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FISCALIDAD Y CRISIS EN EL GASTO PÚBLICO. LIMA 1710-1720 Juvenal Luque Luque Universidad Nacional Mayor de San Marcos Escuela de Historia [email protected] Introducción El tema que se pretende desarrollar en esta ponencia se circunscribe a lo manifestado por el premio Nobel de Economía D. C. North 1 . El tema de la Real Hacienda y la reconstrucción de su historia institucional y compleja estructura fiscal se ha convertido en un importante campo de estudio para historiadores nacionales y extranjeros en las últimas décadas. Se ha aprovechado como fuente principal para estas exploraciones los diversos archivos iberoamericanos donde se pueden hallar largas y detalladas cuentas registradas en los llamados «libros de cargo y data», donde están detallados con precisión matemática los ingresos y egresos de la fiscalidad colonial para los diversos virreinatos. Estas fuentes contables son abundantes para Latinoamérica, sobre todo para Perú, México y Bolivia. Las cuentas fiscales de los territorios dominados por España en Indias abarcan prácticamente tres centurias. La temática hacendaria o fiscal no es preocupación sólo contemporánea, ya en plena colonia un conjunto de tratadistas han publicado sus pareceres sobre este asunto. De ellos destacan como clásicos Gaspar de Escalona y Agüero 2 para el Perú y Joaquín Maniau y Torquemada 3 para México escrita en las postrimerías de la dominación colonial. El de Maniau fue obra de su fructífera labor burocrática en diversos sectores de la hacienda real novohispana. Otros autores importantes en temas hacendarios mexicanos son Fabián de Fonseca y Carlos de Urrutia quienes publicaron la monumental «Historia General de la Real Hacienda» (1843-53, 6 vols.). Para los temas legales sobre fiscalidad sigue siendo fundamental la Recopilación de Leyes de Indias de 1680. Los funcionarios de la burocracia colonial también aportaron lo suyo con sus pareceres sobre estos temas como el del Contador Mayor de la Caja Real de Lima Don Francisco López de Caravantes, Miguel Feijoó de Sosa, Pedro Vicente Cañete o Lamberto Sierra. En estos autores es posible hallar una visión panorámica del funcionamiento de la real hacienda colonial peruana y sobre otras actividades económicas como la minería, el comercio o la agricultura. 1 «El objetivo fundamental del historiador de la economía es la interpretación. Intenta comprender la forma en que han funcionado las economías o el modo en que ha sido afectado el bienestar de la población por los fenómenos económicos. En este sentido, la interpretación de la historia económica no difiere en modo significativo de la interpretación científica en las ciencias naturales y físicas... La característica distintiva de la historia económica, comparada con la economía misma en cuanto ciencia, es su preocupación más por los problemas del pasado que por los del presente. Se distingue de la investigación histórica general, no sólo por su preocupación especializada por los aspectos económicos de sociedades pasadas, sino también porque recurre a un cuerpo técnico sistemático de teoría como fuente de generalización, así como por la utilización igualmente sistemática de métodos cuantitativos de organización de datos». Douglas C. North: "Historia económica", Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Aguilar, 1975 (11 vols.) 2 Gazophilacium regium perubicum... Madrid, 1775. 3 Compendio de la Real Hacienda de Nueva España, 1794

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FISCALIDAD Y CRISIS EN EL GASTO PÚBLICO. LIMA 1710-1720 Juvenal Luque Luque

Universidad Nacional Mayor de San Marcos Escuela de Historia [email protected]

Introducción El tema que se pretende desarrollar en esta ponencia se circunscribe a lo manifestado por el premio Nobel de Economía D. C. North1. El tema de la Real Hacienda y la reconstrucción de su historia institucional y compleja estructura fiscal se ha convertido en un importante campo de estudio para historiadores nacionales y extranjeros en las últimas décadas. Se ha aprovechado como fuente principal para estas exploraciones los diversos archivos iberoamericanos donde se pueden hallar largas y detalladas cuentas registradas en los llamados «libros de cargo y data», donde están detallados con precisión matemática los ingresos y egresos de la fiscalidad colonial para los diversos virreinatos. Estas fuentes contables son abundantes para Latinoamérica, sobre todo para Perú, México y Bolivia. Las cuentas fiscales de los territorios dominados por España en Indias abarcan prácticamente tres centurias. La temática hacendaria o fiscal no es preocupación sólo contemporánea, ya en plena colonia un conjunto de tratadistas han publicado sus pareceres sobre este asunto. De ellos destacan como clásicos Gaspar de Escalona y Agüero2 para el Perú y Joaquín Maniau y Torquemada3 para México escrita en las postrimerías de la dominación colonial. El de Maniau fue obra de su fructífera labor burocrática en diversos sectores de la hacienda real novohispana. Otros autores importantes en temas hacendarios mexicanos son Fabián de Fonseca y Carlos de Urrutia quienes publicaron la monumental «Historia General de la Real Hacienda» (1843-53, 6 vols.). Para los temas legales sobre fiscalidad sigue siendo fundamental la Recopilación de Leyes de Indias de 1680. Los funcionarios de la burocracia colonial también aportaron lo suyo con sus pareceres sobre estos temas como el del Contador Mayor de la Caja Real de Lima Don Francisco López de Caravantes, Miguel Feijoó de Sosa, Pedro Vicente Cañete o Lamberto Sierra. En estos autores es posible hallar una visión panorámica del funcionamiento de la real hacienda colonial peruana y sobre otras actividades económicas como la minería, el comercio o la agricultura.

1 «El objetivo fundamental del historiador de la economía es la interpretación. Intenta comprender la forma en

que han funcionado las economías o el modo en que ha sido afectado el bienestar de la población por los fenómenos económicos. En este sentido, la interpretación de la historia económica no difiere en modo significativo de la interpretación científica en las ciencias naturales y físicas... La característica distintiva de la historia económica, comparada con la economía misma en cuanto ciencia, es su preocupación más por los problemas del pasado que por los del presente. Se distingue de la investigación histórica general, no sólo por su preocupación especializada por los aspectos económicos de sociedades pasadas, sino también porque recurre a un cuerpo técnico sistemático de teoría como fuente de generalización, así como por la utilización igualmente sistemática de métodos cuantitativos de organización de datos». Douglas C. North: "Historia económica", Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Aguilar, 1975 (11 vols.)

2 Gazophilacium regium perubicum... Madrid, 1775. 3 Compendio de la Real Hacienda de Nueva España, 1794

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2 En el siglo XX son muchos los autores que se dedicaron a estudiar estos temas. Entre los pioneros en temas fiscales debería mencionarse a C. Haring4, Ricardo Levene5 y Roberto Levillier6. De este conjunto de autores, quien marcó un hito en temas hacendarios fue el historiador Ismael Sánchez-Bella7 quien trató de abarcar el sistema financiero indiano, incidiendo más en aspectos legales sobre el tema. Otro grupo de autores han trabajado temas económicos ligados con cuestiones fiscales o hacendarios son Pierre Chaunu8 que estudia más el problema del almojarifazgo para el comercio atlántico asociándolo con la expansión del dominio colonial europeo, Fernando Braudel, con su estudio del Mediterráneo en la época de Felipe II había abierto este sendero seguido luego por Chaunu. De los historiadores extranjeros quien sí se ocupó de los salarios civiles fue Rolando Mellafe quien lamentablemente eligió el siglo XVI (1967). Mención aparte merecen dos historiadores norteamericanos que han realizado un esfuerzo gigantesco para reabrir con nuevos bríos los temas fiscales: Herbert S. Klein y John J. TePaske. Ambos entre 1982-89 han publicado las cartas cuentas o sumarios de las cajas reales de la América española comprendiendo las siguientes áreas geográficas: Alto Perú, Bajo Perú, Ecuador, Chile, Nueva España, y Rio de la Plata. En estas obras los autores han publicado los cargos y datas globales de todas estas cajas reales de las áreas geográficas señaladas, trabajando en archivos de América y España. En total han recopilado información seriada de 26 cajas reales de México, 16 de Perú, 9 de Bolivia, 14 de Argentina, 5 de Chile y 4 del Ecuador, que suman un conjunto de 74 cajas reales americanas registradas. Como los dos autores sólo recopilaron los montos totales anuales de los cargos y datas a pesar de eso permiten un fácil abordaje de los temas fiscales. Sus textos son una especie de faros para abordar los temas fiscales con menor esfuerzo9. Para el caso del Perú, sus series de cargos y datas comprende el período 1580-1820, donde los ingresos o egresos están expresados en tres monedas: pesos de 8 reales, pesos ensayados y pesos de oro (oro en especie o masa). Las cartas cuentas publicadas en su gran mayoría son anuales y para algunos períodos, como el siglo XVII sobre todo, comprenden varios años (multianuales). La sección data de Sueldos de la Caja Real de Lima comienza desde 1585 con la denominación de Sueldos del Real Consejo y continúa luego con la denominación sólo de sueldos hasta mediados del siglo XVIII cuando con las reformas borbónicas se reforma el sistema de salarios, período que ya no abarca nuestras indagaciones. De los historiadores peruanos quienes iniciaron estos estudios son Emilio Dancuart y José 4 Haring. C. los libros mayores de los Tesoreros Reales en Hispanoamérica del siglo XVI (1920). 5 Levene, Ricardo. El oficial de la real hacienda del siglo XVI (1915). 6 Levillier, Roberto. Investigaciones acerca de la historia económica del virreinato del Plata, La Plata, 1927-

28; entre otros. 7 Sánchez Bella, Ismael.1968. La organización financiera de las indias. Siglo XVI. Sevilla. 8 Chaunu, Pierre y H. Sevilla y el Atlántico. París, 1955-59, 13 tomos en francés. 9 Los textos correspondientes a estas cajas reales son: Ingresos y egresos de la Real Hacienda de Nueva

España, publicados por el DEH INAH, México, 1986, 2 vols., The Royal Treasuries of the Spanish Empire in America. Volume 1, Perú, Duke University Press, 1982, The Royal Treasuries of the Spanish Empire in America, Volume 2. Upper Peru (Bolivia), Duke University Press, Durham, N.C., 1982, The Royal Treasuries of the Spanish Empire in America, Volume 3. Chile and the Río de la Plata, Duke University Press, 1982.

Del Ecuador han publicado los siguientes sumarios: 1. Sumario General de las Cartas Cuentas de la Caja de Guayaquil, Cargo y Data (1714-1804) 2. Sumario General de las Cartas Cuentas de la Caja de Jaén de Bracamoros, Cargo y Data (1762-1792) 3. Sumario General de las Cartas Cuentas de la Caja de Loja y Cuenca, Cargo y Data (1722-1803) 4. Sumario General de las Cartas Cuentas de la Caja de Quito, Cargo y Data (1702-1813)

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3 M. Rodríguez en el siglo pasado cuando publican sus Anales de la Hacienda Pública del Perú (1905) donde presentan una síntesis de la legislación hacendaria colonial; luego Emilio Romero en su Historia Económica y Financiera del Perú (1937) hace que las cajas reales alcancen personería propia, llegando a describir sus funciones y características. Le seguiría Manuel Moreyra y Paz Soldán con varios artículos y libros sobre la contabilidad, moneda y economía coloniales, aunque su aporte básico tiene que ver con la moneda colonial, considerado por eso como el fundador de la monetología científica peruana. Usó como fuente para sus estudios el archivo familiar sobre moneda hoy donada al Archivo General de la Nación de Lima (Colección Moreyra). Finalmente cabe mencionar a los historiadores Carlos Lazo y Javier Tord que han trabajado los temas fiscales sobre todo para el siglo XVIII. El primero iniciándose en historia social para luego migrar a la historia económica e historia monetaria. Otro grupo de historiadores peruanos y extranjeros sí llegaron a explorar los registros fiscales con fines diversos como sería el caso de la minería o la moneda con Manuel Moreyra y Paz Soldán10, Álvaro Jara11, John Fisher12, Carlos Lazo García y Javier Tord Nicolini13 entre otros. Pero ellos tampoco incidieron en el estudio de las datas como el salario de la burocracia colonial civil o militar peruanas, menos en identificar los periodos de crisis en los pagos de estos salarios. La excepción sería los historiadores Javier Tord y Carlos Lazo (Tord y Lazo, 1981) quienes al trabajar la fiscalidad del siglo XVIII si comprendieron los salarios civiles elaborando una serie del rubro para todo el siglo, junto con otros datas de la caja limeña como gastos militares, envíos a España14, datas totales y existencias15. Carlos Lazo tiene además el mérito de haber realizado un amplio y documentado estudio sobre la moneda colonial del virreinato del Perú16. En un artículo independiente Javier Tord había hecho antes un análisis de las coyunturas de los principales rubros fiscales como minería, tributo indígena y el comercio para las diversas cajas del virreinato peruano del siglo XVIII (1977).

1.-EL GASTO PÚBLIC0 Y LOS SALARIOS De los gastos coloniales el 80% de ellos eran insumidos por el sector militar17. La diferencia se distribuía entre los diversos rubros en los que están incluidos los salarios civiles de la burocracia limeña. El alto porcentaje de estos gastos del sector militar se explica por la gran cantidad de personas involucradas (cientos o miles) cuando los civiles eran un promedio de 40 a 50 personas en las cuatro instituciones que satisfacía la Caja de Lima: Real Audiencia, Tribunal de Cuentas, Superior Gobierno y la Caja Real que desde Lima gobernaron el amplio virreinato del Perú. Las primeras inseguras notas sobre el tema se tomaron en el Archivo General de la Nación de Lima (AGNL), de los centenares de libros de cuenta de la caja real limeña con gran

10 Moreyra y Paz Soldán, Manuel. Publicó sobre los quintos reales, y numerosos artículos sobre la moneda

colonial que fueron reunidos como libro por el BCRP en un solo volumen bajo el título «La moneda colonial en el Perú. Capítulos de su historia» (1980).

11 Jara, Álvaro. Tres ensayos sobre la economía minería hispanoamericana (1966) 12 Fisher, John. Sobre el gobierno y sociedad en el Perú colonial y el sistema de intendencias (1970, en

inglés), existe una versión es español. 13 Tord Nicolini, Javier y Lazo García, Carlos. Sobre el tema de la real hacienda y la historiografía fiscal

dentro de su texto mayor: «Hacienda, comercio y fiscalidad y luchas sociales (Perú colonial), Lima, 1981. 14 Pesos y barras de la Real Hacienda enviados al rey como excedente económico. 15 «remanente que luego de efectuados los gastos durante un año, ingresaba al siguiente año el 1 de enero

en la nueva contabilidad con el nombre de ‘plata estante’, ‘ajustamiento’ o ‘existencia’». 16 Su esfuerzo ha culminado con la publicación en 3 tomos sobre la moneda colonial realizado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) en 1992. 17 Entrevista a Radio Programas del Perú, lunes 28 de julio del 2008.

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4 esfuerzo cuando aún el autor era estudiante de historia. En esa oportunidad tuve la suerte de iniciarme en temas fiscales y monetarios al tener la oportunidad de colaborar como ayudante de investigación en proyecto de gran aliento que dirigía el historiador Carlos lazo y era financiado por el Banco Central Reserva del Perú. Como aprendiz de investigador mi preocupación principal era exclusivamente sobre un tema que llamó la atención sobremanera: las «reducciones salariales» de los empleados civiles entre los siglos XVII y XVIII. Para no romper esta línea inicial de investigación tomé similares apuntes en el Archivo Histórico de la Casa de Moneda de Potosí para el mismo periodo. ¿Por qué el tema de las reducciones llamó mi atención? Primero era un tema casi glífico, indescifrable, misterioso, de cálculos engorrosos para la época, uso de una terminología casi indescifrable y era un tema ausente en la historiografía peruana. Bajo el rubro de reducciones aparecía un aspecto desconocido: los empleados que tenían asignados sus salarios en pesos ensayados (barras) al momento de cobrar lo hacían en moneda sellada o reales, pero en el trueque o reducción intervenía un factor llamado «tipo de cambio» o «precio del salario» que en la terminología colonial estaba expresado en una moneda también especial de cuenta, al parecer desconocido en México, llamado peso de 9 reales, y como este fenómeno era constante aparecía la necesidad de periodificarlo. Un típico asiento de pago de salario con reducción es la que sigue: En octubre de 1659 se pagó al portero del Tribunal de Cuentas Alfonso Balbín 709 3/4 reales por 55 pesos 4 tomines 5 granos ensayados, por lo corrido de un tercio (4 meses) de su salario18. Según el asiento mencionado la caja satisfizo una obligación de pesos ensayados (barras) en moneda acuñada (reales) obligado por circunstancias previsibles (abundancia de reales)19. Ya en el siglo siguiente ningún empleado de hacienda, desde el virrey hasta el portero del Tribunal de Cuentas, veía al final de cada tercio barra alguna como su sueldo en la década 1710-1720, sólo reales acuñados y en el resto del siglo XVIII. Los que tenían asignado sus sueldos en barras éstas se reducen irremediablemente a su equivalente en pesos corrientes según el tipo de cambio salarial vigente. A estos cambios se someten todos los salarios sobre todo los reducibles. Los que ya estaban dotados en reales no eran sometidos ya a

18 Archivo General de la Nación de Lima (AGNL), H-3, LN 154, 1659. 19 Para verificar la certeza matemática del caso citado podemos hacer uso de las 3 fórmulas para averiguar las

3 variables que intervienen en este pago: precio del salario (PS), pesos ensayados (PE) y pesos corrientes de 8 reales (PC).

PS = (800*88.71875)/(9*55.55208333) = 141.95887 (142%) PE = (800*88.71875)/(9*142) = 55.535993 PC = (55.55208333*9*142)/800 = 88.74445313 (709.955 reales) Todos los cálculos anteriores demuestran con exactitud los datos que se consignan en el asiento ejemplo,

salvo pequeñas discrepancias de centésimos atribuibles a errores de redondeo. Para el uso correcto de las 3 fórmulas los datos originales los hemos aproximado a los decimales modernos con fines de proceso electrónico rápido de la siguiente forma:

PC = 709 3/4 reales hacen 88.71875 pesos de a 8 que proceden de dividir los reales entre 8. PE = 55 pesos 4 tomines 5 granos ensayados hacen 55.535993 pesos ensayados que proceden de dividir los

granos entre 12, este cociente entre 8 previa suma de los tomines existentes, el nuevo producto se suma a los pesos preexistentes ((5/12+4)/8+55)).

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5 estas reducciones. La característica principal es la presencia de la reducción expresado bajo el término de «143%20 el ensayado mayor». La problemática de las satisfacciones salariales por la Real Hacienda a sus servidores es un mundo muy complejo, intervienen muchos factores o conceptos que tienen que tenerse muy presente como: Las reducciones salariales Precios del salario Precio convencional de la plata Reducciones de pesos ensayados a pesos corrientes Ídem de pesos corrientes a pesos ensayados Ídem de pesos corrientes a oro Reducción «maravedí por maravedí» Reducción por el precio del salario Reducción de los picos salariales21

20 143 pesos de a 9 reales por cada 100 pesos ensayados «menores». 100 de estos ensayados «menores»

hacían 1 un ensayado «mayor». 21 En la caja limeña asientos con estas características son extremadamente raras en contraste con la de

Potosí donde son abundantes. En la caja potosina existe un conjunto de libros borradores de quintos donde consta cómo las barras del quinto iban pasando a manos de los empleados de hacienda y justicia, hasta con indicación de ley y peso. Estos libros manuscritos nos han inducido a pensar que todos los pagos salariales en pesos ensayados se hicieron bajo este patrón obviándose las pequeñas incidencias relacionadas al problema del «pico salarial». En los libros manuales o mayores, por su naturaleza, la incidencia de los picos salariales no figura en ningún caso, por lo que hay que valerse de los citados manuscritos borradores de quintos para graficar esta modalidad de pago en Potosí.

El fenómeno del pico aparecía en los siguientes casos: cuando la barra de plata excedía el valor del tercio salarial (1010 pesos ensayados en lugar de sólo 1000) o cuando el valor de una barra de plata no cubría el tercio salarial (995 pesos en lugar de 1000). Por la onerosidad que implicaba saldar las diferencias con el «troceamiento» de otras barras de plata y hasta limaduras de ella, las cajas coloniales como el de Potosí optaron por la curiosísima solución de arreglar estos picos o saldos en más o menos con reales acuñados, para obviar el hoy llamado «costo de transacción». Los picos salariales oscilaban entre 1 y 5% del total del salario involucrado. Como norma se aplicaban los siguientes criterios:

Si el valor de la barra argéntea superaba el monto del salario era el beneficiario quien devolvía el exceso en reales acuñados, en caso contrario era la caja que completaba con reales. En este último caso el burócrata colonial recibía su salario en dos tipos de moneda: moneda-barra y moneda de troquel. Para estos casos era común que durante el siglo XVII en Potosí se recurriese a un precio del salario de "tasa" o tributos sin el interés acostumbrado, oscilando este precio entre 138 y 139%.

De las decenas de libros borradores de quintos de la caja potosina revisados hemos hallado muchos de estos casos y el que presentamos a continuación es ilustrativo:

En mayo de 1616 se pagó al Presidente de la Real Audiencia de La Plata don Diego de Portugal su salario de medio año (2 tercios) con las siguientes barras de plata:

«80 142-4 80 127-4 80 139-0 80 71-6» Fuente: Archivo de la Casa de Moneda de Potosí, Caja Real, LN 164, 1616. En el asiento anterior la primera columna representa la ley de las barras de plata y la segunda su peso

en marcos y onzas. En el caso transcrito (en los demás sucedía lo mismo) la ley del argento está señalado en maravedís, de las que sólo se consignan las dos últimas cifras, como correspondientes a 2380. Era costumbre obviar los dos primeros dígitos (Máxima ley de la plata 2376 maravedís, y redondeado a 2380 para facilitar las cuentas. Esta práctica fue común en la primera mitad del siglo XVII). Para calcular en maravedís el valor de las 4 barras basta sumar los marcos y multiplicar la suma total por 2380 (sólo por tener las 4 barras ley uniforme): 1144185 maravedís. Este valor para transformarlos a pesos ensayados dividimos entre 450 y las fracciones del cociente lo transformamos en tomines y granos multiplicando por 8 y 12 respectivamente las partes fraccionarias. Haciendo las operaciones del

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6 Reducción salarial: método moderno Reducción salarial: método colonial Los tercios salariales Pago de los salarios en tiempos de crisis Pago de los salarios en tiempos normales La particularidad salarial de Potosí sobre todo para el siglo XVII Los grandes ciclos salariales Las presiones tributarias sobre el salario, etc.

caso las 4 barras equivalen a 2,542 pesos 5 tomines ensayados. Pero como la caja de Potosí debió pagar por un semestre del salario presidencial sólo 2,500 pesos ensayados redondos, el valor de las 4 barras excedía esta deuda en 42 pesos 5 tomines ensayados.

La solución casi mágica al problema está en la frase «la parte volvió 66 pesos 5 reales», reducción hecha a

razón de 138.9038% (La reducción aquí practicada es de naturaleza directa, porque los pesos ensayados de 450 mrvs. del pico se valoraron cada uno en 12.5 reales para calcular su equivalente en pesos acuñados (42.625*12.5/8). La equivalencia de los pesos corrientes en sus originales pesos ensayados de 450 mrvs. puede calcularse usando la fórmula: PE=(8*PC)/12.5. Este caso y otros nos indican que las reducciones salariales en Potosí del siglo XVII se hicieron sin el interés acostumbrado, que era común en las ventas de barras o pago de préstamos a la caja.

Para esta última situación puede ser ilustrativo el siguiente ejemplo: en 1632 la Caja Real de Potosí pagó al

Tesorero Luis Hurtado de Mendoza, por un préstamo de 20,000 pesos corrientes, 18 barras de plata que valieron 12496.3222 pesos ensayados de 450 mrvs. más 84 patacones (por el equivalente de 53.76 PE de 450) más 249 pesos 7 tomines 5 granos ensayados (por el interés del 2%). Todo lo anterior en conjunto satisfizo la deuda mencionada) el ensayado. Evidentemente la caja pudo optar por cortar con un cincel o serrucho el exceso de 42.635417 pesos ensayados (8.06131 marcos finos). No se hizo esta operación innecesaria porque hubiera supuesto acumular muchos trocitos y limallas de estas barras, que implicaría refundiciones posteriores con nuevos costos para la caja. Este tipo de pagos hecha en la forma descrita es la que finalmente se inscribía en los libros contables como satisfecho totalmente en pesos ensayados.

El fenómeno de los picos en la forma referida se puede documentar para Potosí con multitud de casos.

Para Lima, en cambio, es casi imposible ante la ausencia de fuentes o borradores de quintos. Es lógico pensar que esta práctica fuera común en todas las cajas virreinales en las satisfacciones salariales, una práctica en contrario (con cortes, recortes y limados) hubiera sido oneroso para la Real Hacienda.21

Aunque en Lima el fenómeno es raro por la ausencia de estas fuentes hallamos un asiento del 16 de

octubre del año 1683 cuando se pagaron a Don Fernando Campero Contador Ordenador del Tribunal de Cuentas de este reino: 666 pesos 5 tomines 4 granos ensayados por 8 meses de su salario (2 tercios) cumplido en fin de agosto de este año en virtud de dos libranzas ... en 655 pesos 2 tomines ensayados más 17 pesos 3 reales por 11 pesos 3 tomines ensayados, reducidos a 144 pesos de a 9 por el pico que no se puede ajustar por cuanto por acuerdo de hacienda de 11 del presente se resolvió que habiendo pasta en esta caja se pague en ella en su defecto a 144 pesos de a 9 (AGN, H-3, LN 259, 1683).

Según esta partida el 1.7125% de los 2 tercios salariales fue pagado en reales evidentemente porque el

valor de la barra de plata destinada a este fin sólo montó 655.25 pesos ensayados (124.10033 marcos de plata acendrada). Como en esta ocasión la diferencia fue de menos la caja tuvo que completarlos con reales; a esta diferencia es lo que se llama pico. Veamos ahora si el precio del salario indicado es correcto en la reducción realizada. Para este propósito podemos recurrir a la fórmula respectiva:

PS = (17.375 * 800) / (9 * 11.41666) = 135.2798 % Las diferencias son evidentes en los pesos corrientes y precio del salario (1 peso y 9% respectivamente).

Nosotros lo atribuimos esta discrepancia al pequeño porcentaje del salario pasible de reducción o a error de pluma nuestro o del documento. El precio del salario más bien se aproxima a la de Potosí. El bajo precio del salario calculado fue tolerado y aceptado, suponemos, por ambas partes sobre todo porque no afectó los intereses reales y el beneficio lo disfrazaría como «donación», descartando la presencia de errores.

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2.- COYUNTURA DE «CRISIS ECONÓMICA» Y CRISIS EN EL GASTO PÚBLICO: 1710-1720

La historia económica del Perú colonial ha sido estudiada por diversos autores como Klein (1998, 1994), Romano (1993), Tandeter (1995), Silver van Bath (1989) y C. S. Assaduorian (1983) etc. Estos autores para todo el siglo XVIII coinciden en la existencia de una crisis económica en la primera mitad del siglo XVIII. De ellos quienes más han trabajado los temas cuantitativos son Klein y van Bath sobre cuentas fiscales de su interés (Coastword-Newland, 2000). Como en sus análisis no está presente el rubro salarios no identifican el impacto fiscal de la crisis de comienzos del siglo XVIII sobre los salarios y como esta afectó a la burocracia civil y probablemente militar en el pago de sus sueldos. En la segunda década se ha demostrado con cifras cuantitativas que la economía peruana estuvo subordinada a los vaivenes de la minería, principal producto de exportación de la época y sostén de la política económica. La caída de producción minera arrastró tras de sí a otros sectores claves de la economía como la amonedación y los ingresos fiscales junto con los otros cargos fiscales como puede apreciarse en los gráficos incluidos en este texto. Ahora las causas de la crisis en las dos primeras décadas del siglo XVIII han sido identificadas claramente por autores como Sergio Villalobos (1961) para el caso de Chile colonial y él atribuye al contrabando ilegal francés que se dio en el virreinato peruano en las dos primeras décadas del indicado siglo. El mismo autor ha ampliado el tema del contrabando en general en otro texto ampliamente desarrollado, con indicación del número de barcos, el comercio ilegal americano con Asia22, etc. Gracias a él sabemos que desde 1701 se autorizaron arribo de barcos franceses, rompiendo la incursión de extranjeros en el comercio indiano, autorización que llegó hasta el «cinismo», nos dice, pues España pensó incluso en aprovechar esos barcos en provecho propio en caso de guerra o emergencia real, lo que demostraría el quiebre del poder real de España en su vasto territorio Indiano23. En estas dos décadas se desarrolló un contrabando ilegal de alto rendimiento apuntalado por una estructura bien montada. El mismo fenómeno de tolerancia y complacencia con el contrabando se observó en México24.

Cuadro Nº 1 Salarios nominales 1681-1800

Base 1681=100 Años Chile Arequipa Potosí Lima Trujillo 1681-1700 100 100 100 100 100 1701-1720 150 100 84 100 1721-1740 167 100 84 92 125 1741-1760 150 100 84 125 1761-1780 152 100 84 80 125 1781-1800 145 100 84 125

Tomado de Coatsworth-Newland, 2000. Para el caso del Perú la historiografía maneja la misma idea para explicar la coyuntura de crisis de las dos primeras décadas del XVIII donde el contrabando francés ingresaba impunemente extrayendo plata sin quintar haciendo que los quintos mineros bajaran, los

22 Villalobos R., Sergio. El comercio y la crisis colonial. Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago,

1968. 23 Frezier, Amadeo. Relación del viaje por el Mar del Sur. Biblioteca Ayacucho, Caracas, Venezuela, s/f, p.

XVI. 24 Escamilla González, Iván, La Memoria de gobierno del virrey duque de Alburquerque, 1710, Estudios de

Historia Novohispana, v. 25, julio-diciembre 2001, p. 160.

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8 impuestos se cobraran menos, la amonedación correría la misma suerte, situación inclusive que contó con la complacencia de las autoridades de turno. La razón del éxito del contrabando en las costas peruanas despertó una fiebre maligna por la «mercancía barata», consumiendo las piñas que debían marchar a las cajas reales. Curiosamente los datos de producción de plata bajo peruana para la década de 1710-1720 son bajos o no existen significativamente. Gracias a una cuantificación de la producción de plata colonial realizada para un proyecto de investigación financiado por la UNI, la producción minera de plata para la década 1710-1720 que nos ocupa bajo a niveles nunca antes observados antes, siendo la producción quintada de 1715 (46,000 Kgrs. finos), el más bajo de todo el período colonial y que sólo se volvería a repetir entre 1820-1824 (véase el gráfico Nº 3). La coyuntura de crisis en el pago de los salarios de la burocracia limeña satisfecha por la Caja Real de Lima puede seguirse a través de los cuadros y gráficos insertos en este texto. La tabla Nº 1 muestra con evidencia empírica sustentable como en la década 1710-1720 los ingresos o cargos totales de la Caja Real de Lima son los más bajos de todo el periodo colonial, disminuyen en un 63% respecto de la base, es decir cerca de las ¾ partes. Es el punto más bajo de todo el periodo colonial.

TABLA 1

Ingreso total medio estimado por décadas de la Caja de Lima (En pesos de a 8)

DECADAS INGRESOS INDICE

(1580=100)1580-89 2611612 1001590-99 3364704 1291600-09 3615579 1381610-19 3484546 1331620-29 3304044 1271630-39 3687207 1411640-49 3976312 1521650-59 3619158 1391660-69 2909152 1111670-79 2742098 1051680-89 2757980 1061690-99 2185086 841700-09 1793360 691710-19 960921 371720-29 1320343 511730-39 1288613 491740-49 1333382 511750-59 1550713 591760-69 2144378 821770-79 1946273 751780-89 4112584 1571790-99 2960460 1131800-09 3260675 125

Fuente: Klein, 1994, p.18 En el gráfico Nº 1 esta situación también es evidente. En todo el siglo XVIII el punto más bajo en el monto de los salarios satisfechos corresponde a la década que nos ocupa coincidiendo también con la caída brusca de los ingresos fiscales. De un promedio de 1

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9 millón de pesos corrientes que recaudaba cada año en la década de crisis salarial los ingresos son sólo la quinta parte de los mejores años aproximadamente. Y el «espectacular» crecimiento de los pagos salariales entre los años 1715-6 a simple vista indicaría que hubo un aumento en el monto de los salarios, pero lo que en la práctica estaba sucediendo era que los salarios que se habían dejado de pagar en el quinquenio anterior ahora con la mejora de los ingresos se estaban saldando las deudas. Esta realidad se puede apreciar en una de las decenas de asientos como el de 13 de marzo de 1715 que se inserta párrafos abajo.

Gráfico Nº 1

Fuente: TePaske-Klein 1982 tomo I Bajo Perú

De los diversos indicadores económicos como los salarios nominales que no variaron significativamente (Cuadro Nº 1) y probablemente los reales también, los precios que tuvieron similar comportamiento (Tabla Nº 2), las rendiciones de moneda o rendiciones mineras, se pueden encontrar algunas explicaciones para la coyuntura de crisis en los pagos salariales de la Caja Real de Lima para la década 1710-1720. Habría que descartar como causa de la crisis las variables movimientos de precios en los salarios y precios por un fenómeno inflacionario, quedando como causa madre la baja de las rendiciones mineras asociadas al contrabando ilegal francés. En la tabla Nº 2 hay una variable muy interesante que reafirma nuestra hipótesis sobre la inflación: para el espacio limeño del siglo XVIII: no hubo un fenómeno inflacionario relevante que pudiera explicar nuestra coyuntura de crisis económica y salarial. La causa hay que buscarla en otra variable.

Tabla Nº 2 Evolución del índice de los precios en el espacio peruano.

Base 1681=100 Años Lima Potosí Santiago Promedio 1681-1690 100 100 100 99 1691-1700 130 99 178 136 1701-1710 112 97 136 115

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1711-1720 91 82 128 100 1721-1730 94 91 142 109 1731-1740 85 81 118 95 1741-1750 100 86 94 93 1751-1760 99 106 84 96 1761-1770 110 92 78 93 1771-1780 94 86 86 89 1781-1790 108 91 101 100 1791-1800 109 77 95 93

Fuente: Coatsworth-Newland, 2000. La causa se encuentra en la baja de las rendiciones mineras25 que arrastró a los otros sectores económicos y fiscales a la crisis. El gráfico Nº 1 es la evidencia empírica de la crisis que se pretende desentrañar en el sector data de salarios. El gráfico Nº 2 para el periodo muestra además un dato muy interesante: que los ingresos y egresos marchan con un paralelo casi matemático. Es decir, se gasta lo que ingresa y no más, hoy día se diría que es un ejemplo de manejo responsable del fisco público. Pero también se observa que por momentos se gasta más de lo que ingresa. Cómo explicar este fenómeno. De las indagaciones que hemos realizado en las fuentes fiscales hemos podido detectar que la real hacienda recurría al endeudamiento público generalmente en barras y en periodos de zarpe de armadas hacia el norte desde el Callao, con cargo a pagar la deuda con las primeras barras que ingresen por concepto de cargos.

Gráfico Nº 2

Fuente: Klein, 1994. El gráfico Nº 3 es otra evidencia empírica madre, el más importante y causa mayor de la crisis económica y salarial para la década que nos ocupa. La curva de la producción de la

25 Samamé Boggio, 1992.

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11 plata, en la década que nos ocupa, sufre una contracción secular y es la mayor en todo el periodo colonial de la historia de la minería peruana que había comenzado desde mediados del siglo XVII. Esta contracción fue reconocida por las autoridades metropolitanas cuando hacia 1736 decretan la reducción del impuesto que gravaba la producción argentífera del 20 al 10% (quinto al décimo) para reactivar la producción minera. La disposición real da sus frutos porque la producción minera aumenta sostenidamente en las décadas siguientes. Las coyunturas de crisis siguientes corresponden a causas más o menos conocidas como la rebelión de Túpac Amaru y el proceso de la independencia.

Gráfico Nº 3 Producción argentífera bajo peruana, 1531-1821

(En kilogramos finos)

Fuente: Samamé Boggio, 1992. Otra evidencia empírica de la coyuntura de crisis es la serie de amonedación de moneda de plata para todo el siglo XVIII, derivada de la baja de las rendiciones mineras. En el gráfico Nº 4 podemos observar dos fenómenos interesantes: que la curva de los ingresos fiscales de Lima sigue la curva de la producción de moneda salvo para cortos periodos que valdría la pena investigar; y la producción de moneda conoce un ciclo de crecimiento sostenido desde la tercera década del XVIII hasta fines del mismo siglo. En lo que toca a nuestro tema la serie de amonedación es depresiva también en la década que nos ocupa y otra en la década del 30 aproximadamente, esta última caída coincide también con un ligero derrumbe en la producción minera, cuya causa también debe investigarse. La primera parte del gráfico Nº 3 no necesita mayor explicación: corresponde el alza de la producción explosiva de la producción argentífera, inaugurando a su vez el ciclo de la plata colonial, con el descubrimiento y explotación de la mina de Potosí, beneficiada primero con la tecnología de la fundición nativa (wayra) y luego, desde 1570 con la amalgamación.

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12 Durante el siglo XVII los pagos de los salarios civiles que satisfacía la Caja Real de Lima los hizo con barras de plata que contablemente se expresaban en términos de «pesos ensayados». El concepto de barras de plata significaba que la plata en forma de barra ya había satisfecho los quintos reales o quintos al décimo. Estas barras tenían una serie de seguridades que se grababan con marcas físicas sobre las barras y una muestra de cómo pudieron ser estas marcas es el esquema que se muestra luego, que debía recibir en las cajas reales al momento de pagar el quinto, según un arbitrio presentado por un contador de la Caja de Potosí:

Fuente: Lazo García, 1992, tomo II.

Gráfico Nº 4 Acuñación total 1700-1799 y cargo de la Caja Real de Lima durante el mismo periodo.

(En millones de pesos de a 8 reales)

Fuente: Lazo García, 1992, tomo II.

2.1.- CRISIS SALARIAL: 1710-1720 Líneas arriba se ha manifestado que durante las dos primeras décadas del siglo XVIII hubo una crisis provocada por el contrabando ilegal francés, que provocó entre otras cosas un desorden en el pago de los salarios, siendo una muestra de ello los cargos totales de la caja limeña y los salarios pagados, que llegan a su punto más bajo de todo el período colonial. En 1714 por salarios se pagan 39,943 pesos, y en 1713 todo el cargo llegó a 191,512 pesos corrientes, años que no pueden juzgarse de normales fiscalmente hablando. Y en los años que pueden juzgarse como normales los cargos totales de la Caja de Lima podían ascender a 317,241 (1703) pesos de a 8 y la data salarial burocrática el mismo año

Acuñación

Cargo

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13 162,550, que porcentualmente significan respectivamente el 794% en cargos y 406% en salarios respecto de 1714. Las cifras anteriores indican que en 1703 la Caja Real de Lima recaudó casi 8 veces más que en 1714 y pagó 4 veces más salarios que en 1714 al mismo personal y sin haber variado el monto de sus salarios ni aumentado el número de empleados lo que se ha verificado en los documentos primarios respectivos. En el índice de salarios que sigue (Gráfico Nº 5) este fenómeno de crisis es evidente. Porcentualmente hablando en las dos primeras décadas del siglo XVIII el punto más bajo en el pago de los salarios alcanza en 1714 exactamente.

Gráfico Nº 5

Fuente: Tord-Lazo, 1981. En lo que toca a los salarios esta incapacidad en el pago obligó a suspender los tercios que se iban venciendo, pudiendo esto constatarse con la normalidad presente en el trienio 1700-1702, que se ha incluido como punto de comparación. En el asiento que sigue ya hay la presencia de una suspensión de los pagos salariales de más de 6 meses: «En 13 de Marzo de 1,715 se pagaron a don Miguel Nuñez de Zanabria Oidor más antiguo de la Real Audiencia: 3,228 pesos 6 reales. Los 1,608 pesos 6 reales de ellos por un tercio de su salario cumplido en fin de agosto del pasado de 1,714; y los 1,620 pesos restantes por un tercio cumplido en fin de diciembre de dicho año pasado a razón de 144%» este fenómenos es más evidente en el cuadro siguiente y es la muestra empírica de lo afirmado:

Cuadro Nº 3 Salarios pagados por la Caja Real de Lima y los tercios a que corresponden:

1700-1702, 1714-1716 Años % TP % TERCIOS 1700 28.92 Segundo de 1700 29.92 58.84 Primero de 1700 31.69 90.53 Tercero de 1699

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3.46 Segundo de 1699 3.00 Primero de 1699 3.01 Otros. 1701 61.27 61.27 2do y 1ro de 1701 30.40 91.67 Tercero de 1700 2.67 2do y 1ro de 1700 0.32 Tercios de 1699 5.34 Otros. 1702 61.27 56.40 2do y 1ro de 1702 30.40 90.78 Tercero de 1701 2.67 2do y 1ro de 1701 0.32 Tercios de 1700 5.34 Otros. 1714 8.58 Segundo de 1714 25.84 39.88 Primero de 1714 14.04 48.46 Tercero de 1713 9.15 Segundo de 1713 8.12 Primero de 1713 9.93 Tercero de 1712 8.23 Segundo de 1712 4.14 Primero de 1712 8.91 Tercero de 1711 3.06 Otros. 1715 18.50 Segundo de 1715 7.58 26.08 Primero de 1715 11.84 37.92 Tercero de 1714 10.86 Segundo de 1714 13.58 Primero de 1714 12.69 Tercero de 1713 6.98 Segundo de 1713 3.36 Primero de 1713 1.70 Tercero de 1712 2.58 Segundo de 1712 1.60 Primero de 1712 8.73 Otros. 1716 3.61 Segundo de 1716 5.02 8.63 Primero de 1716 7.78 16.41 Tercero de 1715 9.44 Segundo de 1715 9.11 Primero de 1715 9.06 Tercero de 1714 7.96 Segundo de 1714 6.24 Primero de 1714 5.52 Tercero de 1713 4.00 Segundo de 1713 5.18 Primero de 1713 4.04 Tercero de 1712 3.87 Segundo de 1712 3.14 Primero de 1712 1.97 Tercero de 1711

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0.85 Segundo de 1711 13.21 Otros.

Fuente: AGNL, sección libros de cuenta, 1700-1702. TP= Total parcial Tercios = Tercios a que corresponden los salarios pagados

Del cuadro anterior es fácil concluir que entre 1700 y 1702 más del 90% de los salarios se pagaron puntualmente, y en 1714 sólo se satisface la mitad, la tercera en 1715 y la quinta parte en 1716 asumiendo como hipótesis que durante 1714-1716 el número de empleados fue similar que entre 1700 -1702 y que los salarios no variaron como sucedió en la práctica. Tomando las cifras absolutas los índices de salarios para los citados años tenemos:

Años Pesos Corrientes Índice 1700 183300 100 1701 166652 86 1702 132087 72 1714 39943 22 1715 109779 60 1716 330659 180

Fuente: TePaske y Klein, 1982, Caja de Lima. Las cifras porcentuales de la tercera columna nos muestra 3 informaciones bastante ilustrativas: incapacidad de pago casi absoluta de la caja limeña (1714), recuperación (1715) y actualización de los pagos rezagados (1716). Al tomar ligeramente las cifras de 1716, erróneamente podríase concluir que este año aumentaron los salarios astronómicamente en un 301%, lo que no sucedió ni aumentó el número de empleados que explique ese aumento. El trasfondo de este elevado monto (casi el doble de lo pagado en 1700) está en el cuadro citado: más del 80% de lo pagado en 1716 correspondió a los tercios que no fueron pagados en su oportunidad desde 1711. A su vez esta crisis fiscal está asociada con los cargos y datas del fisco colonial. En el gráfico Nº 6 (también en el 7) se puede observar como la data total en 1714 alcanza su punto más bajo: algunas de las preguntas que surgen son ¿cómo fue afectado los pagos salariales ante una contracción severa en los ingresos fiscales? ¿Se siguieron satisfaciendo? ¿Se suspendieron? etc. La evidencia que se ha hallado es que los salarios se suspendieron de facto, ¿el escaso personal que pudo sí cobrar sus salarios con qué criterios se escogió? No podemos responder a la pregunta por ahora.

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Gráfico Nº 6

Fuente: Tord-Lazo, 1981

Gráfico Nº 7

Fuente: Klein, 1994.

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17 El gráfico Nº 8 confirman enteramente lo anterior y de manera más gráfica lo que hemos querido demostrar sobre el pago de los tercios salariales: más de 90% de los salarios se pagaban el mismo año incluyendo el último que era satisfecho en enero del siguiente año. Esta norma es afectada entre 1714 y 1716 donde se da prioridad al pago de los salarios rezagados en desmedro de los que iban venciendo.

Gráfico Nº 8.

Salarios satisfechos por caja de Lima entre 1700-1702 y 1714-1716)

Fuente: elaboración propia a base a los libros contables del periodo. En esta década de crisis al igual que en las 2 o 3 décadas siguientes todos los salarios se pagan exclusivamente en pesos acuñados reduciéndose los reducibles a 144% el ensayado (precio de reducción de los salarios en la Caja Real de Lima). Otra característica muy importante es que al final del período la tendencia es a la desaparición del término peso ensayado, que como consecuencia supondría su ausencia en los asientos salariales donde era ya superflua la reducción simplemente porque no había nada que reducir. Groso modo se puede afirmar que esta tendencia declinante en contra del peso ensayado comenzó desde finales del siglo XVII hasta situarse entre 1750-1755 en un 2 ó 3% del total de los asientos salariales. Esto hace que esporádicamente aparezca algún asiento donde se mencione a este peso de cuenta del siglo XVI y por otro lado sólo este porcentaje es la que pasa por la reducción. Por lo tanto para el autor el peso ensayado se convierte en moneda histórica en la segunda mitad del siglo XVIII al menos en las cuentas fiscales (data salarios). Los salarios que estaban dotados inicialmente en pesos ensayados, en los momentos tardíos de este período ya aparecen como dotados en pesos corrientes equivalentes. Un asiento típico de esta etapa tardía donde el peso ensayado ya no aparece es como sigue, sabiendo que el virrey aludido o los virreyes en el siglo XVII sus salarios estaban inicialmente dotados en pesos ensayados:

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En 19 de marzo de este año (1755) se pagaron.... al Excelentísimo señor Conde de Superunda: «20,166 pesos 5 reales que los hubo de haber por 4 meses de sueldo y sobresueldo (un tercio) de su Excelencia cumplidos en fin de abril del presente a razón de 60,500 pesos que goza en cada uno de dicho puestos...»26. Puede apreciarse que ya no se hace mención de los pesos ensayados como sucedía en casi todos los asientos de salarios del Siglo XVII o las dos primeras décadas del siglo XVIII aproximadamente. Aquí la asignación del Virrey está en patacones y durante el siglo pasado y parte del siglo XVIII estuvo señalado en pesos ensayados: 25,000 pesos ensayados y 20,000 duros de sobresueldo desde la segunda década del siglo XVIII. Reduciendo los 25,000 pesos ensayados de 450 maravedís al precio de 144% hacen exactamente 40,500 pesos corrientes ((25000*9*144)/800) los que sumados a los 20,000 del sobresueldo montan los 60,500 pesos del que se habla en el texto. El concepto de sobresueldo virreinal aparece en los libros de cuenta a partir de 1724 siendo el primer beneficiario el Virrey José de Armendáris, Conde de Castelfuerte, con un monto anual de 20,000 pesos de a 8. Esta merced fue otorgada por el rey con la calidad de que sería «gozada sólo por él y no por sus sucesores», pero en la práctica se convirtió en norma aplicable a sus sucesores. Al principio se cobraba en forma separada por la sencilla razón de que era reducible el salario virreinal original que venía del siglo XVII y estaba señalado en pesos ensayados (sueldo anual de 25,000 pesos ensayados). Una muestra de lo afirmado anteriormente es la siguiente partida del Virrey Marqués de Castell dos Rius quien en 1710 aparece dotado su salario en pesos ensayados y cobra en reales: «Este día se pagaron (25-IV-1,710) a don Antonio Mari del orden de Santiago en virtud del poder que tiene presentado del Excmo. Señor Marqués de Castell dos Rius: 13,410 pesos 2 reales de a 8 por lo corrido del salario de Su Excelencia de 4 meses cumplidos en fin de diciembre del año pasado de 1,709 a razón de 25,000 pesos ensayados que goza en cada año con los dichos puestos. Sacáronse por libranza del 8 de enero de este presente año en dichos pesos»27. En la partida salarial anterior el virrey pudo cobrar en barras de plata pero la caja real satisfizo la deuda en reales, evidentemente por tener en caja reales acuñados. En el asiento citado sino interviniese la reducción el virrey debió recibir 13786,764705 pesos de a 8 (376 más de 25000/3*450/272) y no los 13410.25, la diferencia está en el precio del salario que se le aplicó al trocar barras por reales salariales (sin verificarlos debe ser 144 % el ensayado mayor). En el cuadro Nº 4 aparece una información adicional: de todos los ítems de que constaba la data de la caja de Lima: los salarios en 1714 alcanzaron algo menos de la quinta parte del total de gastos ocupando el lugar privilegiado los gastos militares que casi llegan a la mitad del total de gastos virreinales costeados por Lima y un segundo lugar los situados de Valdivia que también son gastos militares y sumando ambos (situados más guerra) los egresos militares alcanzan cerca del 60% del total por este concepto.

CUADRO 4 Salarios más bajos pagados por la Caja Real de Lima a la burocracia civil en todo el periodo

colonial: 1714 DATAS OCHO ENSAYADOS ORO % OCHO28

ALCANCES DE CUENTAS 1.502 0,60

26 AGNL, sección libros de cuenta, 1755. 27 AGNL, libro mayor de 1710. 28 Calculado por el autor de este estudio.

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19 CENSOS 19.912 7,96COMISOS 5.802 2,32EXTRAORDINARIO DE REAL HACIENDA 607 5.215 45 0,24GASTOS DE MINAS DE HUANCAVELICA 24.491 9,80GUERRA 108.258 43,30LANZAS 4.444 1,78MEDIA ANATA 550 0,22MERCEDES Y SITUACIONES 350 0,14NOVENOS REALES 167 0,07SITUADO DE PANAMA 1.563 0,63SITUADO DE VALDIVIA 39.138 15,65SUELDOS 39.943 15,98VACANTES MAYORES 3.290 1,32TOTAL 250.017 5.215 45 100

TOTAL COMPUTADO 250.017 5.215 45 100Fuente: TePaske-Klein, 1982

2.2.- EL FENÓMENO DEL «PRECIO DEL SALARIO» Y SU OCASO Los diversos precios del salario que se puede identificar estudiando la data de los salarios para los siglos XVII y primera mitad del XVIII, puede ampliar el panorama para comprender mejor la problemática salarial. El fenómeno del precio del salario aparece porque los salarios civiles estuvieron dotados en barras y estos al satisfacerse en reales, debido a que la caja tenía provisión de moneda sellada en las cecas, se hace recurriendo al tipo de cambio que lo hemos llamado «precio del salario». Si se obvia esta información se pueden cometer errores al manejar los salarios. Los márgenes de error involucrados sin tomar en cuenta las reducciones pueden oscilar entre 2 y 3%. Aunque parezcan mínimas deben tomarse en cuenta sobre todo cuando se pretende reducir los salarios, v. gr., de un siglo o décadas, a una unidad común. Para mostrar estas aparentes pequeñas variaciones puede tomarse el caso de un Oidor de la Real Audiencia para ver cómo fue variando su salario entre 1600-1760: dotado en pesos ensayados y pagados en moneda acuñada. Según el método tradicional de conversión de estos pesos a patacones este ministro de justicia no habría sufrido variación en su salario en todo el período: percibiendo siempre 4,963.2352 pesos de a 8 reales anuales (3000*450/272). Pero con la intervención de la variable «precio del salario» esta inalterabilidad fue ficticia. Recurriendo al método de la reducción y haciendo intervenir al «precio del salario», la variación del salario del Oidor montó las siguientes cifras:

PS Patacones PR 147 1/17 4,963-2-30 0 144 4,860-0-0 2.08 143 4,826-2-0 2.76 142 4,792-4-0 3.44

PR= porcentaje de reserva o que deja de cobrar PC= precio del salario

Los diversos precios del salario mencionados arriba como correspondientes a la caja matriz de Lima, sus montos y períodos no pueden ser aplicados mecánicamente a las otras cajas virreinales. Esta afirmación se basa en la constatación de los fondos coloniales del Archivo Histórico de Casa de Moneda de Potosí donde para el siglo XVII el precio del salario osciló entre 138 y 139%, tendencia que lo hemos graficado con muchos casos en la tesis que se está elaborando. Sobre las otras cajas no poseemos información,

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20 pues su conocimiento confirmaría nuestra afirmación sobre la particularidad de los precios del salario de la caja limeña. La pregunta que nos asaltado como historiadores económicos es ¿por qué este precio conoció un periodo de ocaso? Las raíces deben rastrearse desde 1683 cuando el rey decide reabrir definitivamente la ceca de Lima con el fin explícito de sacar del camino al inmemorial «peso ensayado» de mediados del siglo XVI. Disposiciones en ese sentido se dictaron por la administración virreinal como el disponer que todas las barras marcharan a las cecas para ser troqueladas. La orden no se pudo cumplir por la tecnología de la fabricación monetaria (de yunque y martillo y dirigida por empresarios privados) que no pudieron acuñar toda la plata estante. Este escollo técnico se supera en las primeras décadas del XVIII y sobre todo desde 1728 aproximadamente cuando se inician las primeras reformas monetarias en Perú como cuando se modifica la talla de los numos de plata: de 67 a 68 reales por marco. En la práctica significó que de un marco monetario se acuñase un real más de los acostumbrados y la consecuencia fue la disminución en el peso en masa de los reales y la inyección de más circulante al marcado29. Concluyendo se puede afirmar que el ocaso del precio del salario tuvo que ver mucho con la cada vez mayor acuñación de reales que hacían cada vez innecesarias las reducciones y de manera tardía se harían cumplir disposiciones iniciales en este sentido avanzado el siglo XVIII y de paso con las reducciones salariales que derivaban de la existencia de este peso.

3.- CONCLUSIONES En la Caja Real de Lima al estudiar el tema de los salarios uno se encuentra con muchas novedades a veces inimaginables como la reducción de los salarios, periodos de crisis, precio del salario, etc. Las reducciones, por ejemplo, practicadas por la caja limeña en el periodo colonial tuvo una relación directa con el proceso de monetización o desmonetización en reales que sufrió la caja y la economía colonial. Mientras careció de reales la reducción de salarios fue escasa (1600-1676) y en forma global el pago en moneda sellada (incluyendo los no reducidos) alcanzó por momentos cifras que se acercaron al 40% (1677-1684). Es sólo a partir de 1685, cuando la monetización real es sólida, se va generalizando el pago en moneda gracias al concurso de tres factores: la reapertura de la ceca limeña, el cobro de los derechos del quinto en pesos acuñados y el remate o «trueque» de las barras de la caja a los mercaderes de plata para su amonedación a cambio de reales, además del cobro de otros cargos fiscales en reales. Así mientras la caja estuvo «desmonetizada», favorecida por la política económica, las reducciones fueron secundarias. Esta situación se invierte a partir de 1685 respaldado con la prohibición de pagar estas obligaciones en pesos ensayados o barras de plata quintadas. En el periodo que nos ocupa las reducciones fueron universales en los casos pertinentes al precio universal de 144% el «ensayado mayor», desde el virrey hasta el último empleado. Sobre el pago en moneda de los salarios burocráticos éstos constaban de dos rubros: los reducidos (dotados en pesos ensayados) y los no reducidos. En el segundo caso la no reducción provenía del hecho de que los empleados estaban dotados ya en pesos de a 8

29 Si se acuñaban al año en Lima 20,000 marcos monetarios ahora con esta reforma en la talla la ceca en lugar de batir 167500 pesos de 8 se acuñarían 170000 de esos pesos, es decir 2500 pesos más. Multiplíquese este monto por un quinquenio o decenios las cifras serán importantes. Porcentualmente significó una disminución en el peso por real de 68,7761 granos a 67,7647 granos ò 1,47% aproximadamente por razones de redondeo de cifras (granos de fino monetario)

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21 reales o que los dotados inicialmente en pesos ensayados fueron transformados definitivamente en su equivalente en pesos corrientes de cuño, y que al momento de pagarse el salario librado se hacía en la misma especie, sin intervenir la reducción. Por lo complicado que resulta tratar de cuantificar porcentualmente los pagos salariales en ambas monedas (reducidas y no reducidas), lo que suponía revisar miles de partidas y «porcentualizar» la tarea de cuantificarla se abortó. La crisis salarial en el periodo que nos ocupa estuvo íntimamente relacionada con otras variables como las rendiciones mineras (medibles a través de los quintos), monto de las acuñaciones y la contracción de los ingresos fiscales. Estas variables tuvieron un impacto directo en los salarios pagados por la Caja Real de Lima. La Real Hacienda en teoría, según los criterios actuales, tenía varias salidas: endeudamiento, emisión inorgánica, etc. En la colonia el pensamiento era distinto. Respondía a una especie de lógica radical de ortodoxia económica: menos ingresos reducción de gastos y en el rubro de salarios significó la suspensión de los pagos. Fueron afectados desde el virrey hasta el último funcionario, de los empleados activos hasta las viudas. Este trauma social está enmascarado en las cuentas fiscales. Las cuentas totales anuales de las datas de salarios no muestran este fenómeno, las cifras sólo muestran una contracción o baja fuerte en los montos de los gastos en salarios.

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ANEXOS

Fuente: Klein, 1994.

Fuente: Klein, 1994.

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Fuente: Klein, 1994.

Índice de los Ingresos totales medios estimados por décadas de la Caja de Lima (Año base 1580=100)

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24 Fuente: Klein, 1994.

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