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    Resumen El artculo reconstruye la historia del tro instrumental andino colombiano y describe la apropiacin y evolucin que la comunidad regional hace de cada uno de los instrumentos de cuerda que lo conforman. Identifica actores de primera importancia, revela la esttica tradicional musical y los procesos de cambio y renovacin que hacen del tro de cuerdas eslabn vital para el desarrollo de la msica de cmara de raz nacional.

    Bandola, tiple y guitarra: de las fiestas populares a la

    msica de cmara*

    * Este trabajo fue presentado al Seminario de Instrumentos Tradicionales,Msicas Actuales y Contemporneas. Cochabamba, Bolivia.Octubre de 2002, evento patrocinado por el gobierno francs en cooperacin con pases del rea andina, por el Grupo de InvestigacinValores Musicales Regionales. Instituto de Estudios Regionales INER Facultad deArtes, Universidad de Antioquia.

    Abstract The article reconstructs the history of the Colombian Andean instrumental trio and describes the regional community s appropriation of its string instruments and their evolution. It refers to actors of utmost importance, reveals the traditional musical aesthetics and the processes of change and renovation making out of the string trio a vital link in the development of a chamber music that has national roots.

    Mara Eugenia Londoo F. y Alejandro Tobn R.

    Ilustraciones: David Arias, estudiante de la facultad de Artes Plsticas de la Universidad de

    Antioquia

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    Un es fuerzo colect ivo en la con s truc c in de identidad

    El trabajo que hoy presentamos es fruto de inves- tigaciones que recogen la expresin viva de la msi- ca andina tradicional y contempornea de Colombia; es testimonio de msicos, compositores, intrpretes y luthiers, y concreta nuestro compromiso desde un espritu solidario.

    La cordillera de los Andes recorre a Colombia de sur a norte, atravesando la zona central del pas. Va- lles, altiplanos, altas montaas, cuencas de grandes ros constituyen geogrficamente esta regin, que se caracteriza por la diversidad de climas, hecho que determina un sinnmero de posibilidades para el sec- tor agrcola y para el desarrollo econmico en diver- sos campos. Hablar de Los Andes colombianos significa, entonces, hablar de mestizaje y diversidad geogrfica, tnica y cultural. Pueblos indgenas milenarios se funden, desde hace quinientos aos, con europeos y africanos, para construir una nueva cultura, que hoy nos diferencia e identifica como pueblo y como nacin.

    Es precisamente en este contexto donde surge el tro instrumental tpico andino, hacia mediados del siglo XIX. Cordfonos trados desde Asia y Europa ad- quieren una nueva dimensin: la guitarra hispanorabe se vuelve cotidiana; tambin la guita- rra de cuatro cuerdas se transforma en tiple para acom- paar el trabajo campesino, y la bandola se adapta para expresar realidades propias de tierras tropicales. Este tipo de conjunto ya se menciona en 1878, y apa- rece asociado con la interpretacin de gneros na- cionales criollos como el pasillo y el bambuco. Por sus races y su permanencia, es la agrupacin musical tra- dicional de mayor vigencia en la regin. Hondamente ligado al espritu popular y a la tradicin oral, el tro alienta, hasta mediados del siglo XX, las tertulias y fiestas familiares en los campos y ciudades de la zona ms densamente poblada del pas, regin donde habi- ta cerca del 70% de la poblacin colombiana.

    El tr o ins trumental andino colombiano y sus instrumentos

    Laguitarra: De origen arbigo-asitico y nombre greco-ro-

    mano, la guitarra ha tenido una evolucin de milenios, segn se deduce de testimonios hallados en Egipto y en culturas del Asia Menor, donde se trans- forma el antiguo lad. Afirman investigadores con- temporneos que hacia el ao 1000 a.C. ya exista en Egipto un instrumento de cuerda con muchas de las caractersticas que posee la guitarra actual.

    Pocos datos y mltiples transformaciones difi- cultan rastrear con precisin el proceso por el cual lleg a ser el instrumento que conocemos hoy. Proba- blemente, la guitarra de cuatro rdenes fue llevada por los rabes a Espaa hacia el siglo X y se dispers por Europa a finales del siglo XIV; all adquiri popu- laridad por ser su tcnica ms fcil que la del lad y por ser porttil. Lo mismo sucedi con la guitarra de cinco rdenes dobles, comn durante los siglos XVII y XVIII, y con la guitarra de seis rdenes simples, que fue acogida rpidamente, tambin en el siglo XVIII, por- que permita, igualmente, una tcnica mucho ms sencilla.

    Tal vez ningn otro instrumento haya sido di- fundido, apropiado y transformado tan intensamen- te en el Nuevo Mundo como la guitarra. Comunidades aborgenes, afrodescendientes, mestizas, rurales y ur- banas, as como personas letradas e iletradas de la ms diversa ndole y condicin han hecho de ella oportunidad de comunicacin y vehculo de cultura.

    La guitarra acstica ha cambiado poco desde el siglo XVI; no obstante, de ella se derivan numerosos instrumentos populares o folclricos hoy caracters- ticos de Amrica Latina y el Caribe. En los Andes co- lombianos prevalece la afinacin en Do, la forma ms universal, aunque existen diversas maneras de afinarla, determinadas por las formas y variables que presenta cada instrumento, segn las regiones y cul- turas donde se encuentre.

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    Compositores e intrpretes como Gentil Monta- a, Clemente Daz, Bernardo Cardona, Hctor Gonzlez, Jaime Bernal, Gustavo Adolfo Nio y Elkin Prez... han producido y siguen creando repertorio para guitarra solista inspirados en msicas de raz nacional, obras de gran belleza y de dimensin con- tempornea.

    El t iple Mientras se desarrollaba la polifona, desde el

    siglo XII y hasta el siglo XVI, se utiliz la palabra tri- ple para designar una tercera voz de registro agudo, ya fuera esta humana o instrumental. En caste- llano, la referencia literaria ms antigua se encuen- tra en algunos de los poemas de Iigo Lpez de Mendoza, marqus de Santillana (1398-1458). En Triunphete de amor dice: de melodiosas aves/ o sones muy suaves/ triples, contras e tenores (197, p.166). (Citado por: Puerta, 1998:55). Se atribuye a la dinmica del habla popular la prdida de la letra r , puesto que ya para mediados del siglo XVI era corriente el uso del trmino tiple . Estos anteceden- tes explican por qu, durante el siglo XVIII, como lo afirma el cordofonista e investigador colombiano Manuel Bernal, los instrumentos de registro agudo, derivados de la guitarra, pasan de ser llamados discante a ser llamados tiple . (Puerta, David. Cita- do por Bernal, 2000:56).

    Este instrumento, hoy emblema nacional, se transforma a partir de la guitarra renacentista. Las primeras referencias ciertas de su existencia en Co- lombia datan de 1791. Posee mstil con trastes, tapa y aros en forma de ocho, caja de fondo plano y cuatro rdenes triples, cuerdas de acero y cobre, tradicional- mente pulsadas con los dedos. Segn datos publica- dos por la Orquesta de Cuerdas Nogal (1995), el tiple se desarrolla en Colombia durante el siglo XIX De tener cuatro cuerdas, pasa a ocho cuerdas hacia 1880 y luego a doce, a partir de 1890 Actualmente, el ins- trumento posee doce cuerdas metlicas distribuidas en cuatro rdenes y triples; de acero las tres primeras y afinadas al unsono. Los rdenes segundo, tercero y cuarto constan de una cuerda de acero entorchada, dispuesta entre otras dos cuerdas tambin de acero, y afinada una octava abajo con relacin a las dos cuer- das laterales. Aqu radica lo ms valioso y original del instrumento. Su respuesta tmbrica es riqusima y desborda la escritura convencional. No obstante, amerita sealar una limitacin real que le es propia: la restriccin que presenta en el mbito de los soni- dos graves.

    El tiple es un instrumento transpositor, cuya afi- nacin ms comn suele ser en Si bemol. Desde la dcada de los ochenta es objeto frecuente de explora- cin por parte de instrumentistas y constructores. Ac-

    Afinacin: sonidos reales, cuerdas al aire, rango

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    tualmente se fabrican tiples afinados en Do, con lo que se busca obtener un sonido ms brillante y faci- litar su ejecucin en altura real.

    As, el instrumento acompaante, de uso estric- tamente popular generalmente taido, rasguea- do o golpeado sobre la tapa , ofrece hoy nuevos timbres y posibilidades tcnicas de interpretacin, que le han permitido convertirse en instrumento so- lista durante la segunda mitad del siglo XX.

    gistro es ms agudo que el del tiple, y es muy carac- terstico su timbre metlico y dulce. Es fcil reali- zar en l melodas a dos cuerdas (rdenes); su uso se privilegia para interpretar gneros musicales tales como torbellinos, guabinas, rumbas criollas y pasi- llos fiesteros. Entre sus intrpretes ms destacados figuran Jorge Ariza, Aquiles Tello y Gilberto Bedoya; este ltimo, de manera original, suele tocar el ins-

    trumento aprovechando, a modo de plectro, una cu- chilla de afeitar.

    En las subregiones andinas oriental y central, el tiple requinto sustituye a la bandola como instru- mento meldico. Esta variante local muy singu- lar de l tpico tro instrumental andino colombiano ha permanecido arraigada, casi con ex- clusividad, en sectores populares. Vase: http://www.suserenata.com/grupos/trios/nueva4.htm yhttp://208.45.17.12/la_m%C3%Basica_en_colombia.htm

    Labandola Puede definirse la bandola, instrumento popu-

    lar de los Andes colombianos, como un cordfono hbrido que evoluciona a partir de la guitarra renacentista del siglo XVI. Pertenece a la familia de los lades de mstil o cuello largo, con trastes y cuer- das de acero en rdenes dobles y triples, pulsadas con

    Siempre han sido escasos los solistas de tiple. No obstante, nombres como los de Gonzalo Hernndez, Francisco Pacho Benavides, Jos Luis Martnez, Gustavo Adolfo Renjifo, David Puerta y Luis Enrique Parra, entre otros, se destacan en el panorama nacio- nal. Las grabaciones por ellos realizadas, hoy hacen parte del patrimonio cultural colombiano.

    Elt iplerequinto Si bien esta exposicin se centra especficamente

    en la bandola, el tiple y la guitarra, parece oportuno destacar la existencia de otro cordfono, variante del tiple, importante en la regin.

    El tiple requinto posee tambin cuatro rdenes triples; su caja es ms pequea, y el diapasn ms largo, para lograr mayor brillo en sus sonidos y me- jores posibilidades de digitacin al puntearlo. Su re-

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    plectro, tapa en forma de pera como las mandoras y lades, caracterizadas por su caja con aros y tapa posterior plana o ligeramente abovedada... . (Bernal, 2000: 38).

    Con frecuencia se ha confundido el tiple con la bandola, y a esta ltima con la bandurria o lad espaol. Aclara el mencionado investigador: con- sidero que la bandola andina colombiana procede directamente de dos lneas instrumentales que en realidad son una sola: la de la guitarra .

    1. Por un lado viene de la bandurria espaola, instrumento del que conserva sus caractersticas de construccin (guitarra-vandola), su denominacin y funciones instrumentales (que la relacionan con las mandoras y mandolinas), y sus relaciones de afi- nacin (intervalos de cuarta justa entre los diferen- tes rdenes).

    2. Por otro lado proviene de las guitarras sopra- no (discantes) con forma de ocho, de las que hay referencias bibliogrficas, registro fotogrfico y ejem- plares que datan del siglo XIX en Colombia con el nombre de bandola... (Bernal, 2000: 54). El investi- gador advierte, adems, contradicciones respecto a la terminologa empleada.

    Para el siglo XIX, en Colombia el instrumento tena 4 rdenes dobles. Hacia 1860, se presume que el poeta, msico e ingeniero Diego Fallon introdujo un quinto orden en la regin de los bajos. Luego, en 1898, Pedro Morales Pino, msico vallecaucano, le adi- cion un sexto orden, adems de disponer los primeros cuatro rdenes triples, para un total de 16 cuerdas.

    La bandola, por sus caractersticas de instrumento soprano, usualmente tiene a cargo las melodas y aparece acompaada por el tiple o la guitarra. Por tradicin se afina en Si bemol como instrumento transpositor, un tono abajo de la guitarra. A partir de 1960 algunos msicos prefieren afinarla un tono arri- ba de lo acostumbrado, hecho que modifica sensible- mente la regin de los sonidos graves. Adems, se construyen instrumentos de 12 cuerdas.

    Entre quienes han llegado a ser virtuosos de este instrumento se destacan los maestros Jess Zapata, Fernando Len y Diego Estrada. Actualmente se for- man en el pas generaciones jvenes con claros ta- lentos, como Fabin Forero, Manuel Bernal, Jairo Rincn y Javier Andrs Mesa, entre otros.

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    Nuevos escenarios

    Sin embargo, desde finales del siglo XIX hasta la dcada de 1940 aproximadamente, el cuarteto de cuer- das pulsadas y la estudiantina (pequea orquesta de cuerdas pulsadas) fueron las dos agrupaciones de sa- ln ms apreciadas entre los msicos populares, que iban accediendo a la prctica de la msica escrita (en ese entonces impuesta desde postulados ideolgi- cos, estticos, tericos y prcticos fuertemente ancla- dos en la tradicin musical europea).

    En el desarrollo posterior del tro instrumental andino van a ser clave msicos que merecen especial atencin: Hctor, Gonzalo y Francisco Pacho Hernndez, los ya casi legendarios Hermanos Hernndez. Nacidos en el departamento de Caldas 1 , en los aos veinte formaron un tro de excepcional calidad artstica (guitarra, bandola y tiple, respecti- vamente). Es tos msicos aportaron tcnicas novedosas e integraron su repertorio con obras nacio- nales y extranjeras, adems de exaltar y desarrollar maneras expresivas propias de la tradicin musical re- gional. Bandola, tiple y guitarra van ganando au- tonoma. La tradicin, la creatividad y una voluntad de renovacin abren otros espacios al tpico tro de cuerdas pulsadas de los Andes colombianos.

    As, se va construyen- do ese eslabn vital entre la cultura popular y la acadmica, cuyo fruto ma- duro se concreta en el for- mato contemporneo del tro instrumental andino de Colombia, para el que comienzan a escribir des- tacados compositores y

    arreglistas. El siglo XX ve surgir agrupaciones desta- cadas de esta ndole, entre las cuales sobresalen adems del Tro de los Hermanos Hernndez el Tro Morales Pino; posteriormente, el Tro Instrumen- tal Colombiano, actor de primera importancia para el desarrollo de la msica de cmara de raz nacio- nal; el Tro Joyel, el Tro Luis A. Calvo 2 y el Tro Instrumental Ancestro. Los tres cordfonos andinos van ganando nuevos espacios.

    Esfuerzos aislados, pero fecundos

    Hacia 1964, el maestro Jess Zapata Builes (1916) integrante del grupo de investigacin Valores Mu- sicales Regionales de la Universidad de Antioquia, al cual pertenecemos , en un acto visionario y creativo, se propone hacer del tradicional conjunto tpico una verdadera agrupacin musical de cmara. As, la tra- dicin popular y su erudicin musical lo conducen a una sntesis afortunada de conciencia artstica y cul- tural, que se concreta en 1979 a travs de la constitu-

    cin del Tro Instrumental Colombiano.

    Quizs el aspecto ms rele- vante de tal transformacin se refiere al papel que se asigna al tiple: sin perder el surrungueo tradicional, este instrumento conduce primeras voces, hace unsonos con la bandola, dia- loga con la guitarra... adquiere un significado pleno. En pala- bras del maestro Zapata: se dio visa de residente al tiple que an- daba de turista por su patria .

    Tambin hay un hecho in- novador en la propuesta del maestro Zapata respecto del manejo del tro de cuerdas andinas colombianas: aprove-

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    cha los recursos del grupo en la interpretacin de obras del repertorio universal. La tradicin popular y la erudicin dialogan en igualdad de condiciones; as, en este trabajo, el legado musical de Occidente se funde de manera original con timbres amasados en Amrica Latina, para convertirse en expresin propia de nuestro pueblo.

    Por su novedosa concepcin, el Tro Instrumen- tal Colombiano se transform en agrupacin de c- mara de primera importancia en el contexto de las cuerdas tpicas andinas. Bandola, tiple y guitarra adoptan un papel protagnico a travs de propuestas contrapuntsticas, exploracin de nuevas posibilida- des sonoras, de fraseo y articulacin, refinada con- cepcin armnica, cuidadosa instrumentacin y adaptaciones musicales enmarcadas dentro de un res- peto profundo por la originalidad de las obras y sus autores. As, el Tro se ha convertido, a lo largo de su historia, en modelo, en referencia obligada en el campo de los cordfonos andinos, tanto para intr- pretes, como para quienes estudian, crean y divulgan la msica nacional.

    Cabe resaltar un hecho paralelo, que va a contri- buir grandemente a la expansin del tro andino. Por la misma poca aos sesenta , y de igual manera, talentosos luthiers nacionales como Igna- cio Castrilln en Medelln, Carlos Norato en el Valle del Cauca, Pablo Hernn Rueda y Alberto Paredes en Bogot, entre otros, se comprometen en un perma- nente esfuerzo de superacin y perfeccionamiento de las tcnicas de construccin de bandolas, tiples y gui- tarras, hoy smbolos de identidad regional.

    Desde entonces, agrupaciones de ptimas cali- dades recrean y desarrollan este modelo. Con el Tro Instrumental Colombiano surgi un movimiento que acerca las msicas populares del pas a la academia y la academia al saber tradicional. Lo universal se hace regional y lo regional se universaliza. Hoy, tros, cuar- tetos y pequeas orquestas de cuerda interpretan tan- to msicas del interior del pas pasillos, bambucos, danzas, torbellinos, guabinas como obras de com-

    positores del mbito internacional y msicas tradi- cionales de otras naciones.

    Gestores de una nueva tradicin

    Durante la segunda mitad del siglo XX, otras dos figuras se destacan en el panorama de las cuerdas taidas en Colombia. Son Luis Fernando Len (1952) y Diego Estrada (1936). En la subregin central de los Andes, el maestro Len dirige su trabajo a la com- posicin y elaboracin de arreglos para tros, cuarte- tos y estudiantinas, destacndose como director del Tro Joyel, la Orquesta Tpica Colombiana y la Or- questa de Cuerdas Nogal; adems de consagrarse como virtuoso intrprete de la bandola. A l se debe la pu- blicacin del libro Las melodas ms bellas de Colombia, obra que compila una serie de arreglos originales, de excelente factura, preparados para tro instrumental andino.

    Por su parte, Diego Estrada, vallecaucano, tam- bin destacado bandolista, publica uno de los prime- ros y ms importantes mtodos de bandola que se han producido en el pas.

    Nuevas semillas: encuentros sin fronteras

    A partir de la dcada de los ochenta se avanza hacia una didctica de los instrumentos de cuerdas tradicionales; se disean y publican algunos mto- dos para tiple y bandola; se consolida una escuela guitarrstica, se incentiva la interpretacin y la cir- culacin de repertorios a travs de festivales locales y nacionales. 3 y aparecen esmeradas ediciones fonogrficas, realizadas casi siempre con recursos de los mismos msicos, quienes se apoyan en la solida- ridad de amigos y colegas para difundir sus produc- ciones, por el gusto de tocar, y por el compromiso de dar al pas algo original y mejor.

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    Exploracin de nuevas tcnicas, sonoridades y estilos dan como resultado pequeas escuelas locales donde se forman actualmente nios y jvenes, algu- nos de ellos hoy virtuosos en el campo de las cuerdas colombianas. La corporacin Nueva Cultura, en Bo- got; Clara Teresa Restrepo y Hctor Fabio Torres, en la escuela de la Caja de Compensacin Familiar Comfenalco, en el departamento del Quindo y el

    Bachillerato Musical , de Ginebra, en el Valle del Cauca; Hctor Rendn y John Jaime Villegas en la Escuela Popular de Arte EPA y en la Universidad San Buenaventura, en Medelln, existen hoy como semi- llero de agrupaciones infantiles y juveniles, testimo- nio de vida esperanzada en medio del conflicto que padece el pueblo colombiano. stas, y muchas otras, son las voces de una Colombia andina atravesada por la guerra.

    Desde nuestra experiencia, hoy podemos afirmar con certeza que celebrar y enriquecer nuestras cultu- ras es un derecho y una responsabilidad tica, hist- rica, inaplazable. Inventar y multiplicar espacios para afirmar y desarrollar nuestras posibilidades expresi- vas, simblicas y artsticas es una forma de asumir con dignidad nuestras realidades, para transformar- las. La msica, sus instrumentos, la danza, hacen parte de ese patrimonio comn a los pases andinos, elementos que son clave para la autoafirmacin de nuestras identidades colectivas, y para la reconstruc- cin del tejido social, condicin esta ltima, esen- cial para enfrentar la pobreza multidimensional, y para garantizar cualquier proyecto de progreso y de- sarrollo sostenibles.

    Somos los seres humanos el recurso ms valioso e importante que posee cualquier pas. Por eso dedi- camos, especialmente a los nios y a los mayores, ste y los dems esfuerzos que venimos realizando; son ellos el futuro y la raz, la esperanza y la savia de nuestro continente. Como lo dijo William Ospina:

    La diversidad de los pueblos y de las culturas tiende a ser

    borrada por el auge de una cultura internacional de jeans y camisetas y chicles, de cuas comerciales homogneas, de espectculos planetarios masivos, de noticias idnticas; da a da se sustituyen tradiciones ricas y curiosas, trajes complejos y llenos de sentidos, bebidas, leyendas, un universo profuso y profundo arraigado de mil maneras distintas en la tierra nutricia, por una sola expresin casi siempre evanescente y trivial.

    Como los caudillos militares, el capital se com- place en borrar diferencias y uniformar a los hom- bres. Cuando ya no seamos ms estos millones de

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    rostros singulares, expresando cada uno un pasado, un carcter y un alma, sino el mismo ser, incesante- mente repetido hasta el vrtigo, habr alcanzado su plenitud esta curiosa tendencia moderna [llamada] progreso.... (Ospina, William. Es tarde para el hom- bre, citado por: Lpez, 2002, Introduccin)

    Como testimonio de que puede existir una din- mica justa en la globalizacin, donde recibamos y aportemos, se incluyen las partituras de las obras Campanas, pasillo de Adolfo Meja y Oriental, del compositor ruso Cesar Cui, en versin para Tro Ins-

    trumental Andino realizada por el maestro antioqueo Jess Zapata. 4

    Adolfo Meja Navarro naci en San Luis de Sinc, hoy departa- mento de Sucre, Colombia, el 5 de febrero de 1905, e inici su forma- cin musical bajo la direccin de su padre. Vivi sus primeros aos en la ciudad de Cartagena de In- dias, y desde muy joven se perfil como director, compositor, arreglista e intrprete de guitarra. Meja combin el jazz y la msica de baile con pasillos y bambucos colombianos. Viaj a Nueva York en 1930, donde desde los estu- dios de grabacin de la NBC, la Columbia y la Victor desarro- ll una intensa ac tividad discogrfica y de radiodifusin, di- rigida especialmente a la comu- nidad latina. De regreso al pas, en 1932, recibi una fuerte in- fluencia de Jess Bermdez Silva, su profesor en el Conservatorio Nacional de la capital. En 1938 obtuvo el premio nacional de composicin Ezequiel Bernal con

    su obra Pequea Suite, donde esquemas de bambuco y torbellino con giros meldicos caractersticos del Caribe afirman la diversidad cultural del pas. La Segunda Guerra Mundial le impidi desarrollar sus estudios en Europa, por lo que, tras una corta estada en Italia y Francia, regres a Amrica. En Brasil co- noce a Stokowski, y con l, junto a la American Youth Orchestra, viaja nuevamente a Nueva York.

    En 1945 vuelve a Cartagena, funda la Sociedad Musical Pro-Arte y posteriormente asume la direc- cin del Instituto Musical. En 1970 obtiene el Pre- mio Nacional de Msica y el doctorado Honoris causa

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    de la Universidad de Cartagena. Poseedor de un gran talento musical, fue profundamente sensible a las expresiones culturales nacidas del espritu popular. De esta apertura multicultural dan fe obras como Acuarelas colombianas, Amrica, Bachianas, Suite de danzas espaolas, Danza africana, Bambuco, y su obra para piano, publicada en 1990. Adolfo Meja muri en Cartagena el 6 de julio de 1973.

    Cesar Cui naci en Vilna, en 1835. Franco-pola- co de origen y alto oficial de ingeniera dentro del ejrcito ruso, fue alumno de Balakirev e hizo parte del Grupo de Los cinco. A travs de su maestro, al igual que Rimsky-Korsakov, recibi la influencia ideolgica de Mikhail Glinka, autntico padre del nacionalismo musical ruso. Al observar su extensa produccin se advierte el contraste entre su postura terica acerca de la esencia de lo popular y la fuerte influencia de la cultura musical francesa, que se evi- dencia especialmente en sus peras. Cui muri en Petrogrado (hoy Leningrado) en 1918. Su obra ha sido poco difundida en comparacin con la de sus contemporneos; quizs sea la Oriental, opus 50 N 5, la ms conocida de sus creaciones.

    Notas1 Departamento deColombia situado al noroccidente de la regin

    andina, que hace parte del eje cafetero.2 PedroMorales Pino (18631926) y Luis A. Calvo (18841945),

    destacados compositores de msica andina colombiana, dannombre a estas dos agrupaciones.

    3 Se destacan: Festival Mono Nez Ginebra, Valle del CaucaFestival del Pasillo HermanosHernndez Aguadas, CaldasFestival de la guabina y el tiple, Vlez, Santander y los festivales deCotrafa yAntioquia le canta aColombia en los municipios de Bello y Santa fe de Antioquia respectivamente.

    4 La grabacin original de estas obras en versin para tro decuerdas andino, hace parte del disco compacto Sin fronteras. El mundo en bandola, tiple y guitarra.Tro InstrumentalColombiano. Universidad de Antioquia. Medelln 2002 (incluye folleto)

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    se encuentran una bibliografa y discografams completas.

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