Post on 24-Jul-2015
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“Solo me resta pedir un infinito perdón por los delitos que cometí, sirviendo de “idiotaútil” a una pavorosa mafia a la cual no le importó sacrificar la vida de miles
colombianos en aras de obtener el poder para manejar el estado a su antojo.”
La Confesión de un ex jefe paramilitar del DAS
“Mi nombre es Rafael Enrique García Torres”
Introducción
En este documento se trata de relatar de una manera resumida las vivencias que tuve y
las situaciones que conocí durante el tiempo que figuré como colaborador del bloque
norte de las autodefensas unidas de Colombia y como jefe nacional de informática del
Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia, las cuales no son de
dominio público y muchas de ellas (con los nombres que menciono) tampoco son
conocidas ni por las autoridades colombianas ni las norteamericanas. Estas últimas,
desde el año 2007, han buscado negociar con mis abogados beneficios legales y
migratorios para mí, en aras de obtener esta información.
Se contemplan tres etapas:
1. Entre los años 1999 y agosto de 2002, etapa que relataré de la manera más breve
posible.
2. Desde septiembre de 2002 a enero de 2005, cuando me desempeñé como jefe de
informática del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia
3. Entre febrero de 2005 y noviembre de 2008, cuando estuve detenido
Presentación
Mi nombre es Rafael Enrique García Torres, nacido el 27 de diciembre de 1963 en la
ciudad de Santa Marta (Colombia), hijo de Adaulfo García (fallecido) y Alicia Torres,
soy el tercero de tres hijos, mis hermanas son Estela (actualmente residente en Madrid –
España) y Aracelys (residente en Santa Marta - Colombia).
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Soy ingeniero de sistemas, graduado en la Universidad del Norte de Barranquilla
(Colombia) el 31 de marzo de 1989, casado con Liliana Del Castillo Ospino, quien es
Contadora Publica especialista en finanzas, con quien tengo un hijo, Andrés Felipe, de
trece años de edad actualmente cursando tercer año de secundaria, ambos viven en la
ciudad de Santa Marta (Colombia).
Etapa comprendida entre 1999 y Agosto de 2002
Ingresé a trabajar el 9 de mayo de 1994, inicialmente como jefe de sistemas y
posteriormente como subgerente de sistemas, a la Sociedad Portuaria de Santa Marta,
empresa de capital mixto (privado y público), regida por las leyes que reglamentan la
actividad de las empresas privadas.
En el año 1993 el estado colombiano procedió a entregar el manejo de los terminales
marítimos de Buenaventura, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta a la empresa
privada, buscando mayor eficiencia en su gestión, de allí se originaron las Sociedades
Portuarias que fueron las empresas privadas que recibieron estos puertos.
A finales de ese año de 1994 ingresó a desempeñarse como Secretario General el
abogado samario (es decir, oriundo de Santa Marta) Jorge Noguera Cotes, con quien
desde esa época forjamos una muy buena amistad.
De igual manera desde mis tiempos de estudiante de secundaria mantenía una amistad
muy cercana (rayando en la hermandad) con Guillermo Sánchez Quintero, oriundo del
municipio de Ariguaní del departamento del Magdalena (Colombia). Si bien luego de
terminar secundaria nos alejamos un poco, en el año 1992 nos reencontramos y
retomamos nuestra amistad. En ese entonces Guillermo, junto con ganaderos del centro
del departamento del Magdalena, iniciaban la conformación de los primeros grupos de
autodefensas campesinas, inicialmente dirigidas por Alex Duran Fernández, dedicado al
narcotráfico y quien llegó a ocupar en 1990 una curul en la cámara baja del congreso
colombiano, y, luego del asesinato de Alex Duran, fueron dirigidas por José María
Barrera alias Chepe Barrera.
Las AUC y la política
Si bien desde 1997 mantuve una relación a la distancia con estos grupos de
autodefensas, solo fue hasta el año 1999 cuando comencé a colaborar políticamente con
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ellos, luego de mi renuncia voluntaria a la Sociedad Portuaria de Santa Marta, donde me
mantuve como asesor externo hasta el año 2000.
Aproximadamente desde el año 1999 las autodefensas unidas de Colombia hicieron
alianzas con políticos tradicionales de sus áreas de influencia, con el fin de apoderarse
paulatinamente de la administración pública, partiendo desde el ámbito local para llegar
a lo nacional, es decir, congreso y presidencia de la república.
Particularmente el bloque norte diseñó una estrategia que consistía en imponer
candidatos únicos, es decir, un solo aspirante sin competencia, para apoderarse de las
alcaldías y gobernaciones en las elecciones regionales del año 2000, en los
departamentos del Cesar y Magdalena.
Para la elecciones legislativas (a congreso de la república) del año 2002, celebradas en
marzo, las autodefensas lograron apoderarse aproximadamente del 40% de las curules
del congreso, a través de candidatos impulsados y, en algunos casos, financiados por ese
grupo al margen de la Ley. En particular el bloque norte obtuvo en:
- Departamento del Cesar:
Dos curules a Senado: Mauricio Pimiento Barrera y Álvaro Araujo Castro
Dos curules a Cámara Baja: Miguel Ángel Duran y Jorge Luis Ramírez
- Departamento del Magdalena
Tres curules a Senado: Luis Eduardo Vives, Dieb Maloof y Salomón Saade
Tres curules a Cámara Baja: Alfonso Campo Escobar, José Gamarra Sierra y Jorge Luis
Caballero.
- Departamento de la Guajira
Una curul a Cámara Baja: Jaime Espeleta
- Departamento de Bolívar
Una curul a Senado: William Montes Medina
Esto se logró con la intimidación a los electores y a los candidatos que pretendían
enfrentar a los candidatos de las autodefensas, y a un gigantesco fraude electoral
fraguado mediante la intimidación a los representantes del organismo electoral
colombiano, Registraduría Nacional del Estado Civil, en esos departamentos.
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Las AUC y la elección presidencial del año 2002
En ese mismo año 2002 se celebraron las elecciones presidenciales en la cual los
candidatos con mayor opción eran Horacio Serpa Uribe, candidato del oficialismo
liberal, y Álvaro Uribe Vélez, candidato disidente del partido liberal, apoyado por una
alianza entre sectores de ultraderecha en la legalidad (empresarios, medios de
comunicación, militares y parte de la iglesia católica) y sectores ilegales (autodefensas
unidas de Colombia y varios narcotraficantes).
La misma estrategia de intimidación y fraude utilizada en las elecciones a congreso, fue
utilizada por las autodefensas en la elección presidencial en beneficio del candidato
Álvaro Uribe Vélez, quien ganó en primera vuelta con el 52% de los votos. De no haber
sido por el apoyo paramilitar, Uribe Vélez no habría obtenido esta victoria en primera
vuelta y es incierto si hubiese ganado en una segunda vuelta enfrentando a un solo
candidato.
En el caso particular del departamento del Magdalena, cuando fui enviado por el bloque
norte a trabajar en la campaña de Álvaro Uribe, me reencontré con Jorge Noguera Cotes
quien se desempeñaba como gerente de campaña en ese departamento. El mayor apoyo
económico era suministrado por Raúl Montoya Flores, personaje que era dueño de una
gran fortuna de dudosa procedencia según se decía. La realidad es que Raúl Montoya
había tenido relaciones con Gilberto Molina, quien en la década de los años 90 había
sido parte del cartel de Medellín, y sus cuentas bancarias habían sido utilizadas para
canalizar los dineros con los cuales se pagó el asesinato en 1987 del director del diario
El Espectador Guillermo Cano.
En el año 2006, cuando estalló el escándalo a raíz de mi colaboración con la Justicia
colombiana, en una entrevista concedida a la revista Semana de Colombia y al diario
Nuevo Herald de Miami mencioné los hechos relacionados con el fraude electoral
fraguado por las AUC y de cómo este había beneficiado la candidatura del candidato de
ese entonces Álvaro Uribe. También me referí a la presencia de personas sospechosas
en esa campaña y entre estas nombré a Raúl Montoya.
El Presidente Uribe salió a los medios a ripostarme y a descalificarme tildándome de
“delincuente mentiroso”. En una de sus entrevistas, concedida a “la W radio” de Julio
Sánchez Cristo, cuando lo interrogaron sobre lo que Yo había dicho de Raúl Montoya,
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el Presidente dijo que “Raúl Montoya es un hombre honorable” y conminó a los
periodistas diciendo “vayan a Santa Marta y pregunten quien es Raúl Montoya”.
Días después el diario Miami Herald de Miami y el semanario El Espectador de
Colombia, publicaron sendos reportajes describiendo las antiguas relaciones de Raúl
Montoya con personas del cartel de Medellín y con qué propósito se habían utilizado
sus cuentas bancarias. Inmediatamente Raúl Montoya se vio obligado a renunciar a la
gerencia regional, en el Departamento del Magdalena, de la campaña reeleccionista de
Álvaro Uribe, que se desarrollaba en ese momento. Por otra parte el presidente no
volvió a referirse al asunto.
En este, como en otros casos a los que me referí en mis declaraciones, el Presidente
Uribe debió tragarse sus palabras y guardar silencio cuando la Corte Suprema de
Justicia, la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación
(Órgano que investiga disciplinariamente a los funcionarios públicos en Colombia)
comenzaron a corroborar uno a uno mis testimonios y, por consiguiente, a meter en la
cárcel a muchas de sus personas más cercanas.
La repartición burocrática del Presidente Álvaro Uribe Vélez
Luego de la victoria de Uribe Vélez, antes de su posesión, nombró anticipadamente a
algunos miembros de su gabinete (lo que en Venezuela se denomina tren ministerial),
entre ellos: Fernando Londoño Hoyos como Ministro del Interior y de Justicia y Martha
Lucía Ramírez como Ministra de Defensa.
En realidad en la primera administración de Álvaro Uribe la burocracia, es decir los
cargos y entidades, fueron distribuidos entre los congresistas recién elegidos que habían
apoyado su candidatura. Esto dio como resultado que los cargos se distribuyeron entre
los diferentes bloques de las autodefensas, puesto que esos congresistas, en su inmensa
mayoría, le debían el haber conseguido esa curul en el congreso al apoyo paramilitar. En
resumen el gobierno Uribe fue repartido entre los políticos de las autodefensas y
quiénes definieron a cuales personas se debía nombrar fueron los propios jefes de las
autodefensas.
En lo que se refiere al Bloque Norte, entre los cargos que le corresponderían estaban:
La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada
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El Instituto Colombiano De Desarrollo Rural, INCODER. Entidad que resultaría de la
fusión entre otros del Instituto Nacional De Adecuación de Tierras, INAT; Instituto
Nacional De Pesca y Acuicultura, INPA y el Instituto Colombiano Para La Reforma
Agraria, INCORA.
Uno de los vice ministerios del Ministerio de Defensa, cargo al que aspiraba Jorge
Noguera.
Nuestra llegada al DAS
Sorpresivamente, el martes 13 de agosto de 2002 Jorge Noguera fue nombrado director
nacional del Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, a pesar de que en su
hoja de vida no figuraba ni experiencia ni contacto alguno con el campo de la
inteligencia.
El nombramiento de Jorge Noguera había comenzado a gestarse al día siguiente de la
posesión del Presidente Álvaro Uribe, ese día, 8 de agosto de 2002, el Presidente Uribe
madrugó para irse a la ciudad de Valledupar (departamento del Cesar) donde se reunió
con los políticos cercanos al bloque Norte y un asesor cercano de Jorge 40, el señor
Sergio Araujo Castro quien además de asesor era uno de los principales testaferros de
Jorge 40 y uno de quienes manejaba para este actividades de narcotráfico, este señor,
adicionalmente, era el hermano del, en ese entonces, recién elegido senador Álvaro
Araujo Castro y la Ministra de Cultura María Consuelo Araujo Castro. Fue Sergio
Araujo quien le pidió al presidente Uribe, a nombre de Jorge 40, que le nombrara a un
recomendado de ellos en algún alto cargo del sector de Seguridad y Defensa. Uribe en
ese momento tenía la dificultad de no tener donde nombrar a Jorge Noguera, fue así
como aprovechó la coyuntura y lo nombró en el DAS como cuota del Bloque Norte.
De lo anterior puedo dar fe puesto que gran parte de la gestión con los políticos del
bloque norte para que lo recomendaran, la hizo Jorge Noguera a través de mí,
aprovechando que yo había participado en sus campañas políticas y era cercano a ellos,
sobre todo a Jorge Castro Pacheco (suplente del senador Dieb Maloof) y José Gamarra.
El día viernes 16 de agosto de 2002 tomó posesión de su cargo Jorge Noguera Cotes
como director del DAS y 15 días después, el miércoles 4 de septiembre de 2002, me
nombró y posesionó como Jefe Nacional de Informática, poniendo a disposición mía, y
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por supuesto de las autodefensas, toda la información de inteligencia del país, puesto
que mi cargo me convertía en el custodio de esa información.
Aproximadamente quince días después, Jorge Noguera se trajo desde Santa Marta al
abogado Giancarlo Auque D’Silvestri, oriundo del municipio de Ciénaga del
Departamento del Magdalena, a quién designo como Secretario General del DAS.
Posteriormente, a finales de ese año 2002, ingresó a trabajar en el DAS un amigo de
Jorge Noguera de nombre Jimmy Nassar, oriundo de la ciudad de Barranquilla, de quién,
inicialmente, Yo no sabía qué cargo ocupaba en la entidad. Finalmente en el año 2003,
Noguera lo nombró como asesor del Director.
De esta forma completaba Jorge Noguera el grupo de quienes seríamos sus más
cercanos colaboradores, los cuales, en el inmediato futuro, terminaríamos formando
parte de lo que en los círculos más íntimos de la mafia y del paramilitarismo se llegaría
a conocer como “El Cartel De Las Tres Letras”
Etapa comprendida entre septiembre de 2002 y enero de 2005
Desde nuestra llegada al DAS Jorge Noguera fue claro en decirme que nuestro trabajo
estaría dirigido a servir a las autodefensas, para ello nos involucramos en varias
actividades ilegales:
1. Penetración del Estado: Red de tráfico y manipulación de información clasificada
Se conformó, por parte nuestra, un grupo de funcionarios de diversas instituciones y
entidades del Estado colombiano que nos dedicamos a obtener información reservada y
de inteligencia y a manipular la información de los archivos judiciales en Colombia,
inicialmente en beneficio de las autodefensas unidas de Colombia y luego, no solo de
estas sino también de los grandes capos del narcotráfico en el país.
De esta red hacían parte entre otros:
FISCALIA GENERAL DE LA NACION
- Luis Camilo Osorio
Se desempeñaba como Fiscal General de La Nación y puso a disposición nuestra toda la
información criminal de que disponía esa entidad. De esta manera conocíamos de
antemano los operativos de incautación de bienes, órdenes de captura, solicitudes de
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extradición y cualquier otra que pudiese proporcionar la Fiscalía, igualmente podíamos
extraer expedientes y borrar o modificar antecedentes criminales.
Actualmente se desempeña como Embajador de Colombia en México. Cuando debió ser
remplazado como Fiscal General, el Presidente Uribe dijo que querría remplazarlo con
un clon de él mismo. Luis Camilo Osorio fue un colaborador de las autodefensas
durante toda su gestión como fiscal, de hecho visitaba al jefe de las AUC, Carlos
Castaño, en sus campamentos.
- Oficina de Asuntos Internacionales
Quien la dirigía nos informaba de las solicitudes de extradición en la medida en que
llegaban, esto nos permitía impedir la captura al alertar a la persona objeto de la
solicitud.
- Centro de información sobre antecedentes delictivos CISAD
Nos permitía modificar, suprimir, adicionar, etc. Antecedentes criminales
REGISTRADURIA NACIONAL DEL ESTADO CIVIL
Es la encargada de la identificación de los colombianos. Hacían parte:
- Aurelio Irragorri
Secretario General, era quien daba las órdenes para que nos colaboraran al interior en
las maniobras ilegales. Actualmente su padre es Senador.
- José Morillo González
Había sido nombrado como Gerente de Informática como cuota burocrática de los
Araujo Castro. Nos suministraba información reservada de esta entidad.
- Carlos Maldonado
Jefe de identificación, nos permitía borrar y suplantar identidades. También, a través de
él, podíamos obtener registros de identificaciones, huellas dactilares, etc.
MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
La ministra Carolina Barco, actual embajadora de Colombia en Washington, dio orden
de que nos informaran la llegada de cualquier solicitud de extradición de manera verbal
e inmediata. Esta orden era, a todas luces, irregular e ilegal.
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OFICINA DE SEGURIDAD DE LA PRESIDENCIA
El jefe de seguridad del Presidente Uribe, Coronel Mauricio Santoyo, era quien recibía
parte de la información que recopilábamos de manera ilegal. También, en algunas
ocasiones nos solicitaba investigar sobre algunas personas, las cuales posteriormente
eran objeto de amenazas y atentados.
MINISTERIO DEL INTERIOR
- Fernando Londoño Hoyos
Fue quien lideró todas las conspiraciones en contra de Venezuela, siempre se refería al
Presidente Chávez como “comunista jefe de las FARC”. Representaba a la ultraderecha
radical.
- Juan Carlos Vives Menotti
Era viceministro del interior, había sido Gobernador del Departamento del Magdalena.
Uno de sus hombres de confianza, Álvaro Ordoñez Vives, es quien maneja para los
paramilitares la Cooperativa Indígena de Distribución de gasolina en Maicao. A través
de ellos, conseguimos que el bloque norte nos construyera las oficinas del DAS en
Paraguachón.
El “caprichito” del Presidente Uribe
Dos hechos me demostraron que el Presidente Álvaro Uribe conocía y aprobaba la
existencia de esta red ilegal y las actividades delictivas a que nos dedicábamos (en
beneficio de los paramilitares) quienes hacíamos parte de ella:
- A comienzos del año 2003 el Coronel de la Policía Nacional Heriberto Pardo Ariza fue
designado Comandante de la Policía en el Departamento del Magdalena, el mismo día
en que se celebró la ceremonia en la que recibía el mando, hombres de las autodefensas,
del Frente Resistencia Tayrona, colocaron un artefacto explosivo en el hotel UBI,
ubicado al lado de la Gobernación del Magdalena, y otro en el hotel Santamar donde
hubo un muerto a causa de la explosión. El Coronel Pardo Ariza tomó este hecho como
un acto inamistoso y desafiante y desde ese momento prácticamente le declaró la guerra
a las autodefensas, iniciando una ofensiva contra estos grupos en todo el Departamento
del Magdalena, especialmente en la ciudad de Santa Marta.
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Debido a lo anterior, el Coronel Pardo Ariza automáticamente se ganó la animadversión
de Jorge Noguera quien, aprovechando su cercanía con el Presidente Uribe, se dedicó a
intrigar ante este en contra del Coronel.
Adicionalmente, utilizando nuestra red ilegal, nos dedicamos a obtener anticipadamente
la información sobre los operativos que la Policía, encabezada por el Coronel Pardo,
planeaba en contra de las Autodefensas en el Magdalena, alertando a los paramilitares y,
de esta manera, saboteando los operativos. Quien llevaba la información obtenida en
Bogotá y la entregaba a los paramilitares en Santa Marta era Yo, por lo que muy pronto
la Policía se fijó en mí.
El susto grande para Jorge Noguera y para mí fue cuando él, que conseguía de manera
clandestina los informes de inteligencia de la Policía Nacional, obtuvo uno de estos en
el cual se mencionaba a GARCIA TORRES RAFAEL ENRIQUE como posible enlace
del Director Nacional del DAS con grupos de autodefensa. Este hecho nos causó mucha
preocupación y desde ese momento comencé a mostrar cierta renuencia a continuar con
las entregas de información, debido a que mi esposa y mi hijo aún vivían en la ciudad
de Santa Marta y consideraba que el seguimiento que me hacía la Policía los colocaba
en serio peligro.
Aproximadamente en el mes de abril de ese año 2003 obtuvimos información sobre una
operación que se planeaba contra las autodefensas de Hernán Giraldo en Santa Marta,
conseguimos medios magnéticos y listados en donde aparecían los bienes inmuebles
(Casas, haciendas, edificios, lotes, etc.) y empresas que serían objeto de allanamientos e
incautaciones, también aparecían los nombres, ubicaciones y perfiles de las personas
que pretendían capturar. Esta operación la adelantarían fiscales de la Unidad Nacional
para la Extinción de Dominio y Contra el Lavado de Activos de la Fiscalía General de
La Nación, con el nombre de OPERACIÓN CICLON.
Cuando Jorge Noguera me dijo que llevara la información a Santa Marta para entregarla
a los paramilitares, le hice ver mi preocupación por los informes de inteligencia que
existían sobre mí, me preocupaba que me judicializaran y encarcelaran por
paramilitarismo (lo que años después efectivamente terminaría ocurriendo, irónicamente
por investigación que el propio Jorge Noguera adelantaría en mi contra).
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En ese momento Noguera me dijo que no me preocupara, que el Presidente Uribe y el
Fiscal General Luis Camilo Osorio estaban enterados de todo lo que estábamos
haciendo, por lo que no existía el riesgo de que Yo fuera objeto de una acción legal por
estos hechos. Ante mi escepticismo, Jorge Noguera me llevó a la Presidencia donde
ingresamos sin dejar registro alguno y estuvimos con el Presidente, quien nos confirmó
la orden de que entregáramos la información a las autodefensas.
La entrega de esta información efectivamente se realizó por parte mía, lo cual conllevó
al fracaso de la OPERACIÓN CICLON que no pudo conseguir sus objetivos.
Curiosamente hoy en día este es uno de los hechos por los cuales Jorge Noguera, por
testimonio mío, debe responder ante la Justicia Colombiana. Sin embargo ni Jorge
Noguera ni Yo nos hemos atrevido a referirnos (por miedo a lo que pueda pasarnos a
nosotros o a nuestras familias) sobre el papel que jugó el Presidente Álvaro Uribe en
este caso.
Finalmente, a finales del año 2003 el Coronel Heriberto Pardo Ariza fue relevado del
Comando de policía del Magdalena triunfando así las intrigas de Jorge Noguera, en su
contra, ante el Presidente Uribe. La última intriga contra el Coronel Pardo Ariza fue
cuando Jorge Noguera y Yo nos tomamos el trabajo de organizar una presentación para
el Presidente, en la cual demostrábamos con estadísticas la ofensiva que el coronel
Pardo Ariza había adelantado en contra de las autodefensas y como estas, por
consiguiente, estaban acorraladas en el Departamento del Magdalena.
Cuando se le hizo la presentación al Presidente Uribe, este montó en cólera e
inmediatamente citó al director de la Policía Nacional de entonces, General Teodoro
Campo Gómez, para que se presentara en la Casa de Nariño en la noche de ese mismo
día. En esa cita el Presidente maltrató verbalmente al director de la Policía, según se lo
conto la esposa del Presidente Uribe a Jorge Noguera, y le dijo que sacara a ese Coronel
de Santa Marta.
El Coronel Pardo Ariza había cometido el error de enfrentarse a las autodefensas, uno
de los más firmes aliados del Presidente Uribe en su campaña presidencial y en su
administración. Pocos meses después, el Coronel Heriberto Pardo Ariza fue retirado de
la Policía Nacional.
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- Desde que Jorge Noguera llegó a la dirección del DAS las autodefensas insistieron en
la reincorporación de dos antiguos directores regionales que habían sido desvinculados
por presuntos vínculos con paramilitares: Emilio Vence Zabaleta (viejo amigo de
Álvaro Uribe desde sus tiempos como director del DAS en el departamento de Córdoba)
y Rómulo Betancourt. Esta solicitud de las autodefensas se la transmitía a Jorge
Noguera el entonces presidente de la Federación de Ganaderos (FEDEGAN) Jorge
Visbal Martelo, quien desde el comienzo de las autodefensas era un visitante asiduo de
Carlos Castaño (en aquel entonces jefe máximo de las autodefensas). Visbal Martelo
hoy en día es Senador por el partido de la U (partido creado por Juan Manuel Santos,
actual Ministro de Defensa).
Finalmente, a mediados del 2003 Jorge Noguera complació a las autodefensas
nombrando a Emilio Vence Zabaleta como director del DAS en el Departamento del
Atlántico y, meses más tarde, a Rómulo Betancourt como director del DAS en el
Departamento de Bolívar.
Sin embargo, casi inmediatamente, los paramilitares se desengañaron de Emilio Vence
Zabaleta, este, quizás por su avanzada edad, ya no era el mismo hombre de armas tomar
con quien ellos habían contado cuando había sido director del DAS en el departamento
de Córdoba (una de las cunas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá –
ACCU). Las autodefensas, en ese momento, no encontraron en Vence Zabaleta la
misma colaboración que les había prestado en el pasado, por lo que comenzaron a
quejarse de él y a pedir su relevo del cargo en el Atlántico. Estas quejas me las
manifestaban a mí, quien era el que se las transmitía a Jorge Noguera, este a su vez
montaba en cólera ya que no veía con buenos ojos a Emilio Vence. En realidad Jorge
Noguera veía a Emilio Vence como un competidor por su cargo, a raíz de la vieja
amistad que este mantenía con Álvaro Uribe. Por esa misma amistad, cuando Jorge
Noguera pretendía desvincular a Emilio Vence del DAS, se encontraba con la oposición
del Presidente Uribe lo cual terminaba enardeciendo aún más a Noguera.
Era este el escenario cuando fuimos invitados a la Presidencia para asistir a la posesión
de Hitler Rousseau Chaverra Ovalle como jefe de control interno de la Escuela Superior
de Administración Pública (ESAP), la cual sería ante el Presidente Álvaro Uribe, quien
le tomaría el juramento. Hitler Chaverra era un abogado amigo nuestro que habíamos
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conocido en la campaña presidencial de Álvaro Uribe y hasta ese momento había
trabajado con nosotros en el DAS.
El día de la posesión de Hitler cuando me disponía a pasar por el puesto de registro y
control de ingreso de Presidencia, uno de mis enlaces con las AUC (el ex capitán del
Ejército Colombiano Edgar Fierro Florez alias “Don Antonio”, jefe militar del bloque
norte en el departamento del Atlántico) se comunicó conmigo vía AVANTEL (red de
comunicación vía trunking, curiosamente las autodefensas se comunicaban conmigo a
través de un aparato de comunicación que me había suministrado el propio DAS), una
vez más se quejaban de la falta de colaboración de Emilio Vence y exigían (!) su
inmediato relevo.
Cuando me encontré con Jorge Noguera en el salón donde se realizaría la posesión, le
informé de la llamada que había recibido y la exigencia que las autodefensas le
enviaban. Noguera se enfureció tanto que perdió la prudencia, por lo que en el momento
en que el Presidente ingresó al salón Jorge Noguera me haló hacia donde estaba Uribe
Vélez, apartándonos los tres (el Presidente, Jorge Noguera y Yo) hacia un rincón, esto
ocurría en presencia de todas las personas que asistían al acto de posesión.
En ese momento Jorge Noguera le dijo al Presidente Uribe que las AUC estaban
exigiendo la salida de Emilio Vence del DAS, poniéndome a mí como testigo de que la
exigencia existía, continuó Noguera diciendo que ya eran muchas las quejas de las
autodefensas con respecto a la falta de colaboración de Vence Zabaleta, por lo que se
hacía necesario su relevo.
Recuerdo, como si fuera hoy, la respuesta de Uribe diciéndole a Jorge que “es cierto que
Emilio se ha “aflojado” mucho”, que sin embargo el sentía mucha consideración por
Vence y no quería que saliera de esa manera del DAS, por último el presidente le dijo a
Noguera que “manejara la situación con “los amigos” (se refería a los jefes de las
autodefensas), diciéndoles que la presencia de Emilio Vence en el DAS era un
“caprichito” del Presidente”.
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Al parecer la explicación que el Presidente Uribe le envió a los jefes de las autodefensas,
con respecto al caso de Emilio Vence, resultó satisfactoria para estos, puesto que Vence
Zabaleta permaneció como director del DAS en el Atlántico hasta mediados del año
2005.
Finalmente, Jorge Noguera logró su propósito de librarse de Emilio Vence al sindicarlo
y lograr su judicialización, presuntamente por haber hecho montajes para simular
posibles atentados contra el Presidente y luego, según Noguera, Emilio Vence se
encargaba de presentar como, en una operación del DAS dirigida por Vence, se habían
frustrado estos atentados. Emilio Vence fue objeto de una orden de captura por estos
hechos y terminó detenido.
Posteriormente, Emilio Vence Zabaleta terminó siendo declarado inocente cuando me
presenté ante la Fiscalía y rendí declaración en la cual referí como esta sindicación
contra él debía tratarse de un “falso positivo”, montado por Noguera producto de su
animadversión hacia Vence Zabaleta, lo cual las autoridades corroboraron que era cierto.
Sin embargo, igual que el caso anterior, Jorge Noguera, por su lado, y Yo por el mío,
nunca nos atrevimos a referirnos acerca de la exigencia planteada por las AUC respecto
a Emilio Vence Zabaleta y las “razones” que el Presidente Uribe les adujo para no
complacerlos.
El carrusel de la muerte
Cuando Jorge Noguera logró la aprobación del bloque norte para que yo pudiera irme a
Bogotá a trabajar con él, recibí instrucciones de los jefes de ese bloque de penetrar, en
especial, dos entidades (aparte del DAS): La Fiscalía General de La Nación y el
Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La infiltración de la
Fiscalía la consiguió Jorge Noguera a través del propio Fiscal General de la Nación,
Luis Camilo Osorio. Sin embargo, cuando supe que Medicina Legal se relacionaba con
cadáveres y ese tipo de cosas, me abstuve de tener contacto con esa entidad. Nunca he
estado de acuerdo con que se mate a nadie y me aterrorizaba la idea de que mis
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actividades (de las cuales era consciente que eran ilegales) terminaran contribuyendo
al asesinato de alguna persona.
Uno de mis enlaces (igual que Yo, otro lleva-y-trae, como coloquialmente se les llama
en Colombia) con las AUC era José Gelves Albarracín alias “el canoso”, uno de los
jefes del Frente Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo y hombre de confianza de Jorge
40 (a quien llamábamos “el hombre del número”). Gelves me recibía información o
cualquier otra cosa que le quisiéramos enviar a los jefes de la autodefensas desde el
DAS y, a la vez, Yo le recibía a él los requerimiento o cualquier otro asunto que las
autodefensas nos quisieran enviar.
Entre los documentos que Gelves acostumbraba entregarme estaban las copias de las
declaraciones que desertores de las autodefensas rendían en la Fiscalía General de la
Nación, en contra de los jefes o de otros miembros de ese grupo ilegal. Con esta copia
obtenía el nombre del declarante y a partir de allí, con nuestra red de infiltración,
conseguía en la Registraduría Nacional del Estado Civil todos los registros
(identificación, huellas dactilares, etc.) del desertor que había declarado. Con todos
estos documentos, las copias que me entregaba Gelves y los que yo obtenía, armaba un
sobre que le entregaba personalmente a Jorge Noguera. En verdad, durante mucho
tiempo no supe para qué era esto.
Con alguna frecuencia visitaba en su oficina a Rodolfo Benítez detective del DAS a
quien Jorge Noguera había designado como Jefe de Protección (es decir el jefe de todo
el cuerpo de escoltas que tenía el DAS, por ende de los esquemas de protección, y a la
vez encargado de la seguridad de instalaciones y funcionarios), Benítez era oriundo de
la Costa Atlántica, de donde también éramos Jorge Noguera y yo, por lo que había
hecho cierta amistad con él.
En una de esas visitas, llegó uno de los estafetas (mensajeros) de la oficina del director
(Jorge Noguera) a recoger un listado que el jefe de protección debía enviarle a Noguera.
Luego de que se fue el mensajero le pregunté a Benítez sobre ese listado y me contestó
que el Ministerio del Interior tenía unos albergues donde les daba refugio a quienes
desertaban tanto de la guerrilla como de las autodefensas, según Benítez tanto la
ubicación de estos albergues como los nombres de quienes se encontraban allí era
información confidencial, puesto que estas personas, en su mayoría, colaboraban con la
Justicia en contra de esos grupos armados por lo que eran declarados objetivos militares
por parte de ellos. El listado que Benítez acababa de enviar a la dirección del DAS, era
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el que contenía la ubicación de los albergues y las identidades de quienes se
encontraban refugiados en cada uno de ellos, el cual periódicamente Noguera requería,
según el propio jefe de protección.
Con una sospecha que me remordía por dentro, busqué a Gelves quien me confirmó lo
que yo sospechaba, con la información que yo le conseguía en la Registraduría junto
con el listado que le enviaba el jefe de protección, Jorge Noguera conseguía la
ubicación de la persona de cuya declaración José Gelves me había entregado copia, esta
información Noguera, a través de su amigo Álvaro Pupo quien era primo de Jorge 40
(Rodrigo Tovar Pupo), la hacía llegar a las autodefensas, quienes con esta ubicación
encontraban a la persona y la asesinaban, en un tenebroso “carrusel de la muerte”.
Según la versión de José Gelves alias “el canoso”, este plan había sido acordado por
jefes de las AUC con el Presidente Alvaro Uribe.
Aterrorizado descubrí como, sin saberlo, yo venía siendo parte de ese siniestro carrusel.
Hasta el día de hoy Jorge Noguera nunca ha sabido (presumo que el Presidente Uribe
tampoco) que yo descubrí la complicidad de él (y posiblemente de funcionarios del
Ministerio del Interior) en estos asesinatos, sin embargo, desde ese día nunca más volví
a conseguirle la información sobre esas personas, dándole como excusa que la persona
que me la conseguía había sido trasladada por la Registraduría.
La penetración del estado
La llegada nuestra al DAS solo fue la punta de lanza de la penetración que las
autodefensas lograron en muchas Instituciones y entidades del Estado durante la
administración de Álvaro Uribe Vélez. Conocí de esta situación muy de cerca porque en
varias ocasiones debí reunirme con funcionarios de esas instituciones o entidades,
cumpliendo órdenes que recibí, en algunos casos de Jorge Noguera y en otros de los
jefes de las autodefensas.
Entre las que recuerdo estaban:
1. Procuraduría General de La Nación
Durante la administración de Edgardo Maya Villazón (fue Procurador General de la
Nación hasta el 14 de enero de 2009) su hermanastro, Ángel Maya, y quien fuera su
Secretaria General, Margarita Fernández de Castro (gran amiga de Giancarlo Auque
17
puesto que eran oriundos del municipio de Ciénaga ubicado en el departamento del
Magdalena), nos colaboraban para manipular las investigaciones que se adelantaban
contra funcionarios públicos por vínculos con las autodefensas
2. Fiscalía General de La Nación
El Fiscal General, Luis Camilo Osorio, fue un decidido aliado de las autodefensas
durante su administración, fue por ello que puso a un grupo de sus funcionarios,
encabezados por uno de sus asesores, a que trabajaran de la mano con nosotros en
beneficio de las AUC.
Por otra parte, el actual Fiscal General de La Nación, Mario Iguarán Arana, desde la
época en que trabajó como viceministro del interior era un hombre muy cercano a los
jefes del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas, Carlos Mario Jiménez alias
“Macaco” y Rodrigo Pérez Alzate alias “Julián Bolívar”. De hecho este último le festejó
su cumpleaños, en junio de 2005, en una casa de propiedad de Pérez Alzate en la ciudad
de Cartagena.
Mario Iguarán Arana, actuando como viceministro fue el autor principal de la Ley de
Justicia y Paz, una aberración jurídica diseñada (por el gobierno de Álvaro Uribe) para
garantizar la impunidad de los jefes de las autodefensas respecto de los crímenes de lesa
humanidad cometidos por ellos. Esta Ley establece una pena comprendida entre cinco y
ocho años de cárcel como castigo por todos sus crímenes. Para tener una idea de lo
impunidad que esto representa, hay que recordar que Jorge 40, jefe del bloque norte, en
una de sus versiones confesó que este bloque en una ocasión llegó a asesinar mil
quinientas (1.500) personas en 15 días.
3. Consejo Superior de la Judicatura
Una de las cuatro altas cortes de la Justicia colombiana, es la encargada de la
administración de la rama judicial y de investigar disciplinariamente a los funcionarios
de esta rama (jueces, fiscales, etc.). Uno de sus magistrados (todavía lo es), José Alfredo
Escobar Araujo (esposo de Margarita Fernández de Castro, oriundo de Ciénaga, por lo
tanto gran amigo de Giancarlo Auque y, por ende, delinquió con nosotros) nos ayudaba
18
a que los procesos penales contra autodefensas o narcotraficantes amigos, fueran
asignados a fiscales y jueces de la nómina de estos.
4. Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada
Era un puesto asignado a las AUC, por lo tanto los superintendentes que pasaron por allí
eran impuestos por los jefes de esa organización. Era la entidad que se encargaba de
autorizar las licencias de funcionamiento de las empresas de vigilancia privada que, en
realidad, eran empresas de fachada de las Autodefensas.
5. Corporación Autónoma regional de Cundinamarca- CAR
A través del senador Dieb Maloof conseguíamos que contrataran personas y empresas
aliadas de las AUC
6. Instituto Colombiano de Desarrollo Rural – INCODER
Es el encargado de la adjudicación de tierras en Colombia, cuando fue dirigido por Luis
Ortiz las autodefensas consiguieron la legalización de grandes extensiones de tierra, las
cuales pusieron a nombre de sus testaferros.
7. Ministerio del Interior
Fernando Londoño Hoyos lo puso al servicio de las AUC y, además, desde allí
conspiró en contra del gobierno de Hugo Chávez.
8. Ministerio de Agricultura
Se encargaba de nombrar en el INCODER a la persona señalada por las AUC y
colaboraba en la legalización de las tierras robadas a los campesinos por esa
organización ilegal.
19
9. Ministerio de Transportes
Un funcionario de apellido Pedraza nos colaboraba para pasar, en camiones,
cargamentos de droga y/o de armas y explosivos a través de los retenes de la Policía de
Carreteras.
10. Ministerio de Comunicaciones
Funcionarios y contratistas de este Ministerio nos colaboraban para que les concedieran
licencias y frecuencias para el funcionamiento de emisoras comunitarias creadas por las
AUC. En algunos casos, llegaron al punto de conseguirnos los equipos para estas
emisoras.
11. Ministerio de Relaciones Exteriores
La ministra Carolina Barco ordenó que nos informaran de la llegada de las solicitudes
de extradición. Lo cual era irregular e ilegal.
12. Ministerio del Ambiente
La ministra Sandra Suarez se encargó de que las Corporaciones Autónomas Regionales
de la Costa Atlántica (entidades encargadas del manejo ambiental en las regiones)
quedaran en manos de las AUC, al lograr que personas señaladas por este grupo fueran
designados directores de esas entidades.
13. Superintendencia de Notariado y Registro
Encargada de la vigilancia de las notarías y la matrícula de los bienes inmuebles (lotes,
casas, edificios, apartamentos, haciendas, etc.). Se encargaba de que se expidieran las
escrituras públicas que ponían a nombre de testaferros las tierras que las autodefensas
les robaban a los hacendados y campesinos
14. Embajada de Colombia en Panamá
20
Algunos de sus funcionarios, entre ellos la embajadora Gina Benedetti, nos colaboraron
en actividades de narcotráfico y lavado de dinero
15. FONDELIBERTAD
Programa adscrito al Ministerio de Defensa, encargado del tema del secuestro, en el
cual había sido nombrado, como director, un señor oriundo de Cartagena cuando
nosotros llegamos al DAS. En complicidad con este señor desviamos fondos de este
programa con destino al bloque norte. Yo me encargué directamente de esta operación.
16. Armada Nacional
Oficiales de esta arma (conocidos como “el cartel de la armada” o “el cartel blanco”)
participaban en actividades ilegales con narcotraficantes y paramilitares
17. Industria Militar – INDUMIL
Entidad adscrita al Ministerio de Defensa, encargada del manejo, compra, venta y
fabricación de armas. Jorge Noguera y Giancarlo Auque, en su calidad de Director y
Secretario General del DAS respectivamente, hicieron contratos internacionales de
compra de fusiles y pistolas a través de esta entidad, varios lotes de estas armas fueron
entregados a las AUC.
18. Registraduría Nacional del Estado Civil
Al igual que la Fiscalía y el DAS, era una entidad que estaba prácticamente al servicio
de las AUC.
Varias de estas entidades, junto con muchos de sus funcionarios o ex funcionarios (cuya
colaboración con las AUC era tan estrecha que prácticamente eran miembros de esa
organización al margen de la Ley), hoy en día son objeto de investigación por parte de
la Fiscalía general de la Nación. Sin embargo, cuando quisieron contar con mi
21
colaboración en estas investigaciones me negué a declarar, por consiguiente, muchos de
estos hechos son desconocidos para las autoridades colombianas.
2. Planes de conspiración contra Venezuela
Desde su llegada a la presidencia, Uribe se mostró muy preocupado por la situación en
las zonas de frontera con Venezuela, especialmente Norte de Santander y Arauca,
culpaba de ello a la, según él, connivencia del Gobierno del Presidente Chávez con la
guerrilla colombiana, esto lo manifestó en varias ocasiones en consejos de seguridad,
los cuales se realizaban todos los lunes en diferentes ciudades. De hecho expidió un
decreto creando una zona especial de orden público, donde designaba militares para
gobernar zonas del departamento de Arauca. Este decreto fue tumbado por la Corte
Constitucional que lo declaró inconstitucional.
En vista de lo anterior, el Presidente Uribe decidió acudir a su ejército paralelo, las
AUC, con el cual aspiraba a derrotar a la subversión. En algunas ocasiones Jorge
Noguera me comentaba que él le decía a Uribe que con los Generales que tenía en el
ejército no acabaría con la guerrilla, Uribe, según Noguera, le respondía que él tenía
otros generales.
A finales del año 2002, Uribe realizó una reunión con el jefe paramilitar Salvatore
Mancuso a la cual asistieron entre otros:
Jorge Noguera Cotes, director del DAS
Fernando Londoño Hoyos, Ministro del Interior
Rafael Nieto Loaiza, viceministro del interior y actualmente candidato a ser nombrado
como embajador en Europa
Camilo Ospina, Secretario de Presidencia y posteriormente Ministro de Defensa,
actualmente embajador de Colombia ante la OEA. Es el candidato del presidente Uribe
para ser elegido como el próximo Fiscal General de la Nación, en julio de 2009.
22
Dieb Maloof Cuse
En ese entonces senador y político cercano a Salvatore Mancuso, a raíz de un vinculo
familiar que tenía con Helman Baute, uno de los principales testaferros de Mancuso.
También era uno de los senadores más cercanos a Álvaro Uribe Vélez. En la campaña
presidencial del año 2002, el entonces candidato Uribe Vélez fue objeto de un atentado
en la ciudad de Barranquilla cuando iba acompañado de Dieb Maloof. Fue condenado
por la justicia colombiana en el año 2007 por vínculos con paramilitares.
En esta reunión se definió enviar tropas de las autodefensas a los departamentos de
Norte de Santander y Arauca, con el fin de combatir a la guerrilla en la frontera con
Venezuela y entrar a este país cuando fuera necesario. Fue de esta reunión de donde se
fortalecieron los bloques Catatumbo y Vencedores de Arauca.
Con el propósito de buscar apoyo entre sectores de la oposición venezolana, Fernando
Londoño acudió a una Familia Lapi, del estado Yaracuy, y a un señor de apellido
Marín quien en ese entonces me parece que vivía en Europa. De igual manera se contó
con la ayuda de un señor de nombre Iván Roa del Estado Táchira, al parecer relacionado
con Álvaro Uribe.
En la década de los ochenta cuando el cartel de Medellín controlaba parte del negocio
del narcotráfico, José Rafael Abello Silva, narcotraficante samario, se dedicaba a esta
actividad en alianza con Pablo Escobar Gaviria. En esa época Abello Silva mantenía un
romance con la actriz María Conchita Alonso, a quien llevaba con frecuencia a la
ciudad de Santa Marta. En aquel entonces Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don
Berna, trabajaba con la familia Galeano quienes eran socios en el negocio del
narcotráfico con Pablo Escobar. Fue en ese tiempo cuando tanto María Conchita Alonso
como su hermano Roberto Alonso se relacionaron con narcotraficantes colombianos. De
esta relación se originó el vinculo de Roberto Alonso con Don Berna, quien a la postre
termino convertido en jefe paramilitar, y por ende con el resto de los paramilitares
colombianos, por lo cual terminó apoyando las actividades de estos en territorio
venezolano.
23
En Arauca se definió un plan de tres componentes:
- Militarización del departamento
- Ofensiva conjunta del ejército con paramilitares en los municipios de Tame, Arauca,
Puerto Rondón y Cravo Norte.
- Montaje de grupos de sicariato selectivo en Saravena, Arauca y Tame.
La ofensiva del ejército y los paramilitares se inició entre enero y marzo del 2003 con la
operación Catedral, donde participaban la Brigada XVIII y las Brigadas Móviles I y III.
Los generales Carlos Lemus Pedraza y luego Gustavo Matamoros Camacho de la
brigada XVIII y el coronel Luis Medina Corredor del grupo mecanizado Reveiz Pizarro,
en alianza con la convivir el Corral hicieron parte de este plan.
Los paramilitares se concentraban en la finca Bellavista y montaban operativos en la
carretera Ruta de Los Libertadores que interconecta a Colombia con Venezuela.
Las masacres realizadas por los paramilitares aterrorizaron a la población civil, a
comienzos del año 2004 se realizó un consejo de seguridad en Arauca, del cual existen
actas, con la asistencia del Presidente Uribe, los altos mandos miliares y Jorge Noguera
en su calidad de Director del DAS, en este, dirigentes del departamento le expresaron al
Presidente su preocupación por la ola de violencia y asesinatos que venía aconteciendo
en el Departamento por parte de los paramilitares y, además, de cómo estos traían
ciudadanos de Venezuela, de las poblaciones fronterizas de ese país, y los masacraban
en territorio colombiano, descuartizándolos y enterrándolos en fosas comunes.
Lo que ignoraban quienes se quejaban, era que las tropas de las AUC que habían
llegado a Arauca, enviadas desde el Departamento de Córdoba, el Urabá Antioqueño y
el departamento del Cesar por el Estado Mayor de las AUC, lo habían hecho atendiendo
órdenes del propio Presidente Álvaro Uribe.
24
Aún lo peor estaba por venir, el primero de enero de 2004 había tomado posesión como
Gobernador del Departamento de Arauca el señor Julio Cesar Acosta, quien había sido
financiado y apoyado en su campaña por el Mellizo Miguel Ángel Mejía Múnera, jefe
del bloque Vencedores de Arauca de las AUC. Con este hecho arreció la violencia en
Arauca, siendo, en muchas ocasiones, el propio gobernador quien le indicaba a los
paramilitares a que personas debían asesinar.
En el Departamento de Norte de Santander la ofensiva paramilitar, que se inició en dos
fases, la primera en 1999 y la segunda desde los primeros meses del año 2002 liderada
por el ex Capitán del Ejercito Alberto Pérez Betancourt alias “Camilo”, contó con el
apoyo del Batallón Comuneros 36, también colaboraron los Batallones No. 45 de Tibú,
el Batallón No. 5 Galán, el Batallón Mecanizado Grupo Maza y el Móvil
Contraguerrilla Guanes, todos adscritos a la Fuerza de Tarea Catatumbo.
De la misma forma en que sucedió en Arauca, las masacres realizadas por los
paramilitares en La Gabarra y Tibú aterrorizaron a los habitantes de la región, donde
también fueron masacrados ciudadanos venezolanos que los paramilitares traían de las
poblaciones fronterizas de Venezuela. Aún hoy en día, restos de ciudadanos
venezolanos permanecen enterrados en fosas comunes en La Gabarra.
De igual manera la familia de la esposa de Jorge Noguera, la familia Flores Faillace
radicada en Cúcuta, sirvió de puente con sectores de la oposición del Estado Táchira.
Durante el año 2003, Jorge Noguera viajó con frecuencia a Cúcuta e ingresó sin dejar
registro a Venezuela, con el propósito de reunirse con personas de la oposición en el
Táchira, el señor Iván Roa era su apoyo.
En el año 2003, Jorge Noguera creó un grupo especial, y clandestino, el cual tenía la
misión de infiltrarse en Venezuela para, supuestamente, ubicar miembros de la
subversión refugiados en este país. La creación de este grupo fue encargada a Jacqueline
Sandoval Salazar quien como premio por este trabajo, inicialmente fue ascendida a
25
Subdirectora de contrainteligencia y luego a Directora General Operativa. Jacqueline
Sandoval en la actualidad es directora el DAS en Antioquia.
Este grupo operaba desde Norte de Santander con la colaboración de Jorge Enrique
Díaz quien fue relevado de su cargo de director del DAS en Norte de Santander, para
que se dedicara a operaciones clandestinas dentro de Venezuela, por encargo de Jorge
Noguera. En abril del año 2005, Díaz fue hallado asesinado en La Fría, Venezuela, junto
con el cadáver del Sargento Celis, quien trabajaba con la división de inteligencia del
Ejército colombiano.
Entretanto en la Guajira, el DAS trabajaba de la mano con el Bloque Norte en un plan
dirigido a desestabilizar al gobierno venezolano.
En realidad el único interés que podrían tener narcotraficantes y autodefensas
(fenómenos ilegales que prácticamente eran lo mismo) en Venezuela era la utilización
de su territorio y sus costas para el transporte de droga, aprovechando esta coyuntura
fue que sectores de la oposición venezolana (sobretodo personas que conformaban lo
que se denominaba el Bloque Democrático) les propusieron que apoyarían las
actividades de narcotraficantes y paramilitares colombianos en Venezuela, a cambio de
que estos los apoyaran en su propósito de derrocar al gobierno de Hugo Chávez.
Entre los años 2001 y 2002 la oposición venezolana había diseñado un plan encaminado
a lograr sus propósitos, el cual tenía tres componentes:
- Boicotear el aparato productivo venezolano con el fin de crear una crisis económica
que creara descontento social.
- Adelantar una ofensiva contra el gobierno de Hugo Chávez en los medios de
comunicación.
- Asesinar a líderes del gobierno venezolano con el propósito de crear zozobra en el
gobierno y el país en general. En el plan se contemplaba el asesinato de:
26
Jesse Chacón, Ministro del Interior y de Justicia
Isaías Rodríguez, Fiscal General
José Vicente Rangel, Vicepresidente de Venezuela
Hugo Chávez Frías, Presidente de Venezuela
En mi labor como enlace de Jorge Noguera con el bloque norte (lo que en Colombia
coloquialmente llaman lleva-y-trae) los mensajes, información o cualquier otra cosa que
debiera entregar o recibir, lo hacía, entre otros, a través de Jorge Castro Pacheco
(Senador colombiano hoy en día preso por conformación de grupos paramilitares) quien
era hermano de Augusto “Tuto” Castro Pacheco uno de los hombres de mayor
confianza de Jorge 40. Fue por medio de este canal (A través de Jorge Castro y de mi)
que el jefe del bloque norte le solicitó a Jorge Noguera la participación del DAS en este
plan conspirativo, informándonos de la alianza con la oposición venezolana y la
existencia del plan con sus componentes y objetivos.
Sin embargo, cuando le informé, ya Jorge Noguera estaba al tanto de todo, fue por él
que me enteré que uno de los cerebros de esta conspiración era el entonces Ministro del
Interior y de Justicia de Colombia, Fernando Londoño Hoyos y que la entonces Ministra
de Defensa, Martha Lucía Ramírez, también era partícipe de este siniestro plan.
En el año 2003 el alcalde de Santa Marta Hugo Gnecco Arregocés (quien en el año
2005 sufrió un atentado en Maracaibo, lugar donde se ocultaba de las autoridades
colombianas, y posteriormente fue entregado a estas por el gobierno venezolano) fue
suspendido de su cargo por parte de la Procuraduría General de la Nación. Por tratarse
de que Santa Marta es uno de los municipios colombianos que ostenta la categoría de
Distrito Especial, quien debía designar el reemplazo de Gnecco Arregocés como alcalde
era el Presidente de la República. En realidad quien se encarga de estas situaciones,
cuando se presentan, es el Ministerio del Interior y de Justicia y el Presidente lo que
hace es firmar el decreto correspondiente.
27
Debido a que Santa Marta era la ciudad natal de Jorge Noguera y mía, Fernando
Londoño Hoyos, Ministro del Interior y de Justicia de ese entonces, le ofreció a Jorge
Noguera que recomendara a una persona, la cual Londoño se encargaría que fuera
nombrada por el Presidente Uribe como Alcalde de la ciudad. Este ofrecimiento lo hacía
Londoño como premio e incentivo para Jorge Noguera por su colaboración, en ese
entonces, presente y futura en la conspiración contra el gobierno de Hugo Chávez.
Conocí muy de cerca lo relativo al ofrecimiento de Fernando Londoño y su motivación,
puesto que la persona que Jorge Noguera recomendó, cuya hoja de vida le entregó al
Ministro, fue a mi esposa Liliana Del Castillo. Afortunadamente para mi esposa y para
mí, en el último momento a Jorge Noguera y a mí nos dio mucho susto la enorme
responsabilidad que esa Alcaldía representaba y declinamos el ofrecimiento.
Hoy en día Fernando Londoño Hoyos, quien tiene un programa radial matutino en la
cadena radial Súper y publica una columna de opinión en varios medios de
comunicación nacional, y Martha Lucía Ramírez, quien es senadora por el partido de la
U (fundado por Juan Manuel Santos, Ministro de defensa) y ha hecho pública su
intención de aspirar a la Presidencia de Colombia, son enemigos acérrimos del
Presidente Hugo Chávez y de su gobierno.
En varias ocasiones opositores venezolanos se reunieron con Jorge 40 en el Estado
Zulia en Venezuela, coordinando la ejecución de este plan. A algunas de estas reuniones
asistió Jorge Noguera, fue él quien me informó de la celebración de estas reuniones.
A partir de lo anterior el bloque norte de las autodefensas comenzó a incursionar y
ejercer control en zonas fronterizas del estado Zulia apoyado por opositores
venezolanos, quienes permitieron la utilización de haciendas de su propiedad en zonas
fronterizas para almacenar y ocultar drogas (cocaína), dólares, armas y explosivos.
28
Cargamentos de cocaína eran introducidos desde la Guajira hacia Venezuela a través del
paso fronterizo de Paraguachón, esto lo hacían detectives del DAS bajo la dirección de
Luz Marina Rodríguez, quien en ese entonces era directora del DAS en el Departamento
de la Guajira y actualmente es Directora General Operativa en ese organismo, con la
colaboración de miembros de la policía de carreteras y de un funcionario del Ministerio
de Transporte de apellido Pedraza, quien hoy en día ocupa un alto cargo en esa entidad.
En Venezuela se contaba con la colaboración de Frank Joaquín Morgado, quien era jefe
antinarcóticos de la Guardia Nacional Venezolana y de Pedro Luis Martin Olivares. De
igual manera se introdujeron armas y explosivos por esta vía.
El Mapa de la conspiración dentro del DASEntre los funcionarios del DAS que conocieron y colaboraron en esta conspiración
contra el gobierno venezolano están:
- Giancarlo Auque D’Silvestri
Era el secretario General del DAS y estuvo encargado de la Dirección General de
Inteligencia, participó en el plan que llevó a la ubicación y captura de Rodrigo Granda
en Venezuela
- Gonzalo García
En aquel entonces oficial del Ejército Colombiano (trabajaba en inteligencia) que fue
encargado por Jorge Noguera de la Dirección General De Inteligencia del DAS.
- Edna Lucía Vélez
Era asesora (creo que aún lo es) de la dirección del DAS. No solo conoció de este tema
sino también de todos los delitos que cometíamos.
- Jimmy Nassar
Era asesor de la Dirección del DAS, consiguió las armas y explosivos que ingresaron
ilegalmente a Venezuela.
- Adriana Vivas
Era la jefe de prensa del DAS en aquel entonces, actualmente trabaja con Juan Manuel
Santos en el Ministerio de Defensa como jefe de prensa.
29
- Oscar Galvis
Actual jefe de prensa del DAS, jugó un papel crucial en la manipulación de información
y medios cuando sucedió la captura ilegal de Rodrigo Granda en Venezuela
- Luz Marina Rodríguez
Actual Directora General Operativa del DAS, fue directora regional en el departamento
de La Guajira para la época del complot y colaboró de manera decidida en este.
- Inírida Pérez
Actual directora regional del DAS en uno de los departamentos de la Costa Atlántica
(no preciso cual), reemplazó a Luz Marina Rodríguez en la dirección del DAS en el
departamento de La Guajira.
- Jacqueline Sandoval
Actual directora regional del DAS en Antioquia, trabajaba en la dirección de
inteligencia, creo el grupo secreto que se infiltró en Venezuela
- Lilia Babativa
Actual Subdirectora de Asuntos Migratorios del DAS, colaboraba para ingresar
personas ilegalmente a Venezuela.
- Maria Claudia Montoya
Hija de Raúl Montoya, era la jefe de asuntos internacionales (no sé si todavía lo es),
ayudaba a la oposición venezolana en las gestiones diplomáticas en contra del gobierno
del Presidente Chávez.
30
3. Narcotráfico y Lavado de Dinero: El Cartel De Las Tres Letras
Particularmente dos facciones del Bloque Norte: el Frente Resistencia Tayrona que
actuaba en la vertiente de la Sierra Nevada de Santa Marta que daba sobre el
Departamento del Magdalena y en la ciudad de Santa Marta y el Frente
Contrainsurgencia Wayuu que actuaba en el departamento de la Guajira y a la vez
incursionaba en el Estado Zulia en Venezuela, en especial en Maracaibo, estos dos
grupos, más que grupos de autodefensa eran verdaderos carteles de narcotráfico, casi
totalmente dedicados al tráfico de drogas a través del envío de lanchas rápidas desde el
Parque Natural Tayrona en el departamento del Magdalena, Bahía Portete en el
Departamento de La Guajira y Punto Fijo en Venezuela, hacia las Islas del Caribe,
Guatemala y México, transportando cada lancha entre una y dos toneladas de cocaína.
El señor Hernando Molina Araujo (hijastro de Edgardo Maya Villazón quien ocupó el
cargo de Procurador General de la Nación hasta el mes de enero de 2009), en la época
en que se desempeñó como cónsul en Guatemala durante el gobierno de Andrés
pastrana, fue quien estableció todos los contactos para que estas lanchas rápidas fueran
recibidas en Guatemala.
El señor Molina Araujo fue elegido en el año 2003 como gobernador del Departamento
del Cesar al presentarse como aspirante único impuesto por el Bloque Norte de las
Autodefensas, por estos hechos hoy en día permanece detenido y está siendo sometido a
juicio.
De igual manera, a finales del año 2002, Jorge Noguera viajó a México en razón de su
cargo como Director del DAS, en realidad este viaje (el cual fue oficial y pagado por el
estado colombiano) tenía como propósito establecer alianzas con la organización
narcotraficante de los hermanos Beltrán Leiva, lo cual se concretó, consiguiendo de esta
manera que las lanchas rápidas con droga fueran recibidas en México por esta
organización, la cual se encargaba de trasladarla a los estados de la costa Este de los
Estados Unidos. En viaje que realicé a México en la primera semana de febrero del año
31
2003 (El cual también fue oficial y pagado por el estado colombiano), por órdenes de
Jorge Noguera participé de reuniones con miembros de la organización de los Beltrán
Leiva en las cuales se coordinaron los envíos de droga. Tanto los viajes de Jorge
Noguera como los míos debían ser autorizados, por escrito mediante resolución firmada,
por el Presidente Álvaro Uribe Vélez.
En ese mismo año 2003, Giancarlo Auque D’Silvestri, Secretario General del DAS, y
Jimmy Nassar, Asesor del Director del DAS, ambos, igual que Yo, hombres de
confianza de Jorge Noguera, debieron viajar a Miami para coordinar el recibo del pago
de los cargamentos de droga y la forma en que este dinero sería enviado a Colombia.
Con este mismo propósito viajaría Jorge Noguera en agosto de 2004 a la ciudad de
Miami y Yo, en agosto del año 2003 y agosto del 2004, a la ciudad de Orlando en el
estado de la Florida, bajo la fachada de que asistiría a un encuentro de usuarios de bases
de datos. Para mi viaje contamos con la colaboración de Francisco Duque Chacón
(gerente en Colombia de la empresa MTBASE la cual era la filial en Colombia de la
multinacional norteamericana SYBASE), quien pagó el tiquete aéreo y el hospedaje.
Se definió que el dinero sería enviado desde los Estados Unidos a través de correos
humanos, estas personas serían recibidas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá por
funcionarios del DAS, quienes se encargarían de que pasaran los controles sin problema
alguno. El mecanismo ilegal para recibir a las personas y burlar los controles fue ideado
y gestionado por Lilia Babativa, en ese entonces y ahora Subdirectora de Asuntos
Migratorios del DAS (Por lo tanto jefa de todas las oficinas del DAS ubicadas en
aeropuertos internacionales, zonas fronterizas y cualquier otro punto migratorio), y Ana
Padilla Vacca, jefa del DAS en el aeropuerto El Dorado, fueron ellas quienes se
encargaron de gestionar los permisos ante el Departamento Administrativo de La
Aeronáutica Civil, AEROCIVIL.
Resultaron tan efectivos tanto la ruta para transporte de droga a través de México
como el mecanismo para introducir el dinero a Colombia, que muy pronto los
narcotraficantes amigos y las autodefensas terminaron solicitándonos que les
permitiéramos utilizar ese servicio. Los primeros en enviar drogas y recibir dinero por
esta vía fueron los líderes de una organización de narcotraficantes del departamento de
32
Casanare, Néstor Ramón Caro Chaparro (amigo de Jorge Noguera y de Giancarlo
Auque), Mario Fernando Camacho Martínez y Hugo Fenel Bernal Molano (quien fue
extraditado a los Estados Unidos a finales del año 2008 y hoy en día permanece
detenido por cuenta de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York).
Posteriormente, también utilizarían esta vía narcotraficantes del cartel del Norte del
Valle (por ejemplo, Juan Carlos Ramírez Abadía alias “Chupeta” y Diego Montoya
Sánchez alias Don Diego, quienes no solo llevaban dinero a Colombia desde los
Estados Unidos sino también desde Europa) y jefes de las autodefensas como Jorge 40,
Hernán Giraldo Serna y Salvatore Mancuso.
En resumen durante los años 2003 y 2004, mediante esta red de lavado de dinero
conformada por funcionarios del DAS, de Aerocivil y la DIAN (Dirección de Impuestos
y Aduanas Nacionales) introdujimos a Colombia aproximadamente 100 millones de
dólares y entre 50 y 60 millones de euros.
Debido a lo anterior, desde el año 2003 comenzó a hablarse entre narcotraficantes y
paramilitares de “El Cartel de las Tres Letras”, haciendo alusión a las tres letras de la
sigla DAS y refiriéndose a quienes desde adentro de esta institución participábamos de
estas actividades ilegales.
Realmente la relación de cada uno de nosotros con narcotraficantes se originó de
circunstancias diferentes:
En el caso mío esta relación partió desde la época en que trabajé en la Sociedad
Portuaria de Santa Marta donde, si bien no participé de actividades de narcotráfico,
conocí a mucha gente que traficaba por el puerto de Santa Marta. Luego, a raíz de una
comercializadora internacional de frutas que tuve junto con dos amigos, participé en el
tráfico de drogas la cual mimetizábamos en las exportaciones de fruta que hacíamos a
Europa. De esta forma terminé haciendo negocios con varios de los más grandes
narcotraficantes de la Costa Atlántica colombiana e indirectamente con personas que
traficaban en alianza con el grupo de autodefensas de Hernán Giraldo, también conocí
33
sus rutas para el tráfico de drogas. Esto ocurrió aproximadamente durante los años 2001
y 2002, exactamente hasta los días anteriores a mi vinculación al DAS.
En esa época (aproximadamente año 1999) mi hermana Aracelys vivía con Salvatore
Frieri Gallo, un colombo-italiano miembro de una familia muy adinerada quien, junto
con su hermano Arturo, manejaba negocios de su familia alrededor del mundo por lo
que debía mover cuantiosas sumas de dinero por varios países de Europa, Norte y
Centroamérica y varias islas del Caribe como por ejemplo Islas Caimán. Esta
circunstancia la aprovechaban los hermanos Frieri Gallo para traer a Colombia
cantidades de dólares sin el pago de los impuestos que por Ley estaban obligados a
pagar. Para ello, entre otros métodos, contaron con la incondicional colaboración de su
entrañable amiga Gina Benedetti quien era la gerente de la sucursal del Banco
Tequendama en la ciudad de Cartagena, por lo que utilizaba su cargo para que, a través
del banco, se blanqueara el dinero. Gina Benedetti fue la gerente de la campaña
presidencial de Álvaro Uribe en Cartagena y actualmente es la embajadora de Colombia
en Cartagena, circunstancia que aprovecha para su actividad ilegal.
Uno de los socios de negocios de los hermanos Arturo y Salvador Frieri Gallo era el ex
ministro de Desarrollo (durante el gobierno de Andrés Pastrana) Fernando Araujo
Perdomo, quien permaneció secuestrado por las FARC aproximadamente durante seis
años, al momento de su secuestro Araujo tenía una cuantiosa deuda con Salvador Frieri
a raíz de sus negocios legales e ilegales. En igual forma muchas otras personas de la
clase dirigente y empresarial de Cartagena y la Costa Atlántica colombiana, lavaron
dólares utilizando la organización ilegal de los hermanos Frieri.
A partir de información verbal que suministré a agentes federales de los Estados Unidos,
en la actualidad autoridades norteamericanas adelantan una investigación por lavado de
dólares a los hermanos Salvatore y Arturo Frieri Gallo. Es del interés de estas
autoridades obtener abundante documentación que tengo en mi poder, que prueba las
actividades ilegales de los hermanos Frieri y sus vínculos con Gina Benedetti (actual
embajadora de Colombia en Panamá), Fernando Araujo y las otras personas a las cuales
he hecho referencia.
34
Fernando Araujo se fugó del campamento donde las FARC lo mantenían secuestrado en
el mes de enero de 2007, días después el Presidente Álvaro Uribe, en una de sus
acostumbradas maniobras mediáticas, lo designó Ministro de Relaciones Exteriores
(Canciller), durante su desempeño en este cargo Araujo Perdomo se caracterizó por su
antipatía hacia el gobierno del Presidente Hugo Chávez.
En el año 2001, Jorge Mauricio Sánchez Rentería alias Mauro, quien era una de las
personas que manejaba los negocios de tráfico de drogas de Hernán Giraldo Serna, me
pidió el favor de buscarle a alguna persona que pudiera traerle quinientos mil dólares
que tenía en Guatemala, con este propósito lo puse en contacto con Salvador Frieri
quien desde ese momento puso su organización al servicio de narcotraficantes y jefes de
autodefensas y, adicionalmente, participó en el tráfico de drogas con el Frente
Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo.
En el caso de Jorge Noguera, sus vínculos con el narcotráfico se derivaron inicialmente
de su cercanía con personas relacionadas con José Rafael Abello Silva conocido como
“El Mono” Abello, narcotraficante samario miembro del cartel de Medellín en la década
de los años ochenta y quien permaneció recluido durante 19 años en cárceles de Estados
Unidos pagando una condena por narcotráfico. Posteriormente, Jorge Noguera se
relacionó con los hermanos Cobos y Florentino Riveira, actualmente presos en los
Estados Unidos y finalmente, antes de su llegada como director del DAS, tenía una
relación cercana con el grupo narcotraficante de Hernán Giraldo Serna (actualmente
preso en Washington por cuenta de la Corte Federal del Distrito Columbia).
Por último Giancarlo Auque D´Silvestri, a su llegada como Secretario General del DAS
se hizo cargo de la red de funcionarios que tenían a su servicio, al interior de ese
organismo, los narcotraficantes del Cartel del Norte del Valle, en especial Diego
Montoya Sánchez alias Don Diego (actualmente preso en los Estados Unidos por cuenta
de la Corte Federal del Distrito Sur de La Florida).
35
Con estos antecedentes era de esperarse que, si bien iniciamos en el DAS colaborándole
a las AUC (y al Presidente Álvaro Uribe) en su supuesta lucha antisubversiva,
termináramos inmersos en actividades de narcotráfico y lavado de dólares con los jefes
de las Autodefensas y el resto de los grandes capos del narcotráfico en Colombia,
puesto que estos habían aportado a la campaña presidencial de Álvaro Uribe cuantiosas
sumas de dinero ilegal y enormes cantidades de votos conseguidos mediante el fraude y
la intimidación, contribuyendo de esta manera a la elección de Uribe Vélez como
Presidente de Colombia.
En el año 2003 Jorge Noguera me expresó la necesidad que tenia de conseguir una ruta
a través de la cual llevar droga a Europa, preferiblemente a Italia, cuya disponibilidad
había ofrecido a los jefes de las autodefensas (principalmente Salvatore Mancuso) y a
algunos de sus amigos narcotraficantes.
Desde mi época con la compañía comercializadora internacional de frutas que había
tenido con mi amigo José Carlos Morrón (llamada TROPIFRUT y registrada en la
notaría segunda de Santa Marta, mis acciones aparecían a nombre de Enrique Osorio De
La Rosa), conocía de una ruta para llevar droga a Europa que utilizaba el señor Isidro
Rodríguez, que aún vive en Santa Marta. Esta ruta, la cual había conseguido Isidro a
través de un ciudadano polaco-canadiense, transportaba cocaína a Nigeria (África
Occidental) mimetizada en exportaciones de arroz que salían de puertos de la costa
atlántica colombiana. Este arroz presuntamente era para satisfacer las carencias
alimenticias que sufría la población de ese país, por supuesto se contaba con la
colaboración de funcionarios del gobierno nigeriano quienes eran los que recibían el
arroz. Posteriormente, la droga se enviaba a España aprovechando que esta carga, que
iba de África a Europa, no era sometida a la cantidad de controles a que se veía
sometida una carga que llegara desde Colombia.
Le propuse a Jorge Noguera que utilizara esa ruta para lo cual lo puse en contacto con
quienes la habían utilizado. Inmediatamente, en ese año 2003, Jorge Noguera viajó
(nuevamente en viaje oficial autorizado por el Presidente Uribe y pagado por el estado
colombiano) a Roma (Italia) donde coordinó el recibo de la droga que iría a ese país
36
desde Nigeria. Con el tiempo esta se convertiría en otra de las rutas de narcotráfico que
utilizaba y explotaba El Cartel De Las Tres Letras.
De igual manera Jorge Noguera consiguió, con mi ayuda, otras rutas de narcotráfico:
una que llevaba droga desde Cartagena a Panamá (utilizando las embarcaciones que
llevan mercancía de contrabando de Panamá a Colombia) y desde Panamá la droga era
enviada a La Florida (Estados Unidos) a través de las tripulaciones de los cruceros que
hacían parada en Panamá y en La Florida; otra (la cual utilizaba con el grupo de
narcotráfico de Hernán Giraldo) que pasaba la droga por Paraguachón (algunas veces en
los propios vehículos del DAS), la cual era llevada a Punto Fijo de donde se enviaba en
lanchas rápidas a Centroamérica y el Caribe.
A finales del año 2002 o inicios del 2003 (no recuerdo con exactitud) se presentaron al
despacho de Jorge Noguera, en el edificio del DAS ubicado en el sector industrial de
Paloquemao en Bogotá, unos oficiales de la Armada Colombiana con el propósito de
alertarnos sobre los planes de un ataque informático a la plataforma computacional del
DAS, como prueba nos mostraron varios mensajes impresos de correos electrónicos
cruzados entre los congresistas Gustavo Petro y Wilson Borja con unas personas que se
encontraban en Noruega. Inmediatamente Jorge Noguera solicitó que me hiciera
presente en su despacho para participar de la reunión con los señores de la Armada, les
peguntamos a estos la forma en que habían obtenido acceso a esos correos y fue así
como nos enteramos sobre la presencia permanente en las aguas y bases navales
colombianas, de buques británicos que eran los encargados de hacer toda la inteligencia
electrónica en el país, tenían la capacidad tecnológica para interceptar cualquier tipo de
comunicación. Al despedirnos les pedimos a los oficiales de la Armada que nos dejaran
los datos donde poder contactarlos.
Fue así como El Cartel De Las Tres Letras comenzó a tener acceso a: la información de
inteligencia que obtenían los británicos; la ubicación y las cartas de navegación de las
embarcaciones estadounidenses, británicas y colombianas del programa de interdicción
marítima, mediante el cual se interceptaban las embarcaciones que transportaban droga
y por último, además de El Cartel De las Tres Letras, los jefes de las autodefensas y los
37
capos del narcotráfico terminaron haciendo negocios con oficiales de la Armada (lo que
se conocía como El Cartel de La Armada o El Cartel Blanco) como el Contralmirante
Gabriel Arango Bacci, el Capitán Jorge Luis Ahumada y el Almirante Guillermo
Barrera Cháves, quien actualmente es el comandante de la Armada Colombiana.
Algunas de las personas a través de las cuales se hacía contacto con los oficiales de la
Armada eran los señores Juvenal Serna Amarís y el señor Diego Pinzón, este último
decía tener contactos dentro de la Armada Venezolana que le permitían facilitar el
tránsito de embarcaciones con droga a través de aguas venezolanas.
Con el tiempo El Cartel De Las Tres Letras contó con cuatro o cinco rutas para
transportar cocaína a Estados Unidos y Europa, llegando a ser Jorge Noguera uno de los
más grandes capos del narcotráfico en Colombia.
Si se analiza detenidamente, éramos un cartel gubernamental de narcotráfico y lavado
de dinero conformado en su mayoría por funcionarios del gobierno colombiano, que
actuaba desde las entrañas de ese mismo gobierno, utilizando dineros, bienes y
documentos del Estado colombiano, en una siniestra alianza con paramilitares y
narcotraficantes. Es esta una de las máximas demostraciones de cómo en Colombia la
mafia se tomó el poder, mediante un proyecto político-criminal que convirtió a
Colombia en un Estado mafioso.
Fui una parte minúscula de ese proyecto político-criminal, al que más adelante me
referiré, por el cual terminé preso y condenado por la Justicia Colombiana, aunque los
grandes cabecillas de este proyecto aún se mantienen en el poder en Colombia y, por
ende, en la impunidad. Estos personajes son los que hoy en día buscan acallarnos,
mediante el asesinato, a todos quienes podamos informar a las autoridades, colombianas
o extranjeras, o a la justicia internacional (por ejemplo Corte Penal Internacional o
Tribunal De La haya) sobre todos estos crímenes y actos atroces cometidos por el
Gobierno Colombiano, encabezado por ese siniestro personaje de nombre Álvaro Uribe
Vélez.
38
Etapa comprendida entre febrero de 2005 y noviembre de 2008
En junio del año 2004, en una de las conversaciones que casi a diario sostenía con Jorge
Noguera en su despacho, este me comentó que Luis Camilo Osorio, Fiscal General de la
Nación, le había recomendado que tuviéramos cuidado, argumentando que “los
americanos” (refiriéndose a alguna de las agencias federales estadounidenses que se
mueven libremente en Colombia) andaban detrás de nosotros. Esto nos causó una
inmensa preocupación, sin embargo era algo que en mi fuero interno venía esperando
debido a la vorágine de corrupción, paramilitarismo, narcotráfico y lavado de dinero en
la que estábamos inmersos, tanto nosotros los del DAS, como otros funcionarios del
gobierno.
Posteriormente, en septiembre del mismo año 2004, un alarmado Jorge Noguera me dijo
que “Luis Camilo” (se refería al Fiscal General Luis Camilo Osorio) le había informado
que era inminente la formulación de cargos en los Estados Unidos contra algunos de
nosotros. Había dicho Luis Camilo Osorio, según Noguera, que era muy probable que
se produjeran algunas solicitudes de extradición, entre ellas una contra Rafael García.
Esto nos causó un enorme susto, situación que llevaría a Jorge Noguera a cometer una
serie de errores, uno tras otro, que terminaría llevándonos a la cárcel a mí, a él y a
muchas otras personas muy cercanas al Presidente Uribe.
El inicio del desastre
En julio del año 2004 comencé a tener problemas con una funcionaria de la oficina de
informática que yo dirigía, Sandra Escárraga, según la subdirección de
contrainteligencia, venía modificando antecedentes, ilegalmente, de la base de datos del
DAS a cambio de insignificantes sumas de dinero. Puesto que era lo mismo que
hacíamos nosotros en beneficio de paramilitares y narcotraficantes, Yo era muy reacio a
que se hiciera cualquier investigación sobre este tema, sin embargo debido a la
insistencia de la dirección de inteligencia me vi obligado a formular una denuncia para
que se investigaran estos hechos.
Le informé a Jorge Noguera sobre la existencia de la investigación, para que tuviera
control de esta, y me desentendí del asunto. Lo que no imaginaba era que los detectives
de contrainteligencia, por ordenes de Jorge Noguera, llevaron a Sandra Escarraga ante
39
un fiscal delegado ante el DAS donde rindió una declaración comprometiéndome a mí
en estos hechos. Con esta declaración el fiscal ordenó la interceptación del correo
electrónico y el computador mío, además del mail y el computador de quien era el
funcionario de mi confianza que me hacía todas estas maniobras ilegales, Ariel Garzón
Estrada (este hecho únicamente lo conocía Jorge Noguera).
Ariel Garzón, de manera ingenua, se refería de manera explícita en sus correos
electrónicos a todas las actividades ilegales de las que había participado conmigo, es
decir, la modificación y supresión (de manera ilegal) de los registros de la base de datos
del DAS y el lavado de dinero a través del aeropuerto (afortunadamente para mi, nunca
hice partícipe a Ariel de las actividades de narcotráfico).
El jueves 27 de enero de 2005, aproximadamente a las 2:30 P.M., fui detenido en mi
propia oficina del DAS por los cargos de falsedad en documento público y fraude
procesal, los delitos se referían al hecho de haber modificado registros de la base de
datos del DAS correspondientes a personas sindicadas por narcotráfico y/o
paramilitarismo. Teniendo en cuenta que todas estas actividades ilegales las había
realizado en conjunto con Jorge Noguera y que, adicionalmente, había estado junto con
él hasta el día inmediatamente anterior (miércoles 26 de enero, cuando ya Noguera sabía
de la orden de captura en mi contra), en ese momento supe que había sido víctima de
una emboscada en mi contra, tendida por el propio Jorge Noguera en busca de salir ileso
(a cambio de utilizarme a mí como chivo expiatorio) del problema a judicial que se nos
avecinaba.
La captura en mi propia oficina era un detalle que me demostraba que esta había sido
cuidadosamente planeada por el propio Jorge Noguera.
Prácticamente desde nuestra llegada al DAS, habíamos sido informados por los propios
jefes de las AUC que esta organización mantenía varios pequeños aviones privados
estacionados en hangares del aeropuerto El Dorado de Bogotá, en estos aviones las
AUC acostumbraban transportar desde la capital a sus propios campamentos,
a personas que ellos mismos secuestraban o que les entregaban organismos de
seguridad del Estado, para ser sometidas a interrogatorios bajo tortura y luego ser
desaparecidas.
En el caso de Jorge Noguera y mío en particular, el propio Hernán Giraldo Serna
(Comandante del frente resistencia tayrona de las AUC) nos había enviado el
40
ofrecimiento de que en caso que tuviéramos que salir intempestivamente de Bogotá, por
algún problema, acudiéramos a ellos e inmediatamente nos sacarían en uno de esos
aviones. Esto solo lo sabíamos Noguera y Yo, fue esta vía de escape la que él quiso
evitar que yo utilizara cuando ordenó mantener la investigación en mi contra en secreto
y que fuera capturado en mi oficina.
El día de mi detención fui recluido en los calabozos del DAS y el jueves 3 de febrero fui
trasladado a la cárcel para funcionarios y ex funcionarios públicos ubicada en el
municipio de Chiquinquirá (departamento de Boyacá), donde en su mayoría los presos
eran militares y policías (activos o retirados)
La larga y angustiosa espera de la extradición
En la cárcel de Chiquinquirá fui recluido junto con varios oficiales retirados del ejército
casi todos sindicados de vínculos con paramilitares, a través de ellos y de sus contactos
pude reconstruir los hechos sucedidos, desconocidos para mi, que habían dado lugar a
mi detención.
Contrario a lo que, según Noguera, había dicho el Fiscal Luis Camilo Osorio, los
americanos no estaban contemplando en ese momento formularnos cargos. Al parecer,
en ese entonces los agentes federales lo único que conocían era de nuestra colaboración
a varios narcotraficantes al interior del DAS, su inconformidad por este hecho los llevó
a solicitar una cita con el Presidente Uribe en la cual expresaron sus quejas al respecto.
Fue entonces cuando Uribe habló con Jorge Noguera del disgusto de los
norteamericanos, decidiendo, al parecer entre los dos, entregarme a mí haciéndome
aparecer como el único culpable.
Sin embargo, los norteamericanos no tragaron entero, les parecía que todas estas
irregularidades no podían haberse realizado sin la participación del director del DAS,
además de que, según me informaban mis fuentes, la agencia ICE (Inmigration and
Custom Enforcement, adscrita al U.S. Department of Homeland Security) comenzaba a
investigar sobre las enormes cantidades de dinero extranjero ingresado por nosotros a
través del aeropuerto el Dorado.
Según me informaban, los americanos antes que en formularme cargos, se mostraban
interesados en hablar conmigo sobre estas actividades, esperando poder procesar a toda
41
la organización. A pesar de esta versión, durante los primeros seis meses de detención
me mantuve angustiado esperando ser solicitado en extradición en cualquier momento.
Aproximadamente en abril de 2005, fui visitado en la cárcel por un abogado que
trabajaba con Jorge Noguera en el DAS, Orlando Perdomo Ramírez, le manifesté que
sabía que había sido objeto de una trampa por parte de Noguera, exigiéndole que
utilizara su cargo (aún continuaba siendo director del DAS) y sus relaciones para
superar el problema puesto que Yo no guardaría silencio eternamente.
Desde ese momento y hasta el mes de agosto, de manera reiterada envié mensajes tanto
a Jorge Noguera como a todos mis “amigos”, políticos y paramilitares, buscando ayuda
sin obtener respuesta, por último comenzaron a esconderse de mi esposa y ni siquiera le
pasaban al teléfono. Me di cuenta que en el mundo del paramilitarismo, quién cae en
desgracia es abandonado a su suerte. Sin embargo, era consciente que tenía dos
herramientas fundamentales que en algún momento explotaría: mí privilegiada memoria
y la abundante información que tenía en ella.
Finalmente, entre agosto y septiembre de 2005 se presentarían dos hechos que darían
inicio a uno de los mayores escándalos que enfrentaría Álvaro Uribe durante su
gobierno: mi traslado a la cárcel La Picota en Bogotá el día 23 de agosto y mi
llamamiento a juicio por seis cargos, el 23 de septiembre. Por mis relaciones con
paramilitares y narcotraficantes los delitos eran los de Lavado de activos (legalización
de bienes y dinero de origen ilícito), enriquecimiento ilícito (incremento injustificado en
el patrimonio) y concierto para delinquir (formar parte de una organización criminal),
en tanto que los delitos por manipular los registros de la base de datos del DAS eran los
de falsedad en documento público (modificar la información), supresión u ocultamiento
de documento público (borrar la información) y fraude procesal (inducir a error a una
autoridad por la manipulación de la información). Sin embargo, la Fiscalía en su
acusación contra mí era enfática en establecer que todos los delitos habían sido
cometidos con el propósito de beneficiar a organizaciones de narcotraficantes y
paramilitares.
Era yo el primer funcionario de trascendencia del gobierno Uribe señalado por prestar
apoyo a grupos de autodefensa, de esta manera Álvaro Uribe Vélez y Jorge Noguera
Cotes pretendían presentarme como el único responsable de un hecho que en el futuro
no podrían ocultar: el paramilitarismo y el narcotráfico habían llegado al poder en
42
Colombia de la mano con el señor Álvaro Uribe Vélez, cuando este llegó a la
Presidencia.
La estrategia
El domingo 25 de septiembre de 2005 me reuní en mi celda de la cárcel La Picota con
mi esposa, Liliana Del Castillo, y mi hermana, Aracelys García, las cuales eran las dos
únicas personas con las que yo contaba para prestarme una ayuda efectiva. Les informé
de mi decisión de comenzar a hablar de los crímenes cometidos y de quienes habían
participado de ellos (iba a “prender el ventilador” como lo llaman coloquialmente en
Colombia), fui claro en decirles que iniciábamos una guerra muy desigual puesto que
éramos tres personas (un preso y dos mujeres indefensas) que íbamos a enfrentar a la
maquinaria del Estado, representada en el Presidente y algunos de sus más altos
funcionarios, que no dudarían en utilizar en contra nuestra cualquier mecanismo legal o
ilegal que tuvieran a su alcance. No alcanzábamos a imaginar que desde ese momento la
vida se nos convertiría en una incesante pesadilla.
En una pequeña hoja de papel (que mi hermana todavía conserva) formulé la estrategia
de la ofensiva que adelantaríamos, nos enfocaríamos en tres puntos:
- Una ofensiva jurídica
La cual se basaría en mis declaraciones ante las autoridades judiciales comprometiendo
a políticos y funcionarios del DAS (encabezados por Jorge Noguera). Era claro para mí
que el primer golpe que le diera a Noguera tenía que ser tan contundente que lo sacara
de su cargo de director del DAS puesto que de no ser así, quedaría en una posición de
enorme desventaja. Los tres coincidimos en que debía abstenerme de señalar
directamente al Presidente Uribe o a cualquier narcotraficante, ya que si lo hacía era
seguro que me asesinarían a mí y a toda mi familia.
- Una ofensiva mediática
Teniendo en cuenta que el Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán Arana, podía
considerarse como un “fiscal de bolsillo” del Presidente Uribe (como vice ministro del
interior había sido su subalterno hasta el momento que se posesionó como Fiscal
General), era evidente que este, con la ayuda del Fiscal Iguarán, trataría de mantener
43
ocultas mis acusaciones. Lo que pretendíamos era que a través de los medios se
conocieran los hechos y señalamientos que haría en mis declaraciones.
Aprovechando el carisma y dulzura de mi esposa Liliana y el hecho de que vivía en
Bogotá, decidimos que ella se encargaría de hacer un intenso lobby ante los medios de
comunicación, la intención era contar con al menos un periodista en cada medio.
También buscaríamos contactos en medios internacionales, preferiblemente de los
Estados Unidos.
- Una ofensiva política
Se trataba de buscar apoyo con políticos de oposición y ONG’s internacionales que nos
protegieran de la guerra sucia que, suponíamos, el gobierno adelantaría contra nosotros.
Adicionalmente, buscábamos poner presión para que no se atrevieran a atentar contra
alguno de nosotros o pretendieran intimidarnos.
Interiormente sentía miedo, sobre todo de poner en grave riesgo a mi familia
comprometiéndolos en una guerra que a mis amigos en la cárcel (con excepción del ex
gobernador de San Andrés, Leslie Bent Archibold, y de un ex funcionario de la fiscalía,
Héctor Sandoval, quiénes me animaban a que siguiera adelante) les parecía perdida de
antemano. En realidad en aquel momento mi pretensión era la de que Jorge Noguera,
Giancarlo Auqué y Jimmy Nassar respondieran por sus crímenes tal como Yo lo estaba
haciendo y que, de paso, la opinión pública comenzara a darse cuenta que el gobierno
de Álvaro Uribe no era lo que se creía.
Se prende “el ventilador”
El lunes 26 de septiembre de 2005 mi hermana Aracelys radicó una solicitud,
refrendada con mi firma y huella, ante el Fiscal General de la Nación en la cual
pedía ser escuchado en declaración bajo juramento, con el fin de “poner en
conocimiento hechos que podrían comprometer al director del DAS Jorge Noguera
Cotes y a otros funcionarios con grupos de autodefensa”, igual solicitud se radicó ante
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el Procurador General de la Nación, Edgardo Maya Villazón. Enviamos copia de esta
solicitud a varios medios de comunicación y diversas ONG’s, con el propósito de
obligar al Fiscal Iguarán a que me citara a declarar.
El domingo 2 de octubre el diario “El Espectador” publicó un artículo llamando la
atención sobre el hecho de que La Fiscalía, en su acusación proferida en mi contra,
ordenaba investigar al director del DAS Jorge Noguera. Según nos lo informó el
periodista que elaboró la noticia, el viernes anterior había sido incesante el lobby de
funcionarios del gobierno ante el director del diario para que no se publicara la noticia,
sin embargo el director no accedió a echar atrás la publicación.
Rendí mi primera declaración ante la Fiscalía General de la Nación el jueves 13 de
octubre de 2005, en la cual me referí de manera muy marginal a la colaboración que
desde el DAS se prestaba a las AUC, en especial al bloque Norte de Jorge 40 y el frente
resistencia tayrona de Hernán Giraldo.
El domingo 16 de octubre, grabé una mini entrevista telefónica con el noticiero de
televisión “Noticias UNO” en la cual me referí a los encuentros del director del DAS,
Jorge Noguera, con el jefe del bloque norte, Jorge 40, también mencioné la filtración de
información reservada.
El martes 18 de octubre fui entrevistado telefónicamente por “la Wradio”, en directo,
manifestándome en el mismo sentido sobre el DAS y su director.
El 20 de octubre de 2005, la Fiscalía General de la Nación ordenó la detención
domiciliaria de mi esposa. Fue el primer golpe que recibimos, era evidente que trataban
de neutralizar el contacto permanente que ella mantenía con los medios de
comunicación.
Finalmente, en medio del escándalo que se iniciaba, Jorge Noguera se vio obligado a
presentar su renuncia al cargo de director del DAS el 25 de octubre de 2005. En el breve
término de diez días logramos el primer objetivo que nos habíamos fijado, consiguiendo
sacar a Noguera de su puesto. Sin embargo, tratando de proteger a Jorge Noguera, de
manera inexplicable el Presidente Uribe lo envió como cónsul a Milán (Italia)
Recordemos que este era uno de los países a donde llegaban los cargamentos de droga
enviados por El Cartel De Las Tres Letras en asocio con narcotraficantes y paramilitares
a través de África Occidental, ¿Qué buscaba el Presidente enviando a Noguera a un
cargo diplomático en uno de los países que era destino de embarques de droga enviados
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por el cartel gubernamental? Hechos como este me confirman que el Presidente Uribe
no era ajeno a las actividades de narcotráfico desarrolladas por nosotros desde el DAS.
Continué rindiendo mis declaraciones ante la Fiscalía los días 16 de diciembre de 2005,
2 de febrero y 9 de marzo de 2006, tal como lo habíamos previsto el gobierno y el Fiscal
General se empeñaron en mantener ocultos estos testimonios, frenando con ello las
investigaciones que debían iniciarse. Les decíamos a nuestros amigos periodistas que
buscaran copia de las declaraciones para que se publicaran, sin embargo se encontraban
con que estas estaban guardadas bajo el máximo secreto.
Finalmente, el domingo 2 de abril de 2006 la revista “cambio” bajo el título de “Yo
acuso” publicó un artículo citando apartes de mis declaraciones, haciendo enorme
despliegue sobre mis acusaciones. El fin de semana siguiente los diarios de Miami
(Estados Unidos) “El Nuevo Herald” y “The Miami Herald” y las dos revistas de mayor
circulación nacional en Colombia, “cambio” y “Semana”, le dieron portada al escándalo
exigiendo la salida de Jorge Noguera de su cargo como cónsul y una explicación del
Presidente Uribe sobre lo que había ocurrido al interior del DAS.
En consecuencia, el Fiscal General se vio obligado a iniciar las investigaciones,
viéndose Jorge Noguera, a la vez, abocado a renunciar a su cargo de cónsul en Milán y a
regresar a Colombia. Sin embargo, el fiscal Iguarán de manera hábil inició las
investigaciones sobre los delitos electorales (el fraude electoral), los cuales en ese
momento en la legislación colombiana no tenían penas de cárcel. Lo que buscaba
Iguarán, lo cual realmente logró, era “enfriar” el escándalo tratando de que este no
perjudicara la campaña reeleccionista de Álvaro Uribe, la cual se encontraba en plena
efervescencia.
El 20 de abril de 2006, encontrándose el escándalo en su punto cumbre (El presidente
Uribe aparecía en los medios de comunicación descalificándome una y otra vez,
tratando de defender a Jorge Noguera decía que este era un “buen muchacho” y me
calificaba de “delincuente que decía mentiras desde la cárcel”), recibí el golpe más
devastador de todos los que me tocaría asumir en medio de esta guerra. Luego de
visitarme el sábado 15 de abril en la cárcel, mi padre (¡el centro de mi vida!) sufrió un
infarto fulminante que acabó con su vida, su corazón no aguanto más la adrenalina de
esas semanas infernales.
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En el intervalo transcurrido entre mayo y octubre de 2006, el Fiscal Iguarán y el
gobierno lograron su cometido de mantener libre a Noguera y de neutralizar el
escándalo, nos mantuvimos en una situación de calma que le servía al gobierno para
mantener oculto el problema. Las hostilidades se reiniciarían en octubre cuando se
presentó un atentado con carro bomba en las instalaciones de la Escuela Militar en
Bogotá el 19 de octubre de 2006.
El viernes 20 de octubre el Presidente Uribe, en un discurso en el lugar del atentado,
declarando la guerra frontal al terrorismo y la subversión y mencionando por sus
nombres o alias a los jefes de las FARC, quienes serían los objetivos de esa guerra, de
manera asombrosa (puesto que no había relación alguna) se refirió a mi tildándome de
“testigo delincuente”, ese mismo día el Juez Sexto Especializado de Bogotá, ante el cual
había aceptado los cargos que se me imputaban, me impuso una condena de 18 años de
cárcel, la cual era a todas luces exagerada y, como se demostraría más adelante,
contraria a la Ley.
De esta manera buscaba el Presidente Uribe librarse de mí, declarándome enemigo del
Estado y buscando que permaneciera un largo tiempo en la cárcel.
La Corte Suprema de Justicia y la parapolítica
Luego de asimilar los golpes que había recibido de parte del gobierno, reinicié la
ofensiva jurídica la cual había suspendido luego de la muerte de mi padre. Rendí cuatro
declaraciones más ante la Fiscalía General de la Nación, sin embargo las
investigaciones allí no avanzaban, era obvio que “el fiscal de bolsillo”, Mario Iguaran,
frenaba las investigaciones en contra de Jorge Noguera en su afán de proteger al
gobierno del que el propio Iguarán había hecho parte.
Era esta la situación cuando la Corte Suprema de Justicia comenzó a tomar decisiones,
en el marco de las investigaciones que realizaba sobre la influencia ilegal que habían
tenido las AUC en las elecciones para congreso de los años 2002 y 2006 (Proceso que
los medios de comunicación denominaron “el proceso de la parapolítica”) (En
Colombia las investigaciones judiciales, en términos generales, las realiza la Fiscalía
General de la Nación, sin embargo algunos funcionarios tienen fuero constitucional por
lo que son investigados en unos casos por el congreso y en el caso de los congresistas,
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estas investigaciones las adelanta la Sala De Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia).
En el marco de estas pesquisas fui citado a declarar ante la Corte Suprema de Justicia,
donde rendí testimonio durante los días 21 al 24 de noviembre de 2006 en el cual, por
primera vez, reconocí ante una autoridad judicial mi pertenencia al bloque Norte de las
AUC (lo cual fue corroborado por la Corte Suprema de Justicia).
Luego de esto el Fiscal General de la Nación se vio obligado a adelantar una
investigación formal contra el ex director del DAS y ex cónsul en Milán Jorge Noguera
Cotes, en el marco de la cual fue detenido y recluido en la cárcel el 22 de febrero de
2007.
Como consecuencia de la manipulación y los retrasos que ha causado en la
investigación el Fiscal General Mario Iguarán (ex funcionario del gobierno Uribe y
viejo amigo de varios jefes de las AUC), lo cual causó que la Corte Suprema de Justicia
pidiera investigarlo, Jorge Noguera ha sido puesto en libertad en dos ocasiones por
vicios de procedimiento presentados en este proceso penal. Actualmente se encuentra
detenido y está siendo sometido a juicio ante la Corte Suprema de Justicia.
De igual manera en el año 2008, con base en mis declaraciones rendidas en la Fiscalía,
la Procuraduría General de La Nación le impuso a Jorge Noguera Cotes una sanción
disciplinaria, inhabilitándolo por 18 años para ocupar cargos públicos, al hallarlo
responsable de seis faltas disciplinarias gravísimas, entre ellas: enriquecimiento ilícito,
alteración y supresión de registros en el sistema de información del DAS, divulgación
de información reservada y conformación de grupos paramilitares.
De aquí en adelante tanto la Corte Suprema de Justicia como la Fiscalía General de la
Nación, con base en mis testimonios, comenzaron a tomar una serie de decisiones que
pondrían a la defensiva al Presidente Uribe y a todo su gobierno, al comenzar a ser
encarcelados varios de los alfiles del Uribismo, los cuales habían llegado al congreso
gracias al poder armado de las AUC.
En resumen, durante los años 2007 y 2008, como producto de mis declaraciones, se
tomaron decisiones judiciales en contra de las siguientes personas:
- Procesos adelantados por la Corte Suprema de Justicia
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Senadores
1. Dieb Maloof Cuse: condenado
2. Luis Eduardo Vives: condenado
3. Mauricio Pimiento: condenado
4. Alvaro Araujo Castro: está siendo sometido a juicio
Representantes a la Cámara
5. Alfonso Campo Escobar: condenado
6. Jorge Luis Caballero: condenado
7. Karelys Lara Vence: está siendo sometida a juicio
8. Rodrigo Roncallo: detenido
- Procesos adelantados por la Fiscalía General de la Nación
Ex senadores
9. Jorge Castro Pacheco: detenido y llamado a juicio
10. Salomón Saade: condenado
Ex representantes a la cámara
11. José Gamarra Sierra: condenado
12. Miguel Angel Durán: detenido
13. Jorge Luis Ramírez: detenido
Gobernadores
14. De Magdalena: Trino Luna Correa: condenado
15. De Cesar: Hernando Molina Araujo: detenido
Ex gobernadores
16. De Magdalena: José Domingo Dávila Armenta
Ex alcalde
17. De Santa Marta: José Francisco Zuñiga: Detenido y llamado a juicio
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Ex funcionarios
- Del DAS
17. Jorge Noguera Cotes: detenido y está siendo sometido a juicio
18. Gloria Bornacelly: ex directora del DAS en el Magdalena, detenida
- De la Registraduría Nacional
19. José Morillo: Fue destituido de su cargo por la Procuraduría. Está siendo investigado
por la Fiscalía
20. Piedad Montero: Asistente y luego sucesora en el cargo de José Morillo, se vio obligada
a renunciar
21. Enrique Osorio de la Rosa: detenido
Empresarios que entregaron dinero para las AUC a través del DAS
22. Francisco Duque Chacón: Gerente de MTBASE-SYBASE, fue llamado a juicio
23. Miguel Ángel Ianini: Vice Presidente de IMPSAT (Firma que ahora figura como Global
Crossing), en investigación en la Fiscalía
24. Ernesto Rey: Gerente de LINKS S.A. En investigación en la Fiscalía
25. Richard Shindler: Gerente de SAGEM (multinacional francesa de comunicaciones y
sistemas de biometría) en investigación en la fiscalía
26. Darío Montaño: Lobbysta de SAGEM, en investigación en la fiscalía
27. Orlando Patiño: Presidente de Emtelco (Firma filial de Empresas Públicas de Medellín,
que presta los servicios públicos en esa ciudad), en investigación en la fiscalía
- Declaraciones en otros procesos penales
Investigación por el homicidio, cometido en la ciudad Barranquilla, del sociólogo y
profesor universitario Alfredo Correa De Andreis:
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28. Rodrigo Tovar Pupo alias “Jorge 40”: fue llamado a juicio
29. Edgar Fierro Flórez alias “Don Antonio”: fue llamado a juicio
30. Javier Valle Anaya: ex subdirector del DAS en el Magdalena, se encuentra prófugo
Investigación por el homicidio, cometido en Bosconia (departamento del Cesar) del
presidente del sindicato de la DRUMMOND en Colombia, Valmore Locarno, y del
vicepresidente, Víctor Hugo Orcasita:
31. Jorge 40 y alias “Tolemaida”, uno de los jefes del bloque Norte en el Cesar, fueron
llamados a juicio
- Otras consecuencias de mis testimonios
Raúl Montoya Flórez: Se vio obligado a renunciar a la gerencia regional de la campaña
presidencial de Álvaro Uribe Vélez en el año 2006
Hitler Rousseau Chaverra Ovalle: Se vio obligado a renunciar como Consejero
Presidencial para las juventudes
Juan Carlos Vives Menotti: Se vio obligado a renunciar como director de la Dirección
Nacional de Estupefacientes
Martha Romero Villa: Se vio obligada a renunciar como subdirectora de la Dirección
Nacional de Estupefacientes
Enrique Ariza: Se vio obligado a renunciar como Director General de Inteligencia del
DAS
Los directores regionales del DAS en los departamentos de Cesar, Guajira, Bolívar y
Magdalena, fueron separados de sus cargos.
En febrero del año 2007, cuando las detenciones se producían en cadena y Yo
amenazaba con seguir declarando hasta llegar al Presidente, el Tribunal Superior de
Bogotá rebajó mi condena a 11 años de cárcel expresando que la condena en mi contra
proferida por el Juez Sexto Especializado de Bogotá había sido “manifiestamente
contraria a la Ley”. ¿Coincidencia o estrategia del Presidente Uribe?
51
Desde ese momento, cuando el Presidente Uribe se refería a mí en sus entrevistas ya no
hablaba del “testigo delincuente” sino del “señor García”, posteriormente nunca más
volvió a hablar de mí en público.
En abril del año 2008, la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación se
pronunciaron estableciendo que los testimonios de Rafael Enrique García Torres habían
constituido una colaboración eficaz para la administración de Justicia, concediéndome
una rebaja de 2 años y 2 meses de mi condena.
Con base en esta rebaja fui puesto en libertad condicional, por cumplimiento de las tres
quintas (3/5) partes de mi condena, el día 14 de noviembre de 2008.
El proyecto político-criminal que se tomó el poder en Colombia
El sueño de Pablo Escobar y sus socios narcotraficantes
A comienzos de la década de los años ochenta comenzaron a hacer gala de grandes
fortunas diversas personas y grupos familiares en el departamento de Antioquia,
especialmente en la ciudad de Medellín capital de ese departamento. En las elecciones
para congreso de 1982 uno de estos personajes se postuló como candidato, logrando
conseguir una curul en la Cámara de Representantes (Cámara baja del congreso
colombiano, el cual es bicameral).
Muy pronto algunos medios de comunicación, principalmente el diario El Espectador,
comenzaron a publicar artículos llamando la atención de las autoridades sobre este
parlamentario recién elegido y su fortuna de dudosa procedencia. Su nombre: Pablo
Emilio Escobar Gaviria.
Desde aquel entonces las personas y grupos que se lucraban del negocio del narcotráfico,
pretendieron acumular un poder político que les garantizara la impunidad y vivir
cómodamente a expensas de estos enormes capitales conseguidos a partir de esa
actividad ilegal.
En 1979 se firmó un tratado de extradición entre Colombia y los Estados Unidos, el cual
este país pretendía utilizar como herramienta principal para combatir los carteles de
52
narcotráfico colombianos, los cuales monopolizaban los mercados de drogas ilegales en
el país norteamericano.
Con la llegada a la presidencia del doctor Belisario Betancur en 1982, llegó al
ministerio de justicia el político huilense Rodrigo Lara Bonilla quien inició una serie de
operativos encaminados a combatir ese negocio del narcotráfico, a partir de ahí los
grandes capos lo declararon su enemigo y terminaron asesinándolo el 30 de abril de
1984, cuando se dirigía a su residencia en la ciudad de Bogotá.
Fue el primer campanazo de alerta acerca de las intenciones de los grandes capos del
narcotráfico de vivir impunemente de sus grandes fortunas en Colombia y eliminar
cualquier obstáculo que se interpusiera a ese propósito, entre ellos la extradición.
Solo basta revisar la historia reciente de Colombia para darse cuenta como Pablo
Escobar Gaviria y su socio Gonzalo Rodríguez Gacha alias “El Mexicano” (líderes de lo
que se conoció como “El Cartel de Medellín”), le declararon la guerra al estado
colombiano, sumiéndolo en un horrendo baño de sangre, buscando concretar su sueño
de que Colombia fuera un narcoestado en donde el resto de la sociedad pudiera coexistir
con los grandes criminales y que estos a su vez pudieran vivir a sus anchas haciendo y
deshaciendo, logrando la aprobación en el congreso de leyes que les garantizaran la
impunidad ante las autoridades colombianas y norteamericanas.
Desde aquel entonces algunas familias de la élite del departamento de Antioquia (en su
mayoría conocidas por su afición a la cría de caballos) se dieron cuenta que, sin dar la
cara, podían utilizar a las fuerzas ilegales derivadas del negocio del narcotráfico en su
propósito de conseguir el poder político y económico que hasta ese momento les había
sido esquivo.
El primer destello de esa alianza siniestra se dio cuando esas familias de élite
antioqueñas, que se lucraban indirectamente del negocio del narcotráfico y que estaban
hartas de Pablo Escobar Gaviria (el cual les exigía cuantiosas sumas de dinero a través
del secuestro y la extorsión), se unieron con: el cartel de Cali, los grupos paramilitares
creados por Fidel Castaño (el mayor de los hijos de la familia Castaño, quién había sido
socio de Pablo Escobar en los negocios del narcotráfico), la policía, la fiscalía y sectores
del gobierno de Cesar Gaviria, creando un grupo que llamaron “los
pepes” (PErseguidos Por Pablo EScobar) el cual tenía como único objetivo la
eliminación de Pablo escobar. De manera asombrosa este grupo, a todas luces ilegal y
53
conformado en su mayoría por criminales, contó con la colaboración de agencias
federales de los Estados Unidos.
Finalmente, luego de haber conseguido la meta de eliminar a Escobar Gaviria el 2 de
diciembre de 1993, muchos de los delincuentes que hicieron parte de “Los Pepes” se
vieron beneficiados por unos decretos de indulto expedidos por el gobierno de Cesar
Gaviria.
A partir de allí las familias de élite y los grandes grupos empresariales del departamento
de Antioquia (conocidos en ese entonces como el Sindicato Antioqueño y que
posteriormente tomaron el nombre de Grupo Empresarial Antioqueño), los paramilitares
y los narcotraficantes, se dieron cuenta que la alianza entre ellos era el camino para
conseguir el sueño que le había sido esquivo a Pablo Escobar Gaviria: Que las grandes
mafias se tomaran el poder en Colombia.
Particularmente dos personas que formaron parte de la creación de “los Pepes”, en aquel
entonces muy jóvenes, vislumbraron que ellos y sus amigos narcotraficantes podrían
acumular poder político y asegurar su impunidad, concretando esa alianza con las elites
sociales y empresariales de Antioquia las cuales estaban ávidas de poder. Esas dos
personas eran: Carlos Castaño Gil alias “el pelao” y Diego Fernando Murillo Bejarano
alias “Don Berna”.
“Don Berna” es uno de esos personajes que resume la realidad histórica colombiana,
inició su vida delincuencial figurando como simpatizante del grupo guerrillero Ejército
Popular de Liberación (EPL), de allí pasó a trabajar con la familia Galeano (una de las
familias antioqueñas que participó del narcotráfico con Pablo escobar Gaviria), luego se
hizo socio de Fidel Castaño Gil (narcotraficante antioqueño que creo los primeros
grupos paramilitares en Antioquia y Córdoba, conocidos como las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá – ACCU), posteriormente se unió al grupo de “los
Pepes” (donde logró forjar relaciones cercanas con algunos agentes de la DEA) y, por
último, junto con Carlos y Vicente Castaño Gil tomaron el mando de todas las
estructuras de sicarios de Medellín (entre ellas una organización dedicada a la extorsión
y el cobro de deudas entre narcotraficantes, la tenebrosa “Oficina de Envigado”),
integrándolas con las ACCU, dando las primeras puntadas de lo que a finales de la
década de los años noventa, en unión con jefes paramilitares de otras regiones del país
(Jorge 40, Salvatore Mancuso, etc.), denominarían Autodefensas Unidas de Colombia –
AUC.
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Aislamiento en solitario
Desde mi llegada a la cárcel La Picota en Bogotá permanecí recluido en un pabellón,
con régimen de mediana seguridad, destinado única y exclusivamente a funcionarios y
ex funcionarios públicos, sin embargo a finales del año 2006 cuando comenzaban a
verse las primeras consecuencias de mis declaraciones, las autoridades recibieron
informaciones de inteligencia sobre millonarias sumas de dinero (al parecer un millón
de dólares) que se estaban ofreciendo para eliminarme. Finalmente, a comienzos del año
2007 se descubrió un plan, fraguado por algunos presos, para atentar contra mí en el
sitio de reclusión donde me encontraba.
En consecuencia, el viernes 7 de mayo de 2007 las autoridades penitenciarias decidieron
trasladarme al pabellón de alta seguridad de La Picota buscando garantizar mi seguridad,
donde fui recluido en un sitio totalmente aislado de cualquier otro preso y donde solo
tenían acceso dos guardianes. Entre esa fecha y el 26 de noviembre de 2007 permanecí
recluido en aislamiento en solitario, sin ver ni hablar con persona alguna a excepción de
los dos guardianes y algunas visitas esporádicas.
En ese entonces mi esposa, quien se encontraba en detención domiciliaria, no lograba
que le concedieran el permiso de la fiscalía para visitarme (otra represalia mas en mi
contra) por lo que entre julio de 2006 y julio de 2007 solo pude verla en una visita que
me hizo el 24 de diciembre de 2006, por su cuenta sin permiso alguno.
El martes 27 de noviembre de 2007 llegó a La Picota, trasladado de manera transitoria
desde la prisión de máxima seguridad de Cómbita, Diego Fernando Murillo Bejarano
alias “Don Berna”, quien por razones de seguridad similares a las mías, fue recluido en
un cuarto adyacente a donde yo me encontraba en aislamiento. Desde ese momento en
que nos conocimos, forjamos una relación cordial haciéndonos compañía puesto que
cada uno de nosotros solo tenía oportunidad de hablar con el otro.
A partir de la llegada de “Don Berna”, fueron interminables nuestras conversaciones
sobre como el proyecto político-criminal que él se había encargado de forjar junto con
los otros jefes paramilitares y las élites antioqueñas, había logrado llegar al poder
cuando Alvaro Uribe Vélez asumió la Presidencia. Según me decía Don Berna, Alvaro
Uribe solo era, según sus propias palabras, “el monigote de mostrar”, pero que ese
proyecto era algo mucho más grande y que había sido diseñado para mantenerse en el
poder en Colombia por un muy largo tiempo.
55
Según me contaba Don Berna, la familia de Álvaro Uribe Vélez, en especial su hermano
Santiago Uribe Vélez y su primo Mario Uribe Escobar, habían tenido una vieja relación
con él y con miembros de la familia Castaño Gil, producto de esta los Uribe habían
participado en la creación de grupos de autodefensa en Antioquia y de las actividades de
narcotráfico realizadas por estos grupos.
Durante muchas noches me habló Don Berna de la estrecha colaboración de las élites
antioqueñas para financiar la expansión de los grupos paramilitares en las diversas
regiones, buscando tener una fuerza armada irregular que enfrentara a la guerrilla con
sus mismos métodos y amedrentara y eliminara a quienes se oponían a su inexorable
ascenso al poder.
Como se forjó el proyecto
Durante casi todo el gobierno de Andrés Pastrana, 1998 – 2002, se llevaron a cabo unas
negociaciones de paz con el grupo guerrillero de las FARC para las cuales el gobierno
les cedió el control de un extenso territorio en el sur del país (42.000 kilómetros
cuadrados), que se denominó “la zona de distensión”.
Con semejante prerrogativa, este grupo guerrillero se fortaleció de manera tal que
muchas personas de la oligarquía colombiana y el propio gobierno de los Estados
Unidos, aprovecharon la situación para comenzar a vender la idea de que era inminente
la toma del poder por parte de las FARC y que por lo tanto era necesario que en las
elecciones presidenciales del año 2002 se eligiera a un gobierno de mano dura con la
guerrilla.
En realidad las FARC contribuyeron a que esa propaganda de la oligarquía colombiana
y el gobierno norteamericano tomara vuelo (a pesar de que era extremadamente
improbable la supuesta llegada al poder de las FARC), fueron tantos los abusos que
cometió la guerrilla utilizando la discutida “zona de distensión”, que la opinión pública
colombiana se hartó y comenzó a exigir su desmonte.
A la vez, a la sombra de este descontento, los grupos de autodefensa comenzaron a
crecer de manera exorbitante, de tal manera que en el año 1998 cuando se crearon (mas
en el papel que en la realidad) las AUC, esta federación de grupos de autodefensa
contaba con más de 20.000 hombres.
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Todas estas circunstancias fueron el caldo de cultivo para que las élites antioqueñas les
propusieran a narcotraficantes y paramilitares, representados en las AUC, que apoyaran
a sus candidatos al congreso y a la presidencia en las elecciones que se avecinaban para
el año 2002, a cambio de que cuando su candidato llegara a la Presidencia, concretarían
un “acuerdo de paz” que les garantizaría unas penas irrisorias, la no extradición y un
futuro lleno de comodidades disfrutando de sus enormes fortunas, acumuladas con base
en sus negocios de narcotráfico. Inclusive, según el ofrecimiento, quienes lo quisieran,
entre los jefes de las AUC, podrían ocupar curules en el Senado.
Es decir, esta promesa consistía, ni más ni menos, que en hacer realidad el viejo sueño
de Pablo Escobar Gaviria, quien en aras de conseguirlo sacrificó la vida de miles de
colombianos inocentes (jueces, fiscales, periodistas, políticos y miles de colombianos
del común).
De forma divertida me contaba Don Berna como en aquel entonces, jefes paramilitares
como Carlos Castaño Gil, Salvatore Mancuso y alias Ernesto Báez (jefe político del
poderoso Bloque Central Bolívar de las AUC), hacían planes futuros para cuando
llegaran al senado. Me parecía increíble y demostrativo de la astucia de quienes
convencieron a los jefes de las AUC de participar en esta alianza, que hubiesen podido
engañar a estos grandes criminales convenciéndolos que entrarían por la puerta grande
al congreso colombiano.
El candidato presidencial de ese proyecto político era un político antioqueño que había
forjado su carrera política al lado de Ernesto Samper Pizano (quien llego a la
presidencia de Colombia en el año 1994, en una campaña financiada por los grandes
capos del narcotráfico), el cual había sido gobernador del departamento de Antioquia en
el período 1998 – 2000, años en los que se multiplicaron los grupos paramilitares en
Antioquia, quienes a sangre y fuego sacaron a la guerrilla del Urabá antioqueño,
masacrando cientos de personas inocentes.
Ese político era Álvaro Uribe Vélez, quien a finales del año 2001 no tenía mayor chance
de llegar a la Presidencia puesto que en las encuestas de ese entonces solo aparecía con
el 2% de intención de voto. Sin embargo, ante semejante propuesta los narcotraficantes
y paramilitares pusieron al servicio de la candidatura de Álvaro Uribe Vélez toda su
infraestructura financiera y armada, logrando no solo llevarlo a la Presidencia sino que
esta elección se diera en primera vuelta, lo cual nunca había ocurrido desde que se había
instaurado el sistema de doble vuelta en Colombia para elegir Presidente.
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Desde mi cargo como auditor de sistemas (llevado a él por el bloque Norte de las
AUC) en la campaña presidencial de Álvaro Uribe Vélez en el departamento del
Magdalena, pude ser testigo directo de cómo esta alianza de empresarios, políticos e
iglesia católica con narcotraficantes y paramilitares, lograba la toma del poder con base
en un proyecto político-criminal diseñado con unos propósitos perversos.
El ascenso a la Presidencia de Colombia de Álvaro Uribe Vélez, significó la llegada al
poder de un proyecto político que fue producto de una alianza macabra entre sectores de
la ultraderecha en la legalidad: jerarcas de la iglesia católica, empresarios y dueños de
medios de comunicación, políticos radicales de derecha, etc.; y sectores de la ilegalidad:
los jefes de las AUC, narcotraficantes del sur del país y de los llanos orientales, de la
costa atlántica, de Antioquia, de Bogotá y el cartel del Norte del Valle.
Los hombres del proyecto
Los personeros políticos de ese proyecto son:
José Roberto Arango:
Oriundo de Antioquia, fue el primer alto consejero presidencial que tuvo el Presidente
Uribe, posición desde la que manejó mucho poder. Lo llamaban “el superministro”
Pedro Juan Moreno (fallecido):
Oriundo de Antioquia, se desempeñó como secretario de gobierno cuando Álvaro Uribe
fue gobernador de Antioquia. Era el consejero de Jorge Noguera cuando llegamos al
DAS. Por razones desconocidas para mí se distanció del Presidente Uribe, resultando
muerto en extrañas circunstancias en un inhóspito paraje de Antioquia donde se
accidentó el helicóptero en que se transportaba.
Recientemente fue mencionado en una declaración por Salvatore Mancuso como uno de
los promotores de la masacre del Aro en Antioquia. Se recuerda que otro paramilitar
preso, de apellido Villalba, ha señalado a Álvaro Uribe como uno de los promotores de
esa masacre.
Fabio Echeverry Correa:
Oriundo de Antioquia, fue presidente de la Asociación Nacional de Industriales – ANDI
y dirigió las dos campañas presidenciales de Álvaro Uribe, también se desempeñó
durante mucho tiempo como alto consejero del Presidente Uribe.
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Fernando Londoño Hoyos:
Oriundo del departamento de Caldas, fue el primer Ministro del Interior y de Justicia del
Presidente Uribe. Es un político de ultraderecha con fuerte ascendencia sobre las
Fuerzas Armadas.
Oscar Iván Zuluaga:
Oriundo del departamento de Caldas, dueño del emporio acerero ACERIAS ACESCO,
fue alto consejero presidencial y actualmente es el Ministro de Hacienda. Ha sido
señalado de tener vínculos con grupos de autodefensa de su departamento, de hecho una
de sus aliadas políticas terminó desmovilizándose con un bloque paramilitar. El Fiscal
Mario Iguarán archivó la investigación en su contra por estos señalamientos.
Andrés Uriel Gallego:
Oriundo de Antioquia, como Ministro de Transporte, ha sido el único que ha
permanecido en su cargo durante todo el tiempo transcurrido del gobierno de Álvaro
Uribe, con quien comparte su gusto por los caballos.
José Obdulio Gaviria:
Oriundo de Antioquia, primo de Pablo Escobar Gaviria, dos de sus hermanos pagaron
condenas en los Estados Unidos por narcotráfico. Uno de los personajes más perversos
del entorno de Alvaro Uribe, se desempeña como consejero presidencial.
Andrés Felipe Arias:
Oriundo de Antioquia, ocupó el cargo de Ministro de Agricultura, desde dónde
pretendió que el congreso le aprobara dos discutidas leyes (Ley de tierras y Ley
Forestal), que beneficiaban a los grandes grupos de terratenientes.
Fabio Valencia Cossio:
Oriundo de Antioquia, fue alto consejero presidencial, actualmente es Ministro del
Interior y de Justicia, pertenece a una de las castas políticas más poderosas de su
departamento cuyos miembros han ocupado innumerables cargos del estado en
sucesivos gobiernos. Uno de sus hermanos era director seccional de fiscalías en
Antioquia, cargo que debió abandonar por haber promovido la infiltración del grupo
criminal de alias “Don Mario”, narcotraficante que heredó las estructuras mafiosas de
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“Don Berna”. Por estos hechos actualmente está siendo juzgado por la Corte Suprema
de Justicia.
Luis Alfonso Hoyos:
Oriundo de Caldas, actual director de Acción Social de la Presidencia de la República,
donde maneja cuantiosos recursos del estado.
José Félix Lafaurie:
Oriundo de la costa atlántica colombiana, actual presidente de la Federación Nacional
de Ganaderos – FEDEGAN. Ocupó varios cargos en el gobierno de Álvaro Uribe.
Luis Carlos Villegas Echeverry:
Oriundo de Risaralda, presidente de la Asociación Nacional de Industriales – ANDI,
uno de los gremios más poderosos de Colombia, desde donde ha liderado un apoyo
incondicional al Presidente Uribe.
Las banderas que enarbola este proyecto político son dos:
- La seguridad democrática: Es la herramienta por medio de la cual se busca fomentar el
odio y el miedo entre los colombianos, utilizando el discurso contra el terrorismo. No es
otra cosa que continuar la violencia y la barbarie, campo abonado para que el más fuerte
se mantenga en el poder.
- La confianza inversionista: Continuar con la política de “hacer más ricos a los ricos y
más pobres a los pobres”, de esta manera se garantiza que los empresarios, apoyados en
el miedo y la violencia, continúen usufructuando las grandes riquezas de Colombia.
En mis conversaciones con Don Berna cuando le hice este mismo análisis, se quedó
asombrado, me dijo que yo era muy inteligente puesto que era una de las pocas personas
que se daba cuenta de la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Aseguraba que él, los
demás jefes paramilitares y personas como Yo que habíamos participado en la toma del
poder de ese proyecto, solo habíamos sido “idiotas útiles” y que nuestro final sería
muertos o presos en una cárcel en los Estados Unidos.
En mayo de 2008 comprobaríamos cuánta razón tenía Don Berna cuando vaticinaba
estos negros augurios.
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El derrumbe del sueño
Tal como se les había ofrecido, en el año 2003 el gobierno de Álvaro Uribe Vélez inició
unas “negociaciones de paz” con las AUC, creando una zona de similares características
a la que Andrés Pastrana había creado para la negociación con las FARC (la cual el
entonces candidato Álvaro Uribe tanto había criticado) aunque su extensión era
muchísimo menor.
La llamaron “zona de ubicación” y estaba ubicada en Santafé de Ralito en el
departamento de Córdoba, lo que la opinión pública ignoraba es que a escasos
kilómetros de ese sitio estaban ubicadas las ostentosas fincas donde vivían varios de los
jefes paramilitares, entre ellos Salvatore Mancuso, Don Berna, Vicente Castaño y el
propio Carlos Castaño.
En realidad la negociación no era solamente con las AUC sino también con los
narcotraficantes que habían apoyado la candidatura de Álvaro Uribe Vélez, sin embargo
este los presentó a todos como jefes de las autodefensas con quienes era necesario
acordar la paz. Imaginando que si el gobierno de los Estados Unidos se enteraba que la
verdadera intención era la de negociar no solo con paramilitares sino también con
narcotraficantes, podría tomar represalias contra el gobierno colombiano.
En medio de las “negociaciones” se dio el primer indicio de hasta donde serían capaces
de llegar los promotores del proyecto político-criminal, en su afán de mantenerse en el
poder y garantizar su propia impunidad. Los siguientes hechos los relataré tal como me
fueron contados por Diego Fernando Murillo Bejarano alias “Don Berna”.
Cuando el poderío paramilitar se encontraba en pleno apogeo y Carlos Castaño Gil, al
aparecer en público como el jefe máximo de las AUC, era uno de los hombres más
temidos de Colombia, este se enamoró perdidamente de una joven cordobesa de 18 años,
Keyla Gómez, con quien contrajo matrimonio. Pronto tuvieron una hija, la cual nació
con una extraña enfermedad conocida como “el síndrome del maullido del gato”,
agobiado por esta situación Carlos Castaño, que era un hombre inteligente y autodidacta,
se dedicó a averiguar todo lo que lo que le fue posible sobre esa enfermedad. Fue así
como descubrió que en Colombia no existía tratamiento para esta enfermedad y que
para ser atendida la niña tenía que ser trasladada a los Estados Unidos.
Carlos Castaño frustrado por no poder llevar a su hija a los Estados Unidos, estaba
requerido en extradición por el gobierno de ese país por delitos de narcotráfico, perdió
61
el control y se dedicó a embriagarse con mucha frecuencia, en medio de sus borracheras
despotricaba contra los narcos que, según él, habían distorsionado su “lucha
antisubversiva” causando que los “verdaderos autodefensas” fueran tratados como
narcotraficantes por el gobierno americano.
Desesperado por su situación familiar Carlos Castaño comenzó a buscar acercamientos
con las autoridades norteamericanas, ofreciendo entregarse a la justicia de ese país y
colaborar suministrando abundante información, a cambio de que les permitieran vivir
en Estados Unidos a su esposa y a su hija y que esta, adicionalmente, pudiera ser tratada
por su enfermedad.
Según Don Berna, los únicos que habían tenido trato personal y directo con los
máximos jerarcas del proyecto político-criminal eran los hermanos Carlos y Vicente
Castaño Gil, por lo tanto solo ellos podrían dar a conocer sus identidades. Fue por esto
que, ante la intención de Carlos Castaño de entregarse y suministrar información a los
americanos, estos jerarcas entraron en pánico exigiéndole a Vicente Castaño que se
deshiciera de su hermano puesto que de lo contrario morirían los dos.
Tratando de salvar su propio pellejo Vicente Castaño procedió a darle muerte a su
propio hermano en abril del año 2004. Lo irónico del caso es que años después, cuando
el propio Vicente Castaño se dio a la huida pretendiendo evitar ser encarcelado en
Colombia y luego trató de negociar su entrega a las autoridades norteamericanas, el
propio Álvaro Uribe le pidió a Don Berna, utilizando como mensajero a su hermano
Santiago Uribe, que eliminara a Vicente Castaño, solicitud que fue cumplida por Don
Berna a través de sus redes de sicarios de la tristemente famosa “Oficina de Envigado”.
Fue este uno de los más grandes secretos que me confió Antonio López alias “Job” uno
de los miembros de esa “Oficina” y mano derecha de Don Berna, quien nos visitaba con
asiduidad a mí y a Don Berna en la cárcel La Picota y también, con la misma frecuencia,
visitaba la Presidencia.
Entre los años 2003 y 2005, los diferentes bloques de las AUC realizaron junto con el
comisionado de paz, contando con la presencia de diversas autoridades y funcionarios
de la OEA, pomposas ceremonias de desmovilización colectiva en la cual,
presuntamente, entregaban todas sus armas (en realidad entregaron armas viejas en su
inmensa mayoría y gran parte de sus armas nuevas las ocultaron en escondites bajo
tierra). A cambio de este desarme y el supuesto desmonte de sus estructuras armadas el
62
gobierno les prometió a los jefes de las AUC, según versión de Don Berna, que no los
extraditaría, que no irían a la cárcel y que lograría la aprobación en el congreso de una
ley, que llamaron “ley de justicia y paz”, que les garantizaría penas irrisorias y que el
sitio para pagar estas penas serían sus propias fincas.
Luego de la firma de los acuerdos y las desmovilizaciones, cada uno de los jefes de las
AUC se fue a su región y algunos comenzaron a hacer ostentación de sus enormes
fortunas: Iban de compras a lujosos centros comerciales, se desplazaban en helicópteros
y camionetas HUMMER y actuaban como los verdaderos nuevos ricos del país.
La opinión pública colombiana y el gobierno de los Estados Unidos (cuya opinión es lo
único que de verdad tiene en cuenta el Presidente Uribe para tomar sus decisiones),
comenzaron a quejarse de que la negociación había sido en verdad una garantía a los
jefes de las AUC para la impunidad de sus crímenes. Ante este descontento, a mediados
del año 2006 el Presidente Uribe se vio obligado a recluirlos inicialmente en un Centro
Vacacional ubicado en el municipio de La Ceja en Antioquia y luego, cuando fue
enterado de que algunos de ellos planeaban fugarse de ese centro, procedió a
trasladarlos a la cárcel de máxima seguridad de Itagüí (Antioquia) donde se les aplicaba
un régimen penitenciario bastante permisivo.
A pesar de estas medidas, el gobierno norteamericano continuó con sus quejas,
exigiéndole al Presidente Uribe que al menos les entregara en extradición a algunos de
los cabecillas. El gobierno Americano se inclinaba por Carlos Mario Jiménez alias
“Macaco”, Diego Fernando Murillo Bejarano alias “Don Berna” y Rodrigo Tovar Pupo
alias “Jorge 40”.
En vista de lo anterior, a mediados del año 2007 el Ministro de Defensa, Juan Manuel
Santos logró convencer al Presidente Uribe de que la única forma de evitar mayores
inconvenientes con el gobierno de Estados Unidos era entregando en extradición a
algunos cabecillas de las AUC, luego de obtener el consentimiento del Presidente, el
Ministro Santos se fue a Washington donde acordó con las autoridades americanas que
próximamente serían entregados en extradición los jefes “desmovilizados” de las AUC
Carlos Mario Jiménez alias “Macaco” y Diego Fernando Murillo alias “Don Berna” (El
capitulo oculto de este acuerdo era la intención del gobierno americano de ofrecerles
beneficios a cambio de que comprometieran con sus testimonios, en actividades de
narcotráfico, a funcionarios del gobierno del Presidente Hugo Chávez de Venezuela)
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Con tal propósito, en ese momento el gobierno colombiano ordenó el traslado de estos
dos cabecillas de las AUC a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (lo que para
cualquier narcotraficante colombiano significa su inminente extradición), acusándolos
de continuar delinquiendo desde la cárcel.