ambrosio Nougués, interino: julio-agosto, 1887 (por

falta de titular) . D. Lídoro J., Quinteros, titular: agosto, 1887-junio, 1890

(renunciante) . Dr. Silvano Bores, delegado: en 1889 y 1890 (por ausen­

-cía del titular) . Dr. Silvano B01'es, titular: junio, 1890-octubre, 1890 (re­

nunciante) .

Page 191: Breve Historia de Tucuman

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 201

D. Próspero Garcia, titular: octubre, 1890-setiembre, 1893(renunciante).

D. Domingo T. Perez, interventor: diciembre, 1893-febrero,1894.

Dr. Benjamin Aráoz, titular: febrero, 1894-noviembre,1895 (fallecido).

D. Lucas A. Córdoba, titular: diciembie, 1895-octubre, 1898.Dr. Próspero Mena, titular: 1898-octubre-1901.

BREVE HISTORIA DE TUCU:M:AN 201

D. Próspero García, titular: octubre, 1890-setiembre, 1893 (renunciante) .

D. Domingo T. Pérez, interventor: diciembre, 1893-febrero, 1894.

Dr. Benjamín Aráoz, titular: febrero, 1894-noviembre, 1895 (fallecido).

D. Lucas A. Córdoba, titular: diciembre, 1895-octubre, 1898. Dr. Próspero Mena, titular: 1898-octubre-1901.

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0:1Cl) SI

GL

O

XX

Page 193: Breve Historia de Tucuman

PERIODO INICIAL (1901-1930)

I

HISTORIA POLITICA

Ciclos y lapsos. - Este perIodo inicial del siglo XX, imnicoqe cstudiamos, se puede dividir en dos ciclos: el de 1901-1916;y el de 1917-1930: caracterizado el primero por ser de gobernan-tes conservadores; y el segundo, de gobernantes radicales. Luego,en cada uno de estos ciclos se pueden distinguir dos lapsos: enci primero, uno que va de 1901 a 1909, y el otro de 1909 a 1916;y en el segundo, el que corre de 1917 a 1924, y el otro, de 1924 a1930. Y, dentro de estos ciclos y lapsos, vamos a historiar breve-mente este perlodo.

PRIMER CICLO (1901-1916)

1901-1909. - En su iiltimo mensaje del 30 de setiembre de1901, el gobernador Dr. Mena dice que el P. E. "ha garantizadoa libertad del sufragio, y ci pueblo, inspirado en ci sentimientode la union de la farnilia tucurnana, ha elegido sus mandatarioscii cernicios tranquilos, de los cuales han surgido con ci veredictode la mayorIa, ciudadanos de todos os partidos, de preparación

y prestigio". A lo cual luego agrega: "Y al amparo de esta poll-tj('a patriótica, qe no ha conculcado principio constitucional al-guno, que ha respetado todos los derechos y garantIas, ci espI-ritu popular se ha despertado y reacciona de su indolencia porIa cosa püblica, formándose ñitimamente agrupaciones obrerasde fines gcnuinamente politicos a cuyo seno han ido ciudadanosrpresentativos y elementos dirigentes de la juventud intelectual

PERIODO INICIAL (1901-1930)

1

HISTORIA POLITICA

Ciclos y lapsos. - Este período inicial del siglo XX, único que estudiamos, se puede dividir en dos ciclos: el de 1901-1916; Y el de 1917-1930: caracterizado el primero por ser de gobernan­tes conservadores; y el segundo, de gobernantes radicales'. Luego, en cada uno de estos ciclos se pueden distinguir dos lapsos: en el primero, uno que va de 1901 a 1909, y el otro de 1909 a 1916; Y en el segundo, el que corre de 1917 a 1924, y el otro, de 1924 a

I

1930. Y dentro de estos ciclos y lapsos, vamos a historiar breve-mente este período.

PRIMER CICLO (1901~1916)

1901-1909. - En su último mensaje del 30 de setiembre de 1901, el gobernador Dr. Mena dice que el P. E. "ha garantizado la libertad del sufragio, y el pueblo, inspirado en el sentimiento de la unión de la familia tucumana, ha elegido sus mandatarios en cc·micios tranquilos, de los cuales, han surgido con el veredicto de la mayoría, ciudadanos de todos los partidos, de preparación y prestigio". A lo cual luego agrega: "Y al amparo de esta polí­tica patriótica, que no ha conculcado principio constitucional al-

I

guno, que ha res'petado todos los derechos y garantías, el espí-ritu popular se ha despertado y reacciona de su indolencia por la cosa pública, formándose últimamente agrupaciones obreras de fbes genuinamente políticos a cuyo s'eno han ido ciudadanos representativos y. elementos dirigentes de la juventud intelectual

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2(6 M. LIZONDO BORDA

a a1ent.r1us con su palabra. Se han creado instituciones de pro-paganda democrática y organizádose un nuevo partido, que es&e esperar influyan con eficacia en el mejoramiento de nuestravida intituciona1". Todo lo cual en general era exacto, y resultasintornático del despertar de una nueva conciencia ciudadana enel pueblo.

El gobierno que le sigue, de Don Lucas Córdoba (1901-1904)e pr ci rnismo estilo, de paz y de adrninistración, como deseabael general Roca, bajo cuya Presidencia los dos se desarrollan.As!, Don Lucas pudo decir también ell mensaje de 1902, repi-Uendo palabras dichas al recibirse del mando, que hacIa "unaaJniinistración severamente honrada"; y que la Opinion pb1icaera 'respetada en todas sus manifestaciones polIticas y perfec-tamente garantida en comicios libres". Después expresa esto quees interesante: que conservarIa "al rededor del gobierno el con-curso de Ia opinion püblica, a cuyo calor es solo posible y fecundatoda iniciativa ütil; y si bien pueden sobrevenir disentimjentosen la opinion contra la marcha de los poderes piblicos —por esatenciencia natural de los espiritus a perseguir la realizaciOn delbien en su concepto absoluto, y que el mejor gobierno apenas po-drá obteneria en proporciones relativas—, habremos hecho im-posible, por lo menos, aquellas oposiciones agresivas y guerrerasde otras épocas, que esterilizaban las mejores intenciones, y quela cultura y el tiempo parece haberlas enterrado para siempre".Y esto iiltimo era sencillamente la verdad. Duo también, al prin-cipio, que habIa sido llevado al gobierno por el Partido Provin-cial —de "noble y patriótico programa"_, que es, por lo quedice, el nuevo partido a que aludIa el Dr. Mena.

Después, en su iItimo mensaje —de setiembre de 1904--.el g3bernaclor Córdoba expresa que hasta "los dos primeros años"de su gobierno no hubo "partido alguno orgánico, de oposición",y que, si bien esto le permitió dedicarse 'exciusivamente al tra-baj del bienestar comün", él habla manifestado, "más de unaez ell pdblicos", que era necesario uno de esos par-

tido, "que anhelando igualmente la felicidad de la provincia,segun sus ideas propias, procurase Ia realización de sus ideales';p : rque, adernás, "Ia ausencia de todo control atrofia por lo ge-neral los sentidos polItico de tin partido en el gobierno, y lo ex-

M. L 1 Z O N D O B O R D A

a alenté.rlus con su palabra. Se han creado instituciones de pro­paganda democrática y organizádose un nuevo partido, que es Ce esperar influyan con eficacia en el mejoramiento de nuestra vida ll1.3titucional", Todo lo cual en general era exacto, y resulta sintomátIco del despertar de una nueva conciencia ciudadana en el pueblo,

El gobierno que le sigue, de Don Lucas Córdoba (1901-1904) I es p'c.!' el mismo estilo, de paz y de administración, como deseaba el general Roca, bajo cuya Presidencia los dos se des·arrollan. Así, Don Lucas pudo decir también en su mensaje de 1902, repi­tiendo palabras dichas al recibirse del mando, que hacía "una administración severamente honrada"; y que la opinión pública E:.l'a "respetada en todas sus manifestaciones políticas y perfec­tamente garantida en comicios libres''', Después expresa esto que eª interesante: que conservaría "al rededor del gobierno el con­c.urso de la opinión pública, a cuyo calor es sólo posible y fecunda toda iniciativa útil; y si bien pueden sobrevenir disentimientos en la opinión contra la marcha de los poderes públicos -por esa tendencia natural de los espíritus a perseguir la realización del bien en su concepto absoluto, y que el mejor gobierno apenas po­drá obtenerla en proporciones relativas-, habremos hecho im­posible, por lo menos, aquellas oposiciones agresivas y guerreras de utras épocas, que esterilizaban las mejores intenciones, y que la cultura y el tiempo parece haberlas enterrado para siempre". y esto último era sencillamente la verdad. Dijo también, al prin­cipio, que había sido llevado al gobierno por el Partido Provin­'Ciai -d~ "noble y patriótico programa"-, que es, por lo que dice, el nuevo partido a que aludía el Dr. Mena.

Después, en su último mensaje -de setiembre de 1904--, el gobernador Córdoba expresa que hasta "los dos primeros años" de su gobierno no hubo "partido alguno orgánico, de oposición", y qUe, si bien esto le permitió dedicarse "exclusivamente al tra­bajv dei bienestar común", él había manifestado, "más de una \-ez en documentos públicos", que era necesario uno de esos par-, tidoil, "que anhelando igualmente la felicidad de la provincia, según sus ideas propias, procurase la realización de sus ideales"; p:)rq~e, además, "la ausencia de todo control atrofia por lo ge­neral los sentidos políticos de un partido en el gobierno, y lo ex-

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BREVE IIISTORIA DE TLTCIJMAN 207

pone a ser desalojado justamente de sus posiciones, con la per-Gida del prestigio necesario en la opinion". Y luego refiere queall liegar el tiempo de la elección presidencial, al fin "nació aqulun partido de oposicion definida"; pero, que éste, sin proclamarctnoidato para esa elección, se dedicó entonces a alterar el ordencon 'movimientos tumultuarios en la calle püblica", y hasta"asaltandc comisarIas, hiriendo comisarios, y agentes subaiter-nos. . .", lo que hacIa suponer que Ia oposicion se proponIa per-turbar la serenidad del gobierno para imponérsele o para obli-garle a adoptar medidas represivas que le sirviesen de elemen-tos de proceso ante la opinion de propios y extraflos"... Agregacjue extrenió su tolerancia; y luego reconoce que durante esaelección, Ia oposición contribuyó", con su mesura y discreción"a que Tucumán "realice el más hermoso espectáculo de culturapolItica en ]as luchas comiciales de la Repóblica". Todo lo cualno necesita comentario.

El 4 de octubre de 1904, el Colegio Electoral Permanenteelige gobernador de la Provincia, por un nuevo periodo, al Dr.José Antonio Olmos quien entra en funciones el 4 de diciembre.Habia sido vocal del Superior Tribunal de Justicia; no era unPolitico militante, ni de la riflonada de ]as familias conservadorasde nuestra ciudad; de modo que su elección sorprende un poco,y sOlo puede explicarse en gran parte por ser amigo personaldel Presidente Quintana y por haber sido el candidato de un))nrtc10 opositor —más o menos popular—: el Partido Demo-crata, fundado y animado por un viejo lucthador, el Dr. MelitónCamaño. Y acaso aludiendo a cómo se elegIan antes los gober-nadores, y como fuera él elegido, el Dr. Olmos dijo en su discurso-programa de diciembre de ese año algo que lo revela tambiénco:no un hombre de ley y un demócrata. Esto: "Considero queel Gobierno no es el patrimonio de una familia ni de un cIrculo,sino el órgano del Estado, por meclio del cual el pueblo ejerceconstitucionalmente esta alta funciOn polItica; vale decir, que esci lrazo de la opinion pdblica el verdadero baluarte de los go-biernos regulares". Por todo lo cual, antes del aflo, apenas cesOci rspaldo del Dr. Quintana, —primero por su enfermedad ydespuCs por su muerte—, los legisladores tucumanos de los otrospartidos conservadores —la UniOn Provincial y Ia Union Popu-

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pone a ser desalojado justamente de sus posiciones, con la pér­oida del prestigio necesario en la opinión". Y luego refiere que al llegar el tiempo de la elección presidencial, al fin "nació aquí un partido de oposición definida"; pero, que éste, sin proclamar c.indidato para esa elección, se dedicó entonces a alterar el orden con "movimientos tumultuarios en la calle pública", y hasta ".lsaltandü comisarías, hiriendo comisarios, y agentes subalter­nos ... ", lo que hacía suponer que la oposición se proponía per-

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turbar la serenidad del gobierno para imponérsele o para obli-garle a adoptar medidas represivas que le sirviesen de elemen­tOE de proceso ante la opinión de propios y extraños". .. Agrega (fue extremó su tolerancia; y luego reconoce que durante esa elección, la oposición contribuyó", con su mesura y discreción"

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a que: Tucumán "realice el más hermoso espectáculo de cultura polítlca eu las luchas comiciales de la República". ', Todo lo cual no necesita comentario.

El 4 de octubre de 1904, el Colegio Electoral Permanente tlige gobernador de la Provincia, por un nuevo período, al Dr. J osé Antonio Olmos quien entra en funciones el 4 de diciembre. Había sido vocal del Superior Tribunal de Justicia; no era un político militante, ni de la riñonada de las familias conservadoraE> de nuestra ciudad; de modo que su elección sorprende un poco, , y sólo pu€de explicarse en gran parte por ser amigo pers'Onal del Presidente Quintana y por haber sido el candidato de un partido oposito?' -más o menos popular-: el Partido Demó­crata, fundado y animado por un viejo lUClhador, el Dr. Melitón Catr..año. y acaso aludiendo a cómo se elegían antes los gober­nadores, y como fuera él elegido, el Dr. Olmos dijo en su discurso­programa de diciembre de ese año algo que lo r evela también como un hombre de ley y un demócrata. Esto: "Considero qlfe el Gobierno no es el patrimonio de una mmilia ni de un círculo, sino el órgano del Estado, por medio del cual el pueblo ejerce constitucionalmente esta alta función política; vale decir, que es el hrazo de la opinión pública el verdadero baluarte de los go­biernos regulares". Por todo lo cual, antes del año, apenas cesó el rl,spaldo del Dr. Quintana, -primero por su enfermedad y después por su muerte-, los legisladores tucumanos de los otros partidos conservadores -la Unión Provincial y la Unión Popu-

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CS M. LIZONDO BO1DA

tar-- le armaron un conflicto que trajo una Intervención Fede-tal, .iuego la iniciación de su juicio politico y al fin su renuncia.

El relato y la documentación de estos hechos, son muy in-teresantes. No vamos a contarlos. Solo expresaremos en iintesisque, al decir del Interventor Federal, 'el origen del CUI1fIiCLO,

clue motivó Ia Intervención, estribaba en la existencia de dosLegslaturas, formadas por miembros elegidos en comicio, dc-bles, cada una de las cuales se atribuIa reciprocamente la legali -dad de su organización"; que solicitada la Intervención Federalpor los legisladores de la oposición, después de un amplio debateen ci Congreso, se la resuelve por ley, "a objeto de reorganizarla Legislatura y el Colegio Electoral"; que se designa Interven-tor al senador nacional D. Domingo T. Perez; que éste, una vezen Tucumán, liena su cometido, y durante el proceso electoral deesa reorganización, asume el mando de la Provincia (incluIdoólo el Departamento General de PolicIa) al solo efecto de garan-

tizar la legalidad de esa eiección; y que realizada ésta y reocga-nizada a Legislatura en febrero de 1906, el Interventor pone alGobierno provincial en posesión de todas sus funciones. Pero enseguida ocurie el segundo conflicto, provocado por los legislado-ris opositores de ambas Cámaras, que en la convocación a sesio-ties extraordinarias para tratar la reforma de la Constitución,incluyen el juicio politico al Gobernador; la cual el P. E. desco-iiocc, de acuerdo al art. 77 de la Constitución que le da prioridaden tat sentido. La discusiOn se hace en la Cámara de Dipqtados,donde el Dr. Povifla —del Partido Demócrata— inculpa a loscpositoi'es de que solo utilizarian el juicio politico "como armapara satisfacer sus ambiciones de mando"; y después de anima-dos debates en ambas Cámaras sobre esto, la de Diputados, fun-dada en muchos cargos que hace al Gobernador, declara la pro-c odecia de su juicio politico. El Gobernador rechaza esta decia-ración; dicha Cámara lo suspende, y pide al Presidente del Se-nado se haga cargo del Gobierno; éste, que era el jefe de 'a UniuPopular opositora, lo comunica al Gobernador, el cual lo desco-i'ce. El Presidente del Senado recurre al Gobierno Nacional,quien da nuevas instrucciones al Interventor Domingo T. Perezy cuando éste va a intervenir otra vez, el Gobernador Olmos re--nuncia indeclinablemente.

:les M. L 1 Z o N D o B o R D A

iar-- le armaron un conflicto que trajo una Intervención Fede­ral, ¡uego la iniciación de su juicio político y al fin su renuncia.

El relato y la documentación de estos hechos, son muy in­teresantes. N o vamos a contarlos. Sólo expresaremos en 'lÍnte.,;is que, al decir del Interventor Federal, "el origen del cunflicto. que motivó la Intervención, estribaba en la existencia de dos Lee~sla,turas, formadas' por miembros elegidos en comicio,;; dCl­bIes, cada una de las c~ales se atribuía recíprocamente la legali­dad (¡e su organización"; que solicitada la Intervención Federéll por los legisladores de la oposición, después de un amplia debate en d Congreso, se la resuelve por ley, "a objeto de reorganizar la Legislatura y el Colegio Electoral"; que se designa Interven­tor al senador nacional D. Domingo T. Pérez; que éste, una vez en Tucumán, llena su cometido, y durante el proceso electoral de esa reorganización, asume el mando de la Provincia (incluído sólo el Departamento General de Policía) al solo efecto de garan. tizar la legalidad de esa elección; y q~e realizada ésta y reoega­llizada la Legislatura en febrero de 1906, el Interventor pone al Gobierno provincial en posesión de todas sus funciones. Pero en seguida ocune el segundo conflicto, provocado por loS' legislado­r(s opositore¡:; de ambas Cámaras, que en la convocación a sesio­nes extraordinarias para tratar la reforma de la Constitución, incluyen el :juicio político al Gobernador; la cual el P. E. desco­IlOCt, de acuerdo al arto 77 de la Constitución que le da prioridad en tal sentido. La discusión se hace en la Cámara de Dipqtados, órmde el Dr. Poviña -del Partido Demócrata- inculpa a los cpositores de que sólo utilizarían el juicio político "como arma para satisfacer sus ambiciones de mando"; y después de anima­dos deba.ks en ambas Cámaras sobre esto, la de Diputados, fun­dada en muchos cargos que hace al Gobernador, declara la pro­c~deilcia de su juicio político. El Gobernador rechaza esta decla­ración; dicha Cámara lo sus'Pende, Y pide al Presidente del Se­nado se haga cargo del Gobierno; éste, que era el jefe de la Unión P()pulat, 01)ositora, lo comunica al Gobernador, el cual lo desco­r.rJC€. El Presidente del Senado recurre al Gobierno Nacional, quien da ll\.~evas instrucciones al Interventor Domingo T. Pérez y cuando éste va a intervenir otra vez, el Gobernador Olmos re­nuncIa indeclinablemente.

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ntervención Fede-I fin su renuncia.hos, son muy in-rernos en iintesisgen del cenflicto,xistencia de dosen comicios do-

amente la Ieali-rvención Federalun ampilo debateLo de reorganizardesigna Jilterven-que éste, una vezoceso electoral de)vincia (incll1Idoefecto de garari-

Ia ésta y reocga-Lerventor pone alinciones. Pero enpor los legislado-ivocación a sesio-

Ia Constitución,LI el P. E. desco-e le da prioridadra de Dipitados,- inculpa a losUco "como armaspués de anima-Diputados, fun-

, declara la pro-haza esta decla-

residente del Se-jefe de la Union

el cual To desco-bierno Nacional,)mingo T. Péi'eznador Olmos re-

Nos preguntamos ahora nosotros: ,por qué esta oposicióntan tenaz al Dr. Olmos y el no descansar hasta eliminarlo de sualta investidura? Algo de esto nos aclara el Dr. Olmos cuando,en nota de noviembre del año anterior, dirigida al Interventor,expresa: "Mi gobierno se ha caracterizado por una teiidenciapatriót i ca que la pasión partidista ha querido deseonocer: la degobernar con los elementos representativos de las diferentesfratciones en lucha, sin entregar a ninguna exciusivamente elpreaominio politico. Esta es la sola razón de la hostilidad a migobierno, pero es tarnbién la plena justificación de mi proceder,dadas las excepcionales circunstancias de mi elección". De locual, y de otros documentos, nosotros deducimos: que en TucumánI1abIa por entonces tres partidos politicos: el Partido Provincial(clespués UniOn Provincial) que era el oficialista durante el go-bierno de D. Lucas Córdoba; y dos de oposición, el Partido Po-pular iucgo UniOn Popular) y el Partido Dernócrata; que elDr. Olmso pertenecia al Partido Popular, y que a éste se unióci Partic.to Demócrctta para hacerlo triunfar en la elección, de-rrotando al Provincial que era el conservador y que era fuerte;que, por etlo al parecer, su partido quiso que gobernase sOlo conus hombres, pero él llamó a colaborar también a los del Partido

Demócrata; que esto traj el disgusto de la Union Popular quaal ditimo se ligó con el Partido Provincial para armarle los conMetes referidos; y que asI, el Onico que lo defendió en éstos fué& DemOciata, —el que acaso mejor respondIa a su nombre—.A To cual agregaremos, que fuera de 'sus ambiciones de mando',los hombres dirigentes del Partido Popular, por lo menos los ciala ciudad, debieron sentirse más afines con los conservaclores delPariJdo Provincial, que con los dernOcratas, sus aliacios del dinanterior, y por eso se ligaron con ellos.

A fines de marzo de 1906, el Colegio Electoral eiige gober-rador de Ia Provincia al Ing. Luis F. Nougues, que asurne cimando ci 2 de abril, dia en que lee su "discurso-programa". Y deTo que en él dice, sobre polItica, es interesante lo siguiente: "Sinambicicnes ni odios que perturben, traIdo al poder por la UniOnPopular, una de las fuerzas organizadas más respetables que haconocido nuetra historia polItica, estirnulado por un ampiio con-£uru do opinion en el que es para mi lionroso seflalar a la (iow

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N os preguntamos ahora nosotros: ¿ por qué esta OposiclOn tan tenaz al Dr. Olmos y el no descansar hasta eliminarlo de su alta investidura? Algo de esto nos aclara el Dr. Olmos cuando, en nota de noviembre del año anterior, dirigida al Interventor, expresa: "Mi gobierno se ha caracterizado por una t€ndencia patriótica que la pasión partidista ha querido desconocer: la de gobernar con los elementos representativos de las diferent€s fracciones en lucha, sin entregar a ninguna exclusivamente el

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preaominio político. Esta es la sola razón de la hostilidad a mi gobierno, pero es también la plena justificación de mi proceder, dadas las excepcionales circunstancias de mi elección". De 10 cual, y de otros documentos, nosotros deducimos: que en Tucumán llabía por entonces tres partidos políticos: el Partido Provincia~ (después Unión Provincia~) que era el oficialista durante el go­bierr\O de D. Lucas Córdoba; y dos de oposición, el Partido Po­pula?' llurgo Unión Popular) y el Partido Demócrata; que el Dr. Olmso pertenecía al Partido Popular, y que a éste se unió el Partido Demócrata para hacerlo triunfar en la elección, de­rrotando al Provincial que era el conservador y que era fuerte; Gue, por e.llo al parecer, su partido quiso que gobernase sólo con .::us hombres, pero él llamó a colaborar también a los del Partido Demócrata; que esto trajh el disgusto de la Unión Popular que al último se ligó con el Partido Provincial para armarle los con·· fli(!tos referidos; y que así, el único que lo defendió en éstos fué el Dem6cI ata, -el que acaso mejor respondía a su nombre-o A lo cua.l agregaremos, q~e fuera de "sus ambiciones de mando", los hombres dirigentes del Partido Popular, por lo menos los de la ciudad, debieron sentirse más afines con los conservadores del PatUdo Provincial, que con los demócratas, sus aliados del día anterior, y por eso se ligaron con ellos.

A fines de marzo de 1906, el Colegio Electoral elige gober­nador de la Provincia al Ing. Luis F . Nougués, que asume el mando el 2 de abril, día en que lee su "discurso-programa". Y de lo que en él dice, sobre política, es interesante lo siguiente: "Sin amciciones ni odios que perturben, traído al poder por la Unión

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PO'jJular, una de las· fuerzas organizadas más respetables que ha conocido liue::;tra historia política, estimulado por un amplio COll­

{,ur::;u de opinión en el que es para mí honroso señalar a la Unión

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iO M. LIZONDO BORDA

Proncial, guardian de muchas esperanzas de bien püblico, nop'iedo asIirar sino a la felicidad de todos mis conciudadanos.Cumpliré estos propósitos inspirado en la bandera liberal y ge-nerosa del partido politico que me trae al gobierno y recordan-do que desde hoy soy, ante todo, el magistrado que ha de presidircon imparcialidad los movimientos de la opinion y la lu3ha deJos partidus, manteniéndome extraflo y por encima de sus pasio-1is agitadas". Palabras que en parte confirman lo que antes expusimos; pucs revelan que el Ing. Nougués, candidato de laLTizion Popular, tuvo también el concurso de la Union Provincial,pra salir triunfante; y asI estos dos partidos —afiiies— estánya casi unidos, tanto que, después —hasta inciuIdo el Demócra-ta—, no serán sino un solo partido conservador, y en gran parte"aristocrático", frente al nuevo partido realmente democráticoy popular, que será el Radical. Por lo demás, debemos reconocerque el gobierno de Nougués, —hombre serio y culto—, se dese-rrolló normalmente y fué bastante progresista. Fuera de lo cual,se debe señaiar que durante su gobierno, en 1907, se reforma laConstitución Provincial de 1884, en los puntos que más adelantese verán. Dc modo que se puede concluir, que cumplió en generallas palabras de su discurso-programa, ya apuntadas.

1909-1916. -- Al Ing. Nougués sucedió en el gobierno el Dr.José Frias Silva, que habIa sido antes el jefe de la Union Popular.Su periodo fué ya de cuatro años (1909-1913), de acuerdo a laConstituciOn reformada de 1907, y se desenvoivió también nor-malmente; y su gobierno se distinguio por actos y meclidas deprugreso y cuitura como el anterior. La principal, sin duda, fuéIa icy de creación de la Universidad Provincial de Tucurnán, deIa cual hablaremos en la sección siguiente. Tocóle además al go-1ornador Frias Silva presidir, entre nosotros, la celebración dedos grandes centenarios: ci de la RevoluciOn de Mayo, ci año 10;y el de Ia Bataila del 24 de Setiembre, ci aflo 12. Este áltimo,por ser especial de Tucumán, se celebró con brillo extraordinario;sieri10 uno de sus actos más solemnes, —en presencia de obisposde toda la Repübiica— la coronación de Ia Imagen histórica deNuestca Señora de las Mercedes, a quien Beigrano irnpuso sihstón de mando después de la Batalla. Finaimente diremos queal Dr. FrIas Silva correspondió también poner en vigencia en

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Prunncial, guardián de muchas esperanzas de bien público, no puedo aspirar sino a la felicidad de todos mis conciudadanos. Cumpliré estos propósitos inspirado en la bandera liberal y ge­nerosa del partido político que me trae al gobierno y recordan­du que de3de hoy soy, ante todo, el magistrado que ha de presidir

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con imparcialidad los movimientos de la opinión y la lu ::.ha de lús partidús, manteniéndome extraño y por encima de sus pasio­ll¿S agiiadas·'. Palabras que en parte confirman lo que anteS' ex­pusimos; pues revelan que el Ing. N ougués, candidato de la U/~ión Popula,r, tuvo también el concurso de la Unión Provincial, pC.ra salir triunfante; y así estos dos partidos -afines- están ya casi unidos, tanto que, desPlfés -hasta incluído el Demócra­ta-, no serán sino un solo partido conservador, y en gran parte "aristocrático", frente " al nuevo partido realmente democrático y popular, que será el Radical. Por lo demás, debemos reconocer que el gobierno de Nougués, -hombre serio y culto-, se desa­rrolló normalmente y fué bastante progresista. Fuera de lo cual, se debe séñalar ql!.e durante su gobierno, en 1907, se reforma la C0nstitución Provincial de 1884, en los puntos que más adelante se verán. De modo que se puede concluir, que cumplió en general las palaLras de su discurso-:programa, ya apuntadas.

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1909-1916. - Al Ing. Nougués sucedió en el gobierno el Dr. José Frias Silva, que había sido antes el jefe de la Unión Popular. Su período fué ya de cuatro años (1909-1913), de acuerdo a la Com,titución reformada de 1907, y se desenvolvió t ambién nor­malmente; y su gobierno se distinguió por actos y medidas de pr0greso y cultura como el anterior. La principal, sin duda, fué

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I;;t ley de crEación de la Universidad Provincial de Tucumán, de la cual hablaremos en la sección siguiente. Tocóle además al go­brnador Frías Silva presidir, entre nosotros, la celebración de dos grandes centenarios: el de la R evolución de Mayo, el año 10; Y el de la Batalla del 24 de Setiembre, el año 12. Este último, por ser especial de Tucumán, se celebró con brillo extraordinario; siendO uno de sus actos más solemnes, --en presencia de obispos de toda la República- la coronación de la Imagen histórica de Nueska Señora de las Mercedes, a quien Belgrano impuso S '.1

bisión de mando después de la Batalla. Finalmente diremos qtfe al Dr. FríaS' Silva correspondió también poner en vigencia en

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R D ABREVE HISTORIA DE TTJCUMAN 211

anzas de bien páblico, notodos mis conciudadanosi la bandera liberal y ge-

al gobierno y recordan-istrado que ha de presidirla opinion y la lu3ha depor encima de sus pasio-)nfirman lo que antes ex-ougués, candidato de la0 de la Union Provincial,partidos —afines— estánista incluido el Demócra-ervador, y en gran parteLo realmente democrátjcotemás, debemos reconocerserio y culto—, se désa-

resista. Fuera de lo cual,, en 1907, se reforma lapuntos que más adelante, que cumplió en generala apuntadas.

dió en el gobierno el Dr.jefe de la Union Popular.EI-1913), de acuerdo a lalesenvolvió también nor-por actos y meclidas deprincipal, sin duda, fué

ovincial de Tucumán, dete. Tocóle adernás al go-sotros, la celebraciOn deción de Mayo, el aflo 10;el año 12. Este ültirno,on brillo extraordinario;-en presencia de obisposIa Imagen histórica de

en Beigrano impuso siFinalmente diremos queri poner en vigencia en

Tucumán, y velar por su cumplimiento, Ia famosa Ley SenzPeña sobre el sufragio libre, de voto secreto, que en polItica mar-ca una nueva época: y él lo hizo sin quejas —que nosotros sepa-inos—, perque era todo un caballero, de espIritu amplio y de-mocratico.

Antes do terminar su mandato, bajo dicha ley se hizo laelección de convencionales para el Colegio Electoral —que ya noera perinanente—, el cual debIa elegir ci nuevo gobernante. Y ede hacer notar que a dicha elección concurrió por la primera vezei Partido Racal, teniendo como candidato al Dr. Pedro L. Cor-net. Pero triunfó el Dr. Ernesto Padilla, no solo por ser el can-didato at los partidos conservadores fusionados, que entoiieeran mayoritarios, sino también por sus propios prestigios pci'-sonales —justo es reconocerlo—. Y el Dr. Padilla asumió el man-do de Ia Provincia el 2 de abril de 1913. Cuanto a su gobiernc,calificado por algunos de histórico, sin espacio para eilo nj ioexpQndremos en detaile, sabiendo además que es bastante conoido por varias publicaciones de ayer y hasta de ahora. AsI solo

diremos, en sjntesis: que el Dr. Padilla, caballero también, fuéun hoinbre cuitIsimo, democrático y patriota; y que por eso hizotodo el bien qiie pudo a su Provincia

'en progreso material y es-

piritual. Pero en lo que, sin duda, fué su gobierno rnás notable,Iué en el fomento de nuestra cuitura superior, bastante postei-gada hasta entonces. Basta decir que él puso en marcha Ia icyde creación de nuestra Universidad Provincial y a ésta en accióiieficaz, prestando ayucla inestimable a su primer Rector, ci Dr.Ju-'n B. Terán. Por otra parte se rodeo de un grupo de hombresbriliantes e ilustrados, patrocjnando sus estudios y sus publica.-cioiies, y en especial las de nuestro sabio Miguel Lillo, a quicnhizo rendii homenajes merecidos. Esto, y otros actos memarablesde su gobierr1o, que están en la ceiebración del Centenario de itDeciaracjOn de nuestra Independencia, pueden verse en la sec-eión siguiente.

Con la virtual terminación del gobierno del Dr. Padilla, afines de 1916, que es cuando ya en ]as elecciones ha triunfadoel Colegio Electoral radical, que elegira el nuevo mandatario dedicho partido, termina el primer ciclo de estos 30 años que his-toriamos, caracterizado por ser de gohernantes de fiiiación con-

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 211

Tucuman, Y velar por su cumplimiento, la famosa Ley S:hll'Z Peña sobre el sufragio libre, de voto secreto, que en política mar­ca una nueva época: y él lo hizo sin quejas --que nosotros sepa­mos·-, porque era todo un caballero, de espíritu amplio y de­mocrático.

Antes de terminar su mandato, bajo dicha ley se hizo la elección de convencionales para el Colegio Electoral --que ya no era permanente-, el cual debía elegir el nuevo gobernan'te. Y €3

de hacer notar que a dicha elección concurrió por la primera Ve"l

el Fart¿do Rad,~cal, teniendo como candidato al Dr. Pedro L. Cor­net. Pero triunfó el Dr. Ernesto Padilla, no sólo por ser el can­didato qtO los partidos conservadores fusionados, que entone?" eran mayoritarios, sino también por sus propios prestigios per­sonales -justo es reconocerlo-o Y el Dr. Padilla asumió el man­do de la Provincia el 2 de abril de 1913. Cuanto a su gobierno. calificá.do por algunos de histórico, sin espacio para ello no 10 expQndremos en detalle, sabiendo además que es bastante cono · .!ido por varias publicaciones de ayer y hasta de ahora. Así sólo dll'emos, en síntesis: que el Dr. Padilla, caballero también, fué , un hombre cultísimo, democrático y patriota; y que por eso hizu todo el bien <lÚe pudo a su Provincia, en progreso material y eS­piritual. Pero en lo que, sin duda, fué su gobierno más notable. fué en el fomento de nuestra cultura superior, bastante poster­gada hasta entonces. Basta decir que él' puso en marcha la ley de creación de nuestra Universidad Provincial y a ésta en acción eficaz, prestando ayuda inestimable a su primer Rector, el Dr. J'ui'n B. Terán. Por otra parte se rodeó de un grupo de hombrei! brillantes e ilustrados, patrocinando sus estudios y sus publica­ciOlH:S, y en especial las de nuestro sabio Miguel Lillo, a (}l'icn hizo rerldL.' homenajes merecidos. Esto, y otros actos memorable.:; ele su gobierrio, que están en la celebración del Centenario de la

Declaración de nuestra Independencia, pueden verse en la sec­ción siguiente.

Con la virtual terminación del gobierno del Dr. Padilla, a fines de 1916, que es cuando ya en las elecciones ha triunfado el Colegio Electoral radical, que elegirá el nuevo mandatario. de dicho partido, termina el primer ciclo de estos 30 años que his­toriamos, caracterizado por ser de gobernantes de filiación con-

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servadora, y se inicia el segundo, de gobernantes de filiaciónvdicai. Cuanto a nuestro juicio sobre ese ciclo terminado, di-remos que su primer lapso (1901-1909), si bien es de ascensoen 10 que al pueblo se refiere, cuyo espIritu empl'aza a desper-tarse, es de baja en las clases dirigentes, porque en ellas pare-cen primar las ambiciones económico-polIticas sobre los idealesético-politicos. Y en lo que respecta al segundo, ya puede de-cirse de ascenso en general tanto en lo tocante al pueblo, comoa las clases ilustradas, donde hay hombres que piensan y queescriben, y expresan sus aspiraciones polIticas de un modo le-vantado, sobre todo en cuanto a justicia social, que hasta en-tonces estaba, en gran parte, olvidada.

SEGUNDO CICLO (1917-1930)

1917-1924. - Este primer lapso del segundo ciclo, es elmás turbulento, en 10 politico, de estos 30 aflos iniciales de estesiglo, Ninguno de sus gobernantes Ilega a terminar su perlodo,pues éstos se cortan con intervenciones. El primero fué D. JuanBautista Bascary, un hombre honrado y bueno —de fortuna—,q'e es el prirnero radical, que asume el mando el 2 de abril de1917. Le toca iniciarse bajo la presidencia radical de HipólitoYrigoyen, cuyo partido, del cual era el jefe, gana por primeravez el poder en 1916. Bajo su gobierno nacional, Bascary pudorealizar el suyo, en Tucumán, de manera normal. Pero él noera verdadero politico; y además otros factores le impidieronhacerlo. TenIa que gobernar con la colaboración de hombresnuevos del partido, pocot y aun menos expertos; y él dejó delado a los mejores —que al fin se alejaron—, rodeándose, encambio, de los más listos o audaces. A lo cual debe agregarsla oposición de los conservadores, que, no resignados a la riér.dida de sus anteriores posiciones, le hicieron en seguida desd3la Legislatura en conflicto de poderes, en diciembre de 1917,para dirimir el cual vino la primera Intervención nacional (delDr. Garro), que lo sustituyó temporariamente en el mandoResuelto esto, a medidaos de 1918, se hace cargo del P. E.otra vez; y gobierna 2 años apenas, cuando el Presidente Yri-goyen, ante protestas de legisladores y sin duda por la presiónde una facción radical que se habIa abstenido de concurrir a

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se1'vadora, y se inicia el segundo, de gobernantes de filiación r '1dicaZ. Cuanto a nuestro juicio sobre ese ciclo terminado, di­remos que' su primer lapso (1901-1909), si bien es de ascenso en lo que al pueblo se refiere, cuyo espíritu emp:'2za a desper­tarse, es de baja en las clases dirigentes, porque en ellas pare­cen primar las ambiciones económico-políticas sobre los ideales ético-políticos. Y en lo que respecta al segundo, ya puede de­cirse de ascenso en general tanto en lo tocante al pueblo, como a las clases ilustradas, donde hay hombres que piensan y que escriben, y expresan sus aspiraciones políticas de un modo le­vantado, sobre todo en -cuanto a justicia social, que hasta en­tonces estaba, en gran parte, olvidada.

SEGUNDO CICLO (1917-1930)

1917-1924. - Este primer lapso del segundo cielo, es el más turbulento, en lo político, de estos 30 años iniciales de este siglo. Ninguno de sus gobernantes llega a terminar su período, pues éstos se cortan con intervenciones. El primero fué D. Juan Bautista Bascary, un hombre honrado y bueno -de fortuna-,

4.1J e es el primero radical, que asume el mando el 2 de abril dIO 1917. Le toca iniciarse bajo la presidencia radical de Hipólito Yrigoyen, cuyo partido, del cual era el jefe, gana por primera vez el poder en 1916. Bajo su gobierno nacional, Bas'cary pudo realizar el suyo, en Tucumán, de manera normal. Pero él no era verdadero político; y además otros fadores le impidieron hacerlo. Tenía que gobernar con la -colaboración de hombres nuevos del partido, poco~ y aun menos expertos; y él dejó de lado a los mejores -que al fin se alejaron-, rodeándose,' en cambio, de los más listos o audaces . A lo cual debe agregars'J la oposición de los conservadores, que, no resignados a la pér·· dida de sus anteriores posiciones, le hicieron en seguida desd ·~

la Legislatura en conflicto de poderes, en diciembre de 1917, para dirimir el cual vino la primera Intervención nacional (del Dr . Garro), que lo sustituyó temporariamente en el mando . Resuelto esto, a medidaos de 1918, se hace cargo del P. E . otra vez; y gobierna 2 años apenas, cuando el Presidente Yri­goyen, ante protestas de legisladores y sin duda por la presión de una facción radical que se había abstenido de concurrir a

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LIZONDO BO1DA

se inicia el segundo, de gobernantes de filiacióno a nuestro juicio sobre ese ciclo terminaco, di-primer lapso (1901-1909), si bien es de ascenso

Dueblo se refiere, cuyo espIritu empza a desper-aja en las clases dirigentes, porque en ellas pare-s anbiciOfleS económico-polIticas sobre los ideales

Y en lo que respecta al segundo, ya puede de-so en general tanto en lo tocante al pueblo, comolustradas, donde hay hombres que piensan y quepresan sus aspiraciofleS politicas de un modo le-e todo en cuanto a justicia social, que hasta en-en gran parte, olvidada.

SEGUNDO CICLO (1917-1930)

4. - Este primer lapso del segundo ciclo, es cibo, en lo politico, de estos 30 años iniciales de este.o de sus gobernantes liega a terminar su perIodo,cortan con intervenciofles. El prirnero fué D. Juanary, un hombre honrado y bueno —de fortuna—,

nero radical, que asume el mando el 2 de abril da iniciarse bajo la presidencia radical de Hipólitoyo partido, del cual era el jefe, gana por primeraen 1916. Bajo su gobierno nacional, Bascary pudosyo, en Tucumán, de manera normal. Pero él noo politico; y además otros factores le impidieronIa que gobernar •con la colaboración de hombresartido, pocos y ann menos expertos; y él dejó deej ores —que al fin se alejaron—, rodeándose, ens más listos o audaces. A lo cual debe agregarsde los conservadores, que, no resignados a la per .

-anteriores posiciones, le hicieron en seguida desd3a en conflicto de poderes, en diciembre de 1917,el cual vino la primera Intervención nacional (delque lo sustituyó temporariamente en el mando

C), a medidaos de 1918, se hace cargo del P. E.gobierna 2 aflos apenas, cuando el Presidente Yri-protestas de legisladores y sin duda por la presiónion radical qne se habIa abstenido de concurrir a

BREVE ilISTORIA BE T1JUIIMXN 213

las elecciones de gobernador, por un decreto vago, sin mayoresfundamentos, lo interviene definitivamente en noviembre del20. (Desde entonces gobiernan los interventores Alvarez deToledo, Nocetti y Nazar Anchorena, sucesivamente, hasta 1922,en que se elige nuevo mandatario) . CayO asI Bascary —ya p0-

bre—, envuelto en una telarafla, tejida primero por SUS oposi-tores politicos, y luego por sus propios partidarios, que porambiciones de mando o predominio no supieron ser ecuánimes.

Al gobernador D. Octaviano S. Vera, gran radical, hom-bre humilde —diremos— y amante del pueblo, que sucede a Bas-cary, Ic paso lo mismo, o parecido, aunque en forma más grave;porque, puesto en ci mando en abril de 1922, al año y medio,bajo la presidencia de Alvear, por un grave conflicto con laLegslatura opoitora, es intervenido a su vez y separado delcargo por el Interventor nacional, Dr. Gondra, en noviembrede 1923. (La Legislatura le habia promovido un juicio politico,a lo que él respondió disoiviéndola). Antes y después, a estegobernador se le acusó de manifiesta incompetencia, porque noera ilustrado; pero nadie podrá riegar que estaba identificadocon la masa del pueblo de toda la Provincia; y por pretenderhacerle la justicia social, a que ya terila innegable derecho, alchocar con tantos intereses creados que se le oponIan, cayó tam-bién. Fué primero calumniado y al ültimo olvidado. Sin em-bargo ahora, ya decantadas las pasiones, ci pueblo —a quiensirvió— quiere rendirle homenajes que de él los n3'n'ecia.

Entre las medidas de orden politico dictadas baja los go-biernos de estos dos mandatarios, entre las tormenbas que alfin los abatieron, son dignas de recordación: dos decretos deBascary, y dos leyes de Vera. Por los primeros Bascary hacedos creaciones: una la del "Departamento Provincial del Tra-bajo" (del 10 de diciembre de 1917) ; y la otra: la de "Aumentoprogresivo de sueldo al personal docente" (del 5 de marzo de1920); ambas fundadas en considerandos levantados, --sobretodo la ültima que satisfacIa una necesidad y reparaba una lar-ga injusticia—. En cuanto a las dos leyes del gobierno de Verauna We enero de 1923), "sobre jornada legal de trabajo", parajornaleros y obreros en general de toda la Proviricia, que "nopodrá exceder de 8 horas diarias o 48 horas semanales"; y laotra (de marzo del mismo afio), "sobre salario mInirno" para

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BREVE HISTORIA DE TUCU)1:AN 213

las elecciones de gobernador, por un decreto vago, sin mayores fundamentos, lo interviene definitivamente en noviembre del 20. (Desde entonces gobiernan los interventores Alvarez de Toledo, Nocetti y Nazar Anchorena, sucesivamente, hasta 1922, en que se elige nuevo mandatario). Cayó así Bascary -ya po­bre-, envuelto en una telaraña, tejida primero por sus oposi­tores políticos, y luego por sus propios partidarios, que por ambiciones de mando o predominio no supieron ser ecuánimes.

Al gobernador D. Octaviano S. Vera, gran radical, hom­bre humilde -diremos- y amante del pueblo, que sucede a Bas­cary, le pasó lo mismo, o parecido, -aunque en forma más grave; porque, puesto en el mando en abril de 1922, al año y medio, bajo la presidencia de Alvear, por un grave conflicto con la LegIslatura opo~itora, es intervenido a su vez y separado del cargo por el Interventor nacional, Dr. Gondra, en noviembre de 1923. (La Legislatura le había promovido un juicio político, a lo que él respondió disolviéndola). Antes y después, a este gobernador se le acusó de manifiesta incompetencia, po-rque no era ilustrado; pero nadie podrá negar- que estaba identificado con la masa del pueblo de toda la Provincia; y por pretender hacerle la justicia social, a que ya tenía innegable derecho, al chocar con tantos intereses creados que se le oponían, cayó tam­bién. Fué primero calumniado y al último olvidado. Sin em­bargo ahora, ya decantadas las pasiones, el pueblo -a quien sirvió- quiere rendirle homenajes que de él los m<~-(·ecía.

Entre las medidas de orden político dictadas ba.i ~ ) lo::; go­biernos de estos dos mandatarios, entre las tormenta:> que al fin los abatieron, son dignas de recordación: dos decretos de Bascary, y dos leyes de Vera. Por los primeros Bascul'y hace dos creaciones: una la del "Departamento Provinelal del Tra­bajo" (del 10 de diciembre de 1917) ; y la otra: la de "Aumento progresivo de sueldo al personal docente" (del 5 de marzo- de 1920); ambas fundadas en considerandos levantado", --sobre todo la última que satisfacía una necesidad y reparaba una lar­ga injusticia-o En cuanto a las dos leyes del gobierno de Vera: una (de enero de 1923), "sobre jornada legal de trabajo", para jornaleros y obreros en general de toda la Provincia, que "no podrá exceder de 8 horas diarias o 48 horas semanales"; y la otra (de marzo del mismo año), "sobre salario mínimo" para

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211 M. LIZONDO BOBDA 4los obreros, el cual no podia ser inferior a "cuatro pesos con20 centavos pr la jornada legal de trabajo", —cuando antesno llegaba acaso a la mitad—; son dos leyes obreras que Paraesos aflos eran casi revolucionarias, aun siendo de estricta jus-ticia social.

Por ültimo, de este lapso (1917-1924) diremos: que esdescenso, aunque no en el pueblo, sino en las clases dirigentesde la cuaes, unos por defender sus intereses económicos y porser opositores, y otros por ambiciones de mando, dividiendo elnuevo partido triunfante, no supieron sin duda ponerse a laaltura de los nuevos tiempos; y asI trabaron de todos modos laacciOn de los gobernantes, y no descansaron hasta eliminarlos.

stos tuvieron las más sanas y renovadoras intenciones, con laplena adhesion del pueblo, que les respondIa; Pero aquellos, envez de conformarse y dejarlos tranquilos, los pelearon y losanularon. Con más patriotismo, pudieron concretarse a hacercrItica benéfica y esperar... y nada dé esto hicieron. Perocosas como éstas siempre ocurren, al principio, con los gobier-nos nuevos, que vienen a suplantar a los viejos, y a imponernormas nuevas en polItica, realmente democráticas.

1924-1930. - Este ültimo lapso corresponde al primer go-bierno del Dr. Miguel M. Campero y al gobierno inconcluso delIng. José G. Sortheix, ambos también radicales y elegidos poramplia mayorIa partidaria. De Campero —muerto hace poco— di-remos que era radical, aunque no militante politico. Era ma-gistrado de nuestra Corte Suprema de Justicia, donde el partidofué a buscarlo Para ofrecerle la candidatura a la gobernacion.Y ya en el Poder se reveló como un hábil politico: no hacIadiscursos, sabIa callar y nooltaba prenda asI no más. Comohombre de ley, siendo también un espIritu recto, hizo un buengobierno, de orden y administracjón. Y Para ello tuvo suerteademás, pues la oposición no lo molestó mayormente, debidoacaso a sus vinculaciones con su dirigentes, que lo respetaban,—dentro de las criticas, solapadas o abiertas, que por la prensase le hacIan—. No detallaremos aquI sus medidas de Progresoy cultura, que están en los datos comprobatorios de más ade-lante, correspondientes —por los años— a su gestión de go-bernante. Y asI solo mencjonaremos algunos pasajes de interés

314. M. L 1 Z O N D O B O R D A

los obreros, el cual no podía ser inferior a "cuatro pesos con 20 centavos por la jornada legal de trabajo", -cuando antes no llegaba acaso a la mitad-; son dos leyes obreras que para esos años eran casi revolucionarias, aun siendo de estricta jus­ticia social.

Por último, de este lapso (1917-:1924) diremos : que es d ,~

des,censo, aunque no en el pueblo, sino en las clases dirigentes de la;:, cuaies, unos por defender sus intereses económicos y p or ser opositores, y otros por ambiciones de mando, dividiendo el nuevo partido triunfante, no supieron sin duda ponerse a la altura de los nuevos tiempos; y así trabaron de todos modos la acción de los gobernantes, y no · descansaron hasta eliminarlos. Éstos tuvieron las más sanas y renovadoras intenciones, con la plena adhesión del pueblo, que les . respondía; pero aquéllos, en vez de conformarse y dejarlos tranquilos, los pelearon y los anularon. Con más patriotismo, pudieron concretarse a hacer crítiea benéfica y esperar... y nada de esto hicieron. Pero cosas como éstas siempre ocurren, al principio, con los gobier­nos nuevos, que vienen a suplantar a los viejos, y a imponer normas nuevas en política, realmente democráticas.

1924-1930. - Este último lapso corresponde al primer go­bierno del Dr. Miguel M. Campero y al gobierno inconcluso del Jng. José G. Sortheix, ambos también radicales y elegidos por amplia mé'.yoría partidaria. De Campero -muerto hace poco- di­remos que era radical, aunque no militante político. Era ma­gistrado de nuestra Corte Suprema de Justicia, donde el partido fué a buscarlo para ofrecerle la candidatura a la gobernación. y ya en el Poder se reveló como un hábil político: no hacía discursos, sabía callar y nc;> ~oltaba prenda así no más. Como hombre de ley, siendo también un espíritu recto, hizo un buen gobierno, de orden y administración. Y para ello tuvo suerte además, pues la oposición no lo molestó mayormente, debido acaso a sus vinculaciones con su dirigentes, que lo respetaban, -dentro de las críticas, solapadas o abiertas, que por la prensa se le hacían- . No detallaremos aquí sus medidas de progreso y cultura, que están en los datos compTobatorios de más ade­lante, correspondientes -por los años- a su gestión de go­bernante. Y así sólo mencionaremos algunos pasajes de interés

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I) A JOBEVE HISTORIA DE TTJ(1:MAX 210

a "cuatro pesos conajo", —cuando antesyes obreras que Paraiendo de estricta jus-

diremos: que eslas clases dirigentes

ses económicos y pormando, dividiendo ci

1 duda ponerse a laon de todos modos laon hasta eliminarios.as intenciones, con lalIa; Pero aquéllos, en;, los pelearon y losconcretarse a haceresto hicieron. Perocipio, con los gobier-viejos, y a imponer

ocráticas.

sponde al primer go-bierno inconcluso dellicales y elegidos porluerto hace poco— di-te politico. Era ma-icia, donde el partidora a la gobernacion.il politico: no hacIaa asI no más. Comorecto, hizo un buen

ara ello tuvo suertemayormente, debido

s, que lo respetaban,as, que por Ia prensamedidas de progresoWorios de más ade-a su gestión de go-Ds pasajes de interés

de sus mensajes, sobre todo los que se refieren a la polItica deentonces.

En su primer merisaje (de abril de 1925), habla de la tran-quilidad polItica, de que se disirutaba, y dice: "Respetuoso demis adversarios politicos, he gobernado con ml partido en launidad integral de sus fuerzas y responsabilidades, sin prefe-rencias ni exciusivismos para nadie". .. En el segundo (de ma-yo de 1926) expresa: "Como gobernante y como hombre de par-tdo debo lamentar en primer término la division de la poderosafuerza popular que me ha traido al gobierno; Pero abrigo laesperanza de que serenadas las pasiones y ante los graves ydecisivos problemas politicos que han de presentarse en breve,la union y la concordia se impondrán Para realizar el máximoesfuerzo en la lucha por los comunales ideales cIvicos". Sobrlo cual diremos que, ya desde el gobierno de Bascary, el PartidoRadical aparece dividido; y en el de Vera, por lo menos, endos fracciones: la UniOn. CIvica Radical de Tuc'amán y la UnionCivica Radical Independiente; y que en cuanto a los otros par-tidos, estaban el Partido Sooiajlista y el Partido Liberal (lIa-mado antes Demócrata Progresista), siendo este ültimo Ia f u-sión de todos los anteriores conservadores, de que ya hemoshablado. Por ñltimo, en su mensaje final (de mayo del 28),hablando de las elecciones, primero de gobernador, y luego, doPresidente de la Repüblica, Campero dice esto que es interesan-te: "Jamás ha presenciado Tucumán una lucha más ardiente,en la que los partidos y los hombres han agotado los recursode su propaganda, amparados en todo momento por la accióniniparcial de mi gobierno ... Analizados en su conjunto los til-

timos acontecimientos politicos, dejan la sensación de seguridadde ]as instituciones que nos rigen y arraiga en el espIritu laconvicción de que los valores morales se imponen sobre las corn-binaciones artificiales de los intereses partidarios". A lo cual,clesp'oés de referirse a "la enorme superioridad numérica delradicalismo en Tucumán, que obtuvo la mayorIa absoluta devotos y de electores sobre todos sus adversarios j untos", agregapor fin lo siguiente: "Eran mis deseos, que el radicalimo re-solviera todos sus problemas dentro de su propio organismo:Pero producida en forma definitiva su division en dos tendon-cias, una de las cuales buscaha y encontraba el apoyo entusia4a

BREVE HISTORIA DE TUCUM:A~ 21.j

de sus mensajes, sobre todo los que se refieren a la política de entonces.

En su primer mensaje (de abril de 1925), habla de la tran­quilidad política, de que se disfrutaba, y dice: "Respetuoso de mis adversarios políticos, he gobernado con mi 'Partido en la unidad integral de sus fuerzas y responsabilidades, sin prefe­

rencias ni exclusivismoS' para nadie". " En el segundo (de ma-yo de 1926) expresa: "Como gobernante y como hombre de par­tdo debo lamentar en primer término la división de la poderosa fuerza popular que me ha traído al gobierno; pero abrigo la esperanza de que serenadas las pasiones y ante los graves y decisivos problemas políticos que han de presentarse en breve, la unión y la concordia se impondrán para realizar el máximo esfuerzo en la lucha por los comunales ideales cívicos". Sobr~

lo cual diremos que, ya desde el gobierno de Bascary, el Partido Radical aparece dividido; y en el de Vera, por lo menos, en dos fracciones: la Unión Cívica Radica¿ de Tuoumán y la Unión CiVlca Radical Independiente; y que en cuanto a los otros par­tidos, estaban el Partido SooiaJli8t~ y el Partido Liberal (lla­mado antes Demócrata Progresista), siendo este último la fu­sión de todos los anteriores conservadores, de que ya hemos hablado . Por último, en su mensaje final (de mayo del 28), hablando de las elecciones, primero de gobernador, y luego, de Presidente de la República, Campero dice esto que es interesan­te: "Jamás ha presenciado Tucumán una lucha más ardiente, en la que los partidos y los hombres han agotado los recurs03 de su propaganda, amparados en todo momento por la acción imparcial de mi gobierno . .. Analizados en su conjunto los úl­timos acontecimientos políticos, dejan la sensación de seguridad de las instituciones que nos rigen y arraiga en el espíritu la convicción de que los valores morales se imponen sobre las com­binaciones artificiales de los intereses partidarios" . A lo cual, despClés de referirse a "la enorme superioridad numérica del radicalismo en 'l'ucumán, que obtuvo la mayoría absoluta de votos y de electores sobre todos sus adversarios juntos", agrega por fin lo siguiente: "Eran mis deseos, que el radicalimo re­solviera todos sus problemas dentro de su propio organismo; pero producida en forma definitiva su división en dos tenden­cias, una de las cuales buscaba y encontraba el apoyo entusiasta

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13 M. LIZONDO BOUDA

de las fuerzas conservadoras, tradicionalmente adversarjas delpartido, mi conciencia ciudadana y mi lealtad de mandatariome imponIan el deber de manifestar mis simpatIas hacia la que,en mi sentir, representa el espIritu democrático del radicalismocon sus anhelos de reivindicacjón económica y social". En locual nosotros le damos la razón.

Cuanto al gobierno de Sortheix, expresaremos que empezOa ser también un buen gobierno. Si Campero fué un hombre deley, Sortheix fué un hombre de nñmeros, lo que le sirvió parahacer bien ]as cosas donde éstos imperan. Pero era además unespIritu culto y de rectas intenciones, aunque reconoce que al-guna vez pudo haberse equivocado, "porque propias son lasequivocaciones de la naturaleza humana". Varias son las mcdidas de orden ético-politico dictadas durante so gobierno; peroaquI solo mencionaremos lo que él expone en su primer men-saje de abril de 1929 y en el Oltimo, de abril de 1930. En elprimero, alildiendo —sin duda— a la prensa brava de esos aflos,expresa: "Se ha prestigiado la función de la prensa. Tengo unalto concepto de esa función; me merecen sus colaboradores larnás sincera consideración, pero no debemos tolerar que al am-paro de la libertad que los órganos de publicidad deben dis-frutar, se cobijen el asalto y el libertinaje envueltos en letrasde molde, porque esas formas de delincuencia requieren tambiénmedidas que las repriman. Es indispensable tutelar contra eldicterio y la calumnia a las personas y a los hogares de Tucu-man". Y en el ültimo —al que agrega numerosos informes—,refiriéndose a instrucciOn püblica refiere: que en el año 29 sehabian creado "nuevas escuelas infantiles y para que los be-neficios de la enseñanza aicancen también a la población obre-ra", una "primera escuela práctica de El Hogar en Villa 9 deJulio"; que en ese ailo hablan "funcionado 19 escuelas supe-riores y 222 escuelas elementales, irifantiles, auxiliares, etc." yque "la inscripción para todas las escuelas fué de 48.131 alum-nos". En cuanto a la parte polItica de dichos mensajes, dic'en el primero, que en ]as elecciones pasadas "Se ha mantenicloincólurne Ia cultura cIvica de nuestro pueblo, que progresiva-mente va perfeccioriando su capacidad ciudadana para el ejer-cicic de sus derechos": y en el segundo, antes de repetir algoFor el 1 t fn Ht mis uCnon s do man-

BREVE luST

datario y a la ética del paique ahora ocupo, he ajustagobernante a las prescripc:Leyes.. ." Sin embargo, —a,militar que copO sorpresivaiYrigoyen en Buenos Aires,también la deposición —porgolpe su gobierno —como Ionsin razón valederas de ninmoralizar el Pals; y se emplo menos— un hecho queera una enormidad.

Finalmente, enjuiciandes de elevación en general,tración; y que sus gobernayoritaria del pueblo hicierotando el partido divididopartidarios y frente a prola industria azucarera— adescenso no estuvo pues enacional, en la segunda pretaba para gobernar... CieRadical se habia corronipidsino en la mayor parte (leingresaron en él solo paraPero eso de ninguna maneruciego y hasta torpe, con lamente con la de TucumItn,tal, ,para qué? La respuestguen, del 30 en adelanto. PC

tori

:::16 M. L 1 Z O N D O B O R D A

de las fuerzas conservadoras, tradicionalmente adversarias del partido, mi conciencia ciudadana y mi lealtad de mandatario me imponían el deber de manifestar mis simpatías hacia la que, en mi sentir, representa el espíritu democrático del radicalismo con sus anhelos de reivindicación económica y social". En lo cual nosotros le damos la razón.

Cuanto al gobierno de Sortheix, expresaremos que empezó a ser también un buen gobierno. Si Campero fué un hombre de ley, Sortheix fué un hombre de números, lo que le sirvió para hacer bien las cosas donde éstos imperan. Pero era además un espíritu ,culto y de rectas intenciones, aunque reconoce que al­guna vez pudo haberse equivocado, "porque propias son las equivocaciones de la naturaleza humana". Varias son las mE: didas de orden ético-político dictadas durante su gobierno; pero aquí sólo mencionaremos lo que él expone en su primer men­saje de abril de 1929 y en el último, de abril de 1930. En el primero, alúdiendo -sin duda-- a la prensa brava de esos años, expresa: "Se ha prestigiado la función de la prensa. Tengo un alto concepto de esa función; me merecen sus colaboradores la más sincera consideración, pero no debemos tolerar que al am­paro de la libertad que los órganos de publicidad deben dis­frutar, se cobijen el asalto y el libertinaje envueltos en letras de molde, porque esas formas de delincuencia requieren también medidas que las repriman. Es indispensable tutelar contra el dicterio y la calumnia a las personas y a los hogares de Tucu­mán". Y en el último -al que agrega numerosos informes-, refiriélldose a instrucción pública refiere: que en el año 29 se habían creado "nuevas escuelas infantiles y para que los be­neficios de la enseñanza alcancen también a la población obre­ra", una "primera escuela práctica de El Hogar en Villa 9 de Julio"; que en ese año habían "funcionado 19 escuelas supe­riores y 222 escuelas elementales, infantiles, auxiliares, etc," y que "la inscripción para todas las escuelas fué de 48.131 alum­nos". En cuanto a la parte política de dichos mensajes, dioe en el primero, que en las elecciones pasadas "se ha mantenido incólume la cultura cívica de nuestro pueblo, que progresiva­mente va perfeccionando su capacidad ciudadana para el ejer­

c.Ícic de sus derechos"; y en el segundo, antes de repetir algo por el estilo afirma: "Siempre fiel a mis juramentos de man-

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adversarias deld de mandatariotIas hacia la que,o del radicalismov social". En lo

rnos que empezóue un hombre deLie Ic slrvió paraD era además unreconoce que al-propias son lasrias son las nieu gobierno; perosu primer men-de 1930. En elva de esos aflos,rensa. Tengo uncolaboradores lalérar que al am-idad deben dis-

vueltos en letrasquieren también;utelar contra elogares de Tucu-osos informes—,en el aflo 29 seara que los be-

, población obre-tr en Villa 9 de

escuelas supe-.xiliares, etc." y

datario y a la ética del partido politico que me llevó al cargque ahora ocupo, he ajustado, en todo momento mis actos dgobernante a las prescripciones de la Constitución y de ItLeyes.. ." Sin embargo, —añadiremos para terminar—, el golpmilitar que copó sorpresivamente el Poder Nacional y. depuso it

Yrigoyen en Buenos Aires, el 6 de setiembre de 1930, ocasionCtambién la deposición —por teléfono— de Sortheix, cortando (golpe su gobierno —como los demás de provincia—, sin causa vsin razón valederas de ninguna especie. Se dijo que se querf it

moralizar el Pals; y se empeó cometiendo, —en Tucumán, polo menos— un hecho que constitucionalmente, y moralmente.era una enormidad.

Finalmente, enjuiciando este lapso tucumano, diremos ques de elevación en general, sobre todo en progreso y admini-tración; y que sus gobernantes radicales, con la adhesion rn-yoritaria del pueblo hicieron todo lo mejor que pudieron, etanclo el partido dividido por ambiciones de muchos de supartidarios y frente a problemas económicos —en especial (it

Ia industria azucarera— apremiantes y de diflcil solución. Ftdescenso no estuvo pues, en la Provincia; estuvo en el ordetnacional, en la segunda presidencia de Yrigoyen, que ya no e-taba para gobernar... Cierto es también que el gran Parti6.Radical se habla corrompido bastante, aunque no en el puehisino en la mayor parte de sus dirigentes, muchos de los cuahingresaron en él solo para medrar y adquirir preeminenciaPero eso de ninguna manera autorizaba a arrasar, de modo tatciego y hasta torpe, con las autonomlas provinciales, especialmente con la de Tucumán, que nada de esto merecla... Y, ttal, ,para qué? La respuesta está dada por los hechos que sI

guen, del 30 en adelante, pero que ya escapan a esta breve hhtoria.

BlmVE HISTORIA DE TUCUMAN 217

datario y a la ética del partido político que me llevó al cargo que ahora ocupo, he ajustado, en todo momento mis actos de

gobernante a las prescripciones de la Constitución y de las Leyes ... " Sin embargo, -añadiremos para terminar-, el golpe militar que copó sorpresivamente el Poder Nacional y: depuso a Yrigoyen en Buenos Aires, el 6 de setiembre de 1930, ocasionó también la deposición -por teléfono- de Sortheix, cortando de golpe su gobierno -como los demás de provincia-, sin causa y sin razón valederas de ninguna especie. Se dijo que se quería moralizar el País; y se empe21ó cometiendo, -en Tucumán, por 10 menos- un hecho que constitucionalmente, y moralmente, era una enormidad.

Finalmente, enjuiciando este lapso tucumano, diremos que es de elevación en general, sobre tono en progreso y adminis­tración; y que sus gobernantes radicales, con la adhesión ma­yoritaria del pueblo hicieron todo lo mejor que pudieron, es­tando el partido dividido por ambiciones de muchos de sus partidarios y frente a problemas económicos -en especial de la industria azucarera- apremiantes y de difícil solución. El descenso n<1 estuvo pues, en la Provincia; estuvo en el orden nacional, en la segunda presidencia de Yrigoyen, que ya no es­taba para gobernar... Cierto es también que el gran Partido Radical se había corrompido bastante, aunque no en el pueblo sino en la mayor parte de sus dirigentes, muchos de los cuales ingresaron en él sólo para medrar y adquirir preeminencias. Pero eso de ninguna manera autorizaba a arras,ar, de modo tan ciego y hasta torpe, con las autonomías provinciales, especial­mente con la de Tucumán, que nada de esto merecía .. ~ Y, to­tal, ¿ para qué? La respuesta está dada por los hechos que si­guen, del 30 en adelante, pero que ya escapan a esta breve his­toria.

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II

NOTICIAS COMPLEMENTARIAS

1

ADELANTO GENERAL

i))lOe/Qj. - Segün Latzina, de acuei'clo al cñleulo hecho"con las razones geornétricas del crecimiento observadas entrecada dos censos sucesivos", la población de Tucumán, que en1900 era de 235.859 habitantes, en 1910 era de 288.607. Y en1914, ya con datos más precisos, de acuerdo al 3er. Censo Na-cional de ese año, nuestra provincia tenIa un total de 332.933habitantes, distribuldos entre sus departamentos asI: la Capi-tal, 100.080; Burruyacu, 14.984; Cruz Alta, 43.253; Chicli-gasta, 29.199; Famaillá, 36.083; Graneros, 13.681; Leales.14.254; Monteros, 31.846; Rio Chico, 27.059; Tafl, 16.637:Trancas, 5.857. La ciudad de Tucumán contaba entonces con91.216 habitantes, de los cuales 17.884 eran extranjeros; y eltotal de éstos en la Provincia, 32.618. Y por ültimo agrega-remos que, segün Kuhn, hacia 1928, Tucumán tendrIa ya 427.906habitantes, y la ciudad, 116.000.

Caminos. - Hacia 1924, como dijera nuestro geógrafjAntonio M. Correa, los caminos nacionales de Tucumán a Salta,a Catamarca y Santiago, seguIan "más o menos el itinerario delos ferrocarricales Central Norte a Salta, Noroeste Argentinoy Central Argentino, respectivamente, y sirvieron para marcarla dirección de cada uno de ellos".. . De Concepción partIa "unramal importante hacia el Oeste", hasta el Fuerte de Andalgalá,en Catamarca. Y hahIa otros eaminos provinciales, como los

II

NOTICIAS COMPLEMENTARIAS

1

-ADELANTO GENERAL

Población. - Según Latzina, de acuerdo al cálculo hecho "con las razones geométricas del crecimiento observadas entre cada dos censos sucesivos", la población de Tucumán, que en 1900 era de 235.859 habitantes, en 1910 era de 288.607. Y en 1914, ya con datos más precisos, de acuerdo al 3er. Censo Na­cional de ese año, nuestra provincia tenía un total de 332.933 habitantes, distribuídos entre sus departamentos así: la Capi­tal, 100.080; Burruyacu, 14.984; Cruz Alta, 43.253; Chicli­gasta, 29.199; FamailIá, 36 .083; Graneros, 13.681; Leales, 14.254; Monteros, 31.846; Río Chico, 27.059; Tafí, 16.637; Trancas, 5.857. La ciudad de Tucumán contaba entonces con 91.216 habitantes, de los cuales 17.884 eran extranjeros; y el total de éstos en la Provincia, 32.618. Y por último agrega­remos que, según Kuhn, hada 1928, Tucumán tendría ya 427.906 habitantes, y la ciudad, 116.000.

Caminos. Hacia 1924, como dijera nuestro geógrafo t- Antonio M. Correa, los caminos nacionales de Tucumán a Salta,

a Catamarca y Santiago, seguían "más o menos el itinerario de los ferrocarricales Central Norte a Salta, Noroeste Argentino y Central Argentino, respectivamente, y sirvieron para marcar la dirección de cada uno de ellos". .. De Concepción partía "un ramal importante hacia el Oeste", hasta el Fuerte de Andalgalá, en Catamarca. y había otros caminos provinciales, como los

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Eli

220 M. LIZONDO BOEDA

que conducIan a TafI del Valle y a los Valles CaichaquIes, através de las montaflas, y el que iba por las sierras del Nortehasta el Rio del Nio y Puerta de Palavecino; y muchos otrosgenerales, comunales o municipales, que atravesaban la Provin-cia en todas direcciones.

Telégrafo nacional. - Desde principios de siglo hasta el30 las lIneas telegráficas nacionales, de 1, 2, y 3 hilos liegabana nuestra ciudad y salIan de ella a todos los rumbos, a la parde los ferrocarriles y hasta alejados de éstos, como la que ibahasta Colalao del Valle. Y segdn Correa tenIan ya cerca de800 kilómetros de extension en toda la Provincia.

Ferrocarriles. - Desde comienzos del siglo Tucumán con-taba ya con 5 lIneas férreas: las del Central Córdoba, CentralNorte a Salta, Noroeste Argentino, Central Norte a San Cris-tóbal y Central Argentino, fuera de muchos ramales y empal-mes, en una extension de 800 kilómetros. El ferrocarril CentralCOrdoba con ramales a ingenios, tenIa en el sur 128 kilómetros; el Central Norte a Salta, 91; el Noroeste Argentino, pro-vincial, 141, corriendo por la orilla de nuestras montaflas delsur; el Central Norte a San Cristóbal, 65 en su lInea principal,82 en su ramal a Antillas y 42 en su ramal a Leales; y el Cen-tral Argentino, 62, sin sus ramales a La Ramada y Agua Duice.

Pueblos de la Provincia. - Hacia 1925, segün Correa, lospueblos de la Provincia más adelantados eran los siguientes:Monteros, cabeza de su departamento, con 5.0Q0 habitantes,"buenos edificios, calles pavimentadas, estación de ferrocarril,banco, correo, telégrafo, hospital, Municipalidad, EscribanIa deregistro, Escuela Normal Nacional", biblioteca (Mitre) con4.500 volümenes, "comercio activo e industria florecientes";Concepción, cabeza de Chicligasta, con 4.000 abitantes, modernaedificación, plaza y calles pavimentadas, hoteles, mercado, hos-pital y Escuela de Comercio, oficina de correos y banco, biblio-teca (Avellaneda) con 3.500 voldmenes y centro de movimientocomercial e industrial a todos rumbos hasta con Andalgalá deCatamarca; en Rio Chico, Agnilares, con 3.000 habitantes, bue-na edificación y luz eléctrica, como los anteriores, biblioteca po-pular de 3.000 voiümenes y gran movimiento comercial e in-dustrial; en el mismo departamento, Villa Albercli, de los flue-vos el muis adelantado, con 1.800 habitantes, modernos edificios,

BREVI

ccntro "comercial e 1hasta la provincia dedante" de maderas dehabitantes, estaciónpero que en lo demásen Cruz Alta, con 1comercio, aunque corViejo, en TafI, con 1dad, que empezaba ccrroviarios; Gra'neroshabitantes, antiguo,beza también de su (telegrafo nacional, tEteca popular de 2. OCviejas, que poco prosI Parte. Entre los rMarcos Paz, en TafI,na; Villa Nougués,lugar de veraneo; RBurruyacu; San Pectre Jos rIos Tacanas

Ciudad de Tucwinuestra ciudad tenImadera, 80 de granilzadas. Estaba ya rcmo ser: Alta GraciaLobo, Villa 9 de Julla Plaza Independel]habIa en ella la Plazblicista, hecha por Igrano, en el calTiPOtrasladada all; la Pla Plaza Urquiza; hUmberto I (hoy Yrhistórico, tenIa el Sdentro de una magilnario de 1916. Enttacaban: el Colegiola Nación; y entre l

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que conducían a Tafí del Valle y a los Valles Calchaquíes, a través de las montañas, y el que iba por las sierras del Norte hasta el Río del Nío y Puerta de Pala vecino; y muchos otros generales, comunales o municipales, que atravesaban la Provin­cia en todas direcciones.

Telégrafo nacional. - Desde principios de siglo hasta el 30 las líneas telegráficas nacionales, de 1, 2, Y 3 hilos llegaban a nuestra ciudad y salían de ella a todos los rumbos, a la par de los ferrocarriles y hasta alejados de éstos, como la que iba

+- hasta Colalao del Valle. Y según Correa tenían ya cerca de 800 kilómetros de extensión en toda la Provincia.

FerroDaniles. - Desde comienzos del siglo Tucumán con­taba ya con 5 líneas férreas: las del Central Córdoba, Central Norte a Salta, Noroeste Argentino, Central Norte a San Cris­tóbal y Central Argentino, fuera de muchos ramales y empal­mes, en una extensión de 800 kilómetros. El ferrocarril Central Córdoba con ramales a ingenios, tenía en el sur 128 kilóme tros; el Central Norte a Salta, 91; el Noroeste Argentino, pro­vincial, 141, corriendo por la orilla de nuestra,s montañas del sur; el Central Norte a San Cristóbal, 65 en su línea principal, 82 en su ramal , a Antillas y 42 en su ramal a Leales; y el Cen­tral Argentino, 62, sin sus ramales a La Ramada y Agua Dulce.

P·ueblos de la Provincia. - Hacia 1925, según Correa, los pueblos de la Provincia más adelantados eran los siguientes: Monteros,cabeza de su departamento, con 5.0QO habitantes, "buenos edificios, calles pavimentadas, estación de ferrocarril, banco, correo, telégrafo, hospital, Municipalidad, Escribanía de registro, Escuela Normal Nacional", biblioteca (Mitre) con 4.500 volúmenes, "comercio activo e industria florecientes"; Concepción, cabeza de Chicligasta, con 4.000 abitantes, moderna edificación, plaza y calles pavimentadas, hoteles, mercado, hos­pital y Escuela de Comercio, oficina de correos y banco, biblio­teca (Avellaneda) con 3.500 volúmenes y centro de movimiento comercial e industrial a todos rumbos hasta con Andalgalá de Catamarca; en Río Chico, Aguilares, con 3.000 habi:tantes, bue­na edificación y luz eléctrica, como los anteriores, biblioteca po­pular de 3.000 volúmenes y gran movimiento comercial e in­dustrial; en el mismo departamento, Villa Alberdi, de los nue­vos el más adelantado, con 1.800 habitantes, modernos edificios,

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BREVE HISTORIA DE T1JcIJMAN 221

ccritro "comercial e industrial de una gran zona", que ilegabahasta la provincia de Catamarca, y "mercado y depósito abun-dante" de maderas de construcción; Lules, en Famaillá, con 1.500habitantes, estación ferroviaria, correo, telégrafo y teléfono,pero que en lo demás se habIa detenido; Alderetes, pueblo viejo,en Cruz Alta, con 1.500 habitantes, buenos edificios y activocomercio, aunque como el anterior sin otros adelantos; TafIViejo, en TafI, con 1.500 habitantes, ilamado a gran prosperi-dad, que empezaba con los Talleres nacionales de materiales fe-rroviarios; Graneros, cabeza de su departamento, con 1.000habitantes, antiguo, pero de progreso estancado; Famaillá, Ca-beza también de su departamento con 1.000 habitantes, correo,telegrafo nacional, teléfono, iglesia y escuela, y con una biblio-teca popular de 2.000 voldmenes; y Trancas, villa de las milsviejas, qu'e poco prosperaba, al igual que otras ya citadas en laI Parte. Entre los pueblos nuevos, que surgIan, estaban: VillaMarcos Paz, en Tafi, cerca de la Capital, próximo a Yerba Bue-na; Villa Nougués, en Famaillá, sobre la montafla, pintorescolugar de veraneo; Ranchillos, en Cruz Alta; Timbó Nuevo, enBurruyacu; San Pedro de Colalao, "bonita villa veraniega en-tre los rIos Tacanas y las Tipas"; etc.

Ciudad de Tucumdn. — Segün datos de Correa, hacia 1925 .\nuestra ciudad tenIa unas 200 cuadras con pavimentación demadera, 80 de granito y 20 de cantos rodados, y 150 macadni-zadas. Estaba ya rodeada de muchos centros de población, co-mo ser: Alta Gracia, Nuevos Mataderos, Villa Pellegrini, VillaLobo, Villa 9 de Julio, Villa Alem, Villa Lujn, etc. Fuera dela Plaza Independencia central con la estatua de la Libertad,habla en ella la Plaza Alberdi, ya con la estatua de nuestro pu-blicista, hecha por Lola Mora, como la anterior; la Plaza Bel-grano, en el campo de la Ciudadela, con la estatua de Belgranotrasladada allI; la Plaza San Martin, con la estatua del prócer;la Plaza Urquiza; la Plaza La Madrid, en el Bajo; y la PlazaUmberto I (hoy Yrigo yen). Como su más grande monumentohistórico, tenIa el Salon donde se juró nuestra Independencia,dentro de una magnIfica Rotonda, inaugurada antes del Cente-nario de 1916. Entre sus edificios püblicos nacionales se des-tacaban: el Colegio Nacional, la Escuela Normal y el Banco deIa N acin; y entre los provinciales y de otras enticlades: el Pa-

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a los Valles CalchaquIes, aiba por las sierras del Norte

E! Palavecino; y muchos otross, que atravesaban la Provin-

principios de siglo hasta eles, de 1, 2, y 3 hilos liegabana todos los rumbos, a la par

los de éstos, como la que ibari Correa tenIan ya cerca deDda Ia Provincia.nzos del siglo Tucumán con-del Central Córdoba, Central

o, Central Norte a San Cris-de muchos ramales y empal-Betros. El ferrocarril CentraltenIa en el sur 128 kilórne

el Noroeste Argentino, pro-la de nuestras montaflas delbal, 65 en su lInea principal,su ramal a Leales; y el Cen-a La Ramada y Agua Dulce.

lacia 1925, segün Correa, losantados eran los siguientes:iento, con 5.000 habitantes,adas, estación de ferrocarril,Municipalidad, EscribanIa deal", biblioteca (Mitre) cono e industria florecientes";con 4.000 abitantes, modernatadas, hoteles, mercado, hos-ia de correos y banco, biblio-ienes y centro de movimientoibos hasta con Andalgala des, con 3.000 habitantes, bue-los anteriores, biblioteca po-movimiento comercial e in-

:0, Villa Alberdi, de los flue-abitantes, modernos edificios,

BREVE HISTORIA DE TUGUMAN 22]

centro "comercial e industrial de una gran zona", que llegaba h<lst¿¡, la provincia de Catamarca, y "mercado y depósito abun­dante" de maderas de construcción; Lules, en Famaillá, con 1.500 habitantes, estación ferroviaria, correo, talégrafo y teléfono:, pero que en lo demás se había detenido; Alderetes, pueblo viejo, en Cruz Alta, con 1 .500 habitantes, buenos edificios y activo comercio, aunque como el anterior sin otros adelantos; Tafi

Viejo, en Tafí, con 1.500 habitantes, llamado a gran prosperi­dad, que empezaba con los Talleres nacionales de materiales fe­rroviarios; Graneros, cabeza de su departamento, con 1.000 habitantes, antiguo, pero de progreso estancado; FamaiUá, ca­beza también de su departamento con 1.000 habitantes, correo, telégrafo nacional, teléfono, iglesia y escuela, y con una biblio­teca popular de 2.000 volúmenes; y Trancas, villa de las más viejas, qu~ poco prosperaba, al igual que otras ya citadas en la 1 Parte. Entre los pueblos nuevos, que surgían, estaban: Villa Marcos Paz, en Tafí, cerca de la Capital, 'próximo a Yerba Bue­na; ViUa N ougués, en Famaillá, sobre la montaña, pintoresco lugar de veraneo; RanchiUos, en Cruz Alta; Timbó Nuevo, en Burruyacu; San Pedro de Colalao, "bonita villa veraniega en­tre los ríos Tacanas y las Tipas"; etc.

Ciudad de Tucumán. - Según datos de Correa, hacia 1925 ~ nuestra ciudad tenía unas 200 cuadras con pavimentación de madera, 80 de granito y 20 de cantos rodados, y 150 macadlani­zadas. Estaba ya rodeada de muchos centros de población, co­mo ser: Alta Gracia, Nuevos Mataderos, Villa Pellegrini, Villa Lobo, Villa 9 de Julio, Villa Alem, Villa Luján, etc. Fuera de la Plaza Independencia central con la estatua de la Libertad, había en ella la Plaza Alberdi, ya con la estatua de nuestro pu­blicista, hecha por Lola Mora, como la anterior; la Plaza Bel­grano, en el campo de la Ciudadela, con la estatua de Belgrano trasladada allí; la Plaza San Martín, con la estatua del prócer; la Plaza Urquiza; la Plaza La Madrid, en el Bajo; y la Plaza Umb'erto 1 (hoy Yrigoyen). Como su más grande monumento histórico, tenía el Salón donde se juró nuestra Independencia, dentro de una magnífica Rotonda, inaugurada antes del Cente­nario de 1916 . Entre sus edificios públicos nacionales se des­tacaban: el Colegio Nacional, la Escuela Normal y el Banco de la N ación; y entrE' los provinciales y de otras entidades: el Pa-

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lacio de Gobierno, levantado a principios del siglo en el sitioque ocupaba el antiguo Cabildo, la Casa de Justicia (no la flue-Va), la de las Cámaras Legislativas, la PenitenciarIa, el Cuartelde Bomberos, el Archivo, la Casa Municipal, el Teatro Beigrano,el Teatro Alberdi y el Hotel, Teatro y Casino de Ia Avenida Sar-miento, el Palacio Episcopal; las iglesias conocidas y otros tern-pbs nuevos, la Casa Ecuela de los Pobres, el edificio de la Uni-versidad, el Banco Comercial, el Banco Espaflol, etc. La edi-ficación particular de tipo moderno habia transformado engran parte la ciudad, habiendo en el centro casas que eran co-mo dice Correa, "verdaderos palacios". Toda la ciudad y susairededores estaban ya dotados "de aguas corrientes potables yalumbrado eléctrico. Varias lIneas de tranvIa eléctrico atrave-saban sus calles; y un tranvIa Rural a vapor, pasando por VillaLuján, iba hasta Yerba Buena. Y, por fin, diremos que en elBajo empezaba el gran Parque 9 de Julio o Centenario, de 400hectáreas, que bien pronto seria "uno de los primeros de laRepüblica"...

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PROGRESO ECONOMICO

- Ganaderla. - Sin ser ya una gran industria, por falta decampos, hacia 1925 era todavIa, como dice Correa, "muy im-portante en la Provincia", proveyendo "a ]as necesidades másapremiantes de Ia población". Pero cedIa cada vez más la tierraa Ia agricultura. Con todo habIa por entonces "más de mediornillón de ganado mayor, es decir vacuno, caballar y mular", conun valor aproximado de "50 milbones de pesos".

Agricultura. - El cultivo de la caña de azücar segula enavance y era el principal. Segün datos de William Cross, en1901 habIa 51.933 hetáreas de cafla cultivada; 88.478 en 1911y 106.765 en 1914. Pero en esta fecha ocurre la crisis de sobre-producción, pasada la cual viene otra distinta: la de la degene-ración de la cafla criolla, que hizo, "abandonar grandes exten -iones de cafla" entre 1916 y 1917; hasta que renovados los Ca-

flaverales con nuevas variedades, imprtadas de Java por flues-tra Estación Experimental Agricola, siguió avanzando otra vez

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222 M. L 1 Z O N D O B O R D A

lacio de Gobierno, levantado a principios del siglo en el sitio que ocupaba el antiguo Cabildo, la Casa de Justicia (no la nue­va), la de las Cámaras Legislativas, la Penitenciaría, el Cuartel de Bomberos, el Archivo, la Casa Muniópal, el Teatro Belgrano, el Teatro Alberdi y el Hotel, Teatro y Casino de la Avenida Sar­miento, el Palacio Episcopal; las iglesias 'conocidas y otros tem­plos nuevos, la Casa Ecuela de los Pobres, el edificio de la Uni­versidad, el Banco Comercial, el Banco Español, etc . La edi­ficación particular de tipo moderno había transformado en gran parte la ciudad, habiendo en el centro casas que eran co-mo dice Correa, "verdad.eros palacios". Toda la ciudad y sus alrededores estaban ya dotados "de aguas corrientes potables y alumbrado eléctrico. Varias líneas de tranvía eléctrico atrave­saban sus calles; y un tranvía Rural a vapor, pasando por Vil1a Luján, iba hasta Yerba Buena. Y, por fin, diremos que en el Bajo empezaba el gran Parque 9 de Julio o Centenario, de 400 hectáreas, que bien pronto sería "uno de los primeros de la República" ...

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PROGRESO ECONOMICO

.¡.. Ganadería. - Sin ser ya una gran industria, por falta de campos, hacia 1925 era t odavía, como dice Correa, "muy im­portante en la Provincia", proveyendo "a las necesidades más apremiantes de la población". Pero cedía cada vez más la tierra a la agricultura. Con todo había p-or entonces "más de medio millón de ganado mayor, es decir vacuno, caballar y mular", con un valor aproximad~ de "50 millones de pesos". .

Agricultu1'a. - El cultivo de la caña de azúcar seguía en avance y era el principal. Según datos de William Cross, en 1901 había 51. 933 hectáreas de caña cultivada; 88.478 en 1911 y 106 . 765 en 1914 . Pero en esta fecha ocurre la crisis de sobre­producción, pasada la cual viene otra distinta: la de la degene­ración de la caña criolla, que hizo, "abandonar grandes exten­eiones de caña" entre 1916 y 1917; hasta ,que renovados los ca­ñaverales con nuevas variedades, importadas de Java por nues­tra Estación Experimental Agrícola, siguió avanzando otra vez

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BREVE HISTORIA BE TTJCUMAN 23

este cultivo. AsI en 1920 habIa 78.000 hectáreas cultivadas corcaña; 104.000 en 1924; y 127.053 en 1927. Diremos ahora queen este año sobreviene otra crisis de sobreproducción, por locual se dictó una ley que regulaba la producción de azücar, ii-mitándose ésta, en los aflos 1928-1930, al 70 % de la produc-cion de 1926 (con excepción de los pequeños cafleros). Cuantoa otros cultivos agrIcolas importantes que habla también enla Provincia citaremos los siguientes, segün estos datos que tomamos de Cross, correspondientes a 1914 y 1929: maiz, 26.814y 56.315 hectáreas cultivadas; alfalfa, 9.652 y 8.559; hortali-zas, 4.219 y 6.984; cebada, 524 y 2.508; avena, 145 y 2.178;batatas, 1.512 y 2.410; trigo, 220 y 1.117; papas, 20 y 1.002;porotos y garbanzos, 640 y 1.703; otras forrajeras, 80 y 2.849;cultivos varios, 358 y 1.120; y jardines, 270 y 622. Las plan-tas de cItricos fueron en los mismos afios: 391.903 y 367.516y de otros frutales: 214.844 y 135.686, respectivamente.

Irrigación. - También segün datos de Cross, "en 1904 ha-bIa ya 70.000 hectáreas que gozaban de facilidades de riego,Ilegando la extension irrigada hasta 80.000 hectáreas en 1908,(a) 92.950 en 1921 y casi 100.000 hectáreas en 1940". Al prin-cipio la irrigación estaba librada a la iniciativa individual ha-ciéndose por acequias y canales derivados de los rjos. Pero mástarde "se construyeron obras cientificas diseñadas que mejora-ron, a la vez que abarataron grandemente el servicio de la irri-gación". Entre estas obras están: el dique de la Aguadita yel canal matriz de Cruz Alta y sus derivados, "construIdos en1899"; y después, en este siglo se hicieron otras obras püblicasde esta clase en las zonas del sur: "tales como los diques deMarapa y San Ignacio, dique derivador sobre el rio Gastona enLas Punitas, dique derivador sobre el rio Sail y sobre el arroyoChili, canales en Chicligasta, Rio Chico, etc." Se perforarotambién pozos surgentes en toda 1a Provincia; de tal modo queen 1938 habia en ella 464 pozos surgentes y semisurgentes, uti-lizados para la agricultura.

Comercio. - Como dice Correa, hacia 1924 "Tucurnin,ciudad capital de la Provincia, es plaza activIsima de comerciocpn las demás de la Repüblica y en especial con Buenos Aires,Rosario y proviricias limitrofes. Es el centro de la region delNorte, donde coneurren por sus cinco lIneas férreas de todos

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este cultivo. Así en 1920 había 78.000 hectáreas cultivadas con caña; 104.000 en 1924; Y 127.053 en 1927. Diremos ahora que en este año sobreviene otra crisis de sobreproducción, por lo, cual se dictó una ley que regulaba la producción de 'azúcar, li­mitándose ésta, en los años 1928-1930, al 70 % de la produc­ción de 1926 (con excepción de los pequeños cañeros). Cuanto a otros cultivos agrícolas importantes que había también en la Provincia citaremos los siguientes, según estos datos que to­mamos de Cross, correspondientes a 1914 y 1929: maíz, 26.814 y 56.315 hectáreas cultivadas; alf'alfa, 9.652 y 8.559; horta;li­zas, 4.219 y 6.984; cebada, 524 y 2.508; avena, 145 y 2 . 178; batatas, 1.512 y 2.410; trigo, 220 y 1.117; papas, 20 y 1.002; porotos y garbanzos, 640 y 1.703; otras forrajeras, 80 y 2.849; cultivos varios, 358 y 1.120; y jardines, 270 y 622. Las plan­tas de cítricos fueron en los mismos años: 391.903 y 367.516 y de otros frutales: 214 .844 y 135.686, respectivamente.

Irrigación. - También según datos de Cross, "en 1904 ha­bía ya 70.000 hectáreas que gozaban de facilidades de riego, llegando la extensión irrigada hasta 80.000 hectáreas en 1908, (a) 92.950 en 1921 y casi 100 , 000 hectáreas en 1940". Al prin­cipio la irrigación estaba librada a la iniciativa individual ha­ciéndose por a;cequias y canales derivados de los ríos. Pero más tarde "se construyeron obras científicas diseñadas que mejora­ron, a la vez que abarataron grandemente el servicio de la irri­gación". Entre estas obras están: el dique de la Aguadita y el canal matriz de Cruz Alta y sus derivados, "construídos en 1899"; y después, en este siglo se hicieron otras obras públicas de esta clase en las zonas del sur: "tales como los diques de Mar 3Jpa y San Ignacio, dique derivador sobre el río Gastona en Las Punitas, dique derivador sobre el río Salí y sobre el arroyo Chili, canales en Chicligasta, Río Chico, etc." Se perforarOl, también pozos surgentes en toda la Provincia; de tal modo que en 1938 había en ella 464 pozos surgentes y semisurgentes, ut i­lizados para la agricultura .

.¡. Comercio. - Como dice Correa, hacia 1924 "Tucumán, ciudad capital de la P r ovincia, es plaza activísima de comercio C,.on las demás de la &epública y en especial con Buenos Aires, Rosario y provincias limítrofes. Es el centro de la región del Norte, donde concurren por sus cinco líneas férreas de todos

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los rumbos, los productos de otros paIses y por donde se expor-tan los nuestros en grancles proporciones a los mercados de losvecinos". AsI, de aqul tenIan "fácil salida el azücar, el alcohol,maderas en trozos, tablas y vigas, suelas, quesos de TafI, ta-baco, frutas y legumbres, tejidos y artefactos del pals, comoson los artIculos de talabarterIa, zapaterla, etc."; y entrada,los "articulos de tienda, almacén y ferreterla, maquinarjas einstrumentos agrIcolas, algunos materiales de construcción, mue-bles de lujo, libros, papelerla, vinos y licores finos, harinas,etc. por valor de muchos millones de pesos". Entre 1918 y 1924,

( habla en la Provincia, segün el mismo Correa, un total de 3.243casas de comercio, que en inmuebles importaban 12.637.025 pe-sos, en mercaderlas, 20.660.918 pesos, y en otros valores,9.517.716 pesos. A la Capital segulan en importancja corner-cial Chicligasta, Cruz Alta, Monteros, Famaillá, Rio Chico, Bu-ruyacu y Tafl, en orden decreciente.

Jndustrjas La industria azu,carera, por supuesto, era Iamás importante. Segün apunta Cross, el progreso en la pro-ducción de azücar fué el siguiente: 139.027 toneladas en 1901;147.954 en 1911; 229.120 en 1913; y 274.516 en 1914; luegovinieron años de descenso por las causas que antes hemos ex-puesto; hasta que vuelve la ascension con estas cifras: 166.423toneladas en 1920; 309.916 en 1925; y 373.356 en 1926. Pero,limitada la producción, tenemos que en 1930, las toneladas deathcar bajaron a 276. 060. Hacia el 1914, los capitales de laindustrja azucarera estaban calculados asl: de los ingenios: enterrenos, 47. 063 . 522 pesos; en construcciones fijas, 20. 689.744pesos, en máquinas y enseres, 36.080.914; y en otros valores,9.896. 603; y de las plantaciones de cañeros: en 20 millones depesos. A la industria azucarera, siguió en importancia, duran-te este perIodo, la arrocera, desarrollada en los departamentosdel sur, tanto que habla alrededor de 4.000 hectáreas cultivadasde arroz, ]as cuales en 1934 liegaron a 10.000 —con varios mo-linos—; pero luego cJecreció, bajo el nuevo avance de la caña.La tabacalera también tuvo años de auge, como los de 1918 y1919, en que hubo más de 1.200 hectáreas plantadas del nuevotabaco; mas, la falta de ayuda oficial y los trusts de BuenosAires la arruinaron al fin. La curtidurla, que como sabemosfué de las más importantes y antiguas, seguIa subsistiendo: asI,

en 1924 habia 8al decir de Corredo para construi"por un valor coy

las más importanrIa y tejidos de tla Provincia habide vestido y tocoy anexos, de orfproductos quImic

Presupuestoscanzaron a 2.490gastos llega a 22.336.600 pesos;rrespondiendo aAdministración delevan a 2.988.3cuales, 825.000 ea la caña, 520.0tentes comercialefueron subiendoguientes hasta 11aunque nunca a]

DI

OrganizaCió'1906 se declara ide la Provinciaal Cole gio FJlectse dicta otra ención I, Cap. I, -ciOn II, —Régi'bases del sistemen la prOporCióflpoblación, en la idato de sus mien

2,,· -" M. L 1 Z O N D O B O H D A

los rumbos, los productos de otros países y por donde se expor­tan los nuestros en grandes proporciones a los' mercados de los vecinos". Así, de aquí tenían "fácil salida el azúcar, el alcohol, maderas en trozos, tablas y vigas, suelas, quesos de Tafí, ta­baco, frutas y legumbres, tejidos y artefactos del país, como son los artículos de talabartería, zapatería, etc."; y entrada, los "artículos de tienda, almacén y ferretería, maquinarias e instrumentos agrícolas, algunos materiales de construc,ción, mue­bles de lujo, libros, papelería, vinos y licores finos, harinas, etc. por valor de muchos millones de pesos". Entre 1918 y 1924,

'1. había en la Provincia, según el mismo Correa, un total de 3.243 casas de comercio, que en inmuebles importaban 12.637.025 pe­sos, en mercaderías, 20.660.918 pesos, y en otros valores, 9.517 .716 pesos. A la Capital seguían en importancia comer­cial Chicligasta, Cruz Alta, Monteros, Famaillá, Río Chico, Bu­ruyacu y Tafí, en orden decreciente.

Industrias. - La industria azU¡()arera, por supuesto, era la más importante. Según apunta Cross, el progreso en la pro­ducción de azúcar fué el siguiente: 139.027 toneladas en 1901; 147.954 en 1911; 229 . 120 en 1913; y 274.516 en 1914; luego vinieron años de descenso por las causas que antes hemos ex­puesto; hasta que vuelve la ascensión con estas cifras: 166.423 toneladas en 1920; 3:09.916 en 1925; Y 373.356 en 1926. Pero, limitada la producción, tenemos que en 1930, las toneladas de azúcar bajaron a 276.060. Hacia el 1914, los ,capitales de la industria azucarera estaban calculados así: de los ingenios: en

terrenos, 47. 063 .522 pesos; en construcciones fij as, 20.689.744 pesos, en máquinas y enseres, 36.080.914; Y en otros valores, 9.896. 603; Y de las plantaciones de cañeros: en 20 millones de pesos. A la industria azucarera, siguió en importancia, duran­te este período, la arrocera, desarrollada en los departamentos del sur, tanto que había alrededor de 4.000 hectáreas cultivadas de arroz, las cuales en 1934 llegaron a 10.000 -con varios mo­linos-; pero luego decreció, bajo el nuevo avance de la caña. La tabacalera también tuvo años de auge, como los de 1918 y 1919, en que hubo más de 1.200 hectáreas plantadas del nuevo tabaco; mas, la falta de ayuda oficial y los trusts de Buenos Aires la arruinaron al fin. La curtiduría, que como sabemos fué de las más importantes y antiguas, seguía subsistiendo: así,

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en 1924 habIa 8 fábricas, que curtIan "25 mil piezas al año",al decir de Correa. La maderera estaba en igual caso, sobre to-do para construcción y ebanisterIa, haciéndose importaciones"por un valor considerable". Y en cuanto a las manufactureras,

las más importantes eran "de calzados, talabarterIa, alpargate-ra y tejidos de todas clases". Por ültimo diremos que en todala Provincia habla pequeflas fábricas de productos alimenticios,de vestido y tocador; de artIculos de construcción, de mueblesy anexos, de orfebrerla y ornato, de meta2urgia y anexos; deprocluctos qulmAcos y otras mixtas y diversas.

Presupuestos. - En 1901 los reoursos de la Provincia al-c'anzaron a 2.490.938 pesos; en 1902 el presupuesto general degastos ilega a 2.448.945 pesos; en 1903, los recursos suman2.336.600 pesos; y los gastos generales, 2.333.600 pesos —co-rrespondiendo a Escuelas, 451.040; a la Policla, 422.496 y aAdministración de Justicia, 170.200—; en 1909, los gastos seelevan a 2.988.356, y los recursos a 3.086.634 pesos, —de loscuales, 825.000 eran de patentes al azücar, 25.000 de impuestosa la caña, 520.000 de Contribución Directa y 385.000 de pa-tentes comerciales e industriales. Y asi, en parecida proporción,fueron subiendo nuestros presupuestos anuales en los aflos si-guientes hasta llegar a cifras elevadIsimas airedeclor del 30,aunque nunca a las fabulosas de la actualidad.

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DESARROLLO INSTITTJCIONAL

Organización constitucional. - Por una ley de marzo de1906 se declara necesaria la reforma parcial de la Constituciónde la Provincia en su Sección IV, Capltulo II, en lo referenteal Cole gio Electoral Permanente". Y en abril del mismo aflose dicta otra en que se dispone ampliar dicha reforma: en Sec-ción I, Cap. I, —Declaraciones, Derechos y GarantIas—; Sec-ción II, —Regimen Electoral,— en disposiciones generales ybases del sistema electoral; Sección III —Poder Legislativo—,en la proporción de elegir los senadores y diputados segün lapoblación, en la renovación de las Cárnaras y duración del man-dato de sus miembros, en la naturaleza del juicio politico y cau-

ses y por donde se expor-nes a los mercados de losLlida el azücar, el alcohol,elas, quesos de TafI, ta-artefactos del pals, comoaterla, etc."; y entrada,erreterla, maquinarjas eles de construcción, mue-y licores finos, harinas,?sos". Entre 1918 y 1924,Correa, Un total de 3.243portaban 12.637.025 pe-s, y en otros valores,n en importancia corner-Famaillá, Rio Chico, Bu-

era, por supuesto, era lael progreso en la pro-

1.027 toneladas en 1901;274.516 en 1914; Iuegoas quo antes hernos ex-on estas cifras: 166.423373.356 en 1926. Pero,

i 1930, las toneladas de.914, los capitales de laasI: de los ingenios: enclones fijas, 20.689.744)14; y en otros valores,ieros: en 20 millones deen importancia, duran-

[a en los departamentos000 hectáreas cultjvadas.0.000 —con varios mo-tevo avance de la cafla.ge, corno los de 1918 yeas plantadas del nuevoy los trusts de BuenosrIa, que como sabemos;eguIa subsistjendo: asI,

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en 1924 había 8 fábricas, que curtían "25 mil . piezas al año", al decir de Correa. La madere1'la estaba en igual caso, sobre to­do para construcción y )ebanistería, haciéndose importaciones

. "por un valor considerable". Y en cuanto a las manufactureras, las más importantes eran "de calzados, talabartería, alpargate­ría y tejidos de todas clases". Por último diremos que en toda la Provinciahabia pequeñas fábricas de productos alimenticios, de vestido y tocado""; de artículos de construcción, de muebles y anexos, de orfebrería y ornato, de metalurgia y anexos; de productos q-uímicos y otras mixtas y diversas.

Presupuestos. - En 1901 los reoursos de la Provincia al-/ -

canzaron a 2.490.938 pesos; en 1902 el presupuesto general de gastos llega a 2.448.945 pesos; en 1903, los recursos suman 2.336.600 pesos; y los gastos generales, 2.333.600 pesos -co­rrespondiendo a Escuelas, 451.040; a la Polic.ía, 422.496 Y a Administración de Justicia, 170.200-; en 1909, los gastos se elevan a 2.988.356, Y los 1'ecursos a 3.086.634 pesos, -de los cuales, 825.000 eran de patentes al azúcar, 25 . 000- de impuestos a la caña, 520.000 de Contribución Directa y 385.000 de pa­tentes comerciales e industriales. Y así, en parecida proporción, fueron subiendo nuestros presupuestos anuales en los años si­guientes hasta llegar a cifras elevadísimas alrededor del 30, aunque nunca a las fabulosas de la actualidad.

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DESARROLLO INSTITUCIONAL

01'ganización constitucional. - Por una ley de marzo de 1906 se declara necesaria la reforma parcial de la Constitución de la Provincia en su Sección IV, Capítulo 11, en lo referente al Colegio Elec,toral Permanente". Y en abril del mismo año se dicta otra en que se dispone ampliar dicha reforma: en Sec­ción 1, Cap. 1, -Declaraciones, Derechos y Garantías-; Sec­ción 11, -Régimen Electoral,- en disposiciones ¡generales y bases del sistema electoral; Sección 111 -Poder Legisl'ativo-, en la proporción de elegir los senadores y diputados según la población, en la renovación de las Cámaras y duración del man­dato de sus miembros, en la naturaleza del juicio político y cau-

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M. LIZ ONDO BORDA

sas por que puede ser promovido; en la época de las eleccionesordinarias de diputados y senadores; en la incompatibiljdad delas funciones legislativas con los cargos de la admiruistracjón,en la creación de impuestos y contribuciones y formación de laley de presupuesto, y en la extension y efectos del veto delP. E.; Sección IV —Poder Ejecutivo—, en Ia duración de lasfunciones del gobernador, en Ia acefalIa del P.E., en las fa-cultades de éste relativas a la provision de empleos, y para in -dultar y conmutar penas, y en el nümero de sus ministros; Sec-ción V _—Poder Judicial— en el ntimero de los miembros delPoder Judicial, requisitos para la provision de sus cargos y du-ración de funciones de los jueces, y en las atribuciones y de-beres del Poder Judicial; Sección VII —Regimen Municipal—,en la naturaleza y organización de las Municipalidades; SecciónVIII —Disposiciones transitorias—, en las correcciones o merareforma que requiere la Constitucjón para su mejor inteligencia.No entraremos a detallar tales reformas; enunciando solamenteéstas: que los diputados y se'nadores ya durarán 4 años, y queambas Cámaras se renovarán por mitad, cada dos aflos; que elgobernador durará 4 años y que los jueces de los tribunalessuperiores serán nombrados lisa y ilanamente, por un periodode 10 años; y los jueces de 14 instancia, por 6 años. Por ültimoadvertirenios que esta Constitución reformada de 1907 está enviencia todavia.

Legislacion. - Por lo demás, diremos que en este perIodode 30 años se dictan numerosas leyes con sus reglamentacionessobre las distintas ramas de Ia Administración, esto es: unasrelativas a gobierno, justicia e instrucción püblica y a los po-deres legislativo, judicial y municipal; otras concernientes a em-préstitos, impuestos, a riego y aguas potables, a sellado y pa-tentes, etc. y otras, en fin, correspond ientes a reparticiones pü-blicas autónomas, como el Banco de la Provincia, Caja Popularde Ahorros, Parque Centenario, Estación Experimental Agrico-la, Departamento de Agricultura, Cámara Gremial de Produc-tores de Azticar y leyes azucareras, Monte Plo Civil, DirecciónProvincial de Vialidad, EscribanIas de Registro y ConcesiónSavoy Hotel y Anexo; con cuyo enunciado solamente sin espaciopara más podrá comprenderse cuánto se habIa modernizado yasI diversificado el desarrollo ins titucional de nuestra provin-

Licia. Más aclEción especial

instruecjde 1907 eransobre L'ducactie la Constitiordenada y inConsejo Genevocales, nomb:nado. Este Ccde nombrar ,(Lo cual trajen tales facull1914, modificSiOflCs escolanparte, por obrtidas de los ry con las subvm ultiplicaronSi10 a muy p0de manera Cs]Repáblica en

-->que hacia 192212 escuelas pl;tares, con a]les seguIan enNacional y lanhiento", la S(nacionales),Arborjculturaentonces unosción. En Mont

M. L IZO N D O B O R D A

sas por que puede ser promovido; en la época de las elecciones ordinarias de diputados y senadores; en la incompatibilidad de las funóones legislativas con los cargos de la administración, en la creación de impuestos y contribuciones y formación de la ley de presupuesto, y en la extensión y efectos del veto del P . E.; Sección IV -Poder Ejecutivo-, en la duración de las funciones del gobernador, en la acefalía del P. E., en las fa­cultades de éste relativas a la provisión de empleos, y para in­dultar y conmutar penas, y en el número de sus ministros; Sec­ción V -Poder Judicialr-, en el nÚmero de los miembros del Poder Judicial, requisitos para la ,provisión de sus cargos y du­ración de funciones de los jueces, y en las atribuciones y de­beres del Poder Judicial; Sección VII -Régimen Municipal-, en la naturaleza y organización de las Municipalidades; Sección VIII -Disposiciones transitorias-, en las correcciones o m~ra reforma que requiere la Constitución para su mejor inteligencia. No entraremos a detallar tales reformas; enunciando solamente éstas: que los diputados y senadores ya durarán 4 años, y que ambas Cámaras se renovarán por mitad, cada dos años; que el gobernador durará 4 años y que los jueces de los tribunales superiores serán nombrados lisa y llanamente, por un período de 10 años; y los jueces de 1l¿t instancia, por 6 años. Po,r último advertiremos que esta Constitución reformada de 1907 está en viJencia todavía.

Legislación. - Por lo demás, diremos que en e3te período de 30 años se dictan numerosas leyes con sus reglamentaciones sobre las distintas ramas de la Administración, esto es : unas relativas a gobierno, justicia e instrucción pública y a los po­deres legislativo, judicial y municipal; otras concernientes a em­préstitos, impuestos, a riego yaguas potables, a sellado y pa­tentes, etc. y otras, en fin, correspondientes a reparticiones pú­blicas autónomas, como el Banco de la Provincia, Caja Popular de Ahorros, Parque Centenario, Estación Experimental Agríco­la, Departamento de Agricultura, Cámara Gremial de Produc­tores de Azúcar y leyes azucareras, Monte Pío Civil, Dirección Provincial de Vialidad, Escribanías de Registro y Concesión Savoy Hotel y Anexo; con cuyo enunciado solamente sin espacio para más podrá comprenderse cuánto se ,había modernizado y así diversificado el desarrollo institucional de nuestra provin-

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NDO BORDA

Now

BREVE HISTORJA DE TUCUMAN 227

cia. Más adelante, sin embargo, citaremos algunas por su rela-ción especial con Ia cultura tucumaria.

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DESENVOLVIMIENTO CULTURAL

lnsirucción püblica. - Las disposiciones de la ConstitucjOnde 1907 eran en general las mismas de Ia Constitucjón de 1834sobre Educación Cornün. Pero en 1908, de acuerdo al mandato(AC la Constitución, se dicta una ley de Educe ción ComCn, bienordenada y minuciosa, por la cual se crea, para dirigir ésta unConsejo General de EducaciOn compuesto de un Presidente y dosvocales, nombrados por 4 afios por el, P. E. con acuerdo del Se-nado. Este Consejo era autónomo, con atribuciones, entre otras,de nombrar y remover su personal administratjvo y docente".(Lo cual trajo, al dltimo, los celos y hasta Ia invasion del P. E.en tales facultades, desvirtuando al extremo la ley). Otra ley de1914, modificó la anterior en lo relativo a los Consejos y Comi-siones escolares que ella establecIa Luego diremos que en granparte, por obra del Consejo General de EducaciOn y con ]as par-Was de los presupuestos provinciales para instrucción pdblicay con ]as subvenciones nacionales, las escuelas de la Provincja seniultiplicaron por toda ella, ccmo para no clejar sin instruccjónsino a muy pocos niflos de edad escolar. A lo cual contribuyeron,de manera especial, ]as escuelas nacionales creadas en toda laRepOblica en virud de la Ley Lame:, Por Oltimo, apuntaremos

—'que hacia 1925, segOn datos de Correa, la Provin:ia contaba "con212 escuelas provinciales, 300 nacionales y 30 particulares y mi-l;tares", con algunas nocturnas (para chicos y adultos) ; ]as cua-les seguIan en aumento. En nuestra ciudad fuera del ColegioNacional y la Escuela Normal, habIa la Escuela provincial "Sar-niiento", Ia Superior de Comercio y la Profesional dc Mujeres(nacionales), la Escuela de Artes y Oficios y una Escuela deArboricultura y Sacaroteenja. Y asi, en la Provincia habia porentonces unos 64.500 ninos de ambos sexos que recibIan instruc-ciOn. En Monteros habla ya entonces nan Escuela Norniul.

)vjdo; en la época de las eleccionesnadores; en la incompatibilidad den los cargos de la administración,y contribuciones y formación de la

extension y efecto3 del veto delEjecutivo—, en la duración de las

Ia acefalIa del P. E., en las fa-[a provision de empleos, y para in-n el ndmero de sus ministros; See-en el ndmero de los miembros dela Ia provision de sus cargos y du-ueees, y en las atribuciones y de-ccion VII —Regimen Municipal;—,On de las Municipalidades; Secciónrias—, en las correcciones o meratitución para su mejor inteligencia.es reformas; enunciando solamentenadores ya durarán 4 aflos, y quepor mitad, cada dos aflos; que elque los jueces de los tribunales

lisa y llanamente, por un perIodo- instancia, por 6 aflos. Por dltimotución reformada de 1907 está en

más, diremos que en este perlodosas leyes con sus reglarnentacionesla AdministraciOn, esto es: unase instrucción pdblica y a los p0-

unicipal; otras concernientes a em-y aguas potables, a sellado y pa-)rrespondientes a reparticiones pd-nco de la Provincia, Caja Popularjo, Estación Experimental AgrIco-tura, Cámara Gremial de Produc-areras, Monte Plo Civil, DirecciónibanIas de Registro y Concesiónvo enunciado solamente sin espacioe cuánto se habIa modernizado y

instituejonal de nuestra provin-

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cía. Más adelante, sin embargo, eitaremos algunas por su rela­ción especial con la cultura tucumana.

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DESENVOLVIMIENTO CULTURAL

lnstruoción pública. - Las disposiciones de la Constitució~ de 1907 eran en general las mismas de la Constitución de 1884 sobre Bducación Común. Pero en 1908, de acuerdo al mandato <le la Constitución, se dicta una ley de Educación Común" bien Cll'denada y minuciosa, por la cual se crea, para dirigir ésta un Consejo General de Educación compuesto de un Presidente y dos ,,-a cales, nombrados por 4 años por el, P. E. con acuerdo del Se­nado. Este Consejo era autónomo, con atribuciones, entre otras, de nombrar y remover su personal admini~trativo y docente". (Lo cual trajo, al último, los celos y hasta la invasión del P. E. en tales facultades, desvirtuando al extremo la ley). Otra ley de 1914, modificó la anterior en lo relativo a los Consejos y ~omi­siones escolares que ella establecía. Luego diremos que en gran parte, por obra del Consejo General de Educación y con las par­tidas de los presupuestos provinciales para instrucción pública y con las subvenciones nacionales, las escuelas de la Provincia se multiplicaron por toda ella, como para no dejar sin instrucción sillo a muy pocos niños de edad escolar. A lo cual contribuyeron, de manera especial, las escuelas nacionales creadas en toda la República en virtud de la Ley Láinez . Por último, apuntaremos

....-7que hacia 1925, según datos de Correa, la Provin::ia contaba "con 212 escuelas provinciales, 300 nacionales y 30 particulares y mi­Ltares", con algunas nocturnas (para chicos y adultos) ; las cua­les seguían en a~mento. En nuestra ciudad fuera del Colegio N acional y la Escuela Normal, había la Escuela provincial "Sar­miento", la Superior de Comercio y la Profesional de Mujeres (nacionales), la Escuela de Artes y Oficios y una Escuela de Arboricultura y Sacarotecnia. y así, en la Provincia había por entonces unos 64.500 niños de ambos sexos que recibían instruc­ción. En Monteros había ya entonces una Escuela Norma!.

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228 'Al. LIZONDO BOEDA BREV

Universidad de Tucumán. - Como ya hemos dicho la Uni-varsidad de Tucumán tiene su antecedente fundamental en laLey de 1875 por la cual se creó una Facultad de Jurisprudenciaque servirla "de plantel a una Universidad Provincial que sefundará después en esta Capital". Solo que, en el siglo pasado,lejos de fundarse, acabó por disolverse aquella Facultad. Perola aspiración quedO latente. Y asI, ya en este nuevo siglo, en1907 los diputados a la Legislatura, Juan B. Terán y José B.Gonzalez presentaron un proyecto de ley sobre creación de estaUniversidad. Quedo en proyecto, sin embargo, hasta que al fin,el 20 de junio de 1912, bajo el gobierno del Dr. FrIas Silva, Sesanemna esa ley, promulgada ci 2 de julio, por la que se crea laUn4ersidj4 de Tucumán con los siguientes departamentos: Fa-cultad de Letras y Ciencias Sociales; Sección Pedagógica, Sec-66n de Estudios Comerciales y Lenguas Vivas, Sección de Me-cánica, Quimica Agricola e Industrial y Seccidn de Bellas Artes.Y el 5 de setiembre de 1913, por decreto, ya del Dr. Padilla, sedeciara sección de la Universidad el Archivo de la Provincia.Luego, el 10 de diciembre del mismo, el gobernador Dr. Padillaaprueba por otro decreto la 'Ordenanza Preliminar" de orga-nizacióii de esta Universidad, sancionada por su primer ConsejoSuperior, para su regular funcionamiento. De este modo, en 1914,entra en función la Univ ersi.2d de Tucumán, teniendo al frentecomo su rector al Dr. Juan B. Terán, culto y noble espIritu, quefué, —junto con el gobernador Ernesto Padilla—, su más eficazirnartenedor y propulsor. Lo que Tucumán debe a esta llniversi-dad, es grande y también conocido. Por lo cual, en estos brevesdatos, solo diremos que el 4 de abril de 1921 fué nacionalizada;y ya como Universidad Nacional de Tucumán siguió prestandoimponderables servicios a la cultura superior no solo de nuestraprovincia, sino de sus vecinas. .. y los sigue prestando, cada vezcon mayor amplitud y en mayor profundidad.

Bibliotecas y libros. - La biblioteca pblica más impor-tanto era todavIa la de nuestra Sociedad Sarmiento, como a finesdel siglo anterior. Su acervo de libros seguIa aumentando añopor año, de tal modo que si en 1900 contaba con 8.851 volámenes,en 1930 tenIa ya, más o menoS, 30.000. Y como hecho significa-tivo al respecto, diremos que en 1929 ella se enriquecio, por la

pilmera vez, con Unjeros, especialmentesicas en latin y griefTurin y Paris, estanddente de la Sociedad,rIas de Europa. Otracobrar después imporde la Sociedad del micome un desprendimbibliotecas, hacia elq.e prestan mayorespuesto de gentes de tno di-,ben ciejar de citUniversiciad y la delinente püblicas, empitra cultura.

Imprentas y perete sigio, son casi ly Si aparecen otras ivan apareciendo. Deva a ser La Gaceta,Don Alberto Garcia ]don eficaz de su heitarernos: La Montanlic, pasO de ese afio; IAlfredo Federico Arbata]Iador y popular,tino, iiiformativo Y Tplar como obra tesonque era a la 1.ez el "DCie pruebas y el admiicon su muerte, much

Re vistas literarietcrarias ya de corte iimportarite de todo e

ociales, fundada enfamoso literato y pa1901. Fueron sus re(

228 • 1\1. L 1 Z O N D O B O R D A

Universidad de Tucumán. - Como ya hemos dicho la Uni­versidad de Tucumán tiene su antecedente fundamental en la Ley de 1875 por la cual se creó una Facultad de Jurisprudencia que serviría "de plantel a una Universidad Provincial que se fundara des'pués en esta Capital". Sólo que, en el siglo pasado, lejos de flfndarse, acabó por disolverse aquella Facultad. Pero la. aspiración quedó latente. Y así, ya en este nuevo siglo, en lQ07 los diputados a la Legislatura, Juan B. Terán y José B. González presentaron un proyecto de ley sobre creación de esta Universidad. Quedó en proyecto, sin embargo, hasta que al fin, el 20 de junio de 1912, bajo el gobierno del Dr. Frías Silva, se sanciona eS'a ley, promulgada el 2 de julio, por la que se crea la Uni¡;ers'iJdiad de Tucumán con los siguientes departamentos: Fa­cult:.:.d de Letras y Ciencias Sociales; Sección Pedagógica, Sec-

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ción de Estudios Comerciales y Lenguas Vivas, Sección de Me-cánica, Química Agrícola e Industrial y Sección de Bellas Artes. y el 5 de setiembre de 1913, por decreto, ya del Dr. Padilla, se oecl<lra sección de la Universidad el Archivo de la Provincia. Luego, el 1 Q de diciembre del mismo, el gobernador Dr. Padilla aprueba por otro decreto la "Ordenanza Preliminar" de orga­r.izaclóIl de esta Universidad, sancionada por su primer Consejo Superior, para su regular funcionamiento. De este modo, en 1914, entra en función la Universiuo,d de Tucumán, teniendo al frente com0 su rector al Dr. Juan B. Terán, culto y noble espíritu, que

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fué, -junto con el gobernador Ernesto Padilla-, su más eficaz manten~dor y propulsor. Lo que Tucumán debe a esta Universi­dad, es grande y también conocido. Por lo cual, en estos breves datos, s'ólo diremos que el 4 de abril de 1921 ÍJué nacionalizada; y ya como Universidad Nacional de Tucumán siguió prestando imponderables servicios a la cultura superior no sólo de nuestra provincia, sino de sus vecinas .. , y los sigue prestando, cada vez con mayor amplitud y en mayor profundidad.

Bibliotecas y libros. - La biblioteca pública más impor­tante era todavía la de nuestra Sociedad Sarmiento, como a fineS' del siglo anterior. Su acervo de libros seguía aumentando año por año, de tal modo que si en 1900 contaba con 8.851 volúmenes, en 1930 tenía ya, más o menos, 30.000. Y como hec.ho significa­tivo al respecto, diremos que en 1929 ella se enriqueció, por la

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a hemos dicho la Uni-nte fundamental en laultad de Jurisprudenciadad Provincial que seue, en el siglo pasado,aquella Facultad. Perom este nuevo siglo, enan B. Terán y José B.

sobre creación de esta)argo, hasta que al fin,del Dr. FrIas Silva, se

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Vivas, Sección de Me-Sección de Bellas Artes., ya del Dr. Padilla, serchivo de la Provincia.gobernador Dr. Padilla

a Preliminar" de orga-por su primer ConsejoDe este modo, en 1914,

tenienclo al frenteIto y noble espIritu, quePadilla—, su más eficazin debe a esta Universi-lo cual, en estos breves1921 fué nacionalizada;

eumóin siguió prestandoerior no solo de nuestraigue prestando, cada vezlidad.eca pdblica más impor-Sarmiento, como a finesseguIa aumentando aflo

aba con 8.851 volümenes,Y como hecho significa-11a se enriqueciO, por la

primera vez, con un plantel grande de obras en idiomas extran-jeros, especialmente en frances e italiano y además con las cia-sias en latin y griego, las cuales fueron adquiridas en Leipzig,Turin y Paris, estando allI, por el autor de esta obra como Presi-dente de la Sociedad, que asI la vinculaba con las principales libre-rIas tie Europa. Otra biblioteca ptiblica que empieza a surgir y acobrar después importancia pareja a la de aquélla, es la Alberdi,de la Sociedad del mismo nombre, fundada ci 6 de julio de 1903,come un desprendimiento de la misma Sarmiento. Y estas dosbiblotecas, hacia el 30 y aun hoy son las más populares, y lasque prestan mayores servicios al ptiblico lector y estudioso, corn-pueslo de gentes de todas edades y clases. Pero, en este periodo,no deben ciejar de citarse también la importante Biblioteca de laUniversidad y la del CIrculo del Maigisterio, que sin ser entera-mente piThlicas, empiezan a prestar grandes beneficios a flues-tra cultura.

Impreiitas y periódicos. - Las imprentas de principios deete siglo, son casi !as mismas ya citadas de fines del pasado;y Si aparecen otras nuevas son las de los nuevos periódicos quevan apareciendo. De éstos, fuera de El Orden, ci más importanteva a ser La Gaceta, diario de la mañana, fundado en 1912 porDon Alberto Garcia Hamilton y animado por él con la colabora-ción eficaz de su hermano German, literato y poeta. Luego ci-tarernos: La Montana, de 1915, órgano del Partido Radical, queno paso tie ese aflo; La Libertad, fundado en 1916 y dirigido porAlfredo Federico Arguello, que también duró poco; La F'lecha,batailador y popular, adentrado en el pueblo; El Norte Argen-tvao, informativo y politico; y La Verdad, modesto, pero ejem.plar corno obra tesonera de un solo hombre, Don Emilio Warnes,que era a la vez el "Director, el redactor, el noticiero, ci correctorCie pruebas y el administrador". Lo fundó en 1908 y sOlo terminócon su muerte, muchos aflos después.

Re vistas literarias. - En este periodo aparecen revistas li-tcrarias ya de corte moderno, siendo la primera y acaso la másimportante tie todo ese tiempo, la Revista de Letras y CienciasSociales, fundada en 1904 y dirigida por Ricardo Jairnes Freyre,famoso literato y poeta boliviano asentado en Tucumán desde1901. Fueron sus redactores Juan B. Terán, Alberto Rougés y

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primera vez, con un plantel grande de obras en idiomas extran-­jeros, especialmente en francés e italiano y además con las clá­&i¡:a¡; en latín y griego, las cuales fueron adquiridas en Leipzig,

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Tarín y París, estando allí, por el autor de esta obra como Presi-dente de la Sociedad, que así la vinculaba con las p~incipales libre­rías de Europa. Otra biblioteca pública que empieza a surgir y a

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cobrar después importancia pareja a la de aquélla, es la Alberdi. de la Sociedad del mismo nombre, fundada el 6 de julio de 1903, como un desprendimiento de la misma Sarmiento. Y estas dos bibEotecaS', hacia el 30 y aun hoy son las más populares, y las

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q;,¡e prestan mayores servicios al público lector y estudioso, com-¡JUesto de gentes de todas edades y clases. Pero, en este período, no deben riejar de citarse también la importante Biblioteca de la Unú'ersidrul y la del Círculo del M(J)gisterio, que sin l3er entera­mente púqlicas, empiezan a prestar grandes beneficios a nues­tra culhira.

Imprentas y periódicos. - Las imprentas de principios de eete siglo, son casi las mismas ya citadas de fines del pasado; y si aparecen otras nuevas son las de los nuevos periódicos que van apareciendo. De éstos, fuera de El Orden, el más importante va a ser La Gaceta, diario de la mañana, fundado en 1912 por Don Alberto García Hamilton y animado por él con la colabora­ción eficaz de su hermano Germán, literato y poeta. Luego ci-

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taremos: La Montaña, de 1915, órgano del Partido Radical, que 110 pasó de ese año; La Libertad, fundado en 1916 y dirigido por Alfredo Federico Argüello, que también duró poco; La Flecha, batallador y popular, adentrado en el pueblo; El Norte Argen­Vino, informativo y político; y La Verdad, modesto, pero ejem ­plar como obra tesonera de un solo hombre, Don Emilio Warnes, que era a la vez el "Director, el redactor, el noticiero, el corrector eje pruebas y el administrador". Lo fundó en 1908 y sólo terminó con su muerte, muchos años después.

Revistas literarias. - En este período aparecen revistas li­terarias ya de corte moderno, siendo la primera y acaso la más importante de todo ese tiempo, la Revista de Letras y Ciencias /iociales, fundada en 1904 y dirigida por Ricardo Jaimes Freyre,

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famúso literato y poeta boliviano asentado en Tucumán desde 1901. Fueron sus redactores Juan B. Terán, Alberto Rougés y

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M. L I Z 0 IX 1) 0 B 0 R I) A

Julio Lopez Maflán, colaborando en ella celebrados escritores ypoetas de America. Pero, desgraciadamente, esta revista quehonraba no solo a Tucumán, sino al Pals, solo dura hasta 1907.Otras revistas menores que pueden citarse fueron: La Revistade Tucumán, de "extension universitaria" de nuestra Universi-dad, cuyos consejeros Ricardo Jaimes Freyre, Juan Heller y Al-berto Rouges figuran como sus redactores, y el que esto escribecomo su director. Era mensual y duró un aflo; de mayo de 1917 aniarzo de 1918. Y, si no pareciera vanidad, citarIamos un perio-diquito quincenal "de arte, de lógica y de acción ética", tituladoTucumán, que fundáramos y dirigiéramos nosotros también, y quesolo viviera unos meses de julio a octubre de 1921; pero que nodejó de responder a su programa...

Publicaciones. - Las que aparecen en Tucumán durante esteperIodo son ya muchas, sobre distintos temas, de autores locales3. de afuera, impresas en esta Provincia y en Buenos Aires otras;tales como las siguientes impresas aquI: en 1909, Tucu'mán en1810 de Ricardo Jaymes Freyre; en 1916, Tucumánn, al través deIa Historia y el Tucumán de los Poetas, que es nuestra, (publica-ciOn oficial de la Provincia) ; en 1920, La Ciudad Arribeña, deJulio P. Avila; y en 1928, Voces tucumanas derivakis del quichua,también nuestra, editada por la Universidad. Entre las de autoreslocales, impresas en Buenos Aires y editadas por ellos citaremos:en 1910, Tncurnán y el Norte Argentino, de Juan B. Terán; en1911, Historia de la Repithlica de Tucumán de Ricardo JaimesFreyre; en 1916, Tucumán antiguo, de Julio Lopez Mañán; y en120, El amor innumerable —poesIas— del que escribe. Y entrelas eJitadas por la Universidad, e impresas en Buenos Aires, lasmás numerosas, sOlo mencionaremos: en 1914, El Tucurnán delsiglo XVI, de Ricardo Jaimes Freyre; en 1915, El Tucumán Co-lonial; y en 1916, Historia del Descubrimiento de Tucumán, delmisrno aut.or; en 1925, GeografIa general de Tucumán, de An-tonio M. Correa; y en 1928, Historia de la Gobernación del Tu-cu'inan, ,Siglo XVI, otra nuestra. Y dejamos de citar impresionesy reimpresiones de obras de otros autores argentinos y ex-tranjeros.

pw-

Juegos Florales. - Desde principios del siglo se empezó enTucumán a celebrar Juegos Florales, cada dos o tres aflos, hasta

M. L 1 Z O N D O B O R D A

Juliú López Mañán, colaborando en ella celebrados escritores y I

poetas de América. Pero, desgraciadamente, esta revista que honraba no sólo a Tucumán, sino al País, sólo dura hasta 1907. Otra~ revistas menores que pueden citarse fueron: La Revista de Tucumán, de "extensión universitaria" de nuestra Universi-

I

dad, cuyos consejeros Ricardo Jaimes Freyre, Juan Heller y AI-bert') Rougés figuran como sus redactores, y el que esto escribe como su director. Era mensual y duró un año; de mayo de 1917 a marzo de 1918. Y, s'i no pareciera vanidad, citaríamos un perio­di quito quincenal "de arte, de lógica y de acción ética", titulado '1;'~cumán, que fundáramos y dirigiéramos nosotros también, y que sólo viviera unos meses de julio a octubre de 1921; pero que no dejó de responder a su programa ...

P~tblicaciones. - Las que aparecen en Tucumán durante este período son ya muchas, sobre distintos temas, de autores locales ), de afuera, impresas' en esta Provincia y en Buenos Aires otras; tales como las sigttientes impresas aquí: en 1909, Tucumán en 181.0 de Ricardo Jaymes Freyre; en 1916, Tucumán al través de la Historia y el Tucumán de los Poetas, que es nuestra, (publica­ción oficial de la Provincia) ; en 1920, La Ciudad Arribeña, de Julio P. A vila; y en 1928, Voces tucumanas deriva'd.:J,s del quíchua, también nuestra, editada por la Universidad. Entre las de autores locales, impresas en Buenos Aires y editadas por ellos citaremos: bn 1910, Twcumán y el Norte Ar'gentino, de Juan B. Terán; en 1911, Historia de la República de Tucumán de Ricardo J aimes FreYl'e; en 1916, Tucumán antiguo, de Julio López Mañán; y en 1;;20, Ei amor innumerable -poesías- del que escribe. Y entre las editadas por la Universidad, e impresas' en Buenos Aires, las más numerosas, sólo mencionaremos: en 1914, El Tucumán del siglo XVI, de Ricardo Jaimes Freyre; en 1915, El Tucumán Co­lonial; y en 1916, Historia del Descubrimiento de Tucumán, del

-r mismo autor; en 1925, Geografía gener,al de Tucumán, de An­tonio M. Correa; y en 1928, Historia de la Gobernación del Tu­cumán, Siglo XVI, otra nuestra. Y dejamos de citar impresiones y reimpresiones de obras de otros autores argentinos y ex­tranjeros.

Juegos Florales. - Desde principios del siglo se empezó en Tucumán a celebrar Juegos Florales, cada dos o tres años, hasta

Page 218: Breve Historia de Tucuman

1 H I) ABREVE HISTOBIA DE TUCTJMAN 231

a celebrados escritores ynente, esta revista queis, sOlo dura hasta 1907.arse fueron: La Revistaia" de nuestra Universi-'reyre, Juan Heller y Ai-res, y el que esto escribe1 aflo; de mayo de 1917 alad, citarIamos un perio-de acción ética", titulados nosotros también, y quewe de 1921; pero que no

en Tucumán durante estetemas, de autores localesy en Buenos Aires otras;

en 1909, Tucurnán en£, Tucumán al través deque es nuestra, (publica-La Ciudad Arribeña, deas derivai'as del quichua,dad. Entre las de autoresadas por ellos citaremos:a, de Juan B. Terán; entmán de Ricardo JaimesJulio Lopez Maflán; y endel que escribe. Y entresas en Buenos Aires, lasn 1914, El Tucumán deln 1915, El Tucumán Go-imiento de Tucumán, delral de Tucumán, de An-

la Gob ernaeión del Tu-mos de citar impresionestores argentinos y ex-

s del siglo se empezó enla dos o tres años, hasta

1916, patrocinados por la Conferencia de Damas de San Vicentede Paul de San Francisco. Sus más notorios mantenedores fue-run Ricardo Jaimes Freyre, Juan B. Terán y Ernesto Padilla.

el' elios se premiaron a poetas locales y de afuera; algunos delos cuales debieron la iniciaci.ón de su fama a esas consagracio-nes. Los actos en que se coronaba a la reina del torneo y se lelanlas poesIas laureadas, despertaban ci interés de todo Tucumán yeran siempre brillantes: lo cual decia mucho sobre la culturatucurnana de esa época.

Monumentos y estatuas. - Antes ya hablamos de las esta-tuas y monumentos erigidos en nuestra ciudad a principios delsiglo. Ahora solo precisaremos que la estatua de Alberdi, ejecu-tda por la escuitora tucumana Lola Mora fué inaugurada, congran solemnidad, en la plaza que Ileva su nombre el 24 de Se-tiembre de 1904, aniversario de la Batalla de Tucumán y queentre los oradores que hablaron entonces se destacó el Dr. Ser-vando Viaña con un gran discurso.

Co)imernoraciones. - Entre otras conmemoraciones hechasen Tucumán, como las de los centenarios de 1910, y en especialcie 1912, de la Batalla de Tucumán, ninguna tan grande y memo-iable, como la del Centenario de 1916, de la Deciaración de flues-tra Independencia. El Gobernador Ernesto Padilla, con celo pa-bótico, la preparó desde 1913, pidiendo la colaboración del Pre-siclnte Sáenz Pefla, que la otorgó plenamente (aunque él no pudopresidirla por haber fallecido antes). De este modo, la conme-moración fué extraordinaria, y se realizó con la asistencia de lasautoridades nacionales, de los gobernadores de Provincias, dediplomáticos, etc. Los festejos programados fueron desde el 29de junio hasta el 14 de julio, con su acto central del domingo,9 de Julio. Y entre las inauguraciones que se hicieron en esos diasetuvieron: Ia del monumento al Dr. José E. Colombres, en laCasa del Parque, hoy llamada del Obispo Colombres; las de lasestatuas de Fray Justo Santa Maria de Oro y Fray Manuel Pé-rtz, en la Iglesia de Santo Domingo; la del Congreso Americanode Ciencias Sociales; la de un Museo Etnográfico, etc.; y entreotros actos es de recordar un homenaje a Chile por su donaciónde muchos libros a nuestra Biblioteca Sarmiento. De todo lo cualse hizo en 1917 la edición ouicial de una pubiicación titulada

BREVE HISTORIA DE TUCUMAN 231

1916, patrodnados por la Conferencia de Damas de San Vicente de Paul de San Francisco. Sus más notorios mantenedores fue­r0n Ricardo J aimes Freyre, Juan B. Terán y Ernesto Padilla. 1. el' ellos se premiaron a poetas locales y de afuera; algunos de los cuales debieron la iniciación de su fama a esas consagracio­nes. Los actos en que se coronaba a la reina del torneo y se leían las poesías laureadas, despertaban el interés de todo Tucumán y eran siempre brillantes: lo cual decía mucho sobre la cultura tucumana de esa época.

. , Monumentos y estatuas. - Antes ya hablamos de las esta­tuas y monumentos erigidos en nuestra ciudad a principios del siglo. Ahora sólo precisaremos que la estatua de Alberdi, ejecu­t a.da por la escultora tucumana Lola Mora fué inaugurada, con gran solemnidad, en la plaza que lleva su nombre el 24 de se­tiembre de 1904, aniversario de la Batalla de Tucumán y que entre los oradores que hablaron entonces se destacó el Dr. Ser­vando Viaña con un gran discurso.

Conmemoraciones. - Entre otras conmemoraciones hechas en Tucumán, como las de los centenarios de 1910, y en especial de 1912, de la Batalla de Tucumán, ninguna tan grande y memo­rabiE:, como la del Centenario de 1916, de la Declaración de nues-­tra Independencia. El Gobernador Ernesto Padilla, con celo pa­tr!ótico, la preparó desde 1913, pidiendo la colaboración del Pre­sid<::nte Sáenz Peña, que la otorgó ·plenamente (aunq~e él no pudo presidirla por haber fallecido antes). De este modo, la conme­moración fué extraordinaria, y se realizó con la asistencia de las autoridades nacionales, de los gobernadores de· Provincias, de diplomáticos, etc. Los festejos programados fueron des'de el 29 de junio hasta el 14 de julio, con su acto central del domingo, 9 de Julio. Y entre las inauguraciones que se hicieron en esos días e~;tuvieron: la del monumento al Dr. José E. Colombres, en la Casa dd Parque, hoy llamada del Obispo Colombres; las de las estatuas de Fray Justo Santa María de Oro y Fray Manuel Pé­nz, en la Iglesia de Santo Domingo; la del Congreso Americano de Ciencias Sociales; la de un Museo Etnográfico, etc.; y entre otros actos es de recordar un homenaje a Chile por su donación

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ti" muchos' libros a nuestra Biblioteca Sarmiento. De todo lo cual se hizo en 1917 la edición oficial de una publicación titulada

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232

M. LIZONDO BORDA

"Celebración Nacional del Centenario de la Jnt .3pendencia enTucurndn, 1916"; y una Comisión particular editó un Gran Album,rnuy completo sobre la Provincia en todos los órdenes de su vidahistórica y del presente, hasta ese aflo. -

GOBERNANTES

D. Lucas A. Córdoba, titular: 1901-diciembre-1904.Dr. José A. Olmos, titular: diciembre, 1904-febrero, 1906

(renunciante).Dr. José FrIas Silva, interino: febrero-abril, 1906 (Como

Presidente del Senado). -Ing. Luis P. Nougues, titular: 1906-abril-1909.Dr. José Frias Silva, titular: 1909-abril-1913.Dr. Ernesto F. Padilla, titular: 1913-abril-1917.D. Juan Bautista Bascary, titular: abril, 1917-enero, 1921

(intervenido)D?. Juan M. Garro, interventor: diciembre, 1917-julio,

1918 (por interrupción del titular).Alvarez de Toledo, Nocetti y Nazar Anchorena, interven-

tores: enero, 1821-abril, 1922.D. Octaviano S. Vera, titular: abril, 1922-novi6mbre, 1923

(intervenido).Dr. Roque M. Gondra, interventor: noviembre, 1923-junio,

1924.Dr. Miguel M. Campero, titular: 1924-junio-1928.Ing. José G. Sortheix, titular: junio, 1928-setiembre, 1930

(depuesto)

232 M. L 1: Z O N D O B O R D A

"Celebración Nacional del Centenario de la Intd'3pendencia en 1'ucumán, 1916"; Y una Comisión particular editó un Gran Alburn, muy completo sobre la Provincia en todos los órdenes de su vida

I

histórica y del presente, hasta ese año.

5

GOBERNANTES

D. Duoas A. Córdoba, titular: 1901-diciembre-1904. Dr. José A. Olrnos, titular: diciembre, 1904-febrero, 1906

(renunciante) . Dr. José Frías Silva, interino: febrero-abril, 1906 (como

Presidente del Senado). . I r Ing. Luis F. NO~tgués, titular: 1906-abril-1909. Dr. José Frías Silva, titular: 1909-abril-1913. D'r. Ernesto E. Padilla, titular: 1913-abril-1917. D. J·uan Bautista Bascary, titular: abril, 1917-enero, 1921

(intervenido) . D11. Juan M. Garro, interventor: diciE!rnbre, 1917-julio,

1918 (por interrupción del titular). Alvarez de Toledo, Nocetti y Nazar Anchorena, interven­

tores: enero, 1821-abril, 1922. D. Octaviano S. Vera, titular: abril, 1922-noviémbre, 1923

(intervenido) . Dr. Roque M. Gondra, interventor: noviembre, 1923-junio,

1924. Dr. Miguel M. Carnpero, titular: 1924-junio-1928. Ing. José G. Sortheix, titular: junio, 1928-setiembre, 1930

(depuesto) .

Page 220: Breve Historia de Tucuman

N DO BORDA

BIBLIOGRAFIA PRINCIPAL

LIZONDO BORDA, MANUEL op. I: Tucumán indigena. Diaguitas, Lules

y Tonocotés. Pueblos y lenguas. Siglo XVI''. Tueumãn, 1941.

11: 'ilisloria del descubrimien to del TUCUIU6O. El pasaj d Almagro. LaEntrada de Bojas. El lttherario de Matienzo". Tucumñu, 1942.

III: ''If istoria del Tucuindu (siglo XVI)''. Segunda eclicidn corregida de

la ' 'Historia do la Gobernacidn del Tucunidn, siglo Xvi'', (publicada en 1928).rfucufl n, 1942.

IV: "Historia del Tvcumdn (siglos XVII y XVII1) ''. Tucumán, 1941.

V: ''Historia do Tucumdn (siglo XIX) ' '. Tueuniãn, 1948.

VI ' 'Historia do Tucumán - Siglo XX''. (Periodo inicial: 1901-1930)

Eserita para la Academia Nacional de la Historia. Inédita.

BIBLIOGRAFIA ESPECIAL

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ARCHIVO HISTORICO DE TUCUMAN, See. Adniinislrutiva (1862-1895).ARCHIVO HISTORICO BE TUCUMAN, S'eccióa Legislative (1862.1895).Bolelin Oficial de Tucumán (1910-1930).Celebración nacional del Con tenario (10 la indepondencia en Tucumndn.

Tucumén, 1916.Compilación ordenada de logos, inensajes p decretos do la Proeinc do

Tucumdi (1862-1909).Constitación do la Provincia de Tucuindn, de 1884.ConstituciOn do la Provincia do Tucuindn, de 1907.CORREA, ANTONIO M., Goografia General do la PrOvjflcia do Tucuindn.

Buenos Aires, 1925.CROSS, WILLIAM E., Notas sobre el progreso do la agrcul2ura p las

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Tuenmãn, 1959.KRHN, FRANZ, Geografia de la Argentina. Editorial Labor, 1941.

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.nglo NiX. Tueumiia, 1959.L1ZON1JO BORDA, MANUEL, La Sociedad Sariniento (ii 511 (?0(I!' iile,iiiO

Tueumán, 1932.Ii[eniejes do los gobernwlores (10 Tucumda (1862-1930)TERAN, JUAN B., La Universidad p la vida. Buenos Aires, 1021.Term- Ceiiso Nacional, l(vantado 0 19'(7c junio rio 1914. Buenos Aires, 1916.

entenario de la Jnt1'3pendencia enion particular editó un Gran Album,icia en todos los órdenes de su Vida

ese añO.

5

NANTES

itular: 1901-diciembre-1904.ilar: diciembre, 1904-febrero, 1906

nterino: febrero-abril, 1906 (como

:itular: 1906-abril-1909.;ular: 1909-abril-1913.titular: 1913 abri1-1917.ry, titular: abril, 1917-enero, 1921

nterventor: diciembre, 1917-i ulio,titular)etti y Nazar Anehorena, interven-

itular: abril, 1922-noviëmbre, 1923

interventor: noviembre, 1923-junio,

, titular: 1924-junio-1928.titular: junio, 1928-setiembre, 1930

1 BIBLIOGRAFIA PRINCIPAL

LIZO_ DO BORDA, MANUEL op. I : "1'UC¡WHW¡ ineHgena. Diaguitas, Lules

y 'fonocotés. Pueblos y lenguas. Siglo X VI ". 'l'uclImán, 1941. II: "H'isto1"ia del descubri'miento elel 1'ucumán. El pasaje de Almagro. ,L :t

Entrada de Rojas. El Itinerari~ de Matienzo". TlIcumáll, 1942. III: "Historia ele~ 1'ucumán (siglo XVI)". Seguuda edición corregida de

la "Histo1"ia de la, Gobernación elel l 'ucumán, siglo XVI ", (publicada en 1928).

'l'ucumán, 1942. IV: "Histo1'Ía del 1'uclt1nán (siglos XVII y XVIII)' '. 'l'uclImán, 1941. V: "Historia de T1wlUnán (siglo XIX)". 'TlIcumán, J94.8. VI: "HistOl'ia de 1'uclVllliÍln - Siglo XX". (Periodo inicial : 1901·1930).

Estnta para la Academia Nacional de la Historia. Inédita.

BIBLIOGRAFIA ESPECIAL

ALBUM GENlE,RAL de Da P?'ovincia ele l 'ucu mán en el primer centenario

de la Independencia A?·gentina. TlIcumán, 1916. ARCHIVO IUSTORICO DE 'l'UCUMAN, Seco AelministrlllÜ"l (1862-1895). ARCHIVO HISTORICO DE TUCUMAN, Sección L egislativa (1862-1895). Boletín Oficial de Tucull!án (1910-1930), Celebmción nacional del C61!tenal'io ele la Independencia en 1'ucmnán.

Tncumán, 1916. Compilación o?'denada de ley es, ?nensajes y elec1"etos de la Provincia, ele

Tucumán (1862-1909). Constitución ele la P?'ovÍ?!cia de 1'1w!lI/nán, de J884. Constitución ele la Provincia ele 1'uC1l1/nán, de 1907.

'1'- CORREA, ANTONIO M" Geogl'afía Genm'al de la Pl'ovincia ele 1'uc1t11!án.

Buenos Aires, 1925. CROSS, WILLIAM E . , Notas SObl'C e~ '[J¡1'ogl'eso de la ag1'ic¡¿ltu?'a y la·s

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siglo XIX. TlIcumún, 1959, LIZO~DO BORDA, MANUEL, La Sociedad Sarmiento en su cincuentcllal'io

Tueumán, 1932. Jof61![,:jeS de los gobel'nadol'es de 1'ucu?1lán (1862-1930). TERAN, JUAN B., La Vnive?'sicZael y la vida. Buenos Aires, 1921. T ercer Censo Nacional, levantado e~ 1Q' de junio cZe 1914. Buenos Aires, 1916.

Page 221: Breve Historia de Tucuman

INDICE GENERAL

Prólogo.........................................................9Introcluccion ....................................................11

SI(L() XVI

1. El deacubrnniento ........................................27II. La conquista .............................................37

III. La colonizacjdii ...........................................45

SIGLO XVIILa vida colonial ..........................................57

SIGLO XVIIILa vida colonial ..........................................67

SIGLO XIXPRIMERA EPOCA (1801-1852)

I. Historia poiltica .........................................77II. Noticias coniplementa t'ias ..................................89

1. Panorama general....................................... 892. A(jiniiijstraciSll y economIa .............................943. OiganizaciSn e instituciones ...........................1004. Progreso y ctiltura .....................................1075. Qobernantes ...........................................115

SEcTUXDA EPOCA (1852-1900)

I. Hi&toria poiltica. .......................................... 119

IT. Noticias coinpiementarias ..................................141I. Panorama general ......................................1412. Desarrollo ecoliómico ..................................1543. Progreso institucional ................................1664. Desenvolvimiento cultural ..............................1765. Goheriiantes ...........................................199

SIGLO XX1'ERIODO IXICIAL (1901-1930)

I. Historia polItica ..........................................205Primer cielo (1901-1916) ..................................205Segundo ciclo (1917-1930) ................................212

TI. Noticias conlplenlental1m4 ..................................2191. Adelanto general ........................................2192. Progreso ecollomico ...................................2223. Desarrollo institucional ...............................2254. Desenvolvirniento cultural ..............................2275. Gobernantes ...........................................232

Bibliografla principal ............................................233BibiografIa especial .............................................233Idice general ..................................................235

INDICE GENERAL Púg.

PI'ólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

r. n.

m.

El descubrimiento La conquista La colonización

La vida colonial

La vida colonial

SIGLO XVI

SIGLO XVII

SIGLO XVIII

SIGLO XIX PRIMERA EPOCA (1801-1852)

27 37 45

57

67

l. Historia política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 n . Noticias complementarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

1. Panorama general ..... . .............................. .. 89 2. Administración y economía ............. . ... . . .... .. .... 94 3. Organización e institucione . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 100 4. Progreso y cultura .. .............. ... .. .. .... ... .. . . ... 107 5. Gobernantes . . ................. .. . . .. .... . ....... 115

SEGUNDA EPOCA (1852-1900) r. Historia poHtica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 119

n. Noticia complementarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 141 1. Panorama general . .... . .... . ..... . ..... .. . ... .. ........ 141 2. Desarrollo económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 154 3. Progreso institucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 166 4 . Desenvolvimiento cultural ................. ..... ... . . . . . 176 5. Gobernantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 199

SIGLO XX PERIODO INICIAL (1901-1930)

1. Historia política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 205 Primer ciclo (1901-1916) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . ........ 205 Segundo ciclo (1917-1930) ...... ...... .................... 212

n. Noticias complementarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 219 1. Adelanto general ......................... ... ...... .. .... 219 2. Progreso económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 222 3. Desanollo institucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 225 4. Desenvolvimiento cultural ........ . .. .. ....... . .... . . . .. 227 5. Gobernantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 232

Eibliografía principal .... . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Eibiografía especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 233 Indice general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .... .. . . ..... . .. . . . . . . . . . .. 235

Page 222: Breve Historia de Tucuman

ESTA OBRA SE ACABO

DE IMPRIMIR EL 20 DE

MAYO DE 195 EN LOS

TALLERES GRAFICOS

VIOLETTO S. R. L.

San Martin 973-Tucum6n

2

ESTA OBRA SE ACABÓ

DE IM PRIMIR EL 20 DE

MAYO DE 19¿5 EN LOS

TALLElllS GRAFleOS

VIOLETTO S. R. L.

San Martln 973·Tucumón

Page 223: Breve Historia de Tucuman

U

PROVINCIA DE TUCUMAN

Poder Ejecutivo

GOBERNADOR

Prof. LAZARO BARBIERI

MINISTROS:

Dc Gobierno, Justicia c Instruccjón P(iblica

Dr. RAUL HECTOR BARBER

Dc Ecocomla

Contador ROBERTO T. CRISTIANI

Dc Salud Pñblica

Dr. SILVIO COLOMBO

PROVINCIA DE TUCUMAN

Poder Ejecutivo

GOBERNADOR

Prof. LAZARO BARBIERI

MINISTROS:

De Gobierno, Justicia e Iostrucción Pública

Dr . RAUL HECTOR BARBER

De Economía

Contador ROBERTO T. CRISTIANI

De Salud Pública

Dr. SIL VIO COLOMBO