Informe sobre la comprensión lectora de los
estudiantes españoles
El universo de nuestra encuesta fue de 4.644 cuesti onarios. Los datos que nos sorprendían por el nivel indicado fueron: · El 81% de los lectores tienen una edad entre los 25 y los 50 años. · El 73,7% de los lectores de cómics tienen estudios universitarios. · El 75,4% son lectores habituales de libros (no especificamos entre ficción y no ficción) · El 68,4% tienen ordenador y navegan por internet habitualmente. · El 98,3% tienen DVD en casa y ven películas de cine regularmente. · El 64% van al cine con frecuencia. · El 39,3% de los lectores valoran más el guión que el dibujo, el 17.8% valoran más el dibujo y el 42,9 valoran igual guión y dibujo.
El problema más grave con el cual se encuentran los profesores de Primaria y
ESO es que, con frecuencia, los niños leen, pero no comprenden lo que están
leyendo. Posiblemente este hecho sea la mayor causa de fracaso escolar en la
actualidad, pues la mala o nula comprensión lectora dificulta terriblemente el
estudio de los más pequeños, a no ser que cuenten con ayuda permanente de
los adultos a la hora de estudiar.
El desfase entre lectura y comprensión tiene, generalmente, un doble origen.
En primer lugar un mal aprendizaje de la lectura durante el segundo ciclo de la
Educación Infantil, en los casos en que se ha primado la mecánica de la lectura
sobre la globalidad y la comprensión. En segundo se debe a que el aprendizaje
inicial se debe reforzar con lecturas adecuadas a la edad del lector, de manera
que madure y aprenda a disfrutar con la lectura.
Actualmente, en una sociedad donde los medios audiovisuales copan la mayor
parte del tiempo de ocio de los niños y los adolescentes, los libros han pasado
a un segundo plano y este hecho agrava el problema. En la escuela fijan una
serie de lecturas obligatorias según el curso, pero la realidad con la que se
encuentran los profesores es que en un elevado porcentaje del alumnado la
comprensión ha sido insuficiente. Este fracaso crea frustración en los alumnos
y un rechazo hacia aquello que no tiene sentido, aunque se trate de un libro
cuya versión cinematográfica les había encantado.
Dentro de las opciones más simples y eficaces para mejorar la comprensión
lectora de los alumnos destaca el cómic. Texto e imagen, sugestivamente
combinados, dan lugar a un discurso fácilmente comprensible y estimulante
para los lectores más jóvenes y para aquellos que no tienen adquirido el hábito
de la lectura. La lectura de cómics, adecuados a cada edad, es un
entrenamiento perfecto para mejorar la capacidad de comprensión con el
mínimo esfuerzo y de la manera más lúdica.
Cuando el niño aprende a leer lo hace vinculando los sonidos con una doble
imagen: por un lado la grafía de la palabra y por otra la imagen de aquello que
representa. El método es el clásico, el de siempre. Lo que ocurre es que con
frecuencia los profesores pueden caer, en un intento de acelerar el proceso de
aprendizaje, en forzar al niño con la mecánica de la lectura, la pronunciación de
las sílabas por encima de las palabras y aquello que representan. Ahí empieza
el problema, que se acentuará en la medida de que el niño en las primeras
etapas apenas necesita de la lectura para avanzar en la escuela.
El cómic, indirectamente, lo que hace es emular artísticamente las antiguas
cartillas de lectura. Las imágenes, como si se tratara de una película, cuentan
la historia, pero es necesario leer el texto para entender la totalidad. Esta
interacción es pedagógicamente muy beneficiosa para todos los alumnos y
también para los adultos con poco hábito de lectura, ya que se trata de un
entrenamiento perfecto para que no se oxide la capacidad de descodificación
que representa la lectura y que, a base de no ejercerla, termina por atrofiarse.
El hecho de que las encuestas demuestren que los lectores de cómics tienen
mejores resultados académicos y leen más libros que la mayoría de la
población no es de extrañar. Es lógico que quienes disfrutan con un libro en las
manos y comprenden totalmente aquello que leen estén más preparados para
los retos de una formación universitaria.
También es lógico que en las encuestas realizadas a lectores de cómics se
valore el guión tanto o más que el dibujo. Estamos ante auténticos expertos,
sibaritas de la palabra que sacan todo el jugo de las historias que leen. Por ello
es comprensible que el fracaso escolar sea mucho menor entre aquellos que
tienen adquirido el hábito de la lectura y lo hacen no como una obligación sino
como un verdadero placer.
Sin duda se debería fomentar la lectura de cómics en la escuela, pues con ello
se mejorarían los resultados académicos de muchos alumnos y se reducirá
considerablemente el fracaso escolar.
Mei Vilardebó (pedagoga)
Top Related