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MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
TUPAMARO
“El deber del partido consiste solamente en educar a las masas no desarrolladas
para llevarlas a su independencia, hacerlas capaces de tomar el poder por sí mismas. Lo que el partido debe asumir es la educación en el elemento subjetivo de la Revolución, que es inculcar la conciencia de su misión histórica en la clase
trabajadora. La revolución misma solo puede llevarse a cabo por la clase trabajadora. Un partido que hable por los trabajadores, que los represente - por
ejemplo en el Parlamento - y actúe en su nombre, se enfangará y se convertirá él mismo en un instrumento de la Contrarrevolución.”
Rosa de Luxemburgo Huelga de masas, partido y sindicato (1906)
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Propuestas del
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
TUPAMARO
sobre la unidad
en el Polo Patriótico.
Documentos para el debate
Venezuela, marzo 2011
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ÍNDICE:
Introducción. 4
El Partido Revolucionario 7
Socialismo Revolucionario 11
El Bloque Social Revolucionario. 17
Política de alianzas desde las perspectivas del
Socialismo Revolucionario. 24
Conclusiones 29
Referencia Bibliográfica 33
4
INTRODUCCION
“Nosotros no debemos traducir el dinero o la riqueza en conciencia. Nosotros debemos
traducir la conciencia en riqueza. Estimular a un hombre para que cumpla más con su
deber es adquirir conciencia con dinero. Darle a un hombre más riquezas colectivamente
porque cumple su deber y produce más y crea más para la sociedad, es convertir la
conciencia en riqueza.”
Fidel Castro Ruz
Estamos inmersos en la era de la globalización, todo cuanto ocurre en el más
recóndito rincón del mundo termina por afectar al sistema internacional, los
acontecimientos recientes sucedidos en Sahara Oriental, Túnez, Egipto, Libia, Yemen,
Marruecos, son consecuencia directa del agotamiento del sistema capitalista.
La retrograda concepción neoliberal del mundo ha desencadenado una hecatombe
mundial de conflictos, no solo en los países árabes o del norte de África, Europa ha estado
inmerso en una serie de protestas producto del hambre y la miseria. Nadie se escapa,
incluso en el epicentro mundial del capitalismo, EEUU, el pasado 22 de febrero, en medio
del silencio sepulcral de las transnacionales de la comunicación, se observaron importantes
protestas en Wisconsin donde los trabajadores reclaman mejoras en sus condiciones de
vida.
En realidad, para derrumbar el gobierno de Washington bastaría que se sublevaran
los más de 40 millones de ciudadanos americanos que deben hacer cola diariamente en los
comedores públicos, donde reciben para sobrevivir a manera de limosna un poco de
alimento.
La crisis general del capitalismo abarca todo un periodo histórico, que es parte
integrante de la época del imperialismo, un imperialismo que vislumbra en el horizonte
momentos duros, donde muchos pueblos, unos de manera espontáneas y otros bien
organizados, saldrán a las calles para reclamar la instauración de un modelo de vida
diferente. Ante esto, los grandes poderes imperiales de nuestro tiempo vienen cerrando
filas, afinando estrategias comunes, preparando toda una artillería represiva y
comunicacional, no solo para ocultar sus atrocidades, sino para mostrarse como los
salvadores del mundo.
Un estallido mundial de revoluciones está en gestación, pero al igual que un bebe
puede morir al nacer, el imperialismo está atento para asesinar, incluso antes de que nazca
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esta criatura. Para ello se aprovechará de todas y cada una de nuestras debilidades, siendo la
dispersión de esfuerzos, sin duda una y tal vez la más preocupante de todas.
En Venezuela tenemos una batalla contra el capitalismo y su calamitosa concepción
del mundo, para su derrumbe se ha planteado un modelo alternativo, denominado
revolución bolivariana, donde el pueblo va accediendo a espacios de poder, donde las
decisiones de las comunidades empiezan a tener fuerza, donde la democracia participativa y
protagónica cobra vida. Y sin embargo, ante toda esta gama de realidades y posibilidades,
existen un importante número de venezolanos que no terminan de asumir este proyecto.
Cabria preguntarse ¿Por qué? la respuesta tiene muchas variantes. Pero tal vez la de mayor
relevancia es… por falta de coherencia y unidad política entre las distintas organizaciones
que hacemos vida activa en la revolución.
En un nuevo intento por resolver esta tarea pendiente, a mediados del mes de enero
el compañero presidente Hugo Chávez convocó un encuentro nacional del PSUV, a esta
cita fueron invitadas la Dirección Nacional de TUPAMARO y del PCV, así como algunos
movimientos populares y frentes sociales. En esta actividad, el camarada Chávez hizo la
presentación oficial de un documento donde lanzaba la propuesta Cinco Líneas
Estratégicas de acción política, el cual comprendía los siguientes contenidos: De la
cultura política capitalista a la militancia socialista, Convertir la maquinaria en un Partido-
Movimiento al servicio de las luchas del pueblo, Convertir el Partido en un poderoso medio
de propaganda y comunicación, El PSUV como plataforma del desarrollo y fortalecimiento
del Poder Popular, La Constitución del Gran Polo Patriótico: una audaz política de
Repolarización.
De los temas expuestos, el último de ellos - La Constitución del Gran Polo
Patriótico - correspondía a un planteamiento unitario que obviamente involucraba a la
totalidad de las organizaciones presentes en el acto. Para nosotros debatir sobre la unidad
nos es algo nuevo, tenemos toda una historia que reflejas los esfuerzos hechos en esta
materia. De hecho, en el año 2007 nuestra organización publicó un libro – Programa de
gobierno revolucionario: Política de alianzas con las fuerzas anti-fascistas – donde
recogíamos y sintetizábamos un planteamiento concreto sobre la unidad revolucionaria: “la
esencia de una política verdaderamente revolucionaria fundamentada en una visión global
de las estrategias que conduzcan a crear y acumular fuerzas, ideológicas, políticas,
sociales y militares. . . debe ser además extensa, coherente y concreta unidad dentro de la
diversidad política e ideológica.” 1
En él exponíamos ampliamente nuestras observaciones y propuestas sobre la
conformación de la alianza patriótica, pero no como una sumatoria de partidos y de votos
para ganar elecciones, sino como una integración revolucionaria de voluntades que se
unificarán en base a objetivos generales y desde allí desarrollar una serie de tareas
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especificas que permitiesen concretar un plan de acción que allane el camino para la
consolidación del proceso bolivariano, no solo en el ámbito nacional sino incluso
internacional.
En lo interno debatimos sobre la conveniencia o no de reeditar el libro antes
mencionado, o en su defecto desarrollar una nueva propuesta, que incluyese por supuesto
los planteamientos centrales que nuestra organización ha desarrollado en más de tres
década de existencia, pero que además se alimentara y retroalimentara por el intelectual
colectivo de nuestra militancia.
Tomando como base el texto previamente descrito, vimos la pertinencia de
desarrollar una nueva propuesta unitaria de la organización, que sirviese para complementar
por un lado, el documento presentado por el compañero Chávez y por otro nos permitiera
debatir, profundizar y caracterizar en base a la actualidad los aspectos metodológicos y
programáticos para la conformación del Gran Polo Patriótico.
Ante esto, la Dirección Nacional del MRT convocó un secretariado extraordinario,
el cual se realizó en el Estado Monagas los días 5 y 6 de febrero; estando presente los
distintos responsables de la organización en todo el país, se recogieron un sinfín de aportes,
todos surgidos al calor del debate, el cual giro en torno a cuatro ejes temáticos: El Partido
Revolucionario, Socialismo Revolucionario, El Bloque Social Revolucionario y la
Política de alianzas desde las perspectivas del socialismo Revolucionario.
El resultado general de las discusiones dadas en este encuentro culminó en la
elaboración del presente texto, entendiendo que el mismo no es una propuesta espontanea a
una situación coyuntural, la unidad revolucionaria forma parte del abanico de temas que a
diario debatimos, por tanto lo aquí reflejado es el resultado de un análisis consciente que se
sustenta política e ideológicamente en los distintos libros, periódicos y demás documentos
producidos por nuestra organización.
Aspiramos que este aporte sirva para nutrir la propuesta unitaria planteada y permita
difundir nuestros criterios y observaciones sobre la Alianza, con miras a convertirla en una
fortaleza política para la construcción del socialismo en Venezuela.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
Secretariado Nacional Ampliado
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PARTIDO REVOLUCIONARIO
“El problema de la organización de un partido revolucionario
no puede desarrollarse orgánicamente sino a partir de una teoría de la revolución misma.”
George Lukács.
La reflexión sobre la construcción del Partido de la revolución tiene hoy en día una
vital importancia que debemos tomar como prioritaria, por las condiciones históricas que
vive Venezuela en la actualidad.
Desde que en la historia misma de la humanidad irrumpe la confrontación de los
oprimidos y opresores, que parte de la división social del trabajo (trabajo intelectual y
trabajo físico), el mundo se encuentra inmerso en una lucha de clases. Los regímenes de
dominación existentes desde la antigüedad hasta nuestros tiempos – esclavista, feudal y
burgués - han erigido su hegemonía sobre la base de un conjunto de mecanismos a los que
Gramsci definió como estructura y superestructura en los cuales el Estado sustenta su
poder.
Una vez que el régimen feudal se debilitó haciendo insostenible el poder
hegemónico de la entonces clase dominante - amos feudales - sobre la clase explotada, el
mundo fue testigo de cómo desde sus entrañas surgió la nueva clase dominante que logró la
acumulación de fuerzas necesarias para instaurar un modo de producción basado en nuevas
formas de explotación del trabajo. Marx en su obra el Capital nos dice: “La estructura
económica de la sociedad capitalista brotó de la estructura económica de la sociedad
feudal. Al disolverse ésta, salieron a la superficie los elementos necesarios para la
formación de aquélla.” 2 Como capitalismo fue el bautizado este régimen de explotación
basado en el capital, donde se rinde culto al mercado, a la plusvalía y a la máxima ganancia.
Con el establecimiento de la sociedad capitalista, nació con ella un nuevo tipo de esclavo:
el esclavo asalariado
Lo antes descrito nos permite asegurar que de todas las transformaciones existentes
hasta la época, ninguna ha librado al ser humano de la explotación del hombre por el
hombre. Solo la revolución socialista, con la clase obrera como vanguardia, será capaz de
librar la batalla que permita la instauración de la dictadura del proletariado y por
consiguiente nos conducirá a la construcción del trabajo liberador como paso previo del
establecimiento de la sociedad sin clases.
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Si bien, la clase proletaria es la llamada a liberarse de la opresión sufrida a manos de
la dominación burguesa, para lograr esa gran tarea es imprescindible rebelarse y deshacer el
control hegemónico del Estado. Estructurando una vanguardia político-ideológica que sea
capaz de desarrollar un colectivo orgánico que prefigure en su seno la sociedad que
queremos; donde la democracia representativa dé paso a la democracia participativa,
protagónica y proactiva, nos referimos al Partido Revolucionario. Según Gramsci “el
partido político de la clase obrera se justifica en su existencia sólo en cuanto que,
concentrado y coordinado fuertemente la acción proletaria, opone un poder revolucionario
de hecho al poder legal del Estado burgués y limita la libertad de iniciativa y de maniobra
de este último; si el partido se revela como un mero organismo burocrático, sin alma y sin
voluntad la clase obrera instintivamente tiende a constituirse en otro partido y se desplaza
hacia las tendencias anarquistas que precisamente y ásperamente critican el centralismo y
el funcionalismo de los partidos políticos” 3
Desde nuestra visión concebimos al Partido Revolucionario como ente organizador,
orientador, comunicador para el desarrollo de las luchas clasista revolucionaria, enfocado
en el colectivo orgánico contralor. Asimismo, el Partido debe prefigurar en lo interno la
sociedad que busca construir, con ejemplos claros de sus integrantes en la sociedad
socialista y en el marco de una transformación ética – intelectual genuina; superando así la
esencia de los partidos tradicionales de la democracia representativa. Los que adornados en
Venezuela bajo el manto del pacto de Punto Fijo figuraban en su dinámica un papel
coyuntural, electorero, caracterizado por el secuestro de la participación proactiva, la
imposición de órdenes y pactos de cogollo, estructurado en el clientelismo, sesgado en las
decisiones y con compromisos elitistas. En fin, los partidos de la contrarrevolución
imponen designios y sustituyen las fuerzas de participación de las luchas del pueblo.
Es deber de los revolucionarios construir una sociedad más justa, donde en el
marco del respeto se propicie la participación del pueblo, la repartición equitativa de las
riquezas, equidad en la administración de justicia y un sistema donde se cree las
condiciones para desmontar la explotación del hombre por el hombre, como paso previo a
la sociedad sin clases.
Solo las formas de organización revolucionaria son capaces de estimular un amplio
debate de base que impulse al proletario a un combate direccionado en la búsqueda de un
destino mejor, donde se vinculen las consideraciones estratégicas con la vida cotidiana
Para que el partido sea un verdadero intelectual colectivo, es imprescindible que
todos sus hombres y mujeres trabajen en armonía y con amplia democracia interna, donde
el pensamiento creador, la iniciativa revolucionaria, la aplicación de las decisiones del
partido, el reforzamiento del trabajo colectivo de todos los dirigentes, la celebración de las
reuniones del Comité Central y del Congreso del partido, sirvan para construir desde la
base las decisiones fundamentales.
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El partido revolucionario nacerá de la fusión de las tendencias proletarias y se
empleará en una lucha intransigente en el plano internacional contra el revisionismo del
socialismo real, el euro comunismo, las políticas social demócratas y demás teorías
reaccionarias y en el plano nacional contra todas las corrientes del revisionismo y sus
variantes.
En el marco de las luchas revolucionarias, el Partido Revolucionario es la fusión
más que en palabras, de hechos, de las diversas tendencias proletarias. Entendiéndose que
el carácter proletario del partido, se define en primer lugar y por encima de todo, por la
ideología que lo guía y por la política que sigue, por tanto debe responder a los intereses
radicales del proletariado; así lo señala Lenin: “El partido… debe ser proletario no solo
por su ideología, sino por la composición de sus filas.”
Concebimos el Partido, no solo como un intelectual colectivo abstracto; sino como
una estructura sustentada en la controlaría orgánica colectiva, bajo los parámetros del
centralismo democrático, con niveles de vocerías en las Direcciones operativas de Trabajo
nacional, estadal, municipal y comunal; caracterizado por ser un ente de planificación
compartida, participativa en las decisiones generadas a través de consultas orgánicas,
un impulsor del socialismo revolucionario para superar la concepción divisionista del
trabajo como camino para romper los obstáculos producidos por el capitalismo. Es en sí, un
generador de la cultura de participación y gestión asamblearia en los espacios públicos,
todo esto como mecanismos para superar el individualismo, la competencia, el secuestro
del saber, la intolerancia, opresión y discriminación por género.
Es por esta razón que la constitución del Partido Revolucionario se centra como
vanguardia de los explotados en el estudio permanente, en la cohesión de acción y en la
disciplina. La intelectualidad orgánica antes referida debe basar su plan de acción en el
análisis permanente de la coyuntura y desarrollar desde allí la consciencia científica
dialéctica. Es decir, interpretar para transformar.
El Partido Revolucionario enfoca su estructura en colectivos intelectuales, como es,
el estado mayor intelectual conformado por los militantes de base y basado en el
Centralismo Democrático.
Una de las tareas primordiales de los revolucionarios es mantener una vigilancia
férrea en cuanto a la aplicación de la línea emanada por el partido, así como el
arraigamiento del método del debate, de la crítica y auto critica, eliminando así la peligrosa
práctica del culto a la personalidad, el cual conduce al menoscabo del papel del partido.
Como voz consciente, debe impulsar la conformación del poder dual por medio de las
instancias autónomas de clase y acompañar las luchas populares hacia la consecución del
tal fin.
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La historia nos enseña que emplear métodos de organización socialista
conciliándolos con el poder burgués y sus mecanismos de dominación, nos lleva a un
fracaso rotundo y al reformismo desmovilizador de sus luchas.
Para finalizar, queremos expresar que la experiencia ha demostrado que el trabajo
político del proletariado es eficaz y fructífero cuando es acompañado de la acción
revolucionaria en la amplia extensión de la palabra.
No podemos ser revolucionarios de palabrería, no podemos separar la palabra de los
hechos, es esto lo que nos diferencia de los renegados. En resumen: El partido debe ser un
espacio de encuentro de las Tendencias Unificadas Para Alcanzar el Movimiento de Acción
Revolucionaria Organizada.
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Socialismo Revolucionario
“La libertad es previa a la liberación. No es posible pensar la emancipación
con un pensamiento dominado. No es posible hacer una revolución con individuos Reaccionarios.”
Rigoberto Lanz
Desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, el mundo ha estado sumido en una
batalla interminable por el control del poder, en las distintas etapas de la sociedad y muy en
particular desde que se originó la sociedad de clases, el mundo jamás ha podido
experimentar la paz verdadera, puesto que incluso en los breves momentos donde se ha
manifestado una paz aparente estamos inmersos en una lucha de clases.
Cuando el esclavismo dio paso a la sociedad feudal, asimismo cuando el feudalismo
feneció ante el paso arrollador del capitalismo, el mundo experimentó cambios
trascendentales en las relaciones económicas y políticas de la época, obviamente los
regímenes instaurados se apuntalaron en una nueva visión ideológica de la sociedad donde
se expresaba una concepción del mundo, siempre a favor de la nueva hegemonía reinante.
Partiendo del hecho que el régimen de explotación actual a escala global se
fundamenta en el régimen de producción capitalista, y entendiendo que éste se sostiene
sobre la explotación del trabajo, la opresión política y el dominio cultural; debemos asumir
que es necesario impulsar el avance social de la especie humana, para ello es obligatorio
demoler las bases donde se sustenta la explotación del régimen de mercado, impulsando en
tal sentido la idea de una revolución social, que aunque siendo engendrada por la realidad
capitalista, se fundamente en la concepción dialéctico materialista del desarrollo de la
sociedad hacia paradigmas de convivencia que propicien la paz, la igualdad, la equidad, en
fin, la justicia social.
Cualquier proyecto liberador anti-capitalista necesariamente tiene que destruir las
bases fundamentales del capitalismo y construir las simientes socialistas, donde
destacamos:
La eliminación de las relaciones de sumisión en el trabajo: producción de plusvalía,
máxima ganancia, mercantilización, división del trabajo.
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El desmontaje de la alienación política y enajenación psicológica existente en el
pueblo, instaurando el ejercicio de la democracia directa, fomentando la
participación colectiva, la eliminación de la división social del trabajo, acabando así
con el miedo a ser libres.
La construcción de una nueva hegemonía que acabe con el monopolio del saber, que
deje atrás el ansia consumista y por supuesto, destrone la concepción capitalista del
mundo e instaure una sociedad distinta sin amos ni esclavos.
La perspectiva de cambio social planteada con anterioridad supone a su vez una
nueva conceptualización del Estado y del poder. Entre los aportes metodológicos e
ideológicos fundamentales para lograr tal fin, Marx en su Crítica al Programa de Gotha,
expuso que para acometer la tarea histórica del derrocamiento del régimen capitalista y la
instauración de la sociedad sin clases – el comunismo - se requiere de un período de
transición: El Socialismo Revolucionario.
En base a lo antes expuesto y comprendiendo la coyuntura actual, TUPAMARO
como intelectual colectivo cree necesario incluir en el debate los planteamientos
programáticos planteados dentro del Socialismo Revolucionario, que incluye la
construcción de un poder dual con miras a la destrucción del Estado Burgués, donde se
imponga la autodeterminación de los colectivos en sus decisiones, se elimine la alienación
generada por las relaciones de producción capitalista, todo esto orientado por un Partido –
de la Revolución – que sirva como impulsor, orientador y colectivizador de las actividades
sin ser apéndices del mismo.
Es importante destacar que TUPAMARO no ve al marxismo como un dogma, con
verdades absolutas, somos de los que pensamos que la experiencia histórica revolucionaria
marxista-leninista es un método para el análisis y una guía para la acción, por tanto
cualquier plan político a ejecutar debe tener en cuenta las particularidades de la historia, la
cultura, la idiosincrasia de los pueblos y sociedades.
Para el Movimiento Revolucionario TUPAMARO (MRT) no existe otro camino
para la construcción del Socialismo Revolucionario que el debate, el apoderamiento del
conocimiento liberador por parte del pueblo y la organización y acción colectiva en la lucha
por la liberación. Con respecto a esto, LENIN señala que “sin teoría revolucionaria, no
puede haber movimiento revolucionario”.
El Socialismo Revolucionario nos da libertad y un sentido de pertenencia. El pueblo
organizado escribe y genera sus propios ideales como clase. De acuerdo a la transición y
dentro de los análisis marxistas, tenemos que la edificación del Bloque Social
Revolucionario parte de la identificación de los aliados potenciales, los cuales deben
debatir, construir y asumir un programa de lucha común y tangible sobre la proposición de
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alianzas. En donde se establezcan los métodos políticos para desarrollar las distintas formas
de lucha, y a nuestro modo de ver, con el concepto de Socialismo Revolucionario
incorporado al debate.
En el libro Propuesta de Gobierno Revolucionario escrito por el colectivo
TUPAMARO, se hace referencia a como Marx conceptualiza al Socialismo Revolucionario
y lo diferencia del resto de los socialismos, él indica: “mientras la UTOPIA, - EL
SOCIALISMO DOCTRINARIO-, supedita el movimiento total a uno de sus aspectos,
aspecto que suplanta la producción colectiva, social, por la actividad cerebral de un
intelectual suelto y que, sobre todo, mediante pequeños trucos o grandes sentimentalismos,
elimina en su fantasía la lucha revolucionaria de las clases y sus necesidades, mientras que
este socialismo doctrinario, que en el fondo no hace más que idealizar a la sociedad
actual, forjándose de ella una imagen limpia de defectos y quiere imponer su propio ideal
a despecho de la realidad social; mientras que este socialismo es traspasado por el
proletariado a la pequeña burguesía; mientras que la lucha de los distintos jefes socialistas
entre si pone de manifiesto que cada uno de los llamados sistemas se aferra
pretenciosamente a uno de los puntos de transición de la transformación social,
contraponiéndolo a otros, EL PROLETARIADO va agrupándose más en torno al
SOCIALISMO REVOLUCIONARIO, en torno al COMUNISMO, que la misma burguesía
ha bautizado con el nombre de BLANQUI. Este socialismo es la DECLARACION DE LA
REVOLUCION PERMANENTE, de la DICTADURA DE CLASE del proletariado como
punto necesario de transición para la SUPRESION DE LAS DIFERENCIAS DE CLASE
EN GENERAL, para la supresión de todas las relaciones de producción en que estas
descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas
relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas
relaciones sociales.” 4
En AL ROJO VIVO se destaca que: “EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO es
concebido como la etapa de transición hacia el comunismo, donde el papel principal lo
cumplen las organizaciones autónomas cuya acción se caracteriza por la concientización
política-ideológica para ejercer su propio destino de clase revolucionaria, es el medio
inicial para el desarrollo colectivo de la vida cotidiana, porque es a través de las
organizaciones naturales, propias, autónomas, de la clase trabajadora y explotada en
general, las llamadas a construir los mecanismos que rigen y orientan la táctica y
estrategia del poder revolucionario del pueblo. Este enfoque rompe con el esquema
programático ideológico dominante de la burguesía para el consenso ideológico con el fin
de preservar sus intereses en la sociedad. Para romper y acabar con el estado de cosas
existentes, es necesario constituir la ética y moral socialista hacia la construcción del
hombre nuevo...” 5
De lo anterior se desprende las siguientes afirmaciones:
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No puede haber verdadero Socialismo Revolucionario coexistiendo o apoyándose
en las estructuras del Estado burgués.
No puede haber Socialismo Revolucionario mientras exista la explotación de la
clase obrera y otros sectores asalariados de la sociedad.
Sobre la conformación del Partido Revolucionario, como intelectual colectivo,
conductor de dicho proceso: El Partido Revolucionario del proletariado se concibe
como intelectual colectivo de las tendencias revolucionarias agrupadas en la
doctrina de la democracia interna, la búsqueda del consensó y el centralismo
democrático en un proceso de unificación orgánica que da al partido la posibilidad
de actuar como fuerza intelectual homogénea y asegurar así su función
hegemónica.
Para romper y acabar las estructuras burocráticas impuestas por la burguesía, es
necesario constituir la ética y moral socialista; en relación a esto, proponemos como puntos
de debate para construir al Polo Patriótico, las siguientes categorías:
1. Construir la alianza en base a los principios del marxismo-leninismo y de todas las
corrientes históricas que permitan la liberación humana.
2. El socialismo como periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo.
3. Reivindicar el carácter socialista y revolucionario de la revolución venezolana.
4. El asalto y destrucción de la maquinaria burocrática-militar del estado burgués.
5. La construcción del poder dual.
6. Trabajar consecuentemente hasta lograr la formación del partido de la revolución,
donde se prefigure la nueva forma de la existencia humana: La Sociedad
Socialista.
7. Impulso y desarrollo de las organizaciones autónomas de masas (comunal,
estudiantil, obreros, campesina y milicias) como expresión de poder revolucionario
del pueblo.
8. Construcción de la hegemonía del proletariado en el Bloque Social Revolucionario.
Según Aristóteles no basta con “conocer la historia para no estar condenado a
repetirla. La historia no enseña automáticamente, la historia enseña a quien de ella
quiere aprender.” 6
Alineado con el planteamiento de Aristóteles vemos la necesidad de realizar
autocriticas y críticas para:
Evitar que se repitan los errores y desviaciones del pasado.
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Contrarrestar a quienes siguen reproduciendo en el presente, las mismas
desviaciones y errores históricos.
El proyecto social debe pasar por sus ideas originales, sus lecciones históricas y por
la crítica al capitalismo contemporáneo. He aquí algunas iniciativas:
Sin socialistas no habrá socialismo. Se debe pregonar con el ejemplo, empezando
por los dirigentes. El socialismo tiene que ser ético o no será.
El socialismo debe ser superior al capitalismo en todos los órdenes para aspirar a ser
un proyecto de consenso social.
Es equivocado considerar que el socialismo es un proyecto para el mañana lejano.
Se debe generar cultura socialista desde ya.
El Socialismo Revolucionario debe ser cotidiano, debe de existir una vida cotidiana
socialista, hábitos, usos costumbres de nueva naturaleza, es lo más difícil de
transformar, pero al no hacerlo, tampoco habrá socialismo. Si no se genera una vida
cotidiana alternativa, los socialistas serán absorbidos por la vida cotidiana burguesa.
El socialismo debe ser un modo de vida y un estilo de trabajo, “el estado del
espíritu” diría José Saramago. “quien no vive como piensa, termina pensando cómo
vive,” Gabriel Marcel.
El socialismo no es únicamente la socialización de los medios de producción, es
también la socialización del poder y del saber. Por ello al socializar el poder y el
saber desde ahora, en el partido y las organizaciones populares, ya estamos
construyendo el socialismo.
Desde la década de 1970 el Movimiento Revolucionario Tupamaro ha planteado
líneas programáticas y un plan de Acción que constituyen la base de la conformación del
poder hegemónico dual, distribuida en las siguientes propuestas:
1- Consolidación del Programa autónomo de Clase.
2- Construcción de la conciencia crítica revolucionaria.
3- Hegemonía del poder emancipador a partir del Bloque Social Revolucionario.
4- Impulso del partido de la revolución como intelectual orgánico, en base a la
filosofía de la praxis.
5- Establecimiento del poder dual.
6- Ordenamiento territorial revolucionario.
7- Construcción de la internacional revolucionaria.
Programática y estratégicamente planteamos que para alcanzar la revolución
proletaria debemos avanzar en la constitución de una fuerza social revolucionaria
autónoma, con la Clase Obrera como su vanguardia.
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El Socialismo Revolucionario es el principio teórico que sirve de base para lograr
el desarrollo de las organización autónoma consejista en la participación proactiva y
protagónica del poder, y en la instauración de la hegemonía de la clase trabajadora.
En fin, para TUPAMARO el Socialismo Revolucionario se concibe como fase
previa de construcción para la sociedad sin clases, enfocada en los aspectos culturales,
económicos y creación de espacios hegemónicos de poder proletario. Debe, esta etapa de
transición revolucionaria romper con los esquemas históricos del socialismo reivindicativo,
asistencialista, economicista y tecnocrático.
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Bloque Social Revolucionario
“El peor enemigo de la revolución es el burgués que muchos revolucionarios llevan adentro."
MAO TSE TUNG
En la historia de las luchas del proletariado a nivel mundial se han dado momentos
de ruptura del poder hegemónico burgués, que han sido expresión embrionaria de la
conformación de la hegemonía del proletariado, del poder dual y del Bloque Social
Revolucionario. En este sentido, los movimientos huelgarios y la conquista del poder por
parte de movimientos revolucionarios: Comuna de París, revolución rusa, China,
revolución cubana; son ejemplos palpables de cómo, gracias a la organización popular se
puede llegar al poder.
Desde esta perspectiva, la experiencia histórica acumulada por las luchas del
proletario han sido objeto de estudio y teorización por parte de revolucionarios y
revolucionarias, entre los que destacan los aportes de Antonio Gramsci, que señala nuevos
conceptos y categorías, tales como hegemonía cultural, poder dual y Bloque Social
Revolucionario, entre otros.
Para Gramsci la democracia proletaria es la concreción en la práctica de las
organizaciones autónomas de los sectores explotados de la sociedad (consejos de
trabajadores, manuales e intelectuales, consejos comunales, consejos estudiantiles, consejos
o ligas campesinas), junto a una línea militar independiente expresada en las milicias
revolucionarias, lo cual conlleva al nacimiento del poder dual.
Tomando como principio la Lucha de Clases, tenemos que es condición
imprescindible que al poder hegemónico burgués se enfrente el poder hegemónico del
proletariado, expresado en el Bloque Social Revolucionario.
Lenin definió la dualidad de poder en los siguientes términos: “el problema
fundamental de toda revolución es el poder del Estado…toda revolución debe engendrar
una dualidad de poder.” 7
Al planteamiento de Lenin, agrega Gramsci que la hegemonía proletaria es el
“instrumento político que permite al pueblo: trabajadores, estudiantes, campesinos pobres,
semi proletarios, ejército industrial de reserva, capa de la pequeña burguesía,
intelectuales, soldados, en sus espacios naturales (cuyas estructuras autónomas fueron
precursoras los integrantes de la Comuna de Paris en 1.871 y los soviet de trabajadores y
soldados, que aparecieron en Rusia durante las revoluciones de 1905 y 1917), la ruptura
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con la maquinaria dominante burocrático-militar e instauración de poderes duales, a
través de la revolución permanente y la emancipación como clase para sí.” 8
Se trata entonces de convertir los espacios naturales en lugares propicios para la
organización de los obreros, campesinos pobres, estudiantes, semi proletarios, pequeña
burguesía, ejército industrial de reserva; los que en un proceso de acumulación de fuerzas,
crean las condiciones para que se produzca la consolidación de la autonomía político-
organizativa de los explotados de la sociedad; quienes agrupados en organizaciones
autónomas e independientes se enfrentan al poder burgués; originando así un bloque
hegemónico que se expresa como el fortalecimiento del poder político por parte del
proletariado y demás clases sociales explotadas en sus luchas hacia el socialismo,
consolidando la dualidad de poder. Partiendo de estas observaciones, el Movimiento
Revolucionario TUPAMARO expresa la necesidad de impulsar, motorizar y agilizar la
construcción del Bloque Social Revolucionario como instrumento organizativo de la clase
obrera y demás sectores explotados contra la hegemonía burguesa imperante en la sociedad.
Establecer organizaciones como Consejos de Trabajadores, Consejo Comunales,
Consejos Estudiantiles, Ligas o Consejos Campesinos reglamentadas y tuteladas desde la
estructuras gubernamentales del Estado burgués y sus leyes, es colocarles una camisa de
fuerza que impiden su desarrollo autónomo, al restringir la participación democrática
protagónica y participativa, frustrando las posibilidades de consolidación del verdadero
poder dual, popular y revolucionario.
El Bloque Social Revolucionario no se decreta, es un proceso y concreción de lucha
y organización de los explotados y excluidos de la sociedad capitalista que en la medida
que adquieren conciencia de su situación, avanzan hacia la destrucción del Estado burgués
y a la creación de la sociedad socialista.
En la época de construcción del socialismo, el Bloque Social Revolucionario es la
estructura organizativa base y soporte del mismo, con el cual se consolida la hegemonía
política del poder proletario en la sociedad a construir.
En este sentido, como Movimiento Revolucionario TUPAMARO, incorporamos
algunos aportes dirigido a obtener tales logros:
1) Incentivar el estudio del marxismo, así como de los aportes teóricos de otros
intelectuales revolucionarios, cuya teoría científica y concepción del mundo sea capaz de
dotar a las organizaciones autónomas expresada en el Bloque Social Revolucionario de las
herramientas teóricas que permita superar la ideología burguesa y ligarla a su praxis
cotidiana transformadora.
Como señala el CHE, “Quien aspire a ser dirigente tiene que poder enfrentarse, o
mejor dicho, exponerse al veredicto de las masas y tomar confianza que ha sido elegido
19
dirigente o se propone como dirigente porque es el mejor entre los buenos; por su trabajo,
su espíritu de sacrificio, su constante actitud de vanguardia en todas las luchas”. 9
2) Desarrollar la disciplina y organización revolucionaria necesaria en
contraposición a la desidia, el desgano, el empirismo, autoritarismo, la falta de equidad,
dogmatismos, sectarismo, mal utilización de los recursos y el burocratismo. A lo que
Ernesto Guevara, “el Che”, señala: “si nosotros logramos desentrañar…, los frecuentes
`baches` en que cae(mos), encontramos las raíces de los problemas y elaboramos normas
de organización, primero elementales, más completas luego, damos la batalla frontal a los
displicentes, a los confusos y a los vagos, reeducamos y educamos a esta masa, la
incorporamos a la Revolución y eliminamos lo desechable y, al mismo tiempo,
continuamos sin desmayar, cualesquiera que sean los inconvenientes confrontados, una
gran tarea de educación a todos los niveles, estaremos en condiciones de liquidar en poco
tiempo el burocratismo”. 10
A la anterior reflexión añadimos:
a. Las decisiones por consenso deben ser respetadas.
b. La lealtad y disciplina revolucionaria, no debe transcender al mal trato
revolucionario.
c. Como intelectual orgánico, el movimiento es la sumatoria de la anuencia de
todos y todas quienes hacemos vida activa dentro de cualquier forma de
organización.
d. La subordinación de la estructura media, inferior, células, a la superior, debe
estar supeditada al “intelectual orgánico”.
e. La subordinación del Movimiento a las decisiones de la asamblea general
establece correajes hegemónicos de acuerdo con el grado de consenso real que
éste llega a organizar, es decir, de su capacidad para expresar en la propia
política la voluntad y el pensamiento de la generalidad de las bases y de insertar
activamente a cada uno de ellos en una praxis común.
f. En colectivo debe penetrar resueltamente en los niveles inferiores del trabajo
teórico y práctico, jamás despreciar a los hombres y mujeres abandonados por
las políticas neoliberales. El vincularnos debe ser “para aportar algo nuevo y no
para disputar el monopolio de lo viejo, para tratar de sumar y no de restar, para
tratar de construir y no de destruir, para tratar de convencer y no de vencer, para
tratar de orientar y no dirigir, para tratar de incluir y no de excluir, para tratar de
proponer y no de imponer, para tratar de servir y no de servirse.” Trabajar para
que sean las masas las que progresivamente tomen la iniciativa.
20
g. Es un deber revolucionario descubrir, sistematizar, orientar, generalizar, e
impulsar la colectivización dentro de la práctica social del pueblo; estimular el
valor que podríamos alcanzar todos dentro de una política de largo alcance.
Respetar la autonomía e independencia de las organizaciones populares,
renunciando al concepto de que las organizaciones son una correa de
transmisión del partido en su relación con las masas, no verlas como apéndices,
al contrario, son agrupamientos voluntarios de sectores de la población en torno
a la lucha por intereses concretos.
h. Se tiene que estimular la organización y educación del pueblo con el propósito
de construir la autonomía en las organizaciones populares, permitiendo el libre
juego de las tendencias en su seno, impulsar el proceso de acumulación de
fuerzas a favor del pueblo. La organización revolucionaria se construye en
correspondencia con las necesidades presentes y futuras de todos los colectivos
que hacen vida activa al enfrentar al enemigo de clase.
i. Cualquier decisión debe ser un amplio consenso, ahondar en el debate dentro de
los colectivos y militantes por más heterogénea que sea su formación, es vital
evitar las imposiciones que creen dudas y recelos e invaliden intentos de unidad.
Basarnos en las síntesis y no en los simples decretos, ni fusiones de aparatos
burocráticos huérfanos de tácticas y estrategias. Recordar siempre: el papel de
la vanguardia es ejemplo en base a su disciplina y perseverancia.
j. Debemos forjarnos en el espíritu del internacionalismo proletario, donde se
vinculen los obreros, campesinos, estudiantes, espacios comunales para
planificar, supervisar, intercambiar experiencias desterrando la improvisación, la
rutina la maledicencia, siguiendo directrices estratégicas y cumplir de manera
corresponsable. Servir sin interés a los colectivos como expresaba Mao Tse
Tung. “… Sin apartarnos de las masas ni por un instante; partir en cada caso
de los intereses del pueblo y no de los intereses de ningún individuo o pequeño
grupo, e identificar nuestras responsabilidad ante el pueblo con nuestra
responsabilidad ante los… (colectivos del movimiento) tal es nuestro punto de
partida.” 11
Es por ello que las organizaciones autónomas que conforman el Bloque Social
Revolucionario como instrumento organizativo de los colectivos, en conjunto con el Partido
Revolucionario como intelectual colectivo son los llamados a dirigir las fuerzas sociales
hacia formas superiores de producción y organización humana, cuyas orientaciones están
dadas dentro del Socialismo Revolucionario. De allí que la línea de acción programática
debe dirigirse hacia el fortalecimiento de una real emancipación socialista, donde se respete
el sentido participativo y protagónico de las masas.
21
Es importante recalcar, que somos del criterio que las organizaciones autónomas de
masas integrantes del Bloque Social Revolucionario al ser debidamente orientadas por el
Partido podrán tener la acumulación de fuerzas necesarias para derrumbar la estructura del
Estado burgués. Asimismo, consideramos que el Partido debe retroalimentarse del poder
constituyente (bloque social) y en un proceso dialéctico construir un accionar permanente
de cambio y transformación. Si bien el partido orienta a las organizaciones autónomas de
masas, estas a su vez deben direccionar al partido
En la actualidad los trabajadores y sus aliados (los habitantes de las barriadas
populares, los campesinos pobres, estudiantes, capa de la pequeña burguesía dependiente),
se encuentran desarticulados, lo que evidentemente conspira contra la conformación del
Bloque Social Revolucionario y del Poder dual.
Es prioritario avanzar hacia a la conformación de un Poder Popular alternativo al
Estado capitalista, autónomo en sus decisiones políticas y económicas, teórica e
ideológicamente comprometido con el Socialismo revolucionario, orgánicamente vinculado
y disciplinadamente organizado.
En la medida que se consolide una fuerza social revolucionaria real, esta debe
entrelazarse en un Bloque Social capaz de coordinar y coordinarse a nivel local, regional y
nacional a fin de lograr los objetivos y tareas propuestas desde su seno, dirigidos a la
defensa y consolidación del Poder Popular Revolucionario. No se trata de avanzar política e
ideológicamente, de transformar la sociedad por medio de sucesivas reformas, sino
impulsar la construcción del poder alternativo (poder dual), generar espacios de poder,
dictaminar normativas (dictadura proletaria) desplazar a la burguesía hasta alcanzar el
poder.
En este orden de ideas, el gobierno revolucionario tiene el compromiso de abrir
espacios de debates colectivos, donde se respete el sentido participativo y protagónico del
pueblo: “Para dar rango revolucionario y socialista a un Programa de gobierno, es
imprescindible incorporar el problema del poder del Estado Burgués y el necesario
fortalecimiento y desarrollo de otro poder, antagónico en intereses y propósitos
(fortalecido por una filosofía emancipadora, una praxis y la teoría revolucionaria),
mediante la conciencia de clase, con sentido claro de los valores humanistas, sustentado en
la búsqueda de la abolición de la explotación del hombre por el hombre, a partir de las
categorías mencionadas, con el propósito de crear condiciones mínimas necesarias para el
nacimiento del Poder Dual, en el cual se enfrentan la hegemonía del Estado burgués ya
posesionado contra el desarrollo de la hegemonía proletaria en crecimiento.”12
Para ello se requiere de una vanguardia organizada, una de cuyas expresiones en la
actualidad sería el Polo Patriótico, como conjunción de las organizaciones revolucionarias
dispuestas a avanzar por este camino; que inculque en la población la vocación colectiva
22
de organizarse bajo formas de participación colectiva de poder popular, las propuestas
debatidas en asambleas y las decisiones tomadas mediante el mayor consenso posible, estas
acciones propiciarían el debilitamiento de la estructura del Estado burgués, creando
condiciones para dar mayor impulso a las formas de formación socialista, es decir el
Bloque Social Revolucionario.
A continuación enunciamos algunas breves definiciones relacionadas con la política
consejista:
Consejos Obreros: estructura autónoma que va más allá de la instancia sindical, es
una forma de organización donde los obreros trascienden lo meramente reivindicativo,
avanzan en su nivel de conciencia clasista mediante el estudio de la teoría revolucionaria y
dirigen sus esfuerzos hacia la destrucción de las relaciones de explotación capitalista.
Consejos Estudiantiles Revolucionarios: Órgano de decisión colectiva que
enfrenta la representatividad impulsada desde los centros estudiantiles, quienes promueven
elementos de dominación como la competencia, el individualismo, anti-valores sustentado
en base a la división del trabajo promovida por el capitalismo.
Es un mecanismo de organización crítica, autónoma que provee al estudiantado de
espacios de participación y formas de organización colectivas, no solamente hacia los
asuntos estudiantiles; incorporan, además de la planificación, la toma de decisiones por la
asamblea general de estudiantes, vinculada hacia la comunidad educativa, los habitantes
que hacen vida activa en los lugares aledaños a la estructura física de las instituciones
educativas; la ejecución de los planes de la nación para que los futuros profesionales
asuman la realidad del país en base al poder popular.
Ligas campesinas o consejos campesinos: Conformados por los trabajadores
rurales, obreros agrícolas, pequeños y medianos productores del campo y las zonas
suburbanas, quienes organizadamente planifican, evalúan, ejecutan, coordinan la
producción agrícola evitando que un sector privilegiado, reducido socialmente, tengan y
mantengan el control de los rubros agrícolas que afectan la dieta alimenticia de la
población, minimizando la especulación, la usura al imprimirle un carácter clasista al
trabajo del campo.
Línea Militar Independiente: O línea militar de masas. No son organizaciones
armadas al servicio del Estado, ni árbitros de las disputas, sino organizaciones políticas que
se enfrenta al aparato represivo burgués – nacional o internacional - en la conducción de la
sociedad. Esta debe masificar la preparación miliciana con contenido de clase para
contrarrestar al fascismo, el intervencionismo en todos los sentidos, masificar la
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autodefensa de todo el pueblo en base a la conciencia crítica para construir la libertad
como derecho universal.
Comandos o consejos Comunales, desde nuestra perspectiva son organizaciones
autónomas que se fundan, promueven, concentran para - entre otros objetivos - combatir a
los grupos reaccionarios, realización de inteligencia social, enfrentamiento contra los
acaparadores, terrófagos. Han de funcionar como organismos de lucha antifascistas y de
coordinación del poder popular. Los comandos comunales incorporan en su seno a obreros,
campesinos, habitantes de los barrios, estudiantes, profesionales y técnicos, artistas, etc., en
una alianza clasista, expresión del verdadero poder revolucionario, bajo la hegemonía del
proletariado, con una praxis creadora consejista y de conciencia de clases como intelectual
colectivo.
Las Comunas: es la organización popular impulsora del poder autónomo de la
clase, estructura fundamental en la construcción del poder dual, dado que fomenta el
trabajo colectivo donde confluyen diferentes estructuras organizadas de masas: consejos
comunales, de trabajadores, estudiantiles, de pescadores, campesinos, la línea militar
independiente, conocida como milicias populares; creando así las condiciones necesarias
para que se materialice la participación y protagonismo del pueblo quien mediante la
aplicación de la democracia directa propicia un giro total en las relaciones geo-políticas del
país.
Las comunas desde las perspectiva revolucionaria, han de convertirse en las nuevas
unidades políticos territoriales, capaz, como poder constituyente de acumular las fuerzas
necesarias para desplazar el modelo capitalista sustituyendo el Estado rentista burgués por
el Estado Comunal.
La comuna es una forma de organización y de ejercicio del poder popular donde se
construye los autogobiernos comunales.
24
Política de alianzas desde las perspectivas del
Socialismo Revolucionario.
"Todo intento de alianza de la clase obrera con fracciones de la burguesía,
terminará aislando a la clase obrera, de sus verdaderos aliados; los pobres del
campo y la ciudad, los pobladores y campesinos. Con ellos es que la clase obrera
tiene que hacer su alianza revolucionaria".
MIGUEL ENRIQUEZ
MIR. Chile.
Desde que la Liga de los Justos a mediados de la década de 1.840 – Refundado
posteriormente como Liga de los Comunistas - con Carlos Marx y Frederick Engels en
sus filas, proclamaron la consigna “¡Proletarios de Todos los Países, Uniros!” hasta
nuestros tiempos, la unidad revolucionaria se ha convertido en uno de los grandes desafíos
para las organizaciones que luchamos contra la dominación burguesa y el régimen
instaurado por ellos: el Capitalismo.
Si tomamos como punto de partida para nuestra reflexión el hecho de que una
minoría organizada, ha sido capaz de someter por la fuerza a las grandes mayorías de
explotados. Cabría preguntarse: ¿Por qué la clase trabajadora siendo numéricamente mayor
que la minoría explotadora, no ha podido derrocar el régimen amo-esclavo instaurado por
estos? Sin lugar a dudas la respuesta que salta a la mente sin mucho esfuerzo es: por falta
de unidad en torno a una lucha común.
Muy a pesar de la simpleza aparente en la respuesta anterior, en ella se encuentra
inmerso un cúmulo de aspectos organizativos, políticos ideológicos, programático que
dificulta la consecución de la unidad en términos tangibles.
Como punto de partida consideramos que toda alianza revolucionaria debe
plantearse en función de un objetivo común para todas las organizaciones: el
derrumbamiento del régimen capitalista y la instauración del socialismo como
periodo de transición hacia el comunismo.
Para lograr el objetivo antes planteado, el intelectual colectivo de TUPAMARO
entiende que la política de alianzas se establece en base a tres categorías fundamentales
que interactúan íntimamente en ellas:
25
1. La contradicción del fortalecimiento interno del movimiento y su programa
revolucionario: Tomando como base que la alianza revolucionaria debe estar
conformada por una unidad antiimperialista; constituida en torno a un programa mínimo,
donde los factores integrantes desarrollan desde sus diferentes perspectivas un contenido,
según los particulares intereses de cada factor social allí representado. Por tanto debe
entenderse que la alianza revolucionaria presenta en lo interno, contradicciones no
antagónicas que mediante el debate y la conjugación de ideas se transforma de una
unidad táctica a una estratégica. Para tal fin proponemos que la política del Polo
Patriótico se consolide a través de la unidad, la fusión y la síntesis de las reivindicaciones,
necesidades, aspiraciones e intereses de todos los sectores clasistas oprimidos y
explotados, no como una coyuntural unificación electoral. Por el contrario debe ser un
proceso estratégico, concebido a largo plazo, donde se construya mediante el consenso un
programa común de acción colectiva que enfrente y derrote las nefastas políticas
neoliberales, la social democracia y el neoreformismo.
2. La hegemonía política en el movimiento popular en el sentido más amplio: De
acuerdo a los estudios realizados por nuestra organización en más de tres décadas de
existencia, hemos llegado a la conclusión que la concepción revolucionaria en la
conformación de una política de alianzas, se debe erigir en función a las bases
integradoras y unificadoras de los diferentes sectores oprimidos que hayan adquirido la
consciencia necesaria para identificarse y luchar por la liberación de ellos como clase, en
función de los postulados del socialismo revolucionario; donde se incluyan sin sectarismo
a los trabajadores, campesinos, desempleados, pequeños propietarios, militantes
religiosos, en fin todos los hombre y mujeres que siendo parte del Bloque Social
Revolucionario, se cohesionen en función de la consolidación del proceso revolucionario.
3. La crítica y auto crítica: En el seno de cualquier alianza, incluida la unidad de
los revolucionarios, surgen y se manifiestan problemas y contradicciones entre los
militantes y entre las organizaciones integrantes. Pues, la unidad de acción y de
pensamiento no se logra por decreto, hay que formarla. Este proceso de formación exige
un diario batallar para combatir las concepciones burguesas y pequeño burguesas que
están presentes en la mente y acción de todos quienes vivimos en el marco del sistema
capitalista: El individualismo, el personalismo, el oportunismo, liberalismo, la vanidad
y autosuficiencia. Para ello, es preciso practicar la crítica y autocrítica. Señalar los
errores de una manera objetiva, oportuna y franca; orientada a ubicar las causas y
consecuencias, así como a encontrar el camino de la corrección y superación de los
mismos. En base a lo antes dicho, podemos asegurar que el uso correcto de esta
herramienta, abona el camino para que se consolide una mayor camaradería, minimiza
las posturas pequeño burguesas, sirve además como método para procesar los
26
señalamientos y estimular los correctivos con el propósito de seguir adelante. La crítica
y autocrítica es un arma eficaz para erradicar prácticas nefastas como el grupismo y
amiguismo, que son alimentadas cuando, en una actitud liberal, hay complicidad,
conciliación y condescendencia con los errores y desviaciones. Desarrollar la autocrítica
desde los organismos de dirección y estimular la crítica desde la base es una norma del
funcionamiento revolucionario. Solo la lucha ideológica, la crítica y autocrítica
permiten desarrollar una verdadera camaradería, solidaridad y la unidad de acción.
Entendiendo que la alianza revolucionaria, se constituye con el objeto de vencer a
la unidad de fuerzas reaccionarias creadas para mantener la hegemonía burguesa, es deber
de la unidad revolucionaria engendrar, impulsar y consolidad una nueva hegemonía que se
funde en una actuación edificadora del aprendizaje, de interacción favorable a las luchas
revolucionarias de los pueblos, así como también en la disolución de la cultura que incita al
individualismo, egoísmo, sectarismo, divisionismo, concebido como actuaciones que
buscan diezmar lo colectivo, lo social y sobre todo para oponerse a los intereses de la
mayoría.
Aprovechamos este documento para señalar algunas propuestas sobre las cuales, a
nuestro modo de ver, debe trabajar el Polo Patriótico para ser una alianza revolucionaria
creíble:
Debido a su carácter proletario debe ser antiimperialista, antimonopolista, y contra
el latifundio; la Unidad desde la perspectiva revolucionaria debe ser solidaria con
cualquier forma de lucha pacífica o armada en la consecución de sus libertades y
emancipaciones a nivel mundial y radicalizar las acciones en contra de las
trasnacionales, debe luchar contra el latifundio y establecer la socialización de la
tierra, derrotar los rasgos feudales y semi-feudales existente, expropiando a los
terratenientes y demás miembros de la oligarquía explotadora. Debe ser política
central en la alianza de las fuerzas anti-fascistas declararse enemigo de toda forma
de explotación del hombre por el hombre.
En base a su objetivo central, debe tener un espíritu de unidad. No debe estar
influenciada por el fetichismo jurídico, ni estar basada en el caudillismo, el culto
personal, la idolatría, la especulación subliminal, es imprescindible tener en cuenta
que el pueblo clasista y organizado es el protagonista de todo proceso
revolucionario.
La alianza no debe ser panfletaria, ni anárquica, ni debe ser espasmódica, ni solo
por el momento electoral, sino que trascienda en el tiempo, no puede ser
coyuntural, porque debemos construir y fortalecer el poder popular como bloque
social, como poder dual y ser el producto del debate, de la crítica y de la
autocrítica, para la consecución del poder de los oprimidos y marginados.
27
Debe ser ambientalista, urgiendo un cambio de paradigmas; a través del socialismo
debemos enfrentar la depredación, contaminación ambiental, no es posible construir
el socialismo siendo saqueadores del ambiente, el Polo Patriótico tiene que ser
contundente en los planteamientos en pro de la preservación del medio ambiente
(reducción de las emanaciones contaminantes a la atmósfera que genera el efecto
invernadero y que es causante del recalentamiento global). En lo específico no
podemos estar a espaldas del sufrimiento padecido por los distintos pueblos del
mundo que siendo víctima de catástrofes naturales, con ellos debemos ser solidarios
y diligentes en brindar nuestro apoyo en todo los términos posibles.
Desde nuestro ámbito, tenemos que permanentemente denunciar de manera
contundente y categórica que la causa del deterioro a nivel planetario es el
capitalismo, que impulsa un consumismo anárquico, causante de la problemática de
la acumulación de desechos sólidos. Para revertir esta situación hay que demandar
políticas serias que garanticen la supervivencia de la biodiversidad biológica y de la
especie humana, que solo podrán ser construidas mediante el impulso del socialismo
revolucionario a nivel mundial. Debemos ser defensores de los acuíferos y de las
cuencas hidrográficas y de la Amazonía.
El Polo Patriótico debe luchar incansablemente en contra del empobrecimiento
calculado, así como oponerse a la alienación e ignorancia planificada, enfrentar las
formas anti-éticas estimuladas por la acumulación capitalista: trata de blancas,
explotación sexual infantil, tráfico de órganos humanos, consumo de
estupefacientes, esclavitud de dignidad y otras formas de dominación hacia el ser
humano.
El Polo Patriótico debe fomentar métodos revolucionarios que evite el monopolio
del saber, impulsar la ética y moral revolucionaria, aceptando las diferencias y
contradicciones bajo el principio del trato humano, respetuoso, libertario,
participativo y armónico.
Conociendo que el Socialismo Revolucionario se basa en el internacionalismo
proletario, creemos necesario que desde el Polo Patriótico se propicien los
encuentros internacionales con los distintos movimientos revolucionarios del
mundo, que sirva para sentar las bases mínimas necesarias para que, en una suma de
voluntades a escala global, se realice la internacional comunista.
Desde el Polo Patriótico se debe denunciar como un crimen de lesa humanidad, el
uso de la guerra ambiental, y la guerra bacteriológica que impone en el mundo el
imperio norteamericano. Asimismo impulsar una campaña mundial contra el uso de
la energía nuclear como arma de guerra.
28
El Polo Patriótico debe romper con el Reformismo, la social democracia y el
oportunismo que reivindican un contenido de conciliación de clases y no la lucha
de clases como motor transformador de la sociedad.
Debe ser un aglutinador de los distintos tipos de organización proletaria y de las
personas con vocación de lucha anticapitalista y a todos aquellos con fines comunes
y que en general tengan planteamientos que contengan los valores éticos y morales
del socialismo revolucionario (solidaridad, responsabilidad, transparencia,
honestidad, una reflexión desde el punto de vista del hombre nuevo planteado por
el Che).
Profundizar el debate sobre el poder dual y sobre el programa autónomo de clases
para fortalecer las organizaciones comunitarias.
Crear las condiciones objetivas y subjetivas para que el poder popular sea algo
tangible para el pueblo y que a su vez sirva para la formación del Bloque Social
Revolucionario.
Es condición necesaria que desde la unidad revolucionaria se delimiten las acciones
precisas para que el control de los medios de producción sea asumido por la clase
trabajadora, quien a pesar de ser la productora real de la riqueza se encuentra ajena
a ella.
El objetivo estratégico de la alianza revolucionaria debe ser capaz de transformar la
sociedad capitalista por una sociedad socialista, transformándonos como individuos,
construyendo nuevas estructuras de poder donde el pueblo sea el protagonista de
los cambios transcendentales que se avecinan.
Las prácticas del ultra izquierdismo, las posiciones de derecha y la subliminal
tendencia fascista impulsada por los partidos neoconservadores, son contrario a los
intereses de la revolución, por tanto no pueden tener cabida en el seno del Polo.
En definitiva, en el MRT somos de la idea que la meta política trazada
estratégicamente para la Alianza Revolucionaria debe ser convertirnos, como frente de
lucha, en constructores de un modelo alternativo al capitalismo y generar desde la
racionalidad comunicativa, un plan de acción común, donde el debate, las ideas, valores y
relaciones en términos sociales tenga coherencia en lo colectivo y esté por encima de lo
individual. Se oriente a unificar voluntades en torno a una estrategia de organización no
burocrática, como instrumento para enfrentar los resabios existentes de la cultura
capitalista. De lo contrario, habremos dejado de asumir la función básica de una alianza
revolucionaria, la cual tiene que ver con la participación activa a favor de los oprimidos en
la polémica existente entre burgueses y proletarios, siendo esta la contradicción antagónica
fundamental del capitalismo.
29
A manera de Conclusión
“Total libertad de discusión,
completa unidad en la acción.”
León Trotsky: Programa de Transición, pág. 28
A lo largo este material hemos definido que la estructura de la sociedad se divide de
acuerdo con la relación que sus diversos elementos tengan con la producción. Asimismo
definimos que la esclavización de la sociedad capitalista se debe a un modo particular de
explotación del hombre por el hombre; en donde el amo burgués hace una retribución
imperfecta del esfuerzo humano a través de un pago al cual se ha denominado salario, que
se combina a su vez con la posesión privada de los medios de producción por parte de una
minoría explotadora.
La propiedad privada combinada con el sistema industrial y de mercado
característico del modo capitalista de producción, se traduce en la explotación sistemática
del trabajo obrero. Para garantizar la hegemonía burguesa, esta desarrolla toda una política
que incluye distintos procedimientos que van desde la enajenación mediática hasta la
coerción.
En el caso venezolano, por más de 12 años, los Inquilinos de Washington - Clinton,
Busch y ahora Obama - han intentado por diferentes vías derrocar al camarada presidente
Hugo Chávez y aniquilar así la revolución bolivariana en Venezuela.
Durante este tiempo los amos del valle han implementado todo tipo de prácticas
contrarrevolucionarias, que van desde someter al pueblo venezolano a una mediática guerra
psicológica, que además ha sido apuntalada por un malvado ataque a las finanzas del país
con el objeto de lograr nuestra demolición económica, algo que por poco logran en el
tristemente célebre paro petrolero (dic. 2002-feb. 2003), donde estuvimos a un paso de
incurrir en una moratoria en el pago de la deuda con los entes crediticios internacionales,
cuyas nefastas consecuencias nos hubiesen llevado a la quiebra de la economía nacional;
por si fuera poco los halcones llegaron al extremo de organizar, financiar y ejecutar un
golpe de estado (abril 2002), logrando tomar el control de Miraflores por 48 horas.
Todas estas iniciativas imperiales fueron derrotadas gracias al apoyo popular y
gracias a la identificación del pueblo con un proceso de cambios que busca defenestrar esa
cultura pseudodemocrática representativa de la cuarta república.
Por años, las tenazas del imperio han intentado asfixiar sistemáticamente a nuestra
revolución, es importante reconocer que muchas veces no hemos dado, en colectivo, las
respuestas requeridas ante sus permanentes ataques. Sin embargo el apoyo popular antes
30
mencionado, sumado a un importante respaldo internacional ha servido de muralla para que
estos planes conspirativos se estrellen contra él una y otra vez; pero la agresión contra
nosotros continúa y debemos estar siempre alertas.
Geoestratégicamente, Venezuela representa mucho para el imperio norteamericano,
en lo que respecta a materias primas, tenemos yacimientos probados de petróleo que
superan a Arabia Saudita, somos importante fuente de hierro, tenemos una gran
biodiversidad, mucho oro, diamantes, y demás piedras preciosas, a esto se le suma los
recientes descubrimientos de torio-232 (combustible del futuro para generación de energía
atómica).
Las insaciables necesidades consumistas de EEUU les obligan a buscar por
cualquier vía, en particular la guerrerista, el control absoluto de todos estos insumos
requeridos para satisfacer su economía de mercado.
Debemos añadir que a Washington no le complace ya el reparto del mundo que se
produjo como consecuencia de la segunda guerra mundial, los términos de ese pacto no le
son suficiente a sus pretensiones hegemónicas, por ello, han venido apostando por un nuevo
reparto del mundo, en donde el ajuste de cuentas les otorgue la supremacía planetaria.
Sin embargo, sus deseos han encontrado importantes obstáculos, China ha venido
avanzando en lo económico y en lo militar, Rusia ha reorganizado sus fuerzas; los
conflictos tanto en Asia como en Eurasia no le han permitido establecerse como el dueño
absoluto de la zona y ahora el medio oriente está en una especie de supernova cuyos
resultados pueden no serles favorables del todo a sus intereses.
Ante esta realidad EEUU voltea a ver su patio trasero, entiende que para avanzar en
sus aspiraciones globales necesita reordenar desde el punto de vista, económico, político, e
incluso ideológico el hemisferio sur del continente americano, donde ellos han sido por más
de doscientos años una fuerza omnipresente. Desde la visión imperial, para Washington,
Sudamérica se ha convertido en los últimos doce años en una zona rebelde a sus designios,
siendo uno de los principales componentes de esta “perturbación” la revolución bolivariana
liderada por el compañero presidente Hugo Chávez.
El imperio de las transnacionales está convencido que la providencia le ha
predestinado a ser la máxima, sino la única potencia mundial. Para lograr tal fin, han
generado un enfoque sistémico de la sociedad, desarrollando todo un conjunto de relaciones
e integraciones que sirvan a la consolidación de la explotación capitalista en el mundo.
Los problemas críticos de nuestro tiempo no pueden entenderse aisladamente, todo
está relacionado, por tanto los asuntos claves para el establecimiento de la sociedad
31
capitalista dependen de una serie de factores que están interconectados y son
interdependientes.
Si los revolucionarios que luchamos por la construcción de una sociedad distinta,
solo nos establecemos como meta el derrumbamiento del capitalismo, estaremos
cometiendo el mismo error en que incurrieron los esclavos en la época del régimen que les
oprimía.
La historia de la sociedad esclavista está llena de importantes momentos, donde los
esclavos produjeron un gran número de levantamientos que fueron desde adentro
debilitando al régimen esclavista. Sin embargo, los esclavos no pudieron alcanzar la
victoria y establecer un nuevo régimen, no solo por la dispersión de esfuerzos, sino también
porque no tenían un nuevo modo de producción más elevado.
En la pugna existente entre los defensores del capitalismo y los impulsores del
socialismo, es necesario que en la práctica se desarrolle todo un andamiaje económico,
político y social que siente las bases de un nuevo modelo de vida, que sea sustentable y que
además signifique una verdadera transformación de la sociedad.
El carácter de la revolución en su contenido esencial viene determinado por las
contradicciones sociales que resuelve y por el régimen a cuya instauración conduce. ¿Por
qué la revolución rusa de 1905-1907 era una revolución burguesa en su carácter, no
obstante que su fuerza dirigente era el proletariado y no la burguesía? Porque se planteaba
la tarea de derrocar la autocracia y de destruir las relaciones feudales existentes, basadas en
la servidumbre, tareas que corresponde cumplir a la revolución burguesa.
En Venezuela, urge la unificación de esfuerzos en todos los órdenes, es una
necesidad imperiosa caracterizar nuestra revolución, discutir un programa mínimo de
transición, desarrollar tareas socialistas, integrar voluntades que hoy están dispersas.
El momento histórico nos obliga a desarrollar nuestra revolución bolivariana hasta
que se instaure definitivamente la sociedad socialista y el Estado proletario. Cualquier
retroceso de nuestra revolución puede significar un estancamiento indeseable. Después de
la derrota de la revolución rusa en 1905, las masas obreras quedaron abatidas por casi una
década, algo similar ocurrió en el hundimiento de la Comuna de Paris, la reacción ejecuto
toda una masacre con el objeto de amansar los deseos de liberación del pueblo parisino.
A lo largo del texto, hemos presentado una propuesta política con el objeto de evitar
que nuestro proceso sea víctima de un derrumbe a manos del imperialismo, hemos hecho
una serie de consideraciones políticas con miras al fortalecimiento interno de la revolución.
32
La revolución socialista no puede ser posible sin un partido que sirva de orientador
del proceso, tampoco es viable desarrollar la revolución sin que exista un planteamiento
político ideológico que enarbole la bandera socialista y somos de la idea que debe ser en
base al socialismo revolucionario, es imposible demoler el estado burgués sin que un poder
dual le haga frente y lo debilite hasta su derrumbe y según nuestro concepto el boque social
revolucionario es el instrumento político de los colectivos para lograr esa gran tarea. Por
último, no lograremos derrotar al capitalismo estando dispersos, para ello es necesario una
acumulación de fuerzas que solo será posible a través de la unidad revolucionaria.
Finalmente, queremos dejar sentado que si deseamos la paz, debemos tener la fuerza
suficiente para garantizarla y ésta solo será lograda si concretamos una verdadera y
coherente unidad política. De lo contrario seremos víctima de una terrible derrota y se
habrá perdido un excepcional momento histórico y los culpables de ello seremos todos.
¡Hasta la victoria siempre!
Al pasado no regresaremos jamás
Ni pacto ni negociación profundicemos la revolución.
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Referencia Bibliográfica
1.- Tupamaro. Propuesta. Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas
con las fuerzas anti-fascistas. Página 43. Noviembre 2.008.
2.- Marx, C. EL CAPITAL. Capitulo XXIV. La llamada acumulación originaria
3.- Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 1. Tercera etapa. Abril 2.007. Sobre en torno a la cuestión del
partido.
4.- Tupamaro. Propuesta. Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas
con las fuerzas anti-fascistas. Páginas 29 y 30. Noviembre 2.008.
5.- – Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 1. pág. 3, Segunda etapa. Abril 2.007
6.- Ídem. Año 1 Nº 1. Tercera etapa. Abril 2.007
7.- Al Rojo Vivo. Año 1 Nº 2. Tercera etapa. Mayo. 2.007
8.- Ídem, Pág. 9
9.- Al Rojo Vivo, 2007, N° 2, Pág. 9
10.- Ídem, Pág. 9
11.- Ídem 6 pág. 9
12.- Propuesta Programa de Gobierno Revolucionario: políticas de alianzas con las
fuerzas anti-fascistas, página 60. 2.008