Antologia de cuentos

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ANTOLOGIA DE CUENTOS Cuentos y poemas 7 DE DICIEMBRE DE 2014 Jaime Moctezuma Pérez solis

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Page 1: Antologia de cuentos

ANTOLOGIA DE CUENTOS Cuentos y poemas

7 DE DICIEMBRE DE 2014 Jaime Moctezuma Pérez solis

Page 2: Antologia de cuentos

Dedicatoria Este trabajo es

dedicado a mi

esfuerzo y a mi padre

por que sin él no

pudiera lograrlo ni

llevado acabo y

gracias por su

atención espero que

lo disfruten.

Page 3: Antologia de cuentos

Indicé Las gotas saladas……..

City tour……..

Diario de una canción….

El lepidopmac……….

A roque……….

Continúa el mismo asunto…….

¿De qué se ríe?............

Redondillas…………..

Ahora todo está claro………….

Agua, vida y tierra………….

A mis obligaciones…………..

Árbol de mi alma………..

Dos cuerpos………..

Abrazo…………

Que cruel es mi tormento………..

Page 4: Antologia de cuentos

Prologo Obras de grandes poetas cuentos y

de grandes escritores muy conocidos

actualmente obras de enseñanza

amistad poemas de amor para

aprender lo que no sabemos, esta

antología es hecha base a ustedes

para que lean mucho y aprendan de

lo que leen.

Page 5: Antologia de cuentos

Las gotas saladas

La biblioteca del Vaticano atesora sorprendentes sucesos históricos vinculados a trastornos

médicos que hoy, en su mayoría, la ciencia ha llegado a conocer y comprender, desmitificando

así su interpretación sobrenatural. Ese era, por ejemplo, el caso de la epilepsia, atribuida hasta

hace no mucho a una posesión diabólica. Sin embargo, hay otros fenómenos que no se han

vuelto a presentar, convirtiéndose en una incógnita para unos y conservando su misterio

religioso para otros. De los que he podido documentarme, gracias a mi amistad con un

entrañable jesuita, el hecho que más me ha cautivado es el de una mujer cuyo aroma natural

hacía llorar a la gente a su alrededor.

El día del parto, la matrona pellizcó a la criatura para que llorase y lo consiguió, por lo menos

en cuanto al sonido, porque lágrimas no derramó ni una. En cambio, quienes presenciaron su

nacimiento no dejaron de echarlas. Al desconocer el motivo real, atribuyeron su estado a una

profunda emoción por la nueva vida, así que dieron rienda suelta a todos los gestos y gemidos

que suelen acompañar a esas gotas saladas.

Los visitantes y la matrona pudieron recuperase al poco rato de abandonar la cabaña, pero la

madre y el padre estuvieron a punto de fallecer esa misma noche por deshidratación. A la

mañana siguiente, hicieron pruebas saliendo y entrando de la casa, repetidas veces,

descubriendo que su hija era la causante de su incomprensible lagrimeo. Si alguien del pueblo

se enteraba de aquello, la acusarían de endemoniada y la condenarían a muerte. También ellos

correrían la misma suerte por haberla engendrado. Decidieron ocultarla del mundo hasta

saber qué hacer. Pero tenían la obligación de bautizarla para no despertar sospechas y, de

paso, ver si con eso se aliviaba. El sacramento tuvo lugar en su casa y sólo acudió el cura.

Habían dicho a los vecinos y amigos que la niña padecía fiebres extrañas y posiblemente

contagiosas. Como era de esperar, el sacerdote Dariis lloró. Lo imprevisto fue que se lo tomase

tan bien. Puesto que en ningún instante sintió tristeza, pensó que la ceremonia estaba siendo

bendecida con un halo de alegría espiritual. Lamentablemente para él, debía atender otros

compromisos y tuvo que retirase de inmediato, sin darle tiempo a sospechar. A raíz de lo

ocurrido, la criatura adquirió el nombre de Beatrice, que significa ‘quien da felicidad’.

Los padres hicieron de todo para remediar la situación. La bañaron con cuantas flores

conocían, rezaron hasta la última oración que habían aprendido, se inventaron más,

compraron amuletos, le dieron medicinas, recurrieron a pócimas e incluso, yendo contra sí

mismos, intentaron provocarle el llanto como la última esperanza de que con ello se resolvería

el problema. Beatrice no soltó ni una lágrima, únicamente quedó afónica. Los padres,

destrozados por el remordimiento y la impotencia, optaron por confiar en el sacerdote. Al

menos él no era un bruto ignorante.

Efectivamente, Dariis era listo. Para empezar, propuso una solución temporal para cuando

necesitasen sacar a la pequeña de casa. Aconsejó envolverla completamente, dejando sólo un

diminuto orificio a la altura de la nariz que le permitiese respirar. Bastaría con decir que le

había caído agua hirviendo encima y que no querían que nadie viese su deformidad. Dariis les

prometió encontrar un remedio definitivo. Mientras tanto, les pidió un favor en beneficio de

los pobres del pueblo de Arezca. En las celebraciones de la misa, tenían que colocarse en el

centro de la nave y, al iniciar el sermón, debían descubrir sigilosamente a la pequeña. Así se

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hizo. La fe del pueblo se elevó y con ella las limosnas. No obstante, Dariis no comió ni más ni

mejor. Él era uno de esos curas que creían en la bondad de la iglesia. Por consiguiente,

redistribuyó los ingresos. También es cierto que era consciente de su pecado.

En medio de uno de los sermones, un feligrés se percató de lo que hacía la madre y, al ver el

rostro de Beatrice, gritó ¡milagro, milagro, la niña ha sanado!, y todos lloraron mucho más de

lo habitual. A partir de ahí, la pequeña caminó descubierta y fue sólo cuestión de tiempo que

la gente notase que ella era la causante de sus lágrimas. Sin embargo, no pensaron que fuese

un acto del mal, sino de Dios, porque en lugar de dolerles, les hacía más sensibles, más

buenos. Y Dariis volvió a sacarle el lado positivo a la situación. Se confesó ante todas las

personas del pueblo y, seguidamente, las convenció para que fueran sus cómplices.

En pocos días, esparcieron por los pueblos aledaños el falso rumor de que en Arezca habían

encontrado los restos de un hombre santo y que durante las misas su presencia era tal, que

todo el que asistía lloraba de alegría. Cada semana, el número de peregrinos crecía

notablemente, dejando generosas ofrendas. Durante las ceremonias, la gente del pueblo se

colocaba alrededor de la niña, para que la madre nunca fuese vista al destaparla y al cubrirla

nuevamente. Con los años, la propia Beatrice se encargó del ritual. Una vez lejos de las

inmediaciones de la iglesia y de los extranjeros, aligeraba sus vestimentas y paseaba como

cualquiera de sus amigas. Los arguescianos se acostumbraron a vivir entre lágrimas en medio

de risas, de discusiones, de pedidas de mano, de negociaciones, de juegos, de brindis, de la

vida cotidiana.

El sacerdote Dariis fue ascendido a obispo por las ingentes cantidades que conseguía

recolectar. Lo único que pidió fue no ser destituido de la parroquia de Arezca. Por azares del

destino, sobrevivió a la muerte de la señora Beatrice. Ya cansado, sin nada que perder por la

edad y su débil salud, se atrevió a documentar la vida de su benefactora, confesando el gran

engaño que había encabezado. Por supuesto, el documento no salió a la luz.

Curiosamente —podría considerarse más bien un detalle lógico, aunque no por eso menos

llamativo— en el funeral de Beatrice, ninguno de los presentes lloró. La querían, sí, pero

contuvieron sus lágrimas en señal de duelo.

Rafael Valcárcel

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City tour En agosto de 2007, una turista inglesa corroboró que el

guía se inventaba el pasado de los monumentos y el de

sus constructores. Lo desenmascaró abiertamente, bajo

el amparo de un libro acreditado y el asombro de quienes

compartían el tour. Esa misma tarde sustituyeron al guía,

y el trayecto por El Cairo recobró los convencionalismos

habituales.

Durante la cena, conversando, les quedó claro: los datos

seguirían en las bibliotecas, la sorpresa la habían dejado

marchar. Exigieron a la compañía de viajes que

recontratase a Mohamed Amaren.

Al volver a Inglaterra, como es de costumbre, hablaron de

sus vacaciones. Entre ruinas y jeroglíficos, imperó el guía

que sólo ellos tuvieron.

Mohamed, de estudios mínimos debido a su recortada

infancia, conoce poco la historia escrita, pero siempre

tuvo oídos, intuición e imaginación. A raíz de haber sido

desenmascarado, a sus 61 años, se ha aventurado a

trabajar por cuenta propia. Su lema: “Egipto se vive con

cuentos”.

Rafael Valcárcel

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Diario de una canción Esta mañana arrojé el diario contra la pared. No estoy segura de por qué lo hice. Antes

pensaba que los periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora sé que lo único que les

atrae es la violencia, que la muerte sin ella no interesa, por más que sea colectiva y te deje

sola, que es la tragedia más grande que hay”. Así comenzaba el diario personal de Eriel, el que

durante una década estuvo a la venta en una feria callejera de objetos usados, el que nadie

compró al ojear sus primeras páginas y el que hace dos semanas fue adquirido por el Reina

Sofía al conocer el contenido de todas las demás.

Cabe puntualizar que las notas no eran registradas con fechas, pero dicho documento

adquiere la categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque Eriel, cada vez que escribía,

señalaba si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo una historia lineal en una secuencia

circular de días de la semana. Sin embargo, por los datos registrados y las averiguaciones

realizadas por la actual institución propietaria, se estima que las vivencias descritas

transcurrieron entre 1974 y 1979.

Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue socorrida por un

débil recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres le aplacaban sus ganas de ser mayor,

cantándole:

“Si de verdad quieres crecer y no envejecer

Nunca vayas deprisa ni tampoco lento

El secreto es ir a la inversa del tiempo

Pero nunca deprisa ni tampoco lento

Sólo hay que ir a la velocidad del tiempo

Para así comenzar a crecer y no envejecer

El que acelera el paso descubre la nostalgia

El que se queda en el momento se queda

Más el que decide crecer conservando al niño

Avanza hacia atrás recuperando su inicio

Y los recuerdos que traspasan el ombligo (bis)…”.

Cuando era niña no le prestaba mucha atención a la letra, sólo se dejaba llevar por la melodía

que la hacía sentir arropada por un hogar. Recordaba algo más que la voz cálida de sus padres,

recordaba cada uno de los instrumentos que armonizaban la letra; y, envuelta en esas

sensaciones, comenzó a sentirse bien, verdaderamente bien. Era como si el recuerdo pasara a

ser un presente que la introducía en un espacio donde la tristeza y la rabia estaban prohibidas.

Rafael Valcárcel

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El lepidopmac Cientos de parejas aguardan su turno. Da gusto verlas

porque no son comunes. Es evidente que se aman. Y no

porque vayan de la mano o se miren con ternura, sino

porque sería absurdo estar de pie tantas horas si no

portasen las pruebas que lo acreditan. El letrero, donde

inicia la fila, anuncia: “Pagamos 20 gramos de oro por

mariposa”.

Se sabe que el método es indoloro y que cada estómago

enamorado alberga entre 10 y 15 especímenes. Además,

el intervenido puede generar nuevas mariposas al cabo

de una semana. Sin embargo, existe un inconveniente.

Con frecuencia, sólo uno de la pareja las porta,

demostrándose que no es correspondido. El drama es

inevitable. cuentos

Los detractores del doctor Lorca, inventor del

Lepidopmac (aparato para cazarlas), lo tildan de “anti-

romántico”. Unos, por ponerle precio a los sentimientos

más nobles. Otros, por llevar al abismo a tantas parejas

correctamente constituidas. Ni los oye. No hay tiempo. Su

amada aguarda la sentencia. Cuando el número de

mariposas iguale al de personas, Lorca las soltará. Confía

en que nadie querrá sostener un fusil.

Rafael R. Valcárcel

Page 10: Antologia de cuentos

A roque Llegaste temprano al buen humor

Al amor cantado

Al amor decantado

Llegaste temprano

Al ron fraterno

A las revoluciones

Cada vez que te arrancaban del mundo

No había calabozo que te viniera bien

Asomabas el alma por entre los barrotes

y no bien los barrotes se aflojaban turbados

Aprovechabas para librar el cuerpo

Usabas la metáfora ganzúa

Para abrir los cerrojos y los odios

Con la urgencia inconsolable de quien quiere

Regresar al asombro de los libres

Le tenías ojeriza a lo prohibido

A las desgarraduras para ínfula y orquesta

Al dedo admonitorio de algún colega exento

Algún apócrifo buen samaritano

Que desde Europa te quería enseñar

A ser un buen latinoamericano

Le tenías ojeriza a la pureza

porque sabías cómo somos de impuros

Cómo mezclamos sueños y vigilia

Cómo nos pesan la razón y el riesgo

Page 11: Antologia de cuentos

por suerte eras impuro

evadido de cárceles y cepos

no de responsabilidades y otros goces

impuro como un poeta

que eso eras

además de tantas otras cosas

ahora recorro tramo a tramo

nuestros muchos acuerdos

y también nuestros pocos desacuerdos

y siento que nos quedan diálogos inconclusos

recícrocas preguntas nunca dichas

malentendidos y bienentendidos

que no podremos barajar de nuevo

Pero todo vuelve a adquirir su sentido

Si recuerdo tus ojos de muchacho

Que era casi un abrazo casi un dogma

El hecho es que llegaste

Temprano al buen humor

Al amor cantando

Al amor decantado

Al ron fraterno

A las revoluciones

Pero sobre todo llegaste temprano

demasiado temprano

A una muerte que no era la tuya

Y que a esta altura no sabrá que hacer

Con Tanta Vida. Mario benedetti

Page 12: Antologia de cuentos

Continúa el mismo asunto Feliciano me adora y le aborrezco;

Lizardo me aborrece y yo le adoro;

Por quien no me apetece ingrato, lloro,

Y al que me llora tierno, no apetezco:

A quien más me desdora, el alma ofrezco;

A quien me ofrece víctimas, desdoro;

Desprecio al que enriquece mi decoro

y al que le hace desprecios enriquezco;

Si con mi ofensa al uno reconvengo,

Me reconviene el otro a mí ofendido

Y al padecer de todos modos vengo;

Pues ambos atormentan mi sentido;

Aquisté con pedir lo que no tengo

y aquél con no tener lo que le pido.

Sor juan aines de la cruz

Page 13: Antologia de cuentos

De que se ríe (Seré curioso)

En una exacta Foto del diario Señor ministro Del imposible

Vi en pleno gozo

Y en plena euforia Y en plena risa

Su rostro simple

Seré curioso Señor ministro De qué se ríe De qué se ríe

De su ventana Se ve la playa

Pero se ignoran Los cantorales

Tienen sus hijos Ojos de mando

Pero otros tienen Mirada triste

Aquí en la calle Suceden cosas Que ni siquiera Pueden decirse

Los estudiantes

Y los obreros Ponen los puntos

Sobre las íes

Por eso digo Señor ministro De qué se ríe De qué se ríe

Esté conoce

Mejor que nadie La ley amarga

De estos países

Ustedes duros Con nuestra gente

Page 14: Antologia de cuentos

Por qué con otros Son tan serviles

Cómo traicionan

El patrimonio Mientras el gringo Nos cobra el triple

Cómo traicionan Esté y los otros Los adulones Y los seniles

Por eso digo

Señor ministro De qué se ríe De qué se ríe

Aquí en la calle

Sus guardias matan Y los que mueren

Son gente humilde

Y los que quedan

Llorando de rabia Seguro piensan En el desquite

Allá en la celda

Sus hombres hacen Sufrir al hombre

Y eso no sirve

Después de todo Este es el palo

Mayor de un barco Que

Se va a pique

Seré curioso Señor ministro De qué se ríe De qué se ríe.

De que se ríe

Mario benedetti

Page 15: Antologia de cuentos

Redondillas Hombres necios que acusáis

A la mujer sin razón,

Sin ver que sois la ocasión

De lo mismo que culpáis:

Si con ansia sin igual

Solicitáis su desdén,

¿Por qué queréis que obren bien

Si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia

Y luego, con gravedad,

Decís que fue liviandad

Lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo

De vuestro parecer loco

El niño que pone el coco

Y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,

Hallar a la que buscáis,

Para pretendida, Thais,

Y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro

Que el que, falto de consejo,

Él mismo empaña el espejo,

Y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén

Tenéis condición igual,

Page 16: Antologia de cuentos

Quejándoos, si os tratan mal,

burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis

Que, con desigual nivel,

A una culpáis por cruel

Y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada

La que vuestro amor pretende,

Si la que es ingrata, ofende,

Y la que es fácil, enfada?

Más, entre el enfado y pena

Que vuestro gusto refiere,

Bien haya la que no os quiere

Y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas

A sus libertades alas,

Y después de hacerlas malas

Las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido

En una pasión errada:

La que cae de rogada,

O el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,

Aunque cualquiera mal haga:

La que peca por la paga,

O el que paga por pecar? Sor juan Inés de la cruz

Page 17: Antologia de cuentos

Ahora todo está claro

Cuando el presidente, cualquier presidente

Se preocupa tanto

Por los derechos humanos

Parece evidente que en ese caso

Derecho no significa facultad

O atributo

O libre albedrío

Sino diestro

O anti zurdo

O flanco opuesto al corazón

Lado derecho en fin

En consecuencia

¿No sería hora

De que iniciáramos

Una amplia campaña internacional

Por los izquierdos humanos?

Mario Benedetti

Page 18: Antologia de cuentos

Agua, vida y tierra Yo fui estallido fuerte de la selva y el río,

y voz entre dos ecos, me levanté en las cuestas.

De un lado me estiraban las manos de las aguas,

Y del otro, prendían me sus raíces las sierras.

Cuando mi río subía su caricia silvestre

En aventuras locas con el rocío y la niebla,

Con el mismo amor loco que impulsaba mi sueño,

Lejos de sorprenderlo, me hospedaba en las sierras.

Pero si alguna sombra le bajaba a los ojos,

Me repetía en sus aguas hasta dar en la arena,

Y era mi grito nuevo como un tajo en el monte

Que anegaba las calles y golpeaba las puertas.

A veces la montaña se me vestía de flores

e iniciaba en mi talle curvas de primavera.

Quién sabe en qué mañana se apretaron mis años

Sobre senos y muslos y caderas de piedra!

Se treparon mis ojos al rostro de los árboles

Y fueron mariposas sus vivas compañeras:

Así es como en los prados voy buscando las flores,

Y alas pido en las almas que a mi vida se acercan.

Mis dedos arañaron la fuerza de los riscos,

Y juraron ser índices de mis futuras vueltas;

Por eso entre los cuerpos doblados de los hombres,

Page 19: Antologia de cuentos

Como puntales puros de orientación se elevan.

Yo fui estallido fuerte de la sierra y el río,

Y crecí amando el río e imitando la sierra...

Una mañana el aire me sorprendió en el llano:

Ya mi raíz salvaje se soltaba las riendas!

Pálidas ceremonias saludaron mi vida,

Y una fila de voces reclamó la prenda...

Mis labios continuaron el rumor de las fuentes

Donde entrañé mis años y abastecí las venas.

De ahí mi voz de ahora, blanca sobre el lenguaje,

Se tiende por el mundo como la dio la tierra!

Julia de burgos

Page 20: Antologia de cuentos

A mis obligaciones Cumpliendo con mí oficio

Piedra con piedra, pluma a pluma,

Pasa el invierno y deja

Sitios abandonados,

Habitaciones muertas:

Yo trabajo y trabajo,

Debo substituir

Tantos olvidos,

Llenar de pan las tinieblas,

Fundar otra vez la esperanza.

No es para mí sino el polvo,

La lluvia cruel de la estación,

No me reservo nada

Sino todo el espacio

Y allí trabajar, trabajar,

Manifestar la primavera.

A todos tengo que dar algo

Cada semana y cada día,

Un regalo de color azul,

Un pétalo frío del bosque,

Y ya de mañana estoy vivo

Mientras los otros se sumergen

En la pereza, en el amor,

Yo estoy limpiando mi campana,

Mi corazón, mis herramientas.

Tengo rocío para todos.

Pablo Neruda

Page 21: Antologia de cuentos

Árbol de mi alma Cumpliendo con mi oficio

Piedra con piedra, pluma a pluma,

Pasa el invierno y deja

Sitios abandonados,

Habitaciones muertas:

Yo trabajo y trabajo,

Debo substituir

Tantos olvidos,

Llenar de pan las tinieblas,

Fundar otra vez la esperanza.

No es para mí sino el polvo,

La lluvia cruel de la estación,

No me reservo nada

Sino todo el espacio

Y allí trabajar, trabajar,

Manifestar la primavera.

A todos tengo que dar algo

Cada semana y cada día,

Un regalo de color azul,

Un pétalo frío del bosque,

Y ya de mañana estoy vivo

Mientras los otros se sumergen

En la pereza, en el amor.

José martí

Page 22: Antologia de cuentos

Dos cuerpos Dos cuerpos frente a frente

Son a veces dos olas

Y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente

Son a veces dos piedras

Y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente

Son a veces raíces

En la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente

Son a veces navajas

Y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente

Son dos astros que caen

En un cielo vacío.

Octavio paz

Page 23: Antologia de cuentos

Abrazo Un simple abrazo nos enternece el corazón;

Nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida.

Un abrazo es una forma de compartir alegrías

Así como también los momentos tristes que se nos presentan.

Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos

Que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro

Porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos.

El abrazo es algo grandioso.

Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos

Cuando no conseguimos la palabra justa.

Es maravilloso porque tan sólo un abrazo dado con mucho cariño,

Hace sentir bien a quien se lo damos, sin importar el lugar ni el idioma

Porque siempre es entendido.

Por estas razones y por muchas más...

Hoy te envío mi más cálido abrazo.

Pablo Neruda

Page 24: Antologia de cuentos

Epilogo Espero que les haya gustado las obras bueno la

antología gracias por su atención