UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
FACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES
ANALISIS DE LA “AGRICULTURA POR CONTRATO” EN LA ZONA SUR DE CHILE: FACTORES QUE DETERMINAN SU USO Y ASPECTOS LEGALES QUE
LA SUSTENTAN.
TESIS DE MAGISTER
LILIANA MARGARITA MORALES CASTILLA
VALDIVIA - CHILE
2012
ANALISIS DE LA “AGRICULTURA POR CONTRATO” EN LA ZONA SUR DE
CHILE: FACTORES QUE DETERMINAN SU USO Y ASPECTO LEGALES QUE LA SUSTENTAN.
Tesis presentada a la Facultad de Ciencias Agrarias y a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile en cumplimiento parcial de los requisitos
para optar al grado de Magister en Desarrollo Rural.
Por
LILIANA MARGARITA MORALES CASTILLA
Valdivia - Chile
2012
UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
FACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES
INFORME DE APROBACIÓN TESIS DE MAGISTER
La Comisión Evaluadora de Tesis comunica al Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias que la tesis de Magister presentada por la candidata
LILIANA MARGARITA MORALES CASTILLA Ha sido aprobada en el examen de defensa de Tesis rendido el día 24 de abril de 2012, como requisito para optar al grado de Magister en Desarrollo Rural y, para que así conste para todos los efectos firman:
A Dios.
A mi esposo.
A mi familia.
AGRADECIMIENTOS
A Dios por su infinito amor y por ser mi dulce guía en este caminar por la vida.
A mi amado esposo Jorge David, por su comprensión, amor y apoyo incondicional.
A los mejores padres del mundo Gustavo y Omaira y a mis queridas hermanas Mónica
Patricia y María Claudia, por su amor y apoyo aún a la distancia.
A mi querido maestro Rodrigo Echeverría por su voto de confianza y apoyo incondicional
en esta etapa académica y a los profes María del Valle Barrera y Rodrigo Momberg, por su
traspaso de conocimientos. Así mismo, a los profesores del Instituto de Economía Agraria
especialmente a la profesora Beatriz Vera.
A mi tío Jesús Palmera, siempre agradecida, a mi tía Bertha Castilla y a mis primas Diana
Carolina Morales y Laura Castilla por su colaboración.
A mis amigos(as) en Colombia por sus voces de ánimo; y sin duda a mis amigos
Colombianos residentes en Valdivia (mi familia en Chile). A Romané Veliz, Joaquín
Burgos, Walter Maradiaga, Viviana Riquelme, Karen Carrasco y Juanito Aburto por su
colaboración y apoyo constante, así como a mis amigos(as) del Magister en Desarrollo
Rural, por sus valiosos aportes desde las diversas visiones disciplinares.
A la Universidad Austral de Chile, claustro educativo que me acogió y brindó
oportunidades y beneficios académicos.
Por último pero no menos importante a todos(as) los productores Chilenos que abrieron las
puertas de sus casas para realizar esta investigación, así como a las autoridades de las
Regiones de La Araucanía y de Los Ríos por su colaboración.
i
INDICE DE CONTENIDOS
Página
I INTRODUCCION GENERAL 1 II
CHAPTER 1 FACTORS DETERMINING THE ADOPTION OF “CONTRACT FARMING” BY SOUTHERN CHILEAN FARMERS. 6
ABSTRACT 7 RESUMEN 8
1 INTRODUCTION 9
2 MATERIALS AND METHODS 12
2.1 Quantitative method 12
2.2 Qualitative method 15
3 RESULTS Y DISCUSSION 16
4 CONCLUSIONS 21
5 LITERATURE CITED 22 III
CAPITULO 2 CONDICIONES DE LA “AGRICULTURA POR CONTRATO” EN LA ZONA SUR DE CHILE: UNA PERSPECTIVA LEGAL. 29
RESUMEN 30 ABSTRACT 31
1 INTRODUCCIÓN 32
2 SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA POR CONTRATO EN CHILE. 33
3 REVISIÓN DEL MARCO LEGAL EN CHILE. 34
4 MATERIAL Y MÉTODO 36
4.1 Análisis Jurídico de Contratos 36
4.1.1 Contrato A 37
4.1.2 Contrato B 37
ii
4.1.3 Contrato C 38
5 RESULTADOS 39
6 CONCLUSIONES 42
7 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 44
IV CONCLUSIONES GENERALES 45
iii
INDICE DE TABLAS
Tablas Página 1. Descriptive statistics of variables used in the quantitative method 25 2. Factors determining CF analyzed trough a Multinomial Logit Model 26
iv
INDICE DE FIGURAS
Figuras Página 1. Odd Ratios plot derived from the multinomial Logit 27 2. Predicted Probabilities for (a) Producer of exportables, and (b) Producer of
Traditional Products 28
v
INDICE DE ABREVIATURAS
AC
Agricultura por Contrato
CF
Contract Farming
C.C.
Código Civil
INDAP
Instituto de Desarrollo Agropecuario
INE
Instituto Nacional de Estadística
FAO
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
ODEPA
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias
1
I. INTRODUCCION GENERAL
Como consecuencia de la liberalización de los mercados, la globalización y otros factores,
Organizaciones no Gubernamentales y Gubernamentales nuevamente han traído a la escena
pública el tema de la Agricultura por Contrato (AC) que consiste en un acuerdo entre
productores y la agroindustria, para la producción y abastecimiento de productos agrícolas
para entrega futura y a precios predeterminados (FAO, 2001). Esta modalidad ha existido
en algunos países desde tiempo atrás, sin embargo hoy surge como un mecanismo de
organización para la producción agrícola de pequeños y grandes productores, siendo aun
más favorable para los pequeños productores que encuentran en ella una forma de
comercializar sus productos hacia otros mercados.
En Chile según datos del VII censo agropecuario de 2007, solamente el 4% de los
productores ha adoptado el sistema de Agricultura por Contrato. La tasa de adopción de la
AC en la zona central alcanza un 12%, en tanto en la zona sur es sólo de 1%. Sin duda
varios factores estarían determinando la adopción de AC, sin embargo para entender
quienes materializan esta decisión, es preciso conocer los actores sociales que se hacen
parte de esta modalidad, esto es, las partes contractuales (el productor y la agroindustria) y
el Estado que en principio debería jugar un papel importante dentro de la adopción de este
sistema.
En ese sentido, el actual Gobierno de Chile apunta dentro de sus metas a través del
Ministerio de Agricultura, hacia la competitividad, apoyando la Agricultura por Contrato y
las alianzas productivas entre productores y la agroindustria, fomentando el fortalecimiento
legal de los contratos de compraventa entre productores y empresas, para que éstos puedan
constituir una real garantía de crédito1.
1 Metas Gubernamentales /www.gob.cl/cuenta-publica-2010/ministerio-de-agricultura/politicas-ministeriales/
2
Por su parte la agroindustria Chilena durante los últimos diez años se ha caracterizado por
una rápida expansión, esto debido a diferentes factores que le han conferido un nivel
interesante de competitividad externa (Silva, 1999), este contexto de apertura al exterior,
aunado a la estabilidad macroeconómica y la presencia de una base empresarial importante,
con capacidad de innovar, de asumir riesgos y de conectarse con la red comercial y
financiera, consolidó un segmento productivo exportador que realiza un aporte concreto a
la economía del país.
En cuanto a los productores chilenos, Echeverría et. al (2011) indica que la apertura
comercial de Chile implementada durante las últimas décadas, ha causado una importante
transformación de los agricultores y sus sistemas de producción, identificándose claramente
tres categorías de agricultores de acuerdo a su orientación de producción y mercado, esto
es, productores domésticos, de transición (producen para el mercado interno y externo) y de
exportación. Estos tres tipos de agricultores difieren en varios aspectos, los productores
orientados al mercado externo, tienen características asociadas a productores más modernos
que aquellos que producen para el mercado interno, puesto que presentan un mayor nivel
educacional y tienen acceso a distintas fuentes de financiamiento y tienen mejores
capacidades de gestión, entre otras.
Ahora bien, respecto al desarrollo productivo de las regiones en estudio, según datos de
ODEPA/ADUANA (ODEPA 2010), durante el año 2010 la región de la Araucanía exportó
US$ 450 millones y la Región de los Ríos US $ 18 millones, cifras que corresponden
mayormente a la producción de celulosa, pero también se destaca una producción
emergente de productos exportables como berries, arándanos y frambuesas en todas sus
variedades, en ambas regiones. No obstante lo anterior, estas regiones también producen
tradicionales como la carne, leche y lácteos, existiendo una gran producción dirigida
principalmente al mercado interno tan es así, que la Región de los Ríos ocupa el segundo
lugar en abastecimiento de estos productos al país (ODEPA 2009).
3
Al respecto, el mercado al que se oriente el producto que se cultiva influye en las
vinculaciones que puedan generarse con la agroindustria a través de contratos (escritos o
verbales), pues según datos del Censo Agropecuario 2007, el 70% de las vinculaciones con
la agroindustria se estarían generando a partir de la producción de exportables. Ahora bien,
la forma como se vinculan contractualmente la agroindustria y el productor no tiene un
marco especifico (Vargas, 1997), simplemente las partes acuden a la generalidad de los
contratos establecido en el Código Civil Chileno.
A excepción de Gómez (2006), no existen estudios que aborden el tema de AC en Chile ni
que analicen los factores que determinan el uso y mucho menos abordando el marco legal
con que se cuenta en el país para realizar las vinculaciones contractuales. En este contexto,
el trabajo tuvo como objetivos: 1) Analizar los factores determinantes del uso de la
Agricultura por Contrato en el sur de Chile y 2) Analizar las condiciones de la AC en la
zona sur de Chile desde una perspectiva legal. Este trabajo es de carácter descriptivo, y la
investigación se llevó a cabo durante el primer semestre del año 2011, la cual estuvo
dirigida principalmente a productores (exportadores y tradicionales) de la zona.
La presentación de esta tesis se estructuró en dos capítulos. En el primer capítulo
denominado Factors determining the use of “Contract Farming” by southern Chilean
Farmer corresponde al desarrollo del primer objetivo, que busca analizar los factores que
son determinantes para que los productores y la agroindustria se vinculen a través de
contratos para la compraventa de productos agrícolas. Aquí se muestra un enfoque
metodológico que integra estrategias cuantitativas y cualitativas de recolección de
información para abordar la temática de la Agricultura por Contrato en las Regiones de La
Araucanía y de Los Ríos, en el sur de Chile. La estrategia de complementación, busca
contar con dos imágenes distintas de la realidad que se estudia, en este caso se aplicó un
cuestionario como parte del método de investigación cuantitativo y se realizaron grupos
focales y entrevistas en profundidad (Bericat, 1998).
4
En los cuestionarios se indagaron por variables productivas, socioeconómicas y
relacionadas con la Agricultura por Contrato, además del análisis mediante un modelo
econométrico denominado multinomial logic. En los grupos focales se profundizó sobre
variables relevantes para la vinculación entre productores y agroindustria a través de
contratos y en las entrevistas en profundidad se involucró un actor relevante dentro del
proceso de adopción de la AC, como lo son las Instituciones Públicas tales como INDAP,
PRODESAL, PROCHILE y SEREMI de Agricultura, donde se indagó sobre la importancia
de la AC para el desarrollo productivo de la región. Adicionalmente esta metodología
permitió un escenario adecuado para el análisis de los factores relevantes para la adopción
de la Agricultura por Contrato en las Regiones en estudio.
El segundo capítulo denominado Condiciones de la “Agricultura por Contrato” en la zona
sur de Chile: Una perspectiva legal, corresponde al desarrollo del segundo objetivo
planteado, el cual presenta la situación actual de la AC en la zona sur de Chile y una
revisión del marco legal con que se cuenta en el país para las vinculaciones entre
productores y la agroindustria, a través de contratos (verbales o escritos). En este capítulo
además se realiza un análisis jurídico de contratos en uso en las regiones de La Araucanía y
Los Ríos, lo que permite observar cuales son los tipos de contrato que mayormente utilizan
las empresas y los productores de la zona, si estos contratos presentan cláusulas arbitrarias,
etc.
Estos dos capítulos ofrecen al lector una contextualización completa de la Agricultura por
Contrato en la zona Sur de Chile.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bericat, E. 1998. La integración de los métodos cuantitativo y cualitativo en la
investigación social. Barcelona España: Ariel S.A.
5
Código Civil Chileno. 2009. Edición oficial. Editorial Jurídica de Chile.
Cullinan, C. 1999. El derecho y los mercados - El mejoramiento del ambiente legal para la
comercialización agrícola, Boletín de Servicios Agrícolas de la FAO No. 139, Roma.
Eaton, C. y Shepherd. A. 2001. Agricultura por Contrato: Alianzas para el crecimiento.
Servicios Agrícolas FAO, Boletín 145, Roma.
Echeverría, R., Moreira, V., Barrena, J. y Gopinath, M. 2011. A Characterization of
Chilean Farmers based on their Market-Production Orientation. –en proceso de
publicación.
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. 2010. Metodología de la Investigación. México
D.F. Mc Graw Hill.
Instituto Nacional de Estadísticas -INE-. 2007. VII Censo Nacional Agropecuario de Chile.
Santiago, Chile.
Oficina de Estudios y Políticas Agrarias –ODEPA-. 2011 Ministerio de Agricultura de
Chile/ Estadísticas.
Silva Torrealba, F. 1999. La inversión en el sector agroindustrial Chileno. Serie reformas
económicas. CEPAL.
Políticas Ministeriales Gobierno de Chile Misión Institucional y objetivos estratégicos:
Disponible en: www.gob.cl/cuenta-publica-2010/ministerio-de-agricultura/politicas-
ministeriales (Acceso marzo de 2011).
6
II. CHAPTER 1
FACTORS DETERMINING THE USE OF “CONTRACT FARMING” BY
SOUTHERN CHILEAN FARMERS
Liliana Morales1, Rodrigo Echeverría2*, María del Valle Barrera3.
1Tesista Magister en Desarrollo Rural. Escuela de Graduados Facultad de Ciencias
Agrarias y Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile,
Valdivia, Chile. 2 Instituto de Economía Agraria, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
3 Instituto de ciencias Sociales, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile
7
ABSTRACT
L. Morales, R. Echeverría and M. Barrera. 2012. Factors that determine the use of
“Contract Farming” by southern Chilean farmers. Differently from what happened in
the central zone of Chile, the use of Contract Farming (CF) is low in the southern regions,
and few studies have attempted to explain this situation. In this context, the objective of this
study was to analyze the factors that determine the use of CF in southern Chile. The
methodology consisted of two approaches: a quantitative one, wherein a multinomial logit
model was applied to data obtained from questionnaires applied to 384 southern producers,
and a qualitative one, that included in-depth individual interviews applied to professionals
and public institution officers and focus groups to producers. The main results show that
those producers with high educational level, with large farms, with a production oriented
towards the external market, located in areas with a high concentration of neighbors having
CF, that belong to organizations and that need technical assistance from agribusiness firms,
will have high probabilities of using a CF system. However, despite the individual effect of
each factor, the combined effect of them is related to the highest use of CF. Public policies
that intent to increase the use of CF in southern Chile not only should focus on the factors
identified in this study, but they should also consider a review of the legal framework in
which the contracts are stipulated.
Key words: Contract Farming, Multinomial Logit, Focus Groups, In-Depth Interviews.
8
RESUMEN
L. Morales, R. Echeverría y M. Barrera. 2012. Factores que determinan el uso de la
“Agricultura por Contrato” en agricultores del sur de Chile. A diferencia de la zona
central, en la zona sur de Chile la Agricultura por Contrato (AC) es muy poco utilizada, y
existen pocos estudios que permitan explicar esta situación. En este contexto, el objetivo de
este estudio fue analizar los factores que determinan el uso de la AC en el sur de Chile. La
metodología consideró dos enfoques de investigación complementarios: uno cuantitativo,
en donde se aplicó un análisis logístico multinomial utilizando datos provenientes de
cuestionarios aplicados a 384 productores de la zona sur, y uno cualitativo, donde se
realizaron entrevistas en profundidad a profesionales y funcionarios de instituciones
públicas y grupos focales a productores. Los principales resultados muestran que aquellos
productores que tienen un mayor nivel educacional, con predios de mayor tamaño, con una
producción orientada al mercado externo, que se ubican en zonas con una alta
concentración de vecinos que usan contractos, que pertenezcan a asociaciones y que
necesiten asistencia técnica por parte de las empresas compradoras, tienen mayores
probabilidades de usar el sistema de AC. Sin embargo, a pesar del efecto individual de cada
uno de estos factores, es el efecto combinado de ellos el que está más asociado al uso de la
AC. Del estudio también se desprende que aquellas políticas públicas que pretendan
mejorar el uso de la AC en el sur de Chile no solo deberían considerar los factores
identificados como relevantes en este estudio, sino que también deberían considerar una
revisión del marco legal de los contratos.
Palabras Claves: Agricultura por Contrato, Multinomial logístico, Gupos Focales,
Entrevistas en Profundidad.
9
1. INTRODUCTION
Contract farming, a business model where farmers and buyers establish pre-agreed supply
agreements, is date back to the 19th century, mainly as a consequence of the development of
the United States sugar beet industry (Vermeulen and Cotula, 2010). Today, to a greater or
lesser extent, Contract Farming, CF, is used in almost any country of the world. For
example, CF is intensively used by livestock producers of the USA; by most maize and
soybeans producers in India; many producers of pickles in Sri Lanka; numerous farmers
that produce exportable vegetables in Thailand; and a high number of rice producers in
China (Singh and Asokan, 2005; Guo et al., 2007; Eaton and Shepherd, 2001; Da Silva,
2005; Vermeulen and Cotula, 2010). Importantly, CF has been a key factor for promoting
the production of high value products, such as the exportables. For example, the successful
experience of Zimbabwe, which exports flowers, asparagus, sweet corn and chilies to
several countries, is mainly due to the use of contracts (Masakure and Henson, 2005;
Coulter et al., 1999; Heri, 2000).
The aim of CF is to generate oral or written agreements that provide benefits for the two
parties involved, i.e., for farmers and agribusiness firms (Prowse, 2012; Milocevic et al.,
1999). For example, firms can provide technical assistance to farmers in order that the
products meet the quality requirements required by the target markets. In this way, farmers
benefit from the access to the technological package and the firm is certain that its products
will be accepted by buyers. Also, prices can be settled in advance, so both parties can
forecast their expected benefits, reducing the risk of the business (Eaton and
Shepherd, 2001). In other cases, farmers can have access to credits provided by the firms,
so they can enter or stay in business, while the firm ensures that will receive the required
production. Moreover, according to Kirsten and Sartorius (2002), CF benefits small
farmers, especially those of developing countries because through contracts they can access
international markets in an easiest way. Besides, the use of CF can minimize transaction
costs (e.g., less costs of settling with farmers), reduces input unit costs through economies
10
of scale, and gives access to land that otherwise firms should buy (FAO, 2001). On the
other hand, a disadvantage of CF is that agribusiness firms generally have a dominant
position, which can lead to abusive clauses or asymmetrical distribution of earnings (Singh,
2002; Watts, 1994).
Despite the advantages that CF offers, its adoption has been uneven in some countries. For
example, although CF in Chile has been intensively used by the export-oriented agricultural
sector, non-exporting farmers have relied on traditional ways of marketing their products.
In fact, according to the agricultural census of 2007 (INE, 2007), 48% of farmers that
produce for the external market use CF, while only 3% of non-exportable producers use
this system. Moreover, a spatial analysis on the use of CF shows a more unbalanced
situation. Among the farmers that use CF and are located in the central zone (Valparaíso to
Bio-Bio regions), 51% were export-oriented producers and 12% were non-exporters.
However, the same analysis done for farmers located in the southern regions (La Araucanía
region and further south) shows that 28% of export-oriented farmers use CF, while only a
0.8% of non-exporters use this contract system. Therefore, the use of CF in the southern
regions lags behind that of the central regions for both types of producers.
The literature reports several factors that determine the adoption and use of contract
farming.2 These factors are related to the farmer (e.g., gender, educational level, risk
aversion), the farm (e.g., farm size, land tenure system, farm production) and some out-of-
farm elements (e.g., the effect of neighboring producers). Producers’ gender is a relevant
variable because, in general, contracts are signed by the heads of the families that in many
cases are men (Eaton and Shepherd, 2001). The educational level of farmers in considered
important because provides farmers a better position to negotiate with agribusiness firms
2 We recognize that the terms “adoption” and “use” represent different things. “Adoption” implies that farmers have decided to use the contracts in a permanent basis, while “use” could represent the presence of contracts at a given moment. However, most farmers involved in this research declared that they use contracts since a long time, so we use both terms indistinctively.
11
(Chiriboga et al., 2007). Indeed, more educated farmers have better negotiation skills,
which bring to more balanced agreements in terms of rights, obligations and benefits for the
parties (Miyata et al., 2009). The farmer’s risk is also a key variable for the use of CF
because farmers minimize the risk through contracts. For example, farmers that produce for
the external market are less risk averse than domestic-market oriented farmers, and
therefore, the use of CF could help to reduce the risks involved in the more complex
process of selling the products abroad (Goodhue, 1999; Key and McBride, 2003; Key and
Runsten, 1999).
Among the farm-related factors, the land tenure system is another critical factor. In general,
when farmers own their lands (instead of renting them) can offer the land as real
guarantees, so banks or agribusiness firms will be more willing to lend the money, favoring
the existence of contracts (Chiriboga et al., 2007). In terms of farm size, Gómez et al.
(2007) found that the farm area is positively related to the use of CF because high volume
production is desired by agribusiness firms. Indeed, large scale operations allow a reduction
of transaction costs in transfer of technology, contract negotiation and collection of
products, among others. Regarding the type of products a farm produces, it is necessary to
differentiate two situations. In some cases the contracts define the products and the
production systems. In other cases farmers determine what to produce and then the
agribusiness firms buy the production through contracts (the Chilean case). In both cases,
the use of CF provides the framework for producing high-value crops, such as those
products oriented to the external market (Masakure et al., 2005; Coulter et al., 1999; Heri,
2000). Lastly, the effect of neighboring producers that use contracts is an out-of-farm
element that also affects the adoption of CF. In fact, as any adoption process, some leader
farmers using contracts can influence the decision of other farmers to adopt contracts
(Feder and Savastano, 2006). Thus, a concentration of farmers using contracts in a
particular location creates an environment that generates strong relationships which can
help to disseminate the use of contracts (Durston, 2002).
12
In this context, the objective of this study was to analyze the factors determining the use of
contract farming in southern Chilean farmers. This information could be very useful for
designing policies that promote the use of CF in the South of Chile. Indeed, it could be used
for national agencies such as the National Institute for the Agricultural Development
(INDAP), which has a specific program that promotes alliances between producers and
agribusiness firms. To our understanding, this is the first work in Chile that analyses the
determinants of the CF with farmers’ level data.
The paper is organized as follows. In the next section, the quantitative and qualitative
methods are presented, and the dataset is described. Then the results and the discussion are
presented. In the last section, the conclusions and some policy implications are shown.
2. MATERIALS AND METHODS
2.1. Quantitative method
The use of contract farming can be modeled through a discrete choice model (Long, 1997),
where farmers can reach an agreement (either written or oral) with agribusiness firms in
order to establish conditions for the production and marketing of the products. Let assume
that there are two contractual choices, Z and W, where the utility associated with Z is
Zu and the utility associated with W is Wu . Farmers choose the contractual alternative Z
when Z Wu u , and W when W Zu u . Assume that Z Wu u does not happen and that
farmers maximize their utility. A farmer i that chooses the alternative Z receives an utility
iZ which is also associated to a random error iZ . That is, iZ iZ iZu . If the farmer
chooses the alternative Z, then Z Wu u must hold, and therefore:
(1) i iZ iW iZ iZ iW iWPr( y Z ) Pr( u u ) Pr( )
13
If there are J alternatives, i.e., the three contractual options (no contractual relation, oral
contracts, or written contracts), the probability that a farmer i chooses the alternative m is:
(2) i im ijPr( y m ) Pr( u u for all j m )
Let the average utility im be a linear combination i mx of the farmer attributes, farm
characteristics, and out-of-farm elements.
Assuming a logit distribution of the error term, , a multinomial logit (MNL) model can be
stated as:
(3)
2
exp( )( ) , 11 exp( )
i mi i J
i jj
xP y m x for m
x
where a category (J=1) is dropped to identify the model.
The estimation of equation (3) provides information on the direction and significant level of
the variables. As a consequence, marginal and discrete changes are calculated for
evaluating the magnitude of the effects. In this way, binary variables are analyzed using
discrete changes (0 to 1), and continuous variables are examined as marginal effects,
changes in their range (minimum to maximum values) and changes of one unit (Long and
Freese, 2006). Besides, given that the marginal and discrete changes depend on the value at
which each variable is evaluated, odds ratios (factor change coefficients) are also examined.
Additionally, predicted probabilities are used to analyze the combined effect of relevant
variables.
The data used in this quantitative method were obtained from face to face questionnaires
applied to a random sample of farmers from La Araucania and Los Rios regions. The
sample was geographically stratified to represent most counties of both regions (Hernandez
et al., 2010). Based on the differences in the use of contracts that exhibits the export-
oriented producers (exporters) and those that produce mainly for the internal market
14
(commonly called traditional producers), the sample included both type of farmers.
Because of the producers of exportables are few, for each producer of exportables that was
selected, a producer of non-exportables was selected in the surrounding area. Thus, using a
snowball sampling technique a total of 384 producers were selected and interviewed.
Being consistent with the literature, the questionnaire included variables related to the
farmer, the farm and out-of-farm aspects.3 Within the farmers’ variables were “age”,
“gender”, “educational level” (years of formal education) and “farmer’s risk perception”.
The latter was captured using a Likert scale, where the producers indicated their own risk
perception (high risk-averse, low risk-averse, risk-neutral, risky, risk-lover).
Econometrically, in the MNL model each category of this variable had to be included as a
dummy variable, but because of collinearity issues, it was necessary to group them. In this
way, the high and low risk-aversion options were grouped as low-risk perception (“low
risk”) and the risky and risk-lover categories were grouped as high-risk perception (“high-
risk”). As a result only three dummy variables related to risk were included in the analysis.
The land tenure system variable included the next categories: “owner”, “renter”,
“sharecropping system”, “tenure succession”, and “indigenous community”. However,
following the same procedures applied to the risk variables, the only categories that were
included in the analysis were the dummies “owner”, “renter” and “other land tenure” (that
grouped the other categories). Other farm-related variables include the “farm area”
(hectares) and the farm “production type” (internal/external market orientation). In the out-
of-farm group, we considered the effect of neighboring producers using contracts. This
variable was calculated as the geographic concentration of farmers having contracts in a
specific county for both written and oral contracts (“contracts’ concentration”) and only for
written contracts (“written contracts’ concentration”). Table 1 shows the descriptive
statistics of these variables.
3 Although originally this research also considered to survey agribusiness firms, most of them refused to participate in the study.
15
2.2. Qualitative method
The categorical specification of the MNL model allowed the analysis on the determinants
involved in the use of CF. However, this discrete choice model is based on the concept that
there are unobservable variables encouraging the producers to adopt or not the CF system.
Therefore, we use an additional methodological approach that allows to understand the
factors underlying the decision of the producers to use contracts (Sechrest and Sidani,
1995). Once the survey data were analyzed, qualitative research instruments were used to
complement the results obtained from the MNL model.
Two instruments were used to collect qualitative data: “focus groups” and “in-depth
individual interviews”. The “focus group” method consists of group interviews where
participants are allowed to interact and talk about a specific topic (McLafferty, 2004). In
this context, four focus groups were conducted (two in each region). The participating
producers (traditional and exporters) were selected based on their experience on the use of
contracts in their respective areas. The discussion topic focused on the factors producers
considered important or relevant to generate contractual linkages among producers and
agribusiness firms. In-depth individual interviews consist of personal interviews to a small
number of people to explore their perspectives on a particular idea or situation (Boyce and
Neale, 2006). In this study, in-depth individual interviews were carried out with twelve
professionals and public institution officers located in La Araucania and Los Ríos regions
to capture their perception about CF, particularly its importance for the economic
development of the agricultural sector, their opinion about the use of CF and the concrete
actions these institutions are taking towards supporting this theme.
The qualitative data generated by the two instruments, i.e., focus groups and in-depth
interviews, presented above were analyzed by a relational matrix and a content analysis,
respectively. In the first case (the relational matrix), the main ideas that were coincident
among the participants were considered as the most relevant ones (Bordieu and Wacquant,
16
2005). In the content analysis, certain words or sentences expressed by the interviewees
were grouped and then compared by those expressed by other individuals (Andreu Abela,
1998).
3. RESULTS AND DISCUSSION
The whole econometric analysis of the factors underlying the decision to use contracts
showed an important effect of the geographic concentration of producers having contracts
in a specific location. Thus, two models were examined. In a first model this effect was
restricted to both oral and written contracts (the variable “contracts’ concentration”), and in
a second model this effect was limited to only written contracts (the variable “written
contracts’ concentration”). The analysis showed that both models were not different, and
therefore we present only the results obtained in the second model. Besides, a test of the
Independent of Irrelevant Alternatives (IIA) assumption applied to both models showed
that the three categories of contracts are independent, what validates the use of the MNL
approach.
Table 2 shows the estimation of the multinomial logit model. The first and second columns
show the estimates of the MNL using the alternative “No Contracts” as the base category,
and the third column compares the alternative of using written contracts against using oral
contracts. The first important result is that the role of the selected variables is different for
the three alternatives. The only farmer-specific characteristic that showed up statistically
significant was Gender. Indeed, men have higher probabilities of adopting oral contracts
than women (instead of no having contracts). Among the farm-related attributes, “renter”,
“farm area”, and “production type” have a positive and significant effect on the use of oral
contracts. Contrary to what literature reports (Chiriboga et al., 2007), farmers that rent the
land (and not those that own it) have higher probabilities of using oral contracts. Although
there is no enough evidence to explain this with certainty, it is possible that producers of
high value products (mainly exportables linked to CF) are mostly entrepreneurs that would
17
be willing to begin the production renting the land. Regarding the farm size, the probability
of a producer using oral contracts increases with each additional hectare of the farm he/she
operates. A larger farm is a desired condition for agribusiness firms because having many
small suppliers means higher trading costs (Gómez et al., 2007). Also, the effect of the
exportable production is associated to the commercial relationship with exporting
agribusiness firms, wherein a formal (at least oral) agreement has to be established to sell
the products in the external market. Finally, the geographic concentration of written
contracts in a particular county shows a positive and significant effect on the use of oral
contracts. This indicates that producers that are located in an area where most of their
neighbors have written contracts with agribusiness firm (regardless of the type of product
they grow) have a greater probability of also having contracts.
The analysis of the alternative “written contracts” against having “no contracts” (second
column) shows that, among the farmer-specific characteristics, the only variable relevant on
this choice is the educational level of the producer. This is a very important result because
shows that the use of written contracts probably requires a deeper understanding and
knowledge of the legal and commercial obligations and rights that the producer would be
willing to accept if he/she signs an agreement with the agribusiness firm. Thus, producers
with a lower educational level would have low probabilities of using written contracts when
they are compared to those producers that do not use contracts. Among the farm-related
elements, similarly to the case of the oral contracts, the exportable production and the farm
area are factors that affect positively the decision to use written contracts instead of no
using contracts.
The comparison between the alternative of using written contracts (against using only oral
contracts) shows that the production of exportables and the farm area are the only variables
that are relevant for choosing this alternative. This indicates that the decisions to use
written or oral contracts are related, and only productive aspects determine the type of
contract that is chosen.
18
As mentioned previously, the results obtained from the MNL model only provide
information on the significance level and direction of the coefficients, but not about their
magnitude. For this reason, marginal and discrete changes were calculated. This analysis
showed that within the binary variables, the greater effect is caused by the exportable
production (instead of the internal-market production). In fact, the production of
exportables increases the probability of using oral and written contracts by 0.6 and 0.21,
respectively (while the other variables remain constant). Within the continuous variables,
the geographic concentration of producers with written contracts in a specific county shows
the highest effect. Thus, a farmer that is located in a county with the highest concentration
of written contracts increases his/her probabilities of having oral and written contracts by
0.39 and 0.13, respectively. Because of space constraints we do not present the entire set of
marginal and discrete changes. Instead of this, and for simplicity, we present a graphical
analysis of odds ratios (factor change coefficients) that has the advantage of providing
information about the magnitude of the effects without considering the value at which each
independent variable is analyzed, and also provides information about the dynamics
produced between the categories (Long and Freese, 2006). Figure 1 presents odds ratios for
the variables that were statistically significant in the MNL model. The letters represent the
three alternatives (no contracts, N; oral contracts, O; and written contracts, W). For each
variable, the effects on the alternatives that were not significantly different are enclosed in a
box. It can be noted that the only variables that have an effect statistically different from no
having contracts (N) are the farmer’s educational level, the farm area, the production of
exportables, and the concentration of written contracts (although in this case there is no
difference between using oral or written contracts). However, the last two variables show
the highest effect in terms of magnitude.
Despite the previous analysis, it is difficult to compare the effect of variables that are of the
binary type with those that are continuous. Thus, Figure 2 shows predicted probabilities
that allow a comparison of the relevant variables under different levels of their range.
Given the importance of the type of products that a farm produce, case (a) of Figure 2
19
shows the case of a farmer that produce only exportables, and case (b) the case of a farmer
that produce only for the internal market (traditional products). In both cases there is a
combination of 3 variables: farmer’s educational level, geographic concentration of farmers
with written contracts and the farm area. As a result, in both cases, a and b, there can be
several combinations. For convenience and simplicity, we use education as the x- axis, and
chose arbitrarily the levels at which the variables are evaluated. In this way, Producer 1 of
case (a) represents a farm that produces exportables, has a size of 100 ha, and is located in a
county where there is a high (maximum) concentration of farmers with written contracts.
We call this combination as (1, 100, max). On the other hand, Producer 1 of case (b)
produces traditional products, has a farm size of 5 ha, and is located in a county where there
is no written contracts, i.e., a combination (0, 5, min). Following this nomenclature, we
have in case (a): Producer 1 (1, 100, max), Producer 2 (1, 5, min); Producer 3 (1, 5, max);
and Producer 4 (1, 100, min). In case (b) we have: Producer 1 (0, 100, max), Producer 2 (0,
5, min); Producer 3 (0, 5, max); and Producer 4 (0, 100, min).
The comparison of all situations shows an important result: despite the effect of each
variable on the use of contracts, it is the combination of them what causes the highest
probability of using written contracts. In this way, a farmer/farm that has the characteristics
of producer 1 of case (a) has a probability of around 70% of using written contracts when
he/she has the highest level of formal education. On the other hand, a farmer with the
characteristics of producer 2 of case (b), with no formal education, has the lowest
probability of using written contracts.
Complementing these results, the qualitative analysis provided a deeper understanding of
the processes underlying the factors that influence the farmers’ contract choice. The focus
groups indicated that the most important factor in the generation of contractual linkages
with agribusiness firms is the “associativity”, understood by farmers as the joint efforts
made by individuals for helping each other to solve their needs and problems. Indeed, the
associativity gives farmers a higher bargaining power with the companies because they can
20
offer their production as it were a one large-scale production unit (Kirsten and Sartorius,
2002). In this way, it is likely that the dynamic interaction among members of an
association spreads the use of contracts from some members to others, which would be
consistent also with the findings from the quantitative approach, that is, the effect of the
geographic concentration of farmers with contracts. The other two factors that the
individuals reported as relevant for having contracts were the “technical assistance”
provided by firms and the “farmers’ educational level”. They expressed that because of the
importance that firms give to product quality, the contracts give farmers access to technical
support that otherwise they would have to pay. Although this technical assistance is
particularly strong in the production of exportables, these results show that the technical
support related to the production of internal-market products could also be an important
determinant in the use of contracts. Regarding education, they expressed that this is very
important for settling contracts because a better educational level provides a better
understanding of the agreement terms and their consequences, which is consistent with the
results obtained in the quantitative analysis.
The results from the in-depth interviews showed that CF was perceived as an important
subject for the productive development of the two regions of study, mainly because through
contracts small producers can obtain better guarantees of their production (prices and a
market where they can trade their products). Furthermore, they considered the use of CF as
something desirable, but hardly widespread in the agricultural sector. The interviewees also
indicated that there are no national specific actions towards the support of the CF system.
There are only small initiatives, such as the Productive Partnerships (Alianzas Productivas)
of INDAP, that wish to contribute to the development of a more mature CF system.
However, they pointed out that in this program the government only seeks to establish links
among producers and companies. It does not review the agreements or gets involved with
the delivery, payment and price terms of the contracts. These few actions taken by public
institutions regarding CF are consistent with the low adoption of CF in southern Chile.
21
4. CONCLUSIONS
This study has shown that there is a strong association between the use of contracts and the
individual effect of the farmer’s educational level, the market-production orientation of
farms and the concentration of neighboring producers using contracts. However, when
these elements and others (the farm size, the presence of organizations, and the need of
technical assistance) act together, i.e., a producer with high educational level, with a large
farm, with a production oriented towards the external market, located in areas with a high
concentration of neighbors using CF, that belongs to organizations and that needs technical
assistance from agribusiness firms, then, that producer will have high possibilities of using
CF. However, it calls the attention that the study did not find a positive relationship
between the risk-averse farmers and the use of contracts.
Both theoretical and empirical works have shown that one of the great advantages of CF is
that help farmers to reduce the risk of their transactions. Thus, this could be a sign of a
failure in the way the contracts are established in southern Chile, specifically the clauses
they contain, wherein it is not clear the benefits that farmers should (or must) receive. Thus,
public policies that intent to increase the adoption of CF in southern Chilean farmers,
should not only consider the elements that encourage the adoption of CF identified in this
study, but also they should review the legal framework in which the terms and conditions
of the contracts are stipulated. Nevertheless, this work has provided important information
on the use of CF.
Further research is clearly needed on the dynamics underlying the spillovers effects of the
geographic concentration of contracts, the elements derived from the formal education that
allow to engage in CF, and the legal and commercial conditions as well as the obligations
of oral and written contracts, for both the farmer and the agribusiness firm.
22
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25
Table 1. Descriptive statistics of variables used in the quantitative method.
Variables Mean
Standard
Dev. Minimum Maximum
Age 52. 350 13. 966 19 91
Gender 0.586 0.493 0 1
Educational level 9.380 3.978 0 18
Low risk 0.307 0.462 0 1
Risk-neutral 0.158 0.365 0 1
High risk 0.535 0.499 0 1
Production type
(exportables=1) 0.266 0.442 0 1
Farm area 30. 970 75. 690 0.008 650
Owner 0.774 0.418 0 1
Renter 0.092 0.289 0 1
Other land tenure 0.133 0.340 0 1
Contracts’ concentration 0.063 0.063 0 0.225
Written contracts’
concentration 0.058 0.068 0 0.225
26
Table 2. Factors determining CF analyzed through a Multinomial Logit Model.
“Oral contracts” versus
“No contracts”
“Written contracts” versus
“No contracts”
“Written contracts” versus
“Oral contracts”
Age 0.011 0.012 0.002
| (0.014) (0.021) (0.018)
Gender 1.018 * 0.926 -0.091
(0.404) (0.592) (0.502)
Educational level 0.078 0.186 * 0.108
(0.050) (0.073) (0.061)
Production type (exportables) 4.745 * 5.934 * 1.189 *
(0.619) (0.803) (0.577)
Low risk -0.246 -0.679 -0.433
(0.531) (0.808) (0.690)
High risk -0.296 -0.161 0.135
(0.503) (0.701) (0.571)
Farm area 0.008 * 0.015 * 0.006 *
(0.004) (0.004) (0.002)
Owner 1.498 2.057 0.559
(0.748) (1.280) (1.163)
Renter 2.498 * 2.564 0.067
(0.915) (1.492) (1.304)
Written contracts’ concentration 9.993 * 14.019 * 4.026
(2.935) (3.733) (2.637)
Constant -5.804 * -10.008 * -4.203
(1.309) (2.036) (1.739)
Number of observations 368
Log-likelihood value -174.80
Pseudo R2 0.47
* significant at 5%. Numbers in parenthesis are standard deviations.
27
Factor Change Scale (relative to category N) 1 10 50 100 400
Gender
N W O
Educational level
NO W
Owner O
N W
Renter
ON W
Area
N OW
Production type (exportables)
N O W
Written contracts’ concentration
N O W
0 1 2 3 4 5 6
Logit coefficient Scale (relative to category N)
W: Written Contracts; O: Oral Contracts; N: No Contracts
Figure 1: Odd Ratios Plot derived from the Multinomial Logit
28
0.2
5.5
.75
1P
r(W
ritte
n C
ontract
)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18Education (years)
Producer 1 Producer 2Producer 3 Producer 4
(a)
0.2
5.5
.75
1P
r(W
ritte
n C
ontract
)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18Education (years)
Producer 1 Producer 2Producer 3 Producer 4
(b)
Figure 2. Predicted Probabilities for (a) Producer of exportables, and (b) Producer of Traditional
Products
29
III. CAPITULO 2
CONDICIONES DE LA “AGRICULTURA POR CONTRATO” EN LA ZONA SUR
DE CHILE: UNA PERSPECTIVA LEGAL*.
Liliana Morales1, Rodrigo Momberg2*, Rodrigo Echeverría3.
1Magister en Desarrollo Rural (c). Escuela de Graduados Facultad de Ciencias
Agrarias y Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile,
Valdivia, Chile.
2* Instituto de Derecho Privado, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. 3 Instituto de Economía Agraria, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
*Este artículo presenta algunos resultados de la investigación realizada en el marco del
proyecto Fondecyt Nº 11100228. Investigador responsable: Rodrigo Echeverría.
30
RESUMEN
L. Morales, R. Momberg y R. Echeverría. Condiciones de la “Agricultura Por
Contrato” en la zona Sur de Chile: Una Perspectiva Legal. La Agricultura por Contrato
“AC”, es un tema emergente y de tal importancia que está siendo promovida por los
gobiernos y los organismos de desarrollo como un mecanismo de coordinación para
facilitar la integración de productores con la agroindustria. En Chile no existe un marco
legal que promueva o incentive el sistema de Agricultura por Contrato, por lo que el
presente estudio tuvo como objetivo analizar las condiciones de la AC en la zona sur de
Chile desde una perspectiva legal.
La metodología utilizada en este estudio consideró un análisis jurídico de los contratos en
uso en la zona. Del análisis se pudo evidenciar que el tipo de contrato más usado en la zona
es la compraventa, por cuanto no existen otras formas de vinculación para este tipo de
relaciones contractuales. Además se observó que algunos contratos incorporan cláusulas
abusivas. Por último se logró establecer que existe poca credibilidad de los productores en
la zona respecto de los contratos, en las condiciones que se suscriben actualmente.
Palabras Claves: Agricultura por Contrato, compraventa, usos, marco legal
31
ABSTRACT
L. Morales, R. Momberg and R. Echeverría. Conditions "Contract Farming" in the
south of Chile: A Legal Perspective. Contract Farming “CF”, is an emerging issue and of
such importance that is being promoted by the governments and the development agencies
as a mechanism of coordination to facilitate the integration of producers with the
agribusiness. In Chile there is no legal framework that promotes or encourages the Contract
Farming system, therefore the present study aimed to analyze the conditions of the CF in
the southern Chile from a legal perspective.
The methodology used in this study considered legal analysis of the contracts in use in the
area. The analysis showed that the most used type of contract in the area is the sales
contract, since there are no other ways of entailment for this type of contractual
relationships. It was also evident that some contracts incorporate abusive clauses. Finally it
was established that it exists little credibility about the contracts from the producers in the
area, in the currently underwriting conditions.
Key Words: Contract Farming, sales contract, uses, legal framework.
32
1. INTRODUCCIÓN
La Agricultura por Contrato (AC) consiste en un acuerdo de voluntades entre el productor y
la agroindustria, en el que se establecen una serie de condiciones y beneficios para las
partes (Eaton y Shepherd, 2001). Entre las condiciones se pueden encontrar el precio
preestablecido, la cantidad requerida y el tiempo de entrega de producto, entre otras. Entre
los beneficios para el productor se pueden encontrar la garantía de la compra del producto,
la asistencia técnica y la entrega de insumos, para la agroindustria productos de calidad que
requieren los mercados de destino y la disminución de costos de transacción entre otros.
Los beneficios mencionados se plasman en contratos que pueden ser escritos o verbales,
según lo permita la normativa de cada país o según las formas en que los productores
definan las relaciones contractuales con la agroindustria, pues estas también difieren según
la cultura y el entorno (Asano-Tamanoi, 2009). En los contratos se especifican una o más
condiciones de producción y/o comercialización de un producto agrícola. Los contratos
escritos o formales, detallan en forma minuciosa las condiciones y obligaciones para cada
una de las partes y los acuerdos verbales también son usados con mucha frecuencia, sin
embargo el mayor problema que tiene esta última forma de contrato es la interpretación de
las condiciones y responsabilidades, puesto que fácilmente pueden generarse confusión y
malos entendidos si los acuerdos no son explicados claramente (Eaton y Shepherd, 2001).
Teniendo en cuenta las condiciones de producción y/o comercialización especificadas en el
contrato, la AC puede tomar diferentes formas (Wilson, 1986). Generalmente puede incluir
una serie de opciones en la estructura de los contratos entre el productor y la agroindustria,
que pueden ser: a) Contratos de comercialización (compraventa), donde el productor vende
el producto a un precio, calidad y tiempo determinado sin ningún control ni injerencia por
parte de la empresa en las labores de producción; b) contratos que especifican precio,
calidad, tiempo y la provisión de insumos, además de cierta injerencia por parte de la
empresa en las decisiones de producción; c) una forma contractual donde las decisiones de
33
producción están bajo el completo control de la empresa, así como la provisión de todos los
insumos, además de establecer precio, calidad y tiempo de entrega (Rehber, 2007; Wolz y
Kirsch, 1999). Esta última estructura prima en países en desarrollo, especialmente
africanos, debido a que requieren un mayor control en la organización y producción.
2. SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA POR CONTRATO EN CHILE.
Según datos del VII Censo Agropecuario 2007 (Instituto Nacional de Estadística 2007), en
Chile existen 301.376 productores agrícolas y forestales, de los cuales solamente 12.945
(4,3%) utiliza la “Agricultura por Contrato”. Cabe resaltar que este censo únicamente
consideró Agricultura por Contrato los acuerdos formales (contratos escritos) entre los
productores y la agroindustria4. Aunque en Chile existen otras vinculaciones no formales
(contratos verbales), no hay datos oficiales que los permitan cuantificar.
Ahora bien, del total de los productores que utilizan Agricultura por Contrato en Chile un
87,8% se concentra principalmente en la zona central del país (de la región de Coquimbo a
la región del Bio-Bio), y solo un 9,6% se ubica en la zona sur (regiones de La Araucanía,
Los Ríos y Los Lagos). Aún cuando las mayores vinculaciones contractuales se generan
entre productores y empresas exportadoras, datos censales indican que en la zona central el
42,8% de los productores están vinculados con estas empresas, en tanto en la zona sur solo
el 27,8% de los productores tienen contratos con empresas exportadoras. Estas cifras dan
cuenta del menor desarrollo que tienen los productores de la zona sur, en el contexto de la
relación contractual entre los productores y la agroindustria. Además de esta situación
tampoco existe normativa especial que respalde este sistema de producción agrícola, pues
para todos los efectos legales se deben remitir a la parte general de los contratos establecida
en el Código Civil chileno.
4 Datos suministrados por el Sistema Integral de Información y Atención Ciudadana del INE, Chile (Manual del Censador).
34
En este contexto, el presente estudio tiene como objetivo analizar las condiciones de la
Agricultura por Contrato en la zona sur de Chile, desde una perspectiva legal. A nuestro
entender y por la literatura revisada, esta investigación es la primera en su tipo que se
realiza en la zona sur de Chile y que entrega información relevante sobre perspectivas
legales que eventualmente podrán ser de utilidad para instituciones públicas que pretendan
promover la adopción de la Agricultura por Contrato en la zona.
3. REVISIÓN DEL MARCO LEGAL EN CHILE.
El libro IV del Código Civil rige toda la materia relativa a las obligaciones y los contratos.
Los artículos 1437 y 1438 del mismo cuerpo legal disponen las fuentes de las obligaciones
y la definición de contrato. Sin embargo por lo impreciso de su definición acudiremos a la
doctrina. En el caso de López Santamaría (1998), señala que el contrato reposa en el
acuerdo de voluntades de las partes. Así, el contrato es un acto jurídico bilateral que crea
obligaciones, y que atribuye a las partes un poder soberano para engendrar obligaciones,
siendo la voluntad de las partes fuente de las obligaciones y medida de las mismas. Esto es,
el querer o intención de las partes domina la formación, génesis o nacimiento del contrato,
así como también sus efectos y consecuencias.
Revisado el libro IV del C.C. y normas concordantes, se observa que no existe en el
ordenamiento jurídico chileno identificado el contrato de “Compraventa de productos
agrícolas”, no se encuentra establecida ninguna norma legal sobre el tema, ni formas
especiales de celebración del mismo. Sin embargo, los productores y la agroindustria
recurren a la “compraventa” general para desarrollar todos los actos negociales que tienen
que ver con la comercialización de productos agrícolas.
El artículo 1793 del C.C. señala que la compraventa es un contrato en que una de las partes
se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta
comprar. El dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama precio.
35
La doctrina en cabeza de Manuel Vargas (1997), hace mención a 6 tipos de contrato que se
encuentran en uso en Chile y que surgen del uso reiterado de las partes (productores y
empresas exportadoras de fruta). Estos son:
Compraventa a firme, la cual consiste en convenir definitivamente la cosa vendida y el
precio.
Compraventa con precio ajustable, donde el precio de la fruta vendida se fija a la
celebración del contrato, y queda sujeto a ajuste y para estos efectos las partes pueden
recurrir a los valores FOB de retorno, al precio promedio pagado por otros exportadores, a
las condiciones imperantes en el mercado de destino o al común acuerdo.
Compraventa con precio determinable con mínimo garantizado, en este tipo de contrato el
precio se fija a la celebración del contrato pudiendo ser sujeto a un ajuste por cualquiera de
las formas señaladas precedentemente, sin embargo, las partes, además fijan un valor
mínimo garantizado pagadero a todo evento, que el exportador pagara al productor, cuando
de la determinación efectuada según las bases establecidas en el contrato resultare un precio
inferior al valor mínimo.
Compraventa con precio determinable con mínimo garantizado compensable, en el cual las
partes convienen que las diferencias positivas obtenidas en la venta de una especie o
variedad sean compensadas con las diferencias negativas resultante de otras especies o
variedades.
Comisión, el productor suele otorgar al exportador una comisión para vender, a fin de que
este, por cuenta del productor (comitente o mandante) venda un determinado tipo de fruta.
En este contrato el riesgo de la cosa es del productor, y el exportador está obligado a rendir
cuenta de su mandato.
Joint Venture, en algunos casos se establece una asociación entre productor y exportador,
para efectuar un único emprendimiento comercial, es decir la venta y exportación de
determinada fruta con el fin de obtener una ganancia, este tipo de contratos está limitado a
una negociación única.
Esta clasificación no obsta para que se pueda emplear cualquier otro contrato, nominado o
innominado, idóneo al propósito de las partes, con las modalidades que estos convengan.
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En estas circunstancias el contrato de “compraventa” de productos agrícolas esta referido a
las normas sustantivas que rigen dicho contrato. En lo demás las partes pueden incluir las
clausulas y modalidad que estimen convenientes.
4. MATERIAL Y MÉTODO
Para este estudio se utilizaron datos recabados en otra investigación donde participaron dos
de los autores de este trabajo. La aplicación de cuestionarios y la realización de grupos
focales realizados en las Regiones de la Araucanía y Los Ríos, proporcionan información
relevante que interesa para contextualizar las condiciones en que se encuentra la
“Agricultura por Contrato” en la zona sur de Chile dentro del análisis de los resultados de
este estudio.
4.1. Análisis Jurídico de Contratos
El análisis jurídico de los contratos busca analizar diversos aspectos de los contratos entre
los productores y la agroindustria. Este análisis comienza con un examen de las
estipulaciones de los contratos celebrados por 3 productores con la agroindustria, los cuales
han sido considerados representativos de los que se emplean regularmente en las zonas de
estudio, debido a que presentan iguales o similares clausulas a las contempladas en otros
contratos compilados. Los contratos seleccionados se escogieron intencionalmente con
productores que estuvieron dispuestos a que sus contratos fuesen analizados bajo total
confidencialidad.
Dentro del análisis de los contratos se observaron las clausulas propias de la naturaleza del
contrato de compraventa y otras que las partes incorporaron. Estos contratos han sido
identificados como A, B y C.
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4.1.1. Contrato A
Este contrato se denomina en su epígrafe “Compraventa de plantas y oferta de ventas”. Este
contrato tiene como característica especial la venta por parte de la agroindustria de plantas
de fruta y que incorpora dentro del contrato una oferta de venta por parte del productor. Es
un contrato sui generis y que por lo demás establece en la clausula séptima del contrato la
obligación preferencial de venta durante 15 años desde la primera cosecha. Cabe resaltar
que este contrato se hace bajo la condición de la existencia de la cosa futura que establece
el artículo 1813 del C.C., sin embargo al momento de la celebración del contrato no existe
indicio alguno de fructificación. Este contrato implica una fuerte incertidumbre para las
partes.
Este contrato a pesar de garantizarle la compra de la totalidad de la fruta al productor en
caso que existan, no establece otros beneficios propios de la Agricultura por Contrato, v.gr.
la asistencia técnica. Por su parte la clausula sexta, establece que la empresa dará a conocer
estándares de calidad para la fruta que informará anualmente al productor.
Establece también en la clausula novena que la resolución de cualquier conflicto que surja
entre las partes deberá ser resuelta mediante arbitraje, renunciando a la posibilidad de
acceder ante la justicia ordinaria.
A nuestro entender se trata de un contrato de naturaleza civil y no comercial, habida cuenta
que la venta que hace el productor no es resultado de una compra anterior de la fruta. De
igual manera, en el caso del comprador que adquiere la fruta para procesarla y crear un
producto con valor agregado y no para revender la fruta. En este sentido es un contrato
poco común en la zona pero igualmente representativo de esta.
4.1.2. Contrato B
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Este contrato en su epígrafe se denomina “Contrato de compraventa de producto de
exportación”.
Este contrato a diferencia del contrato A, establece la especie, la calidad y la cantidad de
fruta que requiere el comprador, se establece el tiempo de entrega del producto y se
establece el precio de producto.
Este contrato contempla en su clausula 1 la condición de venta de cosa futura. El artículo
1813 del C.C. establece que la venta de cosas que no existen, pero se espera que existan, se
entenderá hecha bajo la condición de existir. Las cosas futuras son aquellos bienes
corporales que en el momento de la celebración del contrato no existen, pero que se espera
lleguen a existir. Este concepto de cosa futura es el más aceptado por la doctrina y es muy
usual contratar en compraventa de frutos de una huerta (Weber Ponce de León, 1976). A
diferencia del Contrato A, la celebración de este contrato se da con el conocimiento que los
huertos han dado frutos anteriormente y por tanto solo se espera que la fruta evolucione al
punto que requiere la empresa, por tanto es un contrato menos riesgoso para las partes.
Este contrato establece también clausulas de fuerza mayor eximentes para las partes y las
clausulas de incumplimiento de contrato y arbitraje.
En cuanto a la naturaleza de este acto negocial, a nuestro entender para el vendedor es de
naturaleza civil por cuanto la fruta que vende no es producto de una compraventa anterior,
sin embargo para la agroindustria exportadora es indudablemente de carácter comercial,
puesto que la fruta se va a comercializar en mercados internacionales y esto implica en
definitiva la reventa de la fruta.
4.1.3. Contrato C.
Este contrato se denomina en su epígrafe “Contrato de compraventa”, a primera vista es
una plantilla que posee espacios en blanco para diligenciar los datos personales del
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productor, por lo que parece más bien un contrato de adhesión, habida cuenta que el
productor no tiene ningún tipo de participación dentro de la construcción de este acto
negocial, porque es precisamente una de las partes (empresa) quien impone las condiciones
a la otra. No se discute que sea o no un contrato, sino que en el sentido estricto una de las
partes solo puede decidir firmar o no el contrato, pero no discutir sus términos. Si bien, esta
desigualdad, no le quita al contrato su carácter de tal, lo que se critica es que estos pueden
contener clausulas abusivas (entendiendo por estas, cláusulas que se dan en desmedro de
una de las partes y en beneficio de otra), en ese sentido, el contrato de adhesión constituye
un aspecto del fenómeno contemporáneo de la desigualdad de las partes. (Vargas, 1997).
Este contrato al igual que los Contratos A y B, determina dentro de sus cláusulas, la
cantidad requerida, las condiciones de entrega de tiempo y lugar, además de exigencias de
calidad del producto.
Respecto del precio la cláusula cuarta establece que se fijará semanalmente por el
comprador y se pagará mensualmente al vendedor. En este sentido no indica con base en
que forma el comprador establecerá el precio de la fruta, dejando en una total incertidumbre
al vendedor.
Este contrato denominado para efectos de este análisis C, a diferencia de los contratos A y
B no establece cláusulas arbitrales, por ende en caso de incumplimiento de las partes
deberían recurrir a la justicia ordinaria.
5. RESULTADOS
Para analizar los contratos en uso en la zona sur de Chile, se hace necesario contextualizar
las condiciones de la “Agricultura por Contrato” existentes en la zona.
En la zona sur de Chile el 62% de los productores venden sus productos en el mercado
abierto, sin ningún tipo de garantía en la compra de los productos y bajo precios
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indeterminados. Al respecto Eaton y Sheaperh (2001) indican que la Agricultura por
Contrato ofrece una solución potencial para esta situación dando garantías de mercado a los
agricultores y asegurando la oferta para los compradores. El resto de los productores han
optado por la Agricultura por Contrato. De estos últimos, el 26% utiliza contratos verbales
y solo un 8,6% utiliza contratos escritos.
Sólo un pequeño porcentaje de productores se estaría vinculando con la agroindustria a
través de las dos formas contractuales (contratos verbales y escritos), esto debido a que
cultivan varias clases de productos dentro de su predio y esto les permitiría estar
negociando con la agroindustria de diversas formas. Cabe anotar que este pequeño grupo de
productores son los que presentan un mayor nivel educacional, esto se condice con lo que
establece Echeverría et. al., (2011), en cuanto a que los productores que orientan su
producto hacia el mercado externo son productores con un mayor nivel educativo. Este
pequeño grupo de productores no produce, ni comercializa sus productos a menos que
cuenten con una garantía de compra del producto. Esto podría tener su explicación en lo
que argumentan los propios productores como resultado de los grupos focales, donde
claramente indican que un productor que tiene mayor nivel educativo podrá vincularse de
mejor manera con la agroindustria ya que esto les brinda mejores habilidades frente a los
negocios.
Las relaciones negociales dentro del sistema de Agricultura por Contrato también están
dada por los beneficios que el productor espera que se generen al vincularse con la
agroindustria. Es así como los contratos también pueden otorgar a los productores acceso a
una amplia variedad de servicios de asesoría técnica y de administración que de otra forma
no estarían a su alcance (FAO, 2001). En ese sentido, los productores que reciben más
beneficios al vincularse con la agroindustria son aquellos que tienen contratos escritos.
Las cifras son claras: 83% de los productores con contrato escrito señalaron que tienen
garantía de la compra del producto por parte de las empresas, mientras solo un 68% de los
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productores que utiliza contratos verbales tiene esta garantía. La misma situación acontece
respecto de otro beneficio como es la asistencia técnica que deberían brindar las empresas a
los productores. El 67% de los productores con contrato escrito cuentan con asistencia
técnica, en tanto solo el 44% de quienes se vinculan con contratos verbales le otorgan este
beneficio.
Si revisamos estas cifras, claramente se observa que existe un menor grado de beneficios
tratándose de contratos verbales. A este respecto los mismos productores han indicado que
a las empresas no les interesa vincularse formalmente (contratos escritos), por que
eventualmente ellas pueden incumplir en la compra de la totalidad del producto y en el
suministro de asistencia técnica. Cabe resaltar que los productores de la zona no recurren
ante la justicia ordinaria en caso de incumplimiento de contrato, por cuanto para los
mismos productores en su ámbito cultural, los acuerdos verbales carecen de valor y más
aún estos no son considerados contratos.
Ahora bien, es importante resaltar que el 81% de los agricultores que cultivan productos
tradicionales como (leche, carne, trigo, avena, etc) indicaron que estarían muy motivados a
cultivar productos orientados al mercado exportador (frutas), siempre y cuando tuviesen
contratos escritos. Sin embargo, es preciso señalar que dentro de los grupos focales, se
logró establecer que los contratos en un amplio sector de la zona en estudio son
considerados impopulares, sean escritos o verbales, debido a que estos no prestan reales
garantías a los productores. Además en ocasiones presentan cláusulas que son notoriamente
arbitrarias, por lo que, si bien estarían motivados a producir bajo contrato existe poca
credibilidad en estas vinculaciones en las condiciones en las que se suscriben actualmente.
Teniendo en cuenta lo anterior, el análisis jurídico realizado a tres de los contratos
seleccionados y que son considerados representativos de los contratos en uso dentro de las
regiones en estudio. Se observó claramente que el tipo de contrato más usado en la zona es
la “Compraventa” al no existir en el ordenamiento jurídico chileno, ningún otro tipo de
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contrato más especifico para la “Agricultura por Contrato”. Dentro del análisis de los tres
contratos se evidencia que ninguna de las clausulas prevé la asistencia técnica que debe
brindar la empresa al productor, y más bien el otorgar este beneficio queda a
discrecionalidad de la empresa y como un tema al margen de los contratos.
En cuanto a los precios preestablecidos, dos de los contratos de compraventa (A y B)
quedan sujetos a reajustes, como manifiesta Vargas (1998), “compraventa con precios
ajustables”, utilizando diversas formas de reajustes, entre ellas el FOB de retorno y el
promedio pagado por otros exportadores. Respecto al contrato C, no establece con base en
que el comprador reajusta el precio del producto. Es dable decir que en ocasiones las
liquidaciones son poco claras y sobretodo el pequeño productor no cuenta con las
herramientas necesarias para cuestionar los precios reajustados por el comprador.
También se observó que pesar que a simple vista el contrato C es una plantilla con espacios
en blanco para ser diligenciados por el productor, no se debe obviar que los otros contratos
poco y nada tienen de consensuales y más bien tienen mucho parecido al contrato de
adhesión. Una parte de la doctrina coincide en ello al atribuir que más que contratos de
compraventa de fruta son contratos de adhesión (Vargas, 1997), entendiendo por contrato
de adhesión al contrato, redactado por una de las partes, al cual la otra adhiere, sin
posibilidad real de modificarlo o discutirlo (Ghestin, 1993). Esta situación desigual puede
conllevar en algunos casos a una posición dominante de la empresa, frente al productor que
sería la parte débil de la relación contractual.
6. CONCLUSIONES
De lo expuesto, se puede colegir que en Chile no existe un marco legal conducente a
promover la Agricultura por Contrato, esto es, no hay legislación específica que regule los
contratos entre los productores y la agroindustria para la comercialización de productos
agropecuarios. Por lo que, es importante legislar sobre estos contratos no solo en la parte
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sustancial, sino también en lo procedimental, concretamente en aspectos relacionados a la
especificidad de mercados, precios, opciones futuras, etc.
Así mismo se evidenció dentro del estudio la compleja situación en lo relacionado con la
falta de soluciones por la vía judicial. Dentro de la investigación realizada no se ha
conocido de productores de la zona que hayan recurrido al ámbito judicial o sistema de
arbitraje para reclamar incumplimientos contractuales. Ello se explica por el
desconocimiento que tienen los productores de la zona de la parte normativa y del
equivocado concepto que tienen acerca de los contratos verbales.
De otra parte, el rol del Estado y las políticas públicas en la Agricultura por Contrato es
importante, para efectos de incentivar este tipo de acuerdos. Si bien, el Estado no puede
intervenir en la negociación entre las partes, ni introducirse en las relaciones contractuales,
si puede apoyar esas vinculaciones a través de diversas acciones con los productores y la
agroindustria, tales como capacitaciones, formación en gestión, para los productores e
incentivos para las empresas, etc. También puede evitar con una adecuada regulación,
contratos con clausulas abusivas derivadas de acuerdos desiguales por la posición
dominante de la empresa dentro de las vinculaciones contractuales.
Finalmente, es recomendable que se realice un esfuerzo para contar con estadísticas
actualizadas sobre el uso de la Agricultura por Contrato. Ello es fundamental para
establecer políticas en esta materia, esto es, que se tenga en cuenta como Agricultura por
Contrato los acuerdos verbales que también forman parte del ámbito jurídico con total y
plena validez.
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7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Código Civil Chileno. 2009. Edición oficial. Editorial Jurídica de Chile.
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López Santamaría, J. 1998. Los Contratos. Parte General. Tomo I, Editorial Jurídica de
Chile. Segunda Edición actualizada, Santiago.
Cullinan, C. 1999. El derecho y los mercados -El mejoramiento del ambiente legal para la
comercialización agrícola, Boletín de Servicios Agrícolas de la FAO No. 139, Roma.
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. 2010. Metodología de la Investigación. Mexico
D.F. Mc Graw Hill.
INE. 2007. VII Censo Nacional Agropecuario de Chile. Instituto Nacional de Estadísticas,
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Chilean Farmers based on their Market-Production Orientation.
Singh, G. y Asokan, S. 2005. Contract Farming in India: Text and Cases. Oxford & IBH
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Rehber, E. 2007. Contract farming Theory and Practice. The ICFAI University Press.
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Editorial Jurídica de Chile.
Wolz, A. y Kirsch, O. 1999. Equitization of agribusiness in Vietnam: options for
small-scale farmers with special emphasis on coffee production in Daklak Province.
Discussion Paper No. 69. Disponible en http://www.rzuser.uniheidelberg.de/htm.
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IV. CONCLUSIONES GENERALES
Esta tesis estudió el análisis de los factores determinantes de la Agricultura por Contrato en
la zona sur de chile y las condiciones de la misma desde una perspectiva legal. A través de
una metodología de investigación complementaria y utilizando los métodos cuantitativos y
cualitativos, además se realizó un análisis jurídico a contratos en uso en la zona de estudio.
Se logró evidenciar distintos escenarios que permiten plantear recomendaciones para la
formulación de eventuales políticas públicas en el contexto en que se encuentra la
Agricultura por Contrato en la zona sur de Chile. Esta multiplicidad de enfoques permitió
una profundización y complementación en aspectos sociales, económicos y jurídicos, que
sin duda esperamos sean un buen aporte.
La Agricultura por Contrato en la zona sur de Chile se muestra como un tema con mucho
potencial para el desarrollo productivo de la región, pero sin duda que requiere un apoyo
irrestricto por parte del Estado como facilitador de las relaciones contractuales, pero
también con políticas públicas adecuadas a la promoción y aumento de la AC en la zona.
Si bien, por parte del Estado existe interés de aumentar el uso de la Agricultura por
Contrato en el país, es importante que se tengan en cuenta los factores que estarían
determinando las vinculaciones contractuales. En primera instancia este estudio evidenció
que existe una fuerte asociación entre el uso de contratos y el nivel educativo del productor,
además de otros factores relevantes como el mercado al que se orienta el producto
(exportables) y la concentración de productores bajo contrato en una comuna. Sin embargo,
cuando esos factores interactúan con otros como el tamaño de la explotación, la presencia
de organizaciones sociales (asociaciones) y asistencia técnica, entonces existe una alta
probabilidad de uso de AC.
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De lo anterior, se colige que es la interacción de todos los factores y no uno solo en
particular los que posibilitan las probabilidades de uso de AC en la zona sur de Chile.
De otra parte, se han realizado esfuerzos por parte del Gobierno a través de programas
como Alianzas Productivas de INDAP, como un paso para implementar la AC en el país,
sin embargo, es necesario que este apoyo implique temas de fondo como la clase de
contratos que se están usando y las cláusulas que estos contienen. Es claro que el Estado no
puede interferir en las relaciones contractuales directamente, pero sí jugar un rol como
facilitador y guía de lo que en realidad debería ser y entenderse por Agricultura por
Contrato; no dejándolo a la liberalidad de las empresas que son quienes en ultimas están
elaborando los contratos con los que se están vinculando los productores de la zona, sin
tener estos oportunidades de discusión y modificación de las clausulas contractuales, que en
algunos casos pueden parecer abusivas.
Por lo demás, esta investigación pone de presente esta interesante temática como lo es la
“Agricultura por Contrato” que de incentivarse entre los diferentes actores sociales, sin
duda aportará al desarrollo productivo de la zona sur de Chile.
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