LA SAL QUE NO SE ACABA.LAS SALINAS DE IBIZA Y FORMENTERA
JOAN PIÑA TORRES
Foto José Torres And iñá. En agosto los estanques ofrecían su fruto, año s 50.
La sal ha sido y es un alimento queno solo ha formado parte de la cultura alimenticia, sino que también hacond icionado las soc ieda des quevivían de su extracción, ya fueraextrayéndose de minas o manantiales, ya evaporando el agua marina.En este sentido, el Mediterráneo tiene una alta salinidad respecto otrosmares que determina que aquelloslugares que permiten la concentración de agua marina y la cristalización de su sal con unas condicionesque garanticen una calidad mínima,
sean una riqueza potencial que sólonecesita una sociedad que la explote y la comercialice como complemento de la alimentación y conservante.
En las islas de Ibiza y Formentera ,en sus extremos sur y norte respectivamente, a lado y lado del pasomarítimo de es Fre us , se dieronestas condiciones , aunque ello noimplique que se hayan exp lotadodesde siempre , como se suele decirsin ningún soporte arqueo lógico odocumental claro. Las noticias más
antiguas que se tienen de la explotación de las salinas remiten al sigloXII y a la exportac ión de la sal haciaÁfrica, cuando se decia que la sal deIbiza no se acababa.
Desde hace tiempo las Salinasson un paisaje muy humanizado queen algunos rincones todavía recuerdan el pantano o llanura aluvial quefueron. Aún conservan unas características medioambientales únicas,como humedal y estación migratoriade aves, que las hicieron merecedoras de la protección como Parque
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NARRIA
Foto Joan Piña . El mue lle de carga de sal en la act ualidad.
Natural. Ello hoy no es ningún impedimento para que estén sometidas,sobre todo en verano, a una intensapresión tanto industrial (la prop iaactividad de la salinera, aunque lassalinas de Formentera estén hoyabandonadas ) como turística.
Como botín de guerra, como únicariqueza capaz de competir en lejanosmercados, y como un lugar de socialización de la gente que se trasladabaa trabajar, la sal ha condicionado, eincluso determinado la historia de lasislas en todo el proceso que la rodea.Desde el trabajo de los salineros hasta la venta del producto final, han sidoun centro, tanto económico comosocial, y por tanto cultural, en la vidade ibicencos y formenterenses cuyavida giraba en torno a ellas para asegurar unos in gr es os graci as alcomercio que generan.
LA COSECHA DE LA SAL
El método tradicional, a grandes rasgos , se ha segu ido usando hastahoy: se hacía entrar agua del marpor unas compuertas y cana leshacia los estanques concentradores, que hoy son tres cuartas partesdel total, donde el agua se va evaporando. Mientras se mantenía el nivelde agua aportando más caudal delmar según aquel iba bajando . Cuan-
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do era llegado un punto en el que lasal está a punto de precipitarse alfondo del estanque, el agua se debíatrasvasar a los estanques cristalizadores, donde la sal se iba depositando en el fondo cristalizando en formas cúbicas y con un espesor queno bajaba de los nueve centímetros.
Una vez se había llegado en verano a un buen grosor de s-al, con suficiente margen antes de las lluvias deseptiembre, se rompía la capa y seprocedía a recoger. Esos meses senecesitaba una mayor cantidad demano de obra. La capa de sal erarota por los cavadores con azadas ydespués amontonada formando largas calzadas de sección triangularcon un instrumento llamado tiras otirazo, una especie de cajón que unoperario dirigía y el resto tiraba de élpara formar el montón de sal, vigilando no rascar demasiado el bajode la capa ya que la sal se mezclaríacon el lodo. A princip ios del sigloXIX, el administrador real de las salinas, Jaume Cirer Pons", afirmabaque, de los naturales de la isla, losmejores cavadores eran preci samente los procedentes de las reciéncreadas parroquia s de Sant Jordi ,Sant Josep y Sant Francesc, lasmás cercanas a los estanques.
1 CIRER, J . (2000), p. 78.
Segu idamente, hacia el seis deagosto (el cinco es la festividad deSanta María de las Nieves, patronade Ibiza) , empezaba la labor derecoger la sal acumulada en las calzadas , trabajo dest inado a losextractores , traients , que con uncesto en la cabeza cargaban hastacincuenta kilos de sal para llevarla alas plazas donde se depositaba.Este trabajo fue hecho hasta el sigloXIX con ganado tal como anota elmismo Cirer-, aunque seguramentefue el problema de excrementos quecreaban en los estanques lo que llevó a olvidar este método. A pesar deello, aún en el siglo XX y realizadacon las vagonetas de la locomotora,esta tarea era conocida como sesvaques, es decir, «las vacas».
La sal, finalmente, era cargada enlos barcos que han llegado hasta allípara obtener específicamente esteproducto, hecho que no ha dejadode producirse nunca y que, antes dela explosión turí sti ca, no dejó deaportar un cierto cosmopolitismo alas sa linas y a la ciudad , dondeespe raban turno los barcos paracargar la sal.
El método básico no ha cambiadodurante siglos, a pesar de que sehaya perfeccionado para conseguirmejores cosechas de sal y de mayorcal idad , hasta llegar a la actualmecanización. Lo que sí ha cambiado ha sido la forma de administración de estas salinas y, tras de ella,la sociedad que aportaba la fuerzade sus brazos, reflejando los lentoscambios de la sociedad pitiusa hastael sig lo XIX y la precipitaci ón deéstos en la segunda mitad del sigloXX.
DIFERENTES MÉTODOSDE GESTiÓN
Las salinas siempre fueron el principal botín de guerra de cua lqu ie rinvasor de las Pitiusas, junto con laciudade la de Ibiza. Su control erauna fuente de rentas segura. Desde
2 CIRER, J . (2000), p. 74.
NARRIA
Foto Joan Piña. Estanque salinero y montaña de sal.
la conquista cr istiana de 1235 laexplotación de las sal inas pasó apertenecer a los tres señores que laconquistaron , Guillem de Montg rí,Nunó Sane; y Pere de Portuga l, peroantes de acabar esa centuria, en1267, la gestión y explotac ión pasó alos habitantes de las islas, que seben eficiaron a nivel personal ycolectivo según sus rentas , a cambio de aportar su trabajo . Hasta elsiglo XVIII ésta sería la forma deexplotación de las Salinas , consistente en una puesta en común deltrabajo y los benefic ios.
La sal fue también un elementoque anduvo parejo con la Universidad de Ibiza, es decir, el organismo omunicipio que regía los asuntos de laisl a y para la que sus ingresosdepend ían en gran med ida de lcomercio de este producto. Por tanto, su defensa frente a invasores ypiratas fue pr imord ial, porque enellas iba la riqueza de la isla, y es testimonio de ello la torre de la Sal Rossa, del siglo XVI, al lado de uno delos cargadores de la sal y cercana alos estanques del mismo nombre.
Tras el auge del comercio medievaly renacentista, la extracción de la salvivió en la segunda mitad del sigloXVII un periodo de crisis en el que sebuscaban nuevos métodos de gestión para relanzar la producción ycomercio de la sal. En un momentodado, hacia 1663, la Universidad sehizo cargo de la extracción actuandocomo una empresa, pagando a lossalineros como asalariados aunqueobligados a realizar dichos trabajos,con el consiguiente malestar sobretodo entre el campesinado.
Tras un pequeño paréntesisdurante la guerra de Sucesión, en elque en 1709 las sa li nas fuero narrendadas a una sola persona, elitali ano Visconti, en 1715 fueronfina lmente adqu ir idas , mediantederecho de conquista una vez más,por Felipe V. Así se dejó de garant izar la gestión de los beneficios de lasal por parte de los habi tantes orepresentantes de la isla. Si bien elcambio de propiedad impulsó ciertasreformas desde el centralismo borbónico , éstas sólo beneficiaron la
producción de sal mientras el estadoabsolut ista no entró en crisis en elsiglo XIX.
Así, por ejemp lo, a partir de 1715,movidos los representantes realespor el espíritu ilustrado, se empezaron a llevar a cabo reformas necesarias destinadas a optimizar la extracción de la sal, como la subdiv isión delos estanques o la limpieza de aquellos que por el desuso se habían llenado de lodos, así como una calzadaen el lado norte que protege las salinas de Ibiza de las temidas avenidasde agua. Pero aquel tiempo mítico enque Ibiza era el salero de todo elmundo quedaba ya atrás; ya no llegaban embarcaciones de Génova ,Venecia o Ragusa (la actual Dubrovnik) y las salinas hacía tiempo quehabían entrado en declive.
Algo que no cambió desde 1715fue que los trabajadores de las salinas eran eventua les aunque de obligada prese ncia . Eran movilizadossegún la secular estructura militar delas milicias de la isla, que eran articuladas por cuartones y ventas ovéndes con las que se dividía el territorio pitiuso. Formando cuadrillas de3 a 6 vecinos o familiares comandados por un capataz, procedían a retirar la sal una vez acabados los trabajos del campo, en el parón delverano. Se daba un alud de varioscentenares de personas hacia los
estanques , que se unían a los queya trabajaban de forma fija.
De esta época, en que la Coronaparticipa en la explotación, derivanlos nombres de dos zonas cuyosnombres populares evocan un airemilitar. Son es Quarte/ y sa Revista.Los mismos campes inos que en elsiglo XVII protestaron ante el Reypor sentirse marginados y explotados por la Universidad en el negociode la sal, ahora eran movilizados pormilicias , aunque cobrando un sueldoy obteniendo sal gratis. A pesar queposteriormente el gobierno arrendólas salinas a particulares", la presencia de la corona dejaría huella también en las capillas de Sant Francese y de Sant Caries (llamada después de sa Re vis ta , construidasambas por Carlos 111 y en las quefigura el escudo borbón ico . La deSant Francesc pasaría a ser parroquial en 1786).
LA PRIVATIZACiÓN
Durante el siglo XIX la administración es ta ta l más que pr ogr esar ,estancó el comercio de la sal, ya queno se primaba la rentabilidad sino lanecesi dad . Algunos años , com o
3 FERRER, A. (2003), p. 24.
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NARRIA
Foto Joan Piña. 5a Canal en la Actualidad, las oficinas y el muelle de carga.
7 GORDILLO, J.L (1981), p. 278.
núcleos de tipo proletario en las Pitiusas. Aunque no provocó nunca ningún conflicto grave, en 1897 se produjo la primera huelga en las salinas.
Lo habitual en el campo era la proliferación del minifundio en régimende explotación directa, o con contratos de aparcería. Temporalmenteestos campesinos se trasladaban alas Salinas, en unas jornadas derecolección de la sal de sol a sol y alas órdenes de una empresa delexterior; debía ser un choque cultural, lo cual favorecería la apariciónde las reivindicaciones laborales. Enlas salinas de Formentera, el choque dio una respuesta original en laseconómicamente atrasadas Pitiusas, con la formación de un grupoanarquista. Gordillo Crouciéresapunta que la fuerte implantacióndel anarquismo en esa isla se debióa la gran apertura a las ideas delexterior (mayor sin duda que en Ibiza), debido al fuerte carácter marinero de sus campesinos?
Una experiencia agotadora y compartida por muchos otros en la misma situación se articuló con los referentes del discurso obrero en contrade los patronos. En 1928 se creó enFormentera una sección de la CNTque sería mayoritaria y muy impor-
construyendo hornos de cal, un elemento tradicional de Ibiza muy vivoentonces gracias a la abundancia debosques. Y, lo que es más curioso,intentó fallidamente la creación deuna industria química para la obtención de carbonato de sosa con sulfato sódico que se importaba de Inglaterra, en el mismo edificio que albergaba el molino de sal y las oficinasde la salinera y que todavía hoy sepuede ver.
PRIMERAS REIVINDICACIONES
Una vez privatizada la empresa eltrabajo en las salinas dejó de serobligatorio, aunque siguió movilizando buena parte de aquellos que buscaban así un sobresueldo para suseconomías. Estos, que trabajabansólo en verano, convivirían con losjornaleros de las cercanías de lassalinas que participaban además enla carga de los barcos durante todoel año, o con los pocos afortunadosque estaban contratados todo el añopara dar servicio a la empresa.
En estas circunstancias , con laimplantación de una empresa quecompetía ya con otras salineras conun producto de reconocida calidad ycon una mano de obra abundante ypor tanto barata, era natural que aparecieran los primeros y casi únicos
4 CIRER. J.C. (1986), p. 85.5 CIRER, J.C. (1986), p. 84 Yss.6 CIRER. F. (2002), p. 102.
1867, ni siquiera hubo cosecha",Ante esto, en 1869 el gobierno salido de la revolución gloriosa abrió laspuertas a la privatización de las salinas de Ibiza y de Formentera porseparado, al igual que con las minasde Riotinto y el resto de salinas depropiedad estatal, excepto las deTorrevieja.
Se pretendía así liberalizar y darsalida a la gestión del monopolio realbasado en las rentas y en la designación de adrnimsfradores". La totalidad de las salinas de Ibiza y las deFormentera fueron compradas en1871 y 1897 respectivamente, enrégimen de compañía interina yaccidental por dos empresarios deMallorca, que en 1878 se constituyeron en una sociedad anónima llamada Empresa de la Fábrica de Sal deIbiza, que posteriormente se uniría ala Salinera Española S.A.6
No cabe duda que la introduccióndel capital privado fue beneficiosapara la producción y exportación dela sal, que se vio de nuevo con fuerza en los circuitos comerciales europeos como una industria consolidada. Muchas tareas fueron modernizadas y racionalizadas , sobretodo apartir de la intervención del ingeniero Eugenio Molina en 1885 , y semejó que la revolución industrial llegaraa la isla de forma súbita, con la introducción de la primera línea telefónica de la isla o unas pequeñás locomotoras de vapor que llevaron la saldesde los depósitos hasta los cargadores.
Con ello aumentó el número deempleados fijos , dest inados ahoratambién al mantenimiento de lamaquinaria. Pero de momento, latarea de recogida de la sal continuóen manos de los asalariados , ya quela locomotora sólo realizaba partedel proceso .
La nueva mentalidad capitalista deobtener el máximo beneficio buscóademás formas de obtener nuevosingresos . La misma empresa explotó los bosques de los alrededores
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Foto José Torres Andiñá. La colecta de la sal, años 50.
tante en la isla menor anterior a laguerra de 1936-1939. En 1931 enIbiza se creó la Unión de Trabajadores Salineros y, al año siguiente, lamisma estructura sindical en Formentera",
EL TRABAJO EN LOSESTANQUES
Sin duda no eran reivindicacionesgratuitas. El sector de los trabajadores más desprotegido, por no serespecializado, era el de los que trabajaban por jornadas un corto periodo de tiempo al año. La dureza deeste trabajo y su insalubridad debieron ser una constante desde lostiempos más remotos hasta que, enel siglo XX, se mecanizó por fin todoel proceso. Hay aún testimoniosrecientes, como el del escritor Enrique Fajarnés Cardona, que relatódesde la distancia objetiva estaspenurias , en dos imagenes del mismo trabajo durante la primera mitaddel siglo XX:
Primero [la sal] se cava y se extraedespués. El trabajo de los obreros esfatigosísimo , con los pies en la salmuera de los estanques , bajo el sol.Se tocan con un sombrero bajo , hecho
8 PARRÓN, A. (2000), pp. 23-25 .
en casa con lona y alquitr án", Espuertas de diez arrobas salen de los estanques sobre sus cabezas y se viertenen el montón.
Para solventar una deuda o levantaruna carga, para el ajuar de su boda, elcampesino ibicenco piensa en el trabajo de la sal. Una temporada en losestanques será, para los más, amargaexper iencia. Algunos años en las Salinas exigen rejo excepcional. El sol ciega; el agua escalda; las cargas sonsobrehumanas; los alimentos , pobrísimos; y el trabajo , realizado por gruposa destajo , agota por la competencia.
Enrique Fajarnés , Viaje a lbize ' "
Las calzadas que cruzan los estanques pasan entre aguas vaheantes yfétidas. El sol, señor absoluto , se auxilia del blancor de la sal para cegar. Nohay un amparo de sombra en vastísimo espacio. Los salineros trabajansiempre lejanos, sólo aproximados enel círculo de algún catalejo . Sus figurillas puntean de oscuro las pirámidesque van levantando. Salen de losestanques en hilera, la cabeza oprimida por las espuertas enormes , como
9 Cabe añadir que llevaban gruesos calcetines de lana (más tarde botas de goma) paraevitar el liquido estancado que no se habíadesa lojado ni evaporado, un agua muy agresiva llamada brou (caldo) que acababa porirritar y arrancar la piel. Además , antes de i~i
ciar el trabajo los jornaleros se lavaban la pielcon agua salada y al acabarlo con agua dulce ,tal y como se relata en AAW (1981), p. 23.
10 FAJARNÉS, E. (1958) p. 65.
NARRIAun friso arqueológ ico de esclavos , ysuben por la sal ya amontonada , paraverter la carga. Como los arcaducesde una noria incansable, la cadenahumana rueda todo el día, del orto alocaso. Llegada la noche, caminan lentamente los salineros por las calzadashacia algún bosquecillo , para la cenasimple y el sueño bien ganado , sobrela pinocha.
Enrique Fajarnés,Lo que Ibiza me inspiro"
Como se ve , aquellos hombresque venían incluso de los pueblosmás alejados de la isla, debían dormir en los alrededores, sin más habitación que unos precarios cobertizos , dentro de sacos o bajo lospinos, y cobraban a desta jo hastaque se consiguió la jornada de ochohoras en 1935. La imagen poéticadel friso de esclavos es bastantepotente por si sola. Mucho habíacambiado para los pitiusos el provecho de la sal desde los tiempos enque recibían una participación en losbeneficios según su riqueza personal, aunque el trabajo antes fuera elmismo .
Todo esto en lo que respecta a lostrabajadores de temporada . Otro grupo humano, el formado por los habitantes de los alrededores , eran trabajadores en nómina y se hacian cargode trabajos más especia lizadoscomo la dirección de la carga de losbarcos o el uso de las máquinas, unavez se introdujeron después de la privatización . Estos trabajadores eranunos ciento treinta a principios delsiglo XX, y sus tareas eran el mantenimiento de los canales y estanques,actuar como capataces y realizartareas admin istrativas , así como elpilotaje y reparación de las embarcaciones que participaban en la cargade la sal. Además, vivían en edificiospropiedad de la salinera, tanto en saCanal como en sa Revista.
Entre los trabajadores de temporada y los fijos, había vecinos censados que eran contratados de formaeventua l para realizar la carga de losbarcos . Aparte obviamente del car-
11 FAJARNÉS, E. (1987) p. 278.
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NARRIA
Postal antigua Viñets. Estanques salineros.
gador de la isla de Formentera, delos tres que había llegado a haber enIbiza a principios del siglo XIX, el dela Sal Rossa y el de es Cavallet alevante, y el de sa Canal en el sur, enel siglo XX sólo uno funcionaba, el desa Canal, que sigue hoy operativo.
Sus operarios debían estar siempre listos para entrar a trabajar, yaque se llegaban a acumu lar en elpuerto de Ibi za dive rsos barcosesperando turno para cargar la sal.La urgencia llegaba a ser tal que selos avisaba encend iendo hoguerassobre los montes que rodea n lassalinas.A la vista de las hogueras, sieran una o dos, se sabía cuantascuadrillas debían acudir a sa Canalpara cargar la sal, y sabiendo que,en este caso, no existían horarios,sino que se trabajaba hasta que sehabía cumplido el encargo.
Hasta la creación del muelle decarga que todavía hoy existe en saCanal, el trabajo se efectuaba cargando la sal en unas barcazas de lasalinera , que la llevaban hasta elbarco que esperaba en unas boyasdonde se depos itaba en las bodegas. En este momento se unía la sal
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de Formentera que llegaba con eltren marítimo, en barcazas arrastradas por remolcadores, tanto vaporcomo diésel (el Salynes y el Salazón), directamente a sa Canal.
El muelle de carga construido ensa Cana l simp lificó a su vez esteproceso , ya que permit ió ca rgardirectamente la sal con cintas transportadoras en los barcos clientes ,sin necesidad de barcazas ni jomaleras que cargasen la sal.
LA EMPRESA Y SUSTRABAJADORES
En el sentir de principios del sigloXX, dentro de las reivindicacionessociales, las salinas se debían vivircomo una frustración, un lugar inevitable en el que se depositaba másde lo que se extraía, independientemente de la titularidad de la empresay a pesar de ser, de haber sido en elpasado, algo propio...
La política del máximo beneficiollevaba a dec isiones que los empleados deb ían aca ta r, como lanecesidad de estar embarcados en
las barcazas incluso de noche y contemporal mientras se cargaba la sal.Si ello derivaba en un naufrag iocomo el de 1914 en el que murierontres empleados de la Salinera , seentiende el malestar social y que secantara incluso un romance anónimo destinado a narrar el siniestro ycriticar la empresa salinera. Lossiguientes fragmentos encabezan yfinalizan aquel romance:
De I'any catorze em recordano per haver-me enricat;he de comptar i no pessetes,d'aixó n'he estat excusat.(...)Ens diuen que Eivissa és pobraper més no come rciar.Jo dic que co rriere mo'n sobra,lo que manca són din ers;seria un 1I0cde prim erasi aque ixa empresa volqu és."
12 Del año catorce me acuerdo 1 no porhaberme enriquecido; 1 debo contar, aunqueno pesetas, 1 de ello me han perdonado. (...)Nos dicen que Ibiza es pobre 1com o para nocomerciar. 1Digo que com ercio nos sobra , 110que nos falta es dinero ; 1seria un lugar de primera 1si esta empresa quisiera. Romance encat alán, completo en TORRES GARC iA(1997), p. 132.
Es interesante ver como la Salinera, sentida casi como una expoliadora, también era vista como la causante del estancamiento económicode la isla, queriendo así remarcarque la isla no era pobre por falta derecursos , sino por tener malos gestores de sus riquezas .
Ahora bien, si bien las condicioneslaborales eran duras y la sociedadque trabajaba allí tomó conciencia yplanteó una respuesta organ izadacon un discurso propio (aunqu etomado de los movimientos sindicales foráneos) , no significa , ni debemos imaginar, un escenario similaral de un núcleo industrializado urbano, ni su mismo nivel de conflict ividad. No parece que hubiera gravesconflictos con la empresa, ni queestos movimientos obreros adquirieran nunca un peso importante dentro de la sociedad exceptuando, quizás, en Formentera. Posiblementeel hecho más grave fuera el asesinato, por parte de milicianos republicanos, del administrador de la Salinerajunto con más de un centenar de prisioneros , al parecer sin más juicio nirazón que la premura de la represiónen los días de la retirada del ejércitorepublicano en septiembre de193613 .
Implantada la jornada de ochohoras en 1935 y, ante todo, retiradoslos derechos de huelga y asociacióndespués de la guerra civil , los sindicatos se fueron olvidando. Aún asíaparecieron problemas con laempresa por los accidentes y lesiones fingidos tal y como relata AntoniTorres Garc ía !" . Éste , desde suexperiencia como encargado delpersonal de la salinera, admite queera consecuencia de los salar ioscalculados a la baja. Es decir, queera una forma de protestar contra lascondiciones de trabajo en los tiempos en que las huelgas se prohibieron. El hecho que muchos trabajadores alegaran lumbago traumá ticono significa , claro está , que nohubiera bajas reales ni accidentesentre los trabajadores.
13 PARRÓ N, A. (2001), p. 91.14 TORRES GARCIA, A. (1997), p. 24.
LA HUELLA DE LA SAL
Hemos hablado de la extracción de lasal, de su carga, de la sociedad quetrabajaba allí... pero, ¿donde iba esasal? Buena parte se destinaba (todavía hoy) a la salazón de pescado parael norte de Europa (Dinamarca, lasislas Feroe, Islandia...). Han quedadotestimonios, en la isla preturística, delpaso de los marineros nórdicos en elpuerto o en el cargador, esperandopara cargar la sal, con las inevitablesanécdotas y conflictos que ello siempre comporta, muchas veces con elalcohol de por medio.
Las sucesivas modernizaciones(locomotora de vapor, más tardelocomotoras diésel, cintas transportadoras y, lo que es más importante,la mecanización del trabajo a pie deestanque), perm itieron progresivamente reducir la necesidad de manode obra hasta el punto que hoy todoel trabajo se hace con unos veinteempleados . Esta última mecanización ya no se vivió como una traqe-.dia para la isla, ya que entonces elturismo ya estaba empezando asustituir, con una fuerza que todavíanadie se imaginaba , a cualquier actividad tradicional.
De la ext racción trad icional hanquedado muchos testimon ios, desde las antiguas torres de defensa ,restos de los viejos muelles de cargay canales de drenaje , hasta edificiosreligiosos, pasando por las vías oxidadas de los viejos trenes y diversascasas , sobre todo las del poblado deregusto colonial de sa Canal , dondese encuentran las oficinas de la Salinera. Su conjunto , tanto en los elementos que todavía están en uso yadaptados , como los que lentamente se van deteriorando, bien puedencons ide ra rse exponen tes de laarqueología industrial.
Todo ello se sa lvó de la fiebreurbanizadora, aunque fuera por susvalores ecológicos. La declaraciónde Pa rq ue Natural , marít imo yterrestre , el año 2002 reforzó y sustituyó la de Reserva Natural de 1995,sin que significara que se dejara deextraer sal ningún año. Todo esto ,por su parte, fue la consecución delas reivindicaciones que desde 1977daban respu esta a una crecientesensibilidad ecologista de la socie-
NARRIAdad ante el aluvión de proyectosturísticos. Los conflictos sociales yaquedaron atrás en el tiempo, as ícomo las jornadas de sol a sol enverano. Pero en este último episodiodel protagonismo de las salinas en lavida de Ibiza y Formentera tuvo unaclara voz la memoria histórica recuperada que reivindicaba la protección medioambiental de lo que fue,durante siglos, de todos los ibicencos y formente renses.
BIBLlOGRAFIA
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LA CONSTRUCCIÓN NAVAL Y LOSCARPINTEROS DE RIBERA ENLAS PITIUSAS
ANTONI TUR RIERA
Foto Puget. Principios siglo XX. Archivo imagen y sonido.
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ladas. Hubo diversos años en qué laactividad de los mestres d'aixa o carpinteros de ribera ibicencos fueextraordinaria, como el 1812, el1815 y el 1855, poco antes de suentrada en decadencia.
La importancia de la construcciónnaval durante aquellos casi cien añosque se sitúan entre las dos fechashay que atribuirla a la abertura de laslíneas comerciales con América, a laestimulación de los intercambios demercadería empujados por la ilustración, a la necesidad de naves para lamarina corsaria y al aumento depoblación que desde el siglo XVIIexperimentaba Ibiza y que permitióproveer de mano de obra los astilleros y de marineros las naves.
Las primeras cifras sobre la construcción naval en Ibiza comienzanen el añ01765. Se considera que elapogeo de la construcción naval enIbiza se inició a mitad del siglo XVIIIy entró en profunda crisis hacia el1860, al punto que cuando el archiduque Luís Salvador de Austria visitó por primera vez Ibiza el 1867 ,prácticamente no se construíanembarcaciones de gran tonelaje ylas atarazanas se dedicaban a hacerembarcaciones menores y reparaciones. En cambio, durante el período comprendido entre 1765 y 1860se construyeron un total de 419 barcos con un total de 22.259 toneladas , excluyendo de l cálcu lo lasembarcaciones menores de 10 tone-
Desde tiempos antiguos , la insularidad de Ibiza y Formentera hizo delas actividades relacionadas con lamar un sector importante en la vida yla economía de sus pobladores. Probablemente desde la prehistoria , yseguramente durante la época fenicia , las Pitiüsas fueron un puntoimportante sí bien no de construcción sí de recalada de embarcaciones. Eran un lugar donde se podíanencontrar los materiales necesariospara las reparaciones de los barcos,principalmente la madera.
En tiempos islámicos las fuentesprecisan la existencia de instalaciones dedicadas a la construcción denaves y alaban la buena cual idadde los árboles ibicencos usadoscon esta finalidad. Después de laconquista catalana , el 1235, losnuevos pobladores continuaronconstruyendo embarcaciones. Elaño 1273 el arzobispo de Tarragona, del cual Ibiza dependía en parte, y el 1283 Jaime 11 de Mallorca ,concedieron a los ibicencos el privilegio de tener una atarazana dondepodían sacar, tenery habergaleras,leños y barcas. Seguramente estaconces ión se aprovechó con lahabilitación del espacio al lado delmar inmediatamente conocidocomo la Drassana .
Las not icias sobre construcciónnaval son pobres para los siglosmedievales, únicamente tenemostestimonios que demuestran la existencia de una cierta actividad, de lacual se desconoce el volumen.
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