NORMALIZACIÓN DEL TEST DE HABILIDADES MENTALES PRIMARIAS EN UNIVERSITARIOS MEXICANOS
Lic. Alejandro Salazar Becerril Docente del Centro Universitario de Ixtlahuaca. Carretera Ixtlahuaca –
Jiquipilco Km. 1, Ixtlahuaca, México. Tel. (01 712) 2 83 01 66 [email protected]
Resumen La American Psychological Association (APA), dentro del apartado de uso de
las evaluaciones en sus “Principios éticos y código de conducta de los
psicólogos”, señala que los tests deben utilizarse respetando los criterios bajo
los que fueron construidos, incluyendo todos los elementos relacionados a su
aplicación, calificación e interpretación; este último aspecto es uno de los
límites de la medición en psicología, ya que frecuentemente, los criterios
normativos de las pruebas son poco adecuados para explicar los resultados
obtenidos en contextos distintos a los de su creación. Por ello, el propósito del
presente estudio fue adaptar las normas del test de Habilidades Mentales
Primarias (HMP) para estudiantes mexicanos. La muestra se integró por 3163
alumnos, distribuidos por sexo en 61.2% mujeres y 38.8 % hombres. La
investigación se realizó con los datos colectados durante cinco años (2001,
2002, 2003, 2004 y 2006). En un primer momento, se calcularon estadísticas
de tendencia central y dispersión para cada una de las escalas que conforman
el HMP, con la finalidad de que, posteriormente, se normalizaran los puntajes
brutos a percentiles. Debido a la observación de ciertas diferencias por sexo y
año en los estadísticos computados, adicionalmente se consideraron dichas
variables para comparar las puntuaciones a través de la prueba T de student.
Como resultado y una importante adición al test, se generaron tres perfiles:
global, para mujeres y para hombres.
Palabras clave: Normalización, inteligencia, habilidades mentales primarias,
universitarios.
Introducción
Desde Galton (1883) hasta el presente siglo, la inteligencia ha sido uno de los
constructos más inquietantes para la psicología y el ser humano en general
(Rodríguez y Díaz, 2005). Prueba de ello es la inconmensurable cantidad de
investigaciones que se generan, anualmente, respecto al tópico señalado. Por
supuesto, esto es consecuencia de las escasas o diversas respuestas a
preguntas como: ¿qué es?, ¿cómo medirla?, ¿cuáles son sus componentes? e,
incluso, ¿Qué efectos tiene la posesión de una “notable” o “limitada” capacidad
“mental”?
Ahora bien, como punto de partida es insoslayable la revisión del concepto de
inteligencia, el cual ha logrado mayor cantidad de desacuerdos que consensos.
De esta manera, hay quienes la definen como la capacidad para resolver
problemas, habilidad para adaptarse al medio ambiente, potencial para
desarrollarse personalmente, entre otras acepciones (Colom y Andrés, 1999);
todas ellas, surgidas de diversas e importantes investigaciones, polémicas
discusiones, best-sellers y reuniones de connotados psicólogos en todo el
mundo, especialistas en el tema.
Los trabajos pioneros acerca de inteligencia versaron sobre su heredabilidad,
éstos fueron realizados por sir Francis Galton e iniciaron la controversia
contemporánea entre naturaleza y crianza. Después, hicieron contribuciones
relevantes: Alfred Binet, que determina los componentes de la inteligencia y
realiza la búsqueda de un índice de capacidad mental general; David Wechsler,
quien elabora importantes pruebas de medición y señala que es necesario
considerar aspectos como la personalidad cuando se evalúa la inteligencia;
Jean Piaget, el cual conceptúa el término como una clase de adaptación
biológica en evolución al mundo exterior (Cohen y Swerdlik, 2001); entre otros
que, a través de la historia, han generado aproximaciones y modelos para la
comprensión del fenómeno, entre estos últimos se pueden citar el geográfico,
computacional, antropológico, epistemológico – genético, sociológico y
gubernamental (Mora, 1991).
En lo concerniente a uno de los modelos citados (geográfico), ha existido un
debate en el que se encuentra la contraposición de dos aproximaciones
teóricas, por un lado, la postura de que existe sólo un índice general de
inteligencia (factor g) y aquella que defiende la construcción de inteligencias
múltiples (Colom y Andrés, 1999; Amarís, 2002), ambas, han generado
hallazgos relevantes e instrumentos que facilitan la evaluación de la capacidad
mental en los seres humanos.
Uno de los tests más clásicos, dentro de la postura de inteligencias múltiples,
es el Primary Mental Abilities (PMA) o Habilidades Mentales Primarias (HMP)
de Thurstone y Thurstone, creado a principios del siglo XX y que, para su
versión en español, fue traducido y adaptado por Woyno y Oñoro a mediados
de la misma centuria. Esta prueba consta de cinco factores: comprensión
verbal, comprensión espacial, raciocinio, manipulación de números y fluidez
verbal. Sus normas originales surgieron de investigaciones en Estados Unidos
y, las adaptadas, corresponden a población colombiana que, aunque
semejante a otros contextos de Latinoamérica, difiere, culturalmente hablando,
de diversos territorios en dicha región. Esto último es importante resaltarlo,
pues implica la existencia de una frontera, particularmente profesional y ética,
en la utilización y propósitos de la medición en psicología.
Al respecto de lo dicho anteriormente, Cohen y Swerdlik (2001), Carretero y
Pérez (2007) y la APA señalan que, las pruebas en general, pero
particularmente de inteligencia, en cierto grado reflejan la cultura donde fueron
construidas, por ello, deben usarse acatando los criterios estipulados dentro de
sus respectivos manuales, tanto en lo referente a su administración, como en lo
que concierne a su calificación y criterios de interpretación; por supuesto, este
último aspecto, por las implicaciones prácticas que tiene, deben ajustarse a los
distintos contextos donde se apliquen los tests, ya que las poblaciones
tomadas como referencia para su construcción, pocas veces son idénticas o,
siquiera, similares. De ahí la importancia en la realización del presente estudio
y la construcción del siguiente objetivo.
Objetivo El propósito fundamental de este estudio fue, adaptar las normas del test de
Habilidades Mentales Primarias (HMP) de Thurstone y Thurstone para
estudiantes mexicanos.
Materiales Al respecto, en primer término, para la administración y calificación de la
prueba se utilizaron 3163 folletos de aplicación, el mismo número de hojas de
respuesta y material diverso de papelería. En lo que concierne a la captura y
procesamiento de información, se utilizó el paquete estadístico SPSS versión
12; a través del cual, se realizaron los análisis estadísticos correspondientes,
tanto la comparación de los puntajes promedio de la muestra, como la
normalización de cada calificación bruta. Finalmente, los perfiles adaptados
fueron construidos en el programa computacional Excel.
Método En este apartado, es preciso describir la muestra con la que se trabajó. Fueron
3163 alumnos que solicitaron ingresar a alguna de las licenciaturas que
ofertaba el Centro Universitario de Ixtlahuaca (CUI), durante el periodo
comprendido entre 2001 y 2004; la distribución por sexo fue de 61.2% mujeres
y el resto (38.8%) hombres.
El procedimiento de la presente investigación constó de tres etapas: aplicación
del test, captura de puntajes brutos y procesamiento de información.
En cuanto a la administración de la prueba, ésta se llevó a cabo de manera
grupal (conjuntos de, aproximadamente, 50 personas), siguiendo las
precisiones del manual de instrucciones del test, incluyendo los parámetros de
tiempo concebidos para su aplicación; por lo cual, dicha actividad fue
aproximadamente de una hora y media. Este procedimiento fue realizado,
anualmente, por personal capacitado – estudiantes intermedios y avanzados de
la licenciatura en psicología – a través de la trascendental acción del área
educativa del Centro Integral de Servicios Académicos, Empresariales y
Comunitarios (CISAEC) perteneciente al CUI.
Posteriormente, para la captura de puntajes brutos, se recuperaron las hojas de
respuesta del archivo institucional del CUI. Fueron capturados por personal de
Servicio Social adscritos al Área de Desarrollo Curricular del mismo claustro
académico, durante el último tercio del año 2006 y el primer trimestre de 2007.
Por último, el procesamiento de información correspondió, también, al Área de
Desarrollo Curricular; esta etapa fue realizada durante el resto del año 2007,
generándose los resultados que a continuación se describen.
Resultados
Durante el proceso de selección de los alumnos que aspiraban a ingresar en
alguna de las licenciaturas del CUI, ocasionalmente, se llegó a observar que,
un número considerable de las personas evaluadas, tenían un rendimiento que
oscilaba entre los puntajes medios y los bajos. Por ello, se pensó en adecuar
las normas del HMP a la ejecución de la población estudiada.
En un primer momento, se obtuvieron los estadísticos descriptivos (media
aritmética y desviación estándar) de la muestra citada con anterioridad; de tal
forma que se estableciera la tendencia de rendimiento global en la misma. En
la tabla 1, se han concentrado dichos resultados, asimismo, con los datos
expuestos se constató,
una aparente diferencia
con los estándares
colombianos reportados
en la prueba1. En cuanto
a comprensión verbal, se
obtuvo una media de
22.6; en comprensión
Tabla 1. Media y desviación estándar por subtest (Global)
Subtest Media D. E.
Comprensión verbal 22.6 6.96
Comprensión espacial 19.2 11.62
Raciocinio 12.6 6.04
Manejo de números 16.9 6.48
Fluidez verbal 45.6 11.48
1 Aunque el folleto de instrucciones del HMP carece de una tabla que concentre las medidas de tendencia central de la muestra normativa; estos puntajes pueden deducirse a través del perfil que contiene; particularmente, ubicando los puntajes que corresponden al percentil 50, ya que en el modelo elegido, éste divide en dos partes iguales a la distribución muestral.
espacial, 19.2; el promedio en el subtest de raciocinio se ubicó en 12.6; para
manejo de números el puntaje indicado se sitúo en 16.9 y, finalmente, en
fluidez verbal, la muestra se colocó en 45.6. Respecto a los baremos
colombianos obtenidos durante la adaptación del HMP y su contraste con los
reportados en este estudio, estos últimos fueron ligeramente superiores en dos
subescalas (comprensión espacial y raciocinio) e, inferiores, en las tres
restantes (comprensión verbal, manejo de números y fluidez verbal).
Posteriormente,
considerando
datos que
reportan
diferencias de
habilidades por
sexo, se decidió
obtener media
aritmética y
desviación
estándar bajo dicha variable. Los resultados se observan, claramente en la
tabla 2; en ella, es posible inferir ligeras diferencias en, al menos, uno de los
subtest (comprensión espacial), sin embargo, en el momento de su obtención,
no era posible asegurarlo con certeza, por eso se decidió realizar un análisis de
contraste de medias para dos muestras independientes a través de la prueba T
de Student.
Tabla 2. Media aritmética y desviación estándar por subtest y sexo
Subtest Sexo Media D. E.
Comprensión verbal Hombre 22.7 6.75 Mujer 22.5 7.09
Comprensión espacial
Hombre 22.6 11.68 Mujer 16.8 10.96
Raciocinio Hombre 12.2 5.05 Mujer 12.9 6.57
Manejo de números Hombre 17.1 6.81 Mujer 16.7 6.27
Fluidez verbal Hombre 45.1 10.98 Mujer 45.9 11.77
En concordancia con
lo anterior, en la tabla
3 se aprecian los
resultados de la
comparación
realizada. Para dicho
análisis, se
consideraron
Tabla 3. Comparación de medias aritméticas por sexo
Subtest t Sig. (bilateral)
Sexo al que favorece la diferencia
Comprensión verbal .819 0.413
Comprensión espacial 12.681 0.000 Hombres
Raciocinio -3.147 0.002 Mujeres
Manejo de números 1.352 0.176
Fluidez verbal -2.148 0.032 Mujeres
varianzas distintas y una distribución bilateral, resultando que, sólo en dos de
los subtest existieron diferencias significativas a nivel 0.01 (comprensión
espacial y raciocinio) y en uno (fluidez verbal) a 0.05. Asimismo, la divergencia
en los promedios favoreció, en comprensión espacial, a los hombres; en tanto
que, respecto a raciocinio y fluidez verbal, los puntajes favorecieron a las
mujeres. Debido a lo anterior, fue preciso construir tres perfiles distintos entre sí
y al propuesto en la adaptación del test; éstos se pueden apreciar como anexo
al presente documento.
Discusión y Conclusiones
Waldegg y De Agüero (1999), al realizar una revisión acerca de las habilidades
cognoscitivas básicas, encuentran que diversos autores señalan a la
inteligencia como un aspecto esencial en el logro de cualquier meta, incluyendo
las de índole personal; por ello, argumentan, el sistema educativo en su
totalidad, pero particularmente el nivel superior, coloca un marcado énfasis en
la formación de personas con juicio crítico y las aptitudes suficientes para la
resolución de problemas diversos. Así, muchos profesionales de la psicología
han dedicado importantes esfuerzos al diseño y desarrollo de herramientas
para su medición.
El HMP es uno de los tests que, por su naturaleza y multiplicidad de
aplicaciones, se ha convertido en un “clásico” para la medición de las
habilidades mentales básicas e, incluso, como un instrumento eficaz en
estrategias de screening para detectar dotados – superdotados, si se prefiere –
(García, 1995); motivo por el cual, muchas instituciones alrededor del mundo,
le utilizan para diversos fines. En el caso del CUI, éste se usa como parte de la
batería de evaluación psicométrica para quienes, anualmente, deciden cursar
alguna de sus licenciaturas.
Sin embargo, como señalan Pinto, Gallardo, y Wenk (1991), cualquier
psicólogo familiarizado con la evaluación, debe reconocer la importancia de
tener normas para cada contexto donde se administre cualquier prueba, pues
ello posibilita, el uso adecuado de la misma y su utilidad para la eficiente toma
de decisiones. A esto responde que, hasta la fecha, el ya citado test de
Thurstone y Thurstone, posea cuidadosas adaptaciones a distintos países,
entre los que destacan, España, Colombia y Chile.
Aparentemente, y como resultado de la revisión documental hecha durante
esta investigación, para México aún no se ha realizado o publicado alguna
adaptación de las normas del HMP, razón que dificulta la adecuada
interpretación de los resultados que se obtienen en cada aplicación. Esta fue la
justificación del presente estudio.
Como ya se señaló con anterioridad, al obtener las medidas de tendencia
central, se observó una aparente diferencia entre éstas y las reportadas en el
perfil de la adaptación colombiana; por lo que se emprendió la empresa de
adaptar las normas a través de los puntajes brutos colectados durante cinco
años. Durante el proceso, también se hizo patente una ligera discrepancia
entre hombres y mujeres en alguno de los subtests, lo que motivó a realizar un
contraste de medias a través de la prueba T de Student, logrando identificar un
mejor desempeño de los varones en comprensión espacial y, en contraparte,
cierta desventaja en raciocinio y fluidez verbal respecto a las féminas.
Históricamente, el hallazgo anterior ha sido uno de los de mayor controversia
en todo el mundo, pues a través de sus interpretaciones más radicales, no
pocos hombres han justificado su comportamiento y su supuesta “supremacía”.
En relación con esto, Delgado y Prieto (1993) documentaron, tanto resultados
que favorecían esta creencia, como otros que la refutaban; entre algunas
situaciones, hallaron que los hombres se desempeñaban mejor en cognición
espacial y aptitudes numéricas, por su parte, las mujeres, en lo general,
lograban mejores puntajes en actividades que implicaran destreza verbal; al
mismo tiempo, verificaron la pertinencia de distintas explicaciones basadas,
particularmente, en aspectos biológicos, neurológicos y socioculturales; los
cuales, muchas veces contraponiéndose, ilustraban las diferencias y
semejanzas de habilidades cognitivas respecto al sexo, sin llegar a un ligero
acuerdo siquiera. Lo que sí colocaron de manifiesto, fue que frecuentemente
los instrumentos de medición en los que se fundamentaban las conclusiones,
tenían deficiencias importantes; por lo que, cualquier interpretación debería ser
tomada con precaución; en otras palabras, las diferencias se debían más a
limitaciones de las herramientas utilizadas para la evaluación, que a variables
asociadas al sexo. Así, Pinto, Gallardo, y Wenk (1991), tampoco encuentran
discrepancias en habilidades cognoscitivas para hombres y mujeres.
Por otro lado, García (1995) enfatiza que, en cualquier investigación donde se
hallen las diferencias señaladas, éstas se deberán mayormente a las
estrategias utilizadas para resolver las tareas, más que a un nivel o dominio de
una habilidad mental. Resulta conveniente hacer la precisión para evitar
interpretaciones “fuera de lugar”, pues como señalan Delgado y Prieto (1995),
los hallazgos de la ciencia no deben utilizarse para realizar juicios de valor o
justificar comportamientos discriminatorios en contra de los seres humanos,
sea cual fuere su sexo, condición socioeconómica, física o sus creencias
particulares.
Para concluir, sólo es necesario señalar que, este estudio, es un primer
acercamiento a la adaptación del HMP al contexto mexicano; sus resultados,
aunque estadísticamente significativos, aún son preliminares y, en lo inmediato,
facilitan su utilización para los fines planteados por el CUI, respecto a mejorar
la evaluación psicométrica de quienes aspiran a ingresar en sus licenciaturas.
En cuanto a las normas, se constataron ligeras diferencias con las que contiene
la adaptación colombiana y, sumariamente, se hallaron discrepancias notorias
por sexo, al menos en tres de los subtests que componen la prueba
(comprensión espacial, raciocinio y fluidez verbal); por lo que se generaron tres
perfiles, uno global, para mujeres y para hombres (ver anexo).
Referencias 1. Amarís, M. (2002). Las múltiples inteligencias [versión electrónica],
Psicología desde el Caribe, 10, 27-38.
2. Carretero, H. y Pérez, C. (2007). Normas para el desarrollo y revisión de
estudios instrumentales: consideraciones sobre la selección de tests
en la investigación psicológica [versión electrónica], Interntional
Journal of Clinical and Health Psychology, 7 (3), 863-882.
3. Cohen, R. y Swerdlik, M. (2001). Pruebas y evaluación psicológicas.
Introducción a las pruebas y a la medición. México: McGraw – Hill.
4. Colom, R. y Andrés, A. (1999). El estudio de la inteligencia humana:
recapitulación ante el cambio de milenio [versión electrónica],
Psicothema, 11 (3), 453-476.
5. Delgado, A. y Prieto, G. (1993). Limitaciones de las investigaciones sobre
las diferencias sexuales en cognición [versión electrónica],
Psicothema, 5 (2), 419-437.
6. García, E. (1995). Test de inteligencia y medición de la superdotación.
Aspectos teóricos y metodológicos [versión electrónica], Revista de
psicología general y aplicada, 48 (4), 539-551.
7. http://www.apa.org/ethics/code2002.html
8. Mora, J. (1991). La inteligencia como proceso básico [versión electrónica],
Anales de psicología, 7 (1), 57-64.
9. Pinto, L., Gallardo, I. y Wenk, E. (1991). Determinación de normas para el
P.M.A. de L. L. Thurstone en estudiantes de cuarto año de enseñanza
médico científico humanista de la región metropolitana [versión
electrónica], Revista de psicología, 1 (2).
10. Rodríguez, L. y Díaz, O. (2005). Identificación de alumnos con alta
capacidad cognitiva [versión electrónica], Revista Galega do Ensino,
47, 1465-1476.
11. Thurstone, L. y Thurstone, T. (2000). Test de habilidades mentales
primarias. México: Manual Moderno.
12. Waldegg, G. y De Agüero, M. (1999). Habilidades cognoscitivas y
esquemas de razonamiento en estudiantes universitarios [versión
electrónica], Revista mexicana de investigación educativa, 4 (8), 203-
244.
Top Related