Análisis Crítico sobre del Marco Legal de la Calida de la Educación
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UNIVERSIDAD FERMÍN TOROVICE-RECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE POSTGRADODOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
SEMINARIOCALIDAD EN EDUCACIÓN
“FUNDAMENTOS NORMATIVOS DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA Y SU RELACIÓN CON LA CALIDAD DE VIDA”
Autores:Antolínez, Nancy
Arroyo, BorisGonzález, DayneReyes, Vanezza
BARINAS, 2012
2
INDICE GENERAL
EL ASPECTO NORMATIVO EN LA CALIDAD DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE VENEZUELA ..........................................................................................................................3
SOBRE LA MUNICIPALIZACIÓN Y LA MASIFICACIÓN DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA .........................................................................................................................9
EXPERIENCIAS DE MUNICIPALIZACIÓN EN CHILE, BRASIL Y COLOMBIA .................14
NORMAS ISO ...............................................................................................................................23
LA INFLUENCIA DE LAS NORMAS EN LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN ESPAÑA Y SU RELACIÓN CON LA CALIDAD DE VIDA .............................................25
REFLEXIÓN COMPARATIVA ENTRE LAS NORMAS DE EDUCACION UNIVERSITARIA EUROPEAS Y LATINOAMERICANAS .............................................32
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................35
3
La incidencia del aspecto normativo en la calidad de la educación
venezolana está presente en muchos de los documentos oficiales del país. Una
pequeña muestra de ello se encuentra en el Artículo 102 de la Carta Magna, al
establecer que “La educación es un derecho humano y un deber social
fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria”, además en su Artículo 103, la
Constitución indica que: “Toda persona tiene derecho a una educación integral,
de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más
limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”.
Como se puede evidenciar es palpable la cantidad de Leyes y Reglamentos
que están vinculados con la Calidad de la Educación y su relación con la Calidad
de Vida, nada más en estos dos artículos, precedentemente señalados.
EL ASPECTO NORMATIVO EN LA CALIDAD DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE VENEZUELA
Son muchos los elementos interrelacionados y considerados vitales desde
la óptica de la Calidad de la Educación, la Calidad de Vida y el aspecto normativo
que regula todo el sistema educativo, y especialmente el sistema de educación
universitario; en cuyo sentido, se interpreta el derecho-deber que el legislador
patrio le dio a los estudios de pregrado universitario.
Mención aparte merece el Proyecto Nacional “Simón Bolívar” donde se
plasma un proyecto de país orientado por 7 líneas estratégicas estrechamente
vinculadas entre si y de las que es conveniente destacar, dentro de sus Políticas y
Estrategias, la “Suprema Felicidad Social”, que pretende indicar el camino a
seguir para la consecución de la calidad de vida que todos aspiran. La exigencia
de una educación de calidad es una constante no solo en estos lineamientos sino
también de acuerdo a parámetros emanados de organismos internacionales como
la ONU y la UNESCO, sin embargo es importante resaltar que aunque pareciera
existir un acuerdo previo sobre este punto, la subjetividad inmersa en la
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concepción de Calidad marca una distancia (que tiene la peligrosa tendencia a
hacerse abismal) sobre cómo lograr esa “Educación de Calidad” o bien sea “la
Calidad en la Educación” y su incidencia en la Calidad de Vida.
Son muchos los intentos y diversas las intenciones que buscan desatar este
nudo gordiano, pero la gran complejidad que implican tanto la Calidad de Vida
como la Calidad de la Educación no permiten una respuesta fácil. El punto de vista
normativo constituye un enfoque que aunque aporta directrices, implica también
que otros factores se aglutinen en torno a esta situación, colaborando así a
profundizar esta problemática.
La postura anterior se puede comprender mejor si se realiza una breve
revisión de la gran cantidad de Leyes y Normas que directamente inciden sobre la
Educación, la Vida y su Calidad, entre las que se pueden mencionar, como una
pequeña muestra: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, El
Proyecto Nacional Simón Bolívar, La Ley Orgánica de Educación, La Ley de
Universidades, La Ley del Sistema Venezolano para la Calidad, La Ley de
Prestación de Servicio Comunitario, La Ley de Educación Ambiental, La Ley del
Uso Racional y Eficiente de la Energía, las Gacetas Oficiales donde se crean
Universidades tales como la UBV, UNEFA, Universidades Politécnicas
Territoriales, la creación de los Programas Nacionales de Formación y los
Reglamentos de Evaluación del Desempeño Estudiantil, entre otras.
Mención especial merece el establecimiento de diversas Misiones, como la
Alma Mater (Sucre, Ribas) orientadas a la municipalización y masificación de la
Educación en reconocimiento a ésta como un derecho y como condición vital para
una mejor calidad de vida y en rechazo a posiciones que pretenden concebir a la
Educación, desde una visión mercantilista, como un negocio, que busca
privatizarla y pretende que sea “evaluada” por unos “rankings” definidos y
manejados por países “desarrollados” y con intereses totalmente divorciados de lo
social, que no dan importancia, por ejemplo, a las actividades de transferencia y
5
vinculación hacia la comunidad que aquí realizan estudiantes y docentes en este
contexto, considerando así, que este conocimiento que se produce en el país, no
es relevante para quienes “miden” la calidad de la educación; propiciando modelos
educativos conducentes a la destrucción del planeta, en franca controversia con lo
que implican estos modelos para una adecuada calidad de vida y no
internalizando la necesidad de un modelo educativo contextualizado, pertinente,
orientado al desarrollo sustentable y la innovación, centrado en valores y que
realmente permita una vida de calidad.
Otro marco normativo que debe por lo menos mencionarse en este
análisis, es el concerniente a las relaciones de trabajo que se establecen y la
forma en que éstas se administran en las comunidades educativas, especialmente
por lo que implican para la calidad de vida. Aparecen aquí las diversas formas de
organizarse en gremios y sus correspondientes contrataciones colectivas, en
continua socialización con sus integrantes y permanente discusión entre las partes
interesadas, lo que no implica sin embargo que se logren y, menos aún se
respeten, los “acuerdos” que se llevan a las mesas de trabajo.
En relación a estos aspectos normativos, se presentan factores vitales
sobre los que no se profundizará por el momento pero que es indispensable
mencionar pues inciden de forma directa en lo que es la calidad de la educación y
la calidad de vida. Se hace referencia entre otros, al régimen de Ingreso, Ascenso
y Permanencia del Personal Obrero y Administrativo de las Instituciones de
Educación Universitaria (IEU) y por supuesto no se puede dejar a un lado todo lo
que implica la relación que se establece entre el Docente y su respectiva
Institución de Educación Universitaria, por ejemplo, la tan discutida autonomía, la
contratación colectiva y la teórica “representación” que los gremios ejercen ante
las autoridades, la Ley de Presupuesto que debe garantizar la asignación
suficiente de recursos para el cumplimiento de las funciones de las IEU, las
normativas particulares que establecen lo relacionado al ingreso, permanencia y
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ascenso de los Docentes, entre muchas otras, cuyo abordaje debe ser
considerado desde una visión integral y no de manera aislada.
Con respecto a todo este entramado normativo relacionado con la calidad
de vida y la calidad de la educación en el país, es necesario considerar los otros
protagonistas, es decir, los estudiantes, quienes deben constituirse en los
beneficiarios directos del sistema educativo. Son innumerables todas las leyes y
normativas que podrían mencionarse al respecto, sin embargo entre las más
representativas podría estar el régimen de ingreso a las tradicionales IEU, que por
cierto se ha constituido en un verdadero reto a superar por parte del Gobierno,
quien pareciera tener deteriorada la brújula que le guía en este sentido, pues de
los numerosos intentos que se han realizado, todos han venido fracasando,
aumentando aún más la lejanía con una posible solución, a tal punto que por los
momentos se ha caído en un vacío que “permite escuchar el silencio” que las
autoridades guardan al respecto.
Es importante reconocer, desde una postura crítica, que si por un lado se
ha descuidado lo relacionado al Sistema de Ingreso, por otro lado la masificación y
la municipalización, perfectamente sustentadas y armonizadas con el Proyecto
País que actualmente se maneja, han presentado excelentes opciones para todos
aquellos que aspiran a obtener un título de educación universitaria, sin considerar
las alternativas de IEU cuyo sistema de ingreso es de administración interna en su
mayoría y en un bajo porcentaje manejado por los entes gubernamentales.
Las opciones a las que se hace referencia están constituidas, en su
mayoría, por Universidades que se han apegado a la municipalización, por
ejemplo la UNELLEZ, las nuevas IEU como la UNEFA, la UBV, la Universidad de
las Artes, entre otras y básicamente por las 7 Universidades Politécnicas
Territoriales (UPT), en perfecta concordancia con la nueva geopolítica presentada
en el Plan “Simón Bolívar”, que plantea lograr el desarrollo de las potencialidades
de cada región considerada, sobre la base de la educación contextualizada y
7
pertinente, apoyada en programas de formación impartidos por las IEU de cada
área geográfica y que apuntan al reconocimiento y explotación de las ventajas
competitivas y comparativas de las zonas, con el respeto a la identidad de los
habitantes de las mismas, fortaleciendo el desarrollo local sin violentar la cultura e
idiosincrasia de los pueblos, en la búsqueda de una mejor calidad de vida por
medio de la transformación del individuo y del reconocimiento por parte de éste
como integrante de un colectivo social.
Las herramientas indispensables que ha venido desarrollando el Gobierno
para apoyar a las UPT en la consecución de este logro, básicamente están
constituidas por la formulación de los Programas Nacionales de Formación (PNF)
y sus correspondientes lineamientos nacionales de evaluación al desempeño
estudiantil, que norman todo lo relacionado con el avance y permanencia, bajo una
concepción de la evaluación no como una acción punitiva si no como una
oportunidad de crecimiento y reconocimiento de las debilidades en el proceso de
formación.
Es importante aclarar que aunque pareciera positiva la intencionalidad de
esta visión nacional que se quiere otorgar a la evaluación estudiantil, se hace
necesaria la reflexión sobre la repercusión que podría tener un Reglamento
Nacional de Evaluación al Desempeño Estudiantil, pues desde otra óptica podría
parecer una pérdida de la autonomía de Cátedra del Docente y por ende con eco
en la Autonomía Universitaria, esto por supuesto dependiendo del cristal bajo el
que se analice.
Otra herramienta que se está usando es la conformación de Modelos
Curriculares sobre la base de Proyectos Socio Integradores y Ejes Transversales
Integradores, que constituyen una manera diferente de administrar y desarrollar el
proceso de enseñanza-aprendizaje, con una visión distinta a la disciplinar, que
implican una planificación profunda de los contenidos programáticos de las
diversas Unidades Curriculares del Programa de Formación, que podrían
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considerarse dinámicos, pues se van definiendo sobre la base de las necesidades
de las comunidades, ya que todos estos contenidos giran alrededor de la Unidad
Curricular “Proyecto Socio Integrador”, donde es seleccionado, desde el inicio de
la formación del estudiante, un proyecto a ser desarrollado, para apoyar a la
Comunidad en la solución de una problemática que ésta haya evidenciado. Aquí
se integran los esfuerzos de Docentes, Estudiantes, Comunidad y Universidad,
fusionando la investigación, la docencia y la vinculación, tareas primarias para las
IEU y generando conocimiento pertinente y contextualizado, que incide de manera
directa sobre la calidad de vida y brinda al estudiante una formación integral y de
calidad, dándole al Docente la oportunidad de cumplir los diversos roles que debe
asumir.
Adicionalmente, para apoyar la formación del estudiante y como refuerzo a
la municipalización y la masificación, se ha diseñado el Entorno Virtual de Apoyo
(EVAp), que es una plataforma a nivel informático donde se encuentran reflejadas
todas las Unidades Curriculares de los diferentes PNF, con material de alto
contenido didáctico, elaborado por grupos de Docentes especialistas en el área,
que sobre la base de la experiencia que han acumulado ponen a disposición de
los estudiantes todo el material y las estrategias necesarias para apuntalar el
proceso de formación, contando con el valor agregado de proveer espacios
dinámicos para la socialización y construcción colectiva de conocimientos en los
que pueden participar todos los que así lo deseen. El desarrollo de estos
contenidos es adecuadamente supervisado y se realiza bajo la orientación de
especialistas en el área de la pedagogía, lo que ha permitido la creación de un
valioso recurso disponible a nivel nacional, de forma gratuita y con contenidos
permanente actualizados.
Es importante acotar sin embargo, que aunque los Contenidos de esta
plataforma son desarrollados por Docentes de las IEU venezolanas, la
administración de la plataforma no corre la misma suerte, lo que podría
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constituirse como una verdadera debilidad en función del uso que se haga de la
misma.
SOBRE LA MUNICIPALIZACIÓN Y LA MASIFICACIÓN DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Durante los últimos años, el Estado venezolano ha venido construyendo e
implantando un nuevo sistema educativo signado, según el Ministerio del Poder
Popular para la Educación Universitaria, por una nueva ética socialista. Es
pertinente entonces, realizar un análisis crítico, desde la perspectiva normativa del
sistema de educación universitaria, que actualmente rige esta materia, rescatando
para ello dos conceptos claves: la “calidad” y la “masificación”.
Con relación a la calidad, demanda este concepto su escrutinio público ya
que dada la importancia y polisémica visión del mismo, se considera que éste no
debe determinarse exclusivamente por normas y reglas tecnocráticas, ya sean
estas nacionales o internacionales; antes, por el contrario, se considera que una
educación es de calidad cuando satisface necesidades básicas, establecidas
como tal social e históricamente. Por lo tanto, debe estar inexorablemente ligada,
a conceptos más humanos como la equidad y la pertinencia, en sintonía a la
posición de la UNESCO al respecto.
Según el Documento Rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela
(MPPES, 2003): “Un postulado fundamental del paradigma emergente en la
educación es la consideración de la calidad de la acción educativa, entendida
como la capacidad de las instituciones para cumplir con su función formativa,
desde el enfoque de la formación integral como parte fundamental de su
responsabilidad social”. Lo que significa, según el mismo documento: “la
necesidad de superar la visión profesionalizante y asumir las dimensiones
intelectuales, ético-políticas, estéticas y socio-culturales de la formación,
asociadas a la participación democrática y ciudadana, a la comprensión, al
10
planteamiento y a las propuestas de solución de problemas complejos, al
autoaprendizaje y al desarrollo de valores y actitudes compatibles con la
construcción de una sociedad justa, democrática y pluralista”.
Según Parra Sandoval (2010), su artículo “Las transformaciones de la educación superior en Venezuela: en búsqueda de su identidad”, publicado
en la revista Educación Superior y Sociedad, señala: “…como Venezuela fue uno
de los pocos países latinoamericanos donde no se dieron los procesos de reforma
de la educación superior -desarrollados en la década de los 90, ya fuera desde
instancias del Estado o desde el interior de las propias instituciones- que sí se
dieron en la mayoría de los países de la región; en consecuencia, es imposible
negar que los cambios requeridos por la educación superior en el país no sólo
eran necesarios, sino urgentes...” en tal sentido, se justifica suficientemente la
implementación de políticas de Estado dirigidas al fortalecimiento y transformación
universitaria.
Es también cierto, como bien señala la misma autora, “…fueron
infructuosos los intentos hechos desde los años 80, para modificar el marco legal
del sistema de educación universitaria, que ya resultaba obsoleta, aun cuando
desde distintas instancias comenzaron a proponerse proyectos de Ley de
Educación Superior que nunca han logrado ni el respaldo ni el consenso necesario
para hacerlos realidad”.
En cuanto a la “masificación”, entendiéndola como la necesidad de incluir al
sistema de educación universitaria a todos quienes por diversas razones no
pudieron acceder al mismo o se vieron forzados a abandonarlo, es menester
comenzar por establecer el derecho a la educación superior, previsto en nuestra
carta magna, y del cual se desprende que es de todos y; en este sentido, todos
debemos tener igual oportunidad de acceder a ella, sin distinción alguna, salvo las
propias capacidades de cada persona; en el entendido, de que en el Sistema
Universitario, se citan algunos ejemplos ligados a la masificación de la educación
11
universitaria mediante la Municipalización de la Educación Superior que viene
poniendo en práctica en nuestro país desde hace ya algunos años.
El proceso de masificación o de inclusión, como algunos también lo han mal
llamado, comprende entre otras áreas: la Misión Sucre, como política de Estado
para la municipalización de las Instituciones de Educación Universitaria (IEU), con
programas académicos propios. Tiene por objeto potenciar la sinergia institucional
y la participación comunitaria, para garantizar el acceso a la educación
universitaria a todos los bachilleres y transformar la condición de excluidos del
subsistema de educación superior; asimismo, conjuga una visión de justicia social,
con el carácter estratégico de la educación superior para el desarrollo humano
integral sustentable, la soberanía nacional y la construcción de una sociedad
democrática y participativa, para lo cual es indispensable garantizar la
participación de la sociedad toda en la generación, transformación, difusión y
aprovechamiento creativo de los saberes y haceres.
La Misión Sucre, que actualmente cuenta con un número significativo de
participantes, encuentra su bases en el hecho de que la educación es un derecho
humano y una responsabilidad fundamental de toda la sociedad organizada, de allí
que con la municipalización se quiso garantizar el acceso a la educación
universitaria a todo un colectivo que por uno u otro motivo fueron excluidos del
mismo. Así, la municipalización de la educación universitaria implica promover
iniciativas para que las instituciones de educación superior ya establecidas
transformen sus prácticas académicas, llevándolas fuera del claustro universitario;
valiéndose para ello de todo el sistema de educación universitaria preexistente,
restando nada más la adecuación normativa y presupuestaria del mismo, para
responder efectiva y adecuadamente al mandato constitucional, que como ya se
dijo, prevé al Estado como garante del derecho a la educación universitaria.
En el sistema de educación universitaria venezolano existe todo un bagaje
de normas de rango constitucional y legal, que le sirven de plataforma a los planes
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y políticas que el Estado ha dispuesto para alcanzar mejores condiciones en la
prestación del servicio de educación, como instrumento que permitirá a su vez,
mejorar la calidad de vida de los venezolanos.
No cabe duda de que tan ambicioso plan no puede materializarse a menos
que este servicio público de educación universitaria se preste con la debida
calidad y regulación, advirtiendo que ambos conceptos por sí solos constituyen
motivo de debate en cualquier reunión en la que se aborden temas de política de
educación universitaria en Venezuela.
La Misión Sucre es probablemente, en palabras del Prof. Héctor Navarro
(2004), en la presentación de la obra: Fundamentos Conceptuales de la Misión
Sucre, “la tarea más trascendente en materia de Educación Superior, que se haya
emprendido en nuestro país, especialmente si, como lo tenemos propuesto y es el
objetivo, la misma se realiza ofreciendo elevados estándares de calidad,
entendiendo este concepto profundamente vinculado a valores como compromiso,
solidaridad y no sólo a lo meramente técnico”.
Normativamente hablando, el sistema de educación universitaria esta
cimentado, en primer lugar en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, marcando la pauta del cómo y en qué condiciones debe interpretarse
el derecho a la educación universitaria; en segundo lugar, tenemos un colorario de
leyes que vienen a desarrollar la materia, entre las cuales tenemos, la Ley
Orgánica de Educación y la Ley de Universidades, entre otras leyes especiales
que atienden áreas específicas de ésta importante materia.
Respecto a la Ley Orgánica de Educación del 2009 debemos señalar que la
misma prevé el concepto de Estado Docente, y sobre el particular en su artículo 6
numeral 3 establece dichas competencias: "Planifica, ejecuta, coordina políticas y
programas", literal C: "De Territorialización de la Educación Universitaria, que
facilite la municipalización, con calidad y pertinencia social en atención a los
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valores culturales, capacidades y potencialidades locales, dentro de la estrategia
de inclusión social educativa y del proyecto de desarrollo nacional endógeno,
sustentable y sostenible”.
Ahora bien los Programas Nacionales de Formación, tienen como finalidad
fundamental dar respuesta a las exigencias que reclama cada ambiente y a las
necesidades emergentes, expresadas en el proyecto país, definido en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en cada una de las áreas
estratégicas de desarrollo endógeno sostenible y sustentable; para ello la
Universidad Bolivariana de Venezuela, ha venido desarrollando estos programas
académicos y así vemos como se desprende de su documento rector (2003), lo
siguiente: “La UBV se hace cargo del progreso del saber científico, humanístico y
tecnológico y lo hace en relación con la detección de las problemáticas y aspectos
desasistidos, claves para el desarrollo sustentable de nuestro país”. Esto podemos
interpretarlo, no como la creación de un abanico variopinto de disciplinas y
carreras, sino como la adecuación permanente de sus estructuras y sus ofertas
académicas.
La legitimación del conocimiento y la enseñanza universitaria se debe y se
busca explícitamente en la vinculación de la universidad con la comunidad y en la
valoración de su realidad social, económica, política y cultural; el resultado será un
conocimiento que se va a enriquecer con la incorporación de la diversidad de
visiones y cosmovisión de todos y cada uno de los involucrados en ese proceso de
transformación de la realidad, la cual apuntará hacia una manera de vivir, en la
que todos los sujetos involucrados interactúen y coexistan; y donde sus
diferencias se encuentren para formar realidades propias relacionadas
sinérgicamente con otras realidades y logren vivir de acuerdo a niveles de calidad
de vida cada vez más altos para todos y con conciencia del impacto que tienen
sus acciones con su medioambiente.
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Según el documento rector de la UBV, el aprendizaje por proyecto convierte
al que aprende y al que facilita el aprendizaje en protagonistas de un proceso
activo, donde ambos aprenden y transforman su entorno convirtiéndose en entes
activos de transformación de realidades sociales. Esta interacción comunidad-
universidad donde la universidad asume el papel de acompañante garantiza que
este proyecto se desarrolle dentro de la problemática de la comunidad. Este
escenario esta guiado por la pedagogía crítica, donde los discentes miembros de
la comunidad construyen el conocimiento en su propio contexto y problemática y;
como diría Freire "concientizándose" y en el entendido de que "nadie aprende
solo”.
De allí que asumir una postura crítica desconocedora de los aspectos
positivos que efectivamente implican muchas de las medidas tomadas por el
gobierno nacional, supone ceder ante la realidad actual de la polarización política
existente en Venezuela y de la cual no escapa el medio académico. Teniendo en
cuenta esta realidad, es pertinente asumir una posición capaz de reconocer los
aciertos y fortalezas, como los desaciertos y omisiones de las políticas públicas
asumidas por el gobierno nacional, como compromiso obligado tanto con el
estudio de la educación universitaria como con el país.
EXPERIENCIAS DE MUNICIPALIZACIÓN EN CHILE, BRASIL Y COLOMBIA
En la mayoría de los países de América Latina se vienen promoviendo
procesos de descentralización del sistema educativo, como parte de la
restructuración del Estado y de sus políticas públicas, las cuales tienen como
objetivo principal asegurar una oferta educativa de calidad para todos sus
ciudadanos. Ellas parecieran coincidir en que la solución a muchas de las
dificultades identificadas en la evolución de los actuales sistemas educativos,
están dirigidas hacia la concepción e implementación de procesos de
desconcentración de los mismos.
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Según documento de la CEPAL / UNESCO (1992), el origen de todos los
cambios que promovieron la descentralización, fue el excesivo centralismo del
modelo de desarrollo imperante, los desequilibrios regionales y sociales ya
existentes, conjuntamente con la crisis económica desde mediados de los años
70. Tal situación, ocasionó restricciones al gasto público afectando principalmente
el marco de la inversión social del Estado, con la consecuente secuela del
deterioro en los niveles de vida de la población y el incremento de los conflictos
sociales y políticos, cuestionando su capacidad para hacer compatible el
crecimiento económico con la equidad social.
En este contexto, surge la descentralización como una estrategia orientada
a contribuir en el logro de tres objetivos interrelacionados: la racionalización del
gasto público social (mediante el desmonte del modelo de Estado benefactor e
intervencionista y el cambio en la lógica de la inversión social desde un modelo
“redistributivo” hacia un modelo “retributivo”; el logro de una mayor eficiencia y
eficacia del Estado en la gestión de los servicios públicos (mediante la
transformación de las estructuras administrativas y de gestión transfiriéndoles la
lógica y los esquemas de la empresa privada); y el traslado al ámbito regional y
local de los conflictos entre las comunidades y el Estado.
De tal manera que la descentralización educativa, en su modalidad de
municipalización de la educación, ha sido una de las estrategias que más se ha
implementado, motivando con la promesa de mejorar simultáneamente la calidad,
la eficiencia y la equidad de la educación, principalmente en los sectores de
extrema pobreza. Por lo tanto, la redefinición y transformación de la Educación,
implica el establecimiento de una pedagogía adaptada a una nueva visión de la
sociedad democrática y participativa , consolidada en los valores éticos, morales
de la igualdad y de justicia social, fortalecida en los instrumentos normativos de
cada país, (Latorre, 1991).
16
De allí que el proceso de municipalización sea una estrategia de gran
pertinencia sociocultural, cognoscitiva, valorativa y afectiva la cual orienta de
manera integral y democrática a toda la población que desee ingresar a la
educación desde su propia, región, localidad y parroquia.
En tal sentido, la municipalización de la Educación tomará en
consideración la cultura, los acervos, las necesidades, intereses y potencialidades
de todo el contexto y los agentes que intervienen en el proceso instruccional,
fomentando con ello una mejor calidad de vida en la población estudiantil, el
desarrollo endógeno y productivo local, el aprovechamiento y el fortalecimiento del
patrimonio ambiental con el apoyo de una acción comunitaria organizada en el
ejercicio pleno de su soberanía.
Es así como, en la municipalización de la educación, este traspaso de
poder, se realizó hacia los gobiernos locales (estado, provincia, o municipalidad) al
margen de un proceso de descentralización integral del Estado, delegando tareas
desde arriba hacia abajo y asignando a los gobiernos locales la responsabilidad de
dar cuenta de sus decisiones y resultados al nivel central, y no necesariamente a
la comunidad local. De este modo, distintos actores se incorporan a participar de
la oferta educativa, con lo cual se intenta generar un mercado y una competencia
por atraer clientes.
En cuanto a las experiencias latinoamericanas de descentralización /
municipalización y transferencia de servicios educativos a los gobiernos locales,
se revisarán los casos de Chile y Brasil.
En Chile, el proceso de descentralización se inició durante el gobierno de
Pinochet, la “Gran Reforma” de la década de los 80´, impuso en dictadura un
cambio sustantivo del rol del Estado en Educación, de garante a subsidiario, así
como también la privatización del sistema. Esta transferencia fue muy rápida,
pasando las competencias directamente a los municipios, sin transitar por ningún
17
nivel intermedio, sin autonomía financiera, ni posibilidad de incrementar los
impuestos locales. Sin embargo, las responsabilidades si se transfirieron en forma
progresiva, (Núñez, 1994).
De tal manera, que el rol del Estado quedó definido en la Constitución
Política de 1980, en su artículo 19, el cual establecía como garantía constitucional:
el derecho a la libertad de enseñanza, entendida básicamente como libertad de
propiedad respecto a los establecimientos educativos, por sobre el derecho a la
educación; el derecho a la libre elección de los padres; y el rol subsidiario del
Estado. Conjuntamente, estaba la Ley N°18.962 Orgánica Constitucional de
Enseñanza (LOCE), quien en su cuerpo legal fija los objetivos generales de la
educación así como el sentido de cada uno de los niveles de enseñanza y la
exigencia de ser publicados los resultados de las mediciones de calidad sean
para el conocimiento de la opinión pública. Norma, también, el proceso de
reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales de todo nivel.
Junto al cambio del Rol del Estado establecido en la Constitución, se
impulsó el proceso de descentralización, a través de dos ejes articulados: el de
privatización y el de municipalización. Por una parte, se modificó la ley de
municipalidades, otorgándole a éstas facultades para administrar establecimientos
educacionales, trasladando la responsabilidad de la educación de todas las
escuelas y liceos que dependían directamente del Ministerio de Educación a la
administración y dependencia de los municipios existentes en el país, quienes
crearon entes privados sin fines de lucro, Corporaciones de Desarrollo Social o
Departamentos de Educación dependientes directamente del municipio- para
asumir esta nueva responsabilidad.
Por otra parte, se modificó sustancialmente el sistema de financiamiento,
estableciéndose un sistema de subvención a la demanda, entregando los recursos
de acuerdo al promedio de asistencia mensual de alumnos por curso, tanto a los
establecimientos municipales como particulares subvencionados. De este modo,
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se empezaron a otorgar importantes recursos fiscales a entes privados con fines
de lucro, sin mayor regulación del uso de esos dineros.
A partir de 1996 se introduce la obligatoriedad de formular Planes Anuales
de Desarrollo de la Educación Municipal (Padem). No obstante, pese a estos
planes, en los que se deben plantear metas y acciones, pocos municipios han
logrado formular alguna política educativa. Otra característica de esta experiencia,
es que aquí la descentralización no confiere autonomía a los municipios en el
tema educativo, sino que restringe muchas posibilidades. Igualmente, debe
mencionarse que la comunidad local no se involucra en el proceso educativo.
Finalmente, a partir del año 2000, el Ministerio de Educación comenzó una
nueva fase de la reforma educativa, promoviendo la implementación de una serie
de programas que se han enfocado en la gestión interna de las escuelas,
abordando cuatro ámbitos de gestión: directiva, pedagógica, de la convivencia, y
de recursos, continuando con los programas compensatorios.
Para la fecha actual (2012), la educación Chilena, sigue la lógica CEPAL,
que busca lograr una transformación productiva con equidad social. Así mismo, la
articulación práctica de estos ejes se ha traducido en la puesta en marcha de
políticas educativas centradas en la calidad, la equidad (políticas enfocadas en los
sectores más vulnerables); y en la escuela, lo que influye directamente en la
calidad de vida.
Por su parte en Brasil, la legislación educativa tiene sus bases en la
Constitución (1988), en la que la Educación se garantiza como un derecho de
todos. Igualmente en la “Lei de Diretrizes e bases da Educação Nacional” (LDB)
fue aprobada en 1996 y posibilitó una reforma educativa con los objetivos de
cambiar y transformar el sistema ineficaz y de baja calidad, (Según el diagnóstico
realizado por la UNESCO, Brasil tenía los índices más altos de analfabetismo de
la región – el 15% - y el mayor índice de fracaso y evasión escolar en los primeros
niveles de enseñanza).De aquí surge la necesidad de la municipalización, la cual
fue promovida por los estados federales, pero apoyada por el gobierno federal
19
central, fomentándola en los estados más pobres, con mecanismos que incluyen
fondos del gobierno central en el aumento de sueldos a los maestros para
equiparar los niveles de ingreso magisterial en todo el país, (Lima, 2002).
Es así como, mediante el Plan Nacional de Educación (PNE), Lei Nº
10.172/2001; en Brasil, se establecen metas educativas para elevar el
nivel general de educación en la población, mejorar la calidad educativa en todos
los niveles y disminuir las desigualdades sociales existentes, a través de la
aplicación de un modelo de Gestión Educativa con la participación del Municipio y
la comunidad Educativa Local, en el marco del plan de desarrollo local y el
proceso de descentralización. Este proceso se vio respaldado por la nueva
constitución de 1988 en la que las municipalidades aumentaron sus ingresos
coparticipando en los impuestos locales.
Por otra parte, también norman la educación el Decreto nº 5.154 de 23 de
julio de 2004, el cual modifica la Formación Profesional dándole un enfoque ligado
a la educación, al trabajo, a la ciencia y a la tecnología; la Lei nº 144/2005,
aprobada el 25 de enero de 2006, establece la escolarización obligatoria a partir
de los 6 años y finalmente el Decreto nº 5.773, de 9 de mayo de 2006, el cual
gestiona la Educación Superior.
Finalmente, es conveniente señalar que a pesar que en este país la
municipalización de la educación fue propuesta en 1967 por un gobierno
autoritario militar, con el advenimiento de la democracia como forma de gobierno,
la municipalización se ha mantenido como modalidad , pero persiguiendo objetivos
de democratización, tal cual lo indica la constitución aprobada en 1989.
Igualmente, los estudios de financiamiento de la educación generalmente
se fundamentan en dos criterios para el análisis del uso de los recursos: equidad y
eficiencia. El primero se relaciona con el acceso y distribución de los servicios
educacionales en las diferentes capas sociales. El segundo, se refiere a la forma
20
de empleo de los recursos de acuerdo con su volumen y resultados alcanzados.
Estos criterios tienen utilidad cuando se aplican de manera correcta, pero
generalmente se usan en forma muy restringida. Es común encontrar estudios
sobre equidad cuyo horizonte considera solamente cambios marginales en el
acceso y distribución de la educación, olvidando que por su dimensión política se
sitúa en el proceso más global de democratización de la enseñanza y de la
sociedad.
Una vez revisada las dos experiencias anteriores, nuevamente se descubre
que sin conocer lo que ocurre en la educación mundial se pretende vender la
municipalización de la educación como si fuera el remedio para resolver la crisis
de la educación, sin considerar las consecuencias que la municipalización trae
consigo. Una primera consecuencia será el mayor abandono de la escuela
pública, en dos sentidos: por la reducción del presupuesto nacional y por una
gestión pedagógica y administrativa sin orientación coherente.
Otra consecuencia, es la disgregación en la orientación pedagógica, pues
cada municipalidad, con sus asesores, hará lo que crea conveniente, al margen de
una orientación articulada que dé sentido al proceso educativo, unido al
empeoramiento de las condiciones laborales de los docentes, debilitando su
espíritu de trabajo y su dedicación exclusiva al trabajo educativo.
En definitiva, se puede decir que la universidad mediante la
Municipalización, debe lograr el desarrollo integral en todos los aspectos
constitutivos del ser, pensar, compartir y hacer, y contribuya con ello a poder
superar las brechas relacionadas con la equidad y productividad, coincidiendo con
lo señalado por el BID 1997 cuando señala que “El mayor obstáculo para el
crecimiento futuro de América Latina tiene que ver con el abandono de la
educación, que limita el ritmo acumulativo de los factores de producción y de
productividad.
21
En los dos casos mencionados de Chile y Brasil, se puede observar, que el
carácter de bien público social de la Educación Superior se reafirma en la medida
que el acceso a ella sea un derecho real de todos los ciudadanos y ciudadanas,
donde las políticas educacionales de ambos países, constituyen la condición
necesaria para favorecer el acceso a una Educación Superior de calidad,
mediante estrategias y acciones con pertinencia, fortaleciendo los mecanismos de
acreditación que garanticen la transparencia y la condición de servicio público.
COLOMBIA
El proceso de la descentralización educativa en Colombia, se dio en tres
momentos o etapas, que han obedecido a diversos énfasis y objetivos trazados
por los Gobiernos correspondientes, en su propósito funcional de organizar el
sistema y de dar solución a los múltiples problemas planteados en la prestación
del servicio educativo.
La primera etapa corresponde al período comprendido entre 1968 y 1986, y
se caracteriza por la tendencia a descentralizar la administración y centralizar la
política educativa, por la vía de la desconcentración administrativa y la
nacionalización del gasto educativo; medidas que se realizan en un contexto de
regionalización y nuclearización educativa.
Mediante el Decreto-Ley 3157 de 1968, se dictaron disposiciones para
reformar todo el sector educativo. Estas reformas mantuvieron el principio
fundamental de “centralización política y descentralización administrativa”
característico de la organización y funcionamiento del Estado y tuvieron como
propósito resolver los problemas referidos a las competencias entre los niveles
nacional, departamental y municipal; al financiamiento y a la organización del
sector.
22
Además, mediante el mismo decreto, se crearon en cada una de las
unidades territoriales y en el Distrito Especial de Bogotá, entes administrativos
para el manejo de los recursos financieros (Fondos Educativos Regionales). Este
período configura los antecedentes de la descentralización propiamente tal, que se
inicia en 1986.
La segunda etapa va de 1986 a 1990, y se caracteriza por una tendencia
hacia la municipalización de la educación, manteniendo una visión restringida en
las reformas por medio de la desconcentración y la delegación de algunas
funciones en las entidades territoriales. En esta etapa se establecen los objetivos y
se adoptan las normas legales para la descentralización funcional del sector
educativo.
La etapa actual, se inicia en 1991 con la promulgación de la nueva
Constitución y con las propuestas del Plan de Apertura Educativa de la
administración Gaviria, Constitución de Colombia (1991). Se dictan las normas
legales para el reordenamiento organizativo y territorial del sector educativo,
revalorizando la función de los Departamentos, y fortaleciendo las medidas
tendientes a la descentralización administrativa, centralizando las decisiones
financieras y políticas.
Igualmente, se realiza la aplicación de las normas ISO 9001 en sus
normativas legales y de funcionamiento, hecho este que impactó en el sistema de
gestión de calidad de la educación, haciendo una revisión del diseño curricular y
comprometiendo la responsabilidad directiva en la gestión de recursos para una
correcta realización del servicio, conjuntamente con la medición, seguimiento y
mejora del sistema.
En tal sentido, en Colombia se ha entendido la Municipalización de la
Educación como uno de los desarrollos de la descentralización administrativa; y
como la oportunidad histórica de proponer su propio concepto de municipalización
23
de la educación, ya que se ajusta a las luchas del pueblo colombiano por
participación popular, por libertades políticas y por cambios estructurales en la
sociedad. Sin embargo, el gobierno la entiende como una estrategia económica y
política que le garantizará resolver sus problemas presupuestales y de caja,
fortaleciendo el ente llamado Nación, al tiempo que le permitirá desentenderse de
sus obligaciones sociales con la educación.
Las experiencias pedagógicas que hoy se desarrollan en Colombia, aun
cuando permiten visualizar mayor integración social, con la superación de la
pobreza mejorando con ello la calidad de vida y logrando efectivas acciones en el
ámbito político, económico, administrativo y pedagógico, no coincide con la
postura de diversos autores entre los que destaca Bejarano, (2008), quien
considera que todo este proceso revela que no ha obedecido a una concepción
integral y coherente del desarrollo educativo colombiano, sino más bien a las
exigencias planteadas por los ajustes al modelo de desarrollo imperante donde la
educación ha cumplido un papel secundario y subordinado.
NORMAS ISOEl ISO 9000, es un conjunto de normas sobre calidad y gestión continua de
calidad, establecidas por la Organización Internacional de Normalización, la cual
se pueden aplicar en cualquier tipo de organización y recogen tanto el contenido
mínimo como las guías y herramientas específicas de implantación, como los
métodos de auditoría.
En el ámbito educativo, el mejoramiento de la calidad, es un concepto que
proviene de las normas de calidad de la familia ISO 9001, en ella se especifica la
manera en que esta organización opera sus estándares de calidad y niveles de
servicio.
Sin embargo, existen más de 20 elementos en los estándares de este ISO
que se relacionan con la manera en que los sistemas operan, ofreciendo
numerosas ventajas para las empresas, entre las que se cuentan con:
24
Estandarizar las actividades del personal que trabaja dentro de la
organización por medio de la documentación.
Incrementar la satisfacción del cliente.
Medir y monitorizar el desempeño de los procesos.
Disminuir re-procesos.
Incrementar la eficacia y/o eficiencia de la organización en el logro de sus
objetivos.
Mejorar continuamente en los procesos, productos, eficacia, etc.
Reducir las incidencias de producción o prestación de servicios.
Igualmente, para verificar que se cumplen los requisitos de la norma,
existen unas entidades de certificación que auditan la implantación y
mantenimiento, emitiendo un certificado de conformidad. Estas entidades están
vigiladas por organismos nacionales que regulan su actividad.
En cuanto al proceso de certificación, conforme a la norma ISO 9001 (única
norma certificable de la serie), las organizaciones deben elegir el alcance que
vaya a certificarse, los procesos o áreas que desea involucrar en el proyecto,
seleccionar un registro, someterse a la auditoría y, después de completar con
éxito, someterse a una inspección anual para mantener la certificación.
Los requerimientos de la norma son genéricos, a raíz de que los mismos
pueden ser aplicados en diversas instituciones educativas, independientemente de
factores tales como: tamaño, actividad, planificación, tipo y estilo de liderazgo, etc.
Por lo tanto, en los requerimientos se establece el "que", pero no el "como",
a través del desarrollo de criterios específicos aplicados a las actividades propias
de cada institución. Al desarrollar estos criterios coherentes con su actividad, la
organización construye su Sistema de Gestión de la Calidad.
25
Por lo tanto la aplicación de las Normas ISO 9001, en los casos de estudio
Chile, Brasil y Colombia, vienen a ser un conjunto de buenas prácticas de gestión
o requisitos que dichos países cumplen para sistematizar el proceso educativo y
medir la calidad del servicio. Sin embargo, debemos considerar que la calidad
educativa, implica aspectos relacionados con la docencia, la infraestructura y la
tecnología, entre otros, de tal manera que al aplicar ISO 9001, se puede tener un
sistema de autoevaluación, de actualización curricular y la metodología para medir
la eficacia formativa en el logro del perfil de competencias en cada nivel de
enseñanza.
Finalmente se tiene que las Normas ISO 9001, persiguen la mejora
continua del Sistema de Gestión de la Calidad, en la atención al cliente, donde la
responsabilidad de la Dirección en la gestión de los recursos desempeñan un
papel importante, el cual se verá reflejado en los resultados de la medición del
Producto y/o Servicio, excelentes docentes y destacados alumnos, (Norma IRAM-
ISO-9001).
LA INFLUENCIA DE LAS NORMAS EN LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN ESPAÑA Y SU RELACIÓN CON LA CALIDAD DE VIDA
Muchos son los estudios que demuestran el carácter multidimensional del
constructo calidad de vida (Guerrero, Cañedo, Rubio, Cutiño y Fernández, 2006;
Guerrero, 2005; Toro y Marcano, 2007; entre otros), y que resaltan la importancia
de la educación como medio fundamental para acercarse a un nivel de bienestar
social adecuado. La educación combate la pobreza que limita la calidad de vida y
además funge como indicador de capacidades individuales (Sen, 1992), puesto
que ayuda (entre otras cosas) en la capacitación para poder desempeñar un
empleo, reducir la precariedad en el mercado de trabajo y favorecer el acceso a
la información (Robeyns, 2005).
Es lógico aseverar entonces que profundizando reformas educativas
tendentes a mejorar la educación universitaria, se estará contribuyendo a que los
26
futuros profesionales tengan acceso a un buen nivel de calidad de vida,
entendiendo ésta como el cúmulo de factores que aseguran su bienestar social y
desarrollo integral como ser humano, más allá de su definición como el “... grado
en que un conjunto de características inherentes a bienes y servicios cumple con
unas necesidades o expectativas establecidas, generalmente implícitas u
obligatorias”, establecida en la Ley del Sistema Venezolano para la Calidad,
publicada en Gaceta Oficial N° 37.543 del 07 de octubre de 2002.
Por otra parte una baja calidad de vida generalmente está relacionada con
la pobreza, pero comprendida esta última en un sentido amplio que engloba
aspectos monetarios y no monetarios. Al respecto la UNESCO en el Artículo 26.1
de la Declaración Universal de Derechos Humanos, uno de sus instrumentos
normativos fundamentales, prescribe que “El acceso a los estudios superiores
será igual para todos, en función de los méritos respectivos”. Por su parte la ONU
en los Objetivos de Desarrollo para el Milenio (específicamente el Objetivo 8)
destaca la importancia de establecer un sistema comercial y financiero abierto, no
discriminatorio y basado en normas, entre las cuales se incluyen las relativas a la
educación superior, que implique la adhesión al buen gobierno, el desarrollo y la
reducción de la pobreza nacional e internacionalmente (ONU, 2010)
Para entender mejor la relación de la educación universitaria con los
constructos de calidad de vida o pobreza es oportuno recordar que existen tres
enfoques del estudio de la pobreza, cada uno de ellos con indicadores y
metodologías diferentes que apuntan hacia diversos modelos de políticas sociales
o de lucha contra ésta. Estos enfoques son: el de bienestar económico, el de las
capacidades y el de la exclusión social (Verdú y Davia, 2011).
El primer enfoque utiliza los ingresos, el consumo y el bienestar
(generalmente material) como indicadores (cuantificables) de pobreza. Desde esta
perspectiva, las políticas contra la pobreza han de facilitar la redistribución de la
renta y el acceso a recursos, servicios y bienes públicos. El segundo enfoque
27
aporta la idea de pobreza de capacidades, haciendo referencia a las posibilidades
de los individuos de desarrollarse plenamente, entendiendo capacidad como la
habilidad para alcanzar un estado de funcionamiento o logros. Y luego el tercer
enfoque apunta a las dimensiones tanto individuales como institucionales del
proceso de exclusión social, que tiene consecuencias económicas, políticas,
cívicas o culturales en la pobreza.
En la actualidad los tres enfoques parecieran juntarse, haciéndose un
mayor énfasis en lograr el desarrollo pleno de las potencialidades del individuo,
pero aprovechando sus capacidades en el esfuerzo colectivo y además,
rescatando el papel de los valores y de la inclusión como aspecto preponderante
de una educación universitaria de calidad.
Según Irina Bokova, directora general de la UNESCO, “la educación
superior de calidad debería equilibrar la investigación, la docencia y el servicio
comunitario”; sin embargo sostiene que las comparaciones entre las universidades
suelen dar más peso a los aspectos cuantitativos que a los cualitativos. Es así
como en la inauguración del Foro Mundial sobre Clasificaciones y Rendición de
Cuentas en la Educación Superior, auspiciado por el Organismo que dirige,
Bokova instó a adoptar un enfoque más amplio para elaborar el ranking de las
universidades (ONU, 2011).
De igual manera, en el reciente congreso Universidad 2012, celebrado en la
Habana en el mes de Febrero, el subdirector general de Educación de la
UNESCO, el chino Qian Tang, invitó a los asistentes de los países miembros a
trabajar juntos en pos del desarrollo sostenible y expresó que el desafío es medir
la responsabilidad de los graduados universitarios con las sociedades para
contribuir al avance de los países, exhortando además a ampliar las oportunidades
de los ciudadanos en el acceso a la educación superior, especialmente en las
naciones en desarrollo.
28
Como puede deducirse es fundamental combatir la pobreza para lograr el
desarrollo sustentable de los pueblos y la inclusión social de sus ciudadanos, y
alcanzar el nivel de calidad de vida que desean. En este contexto, analizando la
educación universitaria, o específicamente las normas y leyes que la regulan,
cabe entonces preguntarse, ¿son adecuadas las políticas de educación
universitaria para erradicar la pobreza, analizada en todas sus dimensiones?, si
existen normas y leyes al respecto ¿cuáles son y cómo se les hace seguimiento y
control?
Para responder estas preguntas es pertinente interpretar distintas
realidades a nivel mundial. No obstante el análisis toma como muestra a España,
por ser uno de los países de Europa que ha adelantado reformas educativas
universitarias. Al respecto, el Organismo que acredita la calidad de las
Universidades (relativa a su organización, estructura, políticas, planes y
programas, entre otros aspectos) es la ANECA (Agencia Nacional de la
Evaluación de la Calidad y Acreditación), fundamentándose entre otras normas o
leyes, en la Ley Orgánica de Universidades de España 6/2001, del 21 de
diciembre.
Según la exposición de motivos de esta Ley, que deroga la Ley Orgánica de
Reforma Universitaria de 1983, el nuevo diseño permitiría al sistema universitario
español mejorar su calidad docente, investigadora y de gestión; fomentar la
movilidad de estudiantes y profesores; responder a los retos derivados de la
enseñanza superior no presencial y de la formación a lo largo de la vida; e
integrarse competitivamente junto a los mejores centros de enseñanza superior en
el nuevo espacio universitario europeo.
Además, establece como propósito impulsar la cohesión del sistema
universitario; profundizando las competencias de las Comunidades Autónomas en
éste, incrementando el grado de autonomía de las Universidades; y definiendo las
29
vías necesarias para el fortalecimiento de las relaciones y vinculaciones
recíprocas entre Universidad y sociedad.
Por otra parte, la Ley refleja aspectos pertinentes al logro de la calidad de
vida en su articulado, como se evidencia en la pequeña muestra referida a
continuación:
1. Especifica cómo las universidades deben promocionar y garantizar su propia
calidad planteando entre otros objetivos: la medición de su rendimiento y la
rendición de cuentas a la sociedad; la competitividad en el ámbito nacional e
internacional; la mejora de las actividades docente, investigadora y de gestión;
así como fomentar la excelencia y movilidad de estudiantes y profesores.
Para lograr estos objetivos establece evaluar, certificar y acreditar
fundamentalmente: las enseñanzas conducentes a la obtención de diplomas y
títulos de carácter oficial, con validez en todo el territorio español a los efectos
de su homologación; las actividades docentes, investigadoras y de gestión de
los profesores universitarios; y las actividades, programas, servicios y gestión
de los centros e instituciones de educación superior (TÍTULO V Artículo 31.
Garantía de la Calidad)
2. Establece esquemas de coparticipación y corresponsabilidad entre sociedad y
Universidad; para ello, respetando la autonomía de las Universidades, se
completan las competencias del Consejo Social para que pueda asumir la
supervisión de todas las actividades de carácter económico de la Universidad y
el rendimiento de sus servicios.
El Consejo Social se configura como el órgano de relación de la Universidad
con la sociedad. A este órgano le corresponde la supervisión de la actividad
económica de la Universidad y el rendimiento de los servicios, así como la
aprobación de los presupuestos (TÍTULO III. Artículo 14. Consejo Social)
30
3. Sobre el profesorado, la Ley adopta un sistema de selección más abierto,
competitivo y transparente, que pretende mejorar la calidad a través de un
proceso de habilitación que otorga prioridad a los méritos docentes e
investigadores de los candidatos. La actividad y la dedicación docente, así
como la formación del personal docente de las Universidades son
considerados criterios relevantes, atendida su oportuna evaluación, para
determinar la eficiencia en el desarrollo de la actividad profesional de los
profesores (TÍTULO VI. Artículo 33. De la función docente)
4. Las enseñanzas se estructuran como máximo en tres ciclos, cuya superación,
según la modalidad de enseñanza cíclica de que se trate, da derecho a la
obtención de los títulos de Diplomado universitario, Arquitecto Técnico,
Ingeniero Técnico, Licenciado, Arquitecto, Ingeniero y Doctor (TÍTULO VI.
Artículo 37)
Así podría continuar enumerándose distintos artículos de la Ley que tienen
relación con la calidad de la educación universitaria. Pero con la muestra es
suficiente (en el resto de los artículos es igual), para aseverar que a la norma aún
le falta para otorgar a la sociedad el papel relevante que debe tener en el logro de
los objetivos educativos, pues a pesar de que establece la competencia del
Consejo Social como ente vigilante de la ejecución del presupuesto y rendición de
cuentas económicas de las Universidades, además de darle autoridad para
aprobar las normas que regulan el progreso y la permanencia en la Universidad de
los estudiantes, no permite que cumpla un rol en la planificación y evaluación de
las estrategias de enseñanza-aprendizaje, los servicios universitarios estudiantiles
y la participación de los saberes populares en los programas de investigación,
entre otros aspectos.
Por supuesto que existen muchos artículos en esta Ley orientados a la
búsqueda de la excelencia universitaria, pero considerando criterios más
31
apropiados a la evaluación de empresas de bienes y servicios, olvidando la
función social y humanitaria que deben cumplir las universidades. Evidencia la
importancia casi absoluta que se da a las actividades de docencia e investigación
al evaluar la calidad del profesorado, relegando por completo la vinculación que
puedan ejercer en trabajos comunitarios (referida anteriormente como importante
por la directora general de la UNESCO), lo cual habla de la exclusión de aquellos
que ejerzan una vinculación realmente significativa vista desde la evaluación de
las comunidades hacia las universidades.
Esta tendencia es reforzada a su vez por el Organismo que acredita la
calidad de las universidades españolas, ANECA, porque usa con mayor frecuencia
indicadores cuantitativos de gestión administrativa que aquellos que permiten una
valoración cualitativa de la vinculación social de las universidades. Esto se
evidencia al revisar los instrumentos que ofrecen a las universidades para evaluar
su calidad, principalmente la de sus programas: PEP (para evaluar las
competencias de quienes aspiren el acceso a las figuras de profesor universitario
contratado); ACADEMIA (que evalúa el perfil de los solicitantes para el acceso al
cuerpo de docentes de planta); VERIFICA (para valorar la consonancia de los
planes de estudio con el Espacio Europeo de Educación Superior) y DOCENTIA
(cuyo objeto es apoyar a las universidades en el diseño de mecanismos propios
para gestionar la calidad de la actividad docente del profesorado universitario).
La razón de que se dé tan poca relevancia a la sociedad es que la misma
Ley Orgánica de Universidades vigente ( 6/2001, del 21 de diciembre), en donde
se prescribe la creación de la ANECA, establece en su Artículo 87 que “En el
ámbito de sus respectivas competencias el Gobierno, las Comunidades
Autónomas y las Universidades adoptarán las medidas necesarias para la plena
integración del sistema español en el espacio europeo de enseñanza superior” y
revisando el Modelo de Excelencia de la EFQM (Fundación Europea para la
Gestión de Calidad) adaptado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
(MECD, 2001), puede observarse que la ponderación que otorga el Modelo a los
32
resultados en el entorno (impacto en la sociedad) es tan solo del seis por ciento
(6%), ya que fue un modelo creado para la competitividad empresarial y el
gobierno poco modificó la ponderación inicial al respecto.
REFLEXIÓN COMPARATIVA ENTRE LAS NORMAS DE EDUCACION UNIVERSITARIA EUROPEAS Y LATINOAMERICANAS
Suponiendo un comportamiento similar al de España en el resto de
comunidades europeas, sobre la base de la homologación de sus títulos y la
facilidad en la movilización de sus estudiantes universitarios, y observando la
tendencia mundial a la educación universitaria transfronteriza y el incremento de
estudios a distancia, puede deducirse que la perspectiva europea sobre la calidad
de la educación universitaria dista todavía de la asumida por la UNESCO, en lo
que atañe al compromiso de los países de promover una mayor inclusión social en
todos sus ámbitos.
Las universidades europeas todavía siguen viendo a las comunidades como
entorno de su espacio elitesco, no reconociendo la existencia y pertinencia de los
saberes populares ni considerándolos parte importante en la generación de
conocimientos, es así como no se reconocen a si mismas como comunidad y,
peor aún, utilizan a ésta última en la realización de sus funciones sin otorgarles
participación en la toma de decisiones académico-administrativas relevantes.
Con respecto a la labor investigativa que cumplen los docentes
universitarios en el continente europeo, persiste la idea de la relevancia
académico cientificista, sobre las investigaciones tendentes a la solución de
problemas sociales cotidianos. Por ello, compiten entre los primeros puestos de
los rankings mundiales, pues hasta ahora la competencia universitaria ha fijado
como criterios preponderantes los relacionados con las investigaciones de
“laboratorio”. Si bien es cierto que este tipo de investigación es importante en la
búsqueda de la independencia tecnológica de los países, demostrado está que no
contribuye significativamente en la solución de los males mundiales que azotan a
33
las naciones como son el hambre, la pobreza y el incremento de discriminaciones
sociales, entre otros.
Por su parte, las universidades tradicionales latinoamericanas, aún siguen
el mismo patrón que las europeas. Sin embargo se nota una mayor preocupación
en la región sobre los problemas sociales de la humanidad, quizá por estar más
identificados con los países que los sufren que aquellos considerados con un nivel
mayor de desarrollo. Es por ello que en sus políticas de reformas universitarias,
debatidas todavía y en constante modificación, concretan normas que apuntan a
un protagonismo de la sociedad en la definición y evaluación de planes
universitarios.
De igual manera pueden observarse cambios o intentos de integrar las
investigaciones de estudiantes y docentes, con participación de miembros
comunitarios y/o tecnólogos populares, con el fin de permitir la transferencia de
conocimientos en sentido multidireccional, realizando así un justo reconocimiento
a los saberes populares y ancestrales y colocando al servicio de la sociedad y no
de intereses particulares, el conocimiento generado en y más allá del claustro
universitario.
Mención especial merece el Caso Venezuela, pues con las políticas de
municipalización y masificación, más una gran cantidad de normas y leyes
consideradas vitales para el proyecto país, se busca disminuir la brecha social por
medio de la inclusión a través de una educación de calidad, en plena coincidencia
con lo propuesto por la UNESCO. Sin embargo es importante acotar, que la sola
existencia de todo este andamiaje legal no basta para optimizar la relación calidad
de educación con calidad de vida, más aún si se hace uso inadecuado de valiosas
políticas sociales transformándolas en herramientas para el proselitismo. Pueden
dictarse las mejores políticas, normas y leyes, pero es el factor humano quien
tiene la responsabilidad y el privilegio de administrarlas, aunque esto no implique
necesariamente que lo haga con la sabiduría que se amerita.
34
35
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