Boletín Camino

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C A M I N O Misioneros Vicentinos Colombia AÑO XXX No. 158 FEBRERO MARZO ABRIL DE 2010

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Estimados lectores, Como es costumbre al iniciar cada año hacemos llegar a ustedes el Boletín CAMINO, con el fin de brindarles un espacio de reflexión en torno al Carisma de la Congregación de la Misión, y las diversas celebraciones que estamos viviendo a nivel de Iglesia. El equipo de la pastoral vocacional de este año está conformado por el Padre Yamil Abel Velásquez, CM. y por los estudiantes de experiencia Pastoral Jorge Leonardo Ramírez, CM. y Pepe Adolfo Sánchez, CM.

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CAMINOMisioneros Vicentinos Colombia

AÑO XXX No. 158 FEBRERO MARZO ABRIL DE 2010

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Estimados lectores, Como es costumbre al iniciar cada año hacemos llegar a ustedes el Boletín CAMINO, con el � n de brindarles un espacio de re� exión en torno al

Carisma de la Congregación de la Misión, y las diversas cele-braciones que estamos viviendo a nivel de Iglesia. El equipo de la pastoral vocacional de este año está conformado por el Padre Yamil Abel Velásquez, CM. y por los estudiantes de experiencia Pastoral Jorge Leonardo Ramírez, CM. y Pepe Adolfo Sánchez, CM.

El Evangelista San Juan nos habla sobre el llamado de los primeros discípulos, el Bau-tista les muestra a Jesús, “He ahí al cordero de Dios”, ellos lo siguen y se quedan con Él, posteriormente los discípulos salen a compartir la experiencia del encuentro con el Maestro y quienes los escuchan se dejan cautivar por estas palabras y se adhieren al grupo de los seguidores “Andrés el Hermano de Simón Pedro, era uno de los que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Este encuentra primeramente a su propio hermano, Simón, y le dice: ‘hemos encontrado al Mesías’, que quiere decir Cristo” (Jn 1. 40-41). Al igual que los discípulos como equipo animador de las vocaciones, deseamos compartirles a los jóvenes la alegría que sentimos de haber sido llamados por Dios a colaborar en su obra, con el � n de que ellos también se interesen por esta maravillosa aventura del seguimiento de Cristo Evangelizador de los pobres.

A partir de este año 2010, en las diversas ediciones del boletín iremos presentando la vida de algunos de los Santos de Nuestra Congregación, deseamos que ellos, sean un estímulo vocacional, tanto para quienes ya estamos en este caminar como para quienes están en proceso. Una de las riquezas de la congregación es la presencia de los hermanos coadjutores, ellos con su espíritu de servicio, entrega, y sus diversos carismas, ayudan a dinamizar el trabajo Evangelizador de los misioneros Vicentinos en la Iglesia. Desde el año pasado se viene hablando acerca de la Misión continental, Los padres Vicentinos nos sentimos comprometidos en virtud de nuestro Carisma, razón por la cual, hemos querido elaborar un artículo que departirá sobre el cómo podemos unir-nos a la Invitación de la iglesia colombiana en la vivencia misionera a nivel continental como Congregación. Hace algunas semanas iniciamos la Cuaresma, cuarenta días de preparación para la celebración del misterio pascual, “pasión, muerte y Resurrección de Cristo” nos pareció pertinente, hablar sobre el signi� cado de este periodo litúrgico, con el � n de ayudarles a una mejor vivencia de la Conmemoración del signo más grande de amor de Cristo por la humanidad. Por último uno de los jóvenes que estuvo en segui-miento y que actualmente está en el seminario de Filosofía en Medellín, nos relatará su experiencia vocacional. De hecho damos la bienvenida a los jóvenes que este año entraron al propedéutico, los encomendamos en nuestras oraciones, que el Señor les regale perseverancia, ya que el mundo necesita de pastores, pero pastores Santos.

Deseamos abundantes bendiciones para todos en este nuevo año, nos encomenda-mos a sus oraciones, y no olviden “rogar al dueños de la mies para que envíe más obre-ros a su mies” (Lc 10, 2).

P. Yamil Abel Velásquez V., CM.Superior Pastoral Vocacional Vicentina.

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EN LA CONGREGACION DE LA MISION“La fun-ción de los hermanos, por otro lado, es ayudar a los eclesiásticos a la manera de

Marta en todos los misterios enumerados, según les fuere señalado por el Superior; cooperarán también con sus lágrimas, con sus morti� caciones y con el buen ejemplo de su vida” (Reglas Comunes de la Congre-gación de la Misión, Capítulo 1, numeral 2)Ante el protagonismo del laico que se busca hoy en la Iglesia podemos señalar que la misión de ese laico consagrado en el carisma Vicentino se puede concretar en: el llamado a la santidad que se mani� esta en la vivencia del amor como acogida permanente del otro, especialmente de los más ne-cesitados. En un mundo de excluidos el hermano en la CM se ha de convertir en eje para crear tanto en las comunidades locales como en las diversas obras esos espacios de acogida donde todos tengan cabida y sientan la ternura y la misericordia de Dios. Pues “el amor al prójimo es un camino para encontrar a Dios” y “solo el amor es el que produce la esperanza para el hombre de hoy” (Benedicto XVI). Esto lo podrá vivir si tiene y entra dentro de la espiritualidad del Buen Samaritano como nos lo señala Aparecida. El herma-no es “un servidor de la vida” y por eso su actitud fun-damental es de conservar la vida como principio de su actuar, no solamente dentro de los cohermanos sino también hacia los más necesitados. La gama de apostolados que presenta la Iglesia Católica hoy, hace que el hermano, laico Consagrado, encuentre campos amplios para ejercer un ministerio apostólico, donde los Presbíteros no alcanzan abarcar. Los nuevos areó-pagos de la evangelización piden al Hermano una preparación teológica y profesional que le facilite lle-gar a tantas necesidades de la gente hoy. La ministe-rialidad de la Iglesia le abre campo inmenso para que, sin convertirse en un pequeño clérigo, pueda ejercer el protagonismo del laico consagrado. Siguiendo el ejemplo de San Pablo, quien para no ser carga a nadie, trabajaba con sus manos día y noche, para procurarse lo que necesitaban él y sus compañeros. (2 Tes 3,-9). Tampoco un hermano vicentino puede convertir-se en una carga ni para la comunidad ni para nadie, debe ser levadura dentro de la comunidad cuando se

encarga de salvaguardar los bienes de ella y adminis-trarlos con sentido de pertenencia, de empresa que lleve a una abundancia de bienes para mejor servicio a los pobres.En el ambiente ecológico y de armonía donde hoy el ser humano está buscando respuestas, el hermano debe ser el que está preocupado por ir creando un ecosistema vivible en su comunidad local siendo agente de armonización, de paz, de relaciones vividas desde la verdad, la caridad y la justicia. Parte de ese ecosistema es la vivencia de la dignidad del hombre que nos lleve a sentir la igualdad y la fraterni-dad para crear desde nuestras comunidades locales la civilización del amor. Eso le pide creatividad, alegría, y un gran amor por el ser humano que se concreta en amor profundo por sus cohermanos y por las perso-nas que tocan a nuestras puertas. Por último puedo decir que el hermano fundamentalmente debe ser un buen administrador de los bienes de la comunidad. Un hombre con sentido empresarial para que los bie-nes de los pobres, los bienes de la CM. respondiendo a las exigencias económicas actuales, logren mante-ner la estabilidad de los miembros de la CM y supe-rando las leyes del mercado logren hacer justicia a las necesidades de los pobres. Esto le implica tener una adecuada preparación para responder a los retos que hoy presenta una buena administración en función de los pobres y desde los proyectos de los pobres, ya que como dice San Vicente lo que tenemos “a ellos les pertenece”.

De ahí la tarea delicada de los promotores vocaciona-les y de los formadores frente a un futuro del hermano en la CM. Hno. Nelson De Jesús Morales Montes. C.M.

VOCACIÓN DEL HERMANO

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Al referirnos en diversas ocasiones a la palabra misión dentro del marco de la evangelización Cristiana, sue-

le suceder que nuestra mente nos remi-te de inmediato, a un lugar lejano casi siempre rural y delimitado por precarias condiciones de vida. Muchos suelen mi-rar hacia atrás y recordar con nostalgia las misiones de antaño impregnadas de un espíritu fervoroso, férreo y lleno del impulso evangelizador que trascendía cualquier frontera y barrera por mas difí-cil que fuera.

La Mision Continental La Mision Continental La Mision Continental

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Hoy después de casi tres años de la promulgación del documento Conclusivo de la Conferencia General de Obispos en Aparecida (Brasil), La Iglesia decide hacer una mirada hacia fuera y colocar la Iglesia de América Latina y del Caribe en estado permanente de misión. “Hemos de fundamentar nuestro compromiso misio-nero, y todo nuestra vida en la roca de la palabra de Dios, para ello animo a los pastores a esforzarse en darla a conocer, la evangelización ha ido unida siem-pre a la promoción humana y a la auténtica liberación Cristiana. Amor a Dios y amor al prójimo se fundan en-tre sí. En el más humilde encontramos a Jesús mismo, en Jesús, encontramos a Dios” (Cfr. V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Mensaje � nal de S.S. Benedicto XVI, 29 de mayo de 2007).

Con esta palabras el Papa, Benedicto XVI, lanza la pro-puesta de una Misión que tomará forma en nuestro continente con el impulso del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana), en cada Diócesis en par-ticular, que como Cristo, nos llama a cada uno por nuestro nombre tomando de antemano nuestra his-toria (Cfr. Jn 10, 3), para convivir con él y enviarnos a continuar su misión (Cfr. Mc. 3, 14-15), es decir; im-pregnarnos, llenarnos de ese amor, “conocerlo” para poder darlo a conocer, por ello “nadie da de lo que no tiene” Así pues esta misión tiene como objetivo empapar de un espíritu misionero la vida de todos lo bautizados, todas las estructuras de nuestras iglesias, mediante el encuentro vivo con a persona de Jesu-cristo, fundamento de la misión; que comprometa a

todas las personas, en el continente de América latina y en el Caribe, bajo la acción del Espíritu Santo, el au-téntico protagonista de la misión.

No es una misión igual a las otras, es todo un proceso, no es algo momentáneo, sino que es un itinerario de la Iglesia Misionera, pensando en la renovación des-de dentro; no solo en los lugares más apartados de la tierra sino en aquellos que son nuestra realidad más cercana, comenzando por la misión desde nuestra propia historia. Todos estamos llamados a renovar el espíritu misionero, a ejemplo de San Vicente de Paúl, quien supo reconocer a Cristo en los pobres, se abra-zó con Cristo en ellos, después les sirvió, y de esta forma impregnó de este ardor a Obispos, sacerdotes, religiosas y laicos.

Necesitamos renovar el compromiso de lanzar las re-des, y que junto con nuestra Madre la Virgen María, seamos creativos utilizando todo lo que esté a nues-tro alcance, para poder hacer llegar el mensaje de la buena noticia a los jóvenes a los adultos a los niños, hacer más vivenciales el servicio pastoral de los sacra-mentos, respondiendo a las necesidades espirituales de los hombres con la fusión de una liturgia alegre, festiva y juvenil ,donde todos se sientan en casa y tengan el gozo de alabar a Dios; esa es la verdade-ra misión, sentirnos en familia, para que en él todos nuestros pueblos tengan vida y vida en abundancia.

Est. Jhon Mario García G., CM.Primero de Teología.

y el Carisma Vicentinoy el Carisma Vicentinoy el Carisma Vicentino

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Mártir y primer santo de China.

“¡Qué felicidad para usted trabajar en lo que él mismo hizo! El vino a evangelizar a los pobres, y ésa es su ta-rea y ocupación. Si nuestra perfección se encuentra en la caridad, no hay mayor caridad que la de entre-garse a sí mismo por salvar a las almas y consumirse lo mismo que Jesucristo por ellas”

(VII 292)

Con esta invitación hecha por San Vicente a sus pri-meros misioneros motivándolos a gastarse completa-mente por la salvación de las almas como lo hizo el mismo Jesucristo. En la Congregación de la Misión se destacan � guras como la de San Juan Gabriel Perbo-yre; que desde muy temprana edad el Señor le mostro signos mediante los cuales invitaba a servirle a través de la misión.

Juan Gabriel Perboyre nace en el seno de una familia humilde en la localidad de Montgesty, en la diminuta aldea de Puech (Francia) el cinco de enero de 1802, hijo de Pedro Perboyre y María Rigal; ellos siendo una familia cristiana, vieron con gozo que varios de sus hi-jos tomaron el mismo camino que Juan Gabriel: (Dos Hijas de la Caridad, una postulante de las carmelitas que falleció y tres sacerdotes Vicentinos) de un total de ocho hijos.

Desde niño Juan Gabriel se inclino por la vida misione-ra, daba catequesis a los mismos niños de su edad en la parroquia de la aldea; y llegada la edad de los quin-ce años, se le encarga de acompañar a su hermano Luis que iba al Seminario Menor de Montauban; pero providencialmente Juan Gabriel también resultó que-dándose en el seminario, pues los superiores vieron claramente en él signos de una vocación sacerdotal, prueba de ello es que cumplió con las responsabilida-des correspondientes, debido a su gran inteligencia y su capacidad de juicio; piadoso, de temperamento plácido y tolerante.

en la familia Vicentinaen la familia Vicentinaen la familia VicentinaLa Santidad La Santidad La Santidad La Santidad La Santidad La Santidad SAN JUAN GABRIEL PERBOYRE;

CM. (1802 – 1840)

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A sus dieciséis años, el quince de diciembre de 1818 hace su admisión al Seminario Interno (Noviciado) y dos años más tarde en 1820 emitía sus votos perpe-tuos; Fue ordenado sacerdote el veintitrés de sep-tiembre de 1830 en la capilla de las hijas de la caridad, en la Rue du Bac de París; la misma fecha de la orde-nación sacerdotal de San Vicente de Paúl; aunque su salud no fue la mejor, tampoco fue obstáculo en su vocación, sino que cada día la rea� rmaba más.

Aunque su sueño era irse de misiones a China, no fue un ideal fácil de alcanzar, ya que el Señor le te-nía destinado durante este tiempo, encargarse de la formación de los seminaristas a través de la dirección del Seminario Interno (Noviciado). Pero su deteriora-da salud no fue impedimento; y el día dos de febrero de 1835, Juan Gabriel recibió la noticia de que sería enviado a China, donde se desplazo rápidamente sin tener tiempo ni siquiera de despedirse de su familia, y tras cinco meses de navegación, llego a las costas del imperio amarillo. Donde se familiarizó con el idioma y las costumbres de aquel lugar, dejándose crecer la barba, la trenza y � nalmente llamarse entre los chinos: Tong Ueng Xio.

El sueño de Juan Gabriel era construir y consolidar la Iglesia en China, pero no faltaron los momentos de di� cultad. No era de esperarse que llegara la perse-cución a los cristianos y así fue, los que no creían en la religión de los ancestros Chinos eran perseguidos y ajusticiados; siendo una gran prueba para Juan Ga-briel, quien repetía a sus � eles una y otra vez: “Para ir al cielo hay que hacer sacri� cios” estos momentos tan inesperados en su vida lo hicieron dudar y hasta creer que Dios lo había abandonado, pero sentía la satisfac-ción de vivir lo que vivió el mismo Cristo; beber el cáliz de la amargura.

El temor se apoderaba de los cristianos en China, en cualquier instante podrían ser descubiertos y así ocurrió; algunos pudieron escapar, pero la debilitada salud y la traición de uno de sus catequistas, hizo que fuese capturado detrás de un bosque de bambú. La cárcel, los interrogatorios de parte de las autoridades chinas: los mandarines y el virrey de U-Chang –Fu, son prueba su� ciente para medir la madurez y el gran celo

en la familia Vicentinaen la familia Vicentinaen la familia Vicentina

por las almas de Juan Gabriel, las torturas, azotes y ul-trajes recibidos él lo ofrecía como sacri� cio para salva-ción de las almas. ganándose así la corona del martirio el día once de septiembre de 1840 viernes y siendo las tres de la tarde entrego como el mismo Jesucristo el espíritu al Padre Celestial por la salvación del géne-ro humano. Amarrado y estrangulado en una cruz con treinta y ocho años y veintidós servidos a la Iglesia y la Congregación de la Misión, entro en la presencia de Dios un hombre que se gasto completamente por amor a Jesucristo.

Cuentan los que presenciaron la ejecución que al mo-mento de morir Juan Gabriel, en el cielo vieron dibuja-da una gran cruz, signo de amor por aquel que planto la cruz en tierras extranjeras, también se cuenta que donde estaba sepultado Juan Gabriel se extraían las hierbas, haciendo bebidas que curaban a muchos.

El nueve de julio de 1843 un decreto del Papa Grego-rio XVI autorizaba el proceso de beati� cación de cua-renta y tres mártires y El diez de noviembre de 1889 el Papa León XII le beati� có y el Papa Juan Pablo II lo canonizo el 2 de junio de 1996.

Est. Pepe Adolfo Sánchez Rincón, CM.Pastoral Vocacional Vicentina.

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Uno de los períodos más bellos e importantes del tiempo litúrgico para la Iglesia Católica y los cristianos, es el de la Cuaresma. Ella se pre-

senta ante la sociedad como aquel espacio propicio para la re� exión y la oración. Ya que en su esencia, la cuaresma como tal nos hace el llamado sobre la toma de conciencia de nuestros pecados mediante la conversión y el arrepentimiento de nuestro pro-pio corazón para acercarnos más hacia la persona de Jesucristo.

El inicio de la Cuaresma se desarrolla a partir del Miércoles de Ceniza y � naliza el Jueves Santo antes de la celebración de la cena del Señor. Vendrían a ser 40 días de preparación para la Pascua. A lo largo de este tiempo, todos los � eles católicos estamos llamados a reforzar nuestra propia Fe mediante di-versos actos de penitencia, como medios que nos impregnarán de una mejor vida espiritual para el bienestar de nuestra alma. Es por ello que para la Iglesia Católica, la vida de oración, la reconciliación, el ayuno (según la posibilidad de cada uno) y la Eu-caristía son elementos cruciales que nos aproximan hacia el deseo de vivir profundamente toda la diná-mica cuaresmal.

Para nuestro tiempo, Jesucristo nos invita a cambiar de vida. Y la Iglesia en la Cuaresma, nos invita a vivir dicho momento como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compar-tiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Ella nos invita a tomar una serie de actitudes cristianas que nos ayudarán a parecernos más a la persona de

Un tiempo para la re� exión

Jesucristo. Ante todo, nos propone la vivencia de la caridad como un elemento que se debe expresar de manera especial con aquel herma-no que tenemos más cerca, en el contexto en el que cada uno de nosotros nos movemos dentro de la sociedad. Ya que así es como poco a poco se va construyendo en los demás “el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana” (Juan Pablo II); todo a causa del amor de la persona que se deja abrazar por el ardor de la caridad misma, puesto que como lo expreso San Vicente de Paúl: “Un corazón verdaderamente abrasado y animado por la virtud de la caridad, hace sentir su ardor. Y todo lo que hay en un hombre caritativo, respira y predica sólo caridad”.

Est. Jorge Leonardo Ramírez; CM

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El día 3 de febrero llegamos a Medellín 20 jóvenes de diferentes lugares del país, para iniciar una gran aventura, en la búsqueda del Maestro Je-

sús, pero siguiendo las huellas de San Vicente de Paúl. El llegar a una ciudad diferente, conocer compañeros de diferentes lugares del país, cada uno con su cultura y costumbres, genera grandes expectativas que son traducidas a futuro.

En primera instancia, dentro de las actividades que realizamos, recuerdo la bienvenida que nos dieron nuestros compañeros de tercer grado de � losofía; la presentación de la comunidad local, donde cada uno puede ver el llamado que Dios hace a las personas desde las diferentes latitudes del país.

Los primeros días en el seminario dejan una impronta, una huella que hasta ahora para mí ha sido muy gra-ta, y yo, que estoy iniciando mi aventura vocacional, tengo motivaciones que han provenido del equipo de formadores y también de mis compañeros, quie-nes con su ejemplo y testimonio me invitan a seguir adelante procurando dar lo mejor.

Ya entrando un poco más en el proceso formativo, se hizo la planeación semestral, la distribución de o� cios y actividades que son el soporte de la buena marcha de una comunidad. A cada uno de nosotros le fue asignado un padrino, es decir, un compañero que sir-ve de guía y orientador ahora que estamos iniciando y aprendiendo el rodaje de la casa; todos salimos a co-nocer diferentes sitios turísticos de la ciudad, fue una experiencia de compartir y fraternidad.

El día 8 de febrero se dio inicio a las actividades aca-démicas, conocimos los profesores, se despertó más interés para asimilar la formación y también se rea-lizó la distribución de las comunidades de vida. Las pequeñas comunidades de vida, son una forma de

distribuir el trabajo, de fomentar la fraternidad y vivir la oración; están conformadas por estudiantes de los tres primeros grados.

Es importante ir conociendo poco a poco el carisma de la comunidad, esforzarse por aprender a construir la vida comunitaria, también por hacer de la oración un elemento que genere vida a nivel personal y co-munitario e ir construyendo las bases de la vocación, para quienes hemos decidido lanzarnos a la aventura de encontrar a Jesucristo en los más pobres.

José Julián González CastañoEstudiante de propedéutico

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Rincón Vocacional

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Importante1. Durante los días 23 a 26 de febrero de 2010 los estudian-

tes Jorge Ramírez, CM y Adolfo Sánchez, CM asistieron al Encuentro Nacional de Animadores de la Pastoral Voca-cional, donde el tema que se trato fue: “El acompañamien-to vocacional desde la Palabra de Dios”. En la orientación del tema el encargado fue el Padre Fidel Oñoro Consue-gra, director del Cebipal - Celam. Al encuentro asistieron sacerdotes, religiosos de toda Colombia y Latinoaméri-ca.

2. Del 8 al 19 de marzo se realizará la gira vocacional por los departamentos de Cundinamarca (Padre Yamil) y Boyacá (Estudiantes: Jorge Ramírez y Adolfo Sánchez) y se ten-drán en cuenta los siguientes � nes:

• Visitar a los jóvenes que están en seguimiento para cono-cerlos y seguirlos motivando en su opción de vida.

• Conocer sus familias y darles a conocer nuestro carisma.

• Visitar algunas instituciones educativas de los departa-mentos, para así animar a los jóvenes que se encuentran en los grados 10 y 11 e iniciar con ellos el proceso de se-guimiento vocacional.

3. El equipo de la pastoral vocacional como es su costum-bre, colaborará durante la misión de Semana Santa en los municipios de Guaranda (sucre) (Est. Jorge Ramírez y Adolfo Sánchez) y Santa Marta (P. Yamil Velásquez) par-tiendo para estos lugares desde el día 25 de marzo.

4. Después de Semana Santa partiremos nuevamente esta vez para el departamento de Santander, durante los días 12 de abril hasta el 30(P. Yamil) también por el Eje Cafetero desde el 27 de Abril hasta el 17 de mayo. Estarán los estu-diantes Jorge Ramírez y Adolfo Sánchez.

5. Del 25 de mayo hasta el 3 de junio vamos de gira por los departamentos de Antioquia y Huila.

CONVIENCIAS VOCACIONALES

REGIÓN CUNDIBOYACENSE

• 14,15 Y 16 DE MAYO, LUGAR: SEMINARIO MAYOR VILLA PAÚL, Calle 15 Nº 19ª -96. Tels: (1) 8257129 – 8257618 (FUNZA – C/MARCA).

REGION EJE CAFETERO

• 14,15 Y 16 DE MAYO, LUGAR: APOSTÓLICA – PADRES VICENTINOS, Calle 7 Nº 13-29. Tels: (6) 3641456 – 3641457 (STA. ROSA DE CABAL – RISARALDA)

REGION ANTIOQUIA Y HUILA

• 4, 5, 6, DE JUNIO, LUGARES: SEMINARIO LA MILAGROSA – SEPAVI, calle 75 Nº 75- 30, barrio Robledo – Pilarica. Tels: (4) 2341520 – 4218662 (MEDELLÍN – ANTIOQUIA) Y PARRO-QUIA NTRA. SEÑORA DE LAS MERCEDES. TEL: (8) 830111 – 8310110. (NÁTAGA – HUILA)

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Cra. 30A No. 25 A – 81 Barrio Gran América Tel. (1) 3379747 - Cel: 310 3200904 - Bogotá D.C.Web: www.co-vicentinos.org

E-Mail: [email protected]: vocacionesvi.blogspot.com

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