Judaísmo
Ceremonial y Protocolo II
Prof. Cristina Amalia Lopez
Año 2019 – Primer cuatrimestre
TP.N 4
Sabrina Murdoch
Sebastian Gutierrez
Relaciones Públicas
Organización de Eventos
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Trabajo Practico Grupal
1. Que es el judaísmo.
2. Nombrar las variantes del judaísmo.
3. Indique los rituales de la tradición judía
4. Indique qué es el Pesaj, Rosh Hashaná, Yom Kipur y Januca.
5. Estudio de casos: Te recomiendo leer el trabajo sobre la Boda ortodoxa judía multimillonaria (breve
comentario sobre la ceremonia)
1. El judaísmo fue la primera religión monoteísta de la historia de la humanidad (más de tres mil años),
y es una de las grandes religiones abrahámicas junto al cristianismo e islamismo. La palabra
judaísmo es de origen griega iudaïsmós que significa juda.
El Dios de los judíos tiene como nombre Yahvé. No obstante, según la tradición judaica, Dios realizó un
pacto con los hebreos, siendo el pueblo electo que iría disfrutar de la tierra prometida, ese pacto se llevó a
cabo con Abraham y su descendencia, se fortaleció con la relevación de las leyes divinas a Moisés
(perteneciente al pueblo Israelita de Israel) en el Monte Sinaí.
Para el judaísmo, la Torá es la ley, su autoría es atribuida a Moisés y narra el Origen del Mundo, aparte de
la revelación de Los Mandamientos y Leyes Divinas. El término Torá comprende todos los libros de la Biblia
hebrea y los israelitas suelen llamarla Tanaj. Tanto la Torá como el Tanaj constituyen para los cristianos
Antiguo Testamento, en vista de que, el judaísmo no reconoce como propios los libros deuterocanónicos, ni
el Nuevo Testamento.
Por otro lado, la sinagoga, el templo judaico, cumple la función de reunir los fieles para la práctica de lectura
de los textos sagrados, bajo la orientación de un sacerdote, llamado Rabino, el cual no posee
necesariamente un status social diferente que le otorga privilegios.
2. Se puede afirmar que el judaísmo no es una religión homogénea, de modo que la podemos dividir
en:
● Judaísmo Ortodoxo: El judaísmo ortodoxo sostiene que la Torá constituye una unidad inagotable,
autoridad vinculante de todos los aspectos de la vida de un judío. Gran parte de los judíos ortodoxos
desconocen al Estado de Israel por ser un estado secular. Y otra parte de esta línea, se preparan
para una era mesiánica.
● Judaísmo Reformistas: Comenzó en Alemania a fines del siglo XIX con el objeto de proponer una
reforma del culto, ritual y creencias. El movimiento enfatiza la experiencia, la ética de los profetas y
la fe. Hombres y mujeres se sientan juntos en el templo y ellas no se cubren la cabeza. También
admiten el trabajo en el Shabbat.
● Judaísmo conservador: surgió frente a las reformas radicales del judaísmo reformista hacia fines
del siglo XIX. El objetivo era permitir la adaptación al mundo moderno sin dejar de conservar la
legislación bíblica y talmúdica. Buscaron conservar el hebreo en la liturgia.
● Judaísmo Progresista (liberal): Desarrollado en Europa y en América, incorpora aspectos
diferentes en las creencias y en la práctica y es un heredero del judaísmo reformista.
● Judaísmo reconstruccionista: Esta variante, representada por el Colegio Rabínico
Reconstruccionista de Filadelfia, enfatiza el judaísmo como una civilización religiosa evolución.
Filosofía, teología y sociologia se combinan desapareciendo el teísmo sobre natural o la Torá como
revelación divina e inmutable. La creencia en Dios remite a un sentido de dependencia de los poderes
del universo.
Fundamentos del judaísmo
● El idioma litúrgico es el hebreo, por el que está escrito la Torá y otros libros sagrados.
● El judaísmo se basa en el Tanaj, sus primeros cincos libros son llamados en conjunto como la Torá
o Pentateuco, que significa enseñanzas o instrucción.
● La reencarnación y la idea de la santísima trinidad van en contra del estricto monoteísmo del
judaísmo. Así como, la idolatría es el mayor pecado del judaísmo.
● La plegaria más enfática, plasmada en el quinto y último libro de la Torá es "Oye, Israel, el señor es
nuestro Dios, el señor es Uno", los creyentes la recitan dos veces por día, en las oraciones matutinas
y nocturnas.
● El símbolo judío es la estrella de David, por excelencia representa de manera general, la unión de la
energía del cielo junto con la energía de la tierra.
● Algunos de los sacramentos judaicos son: circuncisión, realizada en los recién nacidos de sexo
masculino, matrimonio, luto, Bat Mitzvah –para las mujeres- y Bar Mitzvah –para los hombres- se
reconoce la madurez personal y se considera responsable de sus actos, matrimonio y luto (Shiv'á).
● Las datas más importantes, se destacan: Pascua, cuando se conmemora la liberación del pueblo
judío en Egipto (1300 a.C.), Shabat (sábado) los días más especiales de la religión judaica, pues son
reservadas a la espiritualidad.
3. Los ritos de las ceremonias realizadas para distinguir los episodios del ciclo de vida, reflejan muchos
de los aspectos centrales del judaísmo: la relación pactada entre el pueblo de Israel y el Creador; las
posiciones comunitarias que la persona asume a lo largo de su vida, determinan su responsabilidad
individual y su identidad; la relación con generaciones pasadas, futuras y con su comunidad; y, el
poder de la liturgia y el ritual para santificar los periodos de transición, de transformación.
Estas ceremonias tienen como uno de sus objetivos primordiales el trasladar un episodio de la esfera de lo
individual al ámbito de lo colectivo, donde adquiere mayor trascendencia y significado. Cada uno de estos
eventos, permiten alejar la concentración de uno mismo y de la familia, para reencontrarse en una conexión
con D-os, con el pueblo, con su historia y tradiciones.
Alimentos prohibidos en el judaísmo:
Los judíos se guían por la cashrut para su alimentación, ya que designa aquello que es apropiado para ser
ingerido por los practicantes del judaísmo. Los alimentos que cumplen los preceptos de la cashrut son
considerados casher o kosher. Los que no cumplen los preceptos de la religión son denominados trefá o
taref.
Aunque de forma simplista se considera que las prohibiciones de la Torá con respecto a la alimentación se
limitan a que no está permitido ingerir carne y lácteos al mismo tiempo (adiós entrecot con salsa a la
pimienta) ni tampoco la carne de cerdo ni ninguno de sus derivados, la realidad es que la alimentación casher
incluye muchas más restricciones, siendo probablemente el judaísmo la religión más estricta en este sentido.
Tanto la carne (que incluye también a las aves) como los lácteos se pueden consumir con alimentos neutros
(el pescado y las verduras). Para consumir carne después de haber consumido lácteos bastará con cambiar
el mantel y los cubiertos de la mesa, limpiarse la boca y comer algo sólido como pan (aunque en algunas
corrientes también es necesario esperar un poco), mientras que para consumir lácteos después de comer
carne es necesario dejar transcurrir varias horas.
La Torá es bastante clara con respecto a qué animales están permitidos y cuales no. Así, se permite el
consumo de animales terrestres que tengan pezuñas hendidas y rumien (vacas, ovejas, cabras y ciervos
son kosher) mientras que los que no cumplan estas dos condiciones no son permitidos, lo que excluye de
su dieta a cerdos, conejos, liebres, ardillas, perros, gatos, camellos y caballos, aunque la lista es larga, como
podéis imaginar.
En cuanto a las aves, la Torá también ofrece una lista de aves impuras, aunque no un motivo claro para ello,
si bien la mayoría son aves carroñeras o de rapiña, por lo que las interpretaciones de los Rabinos suelen ir
en esa dirección, prohibiendo aves poco habituales en la mesa como el buitre, el águila o el cuervo, pero
también otras que no lo son tanto, como el avestruz o el faisán. Las que sí están permitidas son el pollo, el
pato, el ganso y el pavo, aunque al ser este un animal del nuevo mundo y no aparecer en las escrituras hay
algunas discrepancias al respecto.
Por lo que concierne a pescados y mariscos, para que un animal marino sea kosher debe tener
simultáneamente aletas y escamas, permitiendo pues un amplio abanico de peces como son el atún, el
salmón, la carpa, el mero, la sardina... pero dejando fuera todo el marisco (gambas, langostinos, moluscos,
cangrejos, pulpo...) y también ballenas, tiburones, delfines o peces espada.
También existen restricciones para la ingesta de insectos y otro tipo de animales. Solo se permite la langosta
(no el marisco, sino el insecto) y el saltamontes, pero están prohibidos todos los demás insectos alados, los
insectos rastreros, los roedores, los reptiles y los anfibios. Igualmente, hay algunas partes de los animales
kosher que también están prohibidas, como las grasas alrededor de los órganos vitales o el nervio ciático.
Lógicamente también están prohibidos todos los productos derivados de estos animales, salvo una curiosa
excepción: la miel de las abejas, ya que se considera que es un producto de las flores, y las frutas, verduras
y todo tipo de vegetales sí que están permitidos, con cuidado de lavarlos bien para no tragarse un insecto
por error, eso sí.
La matanza ritual de los animales, conocida como Shejitá, deberá ser ejecutada por el matarife (shojet, que
a veces también es el rabino) con un corte limpio y profundo en la garganta realizado con un cuchillo afilado,
de forma que se garantice que el animal sufra lo menos posible.
La Torá también prohíbe el consumo de sangre, por lo que los animales terrestres y las aves deben de ser
desangrados completamente antes de ser consumidos, salándolos. De esta prohibición están exentos los
peces, pero no otros alimentos, por lo que una mancha de sangre en un huevo, por ejemplo, lo convierte en
taref.
Todo esto también se aplica a las empresas, de ahí que los productos alimenticios que quieran recibir alguno
de los símbolos que los identifican como kosher (normalmente una U encerrada en un círculo) deban
someterse a la inspección rabínica para su aprobación.
El comienzo de una vida judía, ceremonias del Brit Milá y el Zeved Habat.
La importancia de la primera ceremonia religiosa en la vida de un judío, no reside en que a través de ella se
determine su cualidad como judío, sino que celebra la trascendencia de su nacimiento para la continuidad
del pueblo de Israel. En las ceremonias del Brit Milá y el Zeved Habat, los bebés reciben sus nombres, su
historia: genealogía, raíces, bagaje, y con ello, un propósito: ser un eslabón más en esa cadena
generacional, dar continuidad a su estirpe, a su pueblo. Las leyes ancestrales dictaban la realización de
sacrificios de agradecimiento tras el nacimiento de un hijo, cualquiera que fuera su sexo, a los 40 días para
los niños, y a los 80 para las niñas; el Talmud registra la costumbre de plantar un árbol de cedro tras el
nacimiento de un varón y un ciprés si era niña (Gittin 57a). El ritual central para dar la bienvenida a los
varones al pueblo judío y su pacto con D-os es el Brit Milá, ritual tan antiguo como el judaísmo en sí mismo.
Durante siglos, el pueblo judío ha cumplido este precepto: la realización del Brit Milá, cuya primera palabra
significa pacto, alianza; la segunda, es circuncisión. Así, la ceremonia del Brit identifica al niño judío como
miembro de la alianza con D-os en virtud de su nacimiento como judío dentro de un hogar del pueblo de
Israel. Resulta particularmente interesante que el ritual del Brit involucra específicamente al órgano
reproductor masculino, lo cual, por supuesto, no es coincidencia.
Un midrash cuestiona cómo supo Abraham que debía ser “removida” esa piel –y no otra–, pues el texto
hebreo se refiere a ella como orlatejem, del término orlá, que fue traducido como “prepucio” debido al
contexto del relato. Para Maimónides, una de las razones de que el signo de la alianza se realice en el
órgano reproductor masculino consiste en prevenir que quienes no creen en la unicidad de D-os, declaren
ser miembros del pacto por intereses personales. La circuncisión, por elección a una edad adulta, puede ser
tan dolorosa y desagradable, que nadie la realizaría de no ser por un sincero deseo de pertenecer a la fe
judía.
De acuerdo con los sabios, el Brit Milá es una señal tanto para D-os como para el individuo, de la pertenencia
de los miembros del pueblo judío al Pacto. Técnicamente, no se requiere la ceremonia del Brit para hacer al
niño judío –sólo en caso de que la madre no lo sea–; al nacer en un hogar judío, el niño, quiera o no, nace
dentro de la Alianza con D-os, la cual conlleva dolor y sacrificio, pero también honor y santidad. Este niño
se convertirá en adulto, en el tipo de persona que él decida, pero nunca podrá ignorar su identidad judía, la
cual, igual que sus rasgos físicos, su fecha y lugar de nacimiento, será siempre uno de los hechos de su
vida, es parte de lo que es, lo cual quedó marcado en su cuerpo a los ocho días de su nacimiento.
Celebrando el Pacto De acuerdo con el Talmud, el ritual del Brit Milá consiste de tres segmentos separados:
1. Milá, la remoción física del prepucio;
2. Periá, el desprendimiento y plegado de la membrana
3. Metzizá, la succión de la sangre de la herida.
Este último paso no es asignado por el Talmud como parte del rito en sí, sino como una medida higiénica.
Durante la ceremonia, algunas personas designadas por los padres del bebé son honradas con el papel de
presentar al niño. La kvaterin –madrina– hace entrega del niño al kvater –padrino–, quien lo sitúa en las
rodillas del sandek, quien tiene la función de sostener al niño mientras el mohel practica la circuncisión. Entre
las bendiciones que se pronuncian durante la ceremonia, el mohel recita una beraja afirmando que este acto
representa el cumplimiento de una mitzva: «Bendito eres Tú, Señor, nuestro D-os, Rey del universo, que
nos santificaste con Tus preceptos y nos prescribiste cumplir con el precepto de la circuncisión». El padre
pronuncia otra bendición estableciendo que a través de esta mitzvá el niño forma parte de la alianza entre
D-os y el pueblo judío: «Bendito eres Tú, Señor, nuestro D-os, Rey del universo, que nos santificaste con
Tus preceptos y nos prescribiste hacer entrar a nuestros hijos en el Pacto de Abraham, nuestro patriarca»,
a lo que los asistentes responden: «Al igual que ha ingresado en el Pacto de Abraham, asimismo hazle llegar
al estudio de la Torá, a la santidad del matrimonio y a una vida de buenas acciones».
La ceremonia del Brit Milá es una ocasión de alegría en la que se festeja la llegada de un nuevo integrante
a la familia, pero, sobre todo, celebra la continuidad de la identidad judía transferida de padre a hijo, misma
que se hace patente en el nombre hebreo del niño. Muchos padres dan a sus hijos un nombre “secular” para
ser empleado en contextos no judíos y un nombre hebreo o idish para efectos religiosos y comunitarios. La
costumbre de nombrar al niño igual que alguno de sus antepasados consanguíneos, lo identifica con la
historia de su familia y, por extensión, de su pueblo; enfatiza la pertenencia del recién nacido a una larga
cadena en la que, en ese momento, él se convierte en el último eslabón. La ceremonia del Brit Milá y el
otorgarle un nombre al recién nacido simbolizan la transferencia de la identidad judía a través del nacimiento,
de padre a hijo, de generación en generación.
Pidyion Haben
En todas las culturas y en todos los tiempos, el varón primogénito siempre ha tenido un significado especial.
En el judaísmo se les otorga un estatus particular, pues a través de ellos se asegura la simiente de la familia
y del pueblo judío. El entusiasmo y la alegría del nacimiento de un primogénito se reflejan en la ceremonia
especial del Pidyion Haben.
Antiguamente, los primogénitos eran consagrados al servicio divino, por lo que la ley establecía como
derecho de nacimiento, que se les concediera una doble porción de las posesiones paternas. En Números
18:16, se establece que la redención debe realizarse a los 31 días de nacido el primogénito por un precio
de cinco shekalim. Actualmente, el niño es redimido a un miembro del linaje de Aaron haCohen a los 30 días
de edad, con el pago del equivalente a la cantidad mencionada –a través de monedas u objetos de valor–.
A través del tiempo y de acuerdo con las tradiciones propias de cada comunidad, existen ciertas variaciones
en la ceremonia. Entre los aspectos importantes establecidos por la halajá, se considera que para realizar
un Pidyion Haben, el primogénito debe haber “roto el útero” de la madre, por lo cual si anteriormente sufrió
un aborto –pues este hecho hubiera abierto el útero antes del nacimiento–, o en el nacimiento del
primogénito le fue practicada una cesárea –en tanto el útero se rompe de forma artificial– no se debe redimir
al niño. Ahora bien, si la madre tuvo cesáreas en otros nacimientos, pero da a luz a un bebé varón de forma
natural, éste debe ser redimido pues fue el primero en abrir naturalmente el útero. En el caso del Pydion
Haben, la ceremonia se pospone si su fecha de realización coincide con Shabat o alguna festividad. La
ceremonia de redención del primogénito es una mitzvá establecida en la halajá, su fundamento consiste en
que al realizar el acto simbólico específico de la redención, el hombre reconoce que todo pertenece al
Creador y que el hombre sólo posee aquello con que D-os desea bendecirlo.
Celebrando a las niñas
Muy diferente a la ceremonia de los varones, es la tradición en el caso de las niñas. Las ceremonias para
las hijas son relativamente nuevas, se llevan a cabo solo desde hace 30 años y no son practicadas por todas
las familias. El hecho de que no exista una ceremonia para niñas similar al Brit Milá, se debe a que en
diversas fuentes judías las mujeres son descritas como integrantes “completas” de la Alianza: si nacen de
madre judía, nacen incluidas en el signo masculino del Pacto; algunas fuentes señalan al ciclo menstrual
como su propio signo. No obstante, el nacimiento de niñas también se considera un evento digno de
celebración, cuyas manifestaciones han variado a través de los años y las comunidades, dando lugar a
tradiciones específicas. Las ceremonias de las niñas se conocen con diversos nombres, simjat bat, brit bat
y, el más común para nosotros: zeved habat. En la tradición se llevaba a cabo una ceremonia la cual consiste
en que el padre asista a la sinagoga al servicio de shajarit del Shabat inmediato al nacimiento de la niña y
reciba la aliya a la Torá. En el shul se pronuncia un Mishebaraj, plegaria de recuperación y salud para la
madre y la bebé; el nombre de la niña se proclama públicamente, declamando las palabras Avi habat, “padre
de la hija”. Igual que con los niños, hay familias que eligen dar a la niña el nombre de alguna parienta a quien
deseen honrar.
Shabat
El sabbat — también escrito shabat (en hebreo: שבת: shabbath, 'cesar') o su variante en yidis, shabbos
es el séptimo día de la semana, siendo a su vez el día sagrado de la semana judía y del —(שאבּעס)
adventismo. El sabbat se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche
del sábado. Según las prescripciones de la Torá, debe ser celebrado en primer lugar mediante la abstención
de cualquier clase de trabajo. En el ethos judío el sabbat es una señal de la relación entre Yahveh y el pueblo
judío. La celebración del sabbat está prescrita entre los Diez Mandamientos recibidos por Moisés, así como
una fiesta semanal.
Para los judíos, hay varias maneras de honrar el sabbat. Una de ellas es consagrarlo a su principio y su
final: El Kidush de la noche del viernes y la Havdalah de la noche del sábado. Otro mandamiento, de carácter
rabínico, es el encendido de las velas de Shabat el viernes por la tarde, antes de iniciar el sabbat. Este
mandamiento fue hecho preferentemente para la mujer, aunque en caso de no haber ninguna mujer en la
casa puede hacerlo un varón. Se acostumbra prender un mínimo de dos velas, aunque se llegan a prender
más según diferentes costumbres. Otras maneras de honrar el sabbat son comiendo y vistiendo de una
manera agradable. Se suele comer pescado, así como carne en las comidas de sabbat y comida caliente
(que se ha dejado calentando desde antes del sabbat según las leyes apropiadas). Se acostumbra comer
tres comidas en sabbat (a diferencia de la costumbre de comer dos comidas al día en la antigüedad). Para
cumplir con este precepto, se prepara una comida ligera llamada seuda shelishit (tercera comida) en hebreo
o bien shalosh seudos en yidis —en las comidas de sabbat, se acostumbra cantar canciones tradicionales
llamadas zemirot, así como canciones jasídicas—. Se suele usar ropa limpia en sabbat, y antiguamente se
acostumbraba usar prendas blancas; hoy en día esto es inusual. Los varones jasidíes visten de manera
especial, con un sombrero de piel llamado shtreimel y un saco largo de seda llamado bekishe. En algunas
otras comunidades se usa vestimenta formal.
La práctica del sabbat es una de las más representativas costumbres judías. El sabbat, lejos de ser solo un
día dedicado a la oración, es un día de descanso y, potencialmente, de enriquecimiento espiritual. Con el
correr del tiempo, la práctica y conservación del sabbat se hizo símbolo para el cumplimiento de los
preceptos del judaísmo. Durante la larga historia del pueblo judío, los judíos han enfatizado la observancia
del sabbat. Aun así, el sabbat se puede violar para salvar la vida, por lo que algunas acciones normalmente
prohibidas se permiten a personal médico, servicios de seguridad y en ocasión de una emergencia. De
acuerdo con el Shevet Meshor, un comentario contemporáneo, en la Torá la única ocasión en que el pueblo
judío estuvo totalmente reunido fue durante la celebración del sabbat por parte de Moisés.
Bar Mitzvá
La celebración de la ceremonia de Bar Mitzvá es uno de los ritos más importantes en la vida de los varones
judíos, empero, y significativamente, no es un precepto establecido en la Torá.
El desarrollo más bien tardío de la ceremonia del Bar Mitzvá, probablemente deriva de los cambios en las
tradiciones relacionadas a las actividades rituales en que se permitía participar al niño, pues si bien en la
Torá los 20 años se consideraban la mayoría de edad –cuando el joven ya podía participar en la guerra y
pagar impuestos–, en la época talmúdica la edad se estableció a los 13 años, pues de acuerdo con el
Talmud, los niños tenían permitido ejecutar actividades rituales, si ya habían desarrollado la experiencia
necesaria para hacerlo bien y si eran capaces de comprender el significado del ritual.
Como reconocimiento al cambio de jerarquía religiosa del niño, el padre pronunciaba una bendición
agradeciendo a D-os el relevarlo de la responsabilidad de hacer cumplir los preceptos a su hijo: «Rabi
Eleazar ben Shimon dijo: “un hombre es responsable de su hijo hasta la edad de 13 años; después de eso
él debe decir: ‘Bendito es Él quien me ha liberado de la responsabilidad de este niño’”» (Génesis Raba
63:10). La mención sobre la braja evidencia que la “mayoría” de edad para el cumplimiento de los preceptos
era un momento de transición cuya importancia merecía ser, si no celebrada, por lo menos destacada de
alguna forma, señalando también con ello la transición de la responsabilidad de padre a hijo.
Parte del Minyan
Las primeras ceremonias formales de Bar Mitzvá se remontan al siglo XIV, la costumbre aceptada era que
el niño no podía comenzar a usar tefilin antes del día de su cumpleaños número 13, costumbre que se
modificó un siglo después al permitir que los niños comenzaran a usarlos dos o tres meses antes de
convertirse en bnei mitzvá, a fin de que para el momento de su presentación pública ya estuvieran versados
en la práctica y las reglas de su colocación.
En esa misma época surgió la tradición de que el ben mitzva subiera a la leer la Torá el Shabat siguiente a
su cumpleaños, o el mismo día si coincidía. Entonces, los niños leían la Torá y pronunciaban una drasha –
discurso–, por lo general de enseñanzas talmúdicas; por la tarde, se llevaba a cabo una seudat mitzvá –
banquete festivo–. En ese mismo siglo, los judíos de Worms, implementaron la costumbre de vestir al joven
con ropa nueva especial para la ocasión. Asimismo, se adoptó la práctica de que el ben mitzvá recitara el
total de la perashá que le correspondía. Y si bien la tradición de vestir especialmente al joven ha prevalecido,
no ha sido igual con la porción de lectura, la cual ha variado dependiendo las regiones y las épocas.
Actualmente, no existe uniformidad en la ceremonia. Por lo regular, el niño es llamado a la lectura después
de “los siete” que leen la Torá en Shabat, para leer la última porción de la parasha –dividida en siete partes–
, llamada maftir y la haftará (lectura de los profetas correspondiente a dicha parasha), o una combinación de
ambas. Así, dependiendo del rito, pueden leer una porción de la parasha o la haftará, pronunciar las
bendiciones que preceden y siguen la lectura de esta última, dirigir alguna parte del servicio o todo, y dar un
dvar Torá es decir, ofrecer una interpretación de la parasha. Asimismo, existen variaciones en la tradición
del uso del talit, pues en algunas comunidades el niño comienza a vestirlo el Shabat de su Bar Mitzvá,
mientras que en otras sólo lo hace hasta el día de su boda.
Sin importar las variaciones, todas las ceremonias de Bar Mitzvá suponen la preparación previa del niño y
todas coinciden en otorgar la mayor importancia a la colocación de los tefilin y la aliya a la Torá, acciones
con las cuales el ben mitzvá afirma individual y públicamente su compromiso con sus tradiciones ancestrales
y la responsabilidad de dar continuidad a los preceptos entregados al pueblo de Israel en el Monte Sinaí.
Celebrando También a las Niñas
Las actividades religiosas femeninas ocurren primordialmente en el ámbito de lo privado, en la realidad
familiar, en vez de en lo público-comunitario como en el caso de los hombres. Debido a que las mujeres no
requieren practicar preceptos de carácter público, abierto y visible como los hombres, una ceremonia de Bat
Mitzvá no tenía mucho sentido.
En algunas comunidades, se acostumbra que las niñas tengan una lectura de la Torá, por lo que la
ceremonia se realiza en el servicio de shajarit en Shabat. En otras comunidades, se realizan ceremonias u
otros eventos festivos para marcar este día, pero fuera de la sinagoga; e incluso hay quienes no lo festejan
como una ocasión religiosa particular.
En general, la preparación de las niñas para la celebración de esta ocasión, involucra que aprendan las
mitzvot que deben cumplir como mujeres, así como bendiciones, rituales y tefilot en hebreo. La preparación
de las niñas consiste en que adquieran los conocimientos para convertirse en mujeres respetuosas de su
legado judaico, pero sobre todo, para que en el futuro puedan ser esposas y madres que construyan sólidos
hogares judíos.
Tefilin
Un aspecto sumamente importante de convertirse en un ben mitzvá, es la colocación de los tefilin, a partir
de ella, el joven puede ser contado como un miembro del minyan: un miembro completo de la comunidad.
Desde ese momento, en términos de su jerarquía dentro de los rituales, no hay diferencia entre este joven
de 13 años y los adultos; y si bien es cierto que de acuerdo con la halajá a esta edad el niño no es visto aún
como responsable en otras áreas –como la vida comercial–, en el ámbito ritual se le considera apto para
llevar a cabo las prácticas judaicas en su totalidad.
Los tefilin, que deben ser completamente negros y formar cubos perfectos, cuyo nombre es batim –casas–,
contienen en su interior, escritos a mano por un sofer –escriba–, cuatro pasajes de la Torá: Éxodo 13:1-10,
Éxodo 13:11-16, Deuteronomio 6:4-9 y Deuteronomio 11:12-21.
En la tradición rabínica se emplea la expresión tefilin shel yad, de la “mano”, para referirse a la filacteria del
brazo, la cual contiene las cuatro secciones en una sola pieza delgada de pergamino. En el tefilin shel rosh,
de la cabeza, la bait –casa– posee cuatro compartimentos separados, uno para cada pasaje. Una
interpretación refiere que los pasajes de la bait de la cabeza se hallan separados y los de la mano juntos en
solo pergamino, para simbolizar que, si bien pueden existir diferencias de opinión, la práctica del judaísmo
es uniforme.
La colocación de los tefilin es uno de los aspectos centrales del Bar Mitzvá, su centralidad simbólica
corresponde en gran medida a la idea de que cumplir con su colocación representa para el individuo –mente,
cuerpo, corazón– su compromiso con sus tradiciones ancestrales. De este modo, integra a sí mismo los
textos centrales para su pueblo, en su cabeza y cerca de su corazón: el niño ahora está atado a la
comunidad, a sus creencias y valores, a su pasado y a su futuro.
Matrimonio
En el judaísmo, desde el momento en que nacemos estamos destinados al matrimonio: lejupá ulema’azim
tovim –para la jupá y las buenas acciones–, decimos cuando se nombra a un recién nacido. Por ello, el
matrimonio es un suceso de gran alegría que representa la concreción de un objetivo y el recibimiento de
una bendición Divina.
La unión básica creada por D-os es hombre y mujer, una sola carne; en el matrimonio, la pareja se completa
y se complementa, vuelve a su estado natural, a ese triángulo compuesto por dos seres humanos y su
Creador, el cual, naturalmente, se halla santificado por el Todopoderoso.
El matrimonio no forma parte de un código legal, es la consolidación de un amor que busca santidad, la
perpetuación de sus raíces… trascendencia, al mismo tiempo que constituye un elemento básico del orden
social natural. Así, la boda judía representa la entrada formal de los contrayentes al mundo en comunidad,
al ámbito de la preservación del pueblo judío, cuyo futuro depende de cada unión matrimonial.
La importancia del matrimonio judío reposa en cómo la pareja percibe su vínculo, en el amor que se
demuestra y en la forma en que los valores judíos se expresan cotidianamente en el hogar, cuya construcción
debe cimentarse en el cuidado de su fe y sus raíces, de sus tradiciones y costumbres, y de su pertenencia
a una comunidad que forma parte del pueblo judío: Harei at mekudeshet li(…) bedat Moshé veIsrael –Por
este medio eres santificada a mí(…) de acuerdo con la Ley de Moisés e Israel–.
La boda constituye un jubiloso acontecimiento del ciclo de vida judía, cuya celebración es motivo de inmensa
alegría para familiares, amigos, comunidad y para el pueblo de Israel en su totalidad.
Rituales y costumbres del matrimonio
El matrimonio judío recibe el nombre de “kidushin” en hebreo. Las tradiciones que comprenden las bodas
judías profundizan en el significado del rito sagrado. Si están revisando las tarjetas de casamiento originales,
los arreglos florales, los souvenirs de casamiento, la ceremonia y los vestidos de novia y sienten curiosidad
por diferentes rituales religiosos, no dejen de leer sobre las bodas judías. Las almas separadas se reúnen
para formar una sola.
1. Requisitos
Ambos deben unirse por voluntad propia y ser de la religión judía por nacimiento. Algunas congregaciones
aceptan la conversión del novio o la novia. El hombre debe haber cumplido con el Bar Mitzvá, que se realiza
cuando el niño cumple 13 años e implica la entrada del individuo como adulto a la comunidad. El matrimonio
es un acto público.
2. El matrimonio judío
El casamiento judío realza no sólo el significado de la unión de dos personas, sino la unión de dos almas
como parte de una misma alma original. Luego de bajar a la Tierra, el alma se divide en dos partes que
vuelven a reencontrarse debajo de la jupá. La ceremonia resulta una consagración mutua (kidushin), un acto
santificado y divino. Puede llevarse a cabo en cualquier sitio que elijan los novios, el único requisito es
hacerlo debajo de la jupá.
3. Jupá
La boda se lleva a cabo debajo de la jupá, un palio nupcial formado por una tela a modo de techo y cuatro
pilares. La jupá simboliza la casa judía, por sobre todo hospitalaria, abierta por los lados para recibir a todos.
Los novios se acercan a la jupá, acompañados de sus familiares. La novia (kalá) da siete vueltas alrededor
del novio (jatán), como símbolo de la construcción del mundo en siete días. La jupá representa el nuevo
hogar de la pareja donde prevalecerán las leyes judías.
4. Talit
Es una costumbre que la novia le regale al novio un talit. Este es un manto religioso que utilizan los hombres
en los momentos de oración en los templos judíos, creando un tiempo íntimo y de comunión con Dios. En
algunas congregaciones, el jatán usa el talit debajo de la jupá y la pareja se envuelve con él.
5. Kabalat panim
Durante la semana previa al casamiento los novios no pueden verse. En el comienzo de la ceremonia, ambos
saludan a sus invitados por separado. Luego, las respectivas madres rompen un plato como símbolo de que
lo que se quiebra no se puede reparar del todo, por lo cual no volverá a ser lo mismo.
6. Badeken
La ceremonia comienza cuando el novio camina hacia la jupá, acompañado por su madre o una madrina y
en algunos casos luego ingresa el cortejo. A continuación, es el turno de la novia, quien entra junto con su
papá o padrino. Este inicio simboliza la unión de las dos familias. Antes de ingresar a la jupá, el jatán se
acerca a la kalá y le baja el velo del vestido de novia sencillo como símbolo de modestia y de la importancia
que conllevan el alma y el carácter antes que la belleza física.
7. Dos actos
La ceremonia del matrimonio judío o kidushin se compone de dos actos: Erusin (el compromiso) y Nisuin (el
matrimonio). El primero incluye las bendiciones respectivas y la entrega del anillo por parte del novio en
presencia de dos testigos. La lectura del ketuba es una pausa entre ambas partes. El Nisuim es el segundo
acto y consiste en el recitado de las siete bendiciones (sheva brajot). El acto culmina con el rompimiento de
la copa.
8. Las bendiciones
Se utilizan dos copas de vino. El vino simboliza la alegría en la tradición judía. En el primer acto se dispone
la primera copa y la pareja bebe de ella todavía como novios luego de escuchar las bendiciones de
compromiso. En el segundo, son recitadas las siete bendiciones por el rabino u otra persona a la que los
novios deseen honrar. Para ello se utiliza la segunda copa de vino y al término de las bendiciones, los novios
beben de la copa. En esta instancia, lo hacen como esposos.
9. Entrega del anillo
Es ley en la tradición judía que el novio entregue un anillo a la novia y declare a su esposa: “eres consagrada
para mí con este anillo, de acuerdo con la ley de Moisés e Israel”. Debe ser una joya lisa de oro, sin adornos.
Con los cambios sociales, algunas parejas deciden entregarse mutuamente los anillos como símbolo de
igualdad y fidelidad. En esos casos, la novia dice “yo soy de mi amado y mi amado me pertenece”.
10. Ketuba
Luego del primer acto de la ceremonia, se lee y se firma el ketuba o contrato nupcial. El jatán acepta todas
las obligaciones económicas, maritales y emocionales que nacen a partir del matrimonio y es la kalá quien
guarda el documento. Dos testigos también lo firman. Como sucede con el anillo, el judaísmo progresista
entiende que los compromisos son recíprocos.
11. Rotura de una copa
Con este acto finaliza la ceremonia. Se coloca una copa en el suelo y el jatán la rompe con su pie como
recordatorio de la destrucción del Templo de Jerusalén y la fragilidad de las relaciones humanas. Para los
judíos, ante la felicidad siempre hay que recordar los momentos de tristezas. Por ello, Jerusalén se ubica
por sobre todo regocijo personal.
12. La fiesta
Es costumbre que los invitados exclamen “¡Mazel tov!” para celebrar cuando los esposos salen de la jupá,
un deseo de buena suerte. La fiesta comienza con la bendición del pan challah, pan tradicional que se come
en el Shabat y otras festividades. No deben faltar la torta de casamiento original ni la tradición de la silla.
Los novios son festejados, cargados en sillas, mientras tratan de darse un beso, intentando mantener el
equilibrio.
La música lleva un protagónico en las fiestas judías, como la canción “Hava Nagila”, que se inspira en la
alegría y el gozo. Exploren en la web para encontrar la frase para tarjetas de casamiento que los deslumbre
y descubran la torta de casamiento que los enamore.
13. Seudat Mitzvá-Banquete.
El banquete festivo es una seudat mitzvá, es decir, una comida festiva que es parte de la ceremonia
matrimonial, por lo que participar en ella es una mitzvá.
Ocasión sumamente festiva, provocar alegría y regocijo a los novios es considerado un acto de jesed –
bondad, amor hacia los demás–; el Talmud señala que esta acción es como llevar una ofrenda al Templo
de Jerusalem.
En algunas bodas, tras el banquete festivo se vuelven a recitar las Shiva Berajot, bendiciendo con ello, una
vez más, la creación Divina y por su puesto a la pareja que ya constituye una familia más del pueblo de
Israel.
Divorcio
La ley judía exige un Guet –acta de divorcio– para dar por terminada la relación entre una pareja casada.
Aunque las autoridades rabínicas aceptan que hay matrimonios que deben terminar, enfatizan en la
necesidad de realizar todos los esfuerzos posibles en la búsqueda de reconciliación antes de llegar al
divorcio.
El guet es el acta de divorcio que el esposo concede a la esposa a fin de disolver el matrimonio; no es solo
el registro de la disolución del matrimonio, sino la forma misma de dar por terminada la unión matrimonial.
Existen numerosas normas relacionadas con el guet, como que debe estar escrito para cada pareja en
particular y con sus nombres perfectamente escritos. El procedimiento universal consiste en que esté escrito
en arameo.
Una vez que todo intento de reconciliación ha fracasado y la pareja ha decidido divorciarse, deben establecer
una cita con el Bet Hadin, la corte rabínica, versada en las leyes de guitín –divorcio judío–. Para hacer
efectivo el guet, debe estar presente un sofer –escriba– y dos testigos. Una vez que el marido entrega el
guet a la mujer, el Bet Hadin realiza algunos cortes en el documento para que este no pueda ser utilizado
nuevamente. El documento es archivado, entregando al hombre y a la mujer un certificado de divorcio
conocido como Ptor.
Etapas de Duelo
Aninut
La etapa de aninut comienza en el momento del fallecimiento. Los sabios instruyeron en “no consolar al
doliente durante el tiempo en que el fallecido yace (sin enterrar) ante él”. En este momento el dolor es
demasiado intenso para cualquier intento de consolación, por ello no se considera apropiado tratar de
confortar al onen –deudo en la etapa de aninut–. La aninut es un momento para, simplemente, estar con los
dolientes; es un momento de silencio, no de palabras.
La etapa de aninut representa la reacción humana espontánea y natural ante la muerte. A pesar de que la
halajá expresa fe absoluta en la vida eterna, en la inmortalidad y en la existencia continua trascendental
para todo ser humano, también comprende el miedo y la confusión cuando nos confrontamos con la muerte.
Lo anterior se explica en tanto el compromiso con el Todopoderoso este basado en la conciencia de la
dignidad y santidad humana. Cuando un ser querido fallece, el estado de perplejidad y desesperación del
individuo, lo lleva a cuestionar si, efectivamente, existe esa cualidad y la capacidad de elección en el ser
humano, lo cual hace que el compromiso expire.
Pero además de lo anterior, la etapa de aninut permite que los dolientes se concentren en el precepto de
kavod hamet –honrar al fallecido– a través de la realización de todos los rituales para llevarlo dignamente a
su última morada; razón por la cual también se les exenta del cumplimiento de las mitzvot.
Esta primera etapa termina en el momento en que el feretro se halla totalmente cubierto de tierra y se
pronuncia el Kadish.
Avelut
Al entrar en la avelut, la halajá ordena al doliente asumir una tarea heroica: comenzar a recoger los pedazos
de su personalidad rota y reestablecerse como ser humano, restaurando su dignidad. Con esto la halajá
enfatiza la idea de que la muerte no debe confundir al hombre, quien no debe sumergirse en la oscuridad
total ante ella, sino por el contrario: la muerte le brinda la oportunidad de expresar grandeza y de actuar
heroicamente: construye aunque sabe que tal vez no vivirá para disfrutar del magnífico edificio a cuya
construcción está dedicado; siembra aunque no espere comer del fruto; explora, desarrolla, enriquece, no
para sí mismo, sino para generaciones venideras. De esta manera, la muerte enseña al hombre a trascender
su ser físico individual y a identificarse con la comunidad intemporal. La muerte, advierte la halajá al doliente,
enfatiza el rol del hombre como ser histórico y sensibiliza su conciencia moral.
Shive
La característica distintiva de la shive es que los dolientes interrumpen las rutinas de la vida cotidiana para
concentrarse exclusivamente en la memoria del fallecido y recibir consuelo de la familia, amigos y
comunidad. Tradicionalmente, la shive se lleva a cabo en el hogar del fallecido o en casa del doliente
principal. De ser posible, los dolientes deben pasar los siete días, juntos en la casa de la shive, durmiendo
bajo el mismo techo.
Del mismo modo en que la shive transforma la rutina de los deudos, también cambia el uso y la manera en
que se ve el espacio de la casa. Sentarse a nivel más bajo del acostumbrado o en cojines sobre el piso, es
un signo externo que denota el abatimiento por el dolor intenso, así como representa humildad ante los
acontecimientos que nos rebasan (los visitantes se sientan en sillas y sillones). Cubrir los espejos es una
impactante señal visual de la perturbación en el ánimo y del dolor que imperan en la casa. También hay
quienes acostumbran cubrir pinturas y fotografías.
Cuando es posible, las puertas se dejan abiertas para que los visitantes entren sin necesidad de tocar, lo
cual distrae a los avelim y podría hacerlos actuar como anfitriones.
La veladora es llamada ner daluk –luz encendida– y como las velas en general, simboliza el destello divino
que habita en el cuerpo, como señala la Torá: “Lámpara de D-os, es el alma del hombre” (Proverbios 20:27).
La veladora se coloca en un lugar prominente de la casa y se enciende sin pronunciar bendición.
Durante la shive, los dolientes se abstienen de:
• Vestir zapatos de piel –un símbolo ancestral de lujo–. Vestir pantuflas de tela, calcetines o estar descalzo
es un símbolo de humildad ante una pérdida.
• Rasurarse o cortar su cabello; tampoco deben bañarse por placer ni vestir ropa nueva.
• Sostener relaciones íntimas.
• Escuchar música o atender a cualquier forma de entretenimiento o distracción lúdica.
• Trabajar o manejar negocios.
Los dolientes tampoco deben estudiar Torá, pues se considera una fuente de gran deleite, como cita en sus
páginas: “las leyes de D-os son rectas y regocijan al corazón”. No obstante, los avelim pueden leer las leyes
del duelo y estudiar textos sobre conducta ética y otras secciones de la Torá cuya naturaleza es seria y
solemne.
La primera comida que los deudos realizan en la casa de shive tras el entierro es conocida como seudat
havra’a o banquete de consolación, en la cual tradicionalmente se les ofrece pan y huevos duros, cuya forma
ovoide simboliza el ciclo de la vida. En la tradición sefaradí se acostumbra servir lentejas también debido a
su forma circular.
Es importante señalar que toda demostración pública de duelo se suspende durante Shabat o las
festividades, aunque los días se cuentan como parte de la shive. En estos casos, los dolientes pueden
asearse y cambiarse de ropa para asistir a los servicios religiosos en el shul y pronunciar Kadish.
La shive finaliza en la mañana del séptimo día, inmediatamente después del servicio religioso de shajarit.
Se acostumbra “levantar” a los dolientes, quienes se cambian la ropa rasgada y dan una vuelta a la manzana,
lo cual simboliza el retorno de la familia a la vida social cotidiana tras el intenso periodo de duelo.
Shloishim
Si bien una vez finalizada la shive, los avelim retoman sus rutinas cotidianas, algunas restricciones se
mantienen durante un periodo de 30 días, contados a partir del día del entierro. Este periodo se conoce
como shloishim, del hebreo shloshim que significa treinta.
Durante este periodo los dolientes no deben comprar o vestir ropa nueva; cortarse el cabello, escuchar
música ni participar en eventos festivos como bodas (en caso de eventos familiares, se debe consultar a
una autoridad rabínica competente).
Aunque todavía están de luto, durante los shloishim los deudos pueden comenzar a reintegrarse
gradualmente a la vida cotidiana. Terminar la shive y regresar a la rutina de manera abrupta no sería sano
para ellos, todavía están en duelo y a pesar de que la intensidad del dolor ha disminuido, aún pasarán por
momentos de profunda tristeza y añoranza, por ello las restricciones que se mantienen sirven para
recordarles –y recordar a las personas a su alrededor– que continuan viviendo un proceso que, ciertamente,
aún no termina.
Shaná
Para los hijos que están en duelo por sus padres, el periodo de shloishim se extiende a un año, en el cual
los deudos deben abstenerse de las acciones arriba mencionadas, exceptuando el corte de cabello, que a
partir de los treinta días, la ley permite en caso de “reproche social”; ante una crítica por el aspecto del
cabello, el deudo puede llevar a cabo esta acción.
¿Por qué en caso del fallecimiento de los padres existe este periodo adicional de luto?
Psicológica y espiritualmente, la conexión con los padres es la relación esencial que nos define como
personas. Por ello, el fallecimiento de un padre requiere de un periodo más largo de adaptación.
Los padres también representan valores e ideales, son los representantes de D-os en este mundo y tratan
de ofrecer a sus hijos, sus propias herramientas para la vida. Este periodo extendido de duelo reconoce que
la pérdida de una relación de este tipo tiene ramificaciones espirituales profundas.
Tras el periodo de shloishim la vida lentamente regresa a su normalidad. Una vez que el año ha pasado, ya
no se considera al doliente como tal.
4. Pésaj es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo la esclavitud de
Egipto. También se la llama Pascua judía o Pascua hebrea (para distinguirla de la Pascua de
Resurrección celebrada por el cristianismo).
La festividad es uno de los Shaloch Regalim (Tres Fiestas de Peregrinaje) del judaísmo, ya que durante la
época en que el Templo de Jerusalém existía, se acostumbraba peregrinar al mismo y realizar ofrendas.
La festividad comienza en el día 14 del mes hebreo de Nisán, y dura siete días (ocho en la Diáspora, ante
la antigua duda de un error de cálculo de calendario se agrega un día extra para asegurar el
cumplimiento), y durante la misma está prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales (avena,
cebada, centeno, espelta y trigo) ermentados, llamados en hebreo Jametz (la raíz de la palabra indica
«fermentación»). En su lugar, durante la festividad se acostumbra comer matzá, o pan ácimo. Según la
tradición, el pueblo judío salió de Egipto con mucha prisa y sin tiempo de prepararse, por lo que no hubo
tiempo para dejar leudar el pan para el camino, dando origen a la tradición.
La festividad también recibe el nombre de Fiesta de la Primavera, ya que en el hemisferio norte marca el
inicio de dicha estación. Dado que en Israel las estaciones calurosas son las estaciones secas, a partir de
Pésaj y hasta Sucot se acostumbra orar por el rocío, y no por la lluvia (oraciones que se reservan para el
invierno).
Rosh Hashaná significa “cabeza del año”, es el Año Nuevo judío, que es conmemorado por la mayoría de
los judíos dondequiera que se encuentren, el primero y el segundo día de tishrei (séptimo mes
del calendario hebreo). Es la fecha de la Fiesta de las Trompetas.
Conforme a la Torá, el mes de Abib o Nisán (por marzo-abril) es el principal de los meses del año, ya que
la palabra en hebreo usada ahí es "Rosh Jodashim" que como ya mencioné quiere decir literalmente
"cabeza de meses", refiriéndose a que es el principal mas no el primero, de modo que es erroneo decir
que este día es el primero del año.
Según el judaísmo rabínico, el año nuevo cae en el mes hebreo de Tishréi (por septiembre-octubre),
cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, que conmemora el día en que Elohim creó el
mundo o, según el rabino Eleazar ben Shammua, el día de la creación del hombre, y es a partir de este día
cuando se cuentan los años.
Yom Kipur, también conocido como Día de la Expiación, es el día más sagrado del año judío. Es conocido
como el Día de la expiació, del perdón y del arrepentimiento de corazón o de un arrepentimiento sincero.
Son diez días de arrepentimiento.
Ellos comprenden Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), diez días del arrepentimiento, y su culminación, con
el Yom Kipur. En el calendario hebreo, el Yom Kipur comienza en el anochecer del noveno día del mes de
Tishrei y continúa hasta el anochecer del siguiente día.
La comida, la bebida, el baño o cualquier tipo de limpieza corporal como el lavado de dientes, la utilización
de cuero, el untamiento de cremas o bálsamos en el cuerpo y las relaciones conyugales están prohibidos.
El ayuno empieza en el ocaso y termina al anochecer del día siguiente. Los servicios de oración de Yom
Kipur comienzan con la oración conocida como Kol Nidre, que debe ser recitada antes de la puesta del sol.
El Kol Nidre es una abrogación pública de votos religiosos hechos por judíos durante el año precedente.
Esto sólo concierne a los votos incumplidos hechos entre la persona y Dios y no anula votos hechos a
otras personas.
Un talit (manto de oración cuadrangular) se pone para las oraciones de la tarde, el único servicio de la
tarde del año en el cual se hace esto. La oración de Neilá es un servicio especial que se celebra solo
durante el día de Yom Kipur, y marca el cierre de las fiestas. Yom Kipur culmina con el sonar del shofar,
que marca la conclusión del ayuno.
Janucá también conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judía que
conmemora la rededicación del Segudo Templo de Jerusalém y la rebelión de los macabeos contra el
Imperio seléucida. Celebrada durante ocho días, la festividad de la Janucá data de la época de la
hegemonía helénica en Israel, que comienza con las conquistas de Alejandro Magno el año 332 a. C,
quien a su paso liberó al pueblo judío de la opresión de Persia, quedando Israel como reino-estado
independiente. Tras su muerte, el vasto imperio quedó en manos de sus generales -que entraron en
conflictos bélicos entre sí, por lo que siglos después los griegos seléucidas pretendieron hacerse con el
dominio de la región, como puede leerse en los libros de I y II Macabeos, donde esta festividad
conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los
macabeos sobre los griegos de la dinastía de Seleuco y la posterior purificación del Segundo Templo de
Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C.
La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho
días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la
principal costumbre de la festividad, que es la de encender, de forma progresiva, un candelabro de nueve
brazos llamado Januquía (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»).
La festividad se celebra el 25 de Kislev del calendario judío, fecha que cae entre finales de noviembre y
principios de diciembre del calendario gregoriano, aunque en 2019 fue a final de diciembre (del día 22 al
día 30).
5. El pueblo judío tiene una riqueza de costumbres y tradiciones que datan desde épocas ansestrales,
y que a pesar del paso de los años aún permanecen hasta el día de hoy. Y todo lo relacionado con
las bodas no es una excepción, y se puede ver reflejado en la boda que realizo el joven de 18 años
que desposó a la chica de 19, Hannah Batya Penet, en Israel.
Hannah Batya Penet, se casó en Jerusalên con el nieto del líder de Belz ante 25.000 personas, donde tuvo
que permanecer toda la ceremonia cubierta por un velo.
Penet se ha casado con Shalom Rokeach, de 18 años, y nieto del líder de la dinastía Jasídica Belz Rebbe,
que ostenta el titulo de una de las de mayor tradición en el mundo judío ortodoxo.
Por ello, la joven tuvo que permanecer durante la ceremonia cubierta por un velo, tapada ante los ojos de
los asistentes, todos aquellos judíos varones ya que las mujeres, con la excepción de las mas cercanas a
los novios, no pueden acceder y siguen la celebración desde una sala.
Durante la ceremonia de compromiso, la novia tiene además prohibido hablar con los invitados
masculinos.
Shalom es el mayor y el único nieto varón del líder de la dinastía y con este enlace se asegura la
continuidad de la misma.
Entre los asistentes estaban miembros de la dinastía de todo el mundo, incluyendo de EE.UU. y Europa.
El evento fue mucho más que una boda espléndida siguiendo la tradición ultraortodoxa judaica, fue el
comienzo de una nueva era, porque el novio es el futuro líder de la dinastía jasídica Belz Rebbe, que
surgió a princípios del siglo XIX cerca de la frontera entre Ucrania y Polonia.
La ceremonia duró hasta el amanecer del día siguiente
Bibliografía
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14 de abril de 2020, de https://www.casamientos.com.ar/articulos/los-rituales-del-matrimonio-judio--c5635
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https://www.directoalpaladar.com/cultura-gastronomica/alimentos-prohibidos-en-cada-religion-el-judaismo