Avance Novedades Tropo 2010

11
El viaje imposible. En México con Roberto Bolaño Fall River, John Cheever Cerrado por melancolía, de Isidoro Blaisten Teoría de todo, de Paula Lapido El trepanador de cerebros, Sara Mesa Los líquenes del sueño, Ángel Olgoso Beria y alrededores, Alfredo Mozas Opio en las nubes, de Rafael Chaparro Lo breve, Cristina Grande Solanar y lucernario, Ramón J. Sender

description

 

Transcript of Avance Novedades Tropo 2010

Page 1: Avance Novedades Tropo 2010

El viaje imposible. En México con Roberto Bolaño Fall River, John CheeverCerrado por melancolía, de Isidoro BlaistenTeoría de todo, de Paula LapidoEl trepanador de cerebros, Sara MesaLos líquenes del sueño, Ángel OlgosoBeria y alrededores, Alfredo MozasOpio en las nubes, de Rafael ChaparroLo breve, Cristina GrandeSolanar y lucernario, Ramón J. Sender

Page 2: Avance Novedades Tropo 2010

2

Primavera 2010

Un viaje sin billete al México de Roberto Bolaño

En uno de los relatos encontrados en el ordenador de Roberto Bolaño después de su muerte y publicados bajo el título El secreto del mal (2007), Bo-laño hizo el «viaje imposible» al Méxi-co de su juventud que había dejado li-terariamente profetizado en uno de sus relatos, «Muerte de Ulises Lima», don-de cuenta cómo su alter ego Arturo Be-lano vuelve al D. F. después de más de veinte años.

En este libro los autores realizaron el mismo recorrido que los personajes de Bolaño. El resultado es una precio-sa combinación entre las fotografías de Siqui Sánchez y los textos de Meyer-Kentler y Dunia Gras, amiga y entre-vistadora en numerosas ocasiones de Bolaño. Una obra defi nida en una es-tructura exquisita que transportará al lector al imaginario del autor: prosti-tutas, proxenetas, parados, personajes todos ellos en el límite de la vida y la muerte.

Desde el D. F. hasta el desierto de So-nora, de la frontera con USA hasta Ciu-dad Juárez, intentar atrapar ese México para mostrarlo en imágenes al lector es

una labor imposible. Porque el viaje al México de Roberto Bolaño es un viaje imposible en muchos sentidos. Fue im-posible para el mismo Bolaño volver a este espacio de la memoria, y su muer-te tan temprana en 2003 puso fi n a toda posibilidad de regreso.

Asimismo, los lugares no son sim-ples lugares, inamovibles, eternos, sino que la coordenada espacial se cruza con la del tiempo. Un tiempo subjetivo, per-

meado de la experiencia personal del individuo y transformado posterior-mente en materia fi ccional. Cuando los autores emprendieron este viaje, iniciando la búsqueda de las imágenes que integran el presente libro, sabían de antemano que, en sentido estric-to, documental, no encontraríamos el México de Bolaño.

La fotografía refl eja una tensión es-pecial, casi paradójica, por la cual el irrecuperable aislamiento de las es-cenas fotografi adas se inscribe en un momento dirigido hacia adelante, que transmite al espectador el sentimiento de que hubiera algo en la imagen que le fuera sustraído, ocultado, de forma parecida a como se siente, a menudo, el lector de la obra de Bolaño, en una espera eterna, en busca de algo que no se sabe qué puede ser.

Son refl exiones ensayísticas que evocan instantes disueltos en el tiem-po, diálogos artísticos entre las citas de Bolaño y las fotografías

El viaje imposible. En México con Roberto Bolaño Dunia Gras, Leonie Meyer-Kent-ler y Siqui SánchezISBN: 978-84-96911-22-2PVP: 25 euros

Page 3: Avance Novedades Tropo 2010

3

Primavera 2010

Con la publicación de Fall River en la colección Voces de Tropo Editores, se inaugura un espacio para los libros traducidos de otras lenguas por prime-ra vez en España.

Con prólogo de Rodrigo Fresán, re-úne textos que fueron publicados ini-cialmente en las revistas Cosmopoli-tan, The New Republic, The Atlantic Monthly y Colliers entre 1931 y 1949: «Fall River», «Late Gathering», «Bock Beer and Bermuda Onions», «The Au-tobiography of a Drummer», «In Pas-sing», «Bayonne», «The Princess», «The Teaser», «His Young Wife», «Saratoga», «The Man She Loved», «Family Din-ner» y «The Opportunity» y que hasta ahora, permanecían inéditos en Espa-ña. El cuento de Cheever es un reman-so de historias corrientes, de verbenas de barrio, de dignos vecinos al desnu-do que encuentran respuesta antes del último latido en pequeños universos donde sus miserias y sus glorias retra-tan un modo auténtico de entender la vida. Estos trece textos tempranos del afamado maestro norteamericano, que consideraba que el relato era la forma más adecuada para representar la exis-tencia de las personas, son relatos de iniciación, de aprendizaje, que sin bri-

Desde las fronteras del Edén llega John Cheever

El legendario John Cheever

Cheever no es un autor fácil. A sus relatos hay que darles respiro y pausa, entender la herencia del gintonic, los excesos y la doble americana, pero es imprescindible para comprender la na-rrativa americana de los cincuenta. Su nombre permanece a la espera de lau-reles junto a Hemingway, Salinger, Car-ver, Updike, Bukowski, Ford o Foster Wallace, oculto para el gran público hasta que Fresán lo antologó en el 2002 y dejó de ser el nadador olvidado.

Apostamos por Cheever, el resucita-do. Un escritor fi rme y sólido, dual pero contradictorio a la luz del foco más per-sonal: protestante, conservador, casado y con hijos, lector de Ovidio, Virgilio y Homero y, a un tiempo, homosexual, alcohólico, drogadicto, fumador empe-dernido. De su mano descubrimos que somos imperfectos, incoherentes, estú-pidos y en suma, contradictorios.

Cheever fue el hijo de un padre au-sente que perdió todo en la depresión de los treinta y una anticuaria culta, el menor de dos hermanos destinado al fracaso, el marido insatisfecho, el aman-te relegado. Sobrevivir fue su victoria.

Entendemos al Cheever escritor. El único lugar donde no te expulsan del colegio a los diecisiete años por indisci-plinado y fumador, donde es posible do-minar la caótica existencia, se encuentra entre páginas de papel. Su envergadura narrativa nos deslumbra, «no poseemos más conciencia que la literatura».

Describe los suburbios, la América profunda, a sabiendas de que el cielo en la tierra es un arquetipo tan absurdo como el de borrachera sin resaca.

llar con la perfección de sus textos de madurez, permiten vislumbrar ya la ge-nialidad de narrador así como los te-mas que le obsesionarán durante toda su obra: la culpa, la fe, la vida de la gen-te común en los suburbios de los Esta-dos Unidos.

Considerado el Chéjov de los subur-bios, el narrador más insidioso de la clase media estadounidenses, fue ami-go de Dos Passos, Cummings y Agee, es un cronista sensible. En sus épicas suburbanas la dueña de casa encuen-tra el infi erno entre los precursores de Palm Beach y La Moraleja, mientras to-dos anhelan unas vacaciones familiares. El único consuelo reside en la blasfe-mia con fuerza de mantra, los escrito-res se redimen de la lujuria a cuenta de manzanas, los millonarios nadan para descubrirse y los heroinómanos fratici-das lloran con lagrimas de ángel caído.

No creemos en otro Paraíso que no sea el de Cheever.

Fall river, John Cheever Prólogo de Rodrigo FresánISBN: 978-84-96911-24-6PVP: 19 euros

Page 4: Avance Novedades Tropo 2010

4

Primavera 2010

Colgamos el cartel de Cerrado por melancolía

Isidoro Blaisten de defi nía como «un simple escritor». Como buen cultivador de lo popular, recoge magistralmen-te las palabras de la calle y las devuelve a los lectores reconvertidas en un licor sutil y embriagador. Cerrado por me-lancolía es ahora recuperado en la co-lección 2º Asalto, uno de los mejores cuentistas argentinos del último tercio del siglo XX, continuador de la mejor tradición argentina que engarza a Bor-ges o Cortázar.

Cerrado por melancolía fue el car-telito que el ocurrente escritor Isidoro Blaisten puso al clausurar, en 1981, la librería que tenía en una galería en San Juan y Boedo, Buenos Aires. Por su li-brería pasaban soñadores de proyectos inacabados, estudiantes de letras y todo aquel que le guardaba afecto. En 1981, desanimado, la cerraría para atender sus talleres literarios. Lo hace porque la an-gustia económica no lo perdonaba.

El libro de igual título que el car-tel es una de las obras más aplaudidas de Blaisten. Un libro de relatos, géne-ro que cultivó el autor casi en exclusivi-dad, que cuenta desde el humor, desde el absurdo, desde la carcajada.

Fue su modo de reconocer uno de sus fracasos profesionales y comercia-les, que, afortunadamente para sus lec-tores, terminaron llevándolo a volcar su energía vital al ofi cio de escribir.

A partir de entonces se destacará como cuentista. Al preguntársele por qué los cuentos, Blaisten sentenciará: «No sé si el cuento es una manera de vivir como la poesía, pero sé que escri-bir cuentos es una manera de mirar».

Escribió Sucedió en la lluvia (1965), La felicidad (1969), La salvación (1972), El mago(1974), Dublín al Sur (1980), Cerrado por melancolía (1981), Cuen-tos anteriores (1982), Anticonferencias (1983), A mí nunca me dejaban hablar (1985) y Carroza y reina (1986).

Este año apareció una nueva versión de su libro El mago con la inclusión de veinte nuevos cuentos. Y al hablar de literatura habla de la vida, como ocu-rre con los buenos escritores refl eja el tiempo que le toca vivir. Muchos críti-

cos creen ver en su cuento Y vendrá la muerte y tendrá tus ojos (Cerrado por melancolía) el refl ejo de un país asedia-do por la dictadura. «Los derechos de autor, por mejor que uno venda, son algo intangible y remoto, una entele-quia. Les digo que en este país nadie lee, todo el mundo escribe. Escriben los abandonados y las abandonadas, los pudientes que se dan cuenta de que el dinero no hace la felicidad, los que no pueden conseguir trabajo porque traba-jar los angustia. Escriben también los que tienen talento. Y digo también que si bien la palabra es de todos, y que para escribir no hace falta más que un lápiz y un papel, el hecho de tener un hermo-so sufrimiento o de haber sido echado de la casa paterna no basta para produ-cir un texto digno y decoroso».

El 28 de agosto de 2004, a los seten-ta y un años, le faltó aire y se marchó con lo puesto.

Isidoro Blaisten repite, en sus talle-res, hasta el cansancio, que la literatura es un trabajo, que el arte, guste o no, es forma. O como decía Jean Paul Sartre es poner en forma.

«A lo mejor escribir no sea más que una de las formas de organizar la locu-ra. Este libro no es más que una forma de organización o entendimiento (para el caso es lo mismo) de mi historia per-sonal. Creo que si pudiera escribir cinco cuentos perfectos mi vida estaría justi-fi cada».

«¿Qué es un cuento perfecto? Un cuento que permanece. Sobrepasa el re-sentimiento y la lucidez; toca el corazón de la gente. Es decir, le puede gustar a Barthes como a los muchachos de San Juan y Boedo.

De cualquier forma quien abra este libro se encontrará con que está dedi-cado a mi analista. Quizá, como el loco aquel, yo también podría escribir: “no me cure de la locura, doctor, es lo úni-co que tengo”».

• Isidoro Blaisten sobre Cerrado por melancolía en su primera edición.

Cerrado por melancolía, Isidoro BlaistenISBN: 978-84-96911-23-9PVP: 18 euros

La pulsión de escribir

Page 5: Avance Novedades Tropo 2010

5

Primavera 2010

Persigue un imposible con Teoría de todo

Los personajes de Teoría de todo de Paula Lapido persiguen imposibles sin ellos saberlo. El superhéroe en ple-na crisis existencial que ya no quiere salvar al mundo sino que le dejen en paz y dedicarse al voyeurismo; la mu-jer que, un buen día, deja de soñar con gatos y su existencia se vuelve una tra-gedia; un hombre lobo con vocación frustrada por el cine de terror; el poeta dadaísta que se enamora sin remedio de una diosa celta de la guerra o ese estudiante de la vivisección en el Re-nacimiento que descubre lo extraordi-nario y placentero de las setas veneno-sas... Se lanzan contra sus deseos con los ojos cerrados, inmersos en la teo-ría de todo donde sus componentes subatómicos pretenden hacer del uni-

verso, desde sus componentes subató-micos a las grandes galaxias, una úni-ca ecuación perfecta y gobernable. Nos recuerda la literatura inglesa del siglo XX, a Herman Melville, a Irving Welsh, y sin embargo mantiene una textura di-ferente y única.

Teoría de todo es un libro de rela-tos que emociona, pone los pelos pun-ta y nos recuerda que el tiempo pasa, que los múltiplos y denominadores que marcan el destino esconden bromas pe-sadas.

1. Amarás la literatura sobre todas las cosas. Bueno, se permite que ames otras cosas, como la música, el cine, la comida o el sexo, pero, cuidadín, no te vayas a despistar.

2. No tomarás el nombre de Proust (Faulkner, Auster, Gogol...) en vano.

3. Santifi carás las fi estas y las apro-vecharás para escribir la dichosa novela que no acabas de arrancar, en lugar de tumbarte a la bartola.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre, y a tus amigos, y a tu perro, sobre todo cuando tengan que soportarte cuando te atasques con la historia y te sientas miserable y te preguntes por qué de-monios crees que puedes escribir algo que merezca la pena y que aporte algo, cuando tienes por detrás toda una His-toria de la Literatura (con mayúscula) que te mira amenazadoramente desde tus estanterías de Ikea.

5. No plagiarás, ni con la excusa de la metaliteratura.

6. No cometerás actos impuros con el objetivo de publicar tu libro (o, bue-no, tú verás).

7. No procrastinarás (aunque te tien-te mucho esa serie de la tele que te aca-bas de bajar de la mula).

8. No harás que tu protagonista se despierte de un sueño al fi nal de la his-toria, ni ocultarás información con fi -nes fraudulentos, ni le harás trampas al lector.

9. No consentirás pensamientos ni deseos danbrownianos (ni en momen-tos de debilidad. No. No aceptamos domingo de resaca).

10. No codiciarás los premios litera-rios ajenos..., o solo un poquito.

Deseos y deberes para el 2010

Teoría de todo, Paula Lapido Prólogo de Patricia Esteban ErlésISBN: 978-84-96911-21-5PVP: 17 euros

Page 6: Avance Novedades Tropo 2010

6

Primavera 2010

Vicisitudes y andanzas del trepanador de cerebrosEl trepanador de cerebros es la pri-

mera novela de la escritora Sara Mesa. Transcurre en una ciudad sin nombre pero con espacios perfectamente reco-nocibles en nuestra cultura: barrios pe-riféricos, centros comerciales, parques temáticos, lugares multitudinarios do-minados por la incomunicación y la so-ledad. En ellos conviven el ruido de un martillo neumático junto al silencio de unos enormes laboratorios, lo sórdido de los callejones con olor a orín junto a la exquisitez de los salones de té.

Cuenta la historia de un grupo de personajes dispares y estrafalarios que se ven unidos bajo el magisterio de Ed-gardo Negroni, un entomólogo argen-tino de orígenes misteriosos. Narrada con un lenguaje fresco, lleno de imáge-nes sorprendentes, con un ritmo per-fectamente controlado para mante-ner la tensión, la obra se ahonda en los equilibrios de las relaciones personales, en la necesidad del ser humano se sen-tirse aceptado y de cómo, para ello, es capaz de llegar a límites que nunca hu-biera sospechado.

El trepanador de cerebros introduce en el mundo de la novela a una autora con una voz sencilla, diáfana, pero, sin embargo, de unas propiedades miméti-cas casi milagrosas que consigue hacer creíbles a enanos que venden su alma por Internet, críticas de películas sobre culos, gemelos ladrones o gurús de la alta sociedad. Sobre ellos se posa una mirada fría, que no pretende explicar ni justifi car sus historias, sino simplemen-te mostrar las desviaciones de lo falsa-mente llamado cotidiano.

Es considerada por muchos una es-critora heredera de grandes autores como John Kennedy Toole y Eduardo Mendoza, Sara Mesa recuerda al estilo experimental de los autores oulipianos franceses o los patafísicos derivados de Arrabal y Topor. La autora tiene la ca-pacidad de hacer reír y llorar al mismo tiempo, de fragmentar a los personajes para mostrar las partes más ridículas y fascinantes de nosotros mismos, de po-ner sobre la palestra los vicios de la so-ciedad actual.

«En el número 27 del Pobal, 3º iz-quierda, habitación del fondo, duran-te un intervalo aproximado de seis me-ses, se producen inquietantes reuniones nocturnas. Para los personajes que las protagonizan el día se resbala casi sin querer, únicamente expectante de la no-che y de sus sombras. El día no es más que una espera, y está hecho de sábanas mojadas, de párpados entrecerrados y de ruidos amortiguados por el desáni-mo y la pesadez.

«Pero cae la tarde y nuestros perso-najes parecen renacer, redescubrirse y palpitar de otra forma distinta. Hablan, paladean las horas intocadas, discuten, se aman secretamente, dejan que sus respectivas soledades choquen entre sí como polillas atontadas por la luz.

«Al principio únicamente son el Cha-mán, su chica, Sylvia, y Edgardo Negro-ni. Mientras los dos hombres hablan, Sylvia los escucha entretenida y escri-be en el viejo portátil ideas, fragmen-tos sueltos, versos malos y sueños in-cumplidos. Poco después se suma a las tertulias una tal Rosanna, que el propio Negroni trae salida de dios sabe dón-de, con sus poses de femme fatal y el rí-mel siempre corrido bajo los ojos. Ed-

gardo Negroni pareciera pensar que la capacidad de la habitación no tiene fi n: tras Rosanna, invita a las tertulias a los gemelos Capiscol, tan risueños y diver-tidos que nadie podría atreverse a in-sinuar que sobran. Pronto son acep-tados y Negroni se muestra satisfecho con este grupo que, de momento, no ampliará.

«Demasiadas personas en tan poco espacio crean una especie de caldo de cultivo de ideas infructuosas, proyectos baldíos y conspiraciones incompletas y endebles.»

* Sara Mesa ha publicado los libros de relatos La sobriedad del galápago y la novela juvenil No es fácil ser ver-de. Con ella ganó el premio Tritoma de Narrativa Joven. También es autora del poemario Este jilguero agenda galardo-nado con el Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández.

El trepanador de cerebros, Sara MesaISBN: 978-84-96911-25-3PVP: 17 euros

Doble billete al paraíso

Page 7: Avance Novedades Tropo 2010

7

Primavera 2010

Ángel Olgoso es un escritor multi-disciplinar, variado y con conocimien-tos enciclopédicos, muy bien docu-mentado pero que, sin embargo, no permite que trasluzca en ningún mo-mento ese trabajo previo.

Los líquenes del sueño es un maravi-lloso libro de relatos, con un nivel téc-nico increíblemente exacto, sintaxis y gramáticas perfectas, con multitud de recursos narrativos y cambios de regis-tro interesantísimos. El libro está con-formado por una colección de relatos de diferente longitud. Algunos de ellos, reunidos en un capítulo denominado «Las mixtiones naturales», casi se po-drían defi nir como microrrelatos, mien-tras que otros, agrupados en «Gabinete victoriano», se alargan hasta confi gu-rarse como una narración extensa, a medio camino de la novela corta.

A pesar de esta diferencia, el libro no queda en absoluto descompensado, ya que los relatos no son una sucesión de texto sin conexión, sino que perma-necen unidos por una pulsión interna que arrastra al lector a encontrarse con diversas facetas de sí mismo.

La crítica considera a Ángel Olgo-so como un auténtico maestro del gé-

nero breve, del microrrelato y del cuen-to fantástico; un narrador al margen de las modas con una capacidad verbal, una versatilidad y una potencia imagi-nativa portentosas; un exquisito prosis-ta y constructor de mundos extraños, alternativos, oníricos o visionarios que siempre sorprenden al lector.

Olgoso concibió Los líquenes del sueño como una especie de antología de sus primeros veinte años de rela-tos, una rotunda afi rmación de los sue-ños y la imaginación. En los intensos argumentos de sus relatos, lo insólito, lo inquietante y lo inesperado se unen hipnóticamente a la belleza depurada y convulsa del lenguaje. Cree que la in-visibilidad es elegante. Durante trein-ta años se ha dedicado exclusivamente a cultivar su pequeño jardín de relatos con una pasión tranquila y solitaria, no por pretensiones de pureza artística -o no sólo- sino porque pensaba que un escritor debía limitarse a escribir.

Olgoso cultiva líquenes del sueño«Un escritor de la estirpe de Borges, de Felisberto Hernández, de los que po-seen una abrumadora capacidad de fa-bular y de resumir la vida, y sus enig-mas, en dos páginas. Estos cuentos, de cuentista estricto, en los que hay una alquímica fusión de realidad y fi cción, con ese extrañamiento feliz que redon-dea las narraciones, dan una idea de su imaginación, de su elegancia narrativa y de sus variados recursos.»ANTÓN CASTRO «Es un escritor de culto, un maestro del cuento y de lo inquietante, con una prosa rica y exacta y la mejor artillería perturbadora, oscura y fantástica.»JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL

«Ángel Olgoso es un buceador de si-mas profundas, un coleccionista de ob-jetos raros e insensatos, un poeta en relato libre, un carpintero que se ciñe a las maderas nobles, un mago sin chis-tera, es la respuesta a la pregunta de para qué ser escritor de relatos; Ol-goso tiene la capacidad de contarnos cada relato como si sintiéramos que está construido para nosotros, tallado en exclusiva como una piedra preciosa; Olgoso es el autor de esa obra maes-tra, Los demonios del lugar, uno de los mejores libros de relatos que he tenido la fortuna de leer, en cualquier lengua, en los últimos años.»MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

«La máquina de languidecer es un deli-cioso muestrario de microcuentos, his-torias que surcan la mente del lector con la breve luminosidad de las estre-llas fugaces.»FÉLIX PALMA

«No se pierdan a Ángel Olgoso, y, des-de luego, no les digo que no olviden su nombre porque no podrán olvidarlo. Será uno de los pocos inmortales.»MIGUEL ARNAS CORONADO

«Uno de los narradores andaluces con más proyección en el panorama narra-tivo actual.»FRANCISCO MORALES LOMAS

Revista de prensa

Los líquenes del sueño, Ángel OlgosoISBN: 978-84-96911-20-8PVP: 18 euros

Page 8: Avance Novedades Tropo 2010

8

Primavera 2010

Urgen exploradores para Beria y alrededores

Beria es un pueblo imaginario y en su comarca transcurre la mayor par-te de los sucesos que se narran en una sorprendente novela de Alfredo Mo-zas Gracia que acaba de ganar el XXIV Premio Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal, en la modalidad de narra-tiva breve.

Un libro bello y brutal, que recuerda un paisaje lleno de ecos que nos hablan, casi al unísono, desde todos los ángu-los y donde las voces van y vienen y re-botan en las rocas como balas perdidas, para ponerse al servicio de una historia que, como todas las que valen la pena, está a su vez compuesta de otras más pequeñas que encajan entre sí como las piezas de un puzzle que, una vez com-pletado, mostrará mucho más que la suma de sus partes.

Es estimulante tropezarse, cuan-do uno menos lo espera, con una no-vela aragonesa de un joven autor tan poco pendiente de las tendencias últi-mas en cuanto al tratamiento del len-guaje, textura de la prosa y elección de los diversos puntos de vista; una nove-la comprometida con el idioma y con la inteligencia del lector, y heredera de una tradición prematuramente preci-pitada al olvido. La variedad de regis-tros, la riqueza léxica y la audacia en la estructura son el envoltorio formal de una historia honda y llena de recove-cos, rincones oscuros y galerías subte-

rráneas que, en un estudiado desorden, alternativa y momentáneamente, se van viendo inundadas por una inquietante luz.

En la obra se superponen mundos y tiempos distintos: el bullicioso presen-te urbano y un pasado rural, de lindes, mortajas y pólvora, que fue dejando su rastro, antes de agonizar del todo, en periódicos viejos, testimonios cruzados y archivos llenos de cadáveres. El diálo-go entre esos dos tiempos, la manera en que se asaltan el uno al otro, su modo de afectarse y teñirse recíprocamente, es paralelo y análogo a la relación, tan misteriosa y poética, que existe a su vez entre realidad y fi cción, cuyos amores y batallas, atracción y rechazo, suponen el verdadero tema central de la novela en su nivel más profundo.

Prologado por el escritor oscense Carlos Castán, cada título de Beria y al-rededores tiene un enfoque y un regis-tro diferentes, que mantienen atrapado al lector entre las redes de un univer-so imaginario tejido con maestría y ha-bilidad.

El día 27 de octubre de 2009 se le concedió el XXIV Premio de Creación Literaria Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal en la modalidad de narra-tiva, por unanimidad, a Beria y alrede-dores, de Alfredo Mozas Gracia, desta-cando la solvencia de su narrativa.

«En un recodo de la carretera que va desde Pinedo a Beria, antes de cru-zar el río por el puente medieval don-de todavía cría una pareja de cigüeñas de colores casi azules, como lo hacía en los tempranos veranos que aún re-cuerda Alfredo, junto a un ribazo don-de abundan los matojos y juncos si el invierno ha sido húmedo, y recosta-da bajo un olmo que solo le da som-bra por la tarde, hay una fi nca de unos mil o mil quinientos metros cuadrados, rodeada de un seto alto que más parece una trinchera, como de dos metros, que clarea por el norte, donde las heladas y los vientos de enero dejan la huella de su paso, y que está cerrada del lado de la carretera por una cancela de dos ho-jas de hierro forjado que conserva tes-timonio de épocas mejores, tiempos de timbas y apuestas, pero también otros de juegos inocentes al escondite, de sal-tar a la comba, de explorar los confi nes de un universo que solo tenía cuatro-cientos metros de diámetro.»

Acuarela

Beria y alrededores, Alfredo Mozas GarcíaISBN: 978-84-96911-27-7PVP: 15 euros

Page 9: Avance Novedades Tropo 2010

9

Primavera 2010

Lo breve es un nuevo libro de bol-sillo, dentro de la colección telegrama, que recoge parte dispersa de la obra de la escritora Cristina Grande. «Los re-latos cortos me permiten escribir con más alegría, con más fl uidez». Así ex-plica la escritora Cristina Grande su pa-sión por las historias breves.

En él se pueden encontrar relatos que vieron la luz en pequeñas publica-ciones, artículos o ensayos con perso-nalidad propia, capaces de arrastrar al lector a pequeños espacios que caben en un bolsillo, un derroche de intuición creativa por parte de la autora que con-duce su escritura hacia un territorio de conexiones emocionales con el lector.

Cristina Grande es capaz de hacer lo que pocos escritores que escriben en castellano hacen: dejar que las elip-sis, los silencios, lo implícito digan más, mucho más que las palabras. Cuenta lo que se ve, pero importa más lo que no se ve.

Considerada como una escritora de culto por algunos de sus lectores, la na-rradora residente en Zaragoza mani-fi esta: «No sé exactamente qué es un escritor de culto. Quizás es simplemen-te no ser demasiado conocido, pero sí apreciado por la crítica y por otros es-critores. Yo rindo culto a muchos escri-tores, conocidos y menos conocidos: Natalia Ginzburg, Katherine Mans-fi eld, Javier Tomeo, Hilario J. Rodrí-

Brevedad de Cristina Grande

Punzante. Directa. Breve

Cristina Grande se desvela como una de las voces más potentes de su gene-ración: es una narradora que desordena las casualidades: hay también escritores que desde la lenidad y los silencios sa-ben perturbarnos. Parece que no expo-nen y dicen más de lo posible.

Frente a la realidad tiene una inquie-tante manera de mirarla con métodos más o menos diferidos, exentos de én-fasis, que no eluden la crueldad, la ter-nura, la brutalidad, la desolación, la pa-sión y su envés, la alegría del sexo, del vino, de la aventura, de la curiosidad…

Sus personajes intentan desde la iro-nía vencer sus propias incertidumbres, afrontar las pequeñas batallas cotidia-nas del amor, el miedo y el deseo con dignidad y humor. Relatos punzantes, directos, breves, sus dos libros de cuen-tos publicados hasta ahora presentan una mirada distinta y llena de frescura.

«Personalmente, no me va el discur-so catastrofi sta de aquellos agoreros que hablan de lo mal que está el mundo y la humanidad. Hasta los personajes más cínicos y amargados tienen dere-cho a la esperanza» manifi esta la escri-tora española Cristina Grande

Lo breve es una recopilación de re-latos que ponen de manifi esto su con-cepción del cuento, tal como ella mis-ma explica: «Creo que el cuento cada vez ocupa más espacio en el panora-ma literario. Aun así, a mí los editores suelen preguntarme si estoy escribien-do alguna novela. Está claro que si un autor quiere hacer carrera literaria tie-ne que pasar por la novela, porque es lo que demanda el mercado. Pero también creo que cada escritor tiene su propia evolución. No soy partidaria de forzar la máquina por presiones exteriores. El material literario es como una película de alta sensibilidad que hay que manejar con cuidado a la hora del revelado».

Cristina Grande reconoce que viaja «mucho» y que en alguna de esas esca-padas surge la «inspiración».

Merece la pena dejar que asomen de un bolsillo.

guez, Augusto Monterroso, Claire Cas-tillon...».

La fotografía es otro de los espacios creativos frecuentados por la narrado-ra aragonesa, que considera que la ima-gen y la palabra son herramientas que se parecen poco entre sí, aunque en un momento dado puedan servir para contar la misma historia.

Ha publicado dos libros de relatos, La novia parapente (Xordica) y Direc-ción noche (Xordica), con el que fue fi -nalista del Premio Setenil 2006; y una novela, Naturaleza infi el (RBA), que ha cosechado elogios de la crítica. Esta tercera obra se tradujo al italiano y su autora fue nombrada Nuevo Talento Fnac. Ha participado en numerosos li-bros colectivos. Desde 2002 es colum-nista de Heraldo de Aragón.

La colección Telegrama preten-de fomentar el gusto por los libros de bolsillo de autores aragoneses. Así, en los tres primeros años de vida de la co-lección, aparecieron Papeles dispersos, de Carlos Castán, Personajes de mi pai-saje, de Rafael Andolz y Propuesta de Estatuto de Aragón, de Joaquín Carbo-nell y Roberto Miranda.

Breve, Cristina GrandeISBN: 978-84-96911-27-7PVP: 12 euros

Page 10: Avance Novedades Tropo 2010

10

Primavera 2010

Solanar y lucernario de Ramón J. Sender

Ramón J. Sender llegó la literatura a través de los periódicos y fue autor de vibrantes crónicas y reportajes. El pál-pito periodístico nunca lo abandonó. Personal, literaturizado y de un lirismo evocador, entre los años 1970 y 1982, Sender vuelca en la prensa todo su po-tencial creativo, evidenciando su talen-to de periodista en libros como Álbum de radiografías secretas o Solanar y lu-cernario aragonés.

Con apenas quince años comien-za su fase de aprendizaje literario a tra-vés de colaboraciones en la prensa del momento. Serán las planchas de la za-ragozana La Crónica de Aragón, del al-cañizano El Pueblo, de los madrileños

España Nueva, El País, Béjar en Ma-drid y La Tribuna, y más tarde del os-cense La Tierra. José Sender, por en-tonces secretario de la Cámara Agraria oscense, le llamó a capítulo y le hizo re-gresar a la capital de Huesca. Crónicas sentimentales, versos en alejandrinos y runfl ante rima, reportajes de excursio-nes pro patria pueden leerse en el pe-riódico de la Cámara. Así, en abril de 1924 se convierte en redactor de El Sol, periódico en el que dejará excelentes muestras de sus progresos literarios en forma, también una vez más, de cróni-cas, cuentos ―son de especial relevan-cia los publicados a la sazón en Lectu-ras― y reportajes.

A diferencia de La Tierra, periódico

católico donde Sender ofi ció de cronis-ta sentimental para la juventud bien ca-pitalina, en El Sol pudo respirar un am-biente profundamente liberal.

En Solanar y lucernario se recogen los artículos publicados por Ramón J. Sender en el periódico Heraldo de Ara-gón, más el relato «El regreso de Edel-miro». Evoca las tierras, los hombres y mujeres, el habla de Aragón a través de sus recuerdos de antaño. Más allá del costumbrismo, con el estilo directo que le caracteriza, Sender nos ofrece una visión profunda y cordial de lo arago-nés (como demuestra en textos como «Aragón y los aragoneses», «El corra-lito de Chalamera», «Monte Odina» o «Los duendes de Zaidín»), convirtién-dolo en uno de sus libros más cercanos y más sugestivos, por su condición de «memorias informales», de la bibliogra-fía del autor. Es uno de los escritores más fecundos de las letras hispanas de todos los tiempos, diestro en todos los géneros literarios: el ensayo, el cuento, el teatro, la poesía, el artículo periodís-tico y, sobre todo, en la novela –realis-ta, histórica, autobiográfi ca o simbóli-ca-. Creador de una obra desigual por su volumen y variedad, llena de fuer-za y de rebeldía; comprometida desde el comienzo, que en sus umbrales fue de corte realista y en su fi nal alegóri-ca y simbólica. Entre sus novelas desta-ca Réquiem por un campesino español, un relato sencillo y conmovedor que re-construye la vida de Paco el del Molino en un pueblecito aragonés, hasta el mo-mento en el que es fusilado en los co-mienzos de la guerra civil por haberse convertido en líder de la lucha social.

Sender ya no pertenece a ningún si-tio, es solamente nuestro.

Y ahí sigue, esperando más y más lectores, necesitado de reediciones so-bre todo de sus primeras obras, casi in-accesibles.

Solanar y lucernario aragonés, Ramón J. SenderISBN: 978-84-96911-26-0PVP: 16 euros

Page 11: Avance Novedades Tropo 2010

11

Primavera 2010

Vendaval de Opio en las nubesSoy Pink Tomate, el gato de Amari-

lla. A veces no sé si soy tomate o gato. En todo caso a veces me parece que soy un gato que le gustan los tomates o más bien un tomate con cara de gato. O algo así. Me gusta el olor a vodka con las fl o-res. Me gusta ese olor en las mañanas cuando Amarilla llega de una fi esta lle-na de sudores y humos y me dice hola Pînk y yo me digo mierda, esta Ama-rilla es cosa seria, nunca duerme, nun-ca come, nunca descansa, qué vaina, qué cosa tan seria. Claro que a veces me desespera cuando llega con la no-che entre sus manos, con la desespera-ción en su boca y entonces se sienta en el sofá, me riega un poco de ceniza en el pelo, qué cosa tan seria, y empieza a cantar alguna canción triste, algo así como I want a trip trip trip como para poder resistir la mañana o para termi-nar de joderla trip trip trip.

Mierda, los días con amarilla son algo serio. Voy a intentar hacer un hora-rio de esos días llenos de sol, esos días un poco rotos, raros, llenos de humo, un poco llenos de café negro. Voy a hablar en presente porque para noso-tros los gatos no existe pasado. O bue-no, sí existe, lo que pasa es que lo igno-ramos. En cuanto al futuro nos parece pura y física mierda. Sólo existe el pre-sente y punto. El presente es ya, es un techo, una calle, una lata de cerveza va-cía, es la lluvia que cae en la noche, es un avión que pasa y hace vibrar las fl o-res que Amarilla ha puesto en el fl ore-ro, el presente es el cielo azul, es una gata a la que le digo eres cosa seria y ella me responde sí, soy cosa seria, mierda el presente es un poco de whisky con fl ores, es esa canción con café negro, es ese ritmo con olor a tomates, ocho de la mañana, techos grises, téticas con pecas, nada qué hacer I want a trip trip trip mierda, qué cosa tan seria.

Opio en las nubes es la única nove-la publicada en vida por el escritor co-lombiano Rafael Chaparro Madiedo y ganadora del Premio Nacional de Lite-ratura en 1992, en la línea de autores como Gonzalo Arango y sobre todo Andrés Caicedo, el autor refl eja una época y una manera de vivir su ciudad (Bogotá).

Recurriendo a la poesía, el teatro y el fl ujo de conciencia y muy infl uenciado por obras como Nadja de André Bre-ton y Desayuno en Tiffany’s de Truman Capote, Chaparro recurre a tres narra-dores para contar la historia de sus per-sonajes, todos marcados por la dro-ga, la música rock, el sexo y la derrota como forma de vida. Si bien ignorado por la crítica en un comienzo Opio ha alcanzado el estatus de libro de culto y es objeto de discusión en un buen nú-mero de foros en internet.

El libro incursiona en la experimen-tación con el lenguaje, lo que lleva a una narración psicodélica, rápida, relaciona-da con el lenguaje cinematográfi co, con el montaje y con el funcionamiento del cerebro. La creación de imágenes fuer-tes y surreales se mezcla con la perso-nalidad de sus narradores, a la manera de la narrativa de William Burroughs y la poesía de Allen Ginsberg.

En la novela el mundo subterráneo obedece a una pesquisa y a una conti-nua vivencia de la ciudad y de su tiem-

I want a trip trip trip

Opio en las nubes, Rafael Cha-parro Premio nacional de literatura. ISBN: 978-84-96911-19-2PVP: 18 euros.

po que se debaten entre la irreverencia frente a lo normativo, horror cotidiano, el desencanto y el vacío. Reconocido no sólo por el premio nacional sino por su participación en diversos proyectos culturales, entre los cuales se destacó el programa lúdico y crítico Zoociedad ―de gran audiencia entre los televiden-tes―, Rafael Chaparro Madiedo defi nía a su generación mostrando el espíritu de su época con estas palabras: «Yo soy de la cultura de aguardiente y mula, yo soy de cocacola, aspirina y neón».

La novela fue considerada por el ju-rado como la que venía a refrescar la narrativa colombiana marcada por el macondismo y las tendencias del boom narrativo latinoamericano, al expresar la crisis de unas generaciones, la sensibili-dad desencantada de la época y la bús-queda de nuevos lenguajes capaces de sugerir, como, en este caso, que la vida está llena de «mucha heroína, mucho al-cohol» y sobre todo «mucha tristeza».

Opio en las nubes tiene la virtud, sea por defecto o exceso, de no reducirnos a la indiferencia, de retratar lo sucio sin poses: los males que azotan al vulgo y al que no se cree vulgo por igual, de evi-denciar infi ernos personales entre dro-gas y ganas de morir .

Opio en las nubes es una obra de una gran intesidad y un ritmo exorbi-tante. El humo, la música, la noche, las calles acampan entre letras.