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Plan de continuidad pedagógica – 5ta parte
Fecha y horario de entrega: entre el Miércoles 20 y el viernes 22 de mayo, en el rango horario de: 07:30 a 17 hs.
En caso de entregarlo fuera de la fecha indicada (antes o después), hacerlo de lunes a viernes en el mismo horario.
Cursos: 3° A – B Profesora: Joana Ortiz Materia: Historia
Mail de consulta: [email protected]
Las actividades se entregarán en la asignación correspondiente, de la clase de EDMODO.
3°A – Código de clase: 8ah93b
3°B – Código de clase: iqy3a2
Tanto los textos explicativos, como las actividades se deben resolver en la carpeta y enviar las fotos a la asignación de EDMODO. (En caso de realizarlo en un archivo word o pdf, luego se debe pasar a la carpeta a mano o impreso) Al momento de enviar las fotos por EDMODO aconsejo utilizar una aplicación gratuita llamada CamScanner, la misma permite escanear hojas con el celular, armar un archivo .PDF, y enviar ese archivo vía EDMODO de manera muy simple (debido a que cuando se envían muchas fotos juntas, generalmente se pierde el orden de las mismas).
Contenidos – Unidad I
Bloqueo continental - Invasiones Inglesas Invasión a la península ibérica - Revolución de Mayo.
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Contexto internacional a principios del siglo XIX
A principios del siglo XIX, las guerras se tornaron algo común en Europa, continente desequilibrado tras el ascenso de
Napoleón Bonaparte, al gobierno francés con el título de Emperador. Como consecuencia, el comercio entre España y
sus colonias se vio severamente afectado. Tras la batalla de Trafalgar (21/10/1805) el comercio entre Buenos Aires y
España se vio imposibilitado. Así se fueron diferenciando los comerciantes en la colonia entre aquellos que
permanecieron a la expectativa de la reactivación del vínculo con España y otros que comenzaron a comerciar con países
y colonias neutrales.
Napoleón fue un general exitoso, cuya principal obsesión se centró en
derrotar a Gran Bretaña, y probablemente lo habría logrado de haber
podido desembarcar sus tropas en suelo inglés. Sin embargo, le fallaron
los medios para enfrentarse a la Royal Navy (Marina Real Británica). Sus
planes de invasión fueron abortados tras la derrota de Trafalgar en 1805.
En lugar de la estrategia militar, Napoleón optó entonces por la estrategia
de guerra económica.
En 1806, Napoleón promulgó el Decreto de Berlín, que consistía en un
bloqueo continental sobre Gran Bretaña, es decir, prohibiendo cualquier
tipo de relación comercial, entre estos y el resto de los países europeos,
para así debilitarla económicamente.
Como resultado de los primeros inicios de la Revolución Industrial, la economía británica había surgido con fuerza en
Europa en el papel de exportadores de productos manufacturados, lo cual los hacía vulnerables a un embargo comercial.
Y justamente en esto consistía el Bloqueo Continental: se trataba de un embargo comercial que prohibía la compra y
venta de productos británicos en el continente europeo. En noviembre de 1806, tras los éxitos militares de Austerlitz y
Jena, todo el continente se hallaba bajo el dominio directo o indirecto de Francia, desde la Península Ibérica hasta Rusia,
y por ello, éste fue el momento escogido por Napoleón para promulgar dicho Decreto de Berlín, prohibiendo a sus aliados
y a los países conquistados cualquier tipo de relación comercial con Gran Bretaña. Todo aquel Estado que no cumpla
con este bloqueo, sería invadido por el ejército francés.
El embargo comercial finalmente fracasó, aunque tuvo un altísimo precio para la población inglesa. Las fuerzas francesas,
con poder únicamente en tierra, no podían detener la navegación comercial, y los mercantes ingleses comenzaron a
buscar de una forma muy agresiva nuevos mercados, debido a esto, se produjeron las invasiones inglesas al Río de la
Plata (Buenos Aires) en 1806 y 1807.
El único país europeo que se opuso abiertamente al Bloqueo Continental fue Portugal. En 1807, Napoleón trató de
capturar a la flota portuguesa y a la familia real, ocupar los puertos portugueses y expulsar a los británicos de la Península
Ibérica. El Rey Juan VI de Portugal huyó junto con su flota hasta Brasil (por entonces, colonia portuguesa), mientras la
población bullía en revueltas contra los invasores franceses. Pero para poder invadir Portugal, Napoleón necesitaba el
permiso del rey de España para pasar por su territorio. Carlos IV, rey de España, se lo otorgó, pero los españoles se
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opusieron a su decisión y ante la presión renunció. Asumió su hijo, Fernando VII; Napoleón se reunió con ambos, en su
castillo en la ciudad de Bayona, y los obligó a renunciar al trono español y colocó como rey a su hermano José I. El
pueblo español reaccionó violentamente e inició la resistencia a la ocupación francesa. En las ciudades, de España, se
constituyeron juntas para organizar la lucha y luego, todas se unieron en la denominada Junta Central de Sevilla que
tenía como finalidad expulsar a los franceses y lograr el retorno del rey Fernando VII. Esta Junta se alió con Portugal y
Gran Bretaña. Al comienzo, la guerra les fue relativamente favorable, pero a fines de 1809, Napoleón se puso al frente
de su ejército y logró quebrar la resistencia española y ocupar Sevilla. La Junta Central se disolvió y dejó su lugar a un
Consejo de Regencia. La noticia de la disolución llegó a Buenos Aires a comienzos de mayo de 1810, lo que les dio a
los criollos porteños la oportunidad de aumentar su presión reclamando el cese del virrey. (Revolución de Mayo).
En resumen, el Bloqueo Continental causó más daños colaterales en el Imperio Francés que en Gran Bretaña. El Imperio
Ruso sufrió particularmente con este embargo, y en 1812 el país abrió de nuevo el comercio con Gran Bretaña, motivo
usado por Napoleón para movilizar a la Grande Armée (Ejército Imperial Francés) e invadir Rusia con una fuerza de más
de medio millón de hombres. Esta decisión marcaría el inicio del final del Imperio Napoleónico.
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Historia Argentina
Invasiones inglesas
En el contexto del Bloqueo Continental, el almirante
Home Popham, al mando de una fuerza naval en el
cabo Buena Esperanza (África), ordenó una
expedición al Río de la Plata, sin contar con la
autorización del gobierno inglés. El 27 de junio de
1806, 1600 soldados ingleses, al mando del general
William Carr Beresford, tomaron la ciudad de Buenos
Aires. El virrey Rafael de Sobremonte se retiró a
Córdoba y de allí a Montevideo, dejando la capital
librada a su propia iniciativa. Las milicias, coordinadas
por Santiago de Liniers, lograron reconquistar la
ciudad el 12 de agosto. Las tropas británicas que llegaban en auxilio de Beresford se concentraron en Montevideo, a la
espera para un nuevo desembarco. La segunda invasión, al mando de John Whitelocke, que contaba con expreso apoyo
de su gobierno, se produjo el 28 de junio de 1807. Pese a disponer de tropas muy superiores a las del año anterior (8000
hombres), fue igualmente repelida por las fuerzas españolas y por las milicias criollas unos días más tarde. Los invasores
no lograron el apoyo esperado de los criollos, muchos de los cuales deseaban, sin embargo, un mayor acercamiento
comercial con Gran Bretaña. Esta intentona fue considerada como una empresa conquistadora, y optaron por rechazarla.
Más allá de la euforia que produjo la rendición de las tropas invasoras, el éxito provocó una fuerte crisis de poder en la
capital del Virreinato. El Cabildo de Buenos Aires y las milicias, especialmente las integradas por criollos, tuvieron más
protagonismo a partir del Cabildo Abierto del 14 agosto de 1806; cuando destituyeron del mando militar al virrey
Sobremonte y nombraron en su lugar a Santiago de Liniers, jefe de la Reconquista y militar francés que trabajaba para
la corona española. Tras la nueva victoria, el Cabildo decidió nombrar, con carácter provisorio, a Liniers como nuevo
virrey.
En 1808, el virrey, elegido por el Cabildo, Liniers juró fidelidad a Fernando VII (Que para entonces estaba prisionero en
Bayona) y fue ratificado por la Junta Central de Sevilla. Pero, el origen francés del nuevo virrey generó la desconfianza
de un grupo de comerciantes y funcionarios españoles.
En julio de 1809, la Junta Central de Sevilla nombró a un nuevo virrey en reemplazo de Liniers. La designación de Baltazar
Hidalgo de Cisneros fue aceptada con descontento.
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Revolución de Mayo
A mediados de mayo de 1810 llegó al Río de la Plata la noticia de la caída de la ciudad de Sevilla en manos del ejército
francés y con esto, la disolución de la Junta Central y su reemplazo por un Consejo de Regencia, con poco poder. El
virrey, del Río de la Plata, Cisneros demoró el anuncio, pero al no poder frenar los rumores, publicó una proclama en la
que llamaba a los vecinos a mantener la calma y no tomar decisiones sin antes acordar con el resto del Virreinato y los
demás virreinatos en América.
El virrey buscó el apoyo de las milicias para conservar su autoridad. Pero Cornelio
Saavedra (Comandaba el Regimiento de Patricios, principal cuerpo de milicias
de Buenos Aires) y los principales jefes militares se negaron a respaldarlo, por
lo que debió ceder al reclamo de convocar a un Cabildo abierto formulado por
grupos de criollos y españoles. Si bien todos los grupos afirmaban su voluntad
de preservar los derechos de Fernando VII y rechazaban el dominio francés, el
sector revolucionario aspiraba a destituir al virrey y crear una Junta de Gobierno
autónoma, sin reconocerle autoridad al Consejo de Regencia. Un sector más conservador, en cambio, buscaba mantener
a Cisneros en el poder y no cortar el vínculo con el nuevo gobierno de la metrópoli, establecido en la ciudad de Cádiz.
Los participantes del Cabildo abierto, reunido el 22 de mayo de 1810, debatían si el virrey podía seguir siendo la autoridad,
ya que el rey a quien representaba estaba preso y la Junta que lo había nombrado había dejado de existir. El obispo
Benito Lué inició el debate defendiendo la posición más conservadora: como representante del rey, Cisneros tenía
derecho a gobernar, sin importar lo que sucediese en España.
En cambio, quienes defendían el cese de Cisneros sostenían la teoría de la retroversión de la soberanía, por la cual,
ausente el rey, el poder volvía a manos de los pueblos. En este aspecto se centró la discusión. Juan José Castelli, en
una posición revolucionaria, afirmó que el pueblo de Buenos Aires tenía derecho a elegir a sus autoridades, del mismo
modo que los españoles habían nombrado juntas en 1808.
El fiscal de la Audiencia, Manuel Villota, aceptaba la
retroversión de la soberanía, pero sostenía que el poder de
decisión había vuelto a todos los pueblos del Virreinato, y no
solo al de Buenos Aires, por lo que los vecinos de esta ciudad
no podían resolver por si mismos, sin consultar con los demás.
Juan José Paso, abogado criollo del sector revolucionario,
respondió que, dada la urgencia, la capital virreinal podía
decidir, como si fuera una “hermana mayor” de los demás
pueblos.
La votación dio como resultado el cese de la autoridad virreinal y la decisión de
nombrar una Junta Provisional de Gobierno, que debía convocar a una reunión de representantes de todos
los pueblos del Virreinato. El nombramiento de esta Junta fue encomendado al Cabildo de Buenos Aires.
La Primera Junta
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Sorpresivamente, el 24 de mayo, las autoridades del Cabildo designaron una Junta encabezada por el ex virrey Cisneros,
lo que significaba dejar el poder político y militar en las mismas manos. Los revolucionarios movilizaron entonces a las
milicias y el 25 de mayo forzaron el nombramiento de una nueva Junta de Gobierno. Su presidente era Cornelio Saavedra;
sus secretarios, Juan José Paso y Mariano Moreno; y sus seis vocales, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Juan José
Castelli, Manuel Belgrano, Domingo Matheu y Juan Larrea. La composición de la Junta expresaba un acuerdo entre
varios sectores políticos e intereses de la sociedad porteña.
Se logró así, la creación de un poder político en manos, mayoritariamente, de criollos.
La Junta juró conservar la integridad de los dominios españoles “en nombre de Fernando VII”, pero no reconoció la
legitimidad del Consejo de Regencia para tomar decisiones en América, lo que significaba sostener la autonomía de las
provincias rioplatenses frente a las autoridades establecidas en la metrópoli.
Algunos historiadores llaman a la estrategia adoptada por los revolucionarios “la máscara de Fernando VII”: el juramento
de fidelidad al rey (la máscara) ocultaba o disimulaba los objetivos independentistas de los revolucionarios, hasta tanto
se consolidara el nuevo gobierno.
Primera Junta de Gobierno Patrio.
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ACTIVIDADES:
1) Invasiones Inglesas
Con la ayuda de texto ubicado en el siguiente link, realizar las actividades que se encuentran debajo:
https://enciclopediadehistoria.com/invasiones-inglesas/
a) Enumerar las causas y consecuencias de las Invasiones Inglesas.
b) Completar el siguiente cuadro:
Primera Invasión - Reconquista Segunda Invasión - Defensa
AÑOS
LUGAR DE DESEMBARCO INGLÉS
VIRREY
GENERAL INGLES AL MANDO
PERSONAJES DESTACADOS EN LA
DEFENSA
DESARROLLO
FINAL
2) Revolución de Mayo
a) Buscar en el diccionario los siguientes conceptos: emancipación, independencia, autonomía y soberanía. ¿Cuál/es
de estos conceptos utilizarías para explicar la “Revolución de Mayo”?
b) ¿Cuáles fueron las causas que dieron origen a la crisis del orden virreinal en el Rio de la Plata?
c) ¿Qué entiendes por “retroversión de la soberanía”?
d) En los debates del Cabildo abierto ¿Qué posturas surgen? ¿Quiénes representan cada grupo? ¿Qué justificativos
utilizó cada uno?
e) Buscar la biografía de los integrantes de la Primera Junta de Gobierno y escribir, en máximo 10 renglones, su vida y
obra.
f) ¿Qué celebramos el 25 de mayo?
3) Actividad Integradora.
Relacionar los siguientes conceptos:
Imperio Napoleónico – Bloqueo Continental – Invasión a la Península Ibérica – Invasiones Inglesas – Revolución de Mayo
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Video explicativo de este período histórico: Capítulo 01: El pueblo en armas (1806-1820)
Ver La Historia. Por Felipe Pigna. (Ver solo los primeros 20 minutos).
https://www.youtube.com/watch?v=aqEDd6TRi6c
SINCRONIA
Coincidencia en el tiempo de dos o más
hechos, fenómenos o circunstancias,
especialmente cuando el ritmo de uno es
adecuado al de otro.
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