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Córdoba orbónica
Persistencias coloniales
en
tiempo de reformas
1750-1800)
Ana
Inés
Punta
Universidad Nacional de Córdoba
997
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2/34
3
El comercio de importación
y
exportación
Habíamos planteado en el primer capítulo que la reactivación de los
el
puerto de Buenos Aires se
la década del cuarenta y sobre todo en los
, lo que era coincidente con los procesos estudiados allí por
1
. No obstante el ritmo de este crecimiento aumentaba en las
del siglo lo que producía lógicamente, un aumento en las
las alcabalas
y
del Nuevo
. Decíamos también que la reactivación de estos intercambios no
las relaciones económicas de Córdoba con el norte
en relación con el comercio de las mulas
en
el capítulo anterior. Pero también nos interesa verificar el
el
c o m e T L e n t [ e _
. e 1
puert9 lllas- provincias del interlQ
T.
- -
- .
.•
. - _ -
m m . . . ; : : : : , p o ~ , , ; - = ~ v : : = : ~ si el ~
m e n t o
A ~ ~ P ~ ~ _ ~
lenes e Castilla afectó las producciones locales: compuestas
cipalfuente por a Q i d é l a n ~ y cuérc)s cal2riños:-
la
pefaaos y cordobanes.
*
.
~
Veíamos en el capítulo anterior que al aumentarse las relaciones con
d ~ J . 2 . . . .. 2 r ~ ~
~
t r ª ( j ¡ c J o ~ ~ . , . ~ ¡ g a .
?
~ ~
al
com
.
cio
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Q I f , . . . ~ . ~
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vIendo ~ ~ r m a b a n 1 ? . c m . ~ p ~ i § l j n t Q _
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
3/34
~
)
84 Córdoba Borbónica.
ambulantes, mercachifles, caracterizando asimismo
al
comercio de campaña,
siempre que nos
lo
posibiliten las fuentes
2
. Por otra parte, nos interesa
y
eriricar
R a r t i c i p a c i ó n
de
los
S P J l l e r c i a n ~ s
en
~ a
actividades
e c o n ó m i
~ a s
como el Q.t:é.stamo g
in
terés. así comp su intervención. directa o indirecta en
a d a d e productivas: curtiembre p ~ Q a ~ t e ñ T a campaña o
e X
< ? . a ~ ~ n i
1 } l
D ~
, -
- Oo..
-
Por último nos interesa reconstruir las pautas de vida de los miembros
de la élite c o r d o b e s ~ que nos parece más apropiado que hablar de
.,comerciantes ", situación que puede ser comparada con la de otras de la
época en Santa Fe, Salta o Buenos Aires.
3 .1. Las relaciones de Córdoba con el puerto de Buenos Aires
Para reconstruir 1
st§,
intercambios mercan
til
es legª les de
CÓrd
oba con
el
puerto hemos tomado como indicador
lo
recaudado por alcabalas en la
ciudad a lo largo del período. Su aumento tiene que
ve
r sin a i:iaa con un
incremento del tráfico, pero también con
un
mayor control en las
J g < W ~ á
a partir del eJtablecimiento de ·
Ia
Gobernación- ¡ñ tendencia.
Tomando un promedio anual entre 1755-1797, con algunas
la
gunas, y
teniendo en cuenta que las recaudaciones de
1785-1789
incluyen a todas las
provincias que integraban la Gobernación Intendencia
3
, las recaudaciones son
las siguientes:
Cuadro
IX ecaudac i
ones
de lcabalas
en
Córdoba
Años Promedio anual
recaudado
1766-1769
3.860
1770-1773 2.668
1774-1776
s/d
1777-1781
4.800
. ...... .... ...... . . .... ..... ..... ....
1790-1793
7.450
1794-1797
9.374
-
--- - - - -
Fuente ,. A.G.N., 1_3-11-8-2, Libros:
2, 3 ,
( a n o s 1760-1781)
y
elaboración propia para el período
siguiente según la información de
Converso, Félix,:
La
Real Ordenanza
de Intendentes
y
la Real Hacienda
durante la gobernación intendencia
del Marqués de Sobremonte ,
Cuadernos de cátedra de Historia
Argentina, Serie 1 No. 9 U .N.C.
Córdoba ,
1973
, pág .
35
.
2
Por ejemplo,
el
censo
de
1778
no
consigna las profesiones como sí
lo
hizo el de
Buenos Aires y recién tenemos esa información para 1813 , después de la ruptura
del orden colonia l. . . .. ; .
3 Esto no
lo
habíamos advertido en una versión preliminar de este capítulo, confr. ·
Punta, Ana Inés: Los intercambios comerciales
.
.", op. cit. pp . 3 5
6
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5/34
86 Córdoba Borbónica.
Cuadro X Envíos
de
mercaderías y de dinero
de
Córdoba
a
Bs As 1777 1786
Año Mercaderías Dinero Total
1777 24 537
13 900 38 437
1778
50 939
14 600 65 547
1779 38 309 73 912
112 221
1780 35 601
56 851 92 452
1781 30 159
54 100
84 259
1782
45 501
61 413 106 .915
1783 37 075 181 570 218 645
1784
32 494 33 116
65 610
1785
46 137 53 298
99 435
1786 38 755
61 341
100 096
TOTALES 379 508 604 110 983 .618
Cuadro XI Envíos de mercaderías de Buenos Aires a Córdoba 1779 1788
Año Monto total en pesos
1779 29 956
1780
49 .942
1781
22 605
1782/4
s/d
1785 (cinco meses)
5 782
1786 14 675
1787
.
24 502
1788
19
.052
Fuente: Cuadros IX. X, XI en Yomaha, Mustafá:
El
Intercambio . '
op.
cit.
Cuadros V y
VII,
pág.
40
y 42.
I
Los productos que registran
las
guías de comercio en lo que hace a los
envíos desde Buenos Aires son especialmente ms,rca,ncías > P e a s textiles.Y
artículos ,de confecdQ¡ ¡ que incluyen medias y sombreros así como. otros de
mercería .
El
valor de las importaciones que realiza Córdoba es superior en
general
al
de sus exportaciones debiendo saldar el resto con metálico que
provenía de otros circuitos comerciales, especialmente del comercio de mulas
y ganado en pie con el norte minero y de la reventa de productos en el
interior, de los que hay múltiples ejemplos. Es difícil sin embargo determinar
cuánto de
lo
que
se
enviaba a Buenos Aires era por una balanza comercial
desfavorable y cuánto de ese dinero tenía otro origen, como pagos de deudas,
o adelanto de. nuevas compras, como se ve en el siguiente Cuadro.
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6/34
El
comercio de importación
y
exportación
87
uadro
XII
Exportaciones
e
importaciones de órdoba entre
1779 1786
Año Total de Total de Diferencia Envíos de
exportaciones
importaciones
plata
1779
38.309
31.380 6.929
73.912
1780 35 .
601
56.166 -20.
565
56.851
1781
30.159
23.293 6.866 54.100
1786 38.755
18
.725
20.029
s/d
TOTAL
162 .823
129.565 13.
239 190
.
863
Fuente: Ibídem Cuadros IX a Xl.
En cuanto a los volúmenes
y
valores exportados por la provincia en
esos años vemos que son bastante regulares, no así los de las importaciories, a
pesar de que no estamos frente a ningún conflicto europeo que pudiera
trastocarlos sustancialmente. Por otra parte, las cifras que acabamos de
consignar muestran una situación aparentemente contradictoria. Si tomamos
las importaciones y exportaciones de los cuatro años señalados en forma
global, la provincia tiene un saldo comercial a su favor de 13 .239 pesos, a
pesar del saldo negativo de 1780. Sin embargo, y considerando los tres años
en que tenemos
la
información completa sobre importaciones 9
exportaciones , C:Órdob ª_est4. enviando a B u e n ~ e . j r e s n _ t o t a 1 d e .• 9 0 8 f i 3
pesos, a pesar de haber tenido una balanza comercial favorable . Estos envíos
püéden estar relacionaciós COñ un
aj
usfe e 16s
o
r o l t f S -
ñ l ¡ 5 ó
s i t i v o s , pero
también pueden ser un indicador de o r t a n t ~ ~ c o I ] ] P ~ ~ ~ 2 . a ¿ - p 0 E J 9 ~
comerciantes cordobeses y que no necesariamente habían sido todas
r;;
gi
stradas pagando los derechos de i n t r o d u c d ó
ñ
Eré
nví
o ae dinero por parte
~ m e r c e s era frecuente y 'e n 1761: por ejemplo, Adrian de Aramburu,
comerciante de la ciudad se presentó a los jueces de la Real Hacienda
declarando:
..que estaba proximo a partir a la ciudad de Buenos Aires conduciendo
la
c a n t i d a d d ~
52.000
pesos dobles, parte mia propia y de Don
fnirycisco Antonio Diaz Don Lorenzo Blanco Noriega, Don
Miguel
de
Learte
y
Zegama yOon Manuel Lopez Cobo, comerciantes de esta
ciudad cuyas respectivas cantidades prozeden de la venta de efectos de
.Castilla que baxo despachos lexitimos introdujeron
en
esta dicha ciudad
para
su expendio 7 .
7 · .
AHPC, Escrib. 11 Leg.
36
Exp. 17.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
7/34
88
Córdoba Borbónica.
También
en
ese mismo año,
cl
encargado de llevar el Real Situado
Qesge Potosí le o r r m ~ b a al gobermidor
C a r r i p e o :
q U e ~ v i a j a b a _a B u ~
Aires:
..... conduciendo
el
Real Situado
y
demas caudales de particulares [ .. ]
habiendose agregado el importe de 20.000 pesos que remiten varios
sujetos del comercio de esta ciudad [Córdoba]
s.
La2.. cantidad,ª-s_?J via
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
8/34
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
9/34
90 Córdoba Borbónica.
decir que fueran sus comerciantes los gue realizaran el tráfico. En relación con
I;-sereaOS-di:f-CastTíia y aunque algunos importantes comerciantes -como Juan
Lopez Cobo- se ocupaban también de su envío a
las
provincias del norte
como
ya
vimos,
la
presencia de
los
comerciantes cordobeses no parece ser
allí
importante. Los estudios realizados por Sara Mata sobre los comerciantes de
Salta en las últimas décadas
del
siglo XVIII confirman lo dicho anteriormente,
ya que no hay intermediación de comerciantes cordobeses en
el
comercio de
importación desde Buenos Aires, aunque
sí
es
muy
fuerte
su
presencia en el
comercio de mulas de esa ciudad
l2
.
3.1.1. Las exportaciones de Córdoba a Buenos Aires: textiles y cueros
Las exportaciones de mercancías desde Córdoba a Buenos Aires
en el
período
1777-1786
estaban compuestas principalmente de textiles producidos
en la región: ponchos. frezadas tñmbjén cueros de cabra- cGmQbanes
y
tªpetados, a
lo
que se sumaban otros efectos de
la
tierra de producción local o
provenientes de Qtras pmvincigs d e l i A t e f ; i e f . ; : € E > m o a l g o d ó n ~ 13.
La producción de textiles de lana era de larga data en la provincia
aunque generalmente había sido de tipo doméstico y para el consumo familiar.
Estas características cambiaron a mediados de la década de 1760 y para la
siguiente era ya una de las prinCipales actividades de
la
campaña a las que se
dedicaban especialmente las mujeres. Si tomamos en cuenta
el
total de los
envíos en esos años, Assadourian señalaba para
la
década de los setenta, una
salida no inferior a las
20.000
piezas teniendo en cuenta a
los
distintos tipos
de te;idos
I4
. Por
su
p a r t ~ los permisos de exportación trabajados por Yomaha
mostraban un promedio de 27.515.Biezas entre 1777-
1
788,
que aumentaba
a 28 .644 entre 1780-1783 15. Con cifras que se aproximaban bastante a las
.anteriores, Garavaglia-Wentzel consignaban la exportación de Córdoba a
Buenos Aires en 14.584 piezas entre 1761-1769 que aumentaron a 25.584
entre los años 1770-1778
y
29.925 entre 1781-1788. Entre 1781-1790
estos autores encontraban también, que
los
textiles de Córdoba
repre$entaban,
en
valores, el
85
por ciento de
los
tejidos de lana que entraron
en Buenos Aires
en
ese período
l6
. Lo
que sin duda se nota en estos
guarismos, .más allá de sus diferencias, es que no hay una retracción como
consecuencia de
la
competencia de textiles extranjeros a partir de
la
aplicación
12 Confr. Mata, Sara: Los comerciantes de Salta ...
op
. cit.
13 Confr. Yomaha, Mustafá: Los intercambios op .
dt.
14 Confr. Assadourian, Carlos S.:
l
se tor
e x p o r t o r . o p . cit., pp . 349-350.
15 Confr. Punta, Ana Inés: l..a producción textiL op. cit.
16
Confr. Garavaglia, Juan Carlos, Wenzel, Claudia: Un nuevo aporte a
la
historia del
textil colonial. Los ponchos frente
al
mercado porteño (1750-1850), en: Anuario
deIIEHS
4, Tandi11989, p. 228.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
10/34
El comercio de importación
y
expo
rt
aci6n 9
J
del Reglamento
de libre
Comercio, lo que también había sido señalado
por
Garavaglia. Por el contrario, las exportaciones de téxtiles de lana siguieron
aumentando y en la_primera d é ~ d a d e l siglo XIX alc,.anzaron un_
prom
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
11/34
92 Córdoba Borbónica.
los mismos guardas encargados de controlarlas y con
la
ayuda del cura
doctrinero de
la
Reducción de los Pampas, a quien se
les
dejaba los cueros en
cuidado antes de ser llevados a Buenos Aires
21
. · .
Q
trQ
.
.eJe.
men
tQ
_.
Que
_diflculta cuantifica
r-
. las _
. a n t i d ª g g g ~ f ~ O S
e
~ } g q ~ d e
- P J o v i n
u
J a p < ? s i b i l i d ~
d ~
~ ~ ~
~
é s t o s Q ~
n í a n de
los a n i m a l e s
a e l l a 6
S 9
a r - a -
~
c Q r ; ¡ s u m
d J U . i i e
frecuente así encontrar a
I; s curas de
la
Compañía de Jesús pidiendo autorización para exportarlos,
como
lo
hicieron en noviembre de
1754,
en que sacaron
598
cueros
provenientes del consumo; en mayo del año siguiente pidieron autorización
por
300
más, en marzo de
1756
por
400
y en octubre el comendador del
Colegio solicitó autorización para exportar otros 1.500. Esta vez el Cabildo le
denegó
el
pedido diciendo que :
... .. el
Reverendo Padre Comendador es
asilador de otras personas que quieren asi sacar sus cueros
22
con
lo
que
quedaban claras las maniobras que realizaban como testaferros .
Las exportaciones de cueros, tanto legales como ilegales, fueron
aumentando y el informe del Cabildo de finales de
1759
hablaba ya de unas
catorce o quince mil piezas que salían anualmente de
la
provincia con destino
a Buenos Aires
23
.
El
rubro debe haber interesado cada vez más a los
comerciantes cordobeses ligados al mercado porteño y vemos así que en
1764, por ejemplo, Rafael Calvo Mariño, portugués que comerciaba en
Córdoba y Buenos Aires.
le
escribía desde esta ciudad a Manuel Correa ,
residente en Córdoba que con la caída de la Colonia de Sacramento y
la
cantidad de géneros que había en Río de Janeiro:
..
...haga diligencia de mandar
los
cueros que pueda porque este renglon
cada dia toma mas estimacion, en particular
los
buenos, que
los
demas
poco valen
24.
El ejemplo muestra además cómo los comerciantes adecuaban sus
actividades a
las
fluctuaciones de un mercado en permanente cambio por los
conflictos bélicos. Sin embargo los totales que registran las guías de permisos
sobre las piezas exportadas sólo dan un promedio anual de
5.400
cueros
25
con lo que quedan en evidencia las cantidades que salían sin registro.
Al
resp.ecto, el gobernador Campero había dado órdenes de controlar la frontera
porque:
21
AMC, Act. Cap.,
libro 29
,
(27-11-1754).
22 AMC, Act. Cap .,
libro
30, l2-X-1756).
23
AMC, Act. Cap.,
libro30
,
fs.
360-385
y
en
Cáceres, S.:
Cuestiones e límites
op
. cit., pág.
56
(Informe de Alberro).
24
AHPC, Escrib.
11
Leg. 33, Exp_10.
25
Yomaha, Mustafá:
El
intercambio comercial
.
.
..
,
op
. cit., planillas 100-105.
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12/34
El
comercio de importación
y
exportación
93
..muchos portugueses tienen establecido comercio en
la
jurisdiccion de
esta ciudad haciendo porciones de cueros a cambalache de mercaderias
en
los
Rios Tercero
y
Cuarto
y
Valle de Calamuchita internando para
este
fin
dichas mercaderias z6,
Sabemos sin embargo, que
el
contrabando no era exclusividad
de
los
lusitanos.
Si bien las cantidades de cueros exportados pueden ser relativamente
importantes para la economía de Córdoba, éstas sólo deben haber
representado un porcentaje pequeño de los que salían por el .puerto de
Buenos Aires.
Es así como la documentación trabajada por Moutoukias de
los
registros de exportaciones de cueros desde Buenos Aires entre
1764
y 1796
,
agrupadas por quinquenios, muestran una progresíón constante en todo el
período, especialmente notable a partir de mediados de
la
década de 1780
para mantenerse relativamente estables en los diez años siguientes oscilando
en una media de
275
.000 piezas, que representarían unos 330.000 pesos
anuales, como se puede ver en
el
Cuadro XIII .
Cuadro
XIII: Exportaciones de cueros por el puerto
de
uenos
Aires Promedio anual por quinquenio
Período
Unidades
Valores en pesos
1764-1768
62
.799 61.776
1769-1773
72 .588
63.515
1774-1778
. 447.123
89.424
·1779-1783 159.446
196
.
044
1784-1788
257.312
321.626
1789-1793 338.362
328.522
1794-1796
229.025
338 .873
-
Fuente: Información elaborada a partir del Cuadro no . 6 de:
Moutoukias, ZacarÍas: El comercio atlántico ... , op. cit.
pág.
36 y
81.
Por
su
parte Levene había estimado que entre 1779
y
1795
el
total·
de
las
exportaciones .de cueros debía
haber
sido de poco más de 6.
300.000
26
lEA
,
Odos
. No. 4 .
159 y
No. 479
(f
.311).
Al
respecto Campero dio.
un
Auto
el
VI-1764. (AHPC, Escrib. 11 Leg.33, Exp. 10) . .
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
13/34
94
Córdoba Borbónica.
piezas
27
, cifras superiores a las de Moutoukias, quien para el mismo período
contabiliza s610
4.527.941.
Otro historiador, Lynch, citando un informe sobre
la
Banda Oriental de Francisco de Ortega Sanz 'de
1784,
señalaba que des-
pués de 1783 las exportaciones habían aumentado a 1.400.000 piezas
28
cifras que incluían también a los que salían de
la
Banda Oriental.
Cabe preguntarse cuántas de las piezas exportadas en el período
provenían de la jurisdicción de Córdoba. A pesar de que no contamos con
información precisa,
si el
Cabildo de esta ciudad estimaba que en
1760
salían
aproximadamente 15.000 cueros, éstos representarían casi un 20% de las
exportaciones porteñas en ese año, que habían ascendido a 76.000 piezas
según Moutoukias, lo que no es una cifra despreciable si consideramos el
aumento en el costo que representaba el flete hasta el puerto para los
productos del interior.
Insistimos en que las cifras que damos para Córdoba son sólo
aproximativas ya que el problema del contrabando seguía vigente, aun cuando
desde mediados de la década del ochenta Sobremonte, siendo gobernador
intendente de
la
provincia, intentara aumentar los controles.
Es
así como en el
informe que presentó
al
virrey en 1785, a poco de hacerse cargo, señalaba
que las existencias de ganado vacuno
en
la provincia ascendían a 200.000
cabezas. Parte de éste era consumido
en
el abasto de la ciudad y campaña,
otra considerable era comercializado en pie en las provincias del norte y desde
la década de 1770 también se exportaban a Mendoza y Chile. Temiendo que
peligraran las existencias, Sobremonte reglamentó entonces
la
exportación de
ganado vacuno en
1785, 1786 y 1792 29.
Por otra parte, en
1791
había
dado órdenes de que cuando los animales fueran vendidos se los
contramarcara para evitar los desordenes y robos que han sufrido los
hacendados criadores ,
lo
que traía por consecuencia la escasez de carne
30
.
Pero no tenemos información de las cantidades de cueros que
se
obtenían,
ni
cuántos eran destinados al mercado local.
A comienzos del siglo XIX
en 1801,
según un informe del Cabildo de
Córdoba, se calculaba en 36.500 cabezas anuales las que eran consumidas en
la ciudad y su jurisdicción
31
,
pero no tenemos para esos años un cómputo de
las existencias en la provincia. En
lo
que hace
a
la exportación de cueros de
estos años, Assadourian daba las siguientes cantidades: 10.532 piezas en '
27
Levene, Ricardo: Investigaciones acerca de
la
historia económica
del
virreinato ,
en: Obras completas 11 Buenos Aires, 1962,
pág
.
315.
28
Lynch, John:
Administración
colonial...op.
cit.,
pág. 46.
29
lEA
Deto.
No.
737
(1785); AHPC, Gobierno
8
Exp.
17, (1786)
y
Gobierno 13,
Exp. 1 (1792).
30
AHPC, Gobierno 12, Exp. 16, f 379.
31
AHPC, Gob.
27
, Exp. 42.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
14/34
El
comercio de importación
y
exp
or
tacion
1806,
10
.
392 en
1808 y 25.142 en
1809
señalando que posiblemente esta
última cantidad se aproximara
más
a los totales de los años normales
32
. Sin
embargo es difícil establecer
una
relación entre el ganado consumido y la
exportación de cueros porque
tampoco
contamos con estimaciones sobre las
cantidades de los que
eran
utilizados
en
la misma provincia. Por otra parte,
hasta aquí nbs hemos manejado con las Cifras del comercio legal. Sabemos sin
embargo, que éstas muestran sólo una
parte
del comercio real ya que las
evasiones a los controles seguían siendo una constante.
3.2. Contrabando y comercio ilegal
Pasamos ahora a considerar un problema diferente como es
el
· del
contrabando o el comercio ilegal.
Con
respecto a éste como práctica social
nos han sido sumamente útiles las reflexiones de Moutoukias
quien
consideraba
..el univ
e
rso del
contrabando
no
como
un
mundo delictivo,
sino
como
una especie de frontera social en relación al estado, o cuando menos a
cierto discurso
del
estado, con reglas bien establecidas, pero
lo
demás
nada diferentes de las del comercio legal que sus actores aceptaban y
respetaban
Agregaba este autor que otro aspecto del problema
era
que la
participación
en
actividades comerciales
de
altas awtoridades y militares de
rango superior estaba generalizada y hasta cierto límite admitida a pesar de las
leyes. Esto nos ayuda a comprender hasta qué punto los registros del comercio
legal en Córdoba son insuficientes
para
cuantificar
el
comercio, ya que las
evasiones a los controles eran aquí también una práctica cotidiana . levada a
cabo
por
los distintos sectores sociales, más allá del discurso que siempre las
condenaba. Vemos así
cómo
muchas veces eran los mismos funcionarios
encargados de controlar las fronteras los que mediante un soborno dejaban
pasar las mercancías ·sin
pagar
derechos. Por ejemplo
en 1761
dos guardias
del Río
IV
acusaron al tesorero de la Real Hacienda,
Juan
de Alberro y a los
comandantes de esa frontera, Miguel de Arrascaeta
y
Baltasar de Cisneros de
haber dejado pasar una carreta con cuarenta negros esclavos enviados
por
Don Francisco de
Campos
Lima desde Colonia de Sacramento, con destino a
Chile.
Al
parecer los
comandantes
habían inclusive acompañado las carretas
hasta donde terminaba la jurisdicción de Córdoba,
en
el Paraje de la Punilla,
habiendo recibido
en pago
dos negros y trescientos pesos
por
su ayuda.
: 2
Ássadourian, .Carlos S.:
El
sectorexportador
..
·op. cit. , pág. 323.
: 3
Mo
ut
o
ukias,
Z.:
l comercio atlántico ..
op. cit., pág.
4 y sgtes
..
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96
Córdoba Borbónica.
Cuando el caso
fue
denunciado por los guardias y se realizó la sumaria
investigación , todos los testigos coincidieron en la acusación, a las que se
agregaron otras, ya que al parecer no era
la
primera vez que habían pasado
esclavos clandestinamente a Chile. Sin embargo hasta donde tenemos
información, los que terminaron presos fueron los guardias que habían hecho
la denuncia mientras que los funcionarios acusados siguieron ocupando sus
puestos
4
•
En otras oportunidades eran los mismos miembros del Cabildo
quienes buscaban formas legales de evadir pagar
los
derechos establecidos,
como sucedió en Córdoba cuando se reglamentaron los productos que debían
pagar la sisa. En el libro en que se registró la sisa, el recaudador aclaraba que
si
bien el auto del gobernador estipulaba que ésta debía cobrarse también a las
mUlas
y a las vacas
..
no se ha practicado en esta ciudad y
sí
para
el
aguardiente, yerba y tabaco... 35 . Esto no debe extrañarnos dado que los
funcionarios del Cabildo y Mendiolaza en especial, que era el encargado de la
recaudación, eran los principales productores y tratantes de mulas y ganado
en pie de la provincia.
No sólo las autoridades civiles evadían las leyes sino que también lo
hacían las eclesiásticas y los miembros comunes de
la
iglesia, aprovechando las
ventajas que les daba su fuero, ya u ~ en general estaban exentos del pago de
propios y sisa si podían demostrar que lo que vendían era producto de su
patrimonio o provenía de capellanías. Esta situación
sin
duda los beneficiaba y
les permitía tener precios menores,
lo
que a menudo dificultaba la
competencia de los comerciantes particulares
36
.
Junto a estas evasiones aprovechando el fuero eclesiástico existe el
contrabando liso y llano que ejerce gran parte de la sociedad colonial. A pesar
de que
en
él participan casi todos, como ya lo señalara Moutoukias hay una
contradicción entre el discurso y
la
práctica. Es frecuente así encontrar
disposiciones tendientes a evitarlo y a menudo se toma a los comerciantes
portugueses como chivos expiatorios , como
si
ellos fueran los únicos en
transgredir las normas, más allá de que a través de Colonia de Sacramento es
real que se realizaba un intenso tráfico ilegal. Vemos así cómo en los
4 No sabemos como terminó
el
incidente ya que el documento e s t á e s t r ~ i o por el
agua y
su
final es ilegible; confr. AHPC, Crimen Capital, 1761, Leg. 15, Exp. 4.
35 AMC, siNo Libro en que se acientan
las
partidas del real derecho de Siza que
produce la yerba de palos y camini, que entra en mi poder como depositario de
este ramo y corre desde
este
año de 1748 . Joseph Joachin de Mendiolaza; (años
1748-1756).
:16
Confr. Punta, Ana Inés:
El
comercio y
su
registro en Libros de Propios y Sisa
en
Córdoba (1736-1770) ; Ponencia presentada en las Primeras · Jornadas
Interescuela
de
Historia
a
Plata, 1989.
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16/34
El comercio de importación
y
exportación 97
considerando s del auto de expulsión
de
portugueses que diera el gobernador
del Tucumán, Joaquín de Espinosa y Dávalos, éste decía:
.
por
cuanto me hallo informado que de las provincias del Peru vajan
y
conducen muchas personas extraviando caminos y sin las guias y
despachos correspondientes, cantidades de plata sellada y
en
pasta y
barra como oro, hasta introducirlo y asegurarlo
en
Colonia de
Sacramento a cargo de los portugueses quienes haciendo negociacion
traen al mismo modo para dichas provincias del Peru cantidades de
f t
37
e ec os y negros... ,
La cita anterior
pone
aquí una vez más
en
evidencia la activa práctica
del contrabando.
Unos años después, en 1764, el gobernador Campero volvió a dar un
auto
contra
o ~ u s denunciando que tenían establecido comercio
en
la jurisdicción
de
a IUéfáa
de
Córdoba y que hacían porciones
de
cuero a
cambalaches
de
mercaderias . Sin
embargo
no se cumplió la medida de
expulsión y a los pocos días los seis o siete lusitanos que habían sido puestos
en
prisión recobraron su libertad
38
. .
La falacia de considerar a los portugueses como casi los únicos
causantes del contrabando está en la continuidad de esta práctica a lo largo de
todo
el
período
estudiado, más allá
de
que el
propio
gobernador intendente
Sobremonte informara en
1785
al
Virrey, que prácticamente no había
extranjeros que hubieran llegado
en
los últimos
años
a la provincia, a
excepción
de
un irlandés y de un genovés
39
. Por otra parte eran más que
frecuentes las denuncias de que los comerciantes
de
la ciudad transgredían las
normas , como las que se hicieron unos años más tarde sobre el notorio
escandalo del cargamento que ha traido Don Benito Antonio ·Fragueiro de
Buenos
Aires , no cumpliendo con los registros y pago del Nuevo Impuest0
4o
.
El
mismo Sobremonte denunciaba
en
1794 que las tropas de carretas
que iban de Buenos Aires a Jujuy habían comenzado a extraviar caminos
y
lo mismo hacían las que regresaban
41
. Unos meses más tarde, en diciembre,
se quejaba de la total decadencia
en
las recaudaciones que no alcanzan a
pagar los gastos 42.
Pero
esto no debía
ser
atribuido sólo a las evasiones
de
las
37
lEA,
Oda
. No
.
87 a [1758].
38 AHPC, Escribanía
11
Leg. 34, Exp. 1 1766).
39 Confr. Torre Revello: l Marqués de Sobremonte op : cit, Apéndice Documental,
pág.
L
10
AHPC,
Gobiem027
Exp.
22;
11 AHPC, Gobierno 15, Exp. 13,
f
206.
AHPC, Gob.
15,
Exp. 7 .
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17/34
98 Córdoba Borbónica.
contribuciones sino también, según el Marqués, a haber decaido el comercio
de efectos de Castilla
y e la
tierra 43.
No
obstante, a finales de
1795
Sobre monte señalaba que debían evitarse los fraudes en el pago de derechos
de naipes y tabaco así como
en
la entrada de efectos de comercio y
aguardiente agregando que era sumamente notable que
en el
transcurso de
once o doce años no se haya hecho una apreencion de efectos de
comercio 44. Efectivamente, como veremos en el capítulo en que analizaremos
los ingresos de la Real Hacienda, el rubro Decomisos desapareció entre los
que proporcionaban ingresos,
lo
que estaría demostrando la connivencia de las
autoridades con las prácticas ilegales, que no pudieron ser erradicadas.
3.3
. Características del comercio de importación
y
exportación.
Unos de los problemas que nos planteábamos
al
iniciar este capítulo
era el de poder determinar el papel que jugaba Córdoba en relación con el
comercio de importación de mercaderías de Castilla. Las fuentes no son
demasiados explícitas al respecto pero los registros impositivos así como las
actividades protocolizadas ante escribano brindan alguna información
sugerente. Tenemos así poderes otorgados por comerciantes de Córdoba a lo
largo de estos años que muestran que
por
lo menos algunos hacían sus
compras directamente
en
España o habilitaban a otro comerciante
en
Buenos
Aires para que lo hiciera por ellos. Tal es el caso en
la
década de 1750, de
Gregorio de Arrascaeta y Santiago de Allende, quienes dieron un poder a
Manuel Diaz y Saravia, del comercio de Buenos Aires, para que contratara
directamente
en
Cádiz el envío de mercaderías a cuenta de los dos primeros,
las que embarcaban bajo su cuenta y riesgo . La compra fue
por
un total de
2.448 pesos 1 real y fue cancelada tres años más tarde
5
. Tenemos también
varios ejemplos a mediados de la década de 1760. Ya mencionamos
anteriormente los permisos de introducción de mercaderías de 1767-1769,
que mostraban a . dos importantes comerciantes de
la
ciudad,
Joseph
de
Portillo y Juan Lopez Cobo, realizando compras directamente a los maestres
de los navíos de registro -y a su vez barcos negreros- en Buenos Aires
6
.
Las compras de los cordobeses directamente a España se siguieron
realizando y es así como en la década del ochenta contamos con poderes
dados por conocidos personajes locales como Antonio de la Quintana,
43 AHPC, Gob . 16, Exp. 9, f.152.
44
AHPC,
Ibídem
f. 200-201.
5
AHPC, Escrib . 2,Leg. 26, Exp. 10.
6 Los permisos en AHPC,
Escrib.
2, Leg. 32, Exps . 21, 22, 23; Leg. 36,
Exp.
5-9
16; Leg. 37, Exps . 4, 5, 6, 10, 12; Leg. 38, Exps . 2; 3, 5, 7 13, 15, 16.
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18/34
El comercio de importación
y
exportación
99
Antonio Diaz, Juan Perez Bulnes, Nicolas Azcoitia o Francisco Xavier de
Palacios para realizar compras en Cádiz
47
. Por su parte, fuertes comerciantes
como Antonio B. Fragueiro compraban
en
distintos puertos gallegos y
también
en
Cádiz
48
•
Otros, como
la
compañía comercial formada por
Feliciano de la
Mota
Botello, natural de Santa Fe y residente en Córdoba,
junto con Hipolito Garcia Posse hacían sus negocios con una compañía de
. Barcelona
49
. Palacios, por su parte, tenía además una acción de 500 pesos
en
la
Compañía de la Habana
y
había realizado operaciones comerciales
en
lima
y Arequipa
50
• También era frecuente que los cordobeses tuvieran relaciones
directas con Brasil, Chile y el Alto Perú, lo que les permitía participar del
. comercio de esclavos y de la introducción de productos americanos, como
azúcar o tabaco, o artículos de cobre y ropa de la tierra de Chile. Pensamos
que esta relación directa que muchos comerciantes cordobeses establecían con
sus proveedores podria explicar por qué no encontramos aquí en estos años a
fuertes comerciantes porteños a pesar de la notoria reactivación del comercio
con el puerto. Esto no quiere decir que los cordobeses actuaran siempre en
forma independiente y en todo caso, los que
lo
podían hacer eran sólo
aquellos que contaban con más medios económicos. Hemos encontrado así
frecuentemente que los comerciantes hacían sus operaciones a crédito y allí
necesariamente eran sus pares porteños los que se las fiaban, de los que
tenemos algunas deudas protocolizadas. Considerando aquellos que
declaraban sus bienes como mercaderías de Castilla así como los montos que
adeudaban
al
momento de casarse tenemos la siguiente información, a titulo
de ejemplo:
47 Así
por ej . en
1785
Antonio de la Quintana dio poder a Francisco de Vera y
Murguia, vecino de Cádiz, para que comprara en su nombre (AHPC, Registro 1,
Protocolo No. 168, fo. 128v.)
y
en ese mismo año, Antonio Diaz y Juan Perez
Bulnes dieron poder a Pedro Marquiegui
y
otros , también en Cádiz; (ibídem fo.
2S0r.) . Azcoitia
(o
Azcoeta) había comprado mercaderías por
4.182
pesos en
1784 y
al
año
siguiente aparecía con una deuda de
8.191
pesos con Pedro
Baleriano Bombi de Cádiz por mercaderías que éste le había enviado, (AHPC,
Reg.1, Protocolo No.
168
, fo .
38r
.-42r.) Palacios por su parte había realizado
distintos envíos a España por un total de 44.000 pesos (Ibídem, fo . 38v. y 332v.).
48 Confr. Lobos, Héctor R.
:
Los Fragueiro ... op. cit. pág.
441.
49
En
1787
habían comprado mercaderías
por 1.208
pesos a Don Pablo Montells del
Sol y Compañía , deuda que recién saldaron
en
1794
, (AHPC, Protocolos, Reg. 4,
1786
-
1788
No. 1,
fo.
43v. y 45r.)
50
Sus bienes sin embargo alcanzaban a sólo
16
.936 pesos 2 reales y medio,
incluyendo alhajas, platería , y cinco esclavos cuando se hizo el inventario de .sus
bi
enes
al
morir. (AHPC, Reg. 1, Protocolo No.
168
foso332r.-348r.) .
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1
100
Córdoba Borbónica.
Cuadro XIV: Compras a Buenos Aires
de
mercaderías de Castilla a crédito
Año
Deudor
Capital Deuda
1761
Lorenzo Blanco
o r i e ~ a
12.342
8 062
1766
Gaspar Salcedo
11.507 8 000
1783
Francisco Vaz
5.233 1.384
1789
Gaspar Bravo
59.395
15 508
.
1791
Benito
A.
Fragueiro
24.684 14.391
Fuente: AHPC, Registro 1, Protocolo No. 144 fo. 266v.;
No.
149
fo.
156r.-174v.;
No.
166
fo.
41v.-48r.; No. 171 fo. 148v.;
No
. 173 fo. 70v.-82r.
Nota: sólo
en
el caso de Bravo
los
bienes estaban compuestos además,
por
mercaderías del Cuzco mulas. En el caso de Fragueiro, se aclaraba qu l deuda
de
mercaderías era por 7.094 pesos el resto por deudas .
Trataremos
de caracterizar ahora
al
sector de los comerciantes
de
acuerdo con
el
tipo de intercambios que realizaban y a los circuitos en los que
participaban. No
hemos
encontrado que se pueda hacer una clara
diferenciación entre aquellos que importaban mercancías desde
el
puerto y los
que las introducían desde otras provincias, incluyendo productos
de
la tierra
ya que
es
frecuente que hicieran un poco de cada cosa,
como es
el
caso de
Juan
Bautista Carvallo
en la
década del sesenta. Éste aparece frecuentemente
en
la documentación enviando mercaderías en consignación al Potosí,
importando ropa de la tierra desde Chile e introduciendo yerba desde el
litoral. Carvallo
era además consignatario de los curas de
San
Juan y de La
Rioja
en la
venta del aguardiente que enviaban a Córdoba
para
su
comercialización
5
. Otro ejemplo, unos
años
más tarde,
en la
década de
1780,
es el
Juan
Lopez
Cabo
quien además de aparecer
en
las guías de introducción
de mercaderías desde Buenos Aires es frecuente encontrarlo enviando otras al
norte. Así,
en una
oportunidad, a las dieciocho petacas que había introducido
desde Buenos Aires se agregaban un cajón de mercaderías con cuchillos y
otros cuarenta quintales de hierro y medio quintal de acero, junto a tres
petacas
de
la fábrica de
San
Fernando de Guadalajara , mercadería que debía
.ser remitida al Tucumán para su expendio 52. Las guías de permisos
trabajadas
por Yomaha
ya citadas, dan también algunos indicios sobre los
principales introductores en Córdoba de mercancías desde
el
puerto, pero de
acuerdo con estos registros, entre 1777-1788 los que
aparecen
con más
frecuencia
no
son . los mismos que se destacan por sus envíos a Buenos
5 Confr. Punta, Ana Inés:
El
comercio su registro ... op. dt
52 AHPC, Escrib. 2, Leg 32, Exp 23.
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20/34
El
comercio de importación y exportación 101
Aires
53
.
Los únicos comerciantes que aparecían en forma regular como
importadores, en dos o tres años seguidos, fueron Pedro Malde y Bernabe
Gregario Las Heras.
En
relación con
el
comercio de exportación de Córdoba
a Buenos Aires según los mismos registros, no hemos encontrado la presencia
regular de comerciantes porteños como abastecedores entre los años 1779-
1788, a excepción de Gaspar Santa Colama y de Bernardo Gregario las
Heras. Del primero se registran los siguientes envíos:
Cuadro XV: Envíos de mercancías de Gaspar Santa Ca ama a Córdoba
1779-1 788)
Año Destinatario Monto
del
envío Total anual
1780 Juan B. de Somaya
2.
352
Juan Valverde
979
s/d
790
Hipolito Garcia Pose
1 464
5.585
1781
Juan Lopez Coba
610
Pedro Malde
975
1 585
1786 Pedro Malde
449
4 449
1787 Jase R. de Olmedo
272
Jase
de
la
Mota Botella
173
445
Fuente: Yomaha, Mustafá: El comercio . . op. cit. Planillas
63
a
97
.
,
Por su parte Bernardo Gregario de las Heras envió mercancías a su
hermano, Bernabe Gregario, por
3 644
pesos entre 1786 y 1787, a los que
se sumaron 4 .
240
pesos en los envíos a otros tres comerciantes. Aunque es
poco frecuente que coincidan los que importan con los que exportan
productos
al puerto, según esta fuente, hemos encontrado algunos que lo
S3 En
1779
los que introdujeron mercancías por más de
mil
pesos fueron: Francisco
Perez Mier,
Juan
de Zomaya, Bernardo Orresti,
Jase
de Urizar, Hipolito Garcia
Posse j
en 1780
: Agustin de Igarzabal , Verisimo Araujo
y Luis
Corrales. Ninguno
de éstos aparecen como los principales introductores entre
1781
y
1788
según las
mismas fuentes ya que
en
'
1781
.se destacó Ventura Melgarejo por
la
importación
de mercaderías
por
valor de 4 785 pesos y
en 1785
lo hizo Fermin de Larrainzar,
uno de los fuertes exportadores de textiles y cueros, quien importó mercaderías
por
1 879
pesos. En
1787
los mayores introductores fueron Jose Teheran,
Gregario Moyana y Gregorio T ejerina mientras que
al
año siguiente fueron Pedro
Ma
ld
e , Francisco del Signo, Antonio Fragueiro
y
Juan Perez Bulnes j confr.
Yomaha, Mustafá:
El
comercio . . op. cit., información obtenida de las Planillas
63 a 97
.
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21/34
102 Córdoba Borbónica.
hacían como Fermin de Larrainzar, Juan Lopez Coba, Francisco del Signo,
Bernabe Gregario Las Heras, o Feliciano de la Mota Botella, este último, con
pulpería
en la
ciudad. Sin embargo los nombres que se destacaron por
los
volúmenes exportados fueron Nicolas de Azcoeta, (o Azcoitia) quien en 1783
exportó por valor de
43.308
pesos,
el
de Ventura Melgarejo, quien ese mismo
año lo hizo por 15 .
528
pesos o el de Hipolito Garcia Pose, quien a pesar de
exportar por cantidades muy inferiores se destacó por una presencia constante
como exportador entre 1777 y 1784. En ese período sus operaciones
totalizaron 14.929 pesos , a razón de unos 1.600 pesos por año , ya que en
1780
no registró ningún envío. Pensamos que se trata
en
estos casos
especialmente de la exportación de tejidos de lana fabricados
en la
campaña
cordobesa y cueros de cabra: tapetados y cordobanes.
No
vamos a entrar en detalle aquí en
la
evolución de la actividad textil
en la provincia
54
, pero es de señalar que los comerciantes que vendían en la
ciudad mercaderías de Castilla, más allá de que sus nombres no aparezcan con
frecuencia en las guías, como sí es el caso de Larrainzar, eran los que a su vez
en\iiaban ponchos, frazadas y también tapetados a Buenos Aires. Las deudas a
favor de Fermin de Larrainzar que fueron protocolizadas entre
1775-1777
son ilustrativas de cómo se llevaban a cabo estas operaciones. Así por ejemplo
en
1775 era acreedor
por
la venta de efectos de Castilla de su tienda a
pagar en un año de plazo, 1.110 pesos de Fermin Talan, por
1.203
pesos de
Joseph
Antonio T eheran y por
650
pesos dos reales de
Joseph
Antonio
Gomez. El primero debía entregarle como pago ponchos azules, negros y
caris a 10 reales cada uno ,
por
partes iguales;
el
segundo,
la
misma
mercadería, pero valuados en 11 reales, con ponchos de Río Seco o Tulumba,
o su equivalente en ponchos listados de a pala que llaman santiagueños , en
los colores anteriores, pero a 5 pesos 4 reales cada uno. El tercero debía 650
pesos 3 reales, esta vez
en
ponchos de
Río . Es
decir que en esos tres casos,
Larrainzar recibía al año un total de
2.236
ponchos
si
eran de los comunes y
un poco menos si los envíos de Teheran eran
en
ponchos a pala ya que los
875
de su deuda se reducían a
218
piezas
55
.
En
el
año 1777
Larrainzar volvió
a tener una deuda a su favor similar a las anteriores, esta vez de Luis Antonio
Vieyra , quien debía saldar 3.012 pesos pagando 200 pesos en plata sellada y
el
resto en géneros. Una parte ya
la
había pagado con cera
en
pasta de
Santiago y el resto debía hacerlo con ponchos de a pala listados que llaman
santiagueños, de colores, caris y azules a 5 pesos 4 reales cada uno, es decir
un total de 437 ponchos, deuda que saldó en marzo de
1778
56. Larrainzar
también compraba cueros de cabra
en
la campaña como se desprende de una
54 Confr. Punta, Ana Inés: La producción textil... op . dt
55
Confr. AHPC, Registro 1, Protocolo
No.
158 (1775), fa. 232r. ; 264r.; 340r.
56 AHPC, Registro 1, Protocolo
No. 160
(1777), fa . 50r. ; 161r. 69r.
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22/34
El
comercio de importación y exporta
ci
ón
10
3
deuda a su favor del año anterior, por 1.046 pesos. Ésta debía ser saldada en
tapetados, a ocho reales cada uno
la
mayor parte machos grandes, bien
curtidos y teñidos que podían ser entregados en cuatro pagos.
El
total
ascendía así a 8 .
368
cuerosS
7 .
En
el
comercio de campaña, como acabamos
de ver, era frecuente que los pagos de las compras se hicieran parte
en
plata y
parte con productos de las tierra, los que no sólo incluían tapetados y textiles.
Esto queda claro en el pleito entre
el
comerciante Antonio Leiton y
Joseph
de
Acuña
por
una deuda de
87
pesos
3
reales que éste tenía por unas varas de
pañete, miel y tabaco que Leiton
le
había dado para que vendiera . En su
descargo Acuña decia que:
el
saco de diez arrobas
[de
tabaco], dos troco por pataies y ocho
cambalacheo
por
terciopelo negro
y
que
ni
los pataies
ni
eo terciopelo
se lo ha querido admitir [Leiton)
en
cuentas, ni menos pelones, ponchos
y fresadas, ni cuarenta pesos
en
plata que
le
daba a cuenta de lo que
debia por dicho saco de tabaco
y la
pelota de miel, que es lo unico que
le
debe ss.
Los ejemplos anteriores son ilustrativos de las características que tenía
el
comercio
de
campaña, donde los comerciantes de la ciudad vendían a otros
del interior, o daban en consignación mercaderías de Castilla , así
como
aguardiente, tabaco o azúcar, mercaderías que en parte debían ser pagadas
en
metálico, pero que con frecuencia lo eran en productos de la tierra , y
básicamente en textiles de lana y tapetados.
3.4. Otras actividades económicas del sector
o • •
Ya hemos visto en el capitulo anterior que una parte de los
comerciantes participaba
en
el negocio de las mulas y también, los de más
recursos, en la compra de tierras. Era frecuente que los comerciantes
compraran también quintas o chacras cercanas a
la
ciudad, cuya producción
de verduras o frutas era vendida en ella. En el ejemplo que citamos de
Francisco A Diaz, que había comprado la estancia de Santa Catalina, se
agregaba a ésta
la
explotación del obraje textil que había sido de los jesuitas y
7 AHPC. , Registro 1 Protocolo No.
159 fa
33v .
Es
de señalar que
en
todas estas
deudas se aclaraba que los intereses corrían a partir de que
no
se cumplieran los
plazos establecidos. Larrainzar tenía ventas hechas a tres
y
a nueve meses pero
generalmente los plazos eran de un año; (AHPC, Registro 1, Protocolo No. 159 ,
fa. 68L;
No.
160
fa .
SOL).
r
S
AHPC, Escrib. 1 Leg.
343
Exp. 8 (1761).
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
23/34
104 · Córdoba Borbónica.
que era .el único que . quedaba en la provincia, según el informe de
Sobremonte. Allí se trabajaban
algunos pañetes de buena calidad
y
color de la lana o musgo pues
aunque se han hecho varias pruebas con el añil, no ha podido hasta
ahora sacarlo bueno , .
agregando que
la
producción era reducida
porque a excepcion de lo necesario para vestir los muchos esclavos
que tiene esa posesion, es poco lo que se vende al publico...
59.
En
relación con otras actividades productivas, sólo encontramos un
intento a comienzos de la década
de
1790, de realizar explotaciones mineras,
a través de
los
contratos de Ventura Melgarejo que fueron protocolizados. Uno
de ellos fue concretado con un chileno para explotar minas de cobre
en
el
partido de Calamuchita. Melgarejo debía aportar el capital a través de
maquinaria y pago de mano de obra, mientras que el otro ponía su trabajo y
experiencia ·ya que era experto en la construcción de hornos y fundición de
metales. No contamos con información, más allá del contrato y desconocemos
si la· explotación pudo llevarse a ·cab0
6
•
El
otro intento
lo
hizo Melgarejo
en
1793,
al parecer para explotar minerales
en
La Carolina (San Luis),
pero
sólo
contamos con la liquidación del contrat0
61
.
En
lo que hace a la participación de los comerciantes en otras
actividades como podían ser las curtiembres, el único ejemplo es el del
establecimiento de Antonio
B.
Fragueiro a finales de
la
década de los noventa
pero que sólo parece haber empezado a producir años más tarde y que
trabajaba con cueros vacunos, no caprinos
62
. En relación con el trabajo de
cordobanes
y
tapetados, la producción de éstos era todavía, junto
al
trabajo
textil, una de las principales actividades desarrolladas en la
campaña
pero a la
que. también podían dedicarse algunos comerciantes. Tal
es
el caso del
ultramarino Eugenio Gati, comerciante
en la
zona de San Javier,
en
Traslasierra. Al morir se hizo un inventario de sus bienes entre los que se
registraban
mercaderías de Castilla , a
la
que se sumaban, cordobanes,
tapetados y de lustre , junto a algunas frezadas y ponchos. El comerciante
había tenido también una curtiembre, donde al hacerse el inventario se
consignaron cueros
en
distintas etapas del proceso de. producción: algunos
59
El
informe en: Cáceres, S.: Cuestiones de Límites ... op. cit. pág.
XXIV.
6
AHPC., Registro 2, Protocolo No.
5 1792
-
1795
fa .
338v
.
61 Ibídem, fa. 154v.
62 Lobos, Héctor R.: Los Fragueiro.. .
, op
. cit., pp. 436-437.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
24/34
El
comercio de importación
y
exportación
105
entapetado·s y cordobanes ya listos y enfardados pero otros, a media tinta ,
n afrecho o pomeados . Había también cueros de cabra todavía sin
trabajar,
así
como animales
en
corrales de un tercero y obligaciones a su
favor, a pagar
en
dinero y
en
caprinos
63
.
No
tenemos sin embargo
información sobre el capital invertido en
la curtiembre,
ni
tampoco sobre el
tipo o cantidad de la
mano
de obra empleada
ya
que no hay datos sobre
salarios adeudados y tampoco se consignaron esclavos entre los bienes del
comerciante. Pero no sabemos si la curtiembre era una actividad más o
menos
generalizada entre los comerciantes de campaña, ni
si
el ejemplo citado
es
representativo. .
Un problema a resolver
es
el de la participación de los comerciantes
en
la
producción textil de
la
campaña y hasta donde su intervención afectaba
las
condiciones de esta producción doméstica pero para
el
mercado, problema
que ya analizara Assadourian
64
y del que también nos ocupamos en un
artícul0
65
.
No quedan dudas sin embargo, que
al
ser los comerciantes el nexo
entre los productores y el mercado, que a menudo excedía
al
de
la
jurisdicción,
fueran ellos los que fijaran los precios, beneficiándose doblemente ya que
también proveían a la campaña de efectos de Castilla, además de añil, yerba,
tabaco, productos que posiblemente fueran sobrevaluados -como ya vimos
ocurría con el añil, en
el
trabajo ya citado- y que debía dejar buenas ganancias.
Además de las actividades a que hemos hecho mención
no
hay que \
olvidar que los miembros de esta élite económica fueron también importantes
dadores de crédito,
no
sólo adelantando mercaderías a los pequeños
¡
comerciantes de
campaña
y pulperos sino lisa y llanamente prestando dinero a
interés, actividad que hasta mediados de este siglo XVIII había estado
prácticamente dominada
por
la Iglesia.
El
dinero era prestado generalmente a
otros comerciantes y el interés variaba del 5
al
8 por ciento, siendo más alto
cuando
el préstamo no
era contra hipoteca. Los protocolos notariales
muestran múltiples ejemplos de las operaciones de conocidos personajes de
la
época como Hipolito Garcia Posse o el más notorio de Thomas de Allende
cuyo testamento de
1789 es
ilustrativo. Según el citado testamento,
el
total
de
los
bienes de Allende ascendía a 124.504 pesos cuatro reales y medio. De ese
monto, más de 50.000 pesos eran en plata sellada a lo que se agregaban
doce esclavos, dos casas, una tienda con su trastienda, una estancia
en Santa
Bárbara con trigo, percheles y frutales, ovejas y ganado vacuno, que trabajaba
con seis esclavos. Pero una parte importante de su patrimonio
lo
constituyen
los
treinta y dos préstamos de dinero a un interés del cinco y seis por ciento
63
AHPC, Escrib. 1, Leg.
392
Exp.
10
(1779).
1
Assadourian, Carlos S
.: El
sector exportador. .... , op. cit., especialmente
pp
.
342
y
siguientes.
Punta, Ana Inés: La producción textil... , op. cit.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
25/34
106
Córdoba
BorbóJiica.
anual, algunos de ellos dados
en
1774. Estos totalizaban, sin los intereses, una ·
deuda
a su favor
de
casi
53.000 pesos
66
y una renta
anual
de
por lo
menos
2.600
a
3.000
pesos.
En estos años muchos de los miembros de estos .sectores
acomodados
cumplieron también funciones
en
la administración del gobierno,
encargándose
del cobro de impuestos
como
la Sisa, Propios o Nuevo
Impuesto, así como administrando las rentas
de
Naipes o Tabacos .
También
es frecuente encontrarlos
como
rematadores o fiadores en los remates de
diezmos,
como
se puede apreciar en el siguiente cuadro
y
que muestra además
los recursos
económicos con
que contaban
para hacer
frente al
gasto
inicial:
Cuadro XVI:Remate de diezmos: 1778-1791
Año Beneficiario
Luqar
Monto
1778
Francisco del Signo Ciudad y Jurisdicción
11.650
1783
Nicolas Leanis T raslasierra
800
Bernardo Vilar Anexos
290
Juan T. de Olmedo Punilla
500
Nicolas Cabrera
Río
1.526
1785
Ambrosio Funes Ciudad Jurisdicción
11.500
1789 Joseph Leal
Pocho
430
Idem
San
Javier
686
Francisco Fandiño Río IV
675
Manuel de la Fuente Río Abajo 394
Francisco Perez Mier Ischilin
500
Ambrosio Funes Parroquia La Falda
500
Joseph Leal Parroquia Pocho 380
1791
Miquel
J. Arquello Parroquia La Falda 520
Juan L Aguirre Parroquia de T ulumba
550
Idem Parroquia de Punilla
850
Tiburcio Ordoñez Parroquia de Río 1.984
Nicolas Leanis ·
Parroquia San Javier
605
Bernardo Vilar
Ciudad 115
1791 Juan F.
Uriarte Tercero Arriba Abajo
s/d
Salvador Movano Parr. de Río Seco
s/d
Tomas Baigorri
.Calamuchita- Río IV
s/d
Fuente: AHPC Protocolos Reg. 1 No.
161 (1778),
fa
49r. ;
Reg.
2, (1778-1785)
No
3,
fo 301 -3 4; fo . 530-534; No. 4: fo.
295-299;
fo. 335-340; fo . 479-490; fo
520;
fo
.
527
-529.
66
AHPC, Registro 1, Protocolo No. 171, fo .. 229r.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
26/34
El comercio de importación y exportación 107
Tanto los que remataban los diezmos corno sus fiadores eran
conocidos comerciantes de la ciudad y a veces los que un año aparecían
haciéndose cargo
del
remate,
en
otros
eran
los fiadores, como se puede ver
en la síntesis del Cuadro XVII.
Cuadro
XVII
Rematadores y fiadores de los diezmos 1783 1791
Año Rematador
Fiador
1783 Nicolas Leanis
Antonio Palacios Amabiscar
Bernardo Vilar
Joseph Manuel de Arrascaeta
Juan Thomas Olmedo
Antonio Savid
Nicolas Cabrera
Pablo XiQena
1785
Ambrosio Funes
MiQuel
Jeronimo
ArQuello
Ambrosio Funes
Juan Perez Bulnes
1789
Joseph Leal
Francisco del Siqno
Juan M. de
la
Fuente
Andres
AQuirre
Francisco Perez Mier
Juan Perez Bulnes
Ambrosio Funes
Miquel J. de Arquello
,
Joseoh Leal
Francisco del Siqno
1791
MiQuel
J. de ArQuello
Ambrosio Funes
Juan
L
de
ArQuello
Ambrosio Funes
Tiburcio Ordoñez
Francisco del Siqno
Nicolas Leanis
Juan de Ormaeche
Bernardo Vilar
Juan
B.
Loza
Francisco de Uriarte
Pablo J. Baez
Salvador Movano
Dalmacio Allende
Tomas
BaiQorri
Francisca de Avila
su
madre
Fuente: Ibídem Cuadro XVI.
Es
de señalar que los que aparecen haciendo las mayores inversiones,
como Francisco del Signo en
1778
o Ambrosio Funes en 1785, ambos
rematando los diezmos de toda
la
jurisdicción, incluyendo
la
ciudad y la
campaña eran miembros de esa élite que tenía el negocio de las mulas como
uno de los más importantes pero que como ya vimos, también se dedicaban al
comercio de efectos de Castilla.
A pesar de que información como la anterior nos permite ver los
montos que podían manejar algunos de estos miembros de
la
élite es difícil
poder hacer una diferenciación entre grandes y medianos comerciantes por
el
capital con que contaban y teniendo
en
cuenta especialmente que
concentraban el grueso de sus operaciones económicas en el comercio de
importación y exportación de Buenos Aires, actividad que como ya vimos
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
27/34
108 Córdoba Borbónica.
comienza a ser cada vez más importante entre las que realizan estos
comerciantes especialmente a partir de los ochenta y durante las décadas
siguientes. Como no contamos · con fuentes que nos permitan
hacer
esa
distinción con preclslon, un indicador aproximado pueden
ser
las
declaraciones de capital que realizaban los contrayentes
al
formalizar el
contrato de casamiento. Mientras que comerciantes como Benito de Acosta o
Antonio Savid declaraban tener entre
10
y
12.000
pesos de capital en la
década de 1760-1770, otros, que pensamos que recién se iniciaban en estos
negocios, tenían alrededor de
6.000
pesos, como es
el
caso de Nicolas de
Azcoeta, en
1763.
La situación parece semejante en la década siguiente
cuando Francisco
Vaz
declaró
poco
más de
5.000
pesos mientras que
Hipolito Garcia Posse, quien además de comerciante debía prestar dinero a
interés, tenía ya 12.787 pesos 7 reales en el
momento
de
hacer
la
declaración, casi lo mismo que otro comerciante que se casó, cinco años
después, en 1788, Felipe Lopez Crespo. Los montos mencionados son muy
inferiores a los de otro importante comerciante gallego a comienzos de la
década de
1790,
Benito Antonio Fragueiro, cuyo capital ascendía según su
declaración en
1791,
a
26.684
pesos
67
. Para alguno de los casos
mencionados la actividad mercantil resultó próspera, como ocurrió con el
citado Nicolas de Azcoeta, quien al morir en 1783 había acrecentado su
capital inicial a
23.875,
el
que incluía
la
posesión de una casa,
una
tienda y
trastienda, once esclavos y una estancia con animales; es decir que en veinte
años había casi triplicado su capital inicial gracias a sus múltiples actividades
68
.
Sin embargo sus bienes eran muy inferiores a los que dejó Juan Lopez Coba a
su muerte, en 1789 y que ascendían a 73.263 pesos. Lopez Coba, a pesar de
dedicarse activamente
al
comercio de bienes de Castilla tenía también unas
dos mil mulas invernando en los campos de Cabrera, en
el
paraje de Nogolma
en Río
11
así como
5.419
caballos
9
.
Vemos así, una vez más, cómo la
participación en el comercio de ganado hacía posible una acumulación mayor.
A pesar de contar con algunos ejemplos como los anteriores es difícil
poder determinar
el
número de personas a que ascendía el sector
de
los
comerciantes más acomodados en la ciudad. Algunos indicadores permiten
pensar que en las últimas décadas del siglo XVIII éstos podían llegar a ser
una
treintena de acuerdo con algunos indicios que nos dan las fuentes. Es así como
en febrero de
1791,
los comerciantes de
la
ciudad elevaron una petición a la
Gobernación Intendencia por no estar de acuerdo con el pago establecido de
un derecho de tres pesos por tienda.
En
esa oportunidad fueron 31 los
peticionantes siendo
el
comerciante Manuel de Asunsolo el encargado de
67 AHPC Registro 1 Protocolo No. 173, fo. 70v.- 82r.
68 AHPC
Escribanía
1
Leg . 402,
Exp.
6 1784).
69
AHPC Escrib.
1 Leg . 389, Exp. 3.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
28/34
El
comercio de importación y exportación
10
llevar adelante las gestiones. Entre los más conocidos estaban. Francisco del
Signo, Bernardo de Orreste, Verisimo Arauja, Antonio B Fragueiro, Javier
Garcia Piedra y Antonio Lopez
Cob0
70
.
Unos años más tarde, en
1809,
cuando se recaudó un donativo para ayudar a
la
Corona -en guerra con
Francia- fueron
33
los comerciantes que aportaron; de éstos, ocho pusieron
100
pesos, uno
70
pesos, siete
50
pesos y diez y siete más contribuyeron con
cantidades
qúe iban de los
30
a los
20
pesos. Esto quizás esté mostrando leves
diferencias entre el mismo grupo de comerciantes importantes de la ciudad71
pero nuevamente el número de los contribuyentes fue semejante al del caso
anterior, rondando la treintena.
Contamos también con documentación que nos permite conocer la
cantidad de negocios
en
la ciudad
en
esos años.
Es
así como tres años antes,
en
1806,
se dispuso quiénes debían pagar las faroles de la ciudad señalándose
la
cantidad de 48 tiendas, 61 pulperías
y
un negocio del estanco, además de
las 81 de los artesanos donde también éstos vendían sus productos
72
. Sin
mbarg6 debemos esperar a que se levante el Censo de población de
1813
para tener datos más exactos sobre la cantidad de habitantes y sus actividades
conómicas. En éste, sobre un total de
71.635
personas de la jurisdicción de
Córdoba, 10.587 vivían en
la
ciudad. De este total teniendo en cuenta las
profesiones, 458
eran
comerciantes y sólo siete de ellos, mujeres y de ellos
281
vivían
en
la ciudad, incluyendo a dos de las mujeres. En lo que hace a los
pulperos, el censo contabilizaba
22
para toda la jurisdicción, correspondiendo
ólo
13
a la ciudad
73
Es
decir que
si tomamos
un universo de
458
omerciantes, los
33
que teníamos registrados. unos años antes como los
otal.
.5. Condiciones de vida de la élite
Félix
de
Azara,
en
su descripción sobre
el Río
de
la
Plata y después de
uy superior a los indios, negros y gente de color agregaba:
.entre estos mismos españoles reina la mas perfecta igualdad, sin
distinción de nobles ni plebeyos. No se conocen entre ellos
ni
feudos,
ni
substituciones, ni mayorazgos; la sola distinción que existe es del todo
AHPC., Registro 2 , Protocolo
No
. 4, (1786-1791),
fo
. 448v-450r.
1 AHPC., Gobierno
31
Exp. 18 .
AHPC., Gobierno
28
, Exp.
15.
Arcando, Aníbal (presentación y notas): La
Población de Córdoba . .op. cit
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
29/34
110 Córdoba Borbónica.
personal, debida al ejercicio de
funciones
públicas, a la mayor o menor
. fortuna, o a la reputación
de
talentos y
probidad 74.
Sin duda influenciado por las pautas más rígidas de la sociedad
europe de esos años, la americana le parecía igualitaria a este viajero, por el
hecho
de no
tener
nobles o feudos. Sin embargo, estaba lejos de serlo y él
mismo señalaba las diferencias que existían aún entre los blancos. Pero, sin
duda, la sociedad colonial rioplatense estaba en un fuerte proceso de cambio,
acelerado
por el
incremento
de
sus relaciones con España y
por
la fuerte
inmigración de peninsulares en esa segunda mitad del siglo XVIII. No
obstante, autores como Zorroaquín Becú acentuaban el carácter estamental
de
la sociedad colonial por
la
existencia de fueros propios que tenían tanto la
Iglesia como los militares, diferentes a los del común. Este autor definía al
estamento como:
. .
lOs
grupos
que
se
distinguen
unos de
otros por
su diversa
condición
jurídico
social, ejercen
funciones
diferentes y
se
encuadran en
organizaciones definidas y estables
75
.
A pesar
de
estas características, señalaba que había un
entrecruzamiento de funciones en esos sectores dominantes de la sociedad
aunque la diferencia
er
todavía muy notoria entre ellos
y
los miembros
de
las ·
castas , diferenciación que había aumentado a medida que la sociedad se
hacía étnicamente más heterogénea
76
. Pese a la existencia de estos fueros que
señalaba
el
autor, pensamos que
no
estamos en presencia
de
un sociedad
claramente estamental en términos weberianos, aunque persistan algunos
elementos de ese
ti
po
77.
La sociedad cordobesa iba cambiando lentamente
y
cada vez tenía más importancia
la
riqueza, pero todavía era una sociedad en la
que las posibilidades de inserción tanto en
la
vida económica como política,
tenían que ver con características estamentales. Formar parte de las familias
preferidas ,
en
términos de la época, estaba así en relación con el origen o
con las funciones: ser pariente, español, o funcionario, que muchas veces er n
condiciones más importantes que
la
cantidad de bienes materiales disponibles.
A partir de formar parte de ese grupo se podía acceder,
y
no sólo con el
74
Azara,
Félix de: Viajes p r l América Meridional en
: Chiaramonte, José
c.:
Pensamiento de
l
Ilustración . Economía y sociedad iberoamericanas
en
el
siglo XVIII
Ed
. Ayacucho, Barcelona, 1979.
75
Zorroaquín Becú, Ricardo:
La
condición
jurídica
.
..
op. cit., pág. 106.
76
Ibídem
, pp.135-136.
77 Confr.
Weber,
Max:
Economía y sociedad F.C.E. México, 1944, (1922), Tomo 1,
Cap. IV, pp. 320-322.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
30/34
El comercio de importación y exportación
dinero, a la compra
de
tierras, a la obtención
de
créditos mercantiles o
eventualmente a ocupar algún lugar
en
el gobierno local, lo que
faCilitaba
sin
duda las actividades económicas. Pero esta.élite no estaba cerrada y cada vez
más,
en
el siglo XVIII, fue incorporando nuevos miembros siempre que fueran
blancos y preferentemente españoles. Cuando hablamos entonces de élite nos
referimos a esos sectores que ejercían los lugares socialmente preeminentes,
tanto
en
la iglesia como
en
la economía y
en la
política local,
ya
que en forma
similar a lo que Brading encontraba
en
Guanajuato a fines del siglo
XVIII,
\
encontramos aquí también una coincidencia entre la élite política y los sectores
económicamente dominantes.
Hasta aquí nos hemos ocupado fundamentalmente de las actividades
económicas de este sector de
la
sociedad. . Creemos ilustrativo dar también
alguna información en relación con sus formas de vida, ya que dedicaran sus
mayores esfuerzos y recursos económicos
al
comercio de ganados, a
la
·
importación de bienes de Castilla, o a cualquier otra actividad rentable y ya
fueran laicos o religiosos, compartían un nivel de vida y un prestigio social
diferente del grueso de
la
población.
Las condiciones
de
vida materiales de este sector deben de haber
cambiado bastante en la segunda mitad del siglo
XVIII
por el mejoramiento
general de la economía y también por las reformas que se realizaron en la
ciudad durante
la
Gobernación Intendencia de Sobremonte, como veremos
en
detalle en otro capítul0
78
. Analizaremos entonces en primer lugar este
aspecto, tomando como ejemplos los bienes que declaraban tener algunos de
los miembros del grupo en sus inventarios. Vemos así que las viviendas de
personajes importantes de
la
ciudad, como Thomas de Allende o Juan Lopez
Cobo muestran mejoras en relación a lo que habían sido las casas en la
primera mitad del siglo. A finales de la década de
1780,
la de Allende
por
ejemplo, tenía zaguán y cuarto con
techo
de bóveda y el resto de las
construcciones tenían techo
de
tejas y tejuelas; los pisos eran de ladrillo y
contaba con once cuartos, además de dos patios y una cocina. Junto a la casa,
Allende tenía una tienda y una trastienda con corralón, techado en parte con
caña y
en
parte con teja y tejuela
79
.
Por su parte Juan Lopez Cabo, de
acuerdo
con
su inventario del
año 1789 80,
contaba también con una casa
en
la
ciudad, dos tiendas, un lote y una quinta en el mismo predio urbano,
además de tener una estancia
en
San Javier.
El
mobiliario de
la
casa de
la
78 Confr. también Punta, Ana Inés: Abasto, salud e higiene en Córdoba en
la
segunda
mitad del siglo
XVIII .
Ponencia presentada
en
las r i m ~ r a s Jornadas
de
sociedad
y
economía
en
el
mun o
colonial
Bs. As., junio,
1991.
79 Confr. el inventario en: AHPC, Protocolo Registro 1, No. 170, (fa. 458-472) y No.
171 (fa. 229-253 .
80 AHPC, Escrib. 1, Leg. 427, Exp. 3.
8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf
31/34
112 Córdoba Borbónica.
ciudad muestra una austeridad común a la de muchos de los inventarios que
hemos consultado,
pero
cuya cantidad y calidad habla
de
los recursos
económicos de la familia. En la casa había nueve mesas de cedro y una de
nogal, alas que se agregaban doce docenas de sillas, una de ellas de paja.
Tenía seis baúles y dos cajas de cedro, dos biombos, dos escritorios también
de cedro, una cuja de jacarandá con cortinas, arañas de cristal, un reloj
de
sobremesa y tres más de bolsillo, dos de ellos descompuestos pero que
sumaban 260 pesos. A esto se agregaban seis espejos grandes de cristal,
valuados en 1.200 pesos y entre la vajilla se contaban vasos y tazas de cristal.
Como algo poco frecuente en los inventarios tenía un coche inglés y
guarniciones y jaeces de mulas de coche. Lopez Cobo poseía además once
esclavos, dos de ellos zapateros, uno sastre, otra costurera y una tercera
cocinera, además de dos niños. Su inventario registra también la existencia de
treinta y dos libros entre ellos obras de Gracian, Virgilio y Oviedo así
como
el
Quijote y las Guerras de Hungría.
Otro ejemplo de cómo vivían estos miembros de la élite, esta vez un
alto miembro de la iglesia, es el de Don Diego de Salguero y Cabrera,
conocido por sus actividades económicas y a quien en más
de
una oportunidad
las autoridades habían acusado de
no
pagar los derechos de introducción
de
mercancías. l ser nombrado obispo de Arequipa, Salguero decidió hacer un
inventario de sus bienes en 1770 antes de partir para el Perú y
ante
el
temor
de que se crearan conflictos entre sus herederos
si
él muriera en el camino.
El
total de los bienes según el inventario ascendía a
136.791
pesos, seis reales y
da cuenta de las múltiples actividades económicas a las que se dedicaba el
obispo, entre las que estaba la trata de esclavos, así como permite inferir su
nivel de vida. Sólo sus ropas personales entre las que se contaban casullas
bordadas en oro, capas, etc. sumaban alrededor de 7.000 pesos. A esto se
agregaban en su declaración mercaderías de Castilla junto con productos de
almacén que por su volumen
no
deben de haber sido para el consumo
personal sino para ser vendidos. También declaraba tener libros, herramientas
de labranza, una calesa y un coche para su uso personal así
como
un carretón
y seis carretas de carga para el traslado de mercaderías. A este conjunto ya de
por
sí
heterogéneo, se sumaban más de cien esclavos: setenta varones
jóvenes, casi todos con oficio lo que casi duplicaba su valor medio por unidad
y treinta y nueve mujeres también jóvenes en su mayoría. Los esclavos no
estaban asignados a ninguna de las cuatro suertes de tierra, todas con sus
conveniencias y dos de ellas con molinos, según declaraba en el inventario,
que también poseía el obispo. Sin duda se trataba de piezas para ser
revendidas, en un negocio que debía ser muy lucrativo
pero
al que
no
todos
podían acceder
si
se tiene
en
cuenta que
el
valor total de ellos ascendía, según
se declaraba, a 35.000 pesos. Salguero tenía además otras actividades
comerciales ya que entre sus bienes se contaba la propiedad
de
trece tiendas
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El
comercio de importación
y
exportación 113
en la ciudad, todas en sus calles principales. También se dedicaba
al
comercio
de mulas,
como lo
evidencia una deuda a su favor de dos vecinos de Salta por
20.000
pesos, a
lo
que se agregaban
400
mulas que tenía
en
un potrero
de
Jujul
1
. Las actividades económicas del obispo eran de larga data y en la
década de 1760 el Cabildo de Córdoba ya se quejaba de Salguero diciendo
que: ... con Jos públicos, cuantiosos y repetidos comercios, perjudica a los
vecinos ... siendo más propenso
por
natural inclinación a granjerías mecánicas
que a la integridad y justificación de Juez .. 82, opinión que dado el detalle de
los bienes que él mismo realizara años más tarde, no parece exagerada. Es un
buen ejemplo también de cómo estos miembros de la élite, ya fueran laicos o
religiosos, participaban de cualquier actividad económica en la medida que
ésta resultara rentable,
como
parece haberlo sido
en
este caso.
Hemos
visto a
lo
largo de estos capítulos que en Córdoba se dio desde
mediados de siglo posiblemente, un proceso de inmigración de peninsulares
semejante
al
de otras partes de América y habíamos señalado también que
estos españoles se fueron integrando rápidamente a las familias locales. Cabe
preguntarse si esto trajo aires renovadores a nuestra sociedad local. No
creemos que haya sido así
si
tenemos en cuenta el
panorama
social que daba
Sarrailh sobre el grueso
de
la sociedad española del siglo XVIII y nada hace
pensar que esta inmigración estuviera compuesta precisamente por esa
minoría que
eran
los sectores ilustrados en la península.
Pensamos que las pautas culturales y los valores de
la
sociedad
tradicional no se modificaron sustancialmente y la élite cordobesa siguió
siendo en general cerrada, discriminatoria y refractaria a los cambios. El
primer argumento que puede aparecer contradictorio por la fácil
incorporación de los españoles a las familias tradicionales cordobesas, no lo es
porque en este caso se trataba de iguales .
Pero sí lo
eran en relación
con
otros grupos sociales y mucho más si eran étnicamente diferentes. Allí es
evidente la fuerte resistencia de la
sociedad local frente al proceso de
mestizaje, especialmente si éste
era
con pardos o negros y aún lo
manifestaban cuando esto ocurría en sectores considerados socialmente
inferiores. Esta actitud a veces llevaba inclusive a enfrentamientos con la
Iglesia que era más pragmática frente
al
problema. Un ejemplo es el conflicto
que se produjo en 1796 entre el juez
pedáneo
Jase Fermin Allende y el cura
de Río n Don Victorino Urtubey, por haher éste casado a una mujer
española con un mulato libre. La cuestión fue zanjada por el Obispo del
Tucumán quien opinó que no había inconvenientes en estas alianzas
si
no se
oponía el padre de la novia , argumentando que ésta era la única manera
de
SI AHPC, Registro 1, Protocolo No. 153,
fo
.
259r.
280v).
8
Bruno, Cayetano:
Historia
de
la
Iglesia
en
la rgenti
na
Buenos Aires, 1969,
Tomo
V,
pág.
487
.
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114 Córdoba Borbónica.
impedir los concubinatos 83. Pese a la opinión del obis
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