Circunloquios Revista de estudios culturales
Otoño 2016
La gramaticalización del clítico del latín al
español moderno
Sergio Loza
Arizona State University
Introducción
El enfoque de esta investigación es la gramaticalización del clítico en el acusativo desde
una perspectiva diacrónica. Este estudio provee un repaso de previas investigaciones que detallan
los varios cambios morfosintácticos en el latín que eventualmente resultaron en el clítico del
español moderno (Penny, 2002). Además, utilizando tres obras literarias de distintos siglos (XI,
XIII, XIV) se presentó datos que indican la gramaticalización del clítico que eventualmente
solidificó su posición canónica dentro de la sintaxis del español (Rini,1990; Rivero,1986).
También, se utilizaron estudios que atestiguan la gramaticalización del clítico con el doblaje del
objeto en el acusativo (Hill, 1987; Jaeggli, 1989; Leonetti, 2007; Suñer, 1988).
Este estudio propone, a partir de un análisis de datos, desde una perspectiva diacrónica, de
los siglos XI, XIII y XIV que revela la eventual gramaticalización del clítico en varias etapas, que
la gramaticalización es una tendencia de los clíticos en el español. Debido a que no se hizo un
análisis cuantitativo de la interpolación para poder predecir la gramaticalización del clítico, no se
pudo encontrar ningún ejemplo del doblaje de clítico en el acusativo ya que el alcance de las obras
fue hasta el siglo XIV. En futuras investigaciones de suguiere que se utilice un rango de obras
literarias, tanto peninsulares como latinoamericanas, para que sea un análisis diacrónico completo.
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Esto sería de beneficio para identificar el período en el que surgió el fenómeno del doblaje del
clítico.
El doblaje de objeto directo es un fenómeno que se discute en las investigaciones como
algo sincrónico. Sin embargo, utilizando el marco teórico de (Rini, 1990) este estudio propone
analizar el fenómeno de manera diacrónica, demostrando la gramaticalización del clítico desde el
español antiguo hasta el español moderno. De esta manera se pueden conectar las hipótesis que
apuntan a que el clítico ha tenido una tendencia a ser gramaticalizado y el doblaje de objeto directo
es causado por esto. Además del análisis de tres obras para estudiar la interpolación, se realizó un
análisis del doblaje de objeto directo. Este estudio empieza con una reseña crítica, donde se
presentan los datos de estudios previos y sus limitaciones. A continuación, se presentan los datos
que se analizaron de las varias obras literarias y los resultados. Por último, en la discusión, se
contextualizan las ideas principales del estudio.
El cambio morfosintáctico de los clíticos de OD y OI
Penny (2002) en A History of the Spanish Language, indica que en el latín se tenía
morfemas que indicaban caso y número. Además, Penny nota que los pronombres personales y
demostrativos retuvieron su valor neutro para referirse a ideas y a preposiciones. En contraste, las
formas masculinas y femeninas no tenían un valor neutro. Estos pronombres neutros no se reducen
a un sustantivo singular en cuanto al referente (ello, esto y eso). Por otro lado, en el español, el
caso ya no es marcado en sus sustantivos, adjetivos o en la mayoría de los pronombres (Penny,
2002). Sin embargo, los pronombres personales si han retenido el morfema de caso en el español:
(1) Ella (caso nominativo)
(2) La (caso acusativo)
(3) Le (caso dativo)
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El latín solamente tenía pronombres personales específicamente para la primera y segunda
persona (ver Tabla 1.0) y todos los pronombres de sujeto vienen del caso nominativo del latín:
Grammatical
category
Subject
Tonica
Post-prep.
Tonica
DO
Atona
IO
Atona
1 sing. EGō>yo MIHī>mí MĒ>me MĒ>me
2 sing. Tū> tú TIBī>ti TĒ>te TĒ>te
1 plur. Nōs>nosotros Nōs>nosotros Nōs>nos Nōs>nos
2 plur Vōs>vosotros Vōs>vosotros Vōs>v(os) Vōs> v(os)
Tabla 1.0, los pronombres personales en la primera y segunda persona. Penny, (2002)
No obstante, el latín no tenía pronombres personales para la tercera persona singular y plural así
que se utilizaban los demostrativos (IS, HIC, ISTE, ILLE). Aunque había esta variedad de
pronombres demostrativos, se prefirió el uso de ILLE que eventualmente produjo los pronombres
de tercera persona en el español como se puede ver en la tabla 1.2 (Penny, 2002):
Grammatical
category
Latin Person Spanish
Personal pronouns me/nos 1st me/nos
te/vos 2nd te/os
Demonstratives illim+illud/illa 3rd lo(s)/ la(s)
illī /illīs 3rd le(s)
Tabla 1.2, pronombres átonos. González-López (2008)
Clitics Person Singular Plural
Accusative 1st me nos
2nd te os
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3rd lo, la los, la
Dative 1st me nos
2nd te os
3rd le les
Reflexive 1st me nos
2nd te os
3rd se ---
Tabla 1.3, la clasificación de los pronombres clíticos en español. González-López (2008)
Además, el objeto indirecto (OI) viene de las formas demostrativas (illī /illīs) como se puede ver
ejemplado en la tabla 1.2. Penny (2002) añade que los nuevos pronombres del OI remplazan las
formas dativas del latín que crea una convergencia con el objeto directo. La tabla 1.3 demuestra
que tanto el acusativo como el dativo tienen formas similares, en particular con la primera persona
y segunda persona plural y singular.
Por último, lo que ahora se conoce en el español moderno como se lo, una combinación de
una pronombre de objeto indirecto junto con un pronombres de objeto directo, viene de una
estructura similar del latín. En el latín había estructura semejante que se construía de una
combinación de los pronombres (illī /illīs) y (illum, illam, illud, illōs, illās). Después de ciertos
procesos fonéticos que se explican en la siguiente sección, resultó en gelo y gela, según Penny
(2002), son descendientes de ILLĪS ILLIM, ILLĪS ILLUM, etc. Asimismo, estas nuevas formas
(gelo y gela) como subsumieron a ILLĪS ILLUM, contienen un valor tanto singular como plural
con el objeto indirecto ya que el objeto indirecto ILLĪS era plural:
(4) digelo ‘se lo di a él/ella/ello/ellos
(5) Su amigo gelo tomó (su amigo se lo quito a él)
(6) Su amigo se lo tomó (su amigo se lo quedó para el mismo)
En la forma moderna se lo, el pronombre de OI es equivalente a le y tiene un valor indeterminado
en cuanto al número (Penny, 2002). Estas nuevas formas a su misma vez eran cuasi-reflexivas (5-
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6) por el hecho de que la forma gelo y se lo eventualmente se unieron (Cerrón-Palomino, p.c.,
Penny, 2002).
La gramaticalización del clítico de OD y OI
Debido a distintos procesos fonológicos el clítico se considera un pronombre átono que es
dependiente del elemento que le precede o sigue (Penny, 2002). A este fenómeno en donde el
clítico puede estar posicionado entes del verbo o después se le llama enclisis y proclisis (Rini,
1990, Gónzalez-López, 2008):
(7) La vi (proclisis)
(8) Voy a verla (enclisis)
Rini (1990) cita a Wanner (1982) que le brindó al campo la observación que el clítico no solamente
es morfológicamente ligado al verbo sino que es una flexión gramatical semejante a un sufijo. La
posición canónica del clítico en el español se puede aprobar con las combinaciones agramaticales
donde hay elementos adicionales que intervienen entre el clítico y el verbo (9):
(9) *la ayer vi.
Rivero (1986) indicó que en el español viejo los clíticos tenían más independencia en cuanto a
su posición dentro de la estructura de la sintaxis. Esta declaración fue basada en el fenómeno
conocido como interpolación que es común en el español viejo. La interpolación dejaba que
hubiera una separación entre el clítico y el verbo (Rini, 1990):
(10) quien te algo prometiere… (Corbacho)
En el ejemplo (10) hay un elemento (algo) que interviene entre el clítico y el verbo, es por esto
que el clítico, aunque era fonéticamente dependiente no era un morfema ligado en el español viejo
(Rini, 1990). Rivero (1986) aunque descubre la interpolación del clítico en el español viejo lo
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analiza de una manera sincrónica en consecuencia limitando el enfoque del fenómeno en cuestión.
Por esta razón, Rini (1990) propone una investigación diacrónica para identificar la época cuando
el clítico se desarrolló a una flexión ligada del verbo (gramaticalización), es decir, cuando el
ejemplo (10) se volvió agramatical:
(11) * quien te algo prometiere… (Corbacho)
De acuerdo con el marco teórico de Rini (1990) la gramaticalización del clítico se define como
el periodo en la historia del español donde paso de ser fonológicamente dependiente de cualquier
elemento a serlo exclusivamente con el verbo. Este estado de dependencia con el verbo se describe
como una condición inseparable que resulta parte de la flexión gramatical del verbo (Rini, 1990).
La culminación de estas condiciones lleva a cabo el fenómeno de la gramaticalización del clítico.
Asimismo, Rini propone tres fenómenos sintácticos para identificar el periodo de tiempo en el que
se gramaticaliza el clítico; la ausencia de la interpolación, una posición fija del clítico y la
duplicación categórica del clítico. Rini (1990) considera que la ocurrencia de los tres fenómenos
mencionados simultáneamente provee suficiente evidencia para determinar un tiempo fijo para la
gramaticalización.
La ausencia de la interpolación se atestigua con el morfema del futuro:
(12) *Amar la é
(13) Amaré
En el español viejo el morfema que indica el tiempo futuro no era ligado al verbo y por lo tanto el
ejemplo (12) era una posibilidad. El español moderno no puede tener una construcción como la
que se ve en (12) sino que ahora el morfema es ligado con el verbo tal como en el ejemplo (13).
Del mismo modo se espera que la interpolación dejara de ser con los clítico:
(14) Lo no dixo no lo dijo
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Rini (1990) añade que se espera denotar la ausencia de la interpolación cuando el clítico ya no la
posibilidad de tener varias posiciones en la estructura sintáctica (14). El clítico toma una posición
más fija que marca la gramaticalización del mismo (Rini, 1990).
Por último, Rini (1990) señala que la duplicación del pronominal categórico en el español
moderno puede medir el fin del proceso de la gramaticalización. Las construcciones pronominales
enfáticas se forman con una combinación del clítico y el pronombre tónico:
(15) Te di el libro a ti
(16) Le di el libro
(17) Le di el libro a él
Sin embargo, sin el clítico átono las oraciones son agramaticales:
(18) *di el libro a ti
(19) *di el libro a él
Esto provoca a considerar que el pronombre tónico es redundante y se añade para crear un énfasis
tal como se demuestra en los ejemplos (18) y (19) (Rini, 1990). Sin embargo, en el español viejo
se piensa que era lo opuesto, el clítico era el redundante mientras que el tónico era el único
necesario para formar una construcción enfática según Rini (20-21):
(20) Demos salto a él (Poema de mio Cid v. 584)
(21) Patronio, a mí dizen que unos mis vecinos… (Conde Lucanor, p. 82)
(22) Que él nos dio a nós e a nuestros successores… (MP, 1919 §274, 1221)
En el español viejo el clítico aparte de ser adicional también llevaba un sentido de un atributo cuasi
(Rini, 1990). Opuestamente, en el español moderno el clítico es mandatorio y por lo visto, el
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pronombre tónico es una “expansión” del átono que sirve para desambiguar las formas del clítico
de la tercera persona le/les/se.
El clítico con doblaje de objeto
De igual forma con lo que se ha visto, otro fenómeno que causa la gramaticalización del clítico
es el doblaje del objeto directo con el pronombre acusativo. Este fenómeno, aunque no se considera
parte del estándar, está presente en las distintas variedades del español. Algunos estudios previos
han señalado que en las diferentes variedades del español se manifiesta este doblaje de objeto
directo con el clítico del acusativo (Hill, 1987, Jaeggli, 1982, Leonetti, 2007 y Suñer 2000):
(23) * Lo trae un chiquihuite. (Hill,1987)
(24) *Lo compramos la harina. (Hill,1987)
(25) *La compramos a esa novela. (Leonetti 2007)
Jaeggli (1982) en el libro “Topics in Romance Syntax” explica este fenómeno con la teoría
conocida como “the case absorption hypothesis.” Este doblaje de objeto directo no se considera
estándar y por lo tanto Jaeggli (1982) delimita ciertas restricciones con el fenómeno:
(26) *La vimos la casa de Mafalda. (Jaeggli,1982)
(27) *Lo vimos a Guillermo. (Jaeggli,1982)
Los ejemplos (26-27) demuestran el fenómeno, según Jaeggli, el ejemplo (27) sería preferido por
los hablantes que tienen este fenómeno en su variedad. Esto es así porque, de acuerdo con la
hipótesis, la a personal en el ejemplo (27) otorga la licencia para que pueda haber un doblaje de
clítico con el objeto directo (Jaeggli, 1982). El ejemplo (26), a diferencia del ejemplo (27), no
tiene la a personal y no sería preferida por los hablantes. De acuerdo con “the case absorption
hypothesis” la a personal asigna el rol temático y el hecho de que no esté en la estructura hace que
el clítico absorba el “s-government” dejando el sintagma determinante sin gobierno (28):
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(28) Øa/______[NP, +accusative] (Jaeggli, 1982)
Además, se añade que solamente hay doblaje de clíticos con los objetos directos que son animados.
Por lo tanto, bajo esta hipótesis se presume que hay una distribución complementaria entre los
clíticos y los objetos inanimados de OD. González-López (2008) añade que en esta hipótesis se
piensa que los clíticos son similares a los afijos que marcan caso.
Sin embargo, la hipótesis que utiliza Jaeggli (1982) no es adecuada para explicar la variedad
que en realidad existe en cuanto al doblaje del objeto directo. Obviamente esto no explica el
doblaje del objeto en las variaciones que no requieren la a personal para tener esta estructura
(González-López, 2008). Además, en la teoría más moderna de la sintaxis se ha dado a conocer
que la a personal no asigna caso (González-López, 2008). Asimismo, Luján (1987), Borer (1984),
Suñer (1988) y Leonetti (2007) indican ejemplos en donde hay doblaje de objeto directo sin la a
personal (30-32) en las diversas variaciones del español:
(29) *La compramos a esa novela (Leonetti, 2007)
(30) *Lo voy a comprar el diario justo antes de subir. (Leonetti, 2007)
(31) *Lo he dejado mi poncho. (González López, 2008)
(32) *Tiene que seguir leyéndola la novela. (González López, 2008)
Leonetti (2007) dice que en la variedad del porteño es común que en el habla espontaneo haya
doblaje del objeto con entes no animados. Esto aporta suficiente evidencia para descartar “the case
absorption hipothesis” como deficiente.
Otra hipótesis postulada por Suñer (1988) se llama la hipótesis de concordancia (agreement
hypothesis). Esta hipótesis dice que los clíticos de la tercera persona son marcadores de
concordancia. Debido a que el clítico en su mayoría concuerda en número, persona, género y caso
se ve como un marcador de concordación con el sintagma determinante. En base a esta hipótesis
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algunos investigadores (Sportche, 1996) han propuesto que los clíticos tienen su propia proyección
funcional en la sintaxis formal (AgrO y AgrS).
Las limitaciones de la hipótesis de concordancia están en que las variedades del español que
no siempre tienen concordancia en número y género que hacen correferencia con el clítico
(González López, 2008). La variedad del Malinche (Hill, 1987) y de Uriagereka (1995) es el
ejemplo más indicativo de la falta de la concordancia entre número, género, clítico y OD (33-36):
(33) *Lo compramos la harina. (Hill,1987)
(34) *Lo ponen abajo los plátanos. (Hill,1987)
(35) *Lo ponen la piedra. (Uriagereka, 1995)
(36) *Lo pintan la calle. (Uriagereka, 1995)
Finalmente, Bonet (1991, 1995) argumenta que para que se pueda considerar el clítico un
marcador de concordancia tiene que ser obligatorio e independiente del argumento. En el español
moderno estándar el doblaje de objeto directo es limitado a solamente con los pronominales.
Después de todos los ejemplos de las distintas variedades queda claro que el doblaje no es limitado
simplemente con los pronominales. Por otro lado, también hay cierta flexibilidad con los clíticos
en su posición dentro de la estructura sintáctica con el fenómeno conocido como “clitic climbing”
que no se discute en este estudio (ver González López, 2008).
La última hipótesis que se discute es la más reciente que propone que los clíticos son
marcadores de especificidad (Leonetti, 2004, 2007, 2008, Sportiche, 1995 y Uriagereka, 1995). En
esta hipótesis los clíticos de objeto directo otorgan licencia de especificidad y necesitan un SD que
sea específico. Uriagereka (1995) añade que los clíticos son elementos funcionales igual que los
determinantes que tienen referentes específicos en las estructuras de doblaje:
(37) Vimos a uno. (Uriagereka, 1995)
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(38) *Lo vimos a uno. (Uriagereka, 1995)
(39) Vimos o neno (González López, 2008)
(40) Vimos-lo neno (González López, 2008)
(41) Vimos-lo (González López, 2008)
(42) Vimos un neno (González López, 2008)
(43) *Vimos-un neno (González López, 2008)
(44) Vímoslu (González López, 2008)
(45) *Vimos ún (González López, 2008)
Los ejemplos (37-45) se demuestra la tendencia de que no puede haber doblaje de objeto directo
con un SD indefinido tanto en el español (37-38) como en el gallego (39-43) y asturiano (44-45).
Los pronombres indefinidos no pueden aparecer en la misma estructura con un clítico (38), esto
provee suficiente evidencia para postular que los clíticos son marcadores de especificidad. En los
ejemplos (41-44) se puede contrastar con lo previo porque el clítico puede tener la misma posición
que los determinantes. Esto implica que hay una conexión entre el clítico y los artículos definidos
referenciales (González López, 2008). Los ejemplos (39-40) indica que los artículos definidos
pueden ocupar el mismo lugar que el clítico.
Leonetti (2007) lleva toda la hipótesis un paso más adelante, él atestigua este marco teórico en
oraciones donde hay un doblaje de objeto directo con un nominal indefinido:
(46) Los enojó a unos profesores. (Gutiérrez-Rexach, 2001)
(47) Lo busco a un unicornio. (Gutiérrez-Rexach, 2001)
Los ejemplos (46-47) de ninguna manera podrían ser explicados por la hipótesis de concordancia.
Estos ejemplos consisten de un clítico que es definido (la mayoría son definidos, excepto formas
como ingeniársela) y un SD indefinido. Sin embargo, Leonetti (2007) confirma que los ejemplos
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(46-47) son permisibles en el español porteño. Sin embargo, cuando un SD es indefinido tiene que
ser interpretado como específico.
En fin, Leonettí (2007) añade que las variedades del español llegan a una etapa donde hay
una extensión del doblaje de objeto directo hasta llegar a un punto donde pueda haber doblaje de
clítico en el acusativo con un SD que no es específico y no es definido. En general estas variedades
suelen no utilizar el clítico femenino (la) en el acusativo tal como la variedad del Malinche. La
falta de concordancia de género con el OD significa que hay efecto de gramaticalización,
especialmente cuando el objeto puede ser no animado.
(48) Definiteness Scale (Aissen, 2003)
Pronombre Personal>Nombre Propio>SD Definido>SD Especifico> SD no especifico
La escala de definida (48) propuesta por Aissen (2003) puede compararse con las distintas
variedades mencionadas. El porteño, como indican los ejemplos anteriores, no puede tener doblaje
con un SD que no es específico. En la escala queda en la categoría penúltima en la escala. Por otro
lado, el español estándar tiene el lugar solamente tiene doblaje de objeto directo con los
pronombres así que toma el primer lugar en la escala. En Lima, Suñer (2000) dice que se puede
tener doblaje de objeto directo con nombres propios definidos (49):
(49) Te lo presto a Luis, un amigo de mi infancia.
Esta variedad de Lima entonces se categoriza en la segunda posición en la escala de Aissen. La
variedad del Malinche, por lo tanto, puede tener doblaje de objeto directo con un SD no definido
y no especifico así que está en la última posición en la escala.
La limitación de esta última hipótesis es que los investigadores (Hill, 1987, Leonetti, 2007
y Suñer, 2000) indican que la mayoría de los hablantes que tienen estas variedades son bilingües
de una lengua indígena, específicamente la variedad del Malinche. De hecho, Leonetti postula la
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idea que quizá la gramaticalización se debe al contacto de lengua que no necesariamente implica
transferencia, sino que un cambio acelerado debido a este contacto. Ninguno de los estudios
explora con detalle esta idea con el español viejo para determinar si es algo que proviene desde
una época más antigua o si simplemente estaba presente en algún momento en el español
peninsular. Las investigaciones estudian en fenómeno de forma sincrónica sin poder decir cuándo
surgió.
Entonces, este estudio tiene como sus objetivos investigar el clítico gramaticalización del
clítico diacrónica en los siglos XI, XIII y XIV. Las preguntas de investigación son:
a) Atestiguar los dos indicadores de la gramaticalización; la interpolación y la position fija del
clítico, propuestas por Rini (1990) en las tres obras literarias.
b) Investigar si en los mismos textos del siglo XI, XIII y XIV contienen algún ejemplo del doblaje
de objeto directo tal como se ve en el español moderno.
Metodología: las obras literarias
El presente estudio usó tres textos críticos del español antiguo para encontrar ejemplos de
los fenómenos en cuestión. El primer texto es el Cantar del mío Cid y se utilizó la edición crítica
de Ramón Menéndez Pidal (1966). Menéndez Pidal describe esta obra como “el primer
monumento de la literatura española.” Se especula que la primera versión fue escrita
aproximadamente alrededor del año 1140. La segunda obra que se usó fue El libro del buen amor
del siglo XIII y se usó la edición crítica de Blecua (1983). Por último, para el siglo XIV, se utilizó
la edición crítica del Arcipreste de Talavera o Corbacho de Toledo y Gerli (1979). El método que
se llevó a cabo para esta investigación fue un análisis de estos tres textos anteriormente
mencionados. El propósito del análisis de texto es para encontrar ejemplos de la ausencia de la
interpolación, una posición fija del clítico y la duplicación categórica del clítico (Rini, 1990) y
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ejemplos del doblaje de objeto directo en el acusativo. Los distintos ejemplos que ejemplifican el
fenómeno son presentados por obra literaria. Por lo tanto, en este estudio no se aplicó un análisis
cuantitativo.
Análisis de datos
Los tres textos se analizaron para encontrar ejemplos que demuestran el fenómeno de la
interpolación:
El Cantar de mio Cid
(50) …exien lo ver mugieres y varones… (Poema de mio Cid v. 15b)
(51) Conbidar le ien de grado, mas ninguno non oserva (Poema de mio Cid v. 25)
(52) …al sabor del prender de lo al non pienssan nada…. (Poema de mio Cid v. 590)
(53) …mandó mio Cid aun que les diesen algo… (Poema de mio Cid v. 800)
(54) …lo uno cayó en el campo e lo al suso fincava… (Poema de mio Cid v. 3655)
(55) …non lo detardava… (Poema de mio Cid v. 100)
(56) ….e que le non dava de plazo más de nueve días… (Poema de mio Cid v. 10)
El libro de buen amor
(57) …palabras son de sabio e díxolo Catón… (El libro de buen amor v. 44)
(58) …non le dé del pan… (El libro de buen amor v. 93)
(59) …e diciéronle de pan… (El libro de buen amor v. 93)
(60) …no les vales nada… (El libro de buen amor v. 204)
(61) …sey franco de palabra, non le digas razón… (El libro de buen amor v. 513)
Arcipreste de Talavera o Corbacho
(62) …segund el estado de la persona lo requiere… (Corbacho, pg. 71)
(63) …por coas del mundo non le faltaría su amigo… (Corbacho, pg. 76)
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(64) …E esto fasiendo tú, como a ti cierto es que lo non amas… (Corbacho, pg. 69)
(65) …quél lieva porque lo non mate e en seguro ponga de ladrones... (Corbacho, pg.
89)
(66) …aunque lo non ayas gana, e sal de tu casa… (Corbacho, pg. 93)
(67) …si con la voluntad lo non pudieres resistir… (Corbacho, pg. 93)
(68) …de lo non así fazer en todo o en parte? (Corbacho, pg. 114)
(69) …sabe que le non placerá, por especial… (Corbacho, pg. 136)
(70) E si le non responde, luego callará… (Corbacho, pg. 180)
Los ejemplo del mio Cid claramente demuestran un interpolación más notable. Asimismo, los
ejemplos (50-56) proporcionan el clítico del acusativo un rango de posiciones dentro de la oración.
En el ejemplo (50) se puede ver que el clítico está en una posición de enclisis cuando en el español
moderno claramente el clítico tiene que ir colocado al final de un verbo en el infinitivo. En los
ejemplos (52), (54) y (56) se demuestra que tanto el clítico de OD como el de OI podían tener
elementos que intervienen entre el clítico y el verbo. Quizá la palabra más común que interviene
entre el clítico y verbo es “non.” Los ejemplos (53) y (55) muestra el clítico en proclisis sin ningún
elemento que adicional. El mío Cid claramente tiene la interpolación más marcada que en los otros
dos textos.
El libro de buen amor y en el Corbacho se observa que el clítico no tiene tanta libertad de
posición como en El mío Cid. Por ejemplo, más comúnmente El libro de buen amor demuestra
proclisis y enclisis de manera más semejante al español moderno (57-58). En estos mimos
ejemplos lo único que no coincide con el español moderno es la palabra antigua dixolo. Asimismo,
también se encuentra contra ejemplos del moderno diga (61) que empieza en las etapas más tardías
del español. En el Corbacho y en El libro de buen amor se nota que aparte de que no hay una alta
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frecuencia de interpolación, en ciertos casos interviene la negación non entre el clítico y el verbo
(65-70). Además, no se pudo identificar un doblaje de objeto directo en los textos que se analizaron
las implicaciones de esto de discuten en discusión.
Resultados
Los ejemplos que se demuestran (50-70) son representativos de fenómeno para examinar el
clítico de estos distintos periodos de tiempo. Debido a lo que se encontró en estos ejemplos se
puede argumentar que el español tenía más libertad en cuanto a la posición del clítico dentro de la
estructura sintáctica. Claramente se puede ver que el clítico no tiene una posición fija dentro de la
estructura tal como han señalado varios investigadores y por lo tanto se puede argumentar que la
interpolación existe durante estos periodos de tiempo (Rivero, 1986; Rini, 1990).
En el español moderno el clítico es dependiente del verbo, pero lo que se encontró en estos
textos demuestra lo opuesto. En El mio Cid hay ejemplo en donde hay varios elementos que
intervienen entre el clítico y el verbo, en el ejemplo (52), hay dos elementos presentes. Esto es
indicante de que durante este periodo de tiempo había más libertad con el clítico. No obstante, lo
que se demuestra en (52) no vuelve a observarle en los textos más tardíos, probablemente porque
el clítico ya estaba más gramaticalizado durante el siglo de El libro de buen amor.
En el análisis de texto no se encontró ningún ejemplo de doblaje de objeto directo. Esto invita
la posibilidad de que el fenómeno es algo relativamente novedoso en el español moderno. Otra
posibilidad es que quizá solamente se atestigua en las variedades de las Américas ya que Leonetti
(2007) postula que puede ser por el contacto de lenguas indígenas, aún si, no explica el fenómeno
en las variedades tal como el porteño. Por otro lado, el caso dativo en los textos en general no tenía
tanta variedad de posición tal como el caso acusativo. Esto puede señalar que el caso acusativo
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tiene una tendencia en general de ser gramaticalizado tomando en cuenta el español viejo y
moderno.
Discusión
El presente estudio investigó el fenómeno de la gramaticalización en el español viejo desde
una perspectiva que considera la gramaticalización como una tendencia los clíticos de tercera
persona. Aparte de utilizar el marco teórico de Rini (1990) para estudiar la gramaticalización a
través de la interpolación diacrónica, también se consideró el fenómeno de doblaje de objeto
directo. Los resultados de las tres obras literarias concordaron con el marco teórico de Rini (1990)
y Rivero (1986). Considerando que hay bastante evidencia de que la gramaticalización ha causado
cambios en el clítico desde la época del mío Cid tiene implicaciones para el cambio que se observa
en los clíticos modernos.
Este estudio tuvo como objetivo tomar el mismo marco teórico que atestigua la
gramaticalización y aplicarla con el fenómeno del doblaje de objeto directo. Los estudios previos
que han discutido el doblaje de objeto directo han fallado de mencionar la posibilidad de que la
gramaticalización es una tendencia del clítico y tampoco la han intentado de verificar de manera
diacrónica. Sin embargo, no se identificaron estructuras similares a como las que mencionan Hill
(1987), Leonetti (2007) y Suñer (2000).
Conclusión
Las tres obras literarias que se utilizaron para este estudio fueron, El Cantar de mío Cid
(XI), El libro de buen amor (XIII) y el Corbacho (XIV). Las tres obras produjeron ejemplos de la
interpolación del clítico de la tercera persona. Esta interpolación se demostró en el estudio a través
de distintos ejemplos del clítico en diversas posiciones en la estructura de la oración (ver 50-60).
Este análisis se realizó desde una perspectiva diacrónica, similar a Rini (1990), que indicó la
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gradual gramaticalización del clítico. La obra El Cantar de mío Cid produjo ejemplos variados de
la interpolación. Asimismo, estos ejemplos del siglo XI señalaron la posibilidad que tenía el
español de tener varios elementos entre el clítico y el verbo. Sin embargo, en las obras más tardías
(XIII y XIV), se notó que la interpolación del clítico no era tan variable como lo era en el siglo XI
(ver 62-70).
No se pudo identifican ningún ejemplo de doblaje de clítico en ninguna de las obras
literarias. Esto indica que este fenómeno atestiguado por Hill (1987), Leonetti (2007) y Suñer
(2000) no existía en el español antiguo y por lo tanto puede ser un fenómeno nuevo. Aunque no se
haya encontrado evidencia de que el español tenía este fenómeno, sí se puede concluir que el clítico
tiene una tendencia, desde el español antiguo, a ser gramaticalizado. Esto, en sí, añade que el
doblaje del clítico es simplemente una gramaticalización que ha estado presente desde los siglos
antiguos.
Las limitaciones de este estudio se derivan principalmente de la carencia del análisis de un
texto literario que demostrara el cambio completo a los que hoy en día se conoce como el español
moderno. Los resultados del análisis continuaron evidenciando la interpolación, y, por lo tanto, las
formas en competición, dixo y dijo (57 y 61). Otra limitación radica en la falta de un estudio
cuantitativo, tal como Rini (1990), para que se tuviera datos más fiables que demostraran la
probabilidad de la gramaticalización. En cuanto al doblaje de clítico, sería recomendable añadir
más obras literarias de los siglos más recientes para tener datos más cercanos al español moderno.
De esta manera se puede llegar a una conclusión más definitiva de que el doblaje de clítico en el
acusativo es algo reciente en el español. De manera también similar, sería importante para las
futuras investigaciones analizar obras literarias de las Américas para identificar cuando surgió el
doblaje de clítico.
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