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ORÍ
Orí, el símbolo del hombre interior
Àtètè níran
Àtètè gbeni jòòsà
Amúniwáyé má se gbàgbé eni
Orí òtòsì níí sorí àpéré
Orí olówó adudumoda
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¿Qué es orí?
Para que la vida comience, Ifá dice que hay una secuencia de
eventos que Olódùmaré ha instalado. Esto es comparable a
cuando un granjero decide cultivar la tierra. Él tendrá que
limpiar la maleza. Él plantará antes de finalmente cosechar
los cultivos maduros al final de la temporada. De la misma
forma, Olódùmaré comenzó la construcción del ser humano
en el reino espiritual desde la nada hasta su última parte.
Imaginemos el comienzo de la vida humana como si
estuviera dividido en dos fases: El Reino Subliminal en el
Cielo y el Reino Consciente, cuando el niño nace en la
Tierra.
a. Olódùmaré: De acuerdo con los versos de Ifá, la
creación del hombre habría empezado con Olódùmarè.
Ifá dice que los hechos y métodos de la creación sólo
eran conocidos por Él. Él fue el que creó los primeros
seres incluyendo las deidades primitivas, algunos de los
cuales fueron enviados a la Tierra. Esto le hizo merecer
los títulos “Ondàáayé, Ondàáorùn” el creador de la
Tierra y el Cielo.
b. Obàtálá: Se dice que Olódùmaré encomendó a Obàtálá
en el oficio de moldear a los seres humanos para
compensarlo (a Obàtálá) por haber perdido el liderazgo
ante Oduduwa en fundar la Tierra. Aparentemente,
Obàtálá fue autorizado a hacer el componente más
simple de la composición espiritual desde el vacío, el
cual entregaría a Olódùmarè, por último para darle vida.
c. Aliento de Vida: Esto, de acuerdo a algunos versos de
Éji Ogbè, es un infinita parte de Olódùmarè la cual se
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pasa al nuevo ser creado para darle “Èmí”, el alma
(vida que energiza el alma). Esta alma puede haber
tenido identidad, de acuerdo al verso de Ifá Ìrosùn Òsá
(el cual veremos más adelante). Éste también tiene
conciencia espiritual como está aclarado en Ògúndá
méji (ver abajo). Ifá dice que Obàtálá en muchas
ocasiones intentó ver cómo hacía Olódùmaré para dar
vida (respiración) a las nuevas creaciones, pero se
quedaba dormido. Tal vez, haya sido posible que luego
de la creación o la respiración (aliento de vida) el Èmi
haya formado “vagabundos” en el pedestal del cielo
hasta que fuera tiempo de ir a la tierra: el momento en
el que procederán a ir al “mercado”de Ìdó y
Ojùgbòròmekùn a elegir Orí e Ìwà respectivamente.
Muchos versos de Ifá hacen una mirada sobre esto y
dicen que hay muchas almas en el Cielo que no
vendrían a la Tierra a habitar en él.
d. Mercado de Ìdó: este mercado puede haber sido la
casa de Àjàlá el que moldea Orí. Àjàlá puede haber sido
uno de los asistentes de Obàtálá. Mientras Obàtálá
puede moldear el cuerpo entero incluyendo la cabeza en
el estado de Emi, Àjàlá moldea solo el Orí. La
referencia al mercado aquí no es una indicación de
comprar y vender, sino que el agregado de las personas.
La elección de Orí es muy crítica con respecto a
muchos otros factores que acarrea. El humano tiene que
saber qué Orí elegir y también el procedimiento para
elegirlo para que pueda traerle suerte cuando vaya
finalmente al mercado de Ojùgbòròmekùn. Por lo tanto
las características del Orí elegido por el humano lo
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ayudarán a saber cómo seleccionar buenas cosas para
usar en la Tierra como dice Ìretè Òdí:
e. El mercado de Ojùgbòròmekùn: este lugar también es
llamado “Ìbùyàn”. Aquí es donde el Orí, dentro de lo
que es Èmí, elegiría Ìwà, el carácter. El término Ìwà en
el reino espiritual puede no significar lo mismo que el
Ìwà físico. En el reino espiritual, Ogbé Alárá (Ogbé
Òtúá) habla sobre “Àpò Ìwà”, la “bolsa” que contiene el
carácter. En este poema, un hombre le ruega a Obàtálà
que lo salpique con Ìwa, las entidades de la riqueza.
Entonces, en el reino espiritual, Ìwà puede significar
esas cosas que Orí elige para disfrutar la vida.
Pero en la vida física, Ìwa son aquellas cosas que dan sus
características a los humanos. Esto incluye (pero no se limita
a esto) comportamiento, virtudes e identidad del ser.
Características gentiles, Ìwà Pèlé, junto a un buen Orí (el
cual también eligió buen Ìwà) traerán otros factores a la
realidad, aquellas cosas que el hombre eligió como destino.
De acuerdo a Ogbè Alárá (arriba) y muchos otros versos de
Ifá, todas las cosas que los seres humanos destacan como
ganancias de la vida (como la salud, esposa, hijos y casas)
son lo que Ifá llama Ìwà, mientras que es el Orí que uno
elige el que dará la habilidad para elegir un buen carácter.
Las acciones aquí tienen muchos nombres. Ìpín, Àkúnlèyàn,
Ìwà yíyàn, etc; este es el lugar para todos ellos. Ifá dice que
esto es asentado por el mismo Obàtálá, quien comenzó la
construcción desde el principio. Es él quien pondrá “Àse”, un
sello sobre todos los contenidos del deseo del viajante,
mientras Ifá toma registro de todo. Esta es una de las razones
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por las cuales Ifá es llamado Elérìí Ìpín, testigo de la
elección del destino.
Para elegir un buen Orí y un buen Ìwà, Ìrosùn Òsá advirtió
que el día para cada elección debería establecerse aparte:
No solo los hombres mortales eligieron en este mercado.
Òrúnmìlà y todas las deidades también han seguido el
mismo procedimiento antes del advenimiento de los hombres
mortales. En realidad, el verso de arriba cita a Òrúnmìlà
incluso ayudando a los hombres a elegir los más efectivos.
Acerca de la complejidad de elegir Ìwà, la creación humana
en la fase 1 está completa.
Con la inigualable habilidad de Dios de traer vacío a la vida,
vida a más vida y la vida a un final, esotéricamente y
científicamente, Olódùmarè primero debió haber hecho el
componente más simple de la vida (delegándoselo a
Obàtálá) y lo activó a través de reacciones complejas que no
podemos conocer*. El Emi, alojado en el Orí, no está
limitado por el tiempo, la energía o el espacio. Por lo tanto
puede viajar a través de muchos finales sin perder tiempo. Es
este mismo espíritu el que retornará al Cielo cuando el
hombre muera*.
Si tenemos en cuenta a la red del ADN como la definición
del volumen de la habilidad de cualquier hombre, entonces la
explicación nominal de esto es, que cuando el hombre estaba
viniendo, el volumen constitutivo de la larga cadena o red
determina la efectividad de su Orí y su habilidad para
conocer el par a elegir en la ciudad de Ìdó es un factor
importante que lo guiará en el proceso de elección de su
carácter.
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Por ejemplo, en la historia de Àfùwàpé, Orísèékú y
Orílèémèrè, que se encuentran más arriba, lo que le dio
ventaja a Àfùwàpé sobre los otros es su habilidad de conocer
el contenido del volumen primario de su red y los pares que
vivirían juntos en armonía. Esto es, que si el componente
espiritual de un hombre está en discordancia con su cuerpo
físico, el hombre puede enfermarse.
En otras palabras, el humano entero puede ser visto en una
constitución triple del alma o el átomo sobre el cual respiró
Olódùmarè, el cual ahora se convierte en el espíritu sobre el
cual se eligen algunos atributos en el mercado de Ìdó y
finalmente desarrollando características físicas e identidad
en el mercado de Ojùgbòròmekùn. De aquí en adelante, se
puede decir que el cuerpo humano tiene Orí inú, Orí interno
y Orí Òde, Orí exterior como lo explica Ogbè Ògúndá:
¿Qué hace el Orí?
Ifá sostiene la costumbre de Orí con gran consideración y
advierte que todos hagan lo mismo en la tierra Yorùbá, ya
que es la entidad que puede trabajar en provecho de uno
mismo más que cualquier Òrìsà.
Un verso de Ìfá bajo Ògúndá meji* lo resume:
El fundamento de este verso es que no hay Òrìsà que sea
capaz de auxiliar a una persona en momentos críticos como
lo hace Orí. El Orí es el que está allí en todo momento en la
vida del hombre, ya sea que él sea rico o pobre, grande o
pequeño. Este verso y muchos como éste pueden haber
informado el dicho “Orí là bà bo à bá fÒrìsà sílè”, “es a Orí
al que debemos ofrecer sacrificio antes que al Òrìsà”. Esta
es la conclusión bajo Òwónrín méji y otros versos de Ifá.
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Se entiende claramente que solo se nos pide lo que sería
hacer devoción muy significativa a Òrìsà; si Orí no acepta
nuestro sacrificio, tampoco lo hará ningún Òrìsà.
También apreciemos el hecho de que los Òrìsà en sí mismos
tienen su Orí y cada uno de ellos resuelve individualmente
su alimentación, asique ellos también continuamente estarían
cumpliendo las reglas de sus devotos. Si el Orí del Òrìsà no
trabaja para ellos, nadie los conocería. Si el Orí de Òrúnmìlà
no trabaja para él, nadie lo recordaría; si el de Òrìsà Obàtálá
no lo beneficiara, el no sería apuntado para moldear las
cabezas humanas. En términos claros, Orí es un Òrìsà.
Orí es acerca del ser de uno mismo. Uno puede dejar a su
Òrìsà en casa y viajar a un lugar lejano, pero no puede dejar
su Orí ya que es una entidad que continuará cuidándolo. Si el
Òrìsà beneficia a su devoto pero el Orí no lo hace, entonces
todo se vuelve nulo.
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