CÍRCULO LÍTERARIO COMERCIAL
LA ESPAfiA DRAMATICA
<$^s-®<g<Ea<i>sf mm <í>5Bsía©
REPRESENTADAS CON APLAUSO
en los teatros de la corte
P'JÜTOS DE 7EWTA Eli MADRID. D. José Cuesta, calleMayor. A D. Juan Diaz de los Ríos.
D. Casimiro Monier, Garre- p calle de Carretas, ra de San Gerónimo, ¥ D. José Perez, idem.
l
Catálogo de las obras dramáticas de la propiedad del Círculo
Literario Comercial, eslremdas iMmmetite en los Teatros de esta corte.
dramas
liN l’RlíS ó MAS ACTOS
Kuser ó los bandos de Holanda, La Torre del Duero. Magdalena. La Pasión. El hijo del ciego. El castillo de Balsaiii. Los Contrabandistas del Pirineo. El Puente de Lucbana. Creo en Diosl ¡Las Jornadas de Julio. Pedro Navarro. Don Rafael del Riego. La niña del mostrador. La mano de Dios, Remisinunda. ¡Redencionl! Rioja. Muger y madre. El curioso impertinente. La aventurera. La pastora de ios Alpes. Felipe el Prudente. Dios, mi brazo y mi derecho. El fénix de los ingenios, Ricardo III. Caridad y recompensa. El donativo del diablo. La hija de las flores ó todos
están locos. El valor de la mujer. La fuerza de voluntad. La máscara del crimen. La Estrella de las Montañas* La ley de raza. Sancho Ortiz de las Roelas. Andrés Chenier, Adriana. La ley de represalias. El ramo de rosas. Caibar, drama bardo. El Trovador, refundido. Cristóbal Colon. Un hombre de estado. El primer Girón. El Tesorero del Rey. El Lirio entre zarzas, Isabel la Calolíca. Antonie de Leiva. La Reina Sara. Ultimas horas de un Rey Don Francisco de Queved Juan Bravo el Comunero Dieo Corrientes. El Bufón del Rey. Un Voto y una venganza, Bernardo de Saldaña, El Cardenal y el ministro NoI)leza Republicana. Mauricio el Republicano. Dona Juana la Loca. E| Hijo del diablo. Sara. García de Paredes.
Boabdil el chico, líl Fuego del cielo . Un J iira mentó . El Des de Mayo. Roberto el Normando.
COMEDIAS EN TRES ó MAS ACTOS.
La Escuela de los ministros, Al pié de la letra . El fondo y la corteza. El Tesoro del Diablo La Flor de la maravilla El agua mansa. Un inrierno ó la casa de huéspe¬
des. El duro y el millón. El oro y el orojiel. El médico de cámara, ün loco hace ciento. La tierra de promisión La cabra tira al monte. Sullivan. El peluquero de Su Alteza Ltt consola y el espejo. El rábano por las hojasl Tres al saco... üu inglés y un vizcaíno. A Zaragoza por locos. Los presupuestos. La condesa de Egmont. La escuela del matrimonio, Mercadet. Una aventura de Richelieu. Deudas de honor y amistad. Merecer para alcanzar. Para vencer, querer. Los millonarios. Los cuentos de la reina do Na¬
varra. El hermano mayor. Los dos Guzmanes. Jugar por tabla, Juegos prohibidos. Un clavo saca otro clavo. El Marido Duende. El Remedio del fastidio. El Lunar de la ¡Marquesa. La Pensión de Venturita. I Quién es ella ? iMemorias de Juan García. Un enemigo oculto. Trampas inocentes. La Ceniza en la frente. Un Matrimonio á la moda. La Voluntad del difunto. Caprichos déla fortuna. Embajador y Hechicera. A quien Dios no ledáhijosl.. La nueva Pala de Cabra. A un tiempo amor y fortuna. El Oficia lito. Ataque y Defensa. Ginesillo el aturdido. Achaques delsiglo actual.
ün Hidalgo aragonés.
Un Verdadero hombre de bien, La Esclava de su galan. Pecado y expiación. I Fortuna te dé Dios , Hijo 1 No se venga quien bien ama. La Estudiantina. La Escal.i déla fortuna. Amor con amor se paga. Capas y sombreros. Ardides dobles de amor. El Buen Santiago. I Ya es tarde 1 Un cuarto con dos a Icobas. I Lo que es el mundo 1 Todo se queda en casa. Desde Toledo á Madrid. El Rey de los Primos. La caverna invisible. Quien bien te quiera te hará
llorar. Marica-enreda. Flaquezas y Desengaños. La Amistad olasTres époc-is. El Diablo las carga.
EN DOS ACTOS.
ün ente como hay muchos. Cornelio Nepote. Los pretendientes del dia. Los dos amores. Deudas del alma. Pipo ó el Principé de Monto-
cresta. Las diez de la noche. El Congreso de Jitanos. El Preceptor y su muger. La Ley gálica . Un casamiento por hambre. Antes que todo el honor, jüii divorcio I La hija del misterio. Las cucas. Gerónimo el Albañil María y Felipe.
UN FUSIL UEL DOS DE MAYO EIV 17 DB mío,
APROPÓSITO DRAMÁTICO EN UN ACTO,
original y en verso
DE •
Do . ia@pilLL@ 'ir VAi©@Mllo
(El TIO FIDEL.)
Representado con brillante éxito el 17 de Julio de 1855, en e| teatro de la Cruz, en celebridad del glorioso pronunciamiento del año anterior, con asistencia del Excmo. Sr, Duque de Iq
Victoria.
MADRID:
IMPRENTA DE C. GONZALEZ, CALLE DE SAN ANTON, NÜM. 26.
1856.
í
Esta obra es propiedad del CIRCULO LITERARIO COMERCIAL, que perseguirá ante la ley al que sin su permiso la reimprima, varíe el título , ó represente en alg-un teatro del reino, ó en alg’una sociedad de las for¬ madas por acciones, suscriciones 'ó cualquiera otra [con¬ tribución pecuniaria, sea cual fuere su denominación^ con arreg-Io á lo prevenido en las Reales órdenes do 8 de Abril de 1839, 4 de Marzo de 1844, y 5 de Mayo de 1847, relativas á la propiedad de obras dramáticas.
Se considerarán reimpresos furtivamente todos los ejemplares que carezcan de la contraseña reservada que se estampará en cada uno de los leg-ítimos.
Ai Sr. i). Gregorio López ilollincdo diputa¬ do en las Constituyentes de L8S4, por la provincia de Madrid, etc., etc,
Escasa de mérito literario la presente composición que tengo la honra de dedicará V., tiene sin embargo la circunstancia de contener verdades que el pueblo, esc valiente y virtuoso pueblo, sabrá apreciar y aplau- dircuandovea su ejecución en ¡a escena dramática.
Un hombre amante hasta el entusiasmo, de esemismo pueblo, un hombre cuyo patriotismo desinteresado brilla mas claro que la luz del sol, un hombre de aque¬ llos que digo yo, costean el gran banquete nacional y no disfrutan de él.' mas claro, que pagan y no cobran-, un hombre, cuya fortuna la debe á su talento y la¬ boriosidad, laboriosidad que envuelve el trabajo, y de consiguiente la manutención de infinitas familias, un hombre que sacrifica esta misma fortuna, y aun espone su persona por la libertsid y el bien del pais, sin aguardar otro premio que la satisfacción de obrar bien: un hombre en fin, de estas circunstancias nece- sitabayo para dedicarle mi obra, y este hombre he teni¬ do la dicha de encontrarle, que no es poco en el siglo XlXl Este hombre es V.
Dígnese, pues, admitir esta débil prueba de la ad¬ miración y respeto que le profesa su afectismo atento seguro servidor Q. B. S. M.
I^raEi<!íi:r9C Ilebello y Vasconí.
Madrid 20 de Enero de i^5S.
717812
lI«T»RL.OCtlTOnBft.
Leonor . Doña Orosia. Ildefonsa. Mugeres del pueblo. El lio Miguel. Xnciano y ciego. Francisco.\ Marianillo.¡Jóvenes del pueblo. Blas. ..) Don Abundio.Empleado cesante. Don Cómodo.Empleado jubilado. Un cabo de salvaguardias. . {vulgo Guindillas). Un salvaguardia. Hombres del pueblo, jóvenes, viejos, muchachos y
salvaguardias.
La escena pasa en Madrid : empieza antes del ano¬ checer del 17 de Julia y concluye á las doce del.i noche.—1854.
ACTO tilico.
Decoración de calle; en el fondo fachada de
una casa de vecindad; reja practicable en
uno de los cuartos bajos, y balcones también practicables en está y las demas casas late^
rales.
E$iCEM4 1.
Francisco, saliendo precipitadamente y dirigiéndose
á la reja en la que aparece á poco Leonor.
Fuan. Leonor! Leonor! abre pronto, (llamando). pronto-, yo me desespero!
Leonor. Quién llama con tanto afan? Calle! Francisco! Qué es esto? Voy á abrir la puerta.
Fran No.
Leonor. Pues qué quieres? Fran. Está el viejo? Leonor. Si no se mueve de casa.
Üonde ha de ir pobre ciego? Fran. Que salga, que salga pronto. Leonor. Pero entra tú... Fran. No por cierto.
Leonor. Y vienes de buen humor! Ni un saludo, ni un requiebro!
Fran. Perdona, Leonor, perdona, mas la patria es lo primero.
Leonor. La patria! Pues qué ha ocurrido?
Fran. Anda vé: que salga el ciego. Leonor. Pero entra tú, y nos dirás... Fran. No puedo, muger, no puedo;
¿Amas á la España, di,
Leonor.
Fran.
Leonor.
Fran.
León.
Fran.
Leonor.
Fran.
Leonor.
Fran.
Leonor.
= 6 =
y ansias el bien del pueblo?'
¿Eso preguntas, si soy mas libérala que Riego.
Pues di á tu tio que salga :
que salga, y aquí os espero. ¿Y qué puede el triste anciano?
¡Armarme, viven los cielos!
con ese fusil que tiene oculto hace tanto tiempo.
¿El fusil? dudo lo dé sino es para un grande empeño.
Yé por Dios, Leonor querida ;
vé que bago falta en mi puesto.
¿Pero ocurre alguna alarma?
Ocurre que ya esc pueblo quiere vengar de una vez
los continuos dasafueros, los robos, las estorsiones
que hombres viles y perversos
le han causado; y en fin, quiere
dar el grito santo, eterno de libertad.
¿Y mi padre
sera vengado ? De cierto.
Mi padre, que hace seis años,
sin formación de proceso,
fue deportado á Ultramar,
y alli murió!.... ¡Santos cielos!
¿mi padre será vengado?
Francisco, no me detengo ;
voy : su hermano te armará,
te armará, ténlo por cierto^
con el fusil invencible,
que dando fama á mi abuelo,
lo heredaron sus dos hijos para defender los fueros
contra el tirano poder
= 7 ==
de propios y de estranjeros.
Vé, triunfa, y vuelve después; mis brazos serán tu premio : que aquel que vengue á mi padre, á su patria defendiendo, conquistará mi carino, y de mi alma será el dueño. (Se entra.)
II.
Fiuncisco, y á poco el tio Miguel y Leonor.
Fran. Vé, Leonor de mi vida: ídolo de mi amor ciego; que si buena hija te muestras, también serás el ejemplo de las esposas: por tí, por tí sola vencer quiero . el premio ha de ser tu mano, otro mayor no apatezco: tu honradez y tus virtudes son dignas del mayor precio, y yo quiero conquistarlas la libertad defendiendo.
Mígüel. No te canses, Leonor.... dar ese fusil no quiero: no faltaba va otra cosa
«I
que un corbade rapazuelo... Fran. Poco á poco de cobarde,
pues yo soy el que lo quiero. Miguel. ¡Grande empeño se atraviesa !
¿le parece al inesperto que es el andar á balazos el estarse en chicoleos con mi sobrina? responda! Ya sabe usted que le quiero, porque es muy hombre de bien, y que los casaré presto; pero entregar á una chica,
= 8 =
no es lo mismo, á lo que entiend(J,,
que hacerle dueño absoluto
de un fusil, que en- oíros tiempos^
• siendo terror de franceses-
y realistas perversos, hizo él solo mas destrozos
que un obús y tres morterosv
Fluís. Pero, oid, señor Miguel.... Miguel. Qué señor, ni qué embeleco!
El tío Miguel me llamo.
Barrantes, Perez y Bueno;
Sino bastan estos nombres,
me conocen por el ciego.
Patriota en el año de ocho en el veintitrés fui negro.
Progresista el treinte y seis;
el cuarenta, y que no miento, me llamaron.ayacucho,
por amigo de Espartero .*
revolucionario al fin
el cuarenta y ocho creo;
y sangre vil y traidora, y otros muchos epítetos;
y ahora en el cincuenta y cuatro
me llaman, según entiendo,
esa turba de polacos,
(mejor es decirles perros) ; descamisado, traidor,
y e.scoria, y tuno, y plebeyo;
porque todos estos nombres
dan á las clases del pueblo,
que los eleva en sus hombros
trabajando y no comiendo,
y con su sanare fabrican
lie cristal palacios régios.
Frait. Contra esa gente traidora
emplear el fusil quiero.
Miguel. ¿Y qué has de hacer, miserable ^
= 9 r.
solo tu ? (lí.
FnA5. Estadme atento. Cansando ya de sufrir
ese pcieblo soberano,
quiere que el bando tirano deje pronto de existir.
En Vicálvaro se dió
el grito de libertad, y á tan grande heroicidad eii Madrid se contestó.
Miguel. ¿Ha contestado Madrid?
y sus bijos esforzados
vuelan todos denodados para vencer en la lid.
Por armas el pueblo grita,
pues armas no le dejó
cuando sus fueros holló esa canalla maldita. Y si queréis sea hostil
á esa gente torpe, infiel,
entregadme, lio Miguel, entregadme ese fusil.
Miguel. Ya que no puedo mirarte,
al contemplar tu valor
con un paternal amor quiero al menos abrazarle. {Se abrazan).
Sí, hijo mió, te armaré
contra los viles tiranos....
Y ojalá que con mis manos.,..
Mas ciego estoy, bien se vé....
Aquí llevo el testimonio.
Si yo mi vista tuviera...,
qué riza, qué riza hiciera!... los llevaría el demonio!
Pero en fin, cómo ba de ser!
Y pues que tienes valor,
entra en casa Leonor:
trae ese fusil, mujer.
:= iO =-
Fran. Si su sexo os interesa.... tendrá aprensión yo entraré.
LeOíN. Miedo? aprensión.^ ya se vé!
preciso!.. mi falta es esa!.. (Vase corriendo).
Miguel. Es de estructura distinta;
igual valor no se vió.
Pues mi raza el ser le dió
no desmentirá la pinta. Tú cual sencillo artesano aplicado y laborioso^ procura ser buen esposo,
hazte digno de su mano. Que ella, aunque no lleve dote,
con su cuidado y esmero,
te ahorrará mucho dinero
sacándote buen escote,
Que vale mas á un marido una muger hacendosa,
que una rica y melindrosa
de mucho chal y prendido. {Dentro Leonor y sale con el fusil).
León. Tío, Tío!
Miguel. Yá esta aqui. {Sale Leonor).
Leonor. Mirad el fusil triunfante:
Mas busca otro en el instante,
que este ha de ser para mí. Miguel. Chica, estás empecatada?
con faldas que has de alcanzar?
León. Con faldas sabré vengar la memoria respetada
de mi padre, que inocente
lo llevaron á Manila,
y gota á gota destila
su sangre sobre mi frente .
Al entrar en mi aposento
para traer el fusil,
no es una ilusión fútil,
oí muy claro su acento.
=: 11 =
«Hija, préstame atención»
dijo: «Véngame!»... No hay duda. Pues este fusil me escuda, y me sobra corazón, aunque á mi sexo no cuadre
que está sugeto á mil yugos,
de sus pérfidos verdugos
sabré vengar á mi padre. Miouel. Pues casi me ha hecho llorar!
Habrá condenada chica! {Aparte).
Yaya, en nada me replica! es muger; á hilar , á hilar .
hcoxoR. A hilar! ¡ terrible pensión
la de la infeliz muger!
pues qué, no puede tein r como el hombre corazón t
Miguel. Su denuedo dame risa! Deja ese aire varonil,
y dame pronto el fusil,
que Francisco tiene prisa.
Frax. Sí, Leonor, que impaciente aguardo para marchar;
verás como sé vengar
la sangre del inocente.
Leonor. Maldigo mis zagalejos,
mis pendientes y arrumacos,
que yo matara polacos
como se matan conejos;
Toma, y hazles cruda guerra,
{Le va á dar el fusil, se interpone Miguel, y locoje).
3I1GÜEL. Aguarda un poco, Leonor:
para alcanzar tanto honor hinca una rodilla en tierra.
(A Francisco que lo hace).
Recibe, pues, de mi mano,
prenda de grata memoria;
por ella alcanzaron gloria
mi padre y también mi hermano.
— 1:^ =:
Mi padre, cuando Madrid alzó su terrible frente, cuando el francés inclemente lo provocara á la lid, el dos de mayo glorioso, junto á Daoiz y Velarde de su valor hizo alarde con ánimo prodigioso. Por armas pronto acudió, al parque de artillería, que el pueblo se repartía, y este fusil le tocó. Este fusil, ya lo ves: con el mató en il momento un mameluco sangriento y un artillero francés. Homicida proyectil la vida le arrebató, mas el valiente murió abrazado á su fusil. Catorce años yo contaba entonces y no era ciego, sin miedo á tan tenaz fuego junto á mi padre marchaba. No me arredré aunque muchacho al ver su suerte siniestra cojo el fusil en mi diestra,
apunto, y mato á un gabacho. A casa después volví por un milagro, con vida, y esta prenda tan querida con cuidado la escondí. Yo poco, ó nada la usé puesto que perdí la vista pero tan grata conquista en mi poder la guardé: y conservarla he sabido para mi hermano el menor
= 13 que, con heróico talor, á su patria ha defendido desde el veinte al veintitrés, cuando arrebató á la España con la mas inicua saña su libertad el francés. Y también últimamente, no esquivó jamás la lid; con los buenos en Madrid marchó siempre consecuente; y con su fusil en mano defendió la libertad con la pura lealtad del que es un simple artesano : y en premio á su patriotismo un déspota malhadado me lo mandó deportado y murió en el ostracismo! Toma, toma, véngate : frunce las cejas con saña, Libertad parala España, Francisco levántate. (Se levanta^ y toma el fusil).
Carga el fusil, luego, luego; V escucha solo la voi %
de quien te mande veloz preparen, apunten, fuego!
FtAw. Gracias, gracias, tio Miguel. Parto al punto, Leonor; i la patria y á mi amor seré eternamente fiel. Con este fusil sagrado creo que soy invencible. ya no es para mi temible ese bando malhadado: no peleo por medrar ni por destinos peleo, pues tan solo es mi deseo
= 14 =
á mi patria libertar: si triunfa el bando inhumano
ha de castigar mi arrojo;
si triunfo será el despojo trabajar como artesano.
He ahi la constante ley que arrostra en diversos modos
en este tiempo y en todos
la siempre vejada grey. Mas no hay galardón mayor
que el justo modo de obrar,
y por último alcanzar
la mano de Leonor. Juzgarlo podéis los dos.
No ignoráis mis sentimientos. {Rumor lujano: corneta).
Veis? del pueblo los accentos....
Voy al triunfo! Adiós, adiós!
lil.
El tio Miguel y Leonor.
LEONOR.
Miguel.
Leonor.
Miguel.
Tío, estoy pronto á seguirle,
pues mi venganza ver quiero.
No me muelas, chica y calla.
¿Te parece á lo que entiendo,
que adonde se va Francisco van á repartir buñuelos?
Sé que rne espongo : no importa.
Si importa, y demas provecho
sera que tú y las muchachas
y las mujeres, los viejos,
los chicos, los impedidos como yo, mancos ó ciegos, os preparéis al combate
del modo que yo proyecto,
Pero basta de razones....
I
á los hechos, á los hechos:
llama á todos los vecinos
y vecinas; presto, presto :
ellos están agraviados
de tanto sufrir, y creo
que tomarán parte activa
en tan glorioso alzamiento. LroNOR. Ildefonsa, Marianillo,
Teresa, Blas, tio Pedro,
acudid todos y todas,
bajad, salid, luego, luego.
Dichos, Marianillo, Ildefonsa, Blas y varios veci¬ nos y vecinas de diversas edades, también algunos
muchachos irán saliendo alternativamente de distin-
tas casas, toda genio del pueblo.
Ild. ¿Quién diablo, da voces, quién?
Blas. Qué es esto, Leonor, qué es esto?
Mar. Acudid, acudid todos!
adónde, adonde es el fuego?
(Varios que salen de su casa).
Fuego! fuego!
Miguel. • No hav tal cosa. «
Mar. Son ladrones!
Vecinos. Ladrones! ladro... Miguel. Silencio!
ÍLD. Pues qué demonios ocurre?
Mar. El ciego lo sabe, el ciego!
Vecinos. Que se esplique. Otros. Que lo diga!
Miguel. Estadme todos atentos. (Le rodean).
Queréis que cual hombres libres
os respeto el mundo entero,
no siendo mofa y escarnio
de países eslranjeros.
16 =
Tatiendo mas nuestra España que valieron jamás ellos?
¿Queréis no ser mas vejados por los satélitos fieros del absoluto poder que ha tiempo viene rigiendo? maldije; rigiendo no, que nos viene destruyendo. ¿Queréis no pagar sin cuenta contribuciones y pechos exorbitantes, ruinosos, en este ú otro concepto, para que muráis de hambre mientras se enriquecen ellos? ¿Queréis que sea la imprenta órgano del pensamiento, y centinela avanzado que defienda vuestros fueros? decid pronto, lo queréis?
Los HOM. Lo queremos, lo queremos. Miguel. Los jóvenes y hombres fuertes
venid al lado derecho,
y en en el otro que se pongan
chicos, mujeres y viejos.
{Lo indica la acción^ y se dividen según
presan los versos.)
Id vosotros esforzados; (A los hombres) dad el grito con el pueblo; el grito de Libertad, grito eléctrico y eterno, que jamás debe apagarse en el pecho de los buenos. Arrollad los batallones, las compañías, los tercios, de las fuerzas que se opongan á vuestros justos intentos. Mas, sí llegáis á vencer, tened compasión os ruego.
ílel soldado, que es, no hay duda'
■ hermano ó pariente vuestro ; y que llegue á comprender en el lance mas estremo,
que contra él mismo combate
si combate contra el pueblo.
Vuestra venganza mas alta
llevadla, mas, si por cierto.
Sus pues! Qué hacéis parados?
Aguarda el combate; presto,
* id á engruesar las lilas
del mas glorioso alzamiento!
El ejército en Vicálvaro
ya nos ba dado el ejemplo ;
é imitándolo Madrid... Mar. Mas sin armas, dónde iremos?
Todos. Armas, armas, vengan armas] Miguel. Me agrada vuestro denuedo!
queréis armas? á buscarlas :
no faltarán, vive el cielo I
Parques hay, teneis valor,
y por murallas los pechos.
Reunios á los grupos ;
allí teneis compañeros
pelead juntos y unidos, mancumunad los esfuerzos.
Sea vuestra primera voz
en tan críticos momentos,
vengan armas; armas, armas,
para defender al pueblo.
3Iar. Vengan armas!
Todos. Armas, armas,
para defender al pueblo.
(Se van precipitados, y se oye dio lejos una
bandade música,que tocaelhimnode Riego)-
Leonor. Tío, tío, escucha usted?
este es es el himno de Riego!
Miguel. El himno de Riego suena]
el triunfo es seguro, cierto!
Leonor. Y bien, qué kacemos nosotras,
estos chicos y estos viejos?
Miguel. Ejército de reserva sereis según rni proyecto.
Yo soy vuestro general!
no es apetecible el puesto!
si obedecéis, sin embargo,
grandes servicios haremos.
Los balcones y ventanas
ocupe vuestro denuedo,
y desde alli vuestras manos ' con tiros los mas certeros,
sobre el génizaro bando
si llega un momento estremo
dirigiréis valerosas
piedras, almireces, tiestos, cómodas, sillas y planchas,
banquillos de cama, hierros;
todo que caiga á la calle revuelto con agua hirbiendo.
•Los colchones y las ropas, serán vuestros parapetos.
Manos á la ejecución.
ím.ONOu. Amigas, todas marchemos: prevengamos la defensa.
Abranse las puertas luego • de nuestros cuartos, y allí
piedras y muebles subiendo á la tenaz ofensiva
unidas nos preparemos.
Y al dar principio á las obras,
vamos todas repitiendo... ¡Que viva la Libertad!
Tod. Viva por siglos eternos.
Las mujeres viejos y niños suben piedras á
las casas; abren los balcones; sacan colcho-,
nes, ropas, tablas, ete. formando detodo ello
= 19
especie de parapetos detrás de los cuales co¬
locan piedras^ muebles, macetas, ele., etc. A
lo lejos se oye rumor, y un piano figuran¬
do á larga distancia el himno de Riego; for¬
mando en todo un cuadro, animado, pero te¬
niendo especial cuidado de no interrumpir
la representación. a
Miguel. Con el alma y corazón
me parece estar mirando,
á un pueblo, que con razón, asesta al inicuo bando
que motiva su opresión. ¿No contemplan los tiranos.
cuando en el poder están
que oprimen á sus hermanos, y con esta opresión dan
mas estímulo á sus manos para, procurar briosos formando compacta grey,
de su libertad celosos,
hacer que caiga la ley :
contra opresores colosos?
Sin el pueblo qué son ellos?
qué sin sus bt azos robustos?
Sin sus artefactos bellos? ínfructiferos arbustos,
de vicio y ocio destellos.
Sin pueblo no hay opresores
7 pueblo puede existir
sin haber de estos traidores
que inicuos le hacen sufrir
penas, males, sinsabores.
Y pues que solo en lo humano
la raza del hombre existe
no la raza del tirano, en arrollarlos consiste
sea el pueblo soberano
ln:o>mR. Tio, tio! {Asomada a un halcón).
t
Micukl.
Leonor.
Miguel.
Leonor.
iiilGÜEL.
Leonor.
Miguel,
Leonor.
Cómodo.
Dónde estas?
En el cuarto de Aritonina: Todo va en actividad.
Ahora yo y otras amigas
nos hallamos construyendo una bandera ó di ;ds:i:
Pero ocurre u:! c mlratiempo,
íjue la casera maldita
no está en e¡ cuarto que ocupa,,
y su criada ladina,
se niega á abrir; ya vé usted,
que su balcón nos precisa,
está al centro de la casa...
Colocarse en él podría
la bandera y en tal caso
una resistencia activa se pudiera...
Ya, va entiendo.
Pues id todas de órden mía,
y decidle á esa criada,
con razones comedidas
que al niomenlo abra ía puerta,
y que esté en todo tranquila; que nada les faltará
á sus amos.. Que no insista.
Tío, tio; que allí vienen.
Quien?
!"iís amos.
Bien atisvas.
Voy á hablarles a los dos.
Vaya una pareja linda.
(Dichos Don Cómodo trayendo del brazo á
Doña Orosia: Sigue la misma animación ^
esceptuando el himno d£ Riego que ya no se oye).
Orosia, Tamos á casa.
"¿a
Orosia.
Miguel.
OROSfA.
Miguel.
CÓMODO.
Miguel
Orosia.
Miguel.
Orosia.
Miguel.
Orosia.
Miguel.
^
que esa gente me horripila: y si empieza el zambombeo
puede una bala perdida...
Dios nos libre! corre, esposo...
¡Ay! me tiemblan las rodillas.
Qué gentuza! qué gentuza!
Toda la chusma maldita
por Jas calles de Madrid. Y qué es gentuza, vecina?
¡Ola, el buen tio Miguel!
Usted carece de vista
y casi debe alegrarse,
por no mirar la desdicha
que ahora mismo está ocurriendo
en la coronada villa.
Pues qué desdicha acontece?
Piespira, muger respira,
y después lo contarás.
Quiere usted saque una silla?
Sí, para asientos estamos!
A encerrarnos muy de prisa,
á encerrarnos en ol cuarto.
Sin decirme esa noticia?
Oiga usted, tio Miguel
pero prepare su ira.
Discurre por ese pueblo
en confusa algarabía
una chusma de... artesanos
que con furor gritan, gritan....
Pero qué gritan, señora?
No lo sé, mas cosa es lija
que no gritan con razón
esa gente envilecida.
Poco á poco Doña Orosia, mire usted como se esplica;
que si ellos son artesanos,
no es una gente perdida,
y el que menos, vale mas
= 22 =
(fue ella y toda su familia.
Orüsia. Habla usted conmigo acaso?
Miguel. No hay duda, con usted misma. Orosía. a mi me vá á dar un mal;
este hombre me precipiía.
CÓMODO. Por Diós, Orosia, por Dios;
• no te sofoques, querida! no te sofoques, mi amor,
que te vú á dar una angina!
Oi.osiA. insolentarse conmigo
un mísero pensionista!
Mígüel. Lo soy y con mucha honra,
pues que me costó la vista:
no como vuestro marido,
que sentado en una silla
y solo haciendo que hacemos, ^ en públicas oficinas
ganó sin jubilación
cual empleado polilla. CójioDO. Oiga, señor, no me insulte,
por que sino....
• Miguel. Qué seria.’^
Orosia. No se puede sufrir mas;
Me voy á la policía
y haré que, aunque ciego está, lo embarquen para Manila.
Sabe usted a quien insulta,
con sil lengua viperina?
Yo soy Doña Orosia Cantos, muy inmediata sobrina
de un oidor, aunque sordo^ {Vá anoch-
cierido,y se iluminan los halcones). de la Real Chancillería
de Granada: tuve un primo
veinticuatro de Sevilla,
y mi mamá fué azafata
de Doña María Luisa
de Borbon; y pues no ignora
= =
á quien su lengua atrevida
ha insultado, pronto...pronto,
pídame perdón aprisa....
y no perdón como quiera,
sino puesto de rodillas.
Miguel, De rodillas? se acabó ese tiempo en que solían
arrodillarse los hombres aun para pedir justicia.
Orosia. Con que aumenta usted; ¡que espanto!
la demagógica lista?
No estén un punto en mi casa;
salgan él y su sobrina.
Miguel. Me iré á vivir á otra parte,
donde no sea una arpía la casera; pero antes
que usted franquee precisa
los balcones de su cuarto,
las ventanas y bohardillas.
Orosia. Que yo franquee?..y por que?
Miguel. Para estar á la ofensiva
si por este barrio viene
esa canalla maldita.
Orosia. Quién el pueblo? muy bien hecho.
Miguel. No provoque usted mis iras.
Señora, el pueblo es quien manda:
su bien y salud me obligan
á intimarla, que abra pronto, á buenas; no se resista,
su cuarto, que de sus bienes
no le faltará una pizca:
porque aunque dice que son
• de prosapia envilecida,
los que llama hijos dul pueblo
con refinada malicia,
en su frente la honradez
siempre llevan por divisa.
Orosia. No abriré, no abriré, no:
24 ==
y quién áello rne obliga?... solo un intrigante ciego.
Miguel. Aun tiene usted menos vista. Ola, valientes muchachos, mujeres, viejos y niñas, pronto, acudid á mi voz.
¥11.
{Dichos V van saliendo I.EONoa con una handerd
en la que se lee en letras grandes. uViva el pue¬ blo Soberano». Las demás mugeres, niños, vie--
jos, ele. algunos cojen piedras, figurando que la»
iban á subir á los balcones).
LEo^(oa. Que A llamarnos os obliga?
Todos aquí estamos ya. Orosia. Ay Cómodo qué perfidia!
El barrio se ha prononciadoí Co.'viODo. Capitula, hija querida,
porque si no capitulas nos harán quinientas trizas.
Miguel. Ya lo veis si tengo fuerza para ver mi órdencumplida.
(■T.osiA. Quién )o duda Don Miguel, Y YO va estov decidida... «J W Al t)
LhmNOR. A jurar esta bandera siendo libera'-?
Orosía. Sí niña.
1.Eo>:o«. Pues viva la libertad! Coloqúese la divisa de este barrio en su balcón para que bien se distinga: aparapetarlo luego... de baluarte nos sirva. No quiere usted doña Orosia?
Orosia. Sí, sí, cosa es muy precisa.
Leonop.. Subid esas piedras, pronto subidlas todas arriba.
Ili), Que ayuden ellos también,
como vecino y vecina. OnosiA. Esto solo nos faltaba (A’ arte á Cómodo).
Co.MODO. Haya paciencia hija mia.íApar/c á Orosia)*
Miguel. Cosa es justa! la igualdad
es la ley por quien se anima el pueblo, y estos señores
por cierto querrán cumplirla.
Leonor. Lleve doña Orosia, pues,
la enseña que nos da vida (Le da la bandera)
y don Cómodo su esposo esta espuerta de cliinilas (le dá una espuer¬
ta de piedras).
Mi GUEL. A SU sitio cada cual.*
los preparativos sigan. Al tú'tnpo de ir á marchar, suenan dos
tiros. Doña Orosix deja caer la bandera y
D. CÓMODO la espuerta, y huyendo se en¬
tran en la casa, al decir los versos que se les marcan. Algunas mujeres huyen tam¬
bién; otras permanecen con el tio Miguel y
Leonor la que coje la bandera. Orosia. Av dios mió vo me muero!
« o
C0.MOD0. Vamos, hija, arriba, arrilja.
Leonor. Nadie huya, viven los cíelos (coge la bandera)
• . A qué es tanta cobardía? Vozdent. Mueran los trí^lores.
Voces. Mueran!
Vozdent. Viva la libertad!
Voees. Viva!
Miguel. Leonor, Leonor... Dónde estás?
Lso.nor. Aqui estoy; usted nos guia.
Decid, qué hacemos, qué hacemos?
iMiguel; Quién informarnos podría
de cuanto ocurre? Xo sé : EONOa.
= ^26 =
Un hombre aqui se aproxima,
Y no distingo quien es!
, Quién vive? muy pronto díga.
.JESCEíWA Vil.
Dichos Francisco y ápoco Mariamllo.
Khan. Soy Francisco, no, no temas,
Leonor, mi prenda querida.
Leonor. Eres tú? di, por qué vienes?
Con qué objeto te retiras?
Fran. No hago falta por ahora tan solo á veros venia, y á deciros cuanto pasa.
Miguel. Pues dilo y márchate aprisa.
Fran. Madrid como un solo hombre
se alza por su libertad, cansado de la maldad de quien vulnera su nombre:
Armas pide con despecho
y las conquista valiente-
poniéndose frente á frente
sin mas murallas que el pecho. En unánime esechanza
ahora quiere con sus manos,
. Jas casas de sus tiranos
quemar en justa venganza.
Mas no ansia esta ocasión
por robar, nadie lo tema;
'pues que se ha adoptado el lema
Pena de muerte al ladrón,
Y es lo grande, inconcebible,
que sin planes ni otros pactos todos acuden compactos
con un denuedo invencible.
Esto indica al opresor
que el pueblo no está dormido,
y que es su último quejido del tirano el estertor.
= ^7 =
Zaragoza la gloriosa,
Logroño y Valladolid
han provocado la lid contra opresión tan odiosa ^
l']l triunfo es seguro, cierto. {Se oye rumor lejano).
()¡s gritos? Yo rne voy.
Leonor; dispuesto estoy
á vencer ó á quedar muerto.
Mar. Alto; que ahora nos iremos. Frax. Marianillo adonde vas?
Mar. Pues no me veis desarmado? Armas vengo yo á buscar,
Miglu-l. Armas aqui? Dónde, cómo? Creo no las hallarás
Mar. Una pistola; una espada,
cualquier cosa voto vá!
Leonor. -Calla una espada dijiste?
Mar. Aunque sea claro está,
Leonor. El casero tiene una.
No habéis visto cuando vá
De uniforme al besamanos;
ó su pensión á cobrar, cual la lleva atravesada
tan compungido y formal?
Mar. Mientras procuro un fusil
mal creo que no vendrá
si fuego no puedo hacer
al menos podré pinchar.
Leonor. Yo me encargo de traerla. {Se entra).
Miguel. Esta chica es Barrabás!
V decidme, decid, hijos :
{En todos los halcones y ventanas pratica-
{hles se colocarán luces).
Que hace en un momento tal, el bando polaqucril?
Discurren acá y allá
en patrullas los Guindillas
Eran.
Mar. ■ Fran.
LEONOR.
Todos.
Leonor.
Todos.
Miguel.
Leonor.
Miguel.
Mar.
Miguel.
Fran.
28 y guardia municipal;
mas cuando observan anuncios de resistencia... ya va!
íiuven como unos cobardes * y se dejan desarmar. I’ero rjué lineemos parados?
vamos, Marinnillo, allá.
No aguardas á Leonor ?
Tienes razón; es verdad.
{Leonor desde el balcón de doña Orasia.) Francisco, íio, vecinos! todos atención prestad.
Esta enseria de la patria,
aqui se va á colocar.
Viva el pueblo soberano, es su Jema : lealtad,
unión para conservarla... Ved cual ondea triunfal I Juráis defenderia?
Sí. Pues viva la libertad.
Viva! t
Chica, baja pronto,
porque Francisco se va. Ya bajo ; tengo una espada,
y un sable tengo ademas
con un cuchillo de monte,
daga, aguzado puñal...
yo no sé... {se retira del halcón).
Pero esa chica de donde sacado habrá esas armas?
Ellas vengan, que de algo nos servirán. Mas cuándo baja? Decid.
Amor mió! aqui esta ya. Y traes ceñido el sable;
(Salen Leonor y las mujeres.)
rrrr 29 Perfectamente; bien va.
Miguel. Dónde hallastes esas armas? Leonor. En el cuarto principal
en casa de doña Orosia. Miguel. El sable también?
Leonor. No hay mas.
Con un letrero que dice;
esto es gracioso, escuchad.
Por nuestro absoluto rey
morir es sagrada ley.
{Leyendo en la hoja del sable á la luz de un farol.)
Miguel. Habrá sido realista.
don Gómodol Ja! ja! ja!
Leonor. Con la sangre de traidores
el lema se borrará;
Mar. ' Qué, no es para mí este sable?
Leonor. Quién te lo ha dicho? ya vá!
toma la espada, y da gracias.
Mar. Esa espada? bueno está,
si parece un asador! {La toma y desenvaina).
Leonor. Y sino toma el puñal.
Mar. Eso menos.
Miguel. A ver chica? {La reconoce.)
Es una daga,... cabal!
Del sordo oidor seria,
del de Granada no hay mas.(Poces dentro.)^
Viva el pueblo soberano. Miguel. Que hacéis parados? marchad.
Eran. Vamos, Marianillo, ven,
un fusil á conquistar. {Vanse los dos)
Miguel. Escucha, Leonor, escucha .
cómo, di, se encuentra ya
vuestra obra?
Leonor. ► Concluida
Miguel. De todo punto?
Lfonor. Si tal.
Miguel Muy bien, sobrina querida;
30 =:
muy bien portándote vas.
Jefe de estado mayor,
de mi cuartel general
te nombro. • *
Leonor. No quiero empleos.
Miguel. Pues este lo has de aceptar,
él es empleo barato; *á nadie le ha de costar
,el dinero. Voy adentro, si se ofrece algo, avisad. {Vase á su casa)
Ild. Sabes, Leonor querida;
que casi no puedo mas de cansada? qué tragin!
y dime, adónde estará
el señorito Pelmazo?
Leonor. Don Pelambre? ja! ja! ja! pues no se ha empeñado el pobre en quererme requebrar? se hizo amigo de mi lio.
Ild. Con que va siendo formal?
y creo que es empleado.
Leonor. Chica, chica, quita allá!
No dejo yo á mi Francisco
por el mismo preste Juan :
ya ves si por un cesante...
Ild. Es cesante? Ba! ba! ba!
y cómo gasta tal lujo?
Leonor. Si todo lo deberá. • >
Ild. Pero calla! no es aquel
que está parado ?
Leonor, Cabal.
Pues si lo atisva Francisco
ganas no le quedarán, Ild. Silencio, mujer, que viene.
van. Dichas y Don Abundio.
Abundio. Mi patria puedo cantar
= 31 =
d triunfo, nuevíi Belona,
mujer bella y celestial,
A tu bélica actitud
quién resistirse podrá? Pues si son pocas ias armas,
tus ojos conquistarán,
no digo á esa turba infame
del bando ministerial;
no digo al que vive á precio
asalariado secuaz
del que manda: sino á Gerges
antiguo y gran capitán,
y aun á la triple alianza
de la cuestión oriental.
Leonor. Qué me quiso usted decir
con tanto y tanto charlar?
Abundio. Que en tus banderas, hermosa,
me pretendo yo alistar.
Leonor. Ejército es de reserva,
y aqui no le admitirán;
por que no es muger, ni es viejo.
Abundio. Viejo no; quítate allá.
Leonor. Siendo jó ven y patriota
procure mas avanzar:
váyase á las barricadas
que pronfo se formarán,
y alii defender al pueblo
como valiente podrá.
Abundio. No hay duda valiente soy,
y ademas soyliberal(sc oyen tiros y gritería).
Qué es eso? que es lo que ocurre (c^n miedo).
Leonor. Si está usted temblando ya!!
ESCEHA IX.
Dichos y e/ tio Miguel.
Miguel. Animo y no acobardarse
aunque vengan por acá.
Leonor No, no hay cuidado ninguno. .
32 rr=
pues acaba de llegar un refuerzo poderoso...
Don Abundio que aquí está.
Migmel. Ola, el señor don Abundio!
bravo, muy bien ¿Qué tal vá? Abundio. Con deseos de que triunfe
el partido liberal.
Miguel. Yo creo que no hace mucho
solia usted proclamar ideas muy en contrario;
era usted ministerial? Abundio. Es que entonces...yo diré.
Miguel. Déjeme usted acabar.
Entonces como empleado era preciso apoyar
á quien pagaba, no es cierto?
Ahora cual cesante ya apoya usted á quien juzga
que acaso podrá triunfar
sea blanco, azul ó negro ' estranjero ó nacional.
Aunque sus ideas fuesen
las de acá, ó las de acullá.
Jornalero del que manda
■ solo busca usté el jornal, sanguijuela de la patria
su intento solo es chupar.
Pues amigo don Abundio vá siendo el pueblo sagaz
y ya conoce ese juego
de usted y otros muchos ma^.
Estese en la persuaoion que el momento llegará de sacudir la polilla
de tanto y tanto holgazán,
que sin producir consumen
la riqueza nacional. Abu.ndid. Ello ha de haber empleados
Miguel.
= '33 =
Quien lo duda, claro esta;
pero empleados que ejerzan con próvida lealtad
sus respectivos destinos
que enserien moralidad y que sirvan al Estado
no cual sirve un ganapan dejando á un señor por otyo, ’
si le ofrece ó le da mas.
Abundio. Cierto: muy cierto; habla usted con el juicio mas cabal:
y ahora voy á hacerme digno
de la sincera amistad...
Miguel. De quién, señor don Abundio?
Abundio. Del partido liberal.
Miguel. Qué hará usted porque lo crean? Abundio. Qué es lo que haré? perorar
en las calles y en las plazas.
Miguel. Y combatir.^
Leonor. Tío, quia!
El señor para el reparto
tan solo combatirá! y si no consigue nada
otra vez á perorar,
y del que hoy hablaba bien
mañana maldecirá,
volviéndolo á bendecir
y nuewimente á alabar si percibe una barrita
de guirlache ó mazapan.
Miguel. Y con esa infame escuela
causan la ruina fatal
de los pueblos, que cansados,
no pudiendo sufrir mas, les dará en vez de turrón
f
azadas para cabar.
f
X. Dichos y Marianh.co que sale precipitadamente.
s
Mar. ¡Qué desgracia lio Miguel!
;Qué terrible contratiempo!
Miguel. Dinos pronto lo que ocurre ! ,
Í.EONOR. Sácanos de dudas presto: Y Francisco, á donde está?
Qué es de Francisco, di luego!
Mar. Ha perdido su fusil
y lia caido prisionero !
Leonor. Preso Francisco... ay do mi!
Miguel. El fusil es lo que siento;
que Francisco es un cobarde,
pues que no ha tenido aliento
para defender un arma
cual la defendió tu abuelo
cual la he defendido yo
y tu padre con denuedo. Mar. Poco á poco, tio Miguel,
cuando sepáis el suceso
pensará usted de otro modo.
Miguel. Antes debiera haber muerto.
Mar. Ni aun para morir matando,
nuestro amigo tuvo tiempo.
Lenor. Que hable por Dios, y nos diga..,.
Miguel. Que hable pues! ¡me desespero I Mar. Venian cuatro guindillas
con cauteloso silencio
por la calle que nosotros
marchábamos al encuentro
y para aumentar las filas
del amotinado pueblo;
Francisco los descubrió
cuando aun estaban muy lejos r
«Alto.")) me dijo: «te atreves
á ayudarme en un proyecto.?
= 35 =
«No lo eludes» contesté.
«Pues esta esquina tomemos
y al acercarse esa gente
apunto y los hago fuego:
uno caeráj sin duda,
y los otros tres creyendo
que son fuerzas superiores,
puesto que no podrán vernos,,
las que ocultas les atacan, *
huirán, ténlo por cierto,
huirán como unos galgos, dejando tendido al muerto : el fusil caerá con él,
y lograremos con esto
matar á un esbirro infame
armándote tú; esto es hecho. . Ejecutárnoslo así,
pero el cálculo fue incierto:
hizo fuego; esto es verdad :
cayó un tunante en el suelo...,
pero al huir los demás,
cobardes y sin aliento,
se presentan otros cuatro;
.con esta fuerza repuestos,
vuelven la esquina los siete,
casi en el mism'o momento
que nosotros; al mirarlos
aun tuvo Francisco aliento para apuntar su fusil:
pero en lance tan espuesto
suenan tres ó cuatro tiros
y Francisco cae al suelo.
Leonor. Muerto: Dios mió! es posible!
Mar. Herido en el hombro izquierdo,
pero no de gravedad.
A los dos nos cercan luego,
y ya asestaban, las armas
para nuestro fin sangriento, .
Leonor.
Mar.
= 56 =
cuando un oficial pasó
y detuvo á aquellos perros. • «Alto ; pues se liallan rendidos vayan los dos prisioneros.»
Con mucha dificultad la órnen obedicioron.
En una üenda inmediata
de un (n'rujajio ó barbero entramos, donde á Francisco la primer cura le hicieron
para llevarlo después
al hospital de terceros :
mientras le hadan la cura
yo atisbaba en mi provecho
cómo podía escaparme:
En la tienda del barbero •
hay una puerta que da
al portal, y yo la observo:
los guindillas se descuidan;
abro, y al fin me resuelvo ;
logro salir á la calle....
ya sabéis que soy ligero ;
corro lo mismo que un gamo,
y la noticia á dar vengo
de lo que ocurre; advertid
que por aqui, á lo que entiendo, han de pasar á Francisco,
porque es el camino recto .
del hospital de la órden ;
adonde va, según creo,
por mas cerca.
Por aqui!
Pues entonces va no temo;
ellos son siete, aunque armados
nosotros somos trescientos!
Pero mujeres y chicos, mancos, tullidos y viejos,
inermes y sin defensa,
I
^ 37 =
desconcertados, dispersos.
Leo.ior. Pronto se reunirán.
Vecinos, vecinas, luego
venid á salvar la vida
de un joven amigo nuestro. {Se van reuniendo).
Miguel. Y dime ahora, Marianillo,
no viste, dílo de cierto,
quién recogió mi fusil? Mar. El cabo, muy bien me acuerdo
y en seguida rompió el suyo
que era pésimo en eslremo,
según él dijo.
Miguel. Jesús !
¡Hé aqui el mayor tormento que se me pudiera dar ! En poder de, esos perversos
mi fusil! ese fusil,
cuyo brillo puro, ileso,
no lo mancharon las manos
de traidores! Te prometo
que si lo llego á encontrar
le lavaré por estenso
con siete aguas dé colonia,
éter, alcanfor, romero
para que se purifique de hálito tan pestilento,
Leoííor. Esto no es del caso ahora;
y creo que lo primero
es libertar á Francisco;
usted debe disponerlo :
mande cuanto se lo ocurra.... digamos presto, qué haremos?
Miguel. Esperad, calcularé.
Don Abundio, según creo,
está ah i?
Abundio. Qué me queréis?
Miguel. Ya que os veo tan resuelto
á pekar por la causa...
Abundio. Sí, pero en este momento es’imposible.-... Yo voy....
Miguel. A esconderse? lo comprendo! '
y saldréis después del triunfo
á demandar un empleo?
No lo hará, voto vá bríos!
Yo el tio Miguel, prometo
perseguir no solo á usted
sino á cuantos estafermos
se titulan patriotas,
v solo son...turroneros. o
Marchóse usted, nos estorba:
márchese usted, presto, presto. Leonor. Que se marche.^ No señor.
Pues tio, no está usted viendo será capaz de avisar
á los que llevan al preso diciéiidoles que nosotros....
Miguel. Tienes razón!
Abundio. Vilipendio! Creéis que yo pueda ser
un delator? Miguel. Lo creemos.
Do todo es capaz quien niega su apoyo á un hombre indefenso!
Abundio. Pues me dejareis marchar.
BIiguel. No señor, no dejaremos.
Abundio. Quién resistirme podrá? , Leonor. Nosotros.
Abundio. Atrás plebeyos! {Al tiempo de
echar mano á tinas pistolas le gana la acción
Marianillo y le sujeta).
Mar. Qué la echa usted de valiente
con mugeres y con viejos?
Abundio. Suelta, infame! suelta va.
Mar. No suelto sin que primero
se le registre: muy pronto
venid, venid, compañeros* advertid si lleva armas. (Lo registran y le
dan al tio Miguel dos 2ñsiolasque le encuentran).
Miguel. Dos pistolas: todo es iñiedo!
Y parecen buenas, sí.
Mar. Ahora, amigo, ya estás suelto.
Miguel. Para qué llevaba usted,
mi señor D. Embeleco,
si es tan cobarde y miedoso
aqueste dcble armamento?
Para hacer ostentación
de él contra el que está indefenso,
ocultándole medroso
del valiente? esto es lo cierto.
Pues amigo, queda usted
desarmado y prisionero,
le daré la libertad después que esté libre el preso.
Abundio. Me devolvereis mis armas.í^
Miguel. Eso luego lo veremos.
Ahora llevadle á mi casa
y encerrarle en mi aposento.
Mar. Venga usted, señor polaco.
Todos. Muera, muera!
Miguel. Nada de eso:
llevadle pronto. {Lo llevan Marianillo y otros dos que salen á poco).
Leonor. • Y en tanto,
nada, tio, disponemos
para librar á Francisco?
Miguel. Escuchad, cstadme atentos...
Pero aqui no estamos bien,
pueden vernos desde lejos
y echarse á perder el plan
que yo concebido tengo.
Vamos, venid á mi patio
donde instruiros pretendo : no nos servirán de poco
• •
I
= 40 =
las dos*armas de ese necio. Tú Ildefonsa
Íld, ¿Qué^quereis? Miguel. Avisa, si vienen, presto.
* •
iíSCEíWA \E.
Ildefonsa, á poco don Comodo y doña Orosia en et
halcón.
Ild. El biienn del tio Miguéis
no tiene nada de nécio,
pues elige ú las mugeres
para escuchas: quién por cierlo mejor atisba y descubre
cuanto hay en el universa
que nosotras? Por saber lo que pasa, vamos, creo
qué darla...yo no sé:
porque es tan grande el deseo- que me anima por saber,
que cuando no estoy sabiendo me parece que no vivo,
me parece que no aliento.
Cluién podrá decirme, quién, qué harán en este momento
ya los altos funcionarios,
los medianos y pequeños? ' Apuesto que eñ su magin
están ahora conviniendo el Iiacerse realistas
si es que triunfa el ministerio ó llamarse patriotas
' si el vencimiento es del pueblo!
Pero estaremos alerta:
semé ha confiado un puesto... no sea que me descuide
y digan luego que el sexo...
Por aqu: habrán de v« n¡r: (Observo),
41 =:
este es el camino recto.
Pero catle! no me engano, no porque aunque está algo lejos
el principio de la calle,
con los faroles, de cierto...
no hay duda, y una camilla!
Ya vienen : aviso y presto,
Alerta, ti o Miguel, que aquí cerca los tenemos.
Miguel, Marianillo, y todos los ancianos y
muchachos divididos en dos grupos Leonor,
Ildefonsá y las demas muyeres,
Miguel. Estáis enterados ya? 4.'
Mar. Sí, v en nuda faltaremos.
Miguel. Y vosotras, Leonor?
Leonor. Mas que el Credo y Padre nuestro
sabemos nuestra lección.
Miguel. Pues cada cual á su puesto.
Marianiilo, que tu tiro
salga pronto, bien, y á tiempo.
Los dos grupos de hombres marchan unos
á la derecha dcl actor, foro, y el otro á la
izquierda, ccntro,ála cabezalpespctivamen-
te irán el tío Miguel y Marianillo; las mu¬
jeres se entran en sus casas esceptuando,
Leonor qwc queda en acecho en el portal de
la suya.
El cabo, seis salvaguardias: entre sus filas
una camilla conducida por dos mozos en
la que vendrá Francisco herido •en el bra¬
zo izquierdo.
Cabo. Adelante! poco falta;
Salv. Este condenado preso
puede que sea la causa
= 42 =
de algún lance... ^
Cabo. Qué;/lay canguelo? Salv. Yo no, mas si nos sorprenden...
Cabo. . Si tal pasa les prometo que no comerá mas pan el dichoso prisionero:
y con su mismo fusil...
Será gracioso por cierto.
Salv. Cabo, cabo, mire usted! Cabo. Una bandera! qué es esto? Leonor. Gliist! chist! Señores! señores! (acercándose
con mucho misterio).
Cabo. Es una muger.
Leonor. Silencio! Soy la novia de Tomás
el salvaguardia, y no quieru que suceda una desgracia
á sus dignos compañeros.
Cabo. Mas que ocurre?
Leonor. Están cercados por gente armada del pueblo, en dos grupos divividida,
y en cada uno hay trescientos. (Desde este momento manifiestan los salva¬ guardias la mayor inquietud),
Salv. Por donde se podrá huir ?
Leonor. Por esta calle mas presto. Cabo. Gracias, muger. Adelante.
(Por el lado que van á marchar se oye Uro y voces.)
Voces iz.Viva el soberano pueblo
Leonor. Marchad, marchad, por aqui
pues han variado de puesto.
(Se dirigen á la dere‘-ha).
Voces DE Viva la la libertad, viva! (suena otro tiro derecha.)
Las voces siguen j los savalguardias hu-
y en desgiavorklos, dejando algmios sus ar-
mas, otros tiran hasta los uniformes y
sombreros: por huir se tropiezan mutua¬
mente. A los mozos de cordel los quitan los
sombreros calañeses jmra disfrazarse, etc. etc. De pronto se advierte bastante claridad
á un lado y otro de la escena interior¬
mente.
tlADO. Cobardes! me dejáis solo!
solo! abandonáis el preso!
no puedo entregarle vivo...
mejor, que lo encuentren muerto. {Va á apuntar la camilla ) Al ir á disparar le corta la ación Maria-
NILL0 sujetándole el brazo derecho y ame¬
nazándole con la daga.
Mau. Primero te mandaré
á los profundos infiernos. «
LnftNOR. Suelta el fusil, suelta infame. {Se lo arre-
bala.)
Caro. Me engañabas?
Leonor. Si por cierto.
Mar. Dame el fusil Leonor.
Prepárate, reza el tveodo. {apuntando al cabo), Cabo. Piedad {de rodillas).
Leonor. Aguarda Mariano
tio: tio, acudid presto {llama y en seguida
se vá kdonde está la cimillo).
El tio Miguel y los ciernas por ambos lados.
Miguel. Qué ha sucedido decid?
se salvó, se salvó el pre.so?'
Mar. Sí señor; y su contrario
ha caido en poder nuestro
y ahora en muy justa venganza...
Tonos. Muera, muera.
Miguel. Nada de eso:
solo los que son cobardes
= 44 =
matan á un hombre indefenso,
LEONOR. Tío, venid que Franoísco
apenas respira! cielos no responde! (aciidentodosá Francisco y lo
traen al medio de la escena).
Miguel. Quita all.1...
. algún desmayo, por cierto!
Leonor. Francisco, Francisco rnio! Fran. Ali qué delicioso acento! 'Lo incorporan).
Leonor. Soy yo, yo que te he salvado!
Fran. Leonor del alma, mi dueño! {Se abrazan),
Miguel. Ya está curado, no hay duda:
ese es su mejor remedio. Fran. Mas qué dicLa, entre los mios! {Mirando en
deredor).
Miguel. Luego te lo contaremos.
Lo mejor se me olvidaba...
Y mi fusil? esto es bueno!
y mi fusil, dónde está?
Decidme, decidme presto! Mar. Es el que llevaba el cabo.
Yo le rescaté; os lo entrego: Le conoce usted? (Lo coje y se lo entrega).
Miguel. El es! {Después de tocarlo)
No habla de conocerlp? (Lo limpia con e\ pañuelo).
Francisco, yo te lo guardo para cuando ya estés bueno.
Y ahora el tributo prestad ú esa sangre que vertida,
con valor y lealtad, aun se asoma por la herida
que causó la iniquidad!
Vedla rojiza, humeante...!
Pero su aspecto no espanta...
Ella ha regado triunfante de la libertad la planta
que se alza como un gigante.
Yo la adoro, ya lo veis {pesa la herida)
en mi nombre y en el vuestro: con tal valor, qué temeis?
será el vencimiento nuestro, nuestro será, no dudéis.
Derrocado de su silla se hundirá el bando opresor
con oprobio y con mancilla, ante la fuerza y valor
de los hijos de Castilla.
Oid empero un consejo
del herido en la presencia,
que con ánimo imperplejo
os quiere dar la esperiencia
de este encanecido viejo.
No escuchéis 1 'S sugestiones
de otros partidos estremos,
que con sus ruines pasiones
causan, muy claro lo vemos,
la ruina de las naciones.
No hay orden sl^i equidad: no el órden de los tiranos,
no el que apoya la maldad y oprime á nuestros hermanos,
el órden de libertad. El órden que da la ley
por el pueblo promulgada,
y protegiendo á ia grey
es por todos respetada, hasta por el mismo rey.
Con órden no habrá un tirano,
que se atreva á conspirar,
y con sacrilega mano
nos intente arrebatar
nuestro fuero soberano.
Hijos del pueblo, tesón,
y á fuerza de sinsabores
— 46 —
conseguiréis el blasón
de esterminar los traidores en tan heroica nación.
Firme heroica y leal
su voto siempre sincero
sea en un momento tal
Ley, libertad, Espartero
y Milicia nacional.
ERRATA IMPORTANTE.
En la pág. i9, lín. 3.% donde dice un apiano, léase,^ muy piano.
EN UN ACTOi l*st! Pst! Entre Scila y Caribclis. AI que no quiere caldo. La piel del diablo. Si buenas ínsulas me dan..'. El Perro rabioso. ¿De qué ? La Herencia de mi tía. La Capa de Joscf. Alí llen-Salé-Abul-TarifI Los Apuros de un Guindilla. El Sacristán del Escorial. El sol de la libertad, loa. Amarse y aborrecerse. Trece á la mesa.
Dos casamientos ocultos. Cinco pies y tres pulgadas, A la Córte á pretender. Con el santo y la limosna. De potencia á potencia. Las avispas.
El Aguador y el Misántropo. Acertar por carambola. El rey por fuerza. Las oliras de Quevedo. Un protector del bello sexo No siempre lo bueno es bueno. Huyendo del peregil.
El chal verde.
Como usted quiera. Un año en quince minutos. Un cabello!
El don del cíelo.
La esperanza de la Patria / ¿oa. Alza y baja. Cero y van dos. Por poderes.
Una apuesta.
¿Cuál de los tres es el tio? La elección de un diputado.
La banda de capitán. Por un loro!
Simón l'erranova. Las dos carteras.
Malas tentaciones. Dos en uno.
No hay que tentar a 1 diablo. Una ensalada de pollos. Una Actriz. Dos á dos.
El rio Zaratan.
Los tres ramilletes. El Corazón de un bandido. Treinta dias despnes.
Cenar á tambor batiente^
Las j'orobas.
Los dos amigos y el dote- Los dos compadres. No mas secreto. Manulito Gazquez. Percances de un apellido.
Clases Pasivas. Infantes improvisados. Por amor y por dinero.
Estrupicios del amor. Mi media Naranja.
¡ Un ente singular! Juan el Perdió . De casta le vieneal galgo
¡ No hay felicidad completa 1 El Vizconde Bartolo. Otro perro de 1 hortelano .
No hay chanzas con el amor,
¡ Un bofetón... y soy dichosa 1
El premio de la virtud.
Sombra, fantasma y muger. Cuerpo y sombra.
Un Auge 1 t utelar . El turrón de noche-buena. La Casa deshabitada. Un Contrabando. El Betratista.
ZARZUELAS CON SUS PARTITURAS A TODA ORQUESTA.
Cosas de don Juan . Una Aventura en Marruecos. Haydé ó el secreto. El tren de escala. Aventura de un cantante. La Estrella de Madrid. Don Simplicio Bobadilla. El duende. El duende, segunda parte. Las señas del archiduque. Colegialas y soldados. Tramoya. Gloria y peluca. Palo de ciego. Tribulaciones!! El Campamento. Por seguir á una muger. Buenas noches, señor don Simón.
Misterios de bastidores. El marido de la mujer de D. Blas. Salvador y Salvadora. I Diez mil duros I! Los dos Venturas. De este mundo al otro. El sacristán de San Lorenzo. El alma en pena. La flor del valle. La hechicera. El novio pasado por agua. La venganza de Alifonso. El suicidio de Rosa. La pradera del canal. La noche-buena. Una tarde de toros. Partitura del duende, para piano y
canto.
OBRAS.
' Diccionario de la legislación mercantil de España, por D. Pablo Avecilla. *
Legislación militar de España, por D. Pablo Avecilla. Código penal reformado, ilustrado y anotado con citas y tablas de
penas. Curso de Derecho Mercantil de España, por el doctor D. Pablo
González Huebra.
PUNTOS DE VENTA EN PROVINCIAS
Albacete.
Alcalá. . Alcoy. • Algeciras. Alicante.
; Almagro. Almeria. Andujar. Antequera
Aranda. Aranjuez.
Arévalo.
Avila. í Avilés. . Badajoz S Baena. • Baeza. . • Barb astro Barcelona
Idem. .
Bejar . Berja. . Bilbao.
Boija . Burgos.
Chbra. . Cáceres.
Cíidiz • • ♦ Calatayud Carrion . Cartagena Cervera.
Chiclana. Ciudad - Real.
Córdoba Coruña. Cuenca.
Écija. . Figueras.
Gerona. Gijon. . Granada Guadalajara . ITabana. llaro. Huelva. Huesca. Igualada Jaén. . J.laFrontra. León . Lérida. Llerena Lisboa. Loja.. Lorca» Lugo. Luces: a
Sebastian Ruiz. Benigno García Anchuelo. Viuda é hijos de Marlíí Clemente Arias. Pedro I barra . Antonio Vicente Perez.
Mariano Alvarez. Domingo Caracuel. Toaquin María Casaus. Manuel Martin Fontenebro.
Gabriel Sainz. José Espinosa.- Vicente Sanligo Rico.
Ignacio García. Sra.Viuda de Carrillo. Francisco Fernandez. Francisco de P. Torrente.
Mariano Ferraz.
Juan Oliveres. José Piferrer y Depaus.
Joaquin Calderón.
Vicente Alvarez. Francisco Asís de Robles .
Isicolas Delmas. Manuel Marco Cadena. Timoteo Arnaiz. Manuel Rendon. José Valiente. Viuda de Moraleda. Bernardino Azpeitia.
Luis Agudo Luis. Juan Maestre. Joaqu'in Gasset. Manuel Alvarez Sibello.
Francisco Gallego.
Rafael Arroyo. José Lago. Pedro Mariana . Ciriaco Jiménez. José Conte Lacoste. Francisco Dorca. Vicente de Escurdia. José María Zamora. Fermiu Sánchez.
Charlain y Fernandez. Pascual de Quintana. José V. Osorno é hijo. Bartolomé Martínez. Joaquin Jover y Serra. José Sagrista. José Bueno.
Blanue] Gonzal e z R edondo . Manuel de Zara y Suarez. Bernardino Guerrero. Silva Júnior. Juan Cano. Francisco Delgado» Manuel Pujol y Masía. Juan Bautista Cadena.
Málaga . . s D. Francisco de Moya»
Manila. . . . Ramón Somoza.
Manresa. . . Manuel Sala.
Manzanares. . Dimas López.
Mataré. . . . José Abadal,
Medina Sidon. Francisco Ruiz Benitez.
Mérida. . , . Manuel de Bartolomé Diez.
Mondoñedo. . Francisco Delgado.
Murcia . . . José Calan,
Orense. . . . José Ramón Perez.
Oviedo. . . . Bernardo Longoria.
Palencia... . Gerónimo Carnazón.
Palma. » . . Pedro José García.
Pamplona. . Ignacio García.
París. Lassaley Melan.
Plasencia j . Isidro Pis.
Pontevedra. • Manuel Verea y Vila.
Priego. . . . Gerónimo Caracuel.
P. Sta. María . José Valderrama.
Requena. . • Antolin Penen.
Reus. Juan Bautista Vidal.
Rioseco.. . . Marcelino Tradanos.
Rivadeo. í • Francisco F. de TorresJ
Ronda. • . • Rafael Gutiérrez.
Rota. . . • . Pedro Gómez de la Torrej
Salamanca, i Rafael Hueb a.
S. Fernando. José Tellez de Meneses.
San Lucar. . Jcsé María del Villar.
Sta. Cruz Tf. Pedro M. Ramírez.
S. Sebastian. Sres. Domercq y Sobrino.
Santander. • F. Fernandez Gallostra#
Santiago. . . Sres. Sánchez y Rúa.
Segovia. . . . Eugenio 5 Alejandro.
Sevilla. . . • Cárlos Santigosa.
Idem. Juan Antonio Fé.
Soria. Francisco Perez Rioja.
. Talavera. . . Angel Sánchez de Castro.
Tarragona . . José Pujol.
Peruel. . . . Vicente ■ Castillo.
Toledo. . . . José Hernández
Toro. .... Alejandro Rodrig. Tejedor.
Tortosa. * . Crecencio Ferreres.
T. de Cuba. Meliton Franc. deRevengai
Tuy. Manuel Martínez de la Cruz.
Valencia. . . F^rancisco Maten y Garin.
1 dem. Francisco de P. Navarro .
Valladolid. . Félix Muteo.
Valls. . . i . Cayetano Radía.
Velez IMálaga Antonio María Cebrian*
Vich. Ramón Tolosa.
Vigo. .... José María Chao.
Vill. y Geltrú Magín Bertrán,
Vitoria, i . . Bernardino Robles*
Ubeda. . . . Francisco de P. Torrente.
Utrera. , . Juan de Alba.
Júande Dios Hurtado.
Zamora. . . Manuel Ceno.
Zaragoza . : Viuda de Polo.
El Círculo Literario Comercial se halla establecido en la calle de Fuencarral, casa Astrarena.
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