1
MARTA GÁLVEZ CORTÉS
MARINA MIRMÁN FLORES
SANDRA TIRADO CÉSPEDES
“EL BÚHO SERAFÍN”
(Nos encontramos en un gran bosque, lleno de frondosos árboles donde la noche está
cayendo y la luna llena se encuentra observando la escena. Un pequeño búho se
sostiene en una rama de un árbol.)
Era una fría noche de invierno, cuando todos los animales se preparaban para dormir, el
búho Serafín abría sus ojos y empezaba su día, aunque para los demás ya llegaba a su
fin. Escuchad, escuchad ahí suena Serafín.
− Uaaah. (Se desperezaba el búho Serafín). Buenos días amiguitos, ¿Habéis visto
que grande esta la luna hoy? Es tan bonita… Algún día iré a visitarte y me
quedaré a vivir contigo, así nos haremos compañía en las noches más frías
(dirigiéndose a la Luna). Por cierto, ¡qué frío! Si lo llego a saber no salgo. Bruu
(titiritaba de frío).
En ese justo momento pasaba por allí debajo la oveja belén cantando:
Tengo tengo, tengo lana,
Y me calienta, toda la semana.
Tengo tengo, tengo lana
Y de frío, no me queda nada.
El búho la escucho desde su rama y la llamó:
− ¡Eh oveja cantarina! ¡Eh Belén!
La ovejita no sabía de donde la llamaban y de repente alzó su mirada y se encontró a un
búho muerto de frío.
− ¡Eh Belén espera voy para abajo! –Dijo el búho Serafín.
Cuando el búho sobrevoló el árbol hasta llegar abajo, Belén le contestó:
2
− Buenas noches señor búho, qué preciosa está la Luna hoy, ¿verdad?
− Sí (contestó el búho tiritando).
− ¿Qué te ocurre pequeño búho?- preguntó la oveja Belén.
− ¡Que estoy muerto de frío! Estas plumas mías no me calientan lo suficiente.
− ¡Oh, pobrecito! No te preocupes yo te daré de mi lana para que estés calentito.
− ¿De verdad harías eso por mí? Preguntó el búho Serafín.
− Sí, toma un cacho de mi lana.
− Muchas gracias Belén ahora estaré calentito.
Después de darle la lana de su pata, Belén se alejaba cantando su canción
Tengo tengo, tengo lana,
y me calienta, toda la semana.
Tengo tengo, tengo lana
Y de frío, no me queda nada.
El búho se puso la lana por encima y se quedó muy contento y entusiasmado, ¡por fín
estaría calentito! Pero para su sorpresa seguía teniendo frío, y es que la lana no le cubría
por completo sus plumas. Además le quedaban huecos por donde le entraba el frío,
¿cómo podía ponerse la lana para que le abrigara?
En ese momento pasó la ratita Rosa que llevaba un abrigo muy calentito cantando:
Yo soy una ratita muy guapa y muy salsera
Me gusta cantar, pero de oficio soy costurera.
Coso coso coso lo que quieras yo te coso
Y solo tienes que pagarme moso.
− Ratita, Ratita ¿Cómo has conseguido ese abrigo? Yo tengo esta lana pero no me
abriga lo suficiente. Preguntó Serafín.
− Es que yo soy costurera Serafín y yo misma me hago los trajes. ¿Quieres que te haga
un abrigo con esa lana?
Y así, Rosa la ratita, le hizo un abrigo muy bonito con el que nunca más pasaría frío.
3
Una vez abrigado y calentito Serafín volvió a subir y posarse en su rama.
− Que ganas tengo de ir a verte, le decía a la Luna, eres tan bonita. Ya no aguanto
más, me voy contigo.
El búho empezó a volar y a volar, estaba dejando atrás su bosque, a mitad del camino se
sintió muy cansado.
− Uf que cansado estoy, mis alitas ya no pueden volar más, no podré llegar hasta ti
amiga mía.
Entonces Serafín se dio la vuelta, se sentía muy muy triste.
Cuando se posó de nuevo en su rama se lamentó:
− Oh amiga Luna, estás muy lejos, mis alas no están preparadas para llegar tan lejos.
De repente antes sus ojos apareció la gran águila Imperial que venía cantando:
Volando voy volando vengo vengo,
volando voy volando vengo vengo.
Por el camino yo me entretengo,
por el camino yo me entretengo.
− ¿Qué te pasa?, te he oído quejarte. – Le dijo el gran águila Imperial.
− Quiero llegar a luna pero está demasiado lejos para mí.-Contestó el búho Serafín.
− No te preocupes, yo te enseñaré a volar muy alto sin cansarte.
− ¿De verdad harías eso por mi?, Muchísimas gracias.
Al día siguiente comenzaron con el entrenamiento. En primer lugar le enseñó a batir sus
alas más rápido, después a controlar su respiración mientras volaba, así se cansaría mucho
menos. Y por fin llegó el ansiado día, todo estaba preparado para la marcha del búho
Serafín. Todos sus amigos acudieron a su árbol para despedirlo.
− ¡Qué ilusión! Así me puedo despedir de todos. Pensaba el búho Serafín.
Al pie de su árbol estaban todos sus amigos, la oveja Belén, la ratita Rosa y el Águila
Imperial.
− Adiós Serafín. Ten mucho cuidado.
4
−
Mientras volaba dirección a la luna Serafín se despedía de sus amigos:
− Hasta siempre amiguitos.
Serafín cada vez volaba más y más alto, cada vez veía a su amiga la Luna más cerca.
Mientras volaba iba cantando:
Bella luna que tiene
un amigo que viene
Serafín no detiene
Oh bella luna ya viene
Así no Serafín no se aburría en el viaje. Tras un largo camino el búho Serafín llegó a la luna.
− ¡Hola luna por fin estoy aquí! –Exclamó Serafín.
− Que alegría de verte Serafín, he estado esperándote. – Le respondió la luna.
El búho serafín pasó unos días en la luna, conoció los lugares mas bonitos, como los
cráteres, las montañas, los ríos. Pero aún así él se encontraba triste porque echaba de menos
a sus amigos, a su árbol y a su rama. Quería volver a vivir en el bosque porque allí se sentía
solo, así le dijo a la luna:
− No te ofendas amiguita Luna, eres muy bonita y me gusta hablar contigo, pero
entiende que en la tierra están todos mis amigos y mi casa, los echo de menos.
− No te preocupes búho Serafín, no me importa que vuelvas a la tierra, todas las
noches me hablarás desde tu rama y así nos haremos compañía, aunque estemos
lejos siempre podremos vernos y contar el uno con el otro.
Serafín emprendió el camino de regreso a casa, y cuando llegó se posó en su rama.
− Hogar dulce hogar. -Pensaba Serafín.
Su amigos se dieron cuenta de que había vuelto, se avisaron los unos a los otros y
fueron a visitarlo. El gran águila Imperial le dijo:
− Serafín ¿qué haces aquí con el trabajo que te costó llegar hasta la luna?
5
− He vuelto porque os echaba de menos y aunque he cumplido mi sueño, me he dado
cuenta de que prefiero estar en mi rama de siempre con mis amigos de siempre.
Además puedo hablar con la luna todas las noches desde aquí. –Contestó Serafín.
Finalmente todos hicieron una fiesta, y Serafín estaba muy contento de estar con sus
amigos de nuevo.
Top Related