"La contemplación del rostro de Cristo no puede parar en la imagen del crucificado.
¡El es el Resucitado!".
El Rosario siempre ha expresado este conocimiento nacido de la fe e invita al creyente a pasar mas allá
de la oscuridad de la pasión para gozar de la Gloria de Dios en la Resurrección y la Ascensión...
María misma, será elevada a la misma gloria en la Asunción.
Extracto de la Carta Apostólica - "El Rosario de la Virgen María” Papa Juan Pablo II - 16 de Octubre 2002
1 Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro.2 De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella.
3 Su aspecto era como El de un relámpago
y sus vestiduras eran blancas como la nieve.
4 Al verlo, los guardias temblaron de espanto
y quedaron como muertos.
5 El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. 6 No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, 7 y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán».
8 Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría,
se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los
discípulos
14 En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado.
15 Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo,
anuncien la Buena Noticia a toda la creación.
16 El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea,
se condenará.
19 Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. 2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. 3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos.
4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo,
y comenzaron a hablaren distintas lenguas,
según el Espíritu les permitía expresarse.
1 Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
2 Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén,
que descendía del cielo y venía de Dios,
embellecida como una novia preparada para recibir
a su esposo.
1 Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
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