Presentación Sr. Arzobispo Alfonso Cortes Pág 1
Introducción Equipo central de la DIDEC 2
Reflexiones para niños Elaborados por:
Jesús y yo María Guadalupe Vázquez y Julia Aranda Díaz de León 5
Me hago un buen amigo de Jesús María Leticia Acevedo Negrete 11
Jesús entregó su vida por mí
Ma. Teresa Contreras Jiménez y Luis Mauricio Cano Camarena. 15
Jesús, deseo seguir tus pasos Luis Mauricio Cano Camarena. 19
Celebración Penitencial: Perdóname Jesús, quiero
resucitar contigo
María Ascención Villegas Macías y Abigail del Carmen Hernández 23
Reflexiones para Adolescentes
El encuentro en la calma Alonso Zatarain Villalpando 28
INBOX A DIOS Francisco Javier Ramírez Arenas 33
A través de la cruz me configuro con Cristo en el
amor
Carlos Daniel Contreras Barajas 39
El seguimiento a Cristo hace nuevas todas las
cosas
Josué
44
Celebración penitencial: Tu perdón Pbro. Jorge Claudio Ramírez Arenas 49
Reflexiones para Adultos
Silenciar el corazón para escuchar a Dios Ma. Teresa Contreras Jiménez 57
Y se quedaron con Él Julia Aranda Díaz de León 64
Por sus llagas hemos sido sanados María Ascención Villegas Macías y Abigail del Carmen Hernández 73
¿Cómo te pagaré Señor todo el bien que me has
hecho?
Leticia Acevedo Negrete
78
Celebración: Si hemos muerto con Cristo, creemos
que también viviremos con Él
Pbro. Apolinar Torres Ortiz 82
Reflexiones de familia Equipo DIDEC, acomodado por Julia Aranda Díaz de León 89
“...No temas que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío.
(Isaías 43, 1 Diseño: Pbro. Apolinar Torres Ortiz
Coordinación: Luis Mauricio Cano Camarena y Ma. Teresa Contreras Jiménez
Corrección de estilo y contenido:
Pbro. Apolinar Torres Ortiz, Pbro. Justo Pedroza, María Ascención
Villegas, Luis Mauricio Cano y Julia Aranda Díaz de León
Diseño:
Pbro. Apolinar Torres Ortiz, María Ascención Villegas Macías, Luis
Mauricio Cano Camarena y Julia Aranda Díaz de León.
PRESENTACIÓN EJERCICIOS ESPIRITUALES 2021
"Por eso ahora la voy a conquistar, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón."
(Oseas 2, 16)
En medio de las tempestades que han azotado nuestra vida, me lleno de esperanza al
presentarles estos Ejercicios Espirituales de Cuaresma, que quieren ser la oportunidad para entrar
en la presencia de Aquel que nos ama y en el silencio, quiere hablarnos al corazón.
He dispuesto que nuestros Ejercicios Espirituales continúen con la inspiración mística desde la
experiencia de Santa Teresa de Ávila y San Ignacio de Loyola, quienes supieron encontrar a Dios
en el silencio profundo de su ser y en los acontecimientos de la historia que les tocó enfrentar.
Como ellos queremos recorrer el camino que nos lleve al encuentro con Dios que sana, libera y
transforma desde su amor la vida del hombre.
De igual manera, como el año pasado, se tendrá en un mismo subsidio las reflexiones para niños,
adolescentes y adultos, esperando ser un apoyo para todos los feligreses. Espero que estos
Ejercicios nos sigan ayudando a responder a nuestra vocación como cristianos y nos permitan
dar razón de la esperanza que nos anima en estos tiempos de dificultad, de igual modo, dispongo
que sean impartidos en las Parroquias, rectorías, en los Colegios Católicos, Casas de formación
religiosa y Seminario, todo de acuerdo a las modalidades de impartición que la DIDEC propone,
con el fin de seguir resguardando la salud de todos.
Agradezco a quienes han participado en la elaboración de estas meditaciones, así como de
aquellos quienes han revisado y corregido, que el buen Dios les recompense con toda clase de
bienes espirituales.
+Alfonso Cortés
Arzobispo de León
1
INTRODUCCIÓN A LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
DE CUARESMA
Ejercicios Cuaresmales en tiempos de pandemia.
El Señor nos ha permitido vivir experiencias que nunca nos hubiéramos imaginado. Durante el año
pasado tuvimos el dolor de no poder reunirnos para celebrar la Semana Santa como estábamos
acostumbrados y esa experiencia dolorosa, también nos enseñó a mirar la presencia de Dios de
manera nueva en nuestra propia familia, en pequeñas comunidades, a través de los medios digitales
y electrónicos. Por eso es muy importante tomar en cuenta la realidad de las personas, ser sensibles
y empáticos ante las vivencias angustiosas que han marcado este último año, en el que muchas
personas han padecido innumerables pérdidas, sufrimientos y angustias que desde la fe se unen a la
pasión de Cristo. (Cfr. Col 1, 24)
En estos momentos todavía no tenemos la certeza de cuál será la situación de la pandemia y sus
implicaciones durante esta Cuaresma y Semana Santa, pero sí sabemos que nada nos podrá apartar
del amor con que Cristo nos ha amado. (Cfr. Rom, 8, 35-39).
Por eso proponemos diversas modalidades para la realización de los Ejercicios Espirituales de
Cuaresma, de manera que podamos responder creativamente desde nuestra fe a los diversos
escenarios que se nos puedan presentar.
1. Por supuesto que, por este año tendríamos que prescindir de realizar los ejercicios de manera
presencial en los espacios parroquiales. Debido a la gravedad de la situación sanitaria, cada
párroco verá la opción de preparar a sus agentes de evangelización de acuerdo a la
modalidad elegida, para hacer llegar las reflexiones a su feligresía.
2. La experiencia con la pandemia nos ha dejado muchos aprendizajes respecto al uso de las
redes en nuestras parroquias. Esta es una opción que se puede contemplar. En las parroquias
se pueden preparar videos que orienten los ejercicios y transmitirlos por medio de las redes
sociales.
3. Desde la DIDEC se realizarán tutoriales, videos y presentaciones que permitan guiar el
proceso de los ejercicios a través de su página y demás medios digitales.
4. No podemos olvidar que la familia ha jugado un papel fundamental en todo este tiempo,
constituyéndose en verdadera Iglesia Doméstica, por lo que también sugerimos tomarla en
2
cuenta, ya que los padres, abuelos… pueden ser un apoyo importante para la realización de
unos ejercicios en familia, para ello incluimos una propuesta de reflexiones.
5. El papel de los catequistas y evangelizadores es fundamental en todos estos escenarios, pues
ellos pueden ofrecer acompañamiento, orientación y motivación. Ya que en el caso de
ofrecer la opción virtual es necesario asegurar el acompañamiento humano, la cercanía, el
testimonio de amor fraterno que nos mantenga unidos, aun en la sana distancia.
Los Ejercicios se desarrollan a través del acto catequístico, el cual tiene una serie de pasos
metodológicos para que se lleven de tal manera que el Ejercicio pueda ser vivenciado por aquellos
que no han participado de los Ejercicios Espirituales de Cuaresma anteriormente.
Es necesario también tener presente que la finalidad de los ejercicios es llevar a las personas al
encuentro con Dios que sana, que libera y que transforma desde su amor y nos llama a la comunión-
conversión. Por eso propiciar la actitud orante y contemplativa que nos disponga a abrirnos a la
presencia de Dios, a la escucha, a la atención, debe ser nuestra premisa, más aún ahora que los
Ejercicios Espirituales de Cuaresma están inspirados en la experiencia de Dios que tuvieron San
Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Jesús, personas que pusieron delante de Dios su vida y
rindieron a Él su ser. En estos tiempos complicados se requiere llevar a las personas al encuentro
con Dios desde lo profundo, desde su amor que lo ha demostrado en la Cruz.
En ese sentido, lograr que las personas se adentren en la presencia de Dios, y aprendan a estar con
Él en silencio presentándose tal como son para escucharle, es la invitación principal para calar
hondo en su corazón.
Esta invitación nos debe llevar a contemplar el sufrimiento de Jesús en su Viacrucis. Jesús sufre por
consolarnos a nosotros, si unimos nuestros sufrimientos y penas, con el sufrimiento del Señor,
podremos también acompañar el sufrimiento de otros como buenos discípulos y disponernos para
que el Señor transforme nuestro modo de vivir, pensar y actuar. Así experimentaremos la
resurrección de Jesús como esperanza, en nuestra propia vida.
Equipo Central
Dimensión Diocesana de Evangelización y Catequesis
3
JESÚS Y YO María Guadalupe Vázquez y Julia Aranda.
OBJETIVO GENERAL:
Que los niños se acerquen a la presencia de Dios, que los valora y ama inmensamente,
ejercitando constantemente la escucha del Amigo que está siempre delante de nosotros.
NOTAS PEDAGÓGICAS
● Previamente asegurarse de que el espacio cumpla con las medidas de seguridad para la
salud ayudando a que los niños tomen conciencia de mantener las medidas de preventivas
requeridas durante el tiempo de los Ejercicios. De ser posible en círculo.
● Asegurar un ambiente de acogida y bienvenida. Se puede tener un letrero bonito de
bienvenida al encuentro enriquecido con signos.
● Recordar que queremos lograr en estos encuentros que los niños puedan experimentar un
encuentro amoroso y festivo con Dios ejercitando la interioridad y el silencio en la oración,
camino a la Pascua.
● Tomar en cuenta el contexto y la realidad que los niños han vivido siendo sensibles,
empáticos y pacientes ante sus vivencias y dificultades.
● Mostrar en todo momento la alegría de Jesús por la presencia de cada uno de los niños.
● Guiar los momentos de silencio con voz pausada, transmitiendo tranquilidad, con paciencia,
sabiendo que hay que ir introduciéndolos poco a poco. Se puede utilizar música relajante.
MATERIALES
● Gafete para cada niño y una tarjeta que diga: Bienvenido. Estoy delante de ti para amarte,
si es posible con un caramelo en la misma tarjeta.
● Letreros que digan: “Los amigos disfrutamos cuando estamos juntos” “Encuentro de
persona a persona” “Escuchamos y atendemos”.
● Imágenes sobre las experiencias con los amigos, relacionadas con las frases de los letreros.
(Como las que se muestran).
● Hoja con sopa de letras sobre lo que ayuda a la amistad para cada dos niños. Si hay niños
que no saben leer, pedir a los más grandecitos que los ayuden.
● Música instrumental y relajante.
● Una mesita o altar con su mantel y un cirio, la Biblia y una imagen de Jesús.
● Lápiz y hojas; marcadores o plumones y una pizarra o papelógrafo para escribir.
ACCIONES SIMBÓLICAS
Para este encuentro tendremos dos acciones simbólicas, una para la experiencia humana y otra para
la respuesta de fe.
Mensaje de amistad: es la acción simbólica que se realizará en la experiencia humana
5
Respondo a tu cariño: Esta acción simbólica se trabajará en la respuesta de fe y se cerrará en la
oración. Quiere vincular desde la sensibilidad de los niños su capacidad para ponerse delante de
Dios y recibirle en su corazón en la oración y el silencio.
Bienvenida
Con gran alegría queremos darles la bienvenida a estos ejercicios en los que nos encontraremos de
una manera muy especial con Dios, nuestro amigo Jesús, nosotros mismos y los demás. Por eso
además de su gafete, les hemos entregado una tarjetita de parte de Dios que se siente inmensamente
feliz de que ustedes estén aquí, la van a guardar porque más tarde la vamos a utilizar (Se les puede
pedir que lean en voz alta lo que dice la tarjetita).
Oración inicial:
Amado Jesús, queremos adentrarnos en tu presencia,
como nuestro mejor Amigo, que nos acoge y escucha siempre,
aprender a estar contigo, para sentir tu amor y escuchar tus
Palabras que nos dan vida.
Queremos vernos a nosotros mismos a través de tus ojos,
sentirte en lo profundo y permitir que entres hondo en nuestro
corazón.
Por eso queremos disponernos a escucharte y encontrarnos Tú y
yo en un abrazo lleno de alegría. Amén.
Encuadre:
Hoy que iniciamos nuestros ejercicios comenzamos con una experiencia de amistad y
reconocimiento mutuo: Jesús y yo. Es la aventura de situarnos frente a un Tú que nos ama, quiere
escucharnos, darnos su Palabra de vida y amor y que le atendamos. Por eso queremos aprender a
saber estar con Él y dejar aquellas cosas que nos distraen de su presencia.
Para iniciar la experiencia humana vamos a
realizar la acción simbólica: Mensaje de
amistad.
Se les entrega la hoja de Sopa de letras
actitudes que ayuda en la amistad. Se invita a
que los niños busquen las palabras con
apoyo de sus compañeros, pues se trata de
que la mayoría de los niños encuentren el
mayor número de palabras. Después de un
rato se pide que en grupito de tres elaboren
una pequeña frase referente a la amistad con
algunas de las palabras que encontraron. Cada
grupo irá compartiendo su frase, que el
catequista irá anotando hasta formar un
mensaje de amistad.
Para cerrar esta acción simbólica se recita a
manera de oración las frases de los niños que
fueron recogidas por el catequista como
mensaje de amistad.
EXPERIENCIA HUMANA– VER
6
Una vez que hayamos logrado realizar ese
mensaje de amistad, dialogaremos un poco
con los niños:
● ¿Qué nos llama la atención del
mensaje de amistad que hemos
realizado entre todos?
● ¿Hemos tenido la experiencia de una
amistad bonita?
● Cuando estamos con un amigo ¿qué
nos resulta más importante escucharlo
y atenderlo o hablarle?
● ¿Qué necesitamos para una verdadera
comunicación?
Seguramente nos damos cuenta de que
siempre es necesario expresarnos, pero
también escuchar, para que pueda haber un
verdadero encuentro. De igual forma sabemos
muy bien que cuando estamos platicando
sobre algo importante nos gusta que nos
atiendan y que haya un ambiente que permita
que nos escuchemos verdaderamente.
De la misma manera, en estos ejercicios
queremos desarrollar la habilidad de atender a
la comunicación con Dios y responderle
desde el corazón, para eso necesitamos
aprender a silenciar todos nuestros ruidos y
soltar nuestras distracciones. Así que ahora
vamos a ejercitarnos a entrar en nosotros
mismos y estar atentos a nuestro interior
donde Jesús nos espera. Haremos un pequeño
ejercicio con nuestros ojos cerrados. Vamos a
concentrarnos en nuestra respiración y a estar
atentos a todos los sonidos que haya en este
lugar identificando también las sensaciones
que nos producen (Guiar este ejercicio por
dos o tres minutos).
Una vez realizado este pequeño ejercicio
recogemos algunas participaciones de los
niños, sobre todo en cuanto cómo se sintieron
y de esta manera vamos a prepararlos para la
Experiencia de Fe desde la escucha y
cerramos esta parte con la canción: Hola
Jesús tú eres mi amigo
https://www.youtube.com/watch?v=VC_uHe
Kx_ok
Así como este ejercicio nos ha relajado y
tranquilizado, también nos ha dispuesto a la
escucha de la Palabra de Dios, nos ayuda a
sentirnos en su presencia que se nos
comunica. Les invito a que escuchemos el
texto del Evangelio (Mt 18, 1-5):
"En aquel momento se acercaron los
discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién
es, entonces, el más grande en el reino de
Dios?” Jesús llamó a un niño, lo puso en el
centro y dijo: "Les aseguro que, si no cambian
y se hacen como niños, no entrarán en el reino
de Dios. El que se haga pequeño como este
niño, ése es el más grande en el reino de
Dios". "El que acoge en mi nombre a un niño
como éste, a mí me acoge."
Vamos a platicar lo que nos cuenta este
Evangelio, ¿qué nos narra? ¿Quiénes son
protagonistas en este Evangelio? ¿Qué nos ha
llamado la atención?
Resaltemos algunos aspectos importantes.
Jesús muestra un amor y valoración muy
especial para los niños, los pone como
ejemplo y nos dice que los que son como
ellos son los más grandes en el reino de los
cielos, es más, dice que Él está presente en
cada niño. Este texto tan bonito nos ayuda a
saber que Dios está siempre en nuestro
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
7
interior, especialmente en el interior del
corazón de los niños.
Por eso es muy importante que nosotros
aprendamos a darnos cuenta de su presencia
que nos acompaña y sostiene, pero que es
silenciosa, callada, sin gritos… Necesitamos
también hacer silencio y estar atentos a sus
comunicaciones en nuestro corazón.
Nuevamente vamos a regalarle a Jesús unos
minutos de atención y silencio, de disposición
para sentir su presencia y escuchar sus
Palabras (Guiamos esta pequeña meditación,
se puede colocar música de fondo).
Vamos a colocarnos en una posición
adecuada, con nuestros pies bien apoyados
en el suelo y nuestra espalda recta, cerramos
los ojos y hacemos conciencia de nuestra
respiración, tratando de sentir los latidos de
nuestro corazón. Y desde esos latidos nos
imaginamos un hermoso campo, con flores y
árboles que dan sombra, donde la brisa
acaricia nuestras mejillas. En ese campo
vemos a Jesús que nos mira con cariño y se
acerca hasta donde estamos jugando y sin
dejar de contemplarnos con amor nos pide
que le atendamos. Nosotros nos acercamos a
Él y dejamos que nos mire y nos hable.
Escuchamos sus palabras expresando su
cariño y nosotros le decimos también algo.
Luego de un rato nos abraza y nos dice que
siempre está con nosotros, aunque muchas
veces no lo vemos ni escuchamos, nos dice
que nos esperará siempre y que en su corazón
tiene un lugar especial para
nosotros. Volvemos poco a poco a nuestra
respiración y al latido de nuestro corazón.
Escuchamos los sonidos que nos rodean,
sentimos cómo está nuestro cuerpo y cuando
estemos listos abrimos lentamente los ojos.
Después de este ejercicio, preguntamos cómo
se sintieron y si pudieron percibir la presencia
de Jesús que les abraza. Hacemos énfasis en
la necesidad de alimentar la capacidad de
escuchar y sentir la presencia de Dios en
nuestra vida y que para ello es necesario que
hagamos silencio y nos mantengamos atentos,
solo de esa forma podremos aprender a
responder a su amor.
En este momento se trabajará la acción simbólica: Respondo a tu cariño. Es muy importante que
esta acción simbólica la hagamos en torno al altar y que la última parte, una vez que ellos
escribieron en la tarjeta, se enciende el cirio evocando la presencia de Jesús como Luz de nuestra
vida.
Aquí se les pedirá a los niños que saquen la tarjetita que se les entregó junto con el gafete y que
vuelvan a leerlo primero en silencio y luego en voz alta (se les guía en esto). Ahora les damos las
siguientes indicaciones:
Dios mismo nos ha recibido en este día y nos ha recordado cuánto nos valora y ama, gracias a los
gestos y las palabras de Jesús que escuchamos en el Evangelio y que luego escuchamos en nuestro
ejercicio de meditación. Ahora nos toca a nosotros responderle. Para ello cada niño va a escribirle
a Jesús qué se propone hacer para estar más atento a su presencia.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
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Una vez que los niños hayan escrito, les pediremos que lleven esa tarjetita hasta su corazón y la
mantengan ahí por unos segundos mientras juntos repiten:
Gracias Jesús por amarme tanto y comunicarte siempre.
Oración final:
Se pide a los niños que continúen con la tarjetita cerca de su corazón mientras escuchan la canción:
Jesús mi fiel amigo: https://www.youtube.com/watch?v=tC8mvM_a5Mw
Y se realiza la siguiente oración:
Querido Dios, muchas gracias por regalarnos estos momentos de encuentro con tu Hijo Jesús,
nuestro más grande amigo.
Gracias porque nos permitiste escucharte en el silencio de nuestro corazón mediante sus propios
latidos, porque nos ayudaste a sentir que estás en el aire que respiramos, y porque nos recuerdas
cuánto nos amas que hasta Jesús se identifica con nosotros y nos llama los más grandes en tu reino.
Ayúdanos a permanecer con el corazón atento, a sentir tu presencia y poder experimentar que
estamos frente a ti, que podemos decir que Tú y yo nos encontramos para acompañarnos siempre.
Amén.
Tarea espiritual:
Les pedimos que guarden esa tarjetita y la tengan presente durante todos los días de los ejercicios,
para que puedan revisar si de verdad están cumpliendo con lo que le escribieron a Jesús. Les
pedimos que mañana, antes de venir a los ejercicios espirituales hagan un ratito de oración para
seguir cultivando la amistad con Él, pues durante todos estos ejercicios lo que queremos es que nos
hagamos más amigos del Señor.
Despedida
Damos las gracias a cada uno y les recordamos que mañana continuaremos este camino de amistad,
podemos poner nuevamente el canto Hola Jesús eres mi amigo.
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SOPA DE LETRAS ACTITUDES QUE ME AYUDAN EN LA
AMISTAD
Esta sopa de letras es un reto a la amistad y al apoyo mutuo, a la
cooperación, así que trata de encontrar la mayor cantidad de
palabras y ayuda a otros a encontrarlas también. En la parte de
abajo hay algunas de las palabras que puedes encontrar, pero hay
muchas más.
Palabras para encontrar: ESCUCHA, ATENCIÓN, CARIÑO,
COMPARTIR, TIEMPO JUNTOS, MIRARSE, CONOCER,
CONFIANZA. ALEGRÍA, SILENCIO, AYUDA, APOYO,
ESFUERZO, SINCERIDAD, ACEPTAR, COMPROMISO,
AMISTAD, DAR, JUGAR, AMAR, CUIDAR, PROTEGER,
RECIBIR, GRATITUD Y MUCHAS MÁS….
T E S C U C H A R A C E P T A R O G
S I L E N C I O A N T E N A O X A R
D R E C I B I R E S P E T O R H M A
E C O M P R O M I S O T N Y A P I T
C M P I P A C U I D A R P C C V S I
A M P R C O M P A R T I R O I C T T
R L O T E R J U G A R C O N O O A U
I S E R I A A U N I D O T S N N D D
Ñ R O G U A Y O N A M A E U L O K S
O O S T R A U T T T C M G E P C O A
A M I S T A D U C A O N E L I E R Z
F A G B A M A R T T M S R O Z R A A
E S F U E R Z O P A T E N C I O N I
M J E S U S O Y O P A L L O Y E O F
S I N C E R I D A D Ñ M A R I A L N
M I R A R S E H O Y I T O D A R A O
P D A D I L I U Q N A R T A M A V C
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ME HAGO UN BUEN AMIGO DE
JESÚS María Leticia Acevedo Negrete
OBJETIVO:
Conocer a Jesús y su invitación
a acompañarle en su vida, para
reconocerlo como el mejor amigo y
desear ser su discípulo.
NOTAS PEDAGÓGICAS:
Presentar a Jesús a los niños
con características físicas y humanas,
con ojos, boca manos como nosotros.
Resaltar que comía, dormía, se vestía,
sobre todo que Él quiere ser nuestro
amigo, quiere ayudarnos y quiere que
le presentemos nuevos amigos.
Después de escuchar las respuestas de
algunos niños en la experiencia
humana, resaltemos el valor de la
amistad.
Mirar como Jesús, con ternura, con misericordia.
MATERIALES
o Biblia colocada en un lugar visible y especial.
o Imagen de Jesús con los niños de tamaño grande.
o Letrero: "A ustedes los llamo amigos”.
o Pañoletas para tapar los ojos.
o Papeletas en forma de corazón con acciones buenas y otras con acciones negativas, se debe
prever que haya por lo menos una para cada niño.
o Cinta adhesiva.
o Un bote de basura.
ACCIONES SIMBÓLICAS
● La primera acción simbólica la realizaremos en la experiencia humana en la que se pedirá a
cuatro niños que sean amigos, que realicen una dinámica.
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● Colocar varias papeletas nombrando tanto acciones buenas como acciones negativas, para que
pasen algunos niños a tomar una y coloque las acciones buenas junto a la imagen de Jesús, y
las acciones malas en un bote de basura.
Bienvenida
Gracias por estar aquí, por querer conocer más de Jesús, sean bienvenidos a este segundo día, de
ejercicios espirituales de cuaresma, Jesús quiere ser no sólo tu amigo, sino tu mejor amigo, Él te
quiere mucho y desea platicar contigo y ayudarte en todo lo que necesites.
Oración inicial
Jesús nos enseñó a llamar a Dios Padre y nos dejó esta bella oración, hagámosla juntos despacio,
pensando en lo que estamos diciendo: Padre nuestro que estas en el cielo…
Encuadre
Ayer pudimos acercarnos a las actitudes que nos permiten escuchar a Jesús para descubrir su amor
y el deseo que tiene, de que seamos sus amigos. Hoy profundizaremos en la experiencia de amistad
y lo que Jesús nos dice sobre eso.
Comenzaremos la experiencia humana
preguntando a los niños ¿Quién tiene amigos?
Les pedimos que nos cuenten cómo los
conocieron y por qué son sus amigos y qué
hacen para tener más amigos. Una vez que se
haya comentado eso, les preguntaremos si en
el grupo tienen algunos amigos. Se pedirá a
dos voluntarios que sean amigos que realicen
la siguiente acción simbólica:
A uno de los niños se le vendará los ojos y el
otro deberá guiarlo a través del lugar,
cuidando que no se tropiece, pero sin decir
nada, sólo llevándolo de los hombros para
indicarle si debe ir hacia la derecha, hacia la
izquierda o si debe detenerse. Mientras los
demás participantes dicen cosas para
confundir al niño que va vendado. Esto se
hace durante un minuto o dos. Luego se
invierten los papeles y el niño que guiaba
ahora es guiado en las mismas situaciones.
Una vez que se realiza esta actividad
conversamos con los niños voluntarios cómo
se sintieron y cómo fue su experiencia. En
este momento podemos resaltar las actitudes
que tuvieron los niños cuando fueron los
guías y si se corresponde a actitudes de
amistad. También podemos destacar cuál fue
el impacto que tuvieron los otros participantes
cuando hablaban para confundir a los que
estaban vendados y qué fue lo más difícil.
Para cerrar esta acción simbólica haremos
referencia a lo importante que es la confianza
y la valoración en la amistad y como hay
cosas que obstaculizan nuestra amistad o nos
alejan de nuestros amigos, pero que, si
realmente conocemos a nuestros amigos y les
tenemos confianza, aclaramos los malos
entendidos y apoyándonos, podemos superar
las dificultades.
Recordamos que todos tenemos amigos,
algunos dicen que los amigos son como
hermanos que escogemos, y que para lograr
una amistad primero fue necesario
conocernos, platicar, jugar, compartir ya sea
EXPERIENCIA HUMANA– VER
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en la escuela, en la casa, en la comunidad, en
la catequesis. Sabemos que la amistad hay
que alimentarla de diversas maneras cada día
para que crezca y se conserve.
Para ser amigo de Jesús tenemos que darnos
la oportunidad de conocerlo, platicar con Él,
confiar en su amor para con nosotros. Esto lo
podemos lograr a través de la escucha de su
Palabra, es decir la Biblia, y orando. Como ya
vimos ayer, para escuchar a Jesús
necesitamos unas actitudes, necesitamos
escucharle y dejarnos llenar de su amor que se
nos da. Dios mandó a su Hijo desde el cielo
para salvarnos y Él lo hace, dándonos su
amistad y ayudándonos a ser cada vez más
amigos suyos. El texto que leeremos nos dice
como ir caminando en su amistad: Jn 15, 14,
15-16. “Ustedes son mis amigos si hacen lo
que yo les mando. Ya no los llamo servidores,
porque el servidor ignora lo que hace su
señor; yo los llamo amigos, porque les he
dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí,
sino yo el que los elegí a ustedes, y los
destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto
sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre
en mi Nombre, él se lo concederá.”
¿Qué palabra o frase recuerdan?
¿Qué les llamó la atención?
Jesús es amigo de todos, un verdadero amigo,
que escucha, acompaña, ayuda; hoy Jesús te
pregunta ¿quieres ser mi amigo?, ¿Qué dices?
Claro que sí verdad. Pero lo que te pide Jesús
para que seas su amigo es hacer su voluntad
"y son ustedes mis amigos, si cumplen lo
que les mando." Jesús nos pide solo cosas
buenas, como ser obedientes, amar como Él
nos ama, compartir, respetar, jugar, estudiar,
cumplir con las tareas tanto de la escuela
como de la catequesis. Y para poder hacer
esas cosas lo más bonito es que Él está cerca
de nosotros. Precisamente es por eso que
nosotros podemos hacer todo lo bueno, pues
su amor y cariño nos guían si somos capaces
de aceptar verdaderamente su compañía y su
ayuda. Si permanecemos cerca de Él. Cuando
Jesús dice: Dejen que los niños se acerquen a
mí, Él quiere que no haya impedimento para
que permanezcamos con Él como nuestro
amigo. Y nosotros, ¿queremos realmente estar
cerca de Él y recibir su amor, responder a su
amistad? Por eso necesitamos saber distinguir
lo que nos acerca a Él y lo que nos impide
disfrutar de su amor y su amistad.
Aceptar el amor de Jesús y su amistad
significa conocerlo y dejar que su corazón
vaya transformando el nuestro para que se
parezca a Él. Vamos a realizar una acción
simbólica, con la que queremos expresar que
deseamos estar cerca de Jesús que es nuestro
amigo, que nos ama y guía nuestra vida.
Para ello colocamos la imagen de Jesús con
los niños al frente en un lugar visible para
todos, donde haya espacio para pegar las
papeletas que correspondan y colocaremos el
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
13
cesto de basura hacia un lado para que
también puedan poner ahí las papeletas
correspondientes. Cada niño irá pasando y
tomando una de las papeletas. Cuando la
saquen les preguntamos qué tipo de acción es
y si es una acción que cultiva la amistad y nos
acerca a Jesús, una acción que Él nos manda,
colocarla junto su imagen reconociendo que
queremos ser su amigo; y si es una acción que
nos aleja de Jesús e impide que estemos cerca
de Él colocarla en el bote de basura.
Una vez realizada esta acción simbólica les
pedimos a los niños que escriban qué deben
hacer para permanecer cerca de Jesús, para
que nada les impida acercarse a su amor, qué
deben hacer para cumplir lo que Él nos
manda.
Oración final
Pidamos a Jesús en un momento de silencio personal, por nuestras necesidades, por nuestra familia,
por los enfermos, etc. Démosle gracias por ser nuestro amigo, por querernos, por esperarnos.
Tendremos presente lo que queremos hacer para cumplir lo que nos pide y ser así sus amigos.
Cantemos: “Yo tengo un amigo que me ama”.
Tarea espiritual y despedida
Esta semana o toda la cuaresma dedica tiempo cada día para conocer más a Jesús, puedes orar,
estudiar la Biblia, hacer buenas obras etc.
Completa la frase, subiendo las vocales que se cayeron
_st_d_s s_n m_s _m_g_s s_ h_c_n l_ q__ y_ l_s m_nd_. Y_ n_ l_s ll_m_
s_rv_d_r_s, p_rqu_ _l s_rv_d_r _gn_r_ l_ q__ h_c_ s_ s_ñ_r; y_ l_s ll_m_
_m_g_s, p_rq__ l_s h_ d_d_ _ c_n_c_r t_d_ l_ q__ __ d_ m_ P_dr_
Ueeoiaioiaeoueoeao.aooaoeioe,oueeeioioaoueaeueo;ooaoaiooueeeaoaooeo
ooueoieiae.
14
JESUS ENTREGÓ SU VIDA POR MÍ Ma. Teresa Contreras Jiménez
y Luis Mauricio Cano Camarena
OBJETIVO GENERAL:
Propiciar en los niños la contemplación del
sufrimiento que Jesús padeció en la Cruz por amor a
nosotros, para que, contemplándole, aprecien y
valoren el inmenso regalo de la salvación.
NOTAS PEDAGÓGICAS:
Si el ejercicio es presencial, preparar un
lugar pertinente con todas las medidas, si es
por algún otro medio o modalidad, cuidar que
se establezca un ambiente de atención y
escucha.
Es importante presentar este tema de manera
positiva, no trasmitirlo como una carga para
el niño, sino que descubra en la Cruz, la
expresión perfecta de amor y entrega.
Permitir que los niños se expresen y
compartan su sentir.
MATERIALES:
o Cirio Pascual.
o Cerillos.
o Mesa con mantel y flores para la Sagrada Escritura.
o Flores para el sagrario (si se está en el templo).
o Dos velas.
o Hojas y plumas.
ACCIONES SIMBÓLICAS: Este ejercicio cuenta con una acción simbólica, que será hasta
el momento de respuesta de fe, esta acción ayuda a llevar el ejercicio a una experiencia de
encuentro y contemplación con el crucificado que tanto nos ama.
Bienvenida: Es un gusto tenerlos nuevamente en este ejercicio cuaresmal. Dios es tan hermoso que
nos da la dicha de estar reunidos, para esto les voy a pedir que se pongan de pie y pongan una mano
en su corazón para hacer la oración inicial.
Oración inicial:
15
Jesús, hoy meditaremos tu amor y tu entrega, como niño, quiero aprender a contemplarla, a amarla,
no quiero ser indiferente a ti y a todo lo que hiciste por mí. Por eso hoy te pido con todas mis
fuerzas que en mi corazón pongas la semilla de tu amor, y que cada que yo te vea en la Cruz, esa
semilla crezca y crezca hasta que esté otra vez contigo. Amén
Encuadre:
Ya les dimos la bienvenida, ahora vamos a comentar:
▪ ¿Qué vieron ayer?
▪ ¿Qué les dejaron de tarea?
▪ ¿Pudieron realizarla?
En esa alegría y con esa participación, vamos a comenzar nuestro ejercicio del día de hoy.
Todos tenemos amigos, la edad en la que nos
encontramos es una edad en la que nos gusta
jugar, compartir y conocer a nuevos niños.
Ahora por la situación que hemos vivido de la
pandemia tal vez es diferente, pero siempre
que queremos jugar, es mejor hacerlo
acompañado de los buenos amigos. La
presencia de los amigos nos hace sentir
contentos, queremos estar compartiendo con
ellos por mucho tiempo, ellos son un tesoro
que Dios nos ha regalado.
Compartamos:
▪ ¿Cómo nos llevamos con nuestros
amigos?
▪ ¿Qué sienten cuando están con ellos?
Todo eso que compartimos es muy bueno,
aunque a veces nos peleemos con los amigos,
es muy bueno tenerlos, de esa manera es que
Jesús es nuestro amigo. Pero él es un amigo
que nos ha demostrado su amor de manera
perfecta y plena, lo hizo muriendo por
nosotros en la Cruz ¡Vamos a seguir
descubriendo su amor!
Cuando sabemos que tenemos un amigo como
Jesús que entregó su vida por todos, nuestro
corazón se llena de gozo y de alegría, nos
sentimos felices y agradecidos. Cuanto más
nos sentimos amados damos más frutos en
donde vivimos, en nuestra escuela y en todo
lugar donde nos desarrollamos. Todo lo
ofrecemos de manera generosa para poner a
disposición de los demás y no permitimos que
el egoísmo y la flojera se alojen en nuestro
corazón. También buscamos donde prestar
ayuda sin recibir recompensa, como cobrar
por hacer un mandado, por realizar el aseo en
mi cuarto, sino que coopero con mucho
entusiasmo cuando mis papás, la maestra o
los vecinos necesitan, porque he entendido y
valorado el sacrificio que Jesús hizo por mí.
En este momento solicita que por lo menos
tres niños comenten su experiencia sobre
cómo cooperan en las labores del hogar, en la
escuela, su comunidad. Resalta la importancia
de que esto lo hagan como un “servicio” sin
esperar nada a cambio, solo en memoria del
sacrificio de Jesús en la cruz y por celebrar su
amistad.
EXPERIENCIA HUMANA– VER
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
16
Tener un amigo que dio su vida por amor a la
humanidad, es tener la certeza de la salvación
de mi vida, la de mi familia y amigos, porque
Jesús entregó su vida a la humanidad por
amor.
Pedimos que los niños se pongan de pie para
escuchar la siguiente lectura de la Biblia, se
enciende nuevamente el cirio Pascual.
Escuchemos tres pequeños textos del
Evangelio de San Juan: Jn. 10,18; 15, 13 y
19,30.
“Nadie me la quita, sino que la doy por mí
mismo. Tengo el poder de darla y de
recobrarla: este es el mandato que recibí de
mi Padre».”
“Nadie tiene mayor amor, que el que da su
vida por sus amigos.”
“Después de beber el vinagre, dijo Jesús:
«Todo se ha cumplido». E inclinando la
cabeza, entregó su espíritu.”
Compartimos:
· ¿Qué nos dice el texto?
· ¿Cómo puedes valorar el sacrificio de Jesús
y qué puedes hacer?
NOTA: Sólo serán como máximo tres niños
los que participarán. Debemos cuidar que
sean otros para asegurar una mayor
participación, así como cuidar el tiempo.
Canto: Yo tengo un amigo que me ama.
Al terminar el canto, se puede utilizar el canto
de la lechuza, para generar un clima de
silencio. Esto nos ayudará para que los niños
sepan que el canto ha terminado y que
continuamos con otra actividad.
La Lechuza: La lechuza, la lechuza hace
Shhhhh, hace Shhhhh (nos ponemos el dedo
en la boca para que los niños sepan que es
momento de guardar silencio).
https://www.youtube.com/watch?v=CoqTMF
ENkbo&feature=emb_logo
Jesús nos enseña el verdadero sentido del
sacrificio, por lo tanto, nosotros como sus
amigos y discípulos debemos tener un cambio
de actitud, tenemos que aprender a ofrecer por
amor acciones para la salvación de todos,
desde los trabajos más pequeños.
Este sacrificio de Jesús sigue repitiéndose en
el “sacrificio de la Eucaristía” que instituyó
para quedarse para siempre con nosotros. Sin
embargo, muchas personas aún no saben que
Jesús está presente en el sagrario y que su
promesa de acompañarnos todos los días
hasta el fin del mundo sigue vigente.
Acción simbólica: Los niños sentados en su
lugar, juntan sus manitas, se les da la
indicación para que fijen su mirada en el
sagrario (Si no se tiene sagrario, puede ser en
un Cristo) y se da una breve explicación para
que todos los niños sepan que aquél que
ofreció su vida por todos, se encuentra
presente entre todos en estos días, el sagrario
debe tener flores y dos velas encendidas a
cada lado. Cuiden apagarlas al final y
guardarlas. Se reparte una hoja blanca entre
los niños que saben escribir, para que en ella
escriban algo que quieran ofrecer a Jesús.
(Los niños que no sepan escribir pidan que lo
hagan en su corazón, pensando en alguna
acción que quieran ofrecer).
El catequista, les da sugerencias para que
tengan una idea más clara, por ejemplo:
ayudar a mi mamá en las labores del hogar,
hacer mandados sin cobrar, ayudar a mis
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
17
hermanitos más pequeños a cambiar de ropa,
recoger mi cuarto, etc.
Mientras escriben, otros niños y las
catequistas pueden cantar (escojan un canto
apropiado o en su defecto uno en un cd.
Compartamos:
Soliciten que compartan sus ofrendas a Jesús
para que las lean en voz alta (solo tres niños
de los más grandes que lean fuerte y claro).
La catequista cierra este momento diciendo a
los niños unas palabras emotivas, donde se
reconozca y resalte el gran amor a Dios que
debemos tener.
Oración final
Señor Jesús te agradezco el sacrificio que hiciste por mí en la cruz
Te pido que me ayudes a ser un buen niño, capaz de valorar tu amistad y tu compañía.
Te abro de par en par las puertas de mi corazón y te invito a entrar en mi vida.
Quiero cambiar, quiero ser un niño obediente y atento con los demás.
Entra en mi corazón y mi vida y cuida de todos los niños del mundo.
Amén.
Tarea espiritual
De tarea se llevarán que cada noche antes de dormir, voltearán a ver la imagen de Nuestro Señor
Jesucristo en la cruz y le mandarán un beso, diciéndole que lo aman.
Despedida
El o la catequista les agradece su asistencia y participación con unas hermosas palabras de
agradecimiento por haber asistido.
Canto: Juego de Do Pingüé.
https://www.youtube.com/watch?v=1m8gLrecRis&feature=emb_logo
18
JESÚS, DESEO SEGUIR TUS PASOS Luis Mauricio Cano Camarena.
OBJETIVO GENERAL:
Propiciar en los niños la experiencia del amor de Dios que nos llama a renunciar a todo lo
que nos aleja de Él, para que, encontrándose con esa invitación transformadora, se suscite en ellos
el deseo de seguir los pasos de Jesús como sus fieles discípulos.
NOTAS PEDAGÓGICAS:
Preparar un lugar con todas las medidas pertinentes de salud y sana distancia.
Pegar imágenes de Jesús y sus apóstoles.
Tener la Sagrada Escritura en un lugar central y visible, con el cirio encendido.
Mostrar entusiasmo en la exposición del ejercicio, que los niños sientan ganas de seguir
plenamente a Jesús,
Hacer énfasis en los momentos de silencio, es buen momento para educar a los niños en este
aspecto.
MATERIALES:
o Hojas y lápices para la experiencia humana.
o Preparar huellas, una huella por participante, que será utilizada en la acción simbólica de la
respuesta de fe.
o Imagen de Jesús con sus apóstoles.
o Sagrada Escritura y cirio.
o Cantos.
ACCIONES SIMBÓLICAS:
Este ejercicio cuenta con 3 momentos de acción simbólica, el primero es para que los niños vean las
actitudes que no son buenas y las reconozcan, el segundo momento consiste en entregar esas
actitudes a los pies de Jesús, como signo de renuncia al mal y de conversión. El tercer momento
trata de escribir en una huella las actitudes de Jesús que ellos desean asumir en su vida, esto es
signo de seguimiento y de configuración de vida con el maestro.
Bienvenida:
Se les dará la bienvenida a los niños de forma alegre, con algún juego que ellos mismos propongan,
la finalidad es que se enfatice la alegría de estar juntos, de encontrarse para seguir alimentando su
alma y su mente de las cosas maravillosas que Dios tiene para con ellos.
Oración inicial: Se les pedirá a los niños que se pongan de rodillas, esta es una postura de estar
rendidos ante el Rey. Una vez estando de rodillas se les pide repetir la siguiente oración:
19
Te damos gracias Jesús por este día nuevo que nos regalas, por el don de encontrarnos como
amigos tuyos y como hermanos todos los que estamos aquí, hoy queremos escuchar tus palabras y
alimentarnos de tu amor, seguir meditando sobre tu grandeza, queremos conocerte más y más para
atrevernos a seguirte, eres Nuestro Dios y Salvador, tus pasos son los mejores pasos que podemos
dar en nuestra vida, acompáñanos Jesús por siempre. Amén.
Encuadre (Recuperación de experiencias, presentar el tema, recuperar aprendizajes del tema
anterior).
Iniciamos un día más de ejercicios cuaresmales, esperamos que estén muy contentos, Jesús lo está.
Vamos a ver:
· ¿Qué vieron el día de ayer? ¿De qué se acuerdan?
· ¿Qué les dejaron de tarea? ¿La hicieron?
Se deja unos momentos para recuperar y compartir experiencias.
Todos en nuestra vida hemos tenido actitudes
y sentimientos que no son buenos, pues van
manchando nuestro corazón y lo van hiriendo,
lo importante es que desde ahorita que son
niños, puedan liberarse y quitarse de encima
esa carga que tal vez van guardando en su
cabeza y en su vida. Les invito a escuchar la
siguiente historia:
"Don Enrique quería mucho a su caballo.
Diariamente le gustaba montarlo, y había
designado a uno de sus trabajadores de más
confianza para que lo tuviera siempre listo, y
le prodigara el alimento y los cuidados
necesarios para que aquel animal viviera
tranquilamente. Por aquellas cosas que uno
no sabe explicar y que simplemente "pasan",
el caballo de Don Enrique cayó a un pozo
profundo, donde se pensaba construir una
cisterna que proveyera del líquido vital al
rancho de aquel buen señor.
Hicieron muchos esfuerzos para sacar al
animal, pero todo parecía empeorar la
situación. El caballo sufría, y a Don Enrique
se le partía el corazón. No viendo otra
solución, y tratando de "aminorar el dolor"
del animal, Don Enrique mandó a su
trabajador que echara tierra sobre el caballo,
sacrificándolo. Sin embargo, el animal, al
sentir la tierra sobre su cuerpo, con grandes
esfuerzos podía sacudírsela un poco, la tierra
caía y éste, poco a poco, pero
constantemente, trataba de salir de aquel
problema.
Don Enrique se llenó de esperanza. A mayor
cantidad de tierra, mayores esfuerzos, y
mejores resultados. Así estuvieron hasta que,
exhausto pero notablemente contento, el
caballo salió, demostrando que se pueden
superar las dificultades..."
Después de escuchar la historia
comentemos:
Ø ¿Qué les gustó de la historia?
Ø ¿Qué creen que tenga que ver esta historia
con quitarnos de encima las malas
actitudes?
Esta historia nos hace entender aspectos
muy importantes: la perseverancia y el
esfuerzo. Es muy común en la vida de
niños, que se quieran experimentar cosas
de adultos. Hay niños que les gusta decir
EXPERIENCIA HUMANA– VER
20
groserías, mentiras o hacer maldades a
otros. Como bien sabemos esto para nada
es correcto, no estamos en el mundo para
hacernos daño sino para amarnos y
cuidados unos a otros como hermanos. Así
que la actitud del caballo, de quitarse la
tierra de encima, nosotros la debemos de
tener. Cada vez que alguien nos invite a
hacer una maldad, cada que tengamos
ganas nosotros mismos de portarnos mal,
vamos a sacudirnos esa tierra de encima y
busquemos tener actitudes buenas, que nos
hagan personas grandes y hermosas por
dentro.
Acción simbólica:
Se les pedirá a los niños que en una hoja
escriban las cosas que han hecho mal y las
cuales ya no quieren volver a cometer. Si hay
niños que no saben escribir, se les pedirá un
dibujo y/o a la manera que ellos sepan, lo
puedan expresar. Esta hoja la necesitaremos
más tarde. Mientras la escriben, se pone de
fondo algún canto reflexivo.
La persona por excelencia que nos enseña a
tener actitudes buenas es Jesús, lo hermoso es
que también nos guía para ser buenos hijos de
Dios, para amar sin medida, para convertirnos
en sus discípulos y así seguir sus pasos en el
perdón, en la conversión y en el servicio
¡Sigamos descubriéndolo amiguitos!
La mejor forma de pagar al Señor todo lo que
nos ha dado, es poder darle una respuesta con
mucho amor, una respuesta que implica
seguirlo, ustedes como niños que están
creciendo, van descubriendo lo que quieren
ser de grandes, a qué se quieren dedicar, etc.,
ustedes ¿qué quieren ser cuándo sean
mayores? (Se dan unos minutos para
comentar).
Eso que queremos ser, lo tenemos que hacer
de la mano de Jesús, ya que así lo estaremos
siguiendo, pues estamos con Él. Nos ponemos
de pie para escuchar la siguiente cita bíblica:
"Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo
esté, allí estará también mi servidor. Si
alguno me sirve, el Padre le honrará." (Jn 12,
26)
Comentamos:
· ¿Qué le entendieron?
· ¿Qué les gustó?
Como Jesús nos dice en esta cita, cuando le
servimos a Él, ayudando a los demás,
alejándonos del pecado, asistiendo a los
sacramentos, siendo niños compartidos,
amables y buenos, Él está presente en
nosotros. Los demás ven en nosotros a Jesús,
así vamos construyendo todos juntos un
mundo mejor. Un mundo donde hay paz y
armonía, donde todos nos tratamos como
hermanos e hijos de Dios. Seguir a Jesús
consiste también en visitarlo en el sagrario, en
hacer oración, en platicar con Él y siempre
tenerlo en cuenta en todo lo que hacemos.
Jesús ha prometido estar con nosotros, por eso
debemos sentirnos felices y muy contentos,
ya que nunca estaremos solos.
Acción simbólica: Se les invitará a los niños
a que entreguen la hoja que escribieron en la
experiencia humana, por lo pronto todos
cantamos "Jesús está pasando por aquí".
Santa Teresa de Jesús siempre motivaba a sus
monjas a entrar en relación con Jesús como
amigo, como rey y como hermano, nosotros
como niños que queremos seguirle, debemos
tener presente que así es como debemos ir
detrás de sus pasos, teniendo gran conciencia
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
21
de que Jesús va acompañando nuestro
camino, siempre sentirlo presente, en todo
momento de la vida. Jesús es el único rey que
no quiere esclavos, sino amigos, es el único
amigo que estará a nuestro lado por siempre y
su amor como amigo es el más perfecto.
Agradecer el amor que el Señor nos tiene es
una tarea diaria, la mejor forma es siendo
buenos hijos de Dios, agradecidos,
respetuosos y que valoremos todo lo que
tenemos a nuestro alrededor. Si tú siendo
niño, al salir de aquí vas y regresas a casa a
hacer cosas malas o indebidas, no estarás
poniendo en práctica lo que vimos, lo estarás
echando a la basura, pero si saliendo de aquí,
practicas el bien, entonces Jesús estará muy
contento porque así estarás siguiendo sus
pasos.
Acción simbólica: En este momento se les
entregará una hoja con la huella, al interior de
la huella van a escribir las actitudes de Jesús
que deseen tener en su persona, esta actividad
se hace en total silencio. Este será su
compromiso para cuando termine el ejercicio
espiritual, es una promesa que cada uno le
quiere hacer a Jesús.
Oración final
Nos unimos todos como hijos de Dios y a
cada petición responderemos:
Deseamos seguirte Jesús:
· Señor, haz que nuestro corazón se enamore
de ti y quiera seguirte por siempre. R//
· Limpia nuestra mente y nuestra alma Jesús
de todo pecado o maldad que exista. R//
· Te entregamos nuestra vida, queremos ser
tus pequeños discípulos, de corazón noble
y actitudes bondadosas. R//
· Queremos que a partir de hoy seas nuestro
Rey y amigo. R//
Terminamos con el canto: Jesús yo te quiero
seguir:
https://www.youtube.com/watch?v=8iWImtO
uG8g
Tarea espiritual.
La tarea espiritual es recordar su compromiso. Para eso, la
huella la van a pegar en el lugar donde estén mayor tiempo, si
es en la sala de casa, en el comedor o en su habitación. El
objetivo es que recuerden lo que le prometieron a Jesús y se
esfuercen en cumplirlo.
También se le asignará a cada uno el nombre de un santo para
que investiguen su vida y busquen aquellas actitudes que ellos
cambiaron y les ayudaron para llegar a ser santos. Dichas
actitudes las presentarán el día de mañana anotadas en una hoja
de papel junto con el nombre del santo.
Despedida
Despedimos a los niños con una sonrisa, y con un signo de
abrazo, dado que seguiremos manteniendo las condiciones de
sana distancia.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
22
CELEBRACIÓN PENITENCIAL Perdóname Jesús, quiero resucitar contigo
María Ascención Villegas
y Abigail del Carmen Hernández
OBJETIVO: Impulsar a los niños a reconocer
las actitudes contrarias a la voluntad de Dios,
para que así, manifiesten su deseo de caminar en la
alegría de su amor y gracia.
NOTAS PEDAGÓGICAS:
- El catequista previamente tendrá impresas las
imágenes de los santos asignados a los niños el
día anterior.
- Colocar un altar para poner la imagen del santo
y la hoja que el niño llevará con la actitud de
conversión.
- Las preguntas que se hagan durante el
encuadre deben ser dirigidas espaciadamente,
dando el tiempo para que los niños contesten.
- La presente propuesta de celebración es para
hacerla de forma presencial, en caso de que las
circunstancias de salud no mejoren. Por parte
de la DIDEC nos comprometemos a mandar
una celebración virtual con las notas
correspondientes.
MATERIALES:
- Un altar (una mesa adornada como altar).
- Imágenes de los santos que se asignaron a los niños.
- Cinta.
- Velas para cada participante y círculos de cartulina para meter la vela.
- Cirio pascual
- Letrero con la frase “Jesús dijo: La paz esté con ustedes. Como el Padre me envío, así yo
los envío a ustedes.” (Jn. 20, 21)
- Media hoja con el salmo 50 para cada niño.
ACCIONES SIMBÓLICAS:
Habrá varios momentos de acción simbólica.
23
Bienvenida
Sean bienvenidos a esta celebración de nuestros ejercicios espirituales de cuaresma en el que
celebraremos la alegría y la paz de vivir con Cristo, hacia una nueva esperanza.
Oración inicial
Iniciamos nuestra celebración invocando la presencia del Señor que siempre nos acompaña,
motivándonos con su Santo Espíritu.
Papá Dios, tú que siempre estás al pendiente de nosotros y amándonos tanto, nos has regalado la
presencia de Jesús entre nosotros, quien ha venido a salvarnos, a liberarnos de las ataduras del
pecado y con su resurrección nos ha dado la alegría, la paz y la presencia de tu Santo Espíritu. Te
pedimos que nos llenes de tu gracia para alabarte y bendecirte por todos los bienes recibidos
durante estas reflexiones de cuaresma que nos llevan a vivir más unidos a tu amor paterno. Amén.
Canto: Estamos de fiesta con Jesús
Encuadre
Ahora que estamos concluyendo estas reflexiones de cuaresma, es momento de compartir
brevemente lo que hemos aprendido. Dialoguemos con nuestro compañero de a lado las
experiencias adquiridas en estas reflexiones por medio de las siguientes preguntas:
- ¿Qué fue lo que más te gustó de estos ejercicios espirituales?
- ¿Qué nuevo aprendizaje tuviste de la persona de Jesús?
- ¿A qué actitudes nuevas te invita Jesucristo en esta cuaresma?
Al concluir se hará un pequeño diálogo invitando algunas parejas a compartir.
Acción simbólica 1er momento: De acuerdo a lo que dialogaron con su compañero, ahora
personalmente escribirán, alrededor del círculo de cartulina que se les ha entregado, la actitud con la
que se comprometerán como discípulos de Jesucristo, para caminar con Él en la alegría de una
nueva vida. Al terminar de escribir lo vamos a guardar con cuidado esperando el momento para
ofrecerlo a Jesús nuestro gran amigo.
En medida de lo posible realizar esta
celebración ante el Santísimo (De no ser
posible la exposición, se puede hacer
conciencia a los niños que Jesús está presente
en el sagrario).
Se invita a los niños a prepararnos para la
exposición de nuestro Señor Sacramentado.
Todos de rodillas
Canto: Ángeles de Dios.
Guía: Amigo Jesús, sabemos que estás
realmente presente en la hostia consagrada y
que has querido quedarte con nosotros porque
nos amas y estás siempre al pendiente de
nuestras necesidades. Por ello te alabamos y
te damos gracias con esta oración (Padre
nuestro, Ave María, Gloria)
EXPERIENCIA HUMANA– VER
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
24
Guía: En los cielos y en la tierra sea para
siempre alabado
Todos: El corazón amoroso de Jesús
Sacramentado.
Nos ponemos de pie y cantamos: Demos
gracias al Señor, demos gracias.
Lectura del Evangelio Jn 20, 19- 23.
Colocamos el letrero
Reflexión (Sentados):
Como hemos oído en este texto del evangelio,
los apóstoles estaban muy tristes y llenos de
miedo porque Jesús ha sido crucificado y
ellos mismo lo han colocado en el sepulcro,
ya han pasado tres días de estos
acontecimientos. Así como nosotros desde el
año pasado hemos vivido un tiempo de miedo
e incertidumbre por esta pandemia que nos ha
impedido asistir a la escuela, jugar con
nuestros amigos o visitar a nuestros seres
queridos, como nuestros abuelitos.
Volviendo al evangelio Jesús se hace presente
entre sus discípulos, quienes se llenaron de
alegría al verlo resucitado. Ahora están
seguros que Él es el Mesías, quien tiene el
poder para dar vida, Él les da también la paz,
llenándolos de la gracia de su Santo Espíritu.
Esto que hemos escuchado debe llenarnos de
la esperanza que Jesús sigue presente entre
nosotros, está aquí para escuchar nuestras
necesidades, para sanar el dolor que este virus
nos ha traído. Él quiere devolvernos la alegría
y la paz, solo está esperando que nosotros se
lo pidamos con Fe, para que el Espíritu Santo
derrame su gracia y sane los corazones
afligidos.
Cada uno de nosotros hemos investigado
acerca de la vida de un santo, quien vivió
como cada uno de nosotros situaciones en las
que también sintió angustia y miedo, sin
embargo, se refugió y confió plenamente en
Dios, asumiendo actitudes que lo asemejaron
a Jesús y le dieron la alegría de ser sus
discípulos, lo cual los llevó a la felicidad
eterna. En un momento de silencio vamos a
platicar con Jesús sobre aquellas situaciones
que nos han pasado en este tiempo, ya sea
personal o familiarmente (Dejamos 2 minutos
para este diálogo y si es posible colocar
música instrumental).
Ahora nos ponemos de pie y vamos a proclamar pausadamente el salmo 50 pensando en aquello
que Jesús nuestro amigo nos invita a cambiar.
Acción simbólica 2: Vamos ir pasando ordenadamente a colocar al pie de la imagen la actitud del
santo que nos tocó investigar y regresamos a nuestro lugar.
Mientras todos leemos pausadamente la actitud que se destaca en este personaje.
Al finalizar cantamos: Enamorado de Jesús, enamorado.
https://www.youtube.com/watch?v=ko7vSORKlGk
Acción simbólica 3: Vamos a colocar la vela en medio de nuestro círculo de cartulina y del cirio
pascual, que representa a Cristo resucitado, les vamos a pasar la luz.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
25
Ahora llenos de confianza a Jesús, dirijamos
nuestra oración contestando: Jesús te
pedimos tu luz y alegría
o Amigo Jesús tú nos conoces y sabes
nuestros defectos, te pedimos perdón
de cada uno de ellos y tu gracia para
tener un verdadero dolor de los
pecados, propósito de enmienda y de
confesarlos en el sacramento de la
Reconciliación. R
o Querido Jesús tú que lleno de amor
por la humanidad, te has hecho uno de
nosotros, ayúdanos a saber amarte en
cada uno de nuestros familiares,
amigos y personas con quienes nos
relacionamos. R
o Tu nos has mostrado el verdadero
valor de la amistad, te pedimos que
impulsados por tu Santo Espíritu
sepamos ser siempre buenos amigos
con los demás. R
o Jesús amigo, has padecido los peores
tormentos por amor a cada ser
humano, enséñanos el camino del
servicio y sacrificio, para bien de
todas las personas que nos rodean. R
o Jesucristo, tú has vencido la muerte
para darnos vida eterna, que a ejemplo
de estos hombres y mujeres que
llegaron a la santidad, nosotros
podamos vivir la paz y la alegría que
tu victoria nos ha regalado. R
o Te presentamos esto que hemos
escrito en el círculo de nuestra vela y
te pedimos tu ayuda para perseverar
en tu gracia, haciendo vida nuestro
compromiso. R
Tu nos conoces y sabes que aún hay muchas
cosas que queremos presentarte para ser
mejores personas, más llenos de confianza en
tu generosidad, nos unimos a tu oración
diciendo Padre Nuestro…
Canto: Para ser santo
https://www.youtube.com/watch?v=e0illtaK5
do
Se reserva el Santísimo
Y llenos de alegría terminamos nuestros
ejercicios de cuaresma con un signo de
amistad (de saludo, de un abrazo) y cantamos:
Los santos van en marcha ya
https://www.youtube.com/watch?v=VNQRfp
YJGS0
26
EL ENCUENTRO EN LA CALMA Alonso Zatarain Villalpando
OBJETIVO
Que el adolescente tome consciencia de su lugar ante Dios y a partir de ello, inicie un
proceso de íntima relación con Él, desde la propia experiencia del silencio.
NOTAS PEDAGÓGICAS
El facilitador debe tener claro que el objetivo de los Ejercicios Espirituales de Cuaresma es
que ayuden a la vida del cristiano a reflexionar la propia vida a la luz del Triduo Pascual.
Para llevar a cabo de manera presencial la exposición del ejercicio, es conveniente que se
busque un lugar tranquilo donde todos se sitúen en círculo, para favorecer la participación
de todos.
Para crear un ambiente favorable y agradable, aparte del acomodo de los asientos, sería
oportuno adornar sobriamente el lugar, de tal manera que el adolescente se sienta acogido
(Por ejemplo, se puede colocar un cartel de «Bienvenidos» o algo parecido).
Si el ejercicio es llevado a cabo digitalmente, es conveniente que se realice por alguna
aplicación donde se pueda ver a los receptores. En este caso, en vez de llevar a cabo la
acción simbólica se puede echar mano de la tecnología al reproducir el video: El silencio
que necesita tu corazón / Elías y la Suave Brisa, del canal de YouTube, Catolikillos,
disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=p1O3YCnQaqA&ab_channel=CATOLIKILLOS y
hacer una ronda de opiniones respecto al video.
MATERIALES
Un paliacate o un pedazo de tela para vendar los ojos a alguien en la acción simbólica.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Se propone una acción simbólica donde, en primer lugar, se busque dar importancia al
silencio, a la escucha de sí mismo y a la de Dios.
BIENVENIDA
¡Hola! ¿Qué tal? El día de hoy, iniciamos una serie de Ejercicios Espirituales de Cuaresma que nos
ayudan a interiorizar nuestra experiencia de fe y nos impulsan a la conversión como preparación al
gran acontecimiento pascual. Como adolescente eres parte fundamental de la Iglesia; con tu alegría
y entusiasmo le das vida. Es por esto que hoy te damos la bienvenida a los ejercicios cuaresmales
2021, donde de la mano de santa Teresa de Jesús y de san Ignacio de Loyola vamos a orientar
nuestros ojos en Dios y buscaremos un encuentro de ojos abiertos y corazón palpitante con Él.
28
ORACIÓN INICIAL
Señor Dios nuestro, te agradecemos porque nos reúnes una vez más en tu presencia; sabemos que
tú estás con nosotros. Celebramos el regalo de la vida que has donado a cada uno de nosotros. Te
pedimos que abras nuestros oídos para que podamos escuchar tu voz. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
ENCUADRE
Así como se ejercita el cuerpo para mantenerse saludable, e incluso, para lucir una buena figura, el
espíritu, como parte fundamental del hombre, también necesita ejercitarse; no de la misma manera
que el cuerpo, pero sí con esfuerzo y dedicación. Por eso la Iglesia otorga este tiempo de cuaresma,
donde es importante ejercitar el espíritu, adentrarnos en nosotros mismos y buscar ahí a Dios.
Si tenemos en cuenta que la historia del Pueblo de Israel la podemos leer como nuestra propia
historia personal. Vemos cómo ese pueblo tuvo sus luchas para mantenerse fiel a las promesas
hechas a Dios, y aunque fallaba, Dios siempre se mantuvo fiel como su Dios, e incluso en repetidas
ocasiones invitaba a su pueblo a volverse hacia Él. Hoy nos invita a volver nuestros ojos hacia Él,
nos lleva al desierto, es decir al silencio y nos habla al corazón (Cfr. Os 2, 16).
Desde el inicio de la historia el hombre se ha
hecho grandes preguntas existenciales, tales
como: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? y ¿a
dónde voy? Éstas surgen a partir de la razón
humana y su capacidad para reflexionar;
buscan ser respondidas satisfactoriamente,
puesto que de ello brota el sentido propio de
nuestra existencia.
Durante la adolescencia, estas preguntas
brotan como el anhelo de alcanzar una
auténtica identidad. Especialmente la
pregunta: ¿quién soy? es la que resuena en el
corazón humano y sobre esta gira el sentido
de toda la vida del hombre. San Francisco de
Asís alguna vez dijo: «soy lo que soy ante
Dios». Dios es fuente de nuestra identidad,
da rumbo y sentido a nuestra existencia.
Ahora bien, ¿cómo es que descubro
realmente quién soy? Esto implica
adentrarnos en nuestra persona y ponernos
delante de Dios para confrontarnos con
nosotros mismos. Es necesario, por lo tanto,
el silencio, tanto exterior como interior.
Santa Teresa de Jesús alguna vez dijo que, al
EXPERIENCIA HUMANA – VER
29
situarse ante Dios, el hombre lo debe de
hacer « […] sin ninguna fuerza ni ruido […]
se acuerde que está delante de Dios y quién
es este Dios» (Moradas 4, 3, 7).
Evidentemente, es preciso darnos cuenta
Quién es Dios, y poder entablar una relación
más profunda con Él. Descubrimos a Dios
como Alguien con quien podemos
relacionarnos.
Es necesario adentrarnos en nosotros
mismos para escuchar la voz de Dios y
descubrir un sentido más profundo de
nuestra vida. Inspirados en la vida de
espiritualidad de san Ignacio de Loyola y de
santa Teresa de Jesús, cabe destacar la
importancia del silencio, tanto exterior,
como interior. Esto incluye ubicarnos en un
ambiente tranquilo, pero también dejar los
ruidos interiores que dan vuelta en la
cabeza; por ejemplo, la imaginación.
El silencio es algo que la sociedad de
nuestros días ha perdido, de tal manera que,
nos hemos
desacostumbrad
o a estar sin
ruidos que nos
impiden
reflexionar,
adentrarnos a nosotros mismos, e incluso
orar. Nos hemos acostumbrado al ruido, a tal
grado que nos sentimos incómodos al
enfrentarnos al silencio.
Para iluminar nuestra reflexión vamos a escuchar la Palabra de Dios. En ella descubrimos que a
pesar de que buscamos a Dios en el bullicio, Él siempre se hace presente de manera sencilla, en
paz, en la tranquilidad del corazón. De ahí que es necesario acallar el corazón para escuchar a
Dios.
1 RE 19, 3-13.
Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Llegó a Bersebá en el territorio de Judá y allí dejó
a su sirviente. Se adentró en el desierto durante todo un día de camino, luego fue a sentarse bajo
un retamo. Entonces se deseó la muerte y exclamó: « ¡Basta ya, Señor! ¡Quítame la vida, porque
no valgo más que mis padres!». Se acostó y se quedó dormido bajo el retamo. Pero un ángel lo
tocó y le dijo: « ¡Levántate, come!». Él miró y vio que había a su cabecera una galleta cocida
sobre piedras calientes y una jarra de agua. Comió, bebió y se acostó de nuevo. Pero el Ángel
del Señor volvió otra vez, lo tocó y le dijo: « ¡Levántate, come, porque todavía te queda mucho
por caminar!». Elías se levantó, comió y bebió, y fortalecido por ese alimento caminó cuarenta
días y cuarenta noches hasta la montaña de Dios, el Horeb.
Allí, entró en la gruta y pasó la noche. Entonces le fue dirigida la Palabra del Señor. El Señor le
dijo: « ¿Qué haces aquí, Elías?». Él respondió: «Me consumo de celo por el Señor, el Dios de
los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a
tus profetas con la espada. He quedado yo solo y tratan de quitarme la vida». El Señor le dijo:
«Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor». Y en ese momento el Señor pasaba.
«La imaginación es
la loca de la casa»
Santa Teresa de Jesús
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
30
Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del
Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el
Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no
estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el
rumor de una brisa suave. Al oírla, Elías se
cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de
pie a la entrada de la gruta. Palabra de Dios.
Ahora es momento de confrontar nuestra
realidad a la luz de la Palabra de Dios que se
ha proclamado. Para esto, iniciaremos con
algunas preguntas, compartiendo nuestra
experiencia:
De lo escuchado en la lectura, ¿qué fue lo
que más les llamó la atención? ¿Qué
consideran que es lo que nos quiere decir
Dios mediante su palabra?
Después de lo compartido, vemos que Elías
tiene miedo, viene siendo perseguido;
además tiene en su corazón un deseo de que
su vida termine. A pesar de sus aflicciones y
sus tristezas, en su descanso y en su
momento de quedarse quieto Dios le
acompaña, no una vez sino más; el ángel se
le apareció dos veces y le invitó a lo mismo:
a comer y a beber. En la segunda vez es que
Elías agarra ese ánimo y decide adentrarse
en el encuentro con Dios en el monte Horeb.
Hay muchos factores por los cuales Elías
deseaba encontrar a Dios, el primero, un
viento fuerte, luego un terremoto, un fuego,
pero ahí no le encontró. Finalmente, aparece
una brisa suave lenta y ahí es donde él se da
cuenta que Dios está ahí; cubre su rostro en
señal de respeto y veneración.
Muchas veces deseamos que nuestro
encuentro con Dios sea como un terremoto,
algo que realmente toque cada fibra de tu
afectividad, que sea sobrenatural en todo su
sentido; que por ti que venga el ángel
Gabriel y te toque la frente, que te
desmayes. Esa manera de buscar a Dios deja
atrás lo más importante, que es el encuentro
con Dios, quien siempre invita a un
discernimiento y ese discernimiento necesita
silencio, necesita calma. A veces deseamos
que sea como un fuego, como un terremoto,
como un viento fuerte, un torbellino que nos
mueva todo. Definitivamente, Dios viene a
nosotros de distintas maneras, incluso en el
ruido, pero debemos acallar el corazón para
escucharlo de manera más clara. Que los
encuentros con Dios sean como esa suave
brisa que necesita silencio, necesita un
espacio.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
31
Para abonar a nuestro ejercicio es preciso llevar a cabo una acción
simbólica. Ésta consiste en elegir a un miembro del grupo, el cual
se sienta en medio de todos, y con el paliacate es vendado de los
ojos. Lo importante es que todos los demás tienen que hacer ruido
a su alrededor. Por ejemplo, platicar o gritar, mientras el
facilitador le dirá un refrán que quien está vendado tendrá que
memorizar. Al final, el facilitador tendrá que hacer hincapié en el
silencio y el recogimiento que se necesita para escucharse a sí
mismo y a Dios.
Después de lo dicho y reflexionado, hoy Dios nos invita a poner
atención a nuestra vida interior; estamos acostumbrados al ruido que ofrece el mundo y nos
olvidamos de la experiencia de Dios. Por tanto, nuestra respuesta a lo que hoy nos invita Dios debe
ser buscar mayores espacios de encuentro con Él, donde podamos simplemente estar frente a quien
sabemos que nos ama.
ORACIÓN FINAL
Sal a mi encuentro
Señor, tengo necesidad de ti, en especial cuando mi desánimo llega al extremo y siento un gran
vacío. Por más cosas y acciones con que intente llenarlo, sólo tú puedes saciarme. A veces busco el
ruido para acallar la sed de ti, pero en el fondo, mi corazón te ansía.
Cuando deje que los días pasen sin sentido, sal a mi encuentro, muéstrame tu cuidado y torna mi
desesperación en fe y esperanza. Sé que a veces me llamas a la soledad para hacerte presente en mi
vida como en la de Elías. Me buscas con ternura, no en el huracán o el fuego, sino en la suave
brisa del silencio. Señor, concédeme descubrirte en el silencio de mi corazón. Amén.
TAREA ESPIRITUAL
Antes de dormir –dejando por algunos momentos toda distracción, incluido el celular- quedarnos en
calma y disfrutar del silencio sagrado de la noche y hacer una pequeña oración dirigida a Dios.
Después de esto quedarnos en paz y disponernos para descansar.
DESPEDIDA
Después de haber estado reunidos en la presencia de Dios, de haber orado, meditado, reflexionado y
compartido, es momento de regresar a nuestras actividades cotidianas, con la esperanza de hallar en
Dios respuestas a grandes preguntas, pero al mismo tiempo con el compromiso de buscarlo en el
silencio y el recogimiento; porque en el silencio Dios siempre habla.
32
INBOX A DIOS Francisco Javier Ramírez Arenas
OBJETIVO
Que los adolescentes descubran la importancia de la oración, la cual los lleve a incrementar
su relación con Dios, aprendiendo que es una línea de contacto permanente con Dios.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Leer la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la Meditación Cristiana
(15 de octubre de 1989).
Comprender la importancia del lenguaje y de la comunicación en general del ser humano.
MATERIALES
Cartulina, tijeras, fomi, cinta canela, plumones/crayones, hojas en blanco.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Mandar 3 inbox, antes de iniciar el tema, a tres personas que más confianza y amistad
tengan.
BIENVENIDA
Estimados adolescentes, la oración es algo que tenemos al alcance de la mano. Así como hace un
momento te pedimos que le mandaras un inbox a tus amigos, a tus seres queridos, así también
esperemos que al final de este tema, le mandes un inbox a Dios, quien inmensamente te ama y por
ello te creó.
ORACIÓN INICIAL
Señor, Tú me conoces Señor, Tú me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo.
Tu Espíritu empapa todos los momentos de mi vida.
Gracias por tu gracia y por tu amor que derramas sobre mí.
Gracias por tu constante y suave invitación a que te deje entrar en mi vida.
Perdóname por las veces que he rehusado tu invitación,
y me he encerrado lejos de tu amor.
Ayúdame a que en este día venidero
reconozca tu presencia en mi vida,
para que me abra a Ti.
Para que Tú obres en mí,
para tu mayor gloria.
Amén.
(San Ignacio de Loyola)
33
ENCUADRE
Te recordamos que estamos hablando acerca de la oración. San Ignacio de Loyola, en su tiempo,
allá en el muy lejano 1500 era una persona que oraba con Dios. Pero lo hacía a su tiempo. Si fuiste
consciente de lo que repetimos en la oración, este enamorado de Dios, ve que a lo largo de su vida
Dios está presente. Así como él, debemos de pedirle a Dios que nos haga conscientes de su
presencia en nuestra vida. Sí quizá la oración te parezca algo pasada de tiempo, pero en esencia es
la misma: hablar con Dios desde tus palabras.
Acción simbólica: Hacer equipos para adivinar títulos de canciones o nombres de series o
películas mediante las señas que un miembro del equipo realice o dibuje según se den las
condiciones para ello, una historia sobre el poder de la oración:
Una pobre y triste mujer de nombre Louise
Redden entró a una tienda de abarrotes. Se
acercó al dueño de la tienda, y de una forma
muy humilde le preguntó si podía fiarle
algunas cosas.
Hablando suavemente, explicó que su
marido estaba muy enfermo y no podía
trabajar, que tenían 7 hijos y necesitaban
comida. John Longhouse, el abarrotero, se
burló de ella y le pidió que saliera de la
tienda.
Ante las necesidades de su familia, la mujer
insistió:
- "Por favor señor, le traeré el dinero tan
pronto como pueda."
John le dijo que no podía darle crédito, ya
que no tenía una cuenta con la tienda. Junto
al mostrador había un cliente que escuchó
la conversación.
El cliente se acercó al mostrador y le dijo al
abarrotero que él respondería por lo que
necesitara la mujer para su familia.
El abarrotero, no muy contento con lo que
pasaba, le preguntó de mala gana a la
señora si tenía una lista.
Louise respondió: "¡Sí señor!".
- "Está bien," le dijo el vendedor, "ponga su
lista en la balanza, y lo que pese la lista, eso
le daré en mercancía".
Lousie pensó un momento con la cabeza
baja, y después sacó una hoja de papel de su
bolso y escribió algo en ella. Después puso
la hoja de papel cuidadosamente sobre la
balanza.
Los ojos del tendero se abrieron en
asombro, al igual que los del cliente,
cuando el plato de la balanza bajo hasta el
mostrador y se mantuvo abajo con un papel.
El tendero, mirando fijamente la balanza, se
volvió hacia el cliente y le dijo:
- "¡No puedo creerlo!".
El cliente sonrío mientras el abarrotero
empezó a poner la mercancía en el otro
plato de la balanza. La balanza no se movía,
EXPERIENCIA HUMANA – VER
34
así que siguió llenando el plato hasta que ya
no cupo más. El tendero vio lo que había
puesto, completamente disgustado.
Finalmente, quitó la lista del plato y la vio
con mayor asombro. No era una lista de
mercancía. Era una oración que decía:
- "Señor mío, tú sabes mis necesidades, y las
pongo en tus manos".
El tendero le dio las cosas que se habían
juntado y se quedó de pie, frente a la
balanza, atónito y en silencio.
Loisue le dio las gracias y salió de la tienda.
El cliente le dio a John un billete de 50
dólares y le dijo:
- "Realmente valió cada centavo."
Un tiempo después John Longhouse
descubrió que la balanza estaba rota y
confirmó que sólo Dios sabe cuánto vale
una oración.
Realizar equipos de 3 personas y compartir las siguientes preguntas:
¿Hace cuánto que no haces oración?
¿Por qué no haces oración?
¿Qué le pedirías a Dios si lo tuvieras en persona?
¿En tu casa hacen oración?
Como te estás dando cuenta, hace mucho no
hablamos con Dios. Quizá porque nos hemos
olvidado de su presencia en nuestra vida. ¿Te has
dado cuenta que en su mayoría le pedimos cosas
superficiales?, ¿ves que en casa casi no hablamos de
Dios ni con Dios? Dios está lleno de amor por
nosotros, te invito a que seamos conscientes de todo
lo que tenemos que agradecerle y de lo fácil que es
llevar una amistad con Él: platicando. Está al alcance
de un clic, es más, no se requiere de palabras sabias,
simplemente ¡Háblale!
La oración es la comunicación con Dios; es como mandarle un inbox a Dios. Te explico. En las
redes sociales tenemos muros, tenemos “time line” que nos muestra lo que toda la comunidad va
expresando y comunicando en Instagram o Facebook. Eso podríamos decir que son las oraciones
en general de la Iglesia, como lo son la Santa Misa y el rezo del Santo Rosario y otras oraciones
que comúnmente rezamos. En cambio, la oración personal es ese inbox que le mandamos a Dios
sobre lo que nos va pasando. ¿Cómo nos fue en el Colegio?, ¿quién es mi crush?, ¿qué
problemas tuve con mis padres, con mis amigos?, ¿Qué necesidades tengo en la casa, en mi
persona? Por mencionar algunos temas de los que podemos hablarle a Dios. Importante que la
oración, ese inbox personal con Dios no solo es pedirle cosas, sino también agradecerle todo lo
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
35
bueno que ha sido con nosotros a través de distintas personas y también pedirle perdón por las
veces que le hemos fallado, también escucharle en el silencio.
¿Qué es orar? (Lc. 11, 2-4).
En el Evangelio de san Lucas capítulo 11,
versículos de 2 al 4, Jesús nos enseña a orar, pues
sus mismos discípulos le preguntaron cómo
hacerlo: “Y les dijo: Cuando oren, digan: Padre,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos
nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos
metas en tentación”. Se ha hablado y profundizado mucho sobre esta oración, pero ahora mismo
quiero que nos centremos en la manera como Jesús llama a Dios. Lo llama “Padre”. Dios es
nuestro Padre. Él nos conoce, sabe perfectamente qué le vamos a pedir, de qué le vamos a hablar.
Él siempre nos escucha, pese a que nosotros a veces no nos acordemos de Él, siempre está
dispuesto a escucharnos y ayudarnos en nuestra vida diaria. San Juan Pablo II, sobre el Padre
Nuestro decía: “Invocar a Dios como Padre significa reconocer que su amor es el manantial de la
vida... Para la persona humana la fidelidad a Dios es garantía de fidelidad a sí mismo y, de esta
manera, de plena realización del propio proyecto de vida.” Entonces, queridas y queridos
adolescentes, no dudemos que Dios nos escucha y nos responderá el inbox que le mandemos. Es
necesario precisar, y como ya lo viste en el juego que hace un momento hicimos, Dios no
necesariamente te responderá con palabras, sino que lo hará con señas o hechos donde verás
reflejado su gran amor y bondad por ti.
¿Cómo orar? (Mt 6, 5)
Y el mismo Jesús nos dice cómo orar: “Y cuando oren, no sean como los hipócritas; porque a
ellos les gusta ponerse de pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser
vistos por los hombres. En verdad les digo que su oración ya ha sido escuchada. Pero tú, cuando
ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y
tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará…” Es decir, no tenemos que estar todo el día
orando, pero sí hacer de nuestra vida una oración. No gritemos al mundo entero que le
mandamos un inbox a Dios, hagámoslo desde nuestra privacidad, quizá en silencio, en nuestro
hogar, en nuestro templo o parroquia o al contemplar la naturaleza. No nos quedemos estancados
en pensar qué decirle, simplemente hablemos con él y atendamos lo que nos comunica en la
atención.
Compartamos:
● ¿Cuál ha sido tu experiencia de las pocas veces que has orado a Dios?
● ¿Qué te dice el Padre Nuestro?
36
● ¿Cómo ves tú a quienes hacen oración solo por presumir?
● Menciona tres momentos en este día donde hayas sentido el amor de Dios
Santa Teresa de Ávila explicaba que la oración “es tratar de amistad, estando muchas veces a
solas con quien sabemos nos ama. Recuerda que tú eres el “crush” de Dios. No lo dejes en la
banca, ¡Contéstale! No te arrepentirás, te lo aseguro.
Acción Simbólica:
¡Inbox a Dios!: En los mismos equipos que reflexionaron en un inicio, vuélvanse a juntar, de
parte del catequista recibirán unas 4 cartulinas con un fomi, tijeras, cinta canela, plumones o
crayones. Además 8 hojas en blanco. Unirán las 4 cartulinas con la cinta canela. Con las tijeras
recortarán el fomi para hacer un marco que bordee toda la cartulina. En las 8 hojas en blanco,
dibujaran 8 emoticones para con ellos componer una oración. La oración puede ser de lo que tú
quieras: acción de gracias, perdón, alabanza, pedir por alguna necesidad o problema, de lo que
quieras. Una vez dibujados los emoticones, con la misma cinta canela los pegarán en la pantalla
(cartulinas) en orden adecuado a la oración que quieren realizar. Al final, pasarán al frente de la
asamblea para exponer cada una de sus oraciones.
Conclusión: No se les olvide, queridos adolescentes, que la oración es hablar con Dios. Él
siempre está dispuesto a escucharnos, no nos pide ningún requisito para hacerlo, sólo que lo
hagamos: que le hablemos. Acudamos a él siempre y platiquémosle cómo nos va en nuestra vida.
Diario mandémosle inbox, que Él nos leerá y atenderá.
ORACIÓN FINAL
Ayúdame a clarificar mis intenciones purifica mis sentimientos,
santifica mis pensamientos y bendice mis esfuerzos, para que todo en mi vida sea de acuerdo a
tu voluntad.
Tengo tantos deseos contradictorios, me preocupo por cosas que ni importan ni son duraderas.
Pero sé que si te entrego mi corazón haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.
En todo lo que hoy soy, en todo lo que intente hacer, en mis encuentros, reflexiones, incluso en
las frustraciones y fallos, y sobre todo en este rato de oración, en todo ello, haz que ponga mi
vida en tus manos. Señor, soy todo tuyo, haz de mí lo que Tú quieras.
Amén.
TAREA ESPIRITUAL
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
37
Te invito que en lo que restan de estos días de Ejercicios Espirituales de Cuaresma, organices un
grupito en alguna red social con tus amigos. En la mañana y en la noche van a poner cada uno 3
cosas que le quiere pedir a Dios. Por las noches poner cada uno 3 cosas de qué agradecer a Dios.
DESPEDIDA: Como ya lo viste, hablar a Dios no cuesta nada. Como las redes sociales de nuestro
celular, son gratis. Solo tenemos que usarlo. Te repito que eres el “Crush” de Dios. Él te ama
más allá de lo que puedas imaginar. Te invito a que le cuentes lo que te pasa todos los días y a
cualquier hora. Él te entiende mejor que nadie todos tus problemas y aventuras.
38
A TRAVÉS DE LA CRUZ ME CONFIGURO
CON CRISTO EN EL AMOR
Carlos Daniel Contreras Barajas
OBJETIVO
Propiciar la reflexión en los adolescentes sobre la entrega y sacrificio de Jesús en la Cruz,
para que, contemplando este signo de amor por la humanidad, se atreva a caminar con Él hasta la
vida eterna.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Si es posible, el tema se debe realizar en una capilla o salón con un ambiente de
recogimiento.
Se deberá contar con el material organizado y listo previo al inicio del ejercicio, esto
facilitará la fluidez y oportunidad en el desarrollo del mismo.
Se recomienda al animador usar un lenguaje ameno y comprensible para los adolescentes,
además de referirse a ellos por su nombre y con total respeto.
MATERIALES
Globos inflados con un pedazo de papel adentro que contenga lo siguiente: “Pide
fuerza y te daré dificultad para hacerte más fuerte, pide sabiduría y te daré problemas
para resolver, pide prosperidad y te daré cerebro y músculos para trabajar, pide valor y
te daré obstáculos para superar, pide amor y te daré personas con problemas a las
cuales ayudar, pide favores y te daré oportunidades. Pues quizá no recibirás nada de lo
que pidas, pero sí todo lo que necesitas, confía en mí. Atentamente Dios” (Uno para cada
participante).
Dos letreros con las siguientes frases: “Jesús murió en la cruz para salvarnos. Él dio la
vida por nosotros” y “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su
Cruz de cada día y sígame” (Lc 9,23).
Pedazos de papel y plumas o lápices (uno para cada participante).
Cruz de madera
Imágenes o frases que representen la cotidianidad de la vida de los adolescentes.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Durante el tema se realizarán algunas acciones simbólicas, que motiven y refuercen la
reflexión y compromiso de los adolescentes, cada uno se irá mencionando conforme al desarrollo
del mismo.
39
BIENVENIDA: Al ingreso al recinto se le entregará a cada adolescente un globo inflado, que en su
interior tendrá un pequeño papel con una frase escrita; se les dará la indicación de cuidar ese
globo, tratando de no reventarlo. Recibir a los adolescentes con mucha alegría, fomentando la
armonía y confianza con el grupo.
ORACIÓN INICIAL
¡Señor, gracias, porque Tú me regalas la Cruz como un signo de amor!
Tú me invitas a tomar mi Cruz y a seguirte cada día.
Señor, Tú sabes cuánto me cuesta seguirte con alegría y confianza, sin quejarme y lamentarme
que sea, Señor, la Cruz mi amiga fiel para cada día amarte más y mejor.
Así la quiero yo acoger en mi vida. Ayúdame a aceptar siempre la Cruz
A ser tu Cireneo cargando con mis cruces cotidianas. Ayúdame también a cargar con las cruces
de mis hermanos para que juntos nos unamos más a Ti, empequeñecernos para que Tú surjas
con mayor gloria
Señor, Tú que has llevado nuestras cruces y tus sufrimientos, guíanos hacia el camino de la
salvación, acude en ayuda de los que caminan siguiendo tus pasos, de los enfermos, de los
desesperados, de los que no te conocen, de los sufrientes, de los desesperados.
AMEN
ENCUADRE
Es importante recuperar lo visto en los ejercicios anteriores, hacer una pequeña síntesis e
introducir en este ejercicio desde algunas preguntas como: ¿Qué les dice el título del día de hoy?
¿En qué piensas? Será necesario seguir dando las indicaciones de cuidado para el bienestar de
todos.
Se colocará en el centro de los adolescentes una Cruz, la cual
se cubrirá con imágenes o frases que representen la
cotidianidad de los adolescentes de hoy en día (familia,
escuela, amigos, redes sociales, etc.), con el fin de que los
adolescentes se identifiquen con las mismas. El animador
pedirá a los adolescentes a contemplar las imágenes que
cubren la Cruz e invitará a que reflexionen sobre las
siguientes cuestiones:
¿Qué te hacen pensar estas imágenes?
¿Cuáles son tus cargas cotidianas?
¿Qué características posee tu cruz de cada día?
Facilitará un momento de introspección, en el que el
participante visualice los aspectos positivos de su vida, la
EXPERIENCIA HUMANA – VER
40
dicha de la familia, el valor de la amistad, sus cualidades personales, todo lo que constituye su
persona; así mismo que identifique sus debilidades, los aspectos negativos, las acciones que
dañan su persona y su integridad como hijo de Dios, aquello que daña su relación de amor con
Jesús; para que pueda agradecer por lo positivo y despojarse de lo negativo.
Jesús murió en la Cruz para salvarnos. Él
dio la vida por nosotros (Colocar el primer
cartel)
Meditar: Lc 23, 1-46
Jesús estando en la cruz sufrió, pero
conquistó la gloria, por eso se transformó en
el símbolo de la voluntad de Dios. Él murió
para salvarnos del pecado y darnos la vida
eterna. Es por eso que el centro de la vida
cristiana es el misterio de la Cruz, pues en
ella se refleja el sufrimiento de Cristo, como
el amor que se entrega, pues nadie tiene
mayor amor que el que da la vida por sus
amigos, “Nadie me quita la vida, sino que yo
la doy por mi propia voluntad”. (Jn 10, 18).
Pero Dios demuestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. (Rm 5, 8)
Cristo se ha hecho solidario con toda la
humanidad, y muy especialmente por los
que pasan por la prueba del dolor. Cristo es
el hermano que nos auxilia en nuestras
necesidades. Él carga los pecados y
problemas del mundo, con el dolor del
hombre que sufre las miserias de la
indiferencia y la injusticia, con el temor
profundo de quienes sufren persecución y
muerte a causa de su fe. Carga con el
individualismo que asesina a los niños
dentro del vientre materno, con el egoísmo
que cosifica a los hijos como productos, con
la avaricia que mercantiliza la dignidad de
los adolescentes y jóvenes con el placer de
las drogas, la lujuria y la autosuficiencia,
carga con los traumas de las víctimas de la
trata de personas y con la angustia de los
migrantes y hambrientos.
Jesús en sus caídas, siente el dolor como los
hombres de carne y hueso; lo encontramos
en el rostro del desahuciado, en la
enfermedad que oprime nuestros cuerpos, en
la debilidad de aquellos que sufren
limitaciones físicas y dependen de los demás
para seguir adelante.
De tal modo Jesús con el sufrimiento de su
pasión, dignifica el sufrimiento humano
también. Él ha pagado por nuestras culpas,
ha cargado en sus hombros con el pecado, lo
han azotado con nuestras fragilidades y lo
han clavado con el precio de nuestro amor.
Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada
día y sígame (Colocar el segundo cartel)
Como bien sabemos en la historia de la
salvación, la cruz tiene gran importancia en
la vida de un cristiano. Aunque muchos no
saben el significado y su importancia. La
cruz no fue el arma que mató a Jesús sino en
realidad fueron nuestros pecados, la cruz fue
el instrumento de nuestra salvación.
Cuando Jesús la llevó hasta el Gólgota para
ser crucificado, nadie estaba pensando en la
cruz como símbolo de una carga que había
que llevar. Para una persona en el primer
siglo, significaba una cosa y solo una cosa:
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
41
la muerte por la forma más dolorosa y
humillante que los seres humanos podrían
desarrollar.
Dos mil años después los cristianos ven un
símbolo valioso de la expiación, perdón,
gracia y amor. Pero en los días de Jesús,
representaba solamente muertes tortuosas.
Puesto que los romanos obligaron a los
condenados a llevar sus propias cruces al
lugar de la crucifixión. El llevar una cruz
significaba llevar su propio mecanismo de
ejecución mientras enfrentaban al ridículo
por el camino de la muerte.
Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que cree, no se pierda, más tenga
vida eterna (Jn 13, 16). Así mismo Jesús en
la cruz carga nuestra culpa, nuestra deuda y
nuestra vergüenza ante el Padre.
Por lo tanto “tome su cruz y sígame”
significa estar dispuesto a morir con el fin de
seguir a Jesús. Esto se llama “morir a sí
mismo”. Es un llamado a la entrega
absoluta.
Reflexionemos:
¿Cuál es mi cruz de cada día, desde mi realidad personal como adolescente; hijo,
hermano, amigo, alumno y miembro de una sociedad?
¿Qué representa mi cruz personal en mi vida diaria; mis culpas, debilidades,
enfermedades y problemas; pero también mis sueños, mis anhelos y todo lo que soy?
¿A qué acciones o situaciones tengo que morir para vivir en plenitud con Cristo?
¿Cuáles son las actitudes que me impiden corresponder el sacrificio salvífico de Jesús en
la cruz?
El animador dará unos minutos para la reflexión personal, en un ambiente de meditación y
recogimiento.
Por último, habiendo ya reflexionado en el
amor extraordinario de Cristo, que lo llevó a
derramar hasta la última gota de sangre por
nosotros, cargando en la Cruz la culpa del
pecado y dando vida eterna a los hombres y
consiguió la salvación para cada uno; y
después de concientizarnos de nuestras
cruces personales, aquellas cruces
cotidianas, realizaremos un acto de fe,
entrega y compromiso personal con Cristo.
Se entregará a cada uno de los participantes
el pedazo de papel, en el cual escribirán de
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
42
manera personal, un compromiso que lo
ayude en su día a día a cargar con fe y
alegría su cruz; cuando todos lo hayan
escrito se pedirá que uno por uno pase y lo
coloque alrededor de la cruz, se sugiere
amenizar el momento con un canto, se
sugiere “Te entrego- Joan Sánchez”
https://www.youtube.com/watch?v=0WIB0l
APO6I
ORACIÓN FINAL
Acto de abandono
En tus manos, oh Dios, me abandono.
Modela esta arcilla, como hace con el barro el alfarero.
Dale forma, y después, si así lo quieres, hazla pedazos.
Manda, ordena. “¿Qué quieres que yo haga?
¿Qué quieres que yo haga?
Elogiado y humillado, perseguido, incomprendido y calumniado, consolado, dolorido, inútil
para todo.
Solo me queda decir a ejemplo de tu Madre: “Hágase en mi según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia, el amor de la cruz; no una cruz heroica, que pudiera satisfacer mi
amor propio; sino aquellas cruces humildes y vulgares, que llevo con repugnancia.
Las que encuentro cada día en la contradicción, en el olvido, el fracaso, el los falsos juicios y en
la indiferencia, en el rechazo y el menosprecio de los demás, en el malestar y la enfermedad, en
las limitaciones intelectuales y en la aridez, en el silencio del corazón.
Solamente entonces Tú sabrás que te amo, aunque yo mismo no lo sepa.
Pero eso me basta. AMEN
TAREA ESPIRITUAL
Se pedirá a los participantes que durante la semana mediten el significado de la cruz en sus vidas
y sobre las características de su cruz cotidiana, así como las actitudes y acciones que deben
desarrollar para cargarla con valentía y amor.
DESPEDIDA:
Para despedirnos realizaremos un acto de amor a nuestros hermanos de la siguiente manera: se
colocarán en parejas frente a frente y viéndose a los ojos se dirán uno a otro “Dios tiene un
regalo para el día de hoy” se abrazarán (si lo permite el cuidado de la salud) y entregarán el
globo que durante toda la reunión y con esmero han cuidado; luego se pedirá que revienten el
globo y que de manera personal lean y reflexionen sobre el mensaje que ahí se encuentra.
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EL SEGUIMIENTO A CRISTO HACE
NUEVAS TODAS LAS COSAS
Josué
OBJETIVO
Que el adolescente reconozca el amor de Cristo que se entregó en la cruz, para que a
través de Él, transforme su modo de vivir, pensar y actuar con la vista en el cielo, configurando
su corazón con el suyo y sea capaz de hacer como Jesús, nuevas todas las cosas.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Es necesario estar en un lugar tranquilo.
Debe buscar primero la atención del adolescente con una pregunta detonadora: “¿Estarías
dispuesto a dar la vida para que alguien más tenga vida?…
Dar unos minutos y a través de la lluvia de ideas, o bien alguna otra estrategia didáctica
permitir que los adolescentes compartan su respuesta.
Solicitar al adolescente unos minutos para que escriba en su cuaderno qué necesita para
poder realizar un cambio para bien en su vida.
Al final es necesario que el adolescente establezca un compromiso consigo mismo y con
Cristo para su conversión y seguimiento.
MATERIALES
Proyector, o en su defecto hojas tipo cartulina para la explicación del tema.
Post it, cinta adhesiva.
Crucifijo tamaño mediano o grande.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Poner un Cristo al frente o al centro, dar las indicaciones claras a los asistentes de que
deben escribir en el post it la respuesta a la pregunta: ¿qué necesito cambiar en mí para realizar
una verdadera conversión en Jesús? Una vez contestada, cada uno debe colocar sobre la cruz el
post it haciendo una oración individual y en silencio ante el Cristo.
BIENVENIDA
Estamos en el camino en el cual como adolescentes queremos adentrarnos en la presencia de
Dios, aprender a saber estar con Él, a acompañarle en su vida, sabiendo que nos dirigimos al
camino de la cruz, su presencia nos interpela a salir de la miseria, de los temores, de la cobardía,
de la presunción, del egoísmo, la hipocresía y de actitudes que pretenden ponernos por delante de
los demás, y nos mueven no sólo a quedarnos contemplando muy detenidamente todo el
sufrimiento de Jesús en su Viacrucis, sino a convertirnos de corazón y así como Jesús, realizar
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todas las cosas nuevas, renovar nuestra vida, renovar todas nuestras acciones, renovar nuestra fe
y ser adolescentes activos y proactivos.
ORACIÓN INICIAL
¡Padre Santo! te pedimos por los adolescentes,
que son la esperanza del mundo. No te pedimos que los saques de la corrupción
sino que los preserves de ella. ¡Padre! No permitas que se dejen llevar
por ideologías sin sentido y alejadas de ti. Que descubran que lo más importante
no es ser más, tener más, poder más, sino servir más a los demás.
¡Padre! Enséñales la verdad que libera, que rompe las cadenas de la injusticia, que hace
hombres y forja santos.
Pon en cada uno de ellos, un corazón universal que hable el mismo idioma, que no vea el color
de la piel, sino el amor que hay dentro de cada uno.
Un corazón que a cada hombre le llame hermano, y que crea en la ciudad que no conoce las
fronteras, porque su nombre es universo, amistad, amor, Dios.
¡Padre Santo! Cuida a nuestros adolescentes.
Amén.
ENCUADRE: El día de hoy continuaremos con la conversión en Cristo Nuestro Señor, que como
adolescentes no podemos quedarnos estáticos, sino que implica un cambio de vida, y hacer
nuevas todas las cosas.
Cuando queremos seguir a Jesús muchas
veces nos dejamos guiar por el
sentimentalismo de un retiro, o la vivencia
de una experiencia de fe que nos llega en un
tiempo y espacio determinado. Pero cuando
estamos en la vida diaria, con nuestra
familia, nuestra escuela, nuestros amigos,
muchas veces nos olvidamos de lo vivido y
de la pequeña llama que Jesús ha
impregnado en nuestros corazones, hacemos
cosas que incluso nos alejan de la presencia
de Cristo y no logramos volver a
encontrarnos con Él.
Somos adolescentes convertidos como una
llamarada que se apaga al instante, pero que
no permanece en la tempestad o en los
problemas que enfrentamos como
adolescentes, que al momento de una prueba
de fe nos acobardamos y escondemos
asustados, tal cual como los discípulos
cuando apresaron a Jesús. Por lo que
debemos recordar que la conversión que se
nos ofrece es como el fuego que Jesús trae a
la tierra y no nos deja tranquilos, sino que
nos impulsa a cambiar.
La conversión es un cambio, una lucha que
nos lleva a la paz interior, que transforma a
los cristianos tibios en testigos de la
voluntad de Dios. Fundamentalmente es
dejar espacio en nuestro corazón al Espíritu
Santo, a través del examen de conciencia
combatiendo las enfermedades de la
EXPERIENCIA HUMANA – VER
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mundanidad. Las dificultades de la vida no
se resuelven diluyendo la verdad, sino con
un corazón generoso que está abierto al
amor y fiel a la palabra de Dios.
Nos lleva a cambiar nuestro modo de pensar,
a cambiar nuestro modo de sentir, y nuestro
corazón que era mundano, pagano, se vuelve
ahora cristiano con la fuerza de la cruz de
Cristo, cambiar, esto es la conversión.
Y cambiar en el modo de actuar, nuestras
acciones deben transformarse, es un
metamorfosis, pero no un cambio que se
hace con trampa, es un transformación que
hace el Espíritu Santo dentro de nosotros, y
cada uno debemos hacer nuestra parte, para
que por medio de Él, actué el gran poder de
Dios, y esto significa luchar, luchar.
No hay amor verdadero sin una cruz, Jesús
pide tomar en serio nuestra cruz aun cuando
implica sacrificio y esfuerzo, es decir, llevar
adelante la verdadera conversión porque se
ama, llevar con Jesús la cruz no da miedo,
porque Él está siempre a nuestro lado para
apoyarnos en la hora de la
prueba más dura, para darnos
fuerza y coraje, tampoco es
necesario inquietarse para
preservar la propia vida con una
actitud temerosa y egoísta.
Recuerda que quien conoce a
Jesús, encuentra sentido a su
vida, ¡cuántas personas están
llevando sus cruces para ayudar
a los demás, a los que tienen
necesidades, pero siempre con Jesús!
Los adolescentes debemos de responder siempre al llamado de la conversión, no somos
cristianos de apariencia, ¿estoy vivo? ¿Tengo una vida espiritual? ¿Siento al Espíritu Santo? O
solamente estoy por apariencia convencido por un sentimentalismo de momento, no seamos
adolescentes cristianos de apariencia, porque la conversión hecha por y con Cristo no sólo te
hace sentir, te hace actuar.
Como expresamos antes, esta conversión es fruto del Espíritu que nos transforma si nosotros
somos dóciles a su acción, y para eso la mejor fuerza es la escucha de la Palabra. Por eso vamos
a dejarnos transformar por ella desde la escucha.
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo:
Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
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Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le
daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. (Ap. 21,5-6)
También nos dice: «Yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5).
Por eso la esperanza de nuestros
adolescentes se basa en la fe en Dios que
siempre crea novedad en la vida del hombre,
crea novedad en la historia y crea novedad
en el universo. Nuestro Dios es el Dios que
crea novedad, porque es el Dios de las
sorpresas. Novedad y sorpresas.
No es cristiano caminar con la mirada
dirigida hacia abajo –como hacen los cerdos:
siempre van así, sin levantar los ojos al
horizonte. Como si todo nuestro camino se
terminara aquí; como si en nuestra vida no
existiera ninguna meta y ningún fin, y
nosotros estuviéramos obligados a vivir sin
cambiar, sin ninguna razón para nuestras
tantas fatigas. Esto no es cristiano, ni digno
de un adolescente, que ha puesto su mirada
en Cristo. El camino de la Cruz nos debe
llevar a levantarnos de nuestras debilidades
y dejarnos tocar el corazón por Cristo, así
podremos realizar una verdadera conversión,
alejándonos de todo aquello que nos daña y
daña a los demás, a mi familia a mis amigos,
incluso a los que no conozco.
“Que cada uno se responda. ¿Soy un cristiano de primavera que espera las flores, los frutos, el
sol, que es Jesús, o de otoño, que es andar con la mirada baja, con el rostro amarillento?”.
El Señor, que sufrió el abandono de sus
discípulos, el peso de una condena injusta y
la vergüenza de una muerte infame, nos hace
ahora partícipes de su vida inmortal, y nos
concede su mirada de ternura y compasión
hacia los hambrientos y sedientos, los
extranjeros y los encarcelados, los
marginados y descartados, las víctimas del
abuso y la violencia. El mundo está lleno de
personas que sufren en el cuerpo y en el
espíritu, mientras que las crónicas diarias
están repletas de informes sobre delitos
brutales, que a menudo se cometen en el
ámbito doméstico, y de conflictos armados a
gran escala que someten a poblaciones
enteras a pruebas indecibles. Si quieres de
verdad seguir a Cristo, necesitas un cambio
radical, un cambio de vida que te haga ser
un nuevo yo, no sentimentalismos, sino un
verdadero discípulo que es capaz de hacer
nuevas todas las cosas que están a su
alrededor.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
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ORACIÓN FINAL
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra confiamos a tu Inmaculado Corazón, a los
adolescentes de todo el mundo, principalmente de nuestra Arquidiócesis,
que impulsados por el Espíritu Santo quieran ser como tú, alabanza de la Santísima Trinidad hoy y
siempre. Humilde sierva del Señor, tú que conoces los retos diarios de tus hijos, las asechanzas del
mundo y las seducciones del pecado, se su celestial intercesora para que puedan derrotar al
maligno con la firmeza de la fe.
Bienaventurada Virgen María, tus hijos congregados aquí quieren ser fieles a tus enseñanzas vivir
el misterio de la Eucaristía y orar a Dios Padre meditando la vida de tu Hijo, estar con él,
conocerlo, amarlo y a través de su cruz, moverse a la conversión de corazón.
Ilumina su camino para responder con generosidad la vocación que Él les inspire y alcanzar así la
vida eterna.
Imploramos tu protección sobre todos ellos y sobre todos nosotros, para que juntos podamos ser
auténticos discípulos y misioneros de modo que el Reino de justicia y de paz que tu Hijo inauguró
con su primera venida se expanda por toda la tierra. Amén.
TAREA ESPIRITUAL
En estos Ejercicios Espirituales tu tarea es pedirle diariamente a Cristo que te muestre una señal de
conversión, con ella debes plantearte el compromiso de realizarla, ponerla en práctica en tu vida
diaria.
DESPEDIDA
Sigamos con la fortaleza de pedirle a Cristo nos ayude en nuestra conversión y nos haga
adolescentes sin miedo, con firmeza y constancia en seguir a Cristo. Acompañemos a Jesús en
estos momentos y en cada etapa y momento de nuestra vida.
Canto: Final.
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CELEBRACIÓN PENITENCIAL
Tu perdón me resucita contigo
MONICIÓN:
Guía: Al final de este tiempo de gracia que han sido las reflexiones de los Ejercicios
Espirituales de Cuaresma para adolescentes, queremos celebrar la fiesta del perdón. El amor de
Dios nos “primerea”. Él sale a buscarnos y nos invita a la alegría: Su perdón nos devuelve la vida,
nos resucita. Pero nosotros, a menudo, merodeamos buscando alegrías momentáneas que nos llevan
a la muerte y nos cuesta aceptar que necesitamos cambiar, que hay otro modo de vivir más
satisfactorio, más pleno y feliz. Quizás hoy mismo, nos falte valor, atrevimiento. Por eso, estimado
adolescentes sintiendo el inmenso amor de un Dios que sale a nuestro encuentro, “atrévete a
49
cambiar” y celebra con gozo el abrazo del Padre, festeja y goza los pequeños frutos y descubrirás
que Dios cuenta contigo para involucrarte en su misión de llenar el mundo del Evangelio de la vida
nueva.
Con gozo iniciemos esta celebración.
(Se puede organizar una procesión con una gran Cruz y detrás un grupo de catorce personas con
unas velas apagadas y el que preside la celebración. Un canto penitencial que puedan cantar
todos: Perdona a tu pueblo –omitiendo esa estrofa de no estés eternamente enojado-. Suben
despacio, se coloca la cruz en el centro y las velas apagadas a sus pies. El guía va a su sitio, los
confesores y demás a los lugares destinados para ellos)
Canto: Perdona a tu pueblo…
Un vaso nuevo…
(Se dicen estas invocaciones a las que todos van respondiendo lo que aparece en negrita y cursiva)
ADSC 1.- ¿Cómo podrá el Señor traernos alegría y valentía si hay un montón de puertas cerradas
que bloquean el camino que conduce a nuestro corazón?
ADSC 2.- Abre, Señor, las puertas de nuestro corazón.
ADSC 1.- ¿Qué podemos hacer para que el Señor abra nuestras puertas llegue a nosotros y pueda
ser acogido?
ADSC 2.- Abre, Señor, las puertas de nuestro corazón.
ADS 1.- ¿Qué podemos hacer para abrir los cerrojos del miedo, de la envidia, de la ceguera, del
egoísmo, de la comodidad…?
ADSC 2.- Abre, Señor, las puertas de nuestro corazón.
ORACIÓN INICIAL
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de aquel
mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo y resucitó
para invitarnos a una vida nueva. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…
LA LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
PRIMERA LECTURA DE LA CARTA A LOS ROMANOS 6, 1-14
¿Qué diremos entonces? ¿Qué debemos seguir pecando para que abunde la gracia? ¡Ni pensarlo!
¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él? ¿No saben ustedes
que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del
Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por
una muerte semejante a la suya, también nos identificamos con él en la resurrección.
Comprendamos: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este
cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Salmo Responsorial. Salmo 50
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
50
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame
totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e
hice lo que es malo a tus ojos.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Tú amas la sinceridad del corazón y me enseñas la sabiduría en mi interior. Purifícame con el
hisopo y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Honor y Gloria…
El que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará
Honor y Gloria
Evangelio. Lc 9, 22-26
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles «El hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser
rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y
resucitar al tercer día». Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí
mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá
y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá la hombre ganar el mundo entero, si
pierde y arruina su vida?
Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él
cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
GUIA.- Hablar de confesión hoy nos asusta, nos da miedo. Nos falta fe para comprender lo que
acontece cuando me acerco al confesor: Es Dios quien me abraza y perdona y dice, para que pueda
escucharlo: ¡Vete en paz! ¿Por qué hemos convertido la confesión en algo penoso cuando es la
fiesta de la misericordia, del gozo, del abrazo, del perdón?.. El Papa Francisco nos dice “el
confesionario no debe ser una sala de torturas, sino el lugar de la misericordia del Señor que nos
estimula a hacer el bien posible” (EvGa.44). El perdón, el don perfecto, nos devuelve la alegría de
vivir. Señor, danos la gracia de descubrir el valor de este sacramento, que hoy me atreva a
acercarme al confesor y pedir tu perdón por medio de la Iglesia a la que tanto dañan mis pecados
personales. Atrévete en el perdón encontramos la santificación la vida del Señor Resucitado que la
comparte contigo.
ADOLESCENTE 1.- Padre: Que tu gracia nos ayude. No podemos nada con solo nuestro
esfuerzo. La conversión es, sobre todo, obra de la gracia que nos invita a caminar, como discípulos,
en el camino de nuestra santificación, en la resurrección de tu amado Hijo.
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ADSC 2.- Recuerda, Dios te “primerea”, toma la iniciativa en tu vida. Necesitamos, Padre, tu
gracia, tu luz, tu ayuda, la fuerza de tu Espíritu. No le cierres puertas, déjale entrar y el iluminará tu
vida y le dará un sabor nuevo de gozo y alegría, de paz y fraternidad.
ADSC 1.- Quizás nos hemos acostumbrado a vivir en la penumbra o en la oscuridad y
necesitamos la luz de Dios para darnos cuenta del mal que se ha instalado en nuestro modo de vivir.
Quizás no somos malos, pero llevamos una existencia triste, que da lástima. La vida de la verdadera
alegría está en Cristo nuestro amigo que ha salido del sepulcro.
¿PARA QUÉ SIRVE?
ADSC 2.- Dios nos convoca a recuperar nuestra identidad para ser luz y sal. Para iluminar y dar
sabor al mundo. Los cristianos tenemos que mezclarnos, “involucrarnos”, en la realidad y dejar ahí
la luz de la fe y el sabor del Evangelio. Para ello necesitamos reavivar la identidad de nuestra fe,
como pedíamos en la oración del comienzo de esta celebración.
ADSC 1.-Para vivir del amor de tu Hijo. Lo que pedimos al Padre no es sólo que nos perdone, que
nos quite el pecado, el vestido viejo, pedimos luz, pedimos vida, pedimos amor. Y no un estilo de
vida cualquiera sino “la misma vida de tu Hijo”, amando como él ama. Pedimos sabor nuevo, vida
nueva. Pedimos una participación del amor de Cristo, vivir de su amor.
ADSC 2.- Que le movió a entregarse a la muerte. No hablamos de un amor cualquiera. Hablamos
del amor de Jesucristo, que es el más auténtico y más grande amor que se haya dado en la tierra. Es
un amor divino. Le llevó a darlo todo y darse todo, a dar la propia vida. Nadie tiene amor más
grande...Su vida es luz que ilumina y sal que da sabor. Y siguiéndole, como buenos discípulos,
nosotros haremos gestos de amor y entrega como los suyos. La fe no es una ideología, sino un estilo
de vida en el que progresamos siguiendo al Maestro, viviendo como discípulos, siempre en camino,
siempre en salida.
ADSC 1.-Por la salvación del mundo. Se entregó a la muerte por nosotros. Se entregó a la muerte
para salvarnos de la muerte. Murió para darnos vida.
ADSC 2.-Se perdió para salvarnos. Salvarnos del pecado que mata el alma y la alegría de vivir y de
su gran consecuencia, la muerte eterna.
ADSC 1.-Jesús es la salvación del mundo, de todos. Pero murió también por mí, para salvarme a
mí. En su muerte pensaba en mí, en su resurrección también pensaba en mí.
GUIA. -Hoy tenemos una oportunidad de volver a su encuentro, experimentar su abrazo. Ábrele tu
corazón y a la luz de su Palabra, mira tu vida con los ojos de Dios y atrévete a sentir la necesidad de
celebrar la alegría del perdón de Dios y de la comunidad de sus discípulos, la Iglesia.
Lectura del examen de conciencia:
(Podemos preparar un examen de conciencia y puede ser leído por dos adolescentes a dos coros de
manera pausada, dejando un breve silencio entre uno y otro).
GUIA.- Ahora en un breve silencio, a la luz de esta guía de examen que hemos hecho, prepara tu
confesión: Aquello de lo que hoy necesitas pedir perdón a Dios y a los hermanos en el Sacramento
de la reconciliación
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CONFESIÓN GENERAL DE LOS PECADOS.
INVOCACIONES AL PADRE
(Se apagan las luces, salvo las necesarias para leer. A cada invocación se enciende una vela y se
coloca en el altar. Al terminar, se enfoca con intensidad al Cristo crucificado que preside.)
GUIA.- Estimados adolescentes, arrepentidos pidamos a Dios perdón como comunidad, conscientes
de que nuestros pecados personales dañan también a la Iglesia y eclipsan el testimonio del
Evangelio que estamos llamados a dar para ser luz y sal.
(Las personas que portaron las velas al pie de la cruz se acercan y a cada invocación van
encendiendo una y la depositan en el mismo lugar. Para ello el que lee lo hará despacio y los de las
velas agilizarán su gesto, sin atropellarlo)
Perdona, Padre, nuestra ingratitud.
Perdona, Padre, nuestra lejanía y olvido.
Perdona, Padre, porque no te rezamos.
Perdona, Padre, por hacerte sufrir. Perdona,
Padre, porque no hacemos tu voluntad.
Perdona, Padre, porque no te amamos.
Perdona, Padre, porque no nos amamos.
Perdona, Padre, porque nos creemos buenos.
Perdona, Padre, porque juzgamos a los demás. Perdona,
Padre, porque confiamos sólo en nosotros mismos. Perdona,
Padre, porque nos gloriamos en nuestros méritos.
Perdona, Padre, por nuestra falta de acogida al hermano.
Perdona, Padre, por nuestra tristeza. Perdona,
Perdona, Padre, por rechazar tu invitación.
GUIA. - Todos unidos pedimos perdón, arrepentidos y decimos: Yo confieso…
Oración.
Sabemos que nos quieres, Señor, porque eres bueno, porque tienes un corazón sensible.
Perdónanos.
Limpia nuestros bajos fondos de pecado y levántanos de nuestras caídas continuas.
Nos sentimos pecadores ante Ti, que eres Santo. Devuélvenos, el gozo y la alegría, que perdimos.
Somos tus amigos, olvida el mal que te hicimos y ayúdanos con tu amistad a renovarnos.
Que nazca en nosotros un corazón puro, y una voluntad firme, Señor.
Danos la alegría de tu salvación y un corazón sincero que se juegue todo por Ti. Danos vida, pues
nos gusta vivir.
Qué alegría saber que tú eres nuestro Padre. Abrázanos y tu amor nos cambiará el corazón. Seremos
tus amigos y caminaremos junto a Ti.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
(Elementos sugeridos. Se encienden las luces que sean necesarias. El que guía da las indicaciones
oportunas para la Confesión individual. Quizás sea bueno animarles a escuchar la fórmula de la
absolución, que reza el sacerdote, y responder AMÉN, sin preocuparse de rezar el “Yo confieso”,
pues ya lo hemos hecho todos juntos). Invita a que no se muevan de sus sitios hasta que se les
indique. Cuando termina primero invita a los confesores a dirigirse a sus sitios y a los fieles a
esperar que se lea el trozo del libro de las Confesiones de San Agustín y luego se acerquen a los
confesores. Mientras se confiesan se les invita a orar ante la gran cruz –incluso si se puede colocar
en un sitio que permita que la gente se acerque, les puede invitar cada confesor, después de la
absolución, a hacer una reverencia-. Para ayudarles en la oración se pondrán en una pantalla o se
leerán en off o como sea posible, unas oraciones a partir de textos de la Evangelii Gaudium.
Recordar, así mismo, que no se vayan después de confesarse, sino que esperen a terminar todos
juntos dando gracias a Dios por el perdón recibido).
LECTURA DEL LIBRO DE LAS CONFESIONES.
(Ahora indica que se pueden acercar a los confesores y al volver oran. Que lo hagan despacio, sin
entretenerse más de lo necesario –no es momento de largas consultas- y esperando, al terminar, para
dar gracias a Dios o – si en alguna Parroquia se hace- continuar la Santa Misa).
GUIA.- Mientras nuestros hermanos se acercan al confesor para recibir el perdón misericordioso
de Dios, oremos meditando estos textos de la Exhortación Evangelii Gaudium del Papa Francisco.
Después de leerlo (o escucharlo) trae a la memoria lo que más te ha impactado. Deja un breve
silencio y escucha lo que Dios hace resonar en tu interior. Luego habla a Dios a raíz de lo que el
texto te sugiere.
(El que guía se dirige al lugar destinado para él, los demás ya están en sus respectivos
confesionarios o lugares para escuchar la confesión. Las siguientes propuestas pueden aparecer en
una pantalla con fondo musical o leerlas dos lectores dejando los oportunos momentos de silencio
con o sin un fondo musical. El comentarista da las indicaciones para vivir este tiempo como un
tiempo de oración).
Textos sugeridos
Del Papa Francisco en la Exhortación Evangelii Gaudium 3, 8, 12, 80, 83, 86, 92, 97, 101, 109
GRACIAS POR EL PERDÓN
GUIA.-Una vez más nos ha vuelto a perdonar Dios nuestros fallos y pecados. Por eso nos sentimos
alegres y le damos las gracias a Nuestro señor Jesucristo diciendo a estas invocaciones: Gracias
Señor Jesús.
(Las siguientes invocaciones puede enunciarlas el que GUIA o un adolescentes o dos alternando).
ADSC 1.- Porque te has acercado a nosotros y nos has perdonado.
Todos: Gracias Señor Jesús.
ADSC 2.-Porque un año más nos invitas a atrevernos a cambiar y volver a ti.
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Todos: Gracias Señor Jesús.
ADSC 1.-Porque nos invitas a recuperar la alegría del Evangelio, resucitando contigo.
Todos: Gracias Señor Jesús.
ADSC 2.-Porque estás siempre a nuestro lado y nos ayudas en la tarea de cada día.
Todos: Gracias Señor Jesús.
Padre nuestro:
Guía: Y ahora, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó, pidamos a Dios Padre que perdone
nuestros pecados y nos libre de todo mal.
Padre nuestro…
ORACION FINAL
Señor, sabemos que Tú eres nuestro Padre. Por eso hemos acudido hoy a Ti a pedir perdón.
Desde el cielo, nos sostienes a cada persona mediante una cuerda muy fina.
Cuando pecamos, rompemos esa cuerda. Entonces Tú reparas la cuerda haciéndole un nudo, con
lo que nos acercas un poco más a Ti.
Cada pecado que cometemos, cortamos una y otra vez la cuerda y Tú, con un nuevo nudo en
ella, nos sigues acercando cada vez más a Ti.
Hoy te damos las gracias por el perdón que nos has concedido, y te prometemos no volver a romper
la cuerda, siguiendo los pasos y el ejemplo de Jesús. Pero somos débiles, ayúdanos.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. A m e n.
CANTO: MARIA MIRAME (Yuli y Josh) https://youtu.be/2AxrjBZqZKM
Nota: La celebración puede adaptarse a una celebración en el marco de la Eucaristía. La propuesta
correspondería a la liturgia de la Palabra y luego se continuaría con la liturgia de la Eucaristía. Lo
ideal es tener la celebración dándole la importancia que tiene, pero en algunas circunstancias, el
guía responsable de cada comunidad, decida y adapte la propuesta según su prudente criterio.
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SILENCIAR EL CORAZÓN PARA
ESCUCHAR A DIOS
Ma. Teresa Contreras Jiménez
OBJETIVO
Propiciar en el adulto la búsqueda del silencio que apacigua la mente y los sentimientos, para que
descubra en él la voz de Dios que le llama, le ama y le confronta.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Decorar el espacio físico con frases que inviten a la reflexión, se proponen las siguientes.
o En el silencio habla Dios.
o Dios habla al corazón en el silencio de la oración.
o Educa la voluntad y escucharás a Dios.
El cirio Pascual y la Biblia es el centro de la reunión, es por eso que debe estar arreglado
impecablemente, toda la semana.
Tener una mesa en el centro del espacio con el cirio pascual con flores (poner por lo menos
dos nardos), un mantel y la Biblia.
Tomar en cuenta los momentos de oración para tener un clima de confianza.
Manejar una voz cálida, con un lenguaje fluido y claro.
Hablar con respeto a todos los asistentes, con palabras cariñosas llenas de fraternidad.
Centrar la atención en los Ejercicios Espirituales de Cuaresma para no distraer al grupo.
El formato para la tarea se debe traer siempre, en cada reunión.
MATERIALES
Biblia, cirio Pascual.
Mesa, flores, mantel, cerillos.
Frases, gafetes, bolígrafos.
Cinta masking tape, marcadores.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Este tema contiene un momento de acción simbólica, que consiste en una oración con el Cirio
Pascual, que debe ser encendido y poner el espacio con una luz tenue para crear un momento de
intimidad con Dios. La oración la debe leer una persona con buena dicción que lea con claridad.
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BIENVENIDA
Damos la bienvenida con unas palabras calurosas y cordiales, reconociendo el esfuerzo que han
realizado para estar aquí, mencionamos a Jesús que nos ha permitido reunirnos en su nombre.
ORACIÓN INICIAL
Te damos gracias Señor, porque nos permites reunirnos en tu nombre el día de hoy. Te pedimos
que derrames tu gracia para poder adquirir el conocimiento necesario y transmitir estos Ejercicios
Espirituales de Cuaresma a nuestros hermanos. Para que seamos capaces de llevar tu mensaje de
salvación principalmente al más necesitado de tu misericordia. Manda tu Espíritu Santo para
llegar a buen término y lograr los frutos deseados. Amen.
ENCUADRE
Respetar los horarios de inicio y conclusión valorando a las personas que son puntuales.
Tener a la mano gel antibacterial, cubre bocas, cestos para la basura, papel higiénico.
El tiempo que se sugiere para la reunión es de una hora y treinta minutos, para dinamizar las
actividades y no colgarse con el tiempo.
Se puede considerar un receso de diez minutos para que las personas tomen un descanso y
garantizar la atención en el tema y la participación.
El tema lo pueden distribuir en tres personas (una por cada momento) si así lo desean esto
dará más fluidez y dinamismo.
Silenciar el corazón para escuchar a Dios se convierte en un gran reto para este tiempo que
estamos viviendo en el que todo nos demanda
rapidez, en un mundo con ruido excesivo y pocos
momentos de silencio. Teresa de Jesús decía al
respecto “cuántas dificultades pone el demonio y
cuántos temores a quien quiere seguir a Dios más de
cerca.” (Vida, 23)
Aquí cabe señalar cuánto es el tiempo que estamos
dejando para la oración con Dios y cuál es la calidad
para encontrarnos con Él.
Por otro lado, encontrar a Dios en el silencio se
presenta en nuestra vida como una gran oportunidad
para encontrarnos también y encontrar a los demás
en el ruido arrasador del mundo, donde a veces
EXPERIENCIA HUMANA – VER
58
pareciera que solo existen los problemas, guerras, actos contra la vida en todas sus
manifestaciones. En este extraordinario desorden mundial, también se encuentra a Dios. Es
necesario habituar al alma para ello hacer un alto y encontrarnos con Él como lo narra santa
Teresa de Jesús en sus escritos a sus hijas: “también Dios anda entre los pucheros…dulces y
salados” (Fundaciones 58,8). Teresa hacía esta observación a sus hermanas que bien vale la pena
en el mundo actual en que vivimos: también Dios anda en el supermercado, en la carnicería, en
el puesto de pan, entre los albañiles y los empleados. Para darnos cuenta que se encuentra
presente en cada uno de nuestros hermanos con los que todos los días interactuamos, tal vez no
lo hemos visto o no nos hemos dado a la tarea de observar con detenimiento porque traemos
muchos ruidos interiores que no permite percibir que Dios camina a nuestro lado y que nunca
nos ha dejado solos.
Así pues, es necesario hacer un alto en nuestras labores y comenzar a observar desde la mirada
de Dios a nuestros semejantes, percibir el olor de las flores, la lluvia, el mar y contemplar su
creación como una manifestación de su grande amor para cada uno de nosotros. Pidamos a Dios
que nos ayude a guardar silencio para poderle escuchar y encontrar en nuestro prójimo.
COMPARTIMOS:
¿Con cuánta frecuencia te detienes a ver a los demás y ves en ellos la presencia de Dios?
¿Hacemos silencio y atendemos la manifestación discreta de Dios en lo que
vivimos día a día, en la naturaleza, en el hermano, en los acontecimientos?
Dios habla al corazón del hombre en el silencio de la oración y pone las ideas que transformarán
el mundo y la vida de los demás, pero para esto debemos preparar y educar nuestra voluntad y
nuestro pensamiento para abrir un espacio para que Dios habite en nosotros.
A continuación, leeremos esta narración que nos
permitirá conocer y aprender la importancia de
trabajar en nuestro silencio interior.
CITA CON DIOS
En un pueblo lejano vivía un hombre anciano que
toda su vida había vivido sirviendo en la iglesia local,
siempre oraba, ayunaba y hacía grandes sacrificios.
Su mayor sueño era tener una cita con Dios y platicar
con Él. Todos los días su discurso era te suplico que
me des una cita para platicar contigo. Ya llevo
“también Dios anda entre los
pucheros…dulces y salados”
Santa Teresa de Jesús
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
59
muchos años a tu servicio, y muchas otras peticiones más…durante muchos años esa era su
oración, pedir la cita.
Cuentan que un día Dios se dignó hablar con Él y le dijo: “Ve a tu casa con tu familia, te veré el
próximo viernes a las cuatro en esta capilla”. El hombre salió feliz del lugar gritando a los
cuatro vientos ¡Dios me ha dado una cita! Y se alejó para su casa tal como Dios le indico.
La semana que pasó en casa, esperando que llegara la cita, fue insoportable pues el hombre
solo quería estar encerrado, no salió, no se bañó, le dejaban la comida por un lado de su puerta
y a veces ni comía, siempre estaba de mal genio esperando la cita con Dios, no quería que nadie
le distrajera con pláticas inútiles, necesitaba estar concentrado para platicar con Dios. Había
esperado esto toda su vida.
Así pasó el tiempo en completo aburrimiento hasta que llegó el día de su cita, se paró y se bañó,
se puso sus mejores galas y emprendió su camino a su cita. Al salir a la calle encontró a una
persona sentada en la calle pidiendo limosna, se fue de largo ¡no podía pararse¡ en la cuadra
siguiente encontró varios niños saliendo de la escuela, los hizo a un lado como pudo, pues era
tanta su prisa que no fuera ser que por ellos no llegará a su cita…más adelante se encontró a
una anciana que caminaba lentamente, la tomó del brazo y la hizo a un lado del camino para
seguir su marcha con rapidez.
Hasta que por fin llegó a la iglesia donde Dios lo
esperaba. Se sentó y duró un buen rato sin recibir
respuesta. Pensó “se le habrá olvidado a Dios la
cita”. Así pasaron días, meses y años en los que el
hombre cayó en una inmensa tristeza al pensar
que Dios no lo había escuchado y había olvidado
su cita. Un día que se encontraba en la Iglesia
después de muchos años de esa petición volvió a
escuchar la voz de Dios, el hombre se paró y
comenzó a reclamar; sin embargo, Dios le dijo
con voz calmada y amorosa: “Yo no pude esperar
tanto y salí a ti antes de nuestra cita para encontrarte. ¿Recuerdas aquel hombre pidiendo
limosna que estaba en la calle, aquellos niños a los que hiciste a un lado para correr y aquella
anciana a la que tomaste por el brazo y la hiciste a un lado? En todos ellos estaba Yo. En ese
instante el hombre enmudeció pues comprendió que nunca tuvo un momento de silencio para
hacer oración y escuchar a Dios, nunca lo buscó en sus semejantes, siempre fue mayor la prisa
por llegar a la cita y nunca abrió un espacio para que Dios habitara en él y escuchar su voz.
COMPARTIMOS:
¿Qué te dice esta narración? ¿Cuáles son los
ruidos interiores que no te permiten escuchar
la voz de Dios?
A veces Dios parece esconderse, parece
estar ausente, pero siempre vigila, no se
aparta nunca de nosotros. Es el ruido interior
y exterior el que no nos permite escucharlo,
por eso de vez en cuando es necesario
60
apagar el ruido del mundo que perturba y
nos aparta de Él. Por otro lado, es bueno
recordar que a Dios nadie lo ha visto; sin
embargo, algo es cierto, si queremos ver a
Dios lo encontramos en Jesús el rostro de la
misericordia y si queremos ver a Jesús lo
vemos en nuestro prójimo. Esto es algo que
en nuestros días es difícil de observar desde
el corazón, pues el ruido y las distracciones
son más fuertes. “Mucha gente busca
alguien que los escuche y no lo encuentra
porque todos se ponen hablar, incluso
cuando deberían escuchar. Ahora bien, aquel
que ya no sabe escuchar a sus hermanos,
pronto será incapaz de escuchar a Dios,
porque también ante Dios no hará otra cosa
que hablar” (Dietrich Bonhoeffer, 2019).
Así pues, existen muchas maneras para relacionarnos con Dios. La más importante de estas, sin
duda alguna, es la oración que nos acerca y establece un vínculo de amor con quien bien
sabemos nos ama. Para ello no necesitamos hablar a gritos para que nos escuche, sino
simplemente hablar con Él en silencio y en la intimidad. Atender para escucharle interiormente.
Teresa de Jesús también nos decía que el modo de pedir las cosas a Dios abre brecha para tener
esta relación de amor, no es lo mismo en un lugar ruidoso que en el sagrario que está ya
dispuesto el espacio para ello. Lo mismo lo es este tiempo la Cuaresma apropiado para hacer un
alto en el camino y evaluar nuestra vida y hablar a Dios en mi interior. “Más tú cuando ores,
entra en tu aposento, y cierra la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en
lo secreto te recompensará en público” (Mt. 6,6). El aposento es mi pensamiento y este lo cierro
donde encuentre a Dios. Esto quiere decir aprovechar el tiempo mientras espero el autobús,
mientras me traslado al trabajo, mientras mi comida se está preparando. Ahí entro a mi aposento
(mente) y por un breve momento cierro la
puerta, hago silencio y comienzo a orar a
Dios que me escucha y a quien yo también
me dispongo a escuchar. Teresa de Jesús
relacionaba muy bien estas cosas, por eso
decía que el Señor también andaba entre los
pucheros, en la cocina. Nos ayuda a
entender que estamos distraídos y
perdemos la posibilidad de encontrar en
nuestro interior la amistad con Dios. Tal
como le pasó al hombre del cuento
anterior.
Por otro lado, al orar en silencio, Jesús nos enseña también a orar de manera sencilla que nos
deja en el Padre nuestro. “Estaba orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus
discípulos “Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos”. Él les dijo: “Cuando
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
61
oren digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan, y
perdona cada día nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que os debe,
y no nos dejes caer en tentación. (Lc 11, 1-4). Como vemos el silencio nos permite entender lo
que pedimos y para qué lo pedimos, nos abre a la comunicación de Dios. Desde esa confianza en
el silencio entendemos que Dios entiende todo y nos conoce, basta con solo decirle: “Padre
danos lo que más nos conviene” (Al andar se hace camino, humanismo actual en las obras de
santa Teresa, Fco. J. Perea, Editorial Diana, 1983).
Al respecto santa Teresa de Jesús, traducida por Fco. J. Perea nos dice: “Las almas que silencian
el corazón para escuchar a Dios, no les parece que están ya en este mundo, o quieren ver, ni oír
otra cosa que solo a Dios. Nada les causa pena, ni parece que pueda causársela, están tan
embebidas y absortas que no recuerdan que haya más que desear y de buena gana dirían con san
Pedro: „Señor, hagamos aquí tres moradas''' (Ob.cit).
ACCIÓN SIMBÓLICA
En un momento de silencio haremos la siguiente oración, encendemos el Cirio y tendremos una
luz tenue para ello, se pide que cierren sus ojos y que escuchen con atención la oración. El lector
puede añadir alguna reflexión personal que ayude al grupo a meditar sobre la importancia de orar
en el silencio a Dios.
¡Perdón Señor!
Por los momentos en que no guardo silencio
para escuchar tu voz
Porque hablamos y no vivimos lo que decimos.
Porque pedimos y no compartimos.
Porque nos gustan “tus cosas” y no nos
comprometemos.
Porque decimos serte fieles y muchas veces te
olvidamos.
Hoy desde lo hondo de mi pequeñez, elevo a ti
mi oración y te pido perdón, Señor.
CANTO: Llévate mi tristeza (En los intermedios del canto se puede hablar sobre la importancia
de establecer con Dios una relación duradera por medio de la oración).
ORACIÓN FINAL
Te agradecemos, Señor por habernos permitido estar en tu presencia, te pedimos que nos ayudes
a transmitir estos ejercicios cuaresmales con sencillez y amor.
Te pido que me ayudes a saber guardar silencio para encontrarte en los demás.
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Ayúdanos a llevarte siempre a los hermanos más necesitados de tu divina misericordia.
A ser fermento para establecer entre todos los hermanos tu Reino.
A amar a mis semejantes y a encontrarte a ti en cada uno de ellos.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor tú dulce y santo Hijo.
Amén.
TAREA ESPIRITUAL
Antes de dormir en un momento de silencio realiza una oración de agradecimiento a Dios por
todo el amor que te tiene y que muchas veces por el exceso de trabajo no has podido apreciar.
Anota en tu hoja de tareas un aprendizaje qué te dejó el ejercicio cuaresmal de este día.
DESPEDIDA
Con un agradecimiento por su asistencia y la oración a nuestra Madre Santísima de la Luz:
Dulce Madre… (Si está un sacerdote, él es quien cierra la reunión con la bendición).
63
Y SE QUEDARON CON ÉL Julia Aranda Díaz de León
OBJETIVO
Que los participantes puedan reconocer la presencia de Jesús que nos invita a estar con Él y
aprender de su Corazón a dar sentido a nuestra vida que su amor sana y transforma.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Ambientar nuestro espacio para el encuentro, es muy importante los signos y el ambiente de
interiorización.
Propiciar la experiencia de que hemos sido invitados a la intimidad con Jesús, como esos
primeros discípulos.
Guiar poco a poco a la oración de silencio y contemplación mediante los ejercicios propuestos,
cuidando que los participantes tengan una postura adecuada, pendientes de aspectos como el
tono de voz, la música de fondo, enfatizando la importancia de la respiración.
MATERIALES
Tarjetas de bienvenida para cada participante como las que se muestran en el anexo.
Letreros: Maestro ¿Dónde vives? Vengan y verán. Y se quedaron con Él.
Imágenes de Jesús en diferentes momentos de su vida (Ver anexo)
Música instrumental y relajante.
https://www.youtube.com/watch?v=qw_GTx3qn38 https://www.youtube.com/watch?v=6Bbz6
WNFzA8
Cartel que diga: Me siento: agradecido, conmovido, amado, cuidado, confortado, invitado,
acompañado, querido, acogido, guiado, enseñado, valorado, reconocido…. (Ver anexo)
Hojas y lápiz para cada participante.
Una mesita o altar con su mantel y un cirio, la Biblia y una imagen de Jesús.
Se puede sacar una hojita con el soneto de Jesús Crucificado para entregarlo al final del
encuentro.
ACCIÓN SIMBÓLICA
La acción simbólica que se realizará se llama El amor nos deja huella y tendrá dos partes. La
primera será para cerrar la experiencia humana y ahí se explica. La segunda parte de la acción
simbólica se realizará en el apartado de Respuesta de Fe para ayudarnos a vincular los tres
momentos del acto catequético.
64
BIENVENIDA
Para la bienvenida se les entregará la tarjetita que dice: Gracias por aceptar mi invitación y
quedarte conmigo. También se les puede dejar en la silla de manera que al llegar la consigan. Se les
dirá que nos sentimos muy honrados de ser instrumentos de Jesús para manifestarles lo feliz que se
encuentra de que hayan aceptado la invitación que nos ha hecho desde siempre a quedarnos con Él.
ORACIÓN INICIAL
Amado Jesús, que de muchas formas nos invitas estar contigo, a través de la brisa suave que
acaricia nuestro rostro, por medio del amanecer o la noche estrellada, por la sonrisa de un niño, o
en la voz de quien nos ama.
Que desde tu insistencia discreta y amorosa te quedas con nosotros de tantas formas y nos esperas
especialmente en la Eucaristía y en el hermano que sufre, hoy queremos aprender de ti a quedarnos
contigo como Tú te has quedado con nosotros.
Queremos orar contigo y acompañarte en tu vida, sabiendo que es el camino de la Cruz, pero
también de la Resurrección, pues es la senda de la entrega por amor.
Queremos que tu presencia nos interpele a salir de nuestras pequeñeces, de los temores y la
cobardía que nos impide hacernos hermanos como tú nos enseñaste.
Sabemos que sólo tu presencia que nos sana nos puede hacer salir de nuestro egoísmo y
presunción, de las actitudes que nos ponen por delante de los demás y no a su lado.
Por eso hoy, confiando en tu amor y misericordia, queremos quedarnos contigo, para que tú cures
y transformes nuestro corazón a través de tu Espíritu y la presencia creadora del Padre.
Amén.
Al terminar la oración les pedimos que algunos, a manera de eco, repitan alguna frase de la misma
en voz alta.
ENCUADRE
En este ambiente de oración recuperemos lo vivido el día anterior que fue
ejercitarnos en silenciar el corazón para escuchar a Dios y retomamos la
tarea espiritual que se les pidió, haciendo la relación con nuestro encuentro de
hoy en el que queremos aceptar la invitación de Jesús para estar con Él con
nuestra respuesta de permanecer, quedarnos a su lado aprendiendo de Él para
poder seguirlo. Les invitamos a disponerse a este encuentro, que comenzó
hace mucho tiempo por la iniciativa de Dios sin que nos diéramos cuenta y
que ayer quisimos revivir desde la escucha consciente en el silencio interior.
En esta sintonía vamos a desarrollar y
profundizar los pasos del acto catequístico
desde la experiencia humana. Para ello,
suscitamos un diálogo breve para compartir
EXPERIENCIA HUMANA – VER
65
cómo se sintieron al leer la tarjeta de
bienvenida y qué les dejó en el corazón.
Podemos profundizar las participaciones
tomando en cuenta que cuando recibimos una
invitación para algún evento, siempre nos
sentimos tomados en cuenta y valorados por
quien nos extiende la invitación, nos produce
alegría y hasta emoción el sentirnos mirados y
reconocidos. Cuánta más puede ser nuestra
alegría al saber que Dios mismo, que Jesús
nos invita siempre y de manera permanente a
estar con Él, que siempre está a la puerta y
nos llama. (Cf. Ap 3,20). Lo más hermoso
consiste en que esa invitación es permanente,
insistente y continua, aunque muchas veces
los ruidos y las múltiples ocupaciones nos
distraen y nos hacen obviar esta presencia que
nos invita, siempre respetando nuestra
libertad y esperando nuestra respuesta.
De igual manera, si nos percatamos de esa
presencia que siempre nos invita a la
intimidad, podemos descubrir su forma de
amarnos y de acompañarnos en las concretas
situaciones que hemos vivido, especialmente
en el año que pasó.
Cuando convivimos con otras personas y
establecemos un vínculo afectivo, pasan a
formar parte de nosotros mismos. Esa
experiencia tan humana es la que nos permite
llegar a ser lo que somos. En este momento
vamos a realizar una acción simbólica,
llamada El amor nos deja huella que nos
permita encontrar marcas de vida y amor en
nuestra propia vivencia de relaciones y
encuentros.
Para ello orientaremos a los participantes a un
momento de reflexión-contemplación guiada,
pidiéndoles que tomen una postura cómoda,
con la espalda recta, los pies bien firmes en el
piso y nuestras manos en el regazo. De ser
posible se les pide que cierren sus ojos o que
los mantengan fijos en un punto. Mientras se
escucha una música apropiada, como la que
se ha sugerido, se les acompaña con palabras
como estas en un ambiente de interiorización
de manera pausada y sentida, sin prisas y
enfatizando la experiencia de contemplar:
Vamos a hacer conciencia de nuestra
respiración, de cómo nos encontramos, lo que
escuchamos a nuestro alrededor y
centrándonos en el ritmo de nuestra
respiración vamos a recordar a alguien
significativo para nosotros. Evocamos su
existencia a nuestro lado y nuestra relación
con ella. Esa persona que con su presencia
nos ha acompañado y formado; la
contemplamos y nos fijamos en aquello que
más nos agradaba, lo que aprendimos de ella,
esas huellas que dejó en nuestra vida.
Sentimos esa presencia que nos enseñó y la
agradecemos, le decimos interiormente:
gracias por formar parte de mi vida, por
enseñarme lo que necesitaba, la abrazamos y
dejamos que ese abrazo nos ofrezca el gozo
de su amor. Poco a poco volvemos aquí a este
espacio y en esta hora, sintiendo los latidos
de nuestro corazón, nuestra respiración, los
sonidos que nos rodean, tocamos y sentimos
nuestras manos, nos vamos haciendo
conscientes y cuando estemos listos abrimos
los ojos poco a poco…
Una vez realizado este ejercicio, les pedimos
que mirando el cartel ¿Cómo me siento?,
66
escojan una o dos palabras y la expresen en
voz alta. Posteriormente se les pide que en la
mitad de la hoja de papel que se les ha
entregado escriban lo que surja de su corazón
agradecerle a esa persona.
Es muy importante cerrar esta acción
simbólica recogiendo el sentir de algunos
participantes, resaltando que la presencia de
las personas que nos aman y que amamos
siempre deja en nosotros un sello, una
impronta que nos hace ser lo que somos y que
tiene repercusión en nuestra forma de ser y
vivir nuestra propia existencia.
De la misma manera, vamos a profundizar lo
que la permanente presencia de Dios y su
invitación, que no cesa, realiza en nosotros.
Vamos a escuchar su Palabra de vida que
ilumina y resignifica nuestra propia
experiencia humana desde la fe.
Desde la enseñanza del Evangelio podemos decir que nuestras vivencias humanas siempre nos
pueden llevar a acoger nuestra fe. A través de lo más humano podemos acercarnos a lo divino, pues
el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. (Jn, 1, 14). En ese sentido queremos iluminar con la
Palabra la experiencia humana de ser invitados y de ser tocados por la relación de los demás que
acabamos de realizar. Para ello vamos a tomar el texto bíblico de Jn 1, 35-39 que leeremos con
mucha reverencia:
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús
que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron
a Jesús. .Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscan?» Ellos le respondieron:
«Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» Les respondió: «Vengan y lo verán.»
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima.
Esta Palabra nos muestra la profundidad de la
experiencia de encontrarse con Jesús. Es
importante rescatar que los discípulos siguen
a Jesús porque escucharon un testimonio por
parte de Juan Bautista. Sin embargo, es Jesús
quien se vuelve a ellos, los mira, los acoge en
su corazón y les pregunta ¿qué buscan?
Podemos entender que la iniciativa no es de
los discípulos en su realidad más profunda,
sino de Dios que nos amó primero (Cf. 1 Jn
4,10). Sin que lo sepamos, siempre somos
amados y si nuestro corazón sabe estar atento,
podemos dejarnos mover por ese amor que se
da en todo momento. Por eso la importancia
de la oración y el silencio, del que ayer
hablamos. Pero esa iniciativa amorosa
requiere de nuestra libertad y de nuestra
respuesta: “Maestro ¿dónde vives?” Y
nuevamente Jesús nos muestra que no se trata
de palabras, sino que se necesita la
experiencia, la cercanía, el amor que se
entrega en reciprocidad, en el encuentro de tú
a tú entre personas, por eso les dice: “Vengan
y verán”. Nunca podremos tener una
verdadera relación de discípulos si no es
desde la experiencia cercana de compartir la
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
El amor nos deja huellas que nos
dan vida
67
vida con Él. Por eso San Marcos nos revela el
secreto de los discípulos: Jesús, quien llama a
los que quiso por su iniciativa amorosa, nos
pide ir a Él y quedarnos con Él, estar con Él
para poder ser enviados (Cfr. Mc 3, 13-
14). Por eso este relato nos dice que “...se
quedaron con Él” y esa experiencia de
quedarse con Él dejó una huella tan
profundamente grabada en sus corazones, que
son capaces de recordar hasta la hora en que
eso ocurrió.
Es así como esos discípulos responden a la
experiencia de ser invitados, de ser mirados:
se quedaron con Él para poder ser marcados
por su presencia, por su forma de ser, de
relacionarse, de orar, de acoger el Reino y al
Padre amoroso que lo ofrece en Jesús. Desde
su respuesta pudieron experimentar la gracia
de aprender de Jesús, de aprender de su
corazón manso y humilde para cargar con su
yugo, para acoger su cruz, sabiendo que con
Él a nuestro lado lo podemos todo (Cfr. Mt
11, 28-30). Pero ¿cuál será nuestra respuesta
de fe a la invitación que desde hace tanto
tiempo Dios nos ha hecho?
La experiencia de ser iluminados con la
Palabra y presencia de Jesús nos mueve a
responder, tal como vimos que respondieron
los discípulos, en ese sentido, vamos ahora a
centrarnos en nuestra propia respuesta. Para
ello realizamos la segunda parte de la acción
simbólica El amor nos deja huella.
Nuevamente vamos a hacer un espacio de
silencio y escucha disponiendo nuestro
corazón y utilizando nuestra sensibilidad. Con la postura adecuada y de ser posible con los ojos
cerrados, guiamos a los participantes de manera semejante a esta:
Abrimos nuestro corazón a la Palabra, y
hacemos la composición de ese encuentro de
Jesús, con sus discípulos, sintiéndonos
presentes. Contemplamos con nuestros
sentidos internos a Jesús, sus palabras, sus
gestos, su presencia y nos ponemos ahí a su
lado. Dejamos que Él nos pregunte y nosotros
le respondemos… nos sentimos mirados,
invitados, amados y en nuestro corazón ya no
puede haber otro deseo que estar con Él,
aprender de Él a vivir, amar, creer, orar…
Permitimos que los sentimientos que brotan
de esa cercanía nos llenen interiormente,
percibimos nuestras sensaciones corporales y
nuestros sentimientos, disfrutando del regalo
de la presencia de Jesús. Nos acercamos,
dejamos que Jesús nos abrace y le abrazamos
también, percibamos nuestro corazón muy
cercano al suyo. Le expresamos que
queremos aprender a amar como Él, que
deseamos reproducir en nosotros su forma de
amar al Padre, a los hermanos, en nuestra
concreta situación dentro de nuestra
realidad. Sentimos los latidos de nuestro
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
68
corazón y nos concentramos en nuestra
respiración consolados por ese encuentro
para poco a poco volver a nuestro aquí y
ahora acogiendo aquello que Dios ha querido
regalarnos.
Para finalizar esta acción simbólica vamos a tomar en la otra
mitad de la hoja de papel para escribir ahí a qué nos sentimos
invitados, llamados, cuál debe ser nuestra respuesta ante tanto
amor que se nos ha dado. Ponemos como título: Amar como tú y
escribimos lo que el Espíritu nos ha inspirado en este momento
de encuentro. Esta hoja junto con la invitación que recibieron en
la bienvenida serán símbolos de nuestro deseo de quedarnos con
Él y por ello nos los llevaremos no para guardarlos, sino para
recordarnos la maravilla de su amor que nos llama.
Una vez realizada y cuando hayan finalizado de escribir su
respuesta ante Dios, invitamos a que las personas que gusten
compartan brevemente su experiencia, siempre resaltando la
invitación amorosa de Dios, para de esta manera irnos
preparando así a la oración final.
ORACIÓN FINAL
Para la oración final, nos colocamos en torno al altar y explicamos que vamos a hacer una
oración compartida, en la que a cada verso de la oración responderemos
Gracias Señor porque nos has llamado a estar contigo.
Encendemos el cirio diciendo: Tu amor ha iluminado siempre nuestra vida, hoy queremos
agradecer tu invitación constante y la presencia que nos sostiene.
Señor, tú me examinas y conoces, me has formado en lo profundo, así me has amado y me has
llamado. Continuamente te acercas a mí para sostener mi vida.
Gracias Señor porque nos has llamado a estar contigo.
Tú quieres que tu presencia nos configure contigo, que nos alimentemos con tu amor que sana y
da vida para que así podamos encontrar y realizar tu voluntad de ser hijos en el Hijo.
Gracias Señor porque nos has llamado a estar contigo.
Enséñanos a atesorar tu llamado, para que podamos hacer germinar tu imagen que has impreso
en nuestro corazón, para que curemos nuestras heridas, superemos nuestras debilidades y nos
abramos a tu amor que da vida.
Gracias Señor porque nos has llamado a estar contigo.
Porque nuestro entendimiento y voluntad se hace más noble y capaz de todo bien cuando nos
encontramos contigo y aprendemos a quedarnos a tu lado. Amén.
Gracias Señor porque nos has llamado a estar contigo.
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TAREA ESPIRITUAL
Nuestra tarea espiritual será retomar en oración la hoja que hemos realizado para interiorizar lo
que hemos experimentado hoy. También vamos a leer este poema como preparación a nuestro
ejercicio de mañana el Soneto a Cristo Crucificado y anotar aquello que nos toque el corazón en
el cuaderno de tareas:
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
DESPEDIDA
Agradecemos a cada uno su presencia y participación y los invitamos a continuar este camino
de encuentro camino a la Pascua y les entregamos el Soneto.
ANEXOS:
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CARTEL:
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POR SUS LLAGAS HEMOS SIDO
SANADOS María Ascensión Villegas Macías y Abigail del Carmen Hernández Contreras
OBJETIVO
Contemplar algunos elementos del Misterio Pascual de Cristo, reflexionando en su sufrimiento,
para que nos abramos a la gracia que nos regala y seamos capacitados para acompañar el
sufrimiento de los hermanos.
NOTAS PEDAGÓGICAS
En la medida de lo posible enlazar la reflexión de este tema con las experiencias vividas durante
este tiempo de pandemia, recordando que las heridas de Jesús son las mismas que irán sanando las
heridas que ha generado esta contingencia.
MATERIALES
Un letrero: “Ahora me alegro de mis padecimientos por ustedes, y completo en mi carne lo que
falta a los padecimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia” Col 1, 24
Un crucifijo grande o una imagen de Cristo Crucificado
La imagen de un cordero y el letrero: “Él es el que purificó al mundo de sus pecados y tomó
asiento en el cielo a la derecha del trono de Dios” Heb 1,3b
ACCIÓN SIMBÓLICA
Se realizará en la experiencia de fe frente a Jesús Crucificado.
BIENVENIDA
Les invitamos a comenzar este momento de encuentro con Jesús Crucificado, en un ambiente de
oración.
ORACIÓN INICIAL
Iniciaremos recitando el himno que se reza en Laudes del Viernes Santo:
Brazos rígidos y yertos por los dos garfios traspasados, que aquí estáis, por mis pecados,
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para recibirme abiertos, para esperarme clavados.
Cuerpo llagado de amores, yo te adoro y yo te sigo; yo, Señor de los señores, quiero partir tus
dolores subiendo a la cruz contigo.
Quiero en la vida seguirte y por sus caminos irte alabando y bendiciendo, y bendecirte sufriendo, y
muriendo bendecirte.
Que no ame la poquedad de las cosas que van y vienen; que adore la austeridad de estos sentires
que tienen sabores de eternidad;
que sienta una dulce herida de ansia de amor desmedida; que ame tu ciencia y tu luz; que vaya, en
fin, por la vida como tú estás en la cruz:
de sangre los pies cubiertos, llagadas de amor las manos, los ojos al mundo muertos y los dos
brazos abiertos para todos mis hermanos.
(Se coloca el primer letrero, desde el principio)
ENCUADRE
Ya hemos reflexionado que necesitamos sentir la presencia de Dios en nuestra vida, dejar
momentos de silencio y oración para entrar en relación con él; sin embargo, esta relación se hace
más estrecha cuando contemplamos a nuestro Creador a través de su Hijo Jesucristo, ya que “tanto
amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no muera, sino
tenga vida eterna” (Jn 3,16).
En el ejercicio de ayer se dejó una tarea, reflexionando en lo vivido y preparándonos para nuestro
encuentro de hoy con la hermosa oración del Soneto a Jesús
Crucificado. ¿Cómo fue nuestra experiencia?
En la presente reflexión vamos a contemplar la pasión y muerte de
nuestro Señor Jesucristo, lo cual es el centro del caminar de esta
cuaresma que nos lleva a resucitar con Cristo. Estos acontecimientos
son consecuencia del mensaje liberador y salvador de Jesucristo para el
ser humano y de su predicación del amor misericordioso del Padre.
Leyendo un análisis de la inteligencia de Cristo, desarrollada por Augusto Jorge Cury, en el libro
“El Maestro del Amor”, llama la atención cuando el autor hace una comparación de lo que sentía el
Padre celestial en la Pasión y muerte de su Hijo único, con lo que siente un papá cuando lleva a su
hijo con una cruel enfermedad a un hospital. El papá llega exigiendo a los doctores que quiten el
dolor que tiene su hijo (a), hay momentos que se puede ver cómo alguno de los papás desearía estar
en el lugar de su hijo, para evitarle aquel sufrimiento.
De la misma forma Dios nuestro Padre no deseaba la muerte tan cruel de su Hijo. Podríamos
preguntarnos ¿entonces por qué lo permitió?
EXPERIENCIA HUMANA – VER
74
Para entender y contemplar este Misterio en que Jesús da a Dios la respuesta de fe en nombre de la
humanidad, vamos a empezar por leer la Palabra de Dios en Fil 2, 6-11.
Estamos frente a un acontecimiento de verdadero amor, en el cual el Hijo de Dios, asume
totalmente la naturaleza humana, al grado que también asume sus consecuencias. Jesucristo había
predicado abiertamente la liberación y salvación de los hombres, esta liberación es integral, tanto
del pecado que enreda y cautiva al ser humano, impidiéndoles llegar a la felicidad para la cual
fuimos creados, así como la opresión de sistemas que esclavizan e impiden la plena realización.
Por lo tanto, la causa de la muerte de Jesús de Nazaret tiene dos vertientes: una religiosa y una
política.
La causa religiosa, es que los miembros del Sanedrín se sienten amenazados ante la presencia y
doctrina de este Maestro, quien a pesar de ser un carpintero habla con autoridad y hace prodigios
que nadie en el mundo es capaz de realizar. Estas obras las atribuye a su vinculación con el Padre.
Los sacerdotes y maestros judíos saben que ellos no tienen autoridad para dictaminar muerte a una
persona, por lo que buscan testigos que acusen a Jesús de faltas al César.
La causa política es por su predicación y práctica de actitudes fuertemente sociales, que llevan a la
humanidad a valorar su dignidad y luchar por la justicia y la paz, ya que la salvación de Jesús es una
liberación de todas las esclavitudes y represiones, al grado que la muchedumbre lo proclama Rey de
los judíos en un territorio que estaba gobernado por los romanos. Así pues, cuando es presentado
por el sumo sacerdote como reo de muerte, acusándolo de revueltas contra el César, el gobernador
lo condena a la crucifixión.
Con esto vemos que el Padre celestial no lo
manda a la muerte, sino que ésta es
consecuencia del pecado y la corrupción
humana. Por ello Jesús la enfrenta para
vencerla, pidiendo antes la fortaleza al
Padre, así como el perdón para sus
agresores, que no saben lo que hacen.
Significación de la muerte de Cristo
(Se coloca el segundo letrero y la imagen del cordero)
La muerte de Cristo es tan rica que ningún concepto teológico es suficiente para explicarla por
completo. Esto lo podemos constatar en las diferentes formas de interpretación que ofrece el mismo
Nuevo Testamento, en él podemos encontrar que:
- Jesús murió como mediador de una alianza nueva y definitiva.
- La muerte de Cristo en la cruz es la entrega total para redimirnos de nuestros pecados. “Él participó
de la condición humana para anular con su muerte al que controlaba la muerte, es decir, al diablo, y
para liberar a los que, por medio de la muerte, pasan la vida como esclavos” (Heb 2, 14-15).
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
75
- Jesucristo se entregó a la muerte para ofrecer al Padre el sacrificio único y perfecto (Cfr. Heb 7,
27).
El Catecismo de la Iglesia católica señala que “la muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual
que llevó a cabo la redención definitiva de los hombres” y es también “el sacrificio de la nueva
alianza” que nos devuelve la comunión con Dios y nos reconcilia con Él.
Jesucristo uniendo su pasión y su cruz a la expresión de fe de su pueblo, quiso adelantar la cena
pascual con sus apóstoles, para que en el momento que los corderos fueran llevados al templo para
el sacrificio, él estaría ofreciéndose como cordero inmaculado en expiación de nuestros pecados.
Consecuencias para el cristiano
El crucifijo nos revela que en el centro del cristianismo está la predicación de Jesús quien murió
ajusticiado, condenado como malhechor. Muerto en un instrumento de tortura, considerado por el
orador latino Cicerón, como el “más bárbaro y terrible castigo”. Los primeros cristianos tenían
dificultad para representar a Jesús en la cruz, ya que san Pablo mismo dice que ésta era considerada
“escándalo para los judíos y necedad para los griegos”.
La actitud del creyente ante el hecho de
la pasión y muerte de Cristo, debe ser
la misma que tuvieron los testigos
inmediatos de estos acontecimientos.
Ver en Él al profeta mesiánico, al
Mesías prometido que nos ha liberado
y ha tendido sus brazos para llevarnos
al Padre, lo cual implica una respuesta
de fe y conversión, así como el
compromiso de vivir en el servicio a
los hermanos buscando siempre la
dignificación de las personas, la justicia
y la paz.
ACCIÓN SIMBÓLICA Y ORACIÓN
Colocar un Cristo en el centro, en donde se puedan contemplar cada una de sus llagas. Dejemos un
momento de silencio para dejar que nuestros ojos miren y sientan el amor de Jesús que se entrega
asumiendo hasta el final su fidelidad al Proyecto del Padre.
Continuaremos diciendo la siguiente oración:
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
76
Adoremos a nuestro redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado
para resucitar de entre los muertos, y supliquemos diciendo: Señor, ten piedad de nosotros
- Señor y maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a la muerte, enséñanos a someternos
siempre a la voluntad del Padre.
- Tú que siendo nuestra vida quisiste morir en la cruz para destruir la muerte y todo su poder, haz que
contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos contigo a la vida nueva.
- Rey nuestro, que como un malhechor fuiste el desprecio del pueblo y la vergüenza de la gente, haz
que tu Iglesia no se acobarde ante la humillación, sino que como tú proclame en toda circunstancia
el amor del Padre.
- Salvador de todos los hombres, que diste la vida por los hermanos, enséñanos a amarnos
mutuamente con un amor semejante al tuyo.
- Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los hombres, reúne en tu reino a todos los
hijos de Dios dispersos por el mundo.
ORACIÓN FINAL
Oh mi amado y buen Jesús, postrado ante tu santísima presencia, te ruego con el mayor fervor
imprimas en mi corazón vivos sentimiento de fe, esperanza y caridad; verdadero dolor de mis
pecados y propósito firmísimo de enmendarme; mientras que yo, con todo el amor y con toda la
compasión de mi alma voy considerando tus 5 sagradas llagas, teniendo presente aquello que dijo
de ti, Oh buen Jesús, el santo profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar
todos mis huesos. Amen.
TAREA ESPIRITUAL Y DESPEDIDA
Durante este tiempo de cuaresma continuar reflexionando sobre la salvación que Jesucristo nos ha
traído desde la oración del santo viacrucis y la meditación de algunos salmos, por ejemplo, Salmo
50, Salmo 56, Salmo 62, Salmo 102, Salmo 104. También podemos darnos tiempo de leer algún
relato de la pasión del Señor detenidamente para seguir acercándonos a su amor.
77
¿CÓMO TE PAGARÉ SEÑOR
TODO EL BIEN QUE ME HAS
HECHO? María Leticia Acevedo Negrete
OBJETIVO
Reconocer, aceptar y vivir el amor de Dios, para estar en conversión permanente y transformar
nuestro modo de pensar y actuar.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Profundizar en el Evangelio de san Lucas. Tener conocimiento del contexto en el que vive Jesús en
ese momento, cómo eran considerados los samaritanos, quiénes eran los maestros de la ley.
MATERIALES
Biblia colocada en un lugar visible y especial.
Hojas blancas y lápices para cada participante.
Letrero “Vete y haz tú lo mismo”
Letra del canto elegido para la oración final.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Darse cuenta de todo lo que se tiene y lo que se es, por medio de la experiencia humana.
Agregar en la lista quién o quiénes nos han apoyado, acompañado, perdonado.
BIENVENIDA
Gracias por continuar en estos ejercicios espirituales, sean bienvenidos a este cuarto día, en este
camino de encuentro, donde hemos tenido silencios, oración, encuentros con Dios nuestro Señor y
78
nuestros hermanos en la fe. Ahora los invito a disfrutar del amor de los amores, a sentirnos y
reconocernos amados, pero sobre todo a comprometernos a vivir como hijos de Dios, a
configurarnos con Cristo que hace nuevas todas las cosas.
ORACIÓN INICIAL
Recitemos a dos coros el Salmo 116, 12-19
Coro 1: "¿Cómo le devolveré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Coro 2: Alzaré la copa por una salvación e invocaré el nombre del Señor.
Coro 1: Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo.
Coro 2: Tiene un precio a los ojos del Señor la muerte de sus fieles: "¡Mira, Señor, que soy
tu servidor, tu servidor y el hijo de tu esclava: tú has roto mis cadenas!"
Coro 1: Te ofreceré el sacrificio de acción de gracias e invocaré el nombre del Señor.
Coro 2: Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo, en los atrios de la
casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén."
ENCUADRE
Recordemos lo vivido el día de ayer ¿qué fue lo que más tocó nuestro corazón? ¿Pudimos hacer la
tarea que nos encomendaron? ¿Cómo nos sentimos al realizarla?
Reflexionar sobre el amor de Jesús expresado en su entrega total en la cruz, en ese mayor amor que
da la vida por los que ama, nos mueve a preguntar: ¿Cómo te pagaré todo el bien que tú me has
hecho Señor? Dios no se reserva nada para amarnos y salvarnos, para darnos vida.
Te invito a que pienses, o si es posible escribe, todo lo que
tienes (un techo, comida, ropa, amigos, padres, trabajo,
salud, desempleo, enfermedad); también describe cómo
eres y cómo lo has logrado. Después trae a tu mente a
todos tus seres queridos y a todos los que te quieren.
Recordemos los momentos difíciles y también los
momentos bellos. ¿Qué podemos agradecer?
Podemos invitar a compartir brevemente los grandes
motivos de agradecimiento en nuestra vida. ¿Cómo
podemos retribuir tanto amor, como el que nos ha
mostrado Jesús dando la vida por nosotros?
EXPERIENCIA HUMANA – VER
79
Vamos a hacer silencio interior, para escuchar a Dios y poder responderle. Abramos nuestra mente
y corazón a su Palabra en este momento de manera especial al Evangelio de Lucas capítulo 10
versículos del 25 al 37.
Reflexionemos de manera personal estos aspectos:
“Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”.
Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”.
“¿Y quién es mi prójimo?”.
¿Cuál de los tres te parece que se portó como
prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”.
“El que tuvo compasión de él”, le respondió el
doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y haz tú lo mismo”.
Siguiendo esta cita bíblica, ¿Cuáles son las
palabras o actitudes que atraen tu atención?
Dejar un momento de silencio para la reflexión
y las resonancias de los participantes.
En su Palabra Dios nos pone como referencia al prójimo, a quienes nos encontramos en nuestro día
a día y la manera, las actitudes como nos relacionamos. También nos invita a recordar momentos de
tristeza, de dolor, las veces que hemos estado tirados abajo y como muchas veces no alcanzamos a
percibir su presencia. Ni la de Él, ni la de los demás. En esos momentos sentimos que pasa mucho
tiempo en pasar “nuestro buen samaritano”. ¿Pasará mucho tiempo o somos nosotros quienes no
levantamos la mirada, quiénes no pedimos ayuda, quiénes no nos abrimos a su misericordia y
creemos que todo podemos por nuestras propias fuerzas? ¿No seremos nosotros quienes nos
privamos de sentir la presencia de Dios, de experimentar su amor? Porque Dios nos ama tanto que
hasta dio su vida para nuestra salvación y cada día Él nos quiere sanar, acompañar, apoyar, pero en
nuestros ruidos y distracciones no lo descubrimos. Sólo en la atención y apertura a su presencia
podemos percibir la gratuidad de su amor. Y así podremos experimentar cómo nos sana amándonos
y acogiéndonos.
“Vete y haz tú lo mismo” nos dice, pero hemos de experimentar su amor sanador presente siempre
en nuestra vida. Recordemos que hay que dejarnos sanar para llevar a la salud a otros. Jesús nos
pregunta ¿Quién se portó como prójimo? aquel que fue capaz de sentir y vivir la misericordia.
Pensemos que los primeros prójimos son nuestra familia, pero también son nuestros prójimos los
desconocidos, los que sufren carencias, los que necesitan ayuda, los que están en crisis, los que nos
caen mal, con los que hemos tenido diferencias.
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
80
¿Con quién te identificas?
En el tiempo en que vivió Jesús había mucha
confusión, sobre quién era el prójimo, para
algunos el prójimo era únicamente el que
pertenecía al pueblo de Israel, los samaritanos
eran considerados extranjeros, Jesús deja
claro que lo importante es hacer el bien y
trascender los prejuicios que nos alejan de la
misericordia para con todos, aún los que
piensan diferente, los que consideramos
rivales, indignos...
No podemos justificarnos con “no tengo
tiempo”, voy a misa, yo doy mi limosna, yo
cumplo con los ayunos, yo hago penitencia,
yo no necesito nada, yo si trabajo, yo merezco
lo que tengo. No podemos separar el amor a
Dios del amor al hermano. Necesitamos tener
una mirada como la de Jesús.
Te invito a que hagas tuya la Palabra de Dios
y respóndete a ti mismo, que te pide Jesús con
estas palabras “Vete y haz tú lo mismo”.
(Colocar letrero). Para poder hacer lo mismo
necesitamos abrir nuestro corazón y dejar que
la presencia de Jesús y su amor sin límite nos
transforme y vaya cambiando nuestro corazón
de piedra en un corazón de carne.
Vuelve a mirar lo que escribiste al inicio,
¿qué es lo que tienes? ¿quién eres? Agrégale a
esa lista, quién o quiénes te han apoyado, te
han comprendido, te han perdonado, te han
acompañado. Estamos llamados a multiplicar
lo que tan generosamente Dios nos ha
entregado.
ORACIÓN FINAL
Demos gracias a Dios por tanto amor que nos ha manifestado, por la oportunidad de ser
prójimos, por todo lo que nos ha dado, por todo el bien que nos ha hecho. Escuchemos el canto:
“Señor a quien iremos” o “hazme un instrumento de tu paz”.
TAREA ESPIRITUAL Y DESPEDIDA
Revisa tu vida, contempla a tu alrededor,
observa a los olvidados, a los necesitados a los
que le sacas la vuelta. Anímate, puedes empezar
por orar por ellos y en lo posible, empezar a
hacer algo más en su favor para darles consuelo.
El amor sólo puede responderse con amor. Sólo
podemos pagar todo el bien que nos ha hecho y
todo el amor que nos ha ofrecido amando como
Él. Que Él que nos muestra el camino nos de la
fuerza y la voluntad para hacernos prójimos.
81
CELEBRACIÓN
SI HEMOS MUERTO CON CRISTO,
CREEMOS QUE TAMBIÉN VIVIREMOS
CON ÉL
Pbro. Apolinar Torres Ortiz
OBJETIVO
Comprender y vivir el camino del Señor que es seguirlo a la cruz para morir con Él y resucitar a la
vida nueva que Él nos ofrece.
NOTAS PEDAGÓGICAS
1. Es la celebración de una liturgia penitencial comunitaria con confesión y absolución individual.
En caso de no contar con sacerdote, hacer la liturgia de la palabra dejando tiempo para hacer un
acto de contrición y pedir perdón.
2. Se ofrecen algunas indicaciones, que remiten al Ritual de la Penitencia, con algunas sugerencias
complementarias. Los encargados deberán estudiar la celebración para tener todo lo necesario listo
y hacerlo según la guía.
3. Sería oportuno, prepararse previamente con un examen de conciencia y reservar algún don
material para los pobres, para ofrendar en la celebración como signo de caridad.
4. La liturgia se desarrolla en un clima de sencillez. Donde no se haga en el templo es necesario
contar con un crucifijo. Cuando quien preside es un sacerdote o un diácono se puede usar el signo
del agua bendita.
MATERIALES
Trozos de estambre morado de 40 ó 50 cm. Prepara el lugar de encuentro con todo lo necesario para
la celebración. Si no se cuenta con un coro, preparar los cantos penitenciales grabados y un altavoz
para ponerlos.
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ACCIÓN SIMBÓLICA
Al entrar las personas a la celebración se les entregará el trozo de estambre que se enredarán en su
muñeca izquierda, cuando se confiesen lo pondrán en un bote de basura que se colocará al lado del
sacerdote y si es posible todo eso se puede quemar delante de la imagen del Cristo, o simplemente
dejar el bote de basura delante del Cristo. Si hubiera personas que no se puedan confesar por el
cualquier motivo harán un acto de contrición y llevarán su cordel al bote de la basura frente al
Cristo.
Mientras el presidente con los otros ministros se acerca al presbiterio, la asamblea entona un canto
penitencial apropiado.
(Canto sugerido: Perdón Señor, perdón. Salmo 50
https://www.youtube.com/watch?v=G04U7ickH7E)
En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Saludo litúrgico del presidente (Sacerdote o ministro): Gracia, misericordia y paz a ustedes de
parte de Dios nuestro Padre y de Jesucristo, su Hijo nuestro Señor. Amén.
El presidente de la celebración se dirige a la asamblea con estas palabras u otras similares:
En este día el Señor nos invita a vivir un encuentro personal con Él, para animarnos a dar un paso
más en nuestro camino de conversión como acceso a la Nueva Vida que Él nos ofrece. Nuestros
Ejercicios Espirituales de Cuaresma nos van guiando no sólo a cambiar de pensamiento, sino a
cambiar de vida con la fuerza de Dios.
Oremos. Envía tu Espíritu Santo, Señor, sobre nosotros para que purifique nuestros corazones con
la penitencia y nos disponga a ser ofrenda agradable a ti. En la alegría de una vida nueva.
Alabaremos por siempre tu nombre santo y misericordioso. Por Nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA DE LA CARTA A LOS ROMANOS 6, 1-14
¿Qué diremos entonces? ¿Qué debemos seguir pecando para que abunde la gracia? ¡Ni pensarlo!
¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él? ¿No saben ustedes
I. RITOS INICIALES
II. LITURGIA DE LA PALABRA
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que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del
Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por
una muerte semejante a la suya, también nos identificamos con él en la resurrección.
Comprendamos: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este
cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado. Porque el que está muerto, no debe
nada al pecado. Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos
que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Al
morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. Así también
ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. No permitan que el
pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus bajos deseos. Ni hagan de sus miembros
instrumentos de injusticia al servicio del pecado, sino ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como
quienes han pasado de la muerte a la Vida, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al
servicio de Dios. Que el pecado no tenga más dominio sobre ustedes, ya que no están sometidos a
la Ley, sino a la gracia.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL. SALMO 50
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame
totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e
hice lo que es malo a tus ojos.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Tú amas la sinceridad del corazón y me enseñas la sabiduría en mi interior. Purifícame con el
hisopo y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Anúnciame el gozo y la alegría: que se alegren los huesos quebrantados. Aparta tu vista de mis
pecados y borra todas mis culpas.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de
tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
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Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino
a los impíos y los pecadores volverán a ti.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua anunciará tu justicia! Abre mis labios,
Señor, y mi boca proclamará tu alabanza.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu
contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
Trata bien a Sión por tu bondad; reconstruye los muros de Jerusalén, Entonces aceptarás los
sacrificios rituales las oblaciones y los holocaustos– y se ofrecerán novillos en tu altar.
R. Ten piedad de mi Señor, borra mis faltas.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 22-26
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser
rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y
resucitar al tercer día». Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí
mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá
y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si
pierde y arruina su vida?
Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él
cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.
Palabra del Señor.
PUNTOS PARA LA REFLEXIÓN
¿Qué significa andar con Jesús, seguir a Jesús?
Seguir a Jesús no significa sólo decir que creo que existió, o aún más creer que está vivo y me
acompaña, ni solamente pensar que trato de hacer lo que Él dice, Jesús nos invita a vivir con Él,
como Él y pasar lo que Él vivió como nuestro pastor, caminar a la muerte para resucitar con Él.
¿Cómo lo hace un cristiano, un discípulo? ¿Es algo fuera de nuestro alcance? No, lo seguimos
muriendo al pecado y abriéndonos a la vida nueva, a la vida de la gracia.
Esa vida nueva nos está esperando, en ella seguimos al Señor porque nos mueve el amor.
Santa Teresa de Jesús nos dice: “La resurrección de Jesús es la esperanza de todo cristiano, en ella
encuentra la plenitud de su vida pero también la fidelidad de las promesas de Dios que
verdaderamente nos ama y acompaña en todo momento. Nos habla de Jesús ya resucitado, cercano
para ella en la Eucaristía, de una forma muy personal y experimental: «buen amigo presente, […]
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buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer […]. Es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es
amigo verdadero».” (Vida 22,6).
Seguirlo es vivir en la amistad que Él nos da como gracia. De una manera superior el encuentro con
Él en la Eucaristía, va sellando la amistad y el seguimiento del amigo que nunca falla.
Por el sacramento de la reconciliación damos este paso. Pero si no podemos hoy hagamos un acto
de arrepentimiento verdadero y abramos a la vida a Jesús y en cuanto podamos acudamos al
Sacramento para poder recibir la presencia del Señor en la Sagrada Comunión, signo sensible de
nuestra unión con él y con su vida.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Un lector puede sugerir algunas consideraciones para hacer un breve examen de conciencia.
El Sacerdote invita a todos a ponerse de rodillas. Él de pie, ante la Cruz, invita a la penitencia con
estas palabras:
Dios nos llama una vez más a la conversión: oremos para obtener la gracia de la vida nueva en
Cristo Señor, para resucitar con Él. Oremos al Señor en silencio y pidamos su misericordia.
En seguida todos se ponen de pie y cantan, como preparación a la confesión (o momento de
reconciliación confinada ante Dios), la oración del Señor:
Padre nuestro.
El presidente, si es el sacerdote o un diácono en silencio, rocía a toda la asamblea con agua bendita
como signo de purificación y recuerdo del bautismo. (Si es un ministro o un catequista se omite).
CONFESIONES INDIVIDUALES (O se deja tiempo en silencio para pedir perdón y realizar un acto de
reconciliación personal)
ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO
Terminadas las confesiones, (o el tiempo de oración personal) el presidente invita a la Asamblea a
agradecer al Señor por el don de la gracia recibida cantando el Magníficat.
Terminado el canto, quien preside concluye la celebración con la siguiente oración:
Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que no quieres la muerte sino la conversión de los
pecadores, ayuda a tu pueblo para que vuelva a ti y viva. Concédenos escuchar siempre tu voz,
dejarnos guiar por tu Santo Espíritu en el camino de la vida y, agradecidos por tu perdón,
progresaremos en todo y siempre en la adhesión a Cristo tu Hijo que nos ha llamado a seguirle. Él,
que es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
El presidente invita a la asamblea a darse el signo de la paz, mientras se entona un canto apropiado.
III. RITO DE LA RECONCILIACIÓN
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BENDICIÓN CONCLUSIVA Y DESPEDIDA
El sacerdote celebrante bendice a la asamblea.
Si es un catequista o un ministro puede decir: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna. Todos responden: Amén
CANTO FINAL
La asamblea concluye alabando a Dios con un canto de agradecimiento.
Canto sugerido: Vaso nuevo
https://www.youtube.com/watch?v=ciWiuRfdcUM
IV. RITOS FINALES
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JUNTOS NOS DISPONEMOS AL
ENCUENTRO
OBJETIVO GENERAL:
Que la familia se disponga al encuentro con Dios mediante el silencio y la escucha,
NOTAS PEDAGÓGICAS
● En estos momentos que estamos viviendo, es clave que en familia encontremos espacios de
silencio, escucha y reflexión que nos permitan encontrar la presencia de Dios.
● Es importante que la familia escoja un lugar donde reunirse para orar y orientar los Ejercicios
Espirituales de Cuaresma.
● Organizar quien de los padres o familiares van a coordinar los ejercicios. La persona que guía
los momentos de oración y silencio debe hacerlo con voz pausada, transmitiendo tranquilidad,
con paciencia. Se puede utilizar música relajante.
MATERIALES
● Una mesita o altar con su mantel y un cirio, la Biblia y una imagen de Jesús.
● Lápiz y hojas; marcadores o plumones y una pizarra o papelógrafo para escribir.
ACCIONES SIMBÓLICAS
Serán los espacios comunes significativos en los que realizamos oración guiada.
Bienvenida
Comenzamos felicitándonos como familia por el deseo de encontrarnos con Dios y caminar con Él
en esta cuaresma, para también reconocer cómo Él ha caminado con nosotros en lo que estamos
viviendo, sosteniéndonos, dándonos fortaleza o de otras mil formas.
EXPERIENCIA HUMANA– VER
Oración inicial:
Jesús, José y María, hoy queremos encomendarnos a ustedes para que
nuestra familia siguiendo su ejemplo, pueda sentir y acoger la
presencia de Dios, disponiéndose al encuentro desde la oración y el
silencio. Intercedan por nosotros para que Dios nos conceda la fe de
María, la fidelidad de José y la ternura de Jesús para que podamos
aprender a estar con Dios y dejar las cosas que nos impiden
permanecer en su presencia.
Amén.
89
Como familia necesitamos aprender a
silenciar el corazón para escuchar a Dios.
Muchas veces ni siquiera nos escuchamos
entre nosotros mismos, no sabemos atender la
palabra y la presencia de cada uno. A veces
los papás no tienen tiempo para escuchar a
sus hijos, otras veces son los hijos los que no
quieren escuchar a los padres… Nos
encerramos en nuestros problemas, olvidamos
que nos necesitamos unos a otros en
comunión y que Dios se comunica con
nosotros siempre de muchas maneras, pero su
voz en el otro es más fuerte. Esto se convierte
en un gran reto para este tiempo que estamos
viviendo. Teresa de Jesús decía al respecto
“cuántas dificultades pone el demonio y
cuántos temores a quien quiere seguir a Dios
más de cerca” (Vida, 23). Todos hemos
tenido la experiencia de una bonita amistad.
Sabemos que es necesario escuchar, atender,
pero también ser escuchado
Seguramente nos damos cuenta de que
siempre es necesario expresarnos, pero
también escuchar, para que pueda haber un
verdadero encuentro. De igual forma,
sabemos muy bien que cuando estamos
platicando sobre algo importante nos gusta
que nos atiendan y que haya un ambiente que
permita que nos escuchemos
verdaderamente.
En estos ejercicios queremos desarrollar la
habilidad de atender a la comunicación con
Dios y responderle desde el corazón, para eso
necesitamos aprender a silenciar todos
nuestros ruidos y soltar nuestras distracciones.
Vamos a platicar entre nosotros qué
necesitamos hacer para estar más atentos a la
comunicación de Dios. Cada uno dice una
actitud que nos puede ayudar tanto a escuchar
a Dios como a comunicarnos mejor entre
nosotros como familia.
Una vez que hemos intercambiado entre
nosotros esas actitudes que nos ayudan a
atender y escuchar, vamos a hacer un
ejercicio de escuchar a Dios en su Palabra:
"Todos ellos perseveraban en la oración, con
un mismo espíritu en compañía de algunas
mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus
hermanos."
(Hch 1, 14).
Este pasaje nos habla de algunas actitudes que
necesitamos para escuchar a Dios y entre
nosotros. La primera es la perseverancia en la
oración desde un sentido de unidad más allá
de las diferencias. Como familia podemos
disponernos a escuchar y acompañar a Jesús,
de eso se tratan estos ejercicios.
Escuchemos este texto:
"Llegaron a un lugar llamado Getsemaní, y
Jesús dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí
mientras voy a orar.» Y llevó consigo a
Pedro, a Santiago y a Juan. Comenzó a
llenarse de temor y angustia, y les dijo:
«Siento en mi alma una tristeza de muerte.
Quédense aquí y permanezcan despiertos.»
Jesús se adelantó un poco, y cayó en tierra
suplicando que, si era posible, no tuviera que
pasar por aquella hora. Decía: «Abbá, o sea,
Padre, si para ti todo es posible, aparta de mí
esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero,
sino lo que quieres tú.»" (Mc 14, 32-36)
¿Qué nos narra este evangelio? ¿Qué nos ha
llamado la atención?
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
90
Vamos a resaltar algunos aspectos. Jesús nos
muestra en este pasaje la importancia de
disponernos a escuchar a Dios, pero no de
cualquier manera. Jesús nos enseña que a
Dios hay que acercarnos con todo lo que
estamos viviendo, con nuestros dolores,
alegrías, preocupaciones, angustias. También
nos vuelve a mostrar la importancia del apoyo
que nos debemos dar unos a otros también
para escuchar a Dios y para vivir las
circunstancias que se presentan desde la
confianza y la fe.
Por eso es necesario que nosotros aprendamos
a presentarnos delante de Dios desde lo que
somos y vivimos, con la conciencia de cómo
estamos y darnos cuenta de su presencia que
nos acompaña y sostiene, pero que es
silenciosa, callada, sin gritos… Necesitamos
también hacer silencio y estar atentos a sus
comunicaciones en nuestro corazón. Cuando
entregamos nuestro ser y acogemos su
comunicación, Él nos da la fuerza que
necesitamos para continuar. Vamos a
regalarle a Dios unos minutos de atención y
silencio, de disposición para sentir su
presencia y escuchar sus Palabras. De
preferencia encendemos el cirio mientras
realizamos esta meditación (Guiamos esta
pequeña meditación, se puede colocar música
de fondo).
Vamos a colocarnos en una posición
adecuada, con nuestros pies bien apoyados
en el suelo y nuestra espalda recta, cerramos
los ojos y hacemos conciencia de nuestra
respiración, tratando de sentir los latidos de
nuestro corazón. Y desde esos latidos nos
imaginamos una montaña, con flores y
árboles que dan sombra, donde la brisa
acaricia nuestras mejillas. En ese campo
vemos a Jesús que nos mira con cariño y se
acerca hasta dónde estamos y sin dejar de
contemplarnos con amor nos pide que le
atendamos. Nosotros nos acercamos a Él y
dejamos que nos mire y nos hable.
Escuchamos sus palabras cariñosas que nos
dicen que confiemos en el amor de su Padre.
Nosotros también le decimos lo que nace de
nuestro corazón. Luego de un rato nos
abraza y nos dice que siempre está con
nosotros, con nuestra familia
acompañándonos y que desea que le hagamos
espacio en nuestra vida. Volvemos poco a
poco a nuestra respiración y al latido de
nuestro corazón. Escuchamos los sonidos que
nos rodean, sentimos cómo está nuestro
cuerpo y cuando estemos listos abrimos
lentamente los ojos.
91
Una vez finalizado el ejercicio de meditación, pedimos que en familia se intercambie la experiencia,
cómo se sintió cada uno. Juntos van a realizar un compromiso familiar para estos ejercicios, puede
ser comunicarse más entre los miembros, reflexionar más la Palabra de Dios juntos, ayudar a
alguien que lo necesite en nuestro vecindario. Es importante que este compromiso quede bien claro
y que nos ayudemos a realizarlo, de ser posible lo anotamos en un lugar visible. Una vez que se
tenga listo la familia junta dice:
Con tu gracia y tu presencia nos fortaleces en familia y sabemos que podemos disponernos a
caminar contigo en esta cuaresma, ayúdanos a saber acompañarte y escucharte.
Oración final:
Juntos realizan la siguiente oración:
Padre amoroso, muchas gracias por regalarnos estos momentos de encuentro con tu Hijo Jesús,
que nos guía y enseña el camino de la escucha y la atención.
Gracias por nuestra familia y lo que en ella nos ofreces. Ayúdanos a escucharte en el silencio de
nuestro corazón, en la realidad de nuestro hogar, en la comunidad que también te necesita.
Ayúdanos a permanecer con el corazón atento, a sentir tu presencia y poder experimentar que Tú
siempre estás, aunque muchas veces no te reconocemos. Que Jesús, José y María nos acompañen
en este camino. Amén.
Tarea espiritual:
Vamos a estar todos pendientes de cumplir el compromiso que realizamos como familia y comentar
cómo nos sentimos al hacerlo.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR, CELEBRAR
92
QUEDARNOS CON JESÚS
MAESTRO Y AMIGO
OBJETIVO
Que la familia pueda reconocer la presencia de Jesús que nos invita a estar con Él como verdadero
amigo y nuestro maestro.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Ambientar nuestro espacio familia para el encuentro.
Identificarnos con esos primeros discípulos.
Cuidar los espacios de oración meditación con una postura adecuada, pendientes de aspectos
como el tono de voz, la música de fondo, la importancia de concentrarse en la respiración.
MATERIALES
Hojas y lápiz para cada participante.
Una cartulina o papel bond, cinta adhesiva o pegamento
Una mesita o altar con su mantel y un cirio, la Biblia y una imagen de Jesús.
Se puede sacar una hojita con el soneto de Jesús Crucificado para cada participante.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Serán los espacios de oración común.
BIENVENIDA
Ayer iniciamos un camino para descubrir la presencia amorosa de Dios en nuestra vida en medio de
todo lo que estamos experimentando. También nos dimos cuenta de que necesitamos cultivar
actitudes de escucha, atención, silencio y sobre todo de oración. Hoy queremos quedarnos con
Jesús, sentirle presente y acogerle como nuestro amigo y maestro.
ORACIÓN INICIAL
Señor Jesús, que viniste al mundo para mostrarnos la cercanía y el amor del Padre,
que de muchas formas nos invitas estar contigo, de manera especial en la comunión de nuestra
familia. Concédenos mantenernos en tu presencia y descubrirte en tu Palabra,
en la Eucaristía y en el hermano que sufre.
93
Hoy queremos que nuestra familia aprenda a quedarse contigo
Para descubrir que Tú te has quedado con nosotros.
Queremos orar contigo y acompañarte en tu vida, sabiendo que es el camino de la Cruz, pero
también de la Resurrección, pues es la senda de la entrega por amor y fidelidad.
Queremos que tu presencia nos permita encontrarnos en ti como familia
y salir de todo lo que nos aleja de la comunión, para hacernos hermanos como tú nos enseñaste.
Por eso hoy, confiando en tu amor y misericordia, queremos quedarnos contigo, para que tú cures
y transformes nuestro corazón a través de tu Espíritu consolador y la presencia creadora del
Padre. Amén.
Podemos pedir a los que gusten que repitan a manera de eco alguna frase de la oración que les haya
resonado.
ENCUADRE
Ayer tratamos de tener un encuentro con el Señor disponiéndonos
como familia en el silencio del corazón para escuchar a Dios.
Hoy queremos aceptar la invitación de Jesús para estar con Él y
responderle que queremos permanecer, quedarnos a su lado
aprendiendo de Él para poder seguirlo. Les invitamos a disponerse
a este encuentro, que comenzó hace mucho tiempo y que en familia
deseamos acoger.
Para comenzar pedimos que podamos
compartir los sentimientos que nos surgen
cuando alguien especial nos invita a su casa o
a compartir un momento con él. Cuando eso
sucede nos alegramos y llenamos de emoción
al sentirnos mirados y reconocidos. Cuánta
más puede ser nuestra alegría al saber que
Dios mismo, que Jesús nos invita siempre y
de manera permanente a estar con Él. Nos
dice que siempre está a la puerta y nos llama.
(Cf. Ap 3,20). Lo más hermoso consiste en
que esa invitación es permanente, insistente y
continua, aunque muchas veces los ruidos y
las múltiples ocupaciones nos distraen y nos
hacen obviar esta presencia que nos invita,
siempre respetando nuestra libertad y
esperando nuestra respuesta.
De igual manera, si nos percatamos de esa
presencia que siempre nos invita a la
intimidad, podemos descubrir su forma de
amarnos y de acompañarnos en las concretas
situaciones que hemos vivido, especialmente
en este tiempo.
Ahora vamos a pensar un poquito en las
personas de nuestra familia y lo que han
dejado en nuestra vida a través de su
presencia y su amor. Cada miembro de la
familia en la mitad de una hoja va a escribir o
dibujar la presencia de alguien en la familia
que sea muy significativo. Seguramente
puede tratarse de familiares presentes o no,
que aún nos acompañan físicamente o que nos
acompañan desde la comunión con Dios.
EXPERIENCIA HUMANA – VER
94
Una vez que en la familia hayan realizado el
ejercicio podemos comentar cómo nos
sentimos. Es muy importante hacer
conciencia de lo que compartimos y de cómo
están presentes la existencia y el amor de esas
personas. Nos podemos dar cuenta lo
significativo que son, cómo nos han
acompañado y formado, quizá también
regañado y enseñado muchas cosas. Los niños
pueden darse cuenta de los bellos momentos
que han pasado con los abuelos, los tíos o los
primos y del cuidado de sus padres. Podemos
descubrir cómo el sentimiento de amor
siempre permanece y está entre nosotros.
Después de estos comentarios pedimos que
expresen su gratitud hacia esa persona.
Es muy importante resaltar que la presencia
de las personas que nos aman y que amamos
siempre deja en nosotros una huella, una
marca que nos ayuda a ser lo que cada uno es.
Asimismo, la presencia de Dios y su
invitación a estar con Él, nos va también
formando y trasformando.
Vamos a escuchar su Palabra de vida que
ilumina y re significa nuestra propia
experiencia humana desde la fe.
Vamos a iluminar con la Palabra de Dios el ejercicio que hicimos. Para ello vamos a tomar el texto
bíblico de Jn 1, 35-39 que leeremos con mucha reverencia:
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús
que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron
a Jesús. .Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscan?» Ellos le respondieron:
«Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» Les respondió: «Vengan y lo verán.»
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima.
Podemos ver en esta Palabra la profundidad
de la experiencia de encontrarse con Jesús. Si
bien es cierto que los discípulos siguen a
Jesús porque escucharon un testimonio por
parte de Juan Bautista, vemos que es Jesús
quien se vuelve a ellos, los mira, los acoge en
su corazón y les pregunta ¿qué buscan?
De esta manera, aunque podría parecer que la
iniciativa de buscar a Jesús es de los
discípulos, podemos ver que quien realmente
invita a la cercanía, a estar con Él es Jesús.
Dios siempre es quien nos ama primero (Cf. 1
Jn 4,10). Sin que lo sepamos, siempre somos
amados y si nuestro corazón sabe estar atento,
podemos dejarnos mover por ese amor que se
da en todo momento. Por eso la importancia
de la oración y el silencio, del que ayer
hablamos. Pero esa iniciativa amorosa
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
El amor nos deja huellas que nos
dan vida
95
requiere de nuestra libertad y de nuestra
respuesta: “Maestro ¿dónde vives?” Y
nuevamente Jesús nos muestra que no se trata
de palabras, sino que se necesita la
experiencia, la cercanía, el amor que se
entrega en reciprocidad, en el encuentro de tú
a tú entre personas, como en la familia. Por
eso les dice: “Vengan y verán”. Si no
compartimos la vida, nunca podremos tener
una verdadera relación de amistad, de
discípulos. Por eso San Marcos nos dice que
Jesús llama a los que quiso, por su iniciativa
amorosa. Nos pide ir a Él y quedarnos con Él,
estar con Él para poder ser enviados (Cfr. Mc
3, 13-14). Por eso este relato nos dice que
“...se quedaron con Él” y esa experiencia de
quedarse con Él dejó una huella tan
profundamente grabada en sus corazones, que
son capaces de recordar hasta la hora en que
eso ocurrió.
Es así como esos discípulos responden a la
experiencia de ser invitados, de ser mirados:
se quedaron con Él para poder ser marcados
por su presencia, por su forma de ser, de
relacionarse, de orar, de hacer el bien, de
compartir la vida. Sólo así podemos conocer
al Padre amoroso de quien nos habla Jesús. La
experiencia de estar con Él en familia nos
ayuda a encontrar cada uno su lugar desde el
amor y el servicio cotidiano, pero también en
nuestro aporte a la comunidad, a la parroquia,
a nuestros hermanos.
Pero ¿cuál será nuestra respuesta de fe a la invitación que desde hace tanto tiempo Dios nos ha
hecho?
Vamos a hacer un espacio de silencio y escucha disponiendo nuestro corazón y utilizando nuestra
sensibilidad. Con la postura adecuada y de ser posible con los ojos cerrados, guiamos a los
participantes de manera semejante a esta:
Abrimos nuestro corazón y recordamos la
Palabra. Nos sentimos en el lugar de
encuentro de Jesús, con sus discípulos, Pero
ahí estamos presentes también nosotros.
Contemplamos con nuestros sentidos internos
y nuestra imaginación a Jesús, sus palabras,
sus gestos, su presencia y nos ponemos ahí a
su lado. Dejamos que Él nos pregunte y
nosotros le respondemos… nos sentimos
mirados, invitados, amados y en nuestro
corazón ya no puede haber otro deseo que
estar con Él, aprender de Él a vivir, amar,
creer, orar… Permitimos que los sentimientos
que brotan de esa cercanía nos llenen
interiormente, percibimos nuestras
sensaciones corporales y nuestros
sentimientos, disfrutando del regalo de la
presencia de Jesús. Nos acercamos, dejamos
que Jesús nos abrace y le abrazamos también,
percibamos nuestro corazón muy cercano al
suyo. Recordamos cómo quiere que los niños
también se acerquen a Él. Le expresamos que
queremos aprender a amar como Él, que
deseamos reproducir en nosotros su forma de
amar al Padre, a los hermanos, en nuestra
concreta situación y dentro de nuestra
realidad. Disfrutamos de este momento.
Sentimos los latidos de nuestro corazón y nos
concentramos en nuestra respiración en los
sonidos y las sensaciones que tenemos,
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
96
consolados por ese encuentro. Poco a poco
volvemos a nuestro aquí y ahora acogiendo
aquello que Dios ha querido regalarnos.
Para finalizar este momento, se pide que en la otra mitad
de la hoja de papel escriban o dibujen a qué se
sintieron invitados, llamados, cuál debe ser nuestra
respuesta ante tanto amor que se nos ha dado. Luego
en una cartulina vamos a colocar el título de
“Nuestra familia quiere Amar como tú” y se van
pegando las hojas con el trabajo de hoy, cada
miembro pude comentar su respuesta y juntos
encontrarán la manera en que como familia podemos
quedarnos con Jesús en el amor, en el servicio, en la
convivencia familiar y el cuidado recíproco.
ORACIÓN FINAL
Para la oración final, nos colocamos en torno al altar y explicamos que vamos a hacer una
oración compartida, en la que a cada verso de la oración responderemos
Gracias Señor porque también en familia nos has llamado a estar contigo.
Encendemos el cirio diciendo: Tu amor ha iluminado siempre nuestra vida, hoy queremos
agradecer tu invitación constante y la presencia que nos sostiene.
Señor, tú nos examinas y conoces, nos has formado en lo profundo, así nos has amado y nos has
llamado. Continuamente te acercas a nosotros para sostener nuestra vida.
Gracias Señor porque también en familia nos has llamado a estar contigo.
Tú quieres que tu presencia nos configure contigo, que nos alimentemos con tu amor que sana y
da vida para que así podamos encontrar y realizar tu voluntad de ser hijos en el Hijo.
Gracias Señor porque también en familia nos has llamado a estar contigo.
Enséñanos a valorar tu llamado, para que podamos ayudarnos unos a otros a hacer germinar tu
imagen que has impreso en nuestro corazón, para que curemos nuestras heridas, superemos
nuestras debilidades y nos abramos a tu amor que da vida.
Gracias Señor porque también en familia nos has llamado a estar contigo.
Porque nuestro entendimiento y voluntad se hace más noble y capaz de todo bien cuando nos
encontramos contigo y aprendemos a quedarnos a tu lado para que seas nuestro amigo y maestro.
Amén.
Gracias Señor porque también en familia nos has llamado a estar contigo.
TAREA ESPIRITUAL
97
Nuestra tarea espiritual será colocar en el lugar de encuentro familiar la cartulina: “Nuestra
familia quiere Amar como tú” para recordar constantemente aquello que nos sentimos llamados
a realizar como respuesta al amor que Dios nos ofrece.
DESPEDIDA
Para agradecer lo vivido, invitamos a que la familia se dé un abrazo de paz si es posible o un
gesto de cariño en la distancia como símbolo de que queremos reproducir en nosotros los
sentimientos de amor y cuidado de Dios, compartiéndolos a los demás.
98
JESÚS ENTREGÓ SU VIDA POR
CADA UNO OBJETIVO
Contemplar el sufrimiento de Jesús como manifestación total de su amor hacia nosotros que hoy
nos sostiene, nos abre a su gracia y a la conversión como familia y comunidad.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Unir la contemplación del sufrimiento de Jesús con las experiencias vividas durante este tiempo de
pandemia, para que le sintamos cerca.
Presentar esta reflexión de manera que descubramos en la Cruz, la expresión perfecta de amor y la
cercanía de Dios en Jesús.
Suscitar el intercambio y la participación.
MATERIALES
Un letrero: “Ahora me alegro de mis padecimientos por ustedes, y completo en mi carne lo que
falta a los padecimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia” Col 1, 24
Un crucifijo grande o una imagen de Cristo Crucificado
ACCIÓN SIMBÓLICA
Se realizará en la experiencia de fe frente a Jesús Crucificado.
BIENVENIDA
Les invitamos a comenzar este momento de encuentro con Jesús Crucificado, en un ambiente de
oración.
ORACIÓN INICIAL
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
99
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
(Se coloca el primer letrero, desde el principio)
ENCUADRE
Después de recitar la oración podemos repetir a manera de eco alguna de las
frases que nos haya llegado al corazón. Cuando contemplamos a nuestro
Creador a través de Jesús y recordamos que “tanto amó Dios al mundo, que
entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no muera, sino tenga
vida eterna” (Jn 3,16) nos sentimos llenos de gratitud.
La reflexión de hoy nos acerca a la contemplación de la pasión y muerte de
nuestro Señor Jesucristo, que es el centro de nuestro camino de cuaresma y
nos lleva a resucitar con Cristo. Estos acontecimientos son consecuencia del
mensaje liberador y salvador de Jesucristo para el ser humano y de su
predicación del amor misericordioso del Padre.
En nuestra experiencia como familia podemos recordar momentos difíciles, de dolor y
preocupación y sabemos que como papás haríamos todo lo que estuviera en nuestras manos para
que nuestros hijos no sufrieran. Igualmente, entre hermanos procuramos siempre hacernos presentes
para acompañar en la dificultad a nuestros hermanos. Una cosa si es segura, si no podemos evitar el
dolor y la tristeza de alguien a quien amamos, buscamos la manera de hacernos presente a su lado,
para acompañarlos.
De igual manera Dios nuestro Padre no deseaba la muerte de su Hijo, estuvo a su lado en la cruz y
por su inmenso amor y respeto a la libertad humana, lo permitió.
La presencia del Hijo de Dios entre nosotros, fue total asumiendo la naturaleza humana, su cultura,
y el contexto. San Pablo nos dice que “se anonadó a sí mismo como uno de tantos” (Cfr. Fil 2, 6-
11).
EXPERIENCIA HUMANA – VER
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
100
Para entender la muerte de Jesús, el Evangelio de san Juan nos da unas claves muy interesantes. En
el contexto del discurso del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, Jesús expresa que Él da su
vida por amor:
“Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita, sino
que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de
mi Padre”. (Jn 10, 17-18) Esta palabra nos revela el sentido profundo de la libertad de Jesús que
asume las consecuencias de sus acciones y predicación, que confía en el amor del Padre. Más
adelante, en el mismo Evangelio de San Juan dice: “Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida
por sus amigos”. (Jn. 10,17- 18; 15, 13). No cabe duda que la pasión y la muerte de Jesucristo no
se entiende sino desde el amor infinito de Dios y de Jesús mismo.
La relación de Jesús con el Padre y todo lo que hace en su nombre, la manera de relacionarse con
todos los que estaban excluidos, los pecadores, los enfermos, las mujeres, los niños, muestra una
imagen de Dios como Padre misericordioso que la clase religiosa de su tiempo no acepta. Por eso
buscan la manera de acabar con Él y la encuentran acusándolo como quien causa revueltas contra el
César, por lo que el gobernador lo condena a la crucifixión.
De esta manera podemos ver que su muerte tiene unas causas históricas muy concretas, a
consecuencia del pecado y la corrupción humana. Sin embargo, tanto Jesús como el Padre asumen
las consecuencias de la fidelidad al amor que sienten por la humanidad.
Poder reflexionar sobre esta fidelidad de Jesús al amor del Padre y
al amor a cada uno, nos hace pensar en la situación que estamos
viviendo y la forma de vivirla. Podemos enfrentar lo que estamos
experimentando desde la confianza en Dios que nos acompaña y
nos llama al amor. Al contemplar a Jesús que padece acogiendo las
consecuencias de esa manera nueva de vivir la fe desde el amor, en
sus relaciones con Dios y con los hermanos aprendemos tanto.
Nos enseña cómo desde el amor podemos encontrar las formas
para enfrentar todas estas dificultades a partir de la confianza. Pero
también se puede responder a lo que vivimos desde la
desesperanza, la rabia, culpabilizando a todos y sin asumir la
responsabilidad por el cuidado de nuestra vida y de los demás. En
la pasión de Jesús podemos encontrar la fuerza para andar su
camino. Para finalizar esta parte, leamos un trozo del Cántico del
Siervo Sufriente, que le da un sentido profundo a la muerte de Jesús y nos ayuda a entenderla.
"Despreciado por los hombres y marginado, hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento,
semejante a aquellos a los que se les vuelve la cara, no contaba para nada y no hemos hecho caso
de él. Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le
pesaban. Nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado y eran nuestras faltas por
101
las que era destruido nuestros pecados, por los que era aplastado. El soportó el castigo que nos
trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados” (Is 53, 3- 5).
ACCIÓN SIMBÓLICA Y ORACIÓN
Colocar un Cristo en el centro, en donde podamos contemplar sus heridas, su rostro, sus llagas que
nos han sanado y quieren seguir sanándonos. Desde el silencio dejemos que nos hable imagen
sufriente por amor a cada uno. En un momento de recogimiento dejemos que nuestros ojos miren y
sientan el amor de Jesús que se entrega asumiendo hasta el final su fidelidad al Proyecto del Padre,
a todos los seres humanos, a nuestra familia.
Continuaremos con esta oración que se puede ir recitando por un miembro de la familia mientras el
resto interioriza su sentido:
Oh mi amado y buen Jesús, ante tus pies taladrados por los clavos y contemplando tus heridas
santísimas te rogamos con el corazón que nos inspires intensos sentimientos
de fe, esperanza y caridad.
Que descubramos en tu dolor el amor que nos tienes y eso nos mueva a amar y servir
a nuestros hermanos en quienes te haces presente.
Señor Jesús te agradecemos el sacrificio que hiciste por cada uno en la cruz
Ayúdanos a corresponder a tu amor, valorar tu amistad y tu compañía,
A descubrirte en el seno de nuestro hogar.
Queremos abrirte las puertas de nuestro corazón y de nuestra familia. Queremos que te entres en
nuestra vida y la hagas nueva.
Amén.
TAREA ESPIRITUAL Y DESPEDIDA:
Continuar teniendo momentos de oración frente a Jesús crucificado mediante el rezo del viacrucis.
También se puede ver en familia una película de la Pasión de Cristo y comentarla.
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
102
CORRESPONDER A TU AMOR
EN FAMILIA
OBJETIVO
Reconocer y acoger el amor de Dios desde nuestra experiencia familiar para disponernos a seguir
los pasos de Jesús como sus fieles discípulos en conversión constante.
NOTAS PEDAGÓGICAS
Tener presente el contexto del evangelio de Lucas y el significado que tiene para una familia acoger
la parábola del Padre Misericordioso.
MATERIALES
Biblia colocada en un lugar visible y especial.
Hojas blancas y lápices para cada participante.
ACCIÓN SIMBÓLICA
Identificarnos con un personaje de la parábola del Hijo Prodigo. Recordar y agradecer a quién o a
quiénes nos han apoyado, acompañado, perdonado durante nuestra vida.
BIENVENIDA
Hoy después de contemplar el amor de Jesús que se da hasta el extremo en la cruz, los invitamos a
buscar la manera de corresponder a ese amor y vivir como hijos de Dios, configurándonos con
Cristo que hace nuevas todas las cosas.
ORACIÓN INICIAL
Ayúdanos Padre a encontrar el camino para corresponder a tu amor manifestado en Jesús.
Que sus palabras nos iluminen la mente y el corazón y podemos
Sentir tu invitación y responder a ella con el corazón.
103
Desde los ejemplos que encontramos en tu Palabra, permite que aprendamos a responder a
la vida desde esas enseñanzas.
Que podamos en nuestra familia encontrarte presente y seguir el modelo de la familia de
Nazaret, de la Trinidad que es comunidad de amor y acogida eterna. Amén.
ENCUADRE
Recordamos lo vivido ayer y comentamos qué fue lo que más tocó nuestro corazón. Haber
reflexionado sobre el amor de Jesús expresado en su entrega total en la cruz, en ese mayor amor que
da la vida por los que ama, nos mueve a preguntar de qué manera podemos corresponderle desde
nuestra vida familiar.
Invitamos a que cada uno piense y escriba, todo lo
que tienes (un techo, comida, ropa, amigos, padres,
trabajo, salud, desempleo, enfermedad). Es
importante que también pensemos cómo lo hemos
logrado y traigamos a nuestra mente a nuestros
seres queridos y a todos los que te quieren.
Recordemos los momentos difíciles y también los
momentos bellos. ¿Qué podemos agradecer?
Desde este pequeño ejercicio, pedimos que en
familia expresen los motivos para agradecer unos a
otros. Todo lo bueno que hemos recibido viene
Dios e inclusive en los momentos difíciles, la
fuerza para superarlos, las personas que nos
apoyan y nos perdonan son presencia de Dios y de
su amor en nuestra vida. Esto que hemos experimentado al agradecer nos puede ayudar a
identificarnos en la Parábola del Hijo Prodigo o Padre Misericordioso.
Hacemos silencio interior, para escuchar a Dios y poder responderle. Abramos nuestra mente y
corazón a su Palabra escuchemos con novedad esta parábola para que sintamos qué necesitamos
hacer para responder al amor de Dios. Hoy vamos a reflexionar en esta parábola con un enfoque
distinto al que siempre lo hacemos para encontrar en ella elementos que nos permitan descubrir
cómo corresponder al amor de Dios en familia y como familia. Lc 15, 11- 32
EXPERIENCIA HUMANA – VER
EXPERIENCIA DE FE – JUZGAR
104
"Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: "Dame la parte
de la hacienda que me corresponde." Y el padre repartió sus bienes entre los dos. El hijo menor
juntó todos sus haberes, y unos días después, se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero
llevando una vida desordenada. Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una
escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Fue a buscar trabajo, y se puso al servicio de un
habitante del lugar que lo envió a su campo a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el estómago
con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo. Finalmente recapacitó y se dijo:
¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!
Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: «Padre, he pecado contra Dios y contra ti.
Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.» Se levantó, pues, y
se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a
echarse a su cuello y lo besó. Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya
no merezco ser llamado hijo tuyo.» Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor
vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. Traigan el
ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha
vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta. El hijo mayor
estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile. Llamó a
uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. Él le respondió: «Tu hermano ha
regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.»
El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. Pero él le contestó: «Hace
tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me
has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo,
que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.» El padre le
dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y
alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado.»"
Vamos a pensar en los personajes de esta parábola, ¿quiénes son? Una vez que los hayamos
identificado en sus maneras de actuar, vamos a ver dónde nos vemos reflejados:
En el hijo menor que aun teniéndolo todo junto a su padre quiere independencia total, no estar
en casa y disfrutar de todo lo suyo sólo para que no se metan con su vida.
Con el hijo mayor que cree que es muy bueno, pero que no se siente como en su casa, que no
conoce la bondad y la generosidad de su Padre y lo siente lejano.
Como ese hijo mayor que olvida quién es su hermano y lo juzga con dureza
En el hijo menor que reconoce sus errores y es capaz de volver con humidad.
Con el padre que comprende y respeta a sus hijos, que espera al que se va y no lo juzga sino lo
acoge a regreso.
En ese padre que se da todo y que dice: “tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo”
105
Quizá podamos sentir que en ocasiones tenemos un poco de cada uno, aunque el Padre
Misericordioso siempre nos queda grande. De cada uno de los personajes tenemos mucho que
aprender, sobre todo la importancia de conocer realmente al Padre, su amor, disfrutar su presencia,
entender todo lo que hace por cada uno y agradecer. El hijo menor no supo apreciar a su Padre, su
hogar, la vida en compañía. El hijo mayor nunca entendió tampoco el amor del Padre, estando con
Él no se sentía amado ni tomado en cuenta. Siempre tenemos que buscar la conversión, pero esa
brota de la experiencia de sentirnos amados, de ponernos confiadamente en presencia de Dios.
En su Palabra Dios nos pone como referencia una familia que no responde a la cultura de aquel
tiempo. Sin embargo, en ella nos quiere mostrar la manera de proceder de Dios para hacernos
familia y hermanarnos, desde la misericordia. Nos
muestra el respeto a la libertad, la paciencia, también la
necesidad de permitir que el otro aprenda por sí mismo y
reconozca las cosas desde su experiencia. Nos muestra
que necesitamos ser agradecidos y valorar lo que
tenemos. Que no hay nada que deba hacernos olvidar que
somos familia, hermanos. Que la alegría de un padre es
que sus hijos estén con él y se sientan varadamente
hermanos y unidos por el amor. Que hay que saber
esperar, perdonar, celebrar y alegrarse… Hay muchas
cosas que nos enseña esta parábola sobre nuestra familia
y la forma de ser de cada uno. Nos muestra que no
podemos separar el amor de Dios del amor al hermano y
que necesitamos tener la mirada del Padre, la mirada de Jesús.
Estas lecciones son muy significativas durante esta cuaresma que estamos viviendo en familia,
desde una realidad muy dolorosa que muchos están experimentando. Vamos ahora a ver qué
aspectos concretos de esta reflexión nos pueden ayudar como familia a estar más en sintonía con lo
que Dios quiere de nosotros, con su amor. Mirando el cartel que hicimos anteriormente, vamos a
ver qué otras cosas podemos agregar, que puedan ser realizadas. Recordemos que la oración en
familia, el hacer obras de misericordia juntos, el tratarnos con amor y respeto, colaborar en las
tareas de la casa, aprovechar el estudio, aprender y compartir aquello que sabemos, son cosas que
nos pueden ayudar. También recordemos cómo podemos vivir los sacramentos unidos, cómo se
puede participar y apoyar a nuestra parroquia, dar un servicio a nuestra comunidad. Podemos pasar
hojas a cada participante para que se escriba de manera personal o conversar entre todos e ir
anotando aquello que nos ayude a corresponder al amor de Dios como familia.
Realizamos nuestra oración final:
RESPUESTA DE FE – ACTUAR Y CELEBRAR
106
ORACIÓN FINAL
Te damos gracias Señor porque a través de la
Palabra de Jesús nos muestras también muchas cosas que
en nuestra vida en familia podemos mejorar. Gracias
porque nos hacer sentir que necesitamos de tu amor y que
es eso lo que nos da vida. Ayúdanos a comprender los
sentimientos del Padre y recapacitar como el hijo
pródigo, que aprendamos que nos quieres hermanos y
que es hermoso acoger a quien recapacita. Que nos
alegramos y hagamos fiesta por aquellos que regresan a
casa y han aprendido a reconocer tu bondad. Te lo
pedimos por Jesucristo tu Hijo y nuestro hermano, que
nos mostró tu amor y camina con nosotros en comunión
con el Espíritu Santo. Amén.
TAREA ESPIRITUAL Y DESPEDIDA
Tener presente nuestra reflexión y lo que escribimos en la cartulina Nuestra familia quiere
Amar como tú durante todo este tiempo de cuaresma e ir realizando nuestros compromisos.
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