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Valor del tiempo en Familia
(Presentador)
Deseamos dar una cordial bienvenida a todos nuestros amigos y conocidos a la nueva serie “Rescate”.
En esta oportunidad esta nueva serie “Rescate” está dirigida a la Familia, titulada “Valor del tiempo en
Familia”.
La familia es la primera célula de la sociedad, un importante pilar en la felicidad del hombre y en el
desarrollo saludable de una comunidad. Para vivir contentos y en paz necesitamos una familia fuerte y
firme. Es tiempo de invertir y rescatar la familia.
Esta serie consta de 3 temas que han sido preparados con la contribución de diferentes autores y serán
presentados por el conferencista Pablo Hunger desde los Estados Unidos.
Los títulos de las conferencias serán:
1. Tiempo para enriquecer nuestro matrimonio: con la contribución del conferencista Ciro
Abraham Arévalo Paz desde los Estados Unidos.
2. Tiempo para la comunicación efectiva en la familia: con la contribución del conferencista
Adalicio Fontes desde Portugal y como principal coordinador de esta serie de temas de Familia.
3. Tiempo para Dios y su Palabra: con la contribución del conferencista Pablo Hunger desde los
Estados Unidos.
Escucharemos una música especial antes de pasar a la conferencia de esta noche.
(Música)
Deseamos pedir la dirección de Dios para que este programa sea de bendición para los que nos
escuchan. Inclinemos nuestros rostros para orar.
(Oración del presentador)
A continuación, escucharemos el primer tema titulado:
1. Tiempo para enriquecer nuestro matrimonio Un cordial saludo para todos nuestros oyentes. Quien les habla es el pastor Pablo Hunger.
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Nos encontramos en una sociedad moderna demasiado acelerada, en cuanto al factor tiempo. ¡Los días,
las semanas y los meses pasan tan rápido! Es increíble ver lo veloz que va avanzando el tiempo. ¿Será
que el reloj se ha acelerado o nosotros hemos cambiado nuestras prioridades? El problema no es el
reloj, el problema somos nosotros.
Es muy común hoy día, escuchar las siguientes expresiones: ¡Es que no me alcanza el tiempo! ¡No tengo
tiempo de sobra! En esta sociedad moderna en la cual nos encontramos, principalmente aquí en los
Estados Unidos, una gran parte de las personas dedica muchas horas de su tiempo al trabajo. Salen
temprano por la mañana y regresan ya tarde por la noche; llegan tan cansados, que solo desean comer
algo, bañarse e ir a la cama a descansar, para tomar fuerzas para la jornada del día siguiente. Por lo
regular, así es la rutina de todos los días.
Esta típica situación, afecta a matrimonios y familias. No hay tiempo para la convivencia familiar. Esta
rutina, no ayuda a enriquecer nuestros matrimonios y familias, sino por el contrario, está destruyendo
esta gran institución que tenemos que es la familia.
Hoy tenemos un gran desarrollo tecnológico que ha facilitado tanto al hombre como a la mujer sus
labores tanto fuera como en el hogar con aparatos electrodomésticos, lavadora, secadora, microondas,
transporte, pero ¿qué es lo que sucede? En vez de tener más tiempo, el tiempo se gasta en otras
actividades.
Se cuenta la experiencia de un padre, que no tenía tiempo para su familia. Este padre tenía un hijo
pequeño, que cada día le pedía que jugara un rato con él a la pelota. Y por lo regular, era cuando el
padre iba de salida al trabajo; la respuesta del papá siempre era, “No tengo tiempo hijito, necesito ir a
mi trabajo”. Después de esta respuesta, le entregaba algo de dinero, como para poder recompensar el
tiempo que no le podía conceder. Esta situación se repetía cada día. Después de varios meses, una
mañana el hijo pequeño interceptó al padre que salía para su trabajo, y le dijo; ¡Papito! ¡Quiero que hoy
te quedes a jugar conmigo!
La respuesta del papá no se hizo esperar y con un tono de impaciencia dijo: ¡No puedo hijito! ¿No ves
que debo ir a trabajar? ¿No ves que el dinero hace falta para mantener esta casa?
Ante este comentario, el niño le preguntó al padre: Papito, ¿cuánto dinero ganas por día en tu trabajo?
Esta pregunta desconcertó al papá, quien después de unos segundos le mencionó el salario que recibía
por día. Entonces el pequeño sacó rápidamente una alcancía que tenía guardada en la sala, y se la
entregó al padre, y le dijo; ¿sabes? Yo he estado ahorrando todo el dinero que me dabas, y pienso que
hay mucho más en esta alcancía de lo que ganas al día en tu trabajo, así que quiero que hoy no vayas a
trabajar, yo te pagaré tu día, para que estés libre y puedas dedicármelo a mí.
¿Aceptas papito mi propuesta? ¡Dime que sí! ¡Por favor! En ese momento, el padre se quedó mudo y
solo contemplaba a su pequeño hijo, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Se arrodilló
ante él, lo abrazó y le pidió que lo perdonara, prometiéndole que haría todo lo posible para dedicarle un
tiempo cada día.
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Esta fue una gran lección que nunca olvidó, y que le hizo recapacitar positivamente.
Esta ilustración nos recuerda la parábola que enseñó Jesús sobre el rico insensato, y que está registrada
en el capítulo 12 del Evangelio de Lucas
Este hombre solo tuvo tiempo para trabajar, trabajar y trabajar. Finalmente moriría sin haber disfrutado
todo lo que había acumulado. No tuvo tiempo para la esposa, ni para los hijos, ni aun para él mismo. Y lo
más triste: tampoco tuvo tiempo para Dios.
Un pensamiento inspirado dice: “Dedicad parte de vuestras horas libres a vuestros hijos; asociaos con
ellos en sus trabajos y deportes, y conquistad su confianza. Cultivad su amistad. Dediquen los padres las
veladas a sus familias. Pongan a un lado los cuidados y las perplejidades con las labores del día” El Hogar
Cristiano, pág. 171.
En el libro sagrado, la Santa Biblia, en Eclesiastés 8:6 leemos “Porque para todo lo que quisieres hay
tiempo… más el trabajo del hombre es grande sobre él.” (Versión: Reina Valera 1909).
El mismo versículo en la Nueva Traducción Viviente dice: “pues hay un tiempo y un modo para cada
cosa, incluso cuando uno está en apuros”.
Por mucho trabajo que tenga el hombre, siempre debería apartar un tiempo para las prioridades de la
familia. Algunos consejeros matrimoniales le llaman “tiempo de calidad”. El tiempo de calidad es el
momento en el que se conecta y convive en familia, olvidándose de todo compromiso ajeno. Debe ser
como un tiempo sagrado que se dedica para los suyos.
Enriquecimiento o pobreza Muchas personas hacen grandes sacrificios para llegar a países ricos con el sueño de construir un futuro
diferente, con salir de la pobreza. Pero hoy día, vemos en el círculo de la familia una gran pobreza. ¿En
qué consiste esta pobreza? Bueno, la falta de comunicación es uno de los grandes factores que están
empobreciendo a muchos matrimonios, asimismo la falta del amor puro, cariño, comprensión,
benignidad, altruismo, humildad, paz, felicidad, etc., y lo más importante, la falta de la presencia de
Cristo en el hogar.
“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…” (Salmos 127:1).
La ausencia de estos ingredientes en el matrimonio traerá consigo la pobreza en nuestro círculo sagrado
que es la familia.
El factor egoísmo, es un grave defecto que llevará a un matrimonio a la más vil pobreza.
“Si recordamos siempre las acciones egoístas e injustas de otros, encontraremos que es imposible
amarlos como Cristo nos amó; pero si nuestros pensamientos se espacían de continuo en el maravilloso
amor y compasión de Cristo hacia nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con los demás”.
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“… Satanás se ha propuesto interesar a los hombres en primer término en sí mismos, y estos al ceder a
su control, han desarrollado un egoísmo que ha llenado al mundo de miseria y lucha, y ha indispuesto a
los hombres entre sí” Consejos sobre Mayordomía Cristiana, pág. 27.
El egoísmo llega a dividir familias y matrimonios. “Y si alguna casa está dividida contra sí misma, tal casa
no puede permanecer” (Marcos 3:25). Nuestro Señor Jesucristo atacó este gran mal existente y
predominante en toda la raza humana. Él dijo: …niégate a ti mismo… (Mateo 16:24). ¡Cuán importante
es tomar muy en serio esta orden imperativa de nuestro Salvador! Si llevamos a cabo esto con su
maravillosa ayuda, tendremos matrimonios saludables y enriquecidos.
Requerimientos necesarios Es muy importante tomar en cuenta los verdaderos elementos necesarios para poder enriquecer
nuestro matrimonio. “En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contribuir a vuestra
felicidad mutua. Tal es la voluntad de Dios para con vosotros… Dios ordenó que hubiese perfecto amor y
armonía entre los que asumen la relación matrimonial” El Hogar Cristiano, pág. 88.
“El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia. La mujer debe respetar y amar a su
marido. Ambos deben cultivar un espíritu de bondad, y a estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni
causarse pena el uno al otro...
No podéis obrar así y conservar vuestro amor recíproco. Las manifestaciones de la propia voluntad
destruyen la paz y la felicidad de la familia. No dejéis penetrar el desacuerdo en vuestra vida conyugal.
De lo contrario seréis desdichados ambos.
Sed amables en vuestras palabras y bondadosos en vuestras acciones; renunciad a vuestros deseos
personales. Vigilad vuestras palabras, porque ellas ejercen una influencia considerable para bien o para
mal. No dejéis traslucir irritación en la voz, mas poned en vuestra vida el dulce perfume de la semejanza
de Cristo. Expresen el amor en palabras y hechos.
Son muchos los que consideran la manifestación del amor como una debilidad, y permanecen en tal
retraimiento…
Al ser reprimidos, los impulsos de sociabilidad y generosidad se marchitan y el corazón se vuelve
desolado y frío. Debemos guardarnos de este error.
El amor no puede durar mucho si no se le da expresión. No permitáis que el corazón… se agote por falta
de bondad y simpatía de parte vuestra. Ame cada uno de ellos al otro antes de exigir que el otro le ame.
Cultive lo más noble que haya en sí y esté pronto a reconocer las buenas cualidades del otro.
El saberse apreciado es un admirable estímulo y motivo de satisfacción. La simpatía y el respeto alientan
el esfuerzo por alcanzar la excelencia, y el amor aumenta al estimular la persecución de fines cada vez
más nobles” El Hogar Cristiano, pág. 92.
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Muchos necesitan aprender a hacer del hogar un lugar atractivo y placentero. Los corazones
agradecidos y las miradas bondadosas son de más valor que las riquezas y el lujo, y el contentarse con
cosas sencillas hará feliz el hogar si en él hay amor” El Hogar Cristiano, pág. 93, 94.
Debemos aprender el valor de las pequeñas acciones. Las pequeñas atenciones nos
enriquecen “Son las cosas pequeñas las que revelan lo más recóndito del corazón. Son las pequeñas atenciones, los
numerosos incidentes cotidianos y las sencillas cortesías, las que constituyen la suma de la felicidad en
la vida; y el descuido manifestado al no pronunciar palabras bondadosas, afectuosas y alentadoras ni
poner en práctica las pequeñas cortesías, es lo que contribuye a formar la suma de la miseria de la vida…
Una casa donde reina el amor y se expresa en palabras, miradas y actos es un lugar donde los ángeles se
deleitan en manifestar su presencia y en santificar el escenario con rayos luminosos de gloria. Allí los
humildes deberes domésticos tienen un encanto propio. En tales circunstancias ninguno de los deberes
de la vida resultará desagradable para la esposa. Los cumplirá con espíritu alegre y será ella como un
rayo de sol para cuantos la rodeen...” El Hogar Cristiano, págs. 93, 94.
El tiempo que dedicamos a nuestra familia, es de suma importancia, esto nos ayuda a conocer a
nuestros hijos, a nuestra esposa y hace también que ellos nos conozcan. Esto hace una comunicación
familiar más unida. Todo tiempo que pasemos juntos redundará en una gran bendición.
El pastor Ciro Arévalo nos cuenta que mientras preparaba esta presentación, llegó su hijo menor, de
siete años y lo interrumpió, pidiéndole que juegue con él. El pastor Ciro cuenta que estaba por decirle:
“Estoy ocupado preparando un tema importante que tengo que entregar, y no tengo tiempo para jugar
contigo”. Pero reflexionó por un momento, y le dijo que está bien, jugaría con él unos cuantos minutos.
Después de compartir un rato jugando, el pastor Arévalo comenta que su niño quedó contento por el
tiempo que se le dedicó. Lamentablemente, a veces no siempre es así.
Un hogar que dedica tiempo en familia, y que lo hace como una prioridad, será siempre una familia
enriquecida por la unidad y la felicidad. Es triste decirlo, pero así es; casi no existe tiempo para que la
familia estreche sus lazos de sociabilidad y compañerismo. Esto es debido a los horarios tan apretados.
Este es uno de los reclamos en los matrimonios actuales.
Preguntémonos, ¿es este un reclamo correcto o justo? ¿Cómo se puede estar en mayor contacto con un
esposo tan ocupado? Esa falta de tiempo para poder compartir en familia puede convertirse en un grave
problema. En estas situaciones pueden terminar sintiéndose rechazadas, pues como ellas lo perciben,
deben insistir para poder pasar tiempo juntos. Pero, después de luchar por un tiempo sin éxito, podrán
recurrir a desarrollar un mundo propio, actividades y círculo de amistades totalmente fuera de la
familia. Entonces la relación se comienza a ir deteriorando cada vez más. Entonces ya no intentarán
más; simplemente ya no hay interés. Cuando los matrimonios dejan de ser una fuente de interés, se
comienzan a perder las necesidades emocionales mutuas, y se llega a un estado de apatía familiar, que
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puede desencadenar finalmente, incluso en el divorcio. Este es el plan de Satanás. Por eso nos
encontramos hoy día, con graves crisis en los matrimonios.
El bienestar, la paz y la felicidad en el hogar se constituyen en elementos sumamente importantes
para nuestra existencia. Tomemos en cuenta las siguientes recomendaciones que pueden contribuir a
la paz, felicidad y al enriquecimiento del matrimonio:
1. No trate de cambiar la manera de ser de su cónyuge, mejor trate de cambiar usted primero.
2. El matrimonio es un buen lugar para desarrollar el tacto, la comprensión y la tolerancia. Todos
tenemos una personalidad definida y somos muy diferentes en varios aspectos con relación a
nuestro carácter y temperamento. Se debe amar y vivir en armonía, a pesar de las diferencias.
3. Practique la empatía. La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones,
de los demás. En otras palabras, es ponernos en los zapatos del otro.
4. Demuestre que aprecia las buenas cualidades de su cónyuge e hijos. El estímulo, la motivación y
la felicitación son aspectos claves para la armonía y la paz en el hogar.
5. Utilice el diálogo frecuente. La comunicación familiar es muy esencial.
6. Practique el apoyo y colaboración en los deberes del hogar (esposo e hijos).
7. También recuerde las pequeñas atenciones día a día. No olvidar en nuestros hogares, estas
sencillas, pero importantes palabras: “gracias” y “por favor”.
Quisiera invitar a mi esposa Lisbeth a que nos comparta la percepción desde el punto de vista de una
mujer en cómo el tiempo puede enriquecer la vida familiar.
Mi querida esposa, yo sé que el tiempo no nos espera. También en mi vida el tiempo es corto. Pero me
gustaría que me des tu apreciación de las cosas que pueden enriquecen el hogar tanto en mi relación
contigo como esposo y en el tiempo dedicado a los niños. Este consejo será de ayuda no solo para mí
sino para los esposos y padres que te escuchan.
(Lisbeth)
Hoy, sí sé que cada mujer le va a dar otra respuesta a su esposo, pero gracias por preguntarme esto. Lo
primero que mencionaré es cuánto valoro cuando preguntas a nuestros hijos cómo han estado, y
cuando averiguas en qué dirección apunta la brújula de nuestros hijos en relación al cielo para ayudarlos
en las cosas eternas. Me alegra cuando estás preocupado por sus vidas espirituales y los ayudas.
Me siento muy feliz cuando dejas atrás toda tu agenda para dedicar unos momentos de conversación o
juego con nuestros hijos. Sé que tienes interés en el bien de cada uno individualmente. Ellos te aman y
te aprecian.
Cuando los hijos eran pequeños, requerían corto tiempo pero frecuentes, mientras que a los jóvenes
debemos acompañarlos a los eventos que a ellos les parecen agradables, para identificarnos con sus
intereses.
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Si me preguntas a mí, me siento súper feliz cuando podemos caminar bajo las estrellas, aunque sean 5
minutos, o caminar en los prados y reflexionar de cosas que unen nuestras vidas, la vida de la familia y
acerca de Dios.
Necesito además cada día un tiempo contigo para orientarme en la planificación y coordinación de cosas
pendientes, pero también sentir tu mano protectora en mi hombro, una sonrisa, una palabra de ánimo y
aprecio. Con esto, nosotras las mujeres, nos sentimos súper felices y con ánimo para seguir adelante.
No hay mejor vitamina para la unión de la familia como el pasar tiempo junto en aspectos positivos.
¡Gracias a Dios por haberme regalado el privilegio de ser tu esposa! ¡Significas muchísimo para mí!
(Pablo)
¡Muchas gracias Lisbeth por tus palabras y consejos! Realmente necesitamos invertir en las cosas que
enriquecen nuestra familia y apoyarnos juntos, pues el tiempo avanza.
Aquí tengo un metrónomo que utiliza un músico para mantener exacto su tiempo. El metrónomo no
para. Esto requiere del músico mantener su ritmo constante, y en ese tiempo, dar su mayor expresión a
la música. Dios nos regala un tiempo limitado y que no se detiene, el cual puedes aprovechar para cuidar
del hogar. Da la mejor expresión que puedas tanto a tu esposa como a tus hijos y enriquece la bella
familia que Dios te ha dado, pues el tiempo pasará muy pronto y no los tendrás más contigo.
Finalmente, cerramos con broche de oro, diciendo que el grande amor de Dios, debe ser el primer y
mayor elemento en el hogar. “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel
que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es
amor” (1 Juan 4:7, 8). ¡Que el Señor nos ayude para aprovechar bien el tiempo, y así poder enriquecer
nuestro matrimonio cada día! Amén.
Inclinemos nuestros rostros pues deseo hacer una oración especial para las familias, para que Dios nos
ayude a tomar decisiones firmes durante estas conferencias y podamos rescatar nuestros hogares.
(Oración del predicador)
(Presentador)
Hemos llegado al final de la conferencia de hoy. Los invitamos para el día de mañana para escuchar otra
conferencia titulada “Tiempo para la comunicación efectiva en la familia”.
Los esperamos a todos, juntamente con vuestros familiares y amigos.
¡Hasta mañana y que Dios os bendiga ricamente!
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Valor del tiempo en Familia - 2
(Presentador)
Deseamos dar una cordial bienvenida a todos nuestros amigos y oyentes a la segunda conferencia de la
serie “Rescate” preparada para la familia titulada “Valor del tiempo en Familia”.
Nuestro deseo es que a través de esta serie podamos encontrar herramientas que fortalezcan nuestro
hogar.
El tema de hoy será presentado por el conferencista Pablo Hunger desde los Estados Unidos con la
contribución del pensamiento del pastor Adalicio Fontes de Portugal
Preparemos nuestros corazones escuchando una música especial.
(Música)
Deseamos pedir la dirección de Dios a través de una oración antes de escuchar la conferencia de este
día. Inclinemos nuestros rostros para orar
(Oración del presentador)
A continuación, escucharemos el segundo tema titulado:
2. Tiempo para la Comunicación efectiva en la Familia Un cordial saludo para todos nuestros amigos y oyentes. Les habla el pastor Pablo Hunger. Es una gran
alegría para mí poder hablar de la importancia de la comunicación en la familia.
¡Qué lindo es recordar los tiempos cuando se inició la amistad con Lisbeth, y que llevó a nuestro
matrimonio! En mi caso, fue primero a través de cartas.
Hoy, han cambiado mucho las cosas, pero unos 23 años atrás, aún no existía el servicio de internet para
el público, y debía esperar varios días hasta que llegaba una carta. ¡Con qué alegría me sentaba a leer la
carta y analizar las palabras y las expresiones deseando poder conocer más a la que hoy es mi esposa!
Después me sentaba a responder, a escribir mi carta y nuevamente esperar hasta que llegara otra carta.
Las llamadas de teléfono no eran muy seguidas, pues eran muy costosas. Yo vivía en Argentina y ella en
Alemania. No podíamos hablar mucho por teléfono.
Otra forma de comunicación muy especial era recibir un casete con una grabación en donde podía
escuchar la voz y el mensaje por unos 60 minutos de la que hoy es mi esposa. Después de escucharlo
varias veces, respondía a Lisbeth con otra grabación.
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Mi querida esposa, hasta hoy, conserva la colección de cartas de nuestro noviazgo como algo muy
valioso para ella.
De seguro también tú, mi estimado oyente, tendrás tu historia de noviazgo y los lindos momentos de
comunicación con la que hoy es tu esposa o esposo.
Pero la pregunta clave es: ¿Y cómo sigue la comunicación y la amistad hoy dentro del matrimonio?
Según las estadísticas, se pasan entre 15 a 30 minutos en comunicación entre la pareja por día. Pero se
dedican entre 40 minutos a 1 hora en el Facebook. Esto quiere decir que se invierte más tiempo en las
redes sociales que en la comunicación entre pareja.
Debido a este desequilibrio en la comunicación se han suscitado muchos problemas en la relación de
familia.
Comunicación es un proceso social primario que incluye la transmisión de informaciones, ideas,
creencias, sentimientos, sugerencias y órdenes entre dos o más personas, usando para ello una forma
de lenguaje como herramienta de integración, instrucción, intercambio y desarrollo.
En el contexto familiar, los problemas de la comunicación se centran en el error de pensar que la
comunicación es apenas un diálogo de emociones. ¡Pero no lo es! La comunicación es un diálogo de
palabras que expresan sentimientos y emociones. Hay que decir que la comunicación es el arte del
encuentro.
En Génesis 3:8-12 está registrado el siguiente episodio: “Y oyeron la voz del Señor Dios, que paseaba en
el jardín por el giro del día; y se escondieron Adán y su mujer de la presencia del Señor Dios, entre los
árboles del jardín. Y llamó el Señor Dios a Adán, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él dijo: Oí tu voz sonar en el
jardín, y temí, porque estaba desnudo, y me escondí. Y Dios dijo: ¿Quién te mostró que estabas
desnudo? ¿Comiste tú del árbol de que te mandé que no comieres? Entonces dijo Adán: La mujer que
me diste por compañera, ella me dio del árbol, y comí”.
Uno de los clásicos ejemplos de comunicación es el que Dios estableció con el hombre después de la
caída, cuando se interesó por su situación y emprendió un diálogo con él.
En el ámbito de la comunicación hay diversos niveles, uno de los cuales es el de la conversación
SUPERFICIAL. Por ejemplo: “¿Cómo le va?”, “¿Cómo están las cosas?”. Este tipo de conversación llega al
borde de la insignificancia, aunque puede ser mejor que el silencio embarazoso. Al permanecer en ese
estado, la comunicación en el matrimonio se vuelve superficial y mecánica, pudiendo ser marcada por el
resentimiento y la frustración.
Otro nivel es el de las IDEAS Y OPINIONES. Aquí comienza la verdadera intimidad, porque en este ámbito
existe una mayor apertura para exponer los propios pensamientos, sentimientos y opiniones. Aquí hay
más libertad de expresión para presentar las ideas, dando al cónyuge la oportunidad de conocer mejor
el interior de la otra persona.
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En un tercer nivel están los SENTIMIENTOS Y DISCERNIMENTOS. Aquí se expresan sentimientos de
frustración o felicidad. Es aquí donde se comparte sinceramente las experiencias y se demuestra interés
en sus sentimientos y expresiones. En este nivel la relación se enriquecerá y ampliará.
Usted se sentirá valorado, notado, amado, apreciado, y seguro en el afecto de su cónyuge. Habrá
preciosos momentos de comprensión y satisfacción emocional. La participación mutua de ideas y
sentimientos personales es la máxima expresión en la comunicación matrimonial.
¿En qué nivel de comunicación se encuentra su matrimonio? ¿Percibe la necesidad de una comunicación
más sincera y profunda en su matrimonio?
Avergonzarse de la comunicación En Génesis 3:10 encontramos que el hombre se escondió de la presencia de Dios cuando se dio cuenta
que estaba desnudo. De aquí podemos rescatar otro principio en la comunicación. Recordemos que la
primera pareja tenía un vestido de luz y se comunicaban todo. Con la ayuda de Dios tenemos que
volver a esta sinceridad. Es el pecado el que bloqueó esta comunicación. Fue Dios quien se acercó y
empezó la comunicación. Debemos seguir su ejemplo. Es primordial volver al punto donde no sintamos
vergüenza de hablar de nuestros traumas y miedos, quitarnos la máscara y hablar con franqueza lo que
pensamos sin la necesidad de escondernos. El factor que genera crisis es el miedo de hablar, de
exponer, y el temor de qué van a pensar los demás sobre nosotros. Miedo de hablar de nuestro orgullo,
traumas, celos, y de una presumible ineptitud del cónyuge para oír. Es necesario estar preparado para
exponer, como también para oír.
Al celebrar las bodas de oro, cierta pareja fue entrevistada por un reportero que deseaba saber el
secreto de un matrimonio tan duradero. Entonces, sintiéndose orgulloso, el marido respondió:
“¿Conoce usted la palanqueta, que es un cierto tipo de pan? La parte que más me gusta es la punta de
ese pan, pero desde que nos casamos, la corto y se la doy a mi mujer. Esa actitud simboliza un principio
del amor que sigo: primero ella.” Por su parte, la esposa respondió: “Yo no lo sabía. No me gusta esa
parte del pan, y durante cincuenta años he comido por amor a él”. Ahora que estamos sabiendo,
finalmente, vamos a comer la parte que más nos gusta en el pan.
Tenemos que ser abiertos y sinceros en nuestras relaciones. Pablo advierte: “Pero si vosotros os mordéis
y os devoráis unos a otros, ved que no seáis mutuamente destruidos” Gálatas 5:15.
A la luz de la Biblia se puede afirmar que es posible discrepar sin pelear, discutir sin herir, hablar la
verdad sin lastimar. Como líderes, a veces oímos a la gente despojarse de todos sus problemas y
sincerarse con nosotros, y a veces pensamos: no era yo quien tendría que oír todo esto, sino un marido
insensible, un padre incompetente, una esposa descalificada, un hermano, una suegra. Esas personas
están escondidas y necesitan salir a la luz, tienen necesidad de exponer y desahogarse de sus
problemas. Una investigación hecha en los Estados Unidos de América sobre el miedo revela que hablar
en público está en primer lugar, segundo morir y tercero no tener una vejez cómoda. Vivimos en un caos
social. La verdad es que mucha gente vive en el aislamiento, amarrada a su mundo, sin tener coraje de
mostrarse, viven escondidas.
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Personas auténticas Aunque muchas parejas se abrieran ante sus cónyuges para expresarles el verdadero sentimiento de sus
corazones, no serían comprendidas. En actitud semejante, imagine una suegra hablando de forma
abierta delante de su nuera diciendo: “Este hijo me encanta demasiado, y me es difícil verlo salir de
casa, te lo llevas, pero tengo celos de él” Pero, ¿qué suegra expresaría sus sentimientos de esa manera?
¡Nadie se descubre de ese modo!
A menudo un esposo o una esposa experimentan retraimiento de exponer a su cónyuge situaciones
delicadas y terminan comunicándolas a algún pastor. Otras veces, informaciones no deseables acaban
siendo esparcidas a otras personas, promoviendo así una crisis en el relacionamiento conyugal.
Hay mujeres comprando cosas a ocultas del marido porque no pueden dialogarlas con él. Hombres
ocultando cosas de sus esposas porque no pueden hablarlas ante ella. El hogar debe ser un puerto
seguro donde las máscaras deben caer, usar de sinceridad y que el esposo sea el hombre amigo que
apoya a la persona amada como “carne de su carne y huesos de sus huesos”.
¡Cuántos tendrán dificultades para enfrentar el juicio por no usar de sinceridad! Alguien puede ocultar
sus actos de quien sea, pero todo está patente delante de Dios y se revelará si no hay arrepentimiento y
confesión.
Un pensamiento inspirado declara: “El gran día final está muy cerca. Consideremos que Satanás se
encuentra ahora luchando por obtener el control sobre los seres humanos. Está practicando el juego de
la vida por nuestra alma. ¿Está usted cometiendo pecados en las fronteras de la Canaán celestial? ¡Oh,
qué revelaciones! El esposo tomará conocimiento, por primera vez, de los engaños y falsedades
practicados por la esposa que él consideraba inocente y pura. La esposa por primera vez sabrá del caso
de su marido, y los parientes y amigos percibirán cuánto error, falsedad y corrupción los rodeó; porque
los secretos de todos los corazones estarán plenamente expuestos. La hora del juicio es casi llegada –ya
por largo tiempo aplazada en virtud de la bondad y misericordia de Dios. Sin embargo, la trompeta de
Dios sonará, para consternación de los vivos no preparados y resurrección de las pálidas naciones de los
muertos. Aparecerá el gran trono blanco, y todos los justos muertos despertarán para la inmortalidad”
TCS 90.2.
“Cualquiera que hayan sido los pecados acariciados, por pequeños que sean, arruinarán el alma, a
menos que hayan sido vencidos. Los pecados pequeños darán lugar a pecados más grandes. Los
pensamientos impuros, acciones secretas impuras, prácticas y pensamientos no refinados, bajos y
sensuales en la vida matrimonial, el haber dado rienda suelta a las bajas pasiones bajo los votos
matrimoniales, conducirán a otros pecados y a la transgresión de todos los mandamientos de Dios” TCS
90.3.
“Dejando, pues, toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las murmuraciones.” 1
Pedro 2:1. El amor, la confianza y la verdad fomentan la intimidad. Esto es un principio: No hay
intimidad en un matrimonio sin verdad.
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Cuando uno de los cónyuges comienza a mentir y engañar al otro, a veces, por miedo de ofenderlo, poco
a poco se va a meter en situaciones cada vez más difíciles. Por eso, Ralph W. Emerson dijo: “Aquel que
profiere una mentira no puede evaluar en qué se ha metido, pues necesitará inventar veinte mentiras
más para encubrir la primera”. Así, la vida conyugal se transformará en una red de mentiras, que tarde o
temprano se romperá de forma dolorosa.
El matrimonio de muchos está como un vaso que se ha trizado y en cualquier momento se terminará
quebrando. Hoy es el momento de comenzar a construir basados en una buena comunicación. Pero
también es verdad que no podemos hablar de cosas profundas si no existe la confianza. En muchos
matrimonios lamentablemente se ha perdido la confianza. Debemos iniciar otra vez la comunicación
fortaleciendo la amistad, dedicando tiempo para compartir las vivencias de cada día, nuestras metas y
preocupaciones tal como lo realizábamos cuando iniciamos nuestro noviazgo, para que se fortalezca la
confianza.
Un matrimonio Especial La vida de Abraham y Sara nos llama la atención por la forma como ellos dialogaban entre sí (Génesis
12:10-20). Antes de entrar en Egipto, Abraham le dice a su esposa Sara: “Dí que eres mi hermana…” y así
prosiguió aquella conversación. Imagine al padre de la fe diciendo aquello, sin tener miedo de rasgar su
corazón y expresar con sinceridad lo que estaba sintiendo por su esposa.
¿Qué es lo que quería decir a su esposa? ¡Que prefería ser traicionado antes que ser muerto! ¿Qué
implica la falta de comunicación? Uno de los grandes problemas entre las parejas, y que incluso se está
perdiendo, es la falta de comunicación o una comunicación superficial, lo que a su vez revela un
matrimonio superficial. Vivimos en una sociedad en la que gran parte de las mujeres no son como Sara,
el marido no puede abrir el corazón a ella. Hombres que no son como Abraham, que no tienen el coraje
de decir lo que están sintiendo, de sus sueños, temores, de sus frustraciones y anhelos.
Si no puedo hablar con mi esposa(o), ¿con quién voy a hablar? “Hay un círculo sagrado alrededor de
cada familia, que debe ser preservado. Nadie más tiene derecho a este sagrado círculo. Marido y esposa
deben ser todo el uno para el otro. La esposa no debe tener secretos que guarde de su marido y permita
que otros conozcan, y el marido no debe también tener secretos para con la esposa y hacerlos
conocidos de otros.
El corazón de la esposa debe ser la sepultura de las faltas del marido, y el corazón del marido la
sepultura de las faltas de la esposa. Nunca deben, ni uno ni otro, permitir bromas a costa de los
sentimientos del compañero. No deben jamás, marido o mujer, bien por broma o por cualquier otro
medio quejarse el uno del otro a otras personas, pues de la práctica frecuente de esa imprudencia, lo
que puede parecer un juego perfectamente inocente, acabará en conflicto entre ambos y tal vez en
alejamiento.
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Considere muy bien lo que dice y a quién. No permita que otros se acerquen a su matrimonio, a no ser
personas calificadas y de entera confianza. ¿Conoce usted el sueño de su esposa? ¿Se ha interesado en
preguntarle si en algún momento ella pensó en realizar sus sueños?
Tiempo de hablar y tiempo de oír Eclesiastés 3:1, 7 nos dice “Todo tiene su tiempo determinado, y hay tiempo para todo propósito bajo el
cielo. Tiempo de rasgar, y tiempo de coser; tiempo de estar callado, y tiempo de hablar”.
El sabio aquí dice que hay tiempo de callar. El problema está que cuando tenemos que callar, hablamos;
y cuando es el tiempo de hablar, callamos. Cuando el silencio impera en la relación, reina la muerte y
ella comienza a hablar. Usted no puede construir su éxito o su ministerio sobre los escombros de una
boda. Sea franco uno con el otro. Es mejor una verdad dicha que una verdad descubierta. Es mejor
confesar una tentación que confesar una caída. No se esconde lo que es verdadero.
En Génesis 16 tenemos la historia de Abraham y Sara. “Y dijo Sarai a Abraham: He aquí, el Señor me ha
impedido de engendrar; entra pues a mi sierva; ¿Acaso tendré hijos de ella? Y oyó a Abraham la voz de
Sara”. ¿Será que fue fácil para Sara solicitar esto a Abraham? Pero ella rasgó el corazón, dejó su
escondite porque su sueño era tener un hijo. Habló de su sueño. Después nuevamente ella abrió su
corazón a su esposo y le dijo “Echa a esta sierva y a su hijo” Génesis 21:10. Ella mostró lo que le
molestaba, despojó su corazón.
Actualmente uno de los motivos de matrimonios deshechos es tener que tolerar lo que importuna o
amenaza la existencia. Se suma una cosa cada día y eso alcanza la proporción de una avalancha de nieve
sin solución. De acuerdo con Ed Wheat, autor del libro “El Amor que no se apaga”, el silencio del marido,
la aparente indiferencia a los sentimientos de la esposa y su rechazo a discutir cosas con ella puede
destruir el matrimonio. Él también afirma que “la infidelidad mata a miles y el silencio mata a decenas
de miles”.
La falta de diálogo en el matrimonio puede provocar el quiebre múltiple de todo lo que fue construido a
lo largo de la unión. La mujer nace para hablar. Esa es una necesidad inherente en ella. La mujer pasa
una parte de su vida en compañía de otras mujeres (madre, tías, amigas) compartiendo sus
pensamientos y sueños. Pero cuando ella se casa quiere conversar con su marido, es una necesidad de la
mujer, y no es bueno que siga compartiendo sus intimidades con otras personas fuera de su nuevo
hogar.
Cierto hombre recibió la pregunta de su esposa de por qué no la miraba cuando ella le hablaba. A lo que
el esposo le respondió: “Querida, yo oigo con el oído”. Pero ella lo increpó diciéndole que ella quería
conversar mirándolo a los ojos.
A veces el mayor deseo de la mujer no es que el marido dé solución, sino que la escuche. Muchos
hombres durante el día ignoran a sus mujeres, colocando sólo basura en su oído y en la noche quieren
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tratarlas como reinas con coronas y todo lo demás. El amor no es el fruto de una emoción pasajera sino
de una entrega constante del uno al otro, de un diálogo constructivo y lleno de confianza.
Conclusión La Biblia dice “hablad la verdad en amor”. Las heridas más profundas vienen de quienes más amamos
pero también sus palabras pueden ser un bálsamo para un corazón en busca de apoyo. La crítica mata,
por eso no deben lanzarse piedras de crítica y censura. Los reconocimientos y agradecimientos son
pilares que sostienen la relación de pareja.
“No salga palabra torpe de vuestra boca” dice la palabra inspirada. Eso significa la palabra que lastima,
que ofende, palabra mentirosa e innecesaria. Si lo que va a decir no edifica al cónyuge, es mejor no
decirlo. Sólo pronuncie una palabra cuando sea mejor que el silencio. Buscad pronunciar palabras de
blandura, de sabiduría y de apoyo, de reconocimiento, o de perdón.
“Si usted es paciente en un momento de ira, escapa a cien años de arrepentimiento”, dice un proverbio
chino. Muchos de nosotros como dirigentes somos amables para hablar con los de afuera, ¡pero
tenemos dificultad para conversar con los de casa! El índice de tolerancia para los demás es diez, pero
para los nuestros es cero.
Se aprende más cuando se oye y no cuando se habla. Un pensamiento sabio dice: “La verdadera
grandeza de un hombre es medida por la fuerza del sentimiento y las emociones que él puede dominar”.
Una buena palabra alimenta, ¿cómo? Proverbios 16:24 dice “Panal de miel son los dichos suaves;
suavidad al alma y medicina para los huesos.”
Quisiera invitar nuevamente a mi querida esposa Lisbeth para que ella pueda expresar también algunas
palabras sobre este importante tema.
Mi querida Lisbeth. ¿Qué crees tú que son las cosas más importantes en la comunicación entre pareja y
cuáles son las cosas que ayudan a tener una comunicación profunda?
(Lisbeth)
Como ya se mencionó, debemos llegar a una comunicación transparente, sin barreras, pero a la vez sin
herir, sin ocultar; una comunicación fluida y feliz.
Mencionando algo práctico, quisiera comentar que cuando veo mi esposo callado, le hago la pregunta:
¿qué pensamientos se están cruzando por tu mente? Y él me lo dice, y así compartimos sobre estos
temas y multiplicamos las alegrías y dividimos los pesares.
Si mi esposo me ve callado a mí, él trata de expresar una frase de humor para que nos podamos reír,
relajar nuestros pensamientos y compartir más.
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Hay temas que surgen durante el día, que deseo hablar con mi esposo, pero rodeados de los hijos o
amigos, no podemos entrar en una comunicación profunda. Hay cosas, las cuales desearía conocer
primeramente la forma de pensar de mi esposo y estar de acuerdo el uno con el otro antes de expresar
una opinión. Es muy importante estar unidos entre los esposos antes de revelar nuestra propia opinión a
los hijos o a otros. Entonces hay que esperar hasta que se encuentra un momento a solas y allí podemos
expresarnos libremente y pedir a Dios su dirección.
Si no hay una comunicación positiva en la mesa de la familia, nosotros como padres tenemos que
recordar a nuestros hijos que no queremos que continúe la conversación con críticas o hablando de los
problemas del prójimo, sino algo que nos anime y contribuya a la paz. A veces sucede que todos quieren
hablar y expresarse al mismo momento. Allí aprendemos la paciencia, aprendemos a escuchar y hablar
por turnos para compartir nuestros pensamientos, y resulta también que es bien divertido lo que los
otros tienen que decir.
Pero también hay veces que la comunicación se desarrolla no con palabras, sino por actos. Actos de
amor, sinceridad, actos de confianza, de protección, de calidad y nobleza.
Estoy agradecida al Señor que tenemos siempre esta facilidad de poder expresarnos con palabras, actos
y oraciones.
¡Muchas gracias Lisbeth por tus consejos!
Intente plantar una flor de blandura en el corazón de su cónyuge y surgirá un jardín de paz en su
matrimonio. La pareja que no vive reclamando, ni escondiendo nada el uno del otro alcanza un
excelente nivel de seguridad y satisfacción en su relación, porque la libertad de hablar la verdad, con
amor, le proporcionará una comunicación plena y sana. ¡Que Dios bendiga a nuestras familias!
Deseo también hoy elevar una oración especial por las familias que nos escuchan para que Dios nos
pueda conceder sabiduría de lo alto ayudarnos en la comunicación de la familia. Inclinemos nuestros
rostros para orar.
(Oración del expositor)
(Presentador)
¡Sigamos construyendo nuestras familias con una buena comunicación!
Hemos llegado al fin de la segunda conferencia. Los invitamos para el día de mañana para escuchar la
última conferencia de esta serie, la cual está titulada “Tiempo para Dios y su Palabra”.
¡Los esperamos a todos juntamente con sus familiares y amigos! No se pierdan estos temas importantes
que ayudarán a rescatar los valores importantes de la familia.
¡Hasta mañana y que Dios os bendiga ricamente!
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Valor del tiempo en Familia - 3
(Presentador)
Un saludo cordial a todos los amigos y oyentes que nos siguen cada día. Hoy hemos llegado a la última
conferencia de la serie Rescate preparada para la familia titulada “Valor del tiempo en familia”
Nuestro deseo es que se sientan cómodos y que puedan disfrutar del programa de hoy. La familia es un
bien precioso cuando funciona bien, cuando se invierte tiempo, pero en especial cuando Dios es el
centro del hogar. Hoy escucharemos más sobre esto.
El tema de hoy será presentado por el conferencista Pablo Hunger desde los Estados Unidos.
Preparemos nuestros corazones a través de una música especial.
(Música)
Deseamos pedir la dirección de Dios a través de una oración antes de escuchar la conferencia de este
día. Inclinemos a nuestros oyentes a inclinar la cabeza para poder orar.
(Oración del presentador)
A continuación, escucharemos el tercer y último tema de esta serie titulado:
3. Tiempo para Dios y su Palabra Un cordial saludo para todos los oyentes en especial para aquellos que nos han acompañado cada
noche. Quien les habla es el pastor Pablo Hunger.
Es una gran alegría poder hablar una noche más sobre la familia y, sobre todo, sobre el Creador de la
familia, sobre Dios y la importancia de que sea el centro de nuestros hogares.
¡Qué gran emoción fue para mí cuando llegó el día de mi matrimonio! Toda boda es un evento especial.
Recuerdo el momento en que entraba en la iglesia y me encontraba frente al altar esperando a mi
querida Lisbeth, mi esposa. Allá venía caminando despacito con su hermoso vestido blanco. Mi corazón
palpitaba muy rápido. Recuerdos muy especiales.
Hoy, para muchos, el momento del matrimonio es solamente algo elegante y una formalidad. Pero en
realidad lo que estábamos realizando allí era algo más importante aún. Era pedir la bendición de Dios
para nuestras vidas. Era pedir que Dios pueda ser el centro de nuestro hogar. Era solicitar la guía de Dios
para nuestro hogar. En muchos matrimonios hasta se recibe una Biblia nueva y especial de Familia.
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Diversos estudios muestran que más del 90 por ciento de hogares americanos tienen por lo menos una
Biblia en casa, pero existe una gran diferencia entre tener una Biblia y en leerla y conocerla. Otra
estadística muestra que más del 50% de las personas encuestadas mencionaron tener una Biblia en casa
pero no la habían leído. También existe una diferencia entre tener una Biblia en el hogar y en estar
involucrado en un estudio de la Biblia en familia.
Quedé impresionado cuando visité Liberia en África occidental, después que dicho país pasara años de
guerra civil, y recuerdo que me comentaban que en cierta ciudad tenían solo una biblia en la
congregación y la compartían para poder leer la Palabra de Dios. ¡Qué gran interés tenían estas
personas en el estudio de la Sagradas Escrituras! El tiempo ha pasado y hoy casi en todo lugar se
encuentran biblias en los hogares. Pero ¿cuánto leemos nuestras biblias y tenemos comunión con la
Palabra de Dios?
No basta la bendición de Dios ante el altar en el momento del casamiento. La pareja y la familia deben
invitar cada día a Dios y dedicar tiempo a la comunión con Dios si se desea seguir bajo la dirección de
Dios.
Deseamos la amistad con Dios pero muy poco tomamos tiempo para escuchar la voz de Dios que nos
habla a través de su Palabra. Es por esto que se vuelve a cumplir en nuestros días lo que dijo el sabio
Salomón en Proverbios 1:22-33: “¿Hasta cuándo, oh ingenuos, amaréis la ingenuidad? ¿Hasta cuándo los
burladores desearán el burlarse, y los necios aborrecerán el conocimiento? ¡Volveos ante mi reprensión!
¡He aquí, yo os manifestaré mi espíritu y os haré saber mis palabras! Pero, por cuanto llamé, y os
resististeis; extendí mis manos, y no hubo quien escuchara (más bien, desechasteis todo consejo mío y
no quisisteis mi reprensión), yo también me reiré en vuestra calamidad. Me burlaré cuando os llegue lo
que teméis, cuando llegue como destrucción lo que teméis, cuando vuestra calamidad llegue como un
torbellino y vengan sobre vosotros tribulación y angustia. Entonces me llamarán, y no responderé; me
buscarán con diligencia y no me hallarán, por cuanto aborrecieron el conocimiento y no escogieron el
temor de Jehovah. No quisieron mi consejo y menospreciaron toda reprensión mía. Entonces comerán
del fruto de su camino y se saciarán de sus propios consejos. Porque su descarrío matará a los ingenuos,
y su dejadez echará a perder a los necios. Pero el que me escuche habitará confiadamente y estará
tranquilo, sin temor del mal”.
¿No vemos aquí reflejado un cuadro de nuestra sociedad actual? El hombre desea el éxito pero sin
considerar a Dios como su prioridad. Esta es la razón por la que tantas familias sufren y hay tantos
divorcios. Aun en países de mayoría cristiana, la comunión con Dios se ha vuelto una mera formalidad.
Aunque por lo general no es un problema obtener una Biblia, nos cuesta dedicar tiempo y ver la
prioridad de su estudio. No se dedica un tiempo específico para el estudio de la Biblia. Se hacen planes
en los hogares para alcanzar metas con el deseo de alcanzar la prosperidad de la familia, pero poco se
habla de mejorar el tiempo en comunión con Dios.
En hogares cristianos, no es que los padres no desean que sus hijos entiendan a Dios y conozcan su
verdad, pero por lo general el asunto radica en encontrar el tiempo y la forma de motivar a los hijos en
el estudio de la Biblia. Dios ha encomendado a los padres la dirección del estudio de la Palabra de Dios
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en sus hogares, y además es una maravillosa oportunidad para crear lazos de unidad entre los miembros
de la familia.
Moisés escribió una orden que recibió de Dios que debía transmitir al pueblo:
“Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas
sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” Deuteronomio
6:6-7.
En esta orden de Dios vemos varios puntos importantes que queremos resaltar:
En primer lugar, Dios se dirige a los padres especificando una tarea importante en el cumplimiento de
sus deberes como educadores y guías de sus hijos. Y el Señor no deja esta tarea como un consejo sino
como una prioridad en la responsabilidad de los padres. La escritura dice “que yo te mando”. El hogar es
una institución creada por Dios para la felicidad del hombre y Dios ha designado el estudio de la Palabra
de Dios como una responsabilidad de los padres.
La verdad es que cada día estamos cargados de trabajo y nos falta tiempo para tantas cosas. Por lo
general damos prioridad a las cosas de las que podemos esperar resultados a corto plazo y las que nos
dan alegría y satisfacción. Y por la noche los padres están tan cansados que cada uno busca su forma de
relajarse y van a descansar. Recuerda además que Satanás está siempre tratando de colocar tu vista en
cosas pasajeras y desviar tu mente de las prioridades que dan un fundamento seguro para tu hogar.
Como segundo, el Señor hablando de esta orden dice: “estarán en tu corazón”. En otras palabras, Dios
desea que los padres amen la comunión con las cosas sagradas, y se gocen en la lectura de su Palabra.
No podemos dar a nuestros hijos algo en lo que nosotros no tenemos inspiración, algo que nosotros
mismos no disfrutamos y consideramos como prioridad. Deseamos el éxito de nuestros hijos, deseamos
la unidad conyugal, deseamos la felicidad de la familia, pero ¿estamos prestando atención a la solicitud
de Dios? Te recomiendo que dediques tiempo quizás esta noche, junto con tu esposo, esposa e hijos y
hagan planes para dedicar un tiempo específico en la comunión con Dios y hacer de esto una prioridad
en tu hogar. Como padre o madre debes tomar la decisión y cuidar que el tiempo que se dedique a Dios
se cumpla fielmente en tu hogar.
Recuerda que las bendiciones, privilegios y beneficios que nos trae la Palabra de Dios son inmensos.
Aplicando los consejos de la Palabra de Dios obtendrás paz, felicidad, consejos, ánimo, inspiración,
dirección, armonía, cambios positivos de carácter, mejoría de salud, equilibrio emocional y espiritual.
Provee para las necesidades sociales, eleva la naturaleza moral e intelectual, construye un fundamento
firme en nuestros hijos y une la familia; además evita daños de diferentes tipos, tales como la tristeza,
imprudencias, maldiciones, y mucho más.
Como tercer consejo inspirado, la escritura dice “las repetirás a tus hijos”. Hay un dicho que dice que la
repetición es la madre de la retención. Otro, que la repetición es la madre de la sabiduría.
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Repetir un acto crea un hábito. Si deseamos que nuestros hijos tengan hábitos buenos, debemos crear
en ellos dichos hábitos y estos deben ser parte de nuestra vida como padres ejemplares. Recordemos
que nuestros hijos aprenden más de lo que hacemos que de lo que les decimos.
Nuestros hijos necesitan que repitamos constantemente los principios de Dios para que permanezcan
latentes estos principios en sus mentes en todo momento. Veremos que cuando se ha creado un hábito,
ellos mismos nos recordarán a nosotros, como padres, que ha llegado la hora de la meditación de la
Biblia, o la hora de la oración. Esto quiere decir que se ha formado un hábito que perdurará para toda su
vida si lo seguimos cultivando de forma regular.
También se dijo que “somos lo que hacemos de forma repetida. La excelencia, por tanto, no es un acto,
sino un hábito”. Por lo tanto, si deseas ver la excelencia en tus hijos crea hábitos sanos, en especial este
hábito que Dios nos pide: repetir la Palabra de Dios.
Cabe también recordar aquí la importancia de memorizar textos de las Escrituras con nuestros hijos.
Aquí hay una tarea muy importante para la madre del hogar ya que pasa mucho tiempo con sus hijos y
tiene un tacto y amor especial para las tiernas mentes y corazones. La madre puede hacer una gran obra
ayudando a sus hijos a memorizar las Escrituras. ¡De cuánta bendición han sido para mí los textos que he
memorizado durante mi infancia y juventud! Muchos de ellos han sido apoyo en mis decisiones y de
gran fortaleza en momentos de peligro. Por lo tanto, quiero aconsejarte, estimada madre y padre, que
dediques tiempo a enseñar a tus hijos a memorizar textos e incluso capítulos de las Sagradas Escrituras.
Estos acompañarán a tus hijos hasta en momentos que hoy no puedes imaginarte.
Como cuarto consejo inspirado se nos dice “hablarás de ellas estando en casa”. En nuestras actividades
diarias debemos estar unidos con Dios. La Palabra de Dios debe acompañarnos en cada cosa que
hacemos y somos. Nuestro lenguaje diario debe ser paciente, con alegría, con palabras motivadoras, de
gratitud y adoración a Dios. Pero cuán fácilmente perdemos la paciencia o en vez de mantener en alto la
motivación caemos en el error de criticar los errores de nuestros hijos y aun el de nuestro cónyuge.
Quizá existe una raíz mayor: no podemos con nuestro genio. Estamos luchando solos, sin Dios. Queridos
padres, Dios desea que cada día nos encomendemos a su cuidado y en nuestras labores diarias
caminemos tomados de su mano.
“El padre es el sacerdote y protector del hogar. La madre es la maestra de los pequeños desde su niñez,
y la reina del hogar. Ella no debe ser descuidada. Nunca deberían serle dirigidas palabras descuidadas e
indiferentes ante los niños. Ella es su maestra. En pensamiento, palabra y obra el padre ha de revelar la
religión de Cristo, para que sus hijos puedan ver claramente que él tiene conocimiento de lo que
significa ser cristiano. . .” (Reflejemos a Jesús, pág. 171).
Cuando tomamos decisiones, debemos presentarlas a Dios en oración y preguntarnos cuál es su
voluntad. Pero, lamentablemente, muchas veces recurrimos a Dios cuando las cosas no están
funcionando bien y cuando ya se han formado hábitos que, aunque son posibles de cambiar, la situación
no es tan fácil. Pero ten ánimo, es hora de tomar decisiones que nos lleven a la felicidad con nuestra
pareja y con nuestros hijos.
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También debemos mencionar la importancia de tener momentos de Estudios de la Palabra de Dios en
familia o momentos para compartir lo que hemos estudiado de forma individual de la Palabra de Dios.
En mi hogar, uno de nuestros hábitos es, que los domingos por la mañana, cuando estamos todos en
la casa, es el momento de compartir nuestras experiencias de las lecturas que hemos realizado de
forma individual de la Biblia. Iniciamos por lo tanto el día con una meditación en donde cada
integrante de la familia comparte lo que ha estado estudiando durante la semana y menciona lo que
más le impresionó o la lección que aprendió. Como padres nos toca motivar a que todos mantengan
su lectura devocional individual, para que cuando llegue el domingo, todos podamos compartir
nuestros pensamientos. Queridos padres, establece también en tu hogar el momento en donde se
dedicará el tiempo para profundizar en algún tema o para compartir juntos las reflexiones de la
Palabra de Dios.
También deseo recordar la bendición que he experimentado las veces que junto a mi esposa hemos
dedicado tiempo a estudiar juntos un tema y a compartir las conclusiones del estudio el uno para con el
otro. Este también es un hábito que es de gran ayuda para unir a la pareja en el temor de Dios.
Como quinto punto se menciona “hablarás de ellas… andando por el camino”. No podemos decir que se
puede tomar vacaciones del estudio de la Palabra de Dios. Según el consejo inspirado, en todo momento
debemos estar unidos a los principios sagrados. Cundo estamos de vacaciones, por lo general, tenemos
algo más de tiempo libre o estamos más relajados y en donde podemos con más razón dedicar un
tiempo a la reflexión de la Palabra de Dios. Por otro lado, al estar más desocupados muchas veces
estamos más cerca del peligro, de la tentación y el estar unidos a Dios será una protección contra el mal.
Cuando salimos de casa debemos cultivar también el hábito de encomendarnos en las manos de Dios.
No inicies un viaje sin pedir la protección de Dios. Cuán lindo es escuchar a los niños que nos hacen
recordar: “¡papá, no hemos orado!” y saber que en sus mentes está el temor de Dios, el deseo de
permanecer bajo el cuidado del Todopoderoso. ¡De cuántos peligros hemos sido protegidos aun de
forma milagrosa por Dios estando fuera de nuestro hogar, y muchas veces no le hemos reconocido! Si
este hábito no ha sido cultivado en tu hogar, te recomiendo que sigas el consejo de Dios. No salgas de tu
casa sin solicitar primeramente la protección de Dios. No tomes vacaciones sin Dios.
Y como último punto si prestamos atención al llamado de Dios dado a Moisés, se mencionan dos
momentos específicos en la vida familiar diaria, “cuando te acuestes y cuando te levantes”. Aquí
tenemos una clara referencia de la importancia de una devoción matutina al iniciar el día y una reflexión
vespertina al concluir el día. Estos son momentos importantes que deben existir en cada familia de
devoción y lectura de la Palabra de Dios.
Para poder cumplir con el llamado de Dios debemos levantarnos unos minutos antes de lo
acostumbrado para poder leer juntos en familia la Palabra de Dios. Esto puede parecer un esfuerzo
demasiado grande si pensamos en que existen diferentes tiempos de trabajo y de estudio en la familia
pero no es un tiempo perdido. Si ambos padres no pueden estar juntos en esta reflexión de la mañana,
que la madre cumpla con el llamado de Dios. Por la mañana es el momento apropiado para agradecer a
Dios por el cuidado de la noche y encomendar nuestras vidas en la mano y cuidado de Dios para las
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actividades del día. De la misma manera, al caer el sol, después de haber pasado el día atareado y
rodeado de desafíos, es el momento de agradecer al Señor por su cuidado y encomendarnos en sus
manos para el descanso de la noche.
Esta devoción matutina y vespertina debe ser como un altar donde la familia se congrega para suplicar
por la gracia de Dios. Israel realizaba cada día un sacrificio por la mañana y otro por la noche. Dios no
pide que traigas un corderito u otro animal para el sacrificio, sino pide que separes un tiempo en tu
hogar, junto a tu esposa y tus hijos para meditar en su Santa Palabra y así puedas recibir fuerzas de lo
alto.
“Como los patriarcas de la antigüedad, los que profesan amar a Dios deberían erigir un altar al Señor
dondequiera que se establezcan... Los padres y las madres deberían elevar sus corazones a menudo
hacia Dios para suplicar humildemente por ellos mismos y por sus hijos. Que el padre, como sacerdote
de la familia, ponga sobre el altar de Dios el sacrificio de la mañana y de la noche, mientras la esposa y
los niños se le unen en oración y alabanza. Jesús se complace en morar en un hogar tal” Patriarcas y
Profetas, pág. 140.
Considera algunos consejos prácticos para los cultos matutinos y vespertinos en familia:
1. Dedica un horario específico para las reflexiones de la Palabra de Dios. Esto facilitará que se
forme el hábito. Tus hijos esperarán el momento y lo separarán de sus actividades de forma
natural.
2. Que los momentos de reflexión sean cortos para que no se vuelva cansador especialmente si los
niños están pequeños ya que el tiempo de concentración en los niños no es muy largo.
3. Busca hacer de los momentos de reflexión momentos agradables. Trata de compartir
experiencias prácticas o ilustraciones que permitirán que la verdad quede mejor grabada en sus
mentes.
4. Trata que cada integrante de la familia pueda leer una parte o compartir algo durante la
reflexión.
5. Encarga a cada miembro de la familia un día específico para dirigir el culto. Esto lo motivará a
prepararse de forma especial.
6. Que cada miembro de la familia pueda compartir sus conclusiones de lo que se está leyendo.
Aun los miembros más pequeños deben dar sus ideas. Quedarás sorprendido de los
pensamientos que presentarán tus hijos.
7. Que cada miembro de la familia presente sus peticiones de oración para orar juntos por las
necesidades de cada uno.
8. Adapta la lectura bíblica a la edad de tus hijos. Para niños menores, debe ser más corto y más
ilustrativo que para jóvenes.
9. Hay diferentes formas de leer la Biblia, por libros, por tema, y otros. Mantén una variedad de
formas para que no se forme una monotonía.
10. Siempre aplica lo leído a la vida personal y no te olvides acompañar la lectura con una alabanza
y una sincera oración.
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Quisiera invitar en esta oportunidad a mi querida esposa Lisbeth y a mis dos hijas menores, a Joela y a
Talitha para escuchar sus aportes al tema de hoy.
Primeramente a ti, querida Lisbeth, ¿podrías compartir con los oyentes cuáles son tus momentos más
importantes de familia en relación a la Palabra de Dios?
(Lisbeth)
Es un punto de máxima importancia que nuestros hijos conozcan, mediten y practiquen la palabra que
viene de Dios.
Un momento muy especial es cuando cada uno cuenta un agradecimiento a Dios o cómo Dios le ayudó a
pasar el día, o tal vez con una experiencia especial que vivió. Me fascina cuando un niño desea hacer el
culto, cuando vienen ideas de los chiquitos, en los que podemos dibujar la historia o hacer una
manualidad de esto, o recitan los versículos que ya conocen, o cuando escuchan los mismos leídos en la
iglesia. No hay ninguna satisfacción más grande que escuchar a los hijos viviendo una experiencia
positiva con Dios y ver que ellos conocen y aceptan a Dios como su salvador personal.
En un hogar cristiano, los cultos pueden llegar a ser una monotonía y a sentirse aburridos si no los
practicamos con partes interactivas. La vida con Dios tiene que ser práctica, con colores, con ideas,
avanzar con fe y en las pruebas entregarlas a Dios en oración y seguir con confianza. Una vida de caridad
y servicio hacia al prójimo. Les costó a algunos de nuestros hijos cuando visitamos la casa de los más
humildes de un vecindario, que se encontró en un ambiente no tan agradable, pero, después de seguir
esta práctica de ministrar a los pobres y necesitados, ahora mis hijos me piden si podemos ir a hacer una
visita a algunos de los hogares de los enfermos y pobres.
Otra cosa que quiero mencionar es que me siento fortalecida cuando podemos intercambiar ideas
espirituales junto contigo, mi esposo, sobre temas de actualidad. Pero sobre todo siento la necesidad de
que juntos oremos a Dios y encomendemos los desafíos de la vida, la educación de nuestros hijos, del
desarrollo de su carácter de acuerdo a la voluntad de Dios pues estoy segura que solos no podemos
hacer esta obra. Me siento más tranquila sabiendo que Dios puede guiar a nuestros hijos y protegerlos
del mal.
La vida con Dios en familia da una satisfacción tan grande que con palabras no lo podemos expresar.
(Pablo)
Ahora tú, querida hija Joela, por favor, comparte con los que te escuchan las bendiciones que recibes de
las devociones diarias que practicamos de la Palabra de Dios y si tienes algún consejo para los hijos que
también te escuchan.
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(Joela)
(Pablo)
Para ti, querida Talitha, ¿qué es lo más especial que te gusta del culto o de la lectura de la Palabra de
Dios?
(Talitha)
Muchas gracias por vuestros aportes en este importante tema de familia.
Estimados amigos, el Señor nos hace una invitación en Job 22:21-28: “Vuelve ahora en amistad con él, y
tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón. Si
te volvieres al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción; Tendrás más oro que
tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ofir; El Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata en
abundancia. Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás a Dios tu rostro. Orarás a él, y él
te oirá; Y tú pagarás tus votos. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, Y sobre tus caminos
resplandecerá luz”.
¡Cuántas hermosas promeses tiene Dios para aquellos que vuelven en amistad con Dios!
Estimados padres, no pierdan la oportunidad de amistarse con Dios para que les vaya bien y tengan paz.
Dios desea bendecir tu familia. Es hora de establecer planes en tu hogar y de estar más unidos a Dios y
su Palabra.
Es hora de tomar decisiones para el futuro antes que sea demasiado tarde. Como esposo y padre, debes
ser firme en las decisiones y guiar a tu hogar a la Palabra de Dios y a la comunión con Dios. Como esposa
y madre debes apoyar a tu esposo en esta importante labor y juntos levantar un altar en vuestro hogar
para adorar a Dios.
Te invito a que te pongas de pie en donde te encuentres en este momento si deseas tomar una decisión
firme de amistarte con Dios y pedir que Dios bendiga a tu familia.
Estimados amigos y oyentes, es hora de luchar contra la corriente que quiere quitarte el tiempo en
asuntos que destruyen tu vida y la de tu familia. Es hora de cambiar de prioridades. Es hora que te
pongas de pie y le digas a Dios, “Señor guía mi vida y la de mi familia”. Es hora que te pongas de pie y
agradezcas a Dios por tu esposa y por tus hijos y pidas el rescate de Dios para tu hogar.
Te animo a que te levantes en este momento donde te encuentras pues deseo orar por tu hogar para
que Dios pueda traer el verdadero amor y la unidad que tanto necesitamos y que nos ayude con su
bendición.
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Estimado amigo, Dios sabe tu necesidad y si te has puesto de pie en señal de amistad con Dios, ten fe
que serás recompensado de lo alto. Dios atiende a los que vienen a Él con corazones contritos y
quebrantados. Inclinemos nuestros rostros pues deseo orar por ti.
Oración
Nuestros colaboradores te entregarán en este momento una tarjeta de decisión. Te recomiendo que
dediques unos minutos para rellenarla y entregarla a nuestros representantes del equipo Rescate en tu
área.
Marca en la tarjeta de decisiones las diferentes decisiones que desees tomar hoy.
La tarjeta tiene los siguientes puntos:
1. Siento la necesidad de la ayuda de Dios para rescatar mi hogar. Deseo invitar a Dios a tomar el
control de mi vida y de mi hogar.
2. Reconozco que necesito dedicar más tiempo a mi cónyuge con la ayuda de Dios.
3. Pido oración por mi vida, por mi cónyuge y por mis hijos.
4. Solicito el curso gratuito “A los pies de Jesús” para que Dios pueda guiar mi hogar.
5. Solicito se me envíe todos los días la reflexión “Momentos con Dios” para escucharla en familia.
6. Pido una visita a mi hogar y obtener consejería de familia.
Coloca al fin de la tarjeta tu Nombre, Teléfono / WhatsApp, Dirección, Email.
¡Que Dios te bendiga!
(Presentador)
¡Qué bueno es poder caminar cada día tomados de la mano de Dios!
Si aún no has recibido tu tarjeta de decisiones pide a los asistentes en el lugar donde te encuentres que
te hagan llegar una de dichas tarjetas de decisiones y rellena la tarjeta con tu solicitud.
Hemos llegado al fin de la serie de conferencias “Rescate” dirigidas a la familia con el título “Valor del
tiempo en Familia”. Esperamos que hayan sido de bendición para vuestros hogares y para vuestro
matrimonio.
Deseamos recordar que en el mes de agosto se presentará otro programa dirigido a los niños. ¡No te lo
pierdas! Entrega tu nombre y contacto a la salida para que recibas la información de la próxima serie de
temas.
Te invitamos a visitar nuestra página web: www.labibliatienerazon.org y que puedas disfrutar de
muchos otros materiales.
¡Que Dios te bendiga ricamente y hasta la próxima oportunidad!
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