LAS COOPERATIVAS TECNOLÓGICAS EN EL MARCO DEL FOMENTO Y
ESTIMULO PARA EL DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES PRODUCTIVAS
NACIONALES.
ESTUDIOS DE CASO DENTRO DE LA INDUSTRIA PETROLERA VENEZOLANA
Por
Iraima Andreina Lugo Montilla
Trabajo de grado presentado como requisito parcial para optar al Título de
Magíster Scientiarum mención Estudios Sociales de la Ciencia
INSTITUTO VENEZOLANO DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
I.V.I.C.
CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS
ALTOS DE PIPE
MARZO, 2008
RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO PRESENTADO PARA OPTAR AL
TITULO DE MAGISTER SCIENTIARUM MENCION
ESTUDIOS SOCIALES DE LA CIENCIA
LAS COOPERATIVAS TECNOLÓGICAS EN EL MARCO DEL FOMENTO Y
ESTIMULO PARA EL DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES PRODUCTIVAS
NACIONALES. ESTUDIOS DE CASO DENTRO DE LA INDUSTRIA
PETROLERA VENEZOLANA
Por Iraima Andreina Lugo Montilla
Centro de Estudios Avanzados
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
I.V.I.C.
Caracas, marzo de 2008
Dra. Hebe Vessuri Tutora del Trabajo de Grado
M.Sc. María Victoria Canino Directora del Trabajo de Grado
En este trabajo se hace una reconstrucción socio-histórica del proceso de
organización y manejo de tres cooperativas de corte tecnológico, las cuales se
conformaron a propósito de las acciones generadas a partir del paro petrolero
vivido en Venezuela en el año 2002. Se analiza la naturaleza y forma de
organización así como los elementos que permitan estimar su sostenibilidad. El
componente científico-tecnológico juega un papel preponderante, siendo de las
primeras cooperativas conformadas en esta área. El estudio se enmarca en la
observación de las interacciones que se han generado entre este tipo de
organizaciones con Petróleos de Venezuela (PDVSA). Lo relevante de estos
casos es que se introduce el elemento colectivo en la propiedad de los medios
de producción, conformándose como una organización de trabajadores que usa,
maneja y mejora tecnología de cierto grado de complejidad. El marco de análisis
es el del aprendizaje tecnológico y social.
La recolección de información se basa en buena medida en la realización
de entrevistas a profundidad a los miembros de las cooperativas en estudio, así
como a personajes claves dentro de PDVSA, específicamente de la Gerencia de
Apoyo Tecnológico a Empresas de Producción Social. El trabajo incluye un
componente de observación participante en la planta industrial y en el contexto
familiar de los trabajadores. Finalmente, una exhaustiva revisión de la literatura,
que incluye El Plan de Siembra Petrolera y documentos estratégicos sobre
apoyo y fomento al cooperativismo y su inserción en PDVSA, ayuda a
comprender los diferentes factores y elementos que se conjugan en este
fenómeno. También la consideración de conceptos y experiencias (Brasil y
Argentina, entre otras) en cooperativas tecnológicas aporta elementos valiosos
para la construcción de una aproximación conceptual a este fenómeno que se
empieza a gestar en Venezuela.
A Dios infinitamente,
por mantener siempre encendida su luz sobre mí.
A mis más preciados tesoros:
Mi madre y mi padre, mis hermanos y mi sobrino.
AGRADECIMIENTOS
A Dios y los Ángeles por sobre todas las cosas.
A mis padres y hermanos, por darme una vez más la oportunidad de
concluir satisfactoriamente otra importante etapa de vida.
A Alejandro, por todo el apoyo y valores compartidos, para ti mi más
profundo amor.
A la Dra. Hebe Vessuri, por su incondicional apoyo e incomparable valor
humano. Estaré por siempre agradecida con usted Dra., su confianza me
condujo hasta aquí, que Dios la bendiga.
A la profesora María Victoria Canino, por colocarme en el camino de esta
grandiosa oportunidad.
Al valioso recurso humano que integra el Departamento de Estudios de la
Ciencia, en especial a Marilú por toda la colaboración prestada.
A Yuceny y Becker, contar con compañeros de estudios como ustedes
constituye un privilegio, gracias amigos por siempre estar pendiente de mí.
A Jimmy, Juan Carlos, María Fernanda, Edilmo, Nelzaida, Anita, Sonsiré
y Josjuan, por la amistad y orientaciones dadas en todo momento.
A mis primos, Guillermo y María, y ahora también a su pichoncito Samuel.
A Fundayacucho, por el apoyo financiero para la realización de mis
estudios.
Al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, en especial a todo
el personal del Centro de Estudios Avanzados y a la Biblioteca Marcel Roche
por la bondad, colaboración y humanidad desplegada.
ÍNDICE GENERAL
Resumen…………………………………………………………………………......... iii
Dedicatoria……………………………………………………………………………… v
Agradecimiento……………………………………………………..…………………. vi
Introducción……………………………………………………………….……………. 1
CAPITULO I MARCO TEORICO – METODOLOGICO…………………………….…………… 14 1. Las cooperativas de base tecnológica: ¿una alternativa para la interacción entre las bases de conocimiento existentes y la tecnología?…….…………….. 14 1.1. El Cooperativismo: Contexto General………………………………………… 14
1.2. El Cooperativismo en América Latina: una breve mirada………………….. 21
1.3. El Cooperativismo en Venezuela……………………………………………… 24
o Antecedentes…………………………………………………………. 24
o El cooperativismo a partir de 1999……………………………….... 25
1.4. Cooperativas de base tecnológica……………………………………………. 31
1.4.1. Referencias latinoamericanas…………………………………………….… 32
1.4.2. El surgimiento de experiencias en Venezuela………….…………………. 34
1.5. Consideraciones sobre la sostenibilidad de las organizaciones cooperativas de base tecnológica……………………………………………..…………………… 37 1.5.1. La autogestión: un factor de sostenibilidad………………..………………. 42
2.- Un enfoque socio técnico del asunto: sobre la convergencia entre el cooperativismo, las capacidades tecnológicas y el desarrollo endógeno como base de sustentación………………………………………………………….…….. 44 2.1. Relación de las políticas científico–tecnológicas con las socio–productivas…………………………………………………………………….……... 48 2.2. El desarrollo endógeno como patrón de desarrollo………………….……... 51
2.3. La capacidad tecnológica: una variable marco………………..…………….. 56
3. Diseño de la investigación………………………………………..……………… 61
3.1. El abordaje……………………………………………………..………………... 63
3.2. Estudio de casos………………………………………………..………………. 67
3.3. Entrevistas a profundidad……………………………………………………… 68
CAPÍTULO II LAS COOPERATIVAS DE BASE TECNOLÓGICA EN PDVSA…………..……. 70
1. El paro petrolero del 2002: un punto de inflexión y la incorporación de nuevos actores en las actividades de PDVSA…………………………….………..……… 71 1.1. Una propuesta de cambio para la estructura de la sociedad venezolana…………………………………………………………………….……... 76
1.1.2. La Ley Orgánica de Hidrocarburos del 2001……………………….……... 78
1.2. El paro petrolero……………………………………………………..………….. 83
1.3. Reordenamiento de PDVSA: la cooperativa como una idea inicial……..… 92
2. Antecedentes sobre las oportunidades de negocio para los sectores proveedores de bienes y servicios tecnológicos dentro de PDVSA……….…... 98 2.1. Alianzas y estrategias para el incremento de la productividad…….…….. 101
2.2. Las capacidades técnicas y tecnológicas dentro del sector………..…….. 102
3. Incorporación de actores organizacionales-tecno-productivos diferentes a los tradicionales………………………………………………………………….……… 105 3.1. El Plan Siembra Petrolera……………………………….…………….……... 109
3.2. Las Empresas de Producción Social…………………….………….………. 110
3.2.1. Las Empresas de Producción Social en PDVSA………...……………… 111
4. Estímulo e Incentivo para la formación de Cooperativas Tecnológicas, ¿cómo son entendidas y dónde son visualizadas dentro de la industria petrolera nacional?.......................................................................................................... 114 4.1.- PDVSA Intevep: un apoyo clave en la traducción de la idea…..……..…. 117
4.2.- ATEPS: el cuerpo de una idea…………………………………..……..…… 119
CAPÍTULO III COOPERATIVA VENEZOLANA DE CONTROL DE SÓLIDOS Y FLUIDOS DE PERFORACIÓN – VECOSOFLUPER...…….. 123
1. La concepción de la cooperativa…………………………………...…….……. 123
1.1. Los socios fundadores……………………………………………...………… 123
1.2. Referencia de antecedentes en la conformación de la organización………………………………………………………………...………. 125
1.3. La traducción: “…tan pronto nacimos, nos casamos con INTEVEP”…………………………………………………………………...……..... 127
1.4. La concepción de la actividad productiva: el objeto de la cooperativa…………………………………………………………………..……… 131
1.5. La inserción en PDVSA y la puesta en marcha de su actividad……..……135
2. La gestión de la cooperativa……………………………………………........... 140
2.2. Los contratados…………………………………………………………. …… 142
2.3. La dimensión empresarial de la cooperativa: Entre la dualidad y el equilibrio asociativo………………………………………………………………...………….. 148 3. Adquisición de las licencias: la transferencia tecnológica………...………… 152
3.1. La transferencia de INTEFLOW®…………………………………...………. 155
3.2. La transferencia de PERMAVISC®…………………………………...…….. 156
4. Resistencias, amenazas y debilidades: ¿peligra la sostenibilidad de la cooperativa?..................................................................................................... 160 CAPÍTULO IV COOPERATIVA NACIONAL DE VÁLVULAS BOLIVARIANAS (CNVB): UN CASO DE COGESTIÓN Y ESFUERZO TECNO-PRODUCTIVO…..….… 164 1. ¿Qué pasaba, qué hacían y dónde estaban antes de la CNVB? La historia de CNV contada por sus ex–trabajadores, ahora cooperativistas………...……… 164 2.- De cómo CNV se transforma en CNVB…………………………….………... 171
2.1. La toma y la expropiación: imaginarios en un proceso de lucha….……... 171
2.2. La cogestión como una alternativa………………………………………….. 180
3. La Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas…………………….. ….. 186
3.1. La base de conocimiento existente: entre la experiencia, la transferencia y la apropiación del conocimiento……………………………………………….…….. 191 3.2. La Adecuación Socio-Técnica (AST) en la CNVB………………….…….. 193
3.2.1. Modalidad de AST: Apropiación. Las decisiones y la gestión dentro de la cooperativa………………………………………………………………………..… 194 3.2.2. Modalidad de AST: Ajuste del Proceso de Trabajo……………...……… 198
3.2.3. Modalidad de AST: Revitalización o Repotenciación de las Máquinas y Equipos……………………………………………………………………….……… 201 CAPÍTULO V EL CASO DE LA COOPERATIVA PETROLIFT…………………………...……. 208
1. Los asociados…………………………………………………………...……….. 210
2. La Actividad Tecno-Productiva y la Gestión de la cooperativa………..…… 212
3. La Transferencia…………………………………………………………..…….. 216
DISCUSION LAS COOPERATIVAS DE BASE TECNOLÓGICA: EL DEBATE GENERAL ……………………………………………………..……. 218
La democracia cooperativa: un valor vulnerable de la gestión cooperativista………………………………………………………………..……… 221 La necesidad de dirimir algunas contradicciones……….……….……… 221
El aprendizaje y la apropiación socio-técnica………………….….…….. 224
Consideraciones para el cierre……………………………………...…….. 226
Bibliografía…………………………………………………………………...……… 229
Currículum Vitae……………………………………………………………...…….. 239
1
INTRODUCCION
El presente trabajo constituye una aproximación comprehensiva sobre los
procesos de fomento y estímulo a las organizaciones cooperativas,
específicamente de base tecnológica, vinculadas a la Industria Petrolera
Venezolana (IPV) visualizando su naturaleza, forma de organización y
sostenibilidad. El supuesto básico es que estas cooperativas son manifestación de
una política novedosa, que pudiera ser indicio de un proceso de democratización
de la ciencia y la tecnología, entendido como el empoderamiento de la ciudadanía
sobre amplias arenas de acción y decisión dentro de la sociedad.
El fenómeno cooperativista es entendido como un movimiento social con
filosofía propia, sobre el cual se orientan un conjunto de valores y principios
tendientes a solucionar las demandas y necesidades de amplios sectores de la
sociedad, así como asumir un compromiso colectivo de vida. Originalmente, en
muchos lugares a nivel mundial este movimiento se conformó por acción de
grupos humanos como una forma de acceder a determinadas actividades de
consumo, servicios y posteriormente productivas. Más recientemente ha sido
considerada como una política de algunos Estados para la participación e inclusión
de sus ciudadanos en los asuntos de la sociedad que les competen directamente.
Como parte de estos procesos, el tema de la tecnología y el cambio tecnológico
fue cobrando importancia creciente, y así surgieron en diversos lugares las
llamadas cooperativas de base tecnológica o cooperativas tecnológicas.
2
La década de 1950 supuso para la región latinoamericana la puesta en
práctica de nuevas políticas orientadas a encarar el problema del desarrollo, o
desde otra perspectiva, a superar la condición de exclusión, crisis y desigualdad
existentes en vastos sectores sociales de los países que la conforman. Esto
permitió ir otorgando mayor visibilidad a la comprensión de los fenómenos que
comprenden los diferentes sectores del sistema social desde una perspectiva de
complementariedad, donde paulatinamente se fue entendiendo que el cambio
de las sociedades implica la complejidad, interacción, heterogeneidad, y
dinamismo de sus estructuras, así como la necesaria consideración de las
condiciones históricas de su desarrollo.
En el transcurso de estas ideas destacaron dos posiciones. Una que
aludía a la condición de dominación y dependencia de los países menos
desarrollados respecto a los de mayor progreso; y en consonancia con la
anterior, una perspectiva que daba cuenta de la profunda “heterogeneidad
estructural” sobre la cual se habían sentado las bases del desarrollo de América
Latina (Cardoso y Faletto, 1969, 1976; Sunkel, 1991; entre otros)
Todo esto trajo como consecuencia el emprendimiento de algunos
proyectos nacionales orientados a modelar un proceso de desarrollo desde
consideraciones macro estructurales, hacia adentro de los países; la idea del
progreso técnico y de la industrialización fueron los pilares de tales iniciativas.
Con mayor o menor grado, y mayores deficiencias en unos lugares que otros,
estas iniciativas sentaron precedentes para ir definiendo posteriormente
senderos respecto a las actividades económicas dentro de cada país, así como
ir generando ciertas bases para la formación de las diferentes capacidades
3
necesarias para alcanzar la mencionada industrialización. Sin embargo,
prevalecieron los desequilibrios producidos en aquel intento de introducir
cambios sociales en un contexto aún inmaduro y quizás poco dispuesto a ello.
Tal como lo señalan Ferranti, Perry, et al (2005; citado por Guillén, s/f):
Aunque finalmente estas colonias (las de América Latina) lograron su independencia, el desarrollo de la tecnología y la economía mundial trajo consigo importantes cambios, la desigualdad extrema persistió en los siglos XIX y XX porque la evolución de las instituciones políticas y económicas tendió a reproducir la distribución altamente desigual de la riqueza, capital humano e influencia política Más allá de ello, en la segunda mitad del siglo XX se promovieron
distintas fórmulas como las diseñadas por la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL), siguiendo el marco del proceso industrializador. Esta fue una
de las principales organizaciones donde se diseñaron y extendieron las ideas
para la comprensión de la realidad latinoamericana. Su propuesta se
fundamentó en el hecho de pensar que el desarrollo era igual a progreso técnico
e industrialización, tomando en cuenta las experiencias de los propios
protagonistas del desarrollo, así como retomando los conceptos de centro-
periferia y de heterogeneidad estructural (Graciarena, 1983; Fajnzylber, 1991)
Las orientaciones de la CEPAL estuvieron impregnadas con un fuerte
acento por las experiencias de desarrollo de los países ya industrializados y
fueron aplicadas como un “tool kit”1. En consecuencia, se emprendieron políticas
dirigidas a mejorar las condiciones de vida de la población a través de la
1 El “tool kit” hace referencia a una metáfora sobre las técnicas de la construcción, la planificación y la
administración o gestión del desarrollo que se diseñaron en los países industrializados con el fin de
recuperarse de las devastadoras consecuencias producto de la segunda guerra mundial y de la carrera por
alcanzar la supremacía en el marco de la guerra fría (donde éstos además se argüían como promotores de
un nuevo orden social) y que fueron aplicadas casi textualmente en los mal llamados países
subdesarrollados, es decir, que no se consideró la historicidad, capacidad y contextos propios de estos
países.
4
consideración de unos pocos indicadores macroeconómicos. Centraron su
atención en el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita como
indicador fundamental del desarrollo; la justicia social (esto es: empleo,
estándares salariales y de trabajo dignos, educación, salud, y oportunidades
para todos) sería la consecuencia del crecimiento, producto de las inversiones
de algunos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional que vendrían a contribuir con tal idea de progreso, y del
incremento en la producción de bienes. Según la visión de Prats (2005, en línea)
Se daba por supuesto que con la aplicación a la economía de las ciencias y las técnicas disponibles se aceleraría el crecimiento sin tener que pasar por los largos tiempos de construcción institucional y sin necesidad de lograr el equilibrio entre mercado y poderes públicos sobre los que se había basado el desarrollo del mundo industrializado.
o El modelo de sustitución de importaciones
La CEPAL se orientó hacia una política de Industrialización por
Sustitución de Importaciones (ISI). Se pensaba que protegiendo de la
importación a determinados sectores industriales, se lograría impulsar el
desarrollo industrial nacional. Básicamente con este modelo se perseguía la
absorción de tecnología moderna, la generación de empleos productivos, la
incorporación de población del sector rural y resolver los desequilibrios externos
de la balanza de pagos (Rodríguez, 1980; en: Graciarena, 1983) Pero ello no
resultó así, debido a que la racionalidad instrumental aplicada como modelo
ideal, era discordante respecto de las capacidades propias de los contextos
latinoamericanos.
5
De tal manera, autores como Guillén (s/f), llegan a identificar dos grandes
etapas de este modelo: uno denominado “sustitución fácil” que corresponde a lo
que en estricto sentido puede entenderse como sustitución de importaciones, y
que cierra a finales de los años cincuenta aproximadamente; y otro denominado
de “sustitución difícil” que culminaría en 1982 con el quiebre del modelo.
o La exclusión social y económica
Al respecto, podemos mencionar al menos dos consecuencias
desfavorables de este proceso en el caso venezolano. Primero, para Melcher
(1992), “la composición de las industrias no varió esencialmente: predominaron
las industrias tradicionales (alimentos, consumo para el mercado interno); la
expansión en las demás ramas era a cuenta de la refinación del petróleo, por un
lado, y del ensamblaje de automóviles, en el reglón de las industrias
mecánicas.” Segundo, “el Estado, que efectivamente se encargó de alentar el
desarrollo industrial mediante el estímulo de la inversión extranjera y el
desarrollo de obras públicas, multiplicadores de demanda de bienes
manufacturados, no propició una política distributiva a los ingresos
particularmente favorable para los trabajadores…, no se manifestaron
significativas mejoras en los ingresos” (Cova, 1998:48); lo que limitó
“…enormemente el nivel de consumo de productos masivos” (Melcher, 1992:
75). Se podría decir que era una industrialización pensada desde y para los
intereses de los países que se comenzaban a definir como potencias.
6
A medida que pasaba el tiempo se hizo visible que el proceso de
industrialización era más complejo de lo que parecía y que requería más que
sólo las consideraciones estrictamente económicas.
En Venezuela, en particular, por ser más tardía, entrada la década de los
noventa, se vivió una embestida de políticas neoliberales, conducentes a la
liberalización de los mercados internos y a la privatización de buena parte de las
empresas estatales produciendo entre otras cosas, el debilitamiento de la
estructura productiva interna, siguiendo el mismo patrón que se daba en la
región (Mercado y Testa, 2003). Como corolario una parte considerable de la
población se vio afectada, minando de esta manera sus derechos sociales,
laborales y civiles, generando un aumento vertiginoso de algunas variables
como desempleo y pobreza; y sobre todo un acelerado proceso de
desindustrialización, cf. Novaes, Serafim y Dagnino (2007, en línea).
Cerrando el siglo XX, algunas consecuencias desfavorables de todo el
proceso anteriormente planteado, hacen ruido y como plantea Rieti (1999)
En una rápida mirada aparece como primera señal de alarma la generación de una sociedad crecientemente desigual ya sea en el plano interno, al expulsar del sistema socioeconómico hacia posiciones marginales a quienes no manifiestan determinadas habilidades, o las diferencias norte-sur, basadas en barreras tanto económicas como culturales…
Bajo esta condición de desigualdad heredada y, tomando en cuenta la
necesidad de ampliar las fronteras del desarrollo, resulta conveniente saber qué
miembros de una población tienen acceso a los recursos productivos y quienes
lo tienen restringido impidiendo por esa restricción elaborar coherentemente los
patrones de crecimiento económico y uso de los recursos naturales (Vessuri,
7
2004:181). El aumento de extensos grupos que debaten acerca dimensiones
como pobreza, inclusión, participación, crecimiento económico, aplicación de la
ciencia y la tecnología para el desarrollo, y que están compuestos por actores
de diferentes disciplinas “expertos” y “no expertos”, ha permitido ir
desmitificando algunos dogmas que encierra la idea de una sola visión del
mundo. Recordemos que ésta planteaba que los logros científicos y/o
tecnológicos serían la solución a la mayoría de los problemas de las sociedades
en el mundo o, que los países periféricos alcanzarían el desarrollo con sólo
desarrollar sus economías.2
Partiendo de una dinámica integradora de los diferentes aspectos de la
vida social “… se enfatiza ahora la importancia de la acumulación de capital
humano que implica fundamentalmente invertir en educación, salud,
investigación y desarrollo, nutrición y planificación familiar… Una visión del
desarrollo centrada en la producción de bienes es substituida por otra centrada
en la ampliación de las capacidades de la gente…” (Griffin, 1999. [Citado por
Prats, 2005; en línea]) [Itálicas propias]
Retomando la idea con la que introdujimos este planteamiento, referida a
la complejidad de dimensiones en el mundo actual, se argumenta que es
necesario repensar los conceptos y líneas de acción sobre los que estamos
viviendo. Entre otros, la idea del desarrollo científico – tecnológico, vinculado
con los intereses y necesidades del desarrollo humano en general es uno de los
más debatidos. Resumido en la visión del desarrollo sustentable, esto se refiere
2 Para profundizar en estas ideas ver: Amartya Sen Teorías del desarrollo a principios del siglo XXI. En:
Biblioteca digital de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo –
www.iadb.org/etica
8
al esfuerzo para equilibrar e integrar los tres “pilares” de protección del medio
ambiente, crecimiento económico, y el bienestar social; uno de estos esfuerzos
enfatiza la necesidad de vincular las comunidades del “conocimiento” y “acción”,
es decir, la integración entre los que generan y los que aplican el nuevo
conocimiento científico y técnico.3
Producto de una intencionalidad o voluntad política, para alcanzar el tan
anhelado progreso, algunos países en desarrollo intentan ejecutar acciones de
manera que resulten concordantes con estas directrices. En el caso de
Venezuela, se han delineado acciones con las cuales se intenta lograr una
mayor interrelación entre las demandas de la mayoría de la población,
generalmente excluida, y los recursos tecno-productivos con los que cuenta la
nación; deviniendo en experiencias como las que en este trabajo se presentan,
relacionadas con la conformación de cooperativas.
Una de las formas concebidas para la incorporación de los amplios
sectores excluidos de la población a los ámbitos productivos y sociolaborales ha
sido la organización cooperativa, vista como un mecanismo donde pueden
confluir los intereses sociales y económicos a fin de satisfacer las necesidades y
demandas de determinados grupos sociales.
Históricamente, las cooperativas han surgido como una consecuencia de
la propensión de algunos movimientos sociales a reivindicar los derechos
sociolaborales de los trabajadores de base, los cuales vieron mermados con el
avance del desarrollo industrial en la Europa de principios del siglo XIX. Ello, a
3 Harnessing science, technology and innovation for sustainable development. A report from the ICSU-
ISTS-TWAS Consortium ad hoc Advisory Group. ICSU, Paris, 2005.
9
través de la organización en unidades productivas cuya fundamentación es la
propiedad colectiva de los medios de producción y la horizontalidad y
democracia en la gestión de la actividad socio-económica.
A partir de entonces, se desarrolló como un movimiento con identidad
propia, el cual aspiraba a reunir las aspiraciones sociales y económicas de los
sectores más vulnerables de la sociedad; su desarrollo en el tiempo ha hecho
que también sea un tema de Estado y gobierno, en la medida que se considera
como un mecanismo de promoción de estos grupos humanos en los sectores
productivos de la sociedad. De esta manera, a partir del año 2000, a través de
diferentes líneas de políticas, se reimpulsó y reorientó en Venezuela una política
de promoción y fomento de organizaciones cooperativas en los diversos
sectores productivos de la sociedad. Su referente inmediato fue la aprobación
por decreto presidencial de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas
(LEAC), la cual deroga la existente hasta entonces, y el Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación (PDESN) 2001-2007(Díaz, 2006).
En principio, siguieron la tradicional línea de servicio que hasta entonces
tenía mayor presencia nacional, vinculados al ramo de transporte y consumo. En
seguida se vincularon con las actividades agrícolas, de servicios, mantenimiento
técnico menor y construcción.
Habiéndose logrado un avance incipiente del movimiento cooperativista
nacional, sobre los objetivos propuestos desde el impulso dado en el año 2001,
surge a partir del año 2003 un tipo particular de cooperativas, orientadas para
atender las demandas de algunos sectores tecno-productivos nacionales. El
detonante para que esto sucediera fue un paro de la industria petrolera nacional
10
y de algunos sectores del empresariado nacional ocurrido entre finales del año
2002 y el primer trimestre del año 2003. Este suceso se ha conocido como paro
petrolero, y fue convocado por un sector importante4 de la nómina mayor de
Petróleos de Venezuela (PDVSA), por la central de empresarios de Venezuela
(FEDECAMARAS) y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV),
estos últimos, sectores diametralmente opuestos en cuanto a intereses y
aspiraciones a los grupos trabajadores. Entre las consecuencias dejadas por el
paro estuvieron el aumento en los niveles de desempleo, el cierre de un
importante número de empresas y el desmantelamiento de las capacidades
tecnológicas de PDVSA.
Ante las mencionadas desavenencias, le correspondió al gobierno
nacional gestionar diversas respuestas que permitieran oportunamente ir
subsanando la inestabilidad social y los daños causados a la industria. Al mismo
tiempo, la coyuntura fue percibida por éste como una oportunidad para renovar
los procesos que condujeran a profundizar la inclusión social y a ensayar otras
formas de cambio en los diferentes ámbitos que componen la estructura de la
sociedad: político, económico, tecnológico, social propiamente y, cultural
principalmente; conducentes a rescatar algunos valores nacionalistas, como la
soberanía y la independencia de acción y decisión.
En este sentido surgieron las cooperativas de base tecnológica las cuales
podemos decir que son organizaciones de trabajadores que usan, manejan,
mejoran y/o producen tecnología con cierto grado de complejidad y, que en tal
4 Aclaramos que es importante, tanto por su influencia sobre una importante proporción de trabajadores de
la industria, como por la influencia que su posición de jerarquía dentro de la industria les había permitido
alcanzar en los ámbitos políticos y económicos tradicionales.
11
sentido, poseen un know how considerable, base esencial de su ulterior
desarrollo; donde, como característica relevante, se introduce el elemento
colectivo en la propiedad de los medios de producción y, consecuentemente, en
las decisiones inherentes a éstos. No abordaremos aquí la perspectiva acerca
de cuánto invierten las cooperativas en tecnología; nos concentraremos en
aquéllas que, sobre una base de conocimientos existente o sobre una rápida
adaptación o absorción de conocimientos a través de procesos learning by doing
(aprender haciendo), de transferencias tecnológicas o de impulso de
capacidades tecnológicas, se pueden estar encauzando hacia un potencial
proceso de aprendizaje tecnológico.
Debemos pues precisar, en nuestra perspectiva, que la definición en el
ámbito venezolano de las iniciativas de cooperativas de base tecnológica,
apunta a estrechar los vínculos entre la necesidad de aprovechar una coyuntura
que permite la incorporación y participación en la actividad tecno-productiva de
sectores que habían estado marginados dentro de ella y la renovación del
individuo en tanto ser social, sujeto de conocimiento, valores, cultura, ideas; sin
por ello negar que dicha idea resulta arduamente compleja.
Dentro de este orden de ideas, estas organizaciones fueron consideradas
por los valores y principios democráticos de solidaridad y de co-responsabilidad,
entre otros, que promueven y sobre los cuales deberían basar su quehacer;
como filosofía, permiten reconstruir los valores éticos desdibujados dentro del
modelo neoliberal, hecho este que sirvió para “naturalizar” o hacer “normal” las
injusticias en las relaciones sociales (Etkin, citado por Elgue, 2005).
12
Siguiendo la descripción y comprensión de este proceso, este trabajo
respondió a los propósitos de analizar tres cooperativas de base tecnológica
asociadas a la industria petrolera venezolana, en el marco de las políticas de
fomento y estímulo para el desarrollo de las capacidades productivas
nacionales; caracterizar a las cooperativas seleccionadas (Cooperativa
Venezolana de Control de Sólidos y Fluidos – VECOSOFLUPER -; Cooperativa
Nacional de Válvulas Bolivarianas – CNVB -; y Cooperativa PETROLIFT);
comprender la interacción de las cooperativas de base tecnológica en las áreas
productivas de la industria petrolera e indagar sobre la sostenibilidad de las
cooperativas. Para ello, acudimos a algunos recursos del método etnográfico
que nos permitieran abordar el tema desde el espacio donde cobran vida los
eventos sociales y técnicos; en este sentido, la observación participante y la
aplicación de entrevistas a personas claves dentro de PDVSA y a los
cooperativistas principalmente se constituyó en la base del desarrollo de este
trabajo.
El desarrollo de estas cooperativas, en particular, ha estado supeditado a
los vaivenes de las políticas gubernamentales y consecuentemente a las
interpretaciones que se hagan de ellas, producto de las dinámicas que se
generan cuando se intenta transformar la estructura de la sociedad. Por
ejemplo, en una breve presentación, el caso de la Cooperativa Nacional de
Válvulas es muestra de ello, ya que aún con tan poco tiempo de activada se
está evaluando la pertinencia de la figura, siendo una de las más exitosas a
nivel nacional a partir del contexto mencionado, tal como veremos en el capítulo
IV.
13
Desde esta perspectiva, el trabajo se divide en cinco capítulos: el
Capítulo I, contiene un paneo general por lo que ha sido el origen de las
cooperativas hasta llegar a su proceso de desarrollo en América Latina,
haciendo consecuentemente especial énfasis en las cooperativas de base
tecnológica creadas en tiempos recientes. Inmediatamente, se desarrollan los
aspectos teóricos sustentados en el enfoque sociotécnico y en la forma de ver
cómo se engrana un determinado modelo de desarrollo, el endógeno en este
caso, y el aprovechamiento de las capacidades socio-técnicas- productivas
locales, a fin de que pudieran contribuir con el progreso de la nación y en la
posibilidad de generar procesos de aprendizaje tecnológico conducentes a un
cambio más amplio. El Capítulo II, aborda el tema de la incorporación a PDVSA
de las cooperativas mencionadas, como proveedoras de bienes o servicios en
una de las áreas medulares del negocio: Exploración y Producción. Los
Capítulos III y IV, exploran, respectivamente, los procesos de las cooperativas
VECOSOFLUPER y CNVB. El Capítulo V aborda de manera descriptiva, el
proceso de conformación y cese de nuestro tercer caso: la Cooperativa
PETROLIFT. Por último, el capítulo final plantea la Discusión, donde se deja
abierto el espacio para el debate más amplio sobre el desarrollo de las
cooperativas de base tecnológica en nuestro contexto.
14
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO – METODOLÓGICO
1. Las cooperativas de base tecnológica: ¿una alternativa para la interacción entre las bases de conocimiento existentes y la tecnología?
La RICYT (2002), en un análisis del Manual Frascati, incluye a las
cooperativas dentro de la unidad de análisis correspondiente al sector empresa.
Este es definido como “empresas cuya actividad principal es la producción de
bienes y servicios destinados a la venta a un precio que corresponde a la
realidad económica”. Las empresas son entendidas como “toda unidad jurídica
que constituye una unidad organizativa de producción de bienes y servicios, y
que disfruta de una cierta autonomía de decisión, principalmente a la hora de
disponer de los recursos corrientes”. En la práctica corresponde a toda persona
física o jurídica (incluyendo sociedades, cooperativas, etc.) cuya actividad está
reconocida por la ley. Según la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas de
Venezuela, una cooperativa se define como “…una asociación autónoma de
personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades
y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común mediante una
empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática. ...” (Ley Especial de
Asociaciones Cooperativas, artículo 1)
1.1.- El Cooperativismo: Contexto General
El cooperativismo ha sido referido, por lo general, como la organización
de determinados grupos y movimientos sociales para la realización de entornos
15
socio-económicos más favorables; su desarrollo en el tiempo ha hecho que
también sea un tema de Estado y gobierno, en la medida que se considera
como un mecanismo de promoción de estos grupos humanos en los sectores
productivos de la sociedad.
El cooperativismo desde sus orígenes –entre comienzos y mediados del
siglo XIX- ha sido postulado como una doctrina o filosofía de vida, un sistema o
un esquema económico que propende al equilibrio entre la calidad de un
servicio o un bien ofertado y la mayor justicia social para quienes hacen posible
la realización de la actividad inherente, es decir, que se puedan resguardar los
intereses socio-económico así como los derechos de participación de aquellas
personas que emplean su fuerza de trabajo y de las que están relacionados
como consumidores o beneficiarios final. Según Del Rio (1962)
La doctrina cooperativista aspira a “servir y no a lucrar”, sustituye la pasión del lucro y de la especulación, motor de las empresas comerciales, que consiste en comprar los artículos y el trabajo al precio más bajo para venderlos al más alto posible, por el espíritu de satisfacer las necesidades humanas mediante justas compensaciones. Aunque ya existían formas colectivas de organización en las sociedades
medievales arraigadas en las corrientes utópicas del pensamiento occidental
(Manuel y Manuel, 1979; Masini, Galtung y Osorio, 1983); el cooperativismo
como movimiento social y como organización jurídica formal, surge alrededor de
1800 en diversos países europeos, en buena medida, como respuesta a la
dinámica operante y acelerada que impuso el proceso de industrialización en
Europa.
En este sentido, se podría decir que ha estado vinculado al contexto y a
los modos de hacer del sistema capitalista. Giusseppe Mazzini, propulsor y
16
precursor del cooperativismo en Italia, consideraba el cooperativismo como un
principio fundamental de la organización social, y una fuerza en la que confluían
el capital y la mano de obra; otros consideraban el cooperativismo como una
herramienta de inserción no conflictiva de la clase trabajadora en el desarrollo
económico (www.portalcooperativo.coop/mundo/italia) (itálicas propias)
Sin embargo, en el marco de la lucha de los trabajadores por la
reivindicación de sus derechos, ante las desventajas impuestas por el sistema
económico industrial al ser considerada su fuerza de trabajo como una
mercancía, hay quienes piensan que esta forma de organización significa una
merma en esa lucha y la evasión de responsabilidades por parte del mismo
sistema, en tanto incorpora sólo a una pequeña porción de este sector de la
sociedad, relegándolo en un aparte del sistema económico más amplio.
Más allá, subyace la propia lucha contra los modos de producción del
sistema capitalista, donde la mano de obra concentra la fuerza en la dinámica
de la producción, como acción que genera el valor en la acumulación de
capital.5 En el cooperativismo no es el capital el que mueve a la fuerza de
trabajo, sino que la fuerza de trabajo adapta el capital a sus intereses,
necesidades y aspiraciones sociales y económicas, debiendo resaltar siempre la
comprensión y el significado colectivo de la organización.
De este modo, el cooperativismo generalmente ha estado vinculado, en
una medida u otra, con las iniciativas reivindicativas de la clase obrera; sin
embargo, la tendencia histórica de promoción desde fuera de ella (es decir,
5 Para ahondar sobre esta discusión ver, entre otros: Luxemburgo (s/f; en:
http://www.engels.org/libr/ref_rev/revolucion11.html); García, M. (2005).
17
pensada o concebida por actores externos, no integrantes de las cooperativas) y
no desde dentro, han hecho aparecer contradicciones de diferentes tipos en el
seno del mismo cooperativismo, algunas de las cuales tocaremos en los casos
que se reseñaran más adelante.
Rápidamente podemos ver cómo, por ejemplo, Owen, Fourier, y otros
precursores del cooperativismo europeo, específicamente en Inglaterra, eran
personas que de una u otra manera ya habían estado vinculados al naciente
mundo empresarial industrial; o bien, tenían conocimientos al respecto que los
vinculaba con el mundo intelectual o con sociedades de tipo similar. Que
viéndose sensibilizados por la condición de explotación en la que se
encontraban sumidos los trabajadores, obreros, campesinos y consumidores,
emprendieron formas horizontales de gestión y producción dentro de cada
actividad productiva o de servicio a la que se encontraban vinculados (Del Río,
1962)
Por otra parte, Los Pioneros de Rochdale, como fueron llamadas
posteriormente aquellas personas que dieron origen y que extendieron el
alcance del cooperativismo moderno, sentaron la praxis del pensamiento y de
las experiencias de sus predecesores, caracterizado como una declaración
frontal ante las desavenencias que causaba el capitalismo para entonces,
intentando marcar distancia del sistema de empresas mercantiles que se estaba
gestando (Alianza Cooperativa Internacional, 2005), pero cohabitando con ellas.
En este sentido se crearon inicialmente cooperativas de consumo, destinadas a
satisfacer las necesidades de los compradores finales pero, donde éstos iban a
18
ser partícipes de las decisiones referentes a la gestión de los productos que allí
se distribuirían.
Destaca el hecho por el cual estas organizaciones surgieron; y es que
ante una necesidad colectiva, se desarrolló un sentido de identidad grupal entre
algunos sectores que vieron mermar sus aspiraciones en la cambiante sociedad
industrial. Para Antoni (1980), el cooperativismo se hizo necesario, siendo “una
de las respuestas populares a las consecuencias de la concentración de
hombres alrededor de la máquina, de la concentración de capitales en las
sociedades anónimas.” Siguiendo a este mismo autor, se aprecia en el
cooperativismo, como filosofía y praxis, una base fundacional de
experimentación, donde se buscó hacer confluir el “pensamiento con la acción”.
En este sentido, la experiencia desarrollada en Rochdale, conocida como
la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale6, marcó un punto de
inflexión en la forma como hasta ese momento se entendía la organización
cooperativa, por ejemplo, en las comunidades owenistas. Entre otras, algunos
de los aspectos que los separan son: que no intentaban separar al individuo del
contexto universal más amplio, es decir, “no pretendían crear comunidades
integrales que gobernarían todos los aspectos de la vida de sus miembros,” sino
“ crear instituciones económicas especializadas que funcionarían en el marco de
la economía urbana de mercado”, esto sin perder el norte de mejorar las
condiciones de sus miembros; “en lugar de implantar relaciones sociales
ideales, iba a ser un mecanismo en el seno de la sociedad industrial que
6 Esta sociedad se constituyó en 1844, y estaba integrada por 28 trabajadores artesanos de las fábricas de
algodón.
19
permitiría el desarrollo de estas relaciones entre sus miembros… ya no era la
materialización de un ideal social, sino una herramienta para alcanzar ese ideal”
(Fairnbairn, 1990)
De tal manera se propendía a generar procesos democráticos dentro de
la organización, siendo a su vez la esencia de estas iniciativas; que, aunado a
valores como honradez, respeto, solidaridad, entre otros, se convirtieron en el
pilar de lo que hasta hoy se ha dado a conocer como cooperativismo, un
movimiento que promueve el desarrollo de organizaciones productivas o de
servicios de tipo colectivas, basadas en tales valores y principios, donde cada
integrante tiene poder de decisión, en el marco del patrón de economía social,
conocida también como economía solidaria7.
Aproximándonos a una tipología de las cooperativas, se han diferenciado
cooperativas de varios tipos: de producción de bienes y servicios, de consumo,
de ahorro y crédito y, mixtas (SUNACOOP). Las de nuestro interés,
corresponden a cooperativas de trabajo asociado del sector de producción de
bienes y servicio. Tomando la clasificación que hace Del Rio (1962), en base a
caracteres comunes y no a la actividad que realizan, las cooperativas de trabajo
asociado pertenecen al grupo de cooperativas profesionales, junto a las
cooperativas agropecuarias, mineras, y artesanales; a diferencia de las
cooperativas de consumo o no profesionales, que incluyen las de consumo o
consumidores propiamente, las de crédito, las de seguros, las de vivienda y las
de servicios. Según el mencionado autor, si se considerara la clasificación en
7 En 1993 el Primer Congreso Español de la Economía Social, celebrado en Madrid, caracterizó al modelo
diciendo que es: “toda actividad económica, basada en la asociación de personas en entidades de tipo
democrático y participativo, con primacía de las aportaciones personales y de trabajo sobre el capital.”
20
base a sus actividades y no en base a los caracteres comunes, podríamos tener
tantos tipos de cooperativas “como productos se puedan fabricar en el mercado
o servicios se puedan prestar”.
En tal sentido, las cooperativas de trabajo están integradas por
trabajadores intelectuales o manuales para el ejercicio de sus respectivas
profesiones u oficios “que los liberan de la condición de asalariados, por la
asociación en el trabajo.” (Del Río, 1962). Este tipo de cooperativas tienen su
origen en las cooperativas obreras de producción,8 las cuales, producto del
acelerado dinamismo que impuso el cambio técnico, fueron requiriendo cada
vez más de la incorporación de personas calificadas o “especialistas” en
determinadas áreas. Sin desdeñar los unos a los otros, obreros, profesionales y
técnicos se han agrupado para cooperar en función de colectivizar los medios
de producción de los cuales ellos mismos son sus acreedores y de los cuales
dependerán sus actividades:
Se proponen elevar el nivel de vida de sus miembros entregando la parte de los beneficios que, en la organización patronal, remunera al capital, suprimir el asalariado haciendo de todos sus miembros asociados activos y conscientes; realizar la promoción individual y colectiva de sus miembros facilitándoles el acceso a un grado superior de responsabilidad y conocimiento (Antoni y otros, 1980)
Por tanto, resulta interesente observar cómo este tipo de cooperativas, a través
de la confluencia de diferentes niveles de conocimiento, pueden contribuir con el
8 Las Sociedad Cooperativas Obreras de Producción - S.C.O.P. -, surgieron a mediados del siglo XIX,
principalmente en Francia e Inglaterra; una vez que los sectores sociales vulnerables a la acelerada y
arrebatadora dinámica de producción capitalista empezaron a percibir las injusticias, presiones y exclusión
social de la que eran objeto; están constituidas por “técnicos y obreros de la industria que fundan, para
trabajar juntos, una empresa que será propiedad común y de la que se repartirán los frutos. Aspirando a: 1.
realizar el trabajo libremente elegido, en un medio libremente elegido. 2. recibir la justa remuneración de
su trabajo.” (Antoni y otros, 1980) Aunque esto no sucedió de manera radical, homogénea y horizontal,
significó un importante avance en el desarrollo de movimientos sociales de este tipo.
21
desarrollo o incremento de la capacidad productiva e industrial de un país.
Sustentado en el trabajo de equipo que debe prevalecer en este tipo de
organizaciones, el trabajo cooperativo incentiva y promueve el mejoramiento de
la calidad y cantidad de la producción. La confluencia de ideas, teniendo por
detrás como fundamento el sentido de pertenencia que implica la propiedad
colectiva, contribuye a mejorar tanto el rendimiento personal, redimensionando
al trabajador como un sujeto útil y activo, como el rendimiento de la empresa
cooperativa. Siguiendo a Antoni (1980), consideramos que es “una gran escuela
de gestión, ya que prepara técnicos y obreros en la solución de los problemas
administrativos y financieros, en contacto permanente con quienes tienen a su
cargo la producción.” Y, adicionalmente, pero no menos esencial, incide en la
humanización y en la democratización del sistema de producción.
1.2. El cooperativismo en América Latina: una breve mirada
Desde el siglo XIX existían cajas de ahorro y crédito en algunos países de
la región, desarrollándose posteriormente con fuerte intensidad las cooperativas
agrícolas y de consumo, siendo ellas las que han predominado desde la génesis
del cooperativismo moderno, tanto en América, como en otras partes del mundo;
Brasil, Uruguay, Bolivia, Argentina, Chile, Costa Rica, México y Venezuela, son
algunos de los países con mayor tradición. (Coque, 2002)
Tal como lo plantean Vessuri y Bilbao (1971) en un estudio sobre el
desarrollo de la cooperativa de trabajo de Campo de Herrera en Argentina,
buena parte de las iniciativas para la conformación de organizaciones
cooperativas en América Latina se han dado, más por una combinación de
22
factores sociales, políticos y económicos externos, que por decisión espontánea
de trabajadores, movimientos o grupos sociales. Esta perspectiva podría venir
sustentada por diversas razones, entre ellas, el tratamiento instrumental al cual
ha estado sometida la organización cooperativa “al considerarlas como medios
transitorios de lucha contra la pobreza y la exclusión, en lugar de reconocerlas
como actores del desarrollo” (Richer, 2002); aunado a la débil y poco
comprendida cultura cooperativista.
Por otra parte, una significativa proporción de las experiencias dentro de
la región dan cuenta de un mayor énfasis en el desarrollo de cooperativas
rurales, “unas de explotación comunitaria de la tierra y otras de servicios. La
mayoría de estas cooperativas acabaron fracasando al no arraigar en sus
comunidades, pues el proceso de creación y gestión les había sido totalmente
ajeno y adolecía de carencias formativas importantes” (Coque, 2002) Vale decir
que desde la época mencionada hasta nuestros días, esta situación no ha
variado mucho. Por ejemplo, en el caso argentino se produce una importante ola
de creación de cooperativas rurales, específicamente las de tipo agrícola;
dedicadas a tratar los problemas de comercialización, las cuales fueron
influenciadas por los inmigrantes europeos llegados a principios del siglo XX
(Roggi, 2003)
Es importante acotar que el cooperativismo varía según la propia
dinámica del contexto en que se desarrolla, aún más si se considera la
heterogeneidad que caracteriza a los diferentes países. De tal manera, podemos
encontrar una mayor visibilidad y participación dentro de la economía y sociedad
en general más en unos países que en otros, reflejado por ejemplo, en
23
indicadores particulares. Así, encontramos que abriendo el siglo XXI, en
Paraguay las cooperativas “representan el 40% de la producción del sector
agropecuario; generan el 15% del PIB; y realizan el 40% de las exportaciones
del país”; en Brasil contribuyen con el 6% del PIB; en Uruguay, con una
población de 3 millones de habitantes, existen alrededor de 800.000 personas
asociadas a cooperativas, sin embargo, no existe una ley marco que rija el
movimiento cooperativo uruguayo, generándose algunas desventajas y
descontroles para algunos sectores (Ciancio, 2003). Para el caso venezolano,
en fases previas a la actual, no hemos podido obtener los datos equivalentes.
Desde la perspectiva que busca rescatar el contexto en el cual se forman
las cooperativas, vale mencionar una distinción del profesor Gabriel Fajn citada
en un trabajo de Novaes y Dagnino (2006), en la cual se define como
cooperativas de necesidad a aquellas “empresas de tamaño mediano y
pequeño que surgen en Argentina luego de un proceso de cierre y vaciado de
las fábricas al final de los años 1990 e inicio del siglo”, para diferenciarlas de las
cooperativas ideológicas, o denominadas también cooperativas tradicionales
que surgen en el seno de movimientos sociales con un marcado y definido
concepto cooperativo. Identificadas estas últimas, en la mayoría de los casos,
con objetivos e intereses comunes, generalmente determinados por los
integrantes de las cooperativas; y seguidores concientes de su proceso.
En los últimos años, la formación de cooperativas de necesidad ha sido
un rasgo distintivo en América Latina influido, por lo general, por los
movimientos y reformas que se han gestado en las estructuras socio-políticas
del Estado y por las vulnerabilidades económicas, algunas veces producto de
24
aquellas reformas, y en otras oportunidades, por los vaivenes de la economía
global que puede afectar directamente a las empresas o fábricas de la región,
minando las capacidades y recursos tecno-productivos y tecnológicos. Casos
interesantes se ven representados en países como Argentina, Uruguay, y
recientemente Venezuela; tal como se puede apreciar en el mismo trabajo
nombrado anteriormente de Novaes y Dagnino (2006).
Bajo este contexto, podemos identificar cierta tendencia a la creación de
otro tipo de cooperativas; cuyo rasgo distintivo sería el manejo de determinados
conocimientos asociados a procesos tecnológicos o tecnologías particulares.
1.3.- El cooperativismo en Venezuela
o Antecedentes 9
Los antecedentes de las cooperativas en Venezuela se remontan a 1866
cuando el 1er Congreso de Trabajadores de Venezuela recomienda el fomento
del cooperativismo. Pero no es sino hasta 1910 cuando se crea la primera Ley
de Sociedades Cooperativas de Venezuela, como una copia de la ley francesa.
A partir de entonces se irán gestando muy lentamente diferentes experiencias a
lo largo del territorio nacional. En 1966 se promulga la Ley General de
Asociaciones Cooperativas y se crea la Superintendencia Nacional de
Cooperativas, esta última rige hasta la actualidad. Por su parte, la mencionada
ley no sufrió hasta ahora cambios sustanciales, exceptuando los originados
entre 1975 y 1976 cuando se reforma la ley y su reglamento. Se reconoce a
9 Los antecedentes corresponden a una reconstrucción propia, a partir de los Cuadernos del Ministerio de
Economía Popular (2005). Ministerio de Economía Popular. Caracas – Venezuela
25
Ceconave como el organismo de integración nacional, constituyéndose ésta el
26 de junio de 1976. Esta fecha se reconoce como el día del cooperativismo
venezolano.
Una iniciativa que intentó apalancar organizaciones económicas de corte
colectivo y local, particularmente las cooperativas, fue la creación en 1989 del
“<<Programa de Apoyo a la Economía Popular>> (PAEP), con dos sub-
programas: el de apoyo a la microempresa, y el de ferias de consumo, que
consistía en el apoyo financiero del Estado al movimiento cooperativo,
principalmente a las centrales de integración regionales, para la organización de
ferias de hortalizas durante los fines de semana, suprimiendo los intermediarios
en la comercialización. En 1995, fue sustituido por el <<Programa de Economía
Solidaria>>” (Bastidas y Richer, 2001) Esto constituye una experiencia, que
intentaba contribuir con las oportunidades redistributivas en la sociedad, pero
factores de corte político oportunistas, como la corrupción y otros, llevaron al
fracaso del programa.
o El cooperativismo a partir de 1999
Venezuela inició en 1999 un proceso que algunos autores (Pérez, 2000;
Parker, 2000, entre otros) han denominado de transformación, que abarca
transversalmente los diferentes ámbitos de la estructura de la sociedad,
impulsando con ello cambios en su organización con la intención de mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos y revertir las profundas desigualdades y
niveles de exclusión en que ha estado sumida la sociedad. Comprender, incluso,
visualizar el fenómeno que se está gestando puede resultar en ciertos casos
abstracto por la magnitud que tal proyecto implica, aunado a las resistencias y
26
controversias que se presentan cuando se pretende irrumpir ante un orden
aparentemente establecido. Sin embargo, un primer reflejo de estos cambios se
aprecia en la reforma de la Constitución llevada a cabo en 1999 por medio de un
proceso constituyente, con el cual en una fase, llamémosla incipiente, se abren
nuevos mecanismos de participación para la sociedad, tales como la injerencia
de la población en la planificación de los asuntos públicos de carácter local que
les afectan directamente, la consulta a la ciudadanía sobre asuntos de interés
nacional, y la posibilidad de formar organizaciones socio-productivas de
propiedad colectiva elevadas a rango constitucional, que denota un mayor peso
sobre la responsabilidad que adquiere el Estado hacia ellas, y hacia la sociedad
en si misma.
Para proporcionar elementos que permitieran dar concreción a los
idearios plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, se diseñaron un conjunto de políticas públicas contenidas en el Plan
de Desarrollo Económico y Social de la Nación (PDESN) para los años 2001-
2007. En ellas se plantean cinco polos o ejes de desarrollo constitutivos desde
los ámbitos político, económico, social, territorial e internacional, basados a su
vez en los principios de equidad e inclusión social, que permitan mejorar la
calidad de vida de sus habitantes, superando los profundos niveles de pobreza y
menoscabo de nuestra sociedad.
En el marco de estas políticas uno de los objetivos centrales se propone
la diversificación de la economía para ampliar los ámbitos de acción productiva y
generar nuevas oportunidades para la inserción de los sectores desocupados
pero económicamente activos de la sociedad. Para ello se reconoce importante
27
considerar el contexto y la dinámica mundial en la que estamos insertos. Al
mismo tiempo, la economía social se constituyó en un referente de orientación.
Según el artículo 184 de la Constitución, se promoverá a las cooperativas, cajas
de ahorro, mutuales y otras formas asociativas como expresiones de la
economía social.
Partiendo de reconocer el hecho de que toda economía es social, “en la
medida en que no puede funcionar sin instituciones, sin el compromiso de las
personas, sin el apoyo de las comunidades y del Estado”, la economía social
designa un tipo de organización basada en la democracia y el empresariado
colectivo (Bastidas y Richer, 2001). De acuerdo a las corrientes de pensamiento
que han debatido sobre esta postura económica (Laville, 1995; Barrantes,
1999; Demoustier, 2001), se han mencionado diversos nombres; así,
encontramos que también es llamada economía solidaria, economía popular o
tercer sector. En todo caso, lo que se plantea es una propuesta diferente a la
economía de mercado que ha estado definida en casi más de tres siglos por los
principios del capitalismo, y donde la competencia, dentro de ese mercado, en
la mayoría de los casos ha tendido a beneficiar a grupos minoritarios en
detrimento de poblaciones más amplias.10
Al asumir el interés de incorporar el modelo de economía social en el
contexto de la economía nacional, la administración del gobierno venezolano, a
10
Aún con todas las distinciones mencionadas, es importante señalar, siguiendo a Vila (2003) “que la
economía social es una modalidad del modo de producción capitalista que, aunque no está descaradamente
concebida para estar exclusivamente al servicio del sistema del capital, hay que estar responsablemente
consciente de que ella está estructurada para crear capital privado bajo un conjunto de restricciones
propias.”
28
través del ente encargado para el momento, el Ministerio de Planificación y
Desarrollo (2001) planteó que esta era:
1. Una economía alternativa. 2. Donde privan las prácticas democráticas y autogestionarias. 3. Motorizada por las formas de trabajo asociado y no asalariado. 4. Donde la propiedad sobre los medios de producción es colectiva (salvo en el caso excepcional de las microempresas). 5. Centrada en el reparto igualitario del excedente. 6. Solidaria con el entorno social donde se desarrolla. 7. Y aferrada a su propia autonomía frente a los centros monopólicos del poder económico o político. (MPD, 2001)
EL Estado venezolano también reconocía en esta misma medida que:
La economía social no constituye en sí un modelo económico acabado que pueda ser encerrado dentro de lo que tradicionalmente ha sido definido como economías solidarias o sociales, ni reducido solamente a sus formas institucionales más conocidas: cooperativas, microempresas, empresas mutuales, etc. La economía social es, en primer lugar, y dentro del contexto socioeconómico específico de naciones periféricas a los centros mundiales de capital como la nuestra, aquella economía que se desarrolla precisamente sobre los márgenes de los grandes nudos de acumulación de capital (MPD: 2001) [Cursivas propias]
Queda expresada así la intencionalidad de orientar la economía
venezolana hacia un sistema diversificado y productivo, a través de la
renovación del cooperativismo y otras formas de organización de la economía
social. Sin embargo, tomando de nuevo como referencia el artículo 184 de la
Constitución, en su numeral 5°, es importante resaltar que las cooperativas,
mutuales y otras organizaciones asociativas siguen siendo vistas “como fuentes
generadoras de empleo y de bienestar social”, lo que repercute en la esencia
espontánea de estas organizaciones como movimientos sociales
autogestionarios. Contemplando el PDESN 2001-2007, donde se comienzan a
delinear las estrategias del gobierno actual para establecer la economía social
29
dentro de la economía nacional, Vila (2001) comenta la propuesta en sus cuatro
apartes articulados entre sí:
- Democratizar el mercado
- Impulsar programas que promuevan el encadenamiento de
financiamiento, producción, administración y comercialización
- Promover y fortalecer las empresas asociativas
- Crear una coordinación sectorial que garantice el cumplimiento
de las acciones de la economía social.
Siguiendo a este mismo autor, se puede concluir que
1° La economía social es elevada a la jerarquía de una política pública estratégica del Estado venezolano. 2° Se le reconocen una serie de componentes y obstáculos vigentes que hay que superar. 3° Aunque en unas Líneas Generales… no es posible establecer un modelo de qué es economía social, la diversidad de aspectos permite establecer la base de dicho modelo. Por ejemplo, aspectos jurídicos, económicos (financieros, productivos y comerciales), institucionales, educativos (enfatizando en la capacitación), organizativos, tecno-productivos, políticos de la empresa y su comunidad, redes y cadenas productivas, etc. (Vila, 2001)
Bajo esta misma perspectiva, el discurso presidencial se ha constituido en
una de las plataformas más importantes que impulsa la formación de este tipo
de organizaciones. Los reiterados llamados realizados por el presidente de la
República en diferentes momentos y exposiciones, para la conformación de
cooperativas es una expresión de ello. Su planteamiento radica principalmente
en la ampliación de oportunidades y el acceso al financiamiento; desde una
posición divergente a la idea de que el libre mercado y la competencia derivada
de ella proporcionan las oportunidades para que todos participen del sector
30
productivo. En el programa Aló Presidente11 del 02 de marzo del 2003, entre
otras, el presidente impulsa la idea de que:
Vamos al cooperativismo, porque hay que transformar las estructuras. El pueblo se va a adueñar de los factores de producción… vamos a impulsar una economía endógena… quiero y exijo que se aplique el modelo de cogestión obrera, que los obreros sean parte de la directiva…
El 26 de septiembre del 2004, en el mismo programa, el presidente
enfatizó la necesidad de un cambio cultural a través del cooperativismo, y
concomitantemente la necesidad de promover “el reparto por igual de los
beneficios”, de la misma manera que insistió a algunos representantes del
ejecutivo nacional, así como de gobiernos regionales y locales, que era
necesaria la formación y capacitación de los cooperativistas antes del
otorgamiento de créditos; para lograrlo se hacía necesario implantar sinergias
entre los diversos órganos encargados de ejecutar las políticas públicas como
los diversos ministerios; entre ellos mencionó el de Ciencia y Tecnología, el de
Industrias Ligeras y Comercio, el de Economía Popular, entre otros (Aló
presidente, 26-09-2004). Se veía en las cooperativas una oportunidad de
organización socio-tecno-productiva para los obreros.
De esta manera, según estimaciones del Sistema de Información Social
de Cooperativas de la Superintendencia Nacional de Cooperativas –
SUNACOOP-, se refleja un salto abrupto en la formación de cooperativas entre
1998 y 2006, que va de 877 cooperativas a 69.231, respectivamente, lo que
representa un incremento del 7.894,07%.
11
Aló Presidente es un programa transmitido todos los domingos por radio y televisión; conducido y
dirigido por el presidente de la República, cuyo objetivo es informar y dar un balance de su gestión de
gobierno, así como comunicar líneas de acción, planes y proyectos a la población en general.
31
1.4. Cooperativas de base tecnológica
Con el devenir del tiempo y motivadas por los acelerados procesos de
cambio que viven nuestras sociedades, así como la conjunción de diferentes
espacios y disciplinas, entre ellos la expansión de la ciencia y la tecnología en
casi todos los ámbitos de la sociedad, han surgido cooperativas con
características innovadoras. Convergiendo en el renglón de “especializadas” o
como cooperativas de base tecnológica. Si bien en el transcurso de esta
investigación no fue posible dar con un concepto elaborado, podemos decir que
son organizaciones de trabajadores que usan, manejan, mejoran y/o producen
tecnología con cierto grado de complejidad y, que en tal sentido, poseen un
considerable know how, base esencial de su ulterior desarrollo; donde, como
característica relevante, se introduce el elemento colectivo en la propiedad de
los medios de producción y, consecuentemente, en las decisiones inherentes a
éstos. No abordaremos aquí la perspectiva acerca de cuánto invierten las
cooperativas en tecnología; nos concentraremos en aquellas que, sobre una
base de conocimientos existente o sobre una rápida adaptación o absorción de
conocimientos a través de procesos learning by doing, de transferencias
tecnológicas o de impulso de capacidades tecnológicas, se pueden estar
encauzando hacia un potencial proceso de aprendizaje tecnológico.
Debemos pues precisar en nuestra perspectiva, que la definición en el
ámbito venezolano de las iniciativas de cooperativas de base tecnológica,
apunta a estrechar los vínculos entre la necesidad de aprovechar una coyuntura
que permite la incorporación y participación en la actividad tecno-productiva de
sectores que habían estado marginados dentro de ella y la renovación del
32
individuo en tanto ser social, sujeto de conocimiento, valores, cultura, ideas; sin
por ello negar que dicha idea resulta arduamente compleja.
Esta complejidad se ve reflejada en el encuentro de perspectivas de
gestión, entre otras, del tipo representación – participación. Por ejemplo, en el
caso de los ex – trabajadores formados por su propia experiencia en los
avatares de luchas reivindicativas que se expresan a través de los sindicatos,
ahora se ven en la posición de ser “dueños” y asumir la postura de ser sus
propios jefes, de tomar las decisiones que pueda conducir al éxito efectivo de la
cooperativa.
1.4.1. Referencias latinoamericanas
En América Latina son variados los casos que han iniciado procesos de
aprendizaje o cambio socio-técnico, especialmente en el área rural-agrícola.
Esto viene dado por las iniciativas de algunos centros de investigación
interesados en promover procesos de transferencia, especialmente en el caso
de las algunas universidades de la región.
Considerando un caso, en Brasil las cooperativas de base tecnológica
han estado vinculadas con programas de transferencia de conocimientos e
interacción entre los sectores populares y las universidades, y por políticas
públicas que intentan promover la producción del conocimiento en el seno de
organizaciones de propiedad colectiva, vinculando las políticas científico
tecnológicas con las políticas de empleo. Entre los programas destaca el de
Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares – ITCP, que surge en
1996 en la Universidad Federal de Río de Janeiro, con el objetivo de transferir
33
conocimientos tecnológicos, sea de gestión, productos o procesos a la población
excluida económica y socialmente; hoy el programa se extiende a 21
universidades en el país, conformando la Red Universitaria de Incubadoras
Tecnológicas de Cooperativas Populares (De Azevedo, De Souza y otros,
2006). En el caso de la ITCP de la Universidad de Campinas su actuación se
centra en:
Integrar acciones de extensión e investigación en las áreas de trabajo y generación de renta, educación popular de jóvenes y adultos, autogestión, adaptación socio-técnica y apropiación de tecnologías, salud y medio ambiente, así también como diversos experimentos de acción colectiva en las más diversas áreas del conocimiento También existe un programa de Incubadoras de Empresas de Base
Tecnológica12, INCAMP – UNICAMP, del cual destaca un mayor énfasis en la
vinculación de los factores sociales, económicos y tecnológicos en pro del
desarrollo. De esta manera se plantea como objetivo la implantación de una
estructura propicia para el surgimiento de nuevas empresas de base tecnológica
para producir desarrollo económico, flujo continuo de innovaciones, generación
de riqueza y nuevos empleos, y la valorización de una cultura emprendedora.
Ahora bien, cabría preguntarse si lo que ellos denominan Cooperativas
Populares en el marco de las ITCP, no podrían contribuir en la misma medida al
objetivo propuesto para el programa de Incubadora de Empresas de Base
Tecnológica; quizás es su contexto el que los define y la perspectiva desde la
12
Al respecto es importante señalar que ya desde comienzos de 1980, han existido en la región diferentes
eventos relacionados con la promoción de Empresas de Base Tecnológica, entendiéndose por ellas un
“nuevo tipo de empresas que se ha venido desarrollando en la transición al nuevo ciclo del sistema
capitalista a nivel mundial; las cuales están inscritas en el nuevo modelo o paradigma tecno-económico,
que aprovechan la microelectrónica y la informática como factor clave para desarrollar sus mercados y que
se basan en el dominio intensivo del conocimiento científico y técnico para mantener su competitividad.”
(Marcano y García, 1997)
34
cual lo están visualizando. Lo que sí se puede decir es que pareciera reflejarse
una distinción de énfasis entre los factores sociales como la inclusión (en el
primero de los casos) y, factores económicos para la promoción del desarrollo
(en el segundo caso).
1.4.2. El surgimiento de experiencias en Venezuela
Es importante resaltar que la aparición de cooperativas tecnológicas se
remite a contextos recientes en la historia de nuestra sociedad. Especialmente a
partir de los planes de políticas propuestos por la administración del Estado
venezolano desde el 2001, y por acontecimientos como el paro petrolero
ocurrido en el año 2002 donde una diversidad de conocimientos técnicos se
posicionaron para asumir el control de PDVSA (Petróleos de Venezuela) y otras
organizaciones empresariales cuando estaban siendo vulnerados los derechos
de los trabajadores y colocando en riesgo la seguridad energética nacional.
Las políticas de apoyo a cooperativas de base tecnológica, entendidas
como unidades productivas, propenden a vincular, potenciar y activar las
capacidades cognitivas y productivas presentes con el fin de responder a la
demanda local de necesidades y aprovechamiento, mejora o producción de
tecnología, como alternativas para alcanzar o encauzarse hacia el desarrollo.
Dentro de este orden de ideas, estas organizaciones fueron consideradas por
los valores y principios democráticos de solidaridad y de co-responsabilidad,
entre otros, que promueven y sobre los cuales deberían basar su quehacer;
como filosofía, permiten reconstruir los valores éticos desdibujados dentro del
35
modelo neoliberal, hecho este que sirvió para “naturalizar” o hacer “normal” las
injusticias en las relaciones sociales (Etkin, citado por Elgue, 2005).
También se han considerado como un mecanismo para incorporar a
vastos sectores de la sociedad en situación de desempleo o pobreza,
encaminados a contribuir con el desarrollo del país a través de acciones
sinérgicas entre el Estado, los sectores productivos y los centros de
investigación, entre otros; generando así redes (cf. Callón, 1987) que podrán
incidir en el sostenimiento de las organizaciones, así como las innovaciones
correspondientes. En todo caso, hay que decir que hay prácticas culturales y
experiencias internalizadas que envuelven conocimiento, las cuales, pensadas
como un interesante ensayo del cambio social, se organizaron alrededor de las
cooperativas de base tecnológicas.
Algunas referencias importantes han sido adelantadas por los diferentes
ministerios que integran el ejecutivo nacional, con el fin de dar concreción a las
políticas en materia de cooperativismo, según el área de pertinencia. En esta
medida, entes nacionales como el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), el
Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio (MILCO), el Ministerio de Energía y
Petróleo (MEP), el Ministerio de Economía Popular (MINEP) (ahora Ministerio de
Economía Comunal), entre otros, a través de sus órganos ejecutores,
emprendieron diversos programas y proyectos en diversos niveles y de variado
alcance: educativos, formativos, informativos, de capacitación, organizativos,
financieros, de transferencia de infraestructuras y/o equipos.
Uno de ellos es el “Proyecto Apoyo Tecnológico a MIPYMES y
Cooperativas”, llevado a cabo por el MCT. El mismo tiene como principal
36
propósito “promover el mejoramiento de la productividad, la calidad y la
organización socio productiva en estas unidades productivas, mediante el
fortalecimiento de la capacidad innovativa y tecnológica. Y de forma específica,
a través de procesos de asimilación, mejora, adaptación, copia, reingeniería y
creación de tecnologías, procesos, productos o equipos.” (MCT, 2005) Entre sus
objetivos destacan:
Estimular y fortalecer la gerencia del conocimiento y la gestión
tecnológica como proceso continuo para desarrollar activos de
conocimiento y emprender procesos de sustitución de
importaciones.
Promover procesos de articulación entre los diversos actores que
integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Favorecer la soberanía tecnológica, entendida como la capacidad
propia de desarrollar soluciones científico-tecnológicas nacionales
de calidad.
En una fase inicial, se sostiene que se han logrado desarrollos
tecnológicos en escala prototipo y series cortas, en áreas como metalmecánica,
tecnologías de información y comunicación (TIC’s), sector químico, salud,
eléctrico, petróleo. (Añasagasti, Apoyo Tecnológico a MIPYMES y Cooperativas-
MCT, 2006)
Particularmente, el sector de TIC’s pareciera haber conseguido
posicionarse con mayor fuerza dentro del ámbito nacional. Un ejemplo de ello
es la iniciativa que adelanta el MCT, a través del Centro Nacional de Innovación
Tecnológica –CENIT-, el cual, a partir de mediados del año 2006, emprendió un
37
programa de capacitación y transferencia para el desarrollo de hardware y
software de computación, donde ya expresamente se puede ver mencionadas a
las cooperativas como “especiales de base tecnológica”; otorgándoles un
carácter distintivo frente a otras cooperativas
(http://www.mct.gob.ve/publico/noticias/det_noticias.php?co=506)
1.5. Consideraciones sobre la sostenibilidad de las organizaciones cooperativas de base tecnológica
Un punto argüido pero necesario de tratar es sobre la sustentabilidad de
este tipo de organizaciones. Entre las principales interrogantes que surgen al
preguntarse sobre el entorno que permita el sostenimiento de las cooperativas
de base tecnológica en el tiempo, una se refiere al apoyo o no por parte del
Estado y la duración que ese acompañamiento pueda tener. Por otro lado, está
el tema inherente a las condiciones para la autogestión; y por último, pero
esencialmente importante, el origen de las cooperativas, si respondieron a
necesidades de los grupos de socios o si fueron el resultado de iniciativas desde
arriba para satisfacer objetivos particulares del Estado o de otros sectores
externos a los grupos asociados.
Si el Estado promueve, a través de sus políticas para la democratización
del capital, disminución del desempleo y de inclusión social, la formación de
cooperativas entre personas que en muchos casos no conocen su proceder, sus
valores y donde los objetivos y aspiraciones personales no coinciden en el
mayor de los casos con la filosofía cooperativista, se tienden a generar
contradicciones en su esencia como movimiento social de base. Asimismo, el
38
obviar el contexto en el que se originan, difícilmente podrían generar
condiciones para su sostenibilidad. Tal como lo expresa uno de nuestros
entrevistados:
…Bueno, nos conformamos en cooperativa y la mayoría de nuestros compañeros ignoraba qué era una cooperativa, cuáles eran sus alcances y los beneficios que ésta nos brindaría. Por medio de unas charlas nos conformamos como cooperativa, con un futuro incierto, reclamando nuestros salarios, prestaciones sociales, sueldos caídos… Esa era nuestra intención, estar en nuestros puestos de trabajo en la empresa… Se cree que el exceso de protección por parte del Estado, como se ha
tendido a tratar en las agendas de algunos países, no permitiría la
autosustentación de las cooperativas en general; por otra parte, se considera
que sin el apoyo, fomento y estímulo de aquél realmente no alcanzarían ni
siquiera la maduración. Claramente, se trata de un tipo ideal. Novaes y de Lima
Filho (2006) se pregunta por qué algunos analistas refiriéndose a los subsidios
de las cuales son objetos por parte de sus Estados quieren que las cooperativas
alcancen la perfección que ni las empresas capitalistas consiguen.
Las cooperativas se inscriben dentro un circuito económico distinto al
circuito económico mercantil, el cual está subordinado al capital. Sin embargo,
siempre es importante considerar que este tipo de economía se ha gestado
dentro del propio sistema capitalista, como alternativa, pero siempre dentro de
él. Lo que acarrea parte de las contradicciones que reflejan algunos de estos
análisis.
Coraggio, en una aproximación sobre la sostenibilidad de los
emprendimientos mercantiles de la economía social y solidaria, observa en este
sentido que
39
…La política debe operar como acción transformadora para generar estructuras que produzcan y reproduzcan otra sociedad, más igualitaria, socialmente eficiente, mucho más democrática que la actual, la redistribución del ingreso y la inversión en bienes públicos de alta calidad y pertinencia son imprescindibles, pero no suficientes. (Coraggio, 2006:45)
Este autor continúa afirmando que para ello debe reinstalarse desde el
seno de las estructuras de relaciones de producción y reproducción una cultura
de valores basada en los derechos humanos y responsabilidades universales de
todos los ciudadanos. Sin embargo, esto será posible sólo si la responsabilidad
por la economía es socializada y democratizada y, si se limita la dinámica
nacional e internacional que la orienta. Por razones como estas, no se puede
considerar su definición y evaluación en los mismos términos en que son
tratadas las empresas mercantiles.
Considerando la organización y la filosofía del sistema socio-económico-
productivo cooperativista, una de las bases de sustentación sería el componente
humano, las aspiraciones, identidad, valores, la capacidad de negociación con
otros sectores y con sectores de la misma economía social, y la comprensión
del contexto en que se desenvuelven, la formación constante y adquisición de
nuevos conocimientos, así como el cumplimiento de sus responsabilidades
sociales, entre otros, que los incentive a incorporarse y mantenerse activos y
atentos para desempeñarse exitosamente en el sistema de transacciones en el
que se desenvuelven. Un aspecto importante del cual depende esta lógica
económica es el acceso a bienes públicos no monetizados, resuelto en parte por
el Estado en sus diversos niveles.
Entre tales bienes se cuentan: la canalización de una parte del poder de compra del Estado en sus diversos niveles hacia este sector; una política
40
fiscal progresiva que limite políticamente el enriquecimiento particular y redistribuya de los que más a los que menos tienen; la implementación de normativas jurídico-administrativas que reconozcan y promuevan estas formas autogestionadas; el acceso y la calidad y adecuación de la educación básica, del conocimiento científico-tecnológico, de las condiciones que hacen a la salud; el acceso a una seguridad social que socializa riesgos y asiste en situaciones de indefensión; el acceso a la seguridad personal, a la ciudad, a la justicia; el derecho de asociación; el derecho a la apropiación de medios esenciales de vida y o producción en función de una racionalidad social y no del interés de las elites,… el derecho a la información fidedigna, la regulación social y política de los mercados para evitar la formación de poderes asimétricos, a la regulación social de la libre iniciativa individual… (Coraggio, 2006:53) Todo esto incidirá en garantizar de manera más adecuada el propio
aspecto de la sostenibilidad en términos económicos, puesto que, si se tiene en
cuenta que parte de la “lógica” de una empresa es la apropiación de los
excedentes, al redefinir este concepto de acuerdo con los preceptos de la
economía social, se estará reorientando la percepción que se tenga sobre ese
excedente hacia factores distintos al elemento monetario.13
Siguiendo nuestro interés, cabe preguntarse ¿cómo pueden o cuál será la
vía más indicada que deban seguir las cooperativas de base tecnológica,
cuando en el seno de sus actividades subyace una lógica económica
fuertemente monetarizada? En las propias dinámicas que mueven los procesos
tecnológicos y de innovación, diversos elementos intervienen haciendo que se
produzca una relación entre la tecnología, la economía y el factor humano. Entre
ellos, los elementos económicos, suponen considerables sumas de inversión,
13
Según la Ley de Cooperativas de Venezuela, en su artículo 54, se tiene que el excedente “es el sobrante
del producto de las operaciones totales de la cooperativa, deducidos los costos y los gastos generales, las
depreciaciones y provisiones, después de deducir uno por ciento (1%) del producto de las operaciones
totales que se destinará a los fondos de emergencia, educación y protección social por partes iguales.” De
esta manera se puede apreciar un punto de inflexión con la percepción del sólo interés por el capital,
extendiendo dicha percepción hacia otros condicionantes de una adecuada calidad de vida. Este sobrante
no solo se traduce en dinero, sino que puede ser visto como salud y educación, entre otros.
41
así como importantes “tasas de retorno” considerando en este momento la
cuestión meramente de la rentabilidad. ¿Cómo se sostienen estas cooperativas,
en el marco del modelo cooperativista, si son invadidas por una considerable
suma de recursos económicos producto de sus operaciones? Además de tener
la debilidad ideológico-política mencionada en el apartado anterior, expresada
en falta de valores sólidos relacionados con los principios cooperativistas.
Más adelante podremos ver cómo en el caso de una de nuestras
cooperativas estudiadas, el tema del incremento del capital de la empresa, dado
el resultado de algunos contratos ya adquiridos con PDVSA, ha generado
inconvenientes para manejarse como cooperativa, entre ellos, la incorporación
de nuevos asociados en relación con el tema del certificado de aportación14,
donde se redefinieron las cuotas en términos muy elevados; la repartición de los
excedentes y la propia gestión de los recursos donde los contratos se resuelven,
hasta ahora, en base al dinero, dicho sea de paso, en sumas altamente
considerables.
Con implicaciones para otro de los casos que nos ocupan en este trabajo,
(específicamente el de la Cooperativa Nacional de Válvulas - CNVB) varios
autores sostienen (Morales y Ariza, 2004) que no por el hecho de transferir
poder en lo concerniente a la gestión y toma de decisiones de una empresa a
sus trabajadores bajo la forma de organización colectiva que se elija, se podrá
asegurar que la misma será sostenible. Por el contrario, ésta se encuentra
14
En el caso de las organizaciones cooperativas en Venezuela, el Certificado de Aportación es la cuota que
debe cancelar una persona para incorporarse como asociado a una cooperativa y contribuir con su aporte al
capital. Éste se puede hacer con dinero, trabajo o bienes. Es calculado sobre la base del capital suscrito
entre el número de asociados.
42
inmersa en una dinámica mucho más compleja donde interactúan múltiples
variables, tales como el mismo papel del Estado y la comprensión que tengan
los trabajadores sobre la organización.
1.5.1. La autogestión: un factor de sostenibilidad
Como se ha mencionado anteriormente, la autogestión es considerada
una de las bases de la sostenibilidad de los emprendimientos cooperativistas, al
mismo tiempo que han sido hermanas de un momento histórico particular.
Originariamente, la autogestión estaba concebida como el estado ideal de
participación y control por parte de la clase obrera sobre los medios de
producción, y sobre todo como un efectivo estadio para la toma de decisiones
de forma colectivo-asociativa, vinculado con un modelo distinto al modelo
capitalista. En este sentido, para Massari (1977), la autogestión es “un modelo
de construcción del socialismo, en el cual las palancas principales del poder y
los centros de decisión y control sobre los mecanismos productivos, residirán en
las manos de los productores directos, de los trabajadores democráticamente
organizados.” En este mismo sentido, resalta su origen como movimiento social
(Rosanvallon, 1979).
Diríamos que la autogestión está vinculada con la participación seria y
activa de los individuos en los diferentes niveles de la organización socio-
económica y de los problemas que les conciernen, así como la necesaria
concientización del cambio como factor determinante de su éxito. Es decir, se
requiere que los entonces trabajadores se conviertan en sujetos de acción
participativa, involucrados directamente con la gestión técnica y organizacional
43
dentro de la cooperativa, entendiendo que ello implica un conjunto de
responsabilidades más amplias, que incluye la garantía de un modelo tecno-
económico-productivo equitativo, justo y sobre todo social.
Al respecto es importante acotar la definición de Bourdet y Guillén (1975.
citado por Arvon, 1982), según la cual:
La autogestión es una transformación radical, no sólo económica sino también política, en el sentido en que destruye la noción común de política (como gestión reservada a una casta de políticos) para crear otro sentido de esta palabra: a saber, la toma en sus manos, sin intermediarios y a todos los niveles, de todos “sus asuntos” por todos los hombres. (Bourdet y Guillén, 1975. citado por Arvon, 1982)
Es así que el principio de autogestión trasciende lo económico para
conjugar lo humano y social en un derecho a la autonomía personal (Arvon,
1982), sin que esto justifique el individualismo liberal. Por el contrario, se arraiga
en el cooperativismo como valor de acción colectiva. Algunos casos de
cooperativas en Venezuela, constituyen una muestra de experiencia
autogestionaria (Bastidas, 2003). Entre los más emblemáticos, destacan las
cooperativas de consumo y de servicios funerarios, agrupadas en la central
CECOSESOLA, en el Estado Lara, la Cooperativa Agropecuaria La Alianza,
Servicio Médico Cooperativo de Barinas (Sermecoop), Servicio Médico
Cooperativo de Bermúdez; Servicio Funerario Cooperativo Nacional de la
Central Cooperativa de Venezuela. (Bastidas, 2003)
Más recientemente, para entender la autogestión desde el
cooperativismo, Giraldo (2005) propuso un concepto según el cual se concibe la
autogestión como un:
Proceso mediante el cual se desarrolla la capacidad individual o de un grupo para identificar los intereses o necesidades básicas que le son
44
propios y que a través de un proceso organizativo permita defenderlos expresándolos con efectividad en la práctica cotidiana, basándose en una conducción autónoma y en una coordinación con los intereses y acciones de otros grupos, este concepto por supuesto lleva implícito el de planificación, democracia participativa y desarrollo sustentable. (Giraldo, 2005)
Según lo expuesto, es cada vez más determinante conocer la importancia
de la autogestión dentro de las iniciativas cooperativas, como factor de
sostenibilidad. Considerando, particularmente, que en los casos mas recientes,
estas iniciativas son producto de ideas o factores externos y no de los propios
cooperativistas.
2.- Un enfoque socio técnico del asunto: sobre la convergencia entre el cooperativismo, las capacidades tecnológicas y el desarrollo endógeno como base de sustentación
Para comprender las relaciones entre los procesos científico-tecnológicos
y los procesos sociales en los que están inmersos han surgido diversos
enfoques. Uno de ellos es el enfoque socio-técnico, el cual aborda el desarrollo
de los conocimientos en una perspectiva de complementariedad entre los
diferentes subsistemas de un sistema social más amplio,15 partiendo del hecho
mediante el cual éstos se producen en el marco de un conjunto de no tan
azarosas relaciones sociales. Esto implica que no sólo se considera el
componente técnico del aprendizaje o de cambio tecnológico16, sino que
15
Para profundizar en el tema de Teoría de Sistemas, ver Ritzer (2002); Luhman (1984/1995). Respecto al
estudio de los Sistemas Tecnológicos ver Hughes (1987). 16
Arteaga y otros (1991), en una interpretación del concepto de cambio tecnológico elaborado por Parayil
(1991), lo define como “un proceso temporal y acumulativo, que incrementa la habilidad de los grupos
para resolver sus problemas sociales, económicos y cotidianos. El elemento central de su concepción es el
conocimiento y en ello fundamenta el proceso de cambio tecnológico. Este proceso cognitivo involucra
cambios en la estructura y contenido, y en el contexto de producción del conocimiento tecnológico. Si bien
45
también se consideran las decisiones, relaciones e interacciones de las
personas que lo hacen posible, y los conceptos que surgen a raíz de ellas.
Es por ello que consideramos abordar este estudio desde la perspectiva
sociotécnica, ya que nos permite observar y describir los procesos de
interacción entre los diferentes grupos e intereses que se mueven alrededor y
entre procesos y productos tecnológicos de diferentes niveles; y sobre los
cuales se ha sentado la aparición y desarrollo de las cooperativas de corte
tecnológico. A través de la reconstrucción de los procesos que han vivido estas
cooperativas desde su formación en tiempos muy reciente, hemos podido
observar el desarrollo de experiencias y ejercicios interesantes donde confluyen
demandas e intereses socio-económicos y actores del sistema tecnológico y de
innovación nacional; que rescatan las diferentes dimensiones de un fenómeno
sociotécnico particular.
El enfoque sociotécnico se centra en el abordaje de los diferentes actores
que intervienen en el fenómeno; se pregunta sobre el cómo y el qué los mueve;
qué o quienes los respaldan y por qué. Todo ello visto como un conjunto y un
continuum heterogéneo y dinámico (Knorr-Cetina, 1983; Lynch, 1982; Nelkin
1979); que en nuestro caso nos permite una aproximación comprensiva del
surgimiento de un tipo particular de organización, en un contexto más amplio de
cambio técnico y, con posibilidad de incidir en procesos de aprendizaje
tecnológico (Arteaga y otros, 1995). Aunque no consideramos en específico una
tecnología o proceso tecnológico, resaltamos los procesos alternativos que se
la manifestación es tangible y aparente en forma de artefactos materiales, la parte integral de este proceso
es de naturaleza cognitiva.”
46
han originado en torno a dichas dimensiones, a partir del know how disponible y,
de su apropiación o adaptación a necesidades y contextos particulares, cada
vez más necesarias en regiones como Latinoamérica.
Vessuri (1997) propone un modelo para el análisis de casos particulares,
ubicando el escenario de los procesos de aprendizaje tecnológico como de
suma importancia para los países en desarrollo. Para ello menciona un conjunto
de dimensiones, de las cuales, a nuestro interés y considerando que nuestro
análisis se basa en cooperativas de base tecnológica, tomamos las siguientes:
- la evolución, en la práctica, del aprendizaje tecnológico por parte de científicos e ingenieros y de las capacidades tecnológicas resultantes de su accionar en el trabajo
- el aprendizaje socioinstitucional en dimensiones que van más allá de lo estrictamente técnico
- los problemas de la transferencia de información entre subsistemas de conocimiento y el rol de mediación de individuos capaces de funcionar o de ser aceptados por los distintos subsistemas interactuantes y de traducir eficientemente los contenidos y valoraciones de uno a otros. (Vessuri, 1997)
Dentro de éste orden de ideas, comprender cómo ha sido el proceso de
desarrollo de las nuevas cooperativas, específicamente de base tecnológica; y
qué papel juega el fomento y estímulo de ellas dentro de los procesos tecno-
productivos vinculados al sector petrolero resulta nuestro principal objetivo. Para
ello consideramos la perspectiva del análisis microsociólogico, la cual “se ocupa
básicamente del estudio de la firma y su habilidad de innovar, su estrategia de
negocios, su capacidad de aprendizaje, su estructura, etc., en el caso de los
estudios económicos, o, en el caso de los microsociológicos de la investigación
científica y tecnológica, de las habilidades, estrategias y efectividad individuales
de los técnicos o ingenieros.” (Vessuri, 1997:51).
47
En nuestra propuesta de trabajo, adicional a los técnicos e ingenieros,
incluimos a un grupo de actores, a quienes también consideramos como sujetos
de conocimientos; éstos son los obreros o trabajadores, ahora asociados en
cooperativas y técnicos y profesionales “empleados” o “contratados”, que hacen
posible la realización de determinados procesos, que incluyen conocimientos
técnicos y tecnológicos, y que cuentan en su haber con la experiencia que les
ha permitido desplegar un importante know how.17
Aquí adoptamos la propuesta de Dagnino y Novaes (2005, 2006) en la
cual plantean el concepto de Adecuación Socio-Técnica (AST) como aquel
espacio donde se substituye la idealización típica del laboratorio por la práctica
concreta de los movimientos sociales; enmarcado, en el plano descriptivo de
investigación sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad, en función de la necesidad
de observar procesos de adecuación de la tecnología convencional en
cooperativas populares, fábricas recuperadas, etc.
Según estos autores, el concepto de AST, vinculado a este tipo de
fenómenos, enmarca diferentes modalidades o procesos; ellos son:
a) cambios de software: relativos a la distribución del excedente (anticipos) y cambios culturales (adaptaciones de la fábrica a los intereses de los trabajadores, etc.)
b) orgware: organización del proceso de trabajo, participación de los trabajadores en los concejos y decisiones internas/estratégicas de la fábrica, etc.
c) la adecuación de la tecnología de hardware heredada (máquinas y equipos). También se analiza la subjetividad de los obreros en relación al proceso de trabajo y al cambio tecnológico. (Novaes y Dagnino, 2006)
17
El paro petrolero supuso la revitalización de un amplio y extenso conjunto de personas “con diferentes
roles y funciones e historias que contar, y en todos los casos con saberes específicos” (Canino y Vessuri,
2005) que superaron la posición marginada y subvalorada en que habían estado sumidos; demostrando una
eficaz capacidad de respuesta ante la crisis provocada por el paro petrolero.
48
La AST trasciende el carácter técnico–económico tradicional, e intenta
abarcar y llegar a aquellos elementos que permitan la comprensión de los
procesos de cambio técnico por los que atraviesa buena parte de las sociedades
latinoamericanas, en una reconfiguración de las relaciones sociales y en el
aminoramiento de las brechas que separan a los sectores excluidos de la
sociedad con los avances científicos-técnicos, por medio de procesos de
apropiación, adaptación y transferencia, entre otros.
2.1. Relación de las políticas científico–tecnológicas con las socio–productivas
Siguiendo las propuestas de los estudios sobre ciencia, tecnología y
sociedad, se enfatiza en la necesidad de vincular las políticas científico–
tecnológicas con las demandas y necesidades de la sociedad, considerando sus
contextos y capacidades inherentes. El entorno, su historicidad, sus
necesidades y demandas, y las potencialidades internas y externas han cobrado
cada vez más fuerza al momento de abordar los casos específicos.
De esta manera, consideramos como punto de partida para este análisis,
aquellos elementos necesarios para desarrollar un determinado entramado
tecno–productivo y social. En esta perspectiva, Vessuri (2004: 187) apunta que
es necesario:
Adoptar políticas económicas, sociales y culturales que enfrenten de cabeza los problemas más urgentes del grueso de la población. Esto supone reconocer por parte de los sistemas nacionales de I+D en los países en desarrollo la existencia de: - bases tecnológicas que no necesariamente coinciden con las
nociones estándar;
49
- una amplia base laboral que incluye a los llamados sectores “no calificados” (que no significa “sin conocimientos” ) de la sociedad; y
- una interacción renovada entre la tecnología y la cultura. Por su parte, Sábato (1997), ha expresado que uno de los retos más
importantes que han surgido para decidores, políticos, empresarios, dirigentes,
obreros, entre otros actores, respecto a la relación tecnología-sociedad, es
responder al hecho de “cómo ‘manejar’ la tecnología en función de planes y
programas de alcance socio-político-económico-culturales…”, es decir, “Cómo
disponer de suficiente tecnología de calidad adecuada y cómo utilizarla para el
logro de ciertos objetivos”. Sobre la base de estas interrogantes, este autor
propone:
… Una solución basada en un esquema conceptual diferente y que pretende introducir la tecnología desde “adentro hacia fuera”…: dada una política industrial (PI) inscrita en el marco de una cierta política económica, cómo utilizar la tecnología T de forma de asegurar que su comportamiento sea compatible con esa política, y contribuya de manera óptima a alcanzar los objetivos propuestos por PI.
En este sentido, es importante clarificar temas claves como transferencia
tecnológica, aprendizaje tecnológico, entre otros; en el entendido de formular
una política tecnológica coherente con las condiciones de entorno en que se
ejecutan. Aún más para regiones como las nuestras, donde se cuenta con
deficientes, o casi ausentes, tradiciones en formulación de políticas en materia
de tecnología (Arvanitis y Villavicencio, 1995)
Si bien es cierto que el objetivo de este trabajo no es el análisis o
evaluación de alguna política en específico, sÍ adoptamos una mirada que busca
permitirnos exponer un fenómeno que se está desarrollando en Venezuela, que
intenta articular los intereses económicos, sociales y tecnológicos a través del
50
fomento y estímulo para desarrollar e incrementar las capacidades tecno-
productivas nacionales, regionales y locales.
En torno a esto, nuestra intención es:
Describir a modo de sumario cómo se han orientado algunas políticas
hacia las cooperativas de corte tecnológico, en el intento de constituir
un efectivo sistema de participación-acción en la conducción y
desarrollo de las capacidades tecnológicas de nuestra sociedad,
especialmente si están vinculadas con la principal fuente económico-
industrial, como lo es la industria petrolera nacional;
Además de contribuir a potenciar buena parte del sector industrial
nacional, con una concepción valorativa diferente de la producción y
apoyada en una visión colectiva de su actividad económica, basada
no sólo en el afán de lucro, sino también en las compensaciones
sociales y culturales, entre otras.
Un ejemplo de la dinámica de cambio que mueve actualmente a nuestra
sociedad, teniendo en cuenta nuestro interés, el elemento tecno-productivo,
el cual se ve afectado por los cambios organizativos, son las
transformaciones por las que han atravesado las cooperativas en estudio, y
que seguramente ya finalizado este trabajo continúan ocurriendo. Influidas
por el acompañamiento y las políticas que adelanta el Estado, que intentan
modificar las estructuras socio-institucionales del país, una de estas
cooperativas está siendo orientada hacia la conformación de un Consejo de
Fábrica, constituido por los que en su momento fueron obreros de la
empresa Constructora Nacional de Válvulas, y que ahora se encuentran
51
asociados en la Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas. Uno de los
argumentos de este cambio radica en el recelo frente a la figura de
propiedad privada de un colectivo que supone la organización cooperativa.
Es decir, se intenta garantizar la propiedad social a través del Estado, y que
la gestión, administración y gobierno se ejecute por medio de los
trabajadores.
En este sentido nos aproximamos a tales cooperativas, a fin de apreciar
de forma comprensiva, por ejemplo, “los mecanismos por los cuales la mano
de obra desarrolla procesos de aprendizaje y las actividades o la dinámica
entre las actividades a través de las cuales se aprenden a dominar las
tecnologías”, (Arvanitis y Villavicencio, 1995) y, por supuesto la organización
o la empresa, en este caso cooperativa.
2.2. El desarrollo endógeno como patrón de desarrollo
Las principales fallas del modelo de desarrollo en América Latina han sido
atribuidas al hecho de haber estado demasiado supeditado a las
consideraciones macroeconómicas de las políticas económicas y a un
conocimiento restringido de las demandas y necesidades propias de la
población. Ello habría repercutido en algunas incoherencias, tales como el
hecho por el cual los productos que se generaron en el momento de la
industrialización por sustitución de importaciones, por ejemplo, no encontraron
asidero en los mercados nacionales; o, como en el caso de los procesos de
acumulación y expansión del excedente y de la distribución de sus resultados,
donde los efectos de este proceso de acumulación de capital y de la
52
incorporación de innovaciones tecnológicas se revertían hacia los países del
centro y no hacia el interior de los países periféricos (Sunkel, 1991:39). Entre
otras, Sunkel listó las siguientes características:
…La propiedad extranjera, la sobreexplotación de la mano de obra, la ausencia de infraestructura interna, la falta de un sector empresarial nacional, la carencia de participación y control estatal, el deterioro secular de los términos de intercambio para los productos primarios, la inelasticidad de la demanda internacional por este tipo de productos…(Sunkel, 1991:39).
Para la década de los noventa las discusiones y debates en torno a la
necesidad de ciertas reformas en el aparato orientadas por matrices teórico-
conceptuales, que ayudaran a revertir en buena medida la situación presentada
en el párrafo anterior, se hicieron cada vez más fuertes. Este fenómeno no ha
perdido vigencia; es por eso que se considera la perspectiva presentada por
Sunkel (1991), quien reivindica el desarrollo desde dentro que, a diferencia del
desarrollo hacia dentro18, coloca el acento en los modos de producción:
acumulación, el progreso técnico y la productividad; promoviendo un esfuerzo
creativo interno por configurar una estructura productiva que sea funcional a las
carencias y potencialidades específicas nacionales.
En resumen, se puede decir que hasta ahora en América Latina, luego de
muchos y variados intentos por aplicar medidas que “contribuyeran” a mejorar
las oportunidades y el entorno económico de estos países, sus objetivos, que
estaban principalmente vinculados al mejoramiento de las condiciones de vida
de la población y a la ampliación de la demanda laboral, no se han alcanzado en
18
Aplicado en la década del 40’, y basado en la ampliación del consumo interno y en la reproducción local
de los patrones de consumo, producción industrial y tecnología de los centros, mediante el proceso de
sustitución de importaciones, orientado por una demanda interna estrecha y sesgada, configurada por una
distribución del ingreso interno muy desigual. (Sunkel, 1991)
53
la proporción requerida por el total de la población. Por el contrario, algunos
datos demuestran que, a pesar de algunas reivindicaciones, la situación no logra
estabilizarse y persiste la inestabilidad. Así, tenemos que:
Siendo [América Latina] la región en desarrollo con mayor preponderancia de gobiernos democráticos es al mismo tiempo la que presenta más desigualdades sociales, donde el 20% más rico de su población posee el 60% de toda la riqueza, mientras el 20% más pobre posee el 3%... en 1990 el 49.2% del total de empleados de América Latina formaban parte de la economía informal; para 2000 el porcentaje era de 51.9%. la brecha de ingresos entre los trabajadores informales y los formales es amplia y durante la década de los 90 se ensanchó aun más, pasando de 59% en 1990 a 72% en 2000. (Abreu, 2006: 2-4) En consecuencia, se reafirma la importancia de incorporar en las agendas
de desarrollo y en los sistemas nacionales de innovación, todas las capacidades
localmente disponibles, incluyendo el conocimiento generado endógenamente
en lugares y contextos particulares, aún el conocimiento empírico, el
conocimiento incorporado en tecnologías, en tradiciones culturales, entre otros;
considerando de esta manera que el conocimiento no se encuentra fuera de la
actividad práctica (ICSU, 2002. [Citado por: Gallopín y Vessuri, 2006]).
En el marco de las políticas que promueve la administración del Estado
venezolano a partir del año 2000, se menciona el desarrollo endógeno como
base de sustentación de las políticas de desarrollo del país, entendiéndose éste
como el apalancamiento y aprovechamiento de los recursos humanos y
materiales propios de cada sociedad. Para el ente rector de políticas en Ciencia
y Tecnología, es un desarrollo que se vincula a lo exógeno (lo de afuera) desde
la valoración de lo endógeno (lo de adentro), tras lo cual se valora la comunidad
de naciones con la cual necesariamente debe intercambiar en un mundo cada
vez más interconectado (PNCTI-MCT, 2005:77).
54
Viendo en el desarrollo endógeno una interacción entre la cooperación y
la competitividad, Mas Herrera (2005) concibe que dentro de los elementos
constitutivos de la base de sustentabilidad económica de este patrón de
desarrollo, debe vincularse un conjunto de factores fundacionales. Ellos son: la
esfera productiva, la esfera del intercambio comercial, la organización de los
anillos productivos y la estrategia para la elección del negocio.
Siguiendo la definición de la esfera productiva, se tiene que es el espacio:
Donde se desarrollan todos los procesos de transformación, creación, fabricación y reproducción de los bienes y servicios necesarios para el consumo interno y para la exportación, requeridos para adelantar la visión y estrategia del desarrollo endógeno. (Mas Herrera, 2005:162-163) A su vez, la autora plantea que el espacio productivo se compone de
cinco funciones de producción, denominadas palancas: la palanca de las
capacidades del personal, la palanca de la tecnología, la palanca de los
recursos naturales y la innovación, la palanca financiera y la palanca de capital.
De ellas, nos interesa rescatar la palanca de la tecnología, la cual se refiere a
los cambios en los procesos de adaptación, creación, transferencia y uso de las
plataformas tecnológicas requeridas en la esfera productiva; dependiendo
fundamentalmente de las tecnologías de producción (aquéllas que soportan el
proceso de transformación y producción medular) y de las tecnologías de
información (aquellos procesos tecnológicos que conllevan al proceso de
información y toma de decisiones gerenciales).
Debido a que las cooperativas a estudiar se encuentran relacionadas con
los procesos operativos medulares del negocio petrolero, en el suministro de
bienes y servicios, vinculados a los proceso de exploración y producción de los
55
hidrocarburos, en algunos momentos haremos mayor hincapié sobre las
tecnologías de producción.
En el caso de Venezuela se ha percibido la intención de ser coherentes
desde su práctica política (en términos de policy) con las presiones y demandas
de algunos sectores de la sociedad expresados en algunas de las ideas ya
expuestas. Un indicio a considerar es el instrumento de política del Ministerio de
Ciencia y Tecnología diseñado en el 2005, el Plan Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación (PNCTI) 2005-2030; así como también la apertura en
diferentes sectores y empresas del Estado, entre ellas Petróleos de Venezuela
(PDVSA), a sectores productivos que si bien no son de reciente aparición,
constituyen una novedad en nuestro quehacer social, económico y productivo.
Es el caso de las cooperativas de base tecnológica, las cuales conjugan
en su haber capacidades, habilidades y conocimientos técnicos y tecnológicos
que son necesarios reconocer. Son organizaciones empresariales, pero a
diferencia de una empresa mercantil, su esencia es la propiedad colectiva de
los medios de producción. Constituidas por incentivo del Estado venezolano
pero conformadas por obreros, técnicos y/o profesionales con un know how y
una base de conocimiento relevante para el sector socio-técnico y productivo del
país, adquiridos (tales conocimientos) en procesos de transferencias en sus
respectivas áreas laborales o en procesos de formación y capacitación técnica o
por oficio19, a lo cual se le suma el espíritu cooperativo propio de ellas.
19
Tal es el caso del INCE, Instituto Nacional de Cooperación Educativa; replanteado hoy como INCES,
Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista; el cual se encargó de orientar la formación y
capacitación hacia oficios específicos. Tal como lo veremos en el capítulo IV.
56
Al asumir el actual gobierno la administración del Estado, efectivamente
se plantearon políticas socio-económicas que incentivaban el desarrollo
endógeno, algunas reflejadas en el PDESN 2001-2007. Pero, como resultado de
sucesos como los provocados por el paro petrolero de finales del 2002, también
tendieron a mitigar la situación de desempleo generada entonces.
2.3. La capacidad tecnológica: una variable marco
La capacidad tecnológica es una variable vinculada con los procesos de
desarrollo industrial, por lo que resulta necesario ubicarnos en esta dimensión.
Sin embargo, queremos insistir en que nuestro interés radica principalmente en
la consideración del potencial de capacidad tecnológica instalada en un sector
particular de las organizaciones cooperativas en Venezuela.
A modo de ilustración, rescatamos el concepto de Pack y Westphal
(1986; en: Kim, 2001), para quienes el desarrollo industrial es el proceso de
fortalecimiento de las capacidades tecnológicas, mediante el aprendizaje y
conversión de las mismas en productos y procesos innovadores en el curso de
un cambio tecnológico continuo. Tomando en cuenta el paradigma de desarrollo,
los elementos mencionados adquieren mayor validez, resaltando lo local, lo
propio, el haber de saberes con que cuenta determinada sociedad; emergiendo
de esta manera el potencial que permitiría alcanzar las metas propuestas en los
planes y programas diseñados con el objetivo de apalancar al sector productivo
nacional, la inclusión socio-productiva de “no expertos” en las decisiones y actos
que les competen y les son inherentes, fomentar y apoyar las innovaciones
locales, entre otros objetivos.
57
Al parecer, la visibilidad y preponderancia de pensar la realidad
venezolana en términos de complejidad, condujeron al planteamiento de una
estrategia mancomunada que abarcara diferentes ámbitos de la vida nacional
incidiendo en la construcción de un nuevo modelo económico. Para ello, en el
ámbito estratégico industrial, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, siguiendo la
perspectiva del desarrollo endógeno, se planteó que debía promoverse “un
esfuerzo creativo interno por configurar una estructura productiva que sea
funcional a las carencias y potencialidades específicas nacionales…” En
consecuencia “se comenzaría por establecer las industrias, consideradas
pilares fundamentales para crear lo que hoy llamaríamos un núcleo endógeno
básico para el proceso de industrialización, acumulación, generación y difusión
del progreso técnico e incremento de la productividad. De lo anterior resalta:
- Aprovechamiento eficiente de la infraestructura y capacidad instalada - Incorporación de la población excluida - Desarrollo de nuevas formas de organización, tanto productivas como
sociales - La construcción de redes productivas de diversos tamaños y
estructuras tecnológicas, como pueden ser las microempresas y cooperativas, articuladas con la gran industria y las redes de comercialización. (PNCTI 2005 – 2030; MCT; 2005:77-78).
Kim (2001), resulta un referente importante para entender la vinculación
entre el desarrollo industrial y la capacidad tecnológica. Este autor subraya la
necesidad de orientar esfuerzos a fin de incrementar la capacidad tecnológica;
ya que la misma:
Hace referencia a la aptitud de hacer un uso eficaz del conocimiento tecnológico en la producción, la ingeniería y la innovación, con el fin de mantener la competitividad tanto en precio como en calidad. Tal capacidad permite a una empresa asimilar, emplear, adaptar y modificar las tecnologías existentes. Así mismo, le permite crear nuevas
58
tecnologías y desarrollar nuevos productos y métodos de fabricación que respondan al cambiante entorno económico. También se entiende por capacidad tecnológica “la capacidad de hacer
uso del conocimiento para adquirir, asimilar, adaptar y cambiar tecnologías
existentes y para desarrollar productos y procesos nuevos.”
(www.scidev.net/quickguides/technologytransfer)
Un poco más allá, resulta necesario ampliar, incluso adaptar, este
concepto de capacidad tecnológica, pues no sólo la empresa se beneficiaría de
la potenciación de tales capacidades, sino también un país o región en general,
más aún en contextos como los latinoamericanos; es decir, aunado a la variable
competitividad en términos meramente económicos, el sólo hecho de promover
iniciativas para el acceso y uso de determinado tipo de conocimiento a
diferentes actores sociales que en otros tiempos quedaban excluidos de éste,
constituye un avance significativo. Lo anterior devendría en un proceso de
aprendizaje tecnológico de mayor alcance; entendido como el proceso de
acumulación de las capacidades para innovar
(http://www.scidev.net/dossiers/index.cfm?fuseaction=definitions&dossier=12)
El necesario reconocimiento de la mayor cantidad de elementos que son
parte del proceso de cambio técnico, es cada vez más, tanto imperativo como
inevitable ya que refleja la diversidad de vertientes por las que esta compuesto,
y que tienen un peso importante en el momento de tomar decisiones o definir
estrategias en materia de aprendizaje, transferencia e innovación tecnológica.
Es así que Arvanitis y Villavicencio (1995), siguiendo los trabajos de Stiglitz
(1987) y Lundvall (1992), reconocen a los actores sociales “(con nombre y
59
apellido)” y al trabajo – ese espacio laboral, que se convierte en espacio de
aprendizaje- como fuente activa de innovación y aprendizaje.
Existen tres variables que atañen directamente a estos procesos, ellos
son la base de conocimientos existente, la intensidad de esfuerzo (Cohen y
Levinthal, 1990) y la transferencia tecnológica (Kim, 2001, en línea) que implica
también una transferencia de conocimientos. Con qué se cuenta dentro de las
cooperativas de base tecnológicas, cómo y hasta dónde se intensificará lo ya
existente, son cuestiones básicas que entonces habría que responder.
El Servicio de Información Comunitaria sobre Investigación y Desarrollo
de la Comunidad Europea (EC CORDIS), define la base de conocimiento, como
el cuerpo de conocimientos sobre el cual un sector industrial particular confía su
avance. Ésta puede incluir no solamente el conocimiento codificado, sino
también el conocimiento tácito y el conocimiento envuelto en plantas y
equipos.20
El modelo del conocimiento tácito expresado, entre otros por Kim,
muestra que el aprendizaje tecnológico rápido y eficaz se produce mediante la
conversión que se produce entre el conocimiento explícito y el tácito. Por
conocimiento explícito Kim, inspirado en Nonaka y Takeuchi (1995) entiende el
conocimiento que se encuentra codificado y que puede transmitirse usando un
lenguaje formal y sistemático, mientras que el conocimiento tácito, al tener unas
raíces tan profundas en el cuerpo y la mente humanos, difícilmente puede
codificarse y transmitirse y sólo puede expresarse por medio de la acción, el
20
Tomado de: http://www.scidev.net/dossiers/index.cfm?fuseaction=definitions&dossier=12
60
compromiso y la participación en un contexto específico. El aprendizaje y la
creación de conocimiento que se produce mediante la interacción entre el
conocimiento explícito y el tácito irán aumentando en escala a medida que se
avanza en una progresión espiral ascendente desde el plano individual hasta el
nivel organizativo.
Para inicios de los años 50, en un intento por industrializar algunos países
latinoamericanos, se implementó una política orientada a formar un tejido
productivo nacional, sustituyendo las importaciones y fomentando “la
reproducción de estructura sociales modernizadas, por medio de la
industrialización sustitutiva.” No obstante, a medida que se profundizó el
proceso, se hizo evidente que el modelo sirvió “…en general, para perpetuar la
dependencia tecnológica.”(Vessuri, 2004; Pirela, 1996).
Con todo, ello no impidió el crecimiento industrial que trajo consigo la
consolidación de una sofisticada cultura mecánica, química, eléctrica, etc. que,
sin duda, constituyen un "capital social" de enorme importancia en el desarrollo
histórico de largo plazo de cada uno de los países de la región (Dini y Katz;
1997:14) Es por ello que resulta interesante comprender cómo estos esfuerzos
por impulsar el desarrollo industrial en Venezuela, devenidos en capacidades
nacionales de importante reconocimiento, se transformaron para ir convergiendo
en la actualidad en organizaciones de tipo más horizontal, distinguibles en la
mayoría de los casos de las organizaciones que surgen del desarrollo industrial
más conservador, es decir, aquellas de tipo vertical que imponen necesaria u
obligatoriamente la verticalidad, la jerarquización y excluyente división entre las
personas que la integran.
61
3.- Diseño de la investigación
Habiendo definido algunos de los conceptos que orientaron esta
investigación, resulta importante mencionar cuál fue la metodología para su
abordaje. Desde una mirada sistémica, nos aproximamos a la comprensión del
proceso de apalancamiento tecno-productivo que se lleva a cabo en Venezuela.
Es desde una mirada sistémica debido a que, aun siendo una aproximación a
una realidad mucho más compleja de la que presentamos, abordamos algunas
iniciativas que se están empleando para impulsar las capacidades tecno-
productivas nacionales, específicamente de las organizaciones cooperativas de
base tecnológica, intentando abarcar al máximo cada uno de los elementos que
componen este fenómeno, desde las percepciones que tienen los propios
actores y sus interacciones e intervenciones en la dinámica inherente. Junto a
ello, realizamos una aproximación teórica, acerca de las experiencias y
sistematizaciones existentes, para dilucidar sobre el estado del arte de las
cooperativas de base tecnológica tanto a nivel local, regional e internacional.
La etnometodología nos resultó el camino más pertinente en este sentido.
Según Garfinkel:
La realidad objetiva de los hechos sociales es todo logro práctico de la sociedad que se produce local y endógenamente, naturalmente organizado, reflexivamente explicable, en curso; el esfuerzo de los miembros que tiene lugar en todas partes, siempre, de manera única, exacta e íntegra, sin interrupción ni posibilidad alguna de elusión, ocultamiento, desatención, posposición o negociación. (Garfinkel, 1991; en Ritzer, 2002) Sin embargo, hay que advertir que esta aparente naturalidad de la
realidad, aunque está allí y es innegable, suele estar intervenida en ocasiones
por factores exógenos a ella. Considerando lo anterior, y retomando la
62
perspectiva socio-técnica en el ámbito del aprendizaje tecnológico, que permite
ampliar la idea en una visión más complementaria y compleja de la realidad,
Vessuri apunta:
Los actores no pueden hacer historia de la manera que se les ocurra, pero tampoco sus acciones están totalmente restringidas. Las instituciones y las interacciones sociales que ellas propician para el aprendizaje tecnológico juegan una parte activa en el proceso, proporcionando el “contexto” crítico para el ejercicio de la creatividad. (Vessuri, 1997) Digamos que a partir del contexto crítico, se han puesto en movimiento un
sin fin de capacidades propulsoras de cambios y alternativas a la manera
tradicional de actuar de nuestros sectores económicos industriales, en sentido
de su carácter social, técnico y productivo. Por ello, nos adentramos en la
comprensión de esta realidad, desde sí misma, observando y describiendo las
acciones y los procesos, como un mundo de relaciones en constante cambio.
En el camino de este abordaje uno de los retos que se presentó era
precisamente estudiar organizaciones de carácter empresarial-industrial pero,
colectivas, diferentes en su naturaleza organizativa y en la relación socio
económica con el entorno respecto a la concepción tradicional empresarial, en el
contexto de las economías de mercado y su proceso de aprendizaje y
adaptación a determinados segmentos del sistema tecnológico que constituyen
parte esencial de PDVSA. Utilizando herramientas como los estudios de casos y
las entrevistas a profundidad pudimos contrastar y reseñar este proceso. Cabe
resaltar que esto no se resuelve de una manera lineal y pasiva. Como en otros
análisis donde están presentes un conjunto de valores que determinan una
organización social, este estudio deja ver cómo diferentes concepciones
63
respecto a la idea de cooperativismo como política de inclusión social y como
mecanismo de aprovechamiento de las capacidades tecno-productivas forman
un entramado de posturas que abogan por el cambio de estructura y otras que
se resisten a ello. Así como también, devela la incertidumbre que resulta de este
fenómeno. Lo expuesto, se podrá apreciar en detalle en la exposición de los
casos en los capítulos que siguen.
3.1. El abordaje
Inicialmente, recurrimos a la búsqueda de antecedentes similares a esta
experiencia, encontrando evidencias en el nivel internacional y muy pocos en el
nacional. Lo anterior, correspondió a una parte del proceso exploratorio en el
que está inscrito el trabajo. Igualmente se procedió a realizar una revisión
documental que permitiera sentar algunas bases teórico conceptuales en las
que sustentarnos, para posteriormente ir a la realidad e inducir y generar
nuestro propio debate con el cual construir una aproximación lo más crítica
posible. Asimismo, conocimos algunas experiencias interesantes que están
actualmente en marcha y que nos llevaron a seleccionar algunas para
estudiarlas en mayor detalle, como se explica en el punto siguiente.
Respecto al tema del cooperativismo y de las organizaciones
cooperativas en general no se consideró necesario extendernos en su
desarrollo, puesto que existen amplios y diferentes debates en torno al tema. No
obstante, resulta conveniente reconocer que al momento de aproximarnos
desde una mirada teórica al significado de cooperativas de base tecnológica,
esto nos presentó ciertas dificultades, debido a que no se encontraron detalles
64
precisos sobre estas organizaciones en el área de nuestro interés. Como ya
hemos dicho, nos centramos en la comprensión de cooperativas de base
tecnológica. En este sentido abordamos aquellas cooperativas que pudieran
insertarse en procesos tecnológicos de complejidad variable, especialmente
relacionados con la actividad petrolera, casos inéditos en la historia de nuestro
país. Por lo que fueron los mismos estudios de casos, y algunas adaptaciones
de estudios en otros sectores de actividad tecnológica e industrial, los que nos
permitieron delimitar nuestro concepto de cooperativas de base tecnológica.
Se puede así desglosar algunas interrogantes generales con las que nos
aproximamos a la comprensión de una cooperativa como una organización
socio-económica productiva, inserta en un modelo económico más amplio:
- ¿Cuáles son las motivaciones que llevan a constituir una organización cooperativa? ¿Cuáles son sus antecedentes como cooperativas?
- Identidad grupal y aspiraciones colectivas - ¿Cómo llegan a la cooperativa? - ¿Qué conocen del cooperativismo y de las organizaciones
cooperativas? - Intereses económicos y sociales - ¿Cuáles son sus preocupaciones? - Factores psicológicos - Factores Sociales - ¿Con qué objetivos se crean y mantienen? - ¿Qué conocimientos manejan sus integrantes? ¿Cuál es
su know how? - ¿Cómo se manejan estos conocimientos en el colectivo? - ¿Cómo se maneja su economía?
Como parte de este impulso dado al movimiento cooperativo en
Venezuela y entendiendo la dinámica de cambio global, donde temas como
ciencia y tecnología, entre otros, se posicionan transversalmente a lo largo y
ancho de los diferentes tipos de organizaciones, se pueden apreciar algunas
65
orientaciones de política21 que han vinculado las actividades científico-
tecnológicas con el desarrollo de las organizaciones productivas, en el caso que
nos atañe específicamente las cooperativas.
En este sentido surgen algunas preguntas marco: ¿Hay sectores
dispuestos a la incorporación de los nuevos modelos organizacionales-
productivos? Si los hay, ¿cuáles son y cómo prevén incorporarlos? ¿Cuáles son
los cambios requeridos y las estrategias concretas sugeridas? Si aún no se
identifican ¿Qué pasará con aquellas organizaciones que ya han sido formadas?
¿Habrán de surgir los contextos requeridos? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?
En este sentido podemos hacer una abstracción que dé cuenta de
nuestros intereses; primariamente resaltan las siguientes características: como
esencia de la organización, el trabajo cooperativo; esto quiere decir que debe
prevalecer la cooperación, no sólo internamente sino con los actores externos
vinculados, lo cual potencia la formación de redes; seguidamente el
conocimiento per se es determinante para el desarrollo de la gestión
tecnológica, considerando al mismo tiempo que la tecnología es conocimiento
(Layton, 199722), por ello la formación permanente y adquisición de nuevos
conocimientos es considerada un factor clave dentro de estas organizaciones.
La Capacidad Tecnológica, aunado al concepto de Transferencia
Tecnológica, entendido como aquellos “…procesos por los cuales el
21
Las innovaciones y los nuevos desarrollos tecnológicos emergen de complejas redes de colaboración en
la que participan una miríada de actores institucionales. En este nuevo contexto, los gobiernos se ven ante
la necesidad de enfocar la política de innovación desde una perspectiva más amplia, centrada en la gente y
en sus capacidades y capaz de proveer un marco para la gestión del flujo de conocimiento distribuido
(Gibbons et al, 1996) Tomado de: Sánchez, I; Vessuri, H; Las políticas de ciencia y tecnología. En prensa. 22
En: Rösing y De Solla Price (1977) Science, Technology and Society. A Cross-Disciplinary Perspective.
SAGE Publications. Londres y Beverly Hills.
66
conocimiento tecnológico se mueve dentro de o entre las organizaciones.”23 En
el caso venezolano, tales organizaciones cobran fuerza en diferentes ámbitos
de acción, como productoras y proveedoras de una amplia gama de bienes y/o
servicios para la sociedad en general.
Las dimensiones de análisis en esta medida se circunscriben a las
siguientes preguntas: ¿Cómo se está entendiendo en los diferentes sectores
productivos y hacedores de políticas el concepto de Cooperativas Tecnológicas?
¿O más bien podríamos decir que son cooperativas vinculadas a diversas áreas
de la actividad científico - tecnológica? ¿Qué pasa con el poder de compra del
Estado? ¿Quiénes o cuáles instituciones las apoyan? ¿Cómo se les apoya:
financieramente, en I+D, en formación y capacitación, con licenciamientos?
¿Hay transferencia de tecnologías? ¿Y el conocimiento detrás de esas
tecnologías? Dentro de las cooperativas propiamente: ¿Quieren apropiarse de
conocimiento tecnológico o restringirse a producir determinada tecnología?
¿Mejorar su productividad? ¿O privilegian prestar un servicio para obtener
ingresos económicos? ¿Qué hacen? ¿Cómo lo hacen? ¿En quienes se apoyan?
¿Cuentan con financiamiento? ¿A dónde van sus productos? ¿Quién o quienes
compran sus productos? ¿Están en capacidad de patentar? ¿Cómo es la
relación con el medio en que se desenvuelven? ¿Cómo toman las decisiones?
¿Qué pasa con el conocimiento producido en colectivo? ¿Cuentan con
laboratorios para llevar a cabo sus prácticas experimentales?
23
http://www.scidev.net/dossiers/index.cfm?fuseaction=definitions&dossier=12
67
3.2. Estudio de casos
Decidimos observar en las plantas de trabajo de las cooperativas sus
interacciones y discursos en torno a su visión como socio cooperativista y a su
actividad tecno-productiva.
Vessuri (1997) afirma que si los estudios de casos son bien elegidos,
pueden ofrecer ventanas privilegiadas para estudiar los procesos de aprendizaje
tecnológico en la industria. En efecto, los estudios de casos, nos permiten
conocer y comprender cómo se llevan a cabo determinados procesos y cómo se
han organizado o se pueden organizar las acciones dentro de cualquier
organización social.
Los estudios de organizaciones cooperativas en Venezuela no
constituyen una novedad. Más en el ámbito científico–tecnológico–industrial, son
el resultado de nuevas movilizaciones socio-políticas, que abogan por una
redistribución de los recursos, aún los científicos–tecnológicos. La
sistematización de este tipo de experiencias, en regiones como la nuestra,
permite conocer e identificar las ventajas y potencialidades que podrían
conducirnos, de una manera u otra, a un proceso más acelerado, pero también
social e inclusivo, de aprendizaje tecnológico.
Dentro de este orden de ideas, la consideración de los casos de estudio
se debió a que fueron las primeras cooperativas en incorporarse como
proveedoras de bienes y servicios de PDVSA, vinculadas al área medular de la
empresa – exploración y producción. Demandante de conocimiento
especializado y de una sólida base de capital. Aunado a ello, está el hecho que
han resultado esfuerzos con considerables aciertos. Éstos son:
68
Cooperativa Venezolana de Control de Sólidos y Fluidos
(VECOSOFLUPER)
Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas (CNVB)
Cooperativa de Petróleo y Fluidos (PETROLIF)
3.3. Entrevistas a profundidad
Un componente importante de la recolección de información se basó en la
realización de entrevistas a profundidad y/o semiestructuradas a algunos
miembros de las cooperativas en estudio, así como a personajes clave dentro
de PDVSA, específicamente de la Gerencia Corporativa de Capital Nacional y
de la Gerencia de Apoyo Tecnológico a Empresas de Producción Social.
De acuerdo a Taylor y Bodgan, las entrevistas a profundidad son
“reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes,
encuentros éstos dirigidos a la comprensión de las perspectivas que tienen los
informantes respecto a sus vidas, experiencias o situaciones, tal como lo
expresan con sus propias palabras” (Taylor y Bodgan (1994:101) citado por
Rusque 1999). Esto la hace dinámica y flexible, por lo que las preguntas
planteadas inicialmente pueden dar pie a nuevas preguntas y a un proceso de
retroalimentación fluido. Sin embargo, se debe tener siempre en consideración
que “la entrevista de investigación es una interacción limitada y especializada
conducida para un objetivo específico y centrada sobre un sujeto en particular
(Deslauliers (1991:33) citado por Rusque 1999:181).
69
En este sentido, respecto a las entrevistas realizadas a los miembros de
las cooperativas, se deja un espacio abierto para que los cooperativistas
cuenten sus historias, relacionadas con los procesos socio-históricos vividos
alrededor de la organización socio-productiva a la que pertenecen.
En total, se realizaron 27 entrevistas; divididas de la siguiente manera:
cuatro (4) a personas claves dentro de PDVSA, doce (12) a miembros de la
Cooperativa VECOSOFLUPER, ocho (8) a miembros de la Cooperativa
Nacional de Válvulas Bolivarianas y, tres (3) a la Cooperativa PETROLIF.
Adicionalmente, se sostuvieron conversaciones informales con funcionarios del
Ministerio de Ciencia y Tecnología y con otras personas vinculadas a la red de
acompañamiento de las cooperativas, a fin de obtener la mayor información
posible para la comprensión del estudio. Y de otros ministerios u organismos.
70
CAPÍTULO II
LAS COOPERATIVAS DE BASE TECNOLÓGICA EN PDVSA
La historia reciente de Venezuela ha estado determinada en buena
medida por los sucesos y vaivenes del fenómeno petrolero, haciendo de esta
manera que se dinamicen los procesos económicos, sociales, culturales,
políticos y científico-tecnológicos de nuestra sociedad.
En esta misma proporción, se puede decir que el desarrollo de la industria
petrolera nacional ha estado marcado y casi supeditado a los intereses del
capital extranjero transnacional. Aludiendo al papel que sobre la política del
Estado venezolano tiene el petróleo, Larrázabal y Pérez (1976) ya llegaban a
afirmar que el sentido independiente y soberano sobre ésta “… fue perdiendo
históricamente su contenido, en la medida en que los monopolios extranjeros
fueron ocupando las posiciones claves de la economía.” Siguiendo las
interpretaciones de especialistas en la materia, se ha argumentado que tal
situación:
…Redundó en la desvinculación técnica y productiva del sector respecto del resto de la economía y el desinterés de las concesionarias extranjeras por un desarrollo económico integral de los otros sectores internos. Aunque hubo una expansión fuerte del producto e ingreso nacional, se impuso un comportamiento pasivo de las fuerzas productivas internas. (Canino, 1996)
Dicho de otro modo, las cosmovisiones imperantes sobre las cuales se
levantó la industria petrolera nacional han propendido a una desarticulación
respecto de las ideas, visiones y planteamientos más amplios del progreso
nacional, llegando a provocar desequilibrios entre los factores sociales y
71
económicos, como el hecho de ser un país con altos ingresos producto de las
diversas operaciones petroleras, pero con indicadores que dan cuenta de una
deteriorada calidad de vida de la población. Recientemente, un reflejo de estos
mundos en desencuentro fue el paro petrolero acaecido en Venezuela para el
año 2002.
1. El paro petrolero del 2002: un punto de inflexión y la incorporación de nuevos actores en las actividades de PDVSA
Durante largo tiempo se ha intentado hacer de Petróleos de Venezuela,
S. A. –PDVSA- una empresa que responda a las necesidades y demandas de la
sociedad venezolana a la cual se debe por ser una empresa pública, pues,
explicita e implícitamente, su responsabilidad es ante el conjunto de la sociedad
(Lander, 2003). Sin desatender las complejas dinámicas e interacciones que se
desprenden de la administración y gestión de los hidrocarburos, circunscritas en
ámbitos extraterritoriales, le ha resultado complicado al Estado (nacional) lograr
el control sobre la industria petrolera, de manera tal que la balanza tienda a
favorecer en primera instancia a los sectores y a las capacidades productivas
nacionales insertas en el colectivo más amplio de la sociedad y, no sólo a los
sectores que alcanzaron posicionarse, casi de manera monopólica, dentro de
los circuitos de contratación, tanto aguas arriba24, como para la provisión de
bienes y servicios. Según lo describe Potellá:
(…) PDVSA ha devenido en la antítesis de lo que debería ser y es la empresa del Estado para la administración eficiente de los recursos
24
Se entiende por circuitos de contratación aguas arriba, las “operaciones empresariales conexas o satélites
de la industria extractiva que suministran bienes y servicios a la producción y refinación de petróleo y gas.”
(Montiel, 1999)
72
públicos de hidrocarburos. Se transforma en facilitadora de oportunidades de negocios privados promoviendo paulatinas modificaciones legales o propiciando transgresiones legales, multiplicando proyectos de limitada o nula rentabilidad fiscal, impulsando múltiples formas de participación privada, desde la internacionalización, la contratación de servicios y el “outsourcing” de ciertas funciones consideradas no medulares. (Pottellá, 1997:15) Otras interpretaciones, como la de Gastón Parra Luzardo (1996), a la luz
de diversas reflexiones sobre los procesos de nacionalización de la industria
petrolera en el período 1970-197525, denotan la desvinculación y el desinterés
presentado por altos representantes del ejecutivo nacional y de la gestión y
administración de la industria petrolera respecto de este proceso; es el caso de
la omisión que tales representantes hicieran sobre las recomendaciones de la
Comisión Presidencial de Reversión Petrolera (1974), de excluir a los consorcios
transnacionales y a capitales privados nacionales de las áreas esenciales dentro
de la industria y el comercio de los hidrocarburos.
Uno de los mayores desafíos que se ha presentado en la definición de
políticas o agendas económicas en Venezuela, ha sido la definición de la propia
política petrolera, así como de la distribución de la renta generada producto del
desarrollo de la actividad petrolera, una vez que ésta logró posicionarse en el
contexto económico nacional.
El desarrollo de una industria petrolera, que además, en la dinámica de
su crecimiento estuvo más vinculada al capital financiero transnacional que a los
intereses nacionales y a su contexto inmediato de creación, ha traído consigo
25
Se consideró este período, por los diversos sucesos y acciones contenidas en torno al proceso de
nacionalización petrolera llevado a cabo en Venezuela; y pueden ser precisados con mayor detalle en:
“Cronología del Petróleo Venezolano”, de Aníbal Martínez (1976, 2000). A su vez, tomamos a Vallenilla
(1975), quien llego a identificar este período como la era del nacionalismo petrolero, refiriéndose a un
fenómeno de tendencia mundial, que buscaba el posicionamiento internacional de los países exportadores
de petróleo frente a la posición de poder y cuasi monopolio que habían alcanzado las compañías petroleras
transnacionales.
73
una amplia gama de aristas en términos de repensar una y otra vez cuál es el
carácter vinculante entre una economía petrolera y el desarrollo social de la
nación.
Algunos autores (por ejemplo España, 1995) llegaron a afirmar que con el
proceso de nacionalización de la industria petrolera se daba por terminado el
enfrentamiento entre el propietario internacional del capital y el Estado
terrateniente, en lo referente a la distribución del excedente generado por las
operaciones petroleras. Esto no hace más que revelar las mismas
contradicciones que hoy son reflejo de nuestra realidad. Detrás de la
nacionalización, seguían privando intereses individuales de algunos sectores
ligados al capital, nacional y transnacional, quienes a pesar de promulgar un
desarrollo equilibrado de los diferentes sectores industriales a lo interno del país,
continuaban velando, de manera consciente o no, por relaciones de
dependencia con las antiguas concesionarias. El objetivo propuesto de lograr los
vínculos con la industria manufacturera nacional, y las medidas económicas y
financieras tomadas en tal sentido, contribuyeron al impulso de determinadas
áreas industriales en detrimento de otras.
Posteriormente, una vez emprendido el programa de apertura petrolera26,
se agudizaron algunas de las contradicciones que venían haciendo mella en los
cuadros políticos y económicos nacionales. Uno de ellos es el deterioro causado
por PDVSA en las contribuciones al fisco nacional. Luego de transcurridos
veinte años de liberalización del régimen fiscal, el aporte de PDVSA al fisco para
26
La Apertura Petrolera significó, según interpretaciones de Pirela (2005), el punto de partida de un
“proceso de desnacionalización de las operaciones de exploración, perforación, producción, refinación y
comercialización de las inmensas reservas de hidrocarburos que posee Venezuela.”
74
el año 2000 fue de 38,6% ($ 11,3 MMM) del total de ingreso bruto por
exportaciones de hidrocarburos ($29,3 MMM), 32% menos que en 1981 (el cual
reveló la cifra de $19,7 MMM en ingresos brutos, y $13,9MMM por ingreso al
fisco) (Mommer 2003; citado por Lander, 2004). Esta reducción significativa del
aporte fiscal de esta industria, aún con el aumento y la defensa de los precios
del petróleo, deja al descubierto la debilidad de la política petrolera en su
vinculación con el resto de los factores socio-económicos nacionales.
Evidentemente que el control del régimen fiscal por parte del Estado
habrá de ser uno de los principales detonantes que llevaría a PDVSA a perder
fuerza en cuanto al manejo casi autonómico que había logrado alcanzar sobre el
presupuesto de la industria.
Por otra parte, en un aparte del proyecto presentado por Lagoven S.A.,
subsidiaria de PDVSA, con fecha 26 de noviembre de 1990, a la Corte Suprema
de Justicia, sobre la explicación del Proyecto “Cristóbal Colón” de Gas Licuado
(proyecto bandera del programa de apertura), se reconoce que “la concepción,
organización (gerencias), tecnología y recursos financieros”, estarían dados “en
magnitudes, tiempo y circunstancias que desbordan la capacidad de la industria
petrolera en Venezuela”; por lo cual se obligará a acudir a un esquema
asociativo con empresas claves del exterior para la ejecución del proyecto
(Vallenilla, 1995).
La argumentación que se esgrimía, respecto a la incidencia de la apertura
sobre el resto de la economía era lo que se dio a conocer como “efecto
locomotora”, según la cual:
75
Las cuantiosas inversiones necesarias para llevar la capacidad de producción a cerca de ocho millones de barriles equivalentes de petróleo diario, no sólo estabilizarían el ingreso del Estado y el crecimiento económico, sino que ejercerían un impacto positivo en el crecimiento de la estructura industrial y manufacturera durante un período de al menos veinte años. (Pirela, 2005) Esto, evidentemente, repercutió sobre el proceso de industrialización, que
ya para el período citado, ha sido catalogada como desindustrialización. Pues,
con una economía que depende marcadamente de la renta petrolera, no es de
esperar que el resto de las actividades productivas alcancen con consolidada
eficiencia y éxito su madurez. Capacidad de compra del bolívar, capacidad
productiva interna en áreas no petroleras, superávit o inflación, devaluación o
sobrevaluación, entre otras, son apenas algunas variables que complejizan y
dificultan la comprensión de este proceso; así, como el equilibrio mismo de
nuestra economía.
La dependencia externa ha generado una conciencia dentro de la
industria petrolera que, aunque alcanzó ciertos niveles de competitividad,
respondió más a los patrones de pensamiento del negocio petrolero que había
heredado de las concesionarias de principios, e incluso mediados, del siglo XX,
que a un interés colectivo nacional; haciendo mella sobre “el concepto de
propiedad nacional y soberana del recurso natural” (Lander, 2004). Hechos
como los mencionados, provocaron que en determinado momento PDVSA haya
sido catalogada como un “estado dentro del estado” o una “caja negra”.
Incluso, hay quienes pensaron que la privatización de PDVSA era algo
casi inminente. Andrés Sosa Pietri, quien fue presidente de PDVSA durante el
período 1990-1992, y que, como veremos más adelante, fue el presidente de
76
una de las empresas expropiadas que pasó a control de sus trabajadores bajo la
figura de cooperativa, llegó a plantear que “La industria petrolera debería pasar
de empresa pública a una de acciones de derecho privado, en la que todos los
venezolanos tengamos acceso a través de la bolsa de valores” (En Parra, 1999).
Es de notar, que evidentemente no todos los venezolanos tendrían las mismas
condiciones en términos de oportunidad de acceder a tales acciones, por lo que
sólo un grupo con mayores ventajas en cuanto a poder adquisitivo se refiere,
seguiría siendo beneficiado por los recursos del petróleo.
1.1. Una propuesta de cambio para la estructura de la sociedad venezolana
Una de las principales acciones emprendidas por el gobierno de Chávez
a partir de 1999, tuvo que ver con la ruptura de la imagen de PDVSA como una
empresa intocable. La propuesta, al menos en términos ideales, contemplaba
aclarar el color de la “caja negra”. Tal cuestión refería al hecho de hacer que
PDVSA rindiera cuentas de manera directa ante el Estado, a través de su ente
vinculante, el Ministerio de Energía y Petróleo (Energía y Minas para entonces).
La Constitución de 1999 se constituye en el primer referente que reafirma
la intención del Estado como garante de la soberanía de sus recursos naturales
no renovables; queda expresado así, en los artículos: 5, 11, 113, 150, 151, 156,
209, 301, 302. Específicamente, el artículo 303 expone lo siguiente:
Por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela, S. A., o del ente creado para el manejo de la industria petrolera, exceptuando la de las filiales, asociaciones estratégicas, empresas y cualquier otra que se haya constituido o se constituya como
77
consecuencia del desarrollo de negocios de Petróleos de Venezuela, S. A. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Artículo 303) De esa forma, la idea de revertir la tendencia excluyente entre el petróleo
y la sociedad, parecía haber alcanzado rango constitucional. Este hecho, y la
nueva reforma emprendida por el gobierno de turno empezaron a hacer mella en
los sectores dirigentes de PDVSA.
Más allá, el planteamiento se orientó en función de una nueva visión de lo
que podría ser la nacionalización de la industria27; que respondiera a los
intereses nacionales, dándole respuestas a la sociedad en base a la
administración clara y equitativa de sus recursos financieros; lo que implicaría el
aprovechamiento de sus grandes excedentes para la promoción e impulso de
distintos programas de desarrollo integral que refuercen las vías para alcanzar la
justicia social que pregona la legislación actual; y que sólo se puede lograr a
través de la integración de todas las instituciones, el Estado y la sociedad civil
en general. Aunque no podemos afirmar que la incorporación de cooperativas
dentro de la industria petrolera estaba planteada de forma concreta, sí es
importante decir que se perseguía integrar a las cooperativas al aparato
productivo nacional, incluido de alguna manera el sector petrolero y esa política
es consecuente con los planteamientos generales de inclusión social,
manifestados desde el principio de este gobierno. Aunque pensamos que el
golpe de estado y el paro petrolero funcionaron como detonantes para acelerar
esta política.
27
Entre otros, Lander (2002, 2004), reflexiona sobre los procesos asociados a la política petrolera de Hugo
Chávez, y la nombra como una renacionalización de la industria.
78
Tanto las disposiciones de la Constitución arriba mencionadas, como los
objetivos planteados en el PDESN 2001-2007, constituyeron las principales
acciones a ser tomadas para lo que se podría decir ha sido un intento por
revertir el proceso aperturista, a fin de corregir las fallas generadas entre un
proceso y otro (nacionalización y apertura). La normativa, que había
evolucionado para algunos e involucionado para otros desde 1920, con la
primera Ley de Hidrocarburos, pasando por las diversas reformas, como la de
1943, la de 1967, donde se le da cabida a las empresas mixtas, hasta leyes
como la de Reversión a la Nación de las principales concesiones, Ley de
Nacionalización del Gas Natural, Ley de Nacionalización del Mercado Interno de
los Productos Derivados de Hidrocarburos, y finalmente la Ley de
Nacionalización Petrolera de 1975, fueron derogadas con la aprobación en 1999
de la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos, la Ley Orgánica de
Hidrocarburos (LOH) en el 200128 y, la revisión del apartado concerniente a
petróleo dentro de la Ley de Impuesto sobre la Renta en diciembre del mismo
año.
1.1.2. La Ley Orgánica de Hidrocarburos del 2001
En general, todos y cada uno de los instrumentos de ley nombrados, han
representado y definido un momento dentro de la historia económica y política
de Venezuela, así, como un determinado proyecto de sociedad. Es el caso de
28
Ambas leyes fueron dictadas por el presidente de la república en base a poderes habilitantes, conferidos
por la asamblea nacional, establecidos en la constitución, según artículos 203 y 236. Éstas, integraban un
conjunto más amplio de leyes habilitantes, las cuales fueron severamente objetadas por diversos grupos y
organizaciones de la sociedad civil, política y militar, y que serán detonantes para los sucesos vividos entre
los años 2002 y 2003; entre ellos: el paro patronal de abril del 2002, el golpe de estado suscitado en la
misma fecha y el paro petrolero vivido entre diciembre de 2002 y febrero de 2003.
79
las regalías. La ley de 1943 expresaba una regalía mínima de un sexto, pasando
a un uno por ciento, según tasa fijada por decisión de PDVSA en muchos de los
contratos realizados con inversionistas privados. En 1989 se dio la tentativa de
eliminar el pago de la regalía. “Hasta 1993, PDVSA pagaba en regalías,
impuestos sobre la renta, y [el] impuesto de exportación, aproximadamente 65%
de sus ingresos brutos. Con la reforma a la Ley de Impuesto sobre la Renta de
1993, ese nivel impositivo fue reducido a la mitad. El gobierno, en un esfuerzo
por recuperar, aunque fuese parcialmente, la enorme pérdida de ingresos
fiscales, comenzó, en 1996, a reclamar dividendos; y ahora la empresa se apuró
en gastar los recursos disponibles antes que pudieran convertirse en
dividendos.” (Mommer, 2002)
De esta manera, se aprecia que cada reforma conlleva una interpretación
y una intencionalidad, seguida de estrategias, políticas y mecanismos
(Rodríguez, 2002), que permitan la concreción del proyecto propuesto. Estas
han ido y venido entre las perspectivas que respaldan la idea de la apertura o
liberalización – que en resumidas cuentas tiende a devenir en privatización -, y
la completa estatización. Claro, tal rigidez de posturas, en la realidad se ve
matizada precisamente por la multiplicidad de factores e intereses que
intervienen en la actividad petrolera.
Rodríguez Araque (2002), quien fuera ministro de Energía y Minas en el
momento en que se definían los lineamientos de la nueva política petrolera,
resume los objetivos como:
- la necesidad inaplazable de restablecer el control del Poder Público Nacional sobre los recursos de hidrocarburos
80
- restablecer el derecho del Estado a definir y garantizar una contribución patrimonial por el acceso al recurso natural
- restablecer el rol de PDVSA y de las distintas operadoras ya existentes o futuras como instrumentos dedicados exclusivamente a las actividades de exploración, extracción, transporte, refinación y distribución de los hidrocarburos y sus productos elaborados
- garantizar el mayor beneficio para la nación en las actividades de mayor rentabilidad
- dar un nuevo impulso a los procesos de industrialización de los hidrocarburos para mejorar la composición de la cesta de exportación venezolana
- la separación contable de las actividades extractivas de las actividades de transformación y comercio
- el desarrollo de nuevos factores productivos nacionales - la armonización de las leyes y la reforma institucional - el mercado interno de productos - fortalecer la participación de Venezuela en el mercado energético
mundial Como se puede apreciar, la propuesta de reorientación de la actividad
petrolera planteada por el ejecutivo nacional, no contemplaba, aparentemente,
preceptos excluyentes ni aislacionistas. Hecho que resultaría por demás
descabellado e inconsistente, en vista de los innumerables compromisos
adquiridos a nivel internacional, y a las innegables ventajas derivadas del
comercio exterior de los hidrocarburos y sus resultados concomitantes. Habría
que decir que se trata de una reubicación de PDVSA dentro de la estructura y la
superestructura de la sociedad venezolana; donde se vincule, principalmente, de
la manera más armónica posible con el resto de los intereses de la nación, ideal
de muchos años.
Como es de esperarse, y quizás sea lo más sano en vísperas de la
búsqueda del equilibrio, han surgido infinidad de posiciones encontradas. Los
niveles de intervención del Estado, resultó uno de los puntos más
controvertidos, aunados a su relevancia frente al porcentaje de ingresos
81
obtenidos por concepto de operaciones petroleras dentro del territorio.
Defendiendo los ingresos fiscales, frente a la postura de intervencionismo
estatal como aparente fin último, Urbaneja (s/f)29 sostiene que lo contemplado
en la nueva ley de hidrocarburos, da preeminencia al control del Estado, sobre
los objetivos primarios que sustentan la ley, catalogado por este autor como
“aparentes”; entre ellos “el aumento de la renta que va al fisco y el desarrollo de
la empresa nacional vinculada al sector”. Y que dicho control será el que
refuerce los mencionados objetivos.
Debates como estos dan pie a conjeturas en diversos grados, matices y
colores. Cabe preguntarse, entre otros puntos, ¿Si el Estado no determina
tajantemente su control sobre la principal actividad económica productiva del
país, quién lo hará? ¿Habrá quienes estén interesados en resarcir a las
poblaciones y al medio ambiente en general, por ejemplo, los daños
ocasionados producto de las operaciones de la actividad petrolera a expensas
de la maximización de sus ganancias? ¿Los sectores privados, nacionales o
extranjeros, estarían dispuestos a firmar “un contrato social”, para que toda la
población salga beneficiada? ¿Si el Estado no participa, cómo se garantiza una
estrecha vinculación entre la política petrolera, y el resto de políticas públicas?
¿Cómo se garantiza, precisamente, que habrá un aumento de la renta; y la
misma será destinada para el desarrollo nacional?
Por otra parte, ¿hasta dónde debe llegar el Estado? ¿Qué tan abierto y
flexible debe ser, si la historia, reciente además, ha dado pruebas en las cuales
se verifica que, en nuestro contexto, no es la solución más oportuna? ¿O es que
29
En: http://www.petroleoyv.com/website/site/p_detalle.php?id=315&tipo=4
82
contrasta en demasía la normativa legal con la realidad? Deteniéndonos un
momento en la exposición de motivos de la LOH, hay una expresa declaración
que hace posible la participación de capital privado en las actividades petroleras
primarias. Incluso, se incentiva la formación de capital nacional. Dejando en
claro que ambos aspectos deben ir tomados de la mano del interés nacional,
sustentado en la mencionada ley. Y es aquí, donde al parecer hay una erupción
del terreno, debido a las definiciones que hagan sobre el significado de “interés
nacional”, los encargados del diseño de políticas, por una parte, y los que en
vigilia abordan el tema petrolero, por otra. Valdría preguntar, por ejemplo, si en
el tema de empresas mixtas se define o no como un interés nacional.
Debido al carácter accesible de liquidación y recaudación y, por no estar
sujeta a deducciones, la regalía pasa a ser parte importante en el financiamiento
de planes y programas sociales. Tal y como se establece en el Art. Nº 5 de la
Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001, se refuerza la preeminencia del
petróleo, y las actividades derivadas del mismo como instrumento para el
impulso del desarrollo nacional.
Más allá, hay un punto de convergencia. Que por demás, no resulta
novedoso. Es la necesidad de industrialización de los hidrocarburos y la
formación de capital nacional. Se prevé estimular la transformación de los
hidrocarburos refinados, desarrollar parques industriales, garantizar el
suministro de materia prima (el cual estará bajo la tutela del Estado), que los
precios y condiciones de suministro de las materias primas sean oportunos en
concordancia con la necesaria competitividad en los mercados internacionales,
83
así como el fomento por parte de las empresas petroleras para la
industrialización aguas abajo. En esencia,
El Decreto Ley aspira variar el tradicional modelo petrolero extractivo exportador que se ha venido aplicando, desde los inicios de la actividad petrolera hacia un modelo que mire más al desarrollo de las actividades petroleras con el país. Internalizar esas actividades para agregarle valor al recurso natural petrolero, mediante el trabajo en el país y con oportunidades para la gerencia y el capital nacional, son sin duda propósitos esenciales del presente Decreto Ley de Hidrocarburos. (Exposición de Motivos, Ley Orgánica de Hidrocarburos; Itálicas propias)
Expresamente, el artículo 18 de la ley establece que:
El Ejecutivo Nacional adoptará medidas que propicien la formación de capital nacional para estimular la creación y consolidación de empresas operadoras, de servicios, de fabricación y suministro de bienes de origen nacional para las actividades previstas en este Decreto Ley. En tal sentido, el Estado, los entes y las empresas a que se refiere este Decreto Ley, deberán incorporar en sus procesos de contratación, la participación de empresas de capital nacional en condiciones tales que se asegure el uso óptimo y efectivo de bienes, servicios, recursos humanos y capital de origen venezolano. (Artículo 18, Ley Orgánica de Hidrocarburos)
Al parecer, hay continuidad en unos aspectos de la ley30, que sin
embargo, no ha logrado ser traducida por la sociedad en general, o bien
podríamos decir que no ha sido comprensivamente descrita y escrita. Este
hecho contribuyó de manera fundamental a la realización del paro petrolero
nacional en diciembre del 2002.
1.2. El paro petrolero
Durante diciembre del año 2002 y enero del 2003, Venezuela fue testigo
de la paralización de su industria petrolera nacional. Este hecho, denominado
30
Por ejemplo, la estrategia de estimular la Formación de Capital Nacional ha sido orientada desde la
Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) desde sus inicios.
84
paro petrolero, se ha constituido en uno de los fenómenos de mayor relevancia
en nuestra historia nacional, debido a las repercusiones en diversos ámbitos de
la sociedad: políticas, económicas, sociales, productivas, ideológicas, culturales.
Por ejemplo, desde un punto de vista económico, inherente a la propia actividad
de la industria, se estima, según el Informe de Gestión y los Estados Financieros
Auditados de Pdvsa para el año 2003, que algunos de los incidentes acaecidos
durante el paro “…costaron a la petrolera unas pérdidas de 13.000 millones de
dólares.”
Formalmente, el paro se inició el 2 de diciembre de 2002:
El llamado lo hicieron dos sectores convencionalmente contrapuestos pero realmente con un discurso en pocas ocasiones antagónico: la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) que reúne a los empresarios organizados en diversas cámaras y la Federación de Trabajadores Petroleros (Fedepetrol), que aglutina a los trabajadores sindicalizados pertenecientes al sector petrolero. La participación del sector petrolero resultaba de vital importancia pues la paralización de este sector implicaría la paralización del país. (Canino y Vessuri, 2005) El plano socio-laboral se vio afectado por una profunda situación de
despidos masivos producto del cierre de empresas e industrias, algunas de las
cuales cayeron en quiebra y otras decidieron cerrar sus instalaciones para
emigrar al exterior. En vista de que el paro fue convocado por la central de la
cámara de empresarios (FEDECAMARAS), “…muchas empresas que
pertenecían a dichas centrales debieron cerrar en contra de su voluntad. Los
distribuidores de mercancía también se sumaron al paro e impidieron que la
misma llegara a los comerciantes. En el aspecto macroeconómico las
consecuencias también fueron muy negativas: la inflación se disparó, al igual
85
que el desempleo y cayó el Producto Interno Bruto (PIB).”31 En el caso de los
empleados petroleros ascendió a unos 19.000 mil la cifra de despidos.
En este ínterin los propios trabajadores fueron develando un contexto
donde se evidenciaba una profunda pugna de intereses, tanto nacionales como
foráneos. Un trabajo realizado por la Gerencia de Asuntos Públicos de PDVSA,
agrupa un número importante de lo que dieron en llamar Testimonios de un
rescate; del cual tomaremos algunas intervenciones que dan cuenta de la
realidad vivida en esos momentos, de las palabras de sus propios actores. Al
respecto, Heriberto Bello (s/f), trabajador de la industria afirma que estaban
enterados,
Que venía un paro como desde el 20 de noviembre, 12 días antes porque ellos [los involucrados en la promoción del paro] lo venían anunciando y sabíamos que en esencia era el paro petrolero, porque tanto de adentro como de afuera teníamos informaciones de que ellos venían por la industria petrolera, y que tenían plena confianza de que parando la industria petrolera iban a paralizar al país.
Para los promotores del paro del sector petrolero, las motivaciones eran
guiadas por un presunto sentimiento nacionalista y por la defensa de lo que
hasta ahora habían sido sus procesos y resultados de gestión, alcanzados
dentro de la estatal petrolera. En una aproximación a los argumentos esgrimidos
por ellos, desde las declaraciones realizadas en diferentes medios de
comunicación impresos, sin obviar las implicaciones que esto pueda tener,
encontramos tres elementos principales que fueron usados como punto de
partida acometer las acciones del paro, estos son: la politización de PDVSA, que
a su criterio había sido unilateralmente provocada por el gobierno nacional;
31 http://es.wikipedia.org/wiki/Paro_petrolero_de_2002-2003
86
consecuentemente, la violación de la meritocracia; y, finalmente, pero tangencial
al desacuerdo político expresado, en el rechazo a la ideología socialista, que
cada vez más aparecía de manera explícita en el discurso oficial. (Canino, M.;
Vessuri, H., 2003, a-b; Dossier, Compilación hemerográfica)
Juan Fernández, ex gerente de Planificación y Control Financiero de
PDVSA, y activo dirigente de los empleados en los diferentes movimientos de
calle emprendidos para la época, afirmaba que “antes de ser empleados de
Petróleos de Venezuela, son ciudadanos de este país que están amparados por
la Constitución cuando decidan manifestar libremente su apoyo a una consulta
electoral inmediata, que [consideraban era] una solución para resolver la crisis
política de Venezuela.” (Rodríguez, 17 de octubre de 2002, El Nacional)
Es innegable que detrás del paro petrolero se hacía latente una presión
política32 y una pugna por el poder económico y político. Principalmente, porque
éste no constituyó el primer paro promovido por los sectores opuestos al
gobierno. El primero, fue convocado en protesta por el paquete de 49 leyes
habilitantes dictadas por Chávez a mediados del año 2001, entre ellas la Ley
Orgánica de Hidrocarburos33. Y otras, como la Ley de Pesca y la Ley de Tierras
y Desarrollo Agrario, las cuales, según la visión del empresariado privado
nacional, eran antidemocráticas y anticonstitucional porque afectaban sus
actividades económicas, en vista de las restricciones contempladas para los
32
Lander (2004), sostiene que evidentemente fue una paralización “políticamente motivada”. Aunque los
trabajadores petroleros que decidieron sumarse al paro, aducían un legítimo derecho a huelga, y ésta se
encuentra consagrada en la legislación venezolana; los “huelguistas” no cumplieron con los procedimientos
y lapsos establecidos en la Ley Orgánica del Trabajo, ni se promovieron bajo un carácter reivindicativo. No
fue una huelga desde el punto de vista legal y de caracterización. 33
Es importante recordar que esta ley incrementaba al 30% la tributación de las transnacionales en las
actividades de extracción petrolífera, y fijaba en el 51% la participación mínima del Estado en sociedades
mixtas.
87
monopolios, en beneficio de los pescadores artesanales y los campesinos. Ya
para este momento se comenzaba a asomar la petición de renuncia de Chávez
a la presidencia, por parte del sector opositor.
El segundo y tercer paro, transcurrieron entre abril y octubre del 200234.
El 9 de abril se inicia una de las paralizaciones, en apoyo a los altos funcionarios
de PDVSA que habían sido despedidos como parte de acciones de protesta
llevadas a cabo por una gran porción de empleados de la nómina mayor,
directivos, gerentes y trabajadores en general; los cuales no se sentían
identificados con los cambios y las políticas propuestas por el ejecutivo nacional
tanto para el área organizacional, así como para la nueva planta de directivos
que dirigiría la empresa, y que habían iniciado una huelga el día 4 del mismo
mes. Su final fue el fallido golpe de Estado del 11 de abril. Para el 21 de octubre
sería convocado el tercer paro, que daría pie a las movilizaciones de diciembre,
al igual que a la sumatoria de grupos resistentes a las políticas que estaban
siendo ejecutadas por el gobierno; cobrando mayor fuerza y haciéndose cada
vez más explícita la exigencia de la salida del presidente. (Lander, 2004)
Uno de los elementos más significativos del paro petrolero sería la
adhesión de la comunidad empresarial. Pues este había sido un factor donde,
aún con altos y bajos, el gobierno nacional había logrado ciertas negociaciones.
Los primeros días del paro transcurrieron bajo la incertidumbre y las
expectativas generadas por las organizaciones promotoras; que gracias al
34
En el entorno que apoyaba las actuaciones emprendidas por la nómina mayor de PDVSA, en contra de
las políticas petroleras impuestas por el gobierno nacional, se extendió una exigencia de retribución o
cancelación de la deuda contraída con aquellos sectores (partidos políticos, activistas de la sociedad civil,
ONG’s opositoras al gobierno, entre otros) que les habían acompañado desde los primeros movimientos de
calle. Lo que contribuyó a profundizar, radicalizar y hacer más activas y convincentes las acciones de
protesta.
88
abierto apoyo de los medios de comunicación privados nacionales, lograron
ubicarse en primera plana con un discurso tajante sobre el dominio de todos los
sectores del país que habían acatado el llamado a paro. Contrariamente, es en
estos primeros días cuando las dudas de paralizar sus fábricas e industrias
cubrieron las mentes del empresariado, a sabiendas de los riesgos de perder la
estabilidad de sus negocios. En lo que respecta al sector proveedor de bienes y
servicios a la industria petrolera, surgieron dos posturas contrapuestas, la cual
no nos quedó más que leerlas entre líneas a través de declaraciones en medios
impresos de comunicación. De tal manera, la Cámara Petrolera de Venezuela,
declara en los primeros días de octubre del año 2002, a través de su presidente
Henrique Rodríguez, que según una encuesta realizada en los distintos
capítulos regionales de la organización, 70% de las empresas habían decidido
continuar sus labores de concretarse el llamado a paro. (Carquez; 09 de octubre
de 2002, El Nacional)
Por otra parte, unos días más adelante, Carlos Dickson, presidente de la
Asociación de Contratistas y Afines de Venezuela, “aseguró que luego de una
consulta de base llevada a cabo en todo el país, 92% de las compañías aprobó
acatar la convocatoria” a paro. (Carquez, 20 de octubre de 2002, El Nacional). El
hecho fue que efectivamente estas empresas fueron suspendiendo
paulatinamente el suministro a PDVSA; o bien, sectores afectos al paro a lo
interno de la industria frenaban los procesos para que éstas no operaran con la
eficiencia del caso.
Dos hechos notorios darán la pauta para declarar el paro indefinido: el 4
de diciembre se paraliza el buque petrolero Pilín León, y el 6 de diciembre se
89
produce una masacre en la plaza Altamira de Caracas. Aunque no es tarea de
este trabajo hacer juicios de valor, hay que decir que de los mencionados
hechos se produjo una manipulación política y mediática dirigida a causar
impacto y reacción en la población. Valorando en su justa dimensión la magnitud
y gravedad de ambos sucesos, se hizo de ello un instrumento para la
valorización de las acciones que se tomarían acto seguido. A la fecha, aún no se
han esclarecido los sucesos y no han aparecido los responsables.
Desde entonces la pugna entre la gente declarada en paro, y el gobierno
junto a sus afectos, pasó a ser un conflicto frontal. Los primeros reclamando la
salida del presidente, en contra de sus políticas gubernamentales, y los
segundos por retomar el poder sobre la estatal petrolera, el control de las
actividades y la reactivación de las plantas que habían sido paralizadas. Se
puede presumir que ya para este momento había calado en una proporción
importante de los trabajadores de PDVSA, cierto sentimiento de “lealtad” hacia
los empleados de la nómina mayor y directivos, que ya venía siendo trabajada
desde los meses anteriores al paro como un elemento subjetivo de persuasión,
amparados en la cultura organizacional vertical establecida. Ello lo hicieron los
gerentes y algunos directivos de mayor rango dentro de la industria, dirigiendo
sus discursos en contenido y fuerza hacia la defensa de la meritocracia.
El 9 de diciembre el presidente de PDVSA para aquel entonces, Alí
Rodríguez Araque, hizo un llamado a los trabajadores, empleados y gerentes
para que se reincorporaran a sus funciones. Sin embargo, éste no fue acatado.
El mismo llamado fue hecho para quienes estaban en desacuerdo con el paro, y
para la comunidad nacional en general, esta vez con la intención de ganar
90
personal adepto y apto para retomar el control y la operatividad de la empresa.
De inmediato se agolparon cientos de personas en las sedes existentes a lo
largo del territorio nacional, que bajo la conducción de personas de comprobada
experiencia en el sector petrolero como Félix Rodríguez, Luis Marín, Nelson
Martínez, Felipe Pérez Martí (Testimonios de un rescate, 2004), y,
principalmente, las comunidades35 y los mismos operarios de las plantas, en
desacuerdo con el paro, jubilados o en situación de cesantía, entre muchos
otros, armaron un determinante grupo de resistencia al paro. Comprobándose
con ello, que no existía una única capacidad dentro de la industria petrolera36.
No conforme con esto, el nivel de seriedad y responsabilidad asumida por
quienes estaban a la cabeza de ciertos liderazgos, demostraron en la mayoría
de los casos la magnitud del compromiso asumido, a sabiendas que la situación
de inestabilidad técnica y operativa en que se encontraba la empresa significaba
un reto.
Heriberto Bello explicaba, que con la presencia de los habitantes de las
comunidades que se encontraban alrededor de las distintas instalaciones de
PDVSA, se llevaron a cabo cuidadosos procesos de selección, para considerar
a aquellos que pudieran ser parte del stock humano de reactivación de la
empresa. Hay que recordar que, por lo general, históricamente las zonas
aledañas a las instalaciones petroleras se constituyeron en fuentes de recursos
humanos, básicamente, obreros, técnicos y operadores; quienes en unos
35
Las comunidades jugaron un papel fundamental en el posterior rescate de la industria, apoyando de
manera decida en la reactivación de las operaciones, ya que como civiles tenían la posibilidad de
enfrentarse con los civiles adeptos al paro e impedían el ingreso a las instalaciones de la industria del grupo
de contingencia que intentaba recuperarla. 36
Para una apreciación más minuciosa sobre las capacidades técnico – operativas dentro de la industria
petrolera, y su relevancia para el levantamiento del paro, consultar a Canino y Vessuri (2005).
91
procesos u otros, han estado vinculados con las actividades de la industria. En
el momento de fijar estrategias se contaban con cosas como que, por ejemplo:
En el Zulia hay 25 municipios en todo el estado y de ellos 14 son petroleros, en cada municipio [tenían] trabajadores, algunos desempleados, otros que estaban trabajando en el sector contratista pero que sabían el manejo [operativo de las actividades]… no podíamos darnos el lujo de meter 10, 15 personas de la comunidad que no tenían nada que ver con la industria. No, tenían que ir 100 personas pero con 3 o 4 a la cabeza que conocieran la instalación petrolera para ver donde los iban a ubicar, y luego hacer un cuadro. Por cuestiones mínimas de seguridad, era necesario identificar a quienes no sólo habían trabajado alguna vez en una planta sino que allí hubieran manipulado una válvula, eso nos permitió atacar el problema con menos accidentes, porque tienes que imaginarte cómo y con qué gente se levantó la industria. (Heriberto Bello, s/f)
Estos vínculos permitieron la conformación de vastas redes de apoyo,
hecho clave para la reactivación de las instalaciones. Se establecieron canales
de comunicación de forma casi inmediata, permitiendo el flujo de información y
la reinvención de códigos acorde a las necesidades de la contingencia. Al
mismo tiempo, que se iban recuperando los datos, manuales y “libros” claves
para la operatividad de las plantas, los cuales habían sido confiscados por
buena parte de los trabajadores apegados al paro.
Precisamente, a partir de entonces, se comienza a objetar la
jerarquización organizacional, y sobre todo del conocimiento. Es decir, se pone
en tela de juicio la presunción sobre la cual se sustentaban los escalafones
funcionales del personal, donde, mientras más alto estuviese un trabajador
mejor “cualificado” estaría para conducir los destinos de la industria. Pero estas
“cualidades” y calificaciones, se vieron tentadas ante las subjetividades políticas
que éstos tantas veces negaron en aras de la debatida “meritocracia”. Y, como
llegó a afirmar Nelson Núñez ex - presidente del Sindicato de Trabajadores
92
Petroleros (SITRAPETROL), el control de la industria no sólo estaba en manos
de los altos funcionarios de carrera; puesto que “son los trabajadores de la
industria [en este caso, obreros y operadores de planta], los que operan las
máquinas, las estaciones, los operadores de las plantas, los pozos, los taladros,
los que abren las válvulas”37
La presencia de las comunidades, y su posterior organización en
cooperativas, también dieron al traste con la negación de las capacidades de los
movimientos de base que estaban operando dentro de las instalaciones
petroleras. Inicialmente, se encargaron de labores de mantenimiento y
transporte; siempre de la mano de personas con experiencia y algún tipo de
conocimientos de las operaciones. Entre ellos, como ya hemos dicho, gerentes
jóvenes que no se apegaron al paro y que de una forma u otra, habían sido
legitimados por los trabajadores de las bases.
1.3. Reordenamiento de PDVSA: la cooperativa como una idea inicial Es a partir de entonces cuando empiezan a cobrar vida las cooperativas
como opción para la organización social y productiva de los grupos de obreros,
técnicos y profesionales que habían sido afectados por el paro; así como
alternativa organizativa, formal y jurídica de provisión de servicios a PDVSA, las
cuales fueron suspendidas en vista de las discrepancias ocasionadas por el
paro petrolero, que según comentan varios de los trabajadores entrevistados en
la publicación “testimonios de un rescate”, formaban parte del sabotaje de los
37
En: http://www.globalwomenstrike.net/Spanish/4EspWeb03Jrnl.pdf
93
directivos apegados al paro y del retraso en las ordenes de servicio y en la
cancelación de facturas a los proveedores.
Antes que esto, fue necesario ir generando nuevas luces y aclarando los
inconvenientes dejados por el paro. En ocasiones, la desconfianza o la misma
confusión interna que hubo en PDVSA producto de la crisis conllevó la
redefinición constante de estrategias organizativas que dieran al traste con la
inestabilidad y la inseguridad percibida; sin embargo, no es motivo de este
trabajo tratar esta situación. Lo que queremos señalar, es que entre las nuevas
necesidades a las que hubo que responder fue la demanda de ingreso a la
empresa de las personas que colaboraron en el levantamiento de la industria,
como parte de la retribución social que adquirió, y por su naturaleza tiene
PDVSA hacia los trabajadores que colaboraron en la crisis.
La política de conformación de cooperativas, fue de alcance nacional, y
abarcaron otros sectores, distintos de la actividad petrolera38. Para los fines de
este trabajo, se hará énfasis en aquellas que se conformaron en relación con la
acción de la petrolera estatal. Las primeras que se dieron en este sentido,
estuvieron directamente vinculadas con el transporte de gasolina, principalmente
en la Planta de Distribución de Yagua y en la Refinería El Palito.
El 19 de diciembre, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia ordenó el restablecimiento de la actividad económica e industrial de
38
Uno de los casos más resaltantes en torno a esta política, incluso de referencia internacional, fue la
conformación del Núcleo de Desarrollo Endógeno Fabricio Ojeda, también conocido como NUDEFO. Un
espacio diseñado para la organización social, cultural y productiva, bajo la concepción del desarrollo
endógeno, en una instalación de PDVSA en condición inactiva, ubicada al oeste de la ciudad capital
(Antigua planta de llenado de Gramoven, en Catia). Cuenta con dos unidades de producción: de calzado y
textil, constituidas bajo la figura de la cooperativa y por habitantes del sector, correspondiendo con la
generación de una importante fuente de empleo. PDVSA se convirtió en su principal fuente de
acompañamiento y gestión, jugando un papel clave en su sostenibilidad.
94
PDVSA (www.pdvsa.com). Sin embargo, no es sino hasta el 3 de febrero de
2003, cuando el paro fue levantado39. Una vez que el gobierno nacional fue
retomando el control de la estatal petrolera y que los diversos actores
promotores del paro no vieron concretados sus objetivos. Posteriormente,
PDVSA fue fuertemente tutelada por el Ministerio de Energía y Petróleo,
sometida a un profundo proceso de reestructuración y se apertura para incluir a
las cooperativas entre las empresas a las cuales contrataba para sus servicios.
Así, comienzan a nacer las cooperativas de base tecnológica dentro de PDVSA.
En este sentido, y reiterando el compromiso social que PDVSA tenía y
tiene con la sociedad en la que se desenvuelve, se acentuó la orientación de
política dirigida a destinar buena parte de los fondos del ingreso petrolero a
programas y proyectos de índole socio-económicos-productivos, que ya tenía
sus precedentes en el PDESN 2001-2007. Novaes y Filho (2006) definen este
proceso como una novedosa tentativa del Estado de Bienestar; con
características inherentes al contexto latinoamericano.
Por la vía de los decretos presidenciales, como herramienta de apoyo, se
profundiza e intenta salvaguardar los intereses de aquellos sectores que eran
aún vulnerables a las consecuencias del paro y a las desconfianzas dejadas por
las confrontaciones políticas; los cuales se insertarían en los procesos de
contratación en las instituciones del Estado. Para este momento se procede con
el “Decreto Nº 2.371, mediante el cual se dicta el Reglamento Parcial del
39
Se calculan en 18.756 los despidos de gerentes, empleados y trabajadores, el Producto Interno Bruto
(PIB) del país registró una caída de 15,8 % durante el cuarto trimestre de 2002, y de 24, 9%, durante el
primer trimestre de 2003. En el sector petrolero la caída del PIB fue de 25,9% y 39,3% respectivamente, el
monto de las pérdidas por ventas no realizadas llegó a 14 430 millones de dólares aproximadamente.
(www.pdvsa.com)
95
Decreto de Reforma Parcial de la Ley de Licitaciones, para la Adjudicación
Directa en Caso de Contratación de Obras, Servicios, o Adquisición de Bienes
[…] que conforme al plan excepcional de desarrollo económico y social que se
establezca para fomentar la pequeña y mediana industria y demás empresas
alternativas como las asociativas, cooperativas y microempresas
autogestionables, deban ser ejecutados en un plazo no mayor de ciento ochenta
(180) días hábiles”40.
Al mismo tiempo, un conjunto de programas de corte social, formativo y
productivo se erigieron como bandera de lo que sería para algunos la
reactivación y cambio “profundo” de la empresa en su rol de principal industria
nacional, asumiendo el compromiso de un renovado papel frente a la sociedad
en general. Tales programas se dieron en conocer como “Misiones” y, siendo
una estrategia masiva de corte presidencialista, se propusieron “enfrentar las
causas y consecuencias de la pobreza y la exclusión, con la participación
protagónica del pueblo” (MINCI, 2006), por medio de la formación y elevación de
sus “capacidades [y de] sus condiciones mínimas sociales, educativas, que
están muy vinculadas al ser humano para poder tener opción de construir un
país distinto”; sin que ello se tradujera en la sustitución de PDVSA en los roles
que por correspondencia obedecen al Estado (Ramírez, 2004). Estas misiones
se levantaron en sinergia con el resto de instituciones, entes y/o ministerios,
inherentes a los objetivos y funciones para las que fueron creadas.
Actualmente se cuentan 19 misiones. No obstante, las que se crearon
para la época del post paro, particularmente durante el año 2003, fueron
40
Gaceta Oficial Nº 37.688 de fecha 13 de Mayo de 2003
96
alrededor de 7. Estas son las misiones: Alimentación (también conocida como
Mercal), Barrio Adentro, Guaicaipuro, Robinson, Sucre, Ribas y Vuelvan Caras.
Particularmente, las últimas tres mencionadas estuvieron bajo el
acompañamiento logístico y financiero, y se consolidaron bajo el apoyo directo
del MEP y de PDVSA.
De ellas, resaltamos brevemente la iniciativa de la Misión Vuelvan Caras,
la cual estuvo pensada como una propuesta sistémica sustentada en la
endogeneidad como modelo de desarrollo, propendiendo al equilibrio entre lo
social, lo económico, lo educativo, lo productivo y lo cultural, considerándose
punta de lanza en la promoción de cooperativas. En lo esencial, se planteó la
transformación cultural de las relaciones sociales y de producción, considerando
la capacitación para el trabajo y la promoción de la asociación en cooperativas
(MINEP, 2005)41
A continuación, se plantearon las estrategias en concordancia con lo que
se estaba dando a conocer en el entorno nacional e internacional como La
Nueva PDVSA. Según sus planteamientos, se proponía reestablecer y
resguardar los activos que constituyen la empresa, los cuales, siguiendo esta
visión, habían sido vulnerados al anteponer valores e intereses personales ante
41
Esta misión contaba con lo que dieron en llamar “frentes de batalla”. Significado otorgado a las áreas
potenciales para el impulso y fortalecimiento de la misión. Dentro de ellos, se contemplaba un frente
Industrial, “orientado a la activación de plantas industriales para transformar materias primas en productos
elaborados” para el consumo interno y el intercambio con otros lugares que pudieren proveer de bienes o
servicios para completar la red productiva; sustentado en el rescate de campos industriales; y orientado al
empoderamiento por parte de las comunidades a través de la cogestión y la autogestión (MEP, 2005) Esta
política se presentó como conveniente precisamente después del saldo empresarial costo-beneficio dejado
por el paro petrolero, que repercutió negativamente tanto en el ámbito de seguridad nacional, como para el
propio empresariado nacional.
97
intereses inherentes a la soberanía de la nación. Estas estrategias siguieron dos
grandes objetivos:
- La valorización de los recursos energéticos y concretamente de los recursos de hidrocarburos; y - La lucha contra la pobreza atacándola en dos direcciones importantes: 1) Haciendo de PDVSA una altísima capacidad para generar o para sanar el máximo valor a ese recurso natural que es propiedad común de todos los venezolanos. 2) Incrementando la contribución fiscal, contribución que da el sector petrolero al sector no petrolero, representado por la gran mayoría de la sociedad. (Orientación Estratégica. Gobernabilidad Corporativa. PDVSA, Enero, 2004) Esta vez se planteó de manera explícita la necesidad de alinear el Plan
de Negocios de la empresa con el Plan de Desarrollo de la Nación (Ramírez,
2004) e incrementar y fortalecer el desarrollo del capital nacional (Rodríguez,
2004), aprovechando al máximo las oportunidades, potencialidades y ventajas
comparativas y competitivas de la industria. En el Plan de Negocios 2004-2009,
de la Gerencia de Formación de Capital Nacional de PDVSA, se planteó la
“Participación de Empresas Alternativas” como posibles socios para el desarrollo
de sus negocios, y dentro de sus principales retos el desarrollo de la cultura de
“Asociatividad”. Sin embargo, aún no aparece claramente expresado, si dentro
de sus dimensiones de empresa y asociatividad están siendo consideradas las
cooperativas.
Vale destacar que los programas para fomentar el desarrollo del capital
nacional, bajo la tutela de encadenamiento de PDVSA, tienen su correlato en
algunos de los antecedentes que en el siguiente punto expondremos.
98
2.- Antecedentes sobre las oportunidades de negocio para los sectores proveedores de bienes y servicios tecnológicos dentro de PDVSA.
En décadas previas al paro, específicamente desde los años 1980 hasta
entonces, la integración petróleo y sociedad en PDVSA, se había circunscrito,
por una parte, a cumplir con lo que se conoce como responsabilidad social
corporativa, lo cual responde a programas sociales de índole meramente
filantrópicos. Por la otra, al hecho de ampliar la base de proveedores nacionales
que fueran capaces de crecer interna y externamente; restringida casi
exclusivamente a la participación de un selecto sector del empresariado privado
nacional.
Consecuentemente, se fue conformando un conglomerado de factores
económicos y políticos, empresariales y corporativos, nucleando en torno a las
cúpulas directivas de PDVSA, la cuales han sido calificadas por algunos autores
como “Poder Petrolero”, y que impusieron, y no nos consta que haya dejado de
ser así, “una dinámica acelerada de la inversión pública en el sector petrolero
como garantía de multiplicación de los negocios privados; de sus negocios.”
(Pottellá, 1998)
No obstante, es innegable que se constituyó un “complejo y bastante
atomizado sector productor de bienes y servicios…” contemplando, “infinidad de
insumos, materiales, manufacturas, herramientas, equipos, actividades de
construcción, ingeniería, consultoría, y muchos servicios especializados que
intervienen de manera importante en las operaciones de exploración,
explotación, refinación y procesamiento, transporte y comercialización de los
hidrocarburos.” (Pirela, 2000)
99
Es por ello que vale rescatar algunos elementos que dan cuenta de la
compleja y entramada dinámica sobre la cual ha sentado sus bases el segmento
de servicios tecno-productivo nacional vinculados a la industria petrolera,
especialmente a partir de la década de 1970. En este caso, se hace mención de
ciertos aspectos desarrollados por Canino (1996) en un trabajo sobre el
aprendizaje tecnológico en Venezuela, donde para la década de 1970:
- la industria petrolera venezolana invertía en el exterior unos 70 millones de US$ por año en Investigación y Desarrollo (IyD), sin ninguna o escasa repercusión sobre las capacidades tecnológicas nacionales.
- Aún con la nacionalización, las compañías de servicios seguían siendo mayoritariamente extranjeras. Esto se constata en los primeros contratos de asistencia técnica (CAST) los cuales fueron otorgados a tales compañías, como una manera políticamente disfrazada de aumentar las compensaciones. Sin embargo, al parecer, con el tiempo estas empresas de servicio cumplieron una función vital como vínculo entre las compañías petroleras y el resto de la industria. [Esta función está definida, por ejemplo, por procesos de transferencia]
- En octubre de 1981 se promulgan las Normas para orientar la Demanda de Obras, Bienes y Servicios del Sector Público hacia la Producción Nacional (Decreto 1.234), induciendo de tal manera el crecimiento de un sector privado nacional para que actuara de manera complementaria en la provisión de equipos y partes y servicios de ingeniería. De ello resultó un crecimiento de la nómina de profesionales y técnicos en las empresas consultoras; “crecimiento de la ingeniería venezolana en el diseño y ejecución de proyectos de instalaciones petroleras y petroquímicas, aunque en menor grado en el diseño y manufactura de los equipos destinados a dichas instalaciones, siendo especialmente escasas las empresas especializadas en servicios para campos petroleros.” (Canino, 1996) (Itálicas propias)
A fin de elevar los niveles de competitividad de los sectores mencionados,
se emprendieron diferentes políticas con el propósito de seguir impulsando el
espectro de capacidades dentro del sector energético nacional para que con ello
pudieran contribuir con el rendimiento de la industria, y con el apalancamiento
100
de las cadenas productivas tanto aguas arriba como aguas abajo. El marco
inmediato anterior de esta nueva etapa que pretendía impulsar el desarrollo de
los sectores productivos nacionales y de la estructura socio-económica en
general, teniendo en cuenta una constante tensión entre las industrias
consideradas pilares, principalmente la de los hidrocarburos, fue el de la
Apertura Petrolera.
Si bien es cierto que se ha constituido un importante sector proveedor de
bienes y servicios para la industria petrolera, tangencial tanto para el incremento
y sostenibilidad de su competitividad como para la promoción de un verdadero
proceso de industrialización nacional, resaltamos el hecho por el cual este se ha
visto solapado en una proporción considerable frente al “poder de competencia”,
el posicionamiento y el apoyo que han tenido los oferentes internacionales,
generalmente transnacionales, por parte de algunos sectores dentro de PDVSA.
Vallenilla (1995) al analizar, entre otros, los “Contrato Modelo” de los “Convenios
de Apertura”, en el aparte sobre “Adquisición de bienes y servicios” se encontró
con lo que podríamos decir fue un exceso de apertura. En ellos, se sometían a
procesos de competencia a las empresas nacionales con las extranjeras, con
escaso o sin apoyo a la producción nacional, en un sector con evidentes
necesidades; aún más considerando que las empresas transnacionales que
fungían como operadoras preferirían recurrir a su stock de proveedores en la
línea de la casa matriz. Dejando casi de lado cualquier política proteccionista,
necesarias hasta en los países más industrializados42. Los términos de
42
Dos ejemplos claros, lo constituyen los programas CRINE (Cost Reduction Initiative for New Era) en el
Reino Unido y el Norsok en Noruega, en los cuales el gobierno, por medio de políticas industriales y
101
referencia usados en este caso eran: costo, calidad y tiempo de entrega. Según
el autor mencionado, éstos eran ampliamente cuestionables como elemento de
comparación, ya que por diferentes factores, como trayectoria en y acceso a los
mercados y apoyo de las operadoras, existían brechas evidentes.
2.1. Alianzas y estrategias para el incremento de la productividad
Como correlato, en pro de lograr estabilidad y posicionamiento en el
mercado interno y en la inserción al comercio exterior, las empresas
proveedoras de bienes, obras y servicios a la industria petrolera se agruparon
en torno a diferentes organizaciones y se convirtieron, en determinados
momentos, en una especie de movimiento gremial que lograban ejercer alguna
influencia sobre la política orientada al sector. Entre ellas se encuentran la
Cámara Petrolera, Cavecon (Cámara Venezolana de la Construcción), Asoquim
(Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica de Venezuela),
AIMM (Asociación de Industriales Metalúrgicos y de Minería), entre otras.
Posteriormente, estos mismos grupos constituyeron la Alianza Empresarial
Petrolera.
Para este período logramos identificar algunos de los programas
propuestos por los diversos actores mencionados en conjunto con otros
desarrollados por los diferentes gobiernos de turno. Por ejemplo,
-La Cámara Petrolera escribió el documento “Visión de País Petrolero”43
económicas, apoyó el proceso de consolidación de redes industriales y empresariales de suministro,
recurriendo en algunos momentos a iniciativas proteccionistas (Cervilla, 2001) 43
El cual esencialmente contemplaba: “la inversión en intangibles como educación, investigación,
entrenamiento y capacitación de recursos humanos y acceso a información sobre mercados, competidores y
102
-Se desarrolló el Programa de Apoyo al Fabricante (PAF)
-Se dio origen a las Rondas Licitatorias de Contratos de Servicios
Operativos o Ronda de Campos Marginales; las cuáles preveían la obligatoria
participación del sector privado venezolano en la industria
-Se crea el Programa de Apoyo Bajo Régimen de Desempeño (PARD)
-y se crea lo que se dio en conocer como “Esfuerzo de Productividad
Compartida”44, el cual contempló iniciativas como la Agenda Petróleo.
Podemos apreciar así, un intento tanto del sector público como del
privado por mejorar las condiciones productivas y de comunicación del sector
proveedor de la industria petrolera, propiciando enlaces y propuestas inter-
sectoriales.
2.2. Las capacidades técnicas y tecnológicas dentro del sector
Frente al cambio técnico y a la definición de estrategias para lograr los
niveles de competitividad requeridos, asumieron una conducta pasiva. Diversos
estudios (Pirela, 1999; Testa, 2000; Pirela, 2000; Cervilla, 2001) han
demostrado que se produjo una especie de rezago de este sector, frente al
avasallador ritmo interno en el que se movía la industria petrolera. Esta actitud
vino dada por diversos elementos, de los cuales podemos enumerar algunos de
tecnologías emergentes, modernización gerencial y del dominio tecnológico como la única ruta para
maximizar la rentabilidad y crecimiento, ampliación en la visión del concepto de competencia incluyendo
en el la capacidad tecnológica y de innovación, mecanismos de cooperación para mejorar su
competitividad, conformación de redes empresariales” (Viergutz, 1998) 44
Los Esfuerzos de Productividad Compartida, vienen dados por la iniciativa de reorientar el Sistema
Nacional de Innovación (en el período de finales de los años 80’ y mediados de los 90’), el cual planteaba
fundamentalmente, una mayor y efectiva vinculación entre los sectores académicos y de investigación y el
sector productivo-empresarial, con el objetivo de mejorar, incrementar y fortalecer el rendimiento de tales
actores. La mejor expresión de esto es la designación de los campos experimentales a las universidades
ULA, LUZ y UCV. Con el actual gobierno se retoma este concepto.
103
ellos: 1) debilidad en las políticas de promoción y estímulo que se generaron
para el sector, que tendían a confundir las supuestas bondades generadas por
un mercado abierto, con el control (necesario por demás) por parte del Estado
para proteger la industria nacional 2) en el otro extremo, una infundada
pretensión por parte de algunos empresarios sobre el incondicional apoyo que
debía prestarles el Estado 3) incomprensión de la requerida visión sistémica al
momento de fijar estrategias que conduzcan a un equilibrio entre las políticas
económicas, industriales y petroleras 4) poca voluntad para la definición de
agendas conjuntas 5) sub valoración de las dimensiones de los problemas que
puedan enfrentar los distintos actores en sus diferentes niveles (control de los
elementos micro y macro económicos por parte del gobierno, alcance de
ventajas comparativas y competitivas por parte del empresariado nacional que
pudieran potenciar su actividad productiva o de servicios, aprovechamiento de
las oportunidades que pudiere ofrecer un “mercado global”; entre otros). Como
diría Viergutz (1998), “la armonía que debiera existir ha sufrido el impacto de
paradigmas discordantes”.
Los indicadores diseñados por Testa (2000) para medir las capacidades
tecnológicas de los sectores conexos de la industria petrolera en términos de:
“adquisición de tecnologías y automatización de la información, aprendizaje
tecnológico, impacto económico de la actividad innovadora, infraestructura de
investigación y desarrollo (I+D) e ingeniería, y vinculaciones técnicas externas”;
arrojaron información del tipo siguiente: por ejemplo, la competitividad, medida
por el proceso de aprendizaje tecnológico se encuentra en el segundo lugar; sin
embargo, destacan las empresas de consultoría con 61,9% como las de mejor
104
desempeño, superando considerablemente a las empresas de manufactura y a
las de construcción y servicios a los campos petroleros. Se alega en este
sentido que, considerando como elemento clave el manejo de la información, las
últimas empresas mencionadas son menos sistemáticas en su registro y
documentación. Este mismo indicador señaló un 48,3% de actividades de
aprendizaje en las empresas de manufactura y 50,6% en las de ingeniería.
Aunque los datos reflejan que las empresas conexas a la industria
petrolera lograron alcanzar experiencias importantes en aprendizaje tecnológico,
todavía se encontraban en etapas muy incipientes y con dinámicas aún muy
lentas para su superación y sostenibilidad. Lo anterior se puede ver en la
debilidad de las empresas de manufactura para el diseño y fabricación propia de
equipos; y en la poca capacidad para el aprovechamiento de la “ingeniería de
reversa” como herramienta de aprendizaje, por parte de la empresas de
ingeniería y consultoría (Testa, 2000). Ahora bien, podemos decir que realmente
las circunstancias no fueron aprovechadas o no favorecieron a aquellos para
quienes aparentemente fueron pensadas, retomando la idea del impulso a la
productividad nacional una vez abiertas las puertas de la industria.
Para cerrar este aparte, mencionaremos la importancia creciente que fue
cobrando el sentido de cooperación o cooperativo que necesariamente debe
existir entre los diferentes sectores productivos y de servicios para alcanzar
estándares claves de competitividad. Siguiendo a “Aoki (1994), las empresas
están obligadas a aprender a operar en un paradigma de ‘juegos cooperativos’,
ya que las máximas ganancias provienen de la reciprocidad y de la confianza
mutua y no del juego competitivo” (Cervilla, 2001).
105
3. Incorporación de actores organizacionales-tecno-productivos diferentes a los tradicionales Observamos entonces, que es necesario destacar la contribución y
visibilidad que tuvo el sector proveedor de bienes y servicios a la industria
petrolera para la conformación de una importante capacidad tecnológica
nacional. Sin embargo, también se hicieron evidentes las deficiencias
productivas y competitivas del sector. Del mismo modo que las hasta entonces
insalvables diferencias que separaban a los sectores propietarios de tales
empresas, de los “proveedores” u “oferentes” de la mano de obra.
Como hemos sostenido, este tipo de dicotomías y desequilibrios
empezaron a resentirse una vez que se empiezan a pronunciar vientos de
cambio con la llegada de Chávez a la jefatura del gobierno en 1999, y cobraron
vida ante la irrupción del “caos” develador que significó el paro petrolero.
Aunque los programas de promoción del cooperativismo y de formación
de cooperativas están presentes desde la presentación del PDESN 2001-2007,
de igual manera que su incorporación a lo largo y ancho de la estructura del
Estado; no constatamos que esta política haya sido asumida de tal manera por
PDVSA antes del paro petrolero del año 2002. Como las resistencias siempre
están presentes en momentos de cambio, los trabajadores, y con ellos las
cooperativas, han tenido que enfrentar la convicción de las élites tecnocráticas45
que se formaron con la visión corporativista; para los cuales la clase obrera, no
era capaz ni debe estar al alcance de la toma de decisiones, ya que eso
45
Para ahondar en el tema sobre la tecnocracia se puede ver “The Controls of Technocracy”, editado por
Pimenta y Pereira (1979). Sobre la tecnocracia petrolera ver Villalobos (2002), Lacabana (2004), entre
otros.
106
implicaría, según su apreciación, que la sociedad se vuelque complicada y
conflictiva, por las organizaciones sindicales que dentro de esta clase
“proletaria” se forman.
Tales resistencias, empezaron a ser enfrentadas una vez que se
profundizan las relaciones entre PDVSA y el resto del poder ejecutivo nacional,
luego que fue levantado el paro petrolero. Podríamos decir que este fue
precisamente el momento de las cooperativas; donde se abrieron un abanico de
oportunidades para la formación, capacitación, financiamiento y contratación de
cooperativas en PDVSA. La tesis de las cooperativas como “mecanismo” de
inserción, organización e inclusión cobró más fuerza; y con ellas la perspectiva
sobre la democratización económica, social y científico técnica. Esta última,
sustentada en la demostración de nuestra dependencia tecnológica que significó
el paro petrolero. Para poder continuar, es necesario decir que este camino, en
la práctica, no ha resultado tan sencillo de discernir y aprehender, aún más si se
considera la heterogeneidad y vulnerabilidad de factores ideológicos, políticos,
económicos, culturales y de intereses sobre los cuales se ha levantado el
movimiento cooperativo venezolano de estos últimos años.
En el año 2003, se impulsó una política acelerada de formación de
cooperativas dentro de PDVSA en ambos sentidos: tanto para crear como para
capacitar a cooperativas. Es cuando formalmente se puede empezar a hablar de
cooperativas en PDVSA. Casi todas las sedes operativas de la empresa y sus
respectivas áreas de negocios fueron instadas a recibir, orientar y acompañar a
las personas o grupos de personas que habían tomado la decisión de
107
organizarse como cooperativa. Existieron adeptos y opositores a este tipo de
medidas.
De inmediato, se dio inicio a cursos, talleres, charlas y/o seminarios que
permitieran masificar la cultura cooperativista y la idea de la cooperativa como
forma de acceder a una fuente de empleo y a recursos financieros; así como
una oportunidad para mejorar la calidad de vida. He aquí una de las debilidades
que podemos identificar. Obviando cualquier tentativa de juzgar si ello resultaba
“bueno” o “malo”, debemos ser críticos al abordar la idea de la masificación del
cooperativismo, concretamente de las cooperativas, como una forma de
transformación cultural, en un contexto donde la tradición y experiencias en
organizaciones cooperativas poco se conocen; aún más, si consideramos que
los valores culturales, organizacionales, productivos e institucionales arraigados
en nuestra “moderna” sociedad, no han desarrollado de forma expandida y
autónoma la filosofía cooperativista (casi siempre han sido iniciativas de pocos,
y pocas iniciativas impuestas desde arriba), bien sea por los efectos de un
mercado y un Estado desvirtuado de sus funciones sociales o por falta de
voluntades compartidas46.
No obstante, poco a poco aquellas acciones iniciales fueron tomando
cuerpo a través de diferentes planes, programas y proyectos. El ejecutivo
nacional desarrolló diversas medidas temporales previendo “la reactivación y el
desarrollo del aparato productivo nacional en el corto plazo y la generación de
empleos” (Ministerio de Finanzas, 2002). Uno de los espacios adoptado para tal
46
Lacabana (2004), sostiene que “la categoría miembros de cooperativas ha pasado en seis años de menos
del 1% a casi el 9% del total de ocupados. Estas experiencias no han sido exitosas en su totalidad, y en
muchos casos se han prestado para distintas formas de fraude laboral.”
108
fin ha sido las compras del Estado. En tal medida, se creó la Comisión
Presidencial de Compras de la Administración Pública, donde intervienen los
diferentes órganos e instituciones del Estado y que hacen vida dentro del él,
incluyendo a PDVSA; permitiendo delinear las necesidades y demandas de
cada una de ellas, así como fijar las estrategias y las medidas necesarias que
permitieran la incorporación exitosa y oportuna de los sectores proveedores de
bienes y servicios.
Siguiendo la línea anterior, se adoptó la estrategia de Las Ruedas de
Negocios47, para facilitar el vínculo directo entre la oferta potencial,
especialmente las PYME’s y cooperativas, con los organismos demandantes del
Estado, siendo una experiencia novedosa para las cooperativas. Digamos que
es una especie de parangón con lo que fueron las Rondas Licitatorias aplicadas
en PDVSA en los tiempos de la Apertura, sólo que aquellas están definidas por
nuevos actores, nuevos contextos y la renovación de paradigmas (que a fin de
cuentas aún no estamos a tiempo de saber si cuentan con la necesaria
renovación de voluntades políticas). Su objetivo es “favorecer la contratación de
obras, servicios y adquisición de bienes en las regiones o estados donde se
produce la necesidad” (archivos.minci.gob.ve/doc/ruedasdenegocios(2).doc)48
47
Las Ruedas de negocio constituyen una vieja política de estado, estaba presente cuando el segundo
gobierno de Rafael Caldera (1994-1999) y su objetivo era acercar al sector oferente y al demandante de
servicios para que los productos fuese hechos “a la medida de las empresas”, que Chávez lo retoma. 48
La primera rueda de negocios realizada en abril del año 2003 contó con la participación de 1953
empresas entre cooperativas y PyME’s, para la tercera rueda (febrero de 2004), la cifra aumentó a 13.692
empresas del tipo mencionado (Díaz, 2006). Sin embargo, hay que decir que esta tendencia fue
disminuyendo, así como el acceso a la información sobre el estado del arte de este programa.
109
3.1. El Plan Siembra Petrolera
Sin embargo, es para el año 2005 cuando las cooperativas y empresas
alternativas, especialmente vinculadas a los espacios técnicos y tecnológicos
especializados, pasan al cuerpo de objetivos y estrategias de los planes de
PDVSA. En la presentación de los “Planes Estratégicos de PDVSA 2006-2012”,
llamado por Chávez Plan Siembra Petrolera retomando la idea acuñada por
Arturo Uslar Pietri; se plasma la necesidad de incorporar nuevos actores,
nuevos sectores y nuevos tipos de proveedores para alcanzar el cumplimiento
de los programas fundamentales del plan: Cuantificación y Certificación de las
Reservas, Proyecto Orinoco, Proyecto Delta Caribe, Infraestructura, Refinación
e Integración Regional. Consecuentemente, se plantea la reindustrialización
nacional, y se considera con mayor énfasis los conceptos de Formación de
Capital Nacional y de Valor Agregado Nacional. Los lineamientos en este
sentido, apuntaron a generar nuevas alianzas y potenciar un vínculo más
estrecho con el resto de la sociedad considerándola un “vehículo para la
transformación social.”
La incorporación de las cooperativas a PDVSA como prestadoras de
servicio o proveedoras de bienes, se basó en las disposiciones de la
constitución nacional. De igual manera, los mecanismos dispuestos en leyes
como la de hidrocarburos o la propia ley de cooperativas, y los decretos
presidenciales dictados a fin de fomentar y proteger las actividades de las
cooperativas (entre ellos, 1892, 2371, 2847, 2876 y, fundamentalmente el
decreto 4998), han allanado el camino para definir las estrategias que
incorporen a las cooperativas, tanto aguas arriba como aguas abajo, en las
110
operaciones de la empresa. Por ejemplo, el decreto 2371, sobre la reforma a la
ley de licitaciones, estipula que se debe dar garantía para el desembolso
financiero de manera oportuna, que permitiera a los contratistas disponer de la
liquidez necesaria para el cumplimiento exitoso del contrato. En este sentido,
podemos suponer, que se reconoce la debilidad financiera de buena parte de las
empresas que amparaba este decreto.
Por otra parte, se crea un fondo de 100 millones de dólares destinado a la
industria nacional y a “promover nuevos tipos de organizaciones” (Ramírez,
2005). Con esto se inician una serie de proyectos dentro de PDVSA para el
apalancamiento y fortalecimiento de las actividades cooperativistas y su
inserción dentro de los sistemas de contratación.
3.2. Las Empresas de Producción Social
Acto seguido, el presidente de la república lanza de nuevo un programa
nacional, vinculado a las industrias básicas del Estado con el fin de promover,
desarrollar y potenciar la inclusión social y el empleo productivo. Esta vez, se
trataba de un nuevo nombre para las formas de organización social productiva.
Así, se crean las Empresas de Producción Social (EPS), las cuales son
consideradas como:
“Unidades de producción comunitaria, constituidas bajo la figura jurídica que corresponda, tiene como objetivo fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de la comunidad y su entorno. Incorporando hombres y mujeres de las misiones, privilegiando los valores de solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad y sustentabilidad, ante el valor de rentabilidad o de ganancia. En todo caso, esas unidades económicas deben mantener el equilibrio financiero que permita seguir invirtiendo en el mencionado entorno socio-ambiental, en forma sustentable y
111
sostenible.” (Artículo 3. Decreto 3.895, 12 de septiembre del 2005. Gaceta Oficial Nº 38.271)
Su fin, según la visión del presidente Chávez es impulsar un nuevo
modelo económico “al servicio del ser humano” (MINCI, 2006). Se intenta
fortalecer las capacidades socio-productivas locales, articulando los programas
sociales que ya se venían ejecutando, y aprovechando las oportunidades y
demandas de algunas de las actividades generadas por las empresas básicas
del Estado, de manera tal que pudieran ser cubiertas, en alguna medida por
estas EPS.
3.2.1. Las Empresas de Producción Social en PDVSA
El concepto de EPS fue evolucionando y tomando formas particulares de
acción de acuerdo a los intereses y necesidades propias de cada una de las
empresas del Estado. En PDVSA, se diseñó el Programa de EPS’s, con la idea
principal de orientar y garantizar el cumplimiento de los compromisos socio-
ambientales de las contratistas con su entorno y desmonopolizar el sistema de
contratación. De esta manera, se convirtió en una obligación la adhesión al
programa para toda empresa que quisiera contratar con PDVSA.
Como las EPS’s no contemplan una figura jurídica delimitada, y en vista
de la entramada normativa interna de los sistemas de contratación de PDVSA,
así, como de la diversidad (por su complejidad y tamaño) de empresas que lo
integran, el programa se dividió en dos aristas: una orientada directamente a
EPS’s, dirigido principalmente a cooperativas y PYME’s de propiedad colectiva;
y otra para Empresas Promotoras de EPS’s, donde se intenta asegurar la
112
articulación desde las grandes empresas. En ambos casos, se plantea el
objetivo de “la democratización de las oportunidades apalancadas en la
demanda de bienes, ejecución de obras y contratación de servicios que posee la
Corporación, [suponiendo] la consolidación de un modelo inédito de relaciones
con las empresas y la comunidad” (Gerencia Corporativa de Empresas de
Producción Social, 2006); y debiendo expresar su conformidad con tal programa
a través de una declaración jurada o un acta de asamblea e inscribiéndose en el
Registro de Empresas de Producción Social, creado para tal fin.
Para este caso, las EPS’s se definen como “unidades de producción de
bienes, obras y servicios, relacionados con el sector petrolero, constituidas bajo
la figura jurídica que corresponda, con la particularidad de destinar sus
ganancias a un reparto igualitario entre sus asociados” (Ibíd. 2006). A juicio del
Ing. Ramón Silva, esto es lo que podría llamarse una EPS “genuina”, es decir,
aquellas que estén relacionadas con formas organizativas de la economía social
que, como lo indica la naturaleza de las cooperativas, nazcan directamente con
la expresa condición de trabajo asociado y de propiedad colectiva. Sobre el
monto del contrato, estas empresas deben destinar un porcentaje como aporte
al fondo social constituido para este programa y, acompañar en el desarrollo de
Unidades Productivas Comunitarias (UPC, figura de alcance local-comunitario)
Por su parte, las Empresas Promotoras de EPS’s son:
“aquellas entidades económicas dedicadas a la producción de bienes, obras y servicios, relacionadas con el sector petrolero, alineadas a las políticas del Estado, que participan voluntariamente en el programa EPS, apalancando e incentivando la constitución, desarrollo y participación de las EPS en las actividades económicas del país, asociadas a su proceso productivo.” (Ibíd.)
113
De ellas, se exigieron formas de transferencia de mayor alcance, desde
una mayor y activa participación de su compromiso social. Aunado a los dos
imperativos contemplados para las EPS’s, las Promotoras de EPS’s deben:
- Presentar [una] Oferta Social en los procesos licitatorios, concepto basado en la necesidad de realizar obras, prestar servicios y/o proveer bienes, para atender las necesidades de las comunidades, a los efectos de asegurar su desarrollo armónico y sustentable. - Desarrollar y acompañar a empresas pequeñas y EPS, lo cual incluye apoyar con el desarrollo de sistemas y tecnologías, y establecer programas permanentes que permitan la inserción de estas empresas en el sistema productivo. - Consorciarse con empresas medianas y EPS, a los fines de fortalecerlas tecnológicamente, permitiendo un Valor Agregado Nacional Incremental y una mayor inserción en la solución de necesidades vinculadas a las áreas operacionales del sector petrolero. (Ibíd.) Estas formas de garantizar el cumplimiento de los compromisos sociales
de las empresas que contratan con PDVSA, se convirtió en un mecanismo de
retribuir a la sociedad una parte importante de los insumos que de ella adquiere
para la prosecución de sus actividades y, de los efectos que pudieran incidir en
el desmedro de la calidad de vida de los habitantes del entorno donde operan.
Evidentemente, siendo PDVSA la principal empresa del Estado, que abarca una
porción considerable de los sectores industriales del país, también se consideró
como una fuente para potenciar el tejido industrial y productivo nacional, según
los preceptos de desarrollo endógeno y transferencia tecnológica.
Las diferentes áreas operacionales, a partir de sus respectivas pericias,
se encargaron de asesorar sobre las oportunidades y amenazas que pudieran
presentarse para este tipo de empresas en su inserción como contratistas; así,
como detectar las demandas efectivas de todos los sectores. Por ejemplo,
114
BARIVEN, se encarga de canalizar buena parte de las necesidades de bienes y
servicios requeridos por la industria.
La activación de estos mecanismos ha permitido pensar y repensar el
circuito de calificación - licitación/adjudicación – contratación - compromiso
social – seguimiento y evaluación de la empresa, de manera que pueda dar
concreción a los objetivos del programa y al éxito sostenido del mismo. Sin
embargo, la versatilidad del contexto político en que está naciendo el programa,
ha generado discontinuidades en algunas de las fases de este proceso,
causando ruido y frustración en algunas experiencias particulares. La necesidad
de incorporar a estas nuevas empresas de manera acelerada a los sistemas
tecno-productivos, las trampas políticas que hasta ahora ha impuesto el
contexto y la polarización generada por posturas a favor o en contra del
proyecto de país en curso, aceleraron las decisiones en los momentos iniciales
para las contrataciones en algunas áreas del negocio.
4. Estímulo e Incentivo para la formación de Cooperativas Tecnológicas, ¿cómo son entendidas y dónde son visualizadas dentro de la industria petrolera nacional?
El concepto de cooperativa en general, y la doctrina cooperativista en
concreto, ha atravesado toda la estructura institucional, una vez que se
consideró como política pública transversal de la política del Estado.
Consecuentemente, los organismos públicos y privados que la representan se
vieron en la necesidad de adaptarse e intentar aprehender rápidamente el
funcionamiento de las cooperativas. Uno de los primeros retos presentados, ha
sido trascender el concepto y comprenderlo desde la dinámica propia en el que
115
se desenvuelve, sin olvidar que responde a valores y principios doctrinales. De
esta manera, se han incrementado las complejidades de su praxis económica.
Caracterizar las EPS’s, o cooperativas tecnológicas ha sido una de las
principales tareas, en función de hilar las diversas estrategias propuestas y
cubrir los distintos flancos por los cuales se emprendió la promoción de este tipo
de organizaciones, entre ellos: desempleo, inserción tecno-productiva, impulso
de las capacidades y “competencias” nacionales, know how disponible, entre
otras.
A las primeras de cambio, no se hacía mayor distinción entre la figura de
PYMES y Cooperativas. Por ejemplo, entre los ejecutores de los programas de
acompañamiento dentro de PDVSA se piensa o es entendido que:
Las PYMES también incluyen cooperativas. Lo que pasa es que hay una diferencia en lo que son PYMES: en el área de las cooperativas son de propiedad colectiva, y en las PYMES, son de propiedad individual o mercantil. Las otras son de propiedad colectiva y bueno tienen sus diferencias, fundamentalmente éstas son con asociados; las otras [las PYMES] son con empleados, obreros etc. El presidente decía en estos días “son PYMES pero de propiedad privada pero colectivas, y las otras son propiedad privada pero mercantiles. En las empresas cooperativas, hay diferencia en cuanto a su grado, por ejemplo ellas son de jardinería, son de comida; la diferencia es que ellas son homogéneas en cuanto a lo que se exige del personal que está en esa cooperativa. Sin embargo, cuando vamos a cooperativas más complejas entonces lo que vamos viendo es que deberían ser como doble organización, es como una organización vertical y una horizontal: horizontal cuando es el cooperativismo, y vertical cuando se trata de por ejemplo de que tu tienes que tener un Gerente de la Calidad, un Gerente de Producción, que son competencias muy técnicas, específicas del área. (Hilda Briceño; Entrevista personal)
Esta fusión de conceptos, donde se simplifica a la cooperativa en el
entendido de una PYME, reduce y desvirtúa el panorama propio en el que se
desarrollan este tipo de organizaciones. Se corren diferentes riesgos pero,
116
esencialmente, se puede tender a pasar por alto la doctrina fundacional que las
mueve: el cooperativismo, como un conjunto de valores que intenta soslayar las
diferencias y desigualdades humanas; es decir, que los intereses productivos no
giran en torno a un sector de la organización, sino al colectivo más amplio que la
conforman. Otro aspecto a resaltar, es la consideración por el número de
integrantes de la organización. Mientras que las PYME’s se tienen entre cinco y
cincuenta empleados, una cooperativa va desde cinco hasta infinito número de
asociados. En las estadísticas nacionales, aún no pudimos corroborar si existían
este tipo de confluencias, que por demás consideramos poco pertinentes.
Las cooperativas tecnológicas, tienen como componente fundamental en
este contexto, el reconocimiento de un know how y de “competencias”, en el
sentido de capacidades, habilidades y destrezas para realizar una labor, que
siendo identificado, intervenido y consolidado son potenciales nichos para armar
las redes nacionales de abastecimiento de la industria petrolera nacional. Si son
detectadas y acompañadas es porque “ellas saben cómo pedir, tienen el know
how, tienen el conocimiento, en la parte de exploración y construcción de pozos,
guaya fina, guaya eléctrica, en la mudanza de taladros, en el área de control de
sólidos y fluidos de perforación…” (Hilda Briceño; Entrevista personal));
adicional al hecho de utilizar tecnologías desarrolladas dentro de la industria
petrolera, “tecnología que no tiene el vecino de al lado” (Hilda Briceño;
Entrevista personal)(Hilda Briceño; Entrevista personal)
Las áreas de acción en que fueron ubicadas las cooperativas inicialmente
se extendían a lo largo y ancho de la industria. Luego se identificó un desarrollo
masivo de cooperativas de baja complejidad, lo que fue acortando las
117
actividades en que podían ser incorporadas, y logrando una posición
desventajosa frente a las grandes corporaciones con quienes se enfrentaban en
los procesos de licitación. Esto llevó a reforzar hacia el aspecto tecnológico el
acompañamiento de la empresa.
4.1.- PDVSA Intevep: un apoyo clave en la traducción de la idea
Intevep49, “el brazo tecnológico” de PDVSA, con su experiencia en
procesos de desarrollo, certificación y transferencia tecnológica y, como
principal fuente de evaluación de desempeño de las empresas contratistas
venezolanas, se convirtió en un apoyo clave para traducir la naciente idea de
vincular a las EPS’s con los diferentes sectores operativos de la empresa,
principalmente, consolidando su aspecto tecnológico, organizacional y
productivo.
La idea de considerar la transferencia de tecnologías, como una
herramienta de democratización tecnológica y como una fórmula para evitar el
monopolio de las licencias, y de las tecnologías como tal, se comienza a percibir
con el primer llamado nacional para un curso de cooperativismo de 216 horas
ejecutado por Intevep en el año 2003, en el cual se intentaron transmitir
herramientas en materia administrativa, contable, informática, formación socio-
histórica y política y, principalmente, sobre cooperativismo básico. De esta
experiencia inicial, se obtuvieron alrededor de cuarenta y seis cooperativas
consolidadas y doce proyectos de cogestión comunitaria (PDVSA Intevep,
49
El Instituto Venezolano de Tecnología para el Petróleo – Intevep-, es una filial de PDVSA que se
encarga de proveer asistencia técnica y desarrollar soluciones tecnológicas para la industria petrolera
nacional.
118
Boletín Interno, 2003). Las cooperativas consideradas en este estudio se
formalizaron a propósito de este curso y del consecuente acompañamiento
realizado por Intevep. De acuerdo a sus ideas en unos casos y sus capacidades
en otros, se diseñaron los respectivos objetivos que orientarían las actividades
de las cooperativas. Es entonces cuando son consideradas como objetos de
transferencia tecnológica.
Sin embargo, la idea toma cuerpo a partir de la creación de la Gerencia
Funcional de Apoyo Tecnológico a Empresas de Producción Social (ATEPS) en
noviembre del año 2005. Y, paralelamente, evoluciona con el Proyecto
APAMATE (“Apalancar y Masificar Tecnologías”), recientemente diseñado con el
fin de realizar procesos de transferencia tecnológica de dieciséis tecnologías
desarrolladas en INTEVEP, en el área de negocios de Exploración y Producción,
específicamente en Construcción de Pozos. Se busca:
1) reducir los costos generados en la construcción y rehabilitación de pozos, a partir del uso y masificación de algunos productos tecnológicos de PDVSA Intevep. 2) [potenciar] el incremento de la producción y la productividad de los pozos. 3) [apoyar] a la Gerencia de ATEPS. 4) [resguardar la soberanía tecnológica]. 5) [fomentar] la incorporación de nuevos productos al Proyecto; como resultado de un trabajo conjunto con el área de Investigación y Desarrollo correspondiente. 6) [evitar] el monopolio, en la Masificación, Comercialización y/o Aplicación de los Productos generados por Intevep. (Avances de la nueva PDVSA Intevep. Año 3. N° 15. junio 2007)
A nuestro interés, por estar directamente vinculada con el área de acción
de este trabajo, y porque el proyecto APAMATE es posterior al cierre de esta
investigación, solamente consideramos las vinculaciones y acompañamientos
destacados desde la gerencia de ATEPS.
119
4.2.- ATEPS: el cuerpo de una idea
Siguiendo a Ramón Silva (entrevista personal, 2007), ATEPS surge para
dar “acompañamiento desde el punto de vista técnico, no necesariamente
tecnológico” a las EPS; a fin de promoverlas, fortalecerlas, transferirles
herramientas para su sostenibilidad e “incorporar la parte social y la parte
productiva dentro del valor agregado nacional.”
El discurso en este sentido continuó apuntando a la democratización y
uso de las licencias y de los productos tecnológicos desarrollados por Intevep, a
través de procesos de transferencia. Por una parte, pensando en aminorar los
monopolios que se habían creado alrededor de ellas; y por la otra, considerando
que esta iniciativa ayudaría a recuperar endógenamente a la industria petrolera,
de los daños causados por el paro, reformando el cuerpo nacional de
proveedores de bienes o servicios, o sector conexo a la industria petrolera
nacional e impulsando fuentes de empleo. Conceptos como soberanía e
independencia tecnológica sirvieron de marco de referencia a este nuevo
fenómeno.
El programa consiste en la realización de 1) diagnósticos técnico-
económico-socio-organizacionales, 2) planes de acompañamiento y consultorías
a fin de asesorar a las cooperativas y/o empresas atendidas 3) seguimiento y
control en la ejecución para la sostenibilidad; así, como proveer asesoría y
financiamiento si es requerido para el desarrollo de proyectos tecno-productivos.
En principio, las mayores debilidades de las EPS apuntaron a la
dimensión de gestión empresarial. Por tanto, se hizo urgente el levantamiento y
fortalecimiento de ésta; ya que “para poder insertarse en la cadena de
120
suministros de PDVSA hay que cumplir requisitos especiales, tienen que tener
una serie de fortalezas; porque PDVSA tiene sus propias normas” (Silva, 2007),
inherentes a los sistemas de calidad y seguridad, y a la solidez de la empresa.
Pero, posteriormente, la experiencia ha ido indicando que también el
aspecto colectivo de la propiedad, y los valores doctrinales en el caso de las
cooperativas, deben ser atendidos principal e imperativamente, producto de las
debilidades e inconsistencias encontradas al respecto. El caso de las
cooperativas de papel se ha convertido en un reflejo de ello: empresas
registradas como cooperativas pero que, o en realidad son empresas
mercantiles camufladas bajo la figura de la cooperativa o que ni siquiera existen
como tal. Esta situación, ha hecho que esta figura jurídica empresarial de
organización haya perdido respecto y reputación dentro de la industria,
llegándolas a considerar como personas oportunistas.
Algunos autores como Pirela (2007), han identificado este proceso como
la oportunidad para el nacimiento de una nueva clase de oligarquía
emprendedora. Que se ha visto beneficiada de las prebendas políticas de
algunos sectores que detentan el poder en la actualidad; así como de una
posición político-ideológica desvirtuada de los fines originales en los que se
había encaminado el país desde 1999.
Hilda Briceño, líder del programa, en una entrevista realizada (2007),
afirma que han detectado debilidad en las bases de algunas de las cooperativas
más visibles del programa. Y podríamos agregar, que quizás aún no han
desarrollado tal base si consideramos que no han existido factores psico-
sociales que los vincule desde el origen, más allá de la oportunidad de negocios
121
o del contacto político que conllevó a que un grupo de personas desconocidas
se reunieran en torno a una organización productiva.
Según Briceño (2007):
Tiene que haber un trabajo de preparación de la base, es como cuando tú, para estudiar matemática y para poder pasar por ciertos grados de la matemática tienes que tener una base. [En este sentido,] tú tienes que tener una base del cooperativismo, lo que tiene que ver mucho [con] la persona.
Aunque en ATEPS están orientados en tal sentido, entre los aspectos a
evaluar dentro del diagnóstico no queda explicitado el valor o la dimensión
cooperativa, sino que, presumimos, aparece entendida dentro de la variable
social50; aunque posteriormente es considerada como una “debilidad detectada”.
Asomamos en este sentido las observaciones que hicimos en el aparte de
sostenibilidad del capítulo1, según el cual las cooperativas deben ser entendidas
y evaluadas en su justa dimensión asociativa – cooperativa, sin que en ningún
momento esto implique que se descuide la dimensión empresarial. Aún más, si
recordamos que no han sido actos de iniciativa propia.
Al cierre del segundo semestre del año 2007, se realizaron alrededor de
229 auditorías o diagnósticos técnico, económico, socio-organizacional (Silva,
2007).
La novedad que implica este tipo de procesos dentro de la industria, ha
ocasionado tanto resistencias como diálogos entre los diferentes actores
involucrados; del mismo modo que ha levantado la perspicacia de otros,
50
Las áreas evaluadas en el diagnóstico integral son: Social, Técnica y Tecnológica, Gerencia,
Organización, Recursos Humanos, Planificación, Programación y Control de la Producción, Distribución
en Planta, Almacenes, Manejo de Materiales, Suministro, Investigación, y Desarrollo, Mantenimiento,
Finanzas, Mercadeo, Ventas, Sistemas de Gestión de Calidad, y Seguridad, Higiene y Ambiente. (Gerencia
Funcional de Apoyo Tecnológico a Empresas de Producción Social. Resumen ejecutivo Nº 1, 2007)
122
contribuyendo conciente o inconcientemente a generar mecanismos de control
necesarios para que las grandes inversiones tanto de recursos humanos, como
financieros y materiales rindan sus frutos. Es un fenómeno que de ser orientado
de manera adecuada, sin privilegiar sectores o grupos de interés, y sin asumir
posturas polarizadas pueden incrementar notoriamente los vínculos tecno-
productivos entre los sectores tradicionales y los sectores emergentes,
proveedores de bienes y servicios a la industria nacional, en una relación ganar-
ganar. Lo más importante en el caso de las cooperativas, es la vigilancia,
seguimiento y control permanente, pero principalmente la consolidación de la
cultura cooperativista.
123
CAPÍTULO III
COOPERATIVA VENEZOLANA DE CONTROL
DE SÓLIDOS Y FLUIDOS DE PERFORACIÓN - VECOSOFLUPER
1. La concepción de la cooperativa
La Cooperativa Venezolana de Control de Sólidos y Fluidos de
Perforación – VECOSOFLUPER -, como muchas de las cooperativas creadas
en tiempos recientes en Venezuela, fue el producto de la contingencia
provocada por el paro petrolero del año 2002, y el consiguiente aumento en los
niveles de desempleo así como del fuerte impulso dado por el gobierno nacional
a través de diversas políticas públicas y de programas masivos de fomento y
acompañamiento a cooperativas. En particular estuvo enmarcado en el plan de
impulso e incorporación de estas organizaciones socioproductivas a PDVSA.
1.1. Los socios fundadores
La batuta de la cooperativa la asumieron cinco personas provenientes del
grupo inicial de cincuenta; cuatro de ellos vinculados por lazos de
consanguinidad, quienes serían posteriormente los “socios fundadores”. Ellos
son: Ramón Paltoo (Presidente de la Cooperativa), Yuraima Urbano de Paltoo
(Tesorera/Administradora), Carlos Paltoo, Ignacio Quintana (primo) y,
finalmente, Rufino Lista.
En abril del 2003, hicimos nuestra primera reunión acá [en la casa residencial de la familia Paltoo Urbano; que se convertiría posteriormente en la sede y oficina principal de la cooperativa]. Ya en mayo de ese mismo año hicimos nuestra segunda reunión, y con más conocimiento, con más seriedad, allí decidimos conformar la junta. Fuimos los cinco los que en realidad la conformamos y en
124
la actualidad [mediados del año 2007] seguimos los cinco (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007) Al momento de constituir la cooperativa, estas personas se dedicaban a
labores independientes como una forma de obtener sus ingresos. Las
experiencias laborales y profesionales giraban entre las áreas administrativa,
contable, mercadeo y comercio independiente. Aunque hubiesen realizado
actividades de tipo emprendedora, ninguno de ellos contaba en su haber con
experiencia o actividades relacionadas con la economía social o el
cooperativismo. Se puede decir que sus conocimientos sobre cooperativismo
derivaban del discurso oficial difundido por diversos medios de comunicación y
de lo aprendido en el curso de cooperativismo realizado en el Intevep. Mas de
una manera u otra, habían estado vinculados con la industria petrolera, incluso
los que serían posteriormente su personal contratado, por medio de servicios
prestados de manera puntual o en relación con terceras personas.
Al respecto, al preguntarles sobre referencias nacionales o extranjeras de
cooperativas exitosas o sobre la influencia del cooperativismo en el desarrollo
de regiones particulares, comunidades locales, o específicamente, sobre
determinados sectores productivos o de servicio, las respuestas fueron vagas y
a veces inconsistentes. Generalmente, las referencias inmediatas a los valores
del cooperativismo, correspondieron a un intento de respuesta al estilo de
redacción de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC).
125
1.2. Referencia de antecedentes en la conformación de la organización
Aunque no podemos identificar concretamente un antecedente
organizativo entre los integrantes de la cooperativa VECOSOFLUPER,
resaltamos que la iniciativa de asociarse para formar una empresa de servicios,
donde pudieran confluir sus intereses y aspiraciones personales y laborales,
tiene su raíz en una idea de organización de tipo mercantil. Entonces, la
concepción inicial de la organización, estuvo sustentada como una sociedad
mercantil, no como una cooperativa. La encargada de la administración y
asociada de la cooperativa relata que:
En aquel entonces hablábamos de formar una empresa, y luego cuando surge la idea de este señor [el presidente de la república], que no fue idea de él, sino que ya se sobreentiende, pues las cooperativas estaban en el mundo hace muchísimo tiempo, pero él dio la oportunidad, dio la idea de que se conformaran en cooperativas porque iba a haber apoyo de parte del gobierno y aprovechamos esa coyuntura ¿ves? Pero en realidad, nace de la necesidad que hay de independencia. (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007) Se empezó a concebir la figura cooperativa a finales del año 2002 e
inicios del año 2003, a partir de los reiterados llamados hechos por el presidente
de la República, quien veía en el sistema cooperativista una opción de inclusión
social y de disminución del desempleo, así como una forma de acceder a capital
de trabajo. También se pensaron como un espacio para democratizar el capital y
para llenar el vacío de capacidades causado por los despidos masivos dentro de
la industria como consecuencia de la crisis del paro petrolero.
Según el relato de los asociados y personal contratado de la cooperativa,
la propuesta de conformar una organización de este tipo la concibió en El Tigre,
126
estado Anzoátegui, el Señor Ramón Paltoo, un hombre con experiencia de
negocios en actividades de servicio o producción independiente. Como lo relata
él mismo:
Yo siempre trabajé por mi cuenta, me gradué [como técnico agropecuario]. Me dediqué al trabajo, a fincas, fui productor de sorgo, criador de animales, ovejos, cochinos, pollos, frutales que teníamos, y después decidí salirme de la finca. Vendí la finca, vendí todo, tractores, todo lo que yo tenía y monté un hotel en El Tigrito, o sea, que nunca he sido, como se dice, asalariado de ninguna empresa, sino he tenido negocios propios. Y después que cerré la cuestión del hotel, hice una firma y entonces le trabajé a la empresa Dowell51; yo tenía el contrato con ellos en la parte de la logística de todo lo que era el fluido, pues, el fluido de perforación, los químicos, el taladro, la mudanza de los trailers, toda esa logística. (Ramón Paltoo, entrevista personal, 2007) Aunque esta persona pudo haber prestado algún tipo de servicio en el
sector petrolero, no contaba con los conocimientos técnicos, ni con las pericias
respectivas para asumir la labor directa dentro de los campos petroleros. Por
ello, se apoyó en su entorno inmediato e hizo una convocatoria a diversas
personas con las cuales estaba vinculado directa e indirectamente: familiares,
amigos, allegados y otros contactos a través de terceras personas. Todos, o
casi todos, contaban con el know how técnico para emprender una labor de
envergadura dentro de PDVSA. Aunque no estaban orientados hacia un área
concreta, se presumía que el norte era trabajar con PDVSA.
En un principio, creo que pasaban de 50 personas, como te dije eran bastantes, nos reunimos varias veces. La mayoría eran familia, primos; de esos primos actualmente está Rafael Quintana, Ignacio es primo mío; él trabajaba en la parte de control de sólidos. (Ramón Paltoo, entrevista personal, 2007)
51
Schlumberger Dowell de Venezuela S.A.
127
Esta información fue confirmada por algunos de los especialistas que le
hizo acompañamiento técnico, social y organizacional a la cooperativa desde
Intevep: “esta cooperativa se mantuvo [por un tiempo], ella arrancó con
cincuenta personas.” (Hilda Briceño, líder de proyecto en ATEPS, 2007)
Del grupo de cincuenta personas que se hizo eco de la invitación inicial
de Ramón Paltoo para conformar la cooperativa, con el fin de ofrecer servicios
en algún segmento del área de exploración y producción dentro de la industria
petrolera, había algunas que tenían obligaciones laborales contraídas con otras
empresas. Esta situación se convirtió en su misma limitante, pues dudaban o
temían abandonarlas para contraer una responsabilidad con la nueva
cooperativa sin tener la certeza o una garantía de éxito de la misma.
A partir de entonces, sin poder precisar desde nuestra perspectiva un
momento exacto, se comienzan a tejer distintos puentes entre este grupo de
personas y diferentes actores dentro de PDVSA. Pero, concretamente, la
formalización sucedió posterior al paro petrolero, en el año 2003.
1.3. La traducción: “…tan pronto nacimos, nos casamos con
INTEVEP”
La cooperativa era un proyecto que apenas estaba naciendo, y con lo
único que se contaba era con las ganas de trabajar, con proyectos socio-
políticos de un Estado que recién se estaba reponiendo de una profunda crisis
coyuntural que había atravesado a toda la sociedad y que aún no alcanzaban la
suficiente claridad como para ser digeridos por la población, y con una fuerte
presión presidencialista para la ejecución de los mismos y la reactivación de la
128
sociedad. De esto último, empezaron a surgir diferentes propuestas y planes de
acción dentro de todos los organismos estatales, en los cuales la mayoría
compartía la idea de la organización cooperativa para la producción.
Así, en el caso de PDVSA, las empresas filiales diseñaron distintos
programas que apuntaban en la dirección de formar cooperativas; intentando
reestablecer y fortalecer con este mecanismo organizacional al sector nacional
proveedor de insumos y servicios a la industria. Cabe recordar, como se indicó
en el capítulo II, que ya este sector había quedado prácticamente desmantelado
desde los tiempos de la apertura.
En este sentido, las primeras acciones de Intevep estuvieron dirigidas a
orientar legalmente a los grupos interesados en la constitución de cooperativas,
entre ellas: la solicitud de nombre ante la SUNACOOP; redacción del acta
constitutiva; redacción de los estatutos internos; funcionamiento de las
asambleas y legalización de los libros contables tal como lo indica la LEAC.
A finales del año 2003, se hizo una convocatoria pública para la
realización de un curso de cooperativismo que tuvo una duración de tres meses,
en el cual, aunado a los aspectos legales mencionados arriba, se incorporaron
aspectos propios para la comprensión de la doctrina del cooperativismo y del
movimiento cooperativo, concretamente, pioneros, historia, experiencias
relevantes, filosofía, doctrina, funcionamiento, entre otros tópicos. El curso fue
co-organizado con el Centro Internacional de Educación (CIED) de PDVSA.
Uno de los que luego sería socio de la cooperativa, el Lic. Rufino Lista, se
hizo eco de este llamado, en razón de los vínculos y la cercanía que tenía con
Intevep. Esta persona que vive en Los Teques, Estado Miranda será
129
posteriormente, el amarre principal entre la cooperativa e Intevep. Precisamente
este hecho fue el que le haría jugar un papel clave dentro de la futura
cooperativa. Ramón Paltoo logró ponerse en contacto con él, como lo cuenta el
mismo señor Paltoo de la siguiente manera:
Yo le brindaba algunos servicios a una empresa, Cherokee Well Services52, también de fluidos de perforación y control de sólidos. Yo tenía un equipo, planta eléctrica [que] le alquilaba a esta empresa. Y en una de esas tantas veces que iba a cobrarles mi factura, conocí a Rufino, a Rufino Lista, que trabajaba para ellos en la parte de sistema. Alguien le habló, porque allí había gente que me conocía, y que sabía que nosotros estábamos en esto, organizando [una cooperativa]. Nos presentaron y el me dijo: “yo quisiera conocerte, me han hablado de ti”. Me gustó la idea que él se incorporara también porque él vivía en Caracas o vive actualmente y, desde aquel tiempo ¡2002!, cuando empezamos a organizarnos hasta la fecha actual [2007], no hay aquí en El Tigre una oficina de SUNACOOP. Y una de las cosas que [influyó fue que] él vive allá [en Caracas], y todos los trámites había que hacerlos prácticamente en SUNACOOP Caracas. Además estaba INTEVEP, en Los Teques, y aprovechamos de trabajar con ellos. Yo creo que nosotros nos casamos, tan pronto nacimos, nos casamos con INTEVEP… Creo que corrimos con suerte en dos aspectos; primero, que es difícil que estando nosotros por aquí pudiéramos estar todo el tiempo montados [sobre Intevep], pero por lo menos Rufino vivía allá en Los Teques. Entonces una de las cosas que le dije a Rufino es que se mantuviera en contacto, primero, porque teníamos a un hombre ahí, con el cual habíamos alcanzado bastante confianza53. (Ramón Paltoo, entrevista personal, 2007) Rufino Lista y otros socios de la cooperativa contaron con la oportunidad
de participar en el curso de cooperativismo ofrecido por Intevep, estrechando
algunos lazos con la empresa desde ese momento. A partir de entonces cobró
fuerza la tesis de la cooperativa como objeto de transferencia de licencia de uso
52
Esta es una empresa de servicios petroleros, registrada bajo la figura de compañía anónima. Ubicada en
el oriente del país pero con incidencia a lo largo del territorio nacional. 53
Esta persona, clave en el contexto de desarrollo de la cooperativa era el presidente de Intevep para aquel
momento, el Dr. Argenis Rodríguez.
130
de alguna de las tecnologías desarrolladas por Intevep. Este supuesto se
sustentó en la imagen que proyectaba el grupo de profesionales vinculados a la
futura cooperativa; un equipo cohesionado, con conocimientos y pericias
técnicas en el área de perforación, construcción y mantenimiento de pozos, y
saneamiento ambiental.
Sin embargo, por causas que no pudimos conocer, este grupo de
“expertos” no llegó a formar parte de la junta directiva de la cooperativa, ni
siquiera completaron su inscripción como socios de la misma. Aunque algunos
de ellos se mantuvieron en contacto con la cooperativa, fueron retomando sus
compromisos laborales previos, de los cuales no se habían desprendido en
ningún momento. Suponemos que no es fácil para padres de familia, con
empleo estable y compromisos adquiridos, cambiar eso por una idea incierta
hasta ese momento, de allí que muchos de ellos no tomaron la decisión de
desprenderse de sus antiguos trabajos. Siguiendo la apreciación de la tesorera:
Como que nadie quería dejar sus empresas, de hecho nadie dejó su trabajo por nada, porque en realidad había un vacío, era una idea, muy bonito en papel, pero en la realidad era otra. (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007) Esta realidad estaba vinculada a un proyecto en plena gestación. Sobre el
cooperativismo no se sabía mucho. Más aún, la vocación cooperativista no
había sido parte de las agendas de discusión a la hora de pensar en alternativas
organizativas, mucho menos en empresas con altos componentes de capital,
tecnología y conocimiento. Dentro de PDVSA se percibían resistencias por parte
de algunos sectores que no estaban de acuerdo, o simplemente no
comprendían c’omo se ventilarían estos nuevos procesos dentro de la empresa;
131
incluso se dudaba que organizaciones de este tipo pudieran asumir proyectos
de envergadura dentro de la industria. Como la concepción inicial estaba
estrechamente vinculada al paliativo del desempleo y al entusiasmo político,
para entonces sólo habían sido relacionadas con labores de mantenimiento
menor, jardinería, servicios de alimentación, y/o apoyo para el levantamiento y
reparación de la infraestructura de las nacientes misiones.
1.4. La concepción de la actividad productiva: el objeto de la cooperativa
La actividad de la cooperativa estuvo dada desde el principio por la
orientación profesional y por la experiencia técnica de una parte del grupo
promotor, en algún área del sistema de construcción y mantenimiento de pozos
petroleros. Sin embargo, no es sino hasta que se vinculan con Intevep cuando la
idea empieza a tomar cuerpo y a consolidarse porque se produjo una especie de
consenso con los asesores técnicos de la empresa. A la cabeza del proyecto,
estuvieron distintas personas que se encontraban en una posición clave dentro
de la industria, quienes, por los reiterados encuentros, desencuentros y diálogos
con la cooperativa VECOSOFLUPER fueron persuadidos a apoyarles en su
proyecto de servicios técnicos en campos petroleros. No podemos decir a
ciencia cierta si se trató de un convencimiento de la capacidad de éxito de la
cooperativa, o si por el contrario, llegaron a existir sectores con algún interés
particular en ayudarlos, pero sí hubo una clara orientación de parte algunos
actores claves en Intevep hacia generar una especie de ensayo de transferencia
tecnológica a través de esta cooperativa.
132
Lo importante es resaltar que empezó a cobrar vida el hecho de hacer de
esta y otras cooperativas54, una especie de prueba piloto para la puesta en
práctica de procesos de transferencia tecnológica. Al comienzo, en Intevep y en
la misma PDVSA, no se tenía claro hacia dónde apuntarían los procesos. El
concepto que guiaría a este tipo de cooperativas, aún no estaba claro. Se pensó
en la transferencia de licencias de uso, en la manufactura, o posiblemente, en la
transferencia de algunos derechos de los productos.55
Entre las dependencias de Intevep que inicialmente se involucraron
directamente con la cooperativa estuvieron: la presidencia del mismo instituto,
donde para entonces se encontraba el Dr. Argenis Rodríguez, experto petrolero
y conocedor de la materia con 25 años en la industria; la Gerencia de Desarrollo
Social, desde la Coordinación de Inversión Social, a cargo del Soc. Fidel
Hernández; y otras áreas que fueron dando sus aportes para apoyar el
componente eminentemente técnico de la cooperativa.56 Evidentemente, resultó
un intento algo complejo, tanto para Intevep como para la cooperativa, por el
hecho de ser una experiencia con pocos precedentes nacionales y casi
inexistentes dentro de la industria (sin obviar algunos casos que se habían
ensayado con PYMES entre las décadas de 1980-1990), por la inexperiencia de
la cooperativa, y por las propias dinámicas internas de la empresa, en cuanto a
54
PETROLIFT, VENMATT, Caliza Sanare 72242, Ambiente 3000, entre otras. 4 Arvanitis y Villavicencio (1995) ven en el “concepto de transferencia de tecnología, tanto la relación de
intercambio entre empresas de países diferentes, como entre empresas de un mismo país; a contratos de
compra-venta entre dos empresas diferentes, como también a la implantación de nueva tecnología que una
casa matriz decide llevar a cabo en una filial; a relaciones de asistencia tecnológica entre un usuario y su
proveedor como a contratos de actividades productivas y comerciales desarrolladas en común ("joint-
venture")” 56
No pudimos obtener información sobre la percepción y la visión sobre la cual estas personas guiaron su
actuación y apoyo a las cooperativas, debido a que ya no se encontraban en los mencionados puestos, ni
fue posible localizarlas en su actual ubicación dentro de la empresa.
133
las exigencias tanto operativas como administrativas internas, y hacia su
entorno, en este caso, las contratistas, entre las cuales comenzaron a figurar las
cooperativas. A partir de las consiguientes asesorías dadas por Intevep, se
sugirió que podían obtener la licencia de algunos de los productos allí
desarrollados.
Nosotros básicamente los primeros pasos los dimos bajo el manto tecnológico de PDVSA-INTEVEP; ahí nos formamos. Allí fue realmente que se visualizó la oportunidad que tenían todas esas cooperativas tecnológicas de insertarse en el mercado, en las áreas medulares. [Sin embargo] el Estado, el país, no estaban preparados para dar esa respuesta. (Rufino Lista, entrevista personal, 2007) Podría decirse que la cooperativa fue percibida desde dos ángulos: los
asociados a ella la consideraron netamente como una “oportunidad de negocio”
dentro de PDVSA, y los promotores vinculados con Intevep y otras áreas
operativas de la industria, intentando traducir y corresponder a la política macro
de desarrollo tecnológico endógeno, la vieron como una forma de aprovechar
las tecnologías desarrolladas para el apalancamiento tecno-productivo a través
de la transferencia tecnológica. Hecho que, como veremos más adelante, a
pesar de los altibajos, arrojó resultados interesantes en cuanto sobre el tema
tecnológico en sí mismo.
Pero en otro extremo, determinante al hablar del sostenimiento de este
tipo de empresas, factores como la incertidumbre del momento, la inexperiencia
en programas de este tipo, el momento político, entre otros, llevó a INTEVEP a
tomar decisiones que a estas alturas parecieran no tan acertadas, pues
sobredimensionó tanto el concepto de acompañamiento, que creó un
paternalismo casi parasitario de estas cooperativas hacia INTEVEP. Dos años
134
después de creada, sus principales acompañantes para la gestión
encomendados por Intevep, eran profesionales y técnicos de la gerencia de
Acompañamiento Tecnológico a Empresas de Producción Social (ATEPS). En
un apresurado balance que recogimos desde el punto de vista de INTEVEP se
nos asomó que:
VECOSOFLUPER es la primera cooperativa que ha sido acompañada, que ha sido llevada de la mano, que tiene cuatro productos tecnológicos licenciados: [INTEFLOW®, PERMAVISC™, FOAMDRILL™ e INTOIL®]; y que nosotros [INTEVEP] estamos tratando de pasar este modelo. Sin embargo, esta cooperativa arrancó con cincuenta personas y ahora tiene cinco [como asociados de la organización]. Nosotros tuvimos que documentarle todo, desde rehacer su misión, visión, objetivos estratégicos y toda la documentación de los procesos que respaldan esta cooperativa. (Hilda Briceño, Líder de Proyecto – ATEPS, entrevista personal, 2007) Habría que decir, que este “casamiento” ha devenido en una fuerte
dependencia de la cooperativa respecto de la industria. Si a ello le sumamos el
discurso de la indiscutible obligación que tiene la industria en el desarrollo del
país, especialmente, de los sectores conexos a ella, se podría estar minando el
precepto de la autogestión que subyace a este tipo de organizaciones.
En concreto, el objetivo apuntó a la aplicación de fluidos (también
llamados lodos) de perforación en pozos petroleros, el control de sólidos,
mantenimiento y reacondicionamiento de pozos y saneamiento ambiental. Todo
ello relacionado con las áreas operativas de exploración y producción y
perforación.
El Fluido de Perforación es un fluido preparado que se le inyecta al hoyo
en el proceso de perforación o rehabilitación, siendo esto el elemento vital del
pozo. Está compuesto por diferentes aditivos químicos, monitoreados en sus
135
propiedades físicas y químicas para la adaptabilidad al respectivo pozo,
acompañado de un adecuado programa de perforación. El Control de Sólidos,
estrechamente vinculado al fluido de perforación, consiste en remover todo el
material triturado y los desechos sólidos que se originan en la perforación y que
son llevados de extensas profundidades a la superficie de la tierra por el mismo
fluido, depositándolo en los equipos controladores. La Rehabilitación del Pozo,
también implica la aplicación de un fluido especial, para poner operativo un pozo
que estaba inoperativo. Y el saneamiento ambiental, tiene que ver con la
reparación, mantenimiento o limpieza de cualquiera espacio o área que haya
sido impactada como producto de la actividad petrolera o por causa de un
desperfecto o falla en las operaciones dentro del tratamiento del crudo.
1.5. La inserción en PDVSA y la puesta en marcha de su actividad
Aunque innegablemente existió motivación propia para el emprendimiento
de la cooperativa, la activación como tal, estuvo dada por la intervención de
distintos actores claves dentro de PDVSA, en diferentes momentos y niveles.
Ramón Paltoo logró contactar a algunas personas que había conocido en su
juventud, en ocasión de sus visitas a lugares aledaños a las instalaciones
petroleras del Estado Anzoátegui, específicamente en El Tigrito y San Tomé;
ciudades que fueron su lugar de residencia para aquel entonces. Entre ellos
figuran Félix Rodríguez, quien ocupaba un puesto clave en la junta directiva de
PDVSA, y el mismo Argenis Rodríguez.
En un evento realizado en Puerto La Cruz a finales del año 2003, llamado
“Seminario Internacional de Pesados y Extrapesados - Visión Siglo XXI”,
136
espacio que también sirvió para asomar la incorporación de las cooperativas en
PDVSA a través del concepto conocido como “el pozo venezolano”, la
cooperativa VECOSOFLUPER dio a conocer su propuesta de trabajo. Empezó
allí a ampliar su red de contactos dentro de PDVSA, lo que le sirvió para ser
beneficiaria de algunos contratos menores vía adjudicación directa. Aunque
había intentado propiciar algunos negocios participando en licitaciones, fue el
contacto con Félix Rodríguez lo que hizo que empezara a ejercer sus funciones.
Inmediatamente se puso en contacto a la cooperativa con PDVSA Oriente,
Distrito San Tomé, Gerencia de Perforación (Jesús Figueroa), para la
adjudicación del servicio a 3 pozos en la zona, hecho que se pudo concretar
sólo un año después.
Con muy pocos recursos, o simplemente sin recursos propios, y con un
reducido personal que casi no resistió el tiempo de espera para la obtención de
alguna contratación, se dio inicio a la obra. Como relata Rufino Lista, lo primero
fue solicitar el apoyo técnico y tecnológico a PDVSA en la figura de Intevep, y
buscar soluciones rápidas al problema financiero:
¿Qué hicimos nosotros básicamente? El nivel de contratación nuestro era muy bajo, como toda cooperativa. Pienso que el Estado debe proteger y promocionar esta actividad. Entonces, viendo esto, nosotros nos apoyamos en el Intevep. Nuestro proyecto fue asignado a los ingenieros Pedro Acuña, José Blanco, Aguilera y a otros, para que nos apoyaran. Como brazo tecnológico nos suministraron la información técnica de los pozos donde nosotros íbamos a trabajar. Empezamos a hacer reuniones con PDVSA-Distrito, se detectaron unas necesidades y se ratificó que la cooperativa no tenía los recursos y que legalmente se podría adjudicar una obra, pero que no pasara de 300 y tantos millones de bolívares porque iba en contra de la ley. Entonces, aquí la estrategia que se decidió fue que una vez vencido el contrato, se procedía con un addendum, es decir, se se iba renovando el contrato. Bueno, los productos asociados a ese servicio nosotros
137
no teníamos cómo comprarlos. PDVSA llamó a una licitación selectiva para comprar esos productos y nos lo suministraba a nosotros y nosotros prestábamos en ese momento el servicio técnico de fluido de perforación. De esta forma nosotros nos fuimos capitalizando y demostramos más y más a Petróleos de Venezuela que técnicamente sí estábamos en capacidad de hacer el trabajo, pero que nos estaba haciendo falta la capitalización. Con este contrato ahorramos y logramos incorporar a nuestra organización cooperativa unos nuevos activos, además la experiencia que tuvimos. PDVSA hizo una evaluación de desempeño, donde nos calificaron con un noventa por ciento de rendimiento en relación con esos pozos que atendimos con esa adjudicación directa. (Rufino Lista, entrevista personal, 2007) Las donaciones de activos desincorporados de otras empresas, también
sirvieron para la obtención de los materiales y equipos necesarios que
permitieran ejecutar la obra de mantenimiento de los pozos en la Zona de San
Tomé. Otro mecanismo utilizado para poder cumplir con lo contemplado en el
servicio, fue la asignación por parte de PDVSA de los materiales y químicos
requeridos, a través de solicitudes a Bariven. Al final, pareciera que lo que
PDVSA estaba contratando era el servicio de mano de obra. Sin embargo, esto
no lo podemos aclarar en detalle puesto que no conocemos las especificaciones
técnicas del contrato y los acuerdos detrás de él. Hecho que tampoco viene al
caso detallar en este trabajo.
Luego de este servicio, la cooperativa logró la ampliación de 3 a 16
pozos, siempre de la mano de PDVSA en la provisión de recursos materiales,
pues, aunque pudieran afirmar que se estaban capitalizando, aún estaban
débiles financieramente, y los pagos de PDVSA, por lo meticuloso de sus
procedimientos administrativos, se presentaron siempre con fuertes retrasos,
que la cooperativa no estaba en condiciones de sostener. Hay que decir, que
quizás esa fue la vía más expedita que se encontró en ese momento, en el
138
convencimiento de que este caso podría constituir un interesante ejemplo de
capacidad tecno-productiva endógena.
Una vez finalizado este servicio, mermó de nuevo el personal técnico de
la cooperativa, que migró hacia otras empresas del sector en la región. En
ocasiones, algunas de estas personas fueron absorbidas por la misma PDVSA.
Paralelamente, mientras transcurría el tiempo, la cooperativa realizaba
servicios menores de diversos tipos: mantenimiento o reparación de
infraestructura en los distintos programas sociales que maneja la corporación,
obras menores en las instalaciones o campos petroleros, entre otras. Entrado el
año 2005, realizó un seguimiento a la actuación de la tecnología INTEFLOW®
en los pozos de la zona de San Tomé. Ya para este momento contaba con la
licencia de esta tecnología. Sobre esta experiencia, uno de los asociados
recuerda que:
Ellos [los encargados de perforación en San Tomé], después buscaron una vuelta [para mantenerlos en actividad, y no desaprovechar el trabajo realizado hasta entonces y el personal empleado para ello]. Nosotros hicimos un trabajo de investigación con Intevep, [donde apoyamos a una estudiante en la realización de su tesis de grado]. Eso duró de octubre del 2005 a marzo del 2006. Una investigación por 6 meses sobre el INTEFLOW®, que ya era una licencia que nosotros teníamos; entonces nos dieron esa investigación, la actuación del INTEFLOW® en todos los pozos de aquí, pertenecientes del Distrito Social San Tomé. Hicimos un convenio con ellos [con Intevep], ellos nos daban para pagarle a la muchacha que contratamos para que realizara la investigación, y los gastos que nosotros tuviéramos. (Ramón Paltoo, entrevista personal, 2007)
Aunque no podemos identificar el momento exacto en que esta y las otras
tres tecnologías fueron transferidas, y qué es lo que motivó dichas
transferencias, es cierto que ya habían obtenido las licencias. No las habían
139
podido usar porque no contaban con un contrato. Luego fueron invitados a
participar en procesos licitatorios, ganando algunos de ellos para la zona de
magna reserva:
Actualmente estamos iniciándonos en el primer pozo de magna reserva. Por otro lado, participamos en otra licitación en la zona de Barinas, donde estamos esperando finiquitar una transferencia de tecnología del Intevep con la tecnología PERMAVISC™, para iniciar esas actividades en aquella zona. Esta es nuestra cuarta experiencia. (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007)
No podemos pasar por alto un argumento al cual se hace referencia
constantemente en nuestras entrevistas. Este es el margen de precios por
servicio que ofrece la cooperativa en comparación con otro tipo de empresas, y
con otras empresas de la zona. A juicio de los entrevistados, este es un
elemento que llevó a considerar a las cooperativas como beneficiarias en el
marco de las licitaciones, ya que ofrecían precios por hora/hombre y por servicio
en general, por debajo de sus competidores. Estrategia que parece hacerse
cada vez más común entre estas organizaciones en la actualidad, aludiendo a
dos razones: 1) que las cooperativas no se crean con el fin de reproducir el
capital como fin primario, por lo que no es necesario el sobreprecio de sus
productos o servicios, siempre y cuando no se afecte el rendimiento lógico de la
empresa; y 2) de esta forma se suman puntos para la buena pro del proceso
licitatorio. Así, explican que:
Pozos en los que el servicio costaba, por decirte algo, entre 300 y 400 millones de bolívares, esos pozos ahorita están saliendo en 125 millones, 130 millones de bolívares ¿cómo se justifica eso? Sin negarle nada al lodo, sin mentirle a PDVSA, llevando el trabajo como debe ser y concluyéndolo, cero problemas con el fluido de perforación. Ah, porque es un juego limpio y ese es un trabajo… nosotros creo que nos hemos esmerado más en formar nuestra gente así. (Carlos Paltoo, entrevista personal, 2007)
140
2. La gestión de la cooperativa
Esencialmente la cooperativa opera bajo la dirección de la asamblea de
asociados, en la cual no tienen incidencia directa el grupo de profesionales y
técnicos contratados. Hasta el momento de empezar las primeras
contrataciones no contaban con una estructura organizacional, más allá de lo
contemplado en la LEAC. Es decir, sólo se manejaban bajo las instancias de
administración, control y evaluación, tesorería y educación. En el plano
operativo las actividades se repartían según la pericia de cada uno de los
contratados, agrupados en coordinaciones transitorias.
Es con el acompañamiento de Intevep, bajo la gerencia de ATEPS, que
se arma la estructura administrativa y operativa, por la que pasa a regirse la
cooperativa. Para ello, ATEPS contrató a una consultora quien se encargó de
levantar toda la información que le serviría de insumo para diseñar el
organigrama de la cooperativa.
Ellos [el personal de ATEPS] vinieron para acá cuando ganamos el segundo contrato. Nos han ayudado a estructurar la empresa como tal. En un principio, hace como 1 o 2 años había otra empresa que tuvo muchos problemas: había ganado muchas licitaciones; pero en el momento que le daban el anticipo se perdía. Entonces [con la intención de evitar que esto siguiera sucediendo], se formó una comisión en Intevep que se encargaría de apoyar a las EPS; era una forma de amarrarlas y estructurarlas para que no se perdieran, yo lo veo de esa forma. Vieron que esta empresa era una de las que estaba ganando licitaciones y se estaba estructurando más o menos. La Sra. Hilda Briceño nos ayudó a estructurarnos administrativamente y ahorita INTEVEP está capacitándonos a nivel de seguridad y hay un sin fin de cursos que han sido dados por Intevep precisamente para eso, para estructurarnos y formarnos como empresa cooperativa: en la parte organizativa, en la parte de calidad, en seguridad y ambiente, en calidad. (Carlos Gutiérrez Profesional contratado, entrevista personal, 2007)
141
Siguiendo el objetivo y la composición del recurso humano de la
cooperativa, sin ánimos de saltar los requerimientos de la LEAC, se consideró la
estructura en un área operativa y una administrativa. Haciendo uso de lo
contemplado en la ley, la gestión administrativa quedaría en manos de los
socios, según las instancias ya prescritas. Y su espacio de acción inmediato
seguiría siendo la asamblea de asociados. La intención de darles participación a
los contratados en ella, estaba implícita, aunque en ocasiones parecía
concretarse sólo a la acción en el plano operativo, al cual se circunscriben
técnicamente sus funciones. Pareciera que no hay un reconocimiento de
funciones en lo administrativo-gerencial. Veamos en la siguiente intervención
algo de esta polémica situación:
Todos tenemos las mismas oportunidades. Por lo menos allá en el campo, en el taladro, en el sitio de trabajo, ellos [el personal contratado] tiene su coordinador. Pero a la vez ellos tienen su tiempo de reunión, todos tienen sus opiniones, las cuales son tomadas en cuenta a la hora de una toma de decisión. Igualmente acá, a la hora de reunirnos, todos vamos a la mesa. En las asambleas de asociados participan los cinco, mínimo cuatro. Los contratados que ejecutan la parte operativa participan cuando es de su incumbencia. O sea, cuando los hemos convocado para plantearles la posibilidad de ser asociados, se les notifica y se les hace participes de la reunión. (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007)
Queda claro que en la asamblea de asociados deben participar los
asociados, pero siendo esta una cooperativa de trabajo, distintos autores han
planteado la coherencia y ventaja para el precepto democrático, que representa
la apertura de estos espacios a la mayor cantidad de personas que realizan
labores dentro de la cooperativa. Aún más si cuentan con la condición de ser un
grupo reducido.
142
Este tema de los contratados por la cooperativa está siendo objeto de
debate. Se plantea si el precepto democrático de la cooperativa debe trascender
las meras disposiciones legales para que pueda realmente asentar sus bases.
Algunos argumentan que no basta esperar seis meses para involucrar en los
procesos de gestión de la cooperativa al aspirante a ser asociado; hay quienes
sostienen que la responsabilidad y los compromisos deben ser asumidos entre
ambas partes desde el momento en que se suscriben los acuerdos laborales. En
este contexto, se discute si no debieran desdibujarse las fronteras que se
establecen entre aquellas personas que se integran a las cooperativas como
contratadas con la aspiración de asociarse a ella, y los ya asociados. Siendo
que esto, en un incipiente sector cooperativo, influido por las “trampas”
generadas en un contexto de desmedida competencia y débil cultura
cooperativa nacional, podría ocasionar situaciones insalvables en el
sostenimiento de este tipo de organizaciones.
2.1. Los contratados
Para lograr el empuje operativo de la cooperativa fue necesario recurrir a
la contratación de personas que cumplieran con los niveles de conocimiento
técnicos mínimos necesarios que implica el tratamiento y la actividad en un pozo
petrolero. Ingenieros petroleros, químicos, industriales, geólogos y mecánicos,
fueron los más solicitados.
De la primera obra que obtuvieron, que fue por adjudicación directa,
desertó casi todo el grupo que había sido contratado, en vista de que los lapsos
que transcurrieron entre la obtención de un contrato y otro fueron extensos,
143
mermando en sus aspiraciones para ingresar a la cooperativa lo que al mismo
tiempo generó inestabilidad en sus ingresos.
Con todo, a partir de la primera y segunda licitación se consolidó un grupo
de técnicos y especialistas del área, que cumplían, unos más otros menos, con
el perfil requerido para las operaciones. Contaban con alrededor de treinta
personas. Buena parte de ellas eran recién graduados; el resto tenía experiencia
comprobada en el área, por lo que fungieron de trasmisores de conocimientos
para quienes se estaban iniciando en el trabajo de campo. Casi todos llegaron
por la referencia de intermediarios acerca de las necesidades y oportunidades
del trabajo que estaba emprendiendo la cooperativa, y de algunos que ya
estaban dentro.
Según Yuraima Urbano, para los asociados de la cooperativa esto
representaba una ventaja debido a que podían llevar a los contratados de la
mano e iniciarlos sin tantas resistencias y vicios en el mundo del cooperativismo.
Así lo plantea:
El 90% de nuestro personal viene con sus conocimientos básicos porque son ingenieros, son técnicos, pero no tienen ninguna experiencia laboral; sin embargo, nosotros los preferimos así. ¿Por qué? Porque los amoldamos a nuestras necesidades, los amoldamos a nuestras exigencias ya no vienen con esas costumbres de las empresas. En cuestión de la cooperativa, más bien estamos pendientes de que si hay un saco roto allí acomodarlo. Es el ahorro, el ahorro y la confianza mutua que debe haber, entonces allí, en eso nos basamos nosotros, que nuestro personal se compenetre con nosotros y en realidad quiera el trabajo, quiera el producto, que tengamos un óptimo resultado, como lo hemos venido obteniendo. (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007)
Casi todos ingresaron a la cooperativa en el año 2006, a propósito del
segundo contrato que se consiguió por concepto de licitación. La expectativa
144
tejida en torno a la incorporación de los contratados como asociados de la
cooperativa fue clara y expresa desde el primero momento entre los integrantes
de la asamblea de asociados, casi siempre compuesta por los cinco socios
fundadores. Se preveía que habría que esperar que transcurriera el tiempo
establecido por ley (seis meses) y la demostración de interés, responsabilidad y
capacidad para proceder con la incorporación de los contratados como
asociados. Mientras tanto se les consideraron todos sus derechos como
trabajadores, según lo contemplado en la ley del trabajo.
Al incrementarse paulatinamente el capital suscrito de la cooperativa,
como producto de las importantes sumas de dinero cobrados por los tres
servicios ejecutados hasta entonces, así como por los bienes e inmuebles
personales que algunos de los asociados habían colocado como garantía de la
cooperativa en algunas de las contrataciones, empezaron las dificultades para la
incorporación de nuevos socios a la cooperativa, ya que se les exigía un monto
de dinero elevado como certificado de aportación.
Aunado a los parámetros legales contemplados en el estatuto, los
argumentos de los socios fundadores giraron en torno a lo que consideraban “el
sacrificio” y a los riesgos financieros por los cuales ellos habían tenido que pasar
para llevar a la cooperativa hasta el estado en el que se encontraba.
Concretamente, las exigencias sobre el certificado de aportación sobrepasaron
los cien millones de bolívares.
El relato de uno de los contratados nos sirve para ilustrar, de forma
resumida qué pasó en este caso:
145
Cuando [las cooperativas de este tipo] comienzan a tener contratos, adquieren una base de capital; y ya para contratar a una persona y darle oportunidad a los seis meses para que sea socio se hace complicado] A lo mejor al principio es más factible porque el capital inicial no es tan alto. Pero si la cooperativa tiene seis años, lo más seguro es que para entonces tenga un capital, si no no puede licitar. Mínimo tiene que tener un capital de tres o cinco millardos para poder licitar y alcanzar un nivel más alto. Y si la persona contratada no tiene ese capital tiene que pagar un porcentaje de un diez por ciento, como mínimo, es decir, unos quinientos millones. ¿Cómo una persona que tenga 6 meses como empleado de una cooperativa pueda tener un capital de 500 millones para pagar? Se le hace imposible por más que lo pagues en tiempo indefinido; los 500 millones, pasan 3 o 4 vidas y no lo has pagado. (Dani Rodríguez, personal contratado, entrevista personal, 2007)
Esta situación ha sido una de las que ha causado más polémica dentro
de la cooperativa. Transcurrido el tiempo legal para que una persona en
condición de contratada ingrese a una cooperativa, y habiendo expresado su
intención de hacerlo, así como haber cumplido cabalmente con las funciones
designadas y con las responsabilidades de su competencia, es completamente
factible que se apruebe su ingreso sin dificultades.
Sin embargo, este no es el caso que se presentó entre los socios y los
aspirantes a socios de la cooperativa VECOSOFLUPER. Habiendo pasado más
de un año como contratados, y manteniendo sanas relaciones interpersonales,
una parte del personal técnico y los socios de VECOSOFLUPER lograron
ponerse de acuerdo para reformar los estatutos y legalizar a los contratados
como asociados. Las diferencias, como hemos visto, empezaron precisamente
al fijar el monto de los certificados de aportación, y las estrategias de pago.
Aunque en todo momento la cooperativa, en tanto empresa, reconoce los
derechos de las personas contratadas, y genera empatía hacia ellas, siente
146
recelos y quizá temores al finiquitar su incorporación como asociados debido a
que cada vez son más altas las exigencias en el grado de compromiso, sobre la
base de lo que los socios fundadores han invertido en la cooperativa, por
ejemplo, como ya mencionamos, alguno de ellos han hipotecado sus viviendas
como garantía en las solicitudes de las fianzas de fiel cumplimiento. Dejando en
claro, por supuesto, que la mayor parte de la inversión para su desarrollo lo ha
puesto PDVSA:
Tú puedes entrevistar a cualquiera de ellos y preguntarles cómo es el tratamiento hacia ellos. Los que trabajan en el taladro, ahí tenemos ingenieros, tenemos técnicos superiores y yo considero que todos estamos en un solo equipo y como tal los trato ¿no? o mejor dicho, los tratamos. Queremos que los beneficios sean buenos para ellos y buenos para nosotros. Con mentalidad de empresario, de capitalista, no me importaría, simplemente yo cumplo con pagarles un sueldo y a mí no me importa la situación de ellos, su crecimiento dentro de la empresa. En cambio nosotros queremos que todos… a lo mejor yo me voy, tengo 56 años, a veces me provoca descansar, ya mi esposa está jubilada y ella quiere que yo me jubile también, pero, cuando yo me vaya, cuando me toque irme por algún motivo, por edad, por enfermedad, por cualquier cosa, tiene que quedar alguien por mi ¿no? y ojalá que sea uno de los muchachos que esté trabajando ahorita en el taladro, que pudiera hacer mis funciones. Yo trato de enseñarle a todos los compañeros lo que yo hago, lo que yo hago no es una cuestión del otro mundo, no es difícil, a lo mejor es fácil, yo trato de enseñarles para que en el momento que yo no esté, por equis motivo, ellos puedan hacer las funciones mías. (Carlos Paltoo, entrevista personal, 2007)
Esto ilustra que la figura cooperativa ha sido débilmente aprehendida por
el movimiento cooperativista en nuestra actualidad. Las prerrogativas
económicas figuran sobre los conceptos mismos de solidaridad, equidad,
oportunidad, entre otros. Estos se manejan de acuerdo a las interpretaciones
que cada quien pueda hacer de ellos y de las ventajas que pueda ofrecer cada
sector u actividad en que se inserte la cooperativa. En este tipo de cooperativas
147
donde se requiere de un importante capital para poder cumplir con las
exigencias técnicas y de calidad propias de la actividad, en un medio
profundamente influenciado por el factor dinero, donde una gota de cualquier
químico puede valer cifras inimaginables, y donde el valor del servicio y del
trabajo aportado por la persona depende de los intereses con que fue creada la
cooperativa, la situación se puede tornar muy compleja.
Conviene aclarar que, evidentemente, no todas las cooperativas podrán
absorber a los trabajadores que ingresen como contratados para actividades
puntuales, demandadas según la rama de actividad que las caracteriza, o la
labor que presten. En muchos casos, ello dependerá del volumen de actividad
que tengan (Antoni, 1980). Por ejemplo, una cooperativa dedicada a servicios de
consultoría demandará más o menos personal operativo de acuerdo a la
magnitud del servicio o contrato.
No obstante, este no es el caso de VECOSOFLUPER. En primer lugar,
porque es una cooperativa que se formó sin el componente humano adecuado
para la realización de servicios técnicos y tecnológicos petroleros, la cual
demanda de la incorporación de personas capacitadas o con el know how para
llevar a cabo este tipo de actividad. Y, por otra parte, aunque el desarrollo de
este tipo de servicio divide el tiempo interno de trabajo en turnos57, en función
del bienestar de la salud del mismo técnico u operador de campo, la capacidad
de contratación inicial y las actividades propias que se requieren para la
57
En el caso de los profesionales y técnicos que trabajan directamente en los pozos petroleros, a quienes
podemos identificar como operadores de campo, en la cooperativa, los turnos de trabajo son de siete por
siete (7x7), siete días van a trabajo de campo y siete días descansan. Esto se verá modificado, en base al
volumen de las contrataciones o de acuerdo al tipo de servicio que presten.
148
consolidación de una cooperativa de este tipo, dan oportunidad para asociar a
otros talentos humanos. Incluso, dentro de las cooperativas de trabajo, esto se
resuelve amparados en el principio de equidad distributiva en cuanto a la
cantidad de esfuerzos aportados.
En otro sentido, cabe preguntarnos qué pasará con el conocimiento
impartido a través de la transferencia de los paquetes tecnológicos de los que
fueron beneficiarios, siendo que fueron las personas contratadas las que lo
obtuvieron directamente, y su incorporación a la cooperativa está en entredicho.
Si estas personas deciden irse, o conformar una nueva cooperativa, ¿cuál será
el destino de los productos transferidos? Si lo que se quiere es la generación de
una capacidad nacional que compita en calidad con las empresas tradicionales
prestadoras de servicios en las operaciones de la industria petrolera, pareciera
que esta inestabilidad de la mano de obra trabajadora, formada y en plena
acumulación de la experticia necesaria para mejorar las operaciones, atenta
contra esta acumulación de capacidades nacionales, ya que estos obreros,
técnicos y profesionales, también se mueven buscando mejores opciones y
oportunidades.
2.2. La dimensión empresarial de la cooperativa: Entre la dualidad y el equilibrio asociativo Sin poner en tela de juicio la dimensión empresarial de la cooperativa, y
los aportes y ventajas que este componente trae aparejado en términos de
competitividad y tal vez de ciertas medidas de eficiencia por los incentivos
económicos, es necesario advertir que resultará una labor mucho más
149
dificultosa hacer que los cooperativistas asuman el paradigma cooperativo,
cuando tengan más arraigado el modo de vida empresarial mercantil con afán
de lucro.
La dualidad entre ser cooperativista y ser empresario genera un ruido que
para algunos es complicado de enfrentar. Volviendo a las distinciones que
hacíamos en el capítulo I, a partir de las interpretaciones que sobre el Manual
Frascati hace la RICYT, queda claro que la cooperativa aquí señalada es una
empresa, en la medida que persigue la obtención de recursos económicos por la
producción de un bien o servicio. No obstante, una vez que obtiene tales
recursos mediante la figura cooperativa, sabe que la lógica de reproducción y
distribución de los dividendos obedece a valores más colectivos y menos
individuales, más humanos y menos materiales. Es decir, los medios materiales
deben ser eso, medios, en la medida que permitan la realización social, cultural,
y por supuesto económica de los individuos que la poseen y del entorno que les
rodea. Sobre todo cuando esta cooperativa contó con todo el apoyo de PDVSA
para que pudiera arrancar, ya que en sus inicios, sólo tenían las ganas y el
apoyo de personas claves en PDVSA-INTEVEP.
Pero lograr el equilibrio, o, en el mejor de los casos, superar este tipo de
disyuntiva, sólo puede resolverse por medio de una conciente y responsable
aprehensión de la cultura cooperativista, bien sea por la formación y educación
constante y pertinente, o desaprendiendo parte de los valores contrarios a este
estilo de vida. Quizás, en una metáfora peculiar, el nacimiento de estas
cooperativas en nuestro contexto deba responder a una unión conyugal
responsable, donde siempre ambas partes de la pareja tienen que ceder
150
espacios o posturas para lograr acuerdos, encaminándose a una nueva etapa o
un nuevo modo de vida. La magnitud del compromiso y de la confianza mutua
darían la garantía de éxito.
Los compromisos que como empresa cooperativa asumió
VECOSOFLUPER desde el comienzo de sus gestiones, y los logros alcanzados
en tan corto tiempo pueden ser un indicio del afianzamiento de algunos
mecanismos de inserción en los diferentes procesos económicos que los
envuelven. Herramientas de mercadeo, ambición personal, rápidas relaciones y
vinculaciones externas, venta adecuada de los servicios y productos ofrecidos,
experiencia en administración de negocios, han servido para levantar el
componente empresarial de la cooperativa. Por ejemplo, uno de los socios
vinculado al área de administración, señaló que cree en el cooperativismo
porque les está dando oportunidades, pero también considera que se debe
pensar como empresario por las exigencias y las competencias que existe en el
tipo de servicio prestado. Él sostiene que VECOSOFLUPER:
Es una empresa, nosotros somos cooperativistas pero, nos metimos en este ramo que no es fácil. Trabajar en los taladros, el sistema de fluidos y control de sólidos, son trabajos de riesgo, y nos metimos en esta empresa pensando como empresario. Yo particularmente pienso como empresario, yo considero que si yo no pienso como empresario, la cooperativa no va a funcionar. Mis funciones dentro de la cooperativa no van a dar resultados positivos, porque el hecho de que seamos cooperativistas no quiere decir que somos bodegueros, pues, queremos demostrar que si podemos ser empresarios. [Es decir,] somos cooperativistas pero con criterio de empresario, con pensamiento de empresario, no quiere decir esto que yo voy a funcionar como el dueño de una empresa transnacional, que de repente es un solo dueño y que lo que le importa es producir dinero, o sea, el capital, hacer bastante dinero explotando al trabajador, al obrero. Una de las cosas que yo veo buena del cooperativismo es que el señor que está allá abajo limpiando el piso del galpón donde estábamos nosotros, yo lo
151
considero particularmente que es un ciudadano, es igual que yo y que todos los que estamos en la directiva, y tratamos de darle esa cabida, esa oportunidad. (Carlos Paltoo, entrevista personal, 2007)
Es evidente que hay una ambigüedad en la interpretación de lo que
significa ser empresario y ser cooperativista con parámetros de calidad,
responsabilidad etc, componente fundamentales para que una actividad
económica sea exitosa, independientemente de la organización social que la
conforme.
Las aspiraciones de crecer de la cooperativa, sumadas a los retos y
dificultades que esto supone en actividades como las realizadas por ella,
conllevan imaginarios de este tipo en el equipo de gestión. Donde deben
encarar ante todo un fuerte compromiso económico para el levantamiento de
una infraestructura adecuada que garantice la calidad de sus servicios y
productos, la adquisición de equipos e instrumentos, el tratamiento adecuado de
las tecnologías transferidas, la actualización de los conocimientos del equipo
técnico, entre otros; todo ello en la oportunidad de posicionarse frente a sus
principales competidores de servicio, como son las empresas transnacionales.
Por estas razones, y, considerando que se ha hecho una comparación a priori
entre este tipo de cooperativas y aquellas que realizan actividades de menor
complejidad, se ha acentuado el dilema empresarial cooperativista.
La posición que logró VECOSOFLUPER dentro de PDVSA, también es
producto del acompañamiento seguido por ATEPS-Intevep. Ha sido
determinante el hecho de transferir herramientas de gestión empresarial. Pero la
dimensión ideológica-formativa de la cooperativa sigue siendo imperativa.
152
3. Adquisición de las licencias: la transferencia tecnológica
Los programas de transferencia tecnológica diseñados desde Intevep a
partir del año 2005, se dieron en razón de responder al Plan de Negocios de
PDVSA 2006-2012. Dicho plan está orientado, entre otras cosas, a:
Aumentar la producción de crudo de 3,3 MM B/D a 5,8 MM B/D y la producción de gas de 6300 MM PCG/D a 11500 MM PCG/D; cuantificar y certificar reservas de FPO58 para alcanzar los 235 MMM Bbls en reservas probadas; desarrollar tecnologías que permitan el cumplimiento de calidad y regulaciones ambientales; Industrializar corrientes de refinería para proyectos petroquímicos; e impulsar el desarrollo endógeno. (Planes Estratégicos de PDVSA, 2006-2012)
Estos objetivos han requerido de ingentes esfuerzos creativos, de la
confluencia de voluntades políticas y técnicas, y de la comprensión de las
dinámicas de cambio que resaltan en nuestra sociedad, vistas como complejos
sistémicos que permitan traducir las políticas de desarrollo. Se trata de la
aplicación de diferentes estrategias, como la formación y acompañamiento de
unidades productivas de la economía social, para relacionarlas con la política
petrolera nacional, así como enlazarlas con los negocios de exploración,
producción, refinación y gas, a fin de crear valor y seguir apalancando el
desarrollo económico y social de la nación.
Concretamente, los objetivos de Intevep vinculados a materializar tales
dinámicas, apuntaron a aprovechar las oportunidades de gestión tecnológica en
los ámbitos de competencia de Investigación y Desarrollo (I+D), permitiendo
promover la creación y adaptación de tecnologías; y de Soporte Técnico, para el
uso intensivo, la transferencia, la optimización y la adaptación tecnológica. Se
58
Faja Petrolífera del Orinoco
153
entendió por ello, la optimización del “tiempo entre la identificación y la
masificación de una oportunidad tecnológica” (Gerencia ATEPS, 2006)
Para esta unidad de apoyo, “la transferencia tecnológica, mucho más que
una cesión de la misma, se concibe bajo la figura de que el cedente quede
comprometido con el adquiriente, para que este último logre un verdadero
dominio de la tecnología, logrando mayor competitividad y aprovechamiento de
nuevas oportunidades de negocio” (Idem.). Lo que en este caso se define como
cedente, es comúnmente conocido como licenciante59. Al fungir Intevep como
tal, deducimos que su propuesta busca trascender el mero otorgamiento de
licencias de uso o manufactura, o simplemente de una tecnología en particular,
para lograr procesos de articulación e interacción mucho más complejos,
productivos, eficientes y coherentes con los intereses más amplios de sector
tecno-productivo y petrolero nacional. Entre los mecanismos de transferencia
contemplados cuentan:
-Cesión: transferencia de la tecnología por licencia o por venta de las modalidades de propiedad intelectual. -Transmisión de información y conocimientos técnicos, no protegidos por patentes (know how) -Todas las modalidades de asistencia técnica y servicios técnicos especializados (Ibíd.) Contemplando en su objeto los servicios técnicos especializados en
fluidos de perforación y rehabilitación de pozos, control de sólidos y
saneamiento ambiental, la cooperativa logró hacerse acreedora de las licencia
de aplicación de las tecnologías: INTEFLOW®, PERMAVISC™, FOAMDRILL™
59
A modo de ilustración, interpretamos en este caso que el “cedente” – en acción de ceder-, es el
licenciante, aquel que otorga a segundas o terceras personas jurídicas la posibilidad de usar o el derecho a
fabricar o comercializar un producto o servicio utilizando su marca.
154
e INTOIL®, desarrolladas por Intevep. De ellas, sólo INTEFLOW® y
PERMAVISC™ han sido transferidas y aplicadas. El tiempo estimado de
acreditación de las licencias es entre cinco y diez años.
Habíamos mencionado anteriormente que para el cierre en el
levantamiento de información de este trabajo, no fue posible identificar el
momento en que estas tecnologías fueron transferidas, cómo se decidió la
transferencia y qué argumentos y condiciones hicieron acreedora a la
cooperativa. No obstante, podemos deducir que la importante red de contactos
que habían logrado construir desde los comienzos de la conformación de la
cooperativa, les permitió avanzar en la materia, resaltando el lobby como
espacio de negociación y acuerdos. Lo que sí pudimos constatar es que la
cooperativa, por ser integrante de un concepto especial de desarrollo nacional
asociado a transferencia de tecnologías, no realizó ningún pago por la regalía de
las licencias. Más, al momento de iniciar los contratos debían cancelarle a
Intevep una especie de contrapartida por el uso de las mismas.
Estos cuatro productos tecnológicos son fluidos utilizados para la
perforación o rehabilitación de pozos petroleros. Se originan de una fórmula,
compuesta de diferentes sustancias químicas, bien sea en base agua, o en base
aceite, y deben responder a las condiciones del tipo de crudo y a las normas de
PDVSA que garanticen la calidad y el rendimiento del yacimiento.
Los técnicos y profesionales contratados, alrededor de treinta personas,
participaron y recibieron todos los contenidos de los paquetes de transferencia.
Evidentemente, los socios de la cooperativa conocieron de ellos, pero el know
how quedó en el equipo externo.
155
3.1. La transferencia de INTEFLOW®
INTEFLOW® es un “fluido de perforación, complementación y
rehabilitación de pozos en yacimientos de baja presión, basado en una emulsión
aceite en agua (O/W)”60 (www.pdvsa.com). Fue desarrollada “como una solución
efectiva y ambientalmente amigable al problema de perforación, terminación y
rehabilitación de pozos en formaciones de baja presión” (PDVSA Intevep, EyP,
2006).
En el segundo servicio realizado, adquirido por la vía de la licitación, la
cooperativa empleó la tecnología INTEFLOW®, que le había sido otorgada en
licencia de aplicación. El trabajo de investigación realizado, sobre la actuación
del INTEFLOW® en algunos pozos de San Tomé, y que dio resultados
favorables en la aplicación de la tecnología siendo aprobado por Intevep, sirvió
como palanca para el otorgamiento de la buena pro en la aplicación de la
licencia. No obstante, es importante destacar que esta tecnología venía siendo
aplicada desde 1996 por empresas como Schlumberger Dowell, Baroid y Baker
Hughes Inteq, y manufacturada por Clariant de Venezuela (Espinoza y otros,
1999), todas empresas de corte transnacional.
Entre las ventajas que ofrece la tecnología se encuentran el hecho de que
no causa daño a la formación, es reutilizable, ofrece bajos costos para su
manutención, es fácil de preparar y mantener, puede ser usado como fluido de
perforación y fluido de terminación y rehabilitación, adaptando la formulación de
acuerdo con los requerimientos (PDVSA Intevep, EyP, 2006).
60
O/W = Oil/Water
156
El proyecto inicial contemplaba no sólo la aplicación, sino también la
manufactura del producto. Sin embargo, sólo fue otorgada la licencia de uso.
Sobre ello, evidentemente ha repercutido la debilidad de la cooperativa en los
aspectos administrativos, financieros, técnicos y de infraestructura. Aunque el
personal contratado ha demostrado estar a la altura de los retos impuestos, han
prevalecido las adversidades sobre su asociación a la cooperativa.
“Esa transferencia nos la hicieron a través de Planta Guara y logramos
aplicarla en un solo pozo.” (Ramón Paltoo, entrevista personal, 2007)). A pesar
que habían logrado ganar la licitación donde se aplicaría este producto, no
pudieron ejecutarla completa. Según la versión de uno de los contratados esto
ocurrió porque no tenían la infraestructura adecuada, y lo tanques de mezcla
requeridos.
3.2. La transferencia de PERMAVISC®
La transferencia de PERMAVISC® se logró con la cuarta licitación, para
ser aplicada en Borburata, Barinas. Ello fue el resultado de una estrategia de
ampliación del radio de acción de las operaciones de la cooperativa, en vista de
las limitaciones que se estaban presentando en las contrataciones en la zona de
San Tomé, por el otorgamiento de pozos a otras empresas de servicio,
probablemente por el cambio de gerentes, y la percepción de dificultades a lo
interno de la cooperativa. Luego de acudir a un proceso licitatorio en Barinas, y
siendo acreedores de la licencia, la cooperativa solicitó a Intevep la
transferencia del PERMAVISC®.
157
El PERMAVISC®, es un “sistema de fluido de perforación y rehabilitación
para acceder a yacimientos de alta permeabilidad o baja presión”
(www.pdvsa.com). Al igual que las tecnologías anteriores, VECOSOFLUPER
obtuvo la licencia de uso de esta tecnología, a partir de las frecuentes
interacciones con Intevep. Aunque no se puede estimar el tiempo exacto, esto
empezó a ocurrir entre los años 2004 y 2005, por solicitud de la junta directiva
de la cooperativa. Uno de los contratados de la cooperativa, especialista en el
área de fluidos de perforación comenta que:
La tecnología PERMAVISC®, es una tecnología de un fluido físico elástico, a ser utilizado en la zona del yacimiento. Una vez que la cooperativa tiene esa licencia de uso, es invitada conjuntamente con todas las empresas que tienen esa licencia para participar en una licitación selectiva. A esta licitación son invitadas sólo las empresas que tienen esa licencia. En ese momento existían 4 empresas: 3 mercantiles y esta cooperativa; esta cooperativa sale ganadora de la licitación. Como sorpresa se le avisa que ha ganado la licitación a nivel de precios y se inicia el proceso para que se haga la transferencia tecnológica. Iniciamos las conversaciones en abril [del año 2007], el miércoles de Semana Santa. Estamos reunidos en Intevep y es allí donde solicitamos el apalancamiento y el acompañamiento. Aparte solicitamos que nos presten su laboratorio, en vista de que no disponíamos de un laboratorio, porque esto cuesta mucho dinero y no lo tenemos. Pero sí es una meta de la cooperativa crear un laboratorio para que podamos continuar con nuestro desarrollo tecnológico. Tenemos las ideas para hacerlo pero no tenemos el equipo ni el local. Entonces, para finalizar, ya después de 3 meses en espera de respuesta, decidimos por nuestra cuenta conseguir este laboratorio y lo conseguimos. Creo que en unas 2 semanas estamos en capacidad de hacernos cargo con esa tecnología de los pozos que están en Barinas en el área de Borburata. (Carlos Romero) El paquete para la transferencia tecnológica incluía la composición
química, la preparación, las propiedades físicas del sistema y su aplicación.
Alrededor de trece personas del área de fluidos de la cooperativa fueron
158
participes del proceso. La transferencia se dio en un laboratorio que la
cooperativa le alquiló a una empresa que estaba en proceso de
desmantelamiento, en El Tigre. En consecuencia, se vio en la obligación de
adquirir préstamos para dotar de los insumos básicos requeridos en el proceso.
Otro tanto, lo hizo Intevep, contemplando la provisión de algunos materiales
dentro del paquete transferido, un determinado número de horas de
capacitación para la comprensión de la tecnología, su uso y aplicación y normas
de seguridad asociadas.
Al conocer y tener las posibilidades de manejar la tecnología en campo, el
equipo técnico pudo realizar algunas adaptaciones contempladas en las
formulaciones en una condición de temperatura particular. Haciendo diferentes
pruebas de laboratorio, se percataron que los resultados no respondían a los
parámetros fijados según lo estimado para el contexto de aplicación, lo que los
indujo a improvisar con diferentes procedimientos y a sustituir algunos de los
componentes químicos.
Se trató de intercambiar un aditivo por otro, lo cual ya estaba
contemplado en el protocolo de uso de la tecnología pero no había sido probado
por razones que no conocemos. Aunque en un principio ello causó resistencias
e inconformidades entre algunos técnicos dentro de Intevep, la cooperativa
consiguió que les aprobaran el procedimiento. Uno de los profesionales técnicos
contratados, encargado de llevar la tecnología en la cooperativa comenta que
Intevep contempla en el protocolo dos formulaciones para la aplicación de la
tecnología: uno en condiciones de alta temperatura y otra en condiciones de
baja temperatura. En el proceso de transferencia, encontraron que
159
intercambiando uno de los aditivos principales por otro, un viscosificante de
producción nacional, se reducían los costos en un treinta por ciento y resultaba
de más fácil acceso en el mercado, sin por ello afectar la función y propiedad de
la tecnología:
Tuvimos una reunión en Barinas con la gente de PDVSA y de Intevep y ellos dieron su aprobación. Después de hechos los estudios, incluso la semana pasada estuvimos trabajando aquí con un representante de Intevep y comprobaron que todo estaba bien; ellos ya aprobaron la formulación nuestra, que es de ellos pero con un ensayo nuestro, si bien nos estaban obligando desde un principio a que era el Biobix que teníamos que buscar y que con goma santica61 eso no funcionaba. (Técnico contratado por la cooperativa)
Para el momento de cierre de las negociaciones entre Intevep y la
cooperativa, el levantamiento de información de este trabajo ya había finalizado.
Sin embargo, pudimos conocer que Intevep estaba realizando unas pruebas
especiales en su laboratorio para dar constancia y certificar la validez de las
adaptaciones realizadas por la coordinación de fluidos de la cooperativa, lo que
se constituiría en un valor agregado. De este proceso también fueron participes
algunas personas de PDVSA en Barinas, relacionadas directamente con las
áreas operacionales donde sería ejecutada la contratación, quienes también
presentaron resistencias en cuanto a los procedimientos llevados a cabo por la
cooperativa; e insistían en la utilización del producto químico Biobix.
Lamentablemente seguía quedando como nudo crítico la debilidad
financiera de la cooperativa y, consecuentemente, la debilidad para la obtención
de recursos materiales. Amparándose en el decreto 4998, esperaban que una
vez firmado el contrato con PDVSA, se le diera el adelanto o anticipo del
61
La goma santica es un Biopolímero
160
cincuenta por ciento establecido legalmente. De esta manera, podrían equiparse
con la estructura física y material necesaria, entre ellas: tanques y mezcladores
para el tratado de los fluidos, y la química respectiva. Aun habiendo ejecutado
varias contrataciones, y con las facilidades que PDVSA les concede, la
cooperativa no se ha apertrechado de los insumos necesarios para su
operación.
4. Resistencias, amenazas y debilidades: ¿peligra la sostenibilidad de la cooperativa?
Indudablemente, se han orientado esfuerzos a la consolidación de la
cooperativa, tanto a lo interno, como por parte del Estado, principalmente en la
figura de PDVSA. Hay un convencimiento de sectores afectos a las
cooperativas, sobre sus capacidades y posibilidades de éxito. De hecho existe
una normativa en la que se les da prioridad a las cooperativas si están más o
menos al mismo nivel de las grandes empresas, el sistema las prioriza. Pero
también existen sectores dentro de la misma empresa que se resisten a la
incorporación de este tipo de organizaciones como proveedoras de bienes y
servicios técnicos o tecnológicos, en especial, en uno de los negocios
principales como lo es Exploración y Producción.
Algunos ejemplos mencionados por la cooperativa remiten al caso
del acceso a procesos licitatorios, lo cual no hubiesen podido lograr sin el
respaldo de los decretos presidenciales que amparan a las cooperativas y de la
“buena intención” de actores relevantes dentro de PDVSA, así como del empeño
puesto por algunos de los profesionales contratados; de igual modo, los retrasos
161
de algunos suministros obtenidos en negociaciones con Bariven62, por ejemplo,
destinados para ésta y otras cooperativas, dan cuenta de la amplia diferencia de
los tiempos y espacios que se interponen entre la dinámica de PDVSA y la
acción de la cooperativa.
Al respecto, una de las socias fundadoras, relata que al principio:
Tocó hacer presentaciones en todas las sedes de PDVSA, y en más de una nos mandaron a cambiar el objeto. Que por qué no recogíamos latas; que las cooperativas no están llamadas a hacer trabajos tecnológicos (Yuraima Urbano, entrevista personal, 2007)
Sin embargo, esto para los cooperativistas más que una debilidad, fue
concebido como un reto para demostrar que sí podían realizar trabajos de alta
envergadura dentro de la industria petrolera. Las debilidades vinieron
posteriormente, precisamente, en la superación del sentido empresarial para
consolidar el cooperativismo. La obtención de contrataciones y de las licencias
de uso de las tecnologías que les fueron transferidas, empezó a ocupar un
importante tiempo que debió ser necesariamente compartido con la educación y
la formación cooperativista. En este sentido, las acciones se concentraron en
reforzar el manejo administrativo y gerencial de la empresa y, la consolidación
de las prácticas cooperativas sufrió un detenimiento prolongado. Tal como lo
plantean los acompañantes de ATEPS:
Se nos ha hecho cuesta arriba; después de tres actas que se han realizado con el acompañamiento, los asociados de la cooperativa han prometido que van a ingresar a las personas contratadas. Estamos esperando esta semana y definitivamente ya nosotros tenemos esa lección aprendida, como dicen. Con un asesor que
62
Bariven es una filial de PDVSA, y tiene como misión realizar las compras de materiales y equipos para
las operaciones de la industria. Recientemente, con base en los nuevos planes petroleros y en las políticas
sociales del Estado, ha incursionado en espacios que en otros tiempos quizás le eran vedados. Por ejemplo,
apoyando a las diferentes misiones y suministrando insumos a las cooperativas que contratan con PDVSA..
162
tiene conocimiento desde INAPYMI [INAPYMI era la que llevaba los negocios de las cooperativas]; él nos dio los primeros planes de negocio en INTEVEP, entonces estamos haciendo una estrategia para nosotros formar y ver justamente esa masa crítica de personas que van a estar en la cooperativa. Y también hacer el plan de sensibilización de base que es como realmente vamos a poder tener la seguridad de que se van a manejar los parámetros y variables cooperativistas, enmarcados dentro de lo que nosotros estamos empeñados en acompañar, como son estas EPS. Realmente sí estamos dando el acompañamiento, ahorita sí le estamos dando algo de acompañamiento y realmente esto es crucial. Manejando este plan de contingencia que es bien fundamental y necesario porque si no hacemos esto entonces estamos en más de lo mismo, o peor, porque entonces, la riqueza estará concentrada en cinco personas y explotando a los demás. El hecho de realizar cursos básicos de cooperativismo, no puede ser una
garantía de la apropiación de la doctrina cooperativistas, como tampoco lo es la
promesa de un hecho futuro, que tiene poca responsabilidad con el presente.
Las funciones prácticas no pueden en ningún momento solaparse con los
aspectos filosóficos y doctrinales que sostienen la organización.
La cooperativa ha aprovechado las políticas de apoyo y crédito del
Estado, y aunque manejan, y en algunos momentos disponen inteligentemente
del discurso y los principios cooperativistas, prevalecen las posturas
mercantilistas en los asociados. Quizás esto también puede venir dado por el
discurso del Estado, cuando en las mesas o ruedas de negociación, ha tratado
de ganarse a los empresarios, fomentado del mismo modo el crecimiento de
empresas mercantiles. Pareciera que las dos líneas filosóficas han estado
presentes estos años y por ello generan ruido.
Evidentemente, la premura de los tiempos que vivimos y las
contradicciones y pluralidad de los cambios que se intentan hacer en nuestra
sociedad, para implantar un modo de vida diferente al concebido hasta ahora,
163
conlleva distintos ensayos que tienen resultados en diferentes grados, con
aciertos y desaciertos.
164
CAPÍTULO IV
COOPERATIVA NACIONAL DE VÁLVULAS BOLIVARIANAS (CNVB):
UN CASO DE COGESTIÓN Y ESFUERZO TECNO-PRODUCTIVO
En el presente capítulo abordaremos el caso de la Cooperativa Nacional
de Válvulas Bolivarianas (CNVB), la cual fue creada, por una parte, debido al
impulso del Estado, en base a una política integral de promoción y protección
del empleo, inclusión social y diversificación productiva. Por la otra, por el
resurgimiento de la clase obrera como factor de presión social en la
reivindicación de sus derechos socio-laborales, que vieron vulnerados cuando la
empresa Constructora Nacional de Válvulas (CNV), lugar donde ejercían sus
actividades, decidió sumarse al paro petrolero del 2002.
1.- ¿Qué pasaba, qué hacían y dónde estaban antes de la CNVB? La historia de CNV contada por sus ex–trabajadores, ahora cooperativistas
Debido a la propia dinámica del proceso, no se pudo obtener información
directa de la administración de la empresa CNV acerca de su constitución, por lo
que se tomaron referencias narradas por los ex– trabajadores y de quien fuera
su principal mentor, el abogado venezolano Andrés Sosa Pietri, a través de una
publicación de su autoría denominada Petróleo y Poder (1993).
Sin embargo, siguen quedando dudas del tipo ¿Quiénes eran y de dónde
venían los supervisores? ¿Quiénes eran y de dónde venían los técnicos e
ingenieros que la conformaron? ¿Quiénes fueron los responsables de incorporar
y entrenar a los obreros en el proceso productivo y, cuáles eran sus posturas
frente a ese proceso?
165
Sabemos que la empresa Constructora Nacional de Válvulas (CNV), con
base operativa en el Municipio Carrizal del Estado Miranda y sede administrativa
en Caracas, era una de las principales empresas proveedoras de válvulas para
PDVSA, que, junto a la empresa ACERVEN (Acerías Iberovenezolanas C.A.)63,
integraban el Grupo Industrial CNV. Perteneciente al sector metalmecánico, se
encargaba de la fabricación y reparación de válvulas de alta presión utilizadas
para controlar el fluido de gas o petróleo dentro y fuera de las diferentes
instalaciones petroleras. Estaba constituida por 120 trabajadores quienes
contaban con quince años de experiencia promedio. Fue inaugurada el 25 de
junio de 1980.
El presidente y accionista mayoritario del mencionado Grupo Industrial
era Andrés Sosa Pietri, quien fue presidente de PDVSA en el período 1990-
1992, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez64. Es importante
reseñar que este abogado presentaba una posición de resistencia a la
participación del Estado en las empresas mercantiles de la misma,
especialmente con relación a PDVSA. Esto lo podemos ver reflejado en un
artículo de su autoría publicado en una revista electrónica de opinión y análisis
económico – político:
63
ACERVEN era la única proveedora de materia prima para CNV, vital para la operatividad de la empresa.
La materia prima es a base de acero, el cual es transformado en carcasas con determinadas cajas de
moldeos mediante una maquina fundidora. 64
La designación de Pietri en la presidencia de PDVSA se debió, según sus propios comentarios, a que el
presidente (Carlos Andrés Pérez), deseaba que se diera un impulso a lo que él llamaba la
<<internalización>> de PDVSA, la industrialización en Venezuela de los hidrocarburos (refinación y
petroquímica), y quien mejor que el para llevar ideas nuevas y una experiencia empresarial diferente; así
como la puesta en práctica de sus conocimientos parlamentarios para disminuir el aislamiento de PDVSA
del resto de la sociedad. (Pietri, 1993). En este sentido su designación no obedeció a la llamada política de
“meritocracia” que había logrado calar en el quehacer de PDVSA.
166
La evidencia nos enseña que, tratando al petróleo como lo que es, un negocio, servimos realmente a los intereses nacionales. El Estado no debe inmiscuirse en negocios mercantiles… El Estado debe concentrarse en las áreas que sí le son específicas para el bienestar de la sociedad. Ha de velar el Estado por la existencia de un sistema de educación al cual tengan acceso todos los venezolanos. Ha de velar por la salud, de modo de garantizar el crecimiento sano de la población. Tiene que defender el territorio nacional de agresiones externas y cuidar de la seguridad de sus ciudadanos. El Estado debe administrar justicia y construir una infraestructura que facilite la creación de riqueza….Y la no intervención del Estado en la gerencia de empresas mercantiles se debe extender por igual al caso del petróleo. El Estado: Que fije las normas bajo las cuales ha de llevarse a cabo la actividad. …PDVSA, por lo tanto, debe ser transformada en una empresa pública por acciones de derecho privado. Además de dejar a los expertos el diseño de los planes y programas, la colocación de acciones en las bolsas ofrece a la empresa una fuente de financiamiento casi ilimitada, y más barata que ninguna otra, para la ejecución de sus planes de inversión y expansión. (Sosa, 2001) Sosa Pietri inició su carrera empresarial en 1970, cuando, junto a su
hermano Carlos, su cuñado José Fernando “Cheo” Azpúrua y un amigo común
de España, Ignacio Ituarte e Ibáñez de Betolaza, funda la primera de un
conjunto de empresas. Sería con ellos mismos con quienes consultaría su
postulación como presidente de PDVSA, puesto que en ese tiempo no era
prudente, según sus comentarios, estar en la dirección de las empresas. Luego,
se propone el fortalecimiento y consolidación de las empresas que había ido
formando, a fin de cumplir con parte de sus funciones dentro de desarrollo
económico y social de Venezuela. Describe este proceso así:
En 1981 fundé la empresa ACERVEN, una moderna fundición de acero moldeado, cuya primera colada tuvo lugar el 29 de julio de 1983; es decir, 17 años después de haberme graduado de abogado. Con los años las empresas fueron creciendo y multiplicándose. Ya en 1983, podíamos hablar de un grupo de ellas. En 1985, por tanto, fundé el grupo CNV, como casa matriz. A finales de la década, teníamos empresas filiales en los Estado Unidos, y Europa, así como representaciones en Colombia y países del Caribe. Y lo que es más importante, habíamos formado una
167
gerencia altamente profesional y capacitada utilizando normas y procedimientos muy precisos de captación, inducción, adiestramiento, planificación de carrera y beneficios. La empresa CNV producía tres tipos de válvulas, como nos comenta
Eduardo Matute, ex–trabajador y ahora socio de la Cooperativa Nacional de
Válvulas Bolivarianas:
…En CNV, y ahora nosotros, trabajamos con tres tipos de válvulas: una válvula compuerta, válvula de globo y la de retención… La de compuerta es un dispositivo que se utiliza en las diferentes refinerías no sólo en las petroleras, sino también en Hidrocapital, en la Siderúrgica, y dondequiera que haya fluidos. Dependiendo de su regularidad de presión y fluidez se requiere de una válvula de las que nosotros fabricamos acá, que es de 2” a 48” de diámetro, cumpliendo con la finalidad de regular un paso absoluto agua arriba, ya sea completamente abiertas o cerradas; la válvula de retención es la que no permite el regreso del fluido, por lo que su función es hacia una sola dirección sin permitir el regreso del fluido; y la válvula de globo es la que regula por su forma, que no es directa, la presión y la contrarresta con la parte de su estrangulación, la cual se puede graduar. Todas estas válvulas son fabricadas de acuerdo con las normas que establece PDVSA; estas normas son nacionales e internacionales… Esta empresa le trabajaba sus productos a PDVSA…, tenían oficinas en diferentes partes: Europa, Estados Unidos. Es una de las primeras empresas constructoras de válvulas que había en Venezuela; junto con MCT [MCT es el consorcio que agrupa a las empresas Maprinca (Maquinarias y Productos Industriales C.A.), Cafivi (C.A. Fábrica de Válvulas Industriales) y Teivi (Tecnología Industrial de Válvulas Especiales)] en Anaco, compartían el mercado… CNV constituyó para muchos de los trabajadores un espacio de
aprendizaje y desarrollo técnico laboral. Respecto al apoyo hacia los
trabajadores y el cómo fueron obteniendo los conocimientos para operar y
trabajar con las máquinas y equipos utilizados en la fabricación de las válvulas,
algunos de ellos comentan que allí obtuvieron la experiencia y pericia con la que
hoy cuentan. Así, comentan:
…No tenía ningún tipo de conocimiento, todo fue a partir de mi experiencia con CNV…
168
…¡Bueno! Por medio de los mismos supervisores que trabajan aquí, los cuales entrenaban al personal pero no siempre por medio de cursos de adiestramiento… …Desde mis comienzos, donde me iba a desempeñar era fácil de manejar las maquinarias de los taladros65, y el supervisor que me entrevistó a mí era paisano de Coro y se estableció una camaradería; él me planteó que el área en que me iba a desempeñar era fácil… observando que yo tenía el ímpetu para realizar el trabajo que se ofreciera. Luego pasé tres meses logrando desempeñarme mejor que los que ya tenían tiempo trabajando acá y así sucesivamente hasta ganarme el respeto de todos…. Aquí es importante resaltar cómo se pasea el tema del conocimiento
dentro de las relaciones laborales en una industria. Reconocemos, como lo han
hecho otros autores, la importancia del conocimiento informal y el conocimiento
tácito. En particular respecto a este último, vale rescatar el esfuerzo de Kim
(1998), quien sobre la base de un estudio de la industria del automóvil en la
República de Corea, elaboró un modelo integrador para la comprensión de la
dinámica del aprendizaje tecnológico en el plano empresarial, como
mencionamos en el capítulo 1.
Siguiendo el planteamiento de los entrevistados, se aprecia un proceso
de aprendizaje que se da en la cotidianidad de su actividad laboral y en las
interacciones entre los grupos que convergen en ella: obreros con pericias y
conocimiento práctico y técnicos e ingenieros con manejo teórico de las
prácticas industriales. Es una práctica de aprendizaje vinculada al conocimiento
tácito, que es el saber hacer las cosas, difícil de traducir en normas o conceptos
específicos; por eso la mejor forma de aprender o enseñar es acompañar al otro
65
Los taladros a los cuales se refiere el entrevistado en este caso, difieren de los taladros de producción
petrolera. El taladro en este caso es una máquina que se utiliza para “Instalar las distintas piezas que
conforman las válvulas…” (Entrevista realizada al señor Julio González de la CNVB)
169
hasta hacerse con la experticia observada: el aprender haciendo (learning by
doing), típico de los ingenieros y de los artesanos.
Este aprendizaje que se da en la práctica, se ve reforzado por el papel de
las escuelas o institutos de formación técnica. En Venezuela, estos centros han
sido determinantes en la formación de los cuadros de técnicos y obreros
especializados, puesto que han orientado a una considerable masa de la
población que por diferentes razones no se incorporaron a la educación
superior, y fueron llevados por el sistema a realizar su desarrollo laboral desde
un oficio en particular.
Es el caso del Instituto de Cooperación Educativa (INCE), donde varios
de nuestros entrevistados comentan haber recibido parte de sus conocimientos
técnicos, logrando culminar en varios casos algunos cursos de especialización
en el área metalmecánica. Como nos relata uno de los socios:
…Recibí unos cursos de medición, instrumentos de medición industrial por medio del INCE como parte de la obligación que tenía la empresa con los recursos humanos, la cual es una parte que ellos deben tener para la formación de los empleados….
El INCE se encargó por años de formar y capacitar a una proporción
considerable de la fuerza laboral venezolana siguiendo la idea de su fundador,
Luís Beltrán Prieto Figueroa, quien veía en la educación una función para el
trabajo; así como también algunas políticas para el desarrollo económico e
industrial. Es decir, una educación técnica vinculada directamente con las
demandas del sector empresarial e industrial, donde por medio de acuerdos con
este mismo sector se le garantizaría al interesado la formación en la práctica;
siendo el INCE quien garantizaría la formación teórica. Pero esto se daba
170
justamente como parte de los recursos que las empresas debían cancelar al
Estado por concepto de la formación que por ley debían proveerles a sus
trabajadores.
Sin embargo, muchas de las personas egresadas de estos cursos de
formación no continuaron con su proceso educativo completo, en algunos casos
como resultado de haberse reducido al oficio concreto en que se formaron, y en
otros, debido a la “naturalización” que impusieron las relaciones de producción
en las que estaban inmersos. La conclusión implícita era que en estos espacios
habían alcanzado su estabilidad, y que hasta allí les estaba reservado su
potencial de realización en la vida.
Los trabajadores percibieron cierta estabilidad en sus logros materiales
con relación a la empresa. Al respecto, Jovanni Peña recuerda:
… No te voy a decir que con CNV nos fue mal; yo crié a mi familia, todo fue bien. Lo único malo fue el paro, que nos cambió la vida a muchos… (Jovanni Peña, entrevistas personal, 2007) Y Edgar Granadillo comenta:
Soy operador de máquinas herramientas. Llegué a la planta ganando un dinero bueno, salí de la planta en la toma ganando un buen dinero. Hice una casa en seis meses, tenía mis buenos corotos, tenía a mis hijos estudiando bien, y de la noche a la mañana me quitaron eso. Edgar Granadillo, entrevistas personal, 2007) Podríamos decir que, en lo inmediato, estos trabajadores veían en sus
remuneraciones la compensación “suficiente” por su trabajo.
171
2.- De cómo CNV se transforma en CNVB
2.1.- La toma y la expropiación: imaginarios en un proceso de lucha
La situación provocada por el paro produjo una redefinición dentro de las
relaciones laborales; el papel de los patronos se vio cuestionado, y los obreros,
junto con el Estado, asumieron la necesidad de buscar caminos coherentes y
acordes a la nueva situación planteada, que permitieran revertir los índices de
desempleo y encauzarse hacia lo que se dio en llamar en círculos oficiales como
desarrollo endógeno. Se redefinieron las áreas socio-técnicas y se reconocieron
los saberes de los trabajadores. En este proceso es que nació la CNVB y,
posteriormente, la Industria Venezolana Endógena de Válvulas, INVEVAL,66 a la
luz de un contexto de luchas entre un grupo que procuraba continuar
imponiendo un modelo que beneficiaba en demasía sólo a una porción pequeña
de la sociedad y otro que abogaba por un cambio, con la intencionalidad de
darle poder y participación en los procesos productivos a aquellos trabajadores y
obreros que habían sido afectados por los despidos ocasionados por el paro
petrolero.
Siguiendo la lógica vigente en el régimen económico anterior, el Grupo
Industrial CNV se sumó al paro de la tecnoburocracia petrolera. A partir de
entonces, dentro de CNV se empezaron a vivir ciertas tensiones entre los
obreros y los representantes de la fábrica, hecho que no fue único a esta
empresa, puesto que en muchos casos al cesar las actividades operativas de
las empresas se alteraron sus actividades comerciales, declarándose unas en
66
Empresa que será manejada en gestión conjunta entre el Estado y la cooperativa.
172
quiebra y viéndose otras imposibilitadas de cumplir con los pagos de sueldos y
salarios a sus trabajadores.
El paro se inició el 02 de diciembre de 2002, pero fue el 09 de diciembre
cuando la empresa CNV decidió sumarse activamente. Es decir, que aunque en
el discurso parecían estar adheridos al mismo desde el inicio de las acciones, en
la práctica la empresa siguió por unos días con su labor productiva. Jorge
Paredes y Edgar Granadillo, relatan lo acontecido:
…Llegó un momento en que [la directiva] decidió parar la empresa… nos llamaron acá el 09 de diciembre y nos reunieron con el presidente de la empresa diciéndonos que nos mandaban de vacaciones por quince días, porque había problemas afuera con un paro petrolero…(Jorge Paredes, entrevista personal, 2006) …Automáticamente pararon las instalaciones, pararon las maquinarias, pararon a los trabajadores. (Edgar Granadillo, entrevista personal, 2007)
El mes de diciembre transcurrió bajo una situación de conflicto, la tensión
entre el gobierno y los sectores promotores del paro era evidente. Como se ha
sostenido en diferentes análisis acerca del fenómeno del paro, más allá de una
lucha reivindicativa de la tecnoburocracia petrolera, lo que sucedió fue un
enfrentamiento político, donde pujaban unos intereses contra otros. En un
sentido, estaba el gobierno que intentaba impulsar cambios dentro de las
instituciones del Estado, entre ellas PDVSA; y en el otro, quienes se oponían a
tales cambios.
Llegado enero 2003, los trabajadores regresaron a sus actividades
laborales, tal como se les había indicado, encontrándose con que las
vacaciones, de un momento a otro, se habían convertido en un acto de despido
masivo. Argumentando, sin justificación ni pruebas, la quiebra, producto del
173
cese de actividades de la fábrica, los encargados de la empresa les notifican a
los trabajadores, que la misma seguiría apegada al paro y que ellos serían
liquidados, para luego retomar las actividades de la fábrica en marzo, dando por
supuesto que éstos aceptarían las propuestas de liquidación sin mayor
objeción. De esta manera, se comienzan a lacerar los derechos de los
trabajadores debido a que no se ejecutan los procesos regulares consagrados
en la ley del trabajo, más aún, no se constata si efectivamente la empresa
estaba quebrada, o si habían decidido tomar el dinero (del cual los trabajadores
habían sido parte importante de su reproducción) y marcharse.
…Estuvimos cobrando la indemnización de salario hasta el 31 de diciembre de 2002. Cuando regresamos… el 6 de enero del 2003 el señor [representante de la empresa] lo que nos dice es: “no volvemos a arrancar la planta…” A nosotros a partir del 31 de enero, no nos siguieron cancelando nuestros salarios…; se llevó una conversación entre la empresa y los trabajadores, y ellos nos dijeron: “bueno los vamos a liquidar a ustedes automáticamente para que arranquemos en marzo”. Nosotros no acatamos lo que ellos nos dijeron sino que nos quedamos mirando las caras. Pedimos reunirnos entre todos los trabajadores y asesorarnos sobre la situación que estaba viviendo CNV, Constructora Nacional de Válvulas. Cuando salimos nos reunimos todo el colectivo que trabajaba aquí en la empresa. Conseguimos el asesoramiento que estábamos buscando. Nos dijeron: “bueno, ustedes lo que tienen que hacer es no aceptar la liquidación y ampararse en el Ministerio del Trabajo”. ¿Ampararse para qué? Para que en un futuro ese señor no vaya a decir, como es un hombre demasiado adinerado, con demasiado poder, que ustedes han abandonado el puesto de trabajo. “Traten de ir al Ministerio del Trabajo, se asesoran allí y se amparan” Eso fue lo que hicimos nosotros. Fuimos al Ministerio del Trabajo, hablamos con el inspector del trabajo, le explicamos nuestra situación y nos amparamos. Automáticamente, después que le dimos la información al inspector del trabajo, ahí corrió la situación de nosotros… (Edgar Granadillo, entrevista personal 30-06-2006) La situación relatada por Granadillo, es el conflicto que se inició entre los
trabajadores y la empresa, el cual tuvo una duración de dos años. Podríamos
174
decir que en este momento comienza el ingreso de los trabajadores a un plano
de lucha reivindicativa, que refleja por un lado la reivindicación de sus derechos
como trabajadores, por una liquidación justa, y por otro, la revalorización de sus
capacidades creativas y productivas en tanto trabajadores. Las compensaciones
salariales a las que aludían, eran las prestaciones sociales por los años totales
de servicios prestados a la empresa. Uno de los socios recordó:
…Vinimos y nos pagaron unos pasivos de unos intereses de prestaciones que nos debían y después volvimos a pasar y nos dijeron que no iban a abrir por medidas de seguridad, sabiendo que lo que habían hecho era unirse al paro y allí nos dirigimos a la inspectoría del trabajo y entonces,… a sacar los cálculos y la cosa. Entonces [el representante de la empresa] se negó a pagar lo justo y eso fue lo que originó el rechazo a estar en convenios con él,
como muchos lo hicieron. (Ubencio Valero, entrevista personal,
2007)
En ese momento, los representantes de la empresa logran negociar con
un grupo de los trabajadores, convenciéndolos de aceptar la liquidación
ofrecida, aduciendo su reincorporación posterior al levantamiento del paro. De
esta manera el grupo de trabajadores sufre una primera división. Sucedió que:
…A una persona que tuviera diez años de antigüedad, le tocaban quince millones [de bolívares], y ellos [los directivos de la empresa] le ofrecían cuatro y [los trabajadores] lo recibían. Había personas a las que les tocaban siete millones [de bolívares] pero ellos les ofrecían uno y medio y [los trabajadores] lo recibían, y así sucesivamente, mientras se iba debilitando el colectivo de 109 trabajadores. (Edgar Granadillo, entrevista personal, 2007)
El segundo motivo del desmembramiento del grupo de trabajadores, fue
el impacto de la situación de inestabilidad y desempleo67 que afectó sus
67
A nivel general en Venezuela, la tasa de desempleo se ubicó en 20,7% para enero del 2003, un valor
elevado, considerando el 16,6% de 1999 y el 8,3% para junio del 2007; según fuentes del Instituto
Nacional de Estadísticas. Tomado de:
http://www.sisov.mpd.gob.ve/estudios/158/LOGROS_AGOSTO2007.pdf
175
hogares, restringiendo casi absolutamente sus ingresos, y provocando severos
conflictos socio-familiares. Algunos de los trabajadores se vieron en la
necesidad de renunciar en determinados momentos al conflicto, puesto que
debían buscar el ingreso necesario que les permitiera proveer el sustento a sus
familias. Comenta Jovanni Peña (entrevista personal, 2007):
… En ese tiempo nosotros no teníamos rial como solventar y pagar alquiler con lo poquito que recogíamos de la calle; porque la gente de la comunidad eran quienes nos ayudaban para comer y no nos alcanzaba para llevarle a la familia, y hubieron casos aquí de mujeres que dejaron a los maridos porque vivían alquilados; por lo menos en mi caso yo tuve que mandar a mi esposa con la niña para Trujillo porque, imagínate, con qué las mantenía si no tenía en qué trabajar. Esas son historias que cada quien tiene la suya. Al ver que se estaba desvaneciendo la disposición al pago de las
prestaciones, los trabajadores tomaron la iniciativa de instalarse frente al portón
principal de la empresa y asumir un proceso de toma. Del total de obreros que
constituían la empresa CNV, sólo 62 decidieron mantenerse atentos a la
reivindicación de sus beneficios contractuales. De ellos, unos 16 asumieron un
importante papel de liderazgo, tanto en las negociaciones con el empresario,
como en las instituciones con las que fueron generando vínculos y redes de
apoyo; así como movilizando, orientando y dando aliento al resto de sus
compañeros. La idea inicial, netamente reivindicativa de corte económico, se fue
traduciendo y transformando hasta dar lugar más adelante a la nueva empresa y
a la cooperativa.
Se puede apreciar cómo los trabajadores se van nutriendo del proceso
del cual ellos mismos son los actores principales. Pareciera darse un proceso
reflexivo y de activación de su conciencia como sujetos activos del momento
176
que viven, así como de sus capacidades y habilidades para enfrentar las
dinámicas que imponen los cambios en este ámbito de acción social,
económica, política y organizacional particular, y las improntas que mueven las
coyunturas de crisis. Sin embargo, es importante no descuidar el hecho por el
cual el rescate de esta autopercepción de capacidad estuvo respaldada por la
mano visible de los grupos o instituciones que los apoyaban, quienes los
indujeron a manifestar, incluso a convencerse, de que sí podían dirigir la
empresa. Uno de los ex - trabajadores planteó que “… lleva un tiempo para ver
si somos capaces de administrar una empresa, de rentar una empresa y el
tiempo dirá de demostrarle al Estado que sí lo podemos hacer…”
Lo anterior devino en un incipiente proceso de aprendizaje donde lo
determinante era su activación como grupo:
En febrero comenzó a trabajar una gente aquí en la planta, y a nosotros los que no quisimos recibir lo que nos estaban dando para aquel entonces, no nos dejaron entrar. Y decidimos tomar la
empresa por definitivo en abril-mayo. (Jovanni Peña. entrevista,
personal 2007) La toma, ejecutada el 15 de mayo de 2003, fue la acción ejercida por los
trabajadores para hacer presión y presencia ante CNV para la cancelación de
sus prestaciones. Este acto consistió en la instalación de los trabajadores frente
a la entrada principal de la fábrica impidiendo el paso hacia la misma. A raíz de
la toma, en un proceso de reacción los trabajadores se plantearon tres objetivos:
1° que les pagaran completas las prestaciones, 2° volver a los puestos de
trabajo, pensando en una propuesta de expropiación, y/o 3° la creación de una
cooperativa. Sin embargo, esto no sucedió de manera automática y lineal.
177
Inicialmente, sus acciones fueron guiadas por la necesidad de una respuesta
concreta sobre su estabilidad presente y futura, que se vio vulnerada cuando
suprimieron sus salarios y sus prestaciones. Posteriormente, y con la influencia
de un importante número de instituciones locales y regionales, fueron
madurando esta idea inicial. Las radios comunitarias, la misma comunidad,
organizaciones políticas con tendencia de izquierda, instituciones del Estado
como la Inspectoría del Trabajo, entre otras, aunado a su propio proceso de
aprendizaje, fueron claves para delinear el destino que seguiría el proceso de
estos trabajadores.
A partir de entonces se emprendió un proceso judicial en contra de la
empresa CNV por parte de los ex trabajadores. El Ministerio del Trabajo, a
través de la Inspectoría del Trabajo, estuvo acompañando a los trabajadores en
el litigio. Se vivió una tensión entre los factores del poder que representaba el
empresario y la constante y decidida presión que ejercían los ex trabajadores:
Hubo un momento en el que los compañeros pensaron que con todos los problemas que teníamos el proyecto no se iba a dar. Lo que generó que se hicieran 18 actos conciliatorios en la Inspectoría del Trabajo y no llegábamos a un acuerdo con el empresario… (Jorge Paredes, entrevista personal, 2006.). En el transcurso de los dos años, se suscitaron diversos sucesos y se
tomaron múltiples decisiones, tanto por parte de los trabajadores como por parte
de sus acompañantes. Una de ellas fue la conformación de un comité de
conflicto al inicio de la toma. Esta primera forma de organización por parte de los
trabajadores fue dando cuenta de cierta afinidad que los condujo a agruparse
por un objetivo y una aspiración común, cuestión que resaltamos por su
importancia al constituirse como un posible factor de sostenibilidad. Esta
178
iniciativa, contó con el apoyo de instituciones del Estado, como la Inspectoría del
Trabajo que llevaba el caso, PDVSA Intevep (inicialmente, impartió cursos y
asesoró en la formación de la cooperativa), INCE (impartió cursos de
cooperativismo), la gobernación del Estado Miranda; pero incidieron en ella de
forma fundamental y expedita por su cercanía, las comunidades ofreciendo
comida y dinero y organizaciones como la Corriente Marxista Revolucionaria
(CMR) y las sindicales afectas al gobierno nacional con la idea del sostenimiento
de su lucha por sus derechos laborales.
Se conformó así el comité de conflicto que se ocupó entre otros, “…de la
logística, de buscar el agua, de buscar los médicos, todo lo hacían ellos…”.
Además cumplió funciones de representación ante los distintos entes a los que
asistieron para diligenciar sus actividades, algunas ya mencionadas en los
párrafos anteriores, otras, visitadas posteriormente, como la Asamblea Nacional,
a donde acudieron en busca de respuestas a sus planteamientos. Como
comenta Jorge Paredes (Entrevista personal, 2006.):
Llegó un momento que la cosa se nos puso un poco dura. Fuimos a la Asamblea Nacional, nos reunimos con un diputado y allá llevaron al presidente de la empresa y a un inspector del trabajo. De donde se hizo una mesa n la cual no llegamos a ningún acuerdo. Lo único que sacamos fueron los intereses del fideicomiso y con eso nos pudimos mantener otro tiempo… El 03 de octubre [2003] fuimos a la Asamblea Nacional para reunirnos con José Kan y Luís Francheschi para ver qué posibilidades había de expropiar la empresa. Pero no, todavía en ese momento él decía que no teníamos nada y había que esperar la decisión de un tribunal.
Cabe destacar que el comité de conflicto, también fue motivo de pugnas
entre los ex trabajadores, ya que algunos percibieron en él un posible centro de
monopolización del poder, por parte de quienes estaban directamente
179
relacionados con las instituciones que les proveían de insumos físicos o
intelectuales para el sostenimiento del grupo en general. Cuestión que dio pie a
un constante proceso de comunicación exigido desde la base de los
trabajadores.
Para finales del mismo año 2003 un tribunal les dictó una orden de
desalojo por violación a la propiedad privada; la cual fue impugnada por otro
juez; lo que les permitió mantenerse por un tiempo más en negociaciones desde
dentro de las instalaciones de la fábrica. Durante el año 2004 el proceso
emprendido se vio mermado por la insatisfacción de las necesidades básicas en
los hogares de los trabajadores que habían decidido asumir la toma y el
descontento causado por no obtener ninguno de los objetivos que se habían
propuesto. Ello llevó a varios miembros a retirarse del frente de lucha y casi a
que dieran por perdido lo que ellos consideraban su proyecto. Esto les permitió
ganar terreno a los dueños de CNV, pudiendo entrar a la empresa para iniciar la
recuperación de la planta. Sin embargo, este intento no duró mucho tiempo
debido a la pronta reacción de los trabajadores, al ver que algunas experiencias
similares a las de ellos estaban teniendo un resultado exitoso; verbigracia, la
expropiación en el 2005 de la empresa VENEPAL (Venezolana de Papel), que
pasaba a manos del Estado, y que sería dirigida en cogestión con una
cooperativa constituida por los ex – trabajadores de la misma empresa, teniendo
como resultado la Industria Venezolana de Papel (VENEPAL).
De esta manera, comienzan a verse resultados del proceso reivindicativo
de los ex trabajadores de CNV, cuando el Ejecutivo Nacional, luego de diversos
procesos de negociación poco fructíferos con el empresario y los ex
180
trabajadores decide expropiar la empresa. El 26 de abril del 2005, es publicado
en Gaceta Oficial, N° 38.173, un acuerdo para decretar la expropiación de la
empresa Constructora Nacional de Válvulas por causa de utilidad pública. Es
importante resaltar que dentro de uno de los Considerandos se resalta cuál es el
valor atribuido a la empresa en relación con los procesos tecno-productivos
nacionales. Se argumenta en este mismo documento oficial que:
…Las válvulas industriales y bridas de todo tipo, así como el mecanizado de todo tipo de piezas son técnicamente esenciales para la operatividad de la industria pesada y energética nacional, y de uso obligatorio por parte de la principal empresa nacional de petróleo, gas y derivados, por lo cual son de evidente utilidad nacional para proteger los intereses del Estado, al igual que la seguridad e independencia técnica y tecnológica del país en el sector energético.(Gaceta Oficial, N° 38.173, 26 de abril del 2005)
2.2. La cogestión como una alternativa
En virtud de las presiones provocadas por el paro, traducidas, como ya
hemos visto, en desempleo y debilitamiento de las capacidades humano-tecno-
productivas nacionales, se emprendió una intensa política de Estado orientada a
fortalecer la reinserción de estos sectores en el aparato productivo de la
sociedad, imprimiéndole un marcado acento colectivo a las acciones sociales y
económicas impulsadas. Ya cobran fuerza temas como cogestión, estatización y
cooperativismo. Estas se convirtieron en mecanismos fundamentales para el
acceso al financiamiento, programas de capacitación, transferencias de
tecnologías y equipos, entre otros, bajo el razonamiento que de esta manera se
propendería a garantizar una mejor distribución de los recursos y a fortalecer el
elemento colectivo en los medios de producción.
181
Luego de estos acontecimientos, CNV se reestructura como una
empresa mixta en cogestión, denominada INVEVAL (Industria Venezolana
Endógena de Válvulas)68, donde el Estado, en la figura del Ministerio de
Economía Popular (MINEP), asumiría el 51% de las acciones, y el restante 49%
sería manejado por una cooperativa conformada por los ex-trabajadores de
CNV, la Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas (CNVB). Este caso
presenta un carácter relevante por dos razones: por una parte, se introduce el
elemento colectivo en la propiedad de los medios de producción y, por la otra,
está el hecho de que se establece la cogestión de una empresa entre el estado
y una cooperativa, conformándose como una organización de trabajadores que
reparan, mejoran y prevén producir válvulas usando tecnologías de cierto grado
de complejidad. Este hecho fue novedoso en este sector en Venezuela.
INVEVAL no perdió su carácter de empresa metalmecánica en cuanto a la
actividad, lo que cambió fue su forma de organización.
La cogestión es un mecanismo de organización (Mantero, 1982), sobre el
cual radican las bases ideológicas de participación y decisión de los obreros y/o
trabajadores, no sólo sobre las condiciones sociales y económicas, sino también
sobre la gestión y actividades de la empresa. En esencia, la cogestión implica la
co-decisión, pudiendo variar en grados y niveles de participación. De esta
manera, puede haber participación vinculante o simplemente en condición de
ser informados de las rutinas de las actividades. Para el último de los casos
habría que discutir si ello efectivamente se constituye en participación.
68 Gaceta Oficial de fecha 17 de mayo de 2005, número 38.188. Decreto Nº 3.652.
182
Básicamente, se orienta hacia una visión distinta a la tradicional del
concepto de propiedad, implicando una cooperación entre hombres del capital y
del trabajo. Aunque, la cogestión no incide en todos los casos sobre la
propiedad del negocio empresarial, requiere del consenso en la idea por la cual
los derechos de propiedad no determinan los derechos de explotación de la
fuerza laboral. Según Esteller (1995), la cogestión conlleva la democratización
de la participación de los trabajadores en la toma de decisiones; sin embargo,
“no democratiza plenamente el poder económico del patrono, no llega al reparto
democrático de los beneficios -continuará habiendo la plusvalía, más o menos, a
favor del dueño del capital-”, ni garantiza por correspondencia automática un
puente hacia la autogestión.
Aún en el caso de los países europeos, y en América Latina, tal como en
Chile y Bolivia, con los comités mixtos de empresas, como en Perú con las
comunidades industriales, en la mayoría de los casos, la cogestión ha venido de
la mano de leyes y decretos dictados por el Estado (Esteller, 1995). Podríamos
decir, que actualmente el caso venezolano también ha resultado de esta
condición gubernamental, en tanto política de Estado.
Para continuar vale acotar un comentario de Lebowitz, traducido por
Harnecker (2006), donde argumenta que el proyecto de cogestión que se lleva
adelante en Venezuela no sería igual a lo que se ha llamado cogestión en
Alemania y otros países:
…Aunque reflejó en algún momento la fuerza alcanzada por los trabajadores en Alemania, la cogestión se volvió allí cooptación. Dar a los representantes de los trabajadores una presencia en el proceso de toma de decisiones capitalista era una manera de incorporar a los trabajadores al proyecto capitalista, separándolos
183
de sus representantes y creando una identificación de los trabajadores. En Venezuela, sin embargo la cogestión es una alternativa al capitalismo… Los trabajadores pueden cooperar entre sí para hacer bien sus trabajos; pueden hacer que su conocimiento sobre las mejores maneras de producir incremente la producción tanto inmediatamente como en el futuro; y pueden acabar con la división del trabajo entre los que piensan y los que hacen: todo esto porque en la cogestión los trabajadores saben que su actividad no es para el enriquecimiento de los capitalistas.
Con respecto a este argumento, sin embargo, podemos observar que
todavía es muy pronto para asegurar cuál será la naturaleza y papel de la
cogestión en este caso. Debemos leer el texto de Lebowitz como el
planteamiento de una aspiración más que como un juicio analítico de una
realidad consolidada. Es más, como veremos más adelante, la forma
organizativa de la empresa está siendo modificada nuevamente a sólo dos años
y medio de haber sido establecida como cooperativa. El sentido “alternativo” de
la cogestión en Venezuela, a pesar de que ya existía como propuesta ideológica
de cambio, al momento que le es dado un rango constitucional, como una
opción para la organización y control colectivo de los medios de producción en
la reforma de la constitución de 1999, cobra vida nuevamente a partir de
fenómenos como los que hemos expuesto. No se debe olvidar que “alternativas”
era lo que precisamente se estaban buscando luego de los sucesos del paro
para darles a los trabajadores que habían quedado desempleados, la estabilidad
laboral y seguridad social que reclamaban y les correspondía por derecho. A
partir de este hecho poco a poco se fue reflexionando sobre el papel que debían
jugar éstos en el proceso productivo.
La mayoría de los casos de cogestión en Venezuela que se iniciaron en la
coyuntura en torno al paro, se constituyeron con la participación y control del
184
Estado y la participación accionaria y administrativa de los trabajadores
integrados bajo la figura jurídica de cooperativa; respaldada esta última por los
valores de solidaridad, democracia y equidad. Esto significa un adelanto y una
experiencia válida cuando metas como inclusión, desarrollo productivo y justicia
social se plantean en países como el nuestro.
Retomando a Lebowitz (2004), éste destaca la ruptura que se produce
dentro de las relaciones de poder que había “adquirido” el dueño del capital
sobre el conocimiento generado por los obreros que vendieron su mano de obra.
Este autor comenta refiriéndose a este tipo de fenómenos, que “se trata de un
conjunto de relaciones de producción bastante diferentes del caso, por ejemplo,
de una cooperativa o colectivo donde los trabajadores dirigen por sí mismos la
producción y tienen los derechos de propiedad de lo que producen.”69
Al expropiar la CNV, el Estado asumió la propiedad de los bienes y de la
planta, así como la deuda contraída con los ex trabajadores.70 Sin embargo, en
el proceso de socialización de las relaciones de producción se reconocieron los
derechos a los que hace referencia Lebowitz en el párrafo anterior. Y esto
pareciera haberlo asumido el grupo, pues al preguntar a algunos de nuestros
entrevistados cooperativistas (Ubencio Valero, Antonio Betancourt, 08-03-2007)
sobre la propiedad de la planta y los bienes, confirman que es del Estado, ya
que se necesitaba un capital para su adquisición y reactivación con el cual no
contaban, por lo que prácticamente ellos (por medio de la cooperativa) se
69
Lebowitz, 2004. 70
Es importante señalar que la titularidad del 49% accionario que corresponde a la cooperativa, está
respaldada por la deuda que los trabajadores reclamaban a la CNV, y que ascendía a 1,8 millardos de
bolívares. (MERCAVENPE, 2005).
185
convierten en administradores de esos bienes, percibiéndose como sujetos
activos del nuevo proceso, sin tener incidencia directa sobre la propiedad, como
está siendo comprobado por la reestructuración en las estructuras y formas
organizativas.
El 9 de diciembre la CNVB tomó, formalmente, la fábrica luego de una
inspección realizada por el Estado para inventariar los activos con que se iba a
contar en lo sucesivo para el proceso productivo. Sin tener una estructura
organizacional definida, ni por parte del Estado ni por parte de la cooperativa, se
inició la reactivación de la fábrica, esta vez en manos de los trabajadores. A
través de la gerencia ATEPS, que lleva PDVSA-Intevep, se les orienta en el
diseño organizacional:
… Antes de entrar nosotros acá a INVEVAL, se hizo la expropiación. Una vez aquí entonces entramos y tuvimos que salir nuevamente, por los trámites legales. Se tenía que hacer un inventario. Pero antes de la expropiación nosotros estábamos en INTEVEP haciendo unos cursos, y ahí aprovechamos, hacíamos mesas de trabajo para ir creando una estructura organizativa... No estaba bien establecida pero estábamos tratando de organizarnos. Se ve la necesidad de establecer la estructura organizativa pero bien definida, porque INTEVEP nos hace saber eso… Dimos varios tumbos tratando de hacer eso, no fue tan fácil; y de hecho hasta la que tenemos está un poco cuestionada porque es un poco ambiciosa. (Eduardo Matute y Julio González: Entrevista 06-07-2006.) Por órdenes emanadas directamente de la Presidencia de la República se
indica que el presidente de INVEVAL debía ser un miembro de la cooperativa.
Reunidos en asamblea, los ex trabajadores deciden que sea el señor Jorge
Paredes, quien había figurado como uno de los 16 líderes promotores del
proceso reivindicativo. La organización de INVEVAL quedó definida para ese
momento de la siguiente manera: una junta directiva compuesta por tres
186
representantes de la cooperativa y dos del Estado, un departamento de
administración y uno de contabilidad. La junta directiva de INVEVAL interactúa
en paralelo con la junta directiva de la CNVB, teniendo en cuenta que esta
última está subordinada a una instancia superior que es la Asamblea de
asociados, como se describirá posteriormente.
Según algunas fuentes de información “INVEVAL proyecta para el primer
año de actividades niveles de producción similares a los que tenía la CNV antes
del cierre, es decir, mil 200 toneladas de válvulas, que serán destinadas
exclusivamente a los proyectos costa afuera Mariscal Sucre y Plataforma
Deltana de Pdvsa.”71
Actualmente, lo que se persigue en el ámbito de la cogestión es la
colectivización de las ganancias, garantizada a través de la participación y
propiedad accionaria por parte del Estado. Las decisiones, gestión y conducción
inmediata estarán bajo la responsabilidad de los trabajadores, bajo “control
obrero”, pero no se queda allí, sino que va al resto del entramado social, por
ejemplo, con planes desarrollados en conjunto con el mismo Estado o con los
grupos o instituciones que representen los intereses de las comunidades de su
entorno.
3.- La Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas
Para comprender la gestación de la Cooperativa Nacional de Válvulas
Bolivarianas – CNVB – retomamos la distinción del profesor Gabriel Fajn, citada
en un trabajo de Novaes y Dagnino (2006), el cual propone el concepto de
71
MERCAVENPE, 2005.
187
cooperativas de necesidad para referirse a las cooperativas que surgieron en
Argentina entre los años 1990 y 2000 una vez que se dieron por clausuradas un
conjunto importante de fábricas, marcando cierta distancia respecto de las
cooperativas ideológicas o tradicionales.
Esta cooperativa, como ya hemos visto, nace en un contexto coyuntural
de crisis política, económica, social y productiva. A partir de entonces, y
sustentado en un fuerte discurso presidencial, se enfatiza el impulso para la
formación de organizaciones de la economía social, considerándolas un
mecanismo para la reactivación social y productiva, la disminución del
desempleo y el acceso al financiamiento, principalmente. De igual manera, el
hecho del cierre de la fábrica al declararse en quiebra, resultó determinante para
la actuación y toma de decisiones de los ex trabajadores. Sin embargo, el
papel, la toma de conciencia, la insistencia y en algunos casos la astucia del
grupo que lideraba a los trabajadores fue lo que permitió la concreción de la
formación de la cooperativa. Para entender mejor esta experiencia,
expondremos el relato del cooperativista Ramón Montilla (Entrevista personal,
2006)
Tu pregunta originaria fue cómo comenzó en nosotros la idea de conformarnos en cooperativa. Esa fue la pregunta… Este comité de conflicto [mencionado en párrafos anteriores] paralelamente empezó a buscar la manera de conformarnos en cooperativa. Te decía el otro día que algunos creían eso, otros no creían. Te decía particularmente que yo no creía mucho en el asunto del cooperativismo… Pero la idea surgió por los lineamientos del presidente, porque tú sabes que él exhortaba y siempre está exhortando a unirse, “Únanse, formen cooperativas”. Entonces fue que entre tantos compañeros, entre los sesenta y pico de compañeros hubo uno que tomó la idea… Ese es el presidente actual [de INVEVAL], Jorge Paredes. Tomó la idea del ciudadano presidente de la república y dijo: “ésta puede ser la salida para
188
nosotros, una salida positiva”. Y entonces él se asesoró, con personas conocedoras de la materia, de cooperativismo, se asesoró y vio que era factible, vio la posibilidad… Ya en el 2003 nosotros teníamos registrada la cooperativa. De esta manera se refleja la importancia de un actor, conductor y
orientador de la idea originaria, un trabajador que quizás empezaba a
repensarse y reconocer, en sí mismo, así como en sus compañeros, a un
potencial grupo de agentes para el cambio social. Esta persona se convierte en
el traductor de una idea y una filosofía de vida, como lo es el cooperativismo,
que se impulsaba desde el gobierno como una política pública. Pero, es aquí
donde se comienzan a generar lo que se podrían decir que son puntos de
inflexión, llegando a considerar a CNVB como una cooperativa de necesidad.
Puesto que, a pesar del sentido de identidad que existía en el grupo, heredado
de su cotidianidad en la CNV y, del plano reivindicativo que los unía por un
objetivo común, el resto del colectivo de ex trabajadores no tenía ni el
conocimiento ni el convencimiento para organizarse bajo la figura de
cooperativa. No existía la visión autogenerada del cooperativismo como un
modo de vida, como una forma de autogestión; mas era concebido como una
vía para lograr la cancelación del dinero que se les adeudaba. Al parecer, unos
creían y otros no. Tal como se aprecia en el siguiente relato:
…Bueno, nos conformamos en cooperativa y la mayoría de nuestros compañeros ignoraba qué era una cooperativa, cuáles eran sus alcances y los beneficios que ésta nos brindaría. Por medio de unas charlas nos conformamos como cooperativa, con un futuro incierto, reclamando nuestros salarios, prestaciones sociales, sueldos caídos… Esa era nuestra intención, de estar en nuestros puestos de trabajo en la empresa…
189
De tal manera que Jorge Paredes emprendió un proceso de negociación
con sus compañeros para la apropiación de la idea que promovía el Estado y
principalmente, PDVSA-Intevep, el cual por su cercanía geográfica con la
cooperativa72 ha sido clave en la traducción de la idea y en el desarrollo de la
cooperativa. En palabras de Jorge Paredes:
…En ese momento que comienzan a hablar de las cooperativas yo les decía a mis compañeros que teníamos que asistir a los foros que se estaban dando en INTEVEP. El primer foro fue el mismo día de la toma, el 15 de mayo… Se siguieron haciendo otros en esos meses y cada día iba entendiendo más el por qué teníamos que irnos por esa vía… Después estuve viendo todos los “Aló Presidente” en los que el presidente hablaba de las cooperativas, eso me llamo mucho la atención y empecé a indagar de qué se trataba. En el mismo abril yo me encargué de averiguar cuáles eran los estatutos, cuáles las reglas para eso y la ley por la cual uno tenía que regirse; después en mayo se hizo una asamblea y se definió el nombre, un solo nombre, y nació lo que se llama Cooperativa Nacional de Válvulas. En ese momento nace con dieciséis integrantes nada más. Los compañeros no creían; no era culpa de ellos sino que era algo nuevo; no en las leyes, porque esa ley estaba desde 1961, pero nadie le había dado un impulso como se lo dio el presidente Chávez.
…Tenía que saber de verdad si ese proyecto era factible y si era de verdad lo que uno quería, tenía que creer uno mismo para poder decirles a los demás que sí! y eso fue lo que nos hizo pasar a una segunda etapa de decirles a los compañeros por qué se tenía que conformar este proyecto de cooperativa, cosa que fue fuerte porque hacer entender a sesenta personas no es fácil. Se fue dando una integración de los compañeros uno por uno y así ya habíamos cinco que creíamos en el proyecto, para después decirles a los demás que el proyecto si iba a ir. Este proyecto lo continuamos cinco personas a pesar de que éramos dieciséis en ese momento… La cooperativa ya estaba constituida desde el 08 de agosto del 2003, entonces los proyectos se fueron dando.
72
Ambas, PDVSA Intevep y la CNVB están ubicadas en lo que se conoce como Altos Mirandinos. Intevep
dentro del municipio Guaicaipuro, capital del Estado Miranda, y CNVB en el municipio Carrizal, frontera
del primer municipio. A 10 km aproximadamente una de la otra.
190
Una vez levantado el paro petrolero, Intevep intensifica una política de
Promoción, Apoyo y Fortalecimiento de Cooperativas. En el transcurso del año
2003 y los años siguientes, como lo señala Paredes, se dieron diversos foros,
cursos, y talleres a los cuales asistió un grupo de los ex trabajadores. Ello les
permitió, según Ramón Montilla, ir “develando aquella cortina mental” que tenían
frente a la idea de organizarse en cooperativa.
Para Carlos Blanco, también miembro de la cooperativa, su definición de
cooperativa fue construida y adquirida por medio del referido programa
ejecutado por INTEVEP. Para él la cooperativa “es donde todos somos iguales,
tenemos equidad, respeto, ayuda mutua y todos tenemos nuestras
responsabilidades y lo excedente se reparte equitativamente a todos los
asociados.” Al preguntar, cómo se pone en práctica su planteamiento en el día a
día, la respuesta no queda clara. Sin embargo, deja entrever que posee el
manejo conceptual adquirido en INTEVEP:
Para eso nosotros fuimos teniendo cursos durante seis meses en INTEVEP, capacitándonos, vimos proyectos, cooperativas, cooperativas básicas, lo que nos ayudó mucho a ver cómo se llevaban las cooperativas porque de cooperativas no sabíamos nada; yo estaba un poco dudoso, pero allí aprendimos algo.” En el año 2005, se incorpora a este acompañamiento de INTEVEP la
gerencia ATEPS, lo cual refuerza a la cooperativa y a INVEVAL, en lo
propiamente organizacional, en lo administrativo-contable, y en lo tecno-
productivo.
De esta manera se emprende un proceso de aprendizaje en los ámbitos
educativo-formativo, tecnológico y social, donde el Estado intenta conducir un
proceso de transferencias que busca no quedarse solamente en lo financiero,
191
sino abarcar una visión integral para el desarrollo del sistema en el que está
integrada la empresa y que incluye a los obreros, que ahora son cooperativistas,
y que siguen la filosofía cooperativista; el entorno comunitario y tecno-
productivo; y el propio Estado. Vemos múltiples instituciones acompañando al
desarrollo y consolidación de los trabajadores, y de forma implícita, de la
organización. No obstante, se refleja también una debilidad, la cual es la
desarticulación de estas instituciones al ejecutar sus programas, lo que hace
que muchos esfuerzos se dispersen.
3.1. La base de conocimiento existente: entre la experiencia, la
transferencia y la apropiación del conocimiento
La planta donde opera la CNVB, contiene materiales, equipos, procesos y
diseños heredados de la antigua CNV, y que envuelven conocimientos que le
sirven de plataforma para impulsar su proceso de apropiación y aprendizaje
socio-técnico.
De igual manera, la cooperativa está integrada en su mayoría por obreros
y técnicos medios que por diversas circunstancias no alcanzaron a realizar sus
estudios completos. En promedio sus experiencias varían entre 12 y 18 años de
escolaridad, hecho que les permitió acumular las experticias necesarias para
asumir su actual reto. Según Jorge Paredes:
Nosotros conocíamos el movimiento, el maquinado y la fabricación de una válvula. Pero la otra parte, a nivel de oficina y papeleo, pues no conocíamos mucho que digamos. Por suerte quedaron documentos aquí, y para nosotros esos documentos son como especie de aval de que lo que no sabíamos ya lo sabemos. 73
73
Comentario en entrevista realizada para la Revista de Economía Popular Desde Dentro, 2006, pp. 18.
192
En vista de lo anterior, es posible pensar que la CNVB está realizando un
importante aporte tanto a la base de conocimiento propia como a la de su rama
productiva que, como ya se dijo en el capítulo I, se refiere a un cuerpo de
conocimientos a partir del cual se pueden emprender determinados desarrollos
industriales.
La base de conocimiento en esta experiencia se está nutriendo de un
cambio, principalmente en la percepción cultural de la forma de obtención del
conocimiento, a partir del reconocimiento del obrero. Entendemos que hay una
reactivación de capacidad cognoscitiva en el individuo, que lo motiva y lo
estimula a la formación-educación desde el saber-hacer de su dominio y que
incide, en alguna medida, en el aumento del cuerpo de conocimientos en
general, por medio de innovaciones menores o incrementales, el aumento de la
productividad, la incorporación del factor humano como centro del proceso
productivo y no como un medio o elemento adicional del mismo, entre otros.
A través de un proceso educativo inverso donde la universidad va a la
fábrica, se están desarrollando líneas de carrera profesional, a través de la
complementariedad de conocimientos; donde la recién creada Universidad
Bolivariana de Trabajadores en convenio con otras universidades74 realiza un
acompañamiento de los inscritos en los programas académicos para luego
iniciar con la certificación de sus saberes y destrezas, profundizando
paulatinamente un aprendizaje más efectivo, que implique un cambio en la
valoración como ciudadanos y como factores creadores y multiplicadores del
cambio. Veamos un ejemplo:
74
Universidad Simón Rodríguez es el caso que tenemos en mente acá.
193
… Tenemos instalado un núcleo de la Universidad Bolivariana de Trabajadores aquí en INVEVAL hay un pensum de estudio que está enfocado más bien a las tareas, a los problemas aquí en la fábrica. Entonces nosotros estamos proyectando resolver estos problemas y a su vez recibiendo certificaciones por esos conocimientos. La mayoría de los trabajadores tienen conocimiento de sus actividades y es allí donde se va a socializar ese conocimiento, el que tiene experiencia la va a expresar junto con otros y vamos a construir alternativas y soluciones… Ellos tiene varias empresas que están más que todo en Maracay, nos dan 2 horas de clase por materia, las clases por grupos que tenemos incluyen medios de comunicación, socio política, economía, son 4 materias que estamos viendo ahorita… (Ubencio Valero, Antonio Betancourt; entrevista personal, 2007)
En cuanto al aspecto técnico, las materias están directamente vinculadas
con el área metalmecánica, como el modelado de piezas. De esta manera, el
aprendizaje obtenido en el tiempo producto de la experiencia laboral juega un
papel importante, permitiendo “…el desarrollo de un know how y de una
capacidad,”75 modesta en este caso, pero que integrada con capacidades
locales de ingeniería y diseño pudiera contribuir al crecimiento de las
capacidades tecno-productivas locales.
3.2. La Adecuación Socio-Técnica (AST) en la CNVB
Para comprender el proceso vivido por los ex trabajadores, en su
adopción y adaptación de la organización cooperativa, consideramos la
propuesta de Novaes y Dagnino (2006), respecto al proceso de Adecuación
Socio-Técnica (AST) propuesto por el segundo, según el cual las tecnologías y
los procesos tecnológicos también pueden ser descritos a partir de las prácticas
concretas de los movimientos sociales de base, especialmente en los casos de
75 Permitiéndome parafrasear a Pirela (2000).
194
las fábricas recuperadas, como un proceso inverso a la concepción tradicional
de la construcción social de la tecnología en el laboratorio; sin que esto último
implique la negación de la noción según la cual la tecnología envuelve prácticas
sociales entre un conjunto de actores con diversidad de intereses, finalidades,
percepciones y conocimientos.
Estos autores distinguen siete fases o modalidades en el proceso de
AST, a saber: Uso de la Tecnología, Apropiación de la Tecnología, Ajuste del
Proceso de Trabajo, Revitalización o Repotenciación de las Máquinas y
Equipos, Alternativas Tecnológicas, Incorporación de Conocimiento Científico–
Tecnológico Existente, Incorporación de Conocimiento Científico–Tecnológico
Nuevo (Novaes y Dagnino, 2006: 255-256). Aunque para el momento de
desarrollo de este estudio de caso, la cooperativa estaba en un debatido
proceso de definición de estructuras, estrategias y decisiones, podemos
identificar en el mismo al menos tres de las modalidades señaladas por estos
autores. Las mismas serán presentadas, siguiendo el relato de nuestros
entrevistados y lo que consideramos las tres dimensiones básicas para el
abordaje de estas cooperativas: la organización en sí misma, su postura frente
al proceso tecno-productivo y su vínculo con el Estado.
3.2.1. Modalidad de AST: Apropiación. Las decisiones y la gestión
dentro de la cooperativa
Un primer comentario que recogimos sobre el punto es el de uno de los
asociados de la cooperativa, quien inicia su intervención al preguntársele su
195
percepción sobre cómo se sentía como empleado de CNV y cómo se siente
ahora como asociado de CNVB:
Anteriormente nos tenían como la mano de obra que tenía sus labores limitadas en donde no se tomaba en cuenta tu opinión ni nada de eso; en cambio ahora, con la conformación de la cooperativa se establece también la participación y, aparte de eso, nos regimos por los reglamentos de la cooperativa en la parte de igualdad… La apropiación, en el proceso de AST, se sustenta principalmente en la
condición colectiva de los medios de producción, en la apropiación del
trabajador de conocimientos relativos a los aspectos productivos, gerenciales y
de concepción de los productos y procesos; sin que exista una modificación
sustancial en el trabajador (Novaes y Dagnino, 2006:255-256). Algunos
aspectos importantes de esta modalidad los podemos identificar en las
intervenciones de los cooperativistas, como en el caso de las siguientes:
… No ha sido fácil porque en mi caso yo vengo de un almacén a tener ahorita una gerencia, lo que es novedoso para mí. Y así, pues, los compañeros están estudiando en la universidad, otros se están preparando en otras áreas y la idea es que cada uno estudie, se prepare y logre el éxito para esta empresa. Sacarla de cero no es fácil y tenemos un reto que es levantar esto y demostrar que sí podemos lograrlo. (Jorge Paredes, entrevista 06-07-2006) …Nosotros estamos creando un modelo distinto al tradicional, que es el de una cúpula que toma las decisiones, sin tomar en cuenta ni darle participación al que está dando su esfuerzo… y transmitir esas órdenes. Eso lo estamos cambiando por la participación democrática de todos, donde todos en esta organización debemos tener idea de cómo organizar, participar, dirigir, administrar. (Ubencio Valero, entrevista 08-03-2007) …Bueno el nuevo sistema que yo he aprendido aquí es el trabajo entre compañeros, no explotarme yo mismo, compartir, participar en una organización, antes acuérdate que era una empresa capitalista que era de un patrón: “yo soy el que piensa, el que te paga; tú produces”. En este tiempo he aprendido que no
196
necesariamente tiene que ser así. Antes era un simple trabajador de CNV, ahora no. Ahora tengo más conocimiento, soy socio de INVEVAL; tenemos más conocimiento; la formación sociopolítica te la recomiendo mucho, se hace uno más humano, ahora estamos siendo más humanos, tenemos más carisma entre nosotros mismos con el personal que nos viene a visitar, con el personal de otras instancias que viene de fuera de estas instalaciones, tenemos más conocimientos. (Edgar Granadillo, entrevista 12-03-2007) Se puede evidenciar, a través de las narraciones anteriores, que en los
trabajadores se está desarrollando cierto sentido de cambio. Se asume esto
como una novedad dentro de su cotidianidad. Mientras que antes tenían un jefe
que les indicaba las acciones que definían su actividad laboral, ahora son ellos
quienes están encargados de dirigir, de manera compartida, a través de
estrategias colectivas, cada una de las fases que componen el proceso
productivo, incluyendo las decisiones en el ámbito gerencial.
Es importante recordar que la propiedad de los equipos y máquinas, entre
otros (los cuales son considerados medios de producción), descansa sobre el
Estado, en un 51% de lo que representa la empresa INVEVAL. Se intenta
asegurar el carácter colectivo por vía del control estatal, evitando que pasen de
nuevo a manos de un privado. Al mismo tiempo, las decisiones inherentes al
proceso productivo, recaen sobre la cooperativa, a través de la asamblea de
asociados, en conjunto con la junta directiva de INVEVAL. Para el Ministerio de
Industrias Ligeras y Comercio –MILCO-, ente que pasó a representar al Estado
en la cogestión, esta sería la forma más idónea de garantizar el carácter
colectivo de esta propiedad. Según Edgar Granadillo las decisiones se dan de la
siguiente manera:
197
…INVEVAL es el nombre mercantil que tiene la empresa, pero ésta es manejada por una cooperativa. INVEVAL es una organización manejada por una cooperativa compuesta por 60 socios. ¿Y quién es el presidente?: Uno de los 60 socios, quien es el vocero de la organización. Eso es lo que tenemos aquí, organizacionalmente tenemos una cooperativa. [Adicional a la directiva de la cooperativa] se hizo otra directiva que se compone conjuntamente entre los trabajadores y el estado. [En este caso] los directores también son trabajadores de la cooperativa. [Adicional] hay dos directores que son trabajadores del estado como el administrador y…. Que no está en las instalaciones. Ellos tienen que ver con el visto bueno a lo que haga la organización. [Por parte del Estado] el director principal es el viceministro del MILCO. Nosotros, por ejemplo, necesitamos dos vehículos. Llevamos la solicitud a la asamblea, la asamblea estudia el caso para ver si se justifica hacer esa inversión en dinero. Se lleva la propuesta al administrador y al director principal del Estado. Ellos estudian el caso y en el transcurso de 38 a 48 horas nos dan la respuesta. Siempre nos han dado respuesta positiva porque ellos estudian si necesitamos comprar materia prima, pero no tienen los conocimientos [específicos de la fábrica]. El proyecto ellos lo estudian, pero los conocimientos los tenemos nosotros, Sí, denle play, eso es lo que se refiere a la directiva que tenemos nosotros organizacionalmente. (Edgar Granadillo, entrevista personal, 2007) En este caso lo que nos quiere decir nuestro entrevistado, es que existe
la gestión conjunta de la empresa, con preponderancia del Estado en el plano
administrativo, mientras se produce el proceso de aprendizaje en los
trabajadores; mientras que el plano operativo, se encuentra bajo la tutela directa
de los trabajadores. Es por ello que se plantean las dos juntas directivas: una de
la cooperativa, que elige sus representantes ante la otra, la junta directiva de
INVEVAL.
Otro factor importante en esta modalidad, es que se incluye y reproduce
la condición colectiva en el reparto de los excedentes, entre los asociados.
También incide en la visión de las necesidades más amplias del entorno, Por
198
ejemplo, los centros de salud en sus comunidades, programas formativos-
educativos, programas deportivos, entre otros.
…Acuérdate que una empresa mercantil cuenta con un presidente, un gerente, un supervisor hasta que se llega al obrero. Nosotros no, nosotros nos organizamos en cooperativa para tener una igualdad…, Tenemos que cumplir con las normas lo que nos pide la nación, tener una empresa organizada, tener nuestra directiva, nuestras instancias, nuestro reglamento. Aquí el presidente de la empresa gana igual que este bagre…, como el que trabaja la máquina, como el que está en mercadeo, el que está en comercialización, todos tenemos la misma igualdad, no hay diferencias ni de puestos políticos , ni de puestos empresariales ni de puestos de nada. Porque sí existe el presidente que tiene su cuenta como presidente, pero es un vocero de la organización en caso que aquí llegue una persona de la calle que solicite hablar con el presidente de la empresa, va al presidente. Pero qué papel desempeña él, bueno el papel que desempeña él es como vocero de la Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas. (Edgar Granadillo. Entrevista)
En todo caso, se trata de la incorporación de ciertos valores que les eran
ajenos dentro de su ámbito laboral: democracia en la toma de decisiones,
solidaridad en el sentido de clase dentro de la fábrica, acceso y participación de
los beneficios totales del proceso productivo, entre otros que se mueven en su
“conciencia colectiva.”
3.2.2. Modalidad de AST: Ajuste del Proceso de Trabajo
En el caso de la AST, por modalidad de ajuste del proceso de trabajo,
encontramos que el proceso se percibe como un conocimiento social, no como
un conocimiento exclusivo… “el que tiene conocimiento lo comparte”. La
adaptación del proceso de trabajo a la forma de propiedad colectiva de los
medios de producción, el cuestionamiento de la división técnica del trabajo y la
199
adopción progresiva del control obrero son las que determinan la asimilación de
la nueva organización tecno-productiva:
Nosotros veníamos trabajando con una directiva digamos tradicional: modelo mercantil. Pero hemos avanzado hacia el consejo de fábrica, es decir un grupo de compañeros ha sido designado para que con nosotros mismos en asamblea, administremos y manejemos la fábrica. Consejo de fábrica de 31 personas. Allí se recoge la información, de todos los grupos de trabajo, ellos dirigen… así se lleva al consejo de fábrica. Ellos dirigen la fábrica de la manera siguiente: logística, mercadeo, todas las áreas de la empresa en forma integral según la prioridad, se va dando órdenes de todas las acciones que hay que hacer en la fábrica; de esta manera es que trabajamos. Se les va dando participación a todos en el consejo de fábrica; en el consejo hay delegados, hay delegados de todos los departamentos, esos delegados llevan inquietudes y ahí se discuten. (Ubencio Valero, entrevista 08-03-2007) Los cooperativistas ponen en evidencia que existe un proceso de
identificación con el cambio. Informados gracias a la participación en asambleas
semanales que realizan como parte de la práctica organizacional asumida,
responden a los planes y estrategias que podrían incidir en su sostenibilidad.
Una de las maneras de organizarse que decidieron establecer para
asegurar la participación de todos los asociados fue la rotación de los “cargos”
entre uno y tres años, según el caso. Veamos cómo lo expresa el presidente de
INVEVAL:
…Se hizo una discusión completa con todos los asociados todo un día sobre esa estructura respecto de cómo iba a quedar. Se decidió que INVEVAL iba a tener la parte de contabilidad, su parte de directiva como tal y la parte administrativa y la cooperativa iba a tener la directiva con varios comités con sus respectivas instancias, como el de comercialización, y el de seguridad, entre otros, que son 11. Cada instancia tiene su vocero. Hay trabajadores los cuales tienen una participación grande; cuando se va a planificar la producción todos esos coordinadores se reúnen y planifican en cada área. Por ejemplo, tenemos manufactura que es extensa y tenemos montaje pequeño, montaje grande, mecanizado pequeño, mecanizado grande, guarnición,
200
soldadura, mantenimiento, o sea que dentro de todo eso los coordinadores tienen que sentarse a hacer la planificación así como el mantenimiento de lo que son todas las maquinarias, la parte de montaje, por supuesto el ensamblaje de las válvulas y ellos tienen que planificar qué es lo que hace falta en esa área, después van al almacén diciendo lo que necesitan para operar dentro de la planta. Todos esos insumos que requieren los canalizan con almacén y él mismo hace su requisición y lo pasa a compras y compras a su vez lo procesa con administración, todo ese proceso se hace por medio de una planificación. Antes había uno solo que decidía prácticamente todo y ahora no, hay una participación en definir qué es lo que queremos y la gente socializa el conocimiento porque eso es lo que tenemos que hacer. Antes a ti te ponían en una máquina y no salías de esa máquina, ahora no, tiene que ser rotativo, lo cual se da cada año. También se da lo mismo en la parte administrativa. Claro ya en la presidencia de INVEVAL es distinto, pero en la cooperativa cada dos años tienes las instancias dentro del acta de la constitución que es donde está el presidente, secretario y tesorero, está la evaluación, control y la educación, dentro de esa parte que hace a la educación están cultura y deporte. Ahora los comités duran un año…La [junta directiva] de INVEVAL se hizo a cuatro años acordado en una discusión entre el, estado y los trabajadores. (Jorge Paredes; entrevista 06-06-2006) De tal manera, la estructura organizativa de la cooperativa fue concebida
por sus integrantes respondiendo a su concepción de un modelo ideal donde la
mayoría de ellos tuviese la mayor injerencia posible y según lo que pudieron
recabar de CNV. Siendo la asamblea de asociados de la cooperativa el órgano
principal para la toma de decisiones, se constituyeron las instancias que la Ley
Especial de Asociaciones Cooperativas exige;76 adicionalmente sumaron a los
estatutos, es decir, dándole legalidad jurídica dentro de la estructura, la instancia
de Desarrollo Social.
El área para la gestión operativa quedo definida por siete instancias,
como indica Jorge Paredes. Dentro del marco de comentarios generales, los
entrevistados de la cooperativa llegaron afirmar que decidieron denominarlas
76
Estas son: Instancia de Administración, compuesta por un Presidente, un Secretario y un Tesorero;
Instancia de Control y Evaluación e Instancia de Educación.
201
instancias para romper con la lógica que se manejaba en CNV, donde cada una
de estas áreas estaba constituida por departamentos, donde había un “jefe”.
Aunque las instancias diseñadas por la cooperativa contemplan la
responsabilidad de un “coordinador”, las decisiones son consideradas en
conjunto a partir de la metodología de trabajo en equipo. En esta perspectiva las
instancias son: Administración y Finanzas, Control y Evaluación, Seguridad
Industrial, Gestión de Calidad, Educación, Compra, Ingeniería, Manufactura,
Mantenimiento, Desarrollo Social, Comercialización y Ventas.
Se plantea entonces el paso de una estructura organizativa de orden
vertical a una horizontal, donde ninguna solapa la otra, sino que intentan
realizarse, desde su perspectiva, cooperativamente. Sustentados como ya
dijimos en la asamblea de asociados.
3.2.3. Modalidad de AST: Revitalización o Repotenciación de las Máquinas y Equipos
Esta modalidad supone la fertilización de las tecnologías antiguas con
elementos nuevos. Aunque están en propiedad del Estado, son los asociados de
la cooperativa quienes disponen los procesos que se llevan a cabo en la planta,
pudiendo mejorar y superar en determinado momento la forma bajo la cual
llevaban el proceso de producción en CNV.
Es importante resaltar que la producción de válvulas es eminentemente
metalmecánica, se compone en su proceso productivo de bienes y procesos de
cierto contenido tecnológico que demandan habilidades y destrezas los cuales
202
pueden incidir sobre variables como productividad, eficiencia, incremento de las
capacidades del capital humano. Uno de ellos son los tornos o controles
numéricos heredados de la CNV, los cuales, como comenta un operario:
…Son tornos automáticos con los cuales se hace más fácil trabajar, ya que los mismos funcionan en serie, las piezas se cuadran y no hay tanta dificultad como con los otros tornos mecánicos… (Eduardo Matute; entrevista personal, 2006)
El proceso principal consiste en la mecanización que, según uno de los
integrantes de la CNVB (Edgar Granadillo; entrevista personal, 2007), supone la
transformación de la materia prima, la cual es a base de acero moldeado:
…Lo que tenemos es una maquinaria para hacer las válvulas; la materia prima viene en forma como de una pelota, esa materia prima es para fabricar la válvula por medio de la mecanización. Por medio de la mecanización tú le das la forma de una válvula con una máquina a esa materia…Se le hacen los diámetros, se le hace la cajera, los anillos, se le hace las medidas, todo el sistema de mecanización se hace aquí en INVEVAL. La mayoría de las maquinarias que tenemos nosotros son tornos, tenemos tornos de control numérico, verticales, paralelos, tenemos taladros de rectificación, tenemos purificadores, todo eso es el sistema de mecanización para hacer una válvula para el mercado. De aquí sale lista para el mercado, como lo es la industria petrolera, para refinerías, ya lista. Se observa así, la asunción de los trabajadores de una posición de
gestión y control de la actividad productiva que puede proveer de nuevas formas
y maneras de adaptar los avances tecnológicos a las necesidades y
requerimientos de la industria nacional, específicamente de la industria petrolera
nacional. Aunque de una manera incipiente, de esta forma se pueden fortalecer
las capacidades tecnológicas nacionales.
Sin embargo, el trabajo inicial de la cooperativa consistió en la
recuperación de las instalaciones, máquinas y equipos de la planta
203
Estamos recuperando la infraestructura de la planta y el galpón en sí; paralelo a ello estamos trabajando para comenzar con la reparación de válvulas porque no estamos en condiciones de fabricación pero vamos a incursionar con la reparación, cosa que para nosotros es novedoso también. (Julio González; entrevista personal, 2006) El estado ideal de la puesta en marcha de la fábrica es para la producción
de las válvulas pero ésta se ha visto retrasada motivado al reacondicionamiento
y a la falta de insumos de materia prima. Se debe recordar que la CNV era parte
de un consorcio de empresas del cual obtenía la materia prima; al ser
expropiada,77 automáticamente se rompieron los nexos.
…Ahora estamos haciendo mantenimiento preventivo a unas válvulas que ya están hechas, pero que vienen de hacer un trabajo fuerte con un ciclo de trabajo que se le instala a cada válvula que viene de trabajar 16 meses. Se desmontan de las instalaciones, se traen acá, se les hace un mantenimiento preventivo como es el ajuste del sistema para cierre, un ajuste que se le hace en la cuña cuando hay desgaste o falla de materia. Aquí se le hace ese tratamiento técnico y mecánico para que la válvula ya vaya otra vez a hacer la función que tenía pero con un ciclo menos. Me explico: una válvula que trabajaba antes durante 16, meses ya no viene para 16 meses, porque ya viene de un ciclo de trabajo, puede trabajar 18 meses más después que tenga ese trabajo con un mantenimiento que se le haga acá, (Edgar Granadillo; entrevista personal, 2007)
Para ir supliendo la demanda de materia prima se comenzaron a generar
intercambios que permitieran potenciales vínculos comerciales con empresas
como LUFKIN DE VENEZUELA S.A.78 Ubicada en Maracaibo, la empresa ha
ofrecido sus servicios a INVEVAL, pero por cuestiones de distancia geográfica
77
En la actualidad, ACERVEN, la proveedora de la materia prima, también se encuentra en un litigio por
la expropiación. 78
Esta empresa fue fundada en 1981 en sociedad con capital venezolano y norteamericano y que está
representado en un 81% por el Grupo Empresarial Moschella, S.A. y 19% por el Consorcio Internacional
LUFKIN INDUSTRIES, Inc. La empresa se encuentra ubicada en Maracaibo, y ha desarrollado acuerdos y
licencias de tecnología con Lufkin Industries, Inc. e Intevep, entre otros.
(http://www.lufkin.com.ve/frame.htm)
204
(lo cual acarrea la elevación del costo de transporte, entre otros factores, como
el tiempo de producción, por ejemplo) se están evaluando otras opciones.
El proceso de AST que implica la renovación de las máquinas, equipos y
procesos para la adopción de nuevas tecnologías se encuentra en una etapa en
la cual dentro de CNVB aún no se sienten cambios o innovaciones significativas.
Se podría decir que están inmersos en un controvertido “torbellino de ideas”
generado por diferentes factores y actores, que promueve algunos hechos
novedosos dentro del proceso productivo-organizacional. Constituido como un
valor para los trabajadores, un ejemplo es la incorporación de la Certificación
COVENIN para el mantenimiento y reparación de las válvulas. Esta certificación
la tenía CNV, pero no fue transferida a la cooperativa en vista de los requisitos y
competencias que ella debía demostrar en su figura de empresa de
manufactura.
… En el caso de las reparaciones no estamos certificados, estamos comenzando a implementar el sistema en calidad para, en un futuro, tener eso… Primero que todo hay que implementar la habilidad operativa, llevar los procesos. Nosotros estamos trabajando e implementando el sistema de la calidad con el apoyo de INTEVEP; toda la documentación que existe de la anterior empresa y todos los procesos de producción en cuanto a nuestros productos toda esa información la vamos a llevar a INVEVAL (Julio González; entrevista personal, 2006)
La reactivación de la fábrica ha supuesto la readecuación de algunos
espacios que son vitales para la apropiación y empoderamiento de los procesos
técnicos y tecnológicos por parte de la cooperativa. Siguiendo sus experticias en
conjunto a través del acompañamiento que adelanta INTEVEP, se inició lo que
podría calificarse, en consonancia con sus acciones, como movimiento social, la
toma del laboratorio. A sabiendas de la importancia de garantizar la calidad de
205
sus productos, los propios cooperativistas decidieron retomar las funciones del
laboratorio de calibración de las válvulas. Hecho que los ha motivado a expandir
sus conocimientos en áreas que en otros tiempos les eran ajenas, promoviendo
con ello un cambio de percepción de la tecnología y debates sobre la
implementación de nuevos procesos tecnológicos dentro de su actividad.
Jovanni Peña relata cómo se están llevando a cabo los procedimientos, como
encargado del laboratorio:
…Soy el que actualiza si las válvulas las sacan buenas y estoy en el área de comité de calidad, aquí en el departamento del laboratorio…En estos momentos nosotros al laboratorio lo estamos remodelando porque nos falta mucho material que calibrar; hay que comprar y el material de laboratorio es caro. El objetivo del laboratorio es calibrar los manómetros y realizar unos análisis químicos a las piezas… Nosotros estamos realizando una lista de cursos para hacer análisis de partículas magnéticas. Todo el personal que va a trabajar en el laboratorio será adiestrado, claro, con la supervisión de un Ingeniero de laboratorio que nos está asesorando que viene de Maracaibo y que va a trabajar con nosotros unos tres meses, el cual está contratado por INTEVEP (Jovanni Peña; entrevista personal, 2007) Destacando la relación entre el aprendizaje tecnológico y la
industrialización, Kim (2001) sostiene que el aprendizaje tecnológico es el
proceso de fortalecimiento y acumulación de las capacidades tecnológicas.
Tanto los gobiernos como las empresas deben preocuparse por el
fortalecimiento de las capacidades para poder incrementar la competitividad.
Aunque este tipo de actividades se dé en gran medida en las empresas, la
política gubernamental puede crear una infraestructura importante que las
facilite. En los países avanzados, la capacidad tecnológica se acumula en gran
parte gracias al proceso de “aprender investigando”, que amplía la frontera
206
tecnológica. En los países en desarrollo, en cambio, la capacidad tecnológica se
crea principalmente mediante el proceso de imitación que supone el “aprender
haciendo”.
En el caso en estudio se percibe un proceso de aprendizaje de dos
entradas: por una parte, el Estado, que en su intención y deber de impulsar el
bienestar de la sociedad desarrolla iniciativas de los tipos mencionados en el
párrafo anterior, y por la otra, los movimientos sociales de base involucrados,
como lo es el movimiento de los ex trabajadores de la CNV, que pasan de
obreros a ser asociados de una cooperativa encargada, junto al Estado, de
gerenciar una industria productora de válvulas.
Al preguntarles si tienen otros clientes o si PDVSA asumiría el total de la
compra de las válvulas una vez que comience su producción al cien por ciento,
argumentan:
…No, no. Por ahora…, es el principal cliente, sí. Por ahora el único cliente que tenemos es PDVSA. Hemos tenido contacto con las Hidro a nivel nacional como Hidrocapital, tú ya conoces todo lo que son las Hidro. Con PEQUIVEN, tenemos mucho contacto. Pero fundamentalmente ahorita el cliente principal es PDVSA,..
La cooperativa está ahora encargada del reto de administrar y gerenciar
la producción de válvulas que permitan “… satisfacer 22% de la demanda total
anual de válvulas nacionales que genera el Plan de Negocios de Petróleos de
Venezuela (Pdvsa) en este rubro para el período 2005-2009. Esto equivale a
131 mil millones de bolívares en cinco años.”79
A modo de cierre de este capítulo, es importante decir que el proceso de
esta cooperativa se encuentra adherido a la dinámica de los cambios ideológico- 79
Según palabras de María Cristina Iglesias, ex - ministra del trabajo. En:
http://www.abn.info.ve/go_news5.php?articulo=6987
207
organizacionales que adelanta el Estado. En este sentido, está siendo debatida
la propia pertinencia de la cooperativa como modelo organizacional que
sustente la dirección de INVEVAL en general. Cabe preguntarse si queda claro
el concepto de cooperativismo que se está manejando desde el Estado para
orientar las políticas en esta materia; y en consecuencia cómo se garantiza su
sostenibilidad una vez emprendida una política masiva de formación de este tipo
de organizaciones.
¿Será que han sido entendidas como respuesta inmediata a una
necesidad socio-económica? ¿O fueron pensadas como los embriones de un
nuevo modelo de organización económica nacional? ¿Por qué la rapidez del
cambio de modelo? ¿Se agotaron sus posibilidades en tan corto plazo o se
abandonó un esquema sin aplicarlo adecuadamente? ¿Se trata de una
verdadera profundización de un proceso de transformación organizacional o de
un cambio apresurado y riesgoso que obedece a pugnas por control político
inmediatistas?
208
CAPÍTULO V
EL CASO DE LA COOPERATIVA PETROLIFT
El tercer caso que se consideró en este estudio, fue el de la Cooperativa
de Petróleo y Fluido –PETROLIFT-, también vinculado con el ramo tecno-
petrolero. Se presenta en forma breve en este capítulo como una forma de
introducir una breve discusión final sobre el desarrollo de las cooperativas de
base tecnológica, que simplemente consideramos como la expresión de la
necesidad de abrir un debate necesario.
En esencia, esta cooperativa aspiraba a lo mismo que las descritas en
los estudios de casos anteriores: esto es, aprovechar las oportunidades sociales
y financieras que ofreció la coyuntura post paro petrolero, una vez que el Estado
se propuso la tarea de reactivar, dinamizar y transformar la estructura socio-
económica, por medio de diferentes políticas, entre ellas, el fomento y
fortalecimiento del cooperativismo. Del mismo modo, estaba la imagen de
superar el paradigma sustentado en la idea de “que solamente las
transnacionales le trabajaban a PDVSA” (Nora Manrique, asociada, entrevista
personal, 2007). Esta percepción también se sustentaba en una matriz de
opinión que seguía la corriente del discurso oficial en aquel momento, el cual
criticaba la excesiva política internacionalista que había prevalecido en PDVSA
desde hacía décadas. Sin embargo, es conveniente resaltar, como habíamos
mencionado en referencias anteriores, que aunque debilitado, ha existido en el
país un sector de empresas mercantiles que presta servicios técnicos y
209
tecnológicos a la industria petrolera nacional con probada tradición, lo cual no se
puede desestimar.
Desde PDVSA Intevep, y siguiendo los lineamientos de las políticas de
acompañamiento a cooperativas desde el año 2003, la creación de PETROLIFT
se sustentó en la identificación de las cooperativas como modo de inclusión
social y de democratización financiera. La perspectiva de impulsar un proceso
de democratización tecnológica, entendida para ese momento como el acceso a
determinadas tecnologías y a su uso, se plasmó posteriormente, una vez que se
fue identificando una masa humana de capacidades y competencias, en
distintas áreas vinculadas a las actividades petroleras. Posiblemente, también
fueron concebidos como potenciales candidatos para cubrir los vacíos dejados
por la crisis del paro, corolario del masivo despido de profesionales y técnicos
de la industria. Al igual que las cooperativas abordadas anteriormente, la
cooperativa Petrolift tuvo su punto de partida a propósito de los planes y
políticas de acompañamiento que emprendió Intevep para este tipo de
organizaciones. Especialmente a partir de mediados del año 2003, con los
cursos, talleres y foros de cooperativismo.
Casados con la percepción de demostrar la importante pero oculta
capacidad tecno-productiva nacional que ha existido en el país y en el marco de
oportunidades que se abrían para organizar empresas de corte colectivo-
horizontal, un grupo de diez profesionales y técnicos del área petrolera y social,
en situación de desempleo o jubilados, decidieron emprender la constitución de
una cooperativa. Su actividad estaría relacionada con el mantenimiento de
pozos petroleros.
210
1. Los asociados
La cooperativa PETROLIFT está integrada por ingenieros, licenciados y
técnicos vinculados al sector petrolero: licenciados en química, ingenieros en
petróleo, ingenieros mecánicos y técnicos superiores (T.S.U.) en gas y en
petróleo, principalmente. Entre ellos también cuenta una mujer jubilada del
sector educativo y trabajadora social por convicción, la cual fue una de las
promotoras principales para la conformación de la cooperativa. Todos vivían en
la zona del oriente del país, específicamente en Anaco, Estado Anzoátegui.
En los tiempos del paro petrolero del año 2002-2003, esta mujer estuvo
activa formando parte de los grupos de personas que prestaron su colaboración
a PDVSA para evitar los actos de sabotaje que produjo el mencionado paro. A
partir de ello, fue recabando información sobre las iniciativas que se
empezaban a emprender en materia de organizaciones sociales de base.
Estando itinerante entre el Estado Anzoátegui, en la zona de Anaco, y el Distrito
Capital, teniendo en ambos lugares ubicación de residencia, logró relacionarse
con algunos profesionales del área petrolera que compartían la idea de
conformar una cooperativa. Inmediatamente, empezaron a trabajar en la
formulación y diseño de la organización y de la actividad que desarrollarían. Al
mismo tiempo construyeron vínculos con el Intevep, solicitando asesoría
organizacional y legal a la Coordinación de Inversión Social de la Gerencia de
Asuntos Públicos, quienes para aquel entonces llevaban los programas en
materia de atención social, entre ellos el de cooperativismo.
Un dato importante de resaltar en este momento es que la promotora de
la conformación de la cooperativa contaba con un apoyo familiar clave dentro de
211
la institución, que les sirvió de asesoría e impulso para la consecución de la
cooperativa en el sector tecnológico. Este actor clave estaba relacionado con el
área de exploración y producción y contaba con amplia experiencia dentro de la
industria y el manejo de los productos tecnológicos allí desarrollados; sumado al
hecho de ser una persona que aparentemente coincidía con los planteamientos
y políticas que venía promoviendo el gobierno nacional.
La legalización de la cooperativa se concretó entre mediados y finales del
año 2003 con diez personas asociadas. Con el pasar del tiempo, y producto de
diferentes desavenencias que tuvieron que enfrentar en relación a los tiempos
en la cancelación de las facturas por los servicios prestados, en el amplio
margen de espera para la obtención de los contratos y por la propia inestabilidad
que se generó en la cooperativa, el grupo de asociados se debilitó,
permaneciendo al frente de la cooperativa sólo cuatro o cinco de ellos: la
persona que tenía los contactos en el Intevep, quien lleva los asuntos sociales y
los T.S.U. en petróleo, mecánica y un ingeniero químico. Todos eran integrantes
de la junta directiva de la cooperativa. De ellos, sólo pudimos conversar con el
presidente de la cooperativa, TSU en petróleo, con la coordinadora social y
responsable de la instancia educativa y con dos personas que se estaban
incorporando recientemente a la cooperativa con la intención de ser asociados.
A diferencia de las cooperativas tratadas anteriormente, como la
cooperativa VECOSOFLUPER por ejemplo, los socios de la cooperativa Petrolift
se mostraron receptivos a la incorporación de nuevos asociados, sin la
necesidad de aplicar necesariamente el trámite de los seis meses que sugiere la
ley para la incorporación de los contratados; argumentando en ese caso el
212
mutuo acuerdo de la asamblea. Tal disposición, pareciera estar dada por el
desmembramiento que han sufrido como organización, aunado a la necesidad
de responder a los servicios solicitados posteriormente por Intevep.
La cooperativa siguió rigurosamente todos los procedimientos
contemplados para la conformación. Ya al poco tiempo de ser concebida,
habían completado todos los trámites legales para poder desarrollar su actividad
sin limitantes de este tipo. En este sentido, podemos deducir que inicialmente
hubo compromiso y correspondencia por parte de todo el grupo de asociados
para que la cooperativa arrancara con una sólida imagen como empresa.
2. La Actividad Tecno-Productiva y la Gestión de la cooperativa El concepto de la actividad productiva de la cooperativa estuvo orientado,
desde la visión de los asociados, hacia el estudio de pozos petroleros con
problemas de levantamiento natural por acumulación de líquidos, y
consecuentemente, con la aplicación de mecanismo de levantamiento80,
principalmente, en el área de gas. El nombre de la cooperativa, según su
presidente, se originó de la unión de las palabras levantamiento (que es un
mecanismo de intervención al pozo petrolero para hacerlo más rentable y
productivo), traducida al inglés como lift y, petróleo: PETROLIFT. Sin embargo,
no llegaron a concretar ningún servicio en esta área. El acompañamiento y la
orientación técnica de Intevep, a la par de su proceso de conformación y, de
80
Es un método de elevación artificial. “Un proceso mecánico que utiliza la inyección continua o
intermitente de un gas dentro de la tubería de producción (tubind or casing) para aligerar o desplazar los
fluidos producidos. Esto crea una reducción de presión en el fondo del pozo, incrementando o sustentando
el flujo del pozo.” (http://www.imp.mx/petroleo/glosario/b.htm) Este procedimiento permite mejorar la
productividad del pozo.
213
acuerdo a las necesidades y ofertas que tenía PDVSA Gas, distrito Anaco
específicamente, los condujo hacia otro camino: un proyecto para la medición de
arrastre de líquidos en corrientes de gas; siendo esta su primera oportunidad de
contratación.
En este caso, los socios no tuvieron que recurrir a la contratación de
personal, pudiendo prestar por sí mismos el servicio. Más, el origen del proyecto
en tanto diseño y planificación surgió de Intevep y PDVSA Gas, distrito Anaco.
Por parte de Intevep el acompañamiento fue integral, abarcando lo
organizacional, técnico y financiero, así como la provisión de los insumos
requeridos para la ejecución de la obra, tales como: transporte, adiestramiento,
materiales y equipos.
El trabajo requerido era cuantificar los volúmenes de líquido que pueden
ir en una corriente de gas en un tiempo determinado, a través de un equipo
diseñado en Intevep, llamado SIGMAGAS. (Alexander Carballo, Presidente de
PETROLIFT; entrevista personal, 2007). El mencionado equipo se encontraba
en fase de pruebas para comprobar su viabilidad y proceder con la patente, y la
cooperativa fue propuesta para fungir como prestadora del servicio técnico que
permitiera llevar adelante los planes de validación.
Queriendo garantizar el buen desempeño de la cooperativa, y por
supuesto el éxito del proyecto, Intevep capacitó a la cooperativa para el
adecuado manejo del equipo, con todas las especificaciones técnicas
requeridas: programación del panel de control, diseño de estructura de la
superficie, arreglos superficiales del cabezal del pozo; del mismo modo en las
áreas de seguridad industrial, higiene y ambiente y control de calidad. Una vez
214
aplicadas simulaciones en varios pozos, se decidió la instalación del equipo en
el pozo ZG151 del campo Zapata en el área mayor del campo de Anaco,
obteniendo resultados favorables, tanto en lo referente a la operatividad del
equipo, como al servicio prestado por la cooperativa. Observamos en una
apreciación rápida del presidente de la cooperativa que este servicio al parecer:
Fue exitoso. Tuvimos trabajando en equipo. Tanto así que después que el equipo se retiró el pozo duró mucho tiempo, el pozo siguió fluyendo por su propios medios; cuando antes moría cada mes o cada 15 días. (Alexander Carballo, entrevista personal, 2007) Los factores de éxito estuvieron directamente relacionados con el
acompañamiento dado por Intevep y con el desembolso financiero oportuno
para que la cooperativa adquiriera los insumos menores que necesitan para
funcionar.
Ya para el segundo contrato, en el marco del proyecto anterior, la
situación fue distinta. La exigencia de la realización del cien por ciento de las
actividades del contrato para que PDVSA pudiera abonarles el pago de la
factura provocó la inestabilidad de la cooperativa. Aun pudiendo haber
capitalizado con el primer contrato, la cooperativa no tenía estabilidad financiera
para asumir proyectos de mayor alcance. Sumado a que probablemente, existió
alguna deficiencia o nudo crítico en ese primer servicio que no pudimos
detectar.
Esto fue retrasando el desenvolvimiento eficiente de la cooperativa y fue
desequilibrando al grupo. Se presentaron restricciones financieras por parte de
la cooperativa a la hora de adquirir los insumos y herramientas necesarias para
215
cumplir con los procesos técnicos. Lo que pudieron lograr capitalizar con el pago
del primer contrato, fue utilizado en la adquisición de herramientas menores y de
algunos equipos de fácil acceso en términos de costos.
Al igual que la cooperativa VECOSOFLUPER, la cooperativa Petrolift no
contaba con una sede propia o infraestructura adecuada para el
desenvolvimiento de sus actividades técnicas: un laboratorio en este caso para
el análisis de las pruebas obtenidas en campo. Por ello, PDVSA Anaco y
PDVSA Intevep colaboraron con la cooperativa, prestándole algunos espacios
para que desarrollaran las evaluaciones respectivas de las muestras tomadas.
La motivación originada y la activación de las competencias y de la
creatividad en los grupos que integran las cooperativas es una señal importante
a tomar en cuenta. Por ejemplo, los socios que se mantienen en la cooperativa
PETROLIFT no pierden la voluntad de continuar con la cooperativa. Aunque al
momento de cerrar el proceso de entrevistas con ellos presentaban severas
dificultades organizacionales (pues solamente estaban activos cuatro de los seis
socios que quedaban, y se estaban incorporando tres técnicos, con la intención
de asociarlos inmediatamente) y financieras, querían seguir manteniendo la
cooperativa como su espacio de realización laboral y profesional, imaginando
que en algún momento podrían montar un laboratorio a partir del cual pudieran
realizar su labor de manera independiente.
Claro está que la comprensión de un proceso como este toma su tiempo,
y en muchas ocasiones las presiones individuales y la incompatibilidad de
criterios sobre los conceptos que pueda manejar una organización que no fue
creada por la corriente natural del tiempo, es decir, por convencimiento propio e
216
identificación con aspiraciones comunes, pueden menguar sobre el objetivo y la
esencia de la organización.
3. La Transferencia
El SIGMGAS es un equipo concebido, diseñado, desarrollado desde
PDVSA Intevep. Sin embargo, aún está cumpliendo la fase de verificación y
validación en campo para resolver el asunto de la patente. Por tanto, en este
caso, aún no se puede hablar de licencias de uso o manufactura, o de
transferencia de un producto o paquete tecnológico en términos formales. No
obstante, por ser Petrolift una de las primeras cooperativas vinculadas a este
sector y que desde su origen ha estado acompañada y orientada por la mano de
Intevep, con una inversión importante de recursos humanos, técnicos,
tecnológicos y organizacionales, podemos decir que se trata de una interesante
expresión sobre un proceso de aprendizaje socio-técnico donde se conjugan la
capacidad de respuesta ante un problema o demanda de un contexto
determinado, haciendo uso y creando soluciones a partir de las capacidades –
humanas y materiales – disponibles.
Evidentemente, los resultados quizás no siempre serán los esperados.
Ante las contingencias, surgen imaginarios y conceptos que cada individuo
elabora sobre la percepción de su realidad inmediata, surgiendo infinitas
vertientes. Pero, como el aprendizaje socio-técnico trata precisamente de
valorar las interacciones que se producen en la dinámica del sistema
tecnológico más amplio, creemos que este fenómeno refleja un incipiente estado
de cambio en la organización social y en la valoración de los recursos técnicos y
217
tecnológicos endógenos. Concientes de los riesgos que esto pueda implicar, y
de las debilidades y amenazas que aún se ciernen, por la poca unificación de
criterios entre los diferentes actores institucionales públicos y privados para
conceptualizar a las cooperativas de base tecnológica y sus dimensiones, éstas
pueden aportar respuestas concretas y oportunas para la transformación de la
sociedad como otros países de la región lo han demostrado (Argentina, Brasil y
Uruguay, entre otros.)
El hecho de incorporar a otros grupos distintos de los tradicionales, a los
sistemas de uso o manufactura de productos tecnológicos, a los sistemas de
contrataciones que casi habían estado monopolizados por las empresas
transnacionales, a los procesos organizacionales de una empresa como
PDVSA, constituyen un importante objeto para sistematizar.
218
DISCUSIÓN
LAS COOPERATIVAS DE BASE TECNOLÓGICA: EL DEBATE GENERAL
La conformación de cooperativas de base tecnológica en el ámbito de la
industria petrolera ha sido un fenómeno de reciente aparición, el cual ha estado
determinado por:
1) la necesidad de respuestas emergentes ante situaciones de crisis que
demandaron la activación de diferentes mecanismos y capacidades para poder
superarlas;
2) una dinámica acelerada y fluctuante que intenta propiciar cambios
sociales, políticos, económicos, tecnológicos y, quizás principalmente,
culturales;
3) el objetivo de revertir los fenómenos de la exclusión social y el
desempleo, factores que, entre muchos otros, han impedido las posibilidades de
progreso de nuestra sociedad.
Por lo que la intervención del Estado con políticas intervencionistas de
arriba hacia abajo ha sido la clave para el desarrollo de las organizaciones
socio-productivas de corte colectivo de reciente aparición. Innegablemente, se
ha activado una forma de diálogo entre los grupos que conforman las
cooperativas y las instituciones que representan al Estado, ya sea por
convencimiento o “venta” de los conocimientos disponibles en la materia.
Siguiendo la perspectiva anterior, podríamos decir que el estímulo,
conformación y fortalecimiento de las cooperativas de base tecnológica se ha
convertido en una emblemática experiencia de desarrollo tecno-productivo, con
219
todas y cada una de las aristas que puedan estar implicadas: aciertos,
desaciertos, aprendizajes, incluso hasta retrocesos, si pudieran haber existido.
Ya que, de esta manera, se podría comprender cómo se pueden originar
procesos de aprendizaje tecnológico, qué puede resultar de la activación de
organizaciones y fenómenos de este tipo, así como la forma de incidir en el
conjunto de las actividades que le son propias y de su aporte al sector al que
pertenecen.
Los logros y avances que han podido alcanzar estas cooperativas, con
todas las debilidades y fallas que puedan reflejar, se debe a que contaron con
voluntad o contacto político. En la mayoría de los casos, digamos que se trata
de la confluencia de ambas. Personas o grupos de personas que más o menos
lograron traducir y hacer confluir los aspectos sociales de la crisis provocada por
el paro petrolero y los artilugios disponibles en los diferentes sectores
productivos en el país; o bien personas interesadas en generar productos
sociales inmediatos que permitieran aminorar la incertidumbre reinante en la
población. Evidentemente, estos procesos no pueden ser vistos como un simple
ensayo social, ya que están en juego las aspiraciones y necesidades de la
gente, y la inversión de recursos humanos, financieros y tecnológicos por parte
del Estado.
El debate mayor sobre el desarrollo de organizaciones como las que en
este trabajo abordamos, no sólo se centra en el mero hecho de transferir una
tecnología para su aplicación o manufactura, como herramienta para disminuir el
desempleo, por ejemplo. El trasfondo de ello indica que pueden suceder, y
realmente suceden, cosas más profundas y significativas para el ascenso en los
220
niveles de progreso de sociedades como la nuestra. La activación de las
capacidades y competencias de grupos de obreros, profesionales y técnicos en
áreas claves de la economía nacional son una muestra, aun cuando todavía se
encuentren amenazados por vicios como el oportunismo arraigado en grupos de
mayor agilidad política. Creemos que tales vicios o “antivalores” pueden ser
contrarrestados si se profundiza la corresponsabilidad social como pilar de la
educación y de la cultura.
Por supuesto, considerando nuestro ámbito de estudio, llama la atención
el aspecto vital de la educación cooperativista y la necesidad de su
impostergable y decidida profundización si se quiere que modelos como los que
aquí fueron expuestos sean sostenibles en el tiempo. Una de las más
importantes debilidades que presentan las cooperativas abordadas, es la
inexistencia de una sólida formación cooperativista; incluso, varias de las
personas que han decidido pertenecer a ellas tienen una completa
desorientación acerca de las implicaciones de pertenecer a una organización
cooperativa, sus valores y su forma de operar. Al respecto, el referente
inmediato fue que todas las personas iban a obtener los mismos ingresos por el
concepto de venta de sus servicios profesionales o técnicos y, que “nadie es jefe
de nadie”. Es por ello que la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas –
LEAC-, ha sido el principal apoyo de las cooperativas, pues es la que expresa
con mayor claridad el funcionamiento de las mismas, lo que ha dado algunas
garantías de éxito en muchos otros casos.
221
La democracia cooperativa: un valor vulnerable de la gestión cooperativista El principio democrático del cooperativismo, dependerá de cómo los
asociados de la cooperativa conciban a la democracia en sí misma, influyendo
de esta manera sobre la gestión de la misma. En una observación comparada
entre las cooperativas Nacional de Válvulas Bolivarianas y VECOSOFLUPER,
salvando las distancias que están presentes entre ambos casos, apreciamos
que los integrantes de la primera ven en las asambleas una oportunidad de
reproducir la participación y la toma de decisiones en colectivo; sintiéndose de
esta manera garantes de la democracia cooperativa. Aunque eventualmente
presentaron resistencias a la inclusión de nuevas personas, vieron en la
asamblea una forma de dirimir todas estas inquietudes, y de garantizar la
participación de todos aquellos quienes integran la cooperativa, asociados o no.
En el caso de VECOSOFLUPER, la asamblea es considerada como una entidad
superior restringida casi exclusivamente a los asociados. Es importante decir
que la categoría de socios fundadores ha generado en estas personas cierto
sentido de superioridad, contrario al sentido de horizontalidad que implica la
cooperativa. Se mencionan cuáles son los valores y principios del
cooperativismo, mas hay una débil identificación y apropiación de ellos.
La necesidad de dirimir algunas contradicciones
Como en todo proceso o fenómeno social, emergen contradicciones que
son producto de las percepciones e interpretaciones que cada actor involucrado
hace de aquél, así como de las formas en que son delimitados los conceptos
222
implícitos. En este caso, las complejas interacciones sociotécnicas, inmersas en
un contexto que aspira al cambio socio-económico-cultural de la población han
hecho que las cooperativas sean tratadas, o quizás conceptualizadas, desde la
misma frontera de las empresas mercantiles. Evitando generar mayor
desconcierto en el lector, afirmamos que si bien las cooperativas son un tipo
particular de empresas, obedecen a valores y fines distintos a las empresas
mercantiles. Aunque de su actividad evidentemente se genere un excedente
financiero, es el destino y la administración del mismo el que marca la
diferencia. Este no se convierte en el fin en sí mismo, sino en un medio para
alcanzar el mejoramiento y superación de la calidad de vida de un colectivo más
amplio.
En el momento en que se supere la discordante analogía entre ser
empresario y ser cooperativista con las implicaciones de calidad y
responsabilidad que ello amerita, se comprenderá por qué no es conveniente
seguir tratando a las cooperativas en los mismos términos con que son
abordadas las empresas mercantiles. Esto cabría tanto para las instituciones
que llevan a cabo políticas de fomento y acompañamiento para cooperativas,
como para las mismas personas que se están iniciando como cooperativistas. Al
estar íntimamente ligados a la filosofía cooperativista, se podrá percibir que es
un error asociar el concepto de la organización cooperativa con mala calidad e
ineficiencia, entre otros; ya que los valores en que se sustenta implican lo
contrario. Así como trascender, en las dudas o recelos que se pudieren
presentar cuando de incorporar nuevas personas como asociados se trate.
223
Para las cooperativas de base tecnológica esto resulta de la mayor
trascendencia, en vista que operan en un sistema donde cada partícula que las
integra está contenida de significados y requerimientos específicos que hacen
determinante el funcionamiento del mismo. Es difícil pensar que se pueda
esperar a que sin parámetros de calidad, responsabilidad, dinamismo,
respuestas oportunas y cooperación una tecnología o proceso tecnológico
pueda prosperar. Estos mismos parámetros están dados para cualquier
organización que persiga el éxito, aún más si corresponden a una actividad
tecno-productiva.
Aunado a todo ello, otra importante discusión que permita la ubicación en
contexto de las cooperativas, es la superación del dilema entre obreros-
sindicalistas y obreros-cooperativistas. En el caso de la Cooperativa Nacional de
Válvulas, ya no se trata de luchar con un patrono por las reivindicaciones que
por derecho les corresponden; ahora estos trabajadores obreros serán los
encargados de administrar y gestionar por sí mismos la actividad productiva de
la que son parte esencial, deberán ser los garantes de su propia mano de obra,
debiendo confrontar la posición defensiva a la que hasta entonces habían
estado sometidos.
Un elemento importante que permita la resolución de situaciones de este
tipo en el seno del cooperativismo, sigue siendo la profundización de la
educación cooperativista y de las comunicaciones intra y entre cooperativas y de
ellas con el Estado, es decir, que no sea el Estado autonómicamente el que
dicte las pautas de desarrollo de este sector organizacional.
224
El aprendizaje y la apropiación socio-técnica
Tal como se evidenció en las cooperativas de base tecnológica
abordadas, la coyuntura vivida entre los años 2002 y 2003, produjo, entre otras
cosas, la activación de respuestas acordes con las demandas de capacidades y
competencias técnicas para el sector petrolero, dando como resultado la
manifestación de conocimientos en diversas áreas que en otros tiempos habían
estado ocupando un lugar menos visible. Recalcamos que en este caso, Intevep
ha sido clave en la traducción de la idea. Ello ha dado como resultado diversos
tipos de aprendizajes, sociales y tecnológicos principalmente.
Se sabe que la transferencia tecnológica puede conducir a un aprendizaje
tecnológico más amplio, al incremento de los procesos de innovación y al
desarrollo industrial cónsono con las potencialidades endógenas del país, pero
también se ha aprendido que antes de ello se deben generar debates y
discusiones más profundas para canalizar mejor los procesos de manera que
puedan ser viables y concordantes con los objetivos de los planes de desarrollo
tecno-productivo y social.
El masivo entusiasmo con que estas organizaciones aparecieron,
significó un reto interesante para el Estado en términos de absorción de las
mismas. Al principio, fueron ubicadas rápidamente en lugares concretos
(reparaciones y mantenimiento de instalaciones, servicios técnicos de baja
complejidad, consultorías técnicas menores, soportes informáticos, entre otros),
pero a medida que pasó el tiempo y que crecieron las exigencias del Estado se
fue haciendo más compleja su incorporación en los canales de contratación y en
las áreas con demandas de conocimientos más especializados. Díaz (2006)
225
presume que esto se debió “a que se haya saturado el mercado del Estado para
contrataciones en los rubros ofertados con respecto al tipo de cooperativas
existentes y a los niveles de complejidad tecnológica y densidad de capital que
poseen estas cooperativas y otras organizaciones de la economía social.”
Del mismo modo, es importante profundizar en los cambios tecnológicos,
siendo coherentes con la perspectiva de cambio social más amplia. Siguiendo a
Rosanvallon (1976) sostenemos que:
Es prácticamente imposible separar las condiciones concretas de la innovación tecnológica en el capitalismo, de la estructura de las relaciones sociales que mantiene y desarrolla. Por esto sería absurdo pensar en modificar las condiciones de trabajo, la organización y la división del trabajo sin modificar progresivamente los sistemas tecnológicos desarrollados por la sociedad industrial capitalista. La tecnología no puede en efecto reducirse a la ciencia y a la técnica: es una verdadera institución en la medida en que engloba las máquinas y las relaciones sociales de producción que implica su uso. Si nos cuesta a veces un gran esfuerzo el reconocerlo es que nos lo impide la ideología industrial dominante. Esta es una ideología del progreso indiferenciado, que hace converger en un complejo vago las nociones de progreso social, crecimiento económico y desarrollo industrial.
No obstante, se puede decir que se ha intentado lograr un vínculo entre
las políticas científico – tecnológicas con las necesidades y demandas sociales
que han cobrado fuerza y que algunos especialistas se han preocupado en
atender traduciendo algunas de ellas en políticas sociales. Al respecto,
acotaremos que este punto está fuertemente vinculado con la autogestión de las
cooperativas. En algún momento del desarrollo de este trabajo sostuvimos que
ni siquiera en el caso de las empresas mercantiles, se puede esperar que sean
completamente autosuficientes, lo que indica que siempre van a requerir de
algún tipo de apoyo por parte del Estado que les garantice sostener su actividad;
226
sin embargo, el exceso de protección o lo que se ha identificado como
paternalismo puede hacer mella en este asunto. Cuando las políticas de
acompañamiento a cooperativas se ensimisman en pretender resolver todos los
sucesos que pueden ocurrir alrededor de la conformación y vida de una
cooperativa, podría estarse generando interpretaciones inconscientes sobre su
verdadero rol, minando así el precepto autogestionable que caracteriza a las
cooperativas.
De cómo se definan las políticas, cuáles sean las preguntas que se
hagan, quienes participen en su diseño y elaboración, la perspectiva integral que
se tenga o no se tenga del asunto (que no sea sólo el financiamiento, o sólo la
formación y capacitación lo que prime) y la evaluación constante, dependerá en
buena parte el éxito de los programas de cooperativismo y de las propias
cooperativas; así como también de las sinergias que logren las cooperativas
entre sí y con el entorno, y desde el Estado hacia las cooperativas.
Considerando esto aún más en aquellos países como el nuestro donde es parte
esencial de sus políticas de desarrollo.
Consideraciones para el cierre
Como parte de las conclusiones y recomendaciones es necesario decir
que debe abrirse una mayor visión sobre la cultura del dato. Es necesario para
ahondar en este tipo de trabajo, que tiene como fin primario la perspectiva de
investigación académica, el acceso a los datos y a la información sobre el
estado del arte respecto a las cooperativas y su inserción en el sistema
económico más amplio.
227
Las cooperativas de trabajo de este tipo pueden ser una experiencia
interesante en el desarrollo de talentos y capacidades humanas intra y
multidisciplinarias, resaltando elementalmente la cooperación.
Pensamos que es conveniente promover investigaciones con indicadores
desagregados por tipo de actividad específica, sectores vinculados, tiempo
específico de formación de las cooperativas y de los cooperativistas, determinar
la base de conocimiento existente en el sector, nivel de calificación de los
cooperativistas.
La normativa interna de PDVSA constituye en muchos casos una
limitante, convirtiéndose por lo general en significativos cuellos de botella.
Sincerar los mecanismos de contratación para cooperativas y sus oportunidades
dentro de los mismos es una necesidad inmediata si queremos garantizar que
las cooperativas puedan ser sostenibles.
Otro punto importante, refiere a los montos de inversión necesarios en las
cooperativas para poder asumir las responsabilidades o retos del sector
servicios vinculado a la actividad de producción petrolera. Esto hace reflexionar
sobre el acompañamiento y sobre el por qué estaba o está tan acaparado por
las trasnacionales esta rama. No sirve solo el propósito de organizar a la
población para llevar a cabo una actividad económica-productiva como
mecanismo de avivamiento de capacidades, pues se están enfrentando a una
limitante real que son las grandes sumas de dinero que hay que invertir para
poder tener infraestructura como laboratorios, maquinarias que por lo demás
son millonarias. Y siendo el caso que inicialmente lo que se la ha dado a las
cooperativas son contratos menores y , luego, en la segunda oportunidad ya se
228
les pide independencia, es difícil que un grupo de desempleados, gente sin
capital, puedan asumir un reto de esta magnitud. Por lo que el estado pudiera
pensar en alternativas de financiamiento para estas organizaciones. No basta
con la iniciativa, ganas, formación técnica y demás detalles de las cooperativas
para que su real incorporación al aparato productivo sea efectiva y sostenible en
el tiempo, es probable que la propia industria tenga que revisar este proceso de
acompañamiento y las reales oportunidades que tienen estas organizaciones en
el tiempo.
Pero por otro lado, tú también lo rescatas en tu trabajo, son los
engorrosos y dilatados procesos administrativos de PDVSA que no los puede
soportar una pequeña empresa, estos son cuellos de botellas que ellos deberían
discutir.
Argumentamos, finalmente, que estas cooperativas son producto de un
momento histórico particular, que resultaron de un reciente contexto donde se
hacía necesario generar respuestas oportunas e inmediatas para muchos
sectores de la población que venían siendo vulnerados y otros tantos que
quedaron vulnerables ante los efectos del paro, por lo que aún resulta prematuro
decir si serán exitosas o no.
229
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Cooperativa Nacional de Válvulas Bolivarianas:
Ramón Montilla (Dpto. de comercialización): Primera visita; conversación espontánea; 27-06-2006.
Ramón Montilla (Dpto. comercialización) y Edgar Granadillo (Dpto. de diseño – Dibujante): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 30-06-2006.
Eduardo Matute y Julio González (Control, Calidad y Comercialización): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 06-07-2006.
Jorge Paredes (Presidente de la cooperativa): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 06-07-2006.
Ubencio Valero (Acabado final) y Antonio Betancourt (Comercialización): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 08-03-2007.
Edgar Granadillo (Dpto. de diseño – Dibujante): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 12-03-2007.
Carlos Blanco (Montaje Pequeño) Entrevista a profundidad o semiestructurada.: 12-04-2007.
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Giovanni Peña (Prueba Hidrostática): Entrevista a profundidad o semiestructurada.: 12-04-2007
Cooperativa PETROLIFT:
Nora Manrique (Instancia de Educación): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 16-03-2007.
Alexander Carballo (Presidente de la cooperativa) Entrevista a profundidad o semiestructurada: 11-04-2007
Cooperativa VECOSOFLUPER:
Rufino Lista (Presidente de la Cooperativa): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 21-03-2007.
Yurayma Urbano (Instancia de Administración): 26-06-07
Eliene Gutiérrez (Control de Sólidos) : 26-06-07
Ramón Paltoo (Relaciones institucionales-Instancia de Educación): 26-06-2007.
Ramón Paltoo (Control y Evaluación): 26-06-07
Carlos Gutiérrez(Fluidos de perforación): 12-07-07
Alexander Conquista(Fluidos de perforación): 12-07-07
Luís Tellis (Químico, Fluidos de Perforación), Dani Rodríguez, Carlos Gutiérrez, Jean Rincones, Alexander Conquista – “Focus Group” (Fluidos de perforación): 12-07-2007.
Jairo Méndez(SHA):12-07-2007
Ramón Centeno (SHA): 12-07-07
Dani Rodríguez(Fluidos de perforación): 13-07-2007
Jean Rincones(Fluidos de perforación): 13-07-2007 PDVSA
Luís Quintana (Formación de Capital Nacional: Programa de Apoyo a Cooperativas – Corporación Venezolana de Petróleo, CVP): Entrevista a profundidad o semiestructurada; 07-07-2006.
Rui Rodríguez (Apoyo Tecnológico a las Empresas de Producción Social – ATEPS/ INTEVEP): Conversación de acercamiento, no accedió en esta primera instancia a una entrevista formal; 22-03-2007.
Ramón Silva (Gerente de Apoyo Tecnológico a la Empresas de Producción Social): 27-06-2007
Hilda Briceño (Líder de Proyecto en la Gerencia de Apoyo Tecnológico a la Empresas de Producción Social): 03-09-2007 OTROS INFORMANTES RELACIONADOS
Yajaira Añasagasti (Apoyo Tecnológico a MIPYMES y Cooperativas - MCT): Entrevista informal (conversación), 07-07-2006.
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CURRICULUM VITAE
DATOS PERSONALES:
Nombres y Apellidos: Iraima Andreina Lugo Montilla
Lugar y Fecha de Nacimiento: Baruta, 10 de febrero de 1983
Nacionalidad: Venezolana
ESTUDIOS REALIZADOS
Instituto Diocesano Barquisimeto, 1994-1999: Bachiller en Ciencias.
Universidad Central de Venezuela, 1999-2005. Sociólogo.
CARGOS DESEMPEÑADOS:
Septiembre 2005 – Marzo 2008: Estudiante Graduada del I.V.I.C.
CAMPO DE TRABAJO
Investigación en Microsociología de la Innovación Técnica.
HONORES Y DISTINCIONES
Becario de FUNDAYACUCHO: Septiembre 2005-Julio 2007.
Becario del I.V.I.C. Agosto 2007-Marzo 2008.