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Noroeste Asiático: Diplomacia
y Comercio con América
Dr. Roberto Celaya Figueroa
Dr. Juan Gonzalez García
Dr. Ángel Licona Michel
Coordinadores
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Noroeste Asiático: Diplomacia y
Comercio con América
Autores:
Juan Felipe López Aymes Ángel Licona Michel
Fátima Ashanty Rojo Cisneros Carlos Uscanga
Roberto Celaya Figueroa Rodolfo Valenzuela Reynaga
Zulema Ruiz Rosas Jerjes Aguirre Ochoa Joel Bonales Valencia
José Cesar Lenin Navarro Chávez Oscar Hugo Pedraza Rendón
Juan José Ramírez Bonilla Francisco Haro Navejas Carlos Gómez Chiñas Juan González García
Coordinadores
Dr. Roberto Celaya Figueroa Dr. Juan Gonzalez García
Dr. Ángel Licona Michel
Edición literaria:
Gestión Editorial:
Oficina de Producción de Obras Literarias y Científicas
Diseño:
Mtro. Víctor Manuel Valenzuela Hernández
ITSON
Instituto Tecnológico de Sonora
5 de Febrero, 818 sur, Colonia Centro, CP 85000 Ciudad Obregón, Sonora, México
Teléfono: (644) 410-90-00, Email: [email protected] Web: www.itson.mx
Noroeste Asiático: Diplomacia y Comercio con América
Primera edición 2014
Se permite la reproducción total o parcial de la presente obra,
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Directorio
Dr. Isidro Roberto Cruz Medina
Rector del ITSON
Dr. Jesús Héctor Hernández López
Vicerrector Académico
Mtro. Jaime René Pablos Tavares
Vicerrector Administrativo
Dra. Imelda Lorena Vázquez Jiménez
Directora de Ciencias Económico Administrativas
I
Índice
Introducción ........................................................................................................... 1 CAPÍTULO I La vinculación de Corea con América Latina y México tras 50 años de relaciones diplomáticas: realidades y desafíos ............................................... 10 Juan Felipe López Aymes 1.1 Introducción ................................................................................................... 10 1.2 Condición actual de los vínculos de Corea con América Latina .............. 12 1.3 La singularidad de la estrategia coreana .................................................... 13 1.4 Desafíos del acercamiento de Corea y recomendación a sus políticas ... 16 1.5 Potencial para una sociedad comercial entre Estados Unidos y Corea en México ....................................................................................................... 19 1.6 Conclusión ..................................................................................................... 21 Referencias .......................................................................................................... 23 CAPÍTULO II América Latina y México en la política exterior de la República de Corea ... 25 Ángel Licona Michel Fátima Ashanty Rojo Cisneros 2.1 Introducción ................................................................................................... 25 2.2 Contexto del estudio de las Relaciones Internacionales ........................... 26 2.3 Política exterior de Corea del Sur con América Latina ........................... 299 2.4 Países latinoamericanos prioritarios en la política exterior de Corea del Sur ........................................................................................................................ 34 2.5 Política exterior de Corea del Sur hacia México ......................................... 36 2.6 Reflexiones finales ........................................................................................ 43 Referencias bibliográficas y electrónicas ......................................................... 45 CAPÍTULO III ¿El Capítulo 14 del Acuerdo de Asociación Económica México y Japón como modelo? La agenda de cooperación en el posible mecanismo económico bilateral entre México y Corea del sur ............................................................... 49 Carlos Uscanga 3.1 Introducción ................................................................................................... 49 3.2 El Principio de Subsidiaridad ....................................................................... 50 3.3 Los Factores de la Negociación del Capítulo 14 en el AAE con México .. 52 3.4 Corea: Modelos de los instrumentos comerciales ..................................... 56 3.5 Reflexión Final: ¿Cooperación bajo el principio de subsidiaridad en el
II
instrumento comercial entre México y Corea? ........................................... 60 Bibliografía ........................................................................................................... 63 CAPÍTULO IV Tendencias y perspectivas Corea del Sur......................................................... 65 Roberto Celaya Figueroa Rodolfo Valenzuela Reynaga Zulema Ruiz Rosas 4.1 Introducción ................................................................................................... 65 4.2 Tendencias y perspectivas Corea del Sur ................................................... 67 4.3 Modelo de desarrollo de Corea del Sur ....................................................... 71 4.4 Conclusiones ................................................................................................. 82 Bibliografía básica de consulta .......................................................................... 87 Bibliografía adicional de consulta ..................................................................... 88 CAPÍTULO V Similitudes y diferencias de los procesos de integración a EUA de la Migración Mexicana y China a Estados Unidos en el siglo XX ....................... 90 Jerjes Aguirre Ochoa Joel Bonales Valencia José Cesar Lenin Navarro Chávez Oscar Hugo Pedraza Rendón 5.1 Introducción ................................................................................................... 90 5.2 La asimilación de los mexicanos a EUA ..................................................... 91 5.3 Migración China a EUA ................................................................................. 96 5.4 Conclusiones ................................................................................................. 97 Bibliografía ........................................................................................................... 98 CAPÍTULO VI Reposicionamiento a través de las negociaciones económicas: Iniciativas asiáticas y americanas ..................................................................................... 101 Juan José Ramírez Bonilla Francisco Haro Navejas 6.1 Introducción ................................................................................................. 101 6.2 De las inercias estadounidenses en Asia-Pacifico .................................. 103 6.3 Las inercias estadounidenses en materia de política exterior regional . 104 6.4 La consolidación del gobierno chino como un actor regional decisivo 108 6.5 Una competencia peculiar: la TPP-9 vs el ALC-CHJK.............................. 111 6.6 Conclusiones ............................................................................................. 1188 Bibliografía ......................................................................................................... 121
III
CAPÍTULO VII China y México: participación en el mercado estadounidense ..................... 123 Carlos Gómez Chiñas Juan González García 7.1 Introducción ................................................................................................. 123 7.2 La inserción de China en la Economía Internacional ............................... 126 7.3 La estructura comercial de China .............................................................. 132 7.4 Consideraciones Finales ............................................................................ 141 Bibliografía ......................................................................................................... 143
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Introducción
Los procesos de integración regional, que adquirieron un dinamismo a partir de la
década de los 80´s, han devenido en procesos que no solo propugnan por una
liberalización del comercio y una facilitación de la inversión, sino que han incluido en
sus agendas temas tan diversos como medio ambiente, derechos humanos,
movilidad laboral, seguridad energética y nacional, que obligan a un constante y
renovado análisis del desarrollo, situación y perspectivas de dichos procesos de
integración.
Asia Pacífico, como una de las más dinámicas regiones del mundo que propugnan
por procesos de integración, no queda excluida de la dinámica anterior. Para
mantener la vigencia de la visión que sobre la región se tiene, reconocidos
especialistas en el área plasman en el presente trabajo las conclusiones más
recientes sobre los procesos que en ella se dan.
En su trabajo “La vinculación de Corea con América Latina y México tras 50 años de
relaciones diplomáticas: realidades y desafíos”, Juan Felipe López Aymes se basa en
el supuesto de que la vinculación de Corea con Latinoamérica está relacionada con
la dotación de los recursos que poseen ambas partes y el acceso a mercados, su
planteamiento gira en torno a que esto crea una relación interdependiente en la que
Corea debe vencer muchos obstáculos para poder asentar su posición como socio
confiable respecto a sus contrapartes latinoamericanas, especialmente con México.
La conclusión que nos plantea refiere que la vinculación de Corea con México y
América Latina es una estrategia relativamente reciente que obedece principalmente
a imperativos económicos. Es muy importante para México que Corea se involucre,
especialmente para que contribuya a diversificar las relaciones económicas y funja
como contrapeso a la creciente y abrumadora presencia de China. Esta es una
preocupación mutua, ya que Corea también necesita mantener abiertas las
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economías de sus socios no tradicionales. El lograr que la sociedad latinoamericana,
los gobiernos y sus negocios se interesen en fomentar una actitud de colaboración
hacia Corea es un desafío de gran importancia. Una manera de superar este reto y
las consecuencias que conlleva, podría ser mediante la participación activa en los
mecanismos regionales y asociarse con Estados Unidos en proyectos que
contribuyan genuinamente al desarrollo de la región en infraestructura educativa y
avances tecnológicos.
En el capítulo referido a “América Latina y México en la política exterior de la
República de Corea”, Ángel Licona Michel y Fátima Ashanty Rojo Cisneros muestran
cómo es que a pesar de tener acercamientos con más de 30 países, de acuerdo a la
relevancia en el contexto internacional y al crecimiento de la economía de Corea del
Sur, sus nexos de mayor importancia son con los Estados Unidos de América,
Canadá, México, Brasil, Chile, Perú y Argentina, los cuales tienen mercados más
extensos que permiten a las empresas surcoreanas incrementar sus niveles de
producción para acercarse por medio de la exportación e importación de bienes a los
consumidores de estos mercados; de la misma forma presentan un análisis acerca
de la evolución en las relaciones diplomáticas por parte de Corea del Sur con los
países de América y México. Entre otras conclusiones ambos investigadores nos
refieren a que el acercamiento entre Latinoamérica y Corea del Sur puede
incrementar sus relaciones a través de la búsqueda de vínculos más fuertes, y no
solo económicos, sino también políticos y socioculturales, para que así pueda haber
una mayor comprensión recíproca, en el caso específico de México, los intereses
que tienen en común, permiten que las relaciones tengan varias situaciones
dependido del contexto internacional. De la misma forma y sobre este último punto
se hace un énfasis en que México no ha realizado un esfuerzo notorio para fortificar
las relaciones con Corea del Sur, por lo tanto consideramos que debe buscar áreas
de oportunidad en los sectores de alta tecnología en lo que ha logrado sobresalir
Corea del Sur, entre ellos, la electrónica, petroquímica, naval, automotriz y acereras.
Asimismo generar un vínculo en materia cultural y educativa que les permita un
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mayor entendimiento sobre ambas culturas, y con ello mitigar o eliminar las barreras
que nos alejan de mercado dinámicos.
En su trabajo “¿El Capítulo 14 del Acuerdo de Asociación Económica México y Japón
como modelo? La agenda de cooperación en el posible mecanismo económico
bilateral entre México y Corea del sur”, Carlos Uscanga señala que después de la
incorporación de México dentro de la última etapa de las rondas de discusión del
Transpacific Partnership Agreement (mejor conocido por sus siglas TTP), se anunció
la posibilidad del reinicio de las negociaciones bilaterales con Corea del Sur,
suspendidas desde el verano del 2008. De lograr esa reapertura, sin lugar a dudas,
estará sustentado en la capacidad política y habilidades negociadoras de los nuevos
responsables de la política comercial de México. Empero de manera independiente,
es interesante conocer las diferentes opciones que el documento final pudiera
contener y en lo particular cómo se integraría el eje de cooperación dentro del nuevo
instrumento comercial. Sí se toma en cuenta la experiencia del Acuerdo de
Asociación Económica (AAE o por sus siglas en inglés, EPA, Economic Partnership
Agreement)) entre México y Japón, podrían derivarse algunos puntos referenciales
que pudieran servir de base para la negociación con el gobierno sudcoreano. En
este sentido, su trabajo ponencia buscará explorar, tomando en cuenta el capítulo o
apartado 14 del AAE México-Japón, cómo pudiera moldearse – si fuera el caso- un
capítulo similar o ampliado para el caso de Corea. Una pregunta adicional que
pudiera derivarse es sí el principio de “subsidiaridad” pudiera estar o no presente en
el caso de las acciones en el rubro de cooperación que pudiera tener el futuro AAE
con Corea del Sur.
La colaboración titulada “Tendencias y perspectivas Corea del Sur“, Roberto Celaya
Figueroa, Rodolfo Valenzuela Reynaga y Zulema Ruiz Rosas, tomando como
referencia el hecho de que el crecimiento de Corea fue de 60% en los 60´sy 70´s y
de cerca del 90% en los 80´s y 90´s cayendo a 70% en la primera década del año
2000 y con la premisa de que establecer las tendencias y perspectivas nos permitirá
desarrollar escenarios de desarrollo para esta nación cuya economía es la cuarta
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más grande de Asia, proponen los siguientes objetivos para su investigación
presente trabajo son el de (1) Presentar un marco de referencia que permita
entender el modelo de desarrollo del este asiático, (2) Presentar un marco de
referencia que permita entender el modelo de desarrollo de Corea del Sur, y (3)
determinar las tendencias y perspectivas para Corea del Sur en cuanto a Índice de
Desarrollo Humano, Producto Interno Bruto (PIB), PIB per cápita, Precios de
consumo, Tipo de cambio, Indicadores de consumo privado, Inversiones en la
industria, Ocupados y asalariados, Niveles de desempleo, Empleo por ramas de
actividad, Asalariados por tipo de contrato y parados por duración (empleos
vulnerables), Índice de precios al consumidor, Índice de precio al productor, Inflación,
Gasto público, Balanza de pagos, Inversión extranjera directa, Reservas
internacionales, Deuda externa, y Tasas de interés: mercado de dinero y mercados
de valores. Los resutados del presente trabajo, segpun los autores, pueden
resumirse en lo siguiente (1) Producto Interno Bruto reducido a más de la mitad que
en su punto más alto en los 80`s y a la baja, (2) Precios de consumo que pasaron
de 20 en los 80´s a 100 en la actualidad y a la alza, (3) Tipo de cambio tres veces
más alto que en los 80`s y a la alza, (4) Indicadores de consumo privado en los
mismos niveles que los 80’s y seis veces más bajo que en su pico de finales de los
90´s y a la baja, (5) Encuesta de inversiones en la industria al mismo nivel que a
principios de los 80´s y tres veces más bajo que en su pico más alto de finales de los
90`s y a la baja, (6) Empleo por ramas de actividad con tendencia a la alza para el
sector servicio pero a la baja de la industria y agricultura, (7) Índice de precio al
productor creciente y a la alza en sus niveles más altos en treinta años, (8) Gasto
público en sus niveles más altos en treinta años y con tendencia a la alza, (9)
Inversión extranjera directa en sus niveles más bajos en treinta años, (10) Deuda
externa casi triplicada en estos últimos 30 años y con tendencia a la alza, y (11)
Tasas de interés estables. De lo anterior los investigadores concluyen que existen
fuertes presiones sobre la economìa Coreana que vislumbran un escenario recesivo
en cuanto a su economía en el mediano plazo.
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En el capítulo titulado “Similitudes y diferencias de los procesos de integración a EUA
de la Migración Mexicana y China a Estados Unidos en el siglo XX” Jerjes Aguirre
Ochoa, Joel Bonales Valencia, José Cesar Lenin Navarro Chávez y Oscar Hugo
Pedraza Rendón hacen referencia a como es que la comunidad estadounidense de
origen chino es el mayor grupo étnico dentro de los llamados “americanos” de origen
asiático. Comprende el 25.9% de la población de Asiático-Americana. Asimismo,
constituye el 1.2% de la población de los Estados Unidos (EUA), incluyendo aquellos
con ascendencia china parcial. Por su lado, los mexicanos constituyen la minoría
étnica más importante en los EUA, muy por encima de la población
de origen africano (American Community Survey, 2009). En este contexto, el
presente trabajo busca analizar los diferentes patrones de integración de ambos
grupos étnicos a los EUA y determinar la influencia de estos procesos en la relación
económica y política entre China y EUA y México y EUA. El trabajo presenta una
serie de reflexiones sobre los procesos de integración de ambas etnias a los Estados
Unidos y las implicaciones que pueden darse en la relación bilateral entre su país de
acogida y de origen. Se presenta un recuento histórico de las migraciones chinas y
mexicanas a EUA para a partir del análisis de estos procesos históricos definir la
naturaleza de la relación que puede darse entre las comunidades mexicanas y
chinas en Estados Unidos y sus países de origen. En su trabajo señalan como es
que son los intereses de los migrantes en los EUA y nos los intereses de sus países
de origen, los que determinan la actitud que tendrán estas minorías en relación con
sus países de origen. Las conclusiones a las que llegan pueden resumirse en que el
caso de la diáspora china y mexicana en EUA muestra que la construcción de una
identidad étnica en los EUA tiene poca influencia en la conformación de una relación
política pero si influye en la relación económica. Particularmente, se plantea que la
diáspora china ha tenido influencia en fortalecimiento de la relación económica entre
los dos países, situación que no se ha dado en el caso mexicano. Una fluida relación
de EUA con China y México puede traducirse en beneficios concretos para las
comunidades mexicanas y chinas en ambos países. Estimular la interacción entre
ambas comunidades puede generar un interés por establecer nexos en un contexto
de oportunidades económicas y culturales. Existe una ventana de oportunidad
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política, económica y cultural en los procesos de integración de los descendientes de
mexicanos y chinos a Estados Unidos. Los resultados del trabajo apuntan a la
necesidad de analizar como factor fundamental el peso que tendrán las diásporas
chinas y mexicanas en EUA en la relación con sus países de origen.
El trabajo presentado por Juan José Ramírez Bonilla y Francisco Haro Navejas,
titulado “Reposicionamiento a través de las negociaciones económicas: Iniciativas
asiáticas y americanas”, hace referencia a cómo es que la reorientación de la política
exterior estadounidense, anunciada por la Secretaria de Estado Hilary Clinton
mediante su ensayo titulado “America’s Pacific Century” (Clinton, 2011), representa
una ruptura dentro de la continuidad en la materia seguida por la administración
Obama durante sus primeros 34 meses de ejercicio. La autolimitación del gobierno
estadounidense para continuar con la intervención militar en Irak y Afganistán es un
claro signo de una voluntad política tendiente a relativizar el “combate contra el
terrorismo internacional” como eje de una política exterior practicada desde el 11 de
septiembre de 2001, no exenta de fricciones y de tensiones con aliados, así como de
contrincantes políticos internacionales. En ese marco, con el trabajo que presentan,
exploran una de las dimensiones de la relación bilateral evocada de manera oblicua
por la señora Clinton en su texto: la competencia entre chinos y estadounidenses en
torno a la construcción, en el caso de los primeros, o por la consolidación, en el de
los segundos, de alianzas diplomático-comerciales con los gobiernos de los países
pertenecientes a Asia del Pacífico; dicho de manera más precisa, a los autores les
interesa destacar: Primero, la voluntad del gobierno estadounidense para recuperar
el terreno político en la región asiática del Pacifico, perdido como consecuencia tanto
de la “guerra” contra el “terrorismo internacional” como de una política comercial a
favor de acuerdos de comercio preferencial (ACP) establecidos con gobiernos
aliados. Segundo, la influencia de la reorientación de la política exterior
estadounidense sobre la dinámica de los procesos de integración en Asia del
Pacífico, en general, y, en particular, del acercamiento entre los gobiernos de la
República Popular China (China, de aquí en adelante) de la República de Corea
(Corea, a partir de ahora) y de Japón. Ytercero, la recuperación de la Trans-Pacific
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Partnership Initiative (TPP o Trans Pacific Partnership) por la administración Obama,
como una respuesta a la consolidación de la presencia del gobierno chino en la
región asiática del Pacífico; como contrapunto, consideramos las posibilidades de un
ACP entre los gobiernos de China, Japón y Corea como respuesta asiática a las
nuevas veleidades diplomático-comerciales estadounidenses. El trabajo presentado
concluye sugiriendo que, aún cuando la TPP pueda ser negociada satisfactoriamente
en un plazo todavía indefinido, el ACP entre los gobiernos de China, Corea y Japón
tan solo es un elemento de un complejo sistema de cooperación intergubernamental
que, al consolidarse, influirá radicalmente sobre la configuración de un orden global
nuevo, lo cual en el América Latina tiene manifestaciones específicas con las
acciones chinas que utilizan las instituciones existentes y en la gestación de nuevos
organismos gubernamentales de cooperación internacional.
Por último el apartado titulado “China y México: participación en el mercado
estadounidense” y presentado por Carlos Gómez Chiñas y Juan González García
señala como es que China es la economía que ha tenido el crecimiento más rápido
en el último cuarto de siglo. Desde que se inició el proceso de reformas económicas
en 1978 a 2005 ha crecido a una tasa real promedio de 9.5% por año, según
estadísticas oficiales. La industria ha sido el principal motor de esta expansión: la
producción de bienes manufacturados desde 1990 ha crecido 12% por año. Por su
parte, a partir de 1985, la política comercial mexicana ha venido favoreciendo el
comercio con el resto del mundo, y en especial con Canadá y Estados Unidos. En un
primer momento el objetivo fundamental fue la racionalización de la protección, esto
es, el paso de los permisos previos de importación a los aranceles como principal
instrumento de protección con el fin de asegurar que los potenciales exportadores
tuvieran acceso a sus insumos a precios internacionales. De esta manera
aumentaría la competitividad de las exportaciones no petroleras principalmente de
manufacturas. Posteriormente, con la idea de mandar señales claras sobre la
permanencia de la apertura, México se adhiere al Acuerdo General de Aranceles y
Comercio (GATT) en 1986. No obstante la importancia de la adhesión al GATT, la
característica más relevante de la política comercial en las últimas dos décadas la
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constituye la negociación y puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN).
Entre 1982 y 2004 se privatizaron sectores importantes de la economía mexicana, se
puso en marcha un decidido programa de desregulación y se crearon algunas de las
instituciones indispensables para la operación de una economía de mercado. Aun
cuando este proceso no ha estado exento de tropiezos y dificultades, y a pesar de
que falta mucho por hacer para alcanzar niveles altos y sostenidos de crecimiento, la
transformación de la economía mexicana en esas dos décadas ha sido notable. No
obstante, después de más de dos décadas de la puesta en práctica de la apertura
comercial se puede decir que su éxito ha sido parcial y que los efectos iniciales de
algunas de esas medidas ya se han agotado. Así, si bien es cierto que las
exportaciones han crecido de manera impresionante también es cierto que las
importaciones lo han hecho a un ritmo ligeramente mayor. De manera similar, en
este período México fue uno de los países emergentes más atractivos para la
inversión extranjera. Sin embargo, esto no se ha reflejado en un mayor crecimiento
para la economía en su conjunto y los beneficios se han quedado en el grupo
relativamente estrecho de las grandes empresas exportadoras, en su mayoría de
capital extranjero. Como resultado del TLC, las exportaciones a Estados Unidos
experimentaron un crecimiento sin precedentes lo que llevó a que México fuera el
segundo mayor exportador al mercado estadounidense. De manera simultánea, los
sucesivos gobiernos mexicanos se han empeñado en firmar más de una decena de
acuerdos comerciales que han servido más para diversificar y aumentar las
importaciones que para diversificar las exportaciones. Por otra parte, los efectos
favorables que se dieron con la firma del NAFTA han tendido a diluirse y México ha
perdido competitividad en el mercado estadounidense y ha sido desplazado por
China como segundo mayor exportador al mercado estadounidense. Es claro,
entonces, que se requiere un replanteamiento de la política comercial de México y
más que pensar en firmar acuerdos de libre comercio adicionales hay que formular
estrategias para diversificar exportaciones, pasando a líneas de producción con
mayor valor agregado pensando más en recuperar el lugar perdido en el mercado
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estadounidense y menos en conquistar el mercado europeo, esto no significa que no
se considere un objetivo importante la diversificación de mercados, sino que ésta,
dada la amplia red de acuerdos comerciales de México, será el resultado de la
diversificación de exportaciones. Para lograr lo anterior, se requieren de políticas
comercial e industrial selectivas. Por todo lo anterior el objetivo que persiguen los
autores con el trabajo presentado es realizar una descripción de las principales
características del comercio exterior chino, principalmente en la forma que se ha ido
posicionando en los mercados internacionales, su impacto sobre la economía
mexicana y analizar como los efectos favorables del TLCAN han sido contrarrestados
por la competencia de los productos chinos que han ido desplazando no tan
paulatinamente a los productos mexicanos.
En la medida que sepamos entender las diferentes, convergentes y divergentes
fuerzas que los diferentes actores imprimen a los procesos de integración en la
región Asia Pacífico, estaremos en posibilidad de comprender no solo los procesos
que han llevado al estado actual de las cosas, sino las tendencias en los mismos
junto con las oportunidades y amenazas que invariablemente tienen que ver con
procesos como este.
Dr. Roberto Celaya Figueroa
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CAPÍTULO I
La vinculación de Corea con América Latina y México tras 50 años de relaciones diplomáticas: realidades y desafíos
1
Juan Felipe López Aymes2
1.1 Introducción
Este trabajo se basa en el supuesto de que la vinculación de Corea con
Latinoamérica está relacionada con la dotación de los recursos que poseen ambas
partes y el acceso a mercados. Esto crea una relación interdependiente en la que
Corea debe vencer muchos obstáculos para poder asentar su posición como socio
confiable respecto a sus contrapartes latinoamericanas, especialmente con México.
En los años cincuenta y sesenta, cuando Corea comenzaba a consolidarse como
Estado, su política exterior y relaciones diplomáticas se enfocaban en objetivos
políticos, buscando principalmente el reconocimiento como el gobierno legítimo del
Estado coreano (León 2010). En 1962, una misión diplomática salió de Corea con
ese fin, y es por ello que en este mismo año, otros países latinoamericanos celebren
también 50 años de relaciones bilaterales. En los últimos años de la década de los
ochenta, cuando el desarrollo económico se encontraba en estado avanzado y el
reconocimiento internacional ya no era un tema urgente, los aspectos económicos se
consideraron imperativos en materia de seguridad nacional. Recientemente, el apoyo
político contra la proliferación de armas nucleares en la península coreana es un
tema que se ha tratado de nuevo en sus relaciones con Latinoamérica, aunque las
cuestiones económicas son las que imperan al final. Basándose en una política
1 Una versión previa de este trabajo fue presentada en el seminario Korea Compass series “U.S.-ROK Joint
Participation in the New Economic Order of Latin America”, organizado por el Korea Economic Institute of
America’s (KEI), en Washington, D.C., el 13 de diciembre de 2011.
2 Profesor-Investigador de Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México
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externa hacia la globalización, se enfatizó el comercio, la inversión y la cooperación
como las áreas que facilitarían el acceso de Corea a recursos, tecnología y
mercados, así como también a mejorar la eficiencia en los procesos de producción.
Por lo tanto, la vinculación de Corea con Latinoamérica debe entenderse dentro de
este contexto.
Aunque la relación actual entre Corea y Latinoamérica es primordialmente
económica, es prácticamente de carácter unilateral: por parte de Latinoamérica, el
interés no es recíproco. Debido a que la obtención de recursos es la principal
preocupación de Corea, su política exterior se diseñó de manera más consciente, al
menos en comparación con la de los gobiernos latinoamericanos que tienden a
reaccionar a los procesos que ya están en marcha y a los hechos una vez que ya
acontecieron. Esto se refleja en la pasividad de las empresas y gobiernos
latinoamericanos hacia los países del este de Asia en general, y hacia Corea en
particular. No poseen una política exterior clara y proactiva para ser capaces de
relacionarse de manera efectiva con esa región ni por iniciativa ´propia, como lo hace
Corea hacia Latinoamérica.
Ciertamente, el comercio y la inversión entre Latinoamérica y Corea se han
incrementado de manera continua desde los últimos 20 años, incluso a un porcentaje
mayor que el comercio que Latinoamérica efectúa con sus socios tradicionales, como
lo son Estados Unidos y Europa. Sin embargo, a pesar de que Corea cuenta con una
política exterior más articulada, el comercio y la inversión en Latinoamérica son, en
términos relativos, más bien marginales. Por ejemplo, Corea es el sexto socio
comercial más importante de México con sólo una participación del 2%. Además,
aunque se ha mencionado que México es uno de los principales objetivos para la
inversión y la cooperación coreana, ni siquiera está entre los 15 o 20 socios de
mayor importancia. Esta marginalidad está presente en la mayoría de los casos, lo
cual sugiere que existe un gran potencial, y quizá muchas oportunidades para forjar
lazos más fuertes y estrechos.
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1.2 Condición actual de los vínculos de Corea con América Latina
¿Por qué Corea se vincula con Latinoamérica y cuáles son sus intereses económicos
en esta región? A pesar de la aserción de que Latinoamérica es una región
estratégica para Corea, la cercanía puede no ser tan literal como se dice. La
inversión y el comercio coreano se concentran principalmente en otros países
asiáticos (Kwak and Mortimore 2007). A pesar de la marginalidad para ambos lados,
los estudiosos latinoamericanos y coreanos, así como algunos funcionarios del
gobierno, consideran que el objetivo de Corea es obtener recursos naturales
(minería, agricultura y, sobre todo, fuentes de energía) y mano de obra barata para
labores de ensamblaje.
Esto se refleja en términos comerciales, en los cuales la mayoría de las economías
importan bienes coreanos manufacturados y productos de alta tecnología, mientras
exportan materias primas y bienes de manufactura ligera (Mesquita Moreira 2011).
Esta asimetría estructural se debe al desarrollo más avanzado de la industria en
Corea y a la mayor dotación de recursos en Latinoamérica, aunque con industrias y
tecnologías menos desarrolladas. Algunos autores y funcionarios gustan de calificar
esta relación como complementaria.
En el caso específico de México (y quizá de Centroamérica en general), el factor
geográfico juega un papel esencial en los patrones de inversión y comercio del país.
Siendo el vecino del sur de los Estados Unidos y habiendo desarrollado una amplía
infraestructura, México es particularmente atractivo para las empresas coreanas en
comparación con otras economías de la región. Esta concepción se acentúa con la
economía relativamente abierta, la cual permite el comercio intra-industrial e intra-
firma para la re-exportación. Alrededor del 70% de las importaciones desde Corea
son insumos que se ensamblan para la creación de un producto final y se exportan a
Estados Unidos. Es por eso que el gobierno mexicano no considera el déficit de
crecimiento comercial entre Corea y México un problema.
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Se debe reconocer también que la vinculación económica ha evolucionado de la
búsqueda de recursos naturales y de mercados a una búsqueda de
internacionalización eficiente (Kwak y Mortimer 2007), debido a que los elevados
sueldos y el incremento en el precio de la tierra en Corea son un obstáculo a su
competitividad global. Sin embargo, Latinoamérica no es un objetivo de inversión en
actividades de alta tecnología, ya sea en adquisición, investigación o desarrollo.
Aparentemente, dadas las circunstancias descritas con anterioridad, la falta de una
política económica efectiva para el desarrollo de la industria y la pasividad de los
modos de vinculación por parte de los gobiernos latinoamericanos hacia Corea,
ocasionará que esta estructura de intercambio permanezca igual por largo tiempo.
Pero, ¿puede la apertura coreana hacia el comercio internacional hacer alguna
diferencia en la mejora de relaciones y en el desarrollo de México?
1.3 La singularidad de la estrategia coreana
Algunos países latinoamericanos están interesados en ser socios de Corea, sobre
todo a causa del factor China. En este respecto, ¿qué tiene de original la forma de
vinculación de Corea hacia Latinoamérica?
Los países latinoamericanos podrían interesarse en tener a Corea como socio de
importancia en tres áreas primordialmente. Primero, como fuente de capital y
tecnología. Existe la expectativa de que Corea podría contribuir a la creación de
empleos y facilitar el desarrollo económico a través de la inversión extranjera. En
segundo lugar, está la posibilidad de considerar a Corea como un contrapeso a la
presencia de un poder económico mayor como lo son Japón y China, asumiendo que
aun reconociendo la superioridad tecnológica de Corea, comparada con sus socios
latinoamericanos, existen algunos elementos en común con países en desarrollo.
Esto puede cambiar nuestra percepción de Corea, como un socio más confiable y
con menor inclinación a dominar las economías locales. En tercer lugar, Corea puede
ser vista como una fuerza diversificadora en el ámbito político y económico (de
manera más realista en Sudamérica que en México).
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Dado este trasfondo, ¿se puede considerar como único el acercamiento de Corea
hacia Latinoamérica? De cierta forma podemos decir que sí. Corea es un caso
especial en las relaciones internacionales, ya que en muy poco tiempo se ha
convertido en una potencia media orientada hacia la exportación y, recientemente, de
receptor de ayuda a donante. Sin embargo, de manera similar a Japón, su fortaleza
se ve afectada por su poca riqueza de recursos naturales. Aunado esto Corea sufre
de una dependencia estructural cuasi permanente hacia el sector externo, lo que
deriva en una política exterior activa en la búsqueda de vínculos firmes y estables
con muchos países, y con los que se puedan comprometer beneficios mutuos (Dent
2002). En estas condiciones, Corea muchas veces se torna en el socio más
vulnerable porque tiene que competir con países más fuertes y franquear los costos
que implica hacer negocios en Latinoamérica, donde es común encontrar relaciones
políticas y comerciales superficiales. En consecuencia, Corea enfrenta desafíos en la
creación de vínculos a largo plazo con gobiernos, políticos y empresarios locales.
Por lo tanto, las compañías coreanas que realizan inversiones en el extranjero,
especialmente en Latinoamérica, las hacen con sus socios tradicionales de origen
coreano, extendiendo sus redes nacionales de negocios y dando pocas posibilidades
a los distribuidores locales de incorporarse a la cadena de valor en la producción
(Lopez Aymes y Salas Porras 2011).
Además, para superar la falta de conocimiento, desde principios de los noventa el
gobierno coreano y muchas de sus agencias han desarrollado una política a nivel
mundial de Marca País (Country Branding) mediante el llamado “poder suave”. Como
argumenta un estudiante mexicano, en algunos casos puede existir una relación
entre la diplomacia pública, la cooperación para el desarrollo y el fomento del
expansionismo económico del comercio y la inversión extranjera directa (Tadeo
2011).
Lo que hace que el caso coreano sea especial, aunque no único, es que su política
exterior está mucha más relacionada a la necesidad de garantizar el suministro de
15
materias primas y bienes intermedios (que sólo pueden encontrarse en el extranjero),
para el sector exportador. Recientemente, el desafío ha sido aún mayor, ya que
también busca mano de obra más barata para mantener su competitividad en
mercados de importancia.
Lo interesante y único del modelo coreano es que copia fórmulas de
internacionalización económica similares a aquellos que siempre han estado en el
núcleo del sistema económico internacional. Con algunas excepciones (India, por
ejemplo), la mayoría de las economías periféricas no han podido alcanzar y reducir la
brecha entre los niveles de desarrollo industrial y tecnológico. Corea es un caso
único, en el sentido de que sin ser un imperio como tal, se encuentra en una posición
cercana al llamado núcleo o centro, y muchas de sus empresas trasnacionales
dominan porciones importantes del mercado mundial de productos de alta tecnología
y otros sectores extremadamente competitivos, como el automotriz,
telecomunicaciones, electrónica, industria aeroespacial y acerera, entre otros.
Sin tener el estigma ni la desconfianza que genera el ser una gran potencia, Corea
puede ser reconocida como un caso de éxito en la salida del atraso y relacionarse
fácilmente con países en vías de desarrollo y comenzar a considerarse como un país
dispuesto a contribuir en el desarrollo de otros. Siendo miembro de la OCDE y del
G20, Corea se coloca en una posición central que le ayuda a conjuntar los intereses
de economías menos desarrolladas con los de países más ricos. Para Corea, las
políticas de cooperación internacional y diplomacia cultural también juegan un papel
estratégico en el cumplimiento de sus objetivos, al lograr una mayor simpatía y
suavizar la percepción con que otros países la visualizan.
Por último, se puede argumentar también la importancia del papel que ha jugado el
presidente coreano en su vinculación con México y el resto de América Latina,
especialmente el impulso en la agenda que buscaba incrementar las relaciones
políticas y económicas que, de otra manera, probablemente, serían muy limitadas,
aun si sólo fueran a nivel ministerial. Ciertamente, la “diplomacia de cumbres” eleva
16
el nivel de compromiso y puede destrabar los asuntos pendientes. Sin embargo,
debido a la falta de conocimiento en cuanto a la condición de Corea en la economía
mundial y el bajo perfil que mantiene en la lista de prioridades de algunos gobiernos
latinoamericanos, tales iniciativas diplomáticas no garantizan el éxito, como fue el
caso de la visita de Lee Myung-bak a México en 2010, durante la cual no se alcanzó
ningún resultado concreto en lo referente al Tratado de Libre Comercio que se tenía
programado. Dado que el TLC era el asunto prioritario de la agenda, su rechazo en
México dio pábulo a imputaciones de fracaso y críticas hacia el régimen del
presidente Lee (Uscanga 2011).
A pesar de la singularidad del acercamiento coreano hacia Latinoamérica son
muchos los desafíos a enfrentar, como se puede entender de lo anteriormente
señalado.
1.4 Desafíos del acercamiento de Corea y recomendación a sus políticas
¿Cuáles son los distintos desafíos que enfrentan los inversionistas coreanos en
Latinoamérica en general, y en México en particular? Dado que la vinculación entre
Corea y la región es muy reciente y ocurre en un espacio competido por todas las
potencias globales, son muchos los desafíos a enfrentar para lograr una relación
fructífera entre ambas partes. Por ejemplo, Kwon et al. (2009), identifica 16 desafíos
específicos para la inversión extranjera directa por parte de Corea en Latinoamérica.
En un informe reciente del BID, Mesquita Moreira y colegas (2011), y en un anterior
Kwak y Mortimore (2007), se mencionan muchos más. Todo se puede resumir en
seis grandes desafíos.
Desafío 1: China. La amenaza que China genera podría ser la principal
preocupación para el gobierno coreano y sus prospectos de negocios. Actualmente,
China está expandiendo su influencia económica de manera agresiva como
comprador e inversionista en sectores que compiten de manera directa con los
17
objetivos de Corea de hacerse presente. Corea puede intentar forjar alianzas
estratégicas con productores y distribuidores locales y comprometerse en ser un
verdadero socio al compartir conocimiento y toma de decisiones para, de esta
manera, formar un contrapeso sólido ante las empresas chinas.
Desafío 2: ¿Qué es Corea? A pesar de tener una considerablemente larga relación
diplomática, la atención del público mexicano hacia Corea es más bien reciente. Esto
significa que las construcciones sociales que se tiene sobre el país se han visto
fuertemente influidas por algunas ideas e imágenes que se filtran en los medios de
comunicación y también, hasta cierto punto, por la mercadotecnia de negocios, los
programas académicos y la investigación, así como conspicua aparición de la ola
cultural coreana. En ocasiones, lo único que escuchamos de Corea son historias
sobre legisladores forcejeando en las votaciones de proyectos de ley en la Asamblea
Nacional, o acciones militares efectuadas por Corea del Norte que parecen llevar a la
península al borde de la guerra. El conocimiento general sobre Corea es muy
limitado y pocos saben que es hogar de muchas grandes compañías que juegan en
las grandes ligas de la información y las comunicaciones, así como también en la
industria pesada. La mayoría de los políticos y hombres de negocios en México
deben ser educados en este aspecto. Este ambiente de ignorancia no ayuda
necesariamente a la construcción de un punto de vista positivo y, muchas veces,
influye en una percepción negativa que genera desconcierto o indiferencia.
Desafío 3: ¿Por qué debería importarme? Como consecuencia de la falta de
conocimiento descrita en el punto anterior, Corea debe trabajar para atraer el interés
y fomentar curiosidad genuina en una región donde es poco conocida. Esto significa
que debemos darnos cuenta de la importancia de pensar más en la realidad que nos
rodea. Pocos son conscientes de que muchos productos coreanos son parte de
nuestra vida diaria; muy pocos se dan cuenta de la creciente influencia que tiene
Corea en asuntos internacionales más allá del papel que juega en el noreste de Asia.
Se puede promover y desarrollar una más amplia y efectiva campaña de
concientización en distintos frentes; por ejemplo, expandiendo los programas y temas
18
de estudio coreanos en las universidades y haciendo una mayor difusión de los
muchos proyectos de cooperación en los que actualmente participan agencias
coreanas. Intercambios culturales y artísticos también pueden contribuir a este
objetivo, ya que el “descubrimiento” de la riqueza cultural coreana suele ser
sumamente placentero. Esto puede marcar una gran diferencia en tanto los hombres
de negocios y los funcionarios del gobierno reconocerían la condición actual de la
vinculación económica y su potencial. Esto podría traducirse en un compromiso de
vinculación más profundo y fructífero con intereses locales.
Desafío 4: Concluir los acuerdos y desarrollar sociedades de negocios más
significativos. ¿Es un TLC la única manera de facilitar los negocios y el avance
tecnológico? Por supuesto que no. Corea debe buscar alternativas para poder
cumplir el objetivo de tener mejor acceso a los recursos naturales y humanos de
América Latina. Algunos países están más dispuestos a hacerlo mediante un TLC,
pero a otros, como México, se les puede convencer de otra manera. Algunas
medidas alternativas pueden ser el establecimiento de instrumentos legales, centros
de I+D e incluir a más empresas locales en la cadena de valor y de la producción. El
crear empleos (no especializados) no es suficiente para un país que se enorgullece
de apoyar el desarrollo local de otros países. También es cierto que con la pobre e
insuficiente infraestructura, los bajos niveles de educación y prácticas predatorias de
negocios que se efectúan en Latinoamérica, no parece muy atractiva la idea de
comprometerse a largo plazo, por lo que, en este caso, el desafío recae en los
países latinoamericanos. Lo cual nos lleva al siguiente reto.
Desafío 5: Bajo nivel tecnológico en México y Latinoamérica. Este factor es uno de
los motivos más importantes que explican por qué las compañías coreanas
expanden sus propias redes de producción, involucrando marginalmente a las
compañías locales (López Aymes y Salas-Porras 2011). El avance en la economía
del conocimiento que prevalece en Corea no existe en nuestra región, por lo que
Corea no puede hacer mucho al respecto. Por lo tanto, el tipo de internacionalización
19
que pueden llevar a cabo las compañías coreanas en México se apegará a lo que se
encuentra disponible: mano de obra barata y recursos naturales.
Desafío 6: Localización e incentivos. En un mercado muy competitivo, las compañías
de electrónicos o la industria automotriz enfrentan una presión muy grande en cuanto
a calidad, eficiencia y cantidad. Por lo mismo, es entendible que su
internacionalización aplica nociones organizacionales con las que se encuentra
familiarizadas y con estándares laborales similares. La confianza es un elemento
fundamental entre empresas que conforman una red productiva, la cual es difícil de
encontrar en Latinoamérica. Otra preocupación común es el alto índice de rotación
laboral, sobre las cuales existen muchas quejas referentes a una falta de lealtad o
una endeble ética laboral. Estos problemas son reales no sólo para las empresas
coreanas sino para todas las demás, tanto internacionales como locales. Sin
embargo, al mismo tiempo, ¿qué tanta motivación puede tener el trabajador o
gerente local de una compañía coreana si inevitablemente se encontrará estrictas
limitantes en su aspiración de ascender los niveles organizacionales? En otras
palabras, ¿las empresas coreanas están dispuestas a abrir los escalafones
gerenciales al ámbito local? Localización en términos de contratar proveedores
locales en la cadena de valor es un problema que puede atenuarse si se establecen
determinados estándares en los negocios y se fomenta el entendimiento mutuo. En
cuanto a la rotación, quizá la situación pueda mejorar a través de diferentes
incentivos, además del salario.
1.5 Potencial para una sociedad comercial entre Estados Unidos y Corea en México
¿Cómo es la vinculación de Estados Unidos con Latinoamérica? Los vínculos de
Estados Unidos con Latinoamérica abarcan un amplio rango de mecanismos y
niveles, que van del bilateral al multilateral, a través tanto del gobierno y la sociedad
civil, como de las corporaciones trasnacionales. También, sus propósitos son
diversos, pero la mayoría se relacionan con asuntos de seguridad, comercio e
20
inversión. No es necesario mencionar que Estados Unidos está siempre presente y
profundamente involucrado en la mayoría de los asuntos del continente, puesto que
es su área natural de influencia. Es interesante señalar que la relación de los
Estados Unidos con Latinoamérica se encuentra en una lucha permanente y pende
siempre de un hilo muy delgado, donde la presencia militar es más bien excepcional.
Debido a que los intereses de Corea en Latinoamérica no están ligados a los temas
tradicionales de seguridad (militares), sino que son de índole económicos, la alianza
estratégica entre Estados Unidos y Corea debería tomar un enfoque distinto al que
se tiene con el este de Asia. Sin embargo, un punto en común es el lidiar con la
presencia de China y la consecuencia de que se profundice sus vínculos y se
convierta de manera permanente en el principal socio comercial de los países
latinoamericanos.
La arquitectura actual por la que operan las relaciones de Corea y Estados Unidos
hacia Latinoamérica es de naturaleza económica y política, y abarca tanto
mecanismos bilaterales como multilaterales. Mientras que Estados Unidos ha
construido su influencia desde hace décadas, no fue sino hasta mediados de los
años noventa que Corea se unió formalmente a dicha arquitectura y comenzó a
hacer sentir su presencia en la región (Kim 1996). Este proceso se ha ido
consolidando en los últimos años. La membresía de Corea en el BID desde 2005 ha
sido particularmente importante, y su participación como observador en los foros y
mecanismos de cooperación más importantes de la región la une y enlazan
formalmente con Estados Unidos, puesto que el objetivo de ambas naciones es
mantener a los países latinoamericanos abiertos al comercio y la inversión. El marco
bilateral es más bien un trabajo en proceso, en el que los acuerdos de libre comercio
parecen ser el objetivo final. Como se mencionó anteriormente, Corea debe poner
más énfasis en relacionarse a través de acuerdos de cooperación para ganar
adeptos e incrementar la capacidad tecnológica local para nivelar el campo de juego.
Estados Unidos y Corea pueden trabajar en conjunto en Latinoamérica en otros
asuntos tales como: seguridad ciudadana, cambio climático, crecimiento verde y
21
desarrollo sostenible. Esto se puede lograr a través de foros internacionales (el G20
y organizaciones y mecanismos multilaterales especializados) y organizar a la
sociedad civil para que se involucre en mayor medida en la toma de decisiones. Es
cierto que alcanzar acuerdos sobre temas tales como el cambio climático y
crecimiento verde es complicado. Se deben eliminar las barreras políticas y
económicas, a pesar de su popularidad e importancia. El mantener las economías
abiertas y el desarrollo sostenible son áreas sobre las cuales la relación entre
Estados Unidos y Corea puede trabajar de manera más o menos armoniosa (ya que
ambos enfrentan el desafío que China presenta). Los desafíos que enfrenta Corea
mencionados en la sección anterior podrían mitigarse de manera parcial mediante la
creación de esa sociedad, siempre y cuando Corea encuentre el modo de acomodar
sus intereses económicos dentro de la arquitectura regional formal.
La percepción del nivel de vinculación y presencia de Estados Unidos en
Latinoamérica es compleja, es distinta en cada país y sector, y no siempre es
positiva. Como resultado, Corea tiene que balancear cuidadosamente su sociedad
con Estados Unidos. Sin embargo, debido a la antigua y arraigada relación entre
Estados Unidos y muchos países latinoamericanos, Corea puede aprender de su
presencia en la región y actuar de manera constructiva.
1.6 Conclusión
La vinculación de Corea con México y América Latina es una estrategia
relativamente reciente que obedece principalmente a imperativos económicos. Es
muy importante para México que Corea se involucre, especialmente para que
contribuya a diversificar las relaciones económicas y funja como contrapeso a la
creciente y abrumadora presencia de China. Esta es una preocupación mutua, ya
que Corea también necesita mantener abiertas las economías de sus socios no
tradicionales. El lograr que la sociedad latinoamericana, los gobiernos y sus negocios
se interesen en fomentar una actitud de colaboración hacia Corea es un desafío de
22
gran importancia. Una manera de superar este reto y las consecuencias que
conlleva, podría ser mediante la participación activa en los mecanismos regionales y
asociarse con Estados Unidos en proyectos que contribuyan genuinamente al
desarrollo de la región en infraestructura educativa y avances tecnológicos.
23
Referencias
Dent, Christopher. 2002. The Foreign Economic Policies of Singapore, South
Korea and Taiwan. Cheltenham: Edward Elgar.
Kim, Sung Han. 1996. “Korea and Latin America Toward a New Partnership.”
Ministry of Foreign Affairs and Trade: Seoul.
Kwak, Jae Sung y Michael Mortimore. 2007. Republic of Korea: Investment
and Corporate Strategies in Latin America and the Caribbean: KOTRA/ECLAC.
Kwon, Kisu, Jin-o Kim y Hee-chae Ko. 2009. Korea’s Overseas Direct
Investment in Latin America: Its Performance and Challenges. Policy Analyses
09-20. Seoul: Korea Institute For International Economic Policy.
León Manríquez, José Luis, “Formal Friendship, Real Suspicions: Diplomatic
Relations between Mexico and South Korea, 1962-1987”, México y la Cuenca
del Pacífico, 2010, vol. 13, núm. 38, pp. 19-36.
López Aymes, Juan Felipe y Alejandra Salas-Porras. 2012. “Companies in
Mexico: Business Practices and National Identity.” Journal of Asia-Pacific
Business, 13:4.
Mesquita Moreira, Mauricio (Coord.). 2011. “Korea: Breaking the Mold of the
Asia-Latin America Relationship.” Inter-American Development Bank:
Washington, D.C.
Tadeo, Eduardo. 2011. “La Importancia del Soft Power a través de la
Diplomacia Pública para las Potencias Medias.” International Relations
24
Department, Vol. B.A. Tesis de grado. Universidad Popular Autónoma del
Estado de Puebla: Puebla.
Uscanga, Carlos. 2011. “La Diplomacia de “Último Recurso” en la Negociación
del Tratado de Libre Comercio entre México y Corea del Sur.” Revista Asia y
América, 11:1, pp. 165-80.
25
CAPÍTULO II
América Latina y México en la política exterior de la República de Corea
Ángel Licona Michel1
Fátima Ashanty Rojo Cisneros2
2.1 Introducción
El inicio de las relaciones diplomáticas con los países de América por parte de la
República de Corea en adelante Corea del Sur, se presenta desde que se constituye
como nación en el año de 1948, es decir tres años después de haber concluido la II
Guerra Mundial, al principio fueron de poca interacción, porque se tenían problemas
políticos, sociales y económicos por la división de la península coreana, y el
nacimientos de las dos Repúblicas (República de Corea (Corea del Sur) y de la
República Democrática de Corea (Corea del Norte)).
Después de una década de haberse creado las dos Coreas, Corea del Sur tiene un
crecimiento en sus relaciones diplomáticas, con países del continente americano.
Manteniendo nexos diplomáticos con más de treinta países en la región de América,
entre los que destacan Estados Unidos de América, Canadá, Brasil, Argentina,
Colombia, Costa Rica, Chile,, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras,
Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Perú,
Uruguay, Venezuela, Bolivia, y Guyana.
1 Profesor investigador de la Facultad de Economía y del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre
la Cuenca del Pacífico y Centro de Estudios APEC de la Universidad de Colima. 2 Egresada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad de Colima
26
A pesar de tener acercamientos con más de 30 países, de acuerdo a la relevancia en
el contexto internacional y al crecimiento de la economía de Corea del Sur, sus
nexos de mayor importancia son con los Estados Unidos de América, Canadá,
México, Brasil, Chile, Perú y Argentina, los cuales tienen mercados más extensos
que permiten a las empresas surcoreanas incrementar sus niveles de producción
para acercarse por medio de la exportación e importación de bienes a los
consumidores de estos mercados.
En el trabajo se presenta un análisis acerca de la evolución en las relaciones
diplomáticas por parte de Corea del Sur con los países de América y México.
2.2 Contexto del estudio de las Relaciones Internacionales
La ciencia de las Relaciones Internacionales es un fenómeno reciente, que ha
surgido como tal desde el siglo XX, surge como una necesidad de explicar los
fenómenos de la realidad social internacional.
En un inicio, el estudio de las relaciones internacionales se presenta como una
realidad empírica en la llamada “era de los descubrimientos”, pero no fue hasta la
Primera Guerra Mundial cuando se afianzó la conciencia de las crisis mundiales y de
cómo evitar las catástrofes en un futuro mediante respuestas científicas
(Krippendorff, 1993).
El estudio de las relaciones internacionales, desde la Primera Guerra Mundial hasta
la década de 1970, ha pasado por cuatro etapas: la primera, idealista y normativa; la
segunda, realista y empírico-normativa; la tercera, behaviorista-cuantitativa; y la
cuarta es la posbehaviorista (del Arenal, 1993).
Aplicando el contexto internacional de la teoría de las relaciones internacionales a
Corea del Sur, éste surge como Estado en pleno trama de Guerra Fría. En este
27
contexto, el realismo político vino a dar explicación en esta situación, ya que la lucha
por el poder de potencias extranjeras en un ambiente anárquico dio como resultado
la división de las Coreas, y continúan siendo un claro ejemplo de esta etapa. En un
principio, como la mayoría de países recién formados, lo que busca es la
consolidación como Estado dentro del sistema internacional, donde la relación entre
guerra y paz lo define.
Las relaciones internacionales se encargan, actualmente, de “estudiar las
interacciones políticas y sociales de los estados, actores no estatales e individuales”3
(Griffiths, 2008, VII p). Ésta ciencia, en la perspectiva actual, contiene tres principales
paradigmas que explican la visión del mundo, los actores en el escenario global y el
objeto de la disciplina, los cuales son referidos distintamente dependiendo de los
estudiosos dentro de esta área.
Tomando como referencia a J. A. Vasquez, define al paradigma “como las premisas
fundamentales que los especialistas adoptan acerca del mundo que están
estudiando” (Vasquez en Sodupe, 2003, 35-36pp). Actualmente ésta es la definición
de paradigma que es aceptada mayoritariamente en la materia por los estudiosos y
la tomada como correspondiente para este trabajo.
Una vez precisado la definición de paradigma, se puede afirmar de acuerdo con
Kepa Sodupe y Celestino del Arenal que pueden ser: Estatocéntrico o Tradicional,
Globalista o de la Sociedad Mundial y el Estructuralista o de la Dependencia.
Dentro de las posturas más destacadas entre los tres paradigmas pueden destacarse
(Sodupe, 2003, 35p):
La visión del mundo que se obtiene de cada enfoque básico
Los actores esenciales y/o las unidades de análisis y
3 Traducción propia.
28
El objeto de las Relaciones Internacionales
Tabla 1. Los tres paradigmas de la Relaciones Internacionales
Fuente: Kepa Sodupe,
Para entender las relaciones internacionales se presentan tres principales
paradigmas, a saber, el estatocéntrico, el estructuralista y el globalista. El Estado ha
ido perdiendo hegemonía frente a nuevos actores trasnacionales en un mundo cada
vez más interconectado a causa de la globalización y del globalismo. El paradigma
estatocéntrico se ha quedado rezagado al tratar de exponer la esfera internacional,
esto por su estancamiento en la capacidad de explicación de las relaciones
internacionales. Un caso de esta evolución es el de Corea de Sur.
La política exterior de Corea del Sur ha sufrido cambios desde sus inicios hasta la
actualidad. Dichos cambios son, de alguna forma, por la adaptación de ésta al clima
internacional de la época y su desarrollo económico interno, el cual ha tenido fuerte
influencia en su panorama de relaciones internacionales.
Corea del Sur mantiene relaciones diplomáticas con más de 170 países y un tejido
amplio de relaciones comerciales, forma parte de la Organización de las Naciones
Unidas desde 1991, ha participado en cumbres internacionales y regionales, incluso
Paradigmas Premisas Premisas Premisas
Visión del mundo Actores esenciales Objeto de disciplina
Estatocéntrico Sistema anárquico Estado Causas de guerra
Globalista Sociedad Mundial Pluralidad de actors Paz, Ecología,
superpoblación,
Recursos globales
Estructuralista Sistema Centro-
Periferia
Clases sociales Causas de la
explotación
29
fue admitida al Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE en noviembre del
2009, entre otras4 (US Department of State, 2010).
2.3 Política exterior de Corea del Sur con América Latina
El inicio de las relaciones diplomáticas de la República de Corea con los países de
América, se presenta desde que se constituye como nación en el año de 1948 siendo
estos de poca interacción, por los problemas políticos, sociales y económicos que se
vivían en la península coreana, por la división política y el nacimiento de Corea del
Sur y Corea del Norte, a unos años de haber terminado la Segunda Guerra Mundial.
Para la década de los años 60. Corea del Sur tiene un boom de nexos diplomáticos,
con países del continente americano. Sumando de los años de 1949 a 1968,
relaciones diplomáticas con 23 países, entre ellos Estados Unidos de América desde
1949, Brasil en 1959, y a partir de 1962 con Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay y República Dominicana, para 1963 con Canadá y Perú, en
1964 con Uruguay, en 1965 con Venezuela y Bolivia, en 1968 con Guyana. (MOFAT,
2012).
Durante la década de los 70 y 80, así como por la dinámica de crecimiento
económico que se presenta en Corea del Sur, superando tasas del 7%, adquiere
mayor relevancia en su relación con América, y durante estos años estableció
relaciones diplomáticas con los países de Granada en 1974, Surinam en 1975,
Barbados en 1977, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas en 1979, Antigua
Barbuda en 1981, Las Bahamas en 1985, Trinidad y Tobago 1987, y para 1992 con
Belice, llegando en este año sus relaciones diplomáticas con 33 países del
continente americano (MOFAT, 2012; Paz, 1997).
4 Traducción propia
30
Se debe tener presente desde el nacimiento como nación por parte Corea del Sur
(año de 1948) hasta los años 80, uno de los objetivos de su política exterior era la
obtención del reconocimiento diplomático de la comunidad internacional, ya que se
encontraba en una competencia con sus hermanos de sangre, es decir Corea del
Norte país que también nació en 1948 por la división de la península coreana. En
estos años la diplomacia se concentraba en una ideología anticomunista y de
relaciones comerciales limitadas (Kim, s.f.; León, 2010).
En los años 60, la diplomacia surcoreana emprende una misión por el continente
americano, en la que visitan los países de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Haití,
Argentina, Uruguay, Colombia, Ecuador, Chile, Nicaragua, Honduras, Nicaragua y
México. La misión por América obtuvo resultados favorables, ya que es entre 1959 y
1962 cuando empiezan relaciones diplomáticas con Corea del Sur al menos 16
países de América entre ellos México, de igual manera en 1962 con la llegada al
poder del general Park Chung-hee se crean bases sólidas para empujar el
crecimiento económico de la economía de Corea del Sur, y con ello desarrollar
estrategias de acercamiento bilateral, que le permite al país en el ámbito global se
reconocido por 76 países pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas
(MOFAT, 2012; Licona, 2011; León, 2010).
Otro de los aspectos rescatables de los primeros acercamientos de Corea del Sur
para con los países de América, consiste en que muchos de los países del
continente Americano estaban bajo el ala derecha de la política y regímenes militares
anticomunistas, lo que ayudaba a Corea del Sur a respaldar su reconocimiento y
legitimarse. Además en 1962 se promulgo el Acta de Emigración en el Extranjero, la
cual daba prioridad a la región latinoamericana para que emigraran los coreanos. Los
principales países que recibieron migración coreana fueron Brasil, Paraguay,
Argentina, Chile y Perú (Kim, 1998).
Sin embargo, también se presentaban dificultades en el acercamiento entre América
y Corea del Sur, además de la barrera del idioma, tenían el problema de la política de
31
sustitución de importaciones en la mayor parte de países de América, mientras los
surcoreanos mantenían un patrón de orientación a las exportaciones. Esta es una de
las razones por las que desde un principio las relaciones económicas surcoreanas se
orientan a Estados Unidos y Japón. De igual modo, Corea del Sur fabricaba similares
productos de industria ligera en esos años, tal como sucedía en México y
Latinoamérica, careciendo en esos momentos de la capacidad industrial para
producir artículos que fuesen necesarios en la región (Kim, 1998).
Corea del Sur tenía un déficit comercial con América: en 1964, sus exportaciones
hacia la región latina solo eran el 0.25% del total de exportaciones, lo que en
cantidad solo era de $300,000 dólares. En este mismo año, las importaciones que
hizo de la región sumaron un total de $1,573 millones de dólares. En lo que respecta
al comercio bilateral, ya para 1971, dicho comercio creció a 22 millones de dólares, y
solo 8 años después alcanzó 651 millones de dólares (Kim, 1998.; Xu, s.f.).
Para los años 70, la balanza comercial empezó a tornarse más equitativa debido al
rápido crecimiento económico, asimismo Corea del Sur veía con interés los vastos
recursos naturales que posee la región latinoamericana, los cuales beneficiarían el
proyecto de la industria pesada en desarrollo. Un ejemplo de ello fue en 1982,
cuando Corea del Sur importó por primera vez petróleo de países latinos. Sin
embargo, el crecimiento de relaciones económicas siguió un proceso lento debido a
las restricciones de América Latina. (Kim, 1998).
En 1980 se presentan cambios en las relaciones entre Corea del Sur y América.
Primero, la Guerra Fría daba la pauta de la base ideológica de las relaciones, es
decir, el anticomunismo. Por otra parte se tiene una dinámica positiva en la migración
de coreanos hacia tierras latinoamericanas, ello por el rápido crecimiento de la
economía surcoreana, además de incrementarse el PIB per cápita. Otro aspecto
positivo son las reformas económicas que se emprenden en América, las cuales se
orientan a la apertura del mercado desde los años primeros años de la década de los
80. Siendo todo ello una oportunidad para Corea del Sur en reforzar y estrechar un
32
vínculo más cercano con los países de América. Es así, que para los años de 1990,
las exportaciones surcoreanas empiezan a experimentar un incremento, al mismo
tiempo de presentarse la privatización de empresas paraestatales que dinamizan el
comercio. (Kim, 1998; Licona, 2011).
América Latina simbolizó el mayor crecimiento en exportaciones para Corea del Sur:
entre 1991 y 1994 representó un incremento de 199% de las exportaciones
surcoreanas, aunque en volumen todavía eran bajas5. El incremento de las
exportaciones también se debe al esfuerzo de Corea del Sur para ver otros
mercados extranjeros (ajenos a los tradicionales) y mejorar en competitividad con
otros productos. A pesar de esto, Japón lideraba las exportaciones hacia la región,
pero Corea se posicionaba mejor que China tal como lo muestra la tabla 2 (Kim,
1998).
Tabla 2. Exportaciones de países Asiáticos hacia América Latina, durante el primer lustro de la década de 1990. (Millones de dólares)
1990 1991 1992 1993 1994 1995
China Total de Comercio
116,791 135,759 167,335 195,163 236,458 280,762
Comercio con A.L.
2,182 2,357 2,984 3,728 4,422 5,738
% del total-AL
1.9% 1.7% 1.8% 1.9% 1.9% 2.0%
Corea Total del Comercio
134,885 152,749 156,184 167,873 201,635 260,630
Comercio con A.L.
3,780 4,454 5,176 9,351 9,832 9,342
% del total-AL
2.8% 2.9% 3.3% 5.9% 4.8% 3.6%
Japón Total de Comercio
522,953 551,457 572,673 603,294 669,327 778,940
Comercio con A.L.
19,067 21,724 23,412 24,044 26,662 30,046
% del total-AL
3.6% 3.9% 4.1% 4.0% 4.0% 3.9%
Fuente: Elaboración propia con datos de Kim, s.f.
5 Las exportaciones a América Latina representaban un total de $6.5 mil millones de dólares en 1994. En
comparación con las exportaciones de Corea al resto de Asia, estas las superaban por $25.3 mil millones de
dólares para el mismo año (Kim, 1998).
33
La política exterior sigue reforzando sus lazos y para ello se incrementan las visitas
al más alto nivel entre Corea del Sur y varios países latinoamericanos en los 90. En
1991 el presidente Roh Tae-Woo visitó México. Posteriormente en 1996, el
presidente Kim Young-Sam visitó Guatemala, Chile, Argentina, Brasil y Perú, y en
1997 realizó una visita a México. Estos intercambios de visitas promovieron los
vínculos bilaterales (Xu, s.f), después de estos años siguieron las visitas de los
presidentes Kim Dae-Yung, Roh Moo-Hyun, Lee Myung-Bak, logrando pactar
Acuerdos de Libre Comercio con Chile, Perú, Estados Unidos y Colombia, asimismo
los coreanos mantienen un diálogo abierto con el resto de los países para
incrementar los acuerdos comerciales en la región del continente Americano.
Para el año de 1996, Corea del Sur se encontraba en el top ten de las listas de
países exportadores de varios de los Estados latinoamericanos. En ese mismo año,
las exportaciones hacia la región representaron el 6% del total de las exportaciones
surcoreanas. Por el lado contrario, las importaciones que hace Corea de
Latinoamérica son principalmente materias primas y productos procesados de bajo
valor agregado. Esto ha generado algunas protestas de los países latinos ya que se
ven en disparidades porque Corea exporta productos ya manufacturados (Kim,
1998).
En 1981 el total de las inversiones surcoreanas en Latinoamérica eran de 700,000
dólares, pasando a 43,90 millones de dólares en 1991 y 628 millones de dólares en
1997. En éste último año, el porcentaje de inversiones de Corea del Sur en América
Latina representaban el 11% del total de inversiones en la región (Xu, s.f.). Los
conglomerados electrónicos de LG, Samsung y Daewoo iniciaron inversiones en gran
cantidad en el norte de México desde los inicios de 1990, debido a que se habían
iniciado las negociaciones para el Tratado del Libre Comercio en 1989 entre los
países de Norte América6. Ya para a mediados de la misma década, la inversión
6 El Tratado de Libre Comercio entre los países de Norte América fue firmado hasta el 17 de diciembre de 1992,
pero entro en vigencia hasta el 1° de enero de 1994 (SICE, 2011).
34
coreana volteó hacia Sudamérica, especialmente en Brasil (Licona y Rangel, 2013,
Kim, 1998).
2.4 Países latinoamericanos prioritarios en la política exterior de Corea del Sur
Corea del Sur lanzó su política de una Corea Global como un modelo económico
acoplado a su desarrollo a comienzos de los años 90. Se basa en el gran dinamismo
de la economía coreana y sus crecientes relaciones con Latinoamérica se ha
liberalizado recientemente. A pesar de esto, en América Latina y el Caribe, Corea del
Sur mantiene relaciones con 32 países: Antigua y barbuda, Barbados, Brasil.
Dominica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú, San Vicente y las
Granadinas, Uruguay, Argentina, Bahamas, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Costa
Rica, República Dominicana, Granada, El Salvador, Guyana, Haití, Jamaica, México,
Panamá, Paraguay, San Kitts y Nevis, Santa Lucia, Surinam, Trinidad y Tobago,
Venezuela (MOFAT, 2009). Los países que mantienen relaciones con Corea del Sur
han surgido en diferentes periodos como lo muestra la tabla 3.
Tabla 3. Países con los que Corea del Sur mantiene relaciones diplomáticas en América Latina y el Caribe
País Año en que inician
las Relaciones
País Año en que inician
las Relaciones
Antigua y Barbuda Noviembre, 1981 Argentina Febrero, 1962
Bahamas Julio, 1985 Barbados Noviembre, 1977
Belice Abril, 1987 Bolivia Abril, 1965
Brasil Octubre, 1959 Chile Junio, 1962
Colombia Marzo, 1962 Costa Rica Agosto, 1962
Dominica Noviembre, 1978 Ecuador Octubre, 1962
El Salvador Agosto, 1962 Granada Agosto, 1974
Guatemala Octubre, 1962 Guyana Junio, 1968
Haití Septiembre, 1962 Honduras Abril, 1962
Jamaica Octubre, 1962 México Enero, 1962
35
Fuente: Elaboración propia con datos del MOFAT.
A lo largo de los años, Corea ha visto una conexión mayor con ciertos países, como
es el caso de Estados Unidos, México, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Argentina
entre otros. (León, 2010; Xu, s.f.).
La vinculación entre América y Corea del Sur, presenta un incremento de las
inversiones (ver tabla 4), que alcanzo para el 2008 los 6,727 millones de dólares, lo
que representa el 7% del total de inversiones coreanas a nivel global. A pesar de una
gran inversión coreana en América Latina, se concentra el 82,7% del total de
inversiones en solo 7 países (Xu, s.f.).
Tabla 4. Países latinoamericanos donde se encuentra el mayor porcentaje de inversión coreana (2008).
País Porcentaje del total de inversión coreana
Bermudas 35,3%
Brasil 13,4%
México 9,4%
Perú 9,3%
Islas Caimán 7,7%
Panamá 7,6%
Islas Vírgenes Británicas 4,3%
Otros 17,3% Fuente: Elaboración propia con datos de Xu.
Nicaragua Enero, 1962 Panamá Septiembre, 1962
Paraguay Junio, 1962 Perú Abril, 1963
República
Dominicana
Junio, 1962 Sn. Kitts y Nevis Septiembre, 1983
Santa Lucia Febrero, 1979 San Vicente y las
Granadinas
Octubre, 1979
Suriname Noviembre, 1975 Trinidad y Tobago Julio, 1985
Uruguay Octubre, 1964 Venezuela Abril, 1965
36
En lo que respecta a cooperación, Corea del Sur es miembro activo del Banco
Interamericano de Desarrollo7 (BID) desde el 2005 y dos años más tarde se unió a la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe8 (CEPAL). En 2008 se llevó a
cabo el primer Foro de Cooperación entre Corea del Sur y América Latina en Seúl, el
cual tiene el objetivo de estrechar los intercambios comerciales y la cooperación en
esferas de energía e infraestructura, tuvieron participación más de 10 países. En
2009 se alcanzó la cifra de 38,410 millones de dólares en comercio bilateral, Corea
del Sur exportó 26,760 millones de dólares a la región, mientras que importó de ésta
11,640 millones de dólares. En el 2010, Corea del Sur albergo la 5ta cumbre de las
reuniones del Grupo 20, en la cual estuvieron presentes Felipe Calderón de México,
Lula da Silva de Brasil y Cristina Kirchner de Argentina. (Xu, s.f.).
2.5 Política exterior de Corea del Sur hacia México
Corea del Sur ha mostrado un mayor interés en mantener y mejorar sus relaciones
con México. En 1949, es decir, desde su surgimiento como estado en 1948, comenzó
los primeros acercamientos hacia México, contactando en Washington y en Nueva
York a los diplomáticos mexicanos, presionándolos para que instaran a su país a la
inauguración de relaciones entre ambos, pero estos tenían la instrucción de
rechazarlos. La posición de México cambió, aunque no completamente, hacia Corea
del Sur, ya que entablaron relaciones diplomáticas el 26 de enero de 1962. El país
asiático abrió inmediatamente una embajada en la Ciudad de México y nombró como
embajador a Lee Sung-ka. A pesar de ello, México se mostro discreto en esta
relación. Un ejemplo del bajo perfil de México para con Corea del Sur es que abrió
una embajada en Seúl 16 años después. Asimismo cabe señalar que este cambio,
mucho o poco, se dio por las presiones de Estados Unidos para con México (León,
2010).
7 El BID fue fundado en 1959 para apoyar a los países Latinoamericanos y del Caribe a oprimir la pobreza y la
desigualdad, siendo la mayor fuente de financiamiento (BID, 2011).
8 La CEPAL fue fundada el 25 de febrero de 1948, con el objetivo de contribuir al desarrollo de la región.
37
Las razones por las que México en un principio mantuvo un perfil bajo hacia Corea
del Sur fueron razones geográficas, ya que se enfocaba en las áreas próximas, es
decir, tenía una preferencia por Estados Unidos y Europa. A esto debemos agregar
que México prefirió mantener sus vínculos necesarios con Corea del Sur para evitar
conflictos con Estados Unidos. Sin embargo, hubo algunos avances en el
acercamiento diplomático, en ámbitos de educación y cultura entre ambos. A ejemplo
se pueden citar el Acuerdo de Cultura, el cual entro en vigor en 1966; al año
siguiente se firmarían intercambios estudiantiles entre la Universidad Nacional
Autónoma de México y la Universidad Hankunk de Estudios Extranjeros; entre otros
(León, 2010).
Las relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y México empezaron a dejar de ser
frías, para pasar a otro nivel a la mitad de la década de 1970. Esto se debió a la
progresiva visibilidad del crecimiento surcoreano ante la mirada mexicana. Estos
primeros avistamientos de México hacia Corea se dieron mediante la embajada
mexicana en Japón. En 1977, el documento Realidades y Potencialidades de
Relaciones Comerciales entre México-Corea de la Secretaria de Relaciones
Exteriores (SRE), señalaba el rápido crecimiento económico experimentado por
Corea y las oportunidades para México como socio. Durante una visita a México en
1977 del ministro de Relaciones Exteriores surcoreano, se acordó enviar a un
delegado para evaluar las posibilidades de abrir una embajada en Seúl. Y solo tardo
un año más para abrir la embajada en dicha capital, aunque la representación del
país continuaría dependiendo de la embajada mexicana en Japón, ya que no se
designó un embajador. A pesar de depender de Japón, la delegación mexicana
empezó a trabajar en los nexos de ambos países, como ejemplo de ello es que se
logró la suspensión de la visa para poder entrar en territorio surcoreano (León, 2010).
Fue hasta más de 10 años cuando México por fin nombró un embajador residente en
Seúl: Ricardo Galán Méndez. Este nombramiento no sólo coincidió con el
crecimiento económico, social y cultural entre ambos países, sino también a factores
38
externos como la normalización de las relaciones surcoreanas con potencias
enemigas9, los juegos olímpicos que sostendría Seúl (ya que esto representaba una
carta de presentación ante la comunidad internacional como potencia emergente), y
las crecientes demandas de pluralismo político dentro de Corea (León, 2010).Las
relaciones hasta éste entonces eran puramente políticas. Las relaciones comerciales
se empiezan a dar más fuertemente a partir de 1985. Entre 1985 y 1988, la balanza
comercial estaba a favor de México, ya que para 1989 y 1993 México mantuvo una
exportación de entre $163 y $158 millones de dólares, mientras que Corea del Sur
dio un salto enorme: paso de 462 millones de dólares en 1989 a 997 millones de
dólares en 1993 (González, 1995).
Cabe señalar que desde los 80, Corea del Sur empezó a importar petróleo de
México, lo cual continúo hasta la década de los 90, mientras que México importaba
electrodomésticos, azúcares en bruto, tejidos estampados, etc. Éste déficit vino de la
mano del cambio de las políticas mexicanas para la apertura de su mercado
comercial. La relación bilateral entre México y Corea del Sur dependía del pilar del
petróleo (González, 1995; Lee, 1995; Xu, s.f.).
México generó mucha expectativa a nivel internacional en cuestión de oportunidades
después del inicio de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre éste
país, Estados Unidos de América y Canadá. Pero Corea empezó a hacer inversiones
en México desde 1988, un año antes del inicio de las negociaciones, con el
asentamiento en Tijuana de plantas de accesorios electrónicos de la compañía
Samsung. Con las relaciones económicas incrementándose, México y Corea del Sur
firmaron el Acuerdo en Cooperación Económica, Científica y Técnica en 1988
(Licona y Rangel, 2013; León, 2010; SRE, 2012; Xu, s.f.).
9 El acercamiento de Corea del Sur con la Unión Soviética y China principalmente, mediante su nordpolitik
(Asociación de Profesores de Historia, 2005; Di Masi, 1997; Hong, 2008; León, 2010).
39
Las visitas al más alto nivel entre Corea y México no se hicieron esperar a partir de la
década de los 90, visitando Corea del Sur los presidentes Ernesto Zedillo, Vicente
Fox y Felipe Calderón, de igual manera los presidentes surcoreanos Roh Tae-Woo,
Kim Young-Sam, Kim Dae-Jung, Roh Moo-Hyun y Lee Myung-Bak visitan México. Es
destacable que Corea del Sur tiene un número superior en las visitas realizadas a
México, lo que puede demostrar el pujante interés de este país sobre la búsqueda de
un nexo más fuerte y acabado con el territorio mexicano. Por el lado contrario,
México refleja un acercamiento lento y poco interés en el país asiático, aunque hay
que señalar que esto es en el plano de relaciones de alto nivel.
Dichos acercamientos permiten que México y Corea del Sur hayan celebrado 11
Acuerdos bilaterales (tabla 5), siendo el último en firmarse en el 2005. (SRE, 2012).
Tabla 5. Acuerdos bilaterales entre México y Corea del Sur
Tratados Lugar y fecha de adopción
Entrada en vigor
Estatus
1. Convenio cultural entre Estados Unidos Mexicanos y la República de Corea
Cd. De México, 29 de abril de 1966
17 de marzo de 1969
Vigente
2. Convenio comercial entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea
Cd. De México 12 de diciembre de 1966
17 de marzo de 1969
Vigente
3. Convenio sobre servicios aéreos entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea
Seúl, 21 de julio de 1988
9 de noviembre de 1989
Vigente
4. Acuerdo de cooperación económica, científica y técnica entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea
Seúl, 9 de noviembre de 1989
21 de agosto de 1990
Vigente
5. Convenio entre los Estados Unidos Mexicanos y la República de Corea para evitar doble imposición e
Cd. De México, 6 de octubre de 1994
11 de febrero de 1995
Vigente
40
impedir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta
6. Protocolo de cooperación turística entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea
Seúl, 29 de noviembre de 1996
10 de junio de 1997
Vigente
7. Tratado de extradición entre los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea
Seúl, 29 de noviembre de 1996
27 de diciembre de 1997
Vigente
8. Acuerdo entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea para la promoción y protección recíproca de las inversiones
Badar Seri Begawan (Brunei), 14 de noviembre de 2000
28 de junio de 2002
Vigente
9. Acuerdo para enmendar y adicionar el convenio sobre servicios aéreos entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea, firmado el 21 de julio de 1988
Seúl, 4 de junio de 2001
3 de enero de 2003
Vigente
10. Acuerdo entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República de Corea sobre cooperación y asistencia en materia aduanera
Cd. de México, 9 de septiembre de 2005
12 de mayo de 2006
Vigente
11. Tratado entre los Estados Unidos Mexicanos y la República de Corea sobre asistencia jurídica mutua en materia penal
Cd. De México, 9 de septiembre de 2005
18 de enero de 2007
Vigente
Fuente: Elaboración propia con datos de la SRE.
A pesar de estos acuerdos firmados, ratificados y vigentes, Corea del Sur y México
no han llegado a un Tratado de Libre Comercio. Esto sería predecible teniendo en
cuenta de que el intercambio comercial bilateral ha crecido 80 veces desde 1980,
pero esto representa apenas el 1.2% del comercio de México. Es en el año 2006 que
41
se formó un Grupo de Expertos entre Corea y México con el fin de definir el camino
para llegar a un mayor establecimiento y ensanchamiento de las relaciones (Cho,
2007; Reyes, 2006; Licona y Rangel, 2013).
En 1990, como se ha dicho anteriormente, hubo un flujo de capital surcoreano hacia
México, el cual ascendió a 100 millones de dólares a través de las empresas que
vinieron a invertir en el territorio mexicano. Catorce años después, el monto total de
inversión surcoreana era de 1,500 millones de dólares esparcidos en 150 empresas
procedentes del país asiático. El aumento del intercambio fue más notorio en el
2009, al llegar a la cantidad de 11,400 millones de dólares. En el 2006, se llegó al
establecimiento de una “asociación estratégica para la prosperidad común en el siglo
XXI”, y los presidentes respectivos de México y Corea enunciaron su voluntad para
lograr potencializar sus esfuerzos en materia económica. (Cho, 2007; CNN
expansión.com, 2010).
La resolución sobre un acuerdo comercial entre ambas naciones requiere mucho
más que solo acuerdos entre los gobiernos de cada uno, sino un acercamiento más
profundo y un conocimiento mutuo tanto de mercado como de cultura y sociedad.
Desde mediados del nuevo milenio, se ha venido gestando un Tratado de Libre
Comercio entre México y Corea del Sur. Pero México ha rechazado múltiples veces
las propuestas para ello. Una de las razones es el déficit en la balanza comercial de
México (CNN Expansión.com, 2007).
El comercio entre México y Corea del Sur en 2010 alcanzó 13 mil 660 millones de
dólares, lo cual representó una transacción de 37.4 millones de dólares por día. En el
caso de las ventas que hace México con Corea del Sur, en 2010 sumaron 929
millones 349 mil dólares, representando una entrada de 2.5 millones dólares por día,
y en lo que corresponde a las compras, representaron 12 mil 730 millones, 677 mil
dólares, lo cual constituye una salida de 34.8 millones de dólares por día, es decir, un
déficit de 32.3 millones de dólares por día en la balanza comercial de México con
Corea del Sur, situación que nos indica la relevancia de fortalecer e integrar la
42
estructura productiva de México, para incrementar las ventas con el exterior y en
concreto con Corea del Sur, tratando con ello de mitigar los déficit comerciales que
van en aumento, como puede apreciarse en la tabla 6.
Tabla 6.Balanza Comercial México y Corea del Sur 1990-2011 (Miles de dólares)
Año Exportaciones Importaciones Comercio
Total
Saldo
1990 9,214 27,099 36,313 -17,885
1991 32,021 386,835 418,856 -354,814
1992 44,063 665,571 709,634 -621,508
1993 27,145 837,476 864,621 -810,331
1994 37,855 938,399 976,254 -900,544
1995 246,572 770,875 1,017,447 -524,303
1996 341,985 1,059,429 1,401,414 -717,444
1997 213,576 1,584,296 1,797,872 -1,370,720
1998 136,129 1,823,092 1,959,221 -1,686,963
1999 264,933 2,780,768 3,045,701 -2,515,835
2000 294,252 3,690,380 3,984,632 -3,396,128
2001 208,590 3,531,748 3,740,338 -3,323,158
2002 161,921 3,909,968 4,071,889 -3,748,047
2003 181,466 4,112,885 4,294,351 -3,931,419
2004 218,953 5,227,825 5,446,778 -5,008,872
2005 241,842 6,495,910 6,737,752 -6,254,068
2006 457,495 10,621,408 11,078,903 -10,163,913
2007 680,587 12,615,532 13,296,119 -11,934,945
2008 538,074 13,570,619 14,108,693 -13,032,545
2009 500,052 10,946,194 11,446,246 -10,446,142
2010 929,349 12,730,677 13,660,026 -11,801,328
2011* 402,737 6,123,403 6,526,140 -5,720,666
Acumulado 6,168,811 104,450,389 110,619,200 -98,281,578
*2do trimestre. Fuente: Secretaría de Economía, recuperado el 8 de febrero de 2012 de http://www.economia-snci.gob.mx/sic_php/pages/estadisticas/mexicojun2011/E8bc_e.html
43
Para finalizar, ya en el 2010, México y Corea del Sur reanudaron las negociaciones
para el Tratado de Libre Comercio. Este hecho fue posible por la visita del presidente
surcoreano Lee Myung-Bak, incluso, este mandatario buscó la forma de permitir el
acceso de las empresas de su país más fácilmente, aun antes de la firma de un TLC.
Aun así, es poco probable que se llegue a una firma de un tratado de libre comercio,
ya que México no está preparado para ello y sigue teniendo un déficit en la balanza
comercial, además de tener sectores como el automotriz, entre otros que se verían
afectados con la entrada de bienes del mercado surcoreano con altos niveles de
competitividad.
2.6 Reflexiones finales
Se puede observar un acercamiento de las relaciones surcoreanas con América en
tres etapas: la primera de 1948 a 1962, la segunda de 1962 a 1992 y la tercera a
partir de 1993. En los inicios de Corea como nación, se da un acercamiento marcado
por turbulencias y recuperación, la segunda etapa se caracteriza por el crecimiento
acelerado de este país y la tercera etapa marcada por los reajustes y reformas que
dinamizan la actividad económica y comercial.
El acercamiento entre Latinoamérica y Corea del Sur puede incrementar sus
relaciones a través de la búsqueda de vínculos más fuertes, y no solo económicos,
sino también políticos y socioculturales, para que así pueda haber una mayor
comprensión recíproca.
Pasando al caso específico de México, los intereses que tienen en común, permiten
que las relaciones tengan varias situaciones dependido del contexto internacional.
Actualmente, sus vínculos más estrechos son por la parte económica y comercial.
44
Las relaciones mantenidas actualmente entre ambos países es una minúscula parte
de lo que realmente podrían llegar a obtener dado el potencial de cada uno, como
por ejemplo poner la complementariedad industrial. Corea y México deben de
aprovechar sus ubicaciones, ya que son estratégicas y pueden servir como puertas
para el intercambio de productos en Asia y en América.
México no ha realizado un esfuerzo notorio para fortificar las relaciones con Corea
del Sur, por lo tanto consideramos que debe buscar áreas de oportunidad en los
sectores de alta tecnología en lo que ha logrado sobresalir Corea del Sur, entre ellos,
la electrónica, petroquímica, naval, automotriz y acereras. Asimismo generar un
vínculo en materia cultural y educativa que les permita un mayor entendimiento
sobre ambas culturas, y con ello mitigar o eliminar las barreras que nos alejan de
mercado dinámicos.
45
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49
CAPÍTULO III
¿El Capítulo 14 del Acuerdo de Asociación Económica México y Japón como modelo? La agenda de cooperación en el posible mecanismo económico bilateral entre México
y Corea del sur1
Carlos Uscanga2
3.1 Introducción
Después de la incorporación de México dentro de la última etapa de las rondas de
discusión del Transpacific Partnership Agreement (mejor conocido por sus siglas
TTP), se anunció la posibilidad del reinicio de las negociaciones bilaterales con
Corea del Sur, suspendidas desde el verano del 2008.
De lograr esa reapertura, sin lugar a dudas, estará sustentado en la capacidad
política y habilidades negociadoras de los nuevos responsables de la política
comercial de México. Empero de manera independiente, es interesante conocer las
diferentes opciones que el documento final pudiera contener y en lo particular cómo
se integraría el eje de cooperación dentro del nuevo instrumento comercial.
Sí se toma en cuenta la experiencia del Acuerdo de Asociación Económica (AAE o
por sus siglas en inglés, EPA, Economic Partnership Agreement)) entre México y
Japón, podrían derivarse algunos puntos referenciales que pudieran servir de base
para la negociación con el gobierno sudcoreano.
1 La presente ponencia es un avance dentro del proyecto de Investigación del proyecto SEP CONACYT de
Ciencia Básica 2010-1 con registro150933 intitulado “El Acuerdo para el Fortalecimiento de la Asociación
Económica México-Japón: Análisis Global y Sectorial de los Flujos Comerciales, Inversión y Cooperación ( 2010-
2013)”
2 Profesor – Investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
50
En este sentido, la presente ponencia buscará explorar, tomando en cuenta el
capítulo o apartado 14 del AAE México-Japón, cómo pudiera moldearse – si fuera el
caso- un capítulo similar o ampliado para el caso de Corea. Una pregunta adicional
que pudiera derivarse es sí el principio de “subsidiaridad” pudiera estar o no
presente en el caso de las acciones en el rubro de cooperación que pudiera tener el
futuro AAE con Corea del Sur.
3.2 El Principio de Subsidiaridad3
Las disposiciones del eje de la cooperación estuvieron relacionadas con las
características de la agenda bilateral que Japón ha tenido en la materia con los
diferentes países firmantes de AAE, en la que pueda haber varias situaciones:
1) Países en los que ya existe una agenda diversificada en materia de
cooperación donde permanecen instrumentos bilaterales firmados donde las
acciones de operación superan las de subsidiaridad.
2) Países en que las acciones de cooperación son menos comprehensivas
buscando que ese eje en el AAE pueda denotar actividades en la materia
donde el principio de subsidiaridad es más robusto.
3) Países en las que las acciones de cooperación están bien definidas por la
normatividad y los convenios bilaterales pero el eje de cooperación sirve como
base para subsanar deficiencias en su contraparte para aprovechar las
disposiciones contenidas en el AAE. En este contexto, tanto el principio de
operacionalidad y subsidiaridad trabajan en el mismo plano pero con la
diferencia de que el último se orienta a acciones puntuales y acotadas.
El ejercicio del principio de subsidiaridad por Japón está también vinculado a lo
siguiente:
3 Este subapartado es parte del documento inédito: Carlos Uscanga “El eje de cooperación en mecanismos
económicos de Japón a la luz del análisis del capítulo 14 del Acuerdos de Asociación Económica con México”
51
a) Capacidades de negociación de la contraparte. A diferencia de los temas
“duros”, la cooperación es una agenda que se ajusta conforme a su uso
compensatorio donde puede observase un rasgo abierto o enmarcado a
un grupo de temas definidos por los negociadores japoneses.
b) Dentro de la demanda abierta tener claridad en la definición de una
“canasta de temas” objeto a ser parte de las acciones de cooperación por
la contraparte.
c) La posición de la contraparte como actor de la Cooperación Internacional:
donante, receptor neto, perfil dual (receptor-donante).
d) Las capacidades e interés para implementar las acciones solicitadas por
Japón en el caso de la demanda abierta.
La dimensión compensatoria de la subsidiaridad representa un aspecto importante
cuando pueden observarse los siguientes tres casos:
a) Frente a un “impasse” en la negociación donde Japón busca reactivar la
misma ampliando su oferta donde incluye paquetes de cooperación que
puedan ser de interés de su contraparte.
b) Acciones específicas para generar un paliativo a una situación que implique
a su contraparte ceder en un sector sensitivo.
c) Abrir un frente nuevo de cooperación ante la inexistencia de mecanismos
bilaterales que implique una acción que pueda redundar en el cumplimiento de
Japón en sus intereses dentro del proceso de negociación.
Es un hecho, que los AAE - como instrumentos comerciales de nueva generación-
implementados por Japón buscaban superar a los iniciales TLCs que habían
dejado una imagen -en el contexto de la negociación de actores desiguales- de ser
instrumentos técnicos de corte neoliberal donde los mecanismos de subsidiaridad
eran inexistentes o se dejaban los mismos a las fuerzas del mercado. Japón al
52
retrasar su arribo a la firma de esos instrumentos consideró que debían tener un
valor agregado y el mismo lo representaba la cooperación.
Lo anterior sustentado en su posición que tenía y posee actualmente dentro del
sistema de Cooperación Internacional como oferente en los programas de Ayuda
Oficial para el Desarrollo ( AOD), además en su ya larga en la acciones de
colaboración técnicas y científicas. Asimismo, Japón buscaba armonizar con sus
compromisos como miembro de las 21 economías que integran al mecanismo de
Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) donde a la par de la promoción y
liberalización del comercio, existe el tercer eje de cooperación técnica.
Asimismo, las mismas siglas de AAE se alejaba de las ya referidas imágenes
negativas del TLC ( por sus siglas en inglés, FTA, Free Trade Agreement) que
podrían complicar las negociaciones con sus contrapartes por posibles reticencias
internas a los efectos de la liberalización económica. También se elevaba la
vinculación con su contraparte como “socios” donde se partía el hecho de las
acciones eran de colaboración mutua donde cada uno tendría beneficios.
3.3 Los Factores de la Negociación del Capítulo 14 en el AAE con México
La negociación con México del AAE, como ya se ha documentado tenía una
característica especial para Japón: sería el primer instrumento donde se discutiría el
acceso al sector agrícola, hecho que tendría importantes implicaciones para generar
un modelo de negociación futura de esos instrumentos con otros países. El
negociado previamente con Singapur fue el ensayo inicial para evaluar la viabilidad
de los AAE, a pesar de que no se incorporaron ninguna disposición en materia
agrícola, era una forma para preparar al reticente sector campesino japonés y el
sector político conservador ligado al mismo, que la liberalización económica debían ir
más allá de los compromisos de apertura pactados dentro de la OMC y que tendrían
53
que abrirse algunas áreas pero manteniendo reservados a sectores sensitivos como
la producción de arroz.
Japón desplegó una estrategia proactiva en su nuevo eje de su política comercial,
misma que se reflejó en:
a) Proponer la creación de Grupos de Estudios integrados por funcionarios,
empresarios y académicos para elaborar un reporte sobre la factibilidad de la
adopción de un AAE. Lo anterior le permitía dos cosas centrales: Por un lado,
conocer a la mayoría del futuro equipo negociador y tener una primera
aproximación de la posible agenda de negociación, así como de las
demandas de su contraparte donde se convertía de facto en un espacio de
pre-negociación
b) Asumir una posición proactiva proponiendo tanto un proyecto de reporte
como de acuerdo en la futura negociación donde la contraparte reaccionaba
con el documento agregando, modificando o eliminando aspectos de su
contenido.
En la negociación con México se observaron de manera clara los dos elementos
anteriores, añadiendo que la contraparte mexicana tenía una ventaja que pudo usar
a su favor:
1) Las empresas japonesas que operaban en el territorio nacional les urgía
eliminar la situación de desventaja por pertenecer a un país no signatario de
un acuerdo comercial con México frente a la reformulación del sistema de
maquiladora y del papel de los Estados Unidos en sus estrategias de
negocios.
2) México no ofrecía una amenaza a los sectores agrícolas sensitivos en Japón,
la oferta exportable mexicana era complementaria a los requerimientos de la
demanda de productos requeridos en el mercado japonés.
54
En este sentido, México podía obtener importantes dividendos como ampliar bajo la
figura de una demanda más abierta de los principios de subsidiaridad de Japón en el
AAE que se estaba negociando. Sin embargo, se observaron dos elementos
importantes que podían aminorar esas capacidades. Por un lado, México se
encontraba en el tránsito de ser un actor dual de la cooperación donde la Agencia
de Cooperación Internacional de Japón ( JICA, por sus siglas en inglés) le resultaba
más complejo implementar proyectos bajo el perfil de receptor neto e impulsaba la
necesidad de reconocer a México como un socio de la cooperación. Por el otro, la
existencia de diversos acuerdos y convenios bilaterales en materia de cooperación
en un rango amplio en lo cultural, lo económico y en aspectos técnicos-científicos.
En este sentido, la contraparte Mexicana consideró lo siguiente:
a) Invertir más su capital negociador en la mayor apertura para el acceso de la
oferta exportable mexicana, tanto para ampliar los cupos de los productos que
ya habían logrado un posicionamiento; así como abrir nuevos nichos en el
mercado japonés que se observaban prometedores.
b) Con base en lo anterior, desechó una agenda más comprehensiva de
cooperación y por ende, no se tomó en cuenta existencia de una virtual “carta
blanca” por la contraparte japonesa para incrementar hasta donde lo deseara
México la aplicación del principio de subsidiaridad por parte de Japón.
c) Al adoptar un paquete más específico de acciones de cooperación, lo
concentró con el requerimiento de ampliar las capacidades competitivas de las
Pequeñas y Medianas Empresas (PYMEs) de tipo exportador para que
pudieran penetrar de mejor manera al mercado japonés, además del apoyo a
la promoción del Comercio e Inversión y de la Industria Soporte. Lo anterior
estaba alineado a las políticas de fomento de ese subsector industrial durante
la administración de Vicente Fox Quesada, una prioridad sectorial para la
Secretaría de Economía que era la responsable de la negociación con Japón.
55
El punto anterior, permitió inclinar la balanza a favor de Japón y le permitió resolver
algunos problemas que enfrentaba, como ya se apuntaron, al visualizar a México
como actor dual con una economía clasificada de renta media alta.
a) Focalizar acciones específicas de capacitación y asesoría técnica para el
incremento de las capacidades competitivas para la PYMEs mexicanas
conocieran más al mercado japonés para generar productos con la calidad
suficiente que fueran aceptados por e exigente mercado japonés, ampliar las
capacidades para vincular a empresas mexicanas en la cadena de suministro de
insumos requeridos por las empresas japonesas en el país, en ese proceso
JETRO ( Japan External Trade Organization) jugaría un papel central.
b) Concentrar la agenda de JICA en el eje de la cooperación dentro del AAE, pero
también profundizando las acciones de México -ya como socios- dentro de las
modalidades de la cooperación triangular y reduciendo los proyectos de tipo
tradicional aplicables a receptores netos por tener un grado de desarrollo relativo
menor.
El eje de subsidiaridad del AAE de México, en su momento, representó algo inédito.
En los instrumentos tradicionales como los TLC no se identificaban los ejes de
cooperación y ni mucho menos acciones para fomentar la competitividad de los
actores económicos, ya que se partía del hecho de que esas acciones tenían que
ser orquestadas en el ámbito del fomento de las políticas públicas internas y la
acción emprendedora de los hombres de negocios. Sin embargo, el instrumento
bilateral contiene elementos de apoyo para ampliar las oportunidades de negocios
en el plano de la inversión y comercio ajustadas a las necesidades y formas que
Japón requiere y exige. Es decir, Japón le indica a México cómo debe de exportar,
cuáles son los márgenes de calidad que deben de contener sus productos, cómo
debe operar para insertase en la diversas fases del encadenamiento productivo de
sus corporaciones y cómo debe hacer negocios.
56
3.4 Corea: Modelos de los instrumentos comerciales
Durante los análisis de factibilidad4 que precedieron a los trabajos para el Grupo
Conjunto de Expertos México-Corea del Sur, se delinearon dos opciones que México
pudiera adoptar en su negociación con Corea del Sur. La primera, la negociación de
un TLC tradicional y la segunda la adopción de un AAE.
La opción TLC
La decisión gubernamental para emprender negociaciones debe estar sustentada en
la definición de las metas específicas que podrían traducirse, en el caso de México,
en ampliar el rango de acceso al mercado coreano para incrementar sus
exportaciones en los sectores con mayor capacidad competitiva. Sin embargo, una
precondición necesaria será revisar lo siguiente:
1) Corea mantiene altos aranceles en el sector agrícola, pesquero y cárnico, así
como en alimentos procesados. Mientras en el sector de manufacturas,
electrónico y químicos se encuentran gravadas con aranceles relativamente
bajos cuya eliminación para México incrementaría su participación en esos
sectores. Los productos mexicanos ven mermada su competitividad en el
mercado coreano por la existencia de aranceles altos como el caso del
tequila con el 56.5 por ciento y la cerveza con el 30 por ciento.
2) La existencia de barreras no arancelarias han afectado la expansión de los
productos agrícolas en el mercado coreano como las regulaciones sanitarias y
fitosanitarias, así como otro tipo de impedimentos de carácter técnico.
En el caso de Corea se buscaría eliminar el trato discriminatorio que padecen las
firmas coreanas por proceder de un país no firmante de un TLC con México. La
4 “Mexico and Korea: Challenges for a New Economic Partnership´” Secretaría de Economía, México, Octubre
2003.
57
eliminación de los topes arancelarios tendrá efectos positivos en términos de los
volúmenes de comercio. Las exportaciones coreanas en el rubro de bienes
intermedios y de capital podrán tener un incremento significativo en particular en las
áreas en la que el capital coreano tiene mayor presencia como la electrónica y
textiles. Esto podría generar un efecto de diversificación de la inversión en áreas no
tradicionales e incorporar nuevos bienes dentro del comercio intrafirma, así como la
presencia de otros productos manufactureros con alto valor agregado con destino al
mercado mexicano.
En suma, existe un impacto positivo para ambas partes cuya intensidad dependerá
de los resultados de la negociación, pero sobre todo de la capacidad de respuesta de
los agentes económicos en aprovechar esas oportunidades. Bajo el supuesto
anterior puede proyectarse lo siguiente:
1) Para México:
a. Introducción de nuevos bienes de exportación en el sector agroidustrial y
bienes procesados con mayor capacidad competitiva en el mercado coreano
como carne de bovino con hueso o deshuesada, carne de pollo, frutas
tropicales, ajo, chile seco, semillas de ajonjolí, aguacate, miel natural,
naranjas, melón y sandías. Corea mantiene restricciones cuantitativas para el
arroz, pero las referentes de la carne de res fueron eliminadas en enero del
2001. De acuerdo con el gobierno coreano, sus tarifas no arancelarias son
consistentes con las disposiciones contenidas sobre el particular en el marco
GATT/OMC y de otras disposiciones internacionales.
b. Expansión de la participación de bienes que ya tienen un nicho de mercado en
Corea como carne de cerdo, calamar sazonado, sal de mar, cerveza y tequila.
c. Incremento de la participación de bienes intermedios y de capital dentro de las
exportaciones de México a Corea.
d. Eliminar o atenuar de barreras no arancelarias y técnicas.
58
e. Incremento de los volúmenes de IED coreana con posibles efectos positivos en el
empleo.
g. Efecto favorable en los patrones de consumo locales por la posibilidad de la
adquisición de una mayor variedad de bienes con alto valor agregado.
2) Para Corea:
a. Facilitar las operaciones de las corporaciones coreanas dentro de sus estrategias
de negocios.
b Incrementar su capacidad competitiva de los productos coreanos.
c. Acceso al mercado nacional y mejorar las ventajas de México como plataforma
exportadora.
d. Expansión de sus estrategias de diversificación de mercados con base en sus
principios de seguridad alimentaria
e. Efecto positivo en los patrones de consumo del pueblo coreano al obtener mayor
capacidad de selección y obtención productos seguros con alta calidad.
Si se plantea en estos términos, es claro los resultados tangibles de un acuerdo de
libre comercio bilateral. Sin embargo, como ya se comentó, la maximización de sus
beneficios está en función del grado de sus capacidades institucionales y humanas
internas. Empero, un proceso inevitable es la existencia de sectores afectados por
las disposiciones de liberalización y apertura. Aquí se tendrá que entender las
posibilidades de los gobiernos respectivos para atenuarlos y crear nuevas estrategias.
La opción del AAE
Los AAE son una nueva generación de acuerdos con carácter más amplio que
combina acciones de liberalización y facilitación como la profundización de
mecanismos de cooperación que incluyen a un mayor rango de sectores. Como es
ya conocido, Japón implementó ésta fórmula con Singapur donde ambos países
firmaron el documento final en enero de 2002 con la virtual exclusión del sector
59
agrícola. Un esquema parcialmente similar fue adoptado para las actuales
negociaciones con México. El AAE busca ampliar el rango de alcance de un TLC
tradicional al incorporar acciones para el fortalecimiento de la cooperación bilateral
en áreas como ciencia y tecnología, energía, turismo, promoción comercial y de
inversiones, educación, capacitación de recursos humanos, mejoramiento del
ambiente de negocios entre algunos temas. Como puede notarse, es un instrumento
integral cuyos beneficios se presentan en economías con grados significativos de
interrelación. En el caso de la adopción de esa vía por parte de México y Corea
podrá generar lo siguiente:
a) Para México
1. La obtención de los beneficios referidos dentro del marco de un TLC.
2. La extensión de beneficios que alcances a un rango mayores de sectores que
incluyen desde turismo hasta programas de fortalecimiento de la pequeña y
mediana empresa mexicana.
3. Profundización de la esfera de cooperación bilateral en áreas existentes y
creación de nuevas.
4. El reforzamiento de marco operativo y legal en el que se despliegan acciones
de comercio e inversión.
5. Transferencia de tecnología y cooperación industrial para la pequeña y
mediana empresa mexicana.
b) Para Corea
1. La obtención de las ventajas negociadas dentro marco del TLC.
2. La apertura de mayores oportunidades para incrementar sus opciones de
negocios en el sector de compras gubernamentales y servicios financieros,
por sólo referir dos rubros.
3. La intensificación de sus acciones de cooperación dentro del marco de sus
estrategias de su política económica exterior.
60
4. El reforzamiento de marco operativo y legal en el que se despliegan
acciones de comercio e inversión.
Las opción del AAE dependerá de la capacidad de ambas naciones en no sólo en
adelantar en el proceso de liberalización sectorial sino también en impulsar mayores
márgenes internos en los procesos de desregulación e identificación de áreas para la
cooperación bilateral.
En este sentido, son claras las mayores ventajas del AAE que del tradicional TLC en
tanto que son instrumentos de nueva generación donde el eje de cooperación se
presenta como activo que permite abrir nuevos espacios de colaboración, además
– como ya se apuntó- servir como instrumento compensatorio.
3.5 Reflexión Final: ¿Cooperación bajo el principio de subsidiaridad en el instrumento comercial entre México y Corea?
Corea del sur a diferencia de Japón es un actor nuevo dentro del escenario de la
Cooperación Internacional. Sin embargo, en los últimos años se ha logrado
posicionar de manera clara como donador neto dejando ya atrás su otrora calidad de
recetor lo que se ha reflejado en el fortalecimiento de las acciones en el plano
bilateral en el marco de los trabajos de la Agencia Coreana de Cooperación
Internacional (Mejor conocida por KOICA, por sus siglas en inglés) y en lo
multilateral ya logró su pertenencia como miembro de pleno derecho en el Comité de
Ayuda de la OCDE.
Las acciones de cooperación desplegadas por Seúl en México han sido puntuales en
tanto que se le considera como un país de renta media alta, por lo que el gobierno
mexicano ha perdido elegibilidad para recibir recursos como los receptores netos de
cooperación internacional para el desarrollo. Los mecanismos que están surgiendo
entre los dos países están más orientados a reconocerse, de manera mutua, como
61
socios donde, en términos de corresponsabilidad, pueden realizarse programas con
las diferentes modalidades de cooperación, siendo una de ellas la triangular.
Dentro de este panorama puede apreciarse diferencias sustanciales con Japón.
Corea no tiene el problema -como lo tuvo Tokio- de ajustar la cooperación con
México por su nuevo nivel de donador emergente. Asimismo, México mantiene y ha
ampliado su capacidad de negociación que puede servir de activo para mejorar la
oferta negociadora por su contraparte. En este sentido, el gobierno mexicano tiene a
su favor:
a) El mantener su papel importante por su vecindad geográfica con los Estados
Unidos y de ser un portal para la producción con destino al mercado local y
latinoamericano, hecho altamente importante para las corporaciones
sudcoreanas en sus estrategias de negocios.
b) Su incorporación al TPP y su posibilidad de servir de vehículo para ampliar el
proceso de integración regional.
c) Al no ser Corea del Sur signatario de un TLC o AAE, las empresas
sudcoreanas mantienen una desventaja relativa frente a sus competidores
cuyos países tienen un mecanismo económico firmado con México, por lo que
se agrega presión del sector privado al gobierno de Corea del Sur para lograr
el acuerdo con México
Bajo esa perspectiva, los negociadores mexicanos pudieran construir una “canasta”
amplia de acciones que pueden ser utilizadas bajo el principio de subsidiaridad en la
que el eje de la cooperación fuera fortalecido. En el posible capítulo de cooperación
del documento, las autoridades mexicanas deben de decidir sobre el alcance del
mismo: un de carácter comprehensivo o de tipo más acotado. Es decir, acciones
amplias que impacten diversas áreas temáticas u otro de carácter más específico
con subsectores claramente identificados ligado al fortalecimiento de las capacidades
62
institucionales que permitirán el mejor aprovechamiento del instrumento económico
bilateral.
De manera independiente de las opciones que pudieran decidirse, es factible que
Corea del Sur pueda cumplir o ampliar la demanda de acciones de cooperación en:
1) PyMES mexicanas para el incremento de sus capacidades y calidad en su
oferta exportable en el mercado sudcoreano ( tal como lo establece el capítulo
14 con Japón).
2) Profundizar las iniciativas de Seúl denominadas KNOWLEDGE SHARING
PROGRAM (KSP) en las siguientes macro áreas: a) promoción de
exportaciones e industrialización; b) economía basada en el conocimiento; c)
desarrollo de recursos humanos.
3) Desarrollo ambiental sustentable y rehabilitación de recursos hídricos
4) Cooperación para el fortalecimiento de cadenas de aprovisionamiento
La decisión de cómo instrumentar y el alcance la agenda de cooperación integrada
al AAE dependerá de la sensibilidad y visión de los funcionarios mexicanos
responsables. Lo que es cierto es que se abre una amplia área de oportunidad en la
que el gobierno mexicano y el sector privado pudieran ser favorecidos en la medida
que se identifique una estrategia clara para potenciar los beneficios a través de sacar
provecho de su posición negociadora para ampliar el principio de subsidiaridad.
63
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Corea del Sur: proyectos y modalidades para la atención de los temas del
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65
CAPÍTULO IV
Tendencias y perspectivas Corea del Sur
Roberto Celaya Figueroa
Rodolfo Valenzuela Reynaga
Zulema Ruiz Rosas1
4.1 Introducción
El crecimiento de Corea fue de 60% en los 60´sy 70´s y de cerca del 90% en los 80´s
y 90´s cayendo a 70% en la primera década del año 2000. Establecer las tendencias
y perspectivas nos permitirá desarrollar escenarios de desarrollo para esta nación
cuya economía es la cuarta más grande de Asia.
Los objetivos del presente trabajo son el de (1) Presentar un marco de referencia que
permita entender el modelo de desarrollo del este asiático, (2) Presentar un marco de
referencia que permita entender el modelo de desarrollo de Corea del Sur, y (3)
determinar las tendencias y perspectivas para Corea del Sur en cuanto a Índice de
Desarrollo Humano, Producto Interno Bruto (PIB), PIB per cápita, Precios de
consumo, Tipo de cambio, Indicadores de consumo privado, Inversiones en la
industria, Ocupados y asalariados, Niveles de desempleo, Empleo por ramas de
actividad, Asalariados por tipo de contrato y parados por duración (empleos
vulnerables), Índice de precios al consumidor, Índice de precio al productor, Inflación,
Gasto público, Balanza de pagos, Inversión extranjera directa, Reservas
internacionales, Deuda externa, y Tasas de interés: mercado de dinero y mercados
de valores.
1 Profesores-Investigadores del Instituto Tecnológico de Sonora
66
Lo anterior se hará a través de la revisión documental (desarrollo documental) y la
compilación y análisis de valores de los indicadores anteriores (desarrollo analítico y
prospectivo) mediante la consulta directa de las bases de datos de Human
Development Report, Korea Statistical Information Service, The World Bank Group,
entre otros_; todo ello mediante (1) retrospectiva a través del análisis documental
que explique los patrones de desarrollo del este de asia y de Corea del Sur, (2)
análisis en cuanto a las tendencias históricas de los indicadores señalados y (3)
prospectiva en cuanto los escenarios esperados
Los resutados del presenta trabajo pueden resumirse en lo siguiente (1) Producto
Interno Bruto reducido a más de la mitad que en su punto más alto en los 80`s y a la
baja, (2) Precios de consumo que pasaron de 20 en los 80´s a 100 en la actualidad y
a la alza, (3) Tipo de cambio tres veces más alto que en los 80`s y a la alza, (4)
Indicadores de consumo privado en los mismos niveles que los 80’s y seis veces
más bajo que en su pico de finales de los 90´s y a la baja, (5) Encuesta de
inversiones en la industria al mismo nivel que a principios de los 80´s y tres veces
más bajo que en su pico más alto de finales de los 90`s y a la baja, (6) Empleo por
ramas de actividad con tendencia a la alza para el sector servicio pero a la baja de la
industria y agricultura, (7) Índice de precio al productor creciente y a la alza en sus
niveles más altos en treinta años, (8) Gasto público en sus niveles más altos en
treinta años y con tendencia a la alza, (9) Inversión extranjera directa en sus niveles
más bajos en treinta años, (10) Deuda externa casi triplicada en estos últimos 30
años y con tendencia a la alza, y (11) Tasas de interés estables.
De lo anteror se coincluye que existen fuertes presiones sobre la economìa Coreana
que vislumbran un escenario recesivo en cuanto a su economía en el mediano plazo.
67
4.2 Tendencias y perspectivas Corea del Sur
Desde 1960 las economías altamente desarrolladas del este de Asia, Japón, Hong
Kong, Corea del Sur, Singapur, Taiwán y China, han crecido dos veces más rápido
que el resto del Este de Asia, tres veces más rápido que Latinoamérica y el sur de
Asia y veinte veces más rápido que el África Sub-sahariana. De la misma forma, tal y
como menciona Singh, A. (1998), la región del este de Asia ha sido una, sino es que
la más, dinámica del mundo: comparando su crecimiento se observa que de 1965 a
1980 creció en promedio 7.3% contra 6% con el de Latinoamérica, en la década de
1980 creció a una tasa de 6% mientras Latinoamérica bajaba a 1.7% y en las
décadas de los 90´s y primera de 2000, y a pesar de la crisis bursátil que
experimentó, su crecimiento como región en promedio ha sido del orden del 7%
mientras que Latinoamérica prácticamente ha quedada estancada2.
La percepción neoclásica.
En 1993, World Bank emitió su reporte The East Asian Miracle. Economic Growth
And Public Policy en el cual concluía que dicho comportamiento había sido
consecuencia de la inversión privada nacional presentada y el rápido crecimiento del
capital humano. A estos dos factores principales se les unieron otros que sirvieron
para encauzar el crecimiento de la región: disminución del crecimiento demográfico,
el incremento del sector terciario a costa del sector primario, un desempeño
macroeconómico estable (lo cual proveyó el ambiente idóneo para la inversión
privada), políticas educativas enfocadas a niveles básicos que generaron una mano
de obra preparada, además de un “mercado amigable3” con el exterior y niveles de
precios comparativos a nivel internacional. Es así como, según este reporte, lo
2 Cálculos propios con datos del Banco Mundial, http://datos.bancomundial.org/
3 Tal como lo señala World Bank (1993) el término “mercado amigable” se refiere a la existencia de tres
características en la economía: (1) Una intervención limitada de los gobiernos que permita que los mercados se
autorregulen, (2) intervenciones gubernamentales en la economía sujeta a la disciplina internacional, y (3) dichas
intervenciones son abiertas y trasparentes (pp. 66-67)
68
anterior resultó en un mantenimiento de una estabilidad macroeconómica4
acompañado de una acumulación de la riqueza, eficiente inversión5 y rápida mejora
tecnológica6.
Kennedy, Paul (2003) señala cinco factores: (1) el gran énfasis que se le da a la
educación, (2) el elevado nivel de ahorro nacional con relación al PIB, (3) un fuerte
marco político en cuyo interior se promovió el crecimiento económico: aunque se
favorecieron el espíritu empresarial y la propiedad privada, los ‘tigres’ no siguieron en
ningún momento un modelo de laissez-faire; (4) el compromiso con las exportaciones
(en contraste con las políticas indias de sustitución de importaciones y las políticas
estadounidenses dirigidas por el consumidor); y (5) los ‘tigres’ poseen un modelo
local (esto es, Japón) del que sencillamente carecen otros países como Yemen,
Guatemala y Burkin Faso (pp. 255-257).
Intervencionismo discrecional.
4 Como señala World Bank (1993), esta estabilidad macroeconómica tiene que ver, entre otras cosas con un
déficit fiscal limitado y una inflación controlada: durante los últimos treinta años la inflación promedio anual
anduvo en los países de la región en un 9% (p. 12)
5 Como señala World Bank (1993), los gobiernos del Este de Asia lograron esto mediante tres estrategias: (1)
creando infraestructura complementaria a la inversión privada, (2) creando un ambiente de inversión amigable a
través de la combinación de políticas fiscales que favoreciera la inversión y mantuvieran bajos los precios de los
bienes de capital, y (3) manteniendo los intereses sobre depósitos y préstamos bajos (pp. 16 y 17)
6 En este mismo sentido Castell, M. (1999) resume las características del éxito del este asiático en (1) la
existencia de una situación de excepción en la sociedad, como resultado de importante tensiones y conflictos,
tanto nacionales como geopolíticos, (2) los cuatro procesos de desarrollo se basaron en una orientación hacia el
exterior de la economía y, de forma más específica, en la exportación de artículos manufacturados, sobre todo el
mercado estadounidense, (3) la ausencia de una clase terrateniente rural, (4) la disponibilidad de una mano de
obra educada, capaz de reciclarse durante el proceso de modernización industrial, con una alta productividad y
salarios bajos según las pautas internacionales, (5) la capacidad de estas economías para adaptarse al
paradigma informacional y al modelo cambiante de la economía global, subiendo la escalera del desarrollo
mediante la modernización tecnológica, la expansión de los mercados y la diversificación económica, y (6) el
papel del Estado en el proceso de desarrollo, el cual nació de la necesidad de supervivencia y luego creció a
partir de un proyecto nacionalista, afirmando la identidad cultural política en el escenario mundial (p. 295-301)
69
De la misma forma el reporte de World Bank (1993) reconoce que el gobierno
intervino sistemáticamente y a través de múltiples formas para encauzar el desarrollo
y, en ciertos casos el desarrollo de industrias específicas7. Es interesante notar que
el mismo reporte de World Bank reconoce el problema metodológico para establecer
relaciones estadísticas entre el crecimiento económico presentado y las
intervenciones del gobierno efectuadas; en otras palabras, no hay manera de saber
el comportamiento que se hubiera dado en ausencia de tal o cual política (sobre todo
ante la evidencia de intervenciones efectuadas por otras economías que no han
resultado tan satisfactoriamente como en la región de estudio). Como quiera que
sea, el reporte considera como prerrequisitos para este tipo de intervención del
gobierno en la economía dos elementos claves: (1) los gobiernos del noroeste de
Asia desarrollaron mecanismos institucionales con los cuales consiguieron establecer
criterios claros para seleccionar y monitorear las intervenciones, y (2) el costo de
dichas intervenciones en ningún momento llegó a ser excesivo.
Crecimiento y equidad.
El reporte World Bank (1993) señala como parte de la esencia del milagro asiático el
rápido crecimiento aunado a un reparto de la riqueza: de 1960 a 1990 las tasas de
inversión excedieron 20% del Producto Interno Bruto. La relación entre las políticas
públicas y el crecimiento puede establecerse, a parte de los acercamientos
geográficos y culturales, a través de las visiones neoclásicas y revisionistas. La
primera tiene que ver con proporcionar un marco macroeconómico estable que
promueva la competencia nacional e internacional, el segundo tiene que ver
precisamente con una intervención más dinámica de los gobiernos en el desempeño
económico de las naciones.
7 Según World Bank (1993), esta intervención se dio a través de múltiples formas: destinando y subsidiando
créditos a ciertos sectores industriales, manteniendo tasas de interés bajas, protegiendo las importaciones
sustitutas, subsidiando industrias con problemas financieros, estableciendo bancos de gobierno, efectuando
inversiones públicas, estableciendo políticas industriales enfocadas a la exportación, desarrollando instituciones
de apoyo a la exportación e intercambiando información entre los sectores público y privado (pp. 5 y 6)
70
Eficiente asignación de recursos y cambio en la productividad.
Tal y como menciona el mismo reporte de World Bank, algunas políticas que
favorecieron una acumulación de capital en las economías altamente desarrolladas
del este de Asia pudieron tener efectos adversos en lo que se refiere a la asignación
de recursos, esto por la razón de que en estos países no se permitió que fuera el
mercado, y solo el mercado, el que determinará dicha asignación, sino que hubo una
intervención sistemática por parte de los gobiernos en tres rubros principales: los
mercados labores, los mercados de capitales y la asignación de sus recursos, y la
promoción industrial con un enfoque exportador (pp. 259 ss.).
La mayor parte de las economías altamente desarrolladas del este de Asia
influenciaron la asignación de recursos a través de tres formas: (1) reforzando las
regulaciones para mejorar la selección por parte de los bancos de los proyectos de
inversión, (2) creando instituciones financieras (especialmente bancos dedicados a
financiamientos de largo plazo), y (3) a través de créditos a sectores específicos. Y
por último, se dio una gran promoción de industrias específicas con un claro enfoque
exportador, ejemplo de ello el cinturón industrial Keiyo, ubicado en las ciudades de
Tokio y Chiba, iniciado en la década de 1950, donde palpablemente se determina la
guía gubernamental en su planeación y desarrollo8.
4.3 Modelo de desarrollo de Corea del Sur Como lo señala C. Nahm, A. (1993) Corea, hasta poco antes de concluir la 2ª Guerra
Mundial, se encontró bajo dominación japonesa, al término de la guerra, el
8 Sobre todo, como menciona Junnosuke, M (1995), cuando para 1958 se reconoce el desarrollo que estaba
cobrando la región y se crea un comité tripartita entre representantes de las compañías, del gobierno nacional así
como de la prefectura en agosto de 1959, dicho comité haría cuatro señalamientos, a saber: (1) el señalamiento
que el desarrollo industrial de la prefectura de Shiba formaba parte de un plan mayor inter-regional, (2) el
desarrollo de este plan requería el desarrollo de mayores áreas para el establecimiento de industrias y personas,
(3) el plan, asimismo, requería asegurar el abastecimiento de energéticos e infraestructura, y (4) el comité estaba
capacitado para efectuar deliberaciones por iniciativa propia, no sólo de las partes integrantes. (pp. 271-272)
71
enfrentamiento entre las fuerzas comunistas y capitalistas, generaron que el país se
partiera en dos en 1948, adoptando el norte al comunismo como su forma de política
mientras que el sur adoptaba el sistema capitalista de mercado. Poco después
ambas naciones se enfrentarían en la Guerra de Corea (con China por un lado y
Estados Unidos por el otro) misma que terminaría en 1954 y que dejaría un país
empobrecido. Desde 1962 y hasta su muerte en 1979, el General Park Jung-Hee
llevó a la parte sur sobre las vías del desarrollo de mercado a través de la
organización de Chaebols, conglomerados de compañías seleccionadas para
desarrollar ciertas industrias a través de la producción de bienes y servicios bajo las
reglas del mercado pero con el apoyo del gobierno a través de créditos y otros
incentivos (capítulos 9, 10 y 11).
Como menciona Morrisey, O. (1999), los resultados fueron una expansión industrial y
un cambio de una economía agrícola a una industrial. La primera fase de Corea fue
la de sustitución de importaciones (textiles, fertilizantes, comida procesada,
productos de acero) para posteriormente enfocarse a una promoción de las
exportaciones. La normalización de las relaciones con Japón en 1965 generaron el
flujo de inversiones de ese país hacia Corea. A la muerte del General Park en 1979
siguió una política de represión que garantizó la estabilidad necesaria para continuar
con el desarrollo implementado en Corea. El crecimiento de Corea fue de 60% en
promedio en la década de 1960 y de cerca del 90% en la década de 1980 y 1990
(p.217).
En el primer punto, analizando a Corea del Sur en una primera etapa económica
referida a la reforma agraria, aunada a políticas tales como educación universal
primaria o acceso a los servicios de salud, significó en cierta forma que el
crecimiento económico inicial no generara más pobreza sino que sirviera en cierta
forma para generar un crecimiento equitativo. En la segunda etapa económica, la de
industrialización exportadora (a partir de 1960 en Corea del Sur), serían los
trabajadores los que pagarían la factura del crecimiento económico: en Corea del Sur
eran forzados a trabajar 12 horas al día y los sindicatos estaban prohibidos, esto
generaría una ola de demandas de trabajadores y estudiantes que originarían
72
grandes represiones en el país, pero que finalmente conducirían a su
democratización
La república de Corea se sitúa en el nordeste de Asia, ocupando la mitad sur de la
península de Corea. Limita al norte con la República Democrática Popular de Corea,
al este con el mar del Este o mar del Japón, al sureste y sur con el estrecho de
Corea, y al oeste con el mar amarillo, su capital es Seúl y cuenta con
aproximadamente 48.5 millones de habitantes. El idioma oficial es el coreano y su
moneda es el won surcoreano. Actualmente la República de Corea es considerada
como uno de los principales protagonistas de la economía internacional.
Índice de Desarrollo Humano (IDH)
Se basa en un indicador social estadístico
compuesto por tres parámetros: vida larga y
saludable, educación y nivel de vida digno.
Corea del Sur presenta de los más altos IDH no
solo de la Cuenca del Pacífico sino del mundo.
Fuente: Regional and National Trends in the Human Development Index 1980-2011. http://hdr.undp.org/en/data/trends/
Producto Interno Bruto
Representa el valor monetario de los
bienes y servicios finales producidos por
una economía en un período determinado.
EL PIB es un indicador representativo que
ayuda a medir el crecimiento o
decrecimiento de la producción de bienes y
servicios de las empresas de cada país,
únicamente dentro de su territorio.
73
En este caso el Producto Interno Bruto se ha reducido a más de la mitad que en su
punto más alto en los 80`s y sigue a la baja
Fuente: KOSIS Korea Statistical Información Servicie, Principales indicadores sobre cuentas nacionales (2005 año de referencia, 1970), El Banco de Corea Anual/1980 ~ 2011. http://kosis.kr/eng/
PIB per cápita (US$ a precios actuales)
El PIB per cápita es el producto interno
bruto dividido por la población a mitad de
año. El PIB es la suma del valor agregado
bruto de todos los productores residentes
en la economía más todo impuesto a los
productos, menos todo subsidio no incluido
en el valor de los productos. Se calcula sin
hacer deducciones por depreciación de bienes manufacturados o por agotamiento y
degradación de recursos naturales. Datos en US$ a precios actuales.
Fuente: Principales indicadores sobre cuentas nacionales, El Banco de Corea Anual/1980 ~ 2011. http://kosis.kr/eng/
Precios de consumo (por categoría de gastos).
Es un indicador económico en el que se
rastrean los precios de la conocida como
"cesta o canasta familiar" y su variación
respecto a un muestreo anterior.
La canasta o cesta familiar es un conjunto de productos que se determina mediante
una encuesta continua sobre presupuestos familiares y que incluye aquellos
productos básicos que el consumidor medio compra de forma regular.
Los Precios de consumo que pasaron de 20 en los 80´s a 100 en la actualidad y
siguen a la alza,
20
40
60
80
100
19
80
19
83
19
86
19
89
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92
19
95
19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Precios de consumo
74
Fuente: Principales indicadores sobre cuentas nacionales, El Banco de Corea Anual/1980 ~ 2011.
http://kosis.kr/eng/
Tipo de cambio
El tipo de cambio real de un país (país local)
respecto de otro (país extranjero) es el
precio relativo de los bienes del país
extranjero expresados en términos de
bienes locales.
El tipo de cambio es tres veces más alto que en los 80`s con una tendencia a la alza
Fuente: Elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, con datos del Federal Reserve Bank of St. Louis, E.U. y Free Lunch.com, http://www.finanzas.com/cotizacion/historico-yen-japones-euro.htm
Indicadores de consumo privado
Engloba el valor de todas las compras en el
mercado interior, cualquiera que sea su
duración, así como de servicios realizados
por las unidades familiares y las
instituciones privadas sin fines de lucro.
Incluye la remuneración de asalariados
recibida en especie, la producción de artículos para autoconsumo y el valor imputado
por las viviendas ocupadas por sus propietarios. Se excluyen las compras de tierra y
edificios para viviendas.
Indicadores de consumo privado en los mismos niveles que los 80’s y seis veces
más bajo que en su pico de finales de los 90´s y a la baja
Fuente: Principales indicadores sobre cuentas nacionales, El Banco de Corea Anual/1980 ~ 2011.
http://kosis.kr/eng/
Encuesta de inversiones en la industria (excepto construcción)
0.003
0.008
0.013
19
80
19
83
19
86
19
89
19
92
19
95
19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Tipo de cambio
75
Comprende toda aquella inversión
orientada al desarrollo tecnológico, el
cambio e innovación técnica, la
modernización y eficiencia productivas.
La encuesta de inversiones en la industria
al mismo nivel que a principios de los 80´s
y tres veces más bajo que en su pico más
alto de finales de los 90`s y a la baja
Fuente: Principales indicadores sobre cuentas nacionales, El Banco de Corea Anual/1980 ~ 2011. http://kosis.kr/eng/
Ocupados y asalariados
La población activa de un país es la cantidad
de personas que se han incorporado al
mercado de trabajo, es decir, que tienen un
empleo o que lo buscan actualmente.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
Niveles de desempleo
Se refiere a la situación del trabajador que
carece de empleo y, por tanto, de salario. Por
extensión es la parte de la población que
estando en edad, condiciones y disposición
de trabajar carece de un puesto de trabajo
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
56
57
58
59
60
61 1
98
0
19
83
19
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19
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19
95
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20
01
20
04
20
07
20
10
Población ocupada (% mayor de 15 años)
1.5
3.5
5.5
7.5
19
80
19
83
19
86
19
89
19
92
19
95
19
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01
20
04
20
07
20
10
Desempleados (% de la PA)
76
Empleo por ramas de actividad
Se refiere a la forma como esta se distribuye
en cada uno de los sectores definidos. Indica
que el sector que concentra la mayor
cantidad de población activa es el sector
terciario (III) seguido del sector primario (I) y
del sector secundario (II).
En cuanto a Empleo por ramas de actividad
con tendencia a la alza para el sector servicio
pero a la baja de la industria y agricultura.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
Asalariados por tipo de contrato y parados por duración (empleos vulnerables)
Se refiere a la población ocupada
a tiempo parcial, aquélla que no llega a
trabajar el número de horas requerido para
que se considere como población ocupada
a jornada completa.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=2&id=4&hActiveDimensionId=WDI_Series
Índice de precios al consumidor
Es el promedio ponderado de los bienes de un conjunto especifico de bienes y
servicios consumidos por las familias , conocido como la canasta básica o de
mercado, el cual es convertido a una serie de tiempo que relaciona los precios de un
periodo con los precios de otro periodo.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
-10
10
30
50
70
19
80
19
83
19
86
19
89
19
92
19
95
19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Empleo por ramas de actividad
Empleados en agricultura (% del total de empleados)
Empleados en industria (% del total de empleados)
Empleados en servicios (% del total de empleados)
0
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19
80
19
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19
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19
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20
01
20
04
20
07
20
10
Índice de precios al consumidor
(% anual)
77
Índice de precio al productor
Se define como el precio de los bienes y servicios que las empresas venden a otras
empresas. Este precio se compone de un promedio ponderado de un conjunto de
bienes y servicios en los mercados de mayoristas, convertido a una serie de tiempo.
Índice de precio al productor creciente y a la alza en sus niveles más altos en treinta
años
Fuente: Precios al consumidor de Corea del Sur http://www.indexmundi.com/es/corea_del_sur/deuda_externa.html
Inflación
Es el incremento generalizado de los precios
de bienes y servicios con relación a una
moneda durante un período de tiempo
determinado.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=2&id=4&hActiveDimensionId=WDI_Series
0
50
100
150
19
80
19
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19
86
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19
92
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20
01
20
04
20
07
20
10
Precios al productor
-5
5
15
25
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80
19
83
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19
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98
20
01
20
04
20
07
20
10
Inflación (% anual)
78
Estado. Recursos y empleos
El gasto público son las erogaciones en
que incurren el conjunto de entidades
estatales de un país. El gasto público
comprende las compras y gastos que un
estado realiza en un periodo determinado,
que por lo general es un año.
Gasto público en sus niveles más altos en treinta años y con tendencia a la alza
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=2&id=4&hActiveDimensionId=WDI_Series
Balanza de pagos.
La balanza de pagos es una cuenta que
registra todas las transacciones
monetarias entre un país y el resto del
mundo. El saldo en cuenta corriente es
la suma de las exportaciones netas de
bienes, servicios, ingresos netos y
transferencias corrientes netas. Datos
en US$ a precios actuales.
Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
14
19
19
80
19
83
19
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19
89
19
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19
95
19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Gasto público (% del PIB)
-50
0
50
19
80
19
83
19
86
19
89
19
92
19
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20
01
20
04
20
07
20
10
Mile
s d
e
mill
on
es
Saldo en cuenta corriente
79
Inversión extranjera directa
La inversión extranjera directa constituye la
entrada neta de de inversiones para
obtener un control de gestión duradero de
una empresa que funciona en un país que
no es el del inversionista.
Inversión extranjera directa en sus niveles
más bajos en treinta años
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4
Reservas internacionales
El total de reservas comprenden las
tenencias de oro monetario,
derechos especiales de giro,
reservas de los miembros del FMI
que mantiene el FMI y tenencias de
divisas bajo el control de autoridades
monetarias.
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://datos.bancomundial.org/indicador/FI.RES.TOTL.CD
-5.00
0.00
5.00
19
80
19
83
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86
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92
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01
20
04
20
07
20
10
Inversión extranjera directa, ingresos netos (% del PIB)
-50
150
350
19
80
19
83
19
86
19
89
19
92
19
95
19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Mile
s d
e
mill
on
es
Total reservas internacionales,
incluyendo oro ( MDD …
80
Deuda externa
La deuda externa total es el monto
adeudado a los no residentes, que se
reembolsa en divisas, bienes o servicios.
La deuda externa total es la suma de la
deuda a largo plazo pública, con garantía
pública, y privada no garantizada, el uso
del crédito del FMI y la deuda a corto plazo.
Deuda externa casi triplicada en estos últimos 30 años y con tendencia a la alza
Fuente: Deuda externa de Corea del Sur http://www.indexmundi.com/es/corea_del_sur/deuda_externa.html
Tasas de interés: mercado de dinero
Reflejan las condiciones del Mercado de
Dinero en moneda nacional y en unidades de
inversión (UDIS) al mayoreo. Funcionan como
tasas de referencia de un gran número de
operaciones financieras.
Tasas de interés estables
Fuente: Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://datos.bancomundial.org/indicador/FI.RES.TOTL.CD
0
50
100
150
19
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20
01
20
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20
07
20
10
Deuda externa
81
Tasas de interés: mercados de valores del país a corto y a largo plazo
Determinan las condiciones de
financiamiento o inversión de operaciones
como créditos hipotecarios, fondos de
pensiones y/o fondos mutuos, las cuales
están estrechamente ligadas al interés del
común de los ciudadanos.
Banco Mundial, Estadísticas Corea del Sur http://datos.bancomundial.org/indicador/FI.RES.TOTL.CD
0
10
20
30
19
80
19
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19
98
20
01
20
04
20
07
20
10
Tasas de interés: mercado de valores
82
4.4 Conclusiones
1. Índice de Desarrollo Humano.
En 1980 cuenta con un desarrollo de 0.634 mayores al del mundo y menos al muy
alto, es decir esta en medio en equilibrio, para el 2008 su desarrollo incrementa
notablemente ya que está por encima del desarrollo muy alto, al igual de los
siguientes años 2009, 2010 y 2011 llevando a dicha republica a un parámetro de
buen nivel de vida, educación y salud. Según estudios realizados por el Índice de
Desarrollo Humano, la República de Corea es de 0.897, lo que coloca al país en la
posición 15 de los 187 países para los que se disponen datos comparables. El IDH
de OCDE como región ha pasado del 0.749 de 1980 al 0.873 de la actualidad, por lo
que la República de Corea se sitúa por encima de la media regional. Las tendencias
del HDI muestran un importante histórico tanto a nivel nacional como regional y
localiza las pronunciadas brechas existentes en el bienestar y en las oportunidades
de vida que continúan dividiendo nuestro mundo interconectado.
2. Producto Interno Bruto.
En el caso de la República de Corea se tiene un cambio constante en cuanto las
variaciones del PIB, en el año de 1980 y 1988 se desatacan una recesión ya que su
PIB es negativo en dichos años la economía se encontraba en desventajas
económicas, en los años siguientes hasta la fecha se estabiliza arrojando números
altos, sin embargo cabe destacar que el año de 2009 se presenta un PIB muy bajo el
cual logro estabilizar hasta el año 2010 con un aumento hasta el 6.2 de sus
crecimiento, por último en el año 2011 se encuentra con una reducción a la mitad.
3. PIB per cápita (US$ a precios actuales).
En cuanto el PIB per cápita o bien por cada persona, se muestra un aumento muy
considerable año tras año ya que en 1980 era de 1660 y en comparación al 2010 es
de 20759, como se denota es un incremento mucho mayor ya que su economía es
83
estable, trae consigo dichos números con una calidad por persona muy alta, lo que
representa la producción de cada indiviso de esta república es elevada.
4. Precios de consumo (por categoría de gastos).
En cuanto al precio de consumo se denota en la gráfica una aumento a la alza en el
trascurso de los años la cual no presenta ninguna baja, dado a que el consumo de
este país ha ido incrementado por la mayor demanda de productos.
5. Tipo de cambio.
Por ello en cuanto el tipo de cambio de la República de Corea se denota un alza muy
marcada en los años 1988 seguidos de los años 1996 y en el 2011 y 211 la cual
oscila en 0.01299. En términos generales al inicio de este análisis 1980 se ve un tipo
de cambio muy bajo el cual ha ido incrementando en el paso de los años.
6. Indicadores de consumo privado.
En el consumo final privado encontramos una disminución muy considerable en los
años de 1980 y 2003, al igual en el años de 1998 con una picada mucho mayor de -
12.5, sin embargo en el 1999 se tiene la mayor alza de 11.9 porciento, el más alto
registrado en el transcurso de estos periodos. Por otro lado en los años donde se
registra una estabilizada es el periodo que abarca de 1980 a 1996 una continua alza.
En 2009 el consumo final es de cero es una baja muy marcada de la cual se
recuperó los siguientes años restantes de 4.1 en el 2001 y 2.2 en el año del 2011.
7. Encuesta de inversiones en la industria (excepto construcción).
En cuanto a la industria manufacturera encontramos discrepancias muy marcadas
en el año 1998 ya que la industria disminuyo a -7.3 una picada muy baja, al contrario
en 1999 con un porcentaje más alto de 23. Se mantuvo de 2002 al 2007 una
estabilidad entre el 5 por ciento y 10 porciento el máximo, y en el año de 2009 de
nueva cuenta se presenta una picada a menos -1.5 por ciento, la cual fue recuperada
rápidamente en el año siguiente con una alza del 14.8 por ciento, un aumento muy
84
considerable, sin embargo en el 2011 el último año bajo a 7.1 por ciento a pesar de
su baja no es mala, ya que se encuentra en los estándares.
8. Ocupados y asalariados.
La población activa de este país ha aumentado considerablemente desde 1980 a la
fecha, como se muestra en la gráfica, la ocupación total de la población ha variado
un poco ya que encontraron una tendencia alcista en los noventas, pero al principio
de esta 1998 empezó a decaer para luego recuperarse en el año 2000.
9. Niveles de desempleo.
El nivel de desempleo siempre ha sido bajo a excepción de 1998 cuando se disparó
a causa de la crisis económica que se presentó en varios países asiáticos, República
de Corea presenta una tendencia a la baja en los últimos años, por lo tanto su
economía se encuentra estable.
10. Índice de precios al consumidor.
Este índice se ha mantenido constante a lo largo de varias décadas, lo que indica
que los precios de la canasta básica de la República de Corea se han mantenido en
un nivel aceptable.
11. Inflación.
En este país ha jugado un papel muy importante ya que han surgido muchos
cambios en su tendencia, principalmente en la década de los noventa donde muestra
picos muy marcados, para luego presentar una tendencia bajista llegando a niveles
aceptables para la población.
12 Estado. Recursos y empleos.
En lo que respecta a los gastos hechos por el estado, han ido incrementando con el
paso del tiempo lo cual es bueno porque su PIB aumenta, en cuanto a las deudas
que se puede observar que han aumentado año con año lo cual no es favorable ya
85
que esto genera que la banca no de presupuesto para reactivar el mercado. A lo
largo de varios años se las operaciones financieras han tenido un comportamiento
muy inestable, pero el país ha sabido alcanzar un desarrollo económico y presentar
un superávit en varios años. Los pasivos en circulación tuvieron una tendencia alcista
desde los ochentas hasta, presentando sus niveles más altos en los años de 1998-
1999, producto de la crisis económica que sufrían, para luego mostrar una
recuperación en los primeros años de la siguiente década, indicando una reducción
de la deuda del estado.
13. Balanza de pagos.
En este rubro el saldo corriente que tiene el país como se ve en la gráfica tiene
muchas variaciones muy marcadas, pero lo importante es que en los últimos años se
han registrado números positivos en su cuenta corriente lo cual estimula el desarrollo
económico. Las exportaciones e importaciones que realiza la republica han
aumentado muy poco aunque también han tenido sus problemas, se han estado
comportando en promedio en un buen nivel en todos los años. Las exportaciones
han sido mayores a las importaciones que se realizan, por lo cual se tienen grandes
beneficios.
14. Inversión extranjera directa.
En la inversión extranjera directa se observa una tendencia alcista a lo largo de la
década de 1980 para luego caer en picada hasta niveles mínimos en comparación a
los que se tenían en años anteriores, a últimos años la tendencia es bajista.
15. Reservas internacionales.
Para este país sus reservas internacionales han ido en aumento alcanzando un
crecimiento de más del 300% lo cual le brinda mayor estabilidad y respaldo ante sus
obligaciones.
16. Tasas de interés: mercados de valores del país a corto y a largo plazo.
Como se observa en la tabla este país tenía en el año 1980 un índice negativo lo que
indica que su mercado de dinero no es bueno, pero en la actualidad ellos se
86
encuentran en positivo en un con una tendencia alcista. Las condiciones de
financiamiento o inversión de operaciones como créditos hipotecarios, fondos de
pensiones y/o fondos mutuos, las cuales están estrechamente ligadas al interés del
común de los ciudadanos han estado ligados es decir el país han tenido cambios ya
que sus interés al principio eran muy alto pero en la actualidad ya se encuentran muy
por debajo.
Conclusión general:
Los resutados del presenta
trabajo pueden resumirse en lo
siguiente (1) Producto Interno
Bruto reducido a más de la
mitad que en su punto más
alto en los 80`s y a la baja, (2)
Precios de consumo que
pasaron de 20 en los 80´s a
100 en la actualidad y a la alza,
(3) Tipo de cambio tres veces más alto que en los 80`s y a la alza, (4) Indicadores de
consumo privado en los mismos niveles que los 80’s y seis veces más bajo que en
su pico de finales de los 90´s y a la baja, (5) Encuesta de inversiones en la industria
al mismo nivel que a principios de los 80´s y tres veces más bajo que en su pico más
alto de finales de los 90`s y a la baja, (6) Empleo por ramas de actividad con
tendencia a la alza para el sector servicio pero a la baja de la industria y agricultura,
(7) Índice de precio al productor creciente y a la alza en sus niveles más altos en
treinta años, (8) Gasto público en sus niveles más altos en treinta años y con
tendencia a la alza, (9) Inversión extranjera directa en sus niveles más bajos en
treinta años, (10) Deuda externa casi triplicada en estos últimos 30 años y con
tendencia a la alza, y (11) Tasas de interés estables.
De lo anteror se coincluye que existen fuertes presiones sobre la economìa Coreana
que vislumbran un escenario recesivo en cuanto a su economía en el mediano plazo.
Intervencionismo
discrecional
Crecimiento y equidad Eficiente asignación de recursos
y cambio en la productividad
IDH
PIB
PIB per cápita
Precios Consumo
Tipo Cambio
Consumo Privado
Encuesta Inversiones
Empleo
Desempleo
IPC
IPP
Inflación
Gasto Público
Balanza de Pagos
IED
Reservas Interls.
Deuda Externa
Tasas Interes
87
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90
CAPÍTULO V
Similitudes y diferencias de los procesos de integración a EUA de la Migración Mexicana y China a Estados Unidos en
el siglo XX
Jerjes Aguirre Ochoa
Joel Bonales Valencia
José Cesar Lenin Navarro Chávez
Oscar Hugo Pedraza Rendón1
5.1 Introducción
La comunidad estadounidense de origen chino es el mayor grupo étnico dentro de
los llamados “americanos” de origen asiático. Comprende el 25.9% de la población
de Asiático-Americana. Asimismo, constituye el 1.2% de la población de los Estados
Unidos (EUA), incluyendo aquellos con ascendencia china parcial. Por su lado, los
mexicanos constituyen la minoría étnica más importante en los EUA, muy por encima
de la población de origen africano (American Community Survey, 2009). En este
contexto, el presente trabajo busca analizar los diferentes patrones de integración de
ambos grupos étnicos a los EUA y determinar la influencia de estos procesos en la
relación económica y política entre China y EUA y México y EUA. El trabajo presenta
una serie de reflexiones sobre los procesos de integración de ambas etnias a los
Estados Unidos y las implicaciones que pueden darse en la relación bilateral entre su
país de acogida y de origen. Se presenta un recuento histórico de las migraciones
chinas y mexicanas a EUA para a partir del análisis de estos procesos históricos
definir la naturaleza de la relación que puede darse entre las comunidades
mexicanas y chinas en Estados Unidos y sus países de origen. El trabajo señala que
son los intereses de los migrantes en los EUA y nos los intereses de sus países de
1 Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (ININEE) de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán, México.
91
origen, los que determinan la actitud que tendrán estas minorías en relación con sus
países de origen.
5.2 La asimilación de los mexicanos a EUA Tanto en el caso de los migrantes chinos como mexicanos a EUA pueden aplicarse
el término de diáspora. La palabra diáspora tiene su origen probable en la versión de
los Setenta del Deuteronomio 28:25, "serás una diáspora (del griego dispersión) en
todos los reinos de la tierra". El término se utiliza para referirse a cualquier pueblo o
población étnica forzada o inducida a abandonar sus países de origen étnico
tradicional, que se dispersa en otras partes del mundo, con la consiguiente
dispersión de su cultura.
Si bien muchos autores consideran a los migrantes mexicanos en EUA como
diáspora (Hamm, 2006; Escobar, 2006; Kunz, 2008), el término puede implicar un
compromiso moral con la región de origen como lo es el caso de los judíos y en una
buena medida de los chinos. Si bien estos países comparten un origen milenario en
sus civilizaciones, como el caso de México, el sentido de obligación con la región de
origen parece no estar presente en la llamada diáspora mexicana radicada en EUA.
La connotación de diáspora puede implicar un sentido de compromiso moral que los
México-Americanos no presentan y del cual tampoco existe evidencia empírica. Esto
parece ser también el caso de los migrantes chinos.
La discusión de la existencia o no de una diáspora mexicana o china se enlaza con la
tendencia reciente a nivel mundial de buscar formas de utilizar el capital financiero,
humano o social de las diásporas residentes en países avanzados para financiar
proyectos de desarrollo en sus países de origen. La facilidad en las
telecomunicaciones y los trasportes han contribuido a una mayor interacción entre
las diásporas residentes en países desarrollados y las comunidades en sus países
de origen. Los casos de las diásporas egipcias (Stocchiero, 2004), armenias
92
(Minoian, 2004) o la del caso de los países caribeños son algunos de los casos más
frecuentemente estudiados (Lapointe, 2004). En general, las investigaciones que se
han realizado han concluido en que estas diásporas pueden realizar contribuciones
importantes al desarrollo de sus comunidades de origen a partir de aportaciones en
capital o en trasferencias de conocimientos. En particular, las contribuciones de las
diásporas Chinas e Hindúes en el desarrollo de las industrias de alta tecnología de
sus países de origen son comúnmente señaladas (Saxenian, 1999).
Tanto las comunidades mexicanas como las chinas en EUA se encuentran en un
proceso de integración a la sociedad estadounidense. Al respecto, existen dos
teorías fundamentales que explican estos procesos de integración, la integración
lineal (Abbasi-Shavazi y McDonald, 2000; Arias, 2001) y la teoría de la asimilación
segmentada (Portes y Rumbaut, 1996; Zhou, 1997).
La primera de las teorías señaladas parte que a medida que avanzan las
generaciones se da un proceso de integración lineal de los inmigrantes. De acuerdo
con esta teoría la primer generación de inmigrantes se encontrará débilmente
asimilada a la cultura del país anfitrión pero su descendencia mostrará un mejor
patrón de integración. En esta perspectiva los migrantes de tercera o cuarta
generación se encontrarían perfectamente asimilados a la sociedad del país anfitrión.
Esta teoría ha mostrado sus deficiencias al explicar los débiles patrones de
integración de algunas etnias en los Estados Unidos, particularmente los mexicanos,
los cuales no han logrado una inserción en la sociedad estadounidense en términos
de igualar sus niveles educativos y de ingreso con el resto de la población.
La teoría de asimilación segmentada plantea que los inmigrantes pueden tener
distintas rutas de integración a la sociedad estadounidense dependiendo de los
niveles educativos y la cultura de sus padres. De acuerdo con esta segunda
perspectiva existen dos rutas que pueden seguir los procesos de asimilación. Una
ruta hacia arriba en la cual los niveles de educación, e ingreso tiendan a ser similares
a los existentes al común de los ciudadanos de ese país. La segunda ruta plantea
93
una situación en la cual se eternizan las condiciones de pobreza y miseria en la viven
muchas de las minorías en los Estados Unidos.
Esta segunda perspectiva parece ajustar mejor al caso de los México Americanos y
los migrantes chinos en los cuales los niveles de ingreso y de educación parecen
quedar estancados a partir de la segunda generación (Trejo 1997, 2003; Duncan,
Hotz, y Trejo 2007; Blau y Kahn 2007). En general, las teorías de la asimilación lineal
pueden entenderse en la ausencia de factores externos que modifiquen un patrón
lineal de integración. Con el paso de los años los migrantes europeos efectivamente
lograron su integración a la sociedad estadounidense, sin embargo, las condiciones
de facilidad de comunicación, cercanía con la familia de origen, la influencia presente
del país de origen en la cotidianeidad del país anfitrión y la llegada constante de
nuevos núcleos de mexicanos, son condiciones objetivas que distinguen el caso de
los mexicanos de fines del siglo XX respecto a los migrantes europeos de inicio y
mediados del siglo pasado. El peso que puedan tener estos factores en los procesos
de asimilación debe ser motivo de posteriores estudios. Otro elemento de
consideración es el relativo a la facilidad de transporte que permite estancias
itinerantes en ambos países y que dificulta la consolidación de los individuos en EUA
de una manera semejante a la planteada en las teorías de asimilación antes
señaladas.
Por otro lado, otro factor importante que particulariza los procesos de asimilación de
los mexicanos a EUA es la integración económica que viven México y los Estados
Unidos. Los flujos comerciales y de capital son intensos y crecientes entre los dos
países a pesar de la situación económica mundial y la inestabilidad financiera en los
EUA. La interacción económica genera contactos y flujos de personas e ideas que
pueden influir en la integración de las comunidades. Las consecuencias de estos
procesos se encuentran poco considerados en las teorías de asimilación existentes y
son también poco considerados al tomar el espejo de las migraciones europeas a
EUA como los posibles predictores del proceso de integración a Estados Unidos de
los migrantes mexicanos y sus descendientes.
94
Estos elementos no se encuentran presentes en el caso de los migrantes chinos que
seguiría más bien un patrón parecido al de los migrantes europeos, pero que sin
embargo no se ha dado en función de los bajos niveles de ingreso y educación que
logran las segundas generaciones de chinos en patrones muy similares a los de los
migrantes mexicanos.
Las investigaciones sobre los procesos de asimilación de los mexicanos a EUA
(Segura, 2005; Jacoby, 2004; Blau, 2005) muestran que los descendientes de
mexicanos en EUA se encuentran fundamentalmente ocupados en sus procesos de
identificación y asimilación a dicho país, sin que aparezca como elemento que defina
estos procesos un mayor o menor acercamiento con México. El papel del país de
origen de sus padres no es un elemento de esta nueva identidad, como lo sería en la
formación de otras identidades particularmente del caso de los judíos en Estados
Unidos. Este patrón se encuentra también en el caso de los migrantes de origen
chino.
Ligado a los procesos de asimilación se encuentran los procesos de identidad étnica.
De acuerdo con Trimble (2005) el concepto de identidad étnica varía de acuerdo con
la teoría subyacente utilizada sin que exista consenso sobre una definición única.
Para dicho la autor la identidad étnica es una construcción de afiliación, donde se ve
a un individuo por sí mismo y por otros como pertenecientes a un determinado grupo
étnico o cultural.
La identidad étnica es importante en términos económicos porque moldea el
sentimiento de pertenencia a un determinado grupo o sector de la sociedad de la que
puede derivarse igualmente, un comportamiento económico o político particular. Así,
por ejemplo, los mexicanos o chinos en Estados Unidos que aspiran a una identidad
“estadounidense” no elegirían participar en las dinámicas del país de sus padres o
antepasados. Asimismo, la solidaridad étnica entendida como el reconocimiento de
una identidad común dentro de un grupo, dado un origen étnico común, podría
95
extrapolarse hacia México en donde residen una buena parte de los familiares de
muchos México-Americanos.
México no forma parte sustantiva dentro de la identidad de los México-Americanos y
del sentido de identificación de sí mismos como parte de la llamada comunidad
hispana. A diferencia de otras identidades con comunidades extensas en el exterior,
como los judíos, los descendientes de mexicanos no presentan un sentido de
identidad y pertenencia común basado en un sentimiento religioso-secular o de
carácter nacional. La identificación con México en este contexto podría darse a partir
de un sentimiento basado en percepciones, intereses y actitudes individuales. Sin
embargo, es prematuro aventurar el papel que pueda jugar México, como país de
origen de estas comunidades, dentro de los procesos de formación de una identidad
México-Americana. Factores como la relativa juventud de los México-Americanos, la
relación entre una integración satisfactoria a EUA y el interés por México, el papel de
la educación y los ingresos y el rol mismo que puedan jugar los México-Americanos
en el mundo de negocios, cultural y académico de México son factores sustantivos
en la definición a futuro del carácter de la relación de estas comunidades con su país
de origen
En el caso de los migrantes chinos puede observarse un mayor apego a su identidad
china, sin embargo, también se observa un interés de sus diásporas por preservar
sus propios intereses en los EUA. Finalmente, en lo referente a la solidaridad étnica
que pudiera esperarse de estas comunidades para con México y China, puede
utilizarse como indicador los estudios que han analizado las percepciones de los
México-Americanos sobre los migrantes en EUA (Jiménez, 2006). En dichos estudios
se percibe más bien, una preocupación por que los nuevos inmigrantes empeoren y
dañen los procesos de asimilación de las comunidades mexicanas ya establecidas.
No se observó un mayor sentimiento de afinidad o fraternidad entre los México-
Americanos y los mexicanos recién llegados. Esta percepción es importante, ya que
de alguna manera es una aproximación del interés y solidaridad que puede existir
hacia México y los mexicanos. Como se ha señalado, son los intereses y no las
96
pasiones las que motivan el comportamiento de estas comunidades (De la Garza,
1998). Esto parece también repetirse en el caso de la migración china.
5.3 Migración China a EUA
Los inmigrantes chinos son la más grande y antigua población asiática americana.
Los chinos han emigrado a los EE.UU. desde finales de 1840, trabajando como
obreros, mineros y en la construcción de los ferrocarriles transcontinentales
estadounidenses. Los chinos han sido discriminados por su color de piel, su mala
educación y porque, en tiempos económicos difíciles, fueron vistos como una
amenaza para los trabajadores estadounidenses. En 1882, el Congreso de EE.UU.
aprobó la Ley de Exclusión China, que suspendió la inmigración procedente de
China, ley que estuvo en vigor hasta 1943.
En 1952 la Ley McCarran-Walters terminó la exclusión para emigrar a los Estados
Unidos, al presentó un sistema de preferencias basado en habilidades y la
reunificación familiar, y eliminar las leyes que prohibían a los asiáticos convertirse en
ciudadanos estadounidenses naturalizados.
En este contexto, la primera generación de inmigrantes chinos ha intentado construir
y reforzar una imagen de la cultura china o valores, que son de hecho específicas del
contexto en el que estaban familiarizados antes de dejar China. Esto se conoce
como una "museización" de las prácticas (Das Gupta 1997). Sin embargo, la
segunda generación de estadounidenses de origen chino al asistir a escuelas
ordinarias, comunicarse con sus profesores y compañeros en inglés, en particular a
blancos y al exponerse a medios de comunicación americanos sufren un conflicto
cultural entre los valores de sus ancestros y los de la realidad que está viviendo
(Tong 2003). Estos chinos de segunda generación se encuentran en un conflicto de
asimilación (Kibria 1997). En general, los problemas de asimilación al mainstream
norteamericano de los migrantes chinos son de algún modo similares a las
97
identidades de distintas partes del mundo que han poblado los EUA. Es de esperar
que los chinos logren una asimilación completa a los EUA en el trascurso de la
tercera o cuarte generación.
Sin embargo, este plazo genera una ventana de oportunidad de años para que estos
migrantes puedan influir en la relación económica y política que existe entre China y
los EUA. La relación entre ambos países se da fundamentalmente en términos
económicos el papel que puedan jugar los chinos-americanos estará en función de
sus propios intereses y procesos de asimilación a los EUA. Actualmente, EUA busca
trabajar en cooperación con China, en la medida en que un estado no democrático
como China pueda convertirse en un "participante responsable" en el sistema global.
En este aspecto los migrantes chinos pueden jugar un papel de enlace entre ambas
naciones y mejorar la comprensión mutua entre ambas naciones.
5.4 Conclusiones
El caso de la diáspora china y mexicana en EUA muestra que la construcción de una
identidad étnica en los EUA tiene poca influencia en la conformación de una relación
política pero si influye en la relación económica. Particularmente, se plantea que la
diáspora china ha tenido influencia en fortalecimiento de la relación económica entre
los dos países, situación que no se ha dado en el caso mexicano.
Una fluida relación de EUA con China y México puede traducirse en beneficios
concretos para las comunidades mexicanas y chinas en ambos países. Estimular la
interacción entre ambas comunidades puede generar un interés por establecer nexos
en un contexto de oportunidades económicas y culturales. Existe una ventana de
oportunidad política, económica y cultural en los procesos de integración de los
descendientes de mexicanos y chinos a Estados Unidos. Los resultados del trabajo
apuntan a la necesidad de analizar como factor fundamental el peso que tendrán las
diásporas chinas y mexicanas en EUA en la relación con sus países de origen.
98
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101
CAPÍTULO VI
Reposicionamiento a través de las negociaciones económicas: Iniciativas asiáticas y americanas
Juan José Ramírez Bonilla1
Francisco Haro Navejas2
6.1 Introducción
La reorientación de la política exterior estadounidense, anunciada por la Secretaria
de Estado Hilary Clinton mediante su ensayo titulado “America’s Pacific Century”
(Clinton, 2011), representa una ruptura dentro de la continuidad en la materia
seguida por la administración Obama durante sus primeros 34 meses de ejercicio. La
autolimitación del gobierno estadounidense para continuar con la intervención militar
en Irak y Afganistán es un claro signo de una voluntad política tendiente a relativizar
el “combate contra el terrorismo internacional” como eje de una política exterior
practicada desde el 11 de septiembre de 2001, no exenta de fricciones y de
tensiones con aliados, así como de contrincantes políticos internacionales.
En cuanto al contenido de la reorientación anunciada por Hilary Clinton, los seis ejes
de acción propuestos son fortalecimiento de las alianzas de seguridad bilaterales;
profundización de las relaciones con los poderes emergentes, China incluida;
compromiso con las instituciones multilaterales regionales; expansión del comercio y
de las inversiones; forjamiento de una presencia militar sobre una base amplia;
promoción de la democracia y de los derechos humanos. Ejes que tan solo
recuperan la práctica estadounidense de los últimos 23 años, sin proponer ninguna
novedad en materia de política exterior. En ese sentido, el aspecto más destacado
de la reorientación es su dimensión geográfica; en efecto, para el gobierno
estadounidense, se trata de desplazar el foco de atención del medio oriente (Irak y
1 Doctor en Desarrollo Económico y Social, profesor-investigador de El Colegio de México.
2 Profesor-investigador de la Universidad de Colima.
102
Afganistán) hacia Asia-Pacífico, en general, y, en particular, hacia a la República
Popular China.
En este marco, con nuestro trabajo, exploramos una de las dimensiones de la
relación bilateral evocada de manera oblicua por la señora Clinton en su texto: la
competencia entre chinos y estadounidenses en torno a la construcción, en el caso
de los primeros, o por la consolidación, en el de los segundos, de alianzas
diplomático-comerciales con los gobiernos de los países pertenecientes a Asia del
Pacífico; dicho de manera más precisa, nos interesa destacar:
Primero, la voluntad del gobierno estadounidense para recuperar el terreno político
en la región asiática del Pacifico, perdido como consecuencia tanto de la “guerra”
contra el “terrorismo internacional” como de una política comercial a favor de
acuerdos de comercio preferencial (ACP) establecidos con gobiernos aliados.
Segundo, la influencia de la reorientación de la política exterior estadounidense sobre
la dinámica de los procesos de integración en Asia del Pacífico, en general, y, en
particular, del acercamiento entre los gobiernos de la República Popular China
(China, de aquí en adelante) de la República de Corea (Corea, a partir de ahora) y de
Japón.
Tercero, la recuperación de la Trans-Pacific Partnership Initiative (TPP o Trans
Pacific Partnership) por la administración Obama, como una respuesta a la
consolidación de la presencia del gobierno chino en la región asiática del Pacífico;
como contrapunto, consideramos las posibilidades de un ACP entre los gobiernos de
China, Japón y Corea como respuesta asiática a las nuevas veleidades diplomático-
comerciales estadounidenses.
Nuestro trabajo concluye sugiriendo que, aún cuando la TPP pueda ser negociada
satisfactoriamente en un plazo todavía indefinido, el ACP entre los gobiernos de
China, Corea y Japón tan solo es un elemento de un complejo sistema de
103
cooperación intergubernamental que, al consolidarse, influirá radicalmente sobre la
configuración de un orden global nuevo, lo cual en el América Latina tiene
manifestaciones específicas con las acciones chinas que utilizan las instituciones
existentes y en la gestación de nuevos organismos gubernamentales de cooperación
internacional (Haro, 2011).
6.2 De las inercias estadounidenses en Asia-Pacifico
Desde el legendario encuentro de Richard M. Nixon con Mao Zedong, el 21 de
febrero de 1972, los representantes gubernamentales estadounidenses han
mantenido una misma línea de conducta para intentar regular el comportamiento de
los gobernantes chinos, mediante las reglas prevalecientes en las instituciones
multilaterales y en los mecanismos bilaterales. Para algunos observadores de la
relación entre los gobiernos estadounidense y chino, los lineamientos de política
exterior definidos por Richard M. Nixon “han guiado ocho presidentes americanos y
cuatro generaciones de líderes chinos;” esos lineamientos siguieron siendo aplicados
“después de la desaparición de la Unión Soviética y de la amenaza militar que
representaba para china; continuaron aún después del escándalo que siguió a la
masacre de Tiananmen, en 1989. Tres semanas después del 4 de junio, la Casa
Blanca envió emisarios secretos para asegurar a los dirigentes comunistas que la
alianza sino-americana permanecería a pesar de todo.” (Becker, 2011)
El eje de la doctrina Nixon, de acuerdo con Henry Kissinger, estaría basado en una
suerte de “co-evolución” de ambas potencias, basada en intereses estratégicos
compartidos y resultante en un “marco [bilateral] más amplio.”(Frankel, 2011) En este
sentido, la secretaria de Estado, más allá de la reorientación geográfica de la política
exterior estadounidense, se ubica en una línea de continuidad.
Dicho en términos llanos: desde el acercamiento de 1972, la política exterior
estadounidense con respecto a la República Popular China ha estado orientada a
104
contener al gobierno chino dentro de un marco institucional regulado por los
principios y los intereses de Washington. Por supuesto, debemos tener en cuenta
que esta política de contención está sujeta a tensiones y fricciones, pues el lado
chino también tiene principios e intereses propios; así, cuando éstos coinciden con
los estadounidenses la relación bilateral se desenvuelve en la senda del
entendimiento mutuo; pero, cuando existen desavenencias, la relación bilateral es
marcada por confrontaciones con diversos grados de intensidad.
6.3 Las inercias estadounidenses en materia de política exterior regional
En la transición de los ochenta a los noventa, el tema del libre comercio devino el leit
motiv del foro APEC. Los gobiernos de los países desarrollados (Australia, Canadá,
Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda) promovían una conclusión rápida de la
Ronda de Uruguay del GATT; los gobiernos de los países asiáticos en desarrollo
estaban interesados en el desarrollo del libre comercio, en la medida en que se
encontraban en la fase de consolidación (Corea, Hong Kong, Singapur y Taiwán) o
de inicio (Filipinas, Indonesia, Malasia y Tailandia) de una industrialización basada en
la exportación de manufacturas y beneficiada por una apertura comercial creciente.
Las reiteradas profesiones de fe librecambistas de la administración de George H. W.
Bush eran contradichas por una práctica tendiente a favorecer el establecimiento de
uno de los principales bloques comerciales y la firma de acuerdos de comercio
preferencial con un grupo selecto de gobiernos. En ese sentido, la administración
Bush Sr. sentó las bases de la inercia en materia de política comercial internacional
del gobierno estadounidense. En efecto, las administraciones posteriores
mantendrían la misma política oscilatoria entre un discurso favorable al libre
comercio dentro del marco multilateral y una práctica propicia para la conformación
de bloques comerciales centrados sobre la economía estadounidense.
Las administraciones Clinton (1993-1997 y 1997-2001) no solo mantuvieron el
discurso librecambista en el marco de un foro como APEC. También hicieron uso de
105
la influencia política propia de la potencia hegemónica, para impulsar la liberalización
comercial y financiera como uno de los tres ejes de acción de APEC; no obstante, la
liberalización comercial y financiera terminó convirtiéndose en el fin último del foro y,
con el tiempo, en el mayor fracaso político del mismo.
El inicio de la primera administración de George W. Bush (2001-2005) estuvo
marcado por las dudas sobre la limpieza del proceso electoral; sin embargo, como
consecuencia de los hechos del 1º de septiembre de 2001, pudo galvanizar la nación
y emprender un giro radical en materia de política exterior, para anteponer el
combate contra el terrorismo internacional a cualquier otro tema. En APEC, los
representantes gubernamentales estadounidenses hicieron todo lo posible por
imponer un programa antiterrorista; no obstante, durante 2001, el gobierno chino fue
el responsable de organizar las actividades del foro y el anfitrión de la reunión de los
líderes. Éstos, en su declaración de ese año (APEC, 2001a) y en la declaración ad
hoc sobre el terrorismo internacional (APEC, 2001b), contemporizaron con el
gobierno estadounidense, pero también tuvieron cuidado en no cometer el error de la
Organización de las Naciones Unidas, de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte y de la Organización de Estados Americanos, de otorgarle una carta en blanco
para liderar el combate contra el terrorismo internacional; por el contrario,
propusieron que dicho combate fuera coordinado por la ONU, dentro del marco del
derecho internacional formulado en la Carta de las Naciones Unidas.
A partir de entonces, APEC fue convertido en un escenario donde los
estadounidenses pugnaban por subordinar la agenda del foro al combate contra el
terrorismo y los asiáticos se esforzaban en diluir dicho combate en una agenda cada
vez más amplia sobre seguridad. En ese nuevo contexto, el gobierno
estadounidense, para beneplácito de sus socios de APEC, terminó por
desentenderse completamente de la liberalización comercial y financiera. Así, al
llegar el 2010, todos los gobiernos asociados tuvieron dificultades para reconocer el
fracaso del programa más ambicioso del foro y la realización del libre comercio
mediante instituciones multilaterales (OMC o APEC) resultó ser una quimera.
106
La práctica estadounidense de los acuerdos de comercio preferencial
El desentendimiento estadounidense por la liberalización comercial y financiera en
los marcos multilaterales tuvo como contrapunto una práctica favorable a la
negociación de acuerdos de comercio preferencial. De acuerdo con la información
contenida en el cuadro 1, esa práctica puede ser resumida en sus rasgos más
sobresalientes:
Primero, el gobierno estadounidense, hasta ahora, ha negociado 14 ACP, de los
cuales 12 estaban en operación hasta el momento de escribir el presente ensayo.
Segundo, mediante esos 14 acuerdos, el gobierno estadounidense mantiene
relaciones comerciales preferenciales con los gobiernos de 20 países. Tercero, si
consideramos como criterio de análisis el origen partidista de las diferentes
administraciones estadounidenses que han negociado ACP, existe un predominio de
las administraciones conservadoras republicanas, a las cuales cabe el mérito de
haber negociado 11 de los 14 ACP. Cuarto, entre las administraciones de filiación
republicana, destacan las de George W. Bush, con nueve de los 14 acuerdos
negociados. Quinto, a partir de 2004, constatamos la ampliación de los lapsos entre
el momento en que los representantes comerciales firman un acuerdo y el instante
en que es ratificado por el congreso estadounidense y entra en operación; en el
acuerdo con Perú, el plazo fue de 34 meses y en el de Corea del Sur fue de 57
meses. Todo esto indica, un complicado juego de intereses entre el titular de la rama
ejecutiva y la rama legislativa, entre los partidos en el marco del congreso, entre el
titular del ejecutivo y su propio partido, entre el titular del ejecutivo y el partido de
oposición, marco de tensiones en el cual también participan las personas de
negocios con su propia agenda. Sexto, de los 14 acuerdos negociados por el
gobierno estadounidense seis involucran a siete de los 21 gobiernos participantes en
APEC: Canadá, México, Chile, Singapur, Australia, Perú y Corea del Sur.
107
Cuadro 1. El gobierno estadounidense y los acuerdos de comercio preferencial
ADMINISTRACIÓN SOCIO COMERCIAL FIRMA ENTRADA EN
OPERACIÓN
R. Reagan 1. Israel 22 abril de 1985 1º septiembre de
1985
G.H.W. Bush 2. Canadá y México 17 diciembre de 1992 1º enero de 1994
W. Clinton 3. Jordania 24 octubre de 2000 17 diciembre de 2001
G.W. Bush 4. Chile 6 junio de 2003 1º enero 2004
5. Singapur 6 mayo de 2003 1º enero de 2004
6. El Salvador,
Guatemala,
5 agosto de 2004 2006
Honduras, Nicaragua
R. Dominicana 1º marzo de 2007
Costa Rica 1º enero de 2009
7. Australia 18 mayo de 2004 1º enero de 2005
8. Marruecos 15 junio de 2004 1º enero de 2006
9. Bahrain 14 septiembre de
2004
11 enero de 2006
10. Omán 9 enero de 2006 1º enero de 2009
11. Perú 12 abril de 2006 1º de febrero de 2009
12. Corea del Sur 30 junio de 2007 15 marzo de 2012
B.H. Obama 13. Colombia 21 octubre de 2011
14. Panamá 21 octubre de 2011
Fuente: Office of the United States Trade Representative http://www.ustr.gov/trade-agreements/
Por supuesto, los gobiernos de China y Japón no están incluidos en la lista de
gobiernos miembros de APEC beneficiados por una relación comercial preferencial
con el de Estados Unidos. En todo caso, el punto clave es que, más allá de la
retórica sobre la liberalización comercial a través de los espacios multilaterales de la
OMC y de APEC, el gobierno estadounidense, a través de las administraciones
republicanas, ha privilegiado la negociación de ACP. La ausencia de una práctica
efectiva, por parte del gobierno estadounidense, en materia de liberalización
comercial y financiera en el marco de APEC, en cierta medida, explica, por un lado,
108
el fracaso del foro para cumplir con las metas de Bogor y, por el otro, el impasse del
foro para definir otro medio para alcanzar el objetivo de la liberalización comercial y
financiera.
La situación prevaleciente en APEC y el relativo descuido de las relaciones con sus
contrapartes de la región asiática del Pacífico por parte del gobierno estadounidense
han sido aprovechados por el gobierno chino para consolidar las relaciones políticas
con las contrapartes de su entorno geográfico inmediato y para presentarse como
una potencia regional con proyección global.
6.4 La consolidación del gobierno chino como un actor regional decisivo
En el campo de la política, sea doméstica o internacional, la inactividad de un actor
puede crear un vacío político momentáneo; éste, sin embargo, tarde o temprano, es
llenado por la actividad de otro agente. En Asia del Pacífico, esta regla se ha
cumplido al pie de la letra. En un primer momento, cuando los gobiernos de América
del Norte anunciaron, a principios de los noventa, su voluntad de negociar el ALC-
AN, los del sureste de Asia propusieron la creación de un bloque regional
encabezado por Japón e integrado por los NIC (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur
y Taiwán) y por los tigres del sureste de Asia (Filipinas, Indonesia, Malasia y
Tailandia); ante la negativa del gobierno japonés de encabezar una iniciativa que
incomodaría a su socio estratégico estadounidense, la idea de un ACP entre
asiáticos fue dejada para tiempos más propicios.
Esos tiempos llegaron cuando el éxito las reformas económicas puestas en práctica
a partir de 1979, permitieron al gobierno chino comenzar a proyectarse
internacionalmente. En ese proceso de proyección internacional, 1997 fue un año
crucial: el gobierno chino logró ser aceptado por sus contrapartes de Asia del
Pacifico como un actor regional confiable; así, pudo capitalizar políticamente la
coyuntura generada por la crisis asiática para afianzar las relaciones con los
109
gobiernos participantes en la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ANSEA);
la experiencia política con ANSEA, a su vez, le permitió resolver los diferendos
limítrofes con la Federación Rusa y las repúblicas de Asia central así como
comprometerse en un segundo proyecto de cooperación multilateral conocido como
la Organización de Cooperación de Shanghai; así mismo, el marco de ANSEA+3
(ANSEA+China+Corea+Japón) permitió un acercamiento, no carente de dificultades,
entre los tres gobiernos de Asia del Este; finalmente, con el regreso del Kuomintang
al gobierno de Taiwán, chinos y taiwaneses han logrado superar una parte
substancial de los diferendos que los separaban, inclusive lograron firmar el Acuerdo
marco para la Cooperación Económica el 29 de junio de 2010. Con estas iniciativas,
el gobierno chino ha podido afianzar su posición regional, llenando el vacío que el
gobierno japonés había dejado.
Por otra parte, en enero de 1997, ante la sugerencia de Ryutaro Hashimoto,
entonces Primer Ministro japonés, de elevar el diálogo Japón-ANSEA a su máximo
nivel (al de Jefes de Estado y/o de Gobierno), la respuesta de los gobiernos de
ANSEA fue positiva; pero, dicho diálogo fue remitido al marco de una nueva relación
ANSEA-China-Corea-Japón (Ramírez, 2011). Con ello, los gobiernos de ANSEA
buscaban, como el estadounidense, contener la proyección internacional de China
mediante un marco institucional favorable a ellos y llenar el vacío político dejado por
el gobierno japonés cuando rehusó encabezar el bloque regional asiático y por el
gobierno estadounidense empeñado en construir relaciones económico-financieras
privilegiadas con socios de su elección y, después del 11 de septiembre de 2001, en
combatir el terrorismo internacional.
En noviembre de 2000, durante la reunión de cumbre ANSEA-China, el Primer
Ministro Zhu Rongji propuso a sus contrapartes de la ANSEA una iniciativa inédita en
el contexto regional: puso sobre la mesa de las discusiones la regulación de las
relaciones entre las economías nacionales mediante un ACP bilateral China-ANSEA
(Lu, 2012). En la reunión de noviembre de 2002, mediante el Acuerdo Marco para
una Cooperación Económica Amplia entre China y ANSEA, los jefes de Estado y de
110
gobierno anunciaron su disposición para poner en práctica la reducción progresiva de
las tarifas arancelarias y de las barreras no arancelarias, con el fin de promover los
intercambios de bienes y servicios entre los once gobiernos signatarios; un aspecto
importante de esta intención fue el trato diferenciado otorgado a los socios más
recientes y menos desarrollados de la ANSEA: Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam.
Para evitar quedar empantanados en una retórica análoga a la del “regionalismo
abierto” de APEC, chinos y sudeste asiáticos decidieron comenzar, a partir de 2004,
con la reducción gradual de las tarifas para los productos agrícolas comerciales,
mediante el Programa de Cosecha Temprana (Early Harvest Program). En paralelo,
fueron negociadas, primero, las reducciones arancelarias aplicadas a los bienes en
general y, luego, las correspondientes a los servicios.
El objetivo era que el denominado Acuerdo de Libre Comercio ANSEA-China (ALC
ANSEA-Ch) estuviera totalmente en operación a partir del 1º de enero de 2010; sin
embargo, el acuerdo empezó a operar parcial y progresivamente desde 2004, con el
Programa de Cosecha Temprana. Por otra parte, los gobiernos de Camboya, Laos,
Myanmar y Vietnam se vieron acordar plazos relativamente más largos para poner
en operación las reducciones arancelarias y todos los signatarios recurrieron al
expediente de seleccionar bienes y servicios “sensibles” para excluirlos de las
preferencias comerciales o para tratarlos de manera diferenciada.
La negociación y la puesta en práctica de este ACP tuvieron como principales
características la determinación decidida para alcanzar un acuerdo considerado
benéfico para las economías de los once países de la nueva área de libre comercio y
la flexibilidad para evitar que los intereses particulares llegasen a convertirse en
escollos infranqueables. En términos regionales, el ALC ANSEA-China marcó la
pauta de la integración económica en la región asiática del Pacífico; así, los
representantes gubernamentales nipones se vieron obligados a cambiar su
estrategia basada en la negociación de ACP bilaterales con tan sólo algunos del los
gobiernos del sureste asiático, para negociar un Acuerdo de Asociación Económica
global con los diez gobiernos de la ANSEA; éstos, de su lado, lograron que los
111
japoneses también firmaran el Tratado de Amistad y Cooperación de ANSEA (TAC).
Para no quedar atrás, el gobierno de Corea del Sur también firmó el TAC y, con ello,
despejó el camino para la negociación del ALC ANSEA-Corea.
Como podemos apreciar, el tándem ANSEA-China ha funcionado como el motor
político de la integración regional, determinando el marco institucional al cual han
debido ajustarse japoneses y coreanos; como veremos a continuación, mediante la
recuperación de la Asociación Transpacífica, la administración George W. Bush
buscaba influir sobre el proceso de la integración económica de Asia del Pacífico,
para recuperar un espacio descuidado hasta entonces y donde la influencia del
gobierno chino era creciente.
6.5 Una competencia peculiar: la TPP-9 vs el ALC-CHJK
Cuando los gobiernos de Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur firmaron la TPP
original (de aquí en adelante TPP-4), el 3 de junio de 2005 (la entrada en operación
fue el 28 de mayo de 2006) estaban lejos de imaginar la importancia que llegaría a
adquirir este ACP. Se trata de cuatro economías pequeñas, pero dinámicas y
abiertas al comercio internacional; la TPP-4 es uno de tantos ACP entre gobiernos
participantes en APEC y tan sólo ganó relevancia cuando la administración George
W. Bush anunció su interés por participar en la iniciativa, en febrero de 2008; en ese
momento, la economía estadounidense estaba en la etapa más difícil de la crisis
financiera provocada por el mercado inmobiliario de riesgo (subprime market) y el
compromiso contraído con las Metas de Bogor era más que incómodo para un
gobierno cuya retórica abogaba por el libre comercio y cuya práctica privilegiaba los
ACP con socios seleccionados por las administraciones republicanas
estadounidenses.
Así pues, el anuncio de la participación en la TPP tuvo un efecto doble: por un lado,
la administración George W. Bush confirmó su renuencia a cumplir las Metas de
112
Bogor de APEC y, al mismo tiempo, desechaba la propuesta del APEC Business
Advisory Council (ABAC) de negociar un Acuerdo de Libre Comercio de Asia Pacífico
entre las 21 gobiernos participantes en APEC; por otra parte, el efecto político fue
inmediato y, en noviembre de 2008, durante la reunión de APEC en Lima, los
gobiernos australiano, peruano y vietnamita solicitaron ser sumados a las
negociaciones de la TPP. En octubre de 2010, el gobierno malasio también se sumó
a las negociaciones, completando la novena de gobiernos comprometidos
formalmente en las negociaciones de la TPP-9.
La administración Obama se encontró con un compromiso contraído por la
administración precedente y se vio obligada a honrarlo; todavía más, buscando
mantener la retórica librecambista, se propuso terminar las negociaciones antes de la
reunión de APEC 2011, en Hawaii, y anunciar la culminación de las mismas durante
dicha reunión. La amplitud tanto del número de gobiernos negociantes como de los
temas cubiertos ahora por el TPP-9 han dificultado las negociaciones; de allí, la
imposibilidad de alcanzar el resultado esperado en las fechas deseadas por la
administración Obama y, de enero 2010 a mayo 2012, los nueve gobiernos han
realizado 12 rondas de negociaciones y, pese a los progresos alcanzados, su
culminación todavía es incierta (OUSTR, 2011).
Ahora bien, en el campo de las relaciones internacionales también es válida la
tercera ley de Newton; según ésta, a toda acción corresponde una reacción del
mismo tamaño, pero de sentido contrario. En efecto, una vez comenzadas las
negociaciones de la TPP-9, los gobiernos de Asia del este reaccionaron en el otro
sentido, apresurándose a dejar de lado las diferencias que habían prolongado, desde
2003 hasta 2009, la terminación del Proyecto Trilateral de Investigación Conjunta,
tendiente a sentar las bases para la negociación de un posible ACP trilateral China-
Corea-Japón. Así, durante la cumbre trilateral de octubre de 2009, en Beijing, los tres
jefes de gobierno decidieron restablecer el grupo trilateral de estudio, incluyendo esta
vez participantes provenientes del sector de negocios y de la academia, además de
los representantes gubernamentales.
113
Las reuniones del Grupo Conjunto comenzaron en Seúl, mayo de 2010; no obstante,
en mayo de 2011, durante la reunión en Tokio y ante la perspectiva de la conclusión
de la negociación de la TPP-9 antes de noviembre de 2011, los tres jefes de
gobierno decidieron instruir los integrantes del grupo de estudio para concluir sus
trabajos antes de terminar el año; así, en un tiempo casi récord, del 6-7 de junio de
2010 al 14-16 de diciembre de 2011, las tres delegaciones nacionales realizaron
siete rondas de negociaciones. El comunicado conjunto del 16 de diciembre de 2011,
sintetiza de la manera siguiente el trabajo realizado (METI, 2011):
…hemos reafirmado que un posible ALC entre los tres países contribuirá al
proceso en curso de integración económica no solo en Asia del Este (como
ANSEA+3 y ANSEA+6), sino también en la región Asia Pacífico.
………………………………………………………………………………………
Recomendamos cuatro principios-guía que, en el futuro, serán aplicados para
las negociaciones del ALC-ChJC: primero, el ALC-ChJC debe buscar [ser] un
ALC integral y de alto nivel. Segundo, el ALC-ChJC debe ser consistente con
las reglas de la OMC. Tercero, el ALC-ChJC debe buscar un resultado
equilibrado y permitir una situación gana-gana-gana, sobre la base de la
reciprocidad y del beneficio mutuo. Cuarto, las negociaciones del ALC-ChJC
deben ser conducidas de una manera positiva y constructiva, con la debida
consideración de los sectores sensibles en cada país.
Dos puntos merecen atención particular: primero, la referencia a los procesos de
integración regional en curso apunta esencialmente al proceso ANSEA+3; pues,
cada uno de los tres gobiernos cuenta con un acuerdo bilateral con la Asociación.
Segundo, la experiencia adquirida en la negociación con los ACP con ANSEA
trasluce en el cuarto punto del comunicado: la garantía de una negociación rápida
descansa sobre la capacidad de los negociadores para excluir o limitar la
liberalización de los sectores más sensibles para cada gobierno.
114
El 13 de mayo de 2012, los tres jefes de gobierno de China, Corea y Japón se
reunieron en la V Reunión Cumbre trilateral; la declaración emitida contiene 50
parágrafos sobre diversos tópicos de la relación trilateral; no obstante para los fines
de nuestro trabajo, son de particular importancia los párrafos 3; 12, 13, 14 y 15; 42,
43 y 44. El párrafo 3 forma parte del preámbulo de la declaración y destaca la
situación contradictoria del sistema internacional; por un lado, señala “la
incertidumbre de la economía mundial, la profundización de la crisis de la deuda en
las economías desarrolladas, la inestabilidad en Asia occidental y África del Norte;”
por el otro, destaca “el continuo momento de crecimiento en Asia del Este;” esta
contradicción entre Asia del Pacífico en crecimiento sostenido y el resto del mundo
en dificultades económicas o políticas basta para reflexionar sobre la dirección hacia
donde apuntan los cambios en el sistema internacional, hacia una economía global
dinamizada por el motor asiático, hacia un sistema militar dominado por Estados
Unidos y hacia un sistema de relaciones políticas fluido, donde los realineamientos
serán determinados por los intereses económicos y estratégicos de los actores
internacionales. En ese sentido, el parágrafo 3 insiste (CKJ, 2012):
“una mayor profundización [enhancement] de la cooperación trilateral ha
contribuido a sostener el crecimiento económico en los tres países y aceleró la
integración económica en el Nordeste de Asia. Esto [el crecimiento y la
integración economicos] inyectará un fresco vigor y vitalidad en la cooperación
de Asia del Este, sirviendo a la paz, la estabilidad y la prosperidad en la
región; así, facilitará la recuperación económica y el crecimiento en el mundo”
Nótese, los tres jefes de gobierno hacen una distinción geopolítica clara entre el
nordeste y el este de Asia, para diferenciar el área geográfica de pertenencia de sus
tres países y el área geográfica más amplia que también abarca el sureste de Asia y
que en el presente texto hemos llamado Asia del Pacífico. Esta distinción apunta
claramente al objetivo del proceso de integración regional: Asia del Pacífico; con
esto, los dirigentes políticos parafrasean un slogan que recientemente ha ganado
popularidad en la región “Asia [del Pacífico] primero y luego el resto del mundo;” en
115
un sentido general, dicho slogan tan sólo es una forma diferente de expresar la
adaptación de la Doctrina Monroe a la región y a las circunstancias del momento.
Los párrafos 12, 13, 14 y 15 pertenecen a la sección titulada “Profundizar la
cooperación comercial y económica” y ponen de relace los principales aspecto de la
cooperación trilateral en esos campos específicos. Por supuesto, para el tema de
nuestro trabajo, el parágrafo 12 es el más importante, pues mediante él, los
dirigentes políticos apoyan “las recomendaciones de los ministros de comercio según
las cuales la negociación del ALC trilateral sería iniciada durante este año.” Quedaría
todavía por ver si las reticencias de unos u otros, que en el pasado habían retrasado
las consultas trilaterales, han sido superadas y si, en efecto, el inicio de las
negociaciones tiene lugar en lo que resta del año; sin duda, el inicio y el ritmo de las
negociaciones dependerán de la manera como progresan las del TPP-9.
Los párrafos restantes son relevantes, pues nos muestran los principales aspectos
de la cooperación económica trilateral. Así, el parágrafo 13 destaca el Acuerdo
Trilateral para la Promoción, la Facilitación y la Protección de las Inversiones, firmado
por los tres dirigentes durante la V Reunión Cumbre. Los medios y los observadores
se han apresurado para afirmar que el Acuerdo Trilateral contribuye ampliamente a
despejar el camino para una negociación expedita del ACP trilateral. El párrafo 14
subraya las iniciativas regionales en el campo financiero:
- El fortalecimiento de la multilateralización de la Iniciativa de Chiang Mai (ICM),
mediante la duplicación de los fondos asignados, el aumento de la porción
desvinculada con el Fondo Monetario Internacional y la introducción de la función
preventiva de crisis; desde su establecimiento, la ICM es considerada como la
simiente de un banco central regional; con el reforzamiento de sus funciones y,
sobre todo, con el proceso de multilateralización su carácter intergubernamental
ha sido reforzado.
- Los progresos realizados para consolidar la Iniciativa sobre Mercados de Bonos
Asiáticos (Asian Bond Markets Initiative o ABMI); puesta en marcha en el marco
116
de ANSEA+3, en agosto de 2003, ABMI tiene como finalidad crear un mercado
regional de bonos (privados y públicos) para utilizar la elevada capacidad de
ahorro de las sociedades asiáticas. Por supuesto, la compra-venta de bonos es
encarecida por las transacciones entre las diversas monedas nacionales; de allí
que uno de los puntos en discusión para hacer más eficiente la ABMI es el
establecimiento de una Unidad Monetaria Asiática. Así, mientras la Unión Europea
está a punto de experimentar el colapso del euro, en Asia, los gobiernos discuten
la pertinencia de una unidad monetaria regional.
- El exitoso inicio de las actividades de la Oficina de Investigación Macroeconómica
de ANSEA+3 (ASEAN+3 Macroeconomic Research Office o AMRO); creada en
abril de 2011 sobre la base de la experiencia obtenida mediante los mecanismos
de supervisión puestos en práctica por ANSEA+3 después de la crisis asiática de
1997, la AMRO tiene como finalidad “supervisar y analizar las economías
regionales así como contribuir a la detección temprana de riesgos, a la puesta en
práctica de acciones remediales y a la toma de decisiones efectiva de la
multilateralización de la Iniciativa de Chiang Mai.” (ASEAN+3, 2012) Quienes han
seguido el desarrollo de la crisis financiera global durante 2007-2009, saben que el
impacto sobre las economías asiáticas fue exógeno (vía la reducción de la
demanda externa de bienes y servicios así como la disminución de las inversiones
directas) y que la adquisición de valores tóxicos fue evitada, en gran medida,
gracias a los mecanismos de supervisión; de allí, la pertinencia de reforzar la
institucionalización de un mecanismo supervisor como AMRO.
El párrafo 15 pone el acento sobre iniciativas financieras de carácter trilateral que
han reforzado las relaciones entre las economías del este asiático: por un lado, la
ampliación acuerdos bilaterales en materia de swaps; por el otro, la puesta en
operación de mecanismos tendientes a promover las inversiones por parte de las
autoridades que manejan las reservas internacionales de cada país en bonos
emitidos por los gobiernos de las contrapartes. Estas iniciativas, por supuesto,
tienden a estabilizar los mercados financieros regionales y a marcar otro contraste
117
entre Asia del Pacífico (cuyos gobiernos no solamente cuentan con recursos
financieros abundantes sino también empiezan a dotarse de mecanismos orientados
a utilizar esos recursos en beneficio propio) con las regiones restantes del mundo
(donde los gobiernos deben endeudarse en el exterior para evitar nuevas recaídas
en crisis).
Los párrafos 42, 43 y 44 pertenecen a la sección titulada “Reforzando la
comunicación y la coordinación en asuntos regionales e internacionales.” De nueva
cuenta, la experiencia política ganada mediante la participación de los gobiernos de
China, Corea y Japón en las iniciativas de la ANSEA trasluce en el contenido de los
tres párrafos y pone de realce la importancia de la Asociación como contraparte de
los tres gobiernos para el proyecto de integración de Asia del Pacífico. Así, en el
párrafo 42, al lado de APEC, son destacados los foros ANSEA+1 (donde el 1
representa a China, Corea o Japón), ANSEA+3, Cumbre del Este de Asia, donde
participan tanto los gobiernos del este y sudeste asiáticos, como los de Oceanía y, a
partir de noviembre de 2011, el de Estados Unidos; y el Foro Regional de ANSEA,
Abocado desde su creación a la discusión de temas de seguridad regional y la
búsqueda de mecanismos de diplomacia preventiva. El párrafo 43 está dedicado
totalmente a ANSEA (CKJ, 2012):
“En relación a la Asociación de Naciones del Sureste de Asia como un
importante socio en la cooperación regional, reafirmamos nuestro apoyo al
liderazgo de ANSEA en la cooperación de Asia del Este. Hemos expresado
nuestra voluntad para realizar esfuerzos conjuntos para contribuir al desarrollo
de los países de ANSEA y la construcción de la comunidad de ANSEA.
Apoyaremos los esfuerzos de ANSEA en sus esfuerzos para poner en práctica
el “Plan Maestro sobre Conectividad de ANSEA” y reforzar la cooperación con
ANSEA en áreas como alimentos, energía, ciencia y tecnología, protección
ambiental y administración de desastres. Manifestamos nuestra voluntad de
unir esfuerzos con ANSEA para profundizar la cooperación financiera dentro
del marco de ANSEA+3.”
118
Finalmente, el párrafo 44 es una convocatoria para llevar a buen término la
integración de toda Asia del Pacífico (Asia del Este, de acuerdo con el texto); para
ello, los dirigentes políticos consideran necesario que todos los grupos de trabajo
ANSEA+1 y ANSEA+3 sean orientados, “sin ningún retraso, para acelerar la
discusión […] del comienzo de negociaciones, tomando en cuenta las iniciativas del
ALC de Asia del Este y de la Asociación Económica Integral para Asia del
Este.”(CKJ, 2012) La redacción en inglés deja mucho que desear, pero queda claro
que el ACP ChJK será realidad tan sólo en el marco de un proyecto único de
integración regional para toda Asia del Pacífico; en ese marco, la ANSEA será un
elemento de equilibrio político entre los gobiernos de los tres principales países de la
región.
6.6 Conclusiones
El reposicionamiento en Asia del Pacifico, anunciado por el gobierno de Estados
Unidos a través del artículo de la secretaria de Estado difícilmente tendrá todos los
resultados esperados por la clase política estadounidense. Sobre la base del poderío
militar, todavía es posible un nuevo despliegue en aquella región y el alcance del
mismo dependerá del grado de la influencia política del gobierno estadounidense
sobre sus principales aliados. No obstante, esa influencia será ahora modulado por
los intereses económicos que vinculan de una manera cada vez más estrecha a los
países del Pacífico asiático.
En ese sentido, podemos constatar que la economía mundial ha cambiado; cierto, la
economía estadounidense sigue siendo clave; pero Asia del Pacífico, en conjunto, no
solo es el nuevo dinamo global y la nueva fuente de excedentes financieros, también
es una región encaminada hacia un proyecto de integración sobre la base de
múltiples iniciativas en una amplia gama de espacios de cooperación
intergubernamental; los gobiernos asiáticos son ahora más interdependientes y
resienten menos las influencias políticas estadounidenses.
119
En todo caso, como hemos visto a lo largo del trabajo, los proyectos de ACP
promovidos por estadounidenses y asiáticos tan sólo muestran la competencia entre
unos y otros en el campo de la diplomacia económica. Sin embargo, dadas las
formas diferenciadas en que cada proyecto ha sido construido y en que operan los
sistemas políticos estadounidense y asiáticos, es evidente que el ALC-ChJK tiene
más visos de ser puesto en práctica que la TPP-9.
La TPP-9 ha debido ser negociada sobre la base del acuerdo original de la TPP-4; al
ampliar el ámbito de cobertura del acuerdo y el número de gobiernos negociadores,
los puntos neurálgicos de la negociación se han multiplicado, prolongando más allá
de lo deseado el calendario de la negociación.
El ALC-ChJK, por el contrario, es tan sólo uno de los elementos de un complejo
sistema multidimensional de integración regional; abocado a la liberalización del
comercio de bienes y servicios, éste ACP puede ser negociado con celeridad, si los
gobiernos respetan la idea de tomar medidas ad hoc para los sectores sensibles de
cada economía.
La forma de operar de los sistemas políticos pueden entorpecer o facilitar la puesta
en marcha de uno u otro ACP; en el caso estadounidense, el ejecutivo puede
culminar relativamente rápido las negociaciones, pero todavía deberá superar las
dificultades existentes en el Congreso para obtener la ratificación. En Asia del Este,
dada la relación estrecha entre las ramas ejecutiva y legislativa, la obtención del
apoyo para negociar prácticamente supone ceteris paribus la ratificación.
Por otra parte, el ALC-ChJK es tan sólo una pieza de un sistema multidimensional de
relaciones intergubernamentales que abarca toda Asia del Pacífico. Así, si es cierto
que el ALC-ChJK es modulado por los acuerdos comerciales de ANSEA con los
gobiernos del acuerdo comercial trilateral, la puesta en práctica de aquél llevaría
necesariamente a la constitución de un bloque económico de Asia del Pacífico,
dotado, en la escala regional, de la simiente de un banco central, de un sistema
120
financiero y de mecanismos de supervisión, de vigilancia y de prevención de crisis
económicas. Por el contrario, la TPP-9 tan sólo sería un ACP de última generación, si
se quiere, pero que vincularía en los ámbitos comercial y financiero a tan solo a ocho
economías dinámicas, pero menores, con la economía más grande del planeta.
Mientras el impacto global de la TPP-9 sería mínimo, el del ALC-ChJK significaría un
cambio en el sistema internacional tanto o más grande que el de la Unión Europea
en su momento. Podemos, en consecuencia, concluir que, a pesar de la voluntad de
la secretaria de Estado, en el ámbito estrictamente económico, el XXI no será el siglo
del Pacífico de Estados Unidos, sino el de Asia del Pacífico.
La transformación en curso del sistema internacional, como hemos analizado en
estas página, se puede apreciar en el este de Asia, lo cual ya es importante para el
reacomodo de la relación de fuerzas entre los poderes, China y Estados Unidos, y la
manera en cómo se reconfigura las alianzas de la segunda posguerra mundial, las
hasta ahora puntales de la Pax Americana Corea del Sur y Japón actualmente
cercanas a Beijing; sin embargo, lo relevante es el impacto global que este proceso
tendrá. No se tratará de la sucesión de una serie de acontecimientos de acuerdo a la
llamada teoría del dominó. Por el contrario, lo que es posible apreciar es un conjunto
de políticas chinas que privilegian el fortalecimiento y creación de instituciones, lo
cual es constatable inclusive en América Latina.
121
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Century, Shanghai, China, 21 de octubre de 2001; disponible en:
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ambiciosa en el ámbito retórico, limitada en el práctico;” en Juan José Ramírez
Bonilla, Daniel Toledo Beltrán y Carlos Uscanga Prieto (coordinadores), Japón ente
la nueva configuración de Asia del Pacífico. Proactividad y reactividad ante un orden
internacional fluido, El Colegio de México, México, D.F., 2011.
123
CAPÍTULO VII
China y México: participación en el mercado estadounidense
Carlos Gómez Chiñas1
Juan González García2
7.1 Introducción
China es la economía que ha tenido el crecimiento más rápido en el último cuarto de
siglo. Desde que se inició el proceso de reformas económicas en 1978 a 2005 ha
crecido a una tasa real promedio de 9.5% por año, según estadísticas oficiales. La
industria ha sido el principal motor de esta expansión: la producción de bienes
manufacturados desde 1990 ha crecido 12% por año (Lora, 2005:5).
Por su parte, a partir de 1985, la política comercial mexicana ha venido favoreciendo
el comercio con el resto del mundo, y en especial con Canadá y Estados Unidos. En
un primer momento el objetivo fundamental fue la racionalización de la protección,
esto es, el paso de los permisos previos de importación a los aranceles como
principal instrumento de protección con el fin de asegurar que los potenciales
exportadores tuvieran acceso a sus insumos a precios internacionales. De esta
manera aumentaría la competitividad de las exportaciones no petroleras
principalmente de manufacturas. Posteriormente, con la idea de mandar señales
claras sobre la permanencia de la apertura, México se adhiere al Acuerdo General de
Aranceles y Comercio (GATT) en 1986. No obstante la importancia de la adhesión al
GATT, la característica más relevante de la política comercial en las últimas dos
1 Profesor- Investigador del departamento de Economía. UAM-A. Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores.
2 Profesor de la Universidad de Colima. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Nivel II.
124
décadas la constituye la negociación y puesta en marcha del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN).
Entre 1982 y 2004 se privatizaron sectores importantes de la economía mexicana, se
puso en marcha un decidido programa de desregulación y se crearon algunas de las
instituciones indispensables para la operación de una economía de mercado. Aun
cuando este proceso no ha estado exento de tropiezos y dificultades, y a pesar de
que falta mucho por hacer para alcanzar niveles altos y sostenidos de crecimiento, la
transformación de la economía mexicana en esas dos décadas ha sido notable
(Zabludovsky, 2005:59).
No obstante, después de más de dos décadas de la puesta en práctica de la apertura
comercial se puede decir que su éxito ha sido parcial y que los efectos iniciales de
algunas de esas medidas ya se han agotado. Así, si bien es cierto que las
exportaciones han crecido de manera impresionante también es cierto que las
importaciones lo han hecho a un ritmo ligeramente mayor. De manera similar, en
este período México fue uno de los países emergentes más atractivos para la
inversión extranjera. Sin embargo, esto no se ha reflejado en un mayor crecimiento
para la economía en su conjunto y los beneficios se han quedado en el grupo
relativamente estrecho de las grandes empresas exportadoras, en su mayoría de
capital extranjero.
Como resultado del TLC, las exportaciones a Estados Unidos experimentaron un
crecimiento sin precedentes lo que llevó a que México fuera el segundo mayor
exportador al mercado estadounidense. De manera simultánea, los sucesivos
gobiernos mexicanos se han empeñado en firmar más de una decena de acuerdos
comerciales que han servido más para diversificar y aumentar las importaciones que
para diversificar las exportaciones.
Por otra parte, los efectos favorables que se dieron con la firma del NAFTA han
tendido a diluirse y México ha perdido competitividad en el mercado estadounidense
125
y ha sido desplazado por China como segundo mayor exportador al mercado
estadounidense. Es claro, entonces, que se requiere un replanteamiento de la
política comercial de México y más que pensar en firmar acuerdos de libre comercio
adicionales hay que formular estrategias para diversificar exportaciones, pasando a
líneas de producción con mayor valor agregado pensando más en recuperar el lugar
perdido en el mercado estadounidense y menos en conquistar el mercado europeo,
esto no significa que no se considere un objetivo importante la diversificación de
mercados, sino que ésta, dada la amplia red de acuerdos comerciales de México,
será el resultado de la diversificación de exportaciones. Para lograr lo anterior, se
requieren de políticas comercial e industrial selectivas.
La economía china ha crecido a pasos agigantados y es actualmente un actor
importante del comercio mundial. Para América Latina, el crecimiento chino
constituye a la vez una amenaza y una oportunidad. En general, y pese a algunas
excepciones, la integración de China al comercio mundial favorece claramente a
América Latina. Desgraciadamente, México constituye una de esas excepciones ya
que ambos países compiten en productos similares. No obstante, aún para México
se pueden abrir oportunidades en el comercio intraindustrial.
Para varios países de la región, China ya es uno de los principales mercados para
sus exportaciones. El comercio de los países de América del Sur ha sido muy
favorable para ellos, y acumula como subregión un superávit creciente en el período
2002-2005. Sin embargo, el superávit acumulado se concentra en los productos
primarios y manufacturas basadas en recursos naturales, con un marcado aumento
del déficit en manufacturas que incorporan tecnologías (Rosales y Kuwayama,
2007:35).
El objetivo de este trabajo es realizar una descripción de las principales
características del comercio exterior chino, principalmente en la forma que se ha ido
posicionando en los mercados internacionales, su impacto sobre la economía
mexicana y analizar como los efectos favorables del TLCAN han sido contrarrestados
126
por la competencia de los productos chinos que han ido desplazando no tan
paulatinamente a los productos mexicanos.
7.2 La inserción de China en la Economía Internacional
En el último cuarto de siglo, China ha aumentado de manera considerable su peso
en la economía mundial en diversas magnitudes, en especial producción, comercio
internacional e inversión extranjera directa (IED). En términos del producto interno
bruto (PIB), medido a precios corrientes, la economía china se convirtió en la tercera
economía más grande del mundo en 2006, después de Estados Unidos y Japón,
superando ya a Alemania, la Gran Bretaña y Francia. Si la medición del PIB se hace
en términos de la paridad del poder adquisitivo (PPA), aparece como la segunda
economía mundial después de Estados Unidos. China por si sola explica 27.9% del
crecimiento del PIB mundial en 2007(OECD, 2007:143).
En 2006, China fue el tercer mayor exportador mundial de mercancías, después de
Alemania y los Estados Unidos, con una participación en las exportaciones globales
de 8%, mientras que en 2008 dicha participación fue de 8.9%, superando a los
Estados Unidos que tuvo una participación de 8% y sólo por debajo de Alemania que
tuvo una participación de 9.1% en las exportaciones globales, como se puede
observar en el cuadro 1.
Sus exportaciones han aumentado de 18000 millones de dólares que representaban
menos del 4% del PIB en 1980 a 760 000 millones de dólares que representaron
aproximadamente el 35% del PIB en 2005 y ya es el principal consumidor de
productos básicos. Así, China se ha constituido en el mayor consumidor de cobre. En
cuanto a petróleo, si bien está por detrás de Estados Unidos, el crecimiento promedio
anual de su demanda se sitúa en torno a 8%. Aunque como un todo consume menos
petróleo que Europa, duplica al que registra Alemania. En el caso de productos
agrícolas, como la soya, también se ubica en el primer lugar, acumulando un
crecimiento promedio anual de casi 13% durante los últimos 6 años. En lo que se
127
refiere al maíz, cuyo precio ha tendido a aumentar fuertemente en los últimos años,
China es el segundo mayor consumidor detrás de Estados Unidos. (Lehmann,
Moreno y Jaramillo, 2005:7)
Adicionalmente, es de destacar el rápido aumento del grado de sofisticación de las
exportaciones chinas. (Wang y Wei, 2008:2) Esto significa que China se especializa
cada vez más en los sectores de alta tecnología y valor agregado y ha dejado
gradualmente las áreas que ofrecen ventajas comparativas tradicionales como las
manufacturas de baja tecnología (entre ellas, los textiles y la ropa). Aunque hay que
ser cautelosos en este punto ya que como bien señalan Amiti y Freund (2008), esto
puede deberse a que China importa insumos intermedios con alto contenido
tecnológico que ensambla para su posterior exportación (maquila). Esto significa que
si se toma en cuenta que un porcentaje significativo de las exportaciones chinas son
maquila, China continúa especializándose en bienes intensivos en trabajo.
Las exportaciones chinas están concentradas en tres sectores claves: bienes
manufacturados, maquinaria y equipo de transporte y bienes manufacturados
misceláneos, los que en conjunto representaron el 88.7 % de las exportaciones
totales en 2005. La evolución de la rama de maquinaria y equipo de transporte es
particularmente destacable ya que este sector incluye numerosos productos que
requieren normas tecnológicas relativamente altas (OECD, 2007:146).
En cuanto a las importaciones, destaca la participación de las materias primas,
incluyendo combustibles y productos agropecuarios. Las importaciones globales de
China aumentaron sostenidamente durante la primera década del presente siglo.
Este hecho ha llevado a China a convertirse en el tercer actor más importante en
términos de participación en el comercio internacional, detrás de Estados Unidos y
Alemania. En efecto, China actualmente representa alrededor del 8% del comercio
mundial de bienes (cuadro 1).
128
La estructura exportadora china ha cambiado drásticamente en las últimas dos
décadas, desde un exportador de petróleo crudo y refinado, y ropa hacia un
exportador de productos electrónicos y de tecnología de información (TICs). Sin
embargo, esta transformación no significa necesariamente que China se ha
convertido en uno de los principales países productores y exportadores de estos
productos. La mayoría de estos productos son cuasi commodities de alto volumen
(equipos de DVD, computadoras portátiles (notebooks) y teléfonos celulares).
Además, la expansión exportadora de estos sectores dinámicos requiere de altos
niveles de insumos importados, razón por la cual el valor agregado local es reducido,
representando solo 15% del valor exportado de los dos sectores (los electrónicos y
de las TIC), siendo el resto el valor de insumos importados. En estos productos,
China sigue especializándose en ensamblajes cuyos procesos de producción son
intensivos de mano de obra (Amiti y Freund, 2008).
Otro aspecto a destacar es que la mayoría de actividades de ensamblaje se realizan
no por las empresas nacionales chinas sino por las empresas extranjeras,
especialmente de las de origen de la Provincia china de Taiwán, que utilizan a China
como una plataforma de exportación. En consecuencia, la transición de la economía
china desde un importador neto hacia un exportador neto de los productos de alta
tecnología falta mucho para concretarse (Rosales y Kuwayama, 2007:24-25).
En Latinwatch de junio de 2003 (BBVA, 2003) apareció un artículo titulado “México y
China, dos potencias exportadoras”, en el cual se afirmaba que el surgimiento de
China como partícipe en el comercio mundial ha sido negativo para México. Existe
una percepción un tanto contradictoria sobre el impacto generado en América Latina
por el surgimiento de China. Por una parte, los bajos costos de la mano de obra y la
consiguiente competitividad de China pueden amagar a otras economías; por la otra,
su enorme mercado interno significa una oportunidad. Retomando a Blázquez-Lidoy
(2006), cabe preguntar ¿Es China un ángel o un demonio para América Latina?
129
La mayoría de los estudios sobre el impacto del comercio chino en los mercados
emergentes centran la atención en Asia, donde las exportaciones chinas tienden a
desplazar las exportaciones de otros países asiáticos. De hecho, gran parte del
aumento de las importaciones estadounidenses desde China no se ha generado a
expensas de países como México o los de Centroamérica (amparados por la
proximidad geográfica), sino en desmedro de economías asiáticas como la de Japón
y otros países emergentes. Retrocediendo al decenio de 1980, por ejemplo, en el
año 1988 casi 60% de las importaciones estadounidenses de calzado provinieron de
la República de Corea y la provincia china de Taiwán, y solo un escaso 2% de China.
En el 2005, la participación de China en las importaciones estadounidenses de
calzado aumentó a más de 70%, mientras que las importaciones estadounidenses
desde las economías sudcoreana y taiwanesa fueron insignificantes.
El surgimiento comercial de China como actor mundial es en muchos sentidos
excepcional por su rapidez y vigor. La economía china es mucho más abierta que la
de la mayoría de los mercados emergentes. En el 2005, la suma de sus
exportaciones e importaciones de bienes y servicios superó el 70% del PIB, mientras
que en Estados Unidos, Japón o Brasil fue de 30% o menos (aunque el desempeño
del comercio chino puede compararse con el de algunos países latinoamericanos
como Chile o México, con cifras de 60-65%, y también con el de algunos países
desarrollados como España). (Blázquez-Lidoy, 2006:20)
La evolución positiva de las exportaciones permitió que China aumentara su
participación en los mercados desarrollados. Por definición de lo que es la
participación de mercado, este aumento se logró a expensas de otras economías.
Esta es una de las razones por las cuales la mayoría de los países emergentes
percibe a China como un fuerte competidor comercial. Algunos países incluso le
atribuyen los resultados poco favorables de sus exportaciones en los últimos años.
En realidad, China está reemplazando a otros países emergentes en los mercados
mundiales. La percepción negativa señalada se intensificó después del 2001, fecha
130
en que China finalmente ingresó a la OMC. La incorporación a este organismo
implicó una apertura de los mercados mundiales a los productos chinos y puso aún
más de manifiesto la capacidad de China para competir en ellos con éxito. La
realidad es que hay una fuerte competencia entre China y otras economías que se
especializan en la exportación de productos industriales de valor agregado
relativamente bajo.
La participación de China en las exportaciones mundiales ha aumentado en forma
acelerada en los últimos 25 años. Entre 1990 y 2002 las exportaciones mundiales
aumentaron aproximadamente en 90% y las de China cerca de 425%. La evolución
de las exportaciones chinas implica, por definición, que otros países están
reduciendo su participación en el mercado, como se puede observar en el cuadro 1.
En 1997, China era el décimo mayor exportador a nivel mundial. Por encima de
China estaban países como Holanda, Canadá, Italia, el Reino Unido, Francia, Japón,
Alemania y Estados Unidos. En 2000 ya había escalado al puesto de séptimo mayor
exportador, sólo superado por Canadá, el Reino Unido, Francia, Japón, Alemania y
Estados Unidos. En 2008, ya sólo fue superado por Alemania.
Cuadro 1. Principales exportadores mundiales de mercancíasPorcentajes y clasificación
1997 2000 2002 2004 2005 2006 2007 2008
Exportadores Orden Parte Orden Parte Orden Parte Orden Parte orden parte orden parte orden parte orden parte
Alemania 2 9,4 2 8,7 2 9,5 1 10,0 1 9,3 1 9,2 1 9,5 1 9,1
Estados Unidos 1 12,6 1 12,3 1 10,7 2 8,9 2 8,7 2 8,6 3 8,3 3 8
China 10 3,3 7 3,9 5 5 3 6,5 3 7,3 3 8 2 8,7 2 8,9
Japón 3 7,7 3 7,5 3 6,5 4 6,2 4 5,7 4 5,4 4 5,1 4 4,9
Francia 4 5,3 4 4,7 4 5,1 5 4,9 5 4,4 5 4,1 5 4 6 3,8
Países Bajos 8 3,5 9 3,3 9 3,8 6 3,9 6 3,9 6 3,8 6 4 5 3,9
Italia 6 4,4 8 3,7 8 3,9 7 3,8 8 3,5 8 3,4 7 3,5 7 3,3
Reino Unido 5 5,2 5 4,5 6 4,3 8 3,8 7 3,7 7 3,7 8 3,1 10 2,9
Canadá 7 3,9 6 4,3 7 3,9 9 3,5 9 3,4 9 3,2 10 3 11 2,8
Bélgica 11 3,6 11 2,9 10 3,3 10 3,3 10 3,2 10 3,1 9 3,1 8 3
Hong Kong, China 9 3,4 10 3,2 11 3,1 11 2,9 11 2,8 12 2,7 13 2,5 13 2,3
exportaciones locales 0,5 0,4 0,3 0,2 0,2 0,1 0,1
reexportaciones 2,9 2,8 2,8 2,7 2,6 2,4 2,2
Corea, República de 12 2,9 12 2,7 12 2,5 12 2,8 12 2,7 11 2,7 11 2,7 12 2,6
México 15 2,4 13 2,6 13 2,5 13 2,1 15 2 15 2,1 15 2 16 1,8
Rusia, Federación de 20 1,2 17 1,7 17 1,7 14 2,0 13 2,3 13 2,5 12 2,5 9 2,9
Taipei Chino 14 2,6 14 2,3 14 2,1 15 2,0 16 1,9 16 1,9 16 1,8
Singapur 13 2,7 15 2,2 15 1,9 16 2,0 14 2,2 14 2,2 14 2,1 14 2,1
exportaciones locales 1,3 1,2 1 1,1 1,2 1,2 1,1 1,1
reexportaciones 0,9 0,9 0,9 1 1,1 1 1
España 16 1,9 16 1,8 16 1,8 17 2,0 17 1,8 18 1,7 17 1,7 17 1,7
Arabia Saudita 15 2
Fuente: Elaboración propia con base en OMC, Estadísticas del Comercio Internacional, varios años
131
No hay duda de que a corto plazo se harán sentir algunos costos, ya que China
puede producir bienes de poco valor agregado a un costo muy bajo, porque cuenta
con mano de obra relativamente más abundante que en otras economías. Por
ejemplo, en China los salarios son cuatro veces inferiores al promedio de los países
de América Latina. En el 2002, el salario medio mensual en el sector manufacturero
chino fue de 112 dólares, en tanto que era aproximadamente de 440 dólares en
México y 300 dólares en otros centros maquiladores de Centroamérica, como Costa
Rica, El Salvador o Panamá.
Por el lado positivo, el comercio con China genera algunos efectos favorables. Desde
luego, posee un enorme mercado interno y el desarrollo del país contribuirá a que
este florezca. A largo plazo, el surgimiento de China traerá beneficios provenientes
del comercio. Los países en desarrollo que han establecido fuertes lazos comerciales
y de inversión con China, como los del sudeste asiático, podrían salir favorecidos con
este proceso.
El cuadro 2 muestra la importancia creciente de China en el comercio mundial. Así,
en 2000 China era el octavo mercado de exportación para las economías avanzadas
y en 2008 era el tercer mercado de exportación para dichas economías. Para
Estados Unidos, China fue en 2000 el décimo mercado más importante para sus
exportaciones y en 2008 ya fue el tercero. Para los países de América latina pasó de
ser el decimo sexto a ser el segundo mayor mercado para sus exportaciones, incluso
para economías como la mexicana, el mercado chino es cada vez más importante y
pasó de ocupar el lugar 25 al 5 como mercado para las exportaciones mexicanas.
En lo que se refiere a las importaciones, China es el principal origen de las
importaciones de los Estados Unidos y de las economías avanzadas en su conjunto.
En el caso de México ocupó, en 2008, el tercer lugar como origen de las
importaciones mexicanas.
132
Cuadro 2.
Fuente: CEPAL, Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2008-2009, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2009.
7.3 La estructura comercial de China En China existe una brecha enorme entre las exportaciones y las importaciones de bienes.
De hecho, la diferencia entre ambas fue en 2006, (OMC, 2007:13) de 177 mil millones de
dólares. Sin embargo, esta característica de la balanza comercial china debería ser
transitoria. En otras palabras, a largo plazo la balanza comercial debería ser más sostenible.
Pero en 2009, esto todavía no había ocurrido ya que de acuerdo con la OMC el superávit de
la balanza comercial china fue de 195846 millones de dólares.
133
Cuadro 3
Fuente: Jorge Blázquez-Lidoy, Javier Rodríguez y Javier Santiso, “¿Ángel o demonio? Los efectos del comercio chino en los países de América Latina”, Revista de la CEPAL, número 90, diciembre de 2006, p.23.
El hecho de que las exportaciones y las importaciones tengan una estructura similar,
como se observa en el cuadro 3, muestra que hay un volumen importante de
comercio intraindustrial. Esto indica que China se ha convertido en un centro regional
de producción y de fabricación para la reexportación.
La participación de las manufacturas de alta tecnología está aumentando
rápidamente. Por otra parte, las manufacturas de baja tecnología están perdiendo
terreno en la estructura comercial, tanto en el caso de las exportaciones como en el
de las importaciones.
Así, juntos China y Hong Kong proveen ya más de la mitad de las cámaras digitales
del mundo, más de un tercio de las unidades de DVD, computadores personales y
portátiles, y al menos un cuarto de los teléfonos celulares y televisores a color. China
ha transformado la estructura de oferta de la industria de equipos electrónicos y es
responsable del 30% de todas las exportaciones de productos electrónicos de Asia.
Estos logros son el resultado de una estrategia de innovación que empezó en los
años cincuenta con el apoyo de tecnologías consideradas críticas para la defensa
nacional, y que en la mitad de los años ochenta se reorientó hacia diversos sectores
civiles de alta tecnología. El compromiso con el desarrollo tecnológico ha aumentado
134
en los últimos años y actualmente el gasto en investigación y desarrollo (I&D) excede
el 1% del PIB. Con la excepción de Brasil, donde el gasto en I&D representa 0.9%
del PIB, los esfuerzos en I&D son mucho más pequeños en los demás países
latinoamericanos (0.2-0.6% del PIB) (Lora, 2005:17).
La innovación es, además, apoyada por políticas que favorecen a los sectores de
software y circuitos integrados a través de fondos de investigación, compras públicas
preferenciales y exenciones de impuestos. Este tipo de políticas se aplica tanto a las
firmas domésticas como extranjeras, y no hay un intento de “escoger empresas
ganadoras” dentro de cada sector. Los incentivos a la investigación parecen haber
producido resultados con creces, pues 60% de los gastos en I&D son hechos por
empresas privadas. Recientemente la innovación ha sido fuertemente incentivada
por la creación de estándares de tecnología chinos –en oposición a los estándares
de tecnología globales— lo cual brinda una ventaja competitiva a las empresas
chinas, dado que esto representa un obstáculo a la libre entrada de empresas
extranjeras en el mercado chino y brinda a las firmas chinas un poder de negociación
con los proveedores extranjeros sobre la propiedad intelectual y de tecnología. Esta
estrategia ha facilitado el desarrollo de nuevas tecnologías digitales por parte de
empresas chinas y taiwanesas.
La eficacia de las políticas de apoyo a la innovación en China contrasta con la
situación en la mayoría de los países latinoamericanos, donde (con la excepción de
Brasil) las incipientes políticas industriales fueron desmanteladas en los ochenta y
noventa, y sólo recientemente están volviendo a ser consideradas. Sin embargo, el
ambiente de innovación en China tiene sus limitaciones, muchas de ellas similares a
las de los países latinoamericanos. La creación de nuevas empresas es impedida por
procedimientos engorrosos y poco transparentes, el acceso al crédito y al mercado
de capitales es muy limitado, los derechos de propiedad están poco protegidos y la
competencia está restringida geográficamente, no sólo por las distancias, sino por la
multiplicidad de mecanismos de protección a la industria local a través de licencias
135
de operación, requisitos de uso de materias primas locales, impuestos y otras
restricciones (Lora, 2005:18).
En el caso de México, Las cifras indican que encara una dura competencia comercial
de China, inferior únicamente a la que soportan Tailandia, Hungría y la República de
Corea, como se constata en la gráfica 1. En esta misma gráfica se puede apreciar
que de América Latina, otros países que enfrentan la competencia china, en menor
medida que México, son Costa Rica, Brasil y el Salvador.
Gráfica 1. Competencia exportadora de China con países seleccionados de América Latina y otras regiones
Fuente: OECD, Latin American Economic Outlook 2008, Development Centre of the Organisation for Economic Co-operation and Development, Paris, 2007. P. 149.
La competencia comercial con China tiende a aumentar con el tiempo. China podría
poner en riesgo algunas exportaciones mexicanas en los mercados externos. El
principal mercado para las exportaciones de México es, con mucho, el de Estados
Unidos, que en 2009 absorbió 80.5 % de las exportaciones mexicanas.
En el cuadro 4, se puede observar que en 1995, México era el cuarto mayor
exportador al mercado estadounidense, representando el 8.1% de las importaciones
totales de los Estados Unidos mientras que las exportaciones chinas sólo significaron
el 6.3 % de las importaciones estadounidenses.
136
En 2001, México ya había desplazado a Japón como el tercer mayor exportador a los
Estados Unidos mientras que China seguía en el cuarto lugar. En 2003, China
desplazó a México como el tercer mayor exportador a los Estados Unidos,
considerando a la Unión Europea como una unidad. El avance de China en el
mercado estadounidense ha sido impresionante y en 2008 ya había superado a
Canadá como segundo mayor exportador al mercado estadounidense, sólo por
debajo de la Unión Europea. Como se puede observar en este cuadro, el aumento en
la participación de China en el mercado estadounidense se ha dado a expensas de
Japón, Corea y México y en menor medida la Unión Europea y Canadá.
En este mismo cuadro se puede observar que en los años recientes, la participación
mexicana en las importaciones estadounidenses ha disminuido mientras que la china
ha aumentado.
Cuadro 4. Estados Unidos: Comercio de Bienes por economías (participación %) Exportaciones Importaciones
País 1995 2000 2001 2002 2003 2005 2006 2007 2008 1995 2000 2001 2002 2003 2005 2006 2007 2008
Canadá 21.6 22.6 22.4 23.2 23.4 23.4 22.2 21.4 20.3 19.2 18.5 18.7 17.3 17.5 16.8 16 15.7 15.6
UE 21.1 21.5 21.8 20.8 20.8 20.6 20.6 21.3 21.1 17.7 18.6 19.2 19.3 19.3 18.3 17.7 18.1 17.4
México 7.9 14.3 13.9 14.1 13.5 13.3 12.9 11.7 11.7 8.1 10.9 11.3 11.3 10.7 10 10.4 10.6 10.1
Japón 11 8.4 7.9 7.4 7.2 6.1 5.7 5.4 5.1 16.5 12 11 10.4 9.3 8.2 7.9 7.4 6.6
China 2 2.1 2.6 3.2 3.9 4.6 5.3 5.6 5.4 6.3 8.6 9.3 11.1 12.5 15 15.9 16.8 16.4
Corea 4.3 3.6 3 3.3 3.3 3.1 3.1 3 2.7 3.2 3.3 3.1 3.1 2.9 2.6 2.5 2.4 2,3*
Fuente: OMC, Estadísticas del Comercio Internacional, varios años. *En este año Corea no ocupó el sexto lugar sino el octavo superada por Arabia Saudita y Venezuela.
De esta manera, para México, la emergencia global de China representa un reto. Se
ha demostrado que si las capacidades exportadoras de China hubieran permanecido
inalteradas, la tasa de crecimiento anual de las exportaciones mexicanas habría sido
tres puntos porcentuales más alta en los primeros años de la primera década del
siglo XXI, lo que evidencia que México ha sido uno de los países más afectados por
el ingreso de China a la OMC (OECD, 2007: 165).
137
Cuadro 5
Como se puede constatar en el cuadro 5, China y México se especializan en
sectores análogos, lo que provocó que México haya sido el país de América Latina
más expuesto a la competencia de las exportaciones chinas. El único sector en que
México es competitivo y la competencia de China no resulta significativa es el de
equipo de transporte, pero incluso esto ya está cambiando ya que las exportaciones
chinas de equipos de transporte están aumentando rápidamente. La fuerte
competencia entre China y México está concentrada en las tecnologías de
información y electrónica de consumo, componentes electrónicos, ropa y
manufacturas misceláneas (OECD, 2007:164).
La composición de los productos que México y Centroamérica exportan al mercado
estadounidense se asemeja a la de los productos que China vende a dicho mercado.
Esa subregión exporta manufacturas de intensidad tecnológica media y alta (por
ejemplo, los artículos eléctricos y electrónicos, incluidos equipos de computación, y
los productos de la industria automotriz), tanto en términos absolutos como relativos,
Fuente: Jorge Blázquez-Lidoy, Javier Rodríguez y Javier Santiso, “¿Ángel o demonio? Los efectos del
Comercio chino en los países de América Latina”, Revista de la CEPAL, número 90, diciembre de 2006.
138
mientras que China se especializa más en los productos de bajo nivel tecnológico
(por ejemplo, los textiles y las prendas de vestir), como se puede observar en el
cuadro anterior. Pese a que cada grupo exporta al mercado estadounidense
productos de alta tecnología equivalentes a 40.000 millones de dólares, la mayor
competencia entre ambos todavía está en las manufacturas de intensidad
tecnológica baja y media (Rosales y Kuwayama, 2007:37).
Un análisis detallado de la estructura de importación de Estados Unidos desde
América Latina y el Caribe muestra que entre las 30 principales categorías de
productos de importación estadounidense desde la región en 2004, México compite
cara a cara con China como principales proveedores en 20 categorías.
Las áreas de competencia en los mercados estadounidenses entre los dos países
son extensas, desde los sectores eléctrico/electrónico, maquinarias, automotriz,
muebles y hasta los textiles y de confección (Rosales y Kuwayama, 2007:39).
El impacto sobre las exportaciones mexicanas del crecimiento de la capacidad
exportadora de China es de dos a cinco veces mayor que el impacto del lento
crecimiento de los Estados Unidos. Aunque puede ser razonable ver el lento
crecimiento de los Estados Unidos como un choque temporal, no se puede hacer lo
mismo con el crecimiento de las exportaciones chinas. Así, sólo una pequeña parte
de la disminución de la tasa de crecimiento de las exportaciones mexicanas a
Estados Unidos estaría asociada con factores transitorios asociados al ciclo
económico (Hanson y Robertson, 2009: 166).
Por lo anterior, se puede afirmar que el modelo exportador mexicano se encuentra en
peligro. En 1994, cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), México se especializaba en manufacturas de escaso valor agregado,
es decir, en productos de la industria maquiladora. China también produce este tipo
de bienes a un menor costo, y es probable que la competencia china conduzca a
cambios en la actual estructura exportadora mexicana. Tales cambios ya se están
139
dando en países como Singapur, Taiwán y Corea del Sur, los que han reducido sus
exportaciones de bienes manufacturados, maquinaria y equipo de transporte. La
competencia comercial entre México y China ha decrecido desde el 2001 hasta el
2005. Además, las regulaciones del TLCAN han requerido una disminución
escalonada, a partir de 2001, de las ventajas otorgadas a la industria maquiladora,
provocando una disminución en la producción de dicha industria. Todo esto afecta a
las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos y resalta la necesidad de mejorar
la competitividad de las empresas mexicanas (OECD, 2007:165).
Dos de los principales elementos que explican que México haya perdido y que siga
perdiendo oportunidades en el mercado mundial son la ausencia de consensos
básicos entre los principales actores económicos sobre políticas para el desarrollo
económico y social y la no consideración de elementos de mediano y largo plazo en
la toma de decisiones, todo se centra en el corto plazo.
Con todo, en el caso de México, si se consideran otras variables, además de los
costos de producción y de la mano de obra, es difícil prever el rumbo que tomarán
esos cambios y evaluar los efectos futuros del comercio. Comparado con China,
México posee una clara ventaja comparativa, que es su proximidad con Estados
Unidos. Queda claro que una mayor inversión en infraestructura y la focalización en
industrias donde los tiempos de entrega sean fundamentales, otorgará a México una
sustancial ventaja estratégica.
Los costos de tiempo no solo son un aspecto cuantitativamente importante de la
proximidad; también tienen efectos cualitativos en la sincronización de las tareas y la
entrega de los productos, y de este modo incentivan la aglomeración de las
actividades. Probablemente en el caso de México haya que identificar los sectores y
productos en que la distancia y el tiempo constituyan importantes ventajas
comparativas y competitivas.
140
En el caso de México, se puede afirmar que podría recuperar su ventaja estratégica,
si lograra reducir los costos de comercio que se han vuelto mucho más importantes
que los costos de producción. En promedio los costos de comercio casi duplican los
costos de producción. Esto implica que los primeros son un factor significativo de la
existencia de ventaja comparativa, tal vez incluso más que los costos de producción,
en los que China tiene ventaja competitiva.
En los últimos decenios el efecto de la distancia en el comercio ha aumentado en vez
de disminuir. A lo largo del tiempo los costos del transporte no se han reducido de
manera uniforme. A algunos países, todavía, les favorece su proximidad al centro de
la actividad económica mundial, mientras que a otros les perjudica encontrarse lejos
de él.
La cercanía con Estados Unidos ofrece una ventaja comparativa potencial de suma
importancia para todos aquellos bienes donde la entrega rápida o la reducción del
tiempo de tránsito son cruciales. Entre estos bienes cabe destacar, por ejemplo, a la
industria textil y de prendas de vestir, donde la moda cambia con frecuencia y
rapidez, o los componentes intermedios en industrias como la automotriz o la
electrónica, con sistemas de producción y montaje que dependen de la entrega
inmediata de determinadas piezas. Para aprovechar la ventaja competitiva que
ofrece la cercanía con Estados Unidos se requiere, sin embargo, una infraestructura
sólida tanto en el transporte como en las telecomunicaciones. Lamentablemente los
niveles actuales de inversión en infraestructura en América Latina continúan siendo
sustancialmente inferiores a los de los países asiáticos, lo que hace recomendable
para muchas naciones latinoamericanas el replanteamiento de sus estrategias de
inversión en infraestructura (OECD, 2007: 162).
Otro aspecto que deben enfrentar tanto México como otros países de América Latina
es la necesidad de disminuir los costos de transporte y elevar la eficiencia de la
infraestructura.
141
La infraestructura constituye, por lo tanto, un sector potencialmente clave en la
respuesta de América Latina al incremento de la competencia asiática. México
necesita explotar al máximo su ubicación geográfica mediante mejoras en su
infraestructura. América Latina, en su conjunto, necesita invertir más y mejor en este
sector. Este tipo de inversión también contribuirá a reducir la desigualdad y la
pobreza, requiriendo un sector público bien organizado y capaz de administrar
proyectos de infraestructura pero que a su vez mantenga la disciplina fiscal y consiga
atraer la participación del sector privado (OECD, 2007: 162).
A pesar de que México supera en diferentes rubros la competitividad de China como
productividad en la mano de obra calificada, costos de transporte a Estados Unidos y
acceso preferencial derivado del TLCAN, la penetración de las exportaciones chinas
en el mercado estadounidense se sigue incrementando, incluso en algunos
productos que requieren cierto grado de capital humano.
7.4 Consideraciones Finales Tanto China como México han puesto en práctica estrategias de desarrollo basadas
en las exportaciones, pero mientras China ha experimentado avances considerables
tanto en materia de participación en las exportaciones mundiales como en el
crecimiento del PIB, la experiencia mexicana no se puede catalogar como exitosa.
Así, tanto China como México participaban en 1980 con el 0.89 % de las
exportaciones mundiales pero en 1995 las exportaciones chinas ya representaban el
2.93 % de las exportaciones mundiales mientras que las mexicanas sólo ascendían
al 1.57 % de dichas exportaciones, en 2008 las exportaciones chinas ya
representaban el 8.9 % de las exportaciones mundiales, mientras que las mexicanas
sólo el 1.8 %. Por otro lado, mientras que China tuvo una tasa media de crecimiento
anual de 9.5% de 1978 a 2005, México, sólo creció a una tasa media anual de 2.7 %
en este mismo período. Es decir, México creció aproximadamente a menos de un
tercio de lo que creció China.
142
Es evidente la pérdida de competitividad de la economía mexicana. Las
exportaciones mexicanas están siendo desplazadas por las chinas en el mercado
estadounidense. México no puede competir con China con base en salarios bajos,
tiene que hacerlo con base en otras ventajas, una de estas es su proximidad
geográfica con Estados Unidos, su principal mercado de exportación, pero esta
ventaja tiene que ser complementada con una buena infraestructura y una buena
educación, elementos que no son susceptibles de mejoría si no hay una estrategia
decidida de políticas públicas. Para finalizar se puede afirmar que aunque negativos,
los efectos del crecimiento económico de China sobre las exportaciones
manufactureras de México no son tan grandes como podría creerse. Las
restricciones domésticas sobre las manufacturas parecen ser un factor más
importante como limitante del crecimiento de las exportaciones.
143
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146