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Archivos, sociedad y cultura
Eje temático: Documento, su aporte social para la comunidad.
Por: Arch. Graciela Haydeé Antón1 y Arch. Carlota María Maldonado2
Introducción
Ante los nuevos cambios que afronta la humanidad, al constituirse como una
sociedad globalizada, es importante reconocer el papel de relevancia que
asume la información como nuevo recurso y factor económico.
Estos cambios obligan a los archiveros a asumir un compromiso frente al
entorno social y los diferentes usuarios, demandantes de información.
Los archivos han de afrontar esta nueva realidad y hacer hincapié no sólo en
los imprescindibles procesos técnicos, sino también en la difusión de los
documentos que se conservan en los archivos.
Su función, ya no es sólo la de conservar la documentación y constituirse en
depositario del conocimiento, como lo fue tradicionalmente; sino en asumir su
rol social. Para ello, es necesario que el archivero descubra y diagnostique las
necesidades de información de la comunidad a la cual sirve, ofreciendo
servicios y productos de calidad acordes a los actuales requerimientos.
En la comunidad archivística, los profesionales debatimos cómo prepararnos
para trabajar en el presente siglo, examinando nuestros objetivos, prioridades y
metodología de trabajo.
1 Correo electrónico: [email protected] - Escuela de Archivología- Universidad Nacional de
Córdoba- TE: 54-351- 4741299- Córdoba – Argentina- 2 Correo electrónico: [email protected] – Escuela de Archivología – Universidad Nacional de
Córdoba – TE: 54- 351- 4818984 – Córdoba – Argentina.
2
Un tema prioritario a considerar es el referido a la acción cultural de los
archivos, quienes deben:
“Pasar de una situación del sector primario a una situación de sector
servicios, de sector ocio. Pasar de identificarse con la simple gestión y
difusión de información, como seña de identidad principal, a identificarse
con la prestación de un servicio de difusión cultural a la altura de las
necesidades de todos los ciudadanos.”3
Al respecto, Jaen García afirma que
[…] “Durante mucho tiempo el ejercicio profesional de los archivistas ha
estado circunscrito, primordialmente, al cumplimiento de las funciones
primigenias del archivo, es decir, la aplicación de los procesos técnicos
archivísticos. Actuación que es fundamental en la organización y
desarrollo de éstos.”4
Archivo y Cultura
Boadas i Raset citando a Pierre Mayol sostiene que: “Cultura tiene dos
sentidos: uno patrimonial orientado hacia el culto a las obras consagradas por el
pasado y la notoriedad, el otro creativo, orientado hacia la obra a hacer. Por un
lado la certeza del reconocimiento, del otro, los riesgos de lo inédito. Admiración
y creación son dos de los valores semánticos fundamentales, siempre
presentes, de la palabra cultura.”
Asimismo, la Real Academia Española, define “cultura” como: “Conjunto de
modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico,
3 ALBERCH, Ramón. “La función cultural de los archivos.” España: Bergara; Irargi. Centro de
Patrimonio Documental de Euskadi. 1991. Pág. 10
4 JAEN GARCÍA, Luis Fernando. “Los retos de los archivistas en el nuevo milenio.” [En Línea]
www.archivonacional.go.cr Consultado 28 de agosto de 2011.
3
científico, industrial, en una época, grupo social, etc. “ y como “Conjunto de las
manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.”
Según estos conceptos, al referirnos a cultura, también estamos haciendo
referencia a valores que van intrínsecamente unidos al patrimonio documental.
Estos valores, podemos decir que son: admiración, creación, memoria,
investigación y comunicación.
En definitiva, si tomamos en consideración estas definiciones y los valores que
las mismas encierran, podríamos calificar a los archivos como instrumento
cultural y a los archiveros como agentes culturales activos.
Objetivos de la actuación cultural de los archivos
En cualquier actuación cultural el archivo debe considerar:
o Contemplar una correcta consideración del patrimonio documental.
o Fomentar la investigación histórico-científica.
o Sitúa lo que es el objetivo único y fundamental: recrear la relación entre
archivos y sociedad, entre el archivo y el ciudadano.
Teniendo en cuenta estos tres objetivos, es posible satisfacer el derecho de
todos los ciudadanos y la obligación que tiene la administración, de atender
prioritariamente al interés general.
El análisis del rol de los archivos, en cualquiera de sus dimensiones (Merlos
Romero5): educativa, científica, divulgativa, de información; es decir, la gestión
5 MERLOS ROMERO, María Magdalena. “Administración local y cultura: los archivos municipales.”.
En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad
de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998
4
cultural de un archivo se comprende como una promoción integral del
patrimonio cultural-histórico, artístico, bibliográfico, arqueológico y documental.
Coincidimos con Merlos Romero6, cuando afirma que, si partimos del
documento como instrumento formativo y pedagógico y, también como medio
de difusión cultural podremos llegar a una definición de la gestión que
corresponde a los archivos, encaminada, en última instancia, hacia un único
objetivo: el enriquecimiento cultural del ciudadano y su toma de conciencia del
valor del patrimonio documental que le pertenece.
El rol social de los archivos
En nuestro país, la teoría y la legislación sobre patrimonio cultural,
aparentemente no ponen en duda la adscripción de los archivos al área del
patrimonio bibliográfico y documental. Sin embargo, ante la evolución de los
sectores culturales, aún queda pendiente reconocer la utilidad que los archivos
tienen para la sociedad en general.
El hecho de que ningún archivero sea requerido en la mayoría de los foros
donde se suele debatir las cuestiones referidas a patrimonio y difícilmente se
nos invite a participar en reuniones que vayan más allá de nuestra estricta
ocupación, nos obliga a preguntarnos: ¿Cuáles son las causas, que llevan a los
gobiernos y la sociedad en general, a no reconocer el valor cultural de los
archivos? ¿Por qué, cuando políticos, agentes culturales e intelectuales hablan
de cultura, prácticamente nunca incluyen a los archiveros y los archivos?
Por un lado, podríamos pensar que la falta de reconocimiento está dada por el
desconocimiento sobre cuál es nuestro trabajo y cuál es la aportación que la
función archivística puede hacer al ámbito de la ciencia, la administración y la
cultura.
6 MERLOS ROMERO, María Magdalena. Op. Cit.
5
Este aspecto, se agrava ante la escasa oferta formativa de profesionales
archiveros, en un territorio tan vasto como la República Argentina. Podemos
citar como ejemplo, algunas provincias que cuentan con formación archivística
a la fecha: Córdoba, Entre Ríos, Santa Fé, Buenos Aires, Chaco y La Rioja.
También podríamos pensar que, la falta de reconocimiento académico y social
está dada por el estatismo propio de los archivos como instituciones
conservadoras de documentos.
Por otro lado, los archiveros cumplen con tanto celo la política de la discreción
profesional, que parece que asumen también la invisibilidad como estrategia
frente al cambio.
En este aspecto la tímida política de divulgación cultural y de proyección
exterior de nuestro servicio, pueden contribuir a explicar la posición tan
secundaria que ocupan los archivos.
Por consiguiente, consideramos que la carencia de instituciones de enseñanza
archivística, la falta de políticas archivísticas; como así también el estatismo y la
invisibilidad, constituyen algunos de los factores que impiden el reconocimiento
académico, social y cultural de los archivos.
Ante lo expuesto precedentemente, los archivos y los profesionales archiveros
deben llevar adelante actividades de difusión con miras a lograr una mayor
visibilidad en la sociedad.
Hacemos referencia a la necesidad de implementar políticas archivísticas, que
permitan dar a conocer y difundir el acervo documental de los archivos; con
miras a lograr una mayor proyección en la sociedad.
Estas políticas archivísticas deben contemplar el análisis de necesidades de
diversos usuarios de los archivos, tanto públicos como privados.
6
Al referirse al tema, Jardim7 afirma que se necesita un estudio amplio del
universo de los usuarios de los archivos; como así también conocer los
mecanismos de comunicación entre el archivo y sus usuarios.
Sin embargo, las políticas archivísticas no sólo deben incluir a los usuarios
naturales de los archivos, sino aquella parte de la sociedad que por diversas
razones no utiliza los servicios archivísticos.
Los archiveros han dejando en segundo plano la labor de difusión, por
considerar que era más imperioso asegurar la disponibilidad de la
documentación y la información.
Es así que las tareas de gestión de la información, normalización de los fondos
documentales y la elaboración de instrumentos descriptivos, se han constituido
durante décadas en tareas primordiales de los archiveros. Estas labores
técnico-archivísticas, no han permitido evolucionar en aspectos tales como la
accesibilidad de la información.
Las nuevas tecnologías, sostiene Sebastià i Salat, han obligado a los archiveros
a salir de sus “intramuros conceptuales.”8
A partir de este siglo, la comunidad archivística debe aprovechar los beneficios
que las nuevas tecnologías aportan, para la difusión de la información. Ante
esto, los archiveros deben replantearse sus funciones y definir una nueva
cultura profesional que permita el cambio de imagen de los archivos. …”Imagen
que se basa hoy por hoy en la aparente inaccesibilidad y en la exclusividad de
7 JARDIM, José María. “Políticas y sistemas de archivos.” México: Secretaría General Iberoamericana:
Red de Archivos Iberoamericanos. 2010 8 SEBASTIÀ I SALAT, Montserrat. “Archiveros, infotecnólogos: La internet como motor del cambio de
imagen de los archivos.” En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y
Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998
7
la especialización desde el punto de vista de la mayor parte de los usuarios
reales y potenciales de los archivos.” 9
El objetivo principal de los archivos debiera ser el ciudadano; todo ello si
tomamos en consideración su carácter de servicio público. A menudo las
acciones se llevan a cabo pensando más en el equipamiento del archivo que en
sus usuarios, cuando las mismas debieran estar encaminadas a satisfacer las
necesidades informativas de los ciudadanos.
Si consideramos al usuario como nuestro principal objetivo y reconocemos que
los grupos de usuarios de archivo y sus capacidades no son homogéneos,
cambiaríamos algunos hábitos que afectan las labores archivísticas.
Ante lo expuesto, la elaboración de los instrumentos de descripción se debiera
realizar pensando en las necesidades de estos grupos de usuarios.
Es importante señalar, que otro elemento a tener en cuenta es el necesario
incremento y diversificación del público de los archivos. Algunos estudios
indican que muchas instituciones culturales deben preocuparse porque,
mientras su público actual envejece, cada vez atraen a menos gente joven.
El rol educativo de los archivos
El archivo debe ofrecer todos los servicios que esté en condiciones de dar, en el
entorno cultural en que se inserta, tanto aquellos demandados por los usuarios
como los que no han sido demandados expresamente.
Como primer objetivo, se trata de dar a conocer la existencia del propio archivo
a todos los ciudadanos, programando actividades pensadas para el público en
general, tercera edad, jóvenes, niños y adolescentes en edad escolar, etc.
9 SEBASTIÀ I SALAT, Op. Cit.
8
La diversidad de este público permite organizar diferentes actividades: visitas
en grupo, exposiciones, conferencias, cursos informativos, jornadas de puertas
abiertas, sitios web del archivo, etc.
Una de las vías, más eficientes y enriquecedoras hacia el perfil educativo de los
archivos, es el desarrollo de la interacción entre éstos y los centros educativos
(escuelas, colegios, universidades, etc), favoreciendo el uso y disfrute de la
información que el archivo les ofrece.
Los archiveros deben tomar conciencia de la potencialidad de los centros
educativos, para aumentar el público de los archivos, asumiendo su
responsabilidad en la formación de los estudiantes como usuarios de los
mismos.
Tenemos grandes posibilidades de cambiar la imagen de los archivos ante la
población infantil y juvenil y de crear hábitos de asistencia en éstos, teniendo
presente que en ellos se encuentra la reserva de futuros usuarios.
La acción cultural del servicio de archivo debe contemplarse como una función
tan prioritaria como la administrativa, por cuanto supone una de las formas más
adecuada para establecer ese contacto entre el archivo y el ciudadano.
El archivo y la revolución tecnológica
En los últimos tiempos han aparecido nuevas y revolucionarias herramientas
que facilitan y agilizan todos los procesos de trabajo, abriendo nuevos caminos
en el campo de la edición y la difusión.
Con frecuencia se menciona el concepto de virtualidad, como una nueva
dimensión de los servicios de información archivísticos. Su aplicación permite
romper con las limitaciones físicas de horarios y servicios, para ofrecer el
9
acceso remoto desde el propio domicilio, gracias a la red de redes y la
posibilidad de brindar información en formato electrónico.
Nos encontramos inmersos en el mundo de la imagen, del sonido y de la
comunicación en su acepción más amplia y, especialmente son los jóvenes
quienes con más facilidad se han adaptado a este nuevo lenguaje.
Por ello resulta imperioso que desde los archivos desarrollemos el uso y
aplicación de estas nuevas herramientas, si realmente pretendemos comunicar
y difundir la información de manera eficiente y eficaz.
Una de las herramientas más versátiles para la difusión de los archivos, lo
constituyen los sitios web, siendo imprescindible que dentro del contenido del
sitio se cuente tanto con la información general del archivo, como así también
de información complementaria (enlace con otros archivos, revistas
electrónicas, asociaciones profesionales, etc.).
El partenariado como fórmula de gestión
El partenariado es una forma de colaboración, entre dos o más estructuras,
que, a priori, privilegia la cooperación más que la sustitución, subordinación o
competencia. Es una construcción negociada por los actores implicados
alrededor de un objetivo común.
Por consiguiente, el partenariado no es un fin en si mismo y sólo tiene
sustancia en una dinámica relacional.
Trasladar este concepto teórico a la práctica, implicaría que en el diseño de las
propuestas a ejecutar intervinieran todos aquellos partenaires que se estimen
necesarios. Archivos, bibliotecas, museos, universidades, centros culturales,
asociaciones, sector público y privado, etc., podrían participar en la
10
construcción de un mismo proyecto, garantizando que las acciones que se
realicen y se ofreciesen a la sociedad, fueran más integradoras.
Boadas i Raset10 sostiene que generalmente las actividades de difusión de los
archivos se han llevado a cabo individualmente y sin contar con colaboración de
cualquier otro agente que opere en igual área de influencia.
Conclusiones
A lo largo de las últimas décadas, los archivos han venido desarrollando
actividades para la difusión del acervo que éstos conservan: la mejora de la
atención a los usuarios, la edición de guías, fuentes y productos audiovisuales,
electrónicos y multimedia; exposiciones, etc.; iniciativas, éstas, que apuntan a
una decidida voluntad de apertura de los archivos a la sociedad.
Los archivos deben afrontar esta nueva realidad y hacer hincapié no sólo en los
procesos técnicos, sino también en la difusión del patrimonio documental.
“Las medidas de protección, solamente cobran sentido si, al final, nos
llevan a que un número mayor de ciudadanos puedan acceder a los
documentos que son herencia de la capacidad colectiva de un
pueblo.”11.
Tomar conciencia de la importancia del rol cultural y social de los archivos,
evitará que nos quedemos como meros testigos del pasado, con un escaso
valor en el presente.
10
BOADAS I RASET, Joan. “Archvos, ciudadanos y cultura: un encuentro posible.” En: XII Jornadas de
Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo.
Ayuntamiento de Coslada. 1998
11
Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Preámbulo.
11
La visión que al respecto tiene Montserrat Sebastià i Salat12 es muy clara,
cuando afirma que:
“Los archivos y los archiveros tienen ante sí un gran dilema:
a) ¿Optan por el cambio sin el cambio? Esta opción significa incorporar
las tecnologías para revalidar el modelo preservacionista del archivo.
b) ¿Deciden sumarse y participar en el cambio pero no por el cambio?
Opción que comporta la búsqueda de soluciones a los problemas de
operatividad cultural, de imagen social y de integración plena en el
universo de la información electrónica.”
Asimismo, Luis Hernández Olivera13, al referirse a los archivos y su función
social y cultural, sostiene que:
“Debemos reconocer, nos guste o no, que nuestros usuarios no sólo son
ciudadanos a los que servimos por responsabilidad pública, sino también
clientes y usuarios de nuestros servicios. Si queremos obtener su apoyo,
y lo necesitamos, debemos ofrecer un buen servicio, captar su interés y
comunicarles nuestra propia creencia en el valor e importancia de lo que
hacen y ofrecen los archivos al individuo y a la sociedad.”
Para finalizar, nos gustaría compartir con ustedes, una lección anónima de
archivística:
“Existen tres clases de archiveros: los que hacen que las cosas ocurran,
los que miran cómo las cosas ocurren y los que se preguntan qué ha
ocurrido.”
12
SEBASTIÀ I SALAT. Ibidem 13
HERNANDEZ OLIVERA, Luis. “De profesores a alumnos: la perspectiva educativa de los archivos.”
En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad
de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998
12
Bibliografía Consultada.
ALBERCH, Ramón., BOADAS, Joan. “La función cultural de los archivos.” España: Bergara; Irargi. Centro de Patrimonio Documental de Euskadi. 1991. Pág. 10 BOADAS I RASET, Joan. “Archvos, ciudadanos y cultura: un encuentro posible.” En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998 CORTEZ ALONSO, Vicente. “Los archivos y la investigación.” En Anuario Iberoamericano de Archivos. CIDA. Vol. IX-X. Córdoba. 1982-1983 GONZALEZ QUINTANA, Antonio. “El impacto de los archivos en la sociedad.” [En Línea] www.memoriaabierta.org Consultado 5 de septiembre de 2011. HERNANDEZ OLIVERA, Luis. “De profesores a alumnos: la perspectiva educativa de los archivos.” En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998 JAEN GARCÍA, Luis Fernando. “Los retos de los archivistas en el nuevo milenio.” [En Línea] www.archivonacional.go.cr Consultado 28 de agosto de 2011. JARDIM, José María. “Políticas y sistemas de archivos.” México: Secretaría General Iberoamericana: Red de Archivos Iberoamericanos. 2010
MERLOS ROMERO, María Magdalena. “Administración local y cultura: los archivos municipales.”. En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998
SEBASTIÀ I SALAT, Montserrat. “Archiveros, infotecnólogos: La internet como motor del cambio de imagen de los archivos.” En: XII Jornadas de Archivos Municipales. Madrid: Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid e Ilmo. Ayuntamiento de Coslada. 1998