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Im s ntiguo
de
los hominidos
La aparicion de nuevos fosiles nos ace rca hasta el umbral
del origen dellinaje humano
4
Kate Wong
su despacho de la Universidad de Poitiers, Michel Brunet extrae un
f6si l fragmentado, de color marron, de la maleta de seguridad fo rrada
de espuma y, cuidad
osa
mente, 10
co
loca en la mesa frente a mi. Tiene
aproximadamente el tamano de un coco, con el morro pequeno y
un
os
gruesos rebordes oseos por encima de las cuencas de los ojos. Ante
una mirada inexperta la cara parecerfa a la vez extrana y de lIna familiaridad
indesc riptible. Para Brunet, es el sembI ante del antepasado que lleva buscan-
do desde hace 26 anos; se trata, propone, del homfnido mas antiguo.
Cuando en julio anunciaron su hallazgo Brunet y su equipo causaron
un
enorme revuelo en el campo de la paleoantropologia. Descubierto en los de-
positos erosionados par tormentas de arena, en el desierto de Djurab
al
norte
de Chad, este cnineo extraordinario y bastante completo ha recibido el nom-
bre tecnico de
Sahelanthrop
lls
tchadensis
(y apodado Touma i, que significa
esperanza de vida en goran, la lengua local).
Co
n sus cerca de siete millo-
nes de anos, puede representar el antepasado humano mas antigllo del regis-
tro fos il
, tocar con su dedo el punta evolutivo en el que se separaron
nu
es-
tra linea evolutiva y la del chimpance. [En mayo de 2006,
Da
v
id
Reich, de la
Escuela de Medicina de Harvard, y su equipo delln stituto Broad de Harvard
y dellnstituto de Tecnologia de Massachusetts publicaban en a
ture
que, se-
gun los datos geneticos, la separacion entre los homfnidos y los predeces
or
es
de los chimpances se produjo hace no mas 6.300.000 anos y con mayor pro-
babilidad hace menos de 5.400.000, en vez de hace siete. Pese a sus caracte-
risticas hominidas, Toum i no serfa, segun eso, un homfnido. Para despejar
esta contradiccion entre los datos paleontologicos y los gene
ti
cos, el equipo
de Reich supone que, tras una primera separaci6n entre homfnidos y chim-
pances, hubo a 10 largo de un tiempo hibridaciones entre ambos grupos.]
Hace menos de un siglo, los antepasados humanos africanos y simi lares
a los simfos solo existfan en las mentes de
al
gunos cientfficos perspicace
s.
Charles Darwin predijo en
1871
que los antepasados originarios del hom-
bre se encontrarfan en Africa, don de viven todav fa hoy nue
st
ros parientes el
chimpance y el gorila. Pero las pruebas que respaldarfan esta hip6tesis tar-
darfan mas de cincuenta anos en
ll
egar, cuando Raymo
nd
Dart, anato
mi
sta
de la Universidad de Witwatersrand, desc ribi o
un
craneo fos
il
procedente de
Taung (SudMrica) y 10 atribuyo a una especie humana extinguida,
Australo-
pilhecus africanus
literalmente el simio austral de Africa . Su afirmaci6n
fue recibida par algunos can frfo escepticismo y
par
otros can rechazo abso-
luto (segun las crfticas los restos pertenecfan a un go rila juvenil). EI descu-
brimiento de otra especie sudafricana, denominada
Allstralopithecus robus-
tus
0
Paral1lhropliS robu us-
devolvi6 en parte el honor a Dart. Pero,
hasta el decenio de 1950, la idea de un antepasado humano similar a1 simio
procedente de Africa no mereci6 una aceptacion mayoritaria.
TEM S
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1 ? , ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ t ( ~ h ~ O d ~ ~ e n S i S
el
presumible hominido
m a :
a ~ l l . ~ i . .
II
en
un
bosque
junto
allago
e : : ~ ~ ; i : ~ ~ ~ ~ ~ s e
han
estos e r t a r i
~ t ;
e
¥
D
l
terreno dela especulaciJln
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En los decenios sig
ui
entcs el es
fu
er-
zo de bu scadorcs pioneros en Africa
oriental, acometido, entre a tro
s
por
la
familia Leakey, se recampens6 can
el hallazgo de nu evos f6s iles. A
fin
a-
les de los ailos setenta el numero de
representant.es de los australopitecinos
habia crecido e inclufa a
A. hoisei 0
P boisei- A aethiopicus y A afaren·
sis
(Lucy y su especie, que vivieron en-
tre hace 2,9 y 3,6 millones de anos, du-
rante el Pli oceno y dio o
ri
gen a nuestro
genero Homo . Cada
un
a de elias esta-
ba adaptada a su propio nicho ecol6gi-
co, pero todas eran bfpedas con pode-
rasas mandfbulas, ma lares grandes y
pequeilos caninos; diferian, y
mu
cha,
de los simios cuadrupedos, de dieta ge·
neralista, del Mioceno, cuya ubicaci6n
en el
arbol evolutivo les cae muy lejo
s.
Ahara bien, el sandear o
rf
genes huma-
nos anteriores a A.
afarensis
era verse-
las c n un v do en el registro
f6sH
que
abarcaba entre los 3,6 y los
12
millones
de ailos de antigUedad.
Pese al inten
se
rastreo, pasaron cas i
dos dece
ni
os s
in
hallar
f6
s
il
es diagn6s-
ticos, de edad adecuada, para empezar
a saspechar quienes pudieran ser los
antepasados de Lucy. La suerte cambia
de signa hacia mediados de los anos
noventa, cuando
un
equipo dirigido p
or
Mea
ve
Leakey, del Museo Nacional de
Kenia, anunci6 el descubrimiento de
A. anamesis
una especie de cuatro mi-
llones de anos de antig
ti
edad que tenia
caracte
rf
sticas ligerame
nt
e mas primi-
ti
vas que Lu cy
y
p
or
10 tant
o
cons
ti
-
tufa un precursor suyo razonable [vea-
se
Antiguos f6sHes de hominidos en
Africa ,par Meave Leakey y Alan
Wal
-
ter;
INV
ESTlGAC16N Y
C1ENC1A
agosto
de 1997]. Par esas mismas fec has Tim
D. White, de la Universidad de Califor-
nia en Berkeley, y su eq
ui
po describie-
ron
un
conjunto de
f6
s
il
es de 4,4 millo-
nes de
an
as de antigtiedad hallados en
Etiopfa. Correspondian a un homfnido
aun mas primitivo, ahora denominado
Ardipitheclls ramidus ramidus.
Estos hallazgos proporcionaron un
atraye nte acercamiento a momentos
evolutivos anteriores a Lu cy. Pero la
es timaci6n de algunos bi6logos mo-
leculares a prop6sito del
moment
en
que se separaron las lInens evolutivas
de
chimpances y humanos sugerfa
que aun existfan
hom
in idos mas an-
tiguos esperando que alguien los de-
senterrase.
Estas predicciones se han confirma-
do. En los ultimos anos, se han cose-
chado una serie de descubrimientos
6
T M S
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EVOLUCION HUM N
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RESUMEN Los HOMiNIDOS M S NTlGUOS
..
En
los manuales
de
evo luci6n humana se
lee
que los hominidosproceden de un an-
tepasado similar al chimpance
que
vivi6 hace entre
seis y
cinco millones
de
arios
en Africa oriental y adquiri6 la locomoci6n bipeda en un entorno de sabana. Perc
hasta ha
ce muy poco se desconodan f6silesde hominidas
de
mAs de 4 4 millones
de
arios
de
antigOedad.
.. Los hallazgos recientes procedentes de Chad Kenia y Etiopia que amplian el regis-
tTO
f65 hasta
los
siete millones de
anos
de
antigOedad podrfan
corresponder a
los
homfnidos
mas antiguos.
,..
Estos especimenes cuestionan ideas arraigadas
en
paleoantropologfa.
No
existe
acuerdo. sin embargo. sabre el parentesco entre tales f6siles y el linaje
humano
en
la hip6tesis de que hubiera alguno.
sensacionales (e ntre los que se en
cuentra e l hallazgo de Brunet) que han
contribuido a rellenar el hu eco que
existfa entre los humanos y sus ante
pasados antropomorfos africanos. Es
tos f6 siles, que tienen de cinco a siete
millones de aiios de antiguedad, cues
tionan ideas admitidas desde hace mu-
cho tiempo acerca de cu indo
y
d6n
de surgi6 nuestro linaje y sobre c6mo
era el antepasado comun de humanos y
chimpances. No ha de sorprender que
se desencadenara al respecto un vi
vo
debate. Hubo posiciones contrapuestas
acerca del lu gar evolutivo que deben
ocupar las
nu
evas especies
y,
princi-
8
palmente , sobre los rasgos que carac
terizan a un hominido.
Erguidos
La primera prucba de hominidos que
traspasaban el limite de los 4,4 millo
ne s de anos se dio a conocer en la pri
mavera de 2001. Martin Pickfo
rd y
Brigitte Senut, del Museo de Historia
Natural de Pari
s,
habfan encontrado en
Tugen Hills Kcnia) restos de un espe
cimen de seis millones de ai ios; 10 ads
cribieron a
un
a nueva especie,
a T -
r n tugellensis
Hasta la fecha se han
reunido diecinueve f6siles, que indu-
yen pequefios fragmentos de mandfbu
la, di entes sueltos, falanges de la mano
y huesos del brazo, con fragmentos de
femur. Segun Pickford y Senut,
rr -
rin
muestra algunas caracterfs
ti
cas que
10 relacionan con la familia de
lo
s ho
mfnidos, en particular, las qu e sugieren
que ten fan un modo de locomoci6n bi
peda. En palabras de Pickford,
e
l fe -
TEMAS 44
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mur
es sorprendenternente similar al de
los humanos . EI cuello del femur es
I. rgo, 10 que habrfa dispuesto la diafi
sis del femur en angulo respecto a la ti
bia y de ese modo estabilizarfa la pel
vis . Tambien
pre
senta un surco en la
cara posterior del cuello femoral, don
de el musculo obturador externo pre
sio
na
durante
Ia
Iocomocion
bfp
e
da.
En atros aspectos, Orrorin es
un
a espe-
cie primitiva:
su
diente canino es largo
y m
as
apuntado que los caninos
hurna-
nos, y sus huesos del brazo y de los de
dos conservan adaptaciones trepadoras.
Pero las caracterfs
li
cas del femu r signi-
fican para Pickford y Senut que, en el
suelo,
Orrorin
deambulaba erguido.
Afinnan, en concreto, que 01 1 0
r n
parece ten er un a locomocion bfpe-
da
mas similar a los humanos que Ja de
Lucy, muy posterior c
ron
ol6gicamente.
Prop
onen incluso que
Orrorin
evolu-
cion6 hacia
Homo
a traves de otro ge-
nero, Praeanthropus
q
ue
co
mpr
ende
EVOLUCION HUMANA
algunos de los fosi les asignados en la
actualidad a A
afarensis
y A
anamen-
sis ,
y
situan
a Lucy y a su especie en
una
linea evolutiva dislint
a. Para
e
ll
os,
adema s, Ardipithecus constitu ye un an-
tepasado del chimpance.
Pero
no
todos es
tan
convencidos
de la morfologfa del femur. c. Owen
Lovejoy, de la Uni versidad estatal de
Kent, responde
qu
e las imagenes
pu
-
bli cadas, obten
id
as
po
r tomograffa
computarizada, del cue llo femoral de
Orrorin mu
es
tran una
di
stribuci6n del
hue
so cortical similar a
la
de los chim-
pan
ces,
un
indicador
mu
y importan-
te
de l
as
tensiones que se
produ
cen en
esta parte del femur durante la locomo-
ci6n. (Aunque Pickford y Senut afir
man
que mues
tran una
estructura osea
similar a la humana.
En
cambio, Love-
y defiende que las secciones del cue
ll
o femoral de A.
ajarellsis
son comple
tamente humanas. eg
un
este mi smo
autor, Orrorill frecuentemente, aunque
no de forma cont
inu a,
desarrollarfa una
locomoci6n bipeda,
s
bien pasarfa par-
te importante de su
ti
empo en los
-
boles. Esto no
10 exc1u iria
de su
co
ndi-
cion de homfnido, porque la autentica
locomoci6n bfpeda no habrfa apareci
do de un solo golpe; Orrorill podrfa no
haber adquir
id
o todos los rasgos nece
sarios para
la
bipedaci6n cabal. Desde
esa perspec
tiva
,
Orrorill
podria seg
uir
perteneciendo a nuestra
Ifnea
evoluti
va
,
aunque algo mas alejado de
H
o o de
10 que opinan Pickford y Senut.
Segtln Lovejoy, una prueba mas s6-
lida en
pro
de
una
locomoci6n bipeda
habitual serfa 13 aportad., unos meses
de spues del artfculo del Orrorill por
Yohannes Haile-Selassie. Este alumno
de doctorado en Berkeley anunci6 el ha
llazgo de unos f6siles
ti
geramente mas
recientes procedentes de la regi6n del
Middle Awash (Etiopfa). Con una anti-
giiedad
de
entre 5,2 y 5,8 millones de
aoos, se han
as
ignado a
una
s
ube
specie
de
Ardipithecus ramidus: A.
r
kadab-
ba. Incluyen una falange de pie comple
ta que tiene un rasgo revelador. Lovejoy
explica que la lli1iculaci6n proximal del
hueso presenta la orientaci6n que espe-
rmamos siA I
kadabba
cami
na
se igual
que los humanos (realizando el impulso
final que efectu amos con la punta de los
dedos del pie al andar).
A otros pa
le
ont6
10go
s no
le
s parece
t
an
s
in
gular la morfologfa de la falange
de pie. David Begun, de la Uni
ve
rsidad
de Toronto,
no
cons
idera
que difiera de
la
fal
ange de pie de
un
chimpance, su
brayando que, por 10 que se aprecia en
las
fotograffas, resulta mas larga, delga
da cur
va
que la falange de un bfpedo.
Pese a las diferentes interpretacio
nes anat6micas, s i nvrill
0
Ardipithe-
ells fueron bfpedos el origen de nuestro
particular modo de locomoci6n habrfa
retrocedido 1,5 millones de anos en el
tiernpo. Tambien se rechazarfa la idea
9
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general sobre las condiciones en que
evolucion6 nuestra fonna de caminar.
La opin i6n mayoritaria establece que
nu estros antepasados se convirtieron
en seres bipedos en la sabana africa
na, donde caminar erguidos habria im
pedido que el sol les abrasara la espal
da, les penniti6 el acceso a recursos
alimentarios antes inalcanzables y les
proporcion6 una mejor visi6n por en
dma de la hierba alta. Pero los analisis
paleoecol6gicos indican que
Orrorin
y
Ardipithecus
vivian en habitats bosco
sos, junto a monos y otras especies tf
picas de fioresta.
EI
equipo encabezado
por Giday Wolde-Gabriel, del Labora
torio Nacional de Los Alamo
s
ha ana
li
zado la quimica del suelo y los
reslO
S
de fauna del yacimienlO de A. r
ka-
dabba
y senalan que, hasta hace unos
4,4 millones de arios, los primeros ho
minidos no se aventurarian lejos de los
ambientes hUmedos y arbolados.
Si ocurri6 asi, los cambios climMi
cos no habrian ejercido la inftuencia
que se les atribuye en instar la sustitu
cion de la locomocion cuadrupeda por
la bipeda. Por
su
parte, Lovejoy obser
va
que algunas de l
as
hip6tesis sobre la
adquisici6n de
la
postura bipeda que se
basaban en los ecosistemas de sabana
carecian de fu ndamento, pu es la simple
seleccion a favor de una postura ergui
da no habrfa conducido, por sf sola , a la
adquisici6n de la locomoci6n bipeda.
2.
A BUSQUEO de hominidos.
Michel
Brunet
izquierda), cuyo equipo ha deseubierto aSahe-
lanlhropus, ha cemido las arenas del
desierto
de
Ojurab
en
l Chad
durante mas de una decada.
Martin Pickford yBrigitte Senut
«enlro
abojo)
deseubrieron aOrrorin en las Tugen Hills de Ke -
nia Tim White
derecho)
y Yohannes Haile-Se-
lassie
cenlro,
arriba)
encontraron
aArdipilhecus
en
la region
del
Middle
Awash
de Etiopia.
10
Lovejoy entiende que el su rgimiento de
la bipedacion responde a una doble exi
gencia: libera las manos permite a los
machos recoleclar mas alimentos para
sus pareja
s.
En este modelo, que
de
sa
rroll6 en los anos ochenta, las hembras
que eligiesen los machos que les apor
tasen mas a
li
mento podrian dedicar
su
energra al cuidado de las crias y, por 10
tanto, aumentarian el exito reproducti
vo
de
su pareja.
lEI antepasado mas antiguo?
Mientras la comunidad de paleoan
trop610gos debatia l
as
implicaciones
de los descubrimiento s de
Orrorin
A. r
kadabba pa
reci6 el f6sil de Chad
aportado por Brunet. Con
Sahelanthro-
pus
han
lIe
gado nuevas respues
ta
s; y
tambien nuevas preguntas. A diferen
cia de 10 que aconteci6 en los casos de
Orrorin
y A.
r. kadabba
los f6si les
de
Sahelanthropus
no incluyen hu esos
del esqueleto poscraneal ; esa au sencia
impide aseverar si esta especie fue bi
peda el caracter distintivo empleado en
la definici6n tradicional
de
hominido.
Pero Brunet cree que
un
conjunto de
rasgos dentales y del craneo que de
bido al gran reborde supraorbital opina
que perteneci6 a un macho) permite
re
lacionar claramente a esta especie con
los hominidos que vinieron despues.
En esta valoraci6n reviste particular
importancia la morfologia de los cani
nos de
SaheLallthropus.
En todos los si
mios actuales y f6si les, y presumible
mente en el ultimo antepasado comun
de chimpances human os, los caninos
superiores son grandes y se desgastan
por el roce con el primer premolar in
ferior, produciendose
un
borde afilado
en la cara poste
ri
or de los caninos. Esta
morfologia se denomina complejo ca
nino-premolar; se manifiesta con niti
dez en los machos que se sirven de los
caninos para competir entre sl por ac
ce
der
las hem bra
s.
L
os
humanos he
mos perdido estas armas de lucha, de
sarrollando caninos pequenos con una
morfologfa similar a la de los incisivos
in
cisiviforme). Los caninos humanos
se desgastan entre Sl por sus coronas;
con
el
tiempo, aparece un patron pecu
li
ar
de
desgaste. Brunet afirma que los
caninos de
Sahelamhropus
por
su
ta
mano, fonna y desgaste, han evolucio
nado en direcci6n a los humanos.
Perc
Sahelanthropus
muestra tam
bien
ra
sgos primitivo
s
simiescos; por
ejemplo, una caja craneana pequena y
6rbitas oculares muy separadas. Para
Brunet, este mosaico de caracteris ti
cas primitivas y derivadas sugiere
un
parentesco estrecho con el ultimo an
tepasado comun. Y propone que
Sahe-
Lanthropus
es el miembro mas anti guo
del linaje humano y el antepasado de
todos los hominidos posteriores,
Orro-
rin Ardipithecus
incluido
s.
Si Brunet
esta en 10 cierto, la humanidad habria
aparecido mas de
un
mill6n de anos an
te
s que 10 estimado por diversos est
u
dios moleculares. Y, au n m
as
importan
te
, podria tener
su
origen en
un
lugar
diferente de donde se habia propues-
TEMAS
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to. Yves eoppens del Colegio e Fran
cia,
avanz6
en
los aiias oche
nt
a un mo-
delo sobre el origen -de los hominidos,
en el que situaba la cuna de la huma
nid
ad
en
Africa oriental.
Ba
sa
ndose en
que los fos
il
es de hominidos mas pri
mitivos proceden de Africa oriental, se
iialo que el valle del Rift
un
a falla im
ponente que recorre Africa de norte a
sur) separo a la especie
e
simio ances
tral en dos poblaciones. Una de elias, la
del
este die origen a los hum anos; la
del
oeste generaria a los s
imi
es actuales.
Hace tiempo que la paleontologia sos-
EVOLUCl
N
HUMANA
pechaba que esta aparente separacion
geogratica podria deberse a un arte
facto en la escasez de registro fo sii.
EI
hallazgo de un hominido e siele millo
nes de afios de antigliedad en el Chad,
a mas de 2500 kilometros al oesle del
Vall
e del Rift, vendria a dar el golpe de
gracia a esta leon
a.
Peru 10 mas sorprendente de todo es
10
que
Sahelanth roplIs
mues
tr
a sabre el
ultimo ante
pasa
do comun de c
himp
an-
ces y humanos. Lo s paleoantrop61ogos
se imaginaban dicho antepasado de for
ma muy similar al chimpan ce co n
un
ment6n prominente dot ado de
rn
olares
con escaso esmalte y can ino s podero-
sos. Pero he aqui que Sahela
throplIs,
pese a
sus
rasgos en ge n
era
l simi es-
cos presc
nta 8
1 mod
era
do progna-
ti
s
mo
bast
ante
es
malt
e
molar
caninos
pequeiios y un reborde 6seo de las or
bitas mayor que el de cualquier antro
pomorfo
actual.
Si ahelanthropus
nos
enseiia alga, opina White, es que el
ul
timo
antepa sa
do co
mun
no e
ra
chim -
pance.
Pero, icabfa acaso esperar
Olra
cosa? Los chimpances han co
ntad
o con
el mismo tiempo de evoluci6n que l
os
humanos ha la convertirse
en
un
pri-
mate
fru
gfvoro
mu
y especializado.
No obstante, la tes is de
Brunet
segun
la cual los fosi les del Chad pertenece
rian
a un antepasa
do
de
lo
s hum anos, se
ha rec ibido ca n reticencia. Para
Caro
l
V Ward, de la Universidad de Mi ssouri ,
dista de ser palmaria la adscripcion ho
minida
de ahelantlirop
s
Can
O
ro
s
paleontologos, Ward se muestra escepti
co ante la propuesla se mejanza entre sus
caninos y los humanos. En la
mi
sma li-
nea de critica, Milford H. Wo
lp
off, de la
Universidad de Michigan, y los desc
u
bridores de
On'orill,
Pickford y Senul,
publicaron una
carta en
Nature dande
el e
quipo
de Brunet hab
ra ex pu
es to sus
resultados) en la que defendian
u
eS he-
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lanthropus era un simio, no un homfni
do. En su opini6n. el poderoso reborde
supraorbicu ar, unido a ciertos rasgos de
la base de la parte posterior del craneo
de Sahelanthropu
s
evocan la anatomia
de un simio cuadrUpedo con una dieta de
alimentos duros; a su vez,
lo
s caninos
pequefios indican que se trataria de una
hembra de esa especie y no de un ma
cho de un antepasado de los humanos.
Y prosiguen: al carecer de pruebas sa
bre la locomoci6n bipeda de Sahelan-
thropus. a Brunet no
Ie
quedaria ning"n
punto de apoyo. (Pickford y Senut lIe-
gan incluso a afinnar que se trata de
un
antepasado de los gorilas.) En una re
plica mordaz. Brunet compar6 a sus de
tractores can los que criticaron a Dart en
1925. respondiendo que
lo
s rasgos si-
miescos de Sahelanthropus son simple
mente vestigios p r m t v ~ s heredados de
su antepasado antropomorfo y por tan
to. sin nada que decir con respecto a su
grado de parentesco con los humano
s.
Estas opiniones contrapuestas
re
Re-
jan, en parte, la discrepancia reinante
en torno a 10 que define la singularidad
12
dellinaje humano.
Lo
reconoce
si
n am
bages Roberto Macchiarelli. de la Uni
versidad de Poitiers. Desde siempre,
los paleoantrop610gos habian visto en
la locomoci6n bfpeda la caracteristica
que separ6 del resto de los antropomor
fos a
lo
s antepasados de
lo
s homfnidos.
Pero esa disyunci6n pudo ve nir prece
dida par cambios mas
su
tiles,
ve
rbigra
cia, la transformac i6n del canino.
Para explicar el grado de parentesco
entre las especies ani males la bioiogia
evoluti
va
se sirve del metodo cladisti
co. De acuerdo con el
mi
smo, los orga
ni
smos se agrupan en razon de caracte
res derivados compartidos. Expuesto en
grandes lineas, las especies que tienen
caracterfsticas en comun derivadas se
nsideran mas estrec hamente empa
rentadas entre sfque las
qu
e s610 mues-
tran rasgos
p r m t
heredados de
un
anlepasado comun mas Jejano. La pre
sencia en el registro f6sil de un rasgo
derivado compartido sirve de hila
in
dicador de
la
divisi6n de una especie
ancestral en dos especies descendien
les (en nuestro caso, para eSlablecer el
punto de divergencia de los humanos y
de los chimpances a partir de
un
a espe
cie ancestral); es te rasgo se considera
la caracteristica que define al grupo.
As ,
segun la clad s
ti
ca, razona
William H. Kimbel . de
la
Universidad
estatal de Arizona, un hominido puede
desc ribirse. desde el punto de vista de su
morfolog(a esqueletica, par las caracte
risticas 6seas conservadas que encon
tramos en las poblaciones que fueron
el resultado inmediato del even o gene
ti
co de separaci6n de humano s y chim
pances. Con
un
registro
f6
s
il
tan esca
so. los pa eont610gos
no
pueden saber
con seguridad cual es son tales rasgos,
pero los dos mejores candidatos para
definir a los hominidos son, en opini6n
de Kimbel. la locomoci6n bipeda y la
transformaci6n del canin o. Ahora se
trata de reconocer cuales fueron estos
cambios iniciales y cual de las supues
las especies de homfnidos se encuen
tra en la base del clado de los huma
nos. Ocurre que
v rin
A. I
kadabba
y
Sahelal1lhmpus eSlan represenlados
por diferenles partes 6seas. 10 que di -
TEM S
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 11/88
ficulta sobremanera las comparaciones
entre e
ll
os.
Cuantos
hominidos?
EI
establccimiento de los tres nuevos
taxones ha avivado el debate sabre la
divcrsidad de los primeros homini
dos. En el intervalo temporal que traos
c
urri
6 entre hace
tr
es y 1,5 millones de
anos, hubo, admiten los paleont610gos,
multiples especies de hominidos, coel
a
neas algunas. Esta cascada de haUazgos
nos
mu
estra que la evol uci6n humana
fu e un asunto complejo desde sus ini
cios. Beg
un
, que opina que los simios
miocenos, antepasados de los antropo
morfos africanos ac tu ales y lo s huma
no s, pasaron sus primeras etapas evo
lu
li va s en Europa y Asia occ
id
ental ant es
de volver a entrar en Africa, destaca
qu
e Sahelanthropus tiene exactamente
el conj unto de rasgos heterogeneos que
podrfamos esperar en un an imal que
forl116
pane
de
un
a expansi6n adapta
ti va de los simios a Olros ecosistemas.
Sugiere la posibilidad de que
hu
bie
ra de lOa 15 generos de animales con
EV
OL
UClDN HUMANA
un
parentesco mas estrecho con los hu
manos que con los chimpances. Ber
nard Wood, de la Uni ve rs
id
ad George
Washington, se ha planteado
in
c
lu
so la
posibilidad de que SahelanthroplIs re
fl ejara, par 1 que concieme a
lo
s antro
pomorfos africano
s, un
a situ
ac
i6n a0 1-
loga al famoso yacimie
nt
o canadiense
de Burguess Shal
e.
Es te yacimiento ha
proporcionado millares de f6s
il
es de
invertebrados del per
io
do Cambrico, el
momento en que los grupos mas impor
lantes de los animales actuales apare
cieron de forma repentina. Consid era
do desde esta 6ptica, el
lITbo
l e
vo
luti
vo
de los humanos se parecerfa a un arbus
to en el que algu nos si no todos) de los
nuevos descubrimjentos se encontra
rfan en los apices terminales de las ra
mas; una
im
agen, esta, ma s pr6xima a
la verdad que la representaci6n de pun
tos de un a lfnea si
nu
osa que desembo
ca
en
el hombre.
Gtros paleont610gos, basados en las
especies descubiertas hasta la fecha, ad
vierten del peligro de inferir la presen
cia de numerosas coetaneas. White y
Brunet apuntan
qu
e, en el arco tempo
ral que va de lo s siete a lo s cuatro mi-
1I0nes de anos antes del presente,
56
10
se conoce una especie de hominido que
viviera en cada momenta. i De que ar
bUSlO hablamo
s,
entonces?, pregunta
Brunet. Segti n White, induso en el mo
mento de maxima diversidad de la hu
manidad, hacc dos milloncs de aiios,
s610 habfa tres taxones compartiendo
el paisaje. No cabe aludir, pue
s,
a nin
gun a expl osi6n cambrica, replica. Ms
aun,
afinn
a White , las pruebas disponi
bles 5610 avalan que la base del lITbol de
la familia sea un tronco. Piensa que to
dos los nuevos hallazgos pueden repre
sentar
in
stantaneas de la linea evolutiva
de Ardipithecus en diferentes -momen
tos. Sahelanthropus serfa el homfnido
ma s antiguo y Orrorin y
A.
r kadabba,
descendientes suyos en el mismo linaje.
Segtinesta interpretaci6n,
Sahelanthro-
pus y Orrorin constituirfan especies del
genero
Ardipithecus.
Los investigadores estan de acuer
do en que h
ac
en falta mas f6 siles para
esclarecer el grado de parentesco que
v
in
cula a
Orrorin, A.
r
kadabba
y
Sa-
helamhr us
entre sf y con nosotros.
Pero
no
sera facil obtener una imagen
de mayor resoluci6n de
lo
s ongenes de
la humanidad. A medida que nos acer
quemos
a1
antepasado comun se inln
multip
li
cando los problemas para diag
nosticar
lo
s primeros miembros de
nu
estro clado. Pero importa conocer el
punto de arranque. Los
nu
evos hallaz
gos podrian encerrar la clave para res
ponder a la cuesti6n sabre el origen de
nu
estro linaje.
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13
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 12/88
1
EL
P S DO
QUE P REa
REFW DO
en el
sp jo muestra una
can
que nos
result.
faml
.
liar extra a
a
la vez. Im_ de una mujer
adulta
con
130.000 alios de antlglledacl,
pro-
cedente
del Abrlgo de
Kraplna, en noru&
te de
(roacia,
ha Insplndo
i
I'IaInstnKd6n de
esla neandertal.
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 13/88
lQuienes fueron
os neandertales?
stos homfnidos se cruzaron con humanos de anatomfa moderna
adquirieron en algunos cas os una conducta avanzadao
Pero las pruebas que avalan esa tesis son objeto de controversia
relato era sencillo y claro. Sin
nada que se Ies o
pu
sier
a,
los
hum
anos de anato
mia mod
e
rn
a
se expandieron
co
n una cultu
ra
y recursos tecnicos ela
bora-
dos,
in
vasi6n que provoc la extinci6n
de los neandertales. una especie distin
t o
Pero
la
s
de
scr ipci ones s
impli
st
as
de
nues
tro pasado acostumbran velar
mi
s-
terios. La hi storia de los neandertales
no es una excepci6n.
Du
ra
nt
e m
as
de
200.000 anos, eslOS homfnidos de un
cerebro notable habitaron en Europa
y Asia occ
id
e
nt
al,
lu
chand o contra los
intensos frios de las epocas glaciales y
l
os
pelig
ro
s consta
nt
es de la vida pre
hist6rica. Han desaparec ido. Pese a esa
doble realidad, Ia ciencia sigue deba-
tiendo con calor Ia identidad
o
modo de
vida y sino de los nea
nd
e
rtal
es.
EI mayor empeno puesto en Ia resolu
ci6n de cues
ti
ones tan esquivas
va
35
ciado a
un
a poiemica
de
mayor
vuelo
la centrada
en
toma a la aparici6n de la
humanidad ac tua
l.
Unos
in
vestigadores
abog
an
por
un
ori
ge
n recie
nt
e de nues
tra especie, hace
un
os 2
00 000 an
os, en
Af
ri
ca; sustituiria a l
as
poblac iones mas
a
nti
guas de humanos en todo el mundo.
Otros aulores proponen que los grupos
arcaicos
co
n
tribu
yeron
aI
patrimo
ni
o
genetico de Ia humanidad ac tual. Los
neandertales,
el
mej or conocido de tales
grupos,
re
sultan decisivos
para
deshacer
el dilema. Ahora bien, se trata de
al go
mas que
un
a simple explicaci6n cientifi
ca sobre detenninados sucesos de nues
tro
pa
sado rem oto. AI
in
ves tigar
so
b
re
Ia biologia y el comportamiento de los
neandertales, hay que pregunlarse qu e
signifi ca ser humano en su plenitud y
descubrir, si acaso ex iste, la razon que
EVOLUCJON HUMANA
s
in
gulariza a
Ia
humanidad
ac
tua
l.
Ante
los hallazgos recientes, los paleoantro
p6Iogos y los arque6Iogos se preguntan
can crecie
nt
e insistencia hasta donde
Hegaba el parec
id
o entre el nea
nd
ertal y
el hombre modemo.
Desde que, en 1856
0
se descubri6 el
esqueleto parcial de un neandertaI, en
el
va
lle
de
Neander (Alemania), vie
nen los paleont6Iogos dandole vueI
tas a Ia comp araci6n de marras. Habi
da cue
nta
de los rasgos p
ec
uliares de
aquellos restos c raneo mu y ro busto,
con el caracterfstico reborde oseo par
encima de los ojos, y
hu
esos de las e x
tr
emidades
mu
y macizos , se cr
e
una
especie propia para los neandertales,
Homo neanderthalensis
Ya entonces
hubo discrepancias, y algun os exper
tos alemanes atribuyeron el
f6s
il a un
ji nete cosaco deform e . C
in
cue
nt
a anos
mas t
ar
de , se de
scubri
6 en Franc
ia
el
famoso esqueleto de el Viejo de Ia
Chapelle-aux -Sainls, cuya descripci6n
co
nt
ribu y6 a cons
id
erar protohuma
nos primitivos a los nea
nd
ertal es .
Se
les repre
se
ntaba
co
mo brutos simies
cos, torpes y encorvad os, en claro con
traste con la pos
tur
a erguida y estampa
gnk
il de l
Homo sapiens
El neander
tal venfa a ser
un
mons
tru
o idiota que
no h
ab
ra
tr
aspasado e l umbral evoluti
vo de Ia humanidad.
Dece nios mas
tard
e,
nu
evos estudios
del esqueleto de La Chape
ll
e
pu
sieron
en evidencia la
in
c
orr
ecta interpretacion
dada a ciertos rasgos anatornicos. La
verdad dictaba qu e Ia postura y Ia Ioco
moc i6n neandertales eran
id
enticas a las
nu estras. Desde e
nt
onces, los paleoan
trop61ogos intentan detenninar si
la
s ca
rac terislicas definidoras del grupo
de
los
Kate Wong
neande
rt
ales squeleto
ro bu
sto, ex
tr
e
mi
dades co
rt
as, t6rax en barril, arcos
supraorbitarios resaltados, frente baja e
inclinada, faz prominente y mandfbulas
s
in
me
nt
6n- son suficie
nt
es para con
siderarlos una especie distinta. Se est.
de acuerdo en que algunos de es tos ras
gos denotan adaptaciones al medio. Asi
o
su cuerpo bajo y robusto Ies pennitiria
ret
ener mej or el calor en el clima e
xtr
e
made de las g laciaciones. Pero en otro s
rasgos, como Ia forma del reborde su-
pr
aorbitario, no se aprec ia un claro sig
nificado funcional y parecen deberse a
la deriva genetica qu e se p
rod
uce en po
bl
acion
es
ais
lad
as.
Segun los defen sores del modelo de
susti tuci6n para
el
origen de Ia huma
nidad aC
lu
aI, Ia morfologia distintiva
de los neandertales es el resultado de
una trayectoria evolutiva difere
nt
e de
la reco
rri
da por los humanos moder-
nos. D
es
de hace anos , o
tr
os pal
eont
o
logos vienen rechazand o esa interpre
tac ion y sos
ti
enen qu e mu chos de los
rasgos qu e caracteriz
an
a los neander
tales se
pu
eden tambien observar en los
primeros humanos rnodernos de Euro
pa. S in duda, presentaban una serie de
rasgos
qu
e, to
rn
ad
os
en
co
njunto, son
di
stintos, pero se
r
ata de
un
a
dif
eren
cia
qu
e reside en la
frec
uenci
a,
no es
una diferencia ab soluta", a
firm
a Da
v
id
W. Fraye
r,
paleoantrop6Iogo de Ia
Uni ve rs
id
ad de Kansas. En
Ifn
eas ge
nerales, c llanto podernos encontrar en
los neandertales, se puede dar en otra
parte
."
Frayer pone de ejemplo a uno de
lo
s
hum
anos modemo s europeos mas anti
guos, un
f6s il
procedente del yacimien
to de Vogelherd , en el sudoeste de Ale-
15
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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2.
C R OERISTIC S QUE
DlSTINGUEN
a un neandertal,
representado
por
el
aneo de La Ferrassie
(Francia), ya
un humano moderno
, DolniVestonice 16, procedente de
la
Republica Checa.
Cada
uno
de los
rasgos
puede
aparecer por separado
en cualquiera de los dos
grupos
,
variando
en grado yen
frecuencia, pero l tendencia
es
que
se
den de forma onjunta.
mania. En
ei
se combinan la forma del
craneo de los humanos modernos con
rasgos genuinamente neandertales;
verbigracia,
a
pre
se
ncia de un
es
pa -
cia retromolar (un vado claro entre el
ultimo molar y la rama ascendente de
la mandfbula) y la fonna del foramen
mandibular, el canal de un nervio de
Ia
mandfbula. A ello hay que agregar Ia
informaci6n
qu
e, seg
un
Frayer y Mil-
ford H. Wolpoff, de
la
Universidad de
Michigan, aporta
un
grupo de prime
ro
s
humanos modernos
desc
ubiertos
en
el
6
yacimiento de Ml ad
ec
(Morav ia .
En
su op
ini
6n,
la
s
ge nt
es
de
Mladec
ti
enen
en sus cnlneos caracterfsticas que atro s
han
considerado rasgos exclusivos de
lo
s neandertales.
Con anterioridad , esos datos se ha-
bran
esg
rimido para respa
ld
ar la posi·
bilidad de que
lo
s neandertales evolu-
cionaran de forma independiente hacia
los europeos mo ernos Pero esa idea
ha cambiado. Hubo poblaciones qu e
penet
raron
en Europa,
eso
esta claro. Y
asi, la s poblaciones posteriores resulta·
ron del cruzamiento entre nea
nd
ertales
y los humanos que migraron a Euro-
pa ,expone Wolpoff, para quien ambos
grupos diferfan entre sf
no
mas que los
europe
os
actuales y los aborfgenes aus-
tralianos.
En
opini6n de Fred H. Smith,
paleoantrop610go de la Universidad de
Northern Illin
ois
, aparecen tambien
pru eba s de esa hibridac i6n en los f6-
siles de neandertales mas tardios. Los
re
s
to
s de nea
nd
ertales de la cueva de
Vindija, en e l noroeste de Croacia, re·
flejan Ia asimilaci6n de algunas carac·
terfsticas de los humanos modemos .
de
clara, refiriendose a
lo
s rebordes s
u
pr
aorbitarios con morfo logia m
ode
rna
y a Ia
in
sinuaci6n de un Jigero ment6n
en
la
m.ndfbula.
Para quienes l
os
neandertales forma·
ban un a especie distinta, re sultan de·
masiado fragmentarios los f6siles de
Vindija, in sufi cientes para
co
n
ce
der·
les valor diagn6stico; en su op ini6n, to·
do
s los pare
cido
s
qu
e
ex
isten
pu
eden
explicarse por convergencia evolutiva.
Y con respec to a los humanos moder·
nos de Mladec descartan que
se
trate de
hfbridos. Cuando observo la morfolo-
gfa
de esta poblaci6n, s610 distingo ro-
bu stez; no yeo a un neandertal , rat ifi ca
Christopher B. Stringer, del Mu seo de
Hi
storia Natural de Londres.
Los que cues ti onan la tesis del cru -
zamiento entre ambos grupos se apo·
yan
tam bien
en los re sultados
de Svan·
te
Ptilibo
. Logr6 este con su equipo de
la Universidad de Mun
ic
h, en julio de
1997,
la
obtenci6n y ana
li
sis ulterior
del ADN mitocondrial (ADNmt) de
un
f6si l de neandertal. La portada del
numero de I. re vista
ell
dond e apare-
ci
el informe anunciaba s in ambages:
L
os
neandertales
no
fueron nu es
tro
s
antepasados . A partir del corto seg-
mento de ADNmt que secuenciaron,
el labora torio de Paabo determin6 que
la
s difere
nci as
entre el ADNmt de los
neandertales y
el
ADNmt de la hu-
manidad actual eran mucho mayores
qu e las
re
gislradas e
ntr
e di stintas po-
blacion
es
humanas actuales. [El equi-
po de Paabo, tra s estudiar mas res tos
de neandertales, ha seguido sin en-
co
ntrar contribuc i6n de ADN mito-
condrial de los neandertales al acervo
humano moderno. En mayo de 2006,
Paabo anunciaba la secuenciaci 6n de
un
mill6n de bases del ADN
nu
clear
de un macho de neandertal de hace
45.000 a
fio
s. ] Aunque en la super-
fici e pared resuelta la cuesti6n de
la especie, quedaban por despejar in-
terrogantes de fondo.
TEM S
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 15/88
Nuevas descubrimientos en el regis
tro
f6sil de Europa occ idental han in
crementado el interes sobre la posibi
lidad
de
hib ridaci6n e
ntr
e n
ea
ndertales
y humanos modemo
s.
En enero de
1999 se anunci6 un ha
ll
azgo va
li
osi
simo . Ocurri6 en el va
ll
e de Lapedo
en el centro de Portuga l.
Se
trataba de
un esqueleto mu y completo de
un
nilio
de cuatra a
li
os que habia sido ente
n-
a
do hace
24.500 afi
os siguiendo el ri
tu al grave
ti
ense; aparece este en otros
yacimientos de humanos modemos de
Europa de esa
mi
sma epoc
a.
Segun
Erik Trinkaus de la Un
iver
sidad de
W
as
hin gton y Ci dal ia
Du
arte de l In
s
tituto Portug ues de Arq ueolog ia de Li s
boa y sus colaboradores. el es
qu
eleto
denotado Lagar Ve
lh
o I presenta una
combinaci6n de rasgos neandertales y
de hum anos modemos qu e s610 puede
sec el resuhado de c
ru
zamj ent o habi
tual entre ambas pobl aciones.
GLOSARIO
Aurifiaciense.Tipo de ind u
stri
a lit i
ca
que aparece
asoc
iada a los humanos moderno
s
com
prende inst ru mentos muy elaborados y objetos artfs ticos .
h telperroniense .Tipo de industria litiea de l Paleo litico superior
asoc
iadoa osneander-
t
ales.
Presenta
carac
ter
isticas
in
te
r
medias
entreel Mu
st
eriense y el Auriiiaciense.
Musterlense.Tipo de indus tr
ia
iftica del Paleolftico med
io
asociado a os neandertales
y
los primeros hu
ma
nos mode
rn
os en el Pr6x im o Oriente.
Neandertal
Neanderthal Hacia 1900 la ortografia del alema n cambi6, y en algunas
palabras desapa reci6 1a sorda , como es el caso de thai (qu e significa valle . La
designaci
6n cie
ntifica, Homo neanderthalensi
s
sigue si
en
do
la
mis
ma
, pero
el
nom-
bre comun puede escribirse de ambas fo r
mas
.
Paleolitico. Per/odo qu e abarca desde la apa rici6n de la cu ltura ha sta el final de la ulti-
ma glaciaci6n. Se divide en tres pe r
io
dos: i
nfe
rior, medio y supe
rior.
Si la hip6lesis de
hi
b
ri
daci6n para
La gar
Ve
lho I supera
nu
evos am
i li
sis
adquirira mayor fuerza la idea de
qu
e
los neandenales s610 fuera n una va
ri
edad de
nu
estra especi
e. Lo
s que de
fi
enden el modele de sustilllci6n admi -
ten que de form a ocasional pudieran
c
ru
zarse humanos modernos y espe
cies arcaicas; no es
in
s6
1it
o el c
ru
za
miento interespecffi co de mamiferos
estrechamen
te
e
mp
arentados. Pero hay
aqul un a novedad. A diferencia de los
3. VIDA
DlARIA
E LOS NEANDERTAlES de la Grone du Renne en Francia.
lo
s
niveles
estratigraficos chatelperronienses
han suministrado un conjunto
de
colgantes e instrumentos
de hueso
y
piedra avanzados. Estos
objetos que
aparecen junto a indicios
de
cabanas yde
fuegos se
.tribui.n
en exclusivi
d d
los
humanos modernos pero
los
restos
de
la Grone du Renne mues
tran
que
los neandertales
habian
desarrollado
una
industria muy
similar
.
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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EN UNA
FRIA TARDE
DE
NOVIEMBRE
de
1998, mientras inspeccionaban el
Abri
go do
Lagar
do
Velho, un refugio
del
valle
de Lapedo, en el centro de Portugal, dos
arque61ogos vieran el sedirnento remc·
vida de
la
madriguera de algun rcedar
a
1
largo
de la
pared del abrigo. Cono
ciendo que los animales uando excavan
el
terreno
, a
menu
do sacan a
la
superficie
materiales mucha mas profundos,
uno
de
los exploradores se acerc6 para curiosear
que
podfan
haber des en terra
do.
AI retirar
la
mana,
se
via con algo extraordinario :
105
huesos
de
un
nino
enterrado de unos
25.000 arios de antiguedad,
La
excavaci6n posterior de
este
enterra
miento, dirigida
por
uno de nosotros
(Duarte) , nos
indic6
que el nino, de ua-
tro
anos, habfa sido enterrado siguiendo
un ritual
cubierto por
ocre rojo y sobre
una capa de vegetaci6n quemada, jun-
to a un
dlente
de ciervo perforado y una
concha marina
),
segun el estilo de la s
tumbas del Gravetiense, tlpico de huma-
nos modernos de ese perfodo en otras
partes de Europa. Teniendo en cuenta el
abrupto cambio cultural que se obser
va
en los yacimientos arqueol6gicos de
la peninsula Iberica, parecia veroslmil
que cuando los humanos modernos Ile
garon a esta area, hace 30.000 anos, sus
tituyeran muy
pronto a los neanderta
les nativos. Era de todo punto razonable
que este individuo, denominado Lagar
Velho
1,
perteneciera a un
nino humane
moderno. De hecho, al principio no pen
sabamos
que
pudiese tratarse de otra
cosa.
individuos del centro y este de Euro
pa a los que se atribuye mezcla de ras
gos, cl nifi.o portugues procede de una
epoca en la que los neandertales habfan
dejado de existir. Para que los rasgos
neandertales persistieran miles de anos
despues de su extinci6n, se requiere,
postulan Trinkaus y Duarte, un grado
de cruzamiento significativo entre po
blaciones coetaneas de neandertales y
humanos modemos.
Su interpretaci6n no qued6 sin repli
ca. En un comentario que acompanaba
al artfculo del equipo, aparecido en ju
nio de 1999, en
Proceedings o the a-
tional Academy o Sci
en
ces US los
paleoantrop610gos Ian Tattersall , del
Museo Americano de Historia Natural
de Nueva York y Jeffrey H. Schwartz,
de la Universidad de Pittsburgh, res
pondfan que Lagar Velho I pertenecfa
a un
nino
robusto gravetiense . La s
18
Este esqueleto, bastante completo, pre
senta toda una serie de rasgos que
10 ase
mejan a los primeros humanos modernos
de Europa. A saber: un ment6n prominen
te
y
ciertos pormenores de
la
mandfbula,
dentici6n anterior pequena, proporcio
nes e inserciones musculares del pulgar
caracteristicas, estrechez de la parte an
terior de
la
pelv
is,
mas algunos aspectos
de la escapula y de los huesos del antebra
zoo
Otros rasgos sugieren afin idades nean
dertales, especialmente en
la
parte ante
rior de
la
mandlbula (inclinada hada atras
pese a
la
presencia de ment6n), ciertos
rasgos en los incisivos, las inserciones de
los musculos toracicos, las
propordone
s
de la rod ilia y
las
pantorrillas cortas. De
esta forma, el nino de lagar Velho eviden
cia
un complejo mosaico de caracteres hu
manos modernos
y
neandertales.
Tamana mezcla anat6mica no
es el
re
sultado de ninguna patologia.
De
acuer
do con las pautas de desarrollo de los hu
manos actuales, nuestro anal
isis
indica
que, excepto en un brazo lesionado, don
de unas pocas IIneas en el hueso revelan
que el crecimiento sufri6 una ligera inte
rrupci6n (por desnutrici6n 0 enfermedad)
y
el
hecho de que muriese siendo nino,
La-
gar Velho 1 tuvo un desarrollo normal.
Esta
combinad6n
s610
pudo deberse al cru
zamiento, fen6meno del que no
se
tenia
constancia
en
Europa occidental. Asillega
mos a
la
conclusi6n de que lagar Velho 1
era el resultado de la hibridaci6n entre
neandertales ibericos indigenas y prime
ros
humanos modernos que
se
dispersa
ron, hace algo menos de 30.000 anos,
por
vigorosas proporciones corporales que
Trinkaus
y
su equipo
yen
como prue
ba de antepasados neandertales, agre
ga Stringer, pueden s610 ser la adapta
ci6n al clima frio que habfa en Portugal
por entonces. Una explicaci6n que ob
jeta Jean-Jacques Hublin, del CNRS
de Francia; segun este, aunque algunos
humanos modernos adaptados a climas
frios muestran estas proporciones cor
porales, no se conoce ninguno durante
esa epoca en Europa. A Hublin Ie des
concierta otro punto, a saber, el hecho
de que Lagar Velho I pertenezca a
un
niiio, pues no conocemos nada sobre
la variabilidad infantil entre ninos de
una misma edad de esa epoca .
,Como lograban sobrevivir?
Ademas de las cuestiones taxon6mi
cas, la investigaci6n se ha ocupado
del comportamiento de los neanderta-
la peninsula Iberica. Ademas, el nino, que
vivi6 algunos miles de anos despues de la
desaparici6n de los neandertales, refleja
probablemente en su anatomia la mezcla
de estas poblaciones durante el perfodo
en que convivieron. No es, pues, un caso
anecd6tico de cruzamiento entre nean
dertal y humane moderno primitivo.
En los trabajos de excavaci6n lIevados
a cabo durante el verano de 1999
se
re
cuper6 gran parte del craneD y la dent
d6n,
junto a
otro
material arqueol6gico.
Ademas, con el fin de interpretar mejor a
sujeto tan importante, hemos organiza
do
un equipo internacional que examine
con
detenimiento
el esqueleto.
Se
realiza
ran tomograffas
TAC)
del craneo y huesos
de
las
extremidades, para
su
analisis sub
siguiente, y se procedera a
la
reconstruc
ci6n informatica virtual del craneD dana
do .
s
imprescindible un estudio riguroso
porque el descubrimiento de este esque
leto con un mosaico
morfol6gico
tiene
profundas implicaciones.
En
primer lugar,
refuta
el
rlgido modelo de un origen ex
clusivamente africano de la humanidad
actual (modelo "A partir de Africa"), que
propone que los humanos modern os ori
ginarios de Africa sustituyeron a todos los
humanos arcaicos de otras regiones. Por
contra, la anatomla del nino de lagar Ve-
Iho 1 nos transporta a una situaci6n que
combina la dispersi6n, a partir de Africa,
de los humanos de anatomfa moderna
con
la
mezcla de esta poblaci6n y las po
blaciones arcaicas que encontraron a
su
paso. [La procedencia africana de los hu
manos modernos iniciales aparece refleja-
les, interpretado de fonna err6nea has
ta hace poco. Creiase antano que los
neandertales no estaban capacitados
para la caza ni para disenar proyectos
de futuro , recuerda John J. Shea, de la
Universidad estatal de Nueva York en
Stony Brook: Se les supuso incapaces
de sobrevivir a un solo inviemo, olvi
dando que resistieron durante un cuarto
de
mi1l6n
de afios en las peores condi
ciones que han conocido los humanos ,
subraya. Ademas, el analisis de los res
tos de animales procedentes del yaci
rni
ento croata de Krapina revel a que
los neandertales eran habiles cazado
res, pertrechados para abatir rinoce
rontes y otros animales de talla simi
lar, como indica Preston T. Miracle, de
la Universidad de Cambridge. Los es
tudios de
Shea mostraron que algunos
neandertales usaban lanzas trabajadas
y
con puntas liticas para matar la presa;
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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conclusi6n que cOlToboraron en 1999
otros investigadores tras encontrar, en
Siria, una punta Iftica neandertal entre
los huesos del cuello de un
aS
Da salva
je.
A
mayor abundamiento, atros traba
jos de Shea e investigaciones realizadas
por Mary C. Stiner y Steven
L.
Kuhn,
de Ia Universidad de Arizona, ponen de
manifiesto que las estrategias de sub
sistencia de
lo
s neandenales cambia
ban con las condiciones ambientales
y
Ia estaci6n del ano.
Estas pruebas refutao Ia tes
is
que
atribuye la extinci6n de los neandert
a-
EV
OLUCI
N
H
UMANA
les a su
in
capacidad para adaptarse. La
que
no
ob
s
ta
para qu
e los
humanos
1110-
demos pudieran ser mejores en ella.
Se halla muy extendida Ia idea de que
los humanos mode
mo
s aventajaban a
lo
s neandenales en habilidad mental ,
en concreto en una propiedad genuina
mente humana: el pensamiento simb6-
lieo con el lengua
je
incluido. Se funda
esa visi6n en que, despues de
40.000
mios
la
cullura neandertal se mantuvo
sin cambiar apenas, en tanto que la de
los humanos modernos cre6 un sinffn de
innovaciones, muchas de elias de c
ank
MOSAfCO f RASGOS morfol6gicos
de
un esque-
leto
de 24.500
alios
de
antiguedad,
halfado en
Portugal. De su
examen
se desprende
que
nean-
derta les y humanos modernospertenedan auna
mlsma
especie
cruzdndose entre ellos
sin
barre
-
ra
s
geneticas. Este
nilio denominado Logar Ve -
Iho moderno en
1
mayorfa
de
sus estructuras
anotom;cos
pre
s
ento
huesos corto
s
de las
extre
-
mldades inferiores y una mandfbulo indinada
hociaotrds
que
s
on
rosgos
neondertoles.
da en las extremidades inferiores relati -
vamente largas, una adaptaci6n tropical.
No
ob
stante, LagarVelho 1 tiene las pan-
torrillas corta s igual que los neanderta-
le
s adaptados a un clima frio.]
Lagar Velho 1 tam bien suministra prue-
bas de un comportamiento Similar entre
neandertales y humanos modernos. A pe-
sar
de que los datos paleontol6gicos indi-
can diferencias anat6micas entre ambos
grupos, no pudieron divergir mucho en
cuanto a pautas generales de adaptaci6n,
conducta social
y
forma de comunicaci6n,
lenguaje incluido. Para sus contempora -
neos, los neandertales eran un grupo mas
de cazadores recolectores del Pleistoceno,
tan humanos c
omo
ellos mismos.
ERIK TRINKA
US
es
poleoontrop610go
de
10 Universidad de Washington .
IDALIA DUARTE, osre610go dellnstiruto
Portugues de Arqueologla
en
Lisboa
reali-
za su investigaci6n doctoral en antropofo -
gla
{{sica
en la Universidad
canadiense
de
Alberta
ter simb6lieo. S610 los humanos moder
nos realizaban, se dice, enterramientos
de eiena eomplejidad, se expresaban a
traves
de
adornos corporales, eseulturi
lias y pinturas rupestres y tallaban utiles
de hueso y cuerna refinados; en una pa
labra, desarrollaron la industria del Pa
leolftico superior. La cu ltura material
asociada a los neandertales. por contra,
s
610
ofrecia utiles ftieos del Paleolitieo
media de estilo musteriense.
Mas entre los neandertales han apa
recido tambien signos de pensamien
to simb6lico. Asi, se han encontrado
enterramientos neandertales en toda
Europa, algunos de e llos provistos de
objetos rituales. (Segun eiertos autores ,
sin embargo, los neandertales enterra
ban los
mueno
s para ocultar la descom
posiei6n del euerpo, que
habna
atraido
la vi sita de predadores, y los supuestos
objetos rituales senan un batiburrillo de
9
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DESDE EL DE
SC UBRIMIE
NTO, hac. casi si
glo y media,
de
l
esptki
men
que
si rv i6 para
defin ir a l
os
neanderta le
s se
han venid o
nega ndo a los neandertales las habi
lida·
des q
ue
poseen
los
h
Urn
a
nos mo
dernos,
como
son el recurso a srmbo los y
empleo
de
t
ec
n
icas
complej
as
en
la
manufac
tu-
ra de sus
ut
iles. Los neanderta
le
s han s
id
o
caracterizados como sub
hu
manos. aferra
d
os
a su
tr
adic i6n e imperm eables a las
i
nn
ovaciones.
Y
cua
ndo
aparecfan restos
c
ul
turales avanzados junto a los
ult imos
neande rtales, en d iversos
ya
cimientos de
Europa occidental, se buscaba otro tipo
de exp licacl6n para tales 5i9n05 Entre los
yaci
mien t
os
destaca po r su
es
pecta
cula
ri-
dad la G
ro
tte du Renne. Situada la cueva
en el norte de
Fr
ancia en la serie de
yaei
mie
ntos
de
Arcy-s
ur-C ure se
enco
nt r
aron,
en asociaci6n con f 6sil
es
de neandert ales,
abund
ant
es
ins
trum
e
nt os
de
pi
edra y
hu
e
so
mu
y elaborad
os
adorn
os
corporal
es
y
objetos decorados. En ot ros ya ci mie ntos
franceses y a 10 largo de la cordillera
Ca
n
tab
rica y del Pirin
eo
tam
bi
en
se
han halla
do artefact
os
s
imilares
efectua
do
s segun
la
m
is
ma pa
ut a
la c
ultu ra
del Chatel perro
niense.
Pu es
to
qu
e l
os
p
ri
m eros humanos
mo-
dernos de
Eu
ropa desarro llaron una in
du
stri a Ifti
ca
equiparabl
e
la c
ultur
a del
Auri
ri
aciense,
que
aparece en 105 mi smos
yacimi e
nt
os
qu
e conti enen mate riales
chate
lp
erronien
ses
a
lgun
os au
to
r
es
han
sugerido un d
es
li
za
mie
nt
o
de
nivel
es
ar-
cosas que se deslizaron al azar hasta la
tumba.) En algunos yacimientos se han
recogido tambien dientes perforados,
fragmentos de huesos grabados y ocre
amarillo y rojo, muestras todas e
ll
as de
creatividad artistica , que , por su relati
va escasez, admiten, no obstante, una
explicaci6n diferente.
La posibilidad de que l
os
neanderta
les hubierao desarrollado usos moder
nos se tom6 en mayor consideraci6n
cuaodo, en 1980, se descubri6 un es
p
ec
imen
en
el abrigo de Saint-Ce
sa
ire
(Charente-Maritime); apareci6 asoc ia
do con instrumentos liticos pertene
cientes al Chatelperroniense, industria
Iftica que se habfa atribuido a los hu
manos mod emo s. Ademas, en 1996,
el equipo de Hublin hizo publica una
noticia que puso al Chatelperronien
se en e l centro de atenci6n de los ar
que6Jogos. Las excavaciones inicia
das a finales de los a S cuarenta en el
yac imiento de la Groue du Renne en
Arcy-sur
-C
ure (cerca de Auxerre) ha-
20
queo
l6gicos, en
virtud
de l cual artefactos
auririacienses penetrarian en 1
05
niveles
asoc iad
os
a 1
05
nea
nd
ertales.
Seg
un otros,
semejante
conf
usi
6n de objetos se
deberia
a
qu
e los n
ea
n
de
rta l
es to
maron de
105
hu
manos modernos esas creaciones,
ya
fue
ra
recogiendolas
ya
fuera intercambiando
objetos manufactu rados
por 105
huma
nos modernos 0
imitando
incluso el esti-
1 de los recien Il egados, en el bien enten
d i
do de que
ellos eran inca paces
de
captar
la nat
ur
aleza simb61ca
de
algunos de
es
tos
ob
j etos.
Pero de nuestra investigaci6n
de
ta l
es
restos se infiere que 105 ut i les y los ad or
nos corporales que aparecen asociados a
los neandertales
no
son el resu
lt
ado
de
la
mezcla
de
estratos arqueol
6g
icos; 10
de
mues tr
a la
pr
ese
ncia en el
mismo
nlvel
de
obje
tos acabados y restos desecha
dos de su ma nufactur
a.
Ademas, los a
rt
e
factos chatelperronienses recuperados en
la Grotte
du
Renne y Quim;ay, yacimiento
de la reg i6n francesa de Pol tou -Charentes,
f
ueron
t rabajados
med
iante tecnicas dis
t intas
de
las emplead
as po
r 105 auri riac ien
ses.
Asi. en 10 concern i
ente
a los colgan
tes dientes de osos, lobos, ciervos, en tre
otros) , los neandertales hendfan un surco
al r
ededor de la ra
iz para sujetarlos con al
gu
na suerte de cord
6n
, m
ient
r
as que
los
auririacienses 1
05 perfo
raban. Segun des
cribieran ya
~ o i s
Leveque y un cola
bor
ado
r, incluso en los casos en
que
los
neanderta l
es
agujereaban el diente, 10 ha-
bfan proporcionado numerosas hojas
de industria litica, adornos corporales e
instrumentos de hueso; habra tambien
senales de la existencia de cabanas y de
hog.res. Todos eHos elementos distin
ti
vos del Paleolftico superior. Al prin
cipia fue imposible identificar
lo
s esca
sos restos humanos haHados junto a los
artefactos. pero el recurso a la to ma
grafia computarizada so lucion6 el pro
blema. ApJicada a la regi6n oculta del
a ido interno que se conservaba en un
fragmento de Hublin pudo es
tablecer que se trataba de un neander
tal; fuera de ello, e l especimen no apo r
taba ninguna infor maci6 n distintiva.
Algun
os
no tardaran en ad ucir que
los neandertales habfan adquirido es tos
obj etos de aparienc ia mod ema a traves
del robo, de la apropiaci6n de uliles
abandonados
por
humanos mod ernos
0
quiza por intercambio. Propuesta reba
tida por Francesco d 'Enico de la Uni
versidad de Burdeos, y 10110 Zilh1l0 del
Institu lo Portugues deArqueologfa. Ra-
dan de forma dife
r
en te golpeando
con
una
punta la
ralz. los humanos modernos,
en
cambio
, prefe rian rascar pausadamen
te el d i
ente
hasta
perfo
rarlo.
De
modo
similar,
las
nuevas tecnicas
de
ta l
la
y los tipos
de instrumentos que
apa
recen entre los ultimos neandertal
es
de
otro
s yacimientos
de
Francia, Italia
yE s
pana
no
muestran ninguna influenc
ia de
l
Aurinaciens
e. Sf mant
ienen afinidades con
l
as
tradiciones local
es
anteriores; parece,
pues, deberse a un desarrollo aut6nomo.
Si
la cu ltura
chate
l
perron
iense
de
los
neandertales
se
debiese al
contacto
con
los humanos
modernos
, el Auririaciense
tendria
que
ser mas antiguo
que
el Cha
te
l
per
roniense. Pero
nuestro
analisis
de
l
as
dataciones
radiometri
cas
de la
s se-
zonan, por contra , estos que los instru
mentos chatelperronienses de la
Grone
du
Renne
y
de olros yacimientos, aun
que aparentemente simi lares a los a
uri
fiacie nses,
reH
eja n un metoda de manu
factura d ife rente y mas anliguo.
Hoy en
dia,
la mayorfa
de
los in
ves
ligadores estan convenc idos de que
los neandertales son los aulores de los
instrumenlos y adornos chatel perro
nienses, si bien se ignora que pradu
jo semejan le saito cultural despues de
centenares de miles de afios. Es mas
sencillo aceptar que resulta de I. imita-
T
EMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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cuenci
as
arqueol6gicas, dejando a un lado
l
os
pocos y
muy
discutib les casos
donde
estan intercalados, ind i
ca
que en los yaci
mientos
donde
se pr
ese
ntan ambas
cultu-
ras el Chatelperroniense siempre apare
ce por
debajo del Auriliaciense, selial de
su mayor antiguedad. No 5610 eso. La eva
luaci6n
de
l centenar de dataciones dis
ponib
les para este periodo en Europa y
el Pr6ximo Oriente, nos muestra que all f
donde se conoce perfectamente el con
texto
ar
queol gico
de l
os
restos datados,
la fecha mas antigua para
el
Aurinaciense
es de
36.500
arios.
Esta
misma dataci6n
ra-
diomet
rica nos indica que los neander ta
les se hallaban en plena evoluci6n hacia
un comportamiento moderno.
En
otras
pa
labras el Chate lperroniense y otras cul
turas de l
os
uhimos neanderta les, como
son el Uluziense de Ital
ia
aparecieron en
Europa hace unos 40.000 arios y son ante
rieres al establecimiento de los human
os
modernos en
esas
mismas regiones.
EI desarrollo aut nomo incluye
la
ma
nufactura y el usc de objetos simb6licos,
creados
pa
ra embellecimiento per
so
nal;
renejan, ademas,
el
reparto de funciones
sociales en la cultura neanderta l,
como
COLGANTE5 IN5TRUMENT05 DE
HUESO YW(HILLOS de 10 Grotte du
Renne. Porecen ser obra
de
los neon-
dertoles. Tales
restos
, que se
halloron
en el yacimien to
debojo
de aeociones culturoles de los humanos
modernos, estdn efaborados
siguiendo
metodos
distin t
os de
los
empleodos
por os
humanos modernos,
10
que induce apensar que
los
neandertales desarrollaron por slsolos una cultura moderna.
ci6n a
ac
ulturaci6n n hu
ma
nos mo-
demos que conceder que los neander-
ta les los inventaron par
s
mismos ,
expone Paul A. Mellars, de la Universi-
dad de Cambridge. Serfa una extraor-
dinaria coi
nc
idenc ia que hu bieran in-
ventado ese arsenal de elementos poco
a
nt
es de que apareciesen l
os
hu manos
con
el
mismo tipo de elemenlOs. Ade-
mas, Me llars no esta de acuerdo con
ia cronoJog{a de hechos que presen-
ta
n d' Errico
y
Zilhao. Las dataciones
mu estran que [los neandertalesJ e
m
pezaron a rea
li
zar este tipo de objetos
E VOLUCl NHUMA NA
s610
tras la
lI
egada de l
os
humanos mo-
demos a Europa oriental,
0
como mini-
ma al norte de Espafia , sostien
e.
(La
ve
rdad es que no podemos
fec
har esos
yacimiem
os
con suficiente precisi6n y
por tanto, caben diversas interpretacio-
nes de los mismos.)
Tras estudiar los adom
os
corporales
de
la
Gro
tt
e du Renn
e
Randall White,
de la Universidad de Nueva York, lIe-
ga a la conclusion de que ret ejan me-
todos de trabajo empleados, aunque a
escala
me
nor, en l
os
adornos del Auri-
iiaciense. Dada la compleja estra tigra-
podemos c
om
proba rlo en la s sociedades
pr im it ivas. En con
sec
uencia, el compor
tamiento moderno parece haber surgi
do
en regiones disti
nt
as y
ent
re diferentes
grupos humanos, 1 mismo que aco
nt
eci6
mas tarde con la i
nt
roducci6n de la agri
cultura, la escri tura y la organ izaci6n
en
es·
tados.
De
acuerdo con una explicaci6n altern
a
t iva que atiende a la aparici6n simultanea
de adornos personales en muchas partes
del Viejo Mundo, l
os
contactos entre huma
nos modernos y human
os
arcaicos produ
jeren un
ca
mbio de la identidad personal,
social y biol6gica ca mbio que desemboc6
en una avalancha creadora de objetos sim
b6li
cos.
Perc
co
n los datos dispon
ib
les
pr
e
ferimos la hip6tesis de una invenci6n inde
pendie
nt
e.
En cualquier caso, la barrera cu
ltu
ral,
que pareda separa r de los huma n
os
m
o-
demos
a los nea
nd
erta
le s
y que co
nf
erfa
a nuestra especie en exclusiva
esa
cuali
dad Ia capacidad de producir una cu1tu
ra simb6l ica - ha quedado re
du ci
da a es
combros.
loAo
ZILHAo es
direct
or
del Instituto
Portugues de Arqueofogfo en Lisboa.
FRANCESCO O
E
RRICO
es investigada, del
NR5 en
llnstituto
de Prehistoria y Geolo-
gfa del Cuaternario de 10 Universidad de Bur-
deos
ffa del yacimiento de la Grot
te
du Re
n
ne no es improbable que estos o
bj
etos
de apariencia modema procedan de los
nive
les superiores auri
fiac
ienses. Y 10
que reviste para White un intenSs ma-
yor: el Chatelperroniense no existe mas
alia de Francia, Belgica, Italia y el nor-
te de Espana. Si miramos e l Paleolf
ti
co
supe
ri
or desde una perspectiva amplia
qu
e abarque toda Europa, e l Chatel-
perroniense es claramente poste
ri
or al
Auri fi aciense .
Ahora bien, que sea pos terior at
Aurifi
ac
iense no significa que surg ie-
ra des
pu
es del contacto con los hu-
man
os
modernos. En los yacimientos
mas antiguos del Aurifiaciense no hay
f6siles humanos; se les atribuye a hu-
man
os
modemos porque estos apare-
cen asociados a los yacimi entos auri-
fiacienses posteriores. Pero quienes
eran biol6gicameme los aurifiacienses
de hace entre 40.000 y 35.000 anos es
una cues
ti
6n todavia por resol
ve
r , su-
braya White.
21
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 20/88
EL
SIN
O DE
LOS NEANDEKI ALIS I0Il
EN
LOS
ULTIMOS ~ O S se han multiplicado
las pruebas en favor de la hip6tess migrato
ria del hombre modema.
Habrfa
lIegado este
a Europa, probablemente des
de
el
Pr6ximo
Oriente, hace entre 40,000 y 30.000 arios.
[Recientes cambios
en la
calibrad6n del
me-
toda del radiocarbono situan la expansion
de
los
humanos modernos por
Europa
en
tre hace unos 46 .000 y 41 .000
arios.
La nue
va calibracl6n hace retroceder, para la epa
ca de esa expansi6n, las dataclones. Puede
afectar a las fechas que se dan en este arti
cu lo.] a
mayoria
de los autorescreen que
las
primeras poblaciones de humanos moder
nos pasaron por
la
penin
su la
de Anatolia y
los Balcane
s,
atravesaron luego las lIanuras
y los valles de Europa
central
, para extender
se par
ultimo
, hacia
el
norte y oeste de Euro
pa. A su
paso
laspoblaciones de neanderta
les
se verian sistematicamente empujadas
hasta zonasperifericasy poco atractivaspara
las
poblaciones invasoras de humanos
mo
dernos.
EI
ultimo
basti6n neandertal
serra la
peninsula Iberica, de donde proceden f6siles
del yacimiento espanol de Zafarraya
da
ta
do
s
en
hace 32.000 arios e instrumentos atribui
dos a l
os
neandertales en
uno
s 28.000 arios
de antigOedad. Para muchos paleoantrop6-
logos no quedarfa en Europa ningun nean
dertal despues de esta fecha.
Ni
aportaron
en absoluto contribuci6n alguna a la biolo
gia
de
los primeros humanos modernos. En
ese
marco interpretativo, los neandertales
fueron abocados a la extinci6n por una
es-
pecie humana superior, la nuestra.
Ademas, si nos fijamos en el
Pr
6x i-
mo Oriente de hace 90.000 anos, anade
la arque610ga de la universidad neoyor
quina, observaremos que los humanos
de anatomfa moderna
y
los neanderta
les creaban el mismo tipo de utiles de
industria Utica musteriense; estos, aun
que son menos complejos que las he
rramientas aurinacienses, requerfan
tambien una considerable capacidad de
elaboraci6n.
No
puedo imaginar que
los neandertales produjeran estos ins
trumentos de tecnica avanzada y los
transmitiesen de generaci6n en genera
ci6 n sin poseer un leng uaje , apostilla
White.
He visto mucha gente realizan
do
este tipo de objetos; no basta
ob
ser
var por enci ma del hombro de quien los
ejecuta para aprender el arte, sin mediar
un dialogo. Para White y otros no me
rece ningun credito la lesis de la supe
rioridad cogni tiva de los humanos mo
demo
s, en particular si la inferioridad
de los neandertales comporta que care
cian de lenguaje. Sf parece mas funda-
22
Pero nuevas pruebas re
ca
badas en un
importante yacimiento de l noroeste de
Croacia han puesto sordina a mas de un
punto de esa in terpreta
ci
6n tradicional.
Con la dataci6n directa por es pectrome
tria
de
masas par acelerador
de
dos f6siles
neandertales procedentes de la cueva de
Vindija, mis colegas y yo hem
os
demostra
do qu
e l
os
neandertal
es
vivieron, en las
me
jores condiciones imaginables
en el
ce ntro
de
Europa hace tan s610 28 .000 arios. Esta
dataci6n, hasta hoy la masreciente para f6-
siles
de
nea ndertales
no
s indi
ca que no
se
les confin6 presta mente a la periferia sino
que
com p
it
ieron con los int rus
os
human
os
mod
ernos durante
un
largo periodo.
La coexistenc
ia entr
e neandertal
es
y
primeros
humano
s
modern
as durante mi
les de arios, en el coraz6n de Europ
a
per
mit
i6
numerosas
oportunidades de
in
teracci6n mutua. Vindija podrfa reflejar
algunas. EI trabajo de mis colegas croa
tas, Ivor
Ka ra
vani de la Univer
si
dad
de
Zagreb, y Jak
ov
Rad ovcic, del Museo
de
Historia Natural de Croacia, ha sacado a
la luz una mezcla
de
utiles musterienses
y auririacienses en
el
mismo nivel es trati
gratico
de
donde proce
den
los
f6
siles
de
neandert
ales data
do
s. Su hallazgo nos re
vela que los neandertales fabricaban he
rramienta s avanzadas 0 las
obte
n fan por
transacci6n con los humanos moderno
s.
5i
atendemos a la morfologia, los de Vindi
ja
mue
stran
un
a apariencia mas
mod
erna
que la
mayoria de los neandertales,
10 que
do que los humanos modernos crearan
un tipo de cultura con mayor depen
dencia de materiales simb6I icos.
Se recurre tam bien a la morfologfa
del cereb
ra
neandertal en
bu
sca de indi
cios sobre su capacidad cognitiva. Para
Ralph L. Holloway, de la Universidad
de Columbia, las asimetrias cerebrales
que caracterizan a la humanidad actual
pueden observarse ya en los neanderta
les. De momento, es imposible
di
stin
guir entre ambos , afirma. Sobre si la
anatomfa de los neandertales les capa
citarfa para hablar, los estudios de
la
base del
cr
aneo realizados por Jeffrey
T. Laitman, de la Facultad de Medici
na Mount Sinai, sugieren
10
siguiente:
si los neandertales hablaron, tuvieron
un repertorio fon etico mas limitado. Sin
embargo, no esta claro cual es el signifi
cado de estas Iimilaciones
ff
sicas.
Su desaparici6n
Si los neandertales gozaron de aproxi
madamente las mi smas capacidades
~ ~ \ r r
f
• I
ti-J - .1,.'fi
sugiere
que
sus antepasados se cruzaron
con los humanos modernos.
La probabilidad de un flujo genetico en
tre ambos grup os se apoya
tambi
en en la
huella que l
os
neandertales dejaron en los
prim
eros
humano
s modernos
de
Europa.
Lo s f6siles de adultos pertenecientes a los
primeros
humano
smodernos
de
yacimien-
• Pr i
mero
s hombres
modern
as
• Neandertales
cognitivas que los humanos modemos,
su desaparici6n se toma entonces mas
incomprensible. Las nuevas datacio
nes de los restos neandertales de
la
cue
va
croata de Vindija hacen hincapie en
que su extinci6n no se produjo de
1a
no
che a la manana.
EI
grupo liderado por
Smith ha demostrado que los neander
tales vivieron en Europa central hasta
hace 28.000 anos, varios miles despues
de 13 expansi6n de los humanos moder
nos por Europa. Apoyado en esto, Strin
ger defiende que los humanos moder
nos, una nueva especie a su entender,
reemplazaron a los neandertales a 10 lar
go de un proceso dilatado y lent
o.
Los
neandertales
fu
eron desapareciendo de
fonna gradual porque los humanos mo-
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 21/88
tos como Vogelherd, en el
su
doeste de Ale·
mania, y Mladec,
en
Moravia Republ ica
Checa), presentan rasgos que hallan dificil
explicaci6n si no
se
acepta
la
participaci6n
neandertal en sus antepasados. Demos un
ejemplo.
Nea
ndertales y human
os
moder
nos exhiben, en su gran mayoda, una pro
yecci6n de
la
parte posterior del
cra
neo,
el
)
demos eran ligeramente m
as
innovado-
res, estaban algo mejor capacitados para
afrontar los n\pidos carnbios ambienta-
Ies y probablemente ha
bf
an desarrollado
un tejido social mas s6Iido , resume.
Por otro Iado, si los neandertales eran
una variaci6n de
nu
estra propia especie
con l
as mi
sm
as
capacidade
s,
tal y como
creen Smith y Wolpoff, e l largo perfo-
do de coexistencia de los neandertales
y de las nuevas po
bl
aciones que coloni-
zaban Europa proporcion6
ti
empo sufi -
ciente para mezclarse. Ahf se esconde-
ria la causa de la morfologfa
mi
xta que
se aprecia en los ultimos neanderta-
le
s y en los primeros humanos moder-
nos de Europa. Y si hubo intercambio
gem tico, entra dentro de 10 veros
fmil
EVOLUCI
N
HUMANA
mono occipital
a
lgunos aspectos, como
la
forma y posici6n de esta prominencia.
difieren entre ellos porque
la
forma gene·
ral del craneo es dist inta), Pero los f6siles
procedentes de los yacimientos de Skhul y
Qafzeh, en el
Pr
6ximo Orient
e,
y que presu·
mib lemente representan los antepasados
de l
os
primeros human
os
modern
os
euro-
I
p
eos,
no tienen esta morfologla. No resulta
facil expli
car
que
la causa re
sponsab
le
del
desarrollo de esta prominen
cia
puede apa
rece r independientemente y de forma ubi
cua en los primeros humanos modernos de
Europa.Es harte mas 16gico aceptar que
ese
rasgo morfol6gico denuncia una relaci6n
con los n
ea
ndertales.
EI
nino portugues,
descubierto recientemente, nos ofrece mas
pistas interesant
es.
l as pruebas muestran que las lnteraccio
nes culturales y biol6gicas entre neanderta
l
es
y primeros hum anos modern
os
fueron
muy complejas, demasiado para atribuir el
origen de los humanos modernos a la com
pleta sustituci6n biol6gica de l
os
neander
tales. los neandertale
s
en cuanto grupo,
han dejado de existi r; mas sus genes, quiza
borrados para siempre, participaron en los
inicios de la historia biol6gica de los huma
n
os
modern
os
europeos.
FRED
H.
SMITH
es
catedrdtico del depar ta -
mento
de
anrropolog fo
de la
Universidad
de
Northern Illinois.
LA
MIGRACION de
los
humonos
modernos (viole
ta
)
en Europa no elimino
ompletamente
a los nean-
derta/es, que on
t
inuaron viviendo
en
Europa en-
tra
l o cidental hasta ha e 28.000
af/o
s
Algunos
fOsiles de
los
primero
s
humanos motiernos euro
-
peos poseen ras
gos
neondertales, 10 que
sugiere
que durante
ellargo
perfodo de convivencio
las dos
pobla iones se
mezelaron.
(hace un
os
90.000 anos)
qu
e se intercambiasen elementos cultu·
rale
s,
10
que
ex
pli carfa las semejanzas
entre Chatelperro
ni
ense y Aurinacien-
se. Segun Wolpoff, los neandertales, en
cuanto entid
ad di
stinta, desaparecieron
al ser superados numericamente por los
recien lIegados. Miles de anos de cru-
zamiento entre Ia restringida poblaci6n
neandertal y los hurnanos moderno
s,
mu chos mas, diJuyeron los rasgos
di
s-
tinti
vos
de los neandertales, qu e termi-
naron por extinguirse.
Si dentro de miles de anos pudie-
semos observar a los australianos, ve-
rfamos que predominan los rasgos
europeos (en detrimento de los genui-
namente
au
stralianos), por la sencilIa
raz6n de
un
a mayor poblaci6n blanca ,
senala Wolpoff. No se deberfa ni a una
mejor adaptaci6n,
ni
a una cultura dife-
rente
ni
a ningun otro motivo fuera del
numerico. Lisa y llanarnent
e, ha
y
mu
-
chos mas europeos, En mi opini6n, eso
sirve para de scribir
10
que observamos
en Europa: el predominio de una pobla-
ci6n m
as
nurnerosa,
De la diversidad de opinione s en tor-
no a temas tan controvertidos surge un
punto com partid
o.
El rechazo un nime
de
la vieja tesis
de
unos neandertales
con andares pes ados y caren tes de cuI-
tura. Otra cuesti 6n irresuelta es la de si
fueron nuestros a
nt
epasados
0
s610 una
especie affn. que compiti6 con nosotros
por el territorio eurasia
ti
co y perdi6 a
la
postre. En cualquier caso, los detalles
son de una complejidad endiablad
a.
A medida que avanzamos en el cono-
cimiento, surgen nuevos interrogan-
tes, y
el
problema se enreda , confiesa
Lawrence G. Strauss, de Ia U
ni
versidad
de Nuevo Mexico. No hay explicac io-
nes sen
ci ll
as qu e sean definitivas.
23
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 22/88
24
P LEONTOLOGi
ESP NOL
Neandertales e la cueva del
id
ran
EL
ESTUDIO DE LA
EVOLUCION HU-
MANA muestra una dilatada trayec
toria
en
distintos
paises
de Europa.
En
Espana,
sin embargo, la paleoantropo
l
ogla
ha
padecido
un retraso secular,
en
parte debido a la
escasez
de f6siles
humanos. Afortunadamente, la
si
tua
ci6n hoy
es
algo distinta.
La
explosi6n
de hallazgos de nuevos f6siles huma
nos en diferentes sitios, muy en parti
cular
en
Atapuerca,
y
la investigaci6n
que
estos han suscitado,
nos va
n
equi-
parando poco
a
poco
a
otr05
pai ses
de
nuestro entorna.
Los f6siles humanos rescatados
en
la
Cueva
del
Sidran,
en Asturias , vienen
a unirse a este renova do impetu des-
cubridor, dando nueva savia a las eien-
cias
de la evoluci6n del hombre.
Los
restos de
la
cueva del Sidr6n constitu
yen
una magnifica colecci6n de f6siles
humanos
,
con buena representaci6n
de diferentes partes del esqueleto, a
excepci6n
del craneo ; se han identifi
cado
al menos tres indivi
duo
s.
Por el
momenta, se desconoce
el
contexto estratigranco y cronol6gico
preciso de los f6siles humanos del Si
dr6n. No obstante,
un
primer
anal
isis
ya
ha
revel ado datos de gran interes.
Una
primera labor realizada ha consis
tido en la caracterizaci6n antropol6-
gic de estos restos
y su aSignacion
un grupo humano especifico.
De
entre
los
diferentes
elementos
esqueleticos
conservados , de
stacan dos
mandibu
las
en
un
aceptable estado de
conser-
vacion.
La
mandibu la
es
un hueso de
es
tructura muy compleja, cuya forma
recoge bien las modificaciones
evo
lutivas de
los
homfnidos. Sabre
esta
base
,
hemos
comparado
la
s mandf-
bulas
del
id ron
con
un
a am
plia
co
lecci6n de mandibu
la
s humanas de
yaci mientos de Europa, Africa y Asia ,
para as situ
ar
la muestra
del
id ron
en un
escenario amplio de la evolu
cion human
a.
Una gran cantidad de
ca
racteres
Ile
va n a una conclusion
clara y s6lid
a:
los restos f
6s
iles del
Si-
dr6n pertenecieron a
indi
viduos del
grupo humano neandertal. De este
mo o, y dada la abundancia de
res
tos
conservados,
se trata de la colec-
cio
n
mas
completa de
restos
de nean
dertales descubiertos
en la
penfnsula
Iberica. Para entender mejor
el
sig
nifi
cado de los restos del Sidr6n
es
nece
sario hablar un poco de los neander
tales lQu iene s
eran?
lC mo
eran?
Ho
y
sabemos
que los neanderta
les se
originaron
en
Eur
opa a traves
de un largo proceso de evol
uci
on que
dur 6 cientos de miles de
arios,
al me
nos desde hace 500.000 anos. Con el
tiempo, las caracterfsticas fisicas que
di
stinguen a este grupo humano se
fueron acentuando para finalizar en
10
que
se
ha lIamado los Neandertales
clasicos : Con la expresion
Neander
tales clasicos
se
designa a la s po
blaciones hu mana
s
que
viv
ieron en
Europa durante la primera parte
del
ultimo
periodo glacial entre hace
80.000 y
35.0
00 anos): neandertales
de
La
Chapelle-aux-Saints y
La
Ferras
s
ie
en Francia, Guattari en Italia,
Spy
en
Belgica, etc.
Sin embargo, el uso de la palabra
neandertal puede abarcar periodos
mas
amplios,
una
vez conocidas
sus
profundas
rakes
evolutivas.
En
la
ac-
tualidad, un buen numero
de
especia
lista
sconsideran
que los
neandertales
fueron una especie distinta de la nues-
Ira Homo sapiens), y son denomina
dosHomo neanderthalensis.
Lo s restos del Sidr6n son
clara
men
te neandertales, ya que sus mandfbu-
las presentan
las
caracteristicas tipi
cas de
esta
es
pecie.
Uno de
sus rasgos
mas distintivos reside
en
la
posici6n
adelantada de
la
cara, resultado de un
largo proceso de cambio que modific6
la regi6n de la nariz
y la
boca. En
este
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 23/88
proceso, la mandibula tambien cam-
bi6 su forma; gracias a tales cambios
podemos precisar que las mandibulas
del
Sid
ron pertenecieron a hombres de
Neandertal.
Sin embargo, y esto es muy intere-
sante, los restos del Sidr6n
tambi n
presentan unos rasgos que no enca-
jan del todo en
la
noci6n de nean
dertal clasico .
En
particular, los homl
nidos del Sid ron ten an un esqueleto
muy robusto y bien desarrollado. Esta
caracterfstica,
junto
con algunos de-
talles de su anatomfa,
les
hacen pa-
recerse a otras poblaciones que algu-
nos han Ilamado protoneandertales,
y
que
vivieron hace mas de 80.000
arms. A este respecto, nuestros ana-
lisis revelan que los restos asturia-
nos se parecen a los
de
Krapina (Croa
cia)
y,
curiosamente,
tam
bien
a
los
neandertales del Proximo Oriente
de
Amud
y Kebara.
Sin duda, estos resultados plantean
algunas preguntas. lQue significan es-
tos parecidos? Hay varias posibilida
des, perc dos de elias merecen particu-
lar atenci6n. Por
un
lado, los parecidos
pueden estar informando de diferen-
tes
poblaciones dentro de la especie
Homo neanderthalensis en concreto
diferencias entre poblaciones del norte
y del
sur
Y por
otro
, pueden estar dan-
EVO
LUCI NHUMANA
do alguna pista sobre su posible marco
cronol6gico.
En
este sentido, importa
senalar
el
marco temporal donde po
demos empezar a situar los restos hu -
manos del Sidr6n.
Pero debe
quedar
claro
que la
da
tacion de estos restos no
se
efectua
con
el
estudio de su anatomla; la da
tacion se realiza con otros metodos
especializados.
Sin
embargo,
el
ana-
isis
de la morfologia nos sugiere
al
-
gunos datos de su posible escenario
cronologico.
En
primer lugar, dado
que el grupo humano neandertal
se
extinguio
hace unos 35. anos,
lo
s
restos asturianos deben
ser al
me-
nos de esta antiguedad. En segundo
lugar, por
el
momento no podemos
determinar
el
limite cronol6gico in-
ferior. Pod
em
os, no obstante, hacer
alguna precision. Dada
su
estructu-
ra
robusta y parecidos
morfolog
icos,
no puede descartarse un horizon-
te cronol6gico en
el
tramo final del
Pleistoceno Medio (periodo geologi
co comprendido entre hace 780 .
y hace 120.000 anos).
Can
todo 1
dicho, cabe concluir
que el descubrimiento en Asturias de
la
coleccion
de
fosiles
humano
sdel
Si
dr6n proporciona un hermoso caudal
de informacion para el conocimiento
de la evolucion humana durante un
perioda del que tenia mas muy poco
registro paleoantropologico
en la
pe
ninsula Iberica.
Por
el momenta tan
s610 hemos contestado a
la
pregun
ta de su parentesco, perc otras mu-
chas cuestiones quedan
en el
aire. Los
restos del
Sid
ron son, sin duda, de un
elevado interes cientifico.
[Esta
nota
se public6
en
Investigaci n y
i n-
cia en 2000.
En
los anos siguientes,
se han descubierto en
el
yacimiento
de Sidr6n unos
SOO
restos humanos
mas
En
2005 uno de los autores, An
tonio Rosas
, Carlos Lalueza, de
la
Uni
versidad de Barcelona, y sus cola bora
dores anunciaban la recuperacion de
dos cortos fragmentos de ADN
mito-
condrial de un diente de uno de los
neandertalesde Sidron (hasta ese mo
menta
solo se habia estudiado ocho
secuencias genomicas de neandertal .
Calcularon
que
ten ia 43.
anos. La
secuencia , incluida una mutaci6n
en
cierta posicion,
era
identica a las ho-
mologas de un neandertal de Feldho
fer, en Alemania, y de ejemplares de
Vindija,
en
Croacia.]
ANTONIO ROSAS
EMILIANO AGUIRRE
Museo Nacional
de Ciencias Naturales, CSIC
5
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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ominidoscontemporaneos
26
P R NTHROPUS
BOIS
EI
posefa unas mandfbulas
enormes
pro
vistas
de
gran
des dientes para una dieta
de tipo vegetariano.
Su
cra
neo
era, asimismo, robus-
to. Desconacem 5 i su ta-
manc corporal superaba en
mucha el de los grikiles
australopitecos .
Ian Tattersall
Dibujos de Jay H. Matternes
HOMO
RUDOLFENSI
S
representado par el famo
so crimea KNM ER 1470
.
al-
canz6 una
capacidad cere-
bral bastante notable.
Su
craneo
era
distinto del que
tenIa Homo habilis. de una
capacidad cerebral menor
segun
parece.
Desconoce
mas sus proporciones cor-
porales.
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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Damos p rsupuesto que
Homo sapiens
es el unico hominido
sobre la Tierra Pero eso es hoy Durante cuatro millones de arios
compartieron el planeta diferentes especies de hominidos
EVOLUCION HUMANA
HOMO
HAB/LiS
.
asi Ilamado
porque
se
Ie
suponfa
crea-
dar
de
los instrumentoslf-
ticas
de
1 8 mi llones de
arios de antigOedad halla-
dos
en
la
ga r
ganta
de
Oldu-
vai en Tanzania. Este hom -
nida obtenfa l
ascas
con filos
golpeando
una
roea con-
tra at r
a
1.
COMPARTIENDO
UN
MISMO PAISAJE
cuatro lipos
de hom
ini
do
s
vi
·
vieron
hacealrededorde
1 8
miliones deaiios
en 1
que
hoy
es
el norte
de Kenla
.
Aunque
105
paleoantropa
logos no eonoeen e6mo se relacio·
naban estas espedes en el caso
de
que 1
hi
d
eran
sf pueden
afirmar
que Poronthropusboisei, Homo udo/fensls H
hobilis
y
H ergQsterhabl·
taron
en 1 5alrededores dellago Turkana.
HOMO ERGASTER. en oea·
siones
llama
do
H. erectus
africano : tenra un crimea
alto y redondeado y un es-
queleto a grandes rasgos
muy
si
milar al
de
la
huma-
nidad actual. unque
H.
er-
gaster
consum
fa
carne su
denti
ci
6n
masticadora
era
bastante
pequena
I mejor
ejemp lar de este
homini-
do es un esqueleto de ado-
lescente de
ha ce
1
,6
millo-
nes
de arias,
el
uch ico del
u r k n
27
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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mo sapiens ha domjnado
la
Ti erra a
10
largo de los Iti
mos 25 .
000
ailos, sin narlie
de su
mi
sma familia
homlni-
da que se la
di
sputara. Tan
tos afios h
an
hecho mella y existe muy
arraigada
la se ns
ac
i
6n
de
qu
e
nu
es
tra
soledad es 10 natural y apropiado .
Tal ha sido la aquiescencia, que en
los
aria
s cincuenta
y sese
nta emergi6
una corriente que defendfa que s610
una especie de homfnido podfa haber
vivido en cualquier momento dado,
pues no habfa en el planeta nicho eco-
16gico para mas de una especie crea
dora de cultura. La hip6tes
is
de la
especie
uniea ea result6 mu y
co
o-
vincente, oi siquiera con el magro re-
gistro f6si l di sponible hace 35 aiios.
Pero la idea subyacente de una lenta
e inexorable transformaci6n, desde el
encorvado e ignorante homfnido an-
cestral hasta el estilizado e inte lige
n-
te
H
sa
pi
ens
de
nu
estros
dia
s,
era
ha
r-
to suges tiva.
EI
modelo prendi6 con energfa. Hasta
finales de los afios setenta
no
se
rech
a-
z6 la hip6tesis de la especie nica. En el
norte de Kenia
apareci
eron
prueba
s f6
siles que demostraban la
coex
istenc
ia
de diferentes especies de hominido
s,
haee 1,8 millones afios . Pese a esos
indicio
s,
los paleoantrop610gos se re
sistieron a
dar
su brazo a tarcer y s
e-
g
ufan
manteniendo
un
a interpretaci6n
minimalista del registro f6sil. Se ten-
dfa a reducir el numero de especies y
agrupar f6siles con diferencias notables
bajo
un mi
smo no
mbr
e impreciso; por
ejemplo, Homo sapiens arcaico
.
Y
asf desaparecfa de la vista la perspecti
va
de
la
coexistencia de diversos tipos
de homfnidos.
Aunque la tendencia minimalista
persiste , nu evos hallazgos y el reexa-
men de f6siles ya estudiados mues
tran
que los hominidos han
co
nocido una
historia biol6gica similar a la de la ma
yoria de las fami lias de an imale
s.
Se
caracteriza por su diversidad, no por
una
pr
og
resi6n linea
l.
P
ese
a
es
a
hi
sto-
ria
tan
feraz, en cuyo curso apareciero n
y convivieron, compitieron, crec ieron y
desap arecieron diferentes especies de
hominidos, s 10 H. sapiens ha sobrevi-
vido.
La
s causas de ese exito son, en
buena medida, imposibles de conocer,
pero la
natural
eza de
la
s relaciones en-
tabladas entre H. sapiens y H. nean-
derlhalellsis, los dos ultimos homfni-
dos que coexistieron, y
10
hicieron en
dos regiones geogrMicas distintas, nos
ofrece interesantes perspec tivas.
28
Un
haz de
especies
Desde nu estros orfgenes, desde el mo
mento en que el australopiteco u ho -
minido bipedo mas
antiguo
dio sus
primeros
pa
sos vac ilantes fuera de la
espesura de
lo
s bosques, podemos per
cibir la diversidad de los hom fnid os. EI
hominido mas remota que conocemos
qu
iza sea Ardipitheclts ramidlls,
re
pre-
sentado por algunos fragmentos f6siles
on 4,4 millones de aiios de antigUedad
que proceden del yacimiento etiope de
Aramis [vease EI m5s antiguo de los
homfnidos , pag 4-13, en este mi smo
numero, para hal/a
zg s mu
y recientes,
post
eriores a La Jecha de redacci6n
de
este
rt i
culo
] Un poco mas reciente,
con 4,2 millones de anos de antigUedad
y mejor conocido, es Australopilli ec
ll
s
anamensis, descubierto en varios yaci-
mientos del norte de Kenia.
Par
pru
ebas indirectas se
re
conoce
bipedismo en
ArdipitizeclIs
10 que no
obsta
para
que se
tratara
de una espe-
cie con numerosos rasgos de primates
antropoideos. Otra cosa fue A. anamen-
sis, muy semej a
nt
e a Allstralopithecus
afare sis que viv i6 hace entre 3,8 y
3 millones de aiios. A esta especie bfpe-
da, con
un
cerebro pequeno y
un
a ca
ra
grande, pertenece la famosa Lucy .
En
varios yacimientos de Africa orien-
tal se han cosechado abundantes restos
de A. afarensis. Algunos
inv
estigado
re
s
op
in
an, s
in
embargo, que entre los f6si
les atribuidos a
A.
afarellsis podria ha
ber mas de
una
especie, una cuesti6n
abierta con la que tendremos
qu
e en-
frentarnos algun dia.
En
cualquier caso,
A. afarensis no estab a solo en Africa;
se acaba de descubrir en el Chad una
mandfbula peculiar de Australopili1
ec
lls
bahrelghazali de una fecha probable
hace entre 3,5 y 3,0 millones de anos;
fue, pues, contempor5nea de Lu cy.
Se
ha an
unciado, asimismo, el ha-
llazgo de otra espec ie hominida bipe
da en Africa del Sur. Se Ie atribuye una
a
ntigUe
dad de 3,3 millones de aiios, si
bien hay que estudiarla
ma
s a fondo y
darl
e nombre especffico. De esta
mi
s-
rna regi6n geogra ca, con 3 millone s
an os de anligUedad, proceden f6s iles
de A. ajricclIlus, el primer aust
ral
o
pi
-
te
o descubierto
e
n (924); pudo h
a-
ber sobrev ivido hasta hace poco m5s de
2 millones de afios. Otr a especie nueva,
con 2,5 millones de
ali
os de antigUedad
y procede
nt
e de Etiop(a, es Australopi-
thecus garhi; se la ha co locado en una
posici6n evo luti
va
intennedia: por un
lado,
A
a
Ja
rellsh;, y par el otl O ,
un
am-
p
li
o grupo que abarca a los australopi-
tecos mas recie
nt
es y a HOlllo De
pa
re-
cida fec ha es el primer representante de
aus
lr
alopileco
robu
sto , Paranthropus
e
thiopicus. Cono cemos a es ta fo
rm
a
primitiva grac ias al craneo negro
,
de
2,5 millones de anos, desenlerrado en el
norte de Kenia. En el interva lo qu e me-
di
a entre hace 2 y 1,4 millones de anos,
los australop
it
ecos
robu
stos estan repre -
sentados en Africa o
ri
e
ntal
por el
fa
mo-
so P boisei. En SudMrica, 1,6 millones
de an
os
aWls, l
os
rob ustos inclu fan a
P
robustus y po s ibleme
nt
e a
un
a segun-
da especie e
mp are
ntad
a, P
crassitlens.
Pido di sc ulpas por habe
rl
es cas
ti
ga
do con esta larga lista de nombres. La
verd
ad
es qu e,
incJ
uso can ese elenco,
queda infraestimado el n mero de espe-
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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EVOLve /ON HVM NA
LA
CUEVA
DE
TUC
D AUDOUBERT,
en
Francia fue visitada hace entre 13.000
y 11.000 arios por los H. sapiens, tam-
bien lIamados cromariones
que
escul-
pieron
pequeno
s bisontes
de
arcilla en
una
es
tancia distante mas de un kilome-
tro
desde
la
entrada. Ciertos homfnidos
con una forma corporal moderna apare-
cieron en Africa hace unos 150.000 arios
y coincidi eron durante algun tie
mpo
con
otros hom fnidos, antes
de
convertirse
en la unica especie vi
va de
nuestra fam i-
l ia. Ha sta hace
uno
s 30.000 arios fueron
co
ntempor
aneos de
H neondertholen-
sis
izquierdo)
en Europa
y
en el
Pr
ox
imo
Oriente y quiza tambien de
H
erectus
derecho), que entonces vivfa en
Java.
9
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o
0
•
0
•
.2
E
2
•
•
0
,
•
•
0
•
:E
3
4
5
30
Homo
sapiens M undial)
H neanderthalensls
(Europa y
Asia
occidental)
H heldefbergensis (Viejo Mun do)
antecessor
(Espana)
H habilis
(Africa sudsahariana)
H
rudoffensis
(Africa oriental)
~
?
A. afr{canus
Su
dM
rica)
A.
bahrefghazafi
(Chad)
Ardipithecus ramidus
(Etiopia)
\
?
?
f
H. ergaster
(Africa oriental)
A. garhi
(Etiopfa)
H. erectus
Asia oriental)
P robustus
(SudMrica )
P boise
(Africa oriental)
Paranthropus
aethiop cus
(Africa oriental)
?
Australopithecus
anamensis
(Kenia)
A. afarensis (Etlopfa y Tanzania)
2. ARBOl E FAMILIA,
presumible
, donde se
re
-
eogen las diversas especies de hominidos que
han poblado el
planeta
,
algunos
de ellos s61
eonocidos a
partir
de
un
fragmento de
craneo
ode mandibula Como ilustra el arbol,
la
apa-
rieion
de
H sap
ens
no
ha sldo una
transfonma-
cion lineal de una especie en otra, sino que es
producto
de
una
evolucion
muy eompleja y ra-
mifieada.
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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cie
s de aus
tr
alopitecos que existieron .
Ignoramos cuanto perdur6 cada grupo
homfnido de eso
s.
Y aunque la lon ge
vidad medi a de cada espe cie fuera de
pocos cie
nt
os de miles de
an
os,
re
suha
palm ario qu e. desde nues
tr
os origenes,
el continente a
fri
cano estuvo poblado,
de forma pe
ri
6dica, s i no
co
ntinua, por
multiples tipos de homfni dos.
Con la aparici6n del genero
Homo
no cambi6 la situaci6n. Los fos iles
de especimenes de 2,5 a 1
8
millones
de afios, procedentes del este y sur de
Africa, dan testimonio de la presencia
de
Homo
y forman un conjunto abiga
rrado;
qui
za
di
vergen e
ntr
e sf mas de 10
que revela la divisi6n hab itual en un par
de espec ies,
H. habitis
y
H rudolfe
ll
-
sis.
Al este del lago Turkana en Kenia,
hace 1,9 0 1 8 millones de a os, coin
cidieron amb as especies
co
n el ubicuo
P
boisei y con H ergaster, el primer
hominido de hechuras
corp
orales mo
demas. He aqui,
pu
es, una prueba in
equivoca de c
uatro
especies que com
parten continente y paisaje.
EI
primer exodo de los homfnidos de
Africa, protagonizado por
H. ergas t
er
o por otra especie emparentad
a
abri6
un mundo de posibilidades para la di
vers
iti
caci6n ulterio
r
Nos gustarfa di s
poner de un registro arqueol6gico mas
s 1ido de esa emigraci6n af
ri
cana . Con
todo, tenemos indicaciones claras de
la lIegada de los homfnidos a China y
Java, hace unos 1,8 millones de
afi
os.
De esa epoca podria ser cierta mandfbu
la de Dma
ni
si, en la republica de Geor
gia; la pieza en nad a se pa rece a l
as
re
cuperad
as
en otro s yacimiento s. Hace
un mill6n de anos,
H. erectus
se halla
ba firmemente as entado en Ja
va
y Chi
na; quizas, habfa tambien en Java una
segund a especie de homfnido mas ro
busta. En el o
tr
o extremo del
co
ntin en
te eur
as
iatico, los f6siles de los prime
ro s europeos conocidos
o
n 800.000
anos de a
nti
glieda son mu y di stin
tos; se
trat
a. a juicio de sus desc ubrido
re
s espa
ft
oles . del
H. antecessor
Hace 600.000
afi
os, en Af
ri
ca, me
draba
H. heidelbergellsis,
que vivi6
tambien en Europa y, tal vez en Chi
na
, entre hace 500.000 y 200.000 a
os.
C
uant
o mas ahond amos en el
co
noci
miento de
H. heidelbergensis,
mas nos
convencemos de que no podemos
co
n
tinar
los f6s iles en una so la especie.
De H. heidelberge llsis, 0 de otra espe-
cie emp
are nt
ada,
se
o
ri
g
in
6 en Eur opa
H n anderthalensis, grupo que pobl6
Europa y Asia
oc
cidental entre hace
200.000 y 30.000 a os.
Es
magro el re-
E VOLUCIQN HUMANA
gistro fosil fricano de esa epoca, in
dicio verosfmil de que se as is
tf
a a una
evoluci6n independi e
nt
e. qu e
da
na
lu
gar a la aparici6n de H sapiens . La an
ti
gUedad de los f6siles de
H erectus
de
Ngandong, en Java, se ci
fr
a en unos
40.000 a os, 10 que signi
ca que habfa
qu e admitir un a hi storia evo luti
va
pro
pia para los homfnidos de esta regi6n,
qui za,
dur
a
nt
e millone s de a
li
os.
Con
se
mejante cuadra esqu emati
co
de la evo
lu
ci6n
hu
ma na nos
al
eja
mos mu chfsim o del g
ui
6n que impe
raba hace 40 a
os:
Australopith
us
fricanu s
en
gendr
6 a
Homo erec
tu
s,
qu e engendr6 a
Homo sa
pi
ens .
Cam
bio de escenario qu e resulta del es
tu
di o del ri
co
mu estrario descubi eno. No
obstante, sigue vivo, aunque agazapa
do, el pensa
mi
ento evo
lu
tivo line
al
en
paleoantropologfa, reticente ante 10
que
co
nsidera excesivo enfasis en la di
ve
rsidad. Y para simplificar el cuadro,
cobijan bajo el parag
ua
s de H. sapiens
a todas l
as
va
ri
edades de Homo del ul
timo medio mill6n de anos, si no de los
pos
tr
eros dos millones.
Mi opini6n por contra se situa en los
ant
fp
odas. La veintena de especies de
hominidos qu e he mencionado repre
sentan
un
a estimaci6n a la baj
a. EI
re
gistro f6s il de los homfnidos ab unda en
ind icadores de di versidad, qu e no han
s
id
o admitido
s.
Se
ri
a ave
ntur
ado, ade
m
as
, sosten
er
que todas las especies de
homfnido qu e han existido se hallan re
prese
nt
adas en las colecci ones de f6-
siles. Aun cuando
fu
era cie no, segui
ria siendo evide
nt
e que la historia de la
evo luci6n hum ana di st6 de ser la pu gna
ascend ente de
un
heroe solitario.
Antes bien, la naturaleza lo rn6 de
aquf y de alia, en ensayos evolutivos
sin cue
nt
o. Nues
tr
a historia evoluti
va
ha sido el resultado de eve
nt
os espora
dicos, no de
ac
umul
ac
iones graduales.
A 10 largo de los ultimos cinco millo
nes de aoos, num erosas especies de ho
mf
ni
dos s
ur
gieron,
co
mpitieron, coexis
ti eron,
co
loni zaron nu evas nich
os
y
pervivieron
0
se ex
tin
guieron.
S610
po
dem
os
ati sbar debilmente el decurso de
esa histo
ri
a de inn ovaciones y relacio
nes; pero esta claro que nuestra especie,
lejos de coron
ar
el arbol evoluti
vo
, es
una mas entre sus multiples
ra
mas.
Las
rakes de nuestra soledad
Sin desdecirnos de 10 anterior, resulta
asimi smo cierta que
H. sapiens co
ns
tituye el protagonista de algo
in
s6
li
to. No habiendo ahora otro, se ha deja-
do aprehend
er
sin
res
istencia. Cualquier
cosa que ello signi que, guardara rela
ci6n con la forma en que nos rel
ac
io
nem os con el mundo extemo:desarro lla
una conducta, 10 que indica que debe
mos anaJizar el registro arqueol6gico
para descubrir pruebas de la mi sma. EI
regist
ro
arranca de hace 2,5 millones de
anos, con la fabricaci6n de los primeros
instrum entos lfticos reconocibles: l
as
cas simples a
fil
adas, obtenidas a partir
de
nu
cleos de
pi
edr
a.
No sabemos quien
fue su inventor, aunque cab e atribuirlo a
alg
ui
en parecido a un
au
stralopiteco.
Es
ta innovaci6n supu so un gran s
aI
to
cog
nitivo
co
n profund as
co
nsecuen
cias a largo
pl
aza. Se inici6 asf una lar
ga e intermitente evo
lu
ci6n tec
ni
ca en
los homfnidos. Transc
urri
6 un mi1l6n
de a
il
os antes de qu e se operase el si
guie
nt
e av
an
ce tecnico: la
in
venci6n
del bifaz, hace 1 5 millones de a os,
posiblemente por
H ergaster.
Estos
in
st
ru
me
nt
os, s im etricos y ex
tr
a
fd
os de
gra
nd
es nucl
eo
s, fue
ron
los primeros
en mos
trar
la ex istencia de un molde
ideal en la mente de su creador. Mol-
de qu e no suf
ri
6
m bios
fundame
nt
a
les en el curso de otro mill6n de a os, 0
algo mas, has la la in ve nci6n de la pre
paraci6n del nucleo por
H heidelber-
gensis
0 par alguien semejante.
En
esta
lalla, l nucleo de piedra era cuidadosa
mente elaborado de fo rma que bastaran
luego unos golpes para oblener instru
me
nt
os acabados.
Entre los mejores hominidos que
prac
ti
caban la tec
ni
ca de la preparaci6n
de nu
cle
os
se
encuentran l
os
neand e
r
tales.
Pr
esentaban
un
desa
rr
o llo cere
br
al notable, ros
tros
enormes y cra neos
bajos; vivieron en Europ a y Asia occi
dental hasta hace 30.000 afios. Grac ias
al amplio registro arqueol6gico que ge
neraro n, y a su b
ru
sca sustituci6n por
los hum anos modemos , qu e hicieron
10
mismo, los nea
nd
enales nos propo
r
ci onan un criterio instructivo para po
n
derar nu estra sing
ul
aridad. Las habili
dades de los neandertales en la talla de
la piedra, aunque so
rpr
end entes. eran
algo ester
eo
ti
padas; muy pocas veces,
si algun a, elabo
ra
ban in strum entos uti
li zando otras mate
ri
as primas. Mu chas
paleonl610gos ponen en cue sti6n su
gra
do de especializaci6n venatoria.
Las viej
as
ideas qu e hablaban de es
tramb6ticos cultos al oso
.
y otros
ri
tu
ales entre los neandertales carecen de
base. No hay fundamento s6lido para
atribuirles un comportamiento simb6li
co 0 de producci6n de objetos
si
mb 6-
licos, al menos a
nt
es de qu e en traran
en
co
ntac to
co
n los humanos moder-
3 1
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 30/88
3.
IAN TATTERSAll
a
la izquierda)
y
ay
H Matternes.
nos. Aunque l
os
neandertales enterra
ban ocasionalmente a sus muertos, po
dnan hacerlo
para ev it
ar l
as
incursiones
de las hienas en sus viviendas 0 por otra
raz6n trivial; los enterramientos nean
dertales carecen
de
objelos rituales
que
testifiquen la creenc ia en la vida de ul-
tratumba . En atras palabras, los nean
dertales, en muchas aspectos admira
bles y exitosos durante largo tiempo,
bajo las dificiles circunstancias de las
epocas giaciales, carecfan de 13 chispa
de
creatividad
que
, a la postre,
di
stin
guirfa a H.
sapiens.
Pese a estar rodeado de bastante con
fusi6n
cuanto atane 31origen de la mor-
fologfa
de
H. sapiens. todo indica que se
produjo en Africa. Quizas entre 150.000
y 200.000
alios
atds. EI
compOIt3mie
n-
to modemo apareci6 muc
ha
ma
s
tarde.
La mejor infonnaci6n procede de Israel
y
su vecindad, donde los neandenales
vivieron desde hace 200.000 anos e in
cluso antes. Hace 100.000 alios se en
contraron con los
H. sapiens
anat6mi
camente modemos. Llama la atenci6n
la identidad de los utiles de piedra y los
yacimientos que nos legaron ambas es
pecies. En 10 que podemos percibir, se
comportaban de un modo affn, pese a
sus diferencias anat6micas. Durante su
perfodo de coincidencia, companieron
ecosistemas del
Pr
6ximo Oriente.
En Europa la situaci6n era muy otra.
AUf,
los yacimie
nlO
s mas antiguos de
H.
sapiells datan de hace unos 40.000
aiios. Apenas 10 .000 anos despues,
se extinguieron los neandertale
s.
Los
32
H
sapiens
que invadieron Europa lIeva
ron consigo pruebas abundantes de un
tipo de sensibilidad modema , sin prece
dentes
y
completamente desarrollada.
No s610 ponaban una nueva tecnica liti
ca, e l Paleolitico Superior , basada en
la producc i6n de largas y delgadas ho
ja
s a partir de nucleos ciHndricos, sino
que tambien elaboraban instrumentos
de hueso y cue
ma
, mostrando un pro
fundo conocimiento de las propiedades
de estos materiale
s.
Mas significativo es que con e
ll
os
iba el arte, del que dejaron estampa en
objetos tallados, grabados y magnffi
cas pinturas rupestres. lnscribfan signos
de registro en huesos y tabliJlas de pie
dra. Fabricaban
in
strumentos musicales
de viento . Elaboraban delicados ador
nos personaies. Enterraban a sus muer
tos,
o f r e i l ~
objetos rituales (que,
ademas de la creencia en una vida ul
traterrena, nos indica una estratificaci6n
social,
pOI qu
e no todas las tumbas pre
sentan el mismo tratamiento). Sus asen
tamiemos. muy organizados , evidencian
estrategias de caza y pesc
a.
La innova
ci6n tecni ca, producida antano de for
ma intermitente, dej6 paso a un proceso
de refinamiento constame. Sin la menor
duda, aquellas gentes eramos
110SotIVS
En todas esas caracleris
ti
cas las po
blaciones del Paleolftico Superior dife
rfan de los neandertale
s.
Aunque alg u
nos neandertales de Europa ap renderian
cosas de los recien lIegados H. sapiells
no tenemos pruebas directas de las rela
ciones entre las dos especies. Pero con
siderando la rapida desaparici6n de los
neandertales y el amplio registro poste
riorde H. sapiens
podemos sup
onerq
ue
estas relaciones no fueron muy afortu
nadas para los primero
s.
Los ejemplos
de una sustitucion rapida se repiten en
los yacimientos arqueol6gico
s.
No exis·
te
en Europa ninguna prueba biol6gica
finne de hibridaci6n entre elias.
En el Pr6ximo Oriente, despues de
60.000 anos, la coexistencia termin6 al
mismo
ti
empo que empezaron a apare
cer
los
in
strumentos del Paleolftico
Su·
perior. Hace 40.000 anos los neander
tales del Pr6ximo Oriente cedieron el
paso a los
H. sapie
mas desarrolla
do s en su cultura, igual que sus hom6-
nimos europeos.
La explicacion de las diferencias
en·
tre Europa y el Pr6ximo Oriente resi
de , muy probablemente, en la aparici6n
de la cognici6n modema, que podemos
suponer de consuno con el desarrollo
del pensamiento simb6lico. Pese a la
adquisici6n de la morfologia esqueIeti-
ca modema, la si tuaci6n estaba bastan·
te equilibrada. S610 mas tarde, con el
desarrollo de un tipo de compon am ien
to modemo, H.
sapiells
se convirti6 en
un competidor intolerante co n los seres
mas
ce
r
ca
nos.
Para entender este cambio de sensibi
lidad, debemos recordar cienos aspec
tos del proceso evolutivo. En primer lu
gar, todas las innovaciones, y este caso
no era una excepci6n, se dan necesa
riamente en el seno de especies preexis
tcntes l.D6n
de
podrfa producirse si no?
En seg undo lugar, muchas novedades
surgen como exaptaciones·'. es decir,
caracteres adquiridos en
un
contexto an·
tes, a menudo mucho antes, de que pa
sen a formar parte de otro distinto. Por
ejemplo, los hominidos posefan un apa
rato fonador basicamente modemo des·
de hace cientos de miles de alio
s;
mu·
cho
antes de
que
, a partir del registro
cultural, podamos pellsar que posefan
un
lenguaje articulado, y que la peculiar
morfologia del aparato fonador les per
mitfa. Por ultimo, debemos considerar la
posibilidad de la aparic i6n de algo tOlal-
mente inesperado gracias a una casual
coinc idencia. Suele aducirse el ejemplo
c1asico del agua, cuyas propiedades re
sultan impredecibles a partir de atomos
soli tarios de hidr6geno y oxigeno.
Si combinamos todas esas observa
ciones podemos ver que, aunque la ad
qui sici6n de pensamiento simb6lico
tuvo profundas consecuencias, el pro
ceso de su aparici6n no fue excepcio
nal. Ignoramos hoy
de que
modo el
cerebro humane co nvierte el conjun
to de descargas qufmicas y eIectricas
en conscienci
a. Perc
podemos afinnar
que nuestro linaje
pa
s6 a disfrutar de
un pensamiento simb6lico desde un es
tado precedente no simb6lico. La uni
ca explicaci6n verosfmil es que, con la
lI
egada del H.
sapiens
anat6micamen
te moderno, las exaptaciones previas
se combinaron por azar con pequenos
cambios geneticos, creando un poten
cial sin precedentes.
No podemos dar
por
completo ese re
lato, pues los humanos anat6m icamen
te modernos siguieron siendo arcaicos
durante mucho tiempo antes de adquirir
un comportamiento modemo. Tal salta
podrfa ser resultado de la tardfa apari
ci6n de novedades clave que no dejan
huella en el esq ueleto, 10 unico que fo
si
li
za. Pero parece improbable, por
que implicarfa la sustituci6n en el Viejo
Mundo de todas las poblaciones de ho
minidos en un breve periodo de tiempo,
algo de 10 que no tenemos pruebas.
TEM S
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 31/88
Se
nos amoja mas probable que la
nueva capacidad de los humanos moder
nos surgi6 con el origen de
H sapiens 0
en su vigilia. Esa propiedad no
se ma
nifest6 hasta que fue activada
por
algun
tipo de estfmulo cultural. Si proporcio
naba alguna ventaja. semejante innova
ci6n de la
co
nducta se transmiti6 rapida
mente por el
co
ntacto cultural entre las
poblaciones que ya tenian el potencial
para adquirirlo. No fue necesaria ningu
na sustituci6n de poblaciones.
No
podemos afirmar
con
seguridad
en
que consisti6 1a innovaci6n
de
marras.
Sin embargo, no hay mejor altemativa
que la adq
ui
sici6n del lenguaje, medio
por el que expresa mos nuestras ideas
y
experiencias a a
tra
s
y
elemento fun
damental
par
a el pensamiento. Implica
crear c3tegorias
y dar
un nombre a los
objelos
y
se
nsaciones del
mundo
exter
no e interno, asf
co
mo realiz
ar
asocia
ciones con los
si
mbolos mentales. No
podemos concebir el pensarniento (tal
y como 10 conocemos) sin un lengua
je;
la capacidad de elaborar simbolos
mentales es la fuente de nuestra crea
lividad, porque s6
10
des
puts
de forjar
tales
si
mbolos podemos combinarlos
y formularnos preguntas como
Que
pasarfa si .. ? .
Aunque los lingUistas
Ie
han dedicado
muchas haras
de
especulaci6n. se no s
escapa c6mo surgi6 el lenguaje. Pero
sabemos que un ser equipado por capa
cidades simb6licas es un rival extraor
dinario,
y
no necesariamente un ser del
todo racional, tal
y
como el resta de se
res vivos,
H. neandenhalensis
incluido,
han podido descubrir a su costa.
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Asensi:
Corredor de om nidos en Africa
sudorient
al; Felipe Cortes:
Mutaciones pioneras;
Esteban Santiago:
Evoluci6n del
color de
fa
pief humallo
Portada: Phll Saunderli, Space Channel Ltd.
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33
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 32/88
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 34/88
E
la isla indonesia de Flores to-
davia hoy se oye hablar de la
legendaria ebu gogo ("Ia abuela
que todo
10
come"), una dimi-
nuta criatura de
apetito
voraz
postura erguida y andar titubeante, de
lenguaje susurrante. Siempre se
habra
cfefda que los macacos habran inspira-
do la leyenda. Pero en octubre de 2004
sali6 a la luz otra posible explicaci6n.
Un equipo de investigadores australia-
no
s e indonesios que excavaban en una
cueva de
la
isla hallaron los restos de
un humana
liliputiense
apenas
a1-
canzaba
un metro de estatura- que
vi-
vi6 hasta hace escasos 13.000 anos.
La Daticia conmocion6 a los pa
leoantrop610gos de los cuatro pun-
tos cardinales. Creiase que, tras
la
ex-
tinci6n de los ne
an
dertales en Europa
y
de Homo erectus en
Asia
Homo sa-
pi
ens habia sido el unico habitante ho-
mfnido de la Tierra durante
lo
s t1ltimos
25.000 anos. Adema
s
todos los f6siles
de hominidos
de
pequenas dimensio-
nes que se habfan encontrado hasta en-
tonces pertenecian a australopitecinos
(Lucy y similares) de tres millones de
aO S de antigUedad, es decir. rouy ante
nores a la
aparici6n
de omo
sapiens.
Nadie imaginaba que Duestra especie
hubiera compartido el planeta con tan
diminuto companero. oi
tam
poco que
una
criatura con el cerebro del
tamana
de un pomelo pudiera haber desarrolla-
do capacidades cognitivas equiparables
a las del hombre moderno.
Flores: un pozo de sorpresas
No
era
el
primer lesoro paleoantropo-
16gico que se desenterraba en Flore
s.
En 1998, un equipo de arque610gos di-
rigido por Michael J. Morwoo
d
de
la
Universidad de Nueva Inglaterra en
Armidale, public6 el hallazgo de unos
instrumentos fricos de 840.000 anos de
antigtiedad encontrados en
la
depresi6n
de Soa, en la regi6n central
de
la is
la.
Aunque no apareci6 ningun f6sil hu-
mano junto a utiles el descubrimiento
ponfa de manifiesto que
Homo erectus
el unieo hominido eonocido en el s
u-
deste asiatico en aquella epoca, habia
cruzado el estrecho de aguas profundas
que separa de Java
la
isla de Flores.
EI
hallazgo caus6 mayor sorpresa
porque nunea antes
se
habfan encon
trado
iodicios de que
Homo erectus hu-
bie
se
side capaz de coostruir embarca
ciones. De hecho, la fecha mas antig
ua
aceptada para
la
aparici6n de Ia navega
ci6n era de entre 60.000
y
40.000 anos,
cuando nuestra especie coloniz6 Aus-
36
R ESUMENI
HuM NOS
EMPEQUENE IDOS
~ De aeuerdo
con
la doctrlna admltlda omo sopiens habrla sldo el unieo
homf
nido
que
ha
blt6 el planeta durante los ultimos 25.000
ailos
.
Pero
los
restos
descublertos
en
la
isla Indonesia de
Flores
pertenedentes
a
una
especle
enana de
Homo
que vi
-
vl6
hasta hace
13
.
000
alios.
ponen
esa hip6tesls en un aprieto.
,..
Aun
qu
e
semejante
a los prlmeros h
omfnldos.
en
cuanto
a
las
reducidas dlmen-
slones corporales y cerebrales. parece
que
esta
nueva
especle
fabric6
utiles Iticos
complejO . Ello pl
antea toda una suerte de preguntas sabre la relaci6n
e
ntre el
ta-
mafto
cerebral y la
Intellgenela
. m ~ n de espectacular, este
hallazgo
ha resultado
controvertido.
Algunos expertos
cuestlonan la diagnosis de los huesos. d e m ~ s los autores de tales
artefactos
de-
purados pudleron haber sldo
humanos
modemos.
ELEFANTE IND IO
ACTUAL
lephas maximus
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 35/88
tralia. EI resto de la fauna que medraba
en
Fl
ores debi6 Uegar hasta a
li
i nadando
o sabre troneos y ramas
fl
otantes. Lo s
humanos
no
son tan
bue
nos nadadores
como
para
atraves
ar
ese estrecho, por
10 que algunos sostienen que pudieron
cruzarlo mediante ba lsas naturale
s.
Can la esperanza de documen
tar
pe-
rfodos subsiguientes de ocupaci6n
hu
-
mana, Morwood y Radien P. Soejono,
del Centro de Arqueologia de Yakarta,
centraron su atenci6n en Liang Bua,
1.50
0.30
metros
E
VO
LUCION HUM N
una gran cueva caliza del
o s
te de
fl
o-
res. Desde los ailos setenta, diversos
arque610gos indonesios habian veni do
excavando el yac imiento de forma in-
termiten
te
, siem
pre o
ndicionados por
la di sponibilidad de
fi
nanciaci6n; pero
5610 habfan excavado los niveles supe-
riores. Morwod y Soejono se propusie
ron alcan
zar
la raea m
adre
Empezaron
las excavaciones en julio de 2001. En
poco tiempo, reeuper
aro
n abun
da
ntes
utensilios If
ti
cos y huesos de
Stegodon
una forma enana de un par iente extin to
del elefante modemo.
Hasta el
fi
nal de la tercera campana de
exeavaci6n no apareci6 el p
ri
m
er
dien-
te
ai
slado perteneciente a un hominido.
Morwood
lI
ev6 consigo una replica del
mismo a Armidale para mostcirselo a
su companero Peter Brown. EI premo
lar prese
nt
aba una forma hu mana, pero
no pertenecfa a un
hum
ano
ac
t
ua
l.
Siete
dias m
as
tarde, Morwood recibia la noti
cia de que el equipo indonesia habia des-
2.
L S
O NDICIONES
DE
INSUL RID D
suelen propiciar
la
apancion de seres
enanos y
gigantes:
105
animates
m yores que un conejo
empequefiecen mientras
que 105
menores se agrandan
Estos
cambios de tamano
pa
recen
responder a
as Iimitaciones de
los
recurso
s
alimentarios
.
EI
Stegodon, un proboscidea
extinguido, colonizola
isla de flares en varias ocasiones; redujo su
tamano
de
s
de
el
de un
elefante hasta el
de un
bufalo. Algunas especies
de
ratas,
en
cambia,
adquirieron
el tamano
de un conejo. Parece que H. flores;ens;s siguio tambi n las
ms
mas
le
ye
sevolutivas que impone la insularidad .Se considera un descendiente enano de H
ereeWs,
que
presentaba
un
tamano
corporal
similar
al
de
los
humanos
actuales
.
HOMI
NI
DO
DE
FLO
RE
S
H. floresiensis)
R
CO
MUN CTU L
Ranus ranus
R
T
GIG NTE
DE
FLO
RE
S
P
apagomys
37
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 36/88
cubicll0
un
esqucleto. EI
y
Brown toma
ron el primer vuelo hacia Yakruta.
Au nque la ex trana morfologfa del
premolar vatici naba ha
ll
azgos novedo
sos, a todos cogi6 desprevenidos
la
apa
rici6n del es
qu
eleto, al que casi s610 Ie
fallaban los brazos. A tenor de la ana
tomia pelvica,
cO
ITespondfa a
un
indivi-
duo bfpedo, probablemente una h
em
bra
u ltimamente se han expresado dudas
al respeclO . La erupci6n y el desgaste
demarios indicaban que se trataba de
un
adulto. Su esta tu ra, en cambio, era simi
lar a la de
un
nino actual de unos tres
anos de edad. Presentaba va rios rasgos
primilivos: pelvis aneha, cue
ll
o del fe-
mur largo y
un
tamano cerebral tan r
e-
ducido como el del austraiop
il
ecino con
el
men
or cerebra conoddo.
No
obstan
te,
en
otros aspectos su morfolog
fa
re-
sultaba
fami li
ar:
la
dentici6n pequena,
la nariz estrecha, la forma general del
cnineo y el grosor de
lo
s hu esos cranea
les evocaban el genero Homo.
Brawn pas6 los tres me ses sigui en
te
s ana
li
zando el enigmatico esque
leta. Le correspondi 6 13 catalogaci6n
LB I.
No
resu lt6 {area facil acomodar-
10 en una clasificaci6n cien tffica. En un
principio, las caracterfsticas que
LB
I
38
3 LAS SEMEJ NZ S ENTRE LBl yotrosmiembros de nuestro
genera han
conduddo aclasificar
el ho
-
minido de
Flores dentro
del genero omo
a
pesar de
su reduddo cerebro
En razon de
su
estrecho
parecido
con H. erectus
LBl se
onsidera
perteneciente a una
nueva especie:
omo floresiensis un
descendientede H mcW que habria menguado su
tamano
.H floresiensis se distingue de H sa-
piens en que muestra, entre otras aracteristicas ,ausencia de menton , prognatismo facial, un
toro
supraorbitario mas
marcado y
una
boveda
craneal
mas
baja
.
compartfa con los primeros homfn
id
os
como los australopitecinos apuntaban
a
un
nuevo genera de la fami lia de los
homfnido
s.
Pero al proseguir el estu
dio, Brown observ6 que guardaba ma
yor semejanza con el genero Homo. La
anti gUedad del esquelelo, 18.000 arios,
sugerfa la posibilidad de que los
hu
esos
hubiesen pertenecido a
Homo sapiens;
en particular, a
un
o de sus represen
tantes de menor tamano. Sin embargo,
cua
nd
o se
co
mp ar6
LB
I can humanos
modernos de tamano reducido - incJu
ye ndo individuos normales, como los
pigmeos,
y
otros que padecfan enanis
mo hipofisari
o
result6 que el esque
leto no encajaba con las caracterfsticas
morfol6gieas de ostos. Por
un
lado, los
pigmeos presentan
un
cuerpo de pe
quenas dimensiones pero un cerebra de
gran tamano: su crecimiento se retarda
durante la pubertad, cuando el cerebro
ha aleanzado ya el lamano adullo. Por
otro, los individuos con trastornos ge
neticos que provocan una corta estatura
y un cerebro pequeno mu estran varios
rasgos que 110 se observa n en
LB
I Yra
ramente aleanzan la edad adulla. Ade
mas, el esqueleta de Flores mo straba
rasgos arcaicos nunca ha l ados en un
Homo sapiens que presentara un tama
no reducido por alteracione s geneticas.
La descripci6n que mejor se ajustaba
a LB I, pue
s,
era la de
un
Homo erectus
en miniatura. Asignaron el esqueieto,
asf como el diente aislado y un hu eso
del brazo recuperados en niveles maS
antiguos, a un a nueva especie hum
a-
na
,
Homo jloresiensis
descendiente de
Homo erectus; tras quedar aislado en
Flores, H. erecttts habrfa evoluciona-
do en condiciones de insularidad ha sta
convertirse en
un
a especie diminuta,
10
mi smo que
Ie
habria suced
id
o a la ver
si6n enana de Slegodon.
Los mamfferos mayores que los co
nejos, ensena la biologfa, lienden a re
duci r su tamano cuando habitan islas
pequena s, presumiblemenle para adap
tarse a la escasez de reCUfSOS alimen
larios. No hay en ello nada que perder,
pues esos lugares albergan pocos de
predadores. Los unieos predadores de
gran tamano que medraban en Flores
eran el drag6n de Komodo y otro lagar
to mayor. Los animales men ores que
l
os
conejos, en cambio, muestran una
tendeneia al gigan tismo, quiza porque
un cuerpo de mayores dimensiones re
sulta mas efieiente, desde el punto de
fEM
AS
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vis
ta
energetico,
qu
e otro menor. Abo
na esta hip6tesis el hallazgo, en Liang
Bua, de f6siles de un a rata con las pro
porciones de una
li
ebre.
No obstante , era la primera vez
que
las ley es evolutivas de la in sularidad se
utilizaban para explicar la talla reducida
de
un
hominido. En su mayo , los pa
leoantrop6 10g
os
sostienen que l
os
hu
mano
s hemos logrado escapar
de
num
e
ro
sas pres iones de la se lecci6n natural, a
las que otros animales deben adaptarse,
merced a la cullura. Para enfrentarnos
al frio , por ejemplo, no desarrollamos
ningun pe
l
aje,
s
ino
que nos ca lentamo s
con fuego y nos a
bri
gamo s con ropa.
EI
de sc
ubrimiento
de
un
a especie de ho
rninido e
nano
indica
que
, ante determi
nadas circunstanc
ia
s, los hum anos evo
lu
cionan de la mi sma forma predecible
en que 1 hacen los
mamffero
s de g
ran
tamano cuando el ambiente se to
rna
hosti . Segun Richard Potts, de la Ins
titu
ci6n
Smith
so
ni
an
a,
el pequeno
cra
neo de H erectus que SU grupo hall6 en
2004 en el yacimiento keniata de Olor
gesaile ofrece otra prueba de
que Homo
habrfa solventado una escasez de rec
ur
sos mediante la reducci6n de tamano.
En su opini6n,
e
mpequenecer consti
tu
ye una de las herramientas biol6gicas
de las que los hominidos estaban dota
dos; los f6s
il
es hallados en Flores ofre
cenan un ejemplo extremo de e llo.
Tamaiio cerebral
y
desarrollo cultural
EIdiminuto
cerebra
de Ho
mo jloresien-
sis ca us6 ma yor de sconcieno. No me
nos sorprendente resultaba 10
que
este
homfnido era capaz de hacer
con
un ce
rebro
de tan modesta s dimen sion es. El
engra
nd
eci
mi en
to del cerebro constitu
ye
uno
de los
di
stinti vos de
la
evo
lu
ci6n humana . En el trans
cur
so de s
ei
s
0
siete millones de s, nueslros antepa
sados triplicaron la capacidad cranea
na : de
sde lo
s 360 ce
ntfmetr
os cubicas
de
Sahelanthropus
l hominido mas
antiguo
conocid hasta los 1350 cen
timetros cubicos (en promedio) de los
hum
anos
mod
e
rnos.
Lo s datos arqueo-
16gicos indican que la complej
id
ad cul
tural aument6 de forma paralela.
En opini6n de los expenos, pues,
un gran cerebro constitufa un requisi
to para
desarrollar
una
cullura
ava n
za da . Pero mientras los aus
tralopite
cinos, de cere
bro
pequeno, construfan
s610 (jtiles de piedra rudim en t
arios,
H. floresiensis con un tamano cerebra l
se mejante, parece
qu
e
fabric
6 una se
r e
de
utensili os cuyo nivel de comp le-
EVOLUCION HUM N
Punzon
entimetros
4.
UTllES
AVANZADOS
que
podrian
habersido obra de H fioresiensis los primeros hominidos, con un
tamano (erebral
similar
al
del hombre
de flores
, eran capaces
de tallar solo
simples
lascas de pie-
dra.
Sin embargo,
en
los
mismos niveles
estratigr.ficos donde
aparederon los fosiles
hominidos
de
la (ueva liang Bua ,
se descubrieron
pun,ones,
, (hillos,
puntas yotros instrumentos elaborados.
Estos utiles entranan un nivel de
complejidad
(ultural
que
hasta ahora s61 se atribuia aH sapiens
jidad hasta ahora s6 10
se
habia observa
do en H. sapiens.
La
mayorf
a
de
los
3I1efactos
de
Lian
g
Bua corresponden a simples lascas ob
tenidas al golpear rocas volcani cas y
s
flex.
de
elaboraci
6n similar a las las
cas fabricadas pOT los ultimos au stralo
pitecinos 0 los
prim
e
ros
representantes
del ge nera Homo. Pero, mezclados con
los res
to
s
de un
Stegodoll eoano , l
os
ar
que610gos encontraron IHiles mas depu
rado
s:
puntas delicadamente tallada
s,
grandes
cuchillos, punzones y pequenas
la
scas
que podrfan haberse
enma
ng
ado
para fabricar lan
zas,
entre olras. Parece,
pues,
que
los Stegodoll eran presas habi
tua
te
s
de
H.jloresiellsis.
Un num
ero im
portante de hu esos de
Stegodon
pertene
ceo a individuos ju veniles.
que
pud ieran
se r
abatidos
por
un so lo H jloresiensis.
Otros , sin embargo , pertenecen a indivi
duos adultos de alrededor de media 10-
neiada
, cuya caza y
tran
spone
requ
erfan
la coordinaci6n de un grupo de H o-
res
ien
sis e incluso, segun sos
ti
ene
Ri
chard G. Robert s, de
la
Universidad de
Wollongong, el uso de un lenguaje.
La
pr
esencia de huesos
carbonizado
s
de aDimales
in
dica que el repertorio cul-
tural
de
H jloresiensis
inclufa tambi
en
la cocina .
EI
hecho
de qu
e es te ho
mini
do
co n
un
cerebra de
re
ducida
s
dim
en
sion
es
pudiese con trolar el fuego revi s
te suma irn
portancia.
Se daba por ciel 0
qu
e los humanos
no
h
abran co
n
seg
uido
dominar
al
fuego hasta
un
a
etapa
rec ien
te de nuestro des
aJTollo
cogniti
vo;
de he
cho ,
la pr
im
era prueba
inequfvoca del
uso del fuego procede de hogares euro
peos de 200.000 anos de antigUedad: se
Ie atribuia, pue
s,
a los neandertales, que
estaban
dOlados
de un cerebro po
dero
so.
Si
las
hi
p6te
sis so
br
e
H. jioresien-
sis avanzadas por sus desc
ubridor
es se
confirmasen. los restos de Fl ores cans
tituiran
un
o de los principales hallaz
gos de l
os
ultimos decenios de la pa-
leoantropologia. No s610 probarian que
una segunda especie de hum ane co
exisli6 con nuestros ancestros
dir
ec
to
s en un pasado no mu y Jejano
y qu
e
nues
tro
genero
pre
se
nta
mayor diversi
dad de 10 que se pensaba, si no que tam
bien plantearian una bateria de pregun
la
s ace
rca
de la relaci6n entre l
amano
cerebral e inteligencia. (No resulta ex
trano, pues, que el descubrimiento haya
generado polemi ca.)
39
i
;
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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MIGRACIONES PREIDST6RICAS
Bah
r .1 Ghazal.
Chad
0
3.G-3 S Ma
Clasificaci6n biol6gica
Las teorias altemativas a
la
del equipo
descubridor no tardaron en llegar. En
una carta aparecida el 31 de octubre de
2004 en la edici6n australiana del Sun-
day
ail
apenas tres dias despues de
la publicaci6n del hallazgo en ature
Maciej Henneberg, de la Universidad de
Adelaida, replic6 que una patologia de-
40
970 900 ka
• omo floreslensi
o
Prlmeros
H
s piens
o
Ultlmos
neandertales
o omo erecrus
O omohabllls
· 0 AU5tralopitecinos
Ma
= millones de a os
ka =miles de aflos
nomin
ada
microce falia podfa
explicar
los peculiares rasgos de
LB
I. EI paleon
t61
ogo indone s
ia Teuku
Jaco b sostuvo
la
misma idea desde un principia . Los
in-
dividu
os que padecen enanismo
micro-
cefaIico esencial.
3
fanna
m
as g
rave
de
microcefalia congenita. muefen
du-
rante
la infa
nci a Sin embargo
aquel10s
que sufren alguna fanna menos grave si
bien padecen na relra
sQ mental
5
breviven has
ta
canzar la edad adult
a.
Henneberg compar6
la
s dimensio-
nes craneales
y fa
ciales de LB I con las
del craneo de 4000 anos de anligtiedad
hallado en Creta, pertenecieme a
un
individuo microcefalico. No observ6
diferencia
s signific
ativa
s
He
nneberg
aducia, adema
s
que el hueso de ante-
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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brazo aparecido en un nivel estratigra
fico mas profundo de la
mi
sma cueva
no perteneci6 a un enano sino a un in
dividuo de entre
151
y 162 eentfmetros
de estatura la
mi
sma altura que hoy
muestran un gran numero de mujeres y
algunos varones senal de que vivieron
tambien en Liang Bua individuos con
una estatura similar a 1a nuestra. Segun
EVOLUCI N
UMANA
Henneberg pues LB 1
no
perteneci6 a
una nueva especie del genero
o o
sino a un
H.
sapiens microcefalico.
Susan C Ant6n de la Universidad de
Nueva York no compania esta opini6n.
Sostenfa que los humanos l11odemos
mierocefilicos presentan una morfolo
gfa facial eompletamente diferente en
un euerpo de tamano nonnal no men-
guado. No crefa sin embargo que el
hombre de Flores represente una nue
va especie de homfnide. Las diferen
cias morfol6gicas que este muestra res
peete a
omo
erectus son escasas harto
menores que las existentes entre un pe
lTO chihuahua
y un
gran danes. Segun
Anton LB I podJia corresponder a un
omo erectus
que sufri6 algun tipo de
41
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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alteraci6n en su crecimiento, provocada
por la mi crocefalia 0 por malnutricion.
Otros expertos afinnaban
que
e l ho
mlnido de Flores prese nta una ana to
mia todavla mas primitiva.
Segun Co
lin
p
Groves, de la Universidad Nacio
nal de Australia. y David W,
Camero
n,
de la Universidad de Sydney, e l lama
no ce rebral, el largo cue llo
de
l fe
mur
y
ot r
os
rasgos indican
mayor
proximidad
fi logenetica co n
Homo habilis
que co n
Homo erectus, este seg undo una espe
cie mucha
ma
s evalucionada. (Se con
sidera que
Homo habilis
es e l miembro
m
as
anliguo
de
nuestro genero.)
Mil ford H. Wolpoff, de I Univers i
dad de Michi gan en Ann Arbor, se pre
guntaba si l
os restos
de
Flor
es
no
se
d
ebe
rfan adscribir a una rama brota
da del t
ra
nco
de
Austrafopitheclis. Si
LB I descendiera de H sapiells 0 de
H, erectus, ipor que la se lecci6n nalu
ral habrfa
empe
quenecido ese cerebro
hasta alcanzar un
tamano
inciliso me
n
or
que e l que Ie con esponde segun
su estatura? EI mismo Wolp
off
adm i
tia
que
en su praplles ta tambien queda
ba algun cabo sue lto: si LB I descen
diera de Austra/opirheclls ,
do
t
ado
de
mandibulas r
ob
ustas y dientes gran des,
l.c6
mo se exp ica que el homlnido de
Flores presen te una mandibula y una
dentici6n Ian deli
cadas?
Sin embargo.
co nsideraba
que
es te problema evo lu
livo en tra naba menor dificu lLad que el
plan teado por la dismi nuci6 n de l lama
fio ce rebra l; despues
de
todo. un ca m
bio en la dieta puede provoca r un a rc
ducci6n en el aparaLo de masticac ia n,
pero, l.por que la evo
lu
e ion habrfa COIl
ducido a una reduce i6n
de
la base de la
inte ligencia?
Hallar un australopilec
in
o que viviera
fuera deAfri ca
p
l no dedI en el sures
te asiatico-- haee un os
1
8 000 nilos abo
naria la hi p6tesis anterior, Se suponfa que
este grupo se extingui6 en Aflica hace un
millan y medio de ailos, s
in
haber aban
donado nunea su continente natal. Ello se
exp licaba supon
ie
ndo que quiu1 los ho
mi nidos necesitaron desatTollar extremi
dades largas --que pennitieran avanzar a
grandes zancadas-, cerebro de gran ta
mano y tecnicas mas depuradas antes de
poder aventurarse a explorar el resto del
Mundo Anl
iguo. Pero el reciente hallaz
go del f6si l de
un Ho
mo de 1,8 millones
de anos
de
antiguedad en el yacimiento
de Dmanisi, en la Republica de Georgia,
refuta esta ex pIieaci6n: los h
om
inidos
geo rgianos eran primitivQs, de tamano
redue ido y ulilizaban utiles como los que
los austraJop itecinos habian fabrieado un
42
ARBOL GENEALOGICO
miU 6n de ailos antes. POI tanto, no ex iste
raz6n
a priori
para pensar que los austra
lopi lecinos 0 incluso
H
habi/is 0
co
lo
nizaron olros cont inentes.
Pero si los
AlIstralopirheclIs
sa lieron
de Afri
ca
y pervivieron en
Fl
ores hasta
haec poco t
ie
lllpo, tendrfamos que prc
guntarnos
pOl que
no aparecen mas f6-
si les que apoyen esta hip6lesis. Segun
Wolpoff, p
ll
ede que ostos ya se hayan
enco ntrado. En los ailos cuarenta del si
glo pasado se hallaron en Indonesia un
conjunto de restos que han sido c1asifi
cad os pOl diversos aulOres co mo us-
tralopithecus, Megalllhropus
y, mas
recienl
eme
nte,
H,
er
eclUs
Ahora
debe
rian ser reexalllinados a la luz de los f6-
siles de Flores.
NUlllerosos ex per tos ajenos al pro
yecto de Flores respaldaron la c lasifica
ci6n taxon6mica es ta
bl
ecida par Brow n
y Morwood. Segun Da vid R. Begu n, de
la Universidad de Toronto, la mayorfa
de
las diferencias entre e l hominido
de Flores y olros miembros del gene
ra
Homo,
asf como las aparen tes se me
j anzas
co
n los australopileci nos,
eS
lan
re lacionadas con su
Ill
en
guada
masa
corporal. Es decir, a med ida que la po
blaci6 n de la isla de Flores empeqlle-
iiec i6 sus Illedidas co rporales desde Ull
a
nt
epasado
H. erectus,
algunos de sus
rasgos
co
nvergieron hacia e l red ucido
tamano
de
los australopitecinos. Pu esto
que LB
I
cOlllparte a lgunos rasgos clave
co n H
erectus
y Olros con otros mie l -
bros del ge ne
ra H OIllO ,
la opci
6n
mas
sencilla es c1asificarlo como una nu e
va
especie de HOflIo Lo mismo opina
G. Philip
Ri
ghtmire, de la Universidad
de Binghamtom; segun este especia
li
s
ta en evolucion de
H. erectus ,
e l
caso
de
Homo jloresiellsis
responderfa a un
experimento evo lutivo circunserito.
Cultura tecnica
Aun mas polemica que la posic i
on
de n
tro del arbol evo
lu
livo de los homfni
dos resu a la afirmaci6n de que el hom
bre
de
Flores era capaz de fabri ear uti les
Hlicos refi nados. Ri chard Kl ein, de la
Universidad de Stan
fo
rd, subraya que
de los artefaclos trabajad
os
y hallados
en la cueva habfa muy pocos, si es que
los habfa , cerca del esq uelelo LB l
.lPO
drfa ser que es tos fu eran obra de hum a
nos Illodernos, que hubiesen oc upado la
cueva en
Olro
momento? En la opini6n
de Klein, las excavaeiones deben prase
guir para determ
inar
la relaci6n estrati-
TEMAS
44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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grafica entre los utensilios fticos y los
f6
siles humanos. En
el
caso de que apa
recieran res
to
s de hominidos actuales,
quedarfa par aclarar si en la cueva co
existieron
do
s especies diferentes
0 86
10
vivieron humanos modernos
y
por tan
to, LB I corresponde simplemente a un
humano modemo que padeci6 alguna
anomalia en su desarro
ll
o.
Dejando a un lado los problemas es
tratigraficos. Groves sostiene que los
in
strumentos Hticos parecen demasia
do
avanzados para haber s
ide
manu
facturados par un homfnido primitivQ
y diminuto. Para el equipo descubri
dor es improbable que los instrumen
lOS
sean obra de
Homo sapiens
porque
algunos de ellos tienen 94.000 anos de
antigtiedad. Pero Groves sefiala que se
han encontrado instrumentos de 67.000
anos
de
antiguedad en Liujang (China)
y que quizas aparezcan otros auo m
as
antiguos que indiquen la presencia de
nu estra esp
ec
ie durante esa
epoca
en
Extrema
Oriente.
Segun Bernard Word, de la Unive
r
sidad George Washington , todavfa no
contamos con suficientes pruebas para
asegurar
que H floresiensis
fue el all
tor de una industria
Uti
ca tan depurada.
EVOLUCION HUMANA
Pero aunque
10
fuera,
c o
explica
damo
s la relaci6n entre el tamano ce
rebral y las
ca
pacidades
cog
nitivas? Si
un hominido dotado de un
ce
r
eb
ro no
mucho mayor que
el
de un chimpan
ce pudo desarrollar una
cuhura
mate
rial tan compleja, i.por que tard6 tanto
en aparecer la lecnica Iftica?
Rightmire concluye que , si H o-
resiensis
fabricaba utiles avanzados,
deberfamos admitir que el tamano del
cerebro no importa demasiado. De he
cho, el volumen cerebral de los huma
nos actuales presenta una extensa va
riabilidad, con eximios pensadores
en ambos extremos del especlro: Jac
ques Anatole
Fran ois
Thibault (Ana
tole France), ganador del premio Nobel
de literatura en 1921 , contaba con
una capacidad craneana de
s610
unos
1000 centimetr
os
cubicos; la de l gene
ral ingles Oliver Cromwell dob laba ese
volumen. Para Po
tt
s, esto signifi ca que
no importa tanto el tamano cuanto la
estructura retic
ul
ar es ta
bl
ecida.
Para nuestro infortunio, el cerebro
de LB I desapareci6 hace largo tiem
po. Nunca conoceremos su organiza
ci6n intema. Con todo, la superfi cie in
tema de la caja craneana ofrece algunas
pistas. A partir de las impresiones en
docraneaies, los paleont61ogos extraen
moldes de latex; estos
se
utilizan lue
go para obtener repli cas que muestran
la morfologfa del cerebro. En el caso
de LB I , los huesos son demasiado fra
gi les para soportar el proceso de mol
deado. En su defecto, cabe obtener una
reproducci6n virtual a partir de la
10-
mograHa computarizada, para despues
general' una replica
fi
sica mediante es
tereolitografia.
Dean Falk, de la Universidad de Flo
rida, pen
sa
ba en un principio que se
ria muy sorprendente que el cerebro de
H. fioresiensis resultara una versi6n en
miniatura del cerebro
humane
moder
no.
i.
Y si prese ntara circunvoluciones
similares a
la
s del cerebro del chim
pance? Los expertos
ll
evan largo tiem
po di scutiendo si los pliegues de los ce
rebros de gran tamano son una simple
consecuencia de sus dimensiones
0
si
la reorganizaci6n refteja un proceso de
selecc i6n en pro de una mayor capaci
dad cognitiva. Quiza LB I arroje
lu
z so
bre esta cuesti6n. Falk su equipo in
formaron en
Science
en
2005,
aCerca
de su reproducci6n virtual del interior
craneal de LB I. No encontraron simili-
43
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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tud con el de un chimpance. Aunque las
proporciones relativas al tamano corpo
ral recuerden a
la
s de un australopiteco
o
un
simi
o,
en cambio ellob ulo prefron
tal estaba muy desarrollado. Pero Ralph
Ho lloway, de la universidad de Colum
bia, observa que es demasiado peque
no para
un
especimen normal d
el
ge
nero Hom o.
De
vuelta al
mundo
perdido
Morwood y su equipo informaban en
2005 del descubrimiento en Li ang Bua
de los restos de al menos otros ocho in
dividuos que encajaban con la
ana10
-
mia de H. floresie s is. Ninguno de
ellos es tan completo como LB I , cu
yos brazos aparecieron en
la
ultima
campana de excavaci6n. Asimismo,
han desenterrado un a segunda mandi
bula, identica en tamano y morfologia
a la de LB I. La dupJicaci6n de hu esos
f6siles r
ef
uerza la idea que defiende la
existencia de una poblacion de esto s
diminutos human os. Al propio tiempo,
descartaria la posibilidad de que
LB
I
correspond iera a un indi
vi
duo afectado
por alguna patologfa.
Quizas el ADN ayude a desentranar
el enigma. En la U
ni
versidad de Oxford
se esta lIevando a cabo el anal isis ge
n
et
ico de muestras de pelos que pos i-
bl eme nte pertenecieron a H
floresien-
sis. Huesos y dientes podrfan conservar
fragmentos de ADN valid
o.
Aunque
las probabilidades de ex ito son escasas
--el
ambiente tropical dificulta la co
n-
servaci6n del ADN-, no se pierde
nada en intentarlo.
En su empeno por resolver este rom
pecabezas evoluti
vo,
Brown propane tres
posibles explicaciones:
H
floresiensis
desc iende quiza de los an
ti
guos pobla-
dores de Flores, que, tras su lIegada a
la isla, habrfan empequenecido (estos
serfan los posibles autores de la indus
tria if ic a, de 840.000 anos de antigUe
dad , hallada en la depresi6n de Soa);
tam
bi
en podria ser que los a
nt
epasados
de
H
j70resiensis menguaran en otra
isla, antes de
lI
egar a Flores; por ulti
mo, puede incluso que el antepasado
del hominido de Flares ya mostrara
un
tamano reducido antes de poblar el su
deste asiatico.
De hecho, en numerosos aspectos,
LB I guarda mayor semejanza con los
H.
erectus africanos
y
los homlnidos
ha
ll
ados en la Republi
ca
de Georgia
que con los
H.
erec s hallados en Java,
aunque est
os
ultimos se encuentren
mas
pr
6ximos geograficameme. Perc
todavia queda por aclarar si esta seme-
44
janza indica que H.
jl ore
siensis provie
ne de una incursi6n de
H.
erec
tu
s en el
sudeste asia
ti
co anterior a la que di o lu
gar a los H. ereclus en Java, 0 bien co
rresponde a un
re
sultado fortuito del
proceso de empequenecimiento. Nue
vas excavaciones quiza resuelvan estas
dudas.
EI
equipo planea retomar las ex
cavaciones en Flores y Java, para ex
tend er su radio de inves
ti
gaci6n
a
otras
islas
in
donesias.
Los f6siles humanos de Liang Bua
abarcan un perfodo de entre hace
95.000 y 13.000 anos. Ello sugiere
que los pequenos pobladores de Flo
res se ex tinguieron junto al Stego-
don
enana, debido a una gran erup
ci6n volca
ni
ca que tuvo
Jug
ar en esa
zona hace
12
.000 anos. Sin embargo,
quiza sobrevivieron en otras regiones
mas orientales. Si, tal y como reve
Ian algunos indicios,
H. erectus
sobre
vivi6 en Java hasta hace 25.000 an os
y
H
sapiens
lIeg6 a esta regi6n hace
un os 40 .000 anos, tres especies dife
rentes de homfnido habrfan medrado
coda con
coda
en el sudeste asiatico
durante al men os 15.000 ano
s.
Es pro
bable que se encuentren mas f6siles en
otros yacimiento
s.
Las islas de Lom
bok y Sumbawa pudieron constituir lu
gares de paso o
bJi
gado para los homf
nidos que se desplazarcn desde Java 0
desde el continente hacia la isla de Flo
res. Quizas aquellos que se establecie
ron en esas islas tomaran tambien su
propia direcci6n evoluti
va.
Otra hip6tesis apunta que alguna de
estas ramas evolutivas de Homo podrfa
haber sobrevivido hasta tiempos hist6-
ri cas. Tal vez incluso pudieran pervivir
en alguna regi6n remota en la densa
selva trop
ic
al de l sud este asiatico, es
perando (0 evitando) ser descubiertos.
Pero todo esto
ti
ene sentido s610 si
LB
I y los demas resto
s
corres
ponde realmente a una especie huma
na hasta ahara desconocida, en vez de
tratarse de un ser humano patol6gico.
En mayo de 2006 se ha recrudecido la
polemic
a.
Robert D. Martin, del Museo
Field de
Hi
storial Natural de Chicago,
y sus colabaradores pubJicaban ese mes
en
Science
nuevas argumentos - razo
nes de escala y comparaci6n de mol
des de interiores de cn ineo--- en favor
de que el f6 s il de la isla de Flores sea
en reaJidad el cadaver de
un
ser hum
a-
no
mi
crocefdl ico. Otros paleont6
10go
s
comparten esa opini6n: las razones de
escala inclinan a Tom Schoenemann,
de
la
Universidad de
Mi
c
hi
gan-Dear
born, a pensar que
LB
I
fu
e
mi
croce-
falo. Jochen Webber
Sc
hweinrurt
encontro semej
an
zas entre el cn'ineo de
LB I Y el de un
mi
croceralo; la com
paraci6n de moldcs
lIe va
a Ralph Ho
ll
oway
o
lumbia a no descartar
la atribuci 6n a un individuo patol6gi
co. Por el conlrario, seg
un
D
ea
n Falk
-
Fl
orida- indica que esa serra la ex
plicaci6n meno s probable, basand ose
en su propio molde virtual , del que he
mos hablado antes (Martin y Falk
di
s
crepan acerca de
la
pertinencia del cra
neo microencefa1i co humane que Falk
compar6 con el de
LB
I). Pero par otra
parte, Susan Larson tany Brooks-
ha observado un a pec
uli
aridad no hu
mana en el humero encontrado recien
temente de
LB
I, com partida en cambio
par
H
e
re
cllls.
En Flores, algunas Jeyendas cuentan
que cuando se produjo la coJo
ni
za
cion holandesa, en el siglo XIX las
ebu
gogo todavia existfan. EI
fok
lore ma
layo describe un a pequena especie de
humano,
el
orang pendek que, supues
tamente, vive en Sumatra.
En
todas las
culturas aparecen mitos 0 leyend as si
milares . Es posible que nunca descu
bramos si las leyendas acerca de los
ebu gogo
y los
orang pendek
reHejan la
e
xi
stencia de otras espec
ie
s de homini
do, pero la posibi
Ji
dad de encontra
rl
os,
que ha cobrado
fu
erza tras el hallazgo
de LB I, sin duda impulsa l su busque
da durante las generaciones futura
s.
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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 44/88
Migraciones prehistoricas
de frica Eurasia
Los descubrimientos paleontologicos recientes en la republica
de
Georgia
refutan muchas de las hipotesis avanzadas para explicar La primera
migracion
de Homo erectus
46
Kate Wong
I
ventores de naves espaciales
y
buques submarino
s,
los hu
manos son exploradores intrepidos por naturaleza. Desde una
perspectiva evolutiva nos caracterizamos por una tendencia
a la colonizacion. Ningun otro primate supera el alcance de
nuestra expansion. Pero no siempre
no
s hemos mostrado tan
cosmopolitas. Durante lo s siete millones de aiios de evolucion ho-
mfnida persistieron confinados en los Ifmites de su continente ori
ginario Africa. En algun momenta del pasado s
in
embargo emi
graron de ese continente iniciando un nuevo capftulo en la historia
de nuestro linaje.
Hasta hace poco el registro fosil de ese perfodo permanecfa
oculto a nuestros ojos. Las pruebas disponibles se reducfan a un
magro conjunto de fosiles humanos hallados en China
y
en Java.
De tales restos lo s paleoantropologos infirieron que el primer via
je intercontinental 10 realizo un miembro de la especie Homo erec-
S miembro primitivo de nuestro propio genero. Ocurrirfa ello
hace poco mas de
un
millon de aiios. Unas extremidades largas y
un cerebro voluminoso Ie proporcionaban la zancada y la inteli
gencia propias de un explorador. Los homfnidos que Ie habfan pre
cedido entre ellos H habilis
y
los australopitecinos habfan de
sarrollado un cuerpo y un cerebro similares a los de los actuales
chimpances. Las proporciones corporales de H
erectus
en cam
bio presagiaban las que definirfan al hombre moderno.
RETRATO
E EXPlORAOOR Con
la mitad
dela
,apacidad ,erebral de
un
humano
moderno
y oros
su-
praorbitarios
similares
al de omo
hobilis
este hominido
,onstituye
uno de los miembros mas pri-
mitivos de nuestro genero presentes
en el registro
losi .
Elartista John Gurche
ha re,onstruido este
explorador
adolescente
de 1 75 millones de anos de antiguedad utilizando el craneD
bastante
en-
tero
de omo ereews
y
u mandibula,
descubiertos
en el yacimiento de Omanisi, en la Republi,a de
Georgia.
las
dos
figuras del fondo se han recreado a partir de sendos craneos parcial que se han
hallado en el mismo
yacimiento.
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 46/88
48
RESUMEN/ os
PRlM ROS COLONIZADORES
,. La Investlgacl6n paleoantropol6gica venia sosteniendo que los primeros ho-
mfnldos en abandonar Africa eran altos, estaban dotados de cerebros voluml -
nosos
y
domlnaban
~ c n l c s
Iftlcas avanzadas. Comenzarfan su mlgraci6n
ha
-
cia el norte hace alrededor de un mlll 6n de alios.
Pero los hallazgos recientes de la Republica
de
Georgia nos obligan a cuestlo-
nar tal hlp6tesls. Los f6slles allf desenterrados superan, en medio mlll6n de
anos, la antlgOedad de otros restos homfnldos que se reputaban
105
mas an-
tlguos fuera de Africa. Eran Indlviduos de talla bastante menor y
su
Industria
bastante rudlmentarla.
,. lCu4l1 fue. pues, la raz6n que Impuls6 a nuestros precursores a abandonar
su
contlnente natal? En el muestrarlo
f6s11 de
Omanlsi encontramos una
oportu-
n dad excepclonal para estudlar no un
representante
solitario
de
los primeros
Homo
sino una poblacl6n.
Pero los primeros representantes
ri
canos de H erectus,
un
grupo
qu
e en
ocasiones re cibe el nombre de H -
gaster.
habfan aparec
id
o hace s610
1
.9
millones de anos. i Que demor6 su lar
go peregrinaje? Para explicarlo. se pro
puso que H erectU no pudo haber
avanzado hacia latitudes septentriona
les hasta que adquiri6 el dominio de la
fabricaci6n de utiles ifticos una cultu
ra tecnica que recibe la denominaci6n
de cultura achelen
se. Es
ta industria
permitfa o
bt
ener
in
strumentos muy es
tandarizados como los bifaces
y
otros
utensilios simetrico
s
No conocemos
con exactitud las ve ntaj s que aporta-
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 47/88
ban
estas herramie
nta
s so
br
e l
as
lascas
los monofaces y las raederas del 0
duwayense; a buen seguro facilitaban
la desc ua
rti
zaci6n de la caza.
En
cual
quier caso los vestigios
ma
s a
nti
guos
de pre
se
ncia hum ana fuera de Africa
o
rrespondieron durante muchos mios
a los
in
strumentos de tipo achelen
se hallados
en el yacimi ento israeli de
U
beidiya.
Pro
visto de
un
a musculatura fuene
un cereb
ra
voluminoso y una ttknica i
li
ea avanzada este hominido repre
sen-
taba Ia
im
agen arquetfpica del explora
dor Qui
zii
demasiado.
En
los ultimos
aiios
se
ha descubierto en el yacimien -
VOLU ION HUM N
to de Omanisi enclavado en la Republi-
ca de Georgia un formidable conjun-
to de
re
sto s f6siles en perfecto estado
de conservaci6n utiles tallados y frag-
mentos de ani males de hace 1 75 mi
l ones de ailos aproximadamente me
dio mi1l6n de afios mas antiguos que
los
re
stos de
U
beidiya. Ningun otro
yacimiento de la epoea de los prime
ro
s omo ha proporcionado tal mues
trario
de hu esos. Constituye
un
auten
tico tesoro para la paleoantropo logfa y
ofrece una oport
unid
ad sin preceden
les para esc udrinar en la vida y en la
epoca de nuestros precursores hornini
dos Estos hallazgos han mostrado algo
sorprendente: la anatomfa y la tecni-
ca de los hominidos de Georgia resul -
tan mucho mas primitivas de 10 espera
do. Ante ese singular mues
trario
cabe
preguntarse no s610 por las eausas que
impulsaron a aquellos primeros hurna-
nos a dejar Africa sino tambien por el
modo en que la aba ndonaron
Un comienzo dudoso
EI tranquilo pueblo de Dmanisi situa-
do en las estribaciones de la cordi llera
del Caucaso di sta 85 kil6metros en di-
recci6n sudoeste de Tbilisi
la
capital
de Georgia y 20 kil6metros de la fron-
tera con Armenia por el norte. Durante
49
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 48/88
la Edad
Media Dmanisi constitufa una
de
la
s principales ciudades de su tiem
po y ,lcleo de parada en la Ruta de la
Seda. De ahf su interes arqueologico.
En los anos lreinta del siglo pa sado co
menzaron las primeras excavaciones de
su ciudadela medieva
l. En
1983, Abe
salam Vekua, paleontologo de la Aca
demia de Ciencias de Georgia descu-
brio en
si
los de grana restos fosiles de
un rinoceronte extinguido
de
s
de ha-
cia mucho liempo. Fue entonces C
lan
do se empezo a sospechar que el yaci-
mient
o
podia
encerrar informaci6n de
gran
tra
sce
nd
encia Al cavar esos po-
zos,
lo
s habitantes de la ciudadela ha
bran
abierto
una ventana a su pas
ado
prehistorico.
EI ana siguiente, el hallazgo de uten
si lios Iftico s primitivos av iv6 la es
peranza
de
encontrar re
stos
humano
s
fo siles. Par fin , el ultimo dfa de la cam
pana de excavaci6n de
1991
, aparecio
un
hu
eso hominido bajo
el
esqueleto
de un tigre de diente de sable.
A partir de la dataci6n estimada de
los res
to
s de fauna que 10 acompaiia-
ban, se dedujo que este f6sil humano,
una mandfbula
que
se atribuy6 a omo
etectll
s
tenfa alrededor de 1,6 millones
de
ailos 10 que Ie convertfa
en el
homi-
nido mas antiguo hallado fuera de Afri -
50
ca. Un ana mas tarde, cuando David
Lordkipanidze y Leo Gabunia, de
la
Academia de Ciencias de Georgia, pre
sentaron el especimen
durante
una reu-
nion internacional de paleoantrop610-
gos en Alemania sus hipotesis fueron
recibidas can escepticismo. Se suponia
que los humanos no habfan abandona
do Africa hasta hace un mill6n de ailos.
La mandfbula, que conservaba todos
los dientes en su posici on parecia
de-
mas
iado
perfecta
para
otorgarle la edad
s
ugerida
por los georgianos.
La
man
dibula de Dmanisi solo creaba interro
gante s.
A pesar
de
todo, el equipo continuo
co n la excavaci6n del yacimiento para
avanzar en el conocimiento de su geo
lo
g
fa
y en busca de nuevas f6silcs hu
manos. Su per
se verancia se vio recom-
pcnsada en 1999, cuando hallaron dos
cra
neo
s a escasos
metro
s de
dande
ha
bra aparecido la mandibula oc ho a
ilo
s
antes.
Me
ses despues, publicaron en
Scien eun
articulo s
obre
los
nue vos
fo
s
il
es. Los
halla
zgos establecian una es
trec ha re laci6n entre los hamfnidos de
Dmanisi
y H erectus africano. Com
partian
entre
olros rasgo
s,
una
mi
s
ma
forma del torus supraorbitari o. Esta si
militud contrastaba co n las diferenc ias
ex
iste
ntes
entre los f6siles hum a
no
s
mas antiguos hallados en Asia oriental
y en Europa occidental, que presenta
ban rasgos distintivos de cada region.
Par aquel entonces, se habra deter
minado can mayor precision
la
edad
de los
f6
siles, que proceden de unos
sedimentos dcpositados sabre un po
teote estrato de roca volcanica fecha
da, par metodos radiometricos, en 1
8
5
millones de anos. Para C. Reid, de la
Univc rsidad del Norte de Texas la su
perficie sin erosionar del
basalto
indica
que lransc
urri6
poco tiempo desde que
se forme la capa sedimentaria donde se
incJuyen
lo
s
fo
siles. A tenor de
lo
s ami-
li
sis paleomagneticos, los sedimentos
se depositaron hace cerca de 1 77
mi-
Hone
s de ailos coincidiendo con el li-
mite
Matu
ya ma-Olduvai. momento
en
que la polaridad magnetica de
la
Tierra
se invirti
6. Se
cOITobora ese
guarismo
can la dataci6n de los restos fosiles de
animal
sque acompailan a los homini
do, (par ejemplo,
un
roedor
Mimomys
que vivi6 entre hace 1,6 Y
2,0
millones
de
ano s
y
con un
segundo ni
ve
l de
ba
salta, de 1 76 millones de anos, de un
yac imiento cercano que cubrfa el
mi
s
mo
horizonte estratignifico.
EI hallazgo de los nuevas fos iles
el
refinamiento de las dataciones zanja-
ron la c
ue
sti6n. Dmanisi se convirtio
en
T S
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 49/88
EL
YACIMIENTO DE DMANISI
EL
PUEBLO DE DMANISI se encuentra a 85 kil6metros de la capital
de la
Repub
lica de Georgia Tbilisi 5igl05
atras
el enclave
constitula
un nuda central
de
lasvias comerciales
de
bizantinos y persas Se re·
conocen
los
vestigios de
un
pasado intenso: tumbas paleomusulma·
nas sepukros medievales y sabre todo las imponentes ruinas de
una
dudadela
se alzan en un promontorio desde el que se control
a-
ba la Ruta de la Seda.
Mucha antes del
pogeo
y oeaso de
la
ciudad fue
este
el dominic
de un homfnido r i m i t i v ~ el
primero
en salir de Africa e iniciar
la
co
loniza i6n del resta del Viejo
Mundo
hace 1
75
millones de
arlOs
mu
cha antes de
1
que tradicionalmente
se
supan a . Hace dace arios
David Lordkipanidze
director
hoy del Museo estatal de Georgia par-
1
LAS EXCAVAClONE5
ARQUEOLOGICA5
de
10 ciudadela medieval
de
Dmanisi
con
-
dujeron
al
desrubrimiento
de fOsiles mucho
mas antiguos. Hasta
ahora los
poleoan-
ticip6
del descubrimiento del
primer hueso homfnido en Dmanisi.
Desde entonces
se
han recuperado
cuatro
craneos
2000
utiles Ifti
cos y miles de f6siles animales. Para muchos paleoantrop610gos se
trata del yacimiento mas espectacular de los excavados
en
los
ulti
mos anos.
Un area cuadrada de
20
x
20
metros constituye la zona principal
de excavaci6n.
En
este lugar en el ano 2001 se
encontr6
un craneo
extraordinariamente completo y
su
mandibula
asociada. En el iniclO
de
la
campana cada investigador
se
ocupa de una parcela de un
me-
tro cuadrado en la
que
se registra meticulosamente la posicion tridi-
mensional de cada
fragmento
de hueso
0
artefacto que aparece
du-
rante la remoci6n del sedimento. Una vez etiquetados se guardan
tropdlogos han excovado minudosamente
en un dreo deunos
100 metros
ruodrados.
pero se creeque el
yocimiento
puede abarcar unos 71.000metros ruadrados.
para
su posterior
estudio. Tras cerner y lavar
la
co
secha aparecen conchas de moluscos y minuscu
los huesos de micromamfferos que
proporcionan
informaCion acerca del ecosistema.
En
el laboratorio de campo
se
clasifican los
restos. Observados al microscopio nos
re
velan la
especie a la
que
pertenece cada hueso; los cor
tes y mellas superficiales nos
dirim
sf suf rieron ai
guna
accion depredadora.
En
ciertos casos estos
datos pueden ayudar a comprende r el origen de
la acumulacion de los huesos. Unos por ejemplo
indican que los huesos habrian s ido acumulados
por
tigres de diente de sable en sus cub ile s Otros
denotan actividad humana
ya que la
abundan-
cia de huesos aplastados y fracturados
es
propia
de la presencia de
hominidos, no
de felinos
ca
r
nivoros.
2 LOS
M/EMBROS
DEL EOU/PO
exeavan pillan
los sedi
-
mentos calcdreos para descubr;r
los
utlles Ifticos
los
res-
tos
de
animales consumidos par
homfnidos.
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 50/88
el yaeimiento de f6siles hominidos mas
anti guo fuera de Africa; la colonizaci6n
de
Eura
sia se
retrotrajo
cientos de
mi-
les
de
anos. Asimismo, qued6 refutada
la hip6tesis que postulaba la exigencia
previa del dominio de la cultura ache
lense para salir de Africa. La industria
litica de
Dmani
si 5610 inclufa utiles
ru-
dimentarios de tipo olduwayense, ela
borados con materias primas dellugar.
La talla del explorador
Adem
as
de la antigiledad de los f6-
siles y el caracter
rudirn
entario de
su indus
tri a
Dmanisi escondia alras
sorpresas. En ju lio de 200
3
el equi
po de Lordkipanidze pub lic6 el ha
llazgo de un tercer wlneo Bastante
co
mpl
e
to
conser
va
incluso Sil man-
dfbula y constituye uno de los es
p
ec i
menes mas primitiv
Qs
de
Homo
descubiertos hasta la fecha. Los dos
primeros craneos que se hallaron ha-
bian encerrado 770 y 650 centimetros
c
ubi
cos de materia
gri st
r
es
pectiva-
mente mi e
ntr
as qu e el tercer
crane
tenia una capacidad cerebral de s610
600 centimetros cubicos, menos de la
mitad del tamana de
un
cerebra hu-
ma
no
moderno y considerableme
nt
e
menor
qu
e 1 esperado en H.
erectus.
Tampoco la morfologia de este tercer
cranee respondia enteramente a un
H erectus. La
ligereza del
tor
o su-
praorbitario, el prognatismo facial y
la c urvatura de Ia parte posterior del
52
cnineo
10
aproximaban a H
habi/is
precursor putativo de H
erectli
S
Creiase que los hominidos que pro
tagonizaron la primera migrac i6n de
Africa ten
fan
un cerebro notable. Aho
ra
comprobamos p
or
el co
nt ra
rio que
la caja craneana de estos primeros via-
jeros apenas superaba la de H
habi-
lis mas del primitivo. Tampoco pareda
que los hominidos de Georgia hubieran
desarrollado mayor
ta
ll
a que
H habi-
li
s. Aunque so lo se han encontrado ele
mentos sueltos del esqueleto poscra
neal costillas, claviculas, vertebras y
huesos de ambas ex trem
id
ades), pen
dientes de
una
descripci6n adecua
da
G. Philip Rightmire de la Universidad
de Binghamton y miembro del equipo
paleontol6gico, sos
ti
ene que hay infor
m
ac
i6n suficiente p
ara
aseg
ur
ar que los
pobladores eran de talla pequena.
Provisionalme
nt
e adscritos al tax6n
H
erectus
los homfnidos de Dmani-
si podrfan
co
rr
esponder a las prime-
ra
s fases evolutivas
de di
cha espec ie;
es decir. podrfan
co
nstituir un a suerte
de eslab6n perdido entre H
re
llls y
H habilis . Defiende esa opini6n Lord
kipanidze. Otros paleoantrop610gos
han p
ro
pues to
un
esquema taxon mi
co
mas complejo. Jeffrey Schwartz, de la
Universidad de
Pittsburgh, pone el en
fa sis en la variabilidad anat6rnica que
muestran los craneos y las m
an
dfbulas
recuperadas entre e lias una mandibu-
la poderosa, descubierta el ano 2000;
sugiere que los f6siles de Dmani si po
drfan
co
rr
esponder ados 0 mas espe-
eies de homfnidos. En cambio, Milford
H. Wolpoff, de la Universidad de Mi
chigan en Ann Arbor, cree que, senei
llament
e
esa mandfbula robusta per
teneceria a un macho
y
el resto de la
osamenta a hembra
s.
Dado que todos los f6 siles proceden
del mismo nive l estratigrafico, Lordki
panidze in siste en
qu
e 10 mas probable
es que pertenezcan a una rnisma pobla
ci6n de H
e
re
ct
us Dmanisi apostilla
ofrece
un
a magnIfica oportunidad para
reftexion
ar
sobre el concepto de varia-
bilidad. Has ta ahora, se aceptaba que
H
erec
tu
s va
ria
ba
poco morfol 6g ica-
mente y asf 10 respaldan los recien
te
s descubrimientos del yacimie
nt
o de
Bouri en la region etiope del Middle
Awash, del yaci
mi
ento keniata de Ille-
ret). Pero Lordkipanidze sospecha que
conf
or
me se vaya profundizando en e l
conoc imie
nl
o de los f6siles georgianos
h
abra
que
ir
rev isando el sexo y la es -
pecie de mas de un f6sil africano. Sera
un bu
en mome
nt
o para volver a plan-
tearse la identidad de los fundadores
de nu estro propio linaje. La verdad es
que bast
an
tes expertos se preguntan si
H. habilis
no fue en realidad una espe
cie del genera
Australopithecus.
Del
anaI is is cladistico de H habilis
apunta Bernard Wo od, de la Universi
dad George Washington, no se infiere
que haya que situar a habilis dentro de
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 51/88
Homo A tenor de
la
s proporciones de
cnineo y cuerpo de los rasgos mandi-
bulares y dentarios y de ciertas caracte-
rfsticas relacionadas con la locomoci6n
VOLuelO
N HUM
N
o
Rl
a k l s t ~ n
2 OM
habilis se asemeja a los australopiteci-
nos.
Si
tal vinculacion fuera correcta
la aparici6n de H erectus sefialarfa el
nacimiento de nuestro genero. Pero 10
que todavia no esta claro segun Wood
es la situaci6n de los homfnidos de
Dmanisi en esta divisi6n: i.perte
ne
cen
a Homo 0 a Australopithecus?
53
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 52/88
Dejando a un l
ade
la cuesti6n taxon6-
mica, la baja estatura de los individuos
de Dmanisi nos plantearfa un a dificul
tad afiadida. Otra de las hip6tesis mas
extendidas sobre las razones que impu
l-
saran a los hominidos a
sa
lir de Africa
la avanzaron en los aoos ochenta Alan
Walker y Pat Shipman, de la Univers
i-
dad estatal de Pennsylvania. Reelabora
da mas recientemente
par
el grupo de
William R. Leonard, de la Universidad
del Noroeste, establece que el notable
tamano del cuerpo de H erectus nece
sitaba un a dieta mas rica en energia que
la requ
er
ida
par
sus precursores de me
nos talla. La adopci6n de ese regimen,
que incorporaba
came
, les habrfa obli
gado a explorar nuevos territorios en
busca de comida, hasta lIegar a Eura
sia. Todavfa no
co
nocemos las dimen
siones corporales exactas de los pob la
dores primjtivos de Georgia, pero
ca
n
el descubrimjento de individuos mas
chaparros que el clasi
co
Homo eree/us
fuera de
Afr
ica, habrfa que replantear
se
ese cuadro expositivo.
Georgia en
su mente
Cualquiera que fuere el motivo
par
el
que los primeros homfnidos abandon a
ron Africa, no resulta diffci l imaginar
las razones que tuvieron para ase ntarse
en Georgia m
er
idional.
Par
un lado. la
presen
cia
del mar Negro al oeste y del
Caspio al este les aseguraba un clima
suave, quizas incluso mediterraneo . P
or
otro, la regi6n
of
recia
un
a extraordhlaria
diversidad
eco
l6gica; en el yac imiento
se han hallado restos de animales que
viven en
bo
sques (ciervos),
junto co
n
especies de pastos (caba
ll
os),
10
que
indica un
mo
sai
co
de habitats de bos
que y sabana. En la prac
ti
ca, si estos
homfnidos hubiese n sufrido algun co
n-
tra
ti
empo no habrfan neces itado tras
ladarse muy lejos para mejorar su si
tuaci6n. La heterogeneidad del enlorna
pudo haber favorec ido el poblamie
n-
La.
En
co
ncreto, Dmanisi se encuentra
en un promonto
ri
o formado
par
la con
ftu
en
cia
de dos rios;
esa
ubicac i6n po
drfa haber atrafdo a los homfnidos: el
agua que les abastecia les proporciona
ba tambien posibles presas sedientas.
Martha Tappen, de
la
Universidad
de Minnesota, 10 considera un lug
ar
6ptimo para la interacci6n entre espe
cies. Entre los miles de f6siles mam ffe
ras desenterrados en el yacimiento, se
han encontrado, amen de restos hum a
nos, f6s iles de tigres de diente de sa
ble, panteras, osos, hienas y lobos. Tap
pen, euya inves
ti
gacion se centra en el
54
origen de la acumulaci6n de los hue
sos del yac imiento, sospecha que los
grandes carnivoros utilizaban a modo
de
trampa esle promonlorio limftrofe
ca
n el agua; se plantea
si
los hominidos
no ha
ri
an
1
prapio. Tappen ha identi
ficado ya senales de corte en hu esos
de ani males. En alguna ocasi6n, por 10
menos, los pobladores de Dmanisi
co
n
sumieron carne. No sabemos. sin em
bargo,
si
eran carroneros de presas ani
males
0
eran e
lI
os cazadores.
EI
asunto
merece inves
ti
garse.
Ent re las
dema
s hip6tesis restan
tes
sa
bre la emigraci6n
de
los homini
dos hac
ia
esas tierras septentrionales se
cuenta la
que
sos tiene que la transici6n
de una dieta australopitecina, vegeta
riana,
a un
a eSlrategia de subsistencia
de cazador-recolector les permiti6 so
brevivir durante los meses frios de in
viemo, cuando los rec ursos vegeta
les escaseaban
0
incluso desaparecfan.
S610
un ana
li
sis mas profunda de los
huesos de mamfferos del yac imien
to nos permitira esc1arecer
c6
mo
CO Il
seguian su raci6n
de
carne los h
omini
dos de Dmanisi. Tappen imagina que
seda
n cazadares; de haberse alimen
tado de carrona, la distribuci6n de los
animales habrra resultado
mas
errati
ca. Si bien
ca
rn ivoros. los homfnidos
no ocuparon necesariame
nt
e la c ima
de la
ca
dena trofica: podr
fan
hab
er
sido
a la vez cazadares y presas. Prueba de
ella son las heridas incisas observadas
en uno de l
os
cnineos y las marcas de
mordeduras que
l u
estra
la
mandfb
u-
la mayor; nos revelan que algunos ho
mfnidos de Dmanisi
fu
eron depredados
par
fel
in
os.
Rumbo al
exterior
Los restos f6siles de Dmanisi certifi
can que los homfnidos sa
li
ero n de Afri
ca haee
1,9
mi
ll
ones de an
as
, poco
despues de la aparici6n
de
H erectliS
Hacia d6nde se dirigieron despues se
hall a envuelto en el mist
er
io. Los si
g
ui
entes f6si les
mas
antiguos
de
Asia
s610 tienen al
ga
mas de un mill6n de
anos (aunque los controvertidos yaci
mient
os de
Java se fechan en 1,8 mi
llones de anos). Los mas antiguos de
Europa cuentan
8
0.000 afios. Desde
el punto de vista anat6mi
co
, los homf
nidos de Dmanisi podrian ser precurso
res de l
H erectus
de As ia , aunque tam
bien podrfan haber formado
un
grupo
s
in
con tinuidad evolutiva, es decir, la
vanguardia de una oleada migratoria
que s610 lIeg6 a poblar una parte de
Eurasia. Hubo multiples emigraciones
de Afr ica y tambien algunos retorn os.
Segun Lo
rd
kipanidze, Dmanisi consti
tu
ye una instanHlnea fotografica; nece
sitamos saber que ocurri6 antes y des
pues.
Por recurri r a
un
t6pico paleoantro
pol6gico, los desc ubrimientos de
Dma
ni
si
plante an mas preguntas que res
puestas. Para Rightmire, cuestionarse
las hipotesis recibidas siempre resulta
provechoso, pero presenciar e l derrum
bamiento de ideas que hace 8 0 10 afios
parecfan muy s6lidas genera fru stra
cion. La transici6n hacia una dieta de
ca
rne podria explicar
co
mo se desen
volvieron para sobreviv ir los homfni
dos fuera de
Afr
ica. Ah
ara bi
en, i,q ue
les indujo a exp lorar nuevos horizon
tes? Quiza sigui
ero
n a las manadas que
avanzaban hacia el norte.
0
tal vez, fue
algo tan senci llo como la inq uietud por
ave riguar que habia detnis de una co li
na, un rfo
0
mas alia de una pradera.
Los f6s
il
es recuperados en Dmani si
proceden de un sec tor muy restringi
do
de 1 que se supone que abarca el yaci
miento. Los nuevos hallazgos
se
pro
ducen a
un
rirmo mucho mayor que e l
que permite su descripcion. Se desen
terro un
cua
rto craneo en 2002; en el
verano de 2003 se hallaron una nue
va mandfbula, una tibia y un hu eso del
tobi llo. [En 2005 se hallaba otro cra
neo, correspondiente a un individuo de
mas de cuaren
ta
anos. que habfa per
dido toda la dentadura pero sobrevivi6
s in e
ll
a
un
as
aiio
s.
]
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Corredor de hominidos
en Africa sudoriental
ntre dos importantes yacimientos muy distantes entre sf
se abre una ventana que permite reconocer l ruta seguida
p r los homfnidos africanos y arroja
lu
z sabre su movilidad
56
Friedemann Schrenk y Timo
th
y G. Bromage
E
Afri
ca
se encue
ntra
la c
un
a
de
nuest
ro
s antepa sados
prehu-
manas
y
protohumano
s.
Con repelida frecuencia
los
haHaz-
gos se fi alan el este del continente africano como zona catali-
zadora del desarro
ll
o de la humanidad. A
ll
f
su
rgi6 la marc ha
erguida y all f, par vez primera, el cerebra empez6 a ganar
p
eso
en sent
ido
literal y figurado. L
os
paJeoa
nLrop6
Jogo s se mu es
tr
an
umin imes en el reconoci
mi
ento de am
bo
s factore
s.
Sin embargo a pe-
sa
r de Ia
gra
n
ca
nt
idad
de
fo
s
il
es encon
trado s
0
ta
l vez precisamente
po
r elio sigue h
ab
iendo notables discrepan
cias
en torno a ciertos as-
pectosde l
proceso
evo
lut
ivo .
A principios de los atios oc he
nt
a
de
l siglo pasado, el mapa de Africa
presentaba s610 dos
grande
s
ar
eas de
yaci
mie
nt
os con restos de homfni
dos unaen el su r y
alra
enel este. En
tre
una yotrahabfa un vacfo sn in-
dicios de ningun corredor que u
niera
l
os
vari os milesde
ki
l6metrosque
separan el norte del T
ran sv
aa l (SudaF
rica
la garga
nt
a lanza
na de
0 1-
duwai. EI
fe
n6me no llam6
nues
tra atenci6n.
No
s propus
im
os en e
sas
1.
ZON E
EXPLOR CION en el
Rift de
Malawi,
sector meridional
del
sistema de
fosas
africanas. En
la orilla
noroeste dellago Malawi apare,en los estratos
sedimentarios
en
estudio
; forman una
franja
de unos
10
kilometros oioradon
clara
n ia foto inferior
tomododesdeun sot
l t .
los
estratos correspondientes
a
un fase de
l
hominizaci6n
-hace
de
cinco a
menos de dos millones de
anos-
se encuentran en los lechos de
Chiwondo
con
sus caracte
r
fsticos valles erosivos estrecho
syprofundos.
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 54/88
fechas, bu scar f6siles de hominidos en el
tra
yecto intermedio exp orando una
re
-
gi6n mas extensa de 10 habitual. Sortea-
ma
s injerencias politicas y de otro
ord
en
que, por aquellas fechas, obstaculizaban
la inves
ti
gaci6n en a evo luci 6n
de
los
homfnid
os.
Partfamos de la base de que
el proceso
de
hominizaci6n
fue
un fen6-
m nD
genera l
panafricano que s6
lo
re-
cibirfa cabal explicaci6n cua ndo se lIe
naran los huecos geograficos entre los
diver
sos yacimientos.
Mas aun. Ni ngtin ser vivo
se
desarro-
lla independientemente del medio don-
de medra. Los cambios del
dima
, del
eol
om y
del espacio
vital
conforman
el marco donde se produce
la
evolu-
ci6n. Por consiguiente, habia que re
construir
la
s cambi
antes
condiciones
ecoJ6gicas en que se desarrollaron y
sabre todo, se expandieron los prim e-
ros
homin
id
os. Los cambio s
que
es-
tas condiciones ambientales provoca-
ron
en
la fauna del sudeste afr i
cano no
s
proporcionan una valiosa infonnaci6n .
Con este
amp li
o planteamiento. poco
h
abitual
en
aquel
entonces, abo rdamos
el estudio de la ecologia evolutiva de la
especie humana y de su proceso de ex-
pansi6n. Creem os que s610 asf se pue
den plantear hip6tesis s61idas sobre las
relaciones en
tr
e los di stintos tipos de
f6siles
hum
anos, pues no
ba
stan l
as
es-
cuetas caracteristicas anat6micas.
Teniamos que empezar
por
desbrozar
los estratos sedimentarios de la epoca
correspondi
en
te: desde principios del
Pli
oceno, hace cinco millones de anos,
ha
sta el Pleistoce
no
, la epoca geol6gica
de l
as
glaciaciones que comenzo hace
EVOLUCION HUM N
unos dos millones
de
ailos. Ba sandonos
en fotografias obtenidas desde satelites
y en informes geol6gicos de la epoca
colonial. localizamos una zona
apro
piada en la costa occidental del lago
Malawi. Este lago forma parte del gran
sistema de fosas africanas ( R if
t )
que
marca
la deriva de las placas continen-
tales. Se hicieron sucesivas excavacio-
ne
s en las laderas de la fosa. Los se-
dimentos se pultan los restes animales
no
corruptib
les, como hue sos y dien-
tes, evitand o su descomposici6n total.
Hundidos profundamente en el curso
de los u
ltim
os cinco millones
de
anos,
los es
tr
atos m
as
antiguos
vo
lvieron a
elevarse hace unos 500.000 anos, cuan-
do se produjo un estrechamiento local
en el norte del va lle de Malawi. Aque-
lIo
s sedimentos so n
ho
y accesibles
de
s-
de la superficie.
En
nuestra opini6n este sis
tema
de fo
sas
corresponde a una antigua
corrie
nte
de agua que unia el sur y el este de Afri-
ca.
En todo
caso, el trayecto represe
nt
a
la
ruta ma
s corta entre dos di stantes zo-
nas
de
yacimientos. Como nue stro
prin
cipal objetivo era la reconstrucci6n de
los cambios experimentados en el espa-
cio vi tal y en el mundo
animal,
asf como
la identificaci6n de posibles rutas de ex-
pansi6n,
no
tenfamos
ningun
a
alternati
va
a la
fo sa de Malawi pe
se a su escasez
de f6 siles. Asi naci6 nuestro proyecto
Corredor de Hominidos .
Con YusufJuwayeyi, del departamen-
to de arqueologia de Lilongwe, y otros
colegas de Malawi empezamos en 1984
a es
tudi
ar sistematicamente l
as fragi
le
s tierras de la cos ta nordoccidental del
2. El PROTOHUMANO Homo rudolfens;s a man -
dibula inferior aqui representada, con
sus
2 5
millones
de
anos
de antigUedad,
constituye
el
resto
mas antiguo de
esta
especie.
Fue
deseu-
bierta
por el equipo del proyecto de investiga-
ci6n orredor de hominidos en la costa no Oc-
cidental dellago
Malawi, cerea de Uraha.
lago. Los estratos sed imentarios alcan
zan ali i una longitud de 80 y una an-
chura de 10 kil6metros. Las capas plio-
pleistocenas se conocen desde los
aDOs
ve inte
como Iechos de Chiwondo .
Al cabo de unos
16
anos de Iraba-
jo , el catalogo de nuestros hallazgos in-
duia
apenas unos 1500 f6siles de ver-
tebrados . Por cada kil6metro cuadrado
so
liamos encontrar s6lo un fragmento,
un bajisimo indice de hallazgos. Uni-
camente en lugares muy co ncretos
dabamos con un dep6sito masivo de
f6si les. a recogida de informaci6n re-
sultaba muy laboriosa. Grupos de vein-
te a treinta colaboradores exploraban
repetidas veces cada centimetro cua
drado y recogian los restos f6siles que
encontraban. Alii donde se preveia
mas
rentabilidad se hacfa
una
excavaci6n di-
rigida. La lluvia se convirti6 en aliado.
Las ag
uas se Ilevaban una y otra vez los
sedimentos men os compactos,
de
modo
que lentamente aftufan a la superficie
nuevas fragmentos.
La
despoblaci6n ,
casi absoluta, de la zo
na
pennitfa que
dejaramos los hallazgos al aire libre ex-
puestos a la
eros
i6n natural.
Un data importante de nuestra inves-
tigaci6n
era
la exploraci6n sedimento-
16gica de todos los hallazgos, loca li za-
dos con toda exactitud mediante e l GPS
(Sistema Global de Situaci6n). Mas tar-
de, esto nos permitirfajuntar fragmentos
extraidos con anos de diferencia.
Entre los f6siles de vertebrados, los
peces, tonugas y cocodrilos suponen
alrededor de una cuarta parte, mien-
tras que los
mamfferos
representan
Ia
57
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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3. MEDIANTE EXPLORACIONES DE SUPERFICIE St
hact
un reeono·
cimitnto
paleontol6gico
de
lo
s estratos con
posible contenido
de f6siles
.
En areas previa mente definida
s
con toda exactitud
...
el
equipo busca restos f6siles
centro).
Ante la
presencia
de
cual·
quier
fosil
de
vertebrado este
queda localizado con toda preci·
si6n mediante el GPS y
registrado
en el catalogo de
hallazgos
.
561 alii donde cabe esperar se escondan hallazgos importantes
el equipo emprende excavaciones sistematica s; a la jzq uierda en
Malema a
a
derecha en Uraha.
gran mayorfa restante. De estos mamf
feros fosi lizados los antf]opes suponen
aproximadamente la mitad seguidos
por
orden n
Ull1erico
de equidos suidos
hipop6tamos jirafas elefantes y pri
males. Tal distribuci6n rcfteja la misma
proporci6n natural de especies que se
observa hoy en diu en los parques afri
cano
s.
Se echan en Fa lta pequenos ma
mfferos y gra
nde
s carnfvoros. En el casa
de los primeros q
ui
za
1a
debit
co
nsis-
tcncia de huesos y dientes les impidiera
perdurar. POI 10
qu
e
co
ncierne a los ca
r-
nlvoros escaseaban por entances como
corroboran olros yacimientos.
Los ant
fl
opes son unos buenos indi
cadores ecol6g icos. No se olvide que
de muchas
de
sus especies f6siles. exis
ten hoy descendiente
s. Ob
servando
que
especies act uales prefieren detennina-
do
s espacios vilales podemos inferir e n
que medio una especie f6s
il
se en
co
n-
58
PREHUMANOS Y PROTOHUMANOS
Australopitecinos graciles
Estos prehumano
s
probab lemente de una anti guedad de cinco millones de arios an
daban sobre dos piernas y podfan trepar por los arbol
es.
Su ce rebro no era mucho ma
yor que el de los simios antropoides. No habran
adquirido
todavfa una cultura instru
me
nt
al; para la preparaci6n de sus
al
im
entos disponfan s610
de
sus molares.
Genero
Paranthropus
l os lIamados australopitecinos robustos desarrollaron unos dientes poderosos. Su pri
mer representante coexisti6 con los p ri meros protohumano
s.
Masticaban alimentos
vegetales
duro
s.
eneroHomo
Lo s protohumanos que se remontan 2 5 millones de arios atras s610 deambulaban.
I tamaflo del ce rebro de este genero el nuestro aument6 considerablemente. Gra
cias a su cultura instrumental los molares perdieron importancia para el desmenuza
miento de los alimentos.
.
.
traba
e
n su ambiente , si en
una
saba
na arb6rea abierta en un matorral 0 en
bosque s de cibera.
En los trabajos de dataci6n los f6-
siles de suidos dese mpefian un papel
principal. De manera particular el ter
cer
molar del
jabalf de
los arbustos y
del
jabali
gigante ha sufrido c1aras mo
dificaciones en los ultimos cuatro mi-
1I
0nes de a
fi
os; ancho y de poca altura
en un
com
ienzo
se
torna a lto. estrecho
y con una elevada corona. Semejante
transici6n convierte a estas piezas den
tarias en f6siles clave. que . basandonos
en cronologfas conocidas de otras re
giones nos permiten hacer una ordena
ci6n temporal.
Los lechos de Chiwando contienen
ademas ingentes cantidades de f6si
les de conchas de caracoles que ellago
Malawi ha
id
o limpiando en sus anti
guas playas. En opini6n de Christian
Betzl
er
y de Uwe Ring aquel sedimen
t610go de nuestro proyecto y entonces
en la Universidad de Frankfurt y este
especialista en tect6nica que profesa en
la Universidad de Maguncia los f6siles
en cuesti 6n datan de hace a
pro
ximada
mente cuatro millones de afio
s.
Lo
s f6siles de vertebrados pueden
ordenarse cronol6gicamente en tres
eta pas: la mas a ntigua con una edad su
peri
or
a los cuatro millones de afios la
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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mas reciente con un a edad in
fe ri
or a
lo
s
1,6 millones de ano
s,
y
un
a intermedia
que, separada par algunos estratos va
cios, se ex tiende en tre los 3,8 y los dos
millo
ne
s de ailos. En los estratos mas
recientes aumenta la proporci6n de ani
males que vivfan en fa sabana abierta.
Se advierte que, hace
un
os 2,5 millo
nes de ailos, ocurrieron notables cam
bios climaticos en Africa, relacionados
con el comienzo de las gl
ac
iaciones en
el hemisferio none.
La multiplicidad ecol6g ica del mun
do animal en el con'edor de los omini-
dos pennite tambil n Llna clara diferen
ciad6n de los espacios vi
tal
es; los habfa
de fadl acceso al agua, territorios secos
y cerrados de arbusto
s,
asf como sabanas
arb6reas abieltas. EI estud
io
de los s
e-
dimentos nos rem
it
e tambien a rios con
abundantes meand ros, lagu nas
y
deltas.
EI corredor
se
in cluye hoy en la eco
zona del Zambeze. Situada en el Afri
ca sudoriental, forma una cuna entre
la zo
na
tropical y la tempiada del con
tinente. Para esclarecer las re laciones
biogeografieas de la ecozona
no
s apres
tamos a ordenar los ha
ll
azgos mas re
cientes de grandes mamfferos segun
su area de origen.
De
e
ll
a resulto
qu
e
14
especies procedfan del Africa orien
ta l y meridional, res revelaban un ori
gen sudafricano y
17
especies prove
nian exclusiva mente del Africa orienta
l.
El grupo mas numeroso 10 co nstitufa la
fauna del "corredor del Rift", tfp iea de
la
s zona s altas
y
bajas del este african
o.
De
esas observaciones se infi ere que el
paso de marras
se
integraba en Llna sc
ri
e consecutiva de espacios vitales ha-
bitats) relacionados entre sf,
ha
s
ta
crear
EVOLUCI N HUMANA
EFECTO DEL CLIMA
MILLONES DE ANOS
6
5 4 3 2
HOY
. ;
HACE ALREDEDOR
DE
CUATRO MILLONES
DE ANOS entre
las sabanas del
sur
ydel
este de Africa se extendfa una zona boseosa que sepa raba la fauna de una y otra. Un
mill6n y
medio de
alios despu
es
el clima global de Africa se enfri6 y se hizo mas seeo.
Los animales de sabana se propagaron a 10 largo de un eje norte-sur; los hab itat s se
retiraron hacia el ecuador.
La
regi6n d
el
Malawi formaba ento
nees
parte
de un
corre
dor
fluvia l que faci litaba el desplazamiento de animales y humanos. Los f6siles encon·
trados atestiguan los eambios climaticos y ecol6g icos.
un
a franja que se ex
ti
ende del Africa
nororiental al Africa sudoriental.
La ecozona del Zambeze conj
Ll
ga
ba su earaetcr autonomo can ciertos in
tercambios con las zonas meridion
al
y
oriental de Af
ri
ca. Lo s ani males vi ncu
lados a
un
habitat especifico podrfan
abandonarlo, hacia
el
norte
0
hacia el
sur , en cuanto se dieran condiciones fa-
vorables. As ocurri6 hace
lIn
os 2,3 mi
Hones dc ailos cuando, coincid iendo
con una progres
iva
glaciaeion de las rc-
gioncs art ica
s,
el clima en Africa se fue
hacie
nd
o mas
frfo
y, sabre todo, mas
seco: prados y bosques subtropicales
se retiraron hacia cl ec uador. Nuestros
escasos
fo
siles de los grandes mamffe
ro s que habitaban el Africa meridional
atest iguan que entonces, igual que hoy,
ter
ri
torios humedos
y
secas de gramf-
4. EN
UN
EXC V CION acometida cerca de Ma-
lema, aparecio
en
1996 un
fragmento
de man-
dfbula superior con molares de un tamano trfple
que el del hombre actual.
Perteneda
a la
espe
cie Poronthropus
boisei
del
grupo de
los
aus-
tralopitecinos
robustos
.
Representa
la demos-
tracion mas antigua de
su
coexistencia
con el
genero
Homo
Hoyos y estrfas del esmalte den-
tario demuestran que el
homfnido tuv
que
masticar alimentos vegetal duros.
59
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 57/88
i
neas unfan el Africa meridional con la
ecozona del Zambeze.
Despues de cinco afios de trabajo de
campo
ratifi
cabamos la expansi6n meri
dional que protag onizaron los camellos
en Africa y demostrabamos la existen
cia de
un
corredor seguido por suidos y
antflopes. Re specto a
nue
s
tr
o
c
orredor
de hominidos , los resultados que espe
nibamos sobre la ecologfa evoluti
va
de
los hominidos iban a depender del des
cubrirniento de restos f6siles. En el ex
tremo sur del area de exploraci6n, cerca
de Uraha, nuestro equipo hall6 en 1991
la mandibula inferior
de
un hominido
en los estratos correspondientes a 2,5
rnillones de afios de antigtiedad. Se Ie
asign6 el numero de cataJogo
UR
50 I
Aunque se trataba de nuestro hallazgo
numero 499, se Ie otorg6 ese guarismo
en alusi6n a 'Levis Jeans 501 ' EI Ori
ginal ). La mandibula contenfa casi
to
das
la
s piezas dentarias, incis
iv
os
in
c
lui
dos; presentaba mayor deterioro en la
parte izquierda que en la der
ec
ha. Por
tomograffa computarizada se dedujo la
fonna y es
tructura
de l
as
raices denta
les, dato importante
para
la
or
denaci6n
sistema
ti
ca.
La
mi
croes
tru
c
tura
del es
malte dental e
ra
similar a
la
de los aus
tralopitecos prehum ano
s.
Sin embargo,
otros
ra
sgos denunciaban cierto paren-
te
sco can el genero
Homo.
Un
afio
mas tarde, fruto de un mi
nucioso
tr
abajo, encontramos
la
c
uar-
ta parte que faltaba del segundo molar
derec
ho: se tran
spo
rtaron
toneladas de
arena del yacimiento has
ta la
s or illas
del lago Malawi, para lavarlas y cerner-
las a traves de cedazos cada vez
ma
s
fin
os;
al
cabo de
varia
s semanas, a
pa
reci6 el
fr
ag mento desprendido . En la
pi
eza dentaria , ahara completa, pudie
ron analizarse todas
la
s
ru
gos idades, 10
que faci lit6 la identificaci6n de la pie
za: pertenecia a la especie
Homo ru-
do/fellsis. No s6
10
eso. Se trataba de la
mues
tra
mas antigua del
ge
nera
Homo.
Has ta aquel momento se aceptaba
qu
e otra especie,
Homo habilis,
cons-
FAUNA
Y
HABITAT
ntorno ablerto
seeo
ntigua
fauna
en ellugar
de hallazgo
del Paranthr
opus
bolsel
ntorno cerrado hume o
ntigua fauna
en el lugar
de
ha
llazgo
del omo
rudoffensis
-----------------------------------------------
60
tituia la re
pr
ese
nt
a
nt
e m
as
arcaica de
los protohumanos. EI origen del gene
ra Homo ha sido, y sigue siendo, una de
las cuestianes m
as
encona
dam
e
nt
e de
batidas de la
pal
eoantropologfa. Ante la
enorme
va
riabilidad del abundante ma-
terial que se
ad
scribfa a la especie Homo
sapiens,
encontrado
ha
sta
prin
cipios de
los afios no
ve
nta Bern ard Wood, de la
Universidad de Liverpool, propuso, tras
ciasifiearlo, que parte del rnismo se in
c1
uyera en
un
a especie dis
tint
a.
Alg
u-
na s diferencias, aduce, so
br
epasan las
variacion
es
tipicas en las caracterfsticas
reconocidas como especfficas del gene
ra
y afectan de
rafz
al
plan estruc
tur
ai.
En consecuencia. habria que separar es
tos restos en dos grupos.
Ya en 1986 habfa expresad o un plan
teamiento identi co el paleont610go
ru
so
v.
P. Alexeev. Se fundaba en un craneo
encontrado
en
el mismo yacimiento y
que atribuyo a
un
a especie a la que de
nomin6
Pithecanthropus Homo) rudol-
jensis. El nombre evocaba la situaci6n
del yaeimiento, junto al lago Rodolfo,
el actual Turkana, al norte
de
Kenia.
EI
cnin
eo
cua
dra
perfectamente en
la
pro
pu
esta de
un
a nueva
es
pecie de Wood
que, por respeto al
prim
er nombre reci
bido, se
o
noce
o
mo
omo
rudolf n-
sis.
Seg
un
tod
os los analisis , nue
stra
mandfbula p
er
ten
e e o
n mucha prob
a-
bilidad a esta nu eva especie; de ahi su
catalogaci6n tecniea de Hombre del
lago Rodolfo , pese a proceder de las
orillas del lago Malawi. Con este ha
llazgo se resolvia tambien el proble
ma de la edad, pues en el norte de Ke
nia los fragmentos de las
dos especies
proceden aproximadamente de la
mi
s
rna
epoca, ha
e
unos dos millones de
afios. Con la dataci6n de la mandibula
de Malawi en media mi1l6n de afios an
tes,
Ho o dolfensis
adquiria el
ran
go
de hominido mas antiguo.
Esta especie,
o
n su tfpica mezcla de
earacteres de prehumano s y de Homo
tenia una
o
nstituci6n mu y ro
bu
s
ta
; 10
5. EN L REGION DE
MALEMA donde
apare-
ci6 Paranthropus boisei
predominaba
enton-
es una
fauna
de mamiferos tipica de
la saba-
na
seca
abierta . A
unos
50
kil6metros al sur
cerea de Uraha se
hall6 el
resto f6sil de Homo
rudolfensis hubo alii
mamiferos
que
podian
medrar
en
un
habitat cerra
do. En
uno yotro
lugar
, sin embargo
la fauna
es una
mezda
de especies tipicas
del
sur
y
del este de Africa
con predominio de
la
del Africa oriental. los
sectores
representados se
refieren
a grupos
completos de
animales.
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 58/88
Ai\1II10S E
\L
\ EI\ I \KIA
6. SEGUN L S EPOCAS fueran
se-
cas 0 lIuviosas variaba la oferta ali-
menta ria
de
los prehumanos y
de
los protohumanos.
En opocas
se-
cas resultantes del
cambio de
cli-
ma 0 /0 izquierdo
obojo)
prospe-
raron
las
plantas mas resistentes.
Los
alimentos
eran mas
duros.
Los
australopitecinos robustos
desarro-
lIaron
el
aparato
masticatorio
has-
ta
limites
extremos, mientras que
Homo rudoffensis
utilizaba
ya ins-
trumentos
.
cas de sequia. Sin embargo, debian de
estar capacitados para aprovechar tam
bien los duros al imentos de que dispo
I
n
ia
n en abundancia
dur
ante las epocas
mas favorables. Qui za nunca dejaron
demuestran su cnlneo, su aparato mas
tieato
ri
o y sus piezas dent ales. Coinci
diendo co n un c1ima que iba haciendo
se progres i
va
mente m
as
seco, la flora y
los alimentas vegetales resultaban cada
vez mas duros de masticar. Era eviden
te que 1a aJim entaci6n de Homo ru-
dol ensis segufa siendo predominante
mente vegeta
ri
ana. A primera vista, esa
par
eda
la raz6 n funcional mas sencilla
que explicaba la robusta es tructura de
los dientes del protohumano. Sin em
bargo, un hallazgo posterior en la re
gi6n del Malawi nos deparaba una sor
presa.
Ya en 1985 habiamos desc ubierto un
lugar si
tu
ado a 50 kil6metros al norte de
Uraha, junto a Malema, que encerraba
una canlidad notable de f6s iles de rna
miferos, entre ellos primates no huma
nos. Pero no nos decidimos a investi
garlo hasta que encantrama
s un craneo
de elefante. Pasado un largo decenio,
en la temporada de 1996, coincidiendo
con unas semanas de magros resulta
dos , nuestros paleont610gos de mamf
fe ros O li ve r Sandrock y Ottmar Kull
mer volvieron a es tudiar el yac imient o.
Encontraron un riquisimo asario. Junto
a los
re
stos ani males apareci6 un frag
ment a de mandfbula superior can dos
pi ezas denta
ri
as perteneciente a un ho
minido. La edad del es trato donde se
produjo e l hallazgo coinc idia can la de
Uraha, pero los dient es eran mayores y
mas ro
bu
s
lO
s que los del
Homo
ru
dol-
nsis icas i el triple del hombre actual
Observada con el microscopio electr6-
EVOLUC
I
NHUMANA
nieo de barrido la superfi cie de las co
ronas dent ales apareefa
lI
ena de hoyos
y surcos, ori ginados quiza por particu
las de cuarzo que habrian
lI
egado a la
boca junto a los alimentos, predomi
oanteme
nt
e vegetales.
La
den adur eas an Ieee
Herramientas simples
La dentadura-cascanueces result6 ser
el res to mas antiguo de Paranthropus
boisei un a especie integrada entre los
australopitecos robustas, de la que ya
se conodan craneos algo mas recientes
procedenles de otro yacimi ento afri ca
no.
Pr
ese nta esa especie un rostro an
cho, con arcos zigom<iticos de notable
potencia, muy separados. En la parte
superior del cra neo, ali i
do
nde se inser-
tan los potentes muscul os masticato
rios de ambos lados, existe una cresta
6sea curiosa. Todos estos datos, suma
dos a las gigantescas piezas dentarias,
revelan que los hombres-cascanue
ces se nutrieran sobre todo de semillas
y plantas fibrosas, alimentos vegetales
duros y as peros. Probablemente adqui
n eron esa robustez de forma bastante
rapida, cuando Africa se
fu
e hacienda
cada vez mas seca coincid iendo co n un
enfriamient o general de la Tierra, ocu
rri
do
hace unos dos m ill ones y media
de a
fi
os.
Del conjunto de nues
tr
os hallazgos
eco l6gicos se deduce que los habitats
abie I os, con una elevada proporci6n
de vegetaci6n resistent e, fueron ganan
do terreno a los menguantes bosques de
ribera. Los australopitecos robustos si
gui eron vincul ados a las fe rtil es zonas
hUm edas, sabre todo durant e las
epa-
de tener acceso a la frondosa vegeta
ci6n de su habitat original, que les se
gufa
of
recie
nd
o pro tecci6n
y
refu gio
para do
nnir
.
Junto a estos australopitecos robus
tos, en el Ri ft de Malawi vivieron , hace
unos 2 ,5 millones de anos, los proto
humanos mas antiguos de la espe
cie Homo rudolfensis En la zona de
nuestras expioraciones se encuentra la
prueba geol6gica mas temprana de co
ex istencia de las dos especies. Si los
australopitecos robustos y los primeros
representant
es
del genera Homo pro
ceden de antecesores australopitecinos
mas grac iles, es 16g ico pensar que de
bi6 de darse una adecuada altemativa al
desarro llo de dientes eno
nne
s para ha
eer frente a una a limentaci6n cada vez
mas
dur
a. Tal opci6n altemativa fue,
pa r supuesto, la introducci6n de
Util
es .
Las herrami entas Ifticas m
as
antiguas.
procedentes de Etiopia y Tanzania, de
muestran que, haee unos 2,5 millones
de anos, se establ ecieron las primeras
culturas instrumentales; en esa mis
ma
epoca surgi6 e l
Homo rudolfensis.
Algunos ani males, sabre todo los
primates supe
ri
ores, se sirven de ins
trumentos, entendiendo por tales cier
tos utiles auxi liares. Los chimpances,
sin ir mas lejos, emplean piedras c
omo
martill
os
y yunques para cascar oue
ces. Baja la presi6n de l
os
cambios am
bie
nt
ales que se dieron en aquella epo
ca, es 16gico pensar en la aparici6n de
una conducta cultural en l
os
hominidos
que pos ibilit6 el advenimiento del ge
nero Homo. A dife rencia de los austra
lopitecinos robu stos, los representantes
del genero Homo conservaron una es
tructura corporal menos rigida e hicie
ron frente al inconve ni ente del nuevo
61
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 59/88
lipo de al imentaci6n mediante una in-
cipiente especiaJizaci6n cultural: lras
ladaron
un
a parte de la preparacion del
alimento fuera de la cavidad buca .
cabe postular que la aparici6n del ge
nero Homo emerge con el logro de una
progresiva independencia del habitat,
10 cual lIeva a una progresiva depen
dencia de los
in
strumentos utili
za
dos
para e
llo.
Un rasgo
qu
e perdura tfpico
de los humano
s.
Despues de la in stauraci6n de la
marcha erecta (
punlO
de partida del ge
ne
ro
Australopitheeus , el hiw siguien
te en el camino hacia la hominizaci6n
se dio con la superaci6n de la depen
dencia direc
ta
del enl om
o.
A pesar de
que en ese momento no se puede toda
vfa demostrar 10 "lfpicamente humano"
---como conciencia, arte
0
mus
ic
, sf
El H
omo ru olf
nsis se caracteriza,
sobre todo, por una conducta
fle
xible,
que se prolongara, en el sig
ui
ente es
tadio evolutivo, con el desarrollo de un
cerebro mayor y capaz. Puede e
nt
onces
modificar su alimentac i6n, inclu yendo
62
CAMBIO DE ESCENA EN AFRICA
EN UNA FASE DE CLiMA RElATIVAMENTE CALlDO
hace alga mas de Ires millones
de
anos Afri
ca
oriental
y
meridional estaban unidas por una zona boscosa. Hubo grupos
de Australopithecus anamensis y de
A
afarensis que
se
dispersaron y evolucionaron en
A. bahre/gazalien el oeste
y
en A. africanus en el sur del cont inente. Hace ent re 2 8
y
2 5
millones de arios coincid iendo con un cambio de clima ahora
mas
frio y seco las pra-
deras y bosques subtropicales del norte y del sur se retiraron hacia el ecuador. Mien-
tras
en el
Africa oriental surgian
el
Homo rudolfensis
y
105
lIamados australopitecinos
robustos; grupos de
A. africanus se
desplazaron del sur al
es
te de Africa
y
evoluciona-
ron allf en Homo habilis. En estes movimientos biogeografkamente limitados suma-
dos a los datos anat6micos reconocemos importantes indicios de que Homo habilis
procede de un Australopithecus del Africa meridional en tanto que Homo rudolfensis
parti6 de un Australopithecus del Africa oriental .
Hubo que esperar hasta hace aproximadamente dos miltones de alios a que los
habitats origi nales y con ellos la fauna y flora volvieran a extenderse hacia el nor-
te y hacia el su r. Segun esta hipotesis 105 f6siles de Homo habilis y de los australopi -
tecinos robustos de Africa meridional no pueden tener una antiguedad superior a
1 5dos millones de alios. Asi es. Con la ampliaci6n del espacio vita l de la zona ecua
4
torial los hominidos emigra ron
por
primera vez de Africa como demuestran hallaz-
gos de Europa.
en e
ll
a cada vez mas ca
rn
e. Con el co
mienzo de la cultura instrumental su
per6 las consecuencias del cambio eli
matico y aprovech6, mejor
qu
e ning"n
homfnido anterior, otras Fuentes ali
mentarias, entre e
li
as
lo
s cadaveres.
En
el uso de utiles Hticos algunos se
ro
m
pian, fragme ntos que, debidamen
te
afi-
lados, pod ian empleatse como instru
mento corta
nt
e. Este hecho revo
lu
cion6
la preparaci6n de la carne porque per
mitfa descuartizar las piezas. A vegeta
rianos especializados como los austra
lopitec
in
os robustos, la introducci6n de
utiles Ifticos
no
le s report6 ninguna ve n
taja inmediata. Mientras las dos estra
tegias alimentarias tuvieron ex ito, vale
decir a 10 latgo de mas de un mill6n
de anos. coexistieron diversos generos
y especies de hominidos. Los
australo
piteeino s robustos se ex ting
ui
eron hace
alrededor de un mill6n de anos, en una
epoea en la que
ca
n HOlllo ereetLls los
sucesores de
Homo rudo fensis.
pobla
ban ya todo el viejo mundo.
EI cambio climiitico.
motor
del desarrollo
No todos los paleoantrop61ogos estan
de aeuerdo con nuestra interpre
ta
ci6n
del HOlllo rudolfellsis. En 1999
se
des
eribi6
un
a nu eva especie de prehuma
no (el Allstra/opi
rli
eclts garhi , tambien
CO
il un a anti
gUe
dad de 2 ,5 miJlones de
anos. Segu11 ciertos indicios, es
ta
es
pecie pu do desarrollar una euhura ins
trumental, 10 que es verosfmil dadas
las ci rcun stancias ambienlales de la
epoca. Sin embargo, esta earaete
rf
sti
ca cultural, por sf sola no nos fac uha
para distinguir entre protohumanos y
prehumanos.
Una vez mas, el di spar desarro llo de
los hom fni dos apunta hacia un a trans
fo rm aci6 n decisiva en el espacio vital
yen las di sponibi lidades nutritiva s
qu
e
acontcci6 en Africa haee 2,5 millones
de anos. La causa dese ncadenante rue
un cambia climatico condicionado por
procesos globales, regionales y loca
les.
Hace cincuenta millones de afios,
el cl im a del planeta era mas hUm edo y
calido. Desde ent onces, la Tierra ha ex
perimentado
un
progresivo enf
ri
amien
to con episodios de glaciac i6n espe
cia lm ente acusados hace lInos 33, 14
y 2,8 mi llones de ailos. La temperatura
del agua en
las profundidades oceani
cas - ant a
fi
o di ez grados mas al
ta qu
e
en nu estros dias- baj o y sobre los con
tinentes se fo rm aron masas de hielo.
EI desanu
llo del
Rift africano experi
ment6
un
impulso general y reg ional. La s
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 60/88
ARBOL GENEALOGICO BIOGEOGRAFICO
laderas se elevaron dando lugar a pode
rosas cordilleras junto a la gran fosa. Sa
bre las cordilleras descargaban la lluvia
ingentes masas nubosas procedentes sa-
bre todo del oeste. De ese modo una gran
parte del Africa oriental qued6
l
abrigo
de
las
precipitaciones. A
nivel
continen
tal la temperatura global s6
10
experi
ment6
el
descenso de un par de grados
pera el clima se hiza bastante seea.
Paralelamente al
cambia
climatico
se
alteraran tambien los espacios vita
les Dada su posici6n central en Afri
ca nuestros hallazgos en
el
norte de
Malawi nos offecen la oportunidad de
estudiar las emigraciones de los mami-
voLue lON HUM N
feros entre el este y el sur del continen
teo Como
se adelant6 asi es
pera
bam
os
obtener datos
sa
bre la aparici6n y la di
fusi6n de los homfnidos.
Nos parece plausible la
id
ea de que
nuevas especies de hominidos apare
d eroo
en
1a zo na ecuatorial
de
Africa.
La di stribuci6n en mosaico de peque
fio
s habitats ofrecfa mejores oportuni
dades para la evo
lu d n
de nuevas es
pede
s. Lo mismo que ocurre
co
n
la
fauna las especies de homfnidos vin
culadas a un habitat concreto s6
10
sa l
taban sus confines cuando se daban
co
ndiciones ecoI6gicas extremas en su
espacio vital.
El analisis de las condiciones clima
ti
cas
y
biogeograficas en
el
corredor de
homfnidos nos ha permitido esboz
ar
una propuesta de evoluci6n de
la
espe
cie humana. La resumiremos a partir de
un ejemplo: hace alga mas de tres mi
Ilones de anos en una fase de clima re
lativamente
ca
lido una zona boscosa
unfa el este
y
el sur de Africa.
En
aque
lla epoca
un
segmento de poblaci6n de
una especie primiti
va
de Australopithe-
ell
se extendi6 por el Africa meridio
nal y evo
lu
cion6 en
A rk nus
Hace entre 2 8 y 2 5 millones de
an os e l eontinente se hi zo mas frio y
mas seeo. Los limites de las zonas her
baceas y boscosas subtropicales se des
plazaron hacia el ecuador. Entonces un
segmento de poblaci6n de A. afrieanus
oeup6 los restos de bosques de ribera y
praderas
ftu
viales que quedaron en el
Africa oriental evolucionando
aUf
en
Homo habilis
Cr
ee
mo
s por contra que
Homo r
u-
doljensis procede de una especie de
Austra/opithecLls
del Africa oriental.
Coineidiendo co n una nueva ex
tension de espacios vital es adecua
do
s ha
ce
unos
do
s rnillones de anos
Homo habilis irrumpi6 tambicn en
arnplias zonas del Africa meridional.
Se ca
lcula que las primeras emigraeio
nes de homfnidos fuera de Africa en
direcc i6n norte tuvieron lugar en una
cpoca
ce
r
ca
na.
La
s hip6tes is que nos permiten for
mular nuestros estudios en
el
Rift de
Malawi subrayan la importancia que
ti
enen las
in
vestigaciones de los cam
bios del clima de las condic iones am
bientales y del habitat para adquirir una
visi6n general del desarrollo de la hu
manidad. Africa en cuanto continen
te constituye una unidad. Aquf se da
la oportunidad unica de poder seguir a
gran escala las tendencias evolutivas.
EI in
teres ya no se ha de centrar
en
los
hallazgos individuales
0
en yacimjen
l
OS
co
ncretos. Lo que hoy se impone es
conseguir una interpretaci6n global pa
nafricana.
BIBLIOGRAFIA OMPLEMENTARIA
DIE FROHZE IT
DES
MENSCH
EN
- DER
WEG
ZUM
HOMO SA PIENS.
F Sc
hrenk
C H Beck
Ver
l
ag;
Munich 199
8
AFRICAN BIOGEOGRAP
HY
C
LIMATE
CHANGE
AND
H U
MAN
E VO LUTION. Di -
rigi do por T 8romage
y
F Schrenk .
Oxford University
Pr
ess; Nueva York
1999
63
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 61/88
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 63/88
D
S
hombres de mediana edad
viven a miles de kil6metros
de distancia en los Estados
Unidos. No se con
oce
o, pero
tienen
un
rasgo
co rnun:
la
ab
-
sorcion de hi
erro
en su
organismo
es tan
eficaz que, en vez de ventajosa, resulta
daiiina, hasta tenninar por provocar un
fa llo multiorganico leta . Este trastomo,
la hemocromatosis hereditaria, afecta
con frecuencia a personas que han he-
redado de ambos progenitores la
mi
sma
mutaci6n ge
ni
ca, una
al
teraci6n que se
origin6 haee lar
go
tiempo en un indivi-
duo que vi
vfa
en Europa. La mutaci6n
viaj6 luego en el tiempo
y
el espacio, a
traves de la progenie de ese europeo. En
I. actualidad, unos 22 millones de esta-
dounidenses poseen al menos una copia
del gen mutado. EI antepasado, desapa-
r
ec
ido haee largo tiempo, se cons idera
el fundador 0 pionero de esa poblaci6n;
a Sll Jegado ge
nic
o se Ie den
om
ina
m
u-
taci6n pione
ra
",
Se han descubierto miles de muta-
cianes responsables de enfermedades
humanas, pero las pioneras se apartan
de 10 cornun . Las
vfc
timas de numc-
rasas e
nf
ermedades
geneticas muefen
antes de reproducirse; los genes
mUla-
dos no se transmiten. Las mutaciones
pioneras, en cambio, suelen perdonar
la vida a sus portadores, para asf pa-
sar a la descendencia. Algunos de los
trastornos derivados de estas mutacio-
nes presentan una notable frecuencia;
nos referimos a la hemocromatosis he-
reditaria antes mencionada, la anemia
falciforme y la fibrosis qu{stica. Pero,
l.por que la evolu
ci6
n conserva muta-
ciones en apariencia perjudiciales en
lugar de deshacerse de elias?
Los ex
peno
s estudian las mutaciones
patol6gicas a
fin
de establecer crite
rios
de identificaci6n de las poblaciones de
riesgo. Busean tambien abrir nuevas
vfas para la prevenci6n y el tratamiento
de los trastomos relacionados con estas
mutaciones. Siguiendo esa senda han
descubierto que las mutaciones pione-
ras vienen a ser las hue
ll
as que la hu-
m
an
idad h. ido dejando en I. estela del
tiempo: constituyen una poderosa herra-
mienta antropol6gica para el rastreo de
la historia de las poblaciones
y
sus mi-
graciones en el planeta.
r
Para comprend
er
la sing
ul
aridad de las
mutaciones pioneras y la importancia
de la informaci6n qu e e ncierran, debe-
mos antes recordar algunos aspectos de
las mutaciones en general. Las muta-
ciones responden a alteraciones que se
producen de forma aleatoria en nuestro
ADN. La mayorfa se reparan 0 elimi-
nan al nacer. sin que se transmitan a la
sig
ui
ente generaei6
n.
Las de
Ifn
ea ger-
minal, en cambio, se transmiten, a me-
nudo con graves consecuencias para la
descendencia: mas de 1
000
enfermeda-
des humanas se deben a mutaciones ge-
nicas.
Aunque atlpicas, las mutaciones pio-
neras encajan en la categoria
de
las de
linea genninal . Las enfermedades he-
reditarias suelen seguir un principia
general: mutaciones distintas en el
mismo gen causan la misma enferme-
dad. Como consecuencia, varias fami-
lias afectadas por la misma enfe
nn
edad
portan distintas versiones del gen muta-
do
responsable del trastomo. Por ejem-
plo, la hemofili a, un trastomo hemorni-
gico, se debe a mutaciones en el gen
que codifica el factor vm, un compo-
nente del sistema de coagulaci6n san-
gufnea; en general, cada caso de hemo-
filia responde a una mutaci6n distinta
RESUMEN
LA
HISTORI ESCRIT
EN
ELADN
66
» Una
mut
ac i6n pionera constituye una clase especial de mutaci6n genica.
EI
tramo
de
AD N en
qu
e se inscr ibe haplotipo) es identico en todos los individuos
qu
e
la
portan: comparten
un
antepasado comun, el
fundador
,
0
pionero, en quien apare-
ci6
a
mut
aci6n.
» La longitud del haplotipo determina la edad de la mutac i6n pionera. La frecuencia
de este en
la
poblaci6n revela la expansi6n geografi
ca de la
progenie del fundador.
Ambos datos arrojan luz sobre
la
s migracion
es hum
anas en
el
transcurso
de
miles
de arios.
Co nforme las poblaciones
se
mezdan, l
as
mutaciones pa
tol6g
icas
ho
y asociadas a
determinados grupos e
tnico
s adoptan una
di
st ribuci6n mas
alea
toria.
En el futuro
la evaluaci6n del riesgo de padecer tales enfermedades ya no se basara en criterios
etnico
s sino
en analisis del ADN.
en el gen del factor VIlI (se han loca-
li
zado mutaciones en cientos de sitios
en el gen .
Una
mi
sma mutaci6n puede es-
tar detras de enfermedades diversas.
Aco stumbra presentarse en d
os
for-
mas:
como
mutaci6n de punto ca-
li
ente
(
hotspot")
0 co
mo mutaci6n
pionera. Un punto caliente corres-
ponde a un
par de
bases de ADN con
una elevada propen sion a la muta-
ci6n. Por ejemplo, la acondroplasia,
una forma
comun de
enanismo, sue-
Ie deberse a una mutaci6n en el par
11
38, en el gen F R3 situado en
el brazo corto del cromosoma huma-
no 4. Los individuos que presentan
mutaciones de punto ca
li
ente no sue-
len estar relacionados entre sf; el resto
de su
ADN
varfa
de
uno a otro, como
ocurre entre las personas sin nexo de
parentesco. Pero las mutaciones pio-
neras, que pasan inc6
1um
es de una ge-
nerac i6n a otra, difi eren de las muta-
cione
s espontaneas de punto caliente.
En cada persona portadora de una
mutaci6n pionera, el ADN alterado se
halla embebido en un tramo mas largo
de ADN identico al que exisHa en el
individuo fundador (por ello se Ie de-
nomina
ide
ntico p
or
descendencia
)
.
Esta regi6n genica corresponde a un
haplotipo. Si
se
comparte un haploti-
po, se comparte tambien un antepasa-
do: el fundad
or de
la mut aci6n. EI es-
tudio de l
os
haplotipos arroja luz sobre
el origen de las mutaeiones pioneras y
permite seguir el rastro de las po
bla
-
ciones humanas.
A partir de la longitud del haplotipo,
que disminuye con el tiempo. se deter-
nUn a la edad de una mutaci6n pione-
ra. EI haplotipo o riginal corresponde al
cromosoma completo que aloja la mu-
taci6n. El funda
dor
transmite ese cro-
mosoma a la descendencia, que recibe
tambien otro cromosoma, el de la pace-
ja del fundador, pero este sin mutaci6n.
Los dos cromosomas, uno de cada pro-
genitor. intercambian entre sl de fonna
aleatoria segmentos
de
ADN, como si
fueran dos mazos de naipes que se cor-
tan
y
baraja
n.
Imaginemos que maccamos uno de
los naipes. Tras cortar y mezclar una
vez, las cactas que 10 rodean siguen
siendo casi las mismas que en Ia dis-
tribuci6n de partida. /gual Ie sucede a
la mutaci6n: tras una sola recombina-
ci6n, seguira instalada en una larga sec-
ci6n del
ADN
del fundador. Pero con-
forme las cartas se siguen barajando, el
naipe marcado se hallara rodeado de un
fEMAS44
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MUTACIONES PIONERAS Y DE PUNTO CALIENTE
IMAGINEMOS UN GRUPO
DE
PACIENTES que
padecen
la misma enfermedad y son portadores de
la misma mutaci6n en un
punto dado de
su ADN. LC6mo podemos saber
si
se trata de una muta-
ci6n pionera 0 de punto caliente? En la secuencia del ADN circundante
se
halla la 50luci6n.
Supongamos que la mutaci6n que com parten los pacientes consiste en un cambia de una
ti
mina T) por
una aden
ina (Al
roja, abajo). 5
A correspondiera a
una
mutaci6n pionera, la
secuen-
cia circundante seria identica en todos los
paci
entes, pues la habrfan heredado
de un
antepasado
comun. Perc si A fuese una mutaci6n de
punto
caliente, surgida de forma
espontanea
en un 5itio
donde
el ADN es propenso
al
error, las secuencias adyacentes mostrarian, ademas, otras alteracio-
nes
amarilfo)
en los sitios
don
de el ADN tiende a variar sin causar enfermedad .
La anemia falciforme, que se caracteriza
por la
deformaci6n de los hematfes
fotograffa supe-
rior), se
origina habitual mente
por
una mutaci6n
pionera.la
acondroplasia, una forma de enanis-
mo en humanos
fotograf a inferior),
responde a una mutaci6n de punta caliente.
Stiosde
variaci6n normal
I
I I 1
SecuenCianormal . GA
TTC
iA
CAGGTCTCT ATCCGAATCG IA
TTCC
MutaCl6n . GA TTC iA1CAGGTCTC AATCCGAATciGA TTCCA T
GA TTCAtCAGGTCTC A
ATCCGAATC
IGA TTCCAT I]
Cromosomas
GA
TTCA
I
CAG
GTCTC
A
ATCCGAATCtGA
TTCCAT
o n m ~ ~ ~ ~ ~ GA
TTCA
ICAGGTCTC A
ATCCGAATCGA TTCCAT
GATTCA
f AGGTCTC AATCCGAATCGATTCCAT
Cromosomas GATTC
FAGGTCTC AATCCGAATC ATTCCA ]
con mutaci6n GATTCA1C
AG
GTCT CAATC CGAAT C IATTC CA
de punto caliente GATTC FAG GTCTC AATCCGAATC iGIATTCCA IT
GATTC C G ~ ~ ~ ~
T C C G T C
T T C C ~
numero cada vez menor de sus vecinas
originales. Del mismo modo, el haplo
tipo que incluye el gen mutado se re
duce poco a poco con cada recombina
ci6n sucesiva.
Por tanto, una mutaci6n pionera jo
yen de escasos cientos de ailos de an
tigUedad) se encontrarfa hoy en medio
de un largo haplotipo. Una mutaci6n
pionera antigua de decenas de mil es
de anos de edad), en cambio, se hallaria
en
un
haplotipo de longitud reducida.
La aberraci6n del gen de la hemo
cromatosis constituye s610 una de entre
la extensa
li
sta de mutaciones pione
ras conocidas. Se han estudiado bas
tantes ya en las poblaciones europeas;
otras se han identificado recientemen
te en americanos indfgenas, asiaticos
y africanos. Sorprende la elevada fre
cuencia de las mismas, que supera en
cientos 0 miles de veces la de las muta
ciones patol6gicas tipicas. En su mayo
ria, las alteraciones genicas que causan
enfermedades se dan entre uno de cada
varios mHes y uno de cada varios mi -
1I0nes de individuos Las mutaciones
EVOLUCI6N
HUMANA
pioneras, en cambio, afectan a
un
por
centaje notable de la poblaci6n.
Pero, no deberfa la evoluci6n des
hacerse de estos genes dafiinos en vez
de conservarlos? Esta aparente ano
malia esconde una pista de por que las
mutaciones pioneras persisten
y
se ex
panden por tierra y mar, y a 10 largo del
tiempo.
Sucede que, bajo algunas circunstan
cias, las mutaciones pioneras se reve
Ian
beneficiosas. Esa es la clave. En su
mayoria, las mutaciones pioneras son
recesivas: s6lo quien hereda dos copias
del gen afectado, una de cada progeni
tor, sufre la enfermedad. Las personas
con s610 un a copia mas numerosas) se
denominan portadores; pueden pasar el
gen mutado a sus hijos y no manifes
tar elias mismas sfntomas de la enfer
medad. Esa copia unica de la mutaci6n
pionera confiere al portador una venta
j evolutiva.
Por ejempIo, se piensa que
lo
s por
tadores de la mutaci6n de la hemocro
matosis hereditaria estan protegidos de
la anemia ferropenica una deficiencia
ferric a que antano resultaba de suma
gravedad), porque la proteina que co
difica
el
gen mutado
ha
ce que la absor
ci6n de hierro se produzca con mayor
eficacia que en aquellos individuos con
dos copias normales del gen. Por tanto,
los portadores de esta mutaci6n pione
ra contaban con una ve ntaja cuando el
hierro escaseaba en la dieta.
Tal vez el ejemp lo mas conocido de
este tipo de mutaciones de doble filo
sea la responsabl e de
Ia
anemia falci
forme. La alteraci6n que causa este
tipo de anemia se origin6, tal parece,
en repetidas ocasiones en zona s casti
gadas par la malaria de Africa y Orien
te Medio. Una so la copia del gen de los
hematfes falciformes confiere al por
tador
re
sistencia a la malaria.
Do
s co
pias, en cambio, reducen su esperanza
de vida y
Ie
condenan al sufrimiento.
La mutaci6n de la anemia falciforme se
encuentra hoy en cinco haplotipos dis
t tos ello sugiere que apareci6 de for
ma independiente en cinco momentos
y en cinco fundadores. Aunque la ane
mia falciforme acostumbra originarse
67
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68
L
ACORTAMIENTO DEL HAPLOTIPO
-------
La
regi6n cromos6mica (haplotipo)
que
rodea a una rnutaci6n pionera
se
va acortan
do
de una generaci6n a
ot
ra
conforme
los cromosomas se mezclan en el pro ceso
de
recombinaci6n. En
la
ilu
st
raci6n
el
individuo fundador po
see
un cromosoma amari
llo
con la mu tac
i6n pionera y un cromosoma azul normal procedente del otro proge
ni tor. Cuando el fundador produce espermatozoi
de
s u 6vulos los dos cromosomas
in tercambian se
gm
ento
s
La descendencia hereda un
nuevo
cromosoma mi xto
par
tador
de la
mutaci6n
y de ot
ras partes del haplotipo pione
ro
(regi6n amarilla). As
i,
el
intercambio genico que se produce a 10 largo de la s generaciones causa el acorta
miento del haplotipo.
Fundador
Descendencia
portadora
Nieto
portador
Portador
actual
Cromosoma
normal
Cromosoma
afectado
- Seproduce
la mutaci6n
Recombinaci6n
Paso a la siguiente
generaci6n
-
Mutaci6n
Paso
ala siguiente generaci6n
_
Mutaci
6n
Recombinaci6n durante
muchas
gen
eraciones
- - Mutaci6n
en un a mutaci6n pionera, se dan casas
que proceden de olras alteraciones ge-
nicas.
La frecuencia de un a mutaci6n pio-
nera en la poblaci6n esta gobemada
par dos fuerzas que cam
pi
len: los in-
dividuos con dos copias moriran pro-
bablemente antes de reproducirse, pero
los que portan s610 una copia presentan
mayor posibilidad de sobrcvivir que los
carentes de copia alg
un
a.
Se da asi
un
a
selecci6n de balanceo : los efectos
beneficiosos operan a favor de la super-
vivencia del gen mutante, mientras que
los perjudiciales 10 hacen en contra, de
forma que la frec uencia de la mutaci6n
se mantiene eSlable en el transcurso del
tiempo.
Se desconoce la ventaja que otorgan
algu nas mutaciones pioneras relacio-
nadas con detenninadas patologias, 10
que no empece que Ia presencia conti-
nu a de un cieno gen apunte en el senti -
do beneficios
o.
Un descubrimiento re-
ciente podrfa expl icar la persistencia
del factor V Leiden, un a mutaci6n en
el gen del factor Y, que es responsab le
de otro componente de la coagulaci6n
de la sangre. Esta mutaci6n pionera,
que portan el cuatro por ciemo de los
europeos, conduce a la trombosis (for-
maci6n patol6gica de coagulos sanguf-
neos). En
2003,
el equ ipo encabezado
por Bryce A. Kerlin, del Co legio Me-
dico y del Hospital Hem
alO16gi
co del
Sudeste de Wisconsin, demostr6 que
lo s afectados por esta mutaci6n han
adquirido res istencia a las infecc io-
nes bacte rianas en el torrente sanguf-
neo (infecciones que en la era preanti-
bi6tica constitufan una grave amenaza
para la sup erv ivencia y que hoy resul-
tan todavfa letales
.
un
gen repartido
or
doe
und
Antes de la irrupc i6n de los transpor-
tes modernOS, las mutaciones pioneras
cubrfan largas di stancias en viajes que
so lian durar decenas e incluso centenas
de generacio
nes.
La anemi a falcifor-
me mi gr6 desde e l oeste de Africa has-
ta America en los barcos negreros ; se
propag6 tambien por Europa. Una mu -
laci6n pionera cornun en el gen
GJB2
causa sordera; se Ie ha seguido el ras-
tra desde
su
origen en Oriente Medio
a 10 largo de dos rutas, una por la costa
mediterranea hasta
Italia y Espana, y la
otra a 10 largo de los va lles de los rios
Rin y Danubio hacia el norte de Euro-
pa. Una mutacion pionera en el gen
ABCA4
que causa ceguera, parece
qu
e
TEMAS 44
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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surgi6
en
Suecia hace unos 2700 aiios
y
se
disemin6 por Europa meridional y
occidental .
EI
ejemplo mas extremo de migra
ci6n
10 afrece
una variabilidad genetica
de nuestro sentido del gusto. Alrede
dor
de un 75 por ciento de los habitan
tes del planeta perciben amarga
la
fenil
tiocarbamida (PTC); no asf el
25
por
dento
restante. En
el
instituto Nacio
nal de la Salud
y
alras instituciones
norteamericanas descubrimos
en
fecha
recicnle que una combinaci6n de tres
alteraciones genicas haee que se cadi
fique un receptor de
PTe
que no detec
ta el amargoT. Asf pues, todos los indi
viduos insensibles a la PTe descienden
de un fundador que contaba con esas
alteraciones. (Nuestro sentido del gus
to amargo se ha desarrollado para pro
tcgernos de la inges
ta
de sustanc
ia
s
t6xicas vegetales; pero, emil seria la
ventaja de la variante
ge
ni
ca
que no de
tecta esc sabor? En nuestra opinion, el
detector
PTe
ha perdido la sensibilidad
hacia
10
amargo para de
sa
rrollar sensi
bilidad hacia
atTa
sustan
cia
t6xica
aun
por identificar.)
La mutaci6n insensible se halJa en un
tramo corto de
ADN
ancestral, de s6
10
30.000 pares de bases en algunos por
tadores; ello indica que se trata de una
mutaci6n pionera antiqu{sima: de mas
de 100.000 aiios. En
2004,
un mues
treo de aJcance mundial revel6 la exis
tencia de siete fonnas del gen del PTe
en Africa sub
sa
harian.. Pero s610 las
dos variantes extremas (la mas sensi
ble
y
la mas insensible) se han encon
trado con una frecuencia notable fuera
de las poblaciones africanas. De las cin
co formas restantes, una aparece s610 de
forma ocasional en poblaciones no afri
canas (nunca en los naturales del Nue
vo Mundo), mientras que las otras cua
tra son exclusivas de Africa.
L. mutaci6n insensible a la PTe
aporta valiosa informaci6n sobre las
primeras migraciones humanas. Su
actual distribucion
y
frecuencia res
palda la hip6tesis del origen africano
de nuestra especie la teorfa fuera de
Africa ) . A tenor de los datos antro
pol6gicos
y
arqueol6gicos, la pobla
cion original del hombre moderno vi
vi6 en Africa; un reducido subgrupo
de la mis
ma
emigr6 ha
ce
un os
75.000
alios y
se
di stribuy6
por
los cinco con
tinente
s.
Todas las poblaciones no afri
canas descienden de ello
s.
P
erc,
ade
mas, eSla mutacion arroja
Ju
z
sa
bre
una de las cuestiones mas con trover
tidas de la antrcpologfa moderna: con -
EVOLUCIDN HUM NA
forme nuestros antepasados Homo sa-
piens
se expand
fan
por el mundo, i,se
mezclaron con los homfnidos mas ar
caicos que se encontraron
en
Europa
y Asia?
Estos hominidos arcaicos contarian
con sus propias variantes del gen del
receptor de
PTe
, se leccionado positi
vamente para defenderse de las toxinas
de la flora local. Si otros homfnidos tu
vieran descendencia
con par
e
ja
s
Homo
sapiens
cabrfa esperar
fonnas
distin
tas de este gen en poblaciones euro
peas, del oriente de Asia
0
del sudeste
asiatico.
Perc
no se han encontrado.
EI
estudio de mutaciones pioneras
en
el
hombre moderno indica que no
se
pro
dujo ningun entrecruzamiento exitoso
entre
H.
sapiens
y
otros grupos huma
nos durante
esta
gran emigraci6n afri
cana hace decenas
de
miles de aiios.
1 sea d funda
EI
examen del haplotipo donde reside
el gen de la hemocromatosis hereditaria
demuestra que la conjunci6n de los re
gistros hist6ricos
y
el anal isis genetico
de las poblaciones actuales arroja nue
va
luz sobre las causas
y
la historia de
un determinado trastorno. En los afios
ochenta del siglo pasado, antes de que
se identificase el gen de esta enferme-
GENES ANTANONES EN LA MEDICINA MODERNA
El
ESTUDIO
DE LAS MUTACIONES PION
ERAS
descubre profundas implicaciones para
el ava nce de
la
medicina .
De
entrada facilita la identificacion de individuos que debe-
rfan someterse a pruebas diagnosticas de determinados trastornos. EI riesgo de con -
traer
una
enfermedad
se
estima
en
funcion del perfil etnico del individuo; a partir
de
esa informacion se decide que
analisis
adicionales conviene realizar. La anemia falci-
forme por ejemplo se presenta mayoritariamente en individuosde ascendencia afri-
cana. Sin embargo con
el
intercambio genetico entre razas y pueblos la
aSignacion
del origen geografico ancestral 0 de la especificidad etnica de una persona entranara
cada vez mayor dificultad.Conforme esta herramienta diagnostica basada en la etnici-
dad
vaya
perdiendo eficacia a evaluacion del riesgo de una enfermedad 0 la determi -
nacion de la etiologia de los slntomas que presente un paciente se basaran en
analisis
de ADN. EI hallazgo de mutaciones pioneras
ahora
que las poblaciones humanasper-
manecen
todavfa geneticamente distinguible
s
facilitara
la
identificacion de
los
genes
responsables de numerosostrastornos.
De hecho algunas mutaciones pioneras pueden considerarse casos
especiales
de
un grupo mayor de variantes genicas patologicas Aunque no sabemos todavia de que
alteraciones se trata se
les
supone un origen remoto. Tal y como se seriala en el articu-
lo estas variantes patol6gicas debieron resultar beneficiosas para nuestros
antepasa
-
dos; por ello se propagaron. Pero el encuentro de estos
genes
antariones aparecidos
en habitats remotos con el ambiente y estilo de vida modernos origina enfermeda-
des
que se han convertido
en
trastornos gra ves.
EI
analisis del ADN revestira suma importancla
pues
estas alteraciones genicas no
nos predisponen
solo
aenfermedades hereditarias raras,
sino
tambien a trastornos co·
munes.
Pensemos en las variantes genicas cuya funcion original era facilitar la sintesis
del coleste rol si bien hoy conllevan un nivel de colesterol demasiado elevado; 0 en
las
variantes que potenciaban la retencion de la sal y hoy provocan hipertension.
Cuando se halle
la
correlaci6n entre perfiles geneticos espedficos y determinadas
enfermedades graves comunes, la genetica dejara de ser
una
subespecialidad de la
medicina dedicada a os trastornos
raros
para ocupar
el escenario
central en la preven-
cion, el diagn6stico y el tratamiento de la enfermedad humana.
El PERFIL ErN/CO
ofrece
en fa actualidad una herromienta diagnostico rdpido para estimar
e/
riesgo
de
padecer
determinadas enfermedades. Conforme el acervo genico de
1 humanidad
se vaya -
dando deberd
recurrirse
al
and/isis del AONpara evaluor la predisposicion
a
esos trostornos
69
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dad, se observ6 que casi todos qui enes
la padecfan compa
rt f
an un
seg
mento de
ADN
en una
regi6n del cromosoma 6.
Se trataba
de
algo a
so
mbroso. En prin-
cipia, la mayorfa de estos pacientes no
mantenfan ninguna relaci6n de paren-
tesca
y.
por tanto, era de esperar que
Sll secuencia genica presentara diferen-
cias aleatorias. Habra, pues, que
inf
erir
que los pacientes con hemocromatosis
hereditaria debian descender
de
un an-
tepasado
cornuo, desaparecido tiempo
atras; ademas, el
ge
n res
pon
sable de la
enfermedad se hallaba prob
ab
leme
nt
e
dentro de l tramo com partido.
LASElECCION
DE
BAL N EO manliene en ci
rcul
acion
a un gen
polencialmente
deletereo. En
regiones
afectadas p
or
la mala-
ria (que
tra
n
smite
n l
os
mosquitos) el portar
un
a sola
cop
iadel
ge
n delahem
og
lobina mUlado suponeunaproleccion:
au
men-
la las posibi lidades de supervive ncia. H
ered
ar dos copias de la
mu
tacion,
en cambio causa anemia falciforme y educe la
tasa
de
supervivencia . I
balance
de
eslas
d
os
fuerzas compelidoras
condu
ce
a la
esta
bilizacio n de la mu
tacion
de la anemia
falci-
forme en la poblacion.
A partir de esta hip6tesis, nues-
tro grupo
lI
ev6 a cabo en los pasado s
ailos
na
venta un analisis ge
ni
co deta-
lIado
, en
1 1 pa
cie
nte
s, de la reg i6n
de interes del cromosoma 6. Examjna-
mo s tambien el
ADN
de
64 indi
viduos
control que no presentaban hemocro-
matosis. En su mayorfa, los pacientes
compartfan una extensa regi6n de va-
rios millones de pares de bases. Unos
pocos, no obstant e, coincidfan s610 en
una fracci6n reducida. Cuando compa-
ramos la secci6n del cromosama 6 pre-
sente en
to os
los pacientes. descubri-
m
as
que contenfa 16 genes. Trece de
ellos codificaban
hi
ston
as
, l
as
protei-
nas qu e se un en al
ADN
y 10 pliegan
para formar estructuras cilfndricas vi-
sibles a microscopio 6P lico durante la
divisi6n
ce
lula
r.
Las hi stonas, y los ge-
nes que las determinan, son cas i identi-
cas para Lodos l
os
seres vivos;
por
ello
descartamos su implicaci6n en la he-
macromatosi s. Quedaban. pues, s610
tres
ca
ndidatos.
Dos de los tres genes restantes eran
identic
os
en los pacientes con hemo-
cromatosis
y
los individuos control sa-
no s. Pero el ahol a denominado
inclufa una mutaci6n que estaba pre-
sente en las personas con hemocro-
matosi s
y
ll ama
ti
va mente ausente en
aque
ll
os que no presentaban ninguna
alteraci6n del metabolismo del hierro.
Aquel debia se r, pues, el
ge
n
de
la h
e-
mocromatosis hereditaria.
Hall ada la mutaci6n pionera, ca-
bia preguntarse quien fue el fundador,
cuando y d6nde vivi
6.
Geneticos,
an-
tro
p61
0gos e hi storiadores se unieron
en busca de respuesta.
De
la cosecha
provisional
se de
sprendia
ya
que
la
he-
mocromatosis h
er
editaria se da en tada
M UTACIONES PIONERAS DE INTERES
Gon afectado
r storno
Orl
gen dela mutacl6n Mlgracl6n
Poslble ventaJa d una copla
HFE Exceso
de
hierro
Extremo noroeste de
Europa
I sur yal
este a raves
Protecci6n frente
a
a
anemia
de Europa
CFTR
Fibrosisquistica
Sudeste
de Europa/Oriente Medio
AI
oeste yal norte
Protecci6n frente a
a
dia r
rea
a raves de Europa
HbS Anem
ia
alciforme
Africa /Oriente Medio
Hacia el
Nuevo
Mundo Protecci6n
frente a
a
malaria
FVLeiden
Coagulos
Eu
ropa occ idental Todo
el
mundo
Protecc i6n contra
la
sepsis
sangulneos
ALDH
Toxicidad alcoh6l1ca Extremo oriental de Asia
AI
norte
yal oeste
Protecci6n contra el
alcohollsmo
a raves de
As
ia
y
posiblemente
la
hepatitis 8
LCT
Tolerancia
Asia
AI oeste
y
al norte
Pe
rmi
te
el cons
umo de eche
ala lactosa
a
raves
deE
urasia
de animales
domesticos
GJB Sordera
Oriente Medio
AI
oeste y
aJ
norte
DesconOCido
a
raves de Europa
70
TEMAS
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ORiGENES POCO COMUNES
Aunque todas las personas con anemia falciforme son portadoras
de
la mis
ma
alteraci6n
genica,
es
ta
se presenta
en
el sene de cinco
haplotipos:ella ind ica que
la
mutaci6n apa reci6 de forma independiente en cinco momentos de
la
historia de la humanidad. Asl
se
in
dica por areas en el
mapa.
Se trata de loshaplotipos de Senega l, Benfn
Bantu
Arabia-India, 0 el recientemente descubierto de Came-
run.
I acho por
i
enta de
l
os
afroamericanos son
portad
ores
de al
menos una
apia de
la mutaci6n
de la
anemia falciforme.
Europa, aunque con incidencia mayor
en las regiones septentrionales. Ade
mas, en
el
norte, la mutaci6n pionera
aparece en casi lodos los pacientes; en
el este y el sur de Europa, en cambio,
en menos de dos
tefcios
de los afec
tado
s
EJ tercio restante posefa algu
na otra mutaci6n en HF a quiz8 su
fria un trastomo del metabolismo del
hierro completamente distinto.
Examenes geneticos mas detailados
centrados en eJ noroeste de Europa re-
EVOLUCI
6N
HUMANA
ve laron que esta mutaci6n pionera se
presenta can mayor frecuencia en Ir
landa, el oeste de Gran Bretana y la
Bretaiia francesa: un patr6n que se so
lapa, casi a la perfeccion, con la
di
str
i-
bu
ci6n actual de los celta
s
Los celtas dominaron en Europa cen
tral hace mas de dos milenio
s
La ex
pansion del Imperio Romano les ob
li
go
a desplazarse hacia el norte y el oes
te; pero hubo quien se mezcl6 con los
europeos del sur, pennanecie
nd
o en
su
emplazamiento original. i.Se origino la
mutaci6n pionera de la hemocromato
sis en el centro de Europa
y
progreso
hacia el norte en movimientos rnigra
torios?
e
origino acaso en el norte?
La
in
vestigaci6n acomet
id
a en el ADN
circundante haplotipo) en el cromoso
rna 6 abrio la puerta a una posible res
puesta
La gran longitud del haplotipo mo
demo indica que se trata de una mu
tacion pionera joven: habrfa aparec
id
o
71
I
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72
BIBLIOTECA
SCIENTIFIC
AMERICAN
Dos volumenes de
22
x 23 5 em
con un total de 443 paginas
profusamente lIustradas en negro
y
en color.
LA CELULA VIVA
En La celula viva Christian de Duve nos invi
ta
a participar en una absorbente y magnificamente
ilustrada expedicion hacia un mundo tan importante
para nuestro organismo cuan apartado de nuestras
vivencias cotidianas. Se trata del reino de los billones
de celul
as que
componen el cuerpo humano.
uia a la vez audaz y seguro de Duve nos brinda
las experiencias
y
conocimientos de que ha hecho
acopio a 1 largo de una vida entera dedicada
a la investigacion
y
1 hace en un estilo que
sin renunciar a la precision que exige el tecnico
resulta accesible
y
a
meno
para el profano.
Prensa
i
entifica S.
A
hace s610
una s
60
a
70 ge
nerac ione
s
alrededor del 800 d.C. Una fecha mas
tempr ana indicarfa que el fundador
vivi6 en Europa central y que la mu
taci6n se extendi6 hacia el norte y el
oes te. al ser empujados sus descen
dientes par
una
Rom a en expans ion.
Pero el Imperio Romano habia caido
ya en el 800, par 10 que nuestra muta
ci6n pionera debi6 de originarse en el
noroeste de Europa, para luego distri
buirse hacia el sur
y
el este a traves de
la progenie del f
undador.
Luigi Cavalli-Sforza y otros antro
p61ogos
habian
es
tudiado con anterio
ridad otros tip
os
de variantes de ADN
para el
rastreo de poblac iones. Las mu
taciones pioneras afiaden ahara un a
nu eva dimensi6n a los estudios
gene
ticos: la longitud del haplotipo deter
mina la edad de una mutac i6n; la fre-
cuencia del haplotipo en la poblaci6n
indica la expan si6n geog ra
fi
ca de la
de
s
ce
nd
encia del individuo fundador.
De sde
el punto
de
vista bioquimico
todos los humanos somas mi embros
de una misma familia. Compartimos
una herenc ia genica. Ademas de con
firmar la hip6t
es
is del origen afri
ca
no
de nuestra especie. el amilisis de las
mutaciones
pi
oneras ha revelado pro
genies
co
munes de otros grupos sin re
laci6n de parentesco manifiesta. Una
inves
ti
gac i6n reciente llevada a cabo
por D
av
id B . Goldstein de la Univer
sidad Duke ha demostrado
un
ines-
perado vincul o gene
ti
co entre ce ltas
y vascos.) Futuras investigaciones so
bre las mutaciones pi oneras y sus ha
plotipos ahondaran en los nexos gene-
ticos que expJiquen las migraciones y
el crecimiento
de
las poblacio
ne
s hu
manas
que nos han lIevado h
as ta
la si
tuaci6n actual. Arrojaran luz tambien
sobre las raices del arbol de I. fami
lia humana.
BIBLIOGRAFIA OMPLEMENTARIA
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44
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LOS RAYOS ULTRAVIOLET
AS (UV)
del soI1Ienen su
calli
y
SU
cruz:
t arnenIM
Ie
producxl6n de vltamlna
0
peRI
desauyen
eI fOIato
I pueden causal dncer aI deftal' eI ADN. a plglMnID n
producldo
por los l1IIIanodtos,
protege contra
Ie degntdecI6n
del fOIatoyeI detalcwo del
ADN.
Pero
los
meI.nocIIoslilnen que
NdbIr suIIcIentes..,as W pIIlI generar vltamlna 0.
UVA UVB UVC
La
capo de ozono de
la
atm6sfera bIoqueIIla
IIegada de
los
IlI JOS
we
ala
pIe/
landula
sudonpara
.
Los
rayos UVA penetran hasta los va
SOS
sa
ngufneosde la piel. donde des-
truyen
el
folato
(acido
f6lico)
sebacea
Vasos sangufneos . _
Los rayos UV8 que lIegan a los quera
tinocitos convierten
el
colesterol en
previtamina
0,
que el riri6n transfor
ma despues
en
vitamina 0
Los
IlI JOS
WI 111M
IIlIn
en Ie epldanlls
y
haa n que los 1M-
Ianocftos prodIaan
eI pIgmeI
Ito
meIanI-
no. que sa almac:ena
en
los
meIanosomas
(en deto/fe obaja . Los
que<atinocltos captan
los melanosomas. con
los que forman una
dpsula
nuclear
que
protege su
ADN.
- - Melanosoma
Capsula nuclear
i
EVOL
UC1
NHUMANA
77
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Estas observaciones nos lIevaron a
plantear
la
hip6tesis de que
la
piel evo
lucion6 hasta volverse oscura para pro
teger los dep6sitos de folato almace
nados en el organismo. Nuestra idea
encontr6 el
re
spaldo de un informe pu
blicado por Pablo Lapunzina en 1996.
Vio que tr
es
mujeres j6venes, por 10
demas en buen estado de salud, habfan
dado a
lu
z ninos con defectos del tubo
neural tras haber tornado en las prime
ras seman
as
del embarazo el sol para
broncearse. Nuestros datos acerca de la
destrucci6n del folato por
la
radiaci6n
UV se
suman a 1 que ya se sabia so
bre los efectos nocivos producci6n de
cancer de piel) de la irradiaci6n UV en
eIADN.
a transformaci6n
e
la piel humana
Los primeros individuos de
Homo
piens
es decir los primeros seres hu
manos modemos s
ur
gier
on en
Africa
hara entre 120.000 y 100.000 anos. Po
sefan una piel fuertemente pigmenta
da, adaptada a
la
intensa radiaci6n UV
y las temperaturas elevadas de cerca
del ecuador. A medida que el hombre
modemo empieza a aventurarse fuera
de
lo
s tr6picos, s
in
embargo, va encon
trando ambientes donde recibe una
irradiaci6n UV mucho menor duran
te el ano.
En
esas nuevas condiciones
la protecci6n
natural
excesiva co
ntra
el sol
probablemente fue perjudicial.
La
piel oscura contiene tanta melani
na , que muy poea radiaci6n
UV
y ape
nas radiaci6n UVB , de menor longitud
de onda puede penetrar en la piel.
Aunque
la
mayor parte de
los
efectos
de la UVB son nocivos los rayos cum
plen una funci6n indi spensable: ini
ciar la fonnaci6n de la vitamina D en
la piel.
La
s personas de piel oscura que
viven
en
los tr6picos reciben de ordina
rio suficiente radiaci6n UV durante el
ano para que
la
UVB penetre en
la
piel
y produzca vitamina D. No acontece
asf fuera de los tr6picos.
La
soluci6n,
con el transcurrir del tiempo evoluti
vo para quienes emigraban hacia las
latitudes del norte consisti6 en perder
la
pigmentaci6n de la piel.
W
Farnswonh Loomis, de la Uni
versidad Brandeis, abondaba en 1967
en la conexi6n entre la evoluci6n de la
pielligeramente pigmentada y la sfnte
sis de la vitamina D. Estableci6 la im
portancia de
Ja
vitamina D
en
la repro
ducci6n, por su papel en la absorci6n
de calcio en el intestino que a su vez
posibilita el desarrollo normal del es-
EVOLUCION HUMANA
queleto y el mantenimiento del siste
ma inmunitario en buen estado. Las in
vestigaciones que
ha
realizado Michael
Holick, de la facu ltad
de
medicina
de
la Universidad de Boston, en los ulti
mos
2
anos
han
cime
nt
ado mas alm el
significado de la vitamina D en
el
de
sarro
llo y
la
inmunidad. Su equipo ha
demostrado tam bien que
no
toda la
lu
z
so
lar
contiene suficiente UVB
para
es
timular la sintesis de vi tamina D. En
Bo ston, por ejemplo, situada alrede
dor de los 42 grados
de
latitud
none
las celulas
de
la piel humana co mien
zan a producir vitamina D mediado
marzo. Durante el invierno no hay su
ficiente
UVB
para realizar esa funci6n.
Comprendimos que ese dat o era esen
cial para dilucidar la cuesti6n del co
lor de
la
piel.
En
el curso de nuestra investigaci6n
buscamos en vano a principios de los
anos noventa datos sobre los niveles
reales de radiac
i6n
UV
en
la
superficie
de la
Tierra
N uestra recompensa lIeg6
en
1996 cuando nos pu simos
en
con
tacto con
Eli
zabeth Weatherhead, del
In
stituto Cooperativo para la
In
vestiga
ci6n de
la
s Ciencias Ambientales, de
la
Universidad de Colorado en Boulder.
Pu
so a nues
tra
di sposici6n una base de
datos con las medidas de la radiaci6n
UV en la superficie tomadas por un sa
telite de la
NASA,
el Espectrofot6me
tro Canografico Total del Ozono, entre
1978 Y 1993. Pudimos entonces con
fecc ionar
un
modele de
la
distribuci6n
de la radiaci6n UV en la superficie de
la Tierra y re lacionar los datos del sate
lite con la cant idad de UYB
ne
cesaria
para
producir vitamina D.
Vimos qu e la superficie del planeta
puede dividirse en tres zonas
por
1
que
se refiere a la vitamina D: una compren
de los tr6picos
otra la
s regiones s
ub-
tropicales y templada
s
la ultima,
la
s
regiones circumpoiares a
partir de
unos
45
grados
de
latitud.
En
la primera, la
do sis de
UVB
ba sta para que los seres
humanos s inteticen vitamina D todo el
ana.
En
la seg
unda
hay al menos
un
me
s del ano
en
que es insuficie
nte
En
la tercera no l ega en promedio a pro
mover
la
sfnte sis de vitamina D a
1
largo del ano. Esta distribuci6n podrfa
exp
li
car por que la piel de los pueblos
indigenas de los tr6picos es oscura
por
que mas clara, y co n
la
po sibilidad de
broncearse
la de
quienes viven
en
las
regiones subtropicales y templadas y
por que la de quienes proceden de cer
ca
de lo
s polos tiende a se r muy clara y
se
quema con facilidad.
Uno de los apartados ma s interesan
tes
de
esta investigaci6n fue el examen
de grupos que no acababan de encajar
en el color de la piel anticipado. Tene
mos
un
ejemplo en el pueblo inuit de
Alaska none de Canada. Los inuit
prese ntan
un
color de la piel algo mas
oscuro de 1 que cabria predecir dados
los niveles
de
UV en
su
latitud. Es
to
se
de
be
probablemente
dos
factores .
EI
primero es que no hace tanto que habi
tan esas zonas climaticas; han emigra
do a America del None
s610
hara unos
5000 anos.
EI
segundo estriba en la ex
traordinaria abundancia de alimentos
que contienen vitamina D. en especial
pescado y mamfferos marftimos en la
dieta tradicional
de
los inuit. Su inges
ta
rica en vitamina D compensa el pro
blema que
le
s supondrfa el que su piel
no s intetice vitamina D en latitudes
tan
septentrionales; les perrnite pues
co
n
servar
una
piel mas oscura.
Gracias a nues
tro
anaIisis de
la
capa
cidad potencial de sintetizar la vitami
na hemos comprendido otra caracteris
tica relacionada con el color de la piel
hum ana: l
as
mujeres de todas
la
s pobla
ciones tienen de ordinario una piel mas
clara que los hombres nuestros datos
mues
tran
que tiende a ser entre un 3 y
un
4 po r ciento ma s clara que
la
de
lo
s
hombres). Los cientfficos
han
conjetura
do a menudo c
ual
es
podrfan
ser las razo
ne s La
mayoria argume
nta
que el fen6-
meno s
urge
de
la
selecci6n sexual:
lo
s
hombr
es
pr
e
feririan
mujeres de color
m
as
c
laro
. Noso
tro
s mantenemos que
aunque esa sea probablemente parte de
la explicacion no es la raz6n original
de la diferencia sexual Las
mujere
s tie
nen necesidades de calcio
ba
stante mas
el
evadas en su vida reproductora sobre
todo durante el embarazo y la lactancia.
y deben aprovechar al max.imo el conte
nido en
la
dieta. Proponemos
por
tanto
que
las
mujeres tienden a tener
un
color
un poco mas claro que los hombres para
permitir que penetren mas rayos UVB
en
su piel y aumente con ello su capa
cidad
de
producir vitami
na
D.
En
zo
nas del mundo donde se recibe una gran
ca
ntidad de
radiaci6n UV
Ias
mujeres se
encuentran en el
filo
de la navaja de la
se lecci6n natural : por
un
lado han de
m xi miz r la funci6n fotoprotectora
de la piel y, por
el
otro, la capacidad de
sintetizar vitamina D
Punto
e
convergencia
de la cultura
y
la biologia
A medida que el se r humano modemo
fue de
splazandose, hara unos
100
.000
79
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LAS POBLACIONES que
viven
en
los
tr6picos reciben suficiente luz ultra-
violeta
UV
) del
sol
mapa
superior,
marr6n y naranjo) para sintetizar
vi-
tamina D todo
el
ano. No asf las
que
habitan en latitudes ma s al norte y al
s
ur
. En las
zona
s templadas bandas
un
poco
sombreada
s ,
se
car
ece de
la
Iuz UV necesaria para sin tetizar vita-
mina
Dun
mes
al
an
a;
quienesviven
mas
cerca
de los polos banda mas
oscura no redben
Iuz UV
suficiente
la mayerfa
de
los mesespara la
sfnte-
sis de vitamina D.
Lo
s mapas de aba-
jo muestran los
col
o
re
s de la pie hu-
mana que se predicen conforme a
los
niveles de
Iuz
UV. En el
Vi
ejo Mundo,
etcolor de la pie l de lospueblos nd
genas se ace
rca
bastante a
10
predi
chaoEn el Nuevo Mundo sin embar-
go,el color
de
la
piel de
los
esidentes
primitivQs es de ordinario
ma
s claro
que 10
esperado, probablemente a
causa
de
su reciente emigrac
i6
n
y de
otros factores, la dieta por ejemplo.
anos. Se
di
stinguen por una piel muy
pi
gmentada y cuerpos delgados y lo
n-
gilfneos, can extremidades largas; esas
ca
racteristicas constituyen
un
a adapta
ci6n
bi
ol6gica exceJente para disipar
el calor y la intensa radiacion Uv En
contraste, los grupos modernos dedi
cados a la ag
ri
cultura y al pastoreo de
la margen oriental del mar Raja, en la
peninsula
An
\biga, han vivido alii solo
desde hace unos 2000 anos. Estos pri
meros pueblos a b e s de o
ri
gen euro
pea, se han adaptado a condiciones am
bi
en ales muy semeja
nt
es
ca
n medias
casi exclusivamente culturale
s:
se cu
bren can pesadas vesti mentas y hacen
sombra con toldos. Sin este tipo de pro
tecciones, habrfa debido esperarse que
su
pi
el hubiera comenzado a oscurecer
se. Por 10 general, cua
nt
o mas reciente
ha sido la
mi
graci6n de un grupo hacia
un
a zona, tanto mas amplia es la adap
taci6n cultural.
Peligros de las migraciones
recientes
A pesar de
la
s grandes mejoras habi
das en el ultimo siglo en todo 10 rel
a-
cion ado con la salud, vuelven a darse,
o a emerger algun as enfenn edades en
pobl aciones antes poco afectadas pa r
e
li
as. Una de estas es el cancer de
pi
el,
especial mente los carcinomas de ce
lulas basales y escamosas, en los pue-
EVOLUCI
N
HUMANA
bi
os de piel clara. i Por que surgen aho
ra esas e
nf
e
nnedad
es?
No siempre las adaptaciones biolo
gicas y culturales siguen el paso de los
movi
mi
entos de los humanos de una
zona con un cierto patr6n de radiaci6n
UV a otra con un patr6n diferente. La
gente de piel clara de o
ri
gen noreuro
peo que se broncea en el sur de
Fl
orida
o el norte de Australia empieza a pagar
l
as consecuencias, en fo rma de enve
jeci
mi
ento premature de la pieI y ca
n-
ceres cutaneos, dejando apan e el cos
ta desconocido en vidas humanas de la
desaparicion del folat
o.
Por otro lado,
muchas personas de
pi
el oscura origi
narias del sur de Asia y de Africa que
aha ra viven en
el
norte del Re ina Uni
do, Europa septentrional 0 el nordeste
de Estados Unidos, sufren un a falta de
radiaci6n UV y vitamina D, problema
insidioso que se ma
ni
fiesla en tasas ele
va
das de raquitismo y otras enfe rmeda
des relacionadas con la de
fi
ciencia de
v
it
amina D.
La capacidad del color de
la
epider
mi
s de adaptarse, con el paso de largos
pe
rf
odos de tiempo, a los
di
versos e
n-
tamos adonde los seres humanos han
ido trasladandose reHeja la importan
cia de la piel para la supervi
ve
nci
a.
Pero
a su naturaleza inesta
bl
e se debe tam
bien que resulte un a de las caracteris
ticas menos utiles para determinar las
relaciones evolutivas entre los gropos
humanos. A
nt
ano, los antrop610gos se
vaheron del color de la
pi
el para carac
te
ri
zar las razas humanas. Pero ese c
ri
te
ri
a err6neo, y en eso consiste la
fu
e
r-
za de la cien
ci
a. puede ya corregirse.
Nuestros conocimie
nt
os ac
tu
ales sabre
la evo
lu
ci6n de la
pi
el humana indican
que la adaptaci6n
al
ambiente median
te
la
selecci6n natural explica las varia-
ciones del color de la piel igual que da
cue
nt
a de la mayorfa de
nu
estras carac
teristicas ffs icas. Esperamos el dfa en
que desaparezcan los vesti
gios de viejos
errores cientificos y los reempia
ce un
mejor conoci
mi
e
nt
o de los orfgenes y la
di
versidad del sel humano. La di
ve
rsi
dad del color de la piel debe celebrarse
como una las manifesta
ci
ones mas vis
i-
bl
es de la evo
lu
cion del hombre.
BIBLIOGRAFIA
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8t
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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Una via muy estrecha
Para comprobar nuestra hip6tesis se
gun Ia
cual
la asistencia en
el
parta ha
existido desde hace milenios, hemos
considerado, de entrada, la forma en
que una crfa de primate encaja en el ca
nal del parto de la madre. Vi sta desde
arriba, 1a cabeza del recien oaeida es
basicamente oval, alargada de adelan
te h d tds y mas estrecha de oreja
a oreja. Igualmente,
el
canal del parto
la abertura 6sea de la pelvis por la que
pasa el feto del utero al exterior) dibu
j lambien
un
6valo.
EI
principal obs
tacula a salvar en el parta de muchas
primates es el del tamana de la cabeza
de la eria, muy similar al tamafia de di
cha abettura.
A ese angosto trayecto los huma
nos anaden otra complicaci6n:
Ia
sec
ci6n del canal del parta no se mantiene
constante. En efecto, la entrada del ca
nal, dande el feto a termino empieza su
recorrido, es mas aocha de un lado al
olro de
la
madre. Sin embargo, a medio
camino, esta orientaci6n gira 90 grados
y el eje mayor del 6valo se orienta de
la parte delantera del cuerpo de la ma
dre hacia su espalda. Eso significa que
el feto debe realizar una serie de giros
en su progreso por
el
canal para que
la
s
dos partes de su cuerpo con mayores
dimensiones la cabeza y los hombros)
esten siempre alineadas con el dhime
tro mayor del canal.
Para entender el proceso del par
to desde
el
punto de vista de la ma
dre, pensemos en una mujer a punto
de dar a luz. El feto a termino se en
cuentra en la mayorfa de las ocasiones
cabeza abajo, y cuando su cabeza en-
84
HUESOS PU ICOS
COXIS
tra en el canal del parto esta mirando a
un lado. Sin embargo, en la mitad del
canal debe girar
la
cara para mirar ha
cia atras, apoyando el occipucio en los
huesos del pubis. En ese momento, los
hombros estan orientados de
un
lade a
otro. Cuando el recien nacido se expul
sa continua con la cara orientada hacia
atras, pero girando ligeramente la ca
beza hacia
un
lado. Esta rotacion ayu
da a girar los hombros para que puedan
acomodarse al espacio que hay entre el
pubis y el coxis. Para comprender la es
trecha correspondencia que existe en
tre
la
s dimensiones de
la
madre y las
del feto, debemos saber que el canal
del parto tiene
un
diametro maximo de
13
centfmetros y un dhimetro minimo
de 10 centlmetros. El diametro antero
posterior de
Ia
cabeza de
un
recien na
cido mide
un
promedio de
10
centlme
tros y los hombros una anchura media
de 12 centlmetros. EI trayecto que debe
recorrer a traves de un canal de forma
variable hace que el parto humane sea
tan diffcil y peligroso para la mayorfa
de las madres e hijos.
Si retrocedemos 10 suficiente en nues
tro arbol evolutivo, Uegaremos a un mo
menta en
el
que el nacimiento no era
tan diffcil. Aunque los humanos esta
mos mas proximos geneticamente a
los simios antropomorfos gibones,
orangutanes, gorilas y chimpances),
los monos resto de primates catarri
nos y platirrinos) pueden representar
un
mejor modele del parto en los an
tepasados de los homlnido
s
En efecto,
entre los primates fosiles anteriores al
primer homlnido
Australopithecus),
un posible antepasado remoto fue ro
consul, primate f6 sil can una antigUe
dad de 25 millones de aoos. Carecia
este de cola y mostraba probablemen
te el aspecto de
un
simio, pero su es
queleto indica un modo de locomocion
mas parecido al de un mono. Su pel
vis tambien era muy similar a la de un
mono. En la actualidad, la cabeza de
una crfa de mono representa aproxima
damente el 98 p r ciento del diamelro
del canal del parto de la madre. Se tra
ta de una situacion similar a
la
que pre
sentan los humanos, y no tanto a la de
los chimpances, cuyos canales del par
to son mas holgados.
A pesar de este paso tan estrecho, el
nacimiento de las crfas de mono pro
cede con mayor simplicidad que en el
caso humano. A diferencia de la forma
retorcida del canal del parto humano,
el
canal del parto de los monos man
tiene la misma forma de su seccion ho
rizontal desde la entrada hasta la sa
lida.
EI
diametro mayor del canal se
halla orientado anteroposteriormente y
la parte mas ancha del 6valo esla cer
ca de
la
espalda de la madre.
EI
feto a
termino de un mono penetra en el ca
nal del parto introduciendo la cabeza
en primer lugar, con la parte mas ancha
y posterior de su craneo apoyada en la
parte mas espaciosa de
la
pelvis, cer
ca del coxis. Esta significa que la cria
de mono sale del canal del parto c n
la cara mirando hacia delante; en otras
palabras, con la cara en la misma direc
cion que la madre.
Las observaciones del parto de los
monos han demostrada las ventajas
que afrece
el
nacer de cara. Las monas
dan a luz sentadas sabre las patas pos-
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 77/88
teriores a apayandase en l
as
cuatra
pa
tas. Cuando la crfa esta sahendo del ca
nal del parta, la madre pu ede agacharse
y guiar su salida, ap roxim andala a su
pecha. En
mu
chas acasiones, la ma
dre quita las mucos idades de la boca y
nariz de la crfa para qu e pu eda respi
rar. Ademas, en el momenta de la ex
pulsi6n, las crias vienen can fuerza
sufi cie
nt
e para participar de fanna ac
tiva en su propio nacimiento. Una vez
que las manos quedan libres, pueden
agarrar el cuerpo de su madre y salir
par sf mi smas.
Si las crias humanas sa
li
eran de cara,
el parto seria mucho mas sencillo para
la madre. En cambio, las modificacio
nes evolutivas de
la
pelvis humana que
nos permiten caminar de forma bipeda
obligan a la mayoria de las c
rf
as huma
nas a salir can la nuca apoyada en el
pubis, mirando en direcci6n a la madre.
Par este motivo, es mu y diffcil para la
parturienta este agachada, se
nt
ada
a acostad poder as istir a s
us
crias
cuando estan naciend
o.
Esta situaci6n
hace prac
ti
camente imp
os
ible que la
madre pueda ay ud ar a respirar a los re
cien
na
cidos, quitar el co
rd
6n umbil ical
del cue
ll
o e incluso acerear los bebes a
los pechos . Si
la
madre tratase de ace
lerar el nac imiento cogiendo al recien
oacido y g
ui
ar su salida. se correrfa el
riesgo de doblar la espa
ld
a de la cr
fa
en
direcci6n contraria a la eurva natural de
la columna. Poner la espalda de un re
cien nacido en ese ang
ul
o podria pro
vocar danos en su columna vertebral ,
eo sus nervios y eo sus mu seulos.
En los humanos co
nt
e
mp
oraneos la
soluci6n a estas difi cultades es la bus-
E
VO
LU l NHUMANA
queda de
as
istencia dura
nt
e el parto.
Pu
ede consistir en el auxili o de
un
obs
tetra, una comadrona
0 un
mi emb ro ex-
pe
rto de la fa mili
a;
pero esta asistencia
ay ud a a la madre a real izar todD aque-
0 que las mo
na
s
ha
cen por si
mi
smas
y puede comp ensar l
as
limitad
as
ca
pa
cidades mo
tri
ces de las crfas. L
as
ven
taj
as
que o frecen ha sta l
as
form
as
m
as
simples de ayuda durante el pano han
reducido la m
or
tal idad de las ma
dr
es y
de l
as
crias a 10 largo de la hi sto
ri a.
Parto
asistido
Par s
upu
est
o. nu
estras antepasadas e
incluso las mujeres ac tuales pueden dar
a luz can ex
il
O
si
n ninguna ay ud a. No
fa
ltan en la literatura relatos novelados
de campesin
as
pariendo solita
ri
as. ima
genes que han
ca
lado en la idea popular
de la fac
ili
dad del p
ar
to. Pero los antro
p610gos que han es tud
ia
do el nacimien
to en culturas de todo el mundo senalan
10
infundado de tal creencia; en los hu
man os el parto rara
ve
z es facil y pocas
veces se pro
du
ce s
in
asistencia. Hoy en
di
a,
la mayorfa de l
as
mu
jeres de todas
las sociedades se valen de otros. lnclu
so entre los
Kun
g del sur de
Af
rica, en
el desierto del Kalahari , que
favo
recen
cultural mente el parto en solitario,
la
s
mu jeres no dan a luz sol
as
h
as
ta que
han alumbrado
va
rios hijos can la pre
sencia de sus madres, herman
as
u otras
mu
je
res. De esta fo rma, y aunque exis
ten algunas excepcion es, el parto as isti
do es una costumbre casi
uni
versal.
Teniendo esto en cuenta, y con la
op
ini
on de que esta costumbre se debe
a las dificultades y riesgos que aco m
pa iian al parto humano, pensamos qu e
1
LOS HUM NOS N CEMOS
on
la
cara
mirando
hacia
atras y
con
la parte
posterior de
la
ca-
beza apoyada en los huesos del
pubis materno. Por
tanto,
es
di
ficil para la madre
guiar
al
re-
cien acido en su salida del
ca-
nal del
parto (la abertura
de
la
pelvis
femenina) sin ayuda.
las comadro n
as
no so n exclusivas de
los humanos contemponineo
s,
s
in
o que
hunden sus rafces en nuestros antepa
sados.
De
acuerd o can
nu
estras pro
pias
investigaciones, l
as
comadron
as
surg i-
dan hace un os cinco millones de anos.
cuando la aparic i6n del bipedismo re
d
uj
o el tamafio
y
cambi6
la
form a de la
pelvis y del canal de l
pano
.
Obviame
nt e.
lin co
mp
ortamie
nt
o tan
co
mplejo
co
mo el que rodea al alum
br amiento no fos
ili
za, pero si los hu e
sos de la pelvi
s.
EI a
ju
ste estrec ho que
existe entre el tamano de la cabeza de
la crfa y el canal de l pa
no
de la ma
dr
e
en los humanos permite reconstruir el
meca
ni
sme del parto si se conocen sus
respecli vos tamanos. Grac i
as
al regis
tro f6s
il
,
no
s es
fa
miliar
la
anatomia de
la pelvis en bastantes periodos, y po
demos estimar el tamano del cereb
ro
y
del craneo de l
as
crias basandonos en la
amplia mu estra de tamaiios de cnineos
ad ult
os.
(Los craneos
de
infantes. mu y
delicados, no se conservaron en buenas
cond
iciones h
as
ta que
los
humanos em
pezaron a enterrar a sus mu ertos. hace
100.000 anos.) A traves del tamano y la
fo
rma de los cnineos y de las pelvis po
demos detenninar si los r
ec
ien nac idos
emergian mirando hacia adelante 0 ha
cia atras, y comprobar cllan di fici l pue
de resultar pariI'.
Marcha
bipeda
En los humanos ac tuales el biped is
mo y los cerebros grandes con
ve rgen
para
co
mplicar el pm10. No obstante,
el cambio fundamental respecto a la
forma del parto de los primates no hu
manos se debe a
nu
estro tipo de loco-
85
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 78/88
2.
EN lOS MONOS el nacimiento de la eria On la cara hacia adelante permite que la madre pueda
intervenir y guiarla fuera del canal del parto.
Induso
puede eliminar las mucosidades
de
la cara
del recien nacido
para ayudarle a
respirar
.
moc i6n bfpeda Es ta forma espec ial de
desplaz
ar
se apareci6 en los primeros
anL cpasados de los hum anos, en el
ge·
nero u
stra/opirh
e lls h
aee
unos e
ua
-
tra mill ones de a ii.os
[vease
Evo
lu
c ion
de
la marc
ha
humana por
C
O
wen
Lovejoy; [
NVEST
IGAC I6N Y C
lENC
IA,
enero
19
89]. A pesar de su postura er
guida. los australopitecinos tenian poco
mas de un metro de altura y sus cere
bros superaban s610 ligeramente los de
los c himpances
actuales.
Los
desc ubri
mi
enlos no aclaran que especie de aus
tra iopitecino dio Ju
ga
r a l genera Homo
S in embargo, sigue sie ndo importante
co
mpr
ender la forma en la que daban a
luz, porque en espec ies e
mp
arentadas
la l
oco
moci6n bfpeda limita de m
odo
parejo el tamana maxi mo de la pelvis y
del canal del paTio.
Para es te perfodo cronol
g
ico, la
anatomia de la pelvis de la hembra se
co
noce gracias
ados
f6s
il
es bastan
te
co
mpleto
s.
EI primero, STS
14
con
2,5 millones de a
ii
os de antigiiedad,
ru
e desc ubie
rt
o en Sterkfontein, un ya
cimiento en la reg i6n sudafricana de
Transvaal.
EI
segundo
co
rresponde a
Lu cy
un f6sil desc ubie
rt
o en la zona
e
tf
ope de Hadar y datado en un os tres
millones de afios de an
li
gtiedad. A par
tir de l estudio de es tos dos especfme
nes y de las estimaciones del lamano
del cran
eo
de los n
eo
natos, C. O
we
n
Lovejoy, de la Unive rs
id
ad eS latal de
Kent y Robe rt G. Tague, de la de Loui
siana, afirm aban a med iados de los
anos ochenta que e l pa
rt
o en los prime
ros homfnidos
dif
eria del
co
nocido en
el resto de primates actuales.
EI
ca
nal del
PaJ10
de los australopi
tecinos tiene forma de 6valo aplastado
ca
n la dimensi6n mayor orientada de
lado a lado, tanlo en la entrada como
en la
sa
lida. Esta geometria requie-
86
re que el mecanismo de l parto difiera
del de los monos, simios a humanos.
La cabeza no podia haber rotado en el
inte
ri
or de l canal, aunque nosotros pen
sa
mos que, para que los hombros enca
jase
n mejor en ese trayecto, la cabeza
deberia haber girado al
sa li
r. En olras
pa labras, si la
ca
beza de la cria al entrar
en el
ca
nal del parto 10 hada mirando a
uno de los lados de la madre, los hom
bros estarian orientados del vientre a la
espa
ld a.
Esta pos ici6n inicia l significa
que los hom bros debian girar para aco
modarse a la forma alargada transve
r-
sa lmente del canal del parto.
ES la sencilla rotaci6n introdujo difi
cuhades en el parto de los au
sl
ralopi
tec inos, que n
in
guna especie de prima
Ie habfa lenido anles. Depend
ie
ndo del
lado a l que giraban los hom bros, la ca
beza sa lia del cuerpo de la madre miran
do hacia a
tnis 0
hacia adelante. Debido
a q ue e l canal del parto de los auslralo
pitec
in
os
dib
uja una
fo
rma e liplica si
metrica. sin variaci6n en su reco rrido,
e l feto po
di
a gir
ar
libremente los hom
bros hacia adelante
0
hacia aWis de su
cuerpo, te
ni
endo un 50 p
ar
ciento de
pro babilidades de nacer en una posi-
ci6n mas ve ntajosa
ca
n la cara miran
do hacia adelante . Si la cria nacfa
co
n
la cara hacia atras, la ma
dr
e australo
p
it
ecina l igu
al
que las madres hu
manas actua
l s
po
dr
ia
haberse bene
fic iado de la prese ncia de algun tipo de
ayuda.
Desarrollo
de
un cerebra
grande
Si el bipe
di
smo tra
jo
suficientes difi
cuhades hasta hace r necesari a la asis
tencia, el crecimiento en el tamano
del cerebro de los hominidos intradu
jo nuevos obstaculos. En la evoluci6n
humana, el mayor tamano del cerebro
de los aduitos y de las crfas aparec ia
co
n pos te
ri
oridad a los australopiteci
nos, en particular en
el
genero
Homo
Escasean pelvis f6siles de los primeros
Hom
o;
e l
in
dividuo mejor
co
nservado
es el esqueleto del muchacho del Thr
kan
a
un adolescente de hace 1,5 millo
nes de anos, procedente del yac imiento
de Na
ri
okotome (Kenia). Se admite que
los adultos de la espec ie a la que peTle
nece este muchacho te
ndr
ian el doble
de tamaiio cerebral que los australopi
tec
in
os, si bien repr
ese
ntaria s610 dos
lercios del tamaiio cere
br
al de los hu
manos actuales.
Christopher B.
Ruff
, de la Univers i-
dad Johns Hopkins, y
Al
an Walke
r
de
la estatal de Pennsylvania, han recons
truido la pelvis de este adolescente a
pa
rt
ir de frag mentos y estimado el as
pecto que te
ndn
a cuando hubiese
lI
ega
do a la edad adulta. A partir de las
di f
e
rencias entre
la
s pel vis masculinas y las
fe
meninas que
co
nocemos en especies
mas recientes de hominidos, infirieron
c
mo se
rf
a una hembra de esa especie y
la forma del canal del pa
Ti
o. Se
rf
a esta
ovalada y similar a la de los australopi
teci nos. Basandose
en
tales reconstruc
ciones, determinaron que la especie a
la que pe
rt
enece e l muchacho del Tur
kana luvo un mecani smo del parto si-
milar al de los austraiopiteci nos.
En los ultimos anos, se ha
ve
nido so
metiendo a prueba una importante hi
p6tes is que
se
dedu
ce
de la afirma
ci6n de Ruff y Walker: la anatomfa de
la pelvis de los primeros Homo pudo
haber
li
mitado el crecim
ie
nto del
ce
re
bra hasta un momenta de la evo
lu
ci6n
en el que el canal del pa
Ti
o se ex pan
di6 10 suficiente c
omo
para permitir el
paso de una cabeza grande. A tenor de
esa hi
p
tesis, unos cerebros mayores y
pel vis mas espaciosas es taban relacio
nados desde una
per
spec
ti
va evolutiva.
Los individuos que mostraban ambas
caracteristicas tenian mas ex
it
o al
dar
a
lu
z a descendientes que sobrevivian
y heredaban dichas c
ar
acteris
ti
cas. Los
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 79/88
EL PARTO EN DIFERENTES CULTURAS
cambios en la anatomfa de 1a pel vis,
acompanados de la asistencia en el par
to, pueden haber permitido el aumento
espectacu lar del tamano cerebral , que
aconteci6 desde haee 1 mill6n de afios
has
ta
hace 100.000 anos.
Los f6siles que cubren los ultimos
300.000 anos de la evoluci6n humana
respaJdan la conexi6n entre el aumento
del cerebro y los cambios en la anato
mia pelviana. En los ultimos 25 anos,
se han descubierto tres f6si les de pel
vis pertenecientes a
Homo sapiens
ar
caicos: un individuo masculino de
ma
s
de 200.000 anos procedente de la Sima
de los Huesos en la Sierra de Atapuer
ca (Espana), una mujer de 280.000
anos de antigtiedad hallada en Jinniu
s-
han (China) y una pelvis de un indi
viduo masculino neandertal (tambien
considerado o
o sapiens
arcaico) ,
de 60.000 anos de antigtiedad, pro
cedente de Kebara (Israel . Todos es
tos especfmenes presentan el canal del
parto retorcido
como
el de los huma
nos actuales; por 10 tanto, sus cfias,
dotadas de grandes cerebros. efectua
ban muy probablemente la rotaci6n de
la cabeza y de los hombros en el canal
de l parto y nacieron con la cara miran
do
a la madre, un gran problema
qu
e
debian afrontar las parturientas para
dar a luz con eXilO.
EVQLUCI6N HUMANA
La triple dificultad de recien nacidos
con grandes cerebros, una pelvis dise
nada para la locomoci6n bipeda y un
parto rolacional en el que la crfa emer
ge can la cara mirando hacia atnis no
es asunto de interes menor. La selec
ci6n natural debi6 favorecer la exi
s-
tencia de una conducta de busqueda de
ayuda durante el parte, pues esta asis
tencia permitfa superar las dificultades.
Sin embargo, las madres no s6 10 busca
ban ayuda al preyer los riesgos de dar
a lu z. Con mayor probabilidad el dolor,
e l miedo y la ansiedad les condujeron a
desear compaOfa
y
seguridad.
Los psiquiatras afirman que la selec
ci6n natural pudo haber favorecido ese
tipo de emociones - tam bien comu
nes durante las enfermedades y las le
siones - porque eso pro voca que los
individuos que sufren estas experien
cias busquen la protecci6n de compa
neros, que les proporcionan una ma
yor probabilidad de sobrevivir ve se
E
voluci6n y orfgenes de la enferme
dad por Randolph M. Nesse y George
C. Williams; INVESTIGACI6N y Ct
EN-
CIA, enero de 1999]. Los descendien
tes de los supervivientes tendrfan una
mayor probabilidad de experimemar
este tipo de emociones durante los mo
mentos de enfermedad y dolor. Tenien
do
en cuenta la ventaja evo lu tiva que el
miedo y la ansiedad pueden aporta no
sorprende que las mujeres sientan es
tas emociones durante el parto.
Las mujeres actuales suman un do
ble legado evolutivo: la necesidad de
asistencia ffsica y el concurso del auxi
lio emocional. Cuando Sophia Pedro
dio a lu z en un 'rbol rodeada de una
lI
anura inundada, pudo hab
er
conta
do con ambos tipos de apoyo.
En
una
entrevista, algunos meses despues de
su rescate, explic6 que su suegra, que
tambien estaba
can
ella en e l Mbol, Ie
ayud6 durante el parto. La
bU
squeda de
eSle tipo de asistencia puede ser tan an
tigua
como
la propia humanidad.
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7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
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E
canib
al
ismo nos impresiona.
repugna y fa scina a partes igua
les, se trate de relalos de explo
radores hamb
ri
e
nt
os, de COI1
fesiones de supervivient
cs
de
accidentes
ae
reos que se
l utr
en de sus
congeneres muertos 0 descripciones de
ritos practicados e n Papua Nueva Gui
nea. Represe
nl
a
un
o de los ultimos la
bti
es
de las sociedades occiden tales y
una costumbre asociada a
al
ras cul tu
ras, a atras ticmp os y
l
alras
lu
garcs.
Hasta haee poco, los elementos recaba-
dos desde haee va ries siglos eran har
to confusos e
inco
mpletos para podcr
afirmar que nun
ea se
dio tal prac
li
ca . 0,
por el
co
ntrario, que se rea
liz6
en tal si
tio y du ranle tal perfodo por la l 0 cual
mo ti vo.
Va
ri
as
in
ves ti gacion
es
han sacado a
la luz la v
erdad
sa bre e l ca niba Ji smo.
Mucha antes de la in venc i6n de la mc
ta lurgia, ant
es
de la
co
nstrucci6n de las
piramides de Egipto, an tes de la apa ri
ci6n de la agricultura
0
del urte rupestre
pal
eo
lftico,
se pr
ac
ticaba
el caniba
li
s
mo en numerosos pu
eb
los y entre ho
mfnidos antecesares llueSlros. Se han
descubierto , por millares, huesos ro
tos y
es
parcidos en puebl os pre
hi
sto
ri
cos del sudo
eS
le de
ES
lados Unidos y
en las isias del P fico. Gracias al per
feccio namiento creciente de las herra
mientas y de los metodos
de
ana
li
sis,
la inves
ti
gaci6n osteo l6g i
ca
y arqueo-
16g ica de tales yac imientos ha aportado
pru
eb
as de la ex istencia
de
un
ca
ni
ba
lismo pre
hi
st6rico.
EI canibalismo humane ha intrigado a
los anlrop61ogos desde hace
Ii
empo, em
pe iiados durante dece
ni
os en estable
cer una clasificac i6n de l fen6meno, p
Ol
eje mplo en funci6 n
de
l sujeto
co
nsu
mido. AS I, el endocaniba
li
smo remite
al consumo de individuos que pe
rt
ene
cen al grupo, el exoca
ni
ba
ii
s
ill
o al de
personas exte
rn
as a l g
ru
po;
par
fin , e l
autoca nibali smo abarca des
de
mo
rd
er
se las
uri
as hasta el autoconsumo indu
c ido mediante tortura. Los antrop6lo
gas
han creado tam
bi
en clas
ifi
cac
iones
en ra
z6
n de sus motivacion
es
pr
es
um
i-
bl es 0 co
nf
esadas. EI caniba lismo en
tre supervivie
nL
es de un acc idente esta
provocado
par
e l hambre. Tal aco
nt
eci6
en la expedici6n Donn
er
Party (cuyos
miembros quedaron ai slados
dur
ante e l
duro inviemo de 1846 a 1847 en Sierra
Nevada) 0 enlre los
ju
gadores de
ru
g
by perdidos en los Andes en 1972, lras
un accidente acreo. Hab lu mos de can i
ba
li
smo ritual cuando los
mi
embros
de
un a familia 0 de una comunidad consu-
90
men a sus mueI 0S en el curso de
ce
re
mo
ni
as funera
ri
as para poder adqu irir
sus cua
lidade
s 0 para honr
ar
su
me
mo
ri a.
POl (iltimo, el ca ni ba
li
s
mo de
tipo
pato l6g ico se re fi ere a los criminales
que
co
nsulllcn a sus vfcti mas
0,
mas a
menudo , se lee apl cado a persona
je
s
de fi cci6n, asf Hannibal Lecter en
I
.,;-
/encio de los co
n/ems
A pesar de estas dis[ in
cio
nes, la ma
yorfa de los a
nl
rop610gos uti
li
za e l te r
mi no
c
aniba
li
smo para designar el
consumo reg
ul
ar, cultural mente admi
tido , de ca
rn
e humana. En la cpoca de
las gra
nd
es exped iciones etnogra
fi
cas,
vale decir,
de
sde el histo
riado
r
gr
i
ego
Herodolo
c.
400
a.c.)
hasla princip ios
de l siglo xx , misioneros, militares y
antrop610gos han
exp
lorado parses re
motos y contado relatos de caniba
li
s
mo alimentario de Ameri
ca
ce ntral, is
las de l Paef
fi co
0 de Africa cenlra l.
Tal
es
descripci
one
s se han visto a
men udo envue
lt
as en la pole mica. De
ben recibirse con cau tela, toda vez que
hasta fi nales del sig lo XIX no empeza
ron a pa
rt
icipar umr
op6
1
0gos
profesio
nales en expediciones de ese tenor. En
1937 el anlrop61ogo As
hl
ey Mo
nl
agu
I\
egaba a afirm
ar
que el ca niba
li
smo
era un mito de ex
pl
aradores .
En 1979 , William Are ns rue mas a
li
a
tras rev isa
l
el reg istro etnogrMico en su
libro
The Mall-Eatillg My
th
.
Este an
lrop61
ogo de
la Universidad estatal
de
Nueva York en Stony Brook negaba
que los testimonios de canibalismo
ri
tual entre aztec as, maorfes 0 zulues ca
rec ie
l
an de
fi
abilidad.
Se reprochaba a los an trop61ogos
que no se limitaran a
ana
lizar poblacio
nes
come
mparaneas e interpretaran los
datos arqu
eo
logicos a la luz
de
los pre
j ui cios
de
la epoca. Los ha
ll
azgos ar
queol6g icos en Europa y olros lugares
des pertaban espec
ul
ac ioncs sin cuento
sobre el caniba
li
s
ll
o. En esc ambie
n-
te, e l esc ril
ar
nortea m
er
ica no Ma
rk
Twain escribfa en 1
871
que doquie
ra se encuenlra un mont6n de huesos
de hombr
es primit ivos y bestias mez
clados j
un
tos, s
in
la mas mini
ma
se rial
que ind ique que el hombre se comi 6 a
los osos 0 que los osos se
co
mi ero n a
los humanos, se reputa, s in e l menor
escrupu lo,
un
a pru
eba
de caniba
li
s
mo, no importa
que
e l
hu ma
ne muri
era
hace dos mi
ll
ones de ailos.
Durante la centuria siguiente, ar
que610gos y antrop61ogos
ff
sicos co
menzaron a considerar canlbales a los
homlnidos
A
lI
srralopifhec/ls ajricclIltls
Homo e
r t I
s y Homo lIeo llde
rr
halell -
si
s De acuerdo con a]gunas interpre
lacion
es
, ha
br
fa existido canibalismo
desde hace tres millones de a rios has
ta epocas muy recientes.
A principios de los ochenta apareci6
un
a
cr ftica
muy dura
co
ntra tal
es
afirma
ciones. EI arque61o
go
Lewis Bin fo rd ,
en su
li
bro
BOles: Ancient Melt and
M
odem
Myths
sos tenia que el supues
to caniba
li
smo
de
los p
ri
meros homfni
dos
ca
reefa de fundarnento. Fundado en
el lrabajo de otros prehistoriadores inle
resados en la composici6n, contexto y
modificaciones en las asociaciones de
huesos del Paleo lftico,
Binf
ord subra
y6 la n
ece
sidad de apoyarse en la ex
perimentaci6n y observaci6n de civili
zaciones contempon
in
eas para estudiar
el comportami ento de l pasado en el pre
sente. Su
inHu
yente trabajo combinaba
el esceplicismo con la defensa de l rigor
metodol6gico en los estudios del
ca
ni
ba
li
smo prehist6rico.
Diversidad
de
ritos funerarios
El cstudio de
ca
nlbal
es co
nte
mpora
n
eos
nos seria muy util, pero
es
ta oporluni
dad se ha perdido casi del todo. Hemos,
pues, de abordar el fen6meno desde las
ciencias h
is
t6ricas.
La
arqu
eo
log fa se
co
nvierte asf en el medio principal para
inves
tiga
r la existencia del canib alismo
humane y su extension.
Sin e
mb
ar
go
, una de las dificuita
des que se presentan a los arqu
e6
lo
gos es la
in
creible diversidad de ri
tuales funerarios . Los cuerpos pueden
SCI ente
lT
ados, incinerados, co locados
en andamios, arrojados al agu
a,
deja
dos en troncos de arboles u ofrecidos
a los carrorieros. Los huesos se exhu
man , lavan, pintan, sepuJtan en grupo
o dispersan sobre las pie
dr
as. Los ar
que61ogos
de
manana se las v
er
an y de
searan para reconoc
er
que tipo de pnk -
ti ca f
un
era
ri
a se utiliza hoy en algunas
pa rt
es
de
l
Tib
e t. En efecto, los cuerpos,
descuartizados, se dejan expu
es
tos
par
a
b
ui
tres y olros carnivoros; luego, se re
coge
n los huesos,
se
reducen a polvo,
se mez
da
n
co
n cebada y h
ar
ina,
par
a
ofrecerlos de nuevo a los buitres. Dada
la gran variedad de destinos de los hue-
50S y los cue
rp
os, distinguir el caniba
li
smo de otras prac ticas funera
ri
as pue
de ser bastante dif
fc
il.
Se ha establecido un elenco muy ri
guroso
de
criterios para reconocer la
ex isten
cia
del
ca
nibalismo. Se puede
co
n
fi
rm
ar
esta ac
ti
vidad cuando los pa
trones de procesamiento que se obser
van en los restos humanos son iguales a
TE
M
AS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 83/88
lo s que se observan en huesos de otros
ani males que se
han co
n
su
mido . Lo s ar-
qu
e61ogos vienen apelando desde
ha
ce
tiempo a esta comparaci6n entre restos
humanos y animales encontrados en un
mi smo yacimiento. En su opini6n
la
s
sefiales que muestran los huesos ani-
males y la disposici6n en que se han
dejado indi
ca
n qu e el animal fue sa-
cr
ificado para su consumo. Cuando los
restos humanos son desenterrad
os
en
contextos similares con las mismas se-
fiales incisas el mi smo estado de con-
servaci6n y abandonad
os
de igual ma-
nera podem
os
inferir que nos hallamos
ante un epi sodio de
ca
nibalismo.
Cuando un
mamff
ero devora a
otTO,
suele dejar marcas y estrlas en el es-
qu eleto del animal co nsumido. En
vida los t
ej id
os
bl
a
ndo
s,
co
n
valo
r
nu-
tritivo recubren los huesos de los ma-
miferos. Pero cuando se arrancan los
tejidos quedan en los huesos las mar-
cas de mordeduras y
de
fracturas
que
revelan el procedimiento del agreso
r.
Aha
ra
bi
en cuando los humanos con-
sumen a otros animales dejan en los
huesos algo mas que simples marcas
de dientes pues se han servido de uti-
le
s
de
piedra 0 metal ac tividad
refl e-
jada
en senales de corte de los hue sos.
Po
demo
s ha
ll
ar esas mismas marc as
en los esqueletos humanos que han
side objeto de descuartizamiento.
Para establecer la existencia de ca-
nibali smo humano es preciso desc u-
brir las pislas del proceso
marca
s de
corte machacamientos fracturas a cre-
maciones - asf como 3 presencia de
hu
esos
0
partes de ell os, intactos . En
el interior de los huesos residen lcjidos
de alto valor nutritivo como el cerebra
y
el tUf tano ;
y
s610 pueden extraerse
rompiendo los huesos
10
que deja se-
nales inequfvocas. Cuando ese tipo de
trazas asociadas a la preparaci6n apa-
recen en los huesos de un yacimienlo
podemos pensar en prac
ti
cas canfbales.
2.
EI
APlASTAMIENTO
constituye
uno de
los
sig-
nos del
consumo de
huesos humanos.
En los
huesos canibalizados pueden
observarse
alte-
raciones
de diverso
tipo.
Cuando
estas senales
son identicas a las que nos
muestran
los hue-
sos
de
animales del mismo
yacimiento
los
ar-
queologos
entienden
que los
restos
humanos
se prepararon de identico modo y
por
la misma
razon: para su consumo.
Estos
cinco metatarsia-
nos (parte del
esqueleto
del
pie)
preceden
del
Canon de Mancos
1 mismo
que
los
huesos del
resto
de las ilustraciones; se aplasto el hueso es-
ponjoso
para extraer los nutrientes.
9
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 84/88
Podemos continuar la hip6tesis de un
caniba lismo aliment
ar
io con
O
ro
s
da
tos arqueol6gicos en particular gracias
a restos ani
males
consumjdos en yac
i-
mientos que pertenecen al mismo tipo
de cu ltura.
Es
te
met
oda
co
mp
arativo de scan-
sa en la presencia de di stintos tipos
de trazas sabre el hu
eso y en las prue-
bas
contex
tual
es. Pero la sola presen-
cia de marcas de corte no constituye en
sf
misma
una
prueba concluyen
e
Por
eje mpio los
hu
esos procedentes de
un
cementerio revelarfan inci siones de ba-
yo
neta y l
os cadaveres
diseccionados
en
un
a facultad de medicina senales
de
4 LAS MARCAS
que
se observan en el lado
iz-
quierdo de este fragmento de tibia
humana
se
producen
al cortar
el
tendon y el musculo.
Se
servlan tambien de utiles p r cort r tiras ex·
traer carne 0 separar la
cabeza
del tronco. Con
todo los
arqueologos deben
ser muy
cautelosos
en sus interpretaciones porque
no
toda traza de
corte
indica, por
necesidad un episodio de
cani
balismo, habida
cuenta
ademas, de la diversi
dad
de ritos funerarios.
92
3. MACHACANDO Apartir
del
registro
arqueo-
16gico labemos
que la carne que
rodea
al
hue
so
grasa,
musculo u
otros
tejidos) no es
la
uni-
ca
parte del cuerpo que se
consumia.
A
menudo,
se
rompian
los <raneos y se extrafa el tuetano
de los huesos largos.
En
estos dos ejemplos, con
percutores
de piedra se
hendieron
longitudinal-
mente los huesos del
brazo para
aceeder
al
tue
tano.
corte s
in
que
ni
e n un o oi en alro
caso
se trate de canibalismo.
Con criterios de reconocimiento tan
estrictos no podrian identificarse la
mayorfa de los episodios de canibaljs-
mo
del pasado. Debemos a los etn6gra-
fos la de sc ripci6n de cierto rita canfbal
de Papua Nueva Guinea: los c
raneos
de los
mu
el10s se limpiaban
ca
n sumo
cuidado para extraerl
es
el cerebro. Una
vez secos los cnineos casi intactos se
manipulaban una
y
otra vez con el des-
gaste
co
nsiguiente
de
l
os
salientes. En
ocasiones los pintaban y
coloca
ban s
o-
bre postes para exhibirl
os
como objetos
de culto. Los tejido s blandos, incluido
el
ce
rebro se
co
ns
umian
al principio
de tales preparativos; es dec ir se trata
de un a
pn
1c
tica de canibalismo r
itu
a
l.
Ahora bien si l
os
cnlneos en cuesti6n
se hubieran encontrado en un contexte
arqueol
gico
s in las informaciones
de
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 85/88
que disponemos sobre esa forma de ca-
nibalism
o
no constituirian una prueba
de canibalismo de acuerdo con lo
s
cri
-
teri os en vigor.
Ello
no
obstante y s
in
apartamos
de
criterios
tan restrictivQs
hemo
s de s
cu-
bierto iodicios
de
canib alis
mo en
ya
cimient
os
mas an tiguos. La s mejore s
indicaciones de canibalismo prehist6ri-
co proceden del registro arqueol6gico
del sud oeste de Norteamerica. Allf se
han encontrado pruebas convincentes
en decenas de agrupaciones de restos
humanos. Tambien se
han hallado
tes
tim onios s61idos de esa pn\ctica en la
Europa del Neoli
ti
co y de la Edad
del
Bronce.
En
la cueva de Fontbregoua
en el Var por ejempl
o. n u
so el y
a-
cimiento e
uropea
mas antiguo que ha
proporcionado restos humanos contie-
ne iodicios de canibalismo.
Los primeros c nib les
europeos
EI yacimiento paleoantropol6gico mas
importante de Europa se encuentra en
el
norte de Espaiia
en
l
as
laderas de la
Sierra de Atapuerca. Las actividades
humanas
prehis
t6rica
s
en
las
cuevas
de
esta sielTa formaron innumerables ya-
cimientos, pero
el mas
antiguo coooci
do es la
Gran
Datioa,
en
curso
de
exca
vaci6n en la actualidad. EI equipo que
alii trabaja ha recuperado las pruebas
de
un
a ocup ac ion humana de hace unos
800.000 anos protagonizada por
omo
nte esso
r
una
nue
va
especie antepa
sa
da de los humanos. Los huesos de
hominidos de uno de los niveles
del
sedime
nt
o que rellena la cueva apare
ce
n mezc lados can instrumentos
Htic
os
y otros
re
stos de animales prehist6ri
cos cazados (como el ciervo, el
bison-
te y e l rinoceronte). e
han re
cupera
do 92 fragmentos de huesos humanos
pe
rt
enec ientes a
se
is individuo
s.
Estos
ti
enen
in
confundibles marcas de corte
producidas can utiles lfticos,
in
cluyen
do marcas de despellejamient
o y la ex
tracci6n de came , as como el proce
samiento del
CraneD
y de los
hu
esos
largos para obtener el
tu
etano.
EI
mis-
5. CREM CION . las
areas
oscuras ydanadas de
estas uatro apofisis
mastoides
protuberancia
osea
que hay detras de
la
oreja) indican que
los craneos se quemaron
.
Puesto que la region
mastoidea no esta
recubierta
de
una
cantidad
notable
de
tejido
muscular, la <remacion resul-
ta
mucho
mas intensa
que
en otras partes del
craneo. os patrones de cremadon
demues-
tran la
existenda
de practicas culinarias.
93
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 86/88
mo patron de procesamiento
se
observa
en los huesos de a
ni
males que aparecen
junta
a e lias. Se trata de la prueba mas
an
ti
gua de canibalismo.
A finales del sigla XIX, el palea
antrap61aga craata Dragutin Garjana-
vie-Kramberger descubrfa en el sedi
menta
arenasa
del abriga de Krapina
l
as
res
lOs
de mas
de
20 neandertales
l.
Practicaban el canibalismo los nean
deltales europeos, que vivieron entre
hace 35.000 y
15
0.000 anas?
Esas
hue
sas, ha
ll
a
da
s fragmentadas y desparra
mados, porta ban marcas de
co
rte. Para
nuestro infortunio, las piezas, muy fra
giles, se extrajeron sin las debidas pre
cauciones y se cubrieron
ca
n gruesas
capas de
co
nsolidante que e
nm
asca
ran las trazas posibles de instrumen
tos Hticos y hacen extr
emadame
nte di
ffci l la interpretaci6n. Opinan algunas
que l
as
huesas neanderta les de Krapina
ofrecen indicios c laros de
ca
nibalismo;
otros atribuyen los patrones de fractu
raci6n a las cafdas de blaques del te
cho
de
la cueva, a mordiscos de camr
voros (lobos, hienas, etc.)
0
a ritos
de
inhumaci6n neandertales. Pero
amU
isis
de las huesas de Krapina y de huesas
de Vindija, otra gruta croata que con
tiene restos de neandertales y de fauna
mas recientes, indican que el canibalis
mo
se practic6 en ambas cuevas.
En los ultimos anos, otro yacimien
to neandert
al confinna
el fenomeno.
A
ar
illas del rfa R6dana, en Ardoche,
Alban Defteur, de la Universidad de
Marsella, viene excavando la cueva de
Ma
ul
a-G uercy desde hace mas de un
decenio. Los neandertales ocuparon
el lugar hace aproximadamente unos
100.000 anas. En
una
de l
as
niveles, el
equipo desenterr6 los restos de
al
me
nos seis neandertales (un nino de seis
afios y adultos). La meliculosa exca
vaci6n y recuperacion de Defteur han
proporcionado datos eq uivalentes a la
investigac ion forense
en
un caso crimi
nal. Estab
le
ci6 la ubicaci6n precisa (se
gun las tres dimensiones del espacio)
de cada fragmenta de hu
esa
de
animal
o de neandertaI, de cada pista botanica
y
de cada instrumento ftico. Merced a
esa labor minuciosa, nos ha sido dado
a conocer de que modo
se
esparcieron
los huesos en torno a un h
aga
r que se
apago hace mas de mil siglos.
Ademas, los an
al
isis microscopicos
de los fragmentos 6s
eo
s de neanderta
les y de la fauna han conducido a las
mismas conclusiones que el
equ
ipo es
panal del yac imiento, mas anti guo, de
la Gran Dolina: ciertos europeos del
94
Pal
eo
Hti
co
practicaron el canibalismo.
Mas dificil resu lta determinar con que
frecuencia y bajo que circunstancias.
P
ar
10 que a
la
frecuencia se refiere, pa
rece que no se trataba de episodios ais
lados. Entre los yacimientos mas an
tiguos de Europa s610 uno
co
ntiene
f6siles humanos, y estos fueron cani
balizados. Los dos yaci mientos croa
tas de neandertales estan
separ
ados
por
cientos de gcneracio
ne
s, pero los anali
sis muestran que en ambos se practico
e l ca
ni
ba
li
smo. Y el yac imiento nean
dertal de Maula-Guercy apoya
la
mis
l a interpretacion. Todas los hallazgos
contienen el mis
mo
tipo de pruebas.
As las cosas,
la
mayorfa de los paleo
antrop61
go
s no
se
pregunta si las pri
meros hominjdos eran canibales, sino
que
le
s induja a ello.
iL
En esa
lfn
ea, los descubrimjentos rea
Iizados desde hace 35 afios en yac i
mientos del sudoeste norteamericano
han modificado nuestra opi
ni
on sobre
la cultura de los anasazi , que vivieron,
desde el siglo primero antes de nu estra
era hasta el 1600 d.C. , en la region de
los Four omers en el sudoeste nortea
mericano s ituada entre los estados de
Nuevo Mexica , Arizona, Utah
y Cala
rado). Cu ltivaban el marz y construran
sus aldeas y viviendas en espectacula
res acant i ados. Nos han dejado uno de
los registros arqueo logicos mas ricos y
detailados de
tada
el mundo. Christy
G. Turner
II
, de la U
ni
versidad es tatal
de Arizona, estudi6 en los afios sesenta
y setenta del sig la XX los conjuntos de
huesos humanos quemados y fragmen
tados pertenecientes a yacimientos
anasazi de Arizona, Nuevo Mexico y
Colorado. Un asentamiento tras otro ,
lodos mostraban restos humanos
co
n
marcas reveladoras. Pero en la
hi
storia
mas reciente de los indios pueblo hay
muy pocas pruebas de que el
ca
nibalis
mo
fuera una pnicti
ca
muy extendida,
y a algunas tribus actuales que
se co
nsi
deran descendientes de los anasazi les
molestan las afirmaciones de canibalis
mo entre sus antepasados.
La mayorfa de las sepulturas anasazi
presentan esqueletos completos
artk
u
Jados, acompanados de vasijas de cera
mica decoradas, muy codiciadas por los
furtivos . Segun Turner varias decenas
de yacimientos alojaban restos huma
nos fragmentados y quemados, que evo
can una practica mas comun que la mera
inhumaci6n. A
10
largo de los li ltimos
3
anos el ndmero total de huesos hu
manos recuperados en estos yacimien
tos se cuenta por decenas de mile
s.
Co
n'esponden a individuos repartidos por
decenas de miles de kil6metros cuadra
dos del sudoeste norteamericano y abar
can 800 anos de prehistoria. Por ejem
plo, el conjunto de la cultura anasazi que
analice hace quince afios
en
el ca fi6n
Mancos (sudoeste del estado de
Co
lo
rado) cOOlenfa 2106 fragmentos de hue
sos de como minimo 29 indios norteame
ricano
s:
hombres, mujeres y ninos.
Estos conj untos 6seos han aparecido
en diferentes asentamientos, desde al
deas hasta ciudades. Datan, a menudo,
de la misma epoca en que se abandona
ron los asentamientos en cuesti6n. Los
huesos presentan indicios de haberse
quemado
la ca
rne antes de retirarla. De
10 observado se desprende que se ex
trara el
ce
rebro y rompfa los huesos de
las extremidades para obtener el tueta
no despues de
co
rtar los tejidos muscu
lares. Algunos de los fragmentos tienen
pulidos sus extremos, un fen6meno que
se relaciona con el cocinado en vasijas
de
ce
ramica. Los fragmentos de hue
so humanos de Mancos muestran mo
dificaciones iguales a las dejadas por
los anasazi cuando preparaban la caza
(el ciervo
0
las cabras de las Montanas
Racosas). Las pruebas osteol6gicas de
muestran que los humanos fueron des
pe
ll
ejados y
cac
inadas, extrafdos los
museu los, rotas las articulaciones, frac
turados con yunques y martillos de pie
dra los huesos largos y aplastado el
tejido esponjoso de los huesos; los frag
mentos se cocieron luego en vasi
jas
de
ceramica. Pero esos resultados han si
de
abjeto de polemica. Sin embargo, la
oposici6n a las interpretaciones de ca
nibali smo parece mas abjeto de la
po-
Ift
ica que de
la
ciencia. Para numerosos
paleoantrop61agas el canib
al
is
mo co
ns
tituye una practica tan reprobable, que
rechazan las pruebas.
En otono de 2000 Richard A. Mar
lar
y
su grupa, de la facultad de me
dicina de
la
Universidad de
Co
lorada,
aportaban la prueba mas conv in
ce
nte
de canibalis
mo
en los
yacim
ientos ana
sazi del sudoeste de Norteamerica. Ex
cavaron en tres fosas anasazi, fecha
das en e l 1150 d.C., pertenecientes al
yac imiento de Cowboy Was
h,
cerca de
Me
sa Verde, en el sudaeste de
Co
lora
do
. Encontraron el mismo patr6n que
habra side documentado en otros yac
i-
mientos (asf, el de Mancos): huesos hu
manos desarticulados, rotos y disper
sos, s in indicios de sepulturas. Gracias
TEMAS
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 87/88
D ESCRIPCIONES HIST6RICAS
EVOLUCl6N HUM
ANA
EN
ELSUCEDERSE DE LDS SIGLOS los relatos et-
nograticos han venido consignando pr kticas de
canibalismo en diferentes partes del mundo AI-
gunas descripciones recogen
la
observaci6n di-
recta pero a tras cont d s po r exploradores mi-
sioneros. viajeros y sold do s me recen muy poca
credibil i
d d
. Estas d
os
creaciones art ist icas pin-
tan el canibalismo
impu
esto por la ham bruna
que
padecio China a finales del siglo X X y una vi-
sion europea del canibalismo
en el Nu
evo Mun-
do a partir de un grabado en m adera de 1497).
Aunque
ca
r
eee
n de solidez con trastada podrian
orientar futura s excavaciones arqu eol6gicas.
9
7/23/2019 Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos
http://slidepdf.com/reader/full/revista-investigacion-y-ciencia-temas-44-hominidos 88/88
BIBLIOTECA
SCIENTIFIC
AMERICAN
L
DIVERSIDAD
HU
M N
Un volumen de 22 x 23,5 cm
y 179 paglnas, profusamente lIustrado
en
negro
y en
color.
LA DIVERSIDAD HUMANA
En La
diversidad
humana
Richard Lewontin
nos mueslra que no hay dos individuos iguales.
Fuente de esa diversidad es la interacci6n entre
las diferencias ambientales, asf como enlre estas
y los acontecimientos aleatorios que se producen
durante el desarrollo. Excepci6n hecha de
los gemelos identicos, las personas divergen entre
sf en multiples genes, por
1
que no cabe hablar
a Sil excelente conservaci6n, la cu ida
dosa excavaci6n
y
un muestreo riguro
so, se pudieron realizar los oportunos
analisis qufmicos y encontrar pruebas
direc tas de can ibalismo hum ano.
EI
equipo
de
Marlar hall6
en una va-
sija de ceramica res
to
s de
rni og
lobi-
oa humana una protefna preseote en
el
coraz6n y en los mu
scul
os)
,
1 que
indicaria la coccion de carne humana
en el cacharro. Ademas, en un copro li
to humano (res
t
os fecales
fosilizados)
no calcinado, recogido en unos de los
fagooes de estos asentamientos aban
donados , se encontr6 tambien mioglo
bina humana.
En resumen, los datos osteol6gicos,
arqueol6gicos y bioqufmicos indican
que
el caniba l ismo prehist61co ocurri6
en Cowboy Wa sh. La info nnaci6n bio
qufmica del proceso y consumo de le
j idos humanos proporciona importantes
pruebas adicionales a los descubrimien
tos
os
t
eo
l6g i
cos
y
arqueol
6g
i
co
s del
sudoeste.
Causas
del
canibalismo
Es mucho mas diffcil conocer las cau
sas del canibalismo que establecer su
existencia.
EI
hombre come ante el es
tfmulo de l h
ambre.
i.C6mo saber si
el
canibali smo representaba un medio
de
s
ub
sis
ten
cia 0
de de
sha
cerse
de los
enemigos? Ni siqu
ie
ra en e l caso de los
anasazi, objeto de numerosos estudios,
puede detenninarse si el canib lismo
fue el result do de l
hambre
, de rituales
fu
nerarios 0 de la combinaci6n de es
tas u otras razones. CuaJqu iera que fue
ra la c usa, el canibalismo fa
nn
a parte
de nuest ro pasa
do
colect ivo.
BIBLIOGRAFIA
OMPlEMENTARIA
DOES MA
N EAT M
AN?
INSIDE THE GR
EAT
CANNIBALISM CONTROVERS
Y.
L. Osbor
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CAL
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la en
m
erican Journal
of
Ph
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thropology vol. 110, paginas 215-241;
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