LA PUNTA DEL ICEBERG

Muchos de los autores que han escrito sobre logística llegan a la misma conclusión, en

relación a que la logística es administrar los flujos de mercancía, desde la fuente inicial de

suministro, hasta el consumidor final, teniendo como objetivo aumentar los niveles de

satisfacción de los clientes y reducir los costos.

Esto ha llevado a un afán incansable por la mayoría de los responsables de logística en

controlar los costos asociados a la operación logística, colocando especial énfasis en el

costo del transporte, ya que este costo representa aproximadamente el 60% de los costos

asociados a la distribución.

Este tema se acrecienta a medida que, en el proceso de distribución, nos acercamos cada

vez más a los puntos de consumo, donde el consumidor final quisiera encontrar los

productos que permita satisfacer sus necesidades, es decir cuando nos acercamos a los

puntos del comercio al detal.

Esta distribución es denominada hoy en día por diversos autores, como la logística de la

última milla, que es tal vez, de las actividades logísticas de la distribución la más compleja

y difícil de realizar debido a que alrededor de esta se concentran varios factores críticos, y

en la mayoría exógenos al proceso de distribución. Dentro de estos factores podemos

mencionar:

La tendencia a nivel global por la reducción de los niveles de los inventarios, lo

cual generalmente se logra a partir de disminuir las cantidades a pedir, y aumentar

las frecuencias de entrega, esto trae como consecuencia que para muchas

empresas se hace casi que indispensable tomar la velocidad de reacción como

una herramienta fundamental dentro de su estrategia logística. Pero esta

tendencia genera un aumento en los costos del transporte, ya que no podría

utilizarse la estrategia de la consolidación de carga como mecanismo de reducción

del costo unitario gracias al manejo de mayores volúmenes

Otra tendencia está relacionada con la generación de nuevas estrategias de

marketing, que permitan lograr una mayor participación en el mercado, obligando

con esto a la red de distribución física ser cada día más eficiente de forma que se

puedan cubrir muchos más mercados. Por ejemplo una empresa que venda

productos alimenticios de compra por impulso o por ocasión (como por ejemplo

bebidas, galletas, snacks, entre otros), podría aumentar su participación en el

mercado llegando a lugares en los que no ha estado normalmente, pero en los

cuales podría generar una compra por impulso, estando por ejemplo en salones de

belleza, consultorios médicos, entre otros.

Existe otra tendencia y es la tercerización de estas actividades, esta práctica se

utiliza de forma que las empresas puedan controlar y reducir los costos del

transporte, cambiando los costos fijos de la operación por costos variables. Pero a

partir de esto, las empresas prestadoras del servicio utilizaran una mayor cantidad

de recursos de mayor tamaño, de modo que al utilizar la economía de escala

puedan aumentar su rentabilidad por la mejor utilización de la capacidad de los

vehículos.

Otra de las tendencias es la centralización del almacenamiento, a partir de la

definición de pocos o de un solo Centro de Distribución desde el cual se atenderán

los diferentes mercados regionales, y urbanos, generando con esto que en

muchas ocasiones se tengan que realizar una serie de desplazamientos largos

para atender a los puntos de consumo.

Estas tendencias apoyadas por otra serie de factores como el modelo de crecimiento de

la ciudad, el cual en el caso de Bogotá, ha generado que este crecimiento se de en forma

periférica, ampliando la concentración de población hacia los extremos de la ciudad

conllevando esto a que las empresas deban recorrer mayores distancias para llegar a

estos mercados urbanos cada vez más retirados y con mayores concentraciones de

consumidores. Si a esto le sumamos los problemas de movilidad, que se generan

principalmente por el alto flujo vehicular, y a la poca capacidad de una malla vial que en

los últimos 30 años no han presentado un crecimiento significativo, que equipare el

crecimiento del parque automotor, nos encontramos ante una problemática en relación a

la forma en cómo desarrollar estas actividades de manera más eficiente, garantizando un

alto nivel de servicio, con la mejor relación costo beneficio.

Pero el gran reto, esta precisamente orientado a la generación de estrategias que nos

permitan aumentar el nivel de satisfacción, con la mejor relación costo beneficio. En este

artículo de mencionan tres ideas que pueden ser desarrolladas a fin de lograr el

cumplimiento de dicho objetivo:

1. Efectuar un costeo diferencial de la operación de la distribución, a partir de

efectuar un estudio de los clientes, y poderlos así agruparlos de acuerdo a sus

requerimientos de entrega en relación a las cantidades, el valor de las ventas, los

horarios y los tiempos incurridos en la entrega, incluyendo el desplazamiento, de

forma que el costo de la distribución sea diferencial y se pueda generar un modelo

de costos donde se logre una compensación entre los grupos de clientes que

generan un mayor costo, con aquellos que generen un menor costo.

2. Crear microcentros de distribución en zonas de alta congestión, que permitan el

almacenamiento de una semana de ventas de la zona, en la cual los clientes

ubicados en la zona de influencia del microcentro, podrían ser atendidos por

personas que se desplazan a pie o en medios de transporte de menor tamaño que

no generen congestión ni contaminación, mientras que el microcentro, podría ser

atendido una vez a la semana, en días de menor congestión como un sábado en

la tarde o un domingo.

3. La creación de un mapa virtual logístico de la ciudad donde se puedan ubicar los

principales puntos de consumo y los principales puntos de generación de la carga,

de forma que se puedan definir corredores logísticos para el desplazamiento de

los vehículos de carga de acuerdo a las horas de menor congestión, y al cual las

empresas puedan acceder en tiempo real.

En conclusión toda esta problemática visualizada no es más que la punta del iceberg, ya

que para poder encontrar una adecuada relación costo beneficio del nivel de servicio con

los costos del transporte es necesario diseñar adecuadamente el sistema logístico al

interior de la empresa, de forma que en este actúen en forma sistémica todos los

procesos de la organización, entendiendo que el logro se alcanza solo trabajando basado

en relaciones de cooperación, colaboración y coordinación.