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    SARTRE: EL DESCUBRIMIENTO DEL MUNDO CONCRETO

    Por: Andr Constantino Yazbek

    El ttulo de un artculo que lleva su firma (Una idea fundamental de lafenomenologa de Husserl: La intencionalidad) es significativo respectodel modo en que Sartre comprender la conciencia: fundamentalmente laconciencia es intencionalidad.Que significa afirmar que la conciencia es intencionalidad?

    Entre los aos 30 y 40 Sartre inicia su actividad intelectual coninvestigaciones sobre psicologa fenomenolgica, teniendo por objeto alyo, la imaginacin, y las emociones.El punto de partida de sus indagaciones como joven filosofo, era la nocinde intencionalidad de la conciencia tomada de la fenomenologa deEdmund Husserl: Toda conciencia es conciencia de alguna cosa. O sea,toda conciencia tiende hacia algn objeto.A pesar de su apariencia trivial, la afirmacin de Husserl abre el camino

    para una crtica severa de la concepcin tradicional y substancialista de laconciencia. Tal concepcin, de origen Cartesiano, implica considerar a laconciencia como una cosa, como algo que, a imagen del cuerpo, habitael mundo. Descartes distingue entre dos regiones que conforman elmundo: por un lado la res extensa, la cosa fsica del universo material;

    por el otro, la res cogitans, la cosa pensante que conforma el universomental. Por esta va, la conciencia solo se puede conocer volvindose sobres misma, en un movimiento por el cual se circunscribe y se envuelvecomo una realidad absolutamente distinta del mundo.El concepto de intencionalidad, es decir, la afirmacin de que todaconciencia es conciencia de alguna cosa, nos permite salir de dos

    parmetros tradicionales del cartesianismo, pues aqu la conciencia esconsiderada no como algo substancial, sino como movimiento endireccin a algo. Tomada en serio, esta perspectiva exige el abandono de

    la concepcin de una conciencia substancial, sede de representacionesmentales.Sartre toma para s ese concepto de la fenomenologa de Husserl, y afirmaque una conciencia en s, una vida interior, o un centro sustancialmetafsicamente separado de las cosas, no existe de hecho.La conciencia no tiene un interior; no es nada ms que el exterior de ellamisma, y es esa fuga absoluta, ese rechazo a ser sustancia, lo que laconstituye como conciencia. (Situaciones I; Pagina 30).La metfora de una explosin caracteriza bien esa idea de una conciencia

    que se resiste a volverse sustancial: todo aquello que es del orden de laconciencia seala un movimiento de explosin hacia fuera, hacia la

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    tierra ruda de la realidad (las cosas, las verdades, los sentimientos, lassignificaciones, y el propio yo, deben ser encarados como actosintencionales dirigidos al mundo, y no como una mera suma de reaccionessubjetivas).

    Con todo, an cuando el punto de partida de la filosofa de Sartre seencuentra en la recepcin de las tesis de la fenomenologa, no es un simplediscpulo de Husserl. Sartre habr de radicalizar el concepto deintencionalidad (ms all de las tesis de Husserl) transformndolo en unaviga maestra de la primera fase de su filosofa. Pero es preciso tener enmente que sus esfuerzos estarn dirigidos hacia un proyecto cuyo ncleo seencuentra en el anclaje concreto de la conciencia en el mundo.

    Es bien conocida la narracin que Simone de Beauvoir hace del impactosufrido por Sartre cuando Raymond Aron (quien entonces era su colega enla cole Normale Suprieure), lo alert acerca del mtodo fenomenolgico.Los tres beban en un bar de Pars, en 1931, cuando Aron seal su copa ydijo: Lo ves, amigo: si eres un fenomenlogo puedes hablar de estecocktail, y ser filosofa. Segn Simone, Sartre palideci de emocin, ocasi: era exactamente lo que ambicionaba haca aos; hablar de las cosascomo tal, como l las tocaba, y que eso fuese filosofa.Ahora bien: cuando Sartre se encuentra con la fenomenologa, ya estinvolucrado en un proyecto particular que consiste en captar los existentesen su concretud, siempre en oposicin a las diversas especies de pre-

    juzgamientos y presupuestos metafsicos que parecan dominar no solo lasteoras filosficas, sino tambin sus aplicaciones en la psicologa y susalrededores.Procurbamos lo concreto, dir Sartre en una frase que debera traducirsede la siguiente manera: procurbamos una filosofa concreta que pudiesesobreponerse a la abstraccin heredada de la tradicin, o sea, que pudieseaprehender al mundo y la conciencia en toda su concretud y rudeza. Enconsecuencia era preciso apartarse tanto del materialismo como delidealismo, dado que finalmente- ambos disipan lo real de manera

    semejante: uno porque suprime la cosa (idealismo); el otro porquesuprime la subjetividad (materialismo).Tal filosofa concreta recibir, mas tarde, el nombre de existencialismo.Lo que Sartre ve en Husserl es la posibilidad de encontrar una baseconceptual y metodolgica que sirva a sus pretensiones. Con todo, las

    preocupaciones del padre de la fenomenologa moderna se centraban, antesbien, en el campo general de una teora del conocimiento (de laepistemologa) que en aquello que sera el mbito del ser considerado ensu concretud (campo de la ontologa) como pretende Sartre.

    Para Husserl, elretorno a las cosas mismas significaba no un retorno a lascosas propiamente dichas, sino un retorno a los actos por medio de los

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    cuales se obtiene un conocimiento de esas cosas. Pero en Husserl, laconciencia no se agota en su intencionalidad. Siendo la conciencia unacorriente de experiencias vividas, la intencionalidad constituir apenas elcarcter de tales experiencias, de modo que subsistir an una experiencia

    interna, o sea, una especie de estado vivido de conciencia, que sera elego como polo unificador. En sentido husserliano, por lo tanto, lafenomenologa no es, y no puede ser, unafilosofa de lo concreto, puestoque siempre ser una filosofa de la razn, nunca del ser.Que hace entonces Sartre?En pocas palabras, se puede decir que rodea el problema de conocimiento yradicaliza el concepto de intencionalidad para jugar la conciencia en elmundo, para tenerla absolutamente purificada de cualesquiera objetos que

    puedan nublarla, o que se insinen como habitantes de una posible vidainterior. Se trata de limpiar el terreno para que se pueda afirmar una co-

    pertenencia entre conciencia y mundo: una conciencia debe sercomprendida como concreta, o sea, como un ser-en-el-mundo (siguiendola formula lanzada por Heidegger, un autor tambin central en el desarrollode la filosofa de Sartre).Recordemos que una de las primeras crticas sistemticas de Sartre aHusserl se asentar, justamente, en el rechazo por parte del filsofo francsa considerar al ego como una habitante de la conciencia. El ego, dir Sartre,es una habitante del mundo, y no un habitante de la conciencia: Estafuera, en el mundo; es un ser del mundo, tal como el ego de otro.La crtica que dirige a Husserl lleva al establecimiento de una distincinentre el mbito de la conciencia y el mbito de lo psquico: el primero secaracteriza por la inmediata evidencia de una presencia-a-s de laconciencia; el segundo como un conjunto de objetos que solo pueden sercaptados por medio de una operacin reflexiva, o sea, con el concurso deuna mediacin. As, mientras la conciencia -en una esfera anterior a todareflexin- se traduce en pura inmediatez de s a s, lo psquico no solodemanda una actividad reflexiva sino tambin, tal como los objetos de la

    percepcin sensible, slo nos ser dado segn perfiles variables.

    Aqu podemos comprender como Sastre rodea el problema epistemolgicoque constitua de la fenomenologa husserliana: defiende la autonoma y la

    precedencia de la conciencia irreflexiva e inmediata (mbito de laconciencia en sentido estricto) respecto de la conciencia reflexiva ymediada (mbito de lo psquico, de los objetos a los cuales la conciencia sedirige). El ego no es ni ms ni menos que uno de esos objetos

    psquicos. Integra una segunda esfera en relacin con el campo general deaquello que comnmente llamamos conciencia; una esfera en la cual laconciencia se toma a s misma como objeto, la esfera de la reflexin.

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    Rechazada cualquier posibilidad de mantener un centro substancial quehabite la conciencia, le queda a Sartre encararla como una actividad de

    pura trascendencia en direccin al mundo.Para comprender el alcance terico de una conciencia que ahora ser

    entendida como el traspaso de s rumbo al mundo o a los objetos psquicos,debemos buscar en la obra que constituy el resultado de la investigacionessartrianas respecto de la relacin conciencia/mundo: El ser y la nada:ensayo de ontologa fenomenolgica, publicada en 1943.Esquemticamente, se puede decir que en El ser y la nadaSartredistingue dos tipos o modos fundamentales de ser: el de la concienciahumana, y el de las cosas materiales. El primero, centrado en elconcepto de intencionalidad, consiste, como vimos, en purodeslizamiento hacia las cosas; en rigor, no tiene ningn contenido, y no es-

    por lo tanto- ninguna cosa (decir que toda conciencia es conciencia dealguna cosa, significa decir que ella es conciencia de algo que ella no es).Sastre llamar al modo de ser de la conciencia: ser para-s. El segundomodo de ser, centrado en la pasividad del objeto que sufre la accin de serintencionado, ser denominado ser-en-s. No existe aqu intencinalguna que se dirija al mundo. Al contrario, el reino de las cosas secaracteriza por una pura inmanencia.As, este ser-en-s sartriano ser encarado como una totalidad inerte esopaco y totalmente uno-. En trminos ontolgicos, el en-s es lo que es.En ese sentido, es pura identidad consigo mismo, sin el menor espacio ofisura por donde se pueda introducir ningn tipo de relacin (lo en s, notiene secreto, es macizo). La conciencia, por el contrario, dota a larealidad humana de un carcter absolutamente relacional: por medio de lareflexin, de la interrogacin, de los juicios, de los sentimientos, etc., laconciencia se relaciona consigo misma y con los objetos a su alrededor.Cada uno de esos elementos es una forma que tiene la conciencia deintencionar a su objeto. De tal modo, la conciencia no est cerrada en-s. Alcontrario, es puro movimiento en direccin al ser, un movimiento cuyadinmica indica al mismo tiempo su proximidad y su distancia en relacin

    a las cosas y a s misma.Decir que la conciencia es para-s, no significa afirmar que realiza unmovimiento de interiorizacin hacia s-misma. El s indicado por laexpresin utilizada por Sartre tambin se encuentra afuera, en el mundo,entre los objetos del mundo: la conciencia es al mismo tiempo concienciade los objetos intencionados y de s-misma en cuanto objeto; y es esasolamente ser conciencia de s-misma en su cualidad de conciencia de losobjetos (Sartre rechaza como vimos- el ego de Husserl). A esa relacinde la conciencia consigo-misma (en un nivel irreflexivo) dar Sartre el

    nombre de consciencia (de) s, con el de entre parntesis para indicaruna relacin que no est mediada por la reflexin, sino que al contrario- es

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    absolutamente inmediata. Como consecuencia, en la filosofa Sartriana, laconciencia no es la propia reflexividad.Qu es entonces la conciencia?Para contestar esta pregunta se debe relacionar conciencia y mundo, o

    sea, para-s y en-s.En tanto para-s, la conciencia es absolutamente diferente del ser de lascosas. No hay en ella nada de substancial. Y, si lo en-s es plenapositividad (es el ser), el para-s es (sobretodo) negatividad (no es elser); si lo en-s es pasividad (objeto a ser intencionado), el para-ses actividad (accin de intencionar); si lo en-s es cerrado en s mismo(pura inmanencia), el para-s es movimiento hacia fuera de s, endireccin al mundo (pura trascendencia); si el en-s es plena coincidenciaconsigo-mismo (no hay relacin posible entre l y otro), el para-s es

    plena distancia de s-a-s; si el principio de identidad se aplica de unmodo absoluto al en-s (es lo que es), al para-s se aplica el principio decontradiccin (es el ser que no es lo que es).El para-s no es lo que es una vez que se constituy como no siendo loen-s (el mundo es todo aquello que no somos); y es lo que no es, dadoque es el ser indeterminado, el ser que no es de modo pleno y acabado, sinoun ser que se debe hacer.Por lo tanto, en el campo rigurosamente ontolgico, en tanto lo en-s es,el para-s se configura como un no-ser, o un rechazo a ser. Como yafue dicho que el ser del para-s (la conciencia) no es, sino que est porhacer-se. Es en ese sentido que Sartre dir que el para-s es el nico serque existe.De ese modo, en la filosofa de Sartre, la trascendencia (eltrasvasamiento en direccin a-s y al-mundo) asume una dimensinesencial por la cual el hombre se revela en su existencia. Y, aqu, setransparenta toda la ambigedad de la relacin conciencia-mundo. Por una

    parte, la conciencia tiende totalmente hacia fuera de s, orientada hacia lascosas, hacia el mundo, habitndolo y sintindose en l, en su propia casa,siendo precisamente en esto en lo que consiste la intencionalidad : la

    conciencia est ajustada a la exterioridad por su propia condicinintencional. Por otra parte, tal ajuste jams implica confundir-se con lascosas: la naturaleza de la conciencia es de tal orden que su accin no

    permite una fusin de ella con el mundo (est vedada a la conciencia unacompleta penetracin en el mundo). La conciencia permanece siempreconciencia, y es justamente por eso que existe un abismo que la separa deaquello que le es exterior.

    Lo que Sartre quiere explicitar es eso: la distancia que nos separa del

    mundo no es una distancia fsica, material, pero s una distanciainefable de co-incidencia entre mundo y conciencia: una nada nos

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    separa del mundo slido y determinado de lo en-s. Y, si es as, entoncesno somos eso o aquello, sino que estamos en la bsqueda constante de sereso o aquello. En esa bsqueda, la conciencia tiende inexorablemente haciael ser, y al intencionar-lo, adelgaza la estructura y la solidez de ese macizo

    que es, de modo absoluto y definitivo: nadificamos constantemente lo quefuimos o lo que somos, lo que el mundo es o fue, en busca de lo queseremos o lo que haremos del mundo y de nosotros mismos.Es por eso que, a ojos de Sartre, solo el para-s (o sea, la conciencia) estemporal. Por el mismo motivo, la libertad del individuo, en cuantocaracterstica absoluta y potencia inaudita de la realidad humana, serfuertemente afirmada por el pensamiento sartriano: dada la naturalezaintencional de la conciencia, existir significa trasvasar constantemente elser (elemento determinado) rumbo a una aventura sin fin de constitucin denosotros mismos.Por lo tanto, en la filosofa de Sastre, una conciencia no es un ser, sino unafalta de ser fundamental: la define su rechazo a ser sustancia. Pero, laconciencia se resiste a ser en la exacta medida en que escapaconstantemente de s, siempre en direccin al mundo concreto de lascosas y de los objetos. Es por ese camino que Sartre lleva adelante su

    propsito fundamental: conferir independencia a la conciencia sin dejar deconceder el debido peso a la realidad del mundo.Imbuida de esa determinacin, su filosofa, en especial en aquello que serelaciona con la conciencia, consiste en considerar a las respuestassubjetivas (odio, amor, miedo, simpata, etc.) como modalidades dedescubrimiento del mundo concreto. Si amamos a una mujer (dir) es

    porque ella es amable.