Fines de la Sabiduría hacia la Búsqueda del Ser Conciente.
Aleph Dáath
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TELEOSOPHIA. “Fines de la Sabiduría hacia la
Búsqueda del Ser Conciente”.
Autor: Alfonso José Arena Vargas.
Seudónimo: Aleph Dáath.
Año: 2015
Primera Edición.
HECHO EL DEPÓSITO DE LEY
Depósito Legal: lfi25220151102068
ISBN: 978-980-12-8143-6
Se prohíbe la modificación y reproducción, total o parcial del contenido de la obra, incluyendo todas sus imágenes, por cualquier medio o procedimiento sin la autorización del autor. El uso de su contenido en referencias verbales o escritas, debe hacerse citando siempre al autor o su seudónimo.
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PREFACIO.
En la presente obra se definen algunas palabras
o términos compuestos que encierran un significado
filosófico trascendental, en lo referente al desarrollo
espiritual del hombre. La filosofía del “Ser”, vista desde
tres etapas: La primera es la Epistemosophía, definida
como el conocimiento de la sabiduría; La segunda:
Praxisophía, que se sustenta en la Praxis que conlleva
a la sabiduría, y finalmente: La Teleosophía que
representa el propósito que debemos alcanzar,
mediante el conocimiento profundo de la sabiduría,
como medio de vida en el camino de la realización
espiritual. Estas etapas, se inician al teorizar el
“conocimiento divino”, oculto en las esferas del árbol
de la vida y conjugarlo con la inteligencia humana y la
sabiduría divina, para originar en el “Ser”, las claves
que permiten comprender el verdadero significado de
la existencia del hombre. Sin embargo, el conocimiento
por sí mismo, en ningún caso representa la salvación o
liberación automatizada y sin esfuerzos conscientes.
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Por esta importante razón, la teorización del Episteme
inmerso en el “conocimiento científico” o conocimiento
racional, que define la sabiduría desde el punto de
vista humano, debe conducir a la Praxis, que se
compone de métodos que permiten avanzar en el
propósito del “conocimiento divino”, el cual se expresa
en la sabiduría misma. En este sentido, el
conocimiento epistémico, o conocimiento científico de
la sabiduría, es teorizado y sometido a la praxis
metafísica, permitiendo así, el desarrollo de la
“Teleosophía” o Teleosofía, conceptualizada como la
filosofía que permite alcanzar el verdadero fin o
propósito de la sabiduría.
Aleph Dáath
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EPISTEMOSOPHIA.
La epistemosophia o epistemosofía, es un
término compuesto que conceptualiza dos vocablos
griegos. El primero es el Episteme que significa
conocimiento, y el otro: Sophia que se traduce como
sabiduría. Sin embargo, el primer concepto, no se
refiere al conocimiento divino, sino al conocimiento
científico. El conocimiento divino, es producto de un
proceso más complejo y en muchos casos, no es
comprendido por las ciencias humanas.
¿Por qué referirnos al conocimiento científico, si el
objeto de la teleosophía es alcanzar el verdadero
propósito que encierra la sabiduría divina?
¿Por qué estudiar el conocimiento de la sabiduría
divina desde la filosofía científica y humana?
Estas dos preguntas, orientan un aspecto muy
importante sobre el primer paso que debe darse en la
búsqueda de los fines de la sabiduría divina. En este
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sentido, no puede conocerse lo divino, si no se conoce
previamente lo humano. El sentir filosófico del hombre,
encierra en su evolución intelectual, un recurso
significativo: La antropología.
¿Por qué la antropología?
¿Qué tiene que ver con el origen del hombre?
La respuesta a estas interrogantes, permiten
primero, definir la visión antropológica parcelada y
limitada que se conoce en el común de la sociedad. La
antropología no se dedica única y exclusivamente a la
búsqueda del origen del hombre, aun cuando este es
uno de sus principales fines. Esta ciencia, estudia al
ser humano en todos sus contextos, cultura, desarrollo
social, hacer de vida, entre otros.
La visión antropológica debe al menos darnos
una idea concreta de cómo hemos evolucionado como
seres sociales, desde el desarrollo de la diversidad de
culturas, y como elemento muy importante, como ha
“evolucionado” el hombre en el contexto social, o al
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menos esto es lo que la ciencia, mediante el
conocimiento humano y racional así determina.
La realidad epistémica del estudio de la
sabiduría, se define desde un punto de vista científico
humano, que trasciende al simple aprendizaje, y se
concibe como un término complejo del saber.
El ser humano, crea el término filosofía,
partiendo de dos vocablos griegos: “Philos” que
significa: Amor y “Sophia” que se traduce como:
Sabiduría. Por lo que la filosofía se define como el
amor a la sabiduría. Sin embargo, la ciencia moderna,
y su avance en los descubrimientos importantes como
el método científico, han teorizado muchos elementos,
y estos a su vez, han permitido la creación y el
reconocimiento de muchas ramas de las ciencias
humanas.
Estas ciencias entre las que destacan: La
filosofía, la antropología, la sociología, la teología,
entre otras, además de sus otras sub-categorías entre
las que se mencionan: La gnoseología y la
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epistemología, que de forma más delimitada pretenden
estudiar las teorías del conocimiento humano y
científico. Solo representan niveles intelectuales
avanzados, con pequeños matices de sabiduría que se
encuentran inmersos en la esencia humana del
pensamiento.
No obstante, la epistemología como rama
científica del saber, no estudia el conocimiento como
debería hacerlo, lo estudia desde una visión
gnoseológica. La epistemología nace y se desarrolla
desde lo humano y para la ciencia.
El estudio de los problemas del conocimiento en
esta área, son cada vez, mucho más complejos y las
estructuras de resolución, se afianzan en la
comprensión racional del hombre, sin una visión
teleológica del “conocimiento divino”.
La creación de teorías científicas para los seres
humanos, hoy en día, se reconoce como un esquema
de ampliación de la inteligencia humana, en la
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búsqueda errada de encarnar una sabiduría
inexistente, en los conceptos y letras.
Es común en nuestra sociedad, ver cada día
más científicos, quienes escriben y publican
cantidades de libros, muchos de estos, con un elevado
número de cuartillas y letras cada vez más pequeñas.
Pero en el fondo, cada línea es la reproducción
material de un esquema de situaciones
problematizadas, creadas por el hombre y con
respuestas diseñadas por el mismo hombre.
En este sentido, ni los argumentos contractados
para la comprobación o verificación, provienen de un
origen distinto. Quien desea crear una teoría, se
plantea un problema, lee algunos libros, reflexiona,
saca sus conclusiones y teoriza lo que mejor le parece
desde su punto de vista humano, sin tener en cuenta
los verdaderos fines del conocimiento divino.
La Sabiduría y la Filosofía Humana.
La sabiduría desde una visión científica, se
define como un proceso derivado de la inteligencia y la
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experiencia. De acuerdo a lo que actualmente conoce
el ser humano, el pensamiento racional y su desarrollo
intelectual, debe conjugarse con la experiencia, y de
esta relación entre el proceso de aprendizaje, y los
conocimientos sometidos a la experimentación, surge
el entendimiento que conlleva a la reflexión y
finalmente, de este análisis, surge la sabiduría.
En este ámbito, la sabiduría solo representa un
proceso de inteligencia y verificación de aprendizajes,
a través de las experiencias y la reflexión que surge
posterior a la praxis. En muchos casos, incluso la
sabiduría llega a ser jerarquizada, e incluida en
categorías que solo trascienden al conocimiento
científico.
La sabiduría en el contexto humano, tiene
diversas visiones muy parecidas y limitadas. Se cree
que la sabiduría está asociada al juicio sano, que se
sustenta en el conocimiento y el entendimiento,
mediante la experiencia, y esto a su vez, permite que
el conocimiento se exteriorice de forma explícita,
satisfactoria y eficaz. Sin embargo, esta visión no
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constituye un elemento significativo que permita definir
la sabiduría desde una óptica divina y filosófica
trascendental.
El teólogo Tomas de Aquino decía que la
sabiduría era: El conocimiento cierto de las causas
más profundas del todo, argumento que a pesar de no
ser completamente acertado, aporta algunos aspectos
un poco más centrados en lo que refiere a la definición
del término.
La sabiduría es un conocimiento que se
caracteriza por ser cierto y encerrar en él, una verdad
demostrable de los elementos del todo. No obstante, el
error humano y por consecuencia el error científico,
están arraigados en la misma apreciación del
conocimiento.
La diferenciación existente en la visión humana
de lo que significa gnoseología y epistemología, es
desde un contexto filosófico trascendental, una
diversidad irreal. Son dos corrientes que provienen de
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un mismo lugar, aun que estas, no se expresan de la
misma forma.
El conocimiento humano (gnoseológico) y el
conocimiento científico (epistemológico), que también
es humano, solo se diferencia del anterior por estar
sometido a un proceso sistemático de razonamiento
científico. Sin embargo, estos tienen su origen en la
misma fuente: “La mente humana”.
En este sentido, se cae en el flamante error de
considerar la inteligencia como la sabiduría, o de
confundir con esta, el razonamiento y la comprensión
desarrollada por la praxis.
Si bien es cierto, que muchas veces la
inteligencia y la comprensión que surge de conjugar el
conocimiento con la praxis, aportan elementos que
desarrollan en el hombre saberes permanentes
encarnados en su intelectualidad, no se puede negar
que estos saberes, tienen que ser desarrollados en la
esencia humana y el “Ser” conciente, para alcanzar
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ese verdadero fin o propósito que se plantea en la
búsqueda de la sabiduría.
La sabiduría, se define desde las ciencias
humanas como la sapientia, vocablo latino heredado
del origen griego Sophia, que de acuerdo a la
definición filosófica está referida al conocimiento de las
primeras causas, con el objeto de que mediante la
comprensión de estas, reine una apreciación completa
y soberana del saber. No obstante, la apreciación de la
sabiduría como termino, debe superar estas
concepciones epistémicas, y alcanzar una definición
trascendental, en la unión entre lo humano y lo divino.
La sabiduría es esa luz que surge del
“conocimiento divino”, como la máxima expresión del
saber trascendental, que mediante la praxis conciente
de las vivencias experimentadas y la reflexión
espiritual, permite comprender el todo, a través de tres
etapas: La teorización del saber, la vivencia de cada
experiencia, y la comprensión del verdadero propósito
existencial como fin de la sabiduría.
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La Sabiduría del “Ser” Conciente.
La sabiduría del “Ser” conciente, está
representada por un método sencillo que se devela
con la intencionalidad de guiar al hombre, hacia la
comprensión del verdadero fin de la sabiduría.
El Método de la: “Sabia Conciencia”, se
describe en tres etapas fundamentales que consisten
en: Conocer, vivir y comprender. En este sentido, el
conocimiento, pasa a ser una experiencia de vida y
posteriormente, es comprendido de una forma
conciente y sabia.
“La sabiduría no es otra cosa que vivir el
conocimiento, para comprenderlo a la luz de la
conciencia”
(Aleph Dáath, 1998).
El método de la sabiduría conciente,
contextualiza el conocimiento, de una forma científica,
pero a la vez, provista del misticismo que se irradia
desde la esencia libre, para incorporarlo a la praxis
vivencial en cada momento y circunstancia de la
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existencia humana, con la finalidad de comprenderlo
desde la experiencia de vida.
La definición del sabio, no es la del hombre que
conoce el todo de las cosas, o que domina el saber
exclusivo de la verdad. De hecho, ni siquiera es sabio
el que comprende la multiplicidad de los conceptos,
aun que los mismos sean el producto de la práctica o
la experiencia, si estos, no constituyen o forman parte
de las vivencias del sujeto como “Ser” conciente. El
mal llamado sabio, solo es un hombre de saberes y
aprendizajes.
“Sabio no es el que conoce la verdad absoluta del
todo, o somete los saberes a la praxis para
obtener las máximas de experiencia; Es el que
concientemente, vive lo que conoce, para darse
cuenta que la única verdad, es comprender todo
lo que vive a lo largo de su existencia”
(Aleph Dáath, 1998).
En este contexto, el hecho de conocer, está
representado por el estudio del conocimiento desde
una visión analítica, de la observación conciente,
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desde la esencia libre de todo pensamiento o de todo
problema que limite o imposibilite la concentración.
La observación conciente, va mucho más allá
de visualizar, de describir de una forma mecánica las
cosas. Este proceso de observación, debe considerar
un principio fundamental que está constituido por el
análisis realizado a través de los sentidos humanos.
El ser humano, vive una vida adormecida,
sumergida en la diversidad de problemas cotidianos, y
de una gran cantidad de pensamientos que nublan su
conciencia. Si bien es cierto, que se necesita creer en
algo y el optimismo es la energía vital para alcanzar
los fines y metas que el hombre se propone, tampoco
es menos cierto, que la mayor parte del tiempo el ser
humano lo pasa soñando y pensando en miles de
fantasías.
El razonamiento humano, induce al hombre a
pensar en todo. Los procesos de resolución de
conflictos, hacen creer al hombre que la solución es
pensar, hasta el punto de que para todo se piensa, se
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imagina y se recrean situaciones que son visualizadas
al interior de la mente.
La reproducción de imágenes en grandes
películas mentales, encierra la esencia que es la
expresión mínima de nuestra conciencia despierta, en
una nube densa de situaciones irreales.
Estas situaciones, atrapan la esencia e impiden
al ser humano, ser conciente al momento de observar
las cosas, debido a que los sentidos están dormidos.
Por ello, el hombre no se da a sí mismo, la oportunidad
de apreciar las reproducciones reales del conocimiento
divino que se encuentran en cada contexto de nuestro
planeta.
La conciencia dormida, solo permite que el
hombre se encierre en su mente, en los problemas, en
las fantasías y los sueños, evitando que descubra en
cada segundo de su existencia, las cosas que pasan, y
los detalles irrepetibles que se revelan en
representación del conocimiento divino.
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El planeta gira sobre su eje en veinticuatro
horas, se traslada alrededor del sol en trescientos
sesenta y cinco días, y en el transcurso de cada
movimiento de la tierra, en cada parte del mundo en
que habitamos, tienen lugar millones de sucesos.
Estos acontecimientos, pueden ser de gran
trayectoria como terremotos, inundaciones, tornados u
otras manifestaciones de origen natural, que son
ocasionadas por liberaciones de energía, o los
pequeños sucesos como el aletear de una mariposa,
que nos muestran una cantidad de conocimientos
vivos que provienen de lo divino, de Dios y de la Madre
Divina: “La naturaleza”.
En este ámbito, se puede decir que existen
millares de situaciones y hechos concretos, que
trasmiten la sabiduría en cada segundo que marque la
manivela de un reloj, en cualquier lugar del mundo por
más remoto que este sea.
El conocimiento divino, como se observa
claramente, no está constituido por las definiciones
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conceptualizadas que emanan del hombre o de la
ciencia. Este conocimiento, tiene su origen en el
mundo real, bien sea en la naturaleza externa, o la
naturaleza interna del hombre.
Si analizamos algunos antecedentes de la
antigua ciencia, tal como es el caso del artista y
científico Leonardo Da Vinci, se puede conocer que
todas sus invenciones, son producto de la
reproducción de un conocimiento existente en la
naturaleza, y que tales descubrimientos representan
un saber conciente de las causas, funcionamiento y
finalidad de las cosas divinas o creadas por Dios. El
aeroplano, se inspira en el vuelo de las aves, y los
principios de la física que no provienen de la mente
humana, ni de la interpretación, sino de la naturaleza
misma y de sus propias leyes.
En este sentido, lo primordial de la sabiduría, no
es experimentar las cosas, sino tener la conciencia,
para descubrir lo que pasa en nuestro entorno, en
cada segundo que vivimos, y como todas esas cosas
que pasan, también son originadas por una ley de la
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naturaleza que encierra un principio divino. El hecho
de mantener nuestra conciencia despierta, y observar,
no solo con nuestros ojos abiertos, sino también con
los demás sentidos humanos y supra humanos, tales
como son la telepatía, la intuición, entre otros.
El conocimiento divino que se reproduce
abiertamente en la naturaleza y se rige por las leyes
naturales, está a la vista siempre, pero no se puede
observar con los ojos exclusivamente. Se necesita de
la mente despierta, y este conocimiento, solo está a la
vista de la conciencia.
Por ello, si transitamos por una ciudad colmada
de perturbaciones, y nuestra mente está encerrada en
el día a día, en los problemas, en estar pendientes de
todas aquellas situaciones que preocupan por lo
general al ser humano, será imposible que
observemos realmente, algún mínimo momento
mágico que encierre sabiduría.
En las grandes urbes, miles de personas y en
algunos casos millones, salen a transitar por la ciudad,
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pero su mente está dormida, caminan por inercia y
mientras lo hacen piensan en situaciones, problemas,
necesidades, y esto nubla su conciencia impidiéndoles
ver lo que realmente sucede en su entorno.
Ni el más intelectual se salva de tener la
necesidad de pensar en algo, por más mínimo que sea
este pensamiento.
¿Quién puede salir a una ciudad cosmopolita con la
mente en blanco y la conciencia despierta a observar
el todo?
La respuesta a esta interrogante, no es fácil,
primero, el ser humano debe trascender sus
preocupaciones y miedos. Debe aprender a vivir la
experiencia de no preocuparse nunca por nada, aun
cuando tenga que ocuparse de todo.
El hombre tiene que estar dispuesto a no
dejarse llevar ni por un solo segundo de su vida, al
mundo de la fantasía, de los pensamientos, sean estos
positivos o negativos. Por ello, a la humanidad se le
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hace tan difícil, comprender cualquier detalle, hasta lo
más elemental que puede observar en la naturaleza.
Sin embargo, despertar de los pensamientos
que nublan la conciencia, y conservar la mente en
blanco, no es una tarea imposible. Muchas escuelas
iniciáticas, como lo son: El Budismo, Zen, Gnosticismo,
entre otras. Sustentan su filosofía en el despertar de la
conciencia, concentración, meditación y otras prácticas
asociadas a la búsqueda de la sabiduría, provenientes
del conocimiento divino.
No obstante, cabe destacar que la sabiduría se
encuentra en el conocimiento divino, y es alcanzada,
mediante la comprensión de este, al momento de
vivirlo. Pero siempre con la conciencia despierta, y
teniendo en cuenta, otro elemento indispensable que
se hace necesario considerar: “Los sistemas
humanos”.
La humanidad, está encerrada en sistemas que
imposibilitan la realización espiritual y el despertar de
la conciencia. Estos sistemas, que en muchos casos
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son: Económicos, políticos, sociales, culturales,
religiosos, académicos, entre otros. Atraen al ser
humano y lo encierran en rutinas y labores que le
privan de hacer cosas innovadoras.
En estos casos, la conciencia es limitada a una
rutina específica, y esto trae como consecuencia, que
se confunda el despertar de la conciencia con la
ritualidad o cotidianidad.
Los sistemas, están inmersos en contextos
políticos, religiosos, sociales y académicos, que
inducen a la rutina y otras prácticas que se encuentran
arraigadas en la monotonía, o la exclusividad de un
pensamiento específico, limitando las condiciones que
se necesitan para el despertar de la conciencia.
Por esta importante razón, el conocimiento de la
sabiduría mediante el método de la “Sabia
Conciencia”, logra que la esencia como expresión
mínima del “Ser”, se exteriorice, haciendo despertar la
conciencia dormida del hombre y permitiéndole,
observar la naturaleza, vivirla y comprenderla desde su
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estado original y sus leyes, sin las limitaciones que se
encuentran arraigadas en los entornos sociales y los
sistemas humanos.
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PRAXISOPHIA.
El termino praxisophia o praxisofía, se deriva de
dos vocablos griegos, “Praxis” y “Sophia”, con la
finalidad de dar un significado a la puesta en práctica
de los principios teóricos, que permiten encarnar la
sabiduría en el ser humano.
Estos principios, están constituidos en algunos
casos, por métodos que permiten alcanzar los fines de
la sabiduría a través del despertar de la conciencia,
y en los conocimientos que han sido vividos en el
pasado irrecordable, por la mayoría de los seres
humanos.
En este sentido, se hace referencia a un punto
muy importante para la encarnación de la sabiduría: La
reencarnación y recurrencia del ser humano en su
multitud de existencias, y los conocimientos que son
esa gran herencia de nuestras vidas pasadas. Además
de otros elementos como la rueda del Saṃsāra, tema
en el que se encuentra inmerso el dharma y karma.
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El Despertar de la Conciencia Humana.
El despertar de la conciencia, es un punto muy
relevante en el proceso de la búsqueda de la
verdadera sabiduría. Pero como todo proceso, la
conciencia, no va a despertar por sí sola. Se requiere
de mucho esfuerzo, constancia y dedicación en la
realización de prácticas de concentración y meditación.
La concentración es un proceso supra-mental,
mediante el cual la esencia se exterioriza y permite
que el hombre enfoque toda su atención en un objetivo
específico. Mediante la concentración, la esencia se
libera de cualquier forma de pensamiento, que pueda
encerrarla y nublarla, por lo que es fundamental
mantener un nivel de concentración alto, para poder
comprender la sabiduría en cada contexto, cada
situación y cada hecho que tiene su origen en la
naturaleza, tanto externa como interna del hombre.
La concentración se desarrolla con diversos
métodos y ejercicios, al igual que cualquier actividad
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física. Por ello, se requiere de fuerza de voluntad,
perseverancia, y mucha paciencia.
El camino de la realización espiritual, previo a la
autorrealización del “Ser”, es un camino que requiere
del total y completo dominio de la concentración, y la
expresión de la esencia como unidad mínima de la
conciencia humana. He allí, la vital importancia de
la concentración en relación al despertar de la
conciencia.
Después de definir lo que significa la
concentración como proceso supra-mental y su
importancia en el camino que el destino, ha mostrado
al futuro Iniciado, se presentan algunas prácticas
destinadas al despertar de la conciencia.
Método: Espacio, Tiempo y Dimensión.
Este método de concentración, permite que
durante el día, mantengamos nuestra mente ubicada
en el espacio, tiempo y la dimensión en la que se
encuentra el sujeto. En este sentido, el practicante
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debe considerar previamente, los siguientes
conocimientos teóricos básicos:
- Primero: La ubicación, entendiéndose esta
como el lugar físico donde se encuentre el
Iniciado, país, ciudad, entre otros.
- Segundo: El tiempo detallado como fecha y
hora.
- Tercero: La dimensión en la que nos
encontramos en ese preciso instante;
¿Pero cuáles son las dimensiones que existen en el
universo?
¿Cómo se puede saber si nos encontramos en otra
dimensión?
Estas son dos interrogantes de mucha
importancia, que se hace necesario responder para
aclarar las dudas en relación al despertar de la
conciencia y el método espacio, tiempo y dimensión.
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En el universo existen siete dimensiones:
1) Física;
2) Vital;
3) Astral;
4) Mental;
5) Causal;
6) Conciencia;
7) Ser.
La primera y segunda dimensión guardan una
amplia relación con nuestro cuerpo físico, y son las
dimensiones en las que nos encontramos de forma
existencial como materia y energía. En la primera, está
nuestra materia el cuerpo físico y en la segunda,
nuestro cuerpo vital: “La energía que nos mantiene
vivos”; En la tercera, se encuentra nuestro cuerpo
astral, y en este, es donde tienen lugar nuestros
sueños; En la cuarta, tiene lugar el cuerpo mental; En
la quinta, el cuerpo causal asociado a la voluntad; en
la sexta, la conciencia; y en la séptima, el “Ser”.
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No obstante, en el método espacio, tiempo y
dimensión, solo tenemos que descartar nuestro estado
en dos dimensiones: la primera, o la tercera. Esto
debido a que en la tercera dimensión, la de los sueños,
comúnmente se repiten las mismas rutinas que se
realizan en el mundo físico.
Para ello, se aconseja que durante el día,
previamente concentrados con la mente en blanco, sin
reproducir imágenes mentales, nos preguntemos:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿En qué tiempo?
3. ¿En qué dimensión me encuentro?
Sin embargo, se hace necesario que al
momento de formular la última pregunta, se realice un
pequeño ejercicio de estiramiento que se pueda
disimular ante el público, para no llamar la atención.
Estas rutinas, también se repiten en la dimensión
astral y en algún momento, podremos visualizar que
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nuestro cuerpo es excesivamente flexible, revelando la
dimensión en que nos encontramos.
En consideración al método de ubicación,
tiempo y dimensión, se destaca que gran parte de su
importancia, radica en que mediante la concentración
y el despertar de la conciencia, alcancemos el
desdoblamiento astral. En este caso se hace
referencia al desdoblamiento astral consciente, en el
que nos damos cuenta del lugar, tiempo y dimensión
en la que nos encontramos.
Cuando nuestro cuerpo físico descansa
mientras estamos en estado de sueño, este se relaja
en su límite máximo, y es cuando nuestro cuerpo
astral, se separa del plano físico. A esta separación es
a lo que denominamos el desdoblamiento astral.
En este sentido, el ser humano inconsciente de
este proceso, no se da cuenta de que los sueños, son
en realidad experiencias en las que el cuerpo astral, se
desdobla del cuerpo físico, solo que rutinariamente es
asumida como una extensión de la realidad, y cuando
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el hombre se da cuenta de ello, es tarde, por que ha
despertado físicamente.
Esto sucede por ejemplo, cuando un sujeto dice:
soñé que corría por una calle desierta, o soñé que
estaba en otro país. Ese sueño, es en realidad una
experiencia en la que nuestro cuerpo astral, ha viajado
a un punto del planeta.
El cuerpo astral, tiene la capacidad de
teletransportarse de un lugar a otro en fracciones de
segundo, sin importar la distancia a la que se
encuentre el cuerpo físico, y puede regresar de la
misma forma en millonésimas de segundo, al
momento de despertar.
El cuerpo astral, es flexible y puede atravesar
los objetos de naturaleza física, que se encuentran en
la primera dimensión. Es por esta razón, que en
algunos sueños nos podemos visualizar atravesando
paredes o realizando movimientos excesivamente
elásticos que naturalmente, no se pueden realizar
utilizando el cuerpo físico.
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El mundo de los sueños o dimensión astral, es
un lugar a donde todos vamos siempre, pero muy
pocas veces el viaje se realiza de forma consciente.
Sin embargo, muchas de estas experiencias que son
recordadas al despertar, nos aportan ideas muy claras
de situaciones que nos pasaran a futuro, de
advertencias de situaciones o hechos que debemos
evitar, entre otros.
La concentración mediante el método de
ubicación, tiempo y dimensión, permite que de acuerdo
a la perseverancia, y el nivel de conciencia despierta,
podamos realizar un desdoblamiento astral consciente,
en donde el sujeto, sepa realmente el lugar, tiempo y
dimensión en la que se encuentra.
El desdoblamiento astral consciente, representa
un avance significativo para cualquier ser humano, que
persiga los fines de la sabiduría, debido a que en esta
dimensión, existen las innumerables posibilidades de
acercarse al conocimiento de las causas y
consecuencias de muchas situaciones, que tienen
lugar en posteriores etapas del plano físico. Pero
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existe un elemento que debemos tener en cuenta, la
dimensión astral, es un lugar tan profano como el
plano físico.
En este sentido, los verdaderos principios
fundamentales del conocimiento divino, no se
encuentran presentes, debido a que por su vibración
más sutil, solo pueden descender a otros planos que
se encuentran en dimensiones superiores al mundo
astral.
El conocimiento iniciático, puede descender a la
dimensión mental y conjugarse con la sabiduría
humana conciente y la inteligencia de la mente
despierta. El conocimiento divino, se encuentra en la
quinta dimensión, la del cuerpo causal. En esta
dimensión, es donde tienen lugar las leyes de causa y
efecto.
La ley de causa y efecto, no es más que la
acción que genera otra acción, todo lo existente en las
otras dimensiones, está sujeto a causa y efecto, de
esta forma, todo pasa por el origen de una causa
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divina y tiene un efecto o consecuencia. Esta ley
determina que absolutamente nada pasa por
casualidad, sino por causalidad.
Por ejemplo: Cuando una persona conoce a
otra en el mundo físico, no se puede considerar como
una casualidad. El destino se escribe de acuerdo a las
leyes divinas que rigen la quinta dimensión, y solo
quien despierta en conciencia, puede predecirlo o
cambiarlo.
En este sentido, muchas definiciones, reglas y
teorías de grandes pensadores y filósofos, son el
producto de leyes emanadas de la quinta dimensión.
Tal como es el caso de la definición de justicia,
develada por el jurisconsulto romano Domicio Ulpiano
(Año: 170-228 D.C): “Iustitia est constans et perpetua
voluntas ius suum cuique tribuendi”. La justicia es la
constante y perpetua voluntad de dar a cada quien su
derecho.
Esta concepción filosófica que siempre ha
tenido el propósito de enseñarnos el principio de
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causalidad que desciende de la quinta dimensión al
plano físico, se ha mantenido viva, no solo en la
filosofía y las ciencias jurídicas, Sino que además, ha
trascendido como un ejemplo de la máxima sabiduría,
en lo concerniente a la concepción axiológica de la
justicia como valor, tanto en lo humano, como en lo
divino.
La justicia es una constante y perpetua voluntad
de dar a cada quien lo que le corresponde, quien
recibe algo emanado de la quinta dimensión, es
porque de acuerdo a las causas, lo merece, y en
justicia, le es concedido como efecto.
La conciencia, se encuentra en la sexta
dimensión ascendente, y en ella, está la maravillosa
divinidad de la “Sabiduría Absoluta”, y en la séptima el
“Ser”, la energía de la autorrealización espiritual.
Método: Observación Conciente.
La observación conciente, como se ha
mencionado, no es más que el sentido de ver el
mundo de una forma diferente, a como lo ve la
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mayoría de la humanidad. Consiste en vivir cada
segundo de la existencia, despierto y a la expectativa
de todo hecho o acontecimiento de la naturaleza
interna o externa del hombre. Es observar para ver lo
que otros no pueden ver, y saber lo que la mayoría no
puede comprender.
En este contexto, la observación debe
trascender a la descripción de los fenómenos humanos
o naturales, y debe realizarse una observación
conciente del mundo, en el que la percepción no
depende de la vista, sino de la mente despierta, de la
esencia que se encuentra en el cuerpo mental.
“El Iniciado encuentra el camino a lo largo de su
vida, pero su esencia, encuentra la sabiduría en
la mirada conciente del mundo en que vive”.
(Aleph Dáath, 1998).
En el argumento que se trae a la reflexión, se
puede visualizar que el Iniciado, encuentra su camino,
su razón de ser, en el transcurso de su vida, pero la
sabiduría solo se obtiene mediante la mirada conciente
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del mundo real. Esta mirada conciente, no es más que
observar el “todo” con la mente despierta, sin
preocupaciones, y sin las visualizaciones irreales, que
se manifiestan en grandes películas mentales, o
fantasías que nublan la visión de la esencia que se
exterioriza en la mirada conciente del Iniciado.
Método: Magnetismo Visual.
Este sencillo método universal, consiste en
realizar un enfoque visual que fortalece el magnetismo
en nuestra mirara, permitiendo la interconexión
telepática de nuestra esencia con otros objetos.
Usualmente este tipo de prácticas, es
recomendable hacerlas utilizando una vela encendida,
para que nuestra esencia, pueda conectarse, con la
luz y el fuego, mediante la transferencia de poder
magnético de nuestra mirada.
Sin embargo, esta práctica puede realizarse
también a través de la observación de elementos
simbólicos de gran poder esotérico, tales como: La
~ 39 ~
medalla de la teleosophia (τέλεοςΣoφíα), y muchos
otros símbolos iniciáticos.
El método consiste en la observación conciente,
de la llama encendida de la vela, sin pensar, sin
visualizar nada, solo la llama de la vela, fijando y
enfocando cada vez más, toda nuestra atención en el
objetivo.
Durante la observación, nos concentramos cada
vez más y al mantener un grado de concentración que
unifique el objetivo (la llama de la vela y nuestra
mirada). Repetimos mentalmente, sin que se pierda la
concentración y con autoridad, la siguiente frase:
“Gloriosas Salamandras, seres elementales del
fuego, venid a mí, para iluminar la oscuridad que
oculta la conciencia, y unificarme con el fuego de
mi esencia”.
Después de realizar mentalmente la orden a los
gloriosos seres elementales del fuego por tres veces,
mantenemos la concentración por todo el tiempo que
sea posible.
~ 40 ~
La concentración permite que la mirada se
fortalezca por el magnetismo que se desarrolla entre el
Iniciado y el objeto. Además la petición a los
elementales del fuego, fortalece la interconexión del
elemento fuego existente en la naturaleza externa, con
el fuego interior de la esencia, y de esta unión, se
ilumina la conciencia que se encuentra a oscuras, lo
que hará que mediante la práctica, se pueda despertar
y avanzar en el camino de la realización espiritual.
Etapas Fundamentales de la Meditación.
La Relajación.
La primera etapa de la meditación es la
relajación. En esta, se persigue como fin bajar el ritmo
de aceleración del cuerpo físico, para que sus
vibraciones energéticas, sean mucho más livianas que
las vibraciones a las que comúnmente se encuentra
sometido.
El hombre, debe bajar sus vibraciones
terrenales, integrando el cuerpo físico y el cuerpo vital
en un “todo”, que integra mente y cuerpo, para llegar a
~ 41 ~
un estado de relajación corporal, que libere las
tensiones nerviosas y musculares.
La relajación debe hacerse con los ojos
cerrados y preferiblemente acostado, si se es
principiante, aun que en los grados superiores, existen
posturas especificas para las diferentes practicas de
meditación.
Una vez que el sujeto se encuentre en la
posición correcta de meditación, comenzará por relajar
cada parte de su cuerpo físico, manteniéndose alejado
de cualquier perturbación mental, sin realizar ningún
movimiento y sin tragar saliva, por que cuando esto
sucede, se pierde el estado de concentración mental
que permite que nuestro cuerpo físico, se unifique con
el cuerpo vital.
El cuerpo debe sentirse cada vez más ligero, y
se tiene que enfocar la concentración interna en sentir
cada latido de nuestro corazón, los cuales deben ser
lentos y fuertes. Lo principal es integrar la mente, el
cuerpo y los latidos del corazón en un solo elemento
~ 42 ~
rítmico, en nuestro interior, no existe nada, solo debe
existir la mente en blanco, “nada”, porque la nada, es
el “todo”. Estas prácticas deben realizarse en
lugares en los que no existen elementos o
perturbaciones externas que puedan sacarnos del
estado que nos unifica.
La Meditación.
La meditación se alcanza solo cuando se
encuentra el estado de relajación. Al llegar a esa
unificación mente y cuerpo. Se deben realizar
respiraciones profundas y mientras se inhala el aire, se
debe dirigir la atención a las vibraciones que produce
el corazón, y al exhalar de forma lenta, la mente debe
estar ausente de cualquier forma de pensamiento.
En ese instante, se deben repetir los ciclos de
respiraciones lentas y profundas, tanto como sea
posible, hasta que se pueda sentir el cuerpo tan
liviano, como si estuviera flotando en el aire. Al entrar
en meditación, se pronuncia mentalmente la siguiente
petición a los elementales del aire:
~ 43 ~
“Gloriosos Silfos y Sílfides, seres elementales del
aire, venid y entrad en mi mente, para que me
ayuden a despertar la conciencia”.
Se repite la frase tres veces, sin pensar en
nada, y se mantiene el estado de relajación, con la
finalidad de pasar a la tercera etapa.
La Oración.
La Oración es la última etapa del proceso de
meditación, y tiene lugar cuando se ha logrado un
estado de relajación absoluto, después de haber
invocado a los elementales del aire, para que con su
poder purifiquen la mente y ayuden a despertar la
conciencia, o mantenerla despierta en el caso de los
Maestros que han alcanzado la realización espiritual.
Esta se debe iniciar en profundo estado de
relajación y meditación. La forma más adecuada para
comenzar, es decir mentalmente lo siguiente:
¡Dios Mío! Tú que eres la luz que iluminas el
conocimiento y me permites comprender la
sabiduría divina, te pido que eleves mis suplicas
~ 44 ~
a la séptima dimensión, y le hagas saber a mi
real “Ser”:
Posteriormente, se deben realizar las oraciones
particulares, las cuales se componen de ofrendas y
peticiones.
- Las ofrendas, son todas aquellas cosas que
reconocemos y nos comprometemos a cambiar,
hacer o dejar de hacer.
- Las peticiones, todo aquello en lo que
necesitamos de la asistencia espiritual de Dios.
Al finalizar las ofrendas y peticiones, se debe
dar gracias y exigir el justo cumplimiento de las
suplicas, para lo cual se tiene que decir mentalmente:
¡Dios Mío! Te doy las infinitas gracias, por haber
recibido mis ofrendas, mis peticiones, y espero
que de acuerdo a tu justicia y la ley divina, las
cristalices en el plano físico, y las dimensiones
superiores.
¡Así Sea! ¡Así Sea! ¡Así Sea!
AMEN, AMEN, AMEN.
~ 45 ~
Las Vidas Pasadas y el Conocimiento Iniciático.
La existencia del hombre, no se encuentra
limitada a una sola vida como piensa el común de la
humanidad. En este ámbito, existen muchas doctrinas
filosóficas, que sustentan la teoría de la reencarnación.
Sin embargo, la ciencia actual, llena de tecnicismos y
clasificaciones escépticas, han olvidado su verdadero
e importante propósito.
Las creencias, doctrinas, y teorías sobre las
numerosas existencias, o vidas pasadas del ser
humano, definen una gran parte de los conocimientos
que el hombre adquiere y que somete a la praxis
vivencial, con la finalidad de comprenderlos de una
forma trascendental.
La reencarnación en la actualidad, no
representa un elemento, lejano a la realidad cultural
del hombre. Las escuelas iniciáticas existentes en el
mundo, trasmiten la enseñanza de esta doctrina
filosófica, como principal fundamento de la realización
espiritual.
~ 46 ~
En este sentido, se diferencia la concepción de
religión, y escuela iniciática, entendiéndose que la
religión está definida: Como un conjunto de creencias
que forman parte de un sistema sociocultural, que
posee una cosmovisión y busca relacionar en este
sistema, la humanidad con un tipo de existencia.
Estableciendo así, un nexo importante con lo divino y
lo espiritual del hombre, desde la concepción filosófica,
axiológica y filantrópica, que se sustenta en los valores
y el amor por la humanidad.
Sin embargo, la religión se fundamenta en los
dogmas de la fe, arraigados en la creencia de la
salvación. Mientras que la escuela iniciática presenta
una concepción filosófica, que no está exclusivamente
radicada en la salvación como un principio divino.
Las escuelas iniciáticas, aun cuando presentan
argumentos asociados a los principios axiológicos
como son: La ética, la moral y muchos otros aspectos
que por lo general, también se encuentran inmersos en
la religión, estas contienen elementos filosóficos
trascendentales, que les permiten desarrollar en sus
~ 47 ~
Iniciados, una visión teleológica del verdadero fin de la
existencia humana.
En lo referente a los fines de la existencia
humana, las escuelas iniciáticas, establecen principios
que se diferencian de la religión, debido a que en su
doctrina, no existen procesos que vinculen la fe
creyente con la salvación, como una promesa o
dadiva, concedida por la misericordia de las
divinidades al hombre, por haber adoptado el camino
de la fe.
Estas escuelas tienen como fin, la
transformación del hombre y su realización espiritual.
A través de procesos psicológicos, como son el
despertar de la conciencia, la unión de lo humano con
lo divino y la comprensión del conocimiento, como
elemento que permite al Iniciado alcanzar el
verdadero fin de la sabiduría.
La reencarnación se define como un ciclo en el
que la esencia del hombre, posterior a la muerte, pasa
a encarnar en el nacimiento de un nuevo ser, con la
~ 48 ~
finalidad de concretar el verdadero propósito de su
existencia, iniciado en vidas anteriores. En
consecuencia, la esencia, viene a la tierra en varias
oportunidades, con el fin de conocer, vivir y
comprender, los principios de la sabiduría que le
permitirán despertar su conciencia dormida y liberarse
mediante la realización espiritual.
La Rueda del Saṃsāra, el Karma y el Dharma.
El saṃsāra, es un ciclo que transcurre durante
las constantes existencias. En él, juega un papel
fundamental la reencarnación. La rueda del saṃsāra,
es un sistema en el que se encuentran dos elementos
inmersos, uno de ellos, es la vida, la muerte y la
reencarnación, y el otro, el dharma y el karma.
El verdadero propósito de las escuelas
iniciáticas es romper con este ciclo, para que el “Ser”,
mediante la realización espiritual, se libere del
saṃsāra. Durante este proceso de liberación, el
hombre se encuentra sometido a la reencarnación de
forma recurrente, y una vez que muere, su esencia
~ 49 ~
pasa a los mundos superiores, donde es juzgada por
sus acciones en el plano físico, y sometida al proceso
de evolución o involución.
El proceso de evolución e involución, está ligado
al elemento “dharma” y “karma”, debido a que el
dharma, es originado por las buenas acciones que el
hombre ha realizado en su existencia, y el karma por
sus malas obras. En este sentido, las divinidades,
mediante la valoración del dharma y el karma, pasan a
juzgar a la esencia después de la muerte, bien sea
para que continúe su proceso evolutivo o involutivo.
Este ciclo se repite continuamente y la esencia
después de la muerte, reencarna de forma recurrente
en otros seres, para mantener el equilibrio de la rueda
del saṃsāra, mientras se alcanza la liberación del
“Ser”, a través del despertar de la conciencia, llegando
al “moksha”, que representa el alma liberada.
El dharma y karma es un elemento muy
importante en lo que refiere a la reencarnación, debido
a que nuestras acciones en la tierra, pueden equilibrar
~ 50 ~
o desequilibrar la balanza divina. En este contexto,
podemos avanzar hacia el moksha, o por el contrario
involucionar y encerrarnos más en la rueda del
saṃsāra.
El moksha no depende de la fe, como algunas
personas creen, de acuerdo a los dogmas religiosos.
Se debe trabajar en las condiciones apropiadas para
alcanzar el rompimiento del ciclo y lograr la liberación
del “Ser”. Esta liberación, está ligada al despertar de la
conciencia, y la supresión del karma, pero: ¿Cómo
suprimir el karma?
La respuesta a esta interrogante, está en el polo
opuesto, si existe la oscuridad, es por ausencia de la
luz, pero se puede observar que al definir de esta
manera el origen de la oscuridad, encontramos que su
causa, revela la existencia del elemento que está en
contraposición y la presencia de este, permite suprimir
la oscuridad.
En este sentido, en contraposición al karma,
existe el dharma, por ello, nuestras buenas acciones,
~ 51 ~
generan dharmas que permiten saldar las deudas
divinas del karma, y así, alcanzar la supresión del
karma.
Sin embargo, el despertar de la conciencia, es
el principal elemento que influirá en este proceso,
debido a que si no despertamos, estaremos sujetos a
cometer errores y generar más karmas, lo que se
convertiría en un ciclo de recurrencia dentro de la
rueda del saṃsāra.
Las Vidas Pasadas en el Subconsciente Humano.
Las vidas pasadas, no se olvidan del todo, el ser
humano en etapas posteriores a la muerte, libera su
esencia, y esta pasa a los mundos superiores. Sin
embargo, su inteligencia humana, no puede ascender
a esas esferas o dimensiones, debido a que por su
densidad está limitada a un punto de ascensión
máximo, que solo le permite llegar al plano astral.
Por esta razón, el hombre no puede recordar
nada de sus anteriores existencias. La esencia, trae
con ella una gran parte de los conocimientos
~ 52 ~
adquiridos y las vivencias que ha experimentado en
vidas anteriores. No obstante, el hecho de que no
podamos recordar, no significa que esos
conocimientos y vivencias, no permanezcan dentro del
hombre.
Los conocimientos de las vidas pasadas, están
almacenados en el subconsciente, y no afloran por que
el ser humano, comúnmente mantiene su conciencia
dormida, y las perturbaciones o reproducciones de
pensamientos, nublan los recuerdos del
subconsciente, y esto hace que los recuerdos de vidas
pasadas, se confundan con los pensamientos, sueños
y fantasías.
Las acciones que el hombre realiza, sus gustos,
miedos, fobias, inquietudes, y hasta la predilección por
un lugar del mundo en especial, tienen una
explicación. En vidas anteriores, el hombre ha
habitado en las diferentes regiones y países del
mundo, ha vivido experiencias que le han creado
traumas, miedos, u otras innumerables experiencias
que le permiten tener afinidad por algo.
~ 53 ~
Estas cosas que en el pasado fueron tan
significativas, son irrecordables por la mente humana.
Pero, solo al ver algún elemento que el subconsciente
identifique, existiría una reacción instintiva.
El subconsciente humano, está lleno de
conocimientos, experiencias y vivencias, heredadas de
las vidas pasadas, lo que representa un elemento muy
importante, para el despertar de la conciencia y la
realización espiritual.
En este sentido, si el ser humano, mediante el
despertar de la conciencia, logra recordar, sus
existencias más significativas, este hecho le permitiría
comprender las experiencias de sus vidas pasadas y
con la reflexión, alcanzaría el propósito de encarnar
la sabiduría.
La Comprensión del Conocimiento Recurrente.
La comprensión es un elemento indispensable
en todo proceso asociado al pensamiento y la
sabiduría. De allí, la importancia que tiene comprender
~ 54 ~
el porqué las vidas pasadas, inciden tanto en el
desarrollo espiritual del hombre.
En este ámbito, si el hombre, mediante las
practicas que conducen al despertar de la conciencia,
en su existencia actual, logra descubrir recuerdos o
experiencias de sus vidas pasadas, debe someterlas a
la reflexión y la comprensión.
Por ello, no bastaría con recordar: ¿Quienes
fuimos en existencias anteriores? ¿Que hicimos?
¿Que nos hicieron? Si en la actualidad, no somos
capaces de comprender, las causas que originaron los
acontecimientos que recordamos.
El hecho de recordar acontecimientos que han
tenido lugar en vidas pasadas, puede resultar
peligroso, si no se tiene un estado de conciencia
despierta, que permita comprender el porqué de las
cosas. En la actualidad, el conocimiento de las vidas
pasadas, no es un secreto de las escuelas iniciáticas.
También ha significado mucho para las ciencias
ocultas, dedicadas al estudio de actividades
~ 55 ~
paranormales, tales como la Parapsicología, e incluso
para algunas corrientes de la Psicología que han
profundizado en el estudio de la hipnosis.
En este sentido, las practicas realizadas
mediante la hipnosis, en las que es forzado el
subconsciente humano, para que aflore y permita dar a
conocer, las experiencias vividas en existencias
anteriores, es una práctica que puede resultar
peligrosa, para quienes son sometidos a un proceso
hipnótico.
En lo referente al ámbito de la psicología
humana, las prácticas inconscientes de regresión,
mediante la hipnosis, pueden ocasionar traumas que
en lo espiritual, podrían encerrar la esencia en el
propio subconsciente, por estados de confusión, que
limiten su avance en el trabajo de la realización
espiritual.
El hecho de recordar: ¿Quiénes fuimos? ¿Cómo fue
nuestra vida? y ¿Cómo fue nuestra muerte?
~ 56 ~
Representa un impacto que puede romper el
equilibrio psicológico humano. Sobre todo porque en la
naturaleza imaginativa del hombre común, la tendencia
es creer que en las vidas pasadas, fuimos grandes
héroes históricos, artistas, personajes que han dejado
un gran legado a la humanidad, y en la realidad, estos
son los detalles más difíciles de recordar en un
proceso de regresión.
Los acontecimientos más fáciles de recordar no
son los momentos de felicidad, por el contrario, son
los que han sido dolorosos, por que han marcado de
una forma significativa el subconsciente.
En consecuencia, cuando una persona, logra
recordar en sus vidas pasadas, acontecimientos
dolorosos, experiencias desagradables, o situaciones
que afloren sentimientos de culpabilidad, en lugar de
una respuesta dignificante, lo más seguro, es que este
hecho genere un trauma. Por ello, el sujeto, debe estar
mentalmente preparado, para aceptarse, perdonarse y
comprenderse así mismo.
~ 57 ~
En vidas pasadas, es posible que el ser humano
haya sido un asesino, o su víctima, en ambos
escenarios se requiere de la comprensión, bien sea,
mediante el arrepentimiento o el perdón conciente.
El despertar de la conciencia, permite al
individuo recordar gradualmente los acontecimientos
que tuvieron lugar en vidas pasadas. No obstante, el
Iniciado, debe trabajar en la aceptación de las
experiencias y la comprensión de las vivencias, con el
propósito de encarnar esa sabiduría que le permitirá
alcanzar la realización espiritual.
El Camino, la Vida y el Iniciado.
El ser humano como producto de su avance en
la realización espiritual, a lo largo de las vidas
pasadas, ha posicionado su esencia en un nivel de la
rueda del saṃsāra. Este nivel, le permite reencarnar
en un nuevo sujeto, en un lugar del mundo especifico.
El nacimiento, puede darse en dos contextos
diferentes:
~ 58 ~
- El primero de ellos, de forma inconsciente,
cuando la esencia, aun no ha alcanzado el
moksha.
- El segundo, de manera consciente, cuando la
esencia logra realizarse espiritualmente.
En ambos escenarios, la determinación del sitio
y las condiciones en la que debe nacer de nuevo la
esencia, tiene lugar en la quinta dimensión, en la que
rige la ley de causa y efecto. Por ello, las
circunstancias o contextos en los que se da la
reencarnación dependen del dharma, karma y moksha.
La reencarnación consciente, es producto del
dharma, y solo es posible para quienes logran la
realización espiritual, y sucede por primera vez,
cuando el Maestro Iniciado llega al moksha,
liberándose de la rueda del saṃsāra. En este
escenario, el Maestro, posterior a su muerte,
reencarna en un nuevo ser, sin perder la consciencia
de quién es y cuál es el propósito de su existencia.
~ 59 ~
La reencarnación inconsciente, es el proceso
que está inmerso dentro de la rueda del saṃsāra. Este
ciclo, tiene una infinidad de niveles involutivos y
evolutivos.
Los niveles de involución, determinan la
reencarnación en otros contextos naturales, como
puede ser: El reino animal, vegetal o mineral. La
evolución de la esencia, tiene su ciclo en el reino
humano. Por ello, la reencarnación evolutiva, tiene
lugar con el nacimiento de un nuevo “Ser”, que viene al
mundo.
El contexto social, económico y cultural en que
reencarna la esencia, está regido por la ley de causa y
efecto que determina el principio de justicia divina,
emanado de la quinta dimensión.
La vida, no es más que el transcurrir de una
existencia, en donde todo se rige por las leyes divinas
y naturales, que marcan una parte del destino de cada
uno de los seres humanos. No obstante, uno de los
fines de la sabiduría, es encontrar el sentido a ese
~ 60 ~
espacio de tiempo en el que el hombre nace, crece y
muere.
El camino, es el punto que une la vida con lo
divino, la encrucijada en la que se encuentra el
Iniciado. En este sentido, no toda esencia se
encuentra preparada, para encontrar el camino a la
realización espiritual, que le permitirá liberarse de la
rueda del saṃsāra.
La esencia del hombre, durante el proceso
evolutivo, que transcurre a lo largo de sus
innumerables vidas pasadas, avanza en el despertar
de la conciencia gradualmente, alcanzando distintos
niveles, que le permiten sentir de una forma subjetiva,
el propósito que debe cumplir, a lo largo de su
existencia actual.
En este ámbito, se describe que en la sociedad,
muchas personas, aun cuando no son atraídas por los
movimientos religiosos, sienten que el propósito de su
vida, radica en hacer el bien, y en trabajar por la
humanidad. Esto define el nivel de su esencia,
~ 61 ~
porque durante sus vidas pasadas, han trascendido
la indiferencia, el egoísmo y han encarnado grandes
valores filantrópicos.
En otros niveles, la esencia del hombre, le
impulsa a creer en dogmas asociados a la fe, y le
motivan con gran facilidad las creencias religiosas o
espirituales, en las que se propicia el fortalecimiento
de los valores morales, éticos, el amor a Dios y la
naturaleza, entre otros.
En este sentido, La esencia humana, ha
trascendido principios axiológicos en vidas pasadas y
por esta razón, el sujeto, se siente impulsado a seguir
un camino, sustentado en principios y valores.
El nivel de la esencia humana, a lo largo de sus
innumerables vidas pasadas, logra comprender los
conocimientos que vive y experimenta, encontrando en
sí mismo, la sabiduría divina, que le permite visualizar
el verdadero propósito de su existencia, que no es otra
cosa, que el camino iniciático.
~ 62 ~
El Iniciado, siente el amor por la sabiduría y se
reconoce así mismo, como un filósofo que interpreta
sus propias experiencias, con la finalidad de encontrar
el verdadero propósito de su vida, desde una visión
teleológica, lo que quiere decir, que se interesa por
estudiar los fines de su existencia, reconociendo que
dicho fin, es el camino a seguir.
La esencia del hombre, no llega a conocer el
camino, si no ha vivido la sabiduría que encierra la
filantropía, la axiología y la teleosophia.
En muchos casos, el conocimiento se devela
ante cualquier sujeto, pero si su nivel de conciencia
despierta, no le ha permitido experimentar la sabiduría
en estos tres contextos, difícilmente puede
comprenderla, o identificarse con el verdadero fin de
su existencia, y aceptar el camino de la iniciación.
El hombre no se convierte en Iniciado cuando
ingresa a una escuela iniciática, y tampoco el Iniciado
se convierte en Maestro permaneciendo en ella. Para
~ 63 ~
ser un Iniciado, se tiene que comprender el
conocimiento divino y encontrar la sabiduría.
Las escuelas iniciáticas, solo facilitan el
conocimiento divino, que ayuda a descubrir por sí
mismo, cual es el verdadero propósito de su
existencia, de acuerdo al nivel de sabiduría que ha
adquirido su esencia.
Niveles del Iniciado.
La esencia del hombre se expone al
conocimiento comprendiéndolo de forma sabia, y en
este proceso, el Iniciado, se conoce a sí mismo,
entiende que el camino es el despertar de la
conciencia y vivir la sabiduría, con el fin de encontrar el
verdadero propósito de su existencia: La realización
espiritual.
El primer nivel del Iniciado, es cuando siente la
necesidad de encontrar el conocimiento. En este
contexto, el hombre siente que su verdadero propósito
en la tierra, va mucho más allá, de vivir una existencia
como cualquier otra, y se preocupa por la búsqueda
~ 64 ~
del conocimiento. En esta etapa, la esencia del
Iniciado, está representada por la vida en la búsqueda
de sentido, y es cuando se adquiere el grado de
Iniciado, al comprender en esencia la sabiduría
filantrópica, axiológica y teleosofica.
El segundo nivel del Iniciado, tiene lugar cuando
este encuentra el conocimiento, bien sea, mediante la
lectura de un libro, la conferencia introductoria de una
escuela iniciática, o una experiencia astral. En este
nivel, la esencia se identifica y encuentra el camino a
seguir.
El tercer nivel del Iniciado, se desarrolla durante
su formación filosófica. La esencia interpreta las
concepciones teóricas del conocimiento, y las
comprende desde su visión teleológica. Esta etapa,
tiene lugar cuando el Iniciado, estudia en una escuela
iniciática, en la que el conocimiento es trasmitido en un
denso proceso de formación, o mediante la lectura
de libros que le aporten las concepciones
filosóficas del conocimiento.
~ 65 ~
El cuarto nivel del Iniciado, se adquiere con la
iniciación, y esta etapa, no se encuentra de forma
individualizada en libros, ni puede vivirse en una
experiencia astral.
El Iniciado requiere de un ritual iniciático, que al
mismo momento que tiene lugar en el mundo físico,
también tiene lugar en la quinta dimensión, y es aquí
donde el Iniciado, toma realmente el camino que había
encontrado durante la formación y emprende su viaje a
través de él.
El quinto nivel del Iniciado, está comprendido
por la formación espiritual, teórica y práctica, que
deriva de la sabiduría del ser conciente, la
concentración, la meditación, entre otras.
El sexto nivel del Iniciado, no tiene un lugar en
el plano físico. El Iniciado, mediante la realización
constante de las prácticas destinadas al despertar de
la conciencia, alcanza una experiencia en el plano
astral, en donde se le es revelado el verdadero
propósito de su existencia.
~ 66 ~
Esta etapa, depende del nivel de conciencia
despierta y no de la escuela iniciática, por lo que
escapa de cualquier elemento externo.
El séptimo nivel del Iniciado, se logra
únicamente, cuando despierta un grado notable de
conciencia, que le permite recordar, acontecimientos y
experiencias que han tenido lugar durante sus
vidas pasadas.
Estos recuerdos, son recreados en la dimensión
astral y marcan definitivamente al iniciado, en relación
a su búsqueda de la sabiduría.
La Realización Espiritual y el Camino del Maestro.
La Maestría en ningún caso se adquiere en el
plano físico, aun cuando es en este que se alcanza. El
Iniciado de séptimo nivel, debe enfrentar diversas
pruebas para llegar a ser Maestro.
El despertar de la conciencia y la comprensión
de los acontecimientos revelados de nuestras vidas
pasadas, constituye una de las etapas más duras que
el Iniciado debe superar.
~ 67 ~
La prueba del elemento aire: En esta dolorosa
etapa, tienen lugar los aterradores recuerdos, en los
que se revelan los acontecimientos más significativos
que han marcado el subconsciente. Las revelaciones
aturden y llevan al Iniciado a niveles, en los que se
necesita ser realmente fuerte, para poder dominar los
miedos y resistir el dolor que se experimenta en el
alma, sin perder el interés por comprender, cada
revelación, y poder seguir en el camino que conlleva al
despertar de la conciencia.
La prueba del elemento fuego: En la que el
Iniciado, constantemente pasa por problemas
asociados al temperamento, la ira, y muchas otras
situaciones que debe dominar. Durante esta prueba el
Iniciado, pasa por circunstancias en las que debe
ejercer el auto-control total de sus sentidos, y de sus
emociones.
La prueba del elemento agua: Esta tiene que
ver con lo sexual, el Iniciado es sometido a grandes
tentaciones y debe superponerse ante su propia
naturaleza instintiva.
~ 68 ~
La prueba del elemento tierra: En ella, el
Iniciado es sometido a circunstancias extremas, que le
dificultan cada vez más, el camino y debe fortalecer su
voluntad al máximo.
La superación de las pruebas de los cuatro
elementos, le permiten al Iniciado alcanzar el grado de
Maestro menor o Maestro Iniciado.
El grado de Maestro es revelado al Iniciado
en la quinta dimensión, y le es otorgada la
condición de ascender a la cuarta dimensión,
mediante la meditación.
En este sentido, el Maestro Iniciado, logra
elevar su esencia, hasta la cuarta dimensión, y
encarna la sabiduría del cuerpo mental. Su vibración
es la nota musical “FA”, y puede recordar grandes
detalles de sus vidas pasadas.
Nivel del Ser del Maestro.
Los niveles del “Ser” del Maestro, están
divididos en cuatro niveles, el primero de ellos,
~ 69 ~
asociado a la cuarta dimensión y el cuerpo mental. En
este nivel, se encuentran los Maestros Iniciados, o
Maestros menores.
El Maestro menor, es el Iniciado que durante su
vida terrenal, a mediados de su existencia, cuya edad
oscila entre los 30 y 50 años, logra la ascensión
espiritual, y trasciende las pruebas de los cuatro
elementos. Durante el resto de su vida, deberá
incorporarse a la misión de llevar el conocimiento
iniciático a la humanidad, y luchar incansablemente
por el despertar de la conciencia de todos aquellos
Iniciados, que aun no han encontrado el camino.
El Maestro Iniciado, logra la ascensión al grado
de Maestro en la tierra, aun que este, es concebido en
los mundos superiores. El ritual de ascensión del
Iniciado al grado de Maestro menor, tiene lugar en la
quinta dimensión, cuando en el transcurso de la
meditación, su cuerpo causal, se desprende del físico,
y se eleva al plano causal, donde se encuentran los
Maestros Mayores, y experimenta el ritual secreto de la
Iniciación Superior.
~ 70 ~
El grado de Maestro Iniciado, no constituye una
maestría absoluta que posibilite al “Ser” del recién
consagrado Maestro, reencarnar de forma consciente,
o que le permita desarrollar poderes supra humanos,
y tampoco garantiza que en la siguiente existencia
será Maestro Mayor. Por ello, al recibir la Maestría
Divina, debe iniciar un arduo camino, sometido a
fuertes pruebas, sobre todo en su misión de llevar y
trasmitir el conocimiento, a todos los Iniciados que aun
no han encontrado el camino.
Los Maestros Superiores, o también conocidos
como Maestros Mayores, han trascendido a las prue-
bas terrenales. El pasó de Maestro Iniciado a Maestro
Mayor, está marcado por una labor trascendental y
supra humana.
La muerte del Maestro Iniciado, marca el
comienzo de las verdaderas pruebas que debe
enfrentar el Maestro menor, para alcanzar la liberación
absoluta que le permitirá salir definitivamente de la
rueda del saṃsāra.
~ 71 ~
El Maestro menor, después de su muerte física,
es enviado a la tierra, para reencarnar en sus próximas
tres existencias, con el propósito de seguir en la
realización espiritual. Lo que constituye la prueba de la
liberación absoluta, o el “moksha”. Al liberarse del
saṃsāra, el “Ser” del Maestro es elevado a la quinta
dimensión (mundo causal), quedando libre de la ley de
causa y efecto.
El Maestro Mayor, despierta la conciencia de
forma absoluta, su “Ser”, se encuentra en la quinta
dimensión, y vibra en la nota musical “SOL”. Este, es
enviado a reencarnar de forma conciente, en sus
próximas tres existencias, por segunda vez, con el
propósito de encarnar el cuerpo búdico en la sexta
dimensión, que vibra en la nota “LA”.
Posteriormente, es enviado en una tercera
etapa constituida por las tres existencias siguientes de
forma conciente, para elevar su “Ser”, y encarnar el
cuerpo átmico en la sexta dimensión que vibra en la
nota musical “SI”.
~ 72 ~
El Maestro Mayor, al encarnar el Cuerpo
Átmico, alcanza la autorrealización absoluta y las
divinidades le confieren en los mundos internos, el
grado de Venerable Maestro. ¿Pero quién es en
realidad? Es el que ha alcanzado la redención, muerte
y nacimiento eterno. El Venerable Maestro “Cristo” el
“Ser” de luz, que ha logrado la redención conciente, la
muerte conciente y el nacimiento conciente, existente
en la sabiduría divina infinita.
~ 73 ~
TELEOSOPHIA.
Etimología de la Teleosophia.
La teleosophia (τέλεοςΣoφíα), en su concepción
etimológica, se define como un término compuesto a
partir de la unión de dos vocablos de origen griego. El
primero de ellos: Tereo (τέλεος), que significa: Fin o
propósito, y el segundo vocablo: Sophia (Σoφíα), al
que se le conoce como sabiduría.
La teleosophia, en su contexto etimológico, se concibe
como:
La ciencia iniciática, de origen metafísico que
estudia los fines de la sabiduría, y su relación con el
verdadero propósito de la existencia humana, a través
de la comprensión del conocimiento existente en el
interior del “Ser” de cada hombre. Con el objeto de
materializar de forma conciente, las máximas de
experiencia que conllevan a la realización espiritual o
finalidad esencial de la sabiduría divina.
~ 74 ~
En contraposición a la definición etimológica de
la teleología, que se conceptualiza como una rama de
la metafísica, destinada al estudio de las causas
finales de las cosas. La teleosophia, profundiza en el
estudio de las razones existenciales del hombre.
En este sentido, el estudio de los fines de la
sabiduría, está sustentado en la transformación del
hombre como elemento indispensable, para alcanzar y
materializar de forma conciente, el verdadero propósito
de la existencia humana, que conlleva a la realización
espiritual como máximo fin de la sabiduría.
Ontología de la Teleosophia.
La teleosophia, desde su concepción ontológica,
estudia varios elementos: El primero de ellos, es la
razón de ser de la sabiduría.
¿Qué es en realidad la sabiduría?
En este sentido, se concibe la razón de ser de la
sabiduría, como una doctrina que define la
comprensión absoluta del conocimiento divino,
~ 75 ~
proveniente de la naturaleza interna o externa del
hombre, mediante la praxis vivencial o la experiencia
de vida. Otro de los elementos que se estudia desde
su razón de ser, es la vida desde una perspectiva
teleológica transcendental.
¿Cuál es el fin de la existencia humana?
El fin de la existencia humana, como razón de
ser de la teleosophia, se define desde una visión
teleológica, al estudiar el propósito de la vida y su
vinculación con la realización espiritual. Sin embargo,
la respuesta a estas dos interrogantes, desde la razón
de ser de la teleosophia, es una sola.
La sabiduría se compone de un proceso de
interpretación del conocimiento, que se encuentra más
allá de la gnoseología y de la epistemología. Por ello,
la razón de ser de la sabiduría, en el contexto
teleosofico, no es el conocimiento del “todo”, sino la
comprensión de la “vida”.
La razón de ser de la teleosophia, se
fundamenta en estudiar el conocimiento divino,
~ 76 ~
existente en la naturaleza interna o externa del
hombre, vivir la experiencia y comprender su razón de
ser.
“La sabiduría no es otra cosa que vivir el
conocimiento, para comprenderlo a la luz de la
conciencia”
(Aleph Dáath, 1998).
La razón de ser de la sabiduría, como lo
expresa el pensamiento que antecede estas líneas,
está definido, por las vivencias que se comprenden, al
conjugar el conocimiento y la vida, desde la mirada
conciente del hombre. En este sentido, comprender la
vida es la razón de ser de la sabiduría, y comprender
el propósito de la existencia humana, es la razón de
ser de la teleosophia. Por ello, la teleosophia, unifica
las interrogantes: ¿Qué es la sabiduría? Y ¿Cuál es el
fin de la existencia humana? En una sola pregunta:
¿Cuál es el propósito de la teleosophia?
El propósito de la teleosophia, es alcanzar la
realización espiritual a través de la materialización de
~ 77 ~
los fines de la sabiduría. Sin embargo, en la visión
teleológica, estos fines, son unificados en uno solo: La
comprensión del verdadero propósito de la existencia
humana, como único camino hacia la realización
espiritual del hombre.
El verdadero propósito existencial del hombre,
inmerso en la realización espiritual, permite definir la
teleosophia, como una ciencia iniciática que conjuga
los principios de la metafísica y el conocimiento
humano, en el estudio de las cosas, más allá de lo
físico.
Sin embargo, la teleosophia, nace del
conocimiento vivencial y da origen al proceso de
transformación del hombre a través de la praxis, con el
objeto de alcanzar la comprensión conciente que
permite la materialización del fin esencial de la
sabiduría.
La Teleosophia como Ciencia Iniciática.
El estudio de la teleosophia como ciencia
iniciática, está conformado por varias concepciones
~ 78 ~
teóricas, que pasan a constituir tres etapas: La
Epistemosophia; La Praxisophia; y La Teleosophia.
El desarrollo de estas fases teóricas, practicas y
vivenciales, le permiten al hombre alcanzar la
comprensión de los principios de la teleosophia, que
se inician con la interpretación de la sabiduría, desde
las definiciones humanas. Este primer momento, se
define como: Epistemosophia y constituye únicamente
la iniciación cognitiva del ser humano, en relación a las
diferentes formas del conocimiento. Se estudia el
conocimiento y su interpretación, desde la filosofía,
considerando dos visiones: La gnoseológica y la
epistemológica.
En un segundo momento, se aborda el
conocimiento desde la perspectiva divina, que está
inmersa en la ciencia iniciática. Esta etapa,
denominada: praxisophia, plantea la interrelación de
cuatro elementos teóricos: Primero: El sentir filosófico
trascendental; Segundo: La praxis de la ciencia;
Tercero: La belleza del arte; Cuarto: El conocimiento
divino que nos permite alcanzar el fin de la sabiduría.
~ 79 ~
La concepción filosófica de la praxisophia, está
caracterizada por su enfoque teórico-práctico. La razón
de ser de esta etapa tan importante de la teleosophia,
es formar al Iniciado, en relación a los métodos a
través de los cuales podrá alcanzar la realización
espiritual, como verdadero propósito de su existencia.
La tercera etapa es la teleosofica, que
representa el máximo nivel del conocimiento. Hablar
de teleosophia, implica haber estudiado la visión
teleológica de la sabiduría, como verdadero propósito
de la existencia humana. Por ello, el Iniciado, después
de estudiar las diferentes concepciones del
conocimiento, bien sea, desde la visión gnoseológica
(humana), Epistemológica (científica), debe hacerlo
desde la visión divina.
La visión teleosofica del conocimiento divino,
como máxima expresión de la sabiduría, se encuentra
sustentada, en la formación iniciática como elemento
de transformación del hombre, mediante el estudio y la
experimentación del conocimiento existente, tanto en
la naturaleza interna, como externa del individuo.
~ 80 ~
En el esquema presentado a continuación, se pueden
observar tres elementos teóricos:
* Esquema de las Etapas de la Teleosophia.
El primero es la epistemosophia, debido a que
para comprender los principios divinos, que conducen
a la transformación del hombre, previamente debe
asimilarse el conocimiento humano (gnoseológico), y
el conocimiento científico (epistemológico), con el
~ 81 ~
objeto de diferenciarlos de la visión teleosofica, que
está inmersa en la realización espiritual, como
verdadero propósito de la existencia humana.
El segundo elemento, es la praxisophia, que
etimológicamente se conceptualiza a partir de la
unificación de dos vocablos griegos: “Praxis” y
“Sophia”. Estos términos, se unen para definir el
proceso práctico, la experiencia de la vida y su relación
con el camino que conduce a la realización espiritual.
El tercero y último elemento, es la teleosophia
que representa el fin máximo de la sabiduría y el
verdadero propósito existencial del hombre, en el
marco de su transformación, como proceso que
conduce a la realización espiritual.
La teleosophia se concibe como un elemento
final que permite teorizar y comprender la sabiduría
como propósito, para así, llegar a la consolidación de
su fin esencial, que ha sido definido de la siguiente
forma: La transformación del hombre, como único
camino a la realización espiritual del “Ser”, en la
~ 82 ~
materialización del verdadero propósito de la
existencia humana.
Semiología y Simbología de la Teleosophia.
La semiología es la ciencia que tiene por objeto
el estudio de los símbolos en los contextos sociales, y
culturales. En este ámbito, la teleosophia, aporta una
visión muy significativa.
Esta ciencia iniciática que tiene como objeto,
estudiar los fines de la sabiduría, como propósito
existencial del hombre, está asociada a un amplio
contenido de símbolos que representan grandes
concepciones filosóficas, metafísicas, antropológicas y
esotéricas.
La simbología, como rama de la semiología,
está destinada al estudio más específico de los
símbolos, desde su definición filosófica y esotérica.
En este contexto, la teleosophia como ciencia
iniciática, aporta un símbolo principal, que la
conceptualiza, desde los principios filosóficos y
~ 83 ~
esotéricos. Este símbolo, es la medalla de la
teleosophia, presentada a continuación:
Símbolo Esotérico de la Teleosophia.
* Medalla de la Teleosophia.
El símbolo de la teleosophia, como se puede
observar en la imagen, Esta caracterizado por la
~ 84 ~
agrupación de varios elementos iconográficos, que
representan un concepto filosófico y esotérico
trascendental, tales como son:
- El Fondo Circular de Hierro Forjado.
- El Triangulo Equilátero.
- El Ojo de Horus.
- El Árbol de la Vida.
- El Sephiráh Oculto Dáath.
- Letra Aleph.
- Letras: Alfa & Omega.
- El Pentagrama.
- El Hexagrama.
- Los Vocablos Griegos: (τέλεος) & (Σoφíα).
El Fondo de Hierro Forjado.
Este es un elemento circular con formas
decorativas que simulan una reja de hierro forjado, y
~ 85 ~
representa, dos condiciones esenciales que el ser
humano debe desarrollar, con el objeto de alcanzar los
fines de la sabiduría.
La primera condición, es la fuerza de la
voluntad, el espíritu fuerte como el hierro, capaz de
hacer posible la materialización del propósito
existencial del hombre.
La segunda cualidad reflejada, es el amor por el
arte, la belleza de la vida y la admiración por la
abstracción, como elemento esencial de la creación.
El Triangulo Equilátero.
El triangulo es una de las formas más
representativas de acuerdo a su interpretación
filosófica-esotérica. Este símbolo, se encuentra
relacionado al número tres, que a su vez, tiene un
carácter universal, por representar la trinidad del “Ser”
en todas las culturas.
En el cristianismo, se relaciona con tres
elementos fundamentales: Padre, Hijo y Espíritu
~ 86 ~
Santo. En este sentido, la triada divina, es asociada a
los valores: “amor, sabiduría, verdad”.
En otras concepciones filosóficas y teológicas,
el triangulo tiene un significado similar, tal como es el
caso del budismo, en el que representa la Triple Joya
o Triratna, integrada por Budha, Dharma y Sangha; En
el hinduismo, se asocia a la triada divina compuesta
por Brahma, Vishnu y Shiva; Y en la cultura egipcia, su
significado es la representación de Isis, Osiris y Horus;
Argumento que representa la trinidad divina, en las
diversas culturas, desde el simbolismo del triangulo,
como elemento universal de la trinidad.
Otro de los significados que encierra el triangulo como
figura esotérica, es el equilibrio.
El filósofo Platón, decía que el triangulo
equilátero, simbolizaba la armonía la divinidad y la
proporción. Por lo que, este elemento en algunos
casos representa el camino del equilibrio, y también
significa la unidad entre el cielo y la tierra.
~ 87 ~
El triangulo en la alquimia simboliza los tres
elementos fundamentales para la realización de la
gran obra. La transmutación del plomo en oro, la
conversión de la esencia como mínima representación
de la conciencia, en la máxima expresión del “Ser
Autorrealizado”.
En este ámbito, también representa la
manifestación del “Ser” como encarnación del
conocimiento divino, que conduce a “Sophia” La
Sabiduría.
El Ojo de Horus.
El Ojo de Horus, es uno de los elementos más
comunes en las escuelas iniciáticas. Ha sido utilizado
en la masonería, en las culturas egipcias, antiguo
gnosticismo, e incluso en los movimientos y escuelas
neo-gnósticas. Su significado está asociado a la
protección.
En la mitología egipcia, Horus, el hijo de Osiris,
fue asesinado por su propio hermano Set, en las
crueles batallas, por vengar a su padre, contiendas en
~ 88 ~
las que pierde su ojo izquierdo, pero este fue sustituido
por el Udyat, con el fin de que Horus, pudiera
recuperar la vista. A partir de este relato mitológico, se
le atribuyen poderes mágicos al Ojo de Horus.
La interpretación semiológica del Ojo de Horus,
se encuentra asociada a las cualidades protectoras,
purificadoras y sanadoras. Por esta razón, en muchas
culturas, ha sido utilizado como elemento de
protección esotérica, contra maleficios, enfermedades,
entre otros.
La interpretación simbologica del Ojo de Horus
en la teleosophia, representa además del poder
protector y sanador, la atracción de la energía
espiritual, necesaria para develar la sabiduría que se
encuentra en el destino. Es un símbolo que está
asociado a la clarividencia y el poder de cambiar el
destino, mediante la interpretación del futuro.
Adicionalmente, constituye un elemento
primordial en el desarrollo de la concentración, debido
a la capacidad de fortalecer su conexión con la
~ 89 ~
esencia, lo que permite el incremento del magnetismo
visual y el despertar de la conciencia.
El Árbol de la Vida.
El Árbol de la Vida es un símbolo esotérico y
cabalístico, que en el sentido iniciático, se compone de
diez Sephiráh, organizados en grupos de tres, los
cuales se encuentran posicionados en forma de
triangulo y representan las emanaciones de Dios, a
través de los cuatro mundos.
Mundos del Árbol de la Vida:
- El Mundo Divino (Atziluth).
- El Mundo de la Creación (Beriah).
- El Mundo de la Formación (Yezirah).
- El Mundo de la Materia (Asiyyah).
El Mundo Divino, está representado por los
Sephiráh Khetter, Hokhmah y Binah. El primero: Ocupa
el lugar del padre, la corona y en el sentido de la
iniciación el “Ser”. El segundo: La Sabiduría que
~ 90 ~
conduce a la realización espiritual y la autorrealización
absoluta del “Ser”. El tercero: La inteligencia.
El Mundo de la Creación, está representado por
los Sephiráh: Hesed, Gevurah y Tiferet. Que a su vez,
representan: Amor, Justicia, y Belleza.
El Mundo de la Formación, representado por los
Sephiráh Nezah, Hod, y yesod, que simbolizan:
Victoria, Esplendor y Fundamento.
El Mundo de la Materia, o Mundo Físico, es
representado únicamente por el Sephiráh Malchuth,
que simboliza la iniciación.
En las diez Sephiráh del Árbol de la Vida, se
simboliza la representación de la emanación de Dios,
la Autorrealización Absoluta, la Realización Espiritual,
el camino iniciático y la iniciación.
El Sephiráh Oculto.
El Sephiráh Oculto Dáath, se encuentra
ubicado, después de las Sephiráh Khetter, Hokhmah y
Bináh, en la columna central del Árbol de la Vida.
~ 91 ~
Simboliza el conocimiento, que se conjuga con la
inteligencia (Binah) y la Sabiduría (Hokhmah).
Se le considera oculto, debido a que muy pocas
veces es representado en el Árbol de la Vida, debido a
que se desplaza y ocupa todas sus esferas de manera
rotativa. En su concepción teleosofica, simboliza el
conocimiento iniciático que conlleva al Iniciado a la
realización espiritual.
* Ubicación del Sephiráh Dáath en el Árbol de la Vida.
~ 92 ~
El Significado del dáath o sephiráh oculto,
trasciende el conocimiento como ciencia, y pasa a ser
ese conocimiento divino, que conduce al camino que
debe transitar el Iniciado para materializar el verdadero
propósito de su existencia.
La Letra Aleph.
La letra Aleph, en su definición numérica, es la
primera letra del alfabeto hebreo, y por ello, representa
el primero de todos los números, el “Uno” asociado al
primer día de la creación y principio de todos los
procesos naturales.
* Letra: Aleph (Primera letra del Alfabeto Hebreo).
~ 93 ~
En la concepción divina, representa la unidad
absoluta de Dios, presente en el “Ser” autorealizado.
Por su nombre, representa la enseñanza, el Maestro.
En sentido espiritual, se encuentra vinculada a
la enseñanza de la sabiduría de Dios que radica en el
alma, y el Conocimiento de la verdad divina del “Ser”.
Su simbología divina, le identifica como el Maestro del
universo, el “Uno” sagrado que se convierte en el todo
de la creación.
En el tarot, simboliza al Arcano Mayor: El Mago,
que a su vez, es la representación del “Sabio”. Es el
que ilumina con la luz de la sabiduría. “El Maestro
espiritual”.
Letras: Alfa & Omega.
Las letras alfa (α) y omega (Ω), en su conjunto
se definen como la representación de Dios.
Apocalipsis 1, 11 dice: "Yo soy el Alfa y la Omega, el
primero y el último". En este sentido, se describe de
forma clara, la asociación de Dios al principio y
final de todas las cosas.
~ 94 ~
Sin embargo, este no es el único significado que
representan las letras alfa y omega en el símbolo
esotérico de la teleosophia. La letra griega alfa ubicada
al lado izquierdo, representa también al Iniciado en su
camino a la realización espiritual. La posición que
ocupa la letra alfa, sobre el pentagrama, le aporta el
significado esotérico de la iniciación en la ciencia
teleosofica.
Por otra parte, la letra omega, ubicada al lado
derecho, representa al Maestro, y su posición sobre el
hexagrama, caracteriza el dominio del conocimiento,
como fin de la sabiduría.
El Pentagrama.
El Pentagrama o estrella de cinco puntas,
ubicada en la parte inferior izquierda del símbolo
Teleosofico, representa el conocimiento divino y su
praxis esotérica. Es el camino iniciático, que conduce a
la transformación del hombre en cuerpo y espiritu.
En la concepción filosófica de Pitágoras, era
asociado a la salud, y en el amplio sentido iniciático,
~ 95 ~
significa la existencia de los cuatro elementos de la
naturaleza: Agua, Fuego, Tierra y Aire. Además del
quinto elemento: El Éter o “Espíritu”.
* Simbología de los Elementos en el Pentagrama.
El Pentagrama, para la teleosophia representa
la ciencia iniciática, que permite comprender el
conocimiento, mediante las experiencias de la vida,
como único camino a la realización espiritual y
principio fundamental del fin de la sabiduría.
~ 96 ~
El Hexagrama.
El Hexagrama, tiene un significado esotérico
trascendental, en la concepción semiológica de
muchas culturas. En la teleosophia, representa el
verdadero propósito de la existencia humana, la
realización espiritual, y su vinculación con la letra
omega, en el símbolo teleosofico, se define como la
Sabiduría del Maestro.
* Símbolo del Hexagrama.
Los Vocablos Griegos: (τέλεος) & (Σoφíα).
En el símbolo de la teleosophia, se pueden
observar dos vocablos griegos: Teleo (τέλεος) y Sophia
~ 97 ~
(Σoφíα). Que juntos forman la palabra teleosophia. Sin
embargo, los términos teleo y sophia, se encuentran
separados por el Sephiráh Malchuth del Árbol de la
Vida.
En este contexto, el Sephiráh Malchuth, junto a
estos dos vocablos griegos, representa la Iniciación en
la Teleosophia.
Adicionalmente, se observa la palabra: Teleo,
posicionada al lado izquierdo, en la parte inferior del
pentagrama, por lo que su vinculación con este otro
símbolo, está asociada a la formación esotérica que
recibe el Iniciado. Su interpretación formal significa:
“Fin o propósito” lo que permite conceptualizarla
como el fin que persigue el Iniciado.
Por otra parte, el vocablo sophia, posicionado al
lado derecho, en la parte inferior del hexagrama,
representa la sabiduría que debe ser alcanzada por el
Iniciado como único propósito o fin de su existencia.
Simboliza la Maestría Divina, adquirida mediante la
realización espiritual.
~ 98 ~
El símbolo de la teleosophia, en su apreciación
semiológica y simbología generalizada, encierra
muchos aspectos que describen la realización
espiritual, la vida equilibrada, el despertar de la
conciencia, la emanación de Dios, los sentidos ocultos,
la iniciación y el camino del Maestro, y el fin máximo
de la sabiduría, como elemento existencial y
trascendental de la filosofía iniciática. Por lo que su
principal importancia, se encuentra asociada a las
prácticas de meditación y concentración a través del
método de la mirada magnética o magnetismo visual.
Este símbolo, por sus elementos esotéricos, es
una fuente de poder incalculable, que atrae la energía
de las dimensiones superiores, proyectándola en la
naturaleza interna del hombre, permitiendo así, el
despertar de la conciencia.
En otro contexto, el símbolo esotérico de la
teleosophia, es un recurso de protección espiritual
para el Iniciado, debido a su poder energético
emanado de la quinta dimensión. Por esta razón, se
recomienda al Iniciado su utilización en medallas o
~ 99 ~
talismanes, con la finalidad de alejar de su “Ser”, las
energías negativas que dificultan el camino a la
realización espiritual.
Adicionalmente, el poder del símbolo de la
teleosophia, es un elemento protector y sanador de los
daños, que las energías negativas, producen en el
cuerpo físico y vital. Argumento que aporta una idea
clara de su poder esotérico, bien sea, en el estudio de
la semiología y simbología, o en la protección física,
vital y espiritual del hombre.
Símbolos Esotéricos de la Teleosophia.
1. El Símbolo Esotérico de la Teleosophia.
2. La Bandera de la Teleosophia.
3. El Vestuario Simbólico de la Teleosophia.
~ 100 ~
Símbolo Esotérico de la Teleosophia
Bandera de la Teleosophia
* Simbología develada por: Aleph Dáath.
~ 101 ~
La Bandera de la Teleosophia.
Este símbolo representa en los mundos
superiores la teleosophia como ciencia iniciática,
destinada a la transformación espiritual del hombre.
Está conformada por tres franjas verticales de colores:
“Azul, Blanco y Amarillo” que representan los valores:
“Justicia-Libertad-Sabiduría”.
La franja izquierda de color azul rey, que
simboliza: La espiritualidad de la esencia, verdad,
justicia, equilibrio, serenidad, dedicación, nobleza del
alma y la iniciación.
La franja derecha de color amarillo, que
simboliza: La sabiduría, inteligencia y el camino a la
realización espiritual.
La franja central de color blanco, simboliza: La
pureza, redención, luz interior, paz, libertad, verdad y
la realización espiritual alcanzada como verdadero
propósito existencial del hombre. En esta franja, se
encuentra el símbolo esotérico de la teleosophia, que
conjuntamente con las tres franjas, representa el
~ 102 ~
camino que conduce a la realización espiritual,
sustentado en el equilibrio y la sabiduría.
El propósito de los símbolos de la teleosophia,
va mucho más allá de representar la ciencia iniciática,
y de constituir una fuente de enseñanza filosófica
esotérica. Los colores aportan un estado que influye
de forma notable en la meditación y concentración, lo
que permite dominar la naturaleza interior, en el
proceso de transformación del hombre, con la finalidad
de alcanzar la realización espiritual como verdadero
propósito de la existencia humana.
Vestuarios Simbólicos de la Teleosophia.
La teleosophia como doctrina trascendental, en
su objeto de materializar el máximo fin de la sabiduría,
representa una gran fuente de símbolos que aportan
un elevado nivel esotérico y filosófico de la enseñanza.
En este sentido, se destaca el vestuario que de
acuerdo a la ciencia iniciática, debe utilizarse en la
práctica de los principios que se encuentran asociados
a la misma. El primero de estos significativos
~ 103 ~
vestuarios, es el vestuario principal del Maestro
Iniciado.
Vestuario Principal del Maestro Iniciado.
El Vestuario principal del Maestro Iniciado, está
representado por una camisa de color blanco que
simboliza la pureza del espíritu. El cuello, el borde
inferior y borde de las mangas, al igual que la mayoría
de sus botones, son de color dorado, con el objeto de
~ 104 ~
simbolizar la materialización de la alquimia filosófica y
esotérica. “La conversión del plomo en oro”, o
transformación del espíritu, mediante la realización
espiritual.
La camisa tiene 11 botones pequeños de los
cuales uno es de color plateado, 10 son de color
Dorado y 5 botones grandes de color dorado, tal como
se puede observar en la imagen que antecede estas
líneas. Estos botones representan los 7 significados
esotéricos de la teleosophia, los cuales se describen a
continuación:
1. Los 10 botones dorados pequeños, en orden
ascendente de abajo hacia arriba, simbolizan los
10 sephirah del árbol de la viva: Malchuth
(Iniciación), Yesod (Fundamento), Hod
(Esplendor), Nezah, (Victoria), Tiferet (Belleza),
Gevurah (Justicia), Hesed, (Amor), Binah.
(Inteligencia), Hokhmah (Sabiduría), Khetter
(Corona).
2. El botón plateado, simboliza al sephirah Dáath
que representa el conocimiento.
~ 105 ~
3. Los primeros 7 botones dorados pequeños, en
orden ascendente de abajo hacia arriba,
simbolizan las 7 dimensiones del universo.
4. Los 3 botones dorados pequeños que se
encuentran entre el botón dorado grande y el
botón plateado, simbolizan la trinidad divina,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
5. Los 4 botones dorados grandes, que se
encuentran en cada uno de los bolsillos,
simbolizan los 4 elementos de la naturaleza
externa e interna del hombre. Identificados en el
orden en el que giran las agujas del reloj: (Agua,
Fuego, Tierra, Aire).
6. El botón dorado que se encuentra en el cuello
de la camisa, simboliza el Quinto Elemento: “El
Espíritu”.
7. La triada de botones dorados grandes, que se
forma entre el cuello del traje y el pecho,
simbolizan: El espíritu que domina la naturaleza
humana; El despertar de la conciencia; La
pureza de la realización espiritual.
~ 106 ~
Vestuario de la Enseñanza del Maestro Iniciado.
El vestuario de la Enseñanza del Maestro, es el
que utiliza el Maestro Iniciado, en el proceso de
trasmitir el conocimiento de forma oral a sus
discípulos. Se representa por una camisa de color
amarillo que simboliza la inteligencia y la sabiduría. El
cuello, borde inferior, bordes de las mangas y los
~ 107 ~
botones en color dorado, poseen el mismo significado
esotérico, filosófico descrito en el vestuario anterior.
Vestuario del Iniciado en Misión de Enseñanza.
Es representado por una camisa de color azul
cielo, que simboliza la tranquilidad, la paciencia, el
equilibrio y las demás virtudes de la iniciación. Es
utilizado por los Iniciados avanzados en misión de
~ 108 ~
enseñanza, quienes tienen el deber de impulsar de
manera incansable y con la mayor fuerza espiritual, la
formación de los demás Iniciados y la difusión masiva
del conocimiento teleosofico.
En el caso de los vestuarios de los Iniciados, el
cuello, el borde inferior, borde de las mangas, y la
mayoría de sus botones, son de color plateado, con el
objeto de simbolizar el plomo que es la materia prima
en la filosofía de la alquimia, que a su vez, simboliza
el elemento de la iniciación en la búsqueda de la
realización espiritual.
Los botones están dispuestos en la misma
posición que en el vestuario del Maestro, y su
significado es exactamente igual, por lo que, solo se
diferencia, que los botones son de color plateado, para
representar la búsqueda de la realización espiritual,
con excepción del botón que simboliza el “Dáath”
o el conocimiento que es de color dorado.
~ 109 ~
Vestuario del Iniciado.
Es representado por una camisa de color azul
rey, que simboliza: La espiritualidad de la esencia, la
verdad, la justicia, el equilibrio, la serenidad, la
dedicación, la nobleza del alma y la iniciación.
Lo utilizan todos los Iniciados, en las prácticas
filosóficas, esotéricas, conferencias y reuniones de
carácter simbólico, que se realicen para alcanzar el fin
trascendental de la sabiduría.
~ 110 ~
En este vestuario, el cuello, el borde inferior,
borde de las mangas, y la mayoría de sus botones,
son de color plateado, con excepción del botón que
simboliza el “Dáath”, el cual es de color dorado, al
igual que en el caso de los Iniciados avanzados en
misión de enseñanza.
El significado que se evidencia en el símbolo de
la teleosophia, su bandera, y los diferentes vestuarios,
permiten conceptualizar las enseñanzas de la
teleosofia desde un contexto semiológico y simbólico
trascendental. En este ámbito, los diversos símbolos
tienen por objeto representar los secretos esotéricos
de la formación teleosofica, que no se expresan
abiertamente para el común de la humanidad, pero
que constituyen el elemento más valioso que puede
identificar al Iniciado y al Maestro Iniciado, desde su
contexto representativo y esotérico. Por lo que su
utilización es concebida como un hecho de
trascendencia incalculable, que define la teleosophia
como una ciencia que va mucho más allá de lo
humano.
[Justicia-Libertad-Sabiduría]
GLOSARIO DE TERMINOS
A
Alma: Termino que proviene del latín “anima”, es la expresión
inmaterial del ser del hombre.
Autorrealizado: Es la última etapa de la realización espiritual, en
la que el Maestro Mayor, trasciende lo humano para alcanzar la
liberación absoluta del alma.
Antropología: Es la ciencia que estudia al hombre desde una
visión integral, su origen, evolución, sociabilidad, cultura y todos
los contextos de la actividad humana.
Axiología: Es la parte de la filosofía que estudia los valores en
sus diferentes contextos, la moral, la ética, entre otros.
B
Brahma: Es la representación del padre, el Dios Creador en el
Hinduismo.
C
Ciencia Iniciática: Ciencia metafísica que se fundamenta en el
conocimiento iniciático, como elemento transformador del hombre,
con el propósito existencial de alcanzar la realización espiritual.
~ 112 ~
Consciente: Se refiere al estado de consciencia del individuo en
su condición psicológica.
Conciente: Se refiere a la acción que se desarrolla con la
conciencia despierta.
Cosmovisión: Es la visión del mundo que se sustenta en un
conjunto de creencias especificas de una sociedad, grupo o
cultura.
D
Dharma: Son las acciones correctas que constituyen una
conducta piadosa, que de acuerdo con la ley divina.
Doctrina: Es la compilación de enseñanzas que se fundamentan
en las creencias de una rama del conocimiento.
E
Encarnar: En el sentido de la presente obra, se refiere a la
representación o personificación de una idea, doctrina o condición
en un contexto material o inmaterial, como por ejemplo: la
representación del cuerpo causal en la quinta dimensión, entre
otros.
Episteme: Es el conocimiento preciso o científico.
Epistemología: Es la parte de la ciencia que estudia el
conocimiento científico.
Escuelas Iniciáticas: Escuela que trasmiten la ciencia iniciática.
~ 113 ~
Esotérico: Es una doctrina o conocimiento que se encuentra
oculto o secreto.
Evolución: En la presente obra, se refiere al proceso que sufre la
esencia del hombre durante el ciclo que se encuentra inmerso en
la rueda del Saṃsāra, en el hombre reencarna sucesivamente y
mediante su liberación alcanza la realización espiritual.
F
Filantropía: Es la doctrina que se fundamenta en el amor por la
humanidad, demostrado mediante el impulso y los sentimientos
humanísticos y solidarios.
G
Gnoseología: Es la parte de la ciencia que estudia el
conocimiento desde su punto de vista humano.
Gnosticismo: Fue una corriente filosófica-religiosa que se
originó, en el siglo III, después de Cristo, pasando a ser
declarados heréticos con posterioridad a la etapa de aceptación y
prestigio por parte de los cristianos.
H
Hinduismo: Es una doctrina religiosa originaria de la India
sustentada en la triada divina compuesta por Brahma, Vishnu y
Shiva.
Hipnosis: Es el estado mental que se induce al sujeto con el
objeto de que este exteriorice el subconsciente.
~ 114 ~
Horus: Es el Dios celeste en la mitología egipcia, al que se le
atribuía se el iniciador de su civilización.
I
Iconográfico: Es la representación de un símbolo grafico o
imagen que posee un significa especifico.
Iniciado: Es el hombre que se inicia en el camino de la
realización espiritual.
Involución: Es el proceso de la rueda del Saṃsāra, contrario a la
evolución, en el que el hombre a causa del karma, reencarna en
otros reinos.
Isis: Es el nombre dado a la Diosa denominada Gran Diosa
Madre en la Mitología Egipcia, a quien se le atribuye el poder de
la fecundación de la naturaleza, la maternidad y el nacimiento.
K
Karma: Es la acción que se encuentra inmersa en la ley de causa
y efecto, que en contraposición al Dharma, genera consecuencias
de acuerdo con la ley divina.
M
Maestro: Es el iniciado que ha alcanzado la realización espiritual.
Masonería: Es una sociedad secreta, esotérica e iniciática, no
religiosa, sustentada en la filantropía y simbolismo.
~ 115 ~
Metafísica: Es la parte de la filosofía que estudia la naturaleza,
sus leyes y principios, más allá de lo físico.
Moksha: Liberación espiritual, es el acto mediante el cual el
hombre, sale del ciclo del Saṃsāra y alcanza la Maestría Divina
Muerte: Se refiere a la Muerte psicológica, no muerte física, es la
eliminación total del ego o agregados psicológicos, o defectos que
son representados por los pecados capitales: ira, orgullo, codicia,
pereza, gula, envidia, lujuria.
N
Nacimiento: Es el nacimiento espiritual del Venerable Maestro
(Cristo), quien después de la muerte psicológica, alcanza la
autorrealización absoluta.
Neo-Gnósticos: Sociedades Secretas de carácter iniciático, que
se fundamentan en algunos principios del Gnosticismo y la
incorporación de elementos modernos propios de sus doctrinas
esotéricas.
O
Ojo de Horus: Es el Udyat, al que se le atribuyen cualidades
mágicas de protección y sanación. Su origen se remonta a la
mitología egipcia cuando Horus, pierde su ojo izquierdo y este es
remplazado por el Udyat que le permite recuperar la vista.
Ontología: Es la parte de la metafísica, que estudia la razón de
ser de las cosas, sus leyes y condiciones a las que están sujetas,
desde su concepción existencial.
~ 116 ~
Osiris: Es el Dios egipcio asociado a la resurrección, símbolo de
fertilidad y regeneración.
P
Paranormal: Actividad que se encuentra más allá de la psique
humana.
Parapsicología: Ciencia metafísica que tiene por objeto estudiar
las condiciones para normales que están más allá de la Psique
del Hombre.
Praxis: Es el significado de Practica.
Psicología: Ciencia que estudia que mediante los procesos
mentales estudia la Psique del Hombre.
R
Realización Espiritual: Liberación espiritual que permite al
hombre salir del ciclo del Saṃsāra y alcanzar la Maestría Divina.
Redención: Es la liberación absoluta del dolor.
Reencarnación: Es el proceso mediante el cual una persona
después de la muerte, libera su esencia y esta después de ser
juzgada de acuerdo a la ley de causa y efecto, pasa a formar
parte de un nuevo ser que nace en otro contexto, para vivir una
nueva vida.
~ 117 ~
S
Salamandras: Se le denomina así, a los gloriosos seres
elementales del fuego.
Saṃsāra: Ciclo mediante el cual el ser humano, muere
físicamente, y reencarna en otro sujeto de acuerdo a la ley de
causa y efecto, que conlleva a la evolución o involución.
Semiología: Ciencia que estudia el significado de los símbolos en
relación a la diversidad de culturas, desde su contexto social.
Sephiráh: Son las esferas o niveles del árbol de la vida, a través
de los cuales se representa esotéricamente la emanación de
Dios.
Shiva: Es Uno de los dioses de la triada divina del Hinduismo y
representa el “Dios Destructor” conjuntamente con Brahmá “Dios
Creador” y Visnú “Dios Preservador”.
Silfos: Se le denomina así, a los gloriosos seres elementales del
aire.
Simbología: Es la parte de la semiología, mas especifica que
estudia los símbolos desde su representación esotérica.
Símbolo: Elemento grafico que representa un significado para el
hombre, tanto en su contexto social o filosófico.
Sophia: Sabiduría.
Subconsciente: En la psicología, se refiere al inconsciente o
estado mental que se encuentra por debajo del umbral de la
consciencia.
~ 118 ~
T
Teleológia: Es la parte de la metafísica que estudia las causas
finales de las cosas. Se refiere a una visión teleológica, cuando se
tiene una perspectiva que estudia el propósito o fin, para el cual
se concibe una doctrina un concepto, entre otros.
Telepática: Es la condición o estado supra-mental que le permite
al hombre emitir o recibir de forma extra-sensorial un estimulo que
le induce un mensaje al subconsciente.
Teología: Ciencia que tiene por objeto el estudio de todos los
fenómenos relacionados con Dios.
Trascendental: Es una realidad que trasciende los límites de la
experiencia humana.
Triple Joya: Es la triada divina del budismo, constituida por
Budha que representa el despertar de la conciencia, Dharma que
simboliza la protección y refugio y Sangha como la manifestación
del camino a la realización espiritual.
U
Udyat: Es el Ojo mágico de Horus.
V
Vishnu: Es Uno de los dioses de la triada divina del Hinduismo y
representa al “Dios Preservador”.
~ 119 ~
INDICE
Contenidos: Pág.
PREFACIO…………………………………………….... 3
EPISTEMOSOPHIA……………………………………. 5
La Sabiduría y la Filosofía Humana………………….. 9
La Sabiduría del “Ser” Conciente……….……………. 14
PRAXISOPHIA………………………………………….. 25
El Despertar de la Conciencia Humana……………… 26
Método: Espacio, Tiempo y Dimensión……………… 27
Método: Observación Conciente……………………... 36
Método: Magnetismo Visual…………………………… 38
Etapas Fundamentales de la Meditación……………. 40
Las Vidas Pasadas y el Conocimiento Iniciático……. 45
La Rueda del Saṃsāra, el Karma y el Dharma……... 48
Las Vidas Pasadas en el Subconsciente Humano…. 51
La Comprensión del Conocimiento Recurrente…….. 53
El Camino, la Vida y el Iniciado……………………….. 57
Niveles del Iniciado…………………………………….. 63
La Realización Espiritual y el Camino del Maestro… 66
Nivel del Ser del Maestro……………………………… 68
~ 120 ~
TELEOSOPHIA…………………………………………. 73
Etimología de la Teleosophia…………………………. 73
Ontología de la Teleosophia…………………………... 74
La Teleosophia como Ciencia Iniciática……………… 77
Semiología y Simbología de la Teleosophia………… 82
Símbolo Esotérico de la Teleosophia………………… 83
El Fondo de Hierro Forjado……………………………. 84
El Triangulo Equilátero………………………………… 85
El Ojo de Horus…………………………………………. 87
El Árbol de la Vida……………………………………… 89
El Sephiráh Oculto……………………………………… 90
La Letra Aleph…………………………………………... 92
Letras: Alfa & Omega………………………………….. 93
El Pentagrama………………………………………….. 94
El Hexagrama…………………………………………… 96
Los Vocablos Griegos: (τέλεος) & (Σoφíα)…………... 96
Símbolos Esotéricos de la Teleosophia Iniciática…... 99
La Bandera de la Teleosophia Iniciática……………... 101
Vestuarios Simbólicos de la Teleosophia Iniciática… 102
GLOSARIO DE TERMINOS…………………………... 111