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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES ESCUELA DE HISTORIA CÁTEDRA: HISTORIA DE ASIA Y ÁFRICA I PROF. TITULAR: CRISTINA DE BERNARDI
SCHWARTZ, GLEN. “Pastoral Nomadism in Ancient Western Asia” en SASSON, J. (Ed. in Chief) Civilizations of the Ancient Near East, Vol I, Charles Scribner’s Sons, Macmillan Library Reference Usa Simon & Schuster Macmillan, New York, 1995 , pp. 249-258. Traducción: Prof. Eleonora Ravenna, 2002.
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NOMADISMO PASTORAL EN EL ASIA OCCIDENTAL ANTIGUA Los grupos de pastores nómadas han existido a lo largo de la historia del Cercano Oriente,
pero el hecho de que no dejaran registros escritos o rastros físicos abundantes ha significado que
su vida haya sido pobremente documentada en relación a los sedentarios. Para poder evaluar el
rol de los pastores nómades en el Antiguo Cercano Oriente estamos, por lo tanto, obligados a
basarnos en los escasos restos arqueológicos, en los registros de los sedentarios y en la
información comparativa de los estudios etnológicos sobre los pastores modernos.
Características Generales
El nomadismo pastoral es una forma de vida concentrada en la explotación de animales de
rebaño domesticados, que trae aparejado un movimiento estacional entre diferentes nichos
ecológicos para obtener pasturas optimas. En vez de vagar al azar, los pastores tienden a seguir
rutas migratorias que son cuidadosamente planificadas y repetidas anualmente. En el Cercano
Oriente uno puede distinguir entre patrones migratorios “verticales” y “horizontales”. El
nomadismo vertical implica movimientos entre las áreas de pastoreo en las tierras bajas en
invierno y las pasturas de las tierras altas en verano; es característico de los grupos que se
mueven entre los Zagros, los Taurus y las tierras altas del Líbano y sus regiones bajas
adyacentes. El nomadismo horizontal entraña el aprovechamiento de las pasturas de invierno en
la estepa seca o el desierto y un movimiento hacia regiones bajas más húmedas –frecuentemente
en o cerca de zonas agrícolas- en verano. Ejemplo de tales rutas migratorias incluyen aquellas
que van desde las pasturas de invierno en el Negev o el Sinaí hasta las tierras de pastoreo
estivales más al norte, a lo largo de los límites del país montañoso o de la llanura costera de
Palestina, o movimientos desde el desierto sirio en el invierno del norte a la llanura
mesopotámica en verano. Debido a que las ovejas y las cabras eran los principales animales de
rebaño en el Cercano Oriente, los pastores podían utilizar tierras para el pastoreo en las áreas
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relativamente secas en los bordes del Creciente Fértil, pero no podían aventurarse más allá, a las
zonas áridas del desierto Sirio o el desierto Arábigo norte hasta la domesticación del camello.
Los pastores nómadas están típicamente organizados en tribus, grupos de personas que dicen
descender de un antepasado común. Tales linajes pueden ser más imaginarios que reales, ya que
las filiaciones tribales son tradicionalmente muy fluidas, con tribus absorbiendo a otras tribus o
individuos cambiando de status tribal. Algunas autoridades mantienen esa organización tribal,
desarrollada sólo como respuesta al contacto de los pastores con sociedades que poseen una
mayor complejidad política.
Puede haber una variedad considerable en las formas de organización política de los pastores
nómadas; desde grupos pequeños, relativamente descentralizados e “igualitarios” a grandes
“jefaturas” altamente integradas a pesar de que aún, en jefaturas bien estratificadas, las
posiciones de liderazgo tendían a /250/ ser inestables. Las unidades políticas centralizadas son
más características de grupos que operan en estrecha proximidad a los poderosos sedentarios, ya
que tal proximidad requiere de líderes pastorales que puedan confrontar exitosamente y negociar
con las autoridades sedentarias. También pueden haberse desarrollado roles de liderazgo fuertes
cuando hubiera habido una acusada necesidad de control y distribución de personas y recursos,
como en las áreas montañosas donde las rutas migratorias eran difíciles.
Nómades y sedentarios.
La visión tradicional de las relaciones nómades-sedentarios en el Cercano Oriente era aquella
del antagonismo mutuo, con mínimos contactos, más allá de las expresiones de hostilidad entre
los dos grupos. Esta visión estaba muy influenciada por las fuentes textuales del Cercano Oriente
antiguo, todas compuestas por escribas urbanos, quienes enfatizaban la “otredad” de los grupos
pastorales nómadas y el peligro que representaban para la sociedad sedentaria. Por ejemplo, en
La maldición de Agadé, un texto literario de fines del III milenio a.C. de la Mesopotamia sur, los
pastores Guti son descriptos como un grupo “no registrado entre las personas, no considerados
como parte del país / ... personas que no conocen inhibiciones, / con instintos humanos pero con
inteligencia canina y con rasgos de monos”. El mismo grupo es representado en otro texto, la
“Crónica Weidner”, como individuos “a quines nunca se ha visto venerar a un dios, quienes no
sabían como realizar apropiadamente los ritos y las prácticas” – en síntesis, personas
absolutamente más allá de la civilización urbana, y tal vez más acertadamente, más allá del
control de las autoridades políticas urbanas.
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Guiados por tales posturas basadas en el urbanismo, los estudiosos tradicionales vieron las
relaciones nómadas sedentarios en el Cercano Oriente antiguo como una serie de olas nómadas
arrasadoras, provenientes del desierto sirio o las tierras altas de los Zagros-Taurus, aplastando a
los sedentarios en tiempos de dificultades climáticas o de debilidad política. Pero esta visión de
las relaciones pastores-sedentarios ha sido repensada en décadas recientes, y hay considerable
evidencia nueva para sostener la existencia de una relación simbiótica mutuamente dependiente
entre pastores y sedentarios en la antigüedad –más allá de la propaganda diseminada por las
élites urbanas. En vez de permanecer en los bordes de las regiones pobladas, los pastores
nómades del Cercano Oriente, frecuentemente utilizaban, en palabras de Michael Rowton, una
“zona dimórfica”, un área en la que eran practicables tanto la alimentación de los rebaños de los
pastores, como la vida sedentaria basada en la agricultura. Sólo con el desarrollo del nomadismo
de camellos hacia finales del II milenio, los pastores nómades del Cercano Oriente pudieron
extenderse a través de áreas desérticas, muy alejadas de las zonas de los sedentarios del corredor
siro-palestino y Mesopotamia (ver el mapa en “La Historia de Siria y Palestina” en la parte 5,
Vol II) pero, aún entonces, parecen haber tenido importantes lazos con las comunidades
sedentarias.
Tal vez, el aspecto más importante de la simbiosis nómadas-sedentarios fue el intercambio de
bienes: los pastores proveían productos animales a los sedentarios y recibían a cambio productos
agrícolas o manufacturados. Otras manifestaciones de las relaciones entre nómadas y sedentarios
incluyeron a los pastores ocupándose de los rebaños de los sedentarios y, a su vez, alimentando a
sus rebaños en el rastrojo de las tierras puestas en barbecho y proporcionando, por lo tanto, el
estiércol de los animales como fertilizante.
Los pastores y los agricultores no sólo estaban en frecuente contacto unos con otros, sino que,
en muchas ocasiones, probablemente se movieron continuamente entre los dos estilos de vida.
Pastoreo nómada, sedentarismo agrícola y combinaciones de ambos (por ej. cultivo de granos a
lo largo de las rutas migratorias llevado a cabo por pastores nómades, especialización en la cría
de animales entre los miembros de las aldeas sedentarias) pueden ser vistos como parte de un
espectro de estrategias económicas potenciales. Robert McCormick Adams, discutiendo tal
rango de estrategias productivas, enfatizó el carácter riesgoso de la agricultura en el Cercano
Oriente y sugirió que el nomadismo pastoral sirvió como una alternativa cuando la agricultura no
fue viable. Cuando se enfrentaron a medio ambientes severos o dificultades climáticas,
autoridades centrales rapaces o a la destrucción de los cultivos en tiempos de guerra, los
agricultores tenían la opción de adoptar una forma de vida pastoral nómada. En este contexto, los
animales domésticos pueden ser vistos como “capital en pie” – una inversión contra las
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dificultades de la agricultura, de las que se podía escapar -si resultaban insuperables- a través del
pastoreo. Asimismo, este parece haber /251/adquirido la forma de una estrategia económica “de
múltiples recursos”, en la que la cría fue enfatizada pero otras actividades tales como la caza,
recolección, comercio y agricultura fueron también practicadas.
A pesar de que debió haber prevalecido una relación simbiótica entre nómadas y sedentarios,
esta relación no excluyó el estallido de hostilidades entre los grupos. Los sedentarios pueden no
haber necesitado los productos de los pastores como los nómades necesitaban el grano, y tal
relación asimétrica puede haber desembocado en ataques de los nómades, cuya movilidad les
daba una pronunciada ventaja militar. La propensión de los pastores nómades a los ataques, o
razzias, entre ellos y contra los grupos sedentarios está bien atestiguada en el registro histórico
del Cercano Oriente.
Datos arqueológicos y textuales
Visibilidad de los nómades en el registro arqueológico
A pesar de que pocos cuestionarían la importancia del nomadismo pastoral en el antiguo
Cercano Oriente, su reconocimiento en el registro arqueológico es notoriamente dificultoso,
porque los pastores nómadas tienden a dejar sólo escasas trazas físicas. Tales vestigios pueden
incluir sitios - campamentos, trampas de caza, corrales de animales, cementerios no vinculados a
asentamientos permanentes o arte en rocas, así como cerámica, herramientas de piedra y otros
artefactos portátiles hallados junto con estas características. Pero la asociación específica de tales
restos con los pastores nómades, a diferencia de lo que sucede con los sedentarios o los
cazadores, es difícil de establecer. El datado de los restos es también controvertido debido a la
relativa escasez de materiales asociados con ellos.
La ignorancia de la arqueología de los pastores esta exacerbada porque sus campamentos,
frecuentemente estaban situados en áreas marginales fuera del alcance de los estudios,
arqueológicos convencionales, que usualmente se focalizan en las regiones de tierras bajas o en
los valles inter-montanos. Otro problema, es la tendencia de los vestigios de los campamentos
pastorales, brevemente ocupados, a hacerse invisibles después de miles de años de erosión. (Ver
“Apreciando el pasado a través de la arqueología antropológica en Parte 11, Vol. IV).
Además de identificar los campamentos pastorales u otros restos, uno puede intentar
reconocer el antiguo nomadismo pastoral a partir del análisis de los patrones de distribución del
sitio; por ejemplo, pequeños sitios en los valles del sudoeste de Irán a fines del IV milenio a.C.,
ubicados en una proximidad consistente con las tierras altas adyacentes, han sido interpretados
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como aldeas ocupadas en la cría especializada que utilizaban las pasturas altas. Además, el
análisis de los huesos de animales provenientes /252/ de excavaciones arqueológicas ha probado
una frontera promisoria para el estudio de los pastores, permitiendo a los especialistas distinguir ,
por ejemplo, entre ovejas de tierras bajas y de tierras altas.
Los nómades en las fuentes textuales
Los pastores nómadas pueden ser tan elusivos en las fuentes históricas como lo son en el
registro arqueológico. Mientras que ciertos grupos son descriptos como marginales o
“incivilizados” por los escribas urbanos del Cercano Oriente, con muy poca frecuencia hay (esto
es, en los archivos reales de Mari) suficiente evidencia para identificar los pueblos dedicados al
pastoreo nómada.
Los orígenes del nomadismo pastoral
La ubicación y las razones para el temprano nomadismo pastoral en el Cercano Oriente
antiguo, son aún tema de debate. Por lo menos está claro que el pastoreo se desarrolló no antes
del establecimiento de las comunidades aldeanas del Neolítico que practicaban la agricultura o la
cría de animales o ambos entre el IX-VIII milenio a.C. La mayoría de los estudiosos considera
que el pastoreo es una especialización de la vida agrícola sedentaria y de la domesticación de
animales concomitante.
Orígenes en los Zagros
La presencia de nomadismo pastoral en las tierras altas de los Zagros del Irán occidental ha
sido reconstruida hasta fechas tan tempranas como el VII milenio, en base a abrigos identificados
como campamentos estacionales excavados en los niveles más tempranos de ocupación en Tepe
Sarab y Tepe Guran. En Tepe Tula’i, un sitio en la llanura del Khuzestan norte, datada para este
período, las características excavadas han sido interpretadas como pertenecientes a un
campamento pastoral; a partir del análisis de los huesos asociados concluyeron que los restos
fueron dejados por personas con vida aldeana que estaban cuidando un rebaño de cabras. Más
indicios de pastoreo especializado aparecen a fines del V milenio en Luristan, donde se han
identificado cementerios sin asociación con asentamientos permanentes. Más allá de estos datos
tempranos, no aparece evidencia sustancial de la presencia de pastores nómadas en las tierras
altas de los Zagros hasta fines del IV milenio. En este punto, cementerios no asociados a
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asentamientos proliferan en Luristan, y campamentos pastorales aparecen en la llanura
intermontana del Izeh, en el sureste de Khzestan.
Tanto la información de Luristan y de Izeh indican un cierto grado de complejidad social;
entre los pastores de Luristan, algunas tumbas fueron adornadas ricamente mientras otras tenían
ajuares simples, lo que implica estratificación social, y en el Izeh, sitios identificados como
campamentos pastorales exhiben una jerarquía de tamaños, indicativa de una jerarquía
organizacional.
Un gran componente pastoral identificado en el nacimiento del río Kur, en Fars, de fines del
IV milenio parece haber estado asociado con la emergencia del mayor centro urbano, Tal-e
(Tepe) Malyan (antigua Anshan). Esta presencia pastoral se infiere del emplazamiento de
asentamientos más pequeños en las márgenes del valle. William Sumner, quien excavó Tal-e
Malyan, ha hipotetizado que la degradación ambiental, causada por la excesiva irrigación
impulsó a los agricultores aldeanos a concentrarse en la cría de animales, lo que condujo a la
nomadización de buena parte de la población. Debido a que el crecimiento en número y
complejización organizacional de los grupos de pastores nómades hacia fines del IV milenio y
principios del III milenio en el Irán occidental es coincidente con el desarrollo de la urbanización
y con la formación del estado en las tierras bajas mesopotámicas y en Khuzestan, muchos
estudiosos han especulado sobre las posibles asociaciones entre estos dos procesos. Es tentador,
por ejemplo, atribuir el crecimiento del número de pastores en las tierras altas, a un influjo de
refugiados escapando de las demandas cada vez mayores de los nuevos estados de las tierras
bajas.
La evidencia actual, sin embargo, indica que la población en las regiones marginales altas
aumentan y disminuyen al mismo tiempo que la población de las tierras bajas, lo que contradice
la hipótesis de movimiento de personas de las tierras bajas a las tierras altas.
Los modelos explicativos del desarrollo del pastoreo habitualmente hacen hincapié en el
establecimiento de nuevos asentamientos agrícolas en áreas arrebatadas a las pasturas. El ganado
perteneciente a tales asentamientos puede haber requerido un traslado hacia pasturas distantes, y
los miembros de los asentamientos que realizaban esta tarea especializada /253/ pueden haber
abandonado la vida sedentaria y desarrollado una forma de vida nómada pastoral. Empleando
este modelo, Susan Lees y Daniel Bates han vinculado los comienzos del nomadismo pastoral en
los Zagros con el desarrollo del la agricultura de irrigación en Mesopotamia hacia el IV milenio.
Las tempranas comunidades agrarias, que basaban su agricultura en las lluvias, se hallaban
asentadas en tierras aptas para el pastoreo del ganado, pero el establecimiento de comunidades
que practicaban la agricultura de regadío en las regiones más secas del sur de la llanura aluvional
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mesopotámica –iniciada como una estrategia de reducción de riesgos-, debió haber requerido el
movimiento de los rebaños por largas distancias hacia áreas más húmedas donde podían hallarse
buenas pasturas. Los miembros de las aldeas, especializados en la supervisión de esos
movimientos, eventualmente pueden haberse separado para concentrarse completamente en una
economía basada en la ganadería. Este desarrollo especializado puede ser visto como parte del
movimiento hacia la especialización laboral y la diferenciación social que es característico de las
tardías sociedades prehistóricas del Cercano Oriente.
Nómades tempranos en el Levante
Ha sido presentada evidencia de grupos pastorales en el Levante como en los Zagros, de
tiempos tan tempranos como el VII milenio a.C., en el Neolítico precerámico B. En este período,
en el que se experimentó un aumento de la humedad, puede ser observada una ocupación
extensiva de las zonas áridas de lo que hoy es el sureste de Siria, el este de Jordania y el oeste de
Irak evidenciada por grupos de rocas, arte lapidario y desert kites (trampas de caza). Se ha
propuesto que mientras aquí los grupos cazaban inicialmente gacelas y otra fauna salvaje, la
reducción de la cantidad de estos animales llevaron a la concentración sobre ovejas y cabras
domésticas y el consiguiente desarrollo del nomadismo pastoral.
Sin embargo, en los Zagros no aparece más evidencia sustancial dl nomadismo pastoral hasta
el IV milenio. En este punto, conjuntos de estructuras de enterramiento en piedra llamados
nawamis, no vinculados a ningún sitio permanente, son hallados en un gran número en el Sinaí.
Los estudios de estas estructuras, que están orientadas a la puesta del Sol, han revelado que la
mayoría fueron construidas durante el invierno y que pueden haber estado localizadas en tierras
de pastoreo invernal. Para el norte de Negev, Thomas Levy ha propuesto que el nomadismo
pastoral comenzó cuando los desarrollos en la tecnología agrícola se articularon con la presión
demográfica, lo que permitió el establecimiento de asentamientos en áreas áridas, no habitadas
previamente; el ganado de estas nuevas aldeas puede haber requerido el movimiento hacia
pasturas distantes, supervisado por un nuevo grupo de pastores especializados quienes
eventualmente pueden haber abandonado la vida sedentaria.
Andrew Sherrat dató, en su modelo de origen del pastoreo, el desarrollo del mismo en el IV
milenio y vinculó el fenómeno a una “revolución de productos derivados”. Postuló que el
crecimiento en el período Neolítico fue conducido, en primer lugar, por el consumo de carne y
que la explotación de los animales domésticos para la obtención de sus productos derivados piel,
lana, leche, trabajo, no ocurrieron hasta el IV milenio a.C., un desarrollo coincidente con la
introducción de la agricultura de arado. El nomadismo pastoral es visto en este modelo como
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resultado de la revolución de los productos derivados, facilitado por la utilización de animales
como bestias de carga. Mientras que la evidencia actual confirma que el más importante animal
de carga del Cercano Oriente era el burro, este no fue domesticado hasta el IV milenio a.C., el
nomadismo no depende necesariamente del uso de animales de carga. Es más, no hay evidencia
arqueológica que descarte la explotación de los animales para la obtención de productos lácteos
antes del IV milenio.
Nomadismo pastoral en el período histórico
Los pastores nómades no son explícitamente mencionados en las fuentes escritas del Cercano
Oriente hasta la segunda mitad del III milenio, aunque el pequeño número de textos previos a
este período, así como su característica brevedad, no excluye contactos más tempranos con esas
gentes. Los textos posteriores del III milenio tienden a representar a los nómadas pastorales
como grupos fuera de la esfera urbana, cuyo comportamiento era peligroso y disrruptivo; una
descripción también hallada en los períodos sucesivos; en los ciclos alternos de centralización
política y desintegración, característicos de la historia del Cercano Oriente, los antiguos textos
frecuentemente consideran a los grupos nómades como los principales agentes de la
descentralización /254/.
Los guti
El primer grupo aludido en este sentido son los guti, un grupo de los Zagros vinculado a la
destrucción del Imperio acadio de Sargón y al establecimiento de una breve dinastía en
Mesopotamia en el siglo XX a.C. A pesar de ser descriptos como intrusos, los gobernantes
guteos dejaron inscripciones reales del estilo mesopotámico, como lo hicieron los líderes de
otros grupo poderosos de los Zagros, los Lullubi, cuyo gobernante Annubanini tenía un relieve
en piedra, excavado cerca de Sar-i Pol-i Zohab en los Zagros iraníes, que emulaba el estilo y
lenguaje del arte real mesopotámico.
El éxito de las campañas militares de los pastores contra las sociedades sedentarias debe
haberse debido, en gran parte, a la movilidad de los nómadas; a pesar de que es probable que los
caballos -domesticados en el Cercano Oriente hacia fines del III milenio- no hubieran jugado un
rol significativo en las actividades militares nómadas hasta el I milenio a.C.
Los ataques de grupos pastores fueron más eficaces en los períodos de debilidad sedentaria, y
es probable que los guti hubieran sido militarmente exitosos por las sistemáticas dificultades
inherentes al terriblemente sobre-extendido estado acadio.
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Las razones de la agresión pastoral no son usualmente explicitadas y pueden comprender un
número de posibles variables. Esto incluye una mayor necesidad de productos agrícolas por parte
de los pastores, que de productos pastorales por parte de los sedentarios, lo que pudo llevar a los
pastores a arrebatar los bienes deseados por la fuerza. La hostilidad de los grupos nómadas
contra los sedentarios también puede ser vista como una reacción al hostigamiento militar por
parte de las sociedades sedentarias. Además, condiciones climáticas y ambientales adversas
pueden haber sido variables influyentes en los ataques de los pastores a las sociedades
sedentarias: las luchas entre los arameos y los reyes asirios a finales del siglo XII a.C., por
ejemplo, tuvieron lugar durante un período de sequía y de colapso ambiental extensivo. En tales
condiciones, el desecamiento de las tierras dedicadas tradicionalmente al pastoreo, en los bordes
de la sociedad sedentaria, pueden haber impulsado a grupos de pastores a buscar áreas más
húmedas, utilizadas por los campesinos y tomar esas por la fuerza.
Los amorreos
Probablemente, el grupo pastoral más abundantemente documentado en las fuentes
mesopotámicas tempranas es el amorreo. El término usado para describir a esta población,
MAR.TU en sumerio, amurru en acadio, también significa “Oeste” y parece referirse a grupos
semito-parlantes que venían de regiones al occidente de Sumer y Acad. Estaban particularmente
asociados con el área de Jebel Bishri en el norte del desierto sirio, pero es probable que el
nombre amorreo tuviera un significado más general y que se refiriera a un rango de pastores que
se hallaban a lo largo del norte de la Mesopotamia y Siria. Los nombres de los individuos
amorreos pertenecen a una lengua semítica occidental (¿o lenguas?) diferentes del acadio, lo que
tal vez indica una dicotomía lingüística -entre pastores nómadas, que hablaban una lengua
semítico-occidental y poblaciones sedentarias que hablaban acadio en Mesopotamia-, dadas las
actuales visiones de la lengua de las tablillas de Ebla, Siria (ver: “Lenguas semíticas”, en Parte 9,
Vol. IV).
Por un lado, las fuentes mesopotámicas de fines del III milenio mostraban a los amorreos
como un peligro externo, al punto que los reyes de Ur se embarcaron en un gran proyecto
defensivo denominado “la muralla que mantiene alejados a los Tidnum [un grupo amorreo]”; por
otro lado, está claro que muchas personas amorreas habían entrado a la sociedad sedentaria
mesopotámica y estaban jugando una variedad de roles en ella. Luego del colapso de la III
dinastía de Ur, hubo amorreos que asumieron el gobierno de ciertas ciudades mesopotámicas, y
todos los indicios muestran que estaban operando dentro de las sociedades urbanas sedentarias
mesopotámicas y que no eran líderes de olas que arrasaban desde el desierto. Entre los más
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prominentes de estos gobernantes estaba Shamshi Adad I, quien creó un estado que abarcó
virtualmente toda la alta Mesopotamia y cuyo linaje se decía que descendía de ancestros que
“vivían en tiendas”, esto es, nómadas (Ver “Shamshi Adad e hijos” en Parte 5, Vol. II). Es
interesante que el linaje de un famoso contemporáneo amorreo en el sur, Hammurabi de
Babilonia, decía incluir también los mismos ancestros que habitaban en tiendas.
Los archivos del palacio real de la ciudad-estado de Mari (el moderno Tell Hariri) en el
Eufrates medio, provee un rico cuerpo de evidencias sobre la relación entre los pastores nómadas
amorreos con la autoridad central sedentaria (también amorrea) y sobre los patrones migratorios
de estos grupos. Esto incluyó pueblos tales como /255/ los Hanneos, los Yaminitas “hijos de la
derecha [esto es, del sur], los Sim’alitas, “hijos de la izquierda [esto es, el norte], y los Suteos,
además cada grupo dividido en unidades menores. El estado de Mari, observaba de cerca los
movimientos de los grupos pastorales e intentaba regular sus patrones migratorios. Además, los
miembros de los grupos tribales eran frecuentemente empleados por el estado de Mari como de
fuerza de trabajo y para el servicio militar, -a pesar de que su participación incondicional en estas
tareas no estaba de ninguna manera asegurada.
Mientras que las designaciones de los textos de Mari, claramente incluyen a grupos nómadas
pastorales, estas designaciones eran, en algunos casos, aplicadas a los agricultores y a los
habitantes urbanos, indicando la fluidez entre los estilos de vida nómada y sedentario, señalada
por Adams, Rowton y otros. El mismo rey Zimri-Lim de Mari, aparentemente provenía de una
familia del linaje Sim’alita y se auto-designaba como “rey de los Hanneos” además de “Rey de
Mari”.
Las cartas de la ciudad de Eshnunna (moderno Tell Asmaren la Mesopotamia central),
recientemente publicadas, fechadas en el siglo XX a.C. también brindan información sobre las
relaciones entre las autoridades urbanas y los grupos de pastores nómadas. Así como en Mari,
tales relaciones podían ser extremadamente estrechas o completamente hostiles. En tanto hay
referencias a ataques llevados a cabo por grandes grupos de pastores amorreos, otros textos
revelan que los líderes de los pastores amorreos estaban vinculados a los gobernantes de
Eshnunna por matrimonio. Un documento interesante, hace referencia a un pedido de regalos al
gobernante de Eshnunna –por parte del hijo de un recientemente fallecido jefe de pastores-, para
ayudarlo a adquirir la posición de jefe.
La sedentarización de los pastores nómadas, visible en la infiltración de los amorreos en la
sociedad Mesopotámica, pudo ocurrir por cierto número de razones. Frederik Barth, en su
influyente estudio de los Basseri del actual sur Iraní, encontró que la sedentarización era
característica de los extremos de las sociedades pastorales: los miembros más pobres del grupo,
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quienes poseían muy pocos animales para sustentarse, debían buscar oportunidades entre los
sedentarios, y los pastores más ricos invertían en tierra entre los sedentarios y se asentaban para
administrarla. Otras variables instrumentales en la sedentarización de los nómadas podían incluir
desastres ambientales y climáticos o el colapso de la sociedad agrícola, forzando a los nómadas a
dedicar más tiempo al cultivo de cereales en ausencia de campesinos que lo hicieran por ellos.
Se piensa que los amorreos se encontraban también en Palestina en el Bronce Temprano IV, a
fines del III milenio, cuando grandes ciudades fueron abandonadas y numerosos cementerios no
vinculados a asentamientos permanentes aparecieron, junto a nuevas variedades cerámicas. Estos
cementerios fueron interpretados como los territorios de enterramiento de los pastores quienes,
con su nueva cerámica, debieron haber venido de otra parte y no pudieron ser otros que los
amorreos de los textos mesopotámicos y bíblicos. Quienes propusieron esta teoría se
equivocaron al no apreciar que influjo de los amorreos en la Mesopotamia no fue acompañado
por mayores cambios en los estilos cerámicos o por cementerios aislados; el Bronce Temprano
IV es actualmente visto por la mayoría de los especialistas como un período que implicó grandes
cambios sociales y económicos, que parecen haber incluido un incremento en el pastoreo. Este
período también fue testigo de un marcado incremento de los sitios en Negev y el Sinaí que han
sido interpretados como asentamientos invernales de gentes que guiaban sus rebaños hacia el
norte en verano al país montañoso, donde los cementerios estaban localizados. (Para más
información ver “Los Amorreos, en parte 5, Vol. II).
Nómades de Fines del Segundo Milenio.
Los archivos reales de los estados urbanos de mediados a fines del II milenio, ocasionalmente
mencionan grupos que posiblemente eran pastores nómadas, a veces responsabilizados de
acciones hostiles contra los estados. Los Suteos eran uno de esos grupos, cuyo registro a veces se
superpone con referencias a un grupo denominado Akhlamu, quienes en su momento fueron
seguidos por los arameos“Akhlamu”, luego simplemente denominados arameos. La secuencia de
designaciones de amorreos a arameos probablemente refleja cambios en la afiliación étnica o
tribal de grupos de pastores que utilizaban las tradicionales rutas migratorias desde el desierto
sirio hasta Mesopotamia y Siria occidental (Ver el capítulos sobre Arameos, parte 5, Vol. II).
Los Casitas, un grupo cuyos miembros establecieron una dinastía que gobernó Babilonia por
cuatrocientos años, pudieron haber sido pastores de los Zagros con una organización tribal
evidenciada en su división en “casas” (bitātu). Los famosos /256/ khabiru de las fuentes del II
milenio, parecen haber sido forajidos o “excluidos” de las sociedades urbanas, pero no
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definitivamente pastores nómadas. (Para más información ver el capítulos sobre casitas en, parte
5, Vol. II).
Grupos móviles mencionados en la Biblia Hebrea, tales como los Midianitas y los
Amalekitas, son difíciles de reconocer en el registro arqueológico, a pesar de que los tipos
cerámicos de los últimos siglos del II milenio a. C. encontrados en Negev, sur de Jordán y el
noroeste de Arabia Saudita han sido apodados “La mercancía midianita” y bien puede ser
relevante para esos pueblos pastorales. Sin embargo, los riesgos de equiparar los estilos
cerámicos con grupos étnicos o lingüísticos se ha vuelto dolorosamente obvia para la mayoría de
los arqueólogos del Cercano Oriente, desde que esta claro que las asociaciones usualmente no
son congruentes con las unidades étnicas, lingüísticas o políticas.
En ninguna parte este problema es más acuciante que en el caso de los israelitas, quienes han
intentado ser identificados en la cultura material de la Edad del Hierro Temprano en el Sur del
Levante por los arqueólogos bíblicos. Más recientemente, la proliferación de sitios del Hierro I
en el país montañosos de Palestina, advertidos en los restos arqueológicos han sido asociados
con los israelitas tempranos. Una revisión de la evidencia llevada a cabo por Israel Finkelstein lo
ha llevado a concluir que quienes se asentaron en el país montañoso fueron pastores nómadas,
identificados por su pobre cultura material y su uso de los tipos arquitectónicos, reminiscencias
de las tiendas de los beduinos. Mientras que esta interpretación es consistente con la
identificación de los antiguos israelitas con sus ancestros patriarcas como pastores nómadas,
otras lecturas de la evidencia, que no asignan un rol crucial a los pastores nómadas, son
igualmente dignas de crédito.
Los arameos de Siria fueron contemporáneos a los Israelítas a fines del II y principios del I
milenio a.C. Son mencionados por primera vez en las fuentes textuales a fines del siglo XX a.C.,
cuando el rey asirio, Tiglat pileser I, condujo una serie de campañas contra los pastores nómadas
arameos en las tierras esteparias a lo largo del Éufrates medio, en el Jebel Bishri, y en el corazón
del desierto sirio. Los siguientes ataques arameos a Asiria, durante el reinado de Tiglat-pileser
coinciden con hambrunas y pérdida de cosechas, y los pocos registros del siglo XI aluden
escasamente a una presencia aramea a lo largo del Jazira sirio. Cuando los reyes asirios
comenzaron una serie de campañas hacia el oeste, hacia fines del X siglo, se encontraron con una
constelación de pequeños estados arameos en el Jazira y en el oeste de Siria, muchos de los
cuales fueron mencionados después de ancestros tribales, tales como Bit-Adini (“Casa de
Adini”), en la gran curva del Éufrates, y Bit-Bakhiani (“Casa de Bakhiani”) en las planicies altas
del Khabur. En principio se encuentran inscripciones reales de los gobernantes de estos estados,
en el sigo IX y están escritas en su propia lengua, el arameo, en escritura alfabética. Después de
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la conquista de los estados arameos por los gobernantes Neo-asirios en los siglos IX y VIII, el
arameo fue adoptado por la burocracia asiria, tal vez porque su sistema de escritura alfabético
fue más fácil de usar. Hacia el siglo VI a.C., el arameo se había convertido en la lengua franca de
todo el Cercano Oriente, una posición preeminente que retuvo hasta el período Islámico.
El nomadismo de camellos..
A pesar de que los inseparables del “inmutable Oriente, en la mente popular”, los camellos no
fueron importantes en las sociedades del Creciente Fértil hasta fines del II milenio a.C. En este
punto, los nómadas camelleros de Arabia, donde el camello fue domesticado en épocas tan
tempranas como el III milenio, abrieron una altamente próspera ruta de comercio de incienso y
de especias que iba desde el sur de Arabia hacia los mercados siro-palestinos y de Mesopotamia.
Debido a que los camellos pueden resistir con menos agua que las ovejas y las cabras, los
pastores de camellos pudieron utilizar vastas áreas de desierto árido, inaccesible a los nómadas
de ovejas y cabras y gozaron de una mucho mayor movilidad. (Ver el capítulo sobre cría de
animales, en Parte 2, Vol. I).
La evidencia textual referida a los nómades de camellos aparece, por primera vez, en los
registros de los reyes neo-asirios en el sigo IX a.C., en la batalla de Qarqar (ca. 854 a.C.) en el
norte de Siria, donde ua coalición de gobernantes confrontaron al ejercito de Shalmaneser III,
incluyendo a “Gindibu de Arab”, cuyo contingente incluía a cientos de camellos. Posteriormente,
los asirios lucharon contra una sucesión de reyes árabes, incluyendo una secuencia de reinas, a
quienes se les exigió cientos de camellos como tributo. La designación de árabe en estas fuentes
probablemente se refiera a un amplio grupo /257/ de pastores operando en y fuera del norte del
desierto arábigo y en las áreas urbanizadas de Siria y Mesopotamia, en principio pero no
exclusivamente, criadores de camellos.
Hacia el siglo VIII, hay evidencia del intento de los asirios de regular el movimiento de los
pastores nómadas y de incorporar a los nómadas a la estructura administrativa del estado de una
forma que notablemente parecida al estado de Mari, más de mil años antes. Los registros
administrativos del reinado de Sargón II detallan los problemas inherentes a esos asuntos: uno de
los gobernantes asirios, por ejemplo, escribió al rey que ciertos pastores “[es seguro que] dejarán
el territorio que les estoy asignando, se moverán aguas abajo y realizarán saqueos; no prestan la
menor atención al jefe de exploradores que les he asignado”; otras cartas muestran que los
líderes de los pastores que fueron acusados de arrasar áreas sedentarias eran, al mismo tiempo,
considerados sujetos del estado. Esta relación de simultánea interdependencia y mutuo
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antagonismo, típica de la relación nómades-sedentarios a lo largo de la historia del Cercano
Oriente antiguo, ha permanecido como la norma en el Cercano Oriente hasta nuestros días.
Nomadismo y sedentarismo: miradas a estilos de vida opuestos En el siguiente pasaje de un mito sumerio, las rudas características del nómade dios
Martu son enumeradas como una advertencia a su futura esposa, la diosa citadina,
Adnigkidu. De todos modos Adnigkidu sigue adelante con el casamiento – un ejemplo
de la mutua dependencia de nómades y sedentarios más allá de las diferencias.
“Él, que reside en las montañas... Habiendo tenido que mantener (?) muchos conflictos con Kur1, Él no conoce la sumisión, Él come carne cruda, No tiene casa mientras vive, No será enterrado cuando muera, Mi amiga - ¿Cómo es que te casaras con Martu?” Adnigkidu respondió a su amiga: “En efecto, me casaré con Martu” (En Samuel Noah Kramer, “The marriage of Martu” en J.Klein y Aaron Skaist, Bar-Ilan Studies in Assyriology. Dedicated to Pinhas Artzi, 1990, p. 21) La mirada de la vida sedentaria desde el pastoralismo pudo ser igualmente desconfiada. La siguiente es una carta intercambiada entre dos líderes Yaminitas, (circa 1770 a. C.): “¿Buscas comer, beber, y dormir pero no me acompañas? Sentarte o dormir no te enrojecerá (por el sol). En lo que a mi respecta, si permanezco adentro sólo un día, hasta que deje atrás las murallas de la ciudad para renovar mi vigor, mi vitalidad mengua.” (Marello, Pierre “Vie nomade” en Florilegium Marianum: Recueil d’etudes en l’honneur de Michel Fleury editado por J.-M. Durand, [1992], traducido al ingles por J. M. Sasson.
Traducción del inglés: Leticia Rovira, 2008
1 En acadio significa montaña, país extranjero o enemigo. [N. de T.]
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Bibliografía
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Ver también Cría de animales y Dieta humana (Parte 2, Vol. I); “Apreciando el pasado a través
de la arqueología antropológica” (Parte 11, Vol IV.); y varios capítulos en la Parte 5: Historia y
Cultura (Vol. II).