Antologia de Poemas

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1 1 POEMAS Rubén Darío A Juan Ramón Jiménez ¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza para empezar, valiente, la divina pelea? ¿Has visto si resiste el metal de tu idea la furia del mandoble y el peso de la maza? ¿Te sientes con la sangre de la celeste raza que vida con los números pitagóricos crea? ¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea, a los sangrientos tigres del mal darías caza? ¿Te enternece el azul de una noche tranquila? ¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila cuando el Angelus dice el alma de la tarde?... ¿Tu corazón las voces ocultas interpreta? Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta. La belleza te cubra de luz y Dios te guarde. Campoamor Éste del cabello cano, como la piel del armiño, juntó su candor de niño con su experiencia de anciano; cuando se tiene en la mano un libro de tal varón, abeja es cada expresión que, volando del papel,

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antología de poemas y otras cosas más...

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POEMASRubén Darío

A Juan Ramón Jiménez

¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza para empezar, valiente, la divina pelea? ¿Has visto si resiste el metal de tu idea 

la furia del mandoble y el peso de la maza? 

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza que vida con los números pitagóricos crea? 

¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea, a los sangrientos tigres del mal darías caza? 

¿Te enternece el azul de una noche tranquila? ¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila 

cuando el Angelus dice el alma de la tarde?... 

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta? Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta. 

La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.

Campoamor

Éste del cabello cano, como la piel del armiño, juntó su candor de niño 

con su experiencia de anciano; cuando se tiene en la mano 

un libro de tal varón, abeja es cada expresión que, volando del papel, 

deja en los labios la miel y pica en el corazón.

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Año nuevo

A las doce de la noche, por las puertas de la gloria y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre, 

sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria, San Silvestre. 

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara, de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión; y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para 

Salomón. 

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina, y su capa raras piedras de una ilustre Visapur; y colgada sobre el pecho resplandece la divina 

Cruz del Sur. 

Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero? 

Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco del Arquero. 

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno el inmenso Sagitario no se cansa de flechar; 

le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno y le cubre los riñones el vellón azul del mar. 

Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora; doce aljabas cada año para él trae el rey Enero; 

en la sombra se destaca la figura vencedora del Arquero. 

Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo misterioso y fugitivo de las almas que se van, y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo 

con sus alas membranosas el murciélago Satán. 

San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes, del celeste Vaticano se detiene en los umbrales 

mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes inmortales. 

Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco donde en triunfo llega Enero, 

ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco y el Arquero.

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Dream

Se desgrana un cristal fino sobre el sueño de una flor; 

trina el poeta divino... ¡Bien trinado, Ruiseñor! 

Bottom oye ese cristal caer, y bajo la brisa 

se siente sentimental. Titania toda es sonrisa. 

Shakespeare va por la floresta, Heine hace un lied de la tarde... 

Hugo acompaña la Fiesta Chez Thérèse. Verlaine arde 

en las llamas de las rosas, alocado y sensitivo, 

y dice a las ninfas cosas entre un querubín y un chivo. 

Aubrey Beardsley se desliza como un silfo zahareño; 

con carbón, nieve y ceniza da carne y alma al ensueño. 

Nerval suspira a la Luna, Laforgue suspira de 

males de genio y fortuna. Va en silencio Mallarmé.

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El faisán

Dijo sus secretos el faisán de oro: —En el gabinete mi blanco tesoro, de sus claras risas el divino coro, 

las bellas figuras de los gobelinos, los cristales llenos de aromados vinos, 

las rosas francesas en los vasos chinos. 

(Las rosas francesas, porque fue allá en Francia donde en el retiro de la dulce estancia 

esas frescas rosas dieron su fragancia.) 

La cena esperaba. Quitadas las vendas, iban mil amores de flechas tremendas en aquella noche de Carnestolendas. 

La careta negra se quitó la niña, y tras el preludio de una alegre riña 

apuró mi boca vino de su viña. 

Vino de la viña de la boca loca, que hace arder el beso, que el mordisco invoca. 

¡Oh los blancos dientes de la loca boca! 

En su boca ardiente yo bebí los vinos, y, pinzas rosadas, sus dedos divinos 

me dieron las fresas y los langostinos. 

Yo la vestimenta de Pierrot tenía, y aunque me alegraba y aunque me reía, 

moraba en mi alma la melancolía. 

La carnavalesca noche luminosa dio a mi triste espíritu la mujer hermosa, sus ojos de fuego, sus labios de rosa. 

Y en el gabinete del café galante ella se encontraba con su nuevo amante, 

peregrino pálido de un país distante. 

Llegaban los ecos de vagos cantares y se despedían de sus azahares 

miles de purezas en los bulevares. 

Y cuando el champaña me cantó su canto, por una ventana vi que un negro manto 

de nube, de Febo cubría el encanto. 

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Y dije a la amada un día: —¿No viste de pronto ponerse la noche tan triste? ¿Acaso la Reina de luz ya no existe? 

Ella me miraba. Y el faisán cubierto de plumas de oro: —«¡Pierrot, ten por cierto que tu fiel amada, que la Luna ha muerto!»

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POEMASAmado Nervo

¡Oh Cristo!

«Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor; ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia 

sin que yo me angustie y llore; ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias, 

¡oh Cristo! 

»En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos, 

¡oh Cristo! 

»¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes. El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas. 

¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia, purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros, 

¡oh Cristo!»

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Dormir

¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño 

es un estado de divinidad. El que duerme es un dios... Yo lo que tengo, 

amigo, es gran deseo de dormir. 

El sueño es en la vida el solo mundo nuestro, pues la vigilia nos sumerge 

en la ilusión común, en el océano de la llamada «Realidad». Despiertos 

vemos todos lo mismo: vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego, 

las criaturas efímeras... Dormidos cada uno está en su mundo, 

en su exclusivo mundo: hermético, cerrado a ajenos ojos, a ajenas almas; cada mente hila 

su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!) 

Ni el ser más adorado puede entrar con nosotros por la puerta de nuestro sueño. Ni la esposa misma 

que comparte tu lecho y te oye dialogar con los fantasmas 

que surcan por tu espíritu mientras duermes, podría, 

aun cuando lo ansiara, traspasar los umbrales de ese mundo, 

de tu mundo mirífico de sombras. 

¡Oh, bienaventurados los que duermen! Para ellos se extingue cada noche, 

con todo su dolor el universo que diariamente crea nuestro espíritu. Al apagar su luz se apaga el cosmos. 

El castigo mayor es la vigilia: el insomnio es destierro 

del mejor paraíso... 

Nadie, ni el más feliz, restar querría horas al sueño para ser dichoso. 

Ni la mujer amada vale lo que un dormir manso y sereno 

en los brazos de Aquel que nos sugiere santas inspiraciones. .. 

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«El día es de los hombres; mas la noche, de los dioses», decían los antiguos. 

No turbes, pues, mi paz con tus discursos, amigo: mucho sabes; 

pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate! No quiero gloria ni heredad ninguna: 

yo lo que tengo, amigo, es un profundo deseo de dormir...

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El día que me quieras

El día que me quieras tendrá más luz que junio; la noche que me quieras será de plenilunio, 

con notas de Beethoven vibrando en cada rayo sus inefables cosas, 

y habrá juntas más rosas que en todo el mes de mayo. 

Las fuentes cristalinas irán por las laderas saltando cristalinas 

el día que me quieras. 

El día que me quieras, los sotos escondidos resonarán arpegios nunca jamás oídos. Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras 

que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras. 

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas, luciendo golas cándidas, irán las margaritas 

por montes y praderas, delante de tus pasos, el día que me quieras... 

Y si deshojas una, te dirá su inocente postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente! 

Al reventar el alba del día que me quieras, tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras, 

y en el estanque, nido de gérmenes ignotos, florecerán las místicas corolas de los lotos. 

El día que me quieras será cada celaje ala maravillosa; cada arrebol, miraje 

de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar, cada árbol una lira, cada monte un altar. 

El día que me quieras, para nosotros dos cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

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El primer beso

Yo ya me despedía.... y palpitante cerca mi labio de tus labios rojos, 

«Hasta mañana», susurraste; yo te miré a los ojos un instante y tú cerraste sin pensar los ojos 

y te di el primer beso: alcé la frente iluminado por mi dicha cierta. 

Salí a la calle alborozadamente mientras tu te asomabas a la puerta mirándome encendida y sonriente. 

Volví la cara en dulce arrobamiento, y sin dejarte de mirar siquiera, 

salté a un tranvía en raudo movimiento; y me quedé mirándote un momento 

y sonriendo con el alma entera, y aún más te sonreí... Y en el tranvía a un ansioso, sarcástico y curioso, que nos miró a los dos con ironía, 

le dije poniéndome dichoso: -«Perdóneme, Señor esta alegría.»

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No sé quién es

¿Quién es? -No sé: a veces cruza por mi senda, como el hada del ensueño: siempre sola... 

siempre muda... siempre pálida... ¿Su nombre? No lo conozco. 

¿De dónde viene? ¿Do marcha? ¡Lo ignoro! Nos encontramos, me mira un momento y pasa: 

¡Siempre sola...! ¡Siempre triste...! ¡Siempre muda...! ¡Siempre pálida! 

Mujer: ha mucho que llevo tu imagen dentro del alma. 

Si las sombras que te cercan, si los misterios que guardas 

deben ser impenetrables para todos, ¡calla, calla! 

¡Yo sólo demando amores: yo no te pregunto nada! 

¿Buscas reposo y olvido? Yo también. El mundo cansa. 

Partiremos lejos, lejos de la gente, a tierra extraña; y cual las aves que anidan 

en las torres solitarias, confiaremos a la sombra 

nuestro amor y nuestras ansias...

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PoemasManuel Gutiérrez Nájera

Para Entonces

Quiero morir cuando decline el día,en alta mar y con la cara al cielo,donde parezca sueño la agonía,

y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar los últimos instantes,ya con el cielo y con el mar a solas,más voces ni plegarias sollozantes

que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste, retirasus áureas redes de la onda verde,y ser como ese sol que lento expira:algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruyael tiempo aleve la gentil corona;

cuando la vida dice aún: soy tuya,aunque sepamos bien que nos traiciona.

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A Un Triste

¿Por qué de amor la barca voladoracon ágil mano detener no quieres

y esquivo menosprecias los placeresde Venus, la impasible vencedora?

A no volver los años juvenileshuyen como saetas disparadaspor mano de invisible Sagitario;

triste vejez, como ladrón nocturno,sorpréndenos sin guarda ni defensa,

y con la extremidad de su arma inmensa,la copa del placer vuelca Saturno.

¡Aprovecha el minuto y el instante!Hoy te ofrece rendida la hermosura

de sus hechizos el gentil tesoro,y llamándote ufana en la espesura,suelta Pomona sus cabellos de oro.

En la popa del barco empavesadoque navega veloz rumbo a Citeres,de los amigos el clamor te nombra,

mientras, tendidas en la egipcia alfombra,sus crótalos agitan las mujeres.

¡Deja, por fin, la solitaria playa,y coronado de fragantes flores,

descansa en la barquilla de las diosas!¿Qué importa lo fugaz de los amores?¡También expiran jóvenes las rosas!

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Siempre A Ti

(Fragmento)

¡Si pudiera olvidarte! ¡Si pudieraborrar del pensamiento tu memoria,

ha largo tiempo que arrancado hubierala página más triste de mi historia!

¡Mas no!... Si yo jamás quiero olvidarte,aunque me cause tu desdén dolores!

¡Yo siempre quiero con locura amarte,y morir cuando mueran mis amores!

Yo no quiero las sombras del olvidodel alma que muere fúnebre sudario;

por más que el corazón solloce herido,quiero tocar la cumbre del calvario.

Despréciame, aborrece, si lo quieres,este amor que encendiste, vida mía,el triste corazón que siempre hieres

morirá bendiciendo su agonía.

Por eso siempre a tí vuela mi acento,por eso el alma con amor te nombra;quiero regar tus huellas con mi llanto,y quiero darte mi alma por alfombra.

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Fin de Un Amor

No sé si es que cumplió ya su destino,si alcanzó perfección o si acabado

este amor a su límite ha llegadosin dar un paso más en su camino.

Aún le miro subir, de donde vino,a la alta cumbre donde ha terminado

su penosa ascensión. Tal ha quedadoestático un amor tan peregrino.

No me resigno a dar la despedidaa tal altivo y firme sentimiento

que tanto impulso y luz diera a mi vida.

No es su culminación lo que lamento,su culminar no causa la partida,

la causará, tal vez, su acabamiento.

Hola

Tú, que vienes caminandodesde el fondo de mi vida;que traes como bandera

la música de tu risa;tú que en tus ojos escondes

lo que mi alma necesita;tú, que en mi pecho has vivido

por años como dormiday hoy me despiertas de golpe

hasta que no da cabidami pequeño corazón

para esta explosión de dicha.Eres el río al que quiseponerle diques un día.

Hoy que subió tu corrienteya no hay diques que resistan.

En la casa de mi pecho,en mi sueño y mi vigilia,

en las calles de mis manos,en la ciudad de mis días,en la patria de mis pasos

y en el país de mi vidaven, entra y manda: es tu reino,

tu victoria, tu conquista.

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POEMASSalvador Díaz Mirón

A GLORIA

No intentes convencerme de torpezacon los delirios de tu mente loca:mi razón es al par luz y firmeza,

firmeza y luz como el cristal de roca.

Semejante al nocturno peregrino,mi esperanza inmortal no mira el suelo;

no viendo más que sombra en el camino,sólo contempla el esplendor del cielo.

Vanas son las imágenes que entrañatu espíritu infantil, santuario oscuro.

Tu numen, como el oro en la montaña,es virginal y, por lo mismo, impuro.

A través de este vórtice que crispa,y ávido de brillar, vuelo o me arrastro,

oruga enamorada de una chispao águila seducida por un astro.

Inútil es que con tenaz murmulloexageres el lance en que me enredo:yo soy altivo, y el que alienta orgullo

lleva un broquel impenetrable al miedo.

Fiando en el instinto que me empuja,desprecio los peligros que señalas.«El ave canta aunque la rama cruja,como que sabe lo que son sus alas».

Erguido bajo el golpe en la porfía,me siento superior a la victoria.

Tengo fe en mí; la adversidad podría,quitarme el triunfo, pero no la gloria.

¡Deja que me persigan los abyectos!¡Quiero atraer la envidia aunque me abrume!

La flor en que se posan los insectoses rica de matiz y de perfume.

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El mal es el teatro en cuyo forola virtud, esa trágica, descuella;es la sibila de palabra de oro,

la sombra que hace resaltar la estrella.

¡Alumbrar es arder! ¡Estro encendidoserá el fuego voraz que me consuma!

La perla brota del molusco heridoy Venus nace de la amarga espuma.

Los claros timbres de que estoy ufanohan de salir de la calumnia ilesos.

Hay plumajes que cruzan el pantanoy no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!

¡Fuerza es que sufra mi pasión! La palmacrece en la orilla que el oleaje azota.

El mérito es el náufrago del alma:vivo, se hunde; pero muerto, ¡flota!

¡Depón el ceño y que tu voz me arrulle!¡Consuela el corazón del que te ama!Dios dijo al agua del torrente: ¡bulle!;y al lirio de la margen: ¡embalsama!

¡Confórmate, mujer! Hemos venidoa este valle de lágrimas que abate,tú, como la paloma, para el nido,

y yo, como el león, para el combate.

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A MARGARITA

¡Qué radiosa es tu faz blanca y tranquilabajo el dosel de tu melena blonda!

¡Qué abismo tan profundo tu pupila,pérfida y azulada como la onda!

El fulgor soñoliento que destellaen tus ojos donde hay siempre un reproche

viene cual la mirada de la estrellade un cielo ennegrecido por la noche.

Tu rojo labio en que la abeja saciasu sed de miel, de aroma y embeleso,

ha sido modelada por la graciamás para la oración que para el beso.

Tu voz que ora es aguda y ora grave,llena de gratitud suena en mi oído,como el saludo arrullador del ave

al sol naciente que despierta el nido

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CINTAS DE SOL

I

La joven madre perdió a su hijo,se ha vuelto loca y está en su lecho.Eleva un brazo, descubre un pecho,

suma las líneas de un enredijo.

El dedo en alto y el ojo fijo,cuenta las curvas que ornan el techoy muestra un rubro pezón, derechocomo en espasmo y ardor de rijo.

En la vidriera, cortina rala,tensa y purpúrea cierne curiosalumbre, que tiñe su tenue gala.

¡Y roja lengua cae y se posa,y con delicia treme y resbalaen el erecto botón de rosa!

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II

Cerca, el marido forma concierto:¡ofrece el torpe fulgor del día

desesperada melancolía;y en la cintura prueba el desierto!

¡Ah! Los olivos del sacro huertoguardan congoja ligera y pía.El hombre sufre doble agonía:

¡la esposa insana y el niño muerto!

Y no concibe suerte más dura,y con el puño crispado azota

la sien, y plañe su desventura.

¡Llora en un lampo la dicha rota;y el rayo juega con la tortura

y enciende un iris en cada gota!

III

Así la lira. ¿Qué grave duelorima el sollozo y enjoya el luto,y a la insolencia paga tributo

y en la jactancia procura vuelo?

¿Qué mano digna recama el veloy la ponzoña del triste fruto,y al egoísmo del verso bruto

inmola el alma que mira al cielo?

¡La poesía canta la historia;y pone fértil en pompa espuria;

a mal de infierno burla de gloria!

¡Es implacable como una furia,y pegadiza como una escoria,e irreverente como una injuria!

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DESEOS

Yo quisiera salvar esa distanciaese abismo fatal que nos divide,

y embriagarme de amor con la fraganciamística y pura que tu ser despide.

Yo quisiera ser uno de los lazoscon que decoras tus radiantes sienes;yo quisiera en el cielo de tus brazos

beber la gloria que en los labios tienes.

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Yo quisiera ser agua y que en mis olas,que en mis olas vinieras a bañarte,para poder, como lo sueño a solas,

¡a un mismo tiempo por doquier besarte!

Yo quisiera ser lino y en tu lecho,allá en la sombra, con ardor cubrirte,

temblar con los temblores de tu pecho¡y morir de placer al comprimirte!

¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisierallevarte en mí como la nube al fuego,mas no como la nube en su carrera

para estallar y separarse luego!

Yo quisiera en mí mismo confundirte,confundirte en mí mismo y entrañarte;

yo quisiera en perfume convertirte,¡convertirte en perfume y aspirarte!

¡Aspirarte en un soplo como esencia,y unir a mis latidos tus latidos,

y unir a mi existencia tu existencia,y unir a mis sentidos tus sentidos!

¡Aspirarte en un soplo del ambiente,y así verte sobre mi vida en calma,toda la llama de tu pecho ardientey todo el éter del azul de tu alma!

Aspirarte, mujer... De ti llamarme,y en ciego, y sordo, y mudo constituirme,y en ciego, y sordo, y mudo consagrarme

al deleite supremo de sentirte¡y a la dicha suprema de adorarte!

LOS PARIAS

Allá en el claro, cerca del montebajo una higuera como un dosel,hubo una choza donde habitaba

una familia que ya no es.El padre, muerto; la madre, muerta;los cuatro niños muertos también:

él, de fatiga; ella de angustia;¡ellos de frío, de hambre y de sed!

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Ha mucho tiempo que fui al bohíoy me parece que ha sido ayer.

¡Desventurados! Allí sufríanansia sin tregua, tortura cruel.

Y en vano alzando los turbios ojos,te preguntaban, Señor, ¿por qué?

¡Y recurrían a tu alta graciadispensadora de todo bien!

¡Oh Dios! Las gentes sencillas rindenculto a tu nombre y a tu poder:

a ti demandan favores lo pobres,a ti los tristes piden merced;

mas como el ruego resulta inútilpienso que un día —pronto tal vez—no habrá miserias que se arrodillen,

¡no habrá dolores que tengan fe!

Rota la brida, tenaz la fusta,libre el espacio ¿qué hará el corcel?

La inopia vive sin un halago,sin un consuelo, sin un placer.¡Sobre los fangos y los abrojosen que revuelca su desnudez,cría querubes para el presidio

y serafines para el burdel!

El proletario levanta el muro,practica el túnel, mueve el taller;

cultiva el campo, calienta el horno,paga el tributo, carga el broquel;

y en la batalla sangrienta y grande,blandiendo el hierro por patria o rey,enseña al prócer con noble orgullo

¡cómo se cumple con el deber!

Mas, ¡ay! ¿qué logra con su heroísmo?¿Cuál es el premio, cuál su laurel?

El desdichado recoge ortigasy apura el cáliz hasta la hez.

POEMASLuis Gonzaga Urbina

LUBRICA NOX

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Miré, airado, tus ojos, cual mira agua un sedientomordí tus labios como muerde un reptil la flor;

posé mi boca inquieta, como un pájaro hambriento,en tus desnudas fromas ya trémulas de amor.

Cruel fue mi caricia como un remordimiento;y un placer amargo, con mezcla de dolor,

se deshacía en ansias de muerte y de tormento,en frenesí morboso de angustias y de furor.

Faunesa, tus espasmos fueron una agonía.¡Qué hermosa estabas ebria de deseo, y que mía

fue tu carne de mármol luminoso y sensual!

Después, sobre mi pecho, tranquila te dormistecomo una dulce niña, graciosamente triste,que sueña ¡sobre el tibio regazo maternal!

METAMORFOSIS

Era un cautivo beso enamoradode una mano de nieve, que tenía

la apariencia de un lirio desmayadoy el palpitar de un ave en la agonía.

Y sucedió que un día,aquella mano suavede palidez de cirio,

de languidez de lirio,de palpitar de ave,

se acercó tanto a la prisión del beso,que ya no pudo más el pobre presoy se escapó; mas, con voluble giro,huyó la mano hasta el confín lejano,y el beso que volaba tras la mano,

rompiendo el aire, se volvió suspiro.

NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS

Yo tenía una sola ilusión: era un mansopensamiento: el río que ve próximo el mar

y quisiera un instante convertirse en remansoy dormir a la sombra de algún viejo palmar.

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Y decía mi alma: turbia voy y me cansode correr las llanuras y los diques saltar;ya pasó la tormenta; necesito descanso,

ser azul como antes y, en voz baja cantar.

Y tenía una sola ilusión, tan serenaque curaba mis males y alegraba mi pena

con el claro reflejo de una lumbre de hogar.

Y la vida me dijo: ¡Alma ve turbia y sola,sin un lirio en la margen ni una estrella en la ola,

a correr las llanuras y perderte en el mar!

DONES 

Mi padre fue muy bueno: me donó su alegríaingenua; su ironía

amable: su risueño y apacible candor.¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre mía,

tú me hiciste el regalo de tu suave dolor.

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Tú pusiste en mi alma la enfermiza ternura,el anhelo nervioso e incansable de amar;las recónditas ansias de creer; la dulzura

de sentir la belleza de la vida, y soñar.

Del ósculo fecundo que se dieron dos seres-el gozoso y el triste- en una hora de amor,

nació mi alma inarmónica; pero tú, madre, eresquien me ha dado el secreto de la paz interior.

A merced de los vientos, como una barca rotava, doliente, el espíritu; desesperado, no.La placidez alegre poco a poco se agota;

mas sobre la sonrisa que me dio el padre, brotade mis ojos la lágrima que la madre me dio.

LA AGONÍA BLANCA 

Blanca como esta noche no he visto cosa alguna:ni el mármol, ni la nieve, ni el armiño. Semejael cielo, un gran abismo de plata, que reflejasu luz, en otro abismo de cristal: la laguna.

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Sólo, de tarde, en tarde, pasa, pequeña y bruna,la góndola, que efímero surco ondulante deja;y cuando, hacia las brumas rutilantes, se aleja,

todo es latir de astros; todo, fulgor de luna.

¿Donde están los colores? En uno se han fundido.El negro huyó a esconderse. El azul se ha dormido.

El blanco, puro y virgen, sus imperios rescata.

Y en silencio vasto, sideral y profundo,parece que esta noche se va a morir el mundocon una inmensa muerte de cristal y de plata.

POEMASRAMÓN LÓPEZ VELARDE

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A UN IMPOSIBLE

Me arrancaré, mujer, el imposibleamor de melancólica plegaria,

y aunque se quede el alma solitariahuirá la fe de mi pasión risible.

Iré muy lejos de tu vista gratay morirás sin mi cariño tierno,

como en las noches del helado inviernose extingue la llorosa serenata.

Entonces, al caer desfallecidocon el fardo de todos mis pesares,guardaré los marchitos azahares

entre los pliegues del nupcial vestido.

HUÉRFANO

Huérfano quedará mi corazónalma del alma, si te vas de ahí,

y para siempre lloraré por tienfermo de amorosa consunción.

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Triste renuncio a las venturas todasde tu suave y eterna compañía,

hoy que se apaga con la dicha mía,el altar que soñé para mis bodas.

Y el templo aquel de claridad inciertay tú, como las vírgenes vestida,brillarán en la noche de mi vida

como la luz de la esperanza muerta.

EN UN JARDÍN

Al decir que las penas son fugacesen tanto que la dicha persevera,tu cara es sugestiva y hechicera

y juegan a los novios los rapaces.

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Al escuchar la apología que hacesdel mejor de los mundos, se creyeraque lees a Abelardo... En voz parlera

dialogas con los pájaros locuaces.

De pronto, sin que tú me lo adivines,cual por un sortilegio se contrista

mi alma con la visión de los jardines,

mientras oigo sonar plácidamentelos trinos de tu plática optimistay el irisado chorro de la fuente.

LOGIO A FUENSANTA

Tú no eres en mi huerto la paganarosa de los ardores juveniles;

te quise como a una dulce hermana

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y gozoso dejé mis quince abrilescual un ramo de flores de pureza

entre tus manos blancas y gentiles.

Humilde te ha rezado mi tristezacomo en los pobres templos parroquiales

el campesino ante la virgen reza.

Antífona es su voz, y en los coralesde tu mística boca he descubiertoel sabor de los besos maternales.

Tus ojos tristes, de mirar incierto,recuérdanme dos lámparas prendidasen la penumbra de un altar desierto.

Las palmas de tus manos son ungidaspor mí, que provocando tus asombroslas beso en las ingratas despedidas.

Soy débil, y al marchar por entre escombrosme dirige la fuerza de tu planta

y reclino las sienes en tus hombros.

Nardo es tu cuerpo y tu virtud es tantaque en tus brazos beatíficos me duermo

como sobre los senos de una Santa.

¡Quién me otorgara en mi retiro yermotener, Fuensanta, la condescendenciade tus bondades a mi amor enfermocomo plenaria y última indulgencia!

ELLA

Esta novia del alma con quien soñé en un díafundar el paraíso de una casa risueña

y echar, pescando amores, en el mar de la vidamis redes, a la usanza de la edad evangélica.

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Es blanca como la hostia de la primera misaque en una azul mañana miró decir la tierra

luce negros los ojos, la túnica sombríay en un ungir las heridas las manos beneméritas.

Dormir en paz se puede sobre sus castos senosde nieve, que beatos se hinchan como frutas

en la heredad de Cristo, celeste jardinero;

tiene propiedades hondas y los labios de azúcar,y por su grave porte se asemeja al excelsoretrato de la Virgen pintado por San Lucas.

Al decir que las penas son fugacesen tanto que la dicha persevera,tu cara es sugestiva y hechicera

y juegan a los novios los rapaces.

Al escuchar la apología que hacesdel mejor de los mundos, se creyeraque lees a Abelardo... En voz parlera

dialogas con los pájaros locuaces.

De pronto, sin que tú me lo adivines,cual por un sortilegio se contrista

mi alma con la visión de los jardines,

mientras oigo sonar plácidamentelos trinos de tu plática optimistay el irisado chorro de la fuente.

POEMASENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ

EL SEMBRADOR DE ESTRELLAS

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Y pasarás, y al verte se dirán: "¿Qué camino va siguiendo el sonámbulo?...." Desatento al murmullo

irás, al aire suelta la túnica de lino,la túnica albeante de desdén y de orgullo.

Irán acompañándote apenas unas pocasalmas hechas de ensueño. . . .Mas al fin de la selva,

al ver ante sus ojos el murallón de rocas,dirán amedrentadas: "Esperemos que vuelva."

Y treparás tú solo los agrietados senderos;vendrá luego el fantástico desfile de paisajes,

y llegarás tú solo a descorrer celajesallá donde las cumbres besan a los luceros.

Bajarás lentamente una noche de lunaenferma, de dolientes penumbras misteriosas,sosteniendo tus manos y regando una a una,con un gesto de dádiva, las lumínicas rosas.

Y mirarán absortos el claror de tus huellas,y clamará la jerga de aquel montón humano:

"Es un ladrón de estrellas..." Y tu pródiga manoseguirá por la vida desparramando estrellas. . . .

ERAN DOS HERMANAS

Eran dos hermanas,eran dos hermanas tristes

y pálidas

Venía una de ellasde tierras lejanas

trayendo en sus hombros un fardo

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de nostalgias,siempre pensativa,

callada,con los ojos vueltos hacia el infinito,

los ojos azules de pupilas vagaspor los que en momentos hasta parecía

salírsele el alma. . .La otra

hermana,de labios marchitos,de sonrisa amarga,

siempre muda,siempre inmóvil, esperaba

yo no sé qué cosas de pasados tiempos,memorias ausentes o dichas lejanas. . . 

No se que teníasu sonrisa. . . Hablaba

de aquellos abismos de dolor inmensoen que se han hundido unas cuantas almas.

Y cuando lloraba llanto silenciosola primera hermana,

ella sonreía, ella sonreíay callaba. . . 

De aquellas sonrisasy de aquellas lágrimas

yo nunca he podido saber cuáles eranmás amargas. . . 

Eran dos hermanas, eran dos hermanas tristes

y pálidas. . . 

PORQUE YA MIS TRISTEZAS . . .

Porque ya mis tristezas son como los maticessombríos de los cuadros en que la luz fulgura;

porque ya paladeo la gota de la amarguraen el dorado néctar de las horas felices;

porque sé abandonarme, con la santa inconscienciade una tabla que flota, sobre el mar de la vida,

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y aparté de mis labios la manzana prohibidacon que tentarme quiso el árbol de la ciencia;

porque supe vestirme con el albo ropajede mi niñez ingenua, aspirar el salvaje

aroma de los campos, embriagarme de sol,y mirar como enantes el pájaro y la estrella(el pájaro que un día me contó su querella;la estrella que una noche conmigo sonrió),

y porque ya me diste la calma indeficiente,vida, y el don supremo de la sonrisa franca,sobre la piedra blanca voy a posar mi frentey marcaré este día con otra piedra blanca. . .

¿TE ACUERDAS DE LA TARDE . . .?

¿Te acuerdas de la tarde en que vieron mis ojosde la vida profunda el alma de cristal? . . .

Yo amaba solamente los crepúsculos rojos,las nubes y los campos, la ribera y el mar. . . 

Mis ojos eran hechos para formas sensibles;me embriagaba la línea, adoraba el color;

apartaba mi espíritu de sueños imposibles,

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desdeñaba las sombras enemigas del sol.

Del jardín me atraían el jazmín y la rosa(la sangre de la rosa, la nieve del jazmín)

sin saber que a mi lado pasaba temblorosa,hablándome en secreto, el alma del jardín.

Halagaban mi oído las voces de las aves,la balada del viento, el canto del pastor,y yo formaba coro con las notas suaves,y enmudecían ellas y enmudecía yo. . .

Jamás seguir lograba el fugitivo rastrode lo que ya no existe, de lo que ya se fue. . .

Al fenecer la nota, al apagarse el astro,¡oh sombras, oh silencio, dormitabais también!

¿Te acuerdas de la tarde en que vieron mis ojosde la vida profunda el alma de cristal?

Yo amaba solamente los crepúsculos rojos,las nubes y los campos, la ribera y el mar. . .

TUÉRCELE EL CUELLO AL CISNE. . . 

Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumajeque da su nota blanca al azul de la fuente;él pasea su gracia no más, pero no sienteel alma de las cosas ni la voz del paisaje.

Huye de toda forma y de todo lenguajeque no vayan acordes con el ritmo latente

de la vida profunda. . .y adora intensamente

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la vida, y que la vida comprenda tu homenaje.

Mira al sapiente búho cómo tiende las alasdesde el Olimpo, deja el regazo de Palas

y posa en aquel árbol el vuelo taciturno. . . 

El no tiene la gracia del cisne, mas su inquietapupila, que se clava en al sombra, interpreta

el misterioso libro del silencio nocturno.

POEMASMANUEL JOSÉ OTHON

EL RUISEÑOR

Oid la campanita, cómo suena,el toque del clarín, cómo arrebata,

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las quejas en que el viento se desatay del agua el rodar sobre la arena.

Escuchad la amorosa cantilenade Favonio rendido a Flora ingrata

y la inmensa y divina serenataque Pan modula en la silvestre avena.

Todo eso hay en mis cantos. Me enamorala noche; de los hombres soy deliciay paz, y entre los árboles cubierto,

sólo yo alcé mi voz consoladora,como una blanda y celestial caricia,cuando Jesús agonizó en el huerto.

EL RIO

Triscad, oh linfas, con la grácil onda,gorgoritas, alzad vuestras canciones.

y vosotros, parleros borbollones,dialogad con el viento y con la fronda.

Chorro garrulador, sobre la hondacóncava quiebra, rómpete en jirones

y estrella contra riscos y peñonestus diamantes y perlas de Golconda.

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Soy vuestro padre el río. Mis cabellosson de la luna pálidos destellos,

cristal mis ojos del cerúleo manto.

Es de musgo mi barba trasparente,ópalos desleídos son mi frentey risa de las náyades mi canto.

UNA ESTEPA DEL NAZAS

¡Ni un verdecido alcor, ni una pradera!Tan sólo miro, de mi vista enfrente,

la llanura sin fin, seca y ardientedonde jamás reinó la primavera.

Rueda el río monótono en la austeracuenca, sin un cantil ni una rompientey, al ras del horizonte, el sol poniente,cual la boca de un horno, reverbera.

Y en esta gama gris que no abrillantaningún color; aqui, do el aire azotacon ígneo soplo la reseca planta,

sólo, al romper su cárcel, la bellotaen el pajizo algodonal levanta

de su cándido airón la blanca nota

LA CRUZ SOLA

Negro el altar, la bóveda desierta, el resplandor del moribundo día penetra por la angosta celosía de la alta nave sobre el muro abierta.

Allá en la triste soledad incierta se levanta la cruz negra y sombría; Cristo, la inmensa luz que en ella ardía, descansa ya bajo la losa yerta.¡Ay!, del mundo en el viaje solitario 

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una luz nos ayuda en lontananzaa cargar con la cruz hasta el osario.

Y cuando al mal el corazón se lanza, así de nuestra vida en el calvario queda la cruz y muere 1a esperanza.

EPITALAMIO

Todo, al soplar las brisas tropicales, mueve la sangre y todo a amar provoca. Naturaleza entera es una bocadonde palpitan besos inmortales.

Requiébranse en la rama los turpiales, lanzando su canción alegre y locay, en la cortante arista de la roca, se acarician las águilas reales.

Tálamo de las tiernas golondrinas es el aire, del tigre la espelunca, del triscador ganado las colinas . . . 

Nada tu fuerza poderosa trunca, pues, renaciendo tú de las ruinas,¡oh, fecundante Amor, no mueres nunca!

POEMASJOSÉ JUAN TABLADA

LAS PROSTITUTAS...

Las prostitutasÁngeles de la Guarda

de las tímidas vírgenes;ellas detienen la embestida

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de los demonios y sobre el burdelse levantan las casas de cristal

donde sueñan las niñas...

EL GALLO HABANERO

En el matinal gallinerocon el rendimiento caballero,en torno a su hembra enreda

el arabesco de su ruedasin cesar el gallo habanero;

cual blanco albornoz el plumónenvuelve su fiero ademán;

¡por su cresta-fez bermellóny el alfanje de su espolón,

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el gallo es un breve sultán!

Junto a la gallina coqueta,de pronto su blanca silueta

fija en soberbia rigidez,como el gallo de la veletao el caballo del ajedrez...

Echando atrás el cuello empina;¡y en enfático frenesí,

rasga la matinal neblina,sobre el jardín que ilumina

con su agudo kikirikí!

SONETO WATTEAU

Manón, la ebúrnea frente,la de cabello empolvado

y vestidura crujiente,¡tus ojos me han cautivado!

Eco de mi amor ardiente,el clavicordio ha cantado

la serenata dolientey el rondel enamorado...

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¡Ven! el amor que aletealanza su flecha dorada

y en el mar que azul ondea,

surge ya la empavesadagalera flordelisada

¡que conduce a la Citerea!

JAPÓN

¡Áureo espejismo, sueño de opio,fuente de todos mis ideales!

¡Jardín que un raro kaleidoscopioborda en mi mente con sus cristales!

Tus teogonías me han exaltadoy amo ferviente tus glorias todas;

¡yo soy el siervo de tu Mikado!¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

Por ti mi dicha renace ahora

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y en mi alma escéptica se derramacomo los rayos de un sol de aurora

sobre la nieve del Fusiyama.

Tú eres el opio que narcotiza,y al ver que aduermes todas mis penas

mi sangre --roja sacerdotisa--tus alabanzas canta en mis venas.

¡Canta! En sus causes corre y se estrellami tumultuosa sangre de Oriente,y ése es el canto de tu epopeya,mágico Imperio del Sol Naciente.En tu arte mágico --raro edificio--

viven los monstruos, surgen las floreses el poema del Artificio

en la Obertura de los colores.

¡Rían los blancos con risa vana!Que al fin contemplas indiferente

desde los cielos de tu Nirvanaa las Naciones de Occidente.

Distingue mi alma cuando en ti sueña--cuando sombrío y aterrador--la inmóvil sombra de la cigüeña

sobre un sepulcro de emperador.

Templos grandiosos y secularesy en su pesado silencio ignoto,

Budhas que duermen en los altaresentre las áureas flores de loto.

De tus princesas y tus señorespasa el cortejo dorado y rico,y en ese canto de mil coloreses una estrofa cada abanico.

Se van abriendo si reverberael sol y lanza sus tibias olas

los parasoles, cual Primaverade crisantemas y de amapolas.

Amo tus ríos y tus lagunas,tus ciervos blancos y tus faisanesy el ampo triste con que tus lunasbañan la cumbre de tus volcanes.

Amo tu extraña mitología,los raros monstruos, las claras flores

que hay en tus biombos de seda umbría

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y en el esmalte de tus tibores.

¡Japón! Tus ritos me han exaltadoy amo ferviente tus glorias todas;

¡yo soy el ciervo de tu Mikado!¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

Y así quisiera mi ser que te ama,mi loco espíritu que te adora,ser ese astro de viva llama

que tierno besa y ardiente dora¡la blanca nieve del Fusiyama!

HAIKUS

LA ARAÑA

Recorriendo su telaesta luna clarísima

tiene a la araña en vela.

EL SAÚZ

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Tierno saúzcasi oro, casi ámbar,

casi luz...

LOS GANSOS

Por nada los gansostocan alarma

en sus trompetas de barro.

EL PAVORREAL

Pavorreal, largo fulgor,por el gallinero demócrata

pasas como procesión.

LA TORTUGA

Aunque jamás se muda,a tumbos, como carro de mudanzas,

va por la senda la tortuga.

POEMASJACINTO BENAVENTE

Historia de un día en tres esquelas

I

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Vergüenza me cuesta, pero has de perdonarme. Hoy no asistiré a la Junta. El motivo es pecaminoso. Justamente de cinco a siete tengo que ir a probarme unos vestidos a casa de Laura. Ya sabes lo que es ella; si pierdo mi turno, me deja desnuda este invierno. ¿Estoy perdonada? Bien lo merece mi franqueza. Pude inventar otro pretexto. Otra junta piadosa, la jaqueca, el dentista; pues no, me entrego en pleno delito de coquetería. Así puedes decírselo a las amigas, segura de que todas me absuelven. Me has dicho que la marquesa está expirando. ¡Pobre señora! Esta noche te veré en el Real. Hasta luego.

                                                            II

Mucho siento la mala obra, pero hoy me es imposible ir a probarme los vestidos. Precisamente de cinco a siete se reúne la Junta de Damas de la Honradez y el Trabajo, de la que soy secretaria, y no puedo faltar. Iré mañana a primera hora. No retrase, por Dios, los vestidos, el negro sobre todo, nuestra presidenta está expirando; y si se muere, no sé cómo voy a ir a los funerales.

                                                            III

De cinco a siete.

Quién retiene al amor cuando se aleja

¡Quién retiene al amor cuando se aleja!

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Tanto es mi amor, por todos mis amores,que en el jardín de la existencia mía

a verlas marchitarse día a díapreferí siempre deshojar sus flores.

Cuanto más encendidos sus coloresmueran en su triunfante lozanía,

más triste que la muerte es la agoníade un amor entre dudas y temores.

Triste fin de un amor, cuando engañosoquiere fingir que a su pesar nos deja,y más ofende, cuanto más piadoso.

¿Y qué logrará la importuna quejadel ofendido corazón celoso?

¡Quién retiene al amor… cuando se aleja!

Un ídolo

¡Bella forma gentil, idolatrada;no animes de tu cuerpo la esculturacon el fuego de un alma enamorada!

¡Forma ideal, de lo ideal pagano!pues que la forma es sólo tu hermosura,

y no es divino en ti sino lo humano.

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Mi alma que a los sentidos se avasalla,a ti se rinde con delirio insano;

y este amor desbordado que en mí estalla,vivirá de sí mismo y tu belleza.

No muestres, pues, de tu alma la bajeza;yo amaré por los dos. Tú, besa y calla.

POEMASRAMON M. DEL VALLE INCLAN

ROSA DE LLAMAS

Ráfagas de ocaso, dunas escampadas.La luz y la sombra gladiando en el monte:

tragedia de rojas espadasy alados mancebos, sobre el horizonte.

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La culebra de un sendero tenebroso,la sombra lejana de uno que camina,en medio del yermo el perro rabioso,terrible el gañido de su sed canina.

¡Venteaban los canes de la duna ascéticala sombra sombría del que va sin bienes,alma en combate, la expresión frenética,un ramo de venas saltante en las sienes!

Lóbrega su estrella le alumbra el senderocon un torbellino de acciones y ciencias:las torvas blasfemias por pan justiciero,

y las utopías de nuevas conciencias.

Ráfagas de ocaso, dunas escampadas,la luz y la sombra gladiando en el monte:

mítica tragedia de rojas espadasy alados mancebos, sobre el horizonte.

ROSALEDA

Cuando iba por la selva nocturna, sin destino,escuché una esperanza cantar sobre el camino,

en la alborada de oro. Yo pasaba. Su canto

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daba sobre una lírica fresca rama de acanto.

Saliendo de mi noche, me perdí en un recintode rosas. Por los métricos sellos de un laberinto,

los senderos en fuga culterana y ambigua,conjugaban el tema de la fábula antigua.

Conversé con las rosas, y, como un amuleto,recogí de las rosas el sideral secreto.

Los números doradosde sus selladas cláusulas, me fueron revelados.

Mi Alma se daba,dándose gozaba,

y transcendíasu esencia en goce.

Se consumíaen la alegría

del que conoce.

ROSA DEL CAMINANTE

Álamos fríos en un claro cielo azul,con timideces de cristal

sobre el río la bruma como un velo,y las dos torres de la catedral.

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Los hombres secos y reconcentradoslas mujeres deshechas de parir,

rostros obscuros llenos de cuidados,todas las bocas clásico el decir.

La fuente se seca, en torno el vocerío,los odres a la puerta del mesón,

y las recuas que bajan hacia el río....

Y las niñas que acuden al sermón.¡Mejillas sonrosadas por el frío,

de Astorga, de Zamora, de León!

ROSAS ASTRALES

¡Eternos imperios! ¡Dorados sagrarios!¡Claves del gran todo! ¡Rezo en sus laúdes!

¡Voluntades quietas! ¡Solemnes virtudes!¡Entrañas del mundo! ¡Ardientes ovarios!

¡Encendidos ritos de celestes lames!

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¡Sellados destinos del humano coro!¡Soles que las normas guardan del Tesoro

¡Demiúrgico! ¡Arcanas rosas estelares!

Arcano celeste, agnóstico arcanodonde los enigmas alzó el Trymegisto:

Por querer leerte abrió Juliano

en su imperio el cisma, y se hizo Anticristo,exégeta, gnóstico del Cielo Pagano

una metamórfosis solar vio en el Cristo.

ROSA DE MELANCOLIA

Era yo otro tiempo un pastor de estrellas,y la vida, como luminoso canto.

Un símbolo eran las cosas más bellaspara mí: la rosa, la niña, el acanto.

Y era la armoniosa voz del mundo,una onda azul que rompe en la playa de oro,

cantando el oculto poder de la lunasobre los destinos del humano coro.

Me daba Epicuro sus ánforas llenas,un fauno me daba su agreste alegría,

un pastor de Arcadia, miel de sus colmenas.

Pero hacia el ensueño navegando un día,escuché lejano canto de sirenas

y enfermó mi alma de Melancolía.

POEMASJOSÉ MARTÍ

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Penachos Vívidos 

Como taza en que hierve Ora en carreras locas,De transparente vino O en sonoros relinchos,

En doradas burbujas O sacudiendo el aireEl generoso espíritu; El crinaje magnífico;-

Como inquieto mar joven Asi mis pensamientosDel cauce nuevo henchido Rebosan en mí vividos,

Rebosa, y por las playas Y en crespa espuma de oroBulle y muere tranquilo; Besan tus pies sumisos,

O en fúlgidos penachosComo manada alegre De varios tintes ricos,

De bellos potros vivos Se mecen y se inclinanQue en la mañana clara Cuando tú pasas -hijo!

Muestran su regocijo,  

Valle Lozano 

Dígame mi labriego Otros, con dagas grandes¿Cómo es que ha andado Mi pecho araron:

En esta noche lóbrega Pues, ¿qué hierro es el tuyoEste hondo campo? Que no hace daño?

Dígame de qué flores Y esto dije -y el niñoUntó el arado Riendo me trajo

Que la tierra olorosa En sus dos manos blancasTrasciende a nardos? Un beso casto.

Dígame de qué ríosRegó ese prado,

Que era un valle muy negroY ora es lozano?

   

Versos Libres 

HierroGanado tengo el pan: hágase el verso,-

Y en su comercio dulce se ejerciteLa mano, que cual prófugo perdido

Entre oscuras malezas, o quien llevaA rastra enorme peso, andaba ha poco

Sumas hilando y revolviendo cifras.Bardo ¿consejo quieres? Pues descuelga

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de la pálida espalda ensangrentadaEl arpa dívea, acalla los sollozos

Que a tu garganta como mar en furiaSe agolparán, y en la madera ricaTaja plumillas de escritorio y echa 

Las cuerdas rotas al movible viento.¡ Oh alma!, ¡oh, alma buena! ¡mal oficio

Tienes!: ¡póstrate, calla, cede, lameManos de potentado, ensalza, excusa

Defectos, tenlos –que es mejor maneraDe excusarlos, y mansa y temerosaVicios celebra, encumbra vanidades:Verás entonces, alma, cuál se trueca

En plato de oro rico tu desnudoPlato de pobre!

Pero guarda ¡oh alma!¡Que usan los hombres hoy oro empañado!

Ni de esos cures, que fabrican de oroSus joyas el bribón y el barbilindo:

Las armas no, -las armas son de hierro!Mi mal es rudo: la ciudad lo encona:

Lo alivia el campo inmenso: ¡otro más vastoLo aliviará mejor! –Y las oscuras

Tardes me atraen, cual si mi patria fueraLa dilatada sombra.

COPA CICLÓPEA

El sol alumbra: ya en los aires miro La copa amarga: ya mis labios tiemblan, 

—No de temor, que prostituye,— de ira!... El Universo, en las mañanas alza 

Medio dormido aún de un dulce sueño En las manos la tierra perezosa, 

Copa inmortal, donde 

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Hierven al sol las fuerzas de la vida!— Al niño triscador, al venturoso 

De alma tibia y mediocre, a la fragante Mujer que con los ojos desmayados Abrirse ve en el aire extrañas rosas, 

Iris la tierra es, roto en colores,— Raudal que juvenece, y rueda limpio 

Por perfumado llano, y al retozo Y al desmayo después plácido brinda!— 

Y para mí, porque a los hombres amo Y mi gusto y mi bien terco descuido, 

La tierra melancòlica aparece Sobre mi frente que la vida bate, De lúgubre color inmenso yugo! 

La frente encorvo, el cuello manso inclino, Y, con los labios apretados, muero.

POMONA

Oh, ritmo de la carne, oh melodía, Oh licor vigorante, oh filtro dulce 

De la hechicera forma! —no hay milagro En el cuento de Lázaro, si Cristo 

Llevò a su tumba una mujer hermosa!

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Qué soy— quién es, sino Memnòn en donde Toda la luz del Universo canta,— 

Y cauce humilde en que van revueltas, Las eternas corrientes de la vida? —Iba,— como arroyuelo que cansado De regar plantas ásperas fenece, 

Y, de amor por el Sol noble transido, A su fuego con gozo se evapora:

Iba, —cual jarra que el licor ligero Hinche, sacude, en el fermento rompe, 

Y en silenciosos hilos abandona:Iba,— cual gladiador que sin combate Del incòlume escudo ampara el rostro Y el cuerpo rinde en la ignorada arena 

...Y súbito,— las fuerzas juveniles De un nuevo mar, el pecho rebosante 

Hinchen y embargan,— el cansado brío Arde otra vez,— y puebla el aire sano Música suave y blando olor de mieles! Porque a mis ojos los fragantes brazos 

En armònico gesto alzò Pomona.

POEMASJOSÉ ASUNCIÓN SILVA

A VECES, CUANDO EN ALTA NOCHE

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A veces, cuando en alta noche tranquila, sobre las teclas vuela tu mano blanca, 

como una mariposa sobre una lila y al teclado sonoro notas arranca, 

cruzando del espacio la negra sombra filtran por la ventana rayos de luna, 

que trazan luces largas sobre la alfombra, y en alas de las notas a otros lugares, 

vuelan mis pensamientos, cruzan los mares, y en gótico castillo donde en las piedras 

musgosas por los siglos, crecen las yedras, puestos de codos ambos en tu ventana 

miramos en las sombras morir el día y subir de los valles la noche umbría 

y soy tu paje rubio, mi castellana, y cuando en los espacios la noche cierra, el fuego de tu estancia los muebles dora, 

y los dos nos miramos y sonreímos mientras que el viento afuera suspira y llora! 

··················································· ¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos, 

cuando sobre las teclas vuelan sus manos! 

POETA, DI PASO

  Poeta!, di paso          los furtivos besos!...

¡La sombra! ¡Los recuerdos! La luna no vertía allí ni un solo rayo... Temblabas y eras mía 

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Temblabas y eras mía bajo el follaje espeso, una errante luciérnaga alumbró nuestro beso, 

el contacto furtivo de tus labios de seda... La selva negra y mística fue la alcoba sombría... 

En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda... Filtró luz por las ramas cual si llegara el día, entre las nieblas pálidas la luna aparecía... 

    Poeta, di paso 

          los íntimos besos!

¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavía! En señorial alcoba, do la tapicería 

amortiguaba el ruido con sus hilos espesos desnuda tú en mis brazos fueron míos tus besos; 

tu cuerpo de veinte años entre la roja seda, tus cabellos dorados y tu melancolía 

tus frescuras de virgen y tu olor de reseda... Apenas alumbraba la lámpara sombría 

los desteñidos hilos de la tapicería.

MIDNIGHT DREAMS

Anoche, estando solo y ya medio dormido, mis sueños de otras épocas se me han aparecido.

Los sueños de esperanzas, de glorias, de alegrías y de felicidades que nunca han sido mías,

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se fueron acercando en lentas procesiones y de la alcoba oscura poblaron los rincones

hubo un silencio grave en todo el aposento y en el reloj la péndola detúvose al momento.

La fragancia indecisa de un olor olvidado, llegó como un fantasma y me habló del pasado.

Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde, y oí voces oídas ya no recuerdo dónde. 

································································· Los sueños se acercaron y me vieron dormido, 

se fueron alejando, sin hacerme ruido

y sin pisar los hilos sedosos de la alfombra y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra. 

   LUZ DE LUNA

Ella estaba con él... A su frente   pensativa y pálida, 

penetrando al través de las rejas   de antigua ventana 

de la luna naciente venían 

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  los rayos de plata, él estaba a sus pies, de rodillas, 

  perdido en las vagas visiones que cruzan en horas felices 

  los cielos del alma! Con las trémulas manos asidas, 

con el mudo fervor de los que aman, palpitanto en los labios los besos, 

  entrambos hablaban   el lenguaje mudo 

  sin voz ni palabras que en momentos de dicha suprema, 

tembloroso el espíritu habla... ··············································· 

El silencio que crece... la brisa   que besa las ramas, 

dos seres que tiemblan, la luz de la luna   que el paisaje baña, 

¡amor un instante detén allí el vuelo, murmura tus himnos de triunfo y recoge las alas! 

················································ Unos meses después, él dormía 

  bajo de una lápida el último sueño de que nadie vuelve el último sueño de paz y de calma. 

MADRIGAL

Tu tez rosada y pura; tus formas gráciles de estatua de Tanagra; tu olor de lilas; el carmín de tu boca de labios tersos; las miradas ardientes de tus pupilas; 

el ritmo de tu paso; tu voz velada; tus cabellos que suelen, si los despeina tu mano blanca y fina, toda hoyuelada, 

cubrirte con un rico manto de reina; tu voz, tus ademanes, tú... no te asombre: 

todo eso está, ya a gritos, pidiendo un hombre. 

POEMASLEOPOLDO LUGONES

LA PALMERA

Page 62: Antologia de Poemas

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Al llegar la hora esperadaen que de amarla me muera,

que dejen una palmerasobre mi tumba plantada.

Así cuando todo calle,en el olvido disuelto,

recobrará el tronco esbeltola elegancia de su talle.

En la copa, que su altezadoble con melancolía, se abatirá la sombría dulzura de su cabeza.

Entregará con ternurala flor, al viento sonoro,el mismo reguero de oro

que dejaba su hermosura.

Como un suspiro al pasar,palpitando entre las hojas,murmurará mis congojas

la brisa crepuscular.

Y mi recuerdo ha de ser,en su angustia sin reposo,

el pájaro misteriosoque vuelve al anochecer.

LIED DE LA BOCA FLORIDA

Al ofrecerte una rosael jardinero prolijo,

orgulloso de ella, dijo:no existe otra más hermosa.

Page 63: Antologia de Poemas

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A pesar de su color,su belleza y su fragancia,respondí con arrogancia:yo conozco una mejor.

Sonreíste tú a mi fieroremoque de paladín...Y regresó a su jardíncabizbajo el jardinero.

TONADA

Las tres hermanas de mi almanovio salen a buscar.

La mayor dice: yo quiero,quiero un rey para reinar. 

Esa fue la favorita,favorita del sultán.

La segunda dice: yoquiero un sabio de verdad,

que en juventud y hermosurame sepa inmortalizar.Ésa casó con el magode la ínsula de cristal.

La pequeña nada dice,sólo acierta a suspirar.

Ella es de las tres hermanasla única que sabe amar.

No busca más que el amor,y no lo puede encontrar.

HIMNO A LA LUNA

Luna, quiero cantarteOh ilustre anciana de las mitologías,

Con todas las fuerzas del arte.

Deidad que en los antiguos díasImprimiste en nuestro polvo tu sandalia,No alabaré el litúrgico furor de tus orgías

Page 64: Antologia de Poemas

64

Ni tu erótica didascalia,Para que alumbres sin mayores ironías,

Al polígloto elogio de las Guías,Noches sentimentales de mieses en Italia.

Aumenta el almizcle de los gatos de algalia;Exaspera con letárgico veneno

A las rosas ebrias de etilenoComo cortesanas modernas;

Y que tu influjo activo,La sangre de las vírgenes tiernas

Corra en misterio significativo.

Yo te hablaré con maneras cortesesAunque sé que sólo eres un esqueleto,

Y guardaré tu secretoPropicio a las cabelleras y a las mieses.

Te amo porque eres generosa y buena,¡Cuánto, cuánto albayaldeLlevas gastado en balde

Para adornar a tu hermana morena!

PLEGARÍA DE CARNAVAL

¡Oh luna! que diriges como sportwoman sabiaPor zodíacos y eclípticas tu lindo cabriolé:Bajo la ardiente seda de tu cielo de Arabia

¡Oh luna, buena luna!, quién fuera tu Josué.

Sin cesar encantara tu blancura mi tienda,

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Con desnudes tan noble que la agraviara el tul;Oh extasiado en un pálido antaño de leyenda

Tu integridad de novia perpetuara el azul.

Luna de los ensueños, sobre la tarde lilaTu oro viejo difunde morosa enfermedad,

Cuando en un solitario confín de mar tranquila,Sondeas como lúgubre garza la eternidad.

En tu mística nieve baña sus pies MaríaTu disco reproduce la mueca de Arlequín,

Crimen y amor componen la hez de tu poesíaEmbriagadora y pálida como el vino del Rhin.

Y toda esta alta fama con que elogiando vengoTu faz sietemesina de bebé en alcohol,

Los siglos te la cuentan como ilustre abolengo,Porque tú eres, oh luna, la máscara del sol.

POEMASJOSE SANTOS CHACANO

DE VIAJE

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Ave de paso,fugaz viajera desconocida:

fue sólo un sueño, sólo un capricho, sólo un acaso;duró un instante, de los que llenan toda una vida.

No era la gloria del paganismo,no era el encanto de la hermosura plástica y recia:era algo vago, nube de incienso, luz de idealismo.

No era la Grecia:¡era la Roma del cristianismo!

Alrededor era de sus dos ojos ¡oh, qué ojos, ésos!que las fracciones de su semblante desvanecidas

fingían trazos de un pincel tenue, mojado en besos,rediviviendo sueños pasados y glorias idas...

Ida es la gloria de sus encantos,pasado el sueño de su sonrisa.

Yo lentamente sigo la ruta de mis quebrantos;¡ella ha fugado como un perfume sobre la brisa!

Quizás ya nunca nos encontremos;quizás ya nunca veré a mi errante desconocida;quizás la misma barca de amores empujaremos,ella de un lado, yo de otro lado, como dos remos,

¡toda la vida bogando juntos y separados toda la vida!

BLASÓN

Soy el cantor de América autóctono y salvaje:

Page 67: Antologia de Poemas

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mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.Mi verso no se mece colgado de un ramajecon vaivén pausado de hamaca tropical...

Cuando me siento inca, le rindo vasallajeal Sol, que me da el cetro de su poder real;

cuando me siento hispano y evoco el coloniajeparecen mis estrofas trompetas de cristal.

Mi fantasía viene de un abolengo moro:los Andes son de plata, pero el león, de oro,

y las dos castas fundo con épico fragor.

La sangre es española e incaico es el latido;y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido

un blanco aventurero o un indio emperador.

QUIÉN SABE

Indio que asomas a la puertade esa tu rústica mansión:

¿Para mi sed no tienes agua?¿Para mi frío cobertor?

¿Parco maíz para mi hambre?

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¿Para mi sueño, mal rincón?¿Breve quietud para mi andanza?

-¡Quién sabe, señor!

Indio que labras con fatigatierras que de otro dueño son:¿Ignoras tú que deben tuyasser por tu sangre y tu sudor?

¿Ignoras tú que audaz codiciasiglos atrás te las quitó?

¿Ignoras tú que eres el amo?

-¡Quién sabe, señor!

Indio de frente taciturnay de pupilas de fulgor:

¿Qué pensamiento es el que escondesen tu enigmática expresión?

¿Qué es lo que buscas en tu vida?¿Qué es lo que imploras a tu dios?¿Qué es lo que sueña tu silencio?

-¡Quién sabe, señor!

¡Oh, raza antigua y misteriosa,de impenetrable corazón,

que sin gozar ves la alegríay sin sufrir ves el dolor:

eres augusta como el Ande,el Grande Océano y el Sol!

Ese tu gesto que parececomo de vil resignación,

es de una sabia indiferenciay de un orgullo sin rencor...

LA CRUZ DEL SUR

Cuando las carabelas voladorasal fin trazaron sobre el mar sus huellas, fueron rasgando por delante de ellasla inmensidad con sus tremantes proas.

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Entonces, Dios, en las nocturnas horas,tras el misterio de las tardes bellas,una cruz dibujó con cuatro estrellasen el lienzo en que pinta sus auroras.

Quedó la cruz como argentado brocheque en la punta de un velo resplandece,dejando ver radiantes simbolismos.

Y hoy, sobre el terciopelo de la noche,en la profunda obscuridad, parecela condecoración de los abismos...

LOS VOLCANES

Cada volcán levanta su figura,cual si de pronto, ante la faz del cielo,suspendiesen el ángulo de un vuelodos dedos invisibles de la altura.

La cresta es blanca y como blanca pura:la entraña hierve en inflamado anhelo; y sobre el horno aquel contrasta el hielo,cual sobre una pasi6n un alma dura.

Los volcanes son túmulos de piedra,pero a sus pies los valles que florecenfingen alfombras de irisada yedra;

y por eso, entre campos de colores,al destacarse en el azul, parecencestas volcadas derramando flores.

POEMASJUAN RAMON JIMENEZ

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LA ROSA AZUL

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía

Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;

Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella

y parece que el pobre corazón no está solo.Miro al jardín de la tarde, como ella,

y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.

Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-

y mis pisadas dejan resplandores.

IBA TOCANDO MI FLAUTA

Iba tocando mi flautaa lo largo de la orilla;

y la orilla era un reguerode amarillas margaritas.

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El campo cristaleabatras el temblor de la brisa;para escucharme mejor

el agua se detenía.

Notas van y notas vienen,la tarde fragante y lírica

iba, a compás de mi música,dorando sus fantasías,

y a mi alrededor volaba,en el agua y en la brisa,un enjambre doble demariposas amarillas.

La ladera era de miel,de oro encendido la viña,de oro vago el raso levedel jaral de flores níveas;

allá donde el claro arroyoda en el río, se entreabríaun ocaso de esplendores

sobre el agua vespertina...

Mi flauta con sol llorabaa lo largo de la orilla;

atrás quedaba un reguerode amarillas margaritas...

¡QUÉ TRISTEZA DE OLOR A JAZMÍN!

¡Qué tristeza de olor de jazmín! El veranotorna a encender las calles y a oscurecer las casas,y, en las noches, regueros descendidos de estrellas

pesan sobre los ojos cargados de nostalgia.

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En los balcones, a las altas horas, siguenblancas mujeres mudas, que parecen fantasmas;

el río manda, a veces, una cansada brisa,el ocaso, una música imposible y romántica.

La penumbra reluce de suspiros; el mundose viene, en un olvido mágico, a flor de alma;

y se cogen libélulas con las manos caídas,y, entre constelaciones, la alta luna se estanca.

¡Qué tristeza de olor de jazmín! Los pianosestán abiertos; hay en todas partes miradas

calientes... Por el fondo de cada sombra azul,se esfuma una visión apasionada y lánguida.

ESTOY TRISTE, Y MIS OJOS NO LLORAN

Estoy triste, y mis ojos no llorany no quiero los besos de nadie;

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mi mirada serena se pierdeen el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amoressi está oscura y lluviosa la tardey no vienen suspiros ni aromas

en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;está solo el inmenso paisaje;

ya se han ido los lentos rebaños;flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,una estrena brilló en los cristales;

estoy triste, mis ojos no lloran,¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia: es la horade los niños dormidos; mi madre

me mecía en su tibio regazo,al amor de sus ojos radiantes;

y al vibrar la amorosa campanade la ermita perdida en el valle,

se entreabrían mis ojos rendidosal misterio sin luz de la tarde...

Es la esquila; ha sonado. La esquilaha sonado en la paz de los aires;

sus cadencias dan llanto a estos ojosque no quieren los besos de nadie.

¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores,ya hay fragancias y cantos; si alguienha soñado en mis besos, que vengade su plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren... No vienen...¿Quién irá por el triste paisaje?Sólo suena en el largo silencio

la campana que tocan los ángeles.

TRASCIELO DEL CIELO AZUL

¡Qué miedo el azul del cielo!¡Negro!

¡Negro de día, en agosto!

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¡Qué miedo!¡Qué espanto en la siesta azul!

¡Negro!¡Negro en las rosas y el río!

¡Qué miedo!¡Negro, de día, en mí tierra

-¡negro!-sobre las paredes blancas!

¡ Qué miedo!

POEMASJOAQUIN COSTA MARTINEZ

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Obras editadas de Joaquín Costa

Derecho consuetudinario y economía popular de España. Zaragoza: Editorial Guara, 1981.

La libertad civil y el Congreso de Jurisconsultos Aragoneses. Zaragoza: Editorial Guara, 1981.

La vida del derecho: ensayo sobre el derecho consuetudinario. Zaragoza: Editorial Guara, 1982.

Teoría del hecho jurídico individual y social. Zaragoza: Editorial Guara, 1984. Reforma de la fe publica. Zaragoza: Editorial Guara, 1984. Maestro, escuela y patria: (notas pedagógicas). Madrid: Biblioteca Costa, 1916. Porvenir de la raza española Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España: Urgencia y

modo de cambiarla. Madrid: Establecimiento Tipográfico de Fortanet, 1901. Tutela de pueblos en la Historia. Madrid: Biblioteca Costa, [s. a.]. Historia, política social: patria. Madrid: Aguilar, 1961. Oligarquía y caciquismo. Colectivismo agrario y otros escritos. Madrid: Alianza, 1967. La fórmula de la agricultura española. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1912. La tierra y la cuestión social. Madrid: Biblioteca Costa, 1912. Colectivismo agrario en España. Zaragoza: Editorial Guara, 1983. Política hidráulica (misión social de los riegos en España). Madrid: Biblioteca J. Costa,

1911. El arbolado y la patria. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1912. Reorganización del notariado, del Registro de la Propiedad y de la Administración de

Justicia. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1917.

POEMASANTONIO MACHADO

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ORILLAS DEL DUERO

Se ha asomado una cígüeña a lo alto del campanario.Girando en torno a la torre y al caseròn solitarío;

ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.

Es una tibia mañana.El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.

Pasados los verdes pinos,casi azules, primavera

se ve brotar en los finoschopos de la carretera

y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.El campo parece, más que joven, adolescente.

Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido,azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,

y mística primavera!

¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,espuma de la montaña

ante la azul lejanía;sol del día, claro día!

¡Hermosa tierra de España!

YO VOY SOÑANDO CAMINOS

Yo voy soñando caminosde la tarde. ¡Las colinas

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doradas, los verdes pinos,las polvorientas encinas! ...

¿Adònde el camino irá?Yo voy cantando, viajeroa lo largo del sendero...

—La tarde cayendo está—.«En el corazòn tenía

la espina de una pasiòn;logré arrancármela un día,ya no siento el corazòn.»

Y todo el campo un momentose queda, mudo y sombrío,meditando. Suena el viento

en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;y el camino que serpeay débilmente blanquea

se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:«Aguda espina dorada,quién te pudiera sentir

en el corazòn clavada.»

AMADA, EL AURA DICE

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Amada, el aura dicetu pura veste blanca... No te verán mis ojos;

¡mi corazòn te aguarda!

El aura me ha traídotu nombre en la mañana;

el eco de tus pasosrepite la montaña...

No te verán mis ojos;¡mi corazòn te aguarda!

En las sombrías torresrepican las campanas...

No te verán mis ojos;¡mi corazòn te aguarda!

Los golpes del martillodicen la negra caja;y el sitio de la fosa,

los golpes de la azada...No te verán mis ojos;

¡mi corazòn te aguarda!

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PRELUDIO

Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quieroponer un dulce salmo sobre mi viejo atril.

Acordaré las notas del òrgano severoal suspirar fragante del pífano de abril.

Madurarán su aroma las pomas otoñales;la mirra y el incienso salmodiarán su olor;exhalarán su fresco perfume los rosales,

bajo la paz en sombra del tibio huerto en flor.

Al grave acorde lento de música y aroma,la sola y vieja y noble razòn de mi rezar

levantará su vuelo süave de paloma,y la palabra blanca se elevará al altar.

CRECE EN LA PLAZA EN SOMBRA

Crece en la plaza en sombrael musgo, y en la piedra vieja y santa

de la iglesia. En el atrio hay un mendigo...Más vieja que la iglesia tiene el alma.

Sube muy lento, en las mañanas frías,por la marmòrea grada,

hasta un rincòn de piedra... Allí aparecesu mano seca entre la rota capa.

Con las òrbitas huecas de sus ojosha visto còmo pasan

las blancas sombras en los claros días,las blancas sombras de las horas santas.

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POEMASRICARDO MACIAS PICAVEA

Escribió ‘El problema nacional. Hechos, causas, remedios’ (1899),

donde critica el caciquismo político de la época y la democracia falsa

impuesta por Cánovas del Castillo en la I República. En este libro

también hace un análisis del sistema educativo, rechazando el modelo

sostenido por la memorización y la falta de prácticas experimentales.

También fue autor de ‘Apuntes y estudios sobre la instrucción pública y

sus reformas (1882), ‘Geografía elemental. Compendio didáctico y

racionado’ (1895), ‘La muerte de Cervantes’, ‘La memoria del choque’ y

‘El derecho a la fuerza’.

Es también autor de un libro de poemas, ‘Kosmos’, varios ensayos y dos

novelas: ‘El derecho de la fuerza’ y ‘Tierra de campos’ (1888). Esta

última se ambienta en la crisis agraria de los años ochenta, donde el

protagonista regresa a su tierra para iniciar la aventura de explotar el

campo de forma moderna y científica.

Escribió numerosos artículos políticos en el periódico republicano ‘La

Libertad’ que llegó a dirigir, y que se recogen en la obra ‘Artículos de

La Libertad’, libro de Fernando Hermida de Blas que con la

colaboración de la Junta de Castilla y León se editó en 1998.

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POEMASANGEL GANIVET

Aun, si me fueras fiel...

Aun, si me fueras fiel,me quedas tú en el mundo, sombra amada.

Muere el amor, mas queda su perfume.Voló el amor mentido,

más tú me lo recuerdas sin cesar...La veo día y noche.

En mi espíritu alumbrael encanto inefable

de su mirada de secretos llena.Arde en mis secos labios

el beso de unos labios que me inflaman,que me toca invisible,

y cerca de mi cuerpo hay otro cuerpo.mis manos, amoroso,extiendo para asirla

y matarla de amor entre mis brazos,y el cuerpo veloz huye,

¡Y sólo te hallo a ti, mujer de aire!

Page 82: Antologia de Poemas

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Vivir

Lleva el placer al dolory el dolor lleva al placer;

¡vivir no es más que correreternamente alrededorde la esfinge del amor!

Esfinge de forma raraque no deja ver la cara...;

mas yo la he visto en secreto,y es la esfinge un esqueletoy el amor en muerte para.

Page 83: Antologia de Poemas

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Sus obras completas fueron publicadas en 1943.Del resto de su producción, buena parte editada póstumamente, cabe destacar:

Cartas finlandesas (1896)

El escultor de su alma (1898 )

España filosófica contemporánea (1889)

Granada la bella (1896)

Hombres del norte (1898)

Idearum español (1898)

La conquista del reino Maya por el último conquistador Pío Cid (1896)

Los trabajos del infatigable creador Pío Cid (1898)

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Porvenir de España (1898)

POEMASSALVADOR RUEDA

La lámpara de la poesía

Desde la frente, que es lámpara lírica, desborda su acentocomo un aceite de aroma y de gracia la ardiente poesía,

y a los ensalmos exhala cantando su fresca armonía,vase llenando de luz inefable la esponja del viento.

Rozan los versos como alas ungidas de lírico ungüentosobre las frentes, que se abren cual rosas de blanca alegría;

y un abanico de ritmos celestes el aire deslía,cual si moviera sus plumas de magia de Dios el aliento.

Vierte en el aire la lámpara noble sus sones divinos,que goteantes de sílabas puras derraman sus trinos

desde el tazón del cerebro de lumbre que canta sonoro.

Y revolando las almas acuden de sed abrasadascomo palomas que beben rocío y ondulan bañadas

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en el temblor de la fuente sube del verso de oro.

La copla

Tiene la mariposa cuatro alas;tú tienes cuatro versos voladores;ella, al girar, resbala por las flores;tú por los labios, al girar, resbalas.

Como luces su túnica, tú exhalasde tu forma divinos resplandores,y fingen ocho vuelos tembladores

tus cuatro remos y sus cuatro palas.

Ya te enredas del alma en una queja,ya en la azul campanilla de una reja,ya de un mantón en el airoso fleco.

En el pueblo, andaluz, copla, has nacido,y tienes --¡ave musical!-- tu nido

de la guitarra en el sonoro hueco.

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El ave del paraíso

Ved el ave inmortal, es su figura;la antigüedad un silfo la creía,y la vio su extasiada fantasía

cual hada, genio, flor o llama pura.

Su plumaje es la luz hecha locura,un brillante hervidero de alegría

donde tiembla 1a ardiente sinfoníade cuantos tonos casa la hermosura.

Su cola real, colgando en catarata;y dirigida al sol, haz que desata

vivo penacho de arcos cimbradores.

Curvas suelta la cola sorprende,y al aire lanza cual tazón de fuenteun surtidor de palmas de colores.

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La cigarra

Silencio; es la cigarra, la doctora,la que enseñó a Virgilio la poesía

y dio a las viñas griegas su armoníacual bordón inmortal de luz cantora.

Aun pasa con su lira triunfadoraardiendo en entusiasmo y energía;encerrado en sus élitros va el día,escuchad su canción abrasadora.

Ser en la roja siesta enardecido,es un ascua del sol hecha alarido

que a su propio calor fundirse quiere.

Quema al cantar su real naturaleza,canta por el amor a la belleza,

canta a las almas, y cantando muere.

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Hora de fuego

Quietud, pereza, languidez, sosiego...;un sol desencajado el suelo dora,y a su valiente luz deslumbradoraqueda el que a fascinado y ciego.

El mar latino, y andaluz, y griego,suspira dejos de cadencia mora,y la jarra gentil que perlas llora

se columpia en la siesta de oro y fuego.

Al rojo blanco la ciudad llamea;ni una brisa los árboles cimbrea,arrancándoles lentas melodías.

Y sobre el tono de ascuas del ambiente,frescas cubren su carmín rïente

en sus rasgadas bocas las sandías.

POEMASPIO BARAJA

Prólogo un poco fantástico

Locura, humor, fantasía,ideas crepusculares,

versos tristes y vulgares,eterna melancolía,

angustias de hipocondria,soledad de la vejez,

alardes de insensatez,arlequinada, zozobra,

rapsodias en donde sobray falta mucho a la vez.

Viviendo en tiempo brutal,sin gracia y sin esplendor,

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no supe darles mejorcontextura espiritual.Es un pobre Carnaval

de traza un tanto harapienta,que se alegra y se impacienta

con murmurar y gruñir,con el llorar y reír

de su musa turbulenta.Y como no hay más recursoque escuchar a esta barroca

furia, que siga su cursoy que lance su discursola amargura de su boca.

CANCIÓN DE LOS ARTRÍTICOS

Somos la flor y natade los artríticos,

somos la quinta esenciade los nefríticos;

tenemos casi siemprehipertensión

y una vaga hipertrofiadel corazón.

Nuestra elegancia es cosabien manifiesta,

nuestra presencia nuncaes muy molesta.

Somos unos Petroniosde alta tensión,

más fervientes del platoque de Platón.

No pueden compararsecon los artríticos

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los gafos ulcerososo sifilíticos.

Somos productos natosde selección,

que marchan por la vidacon distinción.

Nos lleva suavementenuestro organismo

a la gota, a la artritisy al reumatismo,

y nos mete, por último,de un empujón,

en el coma, que es signode conclusión.

Somos la flor y natade los artríticos,

somos la quinta esenciade los nefríticos;

tenemos casi siemprehipertensión

y una vaga hipertrofiadel corazón.

¡Medium!

Soy un hombre intranquilo, nervioso, muy nervioso; pero no estoy loco, como dicen los médicos que me han reconocido. He analizado todo, he profundizado todo, y vivo

intranquilo.

¿Por qué? No lo he sabido todavía.

Desde hace tiempo duermo mucho, con un sueño sin ensueño; al menos, cuando me despierto, no recuerdo si he soñado; pero debo soñar; no comprendo por qué se me

figura que debo soñar.

A no ser que esté soñando ahora cuando hablo; pero duermo mucho;

una prueba clara de que no estoy loco.

La médula mía está vibrando siempre, y los ojos de mi espíritu no hacen más que contemplar una cosa desconocida, una cosa gris que se agita con ritmo al compás de las

pulsaciones de las arterias en mi cerebro.

Pero mi cerebro no piensa, y, sin embargo, está en tensión;

Page 91: Antologia de Poemas

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podría pensar, pero no piensa… ¡Ah! ¿Os sonreís, dudáis de mi palabra? Pues bien, sí. Lo habéis adivinado. Hay un espíritu que vibra dentro de mi alma.

JUVENTUD

"Adiós juventud perdida, adiós campos de la Alcarria, de AMORES y de ilusiones 

solo quedo la chatarra!" 

"Te tengo madre, te tengo en un lugar de mi alma, 

rodeada de olivares, y de palomas que pasan" 

"Ermita bonita de Santa Lucia he de darte aceite para todo el día si alumbra tu luz nuestra lejanía".

Page 92: Antologia de Poemas

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CAFÉ CANTANTE

El guitarrista aparececircunspecto en el tablado,y se sienta en una sillacon poco desembarazo;el cantador, cerca de él,va a colocarse en un banco,y con una vara cortaque lleva a la diestra manoa su manera, sin duda,va los compases marcando.El guitarrista es cetrino,moreno, peludo y flaco.El cantador es un gordocon cierto aire de gitano.Comienzan las florituras,los arpegios complicados,en la guitarra, y de pronto,empieza el gordo su canto.

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Se eleva una queja extrañaen el aire, como un pájaro,y cae después como caeun ave con un balazo;vuelve a subir nuevamente,otra vez, por lo más alto,y tan pronto es una quejade teológico arrebato,que llega casi a tenerla emoción de algo sagrado,como parece una bromao un comentario muy zafio.Bailan después seguidillas,sevillanas y fandangosunas mujeres morenascon grandes ojos pintadosy batas con faralaesque les llega a los zapatos.Alguna estrella del artese menea como un diablo,y danza con tanta fuerzaun bailoteo tan bárbaro,con un estrépito tal,que tiembla todo el estrado.

POEMASRAMIRO DE MAEZTU

Plaza Del Mundo

Tantas veces canté tu profundoVacío de teatro,

Que hace del hombre gárgola indefensaEn la turbia plenitud de las auroras

Pero no dije dónde.Fui estancado río y llegué junto a ti;Fui feliz en las estaciones de la flor

Y buscaba tus noches.Sabedor me sé de cierta inclinación

Que tengo hacia los largos ecos;Ya cualquier campana recuerda la medida

De alguna berenguela que no hizoEl póstumo poema.

Ahora que ya tienes la longitud

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De un sueñoY podemos, a tientas, proseguir

Viejos andares que van a morir al día,Cómo voy a evocarte por vez primera!

Donde quise encuentrosMe espera un abrazo nunca dado.

Tierra

Diles que te quería,Lo sabía el cerezo que da flor en abril

Y el torsión que llega a nuestras playasCon su leyenda efímera de rumbos.Pero núnca comprendí ese rencor

Que oprime el corazón de tus gentes;Que ofrece hiel cuando se pide agua,Ácido pan cuando una voz se pide.

Díles que te quería.Muchas veces en sueños

Paseo por esos lugares donde creció un díaLa inmemorial nostalgia de los inviernos

Como crecen los niños con la caída de los meses.Lentamente me di al mundo, inútilmente,

Con la propensión al desamparo que tenemos las personas

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A las costumbres del olvido. Pero dílesQue te quería, madre, que te quería.

Rito Menor

Incendiar los orígenes como se queman labiosY rechazar la máscara que el día nos prepara,

He ahí la forma secreta de pasar por otoñoSin perder la ebriedad de los culpados jardines.

Que nunca aquellos ojos a los que dimosEl reposo de las aves solitarias,La lejanía clara de los ponientes

Se claven en los espejos de la tarde.

Como fuegos perdidosQue buscasen al hombre,

Su cuerpo sin lluvias atravesando abrilViven en los libros rotos de las fronteras.

Quién destejió banderas en el hastíoDe las playas siendo agosto

Y contempló el mar sin escuchar el cantoDel marino apresado por las lunas del sur,

Maldito sea!,

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Y en la hora futura de las amapolas,En el alto mástil de las noches en nuestros corazones,

Sea maldito,Y toda esa estación a la que pueda darse,

Y todos sus puertos.

Promesa

Quizá fuesen mejoresNuestros corazones cuando eran frágilesY algún golpe de mar, o la noche de julio

Pudieran abrirles las calladas heridasQue ahora, y para siempre, llamaremos nostalgias.

Quizá fuesen mejores cuando eranCual regatos ligeros o lluviosas tardes

Que mojaban la infancia y partíanUn dominio común; un valle abierto,

Inmensos arenales, aquel balcónDetenido en la presencia de pulidos geranios.

No eligieron barcos para partir lejos;Ni la brisa liviana de un verano

Para que los apagase, con su fuego insumiso.Semejantes a los hombres, desearonA los árboles antiguos de esta tierra.

PENSAMIENTOS

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1.- Me ha ocurrido que cuando la alabanza inglesa absorbía mi personalidad, alejándome de los vínculos espirituales que me ligan a la patria, he abandonado Londres más que de prisa, para ir a España ¡No, no!; antes que nada, ¡soy español!.

2.- La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen.

3.- Quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que su mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles.

4.- La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan.

5.- Decir que los hombres son iguales es tan absurdo como proclamar que lo son las hojas de un árbol.

6.- No tiene sentido decir que los hombres son iguales ante la ley, cuando es la ley mantenedora de su desigualdad.