INTRODUCCIÓN
En Chile existen 215.000 hectáreas de frutales, de las cuales 33.000 hectáreas
pertenecen a frutales carozos, donde la superficie de ciruelo total alcanza más de 13.000,
siendo la tercera especie frutal en exportación a nivel nacional. En este sentido, el ciruelo
japonés (Prunus salicina Lindl), es de los frutales más importantes del país con 8495
hectáreas, representando el 21 % de los carozos. Es importante señalar, que la mayor
producción de ciruelo japonés se concentra en la Región Metropolitana y la VI Región,
seguidas por la V y la VII Región en orden de importancia en cuanto a superficie
(ODEPA, 2004).
Sin embargo, uno de los problemas más importantes del cultivo del ciruelo japonés es su
irregularidad en la producción año a año, lo que trae consecuencias en la oferta al hacerla
inestable para los países consumidores y poco atractiva para los productores. Esta
irregularidad se debe principalmente, a que el período de floración ocurre muy temprano
en la temporada, siendo uno de los primeros frutales en florecer. Dicha floración ocurre
bajo condiciones de clima adverso para una cuaja abundante, generalmente con lluvias,
frío, heladas, ya que no solo se dificulta el proceso de fecundación, sino que también el
transporte de polen por medio de las abejas entre los distintos cultivares, ya que es una
especie que requiere polinización cruzada debido a que es autoincompatible.
El principal agente polinizador del ciruelo japonés es la abeja, que tienen un trabajo
efectivo bajo ciertas condiciones climáticas, que por lo general, en el período de floración
de esta especie vegetal son bastantes adversas. Por lo tanto, cualquier manejo que se
haga para favorecer el transporte del polen aumentará las posibilidades de obtener una
cuaja aceptable.
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En ciruelo se han realizado una serie de ensayos para facilitar el transporte de polen de
un cultivar a otro a través de polinizaciones dirigidas en forma manual y uso de
dispensadores y trampas de polen en la entrada de las colmenas. Sin embargo, resulta
poco rentable el primer caso y aún persiste el problema que el agente polinizador está
sujeto a las condiciones agroclimáticas en el segundo. Por otro lado, en cultivos con
problemas similares como kiwi y chirimoyo, se han obtenido resultados satisfactorios y
producciones más estables con el uso de polinización artificial.
Por lo tanto, frente a una buena elección del polinizante en cuanto a calidad y cantidad, y
no pudiendo interferir sobre las condiciones climáticas en la floración, aparece como
importante en huertos de ciruelo japonés la idea de acarrear el polen a la flor de la
variedad en forma mecánica.
Por lo tanto, la hipótesis de esta investigación es la siguiente:
• Aspersiones mecánicas de polen ventilado a la totalidad del árbol producen un
aumento en el porcentaje de flores cuajadas en huertos de ciruelo japonés.
Tomando en cuenta estos antecedentes se han planteado los siguientes objetivos:
• Objetivo general:
Evaluar el efecto complementario al uso de abejas de la polinización mecánica de polen,
sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés, en cultivares Queen Rosa, Blackamber, y
Laroda.
• Objetivos específicos:
Evaluar el efecto de la aplicación de polen sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés
en cv. Blackamber con 66% de polinizante.
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Evaluar el efecto de la aplicación de polen sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés
en cv. Queen Rosa al 11% de polinizante.
Evaluar el efecto de la aplicación de polen sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés
en cv Laroda al 6% de polinizante.
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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1. Descripción de la especie:
El ciruelo pertenece a la familia Rosacea, subfamilia Prunoidea, género Prunus
(COBIANCHI, BERGAMINI, CORTESI, 1989). En el mundo existen más de 2000
cultivares de ciruelo, pertenecientes a 15 especies. De éstos, solo unas pocas especies y
cultivares son comercialmente importantes a saber: ciruelos europeos (Prunus domestica
L.), ciruelos japoneses (Prunus salicina L.) y algunos híbridos de estos últimos
(CHILDERS, 1978).
El ciruelo japonés es nativo de China, pero fue domesticado en Japón 400 años atrás.
(WESTWOOD, 1982; LARUE Y NORTON, 1989; RAZETO, 1999). Actualmente, además
de China y Japón, se le cultiva intensamente en Estados Unidos. Chile también es un
importante país productor, cuya fruta es destinada prioritariamente hacia el mercado
norteamericano (RAZETO, 1999).
Ciruelo (“plum”) se refiere a variedades que pertenecen principalmente al grupo japonés
destinadas a consumo fresco y no para secar. Las ciruelas del tipo “prune” se usan
principalmente para secar, aunque algunas variedades son utilizadas para consumo en
estado fresco (LARUE Y GERTDS, 1983).
2.2. Floración del ciruelo japonés:
Las flores del ciruelo japonés se inician en yemas simples laterales que provienen de
madera de un año y en el nuevo crecimiento de los dardos, siendo la fruta producida
sobre dardos la de mayor calidad (LARUE y GERDTS, 1983; GIL, 2000). Las yemas
reproductivas producen dos a tres flores períginas perfectas en una inflorescencia
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racimada denominada fascículo, que se caracteriza por tener un pedúnculo muy corto
cuyas flores aparecen en grupo a la misma altura (GIL, 2000).
La flor del ciruelo japonés se desarrolla durante un proceso que puede durar entre seis a
ocho meses (GIL, 2000), y empieza con la inducción floral, que ocurre entre enero y
marzo en el Hemisferio Sur (WESTWOOD, 1982). La diferenciación de las yemas de
dardos en esta especie se inicia a comienzos de verano con un aplanamiento de ápice en
enero, donde ocurre una división que originará dos a tres flores; luego se forman
primordios de perianto a principios de febrero; de febrero a marzo se forman los
estambres, y a fines de marzo se diferencia el pistilo; en julio se diferencia el ovario, y a
fines de julio los óvulos que pueden ser dos o más. La floración entonces, ocurre a
mediados de agosto (GIL, 2000). La iniciación de las yemas de brindillas en cambio, y
más aún las de ramillas ocurre más tarde, para llegar a floración hasta una semana más
tarde (GIL, 2000)
La época de floración está determinada por la cantidad de horas frío en invierno y la
exposición a temperaturas cálidas (POLITO, MICKE, KESTER, 1996). Las necesidades
de frío para romper el receso de las yemas vegetativas y florales de la mayoría de los
cultivares de ciruelos japoneses son por lo general de 700 a 1000 horas (LARUE Y
GERDTS, 1983). Una vez cumplido el período de frío, la planta debe recibir cierta
cantidad de calor para poder formar, a través de la meiosis, los gametofitos masculino
(polen) y femenino (saco embrionario/óvulo) (SOTOMAYOR, 1996).
La fecha de ocurrencia y la duración de la floración dependen del cultivar y de las
condiciones climáticas del invierno/primavera. Cuando el requerimiento de frío no se ha
cumplido, la floración es irregular, larga, y de menor calidad. Cuando el período de frío ha
sido prolongado y seguido por temperaturas cálidas, la floración es uniforme, corta, y de
buena calidad (SOTOMAYOR, 1996). La floración de ciruelo japonés en Chile es
temprana (fines de agosto-principios de septiembre), y en algunas variedades muy
temprana (principios de agosto) (GIL, 2000).
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2.3. Polinización y fecundación:
Se entiende por polinización el traslado del polen desde las partes masculinas de la flor a
las partes femeninas de la misma o de otra flor de la misma especie (GIL, 2000). En el
caso del ciruelo japonés, el polen debe trasladarse desde flores de una variedad a flores
situadas en árboles de otra variedad, ya que la gran mayoría son autoincompatibles, es
decir que la flor no es capaz de polinizarse por si misma (RAZETO, 1999). El traslado del
polen en el ciruelo japonés lo realizan los insectos, entre los cuales la abeja representa
más del 88% de las visitas a las flores (LANGRIDGE Y GOODMAN, 1985).
Luego de la polinización ocurre la fertilización, que es indispensable para la formación del
fruto y tiene lugar cuando germinan los gránulos de polen depositados sobre el estigma
de la flor, que posteriormente emiten el tubo polínico, que pasa a lo largo del estilo y
penetra en el óvulo, dando lugar a la futura semilla (WESTWOOD, 1982; LARUE y
NORTON, 1989; IGLESIAS, 1993; RAZETO, 1999). La presencia de semillas es
indispensable en el caso del ciruelo para que el fruto cuaje, crezca y llegue a madurar. De
modo que si no hay polinización, y posterior fecundación de los óvulos, la flor o el frutito
muy pequeño aborta y cae (RAZETO, 1999).
La fertilización ocurre de la siguiente manera: para que germine el grano de polen en el
estigma, se requiere de una solución proveniente de la secreción de células papilares del
estigma y del colapso celular después de la floración. Luego, el tubo polínico se abre paso
entre las células del estilo, y mediante la acción digestiva de sus enzimas cutilasa y
pectinasa, avanza por el estilo hasta alcanzar el ovario, donde penetra a él por el
micropilo. Posteriormente, son liberadas las células espermáticas del tubo polínico en el
interior del ovario, y una de ellas entra en el huevo donde se funden los núcleos para
formar el cigoto. La segunda célula espermática en, entra a la célula madre del
endosperma que se funde con los dos núcleos polares y forman el endosperma primario.
Este proceso se conoce como fecundación o doble fertilización. Luego se desarrolla el
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cigoto que pasa a ser el embrión de planta, y se forma el endosperma almacenador de
alimento, ambos a costa del nucelo ovular, que si no desaparece constituye el
perisperma, los integumentos del óvulo pasan a ser la cubierta seminal; se ha conformado
la semilla (GIL, 2000).
2.3.1. Factores que determinan la polinización y la fecundación:
Para lograr una buena polinización es necesario que confluyan una serie de condiciones,
como un adecuado diseño de plantación, compatibilidad, cantidad y distribución correcta
de árboles polinizantes, simultaneidad de floración, adecuada distribución y vigor de las
colmenas, ausencia de otros cultivos que compitan con las flores del ciruelo, manejo
general del huerto, y en definitiva que las condiciones climáticas sean favorables para el
trabajo de las abejas y desarrollo de las flores y frutos en el árbol (DE LA CUADRA,
1996).
Una cuaja abundante depende de una secuencia de eventos reproductivos que deben ser
completados exitosamente. El fracaso o deficiencia de cualquiera de estos procesos
puede resultar en una reducción del cultivo o una pérdida total. El primer requerimiento es
la disponibilidad de una adecuada fuente de polen viable y compatible. Segundo, debe
haber una transferencia efectiva del polen cuando los estigmas están receptivos. Tercero,
los tubos polínicos deben crecer por el estilo y entrar al óvulo cuando éstos estén viables.
Y finalmente, debe ocurrir la fertilización, y posteriormente debe crecer y desarrollarse el
embrión y el endosperma para proveer el estímulo necesario para el desarrollo del fruto
(THOMPSON, 1996).
• Autoincompatibilidad
El ciruelo japonés tiene flores hermafroditas, y la autofecundación es mecánicamente
posible. Sin embargo, numerosos autores señalan que esta especie presenta
autoincompatibilidad para casi todos los cultivares (WESTWOOD, 1982; LARUE Y
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NORTON, 1989), es decir, no son capaces de fecundar sus óvulos con polen procedente
de la propia variedad (RAZETO, 1999).
Su sistema de autoincompatibilidad es de tipo gametofítico. Actúa pues el reconocimiento
de los granos de polen a nivel del estilo, por lo que incapacita el crecimiento de los tubos
polínicos hasta el primordio seminal cuando el polen proviene de la misma variedad o de
variedades incompatibles, y por tanto la formación de la semilla y del fruto. La
incompatibilidad gametofítica se ha atribuido a un gen S que existe en grupos
alelomórficos. El tubo polínico no prospera en su desarrollo si encuentra en el estilo de la
flor el mismo alelo propio, si el gen alelo (haploide) de ese grano de polen es similar a uno
de los dos (diploide) que posee el tejido del estilo de la flor. Es decir, la germinación suele
producirse normalmente, pero el crecimiento del tubo es inhibido en el estilo y cubierto de
callosa. Así se impide la autofertilización y se impone la fecundación cruzada entre
cultivares (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994; SOTOMAYOR, 1996).
Este sistema de autoincompatibilidad obliga, al uso de polinizaciones cruzadas entre dos
variedades compatibles (uso de polinizantes) con presencia de insectos polinizadores que
aseguren la fecundación y el cuajado del fruto (LEMUS, VALENZUELA y MUÑOZ, 1989;
LARUE y NORTON, 1989; BALDINI, 1992; IGLESIAS, 1993; CASILDA, MUÑOZ y
GÓMEZ, 1994).
• Clima
En ciruelo japonés, los procesos de polinización y fertilización ocurren bajo menores
temperaturas que otros frutales al florecer en agosto, cuando las condiciones climáticas
son generalmente frías. La temperatura a la cual se dañan las flores del ciruelo depende
de la etapa de la floración y de la duración de la helada. Cuando las yemas están aún
cerradas pero desarrollando color, pueden soportar -4ºC por 30 min. o menos sin dañarse.
En plena flor el ciruelo puede soportar hasta -2ºC por 30 min., sin que se dañen las flores,
en cambio, los frutos recién cuajados pueden soportar sólo -1ºC por el mismo período de
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tiempo (LARUE y GERDTS, 1983). Heladas en plena flor no producen daños aparentes,
pero el pistilo, que es muy sensible al congelamiento, puede necrosarse impidiendo la
fecundación de los óvulos (SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). Los ciruelos se ven seriamente
dañados o eliminados cuando la temperatura es inferior a -10ºC (FORSHEY, 1983).
Además, con 30ºC se produce una pérdida de flores y frutos recién cuajados, debido a la
formación de una capa de abscisión en la base de los pedúnculos. Esto ocurre con mayor
intensidad en lugares con baja humedad relativa y riego deficiente (SANTIBÁÑEZ y
URIBE, 2001). Por todo ésto, el ciruelo japonés tiene un requerimiento de 220 a 250 días
libres de heladas. La suma térmica entre yema hinchando y cosecha depende de la
variedad, oscilando entre los 450 días grado para los cultivares tempraneros y 1100 días
grado para los tardíos (CIREN-CORFO, 1989).
Las condiciones climáticas también afectan las diferentes etapas del proceso de
fecundación. La temperatura afecta la dehiscencia de las anteras para la liberación del
polen, que se inicia dentro de pocas horas luego de la apertura floral (antesis). Esta
dehiscencia ocurre en frutales del género Prunus, a temperaturas ideales entre 18 y 26ºC
(normalmente durante el día), retardándose con temperaturas menores a 15ºC (POLITO,
MICKE y KESTER, 1996). Las lluvias durante la floración también disminuyen la cuaja,
debido a un retardo en la dehiscencia del saco polínico, lavado del polen en el estigma y
puede causar ruptura de los granos de polen (BALDINI, 1992; POLITO, MICKE, KESTER,
1996; RAZETO, 1999). Una humedad muy alta también puede inhibir la dehiscencia de
las anteras (POLITO, MICKE y KESTER, 1996).
Bajo condiciones climáticas favorables, el estigma está normalmente receptivo apenas
abre la flor, y permanece así por tres a cuatro días. Este período se puede alargar con
tiempo frío y húmedo. Temperaturas altas, viento o baja humedad pueden causar
desecación y reducir el período receptivo. La lluvia puede diluir el fluido estigmático y
disminuir la receptividad. Cuando el estilo toma un color oscuro, la flor ya deja de estar
receptiva (POLITO, MICKE y KESTER, 1996).
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La temperatura también influye sobre la germinación de los granos de polen. Cuando el
polen llega y se contacta con la superficie receptiva del estigma, germina para formar un
tubo polínico. El polen germina sólo con temperaturas superiores a 5ºC (KEULEMANS,
1984; POLITO, MICKE y KESTER, 1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y, entre 15 y
21ºC, este proceso se produce en condiciones óptimas (SANTIBÁÑEZ y URIBE, 2001).
Luego de la germinación del polen, dos factores importantes afectan la fecundación: la
tasa de crecimiento del tubo polínico y la viabilidad del óvulo. Estos dos factores,
determinan el período efectivo de polinización (WILLIAMS, 1970; POLITO, MICKE y
KESTER, 1996; CEROVIC, 2000). Este concepto ha sido desarrollado para expresar el
período durante el cual la polinización debe ocurrir en orden para lograr una cuaja
adecuada, y es equivalente al período de viabilidad del óvulo (su saco embrionario)
menos el tiempo que media entre la germinación del polen y la fecundación del huevo
(WILLIAMS, 1970). Este período es corto en ciruelo japonés, uno a tres días,
especialmente en los cultivares de mala fructificación y de floración temprana (GIL, 2000).
Así, el polen debe llegar al estigma lo antes posible en el período receptivo para tener
tiempo suficiente para crecer hasta el óvulo antes que la viabilidad haya pasado. Si las
flores son polinizadas tarde en el período de floración, el óvulo puede no estar viable
cuando llegue el tubo polínico. Por lo tanto, mientras antes sea polinizada la flor en forma
cruzada luego de la apertura, mayor es la posibilidad de que ocurra fertilización y cuaja
(POLITO, MICKE y KESTER, 1996). Como este frutal florece en un período de bajas
temperaturas y posee además autoincompatibilidad gametofítica, el período efectivo de
polinización es clave para su productividad, y cualquier factor que lo alargue será
beneficioso para la cuaja frutal.
Se ha descrito para frutales del género Prunus, que la tasa en que crece el tubo polínico
por el estilo hasta el óvulo varía dependiendo de la temperatura (KEULEMANS, 1984;
POLITO, MICKE y KESTER, 1996; SOTOMAYOR, 1996). Entre 5 y 10ºC el tubo polínico
crece lento, demorando demasiado en alcanzar el ovario. Sobre 10ºC el polen de ciruelo
germina y fecunda los ovarios en cuatro días (SANTIBÁÑEZ y URIBE, 2001). Un óptimo
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crecimiento del tubo polínico ocurre entre 16 y 29ºC. Sobre ésta, la tasa de crecimiento
del tubo cae rápidamente, y ocurre lisis celular en muchos tubos a 32ºC (POLITO, MICKE
y KESTER, 1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). La temperatura tiene un efecto marcado
sobre la longevidad del óvulo, con temperaturas cálidas que aceleran la senescencia y
temperaturas frías que la prolongan. Se ha descrito que sobre 27ºC, el óvulo envejece
rápidamente (FELIPE, 1998). Por lo tanto, como el tubo polínico tarda en crecer cinco a
siete días, y el óvulo tiene una longevidad en condiciones normales de seis a ocho días,
luego la polinización puede ocurrir hasta el tercer o cuarto día después de abierta la flor
(FELIPE, 1998).
• Nutrición
Niveles nutricionales que produzcan un equilibrio óptimo entre el crecimiento vegetativo y
reproductivo son importantes para sostener una alta producción de fruta anual. El objetivo
del programa de fertilización es producir árboles sanos que producen un moderado vigor
del árbol y una abundancia de flores bien desarrolladas (THOMPSON, 1996). La nutrición
mineral de la planta, puede influir en la calidad y cantidad del polen producido y su
posterior desarrollo (NYOMORA et al., 2000).
Aplicaciones de boro aumentan significativamente la germinación de polen y crecimiento
del tubo polínico (SOTOMAYOR, 1996; NYOMORA et al., 2000; GIL, 2000), y su
deficiencia induce la abscisión o caída de flores (SOTOMAYOR, 1996).
Una insuficiente disponibilidad de nitrógeno o estados de competencia de nutrición
pueden provocar aborto de los ovarios (BALDINI, 1992). Aplicaciones de nitrógeno a fines
de verano dan lugar, a la primavera siguiente, a sacos embrionarios fuertes que
permanecen viables durante un mayor período de tiempo (WESTWOOD, 1982).
En la germinación de los granos de polen influyen positivamente los iones de calcio y la
cantidad de polen captado por los estigmas. Este último fenómeno se conoce como el
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“efecto masa” y se traduce en el hecho que la germinabilidad y la velocidad de
crecimiento de los tubos germinativos aumentan al aumentar también la densidad de
granos que haya en los estigmas (BALDINI, 1992).
El aporte de abonados fosfatados y potásicos tiene una marcada influencia en la
producción de néctar. Por ello se hace necesario el abonado racional de los cultivos que
se polinizan con el concurso de insectos. En cuanto a los microelementos, desempeñan
un papel importante en la secreción nectarífera el cobre, el cobalto, el molibdeno y el
boro, siendo este último el que tiene mayor incidencia. Se recomienda por ello, utilizarlo
en pulverizaciones durante la floración (RALLO, 1986).
2.4. Polinizante:
Un polinizante es una planta que provee el polen para la polinización cruzada (GIL, 2000).
La mayor parte de los ciruelos japoneses necesitan polinizantes para cuajar
satisfactoriamente debido a su autoincompatibilidad (LARUE Y GERTDS, 1983). La
selección del apropiado polinizante y la distribución de árboles polinizantes en el huerto
son muy importantes para el éxito de cosechas comerciales. El polinizante equivocado o
polinizantes no suficientes en cantidad en el huerto pueden limitar la producción (LARUE
y NORTON, 1989).
Se obtiene un mayor porcentaje de fructificación en las ramas próximas a las de un
polinizante florecido, en relación con el hallado en ramas que no presentan estas
características (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994). También se ha observado una
mayor tasa de fructificación en las ramas situadas a menos de 4 m de una fuente de polen
compatible, que en aquellas situadas a mayor distancia (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ,
1994).
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2.4.1. Cantidad y distribución de polinizante:
La presencia de varios polinizantes en una correcta proporción y situación espacial, es un
requisito indispensable en la plantación. El polinizante debe hallarse en cantidad
suficiente y bien repartida al efectuar la plantación (IGLESIAS, 1993). La proporción de
polinizantes y su distribución dependen del grado de fertilidad varietal, de los hábitos de
las abejas y del valor comercial de la fruta del polinizante (GIL, 2000).
Como norma general, siempre un árbol de un cultivar debe tener otro de distinto cultivar a
uno de sus lados como mínimo (DE LA CUADRA, 1996). La mayor eficacia se logra con
una proporción de 50%, con una planta polinizante por cada planta a polinizar en todas
las hileras, pero esa condición no suele ser económica ni práctica para el manejo general.
En este caso, el sistema más común de plantación es el de cuatro hileras interiores de un
cultivar, alternando con cuatro hileras interiores de otra clase, cada una polinizando a la
otra. Las hileras del borde tiene solo dos hileras de un cultivar (LARUE y GERDTS,
1983.). Este sistema es ideal cuando ambos cultivares poseen el mismo valor comercial
(RAZETO, 1999).
Cuando se desea favorecer a un cultivar se usa por lo general una combinación de cuatro
hileras interiores de esa cultivar alternando con dos hileras interiores de la variedad
polinizante (33%). Esta combinación asegura buena polinización y a la vez permite una
mayor producción de la variedad deseada. La facilidad en el riego y la cosecha se
mantienen en este sistema (LARUE Y NORTON, 1989). El mínimo de polinizante
recomendado para frutales del género Prunus, es de 11 % (THOMPSON, 1996; RAZETO,
1999; GIL, 2000;), En teoría, los polinizantes deberían además colocarse lo más
regularmente posible y distribuidos en filas (BALDINI, 1992).
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2.4.2. Calidad del polinizante:
Dentro de los factores importantes a considerar para escoger la correcta combinación de
cultivares de ciruelo que aseguren una buena cuaja se incluyen: compatibilidad entre los
cultivares, número de árboles polinizantes que se necesita, zona de cultivo, actividad de
las abejas, cercanía del polinizante al cultivar a ser polinizado y la eficiencia de los
polinizantes (LARUE y GERDTS, 1983).
La calidad polinizante está dada en gran medida por la calidad del polen y su rapidez en
germinar y crecer por el estilo (IGLESIAS, 1993; GIL, 2000). Un buen polinizante debe
producir abundante polen y florecer al mismo tiempo que los cultivares a polinizar
(BALDINI, 1992), debe tener una buen vigor de germinación de polen y además un rápido
crecimiento del tubo polínico tanto a bajas como a altas temperaturas (KEULEMANS,
1984), debe ser de larga vida y compatible con el pistilo del cultivar a polinizar (LARUE y
GERDTS, 1983; LEMUS, VALENZUELA y MUÑOZ, 1989; BALDINI, 1992; IGLESIAS,
1993; CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994; GIL, 2000).
Además, el polinizante debe producir flores atractivas para el agente polinizador, y la
planta debe tener un vigor igual o superior al del cultivar que debe polinizar (IGLESIAS,
1993).
Un mal polinizante, se puede deber a incompatibilidad, producción deficiente de polen. Sin
embargo bajo condiciones ideales de frío invernal y tiempo favorable durante la floración,
pueden producir suficiente polen para cuajar a otros cultivares (LARUE y NORTON,
1989).
En las plantaciones se usan a menudo “polinizantes universales”, como Santa Rosa y
Wickson, que florece por largos períodos y produce grandes cantidades de polen viable.
Parece no haber excepción a la regla que cualquier ciruelo autofértil polinizará a cualquier
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otro ciruelo, asumiendo traslape de floración (LARUE y NORTON, 1989). Laroda es un
buen polinizante para un numerosos grupo de cultivares (IGLESIAS, 1993).
Los cultivares polinizantes pueden ser de la misma especie o de distinta especie pues
para que exista compatibilidad no se tiene que pertenecer a la misma especie, porque en
el género Prunus el nivel de especiación no es claro, obteniéndose híbridos
interespecíficos con relativa facilidad (ORTEGA, 1993). Es conocida la compatibilidad con
polen de otras especies como P. domestica, P. cerasifera y P. americana (GIL, 2000).
Estudios de GIL (1982), y LARUE y GERDTS (1983), establecen que Queen Rosa es
compatible con Laroda, mientras que IGLESIAS (1993), establece que Blackamber lo es
con Friar.
2.4.3. Coincidencia en flor:
La mejor manera de optimizar la fecundación durante el período de floración es asegurar
la polinización de una flor en el momento mismo que abre y el estigma se encuentra
receptivo. En consecuencia, el polinizante debe proporcionar polen viable y compatible
desde el momento que las primeras flores del cultivar comercial comienzan a abrir (GIL,
2000).
Un buen polinizante debe florecer contemporáneamente con el cultivar a polinizar, o
comenzar un poco antes para lograr una buena polinización (WESTWOOD, 1982; GIL,
2000). Los polinizadores tendrán que tener preferentemente un período de floración más
largo que el cultivar a polinizar (IGLESIAS, 1993). Se debe preferir polinizantes que
presenten un ligero adelanto en la floración, respecto al cultivar comercial, debido a que
las primeras flores en lograr la antesis son las más vigorosas y, por lo tanto, las que dan
frutas de mejor calidad (LEMUS, VALENZUELA y MUÑOZ, 1989).
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Después de un invierno lo suficientemente frío, el tiempo caluroso en agosto (Hemisferio
Sur) por lo general, provoca una floración relativamente corta, pero un buen traslapo entre
variedades. En tal caso normalmente se obtiene una buena fertilización cruzada y se
producen buenas cuajas a menos que el período de floración sea extremadamente corto o
hubiere tiempo adverso durante este período. Las condiciones de bajas temperaturas
pueden provocar un retraso en la floración del cultivar polinizante y un alargamiento de la
floración luego de un invierno suave. Ciertas variedades pueden no alcanzar a polinizarse
debido a que su floración se atrasa demasiado como para coincidir con los cultivares que
tengan menores requerimientos de frío (LARUE y GERDS, 1983).
Alguna variación puede ocurrir en polinizantes, en lugares donde las floraciones sean
diferentes y muchos polinizantes pueden incluirse adicionalmente si se manipula la fecha
de floración con reguladores de letargo y crecimiento o cubiertos de plásticos (GIL, 2000).
Diversos productos químicos pueden sustituir parcialmente el efecto del frío, así permitir la
brotación y floración de cultivares cuando la acumulación de frío es insuficiente (GIL,
1997). La Cianamida Hidrogenada (H2CN2), posee características de regulador de
crecimiento para diversas especies frutales, modificando el período de receso invernal y
estimulando precozmente la brotación (BONNAIRE y RIEDER, 1985). En ciruelo es
utilizada para adelantar y sincronizar la floración (EREZ, 1987).
2.5. Agente polinizador:
Las abejas (Apis mellifera L) son los insectos más importantes para polinizar los ciruelos
(WESTWOOD, 1982; LARUE y NORTON, 1989; CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994;
GIL, 2000). Dentro de los insectos que visitan las flores de ciruelo, cerca del 88 %
corresponde a abejas (LANGRIDGE y GOODMAN, 1985; CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ,
1994).
Cuando se requieran cultivares polinizantes no se puede confiar en el viento u otros
insectos. El polen de muchas especies frutales es muy pesado para ser transportado por
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el viento en cantidades suficientes para producir una buena cuaja. (LARUE y NORTON,
1989). El polen de las especies entomófilas puede ser transportado por el viento dentro de
un radio de algunas decenas de metros, pero las características de este polen y la
conformación de los estigmas son tales como para que la polinización anemófila de esta
especie sea bastante incierta y poco eficaz (BALDINI, 1992). Además, el comportamiento
de otros insectos es tan bajo que no se pueden clasificar como polinizadores
(LANGRIDGE y GOODMAN, 1985).
Para asegurar la constancia y la regularidad en la relación entre la flor y los agentes
polinizadores, se requiere de la presencia de una recompensa alimenticia para el agente,
que son néctar y polen (CASILDA, MUÑOZ Y GÓMEZ 1994; GIL, 2000). El polen
constituye la principal fuente de proteína para las abejas. El factor principal de atracción
de las plantas para las abejas viene dado por la cantidad de néctar que producen
(RALLO, 1986).
La cantidad de polen está relacionada con el número de estambres que posee la flor. La
producción de polen por antera en ciruelo es notablemente inferior a la de otras especies
del género Prunus (EGEA, 1995). Esto hace que la flor del ciruelo sea poco atractivo para
las abejas (IGLESIAS, 1993). En este caso, se puede intercalar un cultivar rico en néctar y
polen que retenga a las abejas. Estas por confusión visitan también a la variedad principal
(RAZETO, 1999).
En general, el 66% de las abejas son pecoreadoras de polen y 44% son de néctar
(LANGRIDGE y GOODMAN, 1985). Las abejas recolectoras de polen son, por lo general,
polinizadoras más eficientes que las de néctar, que, con frecuencia, según la clase de flor,
apenas polinizan (RALLO, 1986; BALDINI, 1992). Por esto se hace necesario vigilar el
trabajo de las abejas, para en condiciones desfavorables, aumentar al máximo el número
de pecoreadotas de polen (RALLO, 1986).
18
Como son recolectores los granos de polen se pegan a los pelos de sus cuerpos, y
eventualmente son quitadas accidentalmente y llegan a fijarse sobre la pegajosa
superficie del estigma donde germinan. Estos insectos llevan el polen de una flor a otra y,
se espera, que de una variedad a la otra (LARUE y NORTON, 1989). Algunas abejas
recolectoras de polen lo hacen de una manera deliberada rompiendo o escarbando en las
anteras. Otras se espolvorean de polen por casualidad mientras recolectan néctar
(RALLO, 1986)
Las pecoreadoras de néctar contribuirían poco en el proceso de polinización
(LANGRIDGE y GOODMAN, 1985). Sin embargo, según CASILDA, MUÑOZ Y GÓMEZ,
(1994), el néctar es directamente proporcional a la atracción de insectos polinizadoras.
Entre las colectoras de néctar hay dos tipos de obreras: unas que trabajan por encima de
la flor (las más apropiadas para la polinización) y otras que trabajan por el lado de la flor.
La atracción de las abejas hacia las flores de una determinada variedad va a depender
también de distintos parámetros visuales como son el color, el tamaño y la agrupación
floral (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1996).
En los setos frutales las abejas tienen mayor tendencia a volar a lo largo de las filas que
cruzándolas. Por esto conviene mezclar el polinizante con el cultivar principal en cada fila
(WESTWOOD, 1982).
Una abeja visita como media en cada vuelo, unas setenta flores (BALDINI, 1992). Se ha
podido determinar que una abeja recolectora de polen lleva a la colmena, tras cada uno
de sus vuelos, una media de unos 15 miligramos (RALLO, 1986).
19
2.5.1. Cantidad y distribución de agente polinizador:
El número recomendado de colmenas por hectárea para ciruelo va de cuatro (RALLO,
1986; IGLESIAS, 1993;), a diez (CENTOLANI y RONDANNI, 1990). Dichas cantidades
de colmenas por hectárea deben ser aumentadas en condiciones de floración adversas,
en plantaciones intensivas, en plantaciones en empalizada (formas planas) y en períodos
de floración cortos y poco coincidentes (IGLESIAS, 1993). El número también puede
variar dependiendo de diversos factores, entre los que se encuentra el grado de atracción
que presentan las flores a las abejas, que dependerá a su vez de parámetros tanto
visuales (tamaño, color, y agrupación floral) como de producción de polen y néctar
(CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994). No se debe quedar corto nunca, porque no hay
resultados negativos si se sobrepasa del número óptimo, en cambio no llegar al número
indicado puede ocasionar resultados sino negativos si inocuos (ORTEGA, 1993).
Conviene que las colmenas se repartan en forma homogénea dentro del huerto para
cubrir de la mejor forma la floración de todos los árboles. Siempre es recomendable
colocar las colmenas en pequeños grupos de tres a seis unidades, ya que existe un
estímulo entre ellas y trabajan en forma más eficiente (DE LA CUADRA, 1996). Un
método práctico de colocarlas es instalarlas en grupos de cinco a diez en los deslindes del
huerto para que así se traslapen en los 100 m (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994), ya
que la polinización más efectiva ocurre dentro de un radio de 100 a 125 m de las
colmenas (RALLO, 1986; LARUE y GERDTS, 1989; BALDINI, 1992; CASILDA, MUÑOZ y
GÓMEZ, 1994;). Los porcentajes de cuaja decrecen bruscamente a una distancia de
300m (CASILDA, MUÑOZ y GÓMEZ, 1994).
Las colmenas deben ser ubicadas en lugares calurosos y secos. Mientras más calurosas
las colmenas, más temprano empiezan a trabajar las abejas. Además hay que orientar la
apertura de las colmenas en dirección al sol naciente (IGLESIAS, 1993; GIL, 2000).
20
2.5.2. Calidad del agente polinizador:
La fortaleza de las colmenas de abejas es muy importante, especialmente para especies
frutales de floración temprana o de difícil fructificación, y en climas frescos. Una colonia,
para ser efectiva, debe contener 30.000 abejas, que caben en dos pisos. En los lugares
donde se certifica la calidad de los panales se exige, como mínimo, que sean de seis
marcos, cada uno de los cuales debe estar cubierto en 2/3 con abejas y con 1000 cm2 de
crías (GIL, 2000).
La colmena debe tener al menos cinco marcos con presencia de crías, y al menos siete
marcos con abejas adultas. Es imprescindible que las colmenas tengan presencia de una
abeja reina joven y sana, ya que es la responsable de la presencia de crías en el interior
de la colmena y éstas a su vez demandan alimento, principalmente polen, que las abejas
recolectoras deben traer desde las flores. Está demostrado que las recolectoras de polen
son las abejas más eficientes en la polinización, ya que entran en contacto directo con las
partes de la flor que debe ser polinizada (RALLO, 1986; DE LA CUADRA, 1996).
El parámetro para determinar la calidad de una colmena más confiable, seguro y práctico
en especies del género Prunus es contar el número de abejas recolectoras que entran a
la colmena por la piquera en un minuto a la hora de mayor actividad, cerca del mediodía.
Se considera que sobre las 60 abejas por minuto, la colmena cumple con la cantidad de
recolectoras que permitirán una buena polinización (DE LA CUADRA, 1996).
Por otro lado, para una adecuada actividad de las abejas recolectoras, es necesario que
no estén presentes enfermedades como nosemosis y varroa (DE LA CUADRA, 1996).
2.5.3. Momento de ingreso de las colmenas al huerto:
Lo ideal es colocar las colmenas una vez iniciada la floración, para evitar que se
acostumbren a otras fuentes de alimento en las cercanías del huerto, y trabajen en las
21
flores del ciruelo (DE LA CUADRA, 1996); por ello deben ser ubicadas en el lugar cuando
hay suficiente cantidad de flores abiertas, que oscila entre 10 y 30 %, pero, para
acostumbrarse a ellas, no se debe permitir la existencia de flores extrañas distractivas (las
malezas deben ser eliminadas) y, si las flores del frutal no le son atractivas, no debiera
haber otra especie en las proximidades (THOMPSON, 1996; GIL, 2000).
Se debe proteger a las abejas y por lo tanto no hay que realizar tratamientos en floración;
si es imprescindible realizarlos, se harán con productos no tóxicos para las abejas y
solamente al anochecer, cuando estas ya no están en la plantación (IGLESIAS, 1993).
2.5.4. Efectos del clima sobre el agente polinizador:
Las condiciones climáticas juegan un papel importante en el vuelo de las abejas y su
polinización (GIL, 2000). Usualmente las condiciones ambientales que se presentan
durante la floración del ciruelo, limitan de manera importante la actividad recolectora de
las abejas (CALZONI y SPERANZA, 1998).
Con escasa luz, vientos dominantes y bajas temperaturas, el trabajo de la colmena se
realiza a escasos metros. Con lluvia no trabajan y con llovizna pueden volar hasta 100 m
de la colmena (RALLO, 1986).
La mayor actividad se realiza con temperaturas entre 15 y 26ºC (RALLO, 1986). La
actividad disminuye al descender la temperatura, llegando a ser nula bajo los 10ºC; con
temperaturas de 10 a 12ºC son activas sólo si hay sol (WESTWOOD, 1982; RALLO,
1986; DE LA CUADRA, 1996; FELIPE, 1998; RAZETO, 1999;). El oscurecimiento del cielo
previo a una lluvia, provoca una entrada de las abejas a la colmena. Se estima que
necesitan aproximadamente 10 lux para realizar sus vuelos (RALLO, 1986). Sin embargo,
con temperaturas mayores a 32ºC, la actividad consiste sólo en acarrear agua para
ventilar la colmena (RALLO, 1986).
22
La recolección del polen disminuye con vientos mayores a 18 km/hr, y es nula con vientos
superiores a 30 km/hr (RALLO, 1986).
La humedad atmosférica también es un factor importante. El efecto directo sobre los
procesos fisiológicos de los insectos, no es tan crítico como el de las temperaturas, pero
ambos factores juntos ejercen una notable influencia sobre la biología y también sobre la
distribución de los insectos, al afectar plantas y animales. La actividad pecoreadora de las
abejas aumenta con la disminución de la humedad relativa (CALZONI y SPERANZA,
1998).
2.5.5. Polinización artificial:
Si existen problemas, como la inexistencia de variedades polinizadoras en el campo,
malas condiciones metereológicas, falta de sincronización y solape, etc., sin duda se
tendrá que recurrir a la polinización con polen vital en la modalidad que mejor se adapte a
las características de la parcela con dificultades, ya que , casi siempre es mejor encarecer
el cultivo y obtener una buena cosecha y sus beneficios, que dejar la importante función
polinizadora al azar por falta de inversiones (ORTEGA, 1993). Además, por su
dependencia a las condiciones ambientales y al corto período efectivo de polinización en
algunas especies, la polinización artificial suplementaria, y particularmente la polinización
manual, puede ser una práctica adecuada para asegurar producción (GONZALEZ,
COQUE y HERRERO, 1998).
Con la polinización artificial se ha obtenido un mayor porcentaje de cuaja, mayor facilidad
para la cosecha, puesto que todos los frutos se encuentran a una altura determinada, y
una mayor concentración de la recolección en el tiempo. Esto hace que el costo de
cosecha pueda reducirse notablemente, y en zonas de maduración precoz pueden
polinizarse las primeras flores, que obtienen mejores precios (SORIA, HERMOSO y
FARRE, 1990).
23
Se debe recolectar el polen de flores antes de su apertura frotando sus estambres contra
una malla sólida sobre algún recipiente. Luego se debe secar por dos a tres días a 20° C.
Si no se usa de inmediato, entonces el polen recolectado debe ser almacendado en
refrigerador hasta por diez días o en congelador a -15°C por incluso varios años, siempre
que el polen esté bien seco (GIL, 2000).
Para facilitar el manejo del polen y evitar su apelmazamiento se le suele diluir con otros
pólenes como el de Tifa latifolia o con esporas de Lycopodium (RALLO, 1986) o con
cloruro de polivinilo para hacer volumen (GIL, 2000).
2.5.5.1. Técnicas utilizadas para polinización artificial:
Una técnica que ha sido utilizada en ciruelo es la polinización asistida, que utiliza
dispensadores o distribuidores de polen en la piquera de la colmena (ORTEGA, 1993).
Para conseguir que las abejas (vectores) se impregnen de este polen (polen vital) antes
de iniciar el vuelo, se usan dispensadores o distribuidores en la piquera (entrada-salida)
de la colmena. En estas circunstancias, las abejas pecoreadoras no tienen más remedios
que circular a través de ellos e impregnarse de polen cada vez que se ausenten en busca
de alimento. El dispensador ocupa toda la piquera excepto un espacio de 5-7 cm, que
sirve de entrada a las abejas que se incorporan otra vez a la colmena. Estos aparatos
están formados por, un contenedor en el cual se introduce el polen, y también de una
galería en la cual las abejas al pasar por él se impregnan de polen (ORTEGA, 1993). Sin
embargo, con este método aún persiste el problema que el agente polinizador está sujeto
a las condiciones agroclimáticas. Por ésto, una alternativa que se utiliza es acarrear el
polen a la flor de la variedad en forma mecánica. Diferentes trabajos señalan que la
polinización artificial aumenta significativamente la cuaja en ciruelo japonés mediante el
uso de pulverizaciones con polen suspendido en una solución líquida que aumente la
adherencia del polen al estigma (HOPPING y JERRAM, 1980; ORTEGA, 1993; GIL,
2000). Sin embargo, a diferencia de otros cultivos, poco se ha investigado en ciruelo
japonés acerca de aplicaciones de polen acompañado con un carrier seco. FERGUSON
24
y PUSCH, (1991), demostraron en que polen seco puede ser transportado a las flores a
través de métodos mecánicos y obtener un aumento tremendamente significativo en la
cuaja. Ellos sugirieron que en kiwi, la polinización suplementaria sería más exitosa que en
ciruelo por la mayor área superficial estigmática que tienen las flores de kiwi que facilitan
la captura del polen, y observaron que la mayoría de los pólenes de flores de ciruelo fallan
frecuentemente en alcanzar el estigma o el estilo. Estos autores discuten el
funcionamiento de métodos mecánicos de polinización suplementaria, ya que factores
electroestáticos, acústicos, además de la forma de la flor y corrientes de aire con
turbulencias pueden interferir negativamente en el transporte y depósito del polen en el
estigma. Éste método es recomendado en kiwi para asegurar una buena producción,
cuando las condiciones ambientales perjudican la actividad de los insectos (GONZÁLEZ,
COQUE y HERRERO, 1998).
Por otro lado, en chirimoyo se ha obtenido aumentos significativos en la producción con
aplicaciones manuales de polen mediante el uso de perillas pulverizadoras (SORIA,
HERMOSO y FARRE, 1990; GARDIAZABAL y ROSEBERG, 1993). Pero para cultivos
como el ciruelo japonés, con relativamente poco polen por flor, el costo de colección de
polen para la polinización artificial, en especial de aplicaciones manuales, es una gran
limitación para tener una aceptación comercial de esta técnica (HOPPING y JERRAM,
1980).
2.5.6. Características del polen de ciruelo japonés:
La viabilidad del polen de ciruelo ha sido reportado “in vitro” sobre 90% (BAJWA et al.,
1991). Sin embargo, bajo condiciones de campo, el polen es viable normalmente tan solo
durante unas pocas horas (WESTWOOD, 1982). A medida que transcurra el tiempo fuera
del congelador, su energía germinativa, y por tanto fecundativa, se reduce, por lo cual, su
uso práctico puede considerarse agotado en las dos primeras horas. Es necesario que el
tiempo que pasa desde la salida del congelador y su llegada al estigma sea lo más breve
posible (ORTEGA, 1993).
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Sin embargo, el polen puede permanecer viable por años con humedad e intensidad
luminosa baja y a temperaturas inferiores a las de congelación (WESTWOOD, 1982).
2.6. Factores fitosanitarios que influyen en la polinización:
Es imprescindible el hecho de plantar material sano, dado que la incidencia de
enfermedades viróticas en la dehiscencia de las anteras y la germinación del polen son
ampliamente conocidas (IGLESIAS, 1993). A pesar que casi la totalidad de virus
conocidos de los frutales son transmitidos mediante alguna práctica de propagación, se
ha comprobado que la transmisión de planta a planta a través del polen ocurre en muy
pocos casos. El virus transmitido por el polen no solamente infecta la semilla y, por
consiguiente, la plántula que dará origen, también va a afectar la flor fertilizada y de ahí
invadir el resto del árbol (AUGER, 1984).
Los virus que con mayor frecuencia atacan a caducos, son el Prunus ring spot (PRS)
(AUGER, 1984),y el Prune dwarf virus (PDV), ambos transmitidos por polen y por semilla
(AUGER, 1984; LLACER, 1990).
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3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1 Ubicación geográfica:
Se realizaron tres ensayos en dos huertos de ciruelo japonés (P. salicina Lindl), del
predio Agrícola Las Mercedes, ubicados en la comuna de Codegua (34º 02` L.S.; 78º 38`
L.O.), provincia del Cachapoal, VI Región.
Esta zona pertenece al agroclima Rengo, cuyo régimen térmico se caracteriza en el mes
de agosto por una temperatura media máxima de 14,3ºC, una media mínima de 3,9ºC, y
una mínima absoluta de -0,6ºC. El mes de septiembre presenta una temperatura media
máxima de 17ºC, una media mínima de 4,2ºC, y una mínima absoluta de -1,1ºC. La suma
de temperaturas, base 5ºC, en el mes de agosto es de 127 grados días y base 10ºC, es
de 0 grados días. En el mes de septiembre, la suma de temperaturas base 5ºC, es de 168
grados días y, base 10ºC, es de 18 grados días. El régimen hídrico se caracteriza por una
precipitación en el mes de agosto de 97,3 mm, y en el mes de septiembre, de 39,1 mm
Las horas de frío, de abril a julio, llegan a 578, y de abril a agosto, llegan a 700 (ANEXO
1) (NOVOA et al., 1989), existiendo en el año 2004 específicamente, hasta el 1 de agosto
1140 (Anexo 2) (FDF, 2004).
3.2. Descripción del huerto:
3.2.1 Ensayo 1: Porcentaje de cuaja en cultivar Queen Rosa.
El Ensayo 1 se realizó en un cuartel de cultivar Queen Rosa de una superficie de 2 ha.
Este huerto fue establecido el año 1989, sobre portainjerto Mariana 2426. El marco de
plantación es de 5 x 3 m, con una densidad de 666 plantas por hectárea. El sistema de
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conducción utilizado es una copa de cinco ramas madres, y la altura promedio del huerto
es de 3,2 m.
El huerto fue plantado inicialmente en bloque compacto. Sin embargo, el año 1997 se
injertó una rama madre de polinizante cultivar Laroda a todos los árboles hilera por medio
quedando distribuído en un 11%.
Este cuartel cuenta con riego prezurizado de una línea de goteros separados a un metro,
con gasto de 4 L/hr/gotero.
La selección de las plantas para los tratamientos correspondieron a plantas equivalentes
en vigor (medido como diámetro de tronco, con un promedio de 25 cm a 50 cm del suelo),
tamaño del árbol, sanidad, número de ramas madres y capacidad.
3.2.2. Ensayo 2: Porcentaje de cuaja en cultivar Blackamber.
El ensayo 2 se realizó en un cuartel de cultivares Friar y Blackamber con una superficie
de 10 ha, que fue plantado el año 2000, sobre portainjerto Nemaguard, y fue conducido
en una copa de cuatro ramas madres. Las plantas tratadas correspondieron al cultivar
Blackamber, equivalentes en vigor (con un diámetro de tronco de 20 cm medido a 50 cm
del suelo), tamaño del árbol, sanidad, número de ramas madres y capacidad. El marco de
plantación es de 5 x 3 m, con una densidad de 666 plantas por hectárea, con 66 % de
polinizante Friar, distribuido en dos hileras sólidas de Blackamber y cuatro hileras sólidas
de Friar. La altura promedio del huerto es de 3,2 m.
Este cuartel cuenta con riego presurizado de una hilera de goteros separados a 1 m, con
gasto de 4 L/hr/gotero.
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3.2.3. Ensayo 3: Porcentaje de cuaja en cultivar Laroda.
Este ensayo se realizó en un huerto de cultivar Laroda, que abarca una superficie de 2 ha,
y se plantó el año 2001 sobre portainjerto Nemaguard, a una distancia de plantación de 5
x 3 m con una densidad de 666 plantas por hectárea. La altura promedio del huerto es de
3,2 m. El sistema de conducción llevado en este cuartel es solaxe, y consta de un 6% de
polinizante Queen Rosa supernumerario.
Este cuartel cuenta con riego presurizado de una hilera de goteros separados a 1m, con
gasto de 4 L/hr/gotero.
Las plantas elegidas para los tratamientos fueron plantas equivalentes en vigor (con un
diámetro de tronco de 20 cm medido a 50 cm del suelo), tamaño del árbol, sanidad,
número de ramas madres y capacidad.
3.3. Tratamientos.
En cada uno de los ensayos se realizaron los mismos tratamientos. Cada tratamiento
constó de cuatro bloques con siete repeticiones cada uno, donde cada repetición
corresponde a un brazo madre por planta.
To: Tratamiento testigo:
Se instalaron 10 colmenas de abejas (Apis mellifera) por hectárea. Para este tratamiento,
en cada ensayo se instaló el 50 % de las colmenas cuando los árboles se encontraban
con 5-10% de las flores abiertas, y el resto de las colmenas se instaló cuando los árboles
estaban con 40-50% de las flores abiertas. Las colmenas quedaron distribuidas en grupos
de a cuatro ubicadas en la periferia del huerto y distanciados a 40 m uno del otro, con las
piqueras mirando hacia el Nor-Oriente.
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T1: Tratamiento 1:
Se instalaron 10 colmenas de abejas por hectárea de la misma forma y en las mismas
épocas que en el T0, y adicionalmente se realizó una aplicación de polen mezclado con
carrier, asperjando a las flores cuando un 50% de las flores se encontraban abiertas.
El polen utilizado corresponde a polen de ciruelo japonés cv. Ambra, marca Pollen
Collection & Sales, y fue aplicado con dosis de 250 gramos de polen por hectárea
mezclado con 1kg de carrier, marca Pollen Collection &Sales, por hectárea.
T2: Tratamiento 2:
Se instalaron 10 colmenas de abejas por hectárea de la misma forma y en las mismas
épocas descritas para T0 y T1, y adicionalmente se realizó una aplicación de polen
mezclado con carrier asperjando a los árboles en dos períodos, con un 30% de las flores
abiertas y con un 80% de las flores abiertas. El polen utilizado para cada período
correspondió a polen de ciruelo japonés cv. Ambra, marca Pollen Collection & Sales, y en
cada período se asperjó con dosis de 250 gramos de polen por hectárea mezclado con
1kg de carrier por hectárea.
3.3.1. Determinación de calidad de las colmenas
Se utilizó colmenas en perfecto estado sanitario con seis cuadros de cría cada una. Las
colmenas presentaban aproximadamente 50.000 individuos.
Para evaluar si las colmenas se encontraban óptimas para la polinización, se utilizaron los
parámetros de calidad estándar (DE LA CUADRA, 1998). Para esto, se contó en la
piquera de ocho colmenas el número de abejas que salían por minuto a distintas
temperaturas (Anexo 3).
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3.3.2. Determinación del porcentaje de floración
Para determinar el porcentaje de floración se seleccionó 8 ramas madres por ensayo, y se
procedió a contar el número de botones florales de la rama madre, desde 1 m de altura
hasta los 3,2 m, y luego se fue contando diariamente el número de flores abiertas. Estas
mediciones se realizaron durante todo el período de floración, entre el 8 de agosto y el 10
de septiembre. El porcentaje de floración se determinó mediante la siguiente fórmula:
Porcentaje de floración = Número de flores abiertas x 100
Número de botones florales totales iniciales por rama madre
3.3.3. Forma de aplicación del polen
La aplicación de polen ventilado se realizó mediante el uso de una máquina asperjadora
de polen, marca Pollen Collection & Sales, que consiste de un tanque metálico con una
capacidad de 30 litros, y consta de una turbina y un dosificador (Anexo 4). La máquina se
acopló a una moto de cuatro ruedas, que iba en cada aplicación a una velocidad de 15
km/hr. Las aplicaciones se realizaron en la mañana a las 08:00 h, debido a que no había
viento. Cada tratamiento fue aislado con un plástico de 3 x 3 m sujetado por dos palos de
madera de 3,5 m de altura.
3.4. Mediciones:
Se utilizó el mismo método de medición para todos los tratamientos, para obtener el
porcentaje de frutos cuajados. Previamente las plantas seleccionadas fueron preparadas,
donde se raleó estructuras de dardo por medio, quedando distanciadas a 15 cm. Se raleó
todas aquellas estructuras de dardos que iban hacia el interior de la copa del árbol y hacia
fuera.
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• Porcentaje de frutos cuajados: Para este efecto, en estado de botón blanco se
contó el número de botones florales de cada rama seleccionada, desde 1 m hasta
los 3,2 m, y 50 días después de plena flor se contabilizó el número de frutos
cuajados por rama madre.
El porcentaje de frutos cuajados se calculó mediante la siguiente fórmula:
Porcentaje de frutos cuajados = Número de frutos cuajados_ x 100
Número de botones florales totales iniciales por rama madre
3.5. Diseño estadístico:
El diseño estadístico utilizado en los tres ensayos fue el modelo matemático denominado
Bloques Completamente al azar (BCA).
Para realizar la separación de medias se utilizó el Test de Tukey (HSD), con un 5 % de
significancia.
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4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
4.1. Ensayo 1: Porcentaje de cuaja en cultivar Queen Rosa.
El cuadro 1 muestra el efecto de las aplicaciones mecánicas de polen ventilado, sobre el
porcentaje de cuaja en el cv. Queen Rosa, donde se puede observar que no hubo
diferencias significativas de ninguno de los tratamientos con respecto al testigo.
CUADRO 1. Efecto de aplicaciones mecánicas de polen ventilado v/s polinización
entomófila sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés (P. salicina
Lindl) cv. Queen Rosa con 11% de polinizante Laroda (Codegua, 2004).
Tratamientos Cuaja (%)
T0 : 10 colmenas/há
T1: 10 colmenas/há + aplic. de polen al
50 % de las flores abiertas
T2: 10 colmenas/há + aplic. de polen al
30% y al 80% de las flores abiertas
5,74 a
5,29 a
4,06 a
Promedios seguidos de letras iguales indican que no existen diferencias significativas según Tukey 5%.
Estos resultados se podrían explicar debido a que, existió un período de 10 días de plena
coincidencia de floración entre el cv. Queen Rosa y el cv. Polinizante Laroda (Figura 1).
La duración de este período efectivo de polinización (PEP), fue muy superior al período de
tres a cuatro días descrito como óptimo (FELIPE, 1998), y donde se presentaron las
condiciones climáticas ideales que habrían permitido que el proceso de transporte
33
entomófilo de polen, haya producido una cuaja similar entre los tratamientos, y acorde a lo
normal descrito para esta especie cercano al 5% (GIL, 2000). En este sentido, en el
huerto se registraron 147 horas sobre 12ºC, con un promedio diario de 14,7 horas (Anexo
5), temperatura descrita como umbral mínimo para el vuelo efectivo de las abejas
(WESTWOOD, 1982; RALLO, 1986; DE LA CUADRA, 1996; FELIPE, 1998; RAZETO,
1999), y 7,3 horas promedio diarias (que corresponden aproximadamente al 60% de las
horas de luz de un día) entre 15 y 26ºC (Anexo 5), rango de temperatura óptimo para el
vuelo efectivo de las abejas (RALLO, 1986; FELIPE, 1989). Por otro lado, el período
efectivo de polinización se presentó libre de heladas, de lluvias, y de temperaturas sobre
32ºC (Anexo 6), condiciones climáticas que afectan negativamente el vuelo de las abejas
(RALLO, 1986: GIL, 2000). A esto se suma, que las colmenas cumplían con todas las
características de calidad requeridas para permitir una buena polinización (DE LA
CUADRA, 1996), ya que con temperaturas igual o sobre 20ºC, salían más de 60 abejas
por minuto (Anexo 3).
Se suma a lo anterior, que las condiciones climáticas que se presentaron en el huerto,
durante los 10 días del período efectivo de polinización, habrían también favorecido el
proceso de fecundación, ya que en el huerto se registraron 214 horas sobre 5ºC con un
promedio diario de 21,4 horas (Anexo 7), umbral mínimo temperaturas para que se
produzca la germinación del polen (KEULEMANS, 1982; POLITO, MICKE, KESTER,
1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y se registraron 47 horas entre 15 y 21ºC con un
promedio diario de 4,7 horas (Anexo 7), rango de temperaturas descrito como óptimo para
que se produzca la germinación del polen (SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). De igual
manera, el proceso de fecundación también habría sido favorecido por las condiciones
climáticas, ya que durante el período efectivo de polinización, se presentaron 194 horas
sobre 10 ºC con un promedio diario de 19,4 horas (Anexo 8), temperaturas descritas como
umbral mínimo requerido para el desarrollo del tubo polínico (SANTIBAÑEZ y URIBE,
2001), y se registraron 61 horas entre 16 y 29ºC, con un promedio diario de 6,1 horas
promedio diarias (Anexo 8), rango de temperaturas descrito como ideales para que se
produzca el desarrollo del tubo polínico (POLITO, MICKE y KESTER, 1996). Por otro lado,
34
en el período no se registraron temperaturas sobre 32ºC (Anexo 6), temperaturas que
pueden producir lisis celular del tubo polínico (POLITO, MICKE y KESTER, 1996;
SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y que apuran el envejecimiento del óvulo.
35
36
(FELIPE, 1998). Estas condiciones óptimas habrían permitido que el tubo polínico haya
alcanzado el óvulo en un tiempo muy corto, entre cinco y siete días, y como no se
registraron temperaturas sobre 27ºC, el óvulo habría permanecido viable por un largo
período, de hasta ocho días (FELIPE, 1998). Por lo tanto, las abejas habrían tenido
tiempo suficiente para transportar el polen hasta el estigma de las flores del cv. Queen
Rosa, y así alcanzar el óvulo cuando todavía permanecía viable. Ese período habría sido
de hasta tres a cuatro días, tiempo suficiente al pensar que en el huerto se presentaron
diez días de plena coincidencia de flor entre ambos cultivares para que se produzca la
polinización de forma efectiva.
Estos resultados se hacen más entendibles al considerar que, el polinizante cv. Laroda
existente en el huerto es absolutamente compatible con el cv. Queen Rosa (GIL, 1982;
LARUE y GERDTS, 1983), y que, establecido en un 11%, está dentro de lo recomendado
como mínimo (THOMPSON, 1991; RAZETO, 1999; GIL, 2000).
Por otro lado, existe la posibilidad que el polen aplicado no habría llegado en cantidad y
oportunidad hacia las flores. También existe la posibilidad que el polen aplicado no habría
permanecido viable por igual tiempo que el período efectivo de polinización en que las
abejas estuvieran activas, lo que habría producido que no existieran diferencias
significativas entre los tratamientos.
4.2. Ensayo 2: Porcentaje de cuaja del cultivar Blackamber.
El cuadro 2 muestra el efecto de las aplicaciones mecánicas de polen ventilado sobre el
porcentaje de cuaja en cv. Blackamber, donde se puede observar que no hubo diferencias
significativas de ninguno de los tratamientos con respecto al testigo.
37
CUADRO 2. Efecto de aplicaciones mecánicas de polen ventilado v/s polinización
entomófila sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés (P. salicina
Lindl) cv. Blackamber con 66% de polinizante Friar (Codegua, 2004).
Tratamientos Cuaja (%)
T0 : 10 colmenas/há
T1: 10 colmenas/há + aplic. de polen al 50 % de
las flores abiertas
T2: 10 colmenas/há + aplic. de polen al 30% y al
80% de las flores abiertas
5,78 a
4,53 a
6,33 a
Promedios seguidos de letras iguales indican que no existen diferencias significativas según Tukey 5%.
Al igual que en el ensayo 1, estos resultados se podrían explicar debido a que, durante el
período efectivo de polinización del cv. Blackamber, que fue de ocho días (Figura 2),
período muy superior al estándar de tres a cuatro días descrito por la literatura (FELIPE,
1998), se presentaron las condiciones climáticas que habrían permitido que el proceso de
transporte de polen, haya producido una cuaja similar entre los tratamientos, y acorde a lo
normal descrito para esta especie cercano al 5% (GIL, 2000), ya que en el huerto se
registraron 110 horas sobre 12ºC, con un promedio diario de 13,8 horas (Anexo 9),
temperaturas descritas como umbral mínimo para el vuelo efectivo de las abejas
(WESTWOOD, 1982; RALLO, 1986; DE LA CUADRA, 1996; FELIPE, 1998; RAZETO,
1999), y 8,6 horas promedio diarias entre 15 y 26ºC (Anexo 9), correspondientes a más
del 60% de las horas de luz de un día, dentro del rango de temperaturas descrito como
óptimo para el vuelo efectivo de las abejas (RALLO, 1986; FELIPE, 1989). Por otro lado,
el período efectivo de polinización se presentó libre de heladas, de lluvias, y de
temperaturas sobre 32ºC (Anexo 6), condiciones climáticas que afectan negativamente el
vuelo de las abejas (RALLO, 1986: GIL, 2000). A esto se suma, que las colmenas
38
cumplían con todas las características de calidad requeridas para permitir una buena
polinización (DE LA CUADRA, 1996), ya que con temperaturas igual o sobre 20ºC, salían
más de 60 abejas por minuto (Anexo 3).
Se suma a lo anterior, que las condiciones climáticas que se presentaron en el huerto,
durante los ocho días del período de polinización efectivo, habrían también favorecido el
proceso de fecundación, ya que en el huerto se registraron 170 horas sobre 5ºC con un
promedio diario de 21,3 horas (Anexo 10), temperaturas descritas como umbral mínimo
para que se produzca la germinación del polen (KEULEMANS, 1982; POLITO, MICKE y
KESTER, 1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y se registraron 47 horas entre 15 y 21ºC
con un promedio diario de 5.9 horas (Anexo 10), rango descrito como óptimo de
temperaturas para que se produzca la germinación del polen (SANTIBAÑEZ y URIBE,
2001). De igual manera, el proceso de fecundación también habría sido favorecido por las
condiciones climáticas, ya que durante el período efectivo de polinización, se presentaron
146 horas sobre 10 ºC con un promedio diario de 18,3 horas (Anexo 11), temperaturas
umbral mínimo requerido para el desarrollo del tubo polínico según lo descrito por la
literatura (SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y se registraron 57 horas entre 16 y 29ºC, con
un promedio diario de 7,1 horas promedio diarias (Anexo 11), rango de temperaturas
óptimo para que se produzca el desarrollo del tubo polínico (POLITO, MICKE y KESTER,
1996). Por otro lado, en el período no se registraron temperaturas sobre 32ºC (ANEXO 6),
temperaturas que pueden producir rupturas del tubo polínico (POLITO, MICKE, KESTER,
1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). Estas condiciones óptimas habrían permitido que el
tubo polínico haya crecido hasta el óvulo en un tiempo muy corto, entre cinco y siete días,
y como no se registraron temperaturas sobre 27ºC, el óvulo habría permanecido viable
por un largo período, de hasta ocho días (FELIPE, 1998). Por lo tanto, el transporte
efectivo del polen por parte de las abejas pudo haber ocurrido hasta en un período de tres
a cuatro días, período suficiente al pensar que en el huerto se presentaron ocho días de
plena coincidencia de floración entre los cultivares para que ocurriera la polinización de
forma efectiva.
39
Estos resultados se hacen más entendibles al considerar que, el 66% de polinizante cv.
Friar existente en el huerto, descrito como compatible para cv. Blackamber (IGLESIAS,
1993), habría producido en cantidad y calidad el polen necesario para lograr que no
hubiera diferencias entre los tratamientos (LEMUS, VALENZUELA y MUÑOZ, 1989;
LARUE y NORTON, 1989; BALDINI, 1992; IGLESIAS, 1993; DE LA CUADRA, 1996;
RAZETO, 1999; GIL, 2000).
Por otro lado, existe la posibilidad que el polen aplicado no habría llegado en cantidad y
oportunidad hacia las flores. También existe la posibilidad que el polen aplicado no habría
permanecido viable por igual tiempo que el período efectivo de polinización en que las
abejas estuvieran siempre activas, lo que habría producido que no existieran diferencias
significativas entre los tratamientos.
40
41
4.3. Ensayo 3: cv. Laroda
El cuadro 3 muestra el efecto de las aplicaciones mecánicas de polen ventilado sobre el
porcentaje de cuaja en cv. Laroda, donde se puede observar que no hubo diferencias
significativas de ninguno de los tratamientos con respecto al testigo.
CUADRO 3. Efecto de aplicaciones mecánicas de polen ventilado v/s polinización
entomófila sobre el porcentaje de cuaja en ciruelo japonés (P. salicina
Lindl) cv. Laroda con 6% de polinizante Queen Rosa (Codegua, 2004).
Tratamientos Cuaja (%)
T0 : 10 colmenas/há
T1: 10 colmenas/há + aplic. de polen al 50 % de
las flores abiertas
T2: 10 colmenas/há + aplic. de polen al 30% y al
80% de las flores abiertas
3,02 a
1,51 a
2,18 a
Promedios seguidos de letras iguales indican que no existen diferencias significativas según Tukey 5%.
Al igual que en ensayos 1 y 2, estos resultados se podrían explicar debido a que, durante
el período efectivo de polinización del cv. Laroda, que fue de 10 días (Figura 1), período
muy superior al estándar de tres a cuatro por la literatura (FELIPE, 1998), se presentaron
las condiciones climáticas que habrían permitido que el proceso de transporte de polen,
haya producido una cuaja sin diferencias entre los tratamientos, ya que en el huerto se
registraron, 147 horas sobre 12ºC, con un promedio diario de 14,7 horas (Anexo 12),
temperaturas descritas umbral mínimo para el vuelo efectivo de las abejas (WESTWOOD,
1982; RALLO, 1986; DE LA CUADRA, 1996; FELIPE, 1998; RAZETO, 1999), y 7,3 horas
promedio diarias entre 15 y 26ºC (Anexo 12), correspondientes aproximadamente al 60%
42
de las horas de luz de un día dentro del rango de temperaturas óptimo para el vuelo
efectivo de las abejas (RALLO, 1986). Por otro lado, el período efectivo de polinización se
presentó libre de heladas, de lluvias, y de temperaturas sobre 32ºC (Anexo 6),
condiciones climáticas que afectan negativamente el vuelo de las abejas (RALLO, 1986;
GIL, 2000). A esto se suma, que las colmenas cumplían con todas las características de
calidad requeridas para permitir una buena polinización (DE LA CUADRA, 1996), ya que
con temperaturas igual o sobre 20ºC, salían más de 60 abejas por minuto (Anexo 3). Si
bien es cierto, los porcentajes obtenidos en los resultados se encuentran bajo el 5%
descrito como normal (GIL, 2000), las condiciones óptimas descritas anteriormente,
habrían sido suficientes como para no haber necesitado de otro transportador de polen, y
como para no haber encontrado diferencias entre los tratamientos.
Se suma a lo anterior, que las condiciones climáticas que se presentaron en el huerto
durante el período de polinización efectiva, habrían también favorecido el proceso de
fecundación, ya que en el huerto se registraron 214 horas sobre 5ºC con un promedio
diario de 21.4 horas (Anexo 13), temperaturas descritas como umbral mínimo para
permitir que se produzca la germinación del polen (KEULEMANS, 1982; POLITO, MICKE
y ESTER, 1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y se registraron 47 horas entre 15 y 21ºC
(Anexo 13), rango de temperaturas descrito como óptimo para la germinación del polen
(SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). De igual manera, las condiciones climáticas habrían
favorecido el proceso de fecundación, con las 218 horas sobre 10ºC registradas en el
huerto, con un promedio diario de 19.8 horas (Anexo 14), temperaturas descritas como
umbral mínimo para que se desarrolle el tubo polínico (SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001), y
con las 61 horas entre 16 y 29ºC (Anexo 14), rango de temperaturas descrito como óptimo
para el desarrollo del tubo polínico (POLITO, MICKE y KESTER, 1996). Por otro lado, en
el período no se registraron temperaturas sobre 32ºC (Anexo 6), por lo tanto, no se
habrían producido lisis celular del tubo polínico por temperaturas altas (POLITO, MICKE y
KESTER, 1996; SANTIBAÑEZ y URIBE, 2001). Estas condiciones óptimas habrían
permitido que el tubo polínico haya alcanzado el óvulo en un tiempo muy corto, entre
cinco y siete días, y como no se registraron temperaturas sobre 27ºC, el óvulo habría
43
permanecido viable por un largo período, de hasta ocho días (FELIPE, 1998). Por lo tanto,
las abejas habrían tenido tiempo suficiente para transportar el polen de forma efectiva,
hasta tres a cuatro días, período suficiente al pensar que en el huerto se presentaron 10
días de plena coincidencia de floración entre ambos cultivares, para que se produzca la
polinización en forma efectiva.
Estos resultados se hacen más entendibles al considerar que el polinizante cv. Queen
Rosa es completamente compatible con el cv. Laroda (GIL, 1982; LARUE y GERTDS,
1983). Por otro lado, las condiciones climáticas fueron ideales como para que bastara un
6 % de polinizante, proporción que se encuentra bajo el mínimo recomendado (IGLESIAS,
1993; GIL, 2000).
Por otro lado, existe la posibilidad que el polen aplicado no habría llegado en cantidad y
oportunidad hacia las flores. También existe la posibilidad que el polen aplicado no habría
permanecido viable por igual tiempo que el período efectivo de polinización en que las
abejas estuvieran siempre activas, lo que habría producido que no existieran diferencias
significativas entre los tratamientos.
44
5. CONCLUSIONES
Aplicaciones mecánicas asperjando polen ventilado, no provocaron un aumento en el
porcentaje de cuaja en ciruelo japonés respecto a la polinización entomófila.
Aplicaciones mecánicas asperjando polen ventilado no provocaron un aumento en el
porcentaje de cuaja en cv. Blackamber con 66% de polinizante Friar, bajo las condiciones
agroclimáticas presentadas durante el período de floración en la zona de Codegua,
durante la temporada 2004.
Aplicaciones mecánicas asperjando polen ventilado no provocaron un aumento en el
porcentaje de cuaja en cv. Queen Rosa al 11% de polinizante, bajo las condiciones
agroclimáticas presentadas durante el período de floración en la zona de Codegua,
durante la temporada 2004.
Aplicaciones mecánicas asperjando polen ventilado no provocaron un aumento en el
porcentaje de cuaja en cv. Laroda con 6% de polinizante, bajo las condiciones
agroclimáticas presentadas durante el período de floración en la zona de Codegua,
durante la temporada 2004.
45
6. RESUMEN
Uno de los problemas más importantes del cultivo del ciruelo japonés (Prunus salicina
Lindl) es su irregularidad en la producción año a año. Esto se debe principalmente, a que
su período de floración ocurre muy temprano en la temporada, cuando las condiciones
climáticas son generalmente adversas para producir una cuaja abundante, ya que no solo
dificulta el proceso de fecundación, sino que también el transporte de polen por medio de
las abejas entre los distintos cultivares, puesto que es una especie que requiere
polinización cruzada debido a que es autoincompatible.
En este estudio se realizaron aplicaciones mecánicas de polen ventilado a la totalidad del
árbol, de forma complementaria a la polinización entomófila, para evaluar el efecto de
dichas aplicaciones sobre el porcentaje de cuaja. Se realizaron tres ensayos: en cv.
Queen Rosa con un 11% de polinizante; en cv. Blackamber con 66% de polinizante; y en
cv. Laroda con 6% de polinizante. En cada ensayo se realizaron tres tratamientos: un
tratamiento testigo (T0) con 10 colmenas por hectáreas; un tratamiento 1 (T1) con 10
colmenas por hectáreas, y adicionalmente una aplicación de polen ventilado cuando el
50% de las flores estaban abiertas; y un tratamiento 3 (T3) con 10 colmenas por
hectáreas, y adicionalmente una aplicación de polen ventilado en dos períodos, al 30% de
flores abiertas, y otra al 80% de flores abiertas.
En ninguno de los tres ensayos, se encontró diferencias significativas entre los
tratamientos. Se concluye que las aplicaciones de polen ventilado no provocaron un
aumento en el porcentaje de cuaja, bajo las condiciones agroclimáticas presentadas en la
zona de Codegüa durante la temporada de floración del 2004.
46
7. ABSTRACT
One of the most important problems in the production of japanese plums (Prunus salicina
Lindl) in Chile, is its irregularity in the production year to year. This problem is due to its
early blooming in the season, when the weather conditions are adverse to produce an
acceptable fruit set. This conditions are limiting factors to the process of fertilization and to
the process of pollination by honey bees between the cultivars, because we are facing to
an specie that is selfincompatible wich requires cross pollination.
Fruit set percentage was measured after applying dry pollen to three cultivars flowers: cv.
Queen Rosa with 11% of pollinizer; cv. Blackamber with 66% of pollinizer; and cv. Laroda
with 6% of pollinizer. Three treatments were made in each cv: honey bees pollination;
honey bees pollination plus dry pollen application at 50% of blooming; and honey bees
pollination plus two pollen application (30% + 80% of blooming).
No significant difference were found between the treatments of any cultivars. As a
conclusion we can say, that dry pollen application did not increase fruit set in japanese
plums, under the good weather condition for fruit set processes presented in Codegua,
during the season 2004. It is also concluded that under the weather conditions presented
in this orchard, a 6% of pollinizer is enough to produce an acceptable fruit set.
47
LITERATURA CITADA AUGER, J. 1984. Enfermedades de los frutales de hoja caduca y de la vid
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51
PEP
0102030405060708090
100
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
Días
Porc
enta
je d
e flo
res
abie
rtas
(%)
QueenRosaLaroda
17/08/2004 26/08/2004 05/08/2004 FIGURA 1. Porcentaje de flores de cv. Queen Rosa y de su polinizante cv. abiertas en el
tiempo Laroda (Codegua, 2004). PEP: período efectivo de polinización.
PEP
52
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25
Días
Porc
enta
je d
e flo
res
abie
rtas
(%)
BlackambeFriar
14/08/2004 25/08/2004 02/08/2004 FIGURA 2. Porcentaje de flores de cv. Blackamber y de su polinizante cv. Friar abiertas en
el tiempo (Codegua, 2004). PEP: período efectivo de polinización.
53
ANEXO 1. Estación Agroclimática Rengo. Altura: 319m. Latitud: 34º24´S. Longitud: 70º52´W. Precipi- Humedad Suma Temperaturas Tación Relativa Temperaturas Base 5 Base 10MES Mm % Máxima Mínima Mín. abs. Media Amplit. días-grado Enero 3.5 58.5 28.1 11.4 10.2 19.8 16.7 457 302 Febrero 6.5 58.5 27.4 10.1 6.7 18.8 17.3 385 245 Marzo 6.4 70 24.9 7.7 5.6 16.3 17.2 350 195 Abril 32 77 21.2 4.9 0.6 13.1 16.3 242 92 Mayo 81 84.5 17.8 5.7 -1.0 11.8 12.1 209 54 Junio 90.3 85.5 14.5 4.1 -3.0 9.3 10.4 129 0 Julio 97.8 83.5 13.2 2.9 -3.2 8.1 10.3 95 0 Agosto 97.3 83.5 14.3 3.9 -0.6 9.1 10.4 127 0 Septiembre 39.1 78.5 17.0 4.2 -1.1 10.6 12.8 168 18 Octubre 16.9 73 20.2 6.6 1.6 13.4 13.6 260 105 Noviembre 15.7 69.5 23.2 8.4 2.2 15.8 14.8 324 174 Diciembre 3.4 60 26.5 10.4 6.7 18.5 16.1 417 262 Promedio 48.5 73.5 20.7 6.7 2.1 13.7 14.0 264 121 Suma anual 582 3163 1448
Suma días grado septiembre-febrero 2012 1107
Suma días grado septiembre-marzo 1369 1302
Fuente: NOVOA et al., (1989).
54
ANEXO 3. Número promedio de abejas que salen de la colmena por minuto medido a
diferentes rangos de temperaturas registradas en la zona de Codegua (Agosto 2004).
Rango de Temperatura ºC Abejas/min
5 a 9,9 36
10 a 14,9 52
15 a 19,9 56
20 a 25 79
55
ANEXO 4. Aplicación de polen a través de máquina asperjadora (Codegua 2004).
56
ANEXO 5. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Queen Rosa (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 12-14.9ºC 15-25.9ºC Sumatoria
27/08/04 11.0 8.0 19.0
28/08/04 5.0 14.0 19.0
29/08/04 4.0 10.0 14.0
30/08/04 3.0 11.0 14.0
31/08/04 3.0 8.0 11.0
01/09/04 3.0 10.0 13.0
02/09/04 9.0 11.0 20.0
03/09/04 7.0 0.0 7.0
04/09/04 13.0 0.0 13.0
05/09/04 16.0 1.0 17.0
Sumatoria 74.0 73.0 147.0
Promedio diario 7.4 7.3 14.7
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
57
ANEXO 6. Datos climáticos, registrados durante el período del 14 de agosto al 10 de
septiembre (Codegua, 2004).
Fecha Temperatura Precip. Máx Mín Mm
14/08/04 16.5 3.5 0 15/08/04 9 3.5 0 16/08/04 12 3.5 0 17/08/04 15.5 2.5 0 18/08/04 15.5 2 0 19/08/04 16 3 0 20/08/04 14.5 0.5 0 21/08/04 16.5 0.5 0 22/08/04 14.5 0 0 23/08/04 20 0.5 0 24/08/04 20 5 0 25/08/04 22 5 0 26/08/04 14 10.5 0 27/08/04 20 9 0 28/08/04 23.5 11 0 29/08/04 25.5 7 0 30/08/04 25.5 6.5 0 31/08/04 21.5 6 0 01/09/04 22.5 8 0 02/09/04 24 11 0 03/09/04 14 7.5 0 04/09/04 14 9.5 0 05/09/04 17 9 0 06/09/04 12 8 0 07/09/04 14 5 0 08/09/04 14 2 0 09/09/04 17.5 1 0 10/09/04 16.5 1.5 0
Fuente: Estación, Agrícola Las Mercedes, 2004.
58
ANEXO 7. Núm.ero de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Queen Rosa (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 5-15ºC 15-20.9ºC Sumatoria
27/08/04 16.0 8.0 24.0
28/08/04 10.0 10.0 20.0
29/08/04 14.0 4.0 18.0
30/08/04 13.0 5.0 18.0
31/08/04 16.0 6.0 22.0
01/09/04 14.0 7.0 21.0
02/09/04 13.0 6.0 19.0
03/09/04 24.0 0.0 24.0
04/09/04 24.0 0.0 24.0
05/09/04 23.0 1.0 24.0
Sumatoria 167.0 47.0 214.0
Promedio diario 16.7 4.7 21.4
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
59
ANEXO 8. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Queen Rosa (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 10-15.9 16-29ºC Sumatoria
27/08/04 14.0 7.0 21.0
28/08/04 13.0 11.0 24.0
29/08/04 8.0 9.0 17.0
30/08/04 8.0 10.0 18.0
31/08/04 10.0 6.0 16.0
01/09/04 8.0 8.0 16.0
02/09/04 15.0 9.0 24.0
03/09/04 19.0 0.0 19.0
04/09/04 18.0 0.0 18.0
05/09/04 20.0 1.0 21.0
Sumatoria 133.0 61.0 194.0
Promedio diario 13.3 6.1 19.4
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
60
ANEXO 9. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Blackamber (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 12-14.9ºC 15-25.9ºC Sumatoria
25/08/04 1.0 8.0 9.0
26/08/04 11.0 0.0 11.0
27/08/04 11.0 8.0 19.0
28/08/04 5.0 14.0 19.0
29/08/04 4.0 10.0 14.0
30/08/04 3.0 11.0 14.0
31/08/04 3.0 8.0 11.0
01/09/04 3.0 10.0 13.0
Sumatoria 41.0 69.0 110.0
Promedio diario 5.1 8.6 13.8
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
61
ANEXO 10. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Blackamber (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 5-14.9ºC 15-20.9ºC Sumatoria
25/08/04 16.0 7.0 23.0
26/08/04 24.0 0.0 24.0
27/08/04 16.0 8.0 24.0
28/08/04 10.0 10.0 20.0
29/08/04 14.0 4.0 18.0
30/08/04 13.0 5.0 18.0
31/08/04 16.0 6.0 22.0
01/09/04 14.0 7.0 21.0
Sumatoria 123.0 47.0 170.0
Promedio diario 15.4 5.9 21.3
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
62
ANEXO 11. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Blackamber (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 10-15.9 16-29ºC Sumatoria
25/08/04 4.0 6.0 10.0
26/08/04 24.0 0.0 24.0
27/08/04 14.0 7.0 21.0
28/08/04 13.0 11.0 24.0
29/08/04 8.0 9.0 17.0
30/08/04 8.0 10.0 18.0
31/08/04 10.0 6.0 16.0
01/09/04 8.0 8.0 16.0
Sumatoria 89.0 57.0 146.0
Promedio diario 11.1 7.1 18.3
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
63
ANEXO 12. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Laroda (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 12-14.9ºC 15-25.9ºC Sumatoria
27/08/04 11.0 8.0 19.0
28/08/04 5.0 14.0 19.0
29/08/04 4.0 10.0 14.0
30/08/04 3.0 11.0 14.0
31/08/04 3.0 8.0 11.0
01/09/04 3.0 10.0 13.0
02/09/04 9.0 11.0 20.0
03/09/04 7.0 0.0 7.0
04/09/04 13.0 0.0 13.0
05/09/04 16.0 1.0 17.0
Sumatoria 74.0 73.0 147.0
Promedio diario 7.4 7.3 14.7
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
64
ANEXO 13. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Laroda (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 5-15ºC 15-20.9ºC Sumatoria
27/08/04 16.0 8.0 24.0
28/08/04 10.0 10.0 20.0
29/08/04 14.0 4.0 18.0
30/08/04 13.0 5.0 18.0
31/08/04 16.0 6.0 22.0
01/09/04 14.0 7.0 21.0
02/09/04 13.0 6.0 19.0
03/09/04 24.0 0.0 24.0
04/09/04 24.0 0.0 24.0
05/09/04 23.0 1.0 24.0
Sumatoria 167.0 47.0 214.0
Promedio diario 16.7 4.7 21.4
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
65
ANEXO 14. Número de horas a diferentes rangos de temperaturas, registradas durante el
período de floración del cv. Laroda (Codegua, 2004).
Número de horas
Fecha/ Rango 10-15.9 16-29ºC Sumatoria
27/08/04 14.0 7.0 21.0
28/08/04 13.0 11.0 24.0
29/08/04 8.0 9.0 17.0
30/08/04 8.0 10.0 18.0
31/08/04 10.0 6.0 16.0
01/09/04 8.0 8.0 16.0
02/09/04 15.0 9.0 24.0
03/09/04 19.0 0.0 19.0
04/09/04 18.0 0.0 18.0
05/09/04 20.0 1.0 21.0
Sumatoria 133.0 61.0 194.0
Promedio diario 13.3 6.1 19.4
Fuente: Estación Agrícola Las Mercedes (Codegua, 2004).
66
ANEXOS
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