í t I e o Libros · critura de libros de viajes: la nostalgia del descubrimiento, apaciguada por...

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SUBVIRT IENDOEL TURISMOPor Ruxandra Chiselite

La "profesión" de viajero resulta serreminiscencia romántica cult ivada desdetiempos cuando todo desplazamientomás allá de la geografía registrad a adqui­ría un matiz heroico, el cual, narrando,abría los ritmos de sagas y epopeyas .En nuestro mundo desprovisto de zonasen blanco no quedan ya partes cuyodescubr imiento no haya llevado a la es­critura de libros de viajes: la nostalgiadel descubrimiento, apaciguada por elsentimiento de vivir en un mundo aproxi­madamente conocido, se ha tras ladadoa la nostalg ia por el género . El libro deviajes -después de San Brandán, losGroenlandeses, Marco Polo, Colón, Lí­vingstone, Nobile y Nansen , quienestransmiten a sus maneras momentos desus respe ct ivos descubrimientos- se hatransformado, antes de que la sorpresade los descubrimientos se agotara porcompleto, en un género " meta" : en unageografía casi perfectamente conocida ycomp robada por cada viajero en turno,todo turismo y todo viaje se revierte ,con toda la narrat iva que los acompaña,en "metaturismo " y en " met aviaje" .¿Cómo vis it ar y conocer ya en estaépoca en lugar cuya superficie no estu­viera impregnada de impresiones respe­tables y hasta célebres, fragmentos delibros, citas cinematog ráficas, comenta ­rios? ¿Cómo revivir debajo de un mundopre-conocido un otro, desconocido?

Por supuesto, quedaría el " otro" viaje:la experiencia existencial que lo englobatodo, sin propo ner el clásico virtuosismode un ojo extremadamente fiel registra­dor de lo que se le presenta, sino quebusca únicamente la fidelidad de las res­puestas profundas ante el contacto conla otredad; esta clase de relato se centraen el "yo" que se observa y se persiguea sí mismo, registrando las transforma­ciones y los ecos que lo " otr o " , lo

ajeno, dejan en él. Ante ambas propues­tas, la de testimoniar con fidelidad la rea­lidad ajena y el contacto con ella, deján­dola dominar el libro, y la segunda, deubicarse como receptor único de la expe­riencia y centro de interés de ésta, Vidaen Londres reniega de los patrones cono ­cidos

En primer lugar, el narrador asumepuntos de vista diferentes, propios o co­munes a toda una generación y a unaépoca; el " yo" se encubre a si mismo,se invent a voces y juegos; se podríacreer que su intención es borrarse parasurgir con distintas máscaras. En se­gundo lugar, el libro no propone la aven­tura del movimiento: desde la ventanillade un avión Inglaterra ya no se ve acer­carse, sino que en un momento del viajeestá bruscamente ahí, sin lugar a dudas,equivocac iones y sorpresas; eliminada laperipecia, asist imos a la aventura de lapercepción : una aventura de la mirada,del ojo trasladado cual cámara cinema­tográfica que se alimenta de la concien­cia de lo que es nuevo para si y a la vezde lo ineludible de toda memoria que leprecede: " debatíame en la nada cuandoDunquerque/entre orines y oligofreniacuando Norrnandía/hace mucho que losfierros retorcidos fueron retirados de lasplayas..."

Geografla y memoria se hallan enconstante competencia : "agua/ agua yocéano de circunstanc ias: Canal de laMancha /porque en el mediodla delvuelo, desaparece de la memoria el pa­sado inmediato..."

Mirada y memoria se mueven a veloci­dades dist intas, disputándose la primor­dialidad; la memoria hace trampas y seanticipa a la mirada del narrador, ella queha sido met iculosamente configuradapor la ansiosa adquisición de conoci­mientos previos; desearla -si esto fueraposible- invadir los espacios que el na:rrador dedica en su conc iencia a la lec­tura propia de lo percibido . Se adelanta ;enumera, rec ita nombres; predispo­niendo alojo registrador a reconocer larealidad que -paradójicamente- apenasse le abre antes de permitirle conocerla.¿Y no es ahl en donde se hallan las dostensiones pr inc ipa les que consiguenque el libro sea fresco y rebelde, aunquesu frescura y su . rebeldía originen- Iparadoja!- en la nostalgia? A su vez lamemoria sabe retraerse a la distanciaque le impone la contemplación, miradadetenida; a su vez ella se reubica, dócil ,para reconocer y renovarse a si mismadistribuyendo las nuevas sensacionesexperimentadas gracias a la mirada di­recta, centrada en objetos y realidades.

El libro de Fernando Curiel permite ,ante la perfecta conciencia de las dostensiones que lo generan, la predomina­ción del tono malicioso, ingenioso, des­mit ificadar; el viajero juega con los in­ventarios exactos de lo que ve y de loque no ve, de lo que hace y de lo que nohace: "Tenía pensado cruzar la ampliaavenida , sin mirar a mi derecha, 'alfondo , el Palacio de Buckingham (tal erami rabia al sent irme defraudado por to­das las generaciones inglesas) y, ya en

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EL PAISAJEINTERIOR

Por Perla Schwartz

Mlnimamente ha sido difundida al 'es­pañol la obra de la poeta norteamericanaElizabeth Bishop (19 11- 1979). En sumomento fue traducida por Octavio Pazy estuvo presente en sus Versiones y di­versiones: posteriormente se ocuparonde ella Ramón Xirau. José Emilio Pa­checo y Ulalume González de León; éstaúltima se encargó de elaborar una com­pilación breve para la colección " Mate­rial de lectura" .

Por eso resulta importante el volumenantológ ico que ha publicado El Tucán deVirginia en coedición con Cuadernos deLaOrquesta del CREA en su serie Los8/­'idos. libro preparado por la poeta Veró­nica Vo lkow que de este modo puedeagradecerle el bagaje poético a su admi­rada Elizabeth Bishop, con quien al tra­ducirla realiza una especie de juego deespejos.

Bishop es una poeta cien por cientodescript iva, en una perspectiva visiona­ria y reflex iva. que a través de la realidadexterna se preocupó por buscar los tra­zos de su propio itinerario interno en unaproyección hacia lo universal que sos­tuvo hasta el final.

Poco antes de morir hacia 1977 de­claró a su amiga Joan Keefe en unacarta: "Indudablemente cada génerojuega una parte importante en el hacerart ístico. pero el arte es arte por simismo, sin separar escritos , pinturas, ocomposiciones musicales en dos sexos,porque ésto es enfatizar valores que noson necesariamente artlst icos."

Elizabeth Bishop nació en Worcester:Massachusetts, en 1911; dejándolahuérfana su padre a los ocho meses deedad fue criada por sus abuelos mater­nos y una tia en Bastan, debido a que su,madre sufrla sucesivas crisis nerviosasque indudablemente dejaron una huellade soledad en la poeta. Viajera incansa­ble conoció Francia, Bélgica, Inglaterra,España. Italia, el norte de Africa hastaque radicó la mayor parte de su vida enBrasil, que se convirtió en una prolonga-

St oJames's Park, correr y tumbarme a laorilla del lago. Mas no."

El viaje sirve además como incursiónparalela en la realidad mexicana: el via­jero mira, comprende, compara ; su iden­tidad se define a partir de lo ajeno; el co­nocimiento de lo ajeno se origina en eldescubrimiento de lo propio . Se es a lavez que se paret:e: ante la "ontologicalcard " el lector es invitado a valorar y avalorarse ; la página en blanco frena lavelocidad contagiosa del libro. FernandoCuriel nos obliga a meditar y a lo largodel libro encuentra las más divertidas es­tratagemas para ello; nos insertamos ensu libro a partir de poemas, dibujos, re­cortes de periódico. de las fotos del " al­bum" . Nos conectamos, dentro del li­bro , con la memoria y la mirada que nospreceden.

Vida en Londres nos recuerda que, ennuestro tiempo los mitos envejecen an­tes que nosotros mismos : el viaje pre­tende revisitar los 60 ' y la modernidadcontagiosa de sus generaciones jóvenespara encontrarse con sus ecos ; de lascorr ientes "beat" y "pop", de su violen­cia renovadora no quedan más que lasformas tan disciplinadas de denuncia delos jóvenes ingleses de hoy. Una voz iró­nica a la vez que melancólica' evoca laNaranja Mecánica: Inglaterra se ha de­jado domar . Sus jóvenes son los Utt leAlex ya saturados de su misma violenciapasada, de su modernidad.

En el texto sobrevive la capacidad desorprenderse ante los periódicos, losservicios telefónicos poéticos, las for ­mas de protesta; la serie de retratos del"álbum" son un guiño al lector que to­davla guarda su solemnidad : Inglaterrasigue siendo esto también. Pero a ellos-a la Reina Victoria, a Orwell, a VirginiaWoolf- cada quien los revive a su ma­nera. Vueltos a nuestras propias fórmu­las -si es que ast lo queremos- estamosya preparados para el " fade out" . Nospodemos reubicar, si este es nuestrodeseo, en la cómoda Inglaterra de la me­moria compartida.

Predispuesto por los rituales propiosde su viaje. Fernando Curiel se entu­siasma, critica, se sorprende, expresanostalgias, busca equivalencias de lopropio en lo ajeno, comprueba y refutaprejuicios y opiniones, evoca, poetiza.Vida en Londres, mensaje mexicano alViejo Mundo, se instala en aquel géne­ro de libros de viajes sentimentales cu­yo sabor refinado se lo debemos a

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DFONDO DE CULTURA ECONÓMICfi

Alí Chumacero

Los momentoscríticos

Selección,prólogo y bibliografia

de Miguel Ángel Flores

"Dicho más claramente:no hay contradicciónentre el poeta y el crítico,sí para escribir poesía seemplea principalmente-laimaginación y para hacercrítica se hace uso princi­palmente de la razón y elconocimiento.El crítico conduce no sóloa la lectura de los librosque están apareciendo si­no que contribuye a queel caos de la imaginación,o peor aún, de las imagi­naciones, se perfile en unacontinuidad que al fin y alcabo creará lo que llama­mos tradición de la litera-tura. (... )El crítico debe ser el orde­nador y el orientador, ymientras más críticos ha­ya, mejor."

Extracto de la entrevista queaparece en el prólogo allibro .

LETRAS MEXICANAS

Otros títulos sobre el tema:Albert Béguin

CREACION y DESTINOI. Ensayos sobre crítica literaría

II. La realidad del sueño

Fabienne BraduSEÑAS PARTICULARES:

ESCRITORAEnsayos sobre escritorasmexicanas del siglo XX

Noé JitrikLA VIBRACIÓNDEL PRESENTE

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