Cultura El hombre vive en varias dimensiones. Se mueve
en el espacio, donde el ambiente natural ejerce
sobre él una influencia que nunca termina. Existe
en el tiempo; lo cual le provee de un pasado
histórico y un sentido del futuro. Lleva delante sus
actividades como miembro de una sociedad,
identificándose el mismo con sus compañeros y
cooperando con ellos en el mantenimiento de su
grupo y en asegurando su continuidad.
Sin embargo todos los animales deben tomar en
cuenta el espacio y el tiempo. Lo que distingue al
hombre, el animal social, es la cultura.
Esta tendencia a desarrollar culturas consolida en
un conjunto unificando todas las fuerzas que
actúan en el hombre, integrando para el individuo el ambiente natural en que se
encuentra el mismo, el pasado histórico de su grupo y las relaciones sociales que
tiene que asumir. La cultura reúne todo esto y así aporta al hombre el medio de
adaptarse a las complejidades del mundo en que nació.
Hay muchas definiciones de cultura. Todas están acordes en reconocer que es
aprendida; que permite al hombre adaptarse a su ambiente natural; que es por
demás variable; que se manifiesta en instituciones, normas de pensamiento y
objetos materiales. Una de las primeras definiciones aprobadas fue dada por E.B.
Tylor, al decir que la cultura es “el conjunto complejo que incluye conocimiento,
creencias, arte, moral, ley, costumbre y otras capacidades, y hábitos adquiridos
por el hombre como miembro de la sociedad”. Un sinónimo de cultura es
Tradición, otro Civilización; pero el empleo de tales términos viene sobrecargado
de implicaciones diferentes o de matizaciones de la conducta habitual.
Una breve y útil definición es: cultura es la parte del ambiente hecha por el
hombre. Va implícita en ella el reconocimiento de que la vida del hombre
transcurre en dos escenarios, el natural o el hábitat y el social. La cultura, en
resumen, puede ser contrastada con los materiales brutos, externos o internos, de
los cuales se derivan. Los recursos presentados por el mundo natural que se les
da forma para satisfacer necesidades existentes; y los rasgos congénitos que son
moldeados de modo que las disposiciones congénitas surjan los reflejos que
dominan en las manifestaciones externas de la
conducta.
es menester diferenciar el concepto de cultura que
se emplea en el estudio del hombre del significado
popular de la palabra “culto”. La idea popular de
cultura la tenemos en lo que podríamos llamar una
definición escolar y equivale a “refinamiento”. Tal
definición implica la habilidad de una persona “culta”
para manipular ciertos aspectos de nuestra
civilización que aportan prestigio
Para el científico, sin embargo, una persona “culta”, en el sentido popular, no
domina sino un fragmento especializado de nuestra cultura, de la que es participe,
en mucho mayor grado de lo que sospecha, con el hacendado, el albañil, el
ingeniero, el cavador, el profesional. La economía más ruda, el más frenético rito
religioso, un simple cuanto popular, son todos igualmente partes de una cultura. El
estudio comparado de la costumbre nos muestra esto con claridad. En los
pequeños grupos aislados, donde la base económica es estrecha y el
conocimiento técnico escaso, no hay lugar para la estratificación social que debe
estar presente si una persona “culta”, en el sentido popular, ha de tener los
recursos económicos necesarios para que pueda entregarse a su afición. La
cultura es a la vez estable y cambiante. El cambio cultural se puede estudiar solo
como una parte del problema de la estabilidad cultural; la estabilidad cultural
puede ser entendida solamente cuando se mide el cambio respecto al
conservatismo. Además, ambas expresiones no solo son relativas en general,
sino que deben considerarse en relación reciproca. Las conclusiones que se
extraigan respecto a la permanencia y al cambio en una cultura dada dependen en
gran medida del hincapié que haga el particular observador de esa cultura en su
conservatismo o en su flexibilidad. Acaso la dificultad básica surge del hecho de
no haber criterios objetivos de permanencia y cambio. Es una cuestión viva, ya
que es casi artículo de fe que la cultura euro americana es más receptiva a los
cambios que ninguna otra, y que esta receptividad explica su preeminencia. Cuan
relativo es tal punto de vista se infiere de la diversidad de las opiniones al
respecto, pues hay quienes celebran esa hospitalidad para el cambio mientras que
otros la deploran. La manera de pensar contemporánea acoge, por lo general,
como favorables las modificaciones en los aspectos materiales de nuestra
civilización. Por otra parte, cambios en elementos tan intangibles de nuestra
cultura como código de moral, estructura de la familia o sanciones políticas
fundamentales, desagradan o son denunciados. El resultado es que siendo los
desarrollos técnicos tan importantes para nuestro modo de ver, los cambios en
esta área de nuestra vida simbolizan para nosotros la tendencia a cambiar de
nuestra cultura tomada en conjunto. Nuestra cultura se diferencia entonces de las
otras sobre esta base de receptividad a cambios técnicos, de suerte que su
estabilidad, en contraste con su propensión a cambiar, queda reducida al mínimo.
La cultura en su conjunto, o cualquier cultura concreta, representa mucho más de
la que ningún ser humano puede captar o manejar. Puede, por eso, defenderse la
convivencia de estudiar la cultura como si fuera independiente del hombre; crear lo
que ha llamado White una ciencia de “culturología”.
Pero también puede defenderse la convivencia de estudiarla considerando que
solo tiene realidad Psicológica, que existe meramente como una serie de ideas en
la mente del individuo. Filosóficamente, no se trata sino de otro ejemplo de la vieja
polémica entre realismo e idealismo, polémica que define una diferencia
fundamental en el concepto y en la manera de abordar el estudio del mundo y del
hombre. Bidney ha mostrado que cada una de estas posiciones, si se persigue
con exclusión de la otra, crea una falacia lógica que solo se puede evitar con una
actitud ecléctica frente al problema que plantean. Como dice ese autor, “ni las
fuerzas naturales ni los logros culturales tomados separadamente o por si mismos
pueden explicar la aparición y la evolución de la vida cultural”. Ambos puntos de
vista, sin embargo, contienen mucho que es esencial a un entendimiento de la
cultura, así que es importante examinar los argumentos que presentan antes de
intentar resolver la cuestión de la naturaleza de la cultura.
La Cultura material es la obra tangible y apreciada por medio de los sentidos;
esto es, se mide, se pesa, se ve, se toca. Por ejemplo: una silla, un lapicero, el
vidrio, una casa, un barco, etc.
La Cultura no material es aquella que se escapa
al concepto de cosa, porque no ocupa un lugar en
el espacio, sino que es entendible gracias a un
proceso mental que permite percibirla. Muchas
veces, sin embargo, puede materializarse; por
ejemplo las concepciones religiosas se vuelven
imágenes u objetos de culto. Ejemplos de cultura
no material son la moral, la justicia, los idiomas,
etc.
Para poder analizar la cultura, se divide
arbitrariamente en elemento o rasgo, complejo,
pauta, zona, región y área culturales. Se debe
hacer notar que la cultura es un todo indivisible e
interrelacionado y que solo por abstracción se descompone en las partes
señaladas.
Elemento o rasgo cultural es la parte mínima de la cultura que tiene un
significado preciso y concreto y, por lo mismo, no puede dividirse porque perdería
su significado cabal. Por ejemplo, una silla, una vivienda, el concepto de Dios.
Complejo cultural es el conjunto de elementos interrelacionados que da lugar a
un significado más completo y conveniente de una expresión cultural que un
elemento aislado no puede dar: el mobiliario de una oficina, el hogar, la religión.
Pauta cultural es el comportamiento que observan los seres humanos a causa de
la cultura y por las reglas impuestas por la sociedad en determinadas
circunstancias. Por ejemplo, el uso de cubiertos para comer, ponerse de pie al
escuchar el himno nacional, etc.
Zona, región y área culturales tienen una connotación geográfica, es decir, son
porciones de la superficie terrestre con población humana que se comporta
culturalmente de una manera más o menos uniforme. La diferencia que hay entre
los términos es una cuestión de grado: así la zona es la más pequeña, la región es
más amplia y el área es la mayor de todas. Un área se diferencia de otra por la
ausencia o manifestaciones de esos elementos y complejos. Además, la
desigualdad es relativa ya que hoy día no existen
áreas aisladas y los elementos y complejos que las
componen se mezclan entre una y otra.
Concepto de etnia.- El termino etnia o grupo étnico
se utilizaba para designar a un grupo de personas
que comparten el mismo origen, pasado histórico,
lengua, costumbres, tradiciones y visión del mundo,
es decir, esas personas tienen igual o muy
semejantes tanto su apariencia física como sus
expresiones culturales. Desde ese punto de vista,
los veracruzanos actuales componemos un grupo
étnico como los totonacos, otomíes o tarahumaras lo
constituyen y lo mismo sucede con los habitantes de
otras regiones de nuestro país en relación con
aquellos de otras partes del mundo.
Dinámica y enfoques culturales
Se entiende por dinámica cultural al proceso por medio del cual la cultura está
siempre cambiando, en movimiento a veces muy acelerado y violento, debido a lo
cual los cambios se advierten muy
fácilmente. Otras veces el
movimiento es lento, tanto que se
piensa que la cultura esta quieta,
pero la realidad se está moviendo,
aunque imperceptiblemente. Un
ejemplo seria el vestido: hasta antes
del siglo XVI en México se usaba el
maxtlatl como prenda masculina, que
consistía en un simple taparrabo. Al
llegar los españoles la prenda fue
sustituida por un calzón de manta y
solo los indígenas marginados conservaron por más tiempo esta prenda de vestir.
En cuanto al uso del pantalón, en casi todo el mundo se estableció desde hace
mas de dos siglos y aparentemente no ha cambiado; habrá sufrido modificaciones
en cuanto a adornos, texturas y diseños, pero se conserva básicamente lo que es.
Un cambio más notable, en el mundo occidental es respecto del usuario, pues ha
dejado de ser una prenda masculina para difundirse su uso entre las mujeres.
Por lo que respecta a la relatividad cultural, se trata de un fenómeno que implica
que la cultura se expresa de manera distinta según el tiempo y el lugar en que se
manifiesta y, por lo mismo, la sociedad se inclina hacia una forma u otra, a veces
de manera contradictoria, y lo que hoy acepta sin reticencia alguna, tiempo atrás
se rechazaba de manera concluyente, sin que ello quiera decir que en un futuro
sea aceptado sin modificaciones.
Tratar de darle dimensión al concepto de cultura es tarea que entraña cierta
dificultad; probablemente, la mejor manera de lograrlo es identificar sus
características.
Las características de la cultura son las siguientes.
La cultura, al mismo tiempo que es general, es particular. Esto significa que la
cultura aparece en todas partes donde hay seres humanos y, por consecuencia,
es universal. Sin embargo, cada pueblo en especial expresa la cultura de una
manera singular, es decir, particularmente. Por ejemplo, en todas partes del
mundo existe un lenguaje, que es el sistema de comunicación generalizado, pero
cada nación tiene un idioma específico para lograr la comunicación. Esto es, todo
mundo se expresa por medio de un lenguaje, pero los alemanes usan el alemán,
los franceses el francés, los sordomudos tienen su propio código y así
sucesivamente.
La cultura, al mismo tiempo que es dinámica, se mueve en el tiempo y en el
espacio, es estática y permanece quieta indefinidamente. Tomando como
ejemplo al idioma se aprecia muy bien este fenómeno. El idioma español está
cambiando constantemente: el español del siglo XVI no es el mismo que se habla
hoy en día. Hace veinte años se usaban ciertos vocablos que han dejado de
usarse o que cambiaron o agregaron nuevos significados. Esto sucede no solo en
los límites de nuestro país, sino que acontece de un país a otro en que se hable el
mismo idioma y aun en la misma época: por ejemplo, el español de México, el de
Argentina, o el de Venezuela.
La cultura es totalizadora, pero el hombre solo conoce una parte mínima de
ella. En este caso la sociedad, ejecutora de las disposiciones de la cultura, nos
obliga, queramos o no, a comportarnos como ella lo dispone. El ser humano, por
más que se empeñe, no podrá conocer el todo cultural, aun siendo experto y
conocedor de ciertas facetas de las actividades materiales o intelectuales.
La cultura es un producto social. El individuo aislado, no necesita crear cultura
porque no le daría ningún uso. De todos los seres vivos, el más desvalido en el
momento de su nacimiento es el hombre quien, para poder sobrevivir, requiere el
auxilio de otro ser humano adulto y consciente de sus acciones. En casos
excepcionales podrá ser asistido por alguien de menor edad y no tan capacitado
para poder discernir lo que el recién nacido necesita; sin embargo, a la larga se
tendrá que aceptar la ayuda de otro adulto, ya que las expectativas de vida serian
muy limitadas en ese caso especial.
En términos generales, todos los animales al nacer, se encuentran capacitados
para vivir, prácticamente sin auxilio de otro individuo de su especie. Ellos solos
buscan sus alimentos y se enfrentan a las contingencias de la naturaleza,
resolviendo, a veces por simple instinto y otras por enseñanzas de los adultos de
su grupo, los problemas que se le presenta. En cambio, el hombre no es así,
requiere de la atención obligada de cualquiera de sus progenitores para satisfacer
sus necesidades vitales y si sus padres no estuvieran presentes, necesita del
auxilio de otra persona calificada para poder sobrevivir. Como consecuencia de
esta inhabilitación para cuidarse a sí mismos, los seres humanos en completo
aislamiento no han existido nunca.
En relación con el aislamiento, desde el punto de vista sociológico se dan los
siguientes:
Aislamiento geográfico.- Se daba hasta hace un siglo, pues a medida que ha
avanzado la comunicación en la tierra ya no se pueden dar sociedades aisladas
por los océanos, montañas o desiertos. El aislamiento en que se encuentran
algunas sociedades en el mundo es causado por otros factores, que no son
geográficos.
Aislamiento estructural.- Se da en el individuo y se tiene a causa de un
disfuncionamiento orgánico; por ejemplo la sordomudez, la ceguera, las
enfermedades mentales o, en la antigüedad, la lepra. Sin embargo, la sociedad
moderna cada vez más incorpora a este grupo de personas a la vida social.
Aislamiento psicológico.- Se da también en el individuo y es motivado por
ciertas concepciones mentales que excluyen a las personas de la vida en
comunidad. A veces varios individuos se asocian por estas mismas
preconcepciones, pero entonces se rompe el aislamiento absoluto. Es el caso de
quien, por tener prejuicios raciales, se segrega de la convivencia con negros o
indígenas; igualmente, por ciertas convicciones religiosas, políticas o económicas,
no participa en la vida social en la que se encuentra.
Aislamiento cultural.- Se da en el individuo por tener manifestaciones culturales
distintas a las de la sociedad en que vive.
Tal es el caso de un hablante monolingüe
de español en una sociedad de que solo
habla el ruso o el japonés, o bien el
musulmán invitado a comer carne de cerdo.
Historia de las Teorías de La Cultura
La ilustración
Cuando Europa entro en la era de la exploración y la expansión mercantil,
aumento el interés en describir y explicar la diversidad cultural. El descubrimiento
y exploración de todo un nuevo mundo, América abrió los ojos de filósofos,
estadistas, teólogos y científicos a los asombrosos contrastes de la condición
humana. Hacia mediados del siglo XVIII, durante el periodo conocido como la
ilustración, comenzaron a surgir los primeros intentos sistemáticos de ofrecer
teorías científicas de las diferencias culturales. El tema común de estas teorías era
la idea de progreso. Eruditos como Adam Smith, Adam Ferguson, Jean Turgor y
Denis Diderot, mantenían que las culturas eran diferentes no porque expresaran
diferencias innatas en las capacidades o preferencias humanas, sino debido a que
expresaban diferentes niveles de conocimiento y logros racionales. Se creía que la
humanidad, incluyendo los orígenes de los europeos, habían vivido, en una
situación no civilizada al no existir un conocimiento de la agricultura y de la
ganadería, de las leyes y del gobierno. Las diferencias culturales eran, casi, en
buena medida, un resultado de los diferentes grados de progreso intelectual y
moral conseguido por diferentes pueblos.
Evolucionismo
La idea de progreso cultural fue la preocupación del concepto de evolución cultural
que dominó las teorías de la cultura durante el siglo XIX. Las culturas se
consideraban generalmente en movimiento a través de diversas etapas de
desarrollo, finalizando con algo que se parecía a los estilos de vida
euroamericanos. Auguste Comte postuló una serie de los modos de pensamiento
desde el teológico al metafísico y al positivo (científico). Hegel trazó un movimiento
desde la época en que solo había un hombre libre, pasando por una época en que
todos serian libres. Uno de los esquemas
que tuvo mayor influencia fue el
propuesto por el antropólogo
norteamericano Lewis Henry Morgan en
su libro Ancient Society. Morgan dividió la
evolución de la cultura en tres etapas
principales: salvajismo, barbarie y
civilización. Estas etapas habían figurado
en los esquemas evolucionistas ya en el
siglo XVI, pero Morgan las subdividió y
les otorgó mayor detalle, haciendo mejores referencias a la evidencia etnográfica
de cualquier otro.
Difusionismo
Otra reacción de comienzos del siglo XX, al evolucionismo del siglo XIX se conoce
como Difusionismo. Según sus partidarios, la fuente
principal de diferencias y similitudes culturales no
es la inventiva de la mente humana, sino la
experiencia de la primera infancia, como el
aprendizaje de la higiene, la lactancia materna y la
educación sexual. En la formación de un tipo básico
o moral de personalidad adulta o carácter nacional.
Algunas teorías de cultura y personalidad intentan
explicar las diferencias y similitudes culturales
como consecuencia de la personalidad básica o
moral. En general, sin embargo, los partidarios de
cultura y personalidad no tratan el problema de por qué las creencias y prácticas
que moldean tipos particulares de personalidad o caracteres nacionales tienen
lugar en algunas culturas pero no en otras.
Funcionalismo
En Gran Bretaña, las estrategias de investigación predominantes de comienzos
del siglo XX se conocen como funcionalismo-estructural.
Según los funcionalistas, la tarea principal de la
antropología cultural consiste en describir las funciones
recurrentes de las costumbres y las instituciones, antes de
explicar los orígenes de las diferencias y similitudes
culturales. Según uno de los principales funcionalistas,
Bronislaw Malinowski, el intento de descubrir los orígenes
de elementos culturales estaba propuesto a ser
especulativo y no científico debido a la ausencia de
registros escritos. “Una vez que hayamos entendido la
función de una institución, adujo Malinowski, habremos
entendido todo lo que podemos comprender sobre sus orígenes”. Los
funcionalistas reiteraban la importancia de llevar a cabo un trabajo de campo,
insistiendo en que solo, dos o más años después de sumergirse en la lengua,
pensamientos y acontecimientos de otra cultura, los antropólogos podían
proporcionar descripciones etnográficas válidas y fiables.
Estructuralismo
No todos los enfoques de la posguerra referidos a la teoría cultural están
consignados a explicar el origen de las diferencias y similitudes culturales. En
Francia, bajo la dirección de Claude Levi-Strauss, el punto de partida, conocido
como estructuralismo ha sido ampliamente aceptado. El estructuralismo se dedica
solo a las uniformidades psicológicas que subyacen tras la diferencia aparente en
el pensamiento y en el comportamiento. Según Levi-Strauss, estas uniformidades
surgen de la estructura del cerebro humano y del proceso de pensamiento
inconsciente. La característica estructural más importante de la mente humana es
la tendencia a dicotomizar, a pensar en términos de oposiciones binarias, y
después intentar mediar esta oposición mediante un tercer concepto, que puede
servir como base para otra oposición.
Análisis marxista
Es importante darse cuenta de que, si bien los escritos de Karl Marx se oponían
indiscutiblemente al darwinismo social, el marxismo fue también fuertemente
influenciado por las nociones prevalecientes en al siglo XIX de evolución y
progreso cultural.
Marx vio las culturas transitando por las etapas de comunismo primitivo, sociedad
esclavista, feudalismo, capitalismo y comunismo. También, como muchos de sus
contemporáneos, Marx insisto sobre la importancia del papel de la lucha en el
logro de la evolución y el progreso cultural. Toda la historia, según Marx, era el
resultado de la lucha entre las clases sociales por el control de los medios de
producción. La clase proletaria, cuya existencia había sido provocada por el
capitalismo, estaba consignada a abolir la propiedad privada y a provocar la etapa
final de la historia: el comunismo. La Ancient Society de Morgan proporcionó la
base a Engels para escribir “El origen de la familia, La propiedad privada y el
Estado”que, hasta la mitad del siglo XX, sirvió como piedra angular de la
antropología marxista.
GRUPOS INDIGENAS DE AMERICA
Esquimales.- Es un grupo que caracteriza al área circumpolar ártica. Ellos se
llaman a sí mismos inult (hombres), pero se ha generalizado el nombre de
esquimales. Son nómadas dedicados principalmente a la caza de focas, morsas,
renos y otros animales terrestres y a la pesca de ballenas. Durante el invierno
construyen sus casas de hielo llamadas iglús o tiendas de pieles cubiertas de
nieve; en el verano radican en lugares próximos a centros urbanos en casas de
madera.
Indios Pieles Rojas.- Con este nombre genérico se denominan los que habitaron
en el área de las praderas, entre ellos los sioux, dakotas, iroqueses, crows
(cuervos), blackfeet (pies negros), cheyennes, omahas, kiowas, etc. Eran
nómadas recolectores, dedicados principalmente a la caza (osos, bisontes
americanos, etc.), aunque algunos eran cultivadores incipientes. Eran sumamente
belicosos y también se dedicaban al latrocinio. Con la llegada de los europeos, en
el siglo XVI, soportaron un proceso evolutivo muy importante, a causa de la
domesticación del caballo y del uso de armas de fuego; también fueron obligados
a sedentarizarse.
Kwakiutl.- Es un grupo representante del Noroeste de América; son
prácticamente sedentarios porque se establecen en poblados a orillas del océano.
Se dedicaban fundamentalmente a la caza y la pesca; la cacería terrestre es de
poca importancia. Para la pesca usan arpones, anzuelos, redes y canoas de alta
mar que fabrican de troncos de cedro ahuecados por medio del fuego. Las
viviendas las construyen de madera y son muy grandes, pues son plurifamiliares;
al frente de ellas colocan un poste ceremonial tallado y coloreado con figuras de
animales o vegetales.
Grupos de área Circuncaribe.- En las Antillas mayores se distinguieron los
tainos y arahuacos que poblaron las Bahamas y Cuba; en Puerto Rico y Haití
también hubo los ciguayos, así como los
caniba, de los cuales se tomo el nombre
de caníbales para designar a los
antropófagos. Casi todos estos
caribeños tenían una vida seminomada
y pasaban en pequeñas embarcaciones
de una isla a otra, ya sea en plan de
guerra o para buscar alimentos y
mejores lugares de asentamiento.
Altiplano Andino.- Varias tribus, que
se asentaron en Colombia, Ecuador, Perú y parte de Bolivia, se caracterizaron por
ser también cultivadores; la mayor parte fueron sedentarios, aunque algunos eran
recolectores, cazadores y pescadores. Colombia se representa principalmente por
los chibchas, tribus que en esta área alcanzaron altos grados de civilización.
Ecuador fue conquistado por los quechuas del Perú y los cañarí quienes influidos
por los grupos incaicos, trabajaron los metales, principalmente el oro.
El Área Andina.- Los sirionoes habitaban desde épocas muy remotas en Bolivia y
los araucanos en Chile. De estos últimos se distinguió el grupo mapuche por su
sentido de independencia, ya que fue de los últimos indígenas que se sometieron
a los conquistadores europeos.
Amazonia.- La mayor parte de ellos son grupos de recolectores, donde la caza y
la pesca son su única fuente de subsistencia. Son representativos de estas etnias
los boros, los cayapos, los botokudo y otros mas, que se localizan también en las
áreas vecinas de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Paraguay y Uruguay.
Las Pampas.- Esta área comprende también la región del chaco, en Paraguay y
norte de Argentina. Se distinguen los tupí y su rama principal el guaraní, así como
tribus arawak y charrúas. En la pampa propiamente no hay tribus organizadas
además, fueron absorbidos por la población mestiza de los gauchos.
Patagonia o Tierra del Fuego.- Es el área más al sur de América; en ella tiene
soberanía política Chile y Argentina, aunque también se ha inmiscuido Inglaterra.
Los grupos respectivos fueron los ona, los tehuelches y los yahgan; los primeros
prácticamente extinguidos desde 1880 por la intromisión de los misioneros
ingleses y los pastores de ovejas. Fueron grupos nómadas de una civilización
sumamente primitiva, carente de organización tribal.
Top Related