El presente trabajo está basado en el libro de
Trigueirinho
BASES DEL
MUNDO
ARDIENTE
Los ejercicios con los símbolos estimulan la Los ejercicios con los símbolos estimulan la
concentración y la elevación de las energías concentración y la elevación de las energías
en el ser.en el ser.
Estar frente a un símbolo inspirador Estar frente a un símbolo inspirador
materializado –como ciertas figuras materializado –como ciertas figuras
geométricas- y concentrar la atención en él geométricas- y concentrar la atención en él
promueve, de manera especial, una promueve, de manera especial, una
sutilización y un afinamiento de los sentidos sutilización y un afinamiento de los sentidos
externos. externos.
Tal ejercicio actúa directamente sobre el Tal ejercicio actúa directamente sobre el
sistema nervioso y sobre el cerebro físico, sistema nervioso y sobre el cerebro físico,
activando potenciales latentes y células activando potenciales latentes y células
adormecidas; además de esto, vitaliza el adormecidas; además de esto, vitaliza el
campo etérico individual o grupal en dos campo etérico individual o grupal en dos
direcciones: desde afuera hacia adentro, por direcciones: desde afuera hacia adentro, por
los impulsos emanados del símbolo; desde los impulsos emanados del símbolo; desde
adentro hacia fuera por la sintonía adentro hacia fuera por la sintonía
establecida con la fuente interior que éste establecida con la fuente interior que éste
representa. representa.
Pautas a tener en cuenta:Pautas a tener en cuenta:
Cada vez que alguien se coloque frente a un Cada vez que alguien se coloque frente a un
símbolo, algo diferente será movilizado en su símbolo, algo diferente será movilizado en su
consciencia. Por lo tanto, es bueno abandonar consciencia. Por lo tanto, es bueno abandonar
ideas preconcebidas y comportamientos ideas preconcebidas y comportamientos
cristalizados.cristalizados.
Antes de iniciar el ejercicio, se recomienda al
individuo recogerse en el centro de la
consciencia y, con devoción, ofrecerse a la
fuente de Vida. Sólo obtendrá perjuicios si
realiza el trabajo movido por el orgullo y la
ambición. El verdadero poder proviene de la
entrega, de la renuncia y de la humildad. Los
fenómenos y experiencias psíquicas no son,
en sí mismas, señales de avance espiritual.
El servicio puro es lo que debe impulsar al individuo a realizarlos, y no debe crearse ninguna expectativa en torno de resultados. Sólo la ofrenda debe colmar el corazón y la mente.
Durante el ejercicio el símbolo deberá estar a la altura de los ojos; el individuo podrá permanecer de pie o sentado en una posición que le permita estar relajado y alineado con núcleos superiores. En todos los casos el cuerpo deberá estar cómodo y descansado.
La distancia al símbolo dependerá del tamaño de la figura utilizada. Se recomienda que el campo visual de quien esté haciendo el ejercicio esté libre de dispersiones.
Estos ejercicios serán, por lo general, breves; es mejor elegir un horario en el que no exista posibilidad de ser requerido. No obstante si hay una interrupción se debe atender adecuadamente a lo que es solicitado.
No se deben hacer comparaciones y es importante abstenerse de querer conducir la propia evolución. Solamente en la entrega se puede caminar con seguridad por los senderos que llevan hacia la vida del espíritu.
Es necesario persistir en la práctica de los ejercicios, pues a veces las fuerzas de inercia contenidas en los cuerpos de la personalidad se rebelarán, presentando resistencias y obstáculos.
L O S
S Í M B O L O S
T R I Á N G U L O
Los antiguos decían que el triángulo es la base del universo. Es un símbolo potente cuya irradiación es capaz de dinamizar el centro cardíaco, al igual que estimular los demás centros del consciente derecho de un individuo. Manifiesta equilibradamente el Primero, el Segundo y el Tercer Rayo.
El triángulo predispone la consciencia para el contacto con energías superiores, inclusive con energías provenientes de puntos lejanos del cosmos.
Impulsa a buscar la senda de la luz, la impasi-bilidad, la neutralidad, la concentración en metas sobrenaturales, el fortalecimiento de los votos internos y la apertura a la filiación a la Jerarquía espiritual.
El triángulo equilátero, al expresar un perfec-to equilibrio entre las corrientes de energía que lo recorren, hace emerger la reverencia y el amor impersonal, pudiendo así despertar, en aquellos que lo contemplan con receptivi-dad, atributos inherentes a la vida divina. Irradia paz y ecuanimidad.
El triángulo posee la vibración de la vida solar y, en diferentes grados, la lleva a todas las etapas del camino espiritual.
Algunos aspectos de lo que transmite están en las palabras:
“Eres lo que genera, lo que recibe el impulso
para generar y lo que es generado. Eres el
suelo, la simiente y el fruto.”
C Í R C U L O
Del círculo afloran, unidos, el dinamismo y la serenidad, que no son cualidades antagónicas, sino por el contrario, inseparables para que haya equilibrio en la expresión de la vida.
El círculo revela el ritmo y la meta de la totalidad, trae la claridad del empeño con que las energías inter-nas mantienen ese ritmo a fin de alcanzar la realización anhelada.
En el círculo no hay ángulos donde puedan anidar las superficialidades mundanas. Todo está a la vista, la energía recorre todo el espacio y no ofrece amparo para el ego. Tiene un tremendo poder movilizador
Trae una chispa del fuego de la vida liberada, de la vida que espeja ritmos supranaturales. La mate-ria viciada de inercia precisa adaptarse gradual-mente a esa energía que pulsa en frecuencias muy elevadas. Esa adaptación es uno de los posibles beneficios del ejercicio con este símbolo.
La vibración del círculo actúa profundamente en la relación alma-mónada y en el reflejo de esa relación en los planos materiales. Irradia una energía reno-vadora. Cuando éste nos toca, sufrimos un impacto que es curativo.
Si en nosotros hay sincera apertura hacia lo real, en síntesis él nos dice:
“Apártate de los senderos secundarios; el
camino hacia el centro te aguarda, directo,
libre y sin impedimentos.
H E X Á G O N O
El hexágono irradia una amplia gama de vibraciones, de las cuales una es un verdadero estímulo para la androginia. El ejercicio con este símbolo tiende a aproximar la energía del ser al estado andrógino, tiende a conducirlo al equi-librio de las polaridades y a una eleva-ción de la energía sexual a la condición de energía creativa trascendente, trans-firiéndola de la región subdiafragmá-tica al área cardíaca, a la mental o a ambas.
El despertar de esa consciencia puede encontrar reacciones en áreas del ser en las cuales la dico-tomía entre los aspectos masculino y femenino esté muy arraigada. También puede ocurrir que las fuerzas sexuales intenten imponer sus mecanismos retrógrados tratando de que preponderen sobre el nuevo estado. Con la continuidad de los ejercicios esas desarmonías desaparecen espontáneamente
Es preciso recordar que los ejercicios no lleva al ser a ningún tipo de impotencia, sino a un mayor control sobre sus energías creativas, a una mayor capacidad de canalizarlas de modo compatible con propósitos evolutivos y superiores.
Estas seis líneas, dispuestas con tanta precisión, reflejan una sintonía profunda con la irradiación de Venus, trayendo unión con la esencia del sacer-docio. En cualquier posición esta figura prosigue su trabajo, unificando el oeste al este, la derecha a la izquierda; el norte al sur, lo que está arriba con lo que está abajo.
En síntesis, él nos dice:
“Un llamado cruza los atrios de la morada
de la paz y se implanta, si en ti hay
neutralidad.”
Además del círculo, del triángulo y del hexágono, que tienen influencia específica en el despertar de centros del consciente dere-cho, hay otras figuras geométricas que tie-nen un papel relevante en la actuual fase de desarrollo del hombre, pues facilitan su coligación con mundos abstractos y con realidades supramentales. La profundidad con que actúuan las figuras geométricas a modo de símbolos sobre la consciencia hu-mana está determinada por el nivel en que ésta se encuentra polarizada.
Punto
Círculo
Triángulo
Cuadrado
Pentágono
hexágono
Figura geométrica
Síntesis, unidad, integración
Inclusión, universalidad
Equilibrio trascendente, entrega, divinización de la vida
Equilibrio en la forma, materialización
Discernimiento
Armonía entre opuestos, androginia
Influencia en la ascesis
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