Arístocles de Atenas, apodado Platón (el de anchas espaldas), nace en Atenas, o Aegina. Pertenecía
a una familia noble. Tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. A los
veinte años tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates
contaba entonces 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte (399 a.n.e).
Tanto por sus relaciones familiares, como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en
la vida política. Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón.
La injusticia del orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su
pensamiento en el sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo.
Platón concebía un "dualismo metafísico" ya que dividía a la realidad en dos: el mundo inteligible (o
de las ideas), y el mundo sensible.
La obra de Platón puede dividirse cronológicamente en cuatro etapas:
1. Primeros diálogos o diálogos socráticos o de juventud. Se caracterizan por sus
preocupaciones éticas. Están plenamente influidos por Sócrates.
2. Época de transición. Esta fase se caracteriza también por cuestiones políticas, además,
aparece un primer esbozo de la Teoría de la reminiscencia y trata sobre la filosofía del
lenguaje.
3. Época de madurez o diálogos críticos. Platón introduce explícitamente la Teoría de las Ideas
recién en esta fase y desarrolla con más detalle la de la reminiscencia. Igualmente se trata
de distintos mitos.
4. Diálogo de vejez o diálogos críticos. En esta fase revisa sus ideas anteriores e introduce
temas sobre la naturaleza y la medicina.
Platón dice que las ideas son algo inmaterial y eterno, algo perfecto. Según él, en nuestras almas
tenemos esas ideas y lo que vemos, lo material, es sólo un acercamiento a éstas. Es decir, el "bien"
es algo perfecto a lo que aspiramos, pero jamás alcanzaremos. El mundo sensible es el que vemos,
el inteligible donde residen las ideas.
Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de
la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos.