MUNDO GRÁFICO
1=0 LA M U E R T E : D E ARTURO REVÉS 0=5 [33
QUE tras u n a vida larga ó breve, pe
ro regalona, se pierda un hombreen el vacío, es natural suceso que á nadie debe sorprender, ya que, en las prisiones en que estamos, cada cual tiene su ,L'ri-Uo de oro y su grillo de hierro t a m b i é n . Dolor y alegría, «rozoy quebranto, son encontrados bilos de e s t a mágica urdimbre del sueño que se llama vivir, y que un suspiro de amor extrae de la nada y u n soplo do muerte desvanece oii la eternidad. Vivir es compensación; ol mártir, con la gloria: el hambriento, con la saciedad; el desventurado, con la esperanza; pero hay quien nace sin más derecho que
,el de gemir bajo la vara de su destino, que os su furioso có-mitre.
De estos úUimosfué ; Arturo Reyes, ese ¡)o-
bre fantasma t[ue fué pasando, perdiéndose en larga agonía, rezan-
^ do su amor al Padre • con la música de sus versos, en el huerto de los Olvidos de su desesperación r e s i g nada.
En nuestro último viaje al pueblo nata!, vímoslo desinavado v
ARTURO REYES Ilustre poeta y novelista malagueño, que ha nuierto en su país natal e! día 17 del corriente
caduco, todavía con su férvido gesto de moro: 'B barba oscura y el jabello blanco y pro» fuso, arrastrando los últimos girones de su juventud; el s u e ñ o , muchas veces forzado, á que le condenaba la vida, i b a matándole con un dulce veneno de Borgia. ¡Pobre amigo! Su voz, que debe sonar como eco de gloria en la patria que lo vio nacer, quedará vibrando para nosotros en les benditos rincones de nuestra vieja Málaga, cantando para siempre las delicadas e s t r o f a s berberiscas quo encendía en su imaginación el a i r e africano. ¡Menguado es este tributo de llores sin ideas, de lágrimas que no se ven; pero debajo del tapiz negro que mi alma deja asomar al paso del amigo muerto, hay un corazón que late de entusiasmo y de orgullo por haber tenido en Arturo Reyes un leal amigo, un hombre de bien, un poeta e.xcelso quo ha sabido poner con sus e s t r o f a s de diamantes un rico y envidiado brocho á la áurea historia de mi ciudad nativa.
F. VERDUGO
" E L C O N T R A B A N D I S T A " , Jinete en su pujante
i egüa alazana, á la luz misteriosa
que anuncia el día, entonando una dulce
canción gitana, va cruzando «aliente
la serranía.
Ceñido á la cabeza y atrás atado.
de arabescos dibujos, lleva un paiñuelo.
y hacia la sien izquierda, con gracia echado,
el calañas brillante de terciopelo.
d e l ú l t i m o l i b r o Del arzón suspendida.
corta escopeta, que un juguete parece
de roble y plata; con la cual, temerario.
tranquilo reta el peligro y defiende
su vida ingrata.
de A r t u r o Reyes Avanza con gallardo
trote ligero, trote que ningún otro
corcel iguala. f al caminar se antoja
que del mosquero, los borlones, claveles
son de bengala.
" R O M A N C E S A N D A L U C E S " y allá va presuroso
de amor henchido. por llegar al poblado
con la mañana. allí donde le espera
su hogar querido y en su hogar las caricias
de su serrana.
y arrostrando la muerte va solitario,
Sin temor, pues no sabe qué son temores:
pues su vida detiende su relicario.
donde lleva la Virgen de los Dolores.
El entierro de Arturo Reyes.—Entrada del cadáver en el Cementerio.—Ei gobernador civil; el poeta de los cantares, Diaz de Escovar; el insigne actor Díaz de Mendoza; el director de "El Cronista", Sr. León y Serralvo, y el l iermano del finado, en la presidencia del duelo
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