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Lluís Juan Bautista – Eduardo H. Grecco
¿Quién fue Mary Tabor?
Respuestas a un interrogante en la historia de la Terapia Floral
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Prólogo
La ciencia humana consiste más en destruir errores
que en descubrir verdades.
Sócrates
Uno debe ser tan humilde como el polvo
para poder descubrir la verdad.
Mahatma Gandhi
Hace tiempo iniciamos un viaje cuya intención era recobrar del olvido
la memoria de aquella parte de la vida y la obra de Edward Bach que estaba
confinada en la oscuridad.
Hemos pensado en razones diversas sobre los motivos que alentaron
a los legatarios de Bach para promover esta actitud pero, al fin y al cabo, el
hecho es que, por ideología, convicción, desinterés, ignorancia o decisión
voluntaria, el resultado fue la permanencia de un vacío de noticias sobre
aspectos que, a nosotros, nos parecen vitales para comprender, de modo
pleno, la biografía de una persona y la historia de un descubrimiento
terapéutico de las dimensiones del realizado por el doctor Bach.
Una de las facetas desconocidas a las que nos referimos fue la
participación de una mujer, llamada R. Mary Tabor, en la historia y en el
trabajo de Edward Bach. Sobre ello reflexionamos, de un modo extenso, en
un libro1, con pocos hechos pero lleno de sugerencias y conjeturas,
obligadas en parte, ante la carencia de otros datos ciertos.
Este texto fue una puntuación en un recorrido, no solo por un territorio
abordado, sino por nuestras vidas. Sus conclusiones fueron corolarios que
fecundaron la existencia de cada uno de nosotros y, todos los pendientes e
incógnitas allí plasmados, no acabaron arrinconados en el desván de la
marginación sino que, luego de un necesario reposo, nos incitaron a seguir
1 Eduardo H. Grecco, Lluís Juan Bautista, Luis Jiménez. Mary Tabor: Enigma y Misterio.
Ediciones Continente, Buenos Aires, 2011
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desafiando a los dioses que condenaban al silencio, la voz y el recuerdo de
Mary Tabor.
Nuestra insistencia dio sus frutos que si bien son primicias
inesperadas y no imaginadas, no dejan de ser por ello una grata recompensa
de la vida a nuestra fe y persistencia. Tal vez, como dice el Evangelio, no sea
por nuestros méritos sino por la gracia pero, sin duda, nos hemos ganado el
derecho de sentirnos arquitectos y obreros de la reconstrucción de un tramo,
para nosotros significativo, de la historia de la Terapia Floral.
El valor de este aporte solo el mañana lo dirá. Quizás naufrague sin
dejar vestigio, tal vez alcance un destino productivo y convoque a la reflexión
en el interior del campo floral. Nuestra esperanza es que sirva como motor
para que el legado del doctor Bach sea divulgado íntegro y no solo en parte.
Hemos querido, en este breve texto, presentar aquello que, de modo
reciente, hemos descubierto en torno de Mary Tabor. Lo que aquí se dice
son datos que corresponde agregar a cualquier cosa publicada con
anterioridad referente a Mary Tabor.
Es posible que a partir de ahora algunos otros terapeutas florales se
entusiasmen con el hecho de saber que es posible seguir avanzando en el
entendimiento de la historia de nuestro arte. Hay quienes tienen
conocimiento y quieren compartirlo y otros que quieren apropiárselo. Hay
unos que buscan privatizarlo, reducirlo al espacio de un grupo de adeptos
que participan de una misma interpretación de él y otros hacerlo una verdad
universal incuestionable. Por nuestra parte, queremos que todos los
conocimientos, tal como Bach pensaba, se democraticen y todos los
practicantes de su arte tengan acceso total a ellos. Por esta razón, queremos
que todos tengan entrada a los resultados de nuestra labor. Y si, en un
futuro, quieren ayudarnos a seguir adelante, son bienvenidos. Finalmente
agradecemos la ayuda desinteresada que estamos recibiendo de algunas
personas, estos son los primeros frutos.
25 de febrero del 2013
Lluís Juan Bautista y Eduardo H. Grecco
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Antecedentes de una búsqueda
Los autores de este artículo, cada quien a su modo, buscábamos la
respuesta a una serie de preguntas: ¿Quién fue Mary Tabor? ¿Por qué razón
no se hablaba de ella en el mundo floral? ¿Por qué su libro Fiel a Ti Mismo,
había desparecido del horizonte bibliográfico floral y era inaccesible para su
lectura, teniendo en cuenta la información que contenía y que su autora
había sido una discípula directa de Bach? Durante largo tiempo los
resultados obtenidos fueron muy magros y decepcionantes.
Reconocemos las referencias que sobre Mary Tabor y su libro hace
Julian Barnard, en especial en su libro Flores de Bach - Forma y Función,
aunque de forma verbal se lo hemos escuchado narrar desde 1985. Si bien
es cierto que esta evocación fue un importante llamado de atención sobre
esta cuestión, por alguna razón no avanzó más allá de la referencia citada.
En realidad, el primer y real gran paso de los últimos años, fue el
hecho de que Lluís Juan Bautista lograra hallar una copia del libro de Mary
Tabor, lo hiciera traducir y lo publicara, por primera vez en español, en el año
20102. La importancia de esta circunstancia no es menor y supone, nada
más y nada menos, que la recuperación de una parte del legado del doctor
Edward Bach que había permanecido en el olvido.
Durante un tiempo imaginamos que tal situación de omisión era, tal
vez, una ingratitud del destino o desinterés del público lector hasta que
constatamos que se trató de una política activa, de una decisión consciente
de Nora Weeks. Un documento aportado por Eduardo H. Grecco, obtenido
como producto de una investigación en Reino Unido, puso de manifiesto este
escenario3.
Como producto de la combinación de ambos eventos (el libro y la
carta) llevamos a cabo la redacción de un texto “Mary Tabor. Enigma y
misterio” que de modo original se iba a denominar ¿Quién fue Mary Tabor?
2 Mary Tabor, Fiel a Ti Mismo, Ediciones INDIGO, Barcelona, 2010
3 Ver la carta en el libro Mary Tabor: Enigma y Misterio, página 99.
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Debimos renunciar a este nombre porque el libro, si bien hacía un aporte
significativo a la comprensión biográfica de ésta personaje, no pudo
contestar el interrogante que planteaba.
De manera que la cuestión seguía en vilo y nuestro interés por dar
cuerpo a un nombre cada día era mayor. Y así, sentados ante una taza de
café, ideamos un nuevo plan de trabajo, una nueva ruta de indagación, que
sin saberlo en aquel momento, nos conduciría al punto en el cual hoy
estamos.
Un nombre equivocado
Hemos pasado muchas horas revisando archivos, registros y ficheros
de bibliotecas. Pasaron, ante nuestros ojos, miles de datos de fallecimientos
y nacimientos en el Reino Unido y, un tanto frustrados por los escasos
rastros encontrados, extendimos la indagación a Australia y Estados Unidos
con la misma falta de resultados positivos. Identificamos y listamos varias
posibles R. M. Tabor, que luego debimos descartar. También, y puesto que
de ella conocíamos el libro y un par de poemas, pensamos en la posibilidad
de que el nombre utilizado fuera un seudónimo, y, también sin resultados. La
sensación que nos embargaba era que Mary jugaba a las escondidas con
nosotros.
Aunque, en este proceso, aprendimos mucho de cómo funcionan los
registros genealógicos, lo cierto es que no era factible encontrar a R. Mary
Tabor por ninguna vía. Y la razón para que esto sucediera era que R.
Mary Tabor no se llamaba R. Mary Tabor. A pesar de todo, la búsqueda
tuvo un propósito, no solo el de hacernos practicar paciencia, perseverancia
e imaginación, sino, además, desnudar el carácter esquivo y misterioso de
un personaje que nos tuvo, y tiene, desvelados desde hace más de veinte
años.
Mario Satz, comenta que la paciencia es una virtud que nos permite
pensar a largo plazo, de manera que, el querer respuestas perentorias no es
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un camino que esta virtud recorre. En esta experiencia hemos aprendido a
no desmayar ante la adversidad de puertas que se cierran y caminos que tan
solo conducen a ninguna parte.
Hemos atravesado diferentes fases de esta investigación: etapas de
gozo, momentos de decepción, tiempos de desánimo y épocas de necesidad
de descanso. Los motivos que la iniciaron son como las raíces de un árbol:
moran en la sombra y no ven lo que sostienen. Sin embargo, su labor es dar
vida, y si ellas se secaran el árbol perecería. Del mismo modo, aún en las
estaciones de mayor adversidad para nuestra búsqueda, la fuerza secreta
que animaba a nuestras almas, en este sendero, permaneció firme en torno
de seguir "el deseo del corazón4”.
Muchos nos han cuestionado sobre la importancia de este trozo de la
historia floral, por el valor que podría tener el descubrir quién fue Mary Tabor.
Inclusive si el costo de su esfuerzo se justificaba. Nosotros creemos que esa
memoria tiene trascendencia en sí misma pero, además, hay otra razón de
peso para insistir en su hallazgo. Si Mary era una persona cercana para
Bach, como ya lo hemos demostrado en otros textos, esto ya lo hace por si
relevante y que se haya forzado a la supresión del recuerdo tal trama de la
biografía floral, aumenta su significación.
Un principio sistémico enseña que se necesita un elemento exterior
para transformar las estructuras, una mirada nueva que traiga un cambio de
aire a lo ya cristalizado, que aleje la conciencia de las repeticiones, un
embrión de una perspectiva distinta que sacuda el estancamiento. Ese
germen, como un chispazo, se hizo aquí realidad y nos encontramos ahora,
gracias ese chispazo, en un tiempo de nuevos florecimientos.
Es cierto que nosotros empujamos los descubrimientos que vamos a
narrar pero, fue alguien exterior al grupo, experto en el tema de indagar
genealogías, con la intermediación de una de nuestras colaboradoras, que a
diferencia de nosotros habla inglés, el que nos acercó una respuesta
4 Ver el capítulo XIX del libro Fiel a Ti Mismo.
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inesperada. Disponíamos de una lista de investigadores, se nos sugirió uno
de ellos, y nosotros diseñamos un plano que este investigador ejecutó.
Algo deberíamos habernos sospechado hace tiempo. Si no
hallábamos a Mary Tabor, tal vez era porque su nombre no era el correcto.
Así de sencillo, así de complejo. Humildad ante la entrada a nuestra
percepción, de un giro inesperado de esta novela de exploración floral que
queremos seguir compartiendo.
En este momento estamos dando vueltas, retrasando lo que tenemos
que decir. Saboreando el insospechado encuentro que vamos digiriendo
poco a poco. Es que, luego de tanto tiempo, haber alcanzado una respuesta
a la pregunta "¿Quién fue Mary Tabor?" nos coloca ante el hecho paradojal
de un logro que nos deja, en cierto modo, sin un fuerte motivo para seguir
indagando. Seguiremos adelante pero el sabor de perseguir lo hasta hoy
elusivo parece haberse acabado, por lo menos en torno de un nombre. Claro
que nos queda llenar ese nombre de historia y hacia allí caminamos.
Los datos duros
En el libro Fiel a Ti Mismo, publicado en 19385, su autora figura como
Mary Tabor. En el denominado Archivo Daniel6, además de alguna nota
manuscrita sin firma, disponemos de siete cartas firmadas por ella; la primera
del 29 de enero de 1935 y las cuatro siguientes, en las que firma R. M.
Tabor. Del mismo modo, en el testamento de Bach, ella participa como
testigo firmando como R. M. Tabor. Esto ocurre el 13 de noviembre de 19367.
Sin embargo, después del fallecimiento de Bach, hay dos cartas más, una
del día tres y otra del día siete de diciembre de 1936, en ambas firma Mary
Tabor. En unas cartas, de las que no disponemos de los originales pero sí de
5 Mary Tabor, To Thine Own Self, C.W. Daniel Company Ltd. 1938
6 Eduardo H. Grecco, Lluís Juan Bautista, Luis Jiménez, Edward Bach y Charles W. Daniel -
nacimiento y fundación de la Terapia Floral. Documentos inéditos, contextuados, anotados y comentados, Ediciones Continente, Buenos Aires, 2011. 7 Ver el Apéndice de imágenes al final
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las traducciones, y que corresponden a los días inmediatamente anteriores al
fallecimiento del doctor Bach, también firma Mary Tabor.
De manera que, nuestro interés inicial se centraba, de modo natural,
en descubrir el significado de esa inicial, “R”, que, en algunos círculos, la
daban como “Roberta”, al igual que el nombre de Boby Bach, la hija de
Edward Bach. Sin embargo, la hija de Bach tampoco se llamaba Roberta
sino Evelyn8.
Conocer el nombre que se cobijaba bajo la inicial “R” fue en principio
la preocupación básica, ya que, con ello, esperábamos descubrir un perfil de
la vida de la mujer, su fecha de nacimiento y cuándo había fallecido, dónde
había vivido, quienes habían sido sus padres, etc.
El punto de referencia para descubrir este detalle fue el lugar donde
residía Mary: una casa llamada Wellsprings, en Sotwel, indicación avalada
por varios documentos y cartas9. Con esta idea es que le pedimos a nuestro
investigador en Londres que indagara en los Registros Electorales de Sotwell
para ver quién habitaba la casa de Wellsprings entre los años 1930 a 1980,
ya que los documentos de propiedad del inmueble habían sido inaccesibles.
El primer registro que obtuvimos fue el de 195010 y la persona que
habitaba Wellsprings era una mujer llamada Rhona Margaret Tabor. En el
registro de 1950 figuran como habitantes de Mount Vernon, Nora Weeks y
Víctor Bullen. Hasta los Registros Electorales de 1962 Rhona figura como
votante de este lugar y luego, aparentemente, deja Sotwell entre los años
1963 y 1964 para mudarse a Londres, donde fallece el 21 de noviembre de
1966.
La primera reacción fue imaginar que, tal vez, Rhona fuera una
hermana de Mary y no la R. Mary Tabor que deseábamos encontrar. Todo
indicaba que en realidad Rhona era Mary pero, por experiencias anteriores,
8 Ver el Apéndice de imágenes al final
9 En el libro sobre el Archivo Daniel existen varias cartas que permiten establecer que R.M.
Tabor vivía en Wellsprings. 10
Ver el Apéndice de imágenes al final
9
en donde algo que parecía de una manera luego era de otra, nos pareció
prudente esperar los Registros Electorales de Wellsprings, Sotwell, entre los
años 1930 y 1950. Los resultados fueron los mismos11.
Con la confirmación de este dato comenzamos a buscar los orígenes
de Rhona Margaret Tabor. Mary, mejor dicho Rhona, había vivido, por lo
menos hasta casi sus 33 años, con su padre. Su madre había muerto años
antes.
Su padre fue “Headmaster” (director) del Cheam School entre los años
1891 y 1920. Éste era, y es, un prestigioso colegio inglés al cual solían asistir
los príncipes del Reino Unido. Allí ella nació y ése fue su hogar hasta los 28
años.
Según el obituario de su padre, parece haber sido ella quien lo
acompañó y cuidó, de un modo amoroso, hasta su muerte, como haría, más
tarde, con Edward Bach. Esto revela una actitud singular, que si bien podría
estar enmarcada en los vientos de una época, también denota una
inclinación de su personalidad.
En el Censo Poblacional de 191112 Rhona, a la sazón de 19 años,
vivía en el Colegio Cheam, en Surrey, junto a su padre ya viudo.
Su larga permanencia en Surrey nos evocaba los vagabundeos de
Bach por ese lugar y las relaciones de amistad que él tenía por allí.
¿Caminos que se cruzan? Aún no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es
que, de acuerdo al Archivo Daniel ya mencionado, en Surrey vivía el señor
Edwin S. Wood, amigo de Bach, y que como él pertenecía a la masonería, el
cual intenta ayudarle en la difusión y venta del Cúrate a Ti Mismo, en marzo
de 1931. Es en Epsom, Surrey, donde se imprime el Libérate a Ti Mismo.
Posteriormente, el 24 de enero de 1933, el doctor Bach se muda a vivir a
casa de su amigo, siendo la dirección Berryfields, Park Lane, Ashstead,
11
Nuestro investigador en Londres nos informa que salvo los Registros Electorales del año 1931 y luego el de 1937 y el de 1950 el resto, a raíz de la guerra, no es posible de encontrarlos. Ver el Apéndice de imágenes al final 12
Ver el Apéndice de imágenes al final
10
Surrey, y allí permanece hasta agosto del mismo año. También en Epsom se
lleva a cabo la impresión del primer folleto respecto a Los Doce Curadores.
El 14 de marzo de 1934, Bach vuelve a instalarse en casa de su amigo el
señor Wood. En Surrey también se encontraban los Reales Jardines
Botánicos a quien Bach se dirige para que le identifiquen adecuadamente
Wild Oat. En 1934 Bach escribe "La Historia de Oak", y en ella dice: "...un
hombre estaba apoyado en un roble de un viejo parque de Surrey y oyó lo
que el roble estaba pensando...", aunque según Nora Weeks, Oak lo preparó
cerca de Cromer. Finalmente, en la última carta que Bach dirige al Consejo
General Médico, el 8 de enero de 1936, les recuerda que la dirección médica
certificada es: Berryfields, Park Lane, Ashstead, Surrey.
Con todos los datos duros en la mano es posible dibujar la siguiente
radiografía de Rhona y su familia cercana:
Nace el 12 de abril de 189113 en el subdistrito de Carshalton, de
Epsom, en el condado de Surrey, en el Cheam School, la
Escuela que su padre dirigió 29 años,
y muere el 21 de noviembre de 196614, en el 28 de Queensdale
Road, Holland Park, Londres W.ll. tal como figura en los
Registros de Fallecimientos15.
Es incitante imaginar que hacia fines de 1927, ante la muerte de su
padre, Rhona queda liberada de la responsabilidad que había asumido de
asistirlo y velar por él. ¿Cuáles habrán sido sus pasos?, ¿hacia donde se
dirigió? ¿Dónde estuvo hasta que podemos dar cuenta de su presencia al
lado de Bach?
13
Ver el Apéndice de imágenes al final 14
Idem 15
Idem
11
Al morir su fortuna ascendía a poco más de 5200 libras16. El legado de
Bach no llegaba a las 200 libras y, el de Nora Weeks, de modo sorprendente,
a más de 45.000.
Epílogo
Con el paso de los días, el avance de nuestra investigación y la
información que nos sigue llegando, sin duda habrá mucho más para decir.
Pero, en este momento nos mueve el que esta noticia, quien fue R. Mary
Tabor, sea compartida por todos y que si alguien está en condiciones de
agregar más luz sobre el tema lo haga.
Como ha sido siempre con ella, con cada respuesta que alcanzamos
se abren más interrogantes. Podemos decir muchas cosas pero nunca que
con ella nos aburriremos.
Los hechos que hemos encontrado en esta búsqueda trascienden a
Rhona y nos muestrean un entretejido de historias que vale la pena
reconstruir. En cierto sentido hemos alcanzado cierta paz con estos
conocimientos, pero ellos nos despiertan nuevas inquietudes. Han aparecido
nuevos personajes, tramas a develar y, de modo seguro, textos a recuperar.
En un próximo artículo trataremos de aventurar algunas lecturas
posibles del motivo del uso del nombre de Mary por parte de Rhona, así
como a dar cuenta de su familia de origen y el contenido de su testamento.
16
Ver el Apéndice de imágenes al final
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