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Los murosde la separación.Ensayo sobrealterofobiay filantropía

TeresaSanRomán,Serveide Publicacionsde la UniversitatAutónomade Barcelona,Madrid,EditorialTecnos, 1996 (248 páginas)

La primeraediciónde Losmuros de la separa-ción, ahorarevisadoy ampliado,aparecíaen sep-tiembredc 1994 comomaterialde lecturadirigidoa los alumnosdel cursode doctoradosobreracis-mo y xenofobia,impartidopor la profesoraTere-sa San Románen la UniversidadAutónoma deBarcelona.

A lo largo desuspáginassevan desgranandolospuntoscentralessobrelos quegira actualmenteeldebateacadémicoy político racismo-antirracismo.Son convocadosy discutidosconceptoscomorela-tivismo y fundamentalismocultural, etnocentris-mo, universalismo,ciudadanía,igualdady diferen-cia. El objetivoprincipales relacionarel temade laalterofobia con el análisisde los procesosde mar-ginacióny exclusiónsocial.

La obraseorganizaentrespartese incluye tresanexosquerecogeninformaciónetnográficasobredistintos pueblos,así como un texto presentadopor la autoraen abril de 1993,en el marcode unsimposio sobre xenofobia y racismo organizadopor la Asociación para las NacionesUnidas enBarcelona.

En la primerasección,bajo el epígrafe«Discur-so sobrela alterofobia»,se planteala defensade underechoa ladiferenciay de unaafirmaciónuniver-salistade igualdadcomounade las tensionescen-tralesa serabordadaspor las cienciassociales.

El reconocimientode la diversidadcultural, dela inconmensurabilidadde las culturasy de super-manenciatranshistóricasustentadapor laantropo-logía ha servidode argumento,a partir de un pro-cesode retorsión (Taguieff9, parael neo-racismo(o fundamentalismocultural), queconfundeincon-mensurabilidadcon incompatibilidad.En estepro-cesode retorsiónel discursoneo-racistamanipulael pensamientoantropológico,postulandolas dife-renciasculturalescomo irreconciliablesy alentan-do la segregación(e inclusola exclusión)en nom-bredel derechoa la diferencia.Comonosrecuerdala autora,que las distintasculturas no puedanservaloradasbajo un patróncomún no significaquelaconvivencia interculturalsea impracticable.Muypor el contrario, la existenciamisma del conoci-miento antropológico supone la posibilidad decomprensiónintercultural, de traducibilidadentreculturas.

Es importante dejar clara la universalidaddelprocesodeadquisiciónde referentesétnicos,con elobjetivo de recuperarla dimensiónhistóricade lacultura como fenómenocambiante y moldeabletemporalmente.La confrontacióncon estos temasabre la puertapara una crítica del caminotransita-do por el quehacerantropológicoen estosúltimostiempos:«Afalta de materialesetnográficosmúlri-píesy diversossobre los quepensar,resultó másfactible hacerlo sobre lospropios antropólogosysu producciónintelectual»-

Esteplanteamientosinede puenteparadelimi-tar algunospuntosde discusiónsobrela produccióndeconocimientoen el ámbitode las cienciassocia-les, haciendohincapiéen la faltade laborempírica(la «añoranzade los hechos»)y la excesivaimpor-tanciaqueel análisisdel discursole ha otorgadoalas ideascomoúnico objeto de investigación.Parala autorael problemade la polémicaen tomo a laxenofobia,el racismo, la multiculturalidad, es lafalta de referentesempíricos que propicien ideasnecesariaspara plantear hipótesis. «Losmúltiplesotrossehanconvertidoennuestrapolémicaenunamasauniforme de diferencia ignorada y alejadadel interésde todos los participantes,cuyo únicopapel intelectual es servir a occidentepara denuevopensarsobresímismo.(..) No sabremosnisiquiera el gestode buenavoluntadde darlesporfin los buenosdíasdeformainteligible. Y tendre-mosque dar gracias a Diosde no entenderlo quenos respondan.»

Refiriéndoseal trabajode Pierre-AndréTaguieff,San Románechaen falta la conexión, para ellanecesaria,entreel análisisde los discursosracistasy antirracistasy las prácticassocialesvinculadasaestos discursos.El reto es fundamentarempiica-menteel análisisde las incoherenciasy supuestos

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conlos quenos manejamosa nivel discursivo.Parala autorahay hechossociales(nivel de desempleo,coberturadela SeguridadSocial)queincidensobreel discursopopularmás queel discursode las éli-tes.

En su reflexión críticasobreoccidentey sualte-ridad,secuestionael carácterexclusivamenteocci-dental del racismo. «No creo que esténada claroqueuna idea deseparacióndelossereshumanosapartir de marcadoresfísicosperceptibles,con atri-bución a su transmisiónpor herenciabiológica,junto a caracterespsicoculturalesen un contextode explotacióno de exclusión,seaunaposibilidadsólo de la imaginación occidental. Es más,creoque la occidentalizacióndel racismo sólo sejusti-fica por suutilidad antirracista.»

En su intento por demostrarque existenotrassociedadesen las cualeslos procesosde discrimi-nación y exclusión pueden ser definidos comoracistas,la autorapareceolvidar queel racismoesunade lasformasque adquierela alterofobiaen uncontextohistórico y socialdeterminado.

Lo que, en todo caso, no estáclaro es qué seentiendepor racismo. Si la cuestiónse limita a ladiscriminaciónapartir de «marcadoresfísicos per-ceptibles»o si nos referimosa la existenciade unsaber científico que fundamentaesa discrimina-clon. El establecimientode unarelación necesariaentreunadeterminadacaracterísticafísica (porotraparteno siemprepresente)y una inferioridaddefi-nida como natural,el desarrollode unateoríaquejerarquizaa la especiehumanaen niveles evoluti-vos,todo ello espatrimonio occidentaly es la basesobrela quesehasustentadola teoríade las razas.El paradigmabiológico del siglo XIX no sóloimpregnó el discursopolítico sino que dio lugar aunaformaespecíficade pensary percibir al otro.Ciertosaspectosde la teoríaevolucionistase cons-tituyeron en la fórmula más apropiadade explicary justificar lasdiferencias.Endefinitiva: el discur-so biológico de las «aptitudesnaturales»enmarcala desigualdady la exclusiónen un sistemasocialquenecesitaarticularundiscursolegalasentadoenla existenciade derechosuniversalesy un mododeproducciónbasadoen la sujeción. la explotaciónyla discriminación.

Bajoel titulo «Poruna filantropíasin fundamen-to» se abre la segundaparteen la que seesbozanlos posiblescaminosparalograr una convivenciapluricultural: «Habría que dejar de hablar de lasculturas en términos holistasy hablar de hechosculturales compatibles e incompatibles». Estavisión permite entenderque la negociación queaquíse señalacomo vehículoparala convivencia,no implica dejarde ser, sino que suponecambiosespecíficosen hechosculturales concretos. «La

identidadno se supeditaa cualquier tipo de cam-bio cultural. Siasífuera no existiría ningunaiden-tidadporquehay historia.» Lo que se pretendeespresentara la culturay la identidadcultural comoalgo cambiante, diversificado, contradictorio,nuncahomogéneo.

Paraestanegociaciónentrelo compatibley loincompatiblees fundamentalel diálogo y el cono-ctmíento. Pero antesdel diálogo tiene que existirunaparidadque la autoraconsideraviable a travésde una filantropía. Estafilantropía supone,entreotrascosas,la renunciaalasventajasqueotorgaelpoder.Renunciaquede ningúnmodo podráfunda-mentarseni racionalni científicamente.

Juntoaestapropuestade diálogoafincadoen lafilantropía (cuyo núcleoduro serála piedad)senosconvocaareflexionaracercadela necesidaddeunaciudadaníadenuevotipo, la que,comodice Haber-mas,ya no podríaestarasentadasobrela identidadnacional,si se tiene en cuentael nuevomarco derelaciones,caracterizadopor la conformacióndeespaciossupranacionalesy el auge de los movi-mientosmigratoriosdel TercerMundo. PeroTere-saSanRománnosadvierteque,como enel casodelos gitanos,la ampliacióndel derechoa la ciudada-nía por si misma no garantiza la disolución delracismo.

En el casode lasminorías (nacionaleso extran-jeras) es indispensableel previo reconocimientode su especificidaden tantoportadorasde unahis-toria y experienciaspaniculares,si lo que sepre-tendeesgarantizarla vigenciade ciertosderechos.Como sostieneWill Kymlicka 2 estascuestionesencierran un gran desafíoa la hora de esbozarposiblesformasde gobiernoy participaciónpolíti-ca,quepermitanllevar a la prácticael ejerciciodeun pluralismoetnocultural.«El derechoa la dife-rencia sólopuedesignificar derechoa contar conrecursos igualitarios para promover la propiadiferenciaen un marcodederechosgeneralescon-sensuadosa los que se subordinan. Por eso esnecesarioun consensoque inventelosuniversalesa partir de propuestasparticulares,a partir de lasimilitud, de la humanidadcompartidaqueexisteaunquesólo seaen la capacidadhumanade cam-biar, en susintentosdiferentesy divergentesporno sufrir y en laposibilidadde razonande simbo-lizar, de comunicarse.»

Finalmente,en la terceraparte,nosencontramoscon unasugerentereflexión en torno al controver-tido conceptode raza.En estaoportunidadlaauto-ra defiendesu vigencia comohechosocial que lasociologíay la antropologíadeberíanexplicar, entanto existe como fenómenoideológico. En estesentido,quizá seaconvenienterecordarlas pala-brasdeColetteGuillaumin,cuyaargumentaciónva

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enla mismadirección:«Sinembargola inscripciónjurídica y lasprácticasque la acompañanexisten.Estoesexactamentela realidadde la “raza” - Estano existepero sin embargoproducemuertos.Pro-ducemuertosy continúa asegurandola armazónde lossistemasferocesdedominación.Y, aquí, hoyen día, resurge.No en los intersticiosvergonzososde nuestrasociedad,sino bajo la honorablemas-cara de las “opiniones” y las “ideas’~»¾

Sandra Gil y MA JesúsMiranda

NOTAS

TÁGUIEFF, P. A., La force du prejugé. Essaisur leracismeet resdoubles.París,La Découverte,1987.

2 KYMLJcKA, W., «Federalismo,nacionalismoy muí-ticulturalismo» en Revista Internacional de FilosofíaPolítica, n.0 7, Madrid, UNAM/UNED, mayo 1996. Vertambién KLYMLICKA, W. (ed.), The Righrs of MinorityCultures,NuevaYork, Oxford University Press,1995.

GUILLAUMIN, C., «“Ya lo sé,pero...” o los avataresde la nociónderaza»,Archipiélago.CuadernosdeCríti-ca dela Cultura, n.0 12, 1993, pág.60.