INDEPENDIENTE, LIBRE, POPULARINDEPENDIENTE, LIBRE, POPULAR
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Pluma RojaPluma Roja
IN*CONTENIDOS
P– 6 TRAS LA HUELLA DE TEILLIER P– 10 EL ARQUITECTO... P– 8 Jenco & Blacks
P– 18 CRISTO VISNÚ P– 14 POESÍA: LEONÍD FILÁTOV P-14 CRIPTOZOOLOGÍA
P– 20 ACERO DE INVIERNO P– 22 MICROCUENTOS:
ATILANO
P– 24 LA SOCIEDAD DE LAS
CUCARACHAS
E D I T O R I A L
Directores:
*Cristal *Pablo Mirlo
En esta edición colaboraron: *Kseniya Tokareva *Bremarila *Donovan Rocester *Atilano Sevillano *Mariomir *Blacksmith
*** Las opiniones vertidas en este pasquín son de exclusividad de quienes las escribieron, es decir, nosotros, y representan (casi siem-pre) el pensamiento de Revista Pluma Roja, aunque uno no necesariamente siempre debe estar de acuerdo con lo que piensa, pero ese es otro tema. Queda totalmente permitida la copia, distribución y difusión de los contenidos de esta revista mientras sirva para difun-dir y generar opinión en al Pueblo y no se lucre con ellos. Los derechos de los contenidos de esta re-vista, tanto escritos como visuales, son de exclusiva propiedad de sus respectivos au-tores.
***
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Fundada en abril de 2013.
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Contacto: [email protected]
Editorial
Hemos llegado al centro del año, a la mitad de
los cambios. Mientras en el hemisferio norte
reciben el verano, aquí, en el hemisferio sur,
nos preparamos para recibir el invierno. Y qué
sabía parece ser la naturaleza, que se encarga
de darnos a todos un poquito de todo, ya sea
invierno o verano, sin importar dónde estemos.
Es pero eso que, imitando a la naturaleza, esta
revista hecha con cariño, trabajo y deseos de
ser un aporte a los corazones de quienes la
lean, llega a usted, dónde sea que se encuen-
tre, ya sea junto a una playa, o sorteando gotas
de lluvia. Relájese y disfrute.
Revista Pluma Roja
Imagen de portada por Bremarila Ochoa
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HABLEN CON LOS POETAS Y ARTISTAS DE LA PALABRA
Por Pablo Mirlo
pablomirlo.wordpress.com
He descubierto que tengo una afición que se ha ve-
nido cultivando con el paso de los años, el leer en-
trevistas de poetas y artistas de la palabra. Y es que
claro, a los poetas y escritores se les suele medir por
su obra, pero pocas veces uno se detiene a escuchar-
los reflexionar sobre la vida, la cotidianeidad, la po-
lítica, etc. Lamentablemente vivimos en un mundo
donde los que más hablan, son los que menos saben.
Y los que más saben, nadie los consulta. En esta últi-
ma categoría se encuentran los poetas y escritores.
Y es que a veces escucho políticos hablando tanta
estupidez, que pienso ¿por qué no van y mejor le
preguntan a un poeta como solucionar tal o cual
problema? Quizá, el poeta no tenga todas las res-
puestas, pero sí que tendrá algunas ideas que decir,
pues ¿qué es un poeta si no tiene de aliada a la crea-
tividad? Pienso que muchas cosas se podrían solucio-
nar con un poco de creatividad de los poetas y artis-
tas de la palabra.
Es así que, leyendo a poetas y escritores, he encon-
trado algunas reflexiones que me parecen geniales:
Por ejemplo, la siguiente, que se la hicieron al poeta
chileno Armando Uribe en el semanario The Clinic.
¿Por qué no ve tele?
-Es tramposa. Salvo en casos raros, es un aparato de
un tamaño que enaniza. O sea, transforma en ena-
nos a los seres humanos que aparecen en esas panta-
llas. Y eso induce a que uno los desprecie.
La reflexión me pareció genial, porque por lo gene-
ral, cuando entrevistan a gente en la tele, sobre todo
artistas, la mayoría siempre dice con cierto desdén,
que no ven tele porque no les gusta, les parece abu-
rrida o poco valiosa, lo cual me parece cierto. Sin
embargo, solo a un poeta se le podría haber ocurri-
do la reflexión de que la tele enaniza a la gente y la
vuelve despreciable. No sé a ustedes, pero a mí, me
pareció genial esta manera de percibir la televisión
como concepto y en cómo afecta la percepción de
quienes aparecen en pantalla. Se puede apreciar in-
cluso algo de lo planteado por Platón en su alegoría
de la caverna y las sombras.
Jorge Baradit
Armando Uribe
P á g i n a 5 P l u m a R o j a
La siguiente reflexión, no es de un poeta propiamente
tal, pero sí de un gran escritor y persona muy creativa,
Jorge Baradit.
Cuando en el Anuario 2014 de Poesía y Crítica entre-
vistaron al escritor chileno y le preguntaron cuáles eran
las influencias más grandes para su trabajo, luego de
nombrar a sus autores favoritos, las películas que lo
influenciaron o las mitologías de las que se impregnó,
lanzó la siguiente reflexión con respecto al mundo que
nos rodea y lo que realmente le interesa a la hora de
escribir:
Me interesaban esos otros mundos, este mundo me
vale madre, este mundo es un jardín consensuado y
detrás hay monstruos, esta plaza en la que estamos es
una caricatura linda, cuando los que están pasando por
acá se quieren matar. Hay gente que tiene psicópatas
dentro, súper controlados, hay cajas de metal que pa-
san a 90 kilómetros por hora y la gente está parada al
lado paseando. Sobre nuestros cielos hay asteroides a
kilómetros de la tierra todo el rato, estamos al borde
de la extinción, todos olvidamos que nos vamos a mo-
rir, que nos van a matar, que vamos a tener una enfer-
medad espantosa. Todos vivimos en un punto ciego
que nos hace no volvernos locos. Bueno, ese punto
ciego ya está, no me interesa, me interesa lo otro, me
interesa ver qué hay un poquito más allá, escarbar de-
bajo de la piel, hacer un hoyo y ver qué hay debajo. A
lo mejor hay detenidos desaparecidos, hay torturado-
res, monstruos, minotauros, sangre… no sé. Me intere-
sa la mostruosidad.
Cuando leí su visión de las cajas de metal a 90 kilóme-
tros por hora que pasan a nuestro lado, lo encontré
genial. Y es que es verdad, muchas veces paseamos
tranquilos por las calles sin pensar que en cualquier
momento, una de esas cajas se sale de su camino, y
hasta ahí llegamos. Si bien, el estableció ese ejemplo, y
otros, para decir que eso no es lo que le interesa como
tal, a la hora abordar su trabajo literario, es interesante
destacar que solo un escritor, una mente creativa como
esa, podría darse cuenta de aquel constante peligro en
el que vivimos y tomarlo como inspiración, y no para
escribir de ello, sino que todo lo contrario, sino que
para buscar e indagar en otros aspectos aun más lúgu-
bres, sórdidos o monstruosos de esta misma realidad
que ya es lúgubre, sórdida y monstruosa.
Es por eso que los poetas y artistas de la palabra en
general, son personas interesantes. Me gusta mucho
leer sus reflexiones, pues siempre ofrecen un nuevo
ángulo para ver algo que uno ya había visto, pero
nunca de la manera como te la muestran ellos. Es por
eso que es importante leer a los poetas en lo que dicen
más allá de su obra, pues conocer sus opiniones, para
bien o para mal, siempre enriquecen nuestra visión del
mundo.
Si vivimos en mundo dominado por gente tan poco
creativa, gente que solo obedece a manuales y a lo que
le dijeron desde arriba o lo que fijaron en piedra sus
predecesores. Si vivimos controlados por maníacos del
dinero, gente enferma de avaricia, y extrañamente,
millones de personas ponen su confianza en esta tropa
de desalmados, ¿por qué no podríamos mejor confiar
en la voz u opinión de los poetas y artistas de la pala-
bra? Ya lo decía Gabriela Mistral: lo que el alma hace
por el cuerpo, es lo que hace el artista por su pueblo.
Hay que escuchar a los poetas, hay que escuchar a los
artistas de la palabra. Ellos nos pueden enseñar algo
que, tal vez, nos cambie la vida.
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REPORTAJE
Tras la huella de Jorge Teillier (III) Por Cristal
llavedecristal.wordpress.com
Jorge Teillier le escribió un poema al difunto poeta René Guy-Cadou, titulado El poeta de este mundo. Yo qui-
siera escribirle algo así a Jorge, sostener con él ese diálogo maravilloso que él entabla con gran nostalgia y poten-
cia con el desaparecido René. Sin embargo, no cuento con la iluminación de los poetas avezados que pueden
sentarse en una mesa de madera, invocar a sus dioses y largarse a redactar un diálogo poético que prevalecerá a
todas las guerras y los tumultos mundanos. Me gustan todos los poemas de Teillier, pero me gusta sobre todo
ese Jorge que se revela en El poeta de este mundo porque habla con una seriedad nostálgica y abrumadora, ha-
bla desde la más profunda sinceridad y admiración. Me gusta sobre todo cuando le dice a su amigo poeta: “La
poesía es un respirar en paz / para que los demás respiren, / un poema / es un pan fresco, / un cesto de mim-
bre. / Un poema / debe ser leído por amigos desconocidos / en trenes que siempre se atrasan, / o bajo los casta-
ños de las plazas aldeanas”. Aquí, creo, se resume lo que es la poesía escrita en todo el mundo, aquella que sólo
pretende sobrevivir entre el desdén y el tedio de una tarde en cualquier habitación de la tierra. Jorge sabía tam-
bién que eso era la poesía y que sólo cobraría sentido en cuanto se volviera palabra viva en las hojas leídas por
cualquier amigo desconocido en cualquier sitio del mundo. La poesía no se escribe para ganar premios, confor-
mar antologías, ni mucho menos para ser objeto de estudio de expertos o tesistas. La poesía se escribe para so-
brevivir, para detectar la belleza y penetrarla sin mayores pretensiones.
Me acordaba de esos versos cuando abandoné la plaza principal de Lautaro y crucé la calle para dirigirme a la
biblioteca municipal. Me demoré en llegar, primero por miedo y luego porque me distraje leyendo los poemas
que yacían pegados en las murallas de un eterno pasillo que parecía conducir a la muerte. No me gustó la biblio-
teca, tenía un aspecto de hospital público y estaba atendida por estas típicas señoras que no saben sonreír ni ale-
grarse cuando un lector despistado y apasionado se presenta en su escritorio. No quería prestarme ningún libro
de Jorge Teillier aduciendo que estaban demasiado nuevos y como yo no era socia de la biblioteca no los mere-
cía. Le expliqué que andaba de viaje, que andaba tras la huella de Jorge Teillier, que tan sólo era una joven
amante de la poesía, que había cruzado el país para acariciar el recuerdo de Jorge en su ciudad natal. Nada de
eso le conmovió. Me miró fijamente y luego se puso de pie sin decir nada. Me sentí incómoda. Volvió con una
edición muy bella, muy moderna y me la entregó no sin antes darme una mirada de advertencia. No sé realmen-
te lo que me advertía, quise pensar que no había tenido un buen día y que por eso mi visita no la emocionó. No
obstante el recibimiento de la bibliotecaria, yo me sentía en las nubes, nunca había tenido un libro tan bello en
mis manos. Bueno en realidad sí, pero esto tenía una mística especial por el viaje, los trenes, Jorge, los versos.
Me senté a leer y fui feliz por dos hermosas horas, hojeando un libro que me devolvió al lugar donde pertenez-
co, donde pertenecemos todos los que perseguimos la poesía: El país de nunca jamás.
Me sentí diferente leyendo su poesía en su natal Lautaro. Le pedí a los muertos que siempre acompañaban a
Jorge que me acompañaran en ese momento. Le pedí a Jorge también, sin ánimo de interrumpirlo en sus fun-
ciones, que se sentara a mi lado y me hablara a través de sus poemas. Saqué fotos de todos los poemas que me
obnubilaron para leerlos en el trayecto a casa, en ese tren que partiría a las 6 en punto, el último tren que me
alejaría definitivamente de la aldea de Jorge. Transcurrieron dos horas que nadie interrumpió, excepto mis tripas
que, emocionadas también por la poesía, sólo obedecían al llamado natural y me avisaban que ya era hora de
almorzar. Entonces me levanté de la mesa, devolví el libro a la bibliotecaria, le sonreí extasiada, ella no me miró
y cerré la puerta por fuera. Recorrí nuevamente el frío pasillo flanqueada por la poesía que colgaba de las pare-
des. Me sentía feliz, como cumpliendo un sueño, cómo no. Caminé hacia la calle sin saber adónde me dirigía,
llegué al final de la avenida principal aún sin saber. Entonces, me senté a escribir. No se puede hacer más en
momentos como ese.
P á g i n a 7 P l u m a R o j a
Ahora, evocando ese triste recuerdo de la biblioteca de Lautaro junto a mi
café matutino, me pregunto si los poetas son tan peligrosos como pensaba
Platón. Quizás por eso nunca son tan reconocidos en sus medios, pues
nadie termina de creerles su loco afán de cambiar el mundo. Platón que-
ría expulsar a los poetas de la República por mentirosos y porque era
consciente del poder del arte sobre el ánimo humano y éste le parecía tan
grande que temía fuera capaz de destruir por completo el fundamento de
la polis. Sin embargo, aunque Platón quisiese una polis sin poetas, sentía
pesar porque gustaba de la fascinación que el arte causaba sobre ellos, so-
bre él. Ese terror divino del que habla Platón para hablar de los efectos
del arte, es el que temen aún los que sólo se ocupan del intelecto, los que
se han alejado del alma. Me imagino que por eso, por la visión de ciudad,
de país que impulsan los que ostentan el poder, es más fácil levantar una
estatua a un ex oficial de ejército, a un héroe de guerra o a un político,
que a un poeta; por eso es más fácil llenar la ciudad de publicidad que de
versos. Eso a mí me asusta y yo misma me relegaría de la ciudad que no
ame la poesía, que no se escude en las mentiras y los mitos de sus poetas.
Salí de la biblioteca con ganas de almorzar, pero al terminar de escribir y
pensar el hambre se había esfumado, quería seguir en busca de la huella
de Jorge. Levanté la vista, llevaba un par de horas en ese pueblo y ya cier-
tas caras se me empezaron a repetir. No conocía a nadie, pero ya había
rostros familiares que me saludaban y me sonreían cada vez que me veían.
Ahora entiendo de lo que hablaba Jorge, esa nostalgia del Farwest. Sin
darme cuenta me empezaba a empapar de La frontera y me sentía segura, muy segura porque sabía que ahí cual-
quiera podía ser mi amigo.
Me levanté del asiento, quería seguir buscando los rostros de Jorge. Hace unas horas un hombre me había dado
indicaciones de lugares que podía visitar para encontrar a Jorge. Miré y remiré el mapa. Busqué y rebusqué mi
destino siguiente. Había una plaza llamada Jorge Teillier, ya había visitado la escuela, me fui a la plaza.
A lo lejos vi la cara de Jorge en una pequeña construcción. La
obra estaba hecha con cerámica y se veía hermosa. Imaginé al
artista que la realizó, de seguro deambula por la ciudad sin aspa-
vientos, sabiendo a su obra libre y bella, sin siquiera reconoci-
miento, pero sin remordimientos porque lo ha hecho como to-
do artista “por puro amor al arte”. La plaza estaba en remodela-
ción y no había mucho que ver. Como siempre el amor en las
plazas se hace presenta en algunas parejas que yacen en el pasto.
Jorge estaría tranquilo en un lugar como ese, pienso. Pero no
tengo cómo comprobarlo así que quizás no debería escribirlo,
pero ya lo hice y no quiero borrarlo porque me gusta pensarlo.
La caminata a la plaza me dio sed, no tenía qué beber, pero por suerte, aquel hombre, además de recomendar-
me plazas, me recomendó también visitar el bar que frecuentaba Jorge cuando visitaba Lautaro, eso me emocio-
nó mucho. Sabiendo que Jorge fue un poeta que gastó sus codos en los mesones pues "Es mejor morir de vino
que de tedio / Sin pensar que pueda haber nuevas cosechas”, partí satisfecha en busca del bar.
V o l u m e n 3 7 P á g i n a 8
Con la belleza de las verdes calles de Lautaro, yo, al igual que Jorge, iré a
gastar mis codos en los viejos mesones que él frecuentaba y hablaré con la
gente que ha oído de él, con algo de suerte encontraré a alguien que lo
haya conocido y me cuente cómo era el poeta de este mundo, cómo vive
y cómo muere un poeta, entre vaso y vaso de chicha de manaza, de esta
temporada o de la pasada, gastaré mis codos en los mesones y hablaré de
Jorge como se habla de ese tren que nunca vuelve a la estación.
Me voy con el recuerdo de esa foto que alguna vez vi de Jorge parado
afuera del bar Unión, lugar de encuentro durante largos años de las men-
tes y corazones más bellos que la poesía chilena haya amado. Me voy con
ellos y con la poesía del sueño que se persigue hablando de él hasta con-
vertirlo en realidad.
Jorge Teillier
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E n el artículo anterior hablamos sobre el proceso creativo
que experimentó el músico argentino Gustavo Cerati a comien-
zos de los 90 y en cómo eso repercutió tanto en su carrera solista
como junto a Soda Stereo. En esta oportunidad, abordaremos el
periodo entre el álbum Confort y música para volar (Soda Ste-
reo) y su último álbum de estudio Fuerza Natural y veremos
cómo las sonoridades involucradas en su trabajo, en vez de ir
desapareciendo con el paso de los años, se convirtieron en su
marca registrada. Acompáñenos.
Confort y música para volar (1995)
Llevaba años entre los ejecutivos de la cadena de música MTV
la idea de poder invitar a Soda Stereo a ser parte de su afamada
serie de conciertos desenchufados MTV Unplugged. Sin embar-
go, el trío argentino se negaba a participar, tal vez por el hecho
de tener que sonar en formato totalmente acústico, siendo que su
potencia y despliegue creativo, como ya hemos apuntando en el
artículo anterior, se centraba principalmente en las atmosferas
sonoras creadas a través de pedales de efectos, sintetizadores y
demases juguetes sonoros. Sin embargo, luego de muchos inten-
tos, en septiembre de 1996, el deseo de los mandamases de
MTV finalmente se cumplió, y Soda Stereo entraba a los estu-
dios de MTV en Miami, EE.UU para registrar una de sus presen-
taciones más aclamada y recordada.
Pequeños grandes detalles
Una de las razones de lo histórica de su presentación para MTV
es que, pese a ser parte de la serie de conciertos desenchufados,
si hubo algo en lo que no escatimaron, fue en cables, guitarras
eléctricas y sintetizadores. Al parecer, solo estuvieron dispuestos
a ser parte del proyecto si podían traer más sonoridades a su
presentación y, tal vez, bajar un poco la velocidad de las cancio-
nes, algo que, claramente, se duda, luego de la estruendoso final
del concierto con el cover de la banda argentina Vox Dei, Géne-
sis que resultó en un deleite para los amantes del rock progresi-
vo. El resto de las canciones, simplemente, superaron con creces
las expectativas. La versión sublime de En la ciudad de la furia
interpretada en compañía de Andrea Echeverri de Aterciopela-
dos, solo vino a demostrar que solo alguien como Cerati podía
reversionarse y sonar incluso mejor que el producto original.
Con Ángel eléctrico y Un misil en mi placard pasa algo pareci-
do. La versión de la primera suena muchísimo mejor que la ver-
sión del álbum lanzado apenas un año antes, y la versión de la
segunda, suena totalmente renovada. Y es que eso tenía Cerati,
la capacidad de convertir una canción que ya era buena, en algo
totalmente extraordinario. En el caso de Un misil en mi placard,
se puede establecer un claro ejemplo entre la evolución y la cu-
riosidad constante del artista por la búsqueda de nuevas sonori-
dades, dado que en la versión de los 80 se aprecia sus marcadas
primeras referencias musicales que, como el mismo reconoció
en algunas entrevistas, tenían más relación con el reggae que con
el rock propiamente tal.
Es por todo esto que el valor de este álbum es gigante, pues ofre-
ce un sonido nuevo pese a contener canciones ya conocidas.
Además, es clave en la carrera de Soda Stereo, pues marca, a mi
parecer, el broche de oro a una carrera musical que, a esas altu-
ras, ya los tenía encumbrados en la historia del rock en español.
Bocanada (1999)
Corría el año 1999, ya habían pasado 2 años desde el fin de Soda
Stereo, y Gustavo Cerati aparecía desde las sombras con un ál-
bum complejo, intrincado, experimental y rico en lo sonoro:
Bocanada.
Si antes Cerati ya había experimentado con sonidos electrónicos,
fue en Bocanada donde desplegó toda su capacidad experimen-
tal en la producción de un álbum que lejos de sonar como un
recocido de su etapa con Soda Stereo, sonaba fresco y novedo-
so.
El ARQUITECTO DEL SONIDO — PARTE 2 Por Pablo Mirlo
pablomirlo.wordpress.com
“Gustavo Cerati fue un arquitecto del sonido”
Charly García:
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P á g i n a 1 1 P l u m a R o j a
Canciones como Tabú, con su incesante bajo repitiéndose como
un mantra. Bocanada y su ritmo cadencioso o Puente, que es de
esas canciones que sientes que solo en lo sonoro ya le dice algo
a esperanzador a tu espíritu, nos mostraban ese hambre inquieto
de Cerati de no quedarse a dormir en los laureles del pasado y
enfrentar de cara esta nueva etapa en lo musical, donde todo
estaba permitido.
Siempre es hoy (2002)
Siempre es hoy siguió la tónica de la experimentación, y es que
Cerati destacó en su carrera por no volver atrás o quedarse ha-
ciendo canciones que le dieran de comer o que le garantizaran
esa cosas que tantos artistas persiguen y que los hace incluso
traicionarse a sí mismos con tal de conseguir el éxito. No, Cerati
no se hizo responsable de las viudas de Soda Stereo, ni tampoco
prestó oídos a aquellos que lo encasillaban como otro “pop star”
y que solo estaba preocupado de las máquinas y no de las guita-
rras. Cerati fue un rockero con todas las de la ley y lo demostró
tocando y haciendo canciones que quizá, en lo sonoro, no eran
de “rock”, pero en la actitud, claro que sí. ¿Acaso alguien puede
dudar de la actitud rockera de Sulky? Una canción que a uno le
recuerdan esos viejos ídolos a los que Cerati confesó admirar:
Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa. Y es que Gustavo supo
distinguir el rock entre las composiciones de estos gigantes del
folklore sudamericano y adaptarlo a su trabajo. Qué decir de
Vivo, la canción favorita del artista. En ella se despliega otro
homenaje en lo sonoro a sus artistas favoritos como Led Zepelin
y por qué no decirlo, también algo Floydiano y Guilmoriano en
esa guitarra, el resultado, una canción que se convierte en leyen-
da.
Ahí vamos (2006)
Sin embargo, luego de años experimentando en lo electrónico y
con ciertos coqueteos con el rock más formal en sus previos
trabajos, fue en Ahí vamos donde Cerati, finalmente, logró cerrar
la brecha existente entre los antiguos seguidores de Soda Stero y
los nuevos seguidores de su carrera solista.
Para cerrar la brecha decidió volver al rock más crudo, las má-
quinas electrónicas pasaron a un segundo y tercer plano, y en el
plano escrito, sus letras se grabaron como fuego en muchos nue-
vos y antiguos fanáticos.
Crimen enmarcó de manera majestuosa la metáfora de aquellos
amores que se terminan y de los cuales solo quedan un montón
de preguntas sin resolver. Adiós nos enseñó que saber aceptarlo
es una forma de crecer y Lago en el cielo, con su sonoridad oní-
rica, nos enseñó el lugar al que aspirar y llegar a descansar o
escapar luego de exponer nuestras almas a las heridas y golpes
de la vida.
Sin duda, Ahí vamos se convirtió en un álbum bisagra en la ca-
rrera de un artista que parecía sentirse cómodo en el cualquier
tipo de estilo, ya fuese este electrónico o más rockero. Él podía
salir y entrar de cualquier tipo de música y no perder su estilo
propio en el proceso.
Fuerza natural (2009)
Y finalmente llegamos al final de su obra: Fuerza natural. Se
trata del álbum que el artista mismo reconoció, una vez publica-
do, era un trabajo con el que se sentía contento y realizado ya
que si fuese su último álbum, cumplía con todas sus expectati-
vas. En el fondo sentía que podía morir tranquilo luego de su
publicación. Quién imaginaria que esas palabras resultarían ser
proféticas luego de sus accidente cerebrovascular en mayo de
2010 y posterior deceso el 4 de septiembre de 2014.
El álbum pareciera ser un resumen de toda la carrera del artista
en lo sonoro. Hay un pedacito en cada canción que recuerda sus
años previos. Quizá por eso sentía que era su obra cumbre. Can-
ciones como Magia dan cuenta de esa incasable búsqueda de
nuevas sonoridades y es qué ¿cuántos instrumentos podemos
identificar en esa canción? Cactus, en una parada más acústica y
reflexiva da cuenta de sus experiencias vinculadas con plantas
enteógenas en sus pasos por México. Y Convoy, con esa voz
como sacada de un sueño que recuerda a clásicos como #9
dream de John Lennon, es verdaderamente un viaje por las es-
trellas en lo sonoro y lírico.
Gustavo Cerati logró en el espacio un poco más de un cuarto de
siglo cambiar el mapa sonoro de todo un continente. Su música
sigue influenciando a muchos nuevos artistas y músicos que
quizá inspirados luego de verlo en el MTV Unplugged se deci-
dieron a colgarse la guitarra y comenzar una banda. Las sonori-
dades de este artista y su experimentación lo ubican entre los
más grandes del rock mundial.
Yo siempre he dicho que si Cerati hubiese nacido en Inglaterra o
EE.UU tendría un lugar reservado entre los más grandes de la
música a nivel mundial, ahí al ladito de Hendrix, Cobain o Bo-
wie. Sin embargo, nació en Sudamérica, en Argentina, y eso no
lo hace menos importante, es mas, lo hace más especial, pues
sentimos como propio su legado y la ruta que nos marcó a se-
guir, quizá sin proponérselo, pero eso hacen los grandes, marcan
las épocas e influyen en los pueblos con su talento, sin quizá
muchas veces buscarlo ni planearlo de antemano.
Gustavo Cerati, sobre todas las cosas, fue un arquitecto del soni-
do. He ahí su gran legado, como marcara otro grande, Charly
García. Hizo del sonido su especialidad y en ello desplegó su
infinita capacidad de hacernos viajar al escuchar sus canciones,
como el mismo cantara, sin movernos de aquí.
Sea donde sea que este, de seguro sigue creando sonidos que
alguna vez bajaran a los oídos de los atentos, es cosa de esperar,
tal vez, como cantara en Puente: un día más.
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Dígame licenciado
Por Cristal
llavedecristal.wordpress.com
Terminé mi carrera. Recorrer el camino final fue como estar montado en una montaña rusa de emociones. Todos me pre-
sionaban, todos de mí esperaban algo. Yo no esperaba tanto, pero me creía la muerte y aceptaba todo tipo de regaloneos.
Y así, entre presión y cariño me llegó la hora de la defensa de tesis. Terminé mi carrera. Con distinción y mención de
honor. Nunca nadie había tenido una nota tan mediocre. He batido records y al fin soy alguien: el peor. Pero eso no im-
porta, con nota mínima en la historia de la carrera, no hay quien se me iguale. Disculpen que lo comparta de esta forma,
con lujos y detalles. No es que quiera presumir, no escribo desde la soberbia, es sólo un afán sincero de compartir esta
distinción. Es que los nadie no estamos acostumbrados a la distinción. Fui a una escuela pública con nombre de metralle-
ta donde las salas se caían a pedazos, tengo la piel y el cabello oscuros, no pude ir a las universidades de renombre. Todo
lo malo me pasa a mí, dirán algunos. Pero no es así, ahora puedo trabajar bajo el mando de alguien que siempre ha goza-
do de lo que yo he soñado, pero al menos tengo un título para enrostrarlo a quienes no lo tienen. Porque así funciona acá,
yo no me educo para contribuir a la sociedad, eso es para hippies izquierdistas. Yo me educo para tener un cartón y subir
fotos a Facebook con él.
Por supuesto, al culminar el proceso lloré mucho porque los caminos con mis compañeros y profesores se separan, pero
es mejor así porque ahora son mi competencia y yo quiero llegar más lejos que todos, quiero ser exitoso. Por eso quiero
gritarle al mundo entero que ha cambiado mi status, ahora pierdo mi nombre y todos comienzan a llamarme por mi títu-
lo, obvio, es que ahora soy Licenciado en Administración de Empresas. Claro no tengo empresa, pero quiero una y con
tal de conseguirla hago lo que sea. Si de eso se trata el mundo. Desde chico me decían “como te ven te tratan” y es así,
pero ahora que he cambiado, visto como hipster pueblerino (iré mejorando), tengo un cartón que enseñar (de una univer-
sidad mediocre, pero eso es lo de menos), y he mejorado profundamente mi hablamiento, ya no me le nota la pobreza ni
en las uñas ni en la lengua.
El otro día, hablando de esto con una amiga (de esas hippies comunistas y mediocres), me dijo que ya no se me nota la
pobreza monetaria, pero que la pobreza espiritual e intelectual no la tapaba ni con el muro de
Trump. No sé dónde queda Trump, quizás ese era el barrio donde quedaba el muro de Berlín.
Bueno, ese no es el punto. El asunto es que así funcionan los envidiosos, los que se conforman
con su pobre escuela de teatro o aquellos que ganan dinero con malabares en las esquinas. Lo
que es yo, me siento orgulloso y espero sus felicitaciones. El mundo se cae a pedazos, pero eso
a mí no me importa porque tengo mi cartón y estoy decidido a abandonar la pobreza con inteli-
gencia (y quizás algo de engaños). Nadie me detendrá, botaré a todo el que se interponga en mi
camino y haré todo cuánto el jefe me pida. Tengo que ganar dinero. Pero no se asusten, no es-
toy loco. Así funciona mi sociedad, así me criaron: neoliberal y egoísta.
V o l u m e n 3 7 P á g i n a 1 4
CRIATURAS IMPOSIBLES
Cada cierto tiempo en los medios de comunicación irrum-
pen noticias de algún avistamiento de misteriosas criaturas
desconocidas. Pie Grande, El Monstruo del Lago Ness o el
famoso Chupacabras son solo algunos representantes más
conocidos de un grupo de criaturas no oficiales que mu-
chas veces han sido reportadas en variados lugares del pla-
neta. A este fenómeno del misterio se le denomina
“Criptozoologia” que quiere decir los animales ocultos o
desconocidos por la ciencia oficial. Las especulaciones
dan para mucho, podría tratarse de animales que se creían
desaparecidos, mutantes, experimentos genéticos o dere-
chamente extraterrestres.
LA LEYENDA DE PIE GRANDE
Probablemente se trate de la criatura misteriosa más cono-
cida por el gran público, y que a pesar de los años, aun
permanece como un mito viviente y como un verdadero
misterio criptozoológico.
Este ser peludo y gigante con características muy similares
a las humanas, forma parte de la mitología de los indígenas
norteamericanos del norte de lo que hoy llamamos Estados
Unidos y el sur de Canadá (en la frontera) desde antes de
la llegada de los colonizadores blancos al continente. Los
indígenas lo bautizaron en su lengua original como
“Sasquatch” que significa “Hombre salvaje” o “hombre
del bosque”.
Ya en épocas más recientes fue nombrado como
“Bigfoot” (Pie Grande) por los habitantes del lugar. Nume-
rosos son los relatos, hallazgos y evidencias que describen
a este personaje como un enorme animal de aspecto si-
miesco, gran tamaño (sobre los 2 metros de altura) rostro
humanoide, cubierto de pelo, que emite un extraño gruñido
y que expele un fuerte olor.
LA PELÍCULA PATTERSON
En Octubre de 1967 dos vaqueros dicen haber filmado a la
criatura en un bosque de California, específicamente en la
reserva forestal de Six Rivers. Roger Patterson y su amigo
Tom Gimlin iban incursionando por el bosque a caballo ,
llevaban una cámara portátil de 8 milímetros. De pronto
vieron acercarse por entre los árboles una enorme figura
humanoide cubierta de pelo y con un extraño caminar. La
sorpresa fue grande, tanto así, que los caballos se inquieta-
ron ante la presencia desconocida. Patterson cae al suelo
intentando bajarse del caballo y oportunamente logra sacar
su cámara, logrando filmar a la criatura que ya se retiraba
del lugar no sin antes voltearse y mirar a cámara con curio-
sidad. Sin embargo, la enorme figura siguió su camino con
enormes zancadas hasta perderse en el bosque. Esta filma-
ción ha sido multitud de veces analizada y hasta el día de
hoy, con toda la tecnología disponible no ha podido ser
descartada como un fraude. A pesar de que las opiniones
son divididas en cuanto a su autenticidad.
POR MARIOMIR
HIPÓTESIS PIE GRANDE
Según argumentan los pocos científicos que aseguran
que esta leyenda podría ser cierta, el “Bigfoot” sería un
descendiente directo del “Gigantopithecus”, un primate
que se extinguió hace cien mil años y que medía alrede-
dor de 3 metros. Esto coincide con los reportes de los
testigos que destacan la gran altura de la criatura que va
desde los 2 a 3 metros.
EL MONSTRUO DEL LAGO NESS
Nessie, como se le conoce cariñosamente al monstruo,
cuya historia se remonta al siglo VI y toma lugar en las
oscuras aguas del Lago Ness en Escocia. Una vieja le-
yenda dice que el primer testigo que reportó un encuen-
tro con la criatura fue un misionero católico, desde ese
momento hasta la fecha miles de personas dicen haber
visto a una criatura desconocida con forma parecida a
un antiguo dinosaurio, jorobas, largo cuello y pequeña
cabeza moviéndose por las aguas del Lago Escocés.
LA FAMOSA FOTOGRAFÍA DE NESSIE
Existen varias fotografías que habrían captado la figura
de Nessie, sin embargo, la más famosa fue tomada en
1934 por un médico que transitaba por las orillas del
lago y durante mucho tiempo fue el ícono de este caso.
Todo esto hasta que en 1994, poco antes de fallecer, el
autor de la foto confesó que se trataba de un fraude, un
muñeco bien confeccionado puesto encima de un flota-
dor. Una broma entre amigos que se salió de contexto y
términó siendo publicada en diarios y revistas de todo
el mundo. Esto pareció ser un golpe final para la leyen-
da de Nessie, sin embargo, ha habido avistamientos
reportados, fotografías , filmaciones e incluso ecos cap-
tados por sonar en las aguas del lago Ness, las cuales no
han sido tan fáciles de descartar como fraudes, mante-
niendo el misterio en pie.
EL CHUPACABRAS
La leyenda del Chupacabras, al menos su versión mo-
derna, comienza en 1992 cuando los periódicos de
Puerto Rico comenzaron a divulgar las matanzas de
muchos tipos de animales, tales como, pájaros, caballos
y cabras. En un comienzo se le conoció como “El Vam-
piro de Moca”, puesto que sus primeras apariciones
ocurrieron en el pequeño pueblo de Moca. Primeramen-
te se creyó que estos ataques eran realizados por grupos
satánicos. Cosa que luego quedo descartada debido a la
cantidad de animales muertos y a los diferentes lugares
donde ocurrían.
EL MITO CRECE
Poco después los reportes de animales muertos sin san-
gre en sus cuerpos comenzaron a emerger en varios
países de América: República Dominicana, México,
Argentina, Bolivia, Brasil, Perú y Chile, entre otros.
Así el ahora llamado “Chupacabras” se convertía en
una de las más famosas leyendas urbanas de los últimos
tiempos.
Los relatos de los testigos describen al Chupacabras
como un animal del tamaño de un perro mediano a
grande que se para sobre sus patas traseras, con cabeza
puntiaguda y filosos dientes tipo “vampiro”. Los testi-
gos dicen que posee unas especies de alas muy pareci-
das a las de los murciélagos, sin embargo, no todos
coinciden en este aspecto. Se cree que el Chupacabras
hipnotiza de alguna extraña manera a sus víctimas, ya
que estas no huyen ni causan ruido en los ataques. Mu-
cho se ha especulado con respecto al origen de esta
criatura, algunos proclaman que se trataría de un expe-
rimento genético realizado por algún laboratorio norte-
americano que se les salió de control, otros intentan
relacionarlo con apariciones de Ovnis, especulando con
su posible origen extraterrestre.
CRIATURAS ESCONDIDAS
La Criptozoologia es considerada una pseudociencia
por la comunidad científica, sin embargo y a pesar de
los mitos, leyendas urbanas y los fraudes que se cons-
truyen alrededor de estas criaturas, existe un punto don-
de se podría sustentar la real existencia de estos seres y
es la posibilidad de que existan animales que aun no
estén catalogados por la ciencia. Otra posible explica-
ción sería un origen no terrestre, tanto en el plano inter-
dimensional como visitantes del espacio exterior. A
pesar de todos los satélites que tienen mapeada la su-
perficie terrestre y de las exploraciones realizadas alre-
dedor del planeta, resulta fascinante que puedan existir
criaturas que conviven con nosotros pero que están fue-
ra de nuestro alcance al menos por el momento.
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DE RUSIA CON AMOR…
TRADUCIMOS POESÍA RUSA AL ESPAÑOL
POR KSENIYA TOKAREVA
Leoníd Filátov (1946-2003)
Poema «Слёзы людские»
Nació en Kazán el 24 de diciembre de 1946.
Actor de teatro y cine, director de cine, poeta, escritor, guionis-
ta y presentador de televisión.
Su padre fue radiotelegrafísta, y en virtud de su profesión se
encontraba constantemente de viajes; para seguir juntos, la
familia tuvo que mudarse en múltiples ocasiones, lo que oca-
sionó una brecha en la relación de los padres de Leoníd Filá-
tov, y estos pronto se divorciaron, cuando el chico tenía 7
años. Entonces, se trasladó con su madre a Asjaban (la capital
y la ciudad más importante de Turkmenistán), dónde Leoníd
terminó la escuela. En aquel momento en la prensa nacional se
publican sus primeras obras, siendo él todavía un escolar.
En 1965 Filátov se dirige a Moscú, porque su deseo es entrar
en la Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía.
Sueña con ser director de cine. Desgraciadamente, no consigué
acceder y prueba sus fuerzas en la Academia Teatral en nom-
bre de Borís Shchúkin por el consejo de su compañero de cla-
se. Entre 1965 y 1969 recibe formación en dicha Academia. A
partir de 1969 empieza su obrar creativo en el Taganka Teatro
de Moscú. Obtiene papeles en muchas piezas teatrales conoci-
das: «Maestro y Margarita» de Bulgákov, «El jardín de los
cerezos» de Chéjov, «La casa del muelle» de Trifónov, entre otras.
En 1970 se estrena la primera película con su participación, «La ciudad del primer amor» (Город первой любви). La fama le
alcanzó en los años 80. Protagoniza películas, tales como «Экипаж» (Equipaje), «Женщины шутят всерьез» (Las mujeres
bromean seriamente), «Грачи» (Los grajos); «Избранные» (Los elegidos); «Успех» (El triunfo), etc.
A partir de 1989, Filátov recibe el cargo del Secretario de los Cinematografistas de la Unión Soviética.
En los años 70, además, se hicieron muy populares las canciones compuestas sobre las poesías de Leoníd Filátov. En 1996
salió el primer disco con estas canciones, titulado «Оранжевый кот» (El gato naranja).
En 1994 empieza a trabajar de presentador de televisión en el canal ORT, la 1 Rusia actualmente, donde se dedica su programa
a los artistas olvidados.
El corazón de Leoníd Filátov dejó de latir el 26 de octubre de 2003.
PARA MÁS VISITE:
transruspoetry.wordpress.com
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Слёзы людские Las lágrimas son agua
— Вот вы говорите, что слезы людские — вода?
— Да.
— И все катаклизмы проходят для вас без следа?
— Да.
— Христос, Робеспьер, Че Гевара для вас — лабуда?
— Да.
— И вам все равно, что кого-то постигла беда?
— Да.
— И вам наплевать, если где-то горят города?
— Да.
— И боли Вьетнама не трогали вас никогда?
— Да.
— А совесть, скажите, тревожит ли вас иногда?
— Да…
— Но вам удается ее усмирить без труда?
— Да.
— А если разрушили созданный вами семейный очаг?
— Так…
— Жестоко расправились с членами вашей семьи?
— И?..
— И вам самому продырявили пулею грудь?
— Жуть!
— Неужто бы вы и тогда мне ответили «да»?
— Нет!
— А вы говорите, что слезы людские вода?
— Нет!
— Все катаклизмы проходят для вас без следа?
— Нет!
— Так, значит, вас что-то тревожит еще иногда?
— Да, Да, Да…
1972
— ¿Dice usted que las lágrimas son agua?
— Sí.
— ¿Todos los cataclismos no le influyen?
— Sí.
— ¿Disparate son Che Guevara, Robespierre y Jesucristo?
— Sí.
—¿Le da igual que alguien tiene problemas?
— Sí.
—¿Y qué importa si en algún lugar están en fuego ciuda-
des?
— Sí.
—¿Las heridas de Vietnam tampoco le interesan?
— Sí.
—¿Le remuerde, en ocasiones, la conciencia?
— Sí...
—¿La consigue calmar fácilmente, verdad?
— Sí.
—¿Y si destruido está el hogar creado con vuestras propias
manos?
—Y...
—¿Cruelmente reprimieron a sus familiares?
—¿Y..?
—¿Y usted mismo recibió una bala en el pecho?
—¡Qué horror!
—¿Entonces, me habría dicho usted que «sí»?
—¡No!
—¿Y dice usted que las lágrimas son agua?
—¡No!
—¿Y todos los cataclismos no le influyen?
—¡No!
—¿Entonces, aún algo le inquieta, a veces, verdad?
—Sí, sí, sí..
1972.
Poema del mesPoema del mesPoema del mes
Reina Del Amanecer
Me ocaso. Quiero decir que me hago sol y desaparezco en el horizonte.
Así de sencillo y grave.
Me trueno y me espeso, sofoco toda la casa.
Me hago viento, me briso entelerido. Me hago soplo, me hago nada, Vago como el aire, invisible.
Crezco en vientos y me tormento, me tempestúo.
Me agito hasta lloverme, hasta lloverme todo.
Luego me inundo, me arbolizo y me quiebro, crujo destrozándome.
Horas y horas me lluevo, tísico y trémulo. Huyo al baño y quiebran de espanto los espejos.
Doy estruendos
y los relámpagos estallan en las paredes de un cuarto y otro. Lluevo otras horas y lluevo más horas, me deshago en lluvias.
Inundo de podredumbres la sala, inundo de pestes la cocina,
y en el dormitorio también, sigo, lloviendo y lloviéndome.
Ay, Dios, si vieras qué catástrofe, los cuerpos amontonados sobre la cama,
el fétido olor de los cadáveres descomponiéndose en el pasillo, y La Reina Del Amanecer,
a quien nunca pude verle los encandiladores ojos, que entra por debajo de la puerta
a recoger los huesos de miedos y de sombras...
(Es verdad, después me arcoiriso, leve reflejo vago, mostrándome por las veredas de una calle y otra).
V o l u m e n 3 7
Mi exper ienc ia estét ica con la poesía de Mi exper ienc ia estét ica con la poesía de Mi exper ienc ia estét ica con la poesía de
Cr isto VisnúCristo VisnúCristo Visnú
Consejos de Napoleón, Consejos de Napoleón, Consejos de Napoleón, el ratón de bibliotecael ratón de bibliotecael ratón de biblioteca
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P á g i n a 1 9 P l u m a R o j a
Me enfrento desnuda a una situación de la que no puedo escapar porque temo estar hace mucho tiempo enredada entre versos que no tienen destino. Vas por el mundo escasamente comprendiendo algunos gui-ños. Las micros, los techos, las ambulancias, todas entonan un mismo canto y tu voz se queda vacía de utopías, escondiendo la cabeza en una esquina donde ya nada te interpela. Pero el mundo no es pura sole-dad y pequeños gestos nos caen de pronto en textos que se suben a trenes desconocidos y que por azar te hablan, te gritan acaso queriendo conmover ese pobre espíritu de barata rebeldía. El caso es que en esos vaivenes de la vida la poesía, como siempre ella, desprovista de pretensiones llega a mis oídos y quebranta el viaje. La experiencia aquí es doble: un poema ha sido escrito en algún tiempo, en algún lugar y hoy me habla mirándome a los ojos; una recitadora declama hoy frente a mí y algo muy dentro comienza a recomponerse, a descomponerse. Mi ex-periencia con la poesía de Cristo Visnú no tiene larga data, me encontró un día cualquiera y comenzó a re-mecer mis adentros —si cabe la expresión— logran-do, insospechadamente, conmoverme sin pausa ni alarde. La experiencia estética tomó lugar, entonces, sin ser esperada. Claro, siento una gran atracción por la poesía por tanto siempre hay una disposición a re-cibir los versos, pero también es muy cierto que no toda poesía logra que el lector se desprenda de la ra-zón, los prejuicios, los vicios aprendidos y comience solamente a sentir. Para sentir uno no puede ya pre-guntarse qué quiere decirme el autor, cómo realizó esta obra, de dónde nace la inspiración. Muy por el contrario, para sentir uno sólo debe desentenderse de todo y entrar en la experiencia, dejarse llevar, no pre-tender nada, no querer aprender ni descubrir, sólo se precisa de la voluntad de entrar como un ciego, como un niño en un laberinto donde no se pretenda hallar, sino vivir. Reina del amanecer es un poema que desgarra, como toda comunicación poética, conmueve, interpela, pro-pone. Yo no quedé indiferente. Oí el poema en voz de una declamadora y de inmediato se encendieron las alarmas. Quizás el lenguaje que utilizo no es preci-so, pero me cuesta, como a todos, hablar de lo inefa-ble.
El desgarro emocional del hablante lírico de pronto esta-ba también en mí y como él me lloví en la cocina y crují destrozándome. No tiene que ver, insisto, con una pre-disposición al desgarro emocional, simplemente tiene que ver con la potencia inexplicable de una obra que te deja sin palabras, sin pensamientos para luego envolverte en sentimientos. ¿Qué ocurrió?, ¿Qué es eso que sucede dentro? Algo muy dentro de mí se sintió absolutamente llamado por el poema, los versos, los verbos, la triste na-rración de un momento límite que tensiona todo. Mi cuerpo se sintió adormecer y ya no respondía racional-mente, se trataba de algo más profundo que estaba suce-diendo donde la razón ya no roza. Entonces pude sentir, había abierto espacio en mi alma para la mera contemplación sin esperar nada a cambio, no quería retribución. Sentí el silencio, el recogimiento para traducir las palabras del poema en sentimientos que luego deben ser ponderados sin dominio exclusivo de la razón. El desgarro, la soledad, el despojarse para ilumi-narse, para resarcir espacios olvidados. El abandono, la búsqueda de la paz, el silencio que habita los rincones obscuros, la desidia, el miedo, el llanto, la pena que busca consuelo, el recuerdo del amor olvidado, la pena nueva-mente. Ese es el largo transitar de las emociones y senti-mientos que se apoderan de quien contempla, del espec-tador despistado que de pronto ha sido poseído por una experiencia que le supera. Esa es, en definitiva, mi expe-riencia. La inefable experiencia que me ha impulsado a hablar, a contarles a otros mis razones, esas razones de las que no se hace cargo la poesía, mucho menos el poeta iluminado.
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ACERO DE INVIERNO
Por Pablo Mirlo pablomirlo.wordpress.com
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Acero de Invierno es el nombre de la prometedora banda
conformada por Andrés Pulgar, Patricio Ibaceta, Joa-
quín Fuente - Alba; Patricia Ardiles, Eduardo Aldana y
Eduardo Ugarte.
Salidos de la ciudad de La Serena, Chile, el sonido de esta
banda resulta en especial interesante, dadas las característi-
cas de su propuesta, la cual fusiona música y poesía de au-
tores menos difundidos a nivel local o internacional.
Es así como en su más reciente producción, Laberinto de
voces, podemos encontrar versos de Jorge Teillier, Stella
Diaz Varín o Enrique Lihn, entre otros.
Quizás los más valorable de su trabajo, más allá de la inne-
gable capacidad técnica en la ejecución de los instrumentos
y la delicada mezcla de música y versos que resulta en un
mosaico precioso de admirar para los fanáticos tanto de la
música como de las letras, es la labor de rescate que hacen
del arte de poetas que, quizás, a veces han pasado desaper-
cibidos para la mayoría, pero no por su bajo nivel literario,
sino por todo lo contrario. Quizás por tener opinión. Qui-
zás por ser rebeldes de la pluma y el papel, en un país go-
bernado por cobardes y amantes del fusil y la bota militar.
Laberinto de voces
El disco en sí es una preciosa obra. La apertura del mismo
con la adaptación de Riders on The Storm de The Doors,
unida a la psicodélica visión de Tristán Altagracia, y su
lejano país de la radio, nos da como un resultado un co-
mienzo poblado de imágenes y sensaciones que no puede
sino ser el anticipo del viaje poético y sonoro que nos espe-
ra en el resto del disco. Justo después de este arrollador
comienzo, se erige Estoy negro con Dios como una esas
canciones que inmediatamente resulta agradable al cora-
zón, mientras se contrasta con la dureza de los versos de
Benito Chacana. Las siguientes piezas Melusina (Jorge
Teillier), La palabra (Stella Diaz Varín) y La secreta casa
de la noche (Jorge Teillier), nos sumergen en los paisajes
desolados de sus versos: el mar, casas agrietadas, amores y
secretos, mientras la música hunde nuestra alma en sonidos
grises, todo en consonancia con las siguientes dos cancio-
nes. Grecia 907 (Rodrigo Lira) y La ciudad (Gonzalo Mi-
llán), acompañada del sonido y letra de Santiago de Chile
(Silvio Rodríguez) que nos estremecen al mostrarnos la
crudeza de la dictadura chilena, la tortura, y la muerte que
vino a pasearse por nuestras calles con total impunidad a
partir de 1973.
Hasta que finalmente llegamos al final del álbum, Elegía a
Gabriela Mistral (Enrique Lihn). Aquí el poeta nos mues-
tra la admiración y cariño que siente con la madre de todos
los versos que bajan libres del Valle del Elqui y bañan con
su fértil poesía las zonas aledañas, y también a aquellos
que la invoquen al leerla en poemas, discursos, o en cual-
quiera de sus escritos, en dónde sea que se encuentren en el
mundo. Un obra maestra.
Definitivamente, no puede no escuchar a estos artistas. Vi-
site el siguiente link:
https://soundcloud.com/acerodeinvierno
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Eviterno Ósculo
Por Cristal
llavedecristal.wordpress.com
A veces pienso en él En esa visita express
Benditos segundos que me duraron eternidad en su compañía
Pero sobre todo pienso en los besos que no
nos dimos
Mientras estábamos enfrascados en repasar la historia
Hablar de política Recordar ese pasado que nos unió pero hici-
mos caso omiso Conectábamos bien
Creo que en ese mismísimo momento cuando
hablábamos de aves Desiertos Destinos Desvelos
Nuestros labios se besaban
No nos dimos cuenta Pero
Nuestros labios se besaban
Cuando nos dimos el beso del adiós Nuestros labios ya se conocían
Se sabían el recorrido del placer del beso que ha esperado años en corresponder
Ese beso que se queda a flor de labios
Esperando su turno Es como un beso que se ha sido cultivado con
paciencia Si hasta amor se respiraba en el pequeño es-pacio que nos quedaba entre su rostro y el
mío Fue un beso mágico
De esos que alcanzan para que los cuerpos también se reconozcan
Para que cada centímetro de piel se erice Para que cada hormona no quede indiferente
Fue un beso eterno Que luego de años de espera no deja de dar
frutos Una cosa lleva a la otra
Pero un beso no siempre llevo a lo otro
Sí, ahí solo hubo beso y adiós.
Ahora lejos de él Lejos de mí
Los labios vuelven al principio A cultivar el próximo ósculo Pero ahora con una novedad
Los cuerpos también se preparan esta vez.
Microrelatos
Atilano Sevillano
ACERCA DEL AUTOR
Atilano Sevillano [Argusino de Sayago (Zamora), España, 1954]. Re-
side en Valladolid. Doctor en Filología Hispánica y Lcdo. en Teoría
de la literatura y Literatura comparada, profesor de Lengua y Literatura en Enseñanza Secundaria,
imparte talleres de escritura creativa y cultiva la poesía visual. Es coautor del libro de tex-
to Literatura española y universal (McGraw-Hill/ Internacional, Madrid, 1999). Tiene publicados
dos poemarios: Presencia indebida (Devenir, Madrid,1999) que lleva prólogo del poeta Claudio Ro-
dríguez y Hojas volanderas-haikus (Celya, Salamanca, 2008). Con De los derroteros de la pala-
bra (Celya, Salamanca, 2010) el autor se interna en el mundo de la minificción. Su última libro pu-
blicado Lady Ofelia y otros microrrelatos (Amarante, Salamanca, 2015). Correo electrónico: asevi-
THE END
Ahí se encontraba ella como cada tarde desde hacía varias semanas, a menos de metro y medio de distancia,
sentada en la primera fila de butacas que recreaban vidas enteras. Ahí estaba ella. Su mirada nublada y la mía
se cruzaron en queda contemplación. Inmóvil permanecía hasta que se cerraba la ventana del embrujo y se
encendían las luces de la sala. Entonces bajaba sus párpados, suspiraba profundo y retenía la lágrima. Yo no
podía resistirlo por más tiempo y no tuve más remedio que atravesar la pantalla y darle un primer beso.
ESTAMPA
Alonso del Toboso, con sólo cinco años, hilaba palabras mejor que la aguja inquieta de Dulcinea. Incluso leía
de corrido el Amadís de Gaula y Tirante el Blanco. Sancho dormía la siesta y don Miguel, esperando la vuelta
del Galán del Rocín , descubría la fórmula para nuevas y disparatadas series televisivas.
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LA SOCIEDAD DE LAS CUCARACHASLA SOCIEDAD DE LAS CUCARACHASLA SOCIEDAD DE LAS CUCARACHAS Por Donovan Rocester
donovanrocester.com
“El hombre es una especie narcisista por naturaleza, he-mos colonizado hasta el último rincón de nuestro planeta,
no somos la cúspide de la llamada evolución. Ese honor le corresponde a la cucaracha, capaz de vivir durante meses
sin alimento y durante semanas si le arrancas la cabeza.
Resiste la radiación. Si dios se ha creado a sí mismo a su imagen y semejanza, entonces yo declaro que Dios es una
cucaracha.” Mohinder Suresh
La estructura social y hábitos de las cucarachas son muy
diferentes de lo que conocemos. La verdadera naturaleza de
las cucarachas no la conoce nadie, salvo yo, que las obser-
vo desde el principio de los tiempos. Las cucarachas, gra-
cias a su maravilloso cuerpo, han logrado evolucionar a
pasos agigantados. Hace ya millones de años que desarro-
llaron su conciencia y su inteligencia. Han observado silen-
ciosamente a la raza humana, llegando incluso a aprender
su lenguaje escrito en cientos de idiomas. Sin embargo, no
han logrado desarrollar su tecnología a un nivel compara-
ble al de ellos. Debido, más que nada, a su tamaño.
Sin embargo, usted que me lee, se preguntará: ¿cómo es
posible que eso sea verdad, si las cucarachas parecen ser
seres torpes y relativamente indefensos ante nosotros? Pues
bien, resulta que las cucarachas que deambulan en la super-
ficie son las exiliadas de la sociedad de las cucarachas.
Las cucarachas viven organizadas debajo de la tierra. Tie-
nen una sociedad compleja y desarrollada. Las cucarachas
que cometen crímenes atroces, o aquellas reincidentes, son
condenadas a una degradación genética que atrofia sus ca-
pacidades mentales y las de sus descendientes. Luego son
enviadas a la superficie, a la penosa condena de convivir
con los humanos y comer de sus desechos.
Las cucarachas de debajo de la tierra llegaron a percatarse
del daño que la raza humana causa al planeta. Las sociedad
de las cucarachas pasó mucho tiempo pensando y planean-
do que hacer ante tal amenaza. Sus líderes convocaron a
sus mentes más brillantes para buscar una solución. Sin
embargo, debido al retraso tecnológico de su sociedad, era
poco lo que podían hacer. Fue entonces que se organizó
una búsqueda incesante de conocimiento por parte de las
cucarachas. Enviaron infinidad de soldados a infiltrarse en
bibliotecas humanas para robar libros que pudieran darles
una pista de cómo cambiar el destino del planeta con ellos.
Eventualmente aprendieron a controlar las mentes de las
cucarachas exiliadas. De esta forma aceleraron su trabajo
de recolección de datos. Leyeron y leyeron. Pensaron y
pensaron. Debatieron y debatieron. Hasta que llegaron a
una conclusión: la única manera de salvar al planeta de los
seres humanos, es deshaciéndose de ellos.
El plan de las cucarachas consiste básicamente en una into-
xicación programada, sistemática y rápida de todos los se-
res humanos. Tienen planeado asaltar poco a poco los cuar-
teles militares que posean ojivas nucleares, usando la mano
de obra de las cucarachas exiliadas. Luego de reunir cierta
cantidad de material radiactivo, planean procesarlo y con-
vertirlo en un potente veneno. El veneno será almacenado
en los cuerpos de las exiliadas, para luego enviar a una cu-
caracha por cada ser humano existente, más refuerzos (la
población mundial de cucarachas da para eso y más). Las
cucarachas tienen previsto que será casi imposible sincroni-
zar el ataque para que todos los humanos mueran al mismo
tiempo, o que puedan realmente inocular el veneno con
éxito a todos. Así que planean dividir la intoxicación masi-
va en etapas: primero los médicos, para que su ausencia
impida el tratamiento del resto de la población; luego mili-
tares y policía, para que su ausencia provoque caos y los
humanos empiecen a destruirse a sí mismos. Finalmente,
con la población general vulnerable, podrán eliminar fácil-
mente a aquellos que no pudieron ser inoculados, disper-
sando el veneno por el aire.
Los líderes de la sociedad de las cucarachas consideran que
este es el mejor plan de acción, puesto que si liberaran el
veneno por el aire sin antes eliminar a los médicos, milita-
res y policía, los humanos tal vez podrían organizar un con-
traataque o protegerse. Tampoco desean hacer explotar las
bombas, puesto que su objetivo secundario es apoderarse
de lo que consideran lo único notable de la humanidad: su
tecnología.
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