VISITANDO LA PROVINCIA DE BURGOS, 2015
1. BIEN CULTURAL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DE LA
CATEDRAL DE BURGOS (1984) La construcción de la Catedral de Santa María de Burgos comenzó en el siglo XIII, al mismo
tiempo que la de las grandes catedrales francesas de la región de París, y finalizó en los siglos
XV y XVI. Su espléndida arquitectura y la colección excepcional de obras maestras que
alberga –pinturas, sitiales del coro, retablos, tumbas y vidrieras– son un verdadero compendio
de la historia del arte gótico.
Puerta de Santa María Escultura de El Cid
La catedral de Burgos es la primera catedral gótica que se levanta en Castilla siguiendo los
modelos franceses del siglo XIII. Tanto su arquitectura como la escultura y decoración
pertenecen por entero al gran momento europeo de las catedrales que tienen en Francia su
referencia principal. No obstante, los acentos más conocidos del edificio pertenecen a
maestros alemanes del siglo XV, a quienes se deben las célebres agujas sobre las torres y el
cimborrio sobre el cruceiro, rehecho luego en el siglo XVI.
En su interior, además del excelente coro renacentista o del popular autómata del Papamoscas
que da las campanadas sobre el reloj, de origen igualmente renacentista, se debe visitar la
capilla funeraria del Condestable en la cabecera debida a Simón de Colonia, alhajada en el
siglo XVI con la reja de Cristóbal de Andino y el retablo de Vigarny y Diego de Siloé.
2. MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
El proyecto del Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos nace vinculado a la necesidad
de conservar, inventariar y divulgar los restos arqueológicos
procedentes de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca,
constituyendo un referente internacional en relación con el proceso
evolutivo del hombre en
sus aspectos ecológicos, biológicos y culturales en
secuencia cronológica. En el Museo de la Evolución
nos dan las entradas tanto para el museo como para
los yacimientos.
Museo de la Evolución (Burgos)
Localización museo de la
evolución, Catedral y
posible lugar para comer
(rivera río Arlanzón)
3. BIEN CULTURAL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DE LAS CUEVAS DE
LA SIERRA DE ATAPUERCA (2000)
Las cuevas de la Sierra de Atapuerca contienen numerosos vestigios fósiles de los primeros
seres humanos que se asentaron en Europa, desde hace casi un millón de años hasta nuestra
era. Esos vestigios constituyen una fuente excepcional de datos, cuyo estudio científico
proporciona información inestimable sobre el aspecto y el modo de vida de esos antepasados
remotos de nuestra especie.
La Sierra de Atapuerca es un pequeño conjunto montañoso situado en la provincia de Burgos.
Es un espacio de Interés Natural, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad (año
2000), como consecuencia de los excepcionales hallazgos arqueológicos y paleontológicos que
albergan en su interior, entre los cuales destacan los testimonios fósiles de, al menos, cuatro
especies distintas de homínidos (Homo sp, Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo sapiens). Las excavaciones arqueológicas de Atapuerca se consideran uno de los yacimientos
prehistóricos más importantes de Europa y del mundo del siglo. Además, se caracteriza por la
gran cantidad y buena conservación del registro fósil y por su importancia científica.
Para conocer bien el Museo de la evolución de Atapuerca, es necesario recorrer los siguientes
espacios:
- Yacimiento arqueológico, donde se encuentra el mayor registro fósil del Pleistoceno
medio. Ha permitido conocer el Homo antecessor con 800.000 años de antigüedad.
- Parque arqueológico, donde se recrea un poblado con escenas diversas y realizar
diversas actividades.
- Aulas didácticas y centros de recepción de visitantes.
Como ocurre con frecuencia con los yacimientos prehistóricos, el descubrimiento
de Atapuerca se debió al azar. En este caso, los yacimientos de la Trinchera no se
hubieran encontrado de no ser por una gran obra de construcción decimonónica.
Hacia finales del siglo XIX España estaba incorporándose a la revolución industrial.
Las primeras siderurgias vascas crearon un polo de atracción económico regional,
que a su vez activó las zonas más próximas, como Burgos. La alta tecnología del
momento demandaba carbón y mineral de hierro en enormes cantidades. Los
yacimientos de León y Asturias estaban en plena explotación, pero hacía falta más.
La Sierra de la Demanda, a unos 50 kilómetros al este de Burgos, tiene vetas de
hulla y de mineral de hierro que podían convertirse en minas, siempre que fuera
posible llevar el material a Vizcaya, donde estaban los altos hornos. En aquella
época sólo había una solución: hacía falta un ferrocarril. Un emprendedor británico,
Richard Preece Williams, se preocupó de
ambos proyectos, dado que estaban
relacionados. Así, invirtió en minas en
varios pueblos de la Sierra de la
Demanda, como Pineda, Riocavado,
Barbadillo de Herreros, Monterrubio de
la Demanda o Valle de Valdelaguna, y se
dispuso a construir un ferrocarril minero.
Para ello creó una compañía, The Sierra Company Limited, encargada de construir
una línea férrea de vía estrecha desde Monterrubio de
la Demanda a Villafría, a las puertas de Burgos. La idea
era transportar el carbón y el mineral de hierro desde
la Sierra de la Demanda hasta el enlace con la línea
Burgos-Bilbao, desde donde podía ser transportado a
las siderurgias vascas. El permiso para iniciar las obras
fue concedido en 1896, año en que comenzó la
construcción, que fue difícil y cara. La compañía contrató 1.500 operarios para
llevar a cabo los 65 kilómetros de la obra total, que estuvo acabada en 1901. Una
subvención de la Diputación aseguró que su carácter no sería exclusivamente
minero; como condición para recibir el dinero, The Sierra Company tuvo que
comprometerse a transportar pasajeros y mercancías.
Para ello se compraron cuatro locomotoras de vapor y diverso material móvil. Sin
embargo, la línea nunca llegó a consolidarse económicamente, debido a los elevados
precios que impuso Ferrocarriles del Norte, encargada del transporte desde
Villafría a Vizcaya. Hacia 1910 la línea férrea dejó de funcionar, y en 1917 la
sociedad Vasco-Castellana, heredera de The Sierra Limited Company, quebró y
desapareció definitivamente. Aún hoy se conservan puentes, taludes, túneles y
estaciones de aquel ferrocarril. Fueron las obras de este ferrocarril las que
dejaron al descubierto los yacimientos, al atravesar las estribaciones de la Sierra
de Atapuerca para abrir camino a las vías.
El museo, en su afán divulgativo, ha tenido expuesta una muestra de su actividad con ladrillos
de LEGO:
La Sima de los Huesos Trabajos de excavación en Atapuerca
Los principales yacimientos se encuentran en
la Sima del Elefante, la Sima de los Huesos, la
Gran Dolina y el Yacimiento de la Galería.
Cronológicamente, destaca:
En 1828, Ramón Inclán empieza a explorar
la cueva mayor de la Sierra de Atapuerca,
como demuestra un grafiti en su interior.
En 1976 se produce la primera excavación
de los yacimientos pleistocenos, por Trinidad de Torres.
En 1984, tras no parar los trabajos desde 1976 en toda la zona, empieza a excavarse la
Sima de los Huesos, extrayendo 1,5 toneladas de material revuelto por trabajadores
clandestinos. Aparecen 71 nuevos restos óseos humanos.
En 1992, aparece un cráneo prácticamente completo en la Sima de los Huesos. Tras
limpiarlo y unir restos se comprueba que es un adulto y un niño casi completos. El adulto
recibe el nombre de Miguelón y se trata del mejor cráneo de los antecesores.
En 1994, aparecen en la Gran Dolina los primeros restos del denominado homo antecessor, nueva especie de homínido de 800.000 años de antigüedad. Estos restos
confirman la práctica de canibalismo humano.
En 2007, en el yacimiento de la sima del elefante se encontró un diente humano de 1,2
millones de años de edad estimada, convirtiéndose en el resto fósil humano más
antiguo de Europa.
Los fósiles de Atapuerca
vuelven a traspasar las
fronteras de la ciencia. Un
equipo formado por
paleontólogos de
Atapuerca y expertos
mundiales en ADN antiguo
(Alemania), han logrado
obtener ADN de un fósil
humano del yacimiento de la Sima de los huesos, de hace 400.000 años (pleistoceno medio), y
obtener la secuencia casi completa de sus genes. Esta secuencia de genes ha proporcionado
una gran sorpresa a los investigadores porque, al compararlo con los genomas de los humanos
modernos (neandertales, chimpancés, etc), han descubierto que los individuos de la Sima están
emparentados, no con los Neandertales, por los rasgos que comparten, si no con una oscura
población de los montes Altai (Siberia), de hace unos 40.000 años. Este logro supone retrasar
la secuencia genética más antigua en unos 200.000 años. Esto dio lugar a varias hipótesis en
las que se intentaba explicar la extraña relación de los restos de la Sima con los restos
encontrados al sur de Siberia. Las respuestas se conseguirán con más investigación. Ya que las
técnicas de secuenciación de ADN antiguo han avanzado para hacer futuras investigaciones en
yacimientos en los que se encuentran homínidos del
Pleistoceno medio.
Los científicos más destacados son:
Los premios Príncipe de Asturias 1997 Emiliano
Aguirre Enríquez, Juan Luis Arsuaga, José María
Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell Roura.
Otros científicos destacados son, por ejemplo,
Ignacio Martínez, de la Universidad de Alcalá
Vista aérea de la trinchera del ferrocarril
Recepción visitantes
Galería
Sima del elefante
Gran Dolina
LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS - SEGÚN JUAN LUIS ARSUAGA –
LOS HOMÍNIDOS
ARSUAGA Y COLABORADORES ROBERT FOLEY Y MARTA
LAHR
H. neardentalensis y H. sapiens son el resultado de un largo
proceso de evolución independiente a partir de un
antepasado común, H. antecesor. Consideran a los
neandertales como una especie autóctona europea que
migró hacia Asia y Oriente Próximo. Además, consideran
que la especie H. sapiens surgió en una región africana
próxima al Ecuador. Afirman, por tanto, que ambas especies
convivieron en Europa durante miles de años forman do un
mosaico de poblaciones entremezcladas. Pero poco a poco,
las poblaciones de neandertales fueron reduciéndose hasta
desaparecer. Por su parte, el H. sapiens también se
expandió hasta el extremo oriental de Eurasia. Esta
expansión de los humanos modernos tuvo, consecuencias
fatales para las poblaciones autóctonas de H. erectus.
Los individuos de la especie H.
heidelbergensis africana
evolucionaron hacia una nueva
especie y algunos miembros de
ésta migraron a Europa
reemplazando a la especie H.
heidelbergensis y
evolucionaron hacia los
neandertales. Los individuos de
la nueva especie que quedaron
en África evolucionaron para
dar lugar a la especie
H.sapiens.
MIGUELÓN
Miguelón es el nombre con que pusieron los
investigadores al homínido varón propietario del
Cráneo número 5, el cráneo recuperado en el año
1992 en el yacimiento de la Sima de los Huesos,
en la Sierra de Atapuerca (Burgos, España). Es
el cráneo mejor conservado del registro fósil mundial, y su hallazgo convirtió al mencionado
yacimiento en referencia imprescindible en los estudios sobre evolución humana.
El apodo de Miguelón (Homo heidelbergensis) se le puso en honor al ciclista español Miguel
Induráin, que ese año de 1992 ganó su segundo Tour de Francia.
La reconstrucción fue posible gracias a una muy detallada labor de pegar como un puzle los
pequeños fragmentos que fueron apareciendo en el yacimiento burgalés por Juan Luis Arsuaga
y el grupo de científicos que le ha acompañado durante los últimos años, Ana Gracia, Ignacio
Martínez, José Miguel Carretero, Carlos Lorenzo, Alfonso Esquivel o Pepe Cervera, por
ejemplo.
Miguelón representa a uno de los 29 individuos identificados en la Sima de los Huesos. Gracias
a sus dentaduras, como sucede en algunas catástrofes aéreas, podemos identificarlos y aún
aproximarnos a la determinación de su sexo y edad. Nació hace 400.000 años y se trata de un
posible macho de su especie de unos 35-40 años que debió de tener una vida compleja, llena de
venturas y desventuras. Disfrutó de la libertad de vivir al aire libre. A buen seguro tuvo que
afrontar graves peligros para alimentar a sus hijos y a otros miembros de su tribu. Padeció
enfermedades y las superó. Luchó por su territorio y sobrevivió. Pero un día le sorprendió la
muerte. Y no estaba solo cuando murió. Junto a él falleció un importante contingente de
homínidos del mismo grupo o de tribus afines. La mayoría estaban en la flor de la vida.
La Sierra de Atapuerca era su entorno natural, un enorme bosque lleno de robles, encinas y
castaños, poblado de animales como el tigre con dientes de sable, ciervos gigantes, caballos,
jabalíes, zorros, etc. Esto le obligaba a protegerse de los carnívoros en las cuevas, donde
también obtenía refugio del frío, descansaba y comía.
Para conseguir alimento y aprovechar la piel de los animales, Miguelón utilizaba como
principales herramientas piezas de sílex que golpeaba con in canto de río, formando así las
llamadas lascas y bifaces, así como lanzas de madera, que medían más de dos metros de
longitud.
Los habitantes de esta región emplearon la llamada Sima de los Huesos para arrojar a sus
muertos, hombres, mujeres y niños, de ahí que en ese lugar hayan aparecido gran cantidad de
huesos, cráneos, falanges, vértebras, tibias, incluso diminutos huesecillos del oído.
Es muy difícil saber qué sucedió para que Miguelón y sus compañeros fueran arrojados hace
400.000 años por otros homínidos a las profundidades de la Sima de los Huesos. La causa de
su muerte pudo deberse a una pelea con un compañero del clan. Todo parece indicar que fue
agredido con una piedra en la cara y el golpe le provocó el aplastamiento del hueso maxilar y la
rotura de un diente, que se infectó provocándole una infección en la sangre.
La presencia junto a los cuerpos del bifaz denominada 'Excalibur' (en recuerdo de la espada
mágica de las leyendas artúricas) es un misterio y todo un reto para los científicos en los
próximos años.
Parece ser que se enterraron los cuerpos para no dejarlos abandonados a la suerte de los
carroñeros. Otra posibilidad es que se trata de un comportamiento simbólico, circunstancia
que es apoyada con el descubrimiento en 1998 del hallazgo de Excalibur.
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