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Historia Movimiento Obrero Argentino 1880-1912
El panorama detrs de Paz y administracin
Tras la federalizacin de la ciudad de Buenos Aires hacia finales del gobierno de Avellaneda el
proceso de centralizacin del poder sera continuado por Julio A. Roca. Este joven militar de origen
tucumano haba logrado alcanzar el poder con el respaldo de alianzas regionales materializadas en
el Partido Autonomista Nacional[1]. El nuevo presidente proseguira el proceso centralizador a lo
largo de su mandato en un contexto de prosperidad econmica resultante de la gradual
consolidacin del modelo agroexportador. En cuanto a lo poltico el nuevo rgimen iniciado por
Roca se desenvolvera en un marco de exclusin y de fraude electoral que slo posibilitara el
acceso a los cargos ms importantes a sus seguidores ms directos[2]. Esas caractersticas del
sistema poltico estaran lejos de representar la Repblica Verdadera alberdiana y se acercaran
ms a su Repblica Posible. Sin embargo detrs de la pacificaciny estabilidad poltica
propugnada por el lema roquista de Paz y administracin tendran lugar numerosos debates
legislativos en los que se definiran los rasgos del nuevo rgimen y de los que resultaran
opositores a la poltica emprendida por el mismo[3].
Al mismo tiempo el gobierno de Roca tambin deba incentivar el proceso inmigratorio a fin de
robustecer el crecimiento econmico, que ya se encontraba en marcha, con la afluencia de
contingentes de trabajadores que complementaran la poblacin activa argentina. Desde
mediados del siglo XIX que los intelectuales que proyectaban la organizacin nacional haban
catalogado a la inmigracin como un elemento indispensable para el progreso*4+. De esa
manera haca 1880 ya haban llegado miles de inmigrantes que se concentraran principalmente
en los ncleos urbanos del Litoral, como Buenos Aires y Rosario, en donde las obras del proceso de
urbanizacin y de comunicacinemprendidas mayoritariamente por capitales de origen
extranjero-absorberan gran parte de esa mano de obra extranjera[5]. En una primera instancia los
trabajadores inmigrantes se vincularan por su nacionalidad y as se constituiran las primeras
formas de organizacin como las sociedades de socorros mutuos que auxiliaran al trabajador en
caso de accidente o enfermedad. No en tanto la oleada de trabajadores europeos no conformara
por s sola a una clase obrera; sino que, su formacin estara relacionada con las caractersticas
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que adquiriera el capitalismo argentino en el contexto de expansin del capitalismo en su fase
imperialista a nivel mundial y, adems, en la experiencia que de esa situacin lograra el incipiente
movimiento obrero argentino[6].
La gran influencia que haba logrado la figura de Roca llevara a que al finalizar su mandato pudiera
emplazar como candidato presidencial a quien fuese capaz de proseguir con el rgimen restrictivo
en lo poltico y pseudo liberal en lo econmico que l haba inaugurado. El elegido sera Miguel
Jurez Celman.
El perodo presidencial de Jurez se iniciara en 1886 y se caracterizara por un endeudamiento
sistemtico y una directa relacin con los capitales extranjeros, particularmente ingleses. Adems
a partir de la sancin de la ley de los Bancos Garantidos el gobierno recurrira asiduamente a la
emisin monetaria a fin de solventar el dficit pblico[7]. Esta medida tendra como resultado una
gradual desvalorizacin del peso papel y una creciente prima del oro que favorecera a los grandes
terratenientes cuyos ingresos se materializaban en oro; y no as los sectores obreros urbanos que,
en la segunda mitad de la dcada de 1880, creceran abruptamente como consecuencia de la
masiva inmigracin[8].
Las caractersticas restrictivas del rgimen poltico vigente imposibilitaban tanto la participacin
de diversos grupos que previamente haban intervenido activamente en la escena poltica como la
posibilidad de algn grado de participacin del incipiente movimiento obrero; esto sumado a la
oposicin de los sectores vinculados a la Iglesia, que se posicionaban contrarios a la poltica
anticlerical emprendida desde el gobierno de Roca, y al rechazo que generaba un sector de la
oligarqua estrechamente relacionado con el capital extranjero internacional desembocaran en
una crisis que combinara aspectos econmicos, sociales y polticos.
Crisis de 1890: Emergencia de problemas sociales, econmicos y polticos
La creciente oleada inmigratoria de fines de la dcada de 1880 pondra un lmite a las expectativas
de ascenso social que traan los trabajadores extranjeros; ya que aquellos llegaban a un pas en
donde se fomentaba la inmigracin con el objetivo de intensificar el crecimiento de la produccin
agropecuaria pero en el que predominaban los grandes latifundios y en donde no se vislumbraba
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la posibilidad de acceso a la tierra. Esta situacin llevara a la concentracin de inmigrantes en los
centros urbanos y a su movilidad geogrfica que dependera de la localizacin de la demanda de
mano de obra vinculado en muchos casos a los ciclos agrcolas[9]. En esta etapa en donde los
sectores obreros urbanos eran de origen mayoritariamente extranjero haran su aparicin
diferentes organizaciones que reuniran a trabajadores por su nacionalidad y que propagaran los
ideales del anarquismo y socialismo[10]. Estas agrupaciones seran los antecedentes de lo que a
fines de la dcada de 1890 seran el Partido Socialista y las corrientes anarquistas. Ambas se
disputaran la influencia sobre el movimiento obrero en el perodo de su formacin.
Al mismo tiempo el ao de 1890 fue testigo de una gran crisis econmica en la cual se
evidenciaran los lmites del crecimiento econmico, la fragilidad del sistema monetario y
financiero argentino, y la gran dependencia de los flujos de capital extranjero que se haba
generado en los ltimos aos como consecuencia de los recurrentes emprstitos del gobierno
juarista[11]. La imposibilidad de continuar con el pago de los servicios de la deuda conducira al
estallido de la crisis. Asimismo esta crisis econmica tambin tendra su correlato en lo poltico ya
que los grupos que haban sido excluidos de la escena poltica desde la llegada de Roca a la
presidencia, y los que se tornaran opositores al rgimen imperante, como la Iglesia, confluiran en
un levantamiento que rechazaba al rgimen roquijuarista y pugnaba por el sufragio universal
como una forma de depurar el sistema institucional[12]. A partir de esa crisis la oligarqua
gobernante debera tener en cuenta la oposicin que debera enfrentar. Desde ese momento la
Unin Cvica Radicalsurgida en 1891 producto de la escisin de la Unin Cvica- y su abstencin
revolucionaria constituiran una amenaza al rgimen restrictivo oligrquico que, en los ltimos
aos del siglo XIX y en los primeros del prximo, tendra que afrontar adems al Partido Socialista
y las numerosas movilizaciones obreras que socavaran paulatinamente los cimientos de ese
rgimen[13].
Nuevo siglo: Hacia la apertura democrtica
En los primeros aos del siglo XX parte de la oligarqua gobernante se inclinara a favor de realizar
una serie de reformas a fin de apaciguar la amenaza revolucionaria de los radicales y de incluir a la
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fraccin ms conciliadora del movimiento obrero[14]. Sin embargo, su poltica oscilara entre la
represin y la conciliacin.
La primera huelga general de 1902 constituira un punto de inflexin en el movimiento obrero
argentino; ya que la huelga iniciada por los gremios portuarios que ms tarde se convertira en
general, pondra a la organizacin obrera en el centro de las preocupaciones de la oligarqua
dominante que no podra ocultar, aunque lo intentara, la existencia de una cuestin social.
Adems esa huelga agudizara las diferencias al interior mismo del movimiento obrero que giraban
en torno a la utilizacin de la huelga general como forma de lucha: los anarquistas la consideraban
fundamental, mientras que los socialistas optaban por el camino de la participacin poltica.
Frente a la huelga general de 1902 el gobierno tomara una medida represiva sancionando la Ley
de Residencia que dispondrala expulsin del pas de los agitadores extranjeros.
Las diferencias entre las organizaciones obreras de distintas corrientes ideolgicas no se limitaran
a su posicin respecto de la huelga sino que antes las polticas de conciliacin provenientes del
gobierno los socialistas seran proclives a evaluarlas y en algunos casos aceptarlas, y los
anarquistas las rechazaran completamente.
En 1909 ante la masacre perpetrada por las fuerzas policiales a los anarquistas que se encontraban
en las manifestaciones por el da del trabajador hubo una confluencia entre socialistas y
anarquistas que declararon la huelga general en repudio a esos funestos hechos[15]. La magnitud
de los mismos llevara a que el gobierno tuviera que aceptar pactar con el movimiento obrero para
levantar la paralizacin general de actividades.
En este contexto la apertura democrtica que lograra la promulgacin de la ley del sufragio
secreto, universal y obligatorio[16] y posibilitara, posteriormente, la llegada del radicalismo tras
triunfar en las elecciones, debe entenderse en el contexto de movilizacin social y rechazo a la
falta de legitimidad del rgimen oligrquico.
Resumen del Libro El Radicalismo Argentino de David Rock
La unin cvica radical desempe un papel decisivo en la presin ejercida sobre la liteconservadora para que promulgase las medidas de reforma (1912). Cuatro aos ms tarde,cuando obtuvo la presidencia (1916), una nueva era se inici en la poltica argentina. El radicalismofue la primera fuerza poltica nacional importante en la Argentina, y uno de los primerosmovimientos populistas latinoamericanos. No obstante, teniendo en cuenta su posterior
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vinculacin con la clase media urbana, interesa recordar que el partido tuvo sus orgenes, en ladcada de 1890, en una minora escindida de la lite; slo despus de iniciado el nuevo siglodesarroll sus rasgos populistas, al convertirse en un movimiento de coalicin entre el sector de lalite e importantes sectores de las clases medias. En los 25 aos transcurridos entre 1891 y 1916pueden sealarse cuatro etapas fundamentales en la evolucin del partido: 1891-96, 1896-05,1905-12 y 1912-16. Su trayecto a lo largo de estos perodos puede contemplarse desde distintasperspectivas: la composicin del partido y el grado de apoyo popular que obtuvo, y,secundariamente, sus caractersticas organizativas y conexiones regionales
Los orgenes del radicalismo (1890-1896)
Hasta 1896 el partido fue conducido por Leandro N. Alem; este perodo coincidi con una sucesinde tentativas de rebelin para derrocar al gobierno. Los orgenes del partido se encuentran en ladepresin econmica y la oposicin poltica a Jurez Celman del ao 1890. En 1889 haba surgidoun grupo organizado de oposicin a este ltimo en Buenos Aires, con el nombre de la Unin Cvicade la Juventud; al ao siguiente, al ampliar su base de apoyo, este grupo pas a denominarsesimplemente Unin Cvica (UC). En julio de 1890 la UC prepar una revuelta contra el presidente
en la ciudad capital, que si bien no consigui apoderarse del gobierno, oblig a aquel a dimitir. En1891, con motivo de las relaciones que deban mantenerse con el nuevo gobierno de CarlosPellegrini, la UC se dividi y as surgi la Unin Cvica Radical (UCR) de Alem, quien en los cincoaos siguientes, hasta su muerte, trat infructuosamente de alcanzar el poder por la varevolucionaria.
El fracaso de la rebelin de julio de 1890 se debi a que a ltimo momento el general ManuelCampos, comandante de los rebeldes, se ech atrs. Asimismo el origen de la UC, de la que saldrael radicalismo un ao despus, no debe buscarse tanto en la movilizacin de sectores popularescuanto en los aludidos sectores de la lite, cuyo papel puede rastrearse en el resentimiento quealentaban contra Jurez Celman, distintas facciones de la provincia de Buenos Aires debido a su
exclusin de los cargos pblicos y del acceso al patronazgo estatal. Este denominador comn deestar excluidos de los beneficiarios del poder y de contar con antecedentes patricios es evidenteen muchos de los manifiestos de la UC.
El ncleo principal de la coalicin estaba integrado por jvenes universitarios, los creadores de laUnin Cvica de la juventud de 1889. Estos no pertenecan a la clase media urbana sino que eranen su mayora hijos de familias patricias, cuya carrera poltica y de gobierno haba sido puesta enpeligro por el sbito giro hacia Crdoba de Jurez Celman en la concesin de favores oficiales.Un segundo grupo integrante de la coalicin estaba formado por varias facciones dirigidas pordiferentes caudillos y que controlaban la vida poltica en la Capital Federal y en gran parte deBuenos Aires. Eran "polticos en disponibilidad" unidos por el rasgo comn de no tener cargosoficiales. Cabe distinguir entre ellos dos subgrupos: uno, conducido por el general Bartolom
Mitre, representaba a los principales exportadores y comerciantes de la ciudad de Bs.As.; el otro,era liderado por Leandro N. Alem, y contaba con el apoyo de cierto nmero de hacendados,aunque el propio Alem era un caudillo urbano cuya reputacin poltica provena de su habilidadpara organizar a los votantes criollos en las elecciones.
En tercer lugar haba algunos grupos clericales enfrentados con Jurez Celman a causa de ciertasdisposiciones anticlericales que se haban adoptado recientemente, la principal de las cuales era laley 2393 de Matrimonio Civil. Finalmente la UC contaba con algunos adherentes entre los
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"sectores populares" de la Capital, sobre todo pequeos comerciantes y dueos de talleresartesanales. Pero la presencia de este ltimo grupo no impeda que el movimiento estuviesefirmemente controlado por los elementos patricios, a quienes los catlicos y los grupos de clasemedia les estaban subordinados.
Esto se reflej tambin en la posicin de la UC en materia econmica. Aunque intent capitalizarpolticamente los efectos de la depresin y las crisis financieras de los sectores urbanos, lo quems la inquietaba era la forma en que la depresin haba puesto de manifiesto las prcticasmonoplicas de Jurez Celman en la distribucin de los crditos agropecuarios.
Lo novedoso de la UC radicaba en su tentativa de movilizar en su favor a la poblacin urbana. Detodas formas el apoyo popular con que contaba la UC era en extremo incierto y no logrestablecer una base institucional. El mpetu con que los grupos patricios procuraron crear unacoalicin popular se estrell contra la tibia respuesta de los habitantes de la urbe. Siendo tan dbilel desafo planteado por la UC, la revuelta de julio fracas, y en vez de producirse grandes cambiosqued abierto el camino para que la solucin viniera por va de un simple ajuste de la distribucindel poder dentro de la lite. Luego de la cada de Celman, el nuevo presidente, Pellegrini, se
agenci la buena voluntad de los grupos influyentes de la UC mediante el simple expediente deasignar de otra manera los cargos pblicos. Mitre, por ejemplo, qued muy satisfecho con unasolucin de esa especie.
Fue en ese momento que vio la luz la UCR (1891). Alem y sus partidarios se vieron excluidos delplan de Pellegrini y por consiguiente forzados a continuar su bsqueda de sustento popular y deuna base de masas. Alem denunci los acuerdos entre Pellegrini y Mitre, se retir de la UC y seproclam defensor de la democracia "radical".
En los cinco aos siguientes Alem se afan en vano por conquistar apoyo popular y obtener losmedios de organizar una rebelin que pudiera triunfar; pero el descontento del pueblo continu
diluyndose, y sus intentos de ganarse a los grupos de hacendados fuera de Bs.As. terminaron enun virtual fracaso.
A despecho de su pronunciamiento en favor de la democracia representativa, el radicalismo siguisiendo en muchos aspectos un partido tradicional que procuraba apoderarse del Estado pararecompensar a sus adictos.
1896-1905
Durante todo el perodo que se extendi entre la muerte de Alem y 1905, el radicalismo perdiposiciones. Hasta 1900, los sucesos ms destacados fueron, en primer lugar, el surgimiento deYrigoyen como sucesor de Alem y, en segundo lugar, el hecho de que el eje central del partido
volviera a situarse en la provincia de Buenos Aires. Esto tuvo significacin porque cuando elpartido comenz finalmente a expandirse, el grupo de Buenos Aires, conducido por Yrigoyen, lomantuvo bajo su control, incorporando poco a poco a las familias provinciales en una organizacinnacional.
En 1901, al abandonar Pellegrini la cartera del Interior, la oligarqua sufri una nueva escisin; apartir de ese momento hubo indicios de la creciente politizacin de la clase media urbana, y en talcoyuntura el radicalismo emergi otra vez a la superficie.
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Junto con la inquietud despertada en 1901 por el proyecto de Pellegrini de ofrecer lasrecaudaciones aduaneras como garanta subsidiaria a los bancos europeos, aparecieron nuevossignos de turbulencia en las universidades, donde se efectuaron una serie de huelgas-estudiantiles. En la dcada del noventa los estudiantes rebeldes pertenecan a la clase dirigentecriolla; diez aos ms tarde, buena parte de ellos provenan de las familias de inmigrantesurbanos.
Con estas seales ms propicias, Yrigoyen comenz, alrededor de 1903, a planear otra revuelta.Revitaliz sus contactos con las provincias y retom la fundacin de clubes partidarios de la ciudady la provincia de Bs.As. y en Crdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ros.. Sin embargo, eldesconformismo se limitaba todava a ciertos grupos restringidos.
El intento de coup dtat, que se concret en febrero de 1905, represent un fiasco todava mayorque los precedentes, poniendo de manifiesto que si bien los radicales haban conseguido ciertoapoyo militar, los altos mandos del ejrcito seguan adhiriendo al gobierno conservador.
Pero si bien el golpe fall, tuvo vitales efectos a largo plazo. Sirvi para recordarle a la oligarquaque el radicalismo no estaba muerto ni mucho menos: de ah en adelante todos los gobiernos quese sucedieron se vieron asaltados constantemente por el temor de que los radicales entraran enintrigas clandestinas para derrocarlos. El otro efecto positivo es que permiti que el radicalismo sediera a conocer a una nueva generacin para la cual los acontecimientos de la dcada del 90 seperdan en el borroso pasado. A partir de una ignominiosa y total derrota comenz el proceso queculminara con la victoria de Yrigoyen en las elecciones presidenciales de 1916.
Desarrollo de la organizacin y la ideologa partidaria (1905-1912)
Entre el golpe abortado de 1905 y la Ley Senz Pea de 1912 los radicales avanzaron a grandes
pasos en el reclutamiento del favor popular. Esta vez sus organizaciones provinciales y locales nodesaparecieron, como haba sucedido en las revueltas anteriores, sino que comenzaron aexpandirse. En estos aos qued constituido un conjunto de dirigentes locales intermedios, en sumayora hijos de inmigrantes; el grueso de los lderes de clase media del partido, que tendrantanta importancia despus de 1916, se afiliaron entre 1906 y 1912. La mayor parte de ellos eranprofesionales urbanos con ttulo universitario. Asimismo los actos pblicos y manifestaciones delpartido empezaron a contar con buena concurrencia. Hacia 1908 las organizaciones localesdejaron de llamarse "clubes" y pasaron a ser conocidas como "comits". Organizadas antes enorganizaciones clandestinas, se convirtieron luego en organismos de conduccin en la tarea de lamovilizacin popular.
El crecimiento del radicalismo de comienzos del siglo XZX estuvo estrechamente ligado al proceso
de estratificacin social que concentr los grupos dirigentes de alta jerarqua en las clases mediasurbanas dedicadas a las actividades terciarias.
Esta era la diferencia esencial entre la posicin de Yrigoyen luego de 1905 y la de Alem unosquince aos atrs: Alem haba actuado antes de que esta tensa situacin alcanzara un puntocrtico, y su pedido de apoyo estuvo dirigido a los grupos criollos de Buenos Aires, mientras queYrigoyen se dirigi a los argentinos hijos de inmigrantes, empleados en su mayora en el sectorterciario.
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Luego de 1905 los radicales comenzaron tambin a incrementar el volumen de su propaganda. Elcontenido efectivo de la doctrina y la ideologa radicales era muy limitado: no pasaba de ser unataque elctrico y moralista a la oligarqua, al cual se le aada la demanda de que se instaurase ungobierno representativo.
Uno de los rasgos ms destacados del radicalismo a partir de esta poca fue su evitacin de todoprograma poltico explcito. Haba slidas razones estratgicas para seguir as. Como el partidoconstitua por entonces una coalicin, sus lderes no se mostraban muy dispuestos a perder laoportunidad de granjearse adherentes atndose a determinados interese sectoriales. En todas lascircunstancias el objetivo era evitar las diferencias sectoriales y poner de relieve el carctercoaligante y agregativo del partido.
Los radicales no apuntaban a introducir cambios en la economa del pas: su objetivo era, msbien, fortalecer la estructura primario-exportadora promoviendo un espritu de cooperacin entrela lite y los sectores urbanos que estaban poniendo la tela de juicio su monopolio del poderpoltico. Este pas a ser quizs el factor que ms alent a los reformadores de 1912 a interpretar
que la poltica radical no representaba un peligro fundamental para los intereses de la lite, y queel peligro poda disiparse haciendo concesiones en los referente al gobierno representativo.
Hiplito Yrigoyen
La otra novedad importante que puso an ms de relieve el carcter populista que el partido habaadquirido hacia 1912 fue el surgimiento de Hiplito Yrigoyen como lder. La oposicin de Yrigoyena la oligarqua derivaba en buena medida de las frustraciones personales que haba tenido a causade Roca y sus aclitos. Nacido en 1852 era hijo natural de un herrero vasco de la ciudad de BuenosAires. Su carrera poltica se inici en 1873, cuando Alem, que era to suyo, consigui para l elpuesto de inspector de polica en el distrito de Balvanera, dentro de la capital. Sin embargo fue
despedido al poco tiempo, acusndoselo de participar en elecciones fraguadas. Reapareci en1879 como candidato a diputado por la provincia de Bs.As., y en 1880 sus servicios polticos fueronpremiados con un alto cargo en el Consejo Nacional de Educacin. Fue entonces que Roca asumila presidencia y tanto Alem como Yrigoyen se vieron impedidos de obtener cargos oficiales de msalto rango. No obstante, cuando Yrigoyen concluy su mandato de diputado, en 1882, dej lapoltica con suficiente capital como para instalarse como invernador de ganado. Ms tardeadquiri considerables extensiones de tierras.
Para la poca en que se sum a la UC, en 1890, y que comenz a maniobrar con vistas a controlarla UCR, ya tena bastante prctica en las tcnicas usuales de manipulacin de elecciones. Era unrepresentante bastante tpico de los primeros radicales, que aspiraban a crear una coalicinpopular para restaurar su suerte poltica.
Yrigoyen gan prestigio a partir de 1900 de una manera bastante extraa. En lugar de presentarsecomo un poltico callejero que atrae constantemente la atencin pblica, como haba hecho Alem,se hizo fama de figura misteriosa. En su carrera se destaca este rasgo singular: salvo una vez,nunca pronunci un discurso. Pero por otro lado, haca todo lo posible para autoconferirse un airede superioridad; entre sus seguidores era llamado "el doctor Yrigoyen", aunque jams habaobtenido ningn ttulo universitario.
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Su estilo poltico consista en el contacto personal y la negociacin cara a cara. Esto le permiticrear una cadena muy eficaz de lealtades personales.
Hacia 1912, Yrigoyen, que ya tena 60 aos, se haba transformado en un magnfico estrategapoltico. Poco a poco oblig a la oligarqua a conceder la reforma mediante la amenaza derebelin, al par que ampliaba su control del partido gracias a sus condiciones para organizar lasmasas.
El radicalismo se desarroll menos como un partido, en el sentido estricto de la palabra, que comoun movimiento de masas que fundaba su fuerza en una serie de actitudes emocionales.
Estrategia de la movilizacin de masas (1912-1916)
En 1912, cuando los radicales abandonaron finalmente su poltica de abstencin y comenzaron apostular candidatos para las elecciones (...) el partido segua falto de una coordinacin central, y,pese al creciente prestigio de Yrigoyen, tampoco tena suficientes dirigentes que contaran conreconocimiento en todo el pas. El rasgo principal del perodo que va de 1912 a 1916 fue la
intensificacin de la organizacin partidaria.
En este aspecto, la ventaja de los radicales era su vaguedad. El enfoque moral y heroico que tenande los problemas polticos les permiti a la postre presentarse ante el electorado como un partidonacional, por encima de las distinciones regionales y de clase. Todos sus opositores se estrellaroncontra ese obstculo. Haba otros partidos populares, como el Partido Socialista en la CapitalFederal y el Demcrata Progresista en Crdoba y Santa Fe, pero ninguno de ellos pude trascenderlas fronteras regionales en un grado significativo. Fue aqu que Yrigoyen demostr su sagacidadpoltica: luego de 1912 se las ingeni para convertir una confederacin de grupos provinciales enuna organizacin nacional coordinada.
La fuerza del radicalismo estribaba en su organizacin en el plano local y los amplios contactos conla jerarqua partidaria que le ofreca el electorado. Surgi un sistema de "caudillos de barrio". Sibien la Ley Saenz Pea termin con la compra lisa y llana de votos, los radicales no tardaron enestablecer un sistema de patronazgo que no era menos til a los fines de conquistar sufragios. Acambio del voto cada dos aos, los caudillos de barrio -ncleos originarios del Partido Radical-cumplan gran cantidad de pequeos servicios para sus respectivos vecindarios en la ciudad o lacampaa.
El caudillo de barrio se convirti (sobre todo en la ciudad de Buenos Aires) en la figura mspoderosa del vecindario y el eje en torno del cual graba la fuerza poltica y la popularidad delradicalismo. En esta tarea colaboraban los comits, organizados segn lneas geogrficas yjerrquicas en diferentes lugares del pas. Al menos hasta 1916, la pauta ms corriente era que el
comit nacional y los provinciales estuviesen dominados por los terratenientes, y los comitslocales, por la clase media.
Los caudillos de barrio explotaban la gran popularidad de los comits para retribuir a sus adictoscon cargos fundamentalmente simblicos, que podan ser usados para el nmero de adherentes.En 1916 la organizacin partidaria se haba convertido en un eficaz sustituto de un inexistenteprograma poltica bien definido y en un dispositivo conveniente para superar los conflictosobjetivos de intereses entre los terratenientes y los grupos de clase media.
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La actividad del comit alcanzaba su punto culminante en poca de elecciones. Amn de lastradicionales reuniones callejeras, la fijacin de carteles en las paredes y la distribucin depanfletos, el comit se converta en centro de distribucin de ddivas para los electores. En 1915 y1916, los comits de Buenos Aires crearon cinematgrafos para nios, organizaron conciertos yrepartieron regalos de Navidad. Asimismo suministraban alimentos baratos -el "pan radical" y la"carne radical"-.
De todas formas, el partido estaba en gran parte dominado por los propietarios de tierras,conservando as su carcter inicial de la dcada del noventa: era un movimiento de masasmanejado por grupos de alta posicin social ms que un movimiento de origen popular queoperara impulsado por las presiones de las bases. As, aunque los radicales proclamaban elprecepto liberal de la competencia individual, haba en sus posiciones algo de las tradicionalesactitudes conservadoras de jerarqua y armona social.Principalmente como consecuencia de su gran ubicuidad, la UCR gan las eleccionespresidenciales de 1916.
Relaciones entre los propietarios de las tierras y la clase media
Sin embargo, algunos importantes problemas asediaban al radicalismo, el principal de los cualesera la rivalidad entre las distintas facciones que procuraban alcanzar cargos gracias a l. Cuando sesancion la Ley Senz Pea, el propio Yrigoyen se opuso al comienzo a que se abandonara lapoltica abstencionista. La presin para participar en las elecciones provino en buena medida delos grupos urbanos de clase media. Esto plante por primera vez la cuestin de si la autoridaddentro del partido le corresponda a los "viejos" radicales o a los nuevos grupos de clase media.Cuanto ms creca la clase media, ms previsible era que desarrollara intereses propios y estaramenos dispuesta a aceptar posiciones secundarias.
Este problema cobr relevancia en marzo de 1916, durante la convencin realizada por el partidopara designar su candidato presidencial. A la candidatura de Yrigoyen se opusieron muchos de losantiguos adeptos de Alem en el noventa, pero finalmente aquel logr el triunfo explotando lapopularidad de que gozaba en la clase media. Este episodio puso de relieve las friccionesexistentes entre las dos alas del partido, y dej entrever que Yrigoyen ya haba comenzado aapuntalar su posicin apelando a los grupos de clase media.
Aspectos regionales
Existan adems signos de conflicto de tipo regional dentro del partido. Yrigoyenpermanentemente intentaba controlar las filiales provinciales a travs de diversos mtodos. Laimportancia de este problema se puso de manifiesto (aunque no por primera vez) en 1916. Al
quedar constituido el colegio electoral, se comprob que los partidos de Yrigoyen no alcanzaban,por escaso margen, la mayora necesaria. Fue preciso negociar los votos de un grupo de disidentesradicales de Santa Fe, quienes antes se haba negado a apoyar la frmula presidencial del partido.La causa subyacente en la definicin de los santafesinos era que estimaban que el partidofavoreca a los grupos porteos.
El radicalismo en la sociedad argentina: la inmigracin y el capital extranjeroEn 1916 el radicalismo era, un muchos aspectos, una especie de partido democrtico conservador,
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que combinaba la adhesin de los intereses de la lite con un sentido de identificacin de lacomunidad en general. Esto hizo que el plano ideolgico estuviese impregnado de ideaspaternalistas y comunitaristas, que le confirieron la posibilidad de proyectarse como una alianzaentre distintos sectores.
Pese a los indicios de conflictos regionales en sus filas, y aunque slo consigui granjearse lassimpatas de una minora de terratenientes, la UCR se aproximaba bastante a la alianza que losconservadores haban estado buscando entre los magnates de la lite y los profesionales de laclase media, provenientes en gran medida de familias urbanas de inmigrantes. Estos dos actoresprincipales eran coaligados por un tcito acuerdo quid pro quo: los terratenientes queras medidasconservadoras y estabilidad poltica, a cambio de lo cual se mostraban predispuestos a ampliar elacceso de la clase media a las profesiones liberales y a la burocracia. Esto prometa acelerar elproceso de cambio en las universidades y ofrecer una respuesta ms flexible y liberal a los gruposde clase media en la distribucin de los cargos pblicos.
Los radicales haban establecido vnculos con la clase media "dependiente", compuesta en sumayora de hijos de inmigrantes mismos, ya se tratase de los pequeos industriales y comerciantes
o de los obreros. Esto era en parte un reflejo del hecho de que los viejos radicales del noventacompartan los prejuicios culturales de la lite contra los inmigrantes y su agudo temor ydesconfianza hacia los obreros. Ilustraba tambin la forma en que los radicales haban conquistadoadictos en el pueblo.
La pauta general del perodo posterior a 1900 sugera que los grupos de clase media estabanrelativamente contentos con el papel secundario que les haba tocado en suerte en la vidaempresarial. Los problemas se planteaban con los grupos de ms alto status, y fue sobre estos quese lanzaron los radicales principalmente. Digamos, por ltimo, que la posibilidad de establecerlazos efectivos con los inmigrantes tambin estaba desalentada por la Ley Senz Pea, que habaexcluido a estos al derecho al sufragio, dejndolos por consiguiente fuera del sistema poltico.
El lneas generales, las relaciones entre los radicales y los inmigrantes fueron bastante buenas acausa de que gravitaban, de algn modo, en la situacin y en las lealtades polticas de los hijos deaquellos; pero, en ocasiones, cuando pensaban que ello poda beneficiarlos, los radicales no seabstenan de explotar los sentimientos xenfobos latentes de la sociedad nativa.
Finalmente, el radicalismo surgi como el principal movimiento poltico del pas en un momentoen que la economa primario-exportadora ya haba alcanzado la madurez. Los lazos institucionalesy polticos entre el capital extranjero y la lite se haban establecido mientras los radicales sehallaban todava en la oposicin; carecan, por lo tanto, de un contacto organizado con losrepresentantes del capital extranjero, pero no hay razones para que permitan inferirautomticamente que sus actitudes hacia este deban diferir de las de la o oligarqua. Los radicales
no eran nacionalistas en lo econmico; aceptaban y reconocan la dependencia del pas de susconexiones en ultramar para contar con mercados y fuentes de inversin.
El radicalismo era visto como una innovacin, no porque pusiera en peligro el orden establecido,sino porque sus caractersticas organizativas y su estilo poltico estaban en agudo contraste contodo lo que se conoca hasta entonces.Debate sobre los orgenes del peronismo
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A la hora de explicar los orgenes del peronismo, es decir la relacin entre la clase obrera y Pern,existen al menos dos posturas contrapuestas. Por un lado, encontramos la posicin de Germanicuya hiptesis plantea que existe una divisin entre una vieja y una nueva guardia sindical. Estaltima habra sido manipulada por Pern por tratarse de una masa disponible y pasiva compuestapor obreros provenientes del interior del pas sin ningn tipo de experiencia gremial. Por otraparte, encontramos la posicin denominada a veces revisionista que sostiene que el apoyo aPern se debi a que la clase obrera encontr en l la mejor forma de canalizar sus demandas. Eneste sentido, los obreros no constituan una masa inexperta y pasiva, sino una clase activa dotadade conciencia, aunque ms no sea, reformista. En funcin de esta caracterizacin es posibleagrupar a diferentes autores que abordaron la temtica sobre los orgenes del peronismo. De estamanera, James y Juan Carlos Torre quedaran agrupados en la primera posicin, mientras queMurmis, Portantiero y Doyon se agruparan en torno a la segunda.En su libro Resistencia e integracin, James, si bien reconoce que la clase obrera encontr enPern la mejor forma de canalizar sus demandas econmicas, no cree que este haya sido elprincipal motivo por el cual la clase obrera se hiciera peronista. En realidad, este autor levanta laposicin de Germani ya que sostiene una serie de argumentos que enfatizan el carcter de Pernen tanto lder carismtico. Esto se evidencia en la importancia que el autor otorga al anlisis del
discurso peronista, a la personalidad de Pern y a los aspectos emotivos y sentimentales por sobrelas cuestiones materiales. En definitiva, tanto para James como para Germani, la clase obrera fuecreada por Pern:La clase trabajadora no lleg al peronismo ya plenamente formada y se limit a adoptar esa causay su retrica como el ms convenientes de los vehculos disponibles para satisfacer susnecesidades materiales. En un sentido importante, la clase trabajadora misma fue constituida porPern; su propia identificacin como fuerza social y poltica, dentro de la sociedad nacional fue, almenos en parte, construida por el discurso poltico peronista, que ofreci a los trabajadoressoluciones viables para sus problemas y una visin creble de la sociedad argentina y el papel queles corresponda en ella .Juan Carlos Torre se alinea tambin bajo la posicin germaniana porque si bien, al igual que James,
reconoce que las masas se ligan a pern porque ven en l la mejor manera de canalizar susdemandas materiales, sostiene que no es este el principal motivo de adhesin. Plantea entonces lanecesidad de considerar como factor explicativo la existencia de una crisis de participacin, que semanifiesta en la marginacin poltica de los trabajadores. Con la llegada de Pern al poder setermina con esta situacin ya que ste los reconoce como miembros de pleno derecho en lacomunidad poltica nacional. Torre plantea que durante los aos 30 se vive en Argentina unmomento de modernizacin y de crecimiento econmico industrial que sin embargo, no secorresponde con un cambio a nivel de las instituciones polticas, que excluyen a la mayora de lapoblacin de cualquier tipo de participacin:Aunque desde un punto de vista estructural la sociedad se halla madura, la prdida de
autonoma de las instituciones polticas impide la emergencia de movimientos sociales de base,puesto que stos no pueden formarse y crecer sin la existencia previa de un mnimo de libertades
y garantas .Este autor, al igual que James, considera que el creador de la clase obrera fue Pern. De hecho,Torre sostiene que al abrir los canales de participacin poltica a los sectores populares, la nuevaelite dirigente contribuye a constituir al movimiento obrero. Por otra parte, este movimientorecientemente creado, se subordinar a la elite dirigente, pues carece de una experiencia polticapropia.Contrariamente a lo planteado por los autores anteriormente citados, Murmis y Portantierosostienen que en el proceso de formacin del peronismo tuvieron una intensa participacin los
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antiguos dirigentes y las viejas organizaciones gremiales. Plantean adems que en lugar desubrayar una divisin entre nuevos y viejos obreros, hay que poner de relieve la homogeneidadexistente al interior de la clase trabajadora respecto de sus condiciones de explotacin. Es decir,que la clase obrera preperonista es una clase obrera homogneamente explotada. En oposicin alo planteado por Torre, podemos decir que el crecimiento del sindicalismo argentino no seproduce con la llegada de Pern, sino que existe desde antes una estructura sindical consolidada.Esto se debi principalmente a dos factores: por un lado, hacia 1935 la economa argentinarepunta y crece la ocupacin, lo cual robustece la capacidad negociadora de los sindicatos. Porotra parte, como ya dije, la clase obrera es altamente explotada y si bien se percibe un importantecrecimiento econmico no se produce un incremento en los salarios. Por esto, durante el perodose incrementan las reivindicaciones gremiales. Estos dos factores, la alta tasa de ocupacin y elaumento de las reivindicaciones gremiales, reforzaron las posibilidades de accin sindical, todo locual se expres en el crecimiento de las organizaciones gremiales y en una elevada tasa demovilizacin. Sin embargo, hacia 1943 la clase obrera no ha conseguido an resolver a su favor lamayora de sus reivindicaciones. Es recin con Pern que lograr canalizar la mayor parte de susdemandas materiales y polticas.Bajo esta misma lnea encontramos por ltimo la posicin de Doyon. En su libro La formacin del
sindicalismo peronista, la autora demuestra que existe continuidad entre las formas deorganizacin del movimiento obrero preperonista y el peronista. De esta manera, se opone a latesis de Germani, que como vimos, marca una ruptura entre el movimiento obrero peronista y elanterior. Doyon observa a partir del estudio de la estructura sindical, que el modelo de sindicato,el sindicato industrial, que se difunde con Pern ya exista antes de su arribo al poder. Lo que haceel peronismo es otorgar apoyo poltico y legal a estas organizaciones, pero de ninguna manerasurgen a partir de l. Ahora bien, la autora caracteriza tambin que s existi un elemento nuevodurante el peronismo y que fue la fuerte intervencin estatal tendiente a unificar bajo una nicacentral obrera al movimiento sindical. El objetivo de Pern fue subordinar cada vez ms almovimiento al estado. Sin embargo, se vio varias veces obstaculizado en su tarea por el peso quetenan en esa poca las comisiones internas en las fbricas. As, aunque el Estado poda la mayor
parte de las veces negociar con los dirigentes sindicales, esto no era garanta de que las decisionesfueran a llevarse a la prctica pues todo dependa de que al interior de las fbricas se aprobara lainiciativa. Debido a esto, el estado comenz a brindar apoyo poltico a aquellos dirigentes,oficialistas u opositores, que pudieran controlar a las bases.En conclusin, las posiciones que se agrupan en torno a Germani, la de James y la de Torresostienen que la clase obrera fue creada por Pern y parecen desconocer de esta manera toda laexperiencia sindical previa. Ahora bien, pueden plantearse algunas objeciones a este planteo. Porun lado, y si se toma la definicin de clase planteada por Thompson , esta afirmacin se caeinmediatamente ya que antes de la llegada de Pern al poder exista un conjunto de hombres conuna experiencia comn de lucha, que constituan, por lo tanto una clase. Por otra parte, siconsideramos que una clase posee conciencia de tal cuando es conciente de sus objetivoshistricos, no es posible pensar que la conciencia peronista, una conciencia netamente reformista,
le otorgue al movimiento obrero esa caracterstica. Es decir, el peronismo no puede ser el puntode llegada final en la constitucin de la clase obrera argentina, aunque s constituye un hitoimportante en el conjunto de experiencias de la clase. Considero entonces ms acertado elplanteo de Murmis, Portantiero y Doyon, ya que si en el 43 la clase obrera se hizo peronista no fuepor inexperiencia o irracionalidad sino porque, en ese momento histrico, el peronismo sepresentaba como la alternativa ms racional a la que poda apostar. Esto no implica pensar quecon el reformismo de estado se solucionan los problemas de la clase obrera. De hecho, slo unaclase obrera autnoma de la burguesa y con conciencia revolucionaria puede encauzar un
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proyecto verdaderamente emancipador.
El movimiento obrero en los orgenes del peronismo
Murmis y Portantiero.
El tema del texto trata sobre los orgenes del peronismo. En trminos generales, el objetivo de losautores es analizar la forma de participacin de la clase obrera y sus organizaciones en el rgimennacional popular (populismo) entendido este como una situacin de desplazamiento en que llegana encontrarse grandes contingentes de humanos, lo que los transforma en masas manipulables.Los autores discuten, fundamentalmente, con las posturas terico-acadmicas de Gino Germani yotros. En el anlisis del proceso de industrializacin sin intervensionismo social y la posterioremergencia de un rgimen nacional y popular, estos autores analizan, en primer lugar, slo unaspecto: el de la incorporacin de contingentes de obreros nuevos ; en segundo lugar, descartan
el papel que los viejos obreros y sus organizaciones pueden llegar a tener en la estructuracin deun movimiento populista. As planteado, parece ser que habra una ruptura entre las viejas
tradiciones sindicales con respecto a las nuevas. En este sentido, Murmis y Portantiero sostienenla idea de que no hay ruptura entre las viejas y nuevas organizaciones sindicales, sino, ms bien,una relacin de continuidad.El objetivo ms especfico de Murmis y Portantiero es presentar un panorama del papel de lossectores obreros en el surgimiento del peronismo. En este sentido, plantean tres hiptesis: 1) en elsurgimiento del peronismo hubo una intensa participacin de organizaciones y dirigentes delsector de obreros viejos; 2) que no es pasiva y heternoma la participacin obrera en laconstitucin del movimiento nacional y popular; y 3) que la participacin conjunta de obrerosviejos y nuevos implicaba un proyecto social de continuidad programtica con reclamos previos delas organizaciones obreras, como tambin, era ya una tendencia con antecedentes en elsindicalismo anterior al peronismo, la posibilidad de participacin obrera en una alianza
policlasista.Los autores utilizan una serie de argumentos para reforzar las hiptesis planteadas. En primerlugar, el nmero total de sindicatos hacia 1941 era de 356 con cerca de 450.000 afiliados, cifra queno difiere demasiado del ao 1945 en el que Pern llega al poder. Esto explica que el apoyogremial al populismo fue instrumentado por una estructura sindical en lo esencial preexistente, sinque pueda hablarse de una discontinuidad marcada con el pasado inmediato. En lneas generales,la composicin interna de los sindicatos era la misma durante el perodo 1941 - 1945.Otro argumento, tiene que ver con las tendencias predominantes en el sindicalismo. Algunosautores plantean un punto de ruptura en 1943 en tanto finaliza la etapa del sindicalismotradicional y comienza el sindicalismo de masas ligado al aparato del Estado. Sin embargo, hasta19461947, las orientaciones del movimiento obrero se hallarn fuertemente ligadas con lasecuencia anterior. Esto puede observarse ya desde 1930 en donde haba un sector con una
tendencia a establecer alianzas con sectores estatales y con un grupo de propietarios industriales.Entre 1930 y 1935, es un momento de extrema debilidad del movimiento obrero. Esta situacincambia a partir de 1935. La ocupacin crece y la capacidad de negociacin del sindicalismo serobustece. Estas distintas etapas marcaron ciertos realineamientos en la direccin de la CGT.Finalmente, hacia comienzos de la dcada del 40, la situacin del sindicalismo desde el punto devista de las tendencias predominantes era la siguiente: por un lado la CGT (abarcaba la mayora delos trabajadores sindicalizados, en cuya direccin participaban socialistas, comunistas ysindicalistas); por otro lado, la USA (liderada por sindicalistas); y, por ltimo, los sindicatos
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La participacin de la vieja guardia sindical fue suprimida de la versin oficial. Es frecuente que
para los movimientos polticos el comienzo de su historia sea en una ruptura. As, para el
peronismo fueron los nuevos trabajadores los que desempearon el papel de esa fuerza
regeneradora, correspondiendo a Pern el papel de intrprete y lder.
Murmis y Portantiero han mostrado que los dirigentes del movimiento obrero, formado durantelos 15 aos previos, participaron de la operacin poltica que llev a la consolidacin de una nueva
elite dirigente surgida del golpe del 43. Pern se dirigi a la vieja guardia sindical para ganar apoyo
y poner los recursos al servicio de su penetracin en el mundo obrero. La vieja guardia sindical es
un grupo ya adaptado a la vida urbana, con experiencia en la lucha social. La respuesta positiva a
la gestin de Pern no es un fenmeno de anomia o de clientelismo, sino el resultado de una
deliberacin racional que opone las desventajas del orden anterior a las oportunidades del nuevo.
Murmis y Portantiero agregan que los sectores del mundo del trabajo comparten una experiencia
comn: la explotacin dentro de un proceso de acumulacin capitalista sin distribucin. Esa
experiencia est en la base del inters de clase que los acerca en el apoyo a la intervencin del
Estado. No obstante, el enfoque de estos autores no abarca en toda su complejidad el proceso en
el que las masas se ligan a Pern.
La interpretacin tradicional intenta dar cuenta de otra dimensin de ese proceso: la constitucin
de nuevas identidades colectivas populares. El riesgo del enfoque de Murmis y Portantiero es que
al querer combatir la hiptesis de irracionalismo obrero, desplazan el foco de anlisis del campo
poltico al de la lucha social.
En la movilizacin obrera est presente tanto un inters de clase como una conciencia poltica
heternoma. Desde el inters de clase, el criterio de racionalidad est basado en la maximizacin
de los beneficios, pero, si este preside el acercamiento a Pern, pronto se vuelve identificacinpoltica directa. As, el criterio de racionalidad se trata del reforzamiento de la cohesin y
solidaridad de las masas obreras. Desde la accin poltica es un fin en s mismo, fin que es la
consolidacin de la identidad poltica colectiva. Cul es el marco en que la referencia a Pern se
vuelve principio de unificacin poltica? Cules son los mecanismos por los que opera la lgica de
la representacin heternoma?
Las claves para comprende la naturaleza de la insercin de los trabajadores al peronismo se
encuentran en unos elementos que son: la alienacin poltica de las masas en un orden social
excluyente, y el gesto de reconocimiento que hace de los trabajadores miembros de pleno
derecho de la comunidad poltica nacional; son elementos del estado de marginalidad de lostrabajadores y de la modalidad de acceso a la ciudadana.
1. La modernizacin de los aos 30 y la crisis de participacin.
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Una categora general que permite dar cuenta de esta coyuntura es la de proceso de cambio
poltico, concepcin que clarifica el descarte (que hace el autor) de la visin que presenta el
perodo como de transicin hacia una economa industrial y una sociedad burguesa. No estamos
ante un cambio societal, porque la expansin de la industria se cumple en la dcada anterior.
Los aos 30 reflejan, en lo econmico, la flexibilidad; en lo poltico, la Dcada Infame. En unaescena cuya unidad est dada por dos tipos sociales juntos, los empresarios modernos y la
oligarqua tradicional, reunidos en la gran burguesa agraria capitalista. Aqu se hallan los puntos
dbiles de una sociedad que se transforma pero reforzado el orden excluyente. La coyuntura de
1943-46 viene a romper las barreras de ese orden.
El esquema de la modernizacin parte de una discontinuidad econmico-demogrfica, sigue por la
diversificacin de las actividades productivas, y luego por la reacomodacin de las instituciones. Se
propone analizar las tensiones derivadas de la interaccin entre modernizacin y recomposicin
institucional. Tal es el objetivo de los estudios de Germani. (El autor toma de este esquema la
frmula la dimensin modernizacin-participacin).
De un lado se revela la integracin estructural y el ascenso al mundo del trabajo. La
industrializacin acelera la unificacin del mercado de trabajo, los recin llegados y los ya
establecidos se funden en un solo movimiento de ascenso colectivo. De otro lado, la movilizacin
no se traduce en cambios apreciables: pervive una estructura estamental, cuya heterogeneidad
muestra el desigual poder de presin de diversos estratos obreros (hay textiles, ferroviarios, pero
no una fuerza consolidada), lo mismo pasa con el sindicalismo.
Las instituciones permanecen ajenas a los cambios, y ah se perfila una crisis de participacin.
2. La exclusin poltica y la centralidad econmica: las dos caras de la situacin de los trabajadores.
El esquema de modernizacin muestra la importancia que cobran los conflictos de clase.
A medida que la sustitucin de importaciones desplaza el dinamismo del desarrollo hacia adentro,
se gesta un espacio para la confrontacin trabajadores-empresarios. Sin embargo, la persistencia
de formas de autoridad y de organizacin tradicional obstaculizan las negociaciones. La militancia
obrera, impotente, toma la forma de huelgas dirigidas a atraer la atencin del gobierno, pero no
encuentra el eco esperado.
Estamos ante la formacin de un movimiento social mixto, en el que coexisten la dimensin de la
modernizacin y la integracin poltica con la de las relaciones de clase y los conflictos del trabajo.
El concepto de movimiento nacional popular parece inadecuado y parcial, porque se asocia a
situaciones en las que el grado de consistencia de las masas movilizadas es bajo. Este no es el caso
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en Argentina, aqu lo que da complejidad y fuerza al movimiento obrero es la doble vertiente de la
exclusin poltica y de la insercin en el ncleo de desarrollo.
La contrapartida del movimiento de los trabajadores est en los rasgos de las fuerzas a las que
enfrenta: el conjunto de grupos que dirige el desarrollo, las fuerzas del capital.
3. Los obstculos a la emergencia de un nuevo movimiento social.
El punto de confluencia de estos fenmenos se encuentra en el nivel poltico. El conflicto social no
llega a articularse: para que el terreno de la produccin sea el lugar de un conflicto abierto de
clases, deben primero levantarse las barreras reproducidas por la autocracia patronal.
Las diferencias entre la irrupcin de las clases medias en la participacin y la de las masas obreras
es evidente, stas ltimas no encuentran ms que parcialmente el espacio para traducir susorientaciones de accin en un movimiento colectivo. Este pasaje encuentra numerosos
obstculos: puestos por la naturaleza de sus adversarios (los empresarios se resisten a la
legislacin social y a la negociacin salarial); puestos por el sistema poltico (con la restauracin
conservadora, las instituciones pasan a ser apndices de una dominacin social hostil a la
militancia obrera). A estos obstculos internos hay que aadir otros especficos: la cuestin de la
elite interna obrera (frente a la afluencia de nuevos trabajadores, las viejas guardias sindicales
deben revalidar sus ttulos).
4. Acerca del debate sobre la vieja y nueva clase obrera.
La discusin se da en torno al lento incremento de la tasa de sindicalizacin en momentos en que
aumenta rpidamente la fuerza de trabajo urbana. Germani ve all dos fenmenos: 1. La asincrona
del cambio societal y del cambio institucional. 2. Las masas movilizadas portadoras de valores
tradicionales opuestos a los de las viejas direcciones obreras. As, la inercia institucional ms el
choque de culturas, ampli la distancia entre la base y la elite del movimiento laboral, lo que se
tradujo en un vaco organizacional. Germani argumenta que cuanto mayor es el ritmo de los
cambios, y ms breve la duracin del proceso, menor ser la capacidad de los mecanismosinstitucionales para integrar a los sectores movilizados.
Sin embargo, es preciso introducir hiptesis sobre las caractersticas del bloque en el poder. La
flexibilidad o rigidez de las instituciones tambin estar determinada por el peso que tengan los
sectores que defienden el orden establecido. Lo que aparece como inercia institucional es tambin
el aspecto autoritario de la elite que dirige el desarrollo.
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Sobre el choque de culturas, Halpern ha observado que: el ncleo obrero urbano original era
menos cosmopolita y extranjero de lo que se supone; y que las regiones de origen de los
trabajadores migrantes mal pueden ser vistas como reas de cultura poltica criolla. As se
constata una imagen opuesta a la del conflicto de valores polticos, puesto que quienes estn a la
cabeza de las primeras luchas de los 30 son los militantes comunistas, sus logros contradicen la
idea de la existencia de barreras culturales. Ms bien, si la participacin de la clase obrera no fuemayor las razones hay que buscarlas en la coraza autoritaria que rodea el desarrollo conservador y
no en un rechazo de naturaleza ideolgica.
Lo que parece inamovible es el punto sobre el liderazgo de la vieja guardia sindical, sta tiene
dificultades para devenir en agente poltico capaz de articular y expresar los conflictos.
Tenemos entonces un nuevo movimiento social que no alcanza a constituirse, trabado por las
restricciones de una dominacin arcaizante y un sistema poltico cerrado. Todo se juega en el nivel
del Estado.
5. El fracaso de la tentativa de sustitucin poltica lanzada por Pern.
Para analizar el proceso de cambio poltico, el autor evoca a Touraine, ste distinguedos
situaciones: 1. De un lado, un movimiento que presiona en favor de la participacin de sectores
marginados, de otro lado, agentes polticos que se hacen cargo de estas demandas. El movimiento
depende de estos agentes pero no se somete a ellos y retiene autonoma.
2. La va de las reformas polticas est clausurada y prevalece el estado de dominacin y controlautoritario, el movimiento no logra organizarse en forma directa. El papel de los mediadores
polticos est ausente y es la intervencin del Estado la que puede desbloquear el sistema poltico,
mediante el recurso a una accin de ruptura.
Es esta ltima la situacin que esboza la Argentina de 1944. Dicha poltica, la de apertura social, se
inspira en los peligros de un orden regresivo para el mantenimiento del equilibrio social. La otra
vertiente de esta apertura es la liberacin de las energas del mundo del trabajo, precedidas por la
accin del Estado.
Lo que comanda los esfuerzos de este actor emergente es un proyecto de reorganizacin
institucional que apunta a resolver la crisis de participacin a travs del reconocimiento de los
sectores populares, y a afirmar un principio de autoridad estatal por encima de la pluralidad de las
fuerzas sociales. Los contornos del proyecto: ampliacin de las bases, consolidacin de la
autonoma del Estado. Pero, no se trata de dejar abierto el campo a la espontaneidad, sino que
sta debe ser disciplinada y canalizadasta es la visin de Pern-.
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La gestin de la elite militar vuelve efectiva la descomposicin de un modelo hegemnico global y
el desencadenamiento de un estado de movilizacin social generalizado.
Los sectores dominantes reaccionan primero con frialdad para luego pasar a la resistencia. Sern
los sectores medios urbanos los primeros en el frente de resistencia. Lo conservador reemplaza a
lo progresivo caracterstico en los sectores medios.Oposicin de clase y resistencia cultural seconfunden y refuerzan en el frente comn que aproxima a sectores dominantes y medios. Esto
explica el carcter traumtico del acceso de las capas populares a la ciudadana industrial. El
Estado se ve obligado a abandonar su pretensin de arbitraje y a tomar partido.
6. La democratizacin por va autoritaria y sus alcances
Estamos ante un proceso de democratizacin por va autoritaria. Es en el contexto de una
iniciativa desde arriba que surge una movilizacin que combina lucha de clases y demanda de
participacin, el enfrentamiento con los patrones y tambin con las estructuras de poder.
La intervencin de los agentes polticos externos (siguiendo a Touraine), es caracterstica de la
desarticulacin en Amrica Latina. Tenemos: una sociedad en la coexisten un polo capitalista
dinmico, controlado por la burguesa extranjera, orientado hacia el mercado internacional, y una
periferia sometida a la dominacin oligrquica local. Lo que se obtiene es un mercado de trabajo
dbilmente integrado. De un lado, un sindicalismo que es menos un movimiento de clase que un
portavoz corporativo. De otro, la protesta de los trabajadores para quienes no se trata de
combatir la explotacin sino de escapar a la marginalidad. De all que sea una intervencin de
origen externo la que provee la cohesin que los trabajadores no pueden generar. Dichaintervencin puede ser indirectapolticas de signo autoritario y regresivo que afectan al conjunto
de obreros y que tienen una respuesta defensiva, ej. Per-. Cuanto ms directa sea la
intervencin, ms repercusiones, Ej., cuando un agente toma a su cargo o estimula la unificacin
del mundo del trabajo (caso de Vargas, Crdenas).
Por cuanto Pern facilit la confluencia de los sectores de la vieja clase obrera y los nuevos
trabajadores en un movimiento sindical y poltico organizado nacionalmente, puede verse como
una variante de este tipo de intervencin externa, pero ah terminan las similitudes, porque el
rasgo precedente a esta intervencin era la heterogeneidad, mientras que en la Argentina el
mundo del trabajo iba por el camino de la homogeneizacin. (Ah encuentra Torre la fuerza ypervivencia del movimiento-)
La proteccin estatal de 1944-45 contribuy a la constitucin de un sindicalismo de masas
nacional, pero ste, una vez estructurado, moviliz a una masa cuyo podero estaba en su fuerte
articulacin de clase, cumpliendo un papel decisivo en la consolidacin del rgimen peronista. Los
obstculos que impedan su desarrollo estaban en las barreras puestas por un orden excluyente.
La intervencin de la elite militar, quebr la barrera y abri el campo.
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7. La coyuntura de 1945: la disputa por la representacin de la voluntad popular.
Lo que interesa considerar es el lugar que habrn de tener las masas trabajadoras en el nuevoorden que surge. Los elementos a tomar en cuenta son la magnitud y la unidad de la reaccin de
los sectores dominantes y la cohesin de la elite dirigente estatal.
Primero, la intervencin forma parte de una modernizacin de las relaciones de trabajo que
intenta reformar el orden sin romper con las clases patronales. Segundo, la bsqueda de apoyos
por parte de Pern est orientada en la direccin de los partidos tradicionales.
La intervencin se presenta como al servicio de una regeneracin del rgimen y no de su
reemplazo por otro. Son las verdaderas fuerzas conservadoras del pas (FF. AA e Iglesia) las que
proyectan y prepararan la escena para la entrada de las masas.
Las viejas organizaciones sindicales son llamadas a colaborar con el Estado, su respuesta est
cargada de recelos, ello conduce a una alianza de compromiso, en la que la vieja guardia sindical
procura extraer beneficios preservando su independencia.
Este proyecto tendr un giro rotundo con la ofensiva de los sectores medios y empresarios.
El poder alojado en el Estado se libera y dispersa, dando lugar a un juego poltico en el que Pern
deviene en un actor ms. La prioridad de la iniciativa estatal sobre el comportamiento de
movimiento popular tiende a encogerse, as se explica el 17 de octubre: la voluntad popular ser la
fuente de legitimidad, que se convierte en eje de las luchas, as entre Pern y la vieja guardia
sindical se establece una competencia por ocupar la posicin simblica de lder. Con la victoria
electoral se recupera la centralidad de la iniciativa estatal que estaba en el origen del proceso de
cambio poltico.
8. El peronismo se impone al laborismo.
Tradicionalmente, el voto de los trabajadores era radical en las zonas urbanas, y conservador en la
campaa. Los partidos de clase contaban con lealtades polticas de fracciones muy reducidas. En elplano sindical al revs, los dirigentes eran reclutados entre militantes de partidos de clase. Esta
disociacin de las lealtades obreras expresaban la coexistencia de un sistema poltico abierto en el
marco del sufragio universal y de unas relaciones de trabajo dbilmente institucionalizadas. Sobre
esta base se colocan los realineamientos a lo largo de 1945, con la ofensiva contra Pern se
cambian las orientaciones obreras, emerge la ruptura de los sectores obreros con los antiguos
lazos, manifestada el 17 de octubre. Es esta imagen de cohesin interna se animan los fundadores
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del laborismo, pero no pueden ver el significado de la consigna que la desata: la liberacin de
Pern. El peronismo habr de imponerse al laborismo, lo que demuestra el papel del agente de
movilizacin estatal por sobre los agentes directos de clase en el proceso de unificacin de las
masas como sujeto poltico.
9. La marca de los trabajadores en el peronismo.
El llamado a las masas como recurso para fortalecer la autonoma del Estado con respecto a los
sectores dominantes es algo frecuente en los estudios sobre elites nacionalistas en Amrica Latina.
En cambio, no es tan frecuente comprobar que por esa va las elites se alejan de su objetivo,
encabezando un movimiento que rompe el equilibrio de fuerzas. El resultado es la prdida de
autonoma del Estado y su absorcin en el campo de los conflictos de la sociedad.
El triunfo de Pern es la instancia en la que el Estado queda expuesto a la accin de los
trabajadores sindicalizados y se convierte en un instrumento ms. Se da lugar a un Estado que es
representativo, lo cual debilitar su legitimidad. El liderazgo de Pern le impondr una
renegociacin constante de su hegemona y una recreacin de sus condiciones de origen. Estado,
movimiento e ideologa estarn marcados por el sobredimensionamiento del lugar poltico de los
trabajadores.
Daniel james: resistencia e integracin:
El movimiento laboral antes del golpe de 1943 estaba dividido y era dbil. Haba cuatro
centrales gremiales la fora, usa, y la CGT.
Pern desde su posicin como secretario de trabajo y despus vicepresidente del gobierno militar
instaurado en 1943 se ocupo de las preocupaciones fundamentales de la emergente fuerza laboral
industrial. Su poltica social, y laboral creo simpata tanto entre los trabajadores agremiados como
en los no agremiados.
Los convenios firmados en toda la argentina en el periodo 1946-48 regulaban las escalas de
salarios y las especificaciones laborales e incluan un conjunto de disposiciones sociales que
contemplaban la licencia por enfermedad, la licencia por maternidad y las vacaciones pagas.
Los empleadores estaban obligados por ley a negociar con los sindicatos. En esta poca crece laparticipacin de los sindicatos; aumentan notablemente sus afiliados.
A medida que se perfilo ms claramente el estado justicialista, con sus pretensiones
corporativistas de organizar y dirigir grandes esferas de la vida social, poltica y econmica, se
torno evidente el papel oficialmente asignado a los sindicatos: incorporar a la clase trabajadora al
estado.
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El partido comunista intento asumir una posicin ms flexible que la de sus aliados de otra hora;
sin embargo no pudo reponerse del error cometido en las elecciones de 1946: apoyar a la unin
democrtica, coalicin antiperonista.
El apoyo de la clase trabajadora a pern ha sido visto como el lgico compromiso de los obreros
con un proyecto reformista dirigido por el estado que les prometa ventajas materiales concretas.
Los trabajadores como ciudadanos en la retrica poltica peronista:
El atractivo poltico fundamental del peronismo reside en su capacidad para redefinir la nocin de
ciudadana dentro de un contexto ms amplio, esencialmente social. La cuestin de la ciudadana
en si misma y la del acceso a la plenitud de los derechos polticos, fue un aspecto poderoso del
discurso peronista, donde formo parte de un lenguaje de protesta, de gran resonancia popular
frente a la exclusin poltica.
El peronismo pudo reunir capital poltico denunciando la hipocresa de un sistema democrtico
formal que tenia escaso contenido democrtico real.
Su xito con los trabajadores se explico por su capacidad para refundir el problema total de la
ciudadana en un molde nuevo, de carcter social.
En los trminos de su retrica, luchar por derechos en el orden de la poltica implicaba
inevitablemente cambio social.
La refundicin por pern del tema de la ciudadana involucraba una visin distinta y nueva del
papel de la clase trabajadora en la sociedad.
El estado era, entonces, un espacio donde las clases podan actuar poltica y socialmente unos
junto con os otros para establecer derechos y exigencias de orden corporativo.
Sin duda alguna, la retrica peronista contena fuertes elementos del caudillismo personalista
asociados a la figura de pern y de evita.
El xito de la identificacin de pern mismo con la creacin de una argentina industrial, no resida
en los trminos programticos. Dados el evidente inters de una fuerza de trabajo industrial
emergente por la cuestin de la industrializacin.
La verdadera cuestin en juego e la dcada 1940-50 no era tanto la industrializacin versus
desarrollo agrario. Ms bien se trataba del problema de los distintos significados potenciales de la
industrializacin, es decir en los parmetros sociales y polticos con arreglo a los cuales ese
proceso deba operarse.
Una visin digna de crdito: carcter concreto y creble del discurso poltico de pern:
El vocabulario del peronismo era visionario y creble. La credibilidad arraigaba en parte en la
ndole inmediata y concreta de esa retrica.
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La credibilidad poltica que el peronismo ofreca a los trabajadores se deba no solo a lo concreto
de su retrica sino tambin a su inmediatez.
La doctrina peronista tomaba la conciencia, los hbitos, los estilos de vida y los valores de la clase
trabajadora tales como los encontraba y afirmaba su suficiencia y su validez.
La glorificacin de estilos de vida y hbitos populares involucro un estilo y un idioma polticos bien
a tono con las posibilidades populares.
No hay duda alguna de que esa capacidad para reconocer reflejar y promover un estilo y un
idioma polticos y populares basados en el realismo plebeyo contrastaba ntidamente con el
llamamiento lanzado por los partidos polticos que tradicionalmente representaban a la clase
obrera.
Este realismo supona una visin poltica limitada lograba esas resonanciasun anhelo de
igualdad social- resultaran mas crebles para una clase trabajadora imbuida, por su experiencia de
la dcada infame, de cierto cinismo frente a las promesas polticas y las consignas abstractas.
Significado de la dcada infame: respuestas de la clase obrera: el peronismo significo una
presencia social y poltica mucho mayor de la clase trabajadora. El impacto de este hecho puede
ser medido en trminos institucionales, relacin estado-sindicatos, la masiva ampliacin del
gremialismo y el nmero de adeptos. Sin embargo existieron otros factores mucho menos
tangibles: respeto propio, orgullo y la dignidad.
La cultura popular de la era peronista fue dominada por una dicotonomia temporal que
contrastaba el presente peronista con el pasado reciente.
En la etapa preperonista el trato a los trabajadores, sus condiciones de trabajo, no eranfavorables. Esto empieza a reflejarse en formas culturales populares: el tango.
Tambin se organizaban campaas contra el alcohol y el tabaco. Se realizaban picnics, se dictaban
conferencias seguidas de debate y se inculcaba el espritu de ayuda mutua.
Algo de sentimiento de impotencia y resignacin caracterizo la respuesta de muchos trabajadores
a la experiencia del periodo previo a 1943 puede alardeen el testimonio personal de los no
militantes.
Experiencia privada y discurso pblico: el poder del peronismo radico en su capacidad por dar
expresin pblica a lo que hasta entonces solo haba sido vivido como una experiencia privada.
El poder social hertico que el peronismo expresaba se reflejo en su empleo del lenguaje.
Trminos que traducan las nociones de justicia, equidad, decencia, haban de ocupar ahora
posiciones centrales en el nuevo lenguaje del poder. Ms significativo aun es el hecho de
encontrar trminos que eran de uso corriente, antes de 1943, para mencionar en forma
despectiva a la clase trabajadora, transformados e invertidos ahora en forma similar.
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Algo de ese significado social hertico se torno patente en la movilizacin del 17 de octubre ya que
demostr la capacidad de los trabajadores para actuar en defensa de sus intereses.
Gran parte de ese espritu de irreverencia y blasfemia de esa redistribucin del espacio publico,
caractersticos del 17 de octubre y la campaa electoral siguiente, pareceran constituir una suerte
de anfiteatro basado en el ridculo y el insulto contra la autoridad simblica y las pretensiones dela elite argentina.
Los lmites de la hereja: ambivalencia del legado social peronista: una vez en el poder, el
peronismo no contemplo la ebullicin y la espontaneidad mostrada por la clase trabajadora desde
octubre de 1945 hasta febrero de 1946 con mirada tan favorable como la que tuvo en este lapso
de lucha.
La ideologa peronista subrayaba que los intereses de la nacin y su desarrollo econmico deban
identificarse con los de los trabajadores y sus sindicatos.
Con el peronismo haba una sensacin de haber recobrado la dignidad y el respeto propio,adems lego a la clase trabajadora un sentimiento muy profundo de solidez e importancia
potencial nacional. Marco una coyuntura decisiva en la aparicin y formacin de la moderna clase
trabajadora argentina.
El legado que dejo este periodo no poda ser fcil de hacer a un lado una vez derrocado pern.
El peronismo aspiraba a lograr una alternativa hegemnica viable para el capitalismo argentino,
queria promover un desarrollo econmico basado en la integracin social y poltica de la clase
trabajadora.
ufeffASCENSO Y APOGEO PERONISTA, gerchunoff
LA ECONOMIA ARGENTINA ANTE UN NEUVO IMPACTO EXTERIOR
II Guerra Mundial permite fenmeno nunca antes ocurrido en la Argentina: exportacin de bienes
industriales tanto a pas de Amrica Latina como a EEUU. La dedicacin a la provisin blica de los
pases beligerantes dej en los pases perifricos una demanda insatisfecha de produccin
manufacturera. Permiti tambin la sustitucin de importaciones en nuestro pas. Sin embargo,
este momentneo desarrollo industrial finalizo con el fin de la guerra. La otra cara de este
fenmeno consiste en que la limitacin de importaciones significa tambin la imposibilidad decomprar en el exterior materias primas y bienes de capital estrictamente necesarios para el
desarrollo industrial. Conclusin del periodo: industria es vista como garanta de desarrollo
sostenido y autnomo. La hora de la industrializacin ha llegado.
EL EJE MILITAR-INDUSTRIAL
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Hacia 1930 haba podido observarse cierta inclinacin hacia la industria de manera inconsciente e
involuntaria. Algunas de las medidas aplicadas por el gobierno de esa poca para obtener una
mayor recaudacin fiscal, eliminar el dficit externo y beneficiar a ciertos productores que ejercan
presin, como el control de cambios o los ocasionales aumentos arancelarios, no formaron parte
de una poltica deliberadamente industrialista.
1940Nueva mentalidad respecto de la industria. Argentina ante una oportunidad histrica que
no deba perderse: la guerra da impulso al desarrollo industrial. Aplicacin de polticas
deliberadamente estimuladoras como poltica de redescuentos del Bco. Central que favorece mas
a la industria que a la agricultura, creacin del Comit de Exportacin y Estimulo Industrial y
Comercial, dictado de leyes de promocin industrial, creacin de la Flota Mercante nacional y
sancin de Ley de Fabricaciones Militares. Campo es gravado con un impuesto excedente de
beneficios que se cobraba en proporcin a la diferencia entre el precio vigente para los productos
de exportacin y un precio promedio pasado. Gran apoyo estatal, no obstante no est claro que
industrias en particular deben ser beneficiadas. Unin Industrial Argentina no propone reparos
ante la diversificacin industrial. Plan Pinedo y Armour Research Foundation sostiene impulso deindustrias naturales. Impulso industrialista lleva banderas de liberacin econmica,
autonoma nacional. Consejo Nacional de Posguerra liderado por Pern busca polticas que
fomente una industrializacin razonable y la supresin de aquellas industrias que, terminada la
guerra, carezcan de razn de existir. Fin de la guerra supone contracara: cada de empleo
estimulado por el desarrollo industrial y desaparicin de industrias.
PERN AL PODER
CGT dividida en N1 (gremios menos politizados) y N2 (socialistas y comunistas). Llegada al poder
de los militares disuelve la N2. Pern busca manejo sindical, intencionalidad poltica. Creacin de
la Secretaria de Trabajo y previsin otorga aumento de salarios, subsidios para prestaciones
sociales y arreglos con ferroviarios. Generosidad oficial hacia los trabajadores, participacin
sindical en la poltica. Sindicales muestran apoyo al gobierno.
1944Pern vicepresidente y Ministro de Guerra. Respalda su candidatura con la constitucin del
Partido Laborista. Presin de la oposicin. Pern renuncia a varios cargos y es llevado preso. 17/10
movilizacin pide libertad del lder sindical y restitucin en el gobierno.
1946Formula Pern-Quijano gana elecciones presidenciales. Apoyo sindical, de la Iglesia y
militar.
NI CAPITALISTAS NI COMUNISTAS: JUSTICIALISTAS
La denominada Tercera Posicin hace referencia a la visin corporativista del peronismo. Pern
presentaba como forma de gobierno una alternativa intermedia al capitalismo y al comunismo,
argumentando que una armona de clases, en lugar de una lucha de clases, especialmente entre
empresarios y sindicales, era el camino hacia el progreso social. Respecto de las relaciones
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Uno de los elementos del nuevo modelo, caracterstico del peronismo, fue la estatizacin. No
solo se llev a cabo con los ferrocarriles, sino que tambin fueron estatizadas empresas
telefnicas, energticas, de gas y de transporte. El gasto inversin aument fuertemente en
comunicaciones, construccin, salud, educacin y vivienda. NO nacionalizacin de los frigorficos y
de una empresa cementera de origen norteamericano.
Polticas redistributivas tambin estaban en la misma lnea del nuevo modelo de Estado que se
estaba gestando, no solo en la Argentina, sino tambin en el resto del mundo. Estado de
Bienestar. Procura un sistema de seguridad social y de un ingreso complementario para
trabajadores pobres. Incremento de salarios, no solo en entidades pblicas, sino tambin en el
sector privado fue una de las causas del aumento de demanda observado durante las primeras
pocas del peronismo.
UNA NACION SOCIALMENTE JUSTA
1946-1949 Expansin salarial sin precedentes llev a una distribucin del ingreso ms equitativa
Explosin salarial no solo era considerada una forma de mejorar el nivel de vida de los
trabajadores sino tambin como un instrumento para alimentar la demanda agregada y garantizar
el pleno empleo. Control de alquileres y congelamiento de algunos precios de bienes bsicos se
sumo a la generosa poltica salarial. Poltica salarial peronista fue uno de los elementos centrales
de su poltica econmica hasta 1949. Mayor equidad tambin favorecida por cambios impositivos:
impuesto al ingreso, gravmenes a los beneficios de las empresas, impuesto sobre excedente de
beneficios al campo. Ampliacin de la seguridad social. UNA NACION ECONOMICAMENTE LIBRE:
EL IMPULSO INDUSTRIALISTA
Liberacin econmica y autonoma nacional eran las banderas que llevaba el gobierno
peronista respecto del desarrollo econmico del pas basado en una industrializacin nacional.
Diversas fueron las MEDIDAS aplicadas durante el gobierno de Pern, pero todas ellas buscaban
un mismo objetivo: la independencia econmica. Entre ellas, como haba ocurrido en perodos
anteriores, FUERTES RESTRICCIONES A LAS INVERSIONES EXTRANJERAS. Pero hubo medidas an
ms desafiantes a modo de estmulo de la industria por sustitucin de importaciones. Estas
medidas consistan en una restriccin a las importaciones y una generosa poltica crediticia. El
mayor inters del gobierno era proteger aquellas industrias que generaras produccin de
manufactures de inters nacional. Para ello se aument los aranceles para las importaciones de
productos que eran competencia, se reforzaron los permisos previos para la obtencin de cambioy se estableci un sistema de preferencias para la importacin de materias primas y capital que,
por supuesto, no favoreca de manera alguna al sector agrario. La poltica crediticia fue, sin duda
alguna, fundamental para el desarrollo industrial. Llevada a cabo por el Banco Industrial y el Banco
Central, el gobierno tena de esta manera, mayor control sobre los prstamos y quines los
recibiran. Es as como la industria encontr fondos abundantes a su disposicin. La poltica fiscal
adoptada por el peronismo tambin fue decisiva para la expansin industrial dado que las
compras del Estado generaban una demanda adicional.
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Respecto de cunto creci, los resultados son variados. Sin embargo, pueden encontrarse varios
defectos en el desarrollo manufacturero del primer gobierno peronista como lo fueron las
limitaciones de escala impuestas por el reducido mercado interno, las consecuencias del rechazo
de inversin extranjera, la ausencia de un nfasis en la productividad para otorgar crditos y la
escasa sustitucin de importaciones en ramas industriales bsicas.
EN EL CAMPO, LAS ESPINAS
La relacin entre el peronismo y el agro no es recordada como amena. El gobierno de Pern
justifico la intervencin en el sector agropecuario basndose en la poltica de distribucin de
ingresos. Mediante la creacin del IAPI, Instituto Argentino para la Promocin del Intercambio, el
Estado monopoliz el intercambio de cereales y oleaginosas, comprando las cosechas a los
agricultores para venderlas tanto al mercado interno como al mercado externo, obteniendo
ganancias gracias al margen entre ambos precios de venta. Este margen obtenido sirvi para
sostener el aumento del gasto pblico y desligar el aumento de los precios internos de los preciosinternacionales en aumento. Este ltimo acontecimiento podra haber generado una disminucin
del valor de los salarios debido al aumento de productos de la canasta bsica o la necesidad de
compensar la evolucin de los precios internacionales con incrementos en los sueldos de los
trabajadores. El peronismo justificaba esta poltica discriminatoria hacia el sector rural con el
argumento de que, a causa de la Segunda Guerra Mundial, no haba precio internacional al que
atenerse y que un organismo regulador como lo era el IAPI, asegurara a los agricultores el mejor
precio posible. Adems, siendo una entidad estatal, estaba mejor posicionado para correr los
riesgos que suponan las ventas a crdito propias de la poca. Finalmente, el Estado supona que la
intervencin protegera al sector externo de las fluctuaciones violentas de precios.
Otras polticas por las cuales los agricultores tambin se vieron afectados estn relacionadas, por
un lado, con el incremento de salarios en las industrias que los obligaban a hacer lo mismo a los
peones para evitar que estos migraran a las grandes ciudades y, a debido a ciertos ajustes del
Estatuto del Pen, tambin deban otorgar ms beneficios. Por otro lado, la agricultura sufri
cambios en las reglas de propiedad rural debido a que el usual arrendamiento entr en crisis,
obligando a los grandes agricultores a renovar contratos a los arrendatarios al mismo valor que el
perodo anterior, perdiendo los primeros, incentivo para arrendar los campos.
LAS COMPLICADAS CUENTAS EXTERNAS
Fin II Guerra Mundial, excesivo supervit de la balanza comercial ligado a la imposibilidad de
importar y no por el aumento de las exportaciones. Necesidad de conseguir las importaciones
necesarias con las divisas provistas de las ventas al exterior. Vender a quien nos vende.
Comercio bilateral: las compras y ventas deban equilibrarse no ya con el conjunto de los socios
comerciales, sino con cada uno tomado individualmente. Manifestacin ms clara del problema es
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el bloqueo de libras en el Banco de Inglaterra. Libras obtenidas de exportaciones a GB durante la
guerra solo pueden utilizarse en el rea libra. Sin embargo, Argentina necesita ms de productos
norteamericanos que ingleses.
Tendencia descendente de las exportaciones argentinas tiene que ver con un panorama exterior
menos favorable pero, fundamentalmente con las polticas internas que no estimularonproduccin rural. Aumento del ingreso incrementa consumo industrial antes que agropecuario,
haciendo inevitable una cada de sus trminos de intercambio externo. Cambio en la demanda
interna por importaciones: mayo demanda de insumos y bienes de capital mientras los bienes
domsticos son satisfechos por produccin local. 1949 Desequilibrio de la balanza comercial
CREDITO Y DESCREDITO: NACE LA INFLACION
Es intervencin en el sector agropecuario basndose en la poltica de distribucin de ingresos.
Mediante la creacin del IAPI, Instituto Argentino para la Promocin del Intercambio, el Estado
monopoliz el intercambio de cereales y oleaginosas, comprando las cosechas a los agricultores
para venderlas tanto al mercado interno como al mercado externo, obteniendo ganancias graciasal margen entre ambos precios de venta. Este margen obtenido sirvi para sostener el aumento
del gasto pblico y desligar el aumento de los precios internos de los precios internacionales en
aumento. Este ltimo acontecimiento podra haber generado una disminucin del valor de los
salarios debido al aumento de productos de la canasta bsica o la necesidad de compensar la
evolucin de los precios internacionales con incrementos en los sueldos de los trabajadores. El
peronismo justificaba esta poltica discriminatoria hacia el sector rural con el argumento de que, a
causa de la Segunda Guerra Mundial, no haba precio internacional al que atenerse y que un
organismo regulador como lo era el IAPI, asegurara a los agricultores el mejor precio posible.
Adems, siendo una entidad estatal, estaba mejor posicionado para correr los riesgos que
suponan las ventas a crdito propias de la poca. Finalmente, el Estado supona que la
intervencin protegera al sector externo de las fluctuaciones violentas de precios.
Otras polticas por las cuales los agricultores tambin se vieron afectados estn relacionadas, por
un lado, con el incremento de salarios en las industrias que los obligaban a hacer lo mismo a los
peones para evitar que estos migraran a las grandes ciudades y, a debido a ciertos ajustes del
Estatuto del Pen, tambin deban otorgar ms beneficios. Por otro lado, la agricultura sufri
cambios en las reglas de propiedad rural debido a que el usu
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