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Precio $70 - Jueves 11 de setiembre de 2014 - Año XI - N° 446 | www.voces.com.uy - Edición de 3.000 ejemplares Tu cultura importa Presentamos el Informe de Gestión de la Dirección Nacional de Cultura 2010-2014 Descargalo en cultura.mec.gub.uy

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U no. Argentina resolvió aplicar un convenio de años atrás (firmado por este país, Brasil y Paraguay)

para que los fletes marítimos entre ellos se realicen por barcos de los signatarios. Uruguay no firmó, y ahora responsabili-za a Argentina de sus problemas. Pero previo a la firma, Uruguay señaló que presentaría una contrapropuesta, lo que se aceptó. Pero nunca la presen-tó. ¿Por qué?Segundo; la central sindical siempre de-fendió la necesidad de una marina mer-cante nacional: por ahorro de divisas en fletes; por empleo; por soberanía; por fomento de la tecnología; por fortaleci-miento de la integración. Sin embargo, hoy guarda silencio. ¿Por qué?Tercero, ¿Por qué el gobierno uruguayo no fomenta el desarrollo de una marina mercante nacional?Cuarto. Seguramente en el puerto hay unos pocos empresarios navieros be-neficiados con la situación (jerarcas de gobierno declararon que “a Uruguay no le convenía” el convenio). ¿Por qué

“no le convenía”? ¿Por qué el gobierno defiende estos empresarios y no una marina mercante?1

Por lo tanto: ¿qué intereses defiende el gobierno uruguayo; desvía la atención, y “culpa al otro”? En los discursos, Montevideo aspira a ser “el gran puerto” de la región; un “hub”2. El problema del calado es permanente y no fácil de resolver. Las grandes navieras privadas controlan el tráfico, pero el gobierno habla de gran-des iniciativas sin acordar previamente líneas para un convenio con ellas, pese a que ya son propietarias de kilómetros de muelles en puertos competitivos con Mvd. Porque Río Grande está muy cerca y, pese a ciertos problemas con el clima, lo real es que ya está dragando a 18 me-tros (Montevideo apenas llega a 13) con un fuerte apoyo de su gobierno (para ellos, siempre “Brasil primero”) y flotas pesqueras de altura abandonaron Mvd. para ir allí, y las medidas argentinas lle-varon miles de contenedores.Argentina licita un nuevo canal que desplazará el del Indio, y ampliará los puertos de Quequén y, sobre todo, La Plata. Éste no escapa a los problemas de sedimentación de Buenos Aires pero los posterga, y más que duplicarán los amarres. Cuenta con conexión ferro-viaria con todo el país. A largo plazo, proyecta un puerto hub en Punta Indio (extremo norte de la bahía de San Bo-rombón).Dos. Importa aclarar el impacto de un puerto en el PIB, porque nos dan la impresión de que es fundamental:

“Es enorme el terreno que tenemos para avanzar en materia logística y de

puertos” (Astori3). Hay muy pocos paí-ses pequeños en los cuales un puerto (como Rótterdam o Amberes4; en ver-dad, puertos de Alemania) tiene cierto peso y, probable, la ciudad-estado de Singapur. Una anécdota En Nicaragua, comentan-do con una delegación de la Junta Cen-tral de Planificación de Cuba cuentan que en un período estaban entusias-mados con la idea de un gran astillero, pensando en que se constituiría en un gran polo de desarrollo. Pero se dieron cuenta que, en verdad, el astillero era una caja vacía. En buena medida, es un sitio de ensam-blaje de piezas que se producen en otro lado. Y lo importante; el “desarrollo”, está en esos otros lugares: las chapas de acero; motores; sistemas eléctricos; plás-ticos, y otros cientos de partes que, en el astillero, se ensamblan. Por supuesto, en Cuba no se producían; eran posibles sólo a futuro y en acuerdo con otros países.La anécdota nos remite a un razona-miento económico más de fondo: la re-lación entre desarrollo e infraestructura. Hoy es usual escuchar que “si invertimos en infraestructura (carreteras, puertos), estas ‘facilidades’ atraerán industrias y, por ende, el desarrollo”5. Nadie duda que una mejor infraestructura colabore, pero el proceso virtuoso es el inverso. Es el desarrollo el que coloca las exigencias para la infraestructura, como tan bien lo explicó Paul Baran6.El razonamiento/anécdota anterior se aplica palabra por palabra a un puerto. Contribuye al PIB al generar empleo, impulsar inversiones y demás, pero es un complemento, no una de las loco-motoras de un país. Lo central –como en todo el mundo- sigue siendo una economía integrada; con buenas tecno-logías, socialmente productiva y, ojalá, equitativa.Tres. Uno de los mantras en la política económica dominante es que para que un país se desarrolle tiene que incre-mentar al máximo sus exportaciones. No importa que se trate de materias primas; las divisas obtenidas permitirán un mejor ingreso y que el país importe lo necesario para su crecimiento. De ahí, los puertos.Es ocioso argumentar que es un mantra para el beneficio de los países dominan-tes; mantendrán su dominio industrial, tecnológico y sus altos ingresos, mien-tras el resto del mundo les traspasa sus riquezas. El tema es de fondo.Quizás sea útil otra anécdota. Años atrás, Uruguay debatía cómo “sacar” (exportar) los troncos de miles de hás. forestadas. Con unos compañeros pro-pusimos “que no se exporte ni un solo tronco”. No pensemos en invertir en

carreteras y puertos, sí en procesar los troncos en nuestro país. No se hizo7, y pensemos lo mismo para la soya, lana, nuestro mineral de hierro. En este escenario, las necesidades de un

“gran puerto”, ¿no cambiarían radical-mente? Se habla del posible puerto de La Charqueada, para “sacar” la produc-ción del este del Uruguay; exportare-mos arroz; troncos; soya para procesar en las industrias de… Porto Alegre. Entonces: hay una simbiosis perfecta; una coherencia total (y terrible para el pueblo) entre una política económica que responde al mantra de exportar, ex-portar, y la consolidación de nuestro pa-pel de productores de materias primas. En definitiva. Una estrategia de largo plazo señalaría que, dados el tipo y volumen de nuestro comercio exterior, el actual puerto armoniza con ellas. ¿Es preciso un puerto de aguas profundas? Técnicamente, uno que ofrezca algo más de 20 mts. de calado es imprescin-dible sólo para buques que transporten minerales; otros productos no tienen problemas, y el tamaño y calado de los buques sólo influye en su eficiencia económica. El impacto de un puerto en el PIB es de complementariedad hacia lo de-terminante: una economía integrada, industrializada y demás. No se debe-ría por tanto “vender espejitos” en el sentido de que debemos hacer todo lo posible para que sea el puerto hub de la región8. No sólo es difícil, sino que poco se justificaría. Es inflar el globo del puerto como “la plataforma logística” de la región, para la cual aportaríamos ingentes recursos; se darían todas las fa-cilidades y más zonas francas, es pensar en los empresarios y apenas un “derra-me” menor hacia la sociedad9. Hasta aquí, supusimos que en el país y la región se mantiene el sistema social y económico. Esto implica que las relacio-nes entre los países son de competen-

cia. Se trata de vencer al otro; obtener para sí los beneficios sin importar sus consecuencias, y es válido recurrir a lo que sea. Pero es imprescindible, viable y urgente impulsar cambios con un rum-bo de superar el capitalismo. En los hechos, los gobiernos mantienen sus posturas nacionalistas, y esen-cialmente defienden los intereses de grandes empresas privadas, no la real integración de los pueblos. Ésta es clave para nuestro futuro y, en este tema, para una política integrada de puertos.

NOTAS:1 - Pasajes tomados del Boletín Nº 10 de Rebeldes, marzo 2014. Puede verse en http//www.rebeldes.com.uy2 - Puerto donde recalan buques de larga distancia, que operan allí para que, luego, buques menores redistribuyan las mercancías a su destino final. 3 - En radio Sarandí, citado en El Observador 3/9/14.4 - No son centrales para Bélgica y Holanda; su desarrollo capitalista es previo, y en buena medida sustentado en una historia colonial de la peor calaña (aporte de JPL).5 - En verdad “atraen” a las transnaciona-les para que saqueen más y mejor nuestros países.6 - Imprescindible texto, hoy deliberadamen-te ignorado: P. B..: Economía política del crecimiento. Fondo de Cultura Económica, Méx., 1964.7 - El país sigue exportando troncos a zonas francas.8 - Vendiendo espejitos: El PAP en Rocha no sólo tiene remotas posibilidades, sino que ni figura entre los “Proyectos Prioritarios” de COSIPLAN y su Plan 2012-2022, organismo que la UNASUR creó para “reemplazar a IIR-SA” en la región (aporte de VB).9 - Días atrás, el Pte. de la ANP A. Díaz lo definió como “un proyecto bajo órbita priva-da”. Congreso Latinoamericano de Puertos 26-29 / 08 / 2014.

Mucho se habla; poco se explica. Veamos su “actualidad”, analicemos lo que implica un puerto para el PIB, y su papel en función de una política económica determinada.

TEMA PUERTOSNotas para el

OPINIÓN >> Gustavo Melazzi

PINT

Ó D

EBAT

E

Complicado como un parto de nalga en medio del campo.Manoseado como pasamanos del Hospital de Clínicas.Difícil como armar el cubo de Rubik con los ojos vendados.Conversado como madrugada de velorio en Martinelli.Discutido como interpelación al ministro de Economía.¡Pero lo logramos! Salió el debate organizado por VOCES.Lo habíamos anunciado para el 1 de setiembre pasado y se canceló, porque se le complicó ese día a algún candidato.Reiniciamos el intento y no fue fácil en plena campaña.Ahora sí está confirmado y es el lunes 22 de setiembre.La cita es en el Paraninfo de la Universidad de la RepúblicaComenzará a las 10 de la mañana y durará dos horas.Es con entrada libre para todos los que estén interesados.Confirmaron su participación 6 candidatos presidenciales.Veremos dar su opinión y discutir sobre seguridad pública a: Luis Lacalle Pou, Pedro Bordaberry, Pablo Mieres, Gonzalo Abella, César Vega y Rafael Fernández. Estamos definiendo el formato para que se discuta en serioCreemos que es una instancia para que la ciudadanía conozca mejor a los aspirantes a la presidencia del país.Nos parece que para que sea realmente democrático nadie puede ser excluido por su tamaño, trayectoria o ideología.Será un debate acorde a la tradición de nuestro semanario:plural e igualitario, sin condiciones ni concesiones con nadie.No perdemos la esperanza de verlos a todos debatiendo.Sería un gran mensaje republicano y una forma de subir unpoco el nivel de esta campaña electoral tan chaucha.Los esperamos dentro de once días en el Paraninfo.

www.voces.com.uy >> [email protected]

Consejo de Redacción: Alfredo García, Jorge Lauro y Hoenir Sarthou. Colaboradores Permanentes: José Luis Baumgartner, Andrés Berterreche, Fernando Chaer, Javier de Haedo, Nelson Di Maggio, Leonardo Flamia, Carlos Garat, Víctor García, Rafael Massa, Nora Mijalovich, Luis Morales, Cristina Morán, Luis Nieto, Amílcar Nochetti, Antonio Pippo, Ana Rosa Rodríguez, Cecilia Rodríguez, Mauricio Rodríguez, Matías Rótulo y Rodolfo Ungerfeld. Colaboradores en este Número: Pablo Anzalone, Marcelo Bacigalupi, Andrea Bertino, Mónica Buscarons, Roberto Elissalde, Roque Faraone, Rafael Fernández, Juan Miguel Carzolio, Eduardo Gudynas, Ernesto Kreimerman, Perla Lucarelli, Gustavo Melazzi, Valeria Milman, Margarita Percovich, Anibal Pereyra, Luis Porto, Leonardo Trujillo. Con el servicio informativo exclusivo de Librumface. Redactor Responsable: Alfredo García. Chaná 2389 - Tel: 24018298 - [email protected] Diseño: HARDCOPY (Cecilia Rodríguez Suárez, Alejandro Rey). Fotografía: Rodrigo López y Ariel Arispe. Distribución: Enrique Espert. Interior: Careaga. Impresión: Microcosmos S.A. Depósito Legal: 337871. Permiso del MEC: N° 1929. Año 11 - N° 446 - Jueves 11 de setiembre de 2014. Precio: $70. Las opiniones expresadas en las notas firmadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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H oy, con la benevolencia del se-manario Voces, inicio una serie de columnas en las que pienso

mostrar las diferencias fundamentales entre derecha e izquierda en materia de educación. No soy un especialista del tema, pero advierto que son con-cepciones opuestas.Hace un tiempo, en el semanario Brecha publiqué una serie titulada

“Izquierda, hoy”, que ulteriormente fue recogida en un folleto publicado por la Fundación Trías y auspiciado también por la Revista Estudios y el CADESYC. (Estos auspicios ponían en evidencia que diversos sectores de la izquierda política tienen coincidencias teóricas destacadas).Esa primera experiencia me estimuló a iniciar una segunda serie, sobre el tema: “Publicidad”, que fue acogida por el semanario Voces y luego dio lugar a una publicación que acaba de aparecer, patrocinada por tres insti-tuciones de izquierda: Cuadernos de Compañero, Revista Estudios y CA-DESYC.Entonces, intentaré ahora resumir sintéticamente lo que distingue a la izquierda de la derecha en materia de educación, también con el propósito de interpretar coincidencias del pensa-miento de la izquierda uruguaya.

Para empezar, las ideas de izquierda fueron las que impulsaron la función educadora del Estado, desde sus orí-genes. La derecha prefiere una ense-ñanza clasista, donde sus hijos no se

“mezclen” con los sectores populares, donde – por ósmosis – se trasmitan

“valores” de los sectores dominantes de la sociedad, donde más adelante po-drán formarse alianzas matrimoniales que perpetúen el dominio social o por lo menos se asegure a los herederos cierto ascenso social. Y que el Estado no gaste, o gaste lo menos posible, para ilustrar “a la plebe”Cuando los sectores dominantes de nuestra sociedad iniciaron la actual campaña de denuncia de “los fraca-sos de la educación pública”, toda la información y la argumentación estuvo siempre dirigida a la acción del Esta-do. En ningún momento se analiza la complejidad de la sociedad actual para advertir que no sólo el Estado está actuando.

Véase un esquema de la realidad:

Los medios masivos cada día cum-plen menos funciones de “educación”. Antaño, cuando sólo existía la prensa, ésta era un factor impulsor de la alfa-betización y contribuía fuertemente a la instrucción de amplios sectores populares. Hoy, en feroz competen-

cia con los medios audiovisuales, no sólo reduce sus tirajes y tiende a desaparecer al menos en su expresión de impresión sobre papel, sino que se ha transformado en vehículo de publicidad escandalosa, acompañada de información banal, emocionante, estimuladora de pulsiones denigrantes y sensacionalistas. Los medios audiovi-suales, que en nuestro medio son casi exclusivamente privados, no tienen otro financiamiento que la publicidad, lo que los lleva, exacerbados por la competencia, a darle prioridad a todo lo que sea rentable: morbo, violencia y vulgaridad, postergando o elimi-nando lo que implique una nota de calidad. Calificarlos de antieducativos no es arbitrario. Los mensajes que emiten no son neutros frente a los valores que impulsa la educación: son antieducativos.La publicidad, es sabido, promueve el consumo. Los propietarios y los publici-tarios (que lógicamente la defienden) dicen que “informa” (para hacerles creer a los consumidores que es una actividad útil y beneficiosa y no una inversión en beneficio de los producto-res. La publicidad no es sólo un gasto superfluo que desde luego paga el consumidor y que lo lleva a consumir cada vez más de lo necesario o con-veniente, sino que, además, consti-tuye siempre un mensaje enajenante, muchas veces tonto, repetitivo (hay que acordarse siempre de “coca-cola” cuando hay que elegir) y carente, casi sin excepción, de algún valor educati-vo. La publicidad sólo “educa” para el consumo, esto es, deseduca. La familia sí, educa. O mejor, puede educar, y, en términos generales, casi siempre lo hace. Pero aquí tenemos que empezar a hilar fino. No empeza-remos por esquemas conformistas o estereotipos formales. No habrá que hablar sólo de familias integradas o desintegradas (matrimonios, divorcios y familias uniparentales). Habrá que considerar también las condiciones laborales del o de los padres, el estatus socio-económico de los progenitores y su formación cultural, etc.La sociedad, finalmente, (con la abs-tracción que este término implica), también educa, (o incide en el pro-ceso de educación) en el sentido que trasmite valores culturales propios de cada país y de cada época, pero lo hace en forma asistemática y con muy poca

posibilidad de intervención racionaliza-dora, ya sea del Estado ya sea de algún otro centro de poder existente dentro de la sociedad.

En la próxima columna: ¿Cómo ve la derecha estos cinco factores?

¿ Qué vamos a decidir en octubre y noviembre de este año?En octubre decidiremos quiénes

serán los diputados y los senadores. Y, casi con seguridad en noviembre, ele-giremos al próximo presidente, que, hasta donde puede preverse, será Ta-baré Vázquez o Luis Lacalle Pou.Pero, ¿decidiremos algo más?En los últimos diez años, el país ha iniciado una serie de cambios drás-ticos, particularmente en la econo-mía: grandes extensiones de tierra dedicadas a la soja, enormes plantas productoras de celulosa, proliferación de puertos y de zonas francas, exone-raciones tributarias a las megainver-siones, fuerte carga tributaria a los salarios, creciente extranjerización de la tierra y total extranjerización de la industria frigorífica, cierre de PLUNA, legislación que dispone la bancariza-ción obligatoria de las transacciones monetarias, multiplicación de la deu-da externa, leyes especiales y acuer-dos secretos para megaproyectos con incidencia ambiental, como Montes del Plata, o Aratirí y la regasificadora.Son cambios que no sólo modifica-rán la estructura económica del país sino también su vida social, su escala de valores y la distribución del poder, sobre todo debido al ingreso al país de capitales globales que, como si su poder fuera poco, operan amparados por estatutos de privilegio estableci-dos por el gobierno. ¿Hubo discusiones serias entre el gobierno y la oposición sobre esos rumbos económicos? ¿Se los debatió públicamente? ¿Se los discutió incluso dentro del mismo Frente Amplio, a nivel de la militancia?Por cierto, no. Esas decisiones se han presentado como un camino inevita-ble que había que seguir a cualquier costo, como si no hubiera otro. Y nadie, en el partido de gobierno ni en la oposición, formuló oposición o debate al respecto.¿Qué es lo que se discute en la campa-ña electoral, entonces?Conceptualmente, se discute poco. Porque los candidatos con chance de ganar, en su afán de conquistar a todos los sectores del electorado y de no renunciar a ninguno, hacen discur-sos ambiguos que cada día se parecen más entre sí. Así, Lacalle Pou anuncia como futura ministra de economía a una discípula de Astori, y asegura que mantendrá los consejos de salarios, el Plan Ceibal,

la legislación laboral de los peones rurales y las empleadas domésticas, y, con algunos cambios, las políticas sociales e incluso la ley de responsabi-lidad penal empresarial. Mientras tanto, Tabaré Vázquez in-cursiona en el corazón del programa conservador y promete más seguridad ciudadana, reducción de impuestos a las clases medias, e incluso, como guiñada al influyente sector de la enseñanza privada, rinde tributo a un viejo proyecto del asesor de Lacalle, Pablo Da Silveira, y anuncia la crea-ción de becas para que los sectores sociales menos pudientes puedan op-tar por asistir a centros de enseñanza privados.El resultado son discursos ideológi-camente monocordes, tipo pastiche, orientados hacia lo que las dirigencias políticas entienden que es la voluntad de un supuesto votante promedio de clase media.Eso no significa que los partidos no discutan. Por cierto, lo hacen. El Fren-te Amplio agita los logros, reales o supuestos, de sus dos gobiernos y le endilga a su principal contrincante la intención de anularlos, aunque éste no se canse de decir que no lo hará. El principal contrincante, por su par-te, se embandera con los éxitos del Frente y ataca señalando los defectos, corrupciones e ineficiencias de sus gobiernos, dando por supuesto –no se sabe por qué- que él y su partido no los cometerán a su vez.También discuten sobre aspectos aun más accesorios, como la edad de los respectivos candidatos, lo que los lleva a menudo a esgrimir como ar-gumentos el posible estado mental o anímico del más viejo y la condición física del más joven.A eso se suma el papel sorprendente de la campaña publicitaria, convertida cada vez más en un género cultural o artístico autónomo, al punto que to-dos nos vamos acostumbrando a juz-gar los videos y “jingles” como obras publicitarias, con independencia de los contenidos que pretenden ven-dernos. Así, es frecuente que votan-tes frenteamplistas comenten “qué bien (o qué mal) está el último aviso del Cuquito”, aunque ni en sueños piensen en votarlo. Lo mismo ocurre en otras tiendas. Tal vez pronto el público uruguayo disfrute y juzgue la publicidad del mismo modo en que lo hace con un partido de fútbol entre el Manchester y el Real de Madrid, sin

pasión camisetera, por el solo amor al arte del fútbol, o, en este caso, de la publicidad. Si uno observa y analiza todos esos factores, puede concluir que los gran-des lineamientos de la vida del país, en particular su modelo económico, no estarán en juego en la campaña electoral y que su continuidad no de-penderá de quién gane las elecciones.El papel central de la inversión ex-tranjera en el desarrollo, la necesidad de ofrecerle más incentivos y privi-legios que a la inversión y al trabajo nacionales, la aceptación del papel de Uruguay como exportador de recur-sos naturales, la función secundaria del Estado en la vida económica, la creciente incidencia del capital finan-ciero en todos los aspectos de la vida social, el acatamiento de las reglas y “protocolos de buenas prácticas” impuestos por los organismos supra-nacionales, el aumento de la deuda externa, la ortodoxia en materia mo-netaria, el crecimiento del consumo entendido como bienestar, aunque implique endeudamiento, la carga tributaria aplicada a los salarios y el mantenimiento de políticas socia-les que disimulen pero no alteren la concentración de la riqueza, parecen constituir una receta que nadie está dispuesto a discutir.El modelo del capitalismo “global” se ha ido imponiendo en el país sin en-contrar resistencia. El hecho de que el Frente Amplio haya sido gobierno en los últimos diez años explica que no haya habido resistencia. Lo que puede sorprender es la facilidad y rapidez con que el Frente se adaptó a su nue-vo papel, que tan poco se avenía a su discurso histórico. ¿Qué elegiremos este año, entonces?Si consideramos las opciones profun-das, no elegiremos entre modelos distintos de país. Porque los grandes rumbos, en particular de la economía, están ya definidos y fuera de discu-sión. Para la decisión de los ciudada-nos comunes, quedan aspectos secun-darios y en buena medida simbólicos, aunque no insignificantes: la mayor o menor influencia de ciertas corpora-ciones; los criterios con que se asigna-rán los recursos destinados a políticas sociales; el estilo y la retórica de los gobernantes; el color de las banderas.Quizá eso explique cierta apatía de los ciudadanos ante el hecho elec-toral. Es que, aunque carezca de elementos teóricos para expresarlo,

cualquiera sabe si le están dando a elegir el paquete o sólo el color de la moña que habrá de adornarlo. Para quienes sí es vital el resultado electoral es para las burocracias políti-cas. Esos miles de funcionarios, aseso-res, contratados y ocupantes de cargos de confianza que rotarán si cambia el gobierno y que dependen de ese resul-tado para obtener o conservar poder y

“status”. Esos son los más apasionados en todos los partidos.Buena parte de la población votará este año emocionalmente, más en contra de una opción que a favor de otra.Así, el Frente Amplio agita el temido fantasma del “retorno de la derecha”, muy movilizador para la tradición de izquierda, pese a saber que “la derecha” tiene, dentro del modelo, un margen de maniobra tan reducido como el que ha tenido el propio Fren-te Amplio.Y “la derecha” promete eficacias y rectitudes administrativas que mal puede garantizar. Sobre todo por algo que se dice poco: el Partido Na-cional y el Colorado han perdido los resortes de poder social necesarios para gobernar. Además de la Univer-sidad y el ámbito de la enseñanza, el movimiento sindical y el ambiente ar-tístico y cultural -que tradicionalmen-te estuvieron ligadas a la izquierda-, ahora, la burocracia administrativa estatal, las empresas privadas de-pendientes de la contratación con el Estado, los medios de comunicación, el fútbol, el carnaval, la policía y has-ta el ejército han perdido la relación privilegiada que antes tenían con los partidos fundacionales y han esta-blecido compromisos y vínculos de interés con gobernantes del Frente Amplio. Nada nuevo, lo que ocurre siempre que un partido ejerce el gobierno durante un tiempo prolon-gado.El Frente Amplio, pese al desgaste, el agotamiento y los signos de “achan-chamiento” que evidencia, dispone de una capacidad de bloqueo que ju-gará en el proceso electoral y proba-blemente también después, en el caso de que el nuevo gobierno no fuera frenteampista. Dura tarea la de go-bernar sin disponer de ese microtejido de alianzas y lealtades sub o supra institucionales.Cabe preguntarse si algún día volve-remos a decidir en las elecciones los temas centrales de la vida del país.

LOS CINCO ACTORES ELECCIÓN SIN DECISIÓN

#1

CINCO ACTORES EN EL PROCES0 EDUCATIVO

(LOS MEDIOS Y LA PUBLICIDAD ACTUAN SOBRE TODOS)

MEDIOS MASIVOS PUBLICIDAD

LA FAMILIA LA SOCIEDADSISTEMA DE EDUCACIÓN ORGANIZADO POR EL ESTADO

IZQUIERDA Y EDUCACIÓN >> Roque Faraone#01 INDISCIPLINA PARTIDARIA >> Hoenir Sarthou

N˚ 417 | jueves 13 de febrero de 2014 5jueves 13 de febrero de 2014 | N˚ 4174

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Una de las primeras cosas que a uno le enseñaban hace unos años en cualquier curso de marketing eran las famosas cuatro “P” (Producto, Precio, Publicidad y “Plaza” – una forzada traducción del inglés placement, pero decir distribución rompía el efecto mágico de las P). Hoy, en la campaña electoral, se ha vuelto casi un cliché usarla, peyorativamente, por ejemplo para decir que un candidato es “puro marketing”. Concretamente de Luis Laca-lle Pou. Aquellos que hacen esa crítica, confunden el marketing con una de sus P, la Publicidad, y olvidan que no hay buena es-trategia sin un buen Producto, en este caso Candidato. Y uno de los secretos de la campaña de Lacalle Pou, es que elige destacar características intrínsecas del candidato que aparentemente la población valora. Lo mismo pasa con Azucena Arbeleche, a la que se le acusa de algo parecido, en torno a su postulación como ministra de Economía. Ser joven, mujer, con experiencia de go-bierno (y en administraciones de distintos colores) son atributos del “producto”, que el “cliente” (el elector) valora. Es también parte de una buena estrategia de marketing elegir el público al que se quiere hacer llegar determinado mensaje. Un público al que el discurso “por la positiva” (más allá de que tan profundo, o no, es) parece gustarle más que la vieja retórica política. La-calle Pou es un candidato que, por supuesto, tiene sus defectos pero de eso se tienen que encargar sus rivales, y no su plan de marketing, que por el contrario, si está bien elaborado, habrá analizado a la competencia, los posibles ataques, y la forma de repelerlos, o al menos de disminuir su impacto. Sus rivales bus-can un fl anco débil en el candidato que más entusiasmo ha ge-nerado en la campaña y que viene creciendo en las encuestas, y se enfocan en la persona, pero no pueden ir mucho más allá de su pretendida “falta de experiencia” o algunos argumentos vin-culados al pasado, del cual un hombre de 41 años no puede ha-cerse demasiado cargo. En cambio, un mejor camino parecería discutir sobre propuestas. Y allí es dónde empieza a jugar la “P” del Programa. El Partido Nacional está todavía en el “debe”. Su programa será presentado el próximo lunes 15, y será una sín-tesis, a su vez más desarrollada, de los lineamientos que habían elaborado entre los dos sectores que compitieron en la interna. El Frente Amplio tiene su programa aprobado desde el Congreso del año pasado, y también lo tienen el Partido Colorado, y el Par-tido Independiente. En todos los casos, programas elaborados con muchísimo trabajo, con cientos y miles de técnicos aportan-do propuestas, de gran interés para el país. Cuando uno revisa los programas (en el caso del Partido Nacional lo que hasta aho-ra se conoce) encuentra muchas coincidencias. Muchísimas. Por eso, en vez de preocuparnos tanto del marketing electoral, y de quién lo usa mejor o peor (porque también está claro que todos lo aplican), podemos centrarnos en los programas. Buscando las diferencias, que tal vez nos hagan defi nir el voto, pero también, y sobre todo, buscando las semejanzas, para exigirle a la clase política que el país avance en las cosas en las que hay acuerdo, o enormes coincidencias, y en las cuales al Uruguay le va el futuro (como en la educación o en la infraestructura). Tal vez tales se-mejanzas, reales, también fueron visualizadas cuando se elaboró la estrategia de marketing de Luis Lacalle Pou, y ahí está parte del secreto de su éxito.

“P” DE PROGRAMA, “C” DE CANDIDATO

>> Juan Miguel Carzolio@jmcarzolio

Hay cosas que la gente sabe. El problema es que se olvida rápido el por qué, el cómo, el con quién. Digamos que en términos sociológicos, la mayoría de la gente recuerda algunos titula-res y naturaliza todo lo que le pasa. Así como durante años se naturalizó la idea de que lo mejor que uno podía hacer era irse para otro país, hoy suena natural que la fi bra óptica pase por la puerta de la casa y uno, por mucho me-nos de lo que cuesta el cable, tenga la mejor co-nexión del mundo. Es normal andar peleando las tablas de índices mundiales de seguridad social o energía renovable.Pero es más difícil que “la gente” sepa que si se hubiera perdido el plebiscito de las empre-sas públicas en 1992 hoy Telefónica o América Móvil habrían segmentado el país entre ricos capaces de comprar los mejores servicios y po-bres sin capacidad de conexión a Internet de calidad. Si hubiéramos apostado a la inversión privada todavía estaríamos esperando la llega-da de algún molino eólico “rentable” o viviría-mos en el mundo de las empresas unipersona-les sin derecho a licencia ni a enfermedad.Esa fi cción llamada “la gente” sabe que el país cambió para bien, con justicia social y solidari-dad. Pero alguien se olvidó de ponerle el sello ideológico, la marca política a lo que se hacía.Hoy resulta que el candidato de toda la oposi-ción apoya la energía eólica, los telecentros gra-tuitos, el desarrollo de Conchillas y del puerto de Montevideo, el crecimiento agrícola, el siste-ma nacional de salud, el Plan Ceibal y la erradi-cación de asentamientos y hasta se atreve a su-gerir que apoya el matrimonio igualitario.La lucha en una sociedad democrática como la nuestra es una lucha por los significados, por el sentido a las cosas que pasan. El Frente Amplio, a través de sus dos gobiernos, cambió el país; hoy corre el riesgo de que se interpre-te ese cambio como una cosa que cualquiera de los otros hubiera hecho también. Sólo que mejor.¿Y cómo se da esa lucha por el sentido? No es haciendo propaganda ofi cial (que tiene que ser neutra) sino propaganda política del sentido de los cambios. Y es el FA quien debe hacerlo, explicarlo, recordarlo. La organización política debe dar sentido a los cambios que se produ-cen en la sociedad, especialmente aquellos pro-movidos por un gobierno de izquierda.Pero entonces, ¿qué papel juega el programa? Debería ser la guía de la acción, pero a una so-ciedad no se la conduce con un documento de doscientas páginas. A un grupo puede ser, pero no a una sociedad. A la sociedad, a los ciuda-danos, hay que darle una interpretación, una versión ideológica del camino elegido. Hay que desenmascarar la idea de que la derecha hubie-ra hecho lo mismo pero “sin burocracia ni co-rrupción”. El formato adecuado para esta tarea no es el de un texto sino el de un relato.El aspecto físico importa a muchos, pero más importa la capacidad para mostrar lo hecho a la luz de una interpretación política. Por esa ra-zón es que al candidato rosado le cuesta expli-car las 8 horas de los trabajadores rurales, el BPS para las empleadas domésticas, la ley de responsabilidad empresarial, el sistema nacio-nal integrado de salud, el impuesto progresivo a la renta, el matrimonio igualitario. Porque no tiene un relato creíble que lo explique desde su punto de vista.El Frente Amplio no puede tener un relato tec-nocrático. Su camino es y debe ser el de la lu-cha política de ideas. Orientada por un progra-ma común, pero desplegada en los lugares de encuentro de los uruguayos, incluidos los co-mités y los medios masivos, las redes electróni-cas y las organizaciones sociales.

PROGRAMA O RELATO, FALSO DILEMA

>> Roberto Elissalde

Si los dirigentes de los partidos políticos no tienen claro qué piensan sus posibles votan-tes, elegirá mal sus mensajes electorales. En el Uruguay de hoy la mejora en las condi-ciones de vida ya se ha incorporado como lógica y justa por parte de las personas y sus familias. Se siente que son derechos (y lo son) con los que se ha cumplido por parte del Estado en garantizarlos. Y en la medida que todos y todas tenemos un mayor número de derechos garantizados, comenzamos a esperar que otros (que veíamos más lejos de alcanzar) también puedan ser ejercidos. Los programas y las propuestas que hay en ellos interesan a un núcleo reducido de ciudadanos que resultan importantes porque son formadores de opinión. En su mayoría estos contenidos son trasladados parcial-mente y con interpretaciones mediáticas reducidas a frases que llegan al resto. Si la agenda electoral no la construye el partido político o los/as dirigentes, terminan decidiéndola los periodistas a través de los medios de comunicación, de acuerdo a su visión de cuáles son los intereses que puedan primar para levantar el rating.Hoy la comunicación electrónica infl uye en la generación de opinión y por lo tanto, es también una forma interesante de dar la mayor información sobre el contexto sobre el que se desarrollarán las propuestas de cada partido. Si esto no se hace y solo se mane-jan consignas siguiendo las exigencias actuales de la comunicación mediática, el debate electoral se empobrece por superfi cialidad o generalidad.Es bastante notorio en esta campaña la falta de conocimientos de lo que pasa en las for-mas de acceso a los servicios universales del Estado, que no son solo los de educación o salud, sino también los de la justicia. Y los fuertes malestares de la población están ahí: cuánto se ha hecho accesible el Estado para la diversidad de demandas, demandas que se han multiplicado al aumentar las garantías para hacerlo.Esta es la reforma que más cuesta porque tenemos instituciones viejas a las que les cuesta adaptarse a la ampliación de nuevas ciudadanías que antes ni accedían ni se que-jaban porque no sabían que tenían derechos a reclamar.Sería bueno que este tema entrara en la agenda electoral porque constituiría un buen balance para quienes hoy gobiernan y un desafío para los que quieren volver a gestionar a este viejo Estado.

Se debe celebrar que los partidos presentaron sus programas. He leído todos los pro-gramas que he podido encontrar, y siempre intento comenzar por una necesaria separa-ción. Por un lado, están los apoyos, dudas o rechazos sobre las posturas ideológicas que los sostienen, y por otro lado, la coherencia y rigurosidad de esos planes dentro de su propio marco de ideas. El programa del FA es seguramente mejor y más detallado que aquel presentado en las elecciones del 2009, y temas clave que antes fueron olvidados ahora están incluidos (por ejemplo, ambiente y minería). Pero por otro lado, hay ten-siones y hasta contradicciones, donde lo que se propone en una sección va a contrapelo de lo que se afi rma en otro capítulo. Ese problema no es tan agudo, en cambio, en el programa del Partido Colorado. No comparto unas cuantas cosas que allí se dice, pero es muy prolijo y coherente en sus propuestas. Y los blancos, usaron otro título (agenda), y aunque señalaron que seguirían otra lógica, enfatizando los resultados esperados de su gestión al futuro, eso no es tan evidente en el documento fi nal. Más allá de esa diversidad, hurgando en los programas de los cuatro principales par-tidos, hay más semejanzas de lo que a muchos de nosotros nos gustaría admitir. Las ideas sobre el desarrollo, el papel del crecimiento económico o la mirada hacia la globa-lización, tienen similares raíces conceptuales. Las diferencias se encontrarán en cues-tiones tales como cuáles serán los actores o marcos institucionales para administrar el crecimiento económico, cómo capturar y repartir los excedentes económicos, y la forma de insertarse en el mundo globalizado. Estos son sólo ejemplos, pero explican los enfrentamientos sobre si habrá más o menos Estado, si se rebajará o no el IRPF a la clase media, y cuestiones así. No quiero decir que todos los programas sean iguales, ya que existen unas cuantas diferentes y varias son importantes. Pero lo que encuentro es que las ideas básicas sobre el desarrollo, o sobre la ubicación de Uruguay en la globali-zación, e incluso acerca de las coberturas sociales, son similares. De esta manera, tanto las diferencias como las semejanzas dicen mucho. Es que los programas operan en dos sentidos. Orientan al futuro, y si un partido lo desea, allí puede presentar ideas nuevas, llamados a cambios radicales. Pero también se nutren del pasado y el presente, expre-sando los consensos dentro de los partidos, las ideas que todos dan como válidas y que no se desean abandonar. En este elección, predominan ese segundo tipo de componen-tes en los programas, y allí reside un mismo espíritu presente en todos ellos. Para expo-ner diferencias hay que hacer cosas como exagerar hechos coyunturales o las distincio-nes entre instrumentos de gestión. Pero como muchas ideas se terminan pareciendo, es inevitable que la campaña por momentos se vuelva aburrida y monótona. Cuando esos cimientos conceptuales se homogenizan, sólo es posible diferenciar la oferta electoral apelando a distintos envoltorios sobre los candidatos o a trucos publicitarios.

LOS DESAFIOS DE LAPROFUNDIZACIÓN DEMOCRÁTICA

CUANDO SE ASEMEJAN, LA CAMPAÑA MAS DEPENDE DE TRUCOS PUBLICITARIOS

>> Margarita Percovich

>> Eduardo Gudynas@egudynas

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A? En plena campaña electoral

parece que los programas no existieran. Todo se remite al perfil, las declaraciones, los gestos o el pasado del candidato en cuestión. Los titulares de prensa se remiten la mayor parte de las veces a polémicas o agresiones entre los presidenciables. ¿La economía es la gran marginada de la discusión y otra vez todo parece remitirse a anunciar las figuras que la llevarán adelante? ¿Por qué algunos temas que preocupan a la gente como el costo de vida parecen estar excluidos? ¿Inciden los jingles o los spots en la campaña más que las propuestas? ¿Importa el aspecto físico, la edad o las virtudes oratorias de los candidatos? ¿No es redituable electoralmente exponer ideas? ¿A la ciudadanía le interesan los programas de gobierno?

REFLEXIÓN SEMANAL

N˚ 417 | jueves 13 de febrero de 2014 7jueves 13 de febrero de 2014 | N˚ 4176

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“En otros tiempos, la política eran las ideas. Hoy, son las perso-nas.” (Schwartzenberg)Las campañas electorales son parte fundamental en el ejercicio de la democracia. Éstas permiten al elector conocer al candidato y sus propuestas. Pero en los últimos tiempos, las campañas han sufrido cambios. Uruguay vive una campaña electoral centrada más en los candidatos que en sus proyectos de gobierno. ¿Po-dríamos decir que nuestro país se suma al proceso de “personali-zación de las campañas”, en el que Estados Unidos fue pionero? ¿Cuáles son las razones de este proceso? Por un lado, la pérdida gradual de las ideologías y el incremento de la desconfi anza por parte de la sociedad hacia los partidos políticos y sus programas prometedores. Por otro, la mediati-zación de la política y las campañas electorales. Los medios de comunicación tienen un rol primordial en la proyección de una imagen “vendible” de los candidatos. En otras palabras, la Polí-tica se abrió a la oferta y demanda del mercado.Los candidatos, por su parte, poco afectos a debatir sobre sus propuestas, buscan empatía con los electores y logran acercarse a ellos a través de las redes sociales. Utilizan su “humanización” como estrategia para generar cercanía con el elector y generar confi anza. Es así como los votantes eligen al candidato con el que más se identifi -can, aun desconociendo su programa (si lo tiene). En este esce-nario político, la imagen, el efecto del paso de los años, los hijos, la esposa, los padres y hasta el perro del candidato, relegan a un segundo plano la política económica, la propuesta educativa y el control del gasto público en un eventual gobierno. El trabajo de la imagen va mucho más allá del cuidado del look del candidato. En esta estrategia de marketing interactúan múltiples disciplinas y actividades: la comunicación (lenguaje corporal y vocal, tonos y ritmos), la Psicología, la cromoterapia y hasta el feng shui para la decoración de un lugar para una entrevista.¿Liderazgo mata propuesta?Es imposible hablar de personalización del poder, sin hablar de liderazgo.Un buen líder debe tener una imagen bien defi nida, fuerte, gene-ralmente positiva. Ser líder carismático “distante” para llegar a numerosas comunidades que aspira dirigir, máxime en un pro-ceso de personalización de las campañas electorales, donde el candidato es el centro.En mi opinión, cursando un gobierno como el del Presidente Mujica, claramente centralizado en la fi gura, es lógico que se dé una campaña basada en líderes y no en propuestas. Un sector del electorado pide debate de propuestas entre los can-didatos, y es legítimo que así sea. Pero mucha atención con esto, los candidatos deberán exponer sus ideas de manera coherente con la imagen que hasta ahora han proyectado, y con la que han logrado adhesión por identifi cación; ya que un simple descuido, puede dejarlos fuera de carrera frente a otro que tranquilamente mantenga su liderazgo viéndolo por tv.

MERCADOTECNIA POLITICA

>> Perla Lucarelli@pl1809

El lector poco precavido puede tender a pensar que el titulo de esta columna se trata de una broma. Nada más alejado de la rea-lidad.Lo más frecuente es analizar los problemas de la ciencia política desde la óptica de en-foques cualitativos, propios de las ciencias sociales. Sin embargo, la Teoría de Juegos es una herramienta matemático cuantitati-va que ha tomado gran desarrollo en aque-lla ciencia social, ya que atiende decisiones estratégicas tomadas individualmente en situaciones de interdependencia. Una cam-paña electoral es una de ellas. Desarrollada a partir de los trabajos de John von Neumann en 1928, encontraron en los premio Nobel de Economía de 1994 John Nash, Reinhard Selten y John Harsan-yi una refi nación en los planteos de aquel. Tomas Schelling y Robert Aumann, ganado-res del premio en 2005, ratifi can su plena vigencia.Juegos como el dilema del prisionero o el del ultimátum dan cuenta en forma simpli-fi cada como las decisiones individuales no necesariamente son colectivamente opti-mas y si se reitera el experimento una bue-na cantidad de veces, los resultados pueden empezar a cambiar, basándose en la con-fi anza, equidad y altruismo, que son valores humanos que son intensamente estudiados por la teoría de juegos en el ámbito de la ciencia política.El país se encuentra de cara a una elección nacional. Cada candidato escoge una estra-tegia, con el fi n racional básico de recoger la mayor cantidad de votos. De eso se trata una instancia electoral. Para ello escogen un set de estrategias, que están generalmente vinculadas a las estrategias de los demás.Hay un conjunto de temas que están en agenda y otros que no se han logrado de-batir. La estrategia de Vázquez, en actitud pasiva, reticente al debate no parece haber cosechado éxito –las tendencias de las en-cuestas así lo indican- pese a lo cual no ha mostrado señales de acercamiento.En vastos sectores de electores existe la “ig-norancia racional”, que tiene amplia justifi -cación académica, que consiste en no tomar información debido a que el costo de obte-nerla excede el benefi cio que le proporciona, fundamentalmente basado en la aprecia-ción subjetiva de la incidencia de su partici-pación en las decisiones políticas. Eso hace imprescindible aprovechar el momento de máxima atención de dichos ciudadanos en ocasión del proceso electoral para plantear y sensibilizar acerca de los grandes desafíos nacionales que a nuestro juicio empiezan por recomponer el contrato social fractura-do y refl exionar sobre el proceso de pérdi-da de valores centrales que han deteriorado nuestra convivencia civilizada.Sin perjuicio de lo anterior, esta campaña muestra un candidato diferente, nuevo, re-novador: Luis Lacalle Pou. Y tiene una es-trategia estrella: “por la positiva”, que ade-más de ser una actitud de vida –nos consta que así lo es- viene a constituirse en una es-trategia dominante en términos de la teoría de los juegos, lo cual signifi ca que obtiene resultados positivos acumuladamente mas allá y con independencia de lo que hagan los demás.Se necesitan dos para bailar el tango. Y también para el diálogo. Porque para re-solver los grandes problemas del país no se puede tomar la política como un juego no cooperativo.

LA CAMPAÑA ELECTORAL ES UN JUEGO

>> Marcelo Bacigalupi@cr_ bacigalupi

No soy candidato a nada, no busco votos, no estoy en la campaña, y además, cuando alguna vez quise manifestar alguna discrepancia en privado con algo, alguien me dijo: ¡Vos de política no entendés nada! Sin mediar más argu-mento (puro pathos). Un pathos que dominó y sigue infl u-yendo en gran parte de la campaña: persuadir mediante la descalifi cación del otro.¡Y es verdad! de esta política de persuasión para obtener votos, no entiendo nada.¿Por qué entonces, me piden una reflexión? No sé. Pregúntenle a Alfredo García¿Por qué respondo? Como decía Vaz Ferreira en Fermentarios, para no morirme con estas cosas adentro.

Ethos Pathos y LogosSon las tres formas de la persuasión, desde Aristóteles: “vo-tame porque soy el mejor”, “votame porque el otro es el diablo”, “votame por este Programa”; sería una forma de resumir la retórica de Aristóteles que puede verse en esta campaña.Cuando la campaña sólo es ethos se cae en la soberbia y el hubris suele envenenar a los candidatos, cuando el pathos domina la campaña suele ser patética (de allí viene por cier-to el concepto), y cuando el loghos domina la campaña no moviliza, no emociona, “no enamora”, se vuelve una cam-paña de “pecho frío”.Cada uno de los énfasis, por separado tiene su público, pero ninguno por separado obtiene mayorías; porque quienes buscan argumentos rechazan la soberbia o rechazan a quie-nes usan el enchastre, por ejemplo, y todas las combina-ciones posibles. En una población con múltiples “tipos” de uruguayos, y con los cambios que ha habido en ese crisol en los últimos años, no alcanza con el Candidato, no alcanza

con el Programa, no alcanza con la descalifi cación. Es nece-sario, desde mi ignorante punto de vista un delicado equili-brio entre el sentimiento de rechazo a lo que el otro signi-fi ca (pathos), sin caer en ofensas ni en descalifi caciones, la imagen de confi anza del candidato y su equipo, su credibi-lidad, su capacidad para cumplir la promesa (el ethos) los argumentos, el Programa (el logos)Lo que se ha visto hasta ahora es un desbalance conside-rable entre los 3 modos de persuasión. Quizás por eso las encuestas le están ganando la partida a la campaña, y no la campaña a la opinión refl ejada en las encuestas.Como ejemplo de lo anterior vaya un botón: se dice que el FA pierde votos en la clase media alta, es relativamente ló-gico si uno piensa en medidas como las leyes de protección social para las empleadas domésticas. No debería preocu-parnos perder un voto en la clase media alta, sí debería pre-ocuparnos no ganar dos votos entre las empleadas domésti-cas por cada uno que se pierde entre sus patrones.Las encuestas y las medidas a anunciar para revertirlas no pueden hacernos perder la identidad como fuerza política, porque nos identifi camos de esa forma con lo que histórica-mente rechazamos, el pathos se nos vuelve en contra.El líder es necesario, el Programa es necesario, la militancia y los dirigentes son necesarios, pero ninguno es sufi cien-te. Debe haber una coherencia entre lo que defendemos y proponemos (el logos), el líder y los integrantes del equipo que creemos que son (por sus cualidades) los que pueden hacerlo (el ethos), y lo que históricamente hemos rechazado (el pathos), sin caer en descalifi caciones. La coherencia es necesaria y será sufi ciente.Volviendo a Vaz, a manera de fermentarios, no de opinio-nes fundadas, les dejo estas viñetas. Las quejas, dirigirlas a Alfredo.

VIÑETAS DE CAMPAÑA

>> Luis Porto@luis_a_porto

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Esta campaña electoral se ha destacado por la operación mediática de construir un Lacalle Pou “Por la positiva”. No hay pasado ni propuestas sustantivas del can-didato. Catorce carillas de programa lle-nos de generalidades y de omisiones. Se oculta deliberadamente el antecedente del gobierno de Lacalle y los gobiernos compartidos con Sanguinetti y Batlle. Ni defensa de lo hecho ni autocríticas, sim-ple ocultamiento. También las votaciones contrarias a todas las leyes de avance so-cial de este período. Y tampoco se mues-tra el funcionamiento del viejo aparato herrerista, que sigue igual que siempre.Hay una verdadera operación política que podríamos denominar “Ocultemos el pro-grama real de gobierno” o simplemente

“Tero” por su capacidad de ocultar donde están realmente sus huevos. Sin embargo esto no es fácil de implemen-tar en un país chico donde todos nos co-nocemos. Han cometido errores. Las de-

claraciones de Lacalle sobre abandonar la búsqueda de los desaparecidos, no convo-car los consejos de salarios o perforarlos ampliamente, derogar la ley de 8 horas para los trabajadores rurales, derogar la ley de responsabilidad empresarial en ac-cidentes laborales, han generado cuestio-namientos públicos de los actores sociales involucrados. Tanto jugo le han sacado a esa estrategia que hoy lanzan las “coinci-dencias positivas”. Una forma de escamo-tear el debate que tanto reclaman. En tiendas coloradas la desesperación de Bordaberry por no desaparecer de la escena política lo ha llevado a plantear propuestas disparatadas como retirarnos del Mercosur o claramente demagógicas como el aguinaldo a los jubilados. La de-cisión autoritaria (la genética pesa) de im-poner Vamos Uruguay como la única ima-gen, marginando a Amorín y su 30% de votos, los corre a todos hacia la derecha y tiene un costo político. Germán Coutinho

presentado como un liderazgo emergen-te, no ha destacado absolutamente y por el contrario deja un enorme déficit de 600 millones en la intendencia salteña. El Frente tiene una propuesta programá-tica mucho más sólida que los partidos tradicionales. La construyó en forma más democrática, con un sustento de eviden-cia del que carecen las propuestas de la oposición. Sin embargo le ha costado ar-mar un discurso que defienda los avances logrados en innumerables áreas del país y al mismo tiempo señale claramente los graves problemas que nuestra sociedad sigue teniendo, levantando con fuerza programa y propuestas para el próximo período. Un artículo reciente de Kintto Lucas destacaba que “hay algo a nivel sub-jetivo de la sociedad uruguaya que lleva a proponer un recambio, que lleva a opo-nerse a lo establecido”. La encuesta de Ci-fra de mediados de agosto mostraba que solo 6% de los uruguayos pensaba que

había que mantener el rumbo, mientras 43 % planteaban algunos ajustes y 34 % muchos ajustes. Entre los indecisos 56% plantean hacer algunos ajustes pero solo 11% cambiar el rumbo. El programa frentista avanza mucho en propuestas transformadoras y vale la pena poner el énfasis en ellas. La campaña del No a la baja es hoy una revuelta ética de los jóvenes. Ejemplo de ello son los más de 13 mil jóvenes que co-rrieron en la 5k para afirmar que ser joven no es delito. Al decir de Constanza, es la estrategia del salmón que nada contra co-rriente para reproducirse. En las últimas semanas ha habido un cambio en la campaña. Las presentacio-nes “Uruguay x+” comenzaron a incidir en el escenario electoral, porque las pro-puestas del Frente Amplio son lanzadas con claridad y contundencia en el ruedo. La movilización frentista viene creciendo en todo el país y eso tiene mucha fuerza.

LA OPERACIÓN TERO>> Pablo Anzalone

@pabloanzalone

La “candidatura” de Azucena Arbeleche al ministerio de Econo-mía, en caso de un triunfo de Lacalle-Bordaberry en la segunda vuelta, es sumamente clarificadora. Arbeleche fue funcionaria de los gobiernos de Jorge Batlle, Tabaré Vázquez y José Mujica, siempre vinculada nada menos que al manejo de la deuda externa.Los principales partidos declaran una y otra vez que en los gran-des lineamientos existe consenso. El FMI y el Banco Mundial han aplaudido a los gobiernos del Frente Amplio por el manejo de la economía. Los libros y artículos que escribía Danilo Astori contra el Fondo Monetario y la deuda externa (hasta la década del 80) bien podrían utilizarse para condenar la política económica del Frente Amplio.Esto no quiere decir que no vayan a producirse cambios en el fu-turo gobierno: todo lo contrario. La crisis mundial se profundiza y –sea cual sea el inquilino que ocupe la casa de gobierno– la van a descargar sobre las espaldas de los trabajadores. Se viene un ajus-tazo.El equipo económico astorista (que reincidiría en caso de un triunfo del FA) ya impuso parcialmente ese ajuste contra el salario al retocar el IPC, al anunciar una “inflación prevista” totalmente fantasiosa, y al topear los ajustes salariales. Esto lo sabe muy bien Richard Read, a quien su amigo Lorenzo le vetó el acuerdo alcan-zado con la patronal de la Bebida, lo cual no fue obstáculo para que el dirigente sindical organizara una caravana en apoyo al pro-cesado ex ministro. Antonio Elías, asesor de COFE y de la RedIU, calculó que a comienzos de 2013 este “ajuste fiscal” superó los 170 millones de dólares (por manipular el IPC y por no subir el mí-nimo no imponible del IRPF). Algo similar ha sucedido este año.La llamada “desindexación salarial” se viene aplicando así de he-cho, porque el índice de ajuste está totalmente maquillado para incidir en una rebaja de los sueldos y jubilaciones. Y todo esto se realiza con consejos de salarios.Lacallismo y bordaberrismo apuntan a profundizar esa política, siguiendo a sus mandantes de las cámaras empresariales. Son, li-teralmente, “más de lo mismo”. Lacalle afirma que el Frente Am-plio inclinó la balanza a favor de los trabajadores. Si se tiene en cuenta lo afirmado más arriba, queda claro que el candidato de la derecha apunta a profundizar el ajustazo.Estamos ante dos “alternativas” que no son tales. Se invita a votar entre Guatemala y Guatepeor. Seguramente muchos trabajadores votarán a Vázquez por temor a Lacalle. Es como elegir el verdugo y la herramienta que se utilizará para la ejecución. Pavada de “elec-ción”. Ante la pregunta de un verdugo (“¿Cómo desea morir?”) sigue siendo la respuesta más inteligente la que escuché en una película de Abbott y Costello: “De viejo”.El PT convoca a reconstruir la izquierda sobre nuevas bases: a partir del no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca bajo control de los trabajadores, la fijación de un salario mínimo de 28 mil pesos, y la eliminación de todos los impuestos sobre los sueldos, entre otras medidas. Por un nuevo comienzo, para la izquierda y el movimiento obrero, llamamos a votar al PT.

¿AZUCENA ASTORI O DANILO ARBELECHE?

>> Rafael Fernández @rafafernandezuy

Falta un mes y medio para las elecciones, y es una campaña po-bre; sin propuestas sociales, económicas y de profundidad. Todo se remite al faranduleo y a la ofensa constante. De eso se trata: de ofenderse continuamente para tapar la “posta”. Si Azucena Arbeleche debía ser presentada ya o no, si Bonomi debe seguir de Ministro o si está bien que Almagro se ponga una bufanda de Palestina. Importa más el pasado del candidato que lo que propone a futuro. Importa de quién es hijo, de quién es nieto, qué leyes votó o qué leyes vetó. ¿Y por qué pasa esto? Porque no proponen nada. ¿Y por qué no proponen nada? Porque es una campaña acorde a la realidad en que han caído muchísimos uru-guayos (decir todos sería una injusticia, para mí y para los que seguramente estén leyendo eso): la liviandad de ideas, la pobreza cultural y esa rara necesidad de que no nos hagan pensar mucho. No sea cosa que nos replanteemos cosas. Todos tenemos la cam-paña y los candidatos que merecemos, que exigimos y que per-mitimos. Permitimos que nos traten de idiotas, que no nos digan a dónde quieren que vaya este país en los próximos años, que no nos informen absolutamente nada de lo que harán con nues-tros aportes que mes a mes se nos descuentan y que no tenemos idea a dónde van a volcarse. Permitimos tener candidatos que dicen que se debe parar con las excavaciones porque eso “ya es historia y hay que pasar la página”. Permitimos que sean atrevi-dos, ignorantes, faltos de tacto y poco preocupados por nuestras realidades. Vivimos en un día a día violento, pero no solo la violencia que nos roben o insulten; sino de la otra violencia, la que es más di-fícil de detectar: la cultural. Esa violencia en que prima lo super-ficial, el aspectos físico y el qué dirán; y de anorexia absoluta de ideas. Queremos cosas simples, inmediatas, que no nos compli-quen mucho la vida. Por eso tenemos candidatos “por arribita”, que no proponen, que no hacen pensar, que no hacen reflexionar, que no hacen. Todos estamos cada vez más narcisistas, mirándonos al espejo y relamiéndonos los bigotes todo el tiempo. Queremos sobresalir, llamar la atención, ser el centro de atención de todos, victimizar-nos. Y así es como se están comportando nuestros candidatos: como niños chicos que se ofenden, se empacan, lloran, patalean y hacen pucheros. En definitiva, tenemos la pobre campaña que es acorde a lo que nos hemos ido transformando, que refleja la Jorge Rialización de nuestros días y que nosotros mismos permi-timos. No solo echemos culpas al otro, nosotros mismos estamos permitiéndolo.

LIVIANITALIVIANITA

>> Andrea Bertino @bonsaidecebra

La carrera hacia octubre está cada vez más cerca y los candidatos van mostrando la hilacha. Estas elecciones son bien distintas a otras, en el sentido que poco se propone y se muestra y más se discute y confronta por diferentes motivos que a la gente poco le importa. Si sos joven, si sos viejo, si sabes hacer la bandera, si se debate o no, si regalas tablets, todo sirve para

“pegarle” al rival y distraer la atención. El ciudadano de a pie, el que tiene que tomar una decisión sobre qué hacer el 26 de octubre, poco le importa las frivolidades. Tampoco creo que tenga tiempo para leer un pro-grama de gobierno de más de cincuenta hojas, pero

sí pienso que le gustaría enterarse que piensan ha-cer con el país en los próximos cinco años. Además, esta campaña nos agarra en el medio de un Uruguay mucho más “conectado” y de 140 ca-racteres que hace cinco años, en donde excusados y ocultos detrás de una computadora, algunos can-didatos y figuras políticas referentes hacen sus des-cargos e intentan instalar polémica o temas de de-bate que poco le llegan a la gente. ¿Cuánto influye en el electorado esta forma de hacer política? Creo que muy poco. Si alguien cree que con “peleas de escuela” entre los candidatos van a captar los votos indecisos, que se estiman son un 15% del electora-do, me parece que están equivocados.

POCO IMPORTA LAS FRIVOLIDADES >> Valeria Milman

N˚ 417 | jueves 13 de febrero de 2014 11jueves 13 de febrero de 2014 | N˚ 41710

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E l debate que falta es el del candi-dato de la derecha con el pueblo uruguayo. Desde que se inició el

gobierno nacional del Frente Amplio, en 2005, se inició un proceso de aten-der nuestra realidad intentando otra lógica, una nueva mirada, para intentar mejorar la realidad de los uruguayos.

Esa definición llevó a decisiones de go-bierno, por distintas vías, que contaron sistemáticamente con la oposición de quienes –hasta ese momento- habían sido el bloque político mayoritario de nuestro país. Oposición que no quedó sólo en declaraciones públicas sino que de forma organizada comenzaron a

fabular sobre nuestra realidad y lograron instalar mentiras

como absolutas realidades. Así hemos podido ver, en todos estos años, a trabaja-dores que el nuevo impues-to (IRPF) dejó de afectarlos, cuestionar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas; jubilados que pro-curaban presentar recursos contra un impuesto a las

jubilaciones que (por cobrar poco) los dejaba afuera. Para

ellos, nada hizo el gobierno

del Frente Amplio en materia de po-lítica internacional y los éxitos comer-ciales eran solo “un sostenido viento de cola”. Así pasaron los años. Sólo en 2009, el candidato a la Presidencia del Partido Nacional (a la postre candidato de blancos y colorados), Luis Alberto Lacalle de Herrera elogió el Plan Ceibal

señalando que lo mantendría, aunque al mismo tiempo su motosierra del gasto público iba a trozar todo el des-pilfarro que se había hecho en gasto para pobres. En 2014, el candidato del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle Pou, le hace una mueca simpática a varios logros de este gobierno seña-lando que “lo que está bien no se va a cambiar” y nuevamente nos asaltan las dudas. Porque tras el concepto de “lo que está bien” se esconde una sistemá-tica oposición a todos los planteos de este gobierno. ¿Cómo se va a mantener el IRPF cuando no sólo no lo votaron en el Parlamento sino que emprendieron con todas sus fuerzas contra la reforma tributaria? ¿Cómo se va a atender a los sectores más vulnerables de nuestra población, si al mismo tiempo se anuncia un gradual retiro de las partidas que son transferidas al MIDES? ¿Cómo podemos confiar en el mantenimiento de los consejos de salarios si no sólo se ha mantenido una firme oposición a los trabajadores organizados sino que fueron ellos mismos los que los retiraron en los noventa? Esas preguntas deben ser el centro del debate. No el circense en-cuentro entre dos candidatos, sino el que se debe el candidato blanco con la gente. Esa, a la que le se le dice una cosa, después de haber hecho otra bien distinta, tiempo atrás. Aunque reconforta saber que no estábamos tan mal y que solo el Frente Amplio garantiza seguir en esta línea.

E l aguinaldo -tan esperado y me-recido por los trabajadores- es un derecho que no disfrutan

los jubilados desde la conocida “Acta Constitucional 9” de la Dictadura; tam-bién existió el derecho a las hijas de padres jubilados a una pensión al falle-cer estos (hoy el Estado se queda con la jubilación). Además se conoció el

“premio estímulo” cuando el trabaja-dor cesaba en sus tareas para jubilarse. Jubilar se relaciona con jubileo, no con pérdida. Sin embargo, muchos jubila-dos que han trabajado más de treinta y cinco años -a veces desde la infancia- no tienen ese júbilo para gozar a fin de año, la gratificación de un dinero para un mejor disfrute de las Fiestras Tradicionales, el estío o para pagar deudas atrasadas y estar más tranqui-los. Esta exclusión, injusta para quienes han dejado en el trabajo los mejores años de su vida, su fortaleza física, su energía mental, no ha sido reparada por los gobiernos post-dictatoriales. Por el contrario, el jubilado ahora paga impuestos por serlo. Por otra parte, la ley de jubilaciones votada por el go-bierno de Lacalle perjudicó aun más a los jubilados. Los que quedaron en la llamada “franja de transición”, al cum-plir con los requisitos para acceder a la jubilación solo se les otorga el 50 % del promedio de los veinte últimos años o, el promedio de los dieciséis “mejo-res” años, siempre que el segundo no supere al primero. Ley cruel. La nueva ley creó las AFAP, hoy miles de uru-guayos están bajo ese régimen -menos provechoso que el anterior- hasta que llegue la jubilación. Pero aun existe la esperanza de un cambio.

Cuando se argumenta que se prefiere mejorar la situación de los trabajadores antes que la de los jubilados, se incurre en un error. La situación del jubilado repercute en todo el núcleo familiar, y lo que es peor, en la dignidad de este. Es injusto que un anciano que trabajó toda su vida, tenga que recurrir a la ayuda de sus hijos. Si pensamos en las épocas navideñas, se hace mayor esta exclusión al no poder participar con su dinero de los consabidos regalos, e invitaciones, etc. Se vuelve víctima de una triste discriminación social.Los piscoanalistas asocian en cier-to grado la jubilación con la muerte. Jubilarse no es solo jubileo, también es pérdida. Pérdida del lugar que se ocupa en el sistema de producción, del ámbito laboral, del contacto diario con sus compañeros de trabajo, de la acti-

vidad productiva remunerada y... ¡del aguinaldo!La necesidad de una gratificación eco-nómica, el aguinaldo, se hace obvia. Este gobierno ha dado un mejor trata-miento al problema de las jubilaciones con aumento de importancia (10%, 14%, 12%). Pero si bien se celebra este avance, no pasa de lo coyuntural, no ha habido cambios estructurales para el problema de los jubilados al no de-rogarse la ley del gobierno de Lacalle ni el Acta de la Dictadura. El prometido aguinaldo, de uno de los candidatos de la oposición (Bordabe-rry), beneficiaría solo a los jubilados que ganan hasta diez mil pesos. El aguinaldo debe ser para todos los ju-bilados, lo que importa es la condición de tal.El jubilado ha sido atacado por la

política impositiva y esto ha llamado profundamente la atención. ¿Por qué? Por la construcción que ha hecho el imaginario colectivo de la figura del jubilado. Y esta construcción impor-ta tanto como la situación real. La mayoría de las jubilaciones son bajas, otras son buenas, se me dirá que al-gunas son altas. Pero en el imaginario colectivo, jubilado se relaciona con la carencia, con la debilidad, con poco tiempo futuro, y esto se expresa hasta en el canto popular (“Mirad los jubila-dos / fantasmas...”-Numa Moraes). El aguinaldo, además de su importancia económica, tiene un valor simbólico y el jubilado también.A esto debemos agregar que Uruguay no es un país que tenga políticas de importancia de protección a la vejez, a pesar del gran número de personas ancianas que componen la población. Por eso creo que políticamente sería un gran acierto el merecido aguinaldo. Lo ideal: un aguinaldo total a fin de año, pero medio en junio y medio en diciembre como cobran los trabajado-res también sería bienvenido. Por toda esta breve reflexión, vemos que no solo políticamente se vuelve imprescindible. Es necesario el agui-naldo económicamente -debido a las necesidades del que lo recibiría y de sus familias-; socialmente, para no crear una masa de excluidos; psicoló-gicamente, como gratificación indis-pensable, y atendiendo al imaginario colectivo debido a la elaboración que este hace del jubilado.No se trata de pensar solo en cifras y en término de gastos. Hay gastos que son inversiones.

PARA LOS JUBILADOS

ACCESIBILIDAD PARA TODOS

Como te digo una cosa, yo hago la otra

El necesario aguinaldo

El salón de la unidad está diseñado con la seguridad y el confort para estos pasajeros. Tanto la rampa como el salón cuentan con la certificación de UNIT en lo referido a normas de calidad. “Sin duda, este es un anhelo muy im-portante para un sector de la población que entendemos, debemos poner ma-yor atención y cuidado” dijo Salgado.Cutcsa es la primera empresa de trans-porte que hizo llegar este tipo de uni-dades al transporte público de la ciudad de Montevideo. En el año 2005 con la creación del “Transporte para todos”, contaba con dos líneas que circula-ban por todo el Dpto. de Montevideo teniendo como zona de trasbordo el Hospital de Clínicas. Además Cutcsa, en un convenio firmado con el Banco de Previsión Social y atendiendo una com-pra de unidades que el BPS efectuó a

Cutcsa, adaptó unidades accesibles (sa-lón y rampa electrónica) en los talleres de su empresa, realizando el trabajo de la adecuación por su propio personal.Hace pocos días se entregó el noveno coche con las características señaladas, estas unidades están circulando hoy en día en los departamentos de Salto, San José, Rocha, Treinta y Tres, Artigas, Río Negro y Canelones. Gracias a la iniciativa del Directorio del BPS y a la muy buena disposición de los trabajadores de la Planta Industrial de Cutcsa, es que se hace posible la adecuación de estas unidades accesibles para todos y para beneficio de la socie-dad en su conjunto.Lo más importante a resaltar es que estas 200 nuevas unidades de Cutcsa, estarán circulando por Montevideo y el área Metropolitana antes de fin de año.

Antes de fin de año, Cutcsa incorporará al transporte urbano de pasajeros 200 nuevas unidades con accesibilidad para todos. Estos coches contarán con rampas electrónicas para facilitar la accesibilidad a personas con silla de ruedas.

OPINIÓN >> Mónica Buscarons OPINIÓN>> Aníbal Pereyra

Presidente de la Cámara de Representantes

CUTCSA

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S oftware “Es el conjunto de los programas de cómputo, procedi-mientos, reglas, documentación

y datos asociados que forman parte de las operaciones de un sistema de com-putación.” O sea, son los programas de computación, esos que instalamos, corremos o ejecutamos en nuestras computadoras.Un sistema operativo es un programa (software) o un conjunto de ellos, que gestiona los recursos de hardware (componentes físicos de un sistema informático) y provee servicios a las aplicaciones (procesadores de textos, de hojas de cálculo, de base de datos, etc.).Cuando a los programas los podemos ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y modificar, entonces estamos ante “Software Libre”.Más concretamente, para que un programa sea considerado “Software Libre”, el usuario debe poder tener: La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (libertad 0).La libertad de estudiar el funciona-miento del programa, y adaptarlo a sus necesidades (libertad 1). El acceso al código fuente es un prerrequisito para esto.La libertad de distribuir copias para ayudar a los demás (libertad 2).La libertad de mejorar el programa y de publicar las mejoras, de modo que toda la comunidad se beneficie (liber-tad 3). El acceso al código fuente es un prerrequisito para estoEntonces un programa de computación se puede caracterizar como “software libre” cuando garantiza las cuatro li-bertades al mismo tiempo.Los programas que no cumplen con alguna de las libertades no pueden considerarse libre. A estos programas les llamamos “software privativo”.Tecnológicamente, el “software libre” no se diferencia del “software privati-vo”. Un procesador de textos, una hoja de cálculo o un programa de diseño gráfico, podrán tener más o menos funcionalidades, pero satisfacen la misma necesidad, tanto sean libres o privativos.A través de las licencias, los fabricantes de “software privativo”, se reservan los derechos de uso, copia, modificación y distribución. Como usuarios, no somos dueños del software que instalamos en nuestra computadora, el propieta-rio sigue siendo el fabricante y no nos permite realizar ninguna modificación en él, ni tampoco estudiar su código fuente por ninguna vía para estudiar cómo funciona. Algunas licencias impi-den al comprador la transferencia de la titularidad a un tercero.El “software libre” también está dispo-nible para el uso comercial. No debe-mos confundir “libre” con “gratuito”. Se puede haber pagado dinero para obtener copias de “software libre”, o se puede haber obtenido copias sin costo, o se puede haber requerido la programación de alguna aplicación, pero siempre se tiene la libertad de

copiar y modificar el software, incluso de vender copias.Muchas empresas de software trabajan en base a “software libre” y cobran dando mantenimiento, o realizan las modificaciones que el usuario final de-see y así lo adaptan a sus necesidades, a la medida de sus requerimientos, que es posible no tenga en una primera instancia.No es sólo una cuestión técnica la que está detrás del concepto “software libre”. Está relacionado con valores como los de cooperación, trabajo colectivo y aprendizaje mutuo. La per-sona es libre no solo de crear, sino de compartir conocimiento.El concepto “software libre” se cons-truye sobre los valores de la libertad, igualdad, justicia y solidaridad. El hecho de tener la libertad para crear y compartir es un comportamiento ético y social que realza los valores humanos y que hace al usuario libre.Podemos decir entonces que el “soft-ware libre”, visto como un movimiento, se alinea en mantener una ética del trabajo basada en el esfuerzo personal, en la valoración de la capacidad de la labor colectiva y en la solidaridad.El Software en el EstadoEn el Estado uruguayo el software es comprado como un producto más entre otros. En realidad lo que compra el Es-tado es una licencia que le permite usar ese software. En el caso de los sistemas operativos o paquetes ofimáticos, la licencia permite que lo use un solo fun-cionario del Estado en su computadora, si otro funcionario quiere usar el pro-grama, la licencia no le permite com-partir el programa y entonces se debe adquirir (comprar) otra licencia. Debe-mos manejarnos con las condiciones de quien lo fabricó, en cuanto a los límites que nos impone la licencia.Si analizamos el tema teniendo pre-sente los sistemas operativos o los

paquetes de oficina (procesador de texto, hoja de cálculo, etc.) y toman-do en cuenta a las oficinas del Estado como empresas, la compra de licencias de software puede tratarse como una cuestión de “costos”.Prestigiosas empresas privadas loca-les (ni que hablar en el mundo), que incluso tienen negocios en la órbita de las TIC, usan “software libre”, ya que bajan sus costos operativos, pues no tienen que comprar licencias y con este tipo de software obtienen el mismo re-sultado o mejor que con el privativo. Entonces ¿por qué el Estado paga por licencias de uso?¡Mejor!: adquirimos “software libre” y tenemos la libertad para ejecutarlo, copiarlo y distribuirlo (como usuarios básicos) y de estudiarlo, cambiarlo y modificarlo (como usuarios avanzados o programadores).Y todavía más: ¡ahorramos!Pero como he venido comentando, el

“software libre” no es una cuestión de costos solamente, el costo es secunda-rio, el tema principal es “la libertad”.Además de los sistemas operativos o paquetes de oficina hay otro tipo de software, como lo son los programas co-nocidos como “aplicaciones a medida”.Las empresas buscan este tipo de apli-caciones ya que se diseñan o desa-rrollan exclusivamente para resolver un problema específico, teniendo en cuenta los requerimientos propios de este cliente particular y la política de su empresa u organización.Ejemplos de aplicaciones a medida son: sistemas de facturación; sistema de emisión de pasaportes; sistema de agenda electrónica para trámites; sis-tema de información geográfica para consultar el recorrido de los ómnibus; sistemas de gestión financiero y con-table; de liquidación de sueldos; y un gran etc. El Estado en particular, gasta muchos

recursos económicos en la obtención de estos programas desarrollados a medida.Muchos de estos programas o sistemas informáticos pueden ser compartidos entre los distintos organismos estata-les. En este sentido la Intendencia de Montevideo es pionera, compartiendo el desarrollo de su Agenda Electróni-ca, utilizada para la reserva de hora para trámites (como la renovación de la licencia de conducir). Dicho software se ha compartido con otros organismos públicos como el BPS, ANTEL y BSE.Vienen usando Software Libre o vienen implementando políticas a través de resoluciones o convenios: ANTEL, Mi-nisterio de Relaciones Exteriores, las in-tendencias de Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, el Poder Judicial, Instituto de Colonización, la UdelaR, Secundaria, Plan Ceibal, etc. Desde el legislativo, la aprobación de la ley 19.179 de “Software Libre y For-matos Abiertos en el Estado”, promul-gada por el Poder Ejecutivo el 27 de diciembre de 2013, da preferencia al software libre en cuanto al uso y en su adquisición, así como su promoción en el sistema educativo. AGESIC (Agencia de Gobierno Electrónico) es la encar-gada de su reglamentación, que aún estamos esperando.Recientemente, AGESIC lanzó el “Por-tal de Software Público Uruguayo” en el que se encuentra “aquel software de interés para el Estado y la sociedad uruguaya, que puede ser utilizado, compartido, modificado y distribuido libremente.”Todas estas acciones, han sido impul-sadas por la “comunidad” de software libre de Uruguay, que han hecho un trabajo de hormiga y casi en el ano-nimato, en la concientización de las ventajas y beneficios de la utilización del software libre en todos los ámbitos públicos y privados.

Q ueremos desarrollar una socie-dad donde podamos vivir más tiempo, mejor, más saludable-

mente, disfrutando los resultados de nuestros esfuerzos, colaborando para alcanzar metas cada vez más ambicio-sas, en un sistema sin extremos degra-dantes de pobreza o insultantes de riqueza, donde el beneficio presente se propague aumentado a futuras ge-neraciones, donde los seres humanos podamos convivir armónicamente y en paz con nuestro entorno. Eso, en breve, es lo que conocemos como desarrollo humano.El desarrollo humano no es simplemen-te crecimiento económico. Desarrollo sin innovación conduce indefectible-mente al agotamiento de los recursos, ya sea la capacidad de trabajo del capi-tal humano o el expolio de las riquezas naturales a nuestra disposición. Para poder avanzar sostenida y sustenta-blemente debemos insertarnos en un ecosistema de innovación, donde el desarrollo de nuevas formas de uso del esfuerzo, nuevas tecnologías, nuevos procesos, nuevos productos, nuevo conocimiento, sea los escalones por los cuales subiremos hacia ese desarrollo humano de que antes hablábamos. Nuestro país está a medio camino en el desarrollo. El crecimiento económico innegable a partir de la crisis del año 2002 (el PIB per cápita se multiplicó por 4) permitió la mejora de algu-nos indicadores, fundamentalmente la cantidad de dinero volcada hacia distintas actividades (disminución de pobreza e indigencia, presupuesto de salud, educación y seguridad, etc) pero no otros (principalmente la calidad y los resultados de las políticas). Según el Índice Global de Competitividad 2014-2015 (IGC) del World Economic Forum, Uruguay está en la posición 80 de 144 países (mitad de tabla para abajo). Aún más, en factores clave para el desarro-llo está por debajo de ese promedio: 144 (últimos) en relación de salario con productividad, 144 en flexibilidad en la fijación de salarios, 139 en coopera-ción en las relaciones laborales, 122 en calidad de la enseñanza de matemática y ciencias, 117 en calidad del sistema educativo, 111 en disponibilidad de ingenieros y científicos, 106 en la ca-pacidad para atraer talentos y 104 en desperdicio de fondos públicos.Necesitamos construir un ecosistema de innovación que nos permita superar esa situación. Para ello necesitamos educar, conectar y complejizar el siste-ma de producción, ciencia, tecnología e innovación. Empezando por el final, uno de los efectos negativos que pue-den estudiarse con datos del Instituto Uruguay XXI es la primarización de nuestras exportaciones (lo opuesto a la complejización). Mientras que en 2005 las exportaciones primarias constituían aproximadamente el 14% del total (desagregado en primarias, agroin-dustrias y otras manufacturas) en 2014 representan aproximadamente el 33%. Si bien existe un estudio reciente de

CINVE donde se aprecia la relativa-mente alta incorporación de innova-ción en el agro, la mayor parte de esos paquetes tecnológicos son importados (excepto casos puntuales como el arroz o, en parte, la forestación y genética ganadera). Para poder complejizar es necesario entonces conectar el sector productivo íntimamente con los gene-radores de ciencia y tecnología (C&T).Uruguay tiene un sistema incipiente de C&T. Durante la etapa de gobiernos de los partidos históricos el sistema gene-ró el INIA, Instituto Clemente Estable, Instituto Pasteur, Pedeciba, la Univer-sidad de la República, las Universida-des Privadas, el Conicyt, la Dinacyt, el Fondo Nacional de Investigadores y el

sistema de becas de posgrado dentro del Pedeciba, entre otros. Durante los dos últimos gobiernos se mejoró sobre esa base, creando la ANII, el CUDIM, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI, antes Fondo), el Sistema Nacional de Becas (SNB, antes solo Pedeciba), el Plan Ceibal y el Plan Timbó (acceso masivo a literatura científica). Según la ANII pasamos de invertir alrededor de 40 millones de dólares (MUS$) en 2005 a 230 MUS$ en 2014. Nuestros propios cálculos a partir de documentos oficia-les indican que esa cifra es exagerada, siendo el verdadero valor más cercano a los 150 MUS$. Esto implica un 0.3% del PIB, que es lo mismo que se invertía en 2004 (0.22% en los 90). En otras pa-

labras, hay más dinero invertido pero, en proporción a lo que creció el país, el financiamiento del sistema de C&T no creció. Como comparación. México invierte un 0.46%, Brasil un 1.08%, el promedio de Latinoamérica es 0.65%, el del a OECD es 2.40% y Corea del Sur invierte un 3.74%. Haciendo otra comparación, mientras que Uruguay invierte unos 40 US$ anuales por ha-bitante en C&T, España invierte 172 US$. Necesitamos un shock cualitativo y cuantitativo.Como se vio del ICG, una de nuestras fallas es la cantidad de investigadores que tenemos disponibles y la forma-ción de más de ellos. Usando datos de ANII (SNI) y Pedeciba, podemos decir que en Uruguay hay unas 2.000 personas dedicadas a desarrollo en C&T (pC&T). Eso da unas 0.5 a 0.6 pC&T por cada mil habitantes, mientras que países como Polonia o Hungría tienen entre 1.5 y 2.0, España 3.0 y se conside-ra que los países desarrollados tienen más de 4.0 pC&T/hab. Necesitamos una política de formación, que produzca in-vestigadores a partir del semillero que significa el Pedeciba y el SNB. Pero ne-cesitamos también retenerlos, o esta-remos formando para el desarrollo de otros países. Eso necesita estímulos a la incorporación en el Estado (Institutos, Universidades, Empresas Públicas) y a la interconexión de empresas entre sí y con el estado en el ecosistema mencio-nado. Es necesario también ofrecerles salarios acordes a su formación. Mien-tras que hoy un investigador formado y bien establecido (G5-DT UdelaR con antigüedad y G3 del SNI) gana unos $135.000 nominales, más unos US$ 5-10.000 anuales para investigación, un investigador inicial (G3/20h semanales) puede ganar unos $15.000 nominales y no tener fondos de investigación. En eso debemos trabajar también.La formación de investigadores necesi-ta una reflexión profunda para modi-ficar nuestras Universidades y crear un Sistema Universitario Interconectado. Es necesario reformular programas, duración y propósito de carreras, y temáticas abordadas (fundamental-mente apoyando el desarrollo en ma-temática aplicada, ciencias básicas e ingenierías). Finalmente, es necesario conectar la academia con la industria y la industria entre sí, sobretodo en la investigación y desarrollo en tec-nologías no maduras (primera rama ascendente de la curva de Gartner). Para eso es fundamental una política de estímulos, pero también la divul-gación de las posibilidades, la infor-mación sobre tecnologías emergentes y disruptivas (lo que en su momento fueron los teléfonos inteligentes, por ejemplo). La prensa cumplirá en ello un papel fundamental y aprovechare-mos este espacio que nos ofrece Voces para cederle la palabra a quienes hacen ciencia, tecnología e innovación en nuestro país para que, entre todos, logremos un Uruguay de futuro, don-de valga la pena vivir.

Comenzamos hoy con una nueva sección dedicada a la ciencia y la tecnología en nuestro país que será coordinada por Oscar Ventura. La idea es difundir que hacen los científicos uruguayos en la actualidad y como aportan al desarrollo del Uruguay.software libre

HABLEMOS DE

¿Hacia dónde vamos?¿DÓNDE ESTAMOS?

INFORMÁTICA >> Leonardo Trujillo VOCES TECNOLÓGICAS>> Dr. Oscar N. Ventura. Profesor G5, Facultad de Química, UdelaR

Investigador G5, Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) Investigador G3, Sistema Nacional de Investigadores. [email protected]

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Enrique, ¿esta es tu segunda película?Enrique Buchichio: Mi segunda película de largome-traje. Tengo unos cortos previos, uno como estudian-te y otro fuera de la escuela, que lo hice de manera independiente.

¿Tu película anterior, El Cuarto de Leo, tenía las mismas características de esta en cuanto a producción?EB: Más o menos, sí, con la diferencia de que era una película más chica, todo estaba muy concentrado en un personaje, era más intimista. A nivel de produc-ción, en ese momento no estaban los Fondos de Fo-mento del ICAU, tuvimos FONA, Ibermedia y algún

apoyo de Montevideo Socio Audiovisual, después se agregó el Instituto de Cine, que es un apoyo más, pero a nivel de escala no la siento muy diferente, salvo por el universo que cuenta; aquella era más in-timista, esta tiene un despliegue de personajes y el protagonismo está más repartido entre tres persona-jes coprotagonistas, aborda un serie de temas y hasta geográficamente se desparrama un poco más. Aque-lla era más controlable.

¿Es más fácil hacer cine con esos apoyos que nombraste?Difícil es siempre, pero depende un poco de la esca-la de cada película. Para mí, en lo personal, como di-rector, las dos películas tuvieron dificultades similares. Obviamente, la primera es un poco más difícil para uno que está debutando como director de un largo. En esta, en algunas cosas, me sentí un poco más se-guro. En cuanto a la película en sí, salvo dos semanas más de rodaje y un equipo un poquito más grande en esta, no noté grandes diferencias.

Ustedes ya habían trabajado juntos.EB: La primera vez que trabajamos juntos fue en Ma-trioshka. Y después laburamos en El Cuarto de Leo, donde César tiene un papel pequeño pero importan-te. A partir de ahí, me quedé con ganas de volver a trabajar con él en algo un poco más grande.

Vos, César, que tenés experiencia en directores, ¿cómo es Enrique como director?César Troncoso: Es un director correcto. No hay un es-tilo único de director, pero yo lo percibí durante todo el rodaje como un director claro, que sabía a dónde quería ir. Eso es algo bueno en un director, poder confiar en que el tipo tiene claro hacia dónde lleva su película y dejarse ir. Después, cada quien con sus particularidades, hay gente que trabaja más en la pre-producción con los actores, hay gente que trabaja con ejercicios que rondan al personaje pero no trabaja di-rectamente las escenas de la película misma, sino en una aproximación subjetiva al personaje, otros traba-jan más sobre las escenas y sobre el propio guion. Son mecanismos distintos. Yo a Enrique lo percibo como un director que la tenía muy clara y que sabía transmi-tir lo que deseaba. Yo trabajé cómodo en ese sentido.

¿Qué es lo que pesa a la hora de aceptar un papel, el guion, el director, el ambiente de trabajo?CT: La guita. En el cine uruguayo, el dinero sobre todo (Risas). No, lo que pesa es la suma de cosas. Yo ya ha-bía tenido la experiencia con Enrique en El Cuarto de Leo, y la de Matrioshka, en otro rol. Yo tenía la expe-

HABLAN CÉSAR TRONCOSO Y ENRIQUE BUCHICHIO ZANAHORIA>> Por Jorge Lauro y Alfredo García/ Fotos Rodrigo López

A esta altura una entrevista con Enrique y Cesar es casi como de entrecasa. Enrique tomó contacto con nosotros allá por el 2006 cuando comenzó a imaginar Zanahoria, y desde entonces hemos estado al corriente y cerca de él y su proyecto. A Cesar lo conocimos en el brindis de inicio de rodaje, hace ya casi un año. Y podríamos decir que ambos ya están instalados en el núcleo de nuestros amigos.Son extrañas las sensaciones de ver plasmada en una película una historia que nos tuvo como protagonistas, al punto que se nos hace difícil despojarnos del máximo de subjetividad como para juzgar el producto que a partir de hoy se estrena en las salas uruguayas. Pero resulta gratificante permitir que ambos nos cuenten sus vivencias, sensaciones, expectativas y los entretelones de haber logrado llevar adelante el casi milagro que significa hacer una película en Uruguay.

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riencia, ya sabía que era básicamente un buen tipo. Algo que me resulta interesante es el costado huma-no de este asunto: en otros lados podés hacer cine por dinero, en Uruguay no, en Uruguay no lo hacés ni por el dinero, ni por el reconocimiento ni porque te vas a volver rico y famoso. Esas cosas no te van a pasar. En-tonces lo que querés es trabajar en buenos guiones, dentro de lo que se pueda, que tengan valor artístico, y además trabajar con un equipo humano que valga la pena. Eso es un poco lo que yo me fijo, trabajar con buena gente, que no sean nabos a la hora de plan-tearse la película.

¿Cuál fue tu impresión cuando tuviste acceso al guion?CT: Me pareció que valía la pena, que lo que conta-ba era interesante. Creo que hay una sensación en un

montón de gente que tiene que ver, grosso modo, con un cierto cansancio con el tema de la dictadura. Pero el cine uruguayo no transitó por el tema de la dictadura, no ha hablado del asunto. Uno se cansa por la cantidad de libros o por la cantidad de actos públicos, o por un montón de reflejos que han llegado con películas de Argentina. Por un lado, el tema este, que era poco tran-sitado en el cine. Y el punto de vista novedoso, porque esto no habla de los tiempos de la dictadura, sino de los coletazos que la dictadura dejó, aquellas cosas que por no estar del todo resueltas terminan coexistiendo hoy con todos nosotros. Ese tipo de cosas me parecieron in-teresantes del guion. Y después, concretamente, el per-sonaje que se me ofrece, que me pareció muy rico.

Enrique, ¿cuándo y cómo surge la idea de este guion?EB: Surge en una tarde de aburrimiento en un traba-jo en el que yo estaba en ese momento, cuando una compañera nos dice: “Che, tienen que leer esta nota, ya”. Todos los que estábamos ahí, que éramos cinco con ella, nos pusimos a leer la nota, cada uno en su monitor. La nota de Voces de marzo de 2005, si no me equivoco. Y cuando termino de leerla, digo que eso podía ser material para una película. Quedó ahí, en algún lugar del disco duro. Yo en ese momento estaba escribiendo las primeras versiones de lo que iba a ser después El Cuarto de Leo, no estaba ni ahí con gene-

rar un nuevo proyecto, de hecho ni siquiera habíamos ganado el FONA, no era factible que se realizara El Cuarto de Leo, todavía. En fin, un poco más adelante me empecé a tomar en serio la posibilidad de tomar ese material para ver si surgía de eso un guion cine-matográfico. Y creo que el primer indicio, más allá de comentarlo con algún amigo —de que podía resultar interesante contar o intentar adaptar esa historia—, fue cuando en el 2007 hice una primera versión de lo que se llama tratamiento cinematográfico, que es como un argumento, para un taller de proyectos que convocaba el Atlantidoc. Fui seleccionado y durante tres días tuvimos el asesoramiento de Lita Stantic, que es una productora argentina muy grosa, que me dio mucho para adelante y me hizo muchas sugerencias para el proyecto, que todavía estaba en una etapa muy verde en ese momento. Tomé nota de todas esas

sugerencias, y a partir de ahí fue que empezó a de-sarrollarse, muy de a poco, porque te repito que en ese momento todavía no sabíamos cuándo íbamos a rodar El Cuarto de Leo, que se rodó finalmente en el 2008, se terminó en el 2009 y se estrenó en el 2010, o sea que hubo dos o tres años de maduración de la idea. La primera versión de guion más o menos pare-cido a lo que termina siendo la película es del 2010.

¿En ningún momento consideraste que era un proyecto demasiado ambicioso? EB: Creo que no, por lo menos no a nivel de produc-ción o de factibilidad. Quizás sí lo que me pasaba con el proyecto en sus primeras etapas era que no tenía certeza de que pudiera funcionar como relato, que narrativamente interesase más allá de que la nota le había interesado a mucha gente, porque una cosa es una crónica periodística y otra cosa es un guion. Y efectivamente, en las primeras versiones las devolu-ciones coincidían en que faltaba mucho laburo para llegar a un guion cinematográfico que atrapara al es-pectador de principio a fin, que era lo que yo preten-día. Tuve bastante claro desde el principio que quería hacer una especie de thriller, no una comedia o un drama, quería una película que tuviera elementos de todo eso pero que básicamente fuera un thriller don-de la tensión fuera in crescendo de principio a fin. En ese sentido creo que la película es bastante fiel.

Y es un género poco transitado en el cine uruguayo.EB: Sin duda, hay muy pocos ejemplos. A mí es un gé-nero que me apasiona, sobre todo cuando tiene con-notaciones políticas, que no sea solo un thriller de ladrones y policías, por decir algo, sino que también tenga personajes reconocibles metidos en situaciones extraordinarias, eso me interesaba de la historia, y creo que es eso lo que la crónica me transmitió desde un primer momento: dos personas.

Dos tarados, en definitiva.(Risas)EB: …dos personas normales como cualquiera de no-sotros, que se dedican a escribir en un semanario, cu-yas vidas se ven trastocadas por algo que les cae de arriba de la noche a la mañana. Eso me parecía su-mamente atractivo para laburar, y desde un primer

momento tuve la fantasía de poder laburar ese ma-terial con tres actores. Puntualmente, el trabajo con los actores es una de las cosas que más me apasiona. La posibilidad de trabajar con esa historia y con esos tres personajes bien distintos entre sí me hacía mucha ilusión.

¿Hubo siete versiones de guión?Sí, a nivel medio groso, porque en el medio hay ver-siones y media, pero sí, de estructura, digamos, se puede decir que son siete versiones.

¿Cómo fue el proceso de irlo madurando, que además llevó todo ese tiempo?EB: De la primera versión del guion a la primera ver-sión del rodaje, tres años y medio más o menos, fue básicamente reescritura. Reescribir es la clave para un buen guion, salvo que seas un genio, y no abandonar la idea, y tratar de ir puliendo aquello que necesita ser pulido, y descartar lo que no funciona aunque te parezca que es maravilloso, e incorporar cosas que la historia te sugería pero no veías.

¿Recibías muchas opiniones encontradas?EB: Más o menos. Le daba cada versión a leer a un grupo de personas de confianza, amigos que hacen cine y amigos que no hacen cine, pero que me inte-resaba su opinión como posibles espectadores. Y en

el medio de todo eso lo que pasó fue que el proyecto quedó seleccionado en dos instancias bastante claves, que fueron el Brasil Lab, que es un taller de desarrollo de proyectos que se hace en San Pablo, donde tam-bién tuve el asesoramiento de un guionista con mu-cha experiencia, Jorge Durán, un guionista chileno-brasileño, y también asesoramiento en producción; y también la Fundación Carolina, que es una beca de desarrollo de proyectos que vas dos meses exclusiva-mente a trabajar en tu proyecto en Madrid, en una residencia junto a otros quince guionistas que están desarrollando sus proyectos. Es maravilloso, la verdad. ¿Dos meses ahí laburando?EB: Dos meses en una residencia con tu computadora, y además el asesoramiento de profesionales, en dos eta-pas además, una primera quincena con una guionista es-pañola, Inés Paris; después una semana o dos de produc-ción, como para dejar descansar la idea, y después otra etapa de asesoramiento con otro guionista, en este caso el argentino Fernando Castets. Las miradas de ellos dos iban hacia el mismo lado, yo creo que el rol de asesor de guion pasa en primer lugar por entender la historia que uno quiere contar, porque no tiene sentido que te digan: “Tenés que hacer esto”. Qué historia querés contar y cómo mejorarla: a partir de ahí logré escribir una versión que más o menos globalmente me convencía.

¿Qué historia querías contar?EB: Vayan a ver la película (Risas).

¿La película refleja fielmente la historia que querías contar?EB: Sí, sin duda. Creo que cuando sabés qué historia podés contar, y tenés los parámetros de los que sabés que no te podés mover, o que no estás dispuesto a moverte Después, sí, hay cosas que se pueden incor-porar y otras se pueden descartar, y otras se pueden mejorar. Yo además confió mucho en los aportes del equipo, ya sea en la preproducción como en el rodaje. Y en la película hay cosas que se agregaron que son aportes del director de arte, del director de fotogra-fía, de la productora, de los actores. De eso se trata, es una tarea muy colectiva.

Cualquier camino es bueno para el que sabe a dónde va.EB: Exacto, para que la película resultante salga lo mejor posible y sea, si se puede, una mejor versión de lo que yo imaginé. Sin duda. Teniendo claro, repito, qué película quiero hacer, más allá de que la forma fi-nal depende de muchos factores, y el montaje es cru-cial en ese sentido, la película final es, claramente, me gusta decirlo, una versión mejorada de la película que imaginé hace nueve años, sin duda.

¿Habías pensado en César para el personaje que hace?EB: Tenía pensado a César para la película, eso lo tenía clarísimo. Desde que encontré esta historia, tenía cla-ro que era una buena oportunidad para volver a tra-bajar con César. En principio, lo había pensado para uno de los dos periodistas, y después, por esas cosas de cómo se van acomodando las piezas, bastante cer-ca de la fecha de rodaje le propuse hacer el cambiazo y aceptó. Siempre lo tuve como una alternativa para el personaje que terminó haciendo: de tener que ele-gir otro actor para ese personaje, ese actor era César.

Cuando se define que vos sos Walter, ¿qué te atrapa del personaje?CT: Es un personaje complejo del que se sabe poco, que se anuncia de una manera y después resulta que termina en otro lugar. Es un personaje misterioso, que se puede trabajar en la ambigüedad, en la hijoputez, hay muchas zonas en el personaje, y esos personajes siempre son ricos. Nunca terminás sabiendo exacta-mente cómo corno lo vas a hacer, pero te das cuenta que hay sustancia para trabajar, para incorporar. Po-día haber sido un personaje muy locuaz, por ejemplo, muy vendedor, podía haber tenido otra energía, son caminos que se eligen, pero en principio lo que Enri-que me ofrece es un personaje con mucha sustancia. Ya de pique, eso está bueno.

¿Cómo es el proceso de construcción del personaje?CT: No tengo la menor idea. ¿Vos te diste cuenta de algo, Enrique, de cómo hicimos las cosas? Yo no me doy mucha cuenta.

El público supone que los actores deben tener un proceso de construcción. CT: Debe haber un proceso, y yo debo tener un pro-ceso, pero yo siempre digo lo mismo, que no me doy cuenta. O que no tengo proceso. Quiero decir, hay gente que sale a leer libros, que sale a hacer toda una pesquisa, un trabajo de investigación de la época, de la coyuntura, que lee libros de la dictadura, que lee libros de aquello y de lo otro para aproximarse o inte-riorizarse en el asunto. Hay gente que hace esos pro-cesos, que se va al cuartel de incógnito para ver qué hay adentro del cuartel, qué se yo. Yo no hago esas cosas, un poco por lo que hablaba antes, porque de última estás haciendo de personas que, más allá de al-gunas agachadas, ambigüedades o costados pútridos que tengan, en algún punto creo que todas esas cosas están adentro de uno, y en algún lugar van a aflorar.

Yo creo que medio inconscientemente a mí me dicen que tengo que hacer de maestro, ponele, y si hago de maestro, en principio, no me voy a poner una carava-na ni me voy a hacer un tatuaje étnico en la cara, más allá de que trabajás con estereotipos -pensás en len-tes, determinada ropa-, construís. Lo que no tengo es un proceso consciente o escalonado, me parece. Creo que es medio intuitivo y de aproximación subjetiva a lo que imagino es la zona en la cual este persona-je se mueve. Y después hay un montón de cosas que uno ya tiene dentro de uno y que las corre de lugar. Digamos que no tengo un proceso muy ortodoxo, o a lo mejor sí y alguien me dice: “El método tuyo es tal”. Capaz que existe y está ahí, yo no me doy mu-cha cuenta. Me voy arrimando, lo vas construyendo medio inconscientemente, tratás de tener respuestas para el personaje, esa cosa de que viene Enrique y te dice: “Bo, loco, ¿este tipo fuma?”. Y sí, fuma. “¿Tiene hijos?”. Sí, tiene. Más allá de las cosas que están en el guión. ¿Tiene madre? Sí. Y el padre es alcohólico, ponele. Empezás a generar respuestas a las posibles preguntas, y por ahí te vas colocando, sin darte cuen-ta, en el lugar.

¿Vos conducís ese proceso, o lo dejás libre?EB: Lo conduzco en el sentido de dialogar, de inter-cambiar ideas, de hacerle preguntas, de pensar e ima-ginar juntos cómo es ese personaje más allá de lo que

está en el guion. Y después tomamos o dejamos. A mí en principio siempre me interesa escuchar lo que el actor tiene para decir o para proponer, y si va en la lí-nea de lo que imaginamos juntos, probarlo. Si funcio-na, genial, y si no, lo descartamos. A propósito de lo que dice César sobre los métodos, es muy interesante ser testigo de la ausencia o no de los métodos CT: Estaba todo lo que hacía Martín (Rodríguez) en el rodaje…EB: Martín tenía una aproximación

Tenía todo anotadito…EB: Aparte, Martín se pasó meses antes de la película generando notas, tenía un cuaderno lleno de notas que ni yo como director tenía. Claro, es muy distinto, yo escribí siete versiones del guion, capaz que no ne-cesitaba notas porque ya lo tenía todo. Pero él como

actor generó una serie de notas, de ideas y posibili-dades, que cuando nos juntamos en Buenos Aires a hablar del proyecto, tres semanas antes del rodaje, me mató a preguntas. Son diferentes formas de apro-ximarse. CT: Mientras yo más o menos circulaba y charlaba con todo el mundo, Martín se apartaba, se ponía a cin-cuenta metros, se concentraba.EB: Había que llamarlo.CT: Había que llamarlo porque se te iba, porque esta-ba concentrándose. También en el momento del roda-je hay líneas de trabajo para llegar más o menos a lo mismo, a una puesta en común de esas actuaciones.

Es distinto el teatro, que empieza la obra y sigue, y entonces los climas se van generando. La dificultad que debe tener el cine es la de ir filmando secuencias que no son de continuo. Lo que hacía Martín es tener todas las secuencias por un lado y las otras por otro para poder mantener ese clima.EB: Hay algo de eso, claro. De recuperar el clima de la escena, en todo caso.

Porque de pronto la gente no sabe que no se filman las escenas en el orden que después van en la película.EB: Filmás un pedazo de una escena y de pronto la continuación la estás filmando al final. A diferencia

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de lo que pasa en el teatro, que es de principio a fin, acá tenés que estar volviendo a generar todo el tiem-po el clima de la escena, recuperando emociones, re-cuperando lo que se llama “circunstancias dadas”, o simplemente entendiendo de qué va la escena, qué se juega en esa escena y de dónde viene el personaje. CT: Yo tengo una teoría —que no es mía en realidad, hay ejercicios hechos al respecto—, hay un ruso que grabó a un tipo mirando, y en un caso mira un pla-to de ravioles, en otro un niño africano muerto de hambre y en el tercer caso una mina desnuda, no me acuerdo, y la imagen del tipo es siempre la misma, usa la misma imagen en las tres circunstancias, y de acuer-do a quién lo mire o qué le pongas enfrente, puede tener cara de lujurioso, o de hambre, o de piedad por el niño africano. Y en realidad es la misma cara tres veces. Porque uno no trabaja solo, después lo que hay es edición. Salvo algunos tipos de personajes, en algu-nos procesos de trabajo donde hay un cambio entre la primera y la última escena porque el tipo se transfor-ma notoriamente. Después está la habilidad del edi-tor de tomar ciertas cosas. A veces uno piensa que el trabajo del actor es gigantesco, y es gigantesco para adentro del actor; por ejemplo, en el caso de Martín, con un trabajo interno que él hace, que es muy fuerte para poder llegar a esa zona. Pero después yo como actor no sé si soy tan distinto en la primera o en la úl-tima escena, lo que cambian son las circunstancias: es el tipo este encontrándose con gente que no conoce, y es el tipo este en una escena donde aquella gen-te que lo conoció reacciona de determinada manera. Esas dos circunstancias diferentes generan reacciones diferentes en mí, pero no es que yo me modifique de la primera a la última.

En ese sentido, ¿es más fácil trabajar en cine o en teatro?CT: Son cosas distintas. En el teatro también trabajás fraccionado, lo que pasa es que en determinado mo-mento, en la previa al estreno, vos empezás a juntar los pedazos y a ponerlos en orden, y eso lo hiciste vos como actor. En cine trabajás fraccionado y jamás po-dés agarrar esos pedazos que fraccionaste y ponerlos en orden, porque ese no es tu trabajo, es el traba-jo del editor y del director. Entonces, en ese sentido, puede ser un poco más complejo, porque vos no sabés si, cuando pongan en orden todo aquello que vos de-jaste por ahí, va a funcionar como vos imaginás que

puede funcionar. Ese es el problema. La diferencia bá-sica que yo veo para el actor entre el cine y el teatro es que en teatro vos te hacés propietario de lo que generás, y en cine nunca sos propietario. En cine, el proceso de trabajo no termina en vos; en teatro, sí. La ventaja del cine es que podés hacer cinco tomas y podés generar cinco alternativas distintas para que el director elija la mejor. En teatro tenés que descartar cuatro y quedarte con una, que es la que vas a llevar al estreno.

¿Qué puede adelantar el director de la trama, sin convertirse en spoiler?EB: Me gusta llamarlo un thriller periodístico, que no sé si existe el género, aunque hay antecedentes.

Todos los Hombres del Presidente.EB: Esa fue una película que de hecho miré mucho an-tes de hacer Zanahoria, era una referencia clara, por muchos motivos. Pero básicamente es un thriller pe-riodístico, sobre dos periodistas uruguayos que se en-cuentran con la posibilidad de acceder a información clave sobre crímenes de la dictadura, de la mano de un informante que les propone revelar esa información, y todo eso en el contexto -que para mí es parte de lo que lo hace interesante, por lo menos para Uruguay, no sé sinceramente qué pasará en el resto del mun-do— de una campaña electoral intensísima y clave en la historia del país, donde, como todos sabemos, la izquierda estaba al borde de alcanzar el triunfo, con todo lo que eso implicaba a nivel de revisión en temas de derechos humanos, de impunidad, de lo que pasó en la dictadura, de lo que se había hecho o no desde la restauración democrática, y sobre todo con lo que te-nía que ver con el temor de lo que podía llegar a hacer la izquierda desde el gobierno con el tema de las Fuer-zas Armadas. Ahora que estamos estrenando la pelí-cula en el 2014, a diez años de los acontecimientos, me parece muy interesante ese juego de espejos que se genera entre la campaña que cuenta la película, o que intenta recrear, que fue real, y la campaña actual, donde además el candidato de izquierda es el mismo.

¿Es más fácil la recreación de época cuando es tan cercana, o te resta libertades porque todo el mundo la vivió?EB: Es más fácil a nivel de presupuesto, de reconstruc-ción histórica, sin duda, porque no hay grandes dife-

rencias a nivel de arquitectura, de vestimenta o de au-tomóviles, pero hay una serie de sutilezas a las que hay que estar muy atento. Yo me fui dando cuenta a medida que íbamos llegando a la preproducción, so-bre todo en lo que tiene que ver con lo tecnológico, los celulares, las computadoras. O los autos modelos 2010, que no podían aparecer, y que hasta el día de hoy no estoy seguro que no haya aparecido ningu-no, pero bueno, por lo menos no apareció ninguno evidente. Ese tipo de cosas. Es muy próximo, pero es notorio que ha habido cambios, sobre todo en ese te-rreno. Los contenedores de basura, por ejemplo, el director de arte me lo había asegurado en la prepro-ducción pero yo en el momento del rodaje me empe-cé a paranoiquear con que los contenedores verdes todavía no existían en el 2004; y sí, existían.

¿Qué expectativas tienen con respecto a la película?CT: Yo, que se vea. Lo que quiero que pase, con el cine uruguayo en general, es que se empiece a ver. Que el público empiece a querer reconocerse en sus historias, que las vea, que las acepte como propias y que des-pués las discuta, y que si algo no le gusta, que lo diga, si quiere, pero a partir de verlo y no a partir de pre-juzgarlo. Con eso me alcanzaría. Después me gustaría que reconozcan a la película como una buena pelícu-la, que reconozcan el valor de hacer cine en Uruguay, que reconozcan el sentido que hacer cine tiene en Uruguay. Hacer cine, hacer teatro, generar cultura, so-bre todo en un tiempo tan complicado en ese sentido. Y que ojalá le guste a todo el mundo, y que todo el mundo la vea, y que se estrene en todos los departa-mentos del país, y que, de una vez por todas, nos de-jemos de jorobar con mirar siempre las mismas cosas, que son muy tranquilizadoras pero son muy lejanas también. Tranquiliza mucho ver El Hombre Araña por enésima vez, pero está bueno animarse a ver un cine de alternativa, que en este caso además es uruguayo, y empezar a reconocerse en las historias y en aquellas cosas que para bien o para mal nos forman. Nosotros somos un poco eso, y por algo los directores urugua-yos cuentan las historias que cuentan, y eligen con-tar esas y no otras. Me parece que hay que prestarle atención a eso, porque si no El Facebook ya sacó el “Me gusta” y puso el “Like”. Y no es de las primeras cosas que nos pasan, nos vienen poniendo el “Like” sistemáticamente, y está bueno intentar defender el “Me gusta”.

¿Falta acostumbramiento del público uruguayo con nuestro cine?CT: Lo que hay es un acostumbramiento del público a una manera universal de ver las cosas, y eso me pa-rece que al espectador lo vuelve más dócil, más acos-tumbrado a las cosas repetidas. Y el cine uruguayo no tiene más remedio que correrse de ciertos lugares, por presupuesto, por historia, idiosincrasia, porque no hay industria o porque no todo en la vida debe ser entretenimiento, y yo creo que hay una percepción errónea de lo que el cine uruguayo es. A mí me gusta mucho comer milanesas con papas fritas, pero no es lo único que puedo comer, le puedo encontrar el gus-to a los fideos con tuco e inclusive le puedo encontrar el gusto al sushi. Me pueden gustar las tres cosas y no compiten entre sí.

Pero en el cine de la globalización CT: Sí, pasa también en literatura y en muchas otras cosas. Uno tiene que ser vivo y decir que si se puede tener el placer de agarrar diez cosas distintas, no hay por qué quedarse con una sola. Y el cine uruguayo es una alternativa de placer para cualquier especta-dor, si ese espectador se lo permite. Uno puede dis-frutar con la cumbia, pero también está el rock, tam-bién está el jazz, y también están la música clásica y el tango. ¿Por qué vas a cerrar tu cabecita a disfrutar de una única cosa, si el mundo es mucho más amplio, más complejo, y está bueno que vos disfrutes de esa complejidad? Con el cine uruguayo pasa eso, hay que darle una chance, pero una chance de cabeza abierta, no pensando en encontrar lo que nunca te quisieron vender. Si hacés eso, si vas al cine a ver cine uruguayo con esa actitud, lo vas a terminar disfrutando. A lo mejor te puede requerir un entrenamiento también, pero una vez que lo conseguís no tengo dudas que lo vas a disfrutar, porque las películas uruguayas son buenas. Yo trabajo en Brasil, y en Brasil básicamen-te están fascinados con el cine argentino, que es muy parecido, en algún punto, al cine uruguayo. Son muy reconocidas 25 Watts, Whisy, El Baño del Papa, Gigan-te. Todas esas películas los brasileros las conocen y las admiran. Es bien nuestro eso de que tiene que venir

alguien de otro lado a decirnos que es maravilloso. Y es una gilada, porque estamos haciendo buen cine.

¿Vos, qué expectativas tenés, Enrique?EB: Más o menos lo mismo, que sea vista por la mayor cantidad de gente es lo que uno quiere cuando hace una película. A propósito de lo que dice César, yo lo que siento es que mucha gente que tiene esa especie de prejuicio sobre el cine uruguayo, cuando le pre-guntás qué películas uruguayas vio, vieron dos o tres. ¿Qué más puedo decir?

AG: Como si nunca se hubiesen clavado con el cine norteamericano. Con el cine norteamericano se clavaron quinientas veces y nunca dejaron de verlo. EB: Hay una especie de prejuicio instalado, que de al-guna manera hay que derribarlo. No sé cuál es la for-ma de derribarlo, pero creo que tiene que haber fuer-za de los dos lados: las películas tienen que proponer alternativas, y el público también tiene que animarse.

De este género, Zanahoria es de las primeras, a nivel uruguayo.EB: Matar a todos es un thriller también, de Schroe-der, diferente, con otras connotaciones y otro estilo. Pero sí, creo que es un género poco transitado.

Zanahoria tiene características que la hacen poder salir al exterior con otras posibilidades de competencia. Tiene elementos más universales.EB: Creo que todas las películas en general le hablan a cualquier público. Me cuesta pensar en una película uruguaya que solo sirva para ser vista por uruguayos.

Filma tu aldea y filmarás el mundo.EB: Está lleno de ejemplos de películas muy localistas que a mí me fascinan, y que hablan un idioma que no entiendo pero que gracias a los subtítulos me conmo-vieron enormemente. Entonces, ¿por qué no? Si en definitiva lo que habla y cuenta la película es lo que le pasa a tres personajes a partir de la interacción en-tre ellos con algo que es absolutamente entendible y reconocible más allá de las circunstancias locales, po-

líticas o no políticas. Se trata de dos periodistas que quieren acceder a una primicia muy interesante, y que además tendría repercusiones muy importantes para la revisión del pasado reciente en su país. Si eso no repercute de alguna manera en otros países, nos sor-prendería.

¿A qué circuitos aspirás a llegar?EB: A todos (Risas). No, vamos a empezar por acá, y después veremos qué pasa afuera. Lo único asegura-do por ahora es Argentina, por la coproducción. Parte del equipo y del elenco es argentino, y, además de que la película une gente de los dos países, hay clara-mente connotaciones muy similares. Y después lo que venga.

AG: ¿Qué es una película exitosa en Uruguay en cantidad de espectadores?EB: Depende, para el 2001 era una cosa, y para el 2014 es otra. Exitosa a nivel comercial no sé bien qué es, no soy productor; pero, como director, una película exi-tosa es la que es vista por mucha gente, más allá de cuánta plata haga, y para eso, si te tengo que ser sin-cero, me da lo mismo que la vean en internet o en el cine. Que vayan al cine es mejor, ¡por favor!, pero si a la larga la ven, eso es en definitiva lo que a mí me im-porta. Lo que pasa es que ha cambiado mucho el pú-blico que tiene el cine uruguayo, una película a la que le va bien hoy en día implica el 10% de lo que hizo en el 2001 En la Puta Vida, por decir algo. Pero en 2001 se estrenaban dos o tres películas por año, y hoy se estrenan diez o quince, veinte, entre ficciones y docu-mentales. Entonces hay más películas pero hay menos público, es como una contradicción muy extraña.

Aparte, ha mejorado, hay más profesionalidad.EB: Eso, sin duda.CT: La calidad del cine uruguayo sigue siendo buena. La calidad del cine uruguayo, a nivel de técnicos, a ni-vel de actores, a nivel de todo, es bárbara. Yo trabajé en Porto Alegre en una película coproducida con Uru-guay y se llevaron asistente de dirección, se llevaron a Diego Ferrando, a Estela Vallegra, a Fabián Oliver, y estaban contentísimos los tipos. La calidad de la gente que contribuye a la realización de cine en Uruguay es de primera. No le debe nada a nadie. EB: Después está el gusto del público y las películas que gustan más y que gustan menos, como en todo.

¿Tienen idea si es el mismo público el que consume las películas uruguayas y el que consume Spiderman y las secuelas?CT: De todo el público no puedo hablar, pero puedo decir que yo sí soy el mismo público, que si puedo, veo las dos. Yo veo cine uruguayo y disfruto de Spi-derman, y como yo, supongo que debe haber mucha gente que mira todo. Después, no sé, el cine tiene que ser un acto de placer, y el placer se encuentra en di-ferentes lugares y en diferentes momentos; que yo disfrute mucho con una película que me haga llorar no quiere decir que ni disfrute con una comedia, y lo mismo con esta. Yo espero que sí, que el público sea el mismo, y con lo que comentaba antes apuntaba a eso, a no cerrarte a ver solo una cosa. Supongo que el espectador que ve cine uruguayo será el mismo que concurre a otras películas.

¿Los equipos de Argentina y Uruguay se integraron bien?EB: Maravillosamente. En el caso del elenco, estuvo Martin Pavlovsky, que tuvo una escena sola, y los otros dos actores, que son los que tuvieron más tiempo y más escenas, son uruguayos, y Mónica Navarro, que participa como argentina por un tema de coproduc-ción pero que es más uruguaya que el mate, y Martín que, para mí, ya es un uruguayo más, qué sé yo, es un amigo a esta altura, vive en Argentina pero no lo con-sidero un actor argentino. CT: Yo vengo trabajando con bastante continuidad con argentinos y no hay diferencias. EB: Siempre hay argentinos en las películas urugua-yas.CT: Siempre aparece un argentino ahí en la vuelta, y de cerca podrá decir zapatillas en vez de championes, pero no va a ser más que eso la diferencia.EB: Eso se nota en la integración del equipo, más allá de las presentaciones formales que se puedan dar cuando recién te conocés con la otra parte, pero al otro día ya somos todos del mismo equipo.

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Tres años preparando un guion y consiguiendo fondos para seis semanas de rodaje. ¿Siempre es así?EB: Y sí, salvo que tengas un tío rico que te dé la pla-ta. Pero es más o menos así, por lo menos en Uruguay y en la experiencia que yo tengo. Un mínimo de tres años.CT: El rodaje siempre es una parte menor dentro del proceso de cualquier película, no solo en Uruguay.

¿En Hollywood, también?CT: En Hollywood los proyectos deben ser de por lo menos un año, por buenos que sean un tipo lo pensó por lo menos un año atrás. Porque después hay un proceso de guionado, hay un proceso de preproduc-ción. Siempre el período de rodaje es la parte menor del asunto. Siempre es menos eso que todo lo otro. EB: Lo que se genera en recursos en la preproducción es básicamente para cubrir esas seis semanas de roda-je, donde se cocina todo.

¿Uruguay no debería apostar a un sistema de distribución para apoyar su propio cine, como tiene Argentina?EB: Hay una diferencia abismal con Argentina y es que allá se estrenan dos o tres películas argentinas por semana.

CT: Hay películas de esas que, estrenadas en los cir-cuitos del INCAA, (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y todo eso, que tienen los mismo nú-meros que las de acá. Lo que pasa es que uno cuando piensa en cine argentino piensa en El secreto de sus ojos, pero después están las películas independientes más chiquitas, que muchas veces hicieron una carrera brutal en festivales y que tienen los mismos números de público que acá.EB: Cuando fuimos, ahora en la etapa de posproduc-ción de la película fuimos a hacer una proyección a la sala del Gaumont, que es un cine viejo que recicló en INCAA, y me sorprendió ver, al lado de Bañeros 4, diez afiches de películas argentinas de las que yo no había oído hablar, películas independientes, documentales, ficciones. No te enterás de la mayor parte de lo que se produce en Argentina. Es una realidad muy distinta a la nuestra; acá, si querés, más o menos, te enterás de cada película que se estrena. Aun así, me sorprende que acá en Uruguay haya gente que no se entera de que tal o cual película uruguaya se estrena o está en cartel.

El camino de los festivales, ¿cuál es el que van a recorrer ustedes y cuál es la repercusión que tiene en el éxito de una película?EB: Hay una serie de rutas de festivales que están más

o menos pautadas, y que se está armando, porque la película acaba de salir del horno y no está bue-no presentarla a festivales hasta que no esté termi-nada. No está bueno anunciarlo hasta que no sean selecciones concretadas, estamos esperando confir-maciones. El impacto que puede tener en la suerte de la película es muy relativo, en mi experiencia. Es bueno que la película vaya a festivales, porque la hace circular y la hace conocer para otros festivales y te surgen nuevas invitaciones de otros programa-dores. Pero no influye mucho en la percepción del público uruguayo, salvo que haya ganado el Oscar, o la Palma de Oro en Cannes, aunque tampoco. El pú-blico uruguayo no está muy empapado de lo que es el circuito de festivales, y los galardones en el afiche de una película no creo que hagan una gran dife-rencia a la hora de ir a verla. Para los que la hicimos, obviamente, está buenísimo, pero no creo que ten-ga una gran relevancia a ese nivel. Sí en lo que tiene que ver con el prestigio de la película, y en darla a conocer y que la prensa hable de ella, que es una manera también de que el público se entere.

¿A los festivales van los programadores de otros festivales y los programadores de salas de cine del mundo?EB: Van agentes de ventas, que son los que a su vez la venden a distribuidores nacionales. Hay toda una cadena de comercialización de las películas que en muchos sentidos empieza en los festivales, sobre todo en los festivales que tienen mercado, como Cannes, Berlín y San Sebastián, donde los agentes de ventas ofrecen y los distribuidores compran.

¿Cuánto influye la crítica?EB: Yo tengo la percepción de que en Uruguay no in-fluye mucho, porque de vuelta, me parece que sal-vo un público muy cinéfilo, cinematequero, llamalo como quieras, la mayoría no lee crítica de cine, no le interesa mucho lo que los críticos de cine tengamos -y me incluyo, aunque no esté escribiendo mucho últi-mamente- para decir. CT: El boca a boca puede influir, pero para instalar un boca a boca vos necesitás tiempo de película en sala. El asunto es que a veces por la propia cantidad de sa-las y por la demanda que hay de salas para las pelícu-las que están en espera, no te dan el tiempo necesario para que ese boca a boca se instale. Entonces es com-plicado. La lógica cambió, vos antes en una sala tenías una única película en cuatro o cinco vueltas diarias, durante tres semanas, de pronto. Ahora una sala tie-ne muchas películas, o podés estar en el horario de las seis y las diez y no en los otros horarios, no existe más eso de entrar a la mitad de la película y ver el princi-

pio después. Es complicado, el tiempo en sala para ese boca a boca, que es uno de los caminos para que el público se acerque y se instale.

Ahora, ver la segunda mitad de Zanahoria y después ver el principio es complicado (Risas).CT: Pero se hacía, empezaba a las seis, vos llegabas seis y media y tenías asiento igual, y después veías el principio y lo pegabas en tu cabeza. Ahora eso no co-rre más. Es complicado, hay temas que además no pa-san por el hacer cine, pasan por la distribución, por la exhibición que son otras lógicas que no son las del director.EB: Pero con lo que tiene que ver con que la película acceda al mayor público posible yo creo mucho más en la recomendación directa de la gente que salga en-tusiasmada de ver una película a que la gente vaya y busque si tal o cual crítico la recomienda, pero no por deficiencia de la crítica, sino porque se ha perdido el hábito de leer crítica de cine. Ahora, si diez amigos tu-yos te dicen que tenés que ir a ver tal película

¿Vos quedaste satisfecho con la película?CT: Sí.

Porque sos un conformista.CT: No, no soy un conformista, si fuera un conformista ¿Te acordás cuando Juceca decía si sería muy necesa-rio hacer cine nacional cada vez que tomaba un poco de frío? El hecho de haber hecho una película ya es muy bueno. Y después es que hay una película, es una película, y eso ya está bueno. Después, bueno, hay un público que la verá con mejores o peores ojos depen-diendo de dónde esté parado ese público, de las ex-pectativas con las que haya ido, de si entró a la sala correcta o quería entrar a la sala de al lado, yo qué sé. Pero yo estoy satisfecho, trabajé en una película en la que me valió la pena haber trabajado.

¿La gente tiene que apurarse a ir al cine o la puede ver después en la pantalla chica?CT: La gente tiene que ir al cine la primera semana porque con ello habilita que haya una segunda se-mana. Eso pasa con todas las películas, salvo con las grandes películas de Hollywood, que tenés que ver-las la primera semana porque no tenés la seguridad de que la segunda semana sigan en cartel. Si querés apoyarla, es en la primera semana donde tenés que hacer ese esfuerzo para que la película prolongue su vida en cartelera. Hay que verlas la primera semana, sobre todo si son películas uruguayas. Si no, después las tenés que pescar truchas en internet o algo de eso…

80formasde respirar

>> Cecilia Rodríguez Suárez80por80.wordpress.com

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chano, que en idioma caló significa bueno,es un gitano de segura de la sierra, jaén,

que en octubre cumplirá sesenta años.

ahora vive en reus con su mujer, carmen,y pasa los fines de semana en “el puchero”,

una casa en aleixar, cataluña,completamente armada y decorada por él,

que comparte con cuatro gallinas,un gallo, dos codornices enanas,

y dos perros: coqui y perlita.

chano ha sido guitarrista de flamenco toda la vida, y torero algunos años,

profesión en la que recibió varias cornadasy finalmente deshechó por decepción.

su “apoderado” se quedaba con la mayor parte del dineroque ganaba por cada corrida.

a la guitarra llegó escuchando al padre,gran guitarrista anónimo del pueblo.

y a eso se dedica hasta hoy como docente a veces,

intérprete otras,apasionado siempre.

chano perdió dos dedos en un accidente de camión

y sufrió un derrame cerebral.pero nada lo amedrenta porque es muy creyente

y “sabía que tenía que salir adelante”.en sus ojos de aire,

la voz gruesa y gitana,las manos que rasgan,

la casa repleta de uvas y lirios, rosas y alcachofas,

calabazas y pimientos,chano recuerda amores de otro tiempo,

habla firme y sereno,y sonríe por todo lo que ha vivido.

desde el casamiento con una paya,al amor descabellado

por una mujer de hábitos,las hijas, los accidentes,

la vida y la muerte,los celebra con el rezo:

“podemos comer, podemos beber,podemos tocar.

¿qué más precisamos?

Aleixar, 4 de agosto de 2013

chano

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R ecurrí a mi italiano básico, aquel heredado de los abuelos tanos, para dar título a la columna de

hoy porque me pareció más simpático que “palabras…palabras” y menos- di-gamos fuerte- que “palabrerío” (suena despectivo, ¿Verdad?) o el muchísimo peor “blá…blá…blá”.Las “parole” relacionadas con la polí-tica, han pasado a ser las reinas de los medios electrónicos y gráficos.Ellas (las palabras, digo, no las muje-res políticas) se han adueñado de los informativos, de las entrevistas, de los comentarios, de las amadas, maltrata-das y odiadas encuestas.Maltratados también suelen ser algu-nos candidatos, los conocidos, los que pueden o no, (nunca se sabe hasta ho-ras después del “gran día”) acceder al tan deseado sillón presidencial.Digo “conocidos” porque también hay otros candidatos que, según ellos, son ninguneados, es decir “no son”, “no existen” para los medios de comuni-cación y difusión. Y sí, algo de razón deben tener porque…¡ni ahí sabemos de ellos!En un programa de TV CIUDAD, llama-do “Primera Vuelta” tuve a oportuni-dad de ver y escuchar a uno de ellos. Más allá de compartir o no sus pro-puestas fue interesante escucharlo, ver su gestualidad, saber quien es, quienes son los que lo acompañan, cuales sus anhelos dejando a un costado su candi-datura a la presidencia. Pero, dado que se hace camino al andar, pues camina-rá. Le espera una larga y espinosa ruta. Sabrá encontrar atajos.Pero vuelvo a las “parole” que me tienen atrapada, porque gracias a ellas en mi afán por escucharlos, al verlos en televisión puedo descubrir cositas de los candidatos estrella. Por ejemplo el menor acompaña su levantada de pelito con sonrisa y guiño cómplices. Y claro te ponés a imaginar a quien están dirigidos: ¿A una joven posible votan-te o a una que ya dejó de serlo o a un periodista o a un amigo o a un Minis-tro de Justicia? ¡Humm! ¡Las dudas son tremendas!

“El stand up de los opositores en even-to de Deres”. Si están pensando que es una frase mía, digo que no. Es el titular

de un medio gráfico con referencia al encuentro de tres de los presidencia-bles siendo dos de ellos figurantes del rubro estrellas.Me llamó la atención porque inmedia-tamente supuse que los veríamos en el escenario del Movie compitiendo con los “reyes” del stand-up. Pero no fue así, simplemente que haciendo gala de un humor ma-ra-vi-llo-so (parafra-seando a mi amigo Sergio Puglia) se dedicaron a hacer chistes elaborados, creados por ellos. No fue necesario un guionista, su humor los hacía abste-nerse de un autor. Según el medio de prensa, los disertantes sabían desde antes frente a qué atril se pararían. Sin embargo el mayor inició la actuación lanzando su primera humorada: “está bien, si bajamos la inflación con el 5 de Oro, ¿No vamos a sortear los podios?” (¡Qué divertido!) y lo siguió el menor cuando expresó “este trío ya tiene una gira asegurada” y lo remató diciendo

“vamos a ver si conseguimos a otro más que toque otro instrumento”. El medio de prensa acotó que era en referencia al candidato ausente.La culminación del stand up llegó con un celular que sonaba, uno que no lo atendía y le decía al otro “aten-delo vos” y el otro, el chiquito, en el momento del gran final atendió el móvil diciendo: “sí, sí que me votes directamente en octubre”. Tuvo como respuesta una gran carcajada que premió el esfuerzo brutal que les costó mantener entretenido al público asis-tente. Pocos días después, el más gran-de, mostró su enojo con el joven y su partido, por no apoyarlo en la campa-ña por la baja de la edad de imputabi-lidad penal. Y remató con un cortante.” Es inexperiente. No está preparado”. Parole… parole…parole, sí, pero hay una que al menos yo, no he escuchado en sus propuestas. CUL -TU- RA.Cuando la cultura tenga para los candi-datos la misma importancia de edu-cación y seguridad, cuando presenten propuestas serias, concretas, los miraré con otros ojos y los escucharé con otros oídos. Tal vez se pueda dar pero… ¿Chi lo sá..?

Hasta la próxima, que seas feliz.

PAROLE… PAROLE… PAROLE…

REMEMORANDO >> Cristina Morán

C on cierta audacia no libre de exceso, uno lo imagina cual personificación de alguna de

esas muñecas rusas –dicho figura-damente, con radical respeto por la hombría del sujeto a estudio- que esconden en su misterioso interior varias réplicas, la siguiente más pe-queña que la anterior y al final todas copias perfectas de la figurilla princi-pal. A ver: si me preguntan de dónde sale tal idea no sabría qué responder; fíjese, lector, que ni con el sordo Gon-zález he intercambiado pensamientos recalentados.La característica principal de este individuo que despierta tamaña ima-gen es la sonrisa permanente. Nadie sabe por qué, si por una especie de felicidad mística o lisa y simple ale-gría de vivir, el hombre desparrama sonrisas sin tasa ni medida, a diestra y siniestra, aunque quizás más a la derecha, y asemeja una suerte de só-lido edifico humano que pudo haber sido un mausoleo y se convirtió en un carro alegórico, dorado y cortés, dispuesto a distribuir bendiciones a quienes se le arriman. Precisamente por lo dicho, lo que más se le conoce es una dentadura radiante, blanquísi-ma (lo que algún mal pensado ya ha celebrado como una contradicción), simpaticona, pulcra, bien recorrida por un dentífrico de marca, casi un alarde imperial. En los alrededores de calva y dientes, al momento de escrutarlo a mi manera, no le cuelgan bolsas ni le surcan arrugas, lo que le permite una coquetería contenida aunque mayestática.Hay algo más que precede a cualquier otra característica física, visible o intuida, de Germán Coutinho: es una

calvicie extendida, brillante, con pin-ta de no acabar nunca, a la que expo-ne orgulloso, dándole a su cabeza un halo de prestigio jesuítico y, al mismo tiempo, cual rara, fascinante para-doja, una sensualidad que, es seguro, no figuraba entre sus aspiraciones en tiempos de la adolescencia nochera y bailable. Claro, cada quien, aceptan-do la realidad, puede sacar réditos de lo que quiera hasta convertir un hán-dicap convencional en una ventaja.Tiene ojos avispados, apela a gestos que, por momentos, parece que le descoyuntarán los brazos y se nota que hace esfuerzos por mantener la línea abdominal, hasta ahora con relativo éxito, y gasta otros que le permitan sostener una imagen activa, dinámica sin histeria, inmune al can-sancio.Eso sí: al abandonarse la descripción fisonómica crece el misterio. O las dudas. ¿Qué piensa en su mismidad? ¿Hasta dónde su compromiso político o ideológico lo acerca tanto a Pedro Bordaberry? ¿Qué se sabe realmente de él? Ha dejado una marca de prag-matismo y ejecutividad en su ámbito salteño; no se le conocen peripecias de ésas que otros usan en campañas electorales sucias; parece que hubiera irrumpido en la escena, muy vertical, poco menos que encabritado, en un par de semanas esenciales, se diría que estratégicas.Ajá. Empero, ¿qué piensa realmente? Lo sabrán el candidato presidencial y sus íntimos, supongo. ¿Es un riesgo? Yo qué sé. Se trata de uno de esos hombres que –al decir de un viejo escritor español- predican con la cara, como si supieran que siempre lo es-tán filmando.

SONRÍE, TE ESTAMOS FILMANDO

ELLAS Y ELLOS>> por Antonio Pippo

L aura González Cabezudo nació y vivió hasta los 17 años en Paysan-dú, pero reside y ha desarrollado

su profesión de cantante y docente en Montevideo. Cuenta que si bien no viene de una familia de músicos, vivió en “una casa muy musical”. “La música fue parte de mi vida desde siempre. Mi madre había estudiado piano durante muchos años, por lo que en casa había partituras y cada tanto ella tocaba. Y mi padre era muy cantor. Sabía mu-chísimas canciones, innumerables, y siempre nos sorprendía con una nueva. Cantaba todo el tiempo, en casa o cuando salíamos toda la familia de paseo o de viaje. También escuchába-mos muchos discos, sobre todo folclore, música clásica y tango, pero también cantautores con textos poderosos, como (Joan Manuel) Serrat, por ejem-plo. Y varios uruguayos como (Alfredo) Zitarrosa, (Daniel) Viglietti, (Héctor) Numa Moraes, Los Olimareños, etc. To-dos ellos han sido mis referentes hasta ahora”, recordó González para Voces.En esos tiempos, en la casa había una guitarra – que era la que utilizaba su padre para acompañarse – a la que Laura se le acercó con curiosidad. “Em-pecé a ‘jugar’ con ella, a sacar cancio-nes. Y un día mi padre me mandó a es-tudiar con un maestro, que me enseñó sobre todo acordes y ritmos folclóricos, lo cual agradezco profundamente, ya que hoy, a pesar de no haber estu-diado el instrumento posteriormente, conservo esos ritmos de manera intacta, y muchas veces los uso en el momento de componer”, dice. Lo de “hacer música” fue en ella “un proceso natural” que no podría “racio-nalizar”. Pero afirma: “la música es lo que soy, nació conmigo, y vaya uno a saber de dónde viene”. Debió recorrer un largo camino antes de concluir que la música era su esencia. En Paysandú llegó a participar en algunos festivales en la escuela, tocando la guitarra y can-tando con otros compañeros. De hecho, recuerda especialmente la despedida de 6º año de Primaria en el escenario del Cine Club (que ya no existe), can-tando canciones con otro compañero en el cierre del acto. “Hasta hacíamos diferentes voces, y tengo el recuerdo de que sonaba lindo”, dice. Más ade-lante se vino a Montevideo a estudiar arquitectura. Allí se empezó a mezclar con gente que hacía música. “Eran los últimos años de la dictadura, - recuerda – y el Canto Popular era un movimiento muy fuerte. Empecé cantando en algu-nas peñas universitarias y otros even-tos, y luego formamos una agrupación llamada Sonentero. Hacíamos música del folclore de toda América Latina, pero sobre todo composiciones pro-

pias, que salían del trabajo individual y del grupo. Teníamos una batería de instrumentos que nos turnábamos para tocar; era una puesta en escena muy dinámica: guitarras, bajo, tumbadoras, bombo legüero, cavaquinho, berimbao, acordeón, y otros elementos, menores y raros, de percusión.” Afirma que hay autores que “marcaron su vida”, que la “acompañaron” en su crecimiento y le dejaron “sonorida-des y formas de sentir y de decir en su matriz, que siempre aparecen en algún punto”: Atahualpa Yupanqui, Aníbal Sampayo, Violeta Parra, “el maestro” Ruben Lena, Serrat, Zitarrosa, Mer-cedes Sosa, Osiris Rodríguez Castillos, Viglietti, Numa Moraes, Silvio Rodrí-guez y “algunos brasileros como Chico Buarque y Caetano Veloso”. Cuenta que con Sonentero ensayaban todos los días, recorrieron el Interior y llegaron a tocar en muchos escenarios,

“algunos multitudinarios”. El grupo se disolvió y ella se vinculó al teatro y em-pezó a estudiar canto. “Me llamaban para obras donde había que cantar. Recuerdo con especial cariño una obra con textos de (Federico García) Lorca, con la que recorrimos todos los barrios de Montevideo. En ese vínculo nació la necesidad de estudiar teatro como forma de apropiarme de elementos que pudiera utilizar escénicamente en el canto”, sostiene González. Participó en algunos talleres - de com-posición o de armonía - con Leo Mas-liah, Esteban Klisich, Coriun Ahanorián y Ruben Olivera, casi todos en el marco del Taller Uruguayo de Música Popu-lar (TUMP). “También estudié solfeo y piano en el Conservatorio Falleri-Balzo siendo muy joven. Y después tuve va-rias maestras de canto: Nelly Pacheco, Virginia Castro, María Teresa Monte-negro. Supongo que de todos ellos me he llevado algo, y lo agradezco. Pero sobre todo me han dejado esa certe-za de lo poco que uno sabe y todo lo que hay para investigar. Tal vez eso sea lo mejor que un maestro puede hacer por sus discípulos. No estoy segura de haber sido una muy buena discípula, a pesar de ellos…Yo me podría: ‘puede y debe rendir más (risas)”.Estuvo cuatro años en la Escuela de Teatro Circular – “todas las noches” -, de donde egresó en 1993. En ese perío-do estuvo algo alejada de “lo estricta-mente musical” pero siguió participan-do en obras donde la música “siempre tenía un rol importante”, y “donde tenía que cantar”. Allí se vinculó con gente allegada a Los Buby´s, con quie-nes salió una temporada en Carnaval. En 1998 creó el musical de tango “Un tango de mi flor”, que resultó nomi-nado al Florencio como mejor espectá-

culo musical. Luego vendría un receso de varios años, dedicados a “formar una familia y a trabajar en otras cosas”. Pero en 2008 oyó el canto de sirena de la música y volvió a calzarse la guitarra. Ese año editó “Baúl de viaje”, su pri-mer disco solista, que “redireccionó” su actividad artística hacia la música.Desde 2011 integra el colectivo de músicos “Sonamos Latinoamérica”. En los últimos años ha tocado en Colom-bia, Venezuela, Perú y Argentina. En 2013 fue la única artista invitada a

tocar en el acto en el que el antropó-logo y escritor sanducero Daniel Vidart recibió el título doctor honoris causa. En octubre próximo vuelve a viajar a Venezuela y Colombia para presentarse en distintos festivales y en noviembre será la coordinadora de la tercera edi-ción en Uruguay del Festival “Sonamos Latinoamérica”. A esto se agrega que tiene dos proyectos que han sido elegi-dos por los Fondos de Incentivo Cultu-ral – en el marco de la Ley de Mece-nazgo – para realizar una gira nacional, que recorrerá 38 escenarios de los 19 departamentos.Se dice de ella que en sus canciones

“combina las sonoridades y rítmica de la raíz folclórica de la región, con una poesía poderosa que recorre los paisa-jes del amor y el desamor, la denuncia social, los paisajes urbanos y rurales. Hay milongas, zambas, chacareras, can-

dombe, bagualas y sobrepasos”.Este próximo miércoles 17 presen-ta “Vengo” en la Sala Zitarrosa. “Mis dos discos fueron posibles gracias al apoyo del FONAM (Fondo Nacional de Música), cuyo aporte fue fundamen-tal. ‘Vengo’ es un disco que contiene todos temas míos en letra y música, a excepción de un ‘estilo’ muy antiguo de Aníbal Sampayo, que apareció en uno de sus primeros discos y que yo co-nocí a través de mi padre. Una canción bellísima. En ‘Vengo’ además, traba-jamos con más instrumentos porque no solo aparece la guitarra criolla sino una guitarra de doce cuerdas de acero, bajo eléctrico, charango, guitarrón, flauta traversa, bombo, tambor piano de candombe, bandoneón. Cada can-ción tiene un tratamiento diferente, y según la canción, son los instrumentos que incluimos”, concluye González.

El próximo miércoles 17 de setiembre, la cantante Laura González Cabezudo presentará su disco “Vengo” en la Sala Zitarrosa. Será a las 21 horas y estará acompañada por Héctor Numa Moraes. González es, además, actriz y docente y fue integrante de Los Buby’s. Viene de tocar exitosamente en el II Festival Internacional de Música Popular “Sonamos Latinoamérica”, realizado en Perú a fines de agosto.

UN VIAJE A LAS RAÍCES

Desde 2011 integra el colectivo de músicos “Sonamos Latinoamérica”. En los últimos años ha tocado en Colombia, Venezuela, Perú y Argentina. En 2013 fue la única artista invitada a tocar en el acto en el que el antropólogo y escritor sanducero Daniel Vidart recibió el título doctor honoris causa.

MÚSICA >> Mauricio Rodríguez

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A l entrar, todo cambia. De inmediato se siente la vibrante presencia de

un talento fuera de lo común, de una personalidad sin mayor difusión ni estimación pero que sabe lo que quiere decir y cómo decirlo. Estudiante de arquitectura, más que de la enseñanza con varios profeso-res su formación universitaria incide en la obra al rescatar la temática vinculada al urbanis-mo y la territorialidad, a ma-pas y cartografías, a referentes locales y ficciones viajeras, a la memoria histórico-política del país. La serie, iniciada apenas veinteañera en 2011, es una investigación que ahora, en su tercera unipersonal (habría que agregar el segundo pre-mio en el 56º Premio Nacio-nal de Artes Visuales y a la inminente presentación en la II Bienal de Montevideo) con-firma y enriquece su capaci-dad operativa, el rigor formal y conceptual que la informa. En Narrativas aceptó una propuesta del Museo Cabildo y Archivo Histórico de Mon-tevideo para establecer un diálogo con el acervo carto-gráfico existente y los mapas originales.Con aspectos parciales del pla-no de la ciudad, Monzillo va elaborando una iconografía de los nombres de las calles y esa lectura, muchas veces re-veladora, obliga a reflexionar sobre la propia memoria del visitante que se va hilvanado con la historia y la política de los gobernantes de turno pri-vilegiando, según los períodos, avenidas y arterias principales, dejando siempre de lado y a

zonas periféricas referentes culturales importantes.

EDUARDO OLASCUAGA (Alianza Francesa) Por coincidencia, Eduardo Olascuaga es otro artista uru-guayo de perfil bajo aunque de infrecuente solidez en la creación de proyectos que se han ido escalonando a partir de 2009. En Molloy, 25 acríli-cos sobre tela y esculturas, se aparta de esas serie consagra-toria. En sus tres anteriores unipersonales estableció una intensa visión de la realidad contemporánea (Los ocios, Los constructores, Atavismos) en telas de una claridad formal impecable teñida de una su-gestiva poética que trepó a la instalación (Los constructores)

de enorme impacto. En la AF se detiene en la obra del genial escritor irlandés Samuel Beckett. No para ilus-trarlo, que sería legítimo, sino para recrear la absurdidad del mundo, el lento deterioro del ser humano con infalible volun-tad expresiva, despojada y mini-malista en la representación del personaje. En la pared de la iz-quierda, en exultante blanco y negro, se agrupa la culminación de todo el proceso creativo que hasta ahora venía realizando. Enfrente, los cuadros adquieren color y se acentúa el contraste dramático con el agregado de objetos y una leve acentuación temática en el uso del colla-ge. En las esculturas de chapa, madera y hierro aparecen otras connotaciones becketianas que

anuncian una nueva dimensión en la obra de Olascuaga. Con tres lenguajes nítidamente delimitados, si en su conjunto Molloy pierde unidad en la dis-persión del montaje y diversos lenguajes, por otro lado augu-ran otra veta probablemente fecunda en el futuro inmediato del artista

ERNESTO AROZTEGUI (Centro de Exposiciones / Subte)Un equipo formado por alum-nos, organizaron una retros-pectiva de Aroztegui (1930-1994), con obras provenientes de Uruguay, Brasil y Argenti-na, muchas olvidadas o poco conocidas. Con Cecilia Brugni-ni, Aroztegui compartió, con poco tiempo de diferencia, la iniciación fundadora del tapiz

uruguayo. Otros intentos lo antecedieron. Carlos A. Caste-llanos y Joaquín Torres García en la primera mitad del siglo XX y Oscar García Reino, el único que estudió en Francia la técnica del gobelino pero que nunca pudo poner en práctica sus conocimientos a pesar de sus intentos. Aroztegui llevó al tapiz tradi-cional hacia los límites de un virtuosismo deslumbrante. Lo demuestra la exposición retros-pectiva donde por momentos se puede apreciar el cartón original y la labor del tejedor, repasando una evolución muy bien lograda aunque sin atra-par una atmósfera de exalta-da euforia que lo caracterizó como profesor, amigo y el performer que fue en distintos aspectos de su vida. Porque Aroztegui fue, más allá de tapicista, una personalidad de contagiante impulso creador, poseedor de una formación cultural excepcional (asistió a las conferencias de Julio Payró, a las clases de Romero Brest y García Esteban) y a las biena-les de San Pablo, sus viajes por Europa e Israel en ocasión de recibir el Premio B´nai B´rith. Carismático, amigo de los críti-cos y lector de sus notas, si no fue un revolucionó del tapiz estimuló a sus alumnos a que trasgredieron las convenciones establecidas. Así lo hicieron Ri-cardo Lanzarini (hoy figura de nivel internacional), Guillermo Castro, Eduardo Cardoso, Ale-jandra del Castillo que aquí no aparecen citados, entre otros olvidos, auténticos legatarios, aunque no los únicos, de su enseñanza.

Tres muestras que hay que ver

AGENDA

**** Francis Alÿs, video, dibujo, animación / ** Itine-raria, colectiva. Eac, Arenal Grande 1950, miércoles a sábados de 14.00 a 20.00, domingos de 11.00 a 17.00.*** Eduardo Olascuaga, pintura, escultura. Alian-za Francesa, Br. Artigas y Chaná, lunes a viernes de 10.00 a 20.00*** Paola Monzillo, diversas técnicas. Cabildo de Montevideo, Juan C. Gómez y Sarandi, martes a do-mingo de 12.30 a 17,30.*** Iconografía de Pedro Figari, pintura, dibujo, fotografía, escultura. Museo Figari, Juan C. Gómez 1427, martes a viernes de 12.00 a 18.00, sábados de 11.00 a 15.00*** GAUR (Sic), video /Alonso+Craciun: 10 años. Cen-tro Cultural de España, Rincón 629, lunes a viernes de 11.00 a 19.00, sábados de 11.00 a 17.00. *** Ernesto Aroztegui, retrospectiva. Centro de Ex-posiciones / Subte, Plaza Fabini, martes a domingos de 12.00 a 19.00. ** La máquina Felisberto, dibujo, pintura / ** VIª Bie-

nal de Tipografía Latinoamericana. Espacio Cultural Contemporáneo Fundación Unión, Plaza Indepen-dencia 735, lunes a viernes de 11.00 a 19.00.** 56º Premio Nacional de Artes Visuales Nacional, diversas técnicas / ** Homenaje a Felisberto Hernán-dez, pintura, video, fotografía, dibujo /*** Alejandra del Castillo-Alicia Ubilla, instalación / Florencia Flana-gan, instalación/ Fernando López Lage, pintura.. Mu-seo Nacional de Artes Visuales, Parque Rodó, martes a domingos de 14.00 a 19.00. ** Cao Guimaraes, fotografía y video. Galería Xippas, Bartolomé Mitre 1395, lunes a sábados de 12.00 a 19.00. (*) Eduardo Espino, pintura y dibujo. Escuela de Artes y Artesanía Dr. Pedro Figari, Peatonal Saran-dí 472, lunes a viernes de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. (*) * Flavia Erenberg, pintura. Galería de la Ciudade-la, Peatonal Sarandi 699, lunes a viernes de 10.30 a 18.30, sábados de 10.00 a 13.00.

* (*) Robert Jabeck, fotografía / * (*) José Gómez Ri-fas, collage. Teatro Solís, martes a domingos de 11.00 a 20.00.Mario Spallanzani, fotografía. Centro de Fotografía, San José 1360, lunes a viernes de 10.00 a 19.00, sába-dos de 09.30 a 14.30. Hasta el 24 de setiembre.Emilio Bolinches, pintura. Casona Maua, Piedras 618, y Juan C. Gómez,.lunes a viernes de 12.00 a 17.00. Ramón Cuadra, escultura. Museo de Arte Contempo-ráneo, Av. 18 de Julio 965, piso 2, martes a sábados de 14.00 a 20.00, lunes de 14.00 a 18.00.Susette Kok, fotografías. Foto Galería, Parque Rodó, todo el día. 15 artistas nacionales, pintura. Centro Cultural de México, 25 de Mayo 514, y Torre 58, 25 de Mayo 491.Alvaro Pemper, pintura. Soa, Constituyente y Blanes, lunes a viernes de 11.00 a 20.00, sábados de 10.00 a 13.00.Diego Massi, objetos. Dodecá, San Nicolás 1203, lu-nes a sábados de 10.00 a 21.00.

Si las exposiciones colectivas actualmente en cartelera se sitúan entre insatisfactorias o decepcionantes, varias individuales recompensan la visita con gratificante estímulo. El acceso a la sala de Narrativas. Breves relatos y otros cuentos de Paola Mozillo no es fácil. Transcurre en el Cabildo de Montevideo en dilatada reparación del colonial edificio y en la planta alta de una empinada escalera de anchos peldaños y ausencia de pasamanos en espacios tristemente desolados.

ZANAHORIA, Uruguay/Argentina 2014. Di-rección y libreto: Enrique Buchichio basado en artículo e investigación periodística de Alfredo García y Jorge Lauro. Fotografía: Pablo Parra. Música: Mario Buchichio. Con: César Troncoso, Martín Rodríguez, Abel Tripaldi, Néstor Guzzini, Victoria Césperes, Mónica Navarro, Carlos Vallarino, Ana Rosa, Martín Pavlovsky. Estreno: 11 de setiembre. Calificación: Buena.

P rincipio(s) suelen tener las cosas. Por eso lo primero es aconse-jar a todo futuro espectador no

frentista que no abandone la sala a los cinco minutos de iniciarse la proyec-ción. Porque en ese comienzo Zanaho-ria puede parecer lo que en definitiva no es. El film arranca con una canción emblemática (“A redoblar”) en medio de un sinnúmero de imágenes extraí-das de Subrayado, correspondientes a los días finales de octubre de 2004. Días preelectorales triunfalistas, donde Tabaré Vázquez era absoluto protago-nista de cámaras y encuestas, incluso de las enemigas. Días en que el triunfo del Frente parecía significar un cambio radical en la historia política y social del país. Un film que comienza de esa forma y se estrena un mes antes de las elecciones puede parecer, a los mal pensados de siempre, una sucia juga-rreta. Está lejos de serlo, porque Zana-horia es una ficción basada en hechos reales que ocurrieron en un Uruguay también real. Por tanto, empezar de otra manera significaría negar no sólo la historia que luego se cuenta, sino también la otra Historia, la colectiva, la grande. Insinuar (y ya se ha hecho) que Zanahoria es parte de la campaña electoral frentista del 2014 sería como acusar a Todos los hombres del presi-dente de haber hecho campaña para Carter en 1976. Y la mención a ese film no resulta gratuita, porque al igual que en él, de lo que habla Zanahoria es del amor periodístico por la verdad, mientras el libreto levanta una vario-pinta geografía de tipos humanos bien definidos y claramente reconocibles.La película narra la experiencia de dos periodistas de Voces, Alfredo García (Abel Tripaldi) y Jorge Lauro (Martín

Rodríguez), sumergidos en una inves-tigación llena de dobleces, encuentros clandestinos y paranoia, a partir del contacto con un enigmático informan-te del ejército (César Troncoso) que promete entregar pruebas sobre diver-sas violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar, las cuales hasta el momento permanecían ocul-tas. Pero la pesquisa se irá enturbian-do a medida que el tiempo pase y las pruebas no aparezcan. Así, las dudas acerca de la verdadera identidad y los

reales propósitos del misterioso sujeto pasarán a formar parte tan importante como los efectos que la investigación podría tener para el semanario y la sociedad uruguaya.La mayor virtud del film es su humil-dad programática. Zanahoria es lo que quiso ser: un thriller periodístico anclado en una realidad reconocible, la de aquel Uruguay al borde de un cambio de timón fuerte, en el cual aún habían grandes deudas respecto al candente asunto de los desapa-recidos y los derechos humanos. El film se beneficia de un libreto que nos permite acompañar paso a paso a los inquietos y a la vez dubitativos protagonistas. Durante esa peripecia, la platea participará de entusiasmos

y resquemores idénticos a los de Al-fredo y Jorge. La narración en gene-ral no pierde pie (hay un leve estan-camiento en su zona media, quizás inevitable debido al propio encadena-miento de los hechos) y logra en dos ocasiones concretas (la primera ida a Pando, la recuperación de un coche en un estacionamiento) un adecuado clima de suspenso e inquietud. Las cosas resultan más previsibles en las escenas de la redacción y los topetazos con un editor honesto pero reticente

(Néstor Guzzini), y sobre todo en el enfoque de la relación de Jorge con su esposa embarazada. En esas instancias el film respira un aire indudable de déja vu. Empero, Buchichio lo com-pensa con la estupenda elaboración del enigmático personaje que inter-preta Troncoso. Allí el film construye un retrato humano que no se agota fácilmente. Ese hombre que aparece de la nada presenta un cuádruple inte-rrogante: ¿es una suerte de Garganta Profunda vernáculo (el de Watergate, no Linda Lovelace, claro), un chanta de cuarta, un reverendo hijo de puta o un pobre tipo? O, más inquietante aún, ¿no será los cuatro a la vez? Ese es el mayor hallazgo de Buchichio libretista: redondear un ser humano complejo y

a la vez amorfo, sin fabricar un villano de una sola pieza. Hay que decir que Troncoso ayuda y mucho, bordando su rol en forma magnífica. Frente a él, Abel Tripaldi no desmerece, pero sobre todo se destaca Martín Rodríguez, que debe lidiar con la más compleja: su personaje es el que adquiere de esta experiencia un aprendizaje de vida, lo cual obliga al actor a ir cambiando en forma paulatina su registro dramáti-co, desde una inicial cortedad (mezcla de asombro y timidez) hasta un brote

final de ira y violencia desatadas.Está claro que Zanahoria generará polémicas (las reseñadas al comienzo y otras que sin duda vendrán), y también es cierto que Voces no aumentará sus ventas por el film. Pero es lo de menos. Lo que sí importa es que quienes nos leen desde hace una década seguirán haciéndolo porque saben que nuestra ética (y la de la película) es la de aquellos que aún sostenemos que en un mundo donde se premia el triunfo coyuntural y efímero, la Historia también siguen escribiéndola los engañados, los presuntos “perdedores”. Porque esto no es Hollywood, señores: aquí, como muchas veces pasa en la vida real, el que pierde gana.

Polémica 1: LA VERDAD, SIN VUELTAS

Polémica 2: AUNQUE DUELA, ESTO NO FUNCIONAESTO NO ES UNA PELÍCULA (In Film Nist), Irán 2011. Dirección: Jafar Panahí y Mojtaba Mirtahmasb. Libreto del primero. Fotogra-fía del segundo. Estreno: 11 de setiembre. Calificación: Regular.

Una de las películas más esperadas resulta una inesperada decepción. El estupendo cineasta iraní Jafar Panahi fue condenado en 2011 a seis años de prisión domiciliaria y a veinte sin poder realizar cine ni salir de su país. Motivo: haber asistido al entierro de una joven asesinada por la milicia durante las protestas electorales de 2009. Pero pese a la vergonzosa condena impuesta, Panahi se las apañó para rodar dentro del apartamento en que vive Esto no es una película. Allí quiso construir un

relato sobre su situación actual, sobre la historia que quería rodar y no pudo, y sobre lo que no puede decirse en su país. Editó el film, lo copió en un pen drive, y un ciudadano francés se lo llevó clandestinamente al Festival de Cannes. Consecuencia: un previsible revuelo mundial, una cadena de premios y so-noros ditirambos justificándolos. Uno dice: “Todo amante del cine debería verla: se lo debemos a Panahi y al ciu-dadano francés que se la jugó al sacar el film en un pen drive de Irán”. Otro: “Estamos ante una película de obligada visión sólo por conocer el estado del cine en otros países y la dureza de sus leyes”. O sea, si hablamos de una con-dena aberrante y de un artista inocente y valiente, OK. Pero, ¿y de cine no ha-

blamos? ¿En verdad se premió al film?Rotundamente no. Se premió un esfuer-zo y un significado, y eso está muy bien. Pero admitámoslo: el film es un fracaso, porque no abre la más mínima opción a la reflexión, no contribuye a com-prender el aberrante contexto en que se dictó la condena, no dice nada de la situación interna iraní ni sobre la de-fensa de la libertad de expresión de los ciudadanos. Panahi sólo ejercita su ego en una desacatada auto celebración, y redondea un producto confuso e ino-perante. Basta recordar Yol de Yilmaz Guney para aquilatar la diferencia entre aquella labor del cineasta turco encar-celado y este acto domiciliario del iraní. Aunque duela, hay que decirlo: esto, como cine, no funciona en absoluto.

ARTES VISUALES >> Nelson Di Maggio CINE >> Amilcar Nochetti

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Entre el 8 y el 31 de agosto pasado se desarrolló la II Muestra Iberoamericana de Teatro de Montevideo. La muestra reunió seis espectáculos llegados de Argentina (La idea fija y La máquina idiota), Brasil (Memorias en tiempos líquidos y Xuleta mon amour), Perú (Cuentos pequeños) y Chile (La graba-ción) además de dos espectáculos de producción local: Il zabaione musicale y Ritter, Dene, Voss. La muestra trans-currió, además de en la Sala Verdi, en el Teatro Victoria y en el Museo del Carnaval.Más allá de esta muestra que va por su segunda edición, la Sala Verdi viene programando funciones de espectá-culos extranjeros desde hace algunos años, espectáculos diversos y estimu-lantes. Quizá el caso más ejemplar haya sido la excelente Amores sordos de Grace Passo, una obra en que Rita Clemente dirigía al grupo Espanca! de Belo Horizonte. Amores sordos se pre-sentó en 2012 y brindó una lección de teatro que se compromete con la reali-dad, teatro reflexivo, divertido y cons-ciente de sí mismo, de sus limitaciones y potencialidades. Este año la compa-ñía española Chirigóticas trajo La copla negra de Antonio Álamo, espectáculo que ponía a jugar su discurso escénico apelando a múltiples recursos artísticos callejeros gaditanos, rompiendo con-vencionalismos para lograr un resulta-do que sin embargo los evocaba todo el tiempo.Así vemos que esta muestra se integra en un plan de la dirección de la Sala Verdi, un plan que intenta integrar a su programación espectáculos ibe-roamericanos de forma coherente, sistemática, predecible, y esto es para agradecer.

LA MUESTRAEn esta edición hubo, además de “tea-tro”, danza contemporánea (La idea fija), títeres (Cuentos pequeños), clown (Xulieta mon amour) y hasta un musi-cal renacentista (Il zabaione musicale). Casi todos fueron espectáculos escritos o creados por la propia compañía que

los presentó, en ese sentido la selec-ción de espectáculos locales fue la que rompió la regla, ya que Juan Antonio Saraví dirigió el mencionado musical del Renacimiento Il zabaione musicale mientras que abrió la muestra una ver-sión de Ritter, Dene, Voss de Thomas Bernhard dirigida por Levón.

MOSTRAR MÁS QUE ENUNCIARCon Ritter, Dene, Voss se inauguró la muestra el viernes 8 de agosto en el Teatro Victoria. El nombre de la obra hace referencia a tres actores que pro-tagonizaron varias obras del drama-turgo austríaco (nacido en Holanda) Thomas Bernhard: Ilse Ritter, Kirsten Dene y Gert Voss. La obra reúne en una cena a los tres hermanos Worrin-ger, pertenecientes a una familia de la alta burguesía austríaca. En realidad la familia en la que pensaba Bernhard al escribir su obra era la familia Wittgens-tein, y en particular pensaba en el filó-sofo Ludwig, célebre desde la publica-ción del Tractatus logico-philosophicus. El padre de Ludwig fue un industrial de Austria-Hungría, pero el filósofo rechazó la vida burguesa (también lo hizo su hermano Paul, célebre pianista). El ambiente familiar es lo que le inte-resa rescatar a Bernhard, un ambiente cultivado, estimulante para el desarro-llo de carreras intelectuales, pero que escondía algo enfermizo (tres herma-nos varones de Ludwig se suicidaron). Aquí no podemos dejar de recordar el Ensayo sobre lo siniestro de Sigmund Freud, pues justamente es en el seno de la familia, en las represiones de la infancia en donde tiene lo siniestro su génesis para Freud. Y Freud afirma que es solo desde la estética que se puede hacer referencia a lo siniestro. Ya en el Tractatus Wittgenstein recordaba que hay cosas de las que no se puede hablar, la ética es uno de esos terre-nos, también la estética. Fiel a esa idea Bernhard no enuncia, solo muestra ese nudo de represiones que se constituye en la familia, y los tres hermanos que se reúnen a almorzar van reconstru-yendo un pasado familiar fragmentario

y tortuoso. Las atribuladas personalida-des de los protagonistas aparecen con intensidad en los cuerpos de los tres actores con los que trabaja Levón. En particular el trabajo de Marcos Valls como Ludwig parece definir a ese per-sonaje. Esta obra continúa en cartel en el Teatro Victoria los viernes y sábados a las 21:00 y los domingos a las 19:00.

ARISTOCRACIA DE IZQUIERDA El lunes 18 y el martes 19 de agostó se presentó La grabación espectáculo chi-leno dirigido por Álvaro Viguera y pro-tagonizado por Elisa Zulueta y Delfina Guzmán. La obra se basa en la vida de Marta Rivas (abuela del autor de la obra Rafael Gumucio) hija y esposa de políticos relevantes de la historia chile-na, y ella misma vinculada a organiza-ciones políticas cercanas al gobierno de la Unidad Popular de Allende. La gra-bación se articula a partir de encuen-tros del personaje principal con su nie-ta, quien quiere grabarla para rescatar su memoria, así, además de evocarse recuerdos que ponen en presente su-cesos y personajes de la historia chilena, surgen discusiones que pautan el cho-que generacional. Rivas estuvo dos ve-ces exiliada (la primera vez fue durante el golpe de Carlos Ibáñez en 1927, la segunda durante el golpe de Pinochet en 1973) y carga los recuerdos con una visión con resabios de aristocracia y de rechazo a la “cultura” de los trabaja-dores. Las humanas contradicciones surgen naturalmente de los diálogos, y Delfina Guzmán hace un gran trabajo presentando a esa mujer (que conoció personalmente) que es atravesada por la historia de Chile, y que tiene una forma particular de contar esa historia, una forma particular que su nieto pudo rescatar en este espectáculo.Durante la muestra se organizó un encuentro con Delfina Guzmán y Estela Medina, dos actrices que marcaron esta muestra.

IDIOTAS SOMOS El festival se cerró con funciones, entre el miércoles 27 y el sábado 31, de La

máquina idiota de Ricardo Bartís. Hace dos décadas decía Enrique Symns: “la teatralidad de Bartís supera los escena-rios, los guiones, los ensayos y el espa-cio que el teatro ocupa en la cultura. En Bartís se ejecutan los enunciados teóricos de Artaud, la vida cotidiana, la actividad teatral y la ideología no es-tán separados sino salvajemente entre-lazados”. Las palabras de Symns sobre Bartís sirven para pensar La máquina idiota por varias razones. La compañía argentina Sportivo Teatral trabaja de forma cooperativa, y esto implica des-de crear el espectáculo hasta repartir la taquilla. La reflexión llega después de la obra, (o junto con la obra), no antes, no hay academicismos aquí. Por eso no hay necesidad de “decir” que el texto no es lo importante, la compañía de

“espectros” cómicos que en el cemen-terio de la Chacarita ensaya Hamlet se encuentra con que los libros que con-siguieron tienen traducciones distintas, y entonces los textos no ayudan, en-torpecen la obra. El juego se muestra cuando vemos el acartonamiento de los intérpretes cuando tienen que leer el texto, y esto contrasta con la intensidad con que los vimos “actuar” antes. Esta compañía compuesta por cómicos de boliche, monologuistas de carnaval, y actores de relleno ensaya Hamlet, y esos hilarantes ensayos son atravesados por los temas “trascen-dentes” del autor isabelino al punto que constituyen el espectáculo. El amor, los celos, el poder, y la “repre-sentación” constituyen la obra sin que jamás sean enunciados. El humor, un humor negrísimo por momentos, explota para podar cualquier intento de solemnidad que se cuele (la escena del monólogo de Evita es particular-mente gráfico). La máquina idiota es teatro, trata de problemáticas teatra-les, pero, sin “reflejar” mecánicamen-te nada, introduce a la vida cotidiana y a la ideología que tenemos introyec-tada como “sentido común” en cada gota de transpiración de los actores. Gran cierre de una muestra que debe seguir.

SALA VERDI DE MUESTRA¿Casualidad o causalidad?DANZA >> Ana Rosa Rodríguez

L a moda actual indica hablar de causalidad en lugar de la gastada casualidad de mis tiempos mo-

zos. Esta disgregación viene a cuento porque semanas atrás, poniendo orden a mi biblioteca de danza, encontré los apuntes periodísticos de mi participa-ción en Bento em Dança 1994 y 1995, uno de los festivales de danza más reconocidos de Brasil. Casualmente la última participación de la Escuela Na-cional de Danza, END, división ballet.En esa oportunidad, los alumnos par-ticipantes fueron los hoy reconocidí-simos bailarines: María Noel Riccetto; María José Redelico; Marina Sánchez; Paulo Aguiar; Sebastián Arias; Javier Pérez y Jack Syzard.

BENTO EM DANÇAEn la segunda quincena de octubre, en la localidad de Bento Gonçalves, se suceden ininterrumpidamente clases y talleres durante el día y a la noche, espectáculos de variados géneros de danza, del ballet clásico a la danza ca-llejera, pasando por folclore, contem-poráneo y moderno. Conocida como la capital de la uva y el vino, situada en la altura de la Sierra Gaúcha, a algo más de cien quilómetros de Porto Alegre, Bento Gonçalves presta su nombre y es sede de este festival que promueve la integración de pueblos y culturas a través de la danza. El intercambio entre los participantes se traduce en oportunidades futuras, muchos de los premiados tienen carre-ras exitosas; los jurados, prestigiosas personalidades de la danza interna-cional, descubren la excelencia de las delegaciones. Casualidad o casualidad, este octubre 2014, Paulo Aguiar regresa a Bento em Dança; ahora en el rol de maestro y coordinador académico de la END división ballet.“Espero sea el principio de un resta-blecimiento de relaciones artísticas, de participar en concursos cada vez más importantes, no en cantidad, porque los alumnos no deben estar concursan-do a cada rato. Concursar supone un estrés grande y muchas veces los baila-rines criados en este sistema, llegan a no querer saber más de la danza. Ben-to em Dança es un festival, los alumnos van a tomar clases, ver los espectáculos y hay competencias en muchas cate-gorías: jazz; contemporáneo; hip-hop, entre otras, van a tener acceso a todo eso, en nuestro medio tan chico no tie-nen esa posibilidad”, subraya Aguiar.El reencuentro con Bento em Dança surge a iniciativa de Aguiar. “No se fue más hasta hoy”, expresa. Convencido de la importancia de la participación, escribe a los responsables del Festival, solicita apoyo logístico del Sodre y una veintena de alumnos, profesores y padres, son de la partida hacia Rio Grande do Sul.Con coreografía del propio Aguiar, “va-mos a bailar una suite clásica en grupo con música de Delibes, después variacio-

nes individuales; no tengo expectativas, con que hagan un buen papel, represen-ten bien al país, estoy satisfecho”.Al regreso de su presentación en Bento em Dança, Aguiar recuerda haber di-cho, “estamos ‘chochos’, sí, me acuerdo haber utilizado esta palabra; fue una experiencia muy buena y todos los que fuimos al concurso, seguimos la carrera de bailarín con buenas trayectorias, no es casualidad. Hubo un incentivo al ver como se trabajaba en otros lados”.Prosigue, “hace unas semanas fuimos a Buenos Aires con una chica de octavo año y un varón del curso intensivo a la semifinal de Youth America Grand Prix. Sacaron buenos puntajes, la chica en su categoría logró 92,5 puntos y estuvo entre las doce mejores, y el varón, ob-tuvo 89 en 100, están postulados para ganar alguna beca de estudios”.

END & BNSUn seminario sobre metodología de la enseñanza con profesores del American Ballet Theatre tendrá lugar en los próxi-mos meses. Julio Bocca ha sido el artífice de este encuentro entre docentes que refuerza y prestigia la institución.“La idea es que la END se convierta en el semillero del BNS, llevará un tiempo, sin duda alguna, es un proceso que va a funcionar. El relacionamiento con el BNS es fluido, yo soy responsable de las clases diarias de entrenamiento de la compañía y tomo algunos ensayos. Para los alumnos de la END es muy importante participar de los ballets con el BNS, están pendientes de quienes es-tarán y se esfuerzan para poder estar”, explica Aguiar.

LA ESCUELA TAL CUAL ESEn las nuevas instalaciones de la END, “empezamos en abril 2013 todavía sin terminar algunos de los salones. Te-nemos dos salones grandes y tres algo más chicos. Se hizo una buena obra, se levantaron paredes de yeso en muchas partes, se colocaron equipos de audio, si bien algunas cosas están por llegar,

estamos bien… harían falta algunos sa-loncitos más porque estamos agregan-do otras materias a la currícula”.Las divisiones folclore y contempo-ránea comparten la locación con la división ballet. “En el horario matu-tino está folclore, luego ballet hasta la noche, y siguen hasta medianoche, folclore y contemporáneo. Si bien este local está muy bien acondicionado, está pensado para ser transitorio, por-que necesitamos más infraestructura. Hay un proyecto para construir una Escuela de Danza cercana al Auditorio Nacional del Sodre, lo estamos movien-do para que se haga realidad porque vendría muy bien”, acotó Aguiar.La END división ballet cuenta con un Coordinador Académico, un plantel docente para clases de ballet y de ma-terias complementarias, ocho pianistas acompañantes y ciento diez alumnos. “Historia del arte; danza contempo-ránea; danza moderna; danzas de carácter; flamenco; acondicionamien-to físico; nutricionista y teatro, son las materias que ayudan a potenciar los talentos de los alumnos”. Hay tres modalidades de cursos. Uno regular de ocho años de duración para niñas y niños inscriptos entre ocho y once años de edad; el curso para inscriptos con co-nocimientos hasta los dieciocho años de edad, para ingresar al curso correspon-diente de acuerdo a la evaluación de la prueba de ingreso; y el curso intensivo de varones de cuatro años de duración a partir de los trece años de edad, curso con una exigente carga horaria.Cada año es eliminatorio, “no estamos eliminando en el primer año y somos más rigurosos en la prueba de admisión, para poder observar las aptitudes de cada alumno, cómo son en el traba-jo, con la disciplina, cómo soportan la fatiga. Los alumnos y los padres deben saber que ingresar a la END es sacrifi-cado, no es fácil. Aparte de la escuela curricular, tienen una actividad física de dos a tres horas diarias en el primer año, y seis horas diarias en los últimos años.

Hoy algunos están yendo a tomar clases en el BNS, después en la END, luego los ensayos y presentaciones de ‘Don Quijo-te’, son cerca de doce horas.“La END empezó con Margaret Graham y Tito Barbón, inspirada en la escuela inglesa con influencias de maestros con metodología de la escuela rusa. Al llegar Rolando Candia, Mónica Díaz estaba en la dirección, se volcó hacia la escuela cubana. Hoy tenemos una mezcla de es-tilos, para mí el ballet es Ballet, el resto es estética, no es técnica; la diferencia entre las escuelas es la estética.“Al preguntarle a Frank Andersen, maestro repositor de ‘La Sylphide’ uno de los grandes de la escuela Bournon-ville, sobre la escuela, me contaba que entran a estudiar el estilo a partir de los doce años, y antes hacen ballet. Yo ten-go igual pensamiento, el ballet es uno, todas las escuelas tienen cosas buenas.”

PAULO AGUIAR DE LA PUENTENace en Sâo Paulo, Brasil, el 12 de oc-tubre de 1977, radicándose en Uruguay a los cinco años de edad. Egresado de la END, ingresa al Cuerpo de Baile del Sodre, actual BNS, en 1996 como baila-rín extra. En 1998, mediante concurso de oposición y méritos, pasa a integrar el cuerpo estable. Promovido por con-curso a solista en 2006, ha interpretado numerosas obras del repertorio clásico, neoclásico y contemporáneo en roles de cuerpo de baile, solista y primer bailarín. Ha tomado clases y cursos con numerosos maestros, tanto en nuestro país como en Argentina; Brasil; Chile; Cuba; Dinamarca; Estados Unidos de Norte América; España y Francia. Profesor de la END desde 1998. En-cargado de la cátedra de Danza de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo, EMAD, entre 2002 y 2006. A fines de 2012 se retira como bailarín para dedicarse a su vocación docente. En 2013 asume como Maes-tro asistente del BNS y Director Coor-dinador académico de la END división Ballet

La Escuela Nacional de Danza en Bento em Dança

TEATRO >> Leonardo Flamia

2928 N˚ 446 | jueves 11 de setiembre de 2014jueves 11 de setiembre de 2014 | N˚ 446

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E n un hecho que, de confirmarse, generaría otro triste episodio en la campaña política, el semanario

Voces habría censurado la columna que el portal Librumface.com publica en sus páginas desde hace algunos meses. Según fuentes cercanas al sitio web, Alfredo García (director del semanario) llamó por teléfono al redactor respon-sable de Librumface para consultar sobre las agresiones que recibía coti-dianamente el candidato del oficialis-mo, Tabaré Vázquez, hecho que fue considerado por los columnistas como una presión indebida de García, o peor, una censura lisa y llana. Por el con-trario, periodistas vinculados a Voces negaron que hubiera existido algún tipo de intención de limitar la libertad de expresión: “Alfredo dice que no llamó para que se eliminara la columna y que solo expresó su preocupación. Si después los de Librumface deciden levantar el artículo, es porque son más realistas que el rey”.Un allegado muy cercano al magazi-ne digital, informó a este medio que la actitud del director de Voces fue “vergonzosa”. “La gente tiene una imagen de Alfredo García completa-mente errónea y artificial. Todos ven un periodista que evidentemente es de izquierda pero que está siempre dispuesto a brindar un espacio a per-

sonas que no comulguen con su visión. Bueno, eso no es cierto: si él ve algo que no le gusta no duda en hacértelo saber, es capaz de levantarte la nota y si querés quejarte, ¡olvidate!Te mete en el freezer y no te permite expresar

el descontento de ninguna manera. Es vergonzoso”. Consultados sobre si se contactaron con el periodista para aclarar la situación, nuestra fuente respondió: “sí, le enviamos un mail después de la llamada intimidatoria. ¿Y sabés qué nos respondió? Que él, el jueves 11, va a estar firmando autógra-fos después del estreno de Zanahoria, y nos preguntó qué día firmábamos algo nosotros”, expresó apesadumbrado.Una persona muy allegada a Alfredo García, de la que sólo diremos que

se llama Jorge, dio su punto de vista sobre esta situación: “Alfredo única-mente se comunicó con Librumface inquieto por la cantidad de disparates que habían puesto sobre Tabaré Váz-quez en la columna que iba a salir el 11 de setiembre, ¡Eran cosas horribles que no me atrevo a reproducir! Dice además que, movido únicamente por un espíritu constructivo, no llamó para que se eliminara la columna y que solo expresó su preocupación. Si después los de Librumface deciden sacar el artículo, es porque son más realistas que el rey. El problema de estas llamadas, obvia-mente, es como se interpretan. ¿Esto es culpa del director? No. Y desde ya te digo: Alfredo va a seguir llamando a los columnistas porque le asiste el derecho a hacerlo”, afirmó. Terminada la entrevista y antes de retirarnos nos hizo una pregunta: “Martín Rodríguez es un botija muy fachero pero, ¿no te parece que Brad Pitt o Bradley Cooper estaban más cerca del physique du rôle del compañero de Alfredo en Zana-horia?”. Nos retiramos sin saber qué contestarle o sin querer hacerlo. A pesar de haber transcurrido algunos días del episodio, la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU, por sus siglas en español) no se expresó públicamen-te sobre el tema. Consultados por este medio sobre la opinión que les mere-cía el incidente Voces – Librumface, un importante directivo, cuyo nombre solicitó no ser revelado, se limitó a con-testar: “¿Qué es un Libriumfei (SIC)?”.Seguiremos informando.Fue un servicio de Librumface.com, magazine digital, para el semanario Voces.

En plena campaña electoral, semanario censura columna de humor político

PAPELES SALVAJES >> Matías Rótulo (*) [email protected]

E n todos esos lugares se pueden visitar los restos que la ciudad revela sobre el pasado de los

escritores en ella. Las ciudades esperan a los visitantes y nativos con su cultura abierta en museos, circuitos turísticos delineados en brillantes folletos con mapas y avisos de bares y hoteles. Puedo elegir entre llevarme un retrato de Jor-ge Amado en Salvador de Bahía o hacer el recorrido en carroza por la Aracataca que García Márquez vivió como noso-tros vivimos su Macondo. En Montevideo, la literatura carece de presencia en los circuitos turísticos. En el exterior se ofrecen paquetes de traslado en los cuales se menciona que la capital es la tierra de Galeano, Onetti y Bene-detti pero después hay muy poco para hacer en cuanto a la literatura, una vez que se visita nuestra tierra adornada de bolsas en el suelo y un cielo de celeste pureza. El Informe de Gestión 2014 de la Direc-ción Nacional de Cultura del Ministerio

de Educación y Cultura nos informa del presupuesto invertido en premios litera-rios (de libros muy difícil de conseguir), encuentros de escritores, y otros. No hay nada referido a un fomento de la litera-tura en relación a la ciudad, a la preser-vación de espacios públicos que puedan servir de patrimonio literario. Es como si en la ciudad de Idea Vilariño, donde murió Juana, donde escribió Mario, y donde se transforman en realidades los sueños de los escritores actuales, ellos mismos estén en un eterno exilio. Tampoco hay ninguna idea al respecto en el horizonte de proyectos políticos locales sobre los lugares de los artistas. En el sitio web del Ministerio de Turis-mo o en la página de la Intendencia de Montevideo se ignora la literatura de la ciudad. Ni siquiera se menciona el hermoso museo Zorrilla de San Martín, uno de los pocos y bien reservados espacios literarios-museísticos. Otros espacios bien aprovechados son los que la Biblioteca Nacional dispone al

presentar documentos en muestras itinerantes. Un buen día, los montevideanos nos en-contramos con que acá no hay casi nada para visitar, para mirar, para aprender con respecto a nuestras letras. Es cierto que la literatura está para ser leída. También es cierto que la ciudad no ha guardado en su memoria colecti-va los lugares en los cuales los escritores han pasado sus días creando, tal como se hizo en otras ciudades del mundo. En el país de los libros más caros de la re-gión, se puede leer mucho, pero poco se puede hacer con los muros de la ciudad que fueron testigos de nuestras grandes obras y las historias de sus hacedores. Cerca de mi casa, en el barrio Bella Vista, vivió el poeta Fernán Silva Valdés. Hasta hace poco, lucía en la entrada de la casa sobre Uruguayana una placa de azulejos donada por un club de leones que recor-daba que en aquel lugar habitó el poeta. Hoy esa placa ya no está. La placa que recuerda a la artista de

las letras Delmira Agustini en el Prado, paradójicamente ya no tienen letras. Es que Delmira Agustini parece haber que-dado en el olvido tras aquel 6 de julio de 1914 cuando su asesinato le reveló a la sociedad uruguaya que este pueblo no era ni tan civilizado, ni tan pacífico. Salvo las calles de Montevideo, como las que recuerdan en nombre a Hilario Ascasubi (La Teja) o Viejo Pancho (Poci-tos), los barrios poco o nada tienen de literatura. Los homenajes a Bartolomé Hidalgo en el Prado ya están manchados de “Bolso puto” y “Manya corrés”, y las estatuas de escritores locales están reser-vadas para los cementerios. Montevideo no amparó los lugares, nos recogió la historia física de los escritores. Para ver a Juana hay que mantenerse sin gastar los mil pesos, a la fuente de Delmira en Sayago la quieren borrar del mapa, y vaya a saber uno dónde estuvo Florencio Sánchez mientras vivió por acá. Es que Montevideo como ciudad, no hace buena letras con sus escritores.

Montevideo: una ciudad sin literaturaSantiago celebra a Mistral y su nombre aparece cada pocas calles en el centro de la ciudad. Valparaíso recibe en lo alto a los visitantes de la casa de Neruda. Buenos Aires habla de Borges, Bioy Casares y José Hernández. Asunción destaca su poética nativa y en Lima sobrevive en la modernidad que triunfó ante lo nativo, literatura de Mariátegui, y Arguedas.

Macu @macu_lp Si Dios te ayuda realmente, no madrugás.

Alf Shumway @Alf_Melmackc En menos de cuatro meses termina el año. Ni Wanda es tan rápida

Christian Font @christianfont Otro bebé en la realeza británica. Los efectos del polvo Royal

Sigmund @ZZMetamorfosis Esconde los genitales hacia atrás entre los muslos y ya has dado el primer paso para convertirte en sextuitera.

Matu @MatiildaxD Una vez mi hermano se cayó en la escuela y una pendejita que me odiaba me dijo: «Se va a morir». Le contesté: «Qué me importa, tengo más».

Perico Pelayo @pericopelayo El casamiento de Paula y Peter me emocionó mucho. Como la vez que me contagié ebola, pero no me podían tratar por que también tenía sífilis.

StarKing @Starking2014 Hacer tantos programas sobre el casamiento de Peter y Paula es subestimar las pocas neuronas que tenemos los que los miramos. #EEES

Martin Zapata @tinchounojo Boludo, se casaron Peter y Paula entendés?

Facundo @vitumen_occhio Bendita TV se burla de la televisión del interior como si Canal 10 fuera la Deutsche Welle.

Doctor Felipe @_DoctorFelipe Quiero ir a correr en la rueda de hamster para humanos del programa de Sonsol, ¿cómo hago?

unServidor @unServidor Qué garrón cuando no existía Facebook: la gente tendría que ir diariamente a lo de sus amigos para mostrarles sus gatos.

Diego González @diegodelacurva Usando la lógica de Arjona voy a escribirle una canción al papanicolau y voy a ser famoso y voy a matar con las veteranas, chupen!

Jacques Insermini @spinozo Con suerte Descartes se habrá bañado 2 veces en su vida y quizá mientras escribía El discurso del método no paraba de rascarse los piojos.

Malcom Gomez @malcomgomez Me indignan las víctimas de delitos que se quedan en la queja y el llanto sin aportar soluciones. La cómoda.

No seas malo @noseasmalotv Se lesionó Sebastián Fernández y la cámara enfoca a Taborda. Con ese tronco podés hacer como un millón de papelitos.

@TapaloConDiari0 @TapaloConDiari0 El sindicato de árbitros va a huelga porque Federzuck no está cobrando

Carlos Rodriguez @CarlosRod1972 Tiene razón Luna. Actitud impresentable de la hinchada aurinegra. No se puede aceptar una petaca... vacía.

nicolás sosa @nicolassosa1976 Les juego una petaca de Whisky vacía a que Fedorczuk se olvida de anotar algo en el formulario!

Ignacio Alcuri @ignacioalcuri El foul de Nicolás Olivera lleva más minutos de cobertura en Pasión que el asesinato de Kennedy en los noticieros estadounidenses del ‘63.

eferey @efereyDFC En la Rural del Prado se enfrentaron militantes del NE y de Bordaberry, lo que en términos futbolísticos sería un Chacarita-Atl. Cambaceres.

Vault Boy @Mariscal_Tito Llamo la Inquisición Española para pedirle a Graciela Bianchi que por favor afloje un poco, que los hace pasar como tipos blanditos...

steph @esetepache Hoy dije que los spots del Frente tenían que incluir menos logros y más sonrisas y atardeceres. Creo que en el fondo soy de derecha, chicos.

Tramontina @nuncaleionetti Si en octubre pensás votar anulado tratá de no hacer la clásica “meto una rodaja de salame”, porque por ahí le computan el voto a Mieres.

Leo Pintos @huesopintos La puta que lo parió a Mujica. Ni bien lleguen los sirios a este país ya no se va a poder andar en subte con seguridad!

Andrés @Gomezov Sr Presidente José Alberto Mujica Cordano: deje de joder con los niños sirios y traiga refugiadas ucranianas de entre 18 y 35 años.

Osvaldito @Osvaldito2013 Dice el Pepe que si fuera por él, los Entes no gastarían un peso en propaganda. Pero bueno, qué puede hacer? Ni que fuera el Presidente.

Mister Lemon @mister__lemon la energía eólica también es gracias al viento de cola

Nora Cárpena @Aquicolobanco British, La Tahona y Universidad Católica. Con ese currículum no te voto ni que fueras Fidel Castro.

eferey @efereyDFC Yo defiendo el uso del Power Point porque estoy #porladiapositiva.

daro @darioelque Arbeleche dice que las cosas concretas se van a saber más adelante. GOBIERNO SORPRESA, ME ENCANTA

Mister Lemon @mister__lemon al final el socialismo resulto ser bancarizar el sueldo miserable del proletariado además de la plusvalía del capitalista explotador

coco el dle camión @cocoeldelcamion Pedro Bordaberry presentó su equipo económico. En otras noticias que no le importan a nadie, mi tía abuela Gladys perdió la chismosa.

@4rkno Cómo se respetan en el partido nacional que todos dicen cosas distintas para no copiarse y ser originales.

Esteban Valenti @ValentiEsteban Seguir debate de Muñoz y Solari en Océano. Imperdible. Espero que Solari tenga Previsión.

Nora Cárpena @Aquicolobanco Ya dijo El País que el principal sospechoso del robo a la Agencia de Lacalle, es el viejo Marenales no?

Marmota Chico @tuiteroconrulos Pediría que, como es sábado, nos tomemos un descanso de la política, pero van a decir que soy un burgués que le hace el juego a la derecha.

Vault Boy @Mariscal_Tito No sé si es que yo me drogue mucho o que de verdad Dakota se drogó mucho y saco una revista... Que dilema...

TararirasForExport® @elFerDias Vamo al kiosco a comprar la revista de Dakota carajo!

Vault Boy @Mariscal_Tito La revista de Dakota en caso de existir realmente sería el primer caso de EBOLA impreso...

3130 N˚ 446 | jueves 11 de setiembre de 2014jueves 11 de setiembre de 2014 | N˚ 446

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E s natural. A medida que se apro-xima la fecha de votaciones, los nervios operan. Unos hacen como

que se enojan y otros se enojan de verdad. Se encienden las polémicas por todo, es decir, por nada. La quermese se pica. La realidad es ruido, intereses, fic-ción y revés de la trama. El otro comien-za a volverse reo de mala fe. La publicidad electoral entra en el de-bate. Menudean las acusaciones. Apa-recen los doctores en pueblo. Algunos nos ponemos bobetas.El núcleo de este embrollo se concentra en dos o tres tópicos.Los entes estatales gastan millonadas tras el continuismo de la actual admi-nistración.El PIT-CNT se embandera públicamen-te con el FA. ¿Régimen corporativo? –indagan, gesto retórico, suspicaces de notorio pasado “asociación para delin-quir” gubernamental.Los obreros no están para hacer políti-ca: en los servicios autónomos podrán opinar pero nunca votar.Un revoltijo de tripas, polución ambien-tal y éscaras mentales. (No es mi culpa; advertí a Alfredo García –pillado a más no poder desde el pre-estreno de Zana-horia- que andaba en viejo mal pelo y destemplado, y que no tenía ningunas ganas de escribir mi nota quincenal; insistió; pierde Voces). Hay que desen-redar la madeja. Los que saben, saben; yo, sólo opino –como si estuviera en el

boliche o en casa, peleando frente a la computadora, a las puteadas con dios –hacedor de la malaria universal. El PIT-CNT hace bien en salir a defender en calles y plazas, a plena voz, con la indiada, lo logrado en los últimos diez años. Es lo menos que podía hacer para afirmar hacia el porvenir las conquis-tas obtenidas, incluyendo sus cuatro-cientos mil afiliados y la plena liber-tad sindical –para no incurrir en listas consabidas. Ni un paso atrás. El golpe de estado cívico-militar, los “tupas” ya derrotados (tortura, prisión, muerte, desapariciones mediante), se dio, en beneficio de la oligarquía, para frenar el avance popular exitoso a comienzos de los setenta. En la dialécti-ca progresismo - represión, la dictadura significó el retroceso (en todo senti-do) de una generación. El sector de clase en el poder entonces, sigue siendo protagonista, entre bambalinas, di-mes y diretes, don-de se reparte la torta, teniendo el cuchillo asido por el mango. Mientras persista el sistema, estará en la cocina

y, que se sepa, sigue tan antiobrerista como siempre.El Cuquito, Pedro sin apellido y pelado Mieres, Trío Cacerolita (“Ni un impues-to más al agro” –dicen al unísono ante los hacendados de la Rural), deben saber hasta dónde podrán llegar con sus “revisiones”. Que la mostración se haga a través de una “huelga” no parece muy adecuado; pero cada cual atiende su juego.Los estacioneros que, a un mes de las elecciones, paran por cuarenta y ocho horas, en pleito con ANCAP, de necesa-rios largos debates para encontrar justa solución, ¿extorsionan, hacen puta opo-sición o buscan incendiar el rancho?

La ARU y la FRU, sindicatos patro-nales del campo que se per-

mitieron “legislar” desde su sitial de mandamases, ¿qué

autoridad invocan?; ¿con qué derecho levantan el gallo así?; ¿se quejan por empachados que están? Colorados/ blancos/ Mie-

res/ derecha, silencian las “salidas” a escena

de las gremiales empresariales, porque, como en el poema de Nicolás Guillén: “…

somos la misma cosa, tú y yo”.Desde la barra

brava de pitucos ensoberbecidos, meri-torios vociferan (es un decir, no les da para tanto): ¡El Estado hace campaña electoral a través de la publicidad! No rompan los cataplines, che. Cero inno-vación: lo que se venía haciendo desde tiempo inmemorial (informar sobre realizaciones, como corresponde), no ha sufrido alteración alguna. UTE da cuenta de los esfuerzos por cambiar la matriz energética del país, ANTEL compite y gana con su implan-tación pública en el futuro científico y tecnológico, ANCAP exhibe su multipli-cada y diversa inversión -que justifica momentáneo déficit contable. Podrán discutirse montos y modalidades pero no aviesas intensiones. Está la fruta po-drida y la merca prima categoría. Cada uno elige según sea.Pocos recuerdan a los “equitativos” medios de información –un monopo-lio económico brutal sólo asentado en el poder del dinero (también dueño de la libertad de prensa)-, que titulan adjetivando en contra del FA/ del Pepe/ del gobierno/ de los sindicatos obre-ros, dando alarmas y ocultando hechos indiscutiblemente positivos, haciendo la ideológica de la función –con suela de goma o raspando, clandestinamente o a los gritos-. Es el gordo que se sienta al otro lado del tobogán y se caga de risa de vos.

“Avive el seso y despierte”…, compañe-ro.

MUCHO BARULLO Y POCA MÚSICA

>> Luis BaumgartnerCONTRAVOCES