Domingo 26º del Tiempo Ordinario
La Liturgia de hoy
nos invita a ver los bienes de este
mundo, como dones
que Dios ha colocado
en nuestras manos, para que
los administremos,
con gratitud y amor.
En la 1ª Lectura, el Profeta AMÓS denuncia severamente a los ricos y poderosos de su tiempo, que vivían en el lujo, explotando a los pobres,insensibles ante la miseria y la desgracia de muchos.
“Os acostáis en lechos de marfil... Os ungís con los mejores perfumes y no os doléis de los desastres...
En la 2ª Lectura, Pablo nos recuerda la exigencia de la vida cristiana: “Practica la justicia, la religión, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza.”
Combate el buen combate de la fe.Conquista la vida
eterna a la que fuiste llamado.
En el Evangelio,
la Parábola del hombre rico y de Lázaro el pobre tiene tres escenas:
- La situación de vida del Hombre rico y la de "Lázaro“ el pobre.
Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal... Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
- El cambio de escena para ambos después de la muerte... ... se murió el
mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico y lo enterraron. Y estando en el infierno...
- Un diálogoentre el rico y Abrahán.
“Padre Abrahán...”
“Hijo, recuerda...”
¿Quiénes son hoy los LÁZAROS?También hoy hay ricos que nadan en la hartura, mientras los pobres "Lázaros" continúan privados hasta de las migajas que sobran...
Escuchar a Moisés, a los Profetas, al EVANGELIO favorece el desapego y abre los ojos a las necesidades de los hermanos.
El rico y Lázaro no son personas independientes. Están cerca e interrelacionadas. Uno es pobre porque el otro es rico y a la inversa. La acusación que se le hace es que
no quiso compartir sus bienes. Bienes que deshumanizan e incapacitan para ver y sentir las necesidades de los demás.
Alaba, alma mía, al Alaba, alma mía, al Señor.Señor.
Salmo 145 Salmo 145
Él hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos,liberta a los cautivos.
Alaba, alma mía, al Alaba, alma mía, al Señor.Señor.
El Señor abre los ojos a los ciegos,el Señor endereza a los que ya se doblan,el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.
Alaba, alma mía, al Alaba, alma mía, al Señor.Señor.
Alaba, alma mía, al Señor.Alaba, alma mía, al Señor.
Sustenta al huérfano y a la viuda,y trastorna el camino de los malvados.El Señor reina eternamente,tu Dios, Sión, de edad en edad!
Jesucristo, siendo rico, por vosotros se hizo pobre, para que vosotros, con su pobreza, os hagáis ricos.