Antonio Porchia o La Profundidad Recuperada, Juarroz

8/10/2019 Antonio Porchia o La Profundidad Recuperada, Juarroz

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Su padre haba sido sacerdote y dejado luego los hbitos. El recuerdo dominante de su niez era poder su familia permanecer mucho tiempo en ningn lugar, ante las reacciones provocadas por aa menudo una lnea de su libro: Mipadre, al irse, regal medio siglo a mi niez.N o recuerdo que hablara much

de su madre. Despus de venir de Italia (haba nacido en Clabria en 1885), fue apuntador en el pTrabaj luego en una imprenta. Nunca le o una palabra de resentimiento o frustracin. Muri eciudad donde haba vivido casi toda su vida. Poco despus de su muerte, escrib un poema donde :

Hemos amado juntos tantas cosasque es difcil amarlas separados.Parece que se hubieran alejado de prontoo que el amor fuera una hormigaescalando los declives del cielo.

Hemos vivido juntos tanto abismo

que sin ti todo parece superficie,rbita de simulacros que resbalan,tensin sin extensiones,vigilancia de cuerpos sin presencia.

Hemos andado tanto sin movernosque los viajes ahora se descuelgancomo abrigos intiles.Movimiento y quietud se han desunidocomo grados de dos temperaturas.

Hemos perdido juntos tanta nadaque el hbito persiste y se da vueltay ahora todo es ganancia de la nada.El tiempo se convierte en antitiempoporque ya no lo piensas.

Hemos callado y hablado tanto juntosque hasta callar y hablar son dos traiciones,dos sustancias sin justificacin,dos substitutos.

Lo hemos buscado todo,lo hemos hallado todo,lo hemos dejado todo.


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nicamente no nos dieron tiempopara encontrar el ojo de tu muerteaunque fuera tambin para dejarlo.

(a Antonio Porchia)

[IV, 25]

La profundidad no es hacia abajo o arriba o el costado, sino hacia todas partes, pero por ucualquier parte. Es el oculto camino que no acaba porque lleva hacia todo. Y es a la par regreso y el camino de regreso, tal vez lo primero por lo segundo, porque hay una sola partpretexto para el reencuentro del origen.

La profundidad es el vaco afirmativo, la negacin que se transfigura en s. El signo de la

conjuncin del menos y el ms: el menosms o masmenos. Existe acaso alguna afirmacin quna negacin? Existe alguna creacin que no se funde en una destruccin? La profundidadambas cosas: creacin por la negacin. Porchia dice: Como me hice, no volvera a hacerme. Tal vez vohacerme como me deshago.

No recuerdo otro ser a la vez tan sencillo y tan pulcro. No usaba camisa casi nunca. En verano seen invierno se colocaba una bufanda debajo de un saco ms grueso, ajustndola con un alfiler de con l, pona sobre su humilde mesa una botella de vino y un poco de queso, salame y pan. Todouna pequea bolsa al mercado. La amistad sencilla era su arte. La rodeaba de una inmensa ateternura, tan naturales como tomar una escoba y barrer su casa o cavar un hoyo para poner una ptena adems el don de las pequeas excepciones, como esa manzana que sola reservar para

Antonio, como le llambamos, era tambin una prueba viva de la profundidad de lo elemecontrapunto de sus palabras hondas y sus gestos raramente limpios.

La profundidad es riesgo. De qu? De no encontrar nada. Por eso Porchia dice: No descubras, que puedeno haber nada. Y nada no se vuelve a cubrir.Oriesgo de multiplicar la nada, el misterio, el lmite o lo ilimSe me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas cerradas.Otambin otro riesgo mayor: encontrar algY el miedo: A veces, de noche, enciendo una luz, para no ver . Yla soledad: Quien no llena su mundo de fantasmse queda solo.

Siempre tuvimos la sensacin de estar ante alguien elegido por la soledad. Pero lo inverso era ihaba elegido la soledad. Confluencia de destino, aceptacin y entrega. Soledad de su vida y so

base insobornable para su calidad de maestro profundo y su costoso aprendizaje de s mismHe sido para m,discpulo y maestro. Y he sido un buen discpulo, pero un mal maestro. Amaba Y sufra su soledad. Unhombre solo es mucho para un hombre solo. Conoca sus peligros: Quien se queda mucho consigo mismo, envilece.No la compensaba con la literatura o con la compaa fcil de otros seres, sino con susoledad le permita llegar ms plenamente a los dems, como si ya los conociera desde abajo. Y tla que acudamos casi en peregrinaje, quiz para curarnos o consolarnos de tanta exhibicin aprendimos cmo la soledad puede ser lo contrario del aislamiento y tambin la condicin vertebr una obra.


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Profundizar es romper los lmites. Pero ir hasta los extremos y traspasarlos no tiene nada exceso. Su signo est hecho de contencin y despojamiento: En mi silencio slo falta mi voz.Yde humildad:Hablo pensando que no debiera hablar: as hablo.Y tambin de necesidad: Cuando digo lo que digo es porqueha vencido lo que digo . Elestilo de la profundidad tiene siempre un tono solitario, no porque hasoledad, sino porque se parece a la soledad. Y llama particularmente la atencin su acentuado

el de la realidad en el abismo, que es su verdad. Tal vez por eso: El razonar de la verdad es demencia.De alltambin la rotunda afirmacin: Nadie puede no ir ms all. Y ms all hay un abismo.

A menudo nos repeta:Tengan paciencia, sepan esperar.Era una de sus lecciones mayores. Nunca lo vi impinquieto por los apremios econmicos, la incomprensin o las interesadas reticencias que tratabasu obra. No tena apuro por llegar a nada. Sus pensamientos crecan "sin prisa y sin pausa, con aquello que tiene la certeza de su vigencia. Es probable que slo le haya visto algn conato de imde la tontera.

La profundidad no es inhumanidad, aunque s ms que humanidad. Porchia dijo quela bondad no es vida.En la misma lnea, quiz podramos sospechar que la profundidad no es slo vida.

El pensar profundo pasa por el antiguo sentido de la inteligencia: leer en el interior de penetracin, aventura y arrojo, abandono de las garantas, descubrimiento y creacin, loBaudelaire, lo "abierto" de Bergson, la desinstitucionalizacin de la bsqueda, la aboseguridades. Por eso Heidegger ha podido afirmar que la ciencia no piensa y arriesgar qufilosofa piensa.

Durante la conversacin, recordaba a menudo algunas de sus "voces". No resultaba inslito o artisegua viviendo. Pero cierta vez me dijo que no haba tenido el valor necesario para decir una d pasaba por un momento de angustia. Esa"voz"afirmaba: Todo juguete tiene derecho a romperse.Y al decrmelomiraba hacia abajo, como avergonzado. Pero no de su silencio, sino del hombre.

El quehacer de profundizacin, el ejercicio o la captacin profunda, no tiene nada que ver la perspicacia o el malabarismo intelectual que llenan los libros y revistas. Es como un instininconformidad con respecto a todas las zonas intermedias, una coherencia de integridad, unahasta el final, aunque no haya final. Y eso exige toda la vida detrs, sin juegos a medias, sin rabismo. Profundizar es la forma ms radical y generosa del herosmo. Y es tambin quedarseLa escala de relacin es ya lo infinito y el encuentro con la muerte, como experiencia anticipaconstante de la posibilidad.

Un da me cont que siendo muy nio y teniendo hambre se puso a jugar a la pelota, y al rato, ldesmayado. Deduca de aquello que el hambre no fue obstculo para la alegra Se puede tener haQuien

hace un paraso de su pan, de su hambre hace un infierno.Profundizar es ir siempre ms all. Cualquier fragmento de Porchia puede servir de ejeSi me

dijeran que he muerto o que no he nacido, no dejara de pensarlo.Elpensar superficial dejara de pensarlo.

A l le debo, entre muchas otras cosas, la ms bella dedicatoria que he recibido. Llevo a todas paejemplar de susVocesdonde escribiera para m estas palabras: Alamigo que me falta siempre cuando no est.


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cercana de esa oscura corriente de agua que es el Riachuelo, las sirenas de los barcos, los vimarineros o los trabajadores del puerto se renen para olvidar o recordar quin sabe qu cosastangos. l volva de visitar en el hospital a una mujer que haba querido mucho y que ahora yacenferma. Me repiti la frase con que haba intentado alentarla:Estar en compaa no es estar con alguien, sestar en alguien.Sent de pronto, como muchas otras veces a su lado, que la sabidura no haba mu

en aquella olvidada calle de Buenos Aires quedaba algo de la fuerza oculta que sostiene todava al La potente precisin de la profundidad desemboca en una desconcertante alquimia de

donde no existen ya los sinnimos y donde cada palabra se convierte en ella misma, ligeramcon una leve flexin o un casi imperceptible cambio de situacin en la frase. Sorprendenaparentes repeticiones, que por supuesto no son tales, sino una ltima exigencia del lenguajcasi acaba balbuceando una sola palabra: Y si no hay nada que es igual al pensamiento y no hay nad pensamiento, o el pensamiento es slo pensamiento o el pensamiento es todo. Yhasta me atrevo a sospechar que eestas zonas liminares del lenguaje, hasta las imperfecciones gramaticales o sintcticas inexplicable funcin que las justifica.

Haba amado mucho. Su extrema discrecin no leimpidi, sin embargo, confiarnos en alguna ocaque lo haba unido a una mujer de vida ligera, con quien estuvo dispuesto a casarse. As supimos c por quienes la explotaban, para que cortase esa relacin. Y tambin cmo l se apart, no por s poco o nada le importaba, sino por la de ella. All tiene su origen una de sus "voces"Hall lo ms bello de las floreen las flores cadas.La asociacin del amor y las flores representa sin duda una de las claves paElamor, cuando cabe en una sola flor, es infinito.Otra clave fundamental es la constante relacin entre el dolor . Elamor que no es todo dolor, no es todo amor.

Paul Tillich ha afirmado que la profundidad es la dimensin perdida de nuestro tiemposntesis para un diagnstico de la inconsistencia? No en vano seal Oppenheimer que numayor es ser superficiales. Podramos sospechar que all reside la fuerza negativa o la pesade

de nuestra poca y tambin de su literatura. Acaso no ha afirmado Robbe-Grillet, por ejepreciso ahuyentar de la novelalos viejos mitos de la profundidad

Puede haber profundidad sin dimensin religiosa? Creo que no, ya que no concibo lo prsentimiento de vinculacin con la totalidad, que puede asumir, como en Porchia, la forma deante una prdida: Hace mucho que no pido nada al cielo y an no han bajado mis brazos.Otambin de unaamorosa proyeccin hacia lo imposible: Dios mo, casi no he credo nunca en ti, pero siempre te he ama. Otrasveces es la sensacin de ser conducido por fuerzas extraas: Y si el hombre es un hacer con l y no un hacequin sabe quien hace con l, y quien hace con l, quin sabe qu hace con l.Se trata siempre de una referencia a linfinito, pero un infinito del que participa misteriosamente el hombre. Eres un fantoche, pero en las manos dinfinito, que tal vez son tus manos.Lejos de todo dogma u ortodoxia, la necesidad de trascendencia aptoda su desnudez, como algo inseparable del pensar profundo y la poesa. Ms que fe o sensagrado, una mstica insercin en el misterio que nos envuelve: Si pienso qu es la vida, creo que la vida milagro y si pienso qu es un milagro, no creo en l.

bamos a visitarlo en casas cada vez ms pequeas, desde que debi vender la heredada de su herbarata y distante del centro, para poder as sobrevivir un tiempo con la diferencia. Pero siempre eque le haban ido obsequiando sus autores, entre ellos algunos de los ms cotizados de la pintur(Petorutti, Victorica, Quinquela Martn, Castagnino, Soldi, Butler, Forner etctera). jams se desp


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siquiera en momentos de extrema pobreza, cuando algunos familiares o amigos trataron de persuno o dos. Deca que l viva solo y no necesitaba casi nada. Lo cierto es que no poda vender unescrito:Notienes nada y me daras un mundo. Te debo un mundo.Y recuerdo otro detalle iluminador: su cuavorito era un pequeo leo de Fortunato Lacmera, que representaba el solitario ngulo de un desnuda mata junto a un muro. El pintor ms humilde y la imagen ms humilde: lo casi inexistent

El pensar profundo transforma, como el amor profundo. Transforma y crea, porqueimposibilidad, la muerte, la nada. Esto se les olvid a todos los gesticulantes revolucionarioPero no a la poesa, que es el pensar integrador y ltimo, el pensar que siente, el pensar que transfigurador, la abertura del fondo. Es Porchia un poeta? En l se dala fundacin del ser por la palabra,lapalabra como ser, la existencia como creacin a travs del lenguaje, el lenguaje como salto S, Porchia es un poeta. Pero a veces uno siente que es tambin algo ms o distinto, algo qdecir. En pocos casos he sentido tanto como ante Porchia y su obra la fatal estrechez o amcualquier designacin. Aqu se rompen los rtulos, por privilegiados o sublimes que sean. Y ni siquiera evocar algunas frmulas ms o menos felices, como por ejemplo aquella de la poesa del pensar,deMacedonio Fernndez. Creo que Porchia est en la lnea fundamental donde se juntan el pe

imagen, la poesa y la filosofa, cuya artificial separacin tal vez constituya uno de nuestros laNo pude estar a su lado cuando muri. Poco tiempo antes, haba sufrido una cada, con un golp probablemente no lleg a reponerse. El accidente ocurri durante un fin de semana, en una quintaadonde lo llevaba una familia que lo haba descubierto no haca mucho y crea que necesitabolvidaron sus palabras:Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar nabismo.Pero l no quera resistir ante la insistencia de algo parecido a la amistad o el afecto. Hhumildad, las invitaciones que le hicieron para visitar Europa, pero su calidez humana lo condujdonde deba resbalar Quiz no haya sentido ninguna sorpresa:Cuando yo muera, no me ver morir, por primevez. Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abentrar en una obra que es profundidad? Un camino es el indicado por Porchia: verla con hon

se vuelva superficie. Otro camino podra estar dado por la paradjica respuesta de un maestrsobre cmo hacer para entrar en la filosofa:Estar adentro.Otro estara en ser o volverse profundidad, coquera Plotino en relacin con lo divino o lo bello. Y otro ms podra ser crear en uno el vpara la inundacin de la profundidad, parafraseando a Eckhart. Y otro ms todava, levansonrerle, como lo hara un maestro Zen, sin buscar ni decir otra cosa. Creo que si Porchia hque escoger, habra elegido la ltima alternativa. Entre muchas otras cosas, me anima a creedice: Puedo no mirar las flores, pero no cuando nadie las mira.

Su voz lenta y entraablemente modulada, con cierto acento extranjero, fue registrada en disco putilizada durante algn tiempo por una emisora de Buenos Aires, para cerrar a medianoche subroche raro y abismal, Su voz no vulneraba el silencio. No puedo hoy leer sus textos sin volvetampoco lo vulnera.

He hablado de Porchia o he hablado de m? Creo que la profundidad no admite estaSimplemente he hablado porque, como a l, me ha vencido lo que he dicho.

* Publicado en la revista Plural, vol. IV, nm. 11, Mxico, agosto de 1975, como complemento de una seleccin de teAntonio Porchia. La versin francesa de este trabajo, realizada por Roger Munier, apareci como postfacio dintegral de la obra de Porchia (aunque no contiene lasVoces abandonadas): Voix,Fayard, Coll. Documents Spirituels, Paris, 1979Ms tarde fue incluido en los anexos del libroPoesa y creacin. Dilogos con Guillermo Boido,Carlos Lohl, Buenos Aires, 1980.


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