Download - Texto1

Transcript

Nada se haba movido en aos. Lo ms extico que haca era coleccionar en una maleta un trocito de tela de todos los vestidos que he llevado en mi vida. Desde pequea vena alimentando esta absurda nostalgia por mi ropa. Esa maleta y yo ramos una sola. Mi primera accin cuando, obligada por mi ta, haba que abandonar un vestido era sacar las tijeras, recortar un pedazo que pasara desapercibido cuando lo metamos en las bolsas para donarlo a la beneficencia y esconder ese fragmento con los dems cachos de tela en mi maleta. El tiempo me dio la razn: los colores haban ido apagndose en mi forma de vestir.Siempre vas vestida de gris.No es gris, es azul, ta.Me vas a decir a m lo que es el grisEs que es azul.No me hables as! Tan joven y tan obtusa. Al menos ponte algo encima que te haga parecer femenina. A tu edad yo Vamos. Anda, coge el pauelo que te regal en tu santo que te alegre la cara algo. Est colgado en la entrada. Parece que todava vayas de luto.Mi madre haba muerto cuando yo era una nia. Tena siete aos para ocho. La tutela haba cado como una losa en manos de mi ta Brgida. Su hermana gemela. Ola a coac y a perfume a partes iguales y as segua veintitantos aos despus. Me haba gestionado la vida a su imagen y semejanza, diciendo cmo y cundo tena que hablar, qu deba ponerme y cmo, y estableciendo una rigidez de horarios y estudios frreos. La asignatura ms difcil de mi vida haba sido encontrar grietas para escapar, por eso haba conseguido una habilidad incomprensible: aguantar dos minutos sin respirar.Lo haca sin que se notara, delante incluso de los invitados de una de sus cenas de gente como nosotros.As haban pasado los aos.As haba pasado los aos. Aguantando la respiracin. Hasta ahora.Despus de un invierno largo de un fro terrible, de nieves y heladas, la ciudad haba despertado en una primavera prometedora. Segua soltera y languideca en el piso ms maravilloso de la capital. Viva en el tico de mis padres, trabajaba en la fundacin que hered de ellos y me pasaba las tardes leyendo libros que elega por las cubiertas y buscando postales antiguas de Pars en anticuarios. Se me puede calificar de metdica, tal vez, pero yo lo prefiero definir como cuidadosa. A fin de cuentas haca aos que nadie cuidaba de m, yo era mi propio encargo y gestionaba mi tiempo caprichosamente. Solitaria? Digamos inhabitada.