GRADO EN CIENCIAS AMBIENTALES
FACULTAD DE CIENCIAS AMBIENTALES Y
BIOQUÍMICA
UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA
“Evolución de los medios de extinción en los
grandes incendios forestales en España”
Sergio Hernández Bautista
Trabajo Fin de Grado
Toledo, 2018
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GRADO EN CIENCIAS AMBIENTALES
FACULTAD DE CIENCIAS AMBIENTALES Y
BIOQUÍMICA
UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA
Área de Ecología
Departamento de Ciencias Ambientales
“Evolución de los medios de extinción en los
grandes incendios forestales en España”
Trabajo Fin de Grado
AUTOR: Sergio Hernández Bautista
DIRIGIDO POR: Teresa Itziar Rodríguez Urbieta
TOLEDO,
2018
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Índice
Resumen ....................................................................................................................................... 6
Abstract ......................................................................................................................................... 7
Introducción .................................................................................................................................. 8
La propagación de los incendios forestales ............................................................................. 8
Los incendios forestales en la Cuenca Mediterránea .............................................................. 9
La extinción de los grandes incendios forestales .................................................................. 10
Objetivos ..................................................................................................................................... 11
Material y métodos .................................................................................................................... 11
Resultados................................................................................................................................... 13
Medios de extinción en España ............................................................................................. 13
Los medios de extinción del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio
Ambiente (MAPAMA) .......................................................................................................... 13
Medios aéreos ..................................................................................................................... 13
Medios terrestres ................................................................................................................ 17
Personal de extinción .......................................................................................................... 18
La Unidad militar de emergencias (UME) ........................................................................... 19
Coordinación entre comunidades autónomas y el Ministerio del Interior .......................... 20
Coordinación en incendios que afecten a varias comunidades autónomas........................ 20
Análisis de tendencias en incendios y medios de extinción ................................................. 22
Tendencias en los incendios forestales ................................................................................ 22
Tendencias en los medios de extinción................................................................................ 29
Discusión ..................................................................................................................................... 32
Bibliografía .................................................................................................................................. 34
Anexo I. Distribución de los medios de extinción del MAPAMA .............................................. 37
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Resumen
Título: Evolución de los medios de extinción en los grandes incendios forestales en España
Nombre del Autor: Sergio Hernández Bautista
Nombre del Tutor/es: Teresa Itziar Rodríguez Urbieta
Área/Departamento/Grupo: Ecología, Departamento de Ciencias Ambientales
Número de palabras de la memoria (Sin contar anexo/s, figura tablas y bibliografía):8512
Resumen:
Los grandes incendios suponen un verdadero problema a los países debido a su altísima
destrucción, que incluso pone en juego la vida de habitantes y de los participantes en las
labores de extinción, suponiendo también graves daños económicos y daños en
infraestructuras urbanas. Para ayudar a reducir estos daños de los incendios, durante las
últimas décadas se han implementado y adquirido una mayor cantidad de medios de
extinción para poner fin o reducir de buena manera estos grandes incendios.
En este TFG se va a estudiar si, efectivamente, esa mayor cantidad de medios de extinción
han supuesto una reducción en la cantidad de superficie quemada de los grandes
incendios o en el total de los que ocurren. Para ello se hizo un estudio de los medios de
extinción que se dispone a nivel estatal, es decir, por el Ministerio de Agricultura y Pesca,
Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) y de la coordinación de las diferentes
instituciones, además del personal que interviene en la extinción de incendios. Por otra
parte, se analizaron los datos de las Estadísticas Generales de Incendios Forestales de
España (EGIF), para poder estudiar mediante el test de tendencias de Mann-Kendall, cómo
ha sido la tendencia de los grandes incendios y de los medios de extinción a lo largo del
período 1968-2013. Los resultados mostraron que la tendencia de los medios de extinción
ha ido al alza, en concreto en el personal que actúa en los incendios, junto con los medios
aéreos; en los terrestres no se encontraron tendencias significativas. En cuanto a los
grandes incendios no se encontraron tendencias significativas tanto en el número de estos
como en la superficie que han quemado, en cambio, en el número de incendios totales,
junto con la superficie no forestal, sí que se encontraron tendencias significativas al alza
durante el periodo de estudio. Los resultados sugieren que una mayor inversión en medios
de extinción no ha conseguido alcanzar una tendencia significativa a la baja para los
grandes incendios, por lo que se tendrían que buscar nuevas estrategias basadas en la
prevención de incendios para reducirlos.
Palabras clave: Medios de extinción, ecosistema Mediterráneo, tendencias, grandes
incendios.
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Abstract
Title: Evolution of the means of extinction in the large forest fires in Spain
Abstract:
The large fires are a real problem for the countries due to their high destruction, which
even puts at stake the lives of inhabitants and participants in the work of extinction, also
assuming serious economic damage and damage to urban infrastructure. To help reduce
this damage from fires, during the last decades have been implemented and acquired a
greater amount of means of extinction to put an end or reduce in a good way these large
fires.
In this TFG, it will be studied whether, in fact, this greater amount of extinction means has
meant a reduction in the amount of surface area burned by large fires or in the total
number of fires that occur. To this end, a study was made of the means of extinction that
are available at the state level, that is, by the Ministry of Agriculture and Fisheries, Food
and Environment (MAPAMA) and the coordination of the different institutions, as well as
the personnel involved. in the extinction of fires. On the other hand, the data of the
General Statistics of Forest Fires of Spain (EGIF) were analyzed, to be able to study by
means of the Mann-Kendall trend test, how the tendency of the large fires and the means
of extinction has been to throughout the period 1968-2013. The results showed that the
tendency of the means of extinction has gone upwards, in particular in the personnel that
acts in the fires, together with the aerial means; in terrestrial no significant trends were
found. Regarding the large fires, no significant trends were found both in the number of
these and in the surface area that they burned, however, in the number of total fires,
together with the non-forest area, significant trends were found upwards. during the study
period. The results suggest that a greater investment in extinction means has not managed
to reach a significant downward trend for large fires, so new strategies based on fire
prevention should be sought to reduce them.
Keywords: Means of extinction, Mediterranean ecosystem, trends, large fires.
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Introducción
La propagación de los incendios forestales En la propagación de los incendios influyen varios factores; entre ellos encontramos
los factores relacionados con la topografía, los factores meteorológicos tales como la
humedad relativa, la temperatura o los vientos (Rothermel 1972). Asimismo, un factor
relevante sería el del combustible disponible, es decir, el tipo de vegetación y su
disposición. Los tipos de combustibles son los que claramente marcan las pautas en los
incendios (Oliveira et al. 2014); los pastos son los que mayor facilidad entran ignición
junto con los matorrales, los bosques son los combustibles intermedios en cuanto a la
facilidad de ser quemados, pero cuando ocurre son de los más destructivos. Por otro
lado, los combustibles tienen una alta relación con los factores topográficos; por
ejemplo, las orientaciones norte o las pendientes de más de un 25% son menos
susceptibles a quemarse.
En cuanto a los factores topográficos, la pendiente es el principal factor que afecta a la
propagación de un incendio; si la dirección del fuego por la pendiente es ascendente se
acelera la propagación, porque los combustibles están más cerca de las llamas,
sumado a que se favorece la transmisión de calor tanto o radiación como por
convección al inclinarse las llamas con viento a favor. Otro factor es la altitud ya que
afecta directamente al combustible disponible ya que generalmente este va
disminuyendo con la altitud. Encontramos tres zonas diferenciadas según un gradiente
altitudinal: zona inferior, donde se encuentran las temperaturas más altas y
generalmente hay más combustible aunque con mayor humedad en los fondos de
valle, tiene un riesgo medio de incendio; la zona intermedia es la considerada de riesgo
alto de incendio, donde hay una alta densidad de combustibles, junto con altas
temperaturas y baja humedad, finalmente encontramos la zona superior, cuyo riesgo
de incendio es bajo, debido a la poca disponibilidad de combustible, aunque se
producen vientos muy fuertes a estas alturas, que podrían ayudar a favorecer la
propagación. La orientación es un factor también destacable, siendo las exposiciones
sur las zonas con más incidencia solar y por tanto más seca que las orientaciones norte
de umbría, que tienen más humedad y generalmente más combustible.
En lo que respecta a las condiciones meteorológicas durante un incendio, la humedad
relativa es la relación entre la cantidad de vapor de agua en un volumen de aire y la
que podría mantener si estuviera saturado a la misma temperatura, con un aumento
de 10ºC de temperatura, la humedad relativa se reduce a la mitad. La humedad
interior de los combustibles es un factor muy relevante, es decir que si tenemos un
combustible con poca humedad este arderá con mucha mayor facilidad. En cuanto a
los efectos de la temperatura, uno muy importante es la desecación del combustible.
También propicia la aparición de corrientes de aire que se elevan desde los suelos
calientes, ayudando a disminuir la humedad en el propio incendio, ya que absorbe el
vapor de agua que se produce en la combustión, inhibiendo el aumento de humedad
por estas causas. Finalmente encontramos el viento, un factor muy variable y con gran
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influencia en la propagación de los incendios; este favorece la combustión al renovar el
aire y aportar oxígeno, sumado a que puede aproximar las llamas a la vegetación no
afectada por el incendio y que puede lanzar pavesas de fuego más allá de los bordes
del incendio, provocando focos secundarios.
Los incendios forestales en la Cuenca Mediterránea En la Cuenca Mediterránea los incendios forestales son procesos naturales que sin una
intervención del ser humano se originarían principalmente por rayos, añadido a que se
ven favorecidos por la estacionalidad del clima mediterráneo. Los incendios han ido
ocurriendo repetidamente durante milenios y han forjado la biodiversidad de los
ecosistemas mediterráneos (Pausas y Verdú 2005). Cabe destacar que, a escala global,
la Cuenca Mediterránea es una de las mayores zonas de biodiversidad junto a otros
ecosistemas mediterráneos en los que el fuego está presente, como pueden ser
California o Australia. No obstante, en la población en general, se tiende a pensar que
los incendios forestales son un desastre que hay que evitar a toda costa, debido a su
destrucción; pero la realidad es que hay numerosas evidencias que afirman que
dependiendo de las condiciones no tienen por qué suponer un desastre ecológico, si se
mira desde otras perspectivas (Pausas y Verdú 2005; Pausas 2008).
Por ello, los incendios no son siempre desastres ecológicos; hay que tener una visión
de estos, como un elemento añadido en lo que al dinamismo de la biodiversidad se
refiere, aunque es cierto que en las condiciones actuales de cambio climático y de una
deficiente gestión en los bosques, se pueden generar regímenes de incendios que sean
perjudiciales para la biodiversidad, ya que se pueden acelerar y no permitir la correcta
regeneración de las zonas quemadas o minar su resiliencia (Pausas 2008). La cuestión
de fondo es que los incendios han ocurrido siempre y seguirán ocurriendo, por lo que
se debe buscar una solución en la que exista una coexistencia entre la población y los
incendios forestales (Moritz et al. 2014).
Debido a los recientes cambios de uso y gestión del paisaje, los regímenes naturales de
incendios han sido alterados, produciendo incendios más destructivos. Por ejemplo,
zonas que en el pasado estaban bajo un régimen de incendios frecuentes y poco
severos, actualmente están bajo un régimen de incendios poco frecuentes pero
intensos. Las zonas forestales mediterráneas apenas sufrían incendios en el pasado y
en las últimas décadas han sido afectadas por grandes incendios (San-Miguel-Ayanz et
al. 2013), por lo que resulta de máxima necesidad actuar en la prevención y extinción
de incendios y posterior restauración de los ecosistemas afectados por el fuego.
En la Cuenca mediterránea los grandes incendios, tienen un patrón de ocurrencia
similar, ya que ocurren normalmente bajo condiciones, que son comunes al clima
mediterráneo (Pinto et al. 2018). Los grandes incendios suelen darse bajo condiciones
de meteorología extrema como baja humedad relativa, sequía prolongada, vientos de
fuerza alta y altas temperaturas, además del añadido de las olas de calor, que
potencian estás condiciones extremas.
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Como ejemplos de grandes incendios en la Cuenca Mediterránea cabe destacar
Portugal, donde aunque los grandes incendios constituyen un bajo porcentaje del total
de incendios que se producen, su capacidad destructiva es inmensa. De hecho, los
grandes incendios suponen como mucho el 2% del total de incendios que se producen,
pero estos pueden causar cerca del 48% de los daños totales producidos por los
incendios forestales (Fernandes et al. 2016). En el caso de España, los grandes
incendios apenas llegan al 1% del total, pero la superficie que ha sido destruida supone
prácticamente el 35% (MAPAMA 2015).
En el caso griego Dimitrakopoulos et al. (2011) estudiaron los grandes incendios de
más de 1000 hectáreas durante el período 1990-2003. El estudio reveló que la
humedad jugaba un importante papel, ya que el 40% de estos incendios se
desencadenó bajo una humedad de entre 21 y 40%, ayudado también por fuertes
vientos del norte. Cabe destacar que un cuarto de todos estos incendios estudiados
ocurrieron durante olas de calor.
El caso francés es muy significativo porque el número de grandes incendios ha ido
descendiendo a lo largo de los años, incluso con condiciones atmosféricas más
extremas en la región sur mediterránea (Ruffault et al. 2016). En parte esto se ha
podido alcanzar gracias a la acción de una política de gestión de los combustibles y de
extinción de incendios bien diseñada, que ha conseguido rebajar sustancialmente el
número de grandes incendios (Curt et al. 2017).
La extinción de los grandes incendios forestales En la extinción de un incendio forestal se trata de impedir que el fuego avance en el
territorio. Para ello intervienen y se coordinan brigadas terrestres, vehículos terrestres
y medio aéreos. Antes de realizar ataques para extinguir el avance del fuego, se deberá
repasar y estudiar las zonas clave, como son las carreteras, las barreras como puentes
o túneles, la topografía, los modelos de combustibles de la zona afectada, o la
meteorología (Vélez 2000). Durante el viaje hacia el incendio, es recomendable
estudiar los regímenes de vientos de la zona, para saber qué dirección del viento es la
más común, aunque esto no asegura que la dirección del viento en ese momento sea
esa, sino que es necesario conocerlo para hacerse una idea general de cómo pueden
desarrollarse estos vientos. También es importante repasar como fueron otros
incendios pasados en el territorio. Cuando se ha llegado al fuego, la pregunta más
importante a plantear será por dónde y cómo se ataca el fuego, cuántos medios se
necesitan para las labores y la conocer el pronóstico de la meteorología (Vélez 2000).
En cuanto a la acción contra el fuego, este puede atacarse de tres maneras según las
características del incendio en cuestión (Vélez 2000): i) el ataque directo, que consiste
en usar agua o tierra directamente contra el fuego para provocar su extinción; ii) el
ataque indirecto, que consiste en limpiar las zonas de combustible, creándose barreras
de vacíos de combustible (cortafuegos) que impiden el avance de las llamas y que se
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nutre del apoyo del uso de retardantes (Vélez 2000); iii) la tercera forma de atacar un
incendio forestal será una combinación de ambas técnicas.
Finalmente, después de extinguir el incendio, es muy importante recorrer el
perímetro, en busca de zonas que se encuentren en ignición o zonas que aún no se
hayan enfriado para extinguirlas. Si todavía quedan zonas que se encuentran en
ignición, el incendio estará controlado pero no puede declararse como extinto, ya que
estos focos pueden propiciar que se vuelva a generar otro incendio a partir de la
acción del viento, que reavive las llamas, por el aporte de oxígeno continuado.
Ante el aumento y destrucción de los grandes incendios en las últimas décadas muchos
países han invertido en medios de extinción de incendios, pero pocos trabajos han
analizado la evolución de los medios de extinción y su eficacia en controlar los grandes
incendios forestales.
Objetivos
Los objetivos de este Trabajo Fin de Grado (TFG) son los siguientes:
1. Revisar los medios de extinción disponibles en España, que se encuentran
gestionados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio
Ambiente (MAPAMA) y la coordinación entre las distintas administraciones
ante la lucha contra incendios.
2. Analizar la ocurrencia de grandes incendios forestales (GIF, > 500 ha) y los
medios de extinción utilizados en España en las últimas décadas a partir de las
estadísticas generales de incendios forestales del MAPAMA, para determinar
cómo la inversión en medios de extinción ha condicionado su tamaño final.
Material y métodos
Para el primer objetivo, se han analizado los datos disponibles sobre los medios de
extinción de incendios forestales del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y
Medio Ambiente y la coordinación entre instituciones frente a la lucha contra
incendios. Se han Consultado recursos web y publicaciones especializadas como el plan
más reciente para la lucha contra los incendios (MAPAMA 2018b). En concreto se han
descrito los medios aéreos, los vehículos y la maquinaria, además del personal
indicando el número y tipo de medio del que dispone el Ministerio. También se han
descrito los medios y las funciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ya que
se trata de una unidad que depende del Ministerio de Defensa que también participa
en la extinción de los incendios forestales. Por último, se ha revisado en qué consiste la
coordinación de las comunidades autónomas frente a los incendios, tanto dentro de
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sus fronteras regionales, como al hacer frente a los incendios que afectan a varias
comunidades autónomas.
En el desarrollo del segundo objetivo se ha analizado la base de datos de las
Estadísticas Generales de Incendios Forestales (EGIF) del MAPAMA desde 1968 a 2015
(MAPAMA 2015). Esta estadística considera un incendio si este ha quemado más de
una hectárea y gran incendio cuando supera las 500 hectáreas. Los datos de ocurrencia
de incendios se referencian a una escala (cuadrícula UTM) de 10 x 10 km. Para que
estos incendios se registren y cuenten para las estadísticas, será necesario completar
un parte de incendio forestal que cada comunidad autónoma remite al MAPAMA. Los
partes, que componen luego la base de datos de EGIF incluyen 108 campos sobre el
incendio entre los que destacan: los datos generales del incendio, el lugar donde
ocurrió, cuando empezó y acabó, como se detectó, cual fue la causa de este, los
medios utilizados y las pérdidas generadas por este (MAPAMA 2006).
En primer lugar, se ha analizado las tendencias del número y superficie quemada anual
del total de incendios y de los grandes incendios forestales (GIF, >500 ha) en el período
comprendido entre 1968 y 2013, se eligieron estos años por la mayor calidad de datos,
ya que los más recientes, deben aún revisarse y confirmar todos los datos de manera
definitiva. Para obtener la superficie quemada en los grandes incendios en este
período, se analizó la base de datos EGIF en un archivo Access, haciendo consultas
sobre los años, la fecha (mes) de detección y la superficie quemada, que se divide en
tres superficies: arbolada (cuando afectan a un cobertura de árboles >20%), no
arbolada (cuando el porcentaje de árboles afectados es menor del 20% o se queman
matorral y/o herbáceas) y no forestal (cuando afectan a cultivos agrícolas, parques y
áreas urbanizadas). Las superficies arboladas y no arboladas se sumaron para obtener
el total quemado de los incendios en cuestión (ya que las superficies no forestales se
vienen registrando en los partes desde 1985). Posteriormente, se realizó una consulta
en Access, modificándose el criterio superficie quemada total, para seleccionar los
grandes incendios por clases de tamaño (500-1000ha, 1000-5000ha, >5000ha)
obteniendo un total de 1912 grandes incendios forestales para el periodo de estudio.
En segundo lugar, se han analizado los datos disponibles en los partes de incendio de
EGIF sobre los medios aéreos, terrestres y de personas, que intervienen en los grandes
incendios, filtrándose como en el caso anterior los incendios de más de 500 ha, con el
fin de poder establecer una posible relación, entre si más medios han ayudado a
reducir los grandes incendios.
Por último, se aplicó el test no paramétrico de tendencias de Mann-Kendall tanto a las
series temporales de incendios y grandes incendios como a las de los medios de
extinción, además de elaborar gráficos donde se pudiera observar su evolución.
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Resultados
Medios de extinción en España
Los medios de extinción del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA)
Los medios de extinción del MAPAMA son de cobertura nacional y pueden ser
movilizados para labores contra los incendios forestales. Están disponibles para ser
enviados hacia cualquier punto del territorio español donde sea necesaria su presencia
y ayuda (MAPAMA 2014); estos son únicamente enviados si las comunidades
autónomas lo necesitan y lo piden. Estos medios son los que siempre están
disponibles, pero durante la campaña de verano y meses con alto riesgo fuera de la
campaña de verano, se contratan refuerzos de aeronaves para transporte de
brigadistas, naves de observación y comunicación además de unidades de
meteorología (MAPAMA 2014). Estos medios se pueden dividir en tres grupos: medios
aéreos, medios terrestres y el personal de extinción. Su distribución en el territorio
español se muestra en el Anexo I.
El encargado de toda la coordinación tanto de los medios de extinción como las
brigadas, o los diseños y planificaciones para la extinción de incendios, será el Centro
de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales (CCINIF), cuya
misión será gestionar los materiales y el personal, además de servir de apoyo a las
comunidades autónomas, también son los encargados de la elaboración de las
estadísticas de incendios, otra dedicación de este Centro, son la elaboración de los
partes diarios, para manejar y tener en cuenta como está la situación con los
incendios, junto con la elaboración de los partes de riesgo de incendios, donde se
incluye cuanto riesgo hay de que ocurra un incendio (MAPAMA 2018a).
Los medios del MAPAMA desplegados para todo el territorio nacional son los
siguientes (MAPAMA 2014):
Medios aéreos
Aviones Anfibios de gran capacidad (AA)
Los aviones anfibios están destinados principalmente para la extinción de incendios
forestales, debido a su ala versatilidad ya que pueden operar tanto desde tierra como
desde el agua (Fig. 1). Las características generales es que tienen dos motores, un
alcance de 2443 kilómetros y una carga de 6000 litros de agua que se rellena en 12
segundos.
Durante la campaña de máximo riesgo de incendio (junio a septiembre) se cuenta con
un despliegue progresivo en el tiempo, con un máximo de 13 aviones, aunque en el
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plan de lucha contra los incendios del año 2018, se han adquirido 5 más para la
temporada de verano. Estos se emplazan en las bases de Labacolla (A Coruña),
Zaragoza, Pollensa (Baleares), Los Llanos (Albacete), Málaga, Torrejón de Ardoz
(Madrid), Matacán (Salamanca) y Talavera la Real (Badajoz). Fuera de la campaña de
verano se cuenta con dos aviones operativos con base en Torrejón de Ardoz (Madrid),
pudiéndose movilizar más aviones en función de la problemática de incendios.
Figura 1. Aviones Anfibios de gran capacidad. Foto: MAPAMA 2014
Aviones de carga en tierra (ATC)
Los aviones de carga en tierra (Fig. 2) son los más utilizados en España en extinción de
incendios forestales, ya que son muy maniobrables y efectivos en la lucha contra
incendios; tienen una carga de capacidad para transportar agua (unos 3100 litros), con
un tiempo de cargado de 3 minutos aproximadamente. Son contratados durante tres
meses en la campaña de verano. En este periodo se dispone de 10 aviones
desplegados de la siguiente forma: 2 en la base de Ampuriabrava (Gerona), 2 en
Agoncillo (La Rioja), 2 en Xinzo de Limia (Orense), 1 en Niebla (Huelva), 1 en Son Bonet
(Baleares), 1 en Noaín (Navarra) y 1 en La Gomera (Santa Cruz de Tenerife).
Figura 2. Aviones de carga en tierra. Foto: MAPAMA 2014
Aviones de capacidad media (FB)
Los aviones de capacidad media (Fig. 3) son de tipo mixto (tierra-anfibio); disponen de
2 flotadores que le permiten realizar cargas en masas de agua, con unos 3.100l y un
tiempo de carga depósito de agua de unos 30 segundos. Son contratados durante tres
meses en la campaña de verano. En este periodo se dispone de 6 aviones desplegados
de la siguiente forma: 2 en la base de Reus (Tarragona), 2 en Manises (Valencia) y 2 en
Rosinos de la Requejada (Zamora).
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Figura 3. Aviones de capacidad media. Foto: MAPAMA 2014
Helicópteros de transporte de brigadas (HT)
Los helicópteros tienen una gran maniobrabilidad para el transporte de brigadas;
además de que pueden lanzar descargas de agua, gracias a las cargas externas que
tienen instaladas con una capacidad de entre 1200 y 1500 litros (Fig. 4). En campaña
de verano se cuenta con 19 helicópteros distribuidos del siguiente modo: 2 en Laza
(Orense), 2 en Tabuyo del Monte (León), 2 en Pinofranqueado (Cáceres), 2 en La Palma
(Santa Cruz de Tenerife), 2 en La Iglesuela (Toledo), 2 en Prado de los Esquiladores
(Cuenca), 2 en Daroca (Zaragoza), 2 en Tineo (Asturias), 2 en Lubia (Soria) y 1 en Puerto
del Pico (Ávila). Durante la campaña de invierno están operativos 5 helicópteros
medios, destinados en las bases de Laza (Orense), Tineo (Asturias), Tabuyo del Monte
(León), Ruente (Cantabria) y Pinofranqueado (Cáceres).
Figura 4. Helicópteros de transporte de brigadas. Foto: MAPAMA 2014
Helicópteros bombarderos (HK)
Los helicópteros bombarderos (Fig. 5) cuentan con un helibalde de 4.500 litros, con
alcance de 250 km. En campaña de verano se dispone de 8 helicópteros ubicados
respectivamente en las bases de Plasencia del Monte (Huesca), Caravaca de la Cruz
(Murcia), Huelma (Jaén), La Almoraima (Cádiz), Plasencia (Cáceres), Villares de
Jadraque (Guadalajara), Los Rodeos (Tenerife) e Ibias (Asturias). Sin embargo, durante
la campaña de invierno sólo están operativos 3 helicópteros bombarderos, 1 destinado
en la base de Laza (Orense), 1 en Ibias (Asturias) y 1 en Tabuyo del Monte (León). En la
base de Muchamiel (Alicante) la operatividad se prolonga durante 4 meses, alternando
periodos con 1 o 2 helicópteros; asimismo en Palma del Río (Córdoba), la operatividad
es de 3,5 meses, alternando periodos con 1 o 2 helicópteros.
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Figura 5. Helicópteros bombarderos. Foto: MAPAMA 2014
Helicópteros de observación (BK)
Estos helicópteros (Fig. 6) están destinados a las labores de observación y coordinación
en los incendios, aportan información y ayuda de como se está propagando el
incendio, para poder diseñar bien la estrategia de extinción, pero no operan como tal
en la lucha contra la extinción; son dirigidos exclusivamente por la Guardia Civil y se
disponen de 4 de estos helicópteros, todos localizados en la base de Torrejón de Ardoz
(Madrid).
Figura 6. Helicópteros de observación. Foto: MAPAMA 2014
Aviones de comunicación y vigilancia (ACO)
Los aviones de comunicación y vigilancia (Fig. 7) se usan en operaciones de vigilancia,
observación de incendios, transmisión de imágenes y labores de coordinación de los
medios aéreos que participan en el incendio forestal. Son contratados durante tres
meses en la campaña de verano. En este periodo se dispone de 2 aviones situados en
las bases de Matacán (Salamanca) y Manises (Valencia). Para la campaña de este año
2018, se han adquirido dos aviones más para la temporada de verano.
Estas aeronaves tienen cobertura nacional y disponen de un equipo de transmisión de
fotografías digitales a través de telefonía móvil GPRS y de vídeo continuo a través de
microondas, tanto en espectro visible como el infrarrojo. Las imágenes fijas se reciben
en las Centrales de Operaciones del MAPAMA y sirven de ayuda en la toma de
decisiones. Las imágenes en vídeo continuo se reciben en Unidades Móviles de
Meteorología y Transmisiones (UMMT) desplazadas sobre el terreno como apoyo al
Director de Extinción.
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Figura 7. Aviones de comunicación y vigilancia. Foto: MAPAMA 2014
Dron de vigilancia
Con el plan de la lucha contra los incendios de 2018, se añaden por segundo año
consecutivo el uso de drones (Fig. 8), aunque su funcionamiento solo se llevará a cabo,
de modo nocturno y con fines de seguimiento y vigilancia de los incendios.
Figura 8. Dron de vigilancia.
Medios terrestres
Unidades Móviles de Meteorología y Transmisiones (UMMT)
Las unidades móviles de meteorología y transmisiones (Fig. 9) son vehículos de apoyo
a la dirección de extinción y labores de vigilancia, están dotados de muchos materiales
y equipo de apoyo como pueden ser, un grupo electrógeno, equipo de comunicaciones
radio en banda aérea y terrestre, telefonía GSM y satélite, internet GPRS y satélite,
repetidor, estación meteorológica SAIMET, sistema de recepción de imágenes enviadas
desde Aviones de Comunicación y Observación (ACO), sistemas informáticos y equipos
complementarios.
En campaña de verano se cuenta con 11 UMMT repartidas en Laza (Orense),
Valladolid, Rosinos (Zamora), Zaragoza, La Eliana (Valencia), Granada, Huelva, Cuenca,
Albacete, Cáceres y Las Rozas (Madrid).
Figura 9. Unidades Móviles de Meteorología y Transmisiones. Foto: MAPAMA 2014
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Personal de extinción
Las Brigadas de refuerzo en incendios forestales (BRIF) del MAPAMA:
La estructura de los equipos BRIF y el sistema organizativo en el que se encuadran, les
permite mantener su actuación continuada allí donde sean necesarios hasta el control
del incendio, con los máximos niveles de seguridad y eficacia.
Un equipo de BRIF está dirigido por un técnico con formación forestal universitaria, al
que se le exige además formación postgrado especializada en incendios forestales y
experiencia previa al frente de unidades helitransportadas de extinción. Este técnico
ha de tener las suficientes capacidades de análisis y toma de decisiones que le
permitan dirigir la extinción cuando la BRIF es el primer medio en llegar al incendio.
Las acciones de extinción son ejecutadas por dos cuadrillas de siete especialistas BRIF
cada una, dirigidas respectivamente por un capataz jefe de cuadrilla, con formación y
experiencia adecuadas, que mantiene contacto con el técnico en todo momento.
Las BRIF asumen muchas veces los sectores más complicados del incendio. El dominio
de todas las técnicas de extinción. Cuando una BRIF llega a un incendio, trabaja
conjuntamente con sus helicópteros de transporte, con los que forma un equipo. Estos
apoyan la labor del personal de tierra con el lanzamiento de descargas de agua, las
brigadas de tierra son muy importantes ya que los helicópteros no pueden volar de
noche o porque las condiciones meteorológicas
Cuando existe la posibilidad de utilizar vehículos autobomba el personal está
adiestrado en la realización de tendidos de manguera para la extinción, pero lo más
común es trabajar sin agua. Cuando las condiciones del frente de llama lo permiten, se
trabaja en ataque directo, por sofocación directa de las llamas. Si la intensidad del
fuego es tal que no permite acercarse al personal, se trabaja en ataque indirecto,
líneas sirven para posteriores acciones de ataque directo, o bien como base para
realizar posteriores quemas de ensanche de forma segura, de modo que cuando el
frente del incendio las alcance se produzca su extinción por falta de combustible
La técnica del contrafuego consiste en la ignición de una línea de fuego por delante del
frente de incendio que se pretende controlar. Si las condiciones meteorológicas,
topográficas, de vegetación y comportamiento del incendio son las adecuadas y se han
valorado correctamente, se consigue que la línea de fuego prendida en el lugar y
momento apropiados, sea succionada por el frente del incendio y avance hacia él,
produciéndose la extinción cuando se encuentran ambas líneas de llamas.
19
La Unidad militar de emergencias (UME)
La Unidad militar de emergencias (UME), se creó el 11 de octubre de 2005, aunque no
comenzaron su despliegue y actividad hasta el 11 de abril de 2006, actualmente actúa
e interviene según lo establecido en el Real Decreto 1097/2011, de 22 de julio, por el
que se aprueba el Protocolo de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias,
dependen directamente del Ministerio de Defensa.
La UME tiene como misión intervenir en cualquier lugar del territorio nacional para
contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos. Las actuaciones de la UME se
centrarán principalmente en: proteger o socorrer la vida e integridad de las personas y
de sus bienes, el medio ambiente, los espacios naturales y sus recursos, el patrimonio
histórico-artístico. Sus actuaciones se centran en la planificación y la intervención; la
prevención no está entre las prioridades.
En cuanto a la intervención de la UME una vez declarada una emergencia, ésta será
ordenada cuando se produzcan situaciones de emergencia con carácter grave, que
pueden ser varias, como terremotos o inundaciones, además de los incendios
forestales. Además, en las situaciones de emergencia que se produzcan con carácter
grave, que no sean declaradas de interés nacional, las autoridades autonómicas
podrán solicitar del Ministerio del Interior la colaboración de la UME. El Ministerio del
Interior, tras la petición de ayuda, valorará la dimensión de la emergencia y los medios
disponibles para hacerle frente; si es favorable, solicitarán al Ministerio de Defensa la
intervención de la UME.
En cuanto a la lucha contra incendios forestales, el objetivo principal de la organización
militar, está orientada a preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos, así como
proteger el patrimonio forestal español, mediante la intervención en emergencias
provocadas por incendios forestales, realizando las actuaciones necesarias de lucha
contra el fuego (Ministerio de Defensa 2014). Los medios aéreos de lucha contra
incendios, son prestados a la UME, si tanto el MAMAPA como el Ministerio de Defensa
dan el visto bueno para su utilización. Cuando la operación de emergencia sea
declarada de interés nacional, el operativo de la UME tendrá inmediatamente a su
disposición de los medios de lucha contra incendios que tiene a su disposición el
MAPAMA. Además, cabe destacar que la propia organización dispone de sus propios
medios de extinción; entre ellos se encuentran tres tipos de autobombas distintos,
unos más adecuados y orientados a la extinción en pendiente y otros que disponen de
protecciones delanteras, para la extinción con cierta cercanía al incendio. En cuanto a
los medios aéreos, los modelos son los mismos que dispone el MAPAMA, a excepción
de dos helicópteros militares.
Cabe destacar los siguientes datos sobre la campaña de incendios forestales de 2017,
en la que la Unidad Militar de Emergencias, desde el 1 de enero hasta el 11 de
septiembre, se vio involucrada en 33 operaciones contra incendios forestales con más
de 4.000 intervinientes. De estas operaciones, 28 se dieron en España, cuatro en
20
Portugal y una en Chile. Se realizaron 81 salidas invirtiéndose 137 horas de vuelo y
usándose 214.000 litros de agua (Ministerio de Defensa 2017b).
Los combatientes del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas por su parte efectuaron 557 salidas
y 5.681 descargas con 1.838 horas de vuelo. La misión principal del 43 Grupo de
Fuerzas Aéreas, es colaborar con la Dirección General para la Biodiversidad en la
extinción de incendios forestales y la secundaria participar en el apoyo de las misiones
del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR); mantienen un servicio de alarma, con
tripulaciones y aviones para actuar en caso de incendio forestal, durante los 365 días
del año. Entre el 1 de octubre y el 15 de junio se mantienen dos aviones con sus
tripulaciones en situación de despegue inmediato en la Base Aérea de Torrejón. En
cuanto en la campaña de verano mantienen un mínimo del 70% de los aviones
disponibles, con sus tripulaciones (Ministerio de Defensa 2017a).
Coordinación entre comunidades autónomas y el Ministerio del Interior
Cuando una comunidad autónoma declara una emergencia forestal y ésta alcance a
ser de nivel 3 se considera que está en juego el interés nacional. El Ministerio del
Interior podrá declarar una emergencia de interés nacional, tanto como a petición
propia, o a petición de la Comunidad autónoma correspondiente o el delegado del
gobierno en esa comunidad autónoma, como está aprobado por el Real Decreto
407/1992, de 24 de abril, por el que se aprueba la Norma Básica de Protección Civil. A
partir de la declaración de nivel de emergencia 3 las funciones de dirección y
coordinación de la emergencia pasan a ser dirigidas por el Comité de Dirección al que
se incorporará el representante de la Administración General del Estado,
constituyéndose lo que se llama, el Centro de Coordinación Operativo Integrado
(CECOPI), que será el encargado de dirigir la emergencia. El director de este gabinete
será el delegado del gobierno, como establece el Plan Estatal de Protección Civil para
Emergencias por Incendios Forestales del 24 de octubre de 2014, cuyas funciones
serán: dirigir el Plan de la comunidad autónoma correspondiente, mantener informado
al Consejo de Dirección del Plan Estatal y al Departamento de Seguridad Nacional,
informar a la población afectada por la emergencia, encargarse de movilizar los
recursos ubicados en el ámbito territorial de la correspondiente comunidad autónoma
y garantizar la adecuada coordinación del Plan Estatal de Incendios Forestales con
otros Planes de menor ámbito.
Coordinación en incendios que afecten a varias comunidades autónomas
Esta coordinación solo se produce si el incendio que afecte a varias comunidades
autónomas no ha sido declarado de interés nacional, por lo que estas regiones
deberán formalizar una estrategia común, para manejar y dirigir los medios de
extinción y coordinación de los medios a intervenir, además de cómo afrontar la
21
extinción de ese incendio. Para ello, se establecerá lo que se denomina el Mando
Único de Extinción (MUE), en el que las comunidades designarán a las personas que
ejerzan la dirección de la emergencia sobre el terreno. El MUE tendrá por función
decidir la estrategia de extinción para el incendio, definir las órdenes operativas
derivadas de la estrategia adoptada, informar a los órganos de dirección de los Planes
de Comunidades Autónomas de las medidas de emergencia que es necesario tomar;
también se diseñará un Plan de Operaciones que será comunicado a todos los
organismos que intervienen en la extinción del incendio. En cuanto a la coordinación
de medios de extinción, tanto los medios estatales como la UME, deberán únicamente
obedecer las órdenes dictadas por este Mando. Finalmente, el director del MUE, se
elige según como se comporte el incendio: este cargo lo ostentará el representante de
la Comunidad Autónoma a la que se esté dirigiendo el incendio y si se dirigiera hacia
más de una, el cargo de director lo adoptaría el representante de la Comunidad
Autónoma en la que haya más problemas o en la que los medios de gestión sean
mayores.
Los avances informativos
Las comunidades autónomas remiten al Ministerio de Agricultura y Pesca,
Alimentación y Medio Ambiente, periódicamente avances Informativos, con el fin de
dar una primera aproximación rápida de las cifras de incendios forestales del año.
Los Avances Informativos mantienen una periodicidad semanal durante la campaña de
incendios de verano de julio a septiembre y mensual durante el resto del año,
incluyendo información sobre el número de incendios y las superficies afectadas
(MAPAMA 2018a).
La Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de
Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente acumula los datos provinciales y
obtiene las cifras nacionales del año en curso, la información del año en curso tiene
carácter provisional y se modifica según donde hayan tenido lugar los incendios, los de
terreno forestal, son separados de aquellos que sólo han afectado a terrenos agrícolas
o urbanos. Cabe destacar que la cifra del año no se oficializa hasta meses después de
finalizar el año, hasta que todas las estadísticas no han sido comprobadas y estudiadas.
Las cifras del resto de años del decenio tienen siempre tienen carácter definitivo.
Todos estos datos una vez revisados formarán parte de las Estadísticas Generales de
Incendios Forestales (EGIF) del MAPAMA.
22
Tabla 1. Datos anuales del número y superficie quemada (ha) para el total de
incendios y los Grandes Incendios Forestales (GIF) en España desde 1970 a 2015.
Análisis de tendencias en incendios y medios de extinción
Tendencias en los incendios forestales
La ocurrencia de incendios forestales en España muestra una gran variabilidad
interanual (Tabla 1). En lo que respecta a los grandes incendios forestales (GIF),
mayores de 500 ha, la media anual en el periodo 1970-2015 ha sido de 42 incendios,
quemando unas 61.400 hectáreas anuales de media; estos han supuesto en promedio
un 34 % sobre el total del área quemada. Cabe destacar los años más extremos en lo
que a grandes incendios se refiere, destacando en cuanto a superficie quemada, los
años 1994, 1985, 1978, 1980, 1991, 1986 y 2012, en los que se sobrepasaron las más
de 100.000 hectáreas quemadas (Tabla 1). Los territorios más afectados por los
grandes incendios forestales en España han sido: Galicia, los sistemas montañosos
como la Cordillera Cantábrica, el Macizo Galaico-Leonés, Sistema Central, Sierra
Morena y las zonas costeras del sur de Andalucía y Levante (Fig. 10).
Año Nº
incendios
Superficie quemada (ha)
Nº GIF (>500 ha)
Superficie afectada por GIF (ha)
Superficie afectada por GIF (% sobre el total)
1970 3.155 87.438,50 30 32.465,30 37,13
1971 1.665 34.312,40 8 7.138,00 20,8
1972 2.093 55.920,10 17 15.303,00 27,37
1973 3.724 95.072,50 20 25.341,90 26,66
1974 3.920 139.927,50 45 47.718,00 34,1
1975 4.128 180.136,90 57 87.535,00 48,59
1976 4.356 121.514,10 37 34.450,00 28,35
1977 2.064 68.870,90 19 26.717,50 38,79
1978 8.193 424.957,90 153 182.614,80 42,97
1979 6.171 197.423,90 66 58.497,20 29,63
1980 7.075 261.514,80 76 103.550,00 39,6
1981 10.688 291.417,10 74 90.711,00 31,13
1982 6.308 149.077,10 40 47.821,70 32,08
1983 4.736 107.551,40 27 42.239,30 39,27
1984 7.073 164.166,10 51 53.410,70 32,53
1985 12.235 484.475,20 159 198.994,80 41,07
1986 7.514 264.787,40 103 135.756,00 51,27
1987 8.816 147.340,40 35 36.562,90 24,82
1988 9.440 137.272,60 37 35.205,00 25,65
1989 20.250 407.122,10 96 93.592,60 22,99
1990 12.914 203.641,40 56 66.183,80 32,5
1991 13.529 260.303,00 80 138.928,10 53,37
23
Figura 10. Número de grandes incendios forestales en España en las cuadrículas de 10 x 10 km.
Se representan los incendios de 100 a 500 ha (a), de 500 a 1000 ha (b) y mayores de 1000 ha
(c). Fuente: modificado de Viedma et al. 2018.
Año Nº
incendios
Superficie quemada
(ha) Nº GIF
(>500 ha)
Superficie afectada por GIF
(ha)
Superficie afectada por GIF (% sobre el total)
1992 15.956 105.277,70 19 30.918,60 29,37
1993 14.253 89.331,10 25 43.532,30 48,73
1994 19.249 437.602,50 93 335.359,20 76,64
1995 25.557 141.082,17 26 31.699,80 22,47
1996 16.586 58.919,27 10 6.962,40 11,82
1997 22.320 98.503,17 7 5.309,40 5,39
1998 22.003 132.892,34 27 41.761,62 31,43
1999 17.943 81.680,67 16 17.399,05 21,3
2000 23.574 187.567,06 49 63.634,69 33,93
2001 19.547 93.297,54 16 20.325,20 21,79
2002 19.929 107.464,05 18 16.993,35 15,81
2003 18.616 148.172,47 43 76.796,21 51,83
2004 21.396 134.192,64 20 56.725,80 42,27
2005 25.492 188.697,49 48 84.605,76 44,84
2006 16.334 155.344,83 58 72.119,08 46,43
2007 10.936 86.122,03 16 52.233,72 60,65
2008 11.655 50.322,09 6 5.499,74 10,93
2009 15.643 120.094,21 35 56.266,49 46,85
2010 11.722 54.769,88 11 12.538,79 22,89
2011 16.416 102.161,33 24 26.034,47 25,48
2012 15.978 218.956,59 42 138.131,24 63,09
2013 10.797 61.690,61 17 19.690,12 31,92
2014 9.806 48.717,83 7 9.805,83 20,13
2015 11.810 109.782,85 16 39.790,32 36,24
a) b) c)
24
El número de incendios totales (Fig. 11), está sufriendo una tendencia al alza en los
últimos años. El test estadístico Mann-Kendall mostró una tendencia positiva muy
significativa (Tau=0,50, p<0,001). En cambio, la superficie anual quemada en este
periodo de tiempo no ha sufrido tendencias significativas, aunque en la gráfica se
observa una ligera tendencia a la baja (Fig. 12), particularmente desde 1994.
Figura 11. Evolución del número total de incendios. Período 1970-2015.
Figura 12. Evolución de la superficie quemada por el total de incendios. Período 1970-2015.
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
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Años
Número de incendios totales
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200.000
300.000
400.000
500.000
600.000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
Hec
táre
as
Años
Superficie quemada por incendios
Tau=0,503 (p=8,5 ∗ 10−7)
25
Las tendencias generales del número de grandes incendios forestales (GIF) y de su
superficie quemada, difieren en el tiempo (Figs. 13, 14). Los datos de las estadísticas
generales de incendios forestales muestran que la tendencia anual del número de
grandes incendios es ligeramente descendente en los 45 años analizados (1970-2015),
pero sin encontrar una tendencia significativa. No obstante, en la serie de años se
pueden diferenciar tres períodos (Fig. 13): 1974-1995 donde la tendencia es al alza;
entre 1995 y 2005 donde se observa una estabilización y menor número de GIF en
promedio; a partir del 2005 se observa mayor variabilidad interanual. Para la superficie
quemada por GIF tampoco se ha encontrado una tendencia significativa. En la serie de
datos se pueden diferenciar tres períodos (Fig. 14): el primero 1974-1978, en el que la
superficie quemada media por GIF fue baja y apenas hubo variaciones interanuales; el
segundo período desde el año 1978 hasta el 1994, en el que aumenta la superficie
quemada media anual, por la presencia de años extremos, en los que hubo años donde
se superaron las más de 100.000 ha quemadas, siendo el año 1994 el peor año con
más de 300.000 ha quemadas por GIF; finalmente el tercer período, que concurre
desde el 1995 al 2015, está caracterizado por una superficie quemada anual media
más baja por debajo de las 100.000 ha anuales, destacando los años 2008 y 2014 que
registraron los valores de superficie quemada más bajos de toda la serie histórica.
En cuanto al porcentaje total de la superficie quemada de los GIF sobre el total de los
incendios (Fig. 15) no se obtuvo tendencia significativa. No obstante, hasta 1994 se
observa una tendencia de estabilidad entorno a un 30-40% del total. El patrón
temporal de los años siguientes se caracteriza por su gran variabilidad interanual
mostrando años extremos (1994, 2008, 2014), pero también se caracteriza por años
con menos del 10%, cuando en otros superan el 50% o incluso el 60% (Fig. 15).
Figura 13. Número de grandes incendios (>500 ha) en España, Período 1970-2015.
0
20
40
60
80
100
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1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
Nú
mer
o d
e gr
and
es in
cen
dio
s fo
rest
ales
Años
Número de grandes incendios (>500 ha)
26
Figura 14. Superficie afectada por grandes incendios. Periodo: 1970-2015
Figura 15. Porcentaje de superficie quemada por grandes incendios. Periodo: 1970-2015.
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000
350.000
400.000
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
Hec
táre
as
Años
Superficie afectada por GIF
0
10
20
30
40
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1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
Po
rcen
taje
su
per
fici
e q
uem
ada
Años
Porcentaje de superficie quemada por GIF
27
Se ha dividido el área quemada por los grandes incendios en diferentes superficies: la
forestal, que está a su vez dividida en superficie no arbolada y superficie arbolada; la
otra superficie es la no forestal, en la que se incluyen cultivos, superficie urbana,
parques y urbanizaciones. Como se puede observar en la Figura 16, la superficie
quemada forestal, es muy superior a la no forestal; dentro de la forestal, la arbolada y
la no arbolada, no se ha encontrado un patrón claro a lo largo de este período de años;
algún año una de las superficies supera a la otra, pero generalmente están a la par.
Tras aplicar el test de Mann-Kendall no se encontró una tendencia significativa en su
evolución en este período de tiempo para la superficie forestal. No obstante, para la
superficie no forestal sí se encontró una tendencia positiva (Tau=0,56, p<0,001), es
decir, que la tendencia de la superficie no forestal quemada está sufriendo un
incremento, aunque supone un porcentaje muy pequeño de la superficie total
quemada por los GIF.
Figura 16. Tipo de superficie quemada por los grandes incendios y su proporción sobre el total,
1968-2013.
En lo que respecta a la evolución de los GIF por clases de tamaño, en general su
número ha disminuido a lo largo del tiempo (Fig. 17). No obstante, al aplicar el test de
Mann-Kendall no se obtuvieron tendencias significativas debido a los picos en algunos
años. En la serie temporal de GIF entre 500 y 1000 hectáreas se aprecia que han
experimentado una bajada. Existe variabilidad interanual en la serie, pero los picos
cada vez son menores e incluso se han igualado con las cifras registradas para los GIF
de entre 1000 y 5000 hectáreas, cuyo número está descendiendo también aunque no
0
50000
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250000
300000
350000
400000
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76
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83
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91
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92
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93
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95
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96
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20
00
20
01
20
02
20
03
20
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20
05
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20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
Sup
erfi
cie
qu
emad
a (h
a)
Años
Tipo de superficie quemada por los grandes incendios
No forestal
No Arbolada
Total Arbolada
28
tan acusadamente. En cuanto a los “megaincendios”, es decir, aquellos que han
quemado una superficie mayor de 5000 ha, estos parecen mantenerse estables en el
tiempo, ya que su variabilidad interanual muestra picos de años extremos, pero sin
ninguna tendencia significativa.
Figura 17. Número de grandes incendios por tamaños (1968-2013).
En cuanto a la distribución de los incendios según los meses, en el periodo de tiempo
entre 1968 y 2013, se observa claramente que donde ha habido más número de
grandes incendios ha sido en los meses de julio, agosto y septiembre, coincidiendo con
el verano (Fig. 18). Cabe destacar el mes de marzo ya que este tiene un número de
incendios totales parecido al de junio. En cuanto a la superficie quemada total, en cada
mes, claramente destacan julio, agosto y septiembre de nuevo, coincidiendo que en
estos meses es donde hay mayor número de grandes incendios (Fig. 19).
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998 2003 2008 2013
Nú
mer
o d
e in
cen
dio
s
Año
Número de grandes incendios por tamaños
500-1000 ha
1000-5000 ha
más de 5000 ha
29
Figura 18. Número de grandes incendios totales a lo largo del año, 1968-2013
Figura 19. Superficie quemada por grandes incendios a lo largo del año, 1968-2013
Tendencias en los medios de extinción
En cuanto los medios de extinción usados en los grandes incendios, estos se han
dividido en tres grupos: personal, medios aéreos y vehículos terrestres. Primeramente,
se hace hincapié en las cuadrillas y brigadas de extinción, en las que se cuentan todas
las personas que han participado en la extinción de estos grandes incendios (Fig. 20).
La tendencia del número de participantes en estas cuadrillas y brigadas ha ido en
descenso a lo largo de los años (Tau=-0,395, p=0,001) con una fuerte caída a partir del
1986.
0
100
200
300
400
500
600
700
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Nú
mer
o d
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and
es in
cen
dio
s
Mes
Número de GIFs mensuales totales
0
100000
200000
300000
400000
500000
600000
700000
800000
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Sup
erfi
cie
qu
emad
a (h
a)
Mes
Superficie mensual total quemada
30
Figura 20. Número de personas, que participaban en las labores de extinción de GIF dentro de
cuadrillas o brigadas. Periodo 1968-2013.
En cuanto a las cuatro siguientes demarcaciones de personal en los incendios, las
tendencias de estos han sido significativas y al alza, a excepción del personal del
ejército en el que no se encontraron tendencias significativas (Fig. 21). En el caso de los
bomberos esta tendencia se tradujo en una Tau de 0,45 con una p=2,8 ∗ 10−5, con los
agentes forestales la Tau fue de 0,40 con p=0,00018. Finalmente, en el caso de los
miembros de la Guardia Civil se obtuvo con un valor Tau de 0,39, con una p=0,00025.
Por lo que se puede afirmar que estos tres últimos grupos que participan en la
extinción de incendios han aumentado con el paso de los años.
En cuanto a los medios aéreos (Fig.22) estos han ido aumentando a lo largo de los años
para facilitar las labores de extinción. Se han encontrado tendencias significativas
tanto en los aviones (con Tau igual a 0,33 y p de 0,001), como en los helicópteros (Tau
de 0,49 y una p de 5,522 ∗ 10−6). Por lo que se puede afirmar que el número de
medios de este tipo ha aumentado a lo largo de los años para hacer frente a los
incendios.
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par
tici
pan
tes
Años
Cuadrillas y brigadas de extinción
Tau=-0,395 p=0,001
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Figura 21. Evolución de los efectivos que participan en la extinción de grandes incendios.
Período 1968-2013.
Figura 22. Evolución de los medios aéreos en los grandes incendios. Período 1968-2013.
Por último, en cuanto a los medios terrestres (Fig. 23), en los tractores no se
encontraron tendencias significativas. Para las autobombas se consideró que las
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Nú
mer
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nas
Años
Ejercito
Bomberos
Agentes forestales
Guardia civil
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400
1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998 2003 2008 2013
Aviones
Helicopteros
Tau= 0,45 p=2,8 ∗ 10−5
Tau= 0,45 p=0,00025
Tau= 0,45 p=0,00018
Tau=0,492 p=5,522 ∗ 10−6
Tau=0,333 p=0,001
32
diferencias significativas eran marginales ya que la p obtenida fue de 0,058 con una
Tau de 0,195, por lo que no se puede afirmar completamente que haya una tendencia
al alza.
Figura 23. Evolución de los medios aéreos en los grandes incendios. Período 1968-2013.
Discusión
La revisión de los medios que tiene el Ministerio en su poder dio como resultado
medios tanto aéreos como terrestres, de los que se dispone de una cantidad
aceptable, con la que se está luchando para reducir los daños de los grandes incendios.
Cabe destacar las localizaciones de estos medios, ya que están repartidos
heterogéneamente por el territorio español, con el fin de evitar la concentración de
medios en una zona, lo que podría causar más retraso en la llegada de los medios si
estos incendios ocurriesen en zonas alejadas de las bases. En los protocolos de
actuación se observa una buena coordinación y facilidades a la hora de llevar acabo los
correspondientes trámites y organización, tanto entre comunidades autónomas, como
entre el Estado y las comunidades autónomas. En cuanto a la UME, esta también está
muy regulada, con un protocolo de actuación muy avanzado, con el que se consigue
una gran eficacia en la ayuda en la extinción de grandes incendios.
En cuanto al total de incendios forestales en España en el periodo 1968-2013, se
observó que estos están aumentando en número, pero no así la superficie que
queman. En lo que respecta a los grandes incendios (GIF), no se encontraron
tendencias significativas ni en el número de estos ni en las hectáreas que afectan,
aunque los datos sugieren que en promedio queman una menor superficie. Para el tipo
de superficie quemada por los GIF no se encontraron tendencias para el arbolado y no
arbolado. Sin embargo, la superficie no forestal sí parece estar aumentando, aunque
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1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998 2003 2008 2013
Autobomba
Tractores
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supone una proporción muy pequeña de área quemada y se viene recogiendo en los
partes recientemente.
En cuanto a los medios de extinción analizados, la tendencia de estos en general ha ido
al alza. Para los medios terrestres se ha observado un aumento de la intervención de
bomberos, los agentes forestales y la Guardia Civil, pero un descenso en el número de
brigadistas y cuadrillas con una fuerte caída a partir del 1986. En los medios aéreos,
tanto en aviones como en helicópteros, también se encontraron tendencias
significativas al alza. En cambio, en los medios terrestres (autobombas y tractores) no
se encontraron tendencias significativas. Estos resultados sugieren que el aumento de
los medios de extinción (particularmente los medios aéreos) no ha conseguido generar
una tendencia decreciente significativa en el número de incendios y grandes incendios
y la superficie que queman. Este problema que se plantea en España también se ha
detectado en otros países, como por ejemplo en Portugal, en donde han aumentado
los medios de extinción, pero sin alcanzar una gran mejora relativa a lo que a grandes
incendios forestales se refiere (Fernandes et al. 2016a).
Las políticas de lucha contra fuego, generalmente en España, tanto de los gobiernos
regionales como del gobierno central, han generalizado su respuesta al fuego
centrándose principalmente en adquirir más medios para la extinción de incendios,
cuando estos crecen de tamaño o duran más tiempo (Costafreda et al. 2015). Esta
estrategia puede no ser exitosa por ejemplo en el noroeste de España, donde los
incendios son muy diversos y en los que se suelen dar situaciones de varios incendios
simultáneos, generándose una situación difícilmente controlable. Si bien aumentar los
medios no es un problema en sí mismo, la excesiva escasez de prevención en los
bosques, ha generado que se acumule una excesiva cantidad de biomasa, con la
consecuencia de que se favorezca la continuidad del combustible y la intensidad lineal
del frente de llamas. Esta disparidad entre políticas de prevención y de extinción
puede ser la causa de que no se haya podido conseguir una tendencia significativa a la
baja de los grandes incendios, por lo que se pone de manifiesto que es necesario un
rediseño de estrategia en lo que a prevención de incendios se refiere.
Es destacable el caso francés, ya que la zona Mediterránea al sureste del país, han
conseguido reducir el número de grandes incendios, incluso con condiciones
meteorológicas incluso más extremas, rompiendo con la tendencia que tiene la Cuenca
Mediterránea en su mayoría (Ruffault et al. 2016). Los autores sugieren que esto se
debe a la adopción de políticas de prevención y formación del personal de extinción y a
la mejora de los protocolos de emergencias, junto con los diseños y planificaciones de
como atacar un incendio. Estas labores de prevención están encaminadas a conseguir
la máxima limpieza del combustible, abriendo caminos que facilitan que el fuego no se
extienda y permite una mayor rapidez en la entrada de los medios de extinción
terrestres. Actualmente se encuentran trabajando para educar en la cultura del fuego
y promoviendo un diseño de paisaje compatible con la efectividad en la eliminación de
combustible (Curt y Frejaville 2017).
34
Bibliografía
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37
Anexo I. Distribución de los medios de extinción del MAPAMA
Figura 1. Mapa de distribución de los aviones anfibios. Foto: MAPAMA 2014
Figura 2. Mapa de distribución de los aviones de carga en tierra. Foto: MAPAMA 2014
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Figura 3. Mapa de distribución de los aviones anfibios de capacidad media. Foto: MAPAMA
2014
Figura 4. Mapa de distribución de los helicópteros de transporte de brigadas. Foto: MAPAMA
2014
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Figura 5. Mapa de distribución de los helicópteros bombarderos. Foto: MAPAMA 2014
Figura 6. Mapa de distribución de los helicópteros de coordinación y observación. Foto:
MAPAMA 2014
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Figura 8. Mapa de distribución de los aviones de comunicación y observación. Foto: MAPAMA
2014
Figura 8. Unidades Móviles de Meteorología y Transmisiones. Foto: MAPAMA 2014
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