LA TEORA DEL CHISTE
Javier Ignacio Tabares Lpez
1033337577
_______________________________________________________________
A lo largo de los aos, especialmente en los ms recientes, se ha entendido
por Teora Poltica al desarrollo de un cuerpo conceptual coherente en torno a
los fenmenos polticos cuya elaboracin y exposicin puede guardar
sistematicidad. Se ha sostenido que la Teora Poltica ha constituido un puente
entre la Filosofa Poltica y la Ciencia Poltica, pues ofrece los elementos para
construir discurso en la primera y para desencadenar interrogantes en la
segunda. En la actualidad, la Teora Poltica contribuye a la enseanza de la
Ciencia Poltica con investigaciones en reas temticas como: la democracia,
la ciudadana, las nuevas formas de participar y de hacer poltica, los estudios
comparados de las ideologas, etc. (Quiroga, 2007)
En sntesis la Teora Poltica es un tipo de marco analtico, o de espacio
delimitado si se quiere, compuesto de referentes interpretativos que permiten
elaborar un discurso. Es una especie de bolsa que contiene una serie de fichas
sucesivas y coherentes que ayudan a armar e interpretar el gran
rompecabezas de la Ciencia Poltica.
Como denota el profesor Hugo Quiroga, las diferentes teoras polticas se han
preocupado por situarse en diferentes escenarios clsicos del estudio mismo,
desarrollando as conceptos como democracia o Estado de Derecho, y
estableciendo enfoques desde la institucionalidad, el constitucionalismo y el
contractualismo. Todos ellos, de obligado estudio y anlisis para comprender
dnde nos situamos hoy.
Sin embargo, justamente hoy es cuando los contextos resultan muy diferentes
de aquellos en los que surgieron y se consolidaron las teoras polticas liberales
sobre la justicia y el Estado o la ciudadana.
Hoy no podemos hablar en singular desde ninguna arista, porque justamente la
diversidad de actores y sociedades con caractersticas culturales tan
particulares y con dinmicas tan precisas, han generado relaciones y
configuraciones de lo poltico a travs de pugnas, debates y alianzas que no se
pueden mirar todas bajo una misma lupa. Por eso hoy no se plantea solo el
concepto de Estado, sino tambin el de sistema; ni se estudia exclusivamente
la figura del gobierno, sino tambin la de los tipos de regmenes polticos. Hoy
no se asume la democracia como una, sino que se identifican muchos tipos de
democracias, ni se habla exclusivamente de contrato social, sino de clculos,
juegos, alianzas y dinmicas.
As pues, si la poltica y el estudio de lo que le concierne en su sentido ms
formal han cambiado, y esta se ha curtido de todos los procesos que se han
desarrollado a su alrededor, es pertinente plantearse si tambin la poltica
puede construirse conceptual y analticamente desde otras miradas y campos
distintos a los tradicionales o a los estrictamente apegados a su configuracin
actual.
Muchos elementos nuevos han girado en torno a la poltica desde que esta se
comenz a estudiar, sobre todo si la pensamos en clave contempornea. Los
nuevos medios de comunicacin, la fragmentacin del mundo en naciones, la
diversificacin de las sociedades, la transculturalizacin, los nuevos actores y
las nuevas narrativas hacen parte del caldo de cultivo que hoy nos define y nos
determina antes de hacer cualquier anlisis.
Precisamente una de las narrativas ms interesantes para tomar en cuenta en
este sentido es la del humor, y con mayor atencin la del humor que se
construye frente a los hechos polticos y sociales.
El humor poltico se ha configurado en una especie de respuesta equivalente e
inmediata a los fenmenos, decisiones, personajes y acontecimientos polticos.
Es casi que la reaccin por excelencia a la accin poltica, que busca
desdibujar a travs de la burla, la stira o la parodia, los elementos que
configuran a esa accin y a la realidad concreta que la determina.
El humor plantea una pugna entre el gobernante y el gobernado, entre quien
promete y quien se siente defraudado, entre quien juzga y se siente juzgado,
entre quin es caricaturizado y quien se re de la caricatura.
Es una especie de herramienta de desquite, de justicia si se quiere, que
pretende poner a las instituciones, a las lites, al rgimen o al aparataje del
Estado al nivel de un chiste que cualquiera pueda entender y de una mofa que
cualquiera pueda emitir.
El rol del humor en la escena pblica no deja de ser relevante; se trata de un
objeto muchas veces descuidado en nuestras historias. (Ramos) De esta
manera el profesor argentino Sergio Ramos apunta la importancia del papel del
humor en las discusiones polticas, al resear el trabajo se la sociloga Andrea
Matallana en su libro Humor y poltica. Un estudio comparativo de tres
publicaciones de humor poltico. Aqu se destaca la importancia que tiene el
discurso del humor en la configuracin poltica de una sociedad. El humor es
un instrumento, un arma, para enfrentar o criticar una determinada situacin
social y poltica; y es un instrumento que permite, tambin, conseguir aliados o
enemigos. De modo que, el humor poltico usualmente persigue un propsito
moral.
De este modo el humor se constituye en un discurso social, en el cual se
pueden advertir las representaciones e interpretaciones que una sociedad
posee de un determinado fenmeno, de su realidad, de su economa, de su
cotidianidad o de su rgimen poltico. Es decir, el humor puede ofrecer ms all
de la protesta, la indignacin o la stira, una radiografa de lo que la sociedad
puede dilucidar de s misma.
Para profundizar ms en este sentido, es pertinente analizar cmo el humor
puede descifrar de una manera ms aterrizada, las realidades de un pas o una
sociedad determinada, evidenciar sus fisuras o debilidades y desnudar a sus
actores.
Para ello es pertinente tomar el concepto de regmenes de obediencias
endebles que el Profesor Pedro Medelln Torres describe en su texto La poltica
de las polticas pblicas: propuesta terica y metodolgica para el estudio de
las polticas pblicas en pases de frgil institucionalidad. Sin embargo la
intencin no es observar esta nocin a la luz de las polticas pblicas o de la
institucionalidad, sino ver cules son sus caractersticas y entender por qu el
desarrollo de un discurso de humor poltico puede tener relacin directa con
este tipo de regmenes o jugar un papel importante a la hora de representarlos
e interpretarlos.
Pues bien, traigamos un caso concreto para establecer claridad al respecto. En
la dcada de los aos noventa, Colombia atravesaba por una crisis de varias
caractersticas: una elevada tasa de violencia por cuenta de la guerra entre
carteles de droga, un auge del paramilitarismo y el crecimiento de fuerzas
insurgentes. Como si fuera poco, la economa no presentaba los mejores
nmeros y el rgimen poltico estaba inmerso en serios aprietos por cuenta del
tambaleo presidencial y la relacin de la campaa electoral de Ernesto Samper
con dineros de los narcos.
De manera sucinta el profesor Medelln define a los regmenes de obediencias
endebles como aquellos pases en donde el Estado no cubre a toda la nacin
y sta no llega a todo el territorio, y en donde la institucionalidad presenta
fisuras que a poltica de las polticas pblicas: propuesta terica y metodolgica
para el estudio de las polticas pblicas en pases de frgil institucionalidad 24
hacen que slo unas pocas instituciones sean conocidas, aceptadas y
practicadas por unos pocos miembros de la sociedad. Las instituciones no son
estables polticamente ni valoradas econmica y socialmente. Hacemos
referencia a los pases cuya principal caracterstica es la fragilidad e
inestabilidad estatal y gubernativa. Aqu el Estado y el gobierno no son capaces
para mantener la unidad del poder poltico institucionalizado, ni la unidad de
accin de sus instituciones. (Medelln Torres, 2007)
Colombia para ese momento, cumpla a cabalidad con esta definicin, pues a
pesar de estar territorialmente delimitada como un Estado, era evidente que la
presencia de ste no se daba en todo el territorio ni llegaba a cobijar a toda la
poblacin. Incluso al da de hoy se puede seguir hablando en esos mismos
trminos. Por otra parte, la institucionalidad no se eriga como la ms fuerte,
especialmente la institucionalidad armada. Con tantos grupos armados
haciendo presencia en el territorio, era imposible hablar de estabilidad y mucho
menos de control o soberana total. Con la crisis presidencial, la ilegitimidad del
gobierno sumaba ms problemas por lo cual era palpable lo que el profesor
torres denomina la fragilidad e inestabilidad estatal y gubernativa.
Sin embargo, la sociedad colombiana no se percataba de estos asuntos de
manera directa, o por la mera transmisin de los medios informativos. En esa
misma dcada, adems te todos los hechos que hacan endeble al rgimen
poltico Colombiano, se presentaba un fenmeno poltico encarnado en un
personaje de la televisin: Jaime Garzn.
Garzn, a travs de sus programas Zoociedad y Quac el Noticero, comenz a
tener un vertiginoso xito con un programa alejado de las frmulas mgicas de
las telenovelas y los programas de concurso. Sus parodias de los ms
importantes y peligrosos personajes de la vida poltica colombiana,
comenzaron por hacer de sus rutinas, algo ms que un chiste actuado o una
imitacin jocosa.
Con personajes como el Quemando Central, una parodia a los mandos
militares y su discurso legitimador del paramilitarismo, o con imitaciones de
Ernesto Samper reclamndole constantemente su relacin con los Hermanos
Rodrguez Orejuela, quedaba muy difcil para la opinin pblica ignorar estos
mensajes, y para el gobierno an ms complicado esquivar los dardos.
Para 1997 los personajes de Jaime Garzn se haban convertido en una
herramienta poderosa para develar las debilidades de los poderosos, para traer
a la luz las oscuras alianzas entre militares y paramilitares, para ridiculizar a
quienes por pertenecer al rgimen estaban convencidos de tener la vocera
sobre las decisiones ms importantes.
Garzn no solo haba conseguido tumbar el teln del rgimen poltico,
mostrando todas sus flaquezas, sino que pona en riesgo la institucionalidad
que siempre se ha proclamado en Colombia, en aras de mantener la sensacin
de estabilidad en la cpula, a pesar de las debilidades y porosidades en la
estructura del rgimen. Las parodias y personajes de este humorista fueron la
prueba de que el discurso del humor es capaz de desenmascarar las
intenciones de un rgimen por parecer slido en medio de su ligereza o su
obediencia endeble.
El humor acta no sobre el Estado, sino sobre los actores del rgimen poltico.
El humor es pragmtico y concreto, por eso es de fcil comprensin. Construye
su propio discurso a travs del deterioro de otros discursos y se aprovecha de
las debilidades para hacer de ellas su fortaleza discursiva. En esencia el humor
en su estructura se comporta polticamente, y casos como el de Garzn
demuestran que adems sirve de campo de accin para crear y comprender el
accionar poltico ms all de las estructuras. Tal vez sea tiempo de ver al
humor como un espacio de anlisis y como un marco de interpretacin fiel,
certero y abierto para la discusin y la problematizacin en momentos,
escenarios y contextos precisos. Tal vez sea tiempo de tomarnos el humor en
serio y pensar que detrs del chiste hay tanta teora como gracia.
Bibliografa
Medelln Torres, P. (2007). La poltica de las polticas pblicas: propuesta
terica y metodolgica para el estudio de las polticas pblicas en pases de
frgil institucionalidad. Santiago de Chile: CEPAL.
Quiroga, H. (2007). La ciencia poltica: el estado del arte. Santa Fe: Ediciones
UNL.
Ramos, S. (s.f.). Facultad de Ciencias Sociales UBA. Recuperado el 1 de Abril
de 2015, de La poltica sobre el humor grfico :
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/steimberg/pdf/ramos04.pdf
Top Related